Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
net/publication/313061034
Sociología política
CITATIONS READS
0 4,557
1 author:
Luis Moreno
Spanish National Research Council
364 PUBLICATIONS 3,177 CITATIONS
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
All content following this page was uploaded by Luis Moreno on 30 January 2017.
SOCIOLOGÍA POLÍTICA
Luis Moreno
Durkheim, Michels, Mosca, Pareto y Weber, por citar algunos de los más ilustres)1, la
haya sido la ciencia económica la que haya mostrado un mayor ensimismamiento disciplinar
con la ingente producción de modelos formales que orillan a menudo las varias aportaciones
1
universitarios cabe ser destacada2. Sin embargo, la unidad en el ámbito interdisciplinar de la
sociología política queda reflejada en el hecho de que las dos principales agrupaciones
concentra su análisis en la interacción entre política y sociedad. Entre sus objetos y sujetos de
política, la sociedad civil, la estratificación política, los movimientos sociales, los grupos de
interés, los partidos políticos, las élites, los autoritarismos y los procesos de democratización,
las políticas de poder y la violencia, y las bases sociales de las políticas públicas, sociales y
del bienestar4.
Las grandes ideas que han jalonado la historia del pensamiento social son recurrentes
breve ensayo como el presente efectuar una revisión de aquellas ideas, nociones, conceptos y
categorías analíticas que han ocupado los trabajos y los días de los pensadores sociales de la
política5. Si es factible, empero, un repaso en escorzo de algunas de las ideas que han
2
clásica, el examen de la génesis y los desarrollos de las relaciones de poder --en la confluencia
pro del feminismo, del ecologismo, del pacifismo y, en general, las asociaciones cívicas y
intereses societarios8.
contemporáneas. Quizá haya sido Robert Alan Dahl9 uno de los científicos sociales que con
por ende, de las diversas interpretaciones del bien público o interés colectivo. Dentro del
individual entre ciudadanos suele ser sustituida por una paridad concurrencial entre
organizadas.
Las interacciones entre los diferentes sectores y ámbitos societarios son múltiples. La
legitimación del orden social --del cual las instituciones democráticas son sólo una parte--
requiere también de una atención múltiple del investigador social en los procesos de
3
desconcentrado y se difunde funcional y territorialmente. Ello es resultado de los conflictos y
contemporáneas10.
Dahl ha considerado que el pluralismo requiere de una regulación pública que sea
difusos. Precisamente en aquellas democracias donde los intereses difusos no consiguen dar
vida a mayorías sociales coherentes, se generan condiciones favorables a los intereses de las
minorías más fuertes. Para Dahl en las democracias contemporáneas no se puede establecer
preconcebida del bien público debe acompañarse de una acción permanente por la
instituciones, por tanto, deben favorecer la cooperación entre los individuos y garantizar que
las decisiones más justas se impongan sobre los intereses particularistas de los grupos no por
4
En línea con lo anterior cabe subrayar el interés durante los últimos decenios de los
organizaciones en las democracias contemporáneas12. Entre las escuelas más fértiles destaca
y cultural de carácter pluralista o democrático que articula el orden social contemporáneo. Tal
visión hunde sus raíces en la corriente de sociología clásica iniciada por Durkheim que ha
Ya durante los años 50 y 60, y bajo el impulso de Robert Merton se desarrolló en los
Estados Unidos una importante corriente de estudios de las organizaciones formales13. Las
empresariales de control. Durante los decenios de los años 70 y 80 el interés de los sociólogos
pactos entre grupos y agentes sociales para la resolución de conflictos sociales. En concreto,
en paralelo a los habituales de la democracia representativa no cabe ser interpretado como una
concurrencia partidaria, y aquellas de índole política que afectan en mayor medida la vida
han sido precisamente los particulares entramados institucionales nacionales los grandes
5
condicionadores en la fijación y negociación de los acuerdos entre las grandes corporaciones
sociales.
características (sociológica, de elección racional e histórica), que las instituciones moldean las
‘utilidad’. El concepto de ‘embededness’ subraya los decisivos roles que la cultura, las
política.
6
enfatizaba la necesidad de observar y explicar las acciones políticas de los ciudadanos
estructura ocupacional, la generación, el género o la religión. En este sentido, cabe argüir que
sociales ha sido la relativa a los estudios comparativos. Como no podía ser de otra manera, la
ha pretendido en tal modo aunar la vieja tradición de la macrosociología con los nuevos
respecto.
humana. Pero la territorialidad no podía ser considerada como vertiente menos relevante. No
es casual, por tanto, el creciente interés académico sobre la dimensión espacial de la política y
7
el poder. Ello viene a corroborar lo atinado de la investigación comparativa impulsada por
explicar las estructuras de las divisiones o fracturas (cleavages) le animó a estudiar sus
desarrollo de los estados del bienestar como plasmación genuinamente europea de los valores
de igualitarismo y solidaridad.
por diseñar modelos específicos regionales y temporales; (b) el propósito por elaborar
8
estructuración interna y demarcación externa son centrales para la comprensión de las
fronteras.
sistema político dado. En este punto el interés por las transiciones democráticas y los procesos
trabajos comparativos. Entre estos, quizá haya sido Juan José Linz uno de los que mayor
tiempo y ahínco haya invertido sobre estos temas en los últimos decenios. Su obra sobre la
tránsito.
viabilidad de la democracia.
9
Por paradójico que se antoje, el consejo de Linz para los estudiosos de la democracia es que
inicien su labor con un análisis del proceso gubernamental y del papel de los políticos y
‘descendente’-- en todo lo que afecta a la creación de una sociedad fiscalizadora del liderazgo
interés analítico interpretativo. Subyace en dicho factor una separación entre las
organizaciones sociales primarias y aquellas secundarias, entre las cuales destaca el estado.
Sin estado no puede haber democracia, pero los estados no son siempre estados-
democracia liberal --según la tradición jacobina-- no puede ser el único requisito político para
cimentar una politeya estable y libre23. Ciertamente, los gobiernos democráticos son
responsables en buena medida de cómo funciona el estado, poseyendo una cierta capacidad de
relativamente autónoma24.
10
Permeando la mayor parte de los estudios sociológicos políticos se observa un empeño
por ir más allá de la mera descripción de los textos legales, para analizar la dinamicidad de los
pretende, en suma, ‘ver más allá’ de lo que los materiales del derecho político y constitucional
dinamicidad de los procesos políticos exige una atención superadora de las meras
interpetaciones semánticas de los textos legales. En España, por ejemplo, la palabra ‘federal’
esta realidad de jure sería impropio considerar al sistema español como federal. Sucede, sin
formalmente-- que configuran las bases sociales de la vida política. A tal fin se emplean todos
procesos de toma de decisión y de resultados de políticas públicas. Son todos ellos útiles
11
Colofón
sido muy notable en Europa y el resto del mundo. En ocasiones tal influjo ha llegado a asumir
Sucede, sin embargo, que buena parte de sus útiles epistemológicos y metodológicos se han
visto a menudo condicionados por una realidad social con características no siempre
homologables a las del Viejo Continente. En otros casos se ha tratado de aplicar visiones y
ocasiones como ahistoricista (ello ha sido más explícito en sus variantes conductista y
difusionista). Para los funcionalistas más beligerantes la historia es una mera sucesión de
premodernas, por lo que su estudio debería dejarse a los antropólogos culturales. El énfasis
Conviene por ello contextualizar las investigaciones de la realidad social como paso
necesario cualificar tales asertos cuando se examinan países de una larga singladura histórica
con fuertes recursos identitarios y culturales de base comunitaria y local, o con un dilatada
12
norteamericanos caben ser enmarcados en buena medida como ‘actos reflejos’ normativos
tales condicionamientos reactivos deben ser transpolados a otras sociedades como puede ser
implica que la linearidad o secuenciación debe ser considerada con mayor rigor y precisión, si
tal tarea es en modo alguno posible. No en vano los sistemas sociales cabe ser considerados
la vida social. Dentro de esta tendencia por renovar perspectivas y paradigmas en el análisis
de la interacción entre política y sociedad cabe destacar, como hemos expuestos, la escuela
expresiones que han hecho fortuna en los círculos académicos internacionales. En Europa, por
ejemplo, donde las ‘viejas’ instituciones han venido conformando y han sido el resultado
secular de la moderna vida política, tal entusiasmo doctrinal no deja de ser paradójico y hasta
13
Como he señalado anteriormente, la labor de Stein Rokkan ha sido importante en su
afán por incentivar los estudios sociopolíticos en los foros académicos internacionales27 y en
de Rokkan puede ser igualmente criticable por una cierta minusvaloración de los factores
expositiva. Y es que el papel de los actores sociales en los resultados y productos históricos,
así como la cuestión de las opciones disponibles y los motivos para la acción institucional y
política, son cruciales áreas de observación en la conjunción entre política y sociedad. En base
a ello los modelos rokkanianos también han sido objetados por su estaticidad, una acusación
de tipo genérico que, no obstante, podría ser extensible a la mayor parte de la investigación
denominarse ‘la buena sociedad’. La mayor centralidad en el estudio del estado y sus
instituciones --tanto de su génesis como de sus efectos-- ha desviado con harta frecuencia la
atención sobre las bases sociales de la vida política. Así, y tras colegir la pluralidad en la
textura de nuestras sociedades se ha proclamado con harta frecuencia que la unidad estatal
Sin embargo, Juan José Linz, quien en su momento apuntó buena parte de las
14
democracia al facilitar un acceso más efectivo de la sociedad civil en la formación de
Es inevitable que los sociólogos políticos pretendan dar soluciones a los defectos y
pocas ocasiones hace derivar su tarea científica hacia la formulación de propuestas de reforma
pluralidad de enfoques y el rigor científico los que se conjugan en una pugna constante por la
15
Notas
3. Aunque cada uno de ellos mantiene su pertenencia individualizada en cada una de las
estructuras orgánicas de ambas asociaciones (ISA RC 18 e IPSA RC 6).
6. Crick, B. (1964).
8. Las élites son las que acaparan el mayor grado de poder e influencia que está ‘disponible’.
Según la observación de Harold Laswell (1950), el resto son masas.
11. Sus cuatro rasgos definitorios son los de la autonomía grupal, la ‘gran coalición’ en el
gobierno, la capacidad de veto mutuo y la proporcionalidad en la distribución de los recursos
públicos. Los casos de Holanda y Suiza, donde existen pronunciadas divisiones culturales,
lingüísticas y religiosas diversas, ejemplifican las prácticas consociacionales (Lijphart, 1999).
17. La seminal obra del investigador noruego (1921-1979) es objeto de un análisis minucioso
y sistemático en Flora, P. et al. (1999).
16
18. Nacido en Bonn en 1926, Juan José Linz ha desarrollado la mayor parte de su carrera
académica en los Estados Unidos, aunque ha mantenido un permanente contacto con los
colegas e instituciones españoles.
17
Bibliografía
Almond, Gabriel y Verba, Sydney (1965), The Civic Culture: Political Attitudes adn
Democracy in Five Nations. Boston: Little, Brown & Co. (Ed. castellano: 1970, La cultura
cívica: estudio sobre la participación política en cinco naciones, Madrid: Euroamérica).
Benedicto, Jorge y Morán, Marí Luz (eds.) (1995), Sociedad y política. Temas de sociología
política. Madrid: Alianza.
Bottomore, Tom (1979), Political Sociology. Londres: Hutchinson (Ed. castellano, 1982,
Sociología política. Madrid: Aguilar).
Crick, Bernard (1964), In Defence of Politics. Londres: Penguin (Ed. castellano, 2001, En
defensa de la política. Barcelona: Tusquets).
Dahl, Robert (1961), Who Governs? Democracy and Power in an American City. New
Haven, Conn.: Yale University Press.
-- (1971), Poliarchy. Participation and Opposition. New Haven, Conn.: Yale University Press
(Ed. Castellano, 1990, La poliarquía: participación y oposición. Madrid: Tecnos).
Dowse, Robert. y Hughes, John (1972), Political Sociology. Londres: John Wiley & Sons
(Ed. castellano, 1975, Sociología política. Madrid: Alianza).
Etzioni, Amitai (1996), The New Golden Rule. Community and Morality in the Democratic
State. Nueva York: Basic Books (Ed. castellano, 1999, La nueva regla de oro: comunidad y
moralidad en una sociedad democrática. Barcelona: Paidós).
Flora, P; Kuhnle, S. y Urwin, D. (eds.) (1999), State Formation, Nation-Building and Mass
Politics in Europe. The Theory of Stein Rokkan. Oxford: Oxford University Press.
Giner, Salvador (1999), Historia del pensamiento social (10ª. Ed.). Barcelona: Ariel.
18
Hirschman, Albert (1970), Exit, Voice, and Loyalty: Responses to Decline in Firms,
Organizations, and States. Cambirdge, Mass.: Harvard University Press (Ed. castellano, 1977,
Salida, voz y lealtad. Respuestas al deterioro de empresas, organizaciones y estados. México,
DF: Fondo de Cultura Económica.
Koelbe, Thomas (1995), ‘The New Institutionalism in Political Science and Sociology’,
Comparative Politics, 27 (2): pp. 231-243.
Lasswell, Harold (1950), Who Gets What, When, How. New York: P. Smith.
-- y Kaplan, Abraham (1950), Power and Society: A Framework for Political Inquiry. New
Haven, Conn.: Yale Univerity Press.
Lipset, Seymour (1960), Political Man. The social bases of politics. Nueva York: Doubleday
(Ed. castellano, 1977, El hombre político. Las bases sociales de la política. Buenos Aires:
Editorial Universitaria).
-- (1985), Consensus and Conflict: Essays in Political Sociology. New Brunskwick, NJ.:
Transaction Books.
Merton, Robert (1961), Social Theory and Social Structure. Glencoe, Ill.: Free Press (Ed.
castellano, 1964, Teoría y estructura sociales. México, DF: Fondo de Cultura Económica).
Moreno, Luis (1997), La federalización de España. Poder político y territorio. Madrid. Siglo
XXI (Ed. inglés, 2001, The Federalization of Spain, Londres: Frank Cass).
Olson, Mancur (1965), The Logic of Collective Action: Public Goods and the Theory of
Groups. Cambridge, Mass.: Harvard University Press (Ed. castellano, 1992, La lógica de la
acción colectiva. Bienes públicos y la teoría de grupos. México, DF: Limusa).
19
Putnam, Robert (2000), Bowling Alone: The Collapse and Revival of American community.
Nueva York: Simon & Schuster (Ed. castellano, 2002, Solo en la bolera (colapso y
resurgimiento de la comunidad norteamericana). Barcelona: Galaxia Gutenberg/Círculo de
Lectores).
Schumpeter, Joseph (1942), Capitalism, Socialism and Democracy. Nueva York: Harper &
Brothers (Ed. castellano, 1968, Capitalismo, socialismo y democracia. Madrid: Aguilar).
Tilly, Charles (1984), Big Structures, Large Processes, Huge comparisons. Nueva York:
Russell Sage Foundation (Ed. Castellano,1991, Grandes Estructuras, Procesos Amplios,
Comparaciones Enormes. Madrid: Alianza).
20