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Serie: Misiones Semana del 30 de noviembre al 7 de diciembre del 2019

Mantengamos el rumbo
Lectura Bíblica: Josué 1:5-7

Introducción: ​Al hablar de rumbo o curso, una de las imágenes que se podría venir a su mente es la
de un barco. Un barco para llegar a su destino necesita trazar su rumbo y mantener el mismo a lo
largo de toda su travesía. Hay barcos de turistas, con capacidad de hasta 5 mil personas, mismo que
es tripulado por unos 800 tripulantes que trabajan en atender todas las necesidades de los allí
presentes. También hay buques de guerra en donde cada uno de sus tripulantes tiene un puesto y
una función que cumplir. Debemos cambiar nuestra mentalidad de turistas a integrantes del ejercito
de Cristo. Hay tantos planes que a inicio de año todos hacemos, pero tan pocos que al final del
mismo hemos cumplido. Son tantas las personas que simplemente no tienen planes para su futuro.
Pero somos más los que tenemos un propósito definido en nuestra vida. Aún así es tan fácil perder
el rumbo y propósito que Dios nos ha entregado.

Mantengamos el rumbo en el propósito que Dios nos ha dado para vivir. Josué 1:6
Debemos entender que todo propósito dado por Dios es digno de ser vivido. Por lo tanto, no
tenemos porque andar por la vida lamentándonos por no haber probado esto o aquello. No hay
mejor vida por vivir que aquella que tiene un propósito dado por Dios. Recuerda que sin un
propósito, la vida carece de sentido. Eso dará como resultado que todo viento que empuje tu barco
será bueno, cualquier puerto al que llegues estará bien contigo. El destino siempre será incierto,
pues no sabes hacia dónde vas. Algunos le llaman aventura, pero realmente es una desgracia,
desperdiciar la vida así. ¿Cuál es el propósito con el que iniciaste este año? ¿Qué tanto has
alcanzado a la fecha? Que nada ni nadie te aparte del propósito que Dios te ha dado (Leamos
Apocalipsis 3:11).

Mantengamos el rumbo a pesar de conocer tus debilidades y fortalezas. Isaías 40:29-31


Una de las grandes equivocaciones que como hijos de Dios cometemos es irnos a los extremos.
Pues hay quienes han descubierto todos los dones, talentos, habilidades y capacidades con las que
Dios les ha dotado y llegan al extremo de hacer a Dios a un lado debido a su autosuficiencia. Hay
otros que por el contrario, conocen tan bien todas sus faltas, errores y debilidades que se ven
imposibilitados en alcanzar sus propósitos en la vida y terminan como los primeros abortando el
rumbo de bendición que en Dios llevaban. Por eso te animamos a que a pesar de todo lo anterior,
siempre da lo mejor de ti mismo, ​nunca te quedes atrás. Esfuérzate por alcanzar lo que te has
propuesto aunque tengas un mal récord de tiempos anteriores. Cree que esta vez será distinto, n​o te
apoyes en tus propias fuerzas. Reconoce que tienes debilidades y limitaciones, pero recuerda que
hay uno que ha prometido ayudarte. Recuerda que Él se fortalece en tu debilidad, sé humilde y pide
su ayuda.

Mantengamos el rumbo fijando un orden de prioridades y responsabilidades. Josué 1:7


Lo más importante siembre debe ser lo más importante. Es por eso que debemos aprender a decir
que no. Especialmente a aquellas cosas o personas que nos sacan del rumbo de vida que llevamos
en Dios. Hay muchas cosas que no las logramos por lo mismo, son muchas cosas. Tenemos que
reconocer que no lo podemos hacer todo. Hay que decir que no a todo aquello que te desvía de tus
planes. No podrás lograr mucho si no te enfocas. Si tratas de hacer todo lo que te salga en el
camino, jamás vas a brillar en aquello para lo que Dios te creó. Te verás tentado a hacer esto y
aquello. SOLAMENTE ESFUERZATE por hacer lo que Dios te ha enviado a hacer.
Conclusión: ​Los grandes éxitos de la vida se logran con pequeñas victorias. Salgamos de querer las
cosas inmediatas. Busca algo, persíguelo hasta lograrlo, mantén el rumbo que Dios te ha trazado.
Llamado:​ ¿Quieres darle un mejor rumbo a tu vida? Entrégasela a Cristo, Él le dará propósito.

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