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El Nacionalismo

Movimiento socio-político reciente

Universidad Católica del Este (UCADE)

Historia de Las Ideas Políticas I (POL-450)


Maestro: Miguel Guerrero

Francis S. Morla Ferreras


Matricula (2020-6892)

Marbel Santana
Matricula (2016-4815)

EL NACIONALISMO COMO MOVIMIENTO SOCIOPOLITICO


CONTEMPORANEO
El nacionalismo es una ideología y movimiento sociopolítico que surgió junto con el
concepto moderno de nación, propio de la Edad Contemporánea, en las
circunstancias históricas de la llamada Era de las Revoluciones (Revolución
industrial, Revolución burguesa, Revolución liberal) y los movimientos
de independencia de las colonias europeas en América, desde finales del siglo XVIII.

Es una ideología y un movimiento sociopolítico que se basa en un nivel superior de


conciencia e identificación con la realidad y la historia de una nación. Como tal,
el nacionalismo fundamenta sus ideas en la creencia de que existen ciertas
características comunes a una comunidad nacional o supranacional, debido a lo cual
se propone legitimarlas y modelarlas políticamente. Por otro lado, el sentimiento de
pertenencia a la nación propia se llama patriotismo, que llevado más allá de ese
sentimiento se convertiría en nacionalismo.

ACEPCIONES

 De acuerdo con Smith, el nacionalismo es (…) un movimiento ideológico


pensado para la obtención y el mantenimiento del autogobierno y la
independencia de un grupo, algunos de cuyos miembros creen que
constituyen una nación real o potencial. (Smith, 2000, p. 331)

 Según Ernest Gellner, «el nacionalismo es un principio político que sostiene


que debe haber congruencia entre la unidad nacional y la política» o dicho con
otras palabras «el nacionalismo es una teoría de legitimidad política que
prescribe que los límites étnicos no deben contraponerse a los políticos».

 Por su parte Liah Greenfeld define el término «nacionalismo» en un sentido


general como el «conjunto de ideas y de sentimientos que conforman el
marco conceptual de la identidad nacional», esta última considerada como la
«identidad fundamental» en el mundo moderno frente a otras identidades en
cuanto que «se considera definidora de la esencia misma del individuo»

 Para Ricardo Rojas el nacionalismo es la «conciencia... del yo colectivo» de


una nación»

 En la obra colectiva de Historia, Geografía y Ciencias Sociales del Ministerio


de Educación de Chile, se define el nacionalismo como una "ideología que
consiste en la afirmación de una identidad cultural ligada generalmente a un
territorio, una lengua y una tradición histórica real o inventada, la cual, en la
mayor parte de los casos termina por exacerbar la superioridad de un pueblo
o nación por sobre otros.

Cuando pensamos estrictamente en nacionalismo, resulta muy prudente tener clara


esa distinción que separa a quienes defienden la idea de que la nación siempre ha
estado allí y que, cuando fuera necesario, solo había que despertarla, y aquellos para
quienes esta no existe sino hasta que se le declara indispensable para la
conformación de los modernos Estados-nación.

Pero también es importante tener en cuenta el riesgo de no observar una posible


trampa lógica: la que supone que, en cualquiera de los dos casos, la nación siempre
ha estado allí, y que en uno habría que despertarla, y en el otro, solo declararla.
En el análisis del nacionalismo se han configurado dos paradigmas contrapuestos y
excluyentes, cada uno de los cuales implica una determinada concepción de la
naturaleza y el origen de la nación y una definición de la misma:
 el modernista o constructivisto, que define la nación como una comunidad
humana que detenta la soberanía sobre un determinado territorio por lo que
antes de la aparición de los nacionalismos en la Edad Contemporánea no
habrían existido las naciones —la nación sería una «invención» de los
nacionalismos—; y

 el perennialista o primordialista que define la nación sin tener en cuenta la


cuestión de la soberanía y que defiende, por tanto, que las naciones existieron
antes que los nacionalismos, hundiendo sus raíces en tiempos remotos. Así
sería la nación la que crea el nacionalismo y no a la inversa.

Así también el nacionalismo ha dado lugar a dos grandes corrientes ideológicas:


Mientras la primera de ellas busca fortalecer la autodeterminación nacional ante
potencias coloniales, imperialistas o neocoloniales, corriente que ha sido
caracterizada como «nacionalismo liberador» por Rosa de Diego, o
«nacionalismo antimperialista» por Rafael Cuevas Molina.
La segunda busca impulsar la supremacía de una nación sobre otras, denominada
por Memmi como «nacionalismo del colonialista», y caracterizada por Rosa de Diego
como «nacionalismo excluyente y dominador».

INTERPRETACIONES SOBRE EL NACIONALISMO

El nacionalismo está más orientado hacia el desarrollo y el mantenimiento de una


identidad nacional basada en características compartidas como la cultura, el idioma,
la etnia, la religión, los objetivos políticos o la creencia en un ancestro común. Por lo
tanto, el nacionalismo busca preservar la cultura nacional. A menudo también
implica un sentimiento de orgullo por los logros de la nación, y está estrechamente
relacionado con el concepto de patriotismo. En algunos casos, el nacionalismo se
refirió a la creencia de que una nación debería poder controlar el gobierno y todos
los medios de producción.
Como ideología, el nacionalismo pone a una determinada nación como el único
referente identitario, dentro de una comunidad política; y parte de dos principios
básicos con respecto a la relación entre la nación y el Estado:
 El principio de la soberanía nacional: que mantendría que la nación es la única
base legítima para el Estado.

 El principio de nacionalidad: que mantendría que cada nación debe formar su


propio Estado, y que las fronteras del Estado deberían coincidir con las de la
nación.

El término nacionalismo se aplica tanto a las doctrinas políticas como a los


movimientos nacionalistas: las acciones colectivas de movimientos
sociales y políticos tendientes a lograr las reclamaciones nacionalistas.
La historiografía también usa el término nacionalismo para referirse a la época del
nacionalismo: el periodo histórico de formación de las naciones y el surgimiento de
la ideología y movimientos nacionalistas, lo que ocurrió en torno al siglo XIX,
coincidiendo con las revoluciones liberales o revoluciones burguesas.
En el siglo XX se produce una renovación del nacionalismo, en el periodo de
entreguerras vinculado al fascismo, y tras la Segunda Guerra Mundial vinculado al
proceso de descolonización y al tercermundismo, cuando surgen numerosos grupos
denominados Movimiento de Liberación Nacional.
El nacionalismo podría entenderse como un concepto de identidad experimentado
colectivamente por miembros de un gobierno, una nación, una sociedad o
un territorio en particular. Los nacionalistas se esfuerzan en crear o sustentar una
nación basada en varias nociones de legitimación política.
Muchas ideologías nacionalistas derivan su desarrollo de la teoría romántica de la
"identidad cultural", mientras que otros se basan en el argumento liberal de que la
legitimidad política deriva del consenso de la población de una región.
Los primeros precedentes del nacionalismo comienzan a aparecer en el siglo XVIII,
pues hasta ese momento, la idea de nación, tal y como se concibe en la actualidad,
no se había formulado. Hasta ese momento, las identidades colectivas basadas en la
religión o en ser súbditos de un mismo rey, prevalecían sobre las étnicas. En
la Revolución francesa se utilizará el término nación como sinónimo de ciudadano, es
decir, la nación ya no está personificada en la figura del monarca, pues la nobleza es
un cuerpo ajeno a la nación: la nación es el tercer Estado.
Ciertos teóricos, como Benedict Anderson, han afirmado que las condiciones
necesarias para el nacionalismo incluyen el desarrollo de la prensa y el capitalismo.
Anderson también afirma que los conceptos de nación y nacionalismo son
fenómenos construidos dentro de la sociedad, llamándolos “comunidades
imaginadas”. 
Ernest Gellner añade al concepto: "el nacionalismo no es el despertar de las naciones
hacia su conciencia propia; este solo inventa naciones donde no las hay".
Por otro lado, hay historiadores como el español Pelai Pagès que advierten del
carácter polisémico del concepto de nacionalismo y de la dificultad de hallar una
definición válida, capaz de abarcar la diversidad de movimientos y de ideologías
nacionalistas.
Por ejemplo, señala Pagès, «históricamente han existido nacionalismos xenófobos y
opresores y nacionalismos liberadores». Sin embargo, Pagés reconoce que hay
autores que afirman que existe una base común en todos los nacionalismos, lo que
nos permitiría alcanzar una definición del nacionalismo.
Es el caso de Hans Kohn para quien todo nacionalismo «afirma que el Estado-
nación es la única forma legítima ideal de organización política y que
la nacionalidad es la fuente de toda energía de creación cultural y de bienestar
económico»

El científico social y político de Praga, capital de Republica Checa Karl Deutsch


definió el nacionalismo como una idea en que la suprema lealtad del individuo va
dirigida a la nación, es decir, a su pueblo como realidad sensible, a la organización
política que lo rige y al territorio que ocupa.
Al aceptar esta definición como tal, nos encontramos con que el nacionalismo es casi
inherente al alma humana (O sea, es esencial y no se puede separar de ella) e inspira
uno de los sentimientos más espontáneos y naturales del hombre: Amar la tierra que
le vio nacer, que le da el pan y el reposo eterno, querer y respetar las tradiciones,
identificarse con el espíritu de los demás seres humanos que habitan dicho territorio,
obedecer a las mismas autoridades y ceñirse a las mismas leyes.
Este sentimiento después del amor a los padres y los hijos es un fenómeno que nace
con la familia y se proyecta a través del tiempo, hasta convertirse en el sentimiento
cívico que conocemos hoy.
Básicamente el nacionalismo es amor a lo que espiritualmente consideramos propio,
si este concepto se aplica a una sociedad humana, el nacionalismo viene a ser el
amor a lo que creemos, el amor a lo que esa colectividad ha creado y logrado en
conjunto a lo largo del tiempo, porque son precisamente esos logros colectivos los
que forjan los lazos que conforman los factores que le hacen formar una identidad
diferente a otras agrupaciones humanas. O sea, son esos logros y avances colectivos
los que forjan una identidad y crean costumbres y características que diferencian a
una nación de la otra.

ANTECEDENTES Y CAUSAS QUE DIERON INICIO AL SURGIMIENTO DEL


NACIONALISMO
En un principio el hombre no sentía este amor directamente a la tierra ni al medio
que lo rodeaba, fueron los lazos de sangre los le hicieron amar a los suyos en los que
vio una dependencia afectiva y una cierta unidad de sentimientos.
Estos estímulos más la necesidad de la defensa le incitaron a la unión con otros
hombres, a los cuales les movían las mismas necesidades y objetivos similares, de
esta forma surge el concepto de clan y tribu. La tribu excede la unidad sanguínea o
territorial, va más allá de una simple familia, aparece entonces la identidad natural
del grupo, es decir los seres que se unen por similitud al creer todos en lo mismo,
aunque ya no sean necesariamente consanguíneos.
Este es el embrión espiritual que más adelante unirá a las tribus a un destino común
para dar origen a la idea de pueblo, patria y posteriormente estado.
La identidad del amor a lo propio con el suelo es muy posterior, nace tras el término
del nomadismo y la aparición primaria de la agricultura, sin embargo, no está
solamente relacionada con el cultivo de la tierra, sino que también a la cría del
ganado, a la posesión del agua y la exclusividad de la caza, la satisfacción de estas
necesidades en un área más o menos determinada obligó al hombre a defenderla y
amarla
En aquellos tiempos primitivos el nacionalismo era aún una especie de localismo de
tipo étnico (O sea, relativo a la raza) y económico, siente el arraigo de la tierra que le
es propia en cuanto esta satisface sus necesidades, pero buscaba también otro tipo
de nexo común, incluso cuando el suelo carezca de generosidad y exista escasez de
los recursos que de antaño le entregaba.
El primero de estos nexos ajenos al territorio será la sangre, la tribu dará el gran salto
hacia la concepción del pueblo, buscando en otras tribus características comunes
como el idioma, la raza, la religión, las necesidades y los objetivos.
Los pueblos nórdicos conformados por una o dos familias eran ferozmente
individualistas y no reconocían más patria que el área que rodeaba una ensenada
donde tenían sus barcos y animales. A pesar de esto reconocían la identidad nacional
con todo el pueblo nórdico cuando, por ejemplo; se planteaban empresas mayores
en las que eran precisos más barcos y más hombres de los que cada ensenada
poseía, surgía de golpe un vínculo afectivo subyacente y muy fuerte capaz de anular
el individualismo de la tribu y convertir al pueblo en una nación en marcha.
La idea de que la patria, que significa tierra de los padres, se reduce a una exclusiva
relación étnica no es para nada acertada ya que la historia nos ha demostrado que
no es así, si bien es cierto que la conciencia étnica pudo operar dentro de la misma
unidad política, no era la sangre, sino el pueblo el que determinaba la unidad
nacional. Egipto, por ejemplo, fue una patria para sus habitantes, con decenas de
pueblos éticamente diferenciados conviviendo en el mismo territorio sin que el
concepto mismo de “patria” se viese afectado si el dominio del estado lo tenía una
raza u otra. Esto lo que explica es que la nación presenciara las más brutales luchas
civiles sin que el concepto de patria se viese resentido o lacerado.
Por otra parte, con la entrada de la escena de los pueblos semitas vemos aparecer
una etapa superior en el concepto de patria, esta ya no es un suelo donde se está y
se progresa, sino que es también es la tierra donde habita un poder superior al
hombre, una especie de espíritu nacional sin el cual el simple lazo de la sangre y la
tierra están incompletos. Con los semitas habrán nacido un nacionalismo metafísico,
a veces religioso, a veces étnico, a veces territorial, pero, siempre basado en los
ideales y objetivos superiores a los de la mera sensualidad del paisaje o del
simbolismo.
En cuanto al surgimiento del nacionalismo en América, podemos decir que toda la
conquista de américa estuvo presidida por un concepto místico y guerrero que
recuerda estrechamente a la expansión romana.
El conquistador español, más que una idea territorial de la patria, transportaba una
concepción espiritual en la que la lengua, la fe, y la sublevacion al poder real,
constituían los pilares de su visión política. Pese a la diversidad étnica de las patrias
creadas en Sudamérica, es interesante observar en ellas la unidad de las fuerzas
madres; o sea, la unidad de la lengua, la religión y la centralización política.
Mucho se nos habló de la explotación, invasión y crímenes de la conquista, más poco
del papel unificador de aquellas fuerzas que hicieron del idioma castellano y la fe
católica el gran manto de unidad de las mil razas americanas y peninsulares

El nacionalismo es, sino el más grande, por lo menos uno de los más poderosos
incentivos de la conducta humana en la historia contemporánea.
Como concepción política, el nacionalismo es casi exclusivamente un producto
occidental europeo y su aparición en la américa del norte es la derivación natural de
esta característica.
Sus grandes explosiones son prácticamente, sin duda la revolución de las 13 colonias
norteamericanas de 1776 y la revolución francesa de 1789. Ambas tuvieron una
característica muy común y fue la tendencia a expandirse.
Napoleón por su parte desparramó por toda Europa el nacionalismo francés y Los
Estados Unidos se encargó de hacer lo mismo por la américa Española.
La gran particularidad del nacionalismo emanado de estas revoluciones fue la
voluntad de identificar al pueblo con el concepto de nación y de éstas con la del
estado, se creó el concepto de tarea nacional donde la guerra la paz la expansión la
victoria y la derrota se transformaron en problemas de todos y cada uno de los
habitantes de una nación y no de otra aunque tuviesen los mismos problemas.
La revolución liberal de 1848 en Europa fue una revolución nacionalista, no solo
quiso limitar el poder absoluto de los reyes sino permitir a las nacionalidades
europeas decidir por su propia voluntad su identidad política.
El romanticismo alemán, más que ningún otro se identificó con este pensamiento.

CONCLUSION
El nacionalismo avanzó incontenible, en ocasiones fue la simple expresión política de
las nacionalidades, en otra tuvo un contenido progresista, basado en la renovación
total de las estructuras y en otros casos determinados fueron de crecimiento de una
lucha secular un ejemplo de esto, en la india o Egipto.
Posteriormente llega al poder otra clase de nacionalismo que se robará el relato
popular en torno al significado de este y centrará las bases de lo que será la lucha
contra dos grandes conglomerados políticos y económicos, que son el capitalismo y
el marxismo.
Estas nuevas corrientes ideológicas serán atacadas por ambos bloques dominantes
tanto de la tesis como la antítesis imperante, encasillaran al fascismo y el
nacionalsocialismo como ramas extremas de su adversario directo
casi de forma paralela serán tachados como de izquierda radical o de ultraderecha
motivo por el cual aparentemente lucharán de forma solemne para destruir aquello
que en resumidas cuentas es la expresión de una tercera posición que rechaza
ampliamente al liberalismo y el comunismo.
Actualmente el nacionalismo crece y se desarrolla de formas diversas, pero similares
en pos de una causa común, esto ante el inminente avance de globalismo que cuenta
con una maquinaria financiera y propagandística infinita contra una idea, un
sentimiento, que como lo mencionamos es inherente al alma misma de los hombres
que con sus diferencias han forjado el amor a la patria, su tierra y su historia a lo
largo de toda la existencia de la raza humana.

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