¿Cómo nace la iniciativa de hacer una huerta?

Comenzamos a movernos más que todo a gestionar como tal alimento. Entonces nos movimos
acá en el nuevo Chile, nos movimos en el Olarte pero al final vimos que se estaba moviendo
mejor acá entonces nos quedamos en este barrio y lo que estábamos haciendo era colocar un
punto para recibir donaciones. Se pasaron cartas a diferentes empresas para gestionar mercados y
realizamos un proceso de identificación de las personas que necesitaban ese apoyo.
Caminamos por todo el barrio mirando donde estaban los trapos rojos y ahí gestionamos más o
menos alrededor de unos 500/600 mercados. A raíz de eso se fortaleció el vínculo que teníamos
acá con el nuevo Chile, que es CENAPROV (Central Nacional Provivienda). Después de hacer
los mercados, nos habló la presidenta de la junta directiva de CENAPROV y nos dijo que
necesitaba 20 personas para la creación de una huerta y nosotros comenzamos a hablar con todos
y pasamos las firmas. Después de un momento a otro llego Fabián, que es otro de los panas de
acá y llegó y nos dijo como parce ya está el espacio y vinimos acá.
Antes hubo una huerta, pero la huerta ya fue abandonada y en el momento en que nosotros
tomamos este espacio era como una bodega y un parqueadero, entonces hay bastantes bloques,
estaba lleno de ladrillos, basura, estivas y pues quedaban algunas cositas de la huerta anterior que
lo adoptamos y con eso comenzamos el trabajo. Técnicamente ese es el origen de la revhuerta,
que básicamente comienza es del alimento y desde la soberanía alimentaria.
Se siembra de todo un poco, lo que más nos dio fueron hortalizas, acelgas (blanca, rosada, roja y
amarilla), tenemos como cuatro tipos de lechugas, apio, cilantro y espinaca.
Hoyen día, tenemos algo en frutas que por ahora no han retoñado, tenemos mora, papayuela,
tomate árbol, curuba y teníamos gulupas.

¿Por qué una huerta comunitaria es una forma de resistencia?

Bueno, nos llega esta cuarentena tan dura y estricta que si te veían en la calle te ponían el
comparendo y te mandaban para la casa. Entonces la primera resistencia fue el encierro, fue salir
y decir, no, ya no queremos más encierro, vamos a compartir con las otras personas con esta
distancia tan dura que se nos imponía. También es generar un pequeño espacio, la huerta era
como una burbuja de lo rural dentro de un espacio que estaba fuertemente rodeado de carros y
demás materiales que no eran absolutamente verdes. Entonces es resistirse a esa imposición
urbana y volver a las raíces rurales.
Y también como resistencia, porque posibilita el tejido social de una manera muy fuerte. Porque
como lo decíamos acá, acogimos a muchas individualidades y colectivos, que lo que hicieron fue
echar para arriba a partir de la revhuerta. Entonces la huerta es un lugar, es un espacio físico,
pero también es la excusa para estar tejiendo con demás personas y cada vez estar agruparse los
más y que más comunidades.

¿Cómo ha sido concebido el respeto a la tierra por parte de los integrantes de la        

revhuerta?
No sé, yo creo que también cada experiencia es como individual. Digamos que yo venía y venía
pensando que quería sembrar en mi casa, y me encontré a Fabi y él me dijo ven, hagamos una
huerta. La verdad nunca lo había hecho. mi mamá es del campo y mi abuelo aún vive en el
campo, pero yo hace muchísimo tiempo no iba, y cuando era pequeña no veía la importancia de
esto. Empecé a valorar cómo ese trabajo que uno a veces ve que el campesino o la campesina
hace y no le da a ese valor. Digamos que uno siempre cree tener como una conciencia ambiental,
pero a mí personalmente el estar aquí en la huerta hizo que esa conciencia ambiental creciera
más y le diera mucho más valor a la tierra.