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INSTITUTO DE PEDAGOGÍA APLICADA

ASIGNATURA:

LA EDUCACIÓN BÁSICA

PROYECTO DE LA MATERIA DE:

FORMACIÓN INTEGRAL DEL ESTUDIANTADO


PRESENTA:

Gustavo Antonio Muñiz Moreno


MATRÍCULA:
20-106005410

GRUPO:
LP4

ASESOR:

Lic. Marla Eva Bazana Vega

TOLUCA, ESTADO DE MÉXICO A 18 DE OCTUBRE DE 2021

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Introducción

Podemos definir la Formación Integral como el proceso continuo, permanente y


participativo que busca desarrollar armónica y coherentemente todas y cada una de las
dimensiones del ser humano (ética, espiritual, cognitiva, afectiva, comunicativa, estética,
corporal, y sociopolítica), a fin de lograr su realización plena en la sociedad. Es decir,
vemos el ser humano como uno y a la vez pluridimensional, bien diverso como el cuerpo
humano y a la vez plenamente integrado y articulado en una unidad.

Lo anterior supone que hemos hecho una opción por unas determinadas dimensiones
(en este caso ocho) que consideramos indispensable cultivar si queremos lograr más
plenamente el desarrollo armónico de la persona. De este modo, una propuesta educativa
coherente con lo anterior debe abordar los distintos procesos que son propios de cada
una de estas dimensiones de la persona; pero no sólo abordarlos, sino hacer que
efectivamente todas las acciones curriculares se orienten a trabajar para lograr su
desarrollo.

Podemos afirmar que las dimensiones son “categorías” o conceptos que hemos
construido racionalmente para determinar aquellos aspectos que son definitivos en el ser
humano, y que, por lo mismo, no podemos desatender cuando pretendemos formar
integralmente.

¿Por qué entendemos así la Formación Integral?

Si hablamos del sustantivo “Formación” es porque se busca desarrollar y orientar


claramente esas diferentes dimensiones o potencialidades que poseemos. Si a ese
sustantivo le añadimos el adjetivo “Integral” es para decir que ese desarrollo abarca la
totalidad del ser humano. No hay formación sin orientación; siempre se forma para algo,
con un fin, con una intencionalidad, con un propósito.

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En educación no hay asepsia, no hay neutralidad; por eso se «forma», se da forma, de
cara a una cultura, a una sociedad, en un determinado contexto. Podríamos formar para
que nuestros estudiantes simplemente se adapten y se amolden al modelo social
predominante, pero el compromiso que asumimos desde la Pedagogía Ignaciana es el
de formar para no reproducir el «status-quo», sino para ayudar a nuestros estudiantes a
ser hombres y mujeres plenamente auténticos, capaces de mirar la realidad de una
manera lúcida y de comprometerse en su transformación: que piensen por ellos mismos,
que sean críticos, que actúen en coherencia con sus valores y principios.

En otras palabras, queremos formar, ante todo, personas competentes, capaces de


discernir los signos de los tiempos de una forma reflexiva, crítica y comprometida.

La Formación Integral en el Estudiantado.

Indudablemente que la educación, pero sobre todo la educación integral, es la base para
la formación de nuestros presentes y futuros profesionistas, egresados de
nuestras Universidades e Institutos Tecnológicos; pero además es el punto de
partida para concebir una mejor sociedad, una sociedad en desarrollo, acorde con los
signos de los tiempos, acorde con los cambios y transformaciones que caracterizan al
mundo globalizado de hoy.

La educación integral (la que contribuye al desarrollo integral de nuestros alumnos), que
forma o debe formar parte importante del Modelo Educativo de toda Institución de
Educación Superior, no debe considerarse simplemente como un eslogan publicitario,
sino como el fundamento, como la razón de ser de la Institución y por lo tanto debe estar
estampada, concretizada en la Misión, Visión y Valores de la misma.

¿Pero concretamente a qué nos referimos cuando hablamos de educación integral y


desarrollo integral del alumno? Para algunos significa que el estudiante reciba educación
basada en competencias y habilidades matemáticas, computación, idiomas, etc. Para
otros significa además que los estudiantes adquieran habilidades manuales, manejo de

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herramientas, sistemas operativos, habilidad verbal y escrita, etc. Y finalmente para otros
educadores consiste en incluir formación en valores. Todo esto me parece muy bien, sin
embargo, tengo la impresión que cuando se trata de impulsar, promover, adquirir, inculcar
competencias y habilidades, prácticamente no se cuestiona nada, en cuanto a que si
debo o no debo, quiero o no quiero, es conveniente o no es conveniente; este es el nuevo
modelo y punto. Pero cuando se trata de la promoción de valores, todo es cuestionable:
¿Es obligatorio? ¿Si mis padres no me obligan, la escuela por qué sí? ¡Antes esto era
malo, pero ahora no! ¡Yo no lo veo nada de malo! ¿Qué tiene de malo? ¡Para ti será malo,
pero para mí no! En fin, se ha caído en un exagerado relativismo que provoca dudas
hasta en el mismo educador si debe o no promover valores en la educación.

Pero todavía surge otra interrogante: ¿Qué valores? ¿morales? ¿espirituales?


¿humanos? ¿sociales? ¿estéticos? ¿económicos? ¿materiales? ¿intelectuales? No cabe
duda de que todos los valores en diferente grado, todos son necesarios para el desarrollo
humano integral del alumno. Si se deja de lado algunos de ellos, la educación, el
desarrollo, quedan incompletos. Es por ello que en nuestro tiempo existe tanta
incertidumbre vocacional, desconfianza, deshonestidad, irresponsabilidad, desorden,
descuido, falta de respeto, injusticias, falta de compromiso, violencia, poca valoración por
la vida humana, animal y vegetal por eso no cuidamos a todo lo que nos rodea.

En nuestra institución educativa (ITSUR), estamos impulsando el desarrollo humano


integral a través del programa de tutorías, apoyo psicológico, conferencias,
campamentos, cine-club, actos cívicos programados, reuniones con padres de familia y
actividades de cuidado del medio ambiente con muy buenos resultados.

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Conclusión

Concluyendo, puedo afirmar como lo dijo Alfonso Reyes en la Cartilla Moral: “no hay
desarrollo integral si no hay educación integral; la educación o es integral o no es
verdadera educación” y por lo tanto debe comprender todo el ser, quehacer, conocer y
convivir del alumno, donde obviamente entran también los valores afectivos, familiares,
desarrollo del pensamiento, inteligencia emocional, cultura ecológica, relaciones
humanas, uso racional de las tecnologías de información, acceso a la información y al
mundo globalizado, historia, desarrollo sustentable, etc.

Fuentes de información.

(s. f.). ¿En qué consiste realmente el desarrollo integral del alumno de educación superior? Formación
Integral. Recuperado 18 de octubre de 2021, de http://www.revistacoepesgto.mx/revistacoepes/ien-que-
consiste-realmente-el-desarrollo-integral-del-alumno-de-educacion-superior
Formación Integral. (s. f.). Universidad Católica de Córdoba. Recuperado 18 de octubre de 2021, de
https://www.ucc.edu.ar/portalucc/archivos/File/VRMU/Mision_VRMU/formacionintegral.pdf

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