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ENSAYO

Colegio: Cardenal Cushing


Área: Literatura
Tema: Ensayo
Estudiantes: Isaias Nataniel Abraham Escobar Aliaga
Curso: 5 “A”
Profesor: Sandra Goitia
Fecha de Presentación: 30 / 05 /21
SANTA CRUZ – BOLIVIA

Salud pública - ¿COVID -19?


¿Qué es salud? ¿Cómo se puede tener acceso a salud pública? ¿Cuándo inicia
esta clase de proyectos? ¿El covid-19? La salud es un estado de completo bienestar físico,
mental y social, no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia, esto según la
definición presentada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su constitución
aprobada en 1948. Ha sido considerada no como un estado abstracto, sino como un medio
para llegar a un fin, como un recurso que permite a las personas llevar una vida individual,
social y económicamente productiva. Todo sugiere que la salud es algo que es necesario en
su totalidad para poder llevar una vida plena y digan de sí misma. Partiendo de eso tenemos
la salud pública como ciencia apenas tiene poco más de un siglo de existencia, pero las
manifestaciones del instinto de conservación de la salud de los pueblos existen desde los
comienzos de la historia de la humanidad. Sin embargo, la inclusión de la restauración de la
salud es una adquisición relativamente reciente.
El sistema de salud boliviano se encuentra organizado en dos grandes sectores: público y
privado. El Ministerio de Salud y Deportes (MSD) atiende a menos de la mitad del total de la
población a través del subsector público, que incluye al Seguro Universal Materno Infantil y
el Programa de Extensión de Cobertura a Áreas Rurales. El subsector de seguridad social
está compuesto por el Seguro Social Obligatorio para las personas pertenecientes al sector
de economía formal, de corto plazo (servicios de salud), y el seguro de largo plazo (que
tienen a su cargo las Administradoras de los Fondos de Pensiones). Este cubre a 28.4% de
la población y opera con planes y agentes gestores relativamente independientes entre sí.
El sector privado ofrece servicios para 10% de la población y funciona fundamentalmente
sobre la base de pagos directos de bolsillo. Alrededor de 30% de la población no tiene más
acceso a servicios de atención a la salud que el que le ofrece la medicina tradicional, con
cargo directo a sus ingresos. El financiamiento del sector salud utiliza recursos propios para
el gasto corriente y depende de recursos externos (donaciones, créditos) para proyectos de
inversión en salud. El subsector público se financia con base en fondos públicos asignados
a los municipios en términos de asignaciones per cápita (20% de los ingresos fiscales del
gobierno central) y utiliza la infraestructura del MSD. El subsector de seguridad social se
financia con cotizaciones y primas aportadas por los empleadores y los trabajadores del
sector formal y con recursos del Estado cuando éste funciona como empleador (personal de
educación, salud, empresas públicas, instituciones descentralizadas/desconcentradas y
ministerios) y cuenta con establecimientos y personal propios. En ocasiones el MSD llega a
contratar los servicios de prestadores privados sin fines de lucro, principalmente vinculados
con la Iglesia. El sector privado se divide en organizaciones con fines de lucro (seguros y
servicios privados, consultorios, clínicas) y organizaciones sin fines de lucro (ONG e
Iglesia).
Hospitales desbordados y personas que mueren fuera de ellos sin atención médica. La
situación es crítica y miles de bolivianos están atravesando por momentos de desesperación
ante la imposibilidad de lograr atención sanitaria adecuada o ante la falta de medicamentos.
En este contexto, los médicos del país han solicitado medidas de cuarentena, mientras que
el presidente Luis Arce ha pedido a la población “aguantar” hasta que la vacuna para
enfrentar la covid-19 llegue al país. Asimismo, el ministro de Economía, Marcelo
Montenegro, reafirmó esta posición señalando que una cuarentena no dará fin a la segunda
ola de contagios, pero sí perjudicará a la economía del país.
Este contexto expone una situación que pareciera irreconciliable: ¿salud o economía? Los
médicos piden cuarentena no como prevención, sino como una medida desesperada para
frenar el incremento de casos de covid-19, muchos de los cuales ya no pueden ser
atendidos. Por el otro lado, el gobierno y distintos sectores económicos señalan que poner
freno a la economía sería perjudicial. En medio de todo ello la situación sanitaria no está
siendo tratada de manera estructural, lo que se espera es que lleguen las vacunas para que
pase la pesadilla
Bolivia es el país que tiene el gasto per cápita en salud más bajo de Suramérica, también es
el segundo país con el gasto en salud como porcentaje del PIB más reducido de la región.
Junto a lo anterior, un conjunto de indicadores de morbimortalidad deja a Bolivia muy mal
parada en relación a países vecinos. ¿No será más bien que el problema que debe
enfrentarse es, en todo caso, la precariedad estructural del sistema de salud que Bolivia
arrastra durante tantos años?
Un informe de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL), publicado
a propósito de la covid-19, explica que: “sin lograr controlar la pandemia es imposible
pensar en la reactivación económica. La vida, la salud y el bienestar son primordiales y
constituyen prerrequisitos para reactivar la economía, de modo que las políticas de control y
mitigación en materia de salud y la política económica estén alineadas”. En ese sentido, la
política pública del país debe hacerse cargo de sincerar y acercar este vínculo entre una
economía ‒tan golpeada‒ y un sistema de salud a la deriva.
Bolivia tiene los indicadores de salud más preocupantes de la región. Para 2018 el país
contaba con la tasa de mortalidad infantil más elevada de Suramérica, con 21,2 fallecidos
por cada 1.000 nacidos vivos. La mortalidad materna era de 155 mujeres fallecidas por cada
100.000 nacidos vivos.
También llama la atención la tendencia a empeorar de algunos indicadores, como la
población menor de cinco años con infecciones respiratorias agudas. Según el INE, en 2011
esta población representó el 35,8%, mientras que para 2018 llegó a ser del 44%. En el caso
de la población menor de cinco años que tuvo enfermedades diarreicas agudas, en 2011
representó el 22,67%, mientras que para el 2018 aumentó a 26,14%.
Por lo tanto, podemos decir que actualmente el sistema de salud boliviano tiene fallos muy
importantes, la salud pública está muy mal organizada, con un sistema político que
preocupa en este sector. El apoyo que recibe la salud se ve afectado indirectamente por las
personas que no pagan sus impuestos, por personas que dañan instalaciones, etc.
Aplicaciones y gastos incensarios que hace que incremente el número de afectaos por esta
enfermedad. Personas que no se preocupan por su salud, menos la de las demás personas
afectando significativamente el incremento de damnificados. Datos que preocupan…
¿Podrá esto mejorar?

Bibliografía
 https://cedla.org/cedla-en-los-medios/el-pais-bolivia-el-estado-que-obliga-a-elegir-entre-salud-o-economia/
 https://saludpublica.mx/index.php/spm/article/view/5033/10032#:~:text=El%20gasto%20en%20salud%20en,
%25%20del%20gasto%20privado%20total
 https://es.wikipedia.org/wiki/Salud_p%C3%BAblica
 https://es.wikipedia.org/wiki/Salud#Definiciones
 https://www.paho.org/es/bolivia
 https://www.minsalud.gob.bo/

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