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Castillos de Pincheira
Castillos de Pincheira
ORIGEN GEOLÓGICO
Los Castillos de Pincheira parecen aflorar entre las montañas, pero en
realidad son sedimentos de erupciones volcánicas, lo mismo que los
conos de derrubio que hay entre ellos y el río Malargüe.
La arenisca
que compone este conjunto sedimentario se desgasta con facilidad
por la acción del agua y del viento, lo que genera las formas que
permiten jugar con la imaginación. La gran amplitud térmica de la
zona, tanto diaria como estacional –nevadas y viento zonda a dos mil
metros de altura- mantiene vivos sus colores y solidifica esas formas
que se convirtieron en atractivo turístico.
Sobre la otra margen del río, después del camino, hay unos largos y
sinuosos paredones de “techos” planos, que muchos describen como
“cortados a pique”. Estos sí son afloramientos, de basalto, una roca
muy dura que resistió la presión de los plegamientos hace millones de
años y emergió formando los “malales”, que en lengua pehuenche
significa corrales.
El nombre obedece a que en esos planos los indios juntaban el
ganado caprino y cerraban la bajada, los que dejaba a los animales
encerrados contra el precipicio. Los malales le dieron a la zona el
nombre de Malal Hué, o tierra de malales, que finalmente derivó en
Malargüe.
LOS PINCHEIRA
La banda que se escondía en esos roquedales estaba compuesta por
los seis hermanos Pincheira y un centenar de hombres. Su líder era el
ex oficial español en Chile José Antonio Pincheira, quien tras la
independencia del país se rebeló contra las nuevas autoridades, cruzó
la cordillera y con sus hombres se asentó en Malargüe, desde donde
asolaron poblaciones de los dos nacientes países en la década de
1820.
Los Pincheira pactaron con
varios caciques, alentaron malones y saquearon asentamientos
criollos en las actuales provincias de Mendoza, Buenos Aires, Córdoba
y San Luis y en las VII y VIII regiones chilenas.
En 1829, desavenencias entre el jefe y su hermano Pablo llevaron a
éste a abrirse de la banda y, con otros oficiales, continuar sus
andanzas en Chile, mas fueron derrotados por las tropas del general
Manuel Bulnes, que los pasaron a degüello. Pero del lado argentino,
José Antonio era como un fantasma que atacaba y luego desaparecía
en los Castillos, ya que dominaba sus accesos, caminos, galerías y
miradores.
Bulnes cruzó desde Chile con mil hombres, dispuesto a atraparlo,
pero él sobrevivió en ese refugio mientras, mediante el poder que le
daba la fortuna que mantenía oculta, buscaba pactar con el gobierno
de Chile. Fruto de esas negociaciones, en 1931 se entregó al general
pero le fue perdonada la vida.
Los malargüinos aseguran que el tesoro de los Pincheira está oculto
en un lugar de la Patagonia, cercano a San Martín de los Andes. Sin
embargo, algunos también admiten que se trata de una leyenda que
tiene más encanto que la historia oficial: El botín fue entregado al
gobierno de Chile por el jefe de la banda a cambio de una amnistía
que le permitió seguir con vida e indultado. (CsM)
Gustavo Espeche ©rtiz