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Agua fresca sin gastar energía,

refrigeración por evaporación


POR RAUL MANNISE · 14/01/2012
Dado el éxito de Refrigerar alimentos sin electricidad, hemos decidido ir un
poco más a fondo con el tema, en verdad el sistema rescata algo que la
humanidad conoce desde hace siglos y en los tiempos que corren estas
tecnologías del pasada pueden transformarse en la salvación de nuestro futuro,
el barro a lo larga de la historia a sido útil para cocinar, refrigerar y construir
en algún momentos dejamos de usar esta materia tan ecológico fácil de
encontrar y versátil.
Desde la prehistoria el hombre ha utilizado el barro para fabricar vasijas de
todo tipo, cántaros, vasos, ollas, botijos, etc, destinados, entre otras cosas, a
guardar el agua y los alimentos. El ejemplo del que vamos a tratar aquí es
el botijo.
Según lo define el diccionario un botijo es “una vasija de barro poroso
utilizada para refrescar agua”.

Su funcionamiento es sencillo: el agua se filtra por los poros de la arcilla y en


contacto con el ambiente exterior se evapora, produciendo un enfriamiento. La
clave del enfriamiento está en la evaporación del agua.

Refrigeración por evaporación


El proceso es muy simple cuando el agua se evapora necesita energía para que
se produzca el cambio de estado de líquido a gas. Esa energía puede tomarla
del ambiente, pero también del propio sistema (el agua). Así cuando se
evapora una parte de agua extrae energía del sistema y el agua remanente, por
tanto, disminuye la temperatura.

La teoría cinética nos permite interpretar también el fenómeno


de refrigeración por evaporación desde el punto de vista microscópico o
molecular. Así, nos encontramos que las partículas de un sólido, líquido o gas
se están moviendo o agitando continuamente. La temperatura es una medida
de la energía cinética media de las partículas, mayor velocidad de éstas
implica mayor temperatura y viceversa. En un líquido las partículas se
mueven deslizándose unas sobre otras, las más veloces se acercan a la
superficie libre del líquido y si tienen energía suficiente pueden escapar de él,
produciéndose la evaporación. Este cambio de estado (líquido —> vapor)
provoca un enfriamiento del sistema, ya que precisamente desaparecen las
partículas más energéticas.

Este efecto podemos notarlo en diferentes situaciones: en verano cuando se


riegan las calles para refrescar el ambiente, cuando nos ponemos una
compresa de alcohol para disminuir la fiebre, cuando sudamos y al evaporarse
el sudor refrigeramos nuestro cuerpo, etc.

¿Qué ocurre en un botijo?


Como decíamos al principio, en un botijo el proceso de evaporación se ve
favorecido por el hecho de que el barro es poroso y parte del agua se filtra a
través de él.

El grado de enfriamiento depende de varios factores, fundamentalmente del


agua que contenga el botijo y de las condiciones ambientales. Si la
temperatura ambiente es elevada, el proceso de evaporación será más rápido,
no así el proceso de enfriamiento. Si el ambiente es muy húmedo
la evaporación se ve dificultada y el botijo no enfriará. En condiciones
favorables se puede conseguir una disminución de temperatura de unos 10ºC.

También las cantimploras enfrían


Las cantimploras metálicas forradas con una tela de fieltro tienen el mismo
fundamento: se moja la tela para que al evaporarse el agua que queda en ella
se refresque el agua del interior.
Más aplicaciones del efecto botijo
Aunque el sistema de refrigeración por evaporación es muy antiguo y parece
que ha perdido su utilidad frente a los modernos frigoríficos, en países en vías
de desarrollo, de clima árido y que no disponen de electricidad tiene su
importancia. De hecho, la Fundación Rolex concedió uno de sus premios del
año 2000 a Mohammed Bah Abba por construir una doble vasija de barro para
conservar alimentos perecederos.

El sistema consta de dos vasijas, de distinto diámetro, incluida una en la otra.


El espacio que media entre ambas, se rellena con arena, que debe mantenerse
constantemente empapada para asegurar la humidificación de sus paredes. Las
frutas, hortalizas y demás alimentos se colocan en la vasija interior.

La explicación física del proceso


de refrigeración es sencilla: el agua contenida en la arena que separa ambas
vasijas se evapora hacia la parte exterior de la vasija mayor, ventilada por la
circulación del aire seco exterior. El proceso de evaporación comporta una
reducción de varios grados de la temperatura de la arena, lo que enfría la
vasija interior, retarda la reproducción de los agentes de la descomposición y
conserva los alimentos. Gracias a este sencillo método, la conservación de
berenjenas, por ejemplo, pasó de 3 a 27 días y la de tomates y pimientos, a
tres o más semanas.
Máquinas frigoríficas
El proceso es igual que el que ocurre en una máquina frigorífica, es decir,
extraer el calor de un foco frío para cederlo a otro más caliente. Como este
proceso resulta imposible realizarlo espontáneamente, la máquina necesita de
un aporte exterior de energía, en el caso que nos ocupa es la energía del sol la
que aporta a las partículas ese empuje que necesitan para separarse, que el
agua se evapore, y extraer calor de la parte fría.

Podríamos decir que el humilde botijo y vasijas similares son una especie de


“frigoríficos sin cable”, baratos, no contaminantes y puede que con un gran
futuro.

La nevera del desierto: desarrollada por Mohamed Bah Abba, consiste en un


recipiente de arcilla, dentro de otro: hay en medio una capa de arena que
siempre está mojada, el recipiente interior debe cubrirse con un paño húmedo.
Las verduras duran semanas así, funciona por el mismo principio que
el botijo.
La explicación física del proceso de refrigeración es sencilla: el agua
contenida en la arena que separa ambas vasijas se evapora hacia la parte
exterior de la vasija mayor, ventilada por la circulación del aire seco exterior.
El proceso de evaporación comporta una reducción de varios grados de la
temperatura de la arena, lo que enfría la vasija interior, retarda la reproducción
de los agentes de la descomposición y conserva los alimentos.

En la India, un recinto rectangular de ladrillos húmedos se utiliza para


preservar los alimentos del calor. El agua se filtra poco a poco a través de la
porosidad de los ladrillos, la evaporación de la superficie mantiene toda la
estructura fresca.

En Pundjab en la Universidad Agrícola de Ludhiana, recientemente se ha


probado una versión mejorada de este sistema, que está más cerca del sistema
de recipientes de arcilla, uno dentro de otro, que cualquier otro dispositivo.
Utiliza doble pared de ladrillo, con arena húmeda entre ambas. La arena se
mantiene húmeda, y toda la sala está cubierta con una alfombra húmeda.
Frutas y hortalizas en el interior de la cámara se mantienen a temperaturas
inferiores a 20 ° C. …
La campaña Botijos contra el cambio climático presenta una forma creativa
de tener siempre a punto tu botijo, pero colgado del techo, suspendido en el
aire. Ideal y práctico para cualquier persona, para chavales y para quien no
disponga de mucha masa muscular. Y como la idea principal es convertir
tu botijo en estética decoración te proponemos que para desaciertos en el atino
desde el pitorro a la boca y también para recoger la precipitación del
excedente de la exudación, el agua caiga sobre la más hermosa de las macetas
con la planta de interior que tengas a mano.
Proponemos un kit básico que consiste en:

• un gancho en cruz para techos o también una escuadra de brazo largo,


• un cordón elástico trenzado con hilo de poliéster de alta tenacidad de 6 mm
de grueso y
• un mosquetón con gran abertura.

Paso a paso para colgar tu botijo


Una orientación de colocación y proceso que proponemos es:
1. Elige el mejor lugar donde se pueda
generar el proceso de exudación del botijo y que te quede perfecto para su
utilización cotidiana, por ejemplo, cerca de la cocina, en el comedor, en una
galería sombreada, en un pasillo ventilado
2. Con un taladro con broca de 12 mm prepara un agujero profundo hasta
llegar al espacio hueco de la bovedilla del forjado o bien elige una escuadra
resistente que tenga un brazo mínimo de 30 cm para poderlo colocar en la
pared vertical
Si dispones de vigas de acero o de madera, lo ideal es realizar un aro alrededor
de ellas con un cordón

3. Prepara el cordón elástico (el material ideal es el empleado para el soporte


de pancartas y si puedes, elige el color que mejor entone con el lugar). Una
medida media es aproximadamente 1 metro de largo, esto para techo con la
altura habitual en pisos. En un extremo haz un nudo bucle con el mínimo aro
posible e insértalo en el gancho que cuelga del techo

4. Es el momento de realizar la prueba de carga para el ajuste de la altura. Con


el botijo lleno a tope y el mosquetón colocado en su asa debes buscar la altura
optima pasando un aro del cordón si atar por la parte superior del mosquetón,
que será la más baja que tendrá el sistema. Pero si en la vivienda conviven
niños, la prioridad de altura es para ellos. Con el mínimo esfuerzo podrán
inclinar el pitorro en dirección a la boca.
5. Una vez probada y decidida la altura de trabajo, es el momento de realizar
otro nudo as de guía para cogerlo al mosquetón, este permitirá con su apertura
amplia colocar y llevarse el botijo para las recargas de agua.

6. Luego es el momento de experimentar el gran valor que tiene la tensión del


cordón, ideal es que con el mínimo esfuerzo todos los usuarios puedan
llevarse a la altura de la boca el pitorro del eficiente botijo. Habrá momentos
que te sorprenderás de las prestaciones del sistema.

7. Y por último y para darle el máximo valor estético y funcional a


tu botijo contra el cambio climático colgado para la Tierra, sitúa la planta de
interior con la que mejor vibres en la vertical del botijo.

8. Si tienes cualquier duda sobre el montaje, esta es una oportunidad para


hablar con tus gentes, y representará el gran valor que tienen los pequeños
cambios que siempre son poderosos.

A la espera del goteo de un helecho

Otras ideas para tener el botijo en el aire son colocarlo en un colgante de


macramé o llenar con cartulinas de colores y escritas con buenos deseos para
el futuro, el cordón elástico.
Atención, la simpatía popular por el botijo y la omnipresencia del frigorífico
eléctrico han hecho que muchos de los botijos que se ofertan no sean los
óptimos para la refrigeración evaporativa, barnices y tratamientos en la
superficie decorada exterior impiden esta función clave. A la hora de adquirir
tu botijo contra el cambio climático, la identificación es simple, los ideales
son los botijos de arcilla a poro abierto, sin ningún tratamiento de cobertura,
de color blanco, rojo u oscuro. El rendimiento dependerá de buen hacer
artesano, la calidad de la arcilla empleada y el proceso de cocción realizado.

Por otro lado, y en relación con el óptimo proceso inicial de puesta en marcha
del botijo, se recomienda realizar un llenado completo con agua de baja
mineralización y con el cuidado de no mojar el exterior. Al cabo de 24 horas
se realiza el vaciado y el botijo una vez curado queda listo para el más óptimo
rendimiento.

Es tradición incorporar la primera vez una gota de anís para tamizar el sabor
del agua.

Fuentes consultadas: Terra.org, Wikipedia, mi mujer (es ceramista).

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