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San Miguel Pedro L Los Campesinos Del Ci
San Miguel Pedro L Los Campesinos Del Ci
Santo Domingo, R. D.
2012
Cuidado de la edición: Área de Publicaciones, AGN
Correción: Juana Haché
Diagramación: Rafael R. Delmonte y Juan Francisco Domínguez Novas
Diseño de cubierta: Esteban Rimoli
Motivo de cubierta: Imagen campesina
De esta edición:
© Archivo General de la Nación (vol. CLXXIX), 2012
Departamento de Investigación y Divulgación
Área de Publicaciones
Calle Modesto Díaz, Núm. 2, Zona Universitaria,
Santo Domingo, Distrito Nacional
Tel. 809-362-1111, Fax. 809-362-1110
www.agn.gov.do
ISBN: 978-9945-074-78-9
Impresión: Editora Búho, S. R. L.
Capítulo I
La formación del campesinado: la historia agraria dominicana
La Española y la economía azucarera caribeña. . . . . . . . . . . 49
Del oro al azúcar: la temprana economía colonial. . . . . . . . 55
Saint Domingue y el campesinado dominicano . . . . . . . . . . 62
Regiones y espacio: la geografía económica en el siglo xix. 70
La estructura agraria: una herencia colonial. . . . . . . . . . . . . 83
Capítulo II
El Cibao: paisajes y regiones
Las subregiones cibaeñas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Bosque, hato y conuco: patrones de asentamiento. . . . . . . . 97
7
8 Pedro L. San Miguel
Capítulo III
Población y uso de la tierra
¿Cuántos habitantes?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
Un perfil demográfico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
El uso de la tierra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
Capítulo IV
Comerciantes, intermediarios y campesinos
El capital comercial y las economías campesinas. . . . . . . . 149
El comercio de exportación y la élite cibaeña. . . . . . . . . . . 154
Del Cibao al mercado mundial:
las redes comerciales cibaeñas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
Intermediarios y redes comerciales:
el control de la producción campesina . . . . . . . . . . . . . . . . 175
De cómo y por qué mejorar un tabaco «flojo» . . . . . . . . . . 194
Las transformaciones de la economía campesina. . . . . . . . 209
Capítulo V
La economía rural y el crédito
Comerciantes-crédito-campesinos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
El crédito en la sociedad cibaeña. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
Los ciclos económicos y el crédito. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229
La economía campesina y el crédito . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243
Capítulo VI
La tierra y la sociedad campesina
Paisaje rural y estructura agraria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267
Cuando reinaban las tierras comuneras. . . . . . . . . . . . . . . . 272
La comercialización de los terrenos comuneros:
los cortes de madera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 280
Los campesinos del Cibao 9
Capítulo VII
El Estado y el campesinado
La gran transformación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351
Economía de exportación y desarrollo del Estado . . . . . . . 353
Caminos para la agricultura:
el régimen de prestaciones laborales. . . . . . . . . . . . . . . . . . 359
Más caminos...y agua también:
prestaciones y canales de riego. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 374
Reglamentación agraria y exacción fiscal. . . . . . . . . . . . . . . 391
Dictadura y campesinado:
la política agraria bajo el trujillato. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 406
Conclusiones
Los campesinos del Caribe: una perspectiva cibaeña. . . . . . . . . 437
Epílogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 463
Fuentes y bibliografía
Fuentes primarias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 471
Fuentes primarias impresas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 475
Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 477
Índice de tablas, gráficas, mapas
y planos rurales
Tablas
11
12 Pedro L. San Miguel
Gráficas
AA American Anthropologist
AC Asuntos Civiles
ADC Antiguo Distrito Catastral
AGN Archivo General de la Nación (Santo Domingo)
AHS Archivo Histórico de Santiago
Alc. S/2 Alcaldía de Santiago, 2da Circunscripción
ANJR Archivo Notarial José Reinoso (Santiago)
AP Alcaldía de Peña
AS Ayuntamiento de Santiago
ASM Archivo de la Secretaría Municipal (Santiago)
BM Boletín Municipal (Santiago)
BN Biblioteca Nacional (Santo Domingo)
C Ciencia (Santo Domingo)
CC Cuadernos del CENDIA (Universidad Autónoma de
Santo Domingo)
CCS Cámara de Comercio de Santiago
CH Conservaduría de Hipotecas (Santiago)
CIH Centro de Investigaciones Históricas (Universidad
de Puerto Rico, Río Piedras)
CS Ciencia y Sociedad(Santo Domingo)
DA Dialectical Anthropology
DC Distrito Catastral
Dec Decisión
EC El Caribe (Santo Domingo)
Ecos Ecos: Órgano del Instituto de Historia de la Universidad
Autónoma de Santo Domingo
Eme-Eme Eme-Eme: Estudios Dominicanos (Pontificia Universidad
Católica Madre y Maestra, Santiago)
ES Estudios Sociales (Santo Domingo)
15
16 Pedro L. San Miguel
Exp. Expediente
Exp. Cat. Expediente Catastral
f(s) folio(s)
GS Gobernación de Santiago
HAHR Hispanic American Historical Review
HG Historia y Geografía (Museo Nacional de Historia y Geografía,
Santo Domingo)
Hip Hipotecas
HS Historia y Sociedad (Universidad de Puerto Rico, Río Piedras)
IC Investigación y Ciencia (Santo Domingo)
JD Joaquin Dalmau
JEH Journal of Economic History
JHG Journal of Historical Geography
JMV José María Vallejo
JPA Junta Protectora de Agricultura
JPS Journal of Peasant Studies
LARR Latin American Research Review
Leg(s) Legajo(s)
LI La Información (Santiago)
Lib(s) Libro(s)
MA Ministerio de Agricultura
Men. Cat Mensura Catastral
MIP Ministerio de Interior y Policía
NDC Nuevo Distrito Catastral
Op. Cit. Op. Cit.: Boletín del Centro de Investigaciones Históricas
(Universidad de Puerto Rico, Río Piedras)
parc(s) parcela(s)
PC Punto y Coma: Revista Interdisciplinaria de la Universidad del
Sagrado Corazón (Santurce, Puerto Rico)
Plan. Gen. Plano General
PN Protocolos Notariales
RA Revista de Agricultura
RCS Registro Civil de Santiago
RH Revista de Historia (Costa Rica)
RPT Registro de la Propiedad Territorial
SA Secretaría de Agricultura
SAI Secretaría de Agricultura e Industria
t. tomo
Trans. Transcripciones
TT Tribunal de Tierras (Santiago)
v. vuelto
Prólogo a la edición dominicana
17
18 Pedro L. San Miguel
Ramón Paniagua
Nota a la edición dominicana
21
Prólogo a la edición puertorriqueña
23
24 Pedro L. San Miguel
Roberto Cassá
Profesor Emérito
Universidad Autónoma de Santo Domingo/
Director del Archivo General de la Nación.
Prefacio a la edición puertorriqueña
29
30 Pedro L. San Miguel
35
36 Pedro L. San Miguel
1
Marlin D. Clausner, Rural Santo Domingo: Settled, Unsettled and Resettled
(Philadelphia: Temple University Press, 1973), 239-42.
2
Jacqueline Boin y José Serulle Ramia, El proceso de desarrollo del capitalismo
en la República Dominicana (1844-1930). Vol. II: El desarrollo del capitalismo
en la agricultura (1875-1930) (Santo Domingo: Ediciones Gramil, 1981).
Los campesinos del Cibao 37
3
Paul Mutto, «Desarrollo de la economía de exportación dominicana, 1900-
1930», Eme-Eme, III, 15 (1974): 67-110; Patrick E. Bryan, «La producción
campesina en la República Dominicana a principios del siglo xx», Eme-Eme,
VII, 42 (1979): 45-51; y Michiel Baud, Peasants and Tobacco in the Dominican
Republic, 1870-1930 (Knoxville: University of Tennessee Press, 1995).
4
Segundo Censo Tabacalero Nacional (Santiago: Instituto del Tabaco, 1973);
y Tercer Censo Tabacalero Nacional (Santiago: Instituto del Tabaco, 1977).
Para análisis globales sobre la situación agraria en las décadas recientes:
Carlos Dore Cabral, Reforma agraria y luchas sociales en la República Domini-
cana, 1966-1978 (Santo Domingo: Taller, 1981); Problemas de la estructura
agraria dominicana, 2da ed. (Santo Domingo: Taller, 1982); y Asociación
Dominicana de Sociólogos, Problemática rural en República Dominicana: III
Congreso de Sociología (Santo Domingo: Alfa y Omega, 1983).
38 Pedro L. San Miguel
Este debate, que se remonta a principios del siglo xx, se originó en las
6
7
Estos planteamientos están basados en la exposición de: Witold Kula, Teo-
ría económica del sistema feudal (Buenos Aires: Siglo XXI, 1974), esp. 3-24.
Roseberry, en «Los campesinos y el mundo», critica las visiones estáticas,
prevalecientes entre los antropólogos, en los estudios sobre el campesi-
nado.
8
Eric R. Wolf, Peasant Wars of the Twentieth Century (New York: Harper &
Row, 1973), xiv; y Peasants (Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall, 1966),
4-17 y 37-48.
Los campesinos del Cibao 41
9
Baud, Peasants and Tobacco, 63-72; y James C. Scott, Weapons of the Weak:
Everyday Forms of Peasant Resistance (New Haven: Yale University Press,
1985). Sobre las opiniones divergentes en torno a la economía campesi-
na, ver Cancian, «El comportamiento económico».
10
Cancian, «El comportamiento económico», 196-200.
11
Robert Redfield, The Little Community/Peasant Society and Culture (Chica-
go: University of Chicago Press, 1965).
12
Roseberry, «Los campesinos y el mundo», 157-58.
42 Pedro L. San Miguel
13
Wolf, Peasants, 40-45; Cancian, «El comportamiento económico»; Sidney
W. Mintz, Caribbean Transformations (Baltimore: Johns Hopkins University
Press, 1984), 132; y «From Plantations to Peasantries in the Caribbean»,
en: Sidney W. Mintz y Sally Price (eds.), Caribbean Contours (Baltimore:
Johns Hopkins University Press, 1985), 139.
14
Wolf, Peasants, 37-49. Ver también: Cancian, «El comportamiento eco-
nómico»; Roseberry, «Los campesinos y el mundo»; y Baud, Peasants and
Tobacco.
Los campesinos del Cibao 43
15
Wolf, Peasants, 12-7.
16
Wolf, Peasants, 2-4. Para una discusión más amplia y actualizada, ver Allen
Johnson, «Horticultores: El comportamiento económico en las tribus»,
en: Plattner (ed.), Antropología económica, 79-115.
17
Kula, Teoría económica; Roseberry, «Los campesinos y el mundo»; y Fran-
ces F. Berdan, «Comercio y mercados en los Estados precapitalistas», en
Plattner (ed.), Antropología económica, 116-53.
44 Pedro L. San Miguel
18
Lenin, El desarrollo del capitalismo; Kautsky, La cuestión agraria; y Cancian,
«El comportamiento económico», 216-26.
19
Roseberry, «Los campesinos y el mundo», 163-68; Cancian, «El compor-
tamiento económico», 229-34; y Baud, Peasants and Tobacco, 201-17.
Los campesinos del Cibao 45
20
Eric R. Wolf, «Types of Latin American Peasantry: A Preliminary Discus-
sion», AA, 57 (1955): 452-71; Cancian, «El comportamiento económico»,
185-90; y Mintz, Caribbean Transformations, 131-34. Para México y el Perú,
ver Charles Gibson, Los aztecas bajo el dominio español, 1519-1810, 6ta ed.
(México: Siglo XXI, 1981); Margarita Loera y Chávez, Economía campesi-
na en la colonia: Un caso en el Valle de Toluca (México: Instituto Nacional
Indigenista, 1981); Steve J. Stern, Peru’s Indian Peoples and the Challenge of
Spanish Conquest: Huamanga to 1640 (Madison: University of Wisconsin
Press, 1986); y Karen Spalding, Huarochirí: An Andean Society under Inca
and Spanish Rule (Stanford: Stanford University Press, 1988).
21
Cancian, «El comportamiento económico», 215.
46 Pedro L. San Miguel
22
Cancian, «El comportamiento económico», 226-28.
23
Sobre la «diferenciación social» del campesinado: Lenin, El desarrollo del
capitalismo; Cancian, «El comportamiento económico», 215-28; y de Jan-
vry, The Agrarian Question, esp. 94-140.
24
Sidney W. Mintz, «The Rural Proletariat and the Problem of Rural Prole-
tarian Consciousness», JPS, l (1974): 291-325.
Los campesinos del Cibao 47
Una versión en inglés de este capítulo fue publicada en: «The Making
1
49
50 Pedro L. San Miguel
2
Para las etapas iniciales de la industria azucarera en el Caribe, ver Eric
Williams, From Columbus to Castro: The History of the Caribbean, 1492-1969
(New York: Harper & Row, 1973), 23-57. Los casos específicos de la econo-
mía azucarera de La Española, Puerto Rico y Cuba se discuten en: Frank
Moya Pons, La Española en el siglo xvi, 1493-1520: Trabajo, sociedad y política
en la Economía del Oro, 2da ed. (Santiago: Universidad Católica Madre y
Maestra, 1973), 243-68; Mervyn Ratekin, «The Early Sugar Industry in Es-
pañola», HAHR, 34 (1954): 1-19; José Chez Checo y Rafael Peralta Brito,
Azúcar, encomiendas y otros ensayos históricos (Santo Domingo: Fundación
García-Arévalo, 1979), 13-54; Franc Báez Evertsz, La formación del sistema
agroexportador en el Caribe (República Dominicana y Cuba, 1515-1898) (Santo
Domingo: Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1986), 43-56; Ge-
naro Rodríguez Morel, «Los orígenes de la economía de plantación en
América: La Española en el siglo xvi» (Tesis doctoral, Universidad Jaume
I, 2009); Salvador Brau, «La caña de azúcar», en: Ensayos (Disquisiciones
sociológicas) (Río Piedras: Edil, 1972), 271-94; Juana Gil-Bermejo García,
Panorama histórico de la agricultura en Puerto Rico (Sevilla: Instituto de Cul-
tura Puertorriqueña y Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1970),
99-113; Elsa Gelpí Baíz, Siglo en blanco: Estudio de la economía azucarera en el
Puerto Rico del siglo xvi (1540-1612) (San Juan: Editorial de la Universidad
de Puerto Rico, 2000); Fernando Ortiz, Contrapunteo cubano del tabaco y el
azúcar (Las Villas: Universidad Central de Las Villas, 1963), 341-55; Julio
Le Riverend, Historia económica de Cuba (Barcelona: Ariel, 1972), 92-8;
y Leví Marrero, Cuba: Economía y sociedad, Vol. II: Siglo XVI: La economía
(Madrid: Playor, 1974), 305-22.
3
Williams, From Columbus to Castro, 95-135; J.H. Parry y Philip Sherlock, A
Short History of the West Indies, 3ra ed. (New York: St. Martin’s Press, 1973),
45-80; Franklin W. Knight, The Caribbean: The Genesis of a Fragmented Na-
tionalism (New York: Oxford University Press, 1980), 23-120; y Richard
S. Dunn, Sugar and Slaves: The Rise of the Planter Class in the English West
Indies, 1624-1713 (New York: Norton, 1973).
Los campesinos del Cibao 51
4
Sidney W. Mintz, «From Plantations to Peasantries in the Caribbean», en:
Sidney W. Mintz y Sally Price (eds.), Caribbean Contours (Baltimore: Johns
Hopkins University Press, 1985), 142; Dunn, Sugar and Slaves, 46-83 y
117-48; y Williams, From Columbus to Castro, 95-110.
5
Dunn, Sugar and Slaves, 149-223; Williams, From Columbus to Castro, 111-
35; J.H. Galloway, The Sugar Cane Industry: A Historical Geography from its
Origins to 1914 (Cambridge: Cambridge University Press, 1989); Manuel
Moreno Fraginals, El ingenio: Complejo económico social cubano del azúcar, 3
tomos (La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1978), 1: 30-2; Her-
bert S. Klein, La esclavitud africana en América Latina y el Caribe (Madrid:
Alianza Editorial, 1986), 39-50; David Eltis, Economic Growth and the End-
ing of the Transatlantic Slave Trade (New York: Oxford University Press,
1987); David Watts, The West Indies: Patterns of Development, Culture and En-
vironmental Change since 1492 (Cambridge: Cambridge University Press,
1990); y Stuart B. Schwartz (ed.), Tropical Babylons: Sugar and the Making
of the Atlantic World, 1450-1680 (Chapel Hill: University of North Carolina
Press, 2004).
6
Juan Bosch, De Cristóbal Colón a Fidel Castro: El Caribe, frontera imperial,
5ta ed. (Santo Domingo: Alfa & Omega, 1986), 183-262; R.A. Stradling,
52 Pedro L. San Miguel
12
Cfr. Michiel Baud, Peasants and Tobacco in the Dominican Republic, 1870-
1930 (Knoxville: University of Tennessee Press, 1995), 11-31.
13
Sobre la economía en el siglo xvi: Moya Pons, La Española en el siglo xvi;
Rodríguez Morel, «Los orígenes de la economía de plantación»; y Ro-
berto Cassá, Historia social y económica de la República Dominicana, 2 vols.
(Santo Domingo: Punto y Aparte, 1982-83), 1: 39-63.
56 Pedro L. San Miguel
14
Cassá, Historia social y económica, 1: 65-70; Báez Evertsz, La formación del
sistema, 43-97; Frank Moya Pons, Historia colonial de Santo Domingo (San-
tiago: Universidad Católica Madre y Maestra, 1974), 71-89; y Rafael A.
Brugal P., «La producción del azúcar en la zona de Puerto Plata, 1520-
1919», Eme-Eme, VII, 39 (1978): 120-36.
15
Moya Pons, Historia colonial, 71-89; Carlos Esteban Deive, La esclavitud del
negro en Santo Domingo (1492-1844), 2 vols. (Santo Domingo: Museo del
Hombre Dominicano, 1980), 1: 51-102. Sobre la evolución de la pobla-
ción, ver Frank Moya Pons, «Nuevas consideraciones sobre la historia de
la población dominicana: Curvas, tasas y tendencias», Eme-Eme, III, 15
(1974): 3-28.
Los campesinos del Cibao 57
17
Peña Pérez, Antonio Osorio, 172-76; y Cassá, Historia social y económica,
1: 95-9.
18
Moya Pons, Historia colonial, 109-29; Bosch, Composición social dominicana,
33-52 y 73-92; y Peña Pérez, Antonio Osorio, 71-143.
19
Moya Pons, Historia colonial, 109-29; y Peña Pérez, Antonio Osorio, y Cien
años de miseria, 15-126.
Los campesinos del Cibao 59
20
Bosch, Composición social dominicana, 73-82; y Peña Pérez, Cien años de
miseria.
21
Sidney W. Mintz, Caribbean Transformations (Baltimore: Johns Hopkins
University Press, 1984), 132. Énfasis en el original.
60 Pedro L. San Miguel
22
Cfr. Baud, Peasants and Tobacco, 35-8. Entre las obras que contienen re-
ferencias al origen del campesinado dominicano durante la Colonia, se
pueden mencionar: Rubén Silié, Economía, esclavitud y población (Santo
Domingo: Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1976) y «El hato
y el conuco: Contexto para el surgimiento de la cultura criolla», en: Ber-
nardo Vega et al., Ensayos sobre cultura dominicana, 2da ed. (Santo Domin-
go: Fundación Cultural Dominicana y Museo del Hombre Dominicano,
1988), 143-68; Antonio Lluberes, «Tabaco y catalanes en Santo Domingo
durante el siglo xviii», Eme-Eme, V, 28 (1977): 13-26; y Raymundo Gonzá-
lez, «Campesinos y sociedad colonial en el siglo xviii dominicano», ES,
XXV, 87 (1992): 15-28.
23
Para una evaluación reciente de la «herencia» de la cultura material in-
dígena, sobre todo en los sectores rurales de la República Dominicana,
ver Bernardo Vega, «La herencia indígena en la cultura dominicana de
hoy», en: Vega et al., Ensayos sobre cultura, 11-53. Por su parte, Deive ha
destacado que en los manieles o comunidades de esclavos cimarrones
sobrevivieron elementos de la cultura material de los indígenas (Los gue-
rrilleros negros, 259-69).
Los campesinos del Cibao 61
24
Cassá, Historia social y económica, 1: 129; Silié, Economía, esclavitud y pobla-
ción; y Deive, La esclavitud del negro, 1: 103-54.
25
Mintz, Caribbean Transformations, 151-52, y «From Plantations to Peasant-
ries», 133. Al respecto, el argumento de Juan Bosch de que la economía
de las estancias no fue determinante en la sociedad dominicana porque
«ningún sector social» emergió de aquella, es harto cuestionable (Com-
posición social dominicana, 51).
26
González, «Campesinos y sociedad colonial», 15-21. Baud, por su parte,
habla del surgimiento de un «campesinado criollo» (Peasants and Tobac-
co, 36.).
27
Juana Gil-Bermejo García, La Española: Anotaciones históricas (1600-1650)
(Sevilla: Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1983); y Antonio Gu-
tiérrez Escudero, Población y economía en Santo Domingo (1700-1746) (Sevi-
lla: Diputación Provincial de Sevilla, 1985).
62 Pedro L. San Miguel
29
Gutiérrez Escudero, Población y economía, 159-70.
30
Antonio Sánchez Valverde, Idea del valor de la isla Española, notas de Emilio
Rodríguez Demorizi y fray Cipriano de Utrera (Santo Domingo: Editora
Nacional, 1971), 141.
31
Moya Pons, Historia colonial, 311.
32
Moya Pons, Historia colonial, 283-310; Cassá, Historia social y económica,
1: 117-18; Bosch, Composición social dominicana, 93-111; y Silié, Economía,
esclavitud y población.
64 Pedro L. San Miguel
Ibídem, 14-6.
34
Los campesinos del Cibao 65
35
Lluberes, «Tabaco y catalanes», 14-22. Ver también: Gutiérrez Escudero,
Población y economía, 111-13. Una arroba equivale a 25 libras.
36
Sánchez Valverde, Idea del valor, 63-8.
37
Jorge Machín, «Orígenes del campesinado dominicano durante la Ocu-
pación Haitiana», Eme-Eme, 1, 4 (1973): 19-34.
38
James, The Black Jacobins, 241-88; Cordero Michel, La Revolución Haitia-
na, 49-53; Casimir, La cultura oprimida, 91-110; y Frank Moya Pons, La
Dominación Haitiana, 1822-1844, 3ra ed. (Santiago: Universidad Católica
Madre y Maestra, 1978), 15-6.
66 Pedro L. San Miguel
39
Moya Pons, La Dominación Haitiana, 18-20; y James G. Leyburn, El pueblo
haitiano (Santo Domingo: Sociedad Dominicana de Bibliófilos, 1986),
68-83. Sobre el café en Haití, ver el excelente estudio de Christian A.
Girault, El comercio del café en Haití (Santo Domingo: Taller, 1985), espe-
cialmente 69-81, 100-2 y 217-21.
40
Leyburn, El pueblo haitiano, 78.
41
Moya Pons, La Dominación Haitiana, 20-3, 45-79; Leyburn, El pueblo haitia-
no, 83-94; Machín, «Orígenes del campesinado»; Franklin J. Franco, Los
negros, los mulatos y la nación dominicana, 5ta ed. (Santo Domingo: Editora
Nacional, 1977), 135-54, y «La sociedad dominicana de los tiempos de
la independencia», en: F. Franco et al., Duarte y la independencia nacional
(Santo Domingo: Ediciones INTEC, 1976), 11-36; Roberto Cassá, «La
sociedad haitiana de los tiempos de la independencia», en: Franco et al.,
Duarte y la independencia, 39-79; Julio César Rodríguez Jiménez y Rosajilda
Vélez Canelo, El precapitalismo dominicano de la primera mitad del siglo xix:
1780-1850 (Santo Domingo: Universidad Autónoma de Santo Domingo,
1980), 107-70; y Roberto Marte, Estadísticas y documentos históricos sobre
Los campesinos del Cibao 67
44
Cassá, Historia social y económica, 1: 181; y Moya Pons, La Dominación
Haitiana, 63-7.
45
Raymundo González ha empleado el sugestivo término de «un largo siglo
campesino», que se inició en el siglo xviii y se extendió hasta las primeras
décadas de la centuria antepasada. «Entre las diez tareas: Un largo siglo
xix campesino», ponencia en el II Seminario sobre Identidad, Cultura y
Sociedad en las Antillas Hispanoparlantes, Santo Domingo, RD, 4-6 de
junio de 1992; e «Ideología del progreso y campesinado en el siglo xix»,
Ecos, 1, 2 (1993): 25-43.
46
Moya Pons, La Dominación Haitiana, 64-7; Marte, Estadísticas y documen-
tos históricos, 14-8; Franco, «La sociedad dominicana», 28-31; Cassá, «La
sociedad haitiana», 55-68; Leyburn, El pueblo haitiano, 83-99; y Machín,
«Orígenes del campesinado».
Los campesinos del Cibao 69
Regiones y espacio:
la geografía económica en el siglo xix
GRÁFICA 1.1
EXPORTACIONES DE TABACO, 1822-42
51
Bosch, Composición social dominicana, 135.
52
Bosch, Composición social dominicana, 163-71; Domínguez, Economía y po-
litica, 99-101; y Cassá, Historia social y económica, 2: 24-5 y 39-60.
53
Boin y Serulle Ramia, El proceso de desarrollo, 1: 66.
Los campesinos del Cibao 75
54
Bosch, Composición social dominicana, 210-12; Hoetink, The Dominican Peo-
ple, 6-10; Boin y Serulle Ramia, El proceso de desarrollo, 2: 31-8, 79-95 y
253-59; Carreño, Historia económica, 21-55; Marte, Cuba y la República Do-
minicana, 337-439; Báez Evertsz, La formación del sistema, 185-243; Moreno
Fraginals, La historia como arma, 56-117; José del Castillo, «La formación
de la industria azucarera moderna en la República Dominicana», en:
Tabaco, azúcar y minería (Santo Domingo: Banco de Desarrollo Intera-
mérica, S.A., y Museo Nacional de Historia y Geografía, 1984), 23-56;
Jaime Domínguez, Notas económicas y políticas dominicanas sobre el período
julio 1865-julio 1886, 2 vols. (Santo Domingo: Universidad Autónoma de
Santo Domingo, 1983), 1: 105-29; y Juan J. Sánchez, La caña en Santo
Domingo, 2da ed. (Santo Domingo: Taller, 1972), 27-31.
55
Cross Beras, Sociedad y desarrollo, 76-81.
56
Además de las obras mencionadas previamente, ver José del Castillo y
Walter Cordero, La economía dominicana durante el primer cuarto del siglo xx,
2da ed. (Santo Domingo: Fundación García-Arévalo, 1980); Wilfredo
76 Pedro L. San Miguel
61
Ver obras citadas previamente. Sobre las diversas formas de articulación
del campesinado del Sur con la economía maderera, debo mucho a las
apreciaciones de Walter Cordero.
62
Sánchez, La caña en Santo Domingo, 35-40; del Castillo, «La formación»,
38-42; Boin y Serulle Ramia, El proceso de desarrollo, 2: 32-8; y Carreño,
Historia económica, 35-55.
63
Le debo esta información a Walter Cordero, quien, además de estar fami-
liarizado con la región, ha investigado a fondo la historia del café en la
República Dominicana. Ver también: Boin y Serulle Ramia, El proceso de
desarrollo, 2: 41-4; y Carreño, Historia económica, 240-50.
Los campesinos del Cibao 79
64
Véase: Antonio Lluberes, «La economía del tabaco en el Cibao en la segun-
da mitad del siglo xix», Eme-Eme, 1, 4 (1973): 35-60, y «La crisis del tabaco
cibaeño, 1879-1930», en: Tabaco, azúcar y minería, 3-22; Cross Beras, Sociedad
y desarrollo, 88-90; Domínguez, Economía y política, 54-61, y Notas económicas
y políticas, 1: 133-51; Boin y Serulle Ramia, El proceso de desarrollo, 1: 48-60;
Carreño, Historia económica, 165-218; Baud, Peasants and Tobacco; y José
Chez Checo y Mu-Kien Adriana Sang, El tabaco: Historia general en República
Dominicana, 3 vols. (Santo Domingo: Grupo León Jimenes, 2008).
65
José Ramón Abad, La República Dominicana: Reseña general geográfico-esta-
dística (Santo Domingo: Imprenta de García Hermanos, 1888), 395-96.
80 Pedro L. San Miguel
66
Victor Place, «Memoria sobre el Cultivo, la Cosecha y la Venta de los Ta-
bacos en Santo Domingo» [1849], traducido del francés y reproducido
por: Boin y Serulle Ramia, El proceso de desarrollo, 1: 186-99. El párrafo que
se cita se encuentra en la p. 189.
67
Hazard, Santo Domingo, 324-25; Lluberes, «La economía del tabaco»; Boin
y Serulle Ramia, El proceso de desarrollo, 1: 50-8; Emilio Rodríguez Demo-
rizi, Papeles de Pedro F. Bonó (Santo Domingo: Editora del Caribe, 1964),
194-98; y Domínguez, Notas económicas y políticas, 1: 133-51.
Los campesinos del Cibao 81
Lluberes, «La crisis del tabaco», 16; Boin y Serulle Ramia, El proceso de
69
GRÁFICA 1.2
VOLUMEN DE LOS PRODUCTOS
DE EXPORTACIÓN, 1881-1902
(En quintales de 112 libras)
Fuente: Antonio Lluberes, «La crisis del tabaco cibaeño, 1879-1930», en: Tabaco, azúcar
y minería (Santo Domingo: Banco de Desarrollo Interamérica, S.A., y Museo de Histo-
ria y Geografía, 1984), 17.
73
Alcibíades Albuquerque, Títulos de los terrenos comuneros en la República
Dominicana (Ciudad Trujillo: Impresora Dominicana, 1961); y Aura C.
Fernández Rodríguez, «Origen y evolución de la propiedad y de los te-
rrenos comuneros en la República Dominicana», Eme-Eme, IX, 51 (1980):
5-45. Para una discusión más detallada acerca de los terrenos comuneros
y del tema de la tierra, véase capítulo VI.
74
Moya Pons, La Dominación Haitiana, 46.
75
Rodríguez Demorizi, Papeles de Bonó, 82. Sobre la estructura agraria du-
rante el siglo xviii, ver Gutiérrez Escudero, Población y economía, 86-97.
76
Abad, La República Dominicana, 255-81.
77
Rodríguez Demorizi, Papeles de Bonó, 217-20.
Los campesinos del Cibao 85
80
Rodríguez Demorizi, Papeles de Bonó, passim.; Hoetink, The Dominican
People, 1-18; Boin y Serulle Ramia, El proceso de desarrollo, 1: 119-36; y Gui-
llermo Moreno, «De la propiedad comunera a la propiedad privada mo-
derna, 1844-1924», Eme-Eme, IX, 51 (1980): 47-129.
81
Domínguez, La dictadura de Heureaux, 103-9; del Castillo y Cordero, La
economía dominicana, 40-2; y Baud, Peasants and Tobacco, 147 y sigs.
82
Melvin M. Knight, Los americanos en Santo Domingo (Ciudad Trujillo: Uni-
versidad de Santo Domingo, 1939); y Bruce J. Calder, The Impact of In-
tervention: The Dominican Republic during the U.S. Occupation of 1916-1924
(Austin: University of Texas Press, 1984), 102-5. En Santiago, los prim-
eros registros de saneamiento de títulos que he consultado datan de los
inicios de la década de los treinta del siglo xx.
Los campesinos del Cibao 87
83
Para una discusión sobre las limitaciones estructurales que confrontó el
Estado dominicano, ver Ramonina Brea, Ensayo sobre la formación del Es-
tado capitalista en la República Dominicana y Haití (Santo Domingo: Taller,
1983). Sobre el mercado de trabajo en la región cibaeña: Baud, Peasants
and Tobacco, passim.
84
Domínguez, Notas económicas y políticas, 1: 116.
85
José del Castillo, «La inmigración de braceros azucareros en la Repúbli-
ca Dominicana, 1900-1930», CC, 7 (1978), y «Azúcar y braceros: Historia
de un problema», Eme-Eme, X, 58 (1982): 3-19; Patrick E. Bryan, «The
Question of Labor in the Sugar Industry of the Dominican Republic in
the Late Nineteenth and Early Twentieth Centuries», en: Moreno Fragi-
nals, Moya Pons y Engerman (eds.), Between Slavery and Free Labor, 235-
51; Andrés Corten et al., Azúcar y política en la República Dominicana, 2da
ed. (Santo Domingo: Taller, 1976); y Wilfredo Lozano, Proletarización y
campesinado en el capitalismo agroexportador (Santo Domingo: Instituto Tec-
nológico de Santo Domingo, 1985), 69-86.
88 Pedro L. San Miguel
86
Calder, The Impact of Intervention; Pedro L. San Miguel, «El Estado y el
campesinado en la República Dominicana: El Valle del Cibao, 1900-
1960», HS, IV (1991): 42-74, y «Exacción estatal y resistencias campesinas
en el Cibao durante la ocupación norteamericana de 1916-24», Ecos, 1, 2
(1993): 77-100.
87
Aun luego de la caída de la dictadura, el apoyo que Trujillo logró ganar
entre el campesinado continuó desempeñando un papel decisivo en la
sociedad dominicana. Durante las décadas de los sesenta y setenta, Joa-
quín Balaguer, quien estaba íntimamente identificado con el dictador,
encontró en el campesinado una importante base de apoyo. Al respecto,
véase: Wilfredo Lozano, El reformismo dependiente (Estado, clases sociales y
acumulación de capital en República Dominicana: 1966-78) (Santo Domin-
go: Taller, 1985), 28 y 52-3; Carlos Dore Cabral, Reforma agraria y luchas
sociales en la República Dominicana, 1966-1978 (Santo Domingo: Taller,
1981); Otto Fernández Reyes, Ideologías agrarias y lucha social en la Repúbli-
ca Dominicana (1961-1980) (Buenos Aires: Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales, 1986); y Roberto Cassá, Los doce años: Contrarrevolución
y desarrollismo (Santo Domingo: Alfa & Omega, 1986), 486-510.
Los campesinos del Cibao 89
Juan Bosch
Camino Real
Fernand Braudel, The Mediterranean and the Mediterranean World in the Age
1
of Philip II, 2 vols. Traducción de Sian Reynolds (New York: Harper &
Row, 1972), esp. 1: 168-70.
91
92 Pedro L. San Miguel
U.S. Government, Area Handbook for the Dominican Republic, 2da ed.
2
3
Antonio Lluberes, «Las rutas del tabaco dominicano», Eme-Eme, IV, 21
(1975): 12-3.
4
Samuel Hazard, Santo Domingo, Past & Present; with a Glance at Hayti, 3ra
ed. (Santo Domingo: Editora de Santo Domingo, 1982), 344.
94 Pedro L. San Miguel
MAPA 2.1
EL VALLE DEL CIBAO
5
Hazard, Santo Domingo, 99-100. Sobre el comercio dominicano durante
el siglo xviii: Antonio Gutiérrez Escudero, Población y economía en Santo
Domingo (1700-1746) (Sevilla: Diputación Provincial de Sevilla, 1985),
197-254.
6
ANJR, PN: JD, 1882, fs. 102v-6v. Ver también: Roberto Marte, Estadísticas
y documentos históricos sobre Santo Domingo (1805-1890) (Santo Domingo:
Museo Nacional de Historia y Geografía, 1984), passim.
Los campesinos del Cibao 95
7
H. Hoetink, The Dominican People, 1850-1900: Notes for a Historical Sociology
(Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1982), 52-6; y María F. Gonzá-
lez Canalda, «Desiderio Arias y el caudillismo», ES, XVIII, 61 (1985): 30-2.
8
RA, IV, 8 (1908): 132.
9
Genaro Rodríguez, «Estructura agraria y desarrollo social en Mao», ES,
XVII, 57 (1984): 67-72.
10
Orlando Inoa, Estado y campesinos al inicio de la Era de Trujillo (Santo Do-
mingo: Librería La Trinitaria e Instituto del Libro, 1994).
96 Pedro L. San Miguel
11
Gustavo A. Antonini, «Processes and Patterns of Landscape Change in
the Línea Noroeste, Dominican Republic» (Tesis doctoral, Columbia
University, 1968).
12
José Ramón Abad, La República Dominicana: Reseña general geográfico-esta-
dística (Santo Domingo: Imprenta de García Hermanos, 1888), 42.
13
Gutiérrez Escudero, Población y economía, 45-58.
Los campesinos del Cibao 97
14
Véanse, por ejemplo, las varias relaciones, memoriales y noticias sobre
la Isla reproducidas en: Emilio Rodríguez Demorizi, Relaciones históricas
de Santo Domingo, 4 vols. (Ciudad Trujillo: Editora Montalvo, 1957).
Además: Gutiérrez Escudero, Población y economía, 45-8.
15
Cálculo basado en el censo hecho por el arzobispo de Santo Domingo,
cuyas cifras están reproducidas en: Frank Moya Pons, «Nuevas considera-
ciones sobre la historia de la población dominicana: Curvas, tasas y ten-
dencias», Eme-Eme, III, 15 (1974): 23. Para una discusión más abarcadora
sobre la evolución de la población cibaeña, ver el capítulo III.
98 Pedro L. San Miguel
16
Daniel Lescallier, «Itinerario de un viaje por la parte española de la isla
de Santo Domingo en 1764», en: Emilio Rodríguez Demorizi, Relaciones
geográficas de Santo Domingo, 2 vols. (Santo Domingo: Editora del Caribe,
1970 y 1977), 1: 118-19.
17
Antonio Sánchez Valverde, Idea del valor de la isla Española, notas de Emilio
Rodríguez Demorizi y Fray Cipriano de Utrera (Santo Domingo: Editora
Nacional, 1971), 148.
18
Sánchez Valverde, Idea del valor, 67 (nota de Rodríguez Demorizi).
Los campesinos del Cibao 99
21
Gustavo A. Antonini, «Evolución de la agricultura tradicional en Santo
Domingo», Eme-Eme, II, 9 (1973): 100-2. Pedro F. Bonó escribió una
novela costumbrista –El montero (Santo Domingo: Julio D. Postigo e Hi-
jos, 1968)– que describe la vida de esta ruda gente de monte.
22
Para un breve estudio sobre la técnica de «tumba y quema», ver Robert
W. Werge, «La agricultura de tumba y quema en la República Domini-
cana», Eme-Eme, III, 13 (1974): 47-56.
23
Emilio Rodríguez Demorizi, Papeles de Pedro F. Bonó (Santo Domingo:
Academia Dominicana de la Historia, 1964), 362.
24
Las cifras sobre población son escasas o se basan en estimados. Por eso,
es muy arriesgado tratar de calcular el resultado cuantitativo de la mi-
gración en estas áreas. El crecimiento poblacional puede juzgarse, a
grandes rasgos, por las varias comunes que se fundaron en el Cibao Cen-
tral y Oriental desde finales del siglo xviii en adelante. Para un examen
más detallado de la población cibaeña, ver el capítulo III.
25
La expansión de la agricultura a expensas de la ganadería fue un fenó-
meno general a partir de finales del siglo xix; como es natural, provocó
numerosos conflictos entre ganaderos y agricultores. Boin y Serulle
Los campesinos del Cibao 101
29
ANJR, PN: JD, 1904, fs. 42-4v.
30
Debo esta información a Walter Cordero. Evsey D. Domar, basándose,
sobre todo, en la experiencia rusa, ha tratado de correlacionar el
desarrollo de los sistemas laborales rurales con la relación tierra/trabajo.
Véase: «The Causes of Slavery or Serfdom: A Hypothesis», JEH, XXX
(1970): 18-32.
31
Esta es una de las variables usadas por algunos autores para explicar la
participación política de los campesinos; por ejemplo: John Tutino, From
Insurrection to Revolution in Mexico: Social Bases of Agrarian Violence, 1750-
1940 (Princeton: Princeton University Press, 1988).
32
Sobre la historia de los ferrocarriles en la República Dominicana: Hoe-
tink, The Dominican People, 52-6. El caso particular del ferrocarril La
Los campesinos del Cibao 103
35
Para Villa González, véase: Michiel Baud, «La gente del tabaco: Villa
González en el siglo veinte», CS, IX, 1 (1984): 101-37. Sobre la importan-
cia del FCD en la vida de Navarrete: BM, 27: 866 (4 octubre 1915), 4; y
28: 936 (10 marzo 1917), 3. Cfr. Baud, Historia de un sueño, 55-63, 75-84 y
118-19.
36
Domínguez, La dictadura de Heureaux, 104-8; y Baud, Historia de un sueño,
85-97.
Los campesinos del Cibao 105
37
Bryan, «La producción campesina», 31-40; y Baud, Peasants and Tobacco,
18-22.
38
Domínguez, La dictadura de Heureaux, 109.
106 Pedro L. San Miguel
39
En 1857, Buenaventura Báez, entonces presidente de la República, in-
tentó manipular la emisión monetaria con el fin de beneficiarse per-
sonalmente. Sus gestiones agudizaron la crisis económica del Cibao y
provocaron un alzamiento contra su gobierno. Este levantamiento contó
tanto con apoyo popular como con el apoyo de la élite regional. Ver
Roberto Marte, Cuba y la República Dominicana: Transición económica en
el Caribe del siglo xix (Santo Domingo: Editorial CENAPEC, s.f.), 267-94;
Jaime de Jesús Domínguez, Economía y política en la República Dominicana,
1844-1861 (Santo Domingo: Universidad Autónoma de Santo Domingo,
1977), 139-79; y Mu-Kien A. Sang, Buenaventura Báez: El caudillo del Sur
(1844-1878) (Santo Domingo: Instituto Tecnológico de Santo Domingo,
1991), 60-3.
40
BM, 3: 36 (31 mayo 1887). Ver también: Bryan, «La producción campesi-
na», 34; Castro y Columna, «Notas sobre Sánchez y el ferrocarril», 73-7; y
Baud, Historia de un sueño, 140.
Los campesinos del Cibao 107
41
ANJR, PN: JD, 1906, t. 2, fs. 247-48v. Baud, en Historia de un sueño, ofrece
varios ejemplos. Sobre los conflictos causados por la extensión del ferro-
carril en otros países de América Latina, ver Diacon, Millenarian Vision;
y John H. Coatsworth, «Railroads, Landholding, and Agrarian Protest in
the Early Porfiriato», HAHR, 54 (1974): 48-71.
42
Hazard hace referencia a estas recuas de mulas y a los recueros en varios
pasajes de su libro (Santo Domingo, 383-84). Cfr. Carreño, Historia económica,
200-5.
43
Una lista de recueros de Santiago hecha en 1886, casi una década antes
de la inauguración del FCD, muestra que sobre dos terceras partes de
ellos tenían entre 1 y 10 bestias. Solamente 8 de los 131 recueros que
aparecen en la lista tenían más de 20 mulas, aunque en conjunto contro-
laban un 17% de ellas. También hay ciertos indicios de que, para varias
familias, el ser recuero no constituía una actividad suplementaria, sino
una actividad económica especializada. Aparentemente, este fue el caso
de los Jiménez, de Pontezuela; los Toribio, de Banegas; los Gutiérrez, de
Pontezuela; los Checo, de Navarrete; y los Almonte, de Quinigua (ASM,
108 Pedro L. San Miguel
46
Luis Gómez, Relaciones de producción dominantes en la sociedad dominicana,
1875-1975, 2da ed. (Santo Domingo: Alfa y Omega, 1979), 66.
47
Sobre los conflictos políticos en este período: Sumner Welles, La viña de
Naboth: La República Dominicana, 1844-1924, 4ta ed., 2 vols. Traducido por
Manfredo Moore (Santo Domingo: Taller, 1981), 2: 9-205.
48
BM, 26: 773 (31 diciembre 1913), 3-4.
49
BM, 26: 801 (8 octubre 1914), 7; y 26: 804 (9 noviembre 1914), 2.
110 Pedro L. San Miguel
GRÁFICA 2.1
VALOR DE LAS EXPORTACIONES
DESDE LOS PUERTOS DEL CIBAO 1913-30
BM, 27: 880 (4 febrero 1916), 3-4. Cfr. Baud, Historia de un sueño.
50
Los campesinos del Cibao 111
51
Para una lista de los impuestos y proventos municipales que se dieron en
alquiler, véase: BM, 26: 776 (24 enero 1914), 2.
52
BM, 17: 424 (20 julio 1904), 6.
112 Pedro L. San Miguel
53
BM, 26: 827 (5 abril 1915), 3; 26: 840 (29 mayo 1915), 2. Para ejemplos
concretos de conflictos entre los comerciantes y el Concejo Municipal
respecto a los impuestos, véase: BM, 24: 693 (11 enero 1912), 3-4; y 24:
706 (20 abril 1912), 2.
54
BM, 26: 838 (21 mayo 1915), 2-3; y 29: 979 (7 febrero 1918), 3.
55
BM, 27: 866 (4 octubre 1915), 3; y 27: 880 (4 febrero 1916), 3-4.
56
BM, 26: 825 (23 marzo 1915), 4; 26: 831 (22 abril 1915), 2; 26: 834 (6
mayo 1915), 2; 27: 845 (13 junio 1915), 1; 27: 846 (15 junio 1915), 1; y
27: 849 (9 julio 1915), 3-4.
Los campesinos del Cibao 113
57
Bruce J. Calder, The Impact of Intervention: The Dominican Republic during
the U.S. Occupation of 1916-1924 (Austin: University of Texas Press, 1984),
53; Roberto Cassá, Historia social y económica de la República Dominicana,
2 vols. (Santo Domingo: Punto y Aparte, 1982-83), 2: 219-23; y Frank
Moya Pons, Manual de historia dominicana, 4ta ed. (Santiago: Universidad
Católica Madre y Maestra, 1978), 481.
La construcción de carreteras formó parte del proceso de centralización
política y económica en la Capital. Sobre este punto, véase: Rafael E. Yu-
nén, La isla como es: Hipótesis para su comprobación (Santiago: Universidad
Católica Madre y Maestra, 1985).
58
Baud, Peasants and Tobacco, 30.
59
H. Hoetink, «El Cibao, 1844-1900: Su aportación a la formación social de
la República», Eme-Eme, VIII, 48 (1980): 4. Además del trabajo de Hoe-
tink, estas apreciaciones se han visto muy influenciadas por Yunén, La
isla como es, especialmente, 62-7 y 99-121.
114 Pedro L. San Miguel
El «Gran Cibao»
60
Inoa, Estado y campesinos; y Pablo A. Maríñez, Agroindustria, Estado y clases
sociales en la Era de Trujillo (1935-1960) (Santo Domingo: Fundación Cul-
tural Dominicana, 1993).
61
AGN, GS, 1939, Leg. 3, 10 abril 1939. En otro caso, Daniel González,
alcalde pedáneo, renunció a este cargo, porque, según él, tenía que «tra-
bajar fuera de aquí» para cubrir las necesidades económicas de su familia
(AGN, GS, Exp. 12 [15], fecha ilegible). Sobre la migración interna en el
Cibao: Baud, Peasants and Tobacco, 68-71.
62
Los cuentos de Juan Bosch son muy sugerentes al respecto. Ver Camino
real, 3ra ed. (Santo Domingo: Alfa y Omega, 1983).
116 Pedro L. San Miguel
65
Como ejemplos de estos conflictos: BM, 24: 678 (26 julio 1911), 1-3; 24:
680 (18 agosto 1911), 2; y 26: 811 (32 diciembre 1914), 2.
66
BM, 28: 920 (4 noviembre 1916), 1. Sobre los comerciantes citadinos:
Baud, Peasants and Tobacco, 127-46.
Los campesinos del Cibao 119
social particular;67 así llegó a ser algo más que un entorno na-
tural. Este proceso histórico, todavía incipiente en el siglo xviii,
se evidenció plenamente a finales del siglo xix. Al unir la sierra
con las tierras bajas, y la árida Línea Noroeste con la húmeda
cuenca del río Yuna, el movimiento de mercancías, de dinero
y de gentes contribuyó a entrelazar a los diversos «cibaos». A su
vez, esto produjo algo mayor: el Gran Cibao.
Acerca del concepto de «región», ver Yunén, La isla como es; Hoetink, «El
67
¿Cuántos habitantes?
1
Las siguientes observaciones acerca de la evolución demográfica del
país han de tomarse con sumo cuidado. La mayoría de las cifras de
población no son más que estimados sensatos o cómputos muy rudi-
mentarios. Aún en 1883, el cónsul español declaraba que, por falta de
datos adecuados, era imposible trazar la evolución demográfica de la
República Dominicana. Al respecto, ver Roberto Marte, Estadísticas y
documentos históricos sobre Santo Domingo (1805-1890) (Santo Domingo:
Museo Nacional de Historia y Geografía, 1984), 250. El primer censo
nacional se realizó en 1920.
121
122 Pedro L. San Miguel
TABLA 3.1
POBLACIÓN DE SANTO DOMINGO
POR REGIÓN, 1739-1908
(En por cientos)
Estos cálculos, al igual que los del próximo párrafo, han sido realizados
2
Véase capítulo 1.
3
6
Al respecto, véase: H. Hoetink, The Dominican People, 1850-1900: Notes for
a Historical Sociology (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1982),
19-46.
7
Primer censo nacional de la República Dominicana, 1920, 2da ed. (Santo
Domingo: Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1975).
126 Pedro L. San Miguel
9
Véase: Samuel Hazard, Santo Domingo, Past and Present; with a Glance at
Hayti, 3ra ed. (Santo Domingo: Editora de Santo Domingo, 1982), 195-
206; y Rafael E. Yunén, «Intrigas diplomáticas para tomar Samaná: 1843-
1874», Eme-Eme, I, 3 (1972): 58-88.
10
Ver capítulo I.
11
Carmen A. Castro y María del Carmen Columna, «Notas sobre Sánchez y
el ferrocarril, 1880-1930», Eme-Eme, VI, 36 (1978): 78-9; y Jacqueline Boin
y José Serulle Ramia, El proceso de desarrollo del capitalismo en la República
Dominicana. Vol. II: El desarrollo del capitalismo en la agricultura (1875-1930)
(Santo Domingo: Gramil, 1981), 244-46.
128 Pedro L. San Miguel
TABLA 3.2
POBLACIÓN DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
POR REGIÓN, 1920-70
(En por cientos)
Para una discusión de la migración interna durante el siglo xx, ver Isis
12
Un perfil demográfico
15
C. Harvey Gardiner, La política de inmigración del dictador Trujillo (Santo
Domingo: Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, 1979).
16
Al respecto, consultar: Nicolás Sánchez-Albornoz, The Population of Latin
America: A History (Berkeley: University of California Press, 1974), 146-81,
y «Population», en: Leslie Bethell (ed.), Latin America: Economy and Socie-
ty, 1870-1930 (Cambridge: Cambridge University Press, 1989), 88-101;
Nicolás Sánchez-Albornoz (ed.), Población y mano de obra en América Latina
(Madrid: Alianza Editorial, 1985); y Richard Graham (ed.), The Idea of
Race in Latin America, 1870-1940 (Austin: University of Texas Press, 1990).
17
Graham, The Idea of Race. En el caso dominicano, este proyecto de «blan-
queamiento» hay que verlo como parte de los intentos de «modernizar»
Los campesinos del Cibao 131
TABLA 3.3
POBLACIÓN DE LA PROVINCIA DE SANTIAGO
POR COLOR, 1920-50
(En por cientos)
20
Gardiner, La política de inmigración. Para un testimonio de un refugiado
español, quien luego abandonó la República Dominicana, ver la novela
de Vicenc Riera Llorca, Los tres salen por el Ozama (Santo Domingo: Fun-
dación Cultural Dominicana, 1989).
21
Franklin J. Franco, «Antihaitianismo e ideología del trujillato», en: Gé-
rard Pierre-Charles (ed.), Problemas domínico-haitianos y del Caribe (Méxi-
co: Universidad Nacional Autónoma de México, 1973), 83-109; Meindert
Fennema y Troetje Loewenthal, Construcción de raza y nación en República
Dominicana (Santo Domingo: Universidad Autónoma de Santo Domin-
go, 1987); Jesús M. Zaglul, «Una identificación nacional defensiva: El an-
tihaitianismo nacionalista de Joaquín Balaguer –una lectura de La isla al
revés», ES, XXV, 87 (1992): 29-65; Andrés L. Mateo, Mito y cultura en la Era
de Trujillo (Santo Domingo: Librería La Trinitaria e Instituto del Libro,
1993); y Pedro L. San Miguel, «Discurso racial e identidad nacional en la
República Dominicana», en: La isla imaginada: Historia, identidad y utopía
en La Española, 2da ed. (San Juan y Santo Domingo: Editorial Isla Negra
y Editora Manatí, 2007), 59-100.
Los campesinos del Cibao 133
que, en otros aspectos, el censo de 1950 es uno de los más exactos reali-
zados en la República Dominicana. Según tengo entendido, los enume-
radores del censo de 1950 recibieron instrucciones de incluir a los mula-
tos claros entre los blancos. Una interesante discusión de las relaciones
raciales en el Caribe, con especial énfasis en la República Dominicana,
puede encontrarse en: H. Hoetink, «Race and Color in the Caribbean»,
en: Sidney W. Mintz y Sally Price (eds.), Caribbean Contours (Baltimore:
Johns Hopkins University Press, 1985), 55-84.
134 Pedro L. San Miguel
GRÁFICA 3.1
POBLACIÓN RURAL Y URBANA DE LA
PROVINCIA DE SANTIAGO
Fuentes:
Censos 1920, 1950, 1960, 1970; Anuario estadístico de la República Dominicana, 1936.
TABLA 3.4
POBLACIÓN DEL MUNICIPIO DE SANTIAGO
POR SEXO
TABLA 3.5
POBLACIÓN RURAL DEL MUNICIPIO DE
SANTIAGO POR EDAD Y SEXO, 1918
TABLA 3.6
POBLACIÓN RURAL DEL MUNICIPIO DE
SANTIAGO POR EDAD Y SEXO
1935 1950
Edades
Hombres Mujeres RM Hombres Mujeres RM
0-9 14,547 14,113 103 15,841 15,482 102
10-19 10,615 9,857 108 11,627 11,970 97
20-29 6,489 6,877 94 7,841 8,057 97
30-39 4,329 4,278 101 4,864 4,959 98
40-49 2,894 2,634 110 3,587 3,345 102
50-59 1,442 1,559 93 2,426 2,283 106
60 + 2,062 2,042 101 2,578 2,655 97
Total 42,378 41,360 103 48,764 48,751 100
RM=Relación de masculinidad.
Fuentes: «Censo de población, 1935: Santiago»; y Tercer censo nacional, 1950.
hecho de que se contase por debajo de la cifra real a los hombres, puede
ayudar a explicar la baja relación de masculinidad en 1918. Por ejemplo,
como los habitantes del campo recelaban sobre los propósitos del censo,
debieron de ofrecer información falsa para proteger a los hombres del
reclutamiento militar y de las conscripciones laborales. Esto no debe
considerarse como una posibilidad muy remota si se tiene en cuenta que
tanto el censo rural de Santiago en 1918, como el censo nacional de
1920, se llevaron a cabo durante la ocupación estadounidense del país y
en medio de una guerra de guerrillas contra estos. Hay que señalar, sin
embargo, que Santiago no fue uno de los focos regionales del conflicto
armado.
138 Pedro L. San Miguel
TABLA 3.7
POBLACIÓN DE LA PROVINCIA DE SANTIAGO
POR EDAD Y SEXO, 1970
El uso de la tierra
26
Boserup, Woman’s Role in Economic Development, 187-90.
27
Tercer censo nacional de población, 1950 (Ciudad Trujillo: Dirección Gen-
eral de Estadística, Oficina Nacional del Censo, 1958), xxix-xxxvi.
28
AGN, MIP, 1907, Leg. 235, 15 enero 1907. Este informe no ofrece datos
140 Pedro L. San Miguel
TABLA 3.8
USO DE LA TIERRA EN EL MUNICIPIO
DE SANTIAGO, 1918*
% de la tierra
Tareas % del total
cultivada
Tabaco 93,546 7.9 41.2
Cacao 23,830 2.0 10.5
Café 13,125 1.1 5.8
Caña de azúcar 7,557 0.6 3.3
Frutos menores (88,901) (7.5) (39.2)
Yerba de guinea 261,275 22.1 -
Monte y sabana 696,174 58.8 -
tierra estaba sin cultivar, pues más del 50% era monte o saba-
na. De las tierras restantes, más de la mitad estaban dedicadas
a la yerba de guinea, un claro indicio de que se destinaban a
la crianza de ganado. En segundo lugar, la distribución de la
tierra cultivada tiende a indicar el gran peso de la producción
campesina en Santiago. Por ejemplo, el tabaco era, con mu-
cho, el principal cultivo comercial de la común en cuanto al
uso de la tierra (el 19.2% de todo el terreno cultivado); el cul-
tivo de frutos menores ocupaba un 18.2% adicional del área
cultivada. En comparación con el tabaco y los frutos menores,
el café y el cacao ocupaban proporciones muy pequeñas (2.7%
y 4.9% de la tierra cultivada, respectivamente).
Por supuesto, existían diferencias significativas en el muni-
cipio en lo relativo al uso de la tierra. Aunque el cultivo de
tabaco estaba ampliamente extendido en Santiago, había sec-
ciones rurales donde ocupaba una proporción mínima de la
tierra. Según el censo rural de 1918, en Pastor, una sección
rural al sur de la ciudad de Santiago, solo había 73 tareas dedi-
cadas al cultivo del tabaco; más del 88% de la tierra explotada
se dedicaba a pasto. Este era, empero, un caso excepcional, ya
que en la mayoría de las secciones rurales de Santiago el taba-
co ocupaba, si no un lugar dominante, por lo menos un puesto
significativo. El cultivo del café y del cacao estaba mucho más
regionalizado que el del tabaco. Unas cuantas secciones rura-
les (19 de 112) contenían más del 76% de la tierra sembrada
de cacao en el municipio de Santiago; en casi el 44% de las
secciones, no se cultivaba cacao. Algo parecido sucedía con
el café, que estaba ausente por completo en más de la tercera
parte de las secciones rurales de Santiago. Casi la mitad de
las tareas dedicadas al cultivo del grano correspondían a solo
nueve secciones del municipio. Por último, el pasto ocupaba
proporciones considerables de terreno en muchas secciones,
aunque presentaba notables variaciones de una a otra. Había
unas cuantas secciones –situadas sobre todo hacia el oeste de
Santiago– donde la tierra de pasto sobrepasó las 5,000 tareas.
142 Pedro L. San Miguel
TABLA 3.9
TIERRA CULTIVADA EN EL MUNICIPIO
DE SANTIAGO
(En porcientos)
TABLA 3.10
TIERRA CULTIVADA EN LA
PROVINCIA DE SANTIAGO Y A NIVEL NACIONAL
(En porcientos)
1935 1950
Tipo de cultivo Santiago Nacional Santiago Nacional
Cultivos comerciales 19.0 37.6 32.3 49.9
Tabaco 7.3 1.9 14.3 2.1
Café 8.1 9.5 14.8 13.4
Cacao 2.7 10.5 2.7 14.3
Caña 0.9 15.7 0.5 20.1
30
Cfr. Pablo A. Maríñez, Agroindustria, Estado y clases sociales en la Era de
Trujillo (1935-1960) (Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana,
1993), 54-65.
31
A partir de 1950, los censos hacen una distinción en las entradas de
los llamados «cultivos intercalados». Sobre el policultivo, véase: Pierre
George, Geografía rural, 6ta ed. (Barcelona: Ariel, 1982), 73-7.
Los campesinos del Cibao 145
Karl Kautsky, La cuestión agraria (Buenos Aires: Siglo XXI, 1974); B.H.
Slicher van Bath, Historia agraria de Europa occidental, 500-1850 (Barce-
lona: Península, 1974); Ernest Feder, Violencia y despojo del campesino: La-
tifundismo y explotación, 3ra ed. (México: Siglo XXI, 1978); David Grigg,
The Dynamics of Agricultural Change: The Historical Experience (London:
Hutchinson, 1982); y Alain de Janvry, The Agrarian Question and Reformism
in Latin America (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1983).
146 Pedro L. San Miguel
TABLA 3.11
TENDENCIAS DEL USO DE LA TIERRA EN LA
PROVINCIA DE SANTIAGO
(En miles de tareas)
Tierra Tierra
Años % % Total
Cultivada de pasto
1935 927 56 714 44 1,641
1940 1,009 49 1,061 51 2,070
1950 634 41 913 59 1,547
1960* 563 38 935 62 1,498
*
Las cifras para este año se vieron un poco afectadas por la creación de la provincia de
Valverde, donde la producción de arroz era la actividad dominante.
Fuentes: Anuario estadístico, 1936; «Censo agropecuario, 1940»; Cuarto censo nacional
agropecuario, 1950; y Quinto censo nacional agropecuario, 1960.
34
Para una discusión de las relaciones entre los cambios demográficos y
las estructuras agrarias, ver David Grigg, Population Growth and Agrarian
Change: An Historical Perspective (Cambridge: Cambridge University Press,
1980).
Los campesinos del Cibao 147
1
Entre las obras de síntesis, se pueden consultar: Celso Furtado, La
economía latinoamericana desde la conquista hasta la Revolución Cubana, 3ra
ed. (México: Siglo XXI, 1973); Ciro F.S. Cardoso y Héctor Pérez Brignoli,
Historia económica de América Latina, 2 vols. (Barcelona: Crítica, 1979), 1:
105-210; y Leslie Bethell (ed.), Latin America: Economy and Society, 1870-
1930 (Cambidge: Cambridge University Press, 1989), caps. 1-2.
2
D.A. Brading, Mineros y comerciantes en el México borbónico (1763-1810)
(México: Fondo de Cultura Económica, 1983); P.J. Bakewell, Minería y
sociedad en el México colonial: Zacatecas (1546-1700) (México: Fondo de
Cultura Económica, 1976); Ann Twinam, Miners, Merchants, and Farm-
ers in Colonial Colombia (Austin: University of Texas Press, 1982); Stanley
J. Stein, Vassouras: A Brazilian Coffee County, 1850-1890 (New York: Ath-
eneum, 1974); Francisco A. Scarano, Sugar and Slavery in Puerto Rico: The
149
150 Pedro L. San Miguel
4
Fernando Picó, Amargo café (Los pequeños y medianos caficultores de Utuado en
la segunda mitad del siglo xix) (Río Piedras: Huracán, 1981), 79. Investiga-
ciones posteriores sobre la economía cafetalera puertorriqueña tienden
a confirmar la importancia del campesinado en el cultivo del grano. Ver
Helen Santiago, «La élite cafetalera de San Sebastián a finales del siglo xix:
Su ascenso y decadencia» (Tesis de maestría, Universidad de Puerto
Rico, 1988); y Mabel Rodríguez Centeno, «Atrapados en la depresión:
Los caficultores puertorriqueños ante la coyuntura crítica de 1928-1939»
(Tesis de maestría, Universidad de Puerto Rico, 1991). Sobre la historio-
grafía del café en Puerto Rico, ver Mabel Rodríguez Centeno, «Cafetales
de escritorio: Las interpretaciones académicas sobre la sociedad del café
en Puerto Rico», Op. Cit., 6 (1991): 11-39.
5
Florencia E. Mallon, The Defense of Community in Peru’s Central Highlands:
Peasant Struggle and Capitalist Transition, 1860-1940 (Princeton: Princeton
University Press, 1983), 33-4.
152 Pedro L. San Miguel
6
William Roseberry, Coffee and Capitalism in the Venezuelan Andes (Austin:
University of Texas Press, 1983), 90 y 94-6. Sobre Colombia, ver también:
Nola Reinhardt, Our Daily Bread: The Peasant Question and Family Farming
in the Colombian Andes (Berkeley: University of California Press, 1988);
Catherine LeGrand, «Comentarios sobre ‘La Costa Rica cafetalera en
contexto comparado’, de Lowell Gudmundson», RH, 14 (1986): 41-52,
y Frontier Expansion and Peasant Protest in Colombia, 1850-1936 (Albuquer-
que: University of New Mexico Press, 1986).
7
Ciro F.S. Cardoso y Héctor Pérez Brignoli, Centroamérica y la economía oc-
cidental, 1520-1930 (San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica,
1986); Carolyn Hall, El café y el desarrollo histórico-geográfico de Costa Rica,
3ra ed. (San José: Editorial Costa Rica, 1982); Mitchell A. Seligson, El
campesino y el capitalismo agrario de Costa Rica, 2da ed. (San José: Editorial
Costa Rica, 1984); Lowell Gudmundson, «La Costa Rica cafetalera en
contexto comparado», RH, 14 (1986): 11-23; y Mario Samper, Generations
of Settlers: Rural Households and Markets on the Costa Rican Frontier, 1850-
1935 (Boulder, Col.: Westview Press, 1990).
8
Marco Palacios, El café en Colombia, 1850-1970: Una historia económica,
social y política, 2da ed. (México y Bogotá: El Colegio de México y El Án-
cora Editores, 1983), 431-78. Como evidencian las obras mencionadas, la
mayoría de los estudios sobre economías campesinas giran en torno a la
Los campesinos del Cibao 153
Samuel Hazard, Santo Domingo, Past & Present; with a Glance at Hayti, 3ra
10
11
Jaime Domínguez, Notas económicas y políticas dominicanas sobre el período
julio 1865-julio 1886, 2 vols. (Santo Domingo: Universidad Autónoma de
Santo Domingo, 1983), 1: 158-62 y 175-76; y H. Hoetink, The Dominican
People, 1850-1900: Notes for a Historical Sociology (Baltimore: Johns Hop-
kins University Press, 1982), 87-93.
12
ANJR, PN: JD, 1907, t. 1, fs. 94-4v; y 1911, t. 2, fs. 213-13v.
156 Pedro L. San Miguel
14
Tulio M. Cestero, «Viaje por el Cibao en 1900», Eme-Eme, I, 4 (1973):
120-31. Se puede encontrar más información sobre los comerciantes de
Puerto Plata en: Neici M. Zeller, «Puerto Plata en el siglo xix», Eme-Eme,
V, 28 (1977): 27-51; Enrique Deschamps, La República Dominicana: Direc-
torio y guía general (Santiago: s.e., 1907); y El libro azul de Santo Domingo/
Dominican Blue Book [1920], ed. facsímil (Santo Domingo: Universidad
Autónoma de Santo Domingo, 1976).
15
Cestero, «Viaje por el Cibao», 123.
158 Pedro L. San Miguel
16
El libro azul, 129; y BM, 5: 106 (30 enero 1891), 1.
17
El libro azul, 124 y 127; y Cestero, «Viaje por el Cibao», 122 y 130. Datos
adicionales en: Baud, Peasants and Tobacco, 131-33 y 136-39.
18
Bergad, Cuban Rural Society, 167-82; Astrid Cubano, «Economía y socie-
dad en Arecibo en el siglo xix: Los grandes productores y la inmigración
de comerciantes», en Francisco A. Scarano (ed.), Inmigración y clases so-
ciales en el Puerto Rico del siglo xix (Río Piedras: Huracán, 1981), 67-124; y
Annie Santiago de Curet, Crédito, moneda y bancos en Puerto Rico durante el
siglo xix (Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1989).
Según Baud, la importancia de los comerciantes europeos en los países
de América Latina se debía a la escasez de capital, lo que daba por resul-
tado altas tasas de interés del crédito (Peasants and Tobacco, 130).
Los campesinos del Cibao 159
19
BM, 25: 724 (19 octubre 1912), 3-4.
20
ANJR, PN: JMV, 1918, t. 1, fs. 133-33v.
21
ANJR, PN: JMV, 1921, t. 1, fs. 48-8v.
22
El libro azul, 120, 124 y 127.
160 Pedro L. San Miguel
23
Tanto en la lista de «industrias» como en la de «talleres» se incluyen
algunos establecimientos que no eran manufacturas. Por ejemplo, entre
los establecimientos industriales hay 14 barberías, mientras que entre los
talleres aparecen 6 lavanderías. AHS, Censo de población y datos históricos y
estadísticos de la ciudad de Santiago de los Caballeros (Santiago: Tipografía La
Información, 1917), 48.
24
El libro azul, 141; y BM, 5: 106 (30 enero 1891), 1.
Los campesinos del Cibao 161
TABLA 4.1
FÁBRICAS EN SANTIAGO, 1916
Calzado* 34
Chocolate* 11
Ladrillos 8
Licores 7
Baúles 4
Gaseosas 3
Hielo** 2
Sombreros** 1
Cigarrillos** 1
Chocolate** 1
Calzado** 1
Fideos** 1
Camisas 1
Total 75
* Se añade «a mano».
** Se añade «al vapor».
Fuente: Censo de población y datos históricos y estadísticos de la Ciudad de Santiago
de los Caballeros (Santiago: Tipografía La Informaci6n, 1917), 52.
El libro azul, 138; y José Chez Checo, El ron en la historia dominicana. Tomo I:
25
Desde los antecedentes hasta finales del siglo xix (Santo Domingo: Ediciones
de Centenario de Brugal & Co., 1988), 182-83.
162 Pedro L. San Miguel
26
Baud, Peasants and Tobacco, 20 y 25-6; Antonio Lluberes, «El tabaco
dominicano: De la manufactura al monopolio industrial», Eme-Eme,
VI, 35 (1978): 5-8. El Directorio de Deschamps es básicamente una guía
empresarial.
27
Emilio Rodríguez Demorizi, Informe de la Comisión de Investigación de los
Estados Unidos de América en Santo Domingo (Ciudad Trujillo: Academia
Dominicana de la Historia, 1960), 283.
Los campesinos del Cibao 163
TABLA 4.2
FÁBRICAS DE CIGARROS EN SANTIAGO, 1937
Propietario Trabajadores
Eduardo León Jimenes 75
Compañía Anónima Tabacalera 60*
Modesto Aróstegui 20
Julio V. Arzeno 20
Emilio Jorge 18
Santiago de la Cruz 13
Echavarria & Acosta 10
H. Suitzer 10
Samuel Morillo 10
Juan Caimares 10
Domingo Antonio Caimares 10
Ramón Varona 3
Total 259
* Promedio anual; el número de operarios podía ser tan bajo como 20 y tan alto
como 100.
Fuente: AGN, GS, 1937, Exp. 10 [13], 4 de febrero 1937.
Sobre el particular: Baud, Peasants and Tobacco, 11-31; Boin y Serulle Ra-
28
29
Emilio Rodríguez Demorizi, Papeles de Pedro F. Bonó (Santo Domingo:
Academia Dominicana de la Historia, 1964), 194. Cfr. Baud, Peasants and
Tobacco, 75-8.
30
Mi presentación del sistema de financiamiento y mercadeo de los pro-
ductos campesinos parte del supuesto, como ha señalado Fernando I.
Ferrán, de su enorme similitud con los sistemas actuales. Ferrán ha reali-
zado un excelente estudio del complejo económico-social del tabaco do-
minicano, desde una perspectiva antropológica, en: Tabaco y sociedad: La
organización del poder en el ecomercado de tabaco dominicano (Santo Domingo:
Fondo para el Avance de las Ciencias Sociales y Centro de Investigación
y Acción Social, 1976). Ver además: Boin y Serulle Ramia, El proceso de
desarrollo, 1: 53-5; Carreño, Historia económica, 180-86; y Baud, Peasants
and Tobacco. Para una comparación con las redes comerciales del sector
cafetalero: Kenneth Evan Sharpe, Peasant Politics: Struggle in a Dominican
Village (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1977), 27-39 y 63-75.
El sistema dominicano guarda un enorme parecido con el sistema de
acopio y financiamiento en el vecino país de Haití. Al respecto: Christian
A. Girault, El comercio del café en Haití (Santo Domingo: Taller, 1985).
Los campesinos del Cibao 165
31
Baud, Peasants and Tobacco, passim.
32
Cestero, «Viaje por el Cibao», 120-24. Según Baud, la especialización de
los comerciantes aumentó en el siglo xx, a partir de la década de los
veinte. Peasants and Tobacco, 136-39.
33
De acuerdo con la Ley de patentes, los especuladores «compran por su
cuenta o la de otros al por mayor, o los exportan por su cuenta o de otros,
frutos, maderas o cualesquiera otros objetos que no sean de su cosecha».
Aunque esta ley experimentó algunos cambios menores a principios del
siglo xx, el concepto básico de especulador no cambió. Se hicieron dis-
tinciones, por ejemplo, entre especuladores de primera y segunda clase
(que eran los que compraban y exportaban productos por su cuenta)
y los especuladores de tercera y cuarta clase (los que compraban pro-
ductos pero no exportaban; estos podían, a su vez, vender a los exporta-
dores). El texto de la Ley de patentes aparece en: BM, 13: 340 (7 octubre
1900), 3.
166 Pedro L. San Miguel
34
BM, 5: 106 (30 enero 1891).
35
BM, 5: 106 (30 enero 1891). Ya que la compra y la venta de frutos de
exportación eran actividades estacionales vinculadas al ciclo productivo,
con toda probabilidad los negociantes patentados en este mes no eran
los únicos que, a lo largo del año, se dedicaban a ellas.
36
Ferrán, Tabaco y sociedad, 113; y Baud, Peasants and Tobacco, 82 y 85-94.
Según la Ley de patentes, los corredores de frutos eran negociantes «de
productos que sin tenerlos en depósito ajustan la compra-venta de frutos
y maderas del País que no son ni serán de su propiedad». BM, 13: 340 (7
octubre 1900), 3.
37
Ver lista de almacenes de tabaco en Santiago, Moca y La Vega: AGN, GS,
1934, Leg. 9, 31 mayo 1934.
Los campesinos del Cibao 167
GRÁFICA 4.1
DIAGRAMA DE LA COMERCIALIZACIÓN DE LOS
PRODUCTOS DE EXPORTACIÓN DEL CIBAO
39
R. Emilio Jiménez, Al amor del bohío: Tradiciones y costumbres dominicanas
[1927] (Santo Domingo: s.e., 1975), 297. Se puede encontrar un inven-
tario de una pequeña tienda rural localizada en Gurabito en: ANJR, PN:
JMV, 1924, fs. 150-51v. Del total de bienes del propietario de esta tienda,
ascendentes a 566 pesos, la mayor parte estaba comprendida por tres
modestas casas con sus solares y una carnicería. Las existencias de la
pulpería apenas sumaban 61 pesos; una buena parte eran, en efecto,
bebidas alcohólicas.
40
En todo esto sigo de cerca a Ferrán, Tabaco y sociedad. Cfr. Baud Peasants
and Tobacco, esp. 73-94.
170 Pedro L. San Miguel
41
Baud, Peasants and Tobacco, 114-20. Esta «cultura de la subsistencia»
forma parte de lo que varios autores han denominado «economía
moral». Al respecto: E.P. Thompson, Tradición, revuelta y consciencia de
clase: Estudios sobre la crisis de la sociedad preindustrial (Barcelona: Crí-
tica, 1979), 62-134; y James C. Scott, The Moral Economy of the Peasant:
Rebellion and Subsistence in Southeast Asia (New Haven: Yale University
Press, 1976).
42
Ferrán, Tabaco y sociedad, 113-16. Cfr. Baud, Peasants and Tobacco, 114-16.
Gerrit Huizer, en El potencial revolucionario del campesino en América Latina,
5ta ed. (México: Siglo XXI, 1980), vincula lo que denomina «desconfi-
anza campesina» con la «cultura de represión» de los latifundios. El caso
del Cibao sugiere otra vertiente de esa actitud: la «desconfianza» hacia
Los campesinos del Cibao 171
44
RCS, Lib. 45, 13 mayo 1917, no. 360; 24 agosto 1917, no. 607; Lib. 46, 16
enero 1918, no. 70 (micropelículas en CIH, rollo 14).
45
Baud, Peasants and Tobacco, 84-94.
174 Pedro L. San Miguel
46
Baud, Peasants and Tobacco, 114-16. Julio A. Cross Beras, en Sociedad y
desarrollo en República Dominicana, 1844-1899 (Santo Domingo: INTEC,
1984), ha aplicado el modelo de la relación patrón/cliente para explicar
las estructuras de poder político en la segunda mitad del siglo xix.
47
Baud, Peasants and Tobacco, 89. Para un ejemplo: BM, 29: 953 (14 julio
1917), 4.
Los campesinos del Cibao 175
48
AGN, GS, 1940-41, Leg. 118, 19 agosto 1941.
49
Baud, Peasants and Tobacco, 114-16.
50
Ferrán, Tabaco y sociedad, 157-73.
176 Pedro L. San Miguel
51
AGN, SA, 1928, Leg. 64, 12 febrero 1928.
52
Ferrán, Tabaco y sociedad, 119-24.
53
AGN, Alc. S/2, AC, No. 3, 14 marzo 1918.
54
AGN, Alc. S/2, AC, No. 3, 5 diciembre 1919.
Los campesinos del Cibao 177
55
AGN, Alc. S/2, AC, No. 3, 7 agosto 1918.
56
Jiménez, Al amor del bohío, 81. Aunque posiblemente apócrifa, esta nar-
ración muestra uno de los trucos usuales empleados por los campesinos
en sus tratos con los comerciantes (Baud, Peasants and Tobacco, 84-8).
57
AGN, Alc. S/2, AC, No. 3, 15 junio 1918.
58
ANJR, PN: JD, 1912, t. 2, fs. 246-46v y anexo entre fs. 245v-46.
178 Pedro L. San Miguel
62
AGN, SA, 1928, Leg. 64, 12 febrero 1928.
63
AGN, Alc. S/2, AC, No. 3, 12 septiembre 1919.
64
Para los años 1870-1930, Baud distingue tres períodos en las relaciones
entre campesinos y comerciantes (Peasants and Tobacco, 127-46). Pablo A.
Maríñez ha destacado que el intento de los comerciantes por controlar
a los campesinos se manifestó en el establecimiento de contratos más
rigurosos y exigentes. Ver Agroindustria, Estado y clases sociales en la Era de
Trujillo (1935-1960) (Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana,
1993), 9-11.
Los campesinos del Cibao 181
s.f.), 13; ANJR, PN: JD, 1902, fs. 60-1v; y 1903, fs. 52-5v.
182 Pedro L. San Miguel
ANJR, PN: JD, 1912, t. 1, fs. 91-1v. Del total de 8,000 dólares, 3,000 serían
71
72
AGN, SA, 1933, Leg. 169, 24 octubre 1928. Es evidente que prestar dine-
ro a los campesinos tenía un significado distinto para los diversos grupos
de prestamistas. Para los exportadores, el avance de efectivo constituía
ante todo una forma de garantizar la producción de tabaco y, en conse-
cuencia, su acopio de la hoja. Para los usureros propiamente hablando,
el objetivo principal era obtener una ganancia gravando el préstamo de
dinero con altos intereses. Por supuesto, ambos objetivos podían coinci-
dir en una misma persona o empresa.
73
Solicitar crédito a diferentes fuentes era una práctica muy generalizada
todavía en el siglo xx, según demuestran estudios recientes. Ferrán, Ta-
baco y sociedad, 86-97.
Los campesinos del Cibao 187
75
BM, 14: 365 (28 agosto 1901), 3. En el mismo año de 1901 se notificó que
en Las Lavas había varios especuladores «sin estar provistos de patentes».
BM, 14: 366 (17 septiembre 1901), 3.
76
BM, 18: 493 (20 mayo 1906), 4.
77
BM, 29: 953 (14 julio 1917), 4.
Los campesinos del Cibao 189
78
BM, 16: 410 (30 diciembre 1903), 4.
79
BM, 14: 383 (20 de abril 1902), 5. El Cibao no fue la única región del país
donde se sintió la presencia de estos inmigrantes. Sobre el particular, ver
Orlando Inoa, «Los árabes en Santo Domingo», ES, XXIV, 85 (1991):
35-58.
80
Inoa, «Los árabes en Santo Domingo», 42-6.
190 Pedro L. San Miguel
81
BM, 14: 363 (20 de abril 1901), 3; y 14: 364 (21 agosto 1901), 1.
82
BM, 23: 663 (20 de abril 1911), 4.
83
BM, 14: 364 (21 agosto 1901), 2; 20: 566 (23 noviembre 1907), 1; y 20:
576 (8 febrero 1908), 3.
Los campesinos del Cibao 191
neros árabes y con los conflictos que surgieron a raíz de sus actividades
comerciales. Entre muchos otros: BM, 14: 363 (9 agosto 1901), 3; 14:
364 (21 agosto 1901), 1-2; 15: 399 (14 febrero 1902), 5; 14: 383 (20 abril
1902), 5; 14: 385 (15 mayo 1902), 4 y 6-7; 16: 410 (30 diciembre 1903),
3-4; 16: 411 (13 enero 1904), 4; 16: 414 (10 febrero 1904), 3-4; 17: 444
(18 febrero 1905), 4; 18: 502 (18 julio 1906), 4; 20: 566 (23 noviembre
1907), 1; 20: 576 (8 febrero 1908), 3; y 23: 663 (20 abril 1911), 4.
192 Pedro L. San Miguel
AGN, SA, 1933, Leg. 169, 24 octubre 1928. Cfr. Baud, Peasants and To-
85
bacco, 193.
Los campesinos del Cibao 193
86
AGN, SA, 1933, Leg. 169, 24 octubre 1928, 20 marzo 1928 y 18 octubre
1928.
87
AGN, SA, 1928, Leg. 64, 12 febrero 1928.
194 Pedro L. San Miguel
Antonio Lluberes, «La crisis del tabaco cibaeño, 1879-1930», en: Tabaco,
89
quien pasaba noches enteras en vela contra los gusanos que ata-
caban las matas de tabaco. El veguero cubano, además, podaba
las plantas cuidadosamente y a su debido tiempo; gracias a estos
cuidados y precauciones, lograba obtener un tabaco perfecto, de
amplia aceptación en el mercado internacional.90
Las diferencias observadas por Hazard entre cosecheros cu-
banos y dominicanos no se habían alterado en lo fundamental
a principios del siglo xx. De acuerdo con los grupos dominan-
tes, el descuido, el atraso y la ausencia de regularidad tendían
a dominar la producción del tabaco dominicano. Los informes
de las décadas comprendidas entre 1920 hasta 1950 son cons-
tantes en señalar una serie de prácticas que limitaban las posi-
bilidades de exportar un tabaco de mejor calidad. Por lo tanto,
motivados por lo que Baud ha denominado la «lucha por el
progreso», comerciantes y funcionarios del gobierno intenta-
ron modernizar las técnicas de producción del campesinado.91
Para Luis Carballo, secretario de la Cámara de Comercio de
Santiago, la producción de tabaco estaba lastrada por lo que
denominaba «los vicios del cultivo», problemas que se habían
agravado durante los últimos años; quizás con exageración,
alegaba que entonces se preparaba el tabaco peor que hacía
40 años.92 Al pormenorizar las prácticas de los cosecheros que
90
Hazard, Santo Domingo, 185.
91
Baud ofrece un análisis sobre los problemas técnicos que, de acuerdo a
las autoridades y a los comerciantes, aquejaban al tabaco dominicano. Lo
que sigue debe mucho a: Peasants and Tobacco, 174-98.
92
Sobre las opiniones de Carballo y sobre su destacado papel en la
economía tabacalera del Cibao, ver Baud, Peasants and Tobacco, 191-95.
Baud alude a varios escritos de Carballo, entre ellos: «Disertación sobre
tabaco leída por el Señor Luis Carballo R.... [agosto 1934]». A menos
que se indique lo contrario, mis citas provienen de una copia de este
documento proveniente de la Cámara de Comercio de Santiago que me
facilitó Danilo de los Santos, quien preparaba una historia de esta insti-
tución. El profesor de los Santos me brindó copias de varios documentos
de la CCS, incluso de una Cartilla para los agricultores sobre el cultivo del tab-
aco (Santiago: Imprenta «La Información», 1942), escrita por Carballo,
en la que se detallan las recomendaciones hechas en su «Disertación».
196 Pedro L. San Miguel
Sobre la clasificación del tabaco, ver Baud, Peasants and Tobacco, 225-29.
93
Los campesinos del Cibao 197
94
Baud, Peasants and Tobacco; y Carballo, «Disertación sobre tabaco», y
Cartilla.
95
Baud, Peasants and Tobacco, 225-29. También: Carballo, Cartilla, 2-3; Culti-
vo del tabaco negro en la República Dominicana, 2da ed. (Santiago: Secretaría
de Estado de Agricultura, Departamento del Tabaco, 1982); y Zonificación
y tipificación del tabaco negro en la República Dominicana (Santiago: Instituto
del Tabaco de la República Dominicana, 1978).
198 Pedro L. San Miguel
96
Baud, Peasants and Tobacco, passim. Ejemplos adicionales de las prácticas
de los campesinos en el manejo del tabaco se encuentran en: BM, 14:
379 (14 marzo 1902), 6 y 7; 14: 383 (20 abril 1902), 8; y 14: 386 (31 mayo
1902), 7-8.
97
Lluberes, «La crisis del tabaco». En marzo de 1902 se anunció con alarma
que de Alemania se había reembarcado tabaco dominicano por ser im-
posible venderlo y que, en consecuencia, varias firmas alemanas habían
cerrado sus créditos en el país. BM, 14: 379 (14 marzo 1902), 6.
98
Cfr. Baud, Peasants and Tobacco, 133-44.
99
Lluberes, «La crisis del tabaco», 21-2.
100
Baud, Peasants and Tobacco, 219-23. Sobre las condiciones económicas a
principios del siglo xx, ver José del Castillo y Walter Cordero, La economía
dominicana durante el primer cuarto del siglo xx, 2da ed. (Santo Domingo:
Fundación García-Arévalo, 1980); Bruce J. Calder, The Impact of Interven-
tion: The Dominican Republic during the U.S. Occupation of 1916-1924 (Aus-
tin: University of Texas Press, 1984), esp. 67-72; y Luis Gómez, Relaciones
de producción dominantes en la sociedad dominicana, 1875-1975, 2da ed.
(Santo Domingo: Alfa y Omega, 1979), esp. 73-94.
Los campesinos del Cibao 199
101
Baud, Peasants and Tobacco, 174-98.
102
BM, 14: 383 (20 abril 1902), 8; 14: 386 (31 mayo 1902), 7; y 15: 393 (15
septiembre 1902), 7. Para una discusión más detallada sobre la inspec-
ción de frutos: Baud, Peasants and Tobacco, 187-91.
103
Baud, Peasants and Tobacco, 189-90.
104
BM, 14: 386 (31 mayo 1902), 7-8; y 15: 387 (26 junio 1902), 3.
105
BM, 15: 389 (12 julio 1902), 4. En 1917 la Asociación de Agricultores y
Ganaderos pidió al Ayuntamiento la puesta en vigor de la Ley de frutos,
que había sido aprobada en 1894. BM, 29: 962 (16 septiembre 1917), 4-5.
106
Michiel Baud, «La gente del tabaco: Villa González en el siglo veinte»,
CS, IX, 1 (1984): 118.
200 Pedro L. San Miguel
107
Entrevista con Carbonell. En un informe de 1926, se dice que la Compa-
ñía Anónima Tabacalera había seleccionado el tabaco de olor tipo «Su-
matra» como el más apropiado a sus necesidades; para ese año –refiere
el informe–, la semilla de dicho tabaco «está ya muy difundida en nuestras
zonas tabacaleras» (CCS, Informe de Luis Carballo, Secretario General
de la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Santiago, 16 abril
1926. Subrayado añadido). Había quienes opinaban que este tipo de ta-
baco no era idóneo para la República Dominicana (Baud, Peasants and
Tobacco, 186).
108
Nancie González, «El cultivo del tabaco en la República Dominicana», C,
II, 4 (1975): 27.
Los campesinos del Cibao 201
109
AGN, SA, 1936, Leg. 265, 13 julio 1936. Para comparaciones con las islas
de Cuba y Puerto Rico, ver José Rivero Muñiz, Tabaco: Su historia en Cuba,
2 tomos (La Habana: Instituto de Historia, Academia de Ciencias de la
República de Cuba, 1965); y Juan José Baldrich, Sembraron la no siembra:
Los cosecheros de tabaco puertorriqueños frente a las corporaciones tabacaleras,
1920-1934 (Río Piedras: Huracán, 1988).
110
Baud, Peasants and Tobacco, 184-87. En 1901 el Ayuntamiento de Santiago
intentó brindar mayor uniformidad en el cultivo, distribuyendo semillas
de tabaco del tipo «amarillo punta de lanza», una de las tantas variedades
del tabaco criollo. Años más tarde, en 1906, se intentó la siembra de 15
ó 20 tareas con tabaco proveniente de Cuba, con el fin de distribuir las
semillas entre los cosecheros de la comarca. Ver BM, 14: 367 (25 septiem-
bre 1901), 4; 17: 424 (20 julio 1904), 5; y 19: 508 (2 septiembre 1906),
3-4.
111
En 1918 uno de los regidores del Ayuntamiento de Santiago, comercian-
te de la plaza, se quejaba de la venta del tabaco denominado «criollito»;
otro miembro del Ayuntamiento volvía a proponer la unificación del
tabaco a partir de la distribución de semillas de la clase conocida como
«amarillo parado». BM, 29: 1004 (15 noviembre 1918), 19-20; y 29: 1005
(9 diciembre 1918), 17-8.
202 Pedro L. San Miguel
Baud, Peasants and Tobacco, 191. Como demuestra este autor, desde su
112
113
CCS, Memoria que la Directiva de la Cámara de Comercio, Industria y Agricul-
tura de Santiago presenta a la Asamblea General, 1927 (Santiago: Imp. La
Información, 1928), 18-23. Baud ha señalado que, precisamente, uno
de los propósitos del establecimiento de los semilleros era disminuir la
posibilidad de que se malograsen las cosechas (Peasants and Tobacco, 190).
114
CCS, Memoria que la Directiva de la Cámara de Comercio, Industria y Agricul-
tura de Santiago presenta a la Asamblea General, 1928 (Santiago: Imp. La
Información, 1929), 25-6.
115
CCS, Memoria que la Directiva de la Cámara de Comercio, Industria y Agricul-
tura de Santiago de los Caballeros presenta a la Asamblea General Ordinaria,
1931 (Santiago: Imp. La Información, 1932), 26-7.
204 Pedro L. San Miguel
116
AGN, SA, 1936, Leg. 265, 13 de julio 1936. Subrayado en el original.
117
CCS, «Memoria que a la Asamblea General Ordinaria de la Cámara de
Comercio, Industria y Agricultura presenta el Presidente de la Junta Di-
rectiva 1936».
118
CCS, «Memoria que a la Asamblea General Ordinaria de la Cámara Ofi-
cial de Comercio, Industria y Agricultura del Cibao presenta el Presi-
dente de la Junta Directiva, 1937».
Los campesinos del Cibao 205
119
AGN, GS, 1939, Leg. 3, 10 febrero 1939.
120
AGN, GS, 1940, Leg. 27, 30 agosto 1940.
121
AGN, GS, 1942, Leg. 146, s. f.
206 Pedro L. San Miguel
GRÁFICA 4.2
EXPORTACIONES DE TABACO, 1905-60
123
CCS, «Memoria de la Cámara de Comercio de Santiago, 1955». Para la
cosecha de 1954-55, la proporción de capas y capotes de tabaco de olor
fue de menos del 12%. Se consideraba que esta proporción era insufi-
ciente para satisfacer la demanda de la industria nacional del tabaco.
124
AGN, MA, 1956, Leg. 715, 10 enero 1956. Dichas hojas eran residuos
que no habían podido ser incorporados en ninguna de las clasificacio-
nes convencionales por ser de pésima calidad o por haber sufrido daños
considerables.
El problema de la inadecuada clasificación de las hojas de tabaco había
sido un perenne dolor de cabeza para las casas comerciales. Para resolver
este problema, las firmas exportadoras empezaron a reclasificarlas des-
pués de recibirlas de manos de los cosecheros e intermediarios, quienes
solían prestar poca atención a tal aspecto. Al hacer esto, los exportadores
podían cumplir más cabalmente con las exigencias de empaque y calidad
de los compradores internacionales (Baud, «La gente del tabaco», 118).
208 Pedro L. San Miguel
130
ANJR, PN: JMV, 1918, t. 4, 18 diciembre 1918, fs. 732-32v.
131
TT, DC 3 (ADC 120), Dec. 12 (4 junio 1943), parcs. 284 y 290. Aun cu-
ando Liz continuó ocupando la tierra, Tavares se la vendió a José Durán
Liz, quien la reclamó como suya ante el TT en 1943.
132
AS, CH, RPT, Lib. A, 1912-13, Nos. 61 y 66, 4 noviembre 1912. Es suma-
mente difícil calcular con cuánta frecuencia los prestamistas recurrían
a las deudas sin pagar para obtener las propiedades ofrecidas como
garantías. Muchas veces, el Registro de la Propiedad no ofrece detalles
sobre la naturaleza de las transacciones mediante las cuales los bienes
raíces cambiaban de dueño. Son bastante frecuentes anotaciones impre-
cisas, como «acto auténtico», «traspaso» y «acto bajo firma privada».
212 Pedro L. San Miguel
133
BM, 29: 53 (21 julio 1917), 1.
134
AS, CH, RPT, Lib. B, 1913-14, No. 1127, 15 julio 1913 y No. 1150, 2 agosto
1913; Lib. F, 1916-17, Nos. 7101-2, 1 diciembre 1916; Lib. H, 1915-17,
Nos. 8455-56, 6 noviembre 1917 y Nos. 8832-38, 28 noviembre 1917.
135
ANJR, PN: JD, 1905, t. 1, 8 febrero 1906, fs. 16-6v; 22 febrero 1906, fs. 37-
7v; t. 2, 1 agosto 1906, fs. 185-85v; 13 septiembre 1906, fs. 231-31v; 1909,
t. 2, 1 junio 1909, fs. 128-29v; AS, RPT, Lib. G, No. 7587, 19 mayo 1917,
No. 7609, 4 junio 1917 y No. 7646, 18 junio 1917.
136
AS, CH, RPT, Lib. C, 1914-15, Nos. 1702-58, 14 abril 1914.
137
AS, CH, RPT, Lib. F, 1916-17, No. 6229, 4 septiembre 1916.
138
AS, CH, RPT, Lib. J, 1917-18, No. 992, 4 octubre 1918.
Los campesinos del Cibao 213
Baud, Peasants and Tobacco, 173-83. Ver, además: Carballo, Cartilla; y CCS,
139
140
Ver la discusión sobre los patrones en el uso de la tierra en el capítulo
VI. Además: Pedro L. San Miguel, «The Dominican Peasantry and the
Market Economy: The Peasants of the Cibao, 1880-1960» (Tesis doctoral,
Columbia University, 1987), 331 y 335-37; y Baud, Peasants and Tobacco,
60-3.
141
Carlos E. Chardón, Reconocimiento de los recursos naturales de la República
Dominicana [1939] (Santo Domingo: Editora de Santo Domingo, 1976),
216; y CCS, Cuestionario sometido por el Sr. Dunn.
142
Baud, Peasants and Tobacco, 177.
Los campesinos del Cibao 215
143
CCS, Cuestionario sometido por el Sr. Dunn. Sorprendentemente, el
abarcador estudio de Chardón presta poca atención a los tipos de suelos
en que se cultivaba el tabaco (Reconocimiento, 216).
144
Baud, «La gente del tabaco».
216 Pedro L. San Miguel
145
Zonificación y tipificación.
146
Cfr. Baud, Peasants and Tobacco, 182.
147
AGN, SA, 1931, Leg. 117, 17 agosto 1931.
148
AGN, MA, 1956, Leg. 714, 26 junio 1956; y Leg. 715, 10 mayo 1955.
Los campesinos del Cibao 217
150
AGN, MA, 1960, Leg. 1289, 23 junio 1961.
151
AGN, MA, 1960, Leg. 1289, 22 enero 1960, 18 febrero 1960, y 17 y 26
septiembre 1960; y Jean Stubbs, Tabaco en la periferia: El complejo agro-in-
dustrial cubano y su movimiento obrero, 1860-1959 (La Habana: Editorial de
Ciencias Sociales, 1989), 60.
152
La nueva situación, que implicó una mayor diferenciación social entre
los cosecheros de tabaco, es constatada en el estudio de Ferrán, Tabaco y
sociedad.
Capítulo v
La economía rural y el crédito
Comerciantes-crédito-campesinos
219
220 Pedro L. San Miguel
2
Sobre los precios de las tierras, ver el capítulo VI. Los precios de los ani-
males se obtuvieron en: ANJR, PN: JMV, 1918, t. 1, anejo entre fs. 9v-10.
3
Al respecto, ver Florencia E. Mallon, The Defense of Community in Peru’s
Central Highlands: Peasant Struggle and Capitalist Transition, 1860-1940
Los campesinos del Cibao 221
7
AGN, AP, Lib. 3, 1923-24. Este legajo contiene varios contratos de présta-
mos hechos en Peña, de noviembre de 1923 a noviembre de 1924.
8
En Puerto Rico, en el siglo xix, se practicaba este tipo de transacción
con frecuencia. Laird W. Bergad, «Hacia el Grito de Lares: Café, estrati-
ficación social y conflictos de clase, 1828-1868», en: Francisco A. Scarano
Los campesinos del Cibao 225
(ed.), Inmigración y clases sociales en el Puerto Rico del siglo xix (Río Piedras:
Huracán, 1981), 150-51.
9
ANJR, PN: JD, 1903, fs. 75-5v. Para otros casos, ver 1906, t. 1, fs. 171-71v y
226-26v.
226 Pedro L. San Miguel
TABLA 5.1
HIPOTECAS Y RETROVENTAS, 1900-30
(En pesos)
HIPOTECAS RETROVENTAS
N % Pesos % N % Pesos %
1-300 16 24 2,429 3 60 51 10,480 14
301-1,000 31 45 18,765 25 33 28 19,336 25
1,001+ 21 31 54,575 72 25 21 46,439 61
TOTALES 68 100 75,769 100 118 100 76,255 100
Fuente: ANJR, PN: JD y JMV, 1900-30.
11
Emilio Rodríguez Demorizi, Papeles de Pedro F. Bonó (Santo Domingo:
Academia Dominicana de la Historia, 1964), 197.
12
AS, CH, Hip., Lib. C, 1870-1905; y Lib. D, 1907-15.
Los campesinos del Cibao 229
13
AGN, SA, 1928, Leg. 64, 12 febrero 1928; y 1933, Leg. 169, 24 octubre
1928, 20 marzo 1928 y 18 octubre 1928. Cfr. Michiel Baud, Peasants and
Tobacco in the Dominican Republic, 1870-1930 (Knoxville: University of Ten-
nessee Press, 1995), 193.
14
Sobre el crédito en una comunidad campesina cafetalera en la República
Dominicana, ver Kenneth Evan Sharpe, Peasant Politics: Struggle in a Domi-
nican Village (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1977), especial-
mente 63-75. Sobre el mismo asunto en el sector tabacalero: Fernando
I. Ferrán, Tabaco y sociedad: La organización del poder en el ecomercado de
tabaco dominicano (Santo Domingo: Fondo para el Avance de las Ciencias
Sociales y Centro de Investigación y Acción Social, 1976). Estos estudios
resaltan la importancia de las relaciones personales entre prestamistas y
deudores. Cfr. Baud, Peasants and Tobacco, 91.
230 Pedro L. San Miguel
15
Para una discusión sobre el efecto de las «calamidades» y de la guerra
sobre las sociedades agrarias, véase: Witold Kula, Problemas y métodos de la
historia económica, 2da ed. (Barcelona: Península, 1974), 521-69.
16
Para ejemplos de situaciones adversas provocadas por las condiciones
climatológicas: Pedro L. San Miguel, «The Dominican Peasantry and the
Market Economy: The Peasants of the Cibao, 1880-1960» (Tesis doctoral,
Columbia University, 1987), 334-45. Cfr. Baud, Peasants and Tobacco, 64.
Los campesinos del Cibao 231
Sobre este período: Bruce J. Calder, The Impact of Intervention: The Domini-
20
21
AGN, SA, 1931, Leg. 117, 17 agosto 1931 y 30 octubre 1931.
22
AGN, SA, 1936, Leg. 265, 13 julio 1936; y 1933, Leg. 169, 24 octubre
1928; y Baud, Peasants and Tobacco, 193.
23
Sobre este plan de valorización, ver Pedro L. San Miguel, «Crisis
económica e intervención estatal: El plan de valorización del tabaco en
la República Dominicana», Ecos, II, 3 (1994): 55-77; AGN, SA, 1934, Leg.
197, 26 marzo 1934; 6 abril 1934; 30 abril 1934; y s.f. Este último docu-
mento es un borrador del «Proyecto de ley sobre creación del monopo-
lio fiscal del tabaco». Años antes, durante la ocupación estadounidense,
se había intentado un plan similar (Baud, Peasants and Tobacco, 134-36).
Los campesinos del Cibao 241
24
Sobre la economía dominicana durante la guerra, ver Roberto Cassá,
Capitalismo y dictadura (Santo Domingo: Universidad Autónoma de San-
to Domingo, 1982), 41-54; César A. Herrera, Las finanzas de la República
Dominicana, 3ra ed. (Santo Domingo: Ediciones Tolle, Lege, 1987); Luis
Gómez, Relaciones de producción dominantes en la sociedad dominicana, 1875-
1975, 2da ed. (Santo Domingo: Alfa y Omega, 1979), 97-175; y Bernardo
Vega, Trujillo y el control financiero norteamericano (Santo Domingo: Funda-
ción Cultural Dominicana, 1990), esp. 373-569.
25
Herrera, Las finanzas, 439-40. Ver, también: Pablo A. Maríñez, Agroin-
dustria, Estado y clases sociales en la Era de Trujillo (1935-1960) (Santo Do-
mingo: Fundación Cultural Dominicana, 1993), 52.
26
Para una discusión sobre las coyunturas económicas durante el siglo xx,
ver Cassá, Capitalismo y dictadura, 21-80.
GRÁFICA 5.5: TENDENCIAS DE LAS EXPORTACIONES Y DEL CRÉDITO
242
Eme-Eme, III, 15 (1974): 107-9; y 21 años de estadísticas dominicanas, 1936-1956 (Ciudad Trujillo: Dirección General de Estadísticas, 1957).
Pedro L. San Miguel
Los campesinos del Cibao 243
TABLA 5.2
HIPOTECAS POR TAMAÑO DE LAS FINCAS
1900-30
TABLA 5.3
HIPOTECAS POR TAMAÑO DE LAS FINCAS
1931-45
TABLA 5.4
HIPOTECAS POR TAMAÑO DE LAS FINCAS
1946-60
*
En tareas. Los por cientos han sido redondeados
Fuente: ANJR, PN: JD y JMV, 1900-30.
Los campesinos del Cibao 251
28
A menos que se indique lo contrario, los siguientes comentarios sobre el
BAI se basan en: Cassá, Capitalismo y dictadura, 455-64.
29
21 años de estadísticas dominicanas, 1936-1956 (Ciudad Trujillo: Dirección
General de Estadísticas, 1957), 185.
30
Orlando Inoa, Estado y campesinos al inicio de la Era de Trujillo (Santo Do-
mingo: Librería La Trinitaria e Instituto del Libro, 1994).
Los campesinos del Cibao 253
31
Varios de los préstamos otorgados por el BAI durante la década de los
cincuenta se hicieron en forma de «créditos» disponibles para fomentar
la crianza de cerdos. Ver, por ejemplo: AS, CH, Hip., Lib. 5, 1955, 18
enero 1956; Lib. 6, 1956, 8 agosto 1956; y Lib. 7, 1956, 25 enero 1957. Por
otro lado, el vínculo entre el crédito y la producción de café es sugerido
por el gran número de propiedades hipotecadas en este período en Pe-
dro García, una de las principales secciones productoras de ese grano en
Santiago. AS, CH, Hip., Lib. 5, 1955, 9 septiembre 1955; Lib. 6, 1956, 12
junio 1956; 25 julio 1956; y 20 agosto 1956. Respecto a la expansión del
arroz: Inoa, Estado y campesinos.
32
Para discusiones sobre las políticas económicas del Estado respecto al
campesinado durante el trujillato, ver capítulo VII; Inoa, Estado y campesi-
nos; Maríñez, Agroindustria, Estado y clases sociales; y Pedro L. San Miguel,
«El Estado y el campesinado en la República Dominicana: El Valle del
Cibao, 1900-1960», HS, IV (1991): 42-74.
33
Ferrán, Tabaco y sociedad, 86-97.
254 Pedro L. San Miguel
34
San Miguel, «The Dominican Peasantry», 190-91; y Ferrán, Tabaco y
sociedad.
35
Sobre el crédito agrícola, ver Cordero et al., Tendencias de la economía
cafetalera, 44-9; y Raúl Parmenio Díaz, «Financiamiento en el sector agrí-
cola», en: Asociación Dominicana de Sociólogos, Problemática rural en
República Dominicana: III Congreso de Sociología (Santo Domingo: Alfa &
Omega, 1983), 95-131.
36
Por ejemplo: ANJR, PN: ]MV, 1924, fs. 103-4; y 1927, t. 1, fs. 76-7. Utilizo el
término «peonización» para sugerir que el desarraigo del campesinado de
los medios de producción no fue absoluto. Al respecto: Fernando Picó,
Libertad y servidumbre en el Puerto Rico del siglo xix: Los jornaleros utuadeños en
vísperas del auge del café, 3ra ed. (Río Piedras: Huracán, 1983).
Los campesinos del Cibao 255
ANJR, PN: JD, 1909, t. 1, fs. 37-7v; y 1906, t. 1, fs. 104-4v. Para otros ejem-
37
38
Los archivos judiciales, por ejemplo, podrían ser una gran fuente para el
estudio de las ejecuciones hipotecarias.
39
Esta relación es sugerida no solo por las tendencias de las hipotecas y
los precios, sino, también, por los testimonios de los comerciantes, Ver
AGN, SA, 1928, Leg. 64, 12 febrero 1928.
40
Sobre esta crisis: AGN, SA, 1936, Leg. 265, 13 julio 1936.
Los campesinos del Cibao 257
41
AGN, MA, 1956, Leg. 711, 20 junio 1956.
42
Acerca de la producción del café y del cacao, ver José Ramón Abad, La
República Dominicana: Reseña general geográfico-estadística (Santo Domin-
go: Imprenta de García Hermanos, 1888), 354-57; y Carlos E. Chardón,
Reconocimiento de los recursos naturales de la República Dominicana (Santo
Domingo: Editora de Santo Domingo, 1976), 134-88.
43
Sobre la edad de los cafetos en la República Dominicana, ver Cordero et
al., Tendencias de la economía cafetalera, 24-6. En su estudio clásico sobre la
economía cafetalera de Brasil, Stanley J. Stein subraya cómo el envejeci-
miento de los cafetos contribuyó a empeorar la situación económica de los
productores, que de por sí ya era precaria. Ver Vassouras: A Brazilian Coffee
County, 1850-1890 (New York: Atheneum, 1974), especialmente 213-49.
Los campesinos del Cibao 259
44
Según Viñas, los cafetales en la zona mencionada no ocupaban grandes
extensiones de tierra ya que las plantaciones más grandes se encontra-
ban en las regiones montañosas del país. AGN, MA, 1956, Leg. 1148, 6
noviembre 1959.
45
AGN, MA, 1956, Leg. 711, 20 junio 1956. Warren Dean ha destacado
cómo las plagas y el envejecimiento de los árboles de caucho en Brasil se
combinaron para afectar la extracción de látex. Ver Brazil and the Struggle
for Rubber: A Study in Environmental History (Cambridge: Cambridge Uni-
versity Press, 1987).
GRÁFICA 5.9: HIPOTECAS Y CANCELACIONES EN LA
260
1931-1956, p. 158.
262 Pedro L. San Miguel
Samuel Hazard, Santo Domingo, Past & Present; with a Glance at Hayti, 3ra
1
267
268 Pedro L. San Miguel
2
Hazard, Santo Domingo, 319-20.
3
Emilio Rodríguez Demorizi, Papeles de Pedro F. Bonó (Santo Domingo:
Academia Dominicana de la Historia, 1964), 82.
4
Esta ideología de la modernización comenzó a manifestarse desde fina-
les del siglo xix, aunque adquirió fuerza en las primeras décadas del xx.
Ver Raymundo González, «Ideología del progreso y campesinado en el
siglo xix», Ecos, 1, 2 (1993): 25-43; y Michiel Baud, Peasants and Tobacco
in the Dominican Republic, 1870-1930 (Knoxville: University of Tennessee
Press, 1995), 147-73. La situación agraria de la República Dominicana en
el siglo xix no era privativa de este país; en América Latina en general, la
Los campesinos del Cibao 269
desde finales del siglo xvi hasta el siglo xix; segundo, la limitada
producción mercantil durante buena parte de dicho perío-
do, reflejo del atraso económico de la colonia; y, finalmente, el
surgimiento de una sociedad rural sobre la cual el Estado y las
estructuras económicas formales ejercían muy poco control.10
Como resultado, existía escasa presión sobre la tierra, la que
carecía de un gran valor en el mercado; muchas veces el costo
de medir y registrar legalmente un terreno superaba su valor
nominal. Debido a las condiciones económicas y demográficas
existentes, la tierra resultaba abundante y barata.
El uso de la tierra se correspondía con las condiciones des-
critas. La ganadería extensiva, típica de las sociedades de fron-
tera de baja densidad poblacional y de tierras abundantes,
se convirtió en la actividad económica predominante en el
Santo Domingo colonial.11 Tal y como se practicaba en Santo
Domingo, la ganadería se asemejaba más a las actividades ex-
tractivas que a la crianza sistemática y regular; en realidad, las
reses y los cerdos eran cazados, no criados.12 La agricultura se
encontraba, también, en un lamentable estado de postración,
además de carecer de una clara orientación hacia el mercado.
A causa de la poca población, de la existencia de unos centros
10
Para una discusión más detallada, ver el capítulo I.
11
Este tipo de crianza era bastante común en las regiones económica-
mente periféricas del mundo colonial en las Américas. Tal fue el caso en
el Caribe español durante los siglos xvii y xviii, en el interior de Argen-
tina y Brasil, y en el norte de México. Véase: Ciro F.S. Cardoso y Héctor
Pérez Brignoli, Historia económica de América Latina, 2 tomos (Barcelona:
Crítica, 1979), 1: 212-14; James Lockhart y Stuart B. Schwartz, Early Latin
America: A History of Colonial Spanish America and Brazil (Cambridge: Cam-
bridge University Press, 1985); Caio Prado, The Colonial Background of
Modern Brazil (Berkeley: University of California Press, 1971); y Francois
Chevalier, Land and Society in Colonial Mexico: The Great Hacienda (Berke-
ley: University of California Press, 1972).
12
Sobre la crianza en Santo Domingo durante el período colonial: Rubén
Silié, Economía, esclavitud y población (Santo Domingo: Universidad
Autónoma de Santo Domingo, 1976), 19-74.
274 Pedro L. San Miguel
13
Sobre las pobres condiciones económicas de Santo Domingo durante
los siglos xvii y xviii, ver Silié, Economía, esclavitud y población; Frank Peña
Pérez, Antonio Osorio: Monopolio, contrabando y despoblación (Santiago: Uni-
versidad Católica Madre y Maestra, 1980), y Cien años de miseria en Santo
Domingo, 1600-1700 (Santo Domingo: CENAPEC, s.f.)
14
Hoetink, The Dominican People; Marte, Cuba y la República Dominicana;
y Michiel Baud, «Transformación capitalista y regionalización en la
República Dominicana, 1875-1920», IC, I, 1 (1986): 17-45.
Los campesinos del Cibao 275
18
Mis comentarios sobre el origen y la evolución de los terrenos comune-
ros se basan en: Albuquerque, Títulos de los terrenos comuneros; Fernández
Rodríguez, «Origen y evolución»; Moreno, «De la propiedad comunera»;
Hoetink, The Dominican People, 1-18; Clausner, Rural Santo Domingo; Boin
y Serulle Ramia, El desarrollo del capitalismo, 1: 119-36; Jorge Valdez, Un
siglo de agrimensura en la República Dominicana (Santo Domingo: Ediciones
Tres, 1981); y John Geffroy y Margaret Vásquez Geffroy, «El sistema del
hato y la organización familiar del campesino dominicano», Eme-Eme, III,
18 (1975): 107-36.
19
La siguiente historia la he obtenido en: ANJR, PN: JD, 1900, fs. 153-57v.
Este documento es una transcripción de un «historial del sitio de la Pe-
ñuela» levantado originalmente por Teodoro Estanilao Heniken el 1ro
de noviembre de 1857. Este historial fue elaborado a partir de los testi-
monios de los condueños, apoyados y confrontados «con varias piezas
auténticas y fehacientes». Debido al deterioro del documento original,
fue depositado y notariado en el protocolo de Joaquín Dalmau a instan-
cias de Agustín de Vargas, uno de los condueños de La Peñuela.
278 Pedro L. San Miguel
La comercialización de los
terrenos comuneros: los cortes de madera
21
BM, 29: 995 (5 agosto 1918), 4-5.
22
BM, 27: 852 (22 julio 1915), 2.
23
ANJR, PN: JD, 1894, fs. 104-5 y 177-77v.
282 Pedro L. San Miguel
24
ANJR, PN: JD, 1894, fs. 195v-96v.
25
ANJR, PN: JD, 1899, f. 27.
26
ANJR, PN: JD, 1898, fs. 24-4v.
Los campesinos del Cibao 283
27
ANJR, PN: JD, 1894, fs. 73-4 y 78v-9. Las demás transacciones realizadas
por J.I. Jimenes y Com. en el mes de abril se encuentran en este mismo
protocolo en los fs. 79-82v y 89-90v.
28
ANJR, PN: JD, 1894, fs. 90v-1. Otros ejemplos de las transacciones de
Ferreras en: 87v-8v y 103-4.
284 Pedro L. San Miguel
29
ANJR, PN: JD, 1894, fs. 72-3.
30
ANJR, PN: JD, 1894, fs. 113v-15.
31
El libro azul de Santo Domingo/Dominican Blue Book [1920] (Santo Domingo:
Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1976), 140; BM, 5: 106 (30
enero 1891), 1; 29: 953 (14 julio 1917), 6; ANJR, PN: JD, 1898, fs. 24-4v;
y 1902, fs. 111-12v y 140-40v.
32
ANJR, PN: JD, 1902, fs. 111-12v.
33
BM, 14: 383 (20 abril 1902), 2; 18: 485 (22 marzo 1906), 1; 27: 852 (22 julio
1915), 2; y 29: 995 (5 agosto 1918), 4-5. Una extraordinaria descripción
Los campesinos del Cibao 285
de San José de las Matas a principios del siglo xx se encuentra en: AGN,
SAI, 1919, Leg. 12, 22 enero 1919. Para una evaluación de los bosques en
la República Dominicana, véase: Carlos E. Chardón, Reconocimiento de los
recursos naturales de la República Dominicana (Santo Domingo: Editora de
Santo Domingo, 1976), 281-303.
34
AS, CH, RPT, Lib. B, 1913-14, Nos. 1057, 1061, 1068 y 1069. El «número»
corresponde a la inscripción.
35
AS, CH, RPT, Lib. B, 1913-14, No. 1056. Para otros ejemplos de adquis-
ición de tierras por Espaillat Sucesores, ver AS, CH, RPT, Lib. C, 1914-15,
Nos. 1702-1758; y Lib. J, 1917-18, Nos. 692-94, 697 y 700-2.
36
ANJR, PN: JD, 1910, t. 1, fs. 140-40v y anejo.
286 Pedro L. San Miguel
ANJR, PN: JMV, 1924, fs. 129-29v y anejo entre fs. 129v-30.
37
ANJR, PN: JD, 1907, t. 1, fs. 5-5v y 57-7v. El 4 de junio de 1907, Ferro-
38
enormes bosques en dicha localidad hacen presumir que tal era el fin de
dichas compras (ver fs. 54-5v del protocolo citado).
39
ANJR, PN: JD, 1907, t. 1, anejo entre fs. 42v-3.
40
AS, CH, RPT, Lib. C, 1914-15, Nos. 1702-58.
41
AS, CH, RPT, Lib. H, 1915-17, No. 9061.
42
AS, CH, RPT, Lib. N, 1930-39, Nos. 9282, 9296-97, 9300, 9320, 9343, 9355
y 9368.
288 Pedro L. San Miguel
43
Jesús de Galíndez, La Era de Trujillo: Un estudio casuístico de dictadura his-
panoamericana (Buenos Aires: Editorial Americana, 1958), 131.
44
BM, 27: 876 (29 diciembre 1915), 2-3.
Los campesinos del Cibao 289
TABLA 6.1
PROPIEDADES DE LA COMPAÑÍA MADERERA
ESPAILLAT, 1934
Pesos de
Hectáreas Localización
Acción
*En cordeles.
SJM=San José de las Matas Stg.=Santiago Jan.=Jánico
Fuente: AS/CH, RPT, Lib. N, 1930-39, No. 9016.
290 Pedro L. San Miguel
45
BM, 29: 1001 (11 octubre 1918), 16.
46
BM, 27: 881 (10 febrero 1916), 3.
47
Abad, La República Dominicana, 381. Ver, también: «Plan para la repobla-
ción de bosques (1924)», Suplemento Listín Diario (25 mayo 1985), 5-6.
Debo esta última referencia a Rafael E. Yunén. Mis apreciaciones sobre
los cambios ecológicos provocados por las empresas madereras deben
mucho a conversaciones con Yunén y con Walter Cordero. También me
han resultado fundamentales las consideraciones de Yunén sobre la cons-
titución del «espacio», la «degradación de la tierra» y la «periferización
del campo» en La isla como es: Hipótesis para su comprobación (Santiago:
Universidad Católica Madre y Maestra, 1985).
Los campesinos del Cibao 291
era común, por ejemplo, en los pinares de San José de las Ma-
tas. Allí, los campesinos tenían un «desmedido afán» por hacer
conucos en las tierras ocupadas por los pinares, a pesar de que
las mismas eran poco aptas para la agricultura. El resultado
era la existencia de numerosos «tabucos» –es decir, pequeños
predios abandonados–, en los que, además, se habían talado
los pinos.48
No obstante, la destrucción de los bosques alcanzó niveles
mucho mayores debido a la participación de los comercian-
tes y de los empresarios urbanos en los cortes de madera. Los
grandes aserraderos fueron responsables por la destrucción de
cientos –y posiblemente de miles– de hectáreas de bosques,
como sugieren los ejemplos de las empresas mencionadas
anteriormente. Tan evidente llegó a ser la destrucción de las
reservas forestales del país que, para la década de los treinta,
la misma Cámara de Comercio de Santiago clamaba por el
establecimiento de controles sobre la tala indiscriminada. En
particular, abogaba por la prohibición de explotar las maderas
en los sitios comuneros que no estuviesen mensurados. De tal
forma –alegaba– se pondría coto a la práctica de «tumbar ár-
boles de madera en cualquier cantidad».49
Las empresas madereras provocaron cambios de envergadu-
ra en determinadas áreas de la República Dominicana. Algunas
de estas alteraciones fueron plenamente advertidas por los con-
temporáneos. Por ejemplo, en 1906, L. Cristóbal Perelló desta-
có, en un artículo publicado en El Diario, los efectos desastrosos
producidos por la Casa Jimenes en Monte Cristi. Alegaba el
susodicho articulista que esa casa comercial, interesada en la
explotación del campeche, había obtenido del Gobierno un
48
CCS, «Memoria que a la Asamblea General Ordinaria de la Cámara de
Comercio, Industria y Agricultura de Santiago presenta el Presidente de
la Junta Directiva, 1936».
49
CCS, Memoria que la Directiva de la Cámara de Comercio, Industria y Agricul-
tura de Santiago de los Caballeros presenta a la Asamblea General Ordinaria,
1931 (Santiago: Imprenta La Información, 1932), 19.
292 Pedro L. San Miguel
51
Informe de la Comisión, 290-91. Ver, también: Antonio Sánchez Valverde,
Idea del valor de la isla Española, notas de Emilio Rodríguez Demorizi y
Fray Cipriano de Utrera (Santo Domingo: Editora Nacional, 1971), 56-7.
52
AGN, SA, 1933, Leg. 169, 20 marzo 1928.
294 Pedro L. San Miguel
MAPA 6.1
TERRENOS COMUNEROS EN EL MUNICIPIO
DE SANTIAGO, 1900-30
59
ANJR, PN: JD, 1898, fs. 226-27v.
60
ANJR, PN: JD, 1898, fs. 202-3v.
61
ANJR, PN: JD, 1894, fs. 140v-41v.
Los campesinos del Cibao 299
64
Estas observaciones están basadas en las inscripciones contenidas en: AS,
CH, RPT, Lib. A, 1912-13.
65
Vicente Tolentino R., «Editorial. Terrenos comuneros», LI (30 de abril
1917).
302 Pedro L. San Miguel
66
ANJR, PN: JD, 1927, t. 2, fs. 166-67v y anejo.
67
Albuquerque, Títulos de los terrenos comuneros, 51-5; Calder, The Impact of
Intervention, 102-10; y Baud, Peasants and Tobacco, 155.
68
ANJR, PN: JD, 1911, t. 2, fs. 324-24v.
69
ANJR, PN: JD, 1912, t. 1, fs. 83-3v.
Los campesinos del Cibao 303
ANJR, PN: JD, 1894, fs. 139v-41v y anejo; 1901, fs. 178-79v; y 1910, t. 1, fs.
71
85-5v.
Los campesinos del Cibao 305
TABLA 6.2
PARTICIÓN DE TERRENOS COMUNEROS EN EL
MUNICIPIO DE SANTIAGO
Localización Fecha
Hatillo de San Lorenzo 1894-1923
Platanal 1897-1900
Rancho de la Estancia del Yaque 1898
Buena Vista* 1898
Angostura 1900-18
Rafael Arriba 1910
Buena Vista* 1911-17
Cuesta Cabrón 1912?
Potrero y Cercado 1914
Las Charcas 1917?
Canabacoa 1918?
lona: Bruguera, 1968), 226 y 248. Los negocios de estos dos interesantes
personajes todavía permanecen inexplorados. La familia Trujillo tam-
bién se aprovechó de las tierras comuneras para acumular posesiones.
Ver Gilberto de la Rosa, Petán: Un cacique en la Era de Trujillo (Santiago:
Universidad Católica Madre y Maestra, s.f.)
Los campesinos del Cibao 307
76
Estos casos provienen, respectivamente, de: ANJR, PN: JMV, 1918, t. 2,
anejo entre fs. 246v-47, fs. 379-79v, y t. 3, fs. 431-32. Entre los once he-
rederos de López y Brito –en el segundo ejemplo presentado–, había 4
mujeres. Una de ellas, Juana Antonia, era de apellido Pérez, a diferencia
de los restantes herederos, todos apellidados López. El documento no
explicita la relación de Juana Antonia con los López.
77
Sobre la existencia de estos sistemas en diversas sociedades, ver Peter
Laslett (ed.), Household and Family in Past Time (Cambridge: Cambrid-
ge University Press, 1978); Robin Fox, Sistemas de parentesco y matrimonio,
4ta ed. (Madrid: Alianza, 1985); Robert McC. Netting, Richard R. Wilk y
Eric J. Arnould (eds.), Households: Comparative and Historical Studies of the
Domestic Group (Berkeley: University of California Press, 1984); y Martine
Segalen, Historical Anthropology of the Family (Cambridge: Cambridge Uni-
versity Press, 1988).
Los campesinos del Cibao 309
78
Geffroy y Vásquez Geffroy, «El sistema del hato», 115. Las observaciones
siguientes provienen, en buena medida, de lo expuesto por estos auto-
res. Cfr. Baud, Peasants and Tobacco, 102.
79
ANJR, PN: JMV, 1918, t. 2, fs. 379-79v.
310 Pedro L. San Miguel
80
ANJR, PN: JD, 1915, t. 2, fs. 203-4v. Se pueden encontrar otros numero-
sos ejemplos de «sucesiones» en el RPT y en los documentos del TT.
81
Los autores señalan que «Gelo murió hace 30 años y que su esposa lo
hizo hace 20 años». Dado que el artículo fue publicado en 1975, esto
hace suponer que los decesos ocurrieron cerca de los años indicados
(Geffroy y Vásquez Geffroy, «El sistema del hato», 117). Lo que aparece
a continuación, a menos que se indique lo contrario, proviene de este
artículo. Como es tradicional en los estudios antropológicos, todos los
nombres propios de personas y lugares empleados por los autores son
ficticios. Por tal razón, los uso entrecomillados.
Los campesinos del Cibao 311
83
Geffroy y Vásquez Geffroy, «El sistema del hato», 121.
84
ANJR, PN: JMV, 1918, t. 2, fs. 379-79v.
85
Geffroy y Vásquez Geffroy, «El sistema del hato», 118.
Los campesinos del Cibao 313
TABLA 6.3
TIERRA POSEÍDA POR SUCESIONES*
Tareas % Tareas en %
Tareas
rango tareas sucesiones del rango
1-100 758 2 0 0
101-300 4,877 11 1,947 10
301-800 9,347 22 3,522 18
801-1,500 7,959 19 5,021 25
1,501-3,000 10,281 24 3,442 18
3,001 + 9,437 22 5,664 29
TOTALES 42,659 100 19,596 100
*
Inc1uye datos sobre: Rafael Arriba, Buena Vista, Angostura y Loma de la Cruz,
esta última en San José de las Matas. Los porcientos han sido redondeados.
Fuentes: ANJR, PN: JD, 1901, fs. 40v-2v; 1910, t. 1, fs. 43-4; 1915, t. 2, fs. 203-4v;
y 1917, t. 1, fs. 124-24v.
Para ejemplos, en otras áreas del Caribe, de este proceso, ver M.G. Smith,
86
TT, DC 144 [NDC 4], Exp. Cat. No. 144/1, 1ro diciembre [22 marzo
87
88
ANJR, PN: JD, 1912, t. 1, fs. 3v-4v.
89
ANJR, PN: JD, 1915, t. 1, fs. 35-5v.
90
ANJR, PN: JMV, 1918, t. 3, fs. 431-32.
316 Pedro L. San Miguel
GRÁFICA 6.1
SUCESORES DE MANUEL TAVARES
ANJR, PN: JD, 1915, t. 1, anejo entre fs. 115v-116, y t. 2, fs. 203-4v.
98
322 Pedro L. San Miguel
TABLA 6.4
PROPIEDADES EN TERRENOS COMUNEROS*
Número
Tareas % Tareas %
de fincas
1-50 4 6 112 **
51-100 8 12 646 2
101-300 24 35 4,877 11
301-800 18 26 9,347 22
801-1,500 8 11 7,959 18
1,501-3,000 5 7 10,281 24
3,001 + 2 3 9,437 22
TOTALES 69 100 19,596 100
*
Incluye propiedades en: Rafael Arriba, Buena Vista, Angostura y Loma
de la Cruz, esta última en San José de las Matas. Los porcientos han sido
redondeados.
**
Menos del 1%.
Fuente: Ver tabla 6. 3.
99
El siguiente análisis se basa, sobre todo, en los documentos de compra-
venta de tierras y los referentes a la división de los terrenos comuneros
provenientes del ANJR. También han sido muy útiles los expedientes
del TT, especialmente los planos de las diversas secciones rurales de
Santiago.
100
Baud, Peasants and Tobacco, 98.
324 Pedro L. San Miguel
TABLA 6.5
PESOS DE ACCIÓN EN LOS TERRENOS
COMUNEROS DEL POTRERO Y EL CERCADO
Pesos N % Pesos %
1-25 8 17 113 2
26-50 15 33 636 14
51-100 14 30 1,208 26
101-500 8 18 1,877 40
Más de 501 1 2 848 18
TOTALES 46 100 4,682 100
Fuente: ANJR, PN: JD, 1914, t. 1, fs. 63-3v.
TABLA 6.6
PESOS DE ACCIÓN EN LOS TERRENOS
COMUNEROS DE HATILLO DE SAN LORENZO
Pesos N % Pesos %
1-25 35 48 606 16
26-50 15 20 595 16
51-100 17 23 1,330 36
101-500 6 9 1,180 32
TOTALES 73 100 3,711 100
Fuente: ANJR, PN: JD, 1894, anejo entre fs. 140v-41.
MAPA 6.2
UNIDADES AGRARIAS EN EL
MUNICIPIO DE SANTIAGO, 1900-9
MAPA 6.3
UNIDADES AGRARIAS EN EL
MUNICIPIO DE SANTIAGO, 1912-18
ANJR, PN: JD, 1900, fs. 132v-33v; 1909, t. 1, fs. 153-53v; y 1912, t. 2, fs.
103
139-41v.
330 Pedro L. San Miguel
TABLA 6.7
PATRONES DE TENENCIA DE LA TIERRA
EN EL MUNICIPIO DE SANTIAGO
104
El libro azul, 138-39.
105
AGN, SA, 1931, Leg. 125, 22 enero 1931.
106
AGN, MA, 1958, Leg. 1022, s.f. Véase, también: AGN, GS, 1942, Leg. 152,
4 julio 1941.
107
AGN, GS, 1929, Leg. 4, 31 diciembre 1929. Esta empresa corresponde al
modelo «agroindustrial» estudiado en: Pablo A. Maríñez, Agroindustria,
336 Pedro L. San Miguel
TABLA 6.8
PROPIEDADES DE JOSÉ A. BERMÚDEZ
Medio de Año de
Hectáreas Localización
adquisición adquisición*
16.65 Banegas 5 compras 1916, 1926
1 transferencia 1932, 1933
1 transacción
7.50 Quinigua compra 1927
9.04 Banegas compra 1924
18.12 Banegas compra 1927
216.23 Banegas y 14 compras 1906, 1907
Estancia del 1 retroventa 1908, 1911
Yaque 1912
144.82 Banegas 8 compras 1906, 1907
1 retroventa 1908, 1909
1 permuta 1910, 1911
1913
1.61 Banegas compra 1906
5.65** Banegas compra 1935
108
TT, DCN 3 (ADC 120/1), 1ro diciembre [24 enero 1935], parcs. 42-3, 87,
119, 125, 186, 205 y 216; Men. Cat., Plan. Gen., 1ra parte, DC 120 (NDC
3), [1930-34?]; y Men. Cat., DC 161, parcs. 1-56, 23 diciembre 1939.
109
Sobre el particular, ver capítulo VII; e Inoa, Estado y campesinos, 121-50.
338 Pedro L. San Miguel
111
AGN, GS, 1941, Leg. 116, 15 octubre 1941; y 1940-41, Leg. 122, 9 enero
1941. Las cifras sobre la exportación de almidón se pueden encontrar
en: Roberto Cassá, Capitalismo y dictadura (Santo Domingo: Universidad
Autónoma de Santo Domingo, 1982), tabla IV-8. Parece ser que, luego
de cerrar operaciones, muchas de las tierras de la CAD fueron ocupadas
por campesinos.
112
Maríñez, Resistencia campesina, 88; Cassá, Capitalismo y dictadura, 81-154;
José R. Cordero Michel, Análisis de la Era de Trujillo (Informe sobre la Repúbli-
ca Dominicana, 1959), 5ta ed. (Santo Domingo: Universidad Autónoma de
Santo Domingo, 1987), 58-61; y Frank Moya Pons, Empresarios en conflicto:
Políticas de industrialización y sustitución de importaciones en la República Do-
minicana (Santo Domingo: Fondo para el Avance de las Ciencias Sociales,
1992), esp. 23-71. El fomento del cultivo de maní es uno de los ejemplos
más sobresalientes de la integración de la producción campesina a una
industria. El maní era la materia prima en la elaboración del aceite.
340 Pedro L. San Miguel
113
Maríñez, Resistencia campesina, 87-8, y Agroindustria, Estado y clases sociales,
39-49.
114
Para un análisis más detallado sobre el influjo del Estado en el campesi-
nado y el de las políticas agrarias durante el trujillato, ver el capítulo VII.
115
Los detalles sobre la formación del emporio trujillista se pueden encon-
trar en: Cassá, Capitalismo y dictadura, particularmente 421-97; Crasswell-
er, Trujillo, 138-62 y 263-71; y Galíndez, La Era de Trujillo. Sobre «Petán»
Trujillo, ver de la Rosa, Petán, 71-9 y 137-42.
Los campesinos del Cibao 341
117
ANJR, PN: JMV, 1918, t. 1, anejo entre fs. 9v-10; y 1918, t. 2, anejo entre
fs. 233v-34.
118
AGN, GS, 1939, Leg. 7, 15 septiembre 1939.
Los campesinos del Cibao 343
TABLA 6.9
PRECIOS DE LA TIERRA EN SANTIAGO
(Pesos/tarea)
es más confiable que el de 1960. Una última observación: los datos del
censo de 1950 se refieren a la provincia, no al municipio de Santiago.
121
Ver capítulo VII; Inoa, Estado y campesinos; Maríñez, Agroindustria, Estado y
clases sociales, 43-4; y Pedro L. San Miguel, «El Estado y el campesinado en
la República Dominicana: El Valle del Cibao, 1900-1960», HS, IV (1991):
42-74.
346 Pedro L. San Miguel
TABLA 6.10
ESTRUCTURA AGRARIA EN LA
PROVINCIA DE SANTIAGO, 1950
Miles de
Tareas Fincas % %
Tareas
0-80 21,993 74.3 507.0 16.6
81-160 3,643 12.3 395.7 12.9
161-320 2,181 7.4 494.9 16.2
321-800 1,224 4.1 595.2 19.4
801-1,600 364 1.2 383.0 12.5
1,601-8,000 168 0.5 482.9 15.8
8,001 + 12 * 203.0 6.6
TOTALES 37,488 100.0 3,061.7 100.0
*Menos de 0.1%.
Fuente: Cuarto censo nacional agropecuario, 1950 (San Cristóbal: Dirección General de
Estadística, Oficina Nacional del Censo, 1955).
TABLA 6.11
ESTRUCTURA AGRARIA EN LA
REPÚBLICA DOMINICANA, 1950
Miles de
Tareas Fincas % %
tareas
0-80 209,407 76.2 5,061.6 13.7
81-160 32,864 12.0 3,573.7 9.6
161-320 17,289 6.3 3,910.6 10.5
321-800 9,778 3.5 4,733.5 12.8
801-1,600 3,249 1.2 3,554.0 9.6
1,601-8,000 1,791 0.7 5,476.8 14.8
8,001 + 342 0.2 10,712.5 29.0
TOTALES 274,720 100.0 37,022.7 100.0
Fuente: La misma que en la tabla 6.10.
Los campesinos del Cibao 347
TABLA 6.12
FORMAS DE POSESIÓN DE LA TIERRA EN LA
PROVINCIA DE SANTIAGO, 1940
Miles de Tamaño
Formas de posesión Fincas % %
tareas promedio
Propiedad 21,765 84 2,153.0 79 99
Administración 2,487 10 476.3 18 191
Colonato 1,464 6 95.7 3 65
TOTALES 25,716 100 2,725.0 100 106
Fuente: BN, Dirección General de Estadística Nacional, Sección del Censo, «Censo
agropecuario, 1940» (Mecanografiado, 1940).
TABLA 6.13
FORMAS DE POSESIÓN DE LA TIERRA EN LA
PROVINCIA DE SANTIAGO, 1950
Miles de Tamaño
Formas de posesión Fincas % %
tareas promedio
Propiedad 18,040 61 1,757.8 57 97
Administración 555 2 155.5 5 280
Colonato 348 1 12.5 ** 36
Arrendamiento 290 1 16.5 ** 57
Aparcería 1,203 4 36.4 1 30
Otras* 9,275 31 1,083.5 35 117
TOTALES 29,711 100 3,062.2 100 103
*Incluye otras formas de posesión, posesiones mixtas y sin identificar.
**Menos del 1%.
Fuente: Cuarto censo nacional agropecuario.
348 Pedro L. San Miguel
Sobre la estructura agraria después de 1960, ver Carlos Dore Cabral, Prob-
122
La gran transformación
and Economic Origins of Our Time (Boston: Beacon Press, 1957); Eric R.
Wolf, Peasants (Englewood Cliffs, NJ: Prentice Hall, 1966); Barrington
Moore, Jr., Social Origins of Dictatorship and Democracy: Lord and Peasant
in the Making of the Modern World (Boston: Beacon Press, 1970); James C.
Scott, The Moral Economy of the Peasant: Rebellion and Subsistence in Southeast
Asia (New Haven: Yale University Press, 1976); Joel S. Migdal, Peasants,
Politics, and Revolution: Pressures toward Political and Social Change in the
Third World (Princeton: Princeton University Press, 1977); Jeffery M.
Paige, Agrarian Revolution: Social Movements and Export Agriculture in the
Underdeveloped World (New York: The Free Press, 1978); y Jonathan Bark-
er, Rural Communities under Stress: Peasant Farmers and the State in Africa
(Cambridge: Cambridge University Press, 1989).
351
352 Pedro L. San Miguel
2
Entre otros, ver Enrique Florescano (ed.), Haciendas, latifundios y plan-
taciones en América Latina (México: Siglo xxi y CLACSO, 1975); Ernest
Feder, Violencia y despojo del campesino: Latifundismo y explotación, 3ra ed.
(México: Siglo xxi, 1978); George L. Beckford, Persistent Poverty: Under-
development in Plantation Economies of the Third World, 2da ed. (Morant
Bay y London: Maroon Publishing House y Zed Books, 1983); Manuel
Moreno Fraginals, La historia como arma y otros estudios sobre esclavos, inge-
nios y plantaciones (Barcelona: Crítica, 1983), 56-117; Alain de Janvry, The
Agrarian Question and Reformism in Latin America (Baltimore: Johns Hop-
kins University Press, 1983); y Arnold Bauer, «Rural Society», en: Leslie
Bethell (ed.), Latin America: Economy and Society, 1870-1930 (Cambridge:
Cambridge University Press, 1989), 115-48.
3
De Janvry, The Agrarian Question, 182 y sigs.; T. Lynn Smith (ed.), Agra-
rian Reform in Latin America (New York: Alfred A. Knopf, 1965); Rodolfo
Stavenhagen (ed.), Agrarian Problems & Peasant Movements in Latin America
(Garden City, NY: Doubleday & Comp., 1970), 97-368; y Jean Le Coz,
Las reformas agrarias: De Zapata a Mao Tsé-tung y la FAO (Barcelona: Ariel,
1976), esp. 143-203.
Los campesinos del Cibao 353
4
H. Hoetink, The Dominican People, 1850-1900: Notes for a Historical Socio-
logy (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1982), 94-111; y Julio
A. Cross Beras, Sociedad y desarrollo en República Dominicana, 1844-1899
(Santo Domingo: Instituto Tecnológico de Santo Domingo, 1984).
5
Antonio Lluberes, «La crisis del tabaco cibaeño, 1879-1930», en: Taba-
co, azúcar y minería (Santo Domingo: Banco de Desarrollo Interamérica,
S.A., y Museo Nacional de Historia y Geografía, 1984), 11-6. Ver, además:
Nelson Carreño, Historia económica dominicana: Agricultura y crecimiento eco-
nómico (siglos xix y xx) (s.l.: Universidad Tecnológica de Santiago, 1989);
Franc Báez Evertsz, La formación del sistema agroexportador en el Caribe:
República Dominicana y Cuba, 1515-1898 (Santo Domingo: Universidad
Autónoma de Santo Domingo, 1986), 145-243; Roberto Marte, Cuba y la
República Dominicana: Transición económica en el Caribe del siglo xix (Santo
Domingo: CENAPEC, s.f.); Rafael E. Yunén, La isla como es: Hipótesis para
su comprobación (Santiago: Universidad Católica Madre y Maestra, 1985);
y Michiel Baud, «Transformación capitalista y regionalización en la Re-
pública Dominicana, 1875-1920», IC, 1, 1 (1986): 17-45.
354 Pedro L. San Miguel
6
Michiel Baud, Peasants and Tobacco in the Dominican Republic, 1870-1930
(Knoxville: University of Tennessee Press, 1995), 11-31.
7
Roberto Cassá, Historia social y económica de la República Dominicana, 2 vols.
(Santo Domingo: Punto y Aparte, 1982-83), 2: 159-66. Para análisis más
detallados de la dictadura de Heureaux: Juan I. Jimenes Grullón, Sociolo-
gía política dominicana, 1844-1966, 2 vols. (Santo Domingo: Alfa y Omega,
1982), 1: 202-442; Jaime de Jesús Domínguez, La dictadura de Heureaux
(Santo Domingo: Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1986); y
Mu-Kien A. Sang, Ulises Heureaux: Biografía de un dictador (Santo Domin-
go: Instituto Tecnológico de Santo Domingo, 1987). Resulta igualmente
sugerente la aproximación más teórica de Ramonina Brea en Ensayo sobre
la formación del Estado capitalista en la República Dominicana y Haití (Santo
Domingo: Taller, 1983), 95-145.
8
Hoetink, The Dominican People, 64-93; Carreño, Historia económica, 96-102
y 205-11; César Herrera, Las finanzas de la República Dominicana, 3ra ed.
(Santo Domingo: Ediciones Talle, Lege, 1987), 117 y sigs.; José del Casti-
llo y Walter Cordero, La economía dominicana durante el primer cuarto del si-
glo xx, 2da ed. (Santo Domingo: Fundación García-Arévalo, 1980), 19-43;
Wilfredo Lozano, La dominación imperialista en la República Dominicana,
Los campesinos del Cibao 355
11
Hoetink, The Dominican People, 6-18; Carreño, Historia económica, 23-56;
Jacqueline Boin y José Serulle Ramia, El proceso de desarrollo del capitalismo
en la República Dominicana, 1844-1930. Vol. II: El desarrollo del capitalismo
en la agricultura, 1875-1930 (Santo Domingo: Gramil, 1981), 32-8, 138-49
y 234-67; y José del Castillo, «La formación de la industria azucarera mo-
derna en la República Dominicana», en: Tabaco, azúcar y minería, 23-56.
12
ANJR, PN: JD, 1900, fs. 91v-2v.
13
ANJR, PN: JD, 1882, fs. 16-6v y 171-71v.
14
ANJR, PN: JD, 1882, fs. 166v-67v y 168-69v.
Los campesinos del Cibao 357
15
José Ramón Abad, La República Dominicana: Reseña general geográfico-esta-
dística (Santo Domingo: Imprenta de García Hermanos, 1888), 262.
16
Labor Gómez Acevedo, Organización y reglamentación del trabajo en el Puerto
Rico del siglo xix (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1970); Fer-
nando Picó, Libertad y servidumbre en el Puerto Rico del siglo xix: Los jornaleros
utuadeños en vísperas del auge del café, 3ra ed. (Río Piedras: Huracán, 1979),
esp. 115-30; y Pedro San Miguel, El mundo que creó el azúcar: Las haciendas en
Vega Baja, 1800-1873 (Río Piedras: Huracán, 1989), 124-69.
17
Frank Moya Pons, La Dominación Haitiana, 1822-1844, 3ra ed. (Santiago:
Universidad Católica Madre y Maestra, 1978), 45-79.
358 Pedro L. San Miguel
18
Sobre el particular: Juan Bosch, La Guerra de la Restauración, 3ra ed. (San-
to Domingo: Editora Corripio, 1984), 63-71; Jaime de Jesús Domínguez,
La anexión de la República Dominicana a España (Santo Domingo: Univer-
sidad Autónoma de Santo Domingo, 1979); Luis Álvarez, Dominación colo-
nial y guerra popular, 1861-1865 (Santo Domingo: Universidad Autónoma
de Santo Domingo, 1986), y Secuestro de bienes de rebeldes: Estado y sociedad
en la última dominación española, 1863-1865 (Santo Domingo: Instituto
Tecnológico de Santo Domingo, 1987); y Pedro L. San Miguel, La guerra
silenciosa: Las luchas sociales en la ruralía dominicana (Santo Domingo: Ar-
chivo General de la Nación, 2011), 33-43.
19
Emilio Rodríguez Demorizi, Papeles de Pedro F. Bonó (Santo Domingo:
Academia Dominicana de la Historia, 1964), 206-16.
20
Brea, Ensayo sobre la formación, 127.
Los campesinos del Cibao 359
21
Para un análisis más detallado de los cambios en la estructura agraria, ver
el capítulo VI.
22
Para una evaluación de las comunicaciones internas hasta la década de
los treinta, ver Juan Ulises García Bonnelly, Las obras públicas en la Era
de Trujillo, 2 tomos (Ciudad Trujillo: Impresora Dominicana, 1955), 2:
273-94; y Orlando Inoa, Estado y campesinos al inicio de la Era de Trujillo
(Santo Domingo: Librería La Trinitaria e Instituto del Libro, 1994),
360 Pedro L. San Miguel
28
BM, 22: 626 (5 marzo 1910).
29
BM, 15: 403 (9 mayo 1903), 3. Todavía en 1918 se seguía trabajando en
este proyecto. BM, 29: 988 (25 mayo 1918), 8.
30
BM, 26: 825 (23 marzo 1915), 4; 26: 831 (22 abril 1915), 2; y 26: 834
(6 mayo 1915), 2.
362 Pedro L. San Miguel
31
BM, 16: 406 (6 agosto 1903), 4; y 16: 408 (17 noviembre 1903), 3.
32
BM, 29: 978 (30 enero 1918), 1-2.
33
BM, 17: 434 (8 noviembre 1904), 4; y 27: 866 (4 octubre 1915), 4.
Los campesinos del Cibao 363
34
Inoa, Estado y campesinos, 111-15; y Bruce J. Calder, The Impact of Interven-
tion: The Dominican Republic during the U.S. Occupation of 1916-1924 (Aus-
tin: University of Texas Press, 1984), 49.
35
BM, 21: 593 (10 septiembre 1908), 1-2; y 29: 1001 (11 octubre 1918), 1.
36
BM, 21: 594 (29 septiembre 1908), 3.
364 Pedro L. San Miguel
37
BM, 19: 528 (22 enero 1907), 1; 20: 578 (22 febrero 1908), 2; 27: 842 (3
junio 1915), 3; y 24: 714 (lro julio 1912), 4.
38
BM, 24: 676 (5 julio 1911), 4; y 28: 924 (22 noviembre 1916), 2.
39
BM, 24: 679 (10 agosto 1911), 4.
Los campesinos del Cibao 365
40
BM, 24: 690 (9 diciembre 1911), 3. He mantenido la grafía original.
41
Calder, The Impact of Intervention, 49-54; y BM, 28: 948 (9 junio 1917), 4-5.
42
BM, 29: 999 (14 septiembre 1918), 13-17; y 29: 1003 (20 octubre 1918), 6-7.
366 Pedro L. San Miguel
43
BM, 28: 948 (9 junio 1917), 4-5.
44
BM, 29: 972 (8 diciembre 1917), 8; y 29: 986 (11 mayo 1918), 8.
45
BM, 29: 978 (30 enero 1918), 4.
46
Este porciento se ha calculado a partir de la población masculina rural de
16-60 años. Ver «Censo rural de la Común de Santiago...», BM, 29: 1029
(23 junio 1919); y Primer censo nacional de República Dominicana, 1920, 2da
ed. (Santo Domingo: Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1975).
Los campesinos del Cibao 367
47
BM, 29: 987 (21 mayo 1918), 6; y 30: 1054 (15 diciembre 1920), 8.
48
Una de las mejores descripciones al respecto se encuentra en la novela
de Juan Bosch, La mañosa, 10ma ed. (Santo Domingo: Alfa & Omega,
1982).
49
Rodríguez Demorizi, Papeles de Bonó, 206-17.
368 Pedro L. San Miguel
50
BM, 29: 989 (8 junio 1918), 3.
51
BM, 29: 992 (30 junio 1918), 5.
52
BM, 30: 1055 (31 diciembre 1920), 21. Estos precios fueron obtenidos de un
inventario localizado en: ANJR, PN: JMV, 1918, t. 1, anejo entre fs. 9v-10.
53
BM, 31: 1069 (30 junio 1921), 5.
Los campesinos del Cibao 369
54
BM, 29: 984 (22 abril 1918), 5-6.
55
BM, 29: 987 (21 mayo 1918), 6.
56
BM, 32: 1114 (13 abril 1923), 5.
370 Pedro L. San Miguel
57
Es nuevamente Juan Bosch quien nos ha dejado, en su obra narrativa, un
vívido testimonio del enfurecimiento de los campesinos con el trabajo
obligatorio en los caminos. Ver su cuento «Forzados», en Camino Real,
3ra ed. (Santo Domingo: Alfa & Omega, 1983), 47-52.
58
CCS, [Carta de varios propietarios de Santiago al secretario de Estado de
Hacienda y Comercio sobre el Impuesto Territorial], 24 de noviembre
de 1927.
59
BM, 32: 1106 (10 febrero 1923), 6.
60
AHS, Memoria que al Honorable Ayuntamiento de Santiago presenta el Regidor
C. Sully Bonnelly en su calidad de Presidente de la Corporación correspondiente
al año 1920 (Santiago: Imprenta C. Sully Bonnelly Hijo & Co., 1921), 14.
La abolición del impuesto de caminos se decretó en la «Orden Ejecutiva
No. 285». BM, 29: 1019 (5 junio 1919), 47.
Los campesinos del Cibao 371
61
BM, 30: 1054 (15 diciembre 1920), 8.
62
Calder, The Impact of Intervention, 77-81.
63
BM, 33: 1151 (20 febrero 1925), 28-9.
372 Pedro L. San Miguel
64
Sobre la construcción del sistema de carreteras, ver Cassá, Historia social
y económica, 2: 219-23; y Calder, The Impact of Intervention, 49-54.
65
BM, 33: 1151 (20 febrero 1925), 28-9.
66
BM, 36: 1191 (25 junio 1928), 10-11.
Los campesinos del Cibao 373
67
AGN, GS, 1929, Leg. 4, 31 diciembre 1929.
68
BM, 33: 1117 (2 mayo 1923), 11-2.
69
BM, 33: 1150 (20 enero 1925), 49-50.
374 Pedro L. San Miguel
70
James C. Scott, Weapons of the Weak: Everyday Forms of Peasant Resistance
(New Haven: Yale University Press, 1985), 31.
71
AGN, GS, 1929, Leg. 4, 31 diciembre 1929.
Los campesinos del Cibao 375
72
AGN, GS, 1934, Leg. 5, 1ro agosto 1934.
73
Inoa, Estado y campesinos, 105-52; y García Bonnelly, Las obras públicas, es-
pecialmente el tomo segundo. Aunque informativa, esta obra es apologé-
tica del régimen trujillista. Ver, también: Pablo A. Maríñez, Agroindustria,
Estado y clases sociales en la Era de Trujillo (1935-1960) (Santo Domingo:
Fundación Cultural Dominicana, 1993).
74
AGN, GS, 1935, Exp. 5, 28 noviembre 1935; e Inoa, Estado y campesinos,
105-52.
75
Roberto Cassá, Movimiento obrero y lucha socialista en la República Domini-
cana (Desde los orígenes hasta 1960) (Santo Domingo: Fundación Cultural
Dominicana, 1990), 353, n. 22.
376 Pedro L. San Miguel
76
AGN, GS, 1936, Leg. 3, Exp. 4, 12 agosto 1936.
77
AGN, GS, 1936, Leg. 6, Exp. 9, 3 mayo 1936.
78
Inoa, Estado y campesinos, 116.
Los campesinos del Cibao 377
TABLA 7.1
PRESTATARIOS EN JÁNICO, 1938
Mes Prestatarios
Julio 325
Agosto 2,500
Septiembre 2,531
Octubre 2,402
Noviembre 2,070
Diciembre 2,090
TOTAL 11,918
Fuente: AGN, GS, 1939, Leg. 13, 30 diciembre 1938.
79
AHS, Memoria que al Honorable Ayuntamiento de Santiago presenta el Regidor
Presidente Don C. Sully Bonnelly correspondiente al ejercicio del año 1918 (San-
tiago: Tipografía de J.M. Vila Morel, 1919), 15.
80
García Bonnelly, Las obras públicas, 2: 219. En esta obra hay una present-
ación de la política estatal de riego.
81
Inoa, Estado y campesinos, 126-27; AHS, Memoria del año 1918, 15; y AGN,
GS, 1929, Leg. 4, 31 diciembre 1929.
378 Pedro L. San Miguel
por este sistema apenas 1,900 tareas. Con la extensión del área
bajo riego en las secciones de Hato del Yaque y Los Almáci-
gos, se esperaba que dicha cifra aumentara, según cálculos
oficiales, a 22,000 tareas. Esta ampliación era indispensable,
de acuerdo con el gobernador de la provincia, para la vida
económica de Santiago y para la protección del «pequeño
propietario rural». Un obstáculo adicional para lograr tal fin
lo constituyó –en palabras del gobernador– la «imposibilidad
de obtener personal suficiente para poner en inmediatas con-
diciones productivas una extensión tan grande de terreno».82
En otras palabras, la falta de mano de obra representaba un
obstáculo en la construcción de un sistema de riego que per-
mitiese aumentar la capacidad agrícola de las tierras cibaeñas.
Fue el trabajo compulsorio lo que permitió la culminación de
este proyecto, tan ansiado por la élite de Santiago.83 Así, como
en tantos otros planes, la élite no pudo alcanzar su meta sino
hasta el advenimiento de la dictadura.
Siguiendo instrucciones emanadas directamente de la Pre-
sidencia de la República, el gobernador de la provincia de
Santiago solicitó a las autoridades rurales que enviaran a los
prestatarios de sus respectivas secciones a trabajar en el canal
La Herradura-Amina.84 En agosto de 1936, por ejemplo, el go-
bernador ordenó a los alcaldes pedáneos de Las Palomas, Las
Palomas Arriba, Sabaneta de Las Palomas, Limonal Abajo y
Limonal Arriba que enviaran, cada uno, de 25 a 30 hombres,
todos los viernes, a trabajar en el canal. Tal pedido se hizo
también a los alcaldes de Licey Arriba y Canca. En este caso,
el gobernador advirtió que se castigaría «de alguna manera»
a los que no cumpliesen con la orden.85 Dos meses más tarde,
el síndico de Peña informaba que el día 20 de octubre había
asistido a los trabajos de dicho canal acompañado de más de
82
AGN, GS, 1929, Leg. 4, 31 diciembre 1929.
83
Inoa, Estado y campesinos, 127-42.
84
Inoa, Estado y campesinos, 127-28.
85
AGN, GS, 1936, Leg. 3, Exp. 4, 27 agosto 1936; y Leg. 4, 18 junio 1936.
Los campesinos del Cibao 379
86
AGN, GS, 1936, Leg. 2, Exp. 2, 31 octubre 1936; y Leg. 6, Exp. 9, 1ro
mayo 1936.
87
AGN, GS, 1939, Leg. 6, 20 enero 1939. Este expediente contiene varios
informes similares; todos muestran la misma tendencia, esto es, el uso
abrumador de los prestatarios en las obras públicas.
380 Pedro L. San Miguel
88
AGN, GS, 1936, Leg. 3, Exp. 4, 12 agosto 1936.
89
R. Emilio Jiménez, Al amor del bohío: Tradiciones y costumbres dominicanas
[1927] (Santo Domingo: s.e., 1975), 76-9.
90
Inoa, Estado y campesinos, 131 y 141; y AGN, GS, 1936, Leg. 8, Exp. 13, s.f.
Para otros ejemplos, ver Orlando Inoa, «Trabajo prestatario y agricultura
de riego: El trabajo forzado del campesinado al inicio de la Era de Tru-
jillo», Última Hora (23 mayo 1992), 16-7.
91
AGN, GS, 1942, Leg. 152, 2 febrero 1942.
92
Para ejemplos en otro contexto: Scott, Weapons of the Weak, 12 y 93.
Los campesinos del Cibao 381
93
Inoa, «Trabajo prestatario«, 17.
94
AGN, GS, Leg. 7, Exp. 12, 8 septiembre 1936. Subrayado mío; he man-
tenido la grafía original.
95
AGN, GS, 1939, Leg. 3, 13 [?] septiembre 1939. He mantenido la grafía
original.
382 Pedro L. San Miguel
96
AGN, GS, 1934, Leg. 5, 1ro agosto 1934; y 1939, Leg. 3, fecha ilegible.
97
Para una discusión más abarcadora: Inoa, Estado y campesinos, 121-50.
98
AGN, GS, 1936, Leg. 8, Exp. 13, s.f. De acuerdo con Inoa, el trabajo en
los canales de riego conllevó el empleo de millones de hombres/días de
trabajo (Estado y campesinos, 149-50).
99
AGN, GS, 1936, Leg. 8, Exp. 14, 23 abril 1936; Leg. 3, Exp. 4, 24 abril
1936; e Inoa, «Trabajo prestatario», 17.
Los campesinos del Cibao 383
100
AGN, GS, 1936, Leg. 4, 24 abril 1936; y 1939, Leg. 3, s.f. Para otros ejem-
plos: Inoa, Estado y campesinos, 134, y «Trabajo prestatario», 17.
101
Inoa, Estado y campesinos, 135-37.
102
AGN, GS, 1936, Leg. 3, Exp. 5, 17 noviembre 1936. Aparentemente, este
no fue un caso aislado; en 1939, el síndico de San José de las Matas, en
una carta al general José Estrella, también menciona la «propaganda…
contra los trabajos» (AGN, GS, 1939, Leg. 6, 9 diciembre 1939).
103
AGN, GS, 1937, Exp. 12 [15], 6 diciembre 1937.
384 Pedro L. San Miguel
104
AGN, GS, 1941, Leg. 114, 18 septiembre 1941.
105
Inoa, Estado y campesinos.
106
Cassá, Movimiento obrero y lucha socialista, 353.
107
AGN, GS, 1937, Exp. 12 [15], 6 diciembre 1937. Más ejemplos en: Inoa,
Estado y campesinos, y «Trabajo prestatario», 17.
Los campesinos del Cibao 385
110
AGN, GS, 1940-41, Leg. 118, 17 [?] agosto 1941.
111
AGN, GS, 1939, Leg. 3, 20 enero 1939. He mantenido la grafía original.
112
AGN, GS, 1939, Leg. 3, fecha ilegible.
Los campesinos del Cibao 387
AGN, GS, 1937, Exp. 12 [15], s.f., citado por Inoa, «Trabajo prestatario»,
113
114
AGN, GS, 1937, Exp. 12 [15], 6 diciembre 1937; 1936, Leg. 8, Exp. 14, 27
abril 1936; y Leg. 4, Exp. 6, 6 septiembre 1936.
115
AGN, GS, 1939, Leg. 3, 20 junio 1939 y 19 agosto 1939; e Inoa, Estado y
campesinos, 137-39.
116
AGN, GS, 1939, Leg. 6, 9 diciembre 1939.
Los campesinos del Cibao 389
117
Para una discusión sobre el particular: Maríñez, Agroindustria, Estado y
clases sociales; y Roberto Cassá, Capitalismo y dictadura (Santo Domingo:
Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1982), 723-35.
118
Cassá, Movimiento obrero, 353.
390 Pedro L. San Miguel
121
AGN, GS, 1941, Leg. 115, 5 enero 1941.
122
Este argumento me ha sido sugerido por la lectura de Steve J. Stern,
Peru’s Indian Peoples and the Challenge of Spanish Conquest: Huamanga to
1640 (Madison: University of Wisconsin Press, 1986); y Karen Spalding,
Huarochirí: An Andean Society under Inca and Spanish Rule (Stanford: Stan-
ford University Press, 1988).
123
Scott, The Moral Economy, 91-113.
392 Pedro L. San Miguel
124
Calder, The Impact of Intervention, 110-13. El impuesto territorial fue es-
tablecido por la «Orden Ejecutiva» No. 282 del Gobierno Militar. Mis
citas provienen de: BM, 29: 1019 (5 junio 1919), 1-48. Sobre la noción de
«peso de acción», referente a los terrenos comuneros, ver capítulo VI.
125
Calder, The Impact of Intervention, 73-5.
Los campesinos del Cibao 393
126
BM, 29: 1019 (5 junio 1919), 47-8.
127
Scott, The Moral Economy, 93.
394 Pedro L. San Miguel
Scott, The Moral Economy. Las causas de las rebeliones populares, espe-
128
129
Según Calder, el Gobierno Militar pretendía establecer un impuesto
sobre la renta pero la crisis económica que afectó al país a partir de 1920
lo impidió (The Impact of Intervention, 74).
130
AS, Memoria 1920, 4-5.
396 Pedro L. San Miguel
132
La comisión estaba compuesta por: Eliseo Espaillat, Ulises Franco Bidó,
Dr. Ramón de Lara, Arturo Ferreras, Rafael Muñoz, Luis Martínez, Ra-
fael Valerio, Rafael J. Espaillat, Manuel R. de Luna, Emilio Almonte, Ra-
fael Estrella Ureña, Lic. Emiliano Bergés y Alberto Asencio. BM, 31: 1084
(15 diciembre 1921), 3-4.
133
Baud, Peasants and Tobacco, 135-36; y BM, 31: 1076 (23 septiembre 1921), 8-9.
134
BM, 33: 1132 (21 noviembre 1923), 6.
398 Pedro L. San Miguel
135
Primer censo nacional, 143; y AHS, Memoria 1920, 4-5.
136
BM, 31: 1069 (30 junio 1921), 10-11.
137
BM, 31: 1084 (15 diciembre 1921), 12.
138
BM, 31: 1084 (15 diciembre 1921), 12; y 32: 1094 (1ro agosto 1922), 14.
Los campesinos del Cibao 399
139
BM, 32: 1086 (13 enero 1922), 3-4.
140
Calder, The Impact of Intervention, 112; y BM, 32: 1094 (1ro agosto 1922), 14.
141
«Orden Ejecutiva» No. 285, «Orden Ejecutiva» No. 282, en: BM, 29: 1019
(5 junio 1919).
142
AHS, Memoria 1920, 4-5.
400 Pedro L. San Miguel
143
BM, 31: 1083 (10 diciembre 1921), 9.
144
BM, 31: 1084 (15 diciembre 1921), 12.
145
BM, 32: 1094 (1ro agosto 1922), 14.
146
BM, 32: 1101 (30 diciembre 1922), 18; y Calder, The Impact of Intervention,
112.
Los campesinos del Cibao 401
147
BM, 33: 1132 (21 noviembre 1923), 6.
148
Scott, The Moral Economy, 94.
149
Luis Gómez, Relaciones de producción dominantes en la sociedad dominicana,
1875-1975, 2da ed. (Santo Domingo: Alfa y Omega, 1979), 69.
402 Pedro L. San Miguel
154
CCS, [Carta de varios al secretario de Estado de Hacienda y Comercio],
14 septiembre 1927.
155
Joaquín Marino Incháustegui, Historia dominicana, 2 vols. (Ciudad Tru-
jillo: Impresora Dominicana, 1955), 2: 162.
156
Inoa, Estado y campesinos, 186-92.
406 Pedro L. San Miguel
Dictadura y campesinado:
la política agraria bajo el trujillato
160
Carlos E. Chardón, Reconocimiento de los recursos naturales de la República
Dominicana (Santo Domingo: Editora de Santo Domingo, 1976), 13-8.
Este informe sobre los recursos del país fue originalmente redactado
en 1939. Como reconoce el autor, el Plan Trujillo ya había sido dado a
conocer en la prensa. Ver también: Inoa, Estado y campesinos, 155-96; y
Maríñez, Agroindustria, Estado y clases sociales.
161
AGN, SA, 1938, Leg. 324, 31 diciembre 1937.
162
Cassá, Capitalismo y dictadura, 124-31 y 277-307; Maríñez, Agroindustria,
Estado y clases sociales, 9-11 y 31-3; y Frank Moya Pons, Empresarios en con-
flicto: Políticas de industrialización y sustitución de importaciones en la Repúbli-
ca Dominicana (Santo Domingo: Fondo para el Avance de las Ciencias
Sociales, 1992), 23-71. Como muestran Inoa y Baud, muchas de estas
políticas habían sido ensayadas, con éxitos mixtos, antes de la ascensión
de Trujillo al poder. Ver, respectivamente: Estado y campesinos y Peasants
and Tobacco.
163
Inoa, Estado y campesinos, 84-5; y Maríñez, Agroindustria, Estado y clases so-
ciales, 43-4.
Los campesinos del Cibao 409
166
AGN, GS, 1936, Leg. 5, Exp. 7, 6 junio 1936; y Leg. 4, Exp. 6, 4 octubre
1936.
167
AGN, GS, 1936, Leg. 2, Exp. 2, 3 noviembre 1936.
168
AGN, GS, 1939, Leg. 3, 14 diciembre 1939; y 1940, Leg. 63, s.f. No queda
claro si estas cifras corresponden a toda la región del Cibao o a la pro-
vincia de Santiago únicamente. En cualquier caso, denotan una merma
considerable con relación a los años anteriores.
Los campesinos del Cibao 411
TABLA 7.2
DISTRIBUCIÓN DE TIERRAS EN LA
PROVINCIA DE SANTIAGO, 1935
Localización Tareas %
San José 102,552 34.3
Valverde 71,110 23.8
Santiago* 38,823 13.0
Jánico 32,328 10.8
Peña 30,424 10.1
Navarrete 24,135 8.0
*Además de las tierras repartidas en Santiago, incluye las tareas correspondientes a La
Canela, Licey, Baitoa, Las Lagunas y Gurabo.
Fuente: AGN, SA, JPA, 1935, Leg. 6, 22 diciembre 1935.
AGN, GS, 1939, Leg. 13, 4 marzo 1939, 3 abril 1939, 5 mayo 1939 y 1ro
169
julio 1939.
412 Pedro L. San Miguel
170
AGN, GS, 1936, Leg. 5, Exp. 7, s.f. y 2 enero 1936; Inoa, Estado y campesi-
nos; y Maríñez, Agroindustria, Estado y clases sociales.
171
Cassá, Capitalismo y dictadura, 146-49 y Cuadro No. II-27; 21 años de es-
tadísticas dominicanas, 1936-1956 (Ciudad Trujillo: Dirección General de
Estadísticas, 1957), 68; e Inoa, Estado y campesinos, 196-203.
Los campesinos del Cibao 413
172
AGN, GS, 1942, Leg. 156, 7 octubre 1942. De acuerdo con Inoa, en
general, el cultivo de arroz se distinguía por el predominio de fincas de
tamaño mediano; el caso de Valverde (Mao) era –según él– excepcional
(Estado y campesinos, 204-6).
173
AGN, SA, 1931, Leg. 1, 11 mayo 1931. Sobre los molineros: Inoa, Estado y
campesinos, 192-93.
414 Pedro L. San Miguel
AGN, GS, 1942, Leg. 146, s.f.; y MA, 1944, Leg. 8, 31 diciembre 1944.
174
AGN, MA, 1947, Leg. 38, No. 285, 12 abril 1947; No. 251, 21 abril 1947;
175
No. 234, 20 marzo 1947; No. 253, 14 abril 1947; y No. 246, 17 abril 1947.
Los campesinos del Cibao 415
176
AGN, MA, 1947, Leg. 38, No. 289, 10 abril 1947; y No. 284, 11 abril 1947.
177
Inoa, Estado y campesinos, 86-101.
178
AGN, MA, Leg. 3 8, No. 219, 3 mayo 1947; No. 191, 25 septiembre 1947;
y No. 252, 23 junio 1947.
179
Baud, Peasants and Tobacco, 114-16.
416 Pedro L. San Miguel
180
AGN, MA, Leg. 38, No. 228, 14 mayo 1947; y No. 300, 21 julio 1947.
181
Cassá, Capitalismo y dictadura, 130; Bernardo Vega, Trujillo y Haití: 1930-
1937 (Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana, 1988), 132-33.
182
Cassá, Capitalismo y dictadura, 130-31; Inoa, Estado y campesinos, 157-80; y
Maríñez, Agroindustria, Estado y clases sociales, 39-65.
Los campesinos del Cibao 417
183
ANJR, PN: JD, 1906, t. 2, fs. 326-26v; y BM, 21: 595 (19 octubre 1908), 1.
184
BM, 29: 986 (11 mayo 1918), 3; y 29: 1000 (30 septiembre 1918), 10.
185
BM, 29: 1014 (19 abril 1919), 8-9. Espaillat sometió su propuesta a la
Cámara de Comercio de Santiago en 1922. Debo a Danilo de los Santos
una copia de este documento y la de un informe agronómico sobre la
sección de Pedro García.
418 Pedro L. San Miguel
186
AGN, SA, JPA, 1935, Leg. 6, s.f.; GS, 1936, Leg. 3, Exp. 4, 22 agosto 1936;
SA, 1938, Leg. 370, 8 marzo 1938; y GS, 1939, Leg. 13, 30 noviembre
1939.
187
AGN, GS, 1940, Leg. 27, 20 mayo 1940.
188
AGN, MA, 1954, Leg. 288, s.f.
189
AGN, GS, 1936, Leg. 3, Exp. 4, 22 agosto 1936.
Los campesinos del Cibao 419
AGN, MA, 1947, Leg. 38, No. 205, 3 marzo 1947; y No. 302, 27 de mayo
190
1947.
420 Pedro L. San Miguel
TABLA 7.3
COLONIAS AGRÍCOLAS EN SANTIAGO, 1944
PG LA HY J
Total tareas 57,348 1,884 447 6,848
Tareas cultivadas 50,493 1,300 224 6,685
No. colonos 342 101 15 249
No. habitantes 3,319 295 112 899
PG=Pedro García LA=Los Almácigos HY=Hato del Yaque J=Jaibón
Fuente: AGN, MA, 1944, Leg. 8, 31 diciembre 1944.
192
Inoa, Estado y campesinos, 94-101. De acuerdo con este autor, los cam-
pesinos se beneficiaron mínimamente de estas tierras, yendo a parar la
mayor parte de ellas a manos de la claque trujillista, de los funcionarios
y los militares, y de los sectores rurales más acomodados.
193
AGN, GS, 1935, Exp. 5, s.f.
194
AGN, GS, 1936, Leg. 7, Exp. 12, 26 febrero 1936.
195
AGN, MA, 1950, Leg. 112, 20 mayo 1950; y Leg. 113, 10 septiembre 1950.
422 Pedro L. San Miguel
198
AGN, MA, 1944, Leg. 8, 5 enero 1944 y 22 noviembre 1943.
199
AGN, MA, 1950, Leg. 112, 20 marzo 1950 y 20 mayo 1950.
200
Inoa, Estado y campesinos.
424 Pedro L. San Miguel
201
AGN, GS, 1940-41, Leg. 122, 9 enero 1941; y Maríñez, Agroindustria, Es-
tado y clases sociales, 87-8 y 93-5.
202
AGN, GS, 1937, Exp. 10 [13], 5 abril 1937; y 1949, Leg 27, 6 septiembre
1940.
Los campesinos del Cibao 425
ejemplo, hizo del cultivo de yuca para la CAD una de sus prin-
cipales actividades agrícolas.203
La elaboración de aceite representa otro ejemplo de este
patrón. Como resultado del establecimiento de una industria
productora de aceite, empresa en la cual el mismo Trujillo es-
taba involucrado, el Estado fomentó activamente el cultivo de
maní, que era su materia prima. La promoción de dicho cul-
tivo incluyó el hacer propaganda entre el campesinado, alen-
tando la siembra de maní, y el reparto de semillas. Aunque
la «campaña del maní» tuvo un comienzo vacilante, durante
la posguerra la producción de este grano mostró uno de los
aumentos más extraordinarios de la agricultura dominicana.
Mientras que entre 1940-44 la producción promedio de maní
fue de algo más de 6,000 kilos, en el quinquenio siguiente al-
canzó los 9,500, llegando a sobrepasar los 20,000 kilos en los
años de 1950-54.204
Además de sus políticas económicas, la intervención del Es-
tado en el campo se sintió de muchas otras formas. Durante
el trujillato, el Estado aumentó su intervención como media-
dor entre los diversos sectores sociales. Al respecto, la política
agraria del régimen actuó en ocasiones como un catalítico, ya
que su implementación suscitó tensiones entre los campesi-
nos y los grandes propietarios. Este fue, por ejemplo, el caso
de nueve campesinos sin tierra que invadieron la propiedad
de Melchor González, en Valverde –alegadamente siguiendo
órdenes de Trujillo–, y que posteriormente fueron desaloja-
dos. Los campesinos desahuciados le escribieron a Trujillo,
solicitándole que enviara un «militar de confianza» a zanjar la
disputa ya que los oficiales civiles se habían abanderado con
203
AGN, GS, 1940-41, Leg. 122, 9 enero 1941; SA, 1938, Leg. 341, 19 mayo
1938; y GS, 1940, Leg. 27, 5 agosto 1940.
204
Maríñez, Agroindustria, Estado y clases sociales, 95-7; AGN, SA, 1938, Leg.
324, 31 marzo 1938; GS, 1940, Leg. 59, 12 abril 1941; y 1941, Leg. 108, 30
junio 1941. Las cifras de producción de maní son reproducidas en Cassá,
Capitalismo y dictadura, tabla II-4.
426 Pedro L. San Miguel
205
AGN, GS, 1935, Exp. 5, 8 marzo 1935; y 1936, Leg. 7, Exp. 12, s.f.
206
Para algunos ejemplos: AGN, GS, 1936, Leg. 4, Exp. 6, s.f.; Leg. 3, Exp.
4, 20 enero 1936; 1939, Leg. 13, s.f.; 1940-41, Leg. 122, 10 enero 1941; y
1942, Leg. 152, s.f.
207
AGN, GS, 1941, Leg. 116, 15 octubre 1941; Leg. 107, 9 junio 1941; y 1939,
Leg. 3, 14 diciembre 1939.
208
AGN, MA, 1956, Leg. 715, 12 diciembre 1955, 14 enero 1956 y 20 enero
1956.
Los campesinos del Cibao 427
209
AGN, GS, 1956, Leg. 715, 10 enero 1956.
210
Maríñez, Resistencia campesina, 73-94.
211
Para sugestivas discusiones sobre la relación entre el paternalismo y la
represión, ver Eugene D. Genovese, Roll, Jordan, Roll: The World the Slaves
Made (New York: Vintage Books, 1976), esp. 3-7 y 661-65; y Elizabeth Fox-
Genovese y Eugene D. Genovese, Fruits of Merchant Capital: Slavery and
Bourgeois Property in the Rise and Expansion of Capitalism (Oxford: Oxford
University Press, 1983), passim.
212
Maríñez, Resistencia campesina, 77-8. Como ejemplos de la propaganda
hecha entre los campesinos a favor del régimen, ver AGN, GS, 1936, Leg.
7, Exp. 12, 26 septiembre 1934 y 8 septiembre de 1936.
213
Inoa, Estado y campesinos, 70-6.
428 Pedro L. San Miguel
216
Cfr. Wilfredo Lozano, Proletarización y campesinado en el capitalismo agro-
exportador (Santo Domingo: Instituto Tecnológico de Santo Domingo,
1985), 87-142.
217
El Caribe (24 noviembre 1954).
218
AGN, MA, 1954, Leg. 278, 9 marzo 1954.
219
AGN, MA, 1954, Leg. 278, 10 febrero 1939.
430 Pedro L. San Miguel
221
Richard Frucht, «A Caribbean Social Type: Neither Peasant nor Proleta-
rian», en: Michael M. Horowitz (ed.), Peoples and Cultures of the Caribbean
(Garden City, NY: The Natural History Press, 1971), 190-97; y Sidney
W. Mintz, «The Rural Proletariat and the Problem of Rural Proletarian
Consciousness», JPS, 1 (1974): 291-325.
222
AGN, GS, Leg. 152, 2 mayo 1942.
223
Incháustegui, Historia dominicana, 2: 375. Sobre el proceso de migración
del campo-ciudad, ver Isis Duarte, Capitalismo y superpoblación en Santo
Domingo: Mercado de trabajo rural y ejército de reserva urbano, 2da ed. (Santo
Domingo: CODIA, 1980). Maríñez señala que el éxodo hacia las ciuda-
des aumentó en la década de los cincuenta (Agroindustria, Estado y clases
sociales, 108). Los documentos citados sugieren que desde inicios de la
década de los cuarenta este proceso se estaba acelerando.
224
Inoa, Estado y campesinos, 157-80.
225
AGN, MA, 1950, Leg. 112, 23 noviembre 1950.
432 Pedro L. San Miguel
226
AGN, MA, 1950, Leg. 113, 16 febrero 1950, 24 agosto 1950, 2 octubre
1950, 9 octubre 1950, 10 octubre 1950, y 18 octubre 1950.
227
Maríñez, Agroindustria, Estado y clases sociales.
Los campesinos del Cibao 433
Visité la Población
de Altamira y me fijé
que allí a distancia se vé
en muy buena condición,
la agricultura en porción
BM, 27: 853 (26 julio 1915), 1-2; 27: 854 (29 julio 1915), 1; y 29: 986 (11
229
230
AGN, GS, 1936, Leg. 7, Exp. 12, 8 septiembre 1936. He mantenido la
grafía original. Ver, también: Andrés L. Mateo, Mito y cultura en la Era
de Trujillo (Santo Domingo: Librería la Trinitaria e Instituto del Libro,
1993), 205-7.
231
Cfr. Baud, Peasants and Tobacco, 211-17.
436 Pedro L. San Miguel
437
438 Pedro L. San Miguel
2
Roberto Marte, Cuba y la República Dominicana: Transición económica en el
Caribe del siglo xix (Santo Domingo: Editorial CENAPEC, s.f.), 337-439; y
H. Hoetink, The Dominican People, 1850-1900: Notes for a Historical Sociology
(Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1982).
3
Philip D. Curtin, The Rise and Fall of the Plantation Complex: Essays on At-
lantic History (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1990); y J.H.
Galloway, The Sugar Cane Industry: A Historical Geography from its Origins to
1914 (Cambridge: Cambridge University Press, 1989).
4
Michiel Baud, «The Origins of Capitalist Agriculture in the Dominican
Republic», LARR, XXII, 2 (1987): 135-53; y «Transformación capitalista y
regionalización en la República Dominicana, 1875-1920», IC, 1, 1 (1986):
17-45.
Los campesinos del Cibao 439
5
Patrick E. Bryan, «La producción campesina en la República Domini-
cana a principios del siglo xx», Eme-Eme, VII, 42 (1979): 29-62.
6
George L. Beckford, Persistent Poverty: Underdevelopment in Plantation Econo-
mies of the Third World, 2da ed. (Morant Bay y London: Maroon Publishing
House y Zed Books, 1983), 18-29; y Sidney W. Mintz, Caribbean Transforma-
tions (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1984), 131-56.
7
Juana Gil-Bermejo García, Panorama histórico de la agricultura en Puerto
Rico (Sevilla: Instituto de Cultura Puertorriqueña y Escuela de Estudios
Hispano-Americanos, 1970); y Pedro L. San Miguel, «¿La isla que se
repite? Una visión alterna de la historia económica del Caribe hispano
en el siglo xix», en: Crónicas de un embrujo: Ensayos sobre historia y cultura
del Caribe hispano (Pittsburgh: Instituto Internacional de Literatura
Iberoamericana, Universidad de Pittsburgh, 2010), 23-44.
440 Pedro L. San Miguel
8
Francisco A. Scarano, Sugar and Slavery in Puerto Rico: The Plantation Econ-
omy of Ponce, 1800-1850 (Madison: University of Wisconsin Press, 1984).
9
Fernando Ortiz, Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar (Las Villas: Uni-
versidad Central de Las Villas, 1963); Michiel Baud, Peasants and Tobacco
in the Dominican Republic, 1870-1930 (Knoxville: University of Tennessee
Press, 1995); y Lowell Gudmundson, «La Costa Rica cafetalera en con-
texto comparado», Revista de Historia, 14 (1986): 11-23; y el ensayo de
Robert A. Manners, «Tabara: Subcultures of a Tobacco and Mixed Crops
Municipality», y el de Eric R. Wolf, «San José: Subcultures of a Traditional
Coffee Municipality», en: Julian H. Steward, et al., The People of Puerto
Rico: A Study in Social Anthropology, 2da impresión (Urbana: University of
Illinois Press, 1966), 93-170 y 171-264, respectivamente.
Los campesinos del Cibao 441
10
William Roseberry, «Hacia un análisis comparativo de los países cafetale-
ros», RH, 14 (1986): 26.
11
Eric R. Wolf, Peasant Wars of the Twentieth Century (New York: Harper &
Row, 1973); y Jeffery M. Paige, Agrarian Revolution: Social Movements and
Export Agriculture in the Underdeveloped World (New York: The Free Press,
1978).
12
Debido al influjo de la economía de exportación sobre las economías
latinoamericanas y caribeñas, se ha prestado poca atención al desarrollo
del mercado interno. Entre las obras que tocan el tema se encuentran:
Mintz, Caribbean Transformations, 180-224; Enrique Florescano, Precios del
maíz y crisis agrícolas en México, 1708-1810 (México: El Colegio de México,
1969); Carlos Sempat Assadourian, El sistema de la economía colonial: Mer-
cado interno, regiones y espacio económico (Lima: Instituto de Estudios Perua-
nos, 1982); y Juan Carlos Garavaglia, Mercado interno y economía colonial
(México: Grijalbo, 1983). Para la República Dominicana en particular:
Nelson Carreño, «El mercado interno como elemento de integración de
442 Pedro L. San Miguel
Sobre todo: Boin y Serulle Ramia, El desarrollo del capitalismo, esp. 1: 129-96.
16
tierra y la mano de obra en América Latina: Ensayos sobre el desarrollo del capi-
talismo agrario en los siglos xix y xx (México: Fondo de Cultura Económica,
1987), esp. 9-29; y Ernest Feder, Violencia y despojo del campesino: Latifundis-
mo y explotación, 3ra ed. (México: Siglo XXI, 1978).
Los campesinos del Cibao 445
18
Thomas C. Holt, The Problem of Freedom: Race, Labor, and Politics in Jamaica
and Britain, 1832-1938 (Baltimore: Johns Hopkins University Press,
1992), 146-68.
19
Ver, respectivamente: Brooke Larson, Colonialism and Agrarian Transfor-
mation in Bolivia: Cochabamba, 1550-1900 (Princeton: Princeton University
Press, 1988); William Roseberry, Coffee and Capitalism in the Venezuelan
Andes (Austin: University of Texas Press, 1983); Florencia E. Mallon, The
446 Pedro L. San Miguel
20
Fernando Picó, Amargo café: Los pequeños y medianos caficultores de Utuado
en la segunda mitad del siglo xix (Río Piedras: Huracán, 1981).
21
Al respecto, hay que hacer algunas aclaraciones. En primer lugar, ya que
los comerciantes no eran un grupo homogéneo, he evitado referirme a
ellos como una clase. En segundo lugar, cuando hablo de la exigüidad
del fenómeno del «comerciante que se convierte en agricultor», me re-
fiero ante todo a los escalafones más altos del sector de comerciantes de
Santiago. Entre los sectores medios y bajos de los mercaderes, fue más
pronunciada la tendencia a convertirse en agricultores. Esto no es sor-
prendente ya que eran esos negociantes los que tenían un contacto más
directo con el campesinado. Muchos de ellos vivían en el campo o eran
de extracción campesina. Ver Fernando I. Ferrán, Tabaco y sociedad: La
organización del poder en el ecomercado de tabaco dominicano (Santo Domingo:
Fondo para el Avance de las Ciencias Sociales y Centro de Investigación
y Acción Social, 1976); y Kenneth Evan Sharpe, Peasant Politics: Struggle in
a Dominican Village (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1977).
448 Pedro L. San Miguel
22
Wolf, Peasant Wars, 280. Mis observaciones sobre las implicaciones
ecológicas de la economía de mercado en la República Dominicana han
sido influenciadas por: Rafael E. Yunén, La isla como es: Hipótesis para su
comprobación (Santiago: Universidad Católica Madre y Maestra, 1985); y
Fernando Picó, «Deshumanización del trabajo, cosificación de la natura-
leza: Los comienzos del café en el Utuado del siglo xix», en: Francisco A.
Scarano (ed.), Inmigración y clases sociales en el Puerto Rico del siglo xix (Río
Piedras: Huracán, 1981), 187-206.
23
Ferrán, Tabaco y sociedad; Sharpe, Peasant Politics; y Baud, Peasants and
Tobacco.
450 Pedro L. San Miguel
25
Roberto Cassá, Capitalismo y dictadura (Santo Domingo: Universidad
Autónoma de Santo Domingo, 1982), y Movimiento obrero y lucha socialista
en la República Dominicana (Desde los orígenes hasta 1960) (Santo Domingo:
Fundación Cultural Dominicana, 1990); y Orlando Inoa, Estado y campe-
sinos al inicio de la Era de Trujillo (Santo Domingo: Librería La Trinitaria e
Instituto del Libro, 1994).
26
Cfr. Baud, Peasants and Tobacco; e Inoa, Estado y campesinos.
452 Pedro L. San Miguel
32
Esta interpretación de la violencia del régimen trujillista me ha sido
sugerida por la lectura de: La Era de Trujillo: Décimas, relatos y testimonios
campesinos (Santo Domingo: MUDE, 1989); y Todd A. Diacon, Millenar-
ian Vision, Capitalist Reality: Brazil’s Contestado Rebellion, 1912-1916 (Dur-
ham: Duke University Press, 1991), esp. 30-2.
33
El término es sugerido por Luisa Paré, según citada en: Blanca Rubio, Re-
sistencia campesina y explotación rural en México (México: Era, 1987), 28 n. 4.
Los campesinos del Cibao 455
34
Arnaldo Córdova, La ideología de la Revolución Mexicana: La formación del
nuevo régimen, 14ta ed. (México: Era, 1985); Arturo Warman, ...Y veni-
mos a contradecir: Los campesinos de Morelos y el Estado nacional (México:
SEP/CIESAS, 1988); y Roger Bartra, Campesinado y poder político en México
(México: Era, 1988).
35
José Luis Rénique, Los sueños de la sierra: Cusco en el siglo xx (Lima: Centro
Peruano de Estudios Sociales, 1991), 243-316; y Gavin Smith, Livelihood
and Resistance: Peasants and the Politics of Land in Peru (Berkeley: Univer-
sity of California Press, 1989), esp. 194-217.
36
Jeffrey L. Gould, To Lead as Equals: Rural Protest and Political Consciousness
in Chinandega, Nicaragua, 1912-1979 (Chapel Hill: University of North
456 Pedro L. San Miguel
37
Pedro L. San Miguel, «Crisis económica e intervención estatal: El plan de
valorización del tabaco en la República Dominicana», Ecos, II, 3 (1994):
55-77.
38
Pablo A. Maríñez, Agroindustria, Estado y clases sociales en la Era de Trujillo
(1935-1960) (Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana, 1993), 52.
458 Pedro L. San Miguel
LI, XLIV: 14012 (4 enero 1960), 1 y 5; y EC, XII: 4306 (8 febrero 1960), 1.
41
Steve J. Stern, Peru’s Indian Peoples and the Challenge of Spanish Conquest: Hua-
43
Georg Lukács
La novela histórica
463
464 Pedro L. San Miguel
Georg Lukács, La novela histórica, 2da ed. (México: Era, 1971), 134.
1
Los campesinos del Cibao 467
visión del mundo estaba permeada por los valores del campe-
sinado propietario del Cibao, aunque, para él, ser campesino,
realmente, tenía un significado muy distinto al que había teni-
do para sus antecesores.
Era ese orgullo, y la centenaria historia del campesinado de
la región, lo que subyacía en las actitudes y las palabras del diri-
gente campesino en el ISA, el cual, ante los señores del dinero
y el poder, se arrogó la defensa de una forma de vida. ¿No resi-
de en este compromiso el núcleo de la «pasión trágica», como
proclama Lukács? Este drama –tanto como el de un príncipe
medieval consumido por la duda, o el de dos jóvenes amantes
separados por odios ancestrales– nos brinda elementos para
comprender, y quizás para mejorar, la condición humana.
Fuentes y bibliografía
Fuentes primarias
471
472 Pedro L. San Miguel
Ayuntamiento de Santiago
Conservaduría de Hipotecas
Hipotecas: 1905-60.
Registro de la Propiedad Territorial: 1912-18, 1925-39.
Transcripciones: 1935, 1940, 1945, 1950, 1955, 1960.
Biblioteca Nacional
Entrevistas
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502 Pedro L. San Miguel
– 509 –
510 Publicaciones del Archivo General de la Nación
Vol. XXXIV Cartas del Cabildo de Santo Domingo en el siglo xvii. Compilación de
Genaro Rodríguez Morel, Santo Domingo, D. N., 2007.
Vol. XXXV Memorias del Primer Encuentro Nacional de Archivos. Santo Domingo,
D. N., 2007.
Vol. XXXVI Actas de los primeros congresos obreros dominicanos, 1920 y 1922.
Santo Domingo, D. N., 2007.
Vol. XXXVII Documentos para la historia de la educación moderna en la República
Dominicana (1879-1894). Tomo I. Raymundo González, Santo
Domingo, D. N., 2007.
Vol. XXXVIII Documentos para la historia de la educación moderna en la República
Dominicana (1879-1894). Tomo II. Raymundo González, Santo
Domingo, D. N., 2007.
Vol. XXXIX Una carta a Maritain. Andrés Avelino, traducción al castellano
e introducción del P. Jesús Hernández, Santo Domingo, D. N.,
2007.
Vol. XL Manual de indización para archivos, en coedición con el Archivo
Nacional de la República de Cuba. Marisol Mesa, Elvira Corbelle
Sanjurjo, Alba Gilda Dreke de Alfonso, Miriam Ruiz Meriño,
Jorge Macle Cruz, Santo Domingo, D. N., 2007.
Vol. XLI Apuntes históricos sobre Santo Domingo. Dr. Alejandro Llenas.
Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2007.
Vol. XLII Ensayos y apuntes diversos. Dr. Alejandro Llenas. Edición de A.
Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2007.
Vol. XLIII La educación científica de la mujer. Eugenio María de Hostos, Santo
Domingo, D. N., 2007.
Vol. XLIV Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1530-1546).
Compilación de Genaro Rodríguez Morel, Santo Domingo, D.
N., 2008.
Vol. XLV Américo Lugo en Patria. Selección. Compilación de Rafael Darío
Herrera, Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. XLVI Años imborrables. Rafael Alburquerque Zayas-Bazán, Santo
Domingo, D. N., 2008.
Vol. XLVII Censos municipales del siglo xix y otras estadísticas de población.
Alejandro Paulino Ramos, Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. XLVIII Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel. Tomo I.
Compilación de José Luis Saez, S. J., Santo Domingo, D. N.,
2008.
Vol. XLIX Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel. Tomo II,
Compilación de José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N.,
2008.
Vol. L Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel. Tomo III.
Compilación de José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N.,
2008.
512 Publicaciones del Archivo General de la Nación
Vol. LXXXIX Una pluma en el exilio. Los artículos publicados por Constancio
Bernaldo de Quirós en República Dominicana. Compilación de
Constancio Cassá Bernaldo de Quirós, Santo Domingo, D. N.,
2009.
Vol. XC Ideas y doctrinas políticas contemporáneas. Juan Isidro Jimenes
Grullón, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. XCI Metodología de la investigación histórica. Hernán Venegas Delgado,
Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. XCIII Filosofía dominicana: pasado y presente. Tomo I. Compilación de
Lusitania F. Martínez, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. XCIV Filosofía dominicana: pasado y presente. Tomo II. Compilación de
Lusitania F. Martínez, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. XCV Filosofía dominicana: pasado y presente. Tomo III. Compilación de
Lusitania F. Martínez, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. XCVI Los Panfleteros de Santiago: torturas y desaparición. Ramón Antonio,
(Negro) Veras, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. XCVII Escritos reunidos. 1. Ensayos, 1887-1907. Rafael Justino Castillo.
Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. XCVIII Escritos reunidos. 2. Ensayos, 1908-1932. Rafael Justino Castillo.
Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. XCIX Escritos reunidos. 3. Artículos, 1888-1931. Rafael Justino Castillo.
Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. C Escritos históricos. Américo Lugo, edición conjunta del Archivo
General de la Nación y el Banco de Reservas, Santo Domingo,
D. N., 2009.
Vol. CI Vindicaciones y apologías. Bernardo Correa y Cidrón. Edición de
Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. CII Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas.
María Ugarte, Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. CIII Escritos diversos. Emiliano Tejera, edición conjunta del Archivo
General de la Nación y el Banco de Reservas, Santo Domingo,
D. N., 2010.
Vol. CIV Tierra adentro. José María Pichardo, segunda edición, Santo
Domingo, D. N., 2010.
Vol. CV Cuatro aspectos sobre la literatura de Juan Bosch. Diógenes Valdez,
Santo Domingo, D. N., 2010.
Vol. CVI Javier Malagón Barceló, el Derecho Indiano y su exilio en la República
Dominicana. Compilación de Constancio Cassá Bernaldo de
Quirós, Santo Domingo, D. N., 2010.
Vol. CVII Cristóbal Colón y la construcción de un mundo nuevo. Estudios, 1983-
2008. Consuelo Varela, edición de Andrés Blanco Díaz, Santo
Domingo, D. N., 2010.
Publicaciones del Archivo General de la Nación 515
Vol. CXLIII Más escritos dispersos. Tomo I. José Ramón López. Edición de
Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2011.
Vol. CXLIV Más escritos dispersos. Tomo II. José Ramón López. Edición de
Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2011.
Vol. CXLV Más escritos dispersos. Tomo III. José Ramón López. Edición de
Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2011.
Vol. CXLVI Manuel de Jesús de Peña y Reinoso: Dos patrias y un ideal. Jorge
Berenguer Cala, Santo Domingo, D. N., 2011.
Vol. CXLVII Rebelión de los capitanes: Viva el rey y muera el mal gobierno. Roberto
Cassá, Santo Domingo, D. N., 2011.
Vol. CXLVIII De esclavos a campesinos. Vida rural en Santo Domingo colonial.
Raymundo González, Santo Domingo, D. N., 2011.
Vol. CXLIX Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575). Genaro
Rodríguez Morel, Santo Domingo, D. N., 2011.
Vol. CL Ramón –Van Elder– Espinal. Una vida intelectual comprometida.
Compilación de Alfredo Rafael Hernández Figueroa, Santo
Domingo, D. N., 2011.
Vol. CLI El alzamiento de Neiba: Los acontecimientos y los documentos (febrero de
1863). José Abreu Cardet y Elia Sintes Gómez, Santo Domingo,
D. N., 2011.
Vol. CLII Meditaciones de cultura. Laberintos de la dominicanidad. Carlos
Andújar Persinal, Santo Domingo, D. N., 2011.
Vol. CLIII El Ecuador en la Historia (2da ed.). Jorge Núñez Sánchez, Santo
Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLIV Revoluciones y conflictos internacionales en el Caribe (1789-1854). José
Luciano Franco, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLV Cuba: la defensa del Imperio español (1868-1878). José Abreu Cardet,
Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLVI Didáctica de la geografía para profesores de Sociales. Amparo
Chantada, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLVII La telaraña cubana de Trujillo. Tomo I. Eliades Acosta Matos,
Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLVIII Cedulario de la isla de Santo Domingo, Vol. II: 1501-1509. Fray
Vicente Rubio, O. P., edición conjunta del Archivo General de la
Nación y el Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma
Español, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLIX Tesoros ocultos del periódico El Cable. Compilación de Edgar
Valenzuela, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLX Cuestiones políticas y sociales. Dr. Santiago Ponce de León, edición
de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXI La telaraña cubana de Trujillo. Tomo II. Eliades Acosta Matos,
Santo Domingo, D. N., 2012.
518 Publicaciones del Archivo General de la Nación
Vol. CLXII El incidente del trasatlántico Cuba. Una historia del exilio republicano
español en la sociedad dominicana, 1938-1944. Juan B. Alfonseca
Giner de los Ríos, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXIII Historia de la caricatura dominicana. Tomo I. José Mercader, Santo
Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXIV Valle Nuevo: El Parque Juan B. Pérez Rancier y su altiplano. Constancio
Cassá, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXV Economía, agricultura y producción. José Ramón Abad. Edición de
Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXVI Antología. Eugenio Deschamps. Edición de Roberto Cassá, Betty
Almonte y Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXVII Diccionario geográfico-histórico dominicano. Temístocles A. Ravelo.
Revisión, anotación y ensayo introductorio Marcos A. Morales,
edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXVIII Drama de Trujillo. Cronología comentada. Alonso Rodríguez
Demorizi. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N.,
2012.
Vol. CLXIX La dictadura de Trujillo: documentos (1930-1939). Tomo I, volumen
1. Eliades Acosta Matos, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXX Drama de Trujillo. Nueva Canosa. Alonso Rodríguez Demorizi.
Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2012
Vol. CLXXI El Tratado de Ryswick y otros temas. Julio Andrés Montolío. Edición
de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXXII La dictadura de Trujillo: documentos (1930-1939). Tomo I, volumen 2.
Eliades Acosta Matos, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXXIII La dictadura de Trujillo: documentos (1950-1961). Tomo III,
volumen 5. Eliades Acosta Matos, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXXIV La dictadura de Trujillo: documentos (1950-1961). Tomo III,
volumen 6. Eliades Acosta Matos, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXXV Cinco ensayos sobre el Caribe hispano en el siglo xix: República
Dominicana, Cuba y Puerto Rico 1861-1898. Luis Álvarez-López,
Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXXVI Correspondencia consular inglesa sobre la Anexión de Santo Domingo a
España. Roberto Marte, Santo Domingo, D. N., 2012.
Vol. CLXXVII ¿Por qué lucha el pueblo dominicano? Imperialismo y dictadura en
América Latina. Dato Pagán Perdomo, Santo Domingo, D. N.,
2012.
Publicaciones del Archivo General de la Nación 519
Colección Juvenil
Vol. I Pedro Francisco Bonó. Textos selectos. Santo Domingo, D. N., 2007
Vol. II Heroínas nacionales. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2007.
Vol. III Vida y obra de Ercilia Pepín. Alejandro Paulino Ramos. Santo
Domingo, D. N., 2007.
Vol. IV Dictadores dominicanos del siglo xix. Roberto Cassá. Santo Domingo,
D. N., 2008.
Vol. V Padres de la Patria. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. VI Pensadores criollos. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. VII Héroes restauradores. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2009.
Vol. VIII Dominicanos de pensamiento liberal: Espaillat, Bonó, Deschamps
(siglo xix). Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2010.
Colección Referencias