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Jaime Escalante,

Un modelo inspirador
Eric Weise

Cuando, por esos azares del destino, sucede que debo acercarme a una persona
sobre la que escuché mucho y, en un instante me toca escribir sobre él, siento una
emoción que va más allá de lo cotidiano, porque el modelo que hoy observo y sigo
es alguien que me impactó como a todos los bolivianos. Es que muchos quisimos en
algún momento ser “Jaime” con la idea de hacer, como él, un poco por los demás
hasta lograr que la vida de alguien cambie para bien.

Recuerdo cuando era un estudiante al final de mi carrera escolar, el profesor Edgar Lora
contó en clases sobre este ciudadano boliviano. Todos en el aula escuchamos en silencio
absoluto – cosa extraña en nuestro curso y a nuestra edad – la aventura de este humilde
maestro boliviano, que en una sociedad extremadamente competitiva cambió el curso de
la historia en varias direcciones. A los pocos años tuve la gracia de ver la primera
película sobre el profesor Escalante, bajo el título "Con ganas de triunfar" interpretado
magistralmente por el actor Edward James Olmos, y producto de ella, comencé
escuchar los más diversos detalles de su vida, todos coincidentemente, reflejando la
grandeza y humildad de un boliviano digno ser convertido en un modelo inspirador.

Usted ya sabe lo que Jaime Escalante fue capaz de hacer. No es necesario que se lo
cuente, sin embargo, si tienen alguna duda, lo único que debe hacer es ir al afamado
Google y escribir este nombre; le garantizo que no existe en la gran red el nombre de
otro boliviano vinculado a la educación y promoción de personas del cual se hable y se
escriba tan bien… que alegría y que orgullo!

A un año del adiós definitivo del profesor Escalante, de quién con claridad debemos
reconocer que no resolvió los históricos problemas de nuestro país, no inventó ninguna
pócima mágica, no intervino en la solución de ningún conflicto internacional, no fue
estrella en los medios, no se ufanó de sus logros, sino que simplemente impactó en la
vida de una persona que se superó, luego impactó en otra, y en otra más, y así
sucesivamente, con su talento hizo lo que todos debemos hacer: lograr que una persona,
que un boliviano, se supere con trabajo y educación. Por ello, dedicamos este espacio
para que usted se regale unos minutos, traiga a su memoria al profesor Escalante y
luego vaya a los libros o a Internet y lea sobre él. Podrá ver y sentir que es una
experiencia maravillosa digna de ser imitada.

Conversación con Raúl Escalante (hermano)

1. ¿Por qué Jaime fue un boliviano diferente?

Jaime Escalante fue un boliviano diferente, como pocos luchó frente a las barreras de la
discriminación que parecían infranqueables. El tuvo en mente siempre que la capacidad
de las personas no tiene nada que ver con el color de la piel, con el status
socioeconómico y con el comportamiento individual, es así, que durante toda su vida
luchó por demostrar esta convicción y lo logró. De este modo, en Estados Unidos, logró
convertir a minorías de migrantes discriminados, a adolescente problemáticos e insertos
en problemas de drogadicción y pobreza en brillantes profesionales.
Así también demostró que las matemáticas son accesibles a todos y que sólo se
requieren GANAS y motivación para poder acceder a ellas y para poder triunfar en la
vida.

2. ¿Qué cree que fue lo que produjo en Jaime para ser el modelo a seguir que
fue y que es?

La convicción de triunfo que él tenía, la entereza, la lealtad, la justicia y el trabajo


fueron sus valores de vida y fueron las premisas que hicieron de él un modelo a
seguir.

3. ¿Cómo era Jaime de niño?

Fue un niño travieso y muy explorador. Durante su primera infancia el no asistió a


la escuela por motivos políticos (mis padres fueron exiliados). Durante esta etapa de
su vida, el recibió las lecciones escolares de mi madre, la señora Sara Gutiérrez
Valle, quien también fue maestra y quien lo motivo además en la enseñanza. Jaime
destacó siempre que su única maestra primaria fue nuestra madre, quien además con
técnicas innovadoras despertó también en él la pasión por las matemáticas, así por
ejemplo, ella solía enseñarle con frutas las diferencias porcentuales. Recién en
cuarto de primaria empezó su formación escolar regular en la escuela México de la
ciudad de La Paz. Durante los primeros años de vida escolar fue sujeto de
discriminación por no haber asistido a la escuela los primeros años y además por ser
extremadamente travieso. Recuerdo que una oportunidad fue expulsado del colegio
por haber colocado cuetillos debajo de la sotana de un sacerdote que fue su profesor.
Ante esta situaciones mi madre luchó junto a él para que se comprendiera que al
margen de su comportamiento, en algunos casos conflictivo, el poseía mucha
capacidad. Su formación secundaria se efectuó en los Colegios La Salle y San
Calixto de La Paz, posteriormente en 1949 ingreso a la Normal Superior.

Como hermano era solidario y muy cariñoso, pues al ser el hermano mayor solía
fabricar para mí y para mí hermano José, juguetes. En una oportunidad llegó a ser
mi maestro y me reprobó en matemáticas; detrás de esta reprobación tenía en mente
dejarme en reemplazo como maestro debido a un viaje.

Mis padres y en particular mi madre inculcaron en él: la solidaridad, la idoneidad y


la responsabilidad. Mi padre falleció cuando él tenía 16 años, así que los recuerdos
de familia de Jaime Escalante se vinculan en mayor proporción a mi madre y a mi
abuelo materno José Gutiérrez Barragán, quienes le brindaron todo el cariño y el
apoyo para el logro de sus convicciones, así como para el desarrollo de su vocación
de maestro. Sus mayores travesuras familiares las vivió con mis hermanas mayores
Olimpia y Bertha, por ser contemporáneas en cuanto a edad. Conmigo y con mi
hermano José el adoptó en ocasiones el rol de un padre.

4. En la intimidad de hermanos ¿Qué le contaba Jaime respecto a sus logros?

Se sentía orgulloso de ver a sus alumnos como destacados profesionales. Él adopto los
logros de sus alumnos como suyos, es decir el afecto que sentía por sus alumnos iba
más allá del ámbito exclusivamente profesional. Llegó a sentir por ellos un auténtico
cariño familiar y es por eso se involucraba tanto en sus problemas. Esto denotaba la
autentica vocación de maestro, sin embargo aún se sentía inconforme, quería lograr
mayores éxitos, en especial en nuestro país.

5. ¿Qué más quería hacer Jaime o lo hizo todo?

El quería replicar la experiencia que obtuvo de Garfield en nuestro país ya que


sentía un verdadero apego por Bolivia. Quería promover concursos para maestros en
matemáticas e impulsar su metodología de enseñanza basada en la motivación hacia
los estudiantes. Sentía que hay mucho por hacer y trabajar en Bolivia y si bien logró
algunas cosas, creemos como familia que queda aún camino por recorrer para que
los educadores comprendan que la clave de toda enseñanza es la motivación.

La motivación para los estudiantes y la entrega en aula son las bases de la


metodología de enseñanza de Jaime y lo cual quería dejar como legado para los
maestros bolivianos, en particular para los maestros de matemáticas.

6. ¿Qué necesita Bolivia para que tengamos millones de Jaimes?

Bolivia requiere crear espacios de apertura hacia todos los profesionales. En Bolivia es
una lastima que el sistema tienda a expulsar a los mejores profesionales y/o a
condenarlos a la mediocridad, obligándolos a adaptarse a posturas ortodoxas para
mantener sus puestos de trabajo. Bolivia requiere crear espacios para la investigación
científica y motivar el estudio y la capacitación en todos sus ámbitos. Lamentablemente,
se hace exactamente lo contrario; esto se demuestra con los salarios vigentes para los
profesionales, los mismos que en algunos casos son vergonzosamente bajos, así como la
escasa transparencia existente para obtener puestos laborales. En Bolivia priman los
contactos sociales sobre la capacidad y formación profesional en casi todos los ámbitos
para acceder a un puesto laboral. Contrariamente a lo ético esto se produce en mayor
medida para los puestos de mayor importancia.

Esta realidad está expulsando a todos los potenciales Jaimes Escalante que pudieran
existir y, en ningún lugar es más real el dicho: “Nadie es profeta en su tierra”.

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