Está en la página 1de 230

HACIA UNA NUEVA

IMAGINACIÓN POLÍTICA

HACIA UNA NUEVA


IMAGINACIÓN POLÍTICA
Carl os O s s a n d ó n B A n d re a S oto C a l d e ró n Ivá n P i nto A d ri á n C a n g i

A nt o n i o G ó m e z V i l la r J e an L u c Na n cy A m a d o r Fe rn á n d e z -S avate r r

Luc ia n o S á e z R o d ri go Ka rmy Bo lto n S i lva n a Vi g n a l e S a n d ro C h i g n o la y

S a n d ro M e zz a d ra H é c t o r C ata l d o Patri ci o L a n d a eta M a rd o n e s

A l exa n de r Ga n e m L u ci la Oj e a

AÑO 1 noviembre

NÚMERO II
1
www.revistadisenso.com
Edición semestral
Año 1 | Volumen 1 | Número 2
Noviembre 2020

ISSN 2735-6167

Publicación autogestionada
editorial@revistadisenso.com

Registro fotográfico: Museo del Estallido Social

2
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

DISENSO
R E V I S TA D E P E N S A M I E N T O P O L Í T I C O

CONSEJO DIRECTIVO
Iván Torres Apablaza
Tuillang Yuing-Alfaro
Cristóbal Durán Rojas
Claudia Calquín Donoso

CONSEJO EDITORIAL
Matilde Orlando (Italia)
Sandro Chignola (Italia)
Roberto Esposito (Italia)
Lorenzo Bernini (Italia)
Juan Pablo Arancibia (Chile)
Carlos Ossandón Buljevic (Chile)
Raúl Villarroel (Chile)
Silvana Vignale (Argentina)
Senda Sferco (Argentina)
Marcelo Raffin (Argentina)
David Pavón-Cuéllar (México)
Alessandro Soares da Silva (Brasil)

ASISTENTE EDITORIAL
Mariana Narváez Lisperguier

DISEÑO EDITORIAL
Astrolabio Ediciones

3
ÍNDICE

6 EDITORIAL

10 DOSSIER

12 Campos en Disputa.
Imaginación y política en Chile
Carlos Ossandón B

20 La posibilidad de una imaginación política

Andrea Soto Calderón

28 (Re) imaginar la revuelta:


hacia un cuestionamiento de las lógicas de
composición de imágenes políticas
Iván Pinto

36 Retrotopía obrerista:
la obturación de la imaginación
Antonio Gómez Villar

46 Ningún lugar a donde ir.


Acerca de la imaginación política
Adrián Cangi

70 D I Á L O G O S

72 Política y Vida profunda


Entrevista con Jean-Luc Nancy
Iván Torres Apablaza

80 La imagen del pasador


Entrevista con Amador Fernández-Savater
Tuillang Yuing-Alfaro

4
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

D I S L O C A C I O N E S 91

Pactos vigentes, peligros latentes: regímenes 92


de veridicción frente al largo octubre chileno
Luciano Sáez

Liberales a la Defensiva. 104


Comentario a “El Octubre chileno.
Reflexiones sobre democracia y libertad”
Rodrigo Karmy Bolton

Genealogía de la deuda: vestigios morales 140


de nuestra servidumbre voluntaria
Silvana Vignale

Para una teoría del contrapoder. 156


Historia y problema
Sandro Chignola y Sandro Mezzadra

La libertad como sustracción: 168


mundo virtual y endeudamiento
Héctor Cataldo

Félix Guattari. 188


La “ecología transversal maquínica”
Patricio Landaeta Mardones

De escasez e invisibilización: 204


notas para una emergencia de la
naturaleza
Alexander Ganem

T R A D U C C I O N E S 211

Jean Luc Nancy 212


Pequeña conferencia sobre el amor
Lucila Ojea

5
EDITORIAL
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

E l primer dossier de Disenso, se situaba en un borde: se encontraba


animado por un anuncio que coincidía con un arribo, al tiempo que
constataba la incertidumbre e indeterminación telúrica de un contagio:
distancia y proximidad, disyunción y juntura, cierre y apertura, singu-
laridad e indiferencia, comprensión e insensibilidad. Todas variantes se-
mánticas y existenciales del tacto. Entendemos que allí reside el indicador
sensible de lo político, enfrentado hoy a una pregunta por su posibilidad,
puesto que es el “entre” y la relación aquello que se encuentra cuestiona-
do, así como el lugar de la imaginación como gestualidad desobrante de
sus reducciones y clausuras.

Pensar la posibilidad de lo político nos conduce a plantear el problema de


su diletante posición intersticial, por cuanto la imaginación actúa como
mensajera entre lo material y lo inmaterial; intermediario sensible que
despoja al objeto de toda pertenencia y lo desplaza al distrito de lo im-
pensado. Actúa, por ello, como un operador del tiempo: sin domicilio fijo,
oscila entre aquello que fue y lo que aún no ha tenido lugar. Su mayor
fortuna: hacer visible y enunciable aquello que habitaba el oscuro reino
de la ausencia de figuras y nombres; desactivar el imperio de lo imposible,
actualizar la virtualidad.

Según este sentido, la imaginación habita una posicionalidad de la fractura,


completamente paradojal: se repliega de todo correlato palpable, en la mis-
ma medida que se despliega siguiendo una elección impuesta por las con-
diciones de existencia. Se torna, por ello, formalmente arbitraria, mientras
consigue salvoconductos por los caminos de una ética: imagina aquello que
desea, imagina quien habita un suelo pedregoso, desértico; también aquel
cuyo paisaje se ha empobrecido, separándolo de un mundo y su con-tacto.
La imaginación, es por ello, intempestiva y alevosamente contemporánea.
La pregunta por la imaginación, ofrece las posibilidades de despuntar lo
político desde figuraciones irreductibles a la gravitación del lenguaje y sus
estratos; descentra la política representacional en una política de cuerpos y
existencias siempre afectadas por conflictos. Es, por ello, performatividad
deseante: modos de trazar y habitar posibilidades de mundos que fugan las

6
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

imposiciones dualistas de la política y las estandarizaciones del sentido,


para producir las condiciones sensibles de toda transformación, esto es, las
de una crítica afirmativa y una política radical.

En política, la imaginación no sólo parece provechosa sino urgente. Si por


un momento dejamos de fustigarnos, tenemos que reconocer que algo de
la imaginación ha alimentado la política. Al menos en su versión más dis-
ruptiva, quizás, agónica. En efecto, si ha habido una conquista innegable
en las luchas y revueltas, es haber permitido imaginar aquello que estaba
de antemano condenado a la inexistencia: palabras, consignas, banderas,
repartos, mundos... Allí se juega, ciertamente, su profunda jovialidad. Toda
una serie de gestos y disposiciones que ayer no existían y son hoy, al me-
nos, parte de nuestras ensoñaciones acerca de lo común. A fin de cuen-
tas, figuraciones que permiten “hacer cosas con la imaginación”; interfe-
rencias, puntos de quiebre, que deslizan la acción política hacia lugares y
dimensiones insospechadas, más allá de los contornos de la identidad y el
ser. Otro modo de pensar y hacer la experiencia de variaciones continuas, a
partir de las cuales se movilizan, descubren y proliferan modos de vida al-
ternativos –en ocasiones monstruosos y ensamblados– y cuyos despliegues
exhiben trayectorias sin herencia ni linaje, esto es, epigonales, impuras, sin
origen ni destino señalado.

Siguiendo estas coordenadas, los textos que aquí se dan cita quisieran
re-pensar lo político en torno a dos ejes: el primero, vinculado a ejercicios
de diagnóstico del presente, por cuando entendemos que de lo que se trata
es de la configuración de un pensamiento que proceda por distinciones,
diferenciaciones y problematizaciones, como operaciones singulares para
la construcción de otra práctica de la política. Por cierto, analizar lo acon-
tecido con los ojos del presente es, quizás, un paso ineludible para quien
desea no repetir los errores que ha podido cometer. Y aunque pareciera ser
suficiente –pues ello nos permitiría evaluar lo realizado e identificar los
pasos en falso que no habría que volver a dar–, lo cierto es que semejante
análisis no logra, per se, desentrañar los mecanismos que impedirían que
esos errores se repitan.

7
El segundo eje, relativo a la figuración de una nueva imaginación política,
que permita disponer y abastecer un horizonte léxico, gramático y exis-
tencial para dicha política. Ambos ejes se encuentran profunda e indiso-
lublemente ligados, en la medida que una nueva imaginación política, no
puede soslayar la cuestión del poder y su diagrama, esto es, el modo que
adoptan las relaciones de fuerzas y sus puntos de fuga. Allí descansa la
posibilidad de establecer sus variaciones, estratificaciones, intensidades
y antagonismos. Re-trazar lo político –como fue planteado en nuestro pri-
mer dossier–, implica enfrentarnos a la evidencia problemática de una
tradición que precisamente impide pensar por fuera de las coordenadas
del consenso, recusando con ello toda posibilidad de crítica, al tiempo que
toda política concebida como un campo de luchas y enfrentamientos. El
análisis de la política es, por regla, un análisis de tendencias y de mani-
festaciones de las fuerzas en un plano de interrelaciones entre lo micro-
físico y lo estratégico. Sin embargo, eso no puede excluir el lugar de la
imaginación. No se trata de fantasear con transformaciones teóricas, sino
de imaginar modos de interrumpir los rumbos vigentes. En este contexto,
entendemos que la especificidad de la imaginación excede la creación de
imágenes o representaciones, y afirma, en cambio, la producción colecti-
va de sentido, vale decir, una operación que habilita procesos inéditos de
invención. Buscamos así reactivar el repertorio imaginativo de la política
para continuar con el trazado de las revueltas –locales y globales– y las
disputas por las posibilidades de un mundo y una vida. Desde este ángulo,
re-trazar lo político concierne a un conjunto de ejercicios intempestivos
capaces de relanzar la temporalidad del diagrama y actualizar algunas
singularidades salvajes que lo pueblan.

Los textos que aquí leeremos, buscan contribuir a este propósito. Cada uno,
poniendo en juego voces heterogéneas, intenta abrir vetas diferenciales
para hacer contrapeso y ejercer fuerzas disimiles sobre una política de la
imaginación que tantas veces corre el riesgo de hacerse asfixiante. Carlos
Ossandón nos deja la tarea de mapear la imbricación entre imaginación
y política como si se tratara de un campo en disputa. Precisamente, no se
trata de dos ámbitos fácilmente exteriores uno respecto de otro; más bien,
un campo de fuerzas, donde las líneas se van redistribuyendo y donde las
fuerzas y sus relaciones no están dadas. Abiertas en su variabilidad, las con-

8
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

secuencias de la pandemia y el debate constitucional se entrelazarán como


campos en disputa, que prolongan una rebelión popular iniciada hace un
año y que, sin duda, imaginarán sus devenires y serán materia de captura
y también de contrapoderes. Andrea Soto Calderón, por su lado, nos pone
en medio del levantamiento de la imaginación. Una imaginación que hace
porque irrumpe, y, en esa medida, nos pone sobre la pista de otras políticas.
Una imaginación que hace, y que con ello abastece otros devenires, y quizá
otros futuros para la política. El trabajo de Iván Pinto nos plantea el lugar
de las imágenes en el llamado “estallido social” de Octubre. Asumiendo una
crisis de la imaginación, se interroga sobre una imaginación de la crisis – e
incluso, por qué no, una imaginación crítica. Para recorrer esa pregunta
analiza algunas producciones audiovisuales con data próxima al “estallido”,
las que precisamente ponen en juego la potencia colectiva de la imagina-
ción. Antonio Gómez Villar se interrogará sobre la actualidad de las imáge-
nes que habitan hoy a una izquierda posible. Dado que ya no contamos con
la imagen simbólica del siglo XX como un siglo obrero, es preciso atender
al resurgimiento reciente de la centralidad que adquiere el trabajo como
actividad social fundamental. Para ello, imagina una retrotopía obrerista
como un escenario que tendríamos que descartar para poder dar lugar a
imágenes venideras para una política de los afectos que evalúe y desafíe el
estado actual de las luchas de clases. Finalmente, Adrián Cangi nos propo-
ne algunas de las claves posibles para una imaginación política del tiempo
que viene. Lo primero, nos dice Cangi, sería estar atento a la identidad que
arrastran las consignas políticas, y que nos dejarían ver la imagen del pen-
samiento del sentido común y del buen sentido moral. Ahí las imágenes se
mueven en “terreno resbaladizo”, fácilmente reinscritas en el espectáculo
del poder. Pero las imágenes están por hacerse, son lo que está por hacer…
son cada vez el índice de nuevas creatividades, que no tienen otro suelo
que el de la vida singular, esa que es de todos y de nadie.

Consejo Directivo
Revista Disenso

9
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

D OSS I ER

11
C A M P O S E N D I S P U TA .
IMAGINACIÓN Y POLÍTICA
EN CHILE

Carlos
Ossandón B
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

E l proceso que abre el 18 de octubre de


2019 concede nueva vida a imaginarios
diversos, fragmentados, retenidos en fuen-
los diversos protagonismos y sus alegrías,
en síntesis, en el nuevo reconocimiento de
un “común” no homogéneo - en esta conste-
tes culturales, sociales y políticas reconoci- lación de cuerpos, multitudes y fuerzas di-
bles y otras nuevas, sustentados tanto en es- versas que tuvieron que pagar un alto cos-
peranzas individuales y colectivas como en to en represión y ojos mutilados - un muy
“infiernos de sufrimiento y degradación”1. atrevido y creativo agón desfundamenta-
dor o destituyente problematizó umbrales,
Estos imaginarios tuvieron la función, no redibujó escenas, recuperó con otra fuerza
como estáticos repertorios, de activar, “ani- sentidas aspiraciones, vivenció e imaginó
mar” y liberar lo que parecía contenido, otro tipo de relaciones sociales.
desprendiéndonos de ese presente opresi-
vo que el “estallido” social mostró sin com- En este contexto, la imaginación experi-
plejos. Esta función se hizo de pronto com- mentó entonces importantes desplaza-
pletamente necesaria ya que las cosas del mientos. Dejó de verse afectada por una
mundo perdían más rápidamente que nun- especie de “inferioridad metafísica” 2, y re-
ca su “alma” - si es que alguna vez la tuvo descubrió su potencia política, su capacidad
el neoliberalismo - haciéndose ostensible la de “recuperar” y a la vez “reconfigurar” el
ausencia de vasos comunicantes y de cone- mundo. Ya no devorada por los “porfiados
xión simbólica entre el creador, el pueblo hechos”, ni rendida por las estadísticas, por
de la soberanía, y un orden prosaico que no los cuadros sinópticos o aun menos por el
es de la misma naturaleza y que desde hace “sentido común”, pudo sentar mejor sus
algunos años venía dejando de convocar, reales, indiferenciando o entremezclando
naturalizar o resignar. sus imágenes con conceptos, eslóganes y
nuevas significaciones. Así re-ligó o conec-
En la apropiación de la calle y de la dimen- tó de nuevo, y la sociedad, y no meramente
sión simbólica-material que constituye la la suma de individuos, volvió a emerger 3.
sociedad, en la aparición de palabras nue-
vas, de reconocimientos olvidados, de vio- Se podría decir – en un cierto forcejeo li-
lentas memorias, de canciones que hicie- terario - que su espacio ya no fue la noche
ron historia, en los cánticos y bailes, en los ni tampoco, como señala Foucault en su co-
nuevos bautizos e iconos, en los grafitis, en mentario a La tentación de San Antonio de

1  Horkheimer, 2002, p. 168.


2  Sartre, 1970, p. 10.
3  Cfr. Quijada, 2008, p. 291.

13
Flaubert, la biblioteca o la vigilia del impre- baudelairianas - entre la vivencia propia,
so. Ya no solo en el libro y la lámpara, la lo micro, y la totalidad, lo macro.
imaginación se alojó principalmente en los
En la exuberancia que todo esto trasunta,
cuerpos, en las relaciones intersubjetivas,
en sus distintos planos y niveles de sen-
en las reservas contenidas, en los derechos
tido, en esta muy desafiante reescritura
postergados, en la fuerza de las voluntades,
del mundo, en la extrañeza entre el orden
envolviendo y precipitando a la vez una construido y quien debiera ser su crea-
nueva ordenación o figura del mundo. dor, en el propio descubrimiento de lo que
yacía cubierto, en esos hábitos e inercias
Desde otro ángulo, en un forzado símil aho-
in-corporadas del engranaje neo-liberal
ra con cierto formato escritural, la imagina-
y que requerirán una profunda y pacien-
ción se asoció con la democracia, se dirigió
te revisión colectiva 6, y también por su-
a cualquiera, no tuvo “padre”, vivió de la
puesto en la innegable problematicidad y
calle, se nutrió de la historia y de experien-
complejidad de todo esto, se encuentra –
cias comunes, evitó protocolos, introdujo
creo – la clave que debiera guiar el proceso
la disonancia y desarregló jerarquías 4. Se
constituyente en un sentido más amplio e
sostuvo en los sujetos mismos, en sus actos
inclusivo que el abierto por la clase políti-
o performances, disolviendo la distinción
ca en noviembre de 2019.
tradicional entre cuerpos y almas, entre la
imaginación y una cierta concepción del En la superación del vicio de origen que
arte concebido como único depositario de tuvo este proceso de institucionalización
esta energía.
(la ausencia de los protagonistas del “esta-
La rebelión popular que se inaugura el 18 llido”, de sus organizaciones, imaginarios
de octubre hizo patente el carácter nunca e intensidades), así como en la elaboración
resuelto del mundo, su esencial conflic- de una nueva Constitución que tendría que
tividad, su inescapable finitud y preca- ser reconocida como obra propia, laboriosa-
riedad. Contestó esa vieja injusticia, que mente conseguida, en buena lid democrá-
viene desde Platón, que ha recaído sobre tica, como resultado de un ejercicio de “so-
lo perecedero 5. Hizo igualmente patente beranía” 7, se halla aquí y no fuera de estas
las singulares e irreductibles analogías o condiciones, en esta “inmanencia” se podría
“correspondencias” – no confundir con las decir, que “no responde a nada distinto que

4  Cfr. Rancière, 2009.


5  Adorno, 1962, p. 19.
6  Jorge Olivares-Rocuant lo expresa así: “se necesita que la subjetivación que posibilitó la revuelta,
afectando el poder, se haya afectado a sí misma, esto es, que el pueblo-ciudadano consagre un movi-
miento en su propio ethos desechando sus propias prácticas y caracteres neoliberales modelados por
largos años, haciendo que la verdad que comporta su demanda / la insumisión parrhesiástica / no sea
solo enunciativa sino su propia vida”. “El estallido chileno de insumisión social contra el Estado-guerra
del capital neoliberal”. (2020, pp. 121-122).
7  Concepto que será necesario discutir, no darlo por sabido, examinando registros distintos a los domi-
nantes. Cfr. Cristóbal Montalva (2020).

14
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

15
Cr istián Cueva s @c r ic uebar 26.11.2019
a sí misma” explicitaría Deleuze 8, la posi- ticas en el seno mismo de la participación
bilidad de comenzar a recuperar el mundo en la política institucional, evitando cual-
arrebatado. quier ingenuidad interpretativa, adverti-
dos siempre de la poderosa capacidad de
Es difícil, sin embargo, prever lo que ven- cooptación de los poderes, y sabiendo en
drá. No hay seguridad alguna que las cosas todo momento que hay más de un juego
vayan a fluir hacia un proceso de apropia- en liza. Es iluminadora en este sentido la
ción social de clara intencionalidad demo- distinción o matiz que introduce Rancière:
crática. Las posibilidades de deslegitima- una política de transformación – dice - no
ción del camino institucional se pueden se reduce tan solo, como se ha creído leer
ya prever. Fuera de la importante inter- rápidamente en su propia obra, a “escasos
ferencia que está decidida a hacer pesar la momentos de insurrección arrancados al
desfondada política tradicional, el altísimo curso normal de las cosas” 9, pudiendo ad-
quorum requerido, la complejidad misma quirir distintas formas o generar diversos
de la relación entre lo político y lo social, efectos desfundamentadores e igualitarios
los impedimentos que ya se están poniendo incluso en el seno mismo de lo que se reco-
a la participación amplia y plural de la ciu- noce como institucional 10. Aquí lo más im-
dadanía, el engorroso sistema de elección portante - continuando con Rancière - es
de los (as) constituyentes, la desesperada que por un lado o por el otro, o por ambos,
y agresiva defensa que seguramente or- esté siempre abierta la cuestión misma, o
ganizarán instituciones afectadas por una la reconfiguración, de la “gestión común” 11.
crisis profunda, así como el esfuerzo que
No podríamos dejar de lado, en este con-
harán algunos por ahogar o consumar “de
texto, el nuevo “acontecimiento” que siguió
una vez” el poder destituyente-constitu-
a la revuelta social. ¿Cómo no incorporar
yente del demos, son todas cuestiones que
al análisis político las medidas que se han
pueden abortar las expectativas que abre el
tomado, los hábitos que se han creado o
proceso que se inicia formalmente el 25 de reforzado y las consecuencias de distinto
octubre de 2020. tipo que seguramente traerá la pandemia?
Esa curiosa atmósfera de irrealidad, de ca-
Con todo, me parece importante participar
lles vacías, de confinamiento y de intensa
de este proceso, evitando el aislamiento
fiscalización. Esa racionalidad biológica
del movimiento social, buscando ampliar prácticamente inexpugnable que no ha de-
sus límites, fortalecer las organizaciones jado de acompañarnos desde hace ya varios
ciudadanas y territoriales, potenciar la ya meses, y donde todos (as) y sin casi mover-
muy consistente fuerza del feminismo y nos de nuestro sitio podemos representar
de otras emergencias, apostar a otras polí- un peligro para la sociedad. En un relato

8  Deleuze, 1996.
9  Rancière, 2011, p. 10.
10  Rancière, 1996.
11  Rancière, 2011, pp. 10-11.

16
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

reciente el escritor colombiano Andrés Fe- En suma, habrá que hacer concurrir tres
lipe Solano en Los días de la fiebre 12 cuenta “acontecimientos” en uno: el impulso so-
en su ficción que un individuo se entregó cial y creativo que inaugura el “estallido”
a la policía por miedo a contraer el virus. (revuelta o rebelión popular, más bien), las
Y Ray Bradbury, en El Peatón 13, describe a consecuencias de la “pandemia” y el debate
un solitario caminante silencioso del año “constitucional”. Estos dos últimos tendrán
2052, que se pasea por calles espectrales, que ser concebidos, entre tantos otros, como
más parecidas a cementerios y donde solo “campos en disputa” 15, sujetos a acciones,
se perciben unos débiles resplandores de imaginaciones e interpretaciones distintas,
luz que provienen de las ventanas de las y también a importantes entrecruces. Así la
casas. Este paseante, interceptado y deteni- discusión sobre el rol del Estado, de lo pú-
do por un policía-robot sin más delito que el blico o el nuevo lugar institucional de los
caminar sin propósito, podría representar pueblos originarios no podrá desatender la
bien la homogenizada escena de un deter- discusión que también tendremos que dar
minado modo de estar en el mundo que sin - con más atención que el previsto - en el
mucho disimulo ha hecho que la actual “so- ámbito de la salud y de la prevención. Más
ciedad de control” 14 se sintiese a sus anchas, allá del acento que la actual Constitución
sin dejar de atender las curvas del mercado. pone en la “elección” del sistema de salud
pública o privada (calificada esta última de
Un mundo en suspenso, a la espera, como “industria” por sus promotores), habrá que
si hubiese dejado de rodar, pasmado, hiper- buscar garantizar, desde una visión amplia
vigilado y sin el pathos o frenesí neolibe- de la salud de la población, las condiciones
ral que lo caracteriza. Este es el mundo que que permitan el acceso universal e igualita-
nos ha tocado vivir últimamente. Y es en la rio a este derecho fundamental. 16 Y en re-
intersección entre las aperturas del “estalli- lación con la pandemia y otros problemas
do” y los efectos socialmente disímiles de la similares, tendremos que preguntarnos si
pandemia, sin olvidar los agotamientos es- serán las políticas del “miedo” o de la “su-
tructurales que la amenaza del virus ha he- pervivencia” o, por otra parte, las políticas
cho aún más visible, donde la imaginación de la “protección” o del “bienestar”, en el re-
- siguiendo libremente a Jean-Paul Sartre sumen muy acertado del autor recién cita-
do, las que deberán primar. Una discusión
- entendida como acto, más asociada a la
que no debería contar solo con la voz de los
libertad que a la representación, a la supe-
expertos o las indicaciones de la ciencia o
ración de lo real en la propia producción de
de la tecnología, ya que lo que verdadera-
lo irreal o de lo no todavía real, tendrá que
mente importa en este y en los demás te-
volver a mostrar su fuerza y creatividad
mas y planos es lo que podemos imaginar y
individual y colectiva.
realizar colectivamente.

12  2020.
13  29 de septiembre de 2020.
14  Deleuze, 1991.
15  Ramírez, I., 2020.
16  Cfr. Conversatorio Salud y Constitución, 1 de octubre de 2020.

17
REFERENCIAS

Adorno, T. (1962). El ensayo como forma. Notas de literatura. Barcelona, España: Ariel.
Agamben, G. (2020). La pandemia vista por Agamben. Santiago. Ideas Crítica Debate.
Bradbury, R. El Peatón. En Literatura para oír. Colombia, Radio Bolivariana. Escuchado
el 29 de septiembre 2020.
Conversatorio Salud y Constitución. FCFM-UChileTV. Participación de María Soledad
Martínez, Claudio Nash y Patricio Meza. Conducción María Pía Martin. 1 de octubre
2020.
Deleuze, G. (1991). Posdata sobre las sociedades de control en C. Ferrer (comp.), El
lenguaje literario. (T. 2). Montevideo, Uruguay: Nordan.
Deleuze, G. (1996). La inmanencia: una vida…. Revista Sociología, (19).
Foucault, M. (1999). (Sin título). Entre filosofía y literatura. Barcelona: Paidós.
Horkheimer, M. (2002). Critica de la razón instrumental. Madrid, España: Editorial Trotta.
Lukács, G. (1975). El alma y las formas. Barcelona, España: Grijalbo.
Montalva, C. (2020). Pensar la cuestión mapuche, herir la soberanía. [Tesis Doctoral en
Filosofía, Universidad de Chile].
Olivares-Rocuant, J. (2020). El estallido chileno de insumisión social contra el Estado-
guerra del capital neoliberal en C. Balbontín y R. Salas (comps.), Evadir. La filosofía
piensa la revuelta de octubre 2019. Chile: Libros del Amanecer.
Ossandón, C. (2011). Experiencia y filosofía en Rubén Darío. Anales de Literatura
Chilena (15).
Quijada, M. (2008). Imaginario en H. Biagini y A. Roig (dirs.), Diccionario de
pensamiento alternativo. Buenos Aires, Argentina: Biblos.
Ramírez, I. (2020). El tiempo de la imaginación política. Nueva Sociedad.
Rancière, J. (1996). El desacuerdo. Política y filosofía. Buenos Aires, Argentina: Nueva
Visión.
Rancière, J. (2009). La palabra muda. Ensayo sobre las contradicciones de la literatura.
Argentina: Eterna Cadencia.
Rancière, J. (2011). Momentos políticos. España: Clave Intelectual.
Sartre, J.P. (1964). Lo imaginario. Buenos Aires, Argentina: Losada.
Sartre, J.P. (1970). La imaginación. Buenos Aires, Argentina: Sudamericana.
Solano, A. (2020). Los días de la fiebre. España: Planeta.

18
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

19
LA POSIBILIDAD DE
UNA IMAGINACIÓN
POLÍTICA

Andrea
Soto Calderón
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

L lueve en Valparaíso. La gente quiere


huir, pero no puede. La gente quiere
cuidarse, pero no puede. La gente quiere
ción de sí misma” 1, una génesis ontológica
que desde luego no se inscribiría en una vo-
luntad fuerte, ni en una potencia declinada
comer, pero no puede. La gente sabe lo que en términos capitalistas de productividad,
necesita, pero no puede. No porque no sepa sino en una topología más profunda que ha
cómo hacerlo, sino porque su ecología pro- configurado nuestros imaginarios, que es
ductiva le asfixia. precisamente la que en muchos casos nos
impide imaginar un presente diferente. Da-
Llueve en Valparaíso. La gente se organiza, vid Graeber, en Possibilities: Essays on Hie-
las ollas comunes y de abastecimiento po- rarchy, Rebellion and Desire, aseveraba que
pular se multiplican, espacios de autoges- “las posibilidades humanas son siempre,
tión y cuidada autonomía. Ante las nefas- en todos los sentidos, mayores de lo que
tas políticas públicas, sociales y sanitarias a menudo creemos” 2, pero nuestra escasa
que se llevan a cabo desde el gobierno en confianza en las capacidades que tiene una
esta época de pandemia -pero que se vienen comunidad, en la autogestión, en el respeto
arrastrando desde hace ya muchos años-, mutuo –que muy frecuentemente se tra-
se levantan saberes populares, formas or- duce en una necesidad de reglas, autori-
ganizativas que hacen escuela y crecen de dad, sistemas represivos– es el resultado de
manera orgánicas en las poblaciones, sa- una construcción cultural y política. Inclu-
beres periféricos que no pretenden ubicar so los marcos conceptuales que sostienen
ninguna centralidad. nuestras infraestructuras institucionales,
también las contra-sistémicas, han sido
Yo no he estado en Valparaíso, escribo de
oídas, con el pálpito de los recuerdos por- fuertemente influenciados por las teorías
que no puedo volver a casa. Escribo por de Thomas Hobbes o Adam Smith o por la
testimonios visuales, por una suerte de me- referencia ininterrumpida a los antiguos
moria aérea, desde una herida sensible en griegos. Culturalmente no dejamos de afir-
torno a la que me tejo. mar esta visión profundamente errónea de
la humanidad y los instintos humanos 3.
Cornelius Castoriadis, en La institución
imaginaria de la sociedad, afirma que “la so- Para Veronica Barassi, esta interpretación
ciedad no es el resultado de unos procesos de la historia que realizaba Graeber se debe
irrevocables, sino una permanente inven- a su mentor Marshall Shalins, que en su li-

1  Castoriadis, 2013, p. 12.


2  Graeber, 2007, p. 1.
3  Véase Barassi, 2020.

21
bro The Western Illusion of Human Nature 4 al que filosofías anteriores habían cerrado
explica “cómo la civilización occidental ha sus oídos. No solo tenemos la posibilidad de
sido perseguida por el espectro de una na- un lenguaje, también de sus interferencias.
turaleza humana egoísta, codiciosa y pen-
Pensar otras posibilidades para la imagi-
denciera que debe ser mantenida a raya
nación política implica reevaluar no solo
por las reglas y la autoridad” 5. También dice
lo que entendemos por política sino tam-
que esta creencia, más que basarse en al-
bién cómo es comprendida la imaginación.
guna evidencia en relación a la naturaleza
Muchas veces la imaginación es concebida
de los instintos y declinaciones humanas, como una acción espontánea, ubicada en
se fundamenta en el papel histórico y an- un lugar de posibilidad que todavía no se
tropológico de quienes han ocupado los lu- alcanza e incluso que es de difícil alcance,
gares de poder, olvidando fácilmente toda una especie de sueño que nos inspira pero
nuestra historia de cooperación y de solida- que no genera en términos efectivos pro-
ridad colectiva. piamente una realidad, por lo que no sería
apta para los procesos de emergencia que
De ahí que sea tan importante levantar requieren de una visión estratégica. De he-
otras narrativas, porque “las historias que cho, normalmente, es vista como un poten-
contamos son también las historias que cial más que una acción, una suerte de eclo-
aceptamos vivir, y al aceptar vivir estas sión milagrosa de una forma significante.
historias terminamos perpetuando las des- Por ello no sería sensato entregarse a ella
igualdades de nuestra sociedad” 6. Por lo en procesos álgidos de transformación o de
tanto, es fundamental imaginar otros mo- alta tensión política. Ya no solo porque la
dos de contar, pero también otros modos de temperatura de lo que se entiende por po-
escritura, explorar el pasado de nuestras lítica exija en los momentos de mayor con-
flictividad una economía en la que se privi-
dependencias conceptuales y perceptivas,
legia las tácticas que con el menor esfuerzo
revisar nuestras políticas del discurso: la
produzcan mayor impacto, sino porque pa-
micrología de los planos cotidianos. Se hace
reciera que el motor de lo imaginario se es-
necesario ahondar en los diferentes mo-
capa cuando se espera su previsión para la
mentos en que se gesta la experiencia; en el gestión. Se insiste en que la inspiración, la
caso latinoamericano, quizás entregarnos creación, debe venir, advenir.
a nuestra arqueología de huachos 7, seguir
la potencia que se engendra en los movi- Así, la imaginación no es nunca entendida
mientos bastardos. Pensar a través de la como un tipo de agencia. En el mejor de los
piel y recordar –como decía Michel Serres– casos, se entiende como lo que hace hacer,
que antes de la palabra había ruido. Ruido pero no un tipo de hacer específico, porque

4  2008.
5  Véase Barassi, 2020.
6  Véase Barassi, 2020.
7  Término que apela a los hijos y las hijas sin padres conocidos. La palabra proveniente del quechua
huak’cho, y que en este caso remite también a un pensamiento que se busca en una tradición de que no
es la suya –que desde luego, no por eso, no se puede apropiar. Cfr. Montecino, S., 1993.

22
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

23
Sofia Concha Ur r e a @ sof ia c on c ha u 12.11.2019
se supone que ella adviene. Pero si des- ciosamente tras las paredes de las casas se
plazamos esta comprensión habitual de la echan ruidosamente a la calle tras unos pu-
imaginación y entendemos que la imagina- ños levantados o unas banderas golpeando
ción no es tanto lo que podría-ser, sino ma- al viento? 8
neras de hacer, que su dimensión es siem-
pre performativa en el sentido que articula La pregunta puede ser entonces, cómo agi-
modos de trazar, desear, afectar y habitar tar esos levantamientos, si la imaginación
la realidad. Levanta figuraciones, interfe- es un tipo propio de hacer 9. Entonces es ne-
rencias, restos que introducen umbrales de cesario preguntarnos por cuáles son nues-
variación, no como imagen de algo existen- tras herramientas para imaginar, cuáles
te, sino que instituye su ser-ahí. son nuestras metodologías para levantar
otras poéticas y políticas que no sean re-
Decir que la imaginación levanta no es an- presentativas. Cuáles son las operaciones
tojadizo, se anida en la materialidad misma que nos permiten cuidar las interrupcio-
de la palabra. Rancière dice que hay algu- nes para que formen su estructura; para
nas palabras que parece que cumplan lo que que rescaten un trozo de lengua, imagen o
designan; incluso más, parece que indiquen gesto memorable que genere una vibración
el camino que va de las palabras a las cosas, o introduzca una diferencia en lo sensible
que no se pueda reabsorber ni como falta
porque ya iba de las cosas a las palabras, ni como exceso. Rancière nos ha abierto un
porque el soplo que las emite pertenece al camino en esto, argumenta que aunque el
movimiento de la vida universal. «Levanta- acontecimiento no se puede planificar, sí
miento» es una de esas palabras. ¿Qué hay se puede trabajar. El acontecimiento no es
en el mundo que no se levante? Es ahí donde fruto de una estupefacción sino de una alte-
se reconoce la vida: el latido bajo la piel, la ración 10. A lo que añadiría, el acto de imagi-
respiración que levanta imperceptiblemente nación desborda el instante, la imaginación
una sábana, el viento que mueve igualmen- se nutre de imágenes, sensaciones, sonidos,
te el polvo que es el símbolo de la nada y la ruidos, experiencias que ya están ahí y se
ola que sirve de símbolo del todo, pudiendo propaga hacía relaciones sin relación.
ser figura tanto de la calma de su movimien-
to regular como del desencadenamiento de Rita Segato, en un artículo que titula “Co-
tempestades. Entonces, ¿cómo no incluir, en ronavirus: todos somos mortales. Del signi-
la gran respiración de la vida que se levanta, ficante vacío a la naturaleza abierta de la
el momento en que las olas de poblaciones historia” 11, sostiene que si hay algo que ha
cuyo soplo y cuya sangre palpitaban silen- provocado la crisis que estamos viviendo

8  Rancière, 2016, p. 63.


9  Hacer que exige cuestionar la categoría de acción, considerando que la antigua discusión entre lo
activo y lo pasivo no se resuelve, ni se trata tampoco de una superación de lo pasivo por medio de lo
activo. Cfr. Soto, 2020.
10  Rancière, 2017.
11  Segato, 19 de abril de 2020.

24
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

es una interrupción en el imaginario que porvenir, sino de estar en cada situación y


tenía atrapada nuestra visión de mundo. estar como no se nos espera. Disposición
Imaginario a través del cual percibimos, que a su vez nos pone en un estado de aler-
imaginamos y sentimos, que nos impone un ta ante el discurso de necesidad que se im-
estado natural de las cosas. Estado de cosas prime en nuestras vidas, para no desarro-
que, como dice Mark Fisher, ha secuestrado llar respuestas demasiado inmunológicas y
hasta nuestro mundo onírico. para no banalizar lo inesperado, encerrán-
dolo en una cadena causal que lo convierte
Esta fisura en el imaginario de lo que en- en previsible 13.
tendemos como real reclama otra disponi-
bilidad para la vida. Al tiempo que impone ¿Cómo generar sentido a partir de lo que
su muro de imposibilidad, abre un campo, hay? ¿De qué manera este presentimiento
un territorio que exige una disponibilidad de transformación radical encontrará su
distinta, no solo para la vida, también para cumplimiento o al menos su modo de des-
lo inevitable de la muerte. Requiere una empeño?
necesidad de estar, de compartir saberes.
Nos dice que más que alimentar fantasías Chus Martínez nos ofrece una imagen, dice
del futuro, lo que nuestra situación exige que el pulpo es el único animal que tiene
es prestar atención a lo que de hecho hay, las una parte de su cerebro ubicado en sus bra-
prácticas que emergen, lo que la gente está zos, lo que le permite formas de percepción
haciendo e inventando. Lo que ocurre aquí descentralizada. Recurre a esta figuración
y ahora entre nosotros. para reforzar la esperanza de posibilidad de
una inventiva perceptiva, afectar la forma
De nuevo la politicidad en clave femenina, en que se percibe y se es percibido. Un pen-
como he dicho otras veces, es tópica y no samiento imaginativo, no moralista, sería
utópica, práctica y no burocrática. En esa uno que haciendo experiencia, estando en
vigilia, maneras de sustentar la vida que es- lo que hay haría emerger excéntricamente
taban al rescoldo se van reencendiendo len- otros flujos de deseo. Desafío que requiere
tamente. Nos vamos dando cuenta de que al renunciar a que el pensamiento crítico sea
menos una parte de la capacidad de subsis- sólo una situación de lectura. Cada situa-
tencia tiene que quedar necesariamente en ción ha de encontrar su lenguaje, imaginar
manos de la propia gente 12.
su lugar y concebir su tiempo. La política
no es una situación de lectura sino una si-
Sería como mínimo ingenuo soñar con cam- tuación que crea sentidos de posibilidad 14.
bios sin pensar en los procesos de transfor-
mación. Esos procesos de transformación Esta posibilidad que engendra la imagi-
vendrán no de una espera por el venir del nación hemos de comprenderla como una

12  Segato, 19 de abril de 2020.


13  Cfr. Soto, 4 de agosto de 2020.
14  Estas reflexiones son deudoras de los diálogos sostenidos con Chus Martínez, Duen Sacchi y María
Salgado en el curso que impartimos entre el 13 al 17 de julio, sobre Arte y filosofía: crear desde los bor-
des en EINA, Escuela Superior de Arte y diseño, vinculada a la Universidad Autónoma de Barcelona, 2020.

25
realidad en donde no prevalece una indi- “simple representación” ni incapacidad de la
vidualidad sino una disposición que activa sociedad para representarse de otra manera
una imaginación que es siempre colectiva. que como instituida desde y por una instan-
cia exterior a ella. Está encarnada, acusada y
Por ello, una política centrada en generar
pesadamente materializada en la institución
un efecto transformador en una persona concreta de la sociedad, incorporada en su
que escucha y contempla, buscando un lí- división conflictual, llevada y mediatizada
der con quien identificarse, como mínimo por toda su organización, interminablemen-
se queda estrecha. La imaginación política te reproducida en y por el funcionamiento
es un ejercicio de múltiples operaciones que social, el ser-así de los objetos, de las acti-
se activan de sentir-con: de hacer experien- vidades, de los individuos sociales. Así tam-
bién, su superación –a la que tendemos por-
cia común. La imaginación política no crece
que la queremos y porque sabemos que otros
entonces en una situación de manifiesto, hombres también la quieren, y no porque
programa o estrategia a la que adherir- tales sean las leyes de la historia. […] Nada,
se, sino en el comprenderse, en el decir de al menos en tanto se alcanza a ver, permite
Arendt, que es lo que genera una relación afirmar que tal autoafirmación de la histo-
nueva. Una práctica que acoge acercándose ria sea imposible, pues quien enunciara esta
mucho. Observación delicada que atiende a afirmación no tendría dónde apoyarse 15.

los procesos de la vida.


Rancière en un momento se pregunta: ¿qué
La capacidad de manifestar la vibración o es, pues, un movimiento que empieza por
potencia de desindividualización es la que cortar las vías de circulación? Podríamos
devolvería el poder de la ficción a la poten- decir que en estos modos de conjugar el
cia impersonal de la imaginación. La ima- movimiento y el reposo es donde se juega
ginación no es mía, no la creo ni la emito la posibilidad de una imaginación política.
yo, está entre nosotras. La ficción no como De esta imaginación que instituye y de los
lo opuesto a lo real, sino como método de modos que tengamos de estar insertos en
ejercicio imaginativo, juego que habilita un este intenso momento de deseo que esta-
lugar de existencia para entrar en un orden mos viviendo, será de lo que dependan las
legitimado y desde ahí desbordarlo cons- nuevas relaciones que articulen nuestro te-
truyendo su propia escena. La ficción es un jido social.
método para ampliar el número de posibi-
lidades y no un lugar donde proyectar un
significado. Posibilidades que no vendrán
por instruir al pueblo y sacarlo de su igno-
rancia, sino por las políticas deseantes que
podamos levantar.

Como es completamente evidente, la autoa-


lienación o heteronomía de la sociedad no es

15  Castoriadis, 2007, p.576.

26
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

REFERENCIAS

Barassi, V. (2020). David Graeber e le possibilità umane. Le parole e le cose Letteratura


e realtà. Recuperado de http://www.leparoleelecose.it/?p=39189.
Castoriadis, C. (2007). La institución imaginaría de la sociedad. Barcelona, España:
Tusquets.
Graeber, D. (2007). Possibilities: Essays on Hierarchy, Rebellion and Desire. Edimburgo,
Escocia: AK Press.
Montecino, S. (1993). Madres y huachos: alegorías del mestizaje chileno. Santiago,
Chile: Editorial Catalonia.
Rancière, J. (2017). En quel temps vivons-nous ? Conversation avec Eric Hazan. Paris,
Francia: La fabrique.
Rancière, J. (2016). Un soulèvement peut en cacher un autre. Soulèvements. Paris:
Gallimard; Jeu de Paume.
Segato, R. (2020). Coronavirus: Todos somos mortales. Del significante vacío a la
naturaleza abierta de la historia. Recuperado de http://lobosuelto.com/todos-somos-
mortales-segato/.
Soto, A. (2020). Cómo cuidarnos sin ser gobernados. Nativa. Recuperado de https://
nativa.cat/2020/08/como-cuidarnos-sin-ser-gobernados/.
Soto, A. (2020). La performatividad de las imágenes. Santiago, Chile: Metales Pesados.

27
( R E ) I M A G I N A R L A R E V U E LTA :
HACIA UN CUESTIONAMIENTO DE
LAS LÓGICAS DE COMPOSICIÓN DE
IMÁGENES POLÍTICAS

Iván
Pinto
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

¿ Qué rol cumplieron las imágenes en el


marco del “Estallido de Octubre”? ¿Cuál
puede ser su función en un actual proceso
era capitalismo” o “esta era la rabia conte-
nida que callaban con clona y fluoxetina”
(Providencia) 2. Tal como se ha discutido, la
instituyente? 1 ¿De qué manera ellas ayudan particularidad del estallido no fue la de ser
(o no) a pensar nuevas formas de y para lo una protesta sobre una causa específica, si
político? Son algunas de las interrogantes no un rechazo generalizado contra la pre-
que me impulsan a escribir este texto, in- carización de la vida instalada en el neo-
terrogantes que más que responder, busco liberalismo chileno. Pensar, así, formas de
merodear desde un problema: el lugar de las expresión y articulación política por “fue-
imágenes para nuevas formas de imagina- ra” del neoliberalismo pasa a ser aquí un
ción política. Para ello revisaremos algunas pregunta relevante pero cuya respuesta no
ideas en torno a una crisis de imaginación y parece evidente.
la necesidad de nuevas imágenes, para lue-
go analizar en detalle algunas produccio- Sobre eso, algunas plumas como las de
nes audiovisuales que creo pueden ayudar Amador Fernández Savater o Franco Bifo
a pensar desde nuevos lugares el problema. Berardi han venido insistiendo que esta-
mos en un momento epocal de crisis ima-
ginativa, un “umbral” que requiere una re-
definición tanto de la perspectiva de lo que
Crisis de imaginación ya cae en crisis -una fase del capitalismo-
como del repertorio con que se le ha hecho
La revuelta de octubre está íntimamente
frente desde la propia “izquierda” 3. No creo
ligada a una crisis de imaginación. En una
decir nada nuevo al respecto: desde la ve-
ciudad intervenida en su totalidad por la reda de una crítica al antropocentrismo y
expresión de la revuelta popular era usual a nuevas formas de organización de rela-
leer graffitis como “la normalidad era el ciones entre ciencia y pensamiento, hace
problema” (rayado en plena plaza Digni- algunas décadas pensadores como Bruno
dad), “otro fin del mundo es posible” (rayado Latour, Donna Haraway o Rosa Braidotti
en Plaza Ismael Vergara), “no era depresión nos señalan algo parecido.

1  Me refiero aquí a la ya clásica tensión entre lo instituído y lo instituyente formulado como motor del
imaginario social por Castoriadis hace ya varias décadas atrás, el cual podría pensarse en nuestro es-
cenario actual en torno a determinada “potencia destituyente” que ha promovido el estallido social de
octubre, que hoy, a su vez, se ancla en un claro proceso institucional,
2  Graffitis recogidos en: Rabiad dulce de furiosos corazones. Símbolos, íconos, rayados y otros elemen-
tos de la revuelta chilena (Tempestades, 2020)
3  Fernández Savater dice, por ejemplo, que vivimos en un tiempo de necesidad de “nuevas figuras”, ya
que las imágenes de la revolución se han vuelto inactivas, y tenemos la necesidad de “reconcebir la
transformación del mundo por fuera del modelo revolucionario heredado”, es desde ahí que se pregunta
¿es la revolución aún algo deseable?

29
Necesidad de nuevas imágenes Bien podríamos decir que este contexto
nos invita a pensar sobre la especificidad
Este problema del “repertorio” y la necesi- del problema de las imágenes, una suerte
dad de nuevas formas políticas se entronca de “extensión de lucha” que a su vez sucede
de lleno con la revuelta, centralmente, al “en sus propios medios”. Así, profundizan-
preguntarse: “¿Qué imágenes?” do, Alejandra Castillo, nos invita a pensar
la tensión entre dos tipos de imágenes en
Desde el cambio de milenio, particularmen-
oposición: las operativas y administrativas
te con la llamada “convergencia digital”, la
(drones, cámaras de seguridad, dispositivos
multiplicación y accesibilidad de aparatos
de reconocimiento facial) y aquellas otras
de captura, podemos decir que las revueltas
imágenes, registros “furtivos” de contra-
globales han multiplicado su capacidad de
poder, imágenes muchas veces borrosas,
registro, circulación y archivo. Esto produ-
pixeladas, de amplia circulación en las re-
ce un cambio radical en las formas en que
des sociales que podríamos emparentar con
imagen, cine y revuelta social se ha relacio-
lo que Hito Steyerl llama “imagen pobre”.
nado a lo largo del siglo XX.
Déjenme aquí diferir, o situar el problema
Podríamos pensar esquemáticamente esto
desde otro ángulo, a partir de la necesidad
desde el paso de la representación orgáni-
de pensar aquellas “nuevas imágenes” posi-
ca (orientada a la revolución o al proyec-
bles para la revuelta. Esto nos instala en una
to) al estallido multitudinario (imágenes
paradoja que quiero situar a continuación.
sin centro, sucediendo en muchos lugares
al mismo tiempo). Algunos autores -como
Horst Bredekamp- van un poco más lejos:
la nueva condición de las imágenes produ- El montaje y la ambivalencia de la imagen
ce efectos políticos directos, reflexionando
sobre el rol de los celulares en las revueltas ¿Se agota el problema de una suerte de lu-
iraníes del 2009. Otros autores -como Gon- cha “medial” de las imágenes en a partir de
zalo Aguilar- han invitado a pensar en el estos dos tipos de imágenes, situadas en
lugar de estos nuevos “pueblos digitales” en condiciones de producción antinómicas?
los albores del siglo XXI. ¿no cabe aún ahí volver a pensar las lógi-
cas de oposición? ¿Se acaba todo en la opo-
Por su parte, para la filósofa Alejandra sición entre dos regímenes de producción
Castillo, el estallido de octubre fue la pri- y circulación distintos? ¿o cabe pensar en
mera revuelta en Chile que se desplegó en operaciones específicas que al interior de
un “régimen escópico de pantallas e imáge- las imágenes logran producir algo “por fue-
nes digitales”, podríamos decir, la primera ra” de las determinantes binarias?
revuelta al interior del régimen digital-vi-
sual propio del neoliberalismo. A su vez, en Pienso aquí en la palabra “montaje” y toda
medio de esos días, Rodrigo Zúñiga propo- su carga. La toma de consciencia del arti-
nía pensar a las imágenes como “entidades ficio y la dirección ideológica de las imá-
performativas” buscando comprender el rol genes, así como la posibilidad de compo-
activo que tuvieron en persuadir, promo- ner nuevas lógicas de relación. Durante el
ver, emocionar, denunciar, etc. estallido, de hecho, la palabra “montaje”,

30
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

tuvo un lugar importante para hablar de Todo ello me recordó una reflexión del ci-
los “montajes policiales” , que eran tanto neasta Jean-Gabriel Périot donde proponía
“puestas en escena” mediáticas para culpar que cierto cine político -refiriéndose a Ken
a manifestantes del estallido, como “mate- Loach o Costa-Gavras- “usaba el lenguaje
riales editados” se mostraban a la prensa de sus propios enemigos”. Dejando de lado
a modo de “prueba” de estas acusaciones el tema de esa entrevista -el cine político
contra la manifestación. comercial- me interesa resaltar la lógica de
Périot, quien propone que el lugar del ci-
El video subido el 23/10/2019 llamado “Todo neasta es “hacer cosas que pueden ser vistas
es un montaje”, nos habla precisamente de como erróneas o problemáticas”. Me gusta-
esto. Mediante un texto inicial que decía ría volver a pensar, entonces, la lógica de
“La mayor diferencia entre ahora y el 73 oposición de imágenes entre lógicas opera-
es que todo el pueblo tiene cámaras en sus cionales distintas, por un lado, una política
bolsillos”, el video contraponía la lógica del visual que se subsume a una lógica general
“montaje policial”- falsas barricadas, incen- de una circulación de repertorios, y otra,
dios – que eran producidos por la propia
policía y denunciadas por imágenes pro-
ducidas por celulares de parte de ciudada-
nos de a pie. El video recopila varios videos
virales que tuvieron circulación en redes
sociales esos días. Lo cierto es que algunos
de esos registros fueron desmentidos, e in-
cluso algunos producen un efecto a partir
de una imagen ambivalente y una palabra
que nombra la acción. No es en todos los
casos así: hay imágenes de claros actos de
violencia, y otras que nos invitan a pensar
precisamente en falsos montajes policiales,
claro está. Pero el video, no somete a revi-
sión una lógica previa que articula esta re-
lación oposicional, más bien asume -como
en una lógica de montaje contrainformati-
vo- la relación binaria entre partes anta-
gónicas. Las imágenes producen adhesión
emocional -muchas veces irreflexiva- que
a priori- tiene la razón, esto vale para mon-
tajes desarrollados por la policía como vi-
deos editados anónimos para cuestionarla.
Pienso que esta suma y resta cuantitativa
de partes, produce más bien una especie de
reportorio cerrado de formas enunciativas
y maneras de pensar el rol de la imagen en
la revuelta.

31
32
Esteban P ared e s @ e st e ba n d id o. o 1 4 . 1 1 . 2 0 1 9
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

que propone una recomposición y crítica de patagón. Estos hechos -ampliamente dis-
estos repertorios para pensar -una vez más- cutidos por historiadores posteriormente-
la relación entre imagen y revuelta. fueron registrados por celulares y subidos a
redes sociales como Instagram. El colectivo
El trabajo del Colectivo Pedro Chaskel -una seleccionó varios de estos posteos, acom-
de las sorpresas tuve esos días- podría ins- pañándolo de textos sacados de las mismas
cribirse en esta dimensión problemática. El redes sociales, exhibiendo así, primero, un
colectivo produjo cinco videos, luego desa- montaje que obligaba a pensar el estatuto y
pareció. Se trataba siempre de piezas breves la carga simbólica de la imagen, pero a su
que me hicieron reflexionar sobre el poder vez una meditación de la viralización de las
del montaje en los términos que invito a propias redes. La insistencia reiterada del
pensar. En la pieza Las manos (subida el 11 derribo (montados uno tras otro), funciona
de noviembre 2019), el colectivo contrapo- también como la lectura del gesto, en este
nía la lógica gestual de las manos montan- caso, el gesto iconoclasta y su potencia des-
do archivos de la revuelta de Octubre con tituyente que somete a una crítica destruc-
fragmentos de las obras del cineasta Pedro tiva las formas coloniales de la Historia.
Chaskel. En ellas vemos, por un lado, distin-
tas capas temporales: imágenes del período Los trabajos del Colectivo, obligan a pensar
de la Unidad Popular (marchas de apoyo a en las imágenes como constructos históricos
Allende), videos de las protestas contra la determinados, dando a ver el ver. No apelan
dictadura (Somos +) con los actuales regis- a la “verdad” o “falsedad” de lo observado,
tros de la manifestación y el actuar policial. si no a la construcción de una verdad más
Pero en la edición, ellos remarcan el lugar compleja que busca interrogar -desde su
de las manos: su fuerza gestual, normativa, propia coyuntura- las múltiples capas tem-
superviviente. Puños en alto, manos aplau- porales que se encuentran en un aconteci-
diendo, blandiendo un fúsil, dictaminando miento político, y por ende, la capacidad de
autoridad, tomándose con otras. A partir de la imagen de darse cita a estos eventos, inte-
un montaje indiciario, el colectivo realiza- rrogando su sentido sensible y material.
ba una pequeña genealogía del gesto, y un
homenaje al cine político de Chaskel. Me gustaría señalar otra pieza que llegó a mí
durante esos días, donde creo que también
Otra de las piezas,”Los cráneos” (subida el se encuentra trabajando algo de esta “ima-
25 de noviembre), de apenas dos minutos, ginación política” que me interesa. Se trata
era una remontaje que ponía en relación del video “¿Cómo se llega a la Moneda?” (su-
los distintos actos anti-monumentales que bido el 30 de Octubre del 2019) el cual busca
se dieron en la protesta. Hablo de actos narrar una tarde de protesta desde el punto
como el ocurrido en Temuco, donde se de- de vista de quien porta la cámara. Aquí, un
rribó un busto de Pedro de Valdivia para registro que podría haber pasado por uno
poner el cráneo en las manos de la estatua más de los cientos que circularon, se distin-
de Caupolicán o en Punta Arenas, donde gue por el hecho de las operaciones que es-
se destruyó la escultura de José Menéndez tablece al interior del material. En primera
(exterminador de la etnia Selk`nam) para instancia se trata del registro de una de las
ponerla a los pies de la escultura del indio marchas más masivas, aunque no hay fe-

33
cha del registro, es probable que haya sido cámara, o a quien podríamos situar como
la del 25 de octubre. Sabemos, que durante el “narrador”. El relato escrito asimila una
esos días la policía buscaba estrategias de crónica novelada: “como un mito griego, la
persecución y contención de la protesta, plaza era conquistada cada mañana”, pero
“arrinconando” el trayecto, y generando es cuando la cámara y el observador se en-
“encerronas” con bombas lacrimógenas, ba- cuentran reflexivamente cuando las pre-
lines y carros lanza aguas. El registro sigue guntas claves detonan un punto de vista
la marcha avanzando desde los alrededores ejemplar. El texto, mientras acompaña a la
de “Plaza Dignidad” hacia el palacio de La marcha se pregunta “¿Cómo se graba y se
Moneda, por las calles centrales e interio- marcha al mismo tiempo?” A lo que se res-
res. En esta vemos la estrategia constante ponde “Lo que haría un fotógrafo sensato
de los manifestantes, desde el lado de la sería detenerse y grabar para tener imá-
cámara, mientras constantemente vemos genes claras. En ese caso, quien fotogra-
a la policía como el enemigo al otro lado fía se detiene y ve al pueblo marchar”. La
del plano. El realizador toma tres deci- cámara, por cierto, desarrolla todo lo con-
siones clave para el registro: la primera trario. La cámara “acompaña” la marcha y
de ellas quitar el sonido a la imagen, para lo que se ve son las espaldas y las manos
dejarlo solamente en algunas instancias. sosteniendo las pancartas: vemos nucas,
Segundo: pone un filtro monocromático, cuellos, espaldas, en medio de una imagen
lo que genera una suerte de abstracción temblorosa ávida por mirar lo que sucede.
de la imagen hacia los contrastes de luz y La imagen es lo contrario a la imagen “ní-
las sombras. Por último, sitúa un texto es- tida” y “neutral”, pero tampoco se acerca
crito sobre la pantalla que representa algo a la monumentalidad, al montaje orgánico
así como las reflexiones de quien posee la de masas, al sentido narrativo épico. Des-

34
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

de el punto de vista de la subjetividad, la A partir de estos ejemplos, no he querido


cámara se sitúa no desde el mapa si no en señalar una suerte de modelo o altura epis-
el territorio, sitúa estrategias de cuerpos témica inexistente respecto a las formas de
en lucha para un solo objetivo: llegar al pa- imaginación política. Esto sería imposible
lacio de gobierno. Como un relato trágico, sin situarse al interior de una imaginación
la marcha no alcanza a llegar, solo vemos producida colectivamente y de la cual es-
tras rejas un acceso imposible, y una Mo- tas piezas audiovisuales forman parte. Pero
neda estática y monumental. si he querido instalar que la problemática
de la imagen como construcción de nue-
La pieza nos habla, torciendo, como decía vas formas de imaginación requiere pa-
el imaginario televisivo, pero también épi- sar de una polarización binaria, hacia una
co-monumental, para situar un ojo a la al- consideración específica sobre aquello que
tura visual de la marcha. Pero a su vez, me- las propias imágenes “hacen” y “producen”
diante operaciones formales, nos obliga a como agencia, medio y materialidad.
ver esto desde una trama narrativa de sen-
tido específica. Nuevamente, son las ope- Es así como propongo la necesidad de pensar
raciones las que nos ayudan a re-observar, sus formas retóricas y modos de composi-
y por ende, a re imaginar la revuelta. O si ción como un problema central a la hora de
queremos, a situar desde ella una “suspen- pensar nuevas narrativas y formas para la
sión del tiempo histórico” en la cual “cada imaginación política. Se trata aquí de abrir
cosa vale para sí” como nos recuerda Furio el repertorio y mirar críticamente aque-
Jesi, en oposición al tiempo subsumido a la llos ya instalados o “instituidos” abrien-
Historia, propio de la revolución. do una brecha en el horizonte imaginal.
Pienso que es posible salir del repertorio
Recomposición visual del neoliberalismo, debemos salir
de su lenguaje y su forma de articulación
En su libro La vida sensible, Emanuele Coc-
visual. Así también del (cómodo) reparto
cia nos propone pensar las imágenes des-
pre-asignado de repertorios y funciones
de un lugar “no-objetivo y pre-psicológico”,
sociales, en los cuales, para algún discur-
“supra material y precultural” que media
so, a algunos -los que tienen el poder- les
nuestra relación con el mundo 4. Pensar el
toca la ficción y a otros -los excluidos- solo
lugar de la imagen en estos términos exce-
el testimonio. Estas piezas, sin establecer
de una suerte de problema decorativo para
una nueva narrativa épica, buscan sí salir
el escenario idealista de la representación.
del “lenguaje del enemigo”, y del binaris-
Se transforma en la base perceptiva que
mo preasignado de partes y contrapartes,
media las relaciones del cuerpo, la idea y la
para, de una forma equidistante, volver a
sensibilidad, abriendo el horizonte corpó-
componer relaciones problemáticas entre
reo y físico de relaciones ente seres y cosas,
repertorios, imágenes y sonidos.
entre subjetividad y mundo.

4  Para Coccia, la imagen, lo sensible, como medialidad, nos permitiría la “posibilidad de ser afectados
por algo sin ser físicamente tocados por ello”, proponiendo así una “cosmológica” transformadora y
multiplicadora de sentido desde una suerte de red interconectada que sería precisamente “lo sensible”.

35
R E T R O T O P Í A O B R E R I S TA :
L A O BT U R AC IÓ N D E L A
IMAGINACIÓN

Antonio
Gómez Villar
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

“La revolución social no puede tomar su poesía del pasa-


do, sino únicamente del futuro”,
Karl Marx,
18 Brumario de Luis Bonaparte.

H ace décadas que la izquierda asumió


un horizonte posrevolucionario. Y
ello nos situó frente a un presente impo-
El regreso del obrerismo tiene directa re-
lación con nuestra particular coyuntura
política presente, marcada por la frustra-
tente, generando una indefinición sobre el ción de las aspiraciones de cambio político
luego del ciclo arrancado en 2011 con las
futuro y una carencia de utopías disponi-
múltiples ocupaciones de plazas a lo lar-
bles. Los significados culturales de la con-
go de todo el planeta –la primavera en el
dición obrera cambiaron; y con ellos toda
mundo árabe, el 15M en España, Occupy
una cultura de identificación política. Más Wall Street en EE.UU., la plaza Sintagma
en concreto, lo que entró en crisis fue la en Atenas, etc. –, un repertorio modular
identidad política organizada como clase de acción transnacional; y su continua-
obrera y el desdibujamiento de la lucha de ción a través de diferentes experiencias
clases entendida como lucha obrera. Así, de cambio, también frustradas, que irrum-
durante los últimos años hemos asistido al pieron en la arena electoral y en los espa-
fin de la primacía social, política, cultural, cios de representación política, tratando
de recuperar el protagonismo ciudadano
teórica e ideológica de la clase obrera. “La
bajo nuevas formas y nuevas topografías
imparable marcha de la clase obrera”, en
subjetivas (Podemos en España, Syriza en
el decir de Eric Hobsbawm 1, se detuvo, po-
Grecia, Jeremy Corbyn en Gran Bretaña o
niendo fin a la imagen simbólica del siglo Bernie Sanders en EE.UU.). Tal frustración
XX como siglo obrero. ha supuesto el surgimiento con fuerza de
un nuevo repliegue intelectual identitario
Sin embargo, en los últimos años ha vuelto
de las izquierdas como síntoma de la in-
a resurgir con fuerza la hipótesis obrerista.
capacidad, otra vez más, de su propia re-
Por obrerismo entiendo aquellas narrativas
novación. La forma concreta en la que se
políticas que pretenden otorgar centralidad
declina este repliegue tiene un nombre:
y protagonismo al trabajo como actividad
vuelve la hipótesis obrerista.
social fundamental; el trabajo como cate-
goría esencial del ser humano, como aque- Este resurgir del obrerismo viene acom-
lla dimensión que más nos iguala, la única pañado de un gesto político propio, el ges-
dimensión universal compartida; y, desde to retrotópico. Antes de morir, Zygmunt
ahí, propugnar la centralidad del sujeto Bauman escribió un libro póstumo titulado
obrero, esto es, la identidad obrera como Retrotopía, un concepto que resulta cla-
agente de la transformación social. ve para entender nuestras sociedades del

1  Hobsbawm, 1993.

37
siglo XXI 2. Por ‘retrotopía’ entiende aque- tra reconciliación con él, hacerlo cercano,
llas situaciones en las que nostálgicamente próximo y familiar. La melancolía es la to-
recreamos e inventamos un pasado ideal nalidad emotiva desde la que reivindicar
e imaginario ante la ansiedad y la incerti- el siglo obrero perdido; es su mayor fuerza
dumbre del futuro por venir. social, una motivación política poderosa: la
familiarización con el pasado al tiempo que
El médico suizo Johannes Hofer acuñó se introduce el extrañamiento en el tiem-
el término ‘nostalgia’ en 1688, a partir del po presente. Por eso la melancolía es más
griego nóstos [volver a casa] y algia [deseo]. un síntoma del presente que del pasado, un
Esto es, un sentido restaurador de la nos- modo particular de responder a la desinte-
talgia: antes que asumir las ansiedades que gración de nuestras certidumbres actuales.
nos genera un futuro incierto, la nostalgia
tiene la función reparadora y restaurado- La melancolía separa la existencia de la
ra recuperando verdades inherentes a un clase obrera de su esencia, generando un
pasado. Tal es el planteamiento obrerista: desgarro: fue y ya no es. No se le puede
ante la carencia de imágenes y referentes dar cuerpo político porque es ausencia de
para construir un futuro obrero, la ideolo- sí, está hecha de nada. En esta encrucijada
gía obrerista inventa retrotópicamente una entre el obrerismo y la melancolía habita lo
imagen para el pasado, dejando huérfano reaccionario, la tentación fantasmática de
el presente e incapacitado el futuro. La re- suturar la herida en el presente. La ideolo-
trotopía es un régimen de visión, una na- gía obrerista es, ante todo, su falta. Es en-
rrativa que organiza las imágenes del pa- tonces cuando la melancolía se cierra sobre
sado apuntando hacia un tiempo pretérito sí misma, se presenta autorreferencial e
fantasmático. Es un conservadurismo sen- identitaria, pues está sustraída de toda po-
sible, existencial: una política de los afec- sibilidad de cumplimiento. Es carencia de sí
tos sobre una forma de vida pasada que no y defecto de lo otro, de lo que excede el con-
existió. Es una huida hacia un pasado en cepto, que en nuestra particular coyuntura
todo su esplendor, idílico, imaginado, des- ha adquirido el nombre de “diversidad”.
de el derrumbe del presente e impostando
el futuro que retorna: la evocación de una Una concepción bien diferente de la rela-
memoria inexistente. ción entre la melancolía y la izquierda ha
sido propuesta por Enzo Traverso, quien
La novela El mensajero, de L. P. Harthey, ha apelado recientemente a la melancolía
se abre con la siguiente declaración: “el como modo de acabar con el pesimismo de
pasado es un país extranjero” 3. Desde ese la izquierda y recuperar así la perspecti-
sentimiento de extrañeza que nos genera va de futuro 4. Una melancolía afectiva (de
el pasado, el obrerismo se propone nues- emociones) antes que histórica (las victo-

2  Bauman, 2017.
3  Harthey, 2004, p. 11.
4  Traverso, 2019.

38
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

rias y derrotas que tuvieron lugar). Tra- El obrerismo, en su intento desesperado


verso investiga la dimensión melancólica por buscar a la clase obrera pura, olvida
de la cultura de la izquierda del siglo XX la lucha de clases real, la realmente exis-
con el objetivo de pensar una izquierda que tente, el proletariado real. El obrerista es
no evite la autocrítica respecto a su propio un exiliado de su tiempo. Y en esa distan-
pasado; para que el duelo por lo que pudo cia, entre lo que es y lo que debería ser –
ser y no fue no se convierta en resignación. una determinada concepción unitaria y
Para él, la melancolía es un proceso habi- naturalizada de la identidad obrera–, en
litante y no paralizante, es la memoria y la búsqueda del proletariado en su repre-
conciencia de las potencialidades del pasa- sentación ideal y no en su experiencia real
do, una forma de fidelidad a las promesas y concreta, aparece la dimensión reaccio-
emancipatorias. Con parecido objetivo al naria. Adoptar hoy el punto de vista de la
de Traverso, Joke J. Hermsen defiende que identidad obrera no produce ideología sino
la melancolía causada por una pérdida lle- fe. Es una negatividad antipolítica. De ahí
va implícita una promesa, la esperanza en su apelación al pasado glorioso, desde don-
un nuevo comienzo 5. Aquello que nos falta de hipostasiar una identidad obrera, un
puede transformarse en un alegato en fa- imaginario fuertemente identitario que
vor de la esperanza. poder proyectar en nuestro presente des-
creído. El obrerismo se condena a sí mismo
Esta concepción de la melancolía, que atien- reducido a la mera exaltación, soslayando
de a sus potencialidades y la inscribe en una
cualquier dimensión trágica en su consti-
dimensión politizadora, es bien distinta del
tución como sujeto político.
gesto retrotópico obrerista: tras el modo en
que se aferran al pasado, existe un poso de Wendy Brown, a finales de los años 90,
pasividad y cinismo, que adquiere hoy una apuntó a la melancolía ensimismada como
forma regresiva y reaccionaria. Antes que uno de los problemas más persistentes en la
ser, al modo que la entiende Traverso o el izquierda 7, como una suerte de goce estético
propio Walter Benjamin 6, un viaje al pasa- que bloquea cualquier intento de imagina-
do hacia el porvenir utópico, se trata de un ción futura. Una fascinación por el pasado
regreso restaurador reaccionario. No existe
y sus ideales frustrados, un apego afectivo
liberación o emancipación como horizonte
a una pérdida pasada que limita poder pen-
de futuro, sino un proyecto para proteger
sar más allá de ella; una “tendencia conser-
y defender lo nunca tenido. Se pierde así la
vadora” que no permite alumbrar un nuevo
promesa de que aquel compromiso pasado
“espíritu crítico y visionario”.
nos proporcionaría un camino claro y segu-
ro: el mundo presente es oscuro y confuso; En el análisis de Brown, la izquierda es
el pasado, claro y transparente. presentada como una estructura general

5  Hermsen, 2019.
6  Benjamin, 2017.
7  Brown, 1999.

39
40
F ernando P rad o @fd op rad ob 14 . 11. 20 19
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

de deseo: “hemos llegado a amar nuestras Considero que el planteamiento de W.


pasiones y razones de izquierda, nuestros Brown resulta más apropiado que el de J.
análisis y convicciones de izquierda más de Dean para analizar la singular estructura
lo que amamos el mundo existente que pre- de deseo en el obrerismo. Además de la re-
sumiblemente queremos transformar con lación en torno a la melancolía y la izquier-
ellos, o el futuro que será acorde con ellos” 8. da de W. Brown, encontramos también im-
Lo que se ha perdido, pues, no es solo una
portantes claves para pensar la vuelta del
ideología, unos principios morales, una gra-
obrerismo en el texto de 1917 de Sigmund
mática política, un sujeto, una concepción
Freud, Duelo y melancolía. En él, sostiene
de la historia o una utopía; se ha perdido,
Freud: “el objeto tal vez no haya muerto
como apunta Brown, un momento históri-
co, una forma de vida. realmente, sino que se ha perdido como un
objeto de amor” 10.
Jodi Dean considera acertado el análisis de
Brown acerca de su descripción de cierta Para Freud la melancolía es un “duelo pato-
izquierda como melancólica 9. Sin embar- lógico” no consumado e imposible. Por eso el
go, Dean sostiene que esa melancolía es melancólico sigue narcisistamente identifi-
el resultado del particular modo en que la cado con su objeto amado y perdido. En lo
izquierda se ha acomodado a la realidad, que a la relación entre el duelo y la melan-
ha asumido la inevitabilidad del capitalis- colía se refiere, Freud entiende por duelo
mo y ha abandonado el compromiso revo- “normal” la aceptación exitosa de la pérdida
lucionario. Para ella, es menos acertado de un objeto amado; y por melancolía “pa-
describir la izquierda en términos de una tológica” la identificación narcisista con el
estructura melancólica de deseo que hacer- objeto perdido. Para Freud, si el sujeto logra
lo apuntando a la fragmentación que hoy
hacer el trabajo de duelo, entonces vuelve
padece la izquierda o incluso señalando la
a ser libre, vuelve a ser capaz de amar. De
melancolía como un síntoma de la inexis-
lo contrario, la melancolía se convierte en
tencia de la izquierda como tal. Y, además,
un estado de ánimo sombrío en el que el
apunta el surgimiento de un nuevo deseo
individuo pierde el interés en el mundo.
comunista, a través de las aportaciones de
Antonio Negri, Alain Badiou o Slavoj Zizek, El sujeto melancólico no sabe con claridad
que pondría fin a la melancolía de izquier- qué es lo que ha perdido exactamente, es
da, en la medida que estos planteamientos un duelo sin objeto. Como el melancólico no
han sabido elaborar y atravesar la melan- sabe qué es aquello que causa su dolor, él
colía. Un deseo comunista que logra romper mismo se convierte en la pérdida. El sujeto
con los circuitos repetitivos de la pulsión y melancólico es aquel que nunca abandona
que subjetiva su propia imposibilidad. el proceso de duelo.

8  Brown, 1999, p. 23.


9  Dean, 2014.
10  Freud, 1993, p. 369

41
Si la melancolía es, freudianamente, un lucha antagonista ocupen hoy el vacío obre-
duelo imposible, entonces la heroica cla- ro es la única manera que tiene el obreris-
se obrera que nos presenta el obrerismo mo de mantener abierta la brecha, el vacío
es tanto una experiencia terminada como respecto del deseo obrerista. Dicho en otros
una pérdida que no podrá ser reemplazable. términos, el declive en la propia estima del
El obrerismo inscribe la melancolía como melancólico obrerista se manifiesta a través
transferencia libidinal: obvian que su obje- de reproches contra quienes ocupan hoy de
to de deseo falta desde el principio, y lo que manera bastarda el lugar del vacío obrero.
hoy proponen es una positivización impo- El obrerismo está ante un vacío, un horror
sible del vacío. vacui: incapaz de encontrar nada que tras-
cienda su propia derrota, va a al pasado re-
Escribe Freud: “si el amor es el objeto, un trotópicamente. La melancolía es el modo de
amor que no se puede renunciar a través organizar su propio pesimismo.
del objeto en sí mismo, se refugia en la
identificación narcisista, entonces el odio La cuestión clave es si el obrerismo quiere y
entra en funcionamiento en este objeto desea la lucha de clases más allá de sus ex-
sustitutivo, abusa de él, lo degrada, lo hace presiones concretas o si desea únicamente
sufrir y obtiene satisfacción sádica con su su concreción como identidad obrera. Por-
sufrimiento” 11. Podemos decir que el apego que si es lo segundo, entonces la melancolía
obrerista a una identidad obrera pasada es obrera no es la fijación en un objeto per-
narcisista. La melancolía por la unidad de dido que no puede hacer el necesario tra-
la clase trabajadora no resiste la historici- bajo de duelo, sino más bien su fijación en
dad. Y ese narcisismo impide que surja el los múltiples sujetos que dando cuenta de
deseo de salir de la melancolía, por eso es numerosas expresiones de antagonismo (el
una condición persistente y repetitiva: una feminismo, el ecologismo, las luchas anti-
identificación narcisista con el pasado con rracistas, etc.) causan la pérdida del de-
la que lamentar la pérdida de influencia en seo emancipatorio en el obrerismo. Como
el campo político presente. De ahí, entonces, no soporta la desaparición de la identidad
los discursos reaccionarios de izquierda, la obrera, el obrerismo es incapaz de desear la
acusación a la diversidad y las identidades lucha de clases. Criticando a las mal llama-
culturales como fragmentadoras de la iz- das “luchas culturales”, subliman el deseo
quierda; y a la posmodernidad como marco revolucionario en la pulsión democrática:
ideológico que impide una explicación teó- las prácticas fragmentadas, el particularis-
rica coherente y objetiva del mundo. mo, la diversidad, lo micropolítico, etc.

Al hacer visible el vacío obrero, al obreris- Se produce así un desplazamiento de la falta


mo la realidad se le desintegra. Pero he aquí a la pérdida; y una segunda paradoja: como
una paradoja: que diversas expresiones de el obrerismo no puede perder lo que nunca

11  Freud, 1993, p. 374.

42
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

se tuvo, sólo le queda poseer al objeto en una decepción permanente por la sucesión
tanto que pérdida, un anhelo metafísico de de gramáticas políticas, por sus demandas
la realidad obrera cuya consecuencia será y, sobre todo, por el surgimiento de nuevas
el fetichismo hacia lo obrero y su elevación identidades políticas. Es como si la lucha de
a condición de absoluto. Pero no solo el ape- clases hubiese sido secuestrada por nuevas
go a lo obrero, sino a la expresión original fuerzas y el obrerismo hubiera de rescatar-
de su pérdida y el señalamiento de su ver- la para devolverla al único sujeto capaz de
dugo: la diversidad. Para poder preservar la llevarla a buen puerto: la clase obrera. Así,
idealización de la izquierda es preciso in- para el obrerismo siempre será imposible
troducir el odio. El odio a lo diverso como encontrar en el presente expresión alguna
síntoma para preservar la identidad obrera. de antagonismo que puede satisfacer su de-
seo. Moraleja: un exceso de obrerismo pue-
No se trataría, entonces, de un deseo obre- de acabar con la libido emancipatoria.
rista imposible –la carencia de un movi-
miento obrero revolucionario, esto es, un
deseo sin objeto–, sino lo contrario: la pre-
sencial real y efectiva de la lucha de clases
hoy les priva de deseo. El obrerismo vive

43
REFERENCIAS

Bauman, Z. (2017). Retrotopía. Barcelona, España: Paidós.


Benjamin, W. (2017). Sobre el concepto de historia. En Obras completas. Vol. II. Madrid,
España: Abada.
Brown, W. (1999). Resisting left Melancholy. En Boundary 2. Vol. 26, núm. 3. (pp. 19-
27).
Dean, J. (2014). Deseo comunista. En Z. Slavoj (ed.), La idea de comunismo. The new
York Conference (2011). Madrid, España: Akal.
Freud, S. (1993). Duelo y melancolía. En Obras Completas. Vol. XIV. Buenos Aires,
Argentina: Amorrortu.
Harthey, L. (2004). El Mensajero. Valencia, España: Pre-textos.
Hermsen, J. (2019). La melancolía. En tiempos de incertidumbre. Madrid, España:
Siruela.
Hobsbawm, E. (1993). Política para una izquierda racional. Barcelona, España: Crítica.
Traverso, E. (2019). Melancolía de izquierda. Después de las utopías. Barcelona, España:
Galaxia Gutenberg.
Zizek, S. (2019). Contra la tentación populista. Buenos Aires, Argentina: Ediciones
Godot.

44
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

45
NINGÚN LUGAR A DONDE IR.
ACERCA DE LA IMAGINACIÓN
POLÍTICA

Adrián
Cangi
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

Liminar Estas figuras de luz captadas por comple-


jos dispositivos están constituidas por una
La muerte ronda la escena mientras escri-
unificada materia-luz, aunque en el cam-
bimos como una luz opaca. Mueren cuerpos
po simbólico se presenten como génesis y
frente a las pantallas como imágenes inter-
estructura con distintas intensidades y es-
mitentes sin imaginar futuras guerras por el
calas. Pero es necesario aclarar aquí que
litio nuestro americano. Mientras algunos
la naturaleza de lo virtual consiste en ser
rascan el fondo de la olla, los signos que do-
real sin ser actual, ideal sin ser abstracto y
minan la escena son la precarización e in-
simbólico sin ser ficticio. En el campo lógico
certidumbre, la pauperización e inseguridad
puede decirse que la naturaleza de lo vir-
en una atmósfera necropolítica. Esta parece
tual es tal que actualizarse es diferenciarse
ser la condición de una espacialidad de bor-
como génesis y estructura. Pero sabemos
de frente al acontecimiento del SARS-Cov-2
que solo hay estructura de lo que es len-
en nuestro lugar en el mundo. Mientras tan-
guaje. Entonces parece insistir la idea de
to, entre 2019 y 2020 la ciencia produjo imá-
que “hay algo” en lugar “de nada”. “Algo”
genes perturbadoras. El 21 de mayo de 2019 se difunde y se propaga mientras intenta-
detectores en Europa y EEUU registraron mos indagar el fondo de las imágenes como
una onda gravitacional que revela el choque el conjunto de lo que aparece, donde cada
de dos agujeros negros que se fusionaron, imagen actúa sobre otras y reacciona ante
aunque la colisión se produjo hace 7000 otras, en todas sus dimensiones en una uni-
millones de años antes de la formación del versal variación del pluriverso que habita-
sistema solar. El 18 de enero de 2020 mi- mos. Los agujeros negros que llegan hasta
crobiólogos japoneses lograron identificar y nosotros por ondas gravitacionales, consi-
cultivar microbios, llamados arqueas de As- deradas perturbaciones del espacio-tiem-
gard, para dotar al presente de una imagen po, son desplazamientos de partículas su-
del origen de la vida que proviene de una batómicas más pequeñas que un protón y
fosa abisal a más de 3000 m de profundi- provienen de fenómenos astronómicos de
dad y nos remonta a dos billones de años. La gran violencia. Las arqueas abisales, con-
fábula de la ciencia nos rodea de figuras de sideradas base del transporte celular y del
luz como fenómenos saturados por los dis- tráfico de las membranas, son de una es-
positivos de registro, tanto con imágenes de cala de una diezmilésima de centímetro y
agujeros negros del tamaño de soles como de fueron identificadas por un análisis gené-
microbios infinitesimales, donde la imagen tico para posteriormente ser cultivadas.
y la imaginación se presentan simultánea- Las ondas gravitacionales, las arqueas, los
mente de modo actual y virtual, y parecen átomos, los cuerpos, los cerebros, e incluso
inseparables de la materia. mi ojo, son imágenes que transmiten mo-

47
vimiento y restituyen movimiento desde rrupción de la carne. El siglo XVII, al igual
una unificada materia-luz. Este en-sí de la que nuestro presente, está marcado por
imagen resulta inseparable de la materia en la certeza de la muerte. La hambruna y la
distintos grados de intensidad y en distin- plaga se enlazan mientras reúnen nuestro
tas escalas de las matrices perceptivas. En pasado americano barroco con nuestras
el movimiento no hay que buscar otra cosa preguntas actuales por la imaginación.
que lo que se ve en él o lo que se intuye Pero la imaginación busca intervalos y pa-
por sus efectos. Y es tal vez por ello, que sajes mientras la memoria sabe que no hay
parece aún más clara la identidad de la ma- lugar dónde ir.
teria-luz aunque no-sustantiva, como una
imagen del pensamiento del pluriverso. El tiempo presente nos abre a la pregun-
ta por la imaginación con la insistencia de
En el fin del mundo y en el año de la pan- “dónde” y “para qué” ir. Por ello resulta ne-
demia nos acompaña como una estampita, cesario para mí enmarcar el sintagma “ima-
entre las imágenes cercanas, un memento ginación política” en una ontología crítica
mori anónimo de la escuela de Cuzco. El del presente posible de abordarse por diver-
imaginario de la muerte nos lleva con in- sas tradiciones. Averroes permite indagar
sistencia a esta imagen de una vanitas pro- la imaginación y la imagen para recorrer la
pia de los ejercicios espirituales jesuitas. modernidad a contrapelo, desde los debates
Aquellos sermones visuales guardaban el de la temprana experiencia de pasaje del
impacto medieval de un símbolo flamen- mundo medieval al moderno. La descono-
co, transformado luego en una alegoría cida raíz común de la imaginación afecta a
barroca por la anomalía local del oficio las líneas modernas flanqueadas por Kant,
de originarios y mestizos que se apropian Schiller, Bergson y Warburg, lo que permi-
a su modo de las herramientas del amo. te definir a la contemporaneidad a través
Lo hacen con cierta desproporción de las de una imagen del pensamiento que pivota
imágenes canónicas, dejando lugar a ese entre Bergson y Warburg, profundizando
intervalo de la mirada entre fealdad y en- el abismo de la imaginación a través de las
cantamiento que poseen los fenómenos sa- Iluminaciones de Benjamin. Los nombres de
turados donde se combate en un espacio la polémica estético-política de la imagina-
ción contemporánea –Agamben, Deleuze,
simbólico. Miramos directo a una calave-
Rancière y Didi-Huberman– recuperan los
ra como recuerdo de la mortalidad, de la
modos diversos de estas tradiciones. Todos
brevedad fugaz de la vida y de las cosas
ellos resultan imprescindibles para el pro-
mundanas como una pompa de jabón. La
pósito de desvelar este sintagma.
calavera envuelve la escena mientras vela
el sueño del niño. Y lo hace como el acon- Estas tradiciones resultan pertinentes para
tecimiento de la muerte que vela el sueño pensar la imaginación e invitan a tomar
de la humanidad. “Calavera” es el nombre posición ontológica. Sigo el camino de una
de uno de los atributos de María Magdale- ontología que exhibe como determinante
na, que indica la finitud del cuerpo y la co- una posición anacrónica de los tiempos y

48
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

49
Fab Cir a ol o @f a bc ir a ol o 2020
una condición de la imagen como diferen- “mi” propia vida, como una amenaza mor-
cial productor de la historia. De este modo tal o un peligro absoluto cuya eliminación
parece posible abordar la “imaginación biofísica reforzaría mi potencial de vida y
política” como una crítica a la metafísica de seguridad. Este es uno de los numero-
del fundamento, que supo subsumir tanto sos imaginarios de la soberanía de la subje-
“imaginación” como “imagen” en el largo tivación de la última modernidad y de sus
derrotero de la “insuficiencia de ser” propia técnicas neoliberales. La pandemia aceleró
de un “cuasi-objeto” o de una “proyección bajo el estatus del terror la existencia de
imaginaria” de la conciencia, que expone la formas de vida asimiladas a la de “muer-
sombra tramposa del sujeto. Este camino tos-vivientes” bajo condiciones sociales ex-
concluye en la negación “irrealizante” de tremas de emergencia y de salud. El pasado
lo imaginario respecto de la realidad. Nues- más reciente de esta concepción táctica es
tra perspectiva parte del reconocimiento de la progresiva deshumanización de la espe-
la insuficiencia de una ontología del fun- cie que comienza con la extensión a toda la
damento para pensar tanto lo imaginario población civil de un estado de excepción o
como la imagen y propone desplazar el pro- custodia protectora surgido de una guerra
blema hacia su producción y efectos para colonial y culmina con la supresión de los
ligar lo singular a lo singular. Imaginación derechos ordinarios en los campos rusos y
es el nombre de una potencia común y, por alemanes como extensión del derecho peni-
lo tanto, siempre política. tenciario. Este proceso de la condición in-
humana donde todo resulta posible como
parte de una ley marcial es constitutivo de
Necropolítica la industrialización de la muerte en serie,
en la que quedó articulada la racionalidad
Para imaginar es necesario una analíti-
instrumental, productiva y administrativa
ca del dispositivo actual que opera bajo la
en el mundo occidental de la última mo-
marca de una determinación necropolítica.
dernidad. De aquellos laboratorios biopo-
La pandemia de SARS-Cov-2 acentuó aque-
líticos donde el poder enfrenta a la pura
lla conocida práctica de los gobiernos de
vida biológica sin mediación a los con-
soberanía de cara a una “paz” que tiene el
temporáneos experimentos necropolíticos
rostro de una “guerra sin fin”: la voluntad al que nos hemos habituado en estado de
y capacidad de matar para vivir, unida al pandemia, experimentamos como racio-
poder de decidir un estado de excepción. Es nal una dislocación de las formas de vida.
la propuesta de Carl Schmitt que aún cir- Bien sabemos que modernidad y terror se
cula con fuerza renovada. Esta concepción entrelazaron por una sensibilidad colonial
táctica se vio activada en el último tiempo que consiste en eliminar al enemigo del
a escala planetaria como una política de la Estado por un estado de excepción, cuya
muerte y de sumisión de la vida, y sigue especialización es la génesis de los campos
ocurriendo con modos diversos en los mun- de exterminio donde se vincula el cuerpo
dos de la muerte. La percepción de la exis- del condenado al derecho soberano que
tencia del Otro es vista como un atentado a deja vivir y hace morir.

50
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

Los gobiernos llamados “democráticos” rencias de clase, la reproducción de la crisis


ejercen en este laboratorio planetario dis- sostenida en la concentración y centraliza-
tintos y variados ensayos sobre el control ción del poder productivo indica un paso
de la población, que van desde el terror al más en la larga decadencia del capitalismo.
virus hasta la geolocalización forzosa, des- Tan larga como dolorosa decadencia, por-
de el contagio del rebaño hasta la desaten- que la biopolítica articulada con la máquina
ción de ingentes masas de población que vi- del capital parece culminar o bien en una
ven en la indigencia. Conocemos bien que necropolítica, o bien en un control extremo
la emancipación prometida para el hombre sobre las libertades para la vida.
moderno no abolió la producción de mer-
cancías en la fabricación del género hu- El nombre indicativo de “peste”, tan moral
mano. Cuando los cuerpos de la especie se como médico en su concepción, siempre ha
debaten entre producción y salud acontece marcado con desconfianza alguna mezcla
el punto máximo donde se vincula el terror no deseada o alguna identidad sustancial
y la modernidad. Buena parte de los cuer- abandonada, y con ello ha producido la re-
pos del planeta están hoy detenidos en su acción del poder sobre la vida haciendo va-
movimiento mientras los virus no cesan de ler sobre este nombre patológico su análisis
circular. ¿Qué ha quedado del imperativo como identificación, partición, reglamento
categórico de la política moderna unida al y legalidad. Cada quien debe identificarse:
capitalismo, que pregona desde su génesis mostrar su cuerpo, dar su nombre, indicar
productiva y protestante, el estar sosteni- su lugar de residencia y exponerse como
da en el circular y en el mantener distancia “sano” o “enfermo”. La utopía de cualquier
calculada y racional entre los individuos? gobierno desde el Leviatán de Hobbes es la
Frente al SARS-Cov-2 claro está que dete- de separar los “contubernios” como esa pe-
ner la circulación constituye la paradoja ligrosa fiesta de las mezclas de cuerpos y de
más importante frente al capitalismo de la las circulaciones de la vida, de los afectos
aceleración ilimitada de los flujos de pro- sociales y de los amores carnales, de las co-
ducción concentrados, tanto de la centra- munidades de producción y de los rituales
lización como de la descentralización del tanto para vivir como para morir. Esta ana-
capital. También parece clara que la con- lítica de la separación aspira a una fórmula:
dición del ahora es mantener la distancia o bien se acuña el orden del sueño político
social tanto de los otros como de la muerte. del control, o bien se pivota en la peste en-
Aprendimos que somos poca cosa en com- tre la vida y la muerte. Se trata entonces de
paración con un virus, y que nuestra cir- separar a los cuerpos para poder capitalizar
culación y conexión también parecen poca la inversión política como el movimiento
cosa. La ciencia ha mostrado su debilidad capilar del poder que funciona con obse-
histórica una vez más al convertir a la so- sión y persigue con decisión. ¡Cada cual en-
ciedad mundial en un experimento vivo cerrado en su agujero o en su jaula! Solo al-
ante la ausencia de soluciones. Mientras gunos tienen casas que pueden cumplir con
la putrefacción avanza con estrictas dife- normas mínimas de higiene y muy pocos

51
52
Sebastián Rui z @ r . g . se ba st ia n 0 6. 0 3 . 2020
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

poseen moradas adecuadas para la reclu- rencias, el problema del gobierno consis-
sión. Una y otra vez, de distintos modos, se te en proyectarse desde el paisaje hacia el
trata de señalar y separar a la comunidad cosmos hasta desvelar las energías dispo-
impura como objeto privilegiado del poder. nibles del planeta. La tecnocracia de los Es-
Y esta ha sido la utopía del arte de gobernar tados globales, que calculan la distancia so-
moderno que aún continúa, de sus discipli- cial hoy bajo la pandemia, se sostienen en
nas sobre los cuerpos y del control sobre la su paradoja ejemplar: detener los flujos de
vida. Claro está que cada peste o pandemia movimiento de una extraordinaria acelera-
ha permitido una ramificación del poder, ción de circulación e interconexión produc-
una intensificación de la vigilancia social y tiva sin desatender aunque con pérdidas
un prodigioso laboratorio de separaciones crecientes el sostén financiero neoliberal.
múltiples con distribuciones individuali- De este modo la distancia social es un acto
zantes. Se trata de la gran revisión de los de gobierno moderno que solo funciona en
vivos y de los muertos. Porque el registro estado de pandemia deteniendo la circula-
de lo patológico ha sido, desde el siglo XVII ción productiva de los cuerpos actuales de
hasta el presente, constante y centralizado. la vida para reemplazarlos por un mayor
La relación de cada quien con su enferme- grado de abstracción tecno-estético virtual
dad y su muerte pasa por las instancias del de la especie en la modernidad tardía. La
poder, por sus registros y decisiones jerár- paradoja crece aún más porque se aspira a
quicas, por su capacidad de observar los una vida de relaciones virtuales sin cuerpo
menores movimientos y registrar los efec- actual y presente, que se ensaya durante
tos globales del acontecimiento. la pandemia para quedar anclada como un
modo productivo después del reflujo de la
Aún mientras escribo estas líneas no he- peste. Nunca hubo “normalidad” antes del
mos conocido la inmunización progresiva virus, no habrá ninguna “nueva normali-
ni la hecatombe definitiva. Estamos en el dad” después.
año de la pandemia y en el fin del mundo
con una sola precisión: buena parte de la Del Leviatán al Antropoceno la regla domi-
vida global ha dejado de moverse en distin- nante de la especie ha sido la del crecimien-
tos grados porque los virus circulan. Des- to sumado a la circulación de los flujos de
de el siglo XVII, el Estado está incluido en vida capitalizados, incluso hasta el riesgo
una biopolítica articulada con una máquina contemporáneo de chocar con el planeta
del capital, sostenido en la circulación de dejando huellas de intervención de la espe-
hombres, mercancías, animales, bacterias cie consumidora de energías sobre la geo-
y virus. Cualquier Estado desde el Levia- logía y la atmósfera. Pero detener el SARS-
tán existe para que todo circule y crezca en Cov-2 supone desacelerar el crecimiento y
beneficio de la propiedad y los intereses de la circulación de la vida del productor-con-
clase. Desde Hobbes y el liberalismo clási- sumidor, para pasar de la circulación llama-
co hasta el neoliberalismo contemporáneo, da “virtuosa” a una detención denominada
con variedad de matices y sobradas dife- de “asfixia” de los cuerpos actuales. Hemos

53
visto con claridad que el neoliberalismo no lenciosa, la vibración de las cosas en el ámbito
es una unidad global de decisiones unifica- de la quietud” 1. El estatuto mismo de lo ima-
das sino un conjunto de modos de gobier- ginario arrastra la posibilidad de solaz ante
no que luchan para no detener la circula- la irrupción de una amenaza. Y esto implica
ción de la producción material, financiera una disección de los pares con los que se
y virtual a costa, según los territorios, de ha concebido la vida imaginaria. Aquellos
políticas de la muerte. Nuestra América se pares que insisten en Lo imaginario de Sar-
ha convertido en un fabuloso laboratorio tre: “real/irreal” y “verdadero/falso”. Cree-
de pruebas necropolíticas. Ahora bien, con mos, al leer la Psicología fenomenológica de
esta constatación no hemos descubierto la imaginación, subtítulo existencial de este
nada nuevo en la sobremodernidad neoli- libro, que el par “real-irreal” se sostiene en
beral desde el siglo XVII, solo confirmamos la idea de que lo real es la conexión legal
que para salvar el sistema de circulación y o el encadenamiento prolongado de lo ac-
crecimiento siempre se ha tenido que des- tual, mientras que lo irreal es la apariencia
cuidar las prácticas y políticas de salud bajo brusca y discontinua ante la conciencia. Y
un principio de control policial de las po- entonces, se trata más bien de una virtua-
blaciones. La pregunta que circula en la su- lidad que se actualiza. Nos parece leer aquí
perficie virtual de los laboratorios de sub- que el par “verdadero/falso” sostiene que lo
jetivación es cómo se modelan los signos real y lo irreal siempre son distintos aun-
vectoriales y escalares de la emocionalidad que no discernibles. Creemos que lo falso es
y de las capacidades cognitivas del encierro la indiscernibilidad de lo real y de lo irreal,
de la especie. Sin duda, la pregunta se en- y no constituye un error sino aquella po-
foca sobre las matrices perceptivas que nos tencia que hace indecidible lo verdadero.
constituyen. Según mi concepción de lo real, lo imagina-
rio no es otra cosa que una relación real de
dos caras materializada por el par actual/
Percepción virtual. En estas distinciones se zanja la po-
¿Cuál es la frontera entre lo real y lo irreal, sición sobre Bergson que se discute entre
entre lo verdadero y lo falso cuando nos las obras de Sartre y Deleuze. Es este par
enfrentamos a la prueba del acontecimien- el que abre la función heurística de la ima-
to? Escribe el poeta Roberto Echavarren en ginación sobre ejes de fabulación potencial
“Imprevistos de la pandemia”: “La vida nos que producen un conjunto de intercambios.
prueba. Nos hace diferentes (…) Vivimos en un Las condiciones rigurosas están del lado de
marco de amenaza (…) Es extraño que nuestra lo actual/virtual, promesa de un par inma-
posibilidad de solaz dependa de una amenaza nente que elimina las falsas oposiciones de
de vida (...) El tiempo fluye una secuencia si- lo real-virtual o de lo real-posible. Es con
estas distinciones, con las que creo nece-

1  Echavarren, R. (2020) “Imprevistos de la pandemia”. En. A. Cerletti, F. Ceppas, G. D’ Odorico, M. Bertto-


llini, M. Langón, O. Grau, P. Oyarzun, W. Kohan (coord.). Narrativas confinadas. Voces desde el sur. Colec-
tivos Vol. III. Rio de Janeiro: nefi ed., pp. 95-98.

54
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

sario abordar la imaginación política. Pero ve como limitada o “encogida”, como una
vale la pregunta, ¿qué percibimos, afecta- sensación mutilada de imágenes; mientras
dos y politizados por el acontecimiento del que en la concepción moderna se la perci-
SARS-Cov-2, sí indagamos en las resque- be como expansiva o “excesiva”, como una
brajaduras de la imagen dominante de la sensación desbordada de imágenes. En el
naturaleza de las cosas? final del siglo XVIII se zanja la frontera en-
tre la filosofía sensualista y la sensibilidad
Se dice desde el mundo antiguo al moderno, romántica. A mediados del siglo XIX la ima-
de Lucrecio a Montaigne, que memoria e ginación se transforma en la reina de las
imaginación son modos de la percepción de facultades sensibles que proyecta la fanta-
sustitución. Denotan entonces una irradia- sía a la producción de invención. Durante
ción de la percepción del tiempo y del espa- el siglo XX se discute el dominio del fantas-
cio más allá del terreno de la propia reali- ma en la fabricación de subjetividad. Freud
dad. Evocan cierta presencia de lo que está acentúa que la imaginación se practica en
ausente. Han sido llamadas con un nombre el fantasma como un derivado de la sensa-
fatal: “poderes engañosos” de la percepción. ción. Lacan dispone el fantasma por fuera
Lo engañoso reside en que se pueden em- del alcance de la imaginación, donde un ob-
brollar entre sí recuerdos e imaginaciones. jeto simbólico se distingue de otro imagina-
Así como la memoria bordea el equívoco rio. Las tradiciones sensualistas y románti-
para encontrar lo que buscaba de modo sa- cas los dividen con precisión. Sin embargo,
gaz e infalible; así la imaginación se abisma en nuestro encierro persisten con mayor
incapaz de evocar de modo exacto lo ima- insistencia los llamados poderes engañosos
ginado para perderse en una imagen fugi- de la memoria y de la imaginación. Pero pa-
tiva o borrosa. La memoria parece ser un rece que solo gracias a ellos encontramos
conocimiento instintivo, una especie de co- pequeñas diferencias en la repetición. El
nocimiento de la diferencia de lo real como encierro es el dominio del fantasma, mien-
realidad singular. La imaginación es un es- tras la muerte muerde los talones.
fuerzo también instintivo, una búsqueda
de lo singular para dotar a lo imaginado de Es cierto también que la imaginación, entre
una casi-presencia, resumiendo una impre- la fantasía y la invención, permite surcar
sión de lo otro que no consigue ninguna los imprevistos de la vida. Insiste el poeta
captura definitiva. A la relativa seguridad amigo en “Imprevistos de la pandemia”: “Es
de la memoria se le opone la incertidumbre otra vida. De a poco se irá terminando, pero
constitutiva de la imaginación. Sí la memo- por lo pronto el piloto del puerto no da toda-
ria es más precisa que la imaginación, es vía señal de entrada de la nave. En el castillo
porque el orden del tiempo es más propicio de proa los ventanales dejan ver esa bruma
que el orden del espacio para una casi-per- que se levanta sobre el río una mañana tem-
cepción de lo que está ausente. La imagina- prano. Estamos esperando la regeneración
ción ha sido sopesada por lo que es capaz del mundo, la regeneración de América. Que
de conservar. Para el mundo clásico se la el pueblo se exprese en las urnas y el armazón

55
racista se resquebraje. Y una piel nueva nos esa tierra imprecisa de los cuerpos donde
nazca de entre esas resquebrajaduras” 2. De lo real y lo imaginario alcanzan su filiación
entre esas resquebrajaduras nace lo imagi- regular. Pero es en esa tierra abierta del
nario como lo que existe sólo en la imagina- hacer de los pueblos en la historia y de las
ción. ¿Imaginación política? En tiempos del potencias de las pasiones colectivas como
SARS-Cov-2, la imaginación es una cuerda umbral, donde se expone el campo siempre
floja que nos permite pensar las fracturas incierto entre sensibilidad y política. Um-
sin suponerlas. Pero lo imaginario no es bral que une y separa de forma simultánea.
ni “irrealizante” ni “aniquilador”, aunque Se presenta de modo indisoluble como un
parece no ser una percepción directa de problema estético-político, pero solo si po-
lo real, como podría pensarlo Sartre. Sin demos espaciar las diferencias planteadas
embargo parecen innegables las cercanías entre los términos. Umbral paradojal, en
entre lo imaginario y lo real. Sin lo imagi- el fin del mundo en tiempos de pandemia,
nario actuando en lo real nos condenamos como vector de todos los anacronismos del
a un sin salida de neurosis aguda. Algunos final de una historia como modernización.
filósofos que marcaron la contemporanei- De este modo la imaginación política es
dad como Bachelard, Deleuze y Rosset lo más un problema del acontecimiento que
saben bien. Y de distintos modos buscan la irrumpe en la historia que de la novedad de
filiación entre lo real y lo imaginario para las vanguardias históricas iluminadas.
huir del encierro “irrealizante” y “aniquila-
dor” en el que Sartre nos dispone. Cuando La imaginación del encierro fija su tiempo
lo imaginario busca su filiación con lo real propio para aquellos que aún tenemos casa
es posible vislumbrar una imagen del pen- y comemos con continuidad. Siente el poe-
samiento que, o bien expone la continuidad ta amigo que “El tiempo fluye una secuencia
de lo dado o bien la excede por un principio silenciosa, la vibración de las cosas en el ám-
de ruptura. A veces las rupturas de la conti- bito de la quietud (…) Ésta es la caverna de la
nuidad pueden conducir al fracaso de modo pandemia, la casa que no conocíamos. El sue-
más claro que las continuidades estableci- ño que nos protege. Es el estado después del
das, porque las conexiones irracionales e estado. La calma después del ajetreo” 3. Pero lo
inconmensurables forman parte del nervio que irrumpe nos pone de cara a un proble-
mismo de la imaginación que excede las ca- ma singular y a un abismo colectivo. Don-
tegorías. Las conexiones irracionales hacen de la vida imaginaria actúa se aceleran de
al tiempo del fin del mundo y son constitu- modo heurístico los intercambios sensibles
yentes de la imaginación vital y política. Es en las prácticas vitales siempre políticas.
allí donde la imagen no es reductible a un En la caverna de la pandemia ya no vemos
enunciado y la potencia colectiva no pue- en la imaginación el hueco de lo ilusorio,
de ser sintetizada por una consigna. Es en donde la imagen rota permitiría el correla-

2  Ibídem.
3  Ibídem.

56
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

57
G uill er m o Rivas @f ot og r a f ia _g uil l e r j 2 4 . 0 1 . 2020
tivo trascendente de un acto posicional de bración de las cosas en el ámbito de la quietud
la conciencia o de la intencionalidad para (...) Obrar no por necesidad, porque nada es
la definición del compromiso. Hoy sabemos necesario. No aferrarse a nada salvo al bien-
que hay presidentes asesinos que solo ges- estar propio” 4. El propio bienestar llega para
tionan la muerte. Y que hay políticas racis- pocos, pero a veces llega en la economía li-
tas y de la desaparición que aún continúan bidinal y material. Deseo creer que cuando
en democracia. Y que cada Estado distribu- la vida nos prueba hay continuidad entre
ye según su capacidad o concepción de la la materia y la imaginación. Me atrevo a
economía pero siempre dentro del capita- decir que una misma inervación recorre el
lismo. Y que también presiona con el poder campo unitario de la vida material e imagi-
de los virólogos y de la policía. Así entendi- naria para devolvernos diferentes en la re-
dos los límites, la imaginación política sigue petición. Claro está que me anima la idea de
el curso del hacer/padecer más allá de las que: “toda conciencia es algo”, y aunque no
jerarquías metafísico-políticas entre acto deje de interrogarme, se aleja aquella otra
y potencia, acción y pasividad, intelectua- que dice que: “toda conciencia es conciencia
lidad y pueblos. La imaginación así com- de algo”. Una revolución de la imaginación
prendida nos impulsa a pensar el “campo pasa entre ambas imágenes del pensamien-
impolítico”. Aclaro entonces que no guardo to. Entre Bergson y Husserl se produce una
ninguna filiación antipolítica, no practico revolución de la imagen del pensamiento.
una teología negativa ni una escatología Pensada como unidad de la imagen y la
positiva, me distingo de cualquier catego- materia, la imaginación aparece como una
ría moderna invertida y no me intereso por de las prolongaciones posibles de la natu-
el juicio en ningún grado. Tampoco practi- raleza, y luego de la historia natural de los
co una política axiológica que conduciría a artificios. Las fábulas, sueños y fantasmas
nuestro tiempo presente al fin del mundo de la morada propia y de la tierra son una
del sentido. reserva de figuras y un campo de nuestra
lengua, como un suelo retórico y prolífico
Los que aún tenemos casa y comemos bus- de metáforas que siguen el camino de lo
camos comprender cómo se produce una singular. El imaginario nos pone de gol-
inervación entre vida material e imagina- pe frente a los misterios de la vida y a los
ria, una diferencia en la repetición misma. enigmas de la vibración. Si las imágenes
El poeta amigo nos acude: “La vida nos prue- pueden ser “espuma evanescente” o “vana
ba. Nos hace diferentes. También la economía. turbulencia” de la ilusión para ciertas con-
Vivimos en un marco de amenaza pero dentro cepciones que oponen lo real a lo actual,
de un cubículo de tranquilidad en el interior de también es posible decir que lo real –en-
la casa. Es extraño que nuestra posibilidad de tendido como la naturaleza profunda de la
solaz dependa de una amenaza de vida (...) El vibración del elemento considerado– pue-
tiempo fluye una secuencia silenciosa, la vi- de ser modificado por el contenido intenso

4  Ibídem.

58
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

virtual que destila. Lo real posee la propie- les de los cuerpos los que contienen imáge-
dad simultánea tanto de la actualidad ex- nes de invención y que al mismo tiempo,
tensa como de la virtualidad intensa. De las despliegan con sus gestos. Sin rituales
este modo, las imágenes no cesan de modi- corporales que acuñen en la repetición de
ficar la naturaleza de las cosas. De allí, tal los agregados sensibles nuevos repartos
vez, proviene el valor de la herencia de los sobre la base del dolor, no encontraremos
mitos porque ofrecen potentes imágenes ni antídotos ni diferencias para continuar.
materiales sobre los cuales se puede com- Las imágenes virtuales del laboratorio del
prender el acto de imaginación. Así la ima- “teletrabajo” y del “control geolocalizado”
ginación vuelve todo horizontal, lo dispo- de la pandemia han venido para quedarse
ne en su impureza para la práctica política. en la inercia de la especie habituada a sal-
Pero vale preguntarse cuál es el grado de tos de abstracción cognitivos. Hemos visto
resistencia al presente y cuáles son las en este tiempo del fin del mundo y en el
condiciones propositivas en el marco de año de la pandemia, que los rituales que re-
un control creciente sobre la vida. claman sustancia e identidad en nombre de
la policía y de la ciencia militar, sostenidos
en el terror o en la nueva normalidad, son
Control peligrosas políticas que resultan excluyen-
Imaginar es un modo de la resistencia acti- tes de algún umbral de la vida. Habrá que
va y potencial de las vidas, una forma de la recordar las palabras de Michel Foucault
disidencia performativa. A pesar del SARS- en su introducción a El Anti-Edipo. Capita-
Cov-2 estamos llamados a defender y a pro- lismo y esquizofrenia de Deleuze y Guattari,
pagar la vida de los cuerpos actuales en el titulada “Introducción a la vida no fascista”,
encuentro. Sobre todo en el ritual de lo co- cuando dice que hay que “desindividuali-
mún como base del esquema sensorial so- zar” a los sujetos que aman a los organis-
bre el que la imagen de la vida está anclada. mos de poder para liberar las potencias del
La imagen ritual de la comunidad parece
deseo de una vida no-fascista.
inseparable de la práctica vital y actual de
los cuerpos, porque a través de estos des- “Desustancializar” y “desindividualizar”
cubrimos el esquema completo que incluye parecen ser los caminos para escapar del
la circulación vacilante del deseo sobre el
fascismo que obra en los rituales de los mo-
espacio de un mundo aterrorizado aunque
dos de vida virtual bajo el control digital en
expectante, con fuerza declarativa y per-
los actuales laboratorios del planeta bajo
formativa por parte de las fuerzas vivas
SARS-Cov-2. Los conductores resistentes
que actúan a pesar del terror del sentido. La
potencia de la imagen vital de los cuerpos capaces de recrear las fuerzas de fondo y
está cargada de la posibilidad de construir convocarlas para una diferencia necesaria
un espacio más grande para una comuni- son aquellos que pueden inventar políticas
dad por venir, que sea capaz de reponer de de sociabilidad pública donde resulta po-
modo fraterno las fuerzas vivas en la trama sible desarmar la imagen ego-estética en
de los rituales declarativos. Son estos ritua- favor de colectivos y comunidades que los

59
60
Gonzal o A tenas @G onza l o_a t e n a s_f ot om a f ia 2 8. 0 2 . 2 0 2 0
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

atraviesan. Es por ello que resultan de inte- al que servimos de manera voluntaria con
rés tanto las imágenes “desustancializadas” nuestros usos y prácticas en el entramado
como los procesos de subjetivación “desin- técnico-estético global. También, el mismo
dividualizados”, menos identificadores de que impide prácticas para poder “desindivi-
sujetos y más ligadas a rituales colectivos dualizar” las huellas de la vida sin un pre-
de enunciación y de deseo, tanto de prác- ciso conocimiento de los funcionamientos
ticas de sublevaciones como de transfor- de los dispositivos. Por ello se dice que es-
maciones colectivas donde se pueda fabri- tamos votando algoritmos adictivos bajo la
car lo común. No hay que separar a estas forma de imágenes públicas, como indica el
imágenes rituales en favor de la vida de filósofo italiano Massimo De Carolis en El
los cuerpos, de las consignas o fórmulas reverso de la libertad. Las realidades alter-
que necesitamos para el presente, justo allí nativas, como las llamadas “virtuales”, son
donde los peligrosos “Laboratorios de Teo- una indagación de las imágenes adictivas
ría Persuasiva” como el de la Universidad herederas de una sistemática voluntad de
de Stanford, aquella que provee el desarro- dominio humano del mundo no-humano de
llo tecnológico en Silicon Valley, exponen la naturaleza y del control bio-técnico-so-
como meta explícita la de investigar cómo cial de los ritmos de la energía de la especie.
se pueden usar las apps y las páginas web
para controlar lo que la gente piensa, hace, El sintagma de la subjetivación neoliberal
compra o vota. También, para controlar ha calado entre nosotros como una arti-
cómo la gente se mueve, desplaza y reúne. culada gramática del poder, y dice que en
El terror no es sólo el control de China o cada cuerpo hay una herida y que para
Corea sino la cómoda aceptación por ser- cada herida se reclama una historia de “sí”
vidumbre voluntaria de un Occidente tec- y un “derecho” que está mezclado con los
nocrático que desea un control total sobre usos de los dispositivos de control adicti-
la vida. La imagen como matriz de lo sen- vo. Por una parte, en este contexto viral de
sible sigue siendo el fondo útil de la iden- encierros protegidos y de aislamientos pre-
tidad de la subjetivación neoliberal, por el ventivos parece brillar la “sagrada familia”
uso de inteligencia artificial y de algorit- como el nec plus ultra de la vida y del entre-
mos que tienen por objeto la invención de tenimiento. Por otro lado, se cuela por los
aplicaciones adictivas que trabajan sobre mismos dispositivos adictivos de elección y
una economía de la atención. Las tecnolo- de entretenimiento el rechazo a cualquier
gías adictivas de la imagen pública, son en unificada representación política, porque
contexto de pandemia las que profundizan se declara el valor de testimonio de cada
el control y están sostenidas sobre consu- cuerpo y para cada herida. Los algoritmos
mos que “individualizan” y “sustancializan” parecen estar en la base de las grietas so-
con consentimiento informado a los usua- ciales y culturales de los Estados. Los “cuer-
rios por las plataformas. El síntoma de la pos que importan”, de los que habló Judith
inteligencia artificial es el que mejor nos Butler en sus obras, no parecen estar unifi-
permite comprender el actual laboratorio cados bajo el llamado colectivo de ninguna

61
fraternidad. Este es el campo político que ción reducida a una cultura de “empresa-
sigue insistiendo en el presente de la pan- rios de sí”. Sublevarse expresa la indestruc-
demia. Habría que pensar cómo se tradu- tibilidad del deseo, aunque la tarea de los
ce esto en políticas de reunión resistente gobiernos sea la de hacer fluctuar el deseo
durante y después del SARS-Cov-2, cuan- hasta que la población se vuelva un público
do los rituales de la imagen pública operen espectador y exprese sus gustos como si se
en las orientaciones del sentido, con el uso trataran de aquellos “justos”.
creciente de algoritmos propios de los dis-
positivos adictivos de entretenimiento y Aprendimos en la carne, bajo los modos de
control simultáneo que fueron agudizados la declaración de las Repúblicas de la trans-
durante la pandemia. parencia, que con la democracia no se come,
no se educa…, y que no todos logran vivir.
¿Por qué luchamos por nuestra servidum-
Pero habrá que soñar con una comunidad
bre como si fuera nuestra libertad?, seguirá
que de cobijo a la angustia que llama de ma-
siendo la pregunta relevante de nuestra po-
nera extrema acentuada por el estado de la
lítica actual aunque la frase acuñe una lar-
pandemia. Habrá que soñar e insistir que
ga historia de la sujeción. Hoy lo sabemos
toda palabra jurídica y política, que tiene el
mejor que nunca bajo el SARS-Cov-2 en
Nuestra América: los pueblos emergen por tiempo de su lado por exiguo o extenso que
sublevación de una población pasiva conce- sea, no culmine chicaneando a la indigna-
bida como mercado de la competencia y del ción pública de una sociedad de extravia-
mérito, modelado por técnicas precisas en dos y hambrientos, para poder conjurar sus
sus anhelos y deseos, en su cuerpo endeu- efectos indeseables y restaurar el cuerpo
dado y hambriento para perecer o resurgir silencioso del dolor. Este es el tiempo que
como “empresarios de sí”. La población neo- viene y su ritmo se impone. Y habrá que re-
liberal se ha constituido como dictadura de cordar al hambre como nervio común para
la virtud aliada con un poder de seguridad poder volver a producir. El recorrido nos
policial y con una ciencia militar. Es visi- muestra a la necropolítica como la forma de
ble que la población se transformó en un gubernamentalidad neoliberal que emerge
gesto indiciario y acusador2 de naturaleza como potencia disolutiva de los cuerpos de-
moral, mientras que los pueblos insisten y mocratizando el “poder de matar”, y apren-
perseveran corrosivos porque desean vivir dimos hoy que todos podemos hacerlo. El
“el cuerpo sin ley y el poder sin rey”. Los “cuerpo social”, espacio vital para la política
pueblos se sublevan desde el cuerpo, y en el como polemos, se instala como posibilidad
cuerpo a cuerpo, en un modo de existencia del “contagio colectivo”; es sujeto político
propio, abriendo muchos órdenes posibles solo en tanto potencia de contagio o porta-
aunque siempre éstos sean gestuales y de- dor de impulso de muerte. El dilema que nos
clarativos. Pero sublevarse es un hecho y impone la necropolítica es el “aislamiento”
no constituye una revolución. Sublevarse como dispositivo de gobierno, como control
instituye un pueblo donde hay una pobla- y administración de la salud nos instala en

62
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

un presente a hacer entre “muros seguros” potencia y forma una materia. Imagen-pro-
y “fronteras higiénicas”… Y habrá que re- ceso entonces que puede ser pensada como
cordar al hambre como nervio común para conexión, movimiento, espacio y ritmo. Tal
poder volver a producir. vez debamos considerar que el movimien-
to de un pensamiento pragmático que tra-
Imaginación política ta con las configuraciones visibles, como
Resulta necesario para pensar la imagina- expresión inmanente de materia, espacio
ción política no instalarse del lado de la “fal- y luz, se sostiene en los procedimientos de
ta de ser” de las imágenes ni de la “pureza de composición y relación singular en un pro-
las visibilidades”, sino de la aproximación a ceso dinámico. Tal proceso valora las meta-
fuerzas y figuras dinámicas entre lo infor- morfosis y equívocos, las prefiguraciones o
me y lo naciente. Y esto también supone visiones de otros mundos, lo inadvertido y
hacerlo del lado de la destitución de modos las relaciones inéditas, que permiten libe-
de reproducción del hábito perceptivo y de rar a la imagen tanto de la forma orgánica
matrices dominantes de la vida imaginaria. con la que se la asocia en el campo político,
Sabemos de la insuficiencia de la metafísi- como de la tutela representativa a través de
ca clásica, de sus efectos modernos y de su la cual se la piensa como único camino para
perseverancia contemporánea, al pensar lo la representación democrática. Pero sabe-
imaginario y la imagen bajo el dominio del mos bien que la filosofía contemporánea ha
ser y de la esencia, como “doble del ser” o tenido que enfrentar un problema político,
como “negación del ser”, que se sostiene en con el llamado “derecho de los simulacros”
la distinción entre dos planos: lo aparente o de los “efectos sin causa”.
y lo real, lo imaginario y la realidad, las su- Pareciera que el Mundo tal como lo cono-
perficies y las profundidades, lo falso y lo cimos, o los mundos sucesivos que se han
verdadero. No seguimos este rumbo ni estas presentado en la historia, los mejores y los
lógicas, porque la imaginación política no posibles, hacen su recorrido agotándose en
parece poder dar cuenta de un mundo como el tiempo lineal de su consumación. Aca-
el que vivimos, donde han triunfado las ban en una cronología que cree que el ser
paradojas, las anomalías, las democracias crece junto con los momentos lógicos de
extremas y la representación sin resto. Es su despliegue. Si la lógica itinerante, cada
este mundo el que permite sostener que las día más veloz del capital, no nos aturdiera
imágenes no son ni imitación ni reflejo de con el trajín de sus contabilidades virtua-
una situación, ni proyección sentimental ni les, sería más sencillo escuchar ese silencio
expresión de una psicología, ni imagen es- donde reina la potencia de transformación.
pecular ni especulación imaginaria, sino un Es difícil percibir también detrás de los dis-
complejo de relaciones que operan intervi- positivos, de los cables, los engranajes y
niendo o instalando “perceptos” y “afectos” los autos en su burguesa estolidez, lo que
en lo real. Deleuze, con inteligencia premo- se ha ausentado. Por las calles deambulan,
nitoria, supo definir la imagen estética y insomnes, espectros, cuerpos heridos, todos
política como un proceso que actualiza una ellos trajinando en labores “inesenciales”.

63
Indeseables de una sociedad que ya nada espectáculo de la auto-formación sagrada
desean. Se trata de seres desarraigados. Los de la nación (consagrado a la construcción
mundos diversos en su totalidad jerárquica del mito) y la identidad mimética identi-
regularon modos variados de acumulación: ficada con las fuerzas brutas (consagrada
mano de obra esclava, territorios, minera- a la creencia y convicción de una matriz
les, conocimientos, capital financiero. La de reproducción de un modelo de compor-
abstracción creciente de esas mercancías
tamiento). Hoy sabemos mejor que nun-
dejó a los seres sin geología propia. Ya no
ca que insisten “fascismos difusos” en las
hay ninguna patria ni matria que reclame
redes de comunicación social operando
a los que laboran en la conectividad sin lí-
entre las formas “concentradas del espec-
mite de vidas solitarias. Los mundos como
táculo del poder” y “las formas integradas
realidades contingentes o como idealidad
regulativa se precipitaron sobre los sujetos en el movimiento democrático neolibe-
que golpeaban en la puerta de las institu- ral de mercado”. Las imágenes se mueven
ciones exigiendo ser castigados. El “deso- en este terreno resbaladizo. Implican por
brar” el mundo es el modo en que la Tierra lo menos dos sentidos a la vez, o muchos
retorna por un momento en su ingravidez más. Desde el fondo de las prácticas socia-
a interrumpir el frenesí de las acciones cie- les proliferan las formas del exceso estéti-
gas propias de un productivismo sin fin. co en favor de la construcción política, que
Dejar de lado las metáforas creacionistas es trabajan sobre la reproducción de modelos
renunciar a la Autoría, las Causas, la Moral emocionales que rozan los mitos teológi-
y el Bien que organizan el derecho a vivir co-políticos de los lenguajes de tradición.
como corazón de una unificada Moderni- Tienen la forma de consignas identificado-
dad-Capitalista-Colonial.
ras que reproducen modelos de comporta-

El problema que arrastran las consig- miento y que se convierten en peligrosas


nas políticas y las imágenes de interven- políticas de identidad del hábito. Evitar la
ción social es la identidad como imagen “estetización de la política” supone sortear
del pensamiento del sentido común y del la reproducción infinita de un modelo de
buen sentido moral. Una especie de calle comportamiento que reproduce la idea de
de mano única de lo visible que puede con- identificación emocional clara y precisa
vertirse con facilidad en un modo de fas- con la víctima y con el victimario, con las
cinación con los riesgos ya conocidos en lógicas del sufrimiento representado y con
la historia de la estetización de la política. la identidad encarnada del líder. No hay
Tres dimensiones peligrosas anidan en el nada más político que la sustracción fren-
aparato de identificación de las emocio- te a esos visibles, para fabricar un vacia-
nes de la imaginación y de la imagen de miento o una proclamada representación
cualquier modo del fascismo pasado y por que se quiere “sin resto”. Una representa-
venir: la idolatría como fuerza identifica- ción como “semejanza no semejante” ante
dora (consagrada a la figura del líder), el el horror o el sufrimiento.

64
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

65
Cr istián Cue va s @ c r ic ue va s 0 6. 0 3 . 2 0 2 0
Nada es más real que la imagen de los cuer- ros” –como la describe Diego Tatián en su
pos del dolor sin miserabilismo. Y sabemos libro Lo impropio– que cree en la igualdad,
que ante todo hay cuerpos que padecen. fraternidad y reciprocidad como modo vi-
Cuerpos que zumban, insisten y caen para tal para empalmar las diferencias unas con
elaborar sus modos de vida. Seres de carne otras. Creo como Tatián en esta comunidad
y hueso –parcelas de humanidad singular de raros que asegura simultáneamente, la
por humildes que éstas sean– que hablan efervescencia de la revuelta y la percepción
y actúan, que se presentan y exponen por de la prudencia, ante cualquier democracia
sus gestos y rostros, por sus movimientos que se cierra sobre sí satisfecha perdiendo
y deseos, por sus palabras y acciones, sus- su propia lógica del reparto sensible. La so-
trayéndose en su expresión vital posible beranía de los cuerpos que componen lo in-
a cualquier síntesis conceptual última. La composible siempre ha sido para cualquier
singularidad de sus existencias está defi- Poder, Ley o Saber una “energía anarquis-
nida por contados detalles que nunca al- ta” o un “principio de revuelta” que altera
canzan para resumir una multitud entre el espacio y el tiempo de lo común y que sin
otras o una humanidad genérica. Detalles, embargo, hace posible la democracia como
muchas veces impersonales e impropios de la sociedad más filosófica proclive al pen-
cada cuerpo, que constituyen la indiferen- samiento sensible. Sin dudas es la comuni-
cia de existir. Tal vez una “representación dad de los raros la que reclama una estricta
sin resto” sea la reserva de una democra- igualdad y la que aún valora en algún gra-
cia extrema. Esta reserva indicaría que do la “parte maldita de la igualdad radical”,
cualquier Poder, Ley o Saber democráticos como fondo y resto del proyecto moderno
contiene una ausencia de principios o un inconcluso en lo contemporáneo, aunque
estado de indeterminación inventivo no reconoce su constitución colonial. Pero son
conquistado, capaz de formar comunidades las prácticas descoloniales las que crean
de diferentes en el juego libre de las singu- una y otra vez las condiciones sensibles
laridades irreductibles. No hay posibilidad que integran a los sin-parte y enaltecen las
alguna de una democracia extrema si se eli- singularidades. La imaginación política del
mina de su centro un principio de igualdad tiempo que viene no podrá abandonar es-
radical sólo comprensible como un modo tos senderos, con los riesgos del fascismo
efectivo de “anarquía” inventiva destinada entre nosotros golpeando a las puertas del
a asegurar composiciones posibles y alegres porvenir.
de los cuerpos que padecen. El principio li-
bertario que reclamamos –en tanto teoría y Politizados por el acontecimiento, la imagi-
práctica– es aquel que atraviesa las formas nación se despliega como un problema de
de una democracia extrema haciendo posi- lo singular ajeno a cualquier moral. Ya no
ble las composiciones de los cuerpos para señala la distancia entre lo auténtico y lo
asegurar la existencia del otro, de los otros inauténtico. Fuerza a desactivar peligrosas
y del nosotros. Claro está que una demo- dicotomías como verdadero/falso o real/
cracia extrema es una “comunidad de ra- irreal. El tiempo en su secuencia silencio-

66
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

sa vuelve a la imagen como inseparable de previsto, pero nunca rechazo la institución


la materia porque liga a lo singular con lo imaginaria de la sociedad que se dedica a la
singular, donde resulta indiscernible tanto vida instituida. Reconozco mi deseo por lo
lo real y lo irreal como lo verdadero y lo instituyente que proviene del conflicto. La
falso, y por ello nos distingue de cualquier imagen, como vector de la imaginación po-
universal que subsume a lo particular. Mi lítica, está en el lenguaje retórico o figural
camino es el de la radicalización de la po- del discurso al que le resulta imposible no ir
lítica para la vida y no el de la semántica al corazón mismo de lo político.
política de la llamada political science o el
de las éticas públicas, aunque no desdeño
para pensar ni de las relaciones de poder
ni de las formas de soberanía. Mi interés
está dispuesto en el patio trasero de lo im-

67
REFERENCIAS

Arendt, H. (1951). The Origins of Totalitarianism, T I-II-III. New York: Harcourt Brace
Jovanovich, Inc.
Bataille, G. (1970). Le problem de l`Etat & La structure psychologic du fascisme. París:
Gallimard.
Benjamin, W. (1980). Gesammelte Schriften. Frankfurt: am Main.
Butler, J. (1993). Bodies that Matter. On the Discursive Limits of “Sex”. New York:
Routledge.
Cangi, A. (2011). Gilles Deleuze. Una filosofía de lo ilimitado en la naturaleza singular.
Buenos Aires: Quadrata-Biblioteca Nacional.
Cangi, A. (2015). Imágenes del pueblo. Buenos Aires: Quadrata.
Cangi, A. (2020). Marionetas de un dios salvaje. Ignorantes. Revista digital de aparición
esporádica. Especial fin del mundo. Buenos Aires: Red Editorial.
Debord, G. (1967). La Société du spectacle. París: Éditions Buchet-Chastel.
De Carolis, M. (2017). Il Rovescio della libertà. Tramonto del neoliberalismo e disagio
della civilità. Roma: Quodlibet.
Deleuze, G. (1968). Différence et repetition. París: PUF.
Deleuze, G. (1969). Logique du sens. París: Minuit.
Deleuze, G. (1983). L’image-mouvement. Cinéma I. París: Minuit.
Deleuze, G. (2019). Lo actual y lo virtual. Buenos Aires: Contemporáneos-Iluminuras.
[Estudio preliminar de Adrián Cangi].
Deleuze, G. y Guattari, F. (1972). L’Anti-Œdipe. Capitalisme et schizophrénie. París:
Minuit.
Deleuze, G. y Guattari, F. (1980). Mille Plateaux. Capitalisme et schizophrénie. Paris:
Minuit.
Didi-Huberman, G. (2003). Images malgré tout. París: Minuit.
Esposito, R. (2002). Immunitas. Protezione e negazione della vita. Turín: Einaudi.
Foucault, M. (1975). Surveiller et punir. París: Gallimard.
Foucault, M. (septiembre de 1988). “Introduction à la vie non-fasciste”. Magazine
Litteraire.
Foucault, M. (2001). Dits et écrits, II, 1976-1988. Paris: Gallimard.
Lazzarato, M. (2011). La fabrique de l´homme endetté. Essai sur la condition néoliberle.
París: Editions Amsterdam.

68
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

Mbembe, A. (2006). Necropolitique. Raisons politiques, 21.


Nancy, J.L. (2003). Au fond des images. París: Galilée.
Rosset, C. (2006). Fantasmagories, suivi de Le Réel, L’Imaginaire et L’Illusoire. París:
Minuit.
Schmitt, C. (2015). Stato, Grande Spazio, Nomos. Milano: Adelphi.
Stengers, I. (2009). Au temps des catastrophes. París: La Découverte.
Tatian, D. (2012). Lo impropio. Buenos Aires: Excursiones.
Vauday, P. (2001). La matière des images: poétique et esthétique. París: L’Harmattan.
Vauday, P. (2009). La invención de lo visible, Buenos Aires: Letranomada. [Prefacio de
Adrián Cangi].
Warburg, A. (2010). Atlas Mnemosyne. Madrid: Akal.

69
DI Á LO G OS
POLÍTICA Y VIDA PROFUNDA
E N T R E V I S TA C O N J E A N - L U C N A N C Y

Iván
Torres Apablaza

Traducción: Iván Torres Apablaza


y Tuillang Yuing Alfaro
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

E n 1980, bajo el patrocinio de Jacques


Derrida y la École Normale Supérieure,
Phillipe Lacoue-Labarthe junto a Jean-Luc
donde retoma la densidad de las reflexio-
nes filosóficas y políticas que recorren una
década de investigaciones. En esta entre-
Nancy, fundan en Paris el Centre de Recher- vista, quisimos preguntarle directamente
ches Philosophiques sur le Politique. Allí se sobre la actualidad del retrait du politique y
darán cita importantes pensadores como –en medio de una crisis global– conocer su
Etienne Balibar, Jean-François Lyotard y perspectiva sobre las posibilidades de pen-
Alain Badiou. El objetivo fundamental del sar otros modos de lo político.
Centre, consistía en interrogar la esencia
de lo político. Esta tarea los llevará a for- IT: El retrait 1 du politique, se formuló como
mular un programa de investigación, cuyos un proyecto de pensamiento animado por
vestigios se reúnen en los cuadernos titu- un diagnóstico del presente bastante es-
lados Rejouer le politique (1981) y Le Retrait pecífico: el agotamiento o extenuación de
du politique (1983). El Centre tuvo una cor- la política instituida sobre fundamentos
ta existencia, sin embargo, los problemas metafísicos (la comunidad, el hombre, la
formulados allí permanecieron abiertos, soberanía). Allí se reconoce una profunda
mientras otros asumieron modalidades es- crítica al modo en que la política y la filo-
pecíficas según las inquietudes filosóficas sofía occidental clausuraron la posibilidad
de sus miembros. Específicamente, en lo de pensar lo que usted, junto a Lacoue-La-
que concierne al trabajo de Lacoue-Labar-
barthe, denominaron la “esencia de lo po-
the y Nancy, ambos venían trabajando en
lítico”. Al mismo tiempo, este diagnóstico
colaboración desde la década de los setenta
les permitió formular lo político como un
en torno al problema de la relación social.
problema: la relación social. El vocablo
Es este problema el que los lleva a dialo-
“retrait”, en toda su polisemia, anticipa es-
gar polémicamente con el psicoanálisis de
Freud y Lacan, para finalmente arribar a tos movimientos. La “retirada”, por tanto,
la reflexión ontológica acerca de lo político concierne a un gesto que intentaba pensar
que animará los propósitos del Centre. Lue- otro modo o modulación de lo político, al
go de esta experiencia, Nancy publica en tiempo que una retirada de la política bu-
1983 el ensayo La Communauté désoeuvrée, rocrática y totalitaria.

1  El vocablo original en francés es de traducción altamente problemática: involucra un desplazamiento


temporal (retraso, demora), una disposición negativa (rechazo), pero también el gesto de volver a dibujar
un trazado. En el sentido que asume este vocablo en los trabajos de Lacoue-Labarthe y Nancy, el retrait
supone una retirada, en el sentido de una toma de distancia, pero también un gesto que implica volver
a una anterioridad no cronológica, esto es, ontológica. También comporta el sentido de una re-tirada,
al modo de una tirada de dados, al tiempo que un re-trazo, es decir, la invención de un nuevo trazado.

73
Teniendo en cuenta nuestro suelo presen- neral que parecen comportar la expansión
te, donde pareciera ser que es la “relación” mundial de fuerzas y modelos privados de
misma la que se encuentra en cuestión y, cualquier otro espíritu que no sea el de la
con ello, la posibilidad abierta de un nue- performance técnica y/o financiera. Nin-
vo modo de lo político, ¿qué vigencia cobra gún “progreso” humano –ni moral, ni inte-
para usted esta apuesta de pensamiento? lectual, ni cultural– parece ya acompañar

JLN: En efecto, nos encontramos en plena al “crecimiento” que, por lo demás, no hace
“retirada de lo político” y lo que se había crecer más que el capital (recuperando su
vuelto sensible a principio de los años 80, funcionamiento patrimonial como lo mues-
ya no es sólo sensible, sino que se ha hecho tra Piketty 1) y la técnica (que no perfecciona
presente en todas partes como una realidad más que sus medios, pero cuyos fines ya no
restrictiva e inquietante. La desaparición tienen ningún carácter “humano”, incluso
de los partidos y los discursos de izquier- en materia de salud).
da; la llegada al poder de representantes
de un nuevo nacionalismo aliado a fuerzas En estas condiciones, la “retirada de lo
tecno-económicas que no dejan de devas- político” se convierte en un enterramien-
tar las condiciones de vida, tanto biológi- to (enfouissement). Lo que se muestra más
cas como sociales; la incapacidad de Europa visiblemente, es el vacío casi integral del
para convertirse en una realidad política; concepto mismo de política. Lo que en
la impotencia de las oposiciones en países 1980 se podía designar como un posible
como la India o Japón (cuyo estatus “demo- re-trazamiento (re-tracement ), ya no tie-
crático” hacía esperar otras posibilidades); ne mucho sentido. O, más bien, vemos que
las dificultades económicas y sociales que uno de los aspectos de este retrazamiento
paralizan a los países latinoamericanos,
(retracement) se acentúa con mucha clari-
donde podría haberse esperado un resurgi-
dad: es necesario partir de otro lugar, un
miento; el atropello interminable en África;
lugar más profundo o anterior a toda “polí-
los violentos enfrentamientos que asolan
tica”. Prueba de ello, es el extremo desgas-
Medio Oriente; todos signos indiscutibles
te de la palabra y más aún, del masculino
de la desaparición de lo que se había repre-
sentado como posibilidades políticas más o “lo político”: se ha convertido en una pala-
menos socializantes. bra vacía, encargada de designar un ideal
muy vago de recuperación de los princi-
Esto ocurre sobre el fondo de una situación pios y los fines de la existencia común. En
ecológica cada vez más peligrosa y, al mis- el fondo, juega un papel teológico o mágico
mo tiempo, del renacimiento de ideologías (Es por eso que desde hace bastante tiempo
identitarias que se han vuelto más intensas lo he abandonado). En el mejor de los ca-
por las perspectivas de indiferenciación ge- sos, esta palabra sólo sirve para distinguir

1  Piketty, Thomas (2014) El capital en el siglo XXI. México: Fondo de Cultura Económica.

74
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

Cristián Cuevas @cricuebar 26.11.2019


75
A mapola @indomit afot ograf ía 02.03.2020
el vago ideal de las sucias manipulaciones de la historia del pensamiento occidental.
de “la política” (en francés, a menudo, “la po- Para responder según sus términos: sí, la
litique politicienne”, una expresión extraña, relación misma está en cuestión. De to-
donde el mismo término invierte su valor de dos modos, quisiera precisar lo siguiente:
sujeto al de atributo –en inglés encontramos la el término “relación” es problemático en sí
expresión “politicizing” o “politicking”– para mismo. El “mit” de Heidegger no es un lazo.
hablar de mala cocina, ¿diríamos “cookiking Ni-una-justa-posición (Niunejustaposition).
cooking”? 2). No es “categorial” sino “existencial”, escri-
be. Depende de nosotros saber comentar
Resulta esencial separar completamente “la aquello que él mismo jamás explicitó…
política” de este estado de encantamiento al
que ha sido reducida. Se trata de compren- IT: A partir de sus trabajos tenemos noticia
der cómo todas las políticas hasta ahora, de su lectura del “mit” en Heidegger. Según
han sido artes de negociar entre las comple- usted ha explicado, se trataría del “ser-
jas relaciones en que se tejen las sociedades con” 3 como problema esencial, que nunca
y los pensamientos de lo que hace o debe- reenvía a una “yuxtaposición” de las sin-
ría hacer la esencia de la sociedad o bien, gularidades que se encuentran, sino a una
de tal o cual sociedad (un destino nacional, condición indeterminada. Uno podría pen-
popular, la dominación de tal territorio o tal sar que en la modulación de esta “eviden-
o cual conexión de territorios, una misión cia existencial” descansa la configuración
para toda la humanidad, etc.). Hoy en día, de lo colectivo en torno a la cooperación
la negociación sólo tiene lugar entre los sis- o la competencia, la amistad o la guerra, y
temas complejos de fuerzas tecno-económi- la política no haría otra cosa que asignarle
cas y entidades estado-nacionales, ninguna una forma. Me recuerdo cuando usted se-
de las cuales tiene garantizada una plena ñalaba que, de lo común, sólo puede hacer-
y completa legitimidad. Lo que importa se se una experiencia compartida 4. Con ello se
encuentra situado en otra dimensión: en la abre un problema ético, que concierne a la
dimensión de lo que hace a la “humanidad” humanidad del “hombre” en sus modos de
como tal y en ella, la distribución de grupos vida. Usted también ha dicho que no hay
y culturas. Ni los identitarismos ni los multi- ética independiente de una ontología 5.
culturalismos nos ofrecen una respuesta a la
cuestión así planteada. Nadie la ofrece. ¿Es esto lo “más fundamental o más ante-
rior” a lo que usted se refiere?, ¿cuáles son
Se trata, entonces, de otra cosa, de aquello los problemas que esto podría plantear a
que hace a la humanidad del hombre. De una política que se compromete con la sin-
metafísica, o bien, superación de la meta- gularidad de los modos de vida, como posi-
física, según el sentido que le demos a este bilidad de reconsiderar la forma en que nos
término y según la lectura que hagamos relacionamos con todo lo existente?

2  Todas estas expresiones tendrían un equivalente en español al de “politiquería”


3  “Mitsein”, “Mitdasein” o “l’être-avec” de “l’être-là”.
4  La comunidad revocada. Buenos Aires: Mardulce. 2014
5  “la «ética» expone lo que la ontología «dispone»” (Ser singular plural. Madrid: Arena, 2006, p. 114).

76
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

JLN: lo “más profundo” o “más anterior”, no 2. El “ser-con”, aún nos resulta poco cono-
es político. Después de la época de la “reti- cido, porque todas las civilizaciones le han
rada de lo político”, yo comprendí, progresi- dado una forma teológica o metafísica –rei-
vamente, dos cosas: no de dios o paraíso comunista–, pero eso se
acabó. La muerte de Dios es la muerte de la
1. “Lo político” parece designar una esencia onto-teo-politología.
metafísica, de la cual “la política” no sería
más que un fenómeno empírico. Y como Hoy nos enfrentamos a otra forma de rela-
ya no hay ni teología ni metafísica, he- ción de fuerzas: la forma tecno-económica,
mos adquirido el mal hábito de confundir en la que las fuerzas de conjunción y las
“lo político” con el “estar-con”, en el sen- fuerzas de oposición se ensamblan en una
tido existencial que Heidegger quiere dar maquinaria general, donde todos los indivi-
al “mit”. Ahora bien, el “con”, la condición duos y todas las relaciones pueden organi-
primordial y, en efecto, existencial de la zarse según combinaciones calculables que
existencia humana, de la que el lenguaje es integran todos los aspectos de la existencia
la forma más visible, involucra en sí mis- (afectos, deseos, sueños, etc.) y, al mismo
mo la complejidad de un vínculo necesa- tiempo, imponen desigualdades de riqueza,
rio ligado a una desvinculación no menos de saber, incluso de imaginación, transfor-
necesaria. Amor y odio, proximidad y dis- mando con ello la “vida profunda” (el arte,
tancia, deseo y rechazo, tantas relaciones el amor, la amistad, la relación en general)
de fuerzas que son constitutivas del “con” en un funcionamiento de la maquinaria. La
(precisamente en tanto que no se trata de política se convierte, entonces, en un anexo
una yuxtaposición sino de un entrelaza- de la tecno-economía: gestiona los apetitos
miento de singularidades). de unos y las resistencias de otros (estos
“unos y otros” suelen estar presentes de
“La política” es la técnica –o el arte– de ha- forma ensamblada en las mismas personas).
cer coexistir las fuerzas en cuestión. Debe Es una gran Dirección de Recursos Huma-
hacer posible una asociación en la disocia- nos (DRH, sigla que se ha vuelto omnipre-
ción. Pero esta no es la vida profunda del sente) y, al mismo tiempo, de recursos na-
“con”. Esta vida profunda es la del sentido turales y cósmicos, puestos ellos mismos en
que emerge en el lenguaje, el arte, en los estado crítico por la maquinaria.
afectos. Por supuesto, la política debe posi-
bilitar el acceso a esta vida profunda, pero Por eso la democracia está enferma: se ha
no la constituye. La política es el orden de convertido en la política de la tecno-eco-
las estrategias y de las negociaciones que nomía (que es una realidad más compleja y
permite, a la vez, evitar el choque entre más poderosa que el “neo-liberalismo”, que
las fuerzas, es decir, permitir una existen- nos sirve de contraste un tanto sumario…).
cia común, y dejar que se despliegue esta Con la democracia, la política está enferma
“vida profunda”, de la que no es el lugar, –y enferma también el acceso a una “vida
ni el contenido. Ciertamente, esto supone profunda” para la que ya no tenemos pen-
relaciones entre la política y la “vida pro- samiento– aunque, a pesar de todo, toda-
funda”. Pero estas relaciones siguen siendo vía tenemos relaciones, amores, amistades
relaciones en un sentido exterior. y formas artísticas o espirituales. Pero las

77
78
Sebastián R unner @sebastian_r unner 30.01.2020
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

experimentamos como difíciles o ambiguas, Teniendo esto en cuenta, ¿cuál es para usted
peligrosas o vanas… el lugar de la imaginación? ¿podría consti-
tuir, acaso, también una tentativa de “vida
Al mismo tiempo, la gran mayoría de la po-
profunda”?
blación del planeta busca enérgicamente –y
a menudo, desesperadamente– compartir el JLN: En la mayoría de los casos, la imagina-
bien-estar material de las sociedades “desa- ción parece indicar una facultad de inven-
rrolladas”. Pero la práctica de esta búsque- ción que sería distinta de la concepción, así
da, se convierte en el apetito obstinado de como de la observación, el razonamiento y
bien-estar tecno-económico, o en la revuel- el juicio. Además, sus invenciones serían
ta y la fuga –cuando no se trata de una re- del orden de la irrealidad, del sueño, del
signación abrumadora– frente a las condi- fantasma o de la fantasía. Lo que se llama
ciones miserables a las que se dejan a los “imaginario”, supone ser irreal. Ahora bien,
abandonados…Y allí tampoco hay política, “imaginar” es hacer venir a la presencia la
ni representación de una “vida profunda”: realidad de lo real –hasta el punto mismo
ya no hay una perspectiva revolucionaria en que lo real se desliza hacia una ausencia
seria, ni siquiera una utopía movilizadora. sin fondo y la imaginación imagina lo ini-
El sueño comunista fue –sin duda desde maginable: el abismo, lo imposible, la tras-
1917…– absorbido por el colectivismo. cendencia infinita o la inmanencia integral.
Tal vez, incluso todo lo que concierne a la
Vivimos en el colectivismo, es decir, en la
“imágenes”, en el sentido más banal, termi-
yuxtaposición calculada de las fuerzas, de- ne yendo, inevitablemente, en esta direc-
seos y proyecciones. De esta manera, sabe- ción. Toda la pintura va hacia un rojo-ma-
mos cada vez menos lo que “nosotros” so- rrón saturado de Rothko, al igual que toda
mos en tanto que “con”… la poesía lo hace hacia un verso como aquel
de Zukofsky: “calm gladden gladwyn glad-
IT: Siguiendo lo que usted señala, de lo que win glad” 6; pero esto no es un final, al con-
se trataría es de explorar y ampliar las posi- trario, es cada vez un nuevo fluir de otras
bilidades abiertas del “con”, es decir, de las imágenes o de imágenes de lo inimaginable.
posibilidades de invención de un “comunis-
Incluso la filosofía misma es imaginativa:
mo” que conecte con una “vida profunda”.
cuando Platón inventa la “idea”, inventa
Creo comprender que esto es lo que usted
la forma sensible, la imagen que no tie-
también ha intentado explorar en figuras ne forma perceptible, pero que carga, que
como el cuerpo, la piel, el tacto –las singula- conlleva, toda la realidad sensible hacia su
ridades que se tocan–, incluso en experien- verdad. No hay “vida profunda” que no sea
cias como la embriaguez y figuras estéticas una búsqueda de imágenes cada vez más
procedentes de la pintura o la literatura. inimaginables.

6  Zukofsky, Louis (1991) A new complete shorter poetry. New York: NDPC, p. 343.

79
LA IMAGEN DEL PASADOR
E N T R E V I S TA C O N A M A D O R
F E R N Á N D E Z - S A V AT E R

Tuillang
Yuing-Alfaro
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

Y a sea a través de su web “Filosofía Pira-


ta” como a través de numerosas colum-
nas, Amador Fernandez Savater ha cultiva-
que, en algunos pasajes del texto, la idea
de revolución venga aparejada con la de
orfandad: hablas de imágenes-zombi que
do un oficio que amarra el pensamiento y la parecen servir más a la nostalgia que a la
política. Acusando el impacto y el decurso inventiva.
del 15-M español -sus debates, tensiones e
impugnaciones-, el autor ha reunido en Ha- Desde tu experiencia: ¿Cómo se constata la
bitar y gobernar (NED Ediciones) una serie impotencia de algunas imágenes que hasta
de escritos, diálogos y reflexiones colecti- hace algunas décadas alentaban las luchas
vas en torno a las posibilidades y alcances revolucionarias?
de la imaginación política. Se trata de una
A F-S: Me interesa esa orfandad: somos
suerte de bitácora reflexiva que testimo-
huérfanos de una idea de Revolución que
nia sobre los retos políticos de una época
ha marcado con mucha fuerza dos siglos de
cuyo orden ha dado signos de agotamien-
historia (al menos, 1789-1989). El “nosotros”
to. En ese sentido, la oscilación y oposición
de ese “somos huérfanos” no es sociológico
entre dos paradigmas -el del gobernar y el
o descriptivo, sino más bien performativo,
del habitar- permiten a Fernandez-Savater
incluye a quien quiera incluirse ahí.
interrogar los arquetipos, los referentes y
también los extravíos que se juegan al mo- Esta idea de Revolución -un corte mayor en
mento de proponer una transformación de la Historia, derrocamiento del viejo mundo,
lo que políticamente existe. Conversamos emergencia del nuevo- ha perdido fuelle.
con el autor en torno a algunos de los ejes y Fuelle en el sentido más preciso: ya no avi-
preguntas que organizan este libro. va, sino todo lo contrario, las llamas de re-
beldía que -esas sí- se esparcen por doquier.
TY: Sin duda, nuestra insistencia por con-
versar sobre Habitar y gobernar es provo- Las referencias a la Revolución en los mo-
cada por la sintonía que existe con la pre- vimientos sociales me parecen más bien
gunta de nuestro dossier: la cuestión de la vagas, irónicas, al menos así fue en el 15M
imaginación política, o si se quiere, la cues- por ejemplo.
tión de las imágenes que sirven de inspi-
ración para empujar la transformación de Sin embargo, me pregunto si esa orfandad
un modelo que se pretende insuperable. No es realmente asumida, o bien vivimos aún
obstante, parece que el repertorio canóni- a la sombra del Padre. Es decir, si la idea re-
co de imágenes, consignas o símbolos a los volucionaria no ha perdido vitalidad, pero
que acudir muestra también cierta fatiga o sigue ahí presente como si fuera un fantas-
incluso cierta impertinencia. No es casual ma: la presencia de una ausencia.

81
Como una especie de modelo difuso de delo: una cierta idea de transformación
cómo “deberían ser” las cosas. Como si el como asalto, como fogonazo, como heroís-
imaginario revolucionario se hubiese que- mo épico, etc.
dado congelado dentro de nosotros, impi-
Asumirnos como niños perdidos entonces.
diéndonos sentir y advertir las potencias
Y desde ahí retomar incluso la relación con
del presente, los puntos a partir de los cua-
lo que dejamos atrás, como el chico que se
les podríamos retomar las exigencias y los marcha de casa.
deseos de transformación radical.
TY: Una cuestión que me ha parecido nove-
Es lo que en el libro se trata de pensar como dosa en tu análisis tiene que ver con asumir
“impasse”: una inadecuación entre prác- cierta fragilidad, con dejar de encarar las
ticas y lenguajes, prácticas e imaginarios. luchas desde el lugar del control, de pen-
Porque prácticas de transformación hay a sar la potencia como total afirmación, sin
puñados por todos los rincones de mundo, fisuras ni debilidades. Por el contrario, tu
no se lo tengo que recordar a un chileno pareces señalar que en cierta abdicación a
después del octubre de 2019. la totalidad y en la aceptación de lo discon-
tinuo, parecen abrirse momentos de crea-
Entonces se trata de asumir y reapropiar- ción y novedad.
nos de nuestra orfandad. En el prólogo del
¿Cómo puede esta suerte de renuncia libe-
libro hablo de los “niños perdidos”. Los ni-
rar espacios para imaginación? Y a su vez,
ños, la infancia, fue una imagen revolu-
¿cuáles son las obstinaciones a las que las
cionaria muy importante: representaban
luchas parecen seguirse aferrando y que
-para Michelet cuando habla de la Revolu-
obstaculizan estos espacios de novedad?
ción Francesa, pero también para Mao- el
comienzo, un punto cero, una cierta virgi- A F-S: Una pregunta que me viene insis-
nidad. Yo retomo la imagen por otro lado: tiendo es: ¿cuál es la fuerza de los débiles?
como una orfandad activa, no nostálgica, Cuando no tenemos fuerza en un sentido
no idealizadora de lo que fue, una imagen clásico -económica, cuantitativa, física, ins-
de tanteo, de experimentación, de búsque- titucional, tecnológica-, ¿dónde nos apoya-
da. Los niños perdidos justo como una figu- mos entonces?
ra contraria a la pérdida.
Hay muchos “personajes conceptuales” a
No es fácil reapropiarse de la orfandad, través de los cuales me enfrento a esta pre-
asumirse sin modelo que repetir. Pero los gunta en el libro: Gramsci, T. E. Lawrence,
movimientos son en sus mejores momentos las bandas partisanas italianas, la desobe-
“como niños perdidos” que no saben dónde diencia civil palestina, ¡incluso Johan Cru-
van, pero inventan mil cosas por el camino. yff!

El modelo nos impide ver. El fantasma nos ¿Cuál sería entonces la “renuncia” de la que
asusta porque nunca estamos a su altura. hablas? Es la renuncia a la posición clásica
Fuerza nuestra percepción para que sólo de sujeto: plantado firme frente al mundo,
veamos en el presente lo que refleja el mo- independiente, autónomo, autorreferen-

82
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

83
Cr istián Cue va s @ c r ic ue va s 0 8. 0 3 . 2 0 2 0
cial… Es la renuncia a una posición “sobera- ro definido por el adversario vamos a per-
na”, al control y al dominio, todo lo que en der. El conflicto es asimétrico, la debilidad
el libro trato de pensar como el “paradigma mayor viene de pensarse con las categorías
del gobierno”. del enemigo (como dice León Rozitchner).

Cuando renunciamos a la imagen clásica TY: Ahora bien, más que un olvido o renun-
de sujeto -a ser un ejército, un partido, un cia a ciertas imágenes, tu propuesta parece
bando, un bloque-, ¿qué nos queda? Bueno, apuntar a otro modo de relacionarse con
queda justamente el mundo. Quiero decir: los imaginarios que alimentan las luchas.
la fuerza no estaría “dentro de mí”, como En sí, las imágenes no estarían cerradas ni
una identidad o un patrimonio, sino “fuera definidas de antemano, sino que invitarían
de mí”. La fuerza pasa entonces por mi ca- a un uso deliberadamente pagano:
pacidad de amistarme con procesos, perso-
nas, tierras, seres, tiempos. ¿Puedes comentarnos esa precisión?

¿No ha sido siempre esa la fuerza de una A F-S: La invitación del libro (y la exigen-
guerrilla, de un maquis? No ser un sujeto, cia) es: encontremos nuestras propias imá-
genes. En la experiencia, es decir, cada vez.
sino una red de formas de vida, de territo-
rios, de historias, tejida por los afectos. No hay imagen buena de la potencia, es
decir, no hay modelo. Es cada vez. Quie-
No se trata tanto de hacer un elogio de la
ro decir: no se trata de sustituir una vieja
debilidad como de pensar cuál es la fuer-
imagen revolucionaria por una nueva, una
za de los débiles: es una fuerza vulnerable, idea del siglo XIX por una idea de Toni Ne-
la disposición al contacto, al encuentro, a gri o de quien sea. El problema de las imá-
la afectación con otras fuerzas. Soberanía genes no es la oposición viejo/nuevo. Una
es lo contrario: soberanía significa precisa- imagen muy antigua puede ser actualizada,
mente “no vulnerabilidad”. una imagen nueva puede ser asfixiante.

Desde ahí, me parece que la marea baja de Se juega algo decisivo en el cómo nos rela-
una lucha, una crisis o un bajón personal, cionamos con las imágenes: ¿son un mode-
un lapso de silencio, puede ser visto como lo de “lo que hay que ver” que se aplica o
un tiempo de renovación de las fuerzas, repite? ¿O son destellos capaces de adver-
cuando una potencia se saturó y debemos tirnos de una potencia en movimiento? Al
dejar paso a otras. segundo modo de leer o relacionarnos con
las imágenes le llamo “pagano”.
Las “obstinaciones” por las que me pregun-
tas las veo del siguiente modo: nos obsti- ¿Pagano en qué sentido? En primer lugar,
namos en querer seguir siendo fuertes en no ateo. Es decir, no me convence la posi-
sentido clásico, en disputar el poder y el ción puramente racionalista que dice: no
control, en basar nuestra capacidad en una necesitamos ningún tipo de imágenes, sino
identidad autónoma, independiente, auto- una ciencia, un programa, una estrategia,
rreferencial. Y cuando jugamos en el table- una técnica, unos argumentos, etc. No le

84
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

juego a esa opción, que en los dos últimos (2020) enfrentado a su doble domesticado:
años lo que ha conseguido más bien es “sa- el plebiscito que define la continuación o el
cralizar” la razón, la ciencia, el Estado, el finiquito de la Constitución de 1980, aque-
partido, el programa, etc. Sigo en este punto lla elaborada y ratificada bajo la dictadura
la crítica del marxismo ortodoxo que han de Pinochet. Además, este plebiscito -lle-
hecho autores como Castoriadis o Rozitch- vado a cabo bajo la sombra de la pandemia-
ner, que consideraban que la imaginación trae aparejada la decisión acerca de si la
humana no es mera fantasía sino “materia eventual nueva constitución es redactada
ensoñada” y creadora de mundos. por una Convención Mixta -que rescata el
protagonismo de los partidos y del parla-
Prefiero salir del monoteísmo -lo teológi- mento - o una Convención Constitucional
co-político: un solo Libro, una sola Verdad, que pareciera dar mayor espacio a la ciuda-
un solo Partido- por el lado de una cierta danía. Como puedes ver, en el plazo de un
“divinización” de lo existente -al modo spi- año, de un octubre a otro y con pandemia
noziano- plural, tensa, cambiante, etc. Me de por medio, la discusión sobre el sentido
explico mejor, no se vaya a alguien a asus- de un proceso constituyente ha irrumpido
tar demasiado: las imágenes son modos de con tal vigor, pero a la vez con tal comodi-
aferrar por un momento una potencia en
dad, que ha sumido a la imaginación políti-
movimiento. Es la idea de Kerenyi sobre los
ca en cierto escepticismo: pareciera que o
dioses griegos, por ejemplo. La imagen no
bien no tenemos recursos para imaginar lo
es la potencia, pero puede acompañarla, di-
nuevo, o bien esta supuesta apertura no es
rigir nuestra atención hacia ella, darle va-
más que otra artimaña del gatopardismo
lor y visibilidad.
de nuestras democracias nominales siem-
Pero hay que renovar esas imágenes todo pre obedientes a una estabilidad que jamás
el tiempo, porque la misma realidad está se arriesga.
hecha de tiempo, es emergencia de la alte-
Por tu parte, has elaborado una cuidadosa
ridad y o nuevo. En ese sentido entiendo el
distinción entre potencia y poder que pa-
paganismo político.
rece oportuna para estos momentos ¿Qué
TY: De la lectura de tu libro resulta una opinión te merecen estos procesos constitu-
coincidencia que resulta tan graciosa como yentes o refundacionales en términos de las
sugerente. En unos pasajes iniciales te re- promesas que parecen no cumplirse? ¿A qué
fieres a la “revolución de Octubre” como el sería necesario poner atención para tratar
arquetipo predominante de las revolucio- de que los eventuales fracasos no tomen la
nes del siglo XX. Algo lejos del perfil bol- cara una tragedia derrotada de antemano?
chevique, en Chile hemos tenido nuestro
propio octubre, el que ha sido ciertamente A F-S: No me atrevo a hablar sobre el caso
decisivo para remecer el debate político y chileno, que sigo con atención sobre todo
ciudadano. Por si esto fuera poco, el llamado a través de mi amistad con las gentes del
“estallido social de octubre” (2019) se ve hoy Colectivo Vitrina Dystópica.

85
86
Esteban P aredes @e st e ba n d id o. o 1 1 . 1 1 . 2 0 1 9
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

Hoy, ciertas voces con mucha fuerza -pien- quiavelianos, la plebe no se confunde con
so en Giorgio Agamben o el Comité Invi- el gobierno. Nunca se identifican, reabsor-
sible- han alertado contra la tentación de ben, siempre son fisura, fuga, resto.
lo “constituyente”. A sus ojos, es el modo
por el cual las sociedades en movimiento Es esa identificación potencia-poder la
(pensemos en el octubre chileno) quedan que nos lleva a la frustración en los pro-
atrapadas y bloqueadas en un “mecanismo cesos constituyentes o refundacionales,
diabólico” que somete sus energías a la re- por ejemplo, es lo que ha pasado en España
novación y reproducción de un nuevo po- con el pasaje entre el 15M y Podemos. Por
der constituido. haber confundido ambos elementos el ba-
tacazo ha sido fenomenal: la potencia se ha
La “fuerza constituyente” queda limitada
vaciado y el propio Podemos ha perdido la
-en el mejor de los casos- a la mera revisión
fuerza que lo empujaba más allá, quedando
de la nueva representación y el nuevo go-
ahora simplemente como un correctivo de
bierno, desposeída de su energía creadora
de nuevos modos. Tanto Agamben como el izquierdas al Partido Socialista.
Comité Invisible se esfuerzan entonces en
Teniendo en cuenta esta distinción entre
pensar una “potencia destituyente”.
elementos heterogéneos, queda por decidir
Es muy interesante navegar esas aguas, la estrategia a seguir: quedarse al margen
pero -de nuevo- de un modo pagano. Por- de un proceso constituyente, atravesarlo,
que pudiera ser que la realidad sorprendie- desbordarlo, etc. No es nada fácil salir de la
se nuestros esquemas teóricos y hubiese alternativa entre captura o marginalidad.
por ejemplo una cierta potencia destitu- Ojalá en Chile se invente una diagonal.
yente en un proceso constituyente, que ese
proceso fuese la vía para revitalizar (y no TY: Una característica de tu libro es la per-
capturar o cristalizar) fuerzas populares. O manente referencia a otros. Como una suer-
pudiera ser que en ese nuevo derecho, que te de rumor contante, las ideas que consig-
traería lo constituyente, quedase clavada nas parecen ser fruto de un pensamiento
una astilla en el corazón del Poder que pu- coral, colectivo, tal vez hasta impersonal.
diese ser usada en adelante por abajo (el de- Por otra parte, existen una serie de autores
recho es codificación y a la vez repertorio con los cuales el diálogo, ya sea como en-
de posibilidades).
trevista o conversación, es manifiesto -Be-
Es decir, ninguna teoría debe ser “seguida” nasayag, Rancière, Juan Gutierrez, Ali Abu
de modo que nos ceguemos a procesos, po- Awwad, Rita Segato, entre otros.
sibilidades y potencias concretas. Las imá-
En momentos en que lo colectivo parece
genes deben espabilar nuestra atención a lo
haberse puesto en entredicho, en que el
que pasa, no fijarla.
habitar mismo parece consistir en no es-
Lo que sí me parece un criterio central a tar cerca, ¿Qué lugar tiene en tu escritura
observar es el siguiente: la potencia no se el pensamiento colectivo, los diagnósticos
confunde con el poder o, en términos ma- conversados y hasta compartidos?

87
A F-S: No sé, me cuesta pensar esto porque Este flujo colectivo no sé si es un “colecti-
tendría que tomar una distancia con lo que vo” en el sentido clásico. En todo caso, es un
hago que no tengo: vivo en esa circula- pensamiento “fuera de lugar” -no pertenez-
ción. Entre las conversaciones con ami- co a ninguna corriente o grupo, a ninguna
gos, las lecturas, el flujo interno-externo… escuela o academia, ni siquiera me entien-
do ya como activista o militante.
En el libro -como para mí- están todos al
mismo nivel: conversaciones con mis ami- Hablando de un libro sobre “imágenes”, me
gos personales Juan Gutiérrez o Margari- pregunto si tengo buenas imágenes para
ta Padilla, las lecturas con los amigos im- ver y valorar lo que yo mismo hago… Me
personales que son Rancière o Foucault. gusta la del “pasador”: alguien que se pone
“entre líneas”, entre la política y el pensa-
Estoy atento a los momentos de cruce: miento por ejemplo, que le gusta recibir y
cuando en una conversación sobre lo que pasar, escuchar lo social y devolver algo
pasa se asienta sin forzar un concepto sistematizado, una zona de paso, un entre.
teórico. Ahí me parece que hay algo. Es
un ir y venir constante entre la experien-
cia y las ideas, la experiencia de las ideas
y las ideas como experiencia -porque se
lee con el cuerpo.

88
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

89
DIS LO CAC IO N ES
PACTOS VIGENTES, PELIGROS LATENTES:
REGÍM E NES DE V ERIDICCIÓN
F R E NT E AL LARGO OCTUBRE
CHILENO

Luciano
Sáez
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

“En las ciudades bien reales, llega un día, pues, en que se hacen es-
fuerzos por reconciliarse. Como si olvidaran que juramento y olvido
son hijos de Discordia, los ciudadanos intentan olvidar el conflicto
jurando que nunca van a volver a evocar lo que está todavía presente
en la mente de todos.”

Nicole Loraux

A d portas al primer aniversario del esta-


llido social de octubre, en un escenario
de recrudecimiento en las formas de vio-
sición a no movilizarse, y a afrontar el ple-
biscito como un cierre epocal, despiertan
los viejos fantasmas de la transición, levan-
lencia institucional, y a sólo días de reali- tan el tenue polvo de la amnistía y la im-
zarse un plebiscito por un cambio constitu- punidad que ha marcado la trayectoria por
cional, el ejercicio por imaginar lo político la búsqueda de verdad y justicia en Chile
nos plantea algunas señales de advertencia mostrando su cruda vigencia.
respecto a cómo se han gestionado y trami-
tado los discursos sobre la violencia política De la misma forma, el blindaje de las capas
durante el estallido social y la violencia ins- políticas ante las acusaciones constitucio-
titucional en tiempos de pandemia. nales frente a la gestión de la pandemia y
el lento avance en el esclarecimiento de las
A partir de una reflexión contrafactual, y a la y los responsables de las sistemáticas vio-
luz de la experiencia que ha marcado la esce- laciones a los derechos humanos cometidas
na nacional de los últimos treinta años, , en desde octubre de 2019, revelan la perdura-
clave de consenso, amnistía y olvido, se hace bilidad del pacto transicional, una raciona-
necesario pensar los modos de gestión que ha lidad política sustentada en los acuerdos,
asumido y puede asumir la experiencia vivi- y en un ejercicio de desplazamiento de la
da, a partir de la instalación de narrativas ca- justicia, hacia su posible material: la tra-
nónicas para pensar el momento actual, que mitación de la experiencia bajo narrativas
despiertan los temores sobre la vigencia del canónicas de consenso un pasado doloroso
pacto transicional en Chile. y un presente traumático. En suma, la ins-
talación de verdades oficiales que orientan
Así, tomando el desarrollo de la noción de prácticas y modos de ser.
regímenes veridicción de la obra de Michel
Foucault proponemos una discusión res- Lo anterior nos remite al problema de la
pecto a lo que podemos denominar como verdad y las derivas que a lo largo de la obra
un posible gobierno de la experiencia vivi- de Michel Foucault han permitido pensar la
da en este largo octubre y sus posibilidades formación de la verdad en su intersección
de resistencia. compleja con las relaciones saber-poder. Si
bien, dicho problema será transversal a lo
largo de su obra, será a fines de la década
de los setenta, en su abordaje de las prác-
Sobre la verdad y el gobierno sobre la vida
ticas contemporáneas de gobierno bajo las
Los llamados realizados en las últimas se- cuales pensar el liberalismo y neoliberalis-
manas tanto por el oficialismo como la opo- mo (Foucault, 2016; 2018) que el cues

93
tionamiento por la verdad asumirá una di- Regímenes de veridicción frente al
mensión de análisis particular a partir de la largo octubre
noción de gubernamentalidad, particular-
mente, en su apuesta por una reflexión so- La violencia desplegada por el Estado chile-
bre las prácticas de gobierno sobre la vida no durante el estallido social de octubre se
bajo la idea de regímenes de verdad o regí- ha acentuado y ha tomado diversas singu-
menes veridiccionales. laridades durante la pandemia. La militari-
zación de los espacios públicos específicos y
En tales dimensiones, la construcción de el proceso de confinamiento bajo la persis-
verdades es pensada como una tecnología tencia en toques de queda, cuarentenas di-
específica de gobierno sobre los individuos, námicas, así como el marcado policiamiento
constituida a partir de saberes y prácticas de ciertos espacios “peligrosos”, dan cuenta
particulares que producen discursos, ar- de una forma singular de gestión de la pan-
ticulan prácticas y conducen conductas a demia bajo el disfraz de la policía sanitaria,
partir de racionalidades particulares. De que paradojalmente se cruza por los inten-
ahí, que distintas prácticas y racionalidades tos de mantener la economía en flujo: res-
se sustenten bajo determinados regímenes tricciones para situaciones y sujetos par-
de veridicción como es el caso de los proce- ticulares, pero con la suficiente apertura
sos de subjetivación tras el neoliberalismo para evitar el desplome del modelo.
(empresarización del sujeto), que analiza
De forma paralela a este proceso, se ha
Foucault sustentados, por ejemplo, a partir recrudecido la violencia policial y militar
de la teoría del capital humano. desplegada en poblaciones del gran San-
tiago, como también en la zona sur del país
La grieta analítica, que, a través del ejemplo
contra el pueblo mapuche, no sólo a manos
de la verdad del capital y el mercado abrió
de la institucional, sino también a partir
Foucault, es un ejercicio que permite pensar
del apoyo pasivo a las marchas de grupos
y rastrear las lógicas bajo la cual pensar los
de ultraderecha por el rechazo a una nue-
modos de articulación política tras las for-
va constitución.
mas contemporáneas de gobierno. Es decir,
develar en distintos escenarios y contextos Ante este escenario, una de las primeras
las racionalidades que operan bajo regíme- interrogantes que surge es en torno a la
nes particularidades de veridicción. posibilidad hablar de una nueva raciona-
lidad donde se acoplan estas experiencias
Desde esta mirada, los hechos que rodean y desde donde mirar la nueva normalidad:
el escenario desde octubre nos invitan securitaria y preventiva. O más bien de un
a pensar en los posibles y evidentes re- repliegue institucional como parte de las
gímenes de veridicción que operan para esquirlas y fisuras del estallido social. Sin
conducir la experiencia vivida y la ges- duda, asistimos a un proceso para nada ta-
tión de la violencia ejercida en su dimen- xativo, donde se acoplan modos de gestión
sión policial e institucional. sobre la vida mediante el uso excesivo de la

94
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

95
Daniel Espinoza @daeg90 31.01.2020
fuerza -lo que no es para nada excepcional- la historia de los últimos cincuenta años, y
y en un modo de gestión de la pandemia como una señal de advertencia, nos llama
que acentúa la precarización de la vida. a reflexionar de forma urgente sobre los
modos en que están siendo y serán trami-
En suma, un proceso de constricción que evi- tadas y gestionadas las narrativas sobre el
dencia la puesta en escena de racionalidades estallido social de octubre y la violencia en
ancladas en la fuerza y el cálculo del riesgo tiempos de pandemia.
casi como única forma de gobierno, bajo un
estado que lleva hasta el límite la premisa
echar a la suerte la supervivencia de sus ha-
bitantes, haciendo lo posible por enfrentar Nudos para pensar los regímenes
el conflicto bajo marcos de guerra. veridiccionales

El resultado de esta gestión ha sido hasta el Tomando la discusión anterior, es posible


momento un saldo de muertes a manos de establecer tres nudos problemáticos para
efectivos policiales, así como miles de expe- pensar el campo de los regímenes de veri-
riencia vulneración, violencia sexual, de- dicción frente al largo octubre. El primero,
tención y tortura, a las que además se suma relacionado la instalación de modos gestión
el saldo de muertes en manos de la gestión del pasado reciente y sus secuelas, a partir
de la pandemia a raíz de políticas incohe- de la implementación de procesos de justi-
rentes e insuficientes para la atención de cia transicional, mediante informes y co-
la población, que se expresan por ejemplo, misiones de verdad que han contribuido a
en el debate actual de la manipulación de hegemonizar o tensionar ciertas narrativas
cifras y laboratorios por el ex Ministro de y procesos de subjetivación.
Salud Jaime Mañalich.
El segundo, derivado del anterior, el dilema
A la estela de víctimas de la precarización en torno a la gestión del dolor y la produc-
de la vida, se suman las víctimas del es- ción social de victimas, y las disputas iden-
tallido de octubre, y a ellas, se suman las titarias que en ellas se anidan en clave de
víctimas de la gestión gubernamental de la resistencia y de subjetivación. Y el tercero,
pandemia, que como resultado nos brinda el problema en torno a las memorias del
una sociedad fisurada, golpeada, vulnera- largo octubre como una posible clave de re-
ble y marcada por la ruptura lascerante de sistencia. En particular, en cómo, a raíz de
la violencia de octubre y la pandemia. Una la instalación de narrativas canónicas so-
sociedad marcada por una nueva experien- bre lo ocurrido se activarán nuevos campos
cia traúmatica. de batalla por los significados, no sólo del
contexto del estallido social y del confina-
La experiencia vivida de estos meses y la miento, sino de la democracia postdictato-
forma en como institucionalmente se abor- rial. Al respecto, cobra relevancia algunos
da en conflictos en miras al proceso pleb- atisbos que han comenzando a crear tenta-
sicitario, nos retrotrae ineludiblemente a tivas de “narrativas oficiales”, que despier-

96
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

tan los fantasmas del ethos transicional del interpretativos donde las experiencias de
consenso e impunidad, y cómo comienzan dolor adquieren diversos niveles de legiti-
a entrar en disputas por diversos actores. midad y de status.

En relación al primer punto, frente a los En ese sentido, los procesos por comisio-
procesos de violencia política, guerra civil nar las verdades se pueden entender como
o autoritarismos que ha vivido el conti- tecnologías inscritas en ciertos regímenes
nente, en las últimas décadas se han insta- de verdad que construyen campos de saber
lado diversas estrategias que han buscado particulares sobre la justicia y la repara-
ponerles fin, abordando la experiencia vi- ción en cada contexto. Expresan itinera-
vida y “saldando cuentas” con esos pasa- rios políticos, ritualizan prácticas bajo la
dos que no pasan. semántica de la reconciliación, el perdón,
y en algunos casos la amnistía. Todo esto
Bajo esa lógica, a través del desarrollo de la se evidencia en las formas registros del pa-
justicia transicional se han promocionado sado reciente, en la producción de tipolo-
estrategias de reconciliación social y pro- gías de víctimas reconocidas y sus modos
cesos de búsqueda particulares de verdad. de reparación. De ahí, que en el marco una
Como una forma de afrontar estos legados, gubernamentalidad neoliberal tome forma
las comisiones de verdad se han establecido un saber reparatorio que pone énfasis en
como el canon para investigar crímenes y la compensación económica por sobre la ju-
establecer verdades públicas sobre lo ocurri- rídico-penal, y en modos de gestión del do-
do, promoviendo responsabilidades sociales, lor bajo saberes especializados en la cons-
en algunos casos juicios penales contra per- trucción y tipificación del malestar y en el
petradores, responsables directos, así como abordaje del trauma.
medidas de reparación y compensación a
víctimas previamente definidas como tales, En relación a la instalación de ciertas ver-
así como también políticas de memoria para dades, los procesos por comisionar la ver-
transmitir visiones particulares del pasado a dad establecen regímenes de memoria,
las siguientes generaciones. donde se encuadran memorias, agencian
silencios y promueven olvidos mediante
En su operatoria, si bien las comisiones de
verdad han contribuido hacer frente a po- usos del pasado oficializados. Así instalan
líticas de amnistía y olvido impuestas por “verdades” que pueden contarse pública-
algunos gobiernos, también han contri- mente y desplazan otras que son preferi-
buido a instalar narrativas afines a ciertos bles silenciar u olvidar.
momentos políticos intentando establecer
La forma en como son gestionados y trami-
un punto de clausura con el pasado. Por lo
tanto, lejos de ser instancias neutrales, las tados estos pasados mediante tecnologías
tentativas por comisionar la verdad están de producción de verdad promueve modos
enlazadas con procesos de construcción de producción de sujetos, pero también de
de verdades oficiales, propiciando marcos su resistencia. Producen formas “ideales”

97
98
César Beltr án @c é sa r _be l t r án 2020
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

de víctima a través de regímenes de ver- El común denominador de todas estas ins-


dad sobre ellas, a través de su historia y tancias ha sido una modalidad de repara-
testimonio, promueven identidades, pero ción, que si bien, ha propuesto para algu-
a la vez desplazan otras, que no califican nos casos la judicialización de causas, se ha
como tales o de las que sencillamente no concentrado más bien en la compensación
es posible hablar. Estas instancias serán económica y material, situando la vícti-
disputadas por distintas voces y experien- ma como sujeto restituido en su dimen-
cias abriendo un campo de disputa por la sión económica y humana individualizada,
verdad. De ese modo, el silencio se expre- como una vida que es posible de vivirse en
sa como un acto de resistencia y el olvi- su inserción al sistema económico. En ese
do como una operación temporal que será escenario las víctimas compiten por su cali-
constantemente tensionada. ficación para el acceso a beneficios como la
reparación o se encuentra atravesadas por
Esto nos lleva al segundo punto de proble- una definición que pone acento en su de-
matización relacionado con la producción finición desde la lógica de capital humano.
social de las víctimas. A través de los infor-
mes y comisiones de verdad se han insta- De hecho, en relación a la judicialización,
lado formas de identificación, administra- el Ministerio de Justicia mediante el Pro-
ción de la vulnerabilidad y el riesgo. grama de Derechos Humanos ha sido el en-
cargado de buscar responsabilidad judicial
En la experiencia chilena, a inicios de la en casos de desaparición y ejecución. Sin
década de los noventa las primeras dos embargo, en el caso de la tortura, prisión
comisiones de verdad a través de sus in- política y violencia sexual, las iniciativas
formes instalaron categorías de detenido judiciales están manos de las y los sobre-
desaparecido y ejecutado político como ex- vivientes, quiénes deben sacar recursos de
periencias centrales de la violencia políti- sus bolsillos para contratar abogados.
ca. Posteriormente, catorce años después
de la primera comisión, se abre el diálogo Lo anterior genera campos de disputa en
para hablar de la tortura, prisión política y torno a la impunidad asociada a estos proce-
la violencia-político sexual, las cuales se co- sos, así como también en las formas de tra-
misionan en dos instancias Valech I el 2003 bajo que han llevado estas las comisiones,
y Valech II el 2009. De ellas, por ejemplo, generando activismos y nuevas batallas por
se excluyen experiencias como los allana- la verdad donde confluyen diversos actores
mientos, los desplazamientos forzados, las que tensionan la neutralidad en la concep-
detenciones por menos de 24 horas, las tor- tualización de víctima y buscan escindirse
turas y violencia ejercida en centro no re- de dicha categoría, y otros que buscan ser
conocidos urbanos o rurales. Asimismo, se incluidos y reconocidos bajo estas instancias
excluyen actores como el pueblo mapuche dando cuenta de su dinamismo.
y la comunidad LGTBIQ+ y se limitan tem-
poralidades que excluyen manifestaciones Esta reflexión nos lleva a pensar en el ter-
continuas de represión. cer punto a abordar relacionado con octu-

99
bre. Así, a raíz de la trayectoria particular como la de realizar una comisión de verdad
que ha asumido los modos de gestión de la bicameral compuesta por diputados, senado-
experiencia de violencia política, cabe pre- res y personalidades de la sociedad civil, pero
guntarse por qué regímenes de veridicción además por desactivar las manifestaciones
se instalan para hablar de la violencia en el durante pandemia, mediante su criminaliza-
largo octubre, y qué formas “aptas” de re- ción. Situación que nos recuerda los fines de
cordar se establecerán, o bien, comienzan a la dictadura cívico-militar.
promocionarse en el marco del plebisicito.
Esto instala en el centro del debate la reac-
La represión sistemática vivida desde octu- tivación del pacto transicional basado en el
bre abrió el debate sobre el establecimiento consenso y la desactivación de la manifesta-
una comisión de verdad y reparación para las ción. La lucha por la conducción del proceso
víctimas del estallido social, así como posibles constitucional por parte de élite política, y
programas de reparación que la pandemia la aparicion de la vieja guardia concertacio-
ha retrasado. Por ejemplo, como una forma nista, demuestra la operación posdictatorial
de abordar la mutilación ocular a manos de de volver al punto del mito transicional: el
carabineros se creó un programa de repara- consenso y la reconcialición mediante una
ción ocular para las víctimas el cual ha teni- salida pactada el plebiscito como una salida
do, nulo o poco avance, el que además se ha pacífica al conflicto y al proceso constitucio-
acentuado en el proceso de pandemia. Sobre nal como el canal de conducción de las de-
ambos eventos la forma de tramitar y gestio- mandas ciudadanas.
nar el pasado de hacen presente establecien-
do un puente entre las experiencias de la dic- En segundo lugar, se instala el problema de
tadura y democracia y los modos en que han la gestion de las experiencias vividas y su
sido gestionadas. conducción por ejemplo, a partir de la pro-
puesta de una comisión de verdad presidida
La falta de disposición del estado a investigar por los mismos parlamentarios. Al respec-
la represión ejercida por militares, policiales to, surge la interrogante respecto a qué na-
y grupos de ultraderecha desde octubre de rrativas se hegemonizarán, qué criterios de
2019, así como el llamado a dejar las mani- selección y calificación de víctimas se reali-
festaciones como formas legitíma de lucha, zará, y también qué voces se incluirán, va-
han hecho aparecer por un lado propuestas lidarán y cuáles serán excluidas. En suma,
por conocer la verdad de los hechos e indicar qué memorias oficiales sobre el largo octu-
responsables, instalando a las víctimas y su bre se enmarcarán.
forma de identificación como centro del ac-
ción gubernamental, y al mismo tiempo, los
llamados al cese de la movilización buscan
Las memorias como campos de ensión y
poner un cierre institucional al estallido.
resistencia
Para ello, paralelo al acuerdo por la paz so-
Los informes alternativos realizados por
cial de noviembre, han surgido propuestas
diversas organizaciones de derechos hu-

100
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

manos como Amnistía Internacional, Hu- gislativas y el proceso de una nueva cons-
man Right Watch, la Comisión Interame- titución, abren un diálogo con la experien-
ricana de Derechos y el Instituto Nacional cia concentracionaria vivida la dictadura
de Derechos Humanos, han adelantado y articulan nuevos campos de disputa por
un camino que pone advertencia sobre el los significados que asume este momento.
nulo avance en el reconocimiento de la ex- El llamado constante en redes sociales a no
periencia vivida, proponiendo narrativas olvidar a las presas y presos políticos de la
que formarán parte de los campos de dis- revuelta deja en evidencia el primer campo
puta por la memoria. de resistencia que se articulará frente las
verdades oficiales del largo octubre.
Por su parte, la experiencia de las víctimas
de trauma ocular y la demanda ante la nula Finalmente, la omisión de las víctimas del
respuesta entregada estado, así como el estallido y su ausencia del debate público,
nulo reconocimiento del estado a las viola- son parte de una racionalidad de gobierno
ciones de derechos humanos, abren campos que hace aparecer los fantasmas de un pa-
de tensión respecto a las formas prematu- sado que no pasa: el de las víctimas de la
ras que asume la reparación y sus formas dictadura, el de las víctimas de la transi-
de gestión que abren puentes con la espera ción, los desaparecidos en democracia, los
y despojo a la cual las víctimas de la dicta- excluidos de los procesos por comisionar
dura cívico-militar y de la democracia han la verdad y los modos en que han sido ges-
sido expuestas. La voz y la experiencia in- tionados y a los que se exponen las múlti-
tergeneracional abre el debate sobre el mo- ples experiencia del largo octubre. En este
mento actual desde donde se disputarás las escenario, el acto de recordar y tomar la
posibles verdades oficiales. voz cobra un sentido de resistencia a su
enmarcamiento.
De la misma forma, la experiencia de las
y los miles de presas y presos políticos en
su mayoría jóvenes y menores de edad, a
los cuales el estado ha negado sistemática-
mente el cambio de medidas cautelares, y a
quiénes se ha olvidado en la propuesta le-

101
REFERENCIAS

FOUCAULT, Michel, Nacimiento de la biopolítica, Fondo de Cultura Económica,


Buenos Aires, 2016.
FOUCAULT, Michel, Seguridad, territorio, población, Fondo de Cultura Económica,
Buenos Aires, 2018.
LORAUX, Nicole, La Ciudad Dividida. El olvido en la memoria de Atenas, Katz, Buenos
Aires, 2008.
VALDERRAMA, Miguel, Prefacio a la postdictadura, Palidonia, Santiago, 2018.

102
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

103
L I B E R A LES A L A D E F E N S I VA .
C O M E N TA R I O A “ E L O C T U B R E
C H I L E N O. R E F L E X I O N E S S O B R E
D E M O C R A C I A Y L I B E R TA D ”

Rodrigo
Karmy
Bolton
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

“El liberalismo es una filosofía política de


un mundo sin amor”.

Paul W. Kahn

1. Defensa. la reflexión liberal sobre la mutación que


estamos experimentando como país y que
Un libro a veces puede ser clave no tanto se cristaliza en la sublevación del 18 de Oc-
por lo que dice, sino por cómo lo dice. Los tubre que persiste hasta la actualidad.
problemas que aborda, pero, sobre todo, las
reflexiones que oculta –no necesariamente En este sentido, es un libro que expone un
con “intención” sino por su lugar de enuncia- marco intelectual que se ha venido desa-
ción- dan la medida para pensar el presen- rrollando en los últimos años de manera
te texto a modo de un síntoma. Síntoma de muy sostenida desde algunos centros de
una derrota que se la experimenta, pero que estudios y Universidades pobladas por va-
está lejos de ser problematizada a cabalidad. rios intelectuales que intentan proyectar la
El cómo expone a carne viva la experiencia posibilidad de una derecha democrática y
de la derrota en ciernes en un escenario en propiamente “liberal” a diferencia de la de-
que el liberalismo se ve asediado. Asedio que recha “Chicago” impuesta desde la dictadu-
viene desde la calle y que se incrusta, cual ra. “El Octubre chileno” se arroja como un
acontecimiento, en el mismo título del libro, libro de batalla, manuscrito lanzado a los
pero que apenas puede ser pensado, más allá cadalsos de una lucha política y moral que
o más acá del término “violencia”. a un cierto sector de la derecha chilena le
parece importante dar.
El título es desafiante: “El Octubre chile-
no. Reflexiones sobre democracia y liber- La pregunta inmediata, al respecto, sería
tad”. Se trata de pensar el acontecimiento ¿por qué habría que dar esa lucha? ¿dónde
de “Octubre” (lo que ocurrió -como diría Luis se inscribiría esta disputa? Al interior de la
Placencia- en su artículo) desde un conjun- derecha chilena, pero también en un país
to de reflexiones situadas desde la amplia que había sido calificado de “modelo” de un
episteme liberal. Compilado por los profe- cierto liberalismo y que, desde Octubre, pa-
sores Benjamin Ugalde, Felipe Schwember rece haber saltado por los aires. Desde aquí,
el presente libro intenta marcar su paso,
y Valentina Verbal “El Octubre chileno.
sostener una vía, y plantear un marco de
Reflexiones sobre democracia y libertad”
lectura posible para el 18 de Octubre.
publica un conjunto de ensayos liberales
acerca del 18 de Octubre: ¿qué puede de- Sin duda, la batalla “liberal” se inscribe en el
cir el liberalismo acerca de este aconteci- conjunto de disputas intelectuales presente
miento? y ¿qué no puede? O, incluso: ¿qué en una derecha que se ha despojado de la
es lo que el liberalismo cree poder decir, hegemonía surtida por la episteme “Chica-
pero no dice? “El Octubre chileno” es un go” –para ponerla en esos términos. Curio-
libro que muestra el panorama general de so momentum: la derecha gana el gobierno

105
por segunda vez con Sebastián Piñera en el dad y se ve exigido a iniciar una reflexión,
año 2017, pero al precio de abrir una “com- compelido a pensar: justamente, la descom-
petencias de paradigmas” en su propio inte- posición de la gramática “Chicago” desata su
rior –diría Thomas Kuhn. La derecha “Chi- guerra civil intelectual en al menos, cuatro
cago” fue prevalente por años, tanto a nivel facciones ideológicas que se despliegan hoy
generacional como ideológico. Pero esa de- día con vitalidad: la vertiente neoliberal ex-
recha parece haber retrocedido frente a su- trema representada por Axel Kaiser (FPP);
blevaciones populares sostenidas (desde el la vertiente social cristiana esgrimida, tan-
2006, el 2011, el 2018 y el octubre de 2019) to por Daniel Mansuy como por Pablo Ortú-
y ha terminado en una crisis de legitimidad zar (IES); la línea republicana nacionalista
que no solo la envuelve a ella como sector, propuesta por Hugo Herrera y, finalmente,
sino al Estado subsidiario que ella misma la apuesta liberal democrática o laica desa-
contribuyó a erigir desde el golpe de Esta-
rrollada por varios autores de los ensayos
do de 1973 y su posterior legalización en
que componen “El Octubre chileno”.
la forma política de la Constitución actual-
mente vigente. Como libro de batalla y a propósito del tono
mencionado el conjunto de ensayos dejan
No habría una fecha exacta, pero podría-
mos decir que, para cierta derecha, todo co- entrever una suerte de asedio al liberalismo
mienza a tener lugar en un momento parti- que dispone a un tono de “defensa” del libe-
cularmente decisivo como fue la irrupción ralismo que parece estar más preocupado de
del movimiento estudiantil durante el año “condenar” la violencia que de pensarla efec-
2011, durante el primer gobierno de Sebas- tivamente; más obsesionado con las fantas-
tián Piñera. La asonada estudiantil, que magorías del “colectivo” que por proponer
puso entredicho al CAE como dispositivo una vía propiamente política; mas impreg-
neoliberal, exigió una respuesta intelectual nado de sus propios conceptos que de ingre-
de parte de nuevos referentes de derecha sar en zonas desconocidas que los puedan
que, durante casi toda la etapa transicional poner en cuestión. Defensa del liberalismo
no existían o, al menos, se hallaban invisi- que se enfrenta al acontecimiento del 18 de
bilizados en virtud de la hegemonía de la
Octubre cuya intensidad parece devenir el
episteme “Chicago”. La grieta abierta en el
momentum práctico de su posible refutación.
Estado subsidiario, necesariamente debía
reverberar al interior de la episteme “Chica- En la Introducción, los editores lo plan-
go”. Nada casual: fue justamente esa dere- tean explícitamente: “(…) como partícipes del
cha la que constituyó la matriz subsidiaria
mundo académico e intelectual, entendemos
del Estado que las diversas asonadas popu-
que es esencial realizar hoy más que nunca
lares –con la del 2011 como una de las más
una defensa de los valores democráticos y
importantes- puso en cuestión.
pluralistas que dan fundamento a nuestro Es-
El amplio espectro de la derecha chilena tado de derecho y a nuestras instituciones po-
acusa recibo de los problemas de legitimi- líticas.” 1 Se trata, por tanto, de una “defensa

1  Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 16.

106
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

107
Fab ian Holtz @ c r ossin g _w or l d s 1 7. 0 1 . 2 0 2 0
de los valores democráticos y pluralistas” o, sobre todo, el conjunto de ensayos del li-
lo que es igual, del liberalismo como lugar bro proyecta un tono de rectificación a lo
de enunciación de dichos “valores”, como que supuestamente expone el 18 de Oc-
operación metonímica desde la cual dichos tubre: que la “causa” del estallido estaría
valores pretenden asumir una dimensión arraigada en el sistema económico (neo)
universal. No deja de ser curioso que los liberal. Y entonces, todo ocurre como si el
editores planteen que la tarea intelectual 18 de Octubre hubiese sido desatado por
sea justamente la de una “defensa” antes un error de lectura, una mala interpre-
que la tarea de pensar el porqué se ha lle- tación acerca de qué es liberalismo, más
gado al momento en que ese mismo grupo allá del “confuso término” –dice Felipe
de intelectuales se plantea la tarea de “de- Schwember- que se tiene de lo que desde
fender” dichos valores. Porque, la pregun- la izquierda se denomina “neoliberalis-
ta inmediata que habría que plantear sería mo” 3 . En muchos ensayos, la “izquierda”
¿defenderlos “contra qué” o de “quién”? –un término vago que no se precisa en los
momentos en que se la menciona, salvo
Parafraseando a Carl Schmitt, digamos que
por la referencia a alguno que otro autor-
la “defensa” opera contra una pasión anti-
aparece como el espectro que habría im-
liberal que los autores perciben en la sos-
pulsado dicho error, esa mala interpreta-
tenida crítica del 18 de Octubre 2. En otros
ción acerca del origen del estallido.
términos, el “18 de Octubre” irrumpe como
una suerte de refutación práctica del “neo-
Pero el diagnóstico planteado presupone
liberalismo” y, en ese sentido, el discur-
una noción en la que se habría transfor-
so liberal exige –sobre todo a la “izquier-
mado enteramente el escenario político: no
da”- orden y enmienda, precisión y ajustes
obstante, el triunfo electoral de la derecha
conceptuales “contra” un conjunto de su-
puestos errores, prejuicios o malas lecturas bajo la presidencia de Sebastián Piñera, se-
acerca del liberalismo y sus “valores”. ría la izquierda la que habría triunfado he-
gemónicamente, invirtiendo así los lugares
El libro pretende, por tanto, disputar el que se podían identificar a principios de los
lugar del liberalismo en medio de un con- años 90 en el que prevalecía un triunfo
junto de “paradigmas en competencia” al hegemónico de la episteme Chicago (ideo-
interior de la derecha, bajo un contexto de lógico) y triunfo electoral de la “izquierda”
retroceso de la gramática “Chicago”. Pero, concertacionista bajo el liderazgo de Pa-

2  Diría que el único escrito que es la excepción a la regla es el de Luis Placencia titulado: “Violencia,
acontecimiento, abstracción” (pp. 167-188) por las razones que comentaré más adelante. Cabría desta-
car, a su vez, el excelente texto de Daniel Brieba y Cristóbal Bellolio “No country for liberals? El estalli-
do social chileno: una interpretación rawlsiana” (pp. 259-282) que, si bien, no funciona a partir del tono
“defensivo” puesto que propone una interpretación muy precisa del acontecimiento, es también parte
del armatoste con el que la episteme liberal intenta mostrar su pertinencia. En este sentido –según
describiré más adelante- es también una “defensa”, pero no “negativa” sino “propositiva”.
3  En este texto hablaré mayormente de “liberales” o “liberalismo” porque es la nomenclatura en uso en
el libro a comentar. Ellos mismos no se ven como “neoliberales” –denominación que consideran un cliché
inventado por la izquierda y que, según ellos, redunda en un término amplio y vacío. Por eso preferiré el
término “liberal”, “liberales” o “liberalismo”.

108
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

tricio Aylwin. El escenario actual habría te al ataque que ha implicado el curso del
experimentado una inversión respecto del mundo: como si el mundo excediera los lí-
de los años 90: pérdida de hegemonía de mites del liberalismo y éste, desesperado,
la episteme Chicago (triunfo electoral) y quisiera o pretendiera aferrar lo inaferra-
un asalto hegemónico desde la izquierda ble. Como si la irrupción del 18 de Octubre
(triunfo ideológico). fuera la experiencia de cuestionamiento
más radical que podría recibir la episteme
A esta lectura, según la cual, habría habi- liberal y frente a la cual no queda más que
do una “inversión” de las hegemonías pre- defenderla y restituir la legitimidad de su
valentes será a la que intenta responder discurso. En último término, es como si el
sintomáticamente el conjunto de los ensayos tren de la Historia amenazara con dejarlos
expuestos sistemáticamente en “El Octubre atrás y ellos, desesperados intentan arri-
chileno”. Como síntoma de la grieta abierta marse a alguno que otro carro.
por el proceso de deshegemonización expe-
rimentado a lo largo de los años, puede ser En cualquier caso, recordando la imagen
primera vez, después de muchos lustros, utilizada por Walter Benjamin, ni la histo-
que asistimos a una discusión intelectual ria es un tren ni el 18 de Octubre deviene
al interior de la derecha y, en particular, al movimiento hacia el “progreso”. Más bien,
interior de la misma episteme liberal. todo resulta mucho más complicado y, qui-
zás, se trate de la detención abrupta, de un
Al resquebrajarse la episteme Chicago, se freno de emergencia aplicado a última hora,
desata el fragor de la batalla: no se sabe donde los pasajeros terminan chocando en-
qué corpus ideológico sustituirá a los Chicago, tre sí por la interrupción súbita del propio
aunque, por cierto, siempre estará la posibili- curso histórico.
dad que, frente a la guerra civil interna, pre-
valezca la unidad bajo la forma de una nueva Que su lugar de enunciación sea el de una
Concertación de Derechas en la que convi- suerte de aristocracia que se lamenta de la
van sus diversas expresiones. Sin embargo, falta de “juicio” o “moral” ofrece la estructu-
ya van dos gobiernos de Piñera y, antes de ra discursiva que intensificará la posición
concebir dicha posibilidad, advertimos la propiamente defensiva que expone este li-
profundización de un conflicto que parece bro, justamente cuando dichas “masas” aso-
pervivir por largo tiempo: los que critica- lan al presente. Una posición que deviene
ban al progresismo neoliberal (el gobierno síntoma del instante en que el liberalismo
de Michelle Bachelet) de falta de conduc- parece haber perdido el pulso del mundo y
ción se hallan subsumidos en una guerra revela la única verdad que ha constituido
civil en la que no se advierten mediaciones su historia: el constituir una compleja tec-
políticas e intelectuales para menguarla. nología policial orientada al gobierno de los
cuerpos. Un dispositivo de gobierno (Fou-
El presente libro, hasta cierto punto, no cault), un ensamble policial preciso (Ran-
deja de expresar dicha guerra planteando cière) o, si se quiere, una modalidad singu-
al liberalismo chileno a la defensiva fren- lar de “cibernética” (Tiqqun) que se enfoca,

109
110
Esteb an P arede s @ e st e ba n d id o. o 2 8. 1 1 . 2 0 1 9
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

una y otra vez, en la relación entre el con- textos presentados a partir de la división en
trol e información y que, al “desmantelar cuatro apartados fundamentales: “Historia”,
lo social” (Brown) permite disponer a los “Interpretación”, “Psicología y Derecho” y
cuerpos para las formas contemporáneas “Liberalismo e Instituciones”.
de acumulación del capital 4.

A esta luz, no puede ser del todo imperti-


nente, a propósito del carácter “defensivo” 2. Historia.
que asume el liberalismo en los ensayos
2.1.- “El Camino al Estallido (pasando por
aquí desarrollados, recordar el plantea-
la Universidad y la Historia)” de Alfredo
miento del historiador Eric Hobsbawn
Jocelyn-Holt es un escrito preciso que co-
cuando sostenía que, a partir de la Revo-
lución Francesa, en los momentos de alta mienza por cuestionar dos de los discursos
intensidad política, las facciones liberales dominantes sobre el 18-O: en primer lugar,
frecuentemente se alían con las facciones aquél que sostenía que “nadie lo vio venir”;
reaccionarias en su defensa de la propiedad en segundo lugar, el que moraliza la his-
privada frente a la posibilidad que la asona- toria y confirma sus tesis iniciales de ma-
da popular se las arrebate 5. nera retroactiva: “La primera reacción huele
a estrategias comunicacionales, la segunda
La siguiente exposición será, sobre todo, la
a sociólogos.” 6 Digamos que Jocelyn-Holt
de un pormenorizado comentario. No se es-
abre este texto contra la sociología como
pere aquí una simple reseña, sino un conjun-
discurso dominante. En particular, con-
to de reflexiones sobre el liberalismo desde
tra su pretensión de pensar las “causas”,
sus mismos ensayos que ofrece “El Octubre
en vez de concebir los “efectos”, tal como
chileno”. Un conjunto de interrogantes des-
de los escritos que tienen como apuesta una supuestamente los consignaría la historio-
problematización de la episteme liberal en el grafía. La pretensión sociológica de revisar
actual escenario chileno. Para eso, dividiré las “causas” producen el efecto de dispersar
la exposición siguiendo el mismo ordena- “responsabilidades” puesto que su conca-
miento que han propuesto sus editores, en- tenación sería interminable: “En cambio –
focando mis comentarios a cada uno de los dice- uno focaliza el ojo en los efectos y saltan

4  Por el término “cibernética” no designamos simplemente la ciencia inaugurada desde finales de la


Segunda Guerra Mundial por Norbert Wiener, sino toda modalidad técnica orientada al gobierno de los
cuerpos. En este sentido, la premisa de gobierno es tan antigua que los griegos planteaban la kubernèsis
como dispositivo de conducción de un navío. Para los modernos, la cibernética ha devenido su metafísica
y, por tanto, también ha estado ubicada tanto en la tradición liberal como en la del marxismo soviéti-
co (como materialismo dialéctico). En este sentido, lo que Jaques Rancière llamaría “policía” sería lo
que aquí denominaremos “cibernética” cuya última expresión sería la forma neoliberal actual, tal como
aparece en el artículo de Francisca Dussailliant mas adelante. Véase: Tiqqun. (2020). The Cybernetic
Hypothesis.
5  Hobsbawn, 2009.
6  Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 24.

111
las similitudes, lo que supone cierta agencia.” 7 tecimiento. Interesante, además, que este
Clave desplazamiento de Jocelyn-Holt: la ensayo puede constituir la crítica a otros
sociología, ciencia fundamental de la trun- ensayos que se presentan más adelante que
ca transición chilena se enfocó siempre en insisten en “explicar” el fenómeno socioló-
atender las “causas” y borrar el problema – gicamente sin considerar los “efectos” en-
moral, en último término- de la agencia, de trevistos por la historiografía. Ahora bien,
¿habrá sido la Universidad el pivote de la
quien responsablemente actúa. No obstan-
insurrección de Octubre? Pregunta que ha-
te, la diferencia política, en Jocelyn-Holt
bría que plantear para no reducir el análisis.
pervive una convergencia epistémica con
Pero, más allá de este problema, la reivin-
Mario Góngora consistente en concebir a la
dicación historiográfica no constituye, para
historiografía como un tribunal del tiempo
Jocelyn-Holt, una obstinación museística o,
en el que es posible juzgar (condenar y sal-
menos aún, una simple defensa gremial de
var) las “responsabilidades” de los actores
los historiadores. Para él, se trata de estable-
envueltos 8. No así la sociología y, por tan-
cer un verdadero tribunal del tiempo capaz
to, no así la trunca transición que, deriva-
de asignar “responsabilidades” sobre los ac-
da de ésta, vendría a despersonalizar a los
tores involucrados y, por tanto, su reivindi-
procesos al proponer “causas”. El desplaza-
miento desde la sociología hacia la histo- cación tiene el objetivo de no perder de vista
riografía me parece el gesto clave de este al juicio moral sobre el pasado. No habrá or-
escrito pues permite a Jocelyn-Holt enfo- den moral sin “juicio” y, en este sentido, la
carse en el lugar de las universidades como historiografía –a pesar de plantearse como
laboratorio del 18-O: “Por de pronto, no hay “secular” - parece erigirse en una nueva es-
ninguna idea, demanda social o política que cena pastoral que, supuestamente sería ca-
no se haya ensayado primero en las univer- paz de dictaminar la condena o salvación de
sidades.” 9 En su creciente “politización”, las aquellos que han actuado en el mundo du-
universidades –Jocelyn-Holt es crítico de rante un determinado tiempo histórico. En
dicho proceso, por cierto- constituirían el este sentido, la historiografía (también en
pivote de la insurrección del 18-O. Como el Jocelyn-Holt) parece seguir respondiendo
propio historiador lo ha dicho en otros lu- como una teología encubierta que no des-
gares, esto expondría el carácter totalmen- cansa en su afán de gobierno del mundo juz-
te instrumental de la Universidad para los gando a los mortales en virtud de sus actos
fines políticos, pero a la vez –en este ensa- (los “efectos”). A esta luz, cabría preguntarse
yo- mostraría la pertinencia de pensar los incluso, si la operación de sustitución de las
“efectos” y no las “causas”, poner hincapié “causas” por los “efectos” ¿acaba realmente
en la historiografía y no en la sociología con el “mecanicismo” como episteme última
para pensar la profundidad de este acon- de la sociología que Jocelyn-Holt critica?

7  Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 41.


8  Karmy, 2019.
9  Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 41.

112
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

2.2.- “El Hundimiento. La derecha chilena do” jamás la violencia (es decir, no habría
frente a la crisis de Octubre” de Valentina ejercido la función enjuiciadora, teológi-
Verbal constituye un texto del todo decisi- ca). La pregunta es si en términos teóricos
vo. Ante todo, por la frialdad del diagnósti- y políticos ¿se puede ir más allá del ejerci-
co con el que encara el errático abordaje de cio policial por el que se condena o se sal-
su propio gobierno (el de Sebastián Piñera) va a algunos de una vez y para siempre? Al
frente al acontecimiento del 18-O. Pero, a igual que Jocelyn-Holt, Verbal insiste en la
diferencia de lo sostenido por los diagnósti- necesidad de “condenar” la asonada popu-
cos venidos desde la pluralidad de izquier- lar, situándose en una actitud defensiva y
das, a saber, que el gobierno de Piñera no ejerciendo una violencia soberana que con-
cedió un ápice de su ideología neoliberal funde “juicio” con “pensamiento”. Porque es
y que, desde el principio planteó la guerra justamente de eso que Verbal no puede dar
contra su pueblo, Verbal sostiene la tesis cuenta: su propia actitud marca sintomá-
exactamente inversa: el gobierno de Sebas- ticamente el “hundimiento” epistémico del
tián Piñera habría cedido inmediatamente liberalismo que ella proyecta, a su vez, en
a la tesis de la “izquierda”, según la cual, la el gobierno. Estar a la defensiva ya implica
“causa” de la sublevación de Octubre habría experimentar una amenaza del otro. Y es
radicado en el “modelo”. Al aceptar una tesis justamente esa amenaza la que atestigua
ajena, el gobierno habría quedado despro- que los límites ya han sido sobrepasados y
visto ideológicamente y débil políticamente que, por tanto, hace demasiado tiempo que
sin poder condenar la “violencia” y deján- el barco se hallaba hundido 10. En este sen-
dose llevar por ella. Pero la tesis del “hundi- tido, quizás Piñera no tuvo otra alternativa
miento” experimenta su propio hundimiento que aceptar que lo que estaba en juego era
en el instante en que intenta pensar lo que el “modelo” porque la asonada popular tocó
repetida y obsesivamente llama “violencia”: su corazón inmediatamente al plantear la
significante que circula en este y en la ma- cuestión constituyente. No era solo el go-
yoría de los ensayos y que frecuentemente bierno, pues tampoco la episteme liberal
no es pensada, sino simplemente “conde- puede pensar la coyuntura sino es bajo la
nada”. “Condenar” (o “salvar”) no es pensar rúbrica moral de la “condena”. En virtud de
sino hacer teología. En vez de pensar epifá- lo que Verbal piensa que salva (el “juicio”
nicamente la potencia del término “evadir”, policial al 18 de Octubre) es, en rigor, su
Verbal inmediatamente normativiza su re- propia condena. Como si, sin decirlo, dicha
lación al saber denominándole “incumplir episteme se planteara situada en un sitial
la Ley” o bien, el reproche constante a que más alto que las demás, como si el trono del
la “izquierda” (esa entidad que aparece en juez nuevamente se asomara para dirimir
su discurso como homogénea y plena de po- una situación a partir de la dicotomía sim-
deres por todos lados) no habría “condena- ple y teológica del “bien” y el “mal”. Ahora

10  Volveremos sobre la metáfora del “barco” utilizada tantas veces para referir al principio del gobier-
no, justamente a propósito de la estructura cibernética del propio liberalismo en tanto tecnología del
gobierno del mundo.

113
bien, el argumento de Verbal contra la “iz- bir una pertenencia no estatal, sino exclu-
quierda” sobre el “modelo” es que, si bien sivamente económica? 13 Vuelvo al punto: la
éste puede funcionar mal, eso no invalida signatura agustiniana de Verbal es crucial:
al modelo mismo: “El hecho que exista colu- el “modelo” no sería ontológicamente malo,
sión, y de que incluso esta sea frecuente, no es sino el modo en que lo han hecho funcio-
una objeción contra el libre mercado más de lo nar. Cuestiones que, por cierto, es posible
que podría serlo la existencia de fauls en los corregir, pero que no justificarían en nin-
partidos de fútbol, o la corrupción funcionara gún modo el cambio del “modelo” mismo.
en el caso del Estado. Por lo mismo, el libera- Pero por esa misma razón, Verbal sigue la
lismo siempre se ha preocupado de prohibir y estela policial de Jocelyn-Holt al situarse
castigar el fraude (entre los que se encuentra como guardiana de un “modelo” que el 18-O
la colusión), el dolo, el robo, el incumplimiento habría hecho saltar en pedazos. Incluso,
de los acuerdos, etcétera.” 11 La cita es precisa la estela propiamente policial se mantie-
y contiene una signatura que vincula estre- ne cuando Verbal cita a las “fuentes” que
chamente la moral liberal a la moral cristia- contrastarían la verdad del liberalismo con
na (y muestra al liberalismo como extensión el supuesto error difundido por sus críti-
de dicha moral), en especial, al argumento cos (tanto de izquierda como de derechas),
que usara Agustín de Hipona en La Ciudad puesto que todos ellos –plantea Verbal- es-
de Dios contra Orígenes y su teología de la tarían de acuerdo en que la vida común se-
apocatastásis: el argumento de Agustín era ría preferible a la individual propuesta por
que, si bien en el mundo hay pecado, eso el liberalismo. ¿Por qué? Porque lo común
no significa que el mundo sea ontológica- –en cualquiera de sus versiones- siempre
mente malo y que, por tanto, requiera de no sería otra cosa que “corporativismo”. Sin
una restauración última (apocatastásis) 12. El embargo, la pregunta que inmediatamente
mundo –dirá Agustín- será ontológicamen- surge es ¿por qué toda vida común atenta-
te bueno, porque el mal carece de cualquier ría contra las libertades individuales, por
consistencia ontológica. A lo sumo, podrá qué toda vida común sería inmediatamente
tener “falta de bien”, pero no un “mal”. Si identificada al “corporativismo” de un Pri-
superponemos los textos, bajo el enclave de mo de Rivera? Entre la idea de una “vida
dicha signatura, vemos que el argumento común” y la inmediata referencia al nom-
de Verbal contra la izquierda deviene un bre de Primo de Rivera no hay mediación,
argumento de matriz agustiniana: ¿cuánto no hay argumento, pervive una abstrac-
le debe el liberalismo a la noción agustinia- ción. Pensar que toda vida común significa
na de subjetividad precisamente, a aquél “corporativismo” es como pensar que toda
teólogo que inauguró la idea del “corazón” individualización implicara necesariamen-
y, por tanto, propuso las bases para conce- te un individualismo cuando, justamente,

11  Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 53.


12  Sobre el concepto de “signatura” véase: Agamben, G. (2008). Signatura Rerum. Sul método.
13  Véase el extenso comentario al respecto de Rozitchner, L. (1998). La Cosa y la Cruz. Cristianismo y
Capitalismo. Comentario a las Confesiones de San Agustín.

114
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

115
A m apol a @ind om it a f ot og r a f ia s 0 2 . 1 2 . 2 0 1 9
podríamos decir, el individualismo nada sabe en Jocelyn-Holt y Verbal: la cuestión de la
del individuo, tal como el corporativismo nada “responsabilidad” de la agencia que actúa
sabe del comunismo (la vida común). En este que, en su perspectiva, siempre será la del
plano, acaso un dato pueda ayudar a des- individuo. Y esto, porque las ciencias socia-
pejar la identificación tan fácil que plantea les y la filosofía posibilitarían los análisis a
Verbal: cuando Marx reivindica al prole- través de “conceptos difusos” –dice Ugalde –
tariado lo piensa como una “asociación de como “sociedad”, “colectivo”, “pueblo” entre
hombres libres” y no como una “corpora- otros que, en su perspectiva constituirían
ción”; en contra: cuando Durkheim en la simples abstracciones que, en último térmi-
“División del Trabajo Social” piensa cómo no, redundan en lo que el filósofo llama la
solucionar la anomia prevalente recurre a “renuncia epistemológica”: justamente ana-
la figura del “corporativismo” y no a la de lizando la noción de “pueblo” desarrollada
la “asociación”. “Asociación” y “Corpora- por Hugo Herrera en “Octubre en Chile.
ción” no son jurídica, política ni histórica- Acontecimiento y comprensión política”
mente lo mismo. Pero parece que, en virtud Ugalde sostiene que, según Herrera: “(…) el
del síntoma defensivo, al liberalismo poco pueblo sería básicamente incognoscible e ines-
le importan esas diferencias tan decisivas, crutable, lo que tendría como consecuencia
al punto en que prevalece como un “alma que nadie podría ser específicamente respon-
bella” que parece contemplar al mundo la- sable por los acontecimientos históricos, sino
mentándose sin problemas: “todos son ma- que más bien lo sería aquél difuso colectivo.” 14
los, menos yo”. Otra vez la monserga moralizante: ¿quién
sería “responsable” si el sujeto colectivo re-
sulta “inescrutable” e “incognoscible”? Por
cierto, no se trata de defender a Herrera.
3. Interpretación.
Más bien, se trata de mostrar el límite de la
3.1.- El filósofo Benjamin Ugalde escribe episteme liberal cada vez que tiene que en-
“Análisis sociológico y discurso político. frentar un acontecimiento que excede con
Algunos problemas epistemológicos en la creces su propio sistema de representación.
comprensión del Octubre chileno”, un por- En esa misma línea, Ugalde cita mi entrevis-
menorizado análisis de las “falencias episte- ta con Héctor Soto y Arturo Fontaine sobre
mológicas y metodológicas” que se han ofre- mi libro “El porvenir se hereda. Fragmentos
cido en los análisis del 18-O, pero a la vez, de un Chile sublevado” donde efectivamen-
un intento por “determinar las implicancias te sostuve –como lo he sostenido en dicho
éticas y políticas” que traen consigo dichos libro- que el historicismo –positivismo- no
análisis y los riesgos posibles que ellos tie- tiene nada que hacer con la revuelta de Oc-
nen para la “democracia”. Interesante los tubre pues él siempre atiende a “hechos” y
dos puntos a analizar porque Ugalde repite no a “acontecimientos”, visualiza regulari-
el gesto teológico-policial-moral anunciado dades y no interrupciones, continuums y no

14  Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 94.

116
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

bifurcaciones 15. No es el lugar para mostrar Curiosa operación: comienza por excluir
la diferencia de aproximación entre la te- todo lo que no sea liberal, para propiciar
sis de Herrera y la mía, sino para exponer un diálogo justamente del liberalismo con-
no solo el límite epistémico del liberalismo, sigo mismo, es decir, justamente donde no
sino su vocación teológico-moral o, si se hay otro porque éste ya ha sido purgado y
quiere, policial al abalanzarse siempre so- así la democracia puede garantizarse. Una
bre la “agencia” individual como único de- democracia sin otros. Solo los liberales se-
tentor de lo que llaman “responsabilidad” rían dignos de diálogo, solo ellos constitui-
(que no es sino una maquinaria producto- rían una comunidad capaz de interlocutar,
ra de culpa) y como si ésta constituyera la como si bajo el nombre “democracia” no
única referencia a la cuestión más decisi- apareciera otra cosa más que una aristo-
va de todas: la ética. ¿Habrá una diferencia cracia que se ve amenazada en su posición
entre responsabilidad y culpa? El liberalis- por la irrupción popular de Octubre.
mo ha pretendido apropiarse de la ética. Al
menos es el reproche que el liberal Tomas 3.2.- En “¿Chile Frágil? Propuestas para re-
de Aquino hacía contra el viejo Averroes, a ducir el riesgo de grandes crisis” Francisca
saber, que si aceptamos la existencia de un Dussaillant 16 parece ofrecer la verdad del
intelecto común prescindimos de la agencia liberalismo, tecnología que éste pone en
individual en la que se anuda una volun- juego y, respecto de la cual, la misma crí-
tad. Con ello –termina Tomás de Aquino- tica venida desde las izquierdas, me parece
se “despedazan los principios de la moral”. que experimenta un límite: el problema de
Como se ve, la signatura teológico-moral la racionalidad liberal y “neo” u “ordo” li-
de la crítica es exacta: como si la ética y la beral es que siempre fue una tecnología de
ciencia con sus criterios de verdad fueran los cuerpos orientadas a disminuir su po-
potestad exclusiva del liberalismo: ¿por tencial desviación. Si la vida es justamen-
qué deberíamos aceptar el criterio poppe- te desviación generalizada, el liberalismo
riano de la falsación para evaluar los en- termina por confundirse con la cibernéti-
sayos –que no pretenden cientificidad, sino ca en tanto ciencia del control y la infor-
que son “ensayos”- acerca del 18-O? Ugalde mación. Por eso, el término clave del texto
respondería: porque solo en él podríamos de Dussaillant es “riesgo”: arrojados en la
identificar la “agencia” moral de la acción supuesta espontaneidad de un orden signa-
que siempre coincidiría con individuos y no do por la competencia, los hombres deben
con “entidades superiores abstractas” (¿su- asumir los riesgos, pero, a la vez, impedir
periores y abstractas?). La defensa del li- que todo termine en una desviación sin re-
beralismo se juega aquí sintomáticamente: torno. En esta perspectiva, Dussaillant in-
después de perseguir a los enemigos de la vita desde el principio a contemplar al 18 de
democracia termina invitando al diálogo. Octubre desde una mirada más “compleja”

15  Karmy, 2019.


16  En Ugalde, Schwember y Verbal, 2020.

117
118
A m apol a @ind om it a f ot og r a f ia s 1 7. 1 1 . 2 0 1 9
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

que no admitiría su reducción a “una sola soberano clásico salvaguardaba el orden


explicación” y donde el arsenal teórico se desde un centro y un principio de gobierno
orientaría a la reducción de riesgos, pre- que articulaba a la sociedad, el neoliberalis-
cisamente para la conservación del orden. mo inventa la posibilidad de salvaguardar
En este sentido –sostiene Dussaillant- no el orden “desde abajo” gracias a una opera-
puede proliferar la “arrogancia epistémi- ción decisiva consistente en “desmantelar
ca” que reduzca el fenómeno a una simple lo social” 17 y poner en su lugar figuras como
“causa” sino que, como fenómeno comple- el “orden espontáneo”. Es justamente en
jo, pervive una confluencia de “causas” en esta escena donde el conservadurismo deja
las que la aleatoriedad funciona como un de asumir el rasgo “monárquico” clásico del
efecto desestabilizador al que siempre ha- poder y pasa a constituir una verdadera ar-
brá que estar a resguardo. La “fragilidad” ticulación inmanente y “democrática” del
de Chile pasaría, pues, por la intelección de mismo: “¿Dónde se gestan los cisnes negros
la complejidad inmanente al fenómeno del –pregunta Dussailliant citando a Taleb- En
18 de octubre estableciendo algunas reglas lugares donde la intervención “desde arriba”
para la “anti-fragilidad” y, por tanto, mo- es mayoritaria, como el caso de los estados
vilizando al texto una y otra vez, hacia la grandes y centralizados. En estos ambientes
conservación del orden o, al menos, hacia las incomodidades y conflictos que vienen “de
el control de las transformaciones que se abajo”, del nivel local, no tienen vía de solu-
pretenden llevar a cabo. No solo resulta in- ción y simplemente se acumulan hasta que
teresante cómo es que, más allá de la com- estallan (…)” 18 Los “estados centralizados”
plejidad lexical tomada desde la cibernética, (habría que situar ahí al Estado soviético y
Dussaillant insiste una y otra vez en lo que a todos los Estados sumidos en las políticas
todo pensamiento conservador no ha deja- “keynesianas”) sería un término superpues-
do de insistir en los 200 años de historia to –sino fantasmático- al de la “monarquía”
republicana de Chile: orden. Condena del 18 clásica contra la cual se opuso el liberalis-
de Octubre, por tanto, y restitución del con- mo clásico. Contra dicha “centralización”
trol sobre los cambios, restitución del princi- que vendría exclusivamente “desde arri-
pio de gobierno en suma. Este es el objetivo ba” Dussailliant es capaz de enfatizar las
político del texto: una exigencia para que el formas que vienen “desde abajo”. El orden
poder retome el control y reduzca, de esta puede restaurarse, puede controlarse, pero
forma, la incertidumbre asociada al riesgo solo en la medida que los dispositivos dejen
y desviación. Para eso, la autora plantea la “trascendencia” del poder estatal clásico
cinco “reglas para la anti-fragilidad” que y su “centralismo” y pasen a controlar la in-
tienen por objetivo rearticular los disposi- manencia de las formas de vida en su nivel
tivos de orden en una escena propiamente “local”. Es justamente en este lugar donde
inmanente y no trascendente: si el poder el neoliberalismo se muestra convergente

17  Brown, 2019.


18  Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 128.

119
con la cibernética. Más aún: donde el neo- como una tecnología de poder absoluta-
liberalismo expone su verdad propiamente mente inmanente capaz de operar sobre los
cibernética. Él habría sido una modalidad cuerpos para gobernarlos bajo el término
precisa de la cibernética, antigua ciencia económico de la “libertad” que los dispone,
que refería al gobierno de un navío (kuber- cada vez, al proceso de acumulación de ca-
nèsis –en griego), la que hoy se consuma pital. “Gobernar” es producir capital y “or-
como proyecto político, pero donde el tér- den” no es nada más que la perpetuación
mino “político” no habría que referirlo ne- infinita de la maquinaria de acumulación
cesariamente al “Estado”, sino al proceso de que jamás puede desviarse de su misión.
inmanentización del poder constitutivo de
las sociedades de control. El poder debiera 3.3.- En un pasaje de “¿El Eterno Retorno
funcionar cibernéticamente, atendiendo de la Violencia? Las Injusticias Históricas y
la información que proviene de los niveles el Estallido de Octubre” Felipe Schwember
“locales” para gestionar, de esa forma a las cita una frase de las “Lecciones de Filosofía
formas de vida dentro de su propia esfera: de la Historia” de Hegel sobre el fanatismo,
en el fondo, Dussailliant sostiene que el 18 según la cual: “(…) supone una exaltación
de octubre se habría producido por la no por algo abstracto, por un pensamiento
incorporación de la gestión descentraliza- abstracto que guarda una relación negativa
da capaz de controlar el “desde abajo” y que con la realidad existente.”. Quisiera soste-
la “anti-fragilidad” del país podría darse si ner que esta misma cita de Schwember a
es que se logran “capitalizar las oportuni- Hegel para caracterizar las “representacio-
dades” y evitar así, una desviación mayor nes” de “injusticias históricas” que permean
como la que tuvo lugar. Como se ve, el neo- a las protestas del 18 de Octubre puede per-
liberalismo, ahora consumado en ciberné- fectamente caracterizar la aproximación
tica es todo un programa de gobierno del que él tiene acerca de la simbología de la
mundo 19. En otras palabras, la receta para revuelta 20. Si bien es uno de los pocos textos
superar la crisis del 18 de Octubre sería que intenta por pensar la voz de las pro-
más neoliberalismo y no menos, más arti- testas dilucidando las “representaciones”
culación de dispositivos de control sobre presentes en ellas, el problema es que toda
los niveles “locales” y no menos. Reformas la reflexión la dirige al mismo lugar al que
sí, pero no trasformaciones radicales que todos los demás autores parecen dirigir su
puedan aumentar los niveles de desviación reflexión: la “moral” que condena a la vio-
(¿radicales respecto de qué?). Cuando decía- lencia. Por eso Schwember no puede pen-
mos que Dussailliant ofrecía la verdad del sar la intensidad de la imaginación popular
liberalismo es justamente porque su ensayo estallada sino es bajo el apolíneo y neutra-
ha revelado su pertenencia a la historia de lizado manto de la “representación” como
la cibernética y, por tanto, lo ha mostrado una defensa del ideario liberal. Al plantear

19  Tiqqun, 2020.


20  Jesi, 2014.

120
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

su indagación desde la noción de “represen- inteligir que lo que ahí está en juego no es
tación” Schwember pierde inmediatamente otra cosa que la irrupción de pensamiento
de vista la simbología de la revuelta y con- o, lo que es igual, de imaginación. No obs-
duce su análisis hacia la “abstracción” que tante Schwember intenta ingresar en lo
el propio Hegel citado por Schwember de- que los demás solo califican de “violencia”
nuncia, pues reduce dicha simbología a un para mostrar el contenido de dichas “repre-
paradigma formalista de análisis: al comen- sentaciones” en las que se juega un conjun-
zar su ensayo, el autor hace una lectura del to de injusticias históricas que permean la
grafiti “Mientras exista miseria, habrá re- memoria y que, según Schwember consti-
belión”: “Dicha pretensión –señala refirién- tuyen diagnósticos que coinciden con los de
dose a la consigna de las paredes- no es otra una cierta “izquierda”: ¿los pueblos no pue-
que la erradicación de la pobreza (adviértase den pensar solos, requieren, desde su pun-
–es preciso insistir en este punto- la erradica- to de vista, siempre alguna vanguardia, al-
ción de la pobreza, no de la desigualdad.”Pe- guna conducción política e intelectual que
ro ¿por qué Schwember lee “miseria” bajo el les digan qué es lo que deben hacer y pen-
término formal y economicista de “pobre- sar? Puede ser que sea esta presuposición
za”? Y, acto seguido: ¿por qué subraya la di- aristocratizante lo que se juegue, también,
ferencia entre “pobreza” y “desigualdad”? 21 en el texto de Jocelyn-Holt al acentuar el
Como si inmediatamente quisiera corregir lugar de la Universidad como pivote de la
al grafiti, Schwember parece abstraer la movilización de Octubre. Schwember per-
intensidad epifánica de la revuelta en un siste en la idea de que “tras” el estallido pa-
formal plano de representación. Porque, si rece estar la izquierda con sus diagnósticos
bien no se trata de apelar a la etimología del anti-mercado, entre ellos, Alberto Mayol a
término “miseria” (como si hubiera un “ori- quien critica en gran parte de su ensayo en
gen” del término claro y distinto), tampoco dos puntos: la mercantilización de la socie-
se trata de interpretarlo inmediatamente dad como un proceso que destruye lazos so-
como si fuera “pobreza” en el sentido eco- ciales y la desigualdad como una brecha so-
nomicista del término. Más bien, todo pasa cial sostenida y fuente de injusticia. Frente
por pensar qué es lo que el término “mise- a lo primero, Schwember replica lo que ha
ria” imagina, en qué reside su fuerza desde sido la respuesta de varios intelectuales de
el punto de vista de la ritmicidad de las pro- derecha a las consideraciones de Fernando
testas y no desde el formalismo de la episte- Atria sobre el mercado: este último no se-
me del poder. Justamente el 18 de Octubre ría el lugar de destrucción de los lazos y el
mostró la ceguera de dicha episteme, que “mal” que la izquierda dice que es, sino el
se sostiene, no en una mala voluntad para “bien” puesto que el mercado habría posi-
comprender, sino en una posición objetiva bilitado el debilitamiento de formas arcai-
–de clases, de poder- que vuelve imposible cas y opresoras de ejercicio del poder por

21  Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 137.

121
instancias: “(…) o espacios de expresión de la violencia contra el Estado -dirá Schwem-
propia subjetividad” 22. Frente a lo segundo, ber- cuya causa se encontraría, entonces,
Schwember sostiene que la desigualdad no en el conjunto de representaciones de “re-
ha sido producida por el “neoliberalismo” petidas y graves injusticias históricas” que,
–tal como lo llamaría Mayol- sino por una según él, no serían atribuibles al mode-
estructura colonial que se arrastra desde lo “neoliberal” tal como ha planteado una
los albores de la República; al punto que cierta izquierda intelectual, pero que si ex-
el propio neoliberalismo habría ido redu- plicarían al 18 de Octubre. Pero Schwember
ciendo la desigualdad: “(…) de modo signifi- advierte de antemano: explicar la violencia
cativo y consistente precisamente durante la vía las representaciones no implica “legiti-
vigencia de éste” 23. El neoliberalismo sería, marla”, dado que dichas “representaciones”
entonces progresista y, en esos términos, serían puramente “abstractas” caracterís-
las “representaciones” prevalentes en las ticas del “fanatismo” subrayado por Hegel.
protestas de Octubre –aquellas, en el fondo Pero ¿no habría “abstracción” también en la
inducidas por cierta izquierda intelectual- máquina de lectura ofrecida por el libera-
lismo de Schwember al no poder entender
no podrían leerse en clave “anti-modelo”.
dicha simbología sino como “representa-
Si bien, plantea, la población chilena en
ción” y, por tanto, ofrecer una lectura pura-
general no se identificaría con las tesis de
mente formal a la ritmicidad del 18 de octu-
la “lucha de clases”, sí lo harían los grupos
bre? La misma frase que Schwember dirige
que han ejercido la violencia desde el 18 de
contra las protestas –que son “abstractas”
Octubre adoptando una simbología parti-
y “fanáticas”- puede ser dirigida contra la
cular (bandera mapuche, derrumbe de es-
obstinación de su propia episteme que, a lo
tatuas, etc.). Schwember no ve la continui-
largo y ancho de este libro, no ha dejado de
dad colonial existente con la instalación del
moralizar el fenómeno, presentando así un
Estado subsidiario chileno y sus políticas
liberalismo completamente a la defensiva.
“liberales”. Por eso, solo advierte cómo el
liberalismo ha posibilitado la “expresión de 3.4.- El último de los ensayos propues-
la subjetividad” sin atender a su genealogía tos para esta sección es el de Luis Placen-
propiamente colonial 24. La representación cia titulado “Violencia, Acontecimiento
de “injusticias históricas” desenvuelve su y Abstracción. Reflexiones sobre Lo que

22  Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 146.


23  Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 149.
24  En una reciente entrevista al diario La Tercera Schwember insiste sobre el punto: el malestar de
Chile no estaría provocado por el “neoliberalismo”, sino por su resabio colonial. En la episteme neolibe-
ral todo colonialismo es visto como una empresa estatal. Ergo, una doctrina como la neoliberal vendría
a liberar a las sociedades del colonialismo y no a subsumirla en otro. Sin embargo, su aproximación
“abstracta” a la simbología de la revuelta le impide comprender la superposición anudada entre el colo-
nialismo hispánico y el nuevo orden neoliberal. Si bien este último permite la “expresión” de la propia
subjetividad, habría que problematizar el “cartesianismo” presente en dicha fórmula, donde el imperio
del “yo” constituye justamente el nuevo rostro “colonial”- si se quiere. Véase: Hopenhayn, D. (12 de
septiembre 2020). Felipe Schwember filósofo: La derecha tiene una escasa comprensión de sí misma y
del modelo que defiende. Diario La Tercera. Para contrarrestar la posición de Schwember se puede encon-
trar en Mbembe, A. (2016). Crítica de la razón negra. Ensayo sobre el racismo contemporáneo.

122
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

123
A mapol a @ in d om it a f ot og r a f ia s
Ocurrió”. En un trabajo diferente a los de- cación, o al menos lo reclama. Ella es remisión.
más, Placencia no intenta defender a un La condena abstracta pierde de vista lo ante-
liberalismo necesariamente, sino invitar rior, pues parece solo querer atender el futu-
al lector a pensar sobre “lo que ocurrió”, un ro como supresión del mal infringido por la
acontecimiento que desgarró al país y que, violencia, es decir, buscando su castigo. Pero
en su perspectiva, requiere del “diálogo” y quizás no es ese el camino. Quizás el camino es
la “escucha”. En este sentido, su ensayo no el perdón de esta violencia con la esperanza de
trata de “probar” alguna hipótesis o “de- que el futuro nos reconcilie.” 26Clave de la lec-
mostrar” algo, sino de visibilizar algunos tura propuesta por Placencia es haber reco-
discursos en lo que ellos tienen de unilate- nocido que el 18 de Octubre se asuma como
ralidad, de “abstracción”, para decirlo en el un acontecimiento y que, como tal, exceda
léxico hegeliano que sostendrá al trabajo la condena “abstracta” a la violencia tal y
de Placencia. En particular, el discurso de como se la ha ido repitiendo a lo largo de
la “condena a la violencia” no deja de ser los diferentes ensayos. Pero, además, cla-
lo que hegelianamente se llamaría “abstrac- ve resulta que dicha violencia no irrumpe
ción”: “Abstracción no significa aquí, como de la nada, sino en un “marco de sentido y
se emplea a veces el término, lo opuesto a la significación” que resulta decisivo pensar.
“realidad concreta” (…) Por abstracto entien- Quedarse en la simple “condena” pierde
de Hegel más bien un pensamiento que “ex- de vista la dimensión cualitativa de dicha
trae de una totalidad concreta una propiedad irrupción, su “marco de sentido y signifi-
singular, la abstrae y eleva al plano de pun- cación” que no puede reducirse a la lógica
to de vista único” 25.¿Una crítica subrepticia del castigo y su moral. Pero, en tercer lugar,
al moralismo liberal del libro en su totali- Placencia formula su apuesta: frente a los
dad? Para Placencia no se puede, por tanto, acontecimientos tan radicales, puede emer-
simplemente “(…) pensar abstractamente la ger el perdón como una mediación de la que
“violencia” para pensar “lo que ocurrió” –el puede esperarse una futura reconciliación.
acontecimiento- puesto que esto último, si La pregunta sería: ¿quién y a quien debería
bien trajo consigo formas unilaterales de perdonar? ¿Se trataría de un acto nacional
violencia, no puede reducirse a ella –insis- de contrición y perdón a favor de una me-
te. Incluso, la propia “violencia” no puede diación que posibilite la restitución de una
ser pensada simplemente como un asunto cierta eticidad? Justamente –dirá Placen-
“abstracto”, sino una realidad con “muchas cia, siguiendo a Hegel- el perdón implica
caras” que deben ser pensadas. En este sen- la posibilidad del mutuo “reconocimiento”
tido, Placencia subraya: “Pero parece ser que, por cierto, no anula la posible conde-
que, si hubo violencia en lo que ocurrió, si lo na que pueda existir sobre determinados
que ocurrió ha sido un acontecimiento, ella, la hechos de violencia, sino que la integra en
violencia, tiene un marco de sentido y signifi- una totalidad conceptual mayor en la que

25  Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 175.


26  En Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 180.

124
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

puede abrirse paso a la “mediación inter- dicciones sin necesariamente transformar


pretativa del lenguaje” en la medida que él decisivamente el orden prevalente. La des-
puede dar sentido a “lo que se nos muestra titución no es una negatividad –habría mu-
como incomprensible.” Placencia intenta, de cho que cortar aquí- sino la afirmación de
este modo, superar dos tentaciones: la de una potencia que deviene irreductible a la
la condena “abstracta” que intenta “expli- totalidad del concepto. Y si hegelianamente
car” un acontecimiento y la del apofatis- ello aparece como “abstracción” habría que
mo que insiste en la dimensión “inefable” atender la propia “abstracción” del hegelia-
de “lo que ocurrió”: provisto de la episteme nismo que hubo subrayado el propio Marx
hegeliana, Placencia muestra que ambas al poner como motor de la historia al Es-
posiciones son unilaterales, “abstractas” y tado y restringir el problema a la menta-
de que si existe una posibilidad para ir más da “emancipación política”. A esta luz ¿no
allá del 18 de Octubre ha de ser a través sigue operando el hegelianismo de Placen-
del “perdón” como mediación que produz- cia como “fase superior” del liberalismo y,
ca el “reconocimiento” sobre el cual pueda en este sentido, como una nueva versión
plantearse un futuro. Cabe preguntar, sin (la más alta) del pastorado cristiano, aquél
embargo, si la propuesta de Placencia no se que invita al perdón y a la reconciliación?
inscribe en una suerte de “segunda tran- Finalmente ¿se trata de lo que ocurrió –en
sición” en que, a través del perdón, pueda pasado? ¿Acaso no sigue ocurriendo, lanzan-
pervivir un momento de reconciliación. Y do sus efectos en estallidos intermitentes
si esto es así: ¿sería la irrupción popular del que, aún incendian al país incluso bajo el
18 de octubre “reconciliable”? ¿No acontece peligro de la pandemia?
irreductible a cualquier operación de au-
fheben? ¿Se trata de una dialéctica del “re-
conocimiento” en la que, como diría Marx
4. Psicología y Derecho.
en La Cuestión Judía contra Bruno Bauer,
se apostaría a una simple “emancipación 4.1.- Muchas veces los textos aquí pre-
política”? Si la sublevación de octubre tiene sentados son versiones complejas de tesis
una potencia desde cuya vibración se han simples que han recorrido el escenario in-
soltado los amarres de las formas que ha- telectual de las derechas, sobre todo, desde
bían sido suturadas durante los últimos 50 el siglo XIX. Es el caso del ensayo “Opinión
años, ¿cómo propiciar una forma política Pública, Creencias Políticas y la Psicología
a una potencia propiamente destituyente? del Malestar en la Rebelión de Octubre” de
Seguramente, Hegel diría que dicha poten- José de la Cruz Garrido cuya tesis plantea:
cia debería desplegarse hacia lo verdadero, lo que está en juego en el 18 de Octubre no
hacia la totalidad del concepto. Sin embar- sería el sistema económico prevalente en
go, tal operación implica subsumir la sin- Chile, sino –siguiendo el mismo agustinis-
gularidad de dicha potencia a una supuesta mo de Verbal- las malas políticas públicas
totalidad reconciliada consigo misma que aplicadas en él (es decir, el “culpable” sería
pretendería superar (aufheben) sus contra- el Estado y no el sistema económico). Para

125
126
Cl audia P ool @ c l a ud ia p ool _f ot o 1 7. 0 1 . 2 0 2 0
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

ello, Garrido ensaya comprender cómo una liberal, un diagnóstico reaccionario sobre
cierta “psicología moral del malestar” opera las “masas” sino mostrando en qué punto
sobre la base de “creencias políticas”. Ga- ambas tradiciones han podido converger
rrido recurre a Hume y a Smith para tra- históricamente. Pero ¿de dónde vendría
zar los contornos de dicha psicología para esa pérdida de juicio moral? Para Garrido la
terminar, a partir del legado empirista de explicación residiría en cómo el “malestar”
los dos pensadores, en la apuesta por una se habría incubado a partir de la gestión de:
concepción que calificaríamos de abierta- “(…) malas políticas y servicios públicos, y no
mente conservadora de las masas en la que, al sistema económico en sí mismo.” 29 –recalca
según Smith en voz de Garrido, las masas Garrido. Nuevamente el liberalismo a la de-
populares: “(…) están invisibilizadas del jui- fensa de su “sistema” y a la defensiva fren-
cio moral sobre su conducta (…)” 27. La tesis te a las “masas populares” que vendrían a
de que las “masas” pierden el “juicio” no es ponerlo en cuestión. Muy similar a la tesis
privativa de la tradición liberal que Garrido de Schwember, la de Garrido enfatiza, en
analiza. Es también común al pensamien- base a una psicología de tipo empirista, el
to reaccionario del siglo XIX que va desde conjunto de “creencias” que fomentan una
Juan Donoso Cortés con su célebre “Ensa- “(…) juventud sin educación emocional” 30 que
yo”, hasta Gustav Le Bon y su “Psicología se habría desatado en el 18 de Octubre del
de las multitudes” que el propio Sigmund 2019. El 18 de Octubre sería la asonada de
Freud cuestionó abierta y profusamente los sin educación, de aquellos que no han
en “Psicología de las masas y análisis del sido civilizados en el orden de la verdad.
yo” de 1921 28. La tesis parece ser siempre la Garrido reproduce así, el esquema propia-
misma: el problema es que la irrupción de mente aristocrático que ha estado operan-
las masas en la escena pública genera inco- do hasta aquí y que distingue entre quienes
modidad a la intelectualidad del poder que tienen “juicio” y los que carecen de él; o si
la juzga inmediatamente como privada de se quiere, un esquema “colonial” (aunque
desde el léxico liberal el término “colonial”
juicio. La tradición liberal y el pensamiento
vaya a contrapelo del liberalismo) vestido
reaccionario comparten esa noción común
del ropaje liberal en el que se puede distin-
acerca de las masas. En ello convergen para
guir entre lo racional de lo irracional, la ci-
defender la posición, según la cual, solo
vilización de la barbarie. Solo en la medida
desde el pedestal del liberalismo (o del in- que se acepta este esquema (y no creo que
dividuo en tanto racional) se puede ejercer no pueda no aceptarlo), el liberalismo pue-
el “juicio”. Garrido sigue exactamente esta de converger con el pensamiento reaccio-
vía, no solo exponiendo, desde un léxico nario en torno a la cuestión de las masas.

27  En Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 199.


28  Valga recordar que Donoso-Cortés fue inicialmente liberal que, en virtud de los hechos de la Comuna
de París desatados mientras él era embajador se volvió un ferviente católico y partidario de la dictadura
como el único mecanismo posible para contrarrestar al socialismo.
29  En Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 203.
30  En Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 204.

127
4.2.- José Miguel Aldunate inicia “Protestas, Lagos). Su irrupción, expone la ilegitimidad
Violencia y Orden Público” con la pregunta: del supuesto “acuerdo democrático funda-
“¿Existe un límite entre la violencia legítima y mental” exponiendo el simulacro del “Esta-
la ilegítima?” 31 En base a un presupuesto ju- do de Derecho”. En este sentido, la pregun-
rídico de análisis, Aldunate vuelve sobre ta jurídico-moral de Aldunate orientada a
el 18 de Octubre para subrayar su carácter encontrar algún criterio que permita dis-
“violento” y la puesta “entredicho” del “(…) tinguir la violencia legítima de la ilegítima,
acuerdo democrático fundamental sobre la lí- queda completamente desbordada por la si-
nea que divide el uso legítimo e ilegítimo de la tuación que pretende analizar. Y, dado que,
violencia de un Estado de Derecho” 32. Según según Aldunate, el estallido de Octubre ha-
Aldunate habría, entonces, un “acuerdo de- bría puesto en “entredicho” ese “acuerdo”
mocrático fundamental” que operaría como se habría producido una situación de “ano-
criterio que permite deslindar la legitimi- mia social” generalizada entre manifestan-
dad de la ilegitimidad de un tipo preciso de tes y carabineros. Curiosa referencia, en la
violencia. Los supuestos, sin embargo, son medida que “abstrae” la diferencia de poder
dos: el primero es que efectivamente exis- objetiva que existe entre manifestantes y
ta dicho “acuerdo democrático fundamen- carabineros, entre quienes son ciudadanos
tal” en un país donde no ha habido discu- desarmados y quienes el Estado les ha dado
sión ni deliberación popular acerca de la la legitimidad para el uso de la violencia.
Constitución política que rige la República; Para Aldunate todo sucumbió a la anomia
el segundo, es que lo que puso en “entre- común entre manifestantes y carabineros
dicho” a ese supuesto “acuerdo” no sería la produciéndose, en efecto, violaciones a los
simple “violencia” como habitualmente se Derechos Humanos: “Si queremos un acuer-
insiste en los ensayos de este libro, sino la do democrático amplio y estable en torno al
protesta profunda y sistemática que atra- uso legítimo de la violencia, es fundamental
vesó a Chile y no ha dejado de impregnar al que las policías y los demás agentes del Estado
país con los bríos de la poliforme multitud. respeten los límites legales al pie de la letra (…)
Esa protesta no cree en la existencia de un Con todo, lo anterior no exime al resto de los
“acuerdo democrático fundamental” cuan- miembros de la sociedad de respetar la legali-
do denuncia el “abuso de poder” prevalen- dad vigente, absteniéndose de hacer uso de la
te, sino que visibiliza la ilegitimidad de ese violencia, de justificarla o sacar provecho de
“supuesto”, destituyendo la ilusión “demo- ella.” La cuestión que atraviesa todo el en-
crática” del Pacto Oligárquico de 1980 que sayo es la presuposición que el derecho y
tendrá diferentes momentos de renovación la violencia se oponen y que bastaría con
(1973-1980-1988-2005, por plantear algu- proponer un criterio normativo para que
nas fechas, desde el golpe de Estado hasta el “acuerdo democrático” pueda tener lu-
las reformas constitucionales de Ricardo gar. Suponiendo que en teoría ello podría

31  En Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 207.


32  En Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 209.

128
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

ser posible de admitir ¿qué pasa con la si- constituye uno de los análisis más realistas
tuación chilena en la que irrumpe el 18 de y crudos proveniente desde un sector in-
Octubre? Justamente, que el “acuerdo” se- telectual abiertamente reaccionario como
ñalado encuentra su pivote en una violen- Libertad y Desarrollo. González traza su
cia “instauradora de derecho” premunida ensayo en algunos puntos clave que arti-
por el golpe de Estado de 1973 33. Y si esto culan su diagnóstico: en primer lugar, sos-
es así, simplemente no hay “Estado de De- tiene que el segundo gobierno de Michelle
recho”, sino simples modulaciones de dicho Bachelet en su alianza con el Partido Co-
golpe en sus diversas fases “democráticas”. munista, habría significado un punto de in-
Por eso, Aldunate –con justa razón- cree flexión importante respecto de las políticas
en la posibilidad de una democracia que no que se seguían hasta el primer gobierno de
neutralice tensiones (en ese sentido, él no Piñera –básicamente durante la primera
puede ser identificado de ninguna mane- etapa de la transición. Ello, porque Bache-
ra como un liberal de tipo “guzmaniano”) let habría aumentado la “acción del Estado”
sino en aquella que conserve “mecanismos” rompiendo con los “diálogos y los acuerdos”
para resolverlas. 34 La cuestión que habría que se habían venido gestando desde prin-
que problematizar es si, en último término, cipios de los años 90. Así, habría puesto en
existe una clara oposición entre derecho y tela de juicio la “libertad de los individuos”
violencia o más bien, si el propio derecho y la de los “cuerpos intermedios” ponien-
coagula en su seno una dosificación de vio- do en peligro a la “iniciativa privada” y su
lencia que inviste soberanamente en base
consecuente “generación de riqueza” (en
a la “legitimidad”. ¿Y qué pasa si la irrup-
el fondo, habría puesto entredicho el artí-
ción del 18 de Octubre no se deja capturar
culo 1 de la Constitución Política vigente).
ni por una violencia legítima ni ilegítima?
La izquierda radical se habría impuesto a
¿Qué ocurriría si la “violencia” de Octubre
no hace más que sustraerse a esa distin- la izquierda moderada y, a ese contexto,
ción jurídico-moral destituyéndola radical- se agrega el que el Congreso Nacional, ya
mente, volcándose irreductible a cualquier desde la irrupción del movimiento estu-
posible distinción entre legitimidad o ilegi- diantil del 2011, renuncia a su función de
timidad en la medida que ella implica una mediación y se torna un espacio “coloniza-
decisión soberana y, por tanto, fundamen- do” –es el término que usa González- por la
tal? ¿No es la violencia de Octubre una que “calle”. En este contexto, surge la candida-
evade la soberanía propiamente estatal tura de Sebastián Piñera quien, en el año
llevándola a su ruina? 2017 triunfa en las urnas y los ciudadanos
votan por su apuesta pragmática orientada
5. Liberalismo e Instituciones.
al “crecimiento económico” pero que in-
5.1.- El ensayo de Natalia González Baña- cluía la posibilidad de reestablecer el “diá-
dos titulado “El rol del Congreso Nacional” logo y los acuerdos” que según González

33  En Ugalde, Schwember y Verbal, 2020, p. 228.


34  Oyarzún, Pérez y Rodríguez, 2017.

129
habían sido interrumpidos por el gobier- tra en esa “izquierda” que habría terminado
no previo de Bachelet. Por eso, el regreso no solo de corromper al Congreso Nacional,
a la política de los acuerdos fue imposible sino también al propio gobierno de Piñera.
en la medida que las propias políticas que Finalmente, lo que González sintomatiza
intentaba implementar Piñera iban a con- es que la episteme transicional, aquella que
trapelo de lo que había ganado la Nueva articuló una política de acuerdos cupulares
Mayoría bajo el gobierno de Bachelet. En que permitieron la mantención y profundi-
este contexto –sostiene González- la oposi- zación de la matriz subsidiaria del Estado
ción terminó por determinar la agenda en de Chile, se ha desarticulado completamen-
la medida que advirtió la debilidad política te. La irrupción popular del 18 de Octubre
del gobierno (su imposibilidad por llegar a condensa la fuerza de diversos ritmos en-
“acuerdos”) mientras este último se reple- trelazados históricamente que habrían ter-
gaba progresivamente hacia la defensa de minado por destituir al Pacto Oligárquico
sus “convicciones ideológicas” para, por fin, de 1980 y, si bien sus instituciones perma-
ceder sistemáticamente a las demandas de necen, no lo hacen en base a la legitimidad
la oposición que dirigía la agenda desde el de antes. Su sacralidad ha sido profanada:
Congreso Nacional: en plena debilidad po- ese proceso destituyente, que González sin-
lítica del ejecutivo irrumpe el 18 de Octu- tomatiza en el diagnóstico que describe un
bre. Y es ahí donde el gobierno –sufriendo panorama generalizado de corrupción, va
incluso lo que González llama el “atentado desde la “calle” pasa por el Congreso Nacio-
terrorista” sobre el Metro- se plegó al diag- nal y termina por afectar sustantiva e irre-
nóstico de la izquierda más radical acerca versiblemente a su propio gobierno. En este
del “agotamiento del modelo económico” sentido, el diagnóstico de González –como
y perdió completamente sus convicciones el de Verbal mencionado más atrás- cons-
ideológicas. El Congreso “colonizado” de- tituye una pieza fundamental del síntoma
terminó la agenda sumándose a la “voz de que experimenta la derecha chilena en la
la calle” una y otra vez imposibilitado de actualidad: en vez de plantearse al ataque
cumplir así: “(…) la patriótica y republicana (como sucedió a principios de los años 80
tarea de coadyuvar al gobierno a procesar las con los Chicago Boys) parece experimentar
exigencias de la ciudadanía.” 35 Para González un repliegue situándose a la defensiva. El
el panorama aparece decadente. Nadie de- síntoma surge en el instante de suspensión
fiende sus convicciones, todos parecen ha- de las certezas arraigadas; cuando el pac-
ber renunciado al advenimiento del singu- to cupular de la transición experimenta un
lar anticristo (la calle) que se habría tomado giro que González identifica perfectamen-
el Congreso para terminar por conspirar te. Síntoma donde una cierta gramática, un
silenciosa y abiertamente contra el gobier- determinado orden, agoniza con la irrup-
no de Piñera. El pensamiento reaccionario ción popular. Para González habría sido la
necesita enemigos. Y Gonzáles lo encuen- izquierda (el gobierno de Bachelet 2, en su

35  Ugalde, Schwember, Verbal, 2020, p. 256.

130
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

131
Cl audia P ool @ c l a ud ia p ool _f ot o 1 7. 0 1 . 2 0 2 0
alianza mortal con el Partido Comunista) vote de su reivindicación la cuestión de la
la que habría bifurcado el pacto original, el “dignidad”: es increíble que en las más de
camino seguro por el que recorría el país. doscientas páginas del libro exista tan solo
esta mención a la cuestión de la dignidad
5.2.- Al igual que el ensayo de Luis Placen- (mientras la mayoría se enfoca en la tarea
cia, anteriormente mencionado, el de Da- “policial” de condenar la violencia) cuando
niel Brieba y Cristóbal Bellolio “No Country el 18-O incluso terminó por bautizar a la
for liberals? El Estallido Social Chileno: Una otrora Plaza Baquedano en Plaza Dignidad.
Interpretación Rawlsiana” constituye un Increíble, porque, como vemos, “dignidad”
esfuerzo por interpretar el 18-O, no como constituye el pivote epifánico de la revuel-
una protesta “antiliberal” –dado que el li- ta de octubre. Brieba y Bellolio han sabido
beralismo tendría varias versiones- sino escuchar dicho pulso y han entendido la
como una que reivindica un liberalismo sostenida crítica a un orden político que la
igualitarista de tipo rawlsiano. Diría que es protesta ha desarrollado como el que ofre-
el único texto –aparte del de Placencia- que ce impunidad al abuso, desigualdad e injus-
no comparte, del todo, el tono a la “defen- ticia. En cuanto éstos elementos aparecen
siva” de los demás. El único que trabaja el como el contenido de la protesta, Brieba y
síntoma de otro modo y propone una posi- Bellolio sostienen que ello calza perfecta-
bilidad de lectura que no pasa simplemente mente con un liberalismo de tipo rawlsiano.
por la abstracta “condena” a la violencia o Y justamente, los autores distinguen cuatro
el rechazo a las formas “colectividad” (como tipos de liberalismos donde, a diferencia del
si éstas fueran siempre “totalitarias”): “En liberalismo utilitarista prevalente en Chile,
otras palabras –escriben Brieba y Bellolio- el liberalismo igualitarista o rawlsiano “(…)
cabe preguntarse si la protesta social debe in- depende de que cada persona esté mejor (…)
terpretarse como intrínseca y fundamental- No es el mero crecimiento del ingreso per cá-
mente antiliberal en sus demandas o si, por el pita lo que importa, sino que los más pobres se
contrario, lo que la calle ha hecho es protestar hayan de hecho beneficiado del orden social
frente a “esta” versión del liberalismo, pero instaurado” 37. En este registro, el liberalis-
que- al menos en principio- estaría de acuerdo mo rawlsiano tendría aún la perspectiva
con una versión que le pareciera más justa.” 36 del “bien común” en el que una sociedad
Brieba y Bellolio se anudan al tenor gene- no descansa simplemente en el “crecimien-
ral de este libro en el sentido que defienden to”. Es posible tolerar –dirá el liberalismo
que lo que está en juego no sería un “an- rawlsiano- la existencia de desigualdades si
tiliberalismo”, pero si la crítica a un modo éstas producen beneficios a todos. Es clave
particular de él. Sin embargo, no es solo la que Brieba y Bellolio entienden la incapaci-
crítica, es también la afirmación de un “li- dad de la noción de “crecimiento” para legi-
beralismo igualitario” que tendría como pi- timar el orden existente. Entienden que el

36  Ugalde, Schwember, Verbal, 2020, p. 260.


37 Ugalde, Schwember, Verbal, 2020, p. 270. 

132
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

liberalismo rawlsiano no podría reducirse “beneficio”? Como en el ensayo de Placen-


al economicismo de los Chicago Boys y que, cia, quizás veamos en la apuesta rawlsia-
por tanto, constituiría un liberalismo muy na de Brieba y Bellolio, la articulación de
necesario para equilibrar las tensiones que una propuesta democrática que constituya
sufre el país, en la medida que, al igual que la mejor defensa del liberalismo en la que
el deseo de los chilenos que claman “digni- proyecta un camino para pensar en una
dad”, permite “priorizar la igualdad por so- “segunda transición” y restituir así el nue-
bre el crecimiento”. Como si Brieba y Bello- vo pacto (que yo denominaría “oligárquico”)
lio, a pesar de las profundas diferencias con que pueda legitimar a las mismas institu-
la crítica de Hugo Herrera, advirtieran del ciones políticas. Cambio táctico del escrito
déficit ético y político presente en la lógica de Brieba y Bellolio, respecto de la táctica
economicista que trae consigo la noción de sostenida en la mayoría de los ensayos que,
“crecimiento”. Algo de “bien común” se ne- apuesta por una legitimación (y no un sim-
cesita para vivir juntos, algo de “igualdad” ple atrincheramiento) del liberalismo en
se requiere para favorecer la legitimidad medio del 18-O.
de las instituciones. Brieba y Bellolio pien-
san que una salida igualitarista podría ser 5.3.- El último de los ensayos desarrolla-
la salida a la crisis planteada por el 18 de dos por Carlos Newland y Emilio Ocampo
Octubre. En esta perspectiva, los autores se titula “La crisis chilena de 2019 desde
parecen aproximarse a lo que fue la deriva una perspectiva argentina”. Interesante
concertacionista, redundan en la propuesta aproximación desde un “afuera” vecino en
más progresista de la derecha en la medida la medida que la situación chilena había
que tienden hacia un liberalismo igualita- sido considerada por las derechas latinoa-
rio que permita –en contra del puro “eco- mericanas como un verdadero “modelo”
nomicismo” propuesto como consigna por de estabilidad continental que mostraba la
el gobierno- una legitimación de las insti- viabilidad de un proyecto en que el neoli-
tuciones políticas. La cuestión, sin embar- beralismo podía impregnar completamente
go, es si efectivamente la demanda popular la existencia social, sin tener convulsiones
se deja inscribir al interior del liberalismo sociales fuertes producto de los costos que
rawlsiano y de qué modo dicho liberalismo la implementación de dichas políticas im-
podría lidiar con un proceso constituyente plica. Newland y Ocampo sostienen la tesis
en curso: ¿hay cabida del “poder constitu- de que en Chile existen dos “divergencias”
yente” en el pensamiento de Rawls? La exi- que no se han podido resolver y que cons-
gencia popular es por democracia. Pero una tituirían el motor de la debacle: la primera
democracia radical que no se circunscribe es que en Chile pervive una incongruencia
al régimen de equivalencias propuesto por entre el desarrollo de su economía y su sis-
la cartografía liberal: ¿no permanece la re- tema político. Citando a Samuel Hunting-
vuelta como un excedente, incluso, a ese li- ton, Newland y Ocampo subrayan que di-
beralismo igualitario que puede aceptar la cha incongruencia genera una “(…) brecha
desigualdad mientras se compense con el de frustración creciente que, si no es canali-

133
134
Marco Br av o @m a r c or e a l iza d or 1 1 0 3 2 0 2 0
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

zada a través de un sistema político igualmen- sante punto de los autores –si acaso fuera
te desarrollado, genera descontento y vio- así- pues, al igual que Brieba y Bellolio, ad-
lencia” 38. Esta primera divergencia tendría vierten que el sistema de mercado carece
un carácter más estructural, en la medida de legitimidad entre la ciudadanía. En este
que el razonamiento se reduce a decir: la contexto, los autores reconocen la deficien-
excedencia de la economía que crece infi- te gestión que habría tenido el gobierno de
nitamente, requiere de nuevos canales ins- Piñera para enfrentar la situación, sobre
titucionales que el sistema político chileno todo –plantean- no habría sido capaz de
no está ofreciendo. La economía sobrepasa neutralizar al “activismo revolucionario”.
a la política, el capital al Estado y, en ese Pero ¿se trata de los “superpoderes” de un
sentido, las demandas ciudadanas experi- determinado “activismo revolucionario” o,
mentan una suerte de “brecha” entre una más bien, de la sublevación de los cualquie-
economía “desarrollada” y un sistema po- ra, exentos de cualquier profesionalismo
lítico “subdesarrollado” –por decirlo de al- político? Pues ¿dónde estaría esa vanguar-
gún modo. La segunda divergencia es mas dia, en qué tipo de interlocución y repre-
de tipo ideológico y, según los autores, se sentación? De hecho, no hay vanguardia ni
vincula con: “(…) la incongruencia que exis- interlocución. La acefalía deviene el rasgo
te entre su sistema económico basado en una decisivo de la sublevación de Octubre que,
economía de mercado y la mentalidad antica- sin embargo, no puede identificarse sin más
pitalista predominante.” 39 Es decir, existiría al “caos” o a la simple “violencia”. En dicha
una “infraestructura” propia del sistema de acefalía nuevas organizaciones tienen lu-
mercado que choca permanentemente con gar, cabildos, asambleas populares, otros
la “mentalidad anticapitalista” que, además lazos irrumpen e inventan mundo. Este es,
agregan los autores, sería “predominante”. me parece el punto ciego de la episteme li-
¿Predominante? En este sentido, el mundo beral que la vuelve incapaz de inteligir al
pareciera estar al revés: no bien existe una 18-O sino es para gobernarle a través de su
prevalencia de la economía de mercado, la “condena” e invención de esa “mentalidad
“hegemonía” tiende hacia el “anticapitalis- anticapitalista” introducida por una suer-
mo”. El mercado reina, pero no gobierna, te de “genio maligno” en la que se hallaría
por decirlo con el clásico dicho que carac- el fantasma de una supuesta izquierda o
terizaba al despotismo ilustrado o, si se vanguardia revolucionaria medianamente
quiere, la derecha económica reina, pero articulada. En este sentido, las dos “diver-
no gobierna abriendo así una suspensión gencias” planteadas por los autores se ar-
en que los procesos de inmanentización ticulan entre sí: a la primera contradicción
del poder característico del principio de go- en la que se vacía el sistema político fren-
bierno neoliberal se aflojan y los cuerpos te a las cada vez mayores demandas pro-
comienzan a actuar de otro modo. Intere- venientes desde el sistema económico, se

38  Ugalde, Schwember, Verbal, 2020, p. 283


39  Ugalde, Schwember, Verbal, 2020, p. 284.

135
anuda una frustración que, supuestamente, macroeconómico que, supuestamente, res-
alimentaría la “mentalidad anticapitalista” paldan las bondades del orden prevalente
que cataliza la crisis de Octubre y lleva a la durante los últimos 30 años. El pueblo no
pérdida de legitimidad del sistema de mer- sabe nada, será la “clase dirigente” –justa-
cado. Para Newland y Ocampo se trata de mente, la clase que condujo a la crisis- la
establecer “reformas” importantes que, sin que supuestamente debería abrir una vía
embargo, no destruyan “la esencia” del sis- de salida. ¿Qué significa que el pueblo no
tema, esto es, que se basa en la “economía sepa? Que el pueblo no sabe gobernarse a
de mercado”. Los autores son críticos con la sí mismo. Así, a pesar de todo, el liberalis-
deriva que ha tenido Argentina e insisten mo se revela otra vez como una tecnología
que Chile ha tenido logros que han mostra- de gobierno (una cibernética) que, habien-
do la reducción efectiva de la pobreza que do perdido el control del mundo, desespe-
refutaría el argumento en contra de toda radamente intenta retomarlo.
izquierda. Ahora bien, ¿se redujo efectiva-
mente la “pobreza” en Chile? ¿Los millones
de chilenos solicitando su 10% de AFP es
6. Sin amor (a modo de epílogo)
muestra de la reducción de dicha pobreza
o, más bien, de la consolidación de un sis- El presente comentario a “El Octubre chi-
tema crediticio que ocultó y sostuvo la “po- leno. Reflexiones sobre democracia y liber-
breza” pasándola bajo ese híbrido cada vez tad” puede ser entendido como una opera-
más precarizado llamado “clase media”? En ción “crítica”. Pero una crítica singular que
cualquier caso, la esperanza de Newland y no remite al examen de los límites de la
Ocampo reside en la “clase dirigente” (po- razón, sino que ha devenido evasión de una
lítica, intelectual y empresarial), no en las razón (el liberalismo como razón regitiva,
capas populares que justamente han sido racionalidad gubernamental que ha ter-
protagonistas de la asonada de Octubre. minado totalizando la existencia) puesta a
Nuevamente nos enfrentamos al aristocra- punto de una máquina nomádica del pensa-
tismo de tipo liberal que pretende estar por miento que ha intentado desafiar la territo-
“sobre” lo que la sociedad piensa o siente, rialización provista por la episteme liberal
en un lugar de enunciación ilusoriamente (su arché) exponiendo su tono defensivo.
“superior” en el que aún parece prevalecer
la posibilidad del juicio. Nuevamente se tra- En este sentido, el 18 de Octubre no inter-
ta de corregir y erigir el juicio que el pue- peló a uno que otro concepto de la episteme,
blo no tiene. Para ellos, el pueblo no sabe sino a la episteme liberal en su integralidad:
nada o muy poco pues no puede gobernarse el 18 de Octubre deviene un momento desti-
a sí mismo –“deben ser gobernados”- diría tuyente, desgarro completo de un presente
Marx; porque, frecuentemente, la “izquier- respecto de sí mismo cuya fuerza ha im-
da” habría inoculado en él un “error” que pugnado no solo a los enunciados, sino al
le ha vuelto de “mentalidad anticapitalis- lugar de enunciación de la actual episteme li-
ta” sin atender a los datos “duros” de tipo beral. Nuestra crítica no ha hecho más que

136
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

mostrar la posición aristocratizante que pensamiento que orienta sus esfuerzos a la


presupone tener la última palabra sobre el destitución. No a la destrucción que, en su
saber (ciencia), el poder (la democracia) y la dialéctica, llevaría consigo la sustitución de
moral (el bien) y desde cuya posición “en- otro orden por el que habría sido destrui-
juicia” la irrupción popular como un aten- do, sino a la puesta en suspenso del lugar de
tado a su propio orden, a su misma episteme enunciación liberal que permita visibilizar su
que se apresta a defender (sea “negativa” o voluntad de poder, la declaración de guerra
que, atravesada por el 18 de Octubre, su
“afirmativamente”). En este sentido, adver-
episteme no ha dejado de ejercer.
timos un movimiento auto-inmunitario que
redobla sus sistemas de defensa frente a la El horror liberal frente a la imaginación
destitución proferida por el 18 de Octubre. popular deviene síntoma de su límite frente
a un acontecimiento que no deja de exce-
El movimiento de una episteme que se afe- derle; un “afuera” que le atraviesa desde su
rra a sí misma, desencadenando una de- mismo interior y cuya máquina defensiva
fensa que obtura la posibilidad de pensar lanza sintomáticamente hacia un “otro”
al propio lugar de enunciación que preci- externo que siempre pone al liberalismo
samente ha quedado en cuestión. Evadir en peligro y con ello al universalismo que
al liberalismo no significa destruirlo, sino supuestamente representa. En otros térmi-
sacarlo de quicio, interrumpir el eterno cir- nos, la evasión que hemos intentado en este
cuito de la maquinaria auto-inmunitaria y comentario, ha expuesto el síntoma efecto
mostrar así, sus capas genealógicas, y su de un lugar de enunciación que ha sido remo-
vido y que la misma episteme liberal parece
verdadera estructura de poder: heredero
no poder analizar. Y la pregunta es ¿por qué
directo de la teología y versión contempo-
no puede? Quizás, la respuesta resida en el
ránea de la cibernética, esto es, tecnología epígrafe de Paul W. Kahn con el que hemos
de gobierno sobre los cuerpos. iniciado el comentario: al ser una filosofía
política de un mundo sin amor sería inca-
Ahora bien, nuestra crítica “evade”, jus-
paz de atender la intensidad de lo político
tamente, el “enfrentarse” al liberalismo, –a su salvajismo- que, justamente, se juega
puesto que hacerlo implicaría situarse en el más allá de su normativismo y su noción
lugar de “enemistad” reproduciría el clivaje puramente gubernamental de razón 40.
auto-inmunitario que justamente es preci-
Un mundo sin amor es justamente el de la
so destituir. Evadir significará para noso-
cibernética que parece dejar atrás las ve-
tros no “enfrentarse” al liberalismo, sino
tustas formas liberales para visibilizarse
trazar circuitos de una máquina nómade de
como tal 41. Y esto da para preguntarse de

40  Habría que problematizar, sin embargo, si acaso el liberalismo alcance a ser una “filosofía política”,
pero por ahora, nos resulta relevante subrayar que dicho amor no sería el del romanticismo que presu-
pondría la idea de sujeto, sino el de un pensamiento materialista que asume la ritmicidad de los cuerpos
o, lo que es igual, la imposibilidad de escindir una vida de sus formas.
41  Sigo a Kahn para decir “amor” y no “humanidad” porque justamente la episteme liberal sería una de-
riva decisiva del humanismo moderno (su noción de sujeto que coincide co el “yo”) que, en la medida que
se dedica a gobernarse a sí mismo, orienta sus esfuerzos a docilizar la dimensión dionisíaca del amor en
que la experiencia del “afuera” irrumpe como revuelta.

137
qué “filosofía política” se trataría aquí, sino En dicha imagen, el liberalismo devendría
es la de la cibernética misma como proyecto una filosofía sin amor que, frente a la fies-
metafísico orientado a exterminar el amor ta popular –la irrupción dionisíaca, capaz
sobre la tierra implementando un princi- de destituir, saquear, protestar, profanar
pio de gobierno mucho más eficaz e inma- monumentos y exigir dignidad- no puede
nente que la clásica forma soberanía, para más que horrorizarse y llamar a la policía
domesticar y docilizar la misma superficie contra la posibilidad de que la fiesta inte-
de los cuerpos. Técnica y no política, mo- rrumpa su “tranquilidad”.
ral y no poder, ciencia y no superstición,
contrato y no pasión, serían las formas en
que la episteme liberal se ve a sí misma,
pero desde cuya imagen no puede salir.

138
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

REFERENCIAS

Agamben, G. (2008). Signatura Rerum. Sul método. Vicenza, Italia: Bollati Boringhieri.
Brown, W. (2019). In the ruins of neoliberalism. The rise of antidemocratic politics in
the west. New York, Estados Unidos: Columbia University Press.
Hobsbawn, E. (2009). La era de la revolución. Buenos Aires, Argentina: Alianza.
Hopenhayn, D. (12 de septiembre 2020). Felipe Schwember filósofo: La derecha tiene
una escasa comprensión de sí misma y del modelo que defiende. Diario La Tercera.
https://www.latercera.com/la-tercera-domingo/noticia/felipe-schwember-filosofo-
la-derecha-tiene-una-escasa-comprension-de-si-misma-y-del-modelo-que-defiende/
JELGJDVXFVB3PAFJHD2VJE774A/.
Jesi, F. (2014). Spartakus. Simbologia de la revuelta. Buenos Aires, Argentina: Adriana
Hidalgo.
Karmy, R. (2019). Fragmento de Chile. Santiago, Chile: Doble a.
Mbembe, A. (2016). Crítica de la razón negra. Ensayo sobre el racismo contemporáneo.
Barcelona, España: Ned.
Oyarzún, P., Pérez, C. y Rodríguez, F. (eds.). (2017). Letal e incruenta. Walter Benjamin
y la crítica a la violencia. Santiago, Chile: Lom.
Rozitchner, L. (1998). La Cosa y la Cruz. Cristianismo y Capitalismo. Comentario a las
Confesiones de San Agustín. Buenos Aires, Argentina: Losada.
Tiqqun. (2020). The Cybernetic Hypothesis. Ed. Semiotext(e) Intervention.
Ugalde, B., Schwember, F. y Verbal, V. (eds.). (2020). El octubre chileno. Reflexiones
sobre democracia y libertad. Santiago, Chile: Democracia y Libertad.

139
GENEALOGÍA DE LA DEUDA:
V ESTIGIOS MORALES DE
NUESTRA SERVIDUMBRE
V O L U N TA R I A

Silvana
Vignale
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

¿ Por qué combaten los hombres por su


servidumbre como si se tratase de su
salvación? La pregunta de Spinoza nos in-
1. La lucha por la servidumbre, como si se
tratara de nuestra salvación
¿Por qué combaten los hombres por su servi-
terpela desde un momento histórico muy dumbre como si se tratase de su salvación? Es
diferente al nuestro. Sin embargo, parecie- la pregunta de Baruch Spinoza en su Trata-
ra haber una persistencia de aquella servi- do teológico-político, publicado en 1670 2. En
dumbre voluntaria, como también la men- los mismos términos, Étienne de La Boé-
cionó La Boétie. El propósito de este escrito tie escribía en 1548 –un siglo antes y con
es enunciar brevemente una de nuestras apenas dieciocho años–, su Discurso contra
hipótesis de investigación: para determinar la servidumbre voluntaria, anunciando la
esa servidumbre voluntaria, esa autodeter- paradoja con la que se constituiría la obe-
minación de la propia voluntad a someter- diencia política moderna: una servidumbre,
nos al régimen del capital, es necesario re- voluntaria, en la que millones de hombres
montarnos a lo más lejano que a la vez es lo son sometidos sin que sean obligados por
más cercano: la conciencia moral. Faraway, una fuerza mayor, sino fascinados en nom-
so close. En otras palabras: si bien un aná- bre de uno 3. Más cerca en el tiempo, Gilles
lisis del presente en términos de subjetiva- Deleuze y Félix Guattari se referían al fas-
ción nos muestra la obscenidad del neolibe- cismo diciendo “no, las masas no fueron
ralismo en relación a sus discursos –los del engañadas, ellas desearon el fascismo en
mérito, los de la auto-responsabilización determinado momento, en determinadas
por el propio éxito o fracaso, los de la figura circunstancias, esto es lo que precisa expli-
del emprendedor de sí mismo–, es posible cación, esta perversión del deseo gregario” 4.
realizar una genealogía que se remonta a la Su tesis parte de considerar la producción
conformación de nuestra conciencia. Para social como producción deseante en condi-
ello les propongo en este texto aproximar- ciones determinadas:
nos a uno de los principales dispositivos de
subjetivación de nuestra época: la deuda; a Nosotros decimos que el campo social está
partir del análisis de algunos conceptos de inmediatamente recorrido por el deseo, que
Nietzsche que nos sirven para actualizar es su producto históricamente determinado,
y que la libido no necesita ninguna media-
aquella pregunta 1.

1  Una versión más breve de este artículo fue presentada como colaboración para la Publicación Digital
de Psicoanálisis Conversaciones con el otro: http://www.conversacionesconelotro.com/. Parte de esta
investigación ha sido presentado en otros escritos también de próxima edición.
2  Spinoza, 2011.
3  La Boétie, 2008
4  Deleuze y Guattari, 2012, p. 36.

141
ción ni sublimación, ninguna operación psí- Aspectos a los que son arrojados los nue-
quica, ninguna transformación, para cargar vos trabajadores libres, no aquellos forza-
las fuerzas productivas y las relaciones de dos al trabajo enajenado del capitalismo
producción. Sólo hay deseo y lo social, y
industrial, sino en una nueva modulación
nada más. Incluso las formas más repre-
sivas y más mortíferas de la reproducción
de aquella libertad: sin jefes y dueños de sí
social son producidas por el deseo, en la or- mismos, el pseudo-triunfo sobre la relación
ganización que se desprende de él bajo tal o de dependencia oculta formas de flexibili-
cual condición que deberemos analizar 5. zación laboral. En ese terreno la anti-políti-
ca horada las posibilidades de contrarrestar
No nos interesa en este momento la polémi- este discurso: los autodenominados “apolí-
ca con el psicoanálisis –los mismos Deleuze ticos” creen religiosamente en la objetivi-
y Guattari que criticaban el complejo edípico dad y neutralidad de las perspectivas, no
en Freud y la noción de deseo como falta, advirtiendo que el solo ejercicio de la liber-
postulan una idea de deseo productivo y re- tad de expresión no los hace críticos. Los
conocen el giro de Lacan en lo relativo al ob- nuevos modos del trabajo libre alcanzan los
jeto como causa de deseo–. Queremos apenas procesos de subjetivación, en la medida en
mantener la idea de las masas conduciéndo- que se refuerza en nuestra época la respon-
se en contra de sus intereses en escena, para sabilidad sobre sí mismo, y digámoslo de un
abordar lo que en adelante llamamos como modo más categórico, anticipando lo que
“faraway, so close”, que actualiza la pregun- diremos en adelante: culpables –cada vez
ta de Spinoza: ¿por qué todavía hoy se com- más– de nosotros mismos por los propios
bate por la servidumbre como si fuera por la éxitos o fracasos.
salvación o por la libertad? ¿Cuáles son esas
nuevas servidumbres? Hemos usado la tercera persona del plural,
cuando debiéramos haber usado la prime-
La pregunta no ha dejado de reeditarse, con ra: realizar una crítica al neoliberalismo
nuevas modulaciones. El capitalismo es hoy no nos sustrae de encontrarnos entrama-
el uno ante el que sucumben los millones das en sus procesos de subjetivación. Pues
de hombres y mujeres, embrujados por un si una cosa es necesario comprender –tan-
modo de vida que aparentemente promue- to a niveles ontológicos como epistemoló-
ve la libertad y el autogobierno, luchando gicos–, es que el neoliberalismo no es una
por su servidumbre como si se tratara de su mera doctrina económica, sino un ámbito
salvación: empresarios de sí mismos, natu- de producción de subjetividades. Las condi-
ralizan el concepto de “capital humano” y ciones de nuestra experiencia histórica nos
se esfuerzan en todo lo relativo a una in- producen como un sujeto que se encuentra
versión sobre sí mismos y al desarrollo de implicado en la labor que lleva a cabo, que
capacidades individuales para enfrentar el ha internalizado las normas y mandatos de
riesgo, la incertidumbre y la competencia. la productividad a su interioridad: el traba-

5  Deleuze y Guattari, 2012, p. 36.

142
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

143
P ab l o Zamor a n o @ l oc op e k 2 2 . 1 1 . 2 0 1 9
jo se vuelve indisociable del trabajo sobre el marco de una sociedad disciplinaria –o,
sí mismo 6, mediante un “consentimiento” u dicho de otro modo, de las disciplinas como
“obediencia feliz” 7. Reducir el análisis a una subsuelo de las libertades jurídicas– 8, bus-
perspectiva economicista del poder, es ig- caremos enmarcar la respuesta en lo que
norar el anudamiento de sus discursos de en adelante llamamos como faraway, so
verdad, de sus prácticas gubernamentales y close: una inscripción tan lejana, que a la
de sus efectos subjetivos. Nos encontramos vez permanece tan cercana. Para ello, pre-
entramados en procesos de subjetivación sentaremos nuestra hipótesis de investi-
que nacen de aquella gubernamentalidad gación: la deuda, lejos de ser solamente un
neoliberal. Hacemos política atravesados dispositivo económico, es uno de los prin-
por la lógica neoliberal, investigamos de cipales modos de subjetivación, en cuanto
acuerdo a las pautas y normas que se han se encuentra en el origen de la conciencia
conformado en las relaciones entre el po- moral, a partir de la fundación de un lazo
der y la ciencia, trabajamos y sobrevivi- social que no es el del pacto entre iguales:
mos de acuerdo a las relaciones que se han sino de las más paradigmáticas relaciones
configurado históricamente en el seno del de dominación, la que se da entre acreedor
capitalismo, e intentamos disfrutar y ser y deudor, como lo sostendremos a partir
felices de acuerdo a las normas que se nos de Friedrich Nietzsche. Es desde este lugar
presentan desde esa matriz de producción que intentaremos abordar el elemento mo-
subjetiva; consumimos, creemos ser libres y ral que subyace al dispositivo del endeuda-
tomar nuestras decisiones, el disfrute mis- miento en el neoliberalismo.
mo y una vida sana parecen ser parte de los
imperativos con los que debemos cumplir. Cuando nos referimos al neoliberalismo,
Aquella frase de Margaret Thatcher no ha lo hacemos entendiéndolo como forma de
podido ser más elocuente: “La economía es gubernamentalidad y, como tal, opera en
el método, el objetivo es el alma”. distintos niveles y mediante diferentes es-
trategias. La deuda constituye una de las
Lo que proponemos pensar aquí es cierta principales preocupaciones en nuestra ac-
invariante: a pesar de las transformaciones tualidad, en cuanto se vuelve causa y, al
en las condiciones de nuestra experiencia mismo tiempo, efecto de las crisis financie-
histórica respecto de las de Spinoza o La ras en el mundo. El mecanismo de la deuda
Boétie, o incluso de la expuesta por Karl se encuentra en el corazón del neoliberalis-
Marx y el trabajo enajenado, persiste una mo y del capitalismo financiero; en cierta
vocación de servidumbre voluntaria. ¿Dónde medida, fue el endeudamiento lo que sirvió
buscar ese origen? Más allá de la inscrip- para introducir las reformas neoliberales
ción paradójica moderna de las libertades en los `70. Mediante políticas monetarias y

6  Cfr. Laval y Dardot, 2013.


7  Cfr. Lordon, 2015, p. 80.
8  Como lo señala Foucault “las Luces que han descubierto las libertades, inventaron también las disci-
plinas” (Foucault, 2008, p. 255).

144
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

fiscales (en la historia reciente de nuestro acreedor y deudor y, por lo tanto, no en re-
país: devaluación, suba exponencial de las laciones entre iguales sino, por el contrario,
tarifas de servicios a los usuarios, parita- fundado en la relación de desigualdad de la
rias por debajo de la inflación) se produce deuda. El neoliberalismo ha captado que
una transferencia masiva de recursos ha- la supervivencia del sistema se encuentra
cia los sectores más ricos, mientras se bus- en garantizar la competencia, creando y
ca infundir la idea de que quienes tienen contribuyendo a la desigualdad de condi-
menos recursos quieren vivir y tener un ciones, sumado a que el capitalismo en su
acceso a un consumo que no es acorde a sus etapa financiera ha desplazado la relación
posibilidades (explicado por un sobreconsu- capital-trabajo del foco de la vida económi-
mo y retraso de las tarifas, que para esta ca, social y política, para colocar la relación
visión sería efecto de los proyectos populis- acreedor-deudor en el centro del mundo de
tas). Como vemos, más que un mecanismo las finanzas. Por otra parte, el dispositivo
económico, constituye una estrategia gu- opera no sólo mediante la deuda, sino con
bernamental tanto a escala global –deuda el discurso del esfuerzo y de lo que “vale la
pública–, como en lo más intestino de nues- pena” –traducido a una ética basada en el
tros procesos de subjetivación. Si el neoli- mérito o meritocracia–, para lo cual no so-
beralismo se encuentra acompañado por el lamente la deuda es infinita, sino también
gobierno del mérito (merito-cracia), puede la promesa de felicidad –el vocablo “espe-
verse nítidamente lo que los economistas ranza” no ha hecho sino actualizarse, en
ortodoxos buscan negar: que la economía, cada época, contribuyendo a la parálisis de
la política y la ética no son independientes la acción política–.
entre sí. Verdad, poder y ética se encuen-
tran enlazados en un mismo campo de ex-
periencias. En este plano, hay al mismo
2. Los antojadizos, aunque no arbitrarios,
tiempo producción económica y producción
caminos del lenguaje revelan ya la relación
subjetiva. Dicho de otro modo: en una fá-
entre la deuda y la moral: culpa y deuda
brica de sujetos endeudados, lo económico
comparten en alemán la palabra “Schuld”.
y lo ético entran en un mismo campo es-
En esa relación se encuentra presente un
tratégico de producción de subjetividades.
elemento fundamental para lo que nos ocu-
Todos somos deudores del capital. A través pa aquí, una forma de ser gobernados no
de la deuda somos gobernados mediante el por la fuerza, sino mediante una servidum-
aplazamiento del presente, que nos vuelve bre voluntaria: la promesa. En La genealogía
siervos de un consumo pasado: trabajamos de la moral (1887), Tratado Segundo “«Cul-
para pagar lo que ya hemos gastado. pa», «mala conciencia» y similares”, Nietzs-
che expresa que la manera más eficaz de
Mientras la tradición de la filosofía política gobernar al hombre fue fabricarle una “me-
clásica funda el lazo social en la figura del moria de la voluntad”, o en sus palabras,
contrato o pacto entre iguales, Nietzsche “criar un animal al que le sea lícito hacer
lo hace en las relaciones primitivas entre promesas”, para hacer de él algo calculable

145
146
Luciano A enish ans l in s @l uc ia n oa l on soa 1 4 . 1 1 . 2 0 1 9
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

y regular, y para que responda por sí mis- aquél que no paga sus deudas o no cum-
mo en el futuro, “a la manera como lo hace ple con sus promesas. “¿Qué se puede dar
quien promete” 9. Así, resulta que el consen- como reintegro a los antepasados?” Sacri-
timiento prestado para el propio sojuzga- ficios, fiestas, capillas, homenajes “y, sobre
miento se constituye con la aparición de la todo, obediencia”, dice Nietzsche 10. Podría
responsabilidad. llamarnos la atención que tanto la palabra
“deber” como la palabra “pena” tengan dos
La promesa, es promesa de pago por con- significados: “deber” es obligación o respon-
traer una deuda, con la concurrencia del sabilidad, pero también es deuda; y “pena” es
sentimiento de culpa. La función de la pro- lo que se paga en términos de castigo por un
mesa no es tanto la de recordar el pasado, delito, y también es un afecto de tristeza o
sino de disponer del futuro de antemano. lástima: esmero de la lengua dejar atados
Esto es lo que Nietzsche denomina como los significados jurídicos, económicos y mo-
el más largo trabajo del hombre sobre sí rales en los mismos vocablos.
mismo, constituirse en responsable. Ser res-
ponsables es atribuirse la culpa, indepen- Retomemos el argumento de este trabajo. Si
dientemente de la toma o no del crédito –el en la actualidad el sujeto endeudado es el
acto de desobediencia original en el cristia- producto de determinados procesos de sub-
nismo termina siendo pagado por todos los jetivación, en los cuales la deuda funciona
hombres y mujeres en la historia. Y cuando no sólo como dispositivo económico, sino
subjetivo; y si determinamos que es una
ya no es suficiente ni siquiera ese pecado
de las más eficaces formas de servidumbre
original para pagar la deuda con dios, ¡aca-
voluntaria a través de la cual somos gober-
ba ese dios sacrificándose a sí mismo! –.
nados, proponemos realizar una genealogía
En este marco, la culpa no es otra cosa que moral de la deuda, que nos permita estable-
cer su origen. Si seguimos la relación entre
reconocer cierta obligación contraída, cier-
culpa, deuda y responsabilidad en La genea-
to deber de restituir o para el caso, de com-
logía de la moral, observamos que hay dos
pensar, una deuda. Y esa compensación, en
momentos o modulaciones de la culpa que
caso de que la deuda no se pague, consiste
nos interesa aquí traer a este espacio de re-
en cierto derecho a la crueldad –por par- flexión crítica, para dar con ese origen 11. El
te del acreedor–, lo que constituye la apa- primero de ellos, el resentimiento. El segun-
rición de la pena como retribución a una do, la mala conciencia.
deuda impaga. Es la comunidad fundada en
esa relación acreedor-deudor la que hace Nietzsche explica el primero de los mo-
que emerja la figura del delincuente, como mentos que nombramos a partir de la ope-

9  Nietzsche, 1998, p. 67.


10  Nietzsche, 1998, p. 101.
11  Hacemos un uso coloquial de la palabra “origen”, dado que remite a un comienzo absoluto que no se-
ría precisamente aquello a lo que nos referimos. Estrictamente, sería mejor utilizar las palabras “proce-
dencia” y “emergencia”, más cercanas a idea de una genealogía, a partir de la cual es posible determinar
la singularidad de aparición de un acontecimiento. Sobre la genealogía como metódica, cfr. Vignale, 2017.

147
ración de la moral del resentimiento, que in- El autoengaño al que se refiere Nietzsche
terpreta la debilidad como si fuera libertad. es la idea de un “sujeto libre”, como si se
No perdamos de vista este forzamiento de pudiera ser dueño de exteriorizar o no la
sentido, pues nos permite también avizorar fuerza. Desde la perspectiva de una moral
que las libertades de las que creemos go- del resentimiento, es meritorio no hacer uso
zar no son sino la contracara de nuestras de la propia fuerza, y en la reconducción
formas de obediencia. La moral del resenti- de esas fuerzas hacia sí mismo. Hemos ha-
miento es la moral triunfante de occidente, blado de las fuerzas reactivas: una fuerza
la del judeo-cristianismo, y lo más propio deviene reactiva cuando se la separa de lo
de ella es la de invertir los modos de va- que ella puede, cuando se la neutraliza y se
lorar e introducir un devenir reactivo de la pone a los fines de la conservación, de la
las fuerzas 12. Hay un origen reactivo de los adaptación, en lugar de la transformación.
valores morales, que consiste en el rechazo Es absurdo exigir a la fortaleza que no sea
a todo aquello que exterioriza o manifiesta un querer-dominar; sin embargo, se llama
su fuerza; necesita primero de la negación “libertad” a lo que en realidad es debilidad
del otro: para afirmarse a sí mismos como o libertad de volvernos impotentes. Que la
“buenos”, debe antes declarar en el otro –en exteriorización o no de la fuerza dependa
todo aquél que sí exterioriza su fuerza– un de la voluntad de un sujeto, esa es la gé-
“malvado”. Como lo sostiene Deleuze, “la nesis del valor de lo bueno desde la pers-
reacción se vuelve algo sentido, «resenti- pectiva del resentimiento. En palabras de
miento», que se ejerce contra todo lo que Nietzsche: “los oprimidos, los pisoteados
es activo” 13, y la vida es separada de lo que
los violentados se dicen, movidos por la
puede, de su potencia. El resentimiento fun-
vengativa astucia propia de la impotencia:
ciona culpabilizando a quien sí exterioriza
su fuerza: “es tu culpa”. Así, para Nietzsche «¡Seamos distintos de los malvados, es de-
cir, seamos buenos» (…), conviene que no
el sujeto (o, hablando de modo más popular, hagamos nada para lo cual no seamos bas-
el alma) ha sido hasta ahora en la tierra el tante fuertes” 15, como si su debilidad “fuese
mejor dogma, tal vez porque a toda la ingen- un logro voluntario, algo querido, elegido,
te muchedumbre de los mortales, a los débi-
una acción, un mérito”.
les y oprimidos de toda índole, les permitía
aquél sublime autoengaño de interpretar la
El segundo momento de la culpa es el que
debilidad misma como libertad, interpretar
más nos importa en términos de la adjeti-
su ser-así-y-así cómo mérito 14.
vación de nuestra servidumbre, en cuanto

12  Los términos “activo” y “reactivo” se relacionan con el concepto de “voluntad de poder” de Nietzs-
che, que no desarrollaremos aquí para no desviarnos de nuestro objetivo. En la voluntad de poder pueden
distinguirse dos tipos de fuerzas: “fuerzas activas, primarias, de conquista y de subyugación, y fuerzas
reactivas, secundarias de adaptación y de regulación” (Cfr. Deleuze, 2019, p. 24). Esta distinción no es
cuantitativa, sino cualitativa. Esa es la explicación sobre cómo, en la historia de la moral de occidente,
finalmente triunfó no la moral de los “fuertes”, sino la de los “débiles”.
13  Deleuze, 2019, p. 27.
14  Nietzsche, 1998, p. 53.
15  Nietzsche, 1998, pp. 52-53.

148
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

la operación aquí es la de interiorizar la cul- gía contra los viejos instintos de la libertad
pa. Ya no se trata de “tu” culpa, sino de “mi –las penas sobre todo cuentan entre tales
culpa” … El desarrollo de la responsabilidad bastiones– hicieron que todos aquellos ins-
hace aparecer la mala conciencia, un replie- tintos del hombre salvaje, libre, vagabundo,
gue de las fuerzas reactivas, la conforma- diesen vuelta atrás, se volviesen contra el
hombre mismo. La enemistad, la crueldad, el
ción de una suerte de interioridad. Es el
placer de la persecución, en la agresión, en el
trabajo de lo que Nietzsche denomina como
cambio, en la destrucción, –todo esto vuelto
“eticidad de la costumbre”, a partir del que
contra el poseedor de tales instintos: ése es el
se le crea al ser humano la “camisa de fuer-
origen de la «mala conciencia 16.
za social” que lo hace realmente calculable.
Ese trabajo del hombre sobre sí mismo es Nietzsche describe en este párrafo el acon-
el del replegamiento de los instintos, y con tecimiento que da origen a la conciencia
ello, el surgimiento de la conciencia moral. moral, y con eso, a nuestros modos de ser
La “mala conciencia” es el órgano creado sujetos, el momento en que los instintos se
para la propia supervivencia, adaptación de volvieron contra sí y cambiaron drástica-
los instintos que los redujo a pensar, razo- mente nuestras condiciones de existencia,
nar, calcular. el instante en que sucumbimos a aquel dog-
ma que nos convence de la posibilidad de
Yo creo que no ha habido nunca en la tierra intervenir voluntariamente en la exterio-
tal sentimiento de miseria, tal plúmbeo ma- rización o no de la fuerza. Esa interioriza-
lestar, –¡y, además, aquellos viejos instintos ción, esos instintos vueltos contra el hom-
no habían dejado, de golpe, de reclamar sus bre mismo desarrollan la culpa.
exigencias! Sólo que resultaba difícil, y po-
cas veces posible, darles satisfacción: en lo Sin lugar a dudas, encontramos resonan-
principal, hubo que buscar apaciguamien- cias respecto de El malestar en la cultura de
tos nuevos, y por así decirlo, subterráneos. Sigmund Freud, en la explicación que se
Todos los instintos que no se desahogan ha- da sobre la sublimación de los instintos en
cia fuera se vuelven hacia dentro –esto es nuevos recorridos libidinales, y sobre los
lo que yo llamo interiorización del hombre:
principios de eros y thánatos como origen
únicamente con esto se desarrolla en él lo
de la cultura. Allí también estos elementos
que más tarde se denomina su «alma». Todo
permiten explicar a Freud el desarrollo de
el mundo interior, originariamente delgado,
como encerrado entre dos pieles, fue sepa-
la conciencia moral o superyó, lo que pro-
rándose y creciendo, fue adquiriendo pro- bablemente resultara de ecos de la lectura
fundidad, anchura, altura, en la medida en inspiradora de Nietzsche 17. Freud utiliza la
que el desahogo del hombre hacia fuera fue misma expresión “mala conciencia” para
quedando inhibido. Aquellos terribles bastio- esa instancia que nos hace sentir culpables
nes con que la organización estatal se prote- no sólo por hacer algo malo sino sólo por

16  Nietzsche, 1998, p. 96.


17  Hay un reconocimiento por lo menos parcial de la influencia de Nietzsche por parte del padre del psi-
coanálisis: en una carta que Freud envía a W. Fliess, el primero de febrero de 1900, se refiera a la figura
de Nietzsche diciendo: “Ahora me he procurado a Nietzsche, en quien espero encontrar las palabras para
lo mucho de lo que permanece mudo en mí, pero no lo he abierto todavía. Provisionalmente demasiado
inerte”. Cfr. Freud, 2008, p. 437.

149
tener la intención de hacerlo, y se encuen- se encuentra culpable al punto de resultar
tra relacionado con el miedo a la pérdida imposible su expiación, castigado sin que
del amor, uno de los principales motivos la pena pueda ser nunca equivalente a la
de la culpa. culpa. La culpa con dios es inexpiable. No
sólo la deuda y la culpa se vuelven enton-
¿Qué le ha sucedido para que sus deseos ces contra el deudor, sino contra el mismo
agresivos se tornaran inocuos? Algo suma-
acreedor: frente a ello, es que Nietzsche
mente curioso, que nunca habríamos sospe-
dice que nos encontramos ante el espan-
chado y que, sin embargo, es muy natural.
La agresión es introyectada, internalizada, toso recurso de la martirizada humanidad,
devuelta en realidad al lugar de donde pro- para un momentáneo alivio: “Dios mismo
cede: es dirigida contra el propio yo, in- sacrificándose por la culpa del hombre,
corporándose a una parte de éste, que en Dios mismo pagándose a sí mismo” 19.
calidad de super-yo se opone a la parte res-
tante, y asumiendo la función de «concien- En lo que concierne al desarrollo de la res-
cia» [moral], despliega frente al yo la misma
ponsabilidad, este segundo momento es
dura agresividad que el yo, de buen grado,
propiamente donde podemos encontrar
habría satisfecho en individuos extraños. La
tensión creada entre el severo super-yo y el cómo nos volvemos siervos de nosotros
yo subordinado al mismo la calificamos de mismos, o constreñidos a la obediencia,
sentimiento de culpabilidad, se manifiesta en mientras la disfrazamos de libertad y mé-
la forma de necesidad de castigo 18. rito: esa introyección de las fuerzas reacti-
vas vueltas contra sí mismas, la aparición
Como vemos, la génesis del superyó se en-
de esa interioridad que aloja lo que deno-
cuentra asociada a la introyección de una
minamos “alma”, esa deuda que ya no solo
autoridad paternal, y miedo a dios en el úl-
es con los antepasados y con dios, sino con-
timo de los casos. En el caso de Nietzsche,
sigo mismos, es lo que explica nuestra ser-
esto es explicado por cómo se transforman
vidumbre voluntaria, nuestra fascinación
las relaciones entre acreedor y deudor: si
por un uno, nuestro consentimiento a ser
bien la deuda es en primer término con la
gobernados mediante el aplazamiento del
estirpe, con los antepasados, con la comu-
presente, nuestra respuesta por anticipado.
nidad, el temor adquiere proporciones tan
gigantescas que el antepasado acaba por Por último en lo referido a Nietzsche, hay
transfigurarse en un dios. El ser humano un tercer momento en La genealogía de la
inventa un dios a fin de justificar el cre- moral, el del ideal ascético, que no analiza-
cimiento del sentimiento de culpa. Ahora remos aquí en detalle pero que resulta una
bien, con la moralización de los conceptos nota apropiada para la escena completa de
de “culpa” y “deuda”, éstos se vuelven, en este drama: en este momento cumbre de ni-
algún momento, impagables: el ser humano hilismo y de negación de la vida, se produ-

18  Freud, 2007, p. 83.


19  Nietzsche, 1998, p. 105.

150
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

151
Fab ián Hol tz @ c r ossin g __w or l d s 1 7. 0 1 . 2 0 2 0
ce la verdadera inversión de los valores: los El mérito, la responsabilidad por el propio
esclavos se llaman “amos”, los débiles se lla- éxito o fracaso, la inversión sobre sí mismo
man “fuertes”… alguien es “fuerte”, en esta y la imagen de sí como una empresa, con-
inversión del sentido, porque carga: carga forman el sentido común de los nuevos mo-
con lo valores establecidos, con el peso de dos de ser sujetos en esta etapa del capita-
la tradición, con la interiorización del man- lismo financiero. Las transformaciones en
dato. Es responsable. Es el triunfo de los dé- las relaciones de trabajo no responden so-
biles: pues no triunfan por adición de fuer- lamente a una operación de macro-política
zas, sino por la sustracción de las fuerzas económica. En términos de responsabilidad,
activas. En este punto, queremos destacar se trata de trasladar a la esfera de las elec-
el hecho de que los esclavos no dejan de ciones individuales, las capacidades perso-
ser esclavos por tomar el poder (y con ello, nales y el esfuerzo, el éxito de la vida ínti-
rebatir toda interpretación de la filosofía ma y profesional –eludiendo de esta forma
nietzscheana como contribución teórica al las determinaciones económicas, sociales y
nazismo). En lo que concierne a nuestro es- políticas y, por lo tanto, el entramado histó-
rico, a partir de las cuales alguien alcanza o
crito, revela en qué sentido el origen de la
no una vida digna–.
responsabilidad encuentra un devenir de
negación de la vida, y por qué aquellos que Llamamos la atención sobre la producción
llamamos “fuertes” o “poderosos”, el capita- conjunta de lo económico y lo subjetivo: en la
lismo mismo, no es sino una de las formas fábrica de sujetos endeudados, lo económico
de la esclavitud. Esclavos de sí mismos, res- y lo ético entran en un mismo campo estra-
pondiendo a los mandatos interiorizados, tégico de productividad. Así como el pecado
mandatos dictados por el capital y por su original constituía a todo individuo en peca-
moral del mérito. dor o deudor ante dios, con el neoliberalismo,
todos somos a priori deudores del capital.
3. Faraway, so close: aquella responsabili-
dad, producto de fabricarle al individuo la El drama desempeñado por la conciencia
facultad de hacer promesas, que en un pri- moral nos revela la ingente tarea de pen-
mer momento es la libertad de no exteriori- sarnos a nosotros mismos y las posibles re-
sistencias a las configuraciones del capita-
zar las propias fuerzas y declarar culpables
lismo: resistir requiere de algo diferente a
a quienes sí lo hacen; aquella responsabili-
una posición discursiva frente a la inequi-
dad que luego supone la introyección de las
dad e injusticia del sistema, y a militar en
fuerzas reactivas, de los instintos que no se
tal o cual frente político; o, en todo caso, no
desahogan hacia fuera, vueltos ahora hacia
es posible plantear seriamente una resis-
adentro y constituyendo esa interioridad
tencia que no pase al mismo tiempo por la
con la que finalmente nos identificamos;
relación y el trabajo consigo mismo. Pues
aquella responsabilidad tan lejana en rela- es en el desarrollo de la responsabilidad y
ción a su origen y emergencia, se encuen- de la conciencia moral donde podemos en-
tra tan cercana a nosotros. contrar cómo nos volvemos siervos de no-

152
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

sotros mismos, constreñidos a la obedien- Servidumbre voluntaria de nuestro tiempo:


cia, mientras las disfrazamos de libertad y fuertes para soportar la carga y los cargos,
mérito: esa introyección de las fuerzas re- competir con los otros por la misma paga,
activas vueltas contra sí mismas, esa deuda afrontar personalmente los riesgos e incer-
que ya no solo es con los antepasados y con tidumbres, pagar nuestras deudas, asentir
dios, sino consigo mismos, es lo que explica y consentir la imputación de la pena y el
nuestra servidumbre voluntaria, nuestro futuro arrebatado. Un ejercicio urgente de
consentimiento a ser gobernados mediante desobediencia puede comenzar por ir a con-
el aplazamiento del presente, nuestra res- trapelo de esa temporalidad, por la impug-
puesta por anticipado. Esclavos de sí mis- nación del futuro solamente como promesa.
mos, respondiendo a los mandatos interio-
rizados, mandatos dictados por el capital y
por su moral del mérito.

153
REFERENCIAS

Deleuze, G. (2019). Nietzsche. Buenos Aires, Argentina: Cactus.

Deleuze, G. y Guattari, F. (2012). El AntiEdipo: capitalismo y esquizofrenia. Buenos


Aires, Argentina: Paidós.

Foucault, M. (2008). Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. Buenos Aires,


Argentina: Siglo XXI.

Freud, S. (2007). El malestar en la cultura. Barcelona, España: Folio.

Freud, S. (2008). Cartas a Wilhelm Fliess (1887-1904). Buenos Aires, Argentina:


Amorrortu.

La Boétie, É. (2008). El discurso de la servidumbre voluntaria. Buenos Aires, Argentina:


Terramar.

Laval, C. y Dardot, P. (2013). La nueva razón del mundo; ensayo sobre la sociedad
neoliberal. Barcelona, España: Gedisa.

Lordon, F. (2015). Capitalismo, deseo y servidumbre. Marx y Spinoza. Buenos Aires,


Argentina: Tinta Limón.

Nietzsche, F. (1998). La genealogía de la moral. Un escrito polémico. Buenos Aires,


Argentina: Alianza.

Spinoza, B. (2011). Tratado teológico político. Tratado político. Madrid, España: Gredos.

Vignale, S. (2017). Notas epistemológicas sobre las relaciones entre sujeto y verdad: el
cuerpo como inquietud. En C. Ambrosini, A. Mombrú y P. Méndez (eds.), Tradiciones y
rupturas. Modulaciones epistemológicas IV. El escenario argentino e iberoamericano.
Ediciones de la UNLa.

154
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

155
PARA UNA TEORÍA DEL CONTRAPODER.
HISTORIA Y PROBLEMA

Sandro Chignola y
Sandro Mezzadra

Traducción de Matilde Orlando


Comentarios y Notas de Iván
Torres Apablaza
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

1. Es bueno, desde el principio, indicar los auto-organización, afirman instancias de


antecedentes y el propósito de este artícu- autonomía real, coligadas a un “saber y po-
lo. Estamos convencidos que el concepto de der hacer” que recae sobre la sociedad en su
contrapoder es hoy particularmente rele- conjunto. Las luchas en el trabajo, en la cri-
vante para comprender lo que está en juego sis de los modelos tradicionales de relacio-
en la acción política de los movimientos so- nes sindicales, plantean inmediatamente el
ciales más significativos y en el desarrollo problema del poder –tanto en la logística
de las luchas más innovadoras. Esto aplica, como en la agricultura, en la auto-organi-
tanto a nivel mundial (en el gran ciclo de zación de los riders 1 y en los servicios.
sublevaciones que, aunque profundamen-
Los ejemplos que acabamos de proponer,
te diferentes, encendieron Hong Kong y
son ciertamente heterogéneos y dispares,
América Latina, Argelia, Líbano e Irak en
aparentemente difíciles de reconducir has-
2019), así como también para Europa (espe-
ta la síntesis de un concepto exigente, como
cialmente, en la nueva temporada de luchas
aquel del contrapoder. En nuestra tradi-
de clases en Francia) e Italia. La formación
ción, por lo demás, el concepto se encuentra
y el ejercicio de otro poder, representa, por
íntimamente ligado a la acción de los movi-
ejemplo, un tema fundamental en las mo-
mientos autónomos de la década de 1970 en
vilizaciones tanto feministas como ecoló- Italia y Europa (también en otros lugares:
gicas. De igual formal, los movimientos y pensemos en los Panteras Negras en Esta-
luchas de los/las migrantes, remiten a la dos Unidos, o en la guerrilla de fábricas en
obstinada afirmación de un poder colec- Argentina durante la misma época, para dar
tivo que les permite permanecer, esto es, solamente dos ejemplos particularmente
habitar espacios en los que la legitimidad significativos). En ese contexto, el contra-
de su presencia se encuentra cuestionada. poder adquirió características específicas,
En Italia, específicamente, los espacios so- en particular, inmediatamente asociadas
ciales –entendidos en el sentido más amplio al uso de la fuerza. Aún cuando no cree-
del término-, son manifestaciones hetero- mos que esa historia no tenga nada nuevo
géneas de otro poder en el corazón de la que decirnos, el concepto de contrapoder
ciudad. Son parte de movimientos más ex- que necesitamos hoy, no puede ser la copia
tensos por el “derecho a la ciudad”, que a unilateral de estas experiencias. Debe, en
menudo logran condicionar la practica ad- cambio, atesorar la multiplicidad de signi-
ministrativa. En las escuelas y, en general, ficados y usos que distinguen el concepto
en los servicios públicos, los procesos de mismo, y articularse al ritmo de las luchas

1  Personas empleadas en apps de servicios de delivery [Nota de la Edición].

157
y movimientos que hemos mencionado ha impulsado el proceso de reconocimiento
brevemente –hasta el punto de conquistar y juridificación de los derechos sociales y
la efectividad que le permita captar algunos laborales. El moderno constitucionalismo
rasgos sobresalientes y relanzarlos políti- burgués, trabajó durante mucho tiempo y
camente hacia adelante. consiguió resultados significativos en el
plano de sus realizaciones concretas, por
Una cosa es cierta. Para nosotros el con- medio de transacciones entre poderes ba-
cepto de contrapoder adquiere todo su sig- sados en la fuerza y ​​ procedimientos pro-
nificado en la medida que se refiere a una pios del derecho. Desde el principio de la
división del poder. Es decir, en la medida historia constitucional occidental, el pro-
que desafía el “monopolio de la fuerza física blema planteado ha sido, en efecto, el de la
legítima” y nos invita a pensar en la política imbricación y mutua neutralización de los
más allá del Estado y más allá de la sobera- vectores en los que se descompone la do-
nía. Como trataremos de mostrar en la parte minación, al interior de un sistema de rela-
final de este artículo, esto exige un replan- ciones orientadas al equilibrio. En la misma
teamiento general de la noción misma de dirección, Charles McIlwain 2 escribió que
poder –así como de cuestiones políticamen- la historia constitucional siempre ha sido
te decisivas como, por ejemplo, la distinción el registro de una “oscilación”: en ocasio-
entre reforma y revolución. Antes de abor- nes, el proceso de reivindicación y sucesi-
dar esta tarea, aunque necesariamente de vo reconocimiento de derechos, en otras, el
forma preliminar, es necesario, sin embar- proceso de consolidación del poder ante la
go, repasar, con actitud genealógica, la his- crisis o el riesgo de anarquía.
toria del concepto de contrapoder. O, más
bien, de su problemática, más allá del uso La constitución ha sido el medio para equi-
explícito del término, para hacer emerger, librar esa oscilación, logrando la neutra-
al menos, los más significativos entre sus lización reciproca de poderes y contrapo-
múltiples significados. deres, por medio de la descomposición de
sus tecnologías de ejercicio, al igual que sus
áreas de competencia. Es de este modo que
2. Acabamos de referirnos al tema de la se ha situado en recíproco equilibrio el po-
división de poderes. Resulta claro que con der de hacer la ley, lo que la vuelve opera-
esto no pretendemos situar la cuestión en tiva y aquello que reconoce legitimidad y
el marco que tradicionalmente la da por límites de expansión a ambos poderes. El
resuelta en el sistema de equilibrios cons- movimiento mecánico de la constitución –
titucionales. Para nosotros, la noción mis- tal como un reloj–, trabaja en la contención
ma de “constitución” resulta cuanto menos judicial de las prerrogativas del soberano y
problemática, una vez agotado –con el com- en la integración de las fuerzas sociales al
promiso fordista del siglo XX– la fuerza que interior de la dinámica del orden. El poder

2  McIlwain, C. (1940).

158
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

159
Seb astián Runner @ se ba st ia n _r un n e r 0 6. 1 1 . 2 0 1 9
contiene al poder. Y, en el marco general de movimiento), experimenta en la fase jaco-
la moderna organización constitucional de bina el esfuerzo consciente por renunciar
los poderes, el movimiento de todos y cada al principio de la separación de poderes,
uno de ellos, realiza, como síntesis efectiva ya que la voluntad del pueblo no se pue-
de los mismos, la unidad de la voluntad so- de dividir. Al mismo tiempo, compromete
berana del pueblo. un virtuoso dispositivo de politización de
las instituciones y sociedades populares,
capaz de oponerse a la siempre posible de-
generación del gobierno.
3. Creemos que se trata de un punto que
no puede darse por sentado. Antes, duran- Por eso, en la documentación que hemos
te y más allá de la moderna configuración recopilado para este cuaderno 3, hemos de-
jurídico-constitucional de poderes, otros cidido agregar también un texto de Saint
procesos se determinaron como material- Just. Multiplicar las instituciones y reco-
mente excedentarios a la respuesta que nocer, incluso a nivel constitucional, el de-
ésta pretende ofrecer al problema político. recho a la insurrección, significa para los
En los albores de la historia constitucio- jacobinos implementar remedios contra la
nal, es el dualismo entre príncipes y clases corrupción y decretar la necesidad política
–y, en particular, la irreductible resisten- de una red difusa de contrapoderes en el
cia que éstas últimas, como representan- cuerpo social. Una red que se esfuerce por
tes materiales de ciudades, universidades preservar virtuosamente, en la inmanen-
y territorios, ofrecen a los primeros–, el cia de la relación política, la energía cons-
que impulsa los procesos de codificación
tituyente –es decir, la constante subjeti-
de las primeras “cartas” constitucionales.
vación– de los gobernados, sin darla por
Maquiavelo, y con él la tradición republi-
sentada en el sistema de poderes consti-
cana que reinterpreta las fuentes históri-
tuidos. De todos modos, esta no es una his-
cas romanas, asigna un valor particular al
toria minoritaria o de la derrota. La otra
dualismo: las “revueltas” entre los patri-
modernidad de la que aquí se trata, vuelve
cios y la plebe, son la primera “causa” de
como un proyecto de democracia absolu-
la libertad de Roma y producen “buenos
ta a la altura de la Comuna de París o de
efectos”, precisamente porque tienen en
las primeras etapas de la Revolución Bol-
cuenta los diferentes “estados de ánimo”.
chevique. Muy por el contrario, se trata de
Es decir, el diagrama de las fuerzas –que
expresa la tensión constituyente del espa- una modernidad que no se agota en la fic-
cio de la ciudad. La Revolución Francesa, ción representativa de un pueblo sobera-
cuyo proceso constitucional trabaja casi no abstracto y desmaterializado en la fas-
de inmediato sobre el exorcismo del po- cinación de su propia unidad, una unidad
der constituyente (que también lo pone en que es también, y sobre todo, la del Estado.

3  Chignola, S. (2020).

160
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

4. En esta otra modernidad, el contrapoder que construyen las bases de un ejercicio de


a menudo se ha entendido como un arma contrapoder. Desde México hasta las regio-
de los dominados y explotados. Si queremos nes andinas, la dominación española tuvo
seguir las huellas de este significado, no que enfrentarse con la continuidad de un
proceso de auto-organización comunitaria
es bueno quedarse en suelo europeo. Más
de los pueblos indígenas que nunca ha deja-
bien, vale la pena seguir a este respecto la
do de afirmar su alteridad e irreductibilidad
indicación de W.E.B. Du Bois 4, quien escri-
a las instituciones coloniales. Aun cuando
bió, en 1947, que «las revueltas de los es-
este proceso ha dado lugar a grandes mo-
clavos representan el comienzo de la lucha vimientos insurreccionales (como aquellos
revolucionaria por la emancipación de las liderados por Túpac Amaru y Túpac Kata-
masas trabajadoras en el mundo moderno». ri en la década de los 80 del 1700), lo que
Dirigiendo la mirada hacia la historia de la nos interesa resaltar aquí es, por una par-
esclavitud atlántica, son precisamente las te, la forma de la comuna como principio
revueltas de los esclavos las que parecen organizador de la resistencia y, por otra,
particularmente importantes, porque dan la consolidación en el tiempo de un poder
expresión a ese poder de los esclavos que, “otro”, que también en este caso constituye
devela la amenaza bajo la cual se ha desa- una amenaza esencial para la estabilidad
rrollado todo el régimen esclavista. El re- del dominio. En estos términos, el contra-
chazo de la esclavitud ha adoptado muchas poder parece ser un elemento que distingue
formas, desde el sabotaje del sistema de a la resistencia anticolonial en su conjunto.
plantaciones, hasta la fuga. En América (en Como han señalado los primeros trabajos
las “Indias Occidentales” y en países como de los Subaltern Studies, la historia de la
Colombia y Brasil, en particular) la fuga ha “India británica” ha registrado la continua
alimentado la formación de comunidades presencia de un “espacio autónomo” de “po-
de esclavos fugitivos (los maroons) 5, que se lítica subordinada”, que ha construido las
han organizado a través instituciones in- bases de un poder capaz de influir profun-
dependientes y autónomas. Instituciones damente, a través de la latencia de su ame-
capaces, además, de ejercer una amenaza naza, en los desarrollos institucionales de
para la continuidad del sistema esclavis- la dominación colonial.
ta, así como para regímenes de domina-
ción coloniales y poscoloniales específicos
(tema central de las páginas de C.L.R. Ja-
mes que hemos incluido entre los materia- 5. Resta por considerar, para concluir esta
les de este cuaderno 6). rápida exploración genealógica del campo
del contrapoder, la forma en que esta cate-
De un modo más general, la historia de la
expansión colonial europea, está marcada goría ha sido puesta en cuestión dentro del
por prácticas de resistencia e insurgencia marxismo. Consideradas desde este punto,

4  Du Bois, W. (1947).
5  Los maroons son un grupo étnico descendiente de esclavos de los primeros españoles asentados en
Jamaica.
6  Mezzadra, S. (2020).

161
162
Sebastián Runner @se ba st ia n _r un n e r 0 4 . 0 1 . 2 0 2 0
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

las obras de Marx son sumamente ricas, de poder constituye una anomalía, indica
y valdría la pena revisar los diferentes una situación de crisis que debe resolverse.
registros de su reflexión que atraviesan Incluso Trotsky, quien en su Historia de la
nuestra problemática –desde la descrip- Revolución Rusa 8 propuso una generaliza-
ción “anatomo-política” de las condiciones ción del dualismo como clave para enten-
de formación del poder proletario en los der la dinámica revolucionaria, mucho más
escritos del ‘48 y La Comuna de París, hasta allá de la peculiar situación rusa, escribió
al análisis de la forma en que el “obrero co- que «la división del poder no es más que un
lectivo” acumula y ejerce un poder opuesto presagio de guerra civil». En la política de
al mando de la fábrica en El Capital. Para Lenin, en 1917, el dualismo de poder se re-
nuestros propósitos, sin embargo, es esen- fería inmediatamente a la necesidad de una
cial señalar la gran innovación que ha pro- insurrección, que debía ponerle fin. No obs-
vocado en la teoría política marxista (y en tante, el dualismo tuvo una vida muy cor-
la práctica revolucionaria) la formulación ta, y Octubre inauguró un nuevo escenario,
de Lenin del tema del “dualismo de po- donde el problema (violentamente liquida-
der”. Se sabe que Lenin, en el abril de 1917, do con el ascenso de Stalin) habría sido el
consideró la creación de un “dualismo de de cómo mantener espacios de autonomía y
poder” como un aspecto “particularmente contrapoder dentro del orden institucional
original” de la Revolución Rusa. Junto al soviético. El problema del dualismo de po-
Gobierno Provisional (el “poder de la bur- der, en cualquier caso, permanece abierto,
guesía”), se había constituido «otro gobier- incluso más allá de la solución insurreccio-
no, todavía débil, embrionario, pero en nal que tuvo lugar en Rusia. En otras condi-
proceso de desarrollo: los Soviets de los di- ciones y en otros procesos revolucionarios,
putados, de los obreros y de los soldados». nos enfrentamos a experiencias diversas –
Fundado directamente en la «iniciativa in- en México, por ejemplo, donde las prácticas
mediata, desde abajo, de las masas popula- de autogobierno y reforma agraria desde
res, y no en la ley emanada del poder es- abajo, convivieron durante mucho tiempo
tatal centralizado» 7, este segundo poder se de forma más o menos conflictiva con las
distinguía del primero por su origen y legi- distintas hipótesis de estabilización ins-
timidad, por su composición de clase y por titucional, o en China, donde el dualismo
su peculiar forma institucional: el Soviet. de “poder blanco” y “poder rojo” caracteri-

Esta teoría del “dualismo de poder” (que en zaron por veinte años la “guerra popular
efecto es una teoría del contrapoder), cons- prolongada” (las páginas de Mao insertas
tituye un arma forjada por Lenin en el apo- entre los materiales de este cuaderno, do-
geo de la revolución. Lo que la caracteriza cumentan esta experiencia revolucionaria
es el énfasis en el hecho de que el dualismo imprescindible 9). En una experiencia que

7  Lenin, V. (1977).
8  Lenin, V. (1977).
9  Mezzadra, S. (2020).

163
podríamos definir como de reformismo ra- lánticos, el contrapoder tiene, ante todo,
dical, o en el “austro-marxismo” posterior a el carácter de una amenaza continua, y, al
la Primera Guerra Mundial, se puede ver el reclamar su autonomía, se vincula a la for-
intento de gobernar el dualismo de poder a ma de la comuna. En el marxismo, el dua-
través de sofisticadas arquitecturas sociales lismo de poder surge como una teoría de la
e institucionales, frente a lo que solía de- ruptura de la unidad soberana y plantea el
finirse como un «Estado de equilibrio de la problema de las características distintivas
fuerza de clase». del “segundo poder”, en el cual se funda po-
líticamente el “arte de la insurrección”.

Los elementos que hemos recogido, son los


6. Las historias y perspectivas teóricas a que nos parecen relevantes para plantear
través de las cuales se ha movido nuestra el problema del contrapoder a la altura de
rápida reconstrucción, son indubitable- los retos del presente. Los grandes proce-
mente muy heterogéneas. Más que un con- sos de des-constitucionalización y des-so-
cepto –es poco habitual el uso del término beranización del mando, han respondido
contrapoder–, hemos tratado de delinear la al contrapoder efectivo que otros grandes
formación de un campo y un problema. A procesos de subjetivación de clase habían
partir de la centralidad de la noción de con-
logrado imponer a escala global en la pri-
trapoder en el horizonte del constituciona-
mera mitad de la década del 70 del siglo
lismo (“el poder contiene al poder” 10), hemos
pasado. Es difícil hablar de un Poder, por-
resaltado algunas características funda-
que múltiples y singulares dispositivos de
mentales de una manera diferente de en-
poder se han difundido en niveles y cam-
tender el contrapoder. Resumámoslas rá-
pos de ejercicio igualmente diferenciados y
pidamente. Al interior de lo que llamamos
singulares (jurídicos, administrativos, eco-
la otra-modernidad, el contrapoder se en-
nómicos). En su interior –y es aquí que esos
cuentra íntimamente ligado a una política
de la revuelta. Mientras que, en la primera dispositivos despliegan su efectividad–, se
fase de la Revolución Francesa, el contra- determinó la descomposición y fragmenta-
poder presiona al gobierno en el marco de ción de los marcos de la ciudadanía y, con
procesos de politización que abren conti- ellos, la posibilidad de referirse o atravesar
nuamente nuevos espacios de acción (que subjetivamente el espacio de tensión que
los sanculotti 11 ya califican como la acción tradicionalmente habían determinado. Con
de los dominados y explotados). En la his- el Soberano, es el Pueblo el que desaparece.
toria de la esclavitud y el colonialismo at- El Uno, el pueblo soberano que se determi-

10  Expresión de Montesquieu (1748), p.4.


11  Traducción italiana de la expresión “sans-culottes” (literalmente traducida significa “sin calzo-
nes”), usada durante la Revolución Francesa para referirse a los miembros del Tercer Estado (campesi-
nos, artesanos, obreros y pequeños comerciantes, por oposición a los “culottes”, miembros de la mo-
narquía), quienes conformaron el mayor contingente del ejército revolucionario. La referencia se toma
de la prenda de vestir, usada sólo por los sectores privilegiados de Francia durante el siglo XVIII [Nota
de la Edición].

164
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

na en la Constitución, se ha vuelto a divi- mensión social, según una escala de inten-


dir en Dos. Y es por eso que la figura de un sidad y organización de los movimientos
contrapoder desgobernado, un contrapoder que conviene precisar.
tumultuoso, diferenciado y múltiple, que
amenaza y presiona al poder, atascándolo Sin embargo, pueden indicarse algunas lí-
y forzando una reconfiguración continua neas generales de trabajo teórico en torno
dentro de los múltiples, estratificados y a la categoría de contrapoder. Asumiendo
singulares canales de su fluir, vuelve a ser el marco de división del poder que hemos
de actualidad. recordado sintéticamente, primero debe
enfatizarse que el “dualismo del poder”
Como ya se mencionó, hay muchos ejem- ciertamente conserva su vigencia hoy. Sin
plos contemporáneos de este contrapoder embargo, la perspectiva de la insurrección
que podrían recordarse –el “poder de veto” que estaba relacionada con él en la formula-
que ejercen los movimientos sociales en ción de Lenin, parece haberse desvanecido.
América Latina dentro y más allá del ciclo Se trata, más bien, de trabajar en torno a la
de “gobiernos progresistas”; la convergen- hipótesis de una estabilización del dualismo
cia de actores institucionales y coalicio- de poder. Y es dentro de esta hipótesis que
nes sociales heterogéneas (apoyadas por el se reinterpreta el problema (básicamente
protagonismo migrante) que refrendan las constitucional) del reconocimiento de este
“ciudades santuario” 12 en América del Nor- dualismo (y por lo tanto de la regulación de
te; la continua movilización de los Gilets la relación entre los dos poderes), así como
Jaunes 13 en Francia, que invierte y renueva el de la articulación interna de las instan-
radicalmente la acción sindical; el ejercicio cias heterogéneas en la que se expresa el
directo de un poder autónomo por parte contrapoder. Desde el primer punto de vis-
del movimiento feminista que hoy asume ta, el diálogo con las corrientes más avan-
características de masas (como en Argenti- zadas del constitucionalismo democrático y
na, Chile, España e Italia). Ninguno de es- “societario” resulta importante, en la pers-
tos ejemplos se presta a ser tomado como pectiva de consolidar dentro de los espacios
“modelo”, pero cada uno de ellos (y de los constitucionales, instancias de autonomía e
muchos otros que podrían mencionarse) independencia. Desde el segundo punto de
contribuye a determinar y enriquecer la vista, es necesario retomar la reflexión so-
noción de contrapoder. Junto a ejemplos bre las “instituciones de lo común” y avan-
de contrapoder “instituido” (las “ciudades zar hacia la definición de los rasgos funda-
santuario”), la fenomenología contemporá- mentales de un poder que debe ser “otro”,
nea de las luchas, muestra múltiples casos no solo independiente del poder al que se
en los que el contrapoder se ejerce en la di- enfrenta, sino cualitativamente diferente.

12  Ciudades de EE.UU y Canadá que limitan el alcance de las leyes de migración para proteger a personas
inmigrantes indocumentadas de posibles acciones que impliquen detención o deportación [Nota de la
Edición].
13  Movimiento de “Chalecos Amarillos” en Francia [Nota de la Edición].

165
La reflexión feminista sobre el poder es oposición entre reforma y revolución, que
particularmente importante aquí. durante mucho tiempo ha estructurado la
discusión en torno a ese tema, pierde gran
Se ve bien cuán complejo y articulado es el parte de su importancia. La revolución se
trabajo de investigación teórico y político convierte en un criterio operativo dentro
necesarios para definir una teoría del con- de un proceso de acumulación de contrapo-
trapoder a la altura de nuestro presente. En der, marcado tanto por rupturas como por
todo caso, estamos convencidos que vale la compromisos y alianzas, en el que la supe-
pena asumir el desafío, sobre todo porque ración del capitalismo define el horizonte
el tema del contrapoder nos permite refor- general (y el objetivo estratégico crucial) de
mular desde una nueva perspectiva el pro- la acción política.
blema de la “transición”, de la superación
del capitalismo. Si asumimos la hipótesis
de una estabilización del contrapoder, la

166
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

REFERENCIAS

Chignola, S. (2020). Louis Antoine de Saint Just, Rivoluzionario e politico francese,


giacobino (1800). Contropotere: Quaderno Di Euronomade, 58-59.

Du Bois, W. (1947). The World and Africa. New York: The Viking Press.

Lenin, V. (1977). El doble poder. Obras completas, XXIV (453-456). Madrid, España:
Akal.

McIlwain, C. (1940). Constitutionalism: Ancient and Modern. Ithaca, Estados Unidos:


Cornell University Press.

Mezzadra, S. (2020). Cyril Lionel Robert James, II potere dei maroons (1938).
Contropotere: Quaderno Di Euronomade, 55-57.

Mezzadra, S. (2020). Mao Tse Tung, Perché è sorto ed esisteil potere rosso in Cina
(1928). Contropotere: Quaderno Di Euronomade, 63-66.

Montesquieu (1748). L’Esprit des lois. Genève: Barillot & Fils, XI.

Trotsky, L. (2017). Historia de la revolución rusa. Santiago, Chile: Lom.

167
L A L I B E R TA D C O M O S U ST R AC C IÓ N :
MUNDO VIRTUAL Y
ENDEUDAMIENTO

Héctor
Cataldo
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

Introducción financiarización-financiamiento de la vida


de la población. El “derecho a endeudarse”,
El artículo desarrolla un análisis del endeu- el acceso al crédito: poseer más dinero del
damiento en la sociedad neoliberal, como que se tenía antes 3. Entidades bancarias o
sustracción, extracción, tomando como financieras de cualquier tipo prestan dine-
base argumental los planteamientos de Ro- ro a los ciudadanos para que puedan acce-
berto Esposito, Friedrich Nietzsche y Mau- der al consumo y, de este modo, salir de la
rizio Lazzarato. Este análisis está dirigido a situación de precariedad en que se encuen-
comprender la libertad que de ella se des- tran. Salir de la pobreza, le llaman ellos/as.
prende, como sustracción, extracción, ex- Los/as pobres pueden acceder a mercancías
propiación, falta, ausencia, deuda; a su vez, que estaban prohibidas para ellos, en vir-
dirige un análisis de la Internet de las co- tud de su situación económica de carencia.
sas (IC) o 5G, en cuanto ésta es también una Y, precisamente, al enfatizar el acceso y no
tecnología de la sustracción, que homologa el endeudamiento, y la lógica que éste en-
la libertad con la vigilancia-control. cierra, se cree que aquellas políticas públi-
cas están pensadas para el beneficio de las
personas. Ya sabemos que no es así. Incor-
1. El endeudamiento como política de porar a la deuda es la expresión de una lógi-
Estado: libertad como sustracción ca de la sustracción propia del liberalismo.
Situar la existencia en un plano del “deber”
En Fascismo o revolución 1, Maurizio Lazza- implica contraer una relación de “resta”, de
rato argumenta que el individualismo se un “menos”, de extracción, de sustracción.
acentúa más cuando se gobierna a través de “Estar en deuda” quiere decir, en un primer
la deuda 2. En efecto, si algo compartimos los momento, que algo de mi le pertenece a
países sudamericanos son políticas públicas otro/a, y estoy en permanente situación de
ancladas en la lógica de la deuda. Tanto Chile “entregar” eso que debo, en constante con-
como Brasil, a lo menos, fueron favorecidos texto de cumplir la promesa. Todo aquello
con el “privilegio” de endeudarse. Ricardo de lo que me pueda apropiar, siempre es-
Lagos, y los gobiernos democráticos hasta tará virtualmente en condición de prenda.
hoy, y Lula da Silva, junto a Dilma Rouseff, Si la pobreza es carencia, ¿de qué “salida”
respectivamente, implementaron políticas de la pobreza pueden hablar quienes deten-
públicas que implicaban la apertura de la tan el endeudamiento como forma de vida?

1  Lazzarato, 2019.
2  Lazzarato, 2015.
3  Lazzarato, 2019, p. 24.

169
El endeudamiento como política de Estado produzca más ganancia, y así al infinito 6. Y
busca empobrecer ontológicamente a las lo mismo ocurre con la producción de mer-
personas bajo un mecanismo que Günther cancías. En la necesidad de que éstas circu-
Anders definió muy bien: la lógica de con- len, se requiere de su consumo y, por tanto,
sumo requiere de un ciudadano-consumi- de una producción constante y permanente
dor que nunca pueda objetivar el objeto que de mercancías cuyo objeto es su capacidad
consume, es decir, que vuelva desechable el para ser desechables lo antes posible. Se si-
objeto, que nunca se apropie de él, para que gue, pues, por ejemplo, que “la moda” es una
de ese modo carezca de propiedad y se en- lógica de desechabilidad. Si tengo una cha-
cuentre siempre en una perenne necesidad queta que se encuentra en condiciones de
de requerir otro objeto para consumir, y así uso pero la desecho porque ya no está a la
al infinito. Y estos objetos desechables los moda, me encuentro dirigido bajo el crite-
obtiene mediante la deuda 4. rio de animal laborans, como diría Hannah
Arendt 7. El desarrollo tecnológico actúa del
El endeudamiento es la lógica del carencia- mismo modo: mientras produce un objeto
miento y de la escases de los/as ciudadanas. de alta tecnología, está ya produciendo su
En efecto, el endeudamiento hace posible la reemplazo. De lo que se sigue, entonces,
privatización de los servicios que entrega- que la producción de mercancías no tiene
ba el Estado puesto que los individuos, al por objeto el beneficio a las personas, sino
tener dinero, podrán comprar y endeudar- un consumo rápido que acelere al máximo
se para seguir comprando; podrán, enton- la circulación, tanto de mercancías como de
ces, gastar sus préstamos en un incipiente capital. En esta situación, el capital requie-
mercado de prestadores de servicios, los re de una permanente sustracción de fuer-
que otrora se los entregaba el Estado gra- za, energía y potencia de vida de los y las
tis. Al mismo tiempo, el capital incita a los trabajadoras. La deuda, el deber, entonces,
pobres a adoptar conductas que los haga son conceptos que encierran, por decirlo
capaces de responsabilizarse por los riesgos así, un mismo principio.
personales que suscita el endeudamiento,
arguyendo que esta es la conducta de los En Communitas 8 Roberto Esposito nos con-
ciudadanos modelos y libres 5. La lógica del duce hacia una comprensión de lo “en co-
endeudamiento expresa la necesidad del mún” donde la sustracción articula las rela-
capital de generar riqueza, pobreza y mi- ciones entre sujetos que, por definición no
seria al mismo tiempo, porque no apunta a son individuos. Cuando expone la etimolo-
la generación de riqueza sino de valor, un gía del munus nos remite a un tipo de com-
valor que se valorice, una ganancia que re- presión donde la sustracción está entrete-

4  Anders, 2011, p. 53.


5  Lazzarato, 2015, p. 57.
6  Lazzarato, 2015, p. 57.
7  Arendt, 2007. (La traducción es mía).
8  Esposito, 2012.

170
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

171
Cr istián Cue va s @c r ic ue ba r 1 7. 1 1 . 2 0 1 9
jida con el deber, obligación, don. Escribe tino delinquere que significa falta, ausen-
Esposito que “communitas es el conjunto de cia 12. En efecto, y no sin una complejidad
personas a las que une, no una “propiedad”, que adyace, los deudores son “asaltados” en
sino justamente un deber o una deuda. Con- cuanto se les sustrae y extrae toda la po-
junto de personas unidas no por un “más”, tencia de vida imaginable; el porvenir, el
sino por un “menos”…” 9. En este sentido, lo futuro ya no son del sujeto deudor sino que
común no es una propiedad (común), no es pertenecen en plenitud al sujeto acreedor.
una pertenencia. Al revés, lo común es un Y, tal como afirma Lazzarato, el endeuda-
desprenderse de algo. Y esto hace inconce- miento incentiva el individualismo, la se-
bible una noción de individuo propietario: paración entre los unos de los otros, lo que
“el munus que la communitas comparte no se condice, de acuerdo al análisis de Espo-
es una propiedad o pertenencia. No es una sito, con el concepto cum de com-munitas.
posesión, sino, por el contrario, una deuda, El cum relaciona a partir de las diferencias:
una prenda, un don-a-dar. Y es por ende lo está vinculado a la distancia y no a la proxi-
que va a determinar, lo que está por con- midad, señala el autor 13. En este sentido, lo
vertirse, lo que virtualmente ya es, una común es la carencia de comunidad 14, lo que
falta. Un “deber” une a los sujetos de la co- liga el endeudamiento, el individualismo y
munidad –en el sentido de “te debo algo”, el ejercicio de gubernamentalidad actual.
pero no “me debes algo”-, que hace que no Es una “común-no-pertenencia-a-sí” 15.
sean enteramente dueños de sí mismos” 10.
En esta misma línea de indagación acerca
Dice Esposito que es frente a esta caren-
de la deuda y su emparentamiento con la
cia, falta, sustracción, deber, obligación,
sustracción, extracción, falta, ausencia, un
es decir, frente a un vacío constitutivo en
“menos”. Donna Haraway nos dice que “la
el origen común que nos atraviesa, que se
escasez era el motor de la naturaleza y de la
desarrolla la inmunización 11. Lo relevante
historia” 16, a propósito del reconocimiento
para nosotros/as es que esta concepción de que Darwin hace de Malthus, y agrega que
“comunidad de la sustracción” hoy se vuel- para estos “las poblaciones biológicas au-
ve vigente a partir de las políticas estatales mentaban a un ritmo que garantizaba tanto
que dinamizan formas de gobernar a través las escasez permanente como la invariable
del endeudamiento de los y las ciudadanas. mejora técnica de los medios de producción.
Más aún si tomamos nota del término la- Progreso y escasez eran las fuerzas geme-

9  Ibíd, p. 29.
10  Ibíd, p. 30.
11  Ibíd, p. 41. Remítase también a Esposito, R. (2005). Inmunitas: Protección y negación de la vida.
12  Esposito, 2000, p. 120.
13  Ibíd, p. 125.
14  Esposito, 2009, p. 27.
15  Ibíd, p. 64. Sin embargo, podemos pensar con el mismo Esposito que la communitas tiene un sentido
distinto.
16  Haraway, 1995, p. 97.

172
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

las en el desarrollo capitalista” 17. Entenderé ello, el imperativo de la desechabilidad del


la escasez como una falta, una carencia. Y proceso de consumo, tiene su axiomática. A
la referencia al capitalismo orienta la re- su vez, este concepto es clave para el desa-
flexión en la idea de un “menos”, de una rrollo tecnológico puesto que lo que falta,
sustracción. En efecto, la escasez supone la lo que escasea, el capitalismo tecnológico
falta de “medios de vida”, y el capitalismo lo fabrica, produce, construye, y en tanto
los fabrica a partir de la extracción, sustrac- esta proyección de la vida sea así, para el
ción, de materias primas de la naturaleza. capitalismo tecnodigital es necesario e im-
Esta extracción y sustracción de materias prescindible que la escasez se constituya
primas trae aparejado, y somos testigos, del en una apología de la naturaleza, hacien-
deterioro y destrucción de la naturaleza, do verosímil toda la extracción y maltrato
poniendo en peligro la existencia no sólo que debido a la escasez, hay que realizarle a
humana, siendo que lo prioritario es sus- ella. Al funcionar por medio de la sustrac-
tituir la escasez por la “abundancia”, y así ción, el capital instala la lógica de la “falta
evitar el poner en peligro la existencia de la esencial”, es decir, la permanente carencia
humanidad. La escasez como falta y la deuda de la que debe hacerse carne cualquier ciu-
como un “estar en disposición a la carencia” dadano como consumidor de mercancías
se revelan como lo mismo. Además, y como desechables. La lógica de la escasez es inhe-
lo señala Lazzarato, el capitalismo opera rente al animal laborans 20. Y será inherente,
por destrucción-construcción 18 del mismo pues, a la destrucción del planeta, toda vez
modo como lo sostiene Günther Anders en que se considera como punto de partida la
su análisis del consumo 19. escasez de los medios de vida. De este modo,
justifican la destrucción de la naturaleza a
Esta compresión de la escasez que deriva- partir de la metafísica de la escasez. Pero lo
mos de Haraway puede ser entendida como que hay es abundancia, y el “1% más rico” lo
una invención, es decir, que, en realidad atestigua. La ficción de la escasez constitu-
no hay escasez si consideramos las tonela- ye un pilar fundamental para el engranaje
das de comida que se votan a diario, y los del capital, puesto que la abundancia o ca-
miles de centímetros cúbicos de agua que rencia de escasez impide la proliferación de
gastan las mineras, los miles de kilómetros productos sustitutos o desechables.
de deforestación por la tala comercial que
impiden la agricultura. Y así. Como el alma, Volviendo a Lazzarato, este “menos” se ex-
la escasez es un invento para justificar la presa por aquello que nos “falta”. En Amé-
depredación de la naturaleza. Como lo se- rica Latina, sostiene Lazzarato, los neoli-
ñalan Anders y Lazzarato, el capitalismo berales se precipitaron sobre sociedades
opera por construcción/destrucción y en diezmadas por las dictaduras, cuyas subje-

17  Ibíd, 1995, pp. 97-98.


18  Lazzarato, 2019, p. 82.
19  Anders, 2011.
20  Arendt, 2007.

173
174
A lex is Ram í r ez - @a l e r a m ir e zf ot os 2 5. 1 1 . 2 0 1 9
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

tividades estaban debilitadas en virtud del formada en la psique de las personas a par-
horror y el miedo que éstas desencadena- tir del dolor: “¿Cómo hacerle una memoria
ron en la población. De modo que la “doci- al animal-hombre? ¿Cómo imprimir algo en
lización de la población” es un factor clave este entendimiento del instante, entendi-
en la implementación de políticas neolibe- miento en parte obtuso, en parte aturdido,
rales. La población debe estar “vencida”, de- en esta viviente capacidad de olvido, de tal
rrotada 21. ¿Qué significa esto? Que hay que manera que permanezca presente? […], tal
incorporar en la población una sustracción, vez no haya, en la entera prehistoria del
no sólo en el sentido de un “no puedo” o “no hombre nada más terrible y siniestro que
podemos”, sino que también en el sentido de su mnemotécnica. «Para que algo perma-
un “no quiero”: se introduce un “inconcebi- nezca en la memoria se lo graba a fuego;
ble” en la psique de la población que, entre sólo lo que no cesa de doler permanece en
otras consecuencias, tiene la de “respetar” la memoria»” 22. Más adelante el autor agre-
al explotador, incluso allí donde éste pueda ga que “cuando el hombre consideró nece-
infligir todo el daño que estime convenien- sario hacerse una memoria, tal cosa no se
te para lograr la máxima “extracción” de realizó jamás sin sangre, martirios, sacri-
energía para una máxima producción y cir- ficios…” 23. Si consideramos el breve escrito
culación veloz de capital y mercancías. Se Sobre verdad y mentira en sentido extramo-
trata, pues, de fomentar la incapacidad de ral 24, la reflexión de Nietzsche apunta, en-
luchar, de rebelarse, de indocilizarse. Pero, tre otros elementos, al diseño de conceptos
a partir del 18 de octubre del 2020 en Chi- con el sentido de anular las diferencias y
le, aquellas prerrogativas fueron trizadas diversidad que la percepción nos entrega.
y, dependiendo de los anhelos de libertad y Y no sólo las diferencias, sino que “conge-
de comprensión de los mecanismos de suje- lar” la percepción e inventar un presente 25.
ción, puedan ser destruidas del todo. Y la fabricación de un presente perpetuo a
partir del dolor, con lo cual “unas cuantas
Y tiene sentido hablar de introducir el ho- ideas deben volverse imborrables, omni-
rror y el miedo como mecanismos de suje- presentes, inolvidables, “fijas”, con la fina-
ción, precisamente para que los vencidos lidad de que todo el sistema nervioso e in-
hagan “memoria” de lo que sucederá cada telectual quede hipnotizado por tales «ideas
vez que quieran desustraerse de las prác- fijas»” 26. La relación entre memoria y deuda
ticas axiomáticas de dominación por el ca- está expuesto en la relación acreedor-deu-
pital. Friedrich Nietzsche, en La genealogía dor, donde el deudor debe recordar su pro-
de la moral nos cuenta que la memoria fue mesa de cancelar la deuda al acreedor, de lo

21  Lazzarato, 2019


22  Nietzsche, 1996, p. 69.
23  Ibíd, p. 69.
24  Nietzsche, 2011.
25  “¡Con ayuda de esa especie de memoria se acabó por llegar «a la razón»!”. (Nietzsche, 1996, p. 71).
26  Ibíd, p. 70.

175
contrario sufrirá las penas terribles que el tal modo que pague “como sea”. Así, la con-
derecho de los acreedores tiene como casti- ducta de los ciudadanos-deudores queda
go 27. La relación deudor-acreedor, en con- “asegurada” en las técnicas de seguridad y
secuencia, es anterior al capitalismo, como disciplinamiento que la gubernamentalidad
bien afirma Lazzarato, y junto con edificar aplica 32, permitiendo al capital tender un
el mundo moral a partir del concepto de puente entre presente y futuro, para que el
culpa-deuda 28, articula, entonces, una hil- capital pueda objetivar el futuro y disponer
vanada en la comprensión de la relación de las riquezas futuras de antemano, con-
deudor-acreedor como un entramado de virtiendo lo que será a lo que es, “actuali-
la falta, carencia, sustracción, un “menos” zando” las relaciones de poder futuras 33.
con la que se constituye una memoria, una
subjetividad, una conciencia a partir de la Las políticas de endeudamiento son políti-
esfera de obligaciones de la deuda 29. Y el ca- cas en estricto sentido puesto que forman
pitalismo contemporáneo, al decir de Laz- sujetos cuyo futuro está ya en prenda. En
zarato, pareciera haber tomado noticia del efecto, si se trata de endeudar, se trata de
argumento nietzscheano, porque, y esto lo apropiarse del porvenir de los sujetos y,
señala Nietzsche 30, despliega un conjunto a su vez, de determinar sus conductas y
de técnicas para que los individuos hagan comportamientos, toda vez que los sujetos
un trabajo sobre sí en función de cumplir endeudados tendrán que someterse a prác-
la promesa. Esto significa que la creación de ticas de trabajo cotidianas con el objetivo
la memoria no es para conservar un pasa- de “cumplir su promesa”. Con el endeu-
do sino para recluir un futuro 31. Se trata, por
damiento, el capital se asegura una obe-
parte del acreedor, de administrar el porve-
diencia irrestricta a sus mandatos porque
nir de cada uno/a de las adeudantes. Pero
opera, como señala Lazzarato, bajo un so-
el porvenir, o futuro, es incierto y la única
juzgamiento maquínico. Lazzarato hace la
seguridad es una incertidumbre radical de
distinción entre “sujeción social” y “sojuz-
que la promesa de pago de la deuda pueda
ser satisfecha. De este modo, el acreedor gamiento maquínico”. Del primero seña-
está obligado a calcular los comportamien- la que son técnicas de gobierno que pasan
tos y acontecimientos por venir, y en ello por la representación política y de lengua-
debe, en su afán de que la promesa no sea je, saberes, prácticas discursivas, visuales,
flatus vocis, controlar al deudor, adminis- produciendo sujetos de derecho, sujetos
trar sus conductas y comportamientos de políticos y sujetos, yoes e individuos. Nos

27  Ibíd, 1996.


28  Ibíd, 1996, p. 71.
29  Lazzarato, 2013, p. 46.
30  Nietzsche, 1996, pp. 68-71.
31  Lazzarato, 2013, p. 51.
32  Ibíd, p. 52
33  Ibíd, p. 53.

176
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

asignan identidad, sexo, nacionalidad, pro- pio, nuestras representaciones, psicología,


fesión, rol, etc 34. Su culminación es el “capi- conciencia, interioridad, no hacen falta 39.
tal humano”, haciendo de cada uno un su- En otro escrito, Lazzarato precisa todavía
jeto responsable y culpable de sus acciones más esta distinción 40. La sujeción pertenece
y comportamientos 35. El sujeto “libre” es el a la dimensión molar trazando entre sujetos
empresario de sí mismo, en el sentido de y objetos fronteras infranqueables. Pero
liberado de toda subordinación personal, es el sojuzgamiento o servidumbre maquíni-
decir, inmunizado en el sentido de opuesto a ca actúa en la dimensión molecular, es de-
communitas. Pero también es “libre” el con- cir, en el ámbito preindividual, infrasocial
sumidor que escoge de manera “soberana” (afectos, sensaciones, deseos), precogniti-
en una amplia exposición de mercancías 36. vos, preverbales. En la servidumbre maquí-
Lo central en la caracterización de la suje- nica aparece el agenciamiento, es decir, la
ción social es la separación y distinción en- indistinción entre la persona y la máquina
tre sujeto/objeto, alma/cuerpo, inteligible/ en lo que respecta a funciones, órganos y
sensible. Con respecto a la tecnología, la fuerzas 41. De este modo, el endeudamiento
relación con las máquinas es de uso y ac- opera con las entrañas de las personas, con
ción; la máquina es un objeto exterior con su fatiga y malestares derivados de la ex-
la que el sujeto se relaciona. Es un proceso posición a la precariedad y tensión en que
de “subjetivación” 37. El sojuzgamiento ma- la vida humana se encuentra estando en el
quínico refiere a técnicas no representati- borde de su condición humana. Instala los
vas que dividualiza porque desubjetiviza. deseos a satisfacer, los anhelos a lograr, las
Las personas se vuelven piezas de la má- esperanzas a tener, vehiculizando el indi-
quina, al mismo modo de las piezas mecá- vidualismo para dar asentamiento al Yo y
nicas, puesto que no hay distinción entre la a la despolitización. Los deseos, anhelos y
persona y la máquina, entre sujeto/objeto, esperanzas del capital son servidumbres
alma/cuerpo, inteligible/sensible, puesto maquínicas porque instalan la figura men-
que no constituimos un “sujeto”, sino una tal de lo inconcebible, a saber, que el capi-
fuente de intercambio y transformación de talismo pueda ser abolido y superado como
información 38. Nuestra función, como las forma de vida. Y no se trata de una natu-
de los elementos “técnicos”, se limitan a ha- ralización del capitalismo, sino de un “im-
cer funcionar la máquina y procurarles su pensable”. De este modo, considerar la abo-
materia prima: la información. En princi- lición, supresión, acabamiento, exterminio

34  Lazzarato, 2015, p. 182.


35  Ibíd, 2015, p. 182.
36  Ibíd, pp. 182-183.
37  Ibíd, p. 183.
38  Ibíd, p. 183
39  Ibíd, p. 184.
40  Lazzarato, 2008, pp. 109-118.
41  Ibíd, 2008, pp. 114-115.

177
del capitalismo queda fuera de toda coor- mismo tema de la opresión de las mujeres
denada de comprensión, ni siquiera en los parecería obsoleto y el feminismo en sí no
márgenes de lo “animalesco”. Se vuelve lo tendrá razón de existir” 44. Lauretis sugie-
monstruoso, horrendo, brutal, inhumano, re que hay una esencialidad de mujer que
diabólico. Y por ello hay que bloquear la el patriarcado subyuga u oprime, es decir,
formación de categorías y formas de pen- Lauretis apunta a la sujeción social, pero no
samiento que hagan pensable la supresión comprende la servidumbre maquínica, esto
del capital y la forja de formas de vidas di- es, no comprende que tanto la categoría de
versas, distintas, plurales, etc. mujer como la de esencia son formas-lími-
tes en las que está “permitido” pensar polí-
Para contextualizar el sojuzgamiento ma- ticamente. El problema que dibuja Lauretis
quínico, recurriré al planteamiento de Mo- es que si no hay esencia de mujer por la que
nique Wittig acerca del concepto de mujer, pelear, no se puede pelear por la liberación
y los debates en torno a la emancipación 42. de la mujer puesto que ella “no existe” y,
Plantea la autora que la discusión en tor- por tanto, toda lucha por la liberación de la
no a la mujer no puede consistir en liberar mujer no tiene sentido. En realidad Laure-
a la mujer de la opresión masculina o pa- tis no se da cuenta que la liberación de la
triarcal porque sería reconocer que la cate- mujer es una quimera, es una lucha vacía,
goría de mujer contiene una “esencialidad” sin sentido; porque de lo que se trata es de
que la constituye como tal y que, precisa- romper las condiciones “pre”-comprensivas
mente, liberándola de la opresión patriar- acerca de los modos y maneras en que se
cal, esa esencialidad puede liberarse. Pero ejerce la dominación, y deshacerse de la
distinto es si de lo que hay que liberarse es categoría de mujer, “botarla”, suprimirla,
de la categoría de mujer y de todo el con- abolirla, es un modo de atacar la condición
tenido analítico-práctico que el patriarca- previa de comprensión (prelingüísticas,
do le ha incorporado. De este modo, para precognitiva, precomprensiva, etc.). Laure-
liberarse de la opresión patriarcal debe li- tis detecta la sujeción social porque separa
berarse del sojuzgamiento maquínico y no un inteligible del sensible, que en este caso
sólo de la sujeción social. En la línea de la es la esencia histórica de la mujer en su lu-
sujeción social, y no comprendiendo a mi cha por emanciparse; en cambio, Wittig no
parecer esta distinción, Teresa de Lauretis 43 separa la “esencia” del cuerpo-mujer y com-
criticará esta analítica política elaborada prende que ambas son lo mismo, es decir,
por Wittig. Lauretis escribe: “Si la «mujer» detecta la servidumbre maquínica.
es una ficción, un lugar de pura diferen-
cia y resistencia al poder logocéntrico, y si En cuanto el capitalismo es una lógica de la
no hay mujeres en tanto tales, entonces el apropiación por la apropiación 45, lo que equi-

42  Wittig, 2006.


43  Lauretis, 1991, pp. 77-117.
44  Lauretis, 1991, p. 87.
45  Lazzarato, 2015, p. 147.

178
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

179
Cristián Cue va s @c r ic ue ba r 2 5. 1 0 . 2 0 1 9
vale a decir que es una lógica de la sustrac- ple al desarrollo del capital financiero y
ción por la sustracción, del “obtener” por que también incorpora la sustracción como
el “obtener”, elabora axiomáticas, a saber, mecánica articuladora de su despliegue: la
“enunciados operacionales que constitu- realidad o mundo virtual.
yen la forma semiológica del capital y en-
tran como parte componente en los orde-
namientos de la producción, circulación y 2. El extractivismo de datos como
consumo” 46. La axiomática no es un saber, continuidad de la política de
sino un hacer 47: en este sentido, la catego- endeudamiento
ría de mujer no implica un saber, y allí el El mundo virtual garantiza el individualis-
error de querer encontrar la “esencia” de la mo manteniendo la separación entre éstos
mujer para disputar la emancipación con el por medio de un enlace, a saber, el disposi-
patriarcado. Es un hacer, un algoritmo de tivo tecnológico (computador, celular, etc.).
comportamiento y conductas, de procede- El mundo virtual 2 50. Siguiendo la lectura
res que instan a percibir, sentir, afectar, a que realiza Roberto Esposito acerca del Le-
indicar lo cognoscible y lingüístico, “ope- viatán de Hobbes, si originalmente el ám-
rando en los resortes mismos de la vida y bito jurídico cumple aquel papel, hoy el
de la actividad humana” 48. Deshacerse de mundo virtual absorbe aquella “responsa-
la categoría de mujer, y de hombre, y de bilidad”. En efecto, el usuario se mantiene
hijo, de familia, etc., implica deshacerse no aislado, protegido, inmunizado, al mismo
sólo teóricamente sino que prácticamen- tiempo que conectado con todo el mundo.
te de una de las axiomáticas del capital, lo En el análisis que expuse de la communitas
que trae con ello, en efecto, la ira también que nos relata Esposito, hay que recordar
práctica del capital. Escribe Lazzarato: “La la afirmación de que la communitas relacio-
economía de la deuda se construye en tor- na por la lejanía y no por la proximidad, lo
no a un número reducido de axiomas, su- que tiene por consecuencia la imposibili-
bordinando los flujos a centros de control dad de la comunidad. Pero sin comunidad
y decisión como el mercado, el Estado, los (entiéndase ahora sociedad civil, sociedad,
bancos, las empresas, las diferentes indus- Estado, Estado-nación) no hay sujetos, no
trias del consumo. Y los axiomas cumplen hay personas, no hay ciudadanos/as, y no
esa tarea de manera vertical, autoritaria y hay desarrollo tecnológico, “progreso”, etc.,
centralizadora” 49. es decir, toda la argumentación de los teó-
ricos del contrato. Entonces, ¿cómo relacio-
Veremos a continuación la máquina digital nar a quienes, por definición, no pueden
que cumple con la máxima fluidez y aco- establecer relaciones sin causarse daño y,

46  Ibíd, 2015, p. 148.


47  Ibíd, 2015, p. 149.
48  Lazzarato, 2008, p. 114.
49  Lazzarato, 2015, p. 151.
50  Cataldo, 2018.

180
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

por tanto, poner en riesgo la existencia de vidad” que pueda ser vendido a empresas
la comunidad? La primera respuesta es la que lo requieran, al mismo tiempo que lo
instalación maquínica del Derecho. Con- “limpia” para la vigilancia y control. Pero el
ceptos como persona y ciudadano/a ins- yo que se muestra es doble: está el del usua-
tituyen el piso a partir del cual se erigen rio y los yoes del youtuber, del influencier,
los mecanismos y procederes que man- etc. La pregunta que surge aquí es acer-
tendrán juntos y separados a los sujetos, ca del carácter público o privado de estos
a protección los unos de los otros. El de- yoes. Al mostrar la interioridad del hogar
recho funcionará como un profiláctico 51. y la intimidad de las personas, como en los
Empero, todavía quedaba la necesidad de reality, la línea que separa lo público de lo
estar “cuerpo a cuerpo” y era inevitable la privado tiende a diluirse, como en el caso
exposición al daño que otro/a puede infli- de aquellas conexiones a sitios las 24 horas,
gir. Con la invención de la separación cor- conectadas a cámaras que se encuentran en
poral absoluta, a saber, internet, ya no es todos los espacios de la casa, a saber, piezas,
necesario estar “cuerpo a cuerpo” para en- baños, cocina, patio, etc 53. La transparencia
contrarse con los/as otros/as. se refleja como un negocio basado en el “es-
pionaje”, en la posibilidad de observar, sin
Por otro lado, pero en el mismo sentido, las ser observado. Pero aquí estamos todavía
plataformas y aplicaciones que se usan en dentro de la pantalla. Quizá sea este el pri-
internet también son objeto de discusión y mer momento de la realidad virtual.
debate. Paula Sibilia en La intimidad como
espectáculo señala que “en este siglo XXI, Un segundo momento, y actual, lo determi-
na la Internet de las cosas o tecnologías 5G,
se convoca a las personalidades para que
cuya puesta en práctica y expansión supone
se muestren” 52, sobre todo en las platafor-
una serie de nuevas relaciones para el cam-
mas como blogs, fotologs, twitter, webcam,
po de los estudios de los fenómenos huma-
youtube, Instagram, entre otras. Hay una
nos, que se caracteriza por un “salto” que el
lógica de la transparencia que provoca una
mundo virtual ha hecho: se ha “salido” de la
doble mirada. Por un lado, la transparen-
pantalla y ha comenzado a colonizar y co-
cia se invoca como una medida “aséptica” par el mundo real, corpóreo, sudoso, carnal,
que busca eliminar todo obstáculo y hacer sensible 54. En Chile, el presidente en ejerci-
expedita la circulación por los vericuetos cio ha anunciado su implementación en un
de la Red. Por otro, la transparencia es la plazo breve 55.
exposición total y completa de los usuarios
de la mayor cantidad de información con El mundo virtual, en su versión 5G, fun-
el objeto de obtener un “perfil de subjeti- ciona por sustracción, extracción, apro-

51  Brossat, 2008.


52  Sibilia, 2017, p. 34. (La cursiva es mía).
53  Ibíd, 2017.
54  Cataldo, 2020, pp. 77-90.
55  Ovalle, 17 de agosto de 2020.

181
182
A m apol a @ind om it a f ot og r a f ia s 3 0 . 1 2 . 2 0 2 0
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

piación: una constante y permanente ad- información en el momento de su uso para


quisición de información que las empresas transformarlo en dato enviándolo a una
tecnodigitales transforman en capital. Esta base de datos. Por tanto, es una interco-
“resta” se la realiza a los usuarios de inter- nexión de objetos en red que intercambian,
net y/o internet de las cosas (IC). Evgeny agregan y procesan información sobre el
Morozov 56 ha realizado un amplio análisis entorno físico para proporcionar servicios
de esta situación remarcando el problema de valor añadido a los usuarios finales 57.
político que se presentará cuando la IC se Este proceso requiere de una máxima vigi-
masifique. Las Smart City suponen el uso lancia a las conductas y comportamientos
de infraestructura pública o la privatiza- de los usuarios-ciudadanos. De esta vigi-
ción de ella para su posterior uso tecnodigi- lancia emanarán una serie de servicios que
tal. Semáforos, postes de alumbrado, postes contribuirán a mejorar el bienestar de las
de alta tensión, el asfalto y la acera, cabi- personas, y con ello las personas enten-
nas de espera de transporte público, letre- derán que la vigilancia es en “beneficio
ros con señalización vial, infraestructura propio”. A la constante y permanente sus-
vial, etc., generarán una magnitud de datos tracción de información por medio de la
por medio de la extracción de información a vigilancia, o espionaje solapado, habrá que
cada persona y/o vehículo que transite por ligar la libertad que dicen poder obtener
allí. La extracción de información constitu- de este tratamiento tecnológico con la vida
ye la mercancía de estas empresas tecno- cotidiana de las personas. Junto con ligar
lógicas. Pero a ello hay que agregar el con- la libertad con la vigilancia y volverlas in-
junto de información que obtendrán de los distintas, se vuelve “normal” comprender
usuarios-ciudadanos en sus hogares (Smart que la extracción (como el extractivismo
House) o en la calle cuando transiten ad- que realizan las empresas de materia prima
heridos a ellos con las diversas y perennes en la naturaleza) de información personal
aplicaciones de los aparatos celulares. es en beneficio personal. En consecuencia,
el individuo contemporáneo que habita la
Como se sabe, la IC implica una interco- sociedad con el aparato celular pegado a la
nexión entre los diversos objetos que com- vista y oreja, o en una “casa o ciudad inte-
ponen el entorno de un usuario-ciudadano: ligente”, desconoce muchos aspectos de sí
el celular, los muebles, el televisor, la radio, y del entorno, pero la IC sabe “todo” de él 58.
los diversos elementos de cocina, el cepillo
para dientes, el secador, la ducha, la toalla, Escribe Morozov que la libertad que ema-
las bolsas de compras, la red eléctrica y de naría de estas relaciones sería la de “tobille-
agua, etc., etc., y cuyo objeto es recopilar ra electrónica” 59. Un vehículo electrónico,

56  Morozov, 2018.


57  Barrio, 2018.
58  Con el problema de la pandemia, se ha propuesto la implementación de un software que vigila el
comportamiento de las personas, sobre todo en la necesidad de mantener la distancia social (El Descon-
cierto, 3 de septiembre 2020).
59  Deleuze, 1991.

183
sin conductor, tendría un registro de todos El acceso a la información o a servicios, por
los lugares a los que el conductor se diri- ejemplo, se torna diferente del tener infor-
ge. Sería un instrumento eficiente y eficaz mación o poseer información. En efecto, la
de vigilancia 60. Sería una libertad para estar diferencia entre acceder y tener involucra
vigilado (que es el símil de la libertad vigila- un movimiento en la concepción de la pro-
da: un beneficio carcelario que se otorga a piedad, que toca el consumo, la deuda y la
reos con buena conducta), a cambio del uso extracción. Al respecto, Paula Sibilia nos
de estos avances tecnológicos. A modo de dice que el acceso expresa la digitalización
hipótesis puedo señalar lo siguiente: la li- de la propiedad, puesto que en una econo-
bertad y la vigilancia son constitutivas una de mía donde los cambios son constantes la
la otra a partir del sustrato que otorga la era figura de la propiedad como un bien que
de la circulación de las mercancías. Sin vigi- se tiene, guarda y acumula, perdería el uso
lancia, diremos, no hay libertad: quien no está habitual y mutaría a otro sentido 63. La con-
siendo vigilado, no está siendo libre. Como los cepción tradicional de propiedad supone su
niños/as que requieren de la mirada atenta inamovilidad e inmutabilidad, en cambio,
de sus cuidadores para que se sientan segu- con la información ingresamos a la plena
ros y felices. La libertad y la vigilancia se fluidez, movilidad y cambio 64. Ser propieta-
están volviendo lo mismo. Se están indife- rio de información supone acceso a ella, y
renciando. Según la circunstancia, aparece su tenencia se ve dificultada porque la in-
como libertad o como vigilancia. Morozov formación no se puede tener. ¿De qué modo
le llamará emancipación predatoria, esto es, se tiene información, si no es almacenán-
disfrutar de los mayores beneficios que la dola en diversos aparatos o dispositivos que
tecnología pueda proporcionar, a cambio de contienen la información? ¿Qué ocurre si
entregarles voluntariamente todos nues- estos pendrive, discos duros, se estropean?
tros datos y a nosotros mismos 61. Es una li-
bertad esclava 62. Gracias a la rastreabilidad Crucial se torna comprender, entonces, que
de todo podemos proyectar, perfeccionar, la extracción de información que ejerce la
gobernar, conocer mejor. Los dividendos de IC no es una actividad meramente econó-
la vigilancia, dicen, aumentan la eficiencia, mica. Gobernar en tiempos cibernéticos
ahorran recursos, prolongan vidas. Sus be- supone “instalar un conjunto de “captores”
neficios son reales, pero ¿y no debiéramos para no perder ninguna información pro-
comprender por “beneficio” lo que está cir- cedente de los sujetos, como también tra-
cunscrito a la servidumbre maquínica? tar las informaciones mediante correlación

60  Morozov, 2018.


61  Ibíd, 2018.
62  Cataldo, 2017.
63  Sibilia, 2005.
64  Es imposible no hacer la referencia a Parménides y Heráclito y, con ello, a la rica tradición del pensa-
miento filosófico que se abre con ambos planteamientos. Sin duda que la referencia a Platón y Descartes
se torna ineludible en lo que refiere a la concepción del Ser como inmutable, inamovible, siempre igual
a sí mismo, sin origen ni fin. En cambio, la línea de comprensión que se inaugura con Heráclito refiere en
sus elementos esenciales a la información.

184
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

y asociación, situándose a proximidad de A modo de breve conclusión


cada comunidad viviente” 65. La IC sería la
implementación del pensamiento policíaco Las políticas de endeudamiento que las so-
ciedades neoliberales impulsan en América
del capital y cuyo objeto sería asegurar el
Latina y el mundo, mantienen en la som-
máximo control-vigilancia con la máxima
bra el ejercicio de sustracción de porvenir
producción de ganancias. Habría una di-
y futuro de los acreedores hacia los deu-
ferencia, pues, entre la vigilancia-control
dores. La comunidad actual contiene esta
que se hace al “interior” del mundo virtual, inevitable política de la ausencia y de la
a saber, en facebook, youtube, twitter, ins- falta, pero también tiene su sombra: pode-
tagram, whatsapp, chat o sistemas de men- mos comprender que la communitas es una
sajería, etc., y la vigilancia-control que se exteriorización del interior 67. En este senti-
realiza en el “exterior” del mundo virtual, do, se puede comprender esta communitas
es decir, en la IC. En efecto, la IC supone la como otra “forma de vida”, donde el cuer-
sustracción de realidad corporal concreta, po se encuentra inclinado hacia el exterior,
esto es, al colonizar la realidad corpórea se como en la teoría de la pluralidad de Arendt,
apropia no sólo de la información que ob- porque el cuerpo no nace ni se forja de den-
tiene de los sujetos, sino que, al estilo de la tro hacia fuera, sino que desde fuera hacia
servidumbre maquínica de Lazzarato, hace dentro. De este modo, cada organismo vivo
es tal en virtud de un entorno que lo permite
que estos sujetos se vinculen entre sí y con
no sólo en términos de eclosión sino, y en lo
el entorno a partir de los lineamientos que
que compete a este escrito, en términos de
los servicios y la publicidad de las aplica-
una koinonia de la Atenas clásica.
ciones y empresas tecnológicas le brindan.
Es lo que en estricto rigor hay que llamar Por otro lado, la IC muestra que la sustrac-
“sociedad de la información” 66. En esta línea ción de información es fundamental para
de comprensión, la IC cumple con el requi- una gubernamentalidad que ha logrado ho-
sito securitario que el capital necesita para mologar la libertad y la vigilancia-control
un movimiento enteramente fluido: admi- en sus máximos, es decir, a mayor libertad
nistra los acontecimientos, los decide, les mayor vigilancia y viceversa, realizando
puede dar, incluso, un estatuto de perfor- además lo impensable e inconcebible: yux-
mance. Con la IC se logra, por fin y desde el taponerse a la realidad sudorosa, material,
punto de vista de la cibernética, eliminar la carnal, convirtiéndonos en una cifra divi-
incertidumbre ligada al futuro, y con ello, duada, como diría Lazzarato y Deleuze, ope-
como los acreedores, apropiarse del futuro rando en el nivel molecular. Y de este modo,
creándolo, diseñándolo, fabricándolo como generar una economía que produce riquezas
una especie de pavimento sobre el cual ca- a toneladas a quienes se encuentran ligados
minar seguros. al capital financiero, principalmente.

65  Tiqqun, 2001, s/p.


66  Tiqqun, 2001, p. 15.
67  Esposito, 2009.

185
REFERENCIAS

Anders, G. (2011). La obsolescencia del hombre II. Sobre la destrucción de la vida en la


época de la tercera revolución industrial. Valencia, España: Pre-Textos.

Arendt, H. (2007). La condición humana. Río de Janeiro, Brazil: Editora Forense


Universitaria.

Barrio, M. (2018). Internet de las cosas. Madrid, España: Editorial Reus.

Brossat, A. (2008). La democracia inmunitaria. Santiago, Chile: Palinodia.

Cataldo, H. (2017). Hacia un concepto de funcionario. Revista Cuestiones de Filosofía,


3(20), 3-14.

Cataldo, H. (2018). Unir separando: el individualismo tecnodigital. Revista Re-


presentaciones, (10), 23-37.

Cataldo, H. (2020). Mundo virtual y capital: circulación y velocidad. Revista Re-


presentaciones, (13), 77-90.

Deleuze, G. (1991). Postdata a la sociedad de control. En C. Ferrer (comp.), El lenguaje


literario. Montevideo, Uruguay: Nordan.

El Desconcierto. (3 de deptiembre de 2020). Social aiD: Inteligencia Artificial para


combatir el COVID-19. Recuperado de https://www.eldesconcierto.cl/2020/09/03/
social-aid-inteligencia-artificial-para-combatir-el-covid-19/.

Esposito, R. (2000). ¿Polis o communitas?. En F. Birules (comp.), Hannah Arendt: el


orgullo de pensar. Barcelona, España: Editorial Gedisa.

Esposito, R. (2009). Comunidad, inmunidad y biopolítica. Barcelona, España: Editorial


Herder.

Esposito, R. (2012). Communitas. Origen y destino de la comunidad. Buenos Aires,


Argentina: Amorrortu.

Fossa, L. (15 de mayo de 2020). Así será el centro de televigilancia que planea el
intendente Felipe Guevara para el Gran Santiago. Interferencia. https://interferencia.
cl/articulos/asi-sera-el-centro-de-televigilancia-que-planea-el-intendente-felipe-
guevara-para-el-gran.

Haraway, D. (1995). Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza.


Madrid, España: Ediciones Cátedra.

186
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

Lauretis, T. (1991). La esencia del triángulo, o tomarse en serio el riesgo del esencialismo.
Teoría feminista en Italia, EUA y Gran Bretaña. Revista Debate feminista, 2, 77-117.

Lazzarato, M. (2008). La máquina. En G. Raunig (autor), Mil máquinas. Breve filosofía


de las máquinas como movimiento social. Madrid, España: Traficantes de sueños.

Lazzarato, M. (2013). La fábrica del hombre endeudado. Ensayo sobre la condición


neoliberal. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.

Lazzarato, M. (2015). Gobernar a través de la deuda. Tecnologías de poder del


capitalismo neoliberal. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.

Lazzarato, M. (2019). Fascismo o revolución. El neoliberalismo en clave estratégica. Sao


Paulo, Brasil: N-1 ediciones.

Morozov, E. (2018). Big Tech. La ascensión de los datos y el norte de la política. Brasil:
Editorial Ebu.

Nietzsche, F. (1996). La genealogía de la moral. Madrid, España: Alianza editorial.

Nietzsche, F. (2011). Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. En Obras


Completas, I. Madrid, España: Editorial Tecnos, pp. 619-634.

Ovalle, C. (17 de agosto de 2020). Piñera anuncia el inicio de la licitación de la red 5G:
Chile es pionero en Latinoamérica. Bío Bío Chile. https://www.biobiochile.cl/noticias/
economia/tu-bolsillo/2020/08/17/pinera-anuncia-el-inicio-de-la-licitacion-de-la-
red-5g-chile-es-pionero-en-latinoamerica.shtml.

Sibilia, P. (2005). El hombre postorgánico. Cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales.


Buenos Aires, Argentina: FCE.

Sibilia, P. (2017). La intimidad como espectáculo. Buenos Aires, Argentina: FCE.

Tiqqun. (2001). La hipótesis cibernética. Recuperado de tiqqunim.blogspot.com.

Wittig, M. (2006). El pensamiento heterosexual y otros ensayos. Madrid, España:


Editorial Egales.

187
F É L I X G U AT TA R I .
LA “ECOLOGÍA TRANSV ERSAL
M A Q U Í N I C A”

Patricio
Landaeta
Mardones
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

Les processus de production, de plus en plus intégrés mondialement, auto-


risent – et je crois que c’est là une intuition marxiste qui demeure valable
– un épanouissement de la liberté et des désirs. De nouveaux moyens nous
sont donnés de sortir d’un Moyen Age, voire d’un néolithisme des rapports
humains. Pour constituer et faire tenir en place les agrégats humains, peur
discipliner leur division du travail, les systèmes sociaux ont eu recours,
jusqu’au présent, à des moyens d’organisation aux incidences généralement
catastrophiques pour l’épanouissement des individus. Le capitalisme ne
peut pas impulser de motivation productive – á l’échelle personnelle, locale,
régionale, mondiale – que en faisant appel à techniques ségrégatives d’une
incroyable cruauté. Il ne sélectionné et valorise économiquement que ce
qui entre dans ses créneaux spécifiques ; toute le reste est dévalué, pollué,
massacré.

Félix Guattari, «1980 – Petites et grandes machines à inventer la vie.


Entretien avec Robert Maggiori ». Les annés d’hiver 1980-1985, p. 172)

1. Introducción do? Esta pregunta interroga por la posibi-


lidad de invención de nuevas posibilidades
Hacia finales de los años ochenta y prin- de vida en un entorno tecnificado, en un
cipios de los noventa Félix Guattari pro- capitalismo voraz que nos arrastra a una
pone una concepción renovada de la eco- crisis ecológica y política sin precedentes
logía bajo la denominación de “ecosofía”. que, como lo muestra el epígrafe de este
Para comprender la apertura del proyec- escrito, sin duda Guattari alcanzó a intuir
to ecosófico de Guattari hablaré de una hace tres décadas.
ecología transversal maquínica que se ca-
racteriza por intentar vincular dominios En adelante exploraré una posible articu-
vitales heterogéneos –subjetividad, socia- lación del pensamiento de Félix Guattari
bilidad y ambiente– desde su concepción con Vilém Flusser, para continuar con el
del inconsciente como máquina. Quisie- trazado de los rasgos distintivos de la eco-
ra indagar en torno a este cruce entre la logía transversal maquínica, y terminar
concepción de las tres ecologías y la con- tendiendo un puente entre Félix Guattari
cepción maquínica del inconsciente, ma- y autores como Suely Rolnik, Franco Be-
nifiesto en el concepto de ecosofía, con el rardi “Bifo” y Eduardo Viveiros de Castro,
objeto de confrontar la pregunta: ¿cuáles quienes proveen de nuevas perspectivas
son nuestras máquinas deseantes en una para la lectura de Guattari hoy.
época marcada por los discursos apocalíp-
ticos, que anuncian el fin de la vida sobre
el planeta, por los discursos aceleracio-
2. Máquinas y aparatos.
nistas, que celebran las posibilidades aún
latentes en la tecnología, y por las luchas Resulta bastante conocido que, para Gua-
minoritarias anticapitalistas que ocupan ttari, la ecosofía no corresponde a un sa-
las calles de distintas ciudades del mun- ber particular, sino que se trata de una

189
propuesta que piensa en bloque e intenta con la tierra y las formas de intercambio de
actuar sobre las tres ecologías –mental, otros tiempos 3; tampoco pretende refundar
social y ambiental 1- confrontando no solo un nuevo humanismo, confrontando la su-
el reparto de ámbitos distintos, sino la pro- perficialidad y artificialidad de la civiliza-
pia ley que reparte, a saber, la ciencia occi- ción técnica, donde reluce el medio urbano
dental y su nota característica: la escisión como espacio propio del hombre moderno.
trazada entre sujeto y objeto o cultura/his- El autor de Caosmosis no persigue un retor-
toria y naturaleza. En una actualidad mar- no a la naturaleza, a su verdad que perma-
cada por una crisis de las tres ecologías sin nece oculta a los ojos del desalmado hombre
precedentes, esta ecosofía debiese apuntar moderno. Hombre y Naturaleza esta esci-
a un doble objetivo: por un lado, relevar la sión originaria que plantea la modernidad,
necesidad de la transversalización de los sa- son productos o se hallan atravesados por
beres en el marco del Antropoceno, en este lo que Lewis Mumford denominó la Mega-
tiempo aparentemente sin porvenir que máquina, ensamble de elementos humanos
proyecta la idea de un inevitable fin empí- y no humanos. Lo que confronta Guattari,
rico de la especie 2; y, por otro lado, volver para decirlo con palabras de Danowski y
a subrayar el lugar del deseo y del incons- Viveiros de Castro, es el “excepcionalismo
ciente en los modos de vida colectiva, espe- humano”, entendido como “estado de ex-
cíficamente en la reproducción de formas cepción ontológico” que pone al Hombre,
de vida depotenciadas o en la creación de más allá de su animalidad, en el lugar de
modos inmanentes de existencia para una señor de la Naturaleza 4.
refundación ético-estética de las prácticas
sociales, en medio del conjunto de máqui- En efecto, la ecosofía de Guattari puede ser
nas que conforma la mecanosfera. entendida en el marco de la elaboración de
un pensamiento eco-clínico, un vitalismo
Antes de analizar el carácter propositivo de donde el fin no está puesto en restaurar un
esta perspectiva de la ecología transversal equilibrio perdido entre Hombre y Natura-
maquínica me parece necesario comenzar leza tras el arribo de la civilización técnica
por disipar algunos malentendidos en tor- o de la máquina capitalista moderna. Lo que
no al tópico de la “naturaleza” y la militan- discute desde sus primeros textos es que la
cia verde “antimoderna”, comúnmente liga- máquina no está fuera; no es externa al su-
das a la compresión habitual de la ecología. jeto, al individuo consumidor moderno, a
Guattari no busca un retorno a la natura- la sociedad capitalista o al medio ambiente
leza abandonando el entorno tecnificado “técnicamente usurpado”. Tal como sostie-
para volver a un contacto “más originario” ne en su visita a Chile, la ecosofía “es una

1  GUATTARI, Félix, Las tres ecologías, Pre-Textos, Valencia, 1996, p. 30.


2  DANOWSKI, Déborah & VIVEIROS DE CASTRO, Eduardo, ¿Hay un mundo por venir? Ensayos sobre los mie-
dos y los fines, Caja Negra, Buenos Aires, 2019, p. 29.
3  Cf. GUATTARI, Félix, ¿Qué es la ecosofía? Textos presentados y agenciados por Stephan Nadaud, Cactus,
Buenos Aires, 2015, p. 394.
4  DANOWSKI & VIVEIROS DE CASTRO, op. cit., p. 66.

190
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

191
Fr ancisco Hiriart G on zál e z @ P hot ol ibr e . f hg 1 3 . 0 3 . 2 0 2 0
expansión del concepto de ecología. ¿Por no solo porque el aparato nos proporciona
qué expandir las cosas, por qué pretender los medios corporales y espirituales para so-
reunirlo todo bajo este concepto de máqui- brevivir, sin los cuales estaríamos perdidos
puesto que hemos olvidado cómo se puede
na y de ecosistema? Porque si se tiene una
vivir sin ellos; ni sólo porque nos protege
visión demasiado reducida, mecanicista de del mundo, que él esconde. Sino sobre todo
la máquina, se obtendrá una concepción porque el aparato se ha convertido en la úni-
ecológica de carácter científico positivis- ca justificación y en el único significado de
ta, racionalista reduccionista, exclusiva- nuestra vida. No hay nada más allá del apa-
mente” 5. Por este motivo todo diagnóstico rato […] Estamos limitados a plantear única-
y acción política debe plantearse para el es- mente cuestiones funcionales, toda vez que
“vivir” significa para nosotros funcionar
cenario actual del capitalismo, reconocien-
en el aparato y como función del aparato.
do que no es posible plantear una vía por […] Por ello no tiene sentido alguno ‘liberar-
fuera de este. En otras palabras, no es po- se del aparato’. Más allá del aparato no hay
sible huir hacia territorios supuestamente nada qué hacer. Como formulación de una
ajenos a su control pues el capitalismo no tesis eso significa: el aparato puede hacerlo
es algo ajeno a nosotros; el capitalismo nos todo, y todo cuanto el hombre es capaz de
produce en tanto que sujetos cada vez más hacer fuera del aparato este lo hace mejor.
[…] Resumiendo: más allá de la máquina
involucrados con su funcionamiento. No
no hay nada qué hacer, pues el trabajo en
solo es inútil huir, es necesario aproximar- sentido clásico y moderno se ha convertido
se todavía más. Es fundamental conocer, en algo absurdo. Allí donde el aparato se
no solo en clave teórica sino también éti- instala, no queda más que funcionar, pura
ca, cómo actúa y cómo nos afecta, y sobre y simplemente 7.
todo reconocer las máquinas de las cuales
se sirve para modular nuestra vida psíquica Estas palabras tomadas de Los gestos de
y nuestra existencia sobre el planeta en el 1991 no solo son contemporáneas, sino que
escenario que traza el Antropoceno 6. dialogan y discuten con la posición de Gua-
ttari. Para Flusser, nos encontramos en
En esa misma línea, es importante abordar
medio de una red sincronizada de aparatos,
el vínculo de “máquina” y “aparatos”, térmi-
no ajeno a Guattari que, no obstante, puede y, paralelamente, somos nosotros mismos
ayudar en la tarea de analizar la modula- una pieza más de ese ensamble. En en ese
ción de la vida social y psíquica. Para ello es sentido, la afirmación “nada hay más allá
pertinente recoger la siguiente afirmación del aparato” precisamente refleja la condi-
de Vilém Flusser:
ción maquínica de nuestra existencia, con-
Hemos aprendido […] que sin el aparato y dición que, por ser tal, no es buena ni mala,
fuera del aparato no podemos vivir. Y ello simplemente está ahí, antes de cualquier

5  GUATTARI, Félix, Las luchas del deseo. Capitalismo, territorio, ecología, Pólvora, Santiago, 2020, p.
300.
6  BARANZONI, Sara, “L’eco di Guattari: ambiente, soggettività e tecnologie nel XXI secolo” en PELGREFFI,
Igor, Ecologia. Teoria, natura, política, Kaiak Edizioni, Roma, 2018, p. 150.
7  FLUSSER, Vilém, Los gestos, Herder, Barcelona, 1994, p. 27.

192
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

existencia colectiva o, incluso, como aque- motriz no solo el obrero se ve condenado


llo que hace posible hablar de un “nosotros al ocio, no tanto para convertir ese tiempo
mismos”. La clave se halla, sin embargo, inútil en libertad de creación, cuanto para
para Flusser en el trabajo o, mejor dicho, en caer bajo el control de otros aparatos.
la relación trabajo-aparato en el régimen
Para Guattari ciertamente la máquina po-
de producción capitalista moderno, donde
see las características descritas por Marx
la máquina conquista un lugar privilegiado:
y Flusser. Existe una sintonía entre la má-
deja de estar fuera, como instrumento, para
quina de Guattari y el carácter ubicuo del
instrumentalizar la condición humana, sin
aparato de Flusser, al igual que con la má-
detenerse hasta borrar todo atisbo de au-
quina de Marx, y su poder de modelar la
tonomía en el ensamble hombre-máquina 8.
existencia. Sin embargo, diríamos que ese
Esta idea es bastante próxima a lo expues-
es solo un lado de la máquina, no por ello
to por Marx en el célebre fragmento sobre
menos relevante. Para el caso sería impor-
las máquinas de los Grundrisse. Allí sostiene
tante distinguir dos órdenes íntimamente
que, en la fase actual del capitalismo, la
ligados, el de la “servidumbre maquínica”
máquina no es un útil del cual se sirve el
(asservissement machinique) y el de la “su-
trabajador. Lejos de esto, “[l]a actividad del
jeción social” (assujettissement sociale) 10. A
obrero, reducida a una mera abstracción
de la actividad, está determinada y regula- partir del primero se afirma que, en la his-
da en todos los aspectos por el movimien- toria, no solo en la modernidad capitalista,
to de la maquinaria, y no a la inversa. La los seres humanos han sido partes de gran-
ciencia, que obliga a los miembros inani- des máquinas sociales junto a otras partes
mados de la máquina -merced a su cons- no-humanas (herramientas, máquinas téc-
trucción- a operar como un autómata, con- nicas, animales, etc.). En este régimen, los
forme un fin, no existe en la conciencia del seres humanos animales y cosas no se dis-
obrero, sino que opera a través de la má- tinguen de la máquina social donde hacen
quina, como poder ajeno, como poder de la pieza o son ensamblados. Con el segundo
máquina misma sobre aquél” 9. Justamente,
se sostiene, en una dirección inversa, que
la máquina motriz no solo acompasa los
a partir de la modernidad capitalista los se-
movimientos de los cuerpos haciendo que
res humanos devienen propiamente indivi-
se acoplen a su ritmo; encadena por com-
pleto la existencia de una época cuyo sello duos o sujetos de acuerdo con el rol social
es estar a merced de su automatismo (en diferenciado que ocupan en la producción,
palabras Flusser, la máquina no tendría haciéndose relevantes una serie de bina-
afuera). Brevemente, gracias a la máquina rismos que operan en el conocimiento y en

8  Cf. Ibid., p. 26.


9  MARX, Karl, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse) 1857-1858,
v. 2. México: Siglo XXI, 1972, p. 219.
10  DELEUZE, Gilles & GUATTARI, Félix, Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Pre-Textos, Valencia,
2000, p. 461.

193
194
A mapol a @ in d om it a f ot og r a f ia s
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

lenguaje y que configuran las representa- ampliado que coopta la gestación de nuevos
ciones: hombre-mujer; niño-adulto; traba- territorios existenciales, nuevos valores y
jador-desempleado; profesor-estudiante. formas de relación sociales que no respon-
dan al supremo valor de la competencia.
Lo que interesa destacar es que, para ese Frente a esta situación, Guattari no renun-
individuo, provisto de un lenguaje y sabe- cia a la creación de alternativas, no nos en-
res que lo modelan en su existencia social, trega un diagnóstico apocalíptico, sino que,
el mundo no humano deviene exterior y como se mostrará, confía plenamente en la
la propia “naturaleza” en su exterioridad posibilidad de creación de nuevas formas
aparece como algo maleable, mera materia de existencia y resistencia ante las formas
prima que existe para satisfacer sus necesi- depotenciadas de vida (y deseo) que circulan
dades. No obstante, no nos encontramos en en el presente.
la edad de máquina motriz anticipada por
Marx. Como señalan Deleuze y Guattari en
Mil mesetas: “Estamos ante la reinvención
de una máquina en la que los hombres son 3. La ecología transversal maquínica.
las partes constituyentes, en lugar de ser los
La noción de Capitalismo Mundial Integra-
obreros y los usuarios sujetos a ella. Si las
do (CMI) construida por Guattari viene a
máquinas motrices han constituido la se-
reafirmar que el capitalismo actúa no solo
gunda edad de la máquina técnica, las má-
como productor de bienes y servicios, sino
quinas de la cibernética y de la informática
que desplaza su acción “hacia las estructu-
forman una tercera edad que recompone un
ras productoras de signos, de sintaxis y de
régimen de esclavitud (asservissement)11 ge-
subjetividad”12. Los efectos de este desplaza-
neralizada”. La conquista alcanzada por ca-
miento por tanto se hacen notar en todas las
pitalismo con estas nuevas máquinas no es
esferas de la vida, e involucran indistinta-
exclusivamente la transformación produci- mente lo cognitivo y afectivo, lo político y
da en la esfera del trabajo, de la ciencia o ecológico, luego, cualquier salida debe estar
el lenguaje, sino que alcanza también la es- preparada para, por un lado, analizar crí-
fera del inconsciente. En breves términos, ticamente el presente, conocer su función;
el capitalismo no se limita solo a producir por otro lado, contribuir a la invención de
mercancías cada vez más novedosas. Este nuevos universos de referencia. Relevar
a su vez produce inconsciente, controla la fluidez, alcances y efectos del CMI debe
acompañarse de una reinvención o resingu-
nuestro deseo, haciéndonos actuar incluso
larización de la existencia. En efecto, el es-
contra nuestra propia pulsión. Introducién-
quizoanálisis, como práctica teórica, apunta
dose en la esfera de producción de subjeti-
en esa dirección en tanto se figura como una
vidad, produce también una desterritoriali- cartografía que analiza de qué manera el
zación de la Tierra, en favor de un mercado deseo se encuentra maquinado o agenciado

11  Ibid., p. 463.


12  GUATTARI, Félix, Las tres ecologías, op. cit., p. 41)

195
para contribuir a la reinvención de lo político se construyen. Esto porque las ideas y los
y controlar la amenaza que se cierne sobre el avances de la ciencia y la tecnología, etc.,
conjunto de nuestra existencia y el planeta13 . no son parte de una superestructura ideo-
lógica que enmascara lo real. De tal manera
La apuesta por la refundación o reinven-
que los mapas no explican o interpretan lo
ción de lo político en una expansión hacia
real, sino que lo producen.
los ejes del inconsciente y la ecología ne-
cesita producir deseos otros. Romper con La cartografía es comprendida por Guattari
los patrones dominantes de la de la vida so- como una metamodelización, como un dia-
cial, sobre todo en materia de aquello que grama de los modelos vigentes de produc-
se impone como deseable en una sociedad ción de subjetividad, que puede contribuir
no solo centrada en el individualismo y el a diagnosticar y ayudar a producir aconte-
consumo, sino productora y reproducto- cimientos que dislocan los procesos de ho-
ra de ese tipo subjetivad; acabar en último mogeneización moleculares puestos en cur-
término con el excepcionalismo humano so por el CMI. Para decirlo con palabras de
para reinventar en bloque la subjetividad, Mil mesetas, la cartografía no solo traza el
el socius y el vínculo colectivo con la Tie- diagrama, la máquina abstracta a partir de
rra. Guattari apunta directamente por ello la cual se disponen las máquinas concretas
a la necesidad de aprender a pensar “trans- o agenciamientos de deseo, sino que contri-
versalmente” las interacciones, la muta buye a crear líneas de fuga, nuevos deseos
afectación de la sociedad, la ecología y el y valores existenciales, en suma, prácticas
inconsciente 14, ya que de esa interacción de resistencia a nivel micropolítico como
o mutua afectación resulta el mundo que aquellas que proliferaron en todo el mun-
somos y habitamos. Y para ello es esencial do en 2019. Lo que se juega a nivel micro-
crear cartografías que permitan dislocar la político, en las prácticas de resistencia que
homogeneidad libidinal que se expande con crean alternativas a las novedades vacías
el capitalismo y coapta las formas de vida del capitalismo, no solo la lucha contra la
sobre el planeta, de donde vuelve la vieja homogenización de la subjetividad a la que
ninguna actividad humana escapa actual-
pregunta: por qué deseamos nuestra propia
mente 15, sino la propia posibilidad de llegar
esclavitud como si se tratase de nuestra li-
a crear cualquier cambio a nivel molar o
bertad. Ciertamente, las ideas, creencias y
macropolítico, contra el racismo, la xenofo-
cosmovisiones, los avances de la ciencia, las
bia, la desigualdad social, etc.
representaciones que anidan en el lenguaje
y las nuevas tecnologías, impactan direc- En base a la creatividad que se juega en la
tamente en la construcción de los mapas resistencia y en las demandas macropolíti-
existenciales moleculares que los sujetos cas actuales, adquiere relevancia la noción

13  GUATTARI, Félix Caosmosis, Manantial, Buenos Aires, 1996, pp. 34-35).
14  GUATTARI, Félix, Las tres ecologías, op. cit., p. 33.
15  ROLNIK, Suely. Esferas da insurreição. Notas para uma vida não cafetinada, n-1, Sao Paulo, 2018, pp. 116-117.

196
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

de “paradigma estético” 16. Más allá de todo plena actualidad. Sin embargo, la pregunta
esteticismo, la idea de paradigma es una que es necesario plantearse es: ¿cuál sería la
alternativa epistemológica al cientificismo función de la ecosofía en el debate eco-polí-
que domina la crítica al capitalismo en cier- tico actual de la crítica al capitalismo? Pare-
ta izquierda. Lo estético para Guattari no ce clave tener presente dos funciones de la
se restringe a la esfera de la producción ar- ecosofía, que me limito a enunciar. En pri-
tística, que se tranza como cualquiera otra mer lugar, renunciar a toda economía po-
mercancía en el mercado, sino que apunta lítica que no considere en su teorización el
a la creatividad social que emerge desde papel del inconsciente en la producción ca-
abajo y que tiene la potencia de crear nue- pitalista y que no asuma como una urgen-
vos modos inmanentes de existencia 17. En cia en su agenda el análisis de los efectos de
ese sentido, la reinvención de lo político se esta producción sobre el planeta. En segun-
encuentra asociada no tanto a las obras o do lugar, contribuir a crear nuevos modos
productos de los profesionales del arte, sino inmanentes de existencia, considerando el
muy por el contrario a los pequeños gestos punto de no retorno en que vivimos (devas-
cotidianos, a la manera de relacionarnos a tación del planeta, de las formas de vida so-
los afectos que somos capaces de crear. Vol- cial, resurgimiento de fascismos de distinta
viendo a lo dicho más arriba, la reinvención especie, etc.). La necesidad de transversali-
de lo político, entendida como resingulari-
zar los saberes adquiere especial relevan-
zación de la experiencia, consiste en la ca-
cia: no son las disciplinas, con sus agendas
pacidad de poner en juego un deseo capaz
particularistas y cada vez más especiali-
traspasar la subjetividad, el socius y la rela-
zadas, las que podrán ofrecer alternativas
ción con el medio en este tiempo de no re-
torno. En efecto, la existencia sobre el pla- a la crisis global que vivimos. No se trata
neta no solo se encuentra amenazada por el aquí de predicar acerca de la necesidad de
cambio climático; las relaciones sociales no hacer la ciencia “más humana”. Tampoco
solo están amenazadas por la alienación, la se trata de dar a luz un Nuevo Hombre,
competencia y el individualismo como los un señor de la naturaleza más ecuánime.
valores imperantes del neoliberalismo, sino Más bien, Guattari como Flusser coinci-
por un deseo incapaz de potenciar la diver- den en sostener que la máquina no están
sidad de formas de vida sobre el planeta. fuera, ni corresponde a una prótesis (un
instrumento ajeno, pero internalizado). El

punto es tal vez agregar que el conjunto
4. Filiaciones guattarianas de máquinas, la mecanosfera, opera bajo el
capitalismo actual en una frecuencia letal,
Al cumplirse casi tres décadas de la desa- pues articulan el miedo y la tristeza como
parición de Guattari, sus ideas muestran medida del presente 18.

16  Martínez, Francisco José, Hacia una era post-mediática. Ontologia, política y ecología en la obra de
Félix Guattari, Montesinos, Barcelona, 2008, p. 109.
17  GUATTARI, Félix, Caosmosis, op. cit., p. 112
18  GUATTARI, Félix. Las luchas del deseo, op. cit., p. 180.

197
La subjetividad capitalista (individualismo, rables devastan el psiquismo individual” 21.
competencia, etc.) lleva a los individuos a En otras palabras, la reducción de la vida
actuar como autómatas, directamente con- a una lucha constante por la sobrevivencia
tra su propia pulsión, contra la vida. Bajo produce una des-erotización de la vida co-
ese presupuesto, tanto Suely Rolnik como tidiana, que tiene como contraparte un in-
“Bifo” Berardi han avanzado en líneas com- vestimento del trabajo como único lugar de
plementarias. para Rolnik el capitalismo “realización”, a espaldas del otro, más aún,
pone en juego un deseo reactivo que ame- contra el otro.
naza con el colapso de las tres ecologías.
Existe un trauma de tal envergadura en la ¿Qué hacer para confrontar esta subjeti-
subjetividad en las condiciones actuales de vidad anclada en el sujeto, en el individuo
existencia, que la principal amenaza es la consumidor, en el empresario de sí? Para
producción generalizada de deseos que de- comenzar es de suma relevancia conocer
jan de guiarse por el impulso de preservar los límites de lo que llamamos ciencia o
la vida hasta llegar inclusive a actuar con- método y comprender el carácter eminen-
tra ella 19. En efecto, prevalece en el capita- te eurocéntrico de lo que llamamos Mundo
lismo una micropolítica reactiva que tiende y Naturaleza. Esto ciertamente no implica
conservar y reforzar formas de existencia embarcarnos en una vuelta a la idea del
que reducen la experiencia subjetiva al su- buen salvaje, pero es urgente aprender de
jeto y la vida en su diversidad a las formas otros modos de hacer y pensar la vida so-
en que esta se halla anclada al presente, ya bre el planeta a fin de reinventar la subje-
que: “‘este mundo’, aquel en el que sujeto tividad, el vínculo social y la relación con
habita y en el cual se estructura, es vivido nuestro medio, modos que nos permitirían
como ‘el mundo’, único y absoluto” 20. Para romper o, al menos, hacernos cargo a su
Bifo, con el proxenetismo de la pulsión, nos vez de la impronta colonial que sostienen
instalamos de plano en una lucha por la su- nuestros saberes y representaciones. Es
pervivencia, ya no en la forma individual posible aprender acerca de las perspectivas
sino “dividual”: “Si quieres sobrevivir de- del cuidado de estas tres esferas en la Amé-
bes ser competitivo, y si quieres ser com- rica indígena, sin que ello implique forzar
petitivo tienes que estar conectado, tienes un retorno a un origen o a un pasado in-
que recibir y elaborar continuamente una maculado. Con esto se trata, más bien, de
inmensa y creciente masa de datos. Esto alcanzar un devenir indio, como lo ha se-
provoca un estrés de atención constante y ñalado Viveiros de Castro: “es posible vol-
una reducción del tiempo disponible para verse indio. La indianidad es un proyecto
la afectividad. Estas dos tendencias insepa- de futuro, no una memoria del pasado” 22.

19  ROLNIK, Suely, op. cit., pp. 107-108.


20  Ibid., p. 114.
21  BERARDI, Franco, Generación Post-Alfa. Patologías e imaginarios en el semiocapitalismo, Tinta Limón,
Buenos Aires, 2007, p. 179
22  VIVEIROS de CASTRO, Eduardo, Metafísicas caníbales. Líneas de Antropología postestructural, Katz,
Buenos Aires, 2011, p. 207.

198
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

199
César Beltr án @ c e sa r _. be l t r a n 2 0 2 0
El antropólogo se halla en expresa sintonía escisión; no existe un horizonte categorial
con las ideas de Guattari (y Deleuze), en un o entendimiento que ordene y disponga el
trabajo inspirado y comparable al realiza- mundo para los hombres que se sirven de
do en el Anti Edipo. En efecto, el “Anti Nar- él; no existe un mundo como algo que esté
ciso” de Viveiros de Castro propone llevar más allá, existiendo como una cosa inde-
adelante la descolonización permanente pendiente del sujeto que conoce o del grupo
del inconsciente en antropología 23. Más allá humano que lo habita. Lo que existe en el
de esto que puede sonar como un eslogan chamanismo son “las multiplicidades inme-
vacío, Viveiros acierta a mostrar que el diatamente relacionales” 25 y, con ello, diría-
punto de vista o, mejor, la perspectiva del mos, una estricta unidad diferencial y res-
chamanismo yace en las antípodas del sa- pectiva entre todas las criaturas vivientes,
ber objetivista y, con ello, del lugar de pri- donde el primer dato es la mutua afectación
vilegio (y escindido) del hombre moderno de todo lo que vive. No obstante, contra el
con respecto a su relación con las criaturas prejuicio que niega la capacidad teórica a los
no humanas y al mundo que habita (saber no-modernos, el perspectivismo amerin-
que acaba en la primacía del individuo so- dio, anclado en el cuerpo, corresponde a un
cialmente pasivo o en el poder de producir ejercicio intelectual, no a otra racionalidad,
individuos ecológicamente analfabetos). sino a otra “imagen del pensamiento” 26 y otra
En dos palabras, y muy esquemáticamen- antropología, que podría minar la idea y re-
te, mientras que los sujetos y objetos son presentación de la relación hombre-mundo
resultado de un proceso de objetivación o -y con ello el hilo tensado entre sujeto y ob-
de intentar conocer la parte del sujeto que jeto, supuesto por todo el pensamiento oc-
hay en el objeto o de convertir en “cosa” lo cidental 27 y que ha sido determinante para
que se quiere conocer, el chamanismo efec- la crisis reinante en las tres ecologías- y,
tuando el proceso inverso, busca tomar el así, alterizar la propia ecología transversal
punto de vista de la cosa que se quiere co- maquínica de Guattari. Los pueblos indíge-
nocer. Intenta personificar o encontrar el nas, como apunta José Ezcurdia, “proveen
quién detrás cada cosa o acontecimiento 24. a la filosofía de los afectos que le otorgan
un carácter material, por lo que esta deja
Lo interesante de poner sobre relieve es de reducirse a la mera figura de filosofía
que el chamanismo no está tocado por nin- de Estado […]” 28. Pero, más insluso más allá
gún esencialismo y, por tanto, por ninguna de la filosofía, cuando el devenir indio es

23  Ibid., p. 14.


24  Ibid., pp. 40-41.
25  Ibid., pp. 56.
26  Ibid., pp. 61-62.
27  VIGNOLA, Paolo, “Geofilosofía sin sombras. El grado cero de un pueblo por venir” en Las artes de
Gilles Deleuze Procesos artísticos, creaciones y experimentaciones, UArtes Ediciones, Guayaquil, 2018,
p. 153.
28  EZCURDIA, J. (2019). “Spinoza indio: hacia la crítica deleuziana a la modernidad capitalista”. La De-
leuziana. Revista online de filosofía. Dossier Primer coloquio red estudios latinoamericanos Deleuze &
Guattari, p. 110. http://www.ladeleuziana.org/wp-content/uploads/2019/10/Ezcurdia.pdf

200
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

pensado como el inconsciente de los sabe- ciente (que confronta la homogeniedad de


res de occidente y de la sociedad que ha na- los modos de semiotización en el capitalis-
cido bajo su amparo, puede comprenderse mo) para abrir un futuro o, mejor aún, un
que volverse indio puede significar no una nuevo campo de posibles.
huída imaginaria hacia el pasado, sino un
acto en el nivel de producción de incons-

201
Baranzoni, Sara, “L’eco di Guattari: ambiente, soggettività e tecnologie nel XXI secolo” en Pelgreffi, Igor,
Ecologia. Teoria, natura, política, Kaiak Edizioni, Roma, 2018.
REFERENCIAS
Berardi, Franco, Generación Post-Alfa. Patologías e imaginarios en el semiocapitalismo, Tinta Limón, Buenos
Aires, 2007.
Danowski, Déborah & Viveiros de Castro, Eduardo, ¿Hay un mundo por venir? Ensayos sobre los miedos y los
fines, Caja Negra, Buenos Aires, 2019.
Deleuze, Gilles & Guattari,
Baranzoni, Sara,Félix,
“L’ecoMil mesetas.ambiente,
di Guattari: Capitalismo y esquizofrenia.
soggettività Pre-Textos,
e tecnologie Valencia,
nel XXI secolo” en 2000.
Pelgreffi,
Ezcurdia, José “SpinozaIgor, Ecologia.
indio: hacia Teoria, natura,
la crítica política,
deleuziana a laKaiak Edizioni,
modernidad Roma, 2018.
capitalista” en La Deleuziana. Revista
online de filosofía. Dossier Primer coloquio red estudios latinoamericanos Deleuze & Guattari,
Berardi, Franco, Generación Post-Alfa. Patologías e imaginarios en el semiocapitalismo, Tinta 2019. http://
www.ladeleuziana.org/wp-content/uploads/2019/10/Ezcurdia.pdf
Limón, Buenos Aires, 2007.
Flusser, Vilém, Los gestos,
Danowski, Herder,
Déborah Barcelona,
& 1994,
Viveiros p. 27. Eduardo, ¿Hay un mundo por venir?
de Castro,
Ensayos
Guattari, Félix sobre los
Caosmosis, miedos yBuenos
Manantial, los fines, Caja 1996.
Aires, Negra, Buenos Aires, 2019.
Deleuze,
Guattari, Félix, ¿QuéGilles
es la& Guattari,
ecosofía? TextosFélix, Mil mesetas.
presentados Capitalismo
y agenciados por yStephan
esquizofrenia.
Nadaud,Pre-
Cactus, Buenos
Aires, 2015.Textos, Valencia, 2000.
Ezcurdia,
Guattari, Félix, José “Spinoza
Las luchas del deseo.indio: hacia la territorio,
Capitalismo, crítica deleuziana
ecología,aPólvora,
la modernidad capitalista”
Santiago, 2020.
en La Deleuziana. Revista online de filosofía. Dossier Primer coloquio red estudios
Guattari, Félix, Las tres ecologías, Pre-Textos, Valencia, 1996.
latinoamericanos
Martínez, Francisco
Deleuze José, HaciaGuattari,
& una era post-mediática.
2019. Ontologia, política y ecología en la obra de Félix
http://www.ladeleuziana.org/wp-content/
Guattari, Montesinos, Barcelona, 2008.
uploads/2019/10/Ezcurdia.pdf
Marx, Karl,Flusser,
Elementos fundamentales
Vilém, para laBarcelona,
Los gestos, Herder, crítica de1994,
la economía
p. 27. política (Grundrisse) 1857-1858, v. 2.
México: Siglo XXI, 1972.
Guattari, Félix Caosmosis, Manantial, Buenos Aires, 1996.
Rolnik, Suely. Esferas da insurreição. Notas para uma vida não cafetinada, n-1, Sao Paulo, 2018.
Guattari, Félix, ¿Qué es la ecosofía? Textos presentados y agenciados por Stephan
Vignola, Paolo, “Geofilosofía
Nadaud, sin sombras.
Cactus, Buenos Aires, El grado cero de un pueblo por venir” en Las artes de Gilles Deleuze
2015.
Procesos artísticos, creaciones y experimentaciones, UArtes Ediciones, Guayaquil, 2018.
Guattari, Félix, Las luchas del deseo. Capitalismo, territorio, ecología, Pólvora,
Viveiros deSantiago,
Castro, Eduardo,
2020. Metafísicas caníbales. Líneas de Antropología postestructural, Katz, Buenos
Aires, 2011.
Guattari, Félix, Las tres ecologías, Pre-Textos, Valencia, 1996.
Martínez, Francisco José, Hacia una era post-mediática. Ontologia, política y ecología
en la obra de Félix Guattari, Montesinos, Barcelona, 2008.
Marx, Karl, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política
(Grundrisse) 1857-1858, v. 2. México: Siglo XXI, 1972.
Rolnik, Suely. Esferas da insurreição. Notas para uma vida não cafetinada, n-1, Sao
Paulo, 2018.
Vignola, Paolo, “Geofilosofía sin sombras. El grado cero de un pueblo por venir” en Las
artes de Gilles Deleuze Procesos artísticos, creaciones y experimentaciones, UArtes
Ediciones, Guayaquil, 2018.
Viveiros de Castro, Eduardo, Metafísicas caníbales. Líneas de Antropología
postestructural, Katz, Buenos Aires, 2011.

202
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

203
DE ESCASEZ E INVISIBILIZACIÓN:
N O TA S P A R A U N A E M E R G E N C I A
D E L A N AT U R A L E Z A

Alexander
Ganem
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

I negativa de la naturaleza si ella misma no es


presentada por la cultura moderna y capita-
La promesa del progreso, sobredimensiona-
lista como escasez constituitva.
da por la caja negra del discurso capitalista,
establece un inicio conveniente para enca-
denar posteriores elucubraciones ideológi-
cas y hacerlas pasar por proposiciones no III
solo válidas sino también verdaderas, de tal
Si algo define la relación del mundo oc-
manera que, poner el mundo de cabeza ape-
cidental con el mundo natural, es preci-
lando a recursos invisibilizadores y sesgos
samente aquella condición que desborda
ideológicos, son caminos ya comunes para
cualquier posibilidad de una reconciliación
romper la posibilidad de apreciar la unidad
hedonista y ritual con los orígenes (posibi-
económico/política de la vida en sociedad
lidad relegada en su momento al espacio de
en el mundo de las mercancías.
la estética romántica o, en la actualidad, al
estridentismo rimbombante y efectista del
catastrofismo salvífico hollywoodense).
II Esta condición es la escasez, núcleo ontoló-
gico del marco normativo de la hybris eco-
La naturaleza, parte constitutiva de esta
nomicista que define la realización produc-
unidad, aparece en el entramado básico so-
tiva de la modernidad. No por casualidad,
bre el cual se montan, en su versión más
es precisamente ella y no otra, la condición
orientalizada, toda clase de hipótesis sobre
sine qua non que aparece en la definición
la incompletitud y la evanescencia univer-
(neoclásica) de lo económico como teoría: la
sal del ser, así como la integración y la su-
ciencia de la elección en medio de condicio-
peración de la contingencia de los entes en nes de escasez. Sin embargo, este supuesto
su camino hacia la iluminación meta-mate- no es otra cosa más que eso precisamen-
rial. No así en el mundo llamado occidental, te, un punto de partida auto-justificatorio
para el que lo constitutivo de la naturaleza a partir del cual asentar otras “verdades
está precisamente en su condición negativa, necesarias”. En verdad, como lo señalara
es decir, en su carácter imposibilitador de la Bolívar Echeverría en su ensayo “La mo-
completitud de la cultura, en el sentido en dernidad como decadencia”, el intento del
que ella es definida por la modernidad capi- capitalismo por mantenerse en su propio
talista en su afán totalitario de acumulación. ser, implica una tarea de ocultamiento de
Pero esto no es suficiente. No puede alcan- sus “limitaciones”, esto es, del carácter “in-
zarse una comprensión de la unidad crítica completo” y por ende “deformado” de sus

205
modalidades de transformación del mundo. ta como lo otro, fuereño, que habita en un
Dicho ocultamiento solo puede ser posible mundo extraño al ser (a la cultura) y que
a partir de la creación de una escasez arti- niega a este cuando exhibe sus aspiracio-
ficial que le permita justificarse a sí mismo nes de esencialismo totalizante. La moder-
“como mediador indispensable del revolu- na coseidad de la naturaleza acompaña a
cionamiento de las ‘fuerzas productivas’”. la deriva esencialista del canon epistémi-
Es en la escasez que el capitalismo se pre- co occidental, contrario a la idea de una
senta a sí mismo como necesario, aseguran- dispersión y variabilidad constitutiva de
do que es precisamente su lógica y no otra, lo real. El humano se ve a sí mismo como
la que puede dar respuesta a todo aquello la unidad incontrovertible que es materia
que se presenta en el reino de la necesidad del ser como universo, a partir del cual se
que él mismo impulsa violentamente. desprenden todas las significaciones pen-
sables (sea así en Bacon, en Descartes y en
Kepler, por citar tres ejemplos clásicos), ex-
tensible metafísicamente en todo lo que va
IV
entrañándose como extensiones nuevas de
El punto de partida debe ser analizar el mo- cultura. Tal camino de carga de significa-
derno factum de pensamiento que concibe ciones que se suman tanto a los conceptos
a la naturaleza como una exterioridad cuya como a sus agrupaciones en campos discur-
ontología es la escasez. La naturaleza es el sivos y sus prácticas asociadas, conforman
objeto por excelencia ante la mirada y la ac- una infraestructura de modalidades inter-
tividad productiva del ethos realista. Hue- pretativas específicas que versan sobre la
ca por antonomasia --sin constitutividad existencia de lo que emerge en el conjunto
trascendental más allá de su salvajismo y de lo real, y que por ello se despliega ad-
su carácter preponderantemente negativo quiriendo, sobre la marcha, un metabolis-
ante la cultura--, es tan solo fuente de los mo propio, asociado a los otros metabolis-
valores económicos existentes; presa de las mo conjuntivos que lo circundan. Más este
manifiestas necesidades de producción de proceso, aunque no carente de creatividad
valor de la “verdadera” fuente de la rique- y despliegues técnicos, implica la invisibili-
za social: el trabajo, para el que la natura- zación de la unidad económico/política en
leza no es otra cosa que materia potencial cuyo seno la naturaleza se presenta como
para la realización productiva de la enti- la verdadera fuente de la riqueza social.
dad mercancía.

VI
V
En esta preponderancia estructurante de
Es en este contexto, del específico metabo- un universo ideológico que produce a la na-
lismo del cálculo de utilidad y su produc- turaleza como cosa entre cosas, con miras
ción de valor, que la naturaleza se presen- a salvaguardar tanto el metabolismo como

206
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

207
Fabián Hol tz @ c r ossin g __w or l d s 1 3 . 1 2 . 2 0 2 0
las mutaciones históricas y adaptativas de extraño y amenazante. Solo así puede per-
los ciclos de reproducción capitalista, olvida sistir la maldad de la naturaleza, emanada
que la fetichización de la cultura no es más de su producción como entidad epistémica-
que el ocultamiento de la conjunción ma- mente ancilar. Y es desde esta fetichización
terial entre mundo y cosmos, donde mun- de la naturaleza y de su proceso de subsun-
do y naturaleza se relacionan en términos ción total, que ella es relatada en la trini-
de una continuidad, que, a su vez, contie- dad económico/política de neoliberalismo/
ne a la materia como extensión del cosmos, crecimiento/sustentabilidad. El suyo, es un
siendo precisamente esta materia aquella largo texto (el de la modernidad capitalis-
sobre la cual la cultura tiene su proceso de ta) narrado no sin una fascinación y un te-
despliegue. Así, “la naturaleza es la totali- rror mediatizados por el espectáculo, donde
dad de entes no-culturales comprendidos la natura (a través de los mass media), se
en el mundo, que sin dejar de ser parte del presenta a sí misma preñada de un des-
cosmos como cosas reales, tienen por fun- tructivismo efectista y bárbaro, negador de
damento de su sentido el proyecto histórico lo humano en cuanto este es el motor que
del mundo” (Enrique Dussel dixit). De esta hace pervivir la lógica de la fábrica.
manera, se pretende concluir, a contra-
pelo del instrumentalismo fetichista de la
economía política vigente, que la natura-
VIII
leza no solo es un real dentro del mundo,
sino que además posee esencia y sentido; Ya abandonado el cinismo nihilista del pos-
en otras palabras, la naturaleza es un ente modernismo, y confrontados al macro-rela-
distinto de los entes culturales que hacen to de la economía-política que acompaña la
parte del mundo y, por tanto, en conjunto crisis epocal del presente, podemos apreciar
con el trabajo y el capital, está en el origen la urdimbre normativa de un marco donde
(mitificado) del progreso de la civilización la escasez constitutiva sigue definiendo la
moderna y capitalista. Es, com se dijo arri- relación entre hombre, natura y técnica.
ba, la base constitutiva de la producción de La tecno-ciencia reedita esta relación. En
mercancías y, por tanto, en un nivel más lo que el fetichismo ve como consecuencia
profundo, de la cultura mediada por la va- del progreso moderno, los hitos tecno-cien-
lorización del valor. tíficos (biotecnología, ingeniería genética,
neurociencias, etc.), se presentan como una
reedición de la religión de ese progreso,
VII pues todo lo que ante nuestros ojos se pre-
senta hoy como potencial revolución en las
Es ante los ojos de esta ontología invisibili- posibilidades de manipulación/explotación
zadora de los múltiples procesos de repro- económica “innovadora” de la naturaleza,
ducción del mundo de la vida, en su devenir se publicita también como la real posibi-
sígnico/material, que el “comportamiento lidad de alcanzar la conquista de la anhe-
negativo” de la naturaleza sigue resultando lada unidad de lo real (en clave capitalista)

208
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

frente al caos y a la escasez de la natura- existido, de todo aquello que de historia


leza. La moderna religión de la tecnología subyace en el mundo natural, que es, en
alcanza así el más paroxístico de sus anhe- última instancia el mundo que habitamos.
los de Otro mundo con la tecno-ciencia: un ¿Qué significa habitar el mundo? Significa
mundo que extienda indefinidamente, más ser en el concreto de concretos que es el
allá de los límites concretos que la carga te- mundo, síntesis de múltiples determinacio-
rrestre supone para la producción, el reino nes y por tanto unidad de lo diverso. Es el
de la necesidad. camino del verbo vuelto carne en la praxis
de la habitabilidad. Es decir, el bin (soy), el
bist (eres), y el imperativo bist (sé), que en
términos ontológicos, implican que el hom-
IX
bre es en tanto habita. Y este habitar, si no
El pensamiento que tiene a la naturaleza hemos de seguir cortando la rama del árbol
como su objeto recreado predilecto, ha tras- sobre el que estamos sentados al abrigo si-
pasado el umbral baconiano para regresar a niestro del cálculo de utilidad, parafrasean-
una suerte de marejada teologicista con las do a Hölderlin, ha de ser poético.
tecno-ciencias, que se parapetan en verdad
como un punto de no retorno, en dirección
de nuevas formas de mercantilizar, ad in-
finiutm, los múltiples entes, en nombre del
triunfo de una lógica de descabezamien-
to, la más violenta y destructiva que haya

209
T R ADU CC IO N ES
J E A N L U C N A N C Y,
PEQUEÑA CONFERENCIA
SOBRE EL AMOR

Traducción de
Lucila Ojea
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

I. Presentación de la traducción “historias radiofónicas para niños” del fi-


lósofo alemán, publicadas tardíamente en
La Pequeña conferencia sobre el amor (Je 1985 bajo el título Ilustración para niños
t’aime, un peu, beaucoup, passionément… (Aufklärung für Kinder) por la editorial de
Petite conférence sur l’amour) del filóso- Rolf Tiedemman, constituyen la fuente de
fo Jean-Luc Nancy se inscribe en el ciclo inspiración de la colección de Bayard.
“Pequeñas conferencias” organizado por
Gilberte Tsaï en el Nuevo Teatro de Mon- Jean-Luc Nancy ha ido al encuentro del
treuil, en las afueras de París. El adjetivo acontecimiento filosófico con niñas y ni-
“pequeñas” no busca, en realidad, describir ños en distintas ocasiones y con motivo
las conferencias, sino que se vincula con de temas diversos. Todos esos encuentros
el tipo de público al que están dirigidas: fueron publicados por Bayard y, si bien
niñas y niños (a partir de diez años) que, algunos han sido traducidos y publicados
desde el año 2001, acuden a la cita los días en español, la Pequeña conferencia sobre el
sábados por la tarde para escuchar y dialo- amor, de la cual presentaremos aquí algu-
gar con personas adultas dedicadas a disci- nos fragmentos, es inédita.
plinas diversas, apasionadas por la litera-
¿Qué es el amor?, ¿qué es la locura, la pasión,
tura, la ciencia, la filosofía, la gastronomía
el descubrimiento en el amor?, ¿hay comu-
o la música. La consigna es que la persona
nidad en el amor?, ¿de dónde viene el amor?
que tenga a cargo el tema de discusión se
son algunas de las preguntas que despliega
dirija efectivamente a niñas y niños con el
este texto. En él se puede apreciar un len-
objetivo de atravesar barreras generacio-
guaje que busca ser comprendido por per-
nales y dar lugar al acontecimiento de un
sonas “pequeñas” sin renunciar a la profun-
verdadero diálogo.
didad filosófica del pensamiento del autor,
Muchas de estas “aventuras orales” han refiriéndonos permanentemente a concep-
sido publicadas por la editorial Bayard en tos nodales de su obra, como el de comuni-
la Colección Pequeñas Conferencias. En dad. Las preguntas de los niños y el diálogo
el texto de presentación de dicha colec- espontáneo del filósofo con el público, nos
ción, incluida en todos los ejemplares que sitúa frente a la relación irrebatible, aunque
la componen, se alude a las emisiones ra- una y otra vez negada por la tradición filo-
diofónicas de Walter Benjamin destinadas sófica, entre filosofía e infancia.
a jóvenes, escritas y pronunciadas para
la radio alemana entre 1929 y 1932. Estas

213
II. Traducción Dejemos aquí el azar y volvamos al orden
de esta pequeña canción. Está admirable-
(…) Para hablar de esto pensé en aquel jue- mente bien construida, no parece tener
go infantil “te quiero, poquito, mucho, apa importancia, pero su construcción es muy
sionadamente, con locura, para nada” 1. Esta fina, todo está allí.
canción está quizás ya olvidada en nuestros
días. ¿La conocen? [asentimiento del público]. Te quiero poquito, mucho: ya saben que
Claro que sí. Es una canción que se recita esto no es amor. Si alguien les pregunta si
deshojando una margarita, arrancamos los lo quieren y responden “sí, te quiero mu-
pétalos unos tras otros diciendo “te quiero, cho”, ya lo han decepcionado. Esto signi-
poquito, mucho, apasionadamente, con lo- fica que “te quiero” es absoluto, tenemos
cura, para nada”, y continuamos según la que decir “te quiero”, punto. No podemos
cantidad de pétalos. Cuando deshojamos cuantificarlo.
una planta de margarita, los pétalos son
más numerosos, entonces hacemos trampa (…) Te quiero poquito, mucho quiere decir:
y los arrancamos de a muchos. Por supues- me gustas, estoy contento de conocerte,
to, nos las ingeniamos para terminar en de hacer cosas contigo, pero el acento está
“apasionadamente” o “con locura”. completamente puesto en mí, yo doy mi
apreciación y es por eso que puedo decir po-
Investigando sobre esta canción me di cuen- quito o mucho o, incluso, realmente mucho.
ta de que este juego es conocido por jugarse Pero cuando digo “te amo”, no puedo poner
con uno mismo. Si no hacemos trampa, si to- ninguna medida, no puedo decir si es más
mamos el primer pétalo y continuamos res- o menos. Al contrario: “te amo” es absolu-
petando la cantidad de pétalos, este juego es to, quiere decir, en latín, separado de todo,
una manera de consultar a la suerte. Pode- separado de toda medida, de toda compa-
mos decir, “ella o él me quiere, poquito, etc.” ración. Esto nos indica algo importante: el
verdadero amor comienza más allá de toda
La idea de suerte es interesante porque el posibilidad de establecer cantidades, gra-
encuentro amoroso se da siempre por azar, dos, o de hacer comparaciones.
aquel o aquella que amamos la conocemos
necesariamente por azar. Ciertas personas Desde el momento en que podemos estable-
se conocen de manera organizada, cada cer cantidades, hacer comparaciones, es-
vez se habla más de encuentros amorosos tamos solos en la cuestión. (…) En el amor
que se realizan a través de organizaciones, somos dos. A partir del momento en que
pero a fin de cuentas, siempre existirá una somos dos todo es completamente diferen-
parte de azar. (…) te, no existen grados de preferencia. El uno

1  NT: en francés este dicho es un poco diferente que en castellano: “Je t’aime un peu, beaucoup, pas-
sionnément, à la folie, pas du tout”. Esto es importante para la exposición porque el autor analiza cada
figura de la frase. Por eso decidí respetar el orden y la literalidad en las partes de la frase. Por otro lado,
en español existen tres verbos distintos para traducir el verbo “aimer” del francés: “amar”, “querer”,
“gustar”. Todas las veces que aparece la cita del dicho he mantenido el “te quiero” del español. En el
resto de los casos he intentado respetar el sentido singular de cada aparición de “aimer” en el texto.

214
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

215
Cr istián Cuevas @i ndomit afot ograf ias 19.12.2019
se dirige al otro y si el otro también res- muy importante aquí. Amamos un ser, re-
ponde “te amo”, entonces las dos personas flexionen dos minutos sobre aquél o aque-
han entrado en una relación única que no lla que ustedes aman, ustedes ya saben
puede decir que Juan y Leila se aman más que aman que esa persona exista y no por-
que Kevin y Roberta. Si esto tuviera sen- que tenga determinadas cualidades físicas
tido, entonces ninguna de las dos parejas u otras más profundas. Todo eso cuenta,
pero el hecho de que esa persona exista es
se ama realmente, o tal vez están en una
más importante.
gran relación de amistad. Existen todo tipo
de amistades, de ternuras pero de lo que (…) La caricia es el gesto damos a quienes
no se trata es de dos seres que se eligen el queremos, aquellos a quienes acordamos el
uno al otro de manera absoluta. mayor valor. Esto nos indica dos cosas: se
trata de dar un valor, de acordar un valor
Ya no estamos en la comparación ni en el
único a alguien y de completar los gestos
“esto me gusta”. Por supuesto, nos gustamos
que corresponden a este valor. ¿Cuáles son
el uno al otro, pero se trata de algo distinto.
los gestos que le corresponden? Justamente,
(…) Sigo con el tercer momento del dicho: no existen gestos que correspondan a este
“apasionadamente”. Apasionadamente, valor en el orden del tener. Podemos ofrecer
¿qué es la pasión? La pasión quiere decir regalos, es sabido que ofrecemos regalos a
que padecemos, algo nos pasa que se opone quienes amamos. (…) Pero sabemos que los
a la acción. El amor nos llega, no lo pade- regalos pueden no corresponder a ningún
amor, e incluso enmascarar una ausencia de
cemos como un castigo, un accidente, una
amor. El regalo puede traducir el “querer”
molestia, esto puede querer decir que lo re-
pero también puede no traducir nada de
cibimos, lo acogemos con placer. Pero lo re-
nada, o simplemente las ganas de mostrar
cibimos, nos viene del otro, de afuera.
que he hecho sacrificios terribles para rega-
lar un collar, un diamante, qué sé yo.
Recibimos el amor incluso cuando lo da-
mos. Esto es lo importante. Cuando ama-
El gesto del amor es necesariamente la ca-
mos, damos amor al otro pero lo que damos
ricia que no es enseguida la caricia sensual
es algo que nosotros recibimos de afuera,
sino la caricia que muestra que me dirijo al
quizás del otro, fuera de su relación consigo
ser del otro, a su presencia. La caricia es un
mismo y de nuestra relación con nosotros
tocar que expresa una afección particular.
mismos. El amor viene de ninguna parte y
Evitamos tocar a las personas desconoci-
de todas partes, y nos permite dirigirnos a
das, en el metro nos tocamos lo mínimo po-
otro siendo tomados por él o ella. Somos to- sible, a veces estamos obligados a tocarnos
mados por aquello que él o ella tiene de ab- pero es por la compresión. Y por otra parte,
solutamente único; y no por sus cualidades, si tocamos a alguien puede ser interpretado
porque él o ella es simpática, bella, inteli- como un acto de seducción, por mímica de
gente, astuta, por no decir adinerada. acercamiento amoroso.

(…) Esta diferencia entre lo que alguien es La caricia nos enseña que lo que cuenta en
y lo que alguien tiene, entre ser y tener, es el amor es la presencia del otro, el tocar del

216
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

otro y en cierta manera nada más. riesgo de este compromiso absoluto.

¿Qué quiere decir esta pura presencia y Pasemos a las dos últimas etapas del dicho,
nada más? Significa que la única cosa que “con locura, para nada”.
cuenta es que el ser del otro esté en mí, in-
separable de mí. Con locura, ya estoy dentro. Hay una espe-
cie de locura en el riesgo, en el involucrar-
En el amor, el otro no se transforma en mí, nos, en el hecho de querer, de dar al otro
no se identifica conmigo, pero los dos son y de recibir del otro un valor más allá de
inseparables, no pueden vivir el uno sin el todo valor. Salimos de todo lo que es razo-
otro, sin ser uno siendo justamente dos. nable en las relaciones entre las personas,
nos comprometemos más que en cualquier
Esto no ocurre sin riesgo, no sin grandes otra circunstancia. Nos abrimos, avan-
riesgos. Podemos equivocarnos y confundir zamos, nos exponemos a mucho, es muy
la imagen del otro tal y como la vemos, con difícil saber en qué momento el otro pide
la realidad del otro que es necesariamente demasiado. ¿Tengo razón en pensar que él
diferente. Todo ejercicio del amor consiste o ella me pide demasiado o soy yo que no
en hacer idas y vueltas entre el otro real y sé ir lo suficientemente lejos? Esto es ex-
la imagen tan fuerte que tengo de él. tremadamente delicado, peligroso y difícil.
Esta relación tan fuerte y única entre dos
(…) El amor abre un gran riesgo pero ese
personas es muy difícil, cada uno corre un
riesgo está a la altura del valor increíble que
riesgo muy elevado porque cada uno debe
le damos a un otro. Damos ese valor increí-
deshacerse de su contentamiento de sí
ble porque lo necesitamos, porque recibimos
mismo, de su cerrazón sobre sí mismo, de
algo. El amor nos dice que jamás estamos
lo que llamamos narcisismo.
realmente bien cuando estamos solos, no
estamos hechos para estar solos, como no Mi tranquilidad se ve amenazada, el amor
estamos hechos para estar en grandes gru- no me deja tranquilo. Pero cuando la in-
pos. Eso no quiere decir que con el otro es- tranquilidad entusiasta se vuelca hacia la
tamos simplemente “bien”: pero con él o ella intranquilidad angustiosa, ya no va más.
sabemos que “pasan cosas”. Estamos hechos
para estar en relación con otro o con otra Al límite del amor se encuentra la posibi-
con quien “pasan cosas”- algo nunca defini- lidad de destruirse el uno al otro. El sueño
ble, sino una verdadera relación en el sen- de los amantes en todas las grandes leyen-
tido fuerte de la palabra. No estoy diciendo das es el de morir juntos como Romeo y
que todos estemos hechos para pasar toda Julieta. Frecuentemente las viejas parejas
nuestra vida con una sola y misma persona. que han vivido toda su vida juntos pueden
Es cierto que esto es lo que afirma el amor, sentir el deseo de morir juntos. Es muy
“amor para siempre”, nos juramos amarnos duro para esas viejas parejas pensar que
para siempre y luego a veces todo se termina uno sobrevivirá al otro y continuará solo
tres días después: pero esto forma parte del en la vida. La idea de morir juntos quiere

217
218
Daniel Espinoza @daeg90 20.12.2019
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

decir que la muerte sería quizás el solo me- bemos, como lo decía un gran filósofo fa-
dio de estar completamente juntos, mien llecido hace algunos años, Jacques Derrida,
tras que, por el contrario, no existe nada que las promesas no existirían sin la posibi-
más vivo que el amor. lidad de no ser mantenidas.

Pero hay también una especie de locura La promesa deja la posibilidad de no ser
cuando el amor pide demasiado. El amor mantenida. No es un contrato, no existe un
que entusiasma y exalta, puede terminar contrato de amor sino un juramento. Por
por pedir demasiado al otro y a uno mismo, el juramento me comprometo, es decir que
es una locura pero una locura que ofrece su quiero mantenerlo y, sin embargo, cabe la
verdadera medida, una medida no mesura- posibilidad de que no lo mantenga, y eso
ble. El amor pide al otro al mismo tiempo no sería necesariamente una falta. Esta es
una libertad total y una pertenencia total. otra cuestión - la cuestión de “quién tiene
En este sentido, la demanda del amor es la culpa” si aquello se rompe. Quizás nun-
contradictoria. Hay que hacerle frente… ca hay, o rara vez hay, una simple culpa,
la culpa de uno o de otro. Sino tan sólo la
En el juego de la margarita siempre espera- fragilidad esencial, la temible fragilidad y
mos caer en “con locura”. Apasionadamen- dificultad del amor.
te no está nada mal. Pero justo después de
“con locura”, caemos sobre el “para nada”, Sin embargo, la gran palabra del amor es
porque todo puede detenerse, romperse sin la fidelidad. Pero otra vez, esto no quiere
razón, tal como ha llegado. Esto no quiere decir que si el amor se detiene o si uno en-
decir que a la primera contrariedad, hay gaña al otro, es la culpa de alguien. Pero
que darse por vencido; si nos damos por nada impide que la palabra del amor sea
vencidos es porque no era amor. Pero si la de fidelidad, que viene de la misma fa-
la contrariedad es más grande y duradera, milia que la confianza. (…) El prometido, la
puede que sea necesario y justo detenerse. prometida quiere decir aquel o aquella que
promete, que da su confianza, la fidelidad
El “para nada” de la canción quiere decir
que requiere de la fe. En otra época, para
que el amor, incluso el amor más verdade-
decir “comprometerse en el amor”, decía-
ro, siempre puede perderse. Jamás está ga-
mos “dar su fe a alguien”. No se trata de un
rantizado; si un amor estuviera garantiza-
compromiso de hacer esto o aquello, sino
do entonces no sería amor.
ante todo de ser con el otro, para el otro, en
Hacemos promesas, “te lo prometo, te lo una relación única con lo que el otro es y
juro” - siempre se jura en el amor. Pero sa- con el hecho de que el otro sea 2.

2  Agrego aquí algo que mientras hablaba he dejado de lado porque el tiempo había transcurrido y había
que detenerse. Según mis notas, hubiera continuado diciendo que esta fidelidad al compromiso no es
sólo una cuestión de sentimiendo ni de deseo. Los sentimientos y deseos siempre tienen su propia vida,
pueden ir y venir, desaparecer o reaparecer, conducirse hacia otras personas diferentes de aquella con la
que estamos comprometidos. Esto puede llevar a la ruptura, que puede ser la solución menos mala. Pero
esto puede también conducir por el contrario a saber mejor lo que hemos comprometido, a reconocer
mejor al otro en su unicidad, en su singularidad, y cómo mi compromiso forma parte de esta singularidad.

219
Preguntas y Respuestas3 mos como con un otro. En el amor somos
dos, entonces también es necesario ser dos
[Niña] Leí en algún lado que amar era esen- en el amor de sí mismo. Hay que amar en sí
cialmente querer ser amado y quería saber mismo la posibilidad de amar a otro. Ahí no
si era verdad. me prefiero a mí mismo, tampoco es un re-
pliegue sobre uno mismo, no tengo una rela-
Es verdad y no lo es. Todo es tan difícil en
ción negativa conmigo mismo, de odio o de
ese terreno. Amar, por supuesto, es querer
olvido, sino que tengo confianza en mí como
ser amado, es una demanda, si yo le digo a
alguien capaz de amar a un otro.
alguien “te amo”, le estoy pidiendo que me
ame. Deseo que el amor del otro me elija, me [Niña] ¿Se puede hablar de amor cuando no
reconozca como único. Puedo vivir mi decla- es recíproco?
ración de amor de modo tal que esta deman-
da y esta espera tomen la delantera. Pero a Paradójicamente sí. Yo puedo amar real-
pesar de todo, cuando digo “te amo”, tam- mente a alguien que no corresponde a mi
bién pido lo que doy. No hay que decir que amor, es posible que ame verdaderamente a
cuando amo lo doy todo sin esperar nada a esa persona, que haya adivinado o tocado en
cambio. No. Hay que decir que, en el amor, ella, algo que ella misma ignora, a lo que no
el don y la demanda son indiscernibles.” quiere o no puede dar acceso. Mi amor no
es falso, porque se dirige realmente al otro.
[Niña] Usted habló en un momento del amor La respuesta del otro no es la respuesta arti-
a uno mismo, y a veces se dice que prime- culada, dicha, sino que se encuentra en esta
ro hay que amarse uno mismo para amar al verdad que yo sé respecto de la otra persona.
otro. Esto es difícil y largo para detallar. Podría-
mos decir que cuando declaramos un amor
Yo no diría que hay que comenzar por amar-
se uno mismo, pero definitivamente no hay y el otro no se lo espera, esta declaración de
que detestarse a sí mismo. amor revela al otro la posibilidad que tiene
de ser amado o amada y de amar. El amor no
Hay que aclarar lo que quiere decir amarse es algo que tengo en mí como una disposi-
a sí mismo. Muchas discusiones filosóficas ción, conocida, preparada. No, el amor debe
y espirituales giraron entorno al amor de serme revelado. Yo declaro mi amor porque
sí. Una forma del amor de sí mismo es un el otro me ha revelado mi amor, incluso si
repliegue sobre sí, como preferencia dada no me dijo nada en absoluto, algo vino si-
a sí mismo respecto de los otros, lo que se
lenciosamente a tocarme y a escondidas
llama egoísmo, y que no puede realmente
del otro. En ese momento, le digo “te amo”
llamarse “amor”.
y toco en ella o él aquello mismo de donde
Existe otra forma del amor de sí mismo en ha venido mi amor. El otro puede no saber y
la cual nos relacionamos con nosotros mis- no responder. Porque sólo puede responder

3  Me pareció interesante indicar si la pregunta fue formulada por una niña o por un niño. Cuando el in-
tercambio se establece con la misma persona, no está señalado.

220
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

“yo también” si ya estaba listo para decir “te dicho “te amo”, no hemos dicho nada. Si le
amo”; como puedo hacerle descubrir que, en dices al otro que es muy atento, muy bue-
el fondo, era lo que él o ella esperaba. no, “pero entonces estás enamorado”, él res-
ponde “no, para nada…”, porque no se quiere
[Niña] ¿Por qué hay que decir “te amo” para comprometer. “Te amo” ya es un juramento,
que el otro lo sepa? una palabra formidable de la que tenemos
miedo. Cuando decimos “te amo”, queramos
Es una muy buena pregunta, a veces lo de-
cimos sin decirlo, lo demostramos, lo mani- o no, estamos jurando algo.
festamos. “Te amo”, en cierto sentido, tiene
[Niño] ¿Por qué a veces el amor nos hace du-
la ventaja y la desventaja de decirlo, de ar-
dar de la fidelidad del otro?
ticularlo en palabras, pero en una palabra
que justamente dice mucho más de lo que es
Tu pregunta es sobre los celos. El amor nos
capaz de explicar. Si alguien te dice “te amo”
hace dudar de la fidelidad del otro porque la
y tú le pides que te explique lo que quiere
fidelidad es la fe jurada y no descansa en eso.
decir, te dirá “mira, no lo sé, te encuentro
Estamos necesariamente, al menos al prin-
muy bella, muy buena, me gustaría besarte”.
Si le respondes “claro, ¿pero qué más?”, el cipio, en la inquietud, nos preguntamos si el
otro no logrará explicarlo. Por el contrario, otro responde realmente a nuestra especta-
el comportamiento de aquel que está ena- tiva, si se involucra de la misma manera que
morado puede decir mucho, lo remarque- nosotros. Jamás tenemos prueba o garantía
mos o no. Es una manera de estar atento a de ello. Esta inquietud constitutiva es nor-
la persona, de cuidarla, de tener atenciones, mal, constitutiva del amor. El amor es frá-
para no hablar de regalos. Se dice con fre- gil y temeroso por naturaleza. Los celos son
cuencia que existe una mirada enamorada, también un sentimento devorador, terrible,
de la cual a veces nos burlamos. Hablamos que puede desarrollarse de manera muy pe-
de ojos enamorados, antes decíamos “des ligrosa porque alguien celoso puede romper
yeux de merlan frit” (ojos de merlán frito). una relación a causa de unos celos infunda-
Cuando se ama, se es un poco ingenuo, uno
dos. ¿Por qué es así? Porque en el amor que-
se deja sorprender, no prestamos atención
remos que el otro sea completamente nues-
a las personas que están alrededor, estamos
tro, este sentimiento es exclusivo. El pasaje
extáticos, de cierta manera no vemos nada
entre el ser y el tener es contínuo, no pode-
más. Pero más allá de los “ojos de merlán
frito”, la mirada de una persona enamorada mos separarlos, yo quiero ser con el otro y
puede decir mucho. quiero también poseerlo. La posesión forma
parte del amor, nos poseemos mutuamente.
Luego, decimos “te amo” porque estamos Por poca cosa que genere en mí ese deseo de
cansados de que el otro no entienda nada. posesión, luego yo quiero poseerlo todo, no
Puede ser que el otro haya entendido bien quiero ni si quiera que el otro salga cinco mi-
pero que ella o él espere que sea dicho. Si no nutos. Algunos celosos pueden estar locos.
está dicho, en cierto modo, no está, o quizás Si el otro sale a comprar pan, le preguntan:
el amor está aquí como sentimiento amoro- “¿dónde estabas, con quién te encontraste?”.
so pero no como compromiso. Si no hemos Existe un estado enfermizo de los celos. Más

221
tarde, podrás leer un autor como Proust que porquerías del tipo “Para ti” hablan de los
conoce mucho sobre los celos enfermizos. amores de verano y les dan consejos. Allí
Esta enfermedad es el desarrollo de algo encontramos toda una moral, una ética, una
natural en el amor. Sin ir hasta las grandes estética, según la cual esto es normal, nos
enfermedades de los celos, éstos nos amena- vamos de vacaciones, salimos con un chico
zan a todos, sobre todo cuando somos jóve- o una chica, ni si quiera por tres meses, sino
nes, porque somos más inseguros, tenemos por dos semanas, una semana. Sin ningún
miedo de que el ser amado se deje seducir compromiso. Eso no es amor, sino seducción,
por otros. No podemos estar seguros de ser “te amo un poco, mucho”…, aún si lo colorea-
la más o el más seductor(a), - y sin embargo mos con pasión. Para que un amor dure para
el amor está más allá de la seduccción, del siempre, hace falta mucha gracia dada por
“gustar”, he tratado de decirlo. las circunstancias, mucha fuerza, es preciso
que algo (¿pero qué?) permita relanzar, con-
[Niña] ¿Usted piensa que el amor puede ser tinuar, porque un amor puede sobrevivir a
eterno? crisis, a infidelidades.

Primero, por deformación profesional, por- El año pasado murió un filósofo, sociólogo,
que soy filósofo, le pediría hacer un uso co- André Gorz, puede ser que algunos adultos
rrecto de la palabra eterno. Eterno no quiere aquí hayan escuchado hablar del libro que
decir sempiterno. La eternidad no es lo que publicó un tiempo antes de morir. Murió
los escolásticos del Medioevo llamaban la con su mujer, se suicidaron juntos, habían
sempiternidad. La sempiternidad es lo que decidido que se matarían cuando estuvieran
dura para siempre. Eterno quiere decir que muy enfermos, muy viejos, y lo hicieron.
está fuera del tiempo. Conocen la canción Su libro es una carta a su mujer, cuenta su
que cantaba Dalida, La historia de un amor vida juntos, se ve muy bien que este amor de
eterno y banal. Pero el lenguaje corriente ha- toda una vida era muy fuerte, ya que escribe
bla siempre de amor eterno, entonces deten- hacia el final de su vida, cuando eran muy
go aquí mi pequeño señalamiento pedante. viejos, que él la ama aún físicamente, que
ama su cuerpo, que ama acariciarla. Su com-
Por supuesto que un amor puede ser eter-
promiso político común, por el cual se cono-
no. Nuestra idea y nuestra imagen del amor
cieron, jugó un rol muy importante, además
lo representan como algo eterno. Un amor
del amor del uno por el otro compartían una
puede ser eterno, fuera del tiempo, ha co-
causa, un ideal, una lucha.
menzado y ya no tiene nada que ver con la
duración. [Niño] ¿Y qué hay de los amores imaginarios?

El juramento de amor contiene la idea de ¿Te refieres a cuando imaginas que amas
que el amor dura para siempre y eso no pue- a alguien?
de ser de otra manera, no podemos decir “te
Sí.
amo por tres meses”. Lo que llamamos amo-
res de verano y que llenan las revistas. Las ¿Pero una persona que existe o no?

222
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

223
FabiánHoltz @crossing_wor lds 20.12.2020
Puede existir en la imaginación o en lo real. la imagen que de ella tengo en mí, o porque
la he idealizado demasiado. Al mismo tiem-
Un momento, esos son dos casos muy dife-
po, amamos a una persona real, esto es muy
rentes, tú imaginas, por ejemplo, que estás
delicado.
enamorado de Lara Croft [el niño hace una
mueca] – no, ella no te gusta. ¿De Cenicienta? Una solución para evitar los conflictos es
contentarse con la imagen, pero creo que en
No, ¡no hablo de personajes!
algún momento te das cuenta de que sólo se
¿Te imaginas enamorado de alguien que co- trata de una imagen. De todos modos, hay
noces? que decir que incluso cuando amamos a al-
guien real, amamos también una imagen,
Sí, eso. y es preciso que las cosas vayan en ambos
sentidos, que la persona real vaya hacia la
Esto reúne el caso de la pregunta “¿pode-
imagen y que la imagen vuelva a la persona
mos amar sin ser correspondidos?”. Te gusta
real. ¡Buena continuación a tu imaginación!
imaginar que amas a tal o cual persona pero
no quieres decirle, no puedes decirle o bien [Niña] ¿Queremos necesariamente amar?
ya sabes de antemano que no tendrás una
respuesta positiva. En tu imaginación, ¿te No. Eso no es tanto una cuestión de volun-
imaginas diciendo “te amo” o no? tad. Pienso que es muy difícil y muy raro que
haya alguien que no sea llevado por el deseo
No. de amar. Si alguien no lo es ni una vez en la
vida, eso se revela una dificultad, un límite.
De acuerdo, me aventuro a inmiscuirme en Pero, lo he dicho y he insistido, el amor en
tu cabeza, o en tu cuerpo, pero podríamos primer lugar nos viene, nos es enviado des-
decir que haces del otro una imagen y que te de afuera. Toda la tradición ha representado
gusta imaginar su presencia pero no es cues- el amor como una fuerza, un dios que lanza
tión de ir y decirle. Esto es muy interesante flechas. En la medida en que esto es así, es
y tiene que ver con lo que hemos dicho hace raro que el amor no llegue pero eso no sig-
nifica que nosotros lo querramos. Si no ex-
un rato. En el amor operamos una división
perimentamos ninguna voluntad, ningunas
del otro. En la medida en que somos llevados
ganas conscientes de amar, está muy bien,
hacia la persona amada por toda suerte de
sólo hay que esperar y en general llega.
cualidades y de particularidades, hacemos
de ella una imagen que llevamos en noso- [Niña] ¿Como podemos saber si es la persona
tros. Esta imagen, incluso si toma rasgos que adecuada, la que amamos verdaderamente?
pertenecen a la persona, se despega necesa-
Justamente, ¡no podemos! Aunque siempre
riamente de la persona real, y puede haber tenemos un cierto número de elementos
un desfasaje, un conflicto, porque la perso- para juzgarlo: todas las propiedades de una
na real va a revelarse no siendo únicamente persona, desde su aspecto hasta su carác-

224
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

ter. Luego, el hecho de que no conocemos a la. El amor cambia enormemente a la perso-
cualquier persona, sino que estamos en un na amada, tanto como a la persona que ama.
campo de encuentros posibles que depende
de cómo vivimos, de la apertura que los pa- Sabemos que el amor cambia, decimos que
dres dan a los niños, que puede ser amplia él o ella debe estar enamorada cuando le
o reducida a un cierto medio. Entonces, no encontramos un comportamiento extraño,
estamos desprovistos de razones para elegir, particular. Este cambio es una de las múl-
al contrario, hay muchos datos y mucho de tiples facetas de lo que nos hace reír en el
lo cual no somos conscientes – pero, aquello amor – nos reímos: “¡está enamorado!”- por-
que nos empuja a desear o nos atrae, lo que que estamos todo el tiempo inclinándonos
hacia este nudo tan misterioso y potente.
nos hace desear se nos escapa. ¿Por qué a al-
Detrás de esto se esconde algo importante:
guien le atraen más las rubias, las bajitas, las
el amor cambia a una persona. Un filósofo
menuditas? La pregunta es infinitamente
escosés del siglo XVIII, Hume, ha escrito
sutil y, de hecho, irresoluble. Sabemos todos
algo magnífico: la belleza de una persona
que algo en ciertos rostros, en ciertos ras- es el efecto en esta persona del sentimiento
gos encuentra en nosotros un eco. Esto es que tiene de ser deseada. Esta idea es mag-
inanalizable hasta el final. Todo esto cons- nífica, es el antídoto a la belleza de las re-
tituye condiciones que no permiten decir si vistas. Se da vuelta la tontería, o la media
esta persona es la adecuada, porque hay mu- tontería, según la cual el sapito encuentra
chos que son morochos, tienen este tipo de su sapita o bien que el amor es ciego. Esto no
inteligencia, de bondad, de encanto. Pero es es para nada así: el amor vuelve bella a una
porque existe ese riesgo y esa suerte que es persona. No hay que pensar en los modelos
bello: nos inclinamos hacia lo desconocido, de las revistas, la belleza de una persona es
hacia el misterio. lo que hace que ella esté dispuesta a entrar
en una relación, a presentarse a sí misma.
Por otra parte, no existe la persona adecua- Una persona es inasimilable a cualquier mo-
da en un lugar, porque eso sería desesperan- delo cánon o imagen que sea. Es por eso que
te. Si existiera una decena de “adecuados” la imagen del amor imaginario no debe ale-
posibles que hubiera que encontrar, y luego jarse demasiado de la persona real.
elegir uno, el amor se convertiría en un jue-
go de sociedad. [Niña] Cuando alguien está enamorado de
varias personas, ¿se puede decir que está
Hay otra cosa: al mediar el hecho de que esto realmente enamorado?
responde a alguna de mis disposiciones, de
mis espectativas, de mis deseos, a partir del Esta pregunta es muy delicada, yo diría que
momento en que declaro un amor a alguien no, creo que no. Enamorado de varias per-
y esta persona también tiene un conjunto sonas en una simultaneidad perfecta, no lo
de datos que le hacen responder, la declara- creo. Pero es posible que en una relación de
ción misma del amor, el hecho de amar va a amor bien particular, otra persona pueda
transformar esta persona, va a ponerla en tener lugar con toda otra calidad, toda otra
relación con el amor mismo y va a cambiar- tonalidad. Esto recorta la pregunta a ¿es la

225
226
Raúl Snow @imraulsnow 17.01.2020
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

persona adecuada? Esta pregunta se hace bemos hacerlo entrar en determinados mar-
con frecuencia y es dolorosa, difícil de re- cos, y los padres proyectan imágenes sobre
solver porque es verdad que la elección sin- sus hijos, ellos querrían que se conviertan
gular de una persona puede producirse para en esto o aquello y, frecuentemente, los ni-
varias. Para aquel que está enamorado de ños hacen lo contrario. Lo que es totalmente
varias personas, puede no existir conflicto normal, los niños deben afirmarse.
si es capaz de apreciar esta gran diferencia Un niño sabe entonces lo que es el amor
de tonalidad. Es como si yo dijera, me gusta porque en retorno del amor que lo consi-
mucho escuchar Miles Davis pero también dera por aquello que él es, por su unicidad,
Stockhousen y Mozart, sin que esto genere necesita dirigirse a una madre, a un padre,
conflicto. Pero no existe conflicto porque a personas que ocupan un lugar único para
Miles Davis, Stockhousen y Mozart no tie- él. Se encuentra ya en la relación de amor,
nen ninguna relación entre ellos, no son pero el pequeño no puede aún comprome-
personas sino obras. Cuando son personas, terse en el amor.
cada una me demanda estar enteramente
Se dice que la edad de siete años es la edad de
con ella. La pregunta es: ¿puedo estar ente-
la razón, y que da mucho miedo a los niños
ramente varias veces? Les dejo reflexionar.
porque creen que deben entonces volverse
[Niña] ¿Por qué algunos adultos dicen que razonables. Pero esta edad designa también
los niños no pueden amar? otra cosa, el niño ya no tiene necesidad de
estar solamente sostenido por la relación
Yo pienso que los niños aman y están nece- con esos adultos que se dirigen a su ser úni-
sariamente en el amor. Cuando un niño vie- co, sino que deviene un poco autónomo. Se
ne al mundo debe ser considerado en sí mis- podría decir, entonces, que la edad de la ra-
mo, como ese ser único e irremplazable que zón es la edad del amor.
es. Eso es amar a un niño, y los padres están
Las preguntas que algunos hicieron mues-
ahí para eso. Un niño tiene una necesidad
tran que a esa edad, los niños pueden co-
absoluta de ser amado, de ser considerado
menzar a sentir amor. Al mismo tiempo,
en su unicidad para vivir. No solamente los
es una etapa, existen otras para llegar a
psicólogos y los psicoanalistas lo saben, sino
la edad donde razonablemente podemos
también los médicos. Un niño que esté so-
comprometernos realmente. Pero hay que
lamente bien cuidado pero al que no se le
saber que como lo ha dicho Freud, el fun-
ofrezca ningún signo de afecto, al que no se
lo acaricie, al que no se lo quiera, corre el dador del psicoanálisis: en toda la vida los
riesgo de tener desórdenes psíquicos muy hombres no dejan de nacer. Puedo decir-
graves, seguramente se volverá muy enfer- les, yo también, que tengo sesenta y siete
mo. Un niño necesita amor, que el amor de años, que seguimos siendo niños por mu-
los padres sea más o menos logrado es otro cho tiempo y que encontramos siempre
problema. Los niños deben saber que es muy nuevas etapas a partir de las cuales pode-
difícil para los padres amar bien a sus hijos. mos decir que ahora deberíamos realmen-
Es muy complicado dirigirse a la persona te ser capaces de comprometernos.
única que es este niño porque también de-

227
228
HACIA UNA NUEVA
IMAGINACIÓN POLÍTICA

229
230

También podría gustarte