INTERROGANTES SOBRE SUS FINANZAS Incluso cuando su imperio lácteo se empezaba a tambalear, Calisto Tanzi restó importancia a sus crecientes problemas. (VER CUADRO: LECHE AGRIA) Dos semanas atrás, un grupo de banqueros italianos bombardearon al millonario con preguntas: Por qué su empresa Parmalat no pudo pagar un bono por 150 millones de euros? Por qué no recurrió a los 4.200 millones de euros que la empresa aseguraba tener en el banco? Tenemos un pequeño problema de liquidez , respondió Tanzi, según una fuente presente en la reunión. El problema de liquidez de Tanzi ya entró en los anales de la historia. El viernes, Parmalat reconoció que los 3.900 millones de euros que a principios de año dijo tener en una cuenta del Bank of America Corp. no existen. Lo que volvió aún más extraordinaria esta declaración fue que los auditores de Parmalat a principios de año pidieron una confirmación de la existencia de esta cuenta bancaria. A cambio, recibieron una carta del Bank of America que confirmaba los detalles de la cuenta. Sin embargo, según fuentes, las primeras investigaciones muestran que el Bank of America nunca recibió el pedido de los auditores y que la carta de la confirmación de la cuenta fue falsa. El agujero de 3.900 millones de euros en Parmalat podría crecer aún más en medio de signos de que la empresa no recompró bonos por 2.900 millones de euros que dijo que había recomprado en los últimos años. Estas revelaciones han develado lo que se está convirtiendo en uno de los mayores fraudes empresariales en la historia de Europa. Ayer, Parmalat dijo que podría acogerse a las leyes de bancarrota, tal vez mañana, aunque el primer ministro italiano Silvio Berlusconi aseguró que su gobierno intervendría para rescatar la empresa y salvar los puestos de trabajo . Los fiscales italianos anunciaron que han comenzado una investigación penal mientras que la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC) y el regulador bursátil italiano (Consob) también han comenzado a investigar a Parmalat y al Bank of America. Una vocera del Bank of America dijo que el banco está colaborando con las indagaciones pero que no hacía comentarios sobre las relaciones con los clientes . La debacle de Parmalat ha eclipsado los problemas financieros que casi derrumbaron a la cadena de supermercados holandesa Ahold NV este año. El caso incluso tiene el potencial de rivalizar con los escándalos contables de las estadounidenses Enron Corp. y WorldCom Inc. Mientras intentan dilucidar este descalabro financiero de Parmalat y encontrar dónde están los miles de millones de euros perdidos, los investigadores italianos y estadounidenses están intentando llegar al fondo del asunto. Entre las interrogantes clave figuran: qué pasó entre Parmalat y el Bank of America, cómo una confirmación falsa de la cuenta y su balance llegaron a los auditores de Parmalat en marzo pasado, si el dinero perdido fue robado o nunca existió a pesar de lo que dicho por la empresa, y cuál fue la participación de Parmalat en un misterioso fondo de inversión de Islas Caymán, en el que la firma invirtió 550 millones de euros, que ahora no puede recuperar. Es probable que muchas de las respuestas se encuentren muy cerca de la empresa, especialmente en Fausto Tonna, durante mucho tiempo lugarteniente de Tanzi, quien fue director financiero de Parmalat durante 16 años. Tanzi fue el arquitecto de la expansión de Parmalat desde sus orígenes en 1961 y llevó a una empresa de carnes frías a transformarse en un competidor de peso de multinacionales como Unilever y Nestlé. En el trayecto, Tanzi empleó un estilo paternalista. Los empleados lo recuerdan parado al final de la línea de producción, cuchara en mano, listo para probar las primeras pruebas de un nuevo yogurt. A medida que esta expansión se transformó en un imperio de 36.000 empleados en 30 países con marcas reconocidas, Tanzi se apoyó cada vez más en Tonna y otros pocos asistentes para armar la estructura financiera de la firma. Tonna no sólo fue el director financiero de Parmalat sino también gerente de la empresa familiar de los Tanzi, Coloniale SpA, que controla el 51% de las acciones de Parmalat. Esta estructura financiera secreta y laberíntica ha demostrado ser la perdición de la empresa. La estructura fue responsable de los fondos perdidos e involucra varias emisiones de bonos en manos de inversionistas en todo el mundo, 137 filiales operativas que incluyen 20 compañías financieras, e inversiones financieras controvertidas. Tanzi y Tonna eran las dos personas que tenían poder de decisión en esta empresa , dice Paola Visconti, sobrina de Tanzi y miembro del directorio de Parmalat. Creo que una de las mayores limitaciones de esta compañía es que se ha quedado como una empresa familiar, cerrada al mundo exterior a pesar de su naturaleza internacional . Tanzi ha rechazado varias solicitudes de entrevista. Al preguntársele sobre su papel en la concepción de la estructura financiera de Parmalat, Tonna se limitó a decir en una entrevista telefónica ayer que mi nombre es Fausto Tonna y sólo puedo hablar por mí mismo y no por Parmalat. Ahora estoy fuera de la compañía . La compañía despegó en 1966, cuando Tanzi se topó con un tecnología de pasteurización sueca llamada UHT, siglas en inglés de Ultra Alta Temperatura. Esa fue la plataforma de lanzamiento de lo que sigue siendo la especialidad de Parmalat en el mundo: la leche de larga duración. La rebautizada Parmalat SpA (que viene de Parma más latte o leche) se estableció en Brasil a mediados de los 70, el primer paso de una larga racha de adquisiciones que en los próximos 30 años llevaría a la firma a América Latina, Australia, China, Zambia y Norteamérica. Para 2002, Parmalat tenía ventas de más de 7.000 millones de euros al año. Y con la expansión vino una racha de endeudamiento. En 1995, Parmalat emitió un bono de US$170 millones. En los ocho años posteriores lanzó 35 emisiones de bonos. Tan sólo entre enero de 2000 y septiembre de 2003, la firma recaudó más de 4.000 millones de euros, una importante porción de los 6.000 millones de euros en deuda que la empresa reportó al 30 de septiembre. Pero con la caída de tasas de intereses en medio de la desaceleración económica mundial, Parmalat estaba ganando menos dinero sobre su efectivo de lo que pagaba en intereses sobre sus bonos y préstamos bancarios. Para 2002, eso estaba comenzando a asfixiar a la empresa por lo que ésta decidió recurrir a un extraño y arriesgado tipo de inversión para intentar obtener mayor rentabilidad. Parmalat ya había entrado en un compleja relación financiera con Citigroup Inc. que actualmente está siendo analizada por la (SEC) en EE.UU., según fuentes cercanas. No se pudo localizar a un portavoz de la SEC para comentar. La semana pasada, Citigroup dijo que el financiamiento fue apropiado . Y en el segundo trimestre de 2002, Tanzi oyó hablar de un nuevo fondo de inversión que estaba siendo montado en las Islas Caimán, llamado Epicurum, que invertiría en empresas de entretenimiento, viajes y alimentos. En noviembre de 2002, dos meses después de formado el fondo, Parmalat invirtió cerca de 496 millones de euros en Epicurum y se comprometió a invertir otros 124 millones de euros, según personas que han visto documentos que confirman la inversión. Los principales auditores de Parmalat eran Deloitte & Touche, pero la sucursal de Milán de la gigante contable Grant Thornton trabajaba con algunas de las subsidiarias de la empresa, incluyendo Bonlat, una filial financiera. Como parte de la auditoría, Bonlat envió una carta a Grant Thornton, dándole al auditor permiso de confirmar con el Bank of America los detalles de una gran cuenta que Bonlat tenía ahí. Según la carta, que de acuerdo con una fuente cercana, estaba firmada por Tonna, la cuenta en BofA tenía 3.900 millones de euros en efectivo y valores. Cuando se le preguntó si firmó la carta, Tonna dijo: Es posible. Pude haberlo hecho o no. Solía firmar muchas cartas . Grant Thornton hizo la solicitud al Bank of America. Aún se desconoce dónde envió la carta, lo que es importante porque parece ser que Bank of America nunca la recibió, de acuerdo con fuentes cercanas. Sin embargo, el 6 de marzo, llegó una respuesta con sobre y papel con membrete de Bank of America. La carta, que decía confirmar la cantidad en la cuenta de Bonlat, por 3.900 millones de euros, fue supuestamente firmada por una empleada del banco, según las~mismas fuentes. La empleada trabaja en el banco, pero ella no había firmado la carta, dijeron estas personas. De hecho, el banco nunca recibió la petición de Grant Thornton, según las fuentes, y la primera vez que el banco supo de la supuesta cuenta fue la semana pasada. Los auditores permitieron a Parmalat clasificar la inversión como efectivo y valores comerciales en su balance de 2002, y Epicurum no fue específicamente mencionada. Deloitte, responsable de la auditoría global del grupo, aprobó los informes financieros anuales de la compañía. En una declaración dada a conocer ayer, Grant Thornton dijo que su auditoría cumplía todos los estándares y procedimientos apropiados . La compañía también dijo que estaba cooperando con los investigadores italianos. Una vocera en Londres para Deloitte dijo ayer que la firma cooperará en cualquier investigación en marcha. Estamos siguiendo la situación de Parmalat muy de cerca , dijo la empresa en un comunicado emitido la semana pasada.