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Cuentos populares con tres deseos

De Júpiter al salmón: seres sobrenaturales que


conceden deseos

Al leer “Los deseos ridículos” y “El herrero y el diablo”, conociste dos cuentos
populares en los que unos personajes piden deseos y otros se los conceden.
Pero la literatura universal nos ofrece muchas otras historias de este tipo,
algunas muy antiguas y otras más cercanas en el tiempo. En esas historias, ¿qué
seres sobrenaturales aparecerán?, ¿qué deseos les pedirán los otros
personajes?

En esta oportunidad te vamos a proponer un recorrido a través de cuentos de


diferentes tiempos y lugares para que conozcas los seres sobrenaturales que
tienen el poder de hacer que se cumplan los deseos que se les piden. También
vas a poder escribir para inventar tu propia historia de deseos.

Para saber más: unos seres superpoderosos

El adjetivo sobrenatural se emplea para referirse a aquellos seres y fenómenos que


manifiestan cualidades o poderes -volar, hacerse invisibles, convertir una cosa en
otra- que no pueden explicarse por las leyes de la naturaleza tal como las
conocemos. ¿Cuáles son los seres sobrenaturales que poseen la capacidad de
transformar la realidad para hacer que se cumpla cualquier deseo que se les pida?
Hasta ahora conocimos a Júpiter, al diablo y a Jesús, pero en la literatura hay varios
otros. En algunas versiones de “Los deseos ridículos”, por ejemplo, en lugar de
Júpiter aparece un hada; y en otras un pequeño duende. En “El espíritu en la
botella” -un cuento popular recopilado por los hermanos Grimm- quien está a cargo
de los deseos es, justamente, ¡un espíritu que sale de una botella! La lista es tan
diversa que hasta incluye un pez mágico. Pero cuando de conceder deseos se trata,
parece ser que nadie les mata el punto a los genios…

Para conocer otras historias de deseos

Un genio muy popular

Sin duda, el genio más famoso es el de “Aladino y la lámpara maravillosa”. En


muchas versiones del cuento -tanto escritas como cinematográficas- el
personaje es presentado como amigable y sumamente servicial. Pero la historia
original -que es narrada en Las mil y una noches- presenta al genio de una forma
muy diferente, tanto que podría sorprenderte.

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Cuentos populares con tres deseos

• Leé el fragmento en el que Aladino se encuentra con el genio por primera


vez.

Y he aquí que Aladino vio surgir de pronto, como si brotara


de la tierra, un inmenso y gigantesco efrit, tan negro que
parecía embetunado, con una cabeza grande como un
caldero, una cara espantosa y unos ojos rojos, enormes y
llameantes. El temible genio se inclinó ante él y -con una voz
que retumbaba como el rugido del trueno- le dijo: “¡Aquí
tienes entre tus manos a tu esclavo! ¿Qué quieres? Habla.
¡Soy el servidor del anillo en la tierra, en el aire y en el agua!”

• Releé el fragmento poniéndote en el lugar de Aladino. Imaginá cómo es ese


genio y el tono en que habla. ¿Qué sentirías si te encontraras con una criatura
como esa?

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• La descripción de este efrit, ¿coincide con la imagen que tenías acerca de


cómo son los genios? ¿Por qué?

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Cuentos populares con tres deseos

Para saber más: unos seres geniales, pero de muy mal genio

Desde tiempos inmemoriales, los árabes han creído en la existencia de unos


seres mitológicos, dotados de grandes poderes, a los que llaman djinn, palabra
que en español traducimos como “genios”. Los djinn no son de carne y hueso,
sino que están hechos de un material etéreo -una especie de fuego que arde sin
humo- invisible al ojo humano. Cuando quieren hacerse ver, se manifiestan
primero como una enorme columna de vapor, de fuego o de arena -muy alta e
indefinida- para luego adoptar la figura de un hombre o de una mujer, casi
siempre de estatura colosal. En ocasiones, pueden presentarse en forma de
animales. Sus poderes son casi ilimitados: son capaces de volar, materializar
objetos, cambiar de forma o de tamaño, provocar cataclismos naturales,
atravesar paredes e inclusive influir sobre la voluntad de las personas. A partir
de estos atributos, se considera que el poder de los genios está por encima de
los de cualquier brujo, hechicero, mago o hada.

Lo más importante que hay que saber acerca de los genios es que no siempre
resultan ser esos simpáticos y serviciales personajes -dispuestos a complacer en
todo a su amo humano- al que nos han acostumbrado algunas versiones literarias
o cinematográficas. Para conocer cómo en verdad son estas criaturas hay que
leer sus historias originales, que están en un libro imperdible que se llama Las
mil y una noches. Allí se puede ver que, en general, entrar en tratos con un genio
suele resultar un asunto bastante complicado, cuando no peligroso. Para
empezar, no todos ellos son iguales, dado que tienen libre albedrío, es decir que
pueden elegir entre hacer el bien o el mal. Sin embargo, aun los más benévolos
de los djinn suelen hacer bromas bastante perjudiciales y ser impredecibles,
puesto que cambian de estado de ánimo con gran facilidad.

Pero hay una clase de genios -los efrit- de los cuales lo más prudente es apartarse
de inmediato. Los efrit son seres maléficos que no les tienen nada de simpatía a
los hombres. Incluso cuando están esclavizados y deben obedecer órdenes, son
difíciles de tratar y muestran una actitud irónica y maligna.

Sean buenos o malos, los genios pueden ser dominados mediante ciertos objetos
-lámparas, botellas, jarrones o antiguos anillos- que los mantienen prisioneros
en lugares remotos, a veces durante miles de años. Cuando uno de estos objetos
cae en manos de un ser humano, el genio que está encerrado en él se transforma
de inmediato en su servidor y está obligado a concederle tres deseos. Hay que
tener mucho cuidado al pedir los deseos y elegir con suma precisión las palabras
que se usan para formularlos, porque son numerosas las historias en las que un
efrit tergiversa a propósito los deseos de su amo para provocarle algún mal.

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Para conocer otras historias con deseos

Un truco muy eficaz

La “Historia del pescador y el genio” es un buen ejemplo de cuán malvados


pueden llegar a ser los efrit. Un pescador muy humilde saca del mar una vieja
vasija de barro, la destapa y observa con asombro que de ella sale una altísima
columna de humo que al disiparse deja a la vista un gigantesco efrit. El pescador
se ilusiona pensando que le van a ser concedidos tres deseos, pero pronto es
invadido por el espanto al conocer las verdaderas intenciones del genio.

Entonces el efrit dijo:


— Permite, ¡oh pescador! que te anuncie una buena noticia.
Y el pescador repuso:
— ¿Qué noticia es esa?
Y contestó el efrit:
¡El genio
— Tuha estado
muerte. Vasatrapado en sumismo,
a morir ahora estrecha
y deprisión tantos
la manera mássiglos que, en lugar
terrible.
de recompensarlo, quiere vengarse de su liberador por haberse demorado tanto!

Pero el pescador de nuestra historia, a punto de sucumbir a manos del temible


efrit, apela a un truco muy ingenioso:

Y entonces el pescador miró al genio y le preguntó:


— ¿Cómo has podido entrar por entero en esta vasija donde apenas cabe tu pie
o tu mano?
A lo que el genio dijo:
— ¿Dudas acaso de ello?
— Efectivamente, no lo creeré jamás mientras no vea con mis propios ojos que
te metes en ella -respondió el pescador.

Entonces el genio comenzó a agitarse, convirtiéndose nuevamente en humareda


Laque
historia no termina
subía hasta ahí, continúa
el firmamento. hasta
Después que el pescador
se condensó, consigue
y empezó a entrar que
en laelvasija
genio
o ayude a cumplir con sus deseos. Si querés leerla completa, tenés que buscarla
poco a poco, hasta el fin. Sin perder tiempo, el pescador cogió rápidamente la tapa
en Las mil y una noches. Mientras tanto, te proponemos reflexionar sobre los
de plomo y obstruyó la boca de la vasija.
fragmentos que ya conocés.

• Hay una parte de “El herrero y el diablo” en la que Miseria engaña a alguien
apelando a un truco muy parecido al ideado por el pescador para encerrar al
efrit.
Ø Pensá qué parte es esa y contala aquí.

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Cuentos populares con tres deseos

• En ambos cuentos, tanto el pescador como Miseria logran engañar a seres


sobrenaturales muy poderosos, pero que tienen una característica en su
personalidad, un “punto débil” que permite que sean engañados.
Ø Anotá cuál es.
Una pista: pensá qué es lo que motivó al efrit a meterse nuevamente en la vasija.

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• ¿Cuáles de las características de los efrit que aprendiste al leer el texto “Unos
seres geniales, pero de muy mal genio” aparecen en la “Historia del pescador
y el genio”?
Ø Anotalas.

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Para saber más: prohibido jugar con talismanes

En algunos casos -en lugar de genios, hadas o duendes- los encargados de otorgar
los deseos son ciertos objetos o talismanes. La palabra talismán se usa para
designar un objeto dotado de poderes mágicos. Los talismanes de deseos suelen
ser unos objetos bastante malditos, de esos que llenan de desgracias a sus
poseedores, como si hubiera una condición por la cual por cada deseo que se
cumple se debe pagar un precio en sufrimiento. Así sucede en la novela “La piel
de zapa”, de Balzac, en la que un joven que lucha por salir de la pobreza se
encuentra con una piel que cumple todos los deseos de quien la posee. El
problema es que la piel se achica con cada deseo, acortando también la vida de su
dueño.
Encontramos otro talismán sumamente peligroso en
“La pata de mono”, un cuento magistral de Jacobs, en
el que una garra de mono embalsamada concede tres
deseos. Lo siniestro es que para que se cumpla cada
deseo tiene que suceder antes algo realmente terrible.

¬ Los valientes que se animen a leer completo el cuento “La pata de mono”, de W. W.
Jacobs, pueden encontrarlo en el siguiente enlace:
https://campuseducativo.santafe.edu.ar/wp-content/uploads/La-pata-de-mono.pdf

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Cuentos populares con tres deseos

Para conocer otras historias con deseos

Seguimos pescando seres sobrenaturales

“El pescador y su mujer” es un cuento de los hermanos Grimm en el que un


pobre pescador que vive con su esposa en una choza junto al mar atrapa un pez
dorado con su red.

El pez -que puede hablar- le dice que


en realidad es un príncipe encantado
en busca de recuperar su apariencia
•humana,
Leé quéy sucede
le pidedespués…
que lo libere. El
pescador lo devuelve entonces al
mar.

• Leé qué sucede después.

Al final de su jornada, el pescador regresó a su humilde morada y le contó a su esposa


lo que le había sucedido con el gran pez dorado.

— ¡Qué ingenuo eres! -dijo la esposa con


disgusto-. Bien se ve que ese pez es mágico.
Debes ir ya mismo y pedirle que te conceda
un deseo. Pídele que convierta esta
destartalada choza en una casa bien sólida,
con muchas habitaciones. ¡Y que sean bien
amplias!

El pescador temía importunar a esa extraña criatura, pero fue tanta la insistencia de
la mujer que terminó regresando al lugar donde la había liberado. Una vez allí se paró
junto a la orilla del mar y comenzó a llamarla. Tuvo que gritar bastante, porque las
aguas ya no estaban tan calmas como antes, sino que se habían enturbiado, y
grandes olas rompían en la playa.
Al cabo de un rato el pez asomó su cabeza en la superficie y preguntó:
— ¿Qué quieres?
— Gran pez dorado, perdona que interrumpa tu descanso. ¿Me recuerdas? Hace
poco te pesqué y te dejé ir. Pero mi mujer se ha enfurecido al saber que te
había liberado sin antes pedirte algo a cambio -replicó el pescador, notando
que a medida que hablaba las aguas se agitaban más y más.
— ¿Y qué es lo que desea tu esposa?
— Ella no es feliz viviendo en una frágil morada hecha de juncos y desea
entonces una casa firme y grande.
— Sea -contestó secamente el pez-. Puedes volver con ella, pues ya tiene todo
lo que tanto desea.
El pescador volvió entonces a su hogar, pero al llegar ya no encontró una humilde
choza, sino una espléndida casa de piedra. Su mujer lo esperaba en la puerta, sentada
en un banco a la sombra de un limonero en flor.

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Cuentos populares con tres deseos
La historia continúa y el pescador y su mujer siguen pidiendo deseos más y más
ambiciosos al pez dorado. Si en algún momento tenés la oportunidad, podés
terminar de leerla1. Pero ahora, te invitamos a seguir pensando sobre las
distintas historias en las que aparecen seres que conceden deseos.

• A partir del fragmento anterior, ¿con cuál de los cuentos de deseos que ya
conocías podés relacionar “El pescador y su mujer”?
Ø Explicá en qué se parecen.

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• En esta historia -en lugar de un genio, hada o duende-, aparece un ser más
cotidiano y próximo -un pez- del que no esperaríamos que tenga poderes
sobrenaturales.
Ø Si tuvieras que inventar otra historia en la que un animal concede deseos
¿Qué animal elegirías?

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Ø Escribí un breve texto contando dónde y cómo te imaginás que


aparecería el animal sobrenatural que elegiste y qué palabras diría para
presentarse.

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El relato completo de “El pescador y su mujer”, de los hermanos Grimm, está disponible en:
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-pescador-y-su-mujer--0/html/002b693c-82b2-11df-
acc7-002185ce6064_2.html#I_0_

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Cuentos populares con tres deseos

Para saber más: ¿por qué será que las historias se entrelazan?

A veces las historias se relacionan entre sí como si fueran integrantes de una


misma familia que presentan algún rasgo en común. Puede ser que se parezcan
por los personajes, o que incluyan sucesos muy similares, o bien que repitan
ciertas frases o palabras. Como en una infinita galería de espejos, las historias se
evocan unas a otras de modos misteriosos.

Para conocer otras historias de deseos

Entre los cuentos que hemos visto, hay dos que tienen por protagonistas a
pescadores que sacan del mar seres que les conceden deseos. En uno de ellos,
el pescador engaña al genio apelando a un truco muy similar al que usa Miseria
para engañar a Mandinga. En el otro, el pescador tiene una esposa bastante
regañona que nos recuerda a la mujer del leñador de “Los deseos ridículos”…

Como ves, muchas historias se relacionan entre sí. En el cuento que vamos a
presentar a continuación se esconden algunas pistas que permiten vincularlo con
otros que ya leíste. Te invitamos a descubrirlas.

Un pez un tanto malhumorado

Una gran escritora argentina, Graciela Montes, leyó los cuentos que te hemos
presentado hasta aquí, y -a partir de algunas ideas que tomó de ellos- creó uno
nuevo y muy original que se llama “Historia de un Ramón, un salmón y tres
deseos”.

El protagonista, Ramón, se dispone a lavarse


la cara cuando, muy sorprendido, ve salir un
pez de la canilla de la pileta de su baño. Entre
ambos personajes se desarrolla entonces un
diálogo extrañísimo.

• Leé el siguiente fragmento.

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Cuentos populares con tres deseos

(…)
— Bueno, al grano. Supongo que te habrás dado cuenta de que yo no soy un pez
cualquiera, un pececito de tres por cuatro, ¿no es cierto?
— En fin -empezó a decir Ramón Gariboto, sin dejar ni por un momento de
afeitarse y decidido ya a no dejarse patotear por el primer salmón que se le
apareciera en la canilla- Le diré: usted no me parece muy diferente de otros
peces… Salvo porque habla, claro.
Y miró de reojo al pez, que empezaba a enojarse nuevamente.
— ¡Será posible! -chilló el salmón-. Una vez cada cinco mil años tengo
posibilidades de charlar con un humano y me viene a tocar un ignorante como
éste. ¡Qué desgracia! ¡Qué decadencia!
Casi con medio cuerpo fuera del agua el salmón enfrentó a Ramón Gariboto y le dijo:
— Yo soy el pez de la suerte, señor mío. Otorgo deseos. No me va a decir que
nunca oyó hablar de mí. ¡Soy famosísimo!
(…) Ramón Gariboto estaba decidido a no tomarse demasiado en serio al salmón, al
fin de cuentas un pez que hacía su entrada triunfal por una canilla no parecía un pez
muy formal.
(…)
— ¿Cuál es tu primer deseo?
Ramón Gariboto no quería perder la calma, eso estaba bien claro, pero tampoco
quería perder la oportunidad. Y nunca le había pasado que alguien le preguntara así
como así cuál era su primer deseo.
Antes de hablar quiso asegurarse:
— ¿Cuántos deseos tengo?
— Tres, claro está -volvió a enojarse el pez-. Decime: ¿vos nunca leíste un
cuento?
Entonces Ramón se miró al espejo: tenía los ojos peinados, el pelo descubierto y la
cara lisita… Después miró por la ventana del baño y vio a una paloma revoloteando
por ahí cerca.
— ¡Ya sé! -gritó de pronto, sin sacar los ojos de la ventana-. Quiero volar como
una paloma.
— ¡Todos piden lo mismo! -se quejó el pez-. Bueno, tu deseo será concedido. Ya
podés volar.
(…) Entonces Ramón Gariboto bajó en pijama hasta la planta baja (pero por las
escaleras), salió a la vereda, estiró los brazos, los agitó hacia arriba y hacia abajo… y
voló. Voló alto, voló bajito, revoloteó, subió en picada hasta altura del cuarto piso y
volvió a entrar al departamento (pero por el balcón, que por suerte había dejado
abierto).
(…) Cuando fue a la cocina a prepararse el mate cocido sintió un dolorcito, un extraño
dolorcito de panza.
— ¡Qué raro! Me duele la panza… -dijo en voz alta.
— Claro -comentó el pez desde el baño-, estarás por poner un huevo.

Ramón Gariboto corrió desesperado hasta la piletita, donde el salmón nadaba


serenamente.

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— ¿¡Por poner un huevo!? ¡¿Cómo “por poner un huevo”?! ¿Quién dijo que yo
pongo huevos?
— Yo lo digo -aseguró el pez-. Todas las palomas ponen huevos.
— Pero yo no soy una paloma -se defendió Ramón-, ¡jamás he sido una paloma! -
lloraba.
— ¡Quién entiende a los humanos! -suspiró el salmón-. Acabás de decirme que
querés volar como una paloma… ¿Qué te hace suponer que se puede volar
como una paloma sin estar obligado a poner huevos como una paloma?
— Yo quise decir “palomo”.
— Pero dijiste “paloma”.
(…)

• El salmón tiene algunas de las características de los genios que se describen


en el texto “Unos seres geniales, pero de muy mal genio”. ¿Cuáles son esas
características?
Ø Releé el fragmento anterior y señalá en qué partes se advierten esas
características.

• De la misma manera en la que -en “El herrero y el diablo”- a Miseria se le


ocurre su primer deseo al ver una vieja silla, en este cuento Ramón también
se “inspira” en algo que ve para pedir el suyo.
Ø Buscá y releé esa parte y anotá cómo se le ocurre a Ramón el deseo de
volar.
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• Sabemos que los genios suelen causar problemas a los otros personajes y
que, para hacerlo, aprovechan la forma en que se piden los deseos.
Ø Releé la parte del cuento en la que Ramón manifiesta su deseo de volar
y explicá cómo tendría que haberlo expresado para evitar que el salmón
le hiciera pasar un mal momento.

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Cuentos populares con tres deseos

• Frente al primer deseo de Ramón, el pez se queja de que “todos piden lo


mismo”. ¿Por qué será que muchas personas piden poder volar?
Ø Anotá tu opinión.

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• Leé cómo sigue la historia.

Ramón Gariboto no estaba acostumbrado a poner huevos. Y no le gustaba nada la


idea de tener que empollarlos. Además, ¿qué iba a pensar su novia?
— Voy a pedir mi segundo deseo -dijo por fin.
— Sea -dijo el pez, haciéndose el pez del cuento.
— Quiero dejar de volar como una paloma, y de poner huevos como una paloma.
— Tu deseo está concedido -dijo el pez, con una sonrisita que a Ramón no le
gustó nada.
El dolorcito desapareció de inmediato. Y cuando Ramón Gariboto quiso buscar la
bufanda del estante de arriba del placard… tuvo que subirse a un banquito, por
supuesto.
— ¡A ver, che! -lo llamó el pez desde el baño.
Ramón frunció el ceño y fue hasta el baño, cada vez más molesto con el pez tan
grosero y confianzudo.
— ¿Qué quiere? -preguntó.
— A ver si le ponés un poco más de agua a esta pileta que me estoy quedando
en seco. Y andá pensando el tercer deseo, eh, que ya estoy cansado de
esperarte.
Ramón echó un poco más de agua en la piletita y quiso saber:
— Y después del tercer deseo, ¿qué?
— Y, nada más -dijo el pez-. Me quedo a vivir acá con vos por un tiempito… Claro
que no en esta pileta de morondanga, te imaginarás. Lo menos que podés
hacer por mí es instalarme un acuario como la gente, con plantas, caracoles,
cascadas… En fin, yo ya te voy a ir diciendo… y entonces…

Ramón Gariboto volvió a mirarse en el espejo: tenía los ojos redondos de susto. Se
imaginó cómo serían sus días con ese pez antipático charlando todo el día como un
loro, dándole órdenes, gritándole, patoteándolo…

• Tal como le sucedió al leñador de “Los deseos ridículos”, el protagonista de


este cuento tuvo que usar su segundo deseo para solucionar un problema
causado por el primero. Pero Ramón Gariboto está “cada vez más molesto”

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Cuentos populares con tres deseos
teniendo ese pez bastante antipático y mandón en su casa. ¿Qué habrá pedido
como tercer deseo?
Ø Anotalo.

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• El salmón, ¿habla como lo hacen los personajes de los cuentos?


Ø Para fundamentar tu respuesta, transcribí algunas palabras y frases que
usa el salmón al hablar.

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• Las chicas y los chicos de otra escuela opinaron que este cuento tiene
algunos toques humorísticos. ¿Vos qué pensás? ¿Cuáles podrían ser?
Ø Anotalos.

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¬ Si querés saber cuál fue el tercer deseo de Ramón, podés buscar el cuento.

Está en un libro de Graciela Montes que se llama


Doña Clementina Queridita, la Achicadora que incluye
también varios otros cuentos. Puede que esté en la
biblioteca de tu escuela.

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Cuentos populares con tres deseos

Para saber más: cuando los deseos nos hacen reír

En todas las historias que te presentamos los deseos que se cumplen generan un
efecto negativo que puede ir desde un pequeño percance hasta una gran
calamidad. Pareciera que esa es una característica común a todas ellas. En
algunos casos esa característica se utiliza para crear narraciones muy
inquietantes, de terror inclusive. Pero en otros casos -como en el cuento de
Ramón y del salmón- los descalabros que producen los deseos nos hacen reír.

• A continuación te proponemos recorrer algunas historias en las que los


deseos han sido tomados en clave de humor.

Un ponche cumple los deseos de quien lo bebe.


Pero la bebida tiene una peculiaridad que sus malévolos
creadores mantienen en secreto: hay que pedir lo
contrario de lo que se desea.

El ponche de los deseos


Novela de Michael Ende.

Los Simpsons
(dibujo animado)

En un episodio el talismán en forma de pata de mono que concede deseos llega a


manos de la familia. Lisa le pide que haga desaparecer todas las armas para que reine
la paz en el mundo. Entonces los extraterrestres -enterados de que los seres humanos
se encuentran indefensos- aprovechan para invadir la Tierra.

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Cuentos populares con tres deseos

Los padrinos mágicos


(dibujo animado)

Timmy tiene a su disposición un padrino y una madrina con poderes mágicos para
cumplir sus deseos a toda hora. Parece el sueño hecho realidad de todo niño. Sin
embargo, los caprichosos deseos que pide Timmy lo meten en problemas cada vez.

Para inventar a partir de estas historias

Cosas que ocurren cuando los genios se dan una vuelta por el barrio

Crear es hacer algo nuevo inspirándose en ideas que muchas veces provienen
de los cuentos que se han leído. El cuento de Graciela Montes, por ejemplo, se
desarrolla a partir del encuentro de un hombre con un ser sobrenatural que
concede deseos, como todos los que vimos antes. Pero es diferente de los
anteriores porque está ambientado en nuestro país y en nuestra época, en lugar
de transcurrir en tiempos antiguos y en lugares exóticos. Además -en lugar de
un príncipe en un palacio o un leñador en una cabaña en el bosque- nos
encontramos con Ramón Gariboto, un señor como cualquier otro, en el baño de
su pequeño departamento. Gran parte de la gracia y de la originalidad de este
cuento se debe a esta ocurrencia de la autora.

• Tal como lo hizo Graciela Montes, te invitamos a utilizar situaciones y


personajes de las historias que conociste para crear tu propia historia con
deseos.

Ø Algunas pistas para pensar antes de empezar a escribir.

¬ El protagonista podría ser un niño o una niña como vos.

¬ Si querés generar un efecto humorístico, podés ubicar el cuento en un


entorno conocido tal como una casa, un barrio, la escuela o la plaza.

¬ El ser que concede los deseos podría ser el animal que imaginaste
antes. Recordá que anotaste cuál era y cómo se presentaba en la
página 7 de este material.

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Cuentos populares con tres deseos
¬ Ese animal podría tener algún rasgo en su personalidad que se note
en su forma de hablar (por ejemplo ser gruñón, hablar mucho y decir
disparates, hacer bromas todo el tiempo o ser engreído).

¬ Los deseos que se van pidiendo generan situaciones inesperadas y le


provocan dificultades a la o a el protagonista.

¬ El último deseo se usa para tratar de solucionar el enredo generado


por los anteriores.

Ø Ahora escribí tu cuento teniendo presentes esas pistas.

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Cuentos populares con tres deseos

• Algunas pistas para revisar tu producción después de escribir.

¬ Al releer tu trabajo, tratá de imaginar si otro lector podría entender lo que


contás. Fijate, por ejemplo, si relataste todas las acciones necesarias
para que se comprenda bien lo que sucede en tu cuento, o si explicaste
las razones que llevan a los personajes a hacer lo que hacen.

¬ Si no incluiste diálogos entre los personajes, agregá alguno para hacer


más vívido tu relato.

¬ Revisá los diálogos: fijate si usaste la raya que introduce la voz de cada
personaje y si se comprende quién habla en cada caso.

¬ Revisá en tu texto las indicaciones referidas al orden en que suceden las


acciones en el tiempo. Fijate:

> si se comprende qué sucede primero y qué sucede después,


> si el tiempo transcurrido entre los distintos hechos que se narran
es mucho o poco, o bien si hay acciones simultáneas.

Podés usar expresiones tales como en ese momento, entonces,


después de cierto tiempo, al día siguiente, esa noche, mientras tanto,
muchos años después, entre muchas otras.

¬ Si algunas palabras se repiten demasiado, reemplazalas por expresiones


equivalentes. Por ejemplo, si dice muchas veces “gato” podés sustituirlo
por “animal” o “felino”.

¬ Revisá también la puntuación: ¿pusiste todos los puntos y las comas que
hacen falta?, ¿usaste signos de interrogación cuando los personajes
preguntan algo?

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