Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las colaboraciones firmadas expresan la opinión de sus autores y no reflejan ni comprometen necesaria-
mente las del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, o de la Asociación
Profesional del Cuerpo Permanente del Servicio Exterior de la Nación o de la Revista.
Índice
Prólogo ...................................................................................................................... 11
Democracia e integración
Pablo Grinspun ............................................................................................................. 29
L
a Asociación Profesional del Cuerpo Permanente del Servicio Exterior de la Nación
(APSEN) fue constituida por funcionarios diplomáticos de carrera el 26 de marzo de
1985. En julio de 1989, le fue otorgada la personería gremial por Resolución del Mi-
nisterio de Trabajo N° 956.
Al abrir este nuevo camino en la historia de la Cancillería, los fundadores de la Aso-
ciación reconocieron que el alto grado de profesionalización alcanzado por los integrantes
del Servicio Exterior requería una representación gremial diferenciada que respondiera a las
necesidades profesionales de aquellos.
De esta forma, la Asociación desarrolla una firme defensa de la estabilidad y profesiona-
lización de la carrera diplomática. Con el propósito de cumplir con ese objetivo, contribuye
con iniciativas concretas al desarrollo de una Cancillería moderna, eficiente, capaz de utilizar
racionalmente los recursos disponibles y cuya estructura organizativa sea apta para enfrentar
los desafíos que plantean las relaciones de la Argentina con el mundo actual.
Entre las actividades de difusión de la carrera diplomática y de la política exterior de-
sarrolladas en los últimos meses por la Asociación, puede citarse la publicación del “Anuario
Institucional”, obra que contiene contribuciones de destacadas personalidades del ámbito
político, académico y profesional, relativas a la diplomacia argentina, acompañadas por va-
liosos documentos fotográficos de distintas épocas de la Cancillería y que fuera presentada
oportunamente por el Embajador Albino Gómez en el Instituto del Servicio Exterior de la
Nación (ISEN). Asimismo, se editó el libro “Una visión argentina de la Revolución Rusa”
de Guillermo Stamponi, trabajo documental que expone, a través de la recopilación de in-
formes diplomáticos, la visión de nuestros funcionarios en uno de los hechos históricos más
trascendentales del siglo XX, que fuera presentado por los Embajadores Archibaldo Lanús y
Arnoldo Listre en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
También, se efectuaron presentaciones de diplomáticos argentinos en el Club Europeo
que han versado sobre los temas referidos a la plataforma continental y el derecho del mar, las
negociaciones económicas internacionales, la actividad espacial en la Argentina y la coopera-
ción internacional y la difusión de la cultura argentina en el exterior.
En adición a estas actividades, el 29 de setiembre de 2009 tendrá lugar el Seminario
titulado “Las Cancillerías y los diplomáticos del Siglo XXI: enfrentando los nuevos desafíos”,
en ocasión de la conmemoración del Día del Diplomático Argentino.
|
APSEN - Comisión Directiva
L
a recuperación de la democracia en nuestro país hace ya 25 años significó un prolífico
reverdecer de emprendimientos y políticas que no podían encontrar una expresión ins-
titucional ni ciudadana bajo un régimen dictatorial. Al recobrar su legitimidad, los go-
biernos que se sucedieron durante este período restablecieron sus vínculos con la comunidad
internacional en torno a causas comunes tendientes a lograr un orden mundial más estable y
equitativo. Este objetivo –aún lejos de haber sido alcanzado– movilizó a la Cancillería y a sus
integrantes, así como a otras reparticiones del Estado, en la tarea de unir sus esfuerzos a los de
otros Estados en torno a preocupaciones generalizadas por temas tales como los derechos hu-
manos, la integración, las migraciones, las amenazas a la paz y a la seguridad internacional, el
afianzamiento de la democracia y la inclusión social y la protección del medio ambiente, por
mencionar sólo algunos de las cuestiones que integran la agenda internacional actual.
En este número de la Revista TEMAS hemos pretendido ilustrar la evolución de estos
puntos de la agenda desde la recuperación de la democracia. La lista es claramente insufi-
ciente e incompleta. Por razones de espacio, hemos dejado fuera de esta edición otros temas
igualmente importantes de la política exterior argentina, y quizás aún más importantes que
los aquí reflejados. Nos proponemos dedicar el próximo número de la revista a esos otros
temas, o al menos a algunos de ellos.
Los autores del presente número de la revista son en su casi totalidad integrantes del
Cuerpo Permanente del Servicio Exterior de la Nación. Muchos de ellos son actores con dis-
tintas responsabilidades en las temáticas sobre las que escriben, lo que realza el contenido de
sus presentaciones. No obstante, debemos reiterar que sus opiniones no reflejan necesaria-
mente la posición de la Cancillería o del APSEN sobre los respectivos temas.
El presente número pretende ser un aporte de orden profesional al estudio de los temas
aquí expuestos, pero también deseamos que constituya una adhesión y un homenaje al rees-
tablecimiento de la democracia en la Argentina, único régimen bajo el cual pueden encontrar
protección y expresión los derechos humanos y encarrilarse el funcionamiento de las institu-
ciones hacia el bien común. En las páginas que siguen podremos comprobar la forma en que
el regreso al camino de la normalidad institucional en nuestro país ha quedado reflejado en
distintos aspectos de la política exterior argentina. Tal como queda expuesto en los distintos
artículos, solo un país en democracia puede estar en condiciones de asumir una posición
constructiva y solidaria en temas tales como las relaciones de vecindad, las migraciones, el
desarrollo y la exportación de su rico acervo cultural y la participación de la sociedad civil en
su política exterior.
La Cancillería argentina constituye una sofisticada –y algo alambicada, quizás– ma-
quinaria al servicio de la promoción y defensa de los intereses de nuestros ciudadanos y
11 |
de nuestro país en el ámbito internacional. Profesional en alto grado y con una compleja
estructura que cubre los más diversos ámbitos y esferas de la política internacional. Profun-
damente imbricada con el resto de la administración pública y con el ámbito privado en sus
diversas manifestaciones –económica, empresarial, cultural, académica, periodística, entre
otras. En un país acuciado por problemas coyunturales, la labor de la Cancillería no siempre
es debidamente conocida –y menos valorada. Sin embargo, tiene a su cargo responsabilidades
con una incidencia directa en la vida diaria de nuestros conciudadanos. Y cuenta, para hacer
frente a esas elevadas responsabilidades, con un cuerpo profesional seleccionado con las más
elevadas exigencias y motivado por una profunda vocación de servicio. Aunque solo somos
un instrumento de ejecución de la política exterior nacional (art. 1 de la Ley Orgánica del
Servicio Exterior de la Nación, Nº 20.957) coadyuvamos a la propia elaboración de las polí-
ticas en materia internacional, por lo que esperamos que la presente publicación contribuya
a dilucidar y difundir los principios que las inspiran.
La Asociación Profesional del Cuerpo Permanente del Servicio Exterior de la Nación
(APSEN), como entidad con personería gremial, busca, entre otros objetivos, consolidar la
profesionalización de la labor diplomática, convencida de que sólo a través de funcionarios
con una sólida capacitación y una profunda motivación se puede hacer frente a los desafíos
que presenta un mundo crecientemente interrelacionado y competitivo. A través de nuestras
publicaciones queremos incentivar la investigación y el análisis de la compleja tarea a nues-
tro cargo, así como dar a conocer la temática que nos ocupa. Confiamos en que este segundo
número de la revista TEMAS se oriente en tal sentido y pueda despertar el interés de los
lectores hacia cuestiones que afectan intereses de carácter general. w
| 12
Democracia y Derechos Humanos
Fabián Oddone*
Introducción
V
ertiginosa. Así podría describirse la evolución de los derechos humanos en la Argentina
a partir de la recuperación de la democracia en 1983. Desde sus primeros días –en que
el país debió enfrentar las consecuencias de un trágico pasado de violaciones masivas y
sistemáticas– hasta 2008, en que concluyó el proceso de ratificación de todos los instrumentos
de protección de derechos humanos celebrados bajo los auspicios de la OEA y las Naciones
Unidas, mucho ha ocurrido. Un proceso complejo, pero que, veintiséis años después, se reco-
noce como exitoso y promotor de profundos y positivos cambios en la sociedad.
Desde el inicio, la Cancillería ha tenido un lugar central en la política de derechos huma-
nos. El 13 de diciembre de 1983, apenas dos días después de la asunción del Presidente Raúl
Alfonsín, comenzaba sus tareas en el Ministerio el Dr. Horacio Ravenna, el primer Director de
Derechos Humanos de la igualmente recién creada Dirección General de Derechos Humanos.
Los cambios realizados por el gobierno democrático le otorgaron entonces al Ministerio de
Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto un rol principal en la implementación
y seguimiento de esta temática, que se ha mantenido hasta hoy, a pesar del enorme desarrollo
institucional que, en materia de protección y promoción de los derechos humanos, ha habido
en la República.
Los desafíos que hubo que encarar desde el primer día han sido inmensos y debieron ser
enfrentados de manera simultánea. Con el tiempo, el cumplimiento de algunos de los objetivos
impuestos acarreó la aparición de otros nuevos, más complejos y sofisticados. La modificación
de los estándares aplicables en el ámbito legal interno generó pautas legales y conductas que
exigieron –y exigen– respuestas siempre novedosas. Desde esta perspectiva, podríamos afirmar
que la evolución de la temática de los derechos humanos en nuestro país se desarrolló en al
menos tres vertientes: a) la lucha contra la impunidad y la revisión del pasado; b) la incorpora-
ción del derecho internacional de los derechos humanos y c) las reformas legales internas y la
adecuación de las conductas a la luz de los nuevos paradigmas establecidos.
* Consejero de Embajada y Cónsul General. Se desempeña actualmente en la Dirección General de Derechos Humanos de la
Cancillería Argentina. Artículo escrito con la valiosa colaboración de Silvia Fernández de Gurmendi, Eduardo Acevedo Díaz,
Soledad Figueroa, Laura Toker y Cecilia López Gualde.
1. Ley de Ministerios (23.023), sancionada el 14 de diciembre de 1983 y sus modificatorias, principalmente el Decreto
438/92.
2. Secretaría de DDHH, primero en el ámbito del Ministerio del Interior, luego en el Ministerio de Justicia, Seguridad y
Derechos Humanos, Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), Instituto Nacional de
Asuntos Indígenas, Comisión Nacional Asesora para la Integración de Personas Discapacitadas (CONADIS), Defensoría del
Pueblo, Procurador Penitenciario, Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia; Comisiones Parlamentarias en materia
de derechos humanos, entre otras.
b. La política de reparación
Aún a pesar de los retrocesos en materia de juzgamiento, la Política de Reparación del Estado
Nacional por los hechos ocurridos durante la dictadura militar continuó siendo uno de los
pilares de acción. Ya en 1986 se sancionó la Ley Nº 23.466, por la que se dispuso el otorga-
miento de una pensión no retributiva a los familiares de personas desaparecidas hasta el 10
de diciembre de 1983, a la que siguieron otras normas de los años siguientes que eximían de
prestación de servicio militar; otorgamiento de beneficios a víctimas de la represión; presun-
ción de ausencia por desaparición forzada, etc..
3. Frase dicha por un alto funcionario de las Naciones Unidas al entonces Director General de Derechos Humanos, en ocasión
de las sesiones de la Comisión de Derechos Humanos, en Ginebra, en 2004.
4. A través de la Ley Nº 23.852 de septiembre de 1990, se exime de la prestación del servicio militar a quienes hubieran
experimentado la desaparición de padres o hermanos, en circunstancias que hicieran presumir su desaparición forzada y que
así lo solicitaren. (En la actualidad la norma ha perdido vigencia toda vez que ha sido abolido el servicio militar obligatorio.).
El 7 de diciembre de 1994, el Congreso de la Nación sancionó la ley Nº 24.411 que dispone el otorgamiento de un beneficio
a los causahabientes de las personas que, al momento de su promulgación se encontraban en situación de desaparición forzada
y de aquellos que hubiesen fallecido como consecuencia del accionar de las fuerzas armadas, de seguridad o de cualquier grupo
paramilitar con anterioridad al 10 de diciembre de 1983.
Asimismo, la Ley Nº 24.043 de 27 de noviembre de 1991, reconoce un beneficio a las personas que hayan sido puestas a
disposición del Poder Ejecutivo Nacional hasta el 10 de diciembre de 1983 o, en condición de civiles, hayan sido privadas
de su libertad por actos emanados de tribunales militares, haya habido o no sentencia condenatoria en este fuero. La práctica
desarrollada ha permitido dejar comprendidos en la ley 24.043 los siguientes casos: a) personas puestas a disposición de
autoridades militares, policiales, etc.; b) soldados conscriptos puestos a disposición de Consejos de Guerra; c) personas detenidas
en centros clandestinos de detención.
La Ley 24.321, sancionada el 11 de mayo de 1994, faculta la declaración de ausencia por desaparición forzada de toda aquella
A pesar de los intentos de concluir con los juicios mediante los indultos y las leyes de Obe-
diencia Debida y de Punto Final, las reacciones siguieron y lo que después sucedió, terminó
por mostrar que era la sociedad la que necesitaba continuar y concluir con el doloroso proceso
de justicia y verdad. Era un país distinto el que había emergido de la dictadura militar, gol-
peado, pero más maduro y firme en sus convicciones. Así, cuando se inició la primera causa
por los delitos de apropiación, ocultamiento y supresión de menores –no contemplados en los
indultos– lo que ocurrió no fue sino el retomar una generalizada demanda social exigiendo la
continuación de la búsqueda que aún estaba lejos de terminar. Un proceso que reaparecía con
renovada e impensada fuerza. En poco tiempo, causas similares se multiplicaron y muchos de
los jefes militares indultados terminaron nuevamente en prisión.
Mientras nada más se pudo hacer, se desarrollaron los llamados “juicios por la verdad”
iniciados, principalmente, por familiares de personas desaparecidas y por organizaciones no
gubernamentales de derechos humanos, con el objetivo de conocer el destino o paradero de sus
seres queridos así como los motivos y las circunstancias que rodearon esos hechos.
A pesar de los años transcurridos desde el perdón, el tiempo pareció como si no hubiese
transcurrido cuando, con la declaración de nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto
Final en 2003 por parte del Congreso Nacional, y con la posterior declaración de inconstitu-
cionalidad de aquellas leyes por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se logró
despejar el camino de los juicios. En un brevísimo lapso se reabrieron más de mil causas por
violaciones a los derechos humanos. A ello también contribuyó la anulación en septiembre de
2003, del polémico decreto 1581/0110, que disponía la obligatoriedad de tramitar judicialmen-
te los pedidos de extradición que llegaran al país, privando al Poder Ejecutivo de la competen-
cia de expedirse sobre cuestiones de fondo relativas a dichas rogatorias.
persona que hasta el 10 de diciembre de 1983 hubiera desaparecido involuntariamente del lugar de su domicilio o residencia
sin que se tenga noticia de su paradero.
5. Todo ello de acuerdo con el compromiso asumido por el Estado Nacional al ratificar la Convención sobre los Derechos del
Niño en lo atinente al derecho a la identidad (arts. 7 y 8). Incluye además de la búsqueda y localización de niños desaparecidos
víctimas de la dictadura, la de niños víctimas de robo o tráfico de menores.
6. Es notable como los procesos de revisión del pasado inconclusos vuelven a surgir, aún muchas décadas después, en sociedades
donde los derechos humanos han sido violentados masiva y sistemáticamente. Un último de estos ejemplos tuvo lugar cuando
la comunidad internacional convocó, en junio de 2009, a una Conferencia Sobre Activos del Holocausto, que se desarrolló en
Praga. Allí, Simone Weil, en su discurso, expresó que “la pacificación sólo llega a las sociedades cuando se ha logrado garantizar
la justicia, la memoria y la reparación, independientemente del tiempo que ello tome”.
7. Por sentencia del 9 de septiembre de 1999, en el Expte. 30.312, la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional Federal de la Capital Federal confirmó la prisión preventiva de Jorge Rafael Videla por los delitos de apropiación,
ocultamiento y supresión de identidad de menores.
8. Los juicios por la verdad se implementaron a partir de un acuerdo de solución amistosa celebrado en el Caso N° 12.059
Carmen Aguiar de Lapacó vs. República Argentina, originado en una denuncia individual ante la CIDH. El acuerdo fue
aprobado en el Informe N° 21/00 que se encuentra publicado en el Informe Anual de la CIDH de 1999.
9. La ley 25.779 fue sancionada por el Congreso Nacional el 2 de septiembre de 2003.
10. Dicha norma disponía el rechazo automático de los exhortos por hechos sucedidos en el marco de terrorismo de Estado,
apelando, principalmente, a los principios de territorialidad y cosa juzgada. Dicho decreto permitió garantizar la impunidad de
represores frente a procesos judiciales realizados en otros países.
Los acontecimientos reseñados allanaron el camino hacia la verdad y la lucha contra la impuni-
dad en nuestro país a la vez que muestran que la sociedad ha madurado lo suficiente como para
aceptar sin reparos conceptos que, veinte años atrás, hubiesen sido, simplemente, inimaginables:
el valor de las normas imperativas de derecho internacional, el reconocimiento del derecho in-
ternacional de los derechos humanos por vía consuetudinaria, la aplicación de la categoría de
crímenes de lesa humanidad considerados imprescriptibles y la jerarquización constitucional de
trascendentes instrumentos internacionales de derechos humanos a partir de la reforma consti-
tucional del año 199413.
Al correr de 2009, son más de 400 las personas procesadas con prisión preventiva y 51
las condenadas en las 1319 causas que se ventilan14. El tiempo transcurrido, las dificultades
propias de procesos en los que deben probarse responsabilidades por hechos ocurridos hace
más de treinta años, seguramente hará que no todos los culpables lleguen a cumplir condenas.
Más allá de eso, sin embargo, cada una de las sentencias ya dictadas ha marcado capítulos im-
portantes en cuanto a la responsabilidad por los crímenes cometidos, los deberes que el estado
no puede nunca dejar de cumplir y la gravedad y extensión de las obligaciones de protección
vigentes.
Por lo actuado, la profundidad y extensión con que el proceso de revisión ha sido llevado
a cabo, la comunidad internacional considera el caso argentino como “inédito” y se lo estu-
dia como modelo y parangón cuando se habla de justicia transicional. No hay reunión en el
mundo, ni estudios que se realicen sobre este tema, que no incluyan un lugar de privilegio a
11. Hasta el momento, todas las decisiones judiciales que dictaminaron la existencia de un cuadro de genocidio fueron producto
de tribunales internacionales (i.e.Nuremberg, Rwanda), o de decisiones judiciales de un tribunal de un país pero respecto a
hechos sucedidos en otro (i.e. las decisiones judiciales en España respecto a hechos ocurridos en Argentina y Guatemala).
12. Asimismo, cabe señalar que si bien en la actualidad se están llevando a cabo procesos penales en el sentido desarrollado,
en algunas jurisdicciones se sigue desarrollando procedimientos por la verdad que, aunque se realizan de manera paralela a los
juicios, no se manejan como compartimentos estancos sino que contribuyen con éstos en la medida en que constituyen una
fuente permanente de información.
13. Caso Simón.
14. Consulta realizada en julio de 2009, en la página del CELS, en la sección Crímenes del terrorismo de Estado.
De manera simultánea con los juicios a las juntas, el régimen democrático consideró un objeti-
vo esencial consolidar el estado de derecho. Desde el inicio existió la firme voluntad de alentar
el fortalecimiento de todos los mecanismos internacionales que pudieran ser efectivos para pro-
teger su vigencia. Ello en el entendido de que sólo una región democráticamente fuerte iba a
ser capaz de desalentar golpes de estado y asegurar el pleno respeto de los derechos humanos.
Así, la Argentina asumió un muy activo papel en el ámbito de la OEA, como modo de
acompañar el fortalecimiento de los nacientes regímenes democráticos que se daban en Améri-
ca Latina, en un proceso que condujo al “Compromiso de Santiago de Chile con la Democracia
Representativa” firmado en 1991, en el que se subraya que “la democracia representativa es la
forma de gobierno de la región y que su ejercicio efectivo, consolidación y perfeccionamiento
son prioridades compartidas. Con claridad, indica también “el compromiso indeclinable con su
defensa y promoción y de los derechos humanos en la región, dentro del respeto a los principios
de libre determinación y no intervención” 15.
En actitud militante, Argentina se convirtió en uno de los principales impulsores de la
reforma de la Carta de la OEA mediante el Protocolo de Washington en 199216, que establece
la posibilidad de suspender la participación de un estado en la organización cuando se violente
su normalidad democrática. Consistente con ello, adhirió sin reservas a la Carta Democrática
Interamericana, firmada en 2001, en la que se reconoce en su artículo primero “el derecho de
los pueblos a la democracia”17.
Igualmente, la “cláusula democrática” fue incorporada al régimen MERCOSUR, seña-
lándose con claridad que “la plena vigencia de la democracia es el requisito sine qua non para
poder acceder y mantener la membresía de un estado al bloque18.
La voluntad de la República Argentina fue puesta a prueba en varias oportunidades, y en
todas actuó con firmeza y coherencia con sus objetivos primeros. Se involucró directamente en
la implementación de las medidas dispuestas por la OEA, las Naciones Unidas y por todos los
mecanismos regionales y subregionales en los que participa para defender regímenes democráti-
cos interrumpidos o en peligro de hacerlo: Guatemala; Venezuela; Perú; Haití; Paraguay y más
recientemente Honduras. En todos esos casos, la acción de nuestro país no puede sino ser leída
en el seguimiento de una política de estado claramente establecida desde 1983 y que cuenta con
15. “Compromiso de Santiago con la Democracia y la Renovación del Sistema Interamericano (Santiago, 1991). Aprobado en
la tercera sesión plenaria, el 4 de junio de 1991.
16. Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los Estados Americanos, “Protocolo de Washington”, adoptado en
Washington, D.C., el 14 de diciembre de 1992, en el XVI período extraordinario de sesiones de la Asamblea General: “AR-
TÍCULO I: Se incorpora el siguiente nuevo artículo al Capítulo III de la Carta de la Organización de los Estados Americanos,
así numerado: Artículo 9; Un Miembro de la Organización cuyo gobierno democráticamente constituido sea derrocado por la
fuerza podrá ser suspendido del ejercicio del derecho de participación en las sesiones de la Asamblea General, de la Reunión de
Consulta, de los Consejos de la Organización y de las Conferencias Especializadas, así como de las comisiones, grupos de trabajo
y demás cuerpos que se hayan creado”.
17. CARTA DEMOCRÁTICA INTERAMERICANA: (VIGÉSIMO OCTAVO PERÍODO EXTRAORDINARIO DE SE-
SIONES, 11 de septiembre de 2001. Lima, Perú): Artículo 1: “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus
gobiernos la obligación de promoverla y defenderla. La democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de
los pueblos de las Américas.
18. Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático en el MERCOSUR, la República de Bolivia y la República de
Chile, adoptado en la ciudad de Ushuaia, República Argentina, el 24 de julio de 1998.
19. Convención Americana sobre Derechos Humanos. Suscripta en la Conferencia Especializada Interamericana sobre Dere-
chos Humanos en San José, Costa Rica, del 7 al 22 de noviembre de 1969. La Argentina firmó la Convención el 2 de febrero
de 1984, la ratificó el 5 de septiembre de 1984, juntamente con la aceptación de las competencias de la Corte Interamericana
y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
20. La Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones orzadas, que fue ratificada
por la Argentina en 2007, no ha entrado en vigor aún. Según el Art. 39 del mencionado instrumento: “ La presente Convención
entrará en vigor el trigésimo día a partir de la fecha en que haya sido depositado el vigésimo instrumento de ratificación o de
adhesión en poder del Secretario General de las Naciones Unidas”. A la fecha, 13 países han ratificado la Convención por lo que
no se ha alcanzado el número necesario de ratificaciones.
21. Para más información ver: http://www2.ohchr.org/spanish/law/disappearance-convention.htm
c. Prevención de genocidio
y Estados Unidos. La ITF está abierta a todos los países. Los miembros deben estar comprometidos con la Declaración de
Estocolmo y deben aceptar los principios de la ITF. Deben comprometerse a implementar políticas nacionales destinadas a
apoyar la educación del Holocausto, su memoria y su investigación. Aceptan también la importancia de que sus archivos, tanto
públicos como privados, sean lo más accesible posible.
28. Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos
Humanos; Ministerio de Educación; Museo del Holocausto; Asociación de sobrevivientes de la persecución Nazi – Sherit
Hapleitá; Delegación de Asociaciones Israelitas Argentina (DAIA); Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA); Centro
Simón Wiesenthal; B’nai B’rith Argentina; Confraternidad Argentina Judeo-Cristiana; Generaciones de la Shoá en la Argentina;
Nuevos Derechos del Hombre; Consejo Superior de Educación Católica; Junta Coordinadora de Asociaciones de Enseñanza
Privada.
29. “CSJN, 07/07/1992, Ekmekdjian, Miguel A. c. Sofovich, Gerardo y otros.”
30. Mediante el mecanismo descripto, se otorgó jerarquía constitucional a la Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada de Personas (Ley 24.820 del mes de mayo de 1997) y a la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de
Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad (Ley 25.778 del mes de septiembre de 2003)
31. Publicado en: Estudios Básicos de Derechos Humanos, IIDH, San José, 1994.
32. CSJN: Giroldi, Horacio David y otro s/recurso de casación” (Sentencia del 7 de abril de 1995. Aunque insinuado este
Los cambios inducidos por esta reforma constitucional fueron de enormes alcances. Muchos de
los principios constitucionales debieron comenzar a ser leídos a la luz de una nueva realidad.
Un ejemplo fue el tradicional rol “abstencionista” del estado en cuestiones de discriminación
en favor de otro, que exige su activo involucramiento en la lucha contra la discriminación, in-
cluyendo “acciones afirmativas”, protección especial a grupos victimizados y una reedición de
normas y procedimientos que van desde medidas más generales33 hasta la exigencia de modifi-
caciones a los paisajes urbanos de manera de hacerlos inclusivos y disfrutables para todos.
El Estado no rehuyó el desafío en este tema. Como resultado de la Conferencia Mundial
contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas conexas de intoleran-
cia34, celebrada en Durban en 2001, la Argentina comenzó a diseñar un Plan Nacional contra
la Discriminación, administrado desde la Cancillería, que culminó no sólo con un diagnóstico
de la discriminación racial, sino que se extendió a todos los grupos victimizados del país,
describiendo además los ejes transversales que afectan a toda la población. En virtud de esa
labor, en 2005, el Presidente Kirchner aprobó el Decreto correspondiente que exige a todas
las reparticiones del Estado trabajar en la implementación de las recomendaciones de ese do-
cumento35.
Como lee el prólogo del Plan, la lucha contra la discriminación no tiene fin, y es apenas
una aspiración llegar a una comunidad plenamente igual36. Sin embargo, el diagnóstico en sí
mismo es un acto de una gran valentía y madurez de una sociedad que no ha temido mirarse a sí
misma, en una decisión que –hasta el presente– sólo comparte con algunos países nórdicos y del
norte de Europa. Por la extensión del diagnóstico y su profundidad, las Naciones Unidas han to-
mado el ejemplo argentino como una guía para el desarrollo de planes similares en otros países.
La protección a los refugiados37, las nuevas leyes sobre discapacidad, los derechos de los
reconocimiento en los precedentes “Servini de Cubría” (Fallos 315:1943) y “Ekmedjian c/Sofovich” (Fallos 315:1492), fue
en el caso “Giroldi, Horacio David y otro s/recurso de casación” (sentencia del 7 de abril de 1995), donde este principio fue
definido con nitidez. Para la Corte Suprema, tal jurisprudencia “debe servir de guía para la interpretación de los preceptos
convencionales”.
33. Ley 23.592 sobre Actos Discriminatorios, sancionada en agosto de 1988.
34. La Conferencia Mundial Contra el Racismo y la discriminación racial, xenofobia y las formas conexas de intolerancia
(CMCR) realizada en Durban (Sudáfrica) del 31 de agosto al 8 de setiembre de 2001, fue organizada por la Oficina del Alto
Comisionado para los Derechos Humanos. A la reunión acudió a un gran número de representantes de gobiernos, delegados de
ONG u otras organizaciones. El resultado de la Conferencia fueron la Declaración y el Programa de Acción de Durban (DPAD),
en los que notoriamente se excluyó la declaración final de los procedimientos del Foro de Organizaciones No Gubernamentales
(ONG), rechazada por los gobiernos porque la conferencia se había politizado en extremo.
La Declaración y el Programa de Acción de Durban es un documento sustancial que describe recomendaciones para combatir
el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia. Es un importante marco y guía que hace
referencia a una amplia gama de asuntos tales como: medidas de prevención y educación a los niveles internacional y nacional;
enjuiciamiento; investigación de políticas y planes de acción, además de adopción de decisiones económicas y políticas.
35. Decreto 1086/2005 Plan Nacional Contra la Discriminación B.O.: 8/9/2005 Bs. As., 7/9/2005.
36. Plan Nacional Contra la Discriminación. Prólogo, Pág. 2.
37. En nuestro país cada solicitud de refugio merece un tratamiento y acta personales (a diferencia de la mayor parte de los
países, cuyas decisiones son grupales y/o verbales). Asimismo, existe un proceso de revisión o segunda instancia a cargo del Mi-
nisterio del Interior, previo dictamen de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Como corolario de este proceso, en el mes de noviembre de 2006 se sancionó la Ley General de General de Reconocimiento y
Protección al Refugiado (Ley 26. 165) que recoge los principios básicos en materia de protección de los refugiados y peticionan-
tes de refugio consagrados en los instrumentos internacionales: no devolución, incluyendo la prohibición de rechazo en frontera,
no discriminación, no sanción por ingreso ilegal, confidencialidad, no discriminación y unidad familiar.
Crea la nueva Comisión Nacional para los Refugiados, que reemplazará al Comité de Elegibilidad para los Refugiados (CEPA-
RE), integrado por representantes del Ministerio del Interior, de la Cancillería, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos,
del Instituto Nacional contra la discriminación, la xenofobia y el racismo (INADI) y del Ministerio de Desarrollo Social. A
través de la inclusión de este último Ministerio podrá comenzarse a trabajar en la asistencia a los refugiados a través de su incor-
poración a programas nacionales, provinciales o municipales, sobre todo para los grupos más vulnerables.
5. Conclusión
Sin ánimo de pretender agotar los temas de derechos humanos que fueron encarados por los
gobiernos democráticos desde 1983, esta síntesis pretende solamente destacar algunos de los
pilares de una de las más sólidas políticas de estado, a la vez que uno de los motores de la
política exterior argentina.
Lejos está la Argentina de poder afirmar que la situación de los derechos humanos es
inmejorable. Por el contrario, los señalamientos a violaciones y omisiones por parte del estado
son constantes y muchos de ellos verdaderos, extendiéndose al incumplimiento de garantizar
el disfrute de algunos derechos civiles y políticos y de no pocos derechos económicos, sociales
y culturales.
Sin embargo, estas debilidades también se convierten en fortalezas cuando el estado y
la sociedad no buscan deslindar responsabilidades, sino transformar carencias en desafíos y
trabajar para su solución. Un ejemplo de esta actitud –tal como se señalara en párrafos ante-
riores– fue la incorporación al Informe Periódico Universal de Argentina de las quejas, señala-
mientos y sugerencias realizadas por la comunidad internacional.
Igualmente, algunos informes muy críticos de los órganos de cumplimiento de tratados
–lo que ha ocurrido frecuentemente– no dieron nunca lugar a reacciones defensivas o de recha-
zo por parte de las autoridades estatales. Por el contrario, se abrieron más aún las puertas: así,
por ejemplo, existe desde 2002 una invitación abierta y permanente a todos los relatores temá-
ticos de las Naciones Unidas y grupos de trabajo a visitar la Argentina cada vez que lo estimen
necesario. Esta práctica ha sido reiteradamente utilizada, y todos los requerimientos de visitas,
entrevistas y acceso a la documentación fueron aceptados por el Estado.
En este largo recorrido, mucho de lo que se hizo no hubiese tenido lugar de no haber sido
por el trascendente papel de la sociedad civil. Muy atrás quedan ya las experiencias de reclamos
sin respuestas. Como bien definieran algunas de las mismas organizaciones, se ha pasado de
una época de confrontación a la de colaboración con el estado, sin dejar, por ello, de mantener
su rol primero y de hacer los señalamientos correspondientes. Fue –y sigue siendo– una tarea
de aprendizaje de roles difíciles, complejos, lleno de matices y no exento de rispideces, propias
del papel que le toca desempeñar a cada uno de los actores en temas de tanta sensibilidad. Sin
embargo, los resultados pueden ser considerados muy positivos: la sociedad civil se ha conver-
tido en fuente de consulta para decisiones trascendentes del estado en derechos humanos; par-
ticipa activamente en la redacción de informes nacionales; en la capacitación y entrenamiento
de personal especializado; como “alerta temprana” sobre el estado de cumplimiento de algún
derecho en especial; en la conformación de delegaciones ante audiencias y reuniones interna-
cionales; en fiscalizadora de medidas adoptadas y obligaciones asumidas; etc.
Introducción
S
i bien los ideales por la unidad latinoamericana ya estaban presentes en la gesta liber-
tadora de inicios del siglo XIX –manteniéndose presente a lo largo de la historia de la
región, particularmente en la segunda mitad del siglo XX–, es desde el resurgimiento de
las democracias en los países de la subregión que la integración argentina con sus vecinos se
estructura y consolida, principalmente a partir del eje Argentina-Brasil.
Por eso, en nuestro país, se puede decir que los veinticinco años del retorno del proceso
democrático coinciden con los veinticinco años del proceso de integración en el cual está
inserto, conocido como MERCOSUR, que se inicia con los cambios fundamentales en la
relación con Brasil, pasando de la desconfianza mutua a la cooperación.
La era democrática, que comienza con el mandato del presidente Raúl Alfonsín en
1983, implica una variación significativa en la orientación de la política exterior del país.
Hasta entonces, la relación entre Argentina y Brasil fluctuaba entre la cooperación y la riva-
lidad, sobre la base de una desconfianza mutua que, salvo breves interregnos (Presidencias
de Perón y Vargas en los cincuenta y de Frondizi y Kubistchek-Quadros a comienzos del
sesenta), caracterizaron lo que se ha dado en llamar la “hipótesis de conflicto” entre ambos
países.
Como se verá más adelante, la alianza entre Argentina y Brasil es una condición sine qua
non para la integración latinoamericana, al tiempo que la democracia es un requisito funda-
mental para una integración sustentable y duradera. Democracia e integración se necesitan
mutuamente y se retroalimentan. La integración brinda una red de seguridad a las demo-
cracias nacionales en el ámbito regional, y es la mejor respuesta que nuestros países poseen
a disposición en un mundo globalizado. A su vez, la democracia, a través de la participación
ciudadana, brinda al proceso de integración la legitimidad necesaria para la elaboración de
políticas que trascienden lo nacional. Sin esa legitimación, la integración fracasaría, y nunca
dejaría de ser tan sólo un proyecto de las élites gobernantes.
No en vano el MERCOSUR ha sido una de las pocas políticas de estado que se han
mantenido a lo largo de estos veinticinco años de democracia en Argentina, lo que es un he-
cho destacable considerando las notables diferencias ideológicas entre los gobiernos elegidos
por el voto popular que se sucedieron en este período.
Por eso, considero que es falaz el argumento de los que pregonan el fracaso del MER-
COSUR a partir de las dificultades en consolidar y profundizar la integración comercial, por-
que el MERCOSUR es mucho más que un acuerdo comercial. Es, ante todo, una comunión
de intereses y valores fundamentales que sus miembros comparten, siendo la democracia uno
de los principales, si no el principal.
* El autor es Ministro del Servicio Exterior de la Nación, prestó servicios en las Embajadas ante el Reino de Bélgica, ante
la República de Paraguay y ante la República de Chile. Ha publicado diversos artículos, así como el libro “Crisis Argentina y
Globalización”. Actualmente se desempeña como Director General del Mercosur.
1. Schmitter, Philippe. “Mercado, Democracia e Integración”. Archivos del Presente, Año 9, número 34, 2004.
2. Mansfield, E.D.; Milner, H.V. y Pevehouse, J.C. “Democracy, veto Players and Depth of Regional Integration”, Volume 31,
Issue 1, The World Economy, Blackwell Publishing Ltd, 2008.
3. Schiff, Maurice y Winter, Alan. “Regional Integration and Development” World Bank, Trade and Development Series,
2003.
Como ya se señalara, las disposiciones del MERCOSUR acerca de la vigencia de las demo-
cracias en cada uno de sus miembros, han tenido, en más de una ocasión, evidencia empírica,
aún incluso antes de la Declaración de Compromiso Democrático de Potrero de los Funes
y del Protocolo de Ushuaia, como en el caso del intento de golpe de estado en Paraguay en
abril de 1996.
En aquella oportunidad, un esfuerzo articulado con el gobierno democrático del enton-
ces Presidente Wasmosy, en el cual Argentina y Brasil tuvieron una participación central,
logró impedir el éxito del levantamiento del general Oviedo. Las amenazas del aislamiento
político y económico de un nuevo gobierno de facto, e incluso la amenaza de congelar la
participación de Paraguay en el MERCOSUR, estimularon un acuerdo que garantizó la con-
tinuidad del régimen constitucional.
Ya vigente la cláusula democrática, también se destaca la actuación del MERCOSUR
en 1999, cuando el 23 de marzo de ese año se produce el asesinato del entonces Vicepresiden-
te Luis María Argaña, hecho que fuera atribuido por la oposición inicialmente al Presidente
de ese momento, Raúl Cubas Grau y también al hombre fuerte de la política paraguaya de
ese entonces, Lino César Oviedo. El asesinato de Argaña provocó una serie de manifestacio-
nes de opositores y adherentes a Oviedo y al gobierno de Cubas, que desembocó en la Ma-
sacre del Marzo Paraguayo en la que murieron siete manifestantes contrarios al gobierno de
ese momento, circunstancia que produjo la renuncia de Cubas a la Presidencia.
Con posterioridad a estos hechos, el 15 de junio de 1999 los Presidentes de los Estados
Partes del MERCOSUR y de Bolivia y Chile emitieron la “Declaración de Apoyo a la Democra-
cia Paraguaya y a su Proceso de Normalización y Fortalecimiento Institucional”. En dicha Decla-
ración se reiteró que la democracia constituye un valor esencial para la existencia del MER-
COSUR y se destacó que la plena vigencia de las instituciones y el respecto irrestricto de los
Derechos Humanos garantizan la estabilidad, la paz y el desarrollo de la Región. Asimismo,
se reafirmó la plena vigencia de los principios consagrados en el Protocolo de Ushuaia y en la
Declaración sobre Compromiso Democrático.
4. Fraga, Rosendo. “El MERCOSUR y el Bicentenario. Antecedente del MERCOSUR en 1882”, Revista Temas, N° 1,
2008.
5. Gullo, Marcelo. “Argentina y Brasil: la gran oportunidad”, Ed. Biblos, 2005.
6. Hirst, Mónica, “El MERCOSUR y las Nuevas Circunstancias para su Integración”, Revista de la CEPAL, N° 46, 1992.
7. Torres, María Alejandra, “Las Relaciones Argentino-Brasileñas: del Conflicto a la Cooperación”, Integración en Ideas,
IDELA/UNT, 2000.
A
l cumplirse en el próximo mes de febrero del 2010, los seis años de vigencia de la Ley
de Migraciones, Nro. 25.871, el momento resulta propicio para examinar algunos de
los avances logrados desde su sanción.
Realizamos este ejercicio sobre la base de la experiencia que hemos adquirido en la
función consular y diplomática. Procuraremos señalar algunos aspectos puntuales que hacen
a la misión que la normativa, la doctrina y la jurisprudencia han reconocido al Ministerio
de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto en la generación y ejecución de la
política migratoria nacional y destacaremos importantes funciones y tareas coadyuvantes que
los funcionarios del Servicio Exterior de la Nación estamos llamados a cumplir.
Conforme al art. 18, inciso 28, de la Ley de Ministerios 22.520, la Cancillería es el
departamento de estado que debe: “Intervenir, desde el punto de vista de la política exterior,
en la elaboración y ejecución de la política de migración e inmigración en el plano interna-
cional y en lo relacionado con la nacionalidad, derechos y obligaciones de los extranjeros y su
asimilación e integración con la comunidad nacional”. Esta atribución legal da cuenta y se
armoniza con otras concordantes y relacionadas en lo que corresponde a la inmigración. Asi-
mismo, en el inciso 7 del mismo artículo, se destacan las atribuciones conferidas en materia
de argentinos en el exterior: “Entender en la protección y asistencia de los ciudadanos e inte-
reses de los argentinos en el exterior, así como fortalecer sus vínculos con la República”.
Esta distribución de competencias implica que más allá de las funciones específicas
asignadas a la Dirección Nacional de Migraciones, al Ministerio del Interior y a cualquier
otra jurisdicción del gobierno nacional, en todo tema que suponga una conexión con otros
estados, organismos internacionales o multilaterales, o con compatriotas en el exterior, nues-
tro Ministerio es llamado a cumplir con una función legal.
Por fuera del marco normativo interno, una compleja trama de convenios, instituciones y
disposiciones del Derecho Internacional Público requieren que cada estado asegure que sus re-
sidentes, sean nacionales o extranjeros, gocen de los derechos y garantías previstos en la Decla-
ración Universal de los Derechos Humanos y los distintos regímenes surgidos en su soporte.
El examen de esa coherencia; la aplicación de la normativa en lo que respecta a la labor
en materia de visados y certificados de radicación; el advertir situaciones que puedan implicar
incumplimientos, y en su caso, sostener consensos y explicar en sedes internacionales cuando
un déficit en la observancia de los acuerdos se traduce en impugnación o cuestionamiento,
constituyen en muchas ocasiones, el camino mediante el cual el Servicio Exterior propende
* Ministro Plenipotenciario del Servicio Exterior de la Nación, Subdirector General de Asuntos Consulares.
** Ministro Plenipotenciario del Servicio Exterior de la Nación, Director de Migraciones Internacionales.
1. El concepto de crisis de gobernabilidad migratoria es expuesto por Lelio Mármora en “Crisis de gobernabilidad y nuevas
políticas migratorias en América Latina”, bibliografía del XXIX Curso Interamericano sobre Migraciones Internacionales,
2007, en donde el autor la caracteriza como “el aumento de migrantes en situación irregular, la ruptura de la funcionalidad
poblacional migratoria, los conflictos sociales generados alrededor de las migraciones, el “negocio migratorio” y los problemas
de relaciones bilaterales y multilaterales de los gobiernos alrededor del tema.
2. Ver María Inés Pacceca, en “Legislación, Migración Limítrofe y Vulnerabilidad Social”, publicado en Realidad Económica,
Nro. 171, página 123.
3. La lenta evolución nacional en democracia hacia un régimen superador es presentado por Enrique Oteiza en Políticas Mi-
gratorias y Derechos Humanos en la Argentina, Post Nueva Ley de Migraciones; ponencia ante el Foro Internacional UNESCO
sobre el “Nexo entre ciencias sociales y políticas”, Córdoba, 21 al 23 de febrero del 2006, publicada por el Instituto de Inves-
tigaciones Gino Germani.
4. La Corte Suprema, en el siguiente caso, revisó la calificación de ilegalidad y falló en beneficio del apelante en una sentencia
que impugna muchos de los vicios descriptos “NI, I - HSING C/ S/C. DE CIUDADANÍA (RECURSO EXTRAORDINA-
RIO), S.C. N.13, L.XLII”.
5. Ver a este respecto, “Migrantes: ley inconstitucional y práctica arbitraria” de Pablo Ceriani y la “Presentación ante el Co-
mité para la Eliminación de la Discriminación Racial, julio de 2004”, publicaciones ambas del Centro de Estudios Legales y
Sociales (CELS).
6. Ver Susana Novick, “Evolución reciente de la política migratoria argentina” ponencia publicada por el Instituto de Investi-
gaciones Gino Germani, y “Los acuerdos bilaterales celebrados por Argentina con Bolivia, Paraguay y Perú” de Ezequiel Texidó
y Nora Pérez Vichich, publicado por Estudios Migratorios Internacionales, Nro. 66, OIT - Ginebra 2004.
7. Al presente, Argentina es parte de la Convención de la Apostilla que salvo Colombia, no tiene otros adherentes en el MER-
COSUR. Con Brasil existe un Acuerdo de Simplificación de Legalizaciones válido exclusivamente a efectos migratorios, que
permite que documentos de cada país intervenidos con el sello creado por el Acuerdo sean válidos en el otro sin legalización
consular. Se ha trabajado en el Foro Especializado Migratorio del MERCOSUR en un Acuerdo de Simplificación de Legaliza-
ciones que haría posible –en el mediano plazo– una solución similar para todos los socios.
8. Ver Nora Pérez Vichich, “Nuevas aproximaciones a las Políticas Migratorias: La experiencia en el Proceso de Integración del
MERCOSUR”, ponencia en el Tercer Encuentro de Expertos en Migraciones entre la Unión Europea y los Países de América
Latina y el Caribe, Bruselas, 10 y 11 de marzo del 2006.
9. Ver Félix Córdova Moyano, en “La promoción del desarrollo sustentable de las regiones compartidas, para la atención de las
asimetrías regionales: un camino hacia la profundización de la integración”, Temas de Política Exterior, Comercio y Relaciones
Internacionales, Año I, Nro. 1, septiembre 2008.
L
a recuperación de la democracia en Argentina implicó de inmediato una profundiza-
ción y ampliación de la vida cultural del país. Las primeras grandes señales fueron el
regreso de un gran número de intelectuales y creadores que habían pasado los años de la
dictadura exiliados en el exterior, y el de todos aquellos que, proscriptos en su propia tierra,
despertaban públicamente después de un largo exilio interior.
Sin duda las generalizaciones omiten y reducen los espacios de interpretación de cada
historia; no todas las expectativas de incorporación y reconocimiento a la vida cultural en
democracia resultaron exitosas y alguna, como el caso de Julio Cortázar, parece teñida de una
serie de frustraciones que impidieron que el escritor exiliado durante años en París, pudiera
encontrar los interlocutores naturales que debieron haber celebrado su llegada en ese histó-
rico momento.
Los años de la dictadura censuraron en el país aquellas manifestaciones culturales que
cuestionaban y condenaban el cercenamiento de la condición imprescindible por la que se
rige la cultura: la libertad de expresión. Hacia el exterior, la difusión de algunas manifesta-
ciones culturales se vieron teñidas por eventos asépticos, que no alcanzaban el reconocimien-
to que la cultura argentina había logrado por su calidad, compromiso y desenvolvimiento a
lo largo de más de un siglo.
Sin embargo, durante esos años la cultura argentina en el exterior también tuvo su
gestión de la mano de los grupos de exiliados que mantuvieron vivo el pensamiento de nues-
tro país a través de las cátedras universitarias, de encuentros, exposiciones, desde la tribuna
académica o en la redacción de algunos medios de prensa, demostrando que la presencia viva
de una cultura nacional libre no podía ser aniquilada, más allá de la arbitraria voluntad de
quienes trataban de impedirlo.
Hoy, la historia rescata y actualiza el papel que muchos colectivos de exiliados tuvieron
en los países en los que fueron acogidos, como la presencia de los “argen-mex”, que contribu-
yeron al desarrollo cultural e intelectual de México, donde se insertó un capítulo de nuestra
historia cultural a través de las cátedras universitarias, de la militancia académica de muchos
intelectuales argentinos que no claudicaron a sus ideales y a su convicción. Las ciudades de
Barcelona, Madrid, París y Roma fueron también escenarios de una cultura argentina exilia-
da, testimonio de la reivindicación de todas aquellas voces tristemente calladas en nuestro
país.
La llegada de profesionales argentinos a distintas ciudades del mundo sentaron las
bases para el desarrollo de ciertas disciplinas, como el psicoanálisis o la odontología en el
caso de España, que produjeron un arraigado concepto en esas sociedades, que vincularon
* Minsitro del Servicio Exterior de la Nación. Licenciado en Historia. Ha sido Profesor de la Universidad de Buenos Aires
y Belgrano. Entre 1997 y 2004 estuvo a cargo de la sección cultural de la Embajada de la República en España. Actualmente
se desempeña en la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería argentina. Es miembro del Consejo Asesor del Museo
Nacional de Bellas Artes.
1. Longoni, Ana y Bruzzone Gustavo. El siluetazo. Adriana Hidalgo editora. Buenso Aires, 2008.
2. Gociol, Judith; Invernizzi, Hernán. Un golpe a los libros. EUDEBA. Buenos Aires, 2002.
3. Acta Final de la segunda reunión plenaria de la Comisión mixta cultural argentina-española. Buenos Aires, 6 de julio de 1984.
4. Revista AC (Asuntos Culturales), N° 1. “Fin de siglo, nuevo milenio.” Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la
República Argentina. Producciones Gráficas. Buenos Aires, diciembre 1988.
5. Revista AC (Asuntos Culturales), N° 2. “Contrastes del frenesí a los matices”. Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
Producciones Gráficas. Buenos Aires, enero de 1989.
6. Elliott, D., Basualdo, C., Pacheco, M., King, J. Cat. Ex. “Art from Argentina Argentina 1920-1994”. The Museum of
Modern Art Oxford. Oxford, 1994.
7. Pomeraniec, Hinde. “Las malas artes de la diplomacia”. Diario Clarín. Buenos Aires, 9 de mayo de 1999.
8. Seitz, Maximiliano. “Guadalajara abre sus puertas al libro argentino”. Diario La Nación. Bs. As., 29 de noviembre de 1997.
9. Batkis, Laura. “27° Bienal de San Pablo: Renovado criterio curatorial”. Arte al día, N° 138. Buenos Aires, septiembre
2006.
10. Thornton, Sarah. Siete días en el mundo del arte. Editorial Edhasa. Buenos Aires, 2009.
11. Sexta Bienal do Mercosul. Zona Franca. Fundación Bienal do Mercosul. Porto Alegre, setembro de 2007.
Introducción
E
l presente artículo propone el desarrollo de una diplomacia participativa, ampliando
las instancias existentes que permiten involucrar de manera directa a los ciudadanos en
la elaboración de la política exterior argentina.
Para ello se analiza el respeto del principio de soberanía popular en Argentina, como
fundamento y expectativa de una renovada voluntad de participación y como parte esencial
de un esquema de cohesión social en democracia.
Finalmente se comentan las características de la diplomacia participativa y las moda-
lidades de participación ciudadana que podrían contribuir institucionalmente a la política
exterior y a reforzar la cohesión social del país.
I. Soberanía popular
“el pueblo…es hoy el fundamento y el punto de referencia común a todos los gobiernos es-
tatales, excepto el teocrático… ésta es la herencia común que el siglo XX ha transmitido
al siglo XXI”
Eric Hobsbawm
* Ministro del Servicio Exterior de la Nación. Licenciado en Ciencia Política graduado en la Universidad Nacional de Rosa-
rio. Ha prestado servicios en las Embajadas ante la República de Chile y Canadá. Actualmente se desempeña en la Dirección de
Negociaciones Económicas Internacionales de la Cancillería Argentina.
1. Hobsbawm, Eric, Las perspectivas de la democracia, en “Guerra y Paz en el Siglo XXI”, Crítica, 2007, pág. 105/106.
2. Establecidas por la reforma constitucional de 1994 y realizadas desde 2001.
3. Dos veces en Corrientes, dos en Santiago del Estero y una vez en Catamarca y Tucumán.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=590951
http://www.slideshare.net/oflores/intervencin-federal-dr-flores-2009
4. La habilitación fue dispuesta por la Ley 24.007/91 y el Registro de Electores pasó de 8.814 en 1993 a 35.683 en 2005. El
voto en el exterior no es obligatorio. http://www.mininterior.gov.ar/elecciones/electores/arg_ext.asp
5. Creado en 2005, el Parlamento del MERCOSUR realizó su primera sesión el 7 de mayo de 2007. Actualmente está integra-
do por parlamentarios designados por los Congresos de los países miembros, excepto en el caso de Paraguay, en el que se los ha
elegido directamente. http://www.parlamentodelmercosur.org/index1.asp#
• el Foro Consultivo Económico y Social (FCES), uno de los seis órganos oficiales
del MERCOSUR (creado en 2000);
• el programa Somos MERCOSUR, establecido en 2005 para involucrar a la ciu-
dadanía en el proceso de desarrollo del bloque regional, y
• las Cumbres Sociales, cuyos resultados son presentados a las Cumbres de Presi-
dentes.
Aún así, una participación electoral reciente del 75% promedio es un dato significativo
6. Lamentablemente estas posibilidades han sido poco utilizadas. Para impulsar las Iniciativas deben cumplirse requisitos
reglamentarios muy exigentes y los temas sobre las que pueden presentarse se excluyen los proyectos referidos a reforma cons-
titucional, tributos, presupuesto, materia penal y, fundamental para nuestro tema, tratados internacionales. Respecto a las con-
sultas no vinculantes solo puede convocarlas el Poder Ejecutivo o el Legislativo. Un análisis sobre estas y otras modalidades en
América Latina puede consultarse en Zovatto, Daniel, Las instituciones de la democracia directa a nivel nacional en América Latina.
Balance comparado: 1978-2007, en Democracia directa en Latinoamérica, Prometeo Libros, Buenos Aires, 2008.
7. ¿Podrá serlo en el futuro una propuesta de solución para la cuestón de las Islas Malvinas y del Atlántico Sur?
8. Para detalles sobre la organización y actividades de la REIPS puede consultarse su sitio en la siguiente dirección:
http://ccsc.mrecic.gov.ar/objetivos.htm
Asimismo, los resultados de la Cumbre Social realizada en Tucumán en 2008 se reseñan en un documento PDF que puede
descargarse en el siguiente sitio: http://www.037.com.ar/libro3/quemercosurqueremos.html
9. En la elección de 2007 el voto en blanco registró un récord de 6,4%. En las elecciones legislativas el porcentaje de absten-
ción y voto en blanco es mayor. Los datos han sido consultados en los siguientes sitios:
Ministerio de Interior de la República Argentina http://www.elecciones2009.gov.ar/informacion/datos_histo.htm
Atlas Electoral de Andy Tow http://towsa.com/andy/totalpais/index.html
2. Cohesión social
“¿Hay alguien que crea realmente que cuando las clases trabajadoras, las mujeres y las
minorías étnicas y raciales estaban excluídas de la participación política, sus intereses
eran adecuadamente considerados y protegidos por aquellos que tuvieron el privilegio de
gobernarlos?” 12
Robert Dahl
La cita precedente contribuye a recordar el camino recorrido por distintos grupos sociales
en pos de la participación política, expresada principalmente por el ejercicio del voto, un
camino que en democracia no cesa de recorrerse en la medida que la sociedad perfecciona el
10. Un 18% cree que no es posible influir para que las cosas cambien.
11. Daniel Zovatto G., Participación electoral en América Latina. Tendencias y perspectivas 1978-2002. El documento puede con-
sultarse en:
http://www.onpe.gob.pe/modEscaparate%5Ccaratulas%5Czovatto.pdf
12. Dahl, Robert A., Yale University Press, 2006, pág. 5.
“la región se caracteriza por tener la mayor desigualdad en la distribución del ingreso, y
este rasgo ha tendido, con escasas excepciones, a exacerbarse con los impactos de la globa-
lización. Tal disociación entre crecimiento y equidad, así como las secuelas de una mayor
volatilidad del crecimiento en términos de incremento de la pobreza y la vulnerabilidad
asociada con la inestabilidad del ingreso de los hogares, ejercen un efecto negativo en la
cohesión social. Por otra parte, el crecimiento y el mayor acceso a la información y las comu-
nicaciones generan expectativas de mayor bienestar pero ellas chocan con la concentración de
la riqueza. Esta percepción de injusticia social, junto con la frustración de las expectativas
de movilidad social y acceso a los recursos y al consumo, deterioran la confianza sistémica,
merman la legitimidad de la democracia y exacerban los conflictos.”13
Las desigualdades se ven potenciadas por la exclusión y el prejuicio que, con diferente in-
tensidad, se mantienen vigentes en América Latina en materia racial, de género e incluso
religioso. De manera explícita, las consecuencias se observan en los indicadores sociales, en
la creciente concentración de la riqueza y particularmente en una violencia criminal que ha
desplazado a la ideológica. Quizás el aspecto más dramático es el carácter estructural que
progresivamente adquiere la injusticia, consolidando un orden social en el que los bienes
económicos, culturales y políticos socialmente generados se distribuyen asimétricamente,
limitando y erosionando las posibilidades de participación política de quienes los reciben
parcialmente o no tienen acceso a ellos, marco en el que “una estructura común de acción política
resulta imposible y la democracia es un dominio privilegiado que opera a favor de quienes cuentan con
los mayores recursos”14.
Es claro que situaciones de este tipo constituyen una negación de los principios demo-
cráticos. Evitarla es un imperativo que se presenta en toda América Latina y el Caribe. Su
gravedad y el apremio en enfrentarla ha sido comprendida por los 22 países de la Comunidad
Iberoamericana que en la Declaración de Santiago (2007), denominada “Cohesión social y
políticas sociales para alcanzar sociedades más inclusivas en Iberoamérica”, determinaron acciones
para cumplir “el objetivo común de progresar hacia niveles crecientes de inclusión, justicia, protección y
asistencia social, y a fortalecer los sentimientos de solidaridad, de pertenencia e identidad sociales”15.
Desde este punto de vista la cohesión social abarca pero no se agota en la reducción de
la pobreza, la distribución de la riqueza y la promoción de oportunidades de progreso. Asi-
mismo, queda incompleta si un mayor acceso al consumo de bienes y servicios resulta en un
fortalecimiento del individualismo en perjuicio del interés y solidaridad comunitaria. El cre-
cimiento económico en un país donde todos los sectores sociales se benefician pero cuyas es-
tructuras de inequidad perduran, refleja distorsionadamente la evolución de esa sociedad16.
Por lo tanto, remediar las injusticias en el plano económico es urgente pero insuficiente
y requiere de una intensa acción en el aspecto político a fin de enfatizar la cohesión social en
democracia, es decir “los procesos y mecanismos que pueden debilitar o fortalecer la creencia en los valo-
13. Cohesión social: inclusión y sentido de pertenencia en América Latina y el Caribe, LC/G.2335, enero de 2007, LA CEPAL, Nacio-
nes Unidas, pág. 18.
14. Held, David, La democracia y el orden global, Paidós, 1997, págs. 210-211.
15. http://www.oei.es/xviicumbredec.htm La Declaración de la XVII Cumbre se incluye como anexo al presente artículo.
16. A estas insuficiencias se refiere y analiza Bernardo Kliksberg en su trabajo ¿Cómo avanzar la participación social en América
Latina, el continente más desigual?
3. Diplomacia participativa
“Mucha gente piensa en cambiar el mundo,
pero pocos piensan en cambiar ellos mismos.”
Leon Tolstoy
Toda política es local. Esta conocida afirmación del análisis político parece desubicada en
tiempos de la globalización, pero mantiene su vigencia. La mayoría de los temas que tienen
relevancia en las elecciones para cargos de gobierno, desde lo municipal a lo nacional, son
los que afectan de manera más directa la vida cotidiana, es decir esencialmente locales. Los
factores internacionales, lejos de estar ausentes, colorean estas agendas con progresiva inten-
sidad. El formidable desarrollo de las tecnologías de la información, la comunicación y el
conocimiento, brinda nuevas herramientas de acción social, para las que el escenario interna-
cional no es un obstáculo sino un respaldo y una fuente de estímulos y referencias. Surge así
una amplia red de canales de contacto que permite a las personas e instituciones informarse,
organizarse y actuar internacionalmente con escasa o nula mediación de los gobiernos nacio-
nales o de las Cancillerías18.
Sin embargo, nada ha surgido aún que rivalice con el Estado Nación en cuanto a otor-
gar legitimidad al ejercicio de la ciudadanía, con el conjunto de derechos y deberes que ello
implica y que otorgan identidad y sentido de pertenecia a los titulares de los mismos. Si
bien el desarrollo del derecho y de las instituciones internacionales ha habilitado innovado-
ras instancias de acceso directo a los ciudadanos, los Estados continúan siendo las unidades
esenciales de la estructura internacional y su conducta, al menos en los países democráticos,
debe dar cumplimiento a los mandatos indicados por sus ciudadanos.
En función de ello, el rol y la acción de los diplomáticos ha variado ante las capacidades
adquiridas por múltiples actores sociales y gubernamentales y frente a una agenda crecien-
temente multifacética y compleja. En el cuadro siguiente se cotejan las características de
dos modelos de diplomacia: la primera se encuentra centrada en las relaciones interestatales,
mientras que la segunda reconoce la diversidad del mundo contemporáneo.
17. Sorj, Bernardo y Martuccelli, Danilo, El Desafío Latinoamericano. Cohesión social y democracia, Siglo XXI Editora Iberoame-
ricana, 2008.
18. Esta conducta respecto a la Cancillería no es inusual entre entidades gubernamentales de un mismo país.
Funciones f Gestión de las relaciones entre entidades f Complementa los procesos diplomáticos
soberanas. intercambiando recursos a través de redes
de políticas y de procesos de intercambio
f Definición y promoción de los intereses
de información y de seguimiento.
nacionales.
f Definición y promoción del interés
nacional insertado en los globales.
Diplomacia ciudadana: abarca las acciones de la sociedad civil, en sus múltiples facetas, para
incidir principalmente en gobiernos y organizaciones internacionales respecto al tratamien-
to de temas que afectan bienes públicos o intereses comunes de alcance global, regional o
bilateral. La diplomacia participativa responde a esta movilización de los actores sociales y
plantea establecer los canales apropiados para estructurar su intervención de manera estable,
cooperativa y proactiva20.
Diplomacia abierta: aquella cuya gestión y resultados están abierta al escrutinio del público.
La diplomacia participativa comparte con ella el compromiso con la transparencia, la difu-
sión y el acceso a la información. Ello no implica descartar el mantenimiento de los niveles
de reserva adecuados a las diferentes etapas de los procesos de negociación, a fin de que estos
no pierdan fluidez en pos de la conciliación de intereses entre todas las partes interesadas,
nacionales y extranjeras.
Diplomacia pública: esta es definida como aquella que combina las actividades del Estado y
de los actores no estatales para ejercer influencia directa sobre la opinión pública de otros
Estados, contribuyendo al mantenimiento y la promoción del poder de atracción (soft power)
del propio país21. La diplomacia participativa es un complemento natural de esta variante. Si
la diplomacia pública tiene que ganar el apoyo de los agentes nacionales a fin de que estos se
asocien con la acción del Estado en el extranjero, la diplomacia participativa busca un respal-
do similar pero con énfasis en el reconocimiento de los aportes ciudadanos y el desarrollo de
una interrelación que por sí misma fortalece la cohesión social.
19. El Servicio Exterior de la Nación está regido por la Ley 20.957, promulgada el 5 de junio de 1975, y el decreto reglamen-
tario 1973 de 1986. Dicha ley establece que el SEN es “el instrumento de ejecución de la política exterior nacional”.
20. Otra definición de diplomacia ciudadana la encuadra como la contribución para la resolución de conflictos interestatales
mediante el establecimiento de vínculos entre las sociedades civiles de ambas partes. También conocida como diplomacia “pa-
ralela” o de “múltiples carriles”, está vinculada a las cuestiones de seguridad. Para un tratamiento de este punto se recomienda
el artículo de Khatchik Derghougassian, IBSA no gubernamental: movilización social, diplomacia ciudadana y gobernabilidad de
seguridad en la integración Sur-Sur, incluído en la compilación realizada por Juan Tokatlian India, Brasil y Sudáfrica: El impacto de
las nuevas potencias regionales, Universidad de San Andrés, Libros del Zorzal, 2007, pág. 211.
21. Bátora, Jozef, Multistakeholder Public Diplomacy of Small and Medium-Sized States: Norway and Canada Compared, Depart-
ment of Political Science, University of Oslo. Paper presented to the International Conference on Multistakeholder Diplomacy,
Mediterranean Diplomatic Academy, Malta, February 11-13, 2005, pag. 2.
• Mesas redondas o seminarios temáticos, como los organizados por distintas áreas de
la Cancillería.
• Audiencias públicas previas a la toma de decisiones.
• Publicación de proyectos de normas o propuestas políticas23.
22. http://www.international.gc.ca/cip-pic/discussions/index.aspx
23. Este es un procedimiento en general vinculado a normas técnicas. En Argentina, por ejemplo, el Servicio Nacional de
Con toda su importancia, la modalidad que adopte la consulta no es el nudo central del ejer-
cicio, lugar que, desde el punto de vista del organismo público, le corresponde al análisis y
procesamiento de los aportes y demandas recibidos y a la elaboración de las correspondientes
respuestas en un informe público. Este no debe ser necesariamente el último eslabón, en la
medida que puede ser oportunamente revisado y puesto nuevamente a consideración.
En este marco, debería generarse un equilibrio entre el interés de la sociedad civil por
hacer efectiva su incidencia y las posibilidades de la Cancillería para asimilarla, teniendo en
cuenta que es uno de los multiples elementos que condicionan la elaboración de la política
exterior. Una correspondencia entre ambas posturas no siempre será posible, pero ello no
debe debilitar el compromiso de ninguno de los participantes.
Al respecto, es importante que todos los involucrados sean cautelosos respecto a las
expectivas que se generan en este proceso. El mismo no es una instancia de solución de con-
flictos entre el Estado y los ciudadanos, ni mucho menos una subrogación de la acción de los
órganos políticos de la democracia representativa sino un complemento de los mismos. Se
pretende así facilitar al ciudadano el ejercicio de su derecho de participación y recibir así su
contribución para facilitar la tarea de elaboración y aplicación de la política exterior.
Sin duda esta tarea de articulación y los esfuerzos requeridos para concretarla implican
un proceso de mutuo aprendizaje para todos los actores. Una deseable regularidad en su
aplicación y las experiencias resultantes contribuirán a su progresivo mejoramiento y con-
solidación.
Conclusión
“Cuando todo lo que haces, te lleva demasiado tiempo, y lo haces demasiado tarde,
no puedes esperar que la gente se encuentre todavía allí. Todos se han ido24.”
Ernest Hemingway
Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) ha establecido un sistema de consulta pública no vinculante por el cual ”los pro-
yectos de resolución estarán en consulta durante 30 ó 60 días corridos, […] podrán participar los ciudadanos, sectores corpo-
rativos de la cadena agroalimentaria (productores, procesadores, transportistas, distribuidores), organismos del sector público,
organizaciones de la sociedad civil, etc”. Ver el sitio: http://www.senasa.gov.ar/contenido.php?to=n&in=878&io=9507
24. The snows of Kilimanjaro. The complete short stories of Ernest Hemingway, Book Of the Month Club, New York, 1987.
L
a conmemoración del Bicentenario de la Independencia de nuestro país, que se aproxi-
ma, llegará para producirse entre dos fechas que tienen particular relevancia para el
Sistema del Tratado Antártico: el 50 Aniversario de la firma del Tratado durante 2009
e idéntico Aniversario de su entrada en vigor, en junio de 2011. Este último aniversario,
tiene el ingrediente adicional de que, justamente en esa fecha, será conmemorado en Buenos
Aires en ocasión de la realización de la XXXIV Reunión Consultiva del Tratado Antártico
(RCTA), de la que nuestro país será anfitrión.
Estas fechas ofrecen un excelente marco para unas breves reflexiones sobre lo que sig-
nifica el Tratado Antártico para la comunidad internacional al aproximarse su primer medio
siglo de vigencia y como base de varios otros instrumentos que integran el denominado “Sis-
tema del Tratado Antártico” (el Sistema). También nos invitan a reflexionar sobre lo realizado
más recientemente por nuestro país en el contexto del Sistema. Por cierto, ambos campos de
reflexión pueden abordarse con la mirada puesta en los nuevos desafíos que se perciben para
el Sistema en la actualidad a partir de los avances tecnológicos, tales como el incremento del
turismo antártico en sus más diversas variantes, los desarrollos en materia de bioprospección,
los fenómenos naturales de alto impacto en la Antártida –como el cambio climático– la cre-
ciente escasez de agua potable en el planeta o las necesidades futuras de recursos minerales,
entre otras cuestiones. Todos estos aspectos han, de algún modo, generado nuevas formas de
interacción y relación del hombre –y también de los Estados– con la Antártida, a partir de
una estructura normativa que tiende a regular, con creciente meticulosidad, las actividades
que allí se desarrollan.
* Consejero del Servicio Exterior de la Nación. Se desempeña en la Dirección General de Asuntos Antárticos de la Cancillería
Argentina. Ha sido delegado alterno argentino en Reuniones Consultivas del Tratado Antártico en 1998, 1999, 2008 y 2009;
y ante la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) en 1997, 1998, 2007 y 2008.
Con su conclusión, el Tratado logró instalar la noción de que podía abstraerse al Continen-
te antártico de los conflictos que transcurrían en otros lugares del mundo. En 1959, con
la Guerra Mundial un recuerdo aún latente y algunos otros conflictos bélicos regionales
recientemente superados, con varios reclamos de soberanía sobre la Antártida –algunos de
ellos superpuestos–, dicha noción era, y continúa siendo hoy, un logro no menor. Una parte
sustancial de ese logro puede atribuirse a la capacidad del Tratado para adaptarse construc-
tivamente a los cambios y evoluciones registrados en el plano internacional en referencia a
la Antártida.
El texto mismo del Tratado, de tan sólo catorce artículos, no pretende ser exhaustivo
y, en consecuencia, posee la suficiente flexibilidad para absorber cambios y enfrentar circuns-
tancias no previstas en el momento de su celebración. El breve texto contiene, sin embargo,
disposiciones muy importantes que también permiten explicar la actualidad y vigencia del
sistema.
1. Los reclamos de soberanía de Chile y el Reino Unido se superponen al Sector Antártico Argentino. El chileno en forma par-
cial y el británico en forma total. Argentina y Chile se reconocen mutuamente los sectores que no se encuentran superpuestos y
a su vez desconocen toda pretensión del Reino Unido sobre territorio antártico alguno. Esta última posición fue recientemente
ratificada en una Declaración Conjunta de legisladores de ambos países, suscripta en la Antártida en marzo de 2009. Rebagliati,
Orlando, La Antártida. Reseña de su situación jurídica y política internacional. Ediciones Dunken, Buenos Aires (1996).
2. Rebagliati, Orlando - La Antártida. Reseña de su situación jurídica y política internacional. Ediciones Dunken, Buenos Aires
(1996).
Realizadas las RCTAs anualmente en forma sucesiva en el territorio de cada Parte Consultiva
por orden alfabético en inglés, se celebró, en abril de 2009, la XXXII RCTA en Baltimore,
EE.UU., oportunidad en la cual, con la presencia de Ministros y Cancilleres de 28 Partes
Consultivas y varias Partes Adherentes, se conmemoró el 50 Aniversario de la firma del
Tratado. En tal ocasión se adoptaron, en Washington DC, una Declaración Ministerial sobre
el 50 Aniversario del Tratado Antártico y una Declaración Ministerial sobre el Año Polar
Internacional (2007-2008) y la Ciencia Polar.
A través de la primera Declaración se reafirmaron los principios y los compromisos de
las Partes para con el mantenimiento del Sistema creado a partir del Tratado. La segunda
Declaración, por su parte, realzó la importancia de los logros científicos recientes alcanzados
en torno a las regiones polares, poniendo de manifiesto particularmente las preocupaciones
por los severos efectos del cambio climático sobre los polos y por la adecuada preservación
del medio ambiente antártico.
3. En su Artículo I, el Tratado establece: “La Antártida se utilizará exclusivamente para fines pacíficos. Se prohibe, entre otras,
toda medida de carácter militar, tal como el establecimiento de bases y fortificaciones militares, la realización de maniobras
militares, así como los ensayos con toda clase de armas. (...)”
4. De acuerdo con lo establecido por el Artículo IX del Tratado, Partes Consultivas son las Partes Contratantes con voz y
voto para participar en las RCTAs. Entre ellas se encuentran las Partes mencionadas en el preámbulo del Tratado –los doce
signatarios originales– que mantienen en forma indefinida el status consultivo y las Partes Contratantes que posteriormente
adhirieron al Tratado conforme su Artículo XIII, y que para mantener dicha condición, deberán demostrar su interés en la
Antártida a través de investigaciones científicas importantes o mediante el mantenimiento de una estación científica o expe-
diciones científicas.
5. En la Declaración por el 50 Aniversario del Tratado, las Partes renovaron su compromiso con los objetivos y propósitos
del Tratado; reafirmaron la importancia de la contribución hecha al Tratado por su Artículo IV para asegurar la continuada
Los instrumentos del Tratado Antártico y del Sistema que lo complementa han facilitado la
preservación de esta región tan particular, quizás el último lugar del planeta en mantenerse
en estado prístino. De hecho, han permitido modificar el foco central de la actividad que
se desarrolla en la Antártida. En efecto, durante el siglo XIX y buena parte del siglo XX
prevaleció un interés meramente económico, reflejado en la caza de focas y lobos marinos, la
explotación de los recursos vivos marinos, los intentos de avance sobre recursos minerales,
en particular los hidrocarburos y el desarrollo del turismo. Esta situación evolucionó hacia
un enfoque que hoy tiene su principal eje en la preservación del medio ambiente antártico,
considerado como un aspecto esencial para la subsistencia del planeta.
Ello derivó en el posterior desarrollo de tres acuerdos firmados al amparo del Tratado
que, ampliando la dimensión política del acuerdo en si mismo, abordaron cuestiones concre-
tas que surgían a partir de distintos tipos de actividades que se desarrollaban en la Antártida.
Dos de esos acuerdos se convirtieron en pilares centrales del Sistema. En primer lugar, la
Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA),
adoptada en 1980 –en vigor desde 1982–. En segundo término y adoptado algunos años más
tarde en 1991, el Protocolo al Tratado Antartico sobre Protección del Medio Ambiente (el
Protocolo) –en vigor desde 1998–. La tercera, la Convención para la Conservación de Focas
Antárticas (CCFA) –adoptada en 1972–, ha tenido menor relevancia debido a su aplicación
limitada y a la eliminación del motivo central que le dio origen, la caza de lobos marinos y
focas con finalidad comercial.
Por cierto, los dos primeros instrumentos mencionados tuvieron por finalidad abordar
dos de las preocupaciones centrales en pos de la preservación de la Antártida. Por un lado,
a partir de la CCRVMA, la creación de instrumentos apropiados para controlar y regular la
pesca y sus impactos sobre los ecosistemas en los océanos australes. Por el otro, el Protocolo,
un instrumento con capacidad para regular y controlar distintos tipos de actividades –cada
vez mayor en número y de creciente variedad– que pudieran desarrollarse en la Antártida.
Identificados así los instrumentos centrales que abordan la actividad antártica y que
conforman el Sistema del Tratado Antártico, corresponde entonces una breve evaluación
acerca de cuáles han sido los principales logros alcanzados durante los primeros cincuenta
años de vida del Tratado, complementado en años más recientes por este delicado sistema de
instrumentos internacionales.
armonía en la Antártida; destacaron la importancia del Protocolo y renovaron su compromiso bajo el Artículo 7 del Protocolo,
que prohibe toda actividad relacionada con los recursos minerales, salvo con finalidad de investigación científica; acordaron
trabajar mancomunadamente para comprender mejor los impactos del cambio climático sobre el medio ambiente antártico y los
ecosistemas asociados y alientan a otros Estados, comprometidos con los objetivos del Tratado, a formar parte del Sistema, en
los términos requeridos por el Tratado. (Declaración Ministerial de Washington sobre el 50 Aniversario del Tratado Antártico
– adoptada el 6 de abril de 2009).
Vale destacar que la sesión conmemorativa de Washington se realizó en forma conjunta con los Miembros del Consejo Artico.
6. Sánchez, Rodolfo A. Antártida - Introducción a un Continente Remoto. Editorial Albatros, Buenos Aires, 2007.
7. El Protocolo –adoptado en la RCTA de Madrid en 1991– se negoció inicialmente con cuatro anexos sobre: Evaluación de
Impacto Ambiental (I); Conservación de Flora y Fauna Antárticas (II); Gestión de Residuos (III); Prevención de la Contami-
nación Marina (IV) y entró en vigor en 1998. Posteriormente un quinto anexo sobre Protección y Gestión de zonas, entró en
vigor en 2002. Finalmente un sexto anexo sobre Responsabilidad surgida de emergencias ambientales, fue acordado en 2005,
aunque aún no entró en vigor.
ii. La Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA)
Como segundo componente del Sistema cabe atraer la atención sobre lo realizado por la
CCRVMA (o CCAMLR por su sigla en inglés) que recientemente –en 2007– celebró sus
25 años de vigencia y operatividad y que ha abordado la compleja problemática de la pre-
servación de los recursos vivos marinos en la región10. Actualmente 34 Estados son Partes
en la CCRVMA, aunque sólo 25 de ellos son Miembros de la Comisión con voz y voto en la
adopción de medidas de conservación y demás decisiones.
Surgida a raíz de un vertiginoso interés por la pesca de krill a partir de los años 70, se
percibió el delicado impacto que la sobreexplotación de ese recurso podía llegar a tener sobre
la cadena trófica y los ecosistemas asociados de la región. El Convenio, concebido como un
8. La Secretaría Ejecutiva del Tratado Antártico funciona en su sede en Buenos Aires desde 2004. De estructura pequeña, tiene
por finalidad asistir a las RCTAs y al CPA con relación a los requerimientos del Tratado y el Protocolo. A su vez reúne, cen-
traliza y administra la documentación de las reuniones y la información provista por las Partes; elabora y publica los informes
de las RCTAs y del CPA y administra su propia página de internet (www.ats.aq). Desde el 1 de septiembre de 2009 asumirá
como Secretario Ejecutivo el Dr. Manfred Reinke (Alemania) –recientemente electo–, quien reemplazará al Sr. Johannes Huber
(Países Bajos) luego de cuatro años en ejercicio del cargo.
9. CCRVMA en su artículo primero establece: “La presente Convención se aplica a los recursos vivos marinos antárticos de la
zona situada al sur de los 60° de latitud Sur y a los recursos vivos marinos antárticos de la zona comprendida entre dicha latitud
y la Convergencia Antártica que forman parte del ecosistema marino antártico”. (www.ccamlr.org)
10. Los únicos recursos vivos marinos antárticos no regulados por la CCRVMA son los cetáceos, cuya regulación a se realiza a
través de la Comisión Ballenera Internacional creada por la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas
(Washington, 1946).
Así como la CCRVMA se ocupa de los recursos vivos vinculados con los mares, surgió, en un
sentido similar, el Protocolo para preservar los restantes valores y recursos en el Continente
11. Existen, dentro del área de la CCRVMA, islas que son de soberanía indiscutida de ciertos Estados Miembros. Ej: Kerguelén
y Crozet (Francia); Príncipe Eduardo y Marion (Sudáfrica); Bouvet (Noruega); Heard y McDonald (Australia). Se encuentran
también en el área de la CCRVMA las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur, ilegalmente ocupadas por el Reino Unido.
12. La CCRVMA y las medidas adoptadas en consecuencia, obligan a los Estados Parte en la Convención. Para terceros estados,
el área de la CCRVMA constituye alta mar, con excepción de las aguas jurisdiccionales de las islas subantárticas. (ver supra).
13. Durante el año 2008 se conformó un Panel de Evaluación de Desempeño de la CCRVMA, con miras a analizar los de-
sarrollos y efectividad del organismo frente a los crecientes desafíos de la problemática pesquera en la región de los océanos
australes. Si bien la Argentina –junto con otros países– inicialmente no favoreció la conformación de dicho panel, finalmente
éste fue integrado con tres expertos argentinos (Dres. Enrique Marschoff, Ramiro Sánchez y Marcelo Kohen) sobre un total de
nueve, que fueron elegidos por los Miembros de la CCRVMA. El panel elaboró un extenso informe y ha efectuado una serie de
recomendaciones que se encuentran bajo análisis de los Miembros y serán abordadas en la XXVIII Reunión de la CCRVMA
en octubre de 2009.
14. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (1982) – Sus artículos 116 a 120 contienen disposiciones
relativas a las obligaciones de los Estados con respecto a la conservación y administración de los recursos vivos en la alta mar.
Estas obligan a un número mucho mayor de estados que los Miembros de la CCRVMA.
a) En primer lugar, figura el turismo antártico, actividad que llevó a que se triplicara el
número de visitantes a la Antártida en los últimos diez años y que concentra cada vez
mayor interés de la industria turística internacional. Con la salvedad, quizás, de las pro-
yecciones previstas para la temporada estival 2009/10, con motivo de la crisis económica
internacional, el turismo ha venido creciendo de manera sostenida en cantidad de pasa-
jeros y buques. Como tal, está generando nuevas derivaciones en la Antártida por vía, no
sólo del posible impacto ambiental acumulativo de buques y visitantes –particularmente
en los sitios más visitados– sino también por los peligros derivados de las características
propias de la navegación antártica16 y los potenciales desarrollos que puedan darse en la
Antártida en el futuro en materia de logística e infraestructura asociada al turismo. Es
oportuno señalar aquí que más del 95% del turismo antártico se desarrolla en la región
de la Península Antártica, es decir, en el Sector Antártico Argentino; y más del 90 % del
turismo antártico pasa por la ciudad de Ushuaia en su trayecto hacia o desde la Antártida,
con todo lo que ello puede implicar –y debería ya estar generando– en materia de desa-
rrollos para la región austral del país.
Con respecto a este tema es oportuno señalar, por último, que existe una marcada ten-
dencia reciente, en el ámbito de las RCTAs, que procura limitar el desarrollo de infra-
estructura terrestre en la Antártida destinada al turismo. Sobre el punto y con miras a
salvaguardar los derechos que eventualmente podría tener nuestro país, las delegaciones
argentinas han efectuado expresas reservas de su derecho a desarrollar y establecer, en el
momento que se estime oportuno, estructuras terrestres con capacidad de alojamiento
para visitantes.17
b) En segundo lugar, pero igualmente importante, se encuentra el complejo tema de la
15. Tras el extenso proceso de negociación y firma de la Convención, en 1989, tanto Australia como Francia resolvieron no ra-
tificar CRARMA. Australia con alguna preocupación de que la actividad de extracción podía eventualmente afectar su reclamo
de soberanía. Ambos países, con la fuerte presión ejercida por sus sectores ecologistas sobre los respectivos gobiernos.
16. En recientes temporadas, se registraron incidentes de buques turísticos como el hundimiento sin fatalidades del buque MV
Explorer en las inmediaciones de las Islas Shetland del Sur (octubre 2007); o las varaduras de los buques MV Ushuaia (dicembre
2008) y MV Ocean Nova (febrero 2009).
17. Ver párrafo 167, Informe Final de la XXXII RCTA. Baltimore, EE.UU., 2009.
Nuestro país cuenta con un extenso historial de actividad y presencia en el continente antárti-
co, que data ya desde los recorridos que realizaban los foqueros criollos que partían del Puer-
to de Buenos Aires en 1820 en sus expediciones de caza de focas y lobos marinos en las Islas
Shetland del Sur. A su vez, desde el 22 de febrero de 1904, funciona, ininterrumpidamente,
la primera Base Científica y Estación Meteorológica argentina, junto con la primera Oficina
antártica de Correos, en Base Orcadas (Isla Laurie-Orcadas del Sur). La Argentina cuenta
además con el mayor número de bases antárticas (6 permanentes y 7 temporarias) y el centro
de investigación antártica más antiguo, el Instituto Antártico Argentino, creado en 1951.
Todos éstos, elementos que ponen de relieve la innegable vocación antártica de nuestro país y
que complementan otros antecedentes históricos, jurídico-políticos, geográficos y geológicos
que avalan y dan sustento a nuestra posición con respecto al Sector Antártico Argentino. A su
vez, merece destacarse que la Argentina ha sido un actor central en las negociaciones de los
principales instrumentos que componen el Sistema y es activo participante en los diversos fo-
ros antárticos. Este compromiso –al igual que el mantenimiento de nuestra reivindicación de
soberanía en el marco de la vigencia de los instrumentos internacionales pertinentes– se ha
mantenido a través del tiempo y de los sucesivos gobiernos como una Política de Estado. En
tal sentido, es nuestro deber recordar los aportes efectuados por diplomáticos profesionales
de nuestro país que se han destacado en los procesos de negociación internacional y que han
influido favorablemente para los intereses argentinos en los resultados alcanzados.
En el seno de la CCRVMA, la Argentina mantiene una posición de estricto cum-
plimiento de la Convención, respetándose la facultad de aquellos Estados con jurisdicción
indiscutida sobre sus islas subantárticas, de regular y controlar la actividad de manera más
18. El Artículo III.1 dispone: “Con el fin de promover la cooperación internacional en la investigación científica en la An-
tártida, prevista en el Artículo II del presente Tratado, las Partes Contratantes acuerdan proceder, en la medida más amplia
posible: […] c) al intercambio de observaciones y resultados científicos sobre la Antártida, los cuales estarán disponibles
libremente…”.
19. Con respecto a la controversia argentino-británica en el seno de la CCRVMA, ver punto XIII del Informe Final de la XV
Reunión de la CCRVMA.
20. En la actualidad, si bien no es requisito indispensable, el Comité para la Protección del Medio Ambiente (CPA) sesiona
como tal en el ámbito de las RCTAs. Participan en él representantes de los países que han ratificado el Protocolo. La Argentina
lo hizo mediante la Ley 24.216.
Conclusiones
A
rgentina y Chile nacieron a la vida independiente como parte de un mismo territorio:
el de España en América. Los nuevos Estados americanos trataron de mantener la ex-
tensión territorial que cada uno de ellos poseía como unidad administrativa española.
Las diferencias que surgieron a causa de la indeterminación de algunas de ellas generaron, en
varios casos, prolongados e intrincados debates. En nuestro caso, la discusión recayó sobre la
Patagonia, el Estrecho de Magallanes y la Tierra del Fuego.
La atribución de territorios fue solucionada por el Tratado de Límites de 1881 don-
de se acordó una línea de separación de territorios, la línea del límite internacional. Esto
significaba que no se discutiría más por territorio y que si había alguna discusión entre las
Partes, la misma sólo podría plantearse con respecto a la ubicación de la línea en el terre-
no. La demarcación de la totalidad de la línea del límite demandó varios años de trabajo y
cuando se terminó, las comisiones de límites fueron disueltas. No fueron previstas tareas de
mantenimiento. Comprobado el deterioro de los hitos, básicamente a causa del clima y del
lugar de emplazamiento, fue necesario crear un organismo que se ocupase de su conservación,
mantenimiento y reposición. Con ese propósito se firma en 1941 el Protocolo para la Reno-
vación y Reposición de Hitos Fronterizos, por cuyo intermedio se crea la Comisión Mixta
Demarcadora de Límites, a la que se le asigna como primera tarea el levantamiento de una
carta oficial del límite internacional.
Siguiendo el procedimiento establecido, la Comisión Mixta de Límites debe confeccio-
nar primero la cartografía sobre la que se va a dibujar la línea del límite internacional. Apro-
bada la misma, se intercambian los proyectos de traza. Cada delegación estudia y compara la
línea de la contraparte con la propia y luego se reúnen para considerar las diferencias, si las
hubiere. Definida la línea de común acuerdo, la Comisión Mixta debe aprobarla y represen-
tarla sobre la cartografía aprobada. También debe señalar, si hubiera considerado necesario
hacerlo, el lugar de emplazamiento de los hitos a erigir. Una vez volcada esta información, se
redacta la memoria legal y técnica correspondiente y se remiten las hojas topográficas apro-
badas a las respectivas instituciones cartográficas nacionales para su impresión, publicación y
distribución. A partir del momento en el que la Comisión Mixta de Límites aprueba la línea
que representa el recorrido de la traza del límite sobre la cartografía por ella misma confec-
cionada, esa línea se transforma en la única representación oficial del límite internacional,
* Ministro Plenipotenciario. Egresado del Instituto del Servicio Exterior de la Nación, Promoción XVII.
1. Protocolo para la Renovación y Reposición de Hitos Fronterizos, Buenos Aires, 16 de abril de 1941, en MINISTERIO DE
RELACIONES EXTERIORES, Instrumentos internacionales de carácter bilateral suscriptos por la República Argentina (Hasta el 30 de
junio de 1948), Buenos Aires, 1950, t. II, p. 712. “Artículo 3º.- La Comisión Mixta se reunirá en Buenos Aires en el término
de un mes de canjeadas las actas de las ratificaciones de este Protocolo, para resolver de común acuerdo el plan de trabajos y
dar comienzo de inmediato a las operaciones inherentes; plan que para los casos en que lo estime conveniente, la Comisión
considerará como primera operación el levantamiento en detalle de una carta oficial correspondiente a una faja de terreno
suficiente a ambos lados del límite”.
Los acuerdos
2. Protocolo para la Renovación y Reposición de Hitos Fronterizos, Buenos Aires, 16 de abril de 1941, MINISTERIO DE
RELACIONES EXTERIORES, op. cit., Buenos Aires, 1950, t. II, p. 713. “Artículo 8º.- Cuando al ejecutar un amojonamiento
se produjera un desacuerdo sobre la ubicación de la línea divisoria los Comisionados actuantes ejecutarán en conjunto el
levantamiento de un plano a mayor escala de la zona cuestionada y lo acompañarán de un informe por cada una de las partes.
Con estos elementos las Cancillerías de ambos países resolverán lo que corresponda. En caso de disidencia entre estas últimas,
los Gobiernos las someterán al arbitraje de un perito de un tercer Estado, el que será nombrado de común acuerdo dentro del
plazo de un mes de conocida ésta”.
3. DECLARACION CONJUNTA de los Presidentes de los Presidentes de la República Argentina y de la República de Chile,
Santiago de Chile, 29 de agosto de 1990, Puntos 16 y 17, ARBITRAJE RELATIVO AL RECORRIDO DE LA TRAZA DEL
LIMITE ENTRE EL HITO 62 Y EL MONTE FITZ ROY, Memoria Argentina, Anexo Documental – Tomo II, 1992, Nº 122,
pp. 1062.
4. Comisión Mixta Demarcadora de Límites Argentino-Chilena, Acta N° 132, Buenos Aires, 10 de septiembre de 1990,
ARBITRAJE RELATIVO AL RECORRIDO DE LA TRAZA DEL LIMITE ENTRE EL HITO 62 Y EL MONTE FITZ ROY,
Memoria Argentina, Anexo Documental – Tomo II, 1992, Nº 117, pp. 1063-1078.
5. Declaración Presidencial sobre Límites entre la República Argentina y la República de Chile, Buenos Aires, 2 de agosto de
1991, ARBITRAJE RELATIVO AL RECORRIDO DE LA TRAZA DEL LIMITE ENTRE EL HITO 62 Y EL MONTE FITZ
ROY, Memoria Argentina, Anexo Documental – Tomo II, 1992, Nº 121, pp. 1091-1096.
6. Declaración Presidencial sobre Límites entre la República Argentina y la República de Chile, Buenos Aires, 2 de agosto de
1991, Anexo Nº I, ARBITRAJE RELATIVO AL RECORRIDO DE LA TRAZA DEL LIMITE ENTRE EL HITO 62 Y EL
MONTE FITZ ROY, Memoria Argentina, Anexo Documental – Tomo II, 1992, Nº 121, pp. 1097-1102.
7. Declaración Presidencial sobre Límites entre la República Argentina y la República de Chile, Buenos Aires, 2 de agosto de
1991, Anexo Nº II, ARBITRAJE RELATIVO AL RECORRIDO DE LA TRAZA DEL LIMITE ENTRE EL HITO 62 Y EL
En el preámbulo se explican los motivos que inspiraron a los gobiernos a establecer una
nueva línea limítrofe. Se aclara que se tenía presente que el tramo en cuestión era el tramo
no demarcado más extenso de la frontera común, debido a sus especialísimas y rigurosas
condiciones y a que en su mayor parte se encuentra cubierto por hielo. Se explica que esas
circunstancias hacían difíciles, onerosos y prolongados los estudios y trabajos destinados
a demarcarla y que, a pesar de ello, los gobiernos están decididos a superar esas dificulta-
des aplicando el art. 4 del Tratado de Paz y Amistad. A continuación se reconoce que la
fórmula adoptada se basa en la voluntad de facilitar exclusivamente la demarcación de esa
zona de la frontera común y se aclara que esa solución no podrá ser invocada como ante-
cedente para efectuar futuras demarcaciones y tampoco podrá ser interpretada como una
derogación de principios jurídicos.
El nuevo límite se describe en los Artículos, donde se indica que el límite está forma-
do por los tramos de rectas comprendidos entre los puntos que allí se enumeran y que la
traza descripta queda representada en cartas anexas que formaban parte del mismo. En el
Artículo 2 se identifican las coordenadas de los puntos indicados en el Artículo 1. En el
Artículo 3 se precisa que como este Acuerdo constituye una nueva delimitación, entrará
en vigencia una vez que se canjeen los instrumentos de ratificación, previa aprobación del
mismo por los respectivos Parlamentos por así disponerlo la Constitución Nacional de
cada una de las Partes.
Este acuerdo fue muy cuestionado, especialmente en la República Argentina. La ob-
jeción principal era la transformación de la cuenca del río Santa Cruz en recurso hídrico
compartido.
Los gobiernos firman el 10 de diciembre de 1996 un Protocolo adicional con el pro-
pósito de precisar su alcance, pero las objeciones continúan10. Asumen entonces que lo
dispuesto en 1991 no será aprobado e inician contactos para negociar otro en su reem-
plazo. Los intercambios se aceleran cuando en la República Argentina, el gobierno y la
oposición, acuerdan que la solución del problema es una cuestión de Estado que debe ser
resuelta antes de la celebración de las elecciones presidenciales de 1999. Finalmente, el 16
de diciembre de 1998 se firma el nuevo Acuerdo11.
MONTE FITZ ROY, Memoria Argentina, Anexo Documental – Tomo II, 1992, Nº 121, pp. 1103-1106.
8. Declaración Presidencial sobre Límites entre la República Argentina y la República de Chile, Buenos Aires, 2 de agosto de
1991, Anexo Nº III, ARBITRAJE RELATIVO AL RECORRIDO DE LA TRAZA DEL LIMITE ENTRE EL HITO 62 Y EL
MONTE FITZ ROY, Memoria Argentina, Anexo Documental – Tomo II, 1992, Nº 121, pp. 1107-1120.
9. DIRECCIÓN DE INFORMACIÓN PARLAMENTARIA, op. cit., Buenos Aires, 1984, pp. 398-399. “Artículo 4º: “Las
Partes se esforzarán por lograr la solución de toda controversia entre ellas mediante negociaciones directas, realizadas de buena
fe y con espíritu de cooperación. Si, a juicio de ambas Partes o de una de ellas, las negociaciones directas no alcanzaren un
resultado satisfactorio, cualquiera de las Partes podrá invitar a la otra a someter la controversia a un medio pacífico elegido de
común acuerdo”.
10. PROTOCOLO ADICIONAL AL ACUERDO PARA PRECISAR EL LÍMITE EN LA ZONA COMPRENDIDA ENTRE
EL MONTE FITZ ROY Y EL CERRO DAUDET, firmado el 10 de diciembre de 1996, REVISTA MILITAR, Protocolo
Adicional al Acuerdo para precisar el límite en la zona comprendida entre el Monte Fitz Roy y el Cerro Daudet, Enero/Marzo 1997, Nº
738, Buenos Aires, pp. 13-15.
11. ACUERDO ENTRE EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA ARGENTINA Y EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA
DE CHILE PARA PRECISAR EL LÍMITE ENTRE EL MONTE FITZ ROY Y EL CERRO DAUDET, Buenos Aires, 16 de
diciembre de 1998.
12. COMISIÓN MIXTA DE LÍMITES ARGENTINA – CHILE, ACTA NÚMERO CIENTO OCHO (108) ANEXO N°
39, PROTOCOLO RELATIVO A LA REPOSICIÓN Y COLOCACIÓN DE HITOS EN LA FRONTERA ARGENTINO
– CHILENA – PLAN DE TRABAJOS Y DISPOSICIONES GENERALES (P.T. y D.G.) – REGLAMENTO TÉCNICO
(R.T.). PLAN DE TRABAJOS Y DISPOSICIONES GENERALES (P.T. y D.G.).
13. ACUERDO ENTRE EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA ARGENTINA Y EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA
DE CHILE PARA PRECISAR EL LÍMITE ENTRE EL MONTE FITZ ROY Y EL CERRO DAUDET, Buenos Aires, 16 de
diciembre de 1998 “ARTICULO III: En el marco del presente Acuerdo las Partes declaran que todas las aguas que fluyen hacia
y desaguan por el río Santa Cruz serán consideradas a todos los efectos como recurso hídrico propio de la República Argentina.
Asimismo, serán consideradas a todos los efectos como recurso hídrico propio de la República de Chile las aguas que fluyen
hacia los fiordos oceánicos. Cada parte se compromete a no alterar, en cantidad y calidad, los recursos hídricos exclusivos que
corresponden a la otra Parte en virtud del presente Acuerdo”.
14. Boletín Oficial de la República Argentina el 2 de julio de 1999.
Por intermedio de este acuerdo los gobiernos resolvieron que la solución de esta cuestión
fuera sometida a la decisión de un Tribunal Arbitral compuesto por cinco juristas latinoa-
mericanos. Uno de ellos sería elegido por Argentina, el otro por Chile y los tres restantes
de común acuerdo. Los elegidos fueron, Dr. Rafael Nieto Navia, colombiano, Reynaldo
Galindo Pohl, salvadoreño, Pedro Nikken, venezolano, Santiago Benadava, chileno y Ju-
lio Barberis, argentino.
El 31 de octubre de 1991, los Cancilleres de ambos países, Guido Di Tella y Enrique
Silva Cimma firmaron en Santiago de Chile el Compromiso Arbitral, por cuyo inter-
medio se establecieron las bases para el desarrollo del proceso, se fijaron las etapas del
procedimiento y se le asignó al Tribunal la función específica de resolver la controversia
decidiendo el recorrido de la traza del límite en el sector comprendido entre el Hito 62
y el Monte Fitz Roy, interpretando y aplicando el Laudo de 1902 de conformidad con el
derecho internacional15.
El tramo del límite en cuestión se encuentra ubicado entre los lagos San Martín y
Viedma (Provincia de Santa Cruz) en una zona cordillerana cercana a la Laguna del
Desierto.
A invitación del Gobierno de Brasil, las Partes acordaron que la sede del Tribunal Ar-
bitral fuera la ciudad de Río de Janeiro. La Organización de Estados Americanos facilitó
las oficinas del Comité Jurídico Interamericano en esta ciudad para el funcionamiento del
Tribunal. El 16 de diciembre de 1991 se constituyó el Tribunal Arbitral, el que a conti-
nuación designó como Presidente al Juez colombiano Dr. Rafael Nieto Navia y dictó las
reglas para su propio funcionamiento. Designó, asimismo, como Secretario al brasileño
D. Rubem Amaral.
El 31 de agosto de 1992 fueron presentadas las Memorias. Allí las Partes desarrollaron
sus respectivos argumentos, que acompañaron con documentación anexa histórico-diplo-
mática y cartográfica, y presentaron sus peticiones. Las Contramemorias fueron presenta-
das el 16 de agosto de 1993. En estos escritos, cada Parte contestó los argumentos de la
contraparte contenidos en las correspondientes Memorias.
El Tribunal Arbitral, en pleno, visitó la zona entre el 5 y el 15 del mes de febrero de
1994. A continuación se celebraron las audiencias orales. Tuvieron lugar en Río de Janei-
ro, sede del Tribunal, entre el 11 de abril y el 18 de mayo.
El Tribunal Arbitral dictó Sentencia el 21 de octubre de 1994. El fallo dio la razón a la
República Argentina por tres votos (Nieto Navia, Nikken y Barberis) contra dos (Galindo
Pohl y Benadava)16.
El 31 de enero de 1995, la República de Chile presentó Recursos de Revisión y en sub-
sidio, de Interpretación y Modo de Ejecución, pidiendo además suspender la demarcación y
ejecución de la Sentencia de 21 de octubre de 1994. El 13 de octubre de 1995, el Tribunal
Arbitral Internacional dicta otra Sentencia que resuelve rechazar, por cuatro votos contra
15. Compromiso para someter a arbitraje el recorrido de la traza del límite entre la República Argentina y la República de
Chile en el sector comprendido entre el Hito 62 y el Monte Fitz Roy, ARBITRAJE RELATIVO AL RECORRIDO DE LA
TRAZA DEL LIMITE ENTRE EL HITO 62 Y EL MONTE FITZ ROY, Memoria Argentina, Anexo Documental – Tomo II,
1992, Nº 122, pp. 1121-1128.
16. Sentencia del 21 de octubre de 1994 §§ 151 y 171, pp. 102- 103 y 112-113, respectivamente.
Por intermedio de este acuerdo, ambos Gobiernos acordaron cuál iba a ser el recorrido
de la traza limítrofe (la línea del límite) en los 22 puntos e instruyeron “a sus respectivas
Comisiones de Límites para que demarquen la línea del límite en las zonas que se detallan
a continuación, conforme se indica en cada caso”.
De esta manera se resolvieron las siguientes cuestiones: Hito en la orilla norte del Ca-
nal Beagle, sector entre el cerro Daudet y el punto de longitud 72º 57’ Oeste de la Sierra
Baguales, cerros W y Tres Hermanos Sur, cerro Cap, cerro Volcánico, cerro Pantojo, cerro
Campana, cerro Paimún, cerro Rahue, volcán Copahue, cerro Mora, volcán Tupungatito o
Bravard, cerro Las Polleras, sector al oeste del Ventisquero del río Plomo entre las latitu-
des 32º 57’ Sur y 33º 01’ Sur, cerro Dos Hermanas, cerro de los Patos o Tres Quebradas,
cerro Puntiagudo o Lamas, sector Paso San Francisco – cerro Tres Cruces, cerro Agua de la
Falda, cero Bayo, cumbre sur de la Corrida de Cori y cerro negro o Volcán18.
Conclusiones
Las consecuencias de la Sentencia Arbitral recaída en el caso del Canal Beagle puso a los dos
países al borde de la guerra19. Luego de un prolongado y laborioso proceso se firmó en 1984
el Tratado de Paz y Amistad, que puso fin a las cuestiones originadas por el laudo arbitral de
1977. Allí se acordó un sistema de solución de controversias que fue implementado una vez
que ambos países estuvieron gobernados por autoridades elegidas democráticamente, para
resolver las cuestiones limítrofes pendientes.
Este proceso arrojó como resultado un acuerdo para precisar el límite en la zona com-
prendida entre el Monte Fitz Roy y el Cerro Daudet, la decisión de someter a arbitraje el
recorrido de la traza del límite en el sector comprendido entre el Hito 62 y el Monte Fitz Roy
así como que se impartieran instrucciones comunes a las respectivas Comisiones de Límites
para solucionar las otras cuestiones pendientes. Pero no terminó allí. El primero de estos
acuerdos dio lugar a nuevas negociaciones bilaterales de las que resultaron un protocolo adi-
cional en 1996 y un nuevo acuerdo en 1998; el segundo, dio lugar a la sentencias arbitrales
del 21 de octubre de 1994 y ésta a la del 13 de octubre de 1995; y el tercero permitió que la
Comisión Mixta de Límites pudiera demarcar la línea del límite internacional y poner fin a
22 cuestiones pendientes20.
T
eniendo en mente una integración ambiental planetaria en un mundo interdepen-
diente, es que en marzo de 1974, siendo Representante de la Argentina, enuncié por
primera vez en Nairobi, en ocasión del Segundo Período de Sesiones del Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente –PNUMA– la idea de un sistema de Seguridad
Ecológica Colectiva, convencido de la urgente necesidad de su concreción para la supervi-
vencia de la humanidad, con la esperanza, ante la evidencia del general deterioro ambiental,
de que progresaran las decisiones políticas conducentes a procesos de integración de calidad
ambiental, primero bilaterales, luego subregionales, regionales y continentales, orientados a
un sistema global de Seguridad Ambiental Colectiva.
La preservación de la calidad del ambiente es un problema muy presente, muy vigente
y muy afligente, es un reclamo social desatendido, que exige la aplicación de una ecopolítica
para un desarrollo sustentable y sostenible, con racionalidad ambiental, económica y social
y una óptima y armoniosa utilización de los recursos naturales que evite su depredación y
desaprovechamiento.
Reconociendo la necesidad de una acción concertada para la preservación de la cali-
dad del medio, los procesos de integración regional como la Unión Europea, el Mercosur,
el NAFTA y otros, las cuencas de ríos internacionales, los Estados vecinos entre sí, tienen
acuerdos al respecto, tratados cada vez más comprensivos y exigentes, respondiendo y dando
forma concreta a la aplicación de los principios acordados por la comunidad internacional
formativos del moderno Derecho Ambiental o de la Polución.
Estos convenios son insuficientes ante el problema de la contaminación, de caracterís-
ticas únicas, muy especiales, ya que no existe la no contaminación. Contaminación hay siem-
pre, provocada por la misma naturaleza, por los animales, por el hombre desde que existe, y
no hay industria que no contamine. La contaminación no reconoce espacios ni fronteras, no
existe la autonomía ambiental, no hace distinción de países desarrollados o en desarrollo, no
distingue ideologías y está presente en países democráticos, comunistas, socialistas, en los de
economía liberal y en los de economía centralmente planificada, no discrimina entre pobres
o ricos, razas, colores de piel o religiones. Así los casos de contaminación de la atmósfera,
de las aguas de los ríos internacionales, la gripe aviaría, las patologías que afectan a ganados
y cultivos y en consecuencia a la alimentación humana y a la economía, la confrontación al
cambio climático, etc.
La contaminación afecta la calidad del ambiente. ¿Y qué es el ambiente? El ambiente
es TODO. Ambiente es el aire; es la atmósfera; es el agua; es el suelo; es la familia; es el
lugar en donde habitamos, en donde estudiamos, en donde trabajamos y nos recreamos; es la
biósfera. La preservación de la calidad del ambiente es una necesidad y una obligación, es un
* Embajador del Servicio Exterior de la Nación. Ex Presidente de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente.
L
a definición del término “terrorismo” dista mucho de ser un aspecto en el que se ha
llegado a un acuerdo. Tanto en el ámbito académico como en el de los organismos in-
ternacionales y en la legislación interna de muchos países, existen definiciones que no
son aceptadas en forma unánime ya sea por otros académicos u otros países.
El término “terrorismo” ya fue utilizado en conferencias internacionales en el marco de
la Sociedad de las Naciones, como la de Varsovia (1927) y Bruselas (1930), determinándolo
como crímenes contra la vida, libertad o integridad física de las personas o contra bienes del
Estado o particulares, motivados por razones políticas. En la Conferencia de Madrid (1933)
se condenaron como actos terroristas aquellos actos que crearan un peligro o un estado de
terror para la población en su conjunto.
A modo de ejemplo podemos citar algunas definiciones:
• La definición oficial del FBI es: El terrorismo es el uso ilegal de la fuerza o la violen-
cia contra personas o propiedades a fin de intimidar o ejercer coerción sobre el Go-
bierno, la población civil o cualquier otro segmento, persiguiendo objetivos sociales
o políticos.
* Embajador Extraordinario y Plenipotenciario del Servicio Exterior de la Nación. Doctor en Derecho y Ciencias
Sociales. Ex Consejero Legal. Actual Representante Especial para Asuntos de Terrorismo y Otros Delitos Conexos.
** Ministro Plenipotenciario del Servicio Exterior de la Nación. Presta funciones en la Representación Especial para
Asuntos de Terrorismo y Otros Delitos Conexos desde septiembre de 2003.
• Por su parte, la Decisión marco del 28/11/2008 considera que “el terrorismo cons-
tituye una de las violaciones más graves de los valores universales de la dignidad
humana, la libertad, la igualdad y la solidaridad, el respeto de los derechos humanos
y de las libertades fundamentales, en los que se basa la Unión Europea. También re-
presenta uno de los ataques más graves contra la democracia y el Estado de Derecho,
principios que son comunes a los Estados miembros y en los que se basa la Unión
Europea.”
• La Resolución 1566 (2004) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas indica
en su párrafo 3: “Recuerda que los actos criminales, inclusive contra civiles, cometi-
dos con la intención de causar la muerte o lesiones corporales graves o de tomar re-
henes con el propósito de provocar un estado de terror en la población en general, en
un grupo de personas o en determinada persona, intimidar a una población u obligar
a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto, o a abstenerse
de realizarlo, que constituyen delitos definidos en los convenios, las convenciones y
los protocolos internacionales relativos al terrorismo y comprendidos en su ámbito,
no admiten justificación en circunstancia alguna por consideraciones de índole po-
lítica, filosófica, ideológica, racial, étnica, religiosa u otra similar e insta a todos los
Estados a prevenirlos y, si ocurren, a cerciorarse de que sean sancionados con penas
compatibles con su grave naturaleza”.
• En ese orden de cosas, en 2005 en el informe final del Grupo de Expertos de Alto Ni-
vel sobre las Amenazas, los Desafíos y los Cambios, nombrado por el Secretario Gene-
ral de la Organización de las Naciones Unidas, indica como acto terrorista “Cualquier
acto, además de los actos ya especificados en los convenios y convenciones vigentes
sobre determinados aspectos del terrorismo, los Convenios de Ginebra y la Resolu-
ción 1566 (2004) del Consejo de Seguridad, destinado a causar la muerte o lesiones
corporales graves a un civil o a un no combatiente, cuando el propósito de dicho acto,
por su naturaleza o contexto, sea intimidar a una población u obligar a un Gobierno
o a una organización internacional a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo.”.
a) por Decreto 253 (17-03-00) se aprueba la Resolución 1267 (1999) del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, que establece el congelamiento de fondos y acti-
vos financieros de los talibanes;
b) por el Decreto 1035 (15-08-01) se adopta la Resolución 1333 (2000) del Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas, disponiendo el congelamiento de fondos y
activos financieros de Ben Laden y de la organización Al-Qaida y de las personas y
entidades asociadas a ellos;
c) por Decreto 1235 (5-10-2001) se aprueba la Resolución 1373 (2001) del Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas, mediante la cual se reafirma la necesidad de
luchar con todos los medios, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas,
contra las amenazas a la paz y la seguridad internacionales representadas por los ac-
tos de terrorismo, en particular contra la financiación de actos de terrorismo, y con-
tra la circulación de terroristas o de grupos terroristas mediante controles eficaces de
fronteras y controles de la emisión de documentos de identidad y de viaje;
d) por Decreto 623 (16/04/2002) se aprueba la Resolución 1390 (2002) del Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas, que mantiene las medidas dispuestas por las
Resoluciones 1333 (2000) y 1267 (1999) y decide que todos los Estados miembros
adopten las disposiciones siguientes respecto de Osama bin Laden, los integrantes
de la organización Al-Qaida, los talibanes y otras personas, entidades, empresas
y grupos con ellos asociados: Congelar los fondos, activos financieros y recursos
e) por Decreto 826 (30/09/2003) se adopta la Resolución 1452 (2002) del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, por la que se exceptúa del congelamiento de fon-
dos y activos financieros de los talibanes y de Al Qaida aquellos que los Estados deter-
minen para sufragar gastos básicos (alimentos, alquileres o hipotecas, medicamentos
y tratamientos médicos, etc.) o gastos extraordinarios (cuando el Estado lo notifique
al Comité establecido por la Resolución 1267 (1999) y éste lo haya aprobado);
• Convenio sobre las infracciones y ciertos otros actos cometidos a bordo de las aero-
naves (Ley 18.730).
• Convenio para la represión del apoderamiento ilícito de aeronaves (Ley 19.793).
• Convenio para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de la aviación civil
(Ley 20.411).
• Convención sobre la prevención y el castigo de delitos contra personas internacio-
nalmente protegidas, inclusive los agentes diplomáticos (Ley 22.509).
• Convención sobre Protección Física de Materiales Nucleares (Ley 23.620).
• Protocolo para la represión de actos ilícitos de violencia en los aeropuertos que pres-
ten servicio a la aviación civil internacional (Ley 23.915).
• Convención Internacional contra la toma de Rehenes (Ley 23.956).
• Convenio para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de la navegación
marítima (Ley 24.209).
• Convenio sobre la marcación de explosivos plásticos para los fines de detección (Ley
24.722).
• Convenio Internacional para la represión de los Atentados Terroristas cometidos con
Bombas (Ley 25.762).
• Protocolo para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de las plataformas
fijas emplazadas en la plataforma continental (Ley 25.771).
• Convenio Internacional para la Represión de la Financiación del Terrorismo (Ley
26.024).
• Convención Interamericana contra el Terrorismo (Ley 26.023).
La República Argentina considera que los actos de terrorismo constituyen una amenaza a
la paz y seguridad internacionales, a la vida y dignidad humana, a la convivencia pacífica y
civilizada, y ponen en peligro la estabilidad, la democracia y el desarrollo socio-económico
de las naciones.
La Argentina asigna una alta prioridad a la lucha contra el terrorismo internacional y a
la adopción de todas aquellas medidas aprobadas por la comunidad internacional organizada,
tendientes a su prevención y erradicación. Se debe tener presente que la Argentina ha sufrido
en su propio territorio los embates de este flagelo en los casos de los atentados a la Embajada de
Israel (1992) y a la Asociación Mutual Israelita Argentina (1994). En este contexto, ha compro-
metido su más amplia cooperación y participa activamente en el ámbito multilateral, regional
y subregional, así como en sus relaciones bilaterales, una ininterrumpida labor en la materia.
El Gobierno argentino estima imprescindible, para combatir el terrorismo de la me-
jor forma, una activa participación y colaboración de toda la comunidad internacional, así
como una cooperación orgánica y permanente, jurídicamente legítima y basada en el respeto
absoluto del derecho internacional, el derecho internacional humanitario, el derecho inter-
nacional de los derechos humanos, el derecho internacional de los refugiados y los propósitos
y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas. En este sentido, la Argentina
participa activamente en los trabajos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
y del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la necesaria vinculación
entre los derechos humanos y la lucha contra el terrorismo. Cabe tener en mente que existe
un delicado equilibrio entre la defensa que el Estado debe realizar ante una agresión terroris-
ta y el respeto y garantía de los derechos humanos.
La Argentina considera a las Naciones Unidas, particularmente al Consejo de Seguri-
dad y sus órganos competentes, así como a los organismos hemisféricos y regionales (Organi-
zación de los Estados Americanos y el MERCOSUR), los ámbitos más apropiados para una
efectiva acción de prevención y erradicación del terrorismo
d) En ocasión del II Período Ordinario de Sesiones del CICTE (San Salvador, enero
de 2003), la Argentina ofreció ser la sede de una Conferencia de la OEA sobre Se-
guridad Cibernética, que se celebró en Buenos Aires los días 28 y 29 de julio de
2003 y dio los primeros pasos para el desarrollo de una estrategia interamericana
de seguridad cibernética. Canadá organizó la segunda reunión de expertos sobre el
tema en marzo de 2004, en Ottawa, quedando a cargo del representante argentino
la coordinación de uno de los paneles de trabajo como reconocimiento a la tarea que
realiza nuestro país en materia de seguridad cibernética. Como resultado de las re-
uniones de expertos surgió una propuesta que fue recogida por la Asamblea General
de la OEA, en su XXXIV Período de Sesiones, que dispone la creación de una red
interamericana de vigilancia y alerta de incidentes informáticos.
En el ámbito del MERCOSUR funciona el Foro Especializado Terrorismo (FET) que sesiona
dentro del ámbito de las Reuniones de Ministros del Interior y Justicia del MERCOSUR. En
dicho foro se coordinan actividades antiterroristas, se intercambia información sobre control
de fronteras, se mantienen contactos con organismos técnicos relacionados con actividades
antiterroristas, se elaboran informes regionales y se organizan cursos de capacitación, todo
ello entre los países miembros y asociados del MERCOSUR.
En relación con la llamada Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay) los servicios de
inteligencia y las fuerzas de seguridad mantienen la zona en observación. En 1996 se creó el
Comando Tripartito de la Triple Frontera, integrado por fuerzas de seguridad de los tres países.
En 1998 fue acordado el Plan de Seguridad de la Triple Frontera que, entre otros, mantiene
actualizado el intercambio de información migratoria sobre nacionales de una serie de países.
Como complemento de las diversas acciones que se llevan a cabo en la zona de la Triple
Frontera, la Cancillería argentina impulsó la creación del Grupo 3 más 1 de Seguridad en
la Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay), con la incorporación de Estados Unidos,
cuya primer reunión tuvo lugar en Buenos Aires y en la Triple Frontera, en diciembre de
2002. Se trata de un mecanismo informal en el que se considera la cooperación en materia de
detección de financiamiento del terrorismo y su relación con el lavado de dinero, el tráfico de
drogas y de armas, así como la cooperación en cuanto a inteligencia y control de fronteras.
El mecanismo se reúne una vez al año en forma alternativa en las capitales de los miembros.
En este marco se puso en marcha el Grupo de Inteligencia Financiera de la Triple
Frontera (GIF-TF), cuyas reuniones tuvieron lugar en Buenos Aires, en mayo de 2004, en
Asunción del Paraguay, en octubre de 2005, y en Washington, en mayo de 2006.
Los países integrantes del 3 más 1 han determinado en sus reuniones que no se han
detectado actividades operativas de terrorismo en la Triple Frontera, de acuerdo a la infor-
mación disponible.
De todo lo expuesto se puede concluir que la posición y las acciones que lleva a cabo la
Argentina para prevenir y erradicar el terrorismo internacional no sólo responden a las obli-
gaciones internacionales asumidas por la República en la materia, sino que se enmarcan en
la convicción de la necesaria colaboración y cooperación con la comunidad de naciones para
combatir esa amenaza.
Los esfuerzos realizados en esta materia habrán de continuar y acrecentarse en la medi-
da en que el terrorismo internacional y delitos conexos prosigan actuando con procedimien-
tos y recursos crecientes y novedosos. w
A
l cumplirse 25 años de democracia en la Argentina, más aún si este hecho ocurre de
forma tan cercana al bicentenario, se impone un llamado a la reflexión sobre este gran
logro alcanzado por nuestro país, pero al mismo tiempo surgen sentimientos encon-
trados respecto al rumbo de la Argentina.
Un reciente trabajo dirigido por José Nun sobre las ideas centrales a partir de los cua-
les la Argentina y Brasil se miran, se piensan, se describen a sí mismos y entre sí, muestra
variadas perspectivas que revelan que los argentinos coinciden en cierta sensación de frus-
tración relativa a distintos aspectos de nuestro país. Este sentimiento se traduce en ideas de
“fracaso” y “decadencia”.
Por otra parte, en este aniversario de la democracia se encuentran en el centro del de-
bate las instituciones propiamente dichas: qué es la democracia; que relación tiene con los
conceptos de república o federalismo son preguntas que han inspirado numerosos trabajos
reflexivos, y han sido, sobre todo, los principios que guiaron el proceso de independencia y de
construcción de la Argentina (proceso este último en el que aún nos encontramos).
Aquí abordamos dos aspectos que se relacionan: el vínculo entre democracia y repúbli-
ca y las posibles lecturas de la historia que surgen a partir de aquel vínculo.
Quizá la República es uno de los ideales que la Argentina más se debe a sí misma lo-
grar. El concepto de República remite, como uno de sus núcleos centrales, a una voluntad
de no-dominación. A diferencia del liberalismo, cuyo núcleo duro es la no-interferencia, el
republicanismo considera que el poder de los individuos es fundamental para su desarrollo
personal, para su libertad – entendida como capacidad de hacerse a sí mismo. Se busca, no la
libertad en relación con el Estado, sino el equilibrio de los poderes: dentro del Estado, entre
éste y los ciudadanos y entre éstos mismos.
Para la tradición republicana, que abarca a pensadores como Tucídides, Platón, Ma-
quiavelo, Harrington, Rousseau, Jefferson, Hamilton y Tocqueville, entre otros, las leyes del
Estado no son una carga para el individuo, sino que son precisamente las que posibilitan la
libertad, impidiendo que ninguno de los miembros de la sociedad tenga tanto poder como
para dominar a otro. Por esta razón, a partir de este concepto surge la idea de ciudadano.
Continuando este razonamiento, el papel que el republicanismo asigna al Estado es
distinto al del Estado liberal en el sentido que, en este último caso, se argumenta que el Es-
tado debe permanecer “neutral” frente al desenvolvimiento de los actores sociales, mientras
que para el republicanismo, el Estado actúa conformando el entramado legal que regula los
* Licenciado en Ciencias Políticas de la UBA, egresó del Instituto del Servicio Exterior de la Nación en el año 2006
y actualmente se desempeña en la Dirección de Asuntos Regionales.
1. Pasiones Nacionales: Política y cultura en Brasil y Argentina. José Nun (supervisor), Alejandro Grimson (compilador) y
otros. Editorial Edhesa. Buenos Aires, 2007.
2. Republicanismo: Una teoría sobre la libertad y el gobierno. Philip Pettit. Editorial Paidós, Buenos Aires 1997.
3. El Republicanismo y la filosofía política contemporánea. Roberto Gargarella en “Teoría y filosofía política, A. Borón (com-
pilador). Editorial CLACSO - EUDEBA, Buenos Aires 1999.
4. Los Romanos. R. H. Barrow. Editorial Fondo de Cultura Económica. México, 2006.
5. Discursos sobre la primera década de Tito Livio. Maquiavelo. Editorial Alianza. Madrid, 1996.
6. La comunidad liberal. Ronald Dworkin. Editorial Universidad de los Andes. Bogotá, 1996.
7. El Republicanismo y la filosofía política contemporánea. Roberto Gargarella en “Teoría y filosofía política, A. Borón (com-
pilador). Editorial CLACSO - EUDEBA, Buenos Aires 1999.
8. La razón populista. Ernesto Laclau. Editorial Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires, 2008.
9. Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, www.un.org. Las fuentes del PNUD son las estadísticas del Banco Mundial,
según consta en el informe.
10. Según el Informe del PNUD, es de 0,869 (el índice se compone de diferentes indicadores económicos, educativos, de
salud, demografía y pobreza entre otros).
11. Cabe recordar que cuando Jefferson asume la Presidencia como Republicano dice en su discurso inaugural que todos los
norteamericanos son Republicanos y Federalistas –el partido de Hamilton– , señalando, así, uno de los principios básicos del
republicanismo que es la unidad social – como describe Tocqueville en la ”Democracia en América”. En Historia de los Estados
Unidos Maldwyn Jones. Editorial Cátedra. Madrid, 1995.
E
n nuestra región, la lección aprendida luego de las políticas económicas prevalecientes
en los años noventa demostró que para afianzar el proceso democrático no es suficiente
contar con un índice de ingreso per cápita creciente, sino que, además, éste debe ser
complementado con inclusión social creciente y desarrollo humano, procesos que permitan
reducir las desigualdades y brechas sociales existentes.
En la actualidad, y a pesar de los progresos en la difusión de las Tecnologías de la Infor-
mación y Comunicación (TICs) y la correspondiente innovación que éstas conllevan, las bre-
chas de acceso a las mismas y la desigualdad, tanto dentro como entre los países, persisten y,
en algunos casos, tienden a agravarse. A modo de ejemplo, la International Communication
Union (ITU) estima que alrededor de 800.000 ciudades, lo que representa miles de millones
de personas en todo el mundo, aún carecen de cualquier tipo de conexión a las TICs.
Cómo pueden las nuevas tecnologías ayudar a disminuir las brechas sociales en un mundo
en constante y dinámica innovación que no perdona el “quedarse atrás” es el tema de este artí-
culo, que consideramos de vital importancia para la política exterior de una Argentina decidida
a implementar políticas que profundicen el proceso de democratización con inclusión social.
Existen variadas definiciones del término “brecha digital”; las mismas intentan describir el
fenómeno que separa a los individuos, grupos familiares, empresas y áreas geográficas que
tienen la oportunidad de acceder a las TICs, y aquellos que quedan excluidos de ellas. Su
estudio y comprensión es relevante, ya que los efectos de la brecha se reflejan en cambios
profundos que modelarán la estructura de las sociedades en los próximos años. La rápida
difusión de la tecnología y los métodos de acceso a la información, así como el vertiginoso
* Asesora del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina y
profesora universitaria. Es Ingeniera en Electrónica y Electricidad, Master en Administración de Empresas y en Re-
gulación de Telecomunicaciones y Doctora en Dirección de Empresas. Es miembro del Grupo Asesor del Secretario
General de Naciones Unidas para el Foro de Gobernanza de Internet.
** Secretario de Embajada de Tercera Clase del Servicio Exterior de la Nación. Licenciado en Relaciones Internacio-
nales (USAL), Economista (UBA) y Magister en Relaciones y Negociaciones Internacionales (FLACSO), se desempe-
ña actualmente en el Grupo Especial de Asuntos Tecnológicos (GETEC) de la Cancillería.
1. Algunos de los contenidos de este artículo forman parte de la investigación para la tesis doctoral de la Ing. Olga Cavalli
sobre Gobernanza de Internet y Desarrollo.
2. Cavalli, Olga. “Internet access in Latin America: from assymetry to universal access” en Kleinwachter, Wolfgang (ed.) “The
power of ideas: Internet Governance in a Global Multi-stakeholder environment”, Germany Land of Ideas, Berlín, 2007, p. 51.
3. Khan, Sarbuland. “Digital opportunity, digital divide” en Kleinwachter, W. op. cit., p.152.
Estado de situación
4. ALADI, Asociación Interamericana de Integración, “La Brecha Digital y su repercusión en sus países miembros”, Julio 2003.
5. Fuente: Internet Statistics www.internetstats.com
6. Telefónica de Argentina, La sociedad de la Información en la Argentina, 2004.
7. Fuente:INDEC - Prince y Cooke.
8. Fuente: Cepal.
Destáquese entonces, luego del análisis anterior realizado, la importancia de las TICs en pa-
labras del Coordinador Ejecutivo de la Global Alliance for Information and Communication Tech-
nologies for Development (GAID): “…las TICs pueden reducir la pobreza al transformar la economía
de un país en más eficiente y globalmente competitiva. Además de reducir las desigualdades de ingreso,
• Incorporar a todos los chicos en edad escolar a la educación primaria para el año
2015.
• Alcanzar en el año 2015 una mayor equidad de género mediante una mejor parti-
cipación económica de la mujer y la eliminación de las disparidades de género en la
educación.
• Dar acceso a los servicios de salud para todos aquellos que los necesiten hacia el año
2015.
• Desarrollar los recursos humanos adecuados para el manejo y la difusión de las TICs,
mediante objetivos de capacitación, educación, creación y difusión de conocimiento
e iniciativas compartidas.
12. Para mayor información acerca de las ventajas de este nuevo Protocolo, consúltense las ponencias del Seminario “El im-
pacto del IPv6 en el sector público” organizado en marzo de 2008 por el Grupo Especial de Asuntos Tecnológicos (GETEC)
del MRECIC. Las mismas se pueden encontrar en la página web de esta Cancillería, http://www.mrecic.gov.ar - La Cancillería
- Sociedad de la Información.
13. Latif, Latid. “Widening the Internet address space: towards IPv6” en Kleinwachter, W. op. cit., p. 227.
Dada la problemática común de los países latinoamericanos, sería deseable que logren, den-
tro de sus esquemas de integración, un fluido intercambio de información a fin de coordinar
sus intereses comunes en cuanto a los problemas existentes para lograr el rápido desarrollo
de la Sociedad de la Información y por consiguiente la disminución de la brecha digital. Una
labor coordinada a favor de intereses comunes podría lograr la presentación de posiciones ho-
mogéneas y consensuadas en los organismos y foros internacionales. Existe ya una iniciativa
que interconecta a los portales educativos de la región, denominada la red RELPE14 o Red
de Portales Educativos para la Educación de América Latina. Argentina participa en esta
iniciativa a través de su portal educativo estatal Educ.ar.
La experiencia internacional ha mostrado que, sin políticas públicas fortalecidas, el
impacto de las nuevas tecnologías o bien no es aprovechado o bien puede construir nuevas
formas de exclusión, individuales o colectivas. Siendo la Sociedad de la Información un fenó-
meno global, las aproximaciones al mismo deberían ser llevadas adelante en forma colectiva y
convergente. Argentina fue en la década pasada un país precursor de innovaciones en materia
tecnológica y regulatoria. Su renovada red de infraestructura de telefonía fija y móvil ha sido
de las más desarrolladas y evolucionadas de la región y del mundo.
La vasta geografía nacional excluye en forma natural y constante a una gran parte de la
población del acceso a servicios esenciales de telecomunicaciones. Es en este sentido que la
puesta en marcha de un plan de expansión de la red de comunicaciones actual a estos luga-
res se torna fundamental para evitar la exclusión de muchos argentinos que viven en zonas
alejadas y rurales.
También debemos mencionar la exclusión cercana, la que se mezcla con la vida cotidia-
na de las grandes ciudades. Silenciosa y casi imperceptible para muchos análisis económicos
y técnicos, existe una gran cantidad de gente que tampoco accede a servicios esenciales de
comunicaciones, aún viviendo a pocos metros de grandes edificios de oficinas o sedes de
empresas transnacionales. Por falta de recursos económicos, de recursos educativos, o simple-
mente por ignorancia, son analfabetos digitales.
Como lo señala S. Kahn15, se entiende que es el gobierno quien tiene responsabilidad
primaria por el bienestar de sus ciudadanos, junto con el deber de diseñar e implementar
estrategias que lleven al desarrollo nacional. En el caso de las TICs, sin embargo, es fuerte
además la participación de otros actores que, con distintas responsabilidades pero no menos
importancia, buscan que los beneficios de las TICs lleguen a todos.
Como lo destacan los sucesivos documentos de la Cumbre Mundial de la Sociedad de
la Información (WSIS)16, sólo a través de la cooperación internacional entre gobiernos y di-
versos actores como sociedad civil, ONGs, redes diversas, etc. se podrán utilizar y aprovechar
las TICs como herramienta de desarrollo.
La otra alternativa, esto es, el modelo tradicional de gobierno compuesto por jugado-
res con roles estrictos, poco flexibles y cooperación limitada, no hará más que profundizar
el déficit de gobierno en todos los niveles, lo que llevará a su vez a una mayor desigualdad y
exclusión social. w
E
l 10 de diciembre de 2008 la Asociación Profesional remitió al Señor Presidente del
Honorable Senado de la Nación, Ing. Julio César Cobos, y al Señor Presidente de la Ho-
norable Cámara de Diputados, Dr. Eduardo Alfredo Fellner, la presente Declaración:
El contenido del presente texto fue entregado también a diferentes medios de prensa.
E
n reunión celebrada el 1° de abril de 2009 los integrantes de la Comisión Directiva
de la Asociación Profesional rindieron un homenaje al ex Presidente de la Nación, Dr.
Raúl Ricardo Alfonsín, cuyo lamentable fallecimiento se produjo el 31 de marzo del
corriente. Se resaltó en esa oportunidad el invalorable accionar y la incansable lucha del Dr.
Alfonsín a favor del restablecimiento y consolidación de la democracia y el respeto de los
Declaraciones 123 |
derechos humanos en nuestro país. Asimismo, la Comisión dispuso la publicación de un
aviso en los diarios La Nación y Clarín, adhiriendo al profundo dolor que esta irreparable
pérdida ha causado al pueblo argentino. w
| 124 Asociación Profesional del Cuerpo Permanente del Servicio Exterior de la Nación