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Valor del Mes:

Equidad
Lema del Mes:
“Traten a todos con equidad”
(Cfr. Col 4,1)

Plan de Pastoral

Julio 2021
Traten a todos con equidad

Acción Significativa del Sector:


Celebración día de los Padres, haciendo un reconocimiento a
los padres que actúan con equidad.

Acción Significativa en la Familia:


Celebración en familia del día de los Padres.
Resaltar el cuidado y la crianza de los hijos con equidad y
responsabilidad.

Índice
Primera Parte:
Lectura Orante Lema del Mes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Encuentros de Evangelización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
Acción Significativa del Sector:
Celebración en el Sector Día de los Padres. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Segunda Parte:
Celebraciones Dominicales,
Lecturas de la Palabra de cada día y Meditación diaria. . . . . . . . . . . . . . . 14
Carta Apostólica Patris Corde del Santo Padre Francisco con
motivo del 150° Aniversario de la Declaración de San José
como Patrono de la Iglesia Universal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86

Colaboradores: Jose Rosado, Hno. Avelino Guerrero Castillo,, Johnny y Sandra


Martínez, Ivelisse Taveras (Comisión Arquidiocesana Animación Bíblica),
Pbro. Domingo Vásquez Morales, Pbro. Gregorio Santana, Pbro. Miguel Ángel
Amarante, Pbro. Daniel Lorenzo Vargas Salazar (Santo Domingo).
Corrección: Ruth Nolasco Lamarche
Coordinadora: Eugenia López
Diagramación y Arte final: Jesús Pérez
Portadas: Hamlet Pérez
Para contacto Vicaría de Pastoral: Correo Electrónico:
guiamensual.vipastoral@arzsd / guiamensual.vipastoral@gmail.com
Teléfonos: 809-682-0815, 809-685-3141, Ext. 261-262, 809-221-3126
Redes Sociales: www.facebook.com/vicariadepastoralsantodomingo
Impresión: Editora Amigo del Hogar / Manuel María Valencia No. 4,
Santo Domingo, D. N. / Teléfono: 809.548.7594

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Plan de Pastoral - Julio 2021

Lectura Orante
“Traten a todos con equidad” (Col 4, 1)
Padre amoroso te bendecimos por darnos más de lo que necesitamos y
de lo que pedimos, gracias por ser un Padre que se entrega por completo,
incluso entregando a su propio Hijo, para que sea nuestro guía en la
construcción del Reino. Te pedimos que nos concedas el don el Espíritu
Santo, para que guiados por El podamos saborear la dulzura de tu Palabra.
Lectura: Colosenses 3, 23-4,1
Jesús es vida hecha palabra en las Sagradas Escrituras, para obtener
esa vida hay que acercarse con reverencia, dispongamos nuestro corazón y
mente para recibir el pan de vida.
Preguntemos al texto
• ¿Cuándo trabajamos, para quien lo hacemos?
• ¿Cómo se debe comportar un cristiano?
• ¿Si soy injusto, cómo seré tratado?
• ¿Es lo mismo equidad e igualdad?
• ¿Qué experiencia de fe encuentro en la lectura?
• Escribe la frase que más te haya impactado. ¿Por qué te impactó?
Meditación: Equidad
¿Qué nos dice el texto hoy?
Cuando buscamos en las Sagradas Escritura sobre la equidad, encontramos
que va de la mano con la justicia y que es un atributo de aquellos que siguen
fielmente al Señor, los Salmos alaban la equidad que Dios Padre muestro al
juzgar a cada persona y pueblo; el trato que le da a cada uno es justo.
Pero muchas veces pensamos que equidad es lo mismo que igualdad,
y no es así, pues cada ser humano es diferente, posee dones y carismas
distintos, al igual que necesidades, por lo que es necesario que se creen
las condiciones indispensables para cada uno en un ambiente de equilibrio.
La equidad va de la mano con la justicia, en el Salmo 72,2 dice que
“Juzgue él a tu pueblo con justicia, y a tus afligidos con equidad”, como
discípulos debemos procurar ver en nuestros hermanos a Jesús y hacer todo
como si le sirviéramos directamente a él, así se le da poco al que necesita
poco y mucho al que necesita más, eso es equidad.
Oración
Glorifiquemos al Señor quien es justo y equitativo con su pueblo, El
conoce todas nuestras necesidades y las suple como Padre que se entrega
por completo a sus hijos, muéstranos Padre la forma de ser tu reflejo.
Propósito
• Celebremos el día de los Padres protegiendo a nuestros mayores en
medio de la Pandemia.
• Resaltemos el cuidado y la crianza de los hijos con equidad,
responsabilidad y justicia.
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Traten a todos con equidad

• Continuar con la “caja de solidaridad y esperanza” haciendo una


donación a personas pobres de nuestro sector.
Concluimos con una oración comunitaria en la familia movida por la
lectura y reflexión, con un Padre Nuestro y un Ave María

ENCUENTROS DE EVANGELIZACION

Primer Encuentro de Evangelización


Semana del 5 – 11 de julio

Igualdad e identidad: Todos hermanos


“Pero entre ustedes no debe ser así. Antes bien, si alguno quiere ser
grande, que se ponga al servicio de los demás.” Mc 10,43
0. Ambientación
Para ambientar este Encuentro se pueden
buscar algunas ilustraciones que reflejen las
diferencias y desigualdades que hacemos nosotros
los seres humanos. Por ejemplo, en el trabajo,
unos que trabajan con todas las comodidades y
otros en unos trabajos esclavizantes. O puede ser
imágenes que señalen las diferencias por el color
de la piel, o por el sexo, las diferencias entre los
que más tienen (ricos) y los que tienen poco (pobres) o nada.
1. Introducción:
Que todos los seres humanos nacemos libres e iguales lo sabe toda
persona que se ha leído la Declaración Universal de los Derechos Humanos
y se la toma en serio. También los que no se la toman en serio e incluso los
que no se la han leído ni la conocen. Pero en algún momento de nuestra vida,
en medio de nuestro desarrollo nos hacemos conscientes de esta verdad:
todos nacemos libres e iguales. Todos somos hermanos y hermanas1. Para
un seguidor de Jesús está bien claro: somos hijos e hijas de un mismo padre,
nuestro Padre Dios. Ante sus ojos todos somos iguales.
2. Canto: Juntos para soñar
3. Diálogo:
Podemos dialogar al inicio de este Encuentro contando algunos hechos
reales vividos por la comunidad cristiana donde se ha puesto de manifiesto
evidente el hecho de que somos hermanos y hermanas, iguales. Puede
1 A propósito, en el texto de este Encuentro vamos a usar el llamado lenguaje inclusivo.
Somos conscientes que no todos están de acuerdo y respetamos las diversas posiciones.
También a veces resulta pesado y cansón -no estamos acostumbrado-, pero creemos que
usarlo nos puede ayudar vivir mejor el tema de dicho encuentro.
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Plan de Pastoral - Julio 2021

ser en alguna actividad de la comunidad o algunas decisiones que hemos


tomado juntos. También algunos hechos o actividades donde ha salido a
relucir la desigualdad o que algunos y algunas quieren ser más que otros o
primeros que otros como nos dice Jesús en el evangelio de Marcos cuando
Santiago y Juan -hijos del Zebedeo- le hacen la petición de sentarse uno a
su derecha y otra su izquierda. Es difícil dialogar sobre esto último, pero
hemos de admitir que entre nosotros también asoman esas diferencias y
desigualdades.
4. Oración:
Luego del diálogo hacemos estas peticiones a modo de oración:
• Mi buen Señor, ayúdanos a no hacer diferencias entre nosotros.
• Dios de amor, concédenos la dicha de sabernos iguales que nuestro
prójimo y vivir en tu paz.
• Mi Señor, que no existan diferencias en los corazones de todos tus hijos
e hijas.
• Señor Altísimo, que todos los seres humanos nunca olvidemos, sea
cual sea nuestra posición y condición que todos somos iguales, tanto
hombres, mujeres, niños y niñas y que todos y todas tenemos el derecho
a la libertad y a la dignidad.

5. Lectura de la Palabra de Dios:


Carta a los Gálatas 3,23-29 y Colosenses 4, 1
6. Preguntas para la reflexión:
Luego de escuchar la proclamación de la Palabra de Dios compartimos
lo que nos dice el Apóstol Pablo a través de este texto. Pueden ayudar estas
preguntas.
• ¿Qué ideas y sentimientos deja en nosotros eso que hemos escuchado?
• ¿Tiene algo que ver con nuestra realidad? A nivel de la comunidad
cristiana o de toda la Iglesia. También a nivel de nuestro Pueblo.
• ¿Cómo ilumina ese texto nuestra vida?
• ¿Qué tenemos que cambiar para sentirnos y sabernos todos iguales,
hijos e hijas del mismo Padre?
7. Reflexión.
Si hay algo que es difícil de desarrollar en las personas es la conciencia
de la gran diversidad de personas con las que convivimos, las que tenemos
cerca en la escuela, el barrio, la ciudad, el país y en el mundo, ese mundo
ancho y ajeno. No darnos cuenta de quiénes son y cómo son las personas
muchas veces nos lleva a no verlos y, en consecuencia, a no respetarlos.
Esta falta de atención y respeto al prójimo es un obstáculo, no consciente,
para nuestro desarrollo personal y también para el desarrollo de la sociedad.
De allí la importancia de aprender juntos a tomar conciencia de esa diversidad
humana y aprender a respetarla.
Decimos esto porque estamos convencidos de que la conciencia de esa
diversidad es un buen punto de partida para reflexionar sobre la equidad
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Traten a todos con equidad

e igualdad de derechos y oportunidades para todos y todas, hombres y


mujeres, que en el fondo significa reconocer el respeto que nos debemos
los unos a los otros, en doble vía. Un comportamiento auténticamente
democrático, ciudadano, cristiano demanda el respeto de todos hacia todos
los que formamos parte de una comunidad, que puede ser pequeña en
extensión, o muy grande si nos referimos al país y al mundo.
Y nosotros como comunidad cristiana hemos de poner en marcha esta
iniciativa no sólo por asunto de ser buenos ciudadanos y luchar por un mundo
más justo y equitativo. Para nosotros es también un mandato de Evangelio
de Jesús, nuestro hermano. Desde la fe hemos de vivir este llamado a la
igualdad y la equidad.
8. Propósito al salir de la Celebración.
Luego de haber compartido la Palabra de Dios, de haber orado, cantado,
reflexionado sobre el tema de la Igualdad y la Equidad se hace necesario
que juntos, como comunidad, nos comprometamos a hacer desaparecer de
la vida comunitaria las desigualdades que pueda haber ellas. Además, cada
uno debe comprometerse personalmente y delante de Dios a actuar con más
criterios de igualdad y equidad en su familia, en el trabajo, en el barrio, etc.
9. Oración:
Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre…
10. Canto Final:
Juntos como hermanos.

Segundo Encuentro de Evangelización


Semana del 12 – 18 de julio

Signos de equidad
“El Señor ama la justicia y el derecho” Salmo 33,5

0. Ambientación.
La Equidad va muy ligada a la palabra Justicia.
En algunos momentos hasta pueden ser sinónimas.
O la Justicia es el mejor signo de equidad. El
símbolo más conocido de la Justicia es la balanza.
Para ser más precisos, la de una mujer con los ojos
tapados, que representa a la Justicia, y que porta en
una mano una balanza. La balanza representa la equidad con que la Justicia
trata a todos. Se puede ambientar con una imagen de la justicia.

1. Introducción:
Todos los hombres de bien aman la justicia, la equidad y el derecho.
Esto está en el ser mismo de las personas. Deseamos vivir en medio de lo
justo y equitativo. En todas las razas, culturas, religiones, pueblos existe lo
que se ha llamado la Regla de Oro. Se expresa de muchas maneras, pero
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Plan de Pastoral - Julio 2021

siempre es el mismo significado: “no hagas al otro lo que no quieres para


ti”, “trata a los demás como te gustaría ser tratado”, etc. Esta regla de oro
nos emparenta a todos los seres humanos. Nuestro mundo tiene ese deseo
implícito desde siempre, el deseo de otro mundo, un mundo justo y equitativo.
2. Canto: Arriésgate
3. Diálogo:
Nos situamos en nuestra realidad. Todos somos conscientes de que
se viven muchas situaciones de injustica e inequidad. Conocemos, ya sea
de cerca o por las noticias, realidades donde no se aplica la justicia ni la
equidad, sobre todo con los más débiles. Nos preguntamos cuál es nuestra
posición y reacción como cristianos ante situaciones como estas. Cuando
se habla del comportamiento humano existe lo que se llama indignación
ética, es decir nos indignamos ante hechos que sabemos son injustos, no
importa quien lo cometa y donde suceden. A un verdadero cristiano se
debe indignar ante cualquier acto de inequidad e injusticia que se cometa en
cualquier parte del mundo. Les invito a dialogar brevemente en el inicio de
este encuentro sobre estas tristes realidades.
4. Oración:
Padre nuestro, tú eres Dios de amor y Dios de justicia. Sabemos que
sin justicia no hay desarrollo. Sin justicia no hay seguridad ciudadana. Sin
justicia no hay paz. Sin justicia no hay institucionalidad. Por eso te pedimos
en este día que derrames bendiciones infinitas y que ilumines el corazón y
la mente de quienes administran justicia, para que la rectitud, la honradez
y el amor a la verdad guíen nuestras actuaciones, para que logremos paz
social, enfrentemos la violencia y venzamos la impunidad, la corrupción. Te
lo pedimos en el nombre de tu hijo Jesús, aquel que sin haber pecado nunca,
entrego su vida por nuestra redención.
5. Lectura de la Palabra de Dios: Mateo 20,1-15
6. Preguntas para la reflexión:
Luego de escuchar la proclamación de la Palabra de Dios compartimos lo
que nos dice Jesús por medio de este texto. Pueden ayudar estas preguntas.
• ¿Qué nos dice el Evangelio que hemos leído?
• ¿Resulta difícil la comprensión o aplicación de esa parábola?
• ¿Por qué crees que este texto molesta y resulta incómodo muchas veces?
• ¿Conocemos ejemplos parecidos?
• ¿Cómo ilumina nuestra vida?
• ¿Qué tenemos que cambiar para ser más como Jesús?
7. Reflexión.
Como se dice en una de las preguntas, esta Parábola a veces resulta
incómoda e incomprensible. Parece que no se es justo ni equitativo. Algunas
ideas que nos puedan ayudar a una mejor comprensión y aplicación de dicho
texto.
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Traten a todos con equidad

El suceso que Jesús describe está tomado de la vida real, como en la


mayoría de las parábolas. En efecto, hay hombres que en el mercado aguardan
que alguien los contrate como jornaleros. Son “chiriperos”, “echa días”, sin
trabajo fijo. Lo primero a destacar es que el dueño la viña contrate obreros
hacia la hora nona, más aún hacia la hora undécima. Que recorra varias veces
el camino buscando trabajadores, a hombres que esperen ganar algo aquel
día. Ya esto nos da una señal de una justicia y una equidad diferente.
Sólo con los primeros trabajadores se concierta el jornal; de los segundos
sólo se dice sin precisar que recibirán lo que sea justo. También esto prepara
la liquidación del salario tal como debe efectuarse al final del relato, que se
narra minuciosamente y de un modo diáfano en conjunto, pero sólo como
preparación para el punto principal. El pago de los jornales al atardecer nos
indica el objeto de la parábola. El dueño encarga a su administrador que
después de terminar el trabajo pague el jornal comenzando por los últimos
y acabando por los primeros. Tiene que seguirse este orden, para que los
primeros vean cómo se paga a los últimos, cuando aquellos aún no se
hayan ido con su sueldo. Mientras se les paga, se advierte en seguida la
indignación de los obreros y también nuestro asombro. Los últimos cobran
el mismo jornal que se concertó con los primeros, un denario por el corto
tiempo de trabajo. Es muy comprensible que se levante una murmuración.
Los siguientes esperan cobrar más, puesto que a los últimos ya se les ha
pagado un denario. Pero todos cobran lo mismo. La conducta del dueño de
la viña se puede llamar arbitrariedad extravagante, enorme despreocupación
o injusticia directamente social. Así piensan aquí los obreros, así piensa
el hombre en general. ¿Cómo se justificará el dueño? Nuestra conciencia
social sumamente sensible está intranquila. 
En la respuesta en primer lugar se trata de la cuestión de la justicia. A los
primeros no se les hace ningún agravio por el hecho de que se les pagara
el jornal que se había concertado, o sea un denario por la jornada. Aunque
los otros recibieran lo mismo, no por eso se perjudica a los primeros. La
indignación no la ha causado el celo por el debido orden, sino la rivalidad y
la malicia. Pero eso sólo es una parte de la respuesta. 
La parte principal está en el contraste entre los dos miembros siguientes:
¿O es tu ojo malo, porque yo soy bueno? El propietario no procedió por un
capricho inconsiderado o por una injusticia consciente, sino por bondad. Eso
es lo que propiamente importa. El propietario no quiso dañar a los primeros,
sino que quiso ser generoso con los demás. Su manera de pensar ya no se
revela como la manera de pensar de un propietario rural terreno, sino como
la manera de pensar del Padre divino.

8. Propósito al salir de la Celebración.


Luego de haber orado, cantado, escuchado la Palabra de Dios,
reflexionado y compartido en comunidad sobre la justicia y la equidad cada
uno escogerá aquella situación de su vida o en la vida de su comunidad en
la cual se puede comprometer para que haya más equidad y justicia en este
mundo.
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Plan de Pastoral - Julio 2021

9. Oración: Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre…


10. Canto Final: En una tarde apacible.
(Puede ser algún otro canto sobre las Bienaventuranzas).

Tercer Encuentro de Evangelización


Semana del 19 – 25 de julio

Año de San José: padres al estilo de José


25 de julio, Día del Padre en la República Dominicana
“Levántate, toma al Niño y a su madre…  Y él, levantándose, tomó al Niño
y a su madre, y vino a la tierra de Israel”. Mt 2, 20a.21
0. Ambientación.
La mejor ambientación para este Encuentro puede ser primero colocar
un cuadro de la Virgen de la Altagracia, es un cuadro de la Sagrada Familia
donde se distingue la figura de José, Padre de Jesús. Puede ser también
otro cuadro de la Sagrada Familia). Y, en segundo lugar, que estén presentes
en este Encuentro algunos padres debidamente identificados como tales.
Incluso se puede distinguir el lugar donde estén, sentados o de pies, los
hombres de la comunidad que son padres.
1. Introducción:
El papa Francisco ha declarado el año 2021 como el año dedicado a la
figura de san José con motivo del 150 aniversario de su proclamación como
patrono de la Iglesia Universal. Con corazón de padre: así José amó a Jesús,
llamado en los cuatro Evangelios «el hijo de José», describe en su carta
apostólica Patris Corde. Un gran acontecimiento que nos puede ayudar a
entender que san José es más bien el patrón de la Iglesia doméstica que de
la Iglesia-gran institución. Que es el padre en la familia, el modelo de padre
en la familia.
2. Canto: Buscar algún canto mariano que haga referencia a la Sagrada
Familia. No hay muchos cantos religiosos conocidos que se refieran a
San José. -Es una deuda con la figura de José-.
3. Diálogo: Compartimos como comunidad cristiana dos ideas:
• Qué significa que el Papa haya declarado este año como el Año de San José.
• Como puede la figura de San José ayudar los padres de nuestra
comunidad a desarrollar mejor su rol de padres y a los hijos e hijas saber
cómo debemos ser con nuestros padres.
4. Oración: Oración a San José muy antigua, de los primeros siglos de la
Iglesia.
Oh, san José, cuya protección es tan grande, tan fuerte e inmediata ante
el trono de Dios, a ti confío todas mis intenciones y deseos.
Ayúdame, san José, con tu poderosa intercesión, a obtener todas las
bendiciones espirituales por intercesión de tu Hijo adoptivo, Jesucristo
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Traten a todos con equidad

Nuestro Señor, de modo que, al confiarme, aquí en la tierra, a tu poder


celestial, Te tribute mi agradecimiento y homenaje.
Oh, san José, yo nunca me canso de contemplarte con Jesús adormecido
en tus brazos. No me atrevo a acercarme cuando Él descansa junto a tu
corazón.
Abrázale en mi nombre, besa por mí su delicado rostro y pídele que me
devuelva ese beso cuando yo exhale mi último suspiro.
¡San José, patrono de las almas que parten, ruega por mí! Amén. 
5. Lectura de la Palabra de Dios:
Aquí en este encuentro los invitamos a leer atentamente el llamado
Evangelio de la infancia: Lucas, capítulos 1 y 2; Mateo capítulos 1 y 2.
Al leerlos podemos ir viendo los momentos en los que aparece San José e
incluso aquellos momentos en que no se menciona, pero sabemos que está
presente. Nos podemos fijar en los acontecimientos:
• El Anuncio del ángel
• Nacimiento de Jesús
• Los sabios de Oriente
• Huida a Egipto
• Los niños asesinados en Belén
• Regreso de Egipto
• Jesús, circuncidado y presentado en el Templo
• El regreso a Nazaret
• El niño Jesús en el Templo
También leemos el pequeño texto de Mateo 13, 55-56 donde se habla
de la familia de Jesús y su padre el carpintero.

6. Algunas ideas para la reflexión:


Luego leer atentamente esos textos, escucharlos podemos compartir los
sentimientos que nos viene a la cabeza y el corazón. Podemos recordar
las experiencias que hemos tenido como hijos e hijas con nuestros padres.
También los padres presentes pueden recordar y comentar sus experiencias
como padres a partir de estos textos del Evangelio donde está presente la
figura de San José.
7. Reflexión.
Hablar de San José no resulta fácil. El Evangelio no le dedica más
que unos cuantos versículos. Aparece sin que se nos diga nada sobre su
nacimiento ni su vida anterior; tampoco se menciona su muerte. No se cita
ninguna palabra suya.
Como todo en la vida, así también San José, con su lado visible de
carpintero, esposo, padre, educador, tiene otro invisible, ligado al Misterio
de Dios hecho hombre. Su figura aparece en el camino de María, en el de
Jesús, pero también él tiene su propio camino.
San José es una figura que aparece siempre atrás, en la sombra. No
dejó nada escrito, no aparece hablando. De él sabemos que fue valiente
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Plan de Pastoral - Julio 2021

y decidido, llevó a su casa a una muchacha embarazada y asumió al hijo


poniéndole el nombre de Jesús. Luego tuvo que hacer frente con su familia
a la persecución de un monarca sanguinario, huyó al exilio y, al volver, se fue
a un pueblecito del norte, Nazaret. Inició al hijo en las tradiciones religiosas
de su pueblo y le transmitió la profesión de carpintero. Se dice de él que era
un hombre justo. Después, desapareció sin dejar rastro.
San José es un digno representante de la “buena gente”, de la “gente
humilde”, que vive su día a día en el anonimato, que se gana la vida con
mucho trabajo y lleva honradamente a sus familias por los caminos de la
honestidad. En ese ambiente creció Jesús. Su relación con San José, a quien
llamaba padre o papá, debe haber sido tan íntima y tan buena que sirvió de
base para sentir a Dios como “Papá” (Abba) y trasmitirnos esa experiencia.
Les estamos eternamente agradecidos a San José. Ojalá que este año sirva
para que todos los padres nos fijemos en él y podamos seguir su ejemplo.
8. Propósito al salir de la Celebración.
El propósito en este encuentro podemos dividirlo en tres:
• Conocer mejor la figura de San José. Leer en casa de nuevo los
Evangelios de la Infancia.
• A los padres examinar su papel de padre, a la luz de la figura de San
José, hacer un esfuerzo para cambiar aquello que no están haciendo
bien como padres.
• Y a todos, como hijos e hijas, ver en nuestros padres a San José, Patrono
de la Iglesia Universal y Patrono de nuestra Iglesia Doméstica -la familia
y la pequeña comunidad cristiana-.
9. Oración: Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre…
10. Canto Final

Acción Significativa del Mes


Celebración del día de los Padres
Celebramos la equidad y ternura de Papá
0. Recomendaciones
• Invitar a todos los padres del sector.
• Formar diferentes equipos de trabajo para
actividad (animación, acogida-logística, brindis,
presentadores…)
• Hacer la actividad en un lugar preferiblemente al
aire libre y en una hora más fresca.
• Hacer un acto lúdico en honor a los padres con
canciones, actuaciones, poema o declamaciones…
• Asegurar el distanciamiento social y la observancia de las medidas
sanitarias anti- COVID-19.
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Traten a todos con equidad

• Integrar a los niños, jóvenes y adolescentes.


• Hay que destacar el ejemplo y la entrega de algunos padres del sector.
• Preparar pergamino o regalo de reconocimiento para los padres
destacados.
• Decorar con motivos adecuados el lugar del encuentro.
• Preparar brindis al final.
1. Bienvenida
“Traten a todos con equidad” (Cfr. Col 4,1) es el lema de este mes de
los padres con el que hemos reflexionado. Hoy recibimos a nuestros padres
con ese lema, justamente para destacar el legado de aquellos hombres que
hacen de la justicia y la equidad un signo concreto de su responsabilidad
para con los demás, y un valor que solemos asociar al proceder de los
buenos papás.
Damos gracias a Dios por sus vidas y su ejemplo de integridad, trabajo
y amor desinteresado por sus hijos.
Bienvenidos todos a esta su fiesta que la hemos preparado con mucho
amor y gratitud.

2. Cantos: Padre Abraham


3. Oración inicial [Una adolescente]
Dios todopoderoso, a ti que te aclamamos como papá de todos y todas,
Padre nuestro, te damos gracias por el regalo de nuestros padres biológicos
y los que, en nuestras vidas, como en la de Jesús, hacen de padres aún
sin engendrar. Gracias por su valentía de forjar familias con valores e
integrar matrimonios santos y honorables que nos hablan de amor, entrega
y generosidad.
Esta tarde te presentamos a todos nuestros padres del cielo y de la
tierra, te pedimos especialmente por los que están solos o abandonados, por
los que están enfermos o sufren alguna perturbación.
Dales a todos los padres dominicanos alegría, luz, salud y fortaleza para
seguir guiando sus familias. Amén.

4. Texto Bíblico: 2Corintios 3,2-3 [Una esposa]

5. El ejemplo de san José


El Papa Francisco en el año de san José nos regala un hermoso ejemplo
de su vida de paternidad. Pidamos a San José que todos los papás del
mundo imiten con sus hijos su ejemplo de ternura para con los hijos:
PADRE EN LA TERNURA
José vio a Jesús progresar día tras día «en sabiduría, en estatura y en
gracia ante Dios y los hombres» (Lc 2,52). Como hizo el Señor con Israel,
así él “le enseñó a caminar, y lo tomaba en sus brazos: era para él como el
padre que alza a un niño hasta sus mejillas, y se inclina hacia él para darle
de comer” (cf. Os 11,3-4).
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Plan de Pastoral - Julio 2021

Jesús vio la ternura de Dios en José: «Como un padre siente ternura por
sus hijos, así el Señor siente ternura por quienes lo temen» (Sal 103,13).
En la sinagoga, durante la oración de los Salmos, José ciertamente habrá
oído el eco de que el Dios de Israel es un Dios de ternura[11], que es bueno
para todos y «su ternura alcanza a todas las criaturas» (Sal 145,9). […]
El Maligno nos hace mirar nuestra fragilidad con un juicio negativo,
mientras que el Espíritu la saca a la luz con ternura. La ternura es el mejor
modo para tocar lo que es frágil en nosotros. El dedo que señala y el juicio
que hacemos de los demás son a menudo un signo de nuestra incapacidad
para aceptar nuestra propia debilidad, nuestra propia fragilidad. Sólo la
ternura nos salvará de la obra del Acusador (cf. Ap 12,10). Por esta razón
es importante encontrarnos con la Misericordia de Dios, especialmente en
el sacramento de la Reconciliación, teniendo una experiencia de verdad y
ternura. Paradójicamente, incluso el Maligno puede decirnos la verdad, pero,
si lo hace, es para condenarnos. Sabemos, sin embargo, que la Verdad
que viene de Dios no nos condena, sino que nos acoge, nos abraza, nos
sostiene, nos perdona. La Verdad siempre se nos presenta como el Padre
misericordioso de la parábola (cf. Lc 15,11-32): viene a nuestro encuentro,
nos devuelve la dignidad, nos pone nuevamente de pie, celebra con nosotros,
porque «mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido
encontrado» (v. 24).
También a través de la angustia de José pasa la voluntad de Dios, su
historia, su proyecto. Así, José nos enseña que tener fe en Dios incluye
además creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de
nuestras fragilidades, de nuestra debilidad. Y nos enseña que, en medio de
las tormentas de la vida, no debemos tener miedo de ceder a Dios el timón
de nuestra barca. A veces, nosotros quisiéramos tener todo bajo control,
pero Él tiene siempre una mirada más amplia.
6. Acto festivo | Presentaciones artísticas
7. Acto de reconocimiento
[Ahora la comunidad reconoce a los padres destacados del sector y
entrega algún recuerdo o pergamino.]
8. Intervención de los padres | Se da la palabra a 2 0 3 padres para que
intervengan.
9. Canto
10. Palabras de los hijos y esposas | Un breve discurso de reconocimiento
a todos los padres.
11. Oración final
• Padre nuestro y Ave María
• Se pide a los papás que den la bendición a sus hijos presentes.

12. Brindis
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Traten a todos con equidad

Lecturas y Meditaciones Julio 2021


Las citas de las Lecturas Diarias utilizadas son tomadas de:
Calendario Litúrgico 2021 de la Conferencia del Episcopado
Dominicano

1 Feria
Jueves Verde
59º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de
Mons. Antonio Camilo González, Obispo Emérito de La Vega

Lectura del libro del Génesis 22,1-19


En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán llamándole: «¡Abrahán!».
Él respondió: «Aquí me tienes.» Dios le dijo: «Toma a tu hijo único, al que
quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno
de los montes que yo te indicaré.»
Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a
su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había
indicado Dios. El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de
lejos. Y Abrahán dijo a sus criados: «Quédense aquí con el asno; yo con el
muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con ustedes.»
Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él
llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a Abrahán,
su padre: «Padre.» Él respondió: «Aquí estoy, hijo mío.»
El muchacho dijo: «Tenemos fuego y leña, pero ¿dónde está el cordero
para el sacrificio?» Abrahán contestó: «Dios proveerá el cordero para el
sacrificio, hijo mío.» Y siguieron caminando juntos.
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el
altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima
de la leña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero
el ángel del Señor le gritó desde el cielo: «¡Abrahán, Abrahán!» Él contestó:
«Aquí me tienes.» El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra tu hijo ni
le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu
hijo, tu único hijo.»
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en
una maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de
su hijo. Abrahán llamó a aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún hoy
«El monte del Señor ve.»
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: «Juro por mí
mismo –oráculo del Señor–: Por haber hecho esto, por no haberte reservado
tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas
del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las
puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán
con tu descendencia, porque me has obedecido.»
Abrahán volvió a sus criados, y juntos se pusieron en camino hacia
Berseba. Abrahán se quedó a vivir en Berseba. Palabra de Dios.
14
Plan de Pastoral - Julio 2021

Salmo Responsorial: 114,1-2.3-4.5-6.8-9


R/. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida
Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante, porque inclina su oído
hacia mí el día que lo invoco. R/.
Me envolvían redes de muerte, me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia. Invoqué el nombre del Señor: «Señor, salva mi
vida.» R/.
El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo; el Señor
guarda a los sencillos: estando yo sin fuerzas, me salvó. R/.
Arrancó mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la
caída. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9,1-8


En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su
ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe
que tenían, dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados.»
Algunos de los letrados se dijeron: «Éste blasfema.» Jesús, sabiendo lo que
pensaban, les dijo: «¿Por qué piensan mal? ¿Qué es más fácil decir: “Tus
pecados están perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues, para que vean
que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados –dijo
dirigiéndose al paralítico–: Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa.»
Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida
y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad. Palabra del Señor.

Meditación

Frecuentemente escuchamos a tantas personas decir que Dios nos


pone a prueba, que Dios quiso que algo pasara, que Dios permite que las
cosas nos ocurran para nuestro bien, que Dios “aprieta, pero no ahorca”;
en fin, achacamos tanto de lo que nos pasa a nuestro Dios personal. Hoy
pareciera como si la promesa realizada a Abrahán -hombre fiel y acomodado
quien decide salir de Ur de Caldea para seguir una promesa de tierra y de
descendencia- no iba a llegar a feliz término. Entonces, ¿cómo comprender
que su Dios le solicite la vida de su hijo? ¿Cómo es posible que su Dios le
solicite sacrificar a su propia sangre? Pues, es de notar que el texto de hoy
tiene otro significado al que muchas veces le queremos otorgar. De manera
casi simbólica, Dios hoy manifiesta tajantemente que “no alargues la mano
contra tu hijo ni le hagas nada”. Los sacrificios humanos, culturalmente
aceptados por muchos pueblos en la antigüedad, es hoy refrendada
mediante la narración de la obediencia y fidelidad del patriarca Abrahán.
Dios es propulsor y defensor de la vida. Pero para que tengamos vida
debemos saber discernir la voz del Dios de Jesús ante las voces de los
dioses del mundo. Así como Abrahán, estamos llamados a ser modelos de
fe ante las pruebas que la misma vida nos depara. La vida, vivida desde
la fe, es buena y siempre se contrapone a todo lo que quita el respiro del
Espíritu del bien. La fe, según el monje benedictino Laurence Freeman, “es
15
Traten a todos con equidad

la autopista al espíritu. Cada uno de nuestros actos de fe es un descubrir


el laberinto del espíritu.”
Así también vivió Jesús desde su fe inquebrantable en su Padre. En
su Padre pudo encontrarse consigo mismo y con los demás. Fue su fe y
creencia en el proyecto del Reino que lo impulsaron a enfrentar las injusticias
de la religión de su tiempo. Desde su fe ayudó a tantos a “levantarse y andar”
por los caminos difíciles de la vida.
La fe nos fortalece para superar el pecado que nos paraliza y mata la
vida. La certeza de la fe en Jesús nos vigoriza para tomar nuestras camillas,
ponernos de pie y lanzarnos una vez más a la vida. Así como Abrahán y
Jesús todos sufriremos. En algún momento nos veremos enfrentados a
dilemas, tendremos que discernir entre las voces del mundo y la de nuestro
Dios y posiblemente entre la vida y la muerte.
Hoy, a través de Jesús, se nos regala la salvación. Se nos obsequia la
fuerza para sanarnos de mente y de cuerpo para que, movidos por la fe en
Dios Padre, se nos perdonen tantos momentos de muerte, de pecado. Hoy
y siempre somos, hermanos, cocreadores de vida y llamados a preservar
todo cuanto el amor de Dios ha puesto en esta preciosa tierra. La vida, desde
la concepción, es regalo del amor de Dios y todos somos herederos, como
Abrahán, de esta tierra hermosa que “mana leche y miel”. ¡Sí a la VIDA!

2 Feria
Viernes Verde

Lectura del libro del Génesis 23,1-4.19;24,1-8.62-67


Sara vivió ciento veintisiete años, y murió en Villa Arbá (hoy Hebrón),
en país cananeo. Abrahán fue a hacer duelo y a llorar a su mujer. Después
dejó a su difunta y habló a los hititas: «Yo soy un forastero residente entre
ustedes. Denme un sepulcro en propiedad, en terreno suyo, para enterrar
a mi difunta.»
Después Abrahán enterró a Sara, su mujer, en la cueva del campo de
Macpelá, frente a Mambré (hoy Hebrón), en país cananeo. Abrahán era viejo,
de edad avanzada, el Señor lo había bendecido en todo. Abrahán dijo al criado
más viejo de su casa, que administraba todas las posesiones: «Pon tu mano
bajo mi muslo, y júrame por el Señor, Dios del cielo y Dios de la tierra, que,
cuando le busques mujer a mi hijo, no la escogerás entre los cananeos, en
cuya tierra habito, sino que irás a mi tierra nativa, y allí buscarás mujer a mi
hijo Isaac.»
El criado contestó: «Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra,
¿tengo que llevar a tu hijo a la tierra de dónde saliste?»
Abrahán le replicó: «De ninguna manera lleves a mi hijo allá. El Señor, Dios
del cielo, que me sacó de la casa paterna y del país nativo, que me juró: “A
tu descendencia daré esta tierra”, enviará su ángel delante de ti, y traerás de
allí mujer para mi hijo. Pero, si la mujer no quiere venir contigo, quedas libre
del juramento. Sólo que a mi hijo no lo lleves allá.»
16
Plan de Pastoral - Julio 2021

Mucho tiempo después, Isaac se había trasladado del “Pozo del que vive y
ve” al territorio del Negueb. Una tarde, salió a pasear por el campo y, alzando
la vista, vio acercarse unos camellos. También Rebeca alzó la vista y, al ver
a Isaac, bajó del camello y dijo al criado: «¿Quién es aquel hombre que viene
en dirección nuestra por el campo?
Respondió el criado: «Es mi amo.» Y ella tomó el velo y se cubrió. El criado
contó a Isaac todo lo que había hecho. Isaac introdujo a Rebeca en la tienda
de su madre Sara, la tomó por esposa y la amó tanto que se consoló de la
muerte de su madre. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 105,1-2.3-4a.4b-5


R/. Den gracias al Señor, porque es bueno
Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
¿Quién podrá contar las hazañas de Dios, pregonar toda su alabanza? R/.
Dichosos los que respetan el derecho y practican siempre la justicia.
Acuérdate de mí por amor a tu pueblo. R/.
Visítame con tu salvación: para que vea la dicha de tus escogidos, y me
alegre con la alegría de tu pueblo, y me gloríe con tu heredad. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9,9-13


En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado
al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Él se levantó y lo siguió.
Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores,
que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que su
maestro come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino
los enfermos. Anden, aprendan lo que significa “misericordia quiero y no
sacrificios”: que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»
Palabra del Señor.

Meditación

Una de las actitudes de Jesús que estamos llamados a lograr es


la acogida a todos. Se nos motiva mediante el patriarca Abrahán a no
desfallecer ni a perder las esperanzas ante la promesa de nuestro Dios
Padre. La acogida y la fe siempre se abrazan y se abren a la vitalizadora
experiencia de mirar hacia el mañana con los ojos puestos en la misión a
la que hemos sido llamados a seguir. A Abrahán se le prometió tierra, pero
hoy tiene que pedir un pedazo de tierra para enterrar a su esposa. Y su
descendencia no es numerosa; solamente le sucede su hijo Isaac.
El viejo Abrahán se siente bendecido y sigue mirando positivamente
hacia el futuro. Mira hacia el porvenir y decide enviar a su criado a buscar la
futura esposa para su hijo Isaac. La esperanza, aún viva del viejo patriarca,
ha destapado su visión por obtener una descendencia numerosa y le sigue
impulsando hacia sus sueños. Esa es la fe indomable del viejo nómada
17
Traten a todos con equidad

que hoy nos impulsa a seguir, a nunca desfallecer y a luchar por una vida
nueva y rejuvenecida.
De igual modo, Jesús, nos recuerda que debemos mirar más allá
de las apariencias. Jesús, sin importarle el “qué dirán” ni las críticas de
sus adversarios, llama a un recaudador de impuestos y lo convierte en
discípulo. Lo llama, lo acoge y le confía. Esto es una llamada para todos
los que a veces nos sentimos santos, buenos o más “religiosos” que
aquellos que posiblemente son mal vistos por la sociedad. Somos personas
en construcción y todos, creyentes o no, hijos del Dios Padre de Jesús.
Estamos, pues, movidos como lo hizo Abrahán, a vivir la fe y esperanza en
un mejor futuro. Hoy se nos motiva a acoger, como Jesús a los pecadores,
sin juzgarlos, sin menospreciarlos por sus apariencias y sin sentirnos que
somos los únicos merecedores de las promesas.
Y Mateo, desde su pequeñez, responde positivamente a la llamada del
amor que lo motiva al seguimiento. Somos todos, pues, Mateos necesitados
de misericordia, de perdón y acogida. Iniciemos el día movidos por la fe del
viejo Abrahán. Y sobre todo por el amor de nuestro Dios Padre. Hoy se nos
impulsa a acoger, a mirar el futuro con esperanzas rejuvenecidas y a recibir
un amor que sabe ofrecer salvación a todos sin excepción.

3 Fiesta: Santo Tomás, Apóstol


Sábado Rojo

Lectura de la Segunda Carta del Apóstol San Pablo


a los Efesios 2,19-22
Hermanos: Ya no son extranjeros ni forasteros, sino que son ciudadanos
de los santos y miembros de la familia de Dios. Están edificados sobre el
cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra
angular.
Por él, todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar
un templo consagrado al Señor. Por él, también ustedes se van integrando en
la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 116,1-2


R. “Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio.”
Alaben al Señor, todas las naciones, aclámenlo todos los pueblos. R/.
Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 20,24-29


Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando
vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor.” Pero
él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto
el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no
lo creo.” A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás
con ellos.
18
Plan de Pastoral - Julio 2021

Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: “Paz
a ustedes.” Luego dijo a Tomás: “Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu
mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.” Contestó
Tomás: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús le dijo: “¿Porque me has visto has
creído? Dichosos los que crean sin haber visto.” Palabra del Señor.

Meditación

La vida siempre se va construyendo con el paso del tiempo. La vida, pues,


siempre va transformándose. Algunas personas se pasan los días tratando
de encontrar la “fuente de la juventud” mientras otras buscan encontrar
permanencia y felicidad en las cosas materiales. Buscamos el último celular
para ser reemplazado por una versión más moderna. Buscamos seguridad
en lo cambiante. Muy bien lo dijo el escritor norteamericano Alvin Toffler:
“el cambio no solamente es necesario en la vida, es la vida misma”. Sin
embargo, ante un mundo tan cambiante, necesitamos algún punto estable y
estático de donde partir y hacia donde llegar. El punto siempre fijo, estable,
no inmutable ni fluctuante lo encontramos en Jesús, la piedra angular.
¿Te has preguntado alguna vez qué es una piedra angular y por qué
a Jesús se le compara con una? Una piedra angular es el fundamento en
una edificación. Solía ser fuerte y se utilizaba como guía para ir colocando
las demás piedras mientras servía, a la vez, como punto de ajuste para las
demás. Jesús, simbólicamente, es la piedra angular que sirve de soporte,
de punto de alineación y de fortaleza desde donde todos podemos construir
nuestras vidas. Sobre Jesús, la roca, todos somos familia y “ciudadanos
de los santos”.
Hoy, Fiesta de Santo Tomás Apóstol, nos encontramos con la fe de
un hombre que representa la manera de creer de muchos. Tomás, cuyo
nombre significa gemelo, camina entre incertidumbres y dudas requiriendo
pruebas para creer. Nada de extraño en una persona que realmente busca
respuestas a su vida cambiante.
La actitud de Tomás es totalmente compresible y de nada extraño.
Debe vivir un proceso, un recorrido de fe, una experiencia interior para
encontrar la estabilidad en su vida. Solamente su experiencia personal con
el Resucitado, su encuentro con el signo visible del amor en su propia vida y
la profundización en la inmutabilidad de la “piedra angular, Jesús” es capaz
de invitarle a confiar. Jesús le ama. La compasión del maestro Resucitado,
su invitación a confiar en la permanencia de su amor, su acogida, mueven
al discípulo a gritar: “¡Señor mío y Dios mío!”.
Podemos iniciar la búsqueda de seguridad y estabilidad fundamentado
nuestras creencias en Jesús, la piedra angular. La fe no se basa en palabras
memorizadas, rezos repetitivos, fórmulas aprendidas ni en lecturas de libros
sobre Dios. La fe nos invita a relacionarnos experiencialmente con el Señor,
con nosotros mismos y con nuestros hermanos desde el amor estable,
humano, permanente, compasivo y acogedor de lo único realmente estable
y perdurable, Jesús. La fe se ensambla desde la experiencia con el Espíritu
19
Traten a todos con equidad

y con la persona de Jesús. Tomás encontró la fortaleza, solidez y seguridad


de Jesús que siempre estará ahí para nosotros. ¡Hoy, haz tú lo mismo!

4 XIV Domingo del Tiempo Ordinario


II Semana Liturgia de las Horas Verde

La gracia de Dios nos fortalece para vencer toda rebeldía

Algunas orientaciones:
Se coloca en lugar visible el
lema de este Domingo. Se puede
llevar en la procesión un letrero que
diga EQUIDAD y otro con el lema
del mes. Antes de la celebración
se puede dramatizar la manera de
actuar de un padre aunque sus
hijos rechacen sus orientaciones.
Se colocan en un lugar destacado
los padres con sus esposas y sus
hijos. Algunos padres llevan las
ofrendas. Se puede dar testimonio
de algún padre que vive la equidad en su hogar. Destacar a los misioneros
y misioneras que siguen adelante en su misión. Después de proclamar el
Evangelio o durante el Credo se puede pasear la Palabra como signo de
que al acogerla y obedecerla nos comprometemos a estar en “permanente
conversión personal”.

Monición de Entrada
Hermanos y hermanas: Hoy, Decimocuarto Domingo del Tiempo
Ordinario, iniciamos este mes de Julio, dedicado a los padres dominicanos,
la Iglesia nos invita a vivir el valor de la EQUIDAD con el lema: “Traten
a todos con equidad” (cfr. Col 4,1). De esta manera, seguiremos dando
pasos para “acoger y vivir el Reino de Dios y mantener en nosotros una
constante conversión personal”.
La Liturgia de hoy nos lleva a reflexionar sobre la misión recibida por el
profeta Ezequiel, quien fue enviado por Dios a denunciar los males de su
Pueblo, sin importar el rechazo que pudiera recibir. Así mismo, también Jesús
fue recibido con escepticismo y cierta desconfianza en su propio pueblo,
donde no hizo ningún milagro por la falta de fe de sus habitantes y porque
no entendían su misión de instaurar el Reino de Dios. Y Pablo, por su parte,
siente en su propio ser una rebeldía al plan de Dios.
No obstante, nos queda una buena lección: a pesar del rechazo a Ezequiel,
por un lado, y al mismo Jesús, por el otro lado, ambos fueron fieles a su misión
de anunciar el mensaje de Dios. Para vencer la propia rebeldía y la de otros,
contamos con la gracia de Dios que nos fortalece.
20
Plan de Pastoral - Julio 2021

También, hoy en las familias los padres y madres están llamados a


realizar con equidad su misión de guías de sus hijos, aunque encuentren
en ellos rebeldías y rechazos. Igualmente todos los discípulos misioneros
de Jesús.
Poniendo nuestros ojos en el Señor y esperando su misericordia nos
disponemos a iniciar nuestra celebración recibiendo a Jesús, que viene en
la persona de su ministro.

Oración Colecta
Oh, Dios, que en la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad
caída, concede a tus fieles una santa alegría, para que disfruten del gozo
eterno los que liberaste de la esclavitud del pecado. Por nuestro Señor
Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura: Ezequiel 2,2-5


Como al profeta Ezequiel, a quien Dios envió para anunciar su mensaje a
un pueblo rebelde, así los padres y todos los misioneros, estamos llamados a
ser mensajeros del Señor ante sus hijos y ante la gente, sean éstos rebeldes
u obedientes. Escuchemos.

Lectura de la profecía de Ezequiel 2,2-5


En aquellos días, el espíritu entró en mí, me puso en pie, y oí que me
decía: «Hijo de Adán, yo te envío a los israelitas, a un pueblo rebelde que se
ha rebelado contra mí. Sus padres y ellos me han ofendido hasta el presente
día. También los hijos son testarudos y obstinados; a ellos te envío para
que les digas: “Esto dice el Señor.” Ellos, te hagan caso o no te hagan caso,
pues son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos.»
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 122,1-2a.2bcd.3-4


R/. Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia
A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo. Como están los ojos de
los esclavos fijos en las manos de sus señores. R/.
Como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora, así
están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando su misericordia. R/.
Misericordia, Señor, misericordia, que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos, del desprecio de
los orgullosos. R/.

Segunda Lectura: 2 Corintios 12, 7b-10


Pablo, seducido por Cristo, tuvo que luchar con la rebeldía de su propia
carne para ser fiel. ¡Pero la gracia del Señor nunca le faltó! Lo mismo nos
pasa a nosotros, pero del mismo modo que el Apóstol, podremos vencer con
la gracia de Dios que nunca nos faltará. Escuchemos.
21
Traten a todos con equidad

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12,7b-10
Hermanos: Para que no tenga soberbia, me han metido una espina en
la carne: un emisario de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio.
Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido: «Te
basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad.»
Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en
mí la fuerza de Cristo. Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades,
de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas
por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte. Palabra de Dios.

Aleluya Lc 4,18
El Espíritu del Señor esta sobre mí, me ha enviado a anunciar el
Evangelio a los pobres

Evangelio: Marcos 6,1-6


Como a Jesús muchas veces nos extrañará la falta de fe de nuestra
propia familia y de nuestro pueblo. Pero, lo importante es seguir adelante
y continuar la misión como Él lo hizo. Aclamemos cantando con fe a Jesús
antes de escucharlo.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6,1-6


En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud
que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué
sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos?
¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y
Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?» Y esto les
resultaba escandaloso.
Jesús les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre
sus parientes y en su casa.»
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos
imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los
pueblos de contorno enseñando. Palabra del Señor.

Meditación

Muchas personas pasan gran parte de su existencia en la búsqueda


de todo cuanto les fortalezca, dé seguridades externas, haga sobresalir
entre la multitud y traiga prestigio y honor. Se deposita la confianza en
lo que nos hacer crecer hacia afuera, en lo que nos lleva a progresar y
en lo que la multitud define como bueno y válido. Nada más mirar los
comerciales y anuncios publicitarios que venden imágenes motivándonos
a adquirir de todo. Pero, nunca escuchamos un mensaje que encierra
una verdad tan profunda: “Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la
debilidad”. En la debilidad, en los aparentes fracasos, carencias personales
e incomprensiones podemos encontrar la fortaleza que regala el Espíritu.
22
Plan de Pastoral - Julio 2021

El profeta Ezequiel, desterrado en Babilonia junto a los suyos en el


siglo VI antes de Cristo, es enviado al pueblo para hablar en nombre
de Dios. Debido a la rebeldía, testarudez y obstinación del pueblo,
Ezequías se encuentra en situaciones en las que no será escuchado.
De la misma manera, Pablo -apóstol de los gentiles- debe transmitir el
mensaje “en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones,
las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo”. Las tres
lecturas tienen en común la debilidad humana y la gracia del Espíritu
que da fuerzas para transmitir el mensaje a pesar de toda situación y
todo contexto.
Es en la debilidad de Pablo y en la desolación del pueblo del destierro
donde se da la fuerza del Dios de la vida. Debilidad externa de aquellos
que insultan, persiguen, dudan, cuestionan despiadadamente y humillan
al mensajero. Debilidad de gente que no ha conocido la fortaleza del
Espíritu. A la vez, debilidad de Pablo que reconoce, también, sus propias
flaquezas. El proceso de cambio se inicia cuando podemos mirarnos
profundamente y darnos cuenta de nuestras propias sombras y vacíos.
Pablo, anterior perseguidor de “los del camino”, se sabe necesitado de la
gracia transformadora. Ve sus propias flaquezas humanas: “un ángel de
Satanás que me apalea” y la “espina en la carne” y se deja conducir por
el Espíritu.
Pablo y Ezequiel entienden que en ellos no radica la razón del mensaje,
que son simples mensajeros llamados a transmitir el mensaje de su Señor.
Pablo vive desde una sencilla convicción: “cuando soy débil, entonces soy
fuerte”. Cuando el apóstol muestra a Dios sus debilidades, cuando se hace
vulnerable ante el amor del Resucitado, cuando deposita toda su confianza
y seguridad en aquél que le ha dado nueva vida, crece Cristo en él.
Jesús también recibe los mismos ataques y desprecios. No se
desmotiva por las palabras de su auditorio. Su actuar y predicación no
pierden la fuerza. Jesús sigue a pesar de toda crítica y ataque. ¡Cuánta
enseñanza para los que nos desanimamos con tanta frecuencia! Quizás
nos hace falta “levantar los ojos al cielo” para recibir la fortaleza ante los
desprecios que aparecen ante el mensaje de salvación. Quizás nos haría
bien una dosis de debilidad diaria para poder mirarnos como personas en
proceso de salvación y dejar actuar al Resucitado por encima de nuestras
propias lógicas. Descubramos sin miedos, pues, nuestras debilidades
y dejemos actuar al Resucitado dentro de nuestra mente y dentro de la
profundidad de nuestros corazones para que algún día podamos gritar sin
miedo que “es Cristo quien vive en mí”.

Oración de los fieles


El que preside: Con el deseo de escuchar y obedecer al Señor,
supliquemos al Padre con humildad por nuestras necesidades y las del mundo
entero, diciendo: “Padre, que acojamos siempre tus mensajeros”.
• Por el Papa Francisco y sus intenciones, los obispos, sacerdotes,
diáconos, religiosos y religiosas, y todo el pueblo de Dios, para que
23
Traten a todos con equidad

anuncien la Palabra de Dios nos pongan caso o no nos pongan caso.


Oremos.
• Por los gobiernos de las naciones, especialmente el de nuestro país, para
que, escuchando la voz del Señor a través de sus profetas, promuevan
una verdadera equidad en lo social, en lo político y en lo económico,
protegiendo especialmente a los más pobres. Oremos.
• Por todas las víctimas de la pandemia, los enfermos y los que han
perdido sus trabajos, para que mantengan viva su fe y vean realizar en
ellos el milagro de Jesús para sus vidas. Oremos.
• Por todos nosotros, aquí reunidos, para que acojamos y vivamos el
Reino de Dios que nos anuncian los profetas. Oremos.
• Por todas las familias, para que desde ellas se fomente la vivencia de la
equidad, y vivamos en permanente conversión. Oremos.

El que preside: Escucha, Padre, nuestras oraciones y danos fuerza


para realizar tu misión, nos pongan caso o no, aunque nos desprecien y
rechacen. Esto te lo pedimos especialmente por los padres y madres para
que cumplan sin miedo su misión de ser profetas en sus familias. Por
Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas


Que la oblación consagrada a tu nombre nos purifique, Señor, y nos
lleve, de día en día, a participar en la vida del cielo. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

Oración después de la comunión


Colmados de tan grandes bienes, concédenos, Señor, alcanzar los dones
de la salvación y no cesar nunca en tu alabanza. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

5 Feria o Memoria Libre: San Antonio María Zaccaría, Presbítero


Lunes Verde o Blanco

Lectura del Libro del Génesis 28,10-22


En aquellos días, Jacob salió de Berseba en dirección a Harán.
Casualmente llegó a un lugar y se quedó allí a pernoctar, porque ya se
había puesto el sol. Cogió de allí mismo una piedra, se la colocó a guisa de
almohada y se echó a dormir en aquel lugar. Y tuvo un sueño: Una escalinata
apoyada en la tierra que con la cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían
y bajaban por ella.
El Señor estaba en pie sobre ella y dijo: «Yo soy el Señor, el Dios de
tu padre Abrahán y el Dios de Isaac. La tierra sobre la que estás acostado,
te la daré a ti y a tu descendencia. Tu descendencia se multiplicará como
el polvo de la tierra, y ocuparás el oriente y el occidente, el norte y el sur;
y todas las naciones del mundo se llamarán benditas por causa tuya y de
24
Plan de Pastoral - Julio 2021

tu descendencia. Yo estoy contigo; yo te guardaré dondequiera que vayas,


y te volveré a esta tierra y no te abandonaré hasta que cumpla lo que he
prometido.»
Cuando Jacob despertó, dijo: «Realmente el Señor está en este lugar,
y yo no lo sabía.» Y, sobrecogido, añadió: «Qué terrible es este lugar; no es
sino la casa de Dios y la puerta del cielo.»
Jacob se levantó de madrugada, tomó la piedra que le había servido de
almohada, la levantó como estela y derramó aceite por encima. Y llamó a
aquel lugar «Casa de Dios»; antes la ciudad se llamaba Luz.
Jacob hizo un voto, diciendo: «Si Dios está conmigo y me guarda en
el camino que estoy haciendo, si me da pan para comer y vestidos para
cubrirme, si vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el Señor será
mi Dios, y esta piedra que he levantado como estela será una casa de Dios;
y de todo lo que me des, te daré el diezmo.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 90,1-2.3-4.14-15ab


R/. Dios mío, confío en ti
Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del
Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en
ti.» R/.
Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus
plumas, bajo sus alas te refugiarás. R/.
«Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación.» R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9,18-26


En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que
se arrodilló ante él y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la
mano en la cabeza, y vivirá.»
Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría
flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el
borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo: «¡Animo, hija! Tu fe te ha curado.» Y
en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de
la gente, dijo: «¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.» Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso
en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca. Palabra del Señor.

Meditación

En el libro del Éxodo hoy se presenta a Jacob como continuador de


la herencia de Abrahán e Isaac. A la vez, se hace real la promesa de
Dios ante el pueblo mediante su entrega y colaboración en la historia de
salvación. A pesar de los pecados del pueblo, de las renuncias constantes
al seguimiento y de toda incredulidad del pueblo ante el llamado de Dios,
25
Traten a todos con equidad

Él sigue actuando y diciendo al pueblo “yo estoy contigo; yo te guardaré


dondequiera que vayas, y te volveré a esta tierra y no te abandonaré hasta
que cumpla lo que he prometido”. Nuestro Dios es constante en el amor,
fiel a su alianza y cumplidor de todas sus promesas para el bien de todos
los que le aman y confían.
Esta alianza la podemos encontrar en el Evangelio de Mateo en
una narración de dos milagros. Hoy aparece la fe de dos personas: una
mujer que ha sufrido “flujos de sangre desde hacía doce años” y un padre
desesperado que pide a Jesús que su hija, recién fallecida, sea devuelta a
la vida. Las promesas de vida, de herencia, de victoria y de alianza siguen
vivas desde lo antiguo. El mensaje siempre activo y actual toma vida en la
fe de dos diferentes personas. Con solo tocar el borde del manto la mujer
queda sanada. Con la solicitud esperanzadora de un padre, quien entrega
toda el alma y con todo el ser, la niña queda restaurada a la vida.
Hoy Dios desea que tu fe en Él sea el motor para lograr la sanación
de tu mente, tu corazón y de tu cuerpo, lo que Dios desea es nuestra
confianza absoluta. Una confianza que nos conduzca a una fe profunda
capaz de gritar sin miedo “Dios mío, confío en ti”. Esa mujer y ese padre nos
allanan el camino para que comprendamos que la fe inicia con la confianza
que Dios desea que tengamos hacia el pueblo de Dios y hacia Él. Una fe
capaz de movernos confiadamente hacia el mensaje que nos recuerda
todos los días que “si Dios está conmigo y me guarda en el camino que
estoy haciendo, si me da pan para comer y vestidos para cubrirme, si
vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios”.
Dios camina con nosotros, nos guía hacia el camino de la compasión,
de la justicia y del amor. Nos toca a nosotros creerle y entregarnos con
fe absoluta confiando que ni la muerte ni el sufrimiento tendrán la última
palabra. Empecemos, pues, a salir al encuentro diario con el Dios que es
nuestro refugio y alcázar y confiemos absolutamente en su plan salvífico.

6 Feria o Memoria Libre: Santa María Goretti, Virgen y Mártir


Martes Verde o Rojo

Lectura del libro del Génesis 32,22-32


En aquellos días, todavía de noche, se levantó Jacob, tomó a las dos
mujeres, las dos siervas y los once hijos y cruzó el vado de Yaboc; pasó con
ellos el torrente e hizo pasar sus posesiones. Y él se quedó solo. Un hombre
luchó con él hasta la aurora; y, viendo que no le podía, le tocó la articulación
del muslo y se la dejó tiesa, mientras peleaba con él.
Y el hombre le dijo: «Suéltame, que llega la aurora.» Respondió: «No te
soltaré hasta que me bendigas.»
Y le preguntó: «¿Cómo te llamas?» Contestó: «Jacob.»
Le replicó: «Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado
con dioses y con hombres y has podido.» Jacob, a su vez, preguntó: «Dime
tu nombre.» Respondió: «¿Por qué me preguntas mi nombre?»
26
Plan de Pastoral - Julio 2021

Y le bendijo. Jacob llamó aquel lugar Penuel, diciendo: «He visto a Dios
cara a cara y he quedado vivo.»
Mientras atravesaba Penuel salía el sol, y él iba cojeando. Por eso los
israelitas, hasta hoy, no comen el tendón de la articulación del muslo, porque
Jacob fue herido en dicho tendón del muslo. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 16,1.2-3.6-7.8 y 15
R/. Con mi apelación, Señor, vengo a tu presencia
Señor, escucha mi apelación, atiende a mis clamores, presta oído a mi
súplica, que en mis labios no hay engaño. R/.
Emane de ti la sentencia, miren tus ojos la rectitud. Aunque sondees mi
corazón, visitándolo de noche, aunque me pruebes al fuego, no encontrarás
malicia en mí. R/.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha
mis palabras. Muestra las maravillas de tu misericordia, tú que salvas de los
adversarios, a quien se refugia a tu derecha. R/.
Guárdame como a las niñas de tus ojos, a la sombra de tus alas
escóndeme. Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia, y al despertar
me saciaré de tu semblante. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 9,32-38
En aquel tiempo, llevaron a Jesús un endemoniado mudo. Echó al
demonio, y el mudo habló. La gente decía admirada: «Nunca se ha visto en
Israel cosa igual.» En cambio, los fariseos decían: «Éste echa los demonios
con el poder del jefe de los demonios.»
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas,
anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas
las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban
extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los
trabajadores son pocos; rueguen, pues, al Señor de la mies que mande
trabajadores a su mies.» Palabra del Señor.

Meditación
El encuentro con Dios se realiza de tantas y diversas maneras. A
veces nos sentimos cómodos con Dios como aquellos tres que subieron
con Jesús al Tabor, el monte de la Transfiguración. Hoy, sin embargo,
durante una noche oscura donde reina la soledad, el patriarca Jacob se
encuentra con un personaje misterioso. Jacob cuyo nombre significa “el
que suplanta, el que socava”, vuelve de Mesopotamia para estar junto a
su familia y comunidad en su tierra natal, Canaán. Camina temeroso al
sentir que pudiera encontrarse con su hermano Esaú cuya primogenitura
le había arrebatado con el respaldo de Raquel, su madre.
Un hombre pelea con Jacob hasta el amanecer y viendo que no lo
vencía le tocó la articulación del muslo y se la dejó tiesa. Le preguntó
su nombre y le dijo que en lo adelante se llamaría Israel porque “has
27
Traten a todos con equidad

luchado contra dioses y has vencido.” La lucha de Jacob es la de nosotros


también. El encuentro con Dios se da frecuentemente entre las luchas
internas que todos experimentamos al vernos enfrentados a nuestras
dudas y nuestras inseguridades. Luchamos por mantener lo que creemos
ser y nos aferramos a pensamientos que nos mantienen en la oscuridad
de la noche. Jacob lucha toda la noche y forcejea con aquel personaje
misterioso. Se le dificulta cambiar “lo que ha suplantado y socavado”.
Su crisis existencial es la de cada persona que lucha por descubrirse y
descubrirlo a Él. El encuentro en la crisis y en el sufrimiento tiende a ser de
gran trascendencia. Jacob ahora es Israel, “el que es directo o recto con
Dios” y el que ha “luchado con Dios”. De ahora en adelante su misión ha
cambiado y la rectitud ha llegado a su vida.
Pero muchos seguimos sordos y mudos ante la Palabra. Según el
biblista Ariel Álvarez, “los demonios” es un vocablo de la época de Jesús
que se utiliza “para designar poderes impersonales, potencias espirituales
o fuerzas maléficas, capaces de entrar en las personas y provocarles
enfermedades”. Los demonios son nuestras enfermedades mentales y
físicas. Todos, de una manera u otra, a veces somos atormentados por
nuestros demonios que parecen paralizar nuestra vida. El mudo necesita
encontrarse con Dios en la persona de Jesús ya que nada ni nadie le
había podido sanar. Su fe y la de los suyos le sanan a través del encuentro
con el maestro. De la misma manera, son muchas personas enfermas
que carecen de dinero con qué pagar los medicamentos, dolidas mental y
físicamente, que necesitan ser sanadas.
Paradójicamente Jesús primero nos motiva a la oración, “la mies es
abundante, pero los trabajadores son pocos; rueguen, pues, al Señor de la
mies que mande trabajadores a su mies”. Una vez hemos sido fortalecidos
por su Padre Dios, llegará de una manera u otra la sanación integral
del pueblo. Primero viene la fe para enfrentar y transformar las luchas
internas que tenemos. Cuando somos capaces de enfrentarnos a nuestros
miedos, a nuestras incertidumbres, ansiedades y confusiones de seguro
que nos encontraremos con la voz del Pastor y con “las maravillas de su
misericordia”. Al mudo se le desató la lengua y la gente se admiró de la
fuerza de la fe de aquel carpintero. Vivamos agradecidos, “miremos con
rectitud”, pasemos por las pruebas de fuego y refugiémonos en la derecha
del Padre que nos guarda “como la niña de sus ojos”.

7 Feria
Miércoles Verde
30º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de
Mons. Víctor Emilio Masalles Pere, Obispo de Baní

Lectura del Libro del Génesis 41,55-57; 42,5-7.17-24a


En aquellos días, llegó el hambre a todo Egipto, y el pueblo reclamaba
pan al Faraón; el Faraón decía a los egipcios: «Diríjanse a José y hagan
28
Plan de Pastoral - Julio 2021

lo que él les diga.» Cuando el hambre cubrió toda la tierra, José abrió los
graneros y repartió raciones a los egipcios, mientras arreciaba el hambre en
Egipto. Y de todos los países venían a Egipto a comprarle a José, porque el
hambre arreciaba en toda la tierra.
Los hijos de Jacob fueron entre otros a comprar grano, pues había
hambre en Canaán. José mandaba en el país y distribuía las raciones a todo
el mundo. Vinieron, pues, los hermanos de José y se postraron ante él, rostro
en tierra. Al ver a sus hermanos, José los reconoció, pero él no se dio a
conocer, sino que les habló duramente: «¿De dónde vienen?» Contestaron:
«De tierra de Canaán, a comprar provisiones.» Y los hizo detener durante
tres días.
Al tercer día, les dijo: «Yo temo a Dios, por eso harán lo siguiente,
y salvarán la vida: si son gente honrada, uno de ustedes quedará
aquí encarcelado, y los demás irán a llevar víveres a sus familias
hambrientas; después me traerán a su hermano menor; así probarán
que han dicho la verdad y no morirán.» Ellos aceptaron, y se decían:
«Estamos pagando el delito contra nuestro hermano, cuando le
veíamos suplicarnos angustiado y no le hicimos caso; por eso nos
sucede esta desgracia.» Intervino Rubén: «¿No se lo decía yo: “¿No
pequen contra el muchacho”, y no me hicieron caso? Ahora nos piden
cuentas de su sangre.» Ellos no sabían que José les entendía, pues
había usado intérprete. Él se retiró y lloró; después volvió a ellos.
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 32,2-3.10-11.18-19


R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo
esperamos de ti
Den gracias al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de
diez cuerdas; cántenle un cántico nuevo, acompañando los vítores con
bordones. R/.
El Señor deshace los planes de las naciones, frustra los proyectos de
los pueblos; pero el plan del Señor subsiste por siempre, los proyectos de su
corazón, de edad en edad. R/.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en
su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo
de hambre. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 10,1-7


En aquel tiempo, Jesús, llamando a sus doce discípulos, les dio
autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y
dolencia.
Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado
Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan;
Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo;
Simón el fanático, y Judas Iscariote, el que lo entregó. A estos doce los envió
Jesús con estas instrucciones:
29
Traten a todos con equidad

«No vayan a tierra de gentiles, ni entren en las ciudades de Samaria,


sino vayan a las ovejas descarriadas de Israel. Vayan y proclamen que el
reino de los cielos está cerca.» Palabra del Señor.

Meditación

Todos, casi sin excepción, hemos experimentado momentos


donde parece que no existe salida alguna. Hoy iniciamos parte de la
narrativa del ciclo de José. A pesar de que no se nos narra cómo fue
vendido José, el hijo menor de Jacob, por sus hermanos a extranjeros,
ni se nos narra cómo ascendió al poder hasta convertirse en mano
derecha del Faraón, hoy se nos presenta José frente a sus hermanos
que han bajado de Canaán para conseguir alimentos de los graneros
del Faraón. José, ya mayor y vestido al estilo de la cultura egipcia, no
es reconocido por sus hermanos. Sin embargo, él sí les reconoce y
se deja mover por lo que escucha. Sin descubrirse, el joven líder, se
enfrenta a un dilema muy comprensible: debe decidir vengarse o no
de sus hermanos. Su corazón, sin embargo, sigue lleno del amor de
su padre Jacob quien en su niñez le había transmitido el amor del Dios
de sus antepasados.
La vida de los seres humanos está matizada por posibles momentos de
traiciones, por situaciones de luchas de poder, de celos, incomprensiones,
egoísmos y de enfrentamientos. Muchos de nuestros sufrimientos
provienen de los que más amamos, nuestros familiares. Pero para los que
tenemos algo de fe, los momentos cruciales de la vida se convierten en
testimonios porque nos sabemos amados por Dios. Los hermanos de José
no se dan cuenta de que quien les suministra las provisiones es el hermano
que una vez fue despreciado. El salmista nos recuerda una vez más que
“el Señor deshace los planes de las naciones, frustra los proyectos de los
pueblos” y su plan “subsiste para siempre”. Sí, “los proyectos” del corazón
de Dios son eternos como lo es su misericordia y su deseo de liberarnos
de la muerte.
En el evangelio de hoy, Jesús entendió que la gente estaba
hambrienta de otra palabra, otro mensaje, otro estilo de vida y otro
reino. Envía a los suyos primero a su casa, Israel, para llevar sanación y
liberación. Llama a los que luego se convertirían en apóstoles a misionar
entre los suyos que vivían como “ovejas descarriadas”. Es un mensaje
potente con el que se nos llama para que proclamemos con actos –
“expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia” – y
con verdadera esperanza de que el mundo puede ser distinto. Nada
detiene que el plan salvífico de Dios llegue a nuestras vidas, familias,
comunidades y sociedad. Solamente debemos disponer de un corazón
que sepa reflexionar, que sepa dar gracias al Señor y que deposite
su fe en el mensaje de vida. Las dificultades vendrán, las tormentas y
huracanes empaparán la vida, pero la fe en el Reino que está cerca
siempre nos fortalecerá. ¡Manos a la obra!
30
Plan de Pastoral - Julio 2021

8 Feria
Jueves Verde
26º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de
Mons. Andrés Napoleón Romero Cárdenas, Obispo de Barahona

Lectura del libro del Génesis 44,18-21.23b-29;45,1-5


En aquellos días, Judá se acercó a José y le dijo: «Permite a tu siervo
hablar en presencia de su señor; no se enfade mi señor conmigo, pues eres
como el Faraón. Mi señor interrogó a sus siervos: “¿Tienen padre o algún
hermano?”, y respondimos a mi señor: “Tenemos un padre anciano y un
hijo pequeño que le ha nacido en la vejez; un hermano suyo murió, y sólo
le queda éste de aquella mujer; su padre lo adora.” Tú dijiste: “tráiganmelo
para que lo conozca. Si no baja su hermano menor con ustedes, no volverán
a verme.” Cuando subimos a casa de tu siervo, nuestro padre, le contamos
todas las palabras de mi señor; y nuestro padre nos dijo: “Vuelvan a comprar
unos pocos víveres.” Le dijimos: “No podemos bajar si no viene nuestro
hermano menor con nosotros”; él replicó: “Saben que mi mujer me dio dos
hijos: uno se apartó de mí, y pienso que lo ha despedazado una fiera, pues
no he vuelto a verlo; si arrancan también a éste de mi presencia y le sucede
una desgracia, darán con mis canas, de pena, en el sepulcro.”»
José no pudo contenerse en presencia de su corte y ordenó: «Salgan
todos de mi presencia.» Y no había nadie cuando se dio a conocer a sus
hermanos. Rompió a llorar fuerte, de modo que los egipcios lo oyeron, y la
noticia llegó a casa del Faraón.
José dijo a sus hermanos: «Yo soy José; ¿vive todavía mi padre?» Sus
hermanos se quedaron sin respuesta del espanto. José dijo a sus hermanos:
«Acérquense a mí.»
Se acercaron, y les repitió: «Yo soy José, su hermano, el que vendieron
a los egipcios. Pero ahora no se preocupen, ni les pese el haberme vendido
aquí; para salvación me envió Dios delante de ustedes.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 104,16-17.18-19.20-21


R/. Recuerden las maravillas que hizo el Señor
Llamó al hambre sobre aquella tierra: cortando el sustento de pan; por
delante había enviado a un hombre, a José, vendido como esclavo. R/.
Le trabaron los pies con grillos, le metieron el cuello en la argolla, hasta
que se cumplió su predicción, y la palabra del Señor lo acreditó. R/.
El rey lo mandó desatar, el Señor de pueblos le abrió la prisión, lo nombró
administrador de su casa, señor de todas sus posesiones. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 10,7-15


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Vayan y proclamen que
el reino de los cielos está cerca. Curen enfermos, resuciten muertos, limpien
leprosos, echen demonios. Lo que han recibido gratis, denlo gratis. No lleven
en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica
31
Traten a todos con equidad

de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento.


Cuando entren en un pueblo o aldea, averigüen quién hay allí de confianza y
quédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar en una casa, saluden; si
la casa se lo merece, la paz que le desean vendrá a ella. Si no se lo merece,
la paz volverá a ustedes. Si alguno no los recibe o no los escucha, al salir de
su casa o del pueblo, sacudan el polvo de los pies. Les aseguro que el día
del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo.»
Palabra del Señor.

Meditación

Hoy continuamos con la narración del encuentro entre José y sus


hermanos. Las acciones y palabras de José, nombre que significa “Dios
añadirá” y “el hombre que multiplica”, se dejan mostrar cuando su corazón
lleno de perdón, misericordia y amor le llevan a irrumpir en un gran llanto.
El perdón nos conduce a nuevas oportunidades para motivar el cambio.
José, se desahoga permitiendo salir palabras que acercan, que restauran
la hermandad y que salpican la salvación de Dios. Ante el descubrimiento
de José, sus hermanos reaccionan espantados, confundidos y llenos de
incredulidad. ¿Cómo es posible que José siga vivo? ¿Cómo es posible
que ahora les perdona sus actos y traición? ¿Será cierto lo que escuchan
o es una trampa para hacerles daño? Pero las lágrimas, los gritos de dolor
y el perdón de José son reales y totalmente visibles a los ojos de sus
hermanos.
Somos tantos los que vivimos enfermos, leprosos y con corazones
llenos de espíritus que nos desean conducir a la muerte. Estamos
necesitados de un pan diferente que alimente, no solamente el cuerpo,
sino también el corazón corroído por los egoísmos, la vanidad, el desamor,
y las ansias de poder. Jesús comprendió el corazón de José, el hijo de
Jacob-Israel. Su vida fue la manifestación del amor, la compasión y del
perdón. El maestro Jesús supo lo que era ser, las enfermedades, la muerte
y el poder del mal en la vida de su gente. Sin embargo, no enjuiciado,
encarcelado, criticado, despreciado, enfrentado injustamente y condenado
por los suyos. Vio el hambre y las enfermedades y envió a los suyos a
llevar pan, sanación y perdón a los sufridos. Siguiendo los deseos de su
Padre, Jesús, igual que José, se llenó de compasión y actuó con toda
confianza. A pesar de que muchos no recibieron el mensaje de paz, Jesús
nunca desfalleció en mantener vivo el cumplimiento de su misión.
Hoy la Iglesia necesita de personas que crean más profundamente
en el mensaje. Quizás sobran las palabras y faltan los actos visibles de
compasión y perdón. Quizás nos hace falta ser más como niños para
admirarnos en “las maravillas que hizo el Señor” como canta el salmista.
Soñamos con un mundo donde podamos acercar a todos a la mesa
del compartir, donde todos puedan tener el sustento del pan diario y
donde “los grilletes de los pies” sean cambiados por las sandalias del
mensajero. Anhelamos sociedades donde podamos desterrar el mal de
32
Plan de Pastoral - Julio 2021

la vida y donde podamos “administrar la casa y las posesiones” que se


nos ha encomendado. Hoy resuenan las palabras de José: “ahora no se
preocupen, ni les pese el haberme vendido; para salvación me envió Dios
delante de ustedes”. Resuena la voz de Jesús que invita a que “lo que han
recibido gratis, denlo gratis”. ¡Así se construye el Reino de los Cielos!

Feria o Memoria Libre: San Agustín Zhao Rong,


9 Presbítero y Compañeros Mártires
Viernes Verde o Rojo

Lectura del Libro del Génesis 46, 1-7. 28-30


En aquellos días, Israel, con todo lo suyo, se puso en camino, llegó a
Berseba y allí ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. Dios le dijo a
Israel en una visión de noche: «Jacob, Jacob.» Respondió: «Aquí estoy.»
Dios le dijo: «Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto,
porque allí te convertiré en un pueblo numeroso. Yo bajaré contigo a Egipto,
y yo te haré subir; y José te cerrará los ojos.»
Al salir Jacob de Berseba, los hijos de Israel hicieron montar a su padre,
con los niños y las mujeres, en las carretas que el Faraón había enviado para
transportarlos. Tomaron el ganado y las posesiones que habían adquirido en
Canaán y emigraron a Egipto. Jacob con todos sus descendientes, hijos y
nietos, hijas y nietas, y todos los descendientes los llevó consigo a Egipto.
Jacob envió por delante a Judá, a visitar a José y a preparar el sitio en
Gosen. Cuando llegaban a Gosen, José mandó preparar la carroza y se
dirigió a Gosen a recibir a su padre. Al verlo, se le echó al cuello y lloró
abrazado a él. Israel dijo a José: «Ahora puedo morir, después de haberte
visto tu rostro, y que vives.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 36,3-4.18-19.27-28.39-40


R/. El Señor es quien salva a los justos
Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad; sea
el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón. R/.
El Señor vela por los días de los buenos, y su herencia durará siempre;
no se agostarán en tiempo de sequía, en tiempo de hambre se saciarán. R/.
Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás una casa; porque
el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles. Los inicuos son
exterminados, la estirpe de los malvados se extinguirá. R/.
El Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro; el
Señor los protege y los libra de los malvados y los salva porque se acogen
a él. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 10, 16-23


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Miren que los mando como
ovejas entre lobos; por eso, sean sagaces como serpientes y sencillos como
palomas. Pero no se fíen de la gente, porque los entregarán a los tribunales,
33
Traten a todos con equidad

los azotarán en las sinagogas y los harán comparecer ante gobernadores


y reyes, por mi causa; así darán testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando los arresten, no se preocupen de lo que van a decir o de cómo
lo dirán: en su momento se les sugerirá lo que tienen que decir; no serán
ustedes los que hablen, el Espíritu de su Padre hablará por ustedes. Los
hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a
los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos los
odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará. Cuando los
persigan en una ciudad, huyan a otra. Porque les aseguro que no terminarán
con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre.» Palabra
del Señor.

Meditación

Escuché una vez decir que la vida tiene altas y bajas, pero depende
de ti mantenerte firme en tu fe a pesar de cada subida y cada bajada. Pues
cada subida y bajada podría convertirse en bendición para permitirnos
encontrarnos con nosotros mismos, con los nuestros y con nuestro Dios.
Así lo vivió José quien hoy lo vemos encontrarse con su padre, Israel. El
hijo amado de Israel al verlo se le “echó al cuello y lloró abrazado a él”.
Escena como la del hijo pródigo que se reencuentran en un abrazo único
y transformador. Las altas y bajas de José, la lejanía de su pueblo y de los
suyos, sus noches oscuras le han conducido a este momento. Aquellos
momentos le han servido para interpretar que Dios ha estado presente en
toda su vida. El encuentro con su padre motiva al viejo a exclamar, “ahora
puedo morir, después de haberte visto en persona, que estás vivo”; su vida
ha vuelto a la normalidad.
¿Cómo sería diferente la vida si la viviéramos en clave de esperanza?
¿Cómo verían los ojos si siempre pudiéramos “confiar en el Señor e
hiciéramos el bien”? El mal nunca proviene de Dios a pesar de que muchos
piensen que Dios permite que nos ocurran las injusticias y el dolor. “El
Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro; el Señor
protege y libra de los malvados y salva porque se acogen a él”. De eso
trata la fe, en creer firmemente que es el Señor quien nos salva y que “nos
dará lo que pide nuestro corazón” si nos conviene.
Jesús sabía que el bien siempre iba a estar rodeado del mal y que las
ovejas y los lobos iban a convivir en las comunidades. Por eso nos grita
“no se preocupen de lo que van a decir o como lo dirán” en momentos de
dificultades pues si perseveramos hasta el final seremos salvados. Hoy
debemos agradecer a tantos hombres y mujeres que han testimoniado
hasta dar la vida – el martirio - por el bien. Demos gracias a Dios por
siempre estar con nosotros en todo momento, aún en los que pensamos
que hemos sido abandonados.
Terminemos dando gracias a tantos mártires latinoamericanos con un
poema del obispo Pedro Casaldáliga, quien partió a la morada del Padre
el año pasado, y quien nos dice: «Os escribo a todos vosotros y vosotras,
34
Plan de Pastoral - Julio 2021

que habéis dado la vida por la Vida, a lo largo y ancho de Nuestra América,
en las calles y en las montañas, en los talleres y en los campos, en las
escuelas y en las iglesias, bajo la noche o a la luz del sol. Por vosotros y
vosotras, sobre todo, Nuestra América es el Continente de la muerte con
esperanza». ¡Viva el pueblo latinoamericano que deposita su confianza en
el Dios de la Vida!

10 Feria
Sábado Verde

Lectura del Libro del Génesis 49,29-33; 50,15-24


En aquellos días, Jacob dio las siguientes instrucciones a sus hijos:
«Cuando me reúna con los míos, entiérrenme con mis padres en la cueva del
campo de Efrón, el hitita, la cueva del campo de Macpelá, frente a Mambré,
en Canaán, la que compró Abrahán a Efrón, el hitita, como sepulcro en
propiedad. Allí enterraron a Abrahán y a Sara, su mujer; allí enterraron a
Isaac y a Rebeca, su mujer; allí enterré yo a Lía. El campo y la cueva fueron
comprados a los hititas.»
Cuando Jacob terminó de dar instrucciones a sus hijos, recogió los pies
en la cama, expiró y se reunió con los suyos.
Al ver los hermanos de José que había muerto su padre, se dijeron: «A
ver si José nos guarda rencor y quiere pagarnos el mal que le hicimos.»
Y mandaron decirle: «Antes de morir tu padre nos encargó: “Esto dirán
a José: Perdona a tus hermanos su crimen y su pecado y el mal que te
hicieron”. Por tanto, perdona el crimen de los siervos del Dios de tu padre.»
José, al oírlo, se echó a llorar.
Entonces vinieron los hermanos, se echaron al suelo ante él, y le
dijeron: «Aquí nos tienes, somos tus siervos.» Pero José les respondió:
«No tengan miedo; ¿soy yo acaso Dios? Ustedes intentaron hacerme
mal, pero Dios intentaba hacer bien, para dar vida a un pueblo numeroso,
como hoy somos. Por tanto, no teman, yo los mantendré a ustedes y a
sus hijos.»
Y los consoló, hablándoles al corazón. José vivió en Egipto con la familia
de su padre y cumplió ciento diez años; llegó a conocer a los hijos de Efraín,
hasta la tercera generación, y también a los hijos de Maquir, hijo de Manasés;
los llevó en las rodillas.
José dijo a sus hermanos: «Yo voy a morir. Dios cuidará de ustedes y los
llevará de esta tierra a la tierra que prometió a Abrahán, Isaac y Jacob.» Y
los hizo jurar: «Cuando Dios cuide de ustedes, llevarán mis huesos de aquí.»
José murió a los ciento diez años de edad. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 104,1-2.3-4.6-7


R/. Humildes, busquen al Señor, y revivirá su corazón
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, den a conocer sus hazañas
a los pueblos. Cántenle al son de instrumentos, hablen de sus maravillas. R/.
35
Traten a todos con equidad

Gloríense de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor.


Recurran al Señor y a su poder, busquen continuamente su rostro. R/.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, ¡su elegido! El Señor es
nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 10, 24-33


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Un discípulo no es más
que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con
ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa
lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados! No les tengan miedo,
porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido
que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche díganlo en pleno día, y lo
que escuchen al oído, pregónenlo desde la azotea.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el
alma. No, teman al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No
se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno
solo cae al suelo sin que lo disponga su Padre. Pues ustedes hasta los
cabellos de la cabeza tienen contados. Por eso, no tengan miedo; no hay
comparación entre ustedes y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante
los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y
si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del
cielo.» Palabra del Señor.

Meditación

Hoy cerramos el ciclo de José y por tanto todo lo iniciado por


Abrahán desde el capítulo 12 del libro del Génesis. El patriarca Jacob
arriba al momento crucial de la vida: la muerte. Sin embargo, tiene
tiempo para despedirse de sus hijos y familia. Será enterrado junto a los
demás patriarcas dando continuidad a la tradición de sus antepasados.
Igualmente, nos despedimos de José quien decide no tomar en cuenta lo
que sus hermanos habían hecho con él. Sus palabras resuenan a nuestros
oídos en los textos de hoy: “no tengan miedo. ¿soy yo acaso su Dios?”
Muere José y la permanencia de la familia de José y del pueblo durará
cuatrocientos años hasta la llegada de Moisés en el Éxodo.
José vivió desde la gratitud, la compasión, la justicia, el perdón y el amor.
Cuando somos capaces de vivir desde la humildad buscando al Señor
como nos exhorta el salmista entonces “revivirán nuestros corazones”. No
siempre estaremos rodeados de personas que nos desearán lo mejor. Mucho
menos cuando lo que proclamamos y vivimos va en contra de los sistemas
injustos a los cuales nos enfrentamos a diario. Muy bien lo conoce Jesús
quien nos motiva hoy a tener cuidado con los que “matan el cuerpo” y con
los que tratan de “destruir con fuego el alma y cuerpo”. Pero esas también
son personas necesitadas de compasión y de perdón.
Vivamos desde la transparencia que nos regala la fuerza del Espíritu. Ser
transparente implica que “nada hay escondido que no llegue a conocerse”;
36
Plan de Pastoral - Julio 2021

la razón y la verdad residen, pues, en el tiempo. Confiemos en Dios quien


nos cuida aún más que a los gorriones del campo. Nunca dudemos de que
Dios nos conoce por dentro y por fuera – “hasta los cabellos de la cabeza
los tiene contados”- y que siempre estará de parte de los que viven con Él
en la construcción del Reino. Tanto amor es posible para Dios. Experimentar
la certeza de este amor lo podemos constatar en la vida de José y Jesús. El
amor implica, como se nos ha mostrado durante estos días, vencer nuestros
miedos. “No tengan miedo” de proclamar la grandeza de Dios. No tengan
miedo de lanzarse a la experiencia de defender la paz, la justicia y el amor
entre todos. No tengan miedo, ya que no somos más que el maestro. Siempre
estamos siendo acompañados y protegidos por el dueño de la mies.
Venzamos el miedo a la muerte; venzamos los miedos a los Belcebús
de este mundo; el miedo a sentirnos menos que los demás; el miedo al
cambio; el miedo a los que no quieren que hagamos el bien… Cantemos,
pues, las maravillas de nuestro Dios que “gobierna toda la tierra”. Así nos
lo predican hoy con sus vidas y con sus palabras Jesús y el patriarca José.

11 XV Domingo del Tiempo Ordinario


III Semana Liturgia de las Horas Verde

Los padres son los primeros evangelizadores de sus hijos

Algunas orientaciones:
Se coloca el lema del Domingo.
Se puede hacer un envío a los
padres entregándoles la Biblia
como signo de que son llamados
a ser los primeros evangelizadores
de su casa. Algunos pueden dar
testimonio de sus padres como
aquellos que les comunicaron la fe.
Algunos padres pueden contar su
experiencia de comunicar la fe a sus
hijos y a la gente. El Credo puede
ser dirigido por algunas familias. En
las ofrendas se pueden presentar
padres que son evangelizadores
reconocidos de sus familias.

Monición de Entrada
Hermanos y hermanas: Hoy, Decimoquinto Domingo del Tiempo
Ordinario, Dios Padre nos reúne para celebrar la Eucaristía, que es acción
de gracias por todo ese gran derroche de amor que ha derramado en su Hijo
Jesucristo de quien nos ha hecho sus mensajeros.
37
Traten a todos con equidad

Continuamos reflexionando y celebrando el valor de la EQUIDAD con la


mirada puesta en nuestros padres de familia y con el lema “Traten a todos
con equidad” (cfr. Col 4,1) como realización del valor del año que es: “UN
PUEBLO DISCÍPULO MISIONERO DE JESUCRISTO, QUE ACOGE Y
VIVE EL REINO DE DIOS EN CONVERSIÓN PERMANENTE”.
Al igual que al profeta Amós y los apóstoles, a quienes el Señor los envió
a profetizar y a llevar la Buena Nueva a todas las naciones, así también los
padres son llamados a ser los primeros educadores en la fe de sus hijos,
practicando la equidad en medio de su familia.
Con espíritu de alabanza y de acción de gracias por todos los padres
que con equidad cumplieron y cumplen esta misión de transmitir la fe y el
amor de Dios a sus hijos e hijas, iniciemos esta Eucaristía, aclamando al
Señor Jesús que llega a través del ministro que preside esta celebración.

Oración colecta
Oh, Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados
para que puedan volver al camino, concede a todos los que se profesan
cristianos rechazar lo que es contrario a este nombre y cumplir cuanto en él
se significa. Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura: Amós 7,12-15


Como Amós estamos llamados a cumplir el mandato del Señor de
profetizar en nuestra familia y a todo el pueblo, aunque nos lo quieran
prohibir. Escuchemos

Lectura de la profecía de Amós 7,12-15


En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós:
«Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza
allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el
templo del país.»
Respondió Amós: «No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y
cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: “Ve y
profetiza a mi pueblo de Israel.”» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 84, 9ab-10.11-12.13-14


R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación
Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y
a sus amigos.» La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará
en nuestra tierra. R/.
La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R/.
El Señor nos dará lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia
marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R/.

38
Plan de Pastoral - Julio 2021

Segunda Lectura: Efesios 1, 3-14


Somos mensajeros del plan del Padre, que es su hijo Jesucristo, a
través del cual se ha desbordado en un derroche de amor hacia nosotros,
haciéndonos sus hijos y tratándonos con equidad a todos sin distinción, tal
como estamos llamados a amarnos en nuestra familia y en nuestra sociedad.
Escuchemos.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1,3-14


Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha
bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y
celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a
ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha
concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón
de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un
derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase
el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de
la tierra.
Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos
destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros,
los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.
Y también ustedes, que han escuchado la palabra de la verdad, el
Evangelio de su salvación, en el que creyeron, han sido marcados por Cristo
con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para
liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria. Palabra de Dios.

Aleluya (cfr. Ef 1, 17-18)


El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón,
para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama.

Evangelio: Marcos 6, 7-13


Como discípulos misioneros de Jesús, igual que los apóstoles en
su época, nosotros también hemos sido enviados a anunciar la Buena
Nueva “tratando a todos con equidad” (cfr. Col 4,1). La primera misión
evangelizadora es en nuestra casa, empezando por papá y mamá que son
los dos misioneros principales de su hogar. Y después a evangelizar a toda
la gente. Cantando aclamemos al Señor que nos hablará. Escuchemos.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6,7-13


En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos
en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que
llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero
suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
39
Traten a todos con equidad

Y añadió: «Quédense en la casa donde entren hasta que se


vayan de aquel sitio. Y si un lugar no los recibe ni los escucha, al
marcharse sacúdanse el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían
con aceite a muchos enfermos y los curaban. Palabra del Señor.

Meditación

Hoy nos encontramos con el profeta Amós, en el siglo VIII antes de


Cristo. Hombre campesino, pastor y cultivador de higos, es enviado por
Dios a profetizar a Samaria. Amós debe enfrentarse a la falsedad del culto
representado por el sacerdote del templo, Amasías, y debe enfrenarse a
las injusticias sociales del norte y el poder político representado por el rey
Jeroboam. Nada fácil para un hombre pobre que no se siente ser “profeta”.
Sus denuncias molestan y, por tanto, mueven a Amasías a conseguir que
Amós sea expulsado y devuelto al Sur, a Judea.
En el Antiguo Testamento “los profetas tienen una gran preocupación
para con los pobres, los huérfanos, las viudas y los extranjeros” como
lo analiza Fray Carlos Mesters. Amós obedece y profetiza las injusticias
contra los marginados y empobrecidos de un sistema injusto. Denuncia
las injusticias de aquellos que se han olvidado de los que menos tienen.
Valentía, obediencia y voluntad de seguir la voz del Dios de los patriarcas
mueven a Amós a defender a los más pobres. ¡Gran mensaje para nosotros
hoy!
El apóstol Pablo igualmente nos motiva a “recapitular en Cristo todas
las cosas del cielo y de la tierra”. No puede ser de otra manera para
el cristiano que se siente amado, “bendecido en la persona de Cristo”,
seguidor de la voluntad del Padre, “marcado por Cristo con el Espírito
Santo prometido” y heredero de la liberación. Solamente una persona que
se siente parte de este proyecto del Dios de la vida arriesga todo por la
construcción del Reino.
Estamos llamados a vivir la verdad del Evangelio y a recibir la bendición
de lo alto mientras abrimos los brazos hacia todos nuestros hermanos y
hermanas. Gran misterio es seguir este plan y, de esta manera, entrar en
la dinámica de la hermandad ya transmitida cuando fuimos “elegidos en la
persona de Cristo” para ser “santos e irreprochables ante él por el amor”.
Actuamos con fidelidad cuando nos movemos desde la fuerza de lo alto
hacia la reconciliación y acogida de lo horizontal representado por todo ser
viviente.
La fuerza del Espíritu mueve a Jesús a enviar a los doce en la
pobreza. No se trata de la fuerza, de las manipulaciones ni del poder lo
que nos capacita para transmitir el mensaje. Así como Dios lo hizo con
el campesino Amós, hoy Jesús envía a los suyos y a nosotros a llevar el
mensaje desde la austeridad, la pobreza y el desapego de todo material.
La fuerza del mensaje radica en la riqueza que se transmite desde un
espíritu de pobreza y sencillez. Se trata de actuar llevando equipajes
40
Plan de Pastoral - Julio 2021

ligeros y dando prioridad a la fuerza del mensaje. Este mensaje elimina


todo pensamiento de preocupación, quita todo miedo y nos capacita para
enfrentar el mal del mundo.
En nuestras debilidades encontramos la fortaleza que nos “muestra,
Señor tu misericordia y nos da tu salvación”. Salgamos de nuestras
comodidades para enfrentar a los Amasías, a los “Jeroboames” y los
espíritus inmundos - los demonios - del mundo. Caminemos con las
sandalias del profeta, llevemos el bastón del caminante viviendo la fe
en Jesús para llevar esperanza, paz y amor a nuestras comunidades.
¡Amén!

Oración de los fieles


El que preside: Como pueblo discípulo misionero de Jesucristo, que
acoge y vive el Reino de Dios en conversión permanente, oremos por
nuestros hermanos necesitados que sufren todo tipo de marginación,
diciendo: Padre, que seamos verdaderos mensajeros de tu amor
• Por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos
y religiosas, y laicos comprometidos con la Iglesia Católica, para que
cumplan con fidelidad, alegría y entrega la misión de llevar la Buena
Nueva a todo el Pueblo de Dios, en especial a los más necesitados.
Oremos.
• Por los gobernantes de las naciones, en especial los de nuestro país,
para que atiendan con equidad y justicia los reclamos de salud, vivienda,
educación y alimento de sus pueblos. Oremos.
• Por los enfermos de la comunidad, y por los que sufren, para que vean
la misericordia del Padre y reciban su salvación. Oremos.
• Por todos nosotros, aquí reunidos, para que al igual que los apóstoles
también nosotros salgamos a predicar la conversión. Oremos.
• Por los padres y madres de familia de nuestra nación, para que sean
santos e irreprochables ante Dios por el amor. Oremos.

El que Preside: Acoge Padre nuestras súplicas. Tú que nos has bendecido
en la persona de tu Hijo con toda clase de bienes espirituales, haz que seamos
portadores y mensajeros de la Buena Nueva que viene de ti. Por Jesucristo,
Nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas


Mira Señor, los dones de tu Iglesia suplicante y concede que sean
recibidos para crecimiento en santidad de los creyentes. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

Oración después de la comunión


Después de recibir estos dones, te pedimos, Señor, que aumente el fruto
de nuestra salvación con la participación frecuente en este sacramento. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

41
Traten a todos con equidad

12 Feria
Lunes Verde

Lectura del Libro del Éxodo 1,8-14.22


En aquellos días, subió al trono en Egipto un Faraón nuevo, que no había
conocido a José, y dijo a su pueblo: «Miren, el pueblo de Israel está siendo
más numeroso y fuerte que nosotros; vamos a vencerlo con astucia, pues
si no, cuando se declare la guerra, se aliará con el enemigo, nos atacará, y
después se marchará de nuestra tierra.»
Así, pues, nombraron capataces que los oprimieron con cargas,
en la construcción de las ciudades granero, Pitom y Ramsés. Pero,
cuanto más los oprimían, ellos crecían y se propagaban más. Hartos
de los israelitas, los egipcios les impusieron trabajos crueles, y les
amargaron la vida con dura esclavitud: el trabajo del barro, de los ladrillos,
y toda clase de trabajos del campo; les imponían trabajos crueles.
Entonces el Faraón ordenó a toda su gente: «Cuando nazca un niño, échenlo
al Nilo; si es niña, déjenla con vida.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 123,1-3.4-6.7-8


R/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte –que lo diga Israel–, si
el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los
hombres, nos habrían tragado vivos: tanto ardía su ira contra nosotros. R/.
Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos
habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes. Bendito el Señor, que
no nos entregó en presa a sus dientes. R/.
Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador; la trampa
se rompió, y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo
el cielo y la tierra. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 10,34-11,1


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No piensen que he venido
a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He
venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la
nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.
El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí;
el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que
no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la
perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará.
El que los recibe a ustedes me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al
que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga
de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo.
«El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a
uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga,
se lo aseguro.»
42
Plan de Pastoral - Julio 2021

Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió


de allí para enseñar y predicar en sus ciudades. Palabra del Señor.

Meditación

El “discurso de la misión” del capítulo 10 del Evangelio de Mateo


llega a su final hoy. Sin embargo, este mensaje pudiera parecer un tanto
contradictorio al amor y paz de las Bienaventuranzas. Jesús muestra
la urgencia del llamado para decirnos que hemos de amarle y seguirle
por encima de todo. No se trata de enemistar a padres, madres, hijos,
hijos, nueras y suegras. Más bien se trata de mostrar que el mensaje que
trae pudiera resultar incómodo y, por tanto, sacudir los cimientos de la
cultura, las tradiciones, la familia y la religiosidad del tiempo. No puede
haber cambio sin una dosis de dolor. El cambio incomoda, enfrenta y hasta
violenta a algunos. Es más fácil vivir desde la comodidad de lo existente
que arriesgar lo que se tiene por el bien común.
El seguimiento implica dejar todo esquema mental que nos limita
e implica encontrarse con uno mismo para deshacernos de lo que nos
ata. Es un mensaje que nos motiva a recibir al enviado de Dios como
salvador y liberador. Es un mensaje que nos impulsa a tomar el rol de
profeta que sabe anunciar y denunciar dentro de las comunidades y
a recibir lo injusto para devolverlo en justicia. Luchar por la seguridad
del Reino nos pudiera llevar a perder lo que no nos brinda beneficios
personales. Implica, pues, tomar la cruz, el dolor y los traumas de la
vida para aprender a cargar con Jesús nuestras propias cruces, pero
con esperanza. En fin, el seguimiento nos conduce a poner “nuestro
auxilio en el nombre del Señor” y nos encamina para luchar por los más
pequeños del Reino, los pobres. Mensaje lleno de esperanza para una
sociedad que requiere más vida.
Hoy comenzamos, por tres semanas, la lectura del libro del Éxodo que
nos adentra a una parte de la historia del pueblo de Israel. Han pasado
cuatrocientos años desde la muerte de José. El Faraón, Ramsés II, quien
vive en el siglo XIII antes de Cristo, siente temor al ver crecer el número de
emigrantes en su país, Egipto. Comienza a oprimir al pueblo extranjero con
duros trabajos e implanta una estructura de esclavitud para aprovecharse
de la mano de obra. Inicia, pues, la historia de esclavitud del pueblo. El
pueblo anhela volver a su tierra y surge el liderazgo de Moisés.
Es una historia parecida a tantos pueblos latinoamericanos que,
históricamente, se han visto sumergidos en guerras, en opresiones
económicas, en sistemas injustos donde una minoría es dueña de una
gran parte de la tierra y de los ingresos. Una historia donde los trabajos de
los inmigrantes no son justamente remunerados, donde la dignidad de las
personas tiende a irrespetarse, los sistemas de salud siguen empobrecidos,
la educación parece no mejorar para la mayoría, y el aborto legal se ha
querido imponer por fuerzas extranjeras. En fin, sociedades necesitadas
de personas que puedan anunciar la Buena Noticia.
43
Traten a todos con equidad

Hoy al igual que antaño, hacen falta voces enviadas por Jesús para
liberar, sanar y consolar al pueblo. Somos nosotros los cristianos que
debemos liderar al pueblo, así como lo veremos durante las próximas
tres semanas con Moisés. Soñemos y actuemos como una vez lo pensó y
vivió el obispo brasileño Helder Câmara: “Cuando sueñas solo, sólo es un
sueño; cuando sueñas con otros, es el comienzo de la realidad.” Iniciemos
hoy el sueño comunitario para todos y todas hacia la utopía del Reino.

13 Feria o Memoria Libre: San Enrique


Martes Verde o Blanco
46º Aniversario de la Ordenación episcopal de
Mons. Príamo Pericles Tejada Rosario, Obispo Emérito de Baní

Lectura del libro del Éxodo 2,1-15a


En aquellos días, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer
de la misma tribu; ella concibió y dio a luz un niño. Viendo qué hermoso
era, lo tuvo escondido tres meses. No pudiendo tenerlo escondido por más
tiempo, tomó una cesta de mimbre, la embadurnó de barro y pez, colocó en
ella a la criatura, y la depositó entre los juncos, junto a la orilla del Nilo. Una
hermana del niño observaba a distancia para ver en qué paraba. La hija del
Faraón bajó a bañarse en el Nilo, mientras sus criadas la seguían por la
orilla. Al descubrir la cesta entre los juncos, mandó a la criada a recogerla.
La abrió, miró dentro, y encontró un niño llorando. Conmovida, comentó: «Es
un niño de los hebreos.»
Entonces, la hermana del niño dijo a la hija del Faraón: «¿Quieres que
vaya a buscarle una nodriza hebrea que críe al niño?» Respondió la hija del
Faraón: «Anda.» La muchacha fue y llamó a la madre del niño. La hija del
Faraón le dijo: «Llévate al niño y críamelo, y yo te pagaré.» La mujer tomó al
niño y lo crio. Cuando creció el muchacho, se lo llevó a la hija del Faraón, que
lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés, diciendo: «Lo he sacado del agua.»
Pasaron los años, Moisés creció, fue adonde estaban sus hermanos,
y los encontró transportando cargas. Y vio cómo un egipcio maltrataba a
un hebreo, uno de sus hermanos. Miró a un lado y a otro, y, viendo que no
había nadie, mató al egipcio y lo enterró en la arena. Al día siguiente, salió
y encontró a dos hebreos riñendo, y dijo al culpable: «¿Por qué golpeas a tu
compañero?» Él le contestó: «¿Quién te ha nombrado jefe y juez nuestro?
¿Es que pretendes matarme como mataste al egipcio?» Moisés se asustó
pensando: «La cosa se ha sabido.» Cuando el Faraón se enteró del hecho,
buscó a Moisés para darle muerte; pero Moisés huyó del Faraón y se refugió
en el país de Madián. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 68,3.14.30-31.33-34


R/. Humildes, busquen al Señor, y vivirá su corazón
Me estoy hundiendo en un cieno profundo y no puedo hacer pie; he
entrado en la hondura del agua, me arrastra la corriente. R/.
44
Plan de Pastoral - Julio 2021

Pero mi oración se dirige a ti, Dios mío, el día de tu favor; que me escuche


tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude. R/.
Yo soy un pobre malherido; Dios mío, tu salvación me levante. Alabaré
el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de
gracias. R/.
Mírenlo, los humildes, y alégrense, busquen al Señor, y vivirá su
corazón. Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,20-24


En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había
hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti,
Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los
milagros que, en ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas
de sayal y ceniza. Les digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro
y a Sidón que a ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás
al Abismo. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que, en ti,
habría durado hasta hoy. Les digo que el día del juicio le será más llevadero
a Sodoma que a ti.» Palabra del Señor.

Meditación

Iniciamos la meditación de hoy con las palabras del salmista: “Me


estoy hundiendo en un cieno profundo y no puedo hacer pie; he entrado
en la hondura del agua, me arrastra la corriente”. Casi todos hemos vivido
momentos en los que nos hemos sentido hundir, en los que se nos dificulta
avanzar por la fuerza de los problemas, las preocupaciones y las angustias
que nos arrastran. En esos momentos nos cuestionamos si debemos
seguir el camino trazado por la vida o si claudicar y rendirnos. El salmista
no se queda en esos momentos paralizado, sino que nos anima con su
canto a la vida: “Pero mi oración se dirige a ti, Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude… Que el Señor
escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos”.
Hoy, motivados por el salmista, iniciamos la narración de los hechos
de Moisés, el liberador del pueblo.
Moisés, cuyo nombre significa “salvado o sacado de las aguas”, es hoy
salvado por su hermana, criado por su propia madre y defendido por la hija
del Faraón. ¡Cuánta providencia la de este hombre y la de este pueblo! Es
formado y educado bajo la protección de la hija del Faraón. Sin embargo,
la identidad con su propio pueblo lo lleva a enfrentar las injusticias contra
los de su sangre. Moisés corre para salvaguardar su vida y comienza a
vivir su éxodo personal.
La vida es de esta manera. Debemos encontrarnos con nosotros
mismos para encontrarnos con Dios, y con nuestra gente. La vida se inicia
cuando podemos “salir hacia afuera” para encontrarnos con todo lo que
nos “hunde en el cieno” y no nos deja avanzar. Podemos, sin embargo,
vivir nuestros propios “éxodos” con resentimiento, hasta con deseos de
45
Traten a todos con equidad

venganza. Podemos, en cambio, vivir nuestros éxodos individuales como


el salmista nos motiva hoy: “humildes, busquen al Señor, y revivirá su
corazón”.
Hoy Jesús espera de nosotros una conversión auténtica y
verdadera. Se trata de escucharle, de creerle y de experimentarle en
todo momento. Los habitantes de Betsaida, Corozaín y Cafarnaúm
dudan, ven, pero no creen; ponen en duda los hechos y palabras de
Jesús. Triste realidad es que tantos y tantas hoy se dejan arrastrar por
los brillos de la inmediatez material que ofrece el mundo. La Iglesia
necesita hoy testigos que vivan desde la gracia y desde la fe. No se
trata de pararnos en las esquinas con megáfonos para anunciar la
buena noticia. Se trata de vivir la esperanza a través de la alegría del
que sabe que fue “sacado del agua” para entrar en las aguas de mayor
profundidad junto a Jesús.
¡Ojalá que, como Moisés, sepamos escuchar el grito del pueblo
sufriente! ¡Ojalá siempre tengamos los ojos abiertos para contemplar
las grandezas diarias que hace Dios en nuestras vidas! Ojalá podamos
escuchar y convertir la vida en una alabanza eterna como lo motiva el
salmista: “Alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza
con acción de gracias”. De esa manera se renovarán nuestros corazones y
seremos salvados de las aguas para que podamos enfrentar las injusticias
de este mundo. ¡Amén!

14 Feria o Memoria Libre: San Camilo de Lelis, Presbítero


Miércoles Verde o Blanco

Lectura del Libro del Éxodo 3,1-6.9-12


En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró,
sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar
a Horeb, el monte de Dios. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada
entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse. Moisés se dijo:
«Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que
no se quema la zarza.» Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo
llamó desde la zarza: «Moisés, Moisés.» Respondió él: «Aquí estoy.» Dijo
Dios: «No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que
pisas es terreno sagrado.» Y añadió: «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios
de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.» Moisés se cubrió el rosto,
porque temía ver a Dios.
Y el Señor le dijo: «El clamor de los israelitas ha llegado a mí, y he visto
cómo los tiranizan los egipcios. Y ahora marcha, te envío al Faraón para que
saques a mi pueblo, a los israelitas, de Egipto.»
Moisés replicó a Dios: «¿Quién soy yo para acudir al Faraón o para sacar
a los israelitas de Egipto?» Respondió Dios: «Yo estoy contigo; y ésta es la
señal de que yo te envío: cuando saques al pueblo de Egipto, darán culto a
Dios en esta montaña.» Palabra de Dios.
46
Plan de Pastoral - Julio 2021

Salmo Responsorial: 102,1-2.3-4.6-7


R/. “El Señor es compasivo y misericordioso.”
Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice,
alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu
vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. R/.
El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos; enseñó sus caminos
a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 11,25-27


En aquel tiempo, Jesús exclamó: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo
y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y
las has revelado a la gente sencilla. Sí Padre, así te ha parecido mejor. Todo
me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie
conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Palabra del Señor.

Meditación

Se cuenta que aquel gran predicador fue invitado a un gran almuerzo


familiar. Durante la comida el predicador explicaba con gran conocimiento de
teología fundamental, biblia, escatología, hermenéutica y lingüística sobre
la vida de Jesús. Todos quedaron sorprendidos por tanto conocimiento y
por tan excelente don de la palabra de ese experto. Una vez terminada
la disertación magistral, con cierto aire de sabelotodo, se dirige al abuelo
quien no parecía tan alucinado por tal destreza de oratoria, y le pregunta:
- “Abuelo, ¿qué le ha parecido lo que he dicho?”- como esperando
una respuesta de asombro. El abuelo, un hombre silencioso, respetuoso
y muy admirado por su don de gente, respondió con toda la paz que le
acostumbraba.
- “Querido hermano. Si le digo la verdad, realmente no entendí mucho
ya que mis conocimientos no me permitieron alcanzarle. Creo, sin embargo,
que la gente le ha gustado mucho”.
- “¿Es eso todo lo que tiene que decir sobre mi análisis de Jesús?” -
respondió un tanto sorprendido el teólogo. “¿Y usted qué nos tiene que
decir sobre Jesús?” preguntó al abuelo en tono un tanto arrogante.
- “Querido hermano. Solamente puedo decir algunas breves cosas”
-respondió con voz tierna, calmada y casi esforzándose por subir el
volumen de su voz para ser escuchado.
- “No soy hombre de letras ni de estudios. Sé que cuando estaba en
los peores momentos de mi juventud, cuando el alcohol me dominaba,
Jesús tocó mi corazón, me habló y desde ese día mi vida cambió. Sé que
decidí casarme con esta bella mujer y respetarla”- mirando con ternura a
su esposa de cincuenta y ocho años– “acompañarla y amarla en fidelidad
con mis palabras y hechos porque el maestro Jesús me lo recordaba.
Solo sé que mi Dios Padre me dio las fuerzas para trabajar el conuco,
47
Traten a todos con equidad

agacharme para recoger el arroz y el cacao, para volver a casa cansado,


pero alegre por ver a mis siete hijos. Sé que Dios ha hecho de mi casa
un lugar sagrado donde, con poco en los bolsillos, logramos educar a los
siete hijos y ahora ser los mejores abuelos. No entendí mucho sobre lo que
explicaba, pero creo que nos decía que debemos dejarnos tocar por Dios,
dejarnos guiar por su hijo y sabernos acompañados todos los días por el
Espíritu Santo. Querido hermano, gracias por compartir sus experiencias.
Solo me queda decir que en los últimos días que me quedan en esta tierra
las deseo vivir acercándome todos los días a mi familia, mi esposa, a mis
hijos, mis nietos y mi amada capillita. Eso fue lo que entendí”.
Al finalizar solamente el silencio pacificador que sabe transmitir el
Espíritu reinó en la sala de esa casa. Mientras tanto, se les aguaban los
ojos a los presentes y las del propio teólogo.
Jesús hoy nos dice “te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has
revelado a la gente sencilla. Si Padre, así te ha parecido mejor”. No son las
palabras rebuscadas, las teologías, las filosofías y todo el conocimiento lo
que nos va a conectar a Dios. Todo esto ayuda, sin embargo. Pero es más
el encuentro con Dios donde encontraremos las respuestas de ese Dios
que nos llama.
Moisés ha vivido unos años desde su éxodo de Egipto; ha crecido
como hombre, ha procreado una familia y ha madurado. Por tanto, está
listo para “escuchar la voz” de Dios, para acercarse al “lugar sagrado” para
prestar atención al llamado de la “zarza ardiente”. Allí podemos escuchar
la voz que viene de lo alto, admirarnos de un Dios que baja para “escuchar
el clamor de su pueblo”. Nos encontramos hoy con un Dios que busca
auxiliar al pueblo sufrido. Es en la escucha del amor de Dios que podemos
encontrarnos con nuestra vocación. Es en el lugar donde experimentamos
la compasión, misericordia, bendición y beneficios del Dios que nos dice
“yo estoy contigo”. No se trata de dejar atrás el conocimiento y los estudios.
Más bien se trata de dejar penetrar al Dios de los sencillos en el corazón.
Ojalá que podamos siempre dejarnos seducir por el calor de la “zarza
ardiente” que desea que le conozcamos desde la humildad, el perdón, la
sencillez y el cálido amor transformador del Dios que nos “colma de gracia
y de ternura”.

15 Memoria Obligatoria: San Buenaventura, Obispo y Doctor de la Iglesia


Jueves Blanco

Lectura del Libro del Éxodo 3,13-20


En aquellos días, Moisés, después de oír la voz del Señor desde la
zarza ardiendo, le replicó: «Mira, yo iré a los israelitas y les diré: “El Dios
de sus padres me ha enviado a ustedes.” Si ellos me preguntan cómo se
llama, ¿qué les respondo?» Dios dijo a Moisés: «“Soy el que soy”; esto dirás
a los israelitas: “Yo-soy me envía a ustedes.”» Dios añadió: «Esto dirás a
48
Plan de Pastoral - Julio 2021

los israelitas: “el Señor Dios de sus padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac,
Dios de Jacob, me envía a ustedes. Este es mi nombre para siempre: así me
llamarán de generación en generación.”
«Vete, reúne a los ancianos de Israel y diles: “El Señor, Dios de sus
padres se me ha aparecido, el Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de
Jacob, y me ha dicho: ‘Los estoy observando y veo cómo los tratan en
Egipto. He decidido sacarlos de la opresión egipcia y llevarlos al país de los
cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, a una tierra que
mana leche y miel’.” Ellos te harán caso, y tú, con los ancianos de Israel, te
presentarás al rey de Egipto y le dirás: “El Señor Dios de los hebreos nos
ha encontrado, y nosotros tenemos que hacer un viaje de tres jornadas por
el desierto para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios.” Yo sé que el rey
de Egipto no los dejará marchar ni a la fuerza; pero yo extenderé la mano,
heriré a Egipto con prodigios que haré en medio de él, y entonces los dejará
marchar.» Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 104,1.5.8-9.24-25.26-27
R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, den a conocer sus hazañas a
los pueblos. Recuerden las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias
de su boca. R/.
Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil
generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a
Isaac. R/.
Dios hizo a su pueblo muy fecundo, más poderoso que sus enemigos. A
éstos les cambió el corazón para que odiasen a su pueblo, y usaran malas
artes con sus siervos. R/.
Pero envió a Moisés, su siervo, y a Aarón, su escogido, que hicieron
contra ellos sus signos, prodigios en la tierra de Cam. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 11, 28-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Vengan a mí todos los que están
cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan
de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán su descanso.
Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.» Palabra del Señor.

Meditación
Desde el año pasado muchas personas han estado cargando pesado.
La carga parece no aligerarse y el cansancio y agobio parecen ir en crecida.
La montaña de la vida parece cada día más empinada y las fuerzas para
muchos se ha transformado en debilidad. Han sido tiempos de cambios
bruscos, de incertidumbres persistentes y de ruidos que acarrean temor.
Hoy la esperanza renace a través de las palabras de Jesús: “Carguen con
mi yugo y aprendan de mí manso y humilde de corazón y encontrarán su
descanso”. Debemos ser mansos y humildes de corazón para encontrar el
descanso prometido por el Hijo de Dios.
49
Traten a todos con equidad

¿Pero qué significa ser mansos y humildes de corazón? La


mansedumbre nos capacita para regular nuestras irritaciones, tristezas,
violencias. Ser manso, pues, implica saber controlar toda cólera, enojo y
arrebato que nos roba de la paz. La persona mansa de corazón sabe vivir
las contrariedades de la vida desde la serenidad, y desde el control de sus
impulsos. Moisés, quien en su juventud era reactivo y llegó a ser agresivo,
se encuentra hoy ante Dios quien le revela su nombre. Moisés ha estado
aprendiendo a ser obediente a la Palabra dirigida a él. Dios se le revela
como el “Yo soy el que soy”. Es el Dios que se muestra cercano, presto a
cumplir sus promesas y dispuesto a siempre “estar ahí”. A pesar de todas
las excusas que pondrá ante el llamado de Dios, llega a ser fuerte sin ser
violento. Moisés aprenderá a despedirse de sus miedos para enfrentar el
poder del Faraón.
Aligerar las cargas va de la mano con la humildad. La humildad nos
conduce a la docilidad y, por tanto, a la aceptación de nuestras limitaciones
y debilidades. Al encontrarnos con nosotros mismos, con nuestras
sombras y luces, podremos conectar con nuestros prójimos y, de esta
manera, juntos podremos, con la ayuda de Jesús, llevar nuestras pesadas
cargas. Las personas humildes se mantienen en la verdad, se conocen
con mayor profundidad y comprenden que la vida se aligera cuando no nos
sentimos ni menos ni más que nadie. La humildad conduce a la sencillez y
al servicio desinteresado hacia todos. Hoy la clave, pues, la encontramos
en trabajarnos para que nuestros corazones crezcan desde la humildad y
desde la mansedumbre. Moisés lo comprendió y hoy Jesús nos indica el
camino hacia una vida donde la paz la recibamos a pesar de toda carga y
agobio.

16 Memoria Obligatoria: Nuestra Señora del Carmen


Viernes Blanco
16º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Julio César
Corniel Amaro, Obispo de la Diócesis de Puerto Plata

O bien Za 2,14-17; TR Lc, 46-47,48-49.50-51.52-53.54-55, Mt 12,46-50

Lectura del Libro del Éxodo 11,10-12,14


En aquellos días, Moisés y Aarón hicieron muchos prodigios en
presencia del Faraón; pero el Señor hizo que el Faraón se empeñara en no
dejar marchar a los israelitas de su territorio.
Dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: «Este mes será para
ustedes el principal de los meses; será para ustedes el primer mes del año.
Digan a toda la asamblea de Israel: “El diez de este mes cada uno procurará
un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña
para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el
número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un
animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardarán hasta
50
Plan de Pastoral - Julio 2021

el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer.


Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la casa donde lo
hayan comido. Esa noche comerán la carne, asada a fuego, comerán panes
sin fermentar y verduras amargas. No comerán de ella nada crudo ni cocido
en agua, sino asado a fuego: con cabeza, patas y tripas. No dejarán restos
para la mañana siguiente; y, si sobra algo, lo quemarán. Y lo comerán así:
la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y se lo
comerán a toda prisa, porque es la Pascua, el Paso del Señor. Yo pasaré
esta noche por la tierra de Egipto, dando muerte a todos sus primogénitos,
de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo,
el Señor. La sangre será su señal en las casas donde habiten; cuando yo
vea la sangre, pasaré de largo; no les tocará la plaga exterminadora, cuando
yo pase hiriendo al país de Egipto. Este día será para ustedes memorable, y
lo celebrarán como fiesta en honor al Señor, de generación en generación.
Decretarán que sea fiesta para siempre.”» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 115 12-13.15-16bc.17-18 


R/. Alzaré el cáliz de la salvación, invocando el nombre del Señor
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré el cáliz
de la salvación, invocando su nombre. R/.
Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. Siervo tuyo soy, hijo de
tu esclava: rompiste mis cadenas. R/.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre,
Señor. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. R/.

Lectura del Santo Evangelio según Mateo 12,1-8


Un sábado de aquellos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos,
que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los
fariseos, al verlo, le dijeron: «Mira, tus discípulos están haciendo una cosa
que no está permitida en sábado.» Les replicó: «¿No han leído lo que hizo
David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios
y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a
él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no han leído en la Ley
que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?
Pues les digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendieran
lo que significa “quiero misericordia y no sacrificio”, no condenarían a los que
no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.» Palabra
del Señor.

Meditación

Es la noche en la que el pueblo se prepara para dar el paso de la


esclavitud a la libertad acompañado de Dios, su liberador. La cena, descrita
en la primera lectura, es el memorial de la experiencia de un pueblo que
vive de la herencia de su fe. El pueblo come rápidamente, se junta en
sus casas, sacrifican “un animal sin mancha”, rocían con sangre las dos
51
Traten a todos con equidad

jambas y el dintel de sus casas y comen ese animal asado al fuego, así
como panes sin fermento y verduras amargas. Pascua- “pesaj”- significa
saltar o pasar de un salto. Guiados por Moisés el pueblo caminará hacia
una tierra donde podrán vivir en libertad.
Cada año esta cena es celebrada por el pueblo de Israel con los rituales
expuestos por el libro del Éxodo que hoy leemos: Israel vive su memorial
para hacer referencia a lo que Dios hizo por su pueblo. Hoy, nosotros los
cristianos, también vivimos la pascua en la Semana Mayor y en cada misa.
Esta pascua - “tránsito”- la celebramos cada vez que la sustancia de pan y
vino es puesto sobre el altar para convertirse en cuerpo y sangre de Jesús,
el nuevo cordero. Cada vez que comemos de su cuerpo nos fortalecemos
por la fuerza de su sangre, nos acercamos a Él, nos liberamos de nuestras
esclavitudes, nos acercamos a nuestros hermanos y salimos hacia el
mundo esperanzados en la construcción del Reino.
Sin embargo, para “alzar la copa de la salvación”, debemos dar
prioridad al ser humano. La ley, por tanto, nunca estará por encima de la
vida de las personas. Las tradiciones, las costumbres, los mandatos de la
ley nunca deben superar en importancia la vida. Jesús muy bien lo entendió
y mostró en el mensaje de hoy. Por encima de todo sacrificio viene primero
la misericordia que ayuda a acercarnos para liberar al hombre de toda
hambre, toda enfermedad y de toda injusticia.
Hoy queremos alabar e invocar el nombre del Señor que sigue
liberando. Jesús sigue dándose a nosotros para que tengamos coherencia
entre palabra y acción. Vivamos agradecidos, reconociendo como el
salmista que debemos “romper nuestras cadenas” y, sobre todo, aceptando
que Jesús desea liberar y dirigirnos hacia la tierra prometida. Caminemos
y acerquémonos a la mesa del compartir. Caminemos juntos hacia la
liberación integral que todos necesitamos.

17 Feria
Sábado Verde
13º de la Ordenación Episcopal de Mons. Ghaleb Mousa Abdalla
Bader, Nuncio Apostólico en la República Dominicana y Delegado
Apostólico de Puerto Rico

Lectura del libro del Éxodo 12,37-42


En aquellos días, los israelitas marcharon de Ramsés hacia Sucot:
eran seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños; y les
seguía una multitud inmensa, con ovejas y vacas y enorme cantidad
de ganado. Cocieron la masa que habían sacado de Egipto, haciendo
hogazas de pan ázimo, pues no había fermentado, porque los egipcios
los echaban y no los dejaban detenerse; y tampoco se llevaron
provisiones. La estancia de los israelitas en Egipto duró cuatrocientos
treinta años. Cumplidos los cuatrocientos treinta años, el mismo día,
salieron de Egipto las legiones del Señor. Noche en que veló el Señor
52
Plan de Pastoral - Julio 2021

para sacarlos de Egipto: noche de vela para los israelitas por todas las
generaciones. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 135,1.23-24.10.12.13-15


R/. Den gracias al Señor, porque es bueno: Porque es eterna su
misericordia.
En nuestra humillación, se acordó de nosotros. R/.
Y nos libró de nuestros opresores. R/. 
Él hirió a Egipto en sus primogénitos. R/.
Y sacó a Israel de aquel país. R/.
Con mano poderosa, con brazo extendido. R/.
Él dividió en dos partes el mar Rojo. R/.
Y condujo por en medio a Israel. R/.
Y arrojó en el Mar Rojo al Faraón. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 12,14-21


En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús.
Pero Jesús se enteró, se marchó de allí, y muchos le siguieron. Él los curó
a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo
el profeta Isaías: «Miren a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto.
Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones.
No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la
quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en
su nombre esperarán las naciones.» Palabra del Señor.

Meditación

¿Te has preguntado alguna vez qué es una caña cascada o un pábilo
vacilante? La caña crecía firme, vigorosa alta y verdosa en las orillas de los
ríos de Israel. Muchas veces iba perdiendo su reciedumbre por el pasar del
tiempo, por el vigor de la brisa y por las corrientes del río. El sol, además,
las secaba y debilitaba. Un pábilo es la mecha de fibra de lino utilizada
en las lámparas antiguas. Esta mecha se encendía tomando energía del
aceite en donde flotaba. Las lámparas eran utilizadas para alumbrar las
casas por un tiempo. Las lecturas de hoy, pues, comparan al pueblo de
Dios del Éxodo y a los más débiles en tiempos de Jesús a esas cañas
débiles y abatidas por fuerzas mayores y por el desgaste y uso.
La primera lectura habla sobre la fe del pueblo de Israel. Es un numeroso
pueblo debilitado, desgastado, humillado, abusado y esclavizado por el
poder del reino egipcio. Dios cumple su palabra y saca a su pueblo de la
esclavitud. Nos encontramos ante la salida hacia el desierto para dirigirse a
la tierra prometida. Dios, en su “misericordia eterna” les “extiende su mano
poderosa”, los conduce y los “libra de los opresores”.
Hoy Jesús continúa el camino de liberación sin desfallecer. Su misión es
firme y nunca se apaga su mecha a pesar de las presiones de aquellos que
“planean el modo de acabar con él”. No deja de iluminar la buena noticia de
53
Traten a todos con equidad

la salvación y liberación hacia su pueblo. Jesús experimenta el sufrimiento, la


opresión y las injusticias vividas por su pueblo. Nunca dispuesto a claudicar
ni desfallecer.
Estamos hoy llamados a ser la mano que ayude a tantos que sufren
humillaciones, injusticias, desprecios, abandonos por causa de egoísmos.
Nuestra gente necesita de nuestra motivación, de nuestros oídos, de
nuestras atenciones y de nuestro ánimo para que puedan encontrarse con
la “misericordia eterna” del Dios de Jesús. Demos el paso hacia la liberación
integral y seamos firmes ante las fuerzas que no quieren que el Reino de Dios
se haga vida en nuestras vidas.

18 XVI Domingo del Tiempo Ordinario


IV Semana Liturgia de las Horas Verde

Con Jesús, los padres guían con equidad a su familia

Algunas Orientaciones:
Colocar el lema de este
domingo. Se puede colocar
la imagen del Buen Pastor.
Se colocan los padres con
sus familias en un lugar
destacado. Se puede
presentar un padre con su
familia guiándolas hacia
el altar. Se pueden dar
testimonios de padres que
han sido y son buenos
pastores de su familia.

Monición de Entrada
Hermanos y hermanas: Con alegría, hoy hemos venido a celebrar esta
Eucaristía, hoy Domingo, día en que Cristo venció la muerte y quien ha sido
constituido como el Pastor verdadero de toda la humanidad.
Jesús, modelo de Buen Pastor para todos los padres de familia, los que
dirigen la Iglesia y la sociedad los llama a pastorear con equidad, en nombre
de Dios, a su propia familia, en especial durante este mes de julio dedicado
a ellos, con el lema “Traten a todos con equidad” (Cfr. Col 4,1).
“¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi
rebaño!”, nos dice hoy la Palabra de Dios. Con estas palabras se les hace
un llamado a los padres de familia y a todos los que tienen la misión de
guiar a otros para que sean instrumentos de unidad en el seno familiar y en
la sociedad, y sepan guiarla con amor dando hasta su propia vida por ella.
Ofrezcamos hoy esta Eucaristía por nuestros padres y pastores, para
que, teniendo los mismos sentimientos de Cristo, puedan guiar a sus familias
54
Plan de Pastoral - Julio 2021

y a sus comunidades, acercándolas a Dios Padre con un mismo Espíritu: el


del amor y la unidad.
Puestos de pie, recibamos cantando a Jesucristo quien viene a presidir
esta Celebración en la persona de su ministro.

Oración Colecta
Muéstrate propicio con tus siervos, Señor, y multiplica compasivo los
dones de tu gracia sobre ellos, para que, encendidos de fe, esperanza y
caridad, perseveren siempre, con observancia atenta, en tus mandatos. Por
nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura: Jeremías 23,1-6


Jeremías, como profeta de Dios, denuncia a los reyes de su época
porque no trataban a los pueblos con equidad y amor como sus pastores,
sino que lo trataban con malas e injustas acciones. Ante tal situación, el
profeta anuncia la venida de un Mesías que reinará con justicia y derecho en
la tierra que es Jesús.. Escuchemos.

Lectura del libro de Jeremías 23,1-6


Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi
rebaño –oráculo del Señor–.
Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel: «A los pastores que pastorean
mi pueblo: Ustedes dispersaron mis ovejas, las expulsaron, no las guardaron;
pues yo les tomaré cuentas, por la maldad de sus acciones –oráculo del
Señor–. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde
las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se
multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se
espantarán, y ninguna se perderá –oráculo del Señor–. Miren que llegan
días –oráculo del Señor– en que suscitaré a David un vástago legítimo:
reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días
se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: El-
Señor-nuestra-justicia.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 22, 1-3a.3b-4.5.6


R/. El Señor es mi pastor, nada me falta
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace
recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R/.
Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine
por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado
me sosiegan. R/.
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la
cabeza con perfume, y mi copa rebosa. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y
habitaré en la casa del Señor por años sin término. R/.
55
Traten a todos con equidad

Segunda Lectura: Efesios 2, 13-18.


Todo lo que pueda separarnos como familia y como sociedad como el
odio y rivalidades, está llamado a desaparecer con Cristo Jesús, que nos trae
la paz y la unidad que se manifiesta en el trato con equidad entre nosotros.
Escuchemos.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2,13-18


Hermanos: Ahora están en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo,
están cerca los que antes estaban lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de
los dos pueblos, Judíos y Gentiles una sola cosa, derribando con su carne el
muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos
y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre
nuevo. Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo
mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de
la paz: paz a ustedes, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos
y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu. Palabra de
Dios.

Aleluya Jn 10,27
Mis ovejas escuchan mi voz -dice el Señor-.
Yo las conozco y ellas me siguen.

Evangelio: Marcos 6,30-34


Así como Jesús, estamos llamados a compadecernos de la multitud que
anda “como ovejas sin pastor” y guiarlos hacia Jesús, el verdadero pastor.
Empezando en nuestras familias y luego a toda la gente enseñemos con
calma el Evangelio de Jesús, a quien aclamamos cantando como nuestro
Pastor. Escuchemos.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6,30-34


En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le
contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Vengan ustedes
solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.» Porque eran tantos los
que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en
barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los
reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a
aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le
dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a
enseñarles con calma. Palabra del Señor.

Meditación

La liturgia de hoy nos retoma el tema del buen pastor. Hoy nos
enfocamos en las características que todo pastor -religioso, líder,
padre, madre, educador…- debe poseer. Sin embargo, la primera
lectura del libro de Jeremías nos presenta cómo NO deben ser los
56
Plan de Pastoral - Julio 2021

pastores. Dios, a través del profeta Jeremías, se queja de los pastores


que dispersan a la gente y no la guardan y cuidan, ni la protegen del
peligro. Estos son malos pastores que solamente piensan primero en
ellos mismos, sus privilegios y sus propias seguridades. Pero Dios, en
su infinita misericordia, no deja desprotegido a su pueblo y le promete
un pastor especial que llamarán “el Señor nuestra Justicia”. Un líder
que pastoreará y protegerá al pueblo.
Para Pablo el pastor está llamado a ser fuente de paz y es un enviado
para “derribar” el muro del odio. Un buen pastor es un hombre nuevo,
reconciliador y unificador que transmite la noticia de la paz para que todos
“podamos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu”. Este pastor acerca,
vivifica mediante el Espíritu y crea la unidad entre los miembros del pueblo.
El salmo de hoy nos refuerza las cualidades del Señor, el verdadero buen
pastor. Es un pastor que nunca nos falla, que nos conduce a la seguridad
y a la paz para que recobremos nuestras fuerzas. Es un pastor que camina
con nosotros en los momentos de dificultad y en las oscuridades de la vida;
permite que podamos sentarnos en la mesa del compartir. Es un pastor
bondadoso y misericordioso “por años sin término”.
Hoy se nos motiva a reflexionar sobre nuestro pastoreo. Se nos
motiva, como pastores, a orar y a tranquilizar nuestro espíritu para
dejarnos penetrar por la fuerza del Espíritu. Nos cabe preguntarnos, y
analizarnos cada día. ¿Cómo estamos pastoreando a nuestra feligresía?
¿A nuestras comunidades? ¿A nuestras familias? ¿A nuestros alumnos?
¿Servimos con corazón misericordioso? ¿Somos capaces de comprender
y escuchar? ¿Somos conciliadores y abrimos espacios para todos?
¿Somos coherentes fuera y dentro de nuestros hogares? ¿Acogemos a
todos sin distinción? ¿Oramos y nos dejamos guiar por la voz del Buen
Pastor o tendemos a guiarnos por nuestros impulsos humanos? Seamos
de los que aspiran a seguir la voz del Pastor para llevar paz, unidad,
sanidad, justicia, compasión, equidad y amor a todos los ambientes en los
que nos movemos.

Oración de los fieles


El que preside: Presentemos al Padre nuestras oraciones por medio de
Jesús, el Buen Pastor, diciéndole: Padre, que nada nos falte con tu Hijo,
nuestro Buen Pastor.
• Por el Papa, los obispos y los demás pastores de la Iglesia, para que
el Señor les fortalezca en su misión de cuidar el Pueblo de Dios a ellos
encomendado. Oremos.
• Por los gobernantes de las naciones, en especial los de nuestro país,
para que al estilo de Jesús, Buen Pastor, estén atentos y contribuyan a
satisfacer las necesidades básicas de sus habitantes. Oremos.
• Por nuestro país y todos los afectados por la pandemia, para que
encuentren tranquilidad y sosiego en medio de la crisis vivida, y en
nosotros encuentren el apoyo necesario para luchar y vencer las
dificultades que se les presentan. Oremos.
57
Traten a todos con equidad

• Por todos nosotros aquí reunidos, para que el Señor nos conceda la
gracia de conocerlo más y aprendamos a vivir la paz y la unidad en
nuestras familias, Oremos.
• Por nuestras familias, para que encuentren en los padres auténticos
discípulos misioneros de Cristo que actúen como verdaderos pastores
al estilo de Jesús, Buen Pastor. Oremos.

El que preside: Padre, Tú que a través de tu Hijo nos has mostrado tu


amor compasivo y misericordioso, escucha estas oraciones que por medio de
Él te hemos presentado, y permite que también nosotros seamos compasivos
y misericordiosos, especialmente con los miembros de nuestra familia. Por
Jesucristo, Nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas


Oh, Dios, que has llevado a la perfección del sacrificio único los diferentes
sacrificios de la ley antigua, recibe la ofrenda de tus fieles siervos y santifica
estos dones como bendijiste los de Abel, para que la oblación que ofrece
cada uno de nosotros en alabanza de tu gloria, beneficie a la salvación de
todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración después de la comunión


Asiste, Señor, a tu pueblo y haz que pasemos del antiguo pecado a la
vida nueva los que hemos sido alimentados con los sacramentos del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

19 Feria
Lunes Verde

Lectura del libro del Éxodo 14,5-18


En aquellos días, cuando comunicaron al rey de Egipto que el pueblo
había escapado, el Faraón y su corte cambiaron de parecer sobre el pueblo,
y se dijeron: «¿Qué hemos hecho? Hemos dejado marchar a nuestros
esclavos israelitas.» Hizo preparar un carro y tomó consigo sus tropas:
tomó seiscientos carros escogidos y los demás carros de Egipto con sus
correspondientes oficiales. El Señor hizo que el Faraón se empeñase en
perseguir a los israelitas, mientras éstos salían triunfantes. Los egipcios los
persiguieron con caballos, carros y jinetes, y les dieron alcance mientras
acampaban en Fehirot frente a Baal Safón. Se acercaba el Faraón, los
israelitas alzaron la vista y vieron a los egipcios que avanzaban detrás de
ellos y, muertos de miedo, gritaron al Señor. Y dijeron a Moisés: «¿No había
sepulcros en Egipto?, nos has traído a morir en el desierto; ¿qué es lo que nos
has hecho sacándonos de Egipto? ¿No te lo decíamos en Egipto: “Déjanos
en paz, y serviremos a los egipcios; más nos vale servir a los egipcios que
morir en el desierto”?» Moisés respondió al pueblo: «No tengan miedo; estén
firmes, y verán la victoria que el Señor les va a conceder hoy: esos egipcios
58
Plan de Pastoral - Julio 2021

que están viendo hoy, no los volverán a ver jamás. El Señor peleará por
ustedes; ustedes esperen en silencio.»
El Señor dijo a Moisés: «¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los
israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano
sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a
pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los
persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército,
de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor,
cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de
sus guerreros.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: Éxodo 15,1-2.3-4.5-6


R/. Cantemos al Señor, sublime es su victoria
Cantaré al Señor, sublime es su victoria, caballos y carros ha arrojado
en el mar. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Él es mi Dios:
yo lo alabaré; el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré. R/.
El Señor es un guerrero, su nombre es «El Señor». Los carros del Faraón
los lanzó al mar, ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes. R/.
Las olas los cubrieron, bajaron hasta el fondo como piedras. Tu diestra,
Señor, es fuerte y terrible, tu diestra, Señor, tritura al enemigo. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 12,38-42


En aquel tiempo, algunos de los letrados y fariseos dijeron a Jesús:
«Maestro, queremos ver un milagro tuyo.» Él les contestó: «Esta generación
perversa y adúltera exige una señal; pero no se le dará más signo que el del
profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo;
pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la
tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán
y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación
de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta
generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella
vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón,
y aquí hay uno que es más que Salomón.» Palabra del Señor.

Meditación

El pueblo, atravesando el desierto, se encuentra camino a su


liberación. Un camino esperanzador. Sin embargo, las dudas, los posibles
arrepentimientos y las quejas van aumentando ante la primera persecución
de los egipcios. El faraón ordena perseguir a “sus esclavos”. Los israelitas,
al sentirse perseguidos, se dejan invadir por el miedo que les hace flaquear
en su fe hacia su líder, Moisés. Gritan quejándose, “nos has traído a morir
al desierto” y “déjanos en paz, y serviremos a los egipcios”. Su confianza y
seguridad se tambalean y prefieren volver a la esclavitud del pasado.
Nuestra vida es parecida a la gente de ese pueblo marginado que
atraviesa el desierto. El miedo a la incertidumbre y a lo desconocido
59
Traten a todos con equidad

tiende a desplomar nuestra fe. Frecuentemente preferimos lo seguro,


lo que podemos ver y tocar por encima del cambio y del camino por
descubrir. Solemos volver a situaciones de sufrimiento por miedo a dolores
imaginarios futuros. Pero Dios no se olvida de nosotros. En la vida nos
tropezamos con muchos “Moisés” que nos motivan a levantar los brazos
al cielo. Estas personas nos ayudan a ver la mano amorosa del Dios de
Jesús. Nos auxilian para que podamos sentirnos acompañados durante
esos momentos cuando parece que “los mares y tormentas de la vida se
violentan”. Demos gracias a esas personas que nos ayudan a “cantar al
Señor, sublime es su victoria”.
El pueblo del Éxodo no quería creer por estar llenos de miedo. Hoy
Jesús nos recuerda, una vez más, que el gran milagro ya lo realizó una vez
por siempre: a los tres días de estar “en el seno de la tierra”, resucitó. Esta
es nuestra gran pascua, el paso de la muerte a la vida y es la liberación
definitiva de la humanidad lograda a través de la entrega de Jesús. Vencer
nuestros miedos, superarnos ante nuestras quejas, dejar atrás nuestras
lamentaciones, y superar el deseo de volver a lo que nos esclaviza es
posible cuando creemos en Jesús. Se trata creer en la Buena Noticia que
contiene la sabiduría verdadera que restaura, salva, sana, dignifica y crea
unidad entre todos y todas.
Venzamos nuestros miedos mediante la fuerza del amor de Jesús que
es el único signo que necesitamos para construir un mundo mejor.

20 Feria o Memoria Libre: San Apolinar, Obispo y Mártir


Martes Verde o Rojo

Lectura del libro del Éxodo 14,21-15,1


En aquellos días, Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo
soplar durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y se
dividieron las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto,
mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda. Los egipcios
se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos, en medio del mar, todos
los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros. Mientras velaban al
amanecer, miró el Señor al campamento egipcio, desde la columna de fuego
y nube, y sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas
de sus carros y las hizo avanzar pesadamente. Y dijo Egipto: «Huyamos
de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto.» Dijo el Señor
a Moisés: «Extiende tu mano sobre el mar, y vuelvan las aguas sobre los
egipcios, sus carros y sus jinetes.» Y extendió Moisés su mano sobre el mar;
y al amanecer volvía el mar a su curso de siempre. Los egipcios, huyendo,
iban a su encuentro, y el Señor derribó a los egipcios en medio del mar. Y
volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del
Faraón, que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó. Pero los hijos
de Israel caminaban por lo seco en medio del mar; las aguas les hacían de
muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos
60
Plan de Pastoral - Julio 2021

de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar. Israel vio la
mano grande del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al
Señor, y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo.
Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron un cántico al Señor. Palabra
de Dios.

Salmo Responsorial: Ex 15,8-9.10.12.17


R/. Cantemos al Señor, sublime es su victoria
Al soplo de tu nariz, se amontonaron las aguas, las corrientes se alzaron
como un dique, las olas se cuajaron en el mar. R/.
Decía el enemigo: «Los perseguiré y los alcanzaré, repartiré el botín, se
saciará mi codicia, empuñaré la espada, los agarrará mi mano.» R/.
Pero sopló tu aliento, y los cubrió el mar, se hundieron como plomo en
las aguas formidables. Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra. R/.
Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad, lugar del que
hiciste tu trono, Señor; santuario, Señor, que fundaron tus manos. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 12,46-50


En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y
sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él. Uno se lo avisó:
«Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo.» Pero él
contestó al que le avisaba: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?»
Y, señalando con la mano a los discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y
mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi
hermano, y mi hermana, y mi madre.» Palabra del Señor.

Meditación

Hoy seguimos la narración del paso a la liberación del pueblo de Israel.


Se trata de un momento único que marcará la memoria religiosa del pueblo
quien recuerda que su Dios le guio y protegió de sus opresores. Para los
judíos, Dios nunca los deja solos y nunca se olvida de luchar junto a ellos.
De la misma manera, el pueblo cristiano canta las maravillas de Dios en
la gran Vigilia Pascual. Cantamos, en esa gran noche, que “la victoria del
Señor es sublime”. Se nos motiva hoy a recordar, como aquel pueblo de la
antigua alianza, que Dios también “sopla su aliento” y “extiende su diestra”
hacia todos.
El gran éxodo cristiano lo celebramos a través del gran paso definitivo
de Jesús quien vive, muere y pasa a la vida eterna mediante su resurrección.
Vivimos este paso hacia la vida cristiana mediante el agua del bautismo.
Las aguas bautismales nos hacen pasar a la vida de hermanos mediante
la fe y en el amor a Jesús. Ya no nos separa la sangre de la familia,
ni el sexo, ni las diversas culturas y tradiciones, ni las fronteras, ni las
lenguas distintas. La vida en el resucitado nos hace atravesar los mares,
representados por el mal de algunos, para crear vínculos de fraternidad y
de unidad.
61
Traten a todos con equidad

Somos todos hermanos y, como tal, hijos del Dios de Jesús. No se


trata de renegar a los nuestros ni de priorizar a unos por encima de otros.
Más bien, es un mensaje de amor, de justicia y de sanidad para todos. Es
un mensaje que podemos lograr en la unidad de nuestras diversidades.
Nada ni nadie debe apartarnos del único amor verdaderamente unificador
que traspasa toda frontera.
Jesús de seguro que no se apartó de su familia ni la negó. Sin
embargo, su mensaje nos ayuda a liberarnos de tantos prejuicios,
suposiciones mal fundamentadas y de tantas imágenes distorsionadas
que mantienen vivo al Dios autoritario, y juez. Hoy nos podemos liberar
de todo lo que nos separa y dispersa. Esencialmente Dios es compasivo,
misericordioso, amoroso y cercano. Hoy volvamos a la noche de la gran
Vigilia Pascual para renovarnos por las aguas de nuestro bautismo y por la
fuerza del Espíritu que nos hace caminar hacia nuestra Pascua verdadera.
Venceremos, cantaremos y nos regocijaremos todos juntos guiados por
las manos amorosas del Dios de la Vida y de la liberación.
Feria o Memoria Libre: San Lorenzo de Brindis,
21 Presbítero y Doctor de la Iglesia
Miércoles Verde o Blanco
14º Aniversario del fallecimiento de Mons. Juan Félix Pepén
Solimán, Obispo Auxiliar Emérito de Santo Domingo
29º Aniversario del fallecimiento de Monseñor Tomas Reilly, CSSR,
Obispo Emérito de San Juan de la Maguan

Lectura del Libro del Éxodo 16,1-5.9-15


Toda la comunidad de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin,
entre Elim y Sinaí, el día quince del segundo mes después de salir de
Egipto. La comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el
desierto diciendo: «¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto,
cuando nos sentábamos alrededor de la olla de carne y comíamos pan hasta
hartarnos! Nos han sacado a este desierto para matar de hambre a toda la
comunidad.»
El Señor dijo a Moisés: «Yo haré llover pan del cielo; que el pueblo salga
a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba, a ver si guarda mi ley o
no. El día sexto prepararán lo que hayan recogido, y será el doble de lo que
recojan a diario.»
Moisés dijo a Aarón: «Di a la comunidad de los israelitas: “Acérquense al
Señor, que ha escuchado sus murmuraciones”.» Mientras Aarón hablaba a la
asamblea, ellos se volvieron hacia el desierto y vieron la gloria del Señor que
aparecía en una nube. El Señor dijo a Moisés: «He oído las murmuraciones
de los israelitas. Diles de mi parte: “Al atardecer comerán carne, por la
mañana se hartarán de pan, para que sepan que yo soy el Señor, su Dios
“.» Por la tarde una bandada de codornices cubrió todo el campamento; por
la mañana había una capa de rocío, apareció en la superficie del desierto
un polvo parecido a la escarcha. Al verlo, los israelitas se dijeron: «¿Qué es
62
Plan de Pastoral - Julio 2021

esto?» Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: «Es el pan que el Señor
les da de comer.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 77,18-19.23-24.25-26.27-28


R/. El Señor les dio pan del cielo
Tentaron a Dios en sus corazones, pidiendo una comida a su gusto;
hablaron contra Dios: «¿Podrá Dios preparar una mesa en el desierto?» R/. 
Pero dio orden a las altas nubes, abrió las compuertas del cielo: hizo
llover sobre ellos maná, les dio un trigo celeste. R/. 
Y el hombre comió pan de ángeles, les mandó provisiones hasta la
hartura. Hizo soplar desde el cielo el Levante, y dirigió con su fuerza el viento
sur. R/. 
Hizo llover carne como una polvareda, y volátiles como arena del mar;
los hizo caer en mitad del campamento, alrededor de sus tiendas. R/. 

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,1-9


Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Acudió tanta
gente, que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de
pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas:
«Salió el sembrador a sembrar. al sembrar, un poco cayó al borde del
camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno
pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó
en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó, y por falta de raíz se
secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto
cayó en tierra buena y dio grano: unos ciento, otros sesenta, otros treinta. El
que tenga oídos, que oiga.» Palabra del Señor.

Meditación

A veces las preocupaciones, los desencantos, las confusiones, los


conflictos y los miedos nos van robando la seguridad del camino que Dios
desea que transitemos. El pueblo de Israel parece haberse olvidado de
los egipcios. La dureza del desierto le va nublando el entendimiento de la
alianza con su Dios. El hambre, la sed, el calor y los peligros del desierto
van suscitando quejas y críticas y, al mismo tiempo, el pueblo parece
cuestionarse si hubiera sido mejor “haberse muertos a manos del Señor en
Egipto, cuando nos sentábamos alrededor de la olla de carne y comíamos
hasta hartarnos”.
Pero Dios no se ha olvidado de su pueblo. Algo natural ocurre en ese
desierto que el pueblo interpreta como la intervención de su Dios. Llegan
unas bandadas de codornices y cae el “pan del cielo” -el maná-. Ya pueden
comer “carne” y “pan”. Las murmuraciones cesan, los ánimos se calman y
el camino prosigue por el mismo desierto caluroso, pero con la presencia
consciente de Dios. La confianza ha vuelto. Así somos las personas;
ante las adversidades flaquea nuestra confianza y nos debilitamos. Pero
Jesús nos insiste: la siembra de su Palabra siempre ocurrirá en todo
63
Traten a todos con equidad

terreno: pedregoso, cálido, lleno de zarzas. Dios sigue rociando la tierra de


nuestras vidas con la semilla de su Palabra.
Hoy, al igual que con el pueblo del Éxodo, se nos recuerda que Dios
siempre se hace presente. ¡Siempre! Para verlo, sin embargo, hay que
creer en Él y abrir los ojos para descubrirlo en los detalles diarios de la
vida. Dios se da a buenos y malos, a santos y pecadores, a cobardes
y valientes, a ricos y pobres, a libres y esclavos y a todos por igual. La
semilla de su Palabra amorosa existe y se hace presente todos los días.
Somos nosotros los que debemos trabajar la tierra de nuestra existencia
para que su mensaje crezca y se asiente en nuestros corazones.
Aprendamos a ver el pasar constante de Dios por nuestras vidas. No
será, posiblemente, con codornices ni maná. Más bien, podemos comer la
carne y beber la sangre de Jesús todos los días en cada misa. Ojalá que
podamos acallar las voces de quejas, de críticas, de desencantos y de
desamor para sustituirlos por el vino de la alegría y el pan del compartir.
¡Dejemos que el sembrador haga su trabajo y hagamos nosotros el nuestro
en el terreno de nuestras vidas!

22 Fiesta: Santa María Magdalena


Jueves Blanco
42 Aniversario de la Ordenación Presbiteral de
Mons. Diómedes Espinal de León, Obispo de Mao-Montecristi

Lectura del libro del Cantar de los Cantares 3,1-4a


Así dice la esposa: «En mi cama, por la noche, buscaba al amor de mi
alma: lo busqué y no lo encontré. Me levanté y recorrí la ciudad por las calles
y las plazas, buscando al amor de mi alma; lo busqué y no lo encontré. Me
han encontrado los guardias que rondan por la ciudad: “¿Viste al amor de
mi alma?” Pero, apenas los pasé, encontré al amor de mi alma.» Palabra
de Dios.

Salmo Responsorial: 62,2.3-4.5-6.8-9


R/. Mi alma está sedienta de ti, mi Dios
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi
carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. R/. 
¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu
gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. R/. 
Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré
como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos. R/.
Porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi
alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. R/.

Lectura del Santo Evangelio según san Juan 20,1.11-18


El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer,
cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
64
Plan de Pastoral - Julio 2021

Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se


asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a
la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos
le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les contesta: «Porque se han
llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.» Dicho esto, da media vuelta
y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer,
¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?» Ella, tomándolo por el hortelano, le
contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo
recogeré.» Jesús le dice: ¡María!» Ella se vuelve y le dice: «¡Rabbuní!», que
significa: «¡Maestro!» Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido
al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre de
ustedes, al Dios mío y Dios de ustedes.”» María Magdalena fue y anunció a
los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto.» Palabra del Señor.

Meditación

Hoy celebramos la Fiesta de Santa María Magdalena quien fuera


perdonada de sus pecados por Jesús. Mujer de fe y de cambios reales,
se convierte en la “primer testigo” de Jesús Resucitado. Como parte
de las mujeres que seguían a Jesús y luego de estar a los pies de la
cruz, recibe como premio ser testigo de la resurrección. Su experiencia
transformadora del encuentro en el sepulcro muy bien pudiera compararse
a esa esposa que “buscaba el amor de su alma” hasta que lo encontró.
Este es un encuentro de amor movido por un “alma sedienta” de ese
amor de Dios.
Pero su encuentro con Jesús no fue mágico ni nada diferente a los
nuestros. María busca, tiene ansia del encuentro, contempla el santuario y
desea el júbilo que solamente puede recibirse del Espíritu del Resucitado.
Sin embargo, llorando en el sepulcro, no logra comprender lo que ocurre
ante sus ojos. Su sufrimiento no le permite ver el regalo que la vida le
está presentando. No sabe quiénes son esos “vestidos de blanco” y no
reconoce la voz de aquel hombre que le pregunta por qué llora. El dolor
tiende a nublar los pensamientos y a arroparnos por la tristeza de la partida
del ser querido. María confunde al Resucitado con el cuidador del huerto.
Muchas veces el sufrimiento nos enfrasca en luchas internas que nos
separan de las realidades externas.
El encuentro de la de Magdala cambia con una sola palabra: “María”.
Es en la llamada personal del Resucitado que el descubrimiento del
maestro se hace patente. Todo cobra vida y sus ansias por tocar, abrazar
y sentir a su maestro no se hacen esperar. Nuestros encuentros son
así: momentos de descubrimiento al ser llamados por nuestros propios
nombres por el Resucitado. Jesús siempre se nos presenta en los detalles,
a veces desapercibidos, de la vida. La Magdalena, ante la certeza de la
resurrección, corre para anunciar a los hermanos el milagro de la vida
que ella ha experimentado. Esa mujer se convierte, como lo expresa el
sacerdote liturgo, José Aldazábal, en “la apóstol de los apóstoles”.
65
Traten a todos con equidad

Solamente el encuentro personal e íntimo con el Resucitado es capaz


de hacernos correr animadamente y gritar al mundo que la vida cobra
sentido. La llamada de esta “primer testigo” debe ser la de nosotros hoy
también. Estamos llamados a abrir los ojos del corazón para ver y escuchar
lo que puede hacer el Resucitado entre nosotros. Abramos, pues, todo el
ser para que podamos experimentar el auxilio, el júbilo y la alegría del
encuentro, así como lo vivió Santa María Magdalena.

23 Memoria Obligatoria: Santa Brígida, Religiosa


Viernes Blanco

Lectura del Libro del Éxodo 20,1-17


En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: «Yo soy
el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros
dioses frente a mí.
No te harás ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo
en la tierra o en el agua debajo de la tierra.
No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu
Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado de los padres en los hijos,
nietos y biznietos, cuando me aborrecen. Pero actúo con piedad por mil
generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos.
No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará
el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso.
Fíjate en el sábado para santificado. Durante seis días trabaja y haz tus
tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu
Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu
esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus ciudades. Porque en
seis días hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo que hay en ellos. Y el
séptimo día descansó: por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que
el Señor, tu Dios, te va a dar.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás testimonio falso contra tu prójimo.
No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu
prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea
de él.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 18,8.9.10.11


R/. “Señor, tú tienes palabras de vida eterna”
La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del
Señor es fiel e instruye al ignorante. R/. 
Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del
Señor es límpida y da luz a los ojos. R/. 
66
Plan de Pastoral - Julio 2021

La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos


del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
Más preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de
un panal que destila. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 13,18-23


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Ustedes oyen lo que
significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del Reino
sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto
significa lo sembrado al borde del camino. Lo sembrado en terreno pedregoso
significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene
raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por
la Palabra, sucumbe. Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la
Palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan
y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la
Palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta
por uno.» Palabra del Señor.

Meditación

Iniciamos nuestra meditación preguntándonos lo siguiente: ¿nos


hemos dejado robar el corazón por lo material y las superficialidades que
nos ofrece el mundo? ¿nos dejamos arrastrar por las preocupaciones
olvidándonos de Dios? ¿nos da miedo asumir la Palabra con mayor
profundidad? ¿nos hemos dejado arropar por lo externo olvidándonos de
fomentar lo interno? ¿qué nos está distrayendo de los valores que nos
propone Dios? Pues hoy Jesús nos hace una “homilía” donde nos explica
cómo actúan los terrenos -las personas- ante el mensaje transmitido por la
semilla, la Palabra de Dios.
La Palabra no crece cuando no es entendida o no se desea entenderla.
La Palabra no fructifica, tampoco, cuando las personas son inconstantes y
superficiales o cuando se dejan seducir por las riquezas del mundo o por
las preocupaciones. La Palabra da frutos cuando es escuchada y acogida
permitiéndole crecer desde adentro. Que crezca o no la semilla no está en
las manos de Dios. Los frutos solamente se obtienen cuando abonamos el
terreno de nuestras vidas a través de la escucha y puesta en práctica del
mensaje transmitido por la Palabra.
Hoy Dios nos ofrece los lineamientos a seguir para abonar el terreno. El
libro del Éxodo nos presenta un resumen del Decálogo que va a afianzar la
Alianza entre Dios y su pueblo y que servirá como guía para que nuestras
relaciones con Dios y con el prójimo prosperen. No se trata de normas
que limiten nuestra libertad, sino que nos sirven para que podamos vivir en
armonía, libertad, respeto y amor con el prójimo y con nuestro Padre Dios.
El Decálogo es una muestra de amor y de la alianza de Dios con su pueblo.
Crecer hacia Dios amándolo, no tomando su nombre en vano y
santificándolo nos abona el terreno. Cuando honramos a nuestros padres,
67
Traten a todos con equidad

respetamos la vida, no cometemos actos impuros, no robamos, somos


veraces, entonces crecemos. Cuando no pensamos con impurezas ni
codiciamos ni tomamos lo que no nos pertenece, entonces abonamos el
terreno y nos acercarnos a los hermanos para vivir en fraternidad.
Jesús termina de preparar la tierra de nuestras vidas motivándonos a
“amarnos como Él nos ha amado”. Vivir la vida “cristianamente”, pues, es
tan simple como amar primero a Dios y desde este amor eterno amar sincera
y profundamente a los hermanos. A pesar de la simpleza aparente del
mandato, solamente lo lograremos cuando digamos con total entrega “Señor,
tú tienes palabras de vida eterna”. Venzamos, pues, toda superficialidad,
preocupación, duda y deseo de lo material para vivir en Dios hacia los demás.

24 Fiesta: Santiago Apóstol


Sábado Rojo

Lectura del Libro de los Hechos 4,33;5.12.27-33;12,2


En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del
Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio
del pueblo.
Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los
interrogó: ¿No les habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre
de ese? En cambio, han llenado Jerusalén con su enseñanza y quieren
hacernos responsables de la sangre de ese hombre. Pedro y los apóstoles
replicaron: Hay que obedecer a Dios antes que los hombres. El Dios de
nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron, colgándolo de
un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para
otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de
esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da los que le obedecen.
Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más tarde, el
rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Palabra
de Dios.

Salmo Responsorial: 66, 2-3.5.7-8


R/. “Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben”
El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine tu rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R/.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. R/.
La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios
nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R/.

Lectura de la segunda carta a los Corintios 4,7-15


Hermanos: El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para
que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de
nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos
68
Plan de Pastoral - Julio 2021

apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos


derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos
en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se
manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están
entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de
Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando
en nosotros, y la vida en ustedes. Teniendo el mismo espíritu de fe, según
lo que está escrito: Creí, por eso hablé, también nosotros creemos y por eso
hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús
nos resucitará y nos hará estar con ustedes. Todo es para su bien. Cuantos
más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.
Palabra de Dios.

Lectura del Santo Evangelio según Mateo 20, 20-28


En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeo con sus
hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: ¿Qué deseas?
Ella contestó: Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno
a tu derecha y el otro a tu izquierda. Pero Jesús replicó: No sabes lo que
pides. ¿Son capaces de beber el cáliz que yo he de beber? Contestaron: Lo
somos. Él les dijo: Mi cáliz lo beberán; pero el puesto a mi derecha o a mi
izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene
reservado mi Padre. Los otros diez, que habían oído, se indignaron contra
los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: Saben que los jefes
de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre
ustedes: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el
que quiera ser primero entre ustedes, que sea su esclavo. Igual que el Hijo
del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en
rescate por muchos. Palabra del Señor.

Meditación

Celebramos la fiesta del Apóstol Santiago, hermano mayor de Juan.


– de los “hijos de Boanerges (trueno) (Mc. 3, 17). Lo encontramos en la
escena donde su madre pide a Jesús para que siente en lugar de honor a
Santiago y a Juan (Mt. 20, 21).
Hoy celebramos a un gran hombre cuya experiencia de cambio
lo llevó a ser decapitado por defender la verdad de la Buena Nueva.
Santiago experimentó al Cristo Resucitado. Su testimonio valiente por
defender los valores del Reino le ganó gran respeto entre la comunidad
de los seguidores del Resucitado. Su vida fue un proceso progresivo de
maduración espiritual marcada por el servicio y el trabajo humilde por
difundir el mensaje de salvación.
Aprendió a no desear sentarse en lugares de honor sino comprendió y
puso en práctica que “no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar
su vida en rescate por muchos.” Cambió sus pensamientos interesados por
los pensamientos de desapego a lo material. Caminó con alegría, entrega,
69
Traten a todos con equidad

dando alabanzas a Dios. Valientemente junto a “los apóstoles (que) daban


testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían
muchos signos y prodigios en medio del pueblo”.
Aprendamos de este gran Santo y dejémonos alentar por su vida para
el bien de nuestras propias vidas. ¡La recompensa es posible y el cambio
es posible!

25 XVII Domingo del Tiempo Ordinario


Primera Semana Liturgia de las Horas Verde
Dia de los Padres

Con Jesús los padres sean como San José que cuidó de su familia
Algunas orientaciones: Colocar el lema de este Domingo en un lugar
visible. Resaltar el lema del
mes: “Traten a todos con
equidad” (Cfr. Col 4,1). Decorar
de manera especial el lugar de
la celebración. Preparar algún
distintivo para los padres
presentes; recibirlos con un
aplauso; compartir al final
un brindis con ellos. Darles
una bendición especial a los
padres con sus familias al final
de la Celebración. Los padres
recojan las ofrendas. Un padre
de testimonio de su vida como
padre.

Monición de Entrada
Hermanos y hermanas: Con alegría celebramos nuestro encuentro
dominical correspondiente al Decimoséptimo Domingo del Tiempo Ordinario.
Hoy, de manera especial, en esta Eucaristía oremos por nuestros padres al
celebrarse en nuestro país su Día y más al celebrar el Año de San José,
modelo de todos los padres de familia
Desde ya, les extendemos nuestras felicitaciones a todos los padres que
comparten con nosotros en esta Celebración, y con gran amor recordamos
a los que el Señor llamó a su presencia. Demos un gran aplauso a nuestros
padres.
Dado que en esta celebración de hoy se destaca la comida como
expresión del amor de Dios a su pueblo, a través de Eliseo, y de una manera
más abundante a través de Jesús, los padres encuentran aquí inspiración
para seguir su obra de bien en su familia y fuera de ella, más en este tiempo
de dificultades que nos ha impuesto la pandemia.

70
Plan de Pastoral - Julio 2021

Este pan, para fortalecer el cuerpo, necesita ser completado con el


alimento de vida eterna que es Jesús y que se nos da de manera especial
en la Palabra, la Eucaristía y la Iglesia-comunidad.
Celebremos de manera especial a ese gran Padre, fuente de
misericordia y de quien proviene toda paternidad, que es nuestro Dios
que nos ama con amor entrañable, y modelo para los padres, para que
en Él y como Él, “amen con obras y según la verdad”. Un gran aplauso
también para Dios Padre y para todos nuestros presbíteros o sacerdotes
que entregan su vida por nosotros y para nosotros, trayéndonos el
mensaje de la Buena Nueva.
Dispongámonos a recibir cantando a Jesucristo, quien se hace presente
a través de su ministro, para que juntos alabemos al Padre y oremos por
nuestros padres que Él nos regaló.

Oración colecta
Oh, Dios, protector de los que en ti esperan y sin el que nada es fuerte
ni santo; multiplica sobre nosotros tu misericordia, para que, instruidos
y guiados por ti, de tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros que
podamos adherirnos ya a los eternos. Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura: 2 Reyes 4,42-44


En el milagro de la multiplicación de los panes, por la intercesión del
Profeta Eliseo, se hace visible el amor de Dios por su pueblo, como un padre
de familia responsable lo hace por los suyos. Escuchemos.

Lectura del segundo libro de los Reyes 4,42-44


En aquellos días, vino un hombre de Baal-Salisá trayendo en la alforja el
pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano reciente para el profeta
del Señor. Eliseo dijo: «Dáselos a la gente, que coman.» El criado replicó:
«¿Qué hago yo con esto para cien personas?» Eliseo insistió: «Dáselos a la
gente, que coman. Porque esto dice el Señor: Comerán y sobrará.» Entonces
el criado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor. Palabra
de Dios.

Salmo Responsorial: 144,10-11.15-16.17-18


R/. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus
fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/. 
Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su
tiempo; abres tú la mano, y sacias de favores a todo viviente. R/. 
El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus
acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan
sinceramente. R/.

71
Traten a todos con equidad

Segunda Lectura: Efesios 4,1-6


El Apóstol Pablo nos invita a todos a vivir de acuerdo con la vocación
a la que hemos sido llamados. A los padres es una invitación a imitar las
cualidades de San José para que sean custodios auténticos de su familia:
humildad, amabilidad, comprensión y fidelidad. Escuchemos

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4,1-6


Hermanos: Yo, el prisionero por el Señor, les ruego que anden como pide
la vocación a la que han sido convocados. Sean siempre humildes y amables,
sean comprensivos, sobrellévense mutuamente con amor; esfuércense en
mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un
solo Espíritu, como una sola es la meta de la esperanza en la vocación a la que
han sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo,
que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. Palabra de Dios.

ALELUYA Lc. 7,16


Un gran profeta ha surgido entre nosotros:
Dios ha visitado su pueblo.

Evangelio: Juan 6, 1-15


En el Evangelio de hoy, Cristo mismo va a realizar el milagro de los panes,
que es una expresión de amor con obras concretas y que invita a compartir
desde lo poco que tengamos. Del mismo modo, un padre responsable como
San José se preocupa para que en su familia haya siempre el alimento del
cuerpo y todos compartan el pan de vida que es Jesús. Puestos de pie
escuchamos la proclamación del Evangelio.

Lectura del santo evangelio según san Juan 6,1-15


En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o
de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que
hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí
con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. 
Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice
a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?» (Lo
decía para tentarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer). Felipe contestó:
«Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un
pedazo.» Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le
dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par
de peces; pero ¿qué es eso para tantos?» Jesús dijo: «Díganle a la gente
que se siente en el suelo.» Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron;
sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción
de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que
quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recojan
los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.» Los recogieron
y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada,
que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo
72
Plan de Pastoral - Julio 2021

que había hecho, decía: «Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al
mundo.» Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo
rey, se retiró otra vez a la montaña él solo. Palabra del Señor.

Meditación

El caminar del cristianismo siempre ha tenido como norte el multiplicar


y unir. El texto del Evangelio de Juan, que estaremos leyendo durante los
próximos domingos, nos confronta hoy ante el drama del hambre de una
multitud. La multiplicación de los panes para las comunidades de Marcos,
Mateo, Lucas y Juan parece haber significado una experiencia de suma
importancia ya que aparece en los textos seis veces. Hoy, el enfoque
teológico de la multiplicación, cargado de simbolismo, nos la presenta Juan.
La primera lectura de hoy y la de Juan mantienen una relación cercana.
En ambas nos encontramos con el drama del hambre, la pobreza, el pan
y el mandato de “darle de comer” a la gente. Además, todos comen y
sobra lo que se había multiplicado. A diferencia de la narración del libro
de los Reyes, en el Evangelio es el mismo Jesús quien reparte el pan. Los
símbolos del Evangelio de Juan hacen referencia al pan de la Eucaristía.
En la comunidad son muchos los que trabajan por “multiplicar” el pan para
saciar las necesidades de los más empobrecidos y hambrientos.
Se estima que “casi 690 millones de personas pasaban hambre en
2019 (un aumento de 10 millones de personas desde 2018 y de casi 60
millones en cinco años)” según las cifras de la Organización Mundial
de la Salud. Por lo tanto, urge multiplicar el “pan” en todas nuestras
comunidades. La gente necesita alimentarse con el pan físico y con el pan
de una espiritualidad capaz de movilizarnos hacia un encuentro fraterno.
Necesitamos comer el pan del compartir y del trabajo, tener mejores
centros educativos, hospitales abastecidos, una justicia transparente,
familias fortalecidas y servidores públicos que trabajen por el bien común.
Hoy las acciones de Jesús resuenan con la misma intensidad con la que
fueron una vez pronunciadas: tomó los panes, dio las gracias y los repartió
con los pescados. Sobró lo multiplicado por la donación del Hijo de Dios y
de la gente
Estamos convocados a “abrir nuestras manos” para acoger, a
“recoger para seguir repartiendo” y a bendecir y agradecer. Dividamos lo
que tenemos para que lo poco que cada uno entregue se multiplique y
convierta en lo mucho para todos. ¡Manos a la obra!

Oración de los fieles


El que preside: Acudamos como hijos confiados a nuestro Padre para
presentarle nuestras súplicas, diciendo: Padre, santifica a nuestros padres

• Por el Papa Francisco, nuestros obispos, presbíteros, diáconos y


consagrados, para que como buenos padres del Pueblo de Dios amen
con obras y actúen según la verdad. Oremos.
73
Traten a todos con equidad

• Por todos los gobernantes, especialmente el de nuestro país, para que


trabajen para que cada padre de familia encuentre trabajo para mantener
y desarrollar su familia. Oremos.
• Por los pobres, los enfermos, por todos los que sufren por la pandemia y
las desigualdades sociales, para que reciban en sus corazones a Cristo,
verdadero pan de vida. Oremos
• Por nosotros, para que participando del pan de la Eucaristía, nos
tratemos con equidad. Oremos.
• Por todos los padres de nuestra nación, para que asuman su
responsabilidad de custodia y guía de sus familias, como lo hizo San
José, amen con obras y según la verdad. Oremos.
• Por todos los padres que nos han precedido en su encuentro con el
Señor, para que volvamos a encontrarnos con ellos en la presencia
gloriosa de Dios Padre. Oremos.

El que preside: Padre amoroso y compasivo, escucha nuestras


plegarias, concédenos siempre el don de tu Santo Espíritu, bendice a
nuestros padres y sus familias, concede la paz eterna a los que has llamado
a tu presencia y aumenta nuestra fe con el Pan de Vida que es tu Hijo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas


Recibe, Señor, las ofrendas que te presentamos gracias a tu generosidad,
para que estos santos misterios, donde tu poder actúa eficazmente,
santifiquen los días de nuestra vida y nos conduzcan a las alegrías eternas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración después de la comunión


Hemos recibido, Señor, el santo sacramento, memorial perpetuo de
la pasión de tu Hijo; concédenos que este don, que él mismo nos entregó
con amor inefable, sea provechoso para nuestra salvación. Por Jesucristo
Nuestro Señor.

Memoria Obligatoria: San Joaquín y Santa Ana,


26 Padres de la Virgen María
Lunes Blanco

Lectura del Libro del Éxodo 32,15-24.30-34


En aquellos días, Moisés se volvió y bajó del monte con las dos tablas
de la alianza en la mano. Las tablas estaban escritas por ambos lados; eran
hechura de Dios y la escritura era escritura de Dios grabada en las tablas.
Al oír Josué el griterío del pueblo dijo a Moisés: Se oyen gritos de guerra
en el campamento. Contestó él: «No es grito de victoria, no es grito de
derrota, que son cantos lo que oigo». 
Al acercarse al campamento y ver el becerro y las danzas, Moisés,
enfurecido, tiró las tablas y las rompió al pie del monte. Después agarró el
74
Plan de Pastoral - Julio 2021

becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta hacerlo polvo, que echó
en agua, haciéndoselo beber a los israelitas. Moisés dijo a Aarón: ¿Qué te ha
hecho este pueblo para que nos acarreases tan enorme pecado? Contestó
Aarón: No se irrite mi señor. Sabes que este pueblo es perverso. Me dijeron:
haznos un Dios que vaya delante de nosotros, pues a ese Moisés que nos
sacó de Egipto no sabemos qué le ha pasado. Yo les dije: quien tenga oro
que se desprenda de él y me lo dé; yo lo eché al fuego y salió este becerro.
 Al día siguiente Moisés dijo al pueblo: Han cometido un pecado gravísimo;
pero ahora subiré al Señor a expiar su pecado. Volvió, pues, Moisés al Señor
y le dijo: Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo haciéndose dioses
de oro. Pero ahora, o perdonas su pecado o me borras del libro de tu registro.
El Señor respondió: Al que haya pecado contra mí lo borraré del libro. Ahora
ve y guía a tu pueblo al sitio que te dije: mi ángel irá delante de ti; y
cuando llegue el día de la cuenta, les pediré cuentas de su pecado. Palabra
de Dios.

Salmo Responsorial: 105,19-20.21-22.23


R/. “Den gracias al Señor porque es bueno”
En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de fundición;
cambiaron su gloria por la imagen de un toro que come hierba. R/. 
¡Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en
Egipto! Maravillas en el país de Cam, portentos junto al mar Rojo. R/. 
Dios hablaba ya de aniquilarlos, pero Moisés, su elegido, se puso en
la brecha frente a él, para apartar su cólera del exterminio. R/. 

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 13,31-35


En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: El Reino
de los Cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su
huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta
que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen
los pájaros a anidar en sus ramas. 
Les dijo otra parábola: El Reino de los Cielos se parece a la levadura; una
mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente. 
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas, y sin parábolas no les
exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo
parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo. Palabra del
Señor.

Meditación

Son muchas las ofertas que diariamente nos ofrece el mundo. Nos
deslumbramos por las hermosas casas, carros, televisiones, equipos de
música, computadores, en fin, por lo material. Nos desesperamos cuando
no podemos obtener lo que deseamos. Por las tantas ofertas a veces nos
olvidamos del verdadero camino que conduce hacia la felicidad. Otras
veces nos desesperamos, cansamos o angustiamos cuando nos dejamos
75
Traten a todos con equidad

invadir por las incertidumbres y problemas. Hoy, el pueblo del Éxodo se


desespera y se deja seducir por el camino de la idolatría.
Moisés sube al monte y parece que nunca bajará. El calor y la dureza
del desierto crean incertidumbre y desesperación en una comunidad
quejosa y criticona. Parece haberse olvidado de que su Dios le ha liberado
de una esclavitud de más de cuatrocientos años. Al dilatarse Moisés en
bajar del monte, el pueblo construye un becerro de oro y deposita su fe
y esperanza en otro dios. Yahvé es desplazado por el oro del ídolo y el
liderazgo y confianza en Moisés es puesto a prueba. A pesar de que otra
vez el pueblo le ha dado las espaldas a Dios, “Moisés, su elegido, se puso
en la brecha frente a él (Dios), para apartar su cólera del exterminio.” Dios
escucha y perdona.
Muchos somos los que a veces nos vamos olvidando o enfriando en
nuestro caminar por el desierto. Nos vamos alejando de la buena noticia
atraídos por falsas imágenes de otros dioses. Nos dejamos seducir por los
“becerros de oro” y construimos nuestros propios dioses a nuestra medida.
Construimos dioses que castigan, que son milagreros, que nos llaman
hacia “evangelios de la prosperidad” o que nos proponen curaciones y
milagros a cambio de diezmos.
Dios se manifiesta en la sencillez de la vida y, sin darnos cuenta,
va creciendo día a día cuando se lo permitimos. Mediante la oración, la
Eucaristía, los sacramentos y nuestras buenas acciones el mensaje va
germinando y propagándose entre nosotros y entre nuestras comunidades.
No necesitamos de “becerros de oro” ni de los ídolos que nos vamos
creando en la cabeza. Simplemente dejémonos seducir por la levadura
del amor, de la compasión y del perdón del Dios de Moisés y de Jesús.
Encontremos el “oro” que reside en las pequeñas cosas de la vida y así
nunca nos dejaremos encantar por los “becerros de oro” que nos oferta
este mundo.

27 Feria
Martes Verde

Lectura del libro del Éxodo 33,7-11;34,5b-9.28


En aquellos días, Moisés levantó la tienda de Dios y la plantó fuera,
a distancia del campamento, y la llamó «tienda del encuentro». El que
tenía que visitar al Señor salía fuera del campamento y se dirigía a la
tienda del encuentro. Cuando Moisés salía en dirección a la tienda, todo
el pueblo se levantaba y esperaba a la entrada de sus tiendas, mirando
a Moisés hasta que éste entraba en la tienda; en cuanto él entraba, la
columna de nube bajaba y se quedaba a la entrada de la tienda, mientras
él hablaba con el Señor, y el Señor hablaba con Moisés. Cuando el
pueblo veía la columna de nube a la puerta de la tienda, se levantaba
y se prosternaba, cada uno a la entrada de su tienda. El Señor hablaba
con Moisés cara a cara, como habla un hombre con un amigo. Después
76
Plan de Pastoral - Julio 2021

él volvía al campamento, mientras Josué, hijo de Nun, su joven ayudante,


no se apartaba de la tienda.
Y Moisés pronunció el nombre del Señor. El Señor pasó ante él,
proclamando: «Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira
y rico en clemencia y lealtad. Misericordioso hasta la milésima generación,
que perdona culpa, delito y pecado, pero no deja impune y castiga la culpa
de los padres en los hijos y nietos, hasta la tercera y cuarta generación.»
Moisés, al momento, se inclinó y se echó por tierra. Y le dijo: «Si he obtenido
tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque ése es un pueblo de cerviz
dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya.»
Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días con sus cuarenta noches:
no comió pan ni bebió agua; y escribió en las tablas las cláusulas del pacto,
los diez mandamientos. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 102,6-7.8-9.10-11.12-13


R/. El Señor es compasivo y misericordioso
El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos; enseñó sus
caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en
clemencia; no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo. R/.
No nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según
nuestras culpas. Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su
bondad sobre sus fieles. R/.
Como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros
delitos. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura
por sus fieles. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,36-43


En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos
se le acercaron a decirle: «Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.»
Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el
campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña
son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la
cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se
arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del Hombre
enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y
malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar
de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre.
El que tenga oídos, que oiga.» Palabra del Señor.

Meditación

Muchas personas sueñan con un mundo donde reine la paz, donde


el mal sea erradicado y donde el amor se manifieste en toda su plenitud.
Sueñan con un mundo donde solamente exista la bondad y las relaciones
sanas y fraternas. Sin embargo, la realidad es que, en nuestro mundo,
77
Traten a todos con equidad

nuestras sociedades, comunidades y hasta templos coexisten personas


buenas con otras que todavía se dejan arrastrar por las fuerzas de
la avaricia, por el egoísmo y por el deseo de poder. Hoy vemos cómo
coexisten en el Reino la buena semilla y la cizaña.
Jesús nos explica la parábola que hoy sigue siendo actual pero que
todavía cuesta aplicar. Jesús no se cansa de sembrar en el mundo. Cae
semilla buena -personas que luchan por el Reino- que llega a convertirse
al “proyecto del reino”.
Entre los que se entregan a la construcción de un mundo mejor,
también están aquellos alejados del plan de Dios. Personas que, sin darse
cuenta, van transmitiendo entre las comunidades infelicidad, soledad y
crisis, por ejemplo. Son personas con tantas necesidades insatisfechas
que se han dejado arrastrar -consciente o inconscientemente- por sus
propias historias, por el afán de poseer, por el egoísmo y por la soberbia.
Pero Dios sigue mostrándose compasivo y misericordioso con todos.
Somos nosotros los que nos olvidamos de que la Palabra es para los
enfermos. Nos empecinamos en juzgar, en excluir y marginar a los que no
son “tan buenos como nosotros”. Hasta los “corruptos y malvados” requieren
de nuestra misericordia y compasión. Estas personas, sin darse cuenta, se
van hundiendo en sus propias insatisfacciones. Muchas personas terminan
construyendo sus propios sufrimientos y crean sus propios “llantos y
rechinar de dientes”. Pero el sol sigue saliendo para justos y pecadores.
Hoy se nos invita a formar a los nuestros desde la fortaleza de la
oración como lo hizo Moisés en la tienda del encuentro. No se trata de
un encuentro superficial con nuestro Dios, sino más bien, de conectarnos
diariamente con el Espíritu dador de vida. Podemos, aunque nos cueste,
seguir trabajando a pesar de las cizañas. Podemos luchar por entusiasmar
y motivar a los alejados y a los conquistados por los malos del mundo.
La entrega de nuestro Dios bondadoso, misericordioso y compasivo
siempre está con todos como lo estuvo con Moisés. De seguro que no
observaremos nubes bajar en nuestros sagrarios ni veremos físicamente a
Dios cara a cara. Creamos con toda certeza, sin embargo, en la compasión
y misericordia de Dios que libera, perdona y nos regala sus mandamientos.
Sigamos al Dios de Jesús que nos deposita la semilla de su Palabra en
nuestros corazones y que nos ama siempre. Este Dios es para los buenos
y también para los que se han dejado seducir por el mundo.

28 Feria
Miércoles Verde
9º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Fausto Ramón
Mejía Vallejo, Obispo de San Francisco de Macorís

Lectura del libro del Éxodo 34,29-35


Cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las dos tablas de la alianza
en la mano, no sabía que tenía radiante la piel de la cara, de haber hablado
78
Plan de Pastoral - Julio 2021

con el Señor. Pero Aarón y todos los israelitas vieron a Moisés con la piel
de la cara radiante y no se atrevieron a acercarse a él. Cuando Moisés
los llamó, se acercaron Aarón y los jefes de la comunidad, y Moisés les
habló. Después se acercaron todos los israelitas, y Moisés les comunicó las
órdenes que el Señor le había dado en el monte Sinaí. Y, cuando terminó de
hablar con ellos, se echó un velo por la cara. Cuando entraba a la presencia
del Señor para hablar con él, se quitaba el velo hasta la salida. Cuando salía,
comunicaba a los israelitas lo que le habían mandado. Los israelitas veían la
piel de su cara radiante, y Moisés se volvía a echar el velo por la cara, hasta
que volvía a hablar con Dios. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 98,5.6.7.9
R/. Santo eres, Señor, Dios nuestro
Ensalcen al Señor, Dios nuestro, póstrense ante el estrado de sus pies:
Él es santo. R/.
Moisés y Aarón con sus sacerdotes, Samuel con los que invocan su
nombre, invocaban al Señor, y él respondía. R/.
Dios les hablaba desde la columna de nube; oyeron sus mandatos y la
ley que les dio. R/.
Ensalcen al Señor, Dios nuestro; póstrense ante su monte santo: Santo
es el Señor, nuestro Dios. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,44-45
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece
a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder
y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino
de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al
encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.»
Palabra del Señor.

Meditación
El poeta inglés William Blake escribió que “aquel cuyo rostro no
irradia luz nunca será estrella” y el escritor francés Víctor Hugo una vez
dijo que “amar a otra persona es ver el rostro de Dios”. Blake y Hugo
fueron certeros. El redactor del libro del Éxodo hoy nos dice que, luego
del encuentro de Moisés con Dios, el libertador “tenía radiante la piel de
la cara”. Y es así; la cara es el reflejo del alma. Y son tantos lo que andan
con caras y miradas tristes, sufridas, molestas, confundidas, perdidas,
amargadas, arrepentidas… en fin, rostros que reflejan las tormentas de la
vida. Hoy, la presencia de Dios desea iluminarnos el rostro.
Al bajar Moisés del monte con las tablas llega al pueblo movido,
esperanzado y tocado por la presencia de Dios. La presencia del Señor ha
tocado la vida del líder y ha movido a Moisés hacia nuevas esperanzas.
Moisés ha quedado iluminado por el encuentro y por la cercanía de su Dios.
Hoy también podemos experimentar la luz de Dios cuando profundizamos
en la oración, cuando lo experimentamos en el Santísimo o cuando, por
79
Traten a todos con equidad

ejemplo, salimos de un retiro. Cuando Dios toca el corazón se ilumina


el rostro y la vida toma color. El encuentro con el Mensaje escuchado e
interiorizado siempre rejuvenece y moviliza a la acción.
Cuando Dios llama y toca, la alegría del encuentro es notorio. Se
parece a aquél que vende todo lo que tiene para poseer el campo donde
ha escondido el tesoro. Se parece, también, a aquél que vende todo lo
que tiene para comprar la perla de gran valor. El valor del tesoro del Reino
trae alegría al que la ha encontrado. El Reino está a nuestro alcance.
La felicidad es posible para todo el que decide creer para luego ver. No
son palabras que se las lleva el viento. Son Palabras de vida eterna para
aquellos que quieren dejarse iluminar con el estilo de vida que nos ofrece
Jesús. Conocer, experimentar y transmitir la alegría del amor de Dios
siempre enciende el corazón e ilumina el mundo.
Hoy hagamos el esfuerzo por mostrar un rostro esperanzador,
alentador y lleno de alegría para que la gente quiera conocer lo que nos ha
ocurrido. Dejemos saber a las personas que nos hemos encontrado con
el verdadero sentido de la vida y que la felicidad de este encuentro con
el Resucitado nos hace radiante la piel del rostro. ¡Que se nos note que
hemos encontrado la perla y el tesoro escondido hoy y siempre!

29 Memoria Obligatoria: Santa Marta


Jueves Blanco

Lectura del libro del Éxodo 40,14-19.32-36


En aquellos días Moisés hizo todo ajustándose a lo que el Señor le había
mandado. El día uno del mes primero del segundo año fue construido el
santuario. Moisés construyó el santuario, colocó las bases, puso los tablones
con sus trancas y plantó las columnas; montó la tienda sobre el santuario,
puso la cubierta sobre la tienda como el Señor se lo había ordenado. Colocó
el documento de la alianza en el arca, sujetó al arca los varales y la cubrió
con la placa. Después la metió en el santuario y colocó la cortina de modo que
tapase el arca de la alianza; como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó
el santuario. Moisés no pudo entrar en la tienda del encuentro, porque la nube
se había posado sobre ella, y la gloria del Señor llenaba el santuario.
Cuando la nube se alzaba del santuario, los israelitas levantaban el
campamento, en todas las etapas. Pero, cuando la nube no se alzaba, los
israelitas esperaban hasta que se alzase. De día la nube del Señor se posaba
sobre el santuario, y de noche el fuego, en todas sus etapas, a la vista de
toda la casa de Israel. Palabra de Dios.

Responsorial: 83,3.4.5-6a.8a.11
R/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R/.
80
Plan de Pastoral - Julio 2021

Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde


colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío.
R/.
Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Dichosos los
que encuentran en ti su fuerza; caminan de baluarte en baluarte. R/.
Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de
la casa de Dios a vivir con los malvados. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,47-53


En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece
también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando
está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y
los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles,
separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí
será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Entienden bien todo esto?» Ellos les contestaron: «Sí.» Él les dijo: «Ya
ven, un letrado que entiende del reino de los cielos es como un padre de
familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí. Palabra del Señor.

Meditación

Se cuenta que muchos alumnos habían acudido al retiro de un gran


maestro de meditación. Durante el retiro, un alumno fue sorprendido
robando. El maestro fue informado del asunto con la petición de expulsar
al alumno, pero el maestro lo ignoró. Por segunda vez sorprendieron al
mismo alumno robando, y de nuevo lo llevaron ante el gran maestro, quién
volvió a dejarlo pasar por alto. Esto enfadó mucho al resto de alumnos,
que firmaron en conjunto una petición para que el ladrón fuera expulsado.
Amenazaban con irse todos en bloque si el maestro no les hacía caso.
Cuando el maestro se enteró de la petición llamó a todos los alumnos
delante suyo.
– Ustedes son alumnos inteligentes – les dijo -, saben lo que está bien
y lo que está mal. Pueden ir a otro sitio a estudiar si así lo desean. Pero
este pobre alumno ni siquiera distingue entre el bien y el mal. Si yo no le
enseño ¿quién lo hará? Voy a dejarle permanecer aquí, aunque todos los
demás se marchen.
Un torrente de lágrimas brotó de los ojos del alumno que había robado.
Todo deseo de volver a robar había desaparecido instantáneamente.
El Evangelio de hoy parece inclinarse ante la urgencia de hacernos
tomar consciencia de que debemos convivir con las personas buenas y
con las malas. Del mismo modo como el maestro del cuento, la cizaña y el
trigo, los peces buenos y los malos serán separados a final de los tiempos.
Nos toca acompañar, comprender y amar.
¿Pero cómo podemos convivir con aquellos que no viven según el
plan de Dios? ¿Cómo construir con personas que sabemos andan por
81
Traten a todos con equidad

el mundo destruyendo y no construyendo? ¿Cómo mantenernos sanos


cuando conocemos de actos negativos perpetuados por personas dentro
de nuestros templos? ¿Cómo acallar la voz interna al escuchar prédicas
excelentes transmitidas por personas imperfectas? ¿Cómo mantenernos
peregrinando por el desierto de la vida cuando sólo queremos claudicar?
Quizás parte de las respuestas nos la presenta el pasaje del Éxodo.
Hoy damos término a nuestra lectura del libro del Éxodo de una manera
hermosa: Dios camina junto a su pueblo peregrino y nómada. Moisés,
cuyo rostro habíamos visto resplandecer al bajar el monte, hoy construye
la tienda - “el santuario” - depositando “el documento de la alianza en el
arca”. A pesar de que esta tienda no es el templo definitivo, el pueblo inicia
de otra manera su vivencia junto a Dios. Su presencia se manifiesta en la
nube, el fuego y en la tienda. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de
los Ejércitos! ¡Cuántos momentos de esperanza experimentará el pueblo
durante su peregrinación al tomar consciencia de que su Dios le acompaña
por el desierto!
Así es el reino de los cielos. En el tránsito por el mar de la vida, algunos
navegan buscando la presencia de Dios junto a otros que no la divisan
ni desean encontrar. Dentro de nuestras comunidades y de nuestros
templos nos encontraremos con los que no entienden el reino de los cielos
y los que no les interesa entrar en este hermoso plan. En la iglesia y en
nuestras familias pueden convivir, además, lo antiguo junto a lo nuevo.
En el encuentro con Dios en la Eucaristía, en el sagrario, y en la Palabra
podemos descubrir la fuerza de Dios para continuar nuestro camino.
Fortalecer nuestro “yo interior” con la fuerza del Espíritu de Dios como lo
hizo Moisés nos hace conscientes de que el Reino no nos pertenece. No
somos los jueces ni los dueños de la mies.
Somos pescadores de hombres y en la red entrarán todos, buenos y
no tan buenos. Cada uno recibirá su recompensa según haya procedido
durante la vida. Ojalá podamos amar, perdonar y entender que debemos
mirar con compasión. Ojalá podamos caminar con esperanza, sentir
confianza en Dios como polluelos en el nido de la golondrina y amar a
todos a pesar de lo que hayan hecho. Al final de la vida, podremos sentir la
alegría del pescador cuyas redes son arrastradas a la barca de la Iglesia.
Deseemos, pues, entrar en las moradas de Dios. Fortalezcamos nuestro
espíritu con la fuerza del Espíritu. Construyamos Reino.

Feria o Memoria Libre: San Pedro Crisólogo,


30 Obispo y Doctor de la Iglesia
Viernes Verde o Blanco

Lectura del libro del Levítico 23,1.4-11.15-16.27.34b-37


El Señor dijo a Moisés: «Estas son las festividades del Señor, en las
que convocarán a asambleas litúrgicas. El día catorce del primer mes, al
atardecer, es la fiesta de la Pascua del Señor. El día quince del mismo mes
es la fiesta de los panes ázimos, dedicada al Señor. Comerán panes ázimos
82
Plan de Pastoral - Julio 2021

durante siete días. El primer día de éstos, se reunirán en asamblea litúrgica


y no harán ningún trabajo. Los siete días ofrecerán oblaciones al Señor. El
día séptimo se volverán a reunir en asamblea litúrgica y no harán trabajo
alguno».
El Señor habló a Moisés: «Di a los israelitas: Cuando entren en la
tierra que yo les voy a dar y recojan la mies, le llevarán la primera gavilla
al sacerdote, quien la agitará ritualmente en presencia del Señor, el día
siguiente al sábado, para que sea aceptada. Pasadas siete semanas
completas, contando desde el día siguiente al sábado en que lleven la gavilla
para la agitación ritual, hasta el día siguiente al séptimo sábado, es decir, a
los cincuenta días, harán una nueva ofrenda al Señor.
El día diez del séptimo mes es el Día de la expiación. Se reunirán en
asamblea litúrgica, harán penitencia y ofrecerán una oblación al Señor. El
día quince de este séptimo mes comienza la fiesta de las Tiendas, dedicada
al Señor, y dura siete días. El primer día se reunirán en asamblea litúrgica.
No harán trabajo alguno. Los siete días ofrecerán oblaciones al Señor. Al
octavo día volverán a reunirse en asamblea litúrgica y a ofrecer una oblación
al Señor. Es día de reunión religiosa solemne. No harán trabajo alguno.
Estas son las festividades del Señor, en las que se reunirán en asamblea
litúrgica y ofrecerán al Señor oblaciones, holocaustos y ofrendas, sacrificios
de comunión y libaciones, según corresponda a cada día». Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 80, 3-4.5-6ab.10-11ab


R/. Aclamen a Dios nuestra fuerza
Acompañen, toquen los panderos, las cítaras templadas y las arpas;
toquen la trompeta por la luna nueva, por la luna llena que es nuestra
fiesta. R/.
Porque es una ley en Israel, un precepto del Dios de Jacob, una norma
establecida por José, al salir de la tierra de Egipto. R/.
«No tendrás un Dios extraño, no adorarás un Dios extranjero, yo, el
Señor, soy el Dios tuyo, que te saqué del país de Egipto». R/.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13,54-58


En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en la
sinagoga. La gente decía admirada: «¿De dónde saca éste esa sabiduría
y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es María su madre,
y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven entre
nosotros todas sus hermanas? Entonces, ¿De dónde, saca todo eso?» Y
desconfiaban de él. Jesús les dijo: «Solo en su tierra y en su casa desprecian
a un profeta». Y no hizo muchos milagros allí porque les faltaba fe. Palabra
del Señor.

Meditación

Hoy y mañana continuamos la historia del pueblo desde el Levítico. El


Levítico, tercer libro de la Biblia, transmite la memoria del pueblo en la que
83
Traten a todos con equidad

quedan plasmadas las disposiciones acerca del culto a Dios: sus sacrificios,
reglas de pureza, celebrantes de los rituales y normativas generales. El
pueblo de Israel mantiene en el corazón los eventos fundantes de su
fe, así como la manera de celebrar a Dios quien ha estado presente en
su historia. Hoy se hace referencia a la importancia para ese pueblo de
las celebraciones de la Pascua, Pentecostés, Yom-Kipur (la fiesta de la
Expiación; fiesta de penitencia y sacrificios) y la fiesta de las Tiendas o
Tabernáculos (recordatorio de la travesía por el desierto).
¡Cuánta enseñanza de este pueblo peregrino! Vive, recuerda,
actualiza y celebra a Dios en cada paso de su historia; aprendió en el
camino a reanimar su fe mediante sus rituales. Constantemente actualizó
la memoria de su liberación. Alimentó su fe mediante actos celebrativos
y festividades donde se gozaba por sus victorias pasadas, presentes y
futuras de Dios en sus vidas.
Hoy, al igual que con el pueblo originario, es vital mantener la memoria
de lo que Cristo ha realizado por cada uno de nosotros. Estamos llamados
a festejar al profeta Jesús, a dejarnos impulsar por el memorial de su
sacrificio por nosotros y a siempre actualizar sus promesas de vida para
nuestras comunidades. Retomemos con alegría celebrar cada tiempo
litúrgico sabiendo que no es un simple recordatorio de nuestro Dios, de
hijo Jesús y de su Espíritu!
Sin embargo, hoy, al igual que en el evangelio de Mateo, son muchos
los que dudan y cuestionan las palabras y actos de Jesús. Así somos;
prestos a marginar a los nuestros y a dudar de nuestra propia gente: “nadie
es profeta en su propia tierra”. Hace falta reanimar nuestras tradiciones
y celebraciones religiosas para que queden sembradas en el corazón
del pueblo. Estamos llamados hoy a fortalecer e innovar para que los
más jóvenes puedan conectar con el mensaje. No se trata de cambiar
el mensaje sino, más bien, de traer el memorial a la gente de manera
viva para que sepamos y sintamos que Dios existe, transforma y ama. El
pueblo del Levítico lo entendió y nos toca a nosotros volver a la esencia
para atraer, tocar y amar con fe total y pasión contagiosa. ¡Manos a la
obra!

31 Memoria Obligatoria: San Ignacio de Loyola, Presbítero


Sábado Blanco

Lectura del libro del Levítico 25,1.8-17


El Señor habló a Moisés en el monte Sinaí: «Haz el cómputo de siete
semanas de años, siete por siete, o sea cuarenta y nueve años. A toque de
trompeta darás un bando por todo el país, el día diez del séptimo mes. El
día de la expiación harás resonar la trompeta por todo el país. Santificarán
el año cincuenta y promulgarán la manumisión en el país para todos sus
moradores. Celebrarán jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y retornará
a su familia. El año cincuenta es para ustedes jubilar; no sembrarán ni
84
Plan de Pastoral - Julio 2021

segarán el grano de ricio ni cortarán las uvas de cepas bordes. Porque es


jubileo; lo considerarás sagrado. Comerán de la cosecha de sus campos.
En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad. Cuando realices
operaciones de compra y venta con alguien de tu pueblo, no lo perjudiques.
Lo que compres a uno de tu pueblo se tasará según el número de años
transcurridos después del jubileo. Él a su vez te lo cobrará según el número
de cosechas anuales: cuantos más años falten, más alto será el precio;
cuantos menos, menor será el precio. Porque él te cobra según el número
de cosechas. Nadie perjudicará a uno de su pueblo. Teme a tu Dios. Yo soy
el Señor, su Dios.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 66, 2-3.5.7-8


R/. “Oh Dios que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te
alaben.”
El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R/.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con
justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. R/.
La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios
nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 14,1-12


En aquel tiempo, el rey Herodes oyó lo que contaban de Jesús, y dijo
a sus ayudantes: «Ese es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los
muertos y por eso los poderes actúan en él».
Es que Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la
cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Filipo, porque Juan le
decía que no le estaba permitido tenerla por mujer. Y aunque quería quitarle
la vida, tenía miedo a la gente, porque creían que Juan era un profeta. El
día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías bailó delante de todos,
y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por
su madre, le dijo: «Dame, ahora mismo, en una bandeja, la cabeza de Juan
el Bautista». El rey lo sintió, pero a causa de su juramento y por no quedar
mal con los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en
la cárcel. Trajeron, pues, la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la
joven y ella se la llevó a su madre. Sus discípulos recogieron el cadáver, lo
enterraron y fueron a contárselo a Jesús. Palabra del Señor.

Meditación

Ayer se nos motivaba a la celebración y se hacía referencia a cómo


a veces son recibidos los profetas por sus compueblanos. Hoy el profeta
-hombre que anuncia y denuncia- recibe otra paga: la muerte. Juan el
Bautista es ajusticiado por los celos y la ira de parte del poder. Son muchos
los hombres y las mujeres que a diario dan la vida por la justicia, el bien
común y el amor. Los profetas de hoy, al igual que los que ayer, no son
85
Traten a todos con equidad

superhombres o supermujeres. Son simplemente personas ordinarias que


se han dejado penetrar por el mensaje del Espíritu. Estas personas se han
llenado de amor y de valor para luchar por el pueblo.
El Bautista da la vida por sus valores, por su fe. Hoy se nos motiva a
luchar por una sociedad más justa y digna donde las riquezas puedan ser
distribuidas con mayor equidad. ¡Necesitamos mejorar tanto en nuestras
sociedades latinoamericanas! En nuestro país son muchos los que carecen
de buena salud integral, que no tienen el pan de cada día, que no disponen
de una educación de calidad y que no poseen lo mínimo para vivir con
dignidad. Dios no quiere que vivamos injusticias ni precariedades.
El pueblo de Israel entendió e hizo lo posible por mantener una
sociedad justa. El año del jubileo, celebrado cada cincuenta años, había
sido instituido para crear una sociedad socialmente mejor. El jubileo servía
para que cada uno recobrara la propiedad que le había sido arrebatada,
para que se le condonaran deudas, para que los esclavos fueran liberados
y para hacer descansar parte de la tierra para que luego pudiera dar
mejores frutos. Ese es el verdadero camino. ¡Ese pueblo de Dios supo
combinar lo religioso con lo social!
Hoy se nos llama a convertir nuestras palabras en actos encaminados
a crear el Reino en nuestras comunidades. Eso cuesta, pero luego
cantaremos “de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra”. Ese
mensaje de vida lo entendió el Bautista. Ahora nos toca a cada uno poner
nuestro grano de arena para que la justicia sea una realidad para todos.

CARTA APOSTÓLICA
PATRIS CORDE
DEL SANTO PADRE FRANCISCO CON MOTIVO DEL 150°
ANIVERSARIO DE LA DECLARACIÓN DE SAN JOSÉ
COMO PATRONO DE LA IGLESIA UNIVERSAL
 
Con corazón de padre: así José amó a Jesús, llamado en los cuatro
Evangelios «el hijo de José»[1].
Los dos evangelistas que evidenciaron su figura, Mateo y Lucas, refieren
poco, pero lo suficiente para entender qué tipo de padre fuese y la misión
que la Providencia le confió.
Sabemos que fue un humilde carpintero (cf. Mt 13,55), desposado con
María (cf. Mt 1,18; Lc 1,27); un «hombre justo» (Mt 1,19), siempre dispuesto
a hacer la voluntad de Dios manifestada en su ley (cf. Lc 2,22.27.39) y a
través de los cuatro sueños que tuvo (cf. Mt 1,20; 2,13.19.22). Después de
un largo y duro viaje de Nazaret a Belén, vio nacer al Mesías en un pesebre,
porque en otro sitio «no había lugar para ellos» (Lc 2,7). Fue testigo de la
adoración de los pastores (cf. Lc 2,8-20) y de los Magos (cf. Mt 2,1-12), que
representaban respectivamente el pueblo de Israel y los pueblos paganos.
Tuvo la valentía de asumir la paternidad legal de Jesús, a quien dio el
nombre que le reveló el ángel: «Tú le pondrás por nombre Jesús, porque
86
Plan de Pastoral - Julio 2021

él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,21). Como se sabe, en los


pueblos antiguos poner un nombre a una persona o a una cosa significaba
adquirir la pertenencia, como hizo Adán en el relato del Génesis (cf. 2,19-20).
En el templo, cuarenta días después del nacimiento, José, junto a la
madre, presentó el Niño al Señor y escuchó sorprendido la profecía que
Simeón pronunció sobre Jesús y María (cf. Lc 2,22-35). Para proteger a
Jesús de Herodes, permaneció en Egipto como extranjero (cf. Mt 2,13-18).
De regreso en su tierra, vivió de manera oculta en el pequeño y desconocido
pueblo de Nazaret, en Galilea —de donde, se decía: “No sale ningún profeta”
y “no puede salir nada bueno” (cf. Jn 7,52; 1,46)—, lejos de Belén, su ciudad
de origen, y de Jerusalén, donde estaba el templo. Cuando, durante una
peregrinación a Jerusalén, perdieron a Jesús, que tenía doce años, él y María
lo buscaron angustiados y lo encontraron en el templo mientras discutía con
los doctores de la ley (cf. Lc 2,41-50).
Después de María, Madre de Dios, ningún santo ocupa tanto espacio
en el Magisterio pontificio como José, su esposo. Mis predecesores han
profundizado en el mensaje contenido en los pocos datos transmitidos por
los Evangelios para destacar su papel central en la historia de la salvación: el
beato Pío IX lo declaró «Patrono de la Iglesia Católica»[2], el venerable Pío
XII lo presentó como “Patrono de los trabajadores”[3] y san Juan Pablo
II como «Custodio del Redentor»[4]. El pueblo lo invoca como «Patrono de
la buena muerte»[5].
Por eso, al cumplirse ciento cincuenta años de que el beato Pío IX, el 8 de
diciembre de 1870, lo declarara como Patrono de la Iglesia Católica, quisiera
—como dice Jesús— que “la boca hable de aquello de lo que está lleno
el corazón” (cf. Mt 12,34), para compartir con ustedes algunas reflexiones
personales sobre esta figura extraordinaria, tan cercana a nuestra condición
humana. Este deseo ha crecido durante estos meses de pandemia, en los
que podemos experimentar, en medio de la crisis que nos está golpeando,
que «nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes —
corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de
revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas,
están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia:
médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos
en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de
seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros
que comprendieron que nadie se salva solo. […] Cuánta gente cada día
demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar
pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas,
docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos,
cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas
e impulsando la oración. Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por
el bien de todos»[6]. Todos pueden encontrar en san José —el hombre que
pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta—
un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad. San José nos
recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en “segunda
línea” tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación. A todos
ellos va dirigida una palabra de reconocimiento y de gratitud.
87
Traten a todos con equidad

1.  Padre amado


La grandeza de san José consiste en el hecho de que fue el esposo de
María y el padre de Jesús. En cuanto tal, «entró en el servicio de toda la
economía de la encarnación», como dice san Juan Crisóstomo[7].
San Pablo VI observa que su paternidad se manifestó concretamente «al
haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación
y a la misión redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal,
que le correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de
sí mismo, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación humana
de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón
y de toda capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su
casa»[8].
Por su papel en la historia de la salvación, san José es un padre que
siempre ha sido amado por el pueblo cristiano, como lo demuestra el hecho
de que se le han dedicado numerosas iglesias en todo el mundo; que
muchos institutos religiosos, hermandades y grupos eclesiales se inspiran
en su espiritualidad y llevan su nombre; y que desde hace siglos se celebran
en su honor diversas representaciones sagradas. Muchos santos y santas le
tuvieron una gran devoción, entre ellos Teresa de Ávila, quien lo tomó como
abogado e intercesor, encomendándose mucho a él y recibiendo todas las
gracias que le pedía. Alentada por su experiencia, la santa persuadía a otros
para que le fueran devotos[9].
En todos los libros de oraciones se encuentra alguna oración a san
José. Invocaciones particulares que le son dirigidas todos los miércoles y
especialmente durante todo el mes de marzo, tradicionalmente dedicado a
él[10].
La confianza del pueblo en san José se resume en la expresión “Ite ad
Ioseph”, que hace referencia al tiempo de hambruna en Egipto, cuando la
gente le pedía pan al faraón y él les respondía: «Vayan donde José y hagan lo
que él les diga» (Gn 41,55). Se trataba de José el hijo de Jacob, a quien sus
hermanos vendieron por envidia (cf. Gn 37,11-28) y que —siguiendo el relato
bíblico— se convirtió posteriormente en virrey de Egipto (cf. Gn 41,41-44).
Como descendiente de David (cf. Mt 1,16.20), de cuya raíz debía brotar
Jesús según la promesa hecha a David por el profeta Natán (cf. 2 Sam 7), y
como esposo de María de Nazaret, san José es la pieza que une el Antiguo
y el Nuevo Testamento.

2.  Padre en la ternura


José vio a Jesús progresar día tras día «en sabiduría, en estatura y en
gracia ante Dios y los hombres» (Lc 2,52). Como hizo el Señor con Israel,
así él “le enseñó a caminar, y lo tomaba en sus brazos: era para él como el
padre que alza a un niño hasta sus mejillas, y se inclina hacia él para darle
de comer” (cf. Os 11,3-4).
Jesús vio la ternura de Dios en José: «Como un padre siente ternura por
sus hijos, así el Señor siente ternura por quienes lo temen» (Sal 103,13).
En la sinagoga, durante la oración de los Salmos, José ciertamente
habrá oído el eco de que el Dios de Israel es un Dios de ternura[11], que es
bueno para todos y «su ternura alcanza a todas las criaturas» (Sal 145,9).
88
Plan de Pastoral - Julio 2021

La historia de la salvación se cumple creyendo «contra toda


esperanza» (Rm 4,18) a través de nuestras debilidades. Muchas veces
pensamos que Dios se basa sólo en la parte buena y vencedora de
nosotros, cuando en realidad la mayoría de sus designios se realizan a
través y a pesar de nuestra debilidad. Esto es lo que hace que san Pablo
diga: «Para que no me engría tengo una espina clavada en el cuerpo, un
emisario de Satanás que me golpea para que no me engría. Tres veces
le he pedido al Señor que la aparte de mí, y él me ha dicho: “¡Te basta
mi gracia!, porque mi poder se manifiesta plenamente en la debilidad”»
(2 Co 12,7-9).
Si esta es la perspectiva de la economía de la salvación, debemos
aprender a aceptar nuestra debilidad con intensa ternura[12].
El Maligno nos hace mirar nuestra fragilidad con un juicio negativo,
mientras que el Espíritu la saca a la luz con ternura. La ternura es el mejor
modo para tocar lo que es frágil en nosotros. El dedo que señala y el juicio
que hacemos de los demás son a menudo un signo de nuestra incapacidad
para aceptar nuestra propia debilidad, nuestra propia fragilidad. Sólo la
ternura nos salvará de la obra del Acusador (cf. Ap 12,10). Por esta razón
es importante encontrarnos con la Misericordia de Dios, especialmente en
el sacramento de la Reconciliación, teniendo una experiencia de verdad y
ternura. Paradójicamente, incluso el Maligno puede decirnos la verdad, pero,
si lo hace, es para condenarnos. Sabemos, sin embargo, que la Verdad
que viene de Dios no nos condena, sino que nos acoge, nos abraza, nos
sostiene, nos perdona. La Verdad siempre se nos presenta como el Padre
misericordioso de la parábola (cf. Lc 15,11-32): viene a nuestro encuentro,
nos devuelve la dignidad, nos pone nuevamente de pie, celebra con nosotros,
porque «mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido
encontrado» (v. 24).
También a través de la angustia de José pasa la voluntad de Dios, su
historia, su proyecto. Así, José nos enseña que tener fe en Dios incluye
además creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de
nuestras fragilidades, de nuestra debilidad. Y nos enseña que, en medio de
las tormentas de la vida, no debemos tener miedo de ceder a Dios el timón
de nuestra barca. A veces, nosotros quisiéramos tener todo bajo control,
pero Él tiene siempre una mirada más amplia.

3.  Padre en la obediencia


Así como Dios hizo con María cuando le manifestó su plan de salvación,
también a José le reveló sus designios y lo hizo a través de sueños que, en
la Biblia, como en todos los pueblos antiguos, eran considerados uno de los
medios por los que Dios manifestaba su voluntad[13].
José estaba muy angustiado por el embarazo incomprensible de
María; no quería «denunciarla públicamente»[14], pero decidió «romper su
compromiso en secreto» (Mt 1,19). En el primer sueño el ángel lo ayudó a
resolver su grave dilema: «No temas aceptar a María, tu mujer, porque lo
engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le
pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados»
(Mt 1,20-21). Su respuesta fue inmediata: «Cuando José despertó del
89
Traten a todos con equidad

sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado» (Mt 1,24). Con la
obediencia superó su drama y salvó a María.
En el segundo sueño el ángel ordenó a José: «Levántate, toma contigo
al niño y a su madre, y huye a Egipto; quédate allí hasta que te diga, porque
Herodes va a buscar al niño para matarlo» (Mt 2,13). José no dudó en
obedecer, sin cuestionarse acerca de las dificultades que podía encontrar:
«Se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, donde
estuvo hasta la muerte de Herodes» (Mt 2,14-15).
En Egipto, José esperó con confianza y paciencia el aviso prometido por
el ángel para regresar a su país. Y cuando en un tercer sueño el mensajero
divino, después de haberle informado que los que intentaban matar al niño
habían muerto, le ordenó que se levantara, que tomase consigo al niño y a
su madre y que volviera a la tierra de Israel (cf. Mt 2,19-20), él una vez más
obedeció sin vacilar: «Se levantó, tomó al niño y a su madre y entró en la
tierra de Israel» (Mt 2,21).
Pero durante el viaje de regreso, «al enterarse de que Arquelao reinaba
en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, avisado en
sueños —y es la cuarta vez que sucedió—, se retiró a la región de Galilea y
se fue a vivir a un pueblo llamado Nazaret» (Mt 2,22-23).
El evangelista Lucas, por su parte, relató que José afrontó el largo e
incómodo viaje de Nazaret a Belén, según la ley del censo del emperador
César Augusto, para empadronarse en su ciudad de origen. Y fue
precisamente en esta circunstancia que Jesús nació y fue asentado en el
censo del Imperio, como todos los demás niños (cf. Lc 2,1-7).
San Lucas, en particular, se preocupó de resaltar que los padres de Jesús
observaban todas las prescripciones de la ley: los ritos de la circuncisión de
Jesús, de la purificación de María después del parto, de la presentación del
primogénito a Dios (cf. 2,21-24)[15].
En cada circunstancia de su vida, José supo pronunciar su “fiat”, como
María en la Anunciación y Jesús en Getsemaní.
José, en su papel de cabeza de familia, enseñó a Jesús a ser sumiso a
sus padres, según el mandamiento de Dios (cf. Ex 20,12).
En la vida oculta de Nazaret, bajo la guía de José, Jesús aprendió a
hacer la voluntad del Padre. Dicha voluntad se transformó en su alimento
diario (cf. Jn 4,34). Incluso en el momento más difícil de su vida, que fue en
Getsemaní, prefirió hacer la voluntad del Padre y no la suya propia[16] y se
hizo «obediente hasta la muerte […] de cruz» (Flp 2,8). Por ello, el autor de
la Carta a los Hebreos concluye que Jesús «aprendió sufriendo a obedecer»
(5,8).
Todos estos acontecimientos muestran que José «ha sido llamado por
Dios para servir directamente a la persona y a la misión de Jesús mediante
el ejercicio de su paternidad; de este modo él coopera en la plenitud de los
tiempos en el gran misterio de la redención y es verdaderamente “ministro
de la salvación”»[17].

4.  Padre en la acogida


José acogió a María sin poner condiciones previas. Confió en las
palabras del ángel. «La nobleza de su corazón le hace supeditar a la caridad
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Plan de Pastoral - Julio 2021

lo aprendido por ley; y hoy, en este mundo donde la violencia psicológica,


verbal y física sobre la mujer es patente, José se presenta como figura de
varón respetuoso, delicado que, aun no teniendo toda la información, se
decide por la fama, dignidad y vida de María. Y, en su duda de cómo hacer
lo mejor, Dios lo ayudó a optar iluminando su juicio»[18].
Muchas veces ocurren hechos en nuestra vida cuyo significado no
entendemos. Nuestra primera reacción es a menudo de decepción y rebelión.
José deja de lado sus razonamientos para dar paso a lo que acontece y,
por más misterioso que le parezca, lo acoge, asume la responsabilidad y
se reconcilia con su propia historia. Si no nos reconciliamos con nuestra
historia, ni siquiera podremos dar el paso siguiente, porque siempre seremos
prisioneros de nuestras expectativas y de las consiguientes decepciones.
La vida espiritual de José no nos muestra una vía que explica, sino una
vía que acoge. Sólo a partir de esta acogida, de esta reconciliación, podemos
también intuir una historia más grande, un significado más profundo.
Parecen hacerse eco las ardientes palabras de Job que, ante la invitación
de su esposa a rebelarse contra todo el mal que le sucedía, respondió: «Si
aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?» (Jb 2,10).
José no es un hombre que se resigna pasivamente. Es un protagonista
valiente y fuerte. La acogida es un modo por el que se manifiesta en
nuestra vida el don de la fortaleza que nos viene del Espíritu Santo. Sólo el
Señor puede darnos la fuerza para acoger la vida tal como es, para hacer
sitio incluso a esa parte contradictoria, inesperada y decepcionante de la
existencia.
La venida de Jesús en medio de nosotros es un regalo del Padre, para
que cada uno pueda reconciliarse con la carne de su propia historia, aunque
no la comprenda del todo.
Como Dios dijo a nuestro santo: «José, hijo de David, no temas»
(Mt 1,20), parece repetirnos también a nosotros: “¡No tengan miedo!”.
Tenemos que dejar de lado nuestra ira y decepción, y hacer espacio —sin
ninguna resignación mundana y con una fortaleza llena de esperanza— a
lo que no hemos elegido, pero está allí. Acoger la vida de esta manera nos
introduce en un significado oculto. La vida de cada uno de nosotros puede
comenzar de nuevo milagrosamente, si encontramos la valentía para vivirla
según lo que nos dice el Evangelio. Y no importa si ahora todo parece haber
tomado un rumbo equivocado y si algunas cuestiones son irreversibles.
Dios puede hacer que las flores broten entre las rocas. Aun cuando nuestra
conciencia nos reprocha algo, Él «es más grande que nuestra conciencia y
lo sabe todo» (1 Jn 3,20).
El realismo cristiano, que no rechaza nada de lo que existe, vuelve
una vez más. La realidad, en su misteriosa irreductibilidad y complejidad,
es portadora de un sentido de la existencia con sus luces y sombras. Esto
hace que el apóstol Pablo afirme: «Sabemos que todo contribuye al bien
de quienes aman a Dios» (Rm 8,28). Y san Agustín añade: «Aun lo que
llamamos mal (etiam illud quod malum dicitur)»[19]. En esta perspectiva
general, la fe da sentido a cada acontecimiento feliz o triste.
Entonces, lejos de nosotros el pensar que creer significa encontrar
soluciones fáciles que consuelan. La fe que Cristo nos enseñó es, en cambio,
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Traten a todos con equidad

la que vemos en san José, que no buscó atajos, sino que afrontó “con los
ojos abiertos” lo que le acontecía, asumiendo la responsabilidad en primera
persona.
La acogida de José nos invita a acoger a los demás, sin exclusiones,
tal como son, con preferencia por los débiles, porque Dios elige lo que es
débil (cf. 1 Co 1,27), es «padre de los huérfanos y defensor de las viudas»
(Sal 68,6) y nos ordena amar al extranjero[20]. Deseo imaginar que Jesús
tomó de las actitudes de José el ejemplo para la parábola del hijo pródigo y
el padre misericordioso (cf. Lc 15,11-32).

5.  Padre de la valentía creativa


Si la primera etapa de toda verdadera curación interior es acoger la
propia historia, es decir, hacer espacio dentro de nosotros mismos incluso
para lo que no hemos elegido en nuestra vida, necesitamos añadir otra
característica importante: la valentía creativa. Esta surge especialmente
cuando encontramos dificultades. De hecho, cuando nos enfrentamos a un
problema podemos detenernos y bajar los brazos, o podemos ingeniárnoslas
de alguna manera. A veces las dificultades son precisamente las que sacan a
relucir recursos en cada uno de nosotros que ni siquiera pensábamos tener.
Muchas veces, leyendo los “Evangelios de la infancia”, nos preguntamos
por qué Dios no intervino directa y claramente. Pero Dios actúa a través
de eventos y personas. José era el hombre por medio del cual Dios se
ocupó de los comienzos de la historia de la redención. Él era el verdadero
“milagro” con el que Dios salvó al Niño y a su madre. El cielo intervino
confiando en la valentía creadora de este hombre, que cuando llegó a
Belén y no encontró un lugar donde María pudiera dar a luz, se instaló
en un establo y lo arregló hasta convertirlo en un lugar lo más acogedor
posible para el Hijo de Dios que venía al mundo (cf. Lc 2,6-7). Ante el
peligro inminente de Herodes, que quería matar al Niño, José fue alertado
una vez más en un sueño para protegerlo, y en medio de la noche organizó
la huida a Egipto (cf. Mt 2,13-14).
De una lectura superficial de estos relatos se tiene siempre la impresión
de que el mundo esté a merced de los fuertes y de los poderosos, pero
la “buena noticia” del Evangelio consiste en mostrar cómo, a pesar de la
arrogancia y la violencia de los gobernantes terrenales, Dios siempre
encuentra un camino para cumplir su plan de salvación. Incluso nuestra vida
parece a veces que está en manos de fuerzas superiores, pero el Evangelio
nos dice que Dios siempre logra salvar lo que es importante, con la condición
de que tengamos la misma valentía creativa del carpintero de Nazaret, que
sabía transformar un problema en una oportunidad, anteponiendo siempre
la confianza en la Providencia.
Si a veces pareciera que Dios no nos ayuda, no significa que nos haya
abandonado, sino que confía en nosotros, en lo que podemos planear,
inventar, encontrar.
Es la misma valentía creativa que mostraron los amigos del paralítico
que, para presentarlo a Jesús, lo bajaron del techo (cf. Lc 5,17-26). La
dificultad no detuvo la audacia y la obstinación de esos amigos. Ellos estaban
convencidos de que Jesús podía curar al enfermo y «como no pudieron
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Plan de Pastoral - Julio 2021

introducirlo por causa de la multitud, subieron a lo alto de la casa y lo hicieron


bajar en la camilla a través de las tejas, y lo colocaron en medio de la gente
frente a Jesús. Jesús, al ver la fe de ellos, le dijo al paralítico: “¡Hombre, tus
pecados quedan perdonados!”» (vv. 19-20). Jesús reconoció la fe creativa
con la que esos hombres trataron de traerle a su amigo enfermo.
El Evangelio no da ninguna información sobre el tiempo en que
María, José y el Niño permanecieron en Egipto. Sin embargo, lo que
es cierto es que habrán tenido necesidad de comer, de encontrar una
casa, un trabajo. No hace falta mucha imaginación para llenar el silencio
del Evangelio a este respecto. La Sagrada Familia tuvo que afrontar
problemas concretos como todas las demás familias, como muchos de
nuestros hermanos y hermanas migrantes que incluso hoy arriesgan
sus vidas forzados por las adversidades y el hambre. A este respecto,
creo que san José sea realmente un santo patrono especial para todos
aquellos que tienen que dejar su tierra a causa de la guerra, el odio, la
persecución y la miseria.
Al final de cada relato en el que José es el protagonista, el Evangelio
señala que él se levantó, tomó al Niño y a su madre e hizo lo que Dios le
había mandado (cf. Mt 1,24; 2,14.21). De hecho, Jesús y María, su madre,
son el tesoro más preciado de nuestra fe[21].
En el plan de salvación no se puede separar al Hijo de la Madre, de
aquella que «avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente su
unión con su Hijo hasta la cruz»[22].
Debemos preguntarnos siempre si estamos protegiendo con todas
nuestras fuerzas a Jesús y María, que están misteriosamente confiados a
nuestra responsabilidad, a nuestro cuidado, a nuestra custodia. El Hijo del
Todopoderoso viene al mundo asumiendo una condición de gran debilidad.
Necesita de José para ser defendido, protegido, cuidado, criado. Dios confía
en este hombre, del mismo modo que lo hace María, que encuentra en José
no sólo al que quiere salvar su vida, sino al que siempre velará por ella y por
el Niño. En este sentido, san José no puede dejar de ser el Custodio de la
Iglesia, porque la Iglesia es la extensión del Cuerpo de Cristo en la historia,
y al mismo tiempo en la maternidad de la Iglesia se manifiesta la maternidad
de María[23]. José, a la vez que continúa protegiendo a la Iglesia, sigue
amparando al Niño y a su madre, y nosotros también, amando a la Iglesia,
continuamos amando al Niño y a su madre.
Este Niño es el que dirá: «Les aseguro que siempre que ustedes lo
hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron»
(Mt 25,40). Así, cada persona necesitada, cada pobre, cada persona que
sufre, cada moribundo, cada extranjero, cada prisionero, cada enfermo son
“el Niño” que José sigue custodiando. Por eso se invoca a san José como
protector de los indigentes, los necesitados, los exiliados, los afligidos, los
pobres, los moribundos. Y es por lo mismo que la Iglesia no puede dejar de
amar a los más pequeños, porque Jesús ha puesto en ellos su preferencia,
se identifica personalmente con ellos. De José debemos aprender el mismo
cuidado y responsabilidad: amar al Niño y a su madre; amar los sacramentos
y la caridad; amar a la Iglesia y a los pobres. En cada una de estas realidades
está siempre el Niño y su madre.
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Traten a todos con equidad

6.  Padre trabajador


Un aspecto que caracteriza a san José y que se ha destacado desde
la época de la primera Encíclica social, la Rerum novarum de León XIII,
es su relación con el trabajo. San José era un carpintero que trabajaba
honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él, Jesús aprendió
el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto
del propio trabajo.
En nuestra época actual, en la que el trabajo parece haber vuelto a
representar una urgente cuestión social y el desempleo alcanza a veces
niveles impresionantes, aun en aquellas naciones en las que durante
décadas se ha experimentado un cierto bienestar, es necesario, con una
conciencia renovada, comprender el significado del trabajo que da dignidad
y del que nuestro santo es un patrono ejemplar.
El trabajo se convierte en participación en la obra misma de la salvación,
en oportunidad para acelerar el advenimiento del Reino, para desarrollar las
propias potencialidades y cualidades, poniéndolas al servicio de la sociedad y
de la comunión. El trabajo se convierte en ocasión de realización no sólo para
uno mismo, sino sobre todo para ese núcleo original de la sociedad que es la
familia. Una familia que carece de trabajo está más expuesta a dificultades,
tensiones, fracturas e incluso a la desesperada y desesperante tentación de la
disolución. ¿Cómo podríamos hablar de dignidad humana sin comprometernos
para que todos y cada uno tengan la posibilidad de un sustento digno?
La persona que trabaja, cualquiera que sea su tarea, colabora con Dios
mismo, se convierte un poco en creador del mundo que nos rodea. La crisis
de nuestro tiempo, que es una crisis económica, social, cultural y espiritual,
puede representar para todos un llamado a redescubrir el significado, la
importancia y la necesidad del trabajo para dar lugar a una nueva “normalidad”
en la que nadie quede excluido. La obra de san José nos recuerda que el
mismo Dios hecho hombre no desdeñó el trabajo. La pérdida de trabajo que
afecta a tantos hermanos y hermanas, y que ha aumentado en los últimos
tiempos debido a la pandemia de Covid-19, debe ser un llamado a revisar
nuestras prioridades. Imploremos a san José obrero para que encontremos
caminos que nos lleven a decir: ¡Ningún joven, ninguna persona, ninguna
familia sin trabajo!

7.  Padre en la sombra


El escritor polaco Jan Dobraczyński, en su libro La sombra del
Padre[24], noveló la vida de san José. Con la imagen evocadora de la
sombra define la figura de José, que para Jesús es la sombra del Padre
celestial en la tierra: lo auxilia, lo protege, no se aparta jamás de su lado
para seguir sus pasos. Pensemos en aquello que Moisés recuerda a Israel:
«En el desierto, donde viste cómo el Señor, tu Dios, te cuidaba como un
padre cuida a su hijo durante todo el camino» (Dt 1,31). Así José ejercitó la
paternidad durante toda su vida[25].
Nadie nace padre, sino que se hace. Y no se hace sólo por traer un hijo
al mundo, sino por hacerse cargo de él responsablemente. Todas las veces
que alguien asume la responsabilidad de la vida de otro, en cierto sentido
ejercita la paternidad respecto a él.
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Plan de Pastoral - Julio 2021

En la sociedad de nuestro tiempo, los niños a menudo parecen no tener


padre. También la Iglesia de hoy en día necesita padres. La amonestación
dirigida por san Pablo a los Corintios es siempre oportuna: «Podrán tener
diez mil instructores, pero padres no tienen muchos» (1 Co 4,15); y cada
sacerdote u obispo debería poder decir como el Apóstol: «Fui yo quien los
engendré para Cristo al anunciarles el Evangelio» (ibíd.). Y a los Gálatas les
dice: «Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que
Cristo sea formado en ustedes» (4,19).
Ser padre significa introducir al niño en la experiencia de la vida, en la
realidad. No para retenerlo, no para encarcelarlo, no para poseerlo, sino
para hacerlo capaz de elegir, de ser libre, de salir. Quizás por esta razón
la tradición también le ha puesto a José, junto al apelativo de padre, el de
“castísimo”. No es una indicación meramente afectiva, sino la síntesis de
una actitud que expresa lo contrario a poseer. La castidad está en ser libres
del afán de poseer en todos los ámbitos de la vida. Sólo cuando un amor es
casto es un verdadero amor. El amor que quiere poseer, al final, siempre se
vuelve peligroso, aprisiona, sofoca, hace infeliz. Dios mismo amó al hombre
con amor casto, dejándolo libre incluso para equivocarse y ponerse en
contra suya. La lógica del amor es siempre una lógica de libertad, y José
fue capaz de amar de una manera extraordinariamente libre. Nunca se puso
en el centro. Supo cómo descentrarse, para poner a María y a Jesús en el
centro de su vida.
La felicidad de José no está en la lógica del auto-sacrificio, sino en
el don de sí mismo. Nunca se percibe en este hombre la frustración, sino
sólo la confianza. Su silencio persistente no contempla quejas, sino gestos
concretos de confianza. El mundo necesita padres, rechaza a los amos, es
decir: rechaza a los que quieren usar la posesión del otro para llenar su propio
vacío; rehúsa a los que confunden autoridad con autoritarismo, servicio con
servilismo, confrontación con opresión, caridad con asistencialismo, fuerza
con destrucción. Toda vocación verdadera nace del don de sí mismo, que
es la maduración del simple sacrificio. También en el sacerdocio y la vida
consagrada se requiere este tipo de madurez. Cuando una vocación, ya sea
en la vida matrimonial, célibe o virginal, no alcanza la madurez de la entrega
de sí misma deteniéndose sólo en la lógica del sacrificio, entonces en lugar
de convertirse en signo de la belleza y la alegría del amor corre el riesgo de
expresar infelicidad, tristeza y frustración.
La paternidad que rehúsa la tentación de vivir la vida de los hijos está
siempre abierta a nuevos espacios. Cada niño lleva siempre consigo
un misterio, algo inédito que sólo puede ser revelado con la ayuda de
un padre que respete su libertad. Un padre que es consciente de que
completa su acción educativa y de que vive plenamente su paternidad
sólo cuando se ha hecho “inútil”, cuando ve que el hijo ha logrado ser
autónomo y camina solo por los senderos de la vida, cuando se pone
en la situación de José, que siempre supo que el Niño no era suyo,
sino que simplemente había sido confiado a su cuidado. Después de
todo, eso es lo que Jesús sugiere cuando dice: «No llamen “padre” a
ninguno de ustedes en la tierra, pues uno solo es su Padre, el del cielo»
(Mt 23,9).
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Traten a todos con equidad

Siempre que nos encontremos en la condición de ejercer la paternidad,


debemos recordar que nunca es un ejercicio de posesión, sino un “signo”
que nos evoca una paternidad superior. En cierto sentido, todos nos
encontramos en la condición de José: sombra del único Padre celestial, que
«hace salir el sol sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e
injustos» (Mt 5,45); y sombra que sigue al Hijo.

***
«Levántate, toma contigo al niño y a su madre» (Mt 2,13), dijo Dios a
san José.
El objetivo de esta Carta apostólica es que crezca el amor a este gran
santo, para ser impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes,
como también su resolución.
En efecto, la misión específica de los santos no es sólo la de conceder
milagros y gracias, sino la de interceder por nosotros ante Dios, como
hicieron Abrahán[26] y Moisés[27], como hace Jesús, «único mediador» (1
Tm 2,5), que es nuestro «abogado» ante Dios Padre (1 Jn 2,1), «ya que vive
eternamente para interceder por nosotros» (Hb 7,25; cf. Rm 8,34).
Los santos ayudan a todos los fieles «a la plenitud de la vida cristiana y
a la perfección de la caridad»[28]. Su vida es una prueba concreta de que es
posible vivir el Evangelio.
Jesús dijo: «Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón»
(Mt 11,29), y ellos a su vez son ejemplos de vida a imitar. San Pablo exhortó
explícitamente: «Vivan como imitadores míos» (1 Co 4,16)[29]. San José lo
dijo a través de su elocuente silencio.
Ante el ejemplo de tantos santos y santas, san Agustín se preguntó:
«¿No podrás tú lo que éstos y éstas?». Y así llegó a la conversión definitiva
exclamando: «¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva!»[30].
No queda más que implorar a san José la gracia de las gracias: nuestra
conversión.

A él dirijamos nuestra oración:


Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.
Roma, en San Juan de Letrán, 8 de diciembre, Solemnidad de la
Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, del año 2020,
octavo de mi pontificado.

Francisco
 

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