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El 

comportamiento individual en las organizaciones. 


Es una de las variables más importantes a contemplar para asegurar el buen
funcionamiento de una empresa. Debido a las diferencias individuales de cada
persona que conforma una organización, es necesario aprender a manejar dichos
comportamientos para lograr los mejores resultados.

También conocido como comportamiento organizacional, este área de estudio se


encarga de investigar y aplicar conocimientos que tengan que ver con la manera
en la que cada persona se comporta dentro de una empresa. Para entender el
comportamiento individual en una organización es necesario estudiar las
diferentes variables que lo condicionan. 

Las más importantes son las personas que forman la empresa, la estructura de la
misma, la tecnología que utilizan y el contexto en el que está establecida.

Todas estas variables tienen que ser analizadas para poder diseñar un plan de
acción que permita mejorar la eficiencia de las organizaciones.

¿Cómo influye en la organización?


El éxito de una organización depende enteramente de la interacción entre las
cuatro variables mencionadas anteriormente:

– Las personas que integran una organización conforman el sistema interno de la


misma. La colaboración entre los diferentes miembros es lo que permitirá lograr
los resultados deseados; por ello, es necesario estudiar cómo ajustar el
comportamiento individual de cada persona al de los demás.

– La estructura de la organización se refiere a la jerarquía existente dentro de la


misma, y al tipo de relaciones que las personas pertenecientes a esta deben
entablar. Si un individuo pone sus intereses personales por delante de los de la
estructura, la empresa no funcionará todo lo eficazmente que podría.

– La tecnología empleada por la compañía ayuda a mejorar las condiciones de


trabajo y les proporciona recursos para cumplir con sus objetivos. Sin embargo,
para poder obtener todos los beneficios de la tecnología, los individuos deben
también ajustar su propio comportamiento para sacarle el máximo partido.

– El contexto en el que opera la compañía es fundamental para entender qué se


espera de esta y cuál es la mejor forma de lograrlo. Por ello, cuanto mayor sea el
número de integrantes de la empresa que comprendan el contexto en el que
trabajan, mejores serán los resultados de la misma.
Como se puede ver, el comportamiento individual dentro de las organizaciones
está en la base de su éxito, además de influir sobre las otras tres variables sobre
las que se construye una empresa. Por ello, entender qué lleva a cada persona a
comportarse de determinada manera es fundamental para conseguir los mejores
resultados dentro de una compañía.

Fundamentos del comportamiento individual


Aunque hay una gran cantidad de variables que pueden influir sobre cómo se
comporta un individuo, las más importantes en cuanto a cómo afectan a las
organizaciones son las siguientes:

Percepción

Valores.

Creencias.

Actitudes.

Motivación.

Aprendizaje.

Habilidades.

Personalidad.

Percepción.
La percepción es el mecanismo individual que realizan los seres humanos que
consiste en recibir, interpretar y comprender las señales que provienen desde el
exterior, codificándolas a partir de la actividad sensitiva. Se trata de una serie
de datos que son captados por el cuerpo a modo de información bruta, que
adquirirá un significado luego de un proceso cognitivo que también es parte de la
propia percepción.

Valores.
Los valores son aquellos elementos que cada persona considera que son
importantes en su vida. Afectan a todos los campos de la existencia: desde las
relaciones personales hasta el trabajo.

Los valores son los que determinan nuestras prioridades, y también el rasero que
utilizamos para medir si nuestra vida es un éxito o si, por el contrario, estamos
lejos de lo que deseamos.
En general, cuando una persona actúa consistentemente de una forma que esté
alineada con sus valores, se sentirá satisfecha; por el contrario, si sus acciones
son contrarias a lo que cree que es bueno o importante, estará más predispuesta
a sentirse mal consigo misma.

Por ello, conocer los valores de la empresa y de las personas que forman parte de
esta es algo fundamental; si ambos no están alineados, el empleado se sentirá
profundamente insatisfecho con su papel en la compañía y no será capaz de dar
el máximo rendimiento en el trabajo.

Creencias
Las creencias son aquellas ideas que tenemos sobre nosotros mismos, los demás
y sobre el mundo en general. Normalmente afectan a la forma en la que
reaccionamos frente a lo que nos ocurre y pueden provocar que sintamos algo
negativo como si fuera positivo, y viceversa.

Por tanto, es importante conocer las creencias de los participantes en una


organización, ya que estas provocarán que se comporten de maneras muy
distintas frente a una misma situación.

Actitudes
Relacionadas estrechamente con las creencias, las actitudes tienen que ver con la
forma en la que nos enfrentamos a las situaciones que se nos presentan en
nuestro día a día.

Cuando se plantea alguna dificultad, ¿los empleados se sienten intimidados y no


saben qué hacer? O, por el contrario, ¿buscan los recursos para solucionar el
problema, a pesar de que se trate de algo nuevo para ellos?

Conseguir que todas las personas de una organización tengan las actitudes
correctas es algo crucial para el éxito de la misma.

Características de las actitudes


Las actitudes son adquiridas, son el resultado de las experiencias y
del aprendizaje que el individuo ha obtenido a lo largo de su historia de vida, que
contribuye a que denote una tendencia a responder de determinada manera y no
de otra.

Las actitudes son de naturaleza dinámica, es decir, pueden ser flexibles y


susceptibles a cambio, especialmente si tienen impacto en el contexto en el que
se presenta la conducta.
Las actitudes son impulsoras del comportamiento, son la tendencia a responder o
a actuar a partir de los múltiples estímulos del ambiente.

Las actitudes son transferibles, es decir, con una actitud se puede responder a


múltiples y diferentes situaciones del ambiente

Las 15 actitudes y aptitudes laborales más valoradas por las empresas.

Las 7 aptitudes laborales más valoradas por las empresas. 


1.- Capacidad de iniciativa.

La empresa cuando te contrate te indicará el trabajo que tienes que hacer, pero
también querrá que aportes nuevas ideas, propuestas y sugerencias. Hay
candidatos que se lo “curran”: una chica en una selección para responsable de
marketing llevó a la entrevista una propuesta de plan de comunicación que había
elaborado para esa empresa y lo expuso. Sobra decir que se quedó con el puesto
aunque era la que menos formación y experiencia tenía de todos. Es por tanto una
de las aptitudes profesionales más tenidas en cuenta.

 2.- Adaptabilidad.

Cada vez más las empresas buscan perfiles profesionales que sean capaces de
realizar funciones o tareas diferentes. Mostrar durante la entrevista cómo nos
mantenemos al día en nuestro sector profesional o cómo somos capaces de
aprender nuevas habilidades digitales nos ayudará a transmitir esa idea.

 3.- Capacidad para resolver problemas.

Ante un imprevisto hay personas que se quedan paralizadas y no saben cómo


actuar. En cambio, hay otras que son capaces de analizar la situación y tomar
decisiones. Este tipo de personas son las que buscan las empresas. Si te plantean
una pregunta del tipo ¿qué harías tú si….? en realidad lo que están intentado
descubrir es si perteneces al segundo grupo.

 4.- Trabajo en equipo.

Según parece todos somos capaces de trabajar en equipo y la realidad es que


después la mayoría de problemas que se plantean en las empresas es
precisamente porque no sabemos trabajar en equipo. Y es que trabajar en equipo
no es sólo hacer “tareas juntos”, sino que también se refiere a la capacidad de
crear un buen ambiente de trabajo.

 5.- Versatilidad.
Las empresas valoran muy positivamente esta aptitud laboral en sus futuras
contrataciones, ya que la polivalencia de la nueva incorporación le permite más
oportunidades de trabajo en diferentes campos.

Polivalente no quiere decir que la persona tenga que estar especializada en un


gran número de ramas o especialidades pero sí que además de su especialización
tenga capacidad de trabajo en otras áreas.

 6.- Creatividad.

La creatividad hace que una persona destaque por encima del resto de
entrevistados y lógicamente es una aptitud laboral muy tenida en cuenta por la
mayorías de las empresas.

7.- Liderazgo.

El liderazgo y la capacidad de liderar equipos en una aptitud que tiene gran


importancia y que debemos desarrollar.

Las 8 actitudes laborales más valoradas por las empresas


1.- Seriedad.

No nos referimos a ser más o menos graciosos, sino al hecho de ser responsables
en nuestro trabajo, pero claro, hasta que no estemos trabajando no lo podemos
demostrar. Pues bien, intentemos no llegar tarde a la entrevista, llevar originales y
copia de todos nuestros títulos o contratos. Si en una entrevista nos piden una
copia del currículum, no lo hacen porque no lo tengan, sino porque quieren ver si
somos previsores y organizados.

2.- Empatía.

Como hemos dicho antes no hace falta ser graciosos, pero sí que tenemos que
tener habilidades sociales. Sonreír y mantener una actitud cordial es fundamental.
Ninguno de nosotros cree que es antipático o borde, pero todos conocemos a
compañeros y compañeras que son antipáticos y bordes.

3.- Implicación con la empresa o negocio.

La mayoría de candidatos durante un proceso de selección dice estar muy


ilusionado de poder trabajar en esa empresa. En una ocasión un reclutador le
preguntó al candidato: ¿me puedes decir en dónde tenemos oficinas abiertas? A lo
que él no supo contestar. Si vamos a una entrevista de trabajo debemos conocer
lo máximo posible de la misma.
 4.- Personas poco problemáticas.

Plantear en la entrevista que “si te toca el turno de tarde no podrás ir porque lo


tienes complicado”, no te va a ayudar mucho. Todos tenemos dificultades para
conciliar la vida laboral y familiar o para desplazarnos hasta nuestro trabajo, pero
en este caso estamos creando un problema a la empresa cuando ni siquiera
formamos parte de ella. Por eso, aquello de “tengo total disponibilidad” debemos
aplicarlo.

 5.- Actitud positiva.

No sólo para el trabajo, si no para la vida en general. Una vez asistí a una
conversación entre dos reclutadores en la que estaban comentando que uno de
los candidatos no había hecho más que quejarse de que no tenía trabajo y de que
tenía que pagar una hipoteca. Sinceramente pensé que qué diferentes se ven las
cosas cuando uno tiene trabajo. Mi sorpresa fue cuando ese mismo reclutador dijo
que tenía un hijo pequeño con cáncer y que ahí estaba poniendo la mejor de sus
sonrisas.

 6.- Personas seguras de sí mismas. 

En una entrevista de trabajo todos nos ponemos nerviosos ya que nos jugamos
mucho, pero hay personas que demuestran estar más seguras de sí mismas que
otras. Cuando te planteen ¿qué puedes ofrecer tú a la empresa? lo que están
buscando en realidad es que les transmitas la confianza de que eres la persona
idónea para el puesto y que les ayudes a tomar la decisión de elegirte.

 7.- Lealtad.

La lealtad es la capacidad que tiene una persona para ser parte de un equipo y
mantenerse firme tanto en las adversidades como en los buenos momentos. Es
por tanto una actitud laboral muy valorada por las empresas a la hora de contratar
personal.

 8.- Honestidad.

Aunque consideres que la honestidad no es un actitud laboral muy valorada, no es


así, además de ser importante en un proceso de contratación de una empresa o
negocio, también lo es en la relación que se tiene entre empleado y empleador, e
incluso nos puede ayudar la progresión que tengamos en la empresa.

Motivación
La motivación se define como el deseo por hacer cosas y tomar acción. Se
considera como uno de los elementos más importantes a la hora de plantearse
metas, superar retos y cumplir con los objetivos propios.

Por lo tanto, estudiar cómo aumentar la motivación de los miembros de una


compañía es algo fundamental si se quieren lograr los mejores resultados dentro
de esta.

Aprendizaje.
Se entiende por aprendizaje al proceso a través del cual el ser humano adquiere o
modifica sus habilidades, destrezas, conocimientos o conductas, como fruto de la
experiencia directa, el estudio, la observación, el razonamiento o la instrucción.
Dicho en otras palabras, el aprendizaje es el proceso de formar experiencia y
adaptarla para futuras ocasiones: aprender.

El aprendizaje humano se vincula con el desarrollo personal y se produce de la


mejor manera cuando el sujeto se encuentra motivado, es decir, cuando tiene
ganas de aprender y se esfuerza en hacerlo. Para ello emplea su memoria, su
capacidad de atención, su razonamiento lógico o abstracto y diversas
herramientas mentales que la psicología estudia por separado.

Tipos de aprendizajes:
Aprendizaje receptivo. Aquellas dinámicas de aprendizaje en que el sujeto que
aprende únicamente debe comprender, entender, el contenido para poder luego
reproducirlo, sin que medie ningún tipo de descubrimiento personal.

Aprendizaje por descubrimiento. Caso contrario al anterior, implica que el sujeto


que aprende no reciba la información de manera pasiva, sino que descubra los
conceptos y relaciones según su propio esquema cognitivo.

Aprendizaje repetitivo. Se basa en la repetición del contenido a aprender, para


fijarlo en la memoria. Es conocido como “caletre” o “aprender a la letra”.

Aprendizaje significativo. Aquel que le permite al sujeto poner en relación el nuevo


contenido con lo que ya sabe, incorporándolo y ordenándolo para darle sentido
según aprende.

Aprendizaje observacional. Se basa en la observación del comportamiento de otro,


considerado modelo, y la posterior repetición conductual.
Aprendizaje latente. En este caso se adquieren nuevos comportamientos que
permanecen ocultos (latentes) hasta que se recibe un estímulo para manifestarlo.

Aprendizaje por ensayo y error. El aprendizaje conductista por excelencia, en el


que se prueba una respuesta a un problema tantas veces como sea necesario
para variar y encontrar la adecuada.

Aprendizaje dialógico. Sostenido en el diálogo entre iguales, como hacían los


antiguos filósofos griegos (de allí los Diálogos de Platón).

Habilidades
Una de las formas más sencillas de asegurar el fracaso de una compañía es elegir
como miembros de la misma a aquellas personas con las que tengamos una
buena relación, en lugar de gente con habilidades complementarias a las nuestras.

Las habilidades son lo que cada persona puede aportar de forma individual a una
organización. Por ello, es necesario fomentar la mejora de las destrezas de los
empleados, utilizando para esto estrategias como la formación o el coaching.

Personalidad
La personalidad es un conjunto de características individuales que definen cómo
somos como personas. Son estables a lo largo de la vida e influyen de manera
importante sobre la manera en la que hacemos las cosas, así como en la forma de
relacionarnos con los demás y con nuestro entorno.

Debido a que la personalidad es muy difícil de cambiar, es fundamental conocer la


de cada uno de los miembros de una compañía, para asignarles tareas que estén
de acuerdo a su forma de ser.

Así, por ejemplo, un introvertido cumplirá mejor con cometidos que impliquen
trabajar en solitario, mientras que un extrovertido solo alcanzará todo su potencial
perteneciendo a un equipo.
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “RAFAEL MARÍA BARALT.”

SEDE: SANTA RITA- EDO ZULIA.

CÁTEDRA: COMPORTAMIENTO ORGANIZACIONAL.

BACHILLER:

ADRIANA PAOLA

DOMÍNGUEZ PEROZO.

CI: 20.726.699

PROF: ADELIS CUMARES.

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