Está en la página 1de 12

HOLODOMOR

1.- El episodio conocido como el «Holodomor» (palabra ucraniana que significa «hambruna» o
«matar de hambre») está dentro de lo que fue la gran colectivización de los años treinta, la cual
supuso la lucha de clases contra el modelo rural tradicional de la agricultura rusa (que provocaba
cíclicas hambrunas).

2.- Los campesinos formaban el 80% de la población soviética, lo cual nos da una idea -aun
teniendo en cuenta el éxodo rural- de lo convulsa que llegó a ser la colectivización, la cual hizo
posible la industrialización y la reconstrucción del poder militar soviético de una fuerza preparada
para la guerra civil a una fuerza preparada para la guerra mundial (como el Ejército Rojo mostró al
mundo entre 1941 y 1945).

3.- También hay que tener en cuenta que en esta época, principios de los años 30, Estados Unidos
y Occidente estaban bajo los efectos del crack del 29, y la URSS, en cambio, gozaba de un
período importante (vital para su supervivencia) de desarrollo económico, social, político y militar.

4.- El 18 de agosto de 1933 el periódico oficial del nazismo, el Völkischer Beobachter, publicaba en
su primera página fotografías de hombres famélicos atribuidas a «rusos reducidos a esqueletos», y
decía en el titular: «El verdadero rostro de la Rusia de los soviets, de lo que Hitler ha salvado a
Alemania» 

5.- El 6 de agosto de 1934 el diario conservador Daily Express ponía en su titular: «El horror de


Ucrania». Seis meses después, el 18 de febrero de 1935, el Chicago American, diario del magnate
y simpatizante de los nazis William Randolph Hearts (1863-1951), titulaba en primera página: «Seis
millones de muertos por el hambre en la Unión Soviética».

6.-  Los dos diarios pusieron la misma fotografía en la portada. Pero si el Chicago
American indicaba que el autor de la fotografía era el periodista Thomas Walker (que, según el
periódico, se había jugado la vida para lanzar las fotografías que mostrarían el hambre en Ucrania
al mundo), el Daily Express afirmaba que la fotografía fue tomada por «un turista con cámara
oculta». (Para todo esto véase Sousa, 1998).

7.- Los nazis preparaban el terreno con propaganda demonizadora (negrolegendaria), y los
periódicos de Hearts eran fundamentales para lo mismo, con su burdo amarillismo y
sensacionalismo. El Völkischer Beobachter alababa la campaña de Hearts en un artículo titulado
«William Hearts uber Die Sowjetrussische Hungerkatastrophe» (William Heart sobre la catástrofe
del hombre en Rusia).

8.- La Asociación Financiera Industrial y Comercial Rusa también contribuyó a fortalecer el mito del
Holodomor publicando un influyente folleto titulado «Ucrania bajo el yugo de Moscú», en donde se
hablaba de los «horrores de la hambruna de Ucrania», en donde «la miseria es tan grande que los
hombres se comen a los hombres. Así nos lo ha arreglado el plan quinquenal. La hambruna se
debe a las acciones de los moscovitas» (citado por Vicens Bordes, 2013). Y afirmaba que el
episcopado greco-católico dirigió una carta a todas las personas de buena voluntad «para protestar
contra el exterminio por los bolcheviques de los pequeños y míseros, de los débiles y los
inocentes» (citado por Vicens Bordes, 2013).
9.- No obstante, Alphand se reunió con Viacheslav Skriabin alias Molotov (1890-1986), el cual
suprimió un permiso que tenía a fin de acompañar al embajador francés a Ucrania, donde el viaje
«se desarrolló con normalidad. Hemos atravesado de parte a parte, en ambos sentidos, en tren,
este inmenso campo de cereales de cultivos ininterrumpidos hasta donde alcanza la vista, de
humus negro y espeso, donde abonar resulta inútil. A 60 y 70 km. de las ciudades, hemos visitado
koljozes y un sovjoz, y volvemos de allí con la impresión muy nítida de la falsedad de las noticias
aireadas en la prensa y la convicción que yo esbozaba en mi correspondencia de una campaña
inspirada por Alemania y los rusos blancos deseosos de oponerse al acercamiento franco-
soviético» (citado por Vicens Bordes, 2013).

10.- El embajador francés en Berlín, André François-Poncet (1887-1978), afirmaba que los
alemanes escribían artículos en los que se difamaba a la URSS con «una violencia extrema...
acompañado (los artículos) con una serie de fotografías de víctimas de la hambruna de lo más
apropiadas para chocar la imaginación». Esta propaganda demonizadora tuvo sus frutos y el
embajador francés advertía que «el pequeño burgués alemán, en efecto, está perfectamente
convencido de que la Rusia actual es el peor de los infiernos» (citado por Vicens Bordes, 2013).

11.- Tras la caída del Reich esta propaganda fue recogida por la CIA y el MI5 británico. También el
macartismo se sirvió del Holodomor y sus supuestos millones de muertos de hambre para
emprender su campaña de acoso a todo ciudadano estadounidense sospechoso de simpatizar con
el comunismo. Y Hearts encantado con el señor Joseph McCarthy (1908-1957).

12.- En 1953 se publica en Estados Unidos un libro titulado Black deeds of the Kremlin (Los
sucesos negros del Kremlin). Tal libro fue publicado a través de la financiación de ucranianos
refugiados en Estados Unidos. Estos ucranianos fueron colaboracionistas de los nazis durante la
Segunda Guerra Mundial, pero serían acogidos en Estados Unidos en calidad de «demócratas».

13.- El mito del Holodomor fue reactivado por la Administración de Ronald Reagan (1911-2004)
nada más empezar su mandato: he aquí lo que Federico llama el «anticomunismo moral, político y
militar de Reagan» (p. 574). En 1984 un profesor de la Universidad de Harvard editó un libro
titulado The Human life in Russia (La vida humana en Rusia), que incluía las paparruchas
amarillistas de la prensa pronazi de Hearts de 1934. Las patrañas amarillistas de la prensa pronazi
estadounidense quedaban 50 años después respaldadas por el prestigio de una universidad
respetable, ni más ni menos que Harvard, universidad que se ponía a disposición del gobierno
estadounidense en la campaña propagandística contra el comunismo; una manera muy inteligente
de emplear la leyenda negra antisoviética (a la URSS le quedaban 7 años de existencia), y no
ingenua, como es el modo de emplear la leyenda negra de nuestro Federico y de tantos otros
anticomunistas trasnochados alucinados.

14.- En 1986 el ex agente de policía británico Robert Conquest publica su célebre Harverst of


Sorrow (Colección de amarguras). Conquest -«un Lancelot que luchaba incansablemente contra el
dragón de The Great Terror luciendo la bruñida armadura de su Ressassement» (p. 575)- era un
agente del Departamento de Desiformación (Information Rosearch Departament, IRD) de la policía
secreta inglesa. Este departamento se llamaba en 1947 Communist Information Departament.
Conquest era, pues, un hombre que se dedicaba a desinformar, a hacer que las cosas fuesen
incomprensibles. Conquest no era un historiador sino un desinformador. Lo cual era muy prudente
para la política real de su presente en marcha, pero no es muy prudente para consultarlo como
fuente historiográfica, que es lo que han hecho tantos autores negrolegendarios, que se creen las
exageraciones de Conquest y tantos otros subvencionados a pies juntillas; de ahí que sus libros
merezcan ser colocados entre los libros del basurero historiográfico sin misericordia alguna.
Porque a estas alturas ya da risa lo del Holodomor.

15.- Conquest recibió 80.000 dólares de la Asociación Nacional Ucraniana, asociación que también
pagó una película en 1986 titulada The Harvest of Despair, basada en el libro de Conquest (y otras
historietas). Los muertos de hambre en Ucrania pasaron de los 6 millones de 1934 a 15 millones
(muy marca de la casa de Conquest, los 6 millones ya le parecían poco impactante). La cifra es
absurda y los censos la dejan en ridículo, pues en 1926 Ucrania tenía una población de 29 millones
de habitantes y el censo de 1939 indica una población de 31 millones. ¿Cómo pueden morir 15
millones de personas por muerte artificial (por hambre) y en sólo trece años aumentar la población
en 2 millones? Asimismo, por la estadística demográfica se sabe que en 1932 nacieron en Ucrania
782.000 y murieron 668.000 personas, y en 1933 nacieron 359.000 y murieron 1,3 millones, cifra
en la que hay que incluir mortalidad natural, aunque hay que reconocer que la mayor parte de las
muertes se produjeron por el hambre, pero no de modo abrumador e infernal ni por la maldad
absoluta de las autoridades soviéticas como cuenta el mito.

16.- En 1968 llegó a escribir Conquest en el Gran Terror: «El principal responsable del hambre se
puede decir lisa y llanamente que fue Stalin. La cosecha de 1932 disminuyó un 12 por ciento en
relación al promedio. Lo cual estaba lejos de ser un nivel de hambre. Lo que pasó fue que la
requisa de productos entre los campesinos subió un 44 por ciento. El resultado no podía ser otro: el
hambre a gran escala. Es quizá el único caso en la historia de un hambre provocada adrede por un
hombre» (Conquest, 1968: 36). En 1994, tres años después de definitivo derrumbe de la Unión
Soviética, historiadores liberales, como el londinense Richard Overy (Londres, 1947), seguían
diciendo lo mismo como si nada: «Las hambrunas en Ucrania, donde la resistencia campesina en
defensa de su religión e independencia económica fue más marcada, fueron exacerbadas de
manera deliberada por Stalin para aplastar el movimiento antisoviético» (Overy, 1994: 54). Aunque
al menos Overy afirma que se llevó a cabo «para aplastar el movimiento antisoviético» y no por
maldad absoluta gratuita y sin sentido.

17.- Volviendo al Holodomor, en 2003, según R. W. Davies y Stepehn G. Wheatcroft, Robert


Conquest matizaba sobre la deliberación de la hambruna, en el sentido de Overy: « Lo que discuto -
le decía a Davies y Wheatcroft-  es que ante el panorama de una hambruna inminente, él pudo
haberla evitado, pero antepuso el “interés soviético” a la alimentación de los que estaban muriendo
de hambre, permitiéndola conscientemente»

18.- La patraña del Holodomor fue desmontada por el periodista canadiense Douglas Tottle
(Quebec, 1944) en un libro titulado Fraud, Famine and Fascism; The Ucranian Genocide Myth from
Hitler to Harvad, que sería editado en 1987 en Toronto, según dice Sousa (en Wikipedia se dice
que fue publicado por la editorial soviética con sede en Moscú Progres Publischers). Tottle
demostró que el material fotográfico del supuesto Holodomor (en la que se mostraba a niños del
todo desnutridos) era material de 1922 tras la guerra civil rusa, en donde los bolcheviques tuvieron
que enfrentarse no sólo a los ejércitos blancos, negros y verdes, sino también a catorce ejércitos
extranjeros cuyo propósito era no tanto ayudar a los blancos o restaurar el zarismo sino debilitar
Rusia, cosa de la que es consciente Federico al sostener que la presencia británica «ante todo
quería impedir la resurrección de una Rusia que amenazara su poder en Asia» (p. 284); y, si era
posible, colonizarla (es decir, Rusia estaba en los planes de rapiña del imperialismo depredador,
catástrofe nacional que impidieron los bolcheviques). También había material fotográfico de la
Primera Guerra Mundial. Posiblemente las fotografías de Walker correspondían a la hambruna del
Volga en 1921, y otras fotografías ni siquiera se lanzaron en la URSS sino en el Imperio Austro-
Húngaro.
19.- Es más, el periodista que supuestamente tomó tales fotografías en Ucrania, el ya citado
Thomas Walker, jamás pisó Ucrania (y como hemos dicho el diario Daily Express decía que la foto
la hizo un turista con cámara oculta). Walker, que escribió en los apuntes de sus fotografías que los
soviéticos provocaron la hambruna en Ucrania a propósito, sólo visitó Moscú durante cinco días,
como informó el por entonces corresponsal en Moscú el periodista Louis Fisher (1896-1970), que
trabajaba para el periódico estadounidense The Nation. Fisher se puso a investigar los pasos de
Walker en la URSS y descubrió que éste mentía cuando dijo que entró en la URSS en la primavera
de 1934 porque resulta que recibió la visa de tránsito el 29 de septiembre de se mismo año y entró
en el país el 12 de octubre desde Polonia, llegando a Moscú el 13 de octubre, desde donde cogió
el Transiberiano el día 18 para llegar a la frontera con Manchuria el 25 de octubre, que sería su
último día en el país de los soviets. Por lo tanto jamás pisó Ucrania ni pudo hacer esas fotografías
de la famélica legión ucraniana. A su vez, Fischer también reveló que el periodista M. Parrott, que
era el auténtico corresponsal en Moscú de la prensa de Hearts, había enviado reportajes que
nunca fueron publicados en los periódicos de Hearts porque los reportajes informaban sobre los
buenos resultados en 1933 en las cosechas de la URSS, y también envió reportajes sobre el
desarrollo de Ucrania como república soviética (reportajes que no servían de nada para demonizar
al país de los soviets; luego no era precisamente material negrolegendario). Si bien es cierto que la
cosecha de 1932 fue bastante mala, sin embargo la cosecha de 1933 fue excelente, tanto en
Ucrania como en el resto de la URSS.

20.- Según Tottle, Thomas Walker se llamaba en realidad Robert Green, el cual era un fugado de
la presión estatal de Colorado, y sería recapturado cuando volvió a Estados Unidos. En su juicio
declaró que jamás había estado en Ucrania. El 16 de julio de 1935 el New York Times informaba:
«Robert Green, escritor de artículos sobre la situación en Ucrania, que fue acusado el pasado
viernes por un gran jurado federal por los cargos de fraude en pasaporte, se declaró culpable ayer
ante el juez federal Francis G. Caggey. El juez fue informado de que Green era un fugitivo de la
prisión estatal de Colorado, de donde huyó tras haber cumplido dos años de una condena de ocho
por falsificación» (citado por Tottle, 1987: 14). Un reportero que cubría el juicio contra Walker (en
realidad Robert Green) informaba que éste «admitió que las fotos del hambre publicadas en sus
series en los periódicos de Hearst eran falsas y que no habían sido tomadas en Ucrania, como se
anunciaba» (citado por Tottle, 1987: 15).

21.- El 10 de noviembre de 2003 veinticinco países -entre los que se incluían Rusia, Ucrania y
Estados Unidos- declararon en la sede de las Naciones Unidas, con motivo del 60º aniversario del
Holodomor, una declaración conjunta en la que se decía en su preámbulo: «En la ex Unión
Soviética millones de hombres, mujeres y niños fueron víctimas de acciones y políticas crueles del
régimen totalitario. La gran hambruna de 1932-1933 en Ucrania (Holodomor), la cual costó entre 7
y 10 millones de víctimas inocentes [al final no se quedaron con los 15 millones que quería
colarnos Conquest] y se convirtió en una tragedia nacional para el pueblo ucraniano. En este
sentido nos adherimos a las actividades que se llevan a cabo en conmemoración del setenta
aniversario de esta hambruna, en particular por el gobierno de Ucrania. Conmemorando este
septuagésimo aniversario de la tragedia ucraniana, también honramos la memoria de millones de
rusos, kazajos y miembros de otras nacionalidades que murieron de hambre en la región del río
Volga, Cáucaso del Norte, Kazajstán y otras partes de la ex Unión Soviética, como resultado de la
guerra civil y la colectivización forzada, dejando profundas cicatrices en la conciencia de futuras
generaciones»
22.- Como dice Viktor Zemskov, al que enseguida estudiaremos, las muertes de hambre en
Ucrania no pueden catalogarse como genocidio contra el pueblo ucraniano, como sostienen los
nacionalistas ucranianos (y una larga lista de autores negrolegendarios); «porque esa misma
situación se dio entre la población del Cáucaso del Norte, la región del Volga y Kazajstán, donde
hubo hambrunas. Había que cumplir el plan confiscando parte de la cosecha, pero como, a causa
de la sequía, no se alcanzaba lo necesario, confiscaron toda la cosecha. El estado cometió un
crimen contra todos los campesinos, independientemente de su nacionalidad»

23.- Hay que añadir que sí hubo hambrunas, pero no masivas y con millones de muertos como dice
la leyenda negra (o mito del Holodomor). Y estas hambrunas fueron provocadas por sabotajes de
los kulaks, que sacrificaban ganado y quemaban cosechas y almacenes. También fueron
provocadas por enfermedades y epidemias, y también por malas cosechas. Asimismo contribuyó a
ello las requisas para que se llevasen a cabo los planes de exportación sobre la deuda externa que
pesaba sobre la URSS. (MULTICAUSAL)

24.- A su vez, a la negación del Holodomor se la ha señalado como una campaña de


desinformación programada por el gobierno soviético. Según el historiador Edvard Radzinsky
(Moscú, 1936), Stalin «había logrado lo imposible: silenciar cualquier conversación sobre el
hambre... Mientras morían millones, la nación entonaba las loas a la colectivización»{28}. Pero los
éxitos de la colectivización fueron incontestables (como los éxitos de la industrialización y de la
militarización, como se mostró entre 1941 y 1945). De hecho tras la colectivización Rusia dejó de
padecer las cíclicas hambrunas que padecía el país desde siglos (como pasaba en tantos lugares
de la vieja y la nueva Europa). Es decir, la colectivización no trajo el hambre sino más bien resolvió
el problema secular del hambre que arrastraba Rusia, sin perjuicio de que tuviese sus costes,
como no podía ser de otro modo. La colectivización hizo posible el traslado de suministros de
materias primas a las industrias urbanas. Por consiguiente, la colectivización hizo posible la
industrialización, y ésta la militarización o reestructuración del Ejército Rojo, y ésta la defensa del
país, que no es poco.
¿Quién era este William Hearts?
El californiano Hearts era un periodista, editor, publicista, empresario, inversionista, político
y magnate de la prensa y de los medios estadounidenses. Hearts era uno de los hombres más
poderosos de la escena política y empresarial de Estados Unidos. Consolidó uno de los más
gigantescos imperios empresariales de la historia, llegando a construir una red con un total de 28
periódicos de tirada nacional, como por ejemplo: Los Angeles Examiner, The Boston
American, The Atlanta Georgian, The Chicago Examiner, The Detroit Times, The Seattle
Postintelligencer, The Washington Times, The Washington Herald, y su periódico principal The San
Francisco Examiner. También editaba revistas como Cosmopolitan, Town and Country, Harpeis
Bazaar y otras muchas. Cuando murió Hearts en 1951 tenía 16 periódicos, 16 revistas y también
radios y televisiones que sumaban el 18% del total de las emisiones estadounidenses.

1.- Hearts tenía fama de usar sus medios como instrumento político y por ser el mayor promotor
de la prensa amarilla.

2.- Entre sus méritos está la intervención de Estados Unidos en la guerra de Cuba contra España
en 1898. Junto al republicano judío de origen húngaro Joseph Pulitzer (1847-1911) llevó a cabo la
gran campaña de hispanofobia que supuso el colmo del amarillismo de la prensa estadounidense
con el montaje del ataque al acorazado Maine en La Habana el 15 de febrero de 1898, que la
prensa de Hearts y Pulitzer, junto al The Sun que y había fundado Charles Dana (1819-1897) y
el New York Herald que fundó James Gordon Bennett (1795-1872), procuró aparentar que se
trataba de una ataque de los españoles

3.- También estuvo entre sus méritos ir contra la Revolución Mexicana en principio manteniendo el
régimen de Porfirio Díaz (1830-1915) y después el de Victoriano Huerta (1845-1916), y ello le
interesaba dadas las propiedades y haciendas que poseía el magnate en México, las cuales
corrían riesgo con la revolución.

4.- Hearts comulgaba con los nazis en su decidido anticomunismo y simpatizaba con los planes de
éstos de invadir Ucrania (de hecho Hearts además de pronazi fue acusado de xenófobo y de ser
partidario de la «caza de brujas»). Hearts empezó a promover el bulo de la hambruna/genocidio
tras visitar la Alemania nazi en 1934. «Hearst estaba decidido a matar de hambre a los soviets,
aunque fuera con efectos retroactivos» (Tottle, 1987: 21).

5.- Hearts no traía con su amarillismo nada nuevo a la prensa occidental, y ni siquiera los nazis,
pues las noticias falsas sobre la Unión Soviética abundaban en la prensa conservadora y
profascista desde 1917. Aunque la propaganda de Hearts no sólo estaba pensada contra la Unión
Soviética sino también contra el movimiento socialista norteamericano. Millones de personas
durante los años 30 reconocían a Hearts como el «fascista nº 1 de Norteamérica» (véase Tottle,
1987: 16). De hecho, Hearts le pagaba un sueldo a Mussolini que era diez veces superior a la paga
mensual que el Duce recibía del Estado italiano, según decía en 1936 John Gunter en Inside
Europe: «Por un largo tiempo su principal fuente de ingresos (de Mussolini) eran 1.500 dólares
semanales de la prensa de Hearst; a principios de 1935, sin embargo, dejó de escribir
regularmente artículos debido a que las delicadas condiciones políticas internacionales no le
permitían expresarse con franqueza» (citado por Tottle, 1987: 16).
CRITICAS A HEARST
1.- El periodista Ernest L. Meyer se refería a Hearts en los siguientes términos: «El señor Hearts en
su larga y poco honorable carrera ha inflamado los ánimos de los americanos contra los españoles;
de los americanos contra los japoneses; de los americanos contra los filipinos; de los americanos
contra los rusos, y en el curso de sus incendiarias campañas ha impreso retorcidas mentiras,
documentos inventados, historias de falsas atrocidades, delirantes editoriales, ilustraciones y
fotografías sensacionalistas y otros montajes para conseguir sus jingoísticos fines» (citado por
Roca Barea, 2016: 446).

2.- El cineasta Orson Welles (1915-1985) se basó en la figura de Hearts para el protagonista de su
célebre película Ciudadano Kane (que interpretaba el propio Welles). Hearts trató de evitar que la
película se estrenase, pero el crack del 29 mermó mucho sus negocios y en buena parte su
capacidad de influir sobre el poder. De todos modos consiguió que, al menos, la película,
estrenada en 1941, tuviese una pobre recaudación en la taquilla. Y sin embargo la película ganó un
Óscar y a la larga ha sido considerada como una de las mejores películas de todos los tiempos
(aunque más por la producción que por el guión).
LOS VERDADEROS PLANES
1.- Hitler siempre jugó la baza de que las nacionalidades «oprimidas» de la URSS se levantarían
contra el régimen bolchevique («judeo-bolchevique»), y sobre todo ponía su mirada en Ucrania
como lugar del principal levantamiento contrasoviético. Los alemanes tenían un plan para
independizar Ucrania de la URSS bajo la protección del Reich y de Polonia. Se fomentó el
separatismo en Ucrania y en el Cáucaso. Incitando los sentimientos nacionalistas de sus
habitantes. En realidad lo que interesaba a alemanes y polacos era el grano de Ucrania y el
petróleo del Cáucaso.

2.- Hearts no traía con su amarillismo nada nuevo a la prensa occidental, y ni siquiera los nazis,
pues las noticias falsas sobre la Unión Soviética abundaban en la prensa conservadora y
profascista desde 1917. Aunque la propaganda de Hearts no sólo estaba pensada contra la Unión
Soviética sino también contra el movimiento socialista norteamericano. Millones de personas
durante los años 30 reconocían a Hearts como el «fascista nº 1 de Norteamérica» (véase Tottle,
1987: 16). De hecho, Hearts le pagaba un sueldo a Mussolini que era diez veces superior a la paga
mensual que el Duce recibía del Estado italiano, según decía en 1936 John Gunter en Inside
Europe: «Por un largo tiempo su principal fuente de ingresos (de Mussolini) eran 1.500 dólares
semanales de la prensa de Hearst; a principios de 1935, sin embargo, dejó de escribir
regularmente artículos debido a que las delicadas condiciones políticas internacionales no le
permitían expresarse con franqueza» (citado por Tottle, 1987: 16).

3.- Otra de las causas del mito del Holodomor está en que los alemanes querían impedir a toda
costa una alianza franco-soviética.

4.- El 18 de agosto de 1933 el periódico oficial del nazismo, el Völkischer Beobachter, publicaba en
su primera página fotografías de hombres famélicos atribuidas a «rusos reducidos a esqueletos», y
decía en el titular: «El verdadero rostro de la Rusia de los soviets, de lo que Hitler ha salvado a
Alemania» 

5.- Volviendo al Holodomor, en 2003, según R. W. Davies y Stepehn G. Wheatcroft, Robert


Conquest matizaba sobre la deliberación de la hambruna, en el sentido de Overy: « Lo que discuto -
le decía a Davies y Wheatcroft-  es que ante el panorama de una hambruna inminente, él pudo
haberla evitado, pero antepuso el “interés soviético” a la alimentación de los que estaban muriendo
de hambre, permitiéndola conscientemente»
LA PROPAGANDA
1.- El embajador francés en la URSS, Charles Alphand (1907-1994), comentando la visita al país
soviético del presidente Edouard Herriot (1872-1957), escribía que «una de las partes más
importantes de nuestra gira fue la visita de las organizaciones soviéticas en Ucrania y Norte del
Cáucaso, el centro mismo de territorios donde, según las recientes campañas de prensa, reinaba
una hambruna comparable a la de 1922». Y afirmaba que los europeos le habían advertido que los
soviéticos «no le guiarán a ese infierno de miseria» (citado por Vicens Bordes, 2013).

2.- La Asociación Financiera Industrial y Comercial Rusa también contribuyó a fortalecer el mito del
Holodomor publicando un influyente folleto titulado «Ucrania bajo el yugo de Moscú», en donde se
hablaba de los «horrores de la hambruna de Ucrania», en donde «la miseria es tan grande que los
hombres se comen a los hombres

3.- Los nazis preparaban el terreno con propaganda demonizadora (negrolegendaria), y los
periódicos de Hearts eran fundamentales para lo mismo, con su burdo amarillismo y
sensacionalismo. El Völkischer Beobachter alababa la campaña de Hearts en un artículo titulado
«William Hearts uber Die Sowjetrussische Hungerkatastrophe» (William Heart sobre la catástrofe
del hombre en Rusia).

4.- Los dos diarios pusieron la misma fotografía en la portada. Pero si el Chicago
American indicaba que el autor de la fotografía era el periodista Thomas Walker (que, según el
periódico, se había jugado la vida para lanzar las fotografías que mostrarían el hambre en Ucrania
al mundo), el Daily Express afirmaba que la fotografía fue tomada por «un turista con cámara
oculta». (Para todo esto véase Sousa, 1998).

5.- El 6 de agosto de 1934 el diario conservador Daily Express ponía en su titular: «El horror de


Ucrania». Seis meses después, el 18 de febrero de 1935, el Chicago American, diario del magnate
y simpatizante de los nazis William Randolph Hearts (1863-1951), titulaba en primera página: «Seis
millones de muertos por el hambre en la Unión Soviética».

6.- El embajador francés en Berlín, André François-Poncet (1887-1978), afirmaba que los
alemanes escribían artículos en los que se difamaba a la URSS con «una violencia extrema...
acompañado (los artículos) con una serie de fotografías de víctimas de la hambruna de lo más
apropiadas para chocar la imaginación». Esta propaganda demonizadora tuvo sus frutos y el
embajador francés advertía que «el pequeño burgués alemán, en efecto, está perfectamente
convencido de que la Rusia actual es el peor de los infiernos» (citado por Vicens Bordes, 2013).

7.- Tras la caída del Reich esta propaganda fue recogida por la CIA y el MI5 británico. También el
macartismo se sirvió del Holodomor y sus supuestos millones de muertos de hambre para
emprender su campaña de acoso a todo ciudadano estadounidense sospechoso de simpatizar con
el comunismo. Y Hearts encantado con el señor Joseph McCarthy (1908-1957).

8.- En 1953 se publica en Estados Unidos un libro titulado Black deeds of the Kremlin (Los sucesos
negros del Kremlin). Tal libro fue publicado a través de la financiación de ucranianos refugiados en
Estados Unidos. Estos ucranianos fueron colaboracionistas de los nazis durante la Segunda
Guerra Mundial, pero serían acogidos en Estados Unidos en calidad de «demócratas».

9.- El mito del Holodomor fue reactivado por la Administración de Ronald Reagan (1911-2004)
nada más empezar su mandato: he aquí lo que Federico llama el «anticomunismo moral, político y
militar de Reagan» (p. 574). En 1984 un profesor de la Universidad de Harvard editó un libro
titulado The Human life in Russia (La vida humana en Rusia), que incluía las paparruchas
amarillistas de la prensa pronazi de Hearts de 1934. Las patrañas amarillistas de la prensa pronazi
estadounidense quedaban 50 años después respaldadas por el prestigio de una universidad
respetable, ni más ni menos que Harvard, universidad que se ponía a disposición del gobierno
estadounidense en la campaña propagandística contra el comunismo; una manera muy inteligente
de emplear la leyenda negra antisoviética (a la URSS le quedaban 7 años de existencia), y no
ingenua, como es el modo de emplear la leyenda negra de nuestro Federico y de tantos otros
anticomunistas trasnochados alucinados.

10.- En 1986 el ex agente de policía británico Robert Conquest publica su célebre Harverst of


Sorrow (Colección de amarguras). Conquest -«un Lancelot que luchaba incansablemente contra el
dragón de The Great Terror luciendo la bruñida armadura de su Ressassement» (p. 575)- era un
agente del Departamento de Desiformación (Information Rosearch Departament, IRD) de la policía
secreta inglesa. Este departamento se llamaba en 1947 Communist Information Departament.
Conquest era, pues, un hombre que se dedicaba a desinformar, a hacer que las cosas fuesen
incomprensibles. Conquest no era un historiador sino un desinformador. Lo cual era muy prudente
para la política real de su presente en marcha, pero no es muy prudente para consultarlo como
fuente historiográfica, que es lo que han hecho tantos autores negrolegendarios, que se creen las
exageraciones de Conquest y tantos otros subvencionados a pies juntillas; de ahí que sus libros
merezcan ser colocados entre los libros del basurero historiográfico sin misericordia alguna.
Porque a estas alturas ya da risa lo del Holodomor.

11.- 18.- La patraña del Holodomor fue desmontada por el periodista canadiense Douglas Tottle
(Quebec, 1944) en un libro titulado Fraud, Famine and Fascism; The Ucranian Genocide Myth from
Hitler to Harvad, que sería editado en 1987 en Toronto, según dice Sousa (en Wikipedia se dice
que fue publicado por la editorial soviética con sede en Moscú Progres Publischers). Tottle
demostró que el material fotográfico del supuesto Holodomor (en la que se mostraba a niños del
todo desnutridos) era material de 1922 tras la guerra civil rusa, en donde los bolcheviques tuvieron
que enfrentarse no sólo a los ejércitos blancos, negros y verdes, sino también a catorce ejércitos
extranjeros cuyo propósito era no tanto ayudar a los blancos o restaurar el zarismo sino debilitar
Rusia, cosa de la que es consciente Federico al sostener que la presencia británica «ante todo
quería impedir la resurrección de una Rusia que amenazara su poder en Asia» (p. 284); y, si era
posible, colonizarla (es decir, Rusia estaba en los planes de rapiña del imperialismo depredador,
catástrofe nacional que impidieron los bolcheviques). También había material fotográfico de la
Primera Guerra Mundial. Posiblemente las fotografías de Walker correspondían a la hambruna del
Volga en 1921, y otras fotografías ni siquiera se lanzaron en la URSS sino en el Imperio Austro-
Húngaro.

12.- Es más, el periodista que supuestamente tomó tales fotografías en Ucrania, el ya citado
Thomas Walker, jamás pisó Ucrania (y como hemos dicho el diario Daily Express decía que la foto
la hizo un turista con cámara oculta). Walker, que escribió en los apuntes de sus fotografías que los
soviéticos provocaron la hambruna en Ucrania a propósito, sólo visitó Moscú durante cinco días,
como informó el por entonces corresponsal en Moscú el periodista Louis Fisher (1896-1970), que
trabajaba para el periódico estadounidense The Nation. Fisher se puso a investigar los pasos de
Walker en la URSS y descubrió que éste mentía cuando dijo que entró en la URSS en la primavera
de 1934 porque resulta que recibió la visa de tránsito el 29 de septiembre de se mismo año y entró
en el país el 12 de octubre desde Polonia, llegando a Moscú el 13 de octubre, desde donde cogió
el Transiberiano el día 18 para llegar a la frontera con Manchuria el 25 de octubre, que sería su
último día en el país de los soviets. Por lo tanto jamás pisó Ucrania ni pudo hacer esas fotografías
de la famélica legión ucraniana. A su vez, Fischer también reveló que el periodista M. Parrott, que
era el auténtico corresponsal en Moscú de la prensa de Hearts, había enviado reportajes que
nunca fueron publicados en los periódicos de Hearts porque los reportajes informaban sobre los
buenos resultados en 1933 en las cosechas de la URSS, y también envió reportajes sobre el
desarrollo de Ucrania como república soviética (reportajes que no servían de nada para demonizar
al país de los soviets; luego no era precisamente material negrolegendario). Si bien es cierto que la
cosecha de 1932 fue bastante mala, sin embargo la cosecha de 1933 fue excelente, tanto en
Ucrania como en el resto de la URSS.

13.- Según Tottle, Thomas Walker se llamaba en realidad Robert Green, el cual era un fugado de
la presión estatal de Colorado, y sería recapturado cuando volvió a Estados Unidos. En su juicio
declaró que jamás había estado en Ucrania. El 16 de julio de 1935 el New York Times informaba:
«Robert Green, escritor de artículos sobre la situación en Ucrania, que fue acusado el pasado
viernes por un gran jurado federal por los cargos de fraude en pasaporte, se declaró culpable ayer
ante el juez federal Francis G. Caggey. El juez fue informado de que Green era un fugitivo de la
prisión estatal de Colorado, de donde huyó tras haber cumplido dos años de una condena de ocho
por falsificación» (citado por Tottle, 1987: 14). Un reportero que cubría el juicio contra Walker (en
realidad Robert Green) informaba que éste «admitió que las fotos del hambre publicadas en sus
series en los periódicos de Hearst eran falsas y que no habían sido tomadas en Ucrania, como se
anunciaba» (citado por Tottle, 1987: 15).

14.- El 10 de noviembre de 2003 veinticinco países -entre los que se incluían Rusia, Ucrania y
Estados Unidos- declararon en la sede de las Naciones Unidas, con motivo del 60º aniversario del
Holodomor, una declaración conjunta en la que se decía en su preámbulo: «En la ex Unión
Soviética millones de hombres, mujeres y niños fueron víctimas de acciones y políticas crueles del
régimen totalitario. La gran hambruna de 1932-1933 en Ucrania (Holodomor), la cual costó entre 7
y 10 millones de víctimas inocentes [al final no se quedaron con los 15 millones que quería
colarnos Conquest] y se convirtió en una tragedia nacional para el pueblo ucraniano. En este
sentido nos adherimos a las actividades que se llevan a cabo en conmemoración del setenta
aniversario de esta hambruna, en particular por el gobierno de Ucrania. Conmemorando este
septuagésimo aniversario de la tragedia ucraniana, también honramos la memoria de millones de
rusos, kazajos y miembros de otras nacionalidades que murieron de hambre en la región del río
Volga, Cáucaso del Norte, Kazajstán y otras partes de la ex Unión Soviética, como resultado de la
guerra civil y la colectivización forzada, dejando profundas cicatrices en la conciencia de futuras
generaciones»

15.- A su vez, a la negación del Holodomor se la ha señalado como una campaña de


desinformación programada por el gobierno soviético. Según el historiador Edvard Radzinsky
(Moscú, 1936), Stalin «había logrado lo imposible: silenciar cualquier conversación sobre el
hambre... Mientras morían millones, la nación entonaba las loas a la colectivización»{28}. Pero los
éxitos de la colectivización fueron incontestables (como los éxitos de la industrialización y de la
militarización, como se mostró entre 1941 y 1945). De hecho tras la colectivización Rusia dejó de
padecer las cíclicas hambrunas que padecía el país desde siglos (como pasaba en tantos lugares
de la vieja y la nueva Europa). Es decir, la colectivización no trajo el hambre sino más bien resolvió
el problema secular del hambre que arrastraba Rusia, sin perjuicio de que tuviese sus costes,
como no podía ser de otro modo. La colectivización hizo posible el traslado de suministros de
materias primas a las industrias urbanas. Por consiguiente, la colectivización hizo posible la
industrialización, y ésta la militarización o reestructuración del Ejército Rojo, y ésta la defensa del
país, que no es poco.
16.- Para finalizar este apartado no me resisto a comentar cierto programa de televisión que se
subió el 15 de marzo de 2017 a Youtube{29}. José Javier Esparza (Valencia, 1963), historiador y
presentador de Intereconomía televisión (autor de varios libros de historia y editor de un libro
titulado El libro negro de la izquierda española, curiosamente casi nada negrolegendario), presentó
junto al historiador Fernando Paz (Madrid, 1966) un programa de Tiempos modernos que titularon
«Holodomor: Stalin mata de hambre».

17.- Fernando Paz afirma que en Ucrania hubo entre 3 y 4 millones de muertos, aunque reconoce
que «no tenemos datos: son estimaciones de valoraciones estadísticas». Y se cree la historia que
Churchill cuenta en sus memorias cuando se refiere a la conversación que mantuvo con Stalin en
su visita a Moscú en agosto de 1942 cuando, según el primer ministro, Stalin le confesaba que la
colectivización le había costado a la Unión Soviética 10 millones de muertos. Pero al señor Paz no
le parece suficiente y dice que fueron «12 millones de muertos». Una historia absurda porque
Stalin, al que Churchill reconocía su prudencia, nunca le hubiese dicho eso a Churchill aunque
fuese la verdad (y menos si la hubiese sido). Eso fue una licencia poética que sir Winston Churchill
se permitió en sus memorias, en pos de la propaganda y la leyenda negra contra el país del «Telón
de Acero». Y reconoce Don Fernando: «Esto está escrito en la época de la Guerra Fría, sin duda
ninguna, pero él asegura que fue una confesión hecha en aquel momento en plena Segunda
Guerra Mundial, en su primera visita a Moscú… ¡12 millones de muertos: autoconfesión de Stalin».
No, autoconfesión de Stalin no, sino invención de Churchill, más dos millones de muertos que pone
el señor Paz como propina. La cifra de 12 millones de muertos la dio Robert Conquest en  El Gran
Terror en 1968 en relación a todos los muertos de hambres en toda la URSS (quizá por eso Don
Fernando tuvo ese lapsus); y Esparza también sigue a Conquest cuando éste decía que Stalin
provocó la hambruna «adrede». «Es absolutamente demencial», afirma Esparza. Así es. Es
demencial creer que lo que dice Churchill en sus memorias así sin más, sin sospechar que lo que
escribía el líder británico era pura propaganda demonizadora de los tiempos de la Guerra Fría y
encima salido de la pluma de uno de los políticos más anticomunistas y más imperialistas
(depredador).

También podría gustarte