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Propuestas de actividades introductorias

Estas actividades tienen como fin preparar al cuerpo para la ejecución de los movimientos
descritos en las fichas. A continuación se presentan algunas sugerencias.

1. Reconocimiento del espacio: los niños caminarán libremente por todo el espacio, desplazándose
en distintas direcciones y velocidades (atrás, adelante, de lado, lento, veloz).

2. Los niños caminarán libremente por el espacio desplazándose en distintos planos y niveles
(arriba, en medio, abajo, adelante, atrás, derecha e izquierda).

3. Realizar el Juego del calentamiento.

4. Mover las partes del cuerpo que se mencionen, incrementar la velocidad de los movimientos y
seguir el ritmo de la música. Es muy importante llevar un orden en la secuencia de movimientos,
ya que esto ayudará a la estructuración del esquema corporal. Se inicia desde la cabeza hasta los
pies.

5. Se pueda iniciar con una ronda que incluya movimientos como Naranja dulce, Amo ato, Doña
Blanca, El lobo, entre otras.

Propuestas de actividades de cierre

Las actividades de cierre contemplan dos momentos: el primero se refiere a las actividades cuyo
objetivo es regresar a la calma y el segundo está dirigido a la verbalización y concientización del
movimiento mediante preguntas como “¿qué fue lo que más te gustó de la actividad?”, “¿cómo le
hiciste para realizar (mencionarás el nombre del ejercicio)?”, y “¿cómo te sientes?”

A continuación verás algunas sugerencias para que lleves a cabo el primer momento del cierre.

1. Pide a los niños que se acuesten en el piso, de ser posible en una manta o tela. Pon música
suave y da indicaciones de mantener los ojos cerrados; después, solicítales que tensen y relajen las
partes del cuerpo que menciones (desde la cara hasta los pies). Al terminar, dales unos minutos
para que se queden recostados descansando. Pide que muevan brazos y piernas, y luego que
abran los ojos y permanezcan recostados unos instantes. Finalmente, indica que se incorporen
apoyándose sobre un costado y levantando por último la cabeza para evitar mareos.

2. Los niños estarán de pie formando un círculo. Da la indicación para que muevan la parte del
cuerpo que menciones. Los movimientos deben ser suaves, simétricos y seguir el ritmo de la
música. Moverán primero el pie derecho, luego el izquierdo, la pierna derecha, la pierna izquierda,
el tronco, el brazo derecho, el brazo izquierdo y la cabeza. Después pide que dejen de mover las
mismas partes pero en orden inverso, comenzando por la cabeza y terminando con el pie derecho.
3. Pide que caminen siguiendo el ritmo de la música y posteriormente da la indicación de que
dejen de mover la parte del cuerpo que les menciones, comenzando por los pies. El objetivo es
que se queden completamente inmóviles.

4. Dile a los niños que se acuesten en el piso y escuchen atentamente la música y tus indicaciones.

Deberán cerrar los ojos e imaginar que se hacen cada vez más pequeños hasta alcanzar el tamaño
suficiente para meterse en una botella. Luego imaginarán que intentan salir, pero no se pueden
estirar. Después de unos minutos les dirás que han logrado romper la botella, por lo que podrán
estirarse libremente y recobrar su tamaño real.

5. Acostados, los niños imaginarán que se transforman en cubitos de hielo, para lo cual deberán
hacerse chiquitos y tensar todo su cuerpo. Después de 30 segundos comenzarán a derretirse,
momento en el cual deberán relajarse hasta quedar completamente derretidos en el piso.

6. Permanecerán acostados en el piso y les pedirás que respiren de manera profunda y lleven el
aire hacia el abdomen reteniéndolo por algunos segundos para luego sacarlo suavemente por la
boca. También pueden realizar el mismo ejercicio llevando el aire hacia el pecho (diafragma).

Observación y evaluación

Al realizar la sesión de psicomotricidad, ten a la mano una lista de los elementos psicomotores que
se favorecerán, con el fin de verificar que los niños los presenten y desarrollen de acuerdo con su
rango de edad y madurez. Para este fin, apóyate en los indicadores de la Guía de observación para
la detección de necesidades educativas especiales, con o sin discapacidad, en niños de educación
básica.

Observa si el desarrollo psicomotor del niño corresponde a su edad y proponle actividades que lo
favorezcan. Invita al niño a verbalizar sus experiencias entre cuerpo, movimiento, pensamiento y
emoción. Apóyalo para que tome conciencia de su cuerpo y movimiento a través de las palabras.

En psicomotricidad la evaluación de las sesiones es cualitativa, es decir, no calificas. No realices


juicios de valor ni emplees palabras peyorativas acerca del desempeño de un niño o del grupo; al
contrario, motívalos y valora sus esfuerzos.

Observa y registra lo que ocurre en las sesiones, de manera que puedas analizar si la forma de dar
las instrucciones fue clara, si se logró el propósito de la actividad, si todos los niños participaron, si
fomentaste un ambiente de confianza y seguridad. Efectúa anotaciones de tu propia actuación y
de las actividades, y tómalas en cuenta para la planeación de las siguientes sesiones.

Es posible que dentro de las sesiones notes que hay uno o varios niños con cierta problemática en
el desarrollo de las actividades, en cuyo caso se te recomienda hacer una valoración completa
mediante la Guía de observación para la detección de necesidades educativas especiales, con o sin
discapacidad, en niños de educación básica y busca apoyo en el capacitador tutor o asistente
educativo para el seguimiento.

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