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“Yo soy Malala”

“La educación de las niñas es un derecho” objetivo es impulsar políticas para garantizar el
derecho de todas las niñas a acudir a la escuela.

El acto rendía homenaje a Malala Yusafazi, la adolescente de 15 años que sobrevivió a


un intento de asesinato por haber defendido el derecho a la educación de las niñas
pakistaníes, a quienes el régimen talibán prohíbe ir a clase en el valle del Swat. Esa
prohibición viola el derecho humano a la educación y a la igualdad entre los sexos.

Malala una chica que comparte su historia de habitante de una región en donde la guerra,
la opresión y la violencia forjaron el carácter superior de una mujer en favor de la no
discriminación; su valentía a estudiar a educarse en un lugar que era rotundamente
prohibido, todo esto gracias a sus padres que la apoyaron en todo momento,
perseverancia y resiliencia al momento de recibir el disparo por parte de los terroristas
libaneses, que en vez de quedarse callada prefirió alzar su voz en todo el mundo y luchar
por los derechos de mujeres.

Siento un gran aprecio emocional y gratitud con Malala ya que todos los días lucho por
tener una mejor oportunidad y calidad de vida sin importa las adversidades que se me
presentan en cualquier momento; es importante aclarar que los logros que he tenido se
deben al apoyo incondicional de mis padres tanto emocional como económico y los cuales
me siguen apoyando en las decisiones que beneficien mi vida, aun me falta mucho por
alcanzar algunos sueños y logros pero la verdad es que cuando cumplimos sueños
propuestos ya tenemos otros en construcción, nunca paramos de pensar, imaginar, soñar
hasta el día de nuestra muerte, pero si quiero llegar a esa balanza en la que me sienta
que cumplí mi logro superior y que de esa deriven varios, cabe resaltar que esos sueños
se ven opacados a raíz de situaciones de nuestro entorno, como le paso a Malala que por
poco pierde su vida,

En Colombia la situación se torna un tanto distinta pero con la misma cara de falta de
oportunidades a jóvenes que la derivan la corrupción (poca inversión social y falta de
empleo), los grupos armados organizados (asesinan y reclutan niños y niñas obligándolos
a llevar una vida la cual no soñó cambiándole su perspectiva de la vida), entre otras.

Podemos notar que la gran violación de derecho que se ve en el país pakistaní es el


derecho a la igualdad entre mujeres y hombres, donde el varón es el que toma las riendas
y controla todo y el derecho a la vida por el intento de asesinato de Malala. Es importante
decir que dentro del conjunto de derechos humanos no existen niveles ni jerarquías pues
todos tienen igual relevancia, por lo que el Estado se encuentra obligado a tratarlos en
forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el
mismo peso.

“Necesitamos reiniciarnos, no recuperar lo que teníamos”,  enfatiza con una


metáfora de la informática. Nos propone hacer de esta crisis una oportunidad
para cambiar y construir un mundo mejor. Estas son algunas enseñanzas que me
dejó su libro Yo soy Malala y que creo que nos ayudarán a reflexionar sobre
cómo mirar al futuro:
 
 Seamos humildes, compasivos y agradecidos.
 No vivamos con odio ni busquemos venganza.
 Hagamos todo lo posible por ayudar a los demás.
 Busquemos motivación y rodearnos de personas que nos alienten.
 Nunca nos demos por vencidos ni perdamos la esperanza.
 Aprendamos de nuestros errores porque todos nos equivocamos.
 Fomentemos la educación, que es un derecho humano, e invirtamos en
ella.
 Confiemos en nuestra capacidad porque somos diferentes, únicos y todos
tenemos algo que ofrecer.
 Animémonos a soñar y dejemos que nuestros sueños guíen nuestras
acciones.

IVAN FELIPE RIVAS ARIAS

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