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La lejía ¿el desinfectante ideal?

Existe una gran cantidad de productos químicos que se pueden emplear para la desinfección
de las diferentes superficies, tanto en el ámbito doméstico como en el industrial. Entre
todos ellos, la lejía o hipoclorito sódico, es el de primera elección ya que posee un elevado
espectro de acción. Además no es caro y es de fácil utilización.

 Por JOSÉ JUAN RODRÍGUEZ JEREZ


 Última actualización: 22 de febrero de 2002

La lejía o hipoclorito sódico es un producto muy bien aceptado por el consumidor español,
quien considera que es la manera más eficaz de conseguir la desinfección. Suele realizarse
una asociación de ideas entre el olor a lejía y la desinfección. Sin embargo, la lejía presenta
algunos inconvenientes como su poder de corrosión contra el acero inoxidable (sólo si se
emplea a muy elevada concentración), su gran inactivación por parte de la materia orgánica
y su característico olor.

Estos inconvenientes hacen que al consumidor se presentan otros productos con fragancias
más agradables. Pero nunca se debe olvidar que la higienización pretende reducir los
niveles de contaminación de superficies para garantizar unas óptimas condiciones de
higiene y de salubridad. Por ello, lo importante no es el color o el olor de los productos sino
garantizar un poder desinfectante similar a la lejía, que es considerada siempre como el
producto desinfectante de referencia.

Mecanismos de acción

El mecanismo fundamental de este producto es la acción oxidativa, ya que la formación y


liberación de radicales libres asegura una adecuada inactivación de los microorganismos
adheridos a superficies, siendo evidente y, también demostrable, la acción antimicrobiana.

El equilibro de la reacción está muy influenciado por el pH, de forma que las soluciones de
cloro son mucho más efectivas a pH ligeramente ácidos. La mayor variación de la actividad
se produce entre pH6 y pH8, siendo máxima por debajo de 6 y mínima por encima de 8.

Sin embargo, el empleo de lejía a un pH ácido permite la evaporación del cloro, con
pérdida de la actividad desinfectante, especialmente si se almacena a temperaturas
elevadas. Por este motivo, en algunos casos se le añaden alcalinizantes, como el carbonato
sódico. Como se ha señalado, a pH superior a 8 la actividad antimicrobiana disminuye, por
lo que los hipocloritos estabilizados a alto pH necesitan una mayor concentración de cloro
para ejercer la misma acción desinfectante.

Así mismo, es muy importante que la solución desinfectante moje bien la superficie a tratar,
ya que en caso contrario no se produce una adecuada desinfección. Para evitar este
problema, se debe proceder primero a limpiar o mezclar el producto clorado con agentes
tensoactivos. Es decir, un detergente, que permite la interacción del desinfectante y la
penetración en los posibles residuos.

El cloro se inactiva con la presencia de materia orgánica y, en especial, con residuos


hirocarbonados, proteicos y con aguas que poseen una elevada concentración de sales de
calcio y de hierro. Esto se debe a la unión del cloro con restos ionizados de estas moléculas.
Como consecuencia, la actividad de la solución de cloro disminuye de forma sensible,
siendo más susceptibles a este fenómeno las soluciones más diluidas. Para evitarlo, el
empleo de soluciones cloradas ha de realizarse después de una correcta limpieza que
garantice la eliminación de materia orgánica.

Alto poder desinfectante

El poder desinfectante del cloro es uno de los más importantes entre los desinfectantes
conocidos. En general, todos los microorganismos como bacterias, virus, mohos, levaduras,
esporas, algas y protozoos se ven inhibidos o destruidos en mayor o menor medida. De
entre los contaminantes fecales, algunos de ellos con una elevada capacidad patogénica,
hay que considerar los Gram negativos y, en particular, las enterobacterias. Para estos
microorganismos, y después de haber formado biofilm en la superficie, el hipoclorito o lejía
es capaz de eliminarlos en el 100% de los ensayos.

Las esporas bacterianas son más resistentes que las formas vegetativas, así como las
bacterias Gram positivas, como el Staphylococcus aureus, que tienden a ser más resistentes
que los Gram negativos. Los mohos, en cambio, son más resistentes a la acción del
hipoclorito que las células vegetativas bacterianas. No se conoce muy bien la causa, ya que
se trata de células tipo eucariota. Probablemente la justificación se deba a la dificultad del
hipoclorito para atravesar la pared celular.

En el caso del Cryptosporidium, parásito responsable de brotes de origen en las aguas de


consumo en Estados Unidos que ha afectado a más de 100.000 personas, el desinfectante
más efectivo es el cloro. Consigue la destrucción de la formas vegetativas y que los
ooquistes pierdan su capacidad infestante. Todas las formas de cloro son activas contra este
parásito, ya que la aplicación de 80 ppm de cloro (hipoclorito) consigue una completa
inactivación.

Bibliografía
BIBLIOGRAFÍA

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Fuente: http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/sociedad-y-
consumo/2001/10/01/462.php

¿Qué es el cloro doméstico?


Es un compuesto químico llamado hipoclorito de sodio (NaCIO) disuelto en agua. Fue desarrollado
por el francés Berthollet en 1787 y utilizado en un principio para el blanqueo de telas. A fines del
siglo XIX fue Luis Pasteur quien comprobó su incomparable poder de desinfección extendiendo su
uso a la defensa de la salud contra gérmenes y bacterias.

¿Cómo se obtiene el cloro doméstico?


A) El ciclo de producción del cloro doméstico comienza con
una solución de sal y agua que por medio de un proceso
electroquímico se descompone en soda cáustica, hidrógeno y
cloro.

B) La soda cáustica es mezclada con agua. Luego se añade el


cloro para formar el hipoclorito de sodio, el principio activo del
cloro doméstico. El hipoclorito de sodio es filtrado para
eliminar impurezas y luego envasado.

¿Cómo actúa el cloro doméstico?


Cuando el cloro doméstico entra en contacto con suciedad, manchas, gérmenes y olores,
rompe en pequeñas unidades la cadena de moléculas matando las bacterias y los mohos. Se
libera oxígeno activo que ataca y descompone las proteínas destruyendo los microbios. En
el lavado, la combinación de cloro doméstico, detergente y el trabajo mecánico de la
lavadora, saca eficazmente la suciedad de la ropa. El poder oxidante del cloro doméstico
elimina las manchas y blanquea la ropa.

¿Cuáles son los riesgos del cloro doméstico?


En contacto con la piel produce irritación, en contacto con los ojos produce irritación
fuerte. La ingestión produce irritación y quemaduras en
boca, esófago y estómago. Sin embargo, no es tóxico, aún si es ingerido. Los informes de
los centros asistenciales muestran que en caso
de contacto no se presentaron efectos de largo plazo. Luego de actuar, el cloro doméstico
vuelve a transformarse en agua y sal común.

¿Qué hacer en caso de accidentes con cloro doméstico?


En caso de Salpicaduras : enjuagar de inmediato la piel o la ropa (si fuera posible, toda la
prenda). Si la zona afectada es el ojo, enjuagarlo inmediatamente y en forma abundante con
agua fría para diluir y eliminar el producto. Si fuera necesario, poner la cabeza bajo la llave
de agua (la rapidez con la que se actúa es primordial). Luego consultar con un médico. En
caso de ingerirlo: no haga tomar leche, ni provoque vómitos. Haga tomar mucha agua fría,
para diluir el producto. Llame inmediatamente a su médico o al hospital más cercano. En
caso de inhalación: al mezclar el cloro doméstico con un producto ácido fuerte se puede
producir un escape de cloro. En este caso, ventile el lugar y aléjese. Descanse, no tome
bebidas alcohólicas. Consulte a un médico.

¿Tiene vencimiento el cloro doméstico?


Irá perdiendo concentración con el simple paso del tiempo. Esta pérdida es lenta pero se
puede acelerar por temperaturas elevadas, impurezas del producto y exposición a la luz. En
todos los envases de cloro doméstico figura claramente la fecha de envasado. A partir de
esa fecha, el cloro doméstico es apto para potabilizar agua durante cuatro meses más. Más
alIá de esos cuatro meses aún servirá sin embargo, para limpieza y desinfección.

¿Es recomendable usar cloro doméstico en el lavado de ropa?


Adecuadamente usado en algodón y/o poliéster, presenta claras ventajas: da un blanco perfecto a
sus prendas, remueve una amplia variedad de manchas y suciedades; desinfecta las ropas
contaminadas y elimina los olores.

¿Qué cloro doméstico se puede usar para purificar agua?


Exclusivamente Cloro doméstico puro (sin aromas u otros aditivos),
colocando 2 gotas de Cloro doméstico puro por cada litro de agua y
esperando 30 minutos antes de usarla.

¿Se puede usar Cloro doméstico puro sobre las prendas?


NO. Uselo siempre diluido, nunca directamente sobre las prendas.
¿Sirve el Cloro doméstico para cualquier tipo de tela?
Se recomienda para ropa blanca de algodón. Nunca lo use en prendas de lana, seda, lycra, nylon o
poliamida, o de colores no firmes.

¿A Dónde va a parar luego el cloro doméstico?


Al reaccionar con las manchas y suciedad, el cloro doméstico vuelve a transformarse en
agua y sal. Si llega a quedar algún remanente de cloro doméstico, éste se va por el sistema
de desagüe donde sigue reaccionando contra las suciedades que encuentra hasta
desactivarse completamente.

¿Afecta al medio ambiente?


El Cloro doméstico es inofensivo porque con el uso se convierte casi completamente en agua y sal,
no dejando residuos tóxicos.

¿Todos los desinfectantes son iguales?


NO. Se usan diferentes ingredientes para combatir los gérmenes, con diferentes resultados.
Los productos de limpieza limpian pero no eliminan los gérmenes, mientras que el cloro
doméstico mata el 99,9%. Los especialistas lo recomiendan porque es un potente
germicida, no deja residuos tóxicos, es económico y de fácil uso. Los productos
denominados "antibacteriales" tienen un efecto más limitado. Pueden ser efectivos contra
algunas bacterias y tienen efectos limitados sobre los virus.

¿Lavar con un detergente más agua es suficiente para tener superficies higiénicamente limpias?
Un simple detergente líquido puede remover los gérmenes de una superficie, pero el riesgo es la
recontaminación. Los gérmenes se alojan en los paños y esponjas usados para limpiar y así
recontaminar esas u otras superficies. Numerosos estudios muestran que lo único efectivo es
eliminar los gérmenes y el cloro doméstico es lo que garantiza esa eliminación en un 99,9%. Las
zonas de alto riesgo de un hogar son el baño y la cocina, por eso limpiar con un producto que
asegure la desinfección es muy recomendable para incrementar los márgenes de seguridad frente
a infecciones. También, si en el hogar hay niños, personas mayores, enfermos y/o mascotas los
riesgos son mayores y hay que extremar el cuidado en la desinfección.

¿En caso de emergencias, es conveniente usar cloro doméstico?


El cloro doméstico es muy útil en emergencias como inundaciones, terremotos y epidemias para
potabilizar agua y desinfectar áreas contaminadas del hogar. Su uso es altamente recomendado
por la Organización Panamericana de Salud, la Cruz Roja, el Instituto Pasteur y otros prestigiosos
organismos. El cloro doméstico, gracias a su eficacia como germicida, tiene una larga historia en
combatir enfermedades. Posiblemente uno de los mayores éxitos como desinfectante fue el
tratamiento del agua para beber en Inglaterra y Estados Unidos para prevenir la fiebre tifoidea.
También se utilizó para controlar las epidemias de cólera en Sudamérica y América Central.

Fuente: http://www.paritarios.cl/especial_cloro_domestico.htm
Ver: http://www.ayudin.com.ar/faq.html

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