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Universidad Nacional de Entre Ríos

Facultad de Ciencias de la Educación


Licenciatura en Comunicación Social

Taller de Especialización-Redacción I

Trabajo Práctico Nº 5

Tema: Entrevista informativa mantenida con Guillermo


Alfieri

Cuerpo docente:
María Elena Lothringer
Fernando Segovia
Fernando Segovia
Gloria Cabrol
Gustavo Risso Patrón

Alumno: Daniel Martín Maidana


DNI: 32.058.910
Matrícula: 86732051018

R2G1

Fecha de Entrega: 27 de abril de 2011

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1)

Guillermo Alfieri: “si fuera por mí, daría redacción


hasta 5° año”

Guillermo Alfieri es un periodista todoterreno, ha


trabajado en toda la gama de medios posibles y ha tocado
todos los géneros, en la actualidad se desempeña como
docente en la especialización I en Redacción de la
carrera de Comunicación Social de la Facultad de Ciencias
de la Comunicación de la UNER. Entrañable y sensibilizado
gruñon, expone sus percepciones sobre el taller del que
forma parte, de la facultad y del rol del comunicador
social. Alfieri nos anticipa su retiro de la docencia
pero ganas no le faltan y seguro piensa en proyectos
nuevos.

—¿Con qué requisitos indispensables cree que debe contar


un comunicador social?
—Una buena formación, si es académica mejor porque sería
sistematizada. Pero también creo que no hay que descartar
la posibilidad de una formación en otras disciplinas pero
siempre adoptando el registro de la comunicación social.
El perfil es tener, como en toda profesión, muchas ganas
y sentido de la vocación; y que esa formación no se
detenga cuando se recibió el título, sino que existe la
obligación de la formación permanente. Cualquiera sea el
andarivel por el cual se llegó al ejercicio del oficio de
comunicador social, uno tiene que capacitarse
permanentemente como también corresponde a los médicos, a
los abogados, a los arquitectos. La formación nunca
acaba, nunca termina porque nunca es perfecta.

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—¿Qué opinión tiene sobre la formación de comunicadores
sociales en esta facultad?
—Tengo buena opinión acerca del perfil del egresado en
esta Carrera y en esta Facultad. A partir de 1985 se
reformuló el plan de estudios de Ciencias de la
información, (así se llamaba la carrera) y se les dio un
contenido muy fuerte, se trataba de definir la
Comunicación Social y nutrir al plan de estudios con un
carácter multidisciplinario. La incorporación de los
talleres fue uno de los elementos claves, a diferencia
de la carrera en otras facultades donde dejaron pasar
mucho tiempo y, hasta el día de hoy, sigue habiendo una
suerte de tensión entre lo que es la práctica y la
teoría. Aquí nos parece que tendremos otras tensiones,
otros puntos críticos, pero no hay conflictos entre
pensar que la teoría va por un lado y el hacer va por el
otro.
—¿De qué manera incidió lo que aprendió como profesional
en su rol como educador?
—Si algo no esperaba en la vida era ser docente
universitario, yo no tengo capacitación en este ámbito
superior. La primera carrera de periodismo es en la
Universidad de La Plata y apareció allá por 1958; después
de ahí hubo una explosión por los años setenta que se
acentuó en los ochenta, cuando se extendieron las
carreras de Comunicación Social o de información en las
universidades. Las condiciones de 1985 se dieron en ese
aspecto porque se venía de la dictadura y hubo

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determinadas franquicias a respecto de tener el título o
no, que la dictadura había interrumpido de muchas
carreras de gente que cursaba en la Universidad y
precisamente por existir una dictadura no había podido
acabar sus estudios. En particular, lo que se dio acá
(sic) fue con la integración de los talleres, que esa era
la innovación. La gente que conducía esta facultad
entendió conveniente aquella idea del artesano, ese
artesano que se reúne con aprendices y juntos van
creciendo en el aprendizaje de un determinado oficio. Lo
que yo tuve que hacer es tratar de averiguar qué es lo
que yo hacía, porque tenía a su vez que formularlo y
trasmitirlo; ahí descubrí que yo hacia la pirámide
invertida pero no sabía que se llamaba así y yo la hacía
así. También tuve que incursionar hasta donde pude en las
cuestiones que tienen que ver con la gramatica de la
lengua, así que estoy aquí por mi oficio de periodista
pero no me alcanzaba con ser periodista para ser docente
universitario. Entonces, ser docente fue también un
aprendizaje.
—¿Qué opinión tiene de los ingresantes a la facultad?
Mmm… ¿sobre los ingresantes? ese es un viejo tema. Ese es
un punto crítico del que hablábamos hoy y siempre está
permanente en todas las universidades, ¿qué se hace con
respecto a las deficiencias y las carencias, que traen
los egresados de la secundaria para acceder a una
universidad? Y quedan siempre dos caminos: la universidad
se puede hacer cargo de esas falencias o habrá que

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articular finalmente algo que haga que las falencias no
se produzcan. Es un punto crítico, de cualquier manera lo
que si uno puede vislumbrar es que depende también de
dónde se ha cursado la secundaria porque, por supuesto,
todo el sistema educativo podrá tener planes, podrá tener
formas, pero todo depende de quiénes ejercen una
determinada tarea. Entonces siendo del mismo nivel, o sea
del nivel medio, hay diferencias entre un egresado de un
establecimiento y un egresado de otro, porque tuvo
mejores docentes, nada más que por eso.
En muchos casos, cuando cursan el cuarto y quinto año es
como que están de vacaciones, como que no están
estudiando y que no sirve para nada lo que estudian, cosa
que es error, es un mito instalado, es una pavada, pero
bueno de pavadas está lleno el mundo y entonces se cursa
de una manera que se pierde la oportunidad, es en todo
caso es para tomar referencias para elegir una carrera.
La secundaria es, en definitiva, un muestrario donde vos
te empezás a sentir identificado, por ejemplo, en
ciencias exactas o en ciencias sociales entonces decís
“no… yo la matemática no, a mí me interesa la vida de las
personas entonces voy por las ciencias humanas”. Después
se pierden por esa desatención o porque alguien dijo e
instaló que no sirve para nada la secundaria, así pierden
referencia y cuando llegan acá escuchan por primera vez
la palabra antropología, pero en la secundaria se escucha
antropología. En la secundaria, hay muchos libros de
lengua, de gramática, que ustedes vieron y dejaron pasar

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pero que ahora extrañan en la medida en que no los
utilizaron. Lo que hay que hacer es saber que esos
elementos bibliográficos están presentes y deben ir a
consultarlos.
—¿Con qué herramientas del taller puede salir el alumno a
“pelearla” en el ámbito periodístico con el título de
técnico?
—Con cualquiera de las especializaciones, tanto sea en
Imagen como en Gráfica, como en Audio, como en Redacción,
son herramientas que son vitales y elementales como para
plantarse ante una tarea en cualquier medio. Hay una
capacitación que permite que vayas a hacer una redacción
y te digan hacé una noticia y hacerla bien, hacé una
crónica y hacerla bien, hacé una entrevista y hacerla
bien, y además con todo un cuerpo teórico que ustedes han
incorporado y que influye en que cada una de esas cosas
que van a hacer. Tienen una suerte de mirada que les
permite a ustedes después volcar conococimiento en la
producción concreta como para que las piezas sean
mejores. No por nada cursan sociología, por ejemplo, no
por nada cursan semiótica, entonces, esto de la
posibilidad de que esta mirada sea distinta a la que nada
más aprendió a armar una noticia o a armar una entrevista
o a armar una crónica. Entonces, estos son los
conocimientos que hay que aplicar, por eso es
multidisciplinario. Yo estoy haciendo un palote, ahora,
¿cuántas cosas hay en ese palote? Y para eso es la
formación sistemática con carreras que tienen la práctica

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y tienen la teoría. Pero creo que hay pruebas al
respecto, hay muchos que pasaron por la facultad y que
están ubicados en un lugar de trabajo con buena suerte.
—¿Qué tan indispensable cree que es el hecho de que los
alumnos de comunicación social cursen el taller de
redacción?
—Y no es por atender la quintita ¿no? Por supuesto no se
puede aspirar a que se cursen los cuatro talleres porque
no se puede, de hecho no se pueden cursar ni dos a
nuestro juicio…alguno se va a distraer. De cualquier
forma, lo que si hay que tener en claro es que por más
que uno elija una especialización en otra disciplina,
siempre va a haber que escribir. No existe en el ámbito
laboral alguna tarea que tenga que ver con la
comunicación en la cual no haya que saber escribir. Y uno
puede confiarse de que en algún momento determinado:
“total yo lo voy a decir, o esto lo voy a mostrar
entonces me salva la imagen o me salva la oralidad”, uno
no está desprovisto de tener que escribir y que alguien
lo vea y encuentre errores que son fenomenales: siempre,
detrás de la palabra y detrás de la imagen hay alguien
que está escribiendo, ustedes lo ven en los programas de
televisión y lo pueden ver en los programas de radio (…)
quien pierde de vista que la escritura es una herramienta
importante e insoslayable para la comunicación a la larga
va a tener problemas.
—¿Qué opina sobre que la duración del taller en la
facultad sea de tres años? ¿Le parece que es suficiente?

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—Si es por mí, yo te daría Redacción hasta 5° año por
amor a la camiseta pero también sé que hay que ocupar
otros espacios, de cualquier manera y afortunadamente por
el plan 98 se incorporó en quinto año el taller de
producción periodística. Y a mí me parece que es una
manera de que aquellos que quedaron alejados de ese
requisito de escribir, se van a encontrar con eso en el
quinto año. Si la materia es dada como corresponde y
respondiendo al espíritu que tuvo su fundación, se van a
encontrar con eso.
—¿Qué es lo que más disfruta y lo que más lo motiva de
dar clases?
—Disfruto darlas, para eso estamos. Este es el último año
que yo doy clases y si seguí dando un poco fue por los
compañeros que tengo en el equipo docente. Desde hace
varios años, siempre después de las vacaciones digo: “ya
está, ya está” y cuando llega el momento, nos
reencontramos para ver el plan de acción para el año y
empieza el contacto, llegan a clases y uno se encuentra
con un grupo o alguien a quien a lo mejor tenés algo para
transmitirle, eso te anima, más el asunto de tener que
preparar toda la clase, después vienen los berrinches
cuando uno está corrigiendo ¿no? Pero también está la
satisfacción cuando uno lee muy buenos trabajos, y cuando
uno encuentra, no uno…encuentra varios buenos trabajos,
pero digo, además eso causa que nosotros nos llamemos por
teléfono, por ejemplo. Entonces todavía existe eso y es
un disfrute.

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—Para cerrar, ¿cómo espera que lo recuerden los alumnos
ahora que se retira y qué se lleva de la experiencia?
La experiencia es invalorable, si no, no me hubiera
quedado, es muy rica, muy reconfortante, y además, este
es un trabajo que no te permite mucho la rutina porque
siempre está la sorpresa. Con que digan: “no le conocí
ninguna agachada”, por ejemplo, pero me gustaría que lo
digan mis amigos, mis hijos, mis nietos. Que en todo caso
digan que me equivoqué mucho pero sin querer hacerle mal
a nadie salvo al enemigo principal, que está en otras
partes, que está más arriba de nosotros.

2)

Medio de publicación: revista Perspectivas.

Palabras utilizadas en el título: 11.

Cantidad de entradas por cada interlocutor: 9.

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