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Sinopsis
Su historia es un fenómeno. Su vida es un desastre.
En el mundo real, Eliza Mirk es tímida, rara y sin amigos. Online, ella es
LadyConstelation, la creadora anónima de la increíblemente popular webcómic
Monstrous Sea. Eliza no puede imaginarse disfrutando del mundo real tanto como
ama el online, y no tiene deseos de intentarlo.
Entonces Wallace Warland, el mayor escritor de fanfiction de Monstrous
Sea, se transfiere a su escuela. Wallace piensa que Eliza es simplemente otra
fanática, y a medida que la saca de su caparazón, ella comienza a preguntarse si
una vida offline podría valer la pena.
Pero cuando el secreto de Eliza es accidentalmente compartido con el
mundo, todo lo que ha construido: su historia, su relación con Wallace, e incluso
su cordura, comienza a desmoronarse.
Sinopsis
Índice Capítulo 23
Índice Capítulos 24
DEDICATORIA Capítulo 25
EPÍGRAFE Capítulo 26
Prólogo Capítulo 27
Capítulo 1 Capítulo 28
Capítulo 2 Capítulo 29
Capítulo 3 Capítulo 30
Capítulo 4 Capítulo 31
Capítulo 5 Capítulo 32
Capítulo 6 Capítulo 33
Capítulo 7 Capítulo 34
Capítulo 8 Capítulo 35
Capítulo 9 Capítulo 36
Capítulo 10 Capítulo 37
Capítulo 11 Capítulo 38
Capítulo 12 Capítulo 39
Capítulo 13 Capítulo 40
Capítulo 14 Capítulo 41
Capítulo 15 Capítulo 42
Capítulo 16 Capítulo 43
Capítulo 17 Capítulo 44
Capítulo 18 Epílogo
Capítulo 19 Sobre la Autora
Capítulo 20 Créditos
Capítulo 21
Capítulo 22
DEDICATORIA
Para mis amigos, online y offline
Y para Jack y Norm
EPÍGRAFE
Inspiré hondo y escuché el antiguo estribillo de mi corazón.
Yo soy, yo soy, yo soy.

~Sylvia Plath, La Campana de Cristal


Prólogo
Eliza Mirk es el tipo de nombre que se le pone a la chica espeluznante que
se aferra a su ex-novio por semanas luego haberla dejado porque se niega a
aceptar que él odia hasta su sombra. Eliza Mirk es una villana de bajo nivel con
una guarida secreta en el alcantarillado. Eliza Mirk pertenece a un libro de comics.
Pero Eliza Mirk soy yo. No creo estar lo bastante desesperada o delirante
como para aferrarme a mi novio luego de que haya roto conmigo, nunca iría ni de
broma cerca de un alcantarillado y desafortunadamente, no vivo en un libro de
comics. Sin embargo, sí vivo el tipo de vida de libro de comics, supongo.
Voy a la escuela durante el día, y de noche, me deshago de mi identidad
secreta para convertirme en LadyConstellation, creadora de una de los
webcómics más populares, Monstrous Sea, y valiente madre de un fandom. Mi
súper poder es la habilidad de dibujar por horas sin darme percatarme de la hora
que es o que no he comido por un largo rato. Tengo éxito en desaparecer en mi
disfraz, y sobresalgo en destacarme en mi verdadera forma.
¿Por qué LadyConstellation? Puede que preguntes.
Porque, respondo, mi cultura favorita en Monstrous Sea viene de gente que
tiene estrellas en la sangre. Esta gente, los Nocturnianos, instintivamente trazan
las estrellas. Esa es su vocación en la vida. Eso es lo que sienten que deben hacer,
como yo siento que debo contar su historia.
LadyConstellation es la que está trazando esta historia, dibujando líneas
entre tramas y lugares, como los Nocturnianos dibujan conexiones entre las
estrellas. Ella es intrépida, como los Nocturnianos; ella es misteriosa y distante,
como los Nocturnianos; y como los Nocturnianos, ella cree en lo místico, lo
sobrenatural y lo desconocido.
LadyConstellation es la heroína que derrota a Eliza Mirk una vez a la semana
y celebra con sus muchos admiradores. Es amada por todos, incluso el villano,
porque sin ella, este no existiría.
Yo soy LadyConstellation.
También soy Eliza Mirk.
Esta es la paradoja que nunca puede ser resuelta.
Masterminds :: Submind :: Webcomics

LO MEJOR QUE LEERÁS HOY


Posteado a las 10:46 el 19-02-2014 por Apocalypse_Cow

ve allí. lee esto. agradéceme luego.


http://monstroussea.blogspot.com/

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Capítulo 1
El post original está abierto en mi computadora cuando me desplazo por
este en la mañana. Durante la noche, otros trescientos comentarios salieron de la
nada. Ya no sé lo que dicen, no los he revisado en meses. Sé que algunos son de
fanáticos. Muchos son de trolls. No miro el post por los comentarios. Lo miro
debido a que es mi recordatorio diario de que todo esto, toda mi vida, es algo
real.
Mi comienzo está grabado en la historia.
Aliso mi maraña de cabello, bostezo y me froto el sueño de los ojos.
Cuando parpadeo, el post sigue allí, acomodado felizmente cerca de lo más alto
del subforo Masterminds para webcómics. Uno pensaría que, tras dos años,
habría caído. No lo ha hecho.
Cierro el navegador antes de traicionar mis propias reglas. No leo
comentarios. Los comentarios son explosivos para los muros mentales, y en este
momento necesito esos muros erguidos. Abro Photoshop para encontrar el
archivo en el que estuve trabajando anoche, una página a medio terminar de
Monstrous Sea. Todo el trabajo de delineado está hecho. Comencé con los
colores pero no acabé, y todavía tengo que agregar el texto. Sin embargo, estoy
adelantada a mi calendario. Esto será como un capítulo completo en la semana.
Mi mínimo para cada semana es una página; por lo general, promedio tres.
Siempre tengo algo que postear.
Repaso la página del comic, saltando de panel a panel, comprobando
detenidamente los personajes y escenarios. Ordeno los colores en mi cabeza,
luego las fuentes de luz y sombras. El texto. El fluir de la acción se ve bien, pero
en el panel inferior dibujé la nariz de Amity demasiado estrecha otra vez. Siempre
se nota en los primeros planos de su rostro y siempre es su nariz. Tendré que
arreglarlo después. Ahora no tengo tiempo.
Como si estuviera de acuerdo conmigo, mi alarma suena y me sobresalto.
Incluso cuando sé que viene, incluso cuando estoy mirando fijamente el objeto.
Me arrastro al otro lado de la habitación para golpear el botón antes que despierte
a Church y Sully en la habitación contigua. Los estúpidos estudiantes de la escuela
media llegan a dormir media hora más, y se piensan que son reyes.
Mamá ya tiene dos huevos duros y un vaso recién exprimido de jugo de
naranja listo para mí cuando bajo. No sé cuándo hirvió esos huevos. Ciertamente
no lo hizo anoche y ahora es el amanecer. Se sienta en el mostrador de la encimera
en su atuendo de salir a correr con una coleta que rebota, leyendo algún artículo
de salud en su tablet. Algunos mechones de cabello están desordenados, y agua
se oye en la ducha del pasillo. Papá y ella han regresado de su carrera matutina.
Monstruoso.
—¡Buenos días, cariño! —Sé que en algún universo debe estar hablando en
volumen normal, pero no es en este—. Te hice el desayuno. ¿Te estás sintiendo
bien? Te ves un poquito gris.
Gruño. La mañana es la hora del diablo. Y mamá me ha dicho “te ves gris”
al menos una vez a la semana durante el año pasado. Me dejo caer en el taburete
de la encimera frente a los huevos y el jugo y comienzo a comer. Tal vez debería
probar con el café. El café podría ayudar. También podría enviarme a un episodio
descontrolado de depresión.
Bajo el codo de mamá está la edición de hoy de Westcliff Star. La acerco y
la doy la vuelta. El título de la portada dice RECORDATORIOS PUESTOS EN LA
CURVA WELLHOUSE. Debajo de eso hay una foto de la curva cerrada en el
camino pasando el Puente Wellhouse donde coronas de flores, cintas y juguetes
decoran el suelo. Esas son las noticias locales de Indiana para ti: no tienen
ninguna, por lo que llenan sus páginas con el recordatorio que la Curva Wellhouse
mata más gente todos los años que grandes tiburones blancos. También las
noticias locales de Indiana: comparan una curva en el camino con un tiburón.
Termino el primer huevo. Papá sale del pasillo trasero oliendo como un
paquete de goma de mascar de menta y usando un equipo para correr
ligeramente diferente del que usa cuando sale con mamá, lo que significa que
estas son sus ropas de trabajo para el día.
—¡Buenos días, Huevos! —Se detiene detrás de mí, pone sus manos en mis
hombros, y se inclina para besarme en lo alto de la cabeza. Gruño ante el apodo
y meto el huevo en mi boca. El paraíso de los huevos duros—. ¿Cómo has
dormido?
Me encojo de hombros. ¿Es demasiado pedir que nadie me hable en la
mañana? Tengo la suficiente energía en mi boca para comer deliciosos huevos;
no queda nada para formar palabras. Sin mencionar que en veinte minutos tengo
que meterme en mi auto para ir a la escuela por siete horas, donde estoy segura
que habrá muchas conversaciones, me guste o no.
Mamá distrae a papá con su artículo de salud, el cual al parecer es acerca
de los beneficios de hacer ciclismo. Los desconecto. Leo sobre cómo el
conductor de autobús de la banda de Westcliff High se quedó dormido al volante
y condujo por la Curva Wellhouse el último verano en su camino de regreso de
las regionales. Mastico. Antes de eso fue un tipo conduciendo con su hijo en el
invierno. Bebo jugo. Y antes de eso, una mujer llevando a sus dos hijos a la
guardería a primera hora de la mañana. Mastico más. Un grupo de adolescentes
borrachos. Acabo el huevo. Una chica solitaria que golpeó el parche equivocado
de hielo resbaloso. Acabo el jugo. Deberían poner una barrera para evitar que la
gente salga volando por la curva y baje de la colina al río, pero. Sin la Curva
Wellhouse, no tenemos noticias.
—No te olvides, tus hermanos tienen su primer partido de fútbol soccer
esta tarde —dice mamá cuando me bajo del taburete, llevo mi plato y vaso al
fregadero—. Están realmente emocionados, y todos tenemos que estar allí para
darles apoyo. ¿De acuerdo?
Odio cuando dice “¿De acuerdo?” de esa manera. Como si esperara que
me enojara con ella antes que las palabras siquiera hayan salido de su boca.
Siempre preparada para una pelea.
—Sí —digo. No puedo decir más. Regreso arriba a mi habitación por mi
mochila, mi cuaderno de bocetos y mis zapatillas. Salto un par de veces en un
intento de conseguir que más sangre fluya por mi cerebro. Huevos comidos.
Energía alta. Lista para la batalla.
Contengo el impulso de regresar a mi computadora, abrir el buscador y
comprobar los foros de Monstrous Sea. No leo comentarios, y no compruebo los
foros antes de marcharme para la escuela. Esa computadora es mi agujero de
conejo; el internet es mi país de las maravillas.
Tengo permitido caer en este cuando no importa si me pierdo.
Amity tuvo dos días de nacimiento. El primero fue el mismo que el de
cualquiera y no lo recordaba. No pasaba mucho tiempo reflexionando sobre el
hecho de no recordarlo, porque había aprendido hace años que nada bueno venía
de reflexionar. El segundo nacimiento (o el renacer, dependiendo de en qué
estado anímico se encontrara) lo recordaba con sorprendente claridad, e
imaginaba que lo recordaría por el resto de su vida.
Su segundo nacimiento fue el día que el Vigilante la tomó como su
huésped.
Capítulo 2
Hay quienes han llamado a Monstrous Sea un fenómeno. Artículos aquí y
allá. Algunas críticas. Los fanáticos.
No puedo llamarlo así, porque yo lo creé. Es mi historia, es lo que me
importa más que otra cosa, y es lo que mucha gente parece disfrutar, pero no
puedo llamarlo un fenómeno porque eso es pretencioso, narcisista, y para ser
honesta, me pone mal pensar de esa manera.
¿Es extraño sentir náuseas por el reconocimiento?
Muchas cosas sobre Monstrous Sea me dan náuseas.
La historia es a la vez muy sencilla y muy difícil de explicar. Nunca he
intentado hacerlo en persona, pero imagino que si lo hiciera, terminaría
vomitando en los zapatos de alguien. Explicar algo en línea es tan simple como
pegar un link y decir: “Ten, lee esto”. Ellos dan clic. Leen la página de
introducción. Si les gusta, siguen leyendo. Si no, oh bueno, al menos no tuve que
hablar.
Si tuviera que explicar la historia sin la práctica referencia de la historia
misma, imagino que enviaría algo como esto:
“En el lejano planeta Orcus, una chica y un chico luchan en bandos
opuestos de una larga guerra entre los nativos y los colonos de la Tierra. La chica
y el chico son anfitriones de criaturas energéticas parasitarias cuya única
debilidad es el otro. Hay mucho océano, y hay monstruos en ese océano. Cosas
suceden. Los colores son bonitos”.
Existe una razón por la que soy artista y no una escritora.
Comencé a postear Monstrous Sea en línea hace tres años, pero explotó
cuando el post original apareció en el sitio de Masterminds. La gente realmente
lo vio. Comenzaron a leerlo.
Les importó.
Eso fue lo más extraño. Gente además de mí a las que les importaba. Les
importaba Amity, Damien y el destino de Orcus. Les importaba si las especies de
monstruos marinos tenían nombres. Les importaba si ponía las páginas a tiempo,
y lo bien que se veían. Incluso les importaba yo, quién era, aunque nunca pasaron
más allá de mi nombre de usuario. Los fanáticos no, los trolls no, los artículos y
críticos tampoco. Tal vez el anonimato de la creadora lo convirtió en un
fenómeno. Ciertamente eso impidió tuviera demasiadas náuseas para trabajar.
Recibo correos electrónicos de agentes y publicistas sobre publicar Monstrous
Sea, pero los borro de inmediato; la publicación tradicional es esta cosa enorme
y aterradora que tengo que ahuyentar con un palo de vez en cuando, para no
abrumarme con la idea de una máquina corporativa maltratando a mi bebé.
No hice Monstrous Sea para que sea un fenómeno; lo hice porque era la
historia que deseaba. Lo hice porque hay algo en mi interior, aplastado alrededor
de mi corazón, que dice que debo hacerlo. Esto es para lo que fui puesta en la
Tierra para crear, para mí y para mis fanáticos. Esta historia. Esto es mío, y es mi
deber llevarlo al mundo.
¿Eso me hace sonar pretenciosa?
No me importa.
Es la verdad.
MONSTROUS SEA FORUMS

PERFIL DEL USUARIO

LadyConstellation**
Administradora

EDAD: oo
UBICACIÓN: Isla Nocturna.
INTERESES: Montar monstruos marinos, trazar estrellar y explorar palacios
mecánicos.

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NOVEDADES
Ver novedades anteriores.

14 Oct 2016
¡No se olviden, las camisetas de Monstrous Sea están en oferta esta semana!
Tenemos a Amity, Dallas, Damien, los cuervos del pavor y muchos de los
monstruos marinos. ¡Pasa a verlos! monstroussea.com/store

15 Oct 2016
Vaya, realmente acabaron con las camisetas. ¡Más en camino! (¡Además, no
se olviden el próximo compendio!)
17 Oct 2016
Creo que en verdad van a disfrutar de las páginas de esta noche.

18 Oct 2016
Hehehehehe les dije que les gustarían. >:D

19 Oct 2016
Sí, sí, lo sé, soy el diablo.

19 Oct 2016
Les gustaron tanto las camisetas, ¡que estarán en oferta también esta
semana! ¡Recién salidas de la imprenta!

20 Oct 2016
¡Emocionada por Dog Days esta noche! Espero verlos a todos en la sala de
chat.
Cuando se le preguntaba cómo se sintió renacer, Amity solamente podía
responder con “Doloroso”. Una criatura de energía pura se había arrastrado
dentro de ella y rearmado su estructura genética. ¿Cómo podría sentirse? Pero la
gente de la Isla Nocturna era persistente, y profundamente espiritual, y el Vigilante
era uno de sus más grandes guardianes, por lo que finalmente ella cambió su
respuesta a “Iluminador”.
Capítulo 3
La escuela se siente como un castigo más que nunca.
Simplemente no me importa. Me paro junto a mi casillero esta linda
mañana de octubre y miro fijamente por el corredor. Una pancarta de bienvenida
decora la entrada del pasillo, recordándoles a los estudiantes de comprar los
boletos para el partido de fútbol de este viernes en la noche. Alguien puso esa
pancarta allá arriba. Dios, alguien hizo esa pancarta. Alguien la pintó y todo. Los
estudiantes pasan a mi lado usando atuendos para este día en particular de la
semana del espíritu de bienvenida, lo que resulta ser el día del hippie. Muchos
símbolos de paz y ropa teñida casera por ahí. Tanto espíritu escolar.
Apenas llego a acabar mis tareas cada noche; ¿cómo es que alguien más
tiene la fuerza de voluntad para ocuparse así? La gente que más se divierte,
vestida con los trajes más ridículos, son de último año igual que yo. ¿Cómo? ¿Por
qué? Estas son preguntas legítimas: siento como si alguien hubiese contado un
chiste y no entendí el remate, y ahora todo el mundo se está riendo sin mí.
Me paro junto a mi casillero en mis vaqueros estirados y una sudadera
holgada, contando los minutos hasta que tenga que rendirme e ir al salón de
clases. Un grupo de chicos que usan cintas teñidas en la cabeza y gafas color rosa
se amontonan en el casillero junto al mío; uno de ellos lo abre con tal fuerza que
este me golpea en el centro de la espalda. El chico que lo hizo comienza a
disculparse, luego ve que soy yo y pierde su voz hasta ser un resoplido mal
disimulado. Me doy la vuelta y los ignoro hasta que vuelven a irse, cuando uno de
los otros se sube la capucha y actúa como la criatura de las cavernas, su espalda
encorvada y sus manos estiradas en garras torcidas. Los otros chicos se ríen,
como si no estuvieran a mi vista. Me bajo mi propia capucha.
No entiendo este lugar, pero solamente tengo que sobrevivirlo por siete
meses más; siete meses hasta la graduación, hasta la universidad. Y la universidad,
como he escuchado de varias fuentes respetables en el fandom de Monstrous
Sea, es mucho mejor que la preparatoria que es risible.
Quiero estar allí. Quiero estar en el lugar donde la preparatoria sea el chiste,
y no tenga que estar cerca de personas si no quiero estarlo, y a nadie le importe
lo que me ponga o cómo me vea o haga.
Cuando los chicos desaparecen por la esquina y toda la atención sobre mí
desaparece, me giro de nuevo a mi casillero. En el primer año, lo adorné con
gráficos y arte fanmade de Children of Hypnos, mi serie favorita de libros. Algunos
de los primeros bocetos de Monstrous Sea se ocultaban en los rincones, pero eso
fue antes de que Monstrous Sea incluso fuese algo. Ahora, mi casillero está vacío
aparte de las cosas de la escuela. Guardo mis libros de estadísticas e historia en
mi mochila. Meto mi cuaderno de bocetos debajo de mi brazo. La mochila cuelga
sobre mis hombros, y mi dignidad guardada de forma segura.
A clases.

—Eliza. Necesito que me prestes un poco de tu tiempo. —La señora Grier


tiene la mala costumbre de agarrar al primer estudiante que atraviesa su puerta
cuando necesita algo, y hoy soy la afortunada cadete sobre la que pone sus manos
contentas de maestra. Me sonríe, pareciendo la imagen de la alegría en un vestido
amarillo que no es para este clima y aretes en forma de bananas.
Saco con cuidado mi brazo de su mano para que no parezca que no me
gusta que me toque. No me molesta la señora Grier. La mayoría de los días me
agrada. Desearía tenerla en una verdadera clase en vez de solo asistencia, porque
ella no me hace hablar si no quiero, y cuenta el aparecer en clases como toda tu
nota de participación.
—Hoy tenemos un nuevo estudiante de transferencia en la escuela —dice,
sonriendo, y da un paso a un costado. Detrás de ella está un chico un poco más
alto que yo, grande como jugador de fútbol, usando vaqueros y una camiseta de
Westcliff High. Él ni siquiera ha estado aquí un día, y ya tiene el espíritu escolar.
Se frota una mano a través de su corto y oscuro cabello y me mira, inexpresivo,
como si no me viera allí. Mi estómago se revuelve. Es exactamente el tipo de
persona que intento evitar; me gustar ser invisible, no tener a alguien que me mire
como si debería serlo.
—Este es Wallace —dice la señora Grier—. Pensé que podrías darle
algunos consejos sobre la escuela y ayudarlo con su horario antes de que dejemos
asistencia.
Me encojo de hombros. No voy a decirle que no a ella. “No” por lo general
causa más problemas de los que resuelve. La señora Grier sonríe.
—¡Estupendo! Wallace, esta es Eliza. Puedes ir y sentarte con ella.
Wallace me sigue a mi asiento en el fondo del salón. Se mueve lento, se
sienta lento y mira su entorno como si siguiera dormido. Me echa un vistazo otra
vez, y cuando no digo nada, saca su teléfono de su bolsillo y comienza a pasar a
través de mensajes.
No quería decirle nada, de todas maneras. La escuela no es tan confusa,
estoy segura que es lo bastante listo como para darse cuenta por sí solo.
Doblo mis piernas en la silla del escritorio, pongo mi cuaderno de bocetos
contra ella así nadie puede ver el interior y comienzo a trabajar en la siguiente
página de Monstrous Sea. Me olvido de Wallace. Me olvido de la señora Grier. Me
olvido de la escuela entera.
Desaparezco.
Paso el día como siempre lo hago: desapareciendo tan bien que los
maestros nunca me ven, y resistiendo la tentación de comprobar los foros de
Monstrous Sea en mi teléfono. He escuchado que es mucho más fácil atravesar la
escuela cuando tienes amigos con los que hablar, pero todos mis amigos son
online. Solía tener amigos en la vida real. O al menos pensé que los tenía. Al
crecer, tuve amigos en la escuela y en el vecindario, pero nunca buenos amigos.
Nunca amigos que me invitaran a pijamadas o al cine. Fui invitada a un par de
fiestas de cumpleaños, pero a veces creo que eso se debió a que mamá
importunaba a las otras madres. Era una niña rara entonces, y soy rara ahora. Salvo
que ahora ni yo ni ninguno de mis compañeros de clase está bajo la ilusión de
que tenemos que interactuar entre nosotros más que superficialmente.
A papá le gusta decir que pensar que sea rara es normal. “Bueno, Huevos,
vas a tener que confiar en mí cuando te digo que eso es algo que muchos chicos
de tu edad piensan”. Tal vez tenga razón. Todo lo que sé es, el año pasado Casey
Miller me vio caminando detrás de ella en el corredor y realmente chilló de miedo
antes de correr. Se disculpó sin ánimos un segundo después, por supuesto, pero
fue en un pasillo lleno durante un período de transición; ¿quién se asusta de otro
estudiante detrás de ellos? Sé que una semana antes de esa, llegué tarde a
gimnasia debido a un particularmente desagradable período de calambres y le
conseguí a toda mi clase diez minutos de vueltas extras a las escaleras que hasta
el día de hoy he recibido el tipo de miradas que deberían estar reservadas para
los asesinos. Sé que unos meses antes de eso, Manny Rodriguez invitó a algunos
de sus amigos nadadores a colarse delante de mí en la fila del almuerzo, solo para
que se negaran porque temían que convocaría a un demonio sobre ellos.
¿Ese es el tipo de persona que parezco ser? ¿Perteneciente a una secta?
¿Fanática religiosa? ¿Soy tan rara que debería ser el tipo malo de la semana en un
programa de crímenes en el horario estelar?
Mis padres se preguntan por qué no tengo más amigos, y esta es la razón:
no quiero ser amiga de esta gente. Incluso los agradables piensan que soy rara;
puedo verlo en sus rostros cuando son emparejados conmigo en los proyectos.
Soy la persona que ruegas que la profesora no ponga en tu grupo. No porque sea
una estudiante terrible, o porque te haga hacer todo el trabajo, sino porque me
visto como una indigente y nunca hablo. Cuando era realmente pequeña, eso era
algo adorable. Ahora es extraño.
Debería haber madurado al respecto.
Debería querer ser sociable.
Debería desear amigos que pudiera ver con mis ojos y tocar con mis manos.
Pero no quiero ser amiga de esta gente que ya ha decidido que soy
demasiado rara para vivir. Tal vez si supieran quién soy y lo que he hecho, tal vez
no pensarían que soy rara. Quizás entonces lo raro pasaría a ser excéntrico. Pero
la única persona que puedo ser en esta escuela es Eliza Mirk, y Eliza Mirk apenas
es una acotación en la vida de alguien. Incluyendo la mía.
Para la campana del séptimo período tengo toda una página nueva de
Monstrous Sea lista para dibujar, pero mi mente está en la página que se
encuentra en casa todavía sin terminar. Las páginas nuevas se suben los viernes a
la noche, siempre como los programas de TV o los eventos deportivos. A mis
lectores les gusta la consistencia. Me gusta dárselas.
Arrojo los libros que no necesito de nuevo en mi casillero y me dirijo al
estacionamiento, pegándome a las paredes y encogiéndome hasta que apenas
me siento allí. La mayoría de la gente ya está lista en sus autos, obstruyendo el
estacionamiento. Me dirijo a las puertas delanteras de la escuela, buscando mis
llaves en mi bolso.
Ese chico Wallace está sentando en uno de los bancos en la entrada,
teléfono en mano y pantalla hacia arriba como si estuviera esperando un mensaje,
un bolígrafo en su otra mano así puede escribir en el manojo de papeles en la
carpeta en su regazo. Todavía parece como si se estuviera quedando dormido.
Podría necesitar un aventón a casa. O tal vez solamente es listo y sabe que es
mejor esperar a que el estacionamiento se despeje para intentar salir. Me detengo
afuera de las puertas y lo observo por un momento. Podría ofrecerle un aventón,
pero eso sería raro. Eliza Mirk no ofrece aventones y nadie los pide.
Cuando él comienza a alzar la vista, me giro y apresuro hacia mi auto.
Capítulo 4
Apocalypse_Cow: ¿trabajas en la siguiente página en este momento?
MirkerLurker: No… terminé una antes. Ahora estoy sentada en el auto
yendo al partido de fútbol soccer de mis hermanos. Solo tengo mi cuaderno de
bosquejos.
emmersmacks: qué mal
emmersmacks: Oye recibiste mi paquete de provisiones
MirkerLurker: ¡No! ¿Enviaste otra? ¡No tenías que hacer eso, Em!
emmersmacks: :DDD ¡¡Adoro enviarles cosas!! Además estas tienen cosas
buenas
Apocalypse_Cow: ¿cuándo no tienen cosas buenas?
Apocalypse_Cow: ¿¿¿y dónde está MI paquete???
emmersmacks: Oh cálmate vas a recibir uno también imbécil
emmersmacks: E vas a estar para ver en vivo Dog Days
MirkerLurker: Duh. El día que me pierda Dog Days es el día que voy a comer
mi propio pie.
Apocalypse_Cow: *toma un screenshot*
Apocalypse_Cow: dejo saber en este día que si Eliza alguna vez se pierde
Dog Days, se comerá su propio pie
emmersmacks: A Masterminds le encantaría eso
emmersmacks: Creadora de Monstrous Sea se come propio pie por
telenovela adolescente
Apocalypse_Cow: telenovela adolescente de mal gusto.
MirkerLurker: ¿Telenovela adolescente de mal gusto? Sí. ¿Extremadamente
entretenido? También sí.
emmersmacks: Amén
—¿Te mensajeas de nuevo con tu novio? —Sully me da un codazo en el
costado, poniendo su barbilla en mi hombro. Ante sus palabras, Church se aparta
de la ventanilla del auto a mi otro lado y se inclina. Pongo de golpe bocabajo mi
teléfono sobre el cuaderno de bosquejos en mi regazo.
—Deja de leer sobre mi hombro —espeto—. Y no es mi novio. Solo son
Max y Emmy.
—Oh, solo Max y Emmy —dice Sully, haciendo comillas en el aire—. Claro.
Church se ríe y copia las comillas en el aire una segunda vez.
—Compórtense —chilla mamá desde el asiento del pasajero. Papá hace un
sonido de estar de acuerdo.
Nos detenemos en el estacionamiento del gimnasio donde Sully y Church
juegan fútbol de salón. El trayecto de media hora fue rápido gracias a Max y
Emmy, pero no vuelvo a mirar el teléfono hasta que las dos pesadillas se bajan
del auto. Entonces sigo a mamá y papá al edificio, con mi nariz en mi teléfono.

Apocalypse_Cow: pero en serio sin embargo, Dog Days es lo peor


emmersmacks: No peor que la segunda temporada cuando Chris se metió
con Ben
Apocalypse_Cow: Chris se metió con Jason en la segunda temporada, no
Ben
emmersmacks: Lo dice el chico que no ve Dog Days
Apocalypse_Cow: …
emmersmacks: Ah cómo han caído los poderosos

Suelto una risita. Papá me echa un vistazo sobre su hombro.


—¿Qué es tan gracioso, Huevos?
Apago el teléfono y lo presiono contra mi cuaderno de bosquejos otra vez.
Molestia salta sobre mi humor, pequeños puntos oscuros en la liviandad.
—Nada.
Hasta que estoy segura que ni mamá o papá están mirando de nuevo,
mantengo mi teléfono boca abajo y mis ojos arriba. El gimnasio es más como un
almacén que otra cosa. Una gran habitación vacía con paredes movibles como
divisores entre las distintas canchas. Vóley, básquet, tenis. Este lugar es enorme.
En el centro hay un campo cercado con bancos y todo. Tomo una foto y la envío
al chat.

MirkerLurker: Este lugar es un verdadero infierno


emmersmacks: Mi hermana pasa el rato en uno de esos gimnasios
emmersmacks: Me dan ganas de querer ducharme
Apocalypse_Cow: eso es extrañamente específico, Ems. Lo siento por tu
suerte, e.
MirkerLurker: Cuando muera aquí, entiérrenme con mi arte.
Apocalypse_Cow: canciones serán cantadas. Potencial llanto. Alguien
tendrá que notificar a los fanáticos, por supuesto. Como principal admin de
seguridad para los foros de ms, acepto esta responsabilidad
emmersmacks: Cuándo comenzaste a llamarte Principal Admin de
Seguridad
emmersmacks: Todo lo que haces es banear a los trolls

—Oh, Eliza, mira. —La mano de mamá roza mi hombro. Alzo la vista y la
encuentro examinando un cartel sobre el tablero junto a la entrada del gimnasio.
Papá y los chicos ya han ido hacia la cancha de soccer, donde los equipos hacen
el precalentamiento para el juego—. Van a comenzar lecciones de tenis pronto.
En verdad pienso que te gustaría el tenis; es un juego solitario y es un gran
ejercicio.
—No —digo, y regreso a mi teléfono. Se rinde de inmediato.
Hemos desarrollado este proceso constantemente con los años. Cuando
era chica y no opinaba al respecto, mis padres me anotaron en todos los deportes
bajo el sol. Pequeña Liga de Béisbol. Soccer. Básquet. Vóley. Los odié todos
porque yo no tenía, ni tengo, nada de coordinación y no me gustaba, ni gusta,
hablar, así que no jugaba bien, por lo que mis compañeros de equipo querían que
me fuera. La primera vez que le dije a mi papá que quería renunciar a softbol, se
puso como loco y no me habló por una semana. Mamá intentó razonar conmigo
para que volviera.
Construiría carácter. Me ayudaría a hacer amigos. Sería un buen ejercicio.
Me negué. Luego renuncié a todos los otros deportes también. Deshacerme
de ellos fue como deshacerme de una vieja y pesada armadura. Church y Sully
adoran los deportes, por lo que algo del enfoque desapareció de mí, pero mamá
y papá seguían intentando. Si decía que no, seguían intentando. Seguía diciendo
que no.
Ahora estamos en ese lugar donde me sugieren algo y me niego y ese es el
fin del asunto.
Sigo a mamá a la cancha de soccer y me acomodo junto a ella a los pies de
las bancas. Papá está de pie en el lateral, el sujetapapeles de entrenador en mano,
hablándole a un grupo de desgarbados chicos de catorce años para abajo con
uniformes celestes. Saco mis lápices y borrador del bolsillo y entreabro mi
cuaderno de bocetos.
—Desearía que no llevaras eso a todas partes —dice mamá—. ¿Por qué no
puedes ver jugar a tus hermanos?
La miro, luego a la cancha, luego de regreso a mi cuaderno. No hay
respuesta que pueda darle que quiera escuchar, así que no le daré una en
absoluto.
Llegamos a casa a tiempo para Dog Days. Salgo del auto encima de un
sudoroso Church, agarro una botella de agua del refrigerador en mi camino
apresurado a mi cuarto, enciendo la pequeña TV en la punta del escritorio junto
a la computadora y cambio de canales hasta que encuentro el que quiero. Los
créditos de apertura están comenzando. Enciendo la computadora y me apresuro
al sitio web.
Monstroussea.com no es solamente el primer lugar donde encontrar todas
las páginas de Monstrous Sea que he acabado hasta el momento, es también el
link para los foros de fanáticos más grande para el comic y una página de chat
donde una vez a la semana aparezco bajo mi seudónimo para ver Dog Days con
los fanáticos. Esta es la única vez que LadyConstellation habla en vivo.

LadyConstellation: ¡ESTOY AQUÍ! ¡Nadie se preocupe, estoy aquí!


moby66: ¡Yay!
GirlWho: yayayay
hustonsproblem: ¡Pensamos que no aparecerías!

Una avalancha de comentarios sigue a esos. Por lo general hay tanta gente
en el chat que no puedo responder a ninguno de ellos. Suelto cosas sobre el
programa y los dejo responder. Mantienen conversaciones entre sí. Mayormente
la idea es que esté aquí, y estemos viendo lo mismo, y por una vez nadie esté
hablando sobre Monstrous Sea.
Amo mucho Monstrous Sea, probablemente más, que ellos, pero incluso
yo necesito algo simple de lo qué hablar de vez en cuando.
Un chat privado aparece en mi teléfono, donde todavía estoy conectada a
mi cuenta de MirkerLurker.

Apocalypse_Cow: ¡estoy esperando este! ¿¿Spencer descubrirá que Jane


es lesbiana y también está saliendo con la ex de él??

Max nunca lo admitirá en público, pero adora mirar Dog Days tanto como
el resto de nosotros. Solamente Emmy y yo lo sabemos, pero ahora Emmy está
demasiado ocupada jugueteando con los otros fanáticos en el chat principal.
Envío algunos emojis sin sentido a Max y comienzo a comentar en el chat
principal a través de las escenas de apertura de Dog Days, donde Spencer
efectivamente descubre que Jane resultó ser lesbiana y ahora está saliendo con
su ex-novia Jennifer. No puedo decir si es un giro argumental sin sentido o si el
programa de verdad está intentando hacer alguna declaración sobre los derechos
homosexuales. Envío eso al chat. Les encanta.
En los primeros comerciales, reviso la nueva página de Monstrous Sea que
he bosquejado en la escuela hoy y la llevo al Photoshop para comenzar con el
trabajo de delineado. El dispositivo de mi bolígrafo me espera como un semental
preciado listo para lanzarse por la puerta, su pantalla duplicando la de mi
computadora. Me pongo mi protector de pantalla, un viejo guante con el pulgar,
el índice y el dedo medio cortados, sobre la mano derecha, para evitar que el
dispositivo del bolígrafo se ensucie y para permitir que mi mano se mueva
suavemente a través de este. Nada arruina una obra más rápido que un pobre
movimiento de mano.
El trabajo de delineado es mi parte favorita de cualquier página. Los
colores son lo segundo, pero el trabajo de delineado tiene una sutileza que no se
iguala a nada. Las buenas líneas harán o romperán una imagen. Además, esta
página tendrá algunas líneas realmente increíbles: en este momento, Amity y
Damien están en el medio de la Batalla de las Arenas, donde los Orcianos y los
Terrianos se enfrentan por el control de la ciudad capital de las tierras desiertas.
Monstrous Sea involucra muchos poderes del tipo elemental, al estilo
anime, por lo que la mayoría de las luchas tienen grandes líneas. Especialmente
cuando Amity y Damien están allí, porque luchan con cristales y niebla. Ángulos
y curvas. Delicioso.
Los comerciales acaban antes de que tenga la oportunidad de realmente
hacer algo. Bajo mi bolígrafo y regreso al chat para descubrir a algunos recién
llegados notables entre la horda.

LadyConstellation: Espero que nadie haya causado problemas durante


esos comerciales.
rainmaker: Define “problema”.
Fire_Served_Cold: Problema: s. def: Este tipo.
rainmaker: Fino.
Fire_Served_Cold: Lo intento.
Debajo de ese rápido intercambio llega una ráfaga de emocionados
“¡¡rainmaker!!” y unos cuantos “¡Los Ángeles están aquí!”
Los Ángeles a los que se refieren son el grupo de cinco fanáticos que
tomaron los nombres basados en los Ángeles de Monstrous Sea, los guardianes
del planeta Orcus. Nunca he interactuado realmente con rainmaker y los otros
Ángeles del fandom, pero los he visto en los foros. Como que es imposible no
verlos en los foros. Son casi tan populares como yo.
La música en la TV llega a un crescendo. Me giro para ver a Jane descubrir
que está embarazada del bebé de Spencer antes de que corte a otro comercial.
Realmente este es un episodio lleno de problemas. Regreso al chat principal.

LadyConstellation: ¡¿Otro embarazo?! ¡Este programa ya ha conservado un


bebé, dado otro en adopción y tenido un aborto! ¿Cómo abordarán este
problema y todavía permanecerán relevantes a la VERDADERA VIDA
ADOLESCENTE?
rainmaker: Hahahahaha

La respuesta aparece de inmediato, y una extraña sensación de calidez se


agita en mi pecho. Otras personas ríen, pero la respuesta de rainmaker es la que
provoca eso. Es el escritor de fanfic más leído de Monstrous Sea. He visto algo
de su obra. Es en verdad gracioso. Como, en verdad jodidamente graciosamente.
Como yo no podría hacer a Monstrous Sea así de gracioso si lo intentara.
Por lo que él riendo de algo que dije se siente como ganarse la lotería.
Entonces responde con esto:

rainmaker: GIRO ARGUMENTAL en realidad era el bebé de Jennifer. Jane


estaba engañando a Spencer mucho antes de esto. Cuando el bebé nazca, lo
nombran Janifer y viven una feliz vida lesbiana en los suburbios y nunca vuelven
a pensar en Spencer.
Casi escupo agua sobre la pantalla de mi computadora ante lo de “Janifer”.
El resto de enfoques continúan en el chat, todas las otras voces, se desvanecen
en el fondo y mis ojos solamente ven las de rainmaker cuando aparece.

Fire_Served_Cold: Espera, ¿cómo dos lesbianas tienen un hijo biológico


juntas?
rainmaker: Um disculpa nadie dijo que fuera biológicamente de Jennifer.
Sangre=/=familia. ¿Amirite? ¿Alguien?
LadyConstellation: Lo siento, sigo intentando procesar el “Janifer”.
rainmaker: Te gustó ese, verdad? ;)

Oh Dios, una carita guiñando un ojo. El más provocativo de todos los


emoticones. Un rubor se apodera a mi rostro y me froto las mejillas para
esconderlo, aunque no hay nadie aquí para verme. Qué bastardo engreído y
seguro. Los chicos en la escuela nunca me provocan esto; no sé si se debe a que
puedo ver sus caras o porque pueden ver la mía o qué. Solo tengo sentimientos
así por gente que conozco en línea, y honestamente, rainmaker es el primero que
los hace aflorar en bastante tiempo. Es como si en todo este chat, solo me
estuviera hablando a mí. Como dos personas sentadas una junto a la otra en un
sofá en una fiesta abarrotada.
Ahora, aquí está el nuevo problema:
¿Le contesto algo?
Mis dedos se ciernen sobre el teclado. Un comercial para un medicamento
de acné aparece en la TV, luego un comercial para el programa que sigue luego
de Dog Days. Escribo:

LadyConstellation: Oh, lo sabes. ;)

Vaya escape. Al menos obtuve la carita guiñando allí. Tal vez suene lo
bastante coqueta como para compensar la completa falta de ingenio. Es estúpido
porque eso es lo que me gusta del internet; que te da tiempo para pensar en lo
que quieres decir antes de decirlo. Pero mi cerebro no está funcionando en este
momento, no estoy segura que sea sabio coquetear públicamente con alguien
como LadyConstellation, y ni siquiera sé quién es rainmaker. Podría ser algún
hombre de cuarenta años viviendo en el sótano de sus padres con migas de
Cheetos en sus dedos y una colección vintage de camisetas de Star Wars en las
que su estómago ensanchándose constantemente no quepan.
Regreso a mi arte de delineado. Mis manos temblando se quedan quietas
contra la pantalla del bolígrafo, y las líneas salen suaves y atrevidas. Dibujar me
da algo que hacer mientras pienso en esa carita guiñando, y la carita guiñando
que envié en respuesta.
Amity, con su nube de cabello blanco y sus agudos ojos naranjas, surge
contra el fondo blanco una línea a la vez. No hay color en ella todavía, pero los
veo cada vez que la dibujo. Siempre me he preguntado lo que sería ser la persona
cuyo color viene incluso cuando estás quieto. Ser alguien tan vibrante, que otros
no puedan evitar notarte. No son los ojos de Amity o su color de cabello o incluso
su piel lo que provoca eso. Solo es ella.
Guardo la masa de cristales anaranjados como cuchillos creciendo a lo
largo del brazo derecho de Amity, retirado y listo para golpear a sus enemigos,
para después. El programa está de vuelta.
Rainmaker no ha dicho otra cosa en el chat. Aparezco de vez en cuando
para comentar sobre el programa, pero por la mayor parte me reclino, dejo de
pensar, y disfruto de un grupo de veinteañeros fingiendo ser adolescentes,
tomando decisiones astronómicamente malas y aprendiendo de sus errores. De
vez en cuando, una cuenta troll se apoderará de la ventana del chat gritando en
mayúsculas o dejando una sarta de emoticones, y la cuenta Forges_of_Risht
aparece para bloquearlos.
Un mensaje de Max aparece en mi teléfono.

Apocalypse_Cow: forges, reportándose para el deber con el matillo


baneador.
MirkerLurker: Excelente trabajo, soldado.
Apocalypse_Cow: ves, hay una razón para que me contrataras para este
trabajo.
MirkerLurker: Sí, así Emmy no tiene que hacer eso y se ocupa del sitio web.
Apocalypse_Cow: já já.
MirkerLurker: Pero en serio, estupendo trabajo. Nadie empuña el martillo
baneador tan bien como tú.

Max envía más emojis. Una mujer bailando salsa. Uñas pintándose. Un rayo.
Él fastidia rutinariamente a Emmy para hacer a los emojis parte de la capacidad
del chat del foro de Monstrous Sea, y ella se niega porque piensa que es gracioso.
Emmy dice algo en el chat de Dog Days que desencadena una avalancha
de respuestas tan rápidas que no puedo llegar al principio para ver cuál fue el
comentario original.
Max y Emmy no son las únicas personas que ayudan a dirigir los foros, pero
son los mejores. Y son los únicos que me conocen no como LadyConstellation
sino como Eliza. Antes de que Max fuera mi gorila, incluso antes de que
compartiera el link a Monstrous Sea en Masterminds que atrajo a los fanáticos, él
era una neurótico teórico de las tramas en los foros de Children of Hypnos. Y
Emmy, antes de que Emmy construyera monstroussea.com, los foros y la tienda
donde vendo mi mercancía, ella era la vida de la fiesta de Children of Hypnos,
una joven de once años con suficiente energía fangirl como para alimentar una
pequeña ciudad.
De no haber sido por ellos encontrando mi fan art, nada de esto habría
sucedido. Fueron ambos por separado los que encontraron mi tema de dead art
en los foros de Children of Hypnos, y fue en ese tema donde forjamos un pequeño
espacio solo para nosotros.
Tengo amigos. Tal vez viven a cientos de millas de distancia, y tal vez
solamente pueda hablar con ellos a través de una pantalla, pero siguen siendo
mis amigos. No solamente mantienen unido Monstrous Sea. Me mantienen unida
a mí.
Max y Emmy son la razón de que esto exista.
Luego de su segundo nacimiento, había sentido al Vigilante sentado en su
mente, sus ojos vueltos hacia ella. Dentro de ella, por supuesto, él no tenía ojos
más que los de ella, sin embargo así era como se sentía. Un bulto de brasa
ardiente en el fondo de su mente. A veces se aferraba a sus hombros, aunque ella
podía girarse hacia su reflejo y no ver nada allí. Ahora no sabía si esas habían sido
alucinaciones que quedaron de la enfermedad post-renacimiento, o si
simplemente se había acostumbrado a la sensación. De cualquier manera, ya no
lo sentía. Y el Vigilante no había hablado con ella desde ese primer día, cuando
hizo el trato con ella.
Su cuerpo a cambio de su poder.
Capítulo 5
En los siguientes días, acabo dos páginas más. Podría ir más rápido, puedo
acabar una página por día si lo intento, pero la calidad comenzaría a deteriorarse,
y eso es lo último que quiero a esta altura. Hemos pasado a través de tanto en el
comic, solo debería volverse mejor desde aquí, no peor. Bosquejo las páginas en
la escuela, haciendo tanto como sea posible del trabajo de delineado antes de
que llegue a la computadora. Hago esto en clase cuando nadie mira, o en el
almuerzo mientras me siento sola en el patio ventoso afuera de la cafetería. Pronto
hará demasiado frío para sentarme afuera en absoluto, y tendré que buscar una
mesa dentro, lo que debería ser divertido considerando que todas las mesas están
tomadas todos los días cuando entro.
El viernes, el día de nuestro juego de bienvenida, todos están vestidos con
los típicos dorados de Westcliff, adornados con camisetas de fútbol, rostros
pintados y cintas doradas atadas en las coletas. En el pasillo principal, hay cinco
pancartas distintas alentando al equipo de fútbol con LUCHEN POR GANAR. En
mi camino hacia el cuarto período, es la pancarta número tres la que se desprende
de la pared cuando camino junto a esta. El mundo queda en negro. Golpeo la
pancarta para quitarla, y risitas estallan por el pasillo detrás de mí. La pancarta
cae al suelo.
Travis Stone y Deshawn Johnson, los únicos estudiantes de esta escuela
que me asustan incluso en un día bueno, se apoyan contra los casilleros cercanos
y me observan luchar. Travis Stone se ve como un buitre con vaqueros caídos y
un corte de cabello al ras, y Deshawn Johnson es un chico que la mitad del tiempo
es demasiado simpático como para andar con Travis y la otra mitad para nada
simpático. Hace diez años eran dos niñitos dulces en mi escuela primaria que
jugaban a las traes conmigo en el patio, y me ayudarían con esta pancarta en vez
de mirar.
—Lindo cabello —dice Travis. Paso una mano sobre mi cabello y
encuentro una cantidad escandalosa de brillantina atrapado allí. La mirada en mi
rostro provoca nuevas rondas de risas en Travis y Deshawn.
En el baño, intento quitar el fiasco de la brillantina. Todo lo que consigo es
llenar el lavabo con caspa de brillantina dorada y conseguir que algunas de las
otras chicas me den miradas extrañas, como si lo hubiera hecho yo misma. Toda
esperanza de felicidad y un futuro brillante muere.
Salgo al final del día a un cielo plomizo, una brisa intensa y filas de autos
compitiendo por salir del estacionamiento. En pocas horas, todos volverán para
el partido de fútbol, apretujados en el estadio detrás de la escuela, gritando su
apoyo al aire frío de la noche y acurrucados con sus amigos. Habrá un minuto de
silencio y un breve recordatorio por los miembros de la banda que se salieron de
la Curva Wellhouse el verano pasado. Habrá camisetas de fútbol, fiestas y
parrandas hasta altas horas de la noche.
Reacomodo mi mochila en mis hombros y sostengo mi cuaderno de
bocetos con ambas manos. Hay demasiados autos. Apuesto a que la universidad
no tiene problemas de estacionamiento como estos. Apuesto a que la universidad
es genial.
Me doy la vuelta y encuentro a Wallace sentado en el mismo banco otra
vez. Se ha sentado allí cada día de la semana. Descubrí ayer que su apellido es
Warland, lo que parece apropiado para alguien de su tamaño y estatura. Capaz
de infligir destrucción a donde sea que vaya.
Hoy, Wallace Warland no está solo. A cada lado de él están Travis Stone y
Deshawn Johnson, los flagelos eternos de mi existencia. Cruzarme con mis hace
mucho tiempo olvidados amigos una vez al día es lo bastante malo, hacerlo dos
veces es pedir problemas. Deshawn está de pie junto al banco con sus brazos
cruzados, y Travis recostado junto a Wallace como si fueran viejos amigos.
Wallace está sentado con rigidez, con las manos cubiertas de papeles en los que
siempre está escribiendo, sus ojos pegados a la acera en alguna parte a la
izquierda de los zapatos de Deshawn.
Wallace no me parece el tipo de persona que empieza una amistad con
alguien parecido a Travis Stone, al menos no el Imbécil-de-la-Secundaria Travis
Stone. La curiosidad hace que me acerque unos centímetros, fingiendo que me
debato en ir a mi auto. Saco mi teléfono y miro fijamente la pantalla en negro.
—… debe haber escrito esto. Nadie puede escribir tan bien. ¿Me repites
qué es esto?
Travis intenta tomar uno de los papeles. Wallace aprieta su mano hacia
abajo.
—¿Qué lo llamaste? Fan… fan…
—Fanfiction —dice Deshawn.
De ninguna manera en los nueve círculos del infierno. De ninguna manera
Wallace Warland escribe fanfiction. ¿Fanfiction de qué? ¿De qué disfruta tanto
Wallace Warland que le escribe fanfiction? ¿Puedes tener un fanfiction sobre
equipos de deporte profesionales?
—Déjame ver. —Travis intenta tomar el papel otra vez, lo que hace que
Wallace apriete con más fuerza.
—Creo que es por esa cosa online —dice Deshawn, mirando al papel—.
Esa cosa del océano.
Todo el vello de mi nuca se eriza. Mi ritmo cardíaco se dispara. No están
hablando de Monstrous Sea.
Wallace Warland no puede escribir fanfiction sobre Monstrous Sea.
—Déjenlo en paz. —Me he dado la vuelta y dirigido hacia ellos antes de
poder evitarlo. Mi voz sale de alguna reserva oscura de coraje dentro de mí, un
lugar usualmente reservado para clases de oratoria, o ir al dentista sola. Mi rostro
se arruga; mis piernas tiemblan. Mi corazón late como si acabara de correr un
kilómetro.
Travis y Deshawn se giran hacia mí y sonríen; bueno, Deshawn no sonríe
realmente, y todas las sonrisas de Travis parecen miradas maliciosas. Dios,
recuerdo cuando esas sonrisas solían ser agradables. Wallace me mira fijamente,
expresión ilegible. ¿Se da cuenta lo inútil que es esto? Tal vez pueda darle al
menos unos segundos para correr. Lo único que no puedo hacer es permanecer
impasible mientras un fanático (si no es un fanático de Monstrous Sea, entonces
sin dudas es un fanático de algo) es ridiculizado por lo que le gusta.
LadyConstellation no soportaría eso, y en este preciso momento, tampoco yo.
Travis finge sorpresa.
—Oh Dios mío, Murky puede hablar.
Hemos estado juntos en la escuela desde el segundo grado. Sabe que
puedo hablar bien, a diferencia de algunos de nuestros compañeros de clase, que
creen que de verdad soy muda.
—Déjalo en paz, Travis. —Mi voz ya está demasiado débil para esto. Las
reservas de emergencia de coraje se agotaron.
—¿Por qué lo estás defendiendo, Murky? ¿Tienes un enamoramiento?
Mi rostro se pone al rojo vivo al instante. Presiono el borde de mi cuaderno
de bocetos contra mis piernas. Sé que este es su intento de hacer que una chica
deje de hablar o se ponga tan nerviosa que no pueda discutir racionalmente.
Comenzó a usarlo en la escuela media, cuando me volví demasiado rara para
pasar el rato con cualquiera. Si puedo presionar, quizás lo desequilibre de su
juego.
—No, cállate —balbuceo—. Yo solo… tú… déjalo escribir lo que desee.
Sea lo que sea, no es tu asunto.
—¿No es mi asunto? No trato de odiarlo por eso, Murky, ¡solo quiero leerlo!
¿Cuál es tu problema?
—¡Él obviamente no quiere que lo leas!
Wallace me mira fijamente todo el tiempo cuando digo esto, y el calor se
trepa a mis orejas también. Estoy muy distraída cuando Deshawn saca el
cuaderno de bocetos de mis manos.
—¡Oye!
Intento alcanzarlo, pero se echa para atrás, abriéndolo para mirar los
dibujos. Algunas páginas sueltas ondean en la fría brisa pero no vuelan libres.
—Vaya, son realmente buenos —dice Deshawn—. Trav, creo que ella está
metida en la cosa del océano también.
Cierra el cuaderno y lo lanza como Frisbee sobre mi cabeza, fuera del
alcance de mis dedos cuando salto por este, hacia Travis, que se ha puesto de pie
del banco. Travis lo agarra en el aire, enviando a algunas páginas sueltas al viento
y lo abre.
—Oh, por esto lo defendiste. ¡A ustedes les gusta lo mismo!
—¡Devuélvelo! —Se supone que nadie vea en ese cuaderno de bocetos. Es
el que llevo a la escuela, así que es más seguro de los otros que tengo, pero
todavía hay cosas de Monstrous Sea allí, como páginas de comic sin terminar, y
eso podría develar quién soy. Además, no me gusta la idea de los ojos viscosos
de Travis Stone en las cosas que he dibujado. No le dejé mirar mis dibujos ni
siquiera cuando éramos amigos, y no voy a comenzar ahora. Corro hacia Travis
para recuperarlo, pero se lo arroja a Deshawn.
No seré atrapada en medio de un juego de mono. No como estudiante de
último año. No lo haré. Pero Deshawn se para allí sosteniéndolo, hojeando las
hojas, y no se moverá hasta que lo haga. Las lágrimas nublan mi visión. Estupendo.
Ahora también estoy llorando. Empeoremos la situación. Cierro mis manos en
puños y me muevo hacia Deshawn. En cuanto me acerco lo suficiente, se ríe y
lanza el cuaderno de bocetos de regreso.
Me doy la vuelta, lista para gritar de frustración, solo para encontrar a
Wallace parado entre Travis y yo, el cuaderno de bocetos en una mano. Debió
haberlo atrapado en el aire. No pensé que podía moverse así de rápido. Travis
parece sorprendido y vagamente impresionado. Wallace se da la vuelta y lo mira
fijamente. Travis tiene más o menos mi altura, así que cuando ambos están de pie,
Wallace es como media cabeza más alto que él, y mucho más ancho. Travis
parece un retoño parado junto a un roble.
Wallace da un paso hacia él, todo su cuerpo tenso, y Travis alza sus manos
y retrocede.
—Eh. Está bien. Calma, hombre. Maldición. —Mira a Deshawn, sacude su
cabeza hacia el estacionamiento, y los dos se van corriendo. En el camino, Travis
recoge uno de mis dibujos caídos, luego me mira fijamente a la cara mientras lo
sostiene y se lo desliza en el bolsillo.
Wallace ya está caminando a través de la acera frontal para recoger las otras
páginas sueltas. Me arrastro por las pocas que se encuentran cerca de mí, Amity
usando sus cristales para lanzarse hacia el cielo, Damien rodeado por una nube
de niebla y una parvada de cuervos del pavor, y me limpio los ojos.
Wallace regresa pesadamente, sosteniendo mi cuaderno de bocetos como
una superficie de apoyo para que pueda garabatear en una de sus hojas sueltas.
Mete esa dentro del cuaderno junto a todos los dibujos que agarró, luego me lo
entrega. En vez de mirarme como si fuera invisible, no me mira en absoluto; sus
ojos se mueven a la izquierda, luego a la derecha, luego abajo, hasta que tomo el
cuaderno de bocetos. Casi lo dejo caer y tengo que atraparlo contra mi pierna.
Se para allí. ¿Se supone que diga algo? ¿Quiere que diga algo? Se rasca la
parte trasera de su cabeza, deja que su mano caiga a su cuello y respira hondo.
Saco mi teléfono del bolsillo, pero Emmy y Max probablemente no anden
disponibles en este momento. Emmy está en clases y Max está en el trabajo. Mis
dedos se ciernen sobre las teclas sin saber a dónde ir. Wallace sigue parado allí,
pero ahora también ha sacado su teléfono.
Ha sacado su teléfono. No está prestando atención.
Me doy la vuelta y me alejo antes que tenga la oportunidad de alzar la vista
nuevamente. Estoy segura que lo hace, pero no importa porque ya me encuentro
a medio camino del estacionamiento y no me importa si piensa que soy rara,
porque nunca voy a hablar con él otra vez. Cuando llego a mi auto, entro y cierro
con un portazo. El estacionamiento sigue lleno de gente como para irme.
Probablemente debería quitarme la mochila antes de intentar conducir, de todas
maneras.
Muevo la mochila al asiento del pasajero, me abrocho el cinturón de
seguridad y apoyo la frente en el volante. Inhalo. Exhalo. Estoy mareada. Esto no
es bueno. El calor en mi rostro llena el auto, y me baño de un vergonzoso sudor
asqueroso. ¿Por qué Travis y Deshawn tuvieron que elegir hoy para molestar a
Wallace? ¿Por qué Wallace no pudo ocuparse de ellos solo? ¿Por qué tenía que
ser tal vez un escritor de fanfiction de Monstrous Sea?
Levanto la cabeza y miro a mi cuaderno de bocetos. Si no es fanfiction de
Monstrous Sea, sin duda estaba escribiendo algo. Alargo la mano, abro el
cuaderno y tomo el papel que él metió.
Una hoja normal de un cuaderno universitario. En la misma, en una letra
sorprendentemente precisa y prolija para lo rápido que las escribió, las palabras:
Gracias.
Los dibujos son realmente buenos.
emmersmacks: Aguarda
emmersmacks: Espera
emmersmacks: Entonces, ¿lo defendiste?
MirkerLurker: Sí.
emmersmacks: …estoy fallando en ver el problema aquí E
emmersmacks: ¿¿te lastimaron??
MirkerLurker: No… no realmente. Solo tomaron mi cuaderno de bosquejos
y lo arrojaron de un lado a otro un poco.
MirkerLurker: De acuerdo mira sé que no suena tan mal
MirkerLurker: Pero, es que, no entiendes la manera en que este chico me
mira. Él es uno de esos que es como, “Por qué siquiera estás de pie frente a mí,
eres más fea que las cosas que cago luego de comer demasiado Chipotle”.

3:19 p.m. (Apocalypse_Cow se ha unido a la conversación)

Apocalypse_Cow: siento que vine en un mal momento. Me iré.


emmersmacks: E está teniendo una crisis
Apocalypse_Cow: ¿crisis sobre qué?
MirkerLurker: Solo el estúpido chico nuevo en la escuela que puede o no
ser un escritor de fanfics de Monstrous Sea y que sin duda alguna piensa que soy
la escoria de la tierra.
emmersmacks: ¿¿Por qué pensaría eso?? Lo defendiste
MirkerLurker: ¡No lo sé! Porque lo emasculé, probablemente. O algo así.
Max, necesito consejo de alguien que se ha sentido emasculado.
Apocalypse_Cow: por qué de inmediato asumes que me he sentido
emasculado antes?
MirkerLurker: Porque eres el único hombre aquí.
Apocalypse_Cow: si quieres saber si algunos hombres se sienten
emasculados cuando una chica los defiende de un bravucón por ellos, entonces
desafortunadamente debo decir que sí, eso sucede.
Apocalypse_Cow: PERO NO A MÍ.
Apocalypse_Cow: TIENES QUE SABER QUE MAX CHOPRA NUNCA SE HA
SENTIDO EMASCULADO
Apocalypse_Cow: pero en serio, ¿este chico te dijo algo? ¿por qué te
sientes tan mal al respecto?
MirkerLurker: No dijo NADA. ¡Ese es el problema!
MirkerLurker: Se quedó allí de pie y ni siquiera me miraba.
emmersmacks: Dijiste algo
MirkerLurker: …No.
emmersmacks: Bueno
emmersmacks: E
emmersmacks: Entonces podrías tener un problema
Apocalypse_Cow: estás siendo enseñada en habilidades sociales por una
colegiala de doce años. Cómo se siente eso
emmersmacks: Tengo catorce no doce
emmersmacks: Imbécil
Apocalypse_Cow: espera, ¿te dejó una nota en tu cuaderno de bocetos?
qué decía?
MirkerLurker: Decía gracias, y que las imágenes eran buenas
emmersmacks: OH DIOS MÍO
emmersmacks: POR ESO NO TE HABLÓ
MirkerLurker: ¿Qué?
emmersmacks: ESTABA DEMASIADO NERVIOSO
emmersmacks: AW LE GUSTAS E
MirkerLurker: En verdad lo dudo.
MirkerLurker: como que en serio, EN VERDAD, lo dudo
MirkerLurker: No es exactamente el tipo de chico que está por lo general
interesado en mí
Apocalypse_Cow: ¿qué tipo de chico está por lo general interesado en ti?
MirkerLurker: Del tipo que me imagino en mi mente.
Apocalypse_Cow: wooooooooooooooooooooooow
Apocalypse_Cow:
woooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooow
Apocalypse_Cow:
wooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
ooooooooooooooooooooooooooow
Apocalypse_Cow: ¿quieres que vaya y llene tu casa de gatos ahora mismo,
o quieres que lo aplace por unos años?
MirkerLurker: Ja Ja
MirkerLurker: tengo que sentarme junto a este chico en asistencia los lunes.
¿Qué voy a decirle?
emmersmacks: Qué le has estado diciendo
MirkerLurker: Nada. Pensé que eso estaba claro.
emmersmacks: entonces sigue haciendo eso
emmersmacks: Si quiere decir algo lo hará
MirkerLurker: ¿Por qué una chica de doce años sabe más de chicos que yo?
emmersmacks: TENGO CATORCE
Capítulo 6
El lunes entro a asistencia, paso las pancartas de la victoria de bienvenida
que dicen LOS WILDCATS SON LOS CAMPEONES, y Wallace ya se encuentra allí
sentado junto a mí. Pero la señora Grier también está allí, y me atrapa junto a la
puerta. Hoy sus aretes tienen forma de tréboles y lleva una blusa verde con
pantalones de vestir negros.
—¿Cómo estás esta mañana, Eliza? —pregunta, sonriendo. Son las siete de
la mañana, ¿cómo es que ya sonríe? Espero a que continúe, pero simplemente
está allí mirándome como si de verdad quisiera saber la respuesta a esa pregunta.
—Um. ¿Bien? —digo, frunce el ceño y se inclina. Alzo la voz—. Bien.
—¡Estupendo! Solo quería comprobar y asegurarme de que todo estuviera
bien.
¿Sólo quería comprobar? ¿Por qué? ¿Escuchó el asunto con Travis y
Deshawn del viernes? Wallace no le habría dicho, ¿o sí? Cuando de nuevo no
continúa, me encojo de hombros y pasó junto a ella. Ya es bastante malo que
tenga que lidiar con Wallace; no quiero lidiar con maestros preocupados por los
estudiantes abusados también.
Me deslizo en mi asiento tan silenciosamente como puedo, Wallace alza la
vista de su teléfono de todas maneras. Vuelve a bajar la cabeza, se rasca el cuello,
aparta la mirada. Mantengo mi cuaderno de bocetos en mi regazo y miro fijamente
la parte trasera de la cabeza pelirroja de Shelby Lewis. Luego, tras unos segundos
de inmóvil ansiedad, saco mi teléfono y comienzo a pasar a través del largo chat
de anoche con Emmy y Max. Les escribiría ahora, pero Emmy está dormida y Max
en el trabajo. No responderán de todas maneras, y para cuando lo hagan ya no
estaré en esta situación.
Paso a los foros de MS. Por lo general, no leo los posts del foro en mi
teléfono, pero, bueno, situaciones desesperadas. Hay unas cuantas personas
notables, entre ellas rainmaker y Fire_Served_Cold, que juegan a las traes en el
tema de Asuntos Generales. Cuando actualizo la página, más y más gente se está
uniendo. A donde rainmaker va, los fanáticos siguen.
Luego de unos pocos minutos, el vello de mi cuello se eriza. Miro fijamente
la pantalla de mi teléfono y finjo que no noto a la señora Grier mirándome desde
su lugar junto a la puerta.
La campana suena. La señora Grier cierra la puerta y va hacia su escritorio
por su lista de asistencia. Debido a las reglas escolares, meto mi celular en mi
bolsillo y finjo que presto atención a lo que sucede en vez de pensar en la
siguiente vez que pueda volver a sacar mi teléfono.
Entonces encuentro un papel en mi escritorio que no estaba allí cuando
me senté.
En el mismo, escrito a mano con una letra tan prolija y precisa que parece
haber sido impreso por una máquina, las palabras:
¿Te gusta Monstrous Sea?
La letra es más bonita y menos apresurada. No conozco a nadie que escriba
con palabras tan parejas y prolijas como esas. Le echo un vistazo a Wallace y está
inclinado sobre su escritorio, su cabeza girada levemente hacia el otro lado para
poder masajear la punta de su oreja derecha. Su cabello está parado en la parte
trasera de su cabeza donde lo rascó.
Estupendo. Realmente le gusta Monstrous Sea. No sé si eso debería ser
halagador o aterrador. Con el gran número de gente que asiste a mi escuela,
pensaba que al menos uno de ellos sería un fanático de Monstrous Sea, pero
también había pensado que nunca me encontraría hablando con ellos. Jamás.
Nunca en mi vida. ¿Por qué ahora? Solo tenía que sobrevivir otros siete meses sin
que algo como esto sucediera. ¿Por qué ahora, O cruel universo?
Wallace se da la vuelta y mira a mi maldito escritorio. Dios, está esperando
una respuesta. Fantástico. ¿Qué daño podría hacer en realidad? Él no sabe quién
soy. Todo lo que sabe es que hago dibujos de Monstrous Sea. Es fan art. Eso es
todo lo que tiene que ser. Y este papel… este papel es una ventana de chat. No
tengo que mirar a su rostro mientras escribo. Solo escribir las palabras y dárselo.
Saco un bolígrafo. La punta se cierne sobre el papel. ¿Te gusta Monstrous
Sea?
Sí, me gusta. Monstrous Sea es lo que más me gusta de todo el mundo. Me
gusta más que cualquier persona. Me gusta más que yo misma. Me gusta más que
la comida, dormir y las duchas calientes. Me gusta más de lo que me gusta estar
sola. Lo es todo para mí.
Escribo: Sí.
Luego empujo el papel hacia él.
Si la señora Grier ve esto desde el frente de la habitación, no dice nada al
respecto. Wallace endereza el papel en su escritorio, mira fijamente mi única
palabra, luego con lentitud busca su bolígrafo y comienza a escribir con esmero.
Va muy lento. Parece que las placas tectónicas se mueven más rápido que él.
Aparto la mirada mientras escribe, hasta que siento el suave empujón del papel
contra mi mano.
¿Quién es tu personaje favorito?
¿Mi favorito? Todos los personajes son mis favoritos. Los conozco desde
hace tanto tiempo, incluso a aquellos que solía odiar son mis favoritos. Son más
reales para mí que la mayoría de la gente real que conozco. Los amo a todos. Pero
supongo que amo a algunos más que a otros. Y LadyConstellation ama preguntarle
a sus fanáticos cuáles son los suyos.
Escribo: Izarian Silas.
Cuando me devuelve el papel, ha escrito:
Izzy es bueno. El mío es Dallas. Él tiene el mejor poder de cualquiera de
los Ángeles. ¿Ubicación favorita?
Orcus mismo es mi ubicación favorita. Si pudiera vivir allí en vez de en la
Tierra, lo haría inmediatamente. Construiría una nave espacial y volaría sobre los
océanos repletos de monstruos y visitaría todos los lugares que solamente he
visto en mi cabeza. La oscura y remota Isla Nocturna, donde Amity creció; el vasto
y hermoso Gran Continente, donde los ancestros de los Terrianos echaron sus
raíces; la ciudad mecánica, Risht, donde Amity y Damien aprendieron a ser
amigos, y se dieron cuenta que son más fuertes cuando trabajan juntos.
Escribo Risht. En Risht, nadie teme a los monstruos. En Risht, los monstruos
son un recuerdo de una época pasada y la gente que los ha derrotado son
venerados como dioses.
Esta vez, él escribe más rápido.
Igual. Por la fusión del poder, el palacio del reloj y la música. También
debido a esa estatua gigante del fénix con cuernos que hicieron de comida para
el cumpleaños de Rory. Quiero una estatua gigante de un fénix que sea
comestible.
Sin pregunta esta vez. Me siento con el papel en mi escritorio por varios
minutos, mirando fijamente la parte trasera de la cabeza de Shelby Lewis y sus
pasadores retro de mariposa de los 90. La punta del bolígrafo se presiona en el
papel hasta que hay un gran punto azul junto al prolijo “palacio” de Wallace.
Finalmente, pongo:
¿Estabas escribiendo un fanfiction de MS?
Pero cuando lo empujo de regreso en su escritorio, suena la campana para
el primer período. Tomo mi bolso y corro y dudo por un segundo en la puerta. Ni
siquiera es el primer período y ya he matado mi desodorante. Todavía no es
siquiera el primer período, y el chico nuevo es un fanático de Monstrous Sea. El
primero que he conocido en la vida real.
Corro al pasillo antes de que Wallace pueda alcanzarme.
Entre el primero y segundo período le mando un mensaje a Emmy y Max,
aunque no lo verán hasta después.

MirkerLurker: Actualización del Chico Nuevo: realmente le gusta Monstrous


Sea y ahora sabe que a mí también. No estoy segura de qué hacer al respecto. Por
favor, consejo.

Para el cuarto período, mi temperatura corporal ha regresado a la


normalidad. Por suerte. Justo a tiempo para ir por mi almuerzo y encontrar asiento
en el patio. El césped está doblado y marrón. Hojas muertas resbalan por el
concreto con la fuerte brisa. Cuando me siento en mi habitual mesa de picnic en
la esquina, el banco me congela el trasero a través de mis vaqueros. Esto parece
demasiado frío para octubre en Indiana, pero tal vez no estoy tan acostumbrada
a los cambios de temperatura como solía estarlo. Ya no paso mucho tiempo en el
exterior.
Sin embargo, soportaré el frío si significa que estoy sola aquí afuera. Reviso
mi teléfono para encontrar la respuesta de Emmy “ENAMORADO DE TI E” de
probablemente cuando estaba entre clases. Pongo mis ojos en blanco, luego saco
mis auriculares y cuaderno de bocetos de mi bolso. Los auriculares van al teléfono
para poner algo de música, Pendulum, por supuesto, la única música para las
escenas de acción de Monstrous Sea, y el cuaderno de bocetos se abre en una
página nueva. Finalmente, algo de tiempo ininterrumpido para dibujar. Meto unas
papas fritas en mi boca y comienzo a esbozar una idea de la siguiente página.
La semana pasada no fue una semana llena de capítulos; solamente hice
cuatro páginas, pero fueron unas increíbles. Llegué a presentar los mechas
gigantes con cabezas de animal que los Haigans, los habitantes del desierto, usan
para pelear en la Batalla de las Arenas. Me encantan los mechas, pero toman una
eternidad dibujarlos, y si los hago menos detallados sentiría que estoy
decepcionando a los grandes artistas de mecha del anime. La batalla va a durar
por lo menos dos capítulos más, máximo cuatro, y eso significa muchos
recuadros involucrando robots gigantes luchando.
Quiero rodar en dibujos altamente detallados de mechas.
Tanteo buscando la bandeja de almuerzo para tomar otro puñado de papas
fritas y en cambio, toco el borde de un papel colgando en el aire.
Reflexivamente, cierro el cuaderno de bocetos y me quito los auriculares a
la vez. Wallace está de pie frente a mí, sosteniendo el mismo trozo de papel. Mi
corazón se acelera en mi pecho; mi cuello se resiente por lo rápido que alcé la
cabeza para mirarlo. Está inmóvil, ojos enormes, como si lo hubiera atrapado en
medio de algo. Retira un poco el papel, luego lo extiende nuevamente. En su otra
mano hay una bandeja de almuerzo.
El único sonido proviene de las hojas bailando en el suelo y Propane
Nightmares resonando de mis auriculares.
Tomo el papel. Está lo último que escribí más temprano: ¿Estabas
escribiendo un fanfiction de MS?, y junto a eso, su respuesta: Sí. Entonces en la
siguiente línea, con lápiz en lugar de bolígrafo: ¿Puedo sentarme aquí?
Estoy sudando de nuevo. Maldita sea. También me doy cuenta que quité el
papel de su mano, y ahora este se sacude porque estoy temblando. Él no piensa
que somos amigos porque le dije a Travis y Deshawn que dejaran de molestarlo,
¿o sí? Porque sin duda alguna no lo somos. ¿Piensa que me debe algo?
Usando mi lápiz de dibujo, escribo.
¿Puedes hablar?
Toma de regreso el papel, lo lee, lo pone sobre la mitad vacía de su bandeja
para escribir. Lo tiende.
Sí. A veces. ¿Esto es raro?
¿Raro? Sí. ¿Malo? Depende.
Puedes sentarte.
Muevo mi cuaderno de bocetos, mi mochila y teléfono así puede dejar su
bandeja frente a mí. En verdad parece como si debiera ser un jugador de fútbol,
tiene que doblar sus piernas en el pequeño banco de la mesa de picnic, encorvar
sus hombros para que sus codos alcancen la mesa, y come como un jugador de
fútbol también. Dos hamburguesas, dos porciones de papas fritas, dos cartones
de leche y un Drumstick. Su nariz está torcida como si hubiese sido rota y sus
mejillas están rojas por el frío.
Cuando nuestros ojos se encuentran, sonríe un poco. Solo un poco.
Sostiene el papel con una enorme mano y dobla la otra alrededor del lápiz para
escribir cuidadosamente algo nuevo. Sus labios se mueven mientras escribe,
como si estuviera pronunciando las palabras a medida que las escribe.
Gracias. Sé que la señora Grier ya nos presentó, pero soy Wallace. Escribo
fanfiction sobre Monstrous Sea. Es difícil hacer amigos cuando cambias de
escuela a mitad de último año.
Probablemente también es difícil cuando no hablas, escribo en respuesta.
Soy Eliza.
Come con una mano y escribe con la otra.
Hola, Eliza. Sí, también la charla.
¿En qué tipo de fanfiction estabas trabajando?
Alza la mirada luego de leer eso, luego la baja y golpetea su lápiz sobre el
papel.
En este momento estoy trabajando en trascribir el comic en forma de
prosa. En libros.
¿Libros? He pensado en hacer eso yo misma, y lo haría, si tuviera alguna
habilidad para escribir de manera extensa, pero los comics no se traducen de
manera perfecta a libros. Lo mejor que he sido capaz de hacer hasta el momento
es compilar todas las páginas del comic en novelas gráficas disponibles para su
compra en la tienda de Monstrous Sea.
Esa es una tarea difícil, escribo. Hay mucho del comic.
Muestra esa pequeña sonrisa de nuevo. Le toma unos buenos tres minutos
escribir.
La historia principal probablemente llene una trilogía y eso si quito la
historia de fondo. La historia de fondo: todas las cosas con la Alianza Orciana,
los piratas de Damien y los Ángeles de Rishtians, todo eso podría caber en dos o
tres precuelas.
Respiro hondo.
¿Y quieres escribir todo eso? ¿Por algo que ni siquiera se te ocurrió?
Se encoge de hombros.
Realmente amo Monstrous Sea. Y parece un desafío.
Me muerdo el labio para contener esta oleada de emoción burbujeando en
mi pecho. Ni siquiera se da cuenta que me está halagando. Esto es raro. Y
probablemente sea incorrecto, ¿cierto? Como si debiera decirle quién soy. Pero,
¿qué pasa si eso lo arruina? No quiero que sepa quién soy porque no es quién soy
todo el tiempo. No soy LadyConstellation en este momento. No puedo serlo.
Cuando no respondo de inmediato, con cuidado toca con la punta de los
dedos el borde del papel y lo toma. Escribe más y lo vuelve a deslizar.
De hecho, necesito un nuevo lector beta para ello, ¿te gustaría leerlo? Vi
algunos de tus dibujos el otro día, y parece que sabes mucho sobre el mundo.
Mi mano duda antes de responder.
No soy muy dada a leer fanfiction. No sé cuánta ayuda vaya a resultar ser.
Esto es verdad; intento permanecer lejos del fanfiction porque no quiero
que accidentalmente se vuelque en la historia, y luego tener a uno de los fanáticos
diciendo que cometí plagio. Estaría interesada en ver una transcripción en prosa
del comic, pero no sé realmente cuán bueno sea Wallace como escritor, y no
quiero leerlo y que sea horrible y luego tener que fingir que me gusta para no herir
sus sentimientos. Aunque Wallace no parece del tipo que tenga sentimientos
fáciles de herir, o al menos puede que no lo muestre cuando los tiene.
Lee mi nota, alza un dedo y baja su segunda hamburguesa para buscar algo
en su bolso. Saca una hoja de papel, escrita de ambos lados. Luego se suma a
nuestra conversación y me regresa ambos papeles.
Lee la primera página. Si no te gusta, no tienes que leer el resto.
No estoy segura si entiende que leer cualquier parte de ello hará que sea
difícil negarme a leer el resto, pero tomo la página de todas maneras y la aplano
sobre la mesa frente a mí. La brisa atrapa el borde del papel. Escrito en la parte
superior de la página está el título Monstrous Sea: una transcripción del comic de
LadyConstellation.
Y debajo de eso, en su precisa escritura como de impresora:
Amity tuvo dos días de nacimiento.
Esta es mi historia. Esta es mi historia en palabras, algo que nunca podría
hacer.
No necesito terminar la página. Ya sé que quiero leer el resto.
Wallace escribe:
¿Tan malo está?
—¡No! —Mi voz nos sorprende a ambos, un sonido repentino en la quietud
del patio. Wallace se detiene a medio desenvolver su Drumstick. Busco el lápiz y
escribo.
¡No, es realmente bueno! ¿Cuánto has hecho hasta el momento?
Solamente un capítulo, escribe.
¿Estás seguro que quieres dejarme leerlo?
Ya escribí este capítulo en la pc, por lo que no es la única copia. Puedes
escribir en él también, si deseas.
Eso no era realmente lo que preguntaba, pero como sea. Saca un fajo de
papeles de su bolso y me los entrega. Están cubiertos en el frente y detrás con su
letra, pequeños y prolijos números decoran las esquinas superiores derechas. Las
deslizo detrás de la portada de mi cuaderno de bocetos, el lugar más seguro que
conozco.
Puedo devolvértelas mañana, escribo. ¿Está bien?
Lee y asiente, volviendo a sonreír.
Solo un poco.
Capítulo 7
Cómo me veo nunca ha parecido tan importante. Ni la ropa que uso o las
pobres decisiones en cuanto a peinados que hago, pero mi cuerpo real sí. No soy
especialmente alta o baja. No estoy llena de acné o una desafortunada
disposición de rasgos faciales. No soy gorda, mamá dice que mi índice de masa
corporal probablemente está por debajo de lo que debería, lo que sea que
signifique. La gente no señala cómo me veo, pero nunca antes he sido más
consciente de ello que cuando estoy junto a Wallace.
Regresamos a la cafetería juntos al final del almuerzo. Sus piernas son más
largas que las mías, pero se mueve tan lento que caminamos a la misma velocidad.
Es un tipo raro de lentitud; mucha gente se mueve lenta porque deambulan, como
si no supieran a dónde están yendo, o no quisieran llegar allí. Wallace se mueve
lento en la manera que esos mechas gigantes se mueven: hay tanto que mover
que toma un tiempo que llegue. Pero él sabe exactamente dónde quiere estar.
Caminamos, y soy sumamente consciente de mis brazos y piernas, y en qué
dirección apuntan mis pies en el suelo, y todo el vello de mi cuerpo. Deseo que
hubiese algo extraño en la manera en que me veo así podría enfocarme en eso,
asumo que él está enfocado en eso, pero soy solo yo.
No hablamos. Wallace dobló el papel de nuestra conversación y lo puso
en el bolsillo de sus vaqueros, junto con su lápiz. Recibimos algunas miradas de
las mesas a medida que pasamos a tirar la basura de nuestras bandejas. Imagino
que las miradas se deben más a él que a mí, pero tal vez la extrañeza del chico
nuevo ya se ha agotado. Cuando él se da la vuelta, noto por primera vez las
palabras, en una prolija letra con Sharpie a lo largo de la parte inferior de su
mochila:
HAY MONSTRUOS EN EL OCÉANO.
Es una cita preferida por los fanáticos de Monstrous Sea. Dallas Rainer. Dijo
que Dallas era su personaje preferido, pero siempre encuentro interesante
cuando los fanáticos me mandan fotos de cuáles citas o imágenes ponen en sus
paredes o sus ropas, o incluso qué se han tatuado en sus pieles. Aunque por lo
general la gente lo hace porque piensan que suena genial, a veces significa algo.
No tengo la oportunidad de despedirme de Wallace. Dejamos la cafetería
con la marea de estudiantes y nos separamos en el pasillo, y él desaparece.

Lo veo otra vez más tarde, esperando afuera en el banco. Travis y Deshawn
no se encuentran a la vista. Dudo junto a las puertas, luego arrastro los pies hacia
él. Tiene puestos los auriculares y escribe algo. Siempre escribiendo algo.
Le toco el hombro. Esta vez, es quien salta y se quita los auriculares.
Aprieto mis puños alrededor de las correas de mi mochila y los presiono contra
mi estómago para evitar que tiemblen.
—¿Necesitas… necesitas un aventón?
Niega con la cabeza y garabatea rápidamente en la parte superior de su
papel.
Mi hermana viene a buscarme.
—Oh. De acuerdo. —Claro que no necesitaba mi ayuda, qué estúpido
preguntar. No es como si no estuviera allí sentado todos los días de la semana y
consiguiera llegar a casa bien—. Bueno… nos vemos.
No espero a ver si responde algo. Corro hacia mi Nissan y me encierro
dentro. Entonces, finalmente, sonrío.
Nunca antes he conocido un fanático en la vida real. No pensé en ello hasta
ahora y es algo extraño. Todas esas personas que aman Monstrous Sea… son
números en una pantalla. Comentarios, vistos, me gusta. Cuanto más crecen los
números, menos parecen gente. Es sencillo olvidar que son humanos como
Wallace. Como yo. Encontrar a alguien que le guste, que lo ame, lo suficiente
como para hacer su propio arte basado en ello y que de hecho me lo entreguen
en la mano ellos mismos, en vez de enviarlo a un apartado postal o por correo
electrónico, es surrealista en su máxima expresión.
Pero él no sabe que soy yo. No sabe que le entregó su fanfiction a
LadyConstellation. Eso sin dudas está mal. Se siente mal. Pero no es como si fuera
a usarlo para hacerle daño. ¿Y qué se supone que haga? Tal vez si supiera quién
soy, lo habría empujado hacia mí y obligado a leerlo. Nunca he conocido
fanáticos en la vida real. No sé lo que harán si me conocen.
Sé, que si alguna vez conociera a Olivia Kane, la autora de Children of
Hypnos, probablemente habría estallado en lágrimas y desplomado en el suelo a
sus pies. Dudo que Wallace haga eso, pero no quiero arriesgarme.
Interactuar con Wallace sería mucho más fácil si supiera quién era yo.
Controlaría cada conversación. Cada encuentro. Cada acción y palabra que
pasara entre nosotros. LadyConstellation es un dios que crea corrientes en su
propio mundo. Eliza es un pececito siendo llevado por esas corrientes, incapaz
de siquiera ver a dónde la llevan.
LadyConstellation tendrá que esperar. Por el momento, con Wallace, al
menos, tendré que hacerlo con Eliza Mirk.
Capítulo 8
Dos cosas me esperan en casa.
La primera es el paquete de provisiones de Emmy, una pequeña prolija caja
pegada con corazones y cubierta con brillantina.
La segunda es Davy. Cuando atravieso la puerta, su gran cuerpo blanco sale
corriendo por la esquina y choca mis piernas y caderas, haciéndome perder el
equilibro. Él nunca salta, pero se para allí, meneando la colita, esperando a que
lo acaricie. Lo que por supuesto hago, porque ¿quién puede resistirse a acariciar
a su perro cuando se ofrece de esta manera?
Caigo sobre él. Davy me sostiene, jadeando, perdiendo pelo y siendo
adorable.
—¡Alguien regresó del campamento de perros! —Mamá dobla la esquina
tras él, usando su rostro de hablar con bebitos y arrugando los labios haciendo
morritos—. La pasaste bien con tus amigos, ¿verdad, Davy-Dave?
—No tienes que hablarle como si fuera un niño —murmuro contra la piel
de Davy.
—¿Qué fue eso? —dice mamá.
Me enderezo.
—Nada.
—Pasó una buena semana corriendo con la manada, y ahora está de
regreso justo a tiempo para Halloween. ¿Verdad, amigo? Oh, Eliza, recibiste un
paquete. Lo puse en el mostrador de la cocina.
Por la manera en que lo dice, uno pensaría que contiene una bomba.
Solamente pone las cosas en el mostrador de la cocina cuando no está segura si
quiere guardarlas o llevarlas a los contenedores de basura en el garaje.
—Es de Emmy, mamá —digo.
Frunce el ceño.
—De Emmy. ¿Qué es?
—No lo sé todavía.
Suelto a Davy; que me sigue a la cocina, mamá llegando no muy detrás de
él. Agarro un par de tijeras y abro la caja.
Dentro hay una nota de Emmy y una pila de regalos surtidos que uno podría
esperar recibir de una estudiante de catorce años: lápices duros de dibujo que
probablemente consiguió con descuento en la librería del campus, o cautivó a
algún estudiante de arte; una foto de un hombre hecho de un collage de partes
de cuerpos que debió encontrar en revistas y en línea, que de alguna manera
consigue ser anatómicamente correcto; y por supuesto algunos paquetes de
ramen. Mamá hace una mueca ante la imagen del hombre y el ramen. La ignoro y
abro la carta. Está escrita a mano, a Emmy le gusta hacerle corazones a sus I.
Irónicamente, dice.

¡¡¡E!!!
¡Más vale que te guste tu paquete de provisiones! Sé que dijiste que
necesitabas algunos lápices, así que espero que no hayas comprado ninguno
todavía. El ramen es para comer, porque sé que olvidas hacerlo a veces. Pero, por
supuesto, ambas sabemos que la mejor parte de esto es el Sr. CuerpoEstupendo.
Sí, tiene nombre. He recogido todo lo que me has dicho sobre tu hombre perfecto
a lo largo de los años y lo he creado para ti. Maravíllate de mi obra maestra. Deleita
tus ojos con mi fantástica creación.
Hablando de ojos… si los ojos se caen, se debe a que me quedé sin
pegamento. Soy estudiante de ingeniería civil, no una tienda de suministros de
manualidades.

¡Te quiero mucho!


Emmy

Miro nuevamente a Sr. CuerpoEstupendo. Mandíbula fuerte, músculos


delgados; honestamente, es el tipo que cualquiera podría encontrar atractivo.
Nunca he sido exigente sobre el aspecto de los hombres, y creo que Emmy
enterró una broma sobre ello en alguna parte. Me rio de todas maneras.
—¿Qué es eso? —pregunta mamá. Saboreo el desdén en su voz.
—Nada —digo, reuniendo la caja y su contenido—. Broma privada.
—Emmy es… Emmy es una chica, ¿verdad? —Mamá me sigue nuevamente
cuando dejo la cocina y me dirijo a las escaleras.
—Sí, Emmy es una chica. ¿Cuándo escuchaste de alguien llamado Emmy
que no sea una chica?
—No lo sé, pero con estas personas de internet, pensé en preguntar…
Aprieto los dientes para mantener la boca cerrada. No creo que quiera
ofenderme más, probablemente nunca quiso, pero cada vez que nos metemos en
esta conversación, una de las dos acaba demasiado enojada para continuar. Subo
corriendo las escaleras, Davy en mis talones, y giro en el pasillo a mi habitación.
—No estoy segura que me guste que tengan nuestra dirección tampoco —
comienza mamá.
—Son mis amigos. No le doy nuestra dirección a gente que no sean mis
amigos. —Entro a mi habitación. Davy entra corriendo detrás de mí, y cierro y
trabo la puerta. Las pisadas de mamá se detienen afuera. Entonces llega su
resoplido ante la puerta cerrada.
—¡Deberías llevar a Davy a dar un paseo más tarde! —dice.
—Sully y Church lo llevan para sus paseos —grito en respuesta—. A ellos
les encanta.
—¿Qué tipo de tarea tienes?
—No lo sé. Matemáticas. Física.
—Asegúrate de hacerla. Recibimos una llamada de tu profesora de
asistencia otra vez, está preocupada de que no estés haciendo tanto como
deberías…
—No es como si fuera a aplicar para universidades de la Ivy League, voy a
entrar. ¿Por qué importa?
Ella no responde, pero sé lo que diría. Primero, que debería apuntar alto y
no conformarme con cualquier universidad que no sean las mejores, pero en este
momento, no me importa aprender, me importa dibujar. Y segundo, incluso las
escuelas no pertenecientes a la Ivy League pueden ser difíciles para ingresar, o
podría perder becas, o lo que sea. No puede ser tan difícil entrar a una
universidad, porque todo tipo de gente lo logra todo el tiempo. Y ya no tengo
nada concerniente a becas, y planeo pagar por la universidad con el dinero que
estoy haciendo con la mercancía de Monstrous Sea. Cuando Emmy hizo
monstruosea.com, también creó una página donde poder vender cosas oficiales:
bolsos, cuadernos, carpetas, lápices, camisetas, botones, billeteras, fundas de
celulares, cualquier cosa a la que pudiéramos ponerle diseños y logos de MS. Es
así como compré mi computadora, y la nueva versión de Photoshop, y más
importante, mi dispositivo de bolígrafo.
Mis padres no saben el alcance de esto. Saben que compré las cosas, pero
cuando todo esto comenzó, me ayudaron a abrir una cuenta en el banco y me
dieron el número de teléfono de su recaudador de impuestos y me dijeron que si
quería hacer un poco de dinero con mi pasatiempo, tendría que aprender cómo
cuidar de ese dinero yo misma, que sería educacional para mí.
El comic no comenzó haciendo dinero hasta este año, y en cuanto me di
cuenta lo que estaba pasando, reuní mi escasa reserva de coraje y fui al banco a
abrir mi propia cuenta, una que ellos no pudieran ver en línea. En ocasiones,
inyecto dinero de esta a mi otra cuenta, así cuando mamá la mira todavía ve que
tengo ingresos, pero ella y papá no conocen la verdadera cantidad. No saben que
podría pagar por la universidad y ganarme la vida con ello.
No quiero que lo sepan. No quiero que se involucren tanto en mi vida
online cuando intentan estar en la vida real.
Mamá se aleja de la puerta. Escucharé sobre esto cuando papá regrese
de… donde sea que esté hoy. Probablemente en alguna reunión sobre cosas
deportivas de alta tecnología. Dirá que debería hacer mis deberes porque me
convertirá en una persona integral independientemente de lo que haga para mis
opciones de universidad; también dirá que debería llevar a dar un paseo a Davy
porque es un buen ejercicio. “Buen ejercicio”, mejor conocido como la actual
peor frase en el lenguaje español junto a “despierta” y “nos hemos quedado sin
huevos”.
Dejo mi mochila en el suelo, pongo la caja de Emmy en el escritorio,
quitando a Sr. CuerpoEstupendo para pegarlo en la pared entre dos carteles de
Monstrous Sea, y me desplomo sobre mi cama con mi cuaderno de bocetos. Los
libros en el estante de la cabecera se desploman sobre sí mismos. Todos son
distintas ediciones de los cuatro libros publicados de Children of Hypnos, la serie
para siempre incompleta. Davy se sube junto a mí.
Por un minuto, permanezco tumbada de costado y entierro mi rostro en su
pelaje blanco. El mundo se vuelve un quedo canturreo de calor y olor a caspa de
perro. Nadie me está observando, o juzgando, o incluso pensando en mí. Nadie
más está en la habitación. Davy suspira y apoya su cabeza sobre mi brazo.
Luego de un minuto, me siento y busco mi cuaderno de bocetos. Primero,
mis dibujos sucios por la acera caen, luego los papeles de Wallace. De verdad me
los dio para que le dé una crítica. Para escribirles. Y apenas hablamos por primera
vez hoy. No conozco muchos escritores, pero no creo que eso suceda muy a
menudo. Tal vez simplemente estaba feliz de tener otra fanática de Monstrous
Sea con quien hablar. Sostengo los papeles para Davy; él los olfatea, los roza con
su nariz, luego apoya su cabeza sobre sus patas y me mira con grandes ojos
oscuros.
—¿Bueno? —pregunto—. Diré que es bueno.
Hojeo las páginas. Tienen una agradable sensación de arrugue, y no se
quedan pegadas entre sí porque las pasadas de bolígrafo de Wallace han
deformado el papel. Trazo las palabras con mis dedos sin leerlas. Tan limpias y
precisas, un beneficio de moverse lentamente, supongo. Podría ser una artista
con este tipo de destreza.
Contengo mi emoción bajo control.
Amity tuvo dos días de nacimiento.
Leo rápido, pasando las hojas como si fuera mi trabajo. Como que es mi
trabajo. Como sea. La historia se desarrolla lenta pero suavemente, moviéndose a
través de partes de la narración que no fui capaz de explorar hasta después en el
comic. No esperaba que Wallace entendiera correctamente los sentimientos, —
los sentimientos de Amity por Faren, la atmósfera de su hogar en la isla, el alcance
de la historia, pero lo hizo.
Había imágenes de todo esto en el comic, uno o dos paneles para la
atmósfera y la sensación de ubicación, pero él le da vida con palabras. Tal vez
esto solo se deba a que sé cómo se ve. Es muy bueno. Es como comer un pastel
que no sabías que podías tener.
Hice Monstrous Sea porque es la historia que quería. Quería una historia
como esa, y no podía encontrar una, así que la creé. Y ahora alguien más la ha
rehecho para mí a través de un medio distinto, un medio que yo misma no podría
utilizar, y me está dejando experimentarlo. Finalmente estoy viendo la historia
que quería, y aunque sé cómo se desarrolla, y sé exactamente cómo se ven todas
estas cosas, es nuevo otra vez.
Esto es más de lo que merezco. Es perfecto.
Escalofríos recorren el largo de mi espalda. Demasiado tarde me doy
cuenta que estoy llorando, y unas pocas lágrimas caen sobre el papel. Maldigo,
aparto los papeles, y levanto mi camiseta para secarme rápidamente los ojos.
Davy mueve su cabeza para apoyarla en mi pierna.
—Estoy bien —digo, pero mi voz tiembla. Presiono mi manga sobre la
página para intentar secar las lágrimas. Wallace probablemente lo verá mañana.
Me rio, llorando sola en mi habitación. Maravilloso.
Wallace me ha leído la mente. Ha adivinado las cosas que pensé mientras
dibujaba este comic y las plasmó en papel. No lo entiendo, y no sé cómo esta
cadena de eventos sucedió. Pero Wallace Warland puede hacer magia. Magia real
y verdadera. Con palabras.
Y no es solo que lea mi mente. Es que conoce el material. Wallace sabe que
la constelación que Faren dibujó en el techo encima de su cama se llama Gyurhei.
Conoce su mitología… o cerca, de todas maneras. Podría corregirlo en la página,
pero parece una vergüenza marcar una escritura tan cuidadosa cuando no puedo
encontrar nada más erróneo, así que se lo diré mañana. Nada de eso, el nombre,
la mitología, fue presentado en los comics. Fue una de las cosas que tuve que
explicar cuando alguien me preguntó en los foros.
Hay más. Paso a la última página.
Es una cita de Doctor Fausto.
“Esta palabra “condenación” me aterra,
Porque confundo el Infierno en el Nirvana”.
Él lo recuerda. Una vez, y no sé si esto fue en los foros o en un chat, dije
que Monstrous Sea era una combinación de los videojuegos de Final Fantasy y la
leyenda de Faust. La mayoría de los fanáticos ni siquiera sabían qué era Faust,
solo sabían que era el apellido de Damien. Eso fue hace mucho tiempo. Más o
menos a inicios del sitio web, los foros. Ese post está enterrado ya hace mucho.
Pero Wallace lo recuerda.
Capítulo 9
Paso unos diez cuidadosos minutos dibujando a una estilizada Orcus y sus
tres lunas alrededor de la cita de Wallace de Doctor Fausto. Luego un
serpenteante agitador del ocaso alzándose del océano a un lado y un cuervo del
pavor con alas extendidas al otro. Espero que no le moleste.
Agarro los regalos que tengo la intención de enviarle a Max y Emmy, una
copia de la más reciente compilación de la novela gráfica de Monstrous Sea y un
paquete de Twizzlers para Max y Starburst para Emmy, y los empaco. Max vive
en Canadá; Emmy va a la escuela en California. El envío de Max por lo general es
asesino, pero como sea, puedo desgravarlo como gasto comercial.
Luego queda acabar una página de Monstrous Sea y comenzar otra.
Conozco los colores que hay en una computadora y son los mismos que siempre
uso, pero hoy parecen más brillantes. Las líneas son más oscuras y más fuertes.
Ya dibujé las expresiones del personaje a detalle, pero se ven mejores también.
Los foros están vivos esta noche. Rainmaker ha posteado otro capítulo de
su último fanfiction de Monstrous Sea, Auburn Blue. Solamente sé esto porque el
noventa por ciento de la gente conectada está mirando su tema de fanfiction, y
él no se encuentra a la vista. No creo que alguna vez se quede cerca para ver lo
que la gente dice sobre su escritura. Un hombre detrás de mi propio corazón.
Ignoro el tema. El único fanfiction que planeo leer es lo que Wallace me
da. Hay pureza en ello, en saber que es muy bueno y que soy la única que lo ha
visto, que nunca lo conseguiré de algo publicado en línea. Esto es solamente para
mí. Al menos por el momento.
Me detengo y vuelvo a leer el capítulo que escribió dos veces más. Luego
compruebo mis mensajes.
Emmy y Max han dado consejos. Por decirlo suavemente.

2:00 p.m. (emmersmacks se ha unido al mensaje)


emmersmacks: Espera
emmersmacks: Entonces qué sucedió con chico nuevo

2:30 p.m.
emmersmacks: En serio

3:01 p.m.
emmersmacks: ¡¡E!!

3:33 p.m.
emmersmacks: E lo juro por Dios

3:59 p.m. (Apocalypse_Cow se ha unido al mensaje)


Apocalypse_Cow: ¿e está lidiando con el chico nuevo otra vez?
emmersmacks: Bueno eso creo
emmersmacks: Ella no está respondiendo
emmersmacks: Y solamente le he estado escribiendo por cada MEDIA
HORA.
emmersmacks: EEEEEEEE
Apocalypse_Cow: de alguna manera no creo que gritar hará que ella mire
más rápido su teléfono.
Apocalypse_Cow: ¿por qué le estabas mandando mensajes a las 2:30? ¿No
es como las 11:30 en tu horario? Pensé que tenías esa clase de arquitectura.
emmersmacks: La dejé
emmersmacks: Arquitectura es estúpida
Apocalypse_Cow: pero eres estudiante de ingeniería civil…
emmersmacks: Tu punto es
Apocalypse_Cow: no importa.
Apocalypse_Cow: ELIZA. QUÉ SUCEDE CON EL CHICO NUEVO.
4:12 p.m.
emmersmacks: Déjame morir y pudrirme en mi dormitorio

4:40 p.m.
emmersmacks: ughhhh
Apocalypse_Cow: *prepara los ritos funerarios*

4:46 p.m. (MirkerLurker se ha unido al mensaje)


MirkerLurker: Vaya, está bien.
MirkerLurker: Obviamente debí haber comprobado antes esto.
emmersmacks: -_-
MirkerLurker: ¡Recibí tu paquete! Me gusta mucho el Sr. CuerpoEstupendo.
emmersmacks: CHICO NUEVO
emmersmacks: AHORA
MirkerLurker: ¿Y si hubiera resultado horriblemente y no quisiera hablar al
respecto? ¿Y si descubrí que es un asesino serial?
emmersmacks: Por dios, al menos dime cómo es su aspecto
MirkerLurker: Max probablemente no quiere escuchar estas cosas
Apocalypse_Cow: de hecho, emmy me contagió y ahora también quiero
saber.
MirkerLurker: ¡Bien! Bien.
MirkerLurker: Cabello oscuro, ojos oscuros. Más alto que yo. Contextura de
un jugador de fútbol.
Apocalypse_Cow: ¿un jugador de fútbol está escribiendo fanfiction?
recuérdame en qué mundo vivimos.
emmersmacks: Estoy segura que hay muchos jugadores de fútbol que
también participan en el ocasional fanfiction
emmersmacks: Sigue E
MirkerLurker: Me encontró en el patio durante el almuerzo y salió a comer
conmigo. Aunque es algo raro… solo habla a veces, supongo, por lo que
escribimos.
MirkerLurker: Me mostró esta cosa en la que está trabajando.

Me detengo. Podría decirles exactamente lo que es, pero Wallace no me lo


dio para que chismorreara sobre ello con la gente. En especial Emmy y Max, los
quiero, pero si saben que alguien está intentando trascribir Monstrous Sea, y si
ven que creo que es realmente bueno, van a querer leerlo también.
No quiero que ellos lo lean. No solamente sería sin el conocimiento de
Wallace o su permiso, arruinaría la pequeña burbuja de felicidad en la que me
encuentro. Es un secreto entre Wallace y yo, y me gusta. Me gusta ser la única que
sabe.

emmersmacks: Qué cosa


MirkerLurker: Solo algo de fanfiction. Aunque no lo he leído todavía.
Apocalypse_Cow: ¿está en los foros? ¿cuál es su nombre de usuario?
MirkerLurker: No lo sé. No llegamos a ese punto.

Ni siquiera sé si Wallace está en los foros, aunque siento que es difícil no


saber sobre los foros si eres un fanático de Monstrous Sea. Tal vez Wallace no
postea su trabajo en línea.
Davy gimotea. Miro al reloj; hora de la comida. Está parado en la puerta; lo
dejo salir así puede ir corriendo a la cocina, donde mamá ya le está sirviendo su
comida. Church y Sully suben dando saltos las escaleras mientras Davy baja, y
cierro la puerta antes de que puedan meterse a la fuerza en mi habitación.

emmersmacks: ¿Es de eso de todo lo que hablaron? ¿¿Fanfiction??


emmersmacks: Aburrido
MirkerLurker: Has estado viendo demasiado Dog Days.
MirkerLurker: Estoy bastante segura que no tienes repentinamente alguna
relación súper profunda con alguien en cuanto los conoces.
Apocalypse_Cow: ¿estás diciendo que no tuvimos una relación súper
profunda en cuanto nos conocimos?
Apocalypse_Cow: ofendido.
MirkerLurker: >.>
MirkerLurker: No sé cómo decirte esto, Max, pero uhhhh...
Apocalypse_Cow: no. el momento ha pasado para todo eso. estoy en una
feliz y comprometida relación, y ninguna de ustedes puede llevarme la contraria.
MirkerLurker: ¿Cómo está Heather, de todas maneras?
Apocalypse_Cow: bueno, consiguió un trabajo con esa agencia de
modelaje…
emmersmacks: -_-
Apocalypse_Cow: está enseñando en sexto grado.
Apocalypse_Cow: ¡pero pudo haber sido una modelo si quisiera!

Oh, gracias a Dios. Un cambio de tema.

MirkerLurker: ¿No han estado saliendo como por cinco años? ¿Vas a
casarte con ella?
Apocalypse_Cow: ni idea
Apocalypse_Cow: si dice que sí.
emmersmacks: ¡¡PREGÚNTALE!!
emmersmacks: ¿¿¿Qué estás esperando???
Apocalypse_Cow: um
MirkerLurker: Déjalo en paz, Emmy. Si todavía no quiere preguntárselo, no
tiene que hacerlo.
emmersmacks: Boo
Apocalypse_Cow: gracias, eliza.
Apocalypse_Cow: ahora, con respecto a ese caballero con el que pasaste
la tarde…
MirkerLurker: ¡Solo almorzamos juntos!
Apocalypse_Cow: como digas. sin embargo, pretendo llegar a la verdad.
emmersmacks: ¿¿Cuál es su nombre??
MirkerLurker: Wallace.
Apocalypse_Cow: …
emmersmacks: …
Apocalypse_Cow: …
emmersmacks: …
Apocalypse_Cow: …
emmersmacks: …
MirkerLurker: ¿Qué tiene de malo el nombre Wallace?
Apocalypse_Cow: es, uh.
emmersmacks: ¡Sin dudas es tonto!
MirkerLurker: ¡Wallace no es un nombre tonto!
Apocalypse_Cow: me hace pensar en un personaje de dibujos animados.
emmersmacks: Hay varios acérrimos drogadictos en el campus llamados
Wallace
MirkerLurker: ¿Por qué sabes los nombres de los acérrimos drogadictos?
emmersmacks: Porq son amistosos
MirkerLurker: Ahora estoy preocupada por tu conocimiento de los
drogadictos, pero no estoy segura qué quieres respecto al nombre de Wallace.
Apocalypse_Cow: no lo llaman Wally o algo así, ¿verdad?
MirkerLurker: Me dijo Wallace. Entonces, así es como voy a llamarlo.
emmersmacks: Vas a pasar el rato con él otra vez
MirkerLurker: No lo sé. Probablemente. Tengo que devolverle sus cosas.
emmersmacks: Será mejor que nos mantengas al tanto
MirkerLurker: ¿Sobre qué?
Apocalypse_Cow: Secundo eso.
MirkerLurker: ¿Al tanto sobre qué?
emmersmacks: Tengo tarea que hacer
emmersmacks: pero cuando hablemos mañana será mejor que tengas
algunas BUENAS NOTICIAS
MirkerLurker: ¡¿BUENAS NOTICIAS SOBRE QUÉ?!
Capítulo 10
Hay un pequeño monstruo en mi cerebro que controla mi duda.
La duda misma es algo estúpido, sin sentido o sentimiento, ciega y forzada
al final de una larga cadena. Sin embargo, el monstruo es inteligente. Siempre está
observando, y cuando estoy completamente segura de mí misma, desencadena
la duda y la deja correr libre. Incluso cuando sé que viene, no puedo detenerla.
Por ejemplo:
Sé, cuando entro a asistencia y regreso el capítulo de Wallace, que
probablemente me dirá gracias (escrito, por supuesto), y tal vez sonría un poco,
y que ese podría ser el final.
Pero siento, parada afuera de la puerta, que entraré y le daré a Wallace las
páginas y sus ojos me recorrerán con indiferencia porque se ha dado cuenta que
no debería haber desperdiciado su tiempo conmigo. No debió haberme pedido
que leyera su trabajo, porque ni siquiera nos conocemos mutuamente. Ayer fue
una casualidad, un mal movimiento de su parte. Ahora él sabe esto. Debe saberlo.
Eliza Mirk es nadie, para nadie. Deberían hacer de eso el encabezado de Westcliff
Star todos los días. ELIZA MIRK: ES NADIE PARA NADIE.
Uso la manga de mi sudadera para secarme la frente. Mis malditas cejas
están sudando, y ni siquiera puedo contarle a Emmy o Max sobre ello. Unas pocas
personas entran al salón antes que yo, y me arrastro dentro en sus sombras.
Wallace no está allí todavía. Pongo las páginas en su asiento y me acurruco
con mi cuaderno de bocetos. Trazo las líneas en un viejo dibujo, haciéndolas muy
gruesas y muy oscuras. Wallace llega un minuto después y agarra los papeles
antes de sentarse. Los hojea, mira fijamente el dibujo que hice al dorso sobre la
cita de Doctor Fausto. Mi cuaderno de bosquejos se resbala de mis manos y tengo
que atraparlo entre mis piernas.
Entonces Wallace saca un nuevo trozo de papel. Escribe algo, luego lo
desliza en mi escritorio.
Este dibujo es realmente increíble. ¿Sin comentarios sin embargo?
Cierro el cuaderno de bosquejos y dejo de fingir. Mi escritura sale
temblorosa contra el papel.
Solamente uno, pero no quería arruinar tu linda escritura. Gyurhei sale del
océano para tragarse el sol cada mil años, no cada cien.
Cuando lee esto, se cubre el rostro con la mano y sacude la cabeza. No
debí corregirlo. ¿Por qué lo corregí?
Me envía el papel de regreso.
Vaya. Tienes razón.
Luego, debajo de eso:
Mis habituales betas no se dieron cuenta de eso.
Porque tus habituales betas no son los creadores del mundo.
Dudo por un minuto, luego escribo.
Fue realmente bueno.
Empujo el papel hacia él antes que mis dedos tengan un espasmo y lo
rompan en pedazos.
¡Gracias! ¿Te sientes bien? Te ves pálida.
Estoy bien… siempre me veo así.
Como una rata ahogada en pantalones de chándal.
La señora Grier se pone de pie y comienza a tomar asistencia.
De acuerdo entonces. ¿Almuerzo otra vez hoy?
Va a hacer frío afuera en el patio. Viento.
Golpearé a alguien por un asiento en la cafetería. Soy bueno en cosas como
esas.
Después de que leo esto, hace una demostración colocando su codo sobre
el escritorio y flexionando su brazo como si estuviera tensando. Su bíceps se
abulta contra la manga de su camiseta. Entonces su codo se resbala del escritorio
y se recupera, mirando alrededor. Una risa se me escapa.
La señora Grier hace una pausa, regresando la vista con sus aretes de
cebollas balanceándose en sus orejas, y no dice nada. Nunca reta a los
estudiantes por cosas como esta. Aprieto mis labios hasta que continúa leyendo.
Entonces escribo:
No tengo nada que supere eso. Lo siento.
Sonríe y responde:
No puedes superar la genialidad.
Wallace nos encuentra una mesa en el almuerzo, pero se debe a que llega
allí temprano, no porque golpeara a alguien.
La mesa está al final de las filas del almuerzo, así que luego de conseguir
mi comida, está sentado allí mismo, sonriendo como si estuviera orgulloso de lo
que ha hecho. Su almuerzo es el mismo que ayer: dos hamburguesas, dos órdenes
de papas fritas y dos leches. Un dulce Drumstick. Hay papeles en la mesa frente
a él, con una nota pegada al frente.
Solamente si quieres.
En lo alto de la página dice Capítulo dos.
—¿De verdad? —Noto demasiado tarde, otra vez, que lo he dicho en voz
alta. No obstante, a Wallace no parece importarle, agarra otro trozo de papel
donde escribir.
¿Nueva beta?
No tengo un bolígrafo a mano.
—Sí. Sí. Sin duda. —Sé que mi voz es demasiado baja ahora. Cuando no
habla, siento que no debería hacerlo tampoco, como si estuviera arruinando la
atmósfera. Busco en mi bolso mi lápiz, luego alcanzo su papel. Con gusto me lo
entrega.
Lo siento, me olvidé de escribir. Uno pensaría que lo recordaría,
considerando cuánto tiempo paso en línea.
Está bien. No tienes que hacerlo si prefieres hablar.
No sé si lo haría.
Sonríe un poco.
Entonces estás en línea. ¿En el foro de MS?
Sí. A veces.
¿Nombre de usuario?
Le doy el único que puedo, el otro nombre de usuario que tengo.
MirkerLurker.
Déjame adivinar… no posteas mucho.
No si puedo evitarlo. ¿Qué hay de ti?
¿Lees fanfiction de MS?
A veces.
¿Conoces a rainmaker?
Todo el mundo conoce a rainmaker.
Hola.
De ninguna maldita manera. Alzo la vista y él está mirando hacia abajo,
poniendo kétchup a sus papas fritas como si no hubiese dicho nada de
significancia. De ninguna maldita manera esta chico que está sentado frente a mí
es EL rainmaker. El mandamás del fanfiction en Monstrous Sea, la persona más
popular en los foros luego de LadyConstellation, guía de un millón de fanáticos.
Este NO es el tipo que me puso una carita guiñando el ojo la semana pasada.
Escribo:
DE NINGUNA MALDITA MANERA.
Y lo sostengo debajo de su nariz.
Toma el papel con cuidado.
Te mandaré un mensaje después para probarlo.
Casi te creo en este mismo instante porque la gente no miente sobre ser
RAINMAKER. ¡¿Es por esto que te gusta tanto Dallas?!
Me volví rainmaker porque me gustaba Dallas, no al revés.
Miro la cafetería. Alguien más debe estar presenciando esto ahora mismo.
Alguien más debe estar en esta monumental revelación, porque esto no sucede
en la vida cotidiana. Rainmaker simplemente no entra en mi escuela y deja una
transcripción de Monstrous Sea en mi regazo.
Pero lo ha hecho. Y no hay nadie alrededor de nosotros que entienda lo
que acaba de suceder. Nadie en las mesas cercanas sabe quiénes somos o qué
estamos compartiendo.
En este momento, solo somos nosotros.
Aquí.
Wallace toma el papel de regreso y escribe:
¿Qué vas a hacer el viernes por Halloween?
Probablemente esté muerta en mi tumba porque rainmaker va a mi escuela
y no lo supe hasta ahora.
Frunce los labios para contener una sonrisa
En serio.
¿Quiere cambiar de tema así? Bien, como sea.
Probablemente esté escondida en mi habitación viendo el especial de
Halloween de Dog Days.
ESO suena como unas festividades inolvidables.
¿Por qué, qué vas a hacer?
Hay una librería en la que mis amigos y yo pasamos el rato, que da una
fiesta de Halloween todos los años. Vamos a disfrazarnos como los personajes
de MS.
He visto toneladas de fotos de cosplays de Monstrous Sea en línea, y son
todos estupendos cosplay, si se permite decirlo. Pero nunca los he visto en la vida
real.
Déjame adivinar. Vas como Dallas.
Muy astuta. De todas maneras, estaba pensando, si no tienes nada más que
hacer, tal vez quisieras ir. Es una librería, así que no es como si la fiesta se saliera
de control, y todo el mundo allí es gente nerd de libros. Si no quieres ir, está bien.
Quiere que vaya a una fiesta. No he estado es una fiesta desde que el
vecino, Kenny Smith, me invitó a su cumpleaños cuando teníamos ocho, y eso
acabó conmigo siendo empujada en su piscina y todos riéndose hasta que llegué
a casa.
¿Puedo pensarlo?
Sí, claro.
No voy a ir. Me gusta decirme a mí misma que podría ir, me gusta decirme
que puedo hacer muchas cosas, pero mi cerebro, yo y todos los demás saben que
voy a acobardarme al final y atrincherarme en mi dormitorio con un plato de rollos
de pizza y mi suscripción a Netflix.
Me siento mal por escribirlo en el papel, que voy a pensar en ello.
Mensaje Privado Monstrous Sea

2:54 p.m. 28 de Oct 2016


rainmaker: Hola, soy Wallace. Por favor, dime que hice volar tu mente de
nuevo. Haces las mejores caras cuando tu mente vuela.
MirkerLurker: Whoa eso sonó pervertido.
rainmaker: ¿mucho?
MirkerLurker: Ummmmmmmmmm
rainmaker: Mucho. Anotado.
FORO MONSTROUS SEA
PERFIL DEL USUARIO

rainmaker *
Moderador de Fanfiction

EDAD: No voy a decirte


UBICACIÓN: NO
INTERESES: MS. Escribir cosas. Campamentos. Suéteres. Dormir hasta
tarde. Perros.

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NOVEDADES
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20 Oct 2016
El capítulo siguiente del fanfic Auburn Blue probablemente llegará un poco
tarde. Acabo de comenzar en la nueva escuela. Por lo que, eso es divertido.

Oct 21 2016
¡Gracias a @joojooboogee por mi nuevo avatar! #DallasRainerForever
Oct 23 2016
Si la tarea de matemáticas fuera una persona real, estaría cumpliendo 25
años de prisión a perpetua. #MasacredeMatemáticas

Oct 24 2016
Podría haber otro fanático de MS en esta escuela. GRACIAS JESÚS, ESTOY
SALVADO.

Oct 26 2016
La vida me está destruyendo hoy. Sin tiempo para escribir. Estúpidas
matemáticas. #MasacredeMatemáticas

Oct 27 2016
Sin duda hay otro fan de MS en esta escuela. Pros: Increíble; No más solo;
Chica bonita. Contras: Chica bonita. #Mieeeeeeeerda

Oct 28 2016
Oigan, no hablemos más de la chica, de acuerdo, probablemente está
mirando esto.
Capítulo 11
Wallace piensa que soy bonita.
¿Wallace piensa que soy bonita?
¿Lo puso allí porque sabía que lo vería después? ¿Está intentando atraerme
en alguna especie de trampa? Wallace no parece tan confabulador, pero qué sé
yo, no soy un chico adolescente.
Wallace piensa que soy bonita.
Eso es raro.
Me pongo una sudadera dos tallas demasiado grandes y vaqueros gastados
tan a menudo que no puedes ver la forma de mis piernas dentro de ellos. Mi
cabello está bien, supongo, cuando no está cubierto de brillantina. No es que
piense que soy fea, solo que no pienso en cómo me veo. No vivo allí afuera. Si
me saliera con la mía, no me vería de ninguna manera. Sería una consciencia
flotante libre que también pueda de alguna manera dibujar. No me importa cómo
me veo. No quiero que me importe.
Es raro de su parte señalarlo. Nadie señala cómo me veo. No soy del tipo
de chica de “indica cómo se ve”.
Quiero sacar esto a colación con Emmy y Max para ver lo que piensan, pero
no puedo, porque no quiero que sepan que Wallace es rainmaker. Como contarles
sobre la transcripción, parece como una traición a la confianza. Podría decir que
él me lo dijo a la cara pero sé con certeza que Emmy repasa las actualizaciones
de respuestas de los Ángeles al menos una vez a la semana, y sin duda lo verá en
la página de rainmaker. No requeriría a un prodigio de la ingeniería para sumar
dos y dos.
Pero Wallace me dio otro capítulo de Monstrous Sea, así que no puede
estar bromeando. Le dedicó tiempo y reflexión a esto. Le importa Monstrous Sea,
no lo usaría para lastimar a alguien. ¿Verdad?
Capítulo 12
El miércoles, Wallace y yo pasamos el rato en la escuela como si nada
diferente hubiera sucedido. Y por “pasar el rato” me refiero a pasarnos notas en
el aula de asistencia y sentarnos juntos en el almuerzo. Trato de no emocionarme
tanto con el segundo capítulo de su transcripción de Monstrous Sea. Cuando se
lo paso sobre el banco afuera de la escuela al final del día, alza la mirada y se
despide y no siento la necesidad de correr a mi auto y encerrarme dentro. El
jueves sucede lo mismo, pero cuando llego a casa ese día y reviso mis mensajes
para ver si Emmy y Max han recibido sus paquetes ya, encuentro un nuevo
mensaje de Wallace.

2:47 p.m.
rainmaker: Entonces, ¿qué hay con la fiesta de Halloween? :D
rainmaker: Si no tienes un disfraz, apuesto a que podrías ponerte en la
camiseta un cartel que diga “moderador silencioso”. Sé que mis amigos pensarían
que eso es lo mejor que hayan visto.
rainmaker: por cierto, todos son grandes fanáticos de MS. No sé si te lo
mencioné.
rainmaker: También voy a conducir, así que no te preocupes por llegar allí.

Bueno. Supongo que de verdad quiere que vaya. Esa debe ser una buena
señal. Pensé que era tan callado y raro como yo, pero no lo es en lo absoluto. No
es exactamente el centro de la vida social en Westcliff, pero esto es mucho más
directo de lo que yo sería con cualquiera. Si yo invitara a alguien a alguna parte,
poco probable, y me dijeran que lo pensarían, acabaría encerrándome en mi
cuarto y nunca les volvería a hablar.
Esto es lo que sé hasta el momento sobre esta fiesta:
*Wallace quiere que vaya.
*Los amigos de Wallace estarán allí.
*Habrá cosplay de Monstrous Sea.
*Me perderé el especial de Halloween de Dog Days.
*Será en una librería, lo que no es particularmente fiestero.

No suena completamente terrible. Y estoy segura que si no me gusta,


puedo encontrar alguna excusa para irme. Pero extrañaré hacer mis comentarios
en vivo sobre Dog Days.
Espera. Me levanto de la computadora y asomo mi cabeza por la puerta de
mi habitación, mirando por encima de la barandilla del balcón.
—¡Oye!
—¿Qué pasa, Huevos? —Papá sale de la cocina con una cazadora y unos
pantalones cortos de correr y mira hacia las escaleras.
—¿Tengo que acompañar a Church y Sully por Halloween este año?
Papá frunce el ceño.
—¿Church y Sully van a hacer lo de Halloween este año? ¿No son muy
grandes ya?
Lo pregunta con honestidad, porque no lo recuerda ciertamente. Sabe que
están en el mismo grado, y que tienen menos de catorce porque juegan en todos
los equipos de deportes de categorías -14, pero cualquier cosa más allá de eso
son detalles. Sully tiene catorce, Church trece; nacidos con once meses de
separación exactamente y la mayoría de la gente piensa que son gemelos.
—Son muy grandes para eso, sí —digo.
—Oh. Bueno, pregúntale a tu madre.
—¿Está en casa?
—No, llevó a Davy por sus rápidos 10 kilómetros con sus estudiantes de
maratón.
—¿Qué? ¡Davy no puede correr 10 kilómetros!
Alza las manos con derrota.
—Están trotando, y los estudiantes lentos siempre se ocupan de él de todas
maneras. Está bien.
Mamá da clases para gente que quiere ponerse en forma para correr
maratones, lo que significa por definición que todos los que se apuntan están
locos. La idea de ellos jalando a mi viejo perro no me tranquiliza.
La puerta principal se abre detrás de él, y Church y Sully irrumpen,
empujándose mutuamente en el umbral. Casi chocan a papá, quien sale del
camino justo antes de que lo alcancen.
—Hola, chicos —les dice amigablemente, sonriendo otra vez y
siguiéndolos a la cocina. Su conversación sube flotando por las escaleras hasta
mí—. ¿Cómo estuvo hoy la escuela?
—Macy Garrison robó la calculadora de Church y no se la devolvería hasta
que él prometió comprarle golosinas para el Día de San Valentín —dice Sully. La
puerta del refrigerador choca contra el mostrador y los estantes traquetean
cuando sacan la comida.
—Aunque no voy a hacerlo —dice Church, en voz baja.
—¿Van a salir por Halloween? —pregunta papá. Bajo las escaleras para
escucharlos mejor.
—No —dice Sully—. Halloween es para niños pequeños.
—Pensé que íbamos a… —dice Church, su voz disminuyendo al final.
—Eliza quería saber si tenía que acompañarlos de nuevo.
—Eliza odia hacer cosas con nosotros —dice Sully.
No es cierto… no odio hacer cosas con ellos, es solo que la mayoría de las
cosas que les gusta hacer son cosas que me ponen incómoda o me enojan. Como
arrojar balones, o moverse más rápido que un paseo rápido.
Sully grita:
—¡NO, ELIZA, NO TIENES QUE LLEVARNOS A HACER TRUCO O TRATO!
Subo sigilosamente las escaleras y capto el final de Church murmurando:
—Dios, mataste mis tímpanos.
Bueno, estupendo. Ahora ni siquiera tengo la excusa de acompañar a
Church y Sully por Halloween. Sin embargo, podría mentir y decir que sí…
Wallace no sería capaz de ver a través de eso, ¿cierto? No sabe dónde vivo, o
cómo son mis hermanos, o incluso la seriedad con que nos tomamos Halloween,
la que es casi nula.
Pero no quiero mentirle. Ya le estoy mintiendo sobre el asunto de
LadyConstellation, aunque es más omisión que otra cosa.
Normalmente, no tengo ningún problema en mentir para salirme de los
asuntos. Claro, la gente a la que normalmente tengo que mentirle es a mis padres
y hermanos, y todo lo que tengo que decir es que estoy enferma, o tengo
demasiado trabajo. Mi familia es así de fácil. No tengo amigos de la escuela que
me pidan hacer cosas. No hasta ahora.
Regreso a mi computadora, me siento y rasco en el borde de mi dispositivo
de bolígrafo por un momento. Una página de Monstrous Sea todavía está
desplegada en la pantalla: Amity ahuyentando hordas de enemigos con los
cristales naranjas del Vigilante. Amity no le mentiría a alguien para salirse de algo.
Si no quisiera hacerlo, lo diría directamente en su cara. Y si estaba insegura, iría
de todas maneras para tantear las aguas. Ella es una persona callada y reservada,
pero no le teme a hacer cosa se ir a lugares.
Normalmente no acepto consejos de mis propios personajes ficticios, pero
llega un punto en la vida de toda chica donde llega a una encrucijada: una noche
sola con sus pantalones de correr y su programa favorito de televisión, o una fiesta
con gente real, viva y que respira.
Sé lo que debería hacer. Llámalo culpa, las voces de mis padres
permanentemente incrustadas en el fondo de mi cabeza. ¿Cuáles son tus planes
para este fin de semana, Eliza? ¿Sales con alguien? ¿Algún amigo de la escuela?
¿Ningunas fiestas calientes? Fiestas calientes. Solamente mis padres dirían “fiestas
calientes” y ni siquiera son tan viejos. Tengo permitido negarme a sus ideas de
deportes y ejercicio físico, pero hasta ahora no he encontrado una buena manera
de desviar sus preguntas sobre mis amigos de la escuela y vida social inexistentes.
Digo “vida social” porque cualquier cosa que pase en una computadora no es
social para ellos. Si les digo que iba a pasar el rato en un chat de Halloween con
un montón de gente de los foros de Monstrous Sea, me preguntarían si conozco
a algunas de esas personas, y luego rondarían mi puerta, intentando mirar dentro
toda la noche.
En todo caso, ir a esta fiesta me los sacaría de encima.
Traigo el mensaje de Wallace a mi computadora y espanto la duda con la
silla mordisqueada de un domador de leones.

2:47 p.m.
rainmaker: Entonces, ¿qué hay con la fiesta de Halloween? :D
rainmaker: Si no tienes un disfraz, apuesto a que podrías ponerte en la
camiseta un cartel que diga “moderador silencioso”. Sé que mis amigos pensarían
que eso es lo mejor que hayan visto.
rainmaker: por cierto, todos son grandes fanáticos de MS. No sé si te lo
mencioné.
rainmaker: También voy a conducir, así que no te preocupes por llegar allí.

3:11 p.m.
MirkerLurker: Claro, seguro. :)
Capítulo 13
No necesito el cartel de moderador silencioso.
El año pasado, una fanática de Monstrous Sea se disfrazó de uno de los
personajes, Kite Waters, en una convención y posteó fotos del mismo en los foros.
Cuando dije, como LadyConstellation, por supuesto, que era el mejor disfraz de
Kite Waters que había visto, me lo envió por correo. Bueno, le envió el disfraz a
Emmy y ella me lo envió. Es un vestido militar de la Alianza Orciana, un traje
blanco con adornos verdes y botones dorados, desprovisto de cualquier marca
de rango porque Kite no tiene. Incluso incluye las botas de Kite y su sable negro
(hecho de algún tipo de espuma o material de embalar o algo).
La buena noticia es que el disfraz se ve muy diferente en mí, Wallace nunca
reconocerá de dónde proviene. Todo es demasiado holgado. Deslizo el cinturón
en la última anilla y todavía no es suficiente. Ciño más la chaqueta y siento mis
costillas rígidas contra el material. Supongo que está bien, no fue hecho para mí,
de todas maneras.
Me paro frente al espejo y me siento ridículamente vestida como uno de
mis propios personajes, aunque no se ve la mitad de malo. Se sienten como ropas
reales y se ve como ropas reales. La chica (debería llamarla genio, de hecho, una
especie de listilla de la costura) que lo hizo y usó primero era una isleña, Filipina,
creo, como Kite, por lo que se veía bien en ella, la hacía parecer en verdad como
Kite, mientras que en mí parece solo un disfraz.
—TU NOVIO ESTÁ AQUÍ —grita Sully desde los pies de la escalera, y un
minuto después la voz de papá le sigue, diciendo:
—Eliza, tu amigo está en la entrada.
Cuando les dije a dónde iba a ir, mamá y papá se emocionaron como si una
mini maratón llegara antes. Les dije que no tenían permitido hacer preguntas, y
de alguna manera, mágicamente, se contuvieron. Les dije que iba a ir con un niño
de la escuela. Tuve mucho cuidado de no decir “chico de la escuela”, pero Sully
ha convertido eso en un debate polémico.
Agarro el sable negro, el par de billetes de veinte que saqué del banco
antes y mi teléfono, y me deslizo con lentitud de mi cuarto. Mamá y papá están
parados en la puerta, mirando afuera y hablando en voz baja entre sí. Bajo las
escaleras.
—¿Qué se supone que eres?
Church se encuentra en el umbral de la sala, masticando una barra de
granola, pareciendo demasiado desgarbado en sus pantaloncillos de básquet y
camiseta. Sully aparece detrás de él un minuto después. Usando casi exactamente
lo mismo, solo un poco más alto.
—¿Es algo de tu comic? —dice Sully.
Mamá y papá se han dado la vuelta. Estupendo, dejemos que todo el clan
Mirk se meta en esta fiesta de Tomémosle el pelo a Eliza. Privada de mi sigilo,
bajo rápido las escaleras, paso a mis padres y abro la puerta.
—Regresaré más tarde —gruño—. Llevo mi teléfono.
Cierro la puerta detrás de mí y me apresuro a la entrada. Wallace espera al
final en un Taurus verde pantanoso, pero está oscuro y no puedo ver su disfraz.
Mi corazón salta en un ritmo staccato en mi pecho y mi estómago se revuelve
como las grandes olas espumosas de Orcus. Me subo al asiento del pasajero.
—Hola —digo a la vez que me pongo el cinturón de seguridad.
—Hola —responde.
Me detengo. Su cabeza está vuelta hacia mí, pero aparta la mirada, hacia el
tablero, por el parabrisas. Su voz es mucho más suave de lo que esperaba.
Imaginé que sería sumamente ruidoso, tal vez para compensar todo el tiempo que
pasa callado, pero no. Es profunda y suave, como una manta gruesa de lana en
pleno invierno.
—¿Solo hablas a veces? —digo.
Asiente.
—A solas en mi auto está bien. La escuela es… demasiado. Con mis
amigos, sí, y a veces, con extraños. ¿Todavía nada raro?
—No, no raro.
Me mira a los ojos y muestra una pequeña sonrisa.
—Haces de una increíble Kite Waters —dice.
Mi cuerpo se calienta varios grados. Me acuerdo del desodorante.
—Gracias —digo, luego lo miro de la cabeza a los pies—. ¿Pensaba que
ibas a venir como Dallas?
—Lo estoy —dice—. La peluca y la bufanda se encuentran en el maletero.
Son peligrosas de usar mientras conduzco.
—Ah. Buen punto.
—¿Estás lista?
—Bastante lista. Entonces, ¿de dónde te mudaste?
Doblamos la esquina y continuamos la larga carretera que conecta mi
vecindario con el resto de Westcliff. Los faros de Wallace parpadean en la
creciente oscuridad.
—Illinois —dice. Su voz se asienta cómodamente por encima de un
susurro.
—¿Por qué?
—La familia consiguió trabajos nuevos. —Hace una pausa—. Y a mi mamá
le gusta más aquí. Tengo a unos pocos amigos aquí también, así que no es tan
malo.
—Sobre gustos no hay nada escrito, supongo.
—¿No te gusta?
Me encojo de hombros.
—Tal vez, tal vez no. Nunca he estado en otra parte, así que no sé si me
gustaría más alguna otra parte, pero estoy cansada de Westcliff. Estoy cansada de
esa secundaria. Y los sinsentidos de pueblo. Todos sabiendo todo sobre todos.
¿Has leído el Westcliff Star?
—Sí.
—Son cosas como esas. Todas las historias que manejan, ¿sabes cómo han
tenido la historia de la Curva Wellhouse por las últimas semanas? Eso es todo lo
que cubren en esta época del año. Tan poco sucede que tienen que centrarse en
la carretera asesina. Es como… perturbador.
—¿Perturbador?
—Se enfocan tanto en una o dos cosas. Deberían dejar a la gente en paz.
Me echa un vistazo. Sonríe.
—¿Tienes algo que esconder?
—No —respondo—. Solo estoy diciendo que preferiría estar en alguna
parte donde nadie te mire dos veces, sin importar lo que eres.
—Entiendo eso.
Subimos una colina, manejamos a través de un terreno de árboles y
avanzamos por el Puente Wellhouse. Al otro lado del Puente Wellhouse,
iluminado por los faros de Wallace y el sol desvaneciéndose, está la Curva
Wellhouse: una brusca curva en el camino donde el terreno cae.
Las flores y otras decoraciones de la foto en el Star siguen allí, algunas
viejas y marchitándose, otras frescas. Hay una barrera de metal doblado y
destrozado que vuelve a ser colocada cada vez que alguien la atraviesa y se va
por el costado. La pendiente empinada lleva al río de debajo, donde, algunos
dicen, puedes encontrar viejas partes de automóviles incrustadas en el suelo.
Me pregunto si la muerte llega rápidamente para aquellos que se salen de
la curva o si la larga caída hasta el fondo toma años.
Wallace reduce la velocidad hasta casi detenerse en la curva. La mayoría
de la gente reduce la velocidad allí, pero nunca tanto. Y nunca con una rigidez sin
parpadear. Le doy un vistazo a la caída. Incluso bajar a pie la pendiente parece
una idea terrible. Apuesto a que dolería si te resbalaras, incluso un poco.
El rostro de Wallace parece pálido cuando estamos en la curva, pero luego
salimos de ella y estamos bajo la siguiente farola amarilla y está bien de nuevo.
Como si nada hubiese estado mal para empezar.
—Apuesto a que no tienes lugares como ese en Illinois —digo.

La librería sobre la que los amigos de Wallace le contaron se llama


Murphy’s. He escuchado de ella al pasar pero nunca he estado allí; post-Children
of Hypnos no leí mucho, y luego de eso, compraba todos mis libros online.
Wallace bromea con que el nombre completo de la tienda es Ley de Murphy.
Ruego que no lo sea, porque muchas cosas podrían salir mal esta noche y sería
fantástico si no lo hicieran.
Murphy’s es una pequeña tienda de ladrillos metida entre otras dos
pequeñas tiendas de ladrillo, con un gran cartel LIBROS DE MURPHY en las
ventanas altas, luces encendidas y cuerpos moviéndose dentro. El pequeño
estacionamiento está lleno cuando llegamos, por lo que Wallace mete su auto en
un lugar en la calle.
Antes de entrar, abre el maletero y usa su teléfono como una linterna para
sacar lo que necesita, porque la luz del maletero no funciona ya. Saca un bulto de
lo que parece algas marinas y una larga bufanda a rayas azules y blancas. Envuelve
la bufanda alrededor de su cuello dos veces, dejando que un extremo cuelgue
por su pecho y el otro por su espalda. Luego pone el bulto de algas marinas sobre
su cabeza y lo sacude un poco para que los mechones caigan en los lugares
correctos sobre su cara.
—¿Cómo se ve? —Extiende las manos. Debajo de la bufanda, usa una
camisa raída de botones y un par de pantalones que tienen franjas verticales, azul
oscuro y verde, con pintura de tela. Estrictamente hablando, no es lo bastante
alto o delgado para ser Dallas, pero maldita sea, hace que se vea bien.
—Vaya.
Da una vuelta para mí, y la bufanda incluso se mueve como debería, los
extremos rozando en sus tobillos.
—¿De dónde la obtuviste?
—Mi hermana la tejió para mí.
—Aunque, es algo triste que tuvieras que usar zapatos.
—Sí, tuve que abandonar la metáfora de los pies descalzos como
pacifismo de Dallas en favor de la seguridad de los pies.
—Te vez increíble.
—Nos vemos increíbles.
Amarro el sable alrededor de mi cintura antes de entrar a Murphy’s.
Creo que si tuviera que elegir una fiesta a la que ir, sería esta. Las paredes
están llenas con libros y estanterías cortas separan las distintas secciones de la
habitación. Una mesa de refrigerios está puesta junto al mostrador de pago.
“Monster Mash” se reproduce por los altavoces de la tienda. Una multitud de
estudiantes de Hogwarts con batas negras y bufandas de las casas ocupan la
mayoría del centro del lugar. Un par de hadas, un vampiro y una bruja se relajan
contra la pared trasera. Arreglando las decoraciones de calabaza alrededor de la
caja registradora está una chica vestida como un rollo de sushi.
—Mataría por sushi ahora mismo —digo.
Wallace saca su teléfono. Recibo un mensaje.
Oh, dios, yo también. Deberíamos ir por un poco luego de esto.
¿Dejar una fiesta por sushi? Sí, por favor.
Wallace me lleva a un rincón oscuro donde probablemente el segundo
grupo más grande se ha reunido. Casi me tropiezo. Todos están vestidos con
disfraces de Monstrous Sea. Algunos tienen el cabello blanco de Amity, o el collar
de plata de Damien. Algunos tienen las líneas blancas de los tatuajes de las
constelaciones nocturnianas dibujadas en sus rostros o brazos. Una gran parte de
ellos usan los collares altos y el esquema de colores rojo/dorado/negro de los
Rishtianos.
Cuando nos ven, varios gritos de “¡Dallas!” y “¡Kite!” nos reciben. Wallace
sonríe, sus orejas volviéndose rosas y busca mi mano para llevarme a través de la
multitud. Lo dejo tomarla. Su palma es más áspera de lo que esperaba de un
escritor, pero cálida. Nos aferramos mutua y tentativamente, y cuando llegamos
a la mesa en el centro del grupo, Wallace deja que mi mano se resbale de su suya.
Sentados en una mesa pequeña está una mujer joven con un pequeño en
su regazo, y un chico de nuestra edad, sonriendo a la pantalla de un portátil. La
mujer está vestida con una salvaje peluca de cabello castaño y capas de ropa del
desierto de Imi, otra de los Ángeles; y el pequeño, una niñita, está vestida con un
diminuto traje para hacerla parecer la hija de Imi. El chico usa una camiseta de
Armadura Inferior con un alto collar, sin duda se supone que sea de los traje
precisos y termorreguladores de temperatura que los Rishtianos usan, y una
chaqueta hecha para replicar la usada por los aeronautas Rishtianos. Comida de
la mesa de los refrigerios llena el espacio entre ellos.
El chico y la mujer levantan la mirada al mismo tiempo y dicen:
—¡Wallace!
El chico gira el portátil hacia nosotros, donde dos chicas más se sientan en
una sala de video chat.
Wallace comienza a escribir otra vez. Otro mensaje aparece en mi teléfono;
esta vez un mensaje grupal con cuatro números que no reconozco.
Hola, chicos, escribe Wallace. Traje a una amiga. Da un paso a un costado
así no puedo esconderme detrás de él. Esta es Eliza. Eliza, este es mi amigo Cole
y su prima, Megan. Señala al chico y la mujer joven. Y Leece y Chandra. Las chicas
en la computadora. Cada uno dice varias versiones de hola, dándome suficiente
tiempo para tragar el nudo en mi garganta y repetir el saludo.
—Wallace dijo que estás en los foros —dice Cole. Me alegra que se vistiera
como un Rishtian; tiene la mirada aguda y lista que muchos de ellos llevan.
—Eh. Sí. Solo que no hablo mucho. —Solamente por Dog Days, que en
este momento me estoy perdiendo. Dejé un mensaje en mi página de
LadyConstellation diciendo que estaba enferma y no sería capaz de verlo, así que
espero que nadie se moleste—. ¿Todos ustedes lo están?
Mi teléfono suena.
Oh, cierto. Olvidé decirte. Son los otros Ángeles. Lo siento… supongo que
no sería evidente que somos amigos también en la vida real.
Miró alrededor. ¿Estos son los Ángeles de mis foros? ¿El siguiente peldaño
de la escalera de popularidad por debajo de mí? ¿Y todos en un lugar?
Mi cabeza se siente ligera. Una mano va a mi teléfono y la otra busca a mi
lado algo a lo que aferrarse, pero solamente hay aire.
Wallace continúa.
Cole es Fire Served Cold, Megan es Quake, Leece es Tree Chimes y Chandra
es Dark Switch.
No significa mucho hasta que pongo el formato con los nombres. Los veo
todo el tiempo en distintas partes de los foros:
Fire_Served_Cold, el amigo de rainmaker, que pasa el tiempo en los chats
en vivo.
QUaKE, que supervisa los tableros de roles.
~*treechimes*~, que puede ser encontrada fangirleando en los temas de
mercancía personalizada de Monstrous Sea.
Y darkSwitch, que dibuja probablemente el mejor fan art que haya visto en
mi vida.
Con Wallace como rainmaker, juntos hacen a los Ángeles, los guardines de
los clanes de Orcus. En la historia, los Ángeles son los que mantienen el planeta
en equilibrio. Cuando algo, como la corrupta mano de la alianza, amenaza ese
equilibrio, intervienen. Esos Ángeles mantienen el equilibrio en mis foros, como
moderadores.
Siento como si hubiera entrado a los Power Rangers. Esperan a que diga
algo.
—Um —es todo lo logro decir.
—Haces una genial Kite Waters —dice Cole—. Aunque, demasiado baja.
—Cole —advierte Megan. Ella rebota a la niñita en su regazo, quien se ríe—
. Te ves estupenda, Eliza, no lo escuches. Ahora siéntense, los dos. ¡Coman algo!
Es mitad invitación y mitad demanda. Me deslizo en el asiento junto a
Wallace. El sable se traba en las patas de la silla.
—¡Gírame hacia Wallace! —grita la chica en la computadora, Chandra. Cole
gira el portátil hasta que Wallace y yo aparecemos en la cámara web. Me hundo
más, con el rostro ardiente—. Wallace —dice Chandra—, ¿qué es esta tontería
acerca de que no vas a subir pronto capítulos nuevos de Auburn Blue? Izzy y Ana
son el único barco canon que me gusta, no puedes decepcionarme con esto.
Lo siento. Wallace se encoge de hombros. Pronto. Tengo el resto de la
historia bosquejada, solo tengo que encontrar el tiempo para escribirla. La
escuela me ha estado matando últimamente. Y con la transcripción…
—Oh, sí, las transcripción que no dejarás que nadie vea todavía.
—¡Puedes verla cuando tenga más terminado!
—No te preocupes por ello, Wally —dice la otra chica, Leece. Leece y
Chandra están sentadas en dos habitaciones muy diferentes; las paredes de
Chandra son blancas y marrones oscuras, mientras que las de Leece son brillantes
y cubiertas con carteles de Monstrous Sea. Un gran trepador marino descansa
junto a una almohada detrás de ella—. Si tienes inspiración para trabajar en la
transcripción, haz eso. Además, Chan no sabe qué relaciones son buenas para
ella.
—¡Disculpa! —grita Chandra—. ¿Estuviste allí cuando Izzy y Ana fueron
obligados a su matrimonio arreglado? ¿Estuviste allí cuando formaron una
relación de confianza mutua sobre el funcionamiento interno de los motores de
las aeronaves? ¿Qué hay de todas las veces que se salvaron mutuamente mientras
luchaban contra la Alianza? Ellos ni siquiera sabían si se amaban románticamente
entre sí… solamente crecieron juntos. Y eso es perfecto, hermoso ¡y nadie puede
quitármelo!
—¿Disculpen, todos? —Una voz llega de los altavoces. La chica vestida
como un rollo de sushi en la caja registradora sostiene un micrófono—. Casi es la
hora del concurso de disfraces. Si les gustaría entrar, por favor, vengan a llenar
una tarjeta de entrada y ponerla aquí. —Alza un frasco como una calavera
sonriendo.
—Oh, sí. —Cole se levanta de su asiento—. ¿Alguien más va a entrar?
Wallace y Eliza no respondan. Voy a poner sus nombres de todas maneras.
Antes de que pueda negarme, Cole se va.
El hombro de Wallace choca el mío.
Siempre es así, me escribe un mensaje solamente a mí. No lo haremos si
no quieres.
Clavo mis dedos en el borde del asiento y miro fijamente la mesa,
profundizando mi respiración así no se siente como si mis pulmones estuvieran a
punto de ser aplastados. ¿Pararme en frente de toda esta gente, en este disfraz
que ni siquiera es mío y esperar que ellos, qué, aplaudan? Me caeré de bruces.
—¿Eliza?
Alzo la mirada. Wallace, Megan, Leece y Chandra me están mirando.
—Eh, ¿qué? ¿Lo siento?
—Oh, cariño, ¡no parezcas preocupada! —dice Megan—. Solo te pregunté
desde cuándo te ha gustado Monstrous Sea.
—¿Tal vez tres años? —digo.
—Vaya, entonces te gustó antes de Masterminds —dice Leece.
Me gustó antes de todo.
—¿Kite es tu personaje favorito? —pregunta Chandra.
—Uh, no… Izzy lo es.
—¡El mío también! —Chandra salta en su asiento, su chillido lo bastante
alto como para hacer que los altavoces de la computadora crujan—. ¡Nadie
entiende la grandeza que es Izarian Silas! Ese idiota de Cole se viste como Rory
como si él fuese el mejor Silas, pero la única razón por la que Rory Silas es bueno
es ¡porque Izzy es su padre!
Al otro lado de la pantalla, Leece jadea.
—¡Retira eso, zorra!
Chandra se ríe. Megan cubre tardíamente las orejas de su niña, pero ella no
está prestando atención de todas maneras. Wallace niega con la cabeza y sonríe.
Capítulo 14
Cole regresa, el pecho inflado con orgullo, con tres vasos de ponche para
él, Wallace y yo. Megan tenía una botella de agua antiderrames que la niñita voltea
cada diez segundos. Sostengo el ponche contra mi pecho y me acomodo en mi
asiento mientras los cinco hablan. Estoy mejor de esta manera, sin ser vista ni
escuchada, oculta en la sombra enorme de Wallace. Algunos de los otros
fanáticos de Monstrous Sea se han apartado de nuestra mesa, así que vuelvo mi
rostro al espacio vacío junto a mí cada vez que necesito respirar.
Aprendí hace años que está bien hacer esto. Buscar pequeños espacios
para mí, parar e imaginar que estoy sola. La gente es demasiado a veces. Amigos,
conocidos, enemigos y extraños. No importa; todos se agrupan. Incluso si todos
ellos están al otro lado de la habitación, se agrupan. Me tomo un momento de
silencio y pienso:
Estoy aquí. Estoy bien.
Entonces me permito escuchar la conversación nuevamente y lentamente
me deslizo de nuevo en ella.
Cuánto aprende uno cuando mantienes la boca cerrada. En media hora, sé
que Cole es estudiante de segundo año de secundaria, una estrella ascendente de
béisbol que mantiene su amor por Monstrous Sea en secreto para evitar preguntas
no deseadas sobre su potencia en el campo de juego; Leece es la más grande
coleccionista de mercancía de Monstrous Sea probablemente en cualquier parte,
y es una gimnasta de clase mundial que reside en Colorado que usa los comics
como terapia de relajación; Chandra vive al otro lado del océano Atlántico, en
India, y aunque sus padres no aprueban del todo el tema de sus dibujos, los
cuales la mayoría involucra distintos personajes de Monstrous Sea de una manera
u otra, ella lo ve como una manera de vida; y Megan vive a pocas ciudades de
distancia y es madre soltera de su hija, Hazel, y trabaja como asistente de oficina
durante el día y turno de noche en el Blue Lane Bowling Alley.
Megan fue la primera en introducirse en Monstrous Sea, me dice Wallace,
y ella metió a Cole, y así fue cómo él y yo nos conocimos. Luego encontramos a
Leece y Chandra y tomamos nuestras personalidades de Ángeles y el resto es
historia.
De vez en cuando preguntan algo sobre mí. Preguntas amistosas. ¿Cuántos
años tengo? ¿Cómo conocí a Wallace? ¿Qué hago para divertirme además de leer
Monstrous Sea? Hago mi mejor esfuerzo por responderles, no solo por el bien de
Wallace, sino un poco por mí también.
Estos no son enemigos. No van a burlarse de mí por lo que me gusta o
cómo paso mi tiempo. Puede que no sean mis amigos, pero son mi gente y solo
porque no están detrás de una pantalla no significa que no vale la pena hablar con
ellos.
Aun así. Extraño mi silencioso dormitorio, a Davy y mi computadora. ¿Qué
está pasando en este momento en Dog Days? ¿La gente está extrañando a
LadyConstellation en el chat?
Cuando la chica sushi llama a los participantes a mostrar sus disfraces, Cole
consigue sacar a Wallace de su asiento para pararse incómodamente allí, pero yo
me niego cuando mi nombre es llamado.
—Es solo por un segundo —dice Cole, gesticulándome con las manos para
que salga—. Ven. Solo un segundo.
—Yo no… realmente no quiero.
Wallace empuja suavemente a Cole fuera del camino así puede regresar a
su asiento y tomar su teléfono.
Si ella no quiere, no la obligues a hacerlo.
Cole suspira tan exageradamente que debe estar bromeando, luego se gira
para decirle a la chica sushi que no participaré. Unas pocas personas más de otros
grupos alrededor del cuarto se levantan. Hay un panel de jueces adolescentes
posicionados detrás de una estantería baja usada como escritorio, y al final se
juntan para deliberar antes de anunciar a uno de los estudiantes de Hogwarts
como ganador.
—¡Oh, vamos! —grita Cole—. ¡La gente de Harry Potter siempre gana! ¡Han
tenido como veinte años para armar sus disfraces!
—Ya acabé de esperar —le dice Megan a Hazel, levantando los brazos de
la niñita—. ¡Doce años de ello! ¡En Azkaban!
Cole y Wallace avanzan a través de la mayoría de la comida en la mesa, lo
que supongo que significa que no vamos a conseguir sushi después de todo. Para
las nueve y treinta, Leece y Chandra se han desconectado y Cole ha guardado la
computadora, y Hazel está profundamente dormida contra el hombro de Megan.
—Hora de irnos, creo —dice Megan—. Fue bueno verlos a todos
nuevamente. Tenemos que juntarnos pronto. Podemos planear un encuentro de
Monstrous Sea.
Wallace le da a Megan un incómodo abrazo de despedida de un brazo.
Cuando se abre camino a través de las puertas de la tienda, deja que una ráfaga
de frío aire de octubre entre.
—Probablemente debería irme también —dice Cole, frotándose el cabello
y despeinándolo incluso más.
¿Pensé que tu toque de queda era a las once? Escribe Wallace.
—Nah, mamá la cambió a las diez cuando lo rompí hace dos semanas.
¿Qué es eso? ¡Simplemente me olvidé de lo tarde que llegaba! ¡Ya sabes cómo es
cuando estás en la casa de una chica!
Wallace pone los ojos en blanco.
—Mira —dice Cole, inclinándose sobre el borde de la mesa para que
pueda mirar fijamente a Wallace a los ojos—. Esa nueva escuela tiene que ser
mejor que la vieja. Tiene que serlo. ¿Correcto? Las cosas se apaciguaron, pero
estás mejor lejos de allí.
Wallace se encoge de hombros. Cole le da una palmada en el hombro.
Entonces somos Wallace y yo en una librería que rápidamente se está vaciando.
¿Por qué Westcliff sería mejor que su última escuela? No me atrevo a preguntar,
al menos no ahora. Todo lo que quiero hacer en este momento es salir de aquí.
¿Estás lista para ese sushi?
—¿Todavía quieres que vayamos? —pregunto—. Acabas de comerte toda
esa comida.
Sonríe.
Obviamente no has estado prestando atención en mis almuerzos. Si dices
come, comeré. Y puedo comer una tonelada en este momento. Entonces, ¿sushi?
—Sí, por favor, sushi.
Atravesamos la puerta y el frío aire golpea mi disfraz. Nos apresuramos al
auto de Wallace; me subo al asiento del pasajero mientras arroja su peluca y
bufanda en la parte trasera, enciende el calentador y se dirige al lugar de sushi
que conoce.
—¿Por qué conoces tantos lugares más que yo para ir? —digo—. No has
estado aquí tanto tiempo.
Se encoge de hombros, todavía sonriendo. Cuando llegamos al restaurant,
el cartel brillante encima de la puerta dice SUSHI.
—¿Es minimalista o no podían pensar en un nombre?
—Yo… no lo sé —admite Wallace. Es lindo escuchar su voz otra vez—.
Honestamente, podría ser cualquiera de las dos.
Es lo bastante tarde como para que la multitud del restaurante se esté
yendo, y la multitud de drogadictos post-truco-o-trato no ha aparecido todavía.
El interior de este lugar vagamente nombrado es muy limpio y a la moda. La
camarera nos sienta a Wallace y a mí en un reservado y las paredes detrás de los
asientos se alzan para ocultarnos de nuestros vecinos.
—Los viernes por la noche están a mitad de precio también —dice,
mirando ansiosamente a través del menú—. ¿Qué pides normalmente?
—Um. —Odio decirle cosas como estas a la gente—. Solo rollos California
y Philadelphia. —Sé exactamente lo que la gente piensa de cosas como estas:
“¿Siquiera te gusta el sushi?” “Solo pides los rollos aburridos. Ni siquiera estás
comiendo las cosas buenas”. “Vaya, eres aburrida. ¿Qué sentido tiene para ti?”
“Sé más interesante”.
—Oh, esa es una idea increíble —dice Wallace, todavía mirando al menú—
. Mantenerlo simple. Podría comer toda una mesa de rollos Philly en este
momento.
Ordenamos en cuanto la camarera nos trae nuestras toallas caliente.
Envuelvo la mía alrededor de mis frías manos y me derrito en mi asiento. Mi
familia siempre dice que tengo manos frías, pero no lo noto hasta que algo las
caliente.
—¿La fiesta estuvo bien? —pregunta Wallace—. Me alegra que fueras
capaz de ir.
“Capaz de ir” significa “apenas arrinconé la duda en su rincón”, así que
supongo que tiene razón con eso.
—Sí. Fue… fue divertido.
Wallace, que ha estado mirando a sus manos, alza la vista.
—¿En serio? No dijiste mucho.
—Por lo general no lo hago.
—Hablas mucho en la escuela.
Sonrío.
—Escribo mucho en la escuela. Y no hacía eso, tampoco, antes de que
aparecieras.
Duda.
—¿Cómo?
—No lo sé. Simplemente no me gusta.
—No eres súper en la escuela, ¿verdad?
—No realmente.
—Yo tampoco lo soy. —Baja la mirada a la mesa de nuevo—. Se siente
como si ya supiera lo que deseo hacer y la escuela estuviese desperdiciando mi
tiempo. Como si supusieran que no sabemos lo que queremos hacer, entonces
nos obligan a seguir haciendo todo. No puedo esperar para irme.
—¿Verdad? —La fuerza de mi voz me sorprende incluso a mí. Wallace alza
la mirada otra vez—. Yo… quiero decir… sí, es agotador. Sigo diciéndoles eso a
mis padres. Solamente quiero centrarme en el arte, y probablemente iré a la
universidad, entonces ¿por qué el resto del último año importa?
—Es estúpido, ¿cierto?
—Muy estúpido.
Se reclina en su asiento.
—Gracias a Dios. Pensé que tenía claustrofobia o algo así.
—Fobia a la escuela.
—Fobia a la escuela: como El Resplandor, pero con adolescentes.
Me río. Wallace sonríe. La camarera nos trae nuestro sushi y fluye desde mi
coronilla a las plantas de mis pies. Una parte de mí sabe que es tonto estar feliz
de que alguien finalmente entienda. Mis padres lo entienden. Saben que no me
gusta la escuela y no quiero estar más aquí. Estoy segura que la mayoría de mis
maestros también saben eso. Saben que me importa mi arte más que ninguna
tarea, o evento deportivo, o baile. Incluso podrían entender que es más fácil estar
online, aunque dudo de eso.
Pero Wallace es la primera persona que conozco que lo entiende todo.
A veces, cuando Amity despertaba de sus sueños de renacimiento, en los
largos minutos que pasaba observando a Faren dormir, se imaginaba cómo sería
si nunca hubiera aceptado la oferta del Vigilante.
Faren estaría muerto.
Tal vez ella también.
El Vigilante no tendría un anfitrión, y los Nocturnianos estarían esperando
pacientemente hasta que lo tuviera.
Capítulo 15
Wallace entiende muchas cosas.
Entiende que la pizza rellena en el almuerzo debería ser comida hasta la
corteza, luego esa debería ser pelada y comida, y el queso del interior debería ser
enrollado y consumido al final como la joya de la corona alimenticia. Entiende
que los pantalones de chándal y las sudaderas son infinitamente mejores que
cualquier otro tipo de ropa. Entiende que hablar es más fácil cuando hay una
pantalla o incluso un trozo de papel entre tú y la persona con la que hablas.
La primera mitad de noviembre ha pasado antes de notarlo. Cada día
despierto y experimento la extraña sensación de querer ir a la escuela. Ahora me
demoro en mi casillero a la mañana, no porque sea difícil mover mis pies y
comenzar el día, sino porque Wallace me espera allí y me gusta quedarme de pie
en el pasillo con él más que sentarme en asistencia. A veces voy a su casillero, y
nos quedamos allí un rato. No hablamos, porque hay demasiada gente alrededor
y a Wallace no le gusta escribir en superficies verticales.
En mis clases, me lanzo a los bocetos de Monstrous Sea, produciéndolas
sin parar en las horas antes y después del desayuno, ocultándolas en el fondo de
mi mochila así Wallace no las encontrará. No es que piense que él miraría entre
mis cosas. No lo pienso. Pero mi cuaderno de bocetos podría caerse o el perverso
Travis Stone podría aparecer y tomarlas y esparcirlas para que toda la escuela vea.
En el almuerzo, Wallace y yo nos sentamos juntos, en el patio, si está lo bastante
caluroso, pero por lo general en una de las mesas de la cafetería, y me entrega
nuevos capítulos transcriptos de Monstrous Sea cuando los acaba y los devoro
como la bestia hambrienta que soy, y él sonríe un poco. Wallace entiende.
Wallace entiende la sensación de crear cosas.
—¿Alguna vez tienes una idea para una historia, o un personaje o incluso
una línea de diálogo o algo así, y de pronto parece como si todo el mundo es más
brillante? ¿Como si todo se abriera y todo tuviera sentido? —Baja la mirada a su
pila de papeles, el último capítulo transcripto de Monstrous Sea, mientras lo dice.
Nos sentamos afuera de las canchas de tenis, detrás de la escuela. Hojas bailan
en las canchas vacías en la brisa fresca. Le dije a mamá que recogería a Sully y
Church luego de la escuela por lo que tengo una excusa para pasar el rato con
Wallace. Estamos en extremos opuestos de nuestro banco, volteados cara a cara.
—Creo que es por eso que lo llaman un logro. Te agrieta y deja que la luz
pase.
Alza la mirada y sonríe.
—Sí. Exactamente.
Tiene hoyuelos. Dulce Jesús, hoyuelos. Quiero meter mis dedos en ellos.
Se ve muy calentito en su suéter, abrigo y gorro tejido con los cordeles colgando
y el pequeño pompón encima. No tengo frío, pero podría estar más cálida.
—¿Algunas vez escribes tus propias cosas? —pregunto—. ¿En vez de
fanfiction?
—A veces —dice—, pero no creo que sea tan bueno como mi fanfiction.
Es más fácil con el fanfiction ya que es solo jugar con los personajes, escenarios
y temas de alguien más. No me preocupa si es bueno porque es divertido. Pero
cuando intento escribir algo por mi cuenta, es solo… constante preocupación.
Nunca parece bastante bueno. —Recoge los papeles—. ¿Alguna vez dibujas algo
además de fan-art MS?
—A veces —digo y compartimos una pequeña sonrisa—. Monstruos Sea
es todo lo que me interesa por el momento.
—¿Podría ver algunos de tus dibujos? Los de Monstrous Sea me refiero.
Les eché un vistazo ese día, pero no tuve chance de mirarlos.
He leído su fanfiction; parece injusto que no lo deje ver algunos de mis
dibujos. El frente de mi cuaderno de bocetos, mantenido con seguridad bajo mis
manos sobre mi regazo, está lleno con bocetos sueltos de personajes e
interpretaciones de Monstrous Sea. Saco unos cuantos, reviso para asegurarme
que ninguno de ellos sean bocetos de páginas del comic y se los entrego.
Wallace se toma su tiempo. Como todo, su examen es lento y metódico.
Revisa el dibujo, deteniéndose en algunos puntos; desliza un dedo entre esa
páginas y la siguiente para separarlas, luego alza la que se encuentra en la parte
superior; la reemplaza con cuidado en la parte inferior de la pila y cuando todos
los papeles están alineado de nuevo, mira al siguiente.
—Estoy pensando en subir la transcripción en los foros —dice—. Ver lo
que la piensa gente.
—Lo amarían. —Ya no será solamente para mí si hace eso, pero tal vez esté
bien. Tal vez dejaré de sentirme tan culpable por no decirle quién soy.
Alza la vista.
—Deberías postear estos online. Te has acercado mucho más al estilo de
LadyConstellation que nadie que haya visto antes. Son increíbles. —Gira a la
siguiente página—. Oh, vaya. En verdad me gusta este.
Me siento sobre mis rodillas para ver sobre el borde del papel. Es un
boceto de Kite Waters que hice en clases el otro día porque no podía dejar de
pensar en Halloween. Kite usa un uniforme rasgado de la Alianza, ensangrentado
por la batalla, sosteniendo su sable con actitud desafiante a su lado.
—Quédatelo, si quieres —digo.
—¿Estás segura?
—No voy a hacer nada con ello.
—Súbelo en línea.
Cierro mis manos en puños en mis mangas.
—No creo que sea una buena idea.
—¿Por qué no?
—No quiero. Me pone nerviosa.
—No hay nada de lo que debieras estar nerviosa… son increíbles. Todo el
mundo los amará.
Niego con la cabeza. Él no puede saber, por supuesto, que no estoy
nerviosa por el rechazo de la gente, sino por alguien vinculando algo que postee
como MirkerLurker a LadyConstellation. Además, no lo sé, estos dibujos son para
mí. Son conceptos, ideas a medio formarse. No están pulidas y listas para el
mundo, y no quiero que nadie las vea. Estoy medio convencida que la única razón
por la que a Monstrous Sea le ha ido tan bien es porque soy rigurosa con la
perfección de las páginas. Trama, líneas, colores, personajes. Mis fanáticos
merecen el mejor trabajo de calidad que pueda darles. Sé que esa no es toda la
razón, pero tiene que ser al menos una parte.
—Está bien. —Me regresa los otros dibujos y se queda el de Kite Waters.
Sonríe hacia el mismo de nuevo—. Gracias. ¿Te importa si les muestro esto a Cole,
Megan y los otros? No lo compartirán si les pido que no lo hagan, pero esto es
tan genial… tengo que mostrárselo a alguien que entienda.
—Claro, supongo. —Si Wallace dice que no lo compartirán, entonces le
creo. Son gente amable, de todas maneras. Incluso yo puedo notar eso.
Los autobuses comienzan a estacionarse alrededor de la escuela media
para alinearse para el final del día.
—Supongo que debería regresar a mi auto así mis hermanos pueden
encontrarme.
—Te acompañaré.
Nos dirigimos hacia mi auto, estacionado al otro extremo de las canchas
de tenis.
—¿Tu hermana no es quien te recoge normalmente?
—Sí, mi hermanastra —dice—. Pero tengo una hermana menor que viene
aquí y mi hermanastra la recoge también. Así que Bren dijo que me recogería
cuando recogiera a Lucy.
—¿Bren y Lucy?
—Sí. ¿Los tuyos?
—Sully y Church.
—¿Son diminutivos de...?
—Sullivan y Churchill. Ed Sullivan, Winston Churchill. Nunca les pregunté
a mis padres por qué, nunca voy a preguntarles por qué. Simplemente me alegro
de haber recibido un nombre normal.
—Huh.
—¿Qué?
—Nunca me pregunté por qué mis padres me nombraron Wallace.
—¿Por qué no les preguntas cuando llegues a casa?
Baja la mirada, apretándose la oreja.
—No puedo.
—¿Por qué?
Su voz se vuelve más baja.
—Mis dos padres están, eh… se fueron.
¿Fueron? ¿Eso significa que están muertos? ¿O ausentes? No saber
exactamente lo que significa “fueron” provoca un extraño vacío en mi estómago,
recordándome que no sé tanto de él como pensaba.
—Oh. —Calor fluye por mi rostro—. Oh, lo siento.
Niega con la cabeza.
—Está bien. Mi familia es algo rara. Dos padrastros, una hermanastra, una
media hermana. Todos son agradables, sin embargo. Supongo que no debería
seguir llamando a Vi madrastra; era técnicamente mi tutora. Pero tengo dieciocho
ahora, así que tal vez no importa…
Nunca he conocido a nadie en la vida real con padrastros. El hecho me
sorprende con varios segundos de retraso, seguido inmediatamente por una
oleada caliente de vergüenza. Me quejo de mi familia todo el tiempo; en mi
cabeza, con Max y Emmy, incluso algunas veces con Wallace, en pequeños
mensajes a través de los foros o en frases rápidas y desechables en nuestras
conversaciones en papel en la escuela. Supuse que su familia era de la misma
manera. Nunca pensé en el hecho que aunque mi familia me molesta, son mi
familia, mi carne y sangre, todavía trabajando como una unidad completa.
No es que la suya no lo sea. Él podría amar a su familia tanto como amo a
la mía. Tal vez más, porque nunca se queja de ellos.
Dios, no sé nada.
Llegamos a mi auto. Las puertas de la escuela se abren y chicos de trece y
catorce se esparcen, caminando a toda velocidad a sus autobuses. Wallace espera
conmigo junto a mi auto en un silencio medio incómodo hasta que vemos las
cabezas de cabello marrón de mis dos hermanos corriendo hacia nosotros.
—Te veré mañana —dice.
—Nos vemos —digo.
Se dirige al frente de la escuela, donde su hermana menor sin duda espera.
Sully y Church me alcanzan, con las espaldas arqueadas por el peso de sus
mochilas, su equipo de deporte ya en la mano. Están hablando de una pelea que
estalló en la cafetería hoy, sin prestarme atención cuando suben al auto y se
abrochan los cinturones. Espero al menos todo un minuto para ver si notan que
no se están moviendo, entonces me subo al asiento del conductor.
—¿Qué te tomó tanto tiempo? —dice Sully.
Me encojo de hombros y arranco el auto.
Mensaje Privado Monstrous Sea
9:36 p.m. 17 - Nov -16

MirkerLurker: ¿Por qué Dallas es tu personaje favorito en Monstrous Sea?


rainmaker: Porque nunca se da por vencido, incluso luego de todas las
cosas malas que le han sucedido.
MirkerLurker: ¿No crees que está roto? La mayoría de la gente lo piensa.
rainmaker: Creo que es extraño, pero cualquiera lo estaría tras años de
tortura y exilio. Él está haciendo lo mejor que puede. La gente literalmente lo anda
cazando y aun así intenta ayudar a Amity y Damien a entender lo que son
Espantapájaros y el Vigilante, de dónde vienen y por qué existen. Se convierte en
el mejor amigo de Amity, aunque todos piensan que es incapaz de amistad.
Podría decirse que es el personaje más poderoso de la serie, pero nunca usaría
eso para venganza o ganancia personal.
rainmaker: Además es gracioso. Es técnicamente mayor que la mayoría de
los otros personajes, pero en cuanto llega a Risht comienza a desmantelas árboles
de metal como un niñito con un juguete nuevo.
MirkerLurker: Aw, también me agrada por eso.
rainmaker: Izzy es tu personaje favorito, ¿verdad?
MirkerLurker: Sí, la mayoría del tiempo.
rainmaker: ¿La mayoría del tiempo?
MirkerLurker: Me gustan todos los personajes, pero por lo general Izzy es
el que más me gusta.
rainmaker: ¿Por qué?
MirkerLurker: Porque es un cobarde. O… porque el arco de su personaje
no era que dejara de ser un cobarde, sino que aprendiera a actuar a pesar de su
temor. Tuvo que hacerlo. Tuvo que superar su miedo de estar casado con Ana, su
miedo de ser un gobernante, su miedo de criar hijos, su miedo de la Alianza y la
idea de que no tenía poder. Nunca deja de tener miedo, pero no permite que eso
le impida hacer lo que tiene que hacer.
rainmaker: Muy bien, muy bien. Sin embargo, veo que te has olvidado
mencionar una boba razón para gustarte.
MirkerLurker: ¡Jajá son sus gafas, obviamente! La ironía de que el rey de la
ciudad de tecnología avanzada no recibirá implantes oculares porque está
aterrado de ponerse cosas en los ojos.
rainmaker: Raro, no sabía que tenías algo por los chicos tímidos.
MirkerLurker: Realmente me afecta cuando un chico está paralizado de
miedo regularmente.
rainmaker: Aw. Triste.
MirkerLurker: ¿Qué es triste?
rainmaker: Que nunca funcionaría algo entre nosotros. Soy demasiado
valiente.
Capítulo 16
Si hay una cosa que a mis padres les guste más que los deportes, es la unión
familiar. Juegos de mesa, películas a la noche y vacaciones. El resto del año es
entrenamiento fuera de temporada; las fiestas están en temporada, práctica todos
los días, juegos dos veces a la semana.
Mis padres están tan metidos en la unión familiar que Acción de Gracias es
como los playoffs del torneo. ¿Cuánto puede conseguir papá que Eliza, Church y
Sully lo ayuden a cocinar? ¿Qué tan estupenda pueden ser las conversaciones en
la cena? ¿Qué tal fácil será conseguir que Eliza, Church y Sully laven los platos
después? ¿Cuántos juegos de mesa podemos jugar? ¿Cuánto tiempo podemos
mantener a Eliza lejos de su teléfono y computadora?
Normalmente pasamos Acción de Gracias con la tía Carol y el resto de la
familia. Llegamos a la casa de la tía Carol; tío Frank llama a Sully y Church
“chiquillos” y les alborota el cabello, incluso aunque el año pasado ellos fueron
tan altos como él; mamá y papá se plantan en el centro de la fiesta, ayudando con
la preparación y la comida, revoloteando por todas partes para hablar con todos
los tíos y primos al menos una vez; y yo me siento en la esquina con mi teléfono,
temiendo el momento en que algún miembro de la familia se acerque y me
pregunte qué estoy “haciendo estos días”. Esto significa que quieren saber de la
escuela, y si he decidido aventurarme en el odioso mundo de los deportes y qué
estoy haciendo para la universidad. Tengo mis respuestas de inventario. “Bien”.
“No, nada de deportes”. “Apliqué para distintos lugares. Estoy sopesando mis
opciones ahora”. Me dicen algunas tonterías sobre cómo encontraré mi lugar, y
lo fantástica que es la universidad y no querré irme, y cómo hay un montón de
lugares buscando chicas inteligentes como yo para venir a ganar mucho dinero.
Solo mi familia más cercana sabe sobre Monstrous Sea y creen que es un
pasatiempo. La mayoría del resto de la familia ni siquiera sabe que me gusta
dibujar.
Me pregunto cómo me debo ver para ellos. Debo ser esta chica insulsa que
mira fijamente la pantalla en blanco de su celular todo el día. Todos los años, para
el final de la noche, quiero gritar. Quiero arrojar mi silla, volcar la mesa, romper
la araña del comedor de tía Carol.
En cierta manera, he logrado más que cualquiera de ellos y no puedo
decírselos. No quiero que lo sepan, porque sería una catástrofe, pero sí quiero
que lo sepan, porque dejarán de tratarme como si fuera alguna adolescente
cabeza hueca charlando de cumplir mi condena de vida. Tal vez entonces me
dejaría en paz en el rincón con mi pavo, mi puré de papas y mi teléfono.
Sin embargo, este año, tía Carol tiene gripe y el resto de la familia va a ir a
Florida, porque supongo que ir a Florida para Acción de Gracias es algo que la
gente hace. No tengo que responder las preguntas del resto de la familia, un
milagro empañado solamente por el hecho de que mis padres han decidido que
a cambio, esta será la Acción de Gracias Mirk más Mirkeada.
Solamente somos nosotros cinco. Sully y Church ayudan a mamá a
desenrollar la masa del pay a cambio de los restos de la masa, mientras me
escondo en el extremo de la mesa de la cocina, esperando cualquier trabajo que
se le ocurra a papá a continuación. Sostengo el teléfono bajo la mesa así ninguno
de ellos puede verlo, aunque sabrían que estaba mandando mensajes si me
miraran.

emmersmacks: Ugh me gustaría tener tu Acción de Gracias


emmersmacks: Estoy atrapada en la escuela en este momento terminando
los proyectos finales
emmersmacks: No puedo ir a casa hasta las vacaciones de invierno :(
MirkerLurker: Te lo cambiaré.
Apocalypse_Cow: Todas las festividades están sobrevaloradas de todos
modos.
MirkerLurker: ¿Incluso Navidad? ¿Regalos?
Apocalypse_Cow: a. no celebro navidad. b. estoy seguro que la mayoría
de padres no consiguen muchos regalos para su hijo de veintidós años. c. sí,
navidad es la más sobrevalorada de todas las festividades.
MirkerLurker: ?? ¿Pensé que Heather celebraba Navidad? ¿O está muy
ocupada con su modelaje de maestra de sexto grado para lidiar con eso este año?
Apocalypse_Cow: eh.
MirkerLurker: ¿Sucede algo?
Apocalypse_Cow: nah. Heather se fue a su casa para las fiestas.
Max comportándose de manera rara es… raro. Espero a que dé más
explicaciones, pero nada llega. Algo debió haber sucedido entre él y Heather, y
si no va a decirlo aquí, entonces no lo dirán en ninguna otra más. Sería agradable,
pienso, si él estuviera sentado frente a mí, entonces al menos tendría una
expresión facial o lenguaje corporal o algún indicio. Max y Emmy una vez
sugirieron que chateáramos con cámara, pero lo rechacé. En cierta manera se
sentía mal. Como si fuera a llegar a arruinar lo que teníamos al mostrar a los otros
nuestros rostros. Ahora parece como si pudiera ayudar.
Un mensaje de Wallace llega.
Un mensaje real, no uno a través de la app del foro. Le di mi número hace
ya un tiempo, antes de Halloween, pero no porque quisiera que me llamara o algo
así. Lo escribí en el borde de nuestro papel de conversación en asistencia y lo
deslicé hacia él porque a veces veo algo y pienso, Wallace se reiría de eso, debería
enviarle una foto, pero la app de mensajes es terrible con las fotos y los mensajes
de texto son mucho mejores.
Así que ahora él me envía un mensaje y se trata de una foto. Un pay de
batata normal. Debajo de la foto, dice:
Realmente me gustan los pies de batata.
Le respondo:
Sí, también a mí.
Entonces me envía una foto de su cara, frunciendo el ceño y dice:
No, no lo entiendes.
Luego otra foto, más de cerca, solamente sus ojos.
EN VERDAD me gustan los pies de batata.
Una serie de fotos llegan en intervalos de varios segundos. La primera es
una rebanada rectangular de pay en la mano de Wallace. Luego Wallace llevando
esa rebanada a su rostro, está lo bastante suave como para comenzar a
desplomarse entre sus dedos. La siguiente metiéndose la rebanada en su boca, y
la final lo muestra con todo adentro, sus mejillas infladas como las de una ardilla,
y está dejando que sus ojos rueden como si es lo mejor que haya comido.
Frunzo los labios para evitar reírme, pero mis padres están sintonizados a
la más mínima muestra de diversión de mi parte y ambos alzan la mirada.
—¿Qué es tan gracioso, Huevos? —dice papá.
—Nada —respondo. Nada hace que una broma sea menos graciosa que
alguien queriendo escucharla, especialmente mis padres.
Vaya. En verdad te gusta el pie de batata, le digo a Wallace.
Me envía una foto más, esta de él abrazando la sartén del pay, mirándolo
con cariño.
Nos casaremos en la primavera.
Una verdadera carcajada se me escapa. De verdad espero que Wallace esté
teniendo una mejor Acción de Gracias que yo. Parece que así es. Tomo una foto
mía frunciendo los labios y se la envío, diciendo:
Aw, la más linda de las parejas.
—Deja de tomarte selfies —dice Sully desde el otro lado del cuarto.
—No estaba tomando selfies —le respondo.
—¿Por qué estabas tomando selfies? —pregunta Church.
—¡No estaba tomando selfies!
—Huevos, ¿por qué no vas a y dejas ese teléfono así puedes ayudarme con
la salsa de arándanos? —dice papá, pareciendo animado. Reprimo la inmediata
frustración que aparece en mi pecho, dejo el teléfono en la mesa y me pongo de
pie para ayudar.
La cena comienza como siempre, con mamá bromeando que pasaremos
todo el día de mañana ejercitando para perder las calorías que comemos hoy.
Para el resto de ellos, es un desafío: ver cuánto puedes comer ahora así puedes
hacer más divertido el ejercicio mañana. Personalmente, eso me da ganas de
hacer ayuno.
Entonces mis padres pasan a preguntarle a Sully, Church y a mí las últimas
novedades de la escuela y qué tan bien creemos que vamos a terminar nuestros
semestres.
—Church va a pedirle a Macy Garrison salir antes de Navidad —dice Sully.
A su lado, el rostro de Church se pone de un carmesí moteado.
—¡No voy a hacerlo!
—Ustedes dos han estado hablando mucho de esta Macy Garrison —dice
papá—. ¿Cuándo vamos a conocerla?
—¡No vas a conocerla!
Sully sonríe con el puré de patata llenando su boca. Traga y dice:
—Y Eliza pasa el rato detrás de la escuela media con su novio todos los
días. Tampoco lo han conocido.
—¡No es mi novio! —espeto, mi rostro poniéndose caliente. Sully mira
entre Church y yo y se ríe.
—¿Todos los días? —dice mamá, mirándome primero, luego a papá—. ¿Es
por eso que querías recoger a Church y Sully de la escuela, Eliza?
—Yo… ¡no! Solo pensé que no querrían montar el autobús. Wallace tiene
que recoger a su hermana de la escuela media de todas formas, entonces… ¡No
es mi novio!
Papá alza las manos.
—Vaya, vaya, ya, Huevos. Tu madre y yo pensamos que deberíamos
conocer a Wallace antes de que vaya más lejos.
Estoy ardiendo en las fosas más profundas de la humillación familiar.
—Nada va a ir más lejos. No hay nada para ir más lejos. ¿Podemos dejar de
hablar de esto?
Ahora mamá también está alzando las manos.
—Cariño, tu padre solo está diciendo que, ya sabes, esta es la primera vez
que pasas tiempo con un chico y deberíamos pensar en programar citas con
algunos médicos…
—PARA.
Sully tiene las manos aplastadas sobre la boca para evitar reírse. La frente
de Church está apoyada en la mesa junto a su plato, sus orejas y nuca de un rojo
brillante. Me hundo contra mi silla. Mis manos y pies se han dormido. Meto un
frijol en mi boca, mastico, trago, casi lo vomito, luego me levanto de la mesa.
—¿Puedo excusarme?
No espero una respuesta antes de salir de la sala.

Nunca he estado tan feliz de pasar una hora inmersa en Monstrous Sea.
Estoy en el Gran Continente, dibujando nubes en un pálido cielo azul y un
devastado campo de batalla rodeado por alimentadores de carroña. Hywolves,
aves de rapiña, los ratones del campo de batalla KiriKiri con sus colmillos saliendo
de la tierra para rasgar la carne podrida de los cadáveres y arrastrarlos a sus nidos
subterráneos como alimentos para sus crías. Los fanáticos a menudo preguntan
de dónde obtengo las ideas para los monstruos de Orcus. Les digo que no lo sé,
pero es más fácil que se me ocurran monstruos cuando estoy enojada o molesta.

Solamente me detengo cuando escucho a Church y Sully pisotear con


fuerza las escaleras al subir y entrar a su cuarto. No debe ser la hora de un juego
de mesa todavía. Reviso mi teléfono.
Otra foto de Wallace me espera. En esta, una sartén de pay vacía llena con
migas se encuentra en el suelo junto a un gran cuchillo. Wallace está arrodillado
junto a esta, con más migas en su suéter, una expresión horrorizada.
NOOOO
QUÉ HE HECHO
MI AMOR
NUESTRO CASAMIENTO
TODO ESTO POR NADA
Le escribo:
¡¡Oh no!! ¡No la novia batata!
Otra foto llega, Wallace tendido en el suelo junto a la cacerola, un brazo
sobre sus ojos.
Déjame ser acusado por amarla demasiado.
Wallace sin dudas está teniendo una mejor Acción de Gracias que yo. Me
pregunto si su familia le pregunta si tiene una novia y cuánto más van a avanzar
las cosas. Me pregunto si dice que sí. Me pregunto cuánto más quiere avanzar.
Podría preguntarle.
Probablemente no lo haré.
El Vigilante tenía que tener un anfitrión.
Los peregrinos que visitaron a Amity por su bendición así se lo dijeron,
todos y cada uno de ellos. El Vigilante tenía que tener un anfitrión, porque su
contraparte ya tenía uno y eso dejaba al mundo fuera de balance.
—¿Su contraparte?
La anciana que había venido a verla, la primera de muchos peregrinos que
vendrían, asintió lentamente. Para los Nocturnianos, que desafiaban el
envejecimiento, los profundos pliegues en el rostro de la mujer hablaban de
largas décadas, tal vez incluso siglos, de vida. Un grupo de estrellas estaba
tatuado sobre su pómulo derecho, la misma constelación por la que ella fue
nombrada. Como todos los tatuajes de nombre, era blanco y casi se camuflaba
contra su piel.
—A través del océano, lo llaman el Espantapájaros. Su anfitrión se ha ido
de la isla hace muchos años. Él ha abandonado su tutela. Si alguna vez regresa
aquí, debes traerlo de vuelta al orden.
—¿Hay otro… hay otro anfitrión?
—Su nombre es Faust —dijo la mujer—. Y devora almas.
Mensaje Privado Monstrous Sea

emmersmacks: Entonces, ¿cómo estuvo el pavo?


emmersmacks: Dado que el único pavo que conseguí fue la cosa turbia en
el centro de estudiantes
Apocalypse_Cow: pudiste preguntarme esto en octubre. ya sabes, cuando
los canadienses celebramos nuestra acción de gracias. estaba pasado de cocción,
gracias
emmersmacks: De acuerdo ganso amargo
emmersmacks: Escuchemos de la menos salada de este trío
MirkerLurker: Ehhhhh, pudo haber sido peor. Pudo haber sido una de mis
tías diciendo que debería hacer que un doctor revisara mi vagina, en vez de mi
mamá.
Apocalypse_Cow: um.
emmersmacks: Secundo ese um
emmersmacks: ¿¿Qué provocó esto??
MirkerLurker: Ehhhhhhhhhhhhhh.
MirkerLurker: ¿Saben de Wallace? Mis padres creen que estamos haciendo
cosas juntos.
Apocalypse_Cow: pensé que ya lo estaba haciendo.
MirkerLurker: No, no lo estamos.
emmersmacks: Ew
emmersmacks: no a ti y Wallace haciendo cosas
emmersmacks: A tu madre siendo toda como
emmersmacks: EXAMEN VAGINAL
MirkerLurker: Pidió cita para el próximo miércoles. Mátenme ahora.
Apocalypse_Cow: no puedes, tienes que acabar monstrous sea.
Apocalypse_Cow: también probablemente deberías quedarte y seguir
haciendo comentarios de dog days. Estaba escaneando algunos de los foros por
trolls luego de Halloween y la gente se preocupó que te hubieras ido.
Apocalypse_Cow: también creo que tienes que comerte el pay.
MirkerLurker: Oh, sí. Vi esos.
emmersmacks: Realmente te extrañamos
emmersmacks: ¿¿Te sientes mejor??
MirkerLurker: En realidad, nunca estuve enferma… Fui a una fiesta de
Halloween con Wallace.
Apocalypse_Cow: espera. me estás diciendo… la ermitaña eliza mirk… fue
a una FIESTA… ¿con un CHICO?
Apocalypse_Cow:¿ y esperas que crea que ustedes dos no están haciendo
nada?
MirkerLurker: ¡No estamos haciendo nada! Fui a la fiesta porque pensé que
me quitaría a mis padres de encima.
MirkerLurker: Además había algunos cosplays realmente increíbles de
Monstrous Sea allí.
Apocalypse_Cow: ¿hay algo más que deberíamos saber? ¿refugiados
fugitivos? ¿culto de cthulhu en tu sótano? ¿amor secreto al yogurt griego?
emmersmacks: Déjala en paz Max
emmersmacks: E si quieres ir a fiestas VE A FIESTAS
emmersmacks: Ve a fiestas por aquellos de nosotros rodeado de fiestas
pero que son incapaces de asistir debido a nuestra desafortunadamente joven
edad
emmersmacks: …
emmersmacks: También deberías salir con Wallace porque estoy rodeada
de chicos lindos mayores y NO PUEDO SALIR CON NINGUNO DE ELLOS
MirkerLurker: No lo sé.
Apocalypse_Cow: no ¿sabes qué? ¿si es lindo o si quieres salir con él?
Podrías enviarnos una foto y te diremos.
emmersmacks: Eso es cierto definitivamente lo haría
MirkerLurker: Jaja no necesito que me digan si es lindo o no. Sé que lo es.
emmersmacks: Entonces cual es el problema
MirkerLurker: ¡No lo sé!
Apocalypse_Cow: mira, e. déjame darte un consejo.
emmersmacks: Sí
emmersmacks: Consejo del chico que sigue llamando a su novia una
modelo
Apocalypse_Cow: si te gusta, podrías decírselo.
Apocalypse_Cow: si no le gustas, puedes dejar de preocuparte.
Apocalypse_Cow: y si le gustas, estás encaminada.
Apocalypse_Cow: de cualquier manera, te ahorrarás mucho tiempo y
dolor.
Capítulo 17
Max y yo no estamos de acuerdo en todo, pero tenemos el mismo parecer
en esta cuestión en particular al menos. No pensé que fuera posible, pero admitir
ante la cara de Wallace, o al menos a su nombre de usuario en la pantalla, que me
gusta parece tan mala idea como decirle que soy LadyConstellation. Cualquier
poco de información de las dos opciones podría alejarlo.
Tiene otro capítulo listo para mí el lunes. Ha comenzado a postearlos en
línea, con una gran respuesta del fandom, pero todavía les doy el primer vistazo
a todos los capítulos en cuanto termina de escribirlos. Amity se está preparando
para abandonar la Isla Nocturna por primera vez en su vida, para cazar a Damien
Faust para la Alianza; no quiere dejar a Faren porque no estará allí para protegerlo.
En la misma hay una escena que todo el fandom conoce bien, algo esencial de la
serie.
Wallace lo expresa con éxito.
La calma de primera hora de la mañana mientras Amity traza los tatuajes
con los nombres de las constelaciones en la espalda de Faren. El desayuno
melancólico donde ninguno de ellos admite que ella pronto se irá en una misión
que muy probablemente la asesine. Y finalmente, antes de que ella se vaya, el
regalo de Faren: el descubrimiento de que Amity misma fue llamada por una
constelación por sus padres biológicos, aunque Faren no sabe cómo se le llama
a la constelación. Si Amity puede descubrirlo, cómo se llama la constelación y
qué cultura la reclama, podría descubrir de dónde viene, y a dónde pertenece.
Él la había encontrado en una constelación.
En el comic, Amity se repetía esas palabras para sí a menudo. “Me encontró
en una constelación”. El fandom lo alteró ligeramente, convirtiéndolo en “Me
encontraste en una constelación”, y poniéndolo en carteles, camisetas, estuches
de celulares, brazaletes, tatuajes reales. Una pareja incluso lo dijo en sus votos
matrimoniales. No es por eso que me llamé LadyConstellation, pero la mayoría de
la gente lo piensa.
No entendía lo que significaba cuando lo escribí, cuando dibujé a Amity
diciendo las palabras. Entendí lo que quería que significara. Entendí lo que las
palabras significaban literalmente. Pero no entendí la verdad detrás de ello.
Supongo que todavía no lo hago. Al menos, ahora lo sé.
Capítulo 18
Resulta que es difícil mantener un alto número de páginas cuando pasas
todo tu tiempo luego de la escuela escribiéndote con el chico que te gusta.
A las cinco p.m. todos los días, me obligo a apagar mi teléfono, cortar mi
conexión a internet y dibujar. Tengo que tener al menos una página por semana,
y entre las vacaciones de Acción de Gracias e invierno, promedio dos. Es la
calidad. Podría conseguir capítulos completos si no me importara la calidad, pero
la calidad es la reina. La calidad es lo que hace que esta historia se vea en el
exterior de la manera que siento que es en el interior. Es grande, colorido y
hermoso. Los personajes son vivos. Cuando una página no se ve tan bien como
podría, la vergüenza me llega hasta la médula de los huesos, porque he
decepcionado a la historia.
Los fines de semana, me tomo descansos. Primero, así no me agoto, y
segundo, así puedo hacer dibujos para Wallace. Todavía no he posteado nada
online como le dije que debería, como Cole, Megan, Leece y Chandra también
dijeron que debería, luego de que les mostró ese dibujo de Kite Waters. Pero me
gusta dibujar para Wallace porque a él le gusta mirarlos. Le hago dibujos de
Dallas: Dallas jugando con un trepador marino, Dallas mirando a las piscinas de
mareas bioluminiscentes en su cueva, Dallas caminando a lo largo de la costa
debajo de las estrellas. Intento hacer que no se parezcan mucho a verdaderos
paneles del comic, pero cada vez que le entrego uno, sonríe y dice cuánto le
recuerda al trabajo de LadyConstellation.
Sé que debería parar. Sé que no debería darle más evidencia.
Deseo que lo supiera.
No le digo lo que mi familia dijo en Acción de Gracias o que mi mamá me
llevó a ver a un médico. Pensar en el control natal me deja sin aliento y sudando
como un cerdo. Sudé en la consulta de la doctora, cuando la doctora descubrió
que lo hacía a diario, incluso ella pensó que no estaba bien y que el control natal
podría regularlo.
El control natal no lo está regulando. El control natal está haciendo que me
den náuseas. Es una sensación extraña que te guste alguien tanto y, sin embargo,
estar aterrada de tenerlos en tu espacio, tocándote. No es que no me agrade
cuando nos tocamos, cuando rozamos nuestros brazos o cuando me da un
toquecito en el hombro y cuando saco una pelusa de su camiseta. Me gusta
demasiado. Mi cuerpo se excita sin mi permiso y no está bien. Está fuera de
control. No me gusta estar fuera de control, pero me gusta Wallace.
Así que no sé si es mala o buena suerte que Wallace y yo estemos limitados
a asistencia, almuerzo y media hora en las gradas detrás de la escuela media todos
los días. Compartimos una clase de inglés también, pero Wallace se sienta en el
otro extremo. Los sábados a la tarde nos subimos a su auto y nos dirigimos a
Murphy’s, donde nos encontramos con Cole. Megan viene si no tiene trabajo y si
Hazel se está portando bien. Cole trae su portátil y pone a Chandra y Leece en un
video chat, pero solamente si Leece tiene un descanso de gimnasia y si Chandra
está despierta, ya que ella está adelantada diez horas a nosotros.
—¿Alguna vez piensan que es raro que vengamos a una librería cada
semana y no compremos libros? —pregunta Cole, hace una pausa, una vez más,
sobre su tarea sin acabar de geometría. A este paso, habrá acabado en julio.
—Habla por ti —dice Wallace. La única razón por la que habla es porque
la librería está vacía salvo por nosotros y la única empleada está acomodando
libros al otro extremo de la tienda. Wallace se desploma en el asiento junto al
mío, encerrándome, el lomo de un libro equilibrado contra la mesa y sus ojos se
mueven lentamente a través de las palabras. Siento que debe ser capaz de
absorberlo todo, conoce todo de un libro, debido a lo lento que lee. Si a mí me
gusta un libro, me lo devoro en una sentada y luego me olvido de muchas cosas.
Está bien para mí, porque los leo una y otra vez. Pero Wallace se tomará semanas
para leer un libro, acortado a días, si en verdad le gusta, y recuerda todo del
mismo y entonces no necesita volver a leerlo. Al menos, dijo, no por un muy largo
tiempo.
—¿Han leído Children of Hypnos? —pregunto. Cole, Wallace y Chandra
alzan la mirada. No hablo mucho en torno a ellos, prefiero escuchar, pero aun así
me agradan. Me agrada que no esperen que yo hable, no les importa que no lo
haga.
—He escuchado de él —dice Wallace—, pero nunca lo leí.
—¿No es ese el fandom que se canibalizó a sí mismo luego de que la autora
se volviera loca? —dice Chandra.
—No se volvió loca —dice Cole—. Huyó a las montañas y se encerró en
una cueva.
—¿Eso no está contemplado bajo “se volvió loca”? —pregunta Chandra—
. Persigue a la gente fuera de su propiedad con una escopeta, gritando a viva voz.
Escuché que ha escondido trampas.
—No se volvió loca —digo—. Ella solo… no pudo terminarlo.
La verdad es que nadie sabe la razón por la que Olivia Kane dejó de
escribir. No está en las montañas y no persigue a la gente fuera de su propiedad
con una escopeta. Hasta donde sé, se volvió ermitaña. Desapareció en el campo
de Carolina del Norte un día y nunca regresó. Una vez que desapareció, los
periodistas ni siquiera pudieron conseguir una razón de ella. Mucha gente ha
escuchado del fandom, al menos. Se dividió a través de discusiones sobre
especulaciones respecto a un final que nunca llegaría.
—Son mis libros favoritos —digo—. Deberían leerlos.
—¿Libros escritos por una señora ermitaña en las montañas? —Cole se
levanta rápidamente—. Veamos si alguien los tiene aquí. ¡Oye, Abigail! —Trota
hacia la chica acomodando libros, la chica sushi de Halloween, y empieza una
conversación. Abigail asiente a algo que dice Cole y lo lleva a una esquina de la
tienda. Regresa con una pila de cuatro libros de Children of Hypnos con las
portadas duras originales, aunque un poco gastados por el dueño anterior—.
Compruébalo —dice Cole—. Tienen dos estantes llenos con estos allí.
Wallace recoge el de arriba y lee la solapa del interior.
—Cazadores de pesadillas, ¿eh? —dice. Lo vuelve a cerrar y mira la
portada. Una ilustración decorativa de un martillo de guerra incrustado con el
símbolo de Hypnos, un ojo cerrado.
Recojo el segundo libro. En la portada hay una gran espada.
—¡Sí! Así que la premisa es como, los sueños fuertes y las pesadillas
pueden cruzarse al mundo real y necesitamos de esta gente, los cazadores de
sueños, para enviarlos de regreso al mundo de los sueños. Es un universo
alternativo de la Tierra donde todo este sistema de cacería de pesadillas está
incrustado en la sociedad; hay un gobierno Hypnos y los cazadores de sueños
son como agentes especiales, y son más fuertes y rápidos que la gente común
pero no viven tanto tiempo y pocas veces duermen. También tienen estas armas
increíbles, como las de las portadas, armas que sacan del mundo de los sueños,
que concuerdan con sus personalidades. Oh, y mi personaje favorito, de acuerdo,
tengo muchos favoritos, pero el principal: nunca duerme, y su mundo de sueños
es este laboratorio de Frankenstein y sus pesadillas son enormes
monstruosidades venenosas.
Wallace entreabre el primer libro y comienza a leer. Cole y Chandra me
miran.
—Eso es lo que más te he escuchado decir de corrido —dice Chandra.
Me deslizo un poco en mi asiento, jalando el frente de mi sudadera para
conseguir aire. Solamente he hablado de Children of Hypnos con otros fanáticos
online. Nunca nadie en la vida real. No sabía que todo eso iba a salir.
—Voy a comprar estos —anuncia Wallace y lleva la pila de libros al
mostrador con su billetera.
Mientras está pagando, Cole le pregunta a Chandra en que está trabajando
y ella le muestra un dibujo de Damien y Rory de Monstrous Sea besándose
vigorosamente. Cole frunce el ceño.
—¿Por qué tienes que poner a mi personaje favorito en situaciones gays?
—pregunta.
Chandra pone los ojos en blanco y procede a hacer un repaso de todas las
veces en el comic que hubo matices muy canon1 para legitimar la relación muy
fanon2 gay de Damien y Rory.
—Damien ya es bisexual, la pareja Damien-Amity se hundió por agosto
cuando LadyConstellation dijo que nunca iba a suceder y Damien le hace ojitos a
Rory TODO EL TIEMPO. E incluso si esas no fueran razones legítimas —
continúa—, ser gay no los hace diferentes. Siguen siendo los mismos personajes.
Deja de chillar.
Me encanta cuando entran en discusiones así. Canon vs fanon, cómo
piensan que debería seguir la historia, cómo creen que debería terminar, qué
personajes son los mejores, en qué lugares querrían vivir. Es como leer los
comentarios sin ver a los trolls, una retroalimentación instantánea de los lectores
por gente que en verdad les gusta el comic y son activos en su fandom.
Wallace regresa con los libros y me enjaula de nuevo. Pongo mi espalda
contra la pared y me hundo, levantando mis pies sobre el asiento. Mis dedos
rozan la pierna de Wallace. Comienzo a moverlos de nuevo cuando su mano baja
y se apoya sobre mis cordones. El calor de su palma se dispara a mi tobillo, mi
pierna, hace que mi estómago se vuelva agua. No mira a mis pies cuando lo hace,
igual que cuando no me miró cuando tomó mi mano en Halloween. Cuando suelta
mi pie un momento después, es como si tocarlo ni siquiera haya sido algo

1Canon: Otra palabra para oficial.


2 Fanon: Recopilación de conceptos e ideas usados generalmente en los fanfiction, pero no existen
realmente en el canon de la verdadera historia.
importante en primer lugar. Ya ha regresado a leer Children of Hypnos. Cole y
Chandra no se dan cuenta que haya pasado algo. Nadie más se da cuenta que
algo ha pasado. Wallace ni siquiera actúa como si lo haya hecho.
Solo yo. Esta sensación apretada en mi pecho solo soy yo.
Sato estaba de pie detrás de ella. Tendió su mano, como siempre, y como
siempre, Amity no la estrechó. Los Nocturnianos no estrechaban las manos; mirar
a alguien a los ojos era un saludo más que adecuado. Sato sabía esto, por
supuesto, y sonrió a medida que bajaba su mano.
—¿Hay alguien como yo allá afuera? —preguntó ella.
Sato se sentó frente a ella, con la espalda recta, con las manos en las
piernas. Usaba el blanco y verde de la Alianza, con la espada dorada de coronel
sujeta a ambos hombros.
—Honestamente me sorprende que te tomara tanto tiempo preguntar.
—¿Las historias son ciertas? ¿Está allí fuera asesinando y esclavizando
gente con el poder del Espantapájaros y soy la única que puede detenerlo?
Sato se tomó otro segundo para serenarse, luego dijo:
—Hasta donde tenemos conocimiento, no hay otras criaturas como el
Espantapájaros y el Vigilante en Orcus. Tú y Faust son únicos en su clase. Has
visto las capacidades de sanación del Vigilante. Es algo inconsciente, como
respirar, y en los años que hemos estado estudiando a Faust, no hemos
encontrado un límite a ello. Nuestra mejor teoría, recolectada de las historias
Nocturnianas y por un informante que tenemos, dice que solo los anfitriones
pueden herirse mortalmente entre sí.
Mensaje Privado Monstrous Sea
10:11 p.m. 9 - Dec – 16

rainmaker: Nunca supe que estos libros fuesen sobre depresión.


MirkerLurker: ??
rainmaker: Children of Hypnos. Acabo de empezar el segundo.
MirkerLurker: ¿Son sobre depresión? Supongo que ha pasado más tiempo
del que pensaba desde la última vez que los leí.
rainmaker: Toda la cuestión es sobre Emery lidiando con su depresión.
Todos los cazadores de sueños tienen depresión: viven vidas cortas, no duermen
y pasan todo su tiempo matando las pesadillas de otra gente porque su
dedicación a su trabajo es todo lo que tienen. Klaus es tu personaje favorito,
¿cierto? Él es el más deprimido de todos.
MirkerLurker: Oh. Sí, vaya, nunca me di cuenta. ¿Es algo malo? Lo siento,
no quise recomendarte un montón de libros sobre depresión.
rainmaker: Me gustan mucho, de hecho. Todos los otros libros que he leído
sobre depresión toman lugar en el día presente y terminan con el personaje
principal decidiendo si cometen o no suicidio. Me gustan estos. Es como con
Monstrous Sea. Que es sobre sentir que estás en el lugar equivocado, y luchando
contra fuerzas que no puedes detener, y cómo hay monstruos allí fuera, pero por
lo general los peores son los que residen dentro de nosotros. Me gustan las
historias como esas porque no son tan obvias. Hay más de lo que agrada sobre
ellos que lo que tienen que enseñar. ¿Sabes?
rainmaker: Lo siento. No tenía la intención de ponerme todo profundo.
MirkerLurker: ¡No, está bien! Pensaste más profundo sobre las historias que
yo.
rainmaker: ¿Para qué las lees?
MirkerLurker: Los personajes, supongo. Pensé que los personajes eran la
razón por la que cualquiera leía Monstrous Sea.
rainmaker: ¿Te refieres a shipping?
MirkerLurker: No, no shipping, eso es estupendo, y lo hago todo el tiempo,
pero me refiero… a los personajes mismos. Las luchas que tienen que atravesar,
y cuando en verdad los amas, cuánto te afectan. Cuando los personajes son
buenos, hacen que te importe todo lo demás. Es por eso que los dibujo.
Probablemente suene tonto, pero son como personas reales para mí. Y esto
probablemente sonará peor, pero a veces me gustan más que la gente real. Puedo
empatizar con los personajes. Las personas reales son más difíciles.
rainmaker: Las personas reales no tienen arcos concisos de carácter.
MirkerLurker: Sí, exactamente.
rainmaker: Me gustan los personajes, pero me gusta lo que la historia
significa también. Me gusta cómo confluye todo. Los personajes y el significado.
MirkerLurker: Entonces debes ser un gran fanático de los finales. Todo
resolviéndose.
rainmaker: Jaja, los buenos, seguro. Por favor, dime que Children of Hypnos
tiene un buen final.
MirkerLurker: Um.
Capítulo 19
Wallace termina de leer la serie de Children of Hypnos el segundo día de
las vacaciones de invierno. Lo sé, porque recibo el mensaje:
TENGO QUE HABLAR CONTIGO URGENTE ESTAS OCUPADA
Estoy acostada en mi cama abrazando a Davy como una almohada corporal
y mirando las repeticiones de Dog Days. Así que digo que no, no estoy haciendo
nada en el momento, pero vaya, hace demasiado frío afuera y mi dormitorio está
calentito. Wallace dice que está bien, él vendrá.
Lo que significa que está viniendo a mi casa.
Va a venir a mi casa en este momento.
Caigo de la cama, asustando a Davy lo suficiente que él también cae. Luego,
me apuro a ponerme de pie para comenzar a desconectar el dispositivo de
bolígrafo de la computadora. Es demasiado costoso para una estudiante normal
de secundaria, y una pieza demasiado avanzada de tecnología para alguien que
supuestamente hace fanart que nunca postea online. Desafortunadamente, es
demasiado grande para esconderlo en un cajón y debajo de mi cama hay una
zona de guerra con juguetes de la niñez. Lo pongo con cuidado en el rincón de
mi armario y le arrojo algunas sudaderas encima.
Luego reviso el escritorio y me aseguro que no haya páginas de Monstrous
Sea esperando al descubierto. Me desconecto de mi cuenta de LadyConstellation
de los foros y entro con la cuenta MirkerLurker. Saco todas las notas pegadas en
mi monitor relativas a las páginas que tengo que hacer y qué puntos del
argumento tengo que trabajar en la historia, y las arrojo en el armario con el
dispositivo del bolígrafo. Davy vuelve a subirse a la cama y me observa como
¿cuándo voy a regresar y abrazarlo como a un animal de peluche de nuevo?
Abro la puerta y corro hacia abajo.
—Mamá.
—¿Qué, cariño? —pregunta mamá. Está en la sala, haciendo posturas de
tabla al mismo tiempo que mirando un catálogo de muestras de alfombras. Mamá
llama a esto “calistenia3 de decoración del hogar” y ella es una campeona. Una
vez rehízo la cocina completa mientras hacía dominadas en la barra frente a la
puerta que da al corredor principal.
—No tenemos que hacer nada hoy, ¿verdad?
—Sully y Church tienen práctica más tarde. ¿Sigues disponible para
llevarlos?
Lo dice como si tuviera una opción.
—Yo… bueno… ¿a qué hora es?
—Cuatro. ¿Por qué? —Finalmente alza la mirada—. ¿Sucede algo hoy?
—Eh. ¿Está bien si Wallace viene?
Se pone de pie y está en la puerta en un segundo. La emoción llena sus
ojos, pero eso podría deberse a la tabla.
—Por supuesto. ¿Quiere almorzar? Puedo hacer un almuerzo. ¿Estarán
quedándose en tu habitación?
—Yo… no lo sé.
—¿Viene ahora? ¿Es eso lo que vas a usar?
Bajo la mirada. Estoy usando una camiseta de uno de los equipos de
béisbol internos de papá, por lo que es como cinco tallas muy grande; un par de
pantalones de hacer ejercicio andrajosos de Harlem Globetrotters, enrollados
justo debajo de mis rodillas y mi par de calcetines más gruesos y abrigados. Los
calcetines están hechos de piel de Wookiee4 o algo así.
—Y probablemente deberías darte una ducha, ¿no crees? —dice mamá—
. Tu cabello está un poco grasoso.
Desearía que no lo indicara, pero tiene razón. Subo corriendo las escaleras,
me encierro en el baño y me meto en la ducha. No sé dónde vive Wallace, pero
por lo general requiere de quince minutos para llegar aquí. Ya he desperdiciado
diez de esos, y me ducho en cinco, y cuando estoy envolviendo mi cabello en
una toalla y poniéndome un par de pantalones de ejercicio ligeramente más
ajustados, una camiseta y mis calcetines de Wookiee, el timbre suena.

3 Calistenia: sistema de ejercicios físicos con el propio peso corporal; en el sistema el interés está en los
movimientos de grupos musculares más que en la potencia y el esfuerzo.
4 Wookiee: Raza ficticia del universo imaginario en el que están ambientadas las películas de la saga La

guerra de las galaxias


—¡Eliza! ¡Wallace está aquí!
Me pongo los calcetines de Wookiee en los pies y cuando llego a la cima
de las escaleras, mamá está dejando entrar a Wallace por la puerta principal.
—Hola —dice con su voz normal, alargando la mano para que él la
estreche—. ¡Es tan agradable finalmente conocerte! Soy la mamá de Eliza.
Wallace responde algo, pero es tan bajo que no puedo escucharlo. Me
sorprende que diga algo en absoluto. Mamá debe estar satisfecha, porque se da
la vuelta y me sonríe con sus cejas alzadas.
—¡Diviértanse los dos! Prepararé algo de almorzar.
Desaparece en la cocina. Wallace alza la mirada hacia mí. Está usando
vaqueros, un suéter y una gruesa chaqueta de pana marrón. Los cuatro libros de
Children of Hypnos están metidos bajo un grueso brazo.
Muevo mi pulgar sobre mi hombro.
—Puedes subir a mi cuarto, si quieres.
Wallace sube las escaleras. Recuerdo la toalla envuelta en mi cabello y la
quito, arrojándola en el baño. Bien podría abrazar el aspecto a rata ahogada,
porque eso es lo mejor que voy a conseguir hoy. Al menos oleré bien.
Wallace se detiene a mi lado, alza el cuarto libro de Children of Hypnos, el
que tiene un hacha de guerra en la portada, y dice suavemente:
—Estás bromeando.
—Sí —digo—. Estaba un poco preocupada por eso. De acuerdo, ven…
Lo llevo a mi cuarto. Dentro, Davy se sienta en la cama, su cola golpeando
contra la pared.
—¿Tienes un perro? —Wallace se olvida de los libros y se para junto a la
cama para que Davy lo huela. Medio segundo después están acurrucados en la
cama y Davy está haciendo todo lo posible por subirse al regazo de Wallace.
Miro alrededor de la habitación para asegurarme de no haber olvidado
nada. Tengo muchas cosas de Monstrous Sea por allí, pero todo pudo haber sido
comprado por una fanática. Bajo el volumen de la televisión pero no lo pongo
mudo, no puedo manejar a Wallace estando en mi cuarto sin Dog Days dándome
apoyo.
—Ese es Davy. Si se pone molesto, empújalo al suelo.
—¿Davy? —Wallace deja que Davy le lama la cara—. ¿Como el monstruo
marino Davy de Dallas?
Mierda.
—Ah, sí, como ese. Tuve que nombrarlo. —Mentiras. Nombré al monstruo
marino Davy por el perro Davy, no al revés. El perro Davy es grande, blanco y
contento. El monstruo marino Davy podría pulverizar muchas ciudades, mudar
montones de pelaje que se confundían con icebergs, tiene un largo cuello y una
cabeza diminuta con dos pequeños ojos redondos y una perpetua sonrisa boba.
El monstruo marino Davy vino a la vida cuando era muy pequeña y Davy me hacía
ver enana.
Wallace mira alrededor del cuarto a las decoraciones de mis paredes.
—¿Qué es eso?
Indica al Sr. CuerpoEstupendo, que ha estado por todas partes a través de
las paredes de mi cuarto y ahora se encuentra encima de mi computadora. Uno
de sus ojos de papel se ha caído, perdido para siempre por la ventilación en el
suelo.
—Algo que una de mis amigas online me hizo. Es como una broma de ella.
—No preguntaré entonces.
—Entonces. Children of Hypnos. ¿Supongo que esto significa que
terminaste?
Wallace me mira como nunca antes he visto. Excepto en el espejo, cada
maldita vez que leo Children of Hypnos. Es un tipo grande con aspecto de jugador
de fútbol, sentado en mi cama con un perro muy grande y feliz meneando la cola
en su regazo, enojado por una serie de novelas.
—¿Cómo es que no hay quinto libro? —pregunta—. ¿Cómo puede terminar
allí? ¿Cómo nadie sabe la verdadera razón por la que ella dejó de escribir?
Me acomodo en la silla de mi escritorio.
—Bienvenido al dolor del fandom de Children of Hypnos.
—Pero, ¿qué sucede con ellos? ¿Emery? ¿Wes? ¿Klaus y Marcia alguna vez
estarán juntos de nuevo? ¿Trevor van der Gelt se pierde a sí mismo a su
doppelgänger? ¿Ridley regresa? ¿Alguna vez encuentran a Hypnos?
Me encojo de hombros.
—¿Qué hay de la autora? —Abre uno de los libros a la solapa trasera, la
foto de Olivia Kane—. ¿Ella no sabe? Aunque nunca lo escribió, ¿no puede decirle
a los fans qué pasó? Debe decir algo.
—Confía en mí, he amado esos libros desde que tenía doce. Busqué. Olivia
Kane es cien por ciento ermitaña, no habla con nadie. No ha hecho apariciones
públicas en cuatro años.
—Pero…
—Escuchaste lo que Cole y Chandra dijeron. La mayoría de la gente piensa
que está loca. Podría estarlo, por todo lo que cualquiera sabe. El estrés hace cosas
extrañas con la gente.
Wallace se desploma contra la pared derrotado.
—Esta es la mayor decepción que he sufrido en toda mi vida como
fanático. ¿Podemos, no sé… escribirle una carta o algo?
—De verdad te obsesionaste con esto, ¿no?
Wallace pasa las manos sobre el pelaje de Davy. Un profundo ceño aparece
entre sus cejas.
—No lo sé, solo… ¿cómo puede dejarlo así? El quinto libro se suponía que
explicara muchas cosas. ¿Todos murieron? ¿Hypnos despierta y reinicia el
mundo? Emery estaba lidiando con toda esa culpa y depresión… ¿qué sucede
con ella?
Subo mis rodillas a mi pecho y lo observo. Acaricia a Davy y Davy
felizmente rueda sobre su espalda. Wallace mira la pila de libros, luego se enfoca
en alguna parte cerca de mis pies.
—Hay mucho fanfiction al respecto —digo—. O solía haberlo, antes de
que los fanáticos se desperdigaran en el viento. La gente ha escrito sus propias
interpretaciones del último libro. Algunos son realmente buenos.
Niega con la cabeza.
—No estará bien. ¿Por qué dejó de escribirlos?
—Nadie sabe. Creo que fue la presión.
—Supongo que no puedo estar enojado por ello, entonces.
—¿Por qué?
Se encoge de hombros.
—¿Cómo puedo estar enojado de que algo no suceda, cuando lastimaría a
otra persona? Si tuvo que renunciar por su salud, entonces me alegra que lo
hiciera. No tienes que matarte por tu arte. Sin importar cuántos fans tengas.
Tengo un deseo intenso de abrazarlo. Y probablemente besarlo. Pero aun
debatiendo los besos.
—No estoy muy segura de cuánta gente estaría de acuerdo con eso.
—Desafortunadamente —dice. Luego ve mis estantes en la cabecera,
llenos con distintas copias de los libros Children of Hypnos y sonríe—. Me gusta
tu casa —dice—. Es más grande y tranquila que la mía.
—No es tranquila cuando Church y Sully están en casa, confía en mí.
Hablando de eso, ¿tienes que estar en casa a una hora determinada? Tengo que
llevarlos a la práctica de fútbol soccer a las cuatro, si quieres venir y pasar el rato.
—Sí, claro.
Ahora ambos estamos sonriendo.
Mamá nos llama para almorzar. Espero tener que empujar a Davy del
regazo de Wallace, pero Wallace lo recoge y pone en el suelo. La cola de Davy se
menea todo el tiempo. Me quedo mirando.
—¿Qué? —dice Wallace.
—¿Juegas fútbol? Parece como si debieras jugarlo.
—Me gusta mirar el fútbol. ¿Eso cuenta?
—Acabas de levantar sesenta y tres kilos de un Gran Pirineo como si
estuviera lleno de polietileno.
Wallace alza los brazos.
—¿Quieres intentar?
—Um. Otra ocasión. —A pesar de ser casi catorce kilos menos que Davy,
no he dejado que nadie intente levantarme desde que algunos chicos en la
escuela se burlaron de ello en la clase de gimnasia y fingieron que no podían
levantarme del suelo. Eso fue en primer año, cuando solamente era Espeluznante
Eliza Demasiado-Delgada, no Espeluznante Eliza No-Tocarla-Te-Contagiarás-de-
Rabia.
Aunque, el hecho de que Wallace lo ofreciera es lindo.
Mamá nos hace mantequilla de maní y gelatina con rodajas de manzana,
mejor conocido como almuerzo que envías a la escuela con tu hijo de primer
grado. Me inquieto de horror hasta que Wallace comienza a comer y dice que es
“la mejor mantequilla de maní y gelatina” que ha tenido, lo que hace a mamá
sonreír como si hubiera ganado un premio. A esta altura, creo que debe ser el
menos exigente comedor de la faz de la tierra, o siempre está hambriento y, por
ende, todo sabe bien todo el tiempo.
Cuando regresamos a mi habitación, encuentra su lugar en la cama. Hay
mucho espacio a su lado y en la cabecera. No es como si nunca nos hubiéramos
sentado así de cerca antes. Lo hacemos todo el tiempo en Murphy’s y en el banco
detrás de la escuela media. Claro, esos eran al aire libre y esto no mucho,
especialmente ahora que mi puerta está cerrada, pero es lo mismo, ¿verdad? Me
esfuerzo por mantener el ritmo frenético de mi corazón calmado, y con cuidado
me acomodo en ese espacio vacío a su lado. No dice nada, pero me observa hasta
que estoy acomodada.
—Las repeticiones de Dog Days, ¿eh? —dice.
—Sí. ¿Cómo te sientes respecto a la misma?
—No hay mejor telenovela adolescente.
—Buena respuesta.
Y así comenzamos a ver los viejos episodios de Dog Days. Lo mejor de Dog
Days es que requiere muy poca energía. No tienes que pensar, solo tienes que ver
a los personajes tomando terribles decisiones en pleno verano. Me sorprende un
poco que a Wallace le guste, considerando cuánto aprecia los significados más
profundos en sus historias, pero supongo que todos necesitamos algo que nos
deje un poco atontados.
Pongo mi atención en obligarme a relajarme, estirando mis piernas,
intentando no parecer como que podría ser estrangulada en cualquier momento.
Mi cabello finalmente está comenzando a secarse, rezo para que no le dé frizz, y
hasta ahora ni mis pantalones ni mis calcetines de Wookiee han sido mencionados
en la conversación. Creo que lo estamos haciendo bien.
En cierto momento, Wallace se pone de pie para estirar las piernas de su
pantalón y cuando vuelve a sentarse, está lo bastante cerca que puedo sentir su
calor corporal. Nos sentamos hombro contra hombro. Puedo ver sus pestañas
tocar su mejilla cuando parpadea. Su cabello siempre parece negro desde la
distancia, pero de cerca es un marrón oscuro. Lo ha estado dejando crecer. Tengo
el extraño impulso de trazar la curva de su oreja con mi dedo.
Luego del cuarto episodio, dice:
—¿Tienes un trozo de papel en el que podría escribir?
Me pongo de pie muy rápido.
—Claro. Solo uno. ¿Tú…? Claro que necesitas algo con que escribir. Lo
siento. Ten. —Agarro un papel del cajón de mi escritorio y uno de mis
innumerables lápices y usa el primer libro de Children of Hypnos como superficie
plana donde escribir. Cuando estoy segura que está escribiendo algo para que yo
lo lea ahora, digo—: Pensé que solamente necesitabas hacer eso cuando había
más gente alrededor.
Escribe una línea cuidadosamente tras otra. Frunce el ceño, niega con la
cabeza.
—A veces es… difícil decir las cosas. Ciertas cosas. —Su voz apenas es un
susurro. Me siento junto a él nuevamente, pero su gran mano bloquea la vista de
las palabras. Deja de escribir, deja el papel allí y mira fijamente.
Entonces me lo entrega y mira en otra dirección.
¿Puedo besarte?
“Um” es una palabra exquisitamente compleja. “Um” significa “Quiero decir
algo pero no sé qué es”, y también “Me has atrapado desprevenida” y también
“¿Estoy soñando? Alguien, por favor, deme una bofetada”.
Digo “Um” entonces. Toda la región del cuello de Wallace está ruborizado,
pero el “um” lo oscurece unos cuantos tonos, y maldita sea, estaba nervioso por
preguntármelo e hice que empeorara. ¿Qué tan bueno es un “um” cuando debería
decir “SÍ, POR FAVOR, AHORA”? Excepto que de ninguna manera voy a decir “SÍ,
POR FAVOR, AHORA” porque siento que mi cuerpo es una gran bomba de tiempo
con cables y si Wallace hace algo como rozar mi mano, voy a saltar fuera de mi
cuerpo y salir gritando de la casa.
Me gustará mucho. Fuera de control. Nada bueno.
Digo:
—¿Puedes darme el lápiz?
Me entrega el lápiz, nuevamente sin mirar.
Sí, pero no en este momento.
Sé que suena raro. Lo siento. No creo que resultará bien si sé que vendrá.
Sin duda alguna me volveré loca y te golpearé en la cara o gritaré con todas las
fuerzas o algo así.
Sorprenderme probablemente resultaría mejor. Voy a darte permiso para
sorprenderme con un beso. Esta es una invitación formal para besos sorpresas.
No me gusta escribir la palabra “beso”. Hace que se me erice la piel.
Lo siento. Es raro. Soy rara. Lo siento.
Espero que no haga que te arrepientas de preguntar.
Le regreso el papel y el lápiz. Lo lee, luego escribe:
Sin arrepentimientos. Puedo sorprender.
Eso es todo. ¿Eso es todo?
Mierda.
Ahora va a intentar sorprenderme con un beso. En algún momento. ¿Hoy
más tarde? ¿Mañana? ¿Una semana a partir de ahora? ¿Y si nunca lo hace y paso
el resto del tiempo que pasamos juntos preguntándome si lo hará? ¿Qué he
hecho? Esta fue una idea terrible.
Voy a vomitar.
—Ya regreso —digo y corro hacia el baño para acurrucarme en el suelo.
Solo por unos cinco minutos. Luego regreso a mi cuarto y me siento junto a
Wallace. A medida que me estoy moviendo en mi posición, su mano cae sobre la
mía y no salto fuera de mi cuerpo. Mi control se tambalea por un momento, pero
me giro hacia ésta y todo se calma. Volteo mi mano. Flexiona sus dedos para que
yo pueda caber en los espacios entre medio. Y nos sentamos allí, hombro contra
hombro, con nuestras manos apoyadas en la cama entre nosotros.
No es tan malo.
Capítulo 20
A un cuarto para las cuatro estoy estrechando la mano de Wallace sin
arrepentimientos sobre mi regazo y pensando que ciertamente debí dejar que me
besara. Siempre es ese primer obstáculo el que prueba el problema: hablar,
sostenerse de las manos, lo que sea; y en cuanto consigo acostumbrarme, en
cuanto sé que está bien, necesito más. La lógica dice que tendré que soltar la
mano de Wallace en algún momento luego de dejar mi cuarto, si no es para
conducir el auto, entonces como para esconderlo de mamá. Pero la lógica no está
cerca ahora y no me importa.
Sostengo la mano de Wallace contra mi estómago y pongo la otra en su
muñeca, manteniéndolo en el lugar. Estamos completamente inclinados contra el
otro en este momento. Empujo su pie con mi calcetín de Wookiee. Da un
empujoncito como respuesta. Esto es algo. Estamos haciendo algo. No tengo que
preguntarme si está bien porque sin duda lo es. Él está de acuerdo con eso. Inhalo
y apoyo mi cabeza en su hombro. Acaricia su mejilla en mi cabello. Me rio.
Acaricia con más fuerza.
Nunca he sido más consciente de mi cuerpo. La manera en que este se
mueve. El espacio que ocupo. No es bueno ni malo, solo diferente, obligado a
aventurarse fuera de mi cabeza y explorar el extraño y misterioso mundo de lo
físico. Sus dedos se retuercen contra los míos, contra mi estómago y detonan una
ronda de risitas involuntarias. Gracias a Dios tengo su mano asegurada con la mía;
no puedo confiar o predecir lo que mi cuerpo podría hacer si toca otra parte.
—Oh, maldita sea —digo cuando finalmente miro el reloj—. Son casi las
cuatro. Tienen que estar allí a las cuatro y treinta.
Me empujo de la cama para ponerme de pie, esperando que se mueva
conmigo o al menos soltara mi mano. Él no hace ninguno. Su agarre me jala hacia
atrás. Se apoya contra la pared, mostrando esa sonrisita, negándose a dejarme ir.
—Vamos. —Me rio, intentando levantarlo—. Tenemos que irnos.
Me deja usar todo mi peso corporal para jalarlo. Casi termino sentada en el
piso y él ni se ha movido. Flexiona su brazo y me jala, de vuelta a la cama. Riendo.
—¡En serio!
—De acuerdo, de acuerdo. —Me suelta.
—Tengo que cambiarme también.
—Esperaré fuera.
Lo hace. Me pongo el par de vaqueros que mejor me queda y una camiseta
sin un logo. Una sudadera encima, por supuesto. Sully y Church ya están
esperando junto a la puerta principal con sus bolsos de práctica a cuestas.
Wallace se ha dirigido al pie de las escaleras y están imbuidos en algún tipo de
conversación. Cuando bajo, Sully alza los brazos y me fulmina con la mirada.
—¡Vamos, Huevos Benedictos! ¡No tenemos todo el día!
—Cállate.
Sully y Church apretujan sus formas larguiruchas en el asiento trasero de
mi auto para que Wallace pueda sentarse en el asiento del pasajero.
—Nada de ñaca ñaca allí —dice Sully.
—Sí —agrega Church—. Si veo una mano cruzar los asientos, será
golpeada.
—¿Golpeada? —dice Sully—. Si veo una mano cruzar esos asientos, la
cortaré y quemaré.
—Cállense. —Rezo para que mi cabello cubra el calor en mis mejillas. No
voy a ponerme a discutir con mis hermanos por sus estúpidas bocas inapropiadas
mientras Wallace está en mi auto. Enciendo el radio en alguna basura de rock
alternativo que les gusta tanto y pronto se olvidan de nosotros.
Wallace y yo caminamos por el perímetro del complejo de deportes
durante las dos horas de práctica de Sully y Church. Está lo bastante vacío como
para que Wallace no tenga problemas para hablar, aunque habla más bajo. No
nos tomamos de las manos, pero sus nudillos tocan el dorso de los míos como si
me estuviera enviando un mensaje en código morse.
—Mi hermana viene a este lugar —dice—. A tenis.
—¿Hermana menor o mayor?
—Oh, sin duda la más joven. El único ejercicio que hace Bren es jugar con
los perros en sus clases de obediencia. Sin embargo, Lucy adora el tenis. Y el
básquet. Y la mayoría de los deportes.
—Tu familia parece agradable.
—Me agradan. Quieren conocerte.
—¿Eso es algo que estamos haciendo ahora? ¿Conocer a la familia del
otro?
Se encoge de hombros.
—Solo si quieres.
—No lo sé. Supongo que sería justo. Has sido sometido a la mía.
—¿No te agrandan?
Ahora me encojo de hombros.
—Es raro. Es como, sé que me aman, y sé que no tengo nada de qué
quejarme, pero siempre están intentando que haga cosas que no quiero hacer.
Cada vez que vengo aquí, mamá y papá intentan convencerme de que me anote
para un nuevo club deportivo o equipo interno. Si estoy en el teléfono hablando
contigo o mis amigos online, piensan que estoy ignorándolos, o siendo
irrespetuosa, o lo que sea. Y para nada lo es, estoy en el medio de una
conversación. Si ves a dos personas hablándose cara a cara, no las interrumpirías
y las llamarías irrespetuosas, ¿no?
—No, claro que no.
—No. Entiendo que es algo de adolescentes decir que los padres no los
entienden, pero ellos no lo entienden. No es culpa de ellos haber nacido dos
décadas y media antes que yo, pero ¿los mataría preguntarme lo que estoy
haciendo en el teléfono antes de asumir que es algo irrelevante?
—Tal vez les preocupa que les grites si preguntan lo que estás haciendo —
dice Wallace.
Abro la boca para discutir pero recuerdo que les he hecho eso a mis padres
antes.
—¿Alguna vez haces eso con los tuyos? —pregunto.
—A veces. No tan a menudo como solía. Nosotros… pasamos eso y
tenemos otros problemas.
Antes de que pueda preguntar qué problemas, dice:
—¿Por qué tu hermano te llamó Huevos Benedictos?
—Porque como huevos duros de desayuno. Papá me llama Huevos y Sully
y Church como cualquier tipo de huevo que puedan pensar ese día.
—Lindo.
—Creo que mis hermanos me odian.
Debe sonar demasiado real, porque Wallace me mira preocupado.
—¿Por qué?
Mi mirada queda fija en mis pies, las Nikes gastadas de mamá raspando el
suelo.
—No lo sé. Porque no intento pasar tiempo con ellos, o involucrarme en lo
que les gusta hacer. De acuerdo a papá, son realmente buenos en fútbol soccer,
pero no lo sé porque nunca presto atención cuando vamos a sus partidos.
—Entonces, pasa más tiempo con ellos.
—Pero no me gusta hacer lo que hacen, porque es todo jugar fútbol soccer.
O video juegos. No me gustan los deportes. Se burlan de mí por ser mala con
ellos de todas maneras, así que ¿cuál es el punto?
—Claro que van a burlarse. Son chicos que asisten a la escuela media
criados en un entorno altamente competitivo y cargado de testosterona. Así es
cómo se preparan físicamente entre sí.
—¿Y cómo sabes esto?
—Miro deportes en la televisión. También jugaba fútbol junior de chico.
—¡Sí jugaste fútbol!
Se ríe.
—Sí, cuando tenía como un cuarto del tamaño que tengo ahora. Me tenían
como corredor de apoyo.
—No sé lo que significa.
—Significa que corro muy rápido.
—¿Tú? ¿Moverte rápido?
—Lo sé. Uno de los grandes misterios de la vida. —Sus nudillos rozan el
dorso de mi mano. Mi resistencia encuentra su final, y agarro sus dedos,
sosteniéndolos en los míos. Sonríe y dice—: No creo que tus hermanos te odien.
Creo que no les gustan las mismas cosas. No es algo malo, es lo que es. A ellos
les gustan los deportes. A ti el arte.
Me gusta Monstrous Sea. Eso es lo que hago y todo lo que necesito de Sully
y Church es su silencio respecto a ello con sus amigos de la escuela. No tenemos
que llevarnos bien. Solo tienen que mantener sus bocas cerradas. Se han quedado
en silencio todo este tiempo; deben tener alguna idea de lo importante que es.
Así que tal vez Wallace tiene razón. Tal vez no me odian.
—Entonces, ¿dónde queda tu casa? —pregunto, columpiando nuestras
manos entre nosotros—. Quiero acecharte apropiadamente por Google Maps
antes de estar de acuerdo en conocer a tu familia.
Vuelve a reírse.
La caminata a casa que Amity normalmente encontraba meditativa ahora
rebosaba con sus propios pensamientos inagotables. Su culpa. Si era la única que
podía detener a Faust, ¿no significaba que tenía que hacerlo? ¿Incluso si
significaba un peligro para ella? Era fácil pensar en él en abstracto cuando estaba
aterrorizando lugares distantes, pero ¿si venía a la Isla Nocturna?
¿Y si, en vez de extraños, atacaba a Faren?
MONSTROUS SEA FORUMS
PERFIL DEL USUARIO

rainmaker *
Moderador de Fanfiction

EDAD: No voy a decirte


UBICACIÓN: NO
INTERESES: MS. Escribir cosas. Campamentos. Suéteres. Dormir hasta
tarde. Perros. CHILDREN OF HYPNOS SANTO CIELO

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[Trabajos Únicos - 144]

NOVEDADES
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Nov 24 2016
DÍA DE UN PIE DE BATATA.

Nov 28 2016
He comenzado a leer el trabajo de la genialidad humana que es Children
of Hypnos. ¿Por qué nadie nunca me dijo lo genial que es esta serie? Los
estoy haciendo responsables.
Dec 02 2016
¡Tan feliz de que les encante la transcripción! Más capítulos en camino.
Intentaré hacer algo más de Auburn Blue mientras tanto, pero no puedo
prometer nada. También, DEJEN DE HABLAR DE LA CHICA LINDA DE LA
ESCUELA. Dios mío.

Dec 13 2016
Voy a quedarme callado por un tiempo. Estudiar para exámenes
trimestrales. Estaré en los temas, sin embargo.
#MatemáticasAsesino

Dec 19 2016
Como recompensa por sobrevivir a los exámenes, el cuarto libro de CoH.
No, no me importa si la autora está loca. Más vale que esto termine bien.

Dec 19 2016
Sí, fui presentado a CoH por Chica Linda de la Escuela. NO GRACIAS A
NINGUNO DE USTEDES.

Dec 21 2016
Soy un completo despojo humano y en este momento, estoy
completamente bien con ello.
Capítulo 21
Estoy de acuerdo con conocer a la familia de Wallace el viernes antes de
Navidad. Para la cena.
Lavo mi mejor par de vaqueros otra vez así empezarán con su calce más
ajustado y se estirarán a medida que la noche avance, y le robo a mamá una de
sus blusas de encaje. Ni siquiera finjo que me importe lo que la gente de la escuela
piense de mi ropa, pero Wallace se veía bien viniendo a mi casa, entonces voy a
verme bien en la suya.
Antes de irme, mamá me entrega un montón de volantes para su grupo de
ejercicio (“Si algún miembro de su familia está buscando nuevos ejercicios para
hacer, me alegraría tenerlos. ¡Déjales saber! O si trabajan en algún lugar con
tablones de anuncios, ¡haz que los pongan allí!”) y papá me recuerda con una
sonrisa que lo que sea que ellos coman de cena es mi permitido de la semana. A
mis padres les gusta suponer que cualquiera que no esté en nuestra familia come
comida terrible y poco saludable. También se olvidan que asisto a la escuela
pública y por lo tanto, como papas fritas los cinco días de la semana.
Sully y Church, por suerte, están molestándose entre sí por un shooter de
primera persona en la sala y no notan que me voy.
Wallace vive al otro lado de la ciudad en un rancho de un piso con
iluminación de Santa en el patio y una entrada que es más fango que grava. Dos
autos están en fila, probablemente ninguno de ellos hecho luego del 2007; el que
está atrás es el de Wallace, o al menos el que conduce a todas partes, el mismo
que conduce su hermana para recogerlo de la escuela. Me estaciono detrás de
éste. Una luz cálida llega a través de las cortinas detrás de la ventana en la puerta
principal.
Saco mi teléfono.

MirkerLurker: Aquí estoy.


MirkerLurker: En su casa.
MirkerLurker: A punto de entrar.
MirkerLurker: Queriendo vomitar.

Emmy y Max no responden. Emmy está en casa por las vacaciones y Max
de licencia, por lo que estamos en ese relajado momento donde pasan el menor
tiempo posible online. No he hablado con ellos en los últimos días, al menos
recordé enviarles sus paquetes de provisiones. Tal vez verán el mensaje mientras
estoy aquí.
Apoyo mi cabeza contra el volante, finjo que estoy haciendo algo en caso
de que alguien esté observando desde la casa, cuento hasta veinte, luego me
obligo a salir del auto, dejando los volantes de mamá en el asiento del pasajero,
y camino hasta la puerta principal.
Wallace responde al primer golpe. Está usando pantalones de chándal y
uno de sus suéteres.
—Es tan injusto —digo.
Sonríe.
—Pensé que dirías eso.
El interior de su casa parece sacado directamente de los años sesenta.
Paredes con paneles de madera, alfombra amarilla. Pero es cálida y acogedora, y
el aroma a grasa chisporroteando llega desde la cocina a nuestra derecha. A
nuestra izquierda hay una pared que divide la entrada de una sala de estar con
una televisión encendida y un pasillo trasero que debe llevar a las habitaciones.
—Así que esta es La Casa Warland, ¿eh? —digo.
—Más como La Casa Keeler —responde. Su voz es más fuerte de lo que
alguna vez lo he escuchado antes, casi tan alta como la de Church y Sully, quienes
todavía no han aprendido el término “voz interna”. Toma mi abrigo y lo cuelga en
la percha junto a la puerta. Me paro incómoda junto a la puerta que da a la sala
hasta que alguien detrás de mí dice:
—¡Oh, tú debes ser Eliza!
Me sobresalto. Una mujer de mediana edad atraviesa la sala en mi
dirección, brazos extendidos. Es baja, regordeta y tiene una sonrisa que parece
capaz de aporrear al demonio hasta las lágrimas. Me da un abrazo. Miro fijamente
a Wallace.
—Eliza, esta es mi mamá, Vee.
—Oh, cariño, en realidad soy su madrastra. No quiero que te confundas.
—Vee me suelta y en cambio toma mi mano, jalándome hacia la cocina. El
movimiento en la sala de estar se vuelve borroso detrás de nosotros, y entonces
hay una chica de la edad de Sully y Church siguiendo a Wallace, con la piel unos
tonos más clara que la de Vee y como un millón de diminutas trenzas recogidas
en una apretada coleta que cuelga más allá de sus hombros.
—Soy Lucy —dice la chica—. Eres más baja de lo que pensé que serías.
Vee me sienta en una pequeña mesa rectangular. Wallace se sienta a mi
lado y Lucy frente a mí. Sus piernas son tan largas que tiene que arrastrar los pies
hacia atrás cuando accidentalmente toca los míos. La mesa está puesta para seis.
Al otro lado del cuarto, algo que huele y suena sospechosamente como tocino
que se cocina en una sartén en la estufa.
—Espero que te guste el desayuno para la cena, Eliza —dice Vee—,
porque es viernes por la noche y ¡sabes lo que significa noche del viernes!
No lo sé, pero Lucy grita:
—¡Huevos y tocino! —Y grita varias veces por si fuera poco.
—No entiendo cómo se supone que alguien reciba un sueño de belleza en
esta casa. —Otra mujer entra a la cocina, manos en sus caderas. Tiene que estar
a principios de los veintes y un grueso cintillo mantiene una magnífica melena de
cabello apartada de su rostro anguloso. Creo que podría quemarme viva cuando
sus ojos aterrizan en mí, pero tras un momento, sus rasgos se suavizan y apunta a
Wallace—. ¿Eres la novia de Wally?
El rostro de Wallace se enciende. Me mira de reojo. No la está corrigiendo.
No la está corrigiendo.
—Um —digo—. Soy Eliza.
Tiende su mano. Su agarre como de un titán.
—Soy Bren. Siento como que te he visto antes, ¿tienes un perro?
—Sí. Davy. Es un Gran Pirineo.
Asiente sabiamente.
—Trabajo para la Guardería de Perros Happy Friends. Tenemos a Davy allí
de vez en cuando.
—¡Estuvo allí en octubre para su carrera en manada de una semana!
—¡Sí, lo estuvo! —Bren se mueve alrededor de la mesa y sienta junto a
Lucy, quien de inmediato intenta meter el dedo en la oreja de Bren. Bren le da
una palmada a la mano distraídamente—. Amo a esos perros. También Wally, le
pagamos para que limpie las perreras y juegue con los perros al final del día. —
Resopla—. Ya sabes, cuando estoy a cargo de ese lugar, voy a alimentarlos a la
mañana y a la tarde, porque una vez al día no es suficiente. En especial no cuando
están corriendo y jugando. Desearía que pudiéramos tener un perro aquí, pero
Luce es alérgica. —Tira de las trenzas de Lucy.
—¿Cómo te gustan los huevos, Eliza? —pregunta Vee.
—Um… de cualquier manera. Fritos está bien.
—Fritos será. —Termina con el tocino y comienza a cascar los huevos en
la sartén.
Bren y Lucy, pero mayormente Bren, pasan por la gama habitual de
preguntas sobre mí. De dónde vengo, cuántos años tengo, cómo nos conocimos
Wallace y yo. Wallace salta ante esa, hablando tan alto que no suena en absoluto
como él.
—Tenía dibujos de Monstrous Sea. Te conté sobre eso, ¿recuerdas? —No
menciona a Travis Stone o Deshawn Johnson, por suerte. No quiero tener que
explicarles a sus hermanas lo magníficamente que fallé al intentar defenderlo, y
tengo la sensación que él no quiere decirles que se sentó allí y lo aguantó hasta
que yo aparecí. Pero ellos probablemente ya saben que él no es del tipo que se
enfrenta a los demás.
—Cierto, cierto. —Bren agita una mano en el aire—. Entonces, estás metida
en eso también, ¿eh? ¿Monstrous Sea?
Me encojo de hombros.
—Sí.
—¿También escribes fanfiction?
—Oh… no.
—Ella hace fanart —dice Wallace—. Sigo intentando que postee algo
online.
—¿Por qué no lo haces? —pregunta Lucy.
Me vuelvo a encoger de hombros.
—Nunca se siente bien, supongo.
Wallace pasa un dedo a lo largo del borde exterior de su plato, sonriendo
un poco.
—Son realmente estupendos —dice, voz suave otra vez—. Deberías
postear algunos. Uno o dos.
Cada vez que habla de esto, voz baja y ojos hacia abajo, sonriendo, quiero
hacerlo. Quiero llegar a mi computadora en este momento y cargar algunos
dibujos, solamente para ver cómo reacciona. Sé que quiere que lo comparta con
todos los demás. Una colaboradora. Sé que quiere que enseñe mi arte, porque
me lo dijo detrás de la escuela media un día, y cada vez que pienso en ello, mi
estómago da saltos y mi corazón se dispara a mi garganta y quiero besar todo su
hermoso rostro con hoyuelos.
Cada vez que habla de esta manera, mi resolución se torna un poco más
débil.
Nadie será capaz de decir que soy LadyConstellation por unos pocos
dibujos.
—Estaba… estaba pensando en ello —digo finalmente, y eso atrae los ojos
de Wallace hacia mí.
—¿De verdad?
—Sí. Tal vez después.
—¿De verdad?
Me rio.
—Sí. ¿Qué sucede contigo? ¿Te sientes bien?
Se endereza en su asiento como una bola de energía de noventa kilos.
Antes de que pueda decir algo más, la puerta principal vuelve a abrirse.
—¡Tim está en casa! —grita Lucy. Una risa llega de la entrada y un momento
después, un hombre calvo y alto entra a la cocina.
—Desayuno de cena, ¡mi favorito! —Tim pasa junto a la estufa para
depositar un beso en lo alto de la cabeza de Vee, se mueve alrededor de la mesa
para depositar otro en Lucy y Bren también. Entonces toma asiento al final de la
mesa, a la derecha de Wallace y me da una sonrisa amable—. Y tú eres Eliza. —
Alarga la mano a través de la mesa para estrechar la mía; tiene el agarre de titán
de Bren—. Nos alegramos tanto de tenerte para la cena, Eliza.
—Gracias. —Habla muy fuerte y tiene mucha confianza, y me estoy
encogiendo en mi asiento con cada segundo que se fija en mí.
—Lucy, cariño —llama Vee—, ven a ayudarme con la comida.
Lucy se levanta para traer el tocino, salchichas y tostadas a la mesa. Vee
trae los huevos, todos fritos, y comienza a deslizarlos en nuestros platos. Mi
estómago gruñe. Wallace me empuja con su codo, y no puedo saber si es a
propósito o si es porque sus hombros son tan anchos que ocupa todo el espacio
de mi brazo.
—Entonces, Keelers y Warlands —dice Tim, luego de que Vee se sienta en
el otro extremo de la mesa—. ¿Qué logros alcanzamos hoy?
Vee comparte una historia sobre una vieja amiga del instituto con la que se
encontró en la tienda mientras buscaba ingredientes para una nueva receta que
quería probar. Lucy nos entretiene con la investigación que hizo sobre raquetas
de tenis y pasa cinco minutos intentando convencer a Tim de dejarla comprar una
máquina para cambiar cuerdas, a lo que él se niega. Bren se queja de una joven
pareja que abandonó un cachorro en la guardería porque lo recibieron como un
regalo temprano de Navidad pero no querían conservarlo. El resto de nosotros
come mientras la persona habla. Entonces Tim fija su mirada en mí.
—Eliza, ¿te gustaría compartir algo?
—Oh. Um. —¿Qué he hecho hoy? Estuve acostada en la cama y miré
Netflix. Abrí el Westcliff Star de ayer y leí la historia resumida de las muertes en
la Curva Wellhouse como unas doce veces. Luego programé para que la página
de Monstrous Sea se suba esta noche, la única que pude terminar, considerando
el daño que Wallace le había hecho a mi productividad. Luego de eso, pasé unas
horas sudando. Luego me duché. Y ahora estoy aquí.
—¿Por qué no sigo yo? —dice Wallace—. Acabé de comer. —Inhaló su
comida.
Tim se gira hacia él en cambio.
—Ayudé a Bren a conseguir que el Retriever que tenía problemas de
confianza me dejara darle un baño hoy —dice Wallace. Entonces las comisuras
de sus labios se alzan—. Y, uh… vendí dos historias más por encargo.
—¿Dos más? —chilla Vee—. ¡Wally, eso es estupendo!
—¡No me dijiste eso! —dice Bren.
Lucy le arroja su servilleta.
—¿Vas a dejarme leerlas?
Tim sonríe.
—Eso es genial, Wallace. ¿Son estas tus historias de fanfiction?
—Sí. No de Monstrous Sea, sino de algo más.
—¿Has intentando vender alguna de las tuyas?
Wallace se rasca la nuca.
—Así no es cómo funciona. La gente pide historias porque ya conocen a
los personajes, y saben lo que quieren.
—Hmm. —Tim regresa a sus huevos—. Entonces, ¿esto es lo que harías
con tu carrera el año que viene? ¿Escribir fanfiction?
Toda la diversión ha abandonado el rostro de Wallace.
—No, no hacen fanfiction en ninguna carrera de escritura creativa.
—Entonces estarías escribiendo tu propio trabajo.
—Sí.
—¿En qué va a ayudarte, si no puedes hacer dinero de tu propio trabajo?
—Timothy —advierte Vee—. No mientras tenemos una invitada.
Me encojo al lado de Wallace, pero la mirada laser de Tim me encuentra
de todas maneras.
—Eliza —dice—. Planeas ir a la universidad el próximo año, ¿verdad? ¿En
qué quieres especializarte?
Arte parece la respuesta obvia, pero no me he decidido por nada todavía
porque no hay una carrera por dibujar Monstrous Sea. Pero decir “arte” no parece
que me dará muchos puntos en la agenda de Tim.
—Diseño gráfico —digo—. Como para marketing. Y cosas así. —Vaya
manera de culminarlo, Mirk.
—Diseño gráfico —repite Tim—. Ves, Wallace, incluso eso tiene atractivo
comercial. Los diseñadores gráficos pueden hacer buen dinero. No estoy
diciendo que no puedas escribir, solo haz algo de escritura para que puedas
construir una carrera. Escritura creativa no va a llevarte a ninguna parte.
Wallace aprieta la boca y mira fijamente su plato. Lucy mete un trozo de
tocino en su boca y Bren se cubre el rostro con una mano, negando lentamente
con la cabeza.
—Esta cosa del fanfiction es por diversión. Tu madre y yo no pagaremos
por una educación universitaria que respalde un pasatiempo. Queremos que
hagas algo significativo.
Tim continúa. El puño de Wallace se aprieta contra su muslo. Rozo un dedo
contra este, y toma mi mano. Aprieta con fuerza, como si sintiera dolor. Lo aprieto
en respuesta.
—Sé que no te gusta escuchar esto —dice Tim—, pero es la manera en que
funciona el mundo.
Un segundo de silencio cae sobre la mesa cuando Tim regresa a sus huevos.
Después Wallace dice:
—¿Podemos disculparnos?
Tim parece listo para decir que no, pero tiene la boca llena. Vee le lanza
una mirada venenosa desde el otro extremo de la mesa y dice:
—Sí, cariño, tú y Eliza pueden irse. Me encargaré de sus platos.
Wallace se pone de pie y me saca de la cocina.
Capítulo 22
Yendo por el pasillo trasero hay un conjunto de escaleras que llevan al
sótano. Este tiene paredes de ladrillo, alfombrado y más frío que el resto de la
casa. Wallace aprieta un interruptor de luz al final de las escaleras que enciende
unas lámparas suaves y ambientales. La habitación está dividida por la mitad por
una pared con una gran apertura. De este lado hay un sofá comido por las polillas
y una gran y vieja televisión. Wallace me lleva al otro lado de la habitación, a través
de la apertura. El lado más oscuro. Hay un colchón aquí en el suelo, cubierto por
sábanas arrugadas, una lámpara conectada a una regleta, y libros y papeles se
apilan alrededor de la misma, incluyendo la serie Children of Hypnos y los
capítulos de la transcripción de Wallace de Monstrous Sea. Una mesa de billar
ocupa mucho del espacio. Justo a la izquierda de la lámpara en el suelo, hay un
viejo sillón reclinable. Detrás de eso hay un gran cartel de Dallas Rainer de pie en
la playa, con la vista en el océano, y las palabras HAY MONSTRUOS EN EL
OCÉANO escrito en la sombra que él proyecta sobre la arena. Sujeto debajo del
cartel, hay un viejo jersey de fútbol que dice WARLAND y el número 73.
De la apertura en la pared, Wallace saca una puerta corrediza pesada de
madera y la traba en el otro lado del marco. Interrumpe cualquier ruido residual
del piso de arriba, e incluso del resto del sótano. Presiona su frente contra la
puerta y cierra los ojos.
—Lo siento tanto —dice—. No creí que haría algo así.
Me muevo incómoda de un pie al otro. La habitación está fría y mi chaqueta
se encuentra arriba.
—¿Lo hace a menudo?
—A veces. Es… es un gran tipo, y una buena persona, pero detesto cuando
comienza a decir cosas que no tienen sentido. —Aparta su cabeza de la puerta y
comienza a caminar—. Lo siento. Lo siento. No quiero asustarte. No creí que se
portaría así si estabas aquí.
—Está bien. Lo entiendo. —Simplemente me alegro de poder respirar de
nuevo.
Wallace cierra las manos en puños a sus costados. Nunca lo he visto tan
enfadado. No así. Parece como si pudiera romper algo. Tal vez la mesa de billar.
—¿Cuál es el sentido de estar vivo si no haces lo que te hace feliz? ¿Qué
tan buena es una carrera que te da dinero si te odias cada día que lo haces? No
tengo una familia a la que proveer, no tengo cuentas que pagar, al menos no por
el momento. Claro, tendré que pagar los préstamos estudiantiles, pero solamente
tenemos dinero para que vaya a la universidad comunitaria de todas maneras, por
lo que la pagaré con cualquier trabajo que consiga luego de eso. No necesito ser
un médico, o un abogado, o cualquier trabajo importante que él quiera que
consiga. Solo deseo escribir.
Lo observo caminar y me siento madurar en el suelo, los pies enraizados
en el lugar, incertidumbre arrastrándose por mis venas. Nunca lo he visto de esta
manera… no sé qué hacer con él, por lo que permanezco allí y miro fijamente
hasta que alza la vista en mi dirección y dice, “En verdad lo lamento” otra vez.
—¿Necesitas algo donde gritar? —pregunto.
Lo considera.
—Eso estaría bien.
Tomo la almohada del colchón y se la lanzo. La presiona contra su rostro y
suelta un grito ahogado. Probablemente el sonido más fuerte que alguna vez haya
salido de él en mi presencia, y la almohada no lo hace más alto que su normal
volumen de conversación.
Arroja la almohada de regreso en su cama y la sigue. Es mucho menos
intimidante mientras yace de espaldas. Me siento en el borde del colchón y me
vuelvo hacia él.
—Lamento que él sea así —digo.
Wallace se cubre los ojos con las manos. Qué sencillo sería inclinarse y
besarlo en este momento, pero no se siente como que sea el momento. Tal vez
nunca será el momento. Nunca será el momento porque soy Eliza Mirk, una gran
evitadora de la vida y todas sus consecuencias. ¿Cómo puedo querer algo tanto
pero quedarme paralizada cada vez que siquiera pienso en tomarlo?
—Ya he pasado doce años de escuela haciendo lo que otras personas me
han dicho que tengo que hacer —dice—. Y sé qué sucede cuando alguien es
obligado a hacer algo que detesta. ¿Es demasiado pedir unos años de lo que yo
deseo? ¿Tus padres te hacen esto? ¿Realmente vas a especializarte en diseño
gráfico?
—Oh, no. Dije eso para que Tim no me echara de la casa.
Wallace resopla.
—No sé en qué voy a especializarme. Solo no quiero estar… aquí. A mis
padres les gusta recordarme que todavía tengo que terminar la secundaria para
saber si puedo ir a la universidad, y creen que una vez que vaya, me convertiré en
una ermitaña de residencia que nunca deje su cuarto y mire fijamente la pantalla
de su computadora todo el día. Pero no, no me dicen lo que debería hacer, no
todo el tiempo de todas maneras, y supongo que eso es mejor.
Pero la única razón por la que no están intentando obligarme ya, se debe a
que me he enfurecido contra ello por tanto tiempo que los cansé. Todavía lo
mencionan a veces, en las pequeñas pullas de mamá sobre hacerlo mejor en la
escuela, y en las menciones de becas de papá, pero no es el mismo problema.
Mamá y papá no saben cuánto dinero tengo, pero yo sí, y tengo al menos esa
tranquilidad. Wallace solo tiene su fanfiction y eso no puede ayudarlo.
—Lo siento —vuelvo a decir. Baja sus manos, mira fijamente al techo y se
encoge de hombros. Entonces me mira.
—¿Tienes frío?
Mis manos están sujetas alrededor de mis brazos, mi torso apoyado contra
mis piernas para conservar el calor.
—Um.
—Ten. —Wallace se sienta y saca una gruesa manta tejida de debajo de las
otras sábanas de su cama—. Capa de aislamiento térmico. Espero que no huela
feo. —La envuelve a mi alrededor. Ya está cálida. Probablemente cálida debido a
él, considerando que duerme con ella tocándolo cada noche.
—Huele a Primavera Irlandesa y champú aromático de chico —digo.
—¿Eso es bueno o malo?
—Es estupendo.
Nunca he estado así de cerca a algo que huele a Primavera Irlandesa y
champú aromático de chico, a menos que cuentes cualquier cosa a la que mi
padre se acerca, y no lo hago. No estoy del todo segura que mis hermanos se
bañen. Me acurruco en su manta pero permanezco con la cara vuelta hacia el otro
lado.
—No corregiste a Bren cuando ella dijo que era tu novia.
Wallace se mueve detrás de mí.
—Oh. Sí. Bueno, pensé… ya sabes, llevaría a más preguntas que si
respondía… y es algo persistente… y no quería que la situación se tornara
incómoda…
—Oh.
—Hmm.
Alguien descarga el retrete arriba; el agua corre a través de las tuberías del
sótano. Hundo mi cabeza en la manta de Wallace. Él vuelve a moverse detrás de
mí.
—A menos que quieras serlo —dice.
Miro sobre mi hombro.
—¿Qué?
Se sienta contra la pared con los brazos envueltos alrededor de sus rodillas,
sus ojos bien abiertos. Cuando lo miro, baja la mirada a sus pies. Su voz baja, y
sus palabras salen un poco amontonadas.
—No sé si… si quisieras ser mi novia, así que no deseaba meterme en un
tema incómodo durante la cena.
—¿Quieres que lo sea? —digo con la voz ahogada.
Alza la mirada.
—Es decir, sí.
La pelota está en tu lado de la cancha, Mirk.
—Sí —digo.
—¿Sí? —Frunce el ceño.
Aghh. Palabra equivocada.
—Es decir, está bien.
Una pequeña sonrisa aparece.
—¿De verdad?
—Sí.
Se vuelve una sonrisa completa. Baja la cabeza y arrastra ambas manos a
través de su cabello. Alzo mis brazos sobre mí y me oculto en su manta.
Demasiado, demasiado, fuera de control. Un momento después, su pecho se
presiona contra mi espalda y sus brazos me rodean y sus piernas encierran las
mías a cada lado. El peso de su cabeza cae sobre mi hombro.
Un instante de silencio pasa. El mundo no se desmorona. Bajo la manta y
me giro en sus brazos, y me lo permite, y entonces nos estamos viendo cara a
cara.
No quiero ser la chica que se congela cuando se enfrenta a nuevos amigos,
o al mundo exterior, o la más pequeña pizca de intimidad. No quiero estar sola
en una habitación todo el tiempo. No quiero sentirme sola en una habitación todo
el tiempo, incluso cuando hay gente alrededor mío.
Abro la manta y la alzo para que Wallace venga dentro, y cuando me vuelve
a abrazar, apoyo mis brazos sobre sus hombros y nos atrapo a ambos en la
calidez. Suelta un suspiro satisfecho.
Me vuelvo sumamente consciente de mis extremidades, lo rápido que
respiro y cada movimiento de mis labios y dedos. Me ayuda a dejar de pensar en
lo que estoy haciendo. No es demasiado. No estoy fuera de control.
Estoy aquí. Él está aquí.
Capítulo 23
Me despido de los Keelers, y Lucy, quien técnicamente es una Warland,
antes de marcharme. Están todos reunidos en la sala, Lucy metida bajo el brazo
de Tim en el sofá junto a Bren, Vee con gafas de lectura ubicadas al final de su
nariz, entrecerrando los ojos hacia la televisión mientras busca un canal que todos
puedan mirar. Wallace me acompaña a mi auto. Creo que podría sacar un beso
sorpresa entonces, pero no lo hace.
—Me alegra que vinieras —dice, apretando mi mano. Entonces me jala, en
un abrazo.
—Me alegra que me lo pidieras —digo, trabando mis brazos a su alrededor.
Los músculos a lo largo de sus costillas se expanden y contraen con su
respiración. Mi nariz roza su cuello y se estremece—. Probablemente debería
irme —digo.
—De acuerdo.
Me subo a mi auto. Cuando me alejo de la entrada, Wallace está apoyado
contra el parachoques trasero de su auto con las manos dentro de sus bolsillos,
su respiración condensándose en el aire haciendo bruma y me observa alejar.

Cuando llego a casa esa noche, intento rodear la sala donde mis padres
están abrigados mirando su película favorita número uno de todos los tiempos,
Miracle. Es la película que miran en cada cita nocturna, cumpleaños, fiestas y
aniversario. Si no hubiera salido seis años luego de que nací, habría pensado que
estaban mirándola cuando fui concebida. Sin embargo, su dedicación a esta joya
del cine de deportes no hace nada para obstaculizar los sentidos de mis padres.
Cuando paso junto al marco de la puerta, mamá se da la vuelta.
—¿Cómo estuvo?
—Bien —espeto—. Bien. Voy arriba.
—¿Por qué no vienes aquí y nos cuentas? Me gustaría saber de su familia.
¡Y puedes mirar Miracle!
—No, gracias. —Comienzo a subir las escaleras.
—¡Oh, Eliza, por favor, no te metas en esa computadora! Quédate aquí y
habla con nosotros.
—Tengo trabajo que hacer. —Llego a lo alto de las escaleras y corro a mi
cuarto antes de que puedan hacerle agujeros a mi burbuja de felicidad. No quiero
mirar Miracle por milésima vez, alerta de spoiler: derrotamos a los rusos, y no
quiero hablar con ellos sobre Wallace. Ya es bastante malo que mamá me haya
obligado a esa cita con el médico; quién sabe lo que hará si le digo que ahora
estamos saliendo realmente.
Me encierro en mi habitación, ignorando la música resonando de la
habitación de Church y Sully, y compruebo mi teléfono. Ni Emmy o Max han
respondido a mis mensajes todavía, pero está bien. Es un viernes por la noche,
los verán a la mañana. Saco mi cuaderno de bocetos y paso a través de los dibujos
de Monstrous Sea. Escaneo tres de ellos en la computadora. Uno de un agitador
del ocaso surgiendo del océano oscuro, el agua deslizándose por sus espinas
afiladas; uno de Damien mirando al cielo con las estrellas reflejadas en sus ojos;
y uno de Amity balanceándose encima de un pilar estrecho de cristal, enmarcada
por el sol. Me conecto a los foros con mi cuenta MirkerLurker, encuentro los
subforos de fan art y comienzo un nuevo tema.
Las tres imágenes se suben. Cierro el navegador antes de que alguien pueda
responder, y me lanzo en la cama con la ropa puesta.
Capítulos 24
A la mañana siguiente, despierto con veintidós mensajes de Emmy y Max.
Por separado. Y ninguno de ellos son sobre yo estando nerviosa por comer en la
casa de Wallace anoche.

emmersmacks: ¿¿Te sientes bien??


emmersmacks: Ninguna de las páginas se subió
emmersmacks: E???
emmersmacks: ¿¿Lo olvidaste o…??
Apocalypse_Cow: ey sé que estás divirtiéndote con mejillas dulces
machoyuelos pero la gente se está poniendo nerviosa.
Apocalypse_Cow: ninguna página.
Apocalypse_Cow: ¿te sientes bien?

Ellos siguen. Aparto las sábanas y caigo sobre la computadora. Escribo mi


contraseña mal dos veces para la computadora y una vez para los foros.
LadyConstellation tiene treinta nuevos mensajes privados de los
administradores del foro preguntando dónde están las nuevas páginas. Y los foros
mismos, el primer post en casi todos los subforos es alguien preguntando si hay
algún problema con el sitio web, o algo malo con LadyConstellation, o si las
páginas están atrasadas.
Paso a la página web en sí, donde se suben las páginas. El último post sigue
siendo la última página de la semana anterior.
Pero programé el post para subirse. Sé que lo hice. Compruebo los ajustes
y allí está, en los bosquejos. Sin publicar. Le hago clic al botón de postear con
tanta fuerza que mi mouse vuela de debajo de mi mano y golpea la pared.
En tres años, nunca me he retrasado al postear. La fiabilidad es lo que
vendo a mis fanáticos y son felices de comprarlo.
Hago un nuevo post del foro.

LadyConstellation:
Hola todos, lamento el post faltante de anoche. Algo salió mal y no se
posteó según lo programado. ¡Está listo ahora!

Las respuestas fluyen.

¡Sip!
¿Solamente una página?
¡¡Whoo!! ¡¡Finalmente!!
¿Cuánto puede salir mal con la programación de un post?
Solo me alegra que no estés muerta.
Justo a tiempo. Hombre, tanto trabajo para postear una página, ¿eh?

Cierro el navegador y me aparto de la computadora, acurrucándome en la


silla y sosteniendo mi cabeza con las manos. Está bien. Solo fueron unas horas.
Mientras consiga tener las páginas a tiempo desde ahora, todo estará bien.
No mires los comentarios. Nunca mires los comentarios.
—¿Te sientes bien, Huevos?
—Sí, papá, estoy bien.
—No has salido de tu habitación todavía esta mañana. Mamá y yo estamos
preocupados.
—Estaba dormida.
—Bueno, Wallace está aquí. Dice que se supone que vayan a Murphy’s.
—Oh. Um.
—¿Es ese momento del mes? ¿Quieres que le diga que no puedes ir?
—Yo… ¡Dios, no! Bajaré en un segundo. Jesús.

Wallace está sentando en la sala jugando video juegos con mis hermanos.
Está atrapado entre ellos, silencioso y concentrado en la televisión, mientras Sully
y Church se gritan entre sí por encima de su cabeza. Entonces algo sucede, y
ambos gruñen y Wallace sonríe.
—¿Cuánto tiempo has estado aquí? —pregunto. Me mira y me ve allí por
primera vez y suelta el control del juego.
—Unos minutos —dice, viniendo hacia mí.
—¡Juega otra ronda! —Sully señala la televisión y luego a Wallace con un
largo arco de su brazo, como si pudiera hacer regresar a Wallace.
—Tenemos que irnos —digo. Sully me fulmina con la mirada. Arrastro a
Wallace fuera de la casa, hacia su auto.
—¿Te encuentras bien? —pregunta.
—Sí. Estresada.
—¿Por qué?
Me encojo de hombros.
—Cosas.
Nos subimos al auto, nos quedamos en silencio. Wallace frunce el ceño a
la vez que retrocede de la entrada y arranca para dirigirse a Murphy’s. Cuando
pasamos sobre el Puente Wellhouse, reduce la velocidad hasta casi parar así
puede tomar la Curva Wellhouse. Lento y constante, como siempre. Demasiado
lento. Demasiado constante. Tiene más miedo de caerse sobre el borde que
cualquiera que haya conocido. Miro hacia el lateral, como siempre lo hago y
enfrento la caída hacia abajo.
Es calmo allí. Incluso si la muerte no llega rápidamente, apuesto que casi
vale la pena por la paz y la calma.
Cole y Megan ya se encuentran en Murphy’s cuando llegamos y están
hablando de las páginas faltantes. Las páginas faltantes… página, porque solo
hubo una, que se subió esta mañana, pero que aparentemente la gente está
llamando las Páginas Faltantes porque es un maldito fiasco.
—Es la primera vez que sucedió desde que el comic comenzó —dice Cole
desplazándose a través de los foros para más posts sobre el tema—. Todos están
hablando de ello. Es un evento. Miren, incluso hay un fanfiction sobre los
personajes entrando temporalmente a un vacío sin escape entre el momento en
que las páginas supuestamente iban a subirse y cuando realmente lo hicieron. Es
hilarante.
Nos lo muestra. El fanfiction, los foros, todo. Mantengo mis ojos apartados.
Wallace lo revisa por un segundo, luego se encoge de hombros.
—Es decir, es gracioso, pero parece un poco tonto por un día de páginas
faltantes.
—Página —lo corrige Megan, dándole a la niñita Hazel un nuevo libro de
imágenes para que hojee—. Solo una página. Al menos tenía algo de acción en la
misma, pero esas páginas individuales son difíciles de superar. Nada sucede.
Adoro el comic tanto como cualquiera, pero trabajo quince horas al día y cuido
de este monstruo —agarra la coronilla de Hazel—, y cuando llego al final de la
semana todo lo que quiero hacer es sentarme con un té y algunas páginas de
Monstrous Sea. Preferiblemente un capítulo completo.
Sí, Megan, déjame improvisar una docena de páginas para ti. No es como
si LadyConstellation tenga otras cosas en mente, tampoco. No leo los
comentarios, pero sé que muchos de los fanáticos son así. No los culpo. Fui de
esa manera hace un tiempo también, con Children of Hypnos. Estaba enojada con
Olivia Kane tanto como cualquiera.
No los culpo, pero eso no evita que sea agotador.
Ellos hablan, y con el tiempo se ponen en contacto con Leece y Chandra
en la computadora de Cole, lo que comienza una nueva ronda de discusión sobre
las páginas, y apoyo mi cabeza en la mesa, fingiendo dormir. Me dejan en paz.
Algunas veces los dedos de Wallace rozan mi rodilla. Lo permito. No me
muevo.
Saco mi teléfono para escribirle a Emmy y Max y no encuentro la fuerza de
voluntad. Vuelvo a bajar el teléfono.
Cuando Leece y Chandra tienen que irse, Megan sugiere un cambio de
escenario. Tiene tres juegos gratis en los bolos de Blue Lane, gracias a su segundo
trabajo allí. Cole aprovecha la oportunidad de inmediato, pero antes de que
acepte Wallace pregunta si quiero ir.
Comienzo a decir que no, entonces me detengo. Tengo que intentarlo.
Tengo que intentarlo, porque lo estoy haciendo de nuevo: cerrándome a todo
porque estoy frustrada y porque el mundo real es difícil y preferiría vivir en uno
hecho por mí. Pero no puedo. Estoy aquí y tengo que intentarlo.
Media hora después estoy parada al final de la pista de bolos, intentando
alinearme con los pinos. Wallace está en la mesa de refrigerios. Megan sentada en
la mesa detrás de mí, haciendo rebotar a Hazel en su regazo. Cole está de pie a
mi lado, los brazos cruzados sobre su pecho, una mirada demasiado intensa en
su rostro para una bolera.
—Los bolos es como cualquier deporte —dice, y creo que mayormente
está hablando consigo mismo—. Los profesionales lo hacen ver fácil, así
cualquiera piensa que puede hacerlo. Pero no es fácil. Piensas demasiado y de
pronto la bola está disparándose hacia la cuneta y volando tres carriles abajo y
eres expulsado de la bolera por imprudente.
Aprieto los labios para contener mi risa.
—No soy muy buena en los bolos, pero creo que nunca haya arrojado la
bola tan fuerte que saltara tres carriles más.
Cole mira estoico el carril.
—Bueno, sucede.
—¿Has hecho eso antes?
—No te preocupes por ello.
Ruedo la bola. Se dirige directamente a la canaleta derecha, pero a medio
camino se dobla hacia atrás y golpea el primer pino. Caen hasta que solamente
dos en la parte trasera quedan de pie.
—¡Funcionó! —Giro mi cabeza para para observar un pequeño ocho
ponerse junto a mi nombre en la pantalla encima de nuestro carril.
—No suenes tan sorprendida —dice Cole.
—¡Nunca he golpeado tantos a la vez! Al menos no con un tiro real. —Dejé
de ir a los bolos con mi familia cuando Sully y Church crecieron lo suficiente
como para burlarse de mis tiros de abuelita. Tal vez ahora pueda competir con
ellos.
Lanzo mi segunda bola. Roza uno de los pinos, pero ambos quedan de pie.
—Observa. —Cola agarra su bola y me roza el hombro al pasar—. Es hora
de sacar algunas papas fritas del agua.
Regreso a la mesa con Megan y Hazel. Wallace regresa de la barra de
refrigerios con tres órdenes de nachos, dos hot dogs, un pretzel y dos refrescos
grandes. Me entrega uno de los refrescos, pone uno de los nachos entre Megan y
yo, uno de los hot dogs frente al asiento vacío de Cole, luego acomoda el resto
en frente de sí mismo. Entonces presiona las manos juntas, mirando alrededor a
su festín como si no estuviera seguro por dónde quiere comenzar.
—Será mejor que empieces a jugar fútbol americano de nuevo pronto —
dice Megan—, o vas a despertar un día y pesar trescientos kilos.
Wallace le sonríe con la boca llena de pretzel.
Hemos estado aquí por media hora y ya no estoy segura por qué no quería
venir aquí. Nadie ha dicho una palabra sobre las páginas faltantes desde que
dejamos Murphy’s, y me siento ligera, como si burbujas llenaran mis
extremidades.
Es mucho mejor de lo que sería estar en casa sola, sumida en la ansiedad.
Capítulo 25
—Eliza, tienes que dejar de estar sentada en la computadora. Te dañarás
los ojos.
Mamá ha pasado la cabeza y los hombros a través del umbral. Debí haber
cerrado y puesto llave a la puerta antes de comenzar a dibujar. Me enderezo y
aparto la mirada de la pantalla. Mi espalda baja se queja. Mis ojos están irritados.
—Estoy bien. —Tengo cuatro páginas más de Monstrous Sea que terminar
antes de que este capítulo esté listo. Lo planifiqué todo; si hago al menos cuatro
páginas a la semana, puedo terminar para la graduación. Me mantendrá cuerda a
través de este último semestre olvidado por Dios de la secundaria y mantendrá a
los fanáticos felices luego del desastre de las Páginas Faltantes. He pasado los
últimos tres días sin hacer otra cosa que no sea dibujar—. ¿Puedes, por favor,
cerrar la puerta?
—No. Tienes que salir de la computadora ahora mismo. —Usa su voz de
madre. La que me da acidez estomacal al instante.
—Estoy trabajando —digo sin mirarla.
—Incluso los trabajadores dedicados se toman un descanso a veces.
—No puedo tomarme un descanso. Tengo que terminar esto.
—Eliza.
—Mamá, ¿qué piensas que estoy haciendo aquí? —Giro mi rostro hacia
ella—. ¿Parece que estoy de paseo por el parque? ¿Que me estoy divirtiendo?
Porque no me estoy divirtiendo. Tengo que acabar esto. La gente lo está
esperando. La gente que compra mercancía. Esa gente va a pagar mi educación
universitaria.
—¡Eliza Mary Mirk!
—¿Qué quieres que haga una vez que deje la computadora? ¿Vaya a hacer
deportes con Sully y Church, aunque odio cuando juegan porque yo no tengo
coordinación? ¿Mirar la tele, aunque es cien veces peor en embotar la mente de
lo que estoy haciendo ahora? ¿Jugar juegos de mesa contigo y papá? ¡Sabes cómo
va eso!
Siempre termino enojada. Y si lo comienzo enojada, como ahora, no puede
augurar nada bueno para el resto del juego.
Sin nunca retroceder de un desafío, mi madre se mantiene firme.
—¡Quiero que salgas! ¡Hables con tus amigos! ¡Hagas algo! ¡Métete en
problemas, por Dios santo!
—¡Mis amigos están aquí! —Alzo mi teléfono, donde Max y Emmy han
estado en silencio por días—. ¡Hablo con ellos todo el tiempo y siempre me dices
que pare!
—¿Qué hay de Wallace? ¿Qué está haciendo?
—¡En este momento está trabajando! Y más tarde, adivina qué… estará en
la computadora, escribiendo algo. Probablemente su transcripción de esto, que
mucha gente está esperando, igual que están esperando por esto. Y estaremos
hablando en la computadora. No entiendo por qué es tan difícil entender el
concepto.
—Eliza, no puedo creerte ahora. —Sacude la cabeza, las manos en sus
caderas. Todavía usa sus pantalones de yoga y chaqueta de correr por el
vecindario—. ¿De qué se trata todo esto? ¿Te sientes bien? ¿Está pasando algo
en la escuela?
—No.
—Entonces, ¿qué es?
Me aparto de ella, quitándome el guante de mi mano derecha para
limpiarme el sudor.
—Son solo cosas de Monstrous Sea. No tienes que preocuparte por ello.
Se queda callada. Vuelvo a ponerme el guante y comienzo a trabajar en el
siguiente panel. El vello de mi cuello se eriza.
—Tu padre y yo estamos realmente orgullosos de ti por eso, sabes —
dice—. Sé que no lo entendemos realmente, pero estamos orgullosos. Y estamos
felices de que ames hacerlo. Solo te molestamos porque nos preocupas.
—De acuerdo —digo.
—¿Bajarás y abrirás tus regalos, al menos?
Me giro para mirarla de nuevo.
—¿Regalos?
—Sí, Eliza. Es Navidad.
Miro fijamente, seguro está bromeando, luego echo un vistazo a la pantalla
de la computadora y descubro que no, en verdad es veinticinco de diciembre. La
comprensión casi hace que salte de mi silla.
—¿Es Navidad? —Mi propia voz suena como el balido moribundo de una
cabra a mis propios oídos. Pensé que faltaban dos días. O fue hace dos días.
Como sea.
Ella asiente.
—Seguimos adelante y dejamos que tus hermanos abrieran sus regalos,
porque no estábamos seguros si ibas a bajar. O cuándo.
—Oh.
—Entonces, ¿bajas?
—Yo… sí, bajaré en un minuto. Lo siento.
—Está bien. Hay algunos huevos duros en la nevera para ti cuando estés
lista para ellos también.
Se marcha.
Miro fijamente el reloj en mi computadora.
25/12.
Compruebo los mensajes de mi teléfono y me doy cuenta que Emmy y Max
han estado hablándome. Los dos dijeron Feliz Navidad, y preguntaron qué
estaban haciendo y hablaron entre sí sobre sus recesos. Les envío unos mensajes
rápidos, luego aparto el teléfono y bajo apresurada. Mamá y papá me esperan en
la sala, donde está puesto el árbol. Papá tiene la cámara de video.
—Lo siento —vuelvo a decir.
—Está bien, Huevos —dice papá—. Por qué no abres lo que Santa te trajo
y luego podemos hacer que tus hermanos vuelvan a bajar para algunos juegos de
mesa.
Abro lo que Santa me trajo. Sé que es de Santa porque tiene SANTA escrito
en todas las tarjetas con la letra de mamá. La mayoría se trata de ropa nueva. Ropa
que puede quedarme bien de hecho.
—Te estabas quejando de no tener nada que usar el mes pasado —dice
mamá—, así que pensé en conseguirte algunas cosas. Podemos conseguir más en
la primavera y entonces tendrás todo un guardarropa nuevo para la universidad.
Sin embargo, no te preocupes… guardé las facturas, así que si no te gustan
podemos devolverlas.
—Gracias —digo, con la voz lo bastante baja que no pueden escuchar a mi
voz romperse.
Es la primera vez que he sido feliz de conseguir ropa para Navidad. No
pedí nada, porque lo que sea que necesitara puedo comprarlo, salvo la ropa. Las
compras de ropa no funcionan para mí. Mamá y yo las doblamos en sus cajas y
las subo a mi cuarto, donde agarro el único regalo de Navidad que puedo pensar
en conseguir para cualquier en mi familia: Monopolio. Requiere tanto tiempo
jugarlo, que la unión de su familia nunca tendría que terminar.
Papá arrastra a Church y Sully de su habitación y los obliga a jugar. Se
quejan al principio, hasta que se dan cuenta que pueden llevarse a la bancarrota
entre sí. Mamá gana, porque es la única de la familia con sentido monetario. Toma
como cuatro horas. Comemos la cena. Luego papá hace galletas y nos sentamos
y miramos Miracle juntos.
Ni siquiera sabía que era Navidad.
Faren volteó el libro en sus manos. Cuentos de Hadas Terrianos. El primer
libro que Amity había liberado de una tienda, el que ella había usado para
aprender a leer. Faren dejó que el libro se abriera en la página más gastada y allí,
en el centro de la página derecha, estaba el nombre de ella.
—Amity y el Monstruo del Océano.
—A veces —dijo ella, trazando las letras con un dedo—, creo que los
Terrianos mintieron sobre este libro. No creo que estas historias provengan de la
tierra.
Al final de la historia, la Amity del cuento de hadas mataba a un trepador
marino siendo más astuta y aplastándolo con una roca grande.
El segundo nacimiento de Amity en la playa, hace años, había terminado
en cierta manera parecido, pero había sido un agitador del ocaso en vez de un
trepador marino, cinco veces más grande y cinco veces más sanguinario; éste
había ido tras Faren, no ella, porque él estaba más cerca del borde del acantilado;
y mientras ella permanecía de pie allí, horrorizada, observando a la bestia tragarlo,
el vigilante la había encontrado y le propuso su trato.
Ella había aceptado y masacró al monstruo con la ayuda del Vigilante.
Luego de eso, había cortado a Faren de su enorme garganta, inconsciente.
Mientras estaban sentados y miraban el libro, Faren la besó y dijo:
—Si esto es lo que sientes que necesitas hacer, entonces hazlo. Sé que eres
lo bastante fuerte. Si alguien puede detenerlo, tú puedes.
Entonces la dejó leyendo y con la sensación de que no era cuestión de
necesitarlo en absoluto.
Ella no necesitaba hacerlo.
Ella tenía que hacerlo.
Capítulo 26
Antes de ir a la cama esa noche, recibo un correo electrónico de Wallace.
No un mensaje de texto o un mensaje en el foro. Un verdadero correo electrónico.
No reenvía las cosas. No envía cadenas. Si quiere decirme algo, o lo envía en vivo
o me lo dice en persona.
Pero veo su nombre aparecer y hago clic en el mismo sin duda.

25/12/16, 11:21 p.m.


Para: Eliza Mirk mirkerlurker@gmail.com
De: Wallace Warland wallacewarland@gmail.com
Asunto: Me encontraste en una constelación

Sé que es raro para mí enviarte un correo. Sé que ambos estamos en


nuestras computadoras, y estás leyendo esto, y estoy sentado en una piscina de
mi propia mortificación, deseando poder borrar correos luego de enviarlos. No
podía darte esto en persona, porque entonces podrías leerlo enfrente de mí. No
podía escribirlo en mano, porque tendríamos cincuenta para cuando acabara y
eso no va a funcionar para mí.
Normalmente, cuando escribo algo, sé cómo debería empezar. No sé
cómo debería empezar esto. Hay muchas cosas que quiero decirte, pero no
quiero asustarte. No puedo explicar en palabras cuánto no quiero asustarte y
temo que lo haré.
Así que comencemos con esto: nunca viví en Illinois. Siempre he vivido
aquí, en Westcliff. Iba a la escuela al otro lado de la ciudad, con Cole. Siento
haberte mentido al respecto. No es que no quisiera decirte la verdad, pero si te
decía de dónde era, me preocupaba que descubrirías el resto de lo que voy a
contarte aquí y no estaba seguro de querer que supieras todo eso.
Hace un tiempo, dijiste que me veía como un jugador de fútbol americano.
Dije que jugué cuando era pequeño. Esa era una media mentira; jugué cuando
pequeño, pero no lo dejé hasta la mitad del segundo año de secundaria. Era muy
bueno en ello. Entré al equipo de la secundaria. Todavía tengo esa carta en alguna
parte. Mis compañeros de equipo me llamaban Warfield Wallace porque era el
mejor.
No, lo siento, eso es una mentira. Me llamaban Warfield Wallace porque
era un aliterativo y más intimidante que solamente Wallace. Y también porque era
el MEJOR.
Lo siento. No estoy en la cima de mi juego el día de hoy.
Amaba jugar fútbol. Amaba golpear a la gente, trabajar en equipo y estar
con mis amigos. Amaba ganar. Amaba lo orgulloso que hacía a mi padre. No a
Tim, sino a papá Papá, mi padre biológico. Él adoraba el fútbol. Era un tipo
grande, le gustaba cocinar a la parrilla, los fuegos artificiales del cuatro de julio y
arrojar a sus hijos a la piscina. Podía escucharlo reír desde una milla de distancia.
Prácticamente un estadounidense promedio. No era religioso, pero leía Westcliff
Star en el desayuno todas las mañanas como si fuera a irse al infierno si no lo
hacía.
Un poco de antecedentes sobre mi padre: él nunca terminó la universidad.
Su familia no tenía dinero. Consiguió un trabajo en un cubículo corporativo,
intentando vender cosas a la gente por medio de un teléfono. Largas horas, poca
paga. Ya estaba casado con mi mamá, no Vee, y ella estaba embarazada de mí.
No sé si se casaron porque ella estaba embarazada, o si se embarazó luego de
que se casaran. Supongo que no tiene importancia. A papá no le gustaba hablar
de ese tiempo, así que no sé mucho al respecto. Mamá lo abandonó antes de que
yo cumpliera un año. No la recuerdo, por lo que nunca me molestó, pero a papá
sí a veces.
Un año o dos después, conoció a Vee y tuvieron a Lucy y las cosas fueron
bien. Papá fue la razón de que a Lucy le gusten tanto los deportes. Siempre quiso
que nosotros nos desafiáramos a nosotros mismo. Si algo parecía demasiado
difícil, era una razón más para intentarlo. Lucy se saltó un grado en la escuela
debido a ello. Papá se desafiaba a sí mismo también: cuando llegaba del trabajo,
era el más ruidoso y excéntrico, lleno de energía. Quería ayudarnos con los
proyectos escolares o prácticas. Siempre se ponía en el medio de todo.
Había partes oscuras también. No nos dejaba ver esas, pero unas pocas
veces entré a la cocina a altas horas de la noche y lo encontraba encorvado sobre
la mesa, con la cabeza en sus manos. Cuando pensaba que estaba solo en la casa
en el medio del día, miraba fijamente hacia la puerta principal como si la calle
fuera alguna tierra prometida inalcanzable. Cuando hacía algo a las brasas, hacía
comida extra para todo el mundo o no comía nada. Si él y yo éramos los únicos
alrededor, despotricaba sobre su trabajo y me prohibía alguna vez hacer algo que
me hiciera infeliz, incluso si eso significaba andar sin comida o ropa o techo.
¿Lo has visto en tus padres? ¿Ese momento cuando se vuelven personas?
Pienso que sí. Te toma por sorpresa, ¿cierto? Un día son padres, y al siguiente
dicen algo racista, o se hacen un corte que toma mucho tiempo sanar, o cometen
un simple error al conducir y la fachada se desmorona y se convierten en mortales
como el resto de nosotros. Después que la fachada desaparece, nunca puede
volver.
Esa oscuridad lo hizo mortal. La vi en mi padre antes del día que murió y
lo negué. No debí hacerlo. Debí decirle a Vee, debí decirle a un médico, debí
decirle a alguien. En las vacaciones de invierno de mi segundo año, estábamos
conduciendo a casa del descanso de Navidad que pasamos en Tennessee con la
familia de Vee. Éramos solamente papá y yo; Vee y Lucy iban a llegar a casa al día
siguiente. Papá estaba en una de sus diatribas. Había conseguido poco tiempo
libre del trabajo para las fiestas, pero no mucho y me hizo jurar que nunca
conseguiría un trabajo como el suyo. Nunca lo había visto tan agotado. Le dije
que pensaba que sería más inteligente conseguir un trabajo que pagara
decentemente, al menos al principio. No sería tan malo, siempre y cuando no lo
hiciera mi vida.
Eso solo lo enojó más. Ahora sé que no estaba pensando con claridad. En
ese entonces, sus gritos eran incoherentes y cuando detuvo el auto y me dijo que
saliera, pensé que estaba bromeando. Era casi enero, estaba congelando y
quedaban varios kilómetros más para llegar a casa. Me echó justo antes del Puente
Wellhouse y siguió conduciendo.
En el segundo que golpeó el acelerador, mi estómago se desplomó.
Realmente se desplomó. Como si ya no estuviera allí. A veces la premonición de
algo sucediendo es peor que el hecho en sí, porque sabes que viene y no puedes
hacer nada para detenerlo. Él iba demasiado rápido para la Curva Wellhouse,
incluso sin el hielo en la carretera.
Al Westcliff Star le gusta agrupar la muerte de mi padre con los otros
accidentes que sucedieron allí. El autobús de la banda. Los adolescentes
borrachos. La mujer con los hijos. Piensan que fue el hielo el que lo despistó, pero
yo estaba allí y lo observé, y sé que el auto fue directo como flecha hasta el
momento en que desapareció sobre la colina. Corrí a través del puente tras él, caí
en un parche de hielo resbaloso, me golpeé la cara con el suelo, me rompí la
nariz. Volví a levantarme y seguí corriendo. No existe una buena manera de bajar
la pendiente en la Curva Wellhouse, y no recuerdo cómo lo intenté, pero sé que
me rompí la pierna también antes de llegar a la parte inferior. Son el tipo de
fracturas que no sientes en ese momento debido a la adrenalina, shock y miedo.
El auto se encontraba en el fondo, sentado sobre las cuatro ruedas. Solo cuando
llegué al otro lado vi el frente estrellado del auto y a papá colgando del parabrisas.
Estuvo muerto en cuanto el auto tocó tierra. Cuando vas directamente por
la Curva Wellhouse así de rápido, casi siempre lo están. No recuerdo llamar a una
ambulancia, pero recuerdo mi teléfono manchado con sangre luego de apartarlo
de mi rostro. No recuerdo intentar sacar a mi padre el resto de camino del
parabrisas, pero me recuerdo sentado en la nieve en el frente del auto, mirando
fijamente sus ojos sin vida al tiempo que él yacía atravesado sobre los pliegues
doblados del capó. No recuerdo a los paramédicos llegando allí y preguntando
si estaba en el auto con él, pero debí decir que sí, porque así es cómo la historia
resultó.
Eso es lo que dice el Star, ¿verdad? ¿Dice “un hombre y su hijo” cuando
enlistan a todas las personas que fueron de largo en esa curva? Solo leí el Star una
vez luego de eso, dos días después, y nunca más volví a leerlo.
Papá no golpeó el hielo. No estaba borracho, o quedándose dormido al
volante. Cuando me preguntaron cómo sucedió, dije que no podía recordarlo.
Todavía digo eso. No le he dicho a Vee, pero creo que ella lo supone. Papá no
quería estar más aquí. Estaba cansada de su trabajo, nunca tener suficiente
dinero, ser gritado por extraños. Era infeliz. Viciosamente infeliz.
No dejé de hablar a propósito. Simplemente sucedió. Hace un año no
podía hablar con nadie para nada. Me gustaría decir que lo intenté y nadie salió,
pero ni lo intenté. Incluso intentarlo era aterrador.
No obstante, todavía podía escribir. Estaba con Monstrous Sea antes de
que la Curva Wellhouse pasara, pero no le conté a nadie sobre ello, porque mis
amigos no lo habrían entendido. Luego de la Curva Wellhouse, no podía hacer
nada debido a la pierna rota, así que pasé todo mi tiempo escribiendo fanfiction.
Me encanta jugar fútbol, pero escribir me hace feliz de maneras que los deportes
no. Hemos hablado de esto antes. Tener el descubrimiento que hace que toda la
luz entre.
Pasé otro año y medio en mi vieja escuela siendo Ese Chico Que Sobrevivió
a la Curve Wellhouse y Nunca Volvió a Hablar. No regresé al fútbol luego de que
mi pierna sanara, así que la mayoría de mis amigos se apartaron. Pensé en ir a la
Curva Wellhouse, que tal vez regresar allí ayudaría, pero cada vez que pasaba
conduciendo por allí no podía hacerme detener el auto. Así que nunca lo hice.
Las cosas mejoraron. Vee se casó con Tim. Comencé a trabajar con Bren y
sus perros. Permanecí en línea y practiqué mi escritura. Me obligué a hablar en
casa, y a Cole, Megan y los otros cuando comenzamos a pasar el tiempo en
Murphy’s, aunque todavía no puedo hacerlo cuando hay grupos grandes de gente
cerca. Comencé mi último año en mi vieja escuela, pero para entonces era el rarito
local, así que Vee y Tim me dejaron transferir a Westcliff, donde solamente los
jugadores de fútbol podrían reconocer mi nombre.
La única otra persona que he conocido en la escuela que le gustara
Monstrous Sea fue Cole, y él es el tipo de imbécil que no sale contigo en público
si no es su situación social ideal, así que solamente hablábamos mutuamente en
Murphy´s. y entonces te conocí. Tenías este cuaderno de bocetos lleno con fanart
de Monstrous Sea y me defendiste. La mayoría de la gente no haría eso nunca;
¿qué clase de hombre de noventa kilos necesita que alguien lo defienda? En
verdad pensé que me odiabas al principio. O al menos pensabas que yo era
estúpido. La mayoría de la gente piensa que soy estúpido porque no hablo y
escribo lento.
Pero tú me escribiste en respuesta. Y amas crear cosas. Y entiendes lo que
quiero decir cuando me refiero a que no quiero pasar mi vida haciendo algo que
odio. Si sabes lo que estás destinado a hacer, si sabes lo que amas, ¿por qué no
hacerlo? Encuentra una manera de hacerlo, encuentra una manera de ganar
dinero con ello. Mi papá odiaba lo que hacía y creo que eso hizo que se odiara a
sí mismo. No quiero odiarme. No quiero que te odies a ti misma.
Sé que no somos las personas más versadas socialmente. Te estoy
escribiendo todo esto en un correo porque me desmayaré de estrés si intento
decírtelo en tiempo real, incluso con una pantalla entre nosotros. Casi me estoy
desmayando por ello en este momento, y estamos en sitios distintos y no tengo
que enviarlo si no quiero. Debería terminar esto antes de que algo malo suceda.
Me gusta que estemos juntos. Me gusta sentir que nada está mal conmigo.
Me gusta ser capaz de pensar en algo más a la noche en vez de la Curva
Wellhouse. Sé que debería ver a alguien respecto al habla, pero por el momento
estoy bien con esto. Estoy feliz.
Espero que seas feliz también.
Wallace.
Capítulo 27
Mi cabeza está vacía y resonando cuando me desplazo al principio del
correo. Mis dedos se sienten como si fueran de gelatina. Nunca nadie me ha dicho
algo así de importante antes. Es como si Wallace se hubiera quitado una máscara
de su propia cara. El rostro debajo es el mismo, pero ahora puedo observar a la
expresión cambiar.
Qué mocosa llorona y mimada he sido. Todo este tiempo.
Entonces veo el asunto del correo.

Mensaje Privado Monstrous Sea

12:05 a.m. (MirkerLurker se ha unido al mensaje)


MirkerLurker: ¿Algunos de ustedes anda por aquí?
MirkerLurker: Tengo una pregunta.
MirkerLurker: En verdad no tengo idea qué hacer…

12:25 a.m. (emmersmacks se ha unido al mensaje)


emmersmacks: Lo siento
emmersmacks: Me he estado quedando dormida temprano últimamente
emmersmacks: qué pasa con eso tengo catorce
emmersmacks: Debería ser capaz de destrozar un Monty D y permanecer
despierta
emmersmacks: Como sea
emmersmacks: Qué sucede
MirkerLurker: No sé qué es “destrozar un Monty D”, pero me gustaría
escuchar de tus problemas mucho más de lo que me gustaría hablar de los míos.
emmersmacks: En la universidad están estas cosas llamadas proyectos y si
quieres una buena calificación trabajas duro en ellos hasta altas horas de la noche
por semanas
MirkerLurker: Tenemos de esos en la secundaria.
emmersmacks: jaja no no lo tienen
emmersmacks: Ven a tomar ingeniería técnica y luego dime que hacer
proyectos.
emmersmacks: Si de verdad quieres escuchar sobre ello puedo seguir…
MirkerLurker: No no, por favor.
MirkerLurker: Estoy teniendo problemas del tipo Wallace.
emmersmacks: Oh no
emmersmacks: ¿¿Malas noticias??
MirkerLurker: No. Más bien como del tipo de “Sacó la tarjeta de Me
encontraste en una Constelación luego de decirme algunas cosas muy
importantes y ahora no sé qué decirle”.
emmersmacks: O.O
emmersmacks: ¿¿Usó la frase de la constelación??
emmersmacks: Vaya debes gustarle mucho
emmersmacks: Entonces, ¿¿¿te gusta???
MirkerLurker: ¡Me gusta!
MirkerLurker: Pero, ¿qué se supone que le diga a alguien que dice eso?
MirkerLurker: Y ni siquiera fue eso, dijo eso y muchas otras cosas también.
Cosas que nunca le ha contado a nadie antes.
emmersmacks: Dile que lo amas
MirkerLurker: Gahhh. No es ese tipo de conversación. Las cosas que me
dijo fueron… sensibles.
emmersmacks: ¿¿lo amas no??
MirkerLurker: ¡No lo sé! ¿Cómo se supone que ames a alguien cuando no
saben quién eres? Le estoy mintiendo todo el tiempo y me contó cosas sobre sí
mismo. Cosas serias. Cosas que tienen importancia.
emmersmacks: Suena intimidante
MirkerLurker: No lo fue, no realmente. No en la manera que lo dijo.
MirkerLurker: ¿Dónde está Max cuando uno lo necesita? Él explicaría lo
que un hombre quiere escuchar en esta situación.
emmersmacks: Max probablemente va a estar desaparecido mucho tiempo
MirkerLurker: ¿Qué? ¿Por qué?
emmersmacks: Su novia rompió con él hace un par de días
emmersmacks: Dijo que pasaba mucho tiempo online
emmersmacks: Entonces ahora va a reevaluar su vida o algo así
MirkerLurker: ¿Por qué no me lo dijo?
emmersmacks: Lo hizo
emmersmacks: En un mensaje en la conversación hace unos pocos días
MirkerLurker: Oh.
emmersmacks: Pero de todas maneras no creo que necesites la perspectiva
de los hombres
emmersmacks: Quiero decir
emmersmacks: ¿¿Qué querrías escuchar si dijeras esas cosas a alguien??
Capítulo 28
Ni siquiera puedo responder ese correo hasta que regresamos a la escuela.
¿Qué diría? ¿Qué puedo responder a eso en un correo que no suene falso?
Wallace entra caminando lentamente a asistencia y se sienta a mi lado,
como siempre. Saca una hoja de papel y un lápiz y con cuidado escribe un
mensaje, como siempre. Lo desliza por mi escritorio, como siempre.
Los aretes de la señora Grier parecen consoladores.
Mi risa hace que unas pocas cabezas se den la vuelta, incluyendo la de la
señora Grier. Sus aretes, que probablemente se supone que sean berenjenas pero
de hecho se ven como consoladores, se sacuden, y eso me hace reír con más
fuerza.
Me toma un buen segundo recuperar la suficiente compostura para
responderle.
Me gustaría creer que lo sabe y simplemente lo está alardeando con la
administración escolar al usarlos de todas maneras.
Wallace resopla, luego se queda mudo. Es un silencio pesa de incómodo,
el tipo de silencio cuando sabes que ambos están gritando en sus cabezas y
preguntándose por qué la otra persona no puede leer tus pensamientos.
Estoy pensando: Eres el chico del que leí en el Westcliff Star.
Y también: Tu papá se suicidó y sigo intentando asimilarlo, así que no
puedo imaginar lo que debe ser para ti.
Y finalmente: Me alegra mucho que me hayas dicho, pero soy tan mala en
hablar que no sé cómo decirlo.
Wallace está sentado tranquilamente con una expresión que parece como
si debe estar gritando más fuerte que yo. Mantiene el papel doblado bajo su mano
por un minuto, mira alrededor y finalmente escribe:
¿Correo?
¿Qué querría que alguien me dijera luego de todo eso? ¿Si perdiera a uno
de mis padres de esa manera? ¿Si tuviera miedo de ser así? ¿Si hubieran
arrebatado de lo que amaba hacer y los amigos que tenía? ¿Si fuera feliz, y quisiera
decírselo a alguien?
Escribo:
¿Te encuentras bien?
Escribe:
Eso creo.
Me siento como un pez fuera del agua con esto, pero maldita sea, puedo
aprender a mantener la cabeza sobre el agua si lo intento. Lo sé, en ese momento
y allí mismo, que Wallace me necesita para hacerlo. Me contó su verdad cuando
no pude contar la mía; al menos puedo sacar valor por él. Escribo frases como
esta todo el tiempo. Dibujo conversaciones importantes y que cambian al
personaje. Tal no podría decir estas cosas en voz alta, pero sé cómo ponerlas en
papel.
Escribo:
Esto no nos cambia.
Toma el papel, lo lee. Entonces apoya su frente en sus manos. El papel me
tapa su rostro. Sorbe por la nariz, leve, seco y podría no tratarse de nada. Nadie
alrededor de nosotros presta atención. Cuando baja sus manos para escribir
nuevamente, se ve normal excepto por la leve rojez debajo de sus ojos.
Su lápiz se cierne sobre el papel. Garabatea, de verdad garabatea, rápido
y con fuerza, la palabra Bien. Entonces me lo entrega.
Espero unos minutos antes de escribir,
Me ha gustado el asunto.
No puedo evitar traerlo a colación, y cuanto antes mejor. Las orejas de
Wallace se ponen rojas.
Super cursi, ¿verdad?
Tal vez un poco.
Era todo lo que tenía.
Es raro tener a alguien diciéndome la segunda frase más famosa de mi
propio trabajo, y decirla en serio. Es más raro ahora que sé por qué su nariz está
torcida y por qué no habla en voz alta en público. Pero no sabe quién soy. No es
como si lo esté usando para adularme o burlarse de mí.
Tengo que decirle que soy LadyConstellation. Todo está desequilibrado
ahora, incluso si él no lo siente. Pero tengo que hacerlo de la manera correcta, en
el momento correcto.
Así que escribo:
Es algo que requiere mucho para procesar. No en una mala manera.
Él asiente.

La primera mitad del semestre se vuelve rápidamente un ejercicio en


descubrir cómo darle la noticia de que creé Monstrous Sea a Wallace. No puedo
ni comenzar a comprender lo que hará, o cómo lo tomará.
Especialmente luego de ese correo. Lo leo al menos una vez al día.
Sé que debería mirarlo directamente a los ojos y decírselo, pero cuando lo
intento, mi cuerpo se pone violentamente enfermo. En asistencia, en el almuerzo,
en los bancos detrás de la escuela media, algo que ha pasado a ser “en mi auto
detrás de la escuela media”, porque enero en Indiana es como el frío previo de
febrero en Indiana, en mi casa, en su casa, en Murphy´s, donde sea.
No lo miro y veo la Curva Wellhouse, como pensé que podría. Solamente
veo a Wallace. Si dice que está feliz, confío en él. La primera vez que pasamos
por la Curva Wellhouse en dirección a Murphy´s, le echo un vistazo y él niega con
la cabeza, sonriendo un poco.
—No me mires —dice.
Cuando miro la Curva Wellhouse, todo lo que veo es la pendiente y la
sorpresa.
Hablamos de ese correo lo menos posible. Cuando pasamos tiempo juntos,
hacemos la tarea para intentar ayudar a las calificaciones del otro. Wallace
aprueba historia, inglés (por supuesto), y como el noventa por ciento de las
materias electivas; yo cubro matemática, las materias de ciencias y el otro diez
por ciento de las electivas, lo que significa clase de arte. Wallace solamente toma
arte porque odia las indicaciones en la clase de escritura creativa; yo no tomo arte
porque el profesor de arte es un notorio fisgón que sin duda descubriría los
paneles de Monstrous Sea en mi cuaderno de bocetos.
Debido a ese tiempo cercano a la Navidad y la semana del Año Nuevo
cuando no pasamos tiempo juntos y tuve tiempo de ponerme al día con
Monstrous Sea, tengo un excedente de páginas y el impulso continúa. Los
números de lectores suben. Posteo unos pocos dibujos más como MirkerLurker
y Wallace me dice cuánto los adora la gente. Me niego a ver los comentarios.
Recopilo la siguiente novela gráfica para la tienda, y casi me asfixio ante la
cantidad de gente que la compra en las primeras tres horas luego de subirlo.
Supongo que no debería sorprenderme con las vistas de las páginas conseguidas
en línea y la meteórica popularidad de los capítulos transcriptos de Wallace, el
que casi equipara las vistas del comic mismo, pero todavía me afecta. Como mi
despertador todas las mañanas.
Veo a Max por los foros de vez en cuando, baneando a alguien o cerrando
viejos temas bajo la cuenta Forges_of_ Risht, y Emmy pasa por los temas de Dog
Days, pero nuestros mensajes son pocos y muy distantes entre sí. Por lo general,
cada vez que Emmy tiene tiempo entre clases y cuando Max se conecta. A veces
se siente como si viese a Cole, Megan, Leece y Chandra más de lo que hablo con
Max y Emmy. Me agradan los amigos de Wallace, pero todavía se sientes como
sus amigos. Quiero a mis amigos de vuelta.
Para cuando llega febrero, con un clima por debajo del cero lo bastante
frío como para darte un congelamiento de cerebro por respirar por la boca, se
siente como he conocido a Wallace por cinco años en vez de apenas cinco meses.
Ninguno de nosotros saca a colación su correo nuevamente, y espero que eso
esté bien, pero a veces intentar leerlo es como intentar leer un muro de ladrillos.
Su expresión neutral es monótona; cuando cambia lo hace rápidamente y el
cambio nunca dura mucho tiempo.
Dijo que no teníamos que hablar del correo, lo que dijo, de su papá. Lo
hicimos, algo así, pero no en voz alta. Y ahora siento que deberíamos. Ambos
somos hábiles en internet, en moldear nuestros textos para que signifiquen lo que
queremos y lo que pensamos que deberían significar. Puedo mentir en internet,
donde la gente no puede escuchar mi voz. Pero con él, a solas, no puedo mentir,
no soy una actriz tan buena. Espero que sepa eso.
—Ese correo —digo una tarde, mientras estamos acostados en el colchón
en la habitación del sótano de Wallace. Estoy metida en la curva de su brazo. Su
mejilla está presionada contra mi cabello. Ambos usamos pantalones de chándal.
Nuestros libros de texto están dispersos alrededor de nuestras piernas y Wallace
sostiene mi último ensayo de inglés en una mano y un bolígrafo rojo en la otra.
Ahora estoy segura que el viejo jersey de fútbol sujetado a su pared, el que dice
WARLAND y el número 73, una vez perteneció a su padre.
No digo nada más y tras un momento mueve la cabeza. El ensayo y el
bolígrafo se hunden para apoyarse contra mi pierna.
—Ese correo —repite.
—Nunca hablamos realmente de ello.
—No sabía si querías hacerlo. —Su voz disminuye. Puede hablar de errores
gramaticales, pero no de esto.
—Quería decir… lamento lo de tu padre. Todo lo que sucedió. Pero me
alegra que seas feliz. Y me alegra, en verdad, que sintieras que podías contarme
todo eso. Lo soy también. Feliz, me refiero.
Su brazos se tensa a mi alrededor.
—Pensé que pudo haber sido… demasiado.
—No lo fue. Lo que dije, escribí, en clase era cierto. Quiero decir… —Toco
con un dedo su caja torácica sin realmente pensar en dónde estoy tocando—.
Todavía sigo aquí.
El ensayo desaparece primero, luego el grueso brazo que estaba usando
como almohada. Wallace me empuja sobre mi espalda y entierra su cabeza en el
hueco de mi cuello. Suelto unas risitas porque no puedo evitarlo. Mis manos
encuentran sus hombros. Hace esto a veces: un beso lento y cuidadoso
presionado contra mi clavícula; otro contra mi cuello. El del cuello me destroza.
En vez de hecha una bola de nervios. Él no puede saber cómo se siente eso, o
sino no se detendría. Se empuja a sí mismo por lo que estamos cara a cara.
Nuestras narices casi tocándose. Sus ojos están dirigidos hacia abajo. Cierro la
boca. Sus dedos suben por mis costados y no puedo respirar, no puedo respirar
para nada.
—Bien —dice.
Rodeo con los brazos su cuello y lo atraigo hacia abajo por lo que el peso
de su torso se apoya sobre el mío y su frente se presiona en la almohada. Su
aliento se detiene. Antes de poder evitarlo paso una mano por su cabello. Los
vellos cortos y puntiagudos en la base de su cráneo y la parte posterior de su
cabeza. Los mechones más suaves y largos en la coronilla. Vuelva su cabeza hacia
mí y recorro con un dedo a lo largo del cabello que ha caído sobre su frente.
Agua corre por las tuberías sobre nuestras cabezas. Un reloj hace tictac en
la oscuridad. Uno de los ojos de Wallace se vuelve ámbar en la luz amarilla de su
lámpara. Necesidad se eleva en mi interior, aguda y rápida, y sé en ese instante
que no puedo contenerme más. No quiero ser la chica congelada, pero no puedo
esperar a que alguien más me descongele.
Inclino la cabeza hacia adelante. Wallace me encuentra a medio camino. El
calor se propaga a través de mi rostro y él debe ser capaz de sentirlo en mis labios.
Debe ser capaz de notar que nunca he besado a nadie antes. Me aparto, bajando
la barbilla. La cabeza de Wallace sigue.
—Pensé que se suponía que yo debía sorprenderte —dice.
—Te tomaste demasiado tiempo —digo. Giro mi rostro hacia la almohada
para que mi cabello haga una cortina. Él lo aparta y me da un beso en la ceja.
Luego en mi mejilla, en mi nariz, luego se inclina y acaricia mi oreja. Sacudidas
cálidas bajan por mi espalda.
No tiene ningún sentido terrenal cómo otra persona puede hacer esto. Ni
siquiera con palabras, solo toques. Solo miradas. Simplemente me mira y me
siento tanto como yo misma y como alguien más, como si estuviese aquí y no lo
estuviera, como todo y como nada.
—¿Qué estás pensando? —pregunto.
Se apoya sobre su costado, todavía en parte cubriéndome y dice:
—¿Conoces esa parte en Monstrous Sea donde Dallas le pide a Amity que
lo bese una vez antes de que se marche, porque tiene miedo de que no vivirá para
verla de nuevo?
—Sí.
—¿Y lo que dice después que ella lo hace?
Claro que lo sé. Yo lo escribí.
—Como imaginé —digo. Asiente. Sé que la mayoría de gente pensaría que
es tonto o estúpido explicar las cosas de esta manera, en escenas y citas, pero
ambos hablamos con fluidez el lenguaje de Monstrous Sea. Esta es la mejor
manera en que lo entiendo.
—Soy mala en esto —digo.
—No, no lo eres —dice.
—Nunca he besado a alguien antes —digo, el rostro encendido.
—Sí, lo has hecho —dice, con la sonrisita.
Lo empujo, lo que no hace nada.
—Cállate. Escribes fanfiction indecente todo el día.
—Disculpa, no escribo cosas indecentes. Si elijo incluir una escena de
sexo, es de buen gusto y con clase. —Se inclina por lo que no hay ninguna parte
a donde ir ninguna otra parte donde mirar—. Además, no es como si uno tenga
que tener experiencia real para escribir cosas indecentes. O incluso besar.
—No finjas que no tienes ninguna experiencia en besar.
—De acuerdo, no lo haré.
Lo vuelvo a empujar. Toma mis muñecas y sostiene mis manos contra su
pecho.
Ya está tan cerca, todo lo que tengo que hacer es estirar la barbilla.
Nuevamente, me encuentra a medio camino. El beso es más profundo, más largo
que el último. Mi rostro arde, pero me mantengo donde estoy. Ya he tenido
suficiente en mi vida de ocultarme. Me escondo de mis compañeros de clase todo
el día. Me oculto de mis padres, mis hermanos, incluso mis amigos.
Podría estar ocultando a LadyConstellation de Wallace bajo el disfraz de
Eliza Mirk, pero no es LadyConstellation a quien está besando en este momento.
Es Eliza. Soy yo.
No quiero ocultar esta parte de mí más tiempo.
El primer día que Amity la conoció, Kite estaba de pie en el centro del ring
de combate, brazos cruzados sobre su pecho. Su piel era un marrón más oscuro
que la de Amity.
—¿De dónde eres? —soltó Amity en el momento que Kite terminó su breve
presentación. La mujer mayor levantó la nariz y pareció vagamente de la realeza.
—Las Islas de la Luz —respondió Kite—, y eso es todo lo que tienes que
saber. Sato me dice que no tienes experiencia formal en la lucha.
—Sí. Pero soy rápida y aprendo rápidamente.
Cuando más la inspeccionaba Kite, más sentía Amity que a Kite no le
agradaba. No era una sorpresa. A la mayoría de la gente no le gustaba cuando la
conocían, la apartaban por sus ojos naranjas, cabello blanco y por el
conocimiento de que el Vigilante residía dentro de ella, pero eso no hacía más
fácil la idea de pasar meses entrenando con Kite.
—¿Estás lista? —preguntó Kite.
Amity no podía saber si Kite se refería al combate o para cazar a Faust.
Aunque, por otra parte, ella solo tenía una respuesta.
—Sí.
Capítulo 29
Cuando las vacaciones de primavera llegan a comienzos de marzo, mis
padres deciden que ya he estado lo suficiente en mi habitación y declinan mi
petición de ser omitida del campamento familiar de este año. Sully y Church
encuentran esto hilarante. La ermitaña perezosa Eliza haciendo senderismo a
través de la naturaleza con un paquete de suministros, apestando a repelente de
insectos.
No se trata de que no me guste el exterior. Es que no le veo el sentido al
exterior cuando hay tanto que yo podría hacer en el interior.
Mis padres también rechazan el cuaderno de bocetos para esta aventura,
un acto que me hubiera hecho hervir en un ataque de rabia furibunda de no haber
tenido más autocontrol. Nunca antes me han quitado mi cuaderno de bocetos, y
no creo que papá sintiera la oleada de pura sorpresa y enojo que salió de mí
cuando me dijo que me diera la vuelta y llevara la cosa de regreso a mi cuarto.
No obstante, mis padres no dicen nada sobre mi teléfono. O no piensan
que conseguiré servicio o no se dieron cuenta que lo tenía. Lo escondo en mi
bolsillo.
Quema un agujero allí durante todo el trayecto a la Guardería de Perros
Happy Friends para dejar a Davy, luego a medida que conducimos por una larga
carretera de tierra entre dos gruesas franjas de bosque. El equipo de acampada
repiquetea en la parte trasera de la SUV. Sully y Church, a cada lado de mí, cantan
la música pop vibrando de la radio. Mamá y papá los ignoran amablemente. Sully
grita todas las letras de manera correcta pero levemente fuera de tono. Church de
hecho es bastante bueno.
—Deberías intentar ir al coro —digo cuando la canción acaba.
Toda la región de cuello y cabeza de Church se pone roja.
—No —espeta—. El coro es estúpido.
Cierro la boca. Hasta ahí va lo de intentar.
—Aw, el pequeño Church en el coro. —Sully se ríe—. Podrías pasar el
tiempo con Macy Garrison si estuvieras en el coro.
—Pensé que ibas a invitar a salir a Macy Garrison antes de Navidad. —Papá
nos mira por el espejo retrovisor con un brillo en los ojos—. ¿Qué pasó con eso?
—Nunca dije que lo haría —masculla Church. Entonces me mira de manera
desagradable—. Muchas gracias. ¿Por qué no te quedaste en casa con tu novio?
—Mamá y papá no la dejarían —dice Sully, todavía riendo—. Piensan que
va a invitarlo para tener sexo.
Soy un volcán.
—Oh, Eliza, no es por eso que hicimos esto. —Mamá quita sus ojos del
camino por un segundo para mirarme—. Si Wallace y tú deciden que quieren dar
ese paso, depende completamente de ti… es por eso que arreglamos la cita con
el médico.
—Mamá, detente. —Mi voz baja.
—Es absolutamente sano que los chicos de su edad, ya sabes, estén juntos.
—Me sorprenden que no lo hayan estado todavía —interviene papá—. El
tercer año de la secundaria fue la primera vez que tu madre y yo…
—¡PAREN! —gritamos Sully, Church y yo al mismo tiempo, cubriéndonos
las orejas con las manos. Mamá y papá parecen perplejos y dejan de hablar.
Conducimos en silencio por otros tres minutos antes de que mamá vuelva
a hablar.
—Solo digo. Es cómo los hicimos a ustedes tres.
—Jesús —gruñe Sully.

Estacionamos en los terrenos de acampe y tengo que caminar como dos


kilómetros colina arriba para llegar a donde vamos a montar las tiendas. Sabía
antes de venir aquí que esto no sería como caminar en el parque. Mis padres y
hermanos cargan el equipo y comienzan a correr en sus pasos. Estoy llevando mis
propias cosas: ropa para dos días, bocadillos, spray de insectos y bloqueador
solar; y usando mi vieja ropa holgada y zapatos de caminar que mamá me
consiguió porque no quería que me torciera los tobillos.
Casi en cuanto comenzamos a subir el camino, el sudor comienza a correr
entre mis omóplatos. El sol cae a plomo a través de los árboles. Es un clima frío
de finales de marzo y sin embargo todavía es terrible. Me quedo retrasada al
instante. Resoplando, jadeando, limpiando el sudor de mis ojos. Mi espalda ya
me está matando. Mis padres no aflojan, seguidos por Sully y Church, cuyas voces
espantan a las aves de los árboles. Ni siquiera miran atrás para ver dónde estoy.
No es como si importara; estamos siguiendo un camino de tierra definido entre
los árboles a un sitio de campamento despejado en el bosque. Solía venir cuando
era más joven, pero en los últimos años he sido capaz de escabullirme de ello
fingiendo enfermedad. Lo intenté de nuevo esta mañana, pero papá dijo que me
sentiría mejor una vez que estuviera en el aire fresco. Sé exactamente a dónde
van y cómo llegar allí, así que me detengo a sentarme en un tronco caído junto al
camino y saco mi teléfono.
Mi señal no es muy buena aquí, pero sigo recibiéndola. Voy a mis mensajes.
No hay nada de Wallace, pero le dije que iba a estar fuera en el bosque por dos
días, así que probablemente no me enviará nada hasta que sepa que puedo leerlo.
Hay algunos nuevos de Emmy y Max sin embargo. Abro la ventana de chat.

Apocalypse_Cow: deberías decirle a ese profesor que meta su cabeza en


su trasero.
Apocalypse_Cow: pero con mejores palabras. obviamente. no puede
haber alguien de doce diciendo cosas como esas.
emmersmacks: Tengo catorce
emmersmacks: Podría decir eso si quisiera
emmersmacks: Pero no lo haré porque necesito una buena nota en este
exámen.
Apocalypse_Cow: ¿vas a tenerlo de nuevo en el próximo semestre?
emmersmacks: No esta es la última clase con él
emmersmacks: Pero él es el único que la enseña así que si no paso tengo
que tomarla de nuevo con él
Apocalypse_Cow: qué idiotez. deberías ir con el director del
departamento e informar que él te está discriminando debido a tu edad

4:31 p.m. (MirkerLurker se ha unido al mensaje)


MirkerLurker: ¿Qué está pasando?
Apocalypse_Cow: el profesor de mierda de cálculo que tiene em sigue
poniéndola en evidencia y burlándose de ella en clases por lo joven que es
emmersmacks: No se está burlando de mí
emmersmacks: Me llama bebé cada vez que señalo algo erróneo con sus
ecuaciones
emmersmacks: Como si fuera yo la que consiguiese la respuesta
equivocada y solo estuviera molesta por ello o algo

Adoro eso de Max y Emmy. Semanas sin tener una charla larga y dejan que
regrese al redil como si nada hubiera cambiado.

MirkerLurker: Eso suena como si se estuviese burlando de ti.


MirkerLurker: De hecho, suena como un idiota. Los profesores que llaman
a sus estudiantes bebés son una idiotas, sin importar las edades de las partes
involucradas. Deberías decirle al director del departamento.
emmersmacks: Sí
emmersmacks: Tal vez
emmersmacks: Como dije, solo tengo que conseguir pasar el resto del
semestre y pasar y luego no tengo que volver a verlo
Apocalypse_Cow: hablamos en serio, em. esto no está bien. no debería
estar haciendo cosas como esta
emmersmacks: ¿¿Podemos cambiar de tema ahora??

—¿Te quedaste sin aliento, Huevos?


Me sobresalto y alzo la mirada. Papá viene trotando por el camino,
sonriendo hasta que ve el teléfono en mis manos. Intento meterlo de nuevo en mi
bolsillo, pero es demasiado tarde.
—Te dije que no me estaba sintiendo bien —digo, levantándome y
sacudiéndome los pantalones.
—Pensé que dijimos que nada de teléfonos.
—Debiste habérselo dicho a Church y Sully. No lo escuché.
—Huevos.
Paso por el sendero más allá de él.
—Estaba hablando con mis amigos.
—Pero esto es tiempo en familia. Estoy seguro que tus amigos entenderán
cuando regresemos en unos pocos días. —Me alcanza como si hubiera estado
caminando junto a mí todo el tiempo y extiende la mano.
Aun así no lo entrego.
—Era algo importante.
—Estoy seguro que lo era. —Su voz es ligera, apaciguadora. Mi piel se
eriza. La mano extendida toma mi brazo—. Eliza.
Me giro hacia él. Nunca usa mi nombre verdadero.
—¡Solo es un teléfono! ¡Probablemente voy a tener una recepción de
mierda allí! ¿Por qué tienen que quitarme todo?
—Creo que puedes sobrevivir sin tu teléfono por dos días —dice en voz
oficial de Padre—. Y tu madre estará de acuerdo conmigo. Ahora entrégamelo.
Saco el teléfono de mi bolsillo, lo empujo hacia él, comienzo a subir el
sendero siguiendo los ecos de las voces de mis hermanos. Papá permanece detrás
de mí, probablemente para asegurarse que no me detenga de nuevo.
No planeo detenerme. Estoy lo bastante furiosa como para caminar por
días.
Mamá, Church y Sully ya están en el sitio del campamento. Se están
peleando por la tienda. Mamá ya tiene la otra armada.
—Aw, pensé que moriste allí atrás —dice Sully. Mira a Church—. Supongo
que tenemos que compartir la tienda.
Arrojo mi mochila a la tierra.
—Cállate, Sully.
Papá está hablando con mamá en voz baja, entregándole mi teléfono. Las
cejas de ella se fruncen. Desliza mi teléfono en su bolsillo.
Me froto el rostro con las manos. Mi cabello está pegado a mis mejillas y
mi piel pica. La urticaria amenaza. Tomé mi medicamento para la alergia antes de
venir aquí, y tengo un EpiPen en mi bolso y mamá tiene otro, pero si tengo una
reacción alérgica aquí y tengo que ser llevada de prisa al hospital, será un alivio
bienvenido.
No tendré una reacción alérgica. No he tenido una desde los diez.
Desafortunadamente.

El sol se encuentra debajo de los árboles para cuando las tiendas están
puestas y papá está encendiendo una fogata. Arrojo mis cosas dentro de la tienda
más pequeña y entro luego.
—Gracias por ayudar a ponerla, Huevos Podridos —grita Sully desde su
posición junto al fuego, enseñándome el dedo medio.
—¡Sullivan! —Mamá le abofetea la mano.
En cambio saca la lengua en mi dirección. Lo ignoro a la vez que bajo la
solapa de la tienda y extiendo mi bolsa de dormir en el centro. El poliéster no
hace nada por mantener fuera los sonidos del bosque y no planeo dormir cerca
de una de las delgadas paredes por si algo decide atacarnos. Probablemente
nada nos atacará, pero no voy a arriesgarme.
Mientras me estoy deslizando dentro de la bolsa de dormir, mamá mete su
cabeza en la tienda.
—¿No vas a comer s’mores?
—No —digo.
—¿Te sientes bien?
—Bien.
Se queda callada.
—¿Esto es por tu teléfono?
—Estoy cansada.
—Queremos que pases más tiempo aquí, en el mundo real. Tu papá no
quiso molestarte, pero nosotros…
Su voz se desvanece cuando me aparto de ella y levanto la bolsa de dormir
para cubrirme la cabeza. Suspira.
—Sabemos que no quieres estar aquí. Y tal vez… tal vez no lo entendemos
bien. Nada de ello. Los amigos online, el webcómic, incluso el dibujo. Hemos
intentado descifrarlo. Queremos entenderlo, saber por qué significa tanto para ti.
Nos asusta, cómo te involucras y lo poco que sabemos sobre eso. No podemos
conseguir que nos expliques, por lo que estamos navegando en la oscuridad.
Hay un instante de silencio donde espera a que me dé la vuelta. No lo hago.
Entonces vuelve a suspirar y pone de pie. Sus botas crujen en la tierra y ramas de
regreso a la fogata.
Los cuatro hablan y ríen por otra hora o dos. Mi estómago se queja. Comen
la cena también, no solamente s’mores. Mamá finalmente los envía a la cama.
Finjo estar dormida cuando Church y Sully entran a la tienda y se extienden a cada
uno de mis lados.
—¿Cómo es que ya está dormida? —susurra Sully—. En casa se queda
despierta hasta como las dos a.m.
—Probablemente estaba cansada —susurra en respuesta Church.
—¿De qué, de subir una colina?
Church no responde. Se meten en sus bolsas de dormir y susurran como
por media hora sobre la temporada de fútbol soccer en el exterior que está a
punto de empezar. No me había dado cuenta que la temporada en el interior
había acabado, mamá y papá solo me decían cuando necesitaba llevarlos a la
práctica o recogerlos. No sabía cómo les había ido. ¿Hubo algún torneo? ¿Trofeo?
Tras un largo período en silencio, Sully dice:
—Entonces, ¿audicionaste para el musical de primavera?
Church no responde por un segundo.
—Sí. ¿Por qué?
—Solo me lo estaba preguntando. ¿Por qué no me dijiste?
—Porque lo habrías relacionado con Macy Garrison.
—¿No… no lo está?
—No.
—Oh. ¿Pero vas a hacer pruebas para el coro?
—Tal vez.
—¿Por qué? —Solo la más ligera mofa entra en el tono de Sully.
—Porque me gusta —espeta Church—. No tenemos que hacer todas las
mismas cosas. Haz pruebas para las olimpiadas de matemáticas o algo así. Te
gustan las matemáticas. Eres bueno en ello.
—Las olimpiadas de matemática son para nerds.
—Sull, hay algo que deberías saber.
—No lo digas.
—Eres un nerd.
—No soy un nerd. Eliza es una nerd.
—De hecho, creo que Eliza es una geek. He visto sus notas. Comparada
con nosotros, es horrible en la escuela.
—Eres un nerd por conocer la diferencia.
—Está bien.
Sully no hace un sonido, pero puedo sentirlo enfadado en la oscuridad. No
sabía que Church podía meterse bajo la piel de Sully tan fácilmente. No sabía que
a Sully le gustaban las matemáticas. No sabía que ninguno de ellos era tan bueno
en la escuela. No sabía que Church ya sabía que era bueno en cantar… o que
estaba interesado en el teatro musical.
He estado viviendo con ellos todas sus vidas, pero hasta ahora, se sienten
como extraños.
Dejo que mis ojos se abran por un momento. Estoy acostada de frente a
Church; me está mirando. Vuelvo a cerrar a los ojos. Finjo que no vi nada. Finjo
que sigo dormida.
Sully vuelve a traer a colación el fútbol, intentando revivir la conversación,
pero Church deja de responder. Entonces Sully se detiene también y gira con un
gruñido. La tienda queda en silencio. Ojalá tuviera un cuenco con huevos duros.
Mis dedos anhelan mi teléfono, mi computadora, mi lapicera, mi algo. Hay tanto
de nada aquí que no puedo entenderlo. Nada más que tierra, olor a fogata y
s’mores hechos con galletas húmedas Graham. Nada más que mis hermanos, que
de pronto se ven menos como gemelos.
No duermo bien esa noche.
Con toda probabilidad mi teléfono habría muerto antes del final del
campamento. Eso no hace que sea más fácil marchar a través de la zona remota.
En el primer día, caminamos sobre algunas colinas realmente fascinantes, porque
Indiana no podía manejar una montaña o dos. Casi me ahogo con mis propios
espasmos pulmonares. Sully y Church se burlan de mí. En la mañana del segundo
día, visitamos algunas cuevas, y al menos mamá y papá me permiten no participar
de ello, de ninguna manera conseguirán meterme dentro de un lugar tan apretado,
oscuro y confinado. No me importa si realmente no están haciendo espeleología,
he visto las suficientes películas de terror para saber qué tipo de leyendas urbanas
cuelgan invertidas en las cuevas.
Me siento afuera de la cueva y dibujo a Amity y Damien en la tierra con un
palo. Ninguno de ellos tenía padres para decirles qué hacer o a dónde ir. Alguien
me preguntó eso una vez, de hecho, por qué tantos de los personajes no tienen
padres. Amity fue separada de su familia. Faren era un huérfano en la Isla
Nocturna. Los padres de Damien y Rory murieron cuando ellos comenzaban su
adolescencia. No todos ellos se trataron de personas horribles, tampoco; no era
como si estuviera compensando alguna agresión subconsciente de mis propios
padres. Simplemente estaban ausentes.
No sé por qué. Tal vez era algo subconsciente.
Claro que lo era. Todo arte es subconsciente.
Clavo el extremo del palo con demasiada fuerza en la tierra y la punta se
quiebra. Lo arrojo a través del claro y busco uno nuevo.
Me pregunto lo que está haciendo el fandom. Me pregunto lo que Emmy y
Max están haciendo. Emmy probablemente está lidiando con el idiota del
profesor de cálculo y Max sin duda alguna intentando conseguir a su novia de
regreso. O tal vez no están haciendo eso… tal vez Emmy está comiendo Starburts
y mirando las repeticiones de Dog Days, y Max ha lidiado con la situación de su
novia y se haya movido a aventuras más emocionantes, como reorganizar su
colección de figuras de acción de los Power Rangers. Seré capaz de averiguarlo
mañana, cuando mamá y papá me regresen mi maldito teléfono.
Amity y Damien enfrentan la misma dirección, atacando algún enemigo
desconocido, así que frente a ellos dibujo un agitador del ocaso de cuello largo
alzándose, con la mandíbula abierta y los colmillos extendidos. La escala está mal
al principio, así que lo borro con mi pie y me pongo de pie para dibujar al
monstruo marino en su verdadero tamaño.
Extraño a Wallace. Extraño a Max, Emmy y al fandom también, pero
extrañaría a Wallace incluso si tuviera mi teléfono y pudiera hablar con él. Extraño
sentarme a su lado en Murphy´s, arrinconada contra la pared por su gran cuerpo.
Extraño la manera en que mete ambos extremos de sus rollos de sushi en salsa
de soya cuando salimos a comer. Extraño cómo se aparta el cabello de la frente
con el extremo de su bolígrafo cuando está escribiendo algo, porque ha crecido
desde octubre y ahora tiene que hacer eso.
Dios, ni siquiera han pasado cuatro días desde la última vez que lo vi. Esto
es ridículo. Me voy a la cama pensando en él; despierto pensando en él. Quiero
dibujarlo, pero no lo he intentado todavía. Solía sentirme de esta manera
solamente por Monstrous Sea. Sigo obsesionada con ello. Y eso tiene sentido,
¿verdad? Porque lo creé. ¿Quién no está obsesionado con las cosas que crea, que
aman? Las ideas son la reproducción asexual de la mente. No tienes que
compartirlas con nadie más.
Pero Wallace… comparto a Wallace con mucha gente. Wallace no es mío
más de lo que soy suya, pero lo quiero. Quiero abrazarlo, quiero estar cerca de
él, quiero arrastrarme dentro de su mente y vivir allí hasta que entienda la manera
en que funciona. Quiero que sea feliz.
Me pregunto lo que pensaría de esta imagen que dibujé en la tierra.
Probablemente diría que es bueno, pero me olvidé de los cuernos del agitador
del ocaso.
Añado los cuernos del agitador del ocaso.
Mi familia sale de la cueva. Church y Sully corren a los árboles, gritando
algo sobre el lago. Papá se apresura detrás de ellos, gritándoles que no corrieran
en el bosque. Mamá sale última y su mirada pasa sobre mi dibujo antes conseguir
deslizar mi pie por el medio. Un movimiento de limpieza con el pie grande y
arqueado. Maldito monstruo marino gigante.
—¿Sigues enojada con nosotros por quitarte el teléfono? —pregunta
mamá. Suavemente, como si pudiera morderla en la cara.
Me encojo de hombros. No tengo permitido decirle que no a ella, y no voy
a mentir para hacerla sentir mejor.
—No hacemos esas cosas para castigarte, sabes.
Ya me he gira hacia los árboles para seguir a papá.
—Eliza, estoy intentando hablar contigo.
Me detengo y giro para enfrentarla. Pone las manos en sus caderas.
—No me mires de esa manera —dice.
—¿De qué manera? —digo.
—Como si estuviera desperdiciando tu tiempo. Te traje a este mundo, lo
menos que puedes hacer es escucharme por dos minutos.
—Bien, estoy escuchando.
Se cubre el rostro con las manos. Aparta los mechones sueltos de su
cabello. Una mancha de tierra se arquea sobre su sien izquierda.
—A veces…. —Suspira. Suspirar significa que quiere lanzarse en lo que
cree que es una larga y sincera conversación, y al final de la misma, si no estoy de
acuerdo con ella, entonces soy una niña desagradecida—. A veces —vuelve a
decir—, no sabemos qué hacer contigo. Tus hermanos son fáciles. Ellos quieren
jugar deportes y juegos de video y comer mucha comida. Nos cuentan sobre la
escuela y sus amigos. Son como tu padre y yo solíamos ser cuando éramos
jóvenes. Nunca tuvimos internet en la secundaria. No teníamos Smartphones.
Incluso si teníamos, no creo que los usáramos tanto como tú. Oh… lo siento, eso
sonó terrible. Pasas tanto tiempo en línea, nunca sabemos si estás bien o no. No
sabemos lo que está pasando contigo. Eres tan callada, y pasas tanto tiempo sola;
cuando Wallace comenzó a venir, fue un verdadero alivio. Lo que estoy
intentando decir es que no sentimos como que te conociéramos. No sabemos lo
que quieres.
Se detiene, me mira fijamente y espera.
Digo “Monstrous Sea”, porque no salen otras palabras.
Asiente.
—Y estamos orgullosos contigo por eso. Pero… ¿eso es todo?
Me encojo de hombros.
—Hay más en la vida que las historias, Eliza.
Lo dice como si fuera simple. Lo dice como si yo tuviera elección.
Hay nuevamente frustración, ardiente y preparada, y está el mejor amigo
de la frustración, el enojo, y también hay mis manos cerrándose en puños y mi
estómago retorciéndose y mi mandíbula apretándose con tanta fuerza que mis
molares chillan en protesta. Mamá retrocede un paso y luego avanza uno. Podría
intentar abrazarme. No quiero que nadie me toque ahora.
—Me voy al lago —digo y me doy la vuelta.
Esta vez no me detiene.
Sully, Church y papá ya se encuentran en el borde del lago con los
suplementos de pesca. Debe hacer demasiado frío para pescar. Están pescando
de todas maneras. Mamá se une a ellos.
Me siento en un afloramiento de la roca encima del lago e intento estar
molesta, pero no puedo aferrarme el sentimiento. Necesito volcanes haciendo
erupción, huracanes, terremotos enormes. De estar trabajando en Monstrous Sea
en este momento, los monstruos de Orcus sangrarían por toda la página en busca
de carne. Necesito justificación. No necesito pajaritos gorjeando sobre una
amplia extensión de lago reluciente y un ligero viento alborotando mi cabello.
La naturaleza desafía mi enojo. La naturaleza desafía cada emoción que
tengo. No puedo quejarme a la naturaleza, o apelas a ella, o enfurecerme con ella.
A la naturaleza no le importo.
Mensaje Privado Monstrous Sea
6:43 p.m. 21 - Mar -17

MirkerLurker: Finalmente me arrastré fuera del infierno.


rainmaker: Jaja vamos, acampar no es tan malo. ¡Tierra! ¡Aire fresco!
¡FOGATAS!
MirkerLurker: Estoy convencida de que hay algo malo contigo. A nadie
debería gustarle tanto los campamentos.
rainmaker: Los campamentos son chispeante felicidad. Entonces, ¿cómo
estuvo?
MirkerLurker: Mis padres descubrieron que tenía mi teléfono y me lo
quitaron. No me dejaron llevar mi cuaderno de bocetos o cualquier otra cosa.
¿Qué tan grande problema es que tenga mi cuaderno de bocetos conmigo?
MirkerLurker: Lo siento. Sé que no debería quejarme de esto. Solamente
fueron unos días. Pero hacen este tipo de cosas constantemente y no entiendo
por qué no pueden dejarlo.
rainmaker: Creo que quieren pasar tiempo contigo. Tienes tendencia a
aislarte cuando estás trabajando.
MirkerLurker: ¿Y? También tú.
rainmaker: Cuando digo “aislarte” me refiero a que tengo que empujarte de
tu asiento para llamar tu atención. No es precisamente normal. Veo a dónde
quieren llegar… ¿no dijiste que casi te perdiste Navidad porque estabas
trabajando en algo?
MirkerLurker: Bueno, sí, pero tenía cosas que hacer. Era realmente
importante.
rainmaker: Tal vez ellos tienen razón. No es bueno ponerse tan intenso
sobre las cosas tan a menudo. Tal vez deberías ver a alguien sobre eso.
MirkerLurker: Qué lindo. Me estás diciendo que debería ver a alguien.
rainmaker: Muy bien, Eliza. Estoy intentando ayudar.
MirkerLurker: No pedí ayuda.
rainmaker: No tenías que pedirla.
6:55 p.m. 21 - Mar -15
rainmaker: ¿Ahora me estás ignorando?

7:03 p.m. 21 - Mar – 15


rainmaker: Bien.
Capítulo 30
El lunes, estoy junto a mi casillero e imagino el suelo temblando a medida
que Wallace cierra el espacio del pasillo hacia mí, separando el mar de
estudiantes que se apresuran por salir de su camino. No se ve enojado. Nunca se
ve enojado en la escuela. Solamente parece imperturbable. Primavera Irlandesa
flota hasta mí cuando se detiene a menos de un metro y empuja un trozo de papel
bajo mi nariz. En el mismo hay una sola frase de su letra a mano que parece
impresa.
¿Acabaste?
—Sí, acabé —digo.
Asiente, mete el papel en su bolsillo y se apoya contra el casillero junto al
mío. Su mirada se posa en alguna parte al otro lado del pasillo. Sé que tiene razón
y me pongo demasiado intensa por mi trabajo en algunas ocasiones. También sé
que no me equivocaba, incluso si no fui muy agradable cuando dijo que debería
ver a alguien. Disculparme parece lo indicado, pero también se siente que si digo
que lo siento significa que no creo que haya algo malo y que debería seguir sin
nunca hablar con nadie.
Para el final de asistencia, parece haberme perdonado al menos un poco,
porque me envía un mensaje con un link a lo que dice que es el mejor fanfiction
del quinto libro de Children of Hypnos. Para el almuerzo, me entrega un nuevo
capítulo de su transcripción de Monstrous Sea. Dice que se está acercando al final
de lo que debería ser el primer libro de la serie y que lo habría acabado antes de
no haber tenido tantas cosas de la escuela interponiéndose.
Inhalo el capítulo nuevo. Nunca tengo suficiente de su escritura y no sé si
se debe a que está escribiendo de algo que yo inventé o si simplemente es así de
bueno. Me gusta pensar que él es bueno. Él no se ha ofrecido a mostrarme nada
de su trabajo original y nunca le pido verlo. No sé lo que diría si no me llegase a
gustar.
Tampoco nunca pide ver nada de mi trabajo original. A veces estoy segura
que se debe a la misma razón, pero otras veces me pregunto si es que no le
importa. Si, como a la mayoría de los fans de Monstrous Sea, no le importa si no
tengo nada más dentro de mí.
La producción de Monstrous Sea va bien. Cinco páginas a la semana como
mínimo, un capítulo entero si estoy realmente animada. Max, cuando está en
línea, tiene una gran cantidad de trolls para estar ocupado con la cuenta
Forges_of_Risht. Emmy tiene que pasarse todos los viernes a la noche para
monitorear el sitio web y asegurarse que no se caiga. Los lunes y miércoles a las
tres se reservan para nuestras sesiones de chat obligatorias de dos veces a la
semana, donde no hablamos de Monstrous Sea y en cambio hablamos de cómo
le va a Emmy al final de su primer año (“No estoy muerta todavía”) y cómo Max
se siente sobre su nuevo jefe (un verdadero demonio).
Los fines de semana están dedicados a Wallace. Pasamos los sábados con
Cole y Megan, cuando puede reunirse, y Leece y Chandra en la computadora, si
están conectadas. No es siempre en Murphy’s. A veces vamos a Blue Lane para
jugar bolos. Una semana vamos al parque detrás de la secundaria, donde Wallace
y Cole me enseñan cómo arrojar una espiral, luego toman turnos para correr con
Hazel en sus hombros mientras le muestro a Megan cómo dibujar un paisaje
usando el campo grande y los árboles del bosque en la distancia. Después de un
rato le doy papel, lápiz y le doy indicaciones mientras ella lo intenta.
—Eres en verdad buena con esto —dice, metiéndose el cabello detrás de
la oreja y escudriñando la línea de los árboles—. Enseñar me refiero.
—¿Lo crees? Intenté enseñarles a dibujar a mis hermanos hace unos años
y dijeron que fui mala.
—No, no mala. —Megan se rio—. Solo directa. Pero eso es algo bueno.
Hazel chilla. Wallace la ha subido sobre su cabeza como en un avión y Cole
está fingiendo ser el avión enemigo que ella tiene que derribar.
Ya no los llamo “los amigos de Wallace”. Son nuestros amigos. De él
primero, y aun mayormente, pero también míos. Hablo con ellos en los foros a
través de mi cuenta MirkerLurker incluso cuanto Wallace no está cerca. Eso a
alguna gente puede que no le parezca mucho, pero para mí lo es.
Cuando no estoy con ellos o hablando con Emmy y Max o pasando el rato
con Wallace, estoy vigilándome a mí misma. Asegurándome que no me enfoco
demasiado en el trabajo. Pero con cinco páginas a la semana, es más fácil decirlo
que hacerlo. Especialmente porque el comic está tan cerca del final. Si lo aplazo,
Monstrous Sea acabará cuando me gradúe. Puede que ni siquiera llegue a la
graduación. Me sentaré en mi computadora y postearé las páginas finales de
Monstrous Sea yo misma, sin necesitar programarlo.
Sé cómo acaba esto. La historia. Las reacciones de los fans.
Será glorioso.
Entonces la publicación del Westcliff Star aparece en la escuela.
El Westcliff Star se enfoca solamente en dos historias al año. La primera,
obviamente, es el monumento en la Curva Wellhouse. La segunda es la graduación
de último año del instituto Westcliff. Esta es la publicación donde todos los
padres de la ciudad escriben breves presentaciones sobre sus hijos graduándose
y las envían, y el periódico las imprime con las fotos más feas de los estudiantes
que pueden encontrar y todos en la escuela lo leen y se ríen de las cosas
humillantes que los padres de los demás dijeron sobre ellos.
Mis padres han estado esperando esto desde que regresamos del
campamento de primavera. Dijeron que lo amaría. Que sin duda alguna lo amaría.
Hay toda una pila de Westcliff Starr en la sala de la señora Grier cuando
llego esa mañana y todo el mundo está leyendo. Tomo uno, temor inundándome,
sudor amontonándose en mi espalda. Sí, veamos las cosas traumatizantes que mis
padres dijeron sobre mí y que todo el mundo pueda leer sobre Espeluznante
Eliza. Me dirijo a mi asiento.
La mirada de la señora Grier me sigue a través de la sala. Se endereza en su
escritorio, con los ojos bien abiertos, el periódico abierto frente a ella.
Normalmente no me mira así, así que o tengo algo en mi rostro o mis padres
dijeron algo que no debieron decir. Dios, pusieron una foto mía de bebé allí. O
contaron la historia de cuando intenté patear la pelota de fútbol y fallé tan
extraordinariamente que el impulso me arrojó al suelo.
Voy rápido hasta mi escritorio, me siento sin quitarme la mochila y abrió el
periódico. Mis manos tiemblan mientras paso foto tras foto, párrafos de historias
de la niñez, brazos rotos y juegos de béisbol, obras escolares y cumpleaños. Está
en orden alfabético, así que me salto mmi nombre y tengo que regresar. Allí está,
una terrible foto escolar de séptimo grado, con cabello grasoso, frenillos y un
cuello de tortuga, un cuello de tortuga que salió de los malditos sesenta. Mis
padres nunca han sido muy buenos escritores, pero consiguieron hacer un
párrafo completo para este.

Eliza Mirk.
Estamos muy orgullosos de nuestra Eliza. Es nuestro primogénita y es tan
terca y apasionada ahora como siempre lo ha sido. Estos dieciocho años han sido
un largo camino, llenos de muchos giros, pero ella nos ha enseñado tanto sobre
ser padres, y sobre ser gente. Adora los huevos duros, los calcetines ajustados y
escuchar música tal vez un poco demasiado fuerte (¿pero qué adolescente no?).
Lo mejor de todo, ella es una artista, y lo que ama más que nada es su webcomic,
Monstrous Sea. Ha gastado tanto de su tiempo trabajando en esta historia, vertido
tanto de sí misma en esta, y construido algo por sí misma desde los cimientos.
Sabemos que no importa a dónde vaya o lo que haga luego de esto, tendrá éxito.
Eliza, te amamos.
Peter y Anna Mirk

Alzo la vista y la sala está en silencio. No porque todos hayan dejado de


hablar, sino porque hay un pitido en mis oídos tan fuerte que nada puede
penetrarlos. La sala se expande y yo me encojo, las paredes alejándose de mí, la
luz atenuándose. Mi corazón late errático en mi pecho.
La señora Grier camina por mi fila con el periódico en la mano. Se arrodilla
junto a mi escritorio. Su voz sale demasiado lenta.
—Eliza. ¿Es verdad? —Alza el periódico. Está doblado en mi párrafo y mi
estúpido rostro—. ¿Tú… creaste Monstrous Sea?
Mi estómago se revuelve violentamente. Pongo una mano sobre mi boca.
—Porque yo… bueno, probablemente no debería mostrarte esto, pero…
—La señora Grier se alza la manga. Siempre usa mangas largas, cardiganes sobre
sus vestidos de verano, suéteres, incluso en el verano, y ahora sé por qué: con
una tinta gruesa en su brazo están las palabras HAY MONSTRUOS EN EL
OCÉANO.
Mi cita más famosa está tatuada en el brazo de la profesora de asistencia.
Detrás de la señora Grier, Wallace entra a la sala. El grande y de andar
pesado Wallace. Normalmente se mueve lento, pero el día de hoy, en este mundo
de andar lento, se mueve demasiado rápido. Alarga la mano a la mesa del frente
donde están apilados los periódicos. Toma uno. Lo abre. Sé que buscará mi
nombre primero porque el mío viene antes que el suyo. Lo verá. Lee lento, pero
no tan lento.
Me empujo de mi asiento, derribo a la señora Grier y alcanzo a Wallace a
tiempo para quitarle el periódico de las manos.
—¡No lo leas!
Lo sostengo contra mi pecho, jadeando, incapaz de conseguir aire. Las
cabezas se giran. Alzan las miradas de sus periódicos. Wallace me mira fijamente.
Confusión y probablemente miedo llenan su cara.
—No… no lo leas —vuelvo a decir. Varias personas ya están pasando a
través de las páginas de sus escritorios, buscando la mía. Wallace los mira, a mí,
al periódico. Luego busca otro. Intento detenerlo, pero su manota agarra primero
una muñeca y luego la otra, sujetándome como si fuera una niña. Abre el
periódico en la mesa y pasa las páginas.
—No… Wallace, no lo leas… por favor, por favor, no lo leas…
Me presiono contra su brazo, intentando apartarlo de la mesa, los
periódicos, pero es tan sólido. Susurro ahora. Los otros no pueden escucharme
rogar así. El ceño de Wallace se frunce cuando encuentra mi foto, mi párrafo y
comienza a leer. Verdadero temor se presiona a mi alrededor como una segunda
y más grande mano. Sé cuándo llega al final porque el color se drena de su rostro
como si alguien hubiese cortado su cabeza y dejado que la sangre corriera. Me
mira. Presiona un dedo sobre el periódico con la suficiente fuerza como para
arrugar la página. Lo vuelve a apuñalar. Señalando. Es verdad. Es verdad, es
verdad.
—Quise decirte. —Ni siquiera puedo precisar si el sonido está saliendo—
. Quise decirte, pero no sabía cómo…
Suelta mis muñecas como si fueran veneno, retrocede, luego se gira y sale
de la sala. Intento seguirlo, pero la mano de la señora Grier aterriza en mi hombro.
Dice algo. La aparto. Alguien en el fondo de la sala dice:
—Cielo santo, ¿creaste Monstrous Sea?
Me tropiezo hasta el pasillo. Wallace no está. El piso se mece de un lado a
otro y la oscuridad se arrastra en los bordes de mi visión.
Luego de un momento o dos, pasa.
Al menos, parece un momento o dos. Tal vez fueron unos minutos. Tal vez
media hora, porque para cuando reacciono, la campana está sonando y los
estudiantes están saliendo a los pasillos.
Vago hasta mi primer período sin mi mochila.
Con cada clase que pasa, más y más miradas fijas me encuentran en el
pasillo. La gente habla, pero no puedo escuchar lo que están diciendo. No vuelvo
a ver a Wallace, lo que es casi una hazaña considerando su tamaño. Mi cuerpo es
una taza de té y todos mis órganos han sido apretujados en el interior. Debe ser
mi alergia. Es primavera, después de todo.
Wallace tendrá que hablar conmigo en el almuerzo. No se sentaría sin mí
en el almuerzo.
Espero en el borde de la horda de estudiantes entrando a la cafetería y dejo
que me arrastren a través de las puertas. Al otro lado, caigo como una hoja
arrojada en una corriente perdida. Me quedo de pie por un instante, insegura de
la orientación exacta de la cafetería, luego de tambaleo hacia las filas del
almuerzo. Si puedo conseguir algo de comida y encontrar a Wallace, estará todo
bien.
Un cuerpo se interpone en mi camino. Alto. Deshawn Johnson. Está
sosteniendo algo. Un papel doblado. Mi mano se extiende para tomarlo como si
fuera alguna especia de sueño y mi cuerpo estuviese respondiendo sin mi
permiso. Desdoblo el papel.
Es mi dibujo. El que Travis robó en octubre.
—… en verdad lo lamento —dice Deshawn—. Travis estaba siendo un
imbécil… quería regresártelo antes, pero nunca tuve la oportunidad… es genial
que dibujes Monstrous Sea… mi hermano me metió en ello…
Podría vomitar en sus zapatos si me quedo aquí más tiempo, por lo que
paso a su lado tambaleándome. Wallace tiene que estar aquí en alguna parte. En
nuestro mesa. Obviamente. Junto a las ventanas. Miro. No está allí.
Hago la fila y miro al bolso de la chica frente a mí. No sé lo que pongo en
mi bandeja hasta que llego al final, un puñado de paquetes de mostaza y un
Drumstick. El Drumstick es para Wallace. Wallace los adora.
Vago por las filas y busco en la mesa otra vez. No está allí todavía. Reviso
la cafetería. No está en ninguna de las filas. Ni en las mesas cercanas a la puerta,
o junto a la pared. ¿Está en el patio? Hace mucho frío afuera hoy.
Las cabezas se giran. Ojos me observan. Muchos ojos. Me dirijo a nuestra
mesa. El mundo se inclina otra vez. Es como si yo fuese un paquete de mostaza
y la mano de algún bebé estuviera apretando para sacar todo el condimento de
mí. Apretujando mi corazón, mis pulmones, apretando mis ojos por lo que mi
visión se estrecha a un pequeño punto frente a mí. El cabello se pega a mi cara.
Uno de los cuencos de sopa de tomate se cae de mi bandeja y salpica el suelo de
baldosas blancas.
Alguien grita mi nombre. Creo.
Podrían haber dicho LadyConstellation.
Camino a través de la sopa. ¿Dónde está? Debería estar aquí.
¿He terminado páginas de Monstrous Sea esta semana? No puedo
recordarlo. Debo haberlo hecho. Estoy muy adelantada.
Mamá y papá no debieron escribir eso sobre mí en el periódico.
Hace tanto calor aquí. ¿Por qué hace tanto calor?
Voy a morir si mis pulmones no consiguen salir de esta taza de té.
¿Dónde está Wallace?
Estoy cien por ciento segura que voy a morir.
Se supone que esté aquí así puedo darle este maldito Drumstrick.
Jesús, estoy muriendo.
Mi bandeja golpea el borde de la mesa. La atrapa, luego atrapa mi
estómago. Se resbala de mis manos. Mis piernas se doblan.
La oscuridad se cierra sobre mí.
Masterminds :: Submind :: Webcomics

LADYCONSTELLATION REVELADA
Posteado a las 11:03 a.m. el 06 - 05 - 2017 por BlessedJester

Damas y caballeros, en este día de todos los días les traigo una información
largamente esperada por los internautas. La verdadera identidad de
LadyConstellation, la conocida artista por mantener su anonimato, ha sido
revelada por nada menos que una fuente de noticias locales. Clic en la foto
y se sorprenderán.
ElizaMirk.jpg

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Mensaje Privado Monstrous Sea

1:15 p.m. (emmersmacks se ha unido al mensaje)


emmersmacks: E???
emmersmacks: Qué pasó?!?!

1:16 p.m. (Apocalypse_Cow se ha unido al mensaje)


Apocalypse_Cow: no está, ¿verdad?
emmersmacks: No
emmersmacks: Está en la escuela en este momento
emmersmacks: ¿Crees que sabe??
Apocalypse_Cow: ni idea.
Apocalypse_Cow: eliza, estamos haciendo control de daños. tanto como
podamos, de todas formas. pero creo que esto podría ser una causa perdida…
masterminds hundió sus dientes en esto
Apocalypse_Cow: y una vez que masterminds lo tiene, no lo deja ir.
Capítulo 31
Mis padres me pusieron en clases de natación cuando era más joven. Una
piscina de treinta niños obligados a flotar sobre sus espaldas y andar en el agua.
Me había tropezado con mis pies en fútbol soccer y habitualmente era derribada
en básquet, así que supongo que esperaban tendría más suerte como nadadora.
Por aquel entonces, yo todavía quería complacer a mis padres. Quería ser
buena en algo; solo que no lo era. No me gustaba particularmente natación, pero
si era buena en ello, lo haría.
No fui buena en ello. Cuando el instructor intentó enseñarnos a flotar como
hombre muerto, un movimiento que todo el mundo aprendía instintivamente,
inhalé agua por mi nariz y me sacudí hasta que dijeron que podía detenerme. Pero
seguí intentando.
En el último día de la clase, uno de los chicos me desafió a sumergirme
hasta el mismo fondo. Eso hice. O intenté. Mis dedos tocaron el fondo y comencé
a subir, solo para darme cuenta que me estaba quedando sin aire. A tres cuartos
de distancia de la superficie, la privación de oxígeno hizo que mi visión se tornara
negra y mis brazos y piernas se sacudieran contra el agua a mi alrededor. Cuando
llegué a la superficie, el alivio de respirar fue echado a perder por la intensidad
de mi inhalación y el dolor del frío aire pinchando mis entrañas. Un dolor de
cabeza golpeó mi cráneo.
Despertar luego de la cafetería es como salir a la superficie de la
profundidad de la piscina. Cabeza pulsando, aire frío. Una habitación estrecha de
hospital entra en foco. Mis ojos se cierran con fuerza contra el brillo del techo.
—Annie, apaga la luz.
Las luces se oscurecieron.
—Hola, Huevos. ¿Puedes escucharme?
Entreabro mis ojos nuevamente. Papá está sentado junto a la cama. Mamá
regresa a su lado desde el interruptor de luz al otro lado del cuarto. Trago con
fuerza la lija en mi boca.
—Sí.
Ambos sonríen. Mamá se pasa una mano sobre la cara.
—¿Qué sucedió? —pregunto.
—Te tropezaste en la cafetería de la escuela y te golpeaste la cabeza con
la mesa. —Papá hace un movimiento hacia mi frente. No tengo que tocarlo para
saber que hay un vendaje allí—. Sangraste por todo el lugar, supongo. ¿Cómo te
sientes?
—Me duele la cabeza —digo—. Obviamente.
—¿Te estabas sintiendo bien cuando dejaste la casa esta mañana? —
pregunta mamá—. ¿Comiste tu desayuno?
No digo nada, porque la razón por la que me desmayé finalmente regresa
a mí, y esa mano apretujando se cierne otra vez a mi alrededor. Me amenaza. Mis
pulmones se detienen con anticipación.
Ellos le contaron a todo el mundo sobre LadyConstellation. Toda la escuela
lo sabe. Toda la ciudad lo sabe.
Wallace lo sabe.
—¿Cuánto ha pasado? —pregunto.
—¿Desde la cafetería? —Papá mira su reloj—. ¿Tal vez una hora y media?
No querían arriesgarse con una herida de cabeza, por lo que te metieron en una
ambulancia y se trajeron aquí. El doctor debería regresar para revisarte en
cualquier momento.
—Les contaron. Lo pusieron en el periódico. —Lágrimas emborronan mi
visión. La habitación da vueltas, pero todavía estoy acostada.
—Decirles… ¿qué, te refieres a la publicación de graduación? —Mamá
parpadea en mi dirección, luego mira a papá—. Solamente es el Star, Eliza, nadie
lo lee. No pensamos que importaría si mencionábamos el webcomic. Y lo amas
tanto… y en verdad estamos orgullosos de ti por eso. Pensamos…
—¡No obstante, millones de personas lo leen! ¡El comic! —Lucho para
poder sentarme, esperando que eso vaya a aliviar el mareo. Pero no lo hace—.
¡Millones de personas! ¡Algunas viven aquí!
Van a encontrarme. Van a saber quién soy y van a encontrarme.
—Huevos. —Papá pone una mano en mi hombro para volver a empujarme
hacia atrás, preocupación bordeando su rostro. No creo que haya escuchado lo
que acabo de decir.
—Wallace vive aquí —digo, apartando su mano—. ¿Dónde está? No vino
aquí, ¿no? —No puede verme así.
Mamá frunce el ceño.
—¿Él no lo sabía? Supuse que ya le habías dicho.
—¡Claro que Wallace no lo sabía! ¡Nadie lo sabe!
Giro mis piernas sobre el borde de la cama y me siento repentinamente
mareada, como si estuviera a segundos de desmayarme.
La puerta se abre y un doctor entra. El nombre HARRIS está bordado en su
bata. Cuando me ve, suelta su archivo sobre el escritorio y se acerca presuroso.
—Eliza, ¿te estás sintiendo bien? —el Dr. Harris me empuja suavemente
sobre la cama.
—No puedo respirar —digo—. Mareada.
—Puedes respirar. Respira hondo. En tu estómago. —Alza mis piernas y
empuja mi cabeza entre ellas. Respiro en la manera que dice y luego de un minuto
el mareo va desapareciendo y la habitación deja de dar vueltas—. Estás bien aquí.
Somos solamente tú, tus padres y yo. ¿De acuerdo?
—Sí.
El sonido blanco de una máquina canturrea suavemente en la esquina. El
agarre en mis entrañas se afloja.
—Sufriste un corte bastante feo en la frente —dice el Dr. Harris—, así que
puede que te quede una pequeña cicatriz una vez que se cure. ¿Es de esta manera
como te sentiste en la cafetería, antes de caerte?
—Sí. Pero fue peor.
—¿Te has sentido aquí antes?
—No.
—¿Puedes decirme exactamente qué sentiste?
—Yo, eh… no podía respirar. Mareada. Tenía visión en túnel y sentí como
si estuviera siendo apretujada a través de un tubo. Pensé que estaba muriendo.
Pensé que iba a morir en frente de todo el mundo.
—Ella dijo… bueno, pusimos algo en el periódico que probablemente no
debimos y eso pudo haber causado algunos problemas en la escuela —dice
mamá, observándome—. ¿Eso pudo haber provocado esto?
El Dr. Harris apoya su mano en mi espalda.
—Probablemente. Creo que sufriste de un ataque de pánico. Ahora, los
ataques de pánico pueden ser detonados por circunstancias extremadamente
estresantes. Grandes cambios de vida, la muerte de un ser querido, cosas como
esa.
Meto mi cabeza más profundo entre mis rodillas. Mi frente pulsa.
—Puedo recomendar a una excelente especialista que ayuda a muchos
adolescentes con trastornos de pánico y ansiedad —dice el Dr. Harris—. Un
ataque de pánico no hace que sea un trastorno, pero si tienes más,
constantemente, eso es lo que podría convertirse. Queremos hacer todo para
evitar eso.
¿Trastorno de ansiedad? No tengo trastorno de ansiedad. Trastorno de
ansiedad fue algo que apareció en mi clase electiva de psicología el año pasado.
Leí como medio párrafo sobre eso.
El Dr. Harris le dice a mis padres que estoy bien para ir a casa, pero no
debería regresar a casa hoy, no es que haya suficiente tiempo, y si no me estoy
sintiendo bien para ello, no debería ir mañana tampoco. Entonces nos despide y
salgo arrastrando los pies entre mamá y papá hasta el auto, donde me siento en
el asiento trasero junto a mi recuperada mochila para el viaje a casa e intento no
pensar en Monstrous Sea.
¿El fandom lo sabe? ¿Ya se han enterado? ¿Le creen a quien se los haya
dicho o creen que es otro rumor?
Con el paso de los años, LadyConstellation ha sido “encontrada” muchas
veces. Por lo general, alguien intentando conseguir un poco de popularidad antes
de que los investigadores lleguen y le quiten la fama. Pero esta vez es verdad y la
verdad tiene una manera de seguir vigente. La verdad es el peor monstruo, porque
nunca desaparece.
La casa está vacía cuando llegamos. Excepto por Davy, que avanza hasta la
puerta y lentamente se choca contra mis piernas, doblando mis piernas. Church
y Sully siguen en la escuela. Mis padres intentando que me recueste en el sofá de
la sala, pero insisto que me sentiría mejor si duermo en mi propia cama. Me
ayudan a subir las escaleras y se ponen a trabajar haciendo sopa de pollo con
fideos y ginger ale.
Dejo que Davy entre a mi habitación y cierro la puerta detrás de él. Me
acerco con cuidado a la computadora y muevo el mouse para despertarla. El
escritorio está tan sereno, tan callado. Abro el buscador y me dirijo a los foros.
Es un caos.
Para el ojo inexperto, un foro online se ve como un montón de mensajes
aleatorios amontonados. Para alguien que sabe cómo navegar en ellos, cuenta una
historia. Y la historia de los foros de Monstrous Sea es “Eliza Mirk: ¿fraude o
realidad?” Sin hacer clic en ningún subforo o ningún tema, sé que la opinión
general es realidad. Encontraron el artículo en el Westcliff Star. Encontraron la
cuenta MirkerLurker y los dibujos que Wallace quiso con tanto ahínco que subiera.
Ellos me encontraron.
Estoy dentro en la cuenta de LadyConstellation y mi número de mensajes
es tan alto que la página ya no muestra la cantidad sobre el ícono de mensajes.
Solo puntos suspensivos. Medio minuto luego de haber ingresado, los mensajes
atacan en lado derecho de mi pantalla. De gente que conozco, de gente que no
conozco. De amigos y de trolls. Vienen de a pocos al principio, y luego, a medida
que la gente se da cuenta que me encuentro online, es un desborde. Hay tantos
que la página comienza a laguearse. Llegan tan rápidos que no tiempo de leerlos.
Me desconecto y vuelvo a ingresar bajo la cuenta MirkerLurker.
Esta es incluso peor. Hay otros puntos suspensivos junto a mi bandeja de
entrada, pero cuando comienzo a recibir los mensajes, tengo tiempo de leerlos.
Al menos uno de ellos.

ACABO DE VER QUE TE CONECTASTE A LA CUENTA DE


LADYCONSTELLATION
TE DESCONECTASTE ALLÍ Y TE CONECTASTE EN ESTA
FUE DEMASIADO RAPIDO PARA SER UNA COINCIDENCIA
¿EN VERDAD ERES TÚ?

Una foto aparece en la ventana de mensajes. Es la foto de mi anuario de


este año.
Ni siquiera la horrible foto de séptimo grado que incluyeron en el artículo
de la graduación. ¿Cómo es que esta persona consiguió la foto de mi anuario?
Me desconecto de MirkerLurker y cierro el navegador, mi estómago
revolviéndose.
Aparto mi silla del escritorio y vuelvo a poner la cabeza entre mis rodillas.
No estoy mareada o tengo problemas para respirar como antes, pero esto me
hace sentir mejor. Hace que el espacio parezca más chico y me recuerda que soy
la única en la habitación.
Agarro mi teléfono y abro el Messenger allí. Todos los mensajes de
MirkerLurker siguen allí, pero al menos en la app del teléfono me deja silenciarlos
y miro la conversación con Emmy y Max.
Control de daños. Intentaron hacer un control de daños. Se me escapa una
risa corta e histérica. ¿Cómo se puede hacer un control de daños con esto? Esto
es todo. El fandom ganó. Perdí. Eliza Mirk ha sido tragada por las mareas de su
océano.
Cambio a mis mensajes con Wallace. No hay nada nuevo desde la última
vez que usamos el Messenger. No tengo correos electrónicos de él tampoco. O
mensajes de texto. No ha intentado llamarme.
¿Por qué lo haría? Le mentí por meses. Durante todo el tiempo que lo
conocí. Puedo decir que no le estaba mintiendo realmente, que estaba dejando
fuera los detalles, pero eso mismo es una mentira. Si fuera él, me odiaría.
Pasos suben por las escaleras. Doy vuelta mi teléfono, apago el monitor de
la computadora y me acurruco en la cama junto a Davy, quien yace inmóvil y me
deja usarlo como una almohada corporal. Mis piernas tiemblan. Mamá llama
suavemente en la puerta, sé que es ella porque papá nunca golpea suavemente, y
entra con una bandeja de sopa, galletas y ginger ale.
—¿Te sientes mejor? —pregunta.
—Un poco.
Sonríe y aparta mi cabello de la frente, teniendo cuidado con el vendaje de
allí.
—Bien. Intenta dormir un poco.
No lo hago. Miro fijamente a mi computadora a través del cuarto, silenciosa
e inmóvil, y me pregunto qué tormenta se cierne sobre la todo conocedora
internet.
Era solo cuestión de tiempo. Desde ese primer día que conocí a Wallace
en clases. Desde que pasé el tiempo con sus amigos. Desde que me dije que lo
intentaría.
Olvidé que no hay aire tan abajo.
Capítulo 32
No requiere ni siquiera una semana para que el internet tome la historia y
la esparza. A la mañana siguiente, incluso la gente de afuera del fandom de
Monstrous Sea sabe quién soy y de dónde. Saben que voy a la secundaria. Saben
que tengo un perro y dos hermanos menores. No estoy segura si tienen mi
dirección y mi número de teléfono, y si no los tienen todavía, pronto los tendrán.
El hecho de que fuera anónima durante tanto tiempo se volvió combustible
para este fuego. Mi anonimato fue como un juego, un acertijo para que la gente
resuelva. El anonimato en el internet nunca dura y todos lo saben.
LadyConstellation fue una bonita piñata que golpearon con palos y yo fui
el premio que cayó.
Leo los mensajes. Todos ellos. Sé que no debería, pero no puedo evitarlo,
y no tengo deseos de dibujar o leer o incluso mirar Dog Days, por lo que las horas
pasan lento. La mayoría de los mensajes son cortos. Podría trazar una línea de
tiempo con ellos: comienzan las preguntas, algunos indagando para ver si el
rumor es cierto y otros directamente preguntando. Luego aceptan mi nombre y
cuestionan los detalles. Se obsesionan con el hecho de que soy una chica, luego
una adolescente. La parte de ser adolescente al menos es entendible, pero por
qué sorprendería que soy mujer, no tengo idea. LadyConstellation era mujer. No
es como si eso hubiera cambiado.
Luego están los fans. Algunos de ellos dicen cómo los inspiré. Algunos
dicen lo parecidos que somos y cómo creen que seríamos amigos. Otros
solamente quieren agradecerme. Les agrada tener un rostro para el nombre. Les
gusta tener un nombre para el nombre. Les gusta que soy visible ahora.
Por supuesto, hay mensajes crudos. Viles. Los que no parecen salidos de
un ser humano real para nada, sino de algún programa de computadora diseñado
para decir cosas que ninguna persona debería decirle a otra. Leo todos esos
también, como Pringles: pueden ser terribles para ti, pero una vez que los
pruebas, no puedes parar. Esto es una montaña rusa que solamente baja. Cerca
del final me siento como un caparazón vacío haciendo clic al mouse, observando
las palabras con ojos doloridos.
—¿Eliza? —La puerta se abre. Una cabeza de cabello oscuro se asoma—.
Mamá dijo que te diga que la cena está lista. Te lo grité desde las escaleras, pero
ella dijo que no escucharías.
—Sí —digo, sin darme la vuelta de la computadora.
—¿Qué estás mirando? —Pasos pesados suenan detrás de mí. El olor a
chico sin bañarse llena el aire. Sully es una cosa rápida, no tengo tiempo para salir
de los mensajes de Monstrous Sea y las innumerables nuevas historias que abrí
en otras pestañas antes de que su mano baje sobre el mouse y las cierre por mí.
—No mires esa basura. —Suena realmente enfadado—. La gente es
estúpida, y no tienes que leer esas cosas. Vamos, la cena está lista.
Es demasiado tarde, pero él no lo sabe. Ya los he leído todos, y estaba
leyendo los nuevos a medida que llegaban. Tanto en la cuenta de
LadyConstellation como la de MirkerLurker. Los comentarios en los nuevos
artículos. Las respuestas en el tema de Masterminds y en los foros mismos de
Monstrous Sea buenos, malos, feos.
Me pongo de pie y me arrastro hacia abajo tras Sully.
Me declaro enferma y falto a la escuela el día siguiente también. Viernes.
Las páginas de Monstrous Sea ya están programadas para subirse. Apenas puedo
manejar tocar mi teclado, mucho menos regresar al sitio web para subir las
páginas. No puedo estar cerca de mi dispositivo de escritura tampoco. O un lápiz
y papel. Ni siquiera puedo pensar en escribir.
Ni siquiera puedo pensar en Monstrous Sea.
El ala de un cuervo, una aleta de un trepador marino, una larga bufanda, un
sable, grandes masas de agua, relojes, planetas, estrellas. Hacen que me den
náuseas. No tengo interés en esbozar páginas y paneles. Para nada en absoluto
intentar unir hilos de personajes. El final de la historia, tan cercano, se resbale de
mi agarre y sale volando.
No puedo hacerlo. Cualquier fuerza que me mantuviera siguiendo se ha
desvanecido.
Arranco los carteles de Monstrous Sea de las paredes. Empujo los
compendios de las novelas gráficas bajo mi cama. Todo el fanart cae, todo lo que
cualquiera me envió alguna vez, todos los juguetes de peluche y stickers y
especialmente el disfraz de Kite Waters. Incluso el Sr. CuerpoEstupendo y sus
ojos faltantes. Todo lo que pueda ser metido en el bote de basura se va.
Cuando mamá sube para comprobarme más tarde, estoy acostada en la
cama abrazando a Davy otra vez, y ve las paredes desnudas y el tacho repleto y
me pregunta si me siento bien. Miento. Ella se marcha.
Esa tarde, una periodista del Westcliff Star llama a la casa y pregunta si
puede entrevistarme para una historia. Sully, que contestó el teléfono, le dice que
se vaya a la mierda.
Papá lo regaña con poco entusiasmo. Esa es la primera vez. Cuando más
llamadas llegan, y nadie me dice quién, papá deja de regañar y comienza a decirle
a los que llaman que pierdan nuestro número.
Mamá y papá se mueven a mi alrededor como si estuviera electrificada.
Pocas palabras. Distancia a menos que quieran revisar las puntadas debajo de mi
venda. Me gustaría pensar que se sienten mal, pero no creo que comprendan
completamente lo que han hecho.
Church y Sully entran a mi habitación esa noche, a la hora precisa cuando
las páginas de Monstrous Sea se supone que se suben, casualmente, y se sientan
a cada lado de mí en la cama para ver las repeticiones de Dog Days. Eso, por lo
menos, he logrado comenzar a hacerlo otra vez. Una mente constantemente
adormecida no suena tan mal en absoluto. Sully y Church traen un cuenco de
huevos duros más grande que la cabeza de Church como ofrenda. Comemos. Se
burlan de los estúpidos personajes. Estoy de acuerdo en que los personajes son
estúpidos.
—¿Has hablado con Wallace? —pregunta Church cuando el tercer
episodio acaba.
—No —digo, quitando una cáscara de huevo.
—Vimos a su hermana en la escuela hoy —dice Sally—. Eh, Lucy.
—Bien.
Suelto la cáscara en el cuenco adicional que trajeron y muerdo el huevo
con cuidado, intentando no cortar la yema endurecida con mis dientes.
—Entonces, ¿qué dijo? —pregunto.
—Dijo que él estaba realmente molesto.
—Y que deberíamos intentar convencerte de hablar con él —agrega
Church.
Quiero decir que no es mi trabajo hacerlo feliz, pero le debo una mejor
disculpa que aquella que solté en la sala de la señora Grier. Sin embargo, cada
vez que pienso es mandarle un mensaje de texto, solo un mensaje con las dos
palabras, lo imagino ignorándome, escupiendo en mi cara, quitando todos los
dibujos que hice para él y quemándolos.
—Pensaré en ello —digo.
Pensaré en ello. Si puedo obligarme a regresar a la escuela el lunes.
Capítulo 33
No regreso a la escuela el lunes. Conduzco hasta el estacionamiento de la
tienda más cercana, me estaciono en el baldío y me subo al asiento trasero para
tomar una siesta hasta que el auto se vuelve demasiado sofocante y tengo que
bajar las ventanillas. Cuando es normalmente la hora de salida de la escuela,
conduzco a casa. Al día siguiente, hago lo mismo.
Cuando llego a casa, mamá dice:
—La escuela llamó hoy. Dijeron que has faltado dos días seguidos, sin
excusas.
Dudo al pie de las escaleras.
—Oh. Sí. Solo… llegué allí y no me sentí bien.
—Si necesitas un poco más de tiempo libre, llamaré por ti. —Retuerce un
viejo par de pantaloncillos de correr en sus manos. Una pila de ropa de ejercicio
destinada a caridad está ubicada en el suelo de la sala detrás de ella.
—Está bien —digo y comienzo a subir las escaleras.
—Eliza, espera. —Se mueve detrás de mí—. ¿Si llamo para decir que estás
enferma, irás a ver a la terapeuta que el Dr. Harris recomendó? Mañana no, pero
¿tal vez la semana que viene? Ya hablamos con ella y dijo que tendría algo de
tiempo para verte.
—¿Por qué? —digo, pero la palabra se siente vacía.
—Porque no estás actuando como tú misma y tu padre y yo estamos
preocupados.
—Realmente no quiero ir.
—Por favor, ¿irás? ¿Por nosotros?
Me encojo de hombros. Eso parece ser suficiente respuesta para ella,
porque me deja subir las escaleras.
Luego de una semana sin escuela, de yace en la cama todo el día, mirando
Dog Days hasta que olvido por qué alguna vez intenté hacer algo por mi cuenta,
todo se siente terrible. Mi estómago, mi cabeza, mi espalda. Mi cuello duele. Mi
cabello está grasoso. Eso es lo único que me hace levantarme y tomar una ducha:
cuando puedo sentir el aceite rezumando de mi cuero cabelludo. Estoy tan
agotada de estar sucia. Tan agotada de sentir como si mi cuerpo es esta cosa que
tengo que arrastrar conmigo todo el día. Luego de la ducha, me desplomo en la
cama otra vez. Las paredes vacías de mi habitación se sienten como una celda,
pero no tengo la energía para decorarlas con algo más.
No habrá páginas de Monstrous Sea al final de esta semana. No me conecté
para vez lo que el fandom pensaba de las últimas. Mi voluntad se ha ido. Mi
voluntad para dibujar, mi voluntad para hablar, mi voluntad para hacer cualquier
cosa. Donde Monstrous Sea una vez estuvo envuelto alrededor de mi corazón, ya
no hay nada más.
Tal vez eso sea normal. Las cosas que te importan más son aquellas que
dejan los agujeros más grandes.
Había algo claramente no-Orciano sobre el General White que Amity no
podía precisar. Todo sobre él era hosco, como fragmentos de metal fusionados
en la forma de un hombre, vestido con el uniforme militar de la Alianza Orciana.
—Si matas a Faust —dijo—, serpas considerada una heroína. Tal vez
incluso una leyenda. No acabará con los ataques de nuestros enemigos, pero
equilibrará las probabilidades y esa es una ventaja mayor de lo que esperamos
estas largas décadas.
—Equilibrar las oportunidades… —dijo Faren, su cadencia forzada
desvaneciéndose—. Si ella mata a Faust, pero sigue con vida, ¿las probabilidades
no se inclinarían seriamente a su favor? ¿Tanto como están apiladas en su contra
ahora?
—Me temo que no te sigo —dijo White.
—¿Qué sucede después? —Faren miró fijamente a White—. ¿Qué sucede
luego de que derrote a Faust? Supongo que no serás capaz de remover al Vigilante
de ella. Ella seguirá estando aquí y todavía sentirá que tiene que salvar a los
inocentes. ¿Tras qué enemigos la enviarás entonces? ¿Los Rishtianos? ¿Los
Ángeles? Esos son los enemigos de los que estás hablando, ¿verdad? ¿Los reyes
mecánicos y los demonios de Orcus?
Su voz se elevó en la última palabra. La piel de Amity hormigueaba; ella
nunca había considerado que podría tener que luchar contra los Ángeles de
Orcus. White, imperturbable, miró fijamente a Faren.
—Nadie dijo nada sobre más enemigos, señor Nox.
—Nox-eys —corrigió Faren fríamente. Él nunca había exigido, o incluso
pedido, ser llamado con los honoríficos Nocturnianos, y eso, más que su actitud
hacia el general, hizo a Amity tomarse un momento. El pretexto de su pobre
Colaarin huyó completamente—. Ni por un instante creo que la dejarás regresar
aquí para vivir pacíficamente una vez que Faust desaparezca. Tu gente ha pasado
la última mitad del año convirtiéndola en un arma y años antes de eso
estudiándola. Sabes de lo que es capaz. La convenciste de que Faust es su
responsabilidad… ¿dónde termina ésta?
Capítulo 34
—Esto es estúpido.
Sully está de pie en el umbral de mi habitación, los brazos cruzados sobre
su pecho. Estoy acostada en la cama y mirando sin parpadear a mi televisión.
—No, no lo es —digo—. Es mi episodio preferido.
—No estoy hablando de Dog Days.
Giro mi cabeza para mirarlo.
—Estoy hablando de ti acostada aquí, no decirle a mamá y papá lo que
hicieron exactamente.
—Saben lo que hicieron.
Sully pone los ojos en blanco.
—Tonterías. Creen que saben pero no es así, porque no se los dices.
Regreso a la televisión.
—No importa. Ya está hecho.
Gruñe.
—Si no se los dirás, yo lo haré. —Sale corriendo. Lo ignoro hasta que
escucho la puerta de la oficina de mamá y papá abrirse de golpe abajo, y Sully
grita preguntando si puede usar el portátil de ellos.
Salto de mi cama y corro hacia abajo. La tarea de Church y Sully está
desparramada por toda la mesa de la cocina, pero ambos están parados frente a
mamá y papá en la encima, poniendo algo en el portátil.
El post del sitio Masterminds. El que solía mirar todos los días.
—¿Qué es esto? —pregunta mamá, apartando su revista de fitness. Ni ella
ni papá han notado que estoy en el cuarto.
—Este es el post que ha hecho a Monstrous Sea popular —dice Sully—.
Este sitio web, Masterminds, es donde la gente comparte cosas. Hay mucha gente
allí, y para que un post llegue a la cima de un foro como este y permanezca allí
por tanto tiempo como lo ha hecho es realmente difícil.
—Y mira todos los comentarios en el mismo. Y los me gusta —dice
Church—. Esas son personas reales, y la mayoría de ellos, son personas que
leyeron y les gustó Monstrous Sea.
—Pero solamente son una parte de la gente que realmente lo lee. —Sully
gira la computadora otra vez y navega a un nuevo sitio web antes de girarla hacia
nuestros padres. Los foros de Monstrous Sea—. Este es el sitio web donde los
fanáticos se reúnen. Hubieran visto esto si no hubieran dejado de mirar su sitio
web hace dos años. Miren los números en los post. Miren a la gente que está en
línea en este momento.
Esperan mientras mamá y papá se desplazan a través de los temas del foro,
leyendo los nicks, por títulos de los post, número de comentarios. Desde la
puerta, puedo ver el ceño de papá fruncirse y mamá llevar una mano a su boca.
Cierro mis manos en mi sudaderas y aprieto la boca.
—Son millones de personas —dice Sully—. Muchas más de las que están
en línea aquí. Leen las páginas del comic que Eliza pone cada semana. Pagan por
ellas. ¿Saben cuánto saca de esto? Ella se mantiene conectada a su cuenta
bancaria en la computadora, y lo vimos. Es ridículo.
—Lo es, de hecho —dice Church.
—Ustedes siguen acosándola por becas universitarias y cosas así, pero no
lo necesita. ¿Se dieron cuenta de eso o dejaron de prestar atención luego de que
la hicieron ir al recaudador de impuestos sola?
—Pero es… es solamente un pasatiempo —dice mamá.
—No, no lo es. —Sully apoya ambas manos contra el mostrador a cada
lado del portátil—. No sé qué puedo mostrarles para hacerles entender. Esta es
la cuestión. Eliza es famosa. No como una estrella de cine, o algo así, pero mucha
gente quería saber quién era. Y ahora, gracias a ustedes, lo saben.
—¿Ninguna de estas personas sabía quién era? —dice papá suavemente.
—No, claro que no —dice Church—. ¿Por qué creen que nunca quiso
decirle a nadie?
—Siempre ha sido privada. Pensamos que no quería la atención.
—No la quería —espeta Sully—, pero no por… ah, ¡no lo entienden!
Siempre nos dicen que estemos a salvo y tomemos buenas decisiones, pero
entonces hacen algo así. —Agarra algo de Church, la publicación de graduación
de Westcliff Star—. Esta no fue una buena elección. Esta fue una muy mala. La
dejaron expuesta para millones de personas, y no todas son agradables. Ella
nunca va a tener esa seguridad de nuevo. Pero saben lo que… es más…
—Lo más molesto —dice Church.
—¿Qué es lo más molesto? —Sully abre los abrazos, abarcando el Westcliff
Star, la computadora y todos ellos—. Pudimos haber evitado esto si se hubieran
tomado medio minuto para buscar en Google Monstrous Sea. Quieren saber
sobre cualquier parte de nuestras vidas, pero nunca les importó realmente nada
de esto.
Retrocedo, y una tabla del suelo cruje bajo mi pie. Los cuatro se giran para
mirarme. Mamá está llorando. Papá se ve pálido.
—¿Por qué nunca nos dijiste? —dice mamá—. Pensamos que seguía
siendo pequeño. Tu cuenta bancaria nunca tenía mucho en ella… los
impuestos…
—Dijeron que mis impuestos eran asunto mío y querían que los manejara
por mi cuenta. —Mi voz vacila.
Papá traga saliva.
—Nunca hubiéramos dicho lo que dijimos en el Westcliff Star si
hubiéramos sabido. Pensamos que era una cosa que hacías por diversión.
Queríamos mostrarte que estábamos orgullosos de ti. Y el Star… el Star es un
periódico tan pequeño, ¿quién iba a leerlo? Sería solamente para nosotros. Solo
para nosotros.
Me vuelvo a encoger de hombros. Esperan a que diga algo, pero ¿qué se
supone que diga? ¿Se supone que esté enojada? ¿Aliviada? Mis padres nunca se
han disculpado así. Nunca han metido tanto la pata. Una parte de mí pensara que
nunca lo harían.
Mamá comienza a llorar de verdad. Se pone de pie y se marcha por la otra
puerta, hacia el pasillo rumbo a la oficina de ambos. Church va detrás de ella.
Luego de un momento, me escapo de regreso arriba. Me acurruco en mi
cama, con Dog Days silenciado en la televisión, y me siento extrañamente
despierta. Como si todo es más nítido en detalle de lo normal. No obstante, no
me siento mareada.
Diez minutos después, Sully llama a la puerta y asoma la cabeza.
—¿Te encuentras bien?
—No sabía que conocías tanto sobre Monstrous Sea —digo.
Se encoge de hombros.
—Queríamos saber qué estabas haciendo todo el tiempo. Eres nuestra
hermana mayor, ¿cierto? Pero estás como… en un mundo distinto. Es raro. —
Vuelve a encogerse de hombros—. Leemos el comic. Church y yo. También todos
nuestros amigos, pero nunca les dijimos quién eras porque pensamos que algo
como esto podría suceder. Es realmente increíble. No que esto pasara, sino que
hayas hecho todo esto. Por la manera que mamá y papá actuaban a tu alrededor,
pensé que no sabían lo importante que era.
—Oh. —Y todo este tiempo, pensé que ellos me odiaban—. Solo…
gracias. Probablemente no se los hubiera dicho.
Sully pone los ojos en blanco.
—Mamá y papá son demasiado viejos para entenderlo. Ni siquiera tenían
celulares cuando eran jóvenes. Tal vez buscar en google los habría ayudado. —
Se frota la nariz—. De todas formas, si necesitas, eh, hablar con alguien, ya sabes
dónde encontrarme y a Church.
—Eso es… estaría bien, de hecho. —Mi voz es baja, pero la expresión de
Sully se muestra abierta. Tras un momento de duda, se desliza en la habitación,
cierra la puerta detrás de él y se sienta con las piernas dobladas en el extremo
opuesto de la cama.
—Gracias —digo.
Sully me sonríe por primera vez desde que puedo recordar.
Capítulo 35
Muy temprano el martes a la mañana, cuando mis padres, Sully y Church
están dormidos, me subo a mi auto y conduzco a la Curva Wellhouse.
No hay nadie en las calles a esta hora de la mañana, así que me estaciono
en el bordillo, camino a lo largo del puente, y miro por la pendiente hasta la
extensión plana de césped a un lado del río negro. La luz de la luna ilumina el
mundo. En la cima de la colina están las cruces, las decoraciones, los juguetes.
Flores, algunas frescas y otras marchitas, para la gente que pasó de largo la curva.
Me pregunto si alguna vez llegará el día cuando no sean necesarios, cuando la
curva ya no sea más que solo una colina.
Wallace dijo en su correo que nunca regresó aquí. Seguramente, Vee debe
haberle dedicado algo al padre de Wallace en este montón de ofrendas, pero
Wallace nunca lo hizo.
No llevo nada salvo pijamas y mis llaves del auto. Miro alrededor. Hay una
roca lisa a un lado de la carretera no muy lejos. Agarro esa, la limpio un poco con
mi manga y la pongo encima de un estuche de latas vacío de cartas de béisbol,
bajo el brazo de un osito de peluche empapado de lluvia.
—Considera esto un pagaré —digo—. Traeré algo mejor después.
La Curva Wellhouse está rodeada por árboles, por lo que es un lugar
tranquilo de todas maneras, pero el río bloquea los sonidos de cualquier otra
carretera cerca. Me siento sobre mi trasero junto a las flores y juguetes y me
deslizo con cuidado por la pendiente. Pensaré cómo regresar arriba más tarde.
La parte inferior es un amplio y pastoso espacio abierto. ¿Cuántos autos se han
salido de esa carretera? ¿Por qué nadie lo ha arreglado todavía, o hecho más
segura? ¿Tienen miedo que perderás sus nuevas historias? ¿El futuro será, de
alguna manera, menos interesante si no hay trozos de autos permanentemente
incrustados en el suelo aquí?
Bajo hasta el frío césped y alzo la mirada hacia el cielo. Las estrellas
perforan la oscuridad. Por todas las constelaciones Nocturnianas que conozco,
las únicas reales que recuerdo son la Osa Menor u Mayor. Oh, y el Can Mayor, por
supuesto, encabezada por Sirius, la Estrella Perro, el heraldo de canícula del
verano. Ha aparecido tantas veces en show Dog Days que ahora es el título de
broma de referencia más pasado. Pero Sirius ni siquiera está en el cielo ahora
mismo.
La Eliza de cuatro años dentro de mí estaría tan decepcionada.
La Eliza de cuatro años estaría decepcionada por muchas cosas. Por
esconderme, por pasar la mayor parte del camino a través de la secundaria sin
nadie con quien sentarme en el almuerzo, por dejarme hundir en este sitio. La
Eliza de cuatro años lo intentó, al menos. Quería ser buena en las cosas. Hacía
cosas porque quería hacerlas, no porque otra gente la obligara. No tenía amos.
No creo que una niña de cuatro los tenga.
Pero ya no tengo cuatro. No puedo ser ella. No puedo ser quien era a los
cuatro, no puedo ser LadyConstellation, ni siquiera puedo ser la novia de Wallace.
En este momento, solamente puedo ser Eliza Mirk, ser humano.
Enredo mis dedos en el césped. Un murciélago pasa volando sobre mi
cabeza, haciendo que las estrellas parpadeen.
El padre de Wallace murió aquí. Parece demasiado calmo para que un auto
corra hacia un choque fatal. Apuesto a que la Curva Wellhouse estaba serena
también mientras sucedía. La curva Wellhouse no asesina gente; el mal clima, las
malas decisiones y los accidentes desafortunados sí. La Curva Wellhouse no
anuncia que gente murió aquí; el Westcliff Star hace eso. Porque la Curva
Wellhouse, este pequeño claro, es naturaleza, y a la naturaleza no le importa. A la
naturaleza no le importa si nos arrojamos contra la misma y nos rompemos unos
cuantos huesos. A la naturaleza no le importa si nos sentimos tan pesados que
podríamos hundirnos en el suelo y nunca ser capaces de sacarnos nuevamente.
A la naturaleza no le importa quién soy, en línea y fuera de ella, y no le
importa si necesito recostarme aquí por un rato.
Capítulo 36
El miércoles, dos semanas después de mi desafortunado incidente en la
cafetería, estoy recostada en el suelo de mi habitación, mirando con fijeza el
techo y dejando que mi cabello empapado empape la alfombra, cuando suena el
timbre.
Escucho los pasos de papá ir por el pasillo. El suave crujido de la puerta al
girar en su marco. Su voz amortiguada diciendo hola, luego más que no puedo
comprender.
Entonces los pasos suben las escaleras. De papá. Mi corazón se acelera.
¿Por qué está subiendo? Soy la única que se encuentra arriba en este momento.
Un golpe en mi puerta.
—¿Huevos? Wallace está aquí.
Wallace está aquí.
¿Por qué Wallace está aquí?
—No quiero hablar con él. —La respuesta es inmediata y fuerte. No existe
duda en mi mente. No puedo hablar con Wallace. No puedo verlo.
—¿Estás segura? —Papá sigue sin abrir la puerta.
—Sí.
—De acuerdo entonces. —Vuelve a bajar las escaleras, de regreso a la
puerta. Su voz amortiguada suena a algo que suena como una disculpa. No
escucho una respuesta, pero si Wallace está hablando, podría ser demasiado
suave para escucharla.
La puerta se cierra.
Me apresuro a mi ventana. Esta da al jardín delantero y la entrada de autos
donde el auto de Wallace está estacionado.
Wallace avanza pisando con fuerza por la acera. Desde aquí es una cabeza
de cabello oscuro y un jersey de los Colts. Presiono mi frente contra la pantalla.
¿Cómo es que no puede sentirme desde aquí? ¿Cómo no puede sentir cuánto
deseo que no me odie, cuán apenada estoy? No me importa si nunca vuelvo a
mirar Monstrous Sea, pero sí me importa si nunca vuelvo a ver a Wallace. En este
momento, me importa mucho.
Juega con sus llaves, luego se detiene, como si recordara algo. Camina
hasta el final de la entrada y se gira para alzar la mirada a la casa.
Me encuentra de inmediato. Me retiro de la ventana, con el aliento atrapado
en la garganta. Claro que sabía que me encontraba allí, tenía que saber que estaba
aquí. Doy un vistazo sobre el alfeizar de nuevo. Se está paseando. Cada vez que
pasa, alza la mirada a mi ventana. Una pasada, dos pasadas, tres pasadas.
Se está armando de valor.
¿Armando de valor? ¿Para qué necesita armarse de valor? ¿Va a arremeter
contra la puerta principal?
Finalmente se detiene y busca en su bolsillo por su teléfono. Escribe algo.
Alza la mirada a mi ventana otra vez.
Agarro mi teléfono de mi escritorio, donde ha estado juntando polvo.
Mensaje tras mensaje aparece cuando lo enciendo, pero el mensaje de Wallace
está en lo alto.
Tenemos que hablar.
No espera que responda antes de comenzar a escribir.
En verdad tenemos que hablar y no quiero escribir afuera de su casa.
Y otra vez:
Si no me dejas entrar hoy, regresaré mañana.
Mi estómago se aprieta. Quiere entrar aquí así puede gritarme. Así puede
decirme cuán mal, cuán horrible y qué tan mal lo he tratado. Tal vez entonces
pueda gritarle en respuesta que lo sé, que lo siento en el tuétano de mis huesos
como si alguien me hubiera bombeado hasta llenarme de culpa.
Me siento y me abrazo por un momento, brazos rodeando mis piernas,
frente contra mis rodillas. Entonces me obligo a levantarme del suelo, salir de mi
habitación y bajo las escaleras un paso rígido a la vez. Abro la puerta principal y
subo corriendo las escaleras, de regreso a mi habitación, dejando esa puerta
abierta también, y me acurruco en mi cama con la espalda en la esquina y mi
almohada metida entre mis brazos como un escudo.
La puerta delantera se cierra con un clic. Bajo la almohada. La arrojo a
través del cuarto.
Pasos pesados suben las escaleras. Me pongo de pie y le doy mi espalda a
la ventana. Cierro mis ojos y presiono mi teléfono contra mi estómago hasta que
puedo sentir su mirada sobre mí y alzo los ojos para encontrarlo enmarcado por
el umbral.
Está enojado. Está muy enojado. Nunca he visto su cara así antes, ni
siquiera las veces que se enojó por Tim diciéndole que no puede escribir si no lo
hace ganar buen dinero. Esto va más allá del enojo, es enojo, traición y confusión
todos fusionados.
—¿Cómo pudiste no…? —Flexiona su mandíbula. Mira al techo—. ¿Cómo
pudiste no…? —Sus dientes entrechocan—. ¿Cómo pudiste no decirme…? —Su
voz va bajando a un susurro. Gruñe y cierra los puños. Lágrimas se acumulan en
mis ojos. Está muy enojado.
Vuelve a sacar su teléfono, exhalando con fuerza a través de su nariz, como
un toro enfurecido. Me limpio los ojos así puedo ver mi pantalla. Sus mensajes
llegan en rápida sucesión.
¿Cómo pudiste no decirme? ¿Todo ese tiempo?
¿Estabas jugando conmigo?
¿Era un conejillo de indias o algo?
¿Estabas aburrida?
¡Te dejé leer mis cosas! ¡Te dejé leer todo!
¡Te llevé a mi casa!
¡Conociste a mi familia!
¿Cómo pudiste no decirme quién eras?
¿No querías?
¿Alguna vez pensaste en ello?
Las lágrimas son tan espesas que no puedo ver a través de ellas. Wallace
da un paso dentro del cuarto. Muevo mis dedos sobre mi teléfono pero no puedo
hacerlos funcionar. Estoy sollozando demasiado fuerte, de todas maneras.
Hipando. Hipando a través de mis sollozos.
Acuno mi teléfono en una mano y cierro la otra en mi camiseta cuando lo
que realmente quiero es esconder mi cara. No puedo ocultarme de él, no ahora.
No hay palabras que pueda decirle para hacerlo comprender cuánto lo siento, y
eso solamente me hace llorar con más fuerza.
Su peso hace que mi cama cruja. Cuando me hago mirar, está sentado allí,
sus codos apoyados en sus rodillas y su cabeza en sus manos. Sin él mirando,
puedo volver a levantar mi teléfono.
Escribo:
No. No estaba jugando contigo.
No quería decírtelo al principio.
Bajo el teléfono y digo:
—Y entonces vi cuánto significaba para ti Monstrous Sea y no pude
contártelo.
Nos sentamos en silencio por varios minutos hasta que dice, en voz baja:
—Pensé que podría ser algo como eso. Esperaba que lo fuera.
Alzo mi cabeza.
—Pensé, Si fuera yo, ¿qué habría hecho? Creo que te lo habría dicho, pero
¿quién sabe? Tal vez no. Tal vez habría hecho lo mismo.
Se pasa las manos por el cabello, haciendo se ponga en punta.
—No lo entiendo. ¿Cómo puedes ser ella? ¿Cómo no lo noté?
Se detiene como si quisiera que le responda, pero no sé cómo, así que
mantengo mi boca cerrada.
Vuelve a alzar los ojos. Su mirada pasa sobre mi escritorio, mi
computadora, el dispositivo de dibujo que no estaba allí antes. Después a mis
paredes vacías.
—¿Qué le sucedió a tu habitación? —pregunta.
—No podía mirarlo —digo.
Frunce el ceño hacia mí.
—¿Y en la escuela?
Se lo explico. No sé si lo entiende, pero escucha.
—No quiero regresar —digo—. Sé que sucederá de nuevo. Incluso cuando
estoy sola, no me siento sola, porque es como si la gente en internet estuviera
observándome. En la escuela es peor porque puedo verlos.
—No te odian —dice—. La mayoría de ellos son fanáticos, de hecho. O
gente que piensa que es genial que seas famosa.
—No hace la diferencia. He leído todos los mensajes. Es como si no
pudiera contenerlo todo dentro de mí a la vez. Bueno o malo.
—¿Has estado en los foros?
—No desde la semana pasada. Realmente no quiero estar más cerca de mi
computadora.
—Sí —dice—. Tampoco yo querría.
Eso lo confirma, entonces. Las cosas han sido feas desde que dejé de
mirarlas. Las grandes noticias tienden a apagarse rápidamente en el internet;
todos se ponen en pie de guerra por un día o tres, y luego están en la siguiente
cosa. Así que si la revelación de LadyConstellation sigue siendo noticia una
semana después de que se volvió de conocimiento público, no van a dejarlo
pasar.
—¿Qué crees que harán cuando las páginas no sean subidas esta semana?
—pregunto—. ¿O la siguiente?
—¿No vas a subir las páginas?
Niego con la cabeza.
—Tengo algunas en reserva, pero no he dibujado desde la semana pasada.
Desde antes. No quiero hacerlo más. Ni siquiera puedo sostener un lápiz.
—¿Con el tiempo vas a subirlas?
—Tal vez. No lo sé.
Contiene la respiración. Me mira, a sus manos, de regreso a mí. Hay algo
respecto a su quietud. Un nerviosismo, una incertidumbre.
—Tengo que decirte algo. —Su voz es más fuerte de lo normal, como si
estuviera obligando a sacar las palabras—. Un día antes de que esto pasara, antes
del artículo de la graduación, recibí un correo de un publicista. Encontraron la
transcripción. Están emocionados por lo grande que es Monstrous Sea y quieren
ser los que lo publiquen como novela.
—¿Quieren publicar la tuya?
Asiente. Me limpio los ojos con la manga.
—Eso es genial. Es increíble. Es un acuerdo literario.
—Dijeron que necesitarían permiso para publicarlo, sin embargo. De la
creadora.
—Por supuesto —digo, luchando por pronunciar las palabras. Esto es lo
menos que puedo hacer por él tras toda esta basura. No importa ya si mi nombre
sale—. Claro que puedes tener permiso. Siempre. Solo dime dónde firmar.
Pero no se ve contento. Me mira fijamente como si me he perdido de algo
importante.
—No lo quieren a menos que sepan cómo termina.
—Entonces escribe el final —digo.
—No quieren mi final, Eliza. Quieren el tuyo. No estará bien si no es el tuyo.
—Podría decirte cómo acaba y podrías…
—Quieren. El. Tuyo.
—¿No van a aceptarlo si no está terminado?
Sigue mirándome. Mi estómago se enfría.
—Es ridículo —digo—. Sigue siendo una buena historia, la gente lo
comprará….
—Tienes que terminar. —Hay preocupación en su voz, una que no he
escuchado antes.
—No puedo.
—Tienes que terminar, Eliza.
—Ni siquiera puedo tocar un lápiz en este momento. Has sufrido eso antes,
¿verdad? Donde no puedes hacer nada porque nada está fluyendo, nada sale,
como si tu cabeza estuviera vacía…
—Tienes que terminar. —Su voz es dura. Deseo haber mantenido mi
almohada como escudo—. Nunca más voy a conseguir una oportunidad como
esta. Si esto no resulta, van a ser cuatro años más de hacer lo que otra gente me
diga que haga. Tal vez más que eso. No puedo más. Por favor, Eliza. Son solo unos
pocos capítulos, solo esfuérzate y acábalo.
No lo entiende. O no quiere entenderlo.
—No puedo —susurro.
—¿Por qué no?
—No hay… no hay nada aquí.
—¿Por qué no? No tiene que haber nada. Los artistas crean cuando no
tienen motivación todo el tiempo. Si pudiera hacerlo por ti, lo haría… mataría por
escribir algo sin motivación si significara que voy a hacer lo que quisiera después.
Nunca he tenido ese problema. Nunca he sido obligada a hacer algo. No
entiendo cómo funciona eso.
—No puedo.
Se empuja de la cama. Sus manos raspan su cabello, luego cierra los puños
a sus costados. Un músculo salta en su mandíbula. Mira alrededor, revisando las
paredes vacías, el escritorio vacío, la computadora en silencio.
—Tienes una vida perfecta —dice—, y no puedes dibujar un par de
capítulos.
—Mi vida no es perfecta —digo.
—Hiciste esta cosa increíble que millones de gente te aman y adoran.
Todos saben lo que has hecho. Reconocen tu talento. No tienes que preocuparte
en cómo vas a pagar la universidad, o conseguir un trabajo real, o pensar lo que
se supone que vas a hacer con tu vida. No tienes a nadie diciéndote qué hacer o
quién ser. Todo lo que tienes que hacer es dibujar unas páginas más. Eso es todo.
¿Te tomará qué, una semana o dos a lo sumo? Así que por favor, Eliza, dibuja las
páginas.
Cuando no se me ocurren palabras, niego con la cabeza.
Wallace se da la vuelta y se marcha. Sus pasos pisan fuerte bajando las
escaleras. La puerta principal se cierra suavemente, con un pequeño whoosh de
aire.
Habría sido mejor si hubiese cerrado de un portazo.
Capítulo 37
Me siento en mi escritorio con una hoja de papel en blanco y mi lápiz. El
lápiz está junto al papel, alineado paralelamente con el borde inferior. Miro
fijamente al lápiz. El lápiz me mira de regreso.
Unos pocos capítulos. El fin. No conozco los detalles, pero tengo la vaga
idea de lo que va a suceder. No puede ser tan difícil.
Las páginas en blanco se supone que sean una invitación. Un desafío,
incluso. Aquí está tu lienzo, ¿cuán creativa puedes ser? ¿Qué límites puedes
extender para llevar a la vida esa criatura en tu cabeza? Una hoja blanca de papel
tiene infinitas posibilidades.
Ahora, cuando la miro, todo lo que veo es un abismo. Donde las ideas y la
emoción solían brotar de mi interior, ahora hay un bloque de cemento. Enorme,
inamovible, y tan frío que adormece mis extremidades. Mirar el papel solamente
me recuerda que no soy lo bastante fuerte para cambiarlo.
Tengo que intentar. Por Wallace, tengo que intentar.
Extiendo mi mano por el lápiz. Mi mano se detiene, mis dedos se cierran,
mi muñeca cae hasta apoyarse en el borde del escritorio. Sin embargo, no va a
verse bien. Los personajes. El escenario.
La gente lo sabrá. Sabrá que está mal. Tendré que subir las páginas en línea
porque el publicista no aceptará la transcripción de Wallace hasta que la historia
esté completa, y todos los lectores que han estado siguiendo los tableros todo
este tiempo sabrán que los paneles no son tan buenos como solían serlo. El arte
no es tan bueno, y los personajes y la historia tampoco.
Y cuando sepan eso, sabrán donde encontrarme, cómo encontrarme y
serán capaces de interrogarme directamente. Algunos de ellos probablemente en
la escuela.
¿Y si me envían un correo?
¿Y si vienen a mi casa?
¿Y si comienzan a hablar de mí de la manera en que hablaban de Olivia
Kane? La ermitaña Eliza huyó a una cueva en las montañas y persigue a la gente
fuera de su propiedad con una escopeta. Pone trampas explosivas para sus
propios fans. Dibujó tantos monstruos que se volvió uno.
Me doy cuenta que estoy aferrando el borde del escritorio con tanta fuerza
que mis uñas han dejado surcos en la madera, y lo suelto. Me obligo a respirar, a
apartar todos esos otros pensamientos al fondo de mi mente y pienso en Wallace.
Wallace, que tendrá un contrato literario. Wallace, que será capaz de usar ese
dinero para pagar por la universidad, y será capaz de especializarse en lo que
realmente le gusta. Wallace, que no tendrá que preocuparse por apaciguar a Tim,
o terminar en un trabajo que haga odiarse a sí mismo.
Tengo que intentarlo.
Vuelvo a estirar la mano por el lápiz. Lo recojo. Una sacudida sube por mi
brazo, erizando los vellos de mi cabeza, enviando ondas de repulsión a través de
mis músculos. Agarro con más fuerza el lápiz para no arrojarlo. La primera línea
que dibujo está chueca. Ni siquiera sé lo que se supone que sea. ¿El borde de un
panel? ¿Un avión en el rostro de un personaje?
¿En qué parte de la historia me encuentro? Ya no lo recuerdo.
Presiono mis manos en mi frente. Mi pecho se aprieta, aprieta, aprieta. Esto
solía resultarme sencillo. Monstrous Sea nunca ha sido difícil. Incluso cuando no
estaba segura a dónde quería que fuera la historia, simplemente podía comenzar
a dibujar y finalmente fluiría. Ahora no hay nada más que un pánico adolorido.
Pánico porque no hay nada. Porque aunque sé que es tonto pensarlo, porque sé
que todos me llamarían ridícula por ello, siento como que algo terrible va a
sucederle a Wallace si no lo termino.
No sé exactamente qué, o cómo. Todo lo que conozco es el temor
alzándose en mi garganta.
Intento empezar otra vez. Nada. Rostros. Ojos. Ropa. Nada sale correcto.
Está demasiado oscuro, luego demasiado luminoso, luego torcido a la izquierda.
Las proporciones son raras. Las líneas temblorosas. El peso está en todos los
lugares equivocados.
El lápiz termina su vida en dos mitades, una detrás de mi monitor, la otra
metida en el espacio entre mi escritorio y la pared. Me empujo al otro lado de mi
computadora, despierto mi computadora y busco en Google “desaparición de
Olivia Kane”. Los resultados son solamente especulaciones de noticias en línea,
foros de fanáticos y redes sociales. La teoría de cueva-y-escopeta de Cole está
cerca de la cima. Otra gente piensa que Olivia Kane se volvió una loca
todoterreno, como si eso realmente fuese algo. Alguna gente dice que se intentó
suicidar. Mucha gente. La teoría está en todas partes. ¿Realmente nunca antes
había visto esa o la ignoré? ¿Fui tan ingenua que pensé que se había escondido
en alguna parte?
La gente rota no se oculta de sus monstruos. La gente rota se deja ser
comida.
Me acurruco en mi silla, la cabeza metida entre mis rodillas y mis brazos
cerrados sobre mí como una barricada. No puedo llorar más. Quiero que las
lágrimas salgan porque podría sentirme mejor si así lo hicieran, pero mis padres
lo escucharían, o Sully y Church lo harían, o alguien en el omnisciente interne
escucharía, me encontraría y destrozaría. No puedo llorar, no puedo dibujar, no
puedo conectarme en línea y no puedo hablar con nadie, así que, ¿en qué soy
buena?
¿Cuál es el punto para mí?
Capítulo 38
La escuela es una bestia aterradora.
Pasas siete horas al día caminando dentro de ella, y cuando el día acaba,
se hace pequeña para que pueda irse de aventón contigo. Se mete en tu oreja y
susurra todas las cosas que puedes esperar al día siguiente. Tus ropas no te
quedarán. Tu cabello no se comportará. Te olvidarás la tarea. Recibirás más tarea.
Tendrás que luchar por una mesa de almuerzo.
Todos, todos, todos, te juzgarán.
Solamente quedan dos semanas más hasta la graduación. No tengo
opciones.
Lo que deseo: quedarme en casa. En mi cuarto, específicamente, con las
cortinas puestas y la televisión encendida, pero el volumen bajo así puedo
dormitar con los murmullos y aburridas voces de Dog Days. Quiero a Davy
alrededor para abrazarlo, y no quiero hablar o ver a otras personas. No en la vida
real, y sin duda no en línea. No quiero pensar en las páginas que no he terminado,
y el rostro de Wallace, grabado en mi memoria, cuando le diga que no puedo.
Qué sucederá si consigo lo que deseo: me quedo en casa por las dos
últimas semanas del último año y mis padres se aseguran de visitar a esa terapeuta
hasta que mi cerebro sea limpiado y regresado como el plato de un lavaplatos.
Eso podría requerir meses. O, el cielo no lo quiera, años. No quiero estar años de
esta manera. No quiero sentirme de esta manera por años. Incluso ir a la
universidad no hará que esto mejore, porque habrá gente allí también que sepa
quién soy. No hay escapatoria ahora.
Así que regreso a la escuela.
Esta primavera es demasiado calurosa para sudaderas. Me las arreglo con
una técnica para encogerme a mí misma que perfeccioné hace años cuando me
cansé de ser escogida para las actividades durante los campamentos deportivos.
Nunca hago contacto directo ocular. Me visto con colores monótonos. Me muevo
al mismo ritmo que el resto de la multitud. Desaparecer es una forma de arte y
soy su reina. O al menos solía serlo.
En cuanto atravieso las puertas, mis rodillas se cierran y el calor se precipita
detrás de mis ojos. Controlo mi respiración. Cuando estoy segura que puedo
moverme de nuevo sin caerme, lo hago. Un pie frente al otro.
No me tropezaré y desmayaré.
No me tropezaré y desmayaré.
No me tropezaré y desmayaré.
Alcanzo mi casillero. Me olvido la combinación. Tengo que sacar mi
teléfono por primera vez desde que Wallace vino a mi casa para poder
encontrarla en mis notas.
La puerta se abre y papeles doblados se desparraman a mis pies. La
mayoría se posa precariamente sobre el estante del casillero debajo de las
rendijas de la puerta. Recojo uno y lo despliego.

Hola, Eliza,
No me conoces, pero soy una gran fan de Monstrous Sea. Probablemente
la mayor fan. Solamente lo he estado leyendo por seis meses, pero es lo que más
me gusta de todo. Amo tu arte y espero poder dibujar como tú algún día.
¡Mejórate pronto!
Listria_Dreams
PD: Sé que te gusta preguntar quiénes son nuestros personas favoritos…
¡El mío es Rory!

Esta persona metió una nota en mi maldito casillero.


La suelto y me inclino para empujar el resto de nuevo dentro antes de que
alguien vea. Queman mi piel como si estuvieran encendidos y vuelven a salir.
Un dedo me da golpecitos en mi hombro. Salto para alejarme de la persona
y me golpeo la cabeza contra la puerta del casillero.
Es Wallace.
Se agacha y comienza a recoger notas en una mano grande. No intenta
ponerlas de regreso dentro del casillero; en cambio, se quita la mochila y los mete
allí. Encierro mis preguntas, mi pánico y mis lágrimas y regreso a lo que iba a
hacer, que era conseguir mis libros de texto para la primera parte del día. Wallace
arroja su mochila sobre sus hombros y se aleja, a asistencia.
No he hablado con él desde que vino a mi casa la semana pasada. ¿Qué le
diría? “¿Lo intenté, todavía no puedo terminar el comic y lamento arruinar tu
vida?”
No sé cómo mi identidad ha afectado su implicación en el fandom, pero
debe serlo. La gente de los foros sabía que rainmaker tenía algo con MirkerLurker,
aunque no lo hicimos obvio. Cuando resultó que LadyConstellation y MirkerLurker
eran la misma persona, ¿tuvo que convencerlos de que no tenía idea de quién era
yo? ¿Alguien ha conectado a rainmaker con Wallace? Mi propio anonimato
desaparecido ya es lo bastante malo… no sé qué haré si tengo el de Wallace
también en mi conciencia.
No puedo comenzar a pensar en Cole, Leece, Chandra y Megan. Me perdí
su reunión en Murphy’s de la semana pasada. No podía mirarlos a la cara. Les
mentí como le mentí a Wallace y primero de todo son amigos de Wallace. Estarán
tan enojados como él, tal vez más.
Cuando llego a asistencia, la expresión de Wallace está tallada en piedra.
No me mira.
Algunas cabeza se giran para mirarme, pero la mayoría se ocupa de sus
propios asuntos. Wallace saca un papel y comienza a escribir. La señora Grier, en
su escritorio, mantiene la cabeza gacha y sus ojos fijos en el libro entre sus manos.
La punta de un tatuaje se asoma por su manga derecha. Si no supiera buscarlo,
no lo habría visto allí.
Había esperado que fuera una pesadilla. El tatuaje. Alguna visión enredada
que había tenido porque todo fue raro ese día.
Pero no, no lo es. Mi profesora de asistencia tiene la frase más popular de
Monstrous Sea tatuada en su brazo en letras mayúsculas, como un grito de batalla.
HAY MONSTRUOS EN EL OCÉANO. Sí, señora Grier. Sí, los hay. Usted es una de
ellos. Usted es una de los que se supone que permanezcan debajo de la
superficie, pero no lo hizo. Subió hasta arriba y ahora no puedo olvidar que la vi.
Nunca podré olvidar que existe.
Giro mi atención a mi escritorio y paso mis manos alrededor de mi nuca.
Los creadores no deberían sentirse de esta manera por sus fans. No debería
querer que desaparecieran. Son la razón de que tenga… son la razón de que tenga
algo. Son la razón de que pueda pagar por la universidad, por mi dispositivo de
dibujo, la razón de que pueda pasar tanto tiempo haciendo lo que amo.
Espero que Olivia Kane nunca se haya sentido de esta manera por mí.
Olivia Kane.
No sé exactamente lo que sucedió con ella, pero sé que no quiero que me
suceda a mí.
Saco mi cuaderno de la mochila y lo abro en una página en blanco. Antes
de todo esto nunca habría intentado contactar con Olivia Kane. Mi corazón habría
explotado por el esfuerzo, y habría tenido mucho miedo de la respuesta que
podría haber obtenido.
Pero momentos desesperados.

Señora Kane,
Mi nombre es Eliza Mirk. No le estoy escribiendo para hablar sobre
Children of Hypnos, aunque soy una gran fan. Soy la creadora del webcomic
Monstrous Sea, y recientemente mi identidad fue revelada a mis fanáticos. El día
que esto sucedió, tuve un ataque de pánico, me tropecé y quedé inconsciente
por una mesa de cafetería.
Soy patética, lo sé.
Desde entonces, he sido contactada constantemente y por todos los
medios posibles, incluyendo mensajes online, correos electrónicos e incluso
notas metidas en mi casillero en la escuela. Algunos son muy agradables, y otros
no. Siento como si la gente siempre estuviera observándome, siempre consciente
de mí, incluso si estoy sentada sola en mi habitación. No he estado comiendo ni
durmiendo bien y no sé qué hacer conmigo misma.
Luego de dos semanas en casa, estoy de regreso en la escuela ahora, pero
mi piel está hormigueando constantemente y se siente como si estuviera en el
borde de un mareo sin poder respirar, como si ese pánico pudiera alargar la mano
y agarrarme en cualquier segundo. Quiero ir a casa. Nunca quiero abandonar mi
habitación.
Sé que esta no es exactamente la misma situación que la suya, pero la peor
parte de todo esto es que no puedo terminar Monstrous Sea. Estaba tan cerca del
final y ahora la motivación se ha ido. Como un pozo seco. No sé cómo volver a
llenarlo y no sé si quiero, pero tengo que hacerlo. Existen tantas razones para
tener que acabarlo. No debería sentirme así, ¿no? No debería sentirme tan
atacada. Con esto lidian las figuras públicas. Tengo miedo de que haya algo malo
conmigo y no sé cómo arreglarlo. Tengo miedo de llegar a estar así para siempre.
Tengo tanto miedo, todo el tiempo.
No sé si puede ayudarme, o si incluso sabe de lo que estoy hablando, pero
eras la única persona que pude pensar que podría entender.

Gracias por tu tiempo.


Eliza Mirk.
PD: Lo siento, sé que dije que no iba a hablar de Children of Hypnos. No
tienes que responder esto y estoy segura que te preguntan esto todo el tiempo,
así que si te hace sentir incómoda, por favor, ignóralo. ¿Sabes cómo habría
terminado la serie? No necesito nada específico; tenía curiosidad de si sabía y no
podía acabarlo, como yo, o si no tenía final.
Capítulo 39
Atravieso el resto del día escolar con la carta para Olivia Kane doblada
cuidadosamente en tres partes y aferrada entre mis manos.
En el almuerzo en el patio, Wallace me entrega su papel de conversación
sobre su bandeja de comida repleta. Al menos, el apetito de alguien no se ha visto
perturbado por todo esto.
¿Qué es eso?
Son las primeras palabras que me ha dicho, habladas o escritas, desde mi
habitación. Incluso luego de mirar a su cara, su lenguaje corporal, no tengo idea
de su tono. ¿Está molesto? ¿Curioso? No podría estar preocupado, ¿cierto? Ni
siquiera sé por qué está sentado conmigo en este momento. Hábito,
probablemente.
Una carta para Olivia Kane, escribo como respuesta. Hoy hay otros
estudiantes en el patio y no me siento con ánimos para hablar en voz alta.
Wallace frunce el ceño.
¿Puedo leerla?
Paso la carta doblada entre mis dedos. No fue hecha para Wallace. No está
esperando con la mano extendida o algo así. No haría ningún daño dejar que la
lea. Tal vez entonces podría entender lo que estaba intentando explicarle antes.
Incluso podría decirme si podía hacerlo mejor: él es escritor, después de todo.
No, es algo solo para ella.
Lee esto y no dice nada.
Cuando llego a casa, encuentro un sobre y una estampilla en la oficina de
mamá y papá y llevo la carta abajo al buzón. Hace unos años, los foros de Children
of Hypnos venían con una dirección del editor de Olivia Kane, donde ellos
aceptaban correo en su nombre. No sé si siguen recibiéndolo para ella, o si envían
algo de esto a ella. Las probabilidades de que lea mi carta son prácticamente
nulas, y las probabilidades de que responda son más escasas todavía. Pero no me
importa si ella echa a gente de su propiedad con una escopeta, gritando como el
espíritu de una mujer.
Al menos tengo que intentar esto.
Capítulo 40
—Eliza, ¿por qué no pasas y tomas lugar en el sofá? Ponte cómoda.
—De acuerdo.
—¿Te gustaría algo de beber?
—Um, tal vez agua.
—Agua será. Me alegra que decidieras venir a hablar conmigo.
—No iba a venir. Quiero decir, mis padres querían que lo hiciera. No me
gusta hablar en realidad. Solo quiero que todo esto pase.
—Por supuesto. He estado leyendo el cuestionario que llenaste para mí, y
comparándolo con lo que tus padres me han dicho, parece que has tenido un año
escolar turbulento.
—Seguro, supongo.
—¿Por qué es eso?
—Todo ha empeorado. Bueno, no peor. ¿Algo peor? No lo sé, peor no
suena correcto. ¿Más intenso?
—Intenso podría ser una buena palabra para ello. ¿Dónde sientes que
comenzó a ir en descenso?
—Primero fue en ascenso antes de caer en picada. No lo sé. Tal vez
octubre.
—¿Qué sucedió en octubre?
—Um. Fue cuando conocí a Wallace.
—Wallace es tu novio, ¿correcto?
—Sí. O lo era. Ya no lo sé.
—Bien, entonces cuando conociste a Wallace. ¿Cómo cambiaron las cosas
entonces?
—Comenzamos a salir. No salía con nadie en la escuela… o fuera de ella.
Wallace es un fanático de Monstrous Sea, y fue la primera vez que he conocido a
uno en la vida real. Conocí a sus amigos también.
—¿Te llevaste bien con ellas?
—Seguro.
—¿Wallace conoció a tus amigos?
—Técnicamente, sí. Max y Emmy están en los foros de Monstrous Sea, por
lo que probablemente los ha visto antes.
—¿No conoces a Max y Emmy en la vida real?
—Los conozco en la vida real. No es como si estuvieran fingiendo ser
alguien más solo porque están en línea.
—Me refiero a cara a cara, como al alargar la mano y tocarlos.
—No. Uno de ellos vive en Canadá y la otra está en la escuela en California.
—Entonces estás acostumbrada a interactuar con la gente en su mayoría
por internet.
—Supongo. Antes de Wallace solo interactuaba con mi familia
mayormente. ¿Es malo?
—No necesariamente. Mucha gente, especialmente los adolescentes de tu
edad, encuentran a sus amigos más cercanos y comunidades en línea. Me
disculpo por decir “en la vida real”; no pretendí sonar como si pensara que no
eran relaciones valiosas.
—Está bien. Eres mejor de lo que eran mis padres.
—¿Qué dicen tus padres?
—Muchas cosas. Solían decir que estaban bien con lo relacionado con
conectarme en línea, pero no creo que lo estuvieran. Lo estuvieron cuando
Wallace apareció, no obstante. Supongo que pensaron que estaba abriéndome
paso a través de mi caparazón, o lo que sea.
—¿Lo estabas?
—Tal vez. No lo sé. Comencé a hacer más cosas fuera de mi casa, pero
todavía no era lo mismo que estar en línea.
—¿Cómo te sientes en línea?
—Como la creadora de uno de los webcomics más populares del mundo.
Era invencible. Es mucho más fácil lidiar con la gente cuando sientes que no
pueden tocarte.
—Es normal experimentar esos tipos de diferencias de poder. ¿Te sentías
de este modo alrededor de Wallace todo el tiempo?
—No. A veces, pero no todo el tiempo. Yo fingía ser una fanática también.
Wallace es el escritor de fanfiction más popular de Monstrous Sea.
—¿Por qué no hablamos un poco más sobre Monstrous Sea?
—¿Como qué?
—¿Por qué no me dices sobre qué trata?
—¿No lo has leído? Ugh, lo siento, eso sonó mal. Me refiero a que con todo
esto sobre Monstrous Sea, pensé que podría conectarse a echarle un vistazo… lo
siento, no soy pretenciosa, lo juro.
—Está bien. Sí lo miré, pero quería escucharte describirlo.
—Es… difícil de explicar. Hay un chico y una chica y… ¿ha leído Faust?
¿O visto? Conoces la leyenda de Faust, ¿verdad?
—Sí, sé de Faust.
—Bien, entonces la chica y el chico básicamente vendieron sus almas a
cambio de un gran poder. Algo así. Es raro. Ellos viven en este enorme y distante
planeta llamado Orcus, y mayormente está compuesto de océano. El chico y la
chica son los únicos que pueden matarse mutuamente, y están enfrentados en
lados opuestos de una guerra… no lo estoy explicando bien.
—Estás haciendo un buen trabajo.
—Entonces la chica descubre que ha sido engañada por su lado, y el chico
intenta influenciarla hacia el suyo, pero resulta ser el monstruo que todo el mundo
siempre ha dicho que era, solo que de una manera diferente…
—¿Cuánto tiempo has estado trabajando en esto?
—Un largo tiempo.
—¿Piensas en ello a menudo?
—Todos los días. A veces es en todo lo que pienso. Pero no he sido capaz
de trabajar en ello desde… hace unas semanas.
—Cuando se reveló que lo creaste.
—Sí.
—¿Por qué?
—La motivación desapareció. Solía ser parte de mí, algo que hacía todo el
tiempo. Ni siquiera sé si lo extraño o no.
—¿Has estado trabajando en algo más?
—No. Lo he intentado, pero luego me siento culpable por no trabajar en
Monstrous Sea.
—¿Por qué te sientes culpable?
—Parte de ello es los fanáticos, supongo. Lo han estado leyendo por tanto
tiempo, y está tan cerca del final, siento como que los estoy decepcionando. Yo
los estoy decepcionando. Pero la otra parte es la misma historia… no importa. Es
estúpido.
—Nada es estúpido, Eliza. ¿Qué hay con la historia?
—Siento que estoy decepcionando a la historia. Como si no fuera digna de
ella porque no pude terminarla.
—¿Eso te molesta a menudo?
—He tenido algunas pesadillas sobre ello.
—¿Pesadillas?
—Como… el tipo de pesadillas de “ser comida por los monstruos
marinos”. Eso es normal, ¿verdad?
—Es normal tener pesadillas cuando estás estresada, sí. He conocido
artistas antes que experimentaron sensaciones similares: no sentirse dignos de su
propio trabajo, culpa por una obra incompleta, ansiedad por lo que los fanáticos
querrían y cómo podrían expresarse. Es normal, pero eso no significa que siempre
sea sano. Eliza, tu valía como persona no es dependiente del arte que creas o lo
que otras personas piensan de este.
—Entonces… ¿de qué depende? ¿Qué hay más allá de lo que creamos y
lo que dejamos atrás?
—¿Crees que las personas más valoradas son aquellas que solamente
hacen un trabajo excelente?
—Bueno…
—Déjame decirlo así: tus hermanos son atletas, ¿verdad?
—Sí.
—Si pierden un juego, ¿no se arriesgan también a perder a sus seguidores?
—Supongo.
—¿Eso hace que sus vidas valgan menos que las de esos dos niños que
solamente ganan?
—Claro que no. Eso sería ridículo. Es solo un juego.
—Entonces podría decirse lo mismo con Monstrous Sea. Es solo un cómic.
—Sigue siendo diferente.
—Creo que podrías sorprenderte de lo delgadas que son las líneas entre el
arte y los deportes realmente, algunos artistas consideran que su oficio es un
deporte, y algunos atletas consideran su deporte un arte. Mi punto es, le
atribuimos valor a las cosas que más nos importan, pero a veces no nos
detenemos el tiempo suficiente para echarle una mirada al panorama general.
Eres capaz de ver quiénes son tus hermanos, separados de lo que hacen y logran,
pero tienes problemas para hacer lo mismo contigo.
—Yo… tal vez…
—El valor como persona no se basa en ninguna evidencia tangible. No hay
pruebas para ello, ni escala. Todos tienen su propia idea de lo que es. Pero puedo
decirte que Monstrous Sea no es la medida de tu valía en la vida, Eliza. Ya sea que
lo termines o no, no determina si deberías vivir o morir.
—Pero… Wallace. A Wallace se le ofreció un contrato literario por su
transcripción de la historia, y cambiaría completamente su vida, pero el editor no
lo quiere a menos que esté acabado. Si no lo termino, él va a perderlo todo.
—¿Es una situación de vida o muerte?
—No.
—¿Está metido en algún problema que solo esto puede salvarlo?
—Yo… No. Pero haría las cosas más fáciles para él…
—Suena difícil.
—¿Qué se supone que haga? Es por eso que estoy aquí, es por eso que
estoy intentando superar todo esto y ser capaz de dibujar. Si no fuera por él, no
habría vuelto a pensar en el comic. Quiero terminar el comic por él, pero no
puedo. Si no consigue esto, es mi culpa.
—No creo que lo importante aquí sea que termines el comic. Es que te des
cuenta que no puedes hacerte responsable de la vida de Wallace, o la vida de tus
fanáticos. El estado de tu fandom no debería dictar tu autoestima.
—Pero es mi culpa. Debería ser capaz de terminarlo incluso si no me siento
con ánimos para hacerlo.
—Entiendo que puede que no sea tu primera opción de acción, y
ciertamente puede que no parezca la más amable, pero ¿es más importante que
trabajes a pesar de tu bloqueo, o deberías tomarte un tiempo para descansar?
—¿No debería ser usted la que me dijera eso?
—Creo que en este caso es más importante que lo decidas por ti misma.
Este problema, tu ansiedad, puede que no tenga un arreglo rápido. Puedo
recetarte medicina para ello, pero es vital que aprendas cómo identificarla
cuando te estés sintiendo abrumada, y saber cuándo puedes empujarla y cuando
apartarte.
—Oh.
—Exploremos algo más. ¿Pensaste en lo que harías luego de que
Monstrous Sea estuviera terminado?
—Yo… sentí como si fuera a desplomarme en el suelo. Ya sabe, como una
marioneta con sus cuerdas cortadas.
—¿No tenías otras ideas que quisieras explorar?
—No.
—La vida no termina con la historia. Tal vez no terminarás Monstrous Sea.
Tal vez sí. Tal vez no dibujarás nada más luego de Monstrous Sea. Tal vez sí. Los
fanáticos todavía lo amarán. Los haters encontrarán algo más que odiar. El tiempo
seguirá avanzando, y también tú.
—Pero… ¿cuánto tiempo tomará eso? Estoy cansada de sentirme así.
—Es difícil de decir.
—Tengo que ir a la universidad en otoño. No puedo… no quiero lidiar con
esto y estar en una nueva casa además.
—¿Has pensado en tomarte un tiempo sabático? ¿Un período de un año?
No tienes que saltar a la universidad de inmediato.
—Pero, ¿qué haría? No puedo quedarme en mi habitación todo el tiempo,
¿verdad? Aunque lo quisiera.
—Si siguieras viniendo a verme, podemos hablar de esto, pero sería un
momento estupendo para hacer balance de las cosas. Volver a centrarte en ti.
También te dará suficiente espacio para trabajar en tu ansiedad.
—Eso… suena bien.
—¿Te gustaría más agua? Tu hielo se ha derretido… debe estar caliente ya.
—Oh. Sí, gracias.
Capítulo 41
La graduación no podía llega lo bastante rápido.
Mis notas habían bajado en las últimas semanas, pero estaba tan cerca del
final de semestre que no importaba. No era suficiente para que ninguna
universidad anulara su oferta de admisión. Acepté en una pequeña universidad
local, y casi de inmediato, le escribí una carta al director de admisiones
explicándole por qué quería postergarlo un año.
En septiembre, a mamá y papá no les habría gustado la idea de que me
tomara un año sabático. Después de todo esto, estuvieron de acuerdo en que
podría ser lo mejor. Creo que parte de la razón por la que lo hicieron se debió a
la intervención improvisada de Sully y Church en mi nombre. De inmediato, papá
comenzó a interceptar todas las llamadas telefónicas y correos dirigidos a mí, y
mamá planeaba una lista de actividades que podíamos hacer para sacarme más
de la casa, la mayoría implicaba pasear a Davy por el vecindario, por suerte, y
colgó un cartel pequeño en el refrigerador con una fila caras de emociones para
que pueda marcar cómo me estoy sintiendo cada día. Lo habría llamado estúpido
antes, pero es más fácil, algunos días, que tener que hablar.
—¿A qué te refieres con que no tendrás que ir a la universidad el próximo
año? —ruge Sully en la mesa del comedor cuando mamá y papá anuncian el
plan—. ¡Nosotros todavía tenemos que ir a la escuela el próximo año! ¡Es tan
injusto!
Church mete en silencio los guisantes en su boca.
—¡Sully! —sisea mamá. Ninguno de mis hermanos tiene permitido quejarse
sobre nada de lo que sucede debido a mis “crisis”, como Sully los llama, incluso
si están bromeando, pero me gusta que Sully se moleste tanto. Él hace que todo
esto parezca como algún problema tonto en una película. Se resolverá con un
bonito lazo luego de una hora y media de diversión familiar.
Sully se hunde en su silla con una mirada amargada.
Algo zumba. Church se saca el teléfono del bolsillo.
—Oh, oye, mira. —Lo pasa a través de la mesa hacia mí. Tiene un mensaje
de Lucy Warland.
—¿Por qué tienes el número de Lucy Warland? —pregunto.
—Porque ella es genial —dice Church—. También porque Sully no quería
pedirle su número.
La cara de Sully se pone roja.
—Me dijo que enviaría fotos de la ceremonia de graduación —continua
Church.
Ah, graduación. Esa cosa que logré y luego me negué a celebrar. Solo saber
que nunca más tengo que poner un pie en esa escuela secundaria de Nuevo hace
que sea más fácil respirar. Agrando la foto y encuentro la sala de ceremonias
repleta de mis compañeros de clases, sentados en filas prolijas de batas de
graduación de seda. Una fila se ha formado en uno de los laterales del escenario,
donde los graduados suben para tomar sus diplomas del director.
Lucy sacó la foto cuando Wallace subía. Puedo verlo como si la foto es un
video: Wallace sube con su propio ritmo deliberado los escalones y atraviesa el
escenario. Su rostro es estoico, como siempre, porque hay demasiadas personas
en la sala y cuanto más sobrecargado está, menos expresión tiene. Él es más
grande que el director. Su mano empequeñece la pequeña del hombre. Toma su
diploma y se baja con pesadez del escenario, y la mayoría de la multitud piensa
que es estúpido, o tonto o nadie en absoluto.
Sé quién es él. Sé lo que puede hacer.
—¿Puedo tener mi teléfono de regreso?
Le entrego el teléfono a Church. Sully me fulmina con la mirada.
—¿Qué sucede contigo? —pregunta—. Parece que te hubieras tragado un
neumático.
—¿Puedo irme?
Mamá parpadea.
—Claro. ¿Para qué?
—Tengo que irme arriba. A cambiarme. Se suponía que me encontrara con
Wallace en su casa luego de la ceremonia.
Mamá y papá se miraron entre sí.
—No sabíamos nada de esto —dice papá.
—Lo siento, olvidé decirles.
Corro arriba y busco en mi vestidor algo lindo que usar. Algo realmente
lindo, como uno de los atuendos que mamá y papá me regalaron para Navidad.
Arreglo mi cabello. Intento ponerme un poco de maquillaje, fallo, lo vuelvo a
intentar. “Warland” está tan cerca del final de los nombres que llaman, la
ceremonia debe haber terminado.
Mamá y papá me dejan ir sin mucho lío. Creo que están sorprendidos de
verme linda y usando maquillaje.
La casa Keeler está vacía cuando llego. Estaciono en la cunera y bajo para
sentarme en el porche. La noche de finales de mayo es cálida, el sol se encuentra
a mitad del horizonte en la distancia. Ha pasado mucho tiempo desde que he
estado aquí. Wallace y yo no hemos hablado desde la carta de Olivia Kane,
aunque todavía almorzamos juntos en la escuela. Es demasiados problemas
romper la rutina. No sé si la oferta del editor todavía se mantiene y no sé si espera
que aparezca un día en su umbral, como estoy haciendo ahora, con esas páginas
en la mano.
Sé que no es eso por lo que estoy aquí. Estoy aquí porque tengo que
hacerlo entender esta culpa enconándose dentro de mí.
Espero quince minutos antes de que un auto baje por la calle hacia la
entrada.
Los Keelers salen. Tim, Bren y Lucy primero. Luego Vee. Wallace sale del
asiento trasero último, lo que significa que debió haber estado metido entre Bren
y Lucy. Cómo consiguen entran los tres, nunca lo sabré.
—¡Oh, Eliza! ¡No esperábamos verte aquí, cariño! —Vee se acerca rápido
y me da un abrazo.
Lucy llega luego, como si la amabilidad estuviese programada en su ADN.
Sus millones de trenzas han sido reemplazadas por bucles fluidos y derechos.
—¿Viste las fotos que le envié a Church? No saqué muchas, pero él dijo
que quería algunas, así que…
—Sí, las recibí.
Entonces Bren y Tim aparecen, pero ninguno de ellos son del tipo de dar
abrazos y eso está bien conmigo. Bren pone una mano en mi hombro. Su cabello
está sujeto hoy con una diadema elástica naranja.
—¿Cómo te estás sintiendo?
—No tan mal.
Sonríe.
—Estábamos triste de que te perdieras la noche de graduación —dice Tim,
también sonriendo. No estaba segura de su opinión sobre mí antes, pero ahora
que sabe que hice Monstrous Sea, debe ser más alta. Seguramente—. ¿Vas a
quedarte por un rato?
—Oh… no lo sé. Quería hablar con Wallace por unos minutos.
Tim mira sobre su hombro a donde Wallace sigue de pie junto al auto.
—De acuerdo entonces, los dejaremos con ello. —Lleva al resto de la
familia a la casa y entonces somos solamente Wallace y yo y la quietud de la calle.
—Hola —digo.
—Hola —dice. Su voz tranquila apenas cruza la distancia entre nosotros.
Su gorro y bata están metidos bajo su brazo; llevaba un traje debajo de estos, sin
la chaqueta.
—Te ves bien con corbata —digo.
—Siento que estoy siendo estrangulado —dice—. ¿Estás usando
maquillaje?
—Un poco. ¿Se ve estúpido?
—No.
Meto mi cabello detrás de mi oreja. Obligo a mi respiración a normalizarse
y mis pensamientos calmarse desde aquí. Mi cuerpo no es algo desagradable que
tenga que cargar conmigo. No me estoy siendo apretujada a través de un tubo
estrecho. Estoy aquí. Puedo hacer esto.
Me repito estas cosas una y otra vez, pero no sé si las creo. Todavía no.
—Lucy nos envió una foto tuya. Me hizo… me puso realmente contenta.
—Bien.
Doy un paso más cerca.
—No he terminado las páginas. Te habría dicho si lo hubiera hecho. Yo…
lo intenté. —No se mueve—. Tengo tantas ganas de terminarlo. Odio no poder
hacerlo. Odio que soy la que te está reteniendo. Y tenías razón. Que tenía todo lo
que pudiera necesitar. No creo que mi vida sea perfecta, pero está bastante bien
comparada con la de otros y no debería quejarme por ella tanto como lo hago.
Se queda en silencio.
—Lo siento —digo—. Por mentirte sobre todo y por no ser capaz de
terminarlo.
Todavía nada.
Finalmente suelto:
—Te extraño.
—Me extrañas —dice. No puedo leer su rostro.
—Sé que las cosas están raras por muchas razones. Y no te culpo si tú… si
tú me odias. —Mis piernas comienzas a temblar, así que las presiono juntas—.
Pero quería que supieras que te extraño y no quiero que las cosas seas así. Si
quieres que seamos simplemente amigos… está bien, pero luego de este veranos
no estaremos en el mismo lugar ya.
Después de un largo silencio insoportable, dice:
—No sé si comprendes lo furioso que estoy.
Mi estómago se desploma.
—¿Qué?
—Mentiste por tanto tiempo, incluso luego de mi correo, y luego… el
asunto de la escritura. —Encoge sus enormes hombros—. No estoy seguro cómo
voy a pagar la universidad. Consiguiendo muchos trabajos, supongo. Voy a estar
trabajando la mayoría del verano, así que no creo que pueda pasar el rato.
—Oh.
—Solo. Ya sabes.
—Sí. —Me concentro en el paragolpes delantero del auto.
Camina a mi lado para ir dentro. Sin despedirse. Sin un hasta luego.
Desaparece en la casa y me quedo sola. Se siente como si el suelo esté tragándose
mis pies. Bajar por la entrada es como caminar a través de barro y cuando llego
al final, no puedo moverme más allá. Me arrodillo, las manos acunando la base
de mi cuello, hombros entre mis rodillas y mi aliento sale en jadeos entrecortados.
Wallace no me perdonará. No importa lo que me diga a mí misma. No
importa cuántas veces me disculpe o explique. Es mis peores pesadillas, nunca
lo imaginé ni siquiera queriendo ser mi amigo. Pero en mis peores pesadillas, lo
más terrible era que descubriera quién soy.
Wallace no me perdonará.
¿Cómo puede alguien más?
Mensaje Privado Monstrous Sea

10:05 p.m. (MirkerLurker se ha unido al mensaje)


MirkerLurker: Chicos, ¿andan por aquí?

10:08 p.m.
MirkerLurker: Solo es que estoy
MirkerLurker: teniendo algunos problemas
MirkerLurker: con todo

10:10 p.m.
MirkerLurker: está bien

10:21 p.m.
MirkerLurker: Tengo que irme.
Capítulo 42
Me siento en mi auto al otro lado del Puente Wellhouse, mirando fijamente
a la Curva Wellhouse. Las palabras de Wallace resuenan en mi cabeza. Traen a la
superficie todos los post del foro, todos los correos, todos los mensajes de gente
que quiere saber quién soy, qué soy y cuándo voy a terminar Monstrous Sea. Estoy
sola aquí en el medio de la carretera, pero no se siente como si fuera así.
Las cintas gastadas por el clima atadas a la cruz en la cima de la Curva
Wellhouse están inmóviles. El cielo es de terciopelo negro, perforado por
estrellas.
Los neumáticos de los autos chirrían en la distancia. Me congelo, un rayo
en mis venas y temor enroscándose en mi pecho. Cualquier que ve un auto
detenido en la Curva Wellhouse sabrá lo que estoy haciendo aquí.
Un minuto pasa. La noche está silenciosa de nuevo.
Mi cuerpo llega a un acuerdo y el temor se desvanece, dejando solamente
esa tensión en mi estómago que no ha desaparecido completamente desde que
mi nombre fue revelado. No estoy bien. Sé que no estoy bien y que hay maneras
para que vuelva a estarlo, pero no puedo esperar tanto tiempo. No valdrá la pena
volver a estar bien, porque la gente todavía me odiará. Siempre seré la desilusión,
la chica rara, la villana de bajo nivel en las alcantarillas.
Todo funcionará mejor cuando me vaya, de todas maneras; no estaré cerca
para arruinar el tiempo de unión familiar, o molestar a Max y Emmy con mis
problemas, o recordarle a Wallace todo lo que pudo haber tenido.
Estoy tan cansada. Estoy cansada de la ansiedad que retuerce mi estómago
con tanta fuerza que no puedo mover el resto de mi cuerpo. Cansada de la
constante vigilancia. Cansada de querer hacer algo por mí misma, pero siempre
tomando el camino más fácil.
Pensé que este lo sería. Miro la Curva Wellhouse, y ésta me ignora como
ignora a todo el mundo. Cuando conduje por aquí hace una hora, parecía tan
conveniente. Providencial incluso. Tantas veces miré a la Curva Wellhouse y pensé
que podría ser lindo volar. Y aquí estaba, justo cuando lo necesitaba. Hace una
hora, cuando me detuve, pensé que sería una decisión fácil apoyar mi pie en el
acelerador y sostener el volante derecho. Pero solo pensar en ello: la velocidad,
la aceleración, la caída; no, no es nada fácil. Cualquiera que piense que es un
camino fácil no ha tenido que enfrentarlo.
Todo estará bien, digo para mí misma, entonces suelto una risita histérica.
Estoy pensando en suicidarme. Claro que no estará todo bien.
Entierro mi cabeza en mis brazos. Ya no lo sé. No lo sé, no lo sé, Dios, estoy
tan cansada. Extraño a Davy, y mi agradable cuarto silencioso donde nadie sale
lastimado y el perpetuo zumbido de mi computadora. Quiero estar allá.
Entonces tal vez debería irme. La idea mitiga los bordes de mí pánico.
Podría irme a casa. Solo por esta noche. Estoy más estresada sentada aquí de lo
que estaría en casa, de todas maneras, y no tengo que precipitarme con esto. Por
el momento, puedo dormir, y al menos esas son unas horas que no tengo que
pensar en nada.
Sí. Eso es lo que haré.
Bajo mis piernas y busco la palanca de cambios. Nunca quito mis ojos de
la Curva Wellhouse, como si fuese un dragón dormido que podría despertar y
atacarme. Hoy no, pienso en él y su bello monumento. No puedes tenerme hoy.
Las palabras envían un escalofrío por mis brazos. Hoy no.
Unos neumáticos crujen en el asfalto. Faros aparecen adelante, llegando de
la curva. Las luces me ciegan mientras busco a tientas el cinturón de mi asiento y
las llaves.
El otro auto se detiene en el medio de la curva, cerca del monumento. La
puerta del conductor se abre y una figura corpulenta y oscura sale tan rápido que
tropieza y se tiene que agarrar antes de golpear el pavimento. Corre a través de
mis faros: Wallace, moviéndose lo más rápido que lo he visto moverse antes, y se
detiene y casi arranca mi espejo lateral.
Revisa el interior. Nuestros ojos se encuentran. Golpea la ventana.
—¡SAL DEL AUTO!
No me espera. Abre la puerta, empuja a un lado mi cinturón a medio poner
y me alza como si fuera tan pesada como una bolsa de hojas. Me deposita sobre
mis pies afuera y de inmediato me suelta.
—Deberías haber estado en casa ya. No respondías tu teléfono. —Su voz
sale rasposa con cada respiración brusca. Ojos amplios, rostro ruborizado—.
¿Por qué no respondías tu teléfono?
—Lo apagué. Voy a casa ahora. —No tengo que decirle toda la verdad. Ya
la sabe. La veo en sus ojos mientras estos se llenan de lágrimas.
Entonces soy aplastada en sus brazos. Se ha olvidado lo grande que es; me
inclino hacia atrás para encajar en la curva de su torso, el aliento siendo exprimido
de mí, hormigueos propagándose desde la coronilla de mi cabeza hasta las
plantas de mis pies por lo agradable que es ser abrazada.
No me muevo. No puedo, de todos modos.
—Estabas enojado. —Mi voz no sale mucho más fuerte que un susurro.
—Jesús, Eliza, no. —No retrocede para decirlo, pero sus brazos se
aprietan. Su voz se rompe una y otra vez, en sucesión. Todo su cuerpo se
estremece—. No, no me importa nada de eso. ¿Viniste aquí por mi culpa? Fui un
idiota. Debí ver… vi lo que estaba pasando, pero no… ni siquiera intenté ayudar,
fui tan estúpido y me concentré en lo que quería… —Sorbe las lágrimas, con
fuerza, su voz rota y alta—. Por favor, no. Por favor. No puedo perder a nadie más
en esta estúpida curva.
Entonces comprendo lo que estaba a punto de hacer, y lo que eso le habría
hecho a Wallace, y comienzo a llorar también.
Lo terrible que hubiese sido si efectivamente hubiera hecho lo que
pensaba. Lo terrible que es que me descubriera aquí, pensando en ello.
—Lo siento. —Las palabras salen entremezcladas con hipo—. Yo no… no
tuve la intención… no pensé. No estaba pensando. No debí… no aquí.
—No, no. —Me agarra por la nuca. Sus dedos son fuertes y tranquilizantes,
evitando que yo ponga distancia entre los dos—. Me alegra que estés viva. Eso es
todo. No eres una mala persona. Por favor, no pienses eso.
—Pero te mentí. Y la transcripción es importante. —Mis manos se arrastran
por sus costados, alrededor de su espalda, a sus hombros—. Escribir, universidad
y hacer lo que amas. Eso es importante.
Me aprieta, con fuerza. Caemos contra mi auto y nos desplomamos hasta
el suelo.
—No tan importante como tu vida. —Vuelve a sorber, fuerte, luego se
reclina y me deja ir. Me muevo hacia él, luego me obligo a sentarme también.
Wallace usar el cuello de su camiseta para limpiarse el rostro—. Maldita sea, voy
a sacarme los ojos, estoy temblando con tanta fuerza.
Me rio, solo un poco, porque aunque todavía me siento como una persona
de mierda e incluso una amiga peor, estoy temblando también. Es un constante
temblor por los nervios estando tan tensos por tanto tiempo, y esto irradia desde
la base de mi cráneo a través del resto de mi cuerpo.
—¿De verdad ibas a ir a tu casa? —pregunta.
—Sí.
—Por favor, no regreses aquí.
Asiento. No quiero. No lo haré.
Wallace toma mi mano y la sostiene con las suyas contra su estómago.
Cierra los ojos. Sus palmas están ásperas de cuando cayó sobre el pavimento.
—Tenía tanto miedo.
—Lo sé. Lo siento.
—También lo siento. —Wallace intimida cuando se sienta con su cabeza
inclinada así, y sus manos empequeñecen las mías. Manos grandes, muñecas
grandes brazos grandes. Cada parte de él se estremece con culpa, y también cada
parte de mí. No hay correctos y equivocado entre nosotros ya. Al menos, espero
que no los haya.
—Wallace.
Alza la mirada.
—Quiero ser feliz —digo.
—Yo también —dice.
Nos sentamos en silencio por varios largos minutos, hasta que ambos
dejamos de temblar. Me pongo de pie y lo llevo conmigo, pero con su peso es
más como si me estuviera inclinando en el aire hasta que se levanta. Me vuelve a
abrazar, más suave esta vez.
Me observa subirme al auto y dirigirme a casa. Despierto cuando Sully me
lanza un sobre en la cara.
La luz del sol fluye a través de la ventana de mi habitación. Davy está
acostado a mis pies. Sully deja la puerta abierta, dejando entrar los sonidos de
mamá, papá y Church moviéndose abajo. En el frente del sobre está mi dirección,
y una dirección de retorno que solo es un P.O. BOX sin nombre. La letra es fluida
en tinta gruesa. Abro la solapa y saco una nota escrita en un grueso pergamino.
Sé de quién será la firma en la parte inferior antes de que mis ojos lleguen
allí, pero no lo hace menos increíble.

Querida Eliza,
Muchas gracias por tu carta. No escribo cartas a menudo, y ha pasado un
tiempo desde que me he escrito con alguien fuera del radio de cinco kilómetros
de mi casa, así que discúlpame si algo de esto te resulta extraño.
Debería empezar diciendo que no eres patética. No te conozco, sin
embargo sé que de ninguna manera eres patética. La mayoría de la gente no lo es,
y solamente piensan que lo son. Quedarte inconsciente por una mesa de cafetería
no te hace patética. (Aunque estoy segura que no pudo hacerte sentir bien).
Estar expuesta al público sin dudas es lo bastante difícil sin también estar
en la secundaria. Y siendo una adolescente, nada menos. Fui una adolescente en
la secundaria una vez, y no la recuerdo cariñosamente. Mi hermana amaba la
secundaria. Yo no tuve su habilidad para manejarme con los deberes,
extracurriculares y círculos sociales, a menudo todos a la vez. No obstante, nunca
la envidié por esto, porque yo fui capaz de escapar con mi escritura.
Siento que este puede que no sea el caso para ti. Mi popularidad no vino
hasta más tarde en la vida, cuando estaba bien asentada y no había pensado en
la escuela por muchos años. La tuya ha estado contigo todo este tiempo; por lo
que he recabado en los pocos artículos que me han remitido a ti, has estado
trabajando en esta historia la mayoría de tu tiempo en la secundaria. No puedo
imaginar lo que debe haber sido mantener ese secreto mientras compartías esta
parte de tu corazón con tanta gente.
Crear arte es una tarea solitaria, razón por la cual nosotros los introvertidos
disfrutamos de ella, pero cuando tenemos fanáticos sobre nosotros, se convierte
una soledad distinta. Nos volvemos animales enjaulados vistos por los visitantes
del zoológico, y esperan que actuemos para que la multitud no se aburra o enoje.
A veces lo hacemos bien, y la jaula se siente más como un pedestal.
Espero no haberte espantado con esta metáfora del zoológico. No
esperaba que resultara tan resentida como lo hizo. Esta es parte de la razón por
la que nunca terminé Children of Hypnos, en ese tiempo sentí como si mi escritura
estuviera experimentando un cambio, y temí que el quinto y final libro no sonara
como los demás. Tenía miedo de que los fanáticos lo notaran y lo odiaran. Tenía
miedo de que nunca comprarían otro de mis libros. Eso fue básicamente lo que
me detuvo a seguir: miedo. El miedo se llevó mi motivación y amor por la historia.
Creo que lo que tienes que preguntarte es, si realmente quieres acabar lo
que empezaste, ¿por qué te detuviste? ¿Fue miedo? ¿Pura apatía? ¿O algo más?
Me temo que no puedo responder esta pregunta por ti, pero puedo decirte que
si se debe a algo dentro de ti, si no hay alguien en el mundo físico sosteniendo
un cuchillo en tu garganta y amenazándote de muerte si no sigues escribiendo,
entonces puedes resolverlo. Sea lo que sea, pasará. Mi miedo a la reacción por el
quinto libro de Children of Hypnos se ha ido hace ya varios años, y cada pocas
semanas mi interés en él se reaviva. La pequeña llama en mi pecho parpadea por
unas horas, esperando por más leña. Si lo alimento, el interés sigue. Si la privo de
alimento, el interés disminuye.
Si quieres que la motivación regrese, debes alimentarla. Aliméntalo todo.
Libros, televisión, películas, pinturas, obras de teatro, experiencias de la vida real.
A veces alimentarlo simplemente significa trabajar, trabajar a través de la no
motivación, trabajar incluso cuando lo odias.
Creamos arte por muchas razones, riqueza, fama, amor, admiración, pero
encuentro que la única cosa que produce los mejores resultados es el deseo.
Cuando deseas aquello que estás creando, la belleza de esta brillará, incluso si
los detalles no están del todo en orden. El deseo es el combustible de los
creadores, y cuando tenemos eso, la motivación vendrá a su tiempo.
Perdí el deseo de crear Children of Hypnos. Podría hacerlo todavía; podría
escribir el libro final. Pero no sería tan bueno como lo fue una vez, mis fanáticos
no estarían contentos con él, y sentiría que los decepcioné a ellos y a mí misma.
Preferiría que especularan incesantemente sobre el final a tener un pobre final
que no se merecían. Más importante aún, un pobre final que yo no merecía: la yo
más joven que creó esta historia originalmente, que tenía un amor por la misma
que apenas estoy comenzando a recobrar.
Espero que no pierdas tu deseo de crear Monstrous Sea. Parece una
maravillosa historia.

Mucha esperanza,
Olivia Kane
PD: A decir verdad, no me molesta responder esta pregunta. Children of
Hypnos puede que no tenga un final que sus fanáticos puedan leer, pero tuve uno
en mente mientras lo escribía. Creo que siempre lo tenemos, en alguna parte en
nuestras cabezas, incluso si no los consideramos seriamente. Como la vida, lo que
da a una historia su significado es el hecho de que termina. Nuestras historias
tienen vida propia, y depende de nosotros hacerlas significar algo.
Mensaje Privado Monstrous Sea

10:58 a.m. (MurkerLurker se ha unido al mensaje)


MirkerLurker: Entonces…
MirkerLurker: ¿Alguien en casa?

10:51 a.m. (Apocalypse_Cow se ha unido al mensaje)


Apocalypse_Cow: la hija pródiga regresa. lamento que no hayamos estado
ayer, ¿todo estuvo bien? comenzamos a preocuparnos.
Apocalypse_Cow: quiero decir, ¿con quién iba a mirar Dog Days emmy?
MirkerLurker: Ha
MirkerLurker: No, estoy bien. Estaba intentando alejarme del internet.
MirkerLurker: Y quería decir que lo siento por desaparecer por tanto
tiempo.
MirkerLurker: Y también gracias por todo lo que hicieron cuando la noticia
se supo, chicos.
Apocalypse_Cow: no tienes que disculparte. habría hecho lo mismo. nadie
necesita tanta atención sobre sí, especialmente si han estado en el anonimato por
tanto tiempo.
Apocalypse_Cow: y de nada, merezco muchos elogios por mis acciones
honorables en la operación del escándalo de eliza mirk. tal vez un ascenso a dios
supremo de los foros y una estatua de mí mismo hecha de oro sólido.

10:58 a.m. (emmersmacks se ha unido al mensaje)


emmersmacks: ¡¡¡¡¡E!!!!!
emmersmacks: ¡¡¡¡¡¡¡REGRESASTE!!!!!!!
MirkerLurker: Hola, Em.
emmersmacks: ¿¿¿CÓMO HAS ESTADO???
emmersmacks: ¿¿¿ESTÁS BIEN???
MirkerLurker: Sí, nada mal. Mayormente quedándome lejos del internet.
emmersmacks: La gente que ha estado amando las páginas de Monstrous
Sea
emmersmacks: Dice que no vas a regresar para terminarlas
Apocalypse_Cow: en serio, em. manten tu boca cerrada.
Apocalypse_Cow: no tienes que acabarlas si no quieres, e. no tienes que
hacer nada solo porque esos mocosos de los foros te lo dicen.
MirkerLurker: Sin embargo, no son mocosos, son fanáticos. Son la única
razón por la que esto existe. Tengo que intentar terminarlo por ellos, ¿verdad?
Apocalypse_Cow: no.
emmersmacks: Me refiero a que quiero ver el final
emmersmacks: Pero si va a ponerte triste no quiero que lo hagas
MirkerLurker: Como sea, no vine aquí para hablar de Monstrous Sea de
todos modos. ¿Qué han estado haciendo? Y Max, no digas algo estúpido como
comiendo Twizzlers. No te he mandado ningún Twizzlers últimamente y sé que
solamente comes los que son míos.
MirkerLurker: Em, ¿terminaste la escuela?
emmersmacks: Sí!!
emmersmacks: Obtuve un 92 en esa clase de cálculo
emmersmacks: Chúpela, profesor Teller
Apocalypse_Cow: de verdad le dijo eso a él
MirkerLurker: No lo hiciste.
MirkerLurker: Dime que lo hiciste.
emmersmacks: Puede que lo haya hecho
emmersmacks: Lo que no te dicen sobre la universidad es lo bueno que se
siente meterse con los profesores idiotas
Apocalypse_Cow: te daría una a+ solo por eso.
emmersmacks: Gracias
emmersmacks: Ooh ooh!!!
emmersmacks: Pero Max volvió con Heather!!!
MirkerLurker: ¿En verdad?
Apocalypse_Cow: sí, es raro. no sé si sabían esto, pero sus seres queridos
aprecian cuando pasas tiempo con ellos en persona. es esta nueva cosa que he
estado probando por el pasado mes o dos.
Apocalypse_Cow: funciona bastante bien, de hecho.
Apocalypse_Cow: pero ella también juega world of warcraft conmigo tres
noches a la semana, así que requiere eso de lo que quieras.
MirkerLurker: Ah, ¡eso me hace feliz! Me alegra que estén juntos de nuevo.
Apocalypse_Cow: ¿qué hay de ti y señor wallace?
Apocalypse_Cow: ¿cómo se sintió cuando descubrió quién eres?
MirkerLurker: No quiero hablar de Wallace, si eso está bien
MirkerLurker: Sobre todo, vine aquí para decirles cuánto los amo. Hacen
tanto por mí. No lo digo bastante.
Apocalypse_Cow: no tienes que ser toda cursi con nosotros, e.
emmersmacks: No tienes que decirlo
MirkerLurker: Sí, tengo. No hablo con ustedes desde hace semanas y aun
así me dejan volver. Siempre tienen tiempo para mis problemas pero nunca hago
tiempo para los de ustedes. No sabía que algo estaba mal con Max y Heather al
principio, y ni siquiera estuve cuando Emmy puso a su profesor en su lugar.
MirkerLurker: De verdad lo lamento, chicos.
Apocalypse_Cow: mejor deja eso o voy a llorar.
Apocalypse_Cow: y si yo estoy a punto de llorar, ¿qué hará la pobre emmy?
Apocalypse_Cow: solo tiene doce, por dios santo.
emmersmacks: NO TENGO DOCE
emmersmacks: Tengo quince ya
El día de su partida, Faren se quedó despierto con ella. Ninguno de los dos
habló. Cuando los cuervos de afuera comenzaron a croar, la señal de las primeras
horas de la mañana, dado que eran los meses del invierno y el sol no se alzaría
por algún tiempo, ambos se levantaron de la cama y se vistieron. Durante su
desayuno de avena acuosa, la alarma de Amity había estado vibrando contra la
mesa, indicando que Sato llegaría pronto. Los dos se lo quedaron mirando. Amity
bajó su cuchara. Su estómago de pronto había quedado hueco.
Amity no quería encontrarse con Sato dentro de la casa. No quería ninguna
excusa para tener que invitarlo dentro, o quedarse más del tiempo necesario, así
que salió al patio de piedra y se sentó en uno de los bancos bajos de allí, rodeada
de árboles de madera negra, con una clara vista del camino que daba al
acantilado. Innumerables cuervos se reunieron en los árboles próximos,
oscureciendo su entorno.
Faren desapareció en la casa por un minuto y regresó con uno de sus
papeles de mapas astrales. Era uno de los pequeños, la hoja marrón arrugada por
la edad; doblada, cabía perfectamente en su palma. Se sentó junto a ella en el
banco y tomó la mano de ella para que la presionara contra el grueso papel.
—Sé que White dijo que no necesitarías nada, pero pensé que esto podría
ayudar.
Desdobló el papel. En el mismo había una constelación desconocida.
—¿Inventaste esta?
Negó con la cabeza.
—Esta es una de las Sin Nombre.
Ella giró el papel para verlo desde distintos ángulos. No tenía una forma
particular; nada saltó a la vista. Los Nocturnianos dividían a las constelaciones en
dos tipos: las suyas, y las del otro mundo. Las suyas tenían nombres como Faren
y Gyurhei; la de los otros iban por Sin Nombre, porque los Nocturnianos no
podían reclamarlas. Amity nunca había entendido bien, ¿no tenías que saber lo
que era una constelación antes de que pudieras llamarla constelación? Si era la
constelación de otra cultura, ¿cómo podías saber eso sin haber hablado con
ellos? Pero los Nocturnianos lo sabían.
—¿Por qué dibujarías esta? —preguntó ella.
—Porque esta es tuya. —Él tomó el papel y lo enderezó en sus manos. No
había dirección correcta para las constelaciones, pero en la parte inferior del
papel había escrito AMITY—. Lo encontré hace unos años. Antes del Vigilante.
Amity no es su nombre correcto, por supuesto. No sé cuál es. Desearía poder
decirte. Pero pensé… para esta, podríamos hacer una excepción.
Ella volvió a mirar la imagen.
—Esto es… ¿encontraste mi nombre en una constelación? —Era fácil para
los Nocturnianos hacerlo, porque ellos eran nombrados por las estrellas. Pero
para ella estar vinculada a una de las Sin Nombre… ¿eso quería decir que vino de
la cultura a la que esa constelación en particular pertenecía? Si podía descubrir
lo que significaba, de dónde venía, ¿sabría de dónde venía ella también?
Él la había encontrado en una constelación.
Le echó los brazos al cuello. La presión en su pecho excluyó todos los otros
sentimientos. Él la rodeó, una mano cerrándose en su cabello. Sus labios fueron
al cuello de ella.
—Regresaré —le dijo—. Regresaré. Lo prometo.
Capítulo 43
Llevo a Davy a dar sus paseos todos los días. Me siento en los bancos del
parque y escucho a las aves cantar. Miro el acondicionamiento de soccer de
verano de mis hermanos. Ayudo a mis padres con los quehaceres de la casa,
porque resulta, el yoga de doblar la ropa de mamá es de verdad relajante. En
especial cuando se combina con mi nueva medicación para la ansiedad.
Mi terapeuta lo llama un verano de descubrimiento, y lo primero que
descubro es que me gusta estar afuera. En parques, en el bosque, a orillas de un
lago, en el campo junto a los maizales. Wallace me lleva a este lugar donde su
padre solía jugar fútbol, un gran campo abierto en el medio de la nada, rodeado
de árboles. No hay calles o autopistas cercanas, y tampoco estructuras eléctricas.
El silencio es tan absoluto que es inquietante. Me enamoro de ello
constantemente.
Dos meses pasan, y pienso en la Curva Wellhouse de vez en cuando. La
idea sigue allí, pero la seriedad de esta viene y se va.
Solamente regreso en uno de los días no serios, y solo con Wallace. Nos
paramos en la cima de la colina, junto a la cruz y las ofrendas. Muevo la roca que
puse allí hace unos meses; a cambio, Wallace deja la camiseta de fútbol que una
vez colgaba en su pared. WARLAND 73, temblando sobre la cruz con la suave
brisa de verano.
Wallace comienza a ir a su propio terapeuta. No me cuenta mucho de las
visitas más que los ejercicios que se supone debe hacer para poder hablar frente
a extraños. Debe hablar con su terapeuta sobre su papá, y todo lo que me dijo en
su correo, pero no hablamos sobre ello, y creo que está bien. En cambio,
hablamos del hecho que va a ir a la universidad en el otoño por negocios, con un
título adicional en escritura creativa. Hablamos sobre cómo nos vamos a ver
mientras no está. Y hablamos sobre los nuevos capítulos que me da de una
historia original que ha estado pensando desde hace un tiempo.
Vamos a ver a sus amigos. Ha hablado mucho con ellos desde que las
noticias salieron a la luz, pero yo no. Megan, como sospechaba, es la más
comprensiva. Leece está emocionada de conocerme. A Chandra le toma un poco
acostumbrarse, luego se pone nerviosa porque he visto su obra artística. A Cole
es a quien le toma más tiempo. Nos sentamos en nuestra mesa en Murphy’s, y se
pasa la mayor parte de la primera hora mirando a Wallace. Cuando Wallace no me
echa del edificio, Cole me mira y dice:
—Entonces. Sí. Supongo que esto es genial.
No sé si pueden ser también mis amigos, después de todo esto, pero
espero que puedan.
Wallace convence a mis hermanos de comenzar a jugar fútbol con él en las
tardes. Mamá y papá se unen, porque son mamá y papá, y cualquier forma de
ejercicio físico es una pequeña forma de felicidad. Es extraño, al principio, verlos
jugar y me doy cuenta por primera vez que lo hacen por diversión. No es un
castigo para ellos, y no es una manera de pasar el tiempo. Los hace felices de la
misma manera en que dibujar me hace feliz.
Es extraño con Wallace, porque una cosa es escuchar que ama jugar fútbol
y otra verlo. Y es bueno en ello, lo que parece injusto. ¿Cómo es que una persona
puede ser tan buena en dos cosas drásticamente distintas? ¿Cómo es que tiene
bastante amor para el fútbol y escribir? Pero con él parece que no existe un límite,
que no es cuestión de elegir y escoger, que no traza límites entre su deporte y su
arte.
Consiguen que jueguen algunos niños del vecindario, y tras un tiempo
tienen una actividad semanal. Un día de agosto, paseo a Davy más allá del espacio
abierto donde juegan y escucho a Wallace gritando en el campo.
No creo que sea él al principio. Nunca he escuchado su voz así de alta a
través de tanto espacio. Pero una mano está ahuecada en su boca y la otra indica
direcciones a algunos de los jugadores, entre ellos Lucy, que convenció a los otros
para que la dejaran jugar y ahora los está superando a todos.
Me detengo para mirar. Church pasa corriendo y me ve. Se encuentras con
Sully en el otro extremo, le da un codazo en las costillas, y mueve su cabeza en
mi dirección. Educadamente finjo no darme cuenta. Entonces Sully tiene el balón,
y los dos hacen malabarismos entre ellos en el campo de una manera que incluso
yo sé que no es legal en el fútbol, zigzagueando entre los otros jugadores hasta
que alcanzan los botes de basura, postes de anotación improvisados, al otro
extremo del espacio. Wallace les grita algo, riéndose cuando lanzan bailes
exagerados de touchdown.
Los vuelve a poner en línea. El otro equipo consigue el balón. Su mariscal
de campo lo tiene, buscando por un pase libre. Wallace se abre paso en la línea
y arremete contra él.
—¡DERRÍBALO! —grito.
Tanto Wallace como el mariscal se giran con sorpresa en sus rostros, pero
el impulso de Wallace lo lleva directamente hacia el otro chico, y los dos caen al
suelo.
—¡Lo siento! —exclamo.
Alguien grita tiempo fuera. Wallace se levanta, ayuda al otro chico, luego
trota en mi dirección. Su camiseta está pegada a su cuerpo debido al sudor, y
sonríe cuando le entrego mi botella de limonada. Bebe la mitad. Davy se pega a
la pierna de Wallace con su nariz hasta que lo acaricia.
—Se supone que esto sea fútbol bandera, sabes —dice—. Debería
expulsarte del campo por interrumpir la jugada.
—Nah, eso sería menos divertido. —Alargo la mano y tomo su manga—.
Apestas horrible.
—Deberías venir a jugar con nosotros —dice. No se ha apartado de mí las
pocas veces que me he estirado para tocarlo de esa manera esta semana, pero se
queda quieto de una manera que significa que sabe lo que está pasando. No ha
hecho ningún movimiento por sí mismo. Podría haber un montón de razones para
ello, supongo, pero ahora voy a dejar que las mantenga para sí.
—No creo que funcionara. —Si intentara jugar, sería aplastada. Es bueno
conocer tus límites, dice mi terapeuta. Este es el mío—. Lucy está matándolos,
sin embargo.
—Sí, lo está.
—Estás gritando.
—También tú.
Lucy aparece en el borde del campo.
—¡Oye, idiota! ¡Ya estamos listos!
—¡Voy! —Me entrega la botella de limonada. Solo unos pocos tragos se
arremolinan en el fondo. Probablemente debería ir a casa y preparar para una
nevera vacía una vez que Wallace y el resto de mi familia regresen a la casa.
Wallace mira fijamente el campo por un largo segundo, luego se da la vuelta
y, antes de que pueda reaccionar, se inclina para besarme. Sabe a dulce y
limonada. Es rápido. Sencillo. Se aparta, ojos caídos, voz suave.
—Sorpresa —dice.
El alivio se registra. Arrugo la nariz y rio.
—Horrible.
—Por favor, sabes que amas esto. —Ondea su camiseta en mi dirección
antes de darse la vuelta y correr de regreso.
—Te amo —digo, pero está demasiado lejos para escucharlo.
Está bien. Él lo sabe.

Termino el paseo de Davy y le quito la correa dentro de casa así puede


marchar detrás de mí a mi habitación y desplomarse en mi cama para tomar una
siesta. Mi edredón ha estado cubierto de pelaje blanco por semanas, así que, ¿qué
mal causará un poco más? Abro la ventana y enciendo mi ventilador giratorio para
que circule algo de aire en el cuarto, luego empujo la silla de mi escritorio del
camino y paso diez minutos haciendo estiramientos. Estirarse hace que todo se
sienta mejor. Mi cuello, mi espalda, mis piernas. Todo lo que siempre se
agarrotaba cuando me sentaba en mi escritorio por demasiado tiempo.
Mis padres han estado buscando sillas de escritorio ergonómicas. Mamá
quiere comprarme un balón de ejercicio para sentarme. Les sigo diciendo que
usaré lo que me consigan, porque se han estado esforzando tanto todo este
tiempo por ser útiles. Saben que actuaron mal, puedo verlo en sus rostros cada
vez que me hablan. No quiero que se sientan mal. Podría tomar mucho tiempo
llegar a ese punto, pero vale la pena.
Cuando acabo los estiramientos y siento que mi mente está respirando, me
subo a la silla y enciendo la computadora.
En la última semana más o menos, este ha sido una ritual diario. Sentarme.
Mirar la computadora. Encenderla. Todos los días intento ir un poco más lejos,
pero no tanto que me cause aflicción. Luego de encenderla, miro el escritorio por
unos minutos, o juego algunos juegos. El otro día lo usé para buscar en Google
mejores arneses para perros. Vuelvo a hablar con Max y Emmy, pero nadie más.
Nadie de los foros de Monstrous Sea.
No he regresado a los foros. Hoy abro el navegador y dejo que el cursor se
cierna sobre el marcador de los foros, pero no le hago clic. Todavía siento que si
lo hago, volveré a molestarme. Así que lo dejo en paz.
Sin embargo, quiero ir a alguna parte. A alguna parte que no sea un motor
de búsqueda o un sitio web de referencia. Mi atención se desplaza del monitor
de la computadora, a los libros alineados junto a este. Los libros que son las
únicas cosas en el escritorio además del monitor. Los moví allí cuando me cansé
de que el escritorio se sintiera tan vacío. Children of Hypnos.
Allí. Ahí es dónde iré.
Mis dedos recuerdan la dirección como si tuviera trece otra vez y fuera a
los foros de fanáticos de Children of Hypnos todos los días. La página carga de
inmediato. Sigue allí, después de todo este tiempo. Todos los temas, todos los
posts. Los fanáticos puede que se hayan ido, pero el corazón sigue allí, como una
pequeña cápsula del tiempo del fandom.
Solamente tengo que mirar al tablero de bienvenida y todas esas viejas
emociones regresan a mí. Por unos pocos años, aquí fue donde pertenecí. Era una
ciudadana en la ciudad del fandom de Children of Hypnos, y despertaba cada
mañana emocionada por hablar con mis compañeros fanáticos. Me desplazo a
través de los viejos temas de juegos de rol donde una vez fingí ser una cazadora
de pesadillas en el mundo de Children of Hypnos, blandiendo un hacha de batalla
enorme como uno de mis personajes favoritos, Marcia. Luego encuentro las
discusiones donde la gente discutía sobre el significado detrás de la simbología
de los libros y las piezas de la trama. Luego conversaciones sobre citas preferidas
de los cuatro libros. Luego interminables especulaciones sobre ese espectral
quinto libro y qué fue de Olivia Kane, las especulaciones que separaron al fandom
y mataron este foro para siempre.
No quiero que el fandom de Monstrous Sea colapse de la misma manera
que lo hizo el de Children of Hypnos. No quiero que mis fanáticos se vayan a la
deriva como lo hice yo. No todos ellos tendrán la bendición de sus propias
creaciones para aguantarlos; no todos ellos serán capaces de crear sus propios
espacios donde puedan ser quienes quieren ser y amar lo que quieren amar sin
miedo a que alguien los juzgue. No quiero que pierdan esta historia o esta
comunidad. No sé quiénes son todos ellos, pero sé quién soy, y sé lo que
significaría para mí.
También sé que esta no es una razón suficientemente buena para
obligarme a terminar el comic. Si no tengo la motivación para ello, no resultará
bien, y nadie estará feliz con el resultado.
Pero la motivación no viene de la nada. Como cualquier buen monstruo,
tienes que alimentarlo.
Levanto el primer libro de Children of Hypnos y paso mi mano a través del
martillo de guerra grabado en la portada. Los libros nunca tuvieron los títulos o el
nombre de Olivia Kane impreso en la portada. Solo las armas. Mis dedos rozan el
lomo y se topan con el nombre KANE, y luego más grande, CAZADOR DE
SUEÑOS.
Entreabro el libro. Leo la sinopsis en la solapa frontal. “Las pesadillas de
Emery Ashworth rutinariamente intentan asesinarla…” Luego miro dentro, al
primer capítulo. Como siempre resulta, la primera página me seduce a leer la
siguiente, y la siguiente, y la siguiente, hasta que la puerta delantera se abre y mis
hermanos y Wallace entrando dando pisotones y he llegado hasta el último
capítulo y estoy a unas páginas de acabar el libro.
Wallace asoma su cabeza a través de la puerta.
—Hola. Pensé que podrías estar aquí.
Alzo la mirada.
—¿Qué hora es?
—Como las cuatro treinta. Tus padres están haciendo la cena.
—Oh.
—¿Estás releyendo Children of Hypnos?
—Yo… sí, supongo. —No fue esa mi intención, pero ahora quiero seguir
con el Segundo libro—. Casi termino.
Wallace se sienta en el suelo junto a los pies de mi cama y acaricia a Davy
mientras termino de leer.
Esa noche luego de la cena, regreso al piso de arriba, tomo el segundo libro
y comienzo a leerlo otra vez. Luego el tercero. Los he leído tantas veces que paso
sin dificultades, y para las cinco de la mañana estoy a mitad del cuarto libro.
Cuando mis padres se levantan, he terminado, y mis emociones se han escurrido
como un paño húmedo. Como si alguien me hubiera cortado, fregado mis
entrañas con un cepillo rígido, y vuelto a coser.
Mi cerebro está trabajando a toda máquina. Mi sangre bombea con fuerza
a través de mis venas, y mis dedos se retuercen, y necesito algo. Lo necesito, lo
necesito, lo necesito. Lo necesito ahora mismo, lo necesito peor de lo que he
necesitado nada antes.
Necesito mi lápiz.
Capítulo 44
Monstrous Sea es mío.
Yo lo hice, no al revés.
No es un parásito, o una obligación o un destino.
Es un monstruo.
Es mío.
Y tengo un hacha de batalla esperando por él.
MONSTROUS SEA FORUMS
PERFIL DEL USUARIO

LadyConstellation **
Administradora

EDAD: 18
UBICACIÓN: Indiana
INTERESES: Dibujar. Pasear a mi perro. Huevos. (También, todavía montar
monstruos marinos).

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25 Aug 2017
Ve allí. Lee esto. Agradéceme luego.
monstroussea.com
Epílogo
Les muestro a Max y Emmy las páginas antes de subirlas, por supuesto. No
soy por completo una amiga terrible. Max exige que las suba de inmediato. Emmy
está delirando tanto por el final como para decirme que no haga más que volar
hasta California con un galón de helado y la abrace.
No miro los comentarios. No voy a los foros. No quiero ver lo que la gente
está diciendo sobre mí o mi historia. No estoy lista para eso aún, pero estoy lista
para que esto termine.
Max y Emmy vigilan todas las discusiones, y Wallace me reporta sobre el
estado de los fanáticos.
—Van a volverse locos —me dice la noche que las páginas son subidas.
Tengo su conversación por cámara en una ventana y el buscaminas abierto en
otra. Mira hacia un lado, haciendo clic a través de los foros de Monstrous Sea.
Detrás de él hay una pequeña habitación, una cama alta con el escritorio de su
compañero de cuarto debajo de esta, y una televisión colocada precariamente
encima de una cómoda cubierta con fideos ramen y cajas de cereales abiertas.
Me gustaría culpar del desastre en su cuarto a su compañero, pero si es comida,
probablemente sea de Wallace.
—La mayoría de la gente lo está leyendo todos los días. Mucho más que
nunca antes en el fandom. Y la gente que escribió artículos sobre tu identidad por
mayo; están hablando de esto ahora. Que el comic está regresando, que es su
final. Es algo, Eliza. Leer Monstrous Sea es lo que hace la gente. No solamente la
gente a la que le gustan los comics sino… sino todo el mundo. Está por todo el
internet.
Despejo una esquina del Buscaminas.
—Imagina lo que van a hacer cuando escuchen de tu transcripción.
Wallace sonríe.
—Mi editora dice que vamos viento en popa para tener copias anticipadas
del primer libro listo antes de la convención. —Comienza a hacer clic a través de
algo en su pantalla—. Esto es lo que dijo: “Tus capítulos ya estaban tan limpios,
que las ediciones serán bastante ligeras”. Y sigue preguntándome si creo que voy
a tener tiempo para hacer mis ediciones con toda mi tarea. —Su sonrisa crece—
. Como si mis profesores pudieran asignarme suficiente tarea como para
mantenerme alejado de esto.
—Si lo hacen, conozco a alguna gente que podría estar dispuesta a ayudar
con eso.
—Espero que no estés hablando de que alguien haga mi tarea.
—¿No escuchaste? Soy famosa. Puedo hacer lo que quiera.
Wallace ríe.
—¿Quién es famosa? —El compañero de Wallace, Tyler, entra en el cuarto
detrás de Wallace llevando una canasta de ropa sucia. Wallace explica
rápidamente la conversación; cuando menciona Monstrous Sea, Tyler se agacha
ante la vista de la cámara web.
—¿Tú inventaste Monstrous Sea? —Entonces vuelve a mirar a Wallace—.
¿Tu novia inventó Monstrous Sea?
—Su nombre es Eliza —dice Wallace.
—Tienes que estar bromeando. —Tyler deja caer el cesto de ropa sucia y
sale corriendo del cuarto. Un minuto después, regresa con una multitud de
estudiantes universitarios charlando sobre Monstrous Sea.
Wallace los maneja bien. Los bloquea de la computadora al principio,
dejándolos trabajar en sus preguntas preliminares, y luego, los deja verme. Me
deja verlos.
No son monstruos. Son personas. Nos saludamos, son amables y quieren
saber cómo se siente ser yo.
—Mucho mejor de lo que solía —digo.
Creo que esto saldrá bien. Creo que será extraño, y probablemente dé
miedo, y creo que habrá veces todavía donde piense que soy la peor persona del
planeta. Pero creo que también me amaré y a lo que he hecho, y sabré sin duda
alguna que esas son dos cosas separadas.
Soy Eliza Mirk, hija, hermana y amiga.
Soy Eliza Mirk, madre de un fandom.
Soy Eliza Mirk.
Sobre la Autora
Francesca Zappia vive en el centro de Indiana.
Cuando no está escribiendo, está dibujando sus
personajes, leyendo o jugando videojuegos. También es
autora de Made You Up y la favorita de Eliza Mirk, The
Children of Hypnos, una novela en serie quincenal
publicada en Tumblr y Wattpad.
Créditos
Moderación y Traducción
Flochi

Corrección, recopilación y revisión


Bella’

Diseño
Genevieve

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