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Clase 9

La Educación Ambiental en el nivel primario


Vamos a comenzar a hablar de la posibilidad de construir juntos/as una
ética para la sustentabilidad. Por eso, la educación ambiental se vincula
fuertemente con la construcción de una ciudadanía ambiental, en la que los/las
habitantes de la Tierra asumamos una ética del cuidado que se proponga la
construcción de una sociedad sustentable.
En esta clase estudiaremos algunos conceptos, enfoques y propuestas
pedagógicas en torno a la Educación Ambiental.
Para ir aclarando intentaremos responder algunas preguntas que nos
resultan fundamentales para comprender de qué estamos hablando
concretamente cuando decimos educación ambiental:
- ¿Qué es y qué no es?
- ¿Cuál es su objeto de estudio?
- ¿Cuáles son sus rasgos característicos?
- ¿Por qué surge? ¿En qué contexto histórico?
- ¿Por qué promoverla en la escuela primaria?

Empezaremos respondiendo estas preguntas señalando algunas


prácticas escolares habituales que, si bien están basadas en buenas
intenciones, muy poco tienen que ver con la educación ambiental. En este
sentido, es muy común observar en las aulas a docentes que confunden la
educación ambiental con lecciones de higiene y/o urbanidad. Propuestas tales
como no tirar papelitos al suelo o no escribir las paredes del aula pueden ser
importantes como normas de convivencia pero, al ser enunciadas fuera de un
contexto social en donde se las problematice, no alcanzan a constituirse como
parte del eje transversal que se propone para la escuela primaria. En este
sentido, recordemos que, junto a la Educación Sexual Integral (ESI) y la
Educación en Derechos Humanos, la Educación Ambiental (EA) es uno de los
ejes que se repiten desde hace décadas en los diseños curriculares.
El 14 de mayo de este año la Cámara de Senadores aprobó la Ley de
Educación Ambiental Integral: https://www.pagina12.com.ar/341561-ley-de-
educacion-ambiental-que-establece-la-norma-sancionada
La EA aparece en el nivel primario como una gran oportunidad para
reflexionar sobre el presente y manifestar un compromiso con el futuro, ya que
apela a la curiosidad, la preocupación y la responsabilidad propias de las niñas
y los niños en torno a los temas vinculados a la naturaleza y el futuro de
nuestro planeta. Sin embargo, para que esto suceda, es importante que
tengamos en cuenta no solo los contenidos a incorporar sino también las
estrategias didácticas ya que
“existen perspectivas en educación ambiental que se apoyan
en modelos de comunicación lineal (emisor – mensaje -
receptor) en los que la dimensión informativa es la dominante y
la difusión de la misma es la actividad principal. Estas
versiones no tienen en cuenta las ideas previas, los intereses y
necesidades de los alumnos, ni se proponen un diálogo que
permita una construcción conjunta de aprendizajes con
sentido.” (Manual de Educación Ambiental, p.134)

Si bien existen múltiples definiciones en torno a la EA, nos parece


importante señalar algunas que nos permiten posicionarnos en un campo en
permanente construcción en la cual existen múltiples debates y controversias.
Evidentemente no es el mismo concepto de EA el que maneja una empresa
transnacional contaminante que aquel desde el que se presenta una
organización no gubernamental ecologista. Hagamos entonces un breve
recorrido histórico por las distintas ideas.
Si bien en las escuelas siempre hubo áreas dedicadas al estudio y el
cuidado de la naturaleza, el término educación ambiental será enunciado como
tal por primera vez en París, en 1948, en el marco de la Conferencia para la
conservación de la naturaleza y los recursos naturales, promovida por la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Pero será recién
en la década del setenta, cuando la EA comenzará a adquirir mayor visibilidad
y a ser incorporada en forma sistemática en los debates políticos. En 1972 se
realizó en Estocolmo la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio
Humano, conocida también como la “primera Cumbre de la Tierra”.
En la declaración final de este encuentro, del cual participaron
representantes de los gobiernos integrantes de las Naciones Unidas (ONU), el
Principio 19 señalaba que:
“Es indispensable una labor de educación en cuestiones
ambientales, dirigida tanto a las generaciones jóvenes como a
los adultos y que preste la debida atención al sector de
población menos privilegiado, para ensanchar las bases de una
opinión pública bien informada, y de una conducta de los
individuos, de las empresas y de las colectividades inspirada en
el sentido de su responsabilidad en cuanto a la protección y
mejoramiento del medio ambiente en toda su dimensión
humana. Es también esencial que los medios de comunicación
de masas eviten contribuir al deterioro del medio ambiente
humano y difundan, por el contrario, información de carácter
educativo sobre la sobre la necesidad de protegerlo y
mejorarlo, a fin de que el hombre pueda desarrollarse en todos
los aspectos.

Como consecuencia de estos debates la UNESCO impulsó en 1975 el


primer Programa Internacional de Educación Ambiental (PIEA) fomentando la
incorporación de la dimensión ambiental en las prácticas educativas de los
países miembros. Dos años después se llevó adelante la primera Conferencia
Intergubernamental sobre Educación Ambiental en Tbilisi (Georgia), donde
entre otras cuestiones, se planteó el enfoque interdisciplinario que caracteriza
hasta el día de hoy a la EA, señalando que “no debe ser una materia más
añadida a los programas escolares existentes” sino que “debe constituir un
proceso orgánico continuo, interdisciplinar, con miras a la solución de los
problemas”.
Otros encuentros posteriores, como las cumbres de Río de 1992 y
2012, dieron un importante impulso a los debates en torno a la EA en los
países latinoamericanos. Nuevos términos, como desarrollo sustentable o
desarrollo sostenible, comenzaron a aparecer en las agendas de los gobiernos
pero también de las mismas megaempresas contaminantes que empezaron a
ver la necesidad de lavar su imagen pública.
Siguiendo el trabajo de Isabel Cristina Carvalho, citado en el libro
“Problemas y desafíos de la Educación Ambiental” definiremos a la EA como
“un campo de intervención político-pedagógico que tiene como ideario la
afirmación de una sociedad de derechos ambientalmente justa”. Adherimos a
este concepto ya que nos permite pensar la EA como una herramienta para la
reflexión pero también para la acción y el cambio.
En el año 2011, el gobierno argentino convocó a importantes
especialistas de la EA y mandó a imprimir 350.000 ejemplares de un Manual
de Educación Ambiental pensado para los tres niveles: inicial, primario y
secundario. Sin embargo, estos manuales, que incluían algunos de los
conceptos presentados en esta clase, nunca llegaron a ser distribuido en las
escuelas. ¿Qué les parece que pudo haber sucedido con todos esos libros?
La tarea para esta clase consistirá precisamente en investigar sobre las
razones, conflictos e intereses que llevaron a esta situación y a realizar un
breve comentario (dos o tres párrafos) que puede incluir información y/o
opinión en el foro que para tal efecto abriremos. También les pedimos que
investiguen qué dicen la Ley de Educación Nacional y la Ley General del
Ambiente sobre la EA. Es importante que lean las intervenciones de sus
compañeras/os para no repetirse y que citen las fuentes en las que se basan
para exponer sus argumentos.
Como actividad final te pediremos que leas la primera parte del manual
que adjuntamos como material de estudio donde se explican los principales
rasgos de la EA (pp.17-25) y el apartado donde se describen los principales
problemas ambientales de nuestro país (pp.77-101).

Bibliografía:
 Damin, R. y Monteleone, A. (2012), Temas ambientales en el aula. Una
mirada crítica desde las ciencias sociales, Ed. Paidós, versión digital
libre.
https://www.redalyc.org/pdf/360/36010109.pdf
 Manual de Educación Ambiental, ideas y propuestas para los docentes –
Nivel primario
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL005002.pdf

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