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TEXTO NARRATIVO

En el año 2019, en el mes de diciembre se escuchaba en las noticias sobre un Virus


llamado COVID-19, aunque en el Perú no se le tomaba mucha importancia porque era
un virus de China cuyo país se encontraba muy lejos.
Además, a inicios de marzo del 2020 llegó el primer caso de COVID-19 “llamado el
paciente cero” y el Presidente del Perú declaró en “Estado de emergencia”; Esta
noticia nos causó pánico y temor porque el virus podía infectar a todas las personas sin
importar la edad, pero el riesgo de un cuadro más grave aumentaba gradualmente con
la edad empezando alrededor de los 40 años de edad.
Mucha gente empezó a comprar alimentos de primera necesidad y papel higiénico;
estas noticias me causaron mucha gracia porque en mi familia no sucedía nada. Pero
hasta que la semana siguiente, mi padre fue diagnosticado con COVID-19 y fui
internado de emergencia en el hospital, en ese momento sentí que mi vida se venía
abajo, ya que él era el único sustento que yo tenía, y me puse a
pensar muchas cosas: ¡¿qué va a ser de mí?! ¡¿Dónde viviré?!
¡¿yo también moriré?!.
En ese entonces llamé a mis tíos y les pregunté: ¿Cuándo pueden
ir a visitar a mi padre porque a mí no me brindan ninguna
información? Ellos no me tomaron importancia solo me daban
falsas excusas.
Seguí intentando varios días preguntando por mi padre, y me sentí feliz porque un
Doctor salió a darme información. Mi felicidad cambió a tristeza cuando me dijo: “Tu
padre está en estado crítico”. En ese entonces solo pude llorar e ir a casa.
Al día siguiente, me llegó una llamada diciéndome: que tenía que ir al nosocomio.
Desesperadamente fui al hospital, pero cuando llegué el doctor me dijo: Su padre
acaba de fallecer. En ese instante me invadió una sensación inexplicable con un dolor
en el pecho y me puse a llorar en el pasillo del hospital por un largo tiempo, hasta que
una enfermera se me acercó diciéndome: “El doctor está ebrio y se ha equivocado de
paciente”. La doctora me ayudó a buscar a mi padre y cuando lo vi, sentí felicidad y la
doctora me dijo: “Tu padre es uno de los pocos pacientes que mejora
satisfactoriamente; podríamos darle de alta en aproximadamente dos semanas.”
Pasaron las dos semanas y le dieron el alta a mi padre, me sentí muy feliz, desde ese
día mi padre y yo decidimos tomar consciencia y a ser más responsables.

INTEGRANTES:

 ESTEBAN OSORIO NICOLAS ANTONIO


 RODRIGUEZ QUISPE, CESAR AUGUSTO
 BRAYAN ABEL SORIA CASTRO FIN

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