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Un compromiso

de amor

Hazael Bustos Catalán

Publicart Communications
Edición conjunta de
Hazael Bustos Catalán
y Publicart Communications
PO Box 1265
Freedom, CA 95019
Estados Unidos de Norteamérica

UN COMPROMISO DE AMOR
Primera edición: 3.000 ejemplares

Redactor: Ariel A. Pérez

Tapa y diseño: Ariel C. Lust

Sólo se autoriza la reproducción parcial de esta obra


con la expresa mención de la fuente.

Impreso en Gilliland Printing, Inc.


215 North Summit, Arkansas City, Kansas 67995
Estados Unidos de Norteamérica.

Copyright en trámite

Marzo de 1992
Contenido

Prólogo
Página 9
Introducción
Página 11
Una perspectiva bíblica de la administración Capítulo 1
¿Qué es el hombre? Página 15
El hombre en la administración
Los principios de la administración
Mayordomía desde el Edén
El hombre, mayordomo del Señor Capítulo 2
Aspectos de la mayordomía Página 29
La mayordomía del cuerpo Capítulo 3
La mayordomía de la salud Página 39
Las ocho leyes de la salud
Nutrición - Ejercicio - Agua - Sol - Dios
Aire - Descanso - Temperancia
La mayordomía de los talentos Capítulo 4
Diversidad de talentos: la fortaleza de la iglesia Página 63
¿A quiénes ha dado Dios talentos?
Tres tipos de talentos
Cómo descubrir su/s talento/s espiritual/es
La mayordomía del tiempo Capítulo 5
Ideas comunes acerca del tiempo Página 73
¿Cómo distribuimos nuestro tiempo?
Seis días trabajarás
"Mas el séptimo día es reposo"
Conclusión
Capítulo 6 La mayordomía de los tesoros
Página 85 Mi dinero
Una parábola moderna
Los mitos del dinero
Un pacto con Dios
El dinero de Dios
Preguntas y respuestas acerca del diezmo
El gozo de diezmar
Capítulo 7 El egoísmo: la enfermedad de todos
Página 103 Manifestaciones del egoísmo en la iglesia
Lo que dice Elena de White
Un llamado a la reforma
Capítulo 8 ¿Qué tienes en la mano?
Página 113 Los principios de la mayordomía
La demostración de amor
Estoy muy ocupado...
Una historia de amor y fe
Capítulo 9 Un compromiso de amor
Página 123 Un pacto con Dios
Este es mi pacto
Un compromiso de dadivosidad
El pacto y la promesa
¿Cómo debo dar?
Mi experiencia personal
Pacto Mi compromiso de amor
Página 143
Apéndice Algunos datos personales
Página 153 Testimonios
Introducción
a la mayordomía cristiana

X~ia mayordomía cristiana tiene tres propósitos


básicos: ayudar al pueblo de Dios a (1) tener una vida
cristiana victoriosa, (2) predicar la salvación plena, y (3)
señalar el camino hacia la práctica de la justicia y la
rectitud en la vida.
El concepto de la mayordomía se basa en la idea de
que todo ser humano es un administrador de la creación
de Dios. Esta responsabilidad no depende de la cantidad
o calidad de los bienes administrados, sino es una
obligación que todo hombre tiene ante Dios porque de él
recibió la vida.
Como con demasiada frecuencia se ha equiparado la
mayordomía con la administración del dinero y otras
posesiones materiales, la siguiente definición ayudará
para que la idea que fundamenta este libro comience a
aparecer:
La mayordomía incluye todo lo que el hombre es y tiene;
incluye la relación con Dios, y es una sociedad entre el creador 11
y la criatura, a quien intenta restaurar. Para cumplir con ello, Un compromiso
de amor
el hombre debe saber lo que Dios pretende de él, y lo que puede
esperar de Dios. A fin de que esta sociedad se desarrolle y
perdure, debemos establecerla sobre la base de ciertas realidades
inmutables. Una de ellas es que Dios es el áueñc
cosas. Un mayordomo se hace cargo de bienes
pertenecen, de recursos que le han sido confiada r - - - : - r -
los designios del propietario. La vidapertenea a . ■:
ha hecho mayordomos de ella. Demostrando una fie. . .
mayordomía al respecto, los seres humanos recibirán ~—
eterna".
Otra definición de mayordomía que puede aclarar
esta idea es la emitida por el Concilio de Mayordo~_a
Unido, que reunió a iglesias de distintas denominaciones
en los Estados Unidos durante el año 1945: "La
mayordomía cristiana es la práctica de una entrega
sistemática y proporcionada de tiempo, talentos y
posesiones materiales, basada en la convicción de que
nos fueron confiados por Dios para ser usados en ei
servicio y beneficio de la humanidad, como demostración
de reconocida gratitud al amor redentor de Cristo
(Informe del Concilio de Mayordomía Unido, p 6).
En dicho concilio se propuso la siguiente descripción
global de mayordomía:
"1. Somos mayordomos de la vida. Como es Dios el
que da y mantiene la vida, nosotros solamente somos
mayordomos de nuestra vida.
"2. Somos mayordomos de los talentos. Según el
relato bíblico, a cada individuo se le confían varios
talentos para que los use para honra de Dios.
"3. Somos mayordomos del tiempo. El tiempo es la
única oportunidad que tenemos para cumplir los
propósitos de la vida; Dios requiere una cuenta fiel del
uso de este bien.
Introducción

"4. Somos mayordomos de la salud. El cristiano es


responsable del cuidado del cuerpo porque, según la
Escritura, en él habita el Espírutu Santo.
"5. Somos mayordomos del dinero. La siguiente
declaración, escrita por el obispo metodista T. S.
Henderson, ilustra esta idea: 'Al hacer la entrega de toda
mi vida a Dios, la parte más sensible es la de mi propiedad
Quizá sea así porque ella me proporciona comodidades
materiales. Es posible que mi propiedad represente tanto
de mí mismo, tanto de mi fuerza, que ella sea mi propio
ser... Si la pregunta es: ¿Quién es el dueño de todo?, y la
respuesta es: Dios, entonces debo rendirle todo a él'.
"6. Somos mayordomos del evangelio. El conocimiento
del evangelio nos pone bajo la obligación de compartir
las buenas nuevas con otros" [Ibid., p 23).
Una perspectiva bíblica
de la administración

JL^ira hablar de mayordomia, el primer concepto


que tenemos que desarrollar es el de administración,
porque mayordomía no es más ni menos que la correcta
"administración" de lo que poseemos. Esta idea, a su
vez, depende del concepto que tengamos del hombre. Los
que creen que el hombre viene de la nada y que va hada
la nada, y que es dueño absoluto de todo, tienen una idea
muy diferente sobre cómo manejar el tiempo, los dones,
el dinero y el cuerpo, que los que creemos que el hombre
es una criatura de Dios con un destino trascendente.
Vamos a desarrollar estos dos conceptos (adminis­
tración y hombre) desde la perspectiva bíblica.
¿Qué es el hombre?
Génesis 1: l 1dice que Dios creó los cielos y la tierra, y
para darle un toque maestro a la creación, pensó en crear
una criatura sublime. Por eso "dijo Dios: Hagamos al
hombre... Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen
de Dios lo creó; varón y hembra lo creó" (Gén. 1:26,27).
Ningún otro ser tenía esta cualidad; como se ha dicho
muchas veces, el hombre fue "la corona de la creación",
la criatura más importante. El resto de lo creado fue
puesto a su disposición, es más, bajo su dominio: "Y los
bendijo Dios. Les dijo: 'Fructificad y multiplicaos. Llenad
Una perspectiva bíblica de ¡a administración

la tierra y gobernadla. Dominad los peces del mar, las aves


del cielo, y todas las bestias que se mueven sobre la tie­
rra' " (Gén. 1: 28, NRV).
Estos versículos no sólo revelan que el hombre es una
criatura salida de las manos de Dios, sino que Dios pone
todas las cosas creadas en las manos del hombre; él
quiere que éste utilice todas las cosas de tal manera que
se eleve a sí mismo, para su bien, y que glorifique a su
creador. El propósito original de Dios era que al crearlo,
el hombre fuera un verdadero mayordomo, un
administrador. Al respecto dice Elena de White: "Cuando
Adán salió de las manos del Creador, llevaba en su
naturaleza física, mental y espiritual, la semejanza de su
Hacedor... con el propósito de que cuanto más viviera,
más plenamente revelara esa imagen, más plenamente
reflejase la gloria del Creador" (Ed 12,13).
Con la caída, el pecado no vino a disminuir la
responsabilidad del hombre en este sentido. Por el
contrario, desde entonces el ser humano tiene que
administrar sabiamente la creación, y además, restaurar
la imagen de su creador en sí mismo. Sin embargo, hoy
en día son pocos los que comprenden el verdadero
sentido de la mayordomía, y menos los que la practican.
Esta actitud "despreocupada" viene como resultado
del pecado. Si verdaderamente estuviéramos en armonía
con el creador, tendríamos una dimensión real de nuestra
■jg pequeñez en el universo y ante Dios. El rey David fue
Un compromiso
uno de esos seres capacesr
de intuir,• de rpercibir rpor
de amor revelación divina, esa dimensión. Por eso escribió:
¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Has puesto tu gloria sobre los cielos;
Una perspectiva bíblica de la administración

De la boca de los niños y de los que maman,


/fundaste la fortaleza,
A causa de tus enemigos,
Para hacer callar al enemigo y al vengativo.
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él
/memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
(Salmos 8:1-4).
El rey David conocía la grandeza de la creación de
Dios, estudiaba el cielo, reconocía las estrellas y, aún con
las limitaciones técnicas de aquella época, sabía que el
universo de Dios era infinito y que el hombre era sólo
finitud. De ahí la pregunta que lo angustiaba, de ahí su
desesperación de ser nada ante tal grandiosidad.
Pero más allá de las preguntas existenciales, que
podemos entender en mayor o en menor grado, la
ciencia nos provee datos cuantitativos asombrosos que
justifican aún más la pregunta retórica: ¿Qué es el hombre
ante la infinita creación de Dios? Pensemos que el Sol que
nos alumbra es 1.300.000 veces más grande que la Tierra;
un rayo de su luz tarda 8 minutos para llegar a nosotros,
ala velocidad de laluz (300.000 kilómetros por segundo);
de la Tierra a la estrella más cercana hay 4 años luz; el
sistema solar al que pertenece la tierra, a su vez pertenece
a la Vía Láctea, una de las galaxias del universo. La Vía -|y
Láctea por
r
sí sola tiene aproximadamente
r
100.000.000.000 Un compromiso
(cien mil millones) de estrellas; para recorrerla de amor
íntegramente necesitaríamos 100.000 años luz (a una
velocidad de 300.000 kilómetros por segundo). Entre las
otras galaxias del universo, la Misser31 de Andrómeda,
Una perspectiva bíblica de la adm inistrador

que es la más grande que conocemos, estaría a irnos


2.200.000.000.000 (dos billones) de años luz, y tiene unos
350.000.000.000 (trecientos cincuenta mil millones) de
soles. Los científicos dicen que han detectado 19 galaxias.
Estos datos impresionantes hacen que preguntemos
con el rey David: "¿Qué es el hombre para que tengas de
él memoria?" La respuesta a esta pregunta aparece
muchas veces en la Biblia. Ya he citado Génesis 1:27,28,
que muestra a Dios en la obra de la creación. En la
genealogía de Jesús, Lucas finaliza diciendo: "...hijo de
Set, hijo de Adán, hijo de Dios" (Luc. 3: 38). ¿Qué es el
hombre? Somos hijos de Dios, somos sus criaturas, obras
de sus manos; y aún cuando surge la pregunta desesperada
por la existencia, aún cuando los números del infinito
nos abruman por su grandiosidad, tenemos la seguridad
de pertenecer a esa gran familia y de depender del Padre
amante y verdadero.
El hombre en la administración
En este libro, las palabras clave son administración y
mayordomía, y en forma tangencial, economía. Desde el
punto de vista etimológico, la primera proviene de la
palabra latina compuesta por la preposición ad, que
significa "a", y ministrare, que significa "servir" (es decir,
"servir a"). La raíz de las palabras ministrar y minister es
minus, que significa "menos". Un administrador, en
consecuencia, es el que sirve a los demás y es una
1® persona clave en la organización.
Un compromiso
de amor La palabra economía viene de la palabra griega
oikonomía, compuesta por oikos, que quiere decir "casa"
e incluye la idea de bienes y familia, y nomía, que signific a
"cuidado" o "manejo". Ambas, administración y
Una perspectiva bíblica de la administración

economía, remiten al sentido de mayordomia. En definitiva,


el mayordomo es un siervo que administra el funcionamiento
de todas las cosas de la casa.
El mayordomo, según se ilustra en las parábolas de
Jesús en Mateo 20: 8 y Lucas 16:1, no es el dueño de la
casa que gobierna. Es un siervo del Señor que vela por el
bienestar de todas las cosas de la casa. En el caso del ser
humano, a partir del concepto de hombre ya expuesto,
Dios es el dueño y señor absoluto de todas las cosas
creadas, incluyendo al hombre mismo. En su esfera, y
con limitaciones ciertas, el hombre puede ser poseedor,
por poco tiempo, de algunas cosas: tiene vida, pero Dios
se la quita cuando quiere; adquiere conocimiento, pero
limitado siempre, y sólo hasta que muere; posee cosas y
dinero, pero se las llevan sus deudos cuando el señor de
todo decreta el fin de su existencia.
Estas limitaciones en el poseer, de alguna manera, nos
revelan al verdadero dueño, pero la Biblia lo hace
explícitamente: en Génesis 1:1 se revela a Dios como el
hacedor de todo. En Levítico 25:23 Dios mismo dice: "La
tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía
es". También dice Dios, por intermedio del salmista, en
Salmos 50:10-12: "Porque mía es toda bestia del bosque;
y los millares de animales en los collados. Conozco a
todas las aves de los montes, y todo lo que se mueve en
los campos me pertenece. Si yo tuviese hambre no te lo
diría a tí, porque mío es el mundo y su plenitud". En
Hageo 2:8 dice: "míaes la plata, míoes el oro, dice Jehová
de los ejércitos". En Santiago 1:17 dice el apóstol: "Toda
buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto,
del padre de las luces". Moisés declaró, según
Deuteronomio 4: 18: "Acuérdate de Jehová tu Dios,
Una perspectiva a'&ca x a jg T r asxax r

porque él te da el poder para hacer la riqueza . \ desc.=


la perspectiva de la redención en Cristo Jesús, en 1
Corintios 6:20 se nos dice: "Porque habéis sido comprados
por precio; glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro espíritu, los cuales son de Dios". En 1 Pedro 1:18
y 19, el apóstol afirma: "Sabiendo que fuisteis rescatados
de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de
vuestros padres, no como cosas corruptibles como oro o
plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un
cordero sin mancha y sin contaminación". Y en Romanos
14:7 y 8, Pablo no sólo nos recuerda nuestra pertenencia,
sino que además nos enseña la mejor forma de vivir:
"Porque ninguno de vosotros vive para sí, y ninguno
muere para sí. Pues si vivimos para el Señor vivimos, y
si morimos para el Señor morimos. Así sea que vivamos
o que muramos, del Señor somos".
La experiencia de los náufragos sirve para ilustrar lo
frágil que es nuestra existencia aquí en la tierra, y cuánto
debemos depender del Señor: "En noviembre de 1942, el
capitán Eduardo V. Rickenbacker y sus compañeros
pasaron veintiún días en el Océano Pacífico a merced del
sol y de las olas antes de ser rescatados. Rickenbacker
relató cómo dependieron de Dios durante esos días. Dijo
que después de caer su aeroplano en las aguas, los ocho
tripulantes buscaron refugio en tres pequeños botes de
hule, sin más alimento que tres naranjas. A punto de
morir de hambre, suplicaron al Señor que les diera de
comer. Como uno de los jóvenes, Juan Bartek, de la fe
bautista, tenía su Nuevo Testamento y Salmos, cada uno,
por tumo, solía leer un pasaje, usualmente éste: 'No os
afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué
beberemos, o qué vestiremos?... vuestro Padre celestial
Una perspectiva bíblica de la administración

sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas


buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas'.
"Al octavo día, el capitán Cherry leyó el pasaje favorito,
y una hora después una solitaria gaviota se posó en la
cabeza del capitán Rickenbacker. Dice el capitán: 'Lenta
y en forma segura, mi mano se acercó al ave; no la
arrebaté, sino que cerré mi puño estando consciente de
su proximidad; luego apreté los dedos con fuerza y la
atrapé'. Comieron el ave; luego, usando las entrañas
como cebo, pescaron dos peces. Pero los tiburones
destruyeron sus anzuelos y otra vez estuvieron
completamente a merced del Señor.
"Cuatro días más tarde leyeron: 'Jehová es mi pastor;
nada me faltará'. Había alrededor de sus botes multitud
de peces; pero no tenían ni cebo ni anzuelo. Sin embargo,
Dios oyó sus súplicas y envió tiburones para que cazaran
los peces con la velocidad de un relámpago. Tal fue el
impacto cuando algunos peces chocaron con los botes,
que dos de ellos, de buenas proporciones, cayeron dentro
de las pequeñas embarcaciones.
"Oí que el capitán Rickenbacker dijo en un reportaje
radial que su rescate se debió a un milagro, en contestación
a sus oraciones. Dijo que oraron y no dudaron que Dios
los salvaría.
"Sobre el mismo asunto, un día hablé con un marino
filipino cuyo barco fue torpedeado dos veces en el espacio 2"|
de dos meses, y se vio obligado a echarse al mar. Cuando
J 0 Un compromiso
le pregunté qué hizo en tales circunstancias, me contestó: de amor
orar.
"El hombre que en tiempo de dificultad busca un
apoyo sobrehumano admite que él no puede ser dueño en
Una perspectiva bíbt'ca oe a. a c m r s r^ c x r

el sentido absoluto de la palabra. En realidad, Dios es el


único dueño absoluto de todo" (Frank W. Patterser„
Manual de finanzas para la iglesia, Casa Bautista de
Publicaciones, Texas, 1984, p. 11).
Los principios de la administración
Un diccionario nos dice que la administración es el
uso sensato de los medios para alcanzar un fin. Después
de repasar muchas definiciones propuestas en diferentes
libros, y luego de analizar los conceptos implícitos en el
comportamiento de numerosos individuos y grupos que
han alcanzado el éxito en la administración, el Instituto
Americano de Administración afirma que "la
administración es el arte de armonizar los fines y los
medios, el arte de realizar una acción con un fin
determinado".
Desde tiempo inmemorial se han hecho sugerencias
respecto de los principios de la administración. Lawrence
A Appley, en su libro La evolución administrativa, enumera
"Diez Mandamientos" como principios y verdades más
significativos que se pueden aplicar a aquellos que sumar,
responsabilidades rectoras. En forma resumida, ellos
son:
1. Considere al personal de su organización como su
mayor capital.
2. Procure conseguir ganancias a fin de continuar
rindiendo servicios (para organizaciones orientadas haca
las ganancias).
3. Aboqúese a toda tarea en forma organizada y
consciente, de manera que el resultado no quede librado
al azar.
4. Establezca metas de corto y largo alcance a fin de
Una perspectiva bíblica de la administración

asegurarse mayores realizaciones.


5. Procure el cumplimiento máximo de las metas y
objetivos mediante la comprensión general y aceptación
por parte de los demás.
6. Mantenga conforme a cada uno de los miembros
del conjunto, procurando que cada uno sepa lo que debe
hacer, o cuán bien debe hacerlo, qué autoridad tiene o
cuáles deben ser las relaciones de su trabajo con los
demás.
7. Procure el mejoramiento individual mediante un
análisis del desempeño de cada persona y su potencial.
8. Proporcione oportunidades para auxiliar y guiar en
el proceso de autosuperación cualitativa como uno de los
aspectos fundamentales del crecimiento institucional.
9. Mantenga un sistema de incentivo y recompensa
adecuado y profundo, en procura de un aumento del
esfuerzo humano.
10. Proporcione satisfacciones derivadas del trabajo
para aquellos que lo realizan y para aquellos que se
benefician al recibirlo.
La iglesia, como un cuerpo que necesita orden y
organización para funcionar, no escapa ala necesidad de
atender a estos principios. Por el contrario, necesita de
ellos afanosamente a fin de cumplir con los objetivos que
tiene asignados. En este sentido, la Biblia es siempre una
fuente de ejemplos.
El sabio consejo de Jetro a Moisés es uno de esos
ejemplos, dado que proporciona las pautas para la
organización de los jueces de Israel por niveles de
responsabiliad. Del mismo modo, el sacerdocio aarónico
se instituyó en órdenes sacerdotales en diversos grados.
Así también la Iglesia Cristiana Primitiva debió organizarse
Una perspectiva bíblica de la administración

asegurarse mayores realizaciones.


5. Procure el cumplimiento máximo de las metas y
objetivos mediante la comprensión general y aceptación
por parte de los demás.
6. Mantenga conforme a cada uno de los miembros
del conjunto, procurando que cada uno sepa lo que debe
hacer, o cuán bien debe hacerlo, qué autoridad tiene o
cuáles deben ser las relaciones de su trabajo con los
demás.
7. Procure el mejoramiento individual mediante un
análisis del desempeño de cada persona y su potencial.
8. Proporcione oportunidades para auxiliar y guiar en
el proceso de autosuperación cualitativa como uno de los
aspectos fundamentales del crecimiento institucional.
9. Mantenga un sistema de incentivo y recompensa
adecuado y profundo, en procura de un aumento del
esfuerzo humano.
10. Proporcione satisfacciones derivadas del trabajo
para aquellos que lo realizan y para aquellos que se
benefician al recibirlo.
La iglesia, como un cuerpo que necesita orden y
organización para funcionar, no escapa ala necesidad de
atender a estos principios. Por el contrario, necesita de
ellos afanosamente a fin de cumplir con los objetivos que
tiene asignados. En este sentido, la Biblia es siempre una
fuente de ejemplos.
El sabio consejo de Jetro a Moisés es uno de esos
ejemplos, dado que proporciona las pautas para la
organización de los jueces de Israel por niveles de
responsabiliad. Del mismo modo, el sacerdocio aarónico
se instituyó en órdenes sacerdotales en diversos grados.
Así también la Iglesia Cristiana Primitiva debió organizarse
Ur.a persoecr.-a Zi'cucs ce ¿ a c n r-srse e r

para poder funcionar. En su carta a los conr.ros. Parle


enfatizó que el siervo de Dios debe ser un buen
administrador. En 1 Corintios 4: 1, 2 dice: "Téngannos
los hombres por servidores de Cristo, administradores
de los secretos de Dios. Ahora bien, se requiere que cada
administrador sea hallado fiel" (NRV). Todas las
autoridades que se establecen por orden divina son, ru
más ni menos, personas elegidas para colaborar en el
mejor funcionamiento de la iglesia Estos administradores
son los que deben prestar atención, primeramente, a los
principios administrativos que emanan de las Escrituras.
La autoridad de los administradores conlleva
responsabilidad ante el cielo y actitud de servicio para
con los que les son iguales.
Basados en los principios de L. Appley, podemos
decir que la iglesia, por la forma como está organizada
hoy día, participa de las características propias de una
empresa, porque tiene los tres componentes básicos
necesarios para ser considerada como tal: Personas,
bienes materiales y estructura organizativa.
En toda organización, y en forma especial en la iglesia,
el recurso humano es parte vital, y constituye el factor
primario de la administración Cristo mostró sumo interés
en las necesidades humanas: Marcos 6:34 dice:" Cuando
Jesús desembarcó, vio esa gran multitud, y tuvo compasión
de ellos, porque eran como ovejas sin pastor. Así empezó
a enseñarles muchas cosas" (NRV).
También los bienes materiales de la iglesia son de
suma importancia para su funcionamiento. Siempre
debe haber una persona idónea para el manejo de las
finanzas, así como gente encargada de los bienes muebles
e inmuebles, para su conservación o renovación.
Una perspectiva bíblica de la administración

Una de las razones más importantes por la que la


iglesia debe tener un sistema administrativo es para
establecer y mantener orden en su funcionamiento. Por
eso, la iglesia posee un sistema de normas y reglamentos
que es revisado periódicamente, y que sirven para
establecer el lugar de cada uno en la organización.
Pero la iglesia no es un fin en sí mismo, no está
organizada para tener a un grupo de gente ocupada. El
objetivo de la iglesia es ayudar al hombre a encontrarse
con Dios, enseñarle el camino de la redención y ayudarlo
a cumplir el objetivo por el cual Dios creó al hombre:
"...con el propósito de que -según Elena de White-,
cuanto más viviera, más plenamente revelara esa imagen,
más plenamente reflejara la gloria del Creador"(Ed,
p.13).
Mayordomía desde el Edén
En el Edén, luego de darle la vida, Dios no dejó al
hombre librado al azar, a su propia surte. Sabemos por
intermedio de Elena de White que Adán y Eva se
comunicaban directamente con Dios, quien les enseñaba
por medio de la creación. De haberse mantenido fieles al
creador "a través de los siglos eternos, hubieran seguido
adquiriendo nuevos tesoros de conocimiento,
descubriendo nuevos manantiales de felicidad y
obteniendo conceptos cada vez más claros de la sabiduría,
del poder y del amor de Dios. Habrían cumplido
cabalmente el objeto de su creación; habrían reflejado 25
cada vez más plenamente la gloria del Creador" (Ibíd.). Un compromiso
En esta relación íntima con el Padre, el hombre aprendió
cómo administrar adecuadamente las cuatro grandes
áreas de su existencia: el cuerpo, las posesiones, las
habilidades y el tiempo.
Una perspectiva acuca je s x ¡ - t ‘ ¡ s r x x r

El cuerpo. "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es t E r z .:


del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual :ar¿_5
de Dios, y que no sois vuestros?" (1 Cor. 6: 19
palabras del apóstol Pablo establecen claramente quier.
es el verdadero dueño de nuestro cuerpo. Por esc T'.cs
le enseñó a Adán, y ahora a nosotros, cómo cmdarlc y
esto ha dado origen a lo que llamamos el mensa:e da
salud y temperancia, es decir, un mejor modo de vivir.
Las posesiones. Dios le dio al hombre dominio sobre la
tierray todo lo creado, pero nos despojó de su derecho de
propiedad. En el "contrato de administración" que Dios
hizo con el hombre, estableció que para demostrar que
todas las cosas son de Dios, habría un árbol en el huerto,
el del conocimiento del bien y del mal, del que no debían
comer y al que no podían tocar. La obediencia o
desobediencia de esta cláusula sería la forma que el
hombre tendría de demostrar que reconocía a Dios como
el dueño de todo.
Al pecar el hombre y salir del jardín del Edén,
desapareció el árbol que probaba la obediencia a Dios y
su reconocimiento como dueño de todo. Sin embargo,
Dios estableció un nuevo sistema para que los hombres
fieles manifestaran su lealtad al creador: "El sistema del
diezmo se remonta hasta más allá del tiempo de Moisés.
Ya en los días de Adán, se requería de los hombres que
ofreciesen a Dios donativos de índole religiosa, es decir,
26 antes que el sistema fuese dado a Moisés en forma
Un compromiso definitiva. Al cumplir lo requerido por Dios, debían
deamor manifestar, mediante sus ofrendas, aprecio por las
misericordias y las bendiciones de Dios para con ellos"
(CRA 74). De este modo vemos que la devolución del
u n a perspectiva Dionea ae ia aamimsxracion

diezmo es una señal de que el hombre reconoce los


derechos de propiedad de Dios desde los días de Adán.
Las habilidades. La labor física y mental del hombre
debería siempre adorar a aquél que es el autor de todo
talento. Elena de White dice: "El jardín del Edén era el
aula, la naturaleza el libro de texto, el Creador mismo era
el Maestro, y los padres de la familia humana los alumnos...
El Infinito Autor de todo abría a sus mentes las leyes y
operaciones de la naturaleza, y los grandes principios de
verdad que gobiernan el universo espiritual. Sus facultades
mentales y espirituales se desarrollaban en 'la luz del
conocimiento de la gloria de Dios', y disfrutaban de los
más elevados placeres de su santa existencia" (Ed 17-19).
Mediante el uso de sus falcultades físicas y mentales, el
hombre demuestra -o no- que él mismo es propiedad de
Dios.
El tiempo. Como todas las cosas, el tiempo también le
pertenece a Dios. Por eso, él requiere que una porción de
cada día se emplee en su servicio. Para probar que el
tiempo es suyo y que el hombre lo reconocía, Dios le dijo
a Adán que durante el 7o día no trabajara, sino que lo
adorase. Hoy día rige para nosotros esta misma prueba
de amor y reconocimiento hada Dios.
En cada una de estas cuatro áreas,' el hombre tuvo yJ

tiene dos posibilidades: obedecer o desobedecer. Dios


probó la fidelidad de Adán como administrador de la
vida, y Adán falló. "El pecado mancilló y casi borró la 27
semejanza divina. Las facultades físicas del hombre se Un compromiso
debilitaron, su capacidad mental disminuyó, su visión
espiritual se oscuredó. Quedó sujeto a la muerte" (Tbíd.,
13). Entonces fue necesario poner en práctica el plan
Una perspectiva bíblica de la administración

redentor de Dios. "Con infinito amor y misericordia


había sido trazado el plan de salvación y se le otorgaba
una vida de prueba. La obra de la redención debía
restaurar en el hombre la imagen de su hacedor, hacerlo
volver a la perfección con que había sido creado, promover
el desarrollo del cuerpo, la mente y el alma, a fin de que
se llevase a cabo el propósito divino de su creación"
(Ibíd).
Uno de los propósitos del primer advenimiento de
Cristo fue mostrarle al hombre cómo vivir. La iglesia,
siguiendo los pasos y las enseñanzas del Maestro, procura
colaborar con Dios en esta tarea por medio de lo que
llamamos la mayordomía. Pero esta obra no termina
aquí. Aquellos que en la gracia de Dios hayan vencido y
sean transportados al nuevo mundo, tendrán la posibilidad
de desarrollar toda facultad y aumentar toda aptitud.
Allí "se lograrán las más elevadas aspiraciones y se
relizarán las mayores ambiciones. Y aún se levantarán
nuevas alturas a las cuales llegar, nuevas maravillas que
admirar, nuevas verdades que comprender, nuevos
objetivos que despertarán las facultades del cuerpo, la
mente y el alma" (Ed 196).

28
Un compromiso
de amor

' Todas las referencias bíblicas se basan el la versión de Reina-Valera revisada en 1960,
a menos que se indique lo contrario.
El hombre,
mayordomo del Señor

T i.-t función del mayordomo es familiar para


quienes, de alguna manera u otra, han tenido contacto
con las historias o las parábolas bíblicas. De todos modos,
vamos a repasar algunos conceptos expuestos en el
capítulo anterior e ilustrarlos con ejemplos bíblicos. Según
el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, el
mayordomo es un "criado principal a cuyo cargo está el
gobierno ecomómico de una casa o hacienda". El Diccionario
de la Biblia de W. Rand dice que mayordomo es "el que
ejerce las funciones de superintendente y administrador
principal de una casa, en nombre del amo".
La palabra castellana "mayordomo" deriva de la
palabra latina maior, que significa "mayor", y domus, que
significa "casa". La idea es que el mayordomo es el
principal administrador de la casa. El mismo concepto
en griego se expresa con la palabra oikonomos, que en
español es "economía". Para el cristiano, el significado
de "mayordomo" o "administrador" de la economía de
la casa es mucho más amplio, dado que no se refiere
29
Un compromiso
exclusivamente avalores materiales, sino que también a de amor
valores espirituales. Esto se ve en los ejemplos de
mayordomos que aparecen en la Biblia, especialmente
los temerosos de Dios.
Según se registra en Génesis 15: 12, Eliezer fue
mayordomo de Abraham Aquél, a causa de su fidelidad,
hubiera sido el heredero del patriarca si Dios no hubiera
obrado un milagro para darle a éste el hijo de la promesa.
EnEgipto, José, hijo de Jacob, fue nombrado mayordomo
de la casa de Potifar por la fidelidad y responsabilidad
manifestadas en tareas menores. La historia bíblica revela
que el temor de Jehová guiaba las acciones del joven
esclavo. 1 Reyes 18:3 revela que el rey Acab, un rey que
se apartó de Dios, tenía un mayordomo llamado Abdías
que era fiel al Señor. 1 Crónicas 28:1 dice que el rey David
reunió a "los administradores de toda la hacienda y
posesiones del rey". La palabra usada en el original para
"administradores" es la misma que en otros versículos
se traduce como mayordomo; esto ilustra la similitud del
significado de ambas palabras.
En los Evangelios aparecen mayordomos en diversas
ilustraciones presentadas por Jesús. Algunos de ellos
son buenos y otros no lo son. El de Mateo 20 es fiel y
obedece a su señor al pagar a los jornaleros el salario
correspondiente. El de Lucas 16 no lo es; es llamado
"disipador de bienes" de su señor. Nótese que en este
caso Jesucristo destaca las cualidades "administrativas"
del mayordomo infiel, lo que le permite salir con beneficio
de la situación embarazosa en la que estaba, pero a la vez
señala su falta de honestidad. Posiblemente en esto esté
la mayor diferencia entre el concepto corriente de
administrador y el de mayordomo, según lo propongo
en este libro.
Las dos últimas referencias a mayordomos que quiero
presentar son muy importantes, porque revelan
especialmente el valor espiritual de esta función
administrativa. En el texto de 1 Corintios 4:1,2, citado en
el capítulo anterior, Pablo dice: "Téngannos los hombres
por servidores de Cristo, administradores de los secretos
de Dios. Ahora bien, se requiere que cada administrador
sea hallado fiel" (NRV). El texto de 1 Pedro 4:10 es aún
más importante; dice: "Como buenos administradores
de las variadas bendiciones de Dios, cada uno de ustedes
sirva a los demás según los dones que haya recibido"
(DHH).
Aspectos de la mayordomía
El versículo de 1 Pedro 4:10 es muy importante. El
apóstol Pedro nos enseña que todo lo que tenemos son
bendiciones de Dios, y que los dones recibidos deben ser
útiles para servir a los demás. Los dones que recibimos
del Señor pueden ser divididos en cuatro grandes áreas:
Talentos, tiempo, templo y tesoros. Es nuestra respon­
sabilidad ser buenos administradores o mayordomos de
cada una de estas áreas de la vida.
El amor mutuo. El principio fundamental de la
mayordomía es el amor mutuo. Esto es así porque Dios
es amor, y todo lo que de él depende se basa en el amor.
La mayor demostración de esta cualidad, como sabemos,
está en el don más precioso que tenemos: Jesucristo,
nuestro hermano mayor, en quien podemos llamamos
hijos del Padre. Por esto lo amamos, y porque nos amó
primero.
En la parábola de Mateo 25 notamos que los siervos
que recibieron los talentos no estaban obligados a hacerlos
producir. Lo que ellos hicieran dependía de la actitud
que tuviesen hacia su Señor. Los que lo amaban, los
hicieron rendir, el que no, lo devolvió tal como lo había
recibido. Esto significa que no somos mayordomos por
la fuerza, sino que cuando reconocemos que Dios es
dueño de todo y que nada nos pertenece, nuestra respuesta
de amor será la entrega a él de todo nuestro ser y nuestras
pertenencias. En gratitud por lo que ha hecho el Señor
por nosotros, nos rendimos por completo a él, haciéndonos
así verdaderos mayordomos.
Que nadie es forzado a ser mayordomo contesta la
pregunta de si todos lo somos. La respuesta es no. Ni el
loco, que no tiene capacidad para pensar, ni el ateo, que
dice "no hay Dios", ni el infiel que reniega de él, son
mayordomos, porque la mayordomía implica una
consagración total y voluntaria al Señor de la hacienda.
Pero los que reniegan de la mayordomía igualmente
tendrán que dar cuenta ante él, como el siervo infiel de
Mateo 25, por haberlo negado como Señor y dueño. La
mayordomía es para los que se arrepienten de sus pecados
y confían en Cristo, es decir, para los que nacen de nuevo,
se hacen hijos de Dios, amigos, colaboradores con él, y
sus socios.
Las limitaciones del mayordomo. Si prestamos atención
a la parábola de Mateo 25:14-30, vemos que los siervos
tenían amplias libertades, pero a la vez debían admitir
ciertas limitaciones.
1. En un día futuro, el mayordomo deberá dar cuenta
ante su Señor (véase también Romanos 14:10).
2. El mayordomo siempre debe entregar las primicias
de todo a su Señor, antes de premiar la fidelidad de sus
siervos.
3. El señor de la parábola les ordenó a sus siervos que
fuesen fieles en la administración de todos sus talentos,
y no sólo de una parte de ellos. Esto implica que, una vez
entregados los primeros frutos, el mayordomo debe
dedicar el resto a buenos propósitos. Porque la
mayordomía abarca todo lo que es y tiene el creyente; no
basta con sólo entregar las primicias al Señor.
Una ilustración me permitirá hacer más claro lo que
quiero decir:
Recién graduado de su curso seminarista, un joven
ministro fue invitado a pastorear una iglesia. En ella
había un miembro rico, dueño de una fábrica con muchos
obreros y empleados. A pesar de su riqueza, cada sábado
daba sólo dos dólares de ofrenda. Pronto el joven ministro
comenzó a predicar de la mayordomía de los tesoros, y
de la responsabilidad del hombre para con Dios y sus
hermanos en el sostenimiento de la obra del Señor en la
tierra; sin embargo, el hombre rico de la congregación
seguía dando sólo dos dólares como ofrenda.
Un día, el joven pastor, al pararse tras el púlpito,
señaló directamente al hombre rico y le dijo que estaba
dando muy poco para la causa del Señor. "Todo lo que
usted tiene no es suyo -le dijo-, usted no tiene nada".
Esto, por supuesto, hizo que el feligrés se enojara mucho,
y después del culto, le pidió una entrevista al "joven e
inexperto" pastor.
Cuando se reunieron, el hombre rico le pidió al ministro
que subiera a su auto, y lo llevó a su mansión. Allí le dijo:
-¿Ve esta hermosa casa? Es mía, no le debo nada a
nadie. Me pertenece; está completamente pagada.
De allí lo llevó a la fábrica, y le dijo:
-¿Ve las instalaciones de esta fábrica? Son mías, ¿y las
maquinarias? También son mías. Y todos los productos
primarios y fabricados aquí son míos. Todo esto me
pertenece.
De la fábrica fueron a la casa de campo del industrial.
Allí le mostró el pequeño palacio que poseía, y le dijo:
-¿Ve esta hermosa vivienda? ¿Y los frutales que la
rodean toda? ¿Ve las miles de hectáreas que llegan hasta
el horizonte, y los miles de animales y sembradíos que
hay en ellas? Son todos míos. No hay aquí una sola cosa
que no me pertenezca, por la que no haya pagado su
justo precio.
Después de estas pruebas "contundentes" respecto
de las propiedades de este hombre, preguntó:
-¿Por qué se atreve, entonces, a decir ante todos mis
hermanos que todo lo que tengo no es mío, que yo no
tengo nada?
Entonces el pastor le sugirió que regresaran al templo,
donde le pidió al acaudalado hermano una cita para
darle la respuesta. De este modo, el pastor preparaba
una enseñanza magistral. El hombre, algo intrigado,
respondió que sí, cuando él quisiera. Entonces el pastor
contestó:
-Está bien. Volvamos a encontramos en este mismo
sitio y a esta misma hora dentro de doscientos años.
¿Qué le parece?
El hombre rico no respondió. Había comprendido la
lección.
Características del mayordomo fiel.
1. El mayordomo fiel hace la voluntad de su Señor." Se
24 requiere de los administradores [mayordomos], que
cada uno sea hallado fiel" (1 Cor. 4: 2). La fidelidad del
Un compromiso ' '
de amor mayordomo es un llamado ala obediencia, al amor y a la
sumisión, de tal modo que los propios gustos o disgustos
del siervo quedan sometidos a las órdenes del Señor.
2. Estudia para lograr una obra más inteligente. El
consejo de Pablo a Timoteo es: "Procura con diligencia
presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene
de qué avergozarse, que usa bien la palabra de verdad"
(2 Tim 2:15). El conocimiento de la palabra de verdad es
indispensable para ser un buen representante de Dios.
Estudiar su Palabra cuidadosamente nos proveerá del
conocimiento necesario para conocer su voluntad y actuar
con inteligencia.
3. Usa métodos honrados de administración. Ya sea
para propagar el evangelio como para ganar dinero, el
mayordomo fiel no usa sólo métodos legítimos, sino
también honestos. Cristo condenó tanto a los vendedores
de palomas del templo como a los dirigentes judíos que
rodeaban el mundo haciendo prosélitos, porque carecían
de la verdadera motivación para dicha actividad, y no
porque hubiera maldad en dichas actividades.
Después de referirse al mayordomo infiel, Jesús dijo:
"El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel;
y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es
injusto" (Luc. 16:10). No hay posibilidad de que el Señor
le dé responsabilidades mayores a quien no puede ser
fiel enlas pequeñas cosas. El ascenso de José en cargos de
responsabilidad es un excelente ejemplo de esto.
4. Se involucra completamente. Para poder decir que
tenemos un hogar no alcanza con que paguemos el
alquiler; necesitamos un cónyuge, hijos, muebles y una
relación tal que nos permita hacer tal afirmación. Del
mismo modo, no basta con contribuir con ofrendas para
solventar los gastos de la iglesia para que seamos llamados
mayordomos del Señor; debemos testificar en cada acto
de nuestra vida y en cada palabra que lo somos. El
mensaje central de la mayordomía es un mensaje vital:
"Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las
Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer
día, conforme a las Escrituras" (1 Cor. 15: 3,4).
Las bendiciones resultantes de la mayordomía fiel. Sin
duda es una bendición ser semejantes al Señor; esto es lo
que ocurre cuando procuramos saber más y estar lo más
cerca posible de alguien. Una excelente ilustración de
esto aparece en el cuento "The Great Stone Face" [La
gran cara de piedra], escrito por el famoso autor
norteamericano Natanael Hawthome. El relato cuenta
que desde una aldea montañosa podía verse el perfil de
un rostro esculpido como por una mano sobre la roca de
una montaña. Aquella fantasía de mármol era llamada
"el viejito". La tradición que corría de boca en boca era
que algún día, alguien que se pareciera a "el viejito"
vendría a la aldea, y que sería un hombre que cautivaría
a todos por su bondad. Un muchacho, que anhelaba la
llegada de aquel que se pareciera a "el viejito", miraba
cada día ansiosamente la piedra, preguntándose si él
viviría ese momento. Ese día llegó antes de lo esperado,
pero no porque "aquel" viejito viniera al pueblo. En
realidad, con el tiempo la gente comenzó a llamar a ese
joven "el viejito" porque llevaba una vida sumamente
limpia, era bondadoso y porque su rostro, poco a poco,
comenzaba a parecerse al de aquella imagen esculpida
en la piedra. Esta idea está expresada en 2 Corintios 3:18:
"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta
como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados
de gloria en gloria en la misma imagen, como por el espíritu
del Señor".
Otra de las bendiciones con las que cuenta el
mayordomo fiel es la seguridad de que algún di a no muy
lejano escuchará de su Señor: "Bien, buen siervo y fiel;
sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor" (Mat. 25: 21). Además tiene la
tranquilidad de que nunca se le dirá: "¡Siervo malo y
negligente... quitadle, pues, el talento... echadle en las
tinieblas de afuera" (Mat. 25: 26-28). Este siervo fue un
mal mayordomo, pues no aprovechó lo que había recibido
de gracia.
La bendición de saber que sus tesoros están a buen
resguardo y bien empleados es muy importante para el
buen mayordomo; de ahí el consejo de Mateo 26:19 y 20
que dice que los tesoros deben hacerse en el cielo. A veces
es difícil entender este consejo, por eso, la siguiente
ilustración práctica podrá ayudamos a comprender esta
idea: Una dama que una vez dio una gran suma de
dinero para construir un orfanatorio, perdió toda su
fortuna, por lo que tuvo que ponerse a trabajar como
vendedora en una tienda. Cierto día, una amiga le
preguntó:
-¿No crees que hubiese sido mejor quedarte con la
suma que diste para el orfanatorio? Con ella no tendrías
necesidad de trabajar.
-No -respondió la señora-, cuando perdimos nuestra
fortuna, no quedó nada sino lo que habíamos invertido
en el reino de Dios, y de esa inversión gozamos todavía.
La mayor bendición de todas las que pueden recibirse
por razón de la mayordomía fiel es que el mundo entero
conozca el mensaje de Dios y disfrute de sus beneficios.
Siendo fieles mayordomos tendremos la oportunidad de
compartir los goces del evangelio de Cristo con toda
criatura humana. La clave de la mayordomía está en el
amor a otros, tal como Cristo nos amó a nosotros.
La mayordomía
del cuerpo

E n la segunda parte de 1 Corintios capítulo 6,


Pablo exhorta a los creyentes a glorificar a Dios en el
cuerpo. El tópico que el apóstol elige para desarrollar
este tema es el de la fornicación, porque éste era un serio
problema entre los corintios. En este contexto aparece el
texto referido a los alimentos: "Las viandas [son] para el
vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno
como a las otras destruirá Dios" (1 Cor. 6:13). La idea que
Pablo expresa aquí es que los creyentes no deben colocar
en primer lugar lo que será destruido, sino que deben
tener intereses trascendentes a lo material y pasajero. El
cristiano asume que está preparándose para la vida
eterna al cultivar un carácter semejante al de Dios.
Luego añade Pablo, hablando de la fornicación: "O
ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo,
el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no
sois vuestros" (1 Cor. 6:19). El uso de ambos tópicos nos
revela que el tema del cuidado del cuerpo no es una
39
cuestión que pasa exclusivamente por el adulterio. Pablo
Un compromiso
no está encarando solamente este tema, que le preocupaba de amor
mucho; él está haciendo una declaración universal. Por
eso podemos aplicar este texto a todos los temas que
tengan que ver con el exudado del cuerpo: alimentación,
descanso, recreación, higiene, ejercicio físico, y muchos
otros.
Lo interesante de la declaración de Pablo es que el
cuerpo debe cuidarse por una razón traseen den te: Porque
es de Dios, Dios mora en él, no nos pertenece. En el
desarrollo de este tema, esta idea será el eje que diferencie
nuestra perspectiva del cuidado del cuerpo, con la de
muchos otros que también están preocupados por este
tema (las revistas seculares están llenas de artículos
sobre salud y ejercicio físico), pero cuya perspectiva no
trasciende la vida terrenal. Al respecto diría Pablo: estos
hermosos cuerpos cuidados y desarrollados
armoniosamente "los destruirá Dios" (1 Cor. 6:13).
Una situación que vivimos de vez en cuando podrá
ilustrar esta idea: Muchas veces, al recibir visitas
inesperadas, las amas de casa se disculpan por no tener
la vivienda en orden. Ellas no han previsto que alguien
llegue en ese preciso momento. Hay, sin embargo, personas
que cuidan de su casa de tal modo, que todo está en
orden en cualquier momento. Cuando llegan visitas
inesperadas, no hay sentimientos de intranquilidad.
Del mismo modo, la mayordomía del cuerpo requiere
una continua atención, dado que es muy fácil quebrar las
leyes de la salud. Nuestro cuerpo, dice Pablo, es " la casa"
del Espíritu Santo, donde debe morar permanentemente.
Siempre debe estar dispuesta para su santa presencia; no
es un lugar al que viene de visita de vez en cuando como
para que lo arreglemos para la ocasión.
En lo que a alimentación se refiere, el mundo podría
ser dividido en dos grupos: los que no comen, porque no
tienen qué comer, y los que comen de más, porque no
saben qué comer.
Tengo un amigo que fue de paseo a uno de los países
de Europa central. Cuando volvió, lo primero que me
dijo fue que se había "muerto de hambre". Y no había
estado haciendo dieta ni cuidando el presupuesto de
viaje; simplemente se había estado hospedando en las
casas de algunos conocidos o familiares.
¿Qué le había sucedido a mi amigo? Aparentemente,
por lo que me dijo, en algunos países europeos se come
menos que en nuestros países latinoamericanos, y no
justamente por causa de la pobreza. Simplemente porque,
muchas veces, el cuerpo no necesita todo lo que le
"metemos" adentro para alimentarnos. Pero no sólo se
debe tener en cuanta la cantidad que se come, sino la
calidad. El cuerpo debe ser suplido diariamente con las
proteínas, vitaminas, hidratos de carbono, sales minerales,
grasas y agua que el cuerpo requiere para su normal
funcionamiento. Cualquier error en el proceso alimentario
(comer de más o de menos), tarde o temprano afectará el
funcionamiento de sus órganos.
La mayordomía y la salud
A pesar de lo dicho, alguien podrá preguntarse todavía
qué tiene que ver la mayordomía con la salud del cuerpo.
Pues bien, de la salud del cuerpo depende la salud
mental, y viceversa. Como sabemos hace tiempo, el
cuerpo y la mente no son dos secciones separadas de un
todo; en realidad son un todo. "Muy íntima es la relación
entre la mente y el cuerpo. Cuando una está afectada, el
otro simpatiza con ella. La condición de la mente influye
en la salud mucho más de lo que generalmente se cree.
Muchas enfermedades son el resultado de la depresión
mental. Las penas, la ansiedad, el descontento,
remordimiento, sentimiento de culpabilidad y
desconfianza, menoscaban las fuerzas vitales, y llevan al
decaimiento y a la muerte... Algunas veces la imaginación
produce la enfermedad, y es frecuente que la agrave"
(MC 185).
Hay un refrán que dice que " somos lo que comemos".
Y es así; nuestra forma de alimentamos es fundamental
para nuestro bienestar. El uso de tabaco, la falta de
ejercicio físico y, entre varios otros factores, una
alimentación cargada en grasa y azúcares, provocan
problemas cardiovasculares, una de las enfermedades
que causan mayor cantidad de muertes.
Sobre este tema, el doctor John A. McDougall, en su
libro A Challenging Second Opinión (New Century
Publishers, Piscataway, NJ, 1985), informa que las grasas
ingeridas causan dificultades en el sistema circulatorio.
Como seguramente todos sabemos, el exceso de grasas
en la alimentación hace que éstas se depositen en las
vasos sanguíneos hasta causar la obstrucción parcial o
total de ellos. Este problema se llama arterioesclerosis, y
es una de las causas de los infartos. Pero, seguramente no
sabemos que, como informa McDougall, las grasas
animales en la sangre hacen que los glóbulos rojos se
tomen más "pegajosos", dificultando la libre circulación
de éstos. Así, se produce un verdadero embotellamiento
(traffic jam, en inglés) de glóbulos rojos en las venas,
especialmente entre una y nueve horas después de haber
ingerido las grasas. Recién después de 12 horas, el fluir
de la sangre vuelve a ser normal. El cuadro que aparece
a continuación, tomado de la página 124 del libro referido,
ilustra claramente esta idea.
l. a m a y u iu v iiu a u o i v u w f ju

Problemas de
ciruculación
causados por
una comida
rica en grasas

En la maravillosa mecánica de nuestro cuerpo, los


glóbulos rojos son los encargados de llevar los nutrientes
necesarios para todas las células de nuestro organismo.
Ahora, piense lo que sucede con el oxígeno y los nutrientes
requeridos por nuestro cerebro para funcionar
normalmente cuando hemos ingerido alimentos saturados
en grasas, y además hemos comido más de lo necesario.
Por supuesto, es obvio que en esas condiciones nuestro
cerebro no puede funcionar como es debido. Piense
ahora lo que sucede cuando este proceso se repite cada
43
4 ó 5 horas, cada vez que comemos.
Un compromiso
Es por esto que Elena de White dice que "cualquier de amor
cosa que disminuya la fuerza física, debilita la mente y la
vuelve menos capaz de discernir entre lo bueno y lo
malo; nos volvemos menos capaces de escoger lo bueno,
í-cz n i a y v i v u u n a u e » u u o i f j u

y tenemos menos fuerza de voluntad para hacer lo que


sabemos que es recto" (CRA 56). Por eso es nuestra
responsabilidad respetar las leyes de la salud provistas
por Dios para nuestro beneficio físico y espiritual.
Las ocho leyes de la salud
A pesar de que estar al día en lo que a información
sobre salud se refiere parece muy difícil, por la cantidad
de estudios y datos científicos existentes, las leyes de la
salud estipuladas por Dios desde la creación del mundo
siguen vigentes y pueden sintetizarse solamente en ocho
conceptos básicos. Estas leyes están al alcance de todos,
y como se trata de medios naturales, su aplicación es
accesible para todos y garantiza beneficios duraderos.
Lo que hay que hacer es poner atención en los ocho
puntos que aparecen a continuación. Luego de conocerlos,
la elección es suya.
Nutrición
En lo que se refiere a la alimentación, el principio
fundamental es "comer como un rey". Pero esto no
significa la glotonería que muchos presuponen, sino
comer lo que es bueno. ¿Cómo puede una persona
común evaluar todas las publicaciones, científicas y
populares, para descubrir los secretos de la buena
nutrición? Aquí hay algunas sugerencias que pueden
mejorar drásticamente su forma de alimentarse.
44 Siete reglas para la buena nutrición
Un compromiso 1- Disminuya el consumo de grasas y colesterol. La
de amor forma más fácil de hacerlo es cortar las grasas visibles de
las carnes, eliminar los alimentos fritos, las mantequillas,
las salsas para ensaladas y los productos lácteos. Todas
estas comidas pueden ser sustituidas por productos
La mayomomia aei cuerpo

lácteos como la leche descremada y los quesos como el


mozzarella o el requesón descremado.
2. Disminuya el consumo de carne. Si todavía no se
siente listo para adoptar un régimen vegetariano, comience
a mejorar su alimentación actual sustituyendo las carnes
rojas, como la de vaca, por carne de pollo o de pescado.
Planee días sin carne en los cuales su plato principal
consista en legumbres (como frijoles) o comidas con
quesos descremados. La comida vegetariana bien
balanceada provee proteína en cantidades más que
suficientes.
3. Reduzca el consumo de azúcar. Además de toda el
azúcar que solemos ponerle a los postres, estamos
consumiendo cantidades gigantescas de azúcar escondida
en los productos que regularmente compramos listos
para comer, como gaseosas, bebidas alcohólicas, galletas,
gelatina, pan, sopas enlatadas, frutas y verduras enlatadas
y prácticamente todos los cereales para desayuno.
La mejor forma de evitar estas fuentes de azúcar es
disminuir la compra de alimentos preparados. Busque
estas fuentes de azúcar leyendo las etiquetas de los
productos que compra, y evítelos: turbinado, azúcar
morena, azúcar cruda, melaza, fructosa, sacarosa, sirope
o jarabe de maíz o de caña, dextrosa y miel. Todos éstos
son azúcares, y el organismo los procesa en forma similar.
4. Reduzca el consumo de sal. No es fácil tirar el salero
a la basura, pero se puede disminuir gradualmente su
uso. Comience probando el alimento de su plato antes de
ponerle sal automáticamente. Practique el arte de omitir
la sal en ciertos alimentos como las ensaladas, el melón,
la toronja. Use hierbas para hacer resaltar el sabor natural
de los alimentos.
l.c x inctyuruumia aei cuerpo

Cuando cocine y hornee, disminuya la cantidad de sal


que indican las recetas. Evite los alimentos cargados de
sal, tales como papas fritas, y otros por el estilo.
5. Aumente el consumo de frutas, verduras y granos
integrales. Para disfrutar de mejor salud, es imperativo
recibir cantidades adecuadas de vitaminas y minerales.
Al comer una variedad de estos alimentos naturales, o
"integrales", usted no solamente recibirá suficiente
nutrición, sino que también obtendrá un volumen
adecuado de fibra necesaria para evitar que su eliminación
sea lenta. Al preparar alimentos a partir de su estado
crudo original, puede controlar las cantidades de sal,
grasa y aditivos que escoja usar. Tal vez le tome más
tiempo preparar una comida de alimentos naturales,
pero será bien satisfactoria, saludable y más barata.
6. Observe y modifique el ambiente donde come.
Lleve un registro diario de alimentos, observando dónde
y cómo come. Muchas personas se sorprenden al descubrir
que la gran cantidad de calorías que consumen, las
comen en lugares que no son la mesa. Disciplínese para
comer sólo tres veces por día, y siéntese a comer una
comida completa y en calma. Los investigadores de la
longevidad han descubierto que un elemento común, y
tal vez principal, en las vidas de los que viven largo
tiempo: comer poco.
7. Separe sus horarios de comida de modo que su
cuerpo tenga tiempo para digerir debidamente. El sistema
Un compromiso
digestivo
°
necesita cinco horas para procesar
~
una comida,
de amor y no se lo puede apurar. Es mejor que el estómago
"reciba más trabajo" temprano en el día, y además es
mejor y más lógico recibir energía antes de necesitarla
para trabajar que antes de ir a dormir.
La mayordomía del cuerpo

Las golosinas y las bebidas tomadas entre las comidas


retardan la digestión y no permiten que el sistema
digestivo descanse. Aún una almendra, un maní o un
vaso de jugo interrumpe el ciclo digestivo. Esto puede
llevar a que la digestión sea hasta tres veces más lenta. Lo
único que nuestro cuerpo necesita entre comidas es
agua.
Ejercicio
Cierta vez, el escritor Colman McCarthy, del periódico
The Washington Post, sugirió que el Comité Financiero del
Senado considerara la posibilidad de conceder deducciones
de impuestos a los que usaran su hora de almuerzo para
correr dos millas (3.2 km) en vez de tomar dos martinis.
McCarthy observó: "Correr dos millas por el parque
aclara la mente, restaura nuestro sentido de identidad,
relaja los vasos sanguíneos y manda a una persona de
vuelta a la oficina, lista para conquistar el mundo, o por
lo menos esa parte de él que descansa sobre el escritorio".
Cómo limpiar las telarañas mentales
El ejercicio puede hacer más que simplemente tonificar
los músculos y mejorar el estado del sistema
cardiovascular. La actividad física tiene una forma
maravillosa de barrer las telarañas mentales y calmar la
tensión diaria. Pero no es necesario pagar mucho dinero
en gimnasios o equipos sofisticados. Alguien dijo que
"caminar es el ejercicio que no necesita gimnasios. Es la 47
receta sin medicina, el control de peso sin dieta, el un compromiso
cosmético que no se encuentra en ninguna farmacia. Es de amor
el tranquilizador sin píldora, la terapia sin psicoanalista,
la fuente de la juventud que no es una leyenda". Es fácil
descubrir que en vez de sentimos cansados después de
La mayomomia aei cuerpo

una caminata rápida, sentimos que tenemos más energías


que antes de empezar.
He aquí algunas sugerencias para iniciar un programa
regular de caminatas.
1. Propóngase caminar regularmente. Programar media
hora para una caminata cada día no es un gran sacrificio,
y mucho menos cuando descubra los beneficios que
puede proveerle. Tal vez levantarse media hora antes
pueda ser una buena sugerencia, pero sólo usted puede
decidir cuándo incluirla en su calendario.
2. Encuentre un lugar apropiado para caminar.
Seguramente hay varias posibilidades en su vecindario.
Algunas personas estacionan sus vehículos o se bajan
del autobús a varias cuadras del lugar donde trabajan, y
así caminan cada día. Otros lo hacen en algún parque
cercano. Si planea caminar de noche, escoja lugares de su
vecindario que sean seguros y bien iluminados. Si la
escuela de su barrio tiene pista de atletismo, aprovéchela;
a los corredores no les importa compartirla con alguien
que esté seriamente interesado en caminar.
3. Use un calzado adecuado. Un calzado caro para
correr seguramente es bueno, pero no es imprescindible
para caminar. Si no puede comprarse un par de "Nikes"
de $60,00, asegúrese de tener zapatos de taco bajo con
buenos soportes para el arco. No use zapatos duros o con
el taco desgastado. El calzado inadecuado contribuirá a
la fatiga excesiva y el dolor de espalda.
4. Camine correctamente. Deje que sus brazos se
muevan naturalmente, para que el movimiento suave de
la columna permita que los músculos actúen en forma
natural, sin tensiones. No lleve nada colgado de sus
hombros; el hacerlo interrumpe el ritmo natural. Si es
La mayoroomia aei cuerpo

absolutamente esencial llevar algo, use una mochila.


Permita que su pie reciba en el talón el impacto del peso,
y que de allí progrese hacia adelante a lo largo del borde
exterior de la planta. Luego haga que los dedos provean
el impulso para el siguiente paso. El mayor beneficio
cardiovascular se obtiene moviendo los brazos
vigorosamente. La parte superior del torso debería estar
tan cansada como la inferior después que se ha caminado.
5. ¡Disfrute de la caminata! Usted no tendrá tiempo de
cortar flores, pero puede sentir el calor del sol en sus
hombros, admirar el vuelo de los pájaros, y aspirar
profundamente el aire fresco. Si sigue la misma ruta cada
día, pronto podrá saludar a la gente que pase, verá
cambios graduales en el ambiente de estación a estación,
y llegará a ser parte del mosaico del vecindario. Pasará
media hora placentera, ¡y un día mejor!
Agua
El agua es el ingrediente básico de todos los líquidos
del cuerpo; actúa como el aceite en las máquinas, lubricando
y evitando el roce; y regula la temperatura del cuerpo
mediante la evaporación y la traspiración. Además del
oxígeno, el agua es el ingrediente más importante que los
seres humanos necesitamos. Entre el 50% y el 75% del
peso de nuestro cuerpo es agua. El porcentaje es aún
mayor en los bebés y niños pequeños.
Los mayores consumidores de agua son los riñones,
que filtran los desperdicios del cuerpo. Cuando este
importante proceso se completa, el agua se pone a
disposición del cuerpo para otras funciones.
Llénelo, por favor
Nuestro organismo necesita de 4 a 6vasos de agua de
8onzas, o sea, entre un litro y un litro y medio, diariamente.
La mayordomía del cuerpo

Al principio usted puede sentir como que se va a ahogar


con toda esa agua, dado que esa cantidad puede ser el
doble o más de lo usted bebe regularmente. Puede
llevarle varias semanas acostumbrarse a la cantidad
recomendada.
A continuación le damos algunas sugerencias sobre el
uso del agua:
Agua por adentro
1. Consuma sólo agua. No procure sustituirla por
otros líquidos.
2. Beba agua pura. Si lo desea, use el agua purificada
que venden en botellones o compre los filtros que se
instalan fácilmente en su domicilio.
3. Beba agua a temperatura natural. Así será más fácil
para su organismo procesarla. Deje el agua helada tan
pronto como le sea posible. Quizás está acostumbrado a
tomar café o té. Pruebe tomar agua caliente en su lugar;
algunas personas descubren que beber una taza de agua
caliente o tibia les disminuye la necesidad de tomar esa
taza de café que según ellas "les ayuda a relajarse".
4. Tome agua entre las comidas, no durante ellas. El
agua en exceso durante las comidas diluye los jugos
gástricos y demora el proceso de vaciar el estómago. Por
lo tanto, absténgase de beber agua desde media hora
antes de comer hasta dos horas después.
5. Beba un vaso de agua tibia cada mañana,
inmediatamente después de levantarse. Esto lo ayudará
a limpiar el sistema digestivo.
Agua por fuera
El baño diario puede llegar a ser más que un simple
acto de higiene. También puede ayudarlo a combatir las
tensiones. He aquí la manera de despertar los vasos
sanguíneos y relajar los nervios en tensión: Comience
con agua tibia, aumentando gradualmente la temperatura,
hasta que esté bien caliente. Disfrute del agua caliente
durante 3 minutos. Luego vaya bajando la temperatura
hasta que esté lo más fría que pueda resistir, y manténgala
durante 1 minuto. Si lo desea, puede alternar entre agua
fría y caliente varias veces. Al salir de la ducha, frótese
todo el cuerpo con una toalla gruesa. Este proceso
estimulará la circulación, abriendo y cerrando los vasos
sanguíneos, y lo ayudará a relajar los nervios en tensión.
(Recuerde que cualquier consejo relativo a la salud debe
consultarlo con su médico. Algunos problemas de salud
requieren que aún ciertos buenos principios de salud
deban modificarse.)
También se recomienda el baño de pies con agua
caliente para aliviar el dolor de cabeza. Use un recipiente
suficientemente grande como para poder sumergir
completamente ambos pies. Cierre los ojos y relájese.
Ambos extremos del cuerpo debieran sentirse mejor a
los 15 ó 20 minutos.
El agua es el líquido de la vida; de usted depende
aprovecharlo.
Sol
Dejemos penetrar el sol
La ciudad parecía encorvarse contra la oscuridad,
como una viejecita temblorosa bajo su chal. Un hombre g-j
que caminaba con rapidez se bajó de la acera, y un coche
, Un compromiso
que pasaba alcanzó a rozarlo, haciéndolo caer de espaldas. de amor
Hubo un momento de silencio. Luego, el hombre,
recuperándose, se lanzó hacia adelante, con los ojos
destellantes, y comenzó a golpear el capot del auto,
u u iiiu j w iu w iiiiu u o i w u e i^ v

gritando y escupiendo al conductor. Desde dentro del


vehículo, el conductor le respondía airadamente.
Este incidente ocurrió en Trompsó, Noruega, 215
millas (344 km) dentro del Círculo Polar Artico. Sucedió
una mañana de enero, exactamente 6semanas después
que el sol se había ocultado en el horizonte. Los psicólogos
están comenzando a descubrir el impacto que el morketiden
("tiempo oscuro") tiene sobre la gente en el lejano norte.
¿Cómo reacciona la gente cuando pasa dos meses
completos sin nada de sol?
La mayoría de los habitantes de Tromsó admite que el
morketiden descontrola sus vidas en formas que son
profundas y sutiles. Sorprende comprobar que mucha
gente padece de insomnio, a pesar de la constante
oscuridad. Los estudiosos de sueño piensan que se debe
a un trastorno bioquímico y a una hormona cuya
producción aumenta con la oscuridad.
Tromsó es un ejemplo exagerado de lo que le puede
pasar a cualquiera que se prive de la luz del sol. Sin
embargo, rara vez pensamos en el efecto que la luz del sol
tiene sobre nuestra vida diaria, pero su impacto es
innegable. Los que han probado un régimen cotidiano
que incluye la exposición a los rayos solares, dicen que
no solamente les mejora la salud en general, sino también
les estimula el apetito, los hace sentirse bien, y les ayuda
a dormir de noche.
52 Quizá la mejor forma de beneficiarse con el sol es
Un compromiso
combinar la exposición a sus rayos con la rutina regular
de amor de ejercicios. Un estudio demostró que el grupo que
recibió baños de sol junto con el ejercicio mejoró casi el
doble (según los electrocardiogramas), que los que sólo
habían hecho ejercicio.
i_c* 11laywiuwi i na ui

Como muchas otras cosas, el sol debe tomarse en


dosis moderadas. Las investigaciones hechas revelan
que la gente que pasa varias horas diarias bajo los
intensos rayos ultravioleta puede sufrir daños graves. Al
planear un programa de exposición al sol, tome en consi­
deración la cantidad de sol que está recibiendo. Por ejem­
plo, la piel se quema más rápido en la playa que en el
patio de su casa porque los rayos ultravioleta se reflejan
en diferentes objetos. La nieve refleja alrededor del 85%
de los rayos ultravioleta, la arena seca el 17%, y el pasto
sólo el 2,5%. Al contrario de lo que la mayoría cree, el
agua refleja la misma cantidad de rayos que el pasto.
Si quiere combinar el ejercicio con el sol, la ropa blanca
de trama suelta permitirá que su piel reciba la mayor
cantidad de luz. Además, los principios de nutrición
sólidos harán que su piel aproveche mejor las propiedades
sanadoras del sol. De hecho, el tiempo que pasamos
expuestos al sol es de mucho beneficio en el tratamiento
de toda clase de enfermedades, desde las heridas de la
piel hasta las heridas de los sentimientos.
Dios
¡Cuán a menudo nos vemos en dificultades por tratar
de resolver problemas que están fuera de nuestro alcance!
Aceptar que alguien digno de confianza está a cargo del
universo puede quitar una enorme carga de nuestros
hombros. Al mejorar la forma como nos vemos a nosotros
mismos -y el mundo que nos rodea-, ayudamos a allanar
Un compromise
el camino pedregoso de la vida. de amor
Alguien en quien confiar
Creer que usted, una persona singular entre miles de
millones que pueblan el planeta, es importante a los ojos
de Dios, le da significado a la existencia. Este concepto lo
expresa con sencillez Alfredo Noyes en su ensayo "La
existencia de Dios":
" 'El sol, rodeado de todos esos planetas que dependen
de él, puede madurar un racimo de uvas como si no
tuviera nada más que hacer en el mundo'.
"Esa fue la respuesta de Galileo a los que lo atacaron
cuando dijo que la tierra no era el centro del universo. Su
sistema, dijeron los críticos, volvería insignificantes a los
seres humanos.
"La respuesta de Galileo, dada hace trecientos años,
es una fuente de fortaleza para nuestra generación, pues
en la actualidad muchos de nosotros nuevamente sentimos
que el individuo es insignificante frente al inmenso
universo de la ciencia moderna. Pero si el sol puede
hacerse cargo de la flor más insignificante del campo,
realmente no hay razón para sentir que haya límite en el
alcance del poder central, el cual creó todos los soles,
toda la vida, todos los valores espirituales, y el espíritu
del hombre mismo.
"Detrás de la defensa de Galileo estaba su propia
creencia de que el universo no está centrado ni en la tierra
ni en el sol: está centrado en Dios, o en la nada. Si en lo
último, no puede haber verdadera creencia, ni sensible
filosofía. Frente a este callejón sin salida, uno se vuelve
en forma natural a la otra alternativa, que es Dios. Las
palabras de Galileo, primer vocero de la ciencia moderna,
nos vuelven a llevar a la fe, la esperanza y la verdad".
La confianza en Dios provee algo más que el mero
fundamento de una filosofía. Llega a ser una estructura
para toda la vida, incluyendo una "receta" para la salud
física.
La mayoraomia aei cuerpo

La ciencia confirma que, aun desde el punto de vista


médico, confiar en Dios es una buena práctica El psicólogo
Cari Jung reconoció este hecho hace años, al decir:
"Durante treinta años he tratado a muchos pacientes.
Todos los que se encontraban en la segunda mitad de la
vida estaban enfermos porque habían perdido lo que las
religiones vivas de todas las épocas han proporcionado
a sus seguidores, y ninguno de ellos se mejoró de veras,
sino cuando hubo recobrado su perspectiva religiosa".
En situaciones extremas, una sólida experiencia
religiosa puede literalmente diferenciar entre la vida y la
muerte. Víktor Frankl describe en su obra clásica Man's
Search for Meaning cómo sobrevivió los horrores de
Auschwitz. Tanto sus acciones como sus creencias
interiores le fortificaron el ánimo. Mantuvo su apariencia
afeitándose cada día, aun cuando tenía que usar pedazos
de hojas de afeitar viejas o trozos de vidrio.
Imaginándose cómo pasaría su tiempo con su esposa,
su familia y sus amigos cuando saliera, hizo que tuviese
esperanza cada día. Y mientras subsistía a base de pan
viejo con un tazón ocasional de cereal cocido, se imaginaba
el restaurante adonde llevaría a comer a su esposa en
cuanto saliera, y exactamente lo que pediría del menú.
Otros han usado estas tácticas de supervivencia en
circunstancias extremas.
Pero Frankl tenía ayuda adicional. Dependía de la
oración y de sus firmes convicciones religiosas. Oraba a
Dios cada día en procura de fuerzas para sobrevivir,
creyendo que sus oraciones serían contestadas, y él fue
uno de los pocos que salieron con vida de Auschwitz.
Frankl y otros prisioneros han observado que la
convicción religiosa y la práctica de la religión son factores
lcí mayoruomia aei cuerpo

definitorios cuando la supervivencia está en juego. El


repetir himnos, recordar pasajes bíblicos y orar han
proporcionado a un sinnúmero de personas la voluntad
de vivir.
¿Por qué son tan importantes las creencias religiosas?
Porque ellas determinan el énfasis que se coloca en cada
uno de los otros aspectos de la vida. Cada hecho, cada
elección que uno hace, proviene de sus convicciones.
Aire
Ya hemos hablado de los efectos benéficos que tiene
la luz del sol; pero hay otra buena razón para pasar tanto
tiempo como sea posible de puertas afuera: el aire fresco
y puro. He aquí algunos aspectos ventajosos en el goce
del aire fresco:
Rodéese de frescura
Como sabemos, el aire de las ciudades está
contaminado, por eso es importante buscar lugares abiertos
y arbolados donde hacer ejercicio. En una zona con más
plantas que gente, la mezcla de oxígeno y anhídrido
carbónico es más saludable porque las plantas, al absorber
el anhídrido carbónico, aumentan el contenido de oxígeno
del aire. Hacer ejercicios en zonas como ésta es muy
saludable porque al respirar profundamente llega más
oxígeno a los tejidos periféricos y al cerebro, lo que nos
permite pensar mejor.
gg Las personas que pasan la mayor parte de su tiempo
en ambientes interiores rpueden volverse más vulnerables
Un compromiso
de amor al estrés. Sin embargo, se puede aumentar la provisión
de aire fresco en el lugar de trabajo. Siempre que sea
posible, abra las ventanas o, si no se puede, mantenga en
circulación el aire acondicionado. De noche, permita que
La mayordomia del cuerpo

el aire fresco circule por su dormitorio. Use ropa más


abrigada y permita que entre algo de aire cuando hace
frío.
Evite los hábitos que dañan los pulmones, como
fumar, y procure mantenerse alejado de los lugares
cargados de humo de tabaco. Hay abundantes evidencias
de que el humo que se inhala de otra persona que está
fumando es capaz de causar daños considerables.
¡Salga afuera! No todos pueden vivir en el aire fresco
del campo, pero aun los cortos paseos al parque o al
campo pueden ayudar a que su sistema respiratorio se
mantenga funcionando a un nivel óptimo. Siempre que
sea posible, durante todas las estaciones del año, pase al
aire libre tanto tiempo como pueda, haciendo ejercicio,
relajándose bajo el sol, disfrutando del mundo viviente,
estimulante y natural. Descubrirá que es vigorizador.
Descanso
Muchas personas consideran que mirar televisión,
jugar a los naipes o asistir a un evento deportivo son
actividades "relajantes". Pero ellas en sí mismas generan
una buena cantidad de tensión. El reposo y la diversión
son muy diferentes.
Lo mismo sucede con las vacaciones. Para muchos es
un tiempo de mayor tensión porque en ellas hay aun
exceso de variación: camas, comidas, experiencias y
gente diferentes pueden impedir que nuestro organismo
reciba el descanso que necesita. La solución no es evitar
las vacaciones, sino planearlas de manera que verdade­
ramente puedan regenerar nuestro nivel de energía.
El relajamiento produce un sentimiento de bienestar
placentero y cómodo. Recarga las baterías del cuerpo, y
La mayordomia del cuerpo

requiere una cantidad mínima de actividad. Piense en


tres cosas que sirvan de calmante, tanto al cuerpo como
al espíritu -como tomar un baño tibio, tirarse al suelo a
escuchar un concierto, sentarse en la playa o el parque
con los ojos cerrados, etc.-. Ahora piense cómo incorporar
estas actividades a su programa semanal de ejercicios.
El descanso semanal
El concepto bíblico de un ciclo equilibrado de trabajo
y adoración puede proveer rejuvenecimiento semanal.
La Biblia nos anima a trabajar 6 días de la semana, pero
el séptimo está reservado para placeres especiales, para
un cambio total de ritmo. Se trata de dejar a un lado los
negocios y dedicar un día completo para cargar las
baterías interiores mediante la adoración, el relajamiento
y la búsqueda de quietud.
El comediógrafo judío Hermán Wouk describe cómo
su observancia del sábado interrumpe el ritmo caótico de
una producción teatral. A la puesta del sol del viernes
sale del revuelto escenario cuando faltan sólo unas horas
para la actividad frenética de la función. En su tranquilo
hogar, su familia lo espera. Prenden las velas del sábado,
y la cena tradicional provee una ocasión propicia para
responder a las muchas preguntas de los niños, que
están ansiosos de aprender más acerca de su herencia
ortodoxa.
gg Para Wouk el sábado es restaurador y tranquilizador,
Un compromiso *° £lue permite volver al teatro esa tarde, después de la
de amor puesta del sol, donde se encuentra con que la producción
todavía osdla al borde del desastre. Pocos son los cambios
que se operan allí, y las funciones continuarán aun
faltando su presencia un día a la semana.
La mayorvomia aei cuerpo

Cierto sábado de noche, después que Wouk volvió al


teatro, un colega le dijo: "No te envidio por tu religión,
pero sí te envidio por tu sábado". Los que incluyen el
sábado en su ciclo semanal y lo observan como un "día
de descanso", se han dado cuenta de que los beneficios
valen la pena, aunque tan sólo sea por eso.
A dormir
Si usted es una de las tantas personas que sufre de
insomnio, no destape ese frasco de "Sominex"; es posible
gozar de una buena noche de descanso sin medicamentos.
He aquí algunas sugerencias:
1. Establezca una rutina regular para dormir,
acostándose y levantándose a la misma hora cada día.
No se acueste hasta estar listo para dormir, es decir,
no prenda el televisor en el dormitorio, no coma antes de
acostarse ni desarrolle actividades relacionadas con el
trabajo.
2. Arregle todo lo que pueda ocasionar preocupación
durante la noche: saque el perro, cierre la puerta de atrás,
revise el sistema de seguridad, deje un vaso de agua a
mano. Relájese, evite los apurones a esa hora de la noche.
3. Evite todo lo que sea estimulante como bebidas con
cafeína o actividades que exciten su imaginación.
4. Invierta en una buena cama. Pruebe diferentes
estilos -incluyendo las camas de agua- hasta que encuentre
la que le resulte más cómoda. Seleccione almohadas,
frazadas y ropa de cama cómodas. Si hay ruidos que
molestan, consiga tapones de oídos, o prenda el ventilador
o cualquier motor que vibre para escuchar un ruido
parejo si es que eso lo ayuda a dormir.
Si descubre cómo descansar mejor, evitará muchas
tensiones por el resto de su vida.
Lct m ayurvom ia u&i cuerpo

Temperancia
Muchas personas creen que son como marionetas que
no pueden controlar la mayor parte del tiempo de sus
vidas, víctimas de fuerzas desconocidas que los manipulan,
haciéndolos realizar acciones erráticas.
A diferencia de las marionetas, sin embargo, todo ser
humano tiene capacidad autónoma. Si bien las
circunstancias realmente influyen en nosotros, no por
ello estamos librados a los caprichos de un cruel titiritero
que tira de los hilos a su antojo, porque tenemos el poder
de hacer decisiones. Pero algunas personas no le dan
importancia a esta facultad de elección. No les importa
obstruir su capacidad de razonar; escogen abdicar su
responsabilidad y ponerla en manos de ciertas sustancias
o de otras personas.
Otros consideran que la capacidad de elección es una
de las experiencias más grandes del ser humano. Una
escritora explicó cierta vez por qué era cuidadosa con lo
que admitía en su interior: "Acepto la responsabilidad
de cuidar de mí misma; quiero ser la que controla mis
pensamientos, acciones y palabras. Soy responsable,
pero como soy humana, necesito toda la ayuda que
pueda conseguir para actuar siempre en forma
responsable. No seré yo quien entorpezca mis sentidos
con drogas o licor. No quiero retardar mis reacciones".
00 Esta mujer definió nuestra octava ley básica de la
Un compromiso
salud. Para muchos, la rpalabra temperancia
r
suena antigua
°
de amor y fuera de moda, pero ser temperante es simplemente ser
moderado, ejercer control, aceptar la responsabilidad de
controlar nuestra conducta. El dominio propio nunca
pasa de moda.
u a ii i a y u i u u i n i a u u i u u & if ju

También se ha definido la temperancia como "la


abstinencia total de lo que es dañino, y el uso moderado
de lo que es bueno". Entre la lista de cosas dañinas, es
fácil mencionar en primer lugar el tabaco, el alcohol y las
drogas que alteran la capacidad mental y la actitud
emocional. Pero tal vez es más difícil reconocer las
"buenas" cosas de la vida que también nos afectan, como
una porción extra de comida, las cantidades de azúcar o
sal que comemos de más, como los alimentos refinados
de toda clase, o las grasas y otros productos animales que
deberíamos evitar.
Quizás una de las dificultades mayores sea controlar
un programa de actividades muy sobrecargado.
Posiblemente más de uno necesite tener temperancia,
dominio propio, cuando se trata de responsabiliades
adicionales.
El desarrollo y la práctica del dominio propio no viene
sin dolor. Es como podar un árbol. Ninguno de los brotes
es necesariamente malo, excepto que amenazan la salud
del tronco principal y sus ramas. Desvían la energía de
la planta. Dificultan el crecimiento en general. Si el árbol
pudiera hablar, se quejaría cada vez que se lo poda, pero
suponiendo que el árbol fuera sabio, se daría cuenta de
que esa incomodidad momentánea es para su bien.
Es posible que resulte incómodo evitar lo que amenaza
la integridad de nuestra salud, desvía nuestra energía y
atrofia nuestro crecimiento, por lo menos por un tiempo.
Pero cuando se logra asumir cabalmente el control de la
vida, se ve que el esfuerzo bien vale la pena.

Nota: La sección de este capítulo sobre los ocho remedios naturales está basada en un
folleto publicado y distribuido por Concerned Communication, con las modificaciones y
ampliaciones necesarias para este libro.
La mayordomía
de los talentos

t i 1apóstol Pablo leescribióa Timoteo, y en él a


nosotros: "No descuides los dones que Dios te dió" (1
Tim. 4:14, DHH). Los llamemos "dones" o "talentos",
todos tenemos habilidades o cualidades por las que pode­
mos destacamos en un área de la vida. Según el consejo,
es nuestra responsabilidad "exudarlos", tenerlos en cuenta,
desarrollarlos, porque nos los dio Dios.
Los más prestigiosos y deseados pueden ser el musical,
el de la oratoria, el de ser un buen negociante o un buen
médico o un buen abogado, u otros por el estilo. También
podemos considerar como dones apreciados por todos
el de ser simpáticos, exitosos o inteligentes. Pero hay
talentos menos codiciados, y tal vez no apreciados como
tales, porque no son los que hacen que una persona se
destaque notablemente, según es el interés de nuestra
sociedad exitista: amabilidad, maternidad/ paternidad,
ser buenas amas de casa, ser un buen mecánico, saber
enseñar las pequeñas cosas de la vida, y otros por el
estilo. 63
Todos, sin excepción, tenemos algún talento, don o Un compromiso
de amor
habilidad; Dios, como en la parábola de Mateo 25, da a
todos al menos un talento especial del cual tener cuidado.
De nosotros depende descubrirlo y desarrollarlo, para
que no nos pase como al siervo que prefirió no usarlo.
La mayordomía do los talentos

Pero esto no debe sentirse como una carga que nos


persiga por el resto de la vida; como muchos de nosotros
sentimos que somos insignificantes en un mundo
competitivo y despiadado porque no tenemos esas
cualidades que se "necesitan" para ser un triunfador,
Dios nos ha provisto de por lo menos una cualidad en la
que podamos sentimos cómodos, satisfechos, alegres.
Puede no ser una de esas habilidades que la sociedad
secular ha impuesto como la más deseable, pero eso no
importa, porque la tenemos para nuestro bien.
Lo más importante de todo es que cualquiera sea el
talento, siempre puede ser útil para la causa de Dios.
Pedro afirma en una de sus epístolas universales:" Cada
uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros,
como buenos administradores de la multiforme gracia
de Dios" (1 Ped. 4: 10). A diferencia de lo que nos
propone la sociedad secular, los dones son para el servicio
y no para nuestro propio ensalzamiento. Cuando hacemos
buen uso de los talentos, en armonía con el consejo del
Espíritu, damos impulso a la obra de Dios y nos sentimos
felices y satisfechos por el bien realizado.
En la sabiduría y la gracia de Dios, los talentos
disponibles para su servicio son muchos, y por ello
todos podemos participar de una manera u otra en su
obra: "Porque así como en un solo cuerpo tenemos
muchas partes, y no todas las partes sirven para lo
mismo, así también nosotros, aunque somos muchos,
formamos un solo cuerpo en Cristo y estamos unidos
unos a otros como partes de un mismo cuerpo" (Rom.
12: 4, 5, DHH). El Señor nos ha provisto de suficientes
talentos para que nuestra iglesia pueda ser bendecida
por ellos. Es nuestra responsabilidad consagramos
La mayordomía de los talentos

generosamente a la causa y organizamos debidamente


para canalizarlos y aprovecharlos. Si cada talento que
tenemos es identificado y dirigido, y si cada uno de los
miembros participa usándolos para la gloria de Dios, el
Señor, mediante su Espíritu Santo, nos bendecirá de tal
manera que nuestras congregaciones crecerán en una
forma poco común.
Diversidad de talentos: la fortaleza de la iglesia
Según el impreso número 3, página 23 del seminario
titulado Hacia el crecimiento de la Iglesia Adventista, la
falta de crecimiento en muchas iglesias tiene como causa
fundamental la incomprensión de la importancia de los
talentos. Peter Wagner, especialista en crecimiento
eclesiástico, describe el problema de la siguiente manera:
"La ignorancia de los dones espirituales es la causa
principal que retarda el crecimiento de las iglesias en la
actualidad. Es además la raíz de la inseguridad, la
frustración, el sentido de culpabilidad y el desaliento
que plaga a muchos cristianos y que les impide ser
obreros efectivos de Dios" (Your Spiritual Gifts, p. 32).
La Biblia nos da a entender que quiere que
comprendamos este tema. En 1 Corintios 12 Pablo dice:
"No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones
espirituales". Basados en este capítulo, destacaremos 5
puntos importantes respecto de este tema:
1. Dios ha entregado una variedad de dones a su gg
iglesia. No todos reciben el mismo don (1 Cor. 12: 4).
° ' Un compromiso
2 . Es el Espíritu Santo quien determina qué dones les de amor
serán dados a cada uno (1 Cor. 10:11). Esto significa que
él nos usa a nosotros y no nosotros a él.
3. La variedad de dones está dispuesta para promover
La mayordomía de los talentos

la unidad, y no la división. Cada don es importante;


cada uno tiene su propio lugar y función. No hay un
don que sea más importante que otro; no existen los
dones de primera y los de segunda.
4. Dios ha entregado de manera milagrosa los dones
a su iglesia. Cada uno es de importancia vital para su
misión en este mundo. La combinación especial de los
dones ha sido ordenada por Dios (1 Cor. 12:18,21-25).
5. Como cada miembro es parte del cuerpo de Cristo
y se necesitan el uno al otro, el resultado natural será la
unidad (1 Cor. 12: 25).
Cada parte del cuerpo tiene su propia función. Los
ojos, los oídos y la boca tienen diferentes misiones; sin
embargo, todos dependen completamente unos de otros,
y están todos relacionados. ¿Se ha golpeado alguna vez
el pulgar con un martillo? El cuerpo entero simpatiza
con el dolor; desde los dedos de los pies hasta la cabeza,
sienten el dolor. El apóstol Pablo dice: "De manera que
si un miembro padece, todos los miembros se duelen
con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros
con él se gozan" (1 Cor. 12: 26).
Un concepto erróneo concerniente a los dones
espirituales es el de considerarlos como "un fin en sí
mismos". De la misma manera que un martillo y un
clavo son nulos sin la madera donde utilizarlos, los
dones espirituales no tienen efectividad sin un servicio
activo en el mundo.
¿A quiénes ha dado Dios talentos?
A través del bautismo, hombres y mujeres forman
parte del cuerpo de Cristo; como tales, son ordenados
para el servicio con una labor específica que deben
La mayordomia de los talentos

cumplir. Esto quiere decir que cada miembro de iglesia


tiene por lo menos un don espiritual que el Espíritu
Santo le ha otorgado. Posiblemente nos digamos que
nosotros no sabemos de ninguno, pero la Biblia nos dice
claramente que él lo ha hecho. 1 Corintios 12:11 es muy
claro: "Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo
Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él
quiere" (la cursiva es nuestra).
Elena de White confirma esta conclusión con dos
pasajes indudablemente claros: "Todos los hombres no
reciben los mismos dones, pero se promete algún don
del Espíritu a cada siervo del Maestro" (PVGM 328).
"Los dones espirituales se prometen a cada creyente de
acuerdo con la necesidad de la obra del Señor7' (DTG,
cap. 86).
Durante el cautiverio de Israel en Babilonia, Jerusalén
yacía en ruinas. En esa ocasión Dios levantó a Nehemías;
lo equipó con las habilidades necesarias, y luego lo
llamó para que construyera la ciudad. Nehemías
visualizaba esta meta como para quitar del pueblo de
Dios "la gran aflicción y reproche". Nehemías había
sido dotado con una sabiduría profunda. Organizó varios
grupos para cada pequeña sección de trabajo. Esta actitud
le pareció bien al rey, quien le otorgó los recursos
necesarios para lograr su cometido. Nehemías no estuvo
involucrado personalmente en la obra manual de la
construcción, pero continuamente trabajó para quitar la
presión y los problemas que podrían perjudicar a sus
hombres. Requiriendo un juramento de lealtad, desafió
y alentó a sus trabajadores. Celosamente resistió toda
oposición hasta que el trabajo estuvo cumplido.
El ejemplo de Nehemías en el liderazgo, evidentemente
La mayordomia de los talentos

demuestra el don de la administración. Los factores


involucrados en este don son: organización e ingenio,
capacidad para hacer planes de largo alcance,
concentración de propósitos, capacidad de inspirar a los
demás, y perseverancia. Estas son las características de
los administradores que hoy en día necesita nuestra
iglesia. El objetivo de la acción de Nehemías era
"producir", es decir, llevar a buen término la actividad
propuesta. Todas sus energías estaban enfocadas en el
proyecto al cual se dedicaba.
Comparemos a Nehemías con Juan, cuyos talentos
eran completamente diferentes. Las enseñanzas de Juan
y las relaciones personales descriptas en las epístolas
nos muestran que el objetivo primordial de su acción
era "el amor". Para Juan, las relaciones positivas con los
que lo rodeaban eran de extrema importancia. Juan
había desarrollado una relación personal íntima con
Jesús; de hecho, Juan se refiere a sí mismo como "el
discípulo amado" o como el discípulo a quien Jesús
amaba. Las palabras: alegría, amistad, esperanza,
confianza, son algo común en la primera y segunda
epístolas de Juan. La esencia de su mensaje era conducir
a los cristianos a desarrollar amor profundo por Cristo y
por sus semejantes. La mirada de Juan estaba puesta en
sanar heridas y romper barreras entre la gente. Era
sensible a los que lo rodeaban, se preocupaba de las
68 necesidades físicas de los otros. Juan exhibía
un compromiso hermosamente el don de la piedad. Este don se revela a
de amor menudo en la habilidad de discernir los dolores que
padecen otros y la necesidad de esa verdadera amistad
que incluye la entrega mutua.
La mayordomia de los talentos

Tres tipos de talentos


En la Biblia hay tres capítulos que hablan sobre los
dones; estos son: Romanos 12,1 Corintios 12 y Efesios 4.
Hay quienes han tratado de enumerar los dones que
aparecen en la Biblia, diciendo que son 7, o 21, e incluso
hasta 28. Cualquiera sea nuestra opinión al respecto,
podemos estar de acuerdo en que ya que el Espíritu
Santo es infinito, también los dones espirituales lo son.
Habría varias formas de dividir u organizar estos
dones. Bill Gothard los agrupó en tres categorías:
1. Dones de ministerio: Son los que proveen opor­
tunidades para servicios cristianos reconocidos a través
de la iglesia. Estos dones los describe Pablo en Efesios 4,
e incluye pastores, maestros, administradores, profetas
y apóstoles.
2. Dones de manifestación: Son las acciones sobre­
naturales del Espíritu Santo en la vida de cada uno de
nosotros y en la de los que reciben nuestro ministerio; la
fe, la sabiduría y la hospitalidad son buenos ejemplos.
3. Dones de motivación: Son los que le dan al creyente
el poder necesario para que se concentre en un aspecto
particular de interés cristiano. Cada cristiano tiene uno
de los dones de motivación descriptos en Romanos 12:
6- 8 .
Dado que el don de motivación provee la base para el
servicio dentro de la iglesia, examinémoslo
cuidadosamente. Los versículos 5 al 8 de Romanos 12
proveen la lista básica de los talentos impartidos a los
individuos, por los que la iglesia está capacitada para
cumplir con su ministerio. Veamos las definiciones de
esos dones:
La mayordomia de los talentos

1. Profecía: Entre otras características es la capacidad


de proclamar el mensaje de Dios, la habilidad de hacer
que las verdades divinas bíblicas cobren vida en los
oyentes. Un ejemplo vivido de este don es el Día de
Pentecostés, cuando Pedro predicó sobre Jesús.
2. Servicio (o ministerio): Es la capacidad de ministrar
sin egoísmo las necesidades de los demás; la voluntad
de invertir tiempo, talentos y dinero para ayudar a
otros. Es una actitud de servicio sin esperar recompensa.
3. Enseñanza: Es la capacidad de explicar la Palabra
de Dios clara e inteligentemente, haciendo que los oyentes
comprendan la verdad y actúen en consecuencia.
4. Exhortación: Es la capacidad de animar a otros con
amor para que actúen o corrijan sus errores, animándolos
a cambiar de dirección sin ofenderlos.
5. Dadivosidad: Es la capacidad de dar libremente
para suplir las necesidades de otros, ya sea que poseamos
mucho o poco. Es compartir libremente con recursos
materiales.
6. Autoridad: Es la capacidad de estar a cargo de
personas y recursos, y poder administrarlos "con
solicitud", dándoles a todos y a cada uno el lugar que le
corresponde, sin egoísmos ni violencias.
7. Piedad (bondad, hospitalidad): Es la capacidad de
sentir simpatía por los necesitados y extender la mano
con interés y cariño. Es un sentimiento genuino de
yQ compasión por las personas que sufren disturbios
mentales o emocionales, así como rproblemas físicos,
Un compromiso _
de amor siendo capaces de aliviar estas necesidades en forma
alegre, cortés y desinteresada.
Hay una historia pintoresca inventada por Bill
Gothhard para ilustrar el funcionamiento de los talentos.
La mayordomia de los talentos

Supongamos que una tarde, después de haber cenado


en la iglesia, una hermana que lleva el postre en la mano
tropieza, y el pastel queda hecho pedazos en el suelo.
La persona con el don de la proclamación del mensaje de
Dios tratará de corregir el error diciendo: "María, tu sa­
bes que no debes apresurarte de esa manera por no­
sotros". La persona con el don de la enseñanza analizará la
situación y agregará: "La razón por la cual se cayó es
que la alfombra tiene una arruga que la hizo tropezar.
Habrá que corregir ese defecto para que no vuelva a
suceder".
La persona con el don de la administración visualiza
inmediatamente el problema y propone la acción a seguir:
"Juan, alcánzame el trapo, por favor. Susana, ayúdame
a levantar los restos. María, veamos si podemos preparar
otro pastel". Quien tenga el don del servicio se ofrecerá
inmediatamente para ayudar en lo que pueda, mientras
que la persona con el don de la dadivosidad dirá: "Corro a
la panadería a comprar otro postre". El que tenga el don
de la piedad tratará de aliviar la vergüenza de María
diciendo: "No te sientas mal, me ha ocurrido a mí
antes". Y la persona con el don de la exhortación declarará:
"De todas maneras, esto nos salva de haber tenido que
comer tantas calorías".
Realmente nos necesitamos unos a otros. La iglesia
de Dios necesita la gama completa de los dones
espirituales.
Cómo descubrir su/s talento/s espirituaJ/es
Descubrir nuestros talentos espirituales nos permitirá
experimentar la alegría de servir a Dios, reconocer nuestro
lugar en el cuerpo de Cristo, descubrir el verdadero
La mayordomía de los talentos

origen de la productividad y el servicio. He aquí 6 pasos


que lo ayudarán a descubrir sus dones espirituales:
L Consagre su vida a Dios y pídale sabiduría, creyendo
que se le otorgará. Recuerde que Dios anhela que usted
descubra su talento.
2. Crea con fe y plenamente que Dios le ha otorgado,
según nos promete, por lo menos un don espiritual para
el servicio. Espere este don y confíe.
3. Estudie cuidadosamente Romanos 12: 6-8, 1
Corintios 12 y Efesios 4, pidiéndole a Dios que lo guíe en
su ministerio.
4. Analice sus capacidades, examine sus sentimientos.
El Espíritu Santo le mostrará el lugar donde puede
servir en forma productiva y alegre. Si usted está siendo
productivo en algún aspecto del ministerio y goza con
ello, es muy posible que tenga un don en esa línea del
deber.
5. Espere la confirmación de la iglesia. Puesto que los
dones espirituales fueron designados para el avance de
la iglesia de Cristo, Dios impresionará a otros con los
talentos que usted posee. Peter Wagner lo declara en
esta forma: "Los dones, según nuestra definición, son
otorgados para usarse dentro del cuerpo de la iglesia;
por lo tanto es necesario que los demás miembros del
cuerpo tengan la palabra final para confirmar el don"
(Your Church Can Grow). Esto quiere decir, a su vez, que
cuando descubrimos que una persona tiene talento para
72 hacer bien cierto trabajo, debemos confirmar ese don.
Un compromiso Hagámosle saber que hemos notado su habilidad,
de amor El Señor nos está llamando a descubrir y cultivar
nuestro talento para ponerlo en sus manos y al servicio
de su obra. Decidámonos a trabajar por Cristo, y él
trabajará en y por nosotros.
La mayordomía
del tiempo
5

lfP
X orque ¿qué es el tiempo? ¿Quién puede
explicarlo con facilidad y brevedad? ¿Quién puede
comprenderlo para expresarse respecto de él?, y sin
embargo ¿qué otra cosa mencionamos con más
conocimiento y familiaridad que el tiempo en nuestras
conversaciones diarias? Indudablemente lo entendemos
lo suficiente cuando hablamos de él, y lo entendemos
también cuando en nuestra conversación alguien lo
menciona. Si nadie me lo pregunta, yo sé lo que es el
tiempo; pero si quisiera explicárselo a alguien que me lo
pregunta, sencillamente no lo sé" (San Agustín).
Henry Dobson, en "La paradoja del tiempo" dice:
El tiempo se va, ¿tú dices? ¡Ah, no!
¡Ay!, el tiempo se queda, quien se va soy yo.
Ideas comunes acerca del tiempo
"¡Cómo se me ha ido el tiempo!", solemos decir con
frecuencia. Sin embargo, esta exclamación es una expresión
inexacta de lo que realmente ocurre. ¿Acaso el tiempo se
va de nuestro lugar, o ha pasado el tiempo al ritmo
acostumbrado y nosotros hemos hecho menos de lo que
queríamos?
El tiempo es oro, debemos gastarlo con prudencia, se dice
a menudo. Pero ¿tenemos acaso la alternativa de no
La mayordomía del tiempo

gastarlo? Las manecillas del reloj avanzan inexora­


blemente, y no podemos ejercer control sobre su marcha.
Podemos detener el reloj en un partido de fútbol, por
ejemplo, o en alguna otra competencia deportiva, pero
nunca en el juego de la vida. Las manecillas del tiempo
no se pueden detener... son como la guadaña que
finalmente troncha la vida.
El tiempo vuela, o el tiempo es un tirano, exclamamos
cuando no alcanzamos a hacer lo que estábamos esperando
realizar durante un determinado espacio de tiempo.
También decimos el tiempo lo resolverá, esperando que un
problema irresoluble en un momento, lo sea en otro.
No tengo tiempo es un expresión que usamos para
rehusar realizar alguna actividad en la que no tenemos
interés; siempre hay tiempo para aquello que consideramos
atractivo o suficientemente importante.
"La diferencia que existe entre los sabios y los necios,
entre los pobres y los ricos, entre los santos y los pecadores,
entre los que se salvarán y los que serán condenados,
generalmente no se debe tanto a la diferencia en las
circunstancias o a los orígenes de sus vidas, sino a la
diferencia que hicieron en el empleo del tiempo. Los
unos lo aprovecharon para el propósito que tenían en
mente, los otros lo desperdiciaron; los unos cuidaron
cada minuto, los otros derrocharon los días, los meses y
los años" ("The Soul Winner's Secret", en Robert Pierson,
Para usted que quiere ser dirigente [M. View, CA., Pub.
Interamericanas], p. 29). En el tomo 9 de Testimonies,
Elena de White dice: "El tiempo es un don de Dios" (p.
38), y agrega "el valor del tiempo sobrepuja todo cómputo...
De ningún otro talento que él nos haya dado requerirá
más estricta cuenta que de nuestro tiempo" (PVGM 321).
La mayordomia del tiempo

¿Cómo distribuimos nuestro tiempo?


La Universidad de Wisconsin hizo un estudio, basado
en una persona promedio de 70 años, para saber cómo se
distribuye el tiempo a lo largo de la vida. He aquí alguns
de las cifras: Esta persona pasa 20 años durmiendo y
practicando deportes, 15 años paseando y divirtiéndose,
13 años trabajando, 8 años mirando televisión y escuchando
radio, 5 años afeitándose, 5 años vistiéndose, 3 años
comiendo, 3 años esperando algo o a alguien, 2 años
hablando por teléfono, 1 año encendiendo cigarrillos, 5
meses colocándose los zapatos, y 4 horas sonándose la
nariz.
Claro, esta persona no es cristiana, y no dedica tiempo
para Dios. Si dedicáramos diariamente sólo 30 minutos
a la lectura de la Biblia, luego de 70 años habríamos
empleado 1 año y 4 meses; si destináramos 3 horas
semanales para ir a la iglesia, a los 70 años habríamos
dedicado 1 año y 3 meses para adorar a Dios.
¿Cómo podemos hacer para aprovechar este don de
Dios lo mejor posible? Primero revisemos cuidadosamente
nuestras actividades diarias. Tal vez podríamos tomar
nota del tiempo que le dedicamos a cada una durante
una semana. Al final de ella nos daremos cuenta no sólo
de cuáles son nuestras actividades preferidas, sino de
cuánto tiempo les dedicamos, muchas veces sin damos
cuenta. Esto nos posibilitará no sólo planificar un buen
cronograma de actividades diarias, sino corregir o
reemplazar aquellas que no son de importancia, por
otras más provechosas y edificantes. A continuación
detallo las actividades más comunes recomendadas para
que usted las distribuya cada día según sus posibilidades.
La mayordomía del tiempo

1. Culto familiar 1/2 hora


2. Trabajar o estudiar 8 horas
3. Dormir 8 horas
4. Comer 2 horas
5. Viajar 2 hora
6. Aseo personal 1/2 hora
7. Recreación 11/2 hora
8. Estudio bíblico 1/2 hora
9. Trabajo para otros 1 hora
"Seis días trabajarás"
Un precepto bíblico relativo al uso del tiempo dice:
"aprovechando bien el tiempo" (Col. 4: 5, DHH). Se ha
hablado mucho sobre la administración de las riquezas
y los bienes materiales en general. Pero no se ha dicho
tanto con referencia a la adminstración del tiempo.
¿Qué queremos decir con la frase "administradores
de nuestro tiempo"? ¿Nos referimos en realidad a nuestro
tiempo, o al de Dios? ¿Se nos ha concedido a nosotros el
tiempo, junto con el don de la vida misma para que
dispongamos de él según nuestros propios fines...
devolviéndole a él solamente una porción de ese tiempo,
según la determinación de nuestra voluntad? O, como
sugiere Carlos Shedd, puesto que Dios creó el mundo y
todo lo que hay en él, ¿no le pertenece a él todo el tiempo?
En las "diez afirmaciones para el uso del tiempo
desde la perspectiva de un cristiano", Carlos Shedd dice
76 que el propósito del tiempo es: "La tarea santay única de
Un compromiso la vida". Haciendo referencia al pasaje de Lucas 10:42, el
de amor
autor menciona las tiernas palabras de Cristo a Marta:
"Sólo una cosa era necesaria". A las pródigas atenciones
de Marta, el Señor hubiera preferido una conversación
La mayordomía del tiempo

tranquila sobre temas espirituales. Una vida realmente


eficaz, según Shedd, no se obtiene cuando tratamos de
conseguir que Dios nos ayude. Las vidas alcanzan suma
validez cuando "le consagramos a él nuestra voluntad y
procuramos serle de ayuda en sus propósitos".
Entonces, para el creyente, la administración del tiempo
se convierte en la administración del tiempo de Dios. Eso
nos lleva a lo que quizá parezca ser un pensamiento algo
revolucionario. Cuando parece reinar la confusión...
cuando el trabajo se amontona; cuando todo parece salir
mal... ¿con qué frecuencia nos detenemos a fin de
preguntarle a Dios si estamos haciendo lo que él quiere
que hagamos? Si es su tiempo el que administramos ¿no
es aquí donde debemos comenzar?
Colleen Townsend Evans ha descripto de qué manera
ella soluciona esta situación. Cuando la vida se vuelve
demasiado apurada, procura detener el ritmo vertiginoso
con la pregunta: "¿Será que he expulsado a Cristo del
centro mismo de mi vida?"
Bruce Larson afirma que "recibir [de Dios] nuestras
órdenes de marcha" puede constituir la diferencia. El
resolver la cuestión de si lo que estamos haciendo es lo
que Dios quiere, podría ser la clave más importante
respecto de la administración del tiempo.
Una de las promesas bíblicas dice que Dios suplirá
todas nuestras necesidades; por eso, en lo que al tiempo
se refiere, tendremos suficiente para desarrollar nuestras
actividades diarias.
De esta manera, la búsqueda de la solución al problema
de una mejor administración del tiempo se convierte en
un interrogante sencillo: "¿Estoy viviendo de acuerdo a
La mayordomía del tiempo

la voluntad de Dios?" Si así fuera, mi tiempo es tiempo


de Dios, y en él haré lo que debo hacer para él.
"Mas el séptimo día es reposo"
Para introducir la siguiente sección debemos decir
que hay un tiempo que "es nuestro" sólo en el sentido
particular de que es nuestra responsabilidad administrarlo
guiados por Dios: los seis días de la semana; pero hay un
tiempo que "no es nuestro" en un sentido absoluto: el
séptimo día.

Distribución del tiempo


Tiempo
I---------- Mi tiempo ---------- 1
de Dios

Día: 7° Y 2° 3° 4° 5° 6°

En lo que se refiere a una fiel mayordomía en la


observancia del séptimo día, debemos pensar en dos
aspectos fundamentales: 1. Cumplir el deber. 2. Hacerlo
por amor. La diferencia entre la mayordomía del séptimo
día y la de los restantes días de la semana está en que no
hay "deberes" para los seis días de la semana, pero sí es
un deber guardar el sábado; no podemos elegir qué
yg hacer en él: Dios dijo, hay seis días que son tuyos para
hacer "toda tu obra", pero el sábado es "para Tehová tu
Un compromiso
de amor D ios'. El sábado es un deber, y Dios está probando
nuestra fidelidad por medio del sábado, para que lo
guardemos según su voluntad, porque quiere damos
tiempo eterno.
La mayordomia del tiempo

Como pastor, al ver la condición de la iglesia, creo que


el continuo llamado ala reforma integral debe comenzar
por la aceptación de los "deberes" que asumimos al ser
bautizados. La mayordomia no es sólo ser guiados por el
Espíritu para administrar lo mejor posible los talentos
recibidos, cuidar nuestro cuerpo, administrar los bienes
materiales de que disponemos o los seis días de la
semana. Es nuestro deber, en lo que a la mayordomia del
tiempo ser refiere, guardar el sábado "como Dios manda",
y nada más.
En El conflicto de los siglos, Elena de White dice que el
sábado llegará " a ser el punto especial de controversia en
toda la cristiandad, y las autoridades religiosas y civiles"
se unirán "para imponer la observancia del domingo..."
Sin embargo, este momento no puede llegar hasta que
los Adventistas del Séptimo Día nos decidamos a
reconocerlo, respetarlo y guardarlo verdaderamente.
Por esta razón, Dios, inspirando a Elena de White, nos
recuerda qué significa guardar el sábado y cómo debemos
hacerlo.
El viernes de tarde. En Testimonies tomo 6, dice que este
día es de "preparación completa para el sábado". En él
debemos prestar atención a los detalles de la ropa que
usaremos, la comida debe estar preparada y todo debe
estar limpio y en orden antes de la puesta del sol. Para
esta hora, además, todo lo secular debe quedar de lado
"para guardar el sábado conforme al mandamiento". yg
Pero hay J
un sentido más rprofundo en la rpalabra Un compromiso
"preparación" para el sábado. En él, toda la ofensa entre de amor
hermanos, sanguíneos o eclesiásticos, debe ser arreglada.
"Toda amargura, ira y malicia debe excluirse del alma.
En humildad de espíritu, 'confesaos vuestras faltas unos
La mayordomía del tiempo

a otros y rogad los unos por los otros, para que seáis
santos' (Sant. 5:16)".
En muchas iglesias existen arraigados problemas de
relaciones humanas que, por no ser debidamente
solucionados, afectan el accionar evangelizador de la
congregación y no crecen cuantitativa ni cualitativamente.
Es necesario que todos pongamos más atención a este
aspecto de la mayordomía. Así, preocupamos por la
"preparación" para el santo sábado no será, como muchos
piensan, una formalidad digna de poca atención, sino un
punto de partida para el reavivamiento y mejor
funcionamiento de la iglesia.
Recepción del sábado. A este respecto también dice
Elena de White: "Antes de la puesta del sol, deben
reunirse los miembros de la familia, para leer la palabra
de Dios y para cantar y orar. Hay necesidad de una
reforma en este sentido, porque muchos han transgredido"
el sábado por dejar de lado esta costumbre. El culto de
recepción del sábado no sólo trae bendiciones espirituales
y une a la familia en la adoración y la alabanza a Dios,
también pone un claro límite entre la finalización de las
actividades seculares de la semana y el inicio del santo
sábado de Dios.
El sábado de mañana. También en Testimonies tomo 6,
dice: "El sábado por la mañana la familia debe levantarse
temprano. Si se levanta tarde, hay confusión y dificultad
en preparar el desayuno e ir a la escuela sabática. Hay
apuros, choques e impaciencias, y la influencia
santificadora no se siente en el hogar. El sábado,
quebrantado así, llega a ser cansador, y su llegada más
bien es un peso que un gozo".
La mayordomia del tiempo

En la iglesia. Según la mensajera de Dios, todos deben


participar activamente en las reuniones de la iglesia para
que sean interesantes y verdaderamente inspiradoras.
Ella dice: "No habéis de reuniros por mero formalismo,
sino para cambiar pensamientos, para relatar vuestras
experiencias diarias, para dar gracias, para expresar
vuestro deseo sincero de ser iluminados divinamente,
para que conozcáis a Dios y a Jesucristo..."
Tal vez deberíamos repasar cuidadosamente los
consejos de Elena de White sobre cómo adorar, cómo
desarrollar un culto de alabanza e inspiración; tal vez, de
esta manera, muchos volverían a la iglesia al verse
llamados por la comunión sincera y fraternal.
Durante el sábado. También dice Elena de White que
"el sábado no está destinado a ser un período de inactividad
inútil. La ley prohibe el trabajo secular... pero como Dios
abandonó su trabajo de creación y descansó el sábado y
lo bendijo, el hombre ha de dejar las ocupaciones de su
vida diaria, y consagrar esas horas sagradas al descanso
sano, al culto y a las obras santas. La obra de Cristo de
sanar a los enfermos estaba en perfecta armonía con la
ley. Honraba el sábado" (DTG172,173). Y agrega, "nadie
debe sentirse libre para gastar sin provecho el tiempo
santificado. Desagrada a Dios que los observadores del
sábado duerman durante gran parte del día. Deshonran
a su Creador procediendo así... Deben dedicar sus energías
y tiempo a los ejercicios espirituales, para que la influencia
divina que reciban en el día de reposo pueda acompañarlos
durante toda la semana" (2T 704).
Durante las horas santas del sábado tenemos un
deber que la gran mayoría ha olvidado o ignorado: la
La mayordomía del tiempo

obra misionera. En Servicio Cristiano, página 14, la sierva


del Señor dice al respecto: "Todo seguidor de Jesús tiene
una obra que hacer como misionero en favor de Cristo,
en la familia, en el vecindario, en el pueblo o ciudad
donde vive". "Tan ciertamente como hay un lugar
preparado para nosotros en las mansiones celestiales,
hay un lugar designado en la tierra donde hemos de
trabajar para Dios" (PVGM 262).
Una cita más nos dará la dimensión total de nuestra
responsabilidad durante el día sagrado: "La mejor ayuda
que los predicadores pueden dar a los miembros de
nuestras iglesias no consiste en sermonearlos, sino en
trazarles planes de trabajo. Dad a cada uno un trabajo
que ayude a su prójimo. Enseñad a todos que, por haber
recibido la gracia de Cristo tiene el deber de trabajar por
él" (3JT 323). Si tan sólo cumpliéramos con el deber de
hacer la obra de compartir nuestra fe, nuestras
congregaciones no tendrían lugar para recibir a los nuevos
conversos. El Señor está esperando una respuesta a esta
invitación para que cumplamos con nuestro deber.
Ir a la naturaleza. "Padres -dice Elena de White-,
aprovechad el buen tiempo para dar un paseo con
vuestros hijos, ya en el campo, ya en un bosque; y al
admirar las bellezas de la naturaleza, decidles el porqué
de la institución del sábado; describidles que, cuando la
tierra salió de sus manos, era santa y hermosa..." (6T
g2 358). Así, con la autoridad que los niños le dan a cada
un compromiso pakbra que dicen sus padres, aprenderán de Dios y de
de amor su amor, y se alejarán del peligro del ateísmo.
Despedida del sábado. "A la puesta del sol, al terminar
el sábado, sea oída la voz de la oración, y que el himno de
alabanza señale el fin de las horas sagradas, pidiendo la
La mayordomia del tiempo

presencia de Dios por los cuidados de la semana de


trabajo" (Ibíd. 359). Y así, con la familia reunida, como
comenzó el sábado, debe terminar. La armonía y el amor
manifestados en el trato durante ese día deben ser una
manifestación más del carácter de Dios al mundo a
través de sus hijos.
Conclusión
Elegí tratar este tema citando cuidadosamente a Elena
de White porque no quería que fueran mis palabras las
que hablaran; las de ella son claras y contundentes. Para
terminar quiero citar Isaías 58: 13 y 14. Tal vez usted
debería leer todo el capítulo, recordando que fue escrito
especialmente para los guardadores del sábado.
"Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad
en mi día santo, y al sábado llamares delicia, santo,
glorioso de Jehová; y lo venerares, no haciendo tus
caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus
palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré
subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la
heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo
ha hablado".
La mayordomía
de los tesoros

JLjI tema de la administración del dinero es,


seguramente, el más desarrollado cuando se habla de
u
mayordomía. Sin embargo, como ya dije anteriormente,
reducir este tema al aspecto económico es incorrecto. La
mayordomía es un concepto de la vida que abarca todos
lo aspectos de ella. En lo que se refiere a los bienes
materiales, debe entenderse del mismo modo que el
tiempo: Hay una parte de dicha administración que
queda bajo nuestro criterio, pero hay otra en la que el
único criterio puede ser el de la obediencia o la
desobediencia.
Mi dinero
Desde el punto de vista de la mayordomía, es imposible
decir que haya algo que es mío. Al decir mi dinero no
estoy negando ese concepto, sino desarrollándolo un
poco más. De todo lo que Dios me provee para la vida
hay partes que puedo manejar con mayor libertad que
otras. Como decía en el capítulo anterior, yo soy
85
, , . ,, , i , , , Un compromiso
mayordomo de seis días de la semana, pero en lo referente de
al día de reposo, la fiel mayordomía del sábado es
simplemente aceptar guardarlo como Dios pide que se
haga.
La mayordomía de los tesoros

"Mi dinero" es el 90% de mis ganancias; es lo que me


queda después de dar el diezmo. Este 90% también es de
Dios, pero él lo pone en mis manos para que yo lo
administre bajo su dirección. Yo tengo un papel activo en
lo que se refiere a ese 90%. Es aquí donde entra enjuego
decidir qué tipo de administrador seré.
Una parábola moderna
Eran las últimas horas del día 22 de enero de 1973, y
en un lujoso departamento de Manhattan, un caballero
y su hermosa esposa se disponían a cenar a la luz de las
velas. En ese instante, el teléfono interrumpió los
preparativos. Por el auricular se escuchó: "Alexandre
está gravemente herido a causa de un accidente de
aviación en el aeropuerto de Atenas". Aristóteles Onasis
y Jaqueline quedaron paralizados, y la desesperación los
sobrecogió. De pronto, el magnate se dio cuenta de que
toda su fortuna de 500 millones de dólares, la flota
mercante más grande del mundo, sus miles de empleados
entrenados y listos como un ejército, no servían para
volver el reloj atrás, para salvarle la vida a ese hijo.
En pocas horas estuvo junto al lecho del moribundo,
y sintió la impotencia que jamás había sentido al manejar
su fortuna. Golpeado por las circunstancias, abrumado
por la imposibilidad de salvarle la vida a su hijo, su salud
comenzó a decaer vertiginosamente. Pronto aparecieron
problemas cardíacos y complicaciones respiratorias que
hicieron que, luego de su muerte, su fortuna pasara a
manos de otros. Onasis ya no se preocuparía más por sus
millones. Su vida es una versión moderna de la parábola
del hombre que pensaba guardar los frutos de su cosecha
en graneros cada vez más grandes (Lucas 12:13-21).
La mayordomía de los tesoros

Y nosotros, ¿qué tipo de administradores somos?


¿Estamos tan ocupados en adquirir riquezas que no
podemos pensar en los demás, ni en la salvación de
nuestra propia alma? ¿Estamos tan obnubilados por la
"felicidad" y la "seguridad" que pueda proveemos el
dinero, que no vemos más allá de nosotros mismos? Dice
el salmista, en el salmo 49:10,11, en la versión La Biblia
aldía: "¡Ohricos! ¡Ohorgullosos! ¡Ohsabios! ¡Tienenque
morir como los demás! No se les concede mayor extensión
de vida que a los necios e insensatos. Tendrán que dejar
a otros su riqueza. Ustedes ponen su nombre a sus
propiedades como si sus tierras fueran a pertenecerles
para siempre y fueran a habitarlas eternamente".
Los mitos del dinero
Respecto de este tema, siempre están los que creen
que poseer riquezas es pecado, y por otro lado, los que
asocian la pobreza con la espiritualidad. Sin embargo,
todos sabemos que hay tanto pobres deshonestos como
ricos deshonestos. Este mito falso da pie a otro que
sugiere que el dinero es la raíz de todos los males.
Quienes sostienen esto suelen decir algo así: "No sé
exactamente dónde, pero sé que la Biblia dice que el
dinero es la raíz de todos los males". Sin embargo, la
Biblia no dice eso. Lo que 1 Timoteo 6:10 dice es: "Porque
raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual
codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron
traspasados de muchos dolores".
El amor al dinero es sinónimo de egoísmo, y por eso
es el punto de partida para muchos males y preo­
cupaciones. Pero Dios no nos da dinero para ponemos
en una situación difícil, o para causamos preocupación,
La mayordomia de los tesoros

ni para que seamos corrompidos; tampoco para que


amasemos enormes fortunas, especialmente a costa de
otros, ni para que satisfagamos nuestros propios caprichos
y deseos. El propósito de Dios al permitimos administrar
bienes materiales es unimos con nuestros hermanos, a
fin de que compartan muchas bendiciones: "La abundancia
vuestra supla la escasez de ellos, para que también la
abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que
haya igualdad" (2 Cor. 8:14).
Cuando usted tenga un reavivamiento en su relación
con Dios, y se ponga verdaderamente en sus manos,
comenzará a descubrir la voluntad del Señor respecto del
tipo de mayordomo que él quiere que sea. La clave está
en hacer un pacto con él, decidiendo qué, cómo y cuánto
pondrá usted al servicio de quien le da todas las cosas.
Pero esto es tema de otro capítulo. Por ahora piense cómo
responderá al llamado de hacer un pacto con Dios.

Un pacto con Dios


Comience considerando Lucas 14:28: "Porque ¿quién
de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta
primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita
para acabarla?" Esta idea, que tiene su conclusión espiritual
en el versículo 33, también puede aplicarse a un concepto
práctico: Haga un presupuesto, estudiando
cuidadosamente sus ingresos. Esto le traerá muchos
88 beneficios, entre los que está el descubrir en qué forma
Un compromiso maravillosa lo está bendiciendo Dios; sentir la necesidad
de amor de expresar su agradecimiento al Señor por ello, y devolver
en la misma medida en que él le da; otro beneficio que
obtendrá será tener sus finanzas organizadas.
La mayordomía de los tesoros

Hay gente que, aunque no gane mucho, no sabe


cuánto gana ni en qué gasta su dinero. Para que a usted
no le pase esto, haga un presupuesto al principio de cada
mes (o quincena), determinando los ingresos, los gastos
fijos, los gastos variables y los superfluos, de tal modo
que pueda establecer las prioridades en las que hará sus
gastos. Pronto verá cómo lo bendice Dios haciendo que
su dinero rinda más.1 Vea el siguiente ejemplo, basado
en los gastos de una familia tipo de clase media de los
Estados Unidos:
Presupuesto del mes: $3.500
Gastos fijos:
Diezmo (10%) $ 350
Ofrenda y pacto (10%) $ 350
Hipoteca $ 800
Préstamo del auto $ 110
Plan de salud $ 200
Escuela de los niños $ 320
Seguro del auto $ 100
Castos variables:
Comida $ 240
Gas, electricidad, agua $ 50
Transporte $ 120
Tarjeta de crédito $ 100
Impuestos $ 160
Recreación $ 160
Vestimenta $ 215 89
Total $3>275 Un compromiso
de am or
Gastos superfluos: A medida que pasa el mes, anote
aquí los gastos innecesarios que se podían haber evitado.
Notará cuánto suman, y cuánto se puede ahorrar.
La mayordomia de los tesoros

Note que el primer ítem de los gastos fijos es el de los


diezmos. Es de suma importancia que consideremos en
primer lugar el cumplimiento de nuestro deber con Dios.
Pensemos que el diezmo se puede comparar con el árbol
del conocimiento del bien y del mal: es la demostración
de nuestra lealtad a Dios, y nuestro reconocimiento de
que todo proviene de él. Y aquí la promesa de Malaquías
3:10 será más que realidad: "Traed todos los diezmos al
alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en
esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las
ventanas de los cielos hasta que sobreabunde".
El dinero de Dios
El diezmo es lo que llamo, con fines didácticos, "el
dinero de Dios". No hay mayordomia en lo que se refiere
a la décima parte de nuestras entradas, excepto darlo de
corazón, como reconocimiento de su autoridad.
Generalmente se afirma que el diezmo no es obligatorio.
Esto es cierto porque Dios no obliga al hombre a hacer lo
que no quiere; pero es inexacto cuando pensamos que al
bautizarse, el cristiano se ha comprometido a obedecer al
Señor. La conversión es sinónimo de "entrega", de
reconocimiento de que todo es de Dios; esto es más que
admitir, es demostrarlo en un acto voluntario. Es, además,
un acto de adoración, tanto como cantar, orar o estudiar
su Palabra, porque con él reconocemos que las ganancias
que tenemos son el resultado de los dones de la salud, los
talentos y el tiempo.
La palabra "diezmo" se refiera a la "décima parte de
algo", y no tiene necesariamente un significado religioso.
A través del tiempo, entre otros significados, se ha usado
como impuesto. Desde el punto de vista religioso, es la
La mayordomía de los tesoros

porción de las entradas que se destina para una finalidad


sagrada. Desde la antigüedad fue usado para el
sostenimiento de los levitas de Israel (Núm. 18: 21, 24;
Lev. 27: 30-34) y para el ministerio de la evangelización
después de la fundación de la Iglesia Cristiana Primitiva.
Finalidad. El propósito más importante del diezmo no
es hacer que la iglesia tenga dinero. Si este fuera el fin,
podrían encontrarse muchos otros medios para
conseguirlo. En realidad, el fin más importante es el
beneficio del hombre. Dice Elena de White: "Vi que el
sistema del diezmo desarrollará el carácter y manifestará
el verdadero estado del corazón" (IT 237). También dijo,
refiriéndose al sistema de "benevolencia sistemática",
practicado por los adventistas durante la última mitad
del siglo pasado, antes de aceptar el sistema del diezmo:
"El plan de una liberalidad sistemática fue ideado por
Dios para beneficio del hombre, quien se inclina a ser
egoísta y a cerrar su corazón a las acciones generosas. El
Señor requiere que se hagan donativos en tiempos
determinados, para establecer el hábito de dar y para que
la benevolencia se considere como un deber cristiano"
(1JT 373).
Este beneficio no es solamente espiritual; el Señor, en
su misericordia, "devuelve" la fidelidad en los diezmos
con bendiciones materiales. "El deber es el deber, y debe
cumplirse por esa misma razón. Pero el Señor tiene
compasión de nosotros en nuestra condición caída y 91
acompaña sus mandatos con promesas. Pide a su pueblo Un compromiso
que lo pruebe y declara que recompensará la obediencia de
con las bendiciones más ricas..." (CMC 96).
Hay otro tipo de finalidad en dar el diezmo: es para
demostrar el reconocimiento de que Dios es el dueño y
La mayordomia de los tesoros

dador de todo. "Dios es el magnánimo dador de todo


bien, y él desea que el receptor reconozca la procedencia
de esos dones que satisfacen toda necesidad del cuerpo
y el alma. Dios pide tan sólo lo que es suyo. La primera
porción es del Señor y debe utilizarse como un tesoro que
él ha confiado" (CMC 77). Si aceptamos esta idea, dar el
diezmo será una expresión de lealtad y sumisión a su
voluntad.
Los diezmos y las ofrendas
Vale aquí aclarar que el diezmo se diferencia de las
ofrendas en varios aspectos, y que nunca pueden ser
confundidos ni sustituidos entre sí. Vea las siguientes
comparaciones hechas por el pastor Paul G. Smith, según
lo cita el pastor Roberto Roncarolo en su libro Preguntas
sobre el diezmo. Los diezmos son propiedad de Dios (Lev.
27: 30), mientras que las ofrendas son "propiedad" del
hombre (Deut. 16:10). Los diezmos se devuelven como
un acto de obediencia al pedido de Dios (Mal. 3: 10),
mientras que las ofrendas son una respuesta voluntaria
basada en la evaluación de las bendiciones recibidas de
Dios (Deut. 16: 17). Ambas son una demostración de
amor, pero la primera es una "obediencia" por amor, y
la segunda es un acto "voluntario" de amor. Finalmente,
Dios acepta el diezmo, no importa la calidad de lo
producido (Lev. 27: 32, 33), pe. *>pide que las ofrendas
que se den sean siempre de primera calidad (Lev. 22:21,
21; Mal. 1: 8).
Uso del diezmo. Elena de White dice que "el diezmo...
debe dedicarse únicamente para el sostén del ministerio
evangélico" (CMC 86). Según el consejo inspirado, la
Iglesia Adventista del Séptimo Día ha definido como
La mayordomía de los tesoros

"ministerio evangélico" el trabajo de quienes se dedican


directa y exclusivamente a la predicación del evangelio
y de las verdades bíblicas, y de todo el equipo humano
y técnico de apoyo necesario para desarrollar dicha
actividad. Por esto debe entenderse tanto los pastores
que trabajan directamente en las iglesias o como
evangelistas, así como los gastos administrativos que
tengan que ver con ellos, como asociaciones o misiones
locales, uniones, divisiones y la Asociación General.
También por consejo del Espíritu Santo, según se lee
en diversas citas de Elena de White, los diezmos no
deben usarse para saldar los gastos de iglesia de ningún
tipo, ni para sostener la obra de las escuelas o de los
colportores, ni para ayudar a los pobres (CMC 107,108);
y tampoco para la educación de los estudiantes en los
colegios.

Preguntas y respuestas acerca del diezmo


Sobre esté tema, no importa el lugar ni la época,
siempre suelen surgir más o menos las mismas preguntas.
Algunas de ellas son informativas, otras doctrinales, y
algunas hasta de índole práctica A continuación expondré
algunas de ellas, con sus correspondientes respuestas.2
¿Por qué el diezmo no se encuentra entre los Diez Mandamientos?
Si bien no está expresamente mencionado en los Diez
Mandamientos, retener los diezmos es una violación al
octavo mandamiento y también al décimo (véase Tim. 6:
10; Col. 3: 5). En la Biblia hay muchas ordenanzas,
prácticas y ritos importantes dados por Dios que están
implícitos en el Decálogo, pero no explidtados: la oración,
el bautismo, el amor, el perdón, el régimen alimentario,
La mayordomia de los tesoros

la abstención de fumar, el no unirse en yugo con los


infieles, y otros. Elena de White dice: "El sistema ordenado
a los hebreos no ha sido abrogado ni reducido su vigor
por aquel que lo ideó. En vez de carecer de fuerza ahora,
tiene que practicarse más plena y extensamente, puesto
que la salvación por Cristo debe ser proclamada con
mayor plenitud en la era cristiana" (CMC 80, 81).
¿Por qué no es prueba del discipulado, y el sábado sí lo es?
Esto es así porque no siempre es tan fácil establecer
que alguien no da los diezmos como corresponde, como
demostrar que alguien no guarda el sábado. Las
circunstancias por las que alguien no diezme regularmente
pueden ser extremadamente variables. Además, la iglesia
no ve como un atributo propio el de fiscalizar las ganancias
de sus miembros. Y por último, y no menos importante,
si el diezmo fuera un requisito para el discipulado, la
iglesia podría ser fácilmente cuestionada respecto de su
interés por el dinero y su intromisión en las finanzas de
sus miembros.
Ahora bien, si la iglesia se preocupa por la falta de
regv'.«iidad en la devolución de los diezmos de quienes
reciben salarios periódicos, es porque la reiterada
experiencia pastoral revela que generalmente tal proceder
es síntoma de que hay problemas espirituales.

¿Por qué el diezmo no quedó abolido en el Calvario con la ley


ceremonial?
En primer lugar, porque si bien el diezmo fue
incorporado a la legislación levítica, data desde tiempos
de los patriarcas, y no estuvo entre las "sombras" que
tenían que desaparecer con la muerte del Señor. Ya
La mayordomía de los tesoros

Abrahán dio los diezmos a Melquisedec, mucho antes de


que se diera la ley ceremonial (Gén. 14: 20; Heb. 7: 4).
En segundo lugar, porque nunca estuvo entre las
leyes civiles de Israel, sino fue un deber religioso para
beneficio de sus hijos y destinado a un fin sagrado.
Y tercero, porque por medio del diezmo se expresa el
principio eterno e inmutable de que Dios es el creador,
dueño y señor de todo, antes de Israel, después de la
cruz, y por siempre.
¿No es injusto que los pobres tengan que diezmar?
El hecho de que Dios requiera un porcentaje de las
ganancias, y no una suma fija, es el mejor argumento le
que este sistema de reconocimiento de Dios como dueño,
es justo. Elena de White dice que es hermoso porque está
basado en la igualdad. Por otra parte, el diezmo no tiene
que ver con la pobreza o la riqueza, sino con la relación
del hombre con Dios, con "el propósito del corazón, el
espíritu de gratitud y amor que expresa" (CMC 79).
¿Para quién es más difícil diezmar: para el pobre o para el rico ?
Puede ser tan fácil o tan difícil tanto para uno como
para el otro. La devolución del diezmo no es nada fácil
para quien, sea rico o sea pobre, no está dispuesto a
reconocer por amor que Dios es el dueño de todo, o para
quien no quiere obedecer. Sin amor, tanto el pobre como
el rico están indispuestos para devolver el diezmo de lo
poco o de lo mucho que tienen.
Al calcular la décima parte de las ganancias, ¿qué debo poner
de mí para hacerlo?
Cuando el hombre se dispone a diezmar, debe poner
su mejor intención, conciencia y generosidad. Lo que
La mayordomia de los tesoros

resulte de ello "queda librado a la conciencia [del


adorador]... No se requiere compulsión alguna" (1JT
373). "Dios pide que lo que se diezma sea llevado a su
tesorería. Devuélvase esa parte en forma estricta, honrada
y fiel" (CMC 87). Esta actitud será la mejor para poder
establecer claramente cuáles son las ganancias sobre las
que se determinará el diezmo, y hará que lo entregado
sea "la décima parte", y no una cantidad menor.
¿Se deben diezmar entradas adicionales?
Hay dos versículos que ayudan a responder esta
pregunta: Mateo 22: 21 dice: "Dad, pues a César lo que
es de César, y a Dios lo que es de Dios". Génesis 28: 22
reproduce las palabras de Jacob: "De todo cuanto me
dieres, ciertamente te daré el diezmo". Este hombre de
Dios decidió no retacear nada cuando se trató de devolverle
a Dios parte de lo mucho que había recibido de él. Vea el
contexto de este pasaje para comprender más
profundamente la actitud de Jacob.
Las palabras de Cristo registradas en Mateo sugieren
la idea de que si pagamos impuestos de todo lo que
ganamos, sin importar la procedencia de dicha entrada,
tampoco podemos dejar de hacer lo mismo respecto de
lo que le pertenece a Dios. Al fin de cuentas, Dios es el
que nos da todo. Que sean regalos, premios o bonos es
una cuestión de "definición" circunstancial.
gg ¿Puedo devolver más del diez por ciento de mis ganancias en
concepto de diezmo?
Un compromiso r
de amor Si usted da como " diezmo" más del diez por ciento de
sus ganancias, está dando más que el diezmo. Diezmo es
10%, ni más ni menos. Si usted quiere dar más, no hay
nada que se lo impida, pero bien podría hacerlo de otro
La mayordomía de los tesoros

modo. Esa diferencia bien puede ser destinada al mismo


fondo, en este caso a evangelismo, con una especificación
apropiada en el sobre de diezmos. De esta manera, usted
no se pone en la difícil situación futura de sentirse
tentado a dar menos de la décima parte cuando su
economía sea más inestable. Piense que Satanás siempre
busca todo resquicio para hacer caer al hombre en tentación.
¿Se deben descontar los impuestos antes de calcular el diezmo ?
No se deberían descontar los impuestos antes de
calcular el diezmo porque ellos son un medio por el cual
las autoridades recaudan fondos para proveer servicios
que benefician al que diezma, y a sus conciudadanos. Así
como pagamos nuestras cuentas de electricidad y agua
corriente, que son servicios públicos medidos, con nuestros
impuestos estamos pagando el sistema de justicia, orden
público y vigilancia, y muchas veces educación y salud,
donde éstas son gratuitas.
¿Puedo calcular el diezmo de mis ganancias en base a mi
declaración anual de rentas?
No se puede utilizar la declaración de rentas como un
modo de medir las ganancias, porque el sistema usado
para hacerlo y la finalidad son diferentes. De nuestra
declaración de rentas podemos descontar una serie de
gastos como alquiler, medicamentos, tratamientos
médicos, dependientes económicos y otros. El objetivo
del gobierno es establecer qué cantidad de dinero ha 97
utilizado el ciudadano luego de pagar sus gastos un compromiso
fundamentales de subsistencia. El diezmo, en cambio, se de amor
determina en base al dinero obtenido, una vez que
hemos descontado lo que gastamos para producir dicho
dinero. Los gastos que se descuentan de los impuestos
La mayordomia de los tesoros

no deben descontarse antes de devolver el diezmo; y el


objetivo del diezmo es dar honesto reconocimiento a
Dios de que es el dador de todo lo que poseemos.
¿Se debe diezmar el dinero que se ha recibido en préstamo?
No, porque el dinero prestado no es una ganancia. Si,
en cambio, de ese dinero finalmente se obtienen ganancias,
hay que diezmar la suma ganada, luego de descontar el
capital y los intereses pagados.
¿Qué quiere decir que el creyente debiera diezmar en forma
regular, proporcional y sistemática?
Significa que el creyente debiera diezmar
"periódicamente"; "proporcionalmente" alas entradas,
es decir, a más entradas, más diezmos, a menos entradas,
menos diezmos; al recibir cualquier ganancia, y antes de
disponer del dinero, el creyente debería siempre
("sistemáticamente") separar el diezmoy entregarlo ala
tesorería de la iglesia.
¿Debo devolver el diezmo en la iglesia donde soy miembro?
Sí, se debe devolver el diezmo en la iglesia de la cual
se es miembro. Hay quienes creen que pueden entregarlo
donde creen que es más necesario, y lo envían, por
ejemplo, a misiones pobres, o dan parte en la iglesia local
y parte lo entregan para ministerios independientes.
Esta forma de actuar no sólo revela falta de confianza en
los líderes de la iglesia, sino también una desobediencia
abierta a la ordenanza divina.
Un compromiso
de amor La Biblia dice claramente que los diezmos deben
llevarse "al alfolí" (Mal. 3: 10), y el alfolí es la iglesia
donde uno asiste para adorar a Dios. El Manual de iglesia
dice claramente en la página 214: "La práctica de la
La mayordomía de los tesoros

denominación es que el diezmo sea pagado a la iglesia


local de la cual uno es miembro. Toda desviación de esta
práctica debe efecturse sólo por arreglo especial de la
asociación o misión interesada, basada en circunstancias
y condiciones que hagan aconsejable tal alteración de la
práctica general" (edic. 1969).
¿Debo diezmar aunque no asista a la iglesia?
Sí. ¿No paga usted el alquiler o los impuestos cuando
está de vacaciones y está ausente de su casa? Piense que
los gastos que demanda el sostén del ministerio evangélico
continúan aunque usted esté ausente. Además, Dios
espera que usted diezme cada vez que reciba dinero,
independientemente de si está o no en condiciones de ir
a la iglesia. Debe tenerse en cuenta que diezmar es una
cuestión de reconocimiento a Dios, no una forma de
decir "presente" en el templo.
Si estoy en desacuerdo con la manera en que la iglesia usa los
diezmo, ¿podría retener los míos?
¡Por supuesto que no! Nunca debiera pensar siquiera
en tal cosa. El diezmo fue establecido por Dios para el
bienestar espiritual del dador y la salvación de otros, por
lo que tiene el deber de ser destinado para ese fin en
forma regular y fiel.
La iglesia de Dios es su iglesia, y es su glorioso
privilegio y responsabilidad cristiana sostenerla con sus
diezmos, ofrendas, oraciones, asistencia, trabajo, testi­
monio o cualquier otra forma.

Si usted no ocupa ningún cargo en la iglesia, o no


comparte algún criterio administrativo, la iglesia sigue
siendo su iglesia, y es parte de ella.
La mayordomia de los tesoros

Gano poco y no me alcanza para vivir. ¿Igualmente debo


devolver el diezmo?
Hay muchos que pasan por necesidades, especialmente
en momentos de crisis económicas. Pero el Señor no pide
diezmos de lo que no tenemos, sino de lo que recibimos,
por poco que sea. La justicia de esta institución divina se
basa en este principio, y puede ser cumplido cualquiera
sea la situación económica social o particular. Como ya
he dicho, Dios bendice a los fieles; y ningún pobre es más
pobre por diezmar.
El gozo de diezmar
Hay quienes sienten un verdadero gozo en diezmar,
pero otros lo hacen más forzados por las circunstancias
que por convicción. El pastor Roberto Roncarolo, en el
libro ya mencionado, describe muchas de las razones por
las que hay cristianos que no pueden diezmar
gozosamente. Estos son, en resumen, algunos de los
motivos que él destaca:
1. Diezmar porque otro lo hace es procurar estar a la
altura de esa persona y no a la altura de la voluntad de
Dios.
2. Diezmar para poder ser escogido como oficial de
iglesia es vina cuestión de popularidad, y no de amor a
Dios.
3. Diezmar porque la iglesia necesita dinero es una
^ qq forma de caridad y no una forma de consagración.
4. Diezmar para solucionar sus problemas económicos
Un compromiso , , , , ■j j . i
de amor es buscar egoistamente segundad y protección, y no la
salvación de sus semejantes.
5. Diezmar para ir al cielo y evitar la muerte segunda
es más una expresión de temor que de amor a Dios.
La mayordomía de los tesoros

6. Diezmar para hacerse rico y próspero es usar a


Dios, no servirle.
7. Diezmar para complacer al pastor es procurar
complacer a los hombres, no a Dios.
8. Diezmar porque Dios dice que debe hacerse es un
cumplimiento forzado que relega la mejor parte.
Puede haber muchas formas de egoísmo escondidas
en un cumplimiento forzado de este deber cristiano. Pero
si usted está diezmando porque su amor a Dios lo lleva
a cumplir esta responsabilidad y porque ama las almas
que están por perderse, su motivo es puro, espiritual y
desinteresado, y encontrará que el diezmo es un camino
de vida conmovedor y abundantemente recompensador.

1 Cuando hablamos de bendiciones, generalmente pensamos en hechos para los


que no encontramos explicación, casi milagros. Sin embargo, una bendición no sólo
puede verse en un hecho de esas características, sino también en el resultado natural 101
de poner cierto orden en nuestra vida o en algún área de ella. ¿No es una bendición
Un compromiso
que, por ejemplo, gocemos de mejor salud cuando hacemos ejercicio lisico? Eso no es
un milagro, sino el resultado de la aplicación de una ley de la salud dada por Dios. Del de amor
mismo modo, el orden en todas las áreas de la vida trae como resultado bendiciones.
2 Para esta sección del capítulo, de entre la bibliografía que he consultado, decidí
basarme en el libro Preguntas sobre el diezmo del pastor Roberto Roncarolo. De él
tomé algunas de las preguntas y las respuestas, copié algunos párrafos, parafraseé
otros, y también modifiqué y agregué algunos conceptos.
El egoísmo:
la enfermedad de todos

E 1apóstol Pablo dijo: "Poique ninguno de nosotros


vive para sí, y ninguno muere para sí" (Rom. 14:7). Esto
nos revela el profundo sentido de la vida que tenía Pablo,
adquirido por el conocimiento de Cristo. Igualmente
nosotros, cuando lo conocemos realmente, llegamos a
ver que el sentido de la vida no está en satisfacer nuestros
propios intereses en primer lugar. Sin embargo, la iglesia
no parece estar llena de gente que comprenda esta idea.
"El egoísmo -dice Elena de White-, el pecado del mundo,
ha llegado a ser el pecado prevaleciente en la iglesia" (5T
205).
De alguna manera, esta declaración revela la mayor
necesidad de la iglesia: En un sentido literal es desalojar
el egoísmo, pero en un sentido más profundo, es una
experiencia de verdadera conversión. Sí, la iglesia necesita
experimentar una verdadera y profunda conversión. Sin
ella, será imposible que cumpla con la misión que se le ha
encomendado. La falta de espiritualidad y el egoísmo
103
son las dos grandes falencias de la iglesia en la actualidad.
Un compromiso
Es imposible que un egoísta pueda reflejar a Cristo, de amor
porque Cristo es lo opuesto al egoísmo. El es amor,
desprendimiento, entrega sin reservas. El egoísta, por
contraste, produce siempre un espectáculo repulsivo.
El egoísmo: la enfermedad de todos

Para él no existen más que los propios intereses, sus


opiniones son las únicas que cuentan, sus necesidades
son siempre superiores a las de los demás. Parecería
incapacitado para comprender la necesidad ajena, dado
que el mundo se reduce a él mismo, y los demás no tienen
importancia. Todo el mundo tiene que girar en derredor
suyo. Quiere ser el poseedor de lo mejor de todas las
cosas y no tolera que otro tenga lo que él no tiene. Y
cuando alguien alcanza una posición más destacada que
la suya, o cuando alguien posee cosas que él no puede
obtener, siente hervir dentro de su corazón una verdadera
hoguera que consume todo sentimiento noble. Nunca se
encontrará un egoísta que esté contento.
Una vez se le preguntó a Sócrates por qué Alcibíades,
un inescrupuloso y extravagante general ateniense que
había viajado como nadie en su época y había conocido
todo el mundo, nunca estaba contento. Sócrates, con su
proverbial sabiduría, supo responder con una metáfora,
de modo que al eludir la verdad más cruda, para no
ponerse en peligro, pudiera revelar más profundamente
el carácter del militar. "Lo que sucede -dijo el filósofo-, es
que Alcibíades siempre lleva su yo consigo". Y así reveló
la cruda realidad del egoísta: Pensar primero y siempre
en sí mismo trae la más profunda de las amarguras y la
más terrible falta de felicidad.
Hay una conocida parábola moderna (algunos afirman
104 que es un hecho real) que ilustra la actitud opuesta a la
Un compromiso
del egoísta.
°
Es la historia de un niño de 9 años de edad,
de amor que en una emergencia, era el único que podía proveer
la sangre necesaria para la transfusión que su hermana
necesitaba. Cuando el médico le preguntó si estaría
dispuesto a dar parte de su sangre para salvar la vida de
E l egoísmo: la enfermedad de todos

ella, Santiago vaciló un instante y respondió que lo haría


si ella lo necesitaba.
Como la necesidad era grande, se preparó al niño
para la transfusión. Durante los preparativos, el médico
notó que Santiago palidecía intensamente sin que
aparentemente hubiese razón para ello.
-¿Te sientes mal? -preguntó el médico.
-No... -dijo Santiago- pero me gustaría saber cuando
voy a morir.
-¿Morir? -le preguntó el médico asombrado-. ¿Te
parece que una persona muere cuando da un poco de
sangre?
-Sí... eso creo...
Por suerte, no hace falta morir para salvar otras vidas;
el Señor ya murió por todos y espera que esa muerte sea
aceptada como el medio de salvación. Pero el egoísta ni
siquiera puede aceptar esta hermosa propuesta. Por eso
es necesario que aprendamos a negamos a nosotros
mismos, a dejar de colocamos siempre en primer lugar.
Manifestaciones del egoísmo en la iglesia
La parábola del Joven Rico es un ejemplo clásico para
ilustrar este tema Este hombre era un excelente miembro
de iglesia, que pudo contestar afirmativamente todas las
preguntas del Señor respecto de su religiosidad, diciendo
"todo esto he guardado desde mi juventud" (Mar. 10:
20). Sin embargo, la religiosidad no es sinónimo de 105
conversión, y mucho menos de piedad. Por eso el maestro Uncompromiso
le dijo " una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, de amor
y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven,
sígueme" (Mar. 10: 21). Para Jesús, medir el grado de
egoísmo de este hombre era imprescindible a fin de saber
E l egoísmo: la enfermedad de todos

cuánto lo amaba realmente. "Pero él, afligido por esta


palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones"
(Mar. 10: 23). Elena de White dice: "No podrá entrar en
el délo ninguna persona cuyo carácter haya sido manchado
por la fea mancha del egoísmo" (CMC 24).
El mayor ejemplo de egoísmo es el mismo Satanás,
quien, movido por ese sentimiento, causó la caída de las
cortes celestiales. A través de los siglos ha traído a
hombres y mujeres a su trampa con la falsa hipótesis de
que sirviéndose a sí mismos conseguirán felicidad. Les
hace creer que la acumulación de bienes dará significado
y plenitud a la vida; que esas cosas tienen permanencia
y brindan seguridad; que el hombre debe satisfacer sus
deseos y temores, acumulando cuanto le sea posible
durante la vida. El sabe que si puede hacer que el hombre
centre su atención en los despojos de este mundo su
misión se tomará miope y no verá las riquezas eternas
del mundo venidero. Sabe que si puede inducir al hombre
a ser egocéntrico, éste no podrá ser verdadero seguidor
de Cristo, no importa cuál sea su profesión religiosa.
Juan Wesley observó que cuanto más en serio toman
su religión los miembros de algún grupo religioso, tanto
más guardan para sí. Y cuanto más acumulan, más
tienden a volverse prisioneros de sus posesiones. La
única solución que encontró para esta situación fue la de
motivar a sus fieles a dar en la misma proporción que
-j Qg recibían. No es casualidad que los fieles hijos de Dios
Un compromiso
prosperen en todo lo que ^
hacen,' rporque
-i
sabemos que
-i
de amor Dios bendice a sus hijos. Pero también debemos saber
que Dios no da para que se desarrolle el egoísmo, sino
para lo contrario. Dios da para que su obra pueda ser
bendecida y llevada adelante por aquellos que lo aman.
E l egoísmo: la enfermedad de todos

Ningún grupo religioso puede esperar que sus


miembros sean abnegados, dependan de Dios, renuncien
al mundo, eviten el materialismo y busquen primero el
reino de los cielos, mientras hace que las propias
necesidades financieras de la iglesia sean el motivo para
dar. Esa iglesia no puede hablar con la autoridad dada
por Dios a sus miembros, mientras mendiga para sus
propias necesidades.
Si la iglesia ocupa su lugar como dirigente espiritual,
renunciando a hacer el papel de "vendedor", entonces
puede esperar dirigir a sus miembros a un profundo y
completo entendimiento de la naturaleza espiritual de
las cosas materiales. La enseñanza de los principios
básicos de la may ordomía cristiana es uno de los medios
por los que la iglesia puede llevar a sus seguidores a una
relación más íntima con Dios. Y a medida que esta unión
entre Dios y el hombre se transforma en el medio de vida,
podrá verse cómo un constante y adecuado fluir de
talentos, medios materiales y tiempo estarán a disposición
de la iglesia. Si la iglesia acepta las prácticas y principios
bíblicos sobre mayordomía en su amplio significado,
entonces puede tirar sus cestos de limosna y avanzar
como un ejército con su bandera a la luz de la aprobación
divina.
Sin embargo, las manifestaciones de egoísmo parecen
siempre "razonables". Muchas veces he escuchado decir:
"Primero tengo que usar mis talentos para poder tener lo
necesario y suficiente para mi familia"; o " debo disfrutar
de las cosas buenas de la vida, sin abstenerme de lo que
se me presenta; ya habrá tiempo para cuidar el cuerpo
más adelante". Sobre el sábado se me ha dicho: "Primero
debo descansar y recuperar las fuerzas gastadas durante
E l egoísmo: la enfermedad de todos

la semana; además al sábado lo destinaré para mí y para


mi familia". Y sobre el dinero: "El dinero ganado con
tanto sacrificio lo destinaré a comprar la comida para mi
familia y los demás compromisos que tengo que cumplir".
Lo que dice Elena de White
Quiero presentar tres citas de la sierva de Dios que
hablan del egoísmo, dan una idea de la importancia de
este tema y de cómo debería ser tratado. Si bien estas
declaraciones de la pluma inspirada se refieren a la
administración del dinero, podemos aplicarlas a cualquiera
de las cuatro áreas de la mayordomía según las estamos
analizando en este libro. Léanse estas citas cambiando
las expresiones "dinero", "medios", "bienes", etc., y
todas las otras similares, por tiempo, talentos y hasta
salud, y verá cómo pueden aplicarse al concepto de
mayordomía en su más amplio sentido.
En Testimonies, tomo 2, página 72, dice Elena de
White: "Me fue mostrado que no hay falta de medios
entre los adventistas que guardan el sábado. En el presente,
el mayor peligro está en la acumulación que hacen de
propiedades". También dice: "Si el corazón de los hijos
de Dios estuviese lleno de amor por Cristo; si cada
miembro de la iglesia estuviese cabalmente dominado
por un espíritu de abnegación; si todos menifestasen
profundo fervor, no faltarían fondos para las misiones.
Nuestros recursos se multiplicarían, y se nos ofrecerían
1 0® mil oportunidades de ser útiles" (2JT 72).
Un compromiso " g j todos aquellos a quienes Dios ha prosperado con

riquezas terrenales llevaran a cabo su plan dando fielmente


una décima parte de todas sus entradas, y no reteniendo
las ofrendas voluntarias y las de gratitud, la tesorería
E l egoísmo: la enfermedad de todos

estaría constantemente provista con abundancia. La


simplicidad del plan de benevolencia sistemática no
disminuye sus méritos, pero engrandece la sabiduría de
Dios en su providencia. Todo aquello que lleva el sello de
Dios une la simplicidad con la utilidad. Si la benevolencia
sistemática fuese adoptada universalmente, de acuerdo
con el plan de Dios, y el sistema del diezmo fuera llevado
a cabo fielmente, tanto por los ricos como por los pobres,
no habría necesidad de repetidos y urgentes pedidos de
medios en nuestras congregaciones" (3T 408, 409).

Un llamado a la reforma
El tema de la mayordomía fiel es crucial para este
período del mundo, justo antes de la segunda venida de
Cristo, porque el egoísmo está impidiendo el
derramamiento del Espíritu Santo sobre la iglesia. Elena
de White dice: "No podemos olvidar que nosotros estamos
a prueba en este mundo para determinar nuestra idoneidad
para la vida futura. Nadie podrá entrar en el cielo con
caracteres que están manchados por la inmundicia del
egoísmo. Por lo tanto, Dios nos prueba aquí,
encomendándonos posesiones temporales, para que se­
gún el uso que hagamos de ellas mostremos si se nos
pueden confiar las riquezas eternas... Dios no puede
derramar su Espíritu cuando el egoísmo y la indulgencia
propia se manifiestan" (CS 22,289).
Como en un paralelo con el antiguo Israel, Elena de "|0 9
White ha estado llamando al pueblo de Dios a una un compromiso
reforma genuina y completa, pero este pueblo, como el de amor
antiguo, ha vivido según su propia voluntad, en
desobediencia y rebelión la mayor parte dél tiempo.
E l egoísmo: la enfermedad de todos

Sin embargo, el misericordioso Dios no ha rechazado


a sus hijos pecadores, sino que ha permitido que
sobrevinieran sobre ellos pruebas y adversidades para
enseñarles la senda de obediencia estricta a sus instruc­
ciones: fe implícita y absoluta dependencia de él.
Uno de los llamamientos mas significativos a la reforma
sucedió en los tiempos del profeta Malaquías. Los judíos
habían regresado de la cautividad de Babilonia irnos cien
años atrás. Aún cuando habían sido finalmente curados
de su inclinación hacia la idolatría, habían caído en otros
errores graves como robo del diezmo, casamientos mixtos,
divorcio y quebranto del sábado. Bajo Esdras, Nehemías,
Zacarías y Hageo fueron llamados a la reforma. La
última gran apelación para un reavivamiento y reforma
registrada en el Antiguo Testamento fue pronunciada
por Malaquías. Dios, através de su siervo, dijo: "Volveos
a mí, y yo me volveré a vosotros" (Mal. 3: 7).
Hay un paralelo extraño, y sin embargo preocupante,
entre el Israel de aquel tiempo y la iglesia remanente de
nuestros días, según vemos a continuación:
(1) El pueblo de Dios, en los tiempos de Malaquías,
regresaba de 70 años de cruel cautividad. Era el propósito
de Dios restaurarlos como su pueblo escogido, hacerlos
una nación santa en un mundo en rebelión. De la misma
manera, la iglesia remanente ha sido liberada de la larga
esclavitud y persecusión de la época de la superstición y
la ignorancia. Dios planeó hacer de su pueblo una luz
resplandeciente en un mundo sumido en la oscuridad
del pecado, el pesar y la muerte.
(2) La iglesia del tiempo de Malaquías debía preparar
al mundo para la primera venida de Cristo. Y la iglesia
remanente debe hacerlo para la segunda venida.
E l egoísmo: la enfermedad de todos

(3) Los cautivos que retomaron recibieron grandes


bendiciones espirituales y materiales, de tal manera que
estuvieron capacitados para llevar a cabo la tarea que les
fue asignada divinamente. La iglesia remanente tiene
una luz espiritual y bendiciones materiales sin precedentes
para hacer posible el cumplimiento de su misión.
(4) Con una "falta de visión" fatal, aquel pueblo se
apartó de su destino glorioso y egoístamente se apropió
de la luz y de los medios que hubieran traído sanidad a
las naciones. Hoy en día, el "egoísmo, el pecado del
mundo, ha venido a ser el pecado prevaleciente de la
iglesia" (5T 204). "Dios mira con desagrado a su pueblo
profeso a causa de su egoísmo" (IT 194).
¿Qué tienes
en la mano?
8

C o n mucho cuidado salió de su casa y comenzó


a huir. Sabía que los guaridas no se percatarían de su
presencia porque la noche estaba muy oscura; y aunque
lo hicieran, su salvoconducto oficial lo sacaría de cualquier
problema, al menos mientras no se supiera lo sucedido.
No podía creer que él estuviera huyendo en la oscuridad.
¿Porqué justamente él, que tenía el más brillante de los
futuros por delante? Hasta ese día el mundo entero había
estado al alcance de su mano, y acababa de perderlo.
Podría haber llegado a ser quien guiase los destinos de la
humanidad, haber sido el gobernante de la nación más
poderosa de la tierra; pero ese futuro ya había quedado
en el pasado.
Mientras caminaba con sigilo recordó los primeros
días en la universidad, las primeras clases y a los primeros
compañeros. En pocos días se había convertido en uno
de los líderes del grupo, y con el paso del tiempo se había
113
destacado por su inteligencia entre todos los estudiantes.
Un compromiso
Su futuro era promisorio, y él lo sabía. Un rumbo claro de amor
hacia lugares prominentes había sido siempre la dirección
segura de sus pasos. Pero ahora sus pies pisaban temerosos
un camino oscuro e incierto.
¿ Qué tienes en la mano?

Desde joven tuvo una clara disposición por la justicia


y la defensa de los pobres. Estas características y sus
dotes de líder habían hecho posible una beca que pagaría
sus estudios en la mejor universidad del mundo. Sus
padres nunca hubieran podido apoyarlo económicamente
para pasar por esas aulas.
Pero estas buenas características, más un poco de
autosuficiencia, lo habían llevado imprevistamente a la
ruina: Una pelea entre un amigo suyo y un extraño lo
había convertido en un criminal. Se había descontrolado,
y había hecho justicia por su propia mano. Ahora todo lo
que tenía era un indeseado pasaporte al exilio.
Mientras caminaba por los suburbios oscuros y pensaba
en su futuro, no podía creerlo; estaba acabado. Ahora
debía pasar inadvertido, ser uno más entre el montón,
cambiar de nombre. Tenía que irse lejos, tal vez al campo,
donde nadie lo conociera. Tal vez el paso del tiempo lo
cambiaría, modificaría sus rasgos y su fisonomía, y así,
tal vez, podría volver y... pero no, ya no sería posible. No
sólo habrían olvidado su crimen, también lo habrían
olvidado a él, y ya no podría realizar sus sueños.
Pasaron los meses, los años, y el tiempo lo fue
cambiando; pero nunca dejó de soñar con el regreso. Ya
no lo llamaban las ansias de poder y justicia; sólo quería
ver a sus padres y a su familia. Los grandes espacios
abiertos habían modelado su espíritu, y ahora era un
"114 hombre distinto; no sólo por su aspecto físico sería
Un dearno^'30 ^reconocible, ya nadie podría identificarlo porque había
madurado y se había convertido en un hombre sereno.
Pero cuando pensó que ya era tiempo de regresar,
cuando dejó de tener temor, cuando se sintió más seguro,
¿Qué tienes en la mano?

alguien lo reconoció, alguien lo encontró, y lo llamó por


su verdadero nombre:
-Moisés, Moisés.
"...lo llamó Dios... Y él respondió: Heme aquí" (Exo.
3: 4).
Dios lo había estado observando, lo había visto cambiar,
y lo había esperado. En ese momento, cuando Moisés
pensaba actuar nuevamente, el Señor quiso hacerlo
reflexionar por un momento.
-"¿Qué es eso que tienes en tu mano?" (Exo. 4: 2).
Esta simple pregunta desató en la mente de Moisés
una catarata de inquietudes: ¿Qué es eso que tienes en tu
mano? Es decir: ¿De qué te han servido 40 años en el
desierto? ¿Qué has hecho durante todo este tiempo? ¿No
ibas a ser el gobernante del mundo? ¿Adonde han ido a
parar tus sueños? ¿Qué es lo que tienes en la mano?
Moisés miró su mano y vió una vara de pastor de
ovejas; miró la inmensidad del desierto y vió miles de
ovejas que no le pertenecían; volvió a mirar su mano y
dijo:
-"Una vara". Todo lo que tengo es una vara, Señor.
¡Qué miserable se sintió al pronunciar esas palabras!
No tenía nada. Había desperdiciado los 40 mejores años
de su vida escondiéndose; ya era un hombre adulto, ¡y
todo lo que tenía era una vara!
Entonces, cuando Dios vio que Moisés era consciente
de su condición, le dijo: 115
-"Échala en tierra", dámela. Yo la quiero. Un compromiso
de amor
¡Qué pedido tan extraño! Deshacerse de la vara, de su
única vara. Después de todo era su herramienta de
trabajo. La había usado para ahuyentar animales salvajes,
¿Qué tienes en la mano?

para rescatar corderos extraviados, y hasta para salir de


atolladeros insalvables en los caminos de las montañas.
Su vara no era gran cosa, pero era todo lo que tenía. ¡Y
Jehová quería que se desprendiera de todo lo que tenía! La
vara no le servía de nada a Dios, en cambio a él le era muy
útil. Sin embargo, era Dios el que se la pedía, y no podía
rehusarse a su llamado. ¡Qué pedido más extraño!
Cuando, en un acto de amor y desapego, finalmente
se desprendió de su única pertenencia, ésta se convirtió
en una serpiente, "y Moisés huía de ella" porque era
venenosa (Exo. 4: 3).
No podía comprender lo que pasaba. La única
pertenencia que tenía se volvía contra él; le había dado a
Dios todo lo que poseía y ahora estaba en peligro de
muerte porque no tenía con qué defenderse.
Pero mientras huía comenzó a comprender. Dios le
había pedido aquello que lo ponía en peligro; Dios
quería librarlo de la muerte haciendo que se despojase de
lo que lo ataba a su situación actual: una situación
miserable.
Pero como si todo aquello fuera poco, Dios le dijo:
-"Extiende tu mano, y tómala por la cola" (Exo. 4:4).
-¡Señor! -protestó Moisés- ¡Esto ya es demasiado! Te
puedo dar todo lo que tengo en la vida, pero ¿también te
tengo que dar la vida?
Dios no respondió. Dejó que la misma pregunta
116 definiera la actitud de Moisés. En el silencio de Dios, en
Un compromiso medio de esa inmensidad sobrecojedora, Moisés volvió
de amor 1
a comprender el pedido de Dios. Primero debía
demostrarle su amor, y dar no sólo su vara, sino también
su vida, si fuera necesario; pero al mismo tiempo Dios
¿Qué tienes en la mano?

podía estar pidiéndole una demostración de fe. Entonces


"él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su
mano" (Exo. 4:4). Entonces Moisés entendió el llamado
de Dios.
Dos principios de la mayordomía
Es cierto que tal como aparece arriba, la historia de
Moisés tiene un poco de fantasía, pero no falta a la
verdad. Y hay lecciones muy importantes que pueden
ser extraídas de ella, algunas ya expresadas en los
pensamientos que imaginamos pasaron por la mente del
futuro dirigente de Israel.
Hay dos grandes principios de mayordomía en esta
historia. El primero es la obediencia o cumplimiento del
deber, y el segundo es la demostración de amor. Estos
son, en definitiva, los principios de la mayordomía
cristiana. Moisés cumplió con los requerimientos de
Dios. Cada vez que recibió una orden estuvo dispuesto
a obedecerla, y además de esto, dio con desprendimiento
lo que tenía, demostrando su amor y fe por Jehová.
En el transcurso de este libro, he presentado el primero
de estos dos principios: (1) El cumplimien to del deber; y me
he explayado todo lo necesario en cada uno de los
aspectos de la mayordomía cristiana para que quedara
claro qué es lo que el Señor requiere de nosotros, qué es
lo que nos está pidiendo. El segundo principio, sobre el
que trata este capítulo, es (2) la demostración de amor, y
enseguida hablaré más al respecto.
Antes quiero resaltar que cuando aceptamos ser sus
seguidores, Dios nos hace a cada uno la misma pregunta
que a Moisés: ¿Qué tienes en tu mano? ¿Qué es eso que
amas y que aferras con tanto cuidado? ¿Qué estás haciendo
¿Qué tienes en la mano?

con lo que te he dado? El Señor nos llama a que le


devolvamos aquello que le pertenece y de lo que nos
hemos apropiado; quiere que cumplamos con nuestro
deber de entregarle lo que es suyo: El cuerpo, donde él
mora, debe ser atendido correctamen te. Los talentos, cuyo
desarrollo está bajo nuestra responsabilidad, deben ser
dedicados enteramente a su servicio.
¿Y qué decir del tiempo? ¿Estamos cumpliendo con
nuestro deber en guardar el sábado como el Señor nos
pide? Como dije antes, con respecto al día del Señor, la
mayordomía cristiana pasa tan sólo por el hecho de que
obedezcamos el mandato de Dios. Esto no es amor, es lisa
y llana obediencia.
El mismo principio se aplica para los bienes materiales:
La mayordomía cristiana pasa por la devolución sistemática
del diezmo, que no nos pertenece, porque es de Dios.
Esto tampoco es amor, no es ni más ni menos que
obediencia.
La demostración de amor
En este segundo principio de la mayordomía, el Señor
vuelve a preguntamos:
-¿Qué tienes en tu mano? Ya me has dado lo que es
mío, ¿qué harás ahora con el resto?, ¿cómo se manifestará
tu amor hacia mí?
Tenemos talentos, 6días de la semana y el 90% de
nuestros bienes materiales para responder a esta pregunta
del Señor. Aquí no hay una demanda, tan sólo una
pregunta, un pedido para que le demostremos nuestro
amor.
Ninguno de los pedidos de Dios es arbitrario, sino
tiene una razón de ser. Nuestro padre quiere quitar
¿ Qué tienes en la mano?

nuestro yo del lugar de preeminencia para estar él


mismo al mando de nuestra vida. El quiere desterrar de
nosotros al padre de todos los pecados: El egoísmo, yo
diría "el veneno" del egoísmo. El quiere que nos des­
pojemos de aquello que tenemos en las manos y que
estamos amando por sobre todas las cosas, para que lo
amemos a él.
Lo más interesante de esta actitud de desprendimiento
que nos pide Dios es que siempre tiene una doble
dirección. Dios nos ama primero, dándonos la vida y
todo lo que tenemos, y nosotros le devolvemos ese amor,
poniendo todo a su disposición; al mismo tiempo, al
darle por amor, estamos aprendiendo a despojamos del
egoísmo y estamos comenzando a estar listos para recibir
aún mucho más de él.
Tal vez alguien podría pensar que este Dios es muy
exigente y demandante. Siempre que da, reclama una
parte en retribución, y además pide del resto
"voluntariamente". Pero pensemos por un momento
qué valor tiene para el cielo lo que tenemos los seres
humanos. No nos engañemos, porque lo que para nosotros
es muy precioso, para él no vale nada: El está mas allá del
tiempo, nuestros talentos son insignificantes comparados
con su sabiduría, nuestro cuerpo es tan frágil que en
cualquier momento podemos dejar de existir, y nuestros
tesoros son miseria comparados con su gloria y su
dominio universal. 119
En realidad, lo único que Dios está buscando es Un compromiso
de amor
beneficiamos: Desterrar el egoísmo de nuestro ser, y que
le demostremos voluntariamente el amor que tenemos
por él, y nuestra fe.
¿ Qué tienes en la mano?

Estoy muy ocupado...


Pero estamos tan ocupados, que no tenemos tiempo
para demostrarle amor a nuestro Dios. Estamos tan
ocupados buscando qué comer, tan ocupados buscando
dónde descansar, tan ocupados buscando más
conocimiento... y los días y los meses y los años se van
pasando sin que tengamos tiempo para decir: Dios, te
amo, confío tanto en tí, que te quiero dar lo que tengo,
porque sé que tú no me desampararás.
Elena de White dijo al respecto: "Nos esforzamos
demasiado por cuidar de nosotros mismos. Sentimos
desasosiego y estamos muy necesitados de una firme
confianza en Dios. Muchos se preocupan y se complican
la vida trabajando, ideando planes y temiendo sufrir
necesidades. No dedican tiempo para orar y asistir a las
reuniones religiosas, y en su preocupación por sí mismos,
no le dan oportunidad a Dios para que él los cuide. Como
resultado, el Señor no hace nada en su favor, porque ellos
no le dan ocasión de hacerlo. Se esfuerzan demasiado
por sí mismos y confían muy poco en Dios" (2JT 196).
Una historia de amor y fe
La historia de Abraham está llena de fascinantes
elementos donde se puede ver el amor y la fe actuando
conjuntamente. El primer detalle llamativo de esta historia
es que Abram fue llamado para salir de la tierra donde
vivía, donde tenía seguridad, donde era un príncipe y no
Un compromiso . , , . c. , . . v - 1 ■
de amor tema nada que temer. Sin embargo, este joven salió hacia
lo desconocido solamente porque Dios lo llamó,
conformándose con saber que el Señor cuidaría de él,
confiando en las promesas del Señor.
¿ Qué tienes en la mano?

Y Abram salió, movido por el sueño de ser el padre de


un pueblo incontable como las estrellas del cielo y la
arena del mar, y sobre todo, porque sería el padre del
Redentor del mundo. Pero los años pasaban y la promesa
del hijo se demoraba en cumplir. Dios lo había bendecido
ricamente en todo lo que había hecho, pero el hijo que le
daríala descendenciano llegaba. Como sabemos, Abram
y Sara decidieron "ayudar" a Dios. Tal vez el Señor
estaba esperando que no estuvieran de brazos cruzados
e hicieran "algo".
Pero como Ismael no era el prometido, finalmente
Dios hizo el milagro, y renovando su pacto, le dio el hijo
tan deseado. Los que somos padres podemos comprender
la alegría de esta pareja de ancianos: no sólo tenían un
hijo, ahora también podría cumplirse el resto de la
promesa del Señor. Y Abraham amaba a su hijo. Y
Abraham era feliz.
No sabemos por qué, pero el Señor decidió hacer que
el patriarca pasara por una prueba muy difícil. Podemos
suponer que el amor de este padre había comenzado a
desplazarse excesivamente hacia su hijo y hacia el sueño
de una descendencia que lo enorgullecía. Pero el hecho
es que Dios y el universo querían saber cuán grande era
el amor que Abraham tenía por su Señor. Posiblemente
Dios lo sabía, pero Abraham tenía que descubrirlo y
experimentarlo personalmente. Y Dios le pidió la vida de
su hijo; la vida de su único hijo; la vida de su Isaac. Dios
le pidió 100años de ansiedad, de expectativa, de deseo.
Seguramente Dios estaba exagerando. ¿Tenía que pasar
por eso, a esa edad...?
Pero era Dios el que se lo pedía; y finalmente había
sido Dios el que le había dado todo, incluso ese hijo,
¿ Qué tienes en la mano?

milagrosamente. Y si bien por un momento la duda y el


horror, la rebeldía y la amargura pasaron por su mente,
Abraham decidió obedecer.
El resto de la historia la conocemos muy bien, pero no
podemos dejar de recordar o imaginar cuánta angustia y
dolor debe haber sufrido aquel padre durante los tres
días de camino al lugar indicado para el sacrificio. No
podemos llegar a imaginar las preguntas que se debe
haber hecho durante ese tiempo, ni cuántas veces tambaleó
su decisión de hacer la voluntad de Dios. Y no fue una
emoción del momento lo que lo llevó a realizar ese
sacrificio.
Pero finalmente triunfó el am or a Dios por sobre todas
las cosas. El universo entero había visto lo que un hijo de
Dios era capaz de hacer cuando estaba movido por un
amor sincero y profundo. Aquel hombre sabía a quien
obedecer y sabía cómo responder a los llamados de Dios,
y también sabía cómo responde Dios a las demostraciones
de amor. "Dios proveerá" no era una simple evasiva, era
una expresión más de fe y esperanza en Dios,
especialmente cuando el hombre está dispuestos a
responder a sus llamados. Y en el cielo hubo gozo porque
un pecador pudo demostrar tanto amor y fe.
El repaso de estas historias viene a recordamos el fin
último de la mayordomía cristiana: guiarnos a descubrir
aquello que amamos más que a Dios y nos aleja de él. El
122 Señor le pide a usted hoy una demostración de amor. El
compromiso
Señor le rpregunta
°
ahora: "¿Qué
c
tienes en tu mano?
de amor ¿Estás dispuesto a darme eso que tanto amas? Entrégate
por entero y hagamos un pacto".
Un compromiso
de amor

J- ^ io s ha establecido un pacto especial con los


hombres, según el cual si éstos apartan regularmente la
porción destinada a promover el reino de Cristo, el Señor
los bendice abundantemente, a tal punto que no tendrán
lugar para recibir sus dones" (CMC 82). Tal vez por
haber sido usada regularmente en relación con los diezmos
y las ofrendas, esta cita merece la aclaración que he
venido haciendo a lo largo de todo este libro: "apartar
regularmente la porción destinada a promover el reino
de Cristo" no significa exclusivamente los bienes materiales
de que disponemos.
Todo oficial de iglesia se ha visto más de una vez ante
situaciones difíciles porque la iglesia "carece" tanto de
fondos como de voluntarios para realizar una actividad;
por ejemplo, una campaña evangelizadora, la renovación
del sistema de audio del templo o la construcción de
aulas para los niños. Pero cuando se hacen los cálculos
sobre los ingresos estimados de los hermanos y el número
de ellos capacitados para realizar el trabajo, la sorpresa 123
es grande porque no debería haber razones para que Un compromiso
de amor
estas situaciones apareciesen. Sin embargo, se repiten
vez tras vez, a lo largo y ancho de la iglesia en todo el
mundo. Seguramente, la tarea es terminada
dificultosamente tras pedidos reiterados de ofrendas
Un compromiso de amor

especiales e interminables llamados de voluntarios. Y


esta situación embarazosa vuelve a repetirse en el siguiente
proyecto que la iglesia enfrente. Lo más grave de todo es
que los hermanos terminan cansándose de este sistemá­
tico pedido de limosnas, y cada vez dan menos, a pesar
de estar capacitados para dar más.
Elena de White se refiere a estas situaciones en la cita
que aparece al comienzo de este capítulo. Ella dice que
deberíamos apartar (1) "regularmente" una (2) "porción"
destinada a promover el reino de Dios. Piense por un
instante en un ejemplo como la construcción de aulas
para niños: (1) Si toda la iglesia fuera fiel "regularmente"
en el cuidado del cuerpo y, por ejemplo, descansara lo
suficiente todos los días de la semana, el domingo no
necesitaría decir "estoy muy cansado para dedicar 2 ó 3
horas de este día para ayudar". (2) Si toda la iglesia
decidiera conocer sus dones y dedicar "regularmente"
una "porción" de ellos a la causa de Dios, nunca sería ne­
cesario estar haciendo pedidos especiales de voluntarios
para realizar las tareas de la iglesia. (3) Si todos los
hermanos destinaran "regularmente" una "porción" de
sus ingresos para satisfacer las necesidades económicas
de la obra de Dios, nunca más habría que hacer pedidos
especiales para cada nuevo emprendimiento que se
afrontase. (4) Lo mismo podemos decir del tiempo. Si
todos decidieran ofrecer a Dios "regularmente" cierta
-|24 "porción" de tiempo para promover el reino de Cristo,
Un compromiso
todos los rproblemas rpara encontrar "voluntarios" estarían
de amor solucionados.
¿Pero cómo hacer para que esto sea realmente aplicado
en la iglesia? ¿Cómo hacer para que todos puedan ser
Un compromiso de amor

involucrados en un plan regular de ofrendas de tiempo,


talentos, salud y dinero que beneficie a la obra de Dios
permanentemente? En mi experiencia pastoral he
descubierto que la única forma de lograr este objetivo es
llamando a la iglesia a tener un reencuentro con Cristo,
a hacer un pacto con el Señor.
Un pacto con Dios
Como en el caso de Moisés, Dios está llamándonos
permanentemente. Nos pregunta a cada momento qué
tenemos en la mano, esperando una respuesta de
obediencia, fe y amor, para poder hacer un pacto, un
compromiso, un acuerdo con nosotros, para que
caminemos juntos y en concierto.
Los pactos de Dios con el hombre se han repetido a lo
largo de la historia de la tierra. El primero de todos fue el
pacto de salvación. Por él, Dios asumía ante el universo
el compromiso de que daría a su Hijo para salvar a
cualquiera que cayese en el pecado. Y este pacto se
cumplió con la venida de Cristo para morir en la tierra.
"Mediante él, [Dios] puso su firma en el contrato que ha
hecho con nosotros" (CMC 96). Aceptar por fe la salva­
ción provista por este medio ".. .es una transacción por la
cual los que reciben a Cristo se unen con Dios mediante
un pacto" (DTG 313).
Si pensamos rápidamente en los pactos que Dios hizo
con el hombre, por ejemplo con Abrahán, Jacob, David,
etc., notaremos que la base de todos ellos fueron la fe y 125
el amor. Gracias a esto, cada vez que el hombre ha Un compromiso
de amor
quebrado su pacto hay posibilidades de restauración. La
fe puede ser recuperada, y el amor de Dios nos da la
posibilidad de que volvamos a él nuevamente.
Un compromiso de amor

¿Cuándo fue la última vez que hizo un pacto con


Dios? ¿No cree que éste es el momento para revisar su
situación ante el Señor y decidir renovar su pacto con él?
Tal vez sea la primera vez que comprende la necesidad
de hacerlo, ¿por qué no se arrodilla ahora mismo y le
pide que lo guíe en esta decisión?
Este es mi pacto
Seguramente, un pacto como el que Ud. hará ahora es
diferente a todos los que hizo alguna vez. Sin embargo,
uno de sus dos principios fundamentales es el mismo de
siempre: (1) Acepte a Cristo como su salvador personal. El
apóstol Juan dice: "Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna"
0 uan 3:16). Este es el elemento básico de todos los pactos
de Dios con el hombre; sin él, todos los otros aspectos del
acuerdo no tienen sentido. Hacer esto le dará la posibilidad
de reconocer su necesidad de Dios y, lo más importante
de todo, su pasaporte al cielo.
El segundo aspecto de este pacto es nuevo, no porque
nunca se lo hayan propuesto antes, sino porque
difícilmente lo hayan hecho juntamente con el primero.
La unión de estos dos aspectos es lo que hace que este
pacto sea fuerte y duradero: (2.a) Reconozca su deber ante
el Señor de delvolverle fielmente los diezmos, guardar
correctamente el sobado, cuidar su cuerpo y desarrollar sus
126 talentos. Una vez que haya hecho esto, (2.b) Decida expresar
Un deamo^ 0 Su amor y a Dios Por to<^° 1° ^ue & hace y ha hecho por
usted, apartando "regularmente" una porción previamente
establecida de todo lo que tiene, ya sean talentos, tiempo,
dinero, así como su salud.
Un compromiso de amor

Dice el Señor: "Juntadme mis santos, los que hicieron


conmigo pacto con sacrificio" (Sal. 50: 5). Este pasaje es
muy significativo. Por él sabemos del aprecio de Dios
por todos los "santos", los que han decidido apartarse
para servir especialmente a Dios.
Los tres aspectos del pacto son de suma importancia,
pero aquí me detendré especialmente en la ultima parte
(2.b). Respecto de la primera (1), busque a quienes usted
sienta como guías seguros a los pies de Cristo. Tal vez
una lectura cuidadosa de los evangelios, especialmente
del período de la pasión del Señor, o algún libro inspirador
que pueda guiarlo a él, como El camino a Cristo. No olvide
que éste es un paso imprescindible para que su pacto sea
fructífero y duradero.
Respecto del segundo (2.a), no agregaré más a lo
dicho en los capítulos 3 al 6. Repáselos cuidadosamente
para descubrir nuevos aspectos de los temas tratados en
ellos, especialmente ahora que comprende en amplitud
el concepto de la mayordomía cristiana.
Un compromiso de dadivosidad
La última parte del pacto que está haciendo con Dios
puede resumirse como un compromiso de dadivosidad. El
Señor le ha preguntado qué tiene en su mano, y ahora
usted quiere responderle con todo su amor y fe. Pero, tal
vez, se pregunta cómo debe ser su pacto.
(1) La dadivosidad debe ser sistemática. Cuando
observamos el universo, nos damos cuenta de que todo 127
está sujeto a leyes establecidas por el creador por las Un compromiso
de amor
cuales podemos estar seguros de lo que ocurrirá: saldrá
el sol todos los días, las estaciones climáticas se repetirán
año tras año, los planetas seguirán sus órbitas regularmente
Un compromiso de amor

y los animales se reproducirán según su especie. Dios ha


establecido un orden maravilloso que se repite
sistemáticamente. Conociéndolo, podemos planear
nuestra vida y sacar beneficio de la naturaleza. Si no
fuera por esta sistematicidad, ¡cuán difícil sería vivir en
esta tierra!
Del mismo modo, piense cuán difícil es desarrollar
una tarea en una iglesia cuando no se puede prever la
disponibilidad de bienes materiales o humanos. Es por
eso que es tan importante que decida cúanto va a dar de
su tiempo, salud, talentos y bienes, y con cuánta frecuen­
cia, para que los dirigentes de su congregación puedan
saberlo por adelantado.
Es muy importante reconocer que la dadivosidad
sistemática hace desaparecer los pedidos urgentes. A
este respecto, las palabras de Elena de White en Estudios
de los testimonios, página 398, es absolutamente clara: "Si
la benevolencia sistemática fuese adoptada umversal­
mente según el plan de Dios, y el sistema del diezmo
fuese llevado a cabo tan fielmente por los ricos como lo
es por los pobres, no habría necesidad de repetidos y
urgentes pedidos de recursos en nuestras grandes
reuniones religiosas. Ha habido una negligencia en las
iglesias en cuanto a mantener el plan de la benevolencia
sistemática, y el resultado ha sido una tesorería
empobrecida y una iglesia apóstata".
>|2g En mi experiencia como pastor, en el año 1968 asumí
Un compromiso
la dirección de la iglesia
°
de Porvenir, en Santiago,
°
Chile,
de amor que tenía más de 1.000 miembros. Cuando llegué, el
clamor de la hermandad era: "No tenemos dinero, no
podemos hacer nada porque no tenemos dinero". Esto
significaba que no sólo los gastos imprescindibles no
Un compromiso de amor

podían ser cubiertos, sino también significaba que era


imposible hacer algún tipo de pedido especial, porque
todos "sabían" que "no tenían" dinero. Guiado por el
pastor Don Sullivan, presidente de la Unión Chilena en
esa época, puse por primera vez a funcionar el programa
de mayordomía cristiana. Esa fue una maravillosa solución:
se acabaron los pedidos especiales, las ofrendas especiales,
las limosnas requeridas y entregadas de mala gana.
Gracias a Dios, mientras estuvimos en esa iglesia,
nunca faltó dinero ni voluntarios para llevar adelante
proyectos y gastos.
El pacto que cada hombre y mujer hace cuando
comprende el plan de la mayordomía cristiana hace
desaparecerlos pedidos compulsivos de dineroy provee
manos dispuestas a trabajar para el Señor. "No se debe
hacer de la benevolencia sistemática una compulsión
sistemática. Lo que Dios considera aceptable son las
ofrendas voluntarias. La verdadera generosidad cristiana
brota del principio del amor agradecido" (1JT 376).
El principio de la dadivosidad sistemática no
imposibilita que haya casos cuando una persona decida
imprevistamente dar para cierto proyecto valioso que
llame su atención. Aunque dar solamente cuando somos
movidos por emociones o sentimientos es "una práctica
imprudente y hasta peligrosa", el verdadero concepto de
dar con amor genuino guiará al cristiano a dar
espontáneamente cuando alguna "oportunidad dorada" ^2g
se presente.
r Un compromiso
(2) La dadivosidad debe ser desinteresada. Hay muchos de amor
que pierden la oportunidad de ejercer vina dadivosidad
desinteresada. No hay virtud en decir: "Voy a colaborar
si las cosas se hacen como yo digo"; esto más bien
Un compromiso de amor

muestra un alto grado de egoísmo. "Yo suplico a todos


los que profesan creer la verdad que consideren el carácter
y la vida del Hijo de Dios. El es nuestro ejemplo. Su vida
se destacó por la práctica de la dadivosidad desinteresada.
El fue herido constantemente por el dolor humano... [sin
embargo] en su vida no se conoció acto egoísta alguno"
(IT 482).
Analicemos la experiencia de un colega en el ministerio.
La junta directiva de la iglesia dicidió construir un
bautisterio en el templo. Para la mayoría, el mejor lugar
para hacerlo era en el centro de la última pared de la
iglesia, a continuación de la plataforma. Sin embargo, un
hermano muy adinerado propuso que se hiciera en una
esquina de esa misma pared, y convenció a algunos de
que sería un lugar original. Pero como la idea no parecía
muy buena, la iglesia se inclinó por la primera propuesta
y siguió adelante con el plan. Este hermano, disgustado
por su "derrota", hizo saber que si no se hacía donde él
quería, no colaboraría de ninguna manera.
Desgraciadamente, el interés propio y las ventajas
personales son la base de muchos donativos. Pensemos
solamente en quienes sólo ayudan económicamente
cuando están seguros de que el recibo que se les entregue
les servirá para ser incluido en el informe anual de
impuestos. Todos los que dan con motivos egoístas
pierden grandes bendiciones y lecciones esenciales para
130 Ia salvación.
un compromiso (3) La dadivosidad debe ser inspirada por el amor. Cuando
de amor ]a dadivosidad es desinteresada, surge como una expresión
del amor hacia Dios, y no se ve afectada por las diferentes
circunstancias que nos rodean; no es afectada por el uso
Un compromiso de amor

sabio o equivocado de los fondos; ni permite que los


sentimientos personales acallen o disminuyan el donativo;
y damos de buena gana para proyectos con los cuales
quizá no estamos totalmente de acuerdo.
Elena de White dice algo muy interesante sobre este
tema: "Sería mucho mejor no dar nada que dar de mala
gana, porque cuando compartimos nuestros recursos
sin la intención de dar voluntariamente, nos burlamos de
Dios... Si no dan voluntariamente, por amor a Cristo, la
ofrenda en ningún caso será aceptable para Dios" (CMC
210,213).
El único motivo que debe inspirar la dádiva es el
amor. "El amor debe ser el principio que impulse a obrar.
El amor es el principio fundamental del gobierno de Dios
en los cielos y en la tierra, y debe ser el fundamento del
carácter del cristiano" (CMC 207). El amor admite la
necesidad, no le da la espalda, sino que se demuestra
cuando ésta aparece, por medio de una respuesta tangible.
¿Amamos realmente? No lo sabremos hasta que el sacrifi­
cio lo compruebe.
¿Cuánto debo dar?
El hecho de que la dadivosidad debe ser desinteresada
y movida por el amor, no significa que uno no tenga que
preguntarse: "¿Cúanto debo dar?" Esta pregunta es
necesaria, y tiene que ver con la sistematización de la
dadivosidad; es la parte que podríamos llamar "racio­
nal" del desprendimiento por amor.
Cuando usted decide hacer un pacto con Dios, es
bueno que, para poder administrar convenientemente lo
que Dios le da, decida cúanto va a dar, y cada cuánto
tiempo. Para poder hacerlo debidamente, tiene que dar-
Un compromiso de amor

cuenta de que los talentos, la salud, el tiempo y el dinero


son elementos de diferente naturaleza, y, por lo tanto, no
se los puede medir del mismo modo.
La salud. Usted no puede "dar" la salud, en forma
literal; y mucho menos se le pide que la pierda procurando
beneficiar a otros. Sobre este punto, su pacto debería ser
cuidarla al máximo, siguiendo las instrucciones de Dios,
para que cuando se requiera que esté en condiciones
físicas para responder a las necesidades pueda hacerlo.
Los talentos. En cuanto a los talentos, la entrega no se
puede medir en cantidades; su pacto será dar todo lo
mejor del talento que se requiere de usted. Por ejemplo:
si se le pide que dé alguna charla en la Sociedad de
Jóvenes, puede prepararse mal, regular o bien para ella.
O si se le pide un postre para la reunión social de la
noche, usted puede hacerlo con ingredientes de primera
calidad y muy vistoso, o con ingredientes de regular
calidad y sin ningún atractivo en particular. Piense que
Dios no anda retaceando cuando se trata de darle a usted
lo que necesita. Del mismo modo, su respuesta debe
estar a la altura de la comprensión que tenga del amor de
Dios.
El tiempo y el dinero. Como el tiempo y el dinero
pueden ser medidos, es más fácil responder la pregunta:
" ¿Cuánto debo dar?" La cita de Elena de White que inicia
este capítulo dice que debemos dar "una porción" de
-|22 nuestros ingresos.
Un compromiso
Deuteronomios 16:17 dice:" Cada uno con la ofrenda
de amor de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios
te hubiere dado". Este versículo es orientador, porque
nos sugiere la idea de porcentaje, que es la base del
concepto del diezmo. Dios no le pide más a unos que a
Un compromiso de amor

otros, mucho menos una carga más pesada a los que


menos tienen. Por eso la parte de Dios es el 10% de
nuestros ingresos, y no una suma fija de igual cantidad
para todos. No es lo mismo 100 dólares para quien gana
800 por mes que para quien gana 3.500.
Por eso, cuando se trata de pactar con Dios en una
forma inteligente sobre la cantidad que va a dar de su
tiempo y bienes, sugiero seguir el sistema de porcentajes.
Veamos un par de ejemplos sobre el tiempo:
Por un lado tenemos al hermano Andrés, quien está
gozando de su merecida jubilación. Ya tiene su casa
pagada, un buen automóvil, no tiene deudas, y sus hijos
han terminado los estudios. El hermano Andrés tiene
tiempo suficiente para todos sus asuntos personales y
dispone de algunas horas que quiere dedicar al Señor.
Por lo tanto, en su pacto con Dios establece que donará
4 horas diarias, es decir, 24 horas por semana. No son 28
porque el sábado es enteramente del Señor, y no toma
ninguna hora de ese día como suya. El sabe que es su
deber darle a Dios ese tiempo; pero de domingo a
viernes, días que él, como mayordomo, administra
enteramente, 4 horas serán para Dios.

Pacto del tiempo de Andrés


l_Pacto: 4 horas diarias para Dios.

i ü 11 ü i li
133
D L M M J V IBS Un compromiso
de amor

También tenemos al hermano Miguel, quien está


casado hace 8años, y tiene que proveer todo lo necesario
Un compromiso de amor

para el bienestar de su familia, pagar los muebles, el


automóvil y el préstamo para la casa. El está trabajando
arduamente cada día para poder hacer frente a sus
compromisos. Sin embargo, Miguel siente un profundo
agradecimiento a Dios por todo lo que él hace en su
favor, y hace un pacto por el cual decide dedicarle 4 horas
semanales. De los 6días de la semana que administra
enteramente, los lunes y los viernes tendrán dos horas
cada uno para el servicio del Señor.

Pacto del tiempo de Miguel


p Pacto: 4 horas semanales para Dios.
¡I É|
D L M M J V s ;

La más simple matemática nos dice que Andrés y


Miguel no dieron la misma cantidad de horas, pero sí
podemos entender que ambos dieron un porcentaje
equivalente al tiempo del que disponen luego de atender
sus obligaciones impostergables.
El principio de las proporciones es aún más fácilmente
aplicable al dinero. Vea este ejemplo:
Tomás recibe un salario mensual de 2.000 dólares, y
decide que su pacto con el Señor será destinar para la
134 °t>ra de Dios un 10 % de sus entradas, además del diezmo
Un compromiso
que
t
entrega
o o
regularmente. Por lo tanto, cada vez que-i
de amor reciba su cheque de 2 .0 0 0 dólares, separará 2 0 0 para
diezmo y 200 para el pacto. Pero suponga que Tomás
recibe un aumento al mes siguiente de haber comenzado
el pacto con Dios. Como ahora gana 2.500 dólares, su
Un compromiso de amor

diezmo será de 250 y su pacto de dinero de 250. Siga


suponiendo, y piense que Tomás pierde su trabajo:
Entonces no dará nada de diezmo ni de pacto, porque
cuando Dios da mucho, Tomás da mucho, pero cuando
Dios no da, Tomás no tiene qué dar.

Pacto de dinero de Tomás


$2.000de salario mensual
I—-10% Diezmo = $200

I---- 10% Pacto = $200

Aníbal, en cambio, sólo gana 900 dólares mensuales,


y además de dar su diezmo también quiere dar un 10%
como pacto de dinero: Todos los meses entregará a la
tesorería 180 dólares. Aunque Aníbal no recibe aumento
de sueldo, tampoco pierde su trabajo; esto significa que
seguirá dando regularmente 90 de diezmo y 90 de pacto.

Pacto de dinero de Aníbal


$900 de salario mensual
I—10% Diezmo = $90
135
Un compromiso
de amor

I---- 10% Pacto = $90


Un compromiso de am or

¿Quién da más, Tomás o Aníbal? Si miramos los


números, por momentos es uno, y por momentos otro.
Pero en realidad los dos están haciendo un sacrificio de
las mismas proporciones: Cuanto más recibimos de
Dios, más podemos dar para su obra; cuando él dispone
que recibamos menos, o que no recibamos nada, en la
misma proporción estará nuestra posibilidad de dar.
Para Dios, la cantidad no es lo importante, sino la
expresión de amor y el sacrificio que hagamos al establecer
nuestro pacto con él.
El pacto y la promesa
Tal vez sea necesario hacer una distinción entre "pacto"
y "promesa", para que pueda "hacer sus cuentas" con
Dios correctamente. El pacto es un porcentaje de las
entradas que usted destina como ofrenda para Dios. Ese
porcentaje sólo lo conocen Dios y usted. Con el pacto,
usted no se limita en una cantidad fija, ni limita a Dios en
cuanto a la capacidad que pueda darle para ofrendar. Es
decir, usted le dice a Dios: "Señor, voy a darte el 10% de
las entradas que me des. Está en tu sabiduría el decidir
cuánto necesito y cuánto necesita tu obra." Esta clase de
"entendimientos" con Dios pueden hacerse de por vida,
porque siempre se podrá sacar el mismo porcentaje de
sumas grandes o pequeñas. Renovarlos periódicamente
es una buena costumbre que ayuda a mantener vivas las
decisiones tomadas.
136 La promesa, en cambio, es una suma fija por la que
Un compromiso usted establece el monto de su ofrenda. A diferencia del
de amor
pacto, es un tipo de "entendimiento" con Dios de corto
plazo, que funciona muy bien con proyectos especiales.
Es muy difícil mantener una promesa por largo tiempo,
Un compromiso de amor

porque las condiciones de vida pueden cambiar, y una


ofrenda que en un momento puede parecer razonable, al
poco tiempo puede ser insignificante, o imposible de
cumplir. Veamos un ejemplo: Si la iglesia decide comprar
cien sillas, y usted quiere colaborar en forma especial
para ese proyecto, ésta es la oportunidad para hacer la
promesa de donar el equivalente a 5 sillas durante los
próximos 4 meses.
¿Cómo debo dar?
Posiblemente ésta es la pregunta que está apareciendo
en su mente ahora: ¿Cómo debo dar? Hay un par de
versículos que responden la inquietud de quien ha deci­
dido que la dadivosidad es su respuesta de amor.
Deuteronomios 16:17 dice: "Cada uno con la ofrenda de
su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te
hubiere dado". A este respecto, Elena de White agrega:
"Dad con alegría, gozo y desprendimiento, agradecidos
porque podéis hacer algo para promover el reino de Dios
en el mundo" (CMC 53).
El versículo clave para responder esta pregunta está
en2 Corintios 9:7, que dice: "Cadauno dé como propuso
en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque
Dios ama al dador alegre". Analicemos cuidadosamente
este versículo.
(1) “Cada uno dé como propuso en su corazón". En esta
frase se basa la sección sobre la dadivosidad fundada en
el amor, que aparece más arriba. Pero hay más. Esa 137
motivación hace que nos propongamos dar y que Uncompromiso
asumamos concientemente esa responsabilidad. Este
tipo de compromiso ante Dios nos ayuda a que nuestra
ofrenda no sea impulsiva o movida por intereses espúrios,
Un compromiso de am or

como pedidos especiales que tocan nuestros sentimientos,


de los que luego nos arrepentimos. También nos ayuda
a que seamos conscientes de cuánto estamos dando, y
nos permite que lo hagamos en forma sistemática.
(2) "No con tristeza". "Porque Dios ama al dador
alegre". ¿No es acaso alentador saber que dar con alegría
hará que Dios tenga aún más consideración de nosotros?
Veamos un ejemplo:
Un hombre que acababa de cumplir años decidió dar
"su dolar" como ofrenda de cumpleaños. Luego,
lentamente vinieron a su memoria los muchos años de
vida que tenía. Recordó cómo Dios lo había prosperado
y le había dado salud; recordó las muchas veces que Dios
había preservado su vida de la muerte. Miró su ropa,
pensó en su hogar y en su familia. De pronto sintió un
profundo agradecimiento a Dios por todo ello. Súbitamente
la idea de dar un dólar como ofrenda le pareció casi un
insulto, y decidió que su donativo sería un dólar y una
hora de servicio a la iglesia por cada año de vida que
tenía. Después que tomó esta decisión buscó una
oportunidad para dar este donativo especial de amor.
Pronto halló un proyecto que no sólo le ofrecía una
maravillosa oportunidad, sino que también era una
necesidad urgente, y dio para ese fin. Así, este hombre
experimentó lo que es dar con alegría.
(3) No por necesidad. Esta frase puede ser entendida en
dos sentidos. Una, es "no dar para recibir", es decir, dar
porque estamos necesitados. Esta idea ya la desarrollé
anteriormente, diciendo que esta actitud sería ni más ni
menos que una virtual expresión de egoísmo y no de
amor.
Un compromiso de amor

El otro sentido de esta frase también apareció


entremezclado con los conceptos de éste y otros capítulos,
pero ahora me propongo desarrollarlo específicamente:
En nuestra iglesia estamos acostumbrados a dar casi
exclusivamente cuando hay una necesidad, porque hasta
ahora no se ha entendido el verdadero sentido del pacto
en relación con la mayordomía cristiana. Quiero
ejemplificar esta idea con una parábola:
Había una vez un templo hermoso, imponente, una
joya arquitectónica en una gran ciudad. Pero como todo
es corruptible, cierto día se notó una mancha en la
delicada pintura de su decoración. Como era apenas
perceptible, se la dejó estar hasta que finalmente se hizo
notoria, y el agua comenzó a correr por una de las
paredes. Finalmente el agua se llevó consigo la pintura y
la decoración de esa pared.
De pronto todos se vieron en la necesidad de ponerle
atención al problema. Ahora la necesidad era turgente.
Por suerte los hermanos disponían de salud, tiempo,
talentos y dinero suficientes para responder al llamado
de la circunstancia, y fueron generosos para resolver el
problema. Pero el intenso frío del invierno rompió las
cañerías de la calefacción, y como la necesidad era ur­
gente, se volvió a apelar a la dadivosidad de los hermanos.
Como si esto fuera poco, la escuela de iglesia les
recordó que todavía tenían una deuda de años anteriores,
y como se veían en necesidad de dinero, les pedían que 139
la pagasen. Y claro, otra apelación a la feligresía, y una Un compromiso

nueva respuesta generosa. Pero, ¿hasta cuándo? Podría


continuar mencionando una larga lista de necesidades
que enfrentan nuestras congregaciones, y lo triste es que
Un compromiso de amor

siempre las estamos solventando con ofrendas pedidas


"por necesidad". Y bien sabemos que la razón para dar
no debe ser la necesidad, sino el amor.
Cuando doy movido por la motivación correcta, no
estoy preguntando cuánto dinero necesita o tiene la
iglesia, eso no me interesa. Aunque sepa que hay suficiente,
no dejaré de dar para que haya más, y sobreabunde,
porque estoy dando por amor, y no por necesidad. Mi
actitud será la de ofrecer sistemáticamente el tiempo, los
talentos, el dinero y la buena salud que destiné previamente
para el Señor a fin de demostrarle mi amor. Esta actitud
se convertirá en una bendición para mí porque podré
tener parte en el gran plan de redención que él ha
provisto para la humanidad.
Mi experiencia personal
Como mencioné anteriormente, en el año 1968
pastoreaba la iglesia de Porvenir, en Santiago, Chile. Esa
fue mi primera iglesia en el ministerio, y fue cuando
comprendí, a lo pocos meses de haber llegado, que esa
iglesia tenía la urgente necesidad de ordenar sus cuentas
con Dios para poder serle verdaderamente útil. Ya por
aquella época comenzaba a entender el plan de Dios
sobre la mayordomía cristiana, y se lo presenté a la
congregación. Invité a la feligresía a hacer un pacto con
el Señor; toda la iglesia lo hizo, y Ruth, mi esposa, y yo,
también hicimos el nuestro.
140 Por aquel tiempo, en nuestro país no había muchas
un compromiso fuentes de trabajo para las mujeres. La estructura social
de amor
estaba basada en una actividad doméstica para ellas, y en
consecuencia nos resultaba muy difícil que consiguiera
un trabajo. A pesar de que ella había hecho el pacto con
Un compromiso de amor

Dios de darle el 10% de sus entradas, no encontraba


ninguna fuente de ingresos.
Los días y los meses fueron pasando, y no había una
respuesta de Dios para que Ruth pudiera cumplir con su
pacto. Pero finalmente surgió la idea de fabricar tapas
para guías de teléfono y bolsas para comprar el pan.
Ruth hizo una muestra, y la presentó en algunos comercios.
El jefe de compras de una de las mayores cadenas de
supermercados del país se entusismó con el producto,
pero cuando hizo su pedido, descubrió que Ruthno tenía
las debidas registraciones oficiales como fabricante. Esto
significó que cancelaran el pedido... y un gran desánimo.
Pero inmediatamente se puso a conseguir los documentos
necesarios, y con la ayuda de Dios, en poco tiempo
puedo presentarse para conseguir un nuevo pedido, esta
vez con todos los papeles en orden. El resultado fue un
pedido de 200 tapas y 200 bolsas. A las dos semanas el
pedido fue de 400 tapas y 400 bolsas. Poco a poco la
demanda fue aumentando, y después de algunos meses
Ruth tenía dos personas trabajando para poder cumplir
sus compromisos. Ella estaba ganando cuatro veces mi
salario, y esto significaba una importante suma en su
pacto con Dios.
Esta experiencia fue el comienzo de un pacto
permanente con el Señor; nunca hemos dejado de darle
lo que le pertenece y siempre hemos sido bendecidos en
lo espiritual y en lo material. Esta experiencia personal
no es más que una de las cientos de experiencias que
conozco sobre la forma como Dios bendice a los que
hacen un pacto de amor y fe con él. El pacto que surge
cuando comprendemos plenamente el plan de la
Un compromiso ds amor

mayordomía cristiana está basado en la negación del yo,


en poner aparte el egoísmo. Ser mayordomos del Señor
es un privilegio inmenso, una oportunidad y una
responsabilidad. Es ser socios con Dios para elevamos
por encima de la calidad de vida como cristianos a la que
estamos acostumbrados, y en la que estamos adormecidos.
Ser mayordomos es tener la oportunidad de ser socios de
Dios en la reconstrucción de este mundo y del universo.
"Todo hombre tiene su lugar en el eterno plan del cielo.
Que lo ocupemos depende de nuestra fidelidad en
colaboración con Dios" (MC 378).
Dios lo invita hoy a hacer un pacto de fe y amor con
él. Quiere que sea uno de los santos que se comprometen
con su obra entregando tiempo, talentos, tesoros y cuerpo.
"Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto
con sacrificio" (Sal. 50: 5), dice el Señor.

142
Un compromiso
de amor
Mi compromiso
de amor

N o deje de hacer un compromiso de amor con el


Señor hoy mismo. Use el formulario que aparece a
continuación para que este pacto quede por escrito.
Entregue el segundo formulario al pastor de su iglesia,
para que él sepa de qué manera puede contar con usted
de aquí en adelante como un mayordomo fiel de todo lo
que Dios le ha dado en la vida. Use los formularios
restantes para renovar su compromiso con Dios cada vez
que lo crea necesario.
Que este compromiso de amor sea el comienzo de una
relación profunda y verdadera con el Señor. Que Dios lo
bendiga y guarde siempre.

r e *

143
Un compromiso
de amor
Mayordomía del tiempo
"Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al
corazón sabiduría" (Sal. 90: 12).
Este es mi pacto con el Señor
□ Seré fiel a la observancia del sábado
□ Realizaré todos los días el culto familiar
□ Dedicaré__ horas semanales a la predicación del evangelio
Corte por aquí y entregue el talón al pastor de su iglesia

□ Dedicaré más tiempo a la oración privada


□ Dedicaré más tiempo al estudio de la Biblia

O
□ Leeré y estudiaré más libros de Elena de White
Mayordomía de los talentos
"Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho
te pondré; entra en el gozo de tu Señor" (Mat. 25: 21).
EÁEste es mi pacto con el Señor:
□ Predicaré cada vez que se me pida
□ Daré estudios bíblicos
□ Ayudaré en la iglesia cada vez que pueda

m
□ Haré visitas misioneras, a enfermos y a necesitados
Mayordomía del cuerpo
"¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo... y
que nos sois vuestros?" (1 Cor. 6: 19).
\^Este es mi pacto con el Señor:
□ Jamás probaré alcohol ni tabaco
□ Procuraré el mejor régimen alimentario
□ Cuidaré las avenidas del alma
□Trabajaré y descansaré lo que sea conveniente para mi cuerpo
□ Aprovecharé los "remedios naturales"
Mayordomía de los tesoros
"La generosidad es el espíritu del cielo" (CMC 16).
Este es mi pacto con el Señor:
□ Devolveré mi diezmo fielmente u
□ Daré ofrendas misioneras
□ Daré una ofrenda mensual equivalente a l___ % de mis
entradas

Fecha......./......./........ Firma
"Tomando en cuenta la brevedad del tiempo, debiéramos...
velar y orar, y no permitirnos en ningún caso, ser desviados de
la solemne obra de preparación para el gran acontecimiento
que está delante de nosotros... El tiempo es concedido no para
ser empleado en estudiar formas de satisfacer la comodidad
propia, o en volverse habitantes de la tierra, sino que debe ser
usado en la obra de vencer cada defecto de carácter y en ayudar
a otros por medio del ejemplo y del esfuerzo personal, a fin de
que vean la belleza de la Santidad" (Testimonies, t. 4, p. 54).
"Nuestra obra es trabajar en la viña del Señor, no sólo para

¡
nosotros mismos, sino por el bien de otros. Nuestra influencia
es una bendición para los demás. Estamos aquí para formar
caracteres perfectos para el cielo" (E.G.W., R.H. 13-6-91).
"El Señor se está preparando para regresar, para pedir
cuentas a sus siervos por los talentos que les ha confiado. ¡Que
Dios tenga misericordia ese día de los que no hacen nada"
(CMC 126).
"El mecanismo del cuerpo humano no puede ser
comprendido por completo; presenta misterios que confunden
a los más inteligentes. No es por efecto de un mecanismo que,
una vez puesto en movimiento, prosigue su acción, como late
el pulso y una respiración sigue a la otra. En Dios vivimos, nos
movemos y somos. El corazón que palpita, el pulso que late,
cada nervio y músculo del organismo vivo se mantienen en
orden y actividad por el poder de un Dios siempre presente"
(MC 324, 325).

"El ha puesto recursos en las manos de los hombres, para


que sus dones fluyan por canales humanos al cumplir la obra
que nos ha asignado en lo que se refiere a salvar a nuestros
semejantes. Este es uno de los medios por los cuales Dios eleva u
al hombre, es exactamente la obra que conviene a éste; porque
despierta en su corazón las simpatías más profundas y le
mueve a ejercitar las más altas facultades de la mente" (CMC
17).

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