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LOS PRESOCRÀTICOS-SOFISTAS-SÓCRATES

Historia, fragmentos y argumentaciones

"¿Cómo ha advenido la razón sobre el mundo? Por supuesto que de una manera irracional, obra del azar. ¿Habrá que
descifrarlo como se descifra un enigma?" F. Nietzsche (Aurora; II. 123)

MAPA DE GRECIA

LAS CIUDADES Y SUS FILÓSOFOS

1 Elea: Parménides
2 Crotona: Escuela pitagórica
3 Agrigento: Empédocles
4 Leontino: Gorgias
5 Siracusa: Platón
6 Estagira: Aristóteles
7 Abdera: Demócrito; Protágoras
8 Atenas: Sócrates; Platón, Aristóteles
9 Clazomene: Anaxágoras
10 Colofón: Jenófanes
11 Éfeso: Heráclito
12 Mileto: Tales; Anaximandro; Anaxímenes

Introducción a la Filosofía en la Antigua Grecia


1.-PERIODO MITOLÓGICO
(Los autores tratan del origen divino del mundo y los hombres).
Obras: La Ilíada, la Odisea: reflejan la sociedad griega Obras: Los trabajos y los días, la Teogonía: reflejan las
de la época monárquica (Ss. XII-VIII a.C.): sociedad ideas y la vida de la sociedad griega de la época
guerrera. aristocrática: sociedad laboriosa de artesanos y
comerciante.
Autor: HOMERO (S. VIII a.C.) Autor: HESÍODO (S. VII a.C.)

Tales de Mileto
2.-PERIODO Escuela Jónica Anaximandro
COSMOLÓGICO: Escuelas monistas Anaxímenes
Los Primeros Filósofos (S. VI a.C.) Escuela pitagórica Pitágoras
tratan fundamentalmente Escuela de Éfeso Heráclito
el problema Escuela de Elea Parménides de Elea
de la Naturaleza Zenón de Elea
(physis). Escuela Jónica nueva Empédocles
Escuelas pluralistas Anaxágoras
(S. V a.C.) Escuela Atomista Demócrito / Leucipo

3.-PERIODO Escuela sofista (S. V a.C.) Protágoras


ANTROPOLÓGICO: Górgias
Comienza con la Pródico
época de esplendor de Escuela socrática (S. IV a.C.) SÓCRATES
la democracia en
Atenas. Los filósofos Escuelas socráticas menores Escuela cínica Antístenes
abordan (S. III a.C.) Diógenes
especialmente los Escuela cirenaica Aristipo de Cirene
problemas del hombre Platonismo: La Academia PLATÓN
(ánthropos) y la (S. IV a.C.)
sociedad (pólis).
Aristotelismo: El Liceo (S. IVa.C.) ARISTÓTELES
4.- Periodo
ONTOLÓGICO Escuelas helenísticas Escuela estoica Zenón de Cition
iniciado por Platón y (S. III a.C.) Escuela epicurea Epicuro
Aristóteles Escuela escéptica Pirrón
Escuela helenística romana (S. II-III d.C.) Neoplatonismo Plotino

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Condiciones históricas.
El pensamiento racional nació en Grecia en el siglo –VI a.C.. Posiblemente se debió a los siguientes factores:

 La península helénica, durante el siglo –XII fue ocupada por los Dorios, un pueblo guerrero que
desconocía la escritura, y que espacialmente se organizaba en torno al palacio-fortaleza en una estructura
social jerárquica y cerrada. A partir del siglo –VIII comienzan a surgir núcleos urbanos de comerciantes
que se irán constituyendo como polis en las que aparecerán los primeros sistemas democráticos.
 El comercio: junto al intercambio de mercaderías se da un intercambio de ideas e información. Se
generaliza el uso de la moneda permitiendo el desarrollo del pensamiento abstracto, y el uso de la
escritura.
 Los griegos tenían una religión politeísta sostenida en mitos y leyendas, en los que sus personajes eran
dioses y héroes con características humanas. Carecían de libros sagrados, y por tanto de dogmas ni
castas sacerdotales que los custodiasen. Esto favoreció una manera de pensar más crítica y diversa.
 El sistema democrático exigía la participación de los ciudadanos y el debate sobre las cuestiones de la
ciudad. La imperfección de la democracia (ciudadanía restringida, existencia de esclavos) favorecía la
existencia de una clase ociosa que tenía tiempo libre para dedicarse a actividades intelectuales.

El paso del mito al logos.


 Características del pensamiento mítico:
Conjunto de mitos y leyendas que personifican los fenómenos naturales, haciéndolos depender de la
voluntad arbitraria de dioses, seres o fuerzas sobrenaturales. Es un pensamiento concreto y ritual.
 Características del pensamiento racional:
A través de los sentidos se capta una realidad plural y en permanente cambio. El pensamiento racional
intenta encontrar detrás de esta apariencia sensible lo que las cosas realmente son, es decir su unidad, lo
que permanece de ellas, su esencia. Las explicaciones racionales tienden a ser abstractas y universales,
necesarias (no arbitrarias) y coherentes (lógicas).

Las primeras preguntas filosóficas.


Los interrogantes que se formularon los primeros filósofos alcanzaron, de una manera muy rudimentaria,
prácticamente todos los ámbitos de la existencia humana. Así se preguntaron por la naturaleza (physis), el
conocimiento y el ser en general.

 Pregunta por la naturaleza: ¿Puede haber, por debajo de toda la diversidad existente, algo estable que no
cambie nunca? La respuesta se tradujo en la búsqueda del arkhé o primer principio.
 Pregunta por el conocimiento: ¿Qué nos merece más confianza para conocer, lo que nos muestran los
sentidos o lo que comprendemos mediante el pensamiento?
 Pregunta por el ser: ¿Qué es lo que realmente existe, el cambio que captamos a través de los sentidos, o
la esencia permanente que captamos mediante nuestra razón?

La pregunta por la naturaleza será acometida por los primeros filósofos jonios. El problema del cambio y de la
pluralidad será abordado por Heráclito y Parménides, y posteriormente por los filósofos pluralistas. El giro
antropológico de la filosofía griega, iniciado por los sofistas y Sócrates, conducirá al pensamiento de Platón que
dará respuesta al problema del conocimiento.

Importancia de los jonios.


 Buscaron la explicación de los fenómenos naturales en un elemento unificador o primer principio (arkhé).
De esta forma estaban acercándose a una de las características del pensamiento racional: la
determinación de algo estable que explique la realidad plural y cambiante de los fenómenos naturales.
Claro está que el hecho de determinar ese elemento unificador y estable como una sustancia material
indica que todavía faltaba recorrer un largo camino para llegar a la madurez de las explicaciones
racionales: aquel estadio del pensamiento en el que lo unificador y permanente son los conceptos y las
teorías abstractas, esto es, separadas de los fenómenos captados por los sentidos.
 En segundo lugar el arjé era un elemento que pertenecía a la propia realidad natural. A diferencia del
pensamiento mítico que explicaba el mundo recurriendo a elementos sobrenaturales, personificando o
endiosando los fenómenos de la naturaleza.

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 Finalmente, el hecho de acudir sólo a la observación del mundo y al uso de la propia razón para llegar a
determinadas conclusiones, sin recurrir a la tradición o a la autoridad de las enseñanza o explicaciones
anteriores, es una manifestación más de la nueva actitud racional. Un hecho significativo que muestra esta
autonomía de criterio es que Anaximandro, siendo discípulo de Tales, no dudó en discrepar de su maestro
respecto a cuál debía de ser la sustancia primera que explicara todo lo existente.

Los primeros filósofos.

Tales de Mileto (aprox. 624-546 a.C.): es el primero de los pensadores presocráticos. Fue, según se
cuenta, el primero en revelar a los griegos la investigación lógica de la Naturaleza (physis). Afirmó que
todas las cosas están llenas de dioses; lo cual se puede interpretar en el sentido de que las cosas están
vivas porque la physis tiene vida propia, es en realidad un gran organismo.
Sostuvo que el principio (arjé) o sustancia de todas las cosas es el agua (hýdro), la cual está dotada de
vida y movimiento propio. Tales es el primer griego que propone un principio o sustancia natural/material
de las cosas. Sin embargo, su explicación mantiene todavía una clara continuidad cultural con los mitos,
como queda reflejado por el gran parecido que existe entre la concepción de Tales de que todo procede
del agua y el poema mítico-cosmogónico Enunma Ellis, compuesto en Mesopotamia unos 1.500 ó 2.000
años antes de Cristo, en el cual se representa el inicio del Universo como un caos acuoso donde se
entremezclaban tres clases de agua: la de los ríos, la de los mares y la de las nubes.
Así pues, para Tales todas las cosas están formadas de agua, poseen una naturaleza (physis) acuática.

Anaximandro (aprox. 610-545 a.C.): confeccionó un mapa de la Tierra; realizó trabajos para
determinar la distancia y el tamaño de las estrellas; afirmó que la Tierra es esférica y ocupa el centro del
mundo. Sostuvo que el principio (arjé) o sustancia de las cosas no puede ser ninguna realidad material
concreta, y de ahí que lo denominara ápeiron, es decir, lo indeterminado, lo indefinido, a partir del cual se
fue formando el
Universo mediante un proceso ordenado y necesario de equilibrio cósmico: un proceso de Justicia (díke)
universal. El más antiguo texto de filosofía que se conoce es la siguiente frase de Anaximandro: “De
donde las cosas tienen origen, hacia allí tiene lugar también su perecer, según la necesidad; pues dan
justicia y dan pago unas a otras de la injusticia según el orden del tiempo”. Anaximandro es el primero en
proponer como principio sustancial de las cosas no algo concreto y material, observable con los sentidos,
sino una abstracción sólo pensable: el ápeiron. Además, formula la idea de que existe una necesidad en
el acontecer universal.

Anaxímenes (aprox. 585-524 a.C.): afirmó que el principio (arjé) o sustacia de todo lo que existe es el
aire (áer), del cual proceden todos los seres mediante dos procesos naturales: uno de rarefacción, que
produce los seres más ligeros, y otro de condensación, que produce los más pesados. A partir del aire y
por rarefacción se produce el fuego, y por progresiva condensación primero las nubes, de éstas el agua,
del agua la tierra y de la tierra las piedras.
De Anaxímenes es la siguiente frase: “Como nuestra alma (psijé), siendo aire, nos rige, también soplo y
aire envuelve al mundo todo”. Esta frase viene a decir que de igual modo que el aliento es lo que anima al
hombre y lo mantiene vivo, un aliento/un aire es el principio (arjé) que anima y da vida al Universo.

“La Escuela de Mileto no vio nacer la razón; ella “De entre los que dicen que es uno, moviente o
construyó una razón, una primera forma de infinito, Anaximandro, hijo de Praxiades, un milesio,
racionalidad. Aquella razón griega no fue la razón sucesor y discípulo de Tales, dijo que el principio y
experimental de la ciencia de nuestros días, orientada elemento de las cosas existentes era el ápeiron
hacia la explotación del medio físico y cuyos métodos, (indefinido) habiendo sido el primero en introducir este
cuyas herramientas intelectuales y cuyos cuadros nombre de principio material (arjé). Dice que éste no
mentales han sido elaborados en el curso de los es ni el agua ni ninguno de los llamados elementos,
últimos siglos, en el esfuerzo laboriosamente sino alguna otra naturaleza ápeiron de la que nacen
perseguido a fin de conocer y dominar la naturaleza. los cielos todos y los mundos dentro de ellos. De ellos
Cuando Aristóteles define al hombre como un ‘animal les viene el nacimiento a las cosas existentes y en
político’, subraya lo que separa la razón griega de la ellos se convierten, al perecer, ‘según la necesidad’;
razón de nuestros días. Si el homo sapiens es a sus ‘pues se pagan mutuamente pena y retribución por su
ojos homo politicus, es porque la razón misma, en su injusticia según la disposición del tiempo’,
esencia, es política”. J.P.VERNANT describiéndolo en términos bastante poéticos”.
SIMPLICIO

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“La filosofía griega parece arrancar de un dislate, de la “Anaxímenes de Mileto, hijo de Eurístrato, compañero
proposición de que el agua es origen y matriz de todas de Anaximandro, dice, como éste, que la naturaleza
las cosas. ¿De veras es necesario detenerse en ella y sustante es una e infinita, mas no indefinida, como él,
tomarla en serio? Ciertamente: por tres razones: sino definida y la llama aire; se distingue en su
primera, porque esta tesis enuncia algo acerca del naturaleza sustancial por rarefacción y condensación.
origen de las cosas; segunda, porque lo hace sin Al hacerse más sutil se convierte en fuego y en viento,
valerse de la alegoría ni de la fábula; y tercera, porque si se densifica más, a continuación en nube; si se
comporta, aunque tan sólo en forma embrionaria, el condensa más se convierte en agua, luego en tierra,
concepto de que todo es una y la misma cosa”. F. después en piedras y el resto de los seres surgen de
NIETZSCHE estas sustancias. Hace también eterno al movimiento,
por cuyo medio nace también el cambio”.
TEOFRASTO

Pitágoras de Samos (aprox. 572-496 a.C.): nació en la isla de Samos, pero hubo de huir de allí bajo
la tiranía de Polícrates, instalándose en Crotona (Italia) donde fundó la escuela pitagórica.
Los pitagóricos fueron una escuela a la vez científica y religiosa. Como científicos observaron que muchas
propiedades de los seres pueden formularse matemáticamente; por ello afirmaron que los números
(arithmós) son el principio (arjé) o sustancia de todas las cosas. Un fragmento que nos ha llegado de la
escuela pitagórica dice: “Y todas las cosas que se conocen contienen un número, pues sin él nada sería
pensado ni conocido”. Concibieron los números espacialmente, es decir, identificaron el ‘uno’ aritmético
con el ‘punto’ geométrico; de manera que la línea sería el producto de la unión de dos ‘unos’, la superficie
estaría producida por tres ‘unos’, y el volumen por cuatro ‘unos’.

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De este modo, las cosas resultan ser diferentes agregados de unidades-puntos. Como escuela religiosa,
los pitagóricos profesaban: -la creencia en que el alma (psijé) es de origen divino e inmortal, tiene
sucesivas reencarnaciones y puede ser purificada por el conocimiento; -un sistema de vida ascético
basado en principios morales estrictos, cuyo objetivo era también la purificación (catarsis) del alma; tal
purificación persigue que el alma alcance una armonía interior capaz de integrarle en la armonía cósmica y
evitarle el doloroso ciclo de las reencarnaciones.
Por otra parte, los pitagóricos admitieron la existencia del no-ser, del vacío, que identificaron con el ‘cero’
matemático. Asimismo, su cosmología afirmaba que el Universo era el producto de una armonía
matemática y que el movimiento de las estrellas produce una música perfecta que no oímos por estar
acostumbrados a ella desde nuestro nacimiento.

LOS PITAGÓRICOS
“En tiempos de estos filósofos y antes que ellos, los llamados pitagóricos fueron los
primeros que, dedicados a las matemáticas, impulsaron esta ciencia. Absorbidos por
los estudios de la matemática llegaron a creer que los principios de los números eran
los principios de todos los seres. Y esto por las siguientes razones: porque los
números son anteriores a los seres por su naturaleza; porque en los números parecía
haber más puntos de semejanza que en el fuego, la tierra y el agua, respecto de la
existencia de los seres y de las cosas que están en formación -y así les parecía una
simple combinación de números la justicia, el alma y la inteligencia, las
circunstancias temporales de las cosas, etc.; en fin, porque en los números veían las
combinaciones y explicaciones de la música y los fenómenos musicales”.
ARISTÓTELES, Metafísica

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Heráclito.

a) Heráclito es un filósofo que pertenece a la tradición de los físicos jonios, aunque su pensamiento se distinguió
por una particular visión de la realidad, al afirmar el carácter cambiante y dialéctico de todo lo que existe. Nació y
vivió en Éfeso (Jonia, Asia Menor) a finales del siglo –VI y comienzos del –V a.C.. De familia aristocrática, escribió
en forma de aforismos, de contenido nada fácil de interpretar.

b) Su concepción dialéctica de la realidad contiene los siguientes aspectos:

 Todo está en permanente cambio (panta rey). Hasta entonces los filósofos habían buscado la
permanencia y la estabilidad. No hay, decía Heráclito, ni nadie puede desearlo, un mundo estancado.
Todo lo que vive, vive por la destrucción de otras cosas. El fuego vive por la muerte del aire, y el aire por
la del fuego; el agua vive por la muerte de la tierra, y la tierra por la del agua.
 El cambio es oposición de contrarios. La ley oculta de la naturaleza es que todas las cosas viven en
pugna, la cual es, por lo tanto esencia para la vida y por consiguiente buena. Afirmaba en un snetido
metafórico que la guerra es el padre y el rey de todas las cosas.
 Pero estos contrarios se necesitan: la realidad es unidad de contrarios. A pesar del cambio y de la
contradicción, existe simultáneamente una armonía. Heráclito puede ser considerado el padre del
pensamiento dialéctico, y su concepción podría resumirse en la coexistencia necesaria del conflicto y la
armonía, de la unidad y la pluralidad, de la estabilidad y el cambio. Esta manera de pensar se pone de
manifiesto en sus aforismos:
Lo que hay en nosotros es siempre uno y lo mismo: vida y muerte, vigilia y sueño, juventud y vejez, ya que
el cambio del uno da lugar al otro y recíprocamente.
Nos bañamos y no nos bañamos en el mismo río: somos y no somos. No se puede entrar dos veces en el
mismo río.
 El fuego y el logos: el logos como razón interna, como equilibrio o proporción; símbolo de la unidad de los
contrarios y del cambio, alma del universo. El arje para Heráclito sería el fuego. Pero él no pensaba como
los jonios, no creía en una cosmogonía como Anaximandro, ni que hubiera una sustancia primera que
diera origen a las demás. El mundo siempre fue como es ahora, y el fuego simboliza sus principales
características: el cambio y el enfrentamiento. El fuego es uno y cambiante a la vez, y se mantiene por la
muerte de otras sustancias. Debajo del cambio y de la lucha hay un orden, una armonía: el logos. El logos
es como una inteligencia cósmica, un fuego racional, es algo físico que muestra lo difícil que resultaba
explicar las cosas sin rebasar la noción de lo material.

Parménides.

a) Parménides nació en Elea, al sur de Italia, a finales del siglo –VI a.C..

b) Escribió el llamado Poema de Parménides. Éste propone dos vías para alcanzar el conocimiento: la vía de la
Verdad, transitada por la razón, y la vía de la Opinión o de la apariencia, que es la propia de los sentidos. El
conocimiento verdadero sólo se puede alcanzar mediante la razón, siendo los sentidos una fuente de
conocimientos aparentes y engañosos. Seguramente es el primer filósofo que propuso la regla básica del
pensamiento lógico, llamado principio lógico de identidad y de no contradicción. Este consiste en afirmar que no
podemos pensar que una cosa es algo y al mismo tiempo es lo contrario. Si pensamos de esta forma caemos en
una contradicción lógica. Pero Pármenides no se refería exclusivamente al orden del pensamiento lógico cuando
decía que el Ser es, y el no Ser no es (el Ser no puede ser y a la vez no ser); éste era también el atributo
fundamental del ser en general. Fiel a aquella distinción, realizada en su poema, entre la vía de la verdad (la
razón) y la vía del error (los sentidos), sólo existirá realmente aquello que se somete a las reglas del pensamiento
lógico, lo demás será puro engaño sensorial. Esto le llevará a afirmar los siguientes atributos del Ser.

d) Atributos del Ser:

 Eterno: el Ser debe ser eterno, porque si no lo fuera tendría un comienzo, y antes de este comienzo
existiría el no ser, y decir que existe (es) el no ser es una contradicción. Atención que en Parménides, y en
la mentalidad griega en general, la infinitud siempre es temporal (eternidad), nunca es espacial; puesto

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que la infinitud espacial o ausencia de límites es la ausencia de forma, la deformidad o el caos. Por ello,
seguramente Parménides concebía al cosmos como eterno y de forma esférica.
 Continuo: el Ser debe ser absolutamente continuo o compacto, porque lo contrario sería admitir la
existencia de espacios vacíos, es decir de algo que no es.
 Único: si el Ser fuera plural cada cosa es diferente porque precisamente no es lo que son las demás
cosas. Nuevamente nos veríamos obligados a admitir el no ser. Para Parménides la variedad de este
mundo cambiante debe ser una ilusión de los sentidos, no algo que realmente exista.
 Inmóvil. Este es un atributo del Ser que se desprende de los dos atributos anteriores, la continuidad y la
unicidad. Para que haya movimiento debe haber espacios vacíos, y esto desde el punto de vista lógico no
es posible.

La afirmación de estos atributos del Ser como propiedades de lo que realmente existe, visto desde hoy,
contraviene al sentido común. Sin embargo, es necesario, para comprender el sentido y la importancia de la
filosofía de Parménides que hagamos un esfuerzo por comprender las limitaciones del pensamiento de su época
en general.

c) El pensamiento de Parménides significó una crítica a los filósofos jonios. Para los jonios el mundo estaba
formado por una sustancia primera y única, que luego fue transformándose en todas las demás sustancias.
Parménides les cuestionaba ¿cómo puede una cosa transformarse en otras cosas diferentes, es decir, convertirse
en lo que no es? Lo que es no puede no ser algo, porque no ser es sencillamente dejar de existir.

e) Pero sobre todo, tradicionalmente se suele oponer el pensamiento de Parménides al de Heráclito. El primero
por defender la inmutabilidad del Ser, y el segundo el caracter cambiante de lo real. Esta oposición no es del todo
adecuada, a pesar de que, evidentemente, son formas de pensar radicalmente diferentes. No obstante, no se
puede descuidar el hecho de que Heráclito afirma el cambio pero también la unidad armónica de todo lo que
existe. Si se quiere comparar a ambos autores quizá se podría resumir diciendo que mientras Heráclito tiene una
concepción dialéctica del cambio, Parménides postula una concepción lógica del ser.

f) Importancia y limitaciones. Si algo debemos reconocerle a Parménides es que inició a los griegos en la senda
del pensamiento abstracto, hizo trabajar a la mente sin referencia a los hechos externos, y exaltó sus resultados
por encima de los de la percepción sensible. Separó el conocimiento racional (vía de la verdad) del conocimiento
sensible (pseudo conocimiento, mera opinión). Es cierto que condujo a la filosofía griega a un cierto callejón sin
salida; pero el esfuerzo por salir de éste produjo, en gran medida, los desarrollos intelectuales de los filósofos
pluralistas posteriores, y las importantísimas construcciones intelectuales de los dos grandes maestros de la
filosofía clásica: Platón y Aristóteles. Entre las limitaciones del pensamiento de Parménides se puede mencionar:

 Una identidad total entre el ser y el pensar: las reglas lógicas del pensamiento son aplicadas a la
descripción del ser. Por lo tanto en la realidad no puede existir ni el cambio ni la contradicción.
 No distinción entre el significado existencial del verbo ser, de su significado copulativo. Afirmar: la semilla
es (existe), y la semilla no es un árbol, es afirmar que la semilla es y no es, y para Parménides esto es una
contradicción. Por esta razón el ser no puede ser plural, no pueden haber objetos o sustancias diferentes,
el ser debe ser necesariamente único.
 Para Parménides afirmar que la semilla se convierta en árbol significaría reconocer que del no ser puede
resultar el ser. Por lo tanto el ser no puede cambiar, debe ser necesariamente estable.
Habrá que esperar hasta Aristóteles para resolver definitivamente este problema. Si sustituimos el árbol
por una piedra, Parménides tiene razón: la semilla no es una piedra ni puede convertirse jamás en una
piedra. Sin embargo, para Aristóteles, no es igual el no ser árbol de la piedra y el no ser árbol de la
semilla. El primero es un “no ser absoluto”, el segundo es un “no ser relativo” o “ser potencial”. En el ser
de la semilla ya se halla la capacidad de convertirse en árbol. Para Aristóteles el cambio ya no sería el
paso del no ser al ser (tal como afirmaba y cuestionaba Parménides) sino el paso del ser posible o
potencial al ser en acto.

Los pluralistas. (siglo –V a.C.)

Los filósofos pluralistas, también llamados atomistas por proponer la existencia de una pluralidad de primeros
principios, desarrollaron su pensamiento durante el siglo -V. Después de Parménides ya no era posible sostener la
idea de los físicos jonios de que la diversidad de sustancias que componen el mundo provienen de un único y
primer principio que se iría transformando en todo lo demás. Ahora el reto de los pluralistas era encontrar la
manera de mantener las propiedades del ser parmenídeo y no caer en la contradicción de los jonios (que una
sustancia determinada pueda dar lugar a muchas otras diferentes); pero al mismo tiempo ser capaces dar cuenta
de la pluralidad y el cambio, es decir del mundo de las sensaciones y el sentido común. En general, la manera de
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responder a este problema consistió en admitir la existencia de una pluralidad de primeros principios que
presentasen los atributos del ser parmenídeo (salvo el de la unicidad), y luego explicar el cambio y la diversidad
por las combinaciones cuantitativas, es decir por la proporción de los elementos que se combinan.

“A mediados del siglo V, la especulación física griega había alcanzado una considerable
variedad, tanto en método como en conclusiones...Ya habían sido abandonadas las
teorías que identificaban la sustancia primaria con el agua, lo indeterminado o el aire.
Heráclito, aunque había considerado el fuego como sustancia, hacía hincapié en el
cambio y en la oposición de tensiones. Los pitagóricos destacaban la importancia de las
relaciones numéricas y geométricas de las cosas. Y Parménides, en nombre de la razón
desechaba el mundo de los sentidos como mera ilusión”. B. FARRINGTON

Empédocles:

Se dice que fue discípulo de Parménides. Por vivir en el mundo griego occidental participaba del ambiente
pitagórico, escuela dominante en la Magna Grecia (sur de Italia), caracterizada por su tendencia al misticismo y al
pensamiento mágico, y a entender la realidad como resultado de combinaciones matemáticas. Como un verdadero
pitagórico daba gran importancia a la proporción. Decía, por ejemplo, que los huesos estaban compuestos de dos
partes de tierra, dos de agua y cuatro de fuego.
El cambio como tal no existe. Lo que percibimos como fenómenos cambiantes nos son más que combinaciones en
diferentes proporciones de los cuatro elementos de lo que todo está compuesto o raíces: tierra, aire, fuego y agua.
Estas combinaciones se producen por el efecto de dos fuerzas, el amor (filia) que une, y el odio (neikos) que
separa.
Resuelve la cuestión del movimiento afirmando que éste no necesita del espacio vacío, sino que los objetos se
mueven en el ser como los peces en el agua: desplazan las sustancias que se vuelven a juntar a su paso sin dejar
de estar en contacto con el móvil.
Empédocles tiene una visión cíclica del tiempo, frecuente en el pensamiento de la época. La historia del mundo se
sucede en cuatro períodos: 1º período, unidad de los cuatro elementos por el amor; 2º período, separación por el
odio (actual); 3º, separación total; 4º, retorno a la unidad.

“Un doble relato te voy a contar: en un tiempo todas las cosas llegaron de una pluralidad
a constituirse en unidad, y en otro pasaron de unas a ser múltiples: doble es la génesis de
los hombres mortales y doble su destrucción. A la una la engendra y la destruye su
reunión, y la otra crece y se disipa a medida que los seres se dividen de nuevo.
Jamás cesan en su constante cambio, conviniendo unas veces en la unidad por efecto del
Amor y separándose otras bajo el odio de la Discordia. (Así, en la medida en que
aprendieron a desarrollarse en una unidad a partir de una pluralidad) y de nuevo, cuando
dejan de ser unas se convierten en plurales. Así nacen y no tienen una vida estable, sino
que, así como jamás cesan de cambiar constantemente de lugar, tampoco
son siempre inmutables en el ciclo”. EMPÉDOCLES

Anaxágoras:

Anaxágoras propone la existencia de Infinitos primeros principios llamados homeomerías o semillas. Cada una de
ellas contiene una parte de todas las sustancias. Esta peculiaridad de las sustancias se resume en la frase: Todo
está en todo. Cada homeomería es expresión del orden total del cosmos. Este orden se despliega gracias a una
fuerza o inteligencia ordenadora llamada nous. Anaxágoras sería el primer filósofo en proponer una visión dualista
de la realidad al sugerir la existencia de dos tipos de sustancias radicalmente diferentes: una de tipo espiritual (el
nous) y otra material (compuesta por la combinación de homeomerías).

“Todas las cosas tienen una porción de todo, pero el Nous es infinito, autónomo y no está mezclado con nada sino que él
solo es por sí mismo. Pues, si no fuera por sí mismo, sino que si estuviera mezclado con alguna otra cosa, participaría de
todas las demás, pues en cada cosa hay una porción de todo, como antes dije; las cosas mezcladas con él le impedirían que
pudiera gobernar ninguna de ellas del modo que lo hace al ser él solo por sí mismo. Es, en efecto, lo más sutil y más puro de
todo: tiene el conocimiento completo sobre cada cosa y el máximo poder. El Nous gobierna todas las cosas que tienen vida
tanto las más grandes como las más pequeñas. El Nous gobernó también toda la rotación, de tal manera que comenzó a girar
en el comienzo. Empezó a girar primeramente a partir de un área pequeña, ahora gira sobre una mayor y girará sobre otra
aún mayor. Conoce todas las cosas separadas, mezcladas y divididas. El Nous ordenó todas cuantas cosas iban a ser, todas
cuantas fueron y ahora no son, todas cuanta ahora son y cuantas serán, incluso esta rotación en que ahora giran las estrellas,
el sol, y la luna, el aire y el éter que están siendo separados. Esta rotación los hizo separarse. Lo denso se separa de lo raro,
lo cálido de lo frío, lo brillante de lo tenebroso y lo seco de lo húmedo. Hay muchas porciones de muchas cosas, pero
ninguna está separada ni dividida completamente de la otra salvo el Nous. El Nous es todo semejante, tanto en sus partes

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más grandes como en las más pequeñas, mientras que ninguna otra cosa es semejante a ninguna otra, sino que cada cuerpo
singular es y fue manifiestamente aquello de lo que más contiene”. ANAXÁGORAS

Leucipo y Demócrito:

Leucipo es una figura vaga y oscura. Se sabe mucho más de Demócrito y de sus escritos. Átomos y vacío: ser y
no ser. Modelo mecanicista de la Naturaleza: no hay plan ni finalidad, el Universo es el resultado del azar.
Concepción materialista y mecanicista:

 Existencia de átomos: pequeñas partículas, que no pueden ser captadas por los sentidos. Son indivisibles.
Chocan y se rechazan entre sí en un movimiento incesante.
 Existencia del vacío. Les permite prescindir de un principio que explique el movimiento (materialismo). Las
partículas se mueven como las motas de polvo que vemos flotar a través de un rayo de luz, y se combinan
por azar.
 Las cosas duras lo son porque sus átomos están apretadamente agrupados. las blandas están formadas
de átomos más separados entre sí y, por lo tanto, ofrecen menos resistencia al tacto. En cuanto al gusto,
las cosas dulces están formadas de átomos lisos, mientras que los sabores agrios y amargos son
producidos por átomos ganchudos o aguzados que producen pequeñas escoriaciones en la lengua. Los
colores se explicaban por las diversas posiciones de los átomos que forman la superficie de los objetos,
devolviendo de distinta manera la luz que cae sobre ellos. La luz está formada a su vez por átomos
pequeñísimos y sutiles que se mueven rápidamente. Los átomos más sutiles y más perfectamente
esféricos y, por consiguiente, más movibles y volátiles, forman las almas de los animales y de los
hombres.
 Demócrito propuso una concepción materialista y mecanicista de la Naturaleza. El mundo responde a un modelo
mecánico, en el que no hay finalidad ni plan alguno, y todo es el resultado del azar. Con esta manera de pensar
Demócrito se adelanta a las ideas de su época. Después de este filósofo sólo veremos una concepción mecanicista
del universo en las ideas de Epicuro, durante el período helenístico del S. -IIII, y mucho después, en el S. XVII,
durante la Revolución Científica.

“El atomismo es el intento final y el más exitoso para rescatar la


realidad del mundo físico de los fatales efectos de la lógica eleática por medio
de una teoría pluralista. La infinita divisibilidad y las diferencias cualitativas de
las homeomerías de Anaxágoras les parecieron a sus proponentes un medio
de eludir el problema (de la inmovilidad del ser)...”. GUTHRIE

LOS SOFISTAS Y LA DEMOCRACIA


Sofista hace relación a las palabras griegas sophós, sophía que significan sabio y sabiduría.
El término no tenía, en un principio, las connotaciones peyorativas de ahora: un sophistés o sofista es un
engañador, un astuto y premeditado embaucador que utiliza su arte con malos propósitos.
La sofística es un movimiento complejo desarrollado en Grecia en los 70 años anteriores a Platón, en la época de
la Ilustración ateniense.
Los filósofos anteriores, los presocráticos, habían creado diferentes teorías racionales sobre el origen del mundo
muy diferentes entre sí, muchas de las cuales eran demasiado abstractas y negaban hechos evidentes al sentido
común. Esta proliferación de ámbitos explicativos tan heterogéneos acerca de la realidad creó los cimientos para
una nueva visión del mundo relativista y escéptica que también se vió favorecida por la situación histórica la
segunda mitad del siglo V a.C..
La apertura de los griegos con otros pueblos a través de las guerras, los viajes y la fundación de colonias así como
las diferencias entre los propios griegos (jonios y orientales), hizo surgir la conciencia de que las costumbres, leyes
y creencias no son generales y universales para todos los hombres, sino que dependen de las circunstancias
históricas en las que se insertan, es decir, son relativas.
Herodoto mismo recoge y describe las costumbres de diferentes pueblos, escitas, persas, egipcios, etc.,
mostrando las enormes divergencias que se dan entre ellos.
La victoria de los griegos frente a los bárbaros así como el enorme cambio que supuso el advenimiento de la
democracia griega, y el posterior imperialismo ateniense, crearon las bases de un nuevo movimiento, ilustrado y
humanista, que daba igualdad de opinión a todos los hombres. Esta igualdad democrática habría de defenderse
con persuasión e inteligencia, con el arte de la retórica. Y es ésto lo que los sofistas ofrecían: educar
profesionalmente a los jóvenes que querían dedicarse a la política.
En ausencia de colegios de abogados y universidades, la propia democracia creó la demanda de una nueva clase
de educadores paganos que enseñaban la areté (virtud), el arte de la ciudadanía, las técnicas para hacer un
discurso persuasivo tan efectivo que lograra derribar las opiniones de cualquier adversario político en la Asamblea.
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Ser un orador eficaz y convincente era, por lo tanto, un sinónimo de poder. La retórica permitía hacer una buena
carrera política, y los sofistas cobraban por ello en sus clases.
Éstas se impartían tanto en lugares privados (casas de ricos), como públicos (exhibiciones, lecturas, seminarios,
etc.).
Los sofistas, sin embargo, no son una escuela. Fuertemente individualistas, rivalizaban entre sí, aunque
compartían ciertos principios filosóficos comunes: todos cultivaban la retórica o el arte del lógos. Eran también,
excepto Gorgias, maestros de areté. Su interés se centraba en la antropología, el ateísmo y el gnosticismo, y
bastante poco en la cosmología y la física.
Les unía también la creencia en la antítesis entre la naturaleza y las convenciones humanas, germen de la
teoría del pacto o contrato social desarrollada en Europa en los siglos XVII y XVIII.
Esta antítesis entre naturaleza y ley consensual facilitó una visión cosmopolita e igualitaria de la humanidad.
Son las leyes pactadas las que han de asegurar la protección de los ciudadanos y garantizar la igualdad de
derechos entre los hombres, haciendo imposible el advenimiento de las tiranías.
Si esto es así ¿por que qué ha sido tan denostado este movimiento, hasta el punto de que sofista a venido a ser
sinónimo de charlatán y embaucador sin escrúpulos?
Uno de los motivos es que las propias fuentes que tenemos sobre los sofistas nos llegan de sus propios opositores
y detractores, entre ellos, Platón y Aristóteles.
La filosofía de Platón se configura fundamentalmente como una encarnizada lucha en contra de estos educadores
que tanto poder entregaban a la opinión del demos (pueblo).
Otro reproche que se les hace a los sofistas es que cobraran por sus enseñanzas. Sin embargo el problema de
fondo no es tanto que un profesional ganara dinero por su enseñanza, como el contenido de la enseñanza misma
y la enojosa consecuencia de su profesionalidad : cierta "prostitución intelectual" al tener que depender de
aquellos que pudieran costearse sus clases. Muchos jóvenes ricos podían utilizar las enseñanzas de los sofistas
para fines nada virtuosos y algunos sofistas hicieron la vista gorda ante estas consecuencias.
Quizás otro motivo de desconfianza ante estos educadores fue que la mayoría de ellos no eran ciudadanos de las
polis donde impartían sus enseñanzas. Los sofistas eran extranjeros y, por lo tanto, no podían acceder a cargos
políticos activos, dedicándose a labores diplomáticas, litigios, elaboración de constituciones, etc.
Lo que no cabe duda es que sin estos educadores ilustrados la filosofía socrática y platónica no habría podido
darse.

PROTÁGORAS
Protágoras fue el primer sofista del que tenemos noticia. Nació en Abdera, en la costa N del Mar Egeo,
aproximadamente en el año 490 a.deC. y vivió en Atenas y Sicilia. En Atenas, lugar donde adquirió una gran fama,
se hizo amigo de Pericles y se dedicó a la enseñanza basada en el arte del discurso persuasivo, ejercitando a los
jóvenes en las técnicas de argüir a favor de las dos caras de un mismo argumento. Entre sus labores
profesionales se le encomendó la elaboración de un código penal para Turios. Entre sus obras se encuentran:

- Sobre la verdad, llamada también Discursos demoledores, que comienza con su famosa declaración del hombre
como medida.
- Antilogías o Argumentos contrarios
- Sobre los dioses

Sin embargo, la dificultad principal de conocer sus principios filosóficos estriba en que las fuentes de conocimiento
sobre Protágoras provienen de sus mayores oponentes: Platón y Aristóteles.
De vuelta a su tierra natal, Protágoras murió ahogado en un naufragio después de ser desterrado de Atenas,
donde fue juzgado por impiedad (fundamentalmente por su agnosticismo sobre la creencia en los dioses).

A) El relativismo de Protágoras

Protágoras defendió un relativismo del conocimiento y de los valores, esto es, negó que existieran valores y
verdades universales para todos los hombres.

"El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son, en tanto que son, y de las que no son, en
cuanto que no son"

No hay verdades objetivas, absolutas y universales, sino que las cosas son tal y como son percibidas por cada
uno de nosotros. Este relativismo se aplica a todos los ámbitos de nuestra existencia.
Por ejemplo, lo que para una persona sana es un sabor agradable, para un enfermo es amargo. ¿Está confundida
la persona enferma? Protágoras dirá que para él, en su situación, la verdad es que el sabor es amargo.
El relativismo impide establecer un criterio de verdad, teniendo todas las opiniones la misma validez. Esto nos
lleva a poder permitirnos defender tesis contrarias al mismo tiempo, técnica en la que el filósofo destacó con
maestría y que fue duramente criticada por Platón y Aristóteles.
Sin embargo, según Guthrie, Protágoras difuminó la radicalidad de este criterio hacia una postura utilitarista:
aunque todas las opiniones particulares tengan la misma validez, algunas son más ventajosas que otras. En el
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caso mencionado anteriormente, es ventajoso para el enfermo volver a reestablecer el sabor que tenían los
alimentos antes de la enfermedad.
El relativismo de los valores implica que una misma cosa o acción puede ser buena para un sujeto y mala para
otro. Es más, una acción puede ser mala o buena para un mismo sujeto dependiendo de cada circunstancia, y en
la medida en que él lo crea así.

B) Nómos y Phycis

Nómos significa ley moral y política, ya sea en forma de usos y costumbres recibidas de la tradición, como en
forma de leyes formales y normas obligatorias que codifican la vida en comunidad y que son respaldadas por la
autoridad del estado.
Con el término physis los griegos denominaban a la naturaleza como principio que no depende de los
aconteceres humanos. La naturaleza se rige por leyes universales y permanentes.

En el siglo V los términos nómos y physis, lo artificial y lo natural, eran considerados opuestos y mutuamente
excluyentes. La leyes de los hombres son fruto de un pacto, de un consenso humano y no fruto de un principio
divino.

Las leyes no son principios innatos, sino adquiridos con esfuerzo. Los nómoi nos permiten vivir en comunidad y
diferenciarnos de las bestias que viven en un continuo estado de conflicto y agresión. En este sentido, la
concepción del nómoi como opuesto a la naturaleza implica la aceptación de la idea de progreso de la
humanidad, que, con su inteligencia, se ha levantado a sí misma con su propio esfuerzo.
Pues bien, aunque la ley sea meramente convencional y, por tanto, modificable, Protágoras defiende que hay que
mantener las leyes que ya se poseen, si estas parecen buenas a la mayoría. La vida en comunidad es necesaria
para la supervivencia de la especie humana y, sin leyes, nos veríamos abocados a vivir en un estado de
naturaleza.

C) El agnosticismo

Protágoras fue acusado de impiedad y obligado a dejar Atenas por ese motivo.
En un escrito suyo "Sobre los dioses", el sofista niega la posibilidad de un conocimiento de la realidad que vaya
más allá de las apariencias sensibles:
“De los dioses no puedo saber ni que son, ni que no son, ni qué aspecto tienen; pues múltiple es lo que
me impide saber: tanto la no patencia (de lo ente mismo), como el ser breve de la vida del hombre”.

Protágoras criticó las supersticiones y los ritos religiosos de su tiempo, pero mantuvo siempre una postura
agnóstica y escéptica, no atea.

GÓRGIAS DE LEONTINOS
Górgias pertenece a la primera generación de sofistas. Contemporáneo de Protágoras, nació en Leontinos (Sicilia)
aproximadamente en el 490 a.de C. y murió sobrepasando los cien años de edad (aprox. en el 380 a.de C.).
Gran viajero, y supuesto alumno de Empédocles (también siciliano) Górgias trabajó en muchas ciudades griegas,
hasta que se instala en Atenas en el 427 como jefe de una embajada de su ciudad, cuando tenía ya 60 años.
Entre sus obras escritas destacan:

- Manuales de retórica: Encomio a Helena y Defensa de Palámedes


- Numerosos discursos políticos, epidícticos, etc.: Oración fúnebre, Discurso Olímpico
- Escribió también un tratado llamado Sobre la naturaleza o Sobre el no-ser

Fue un orador famoso y sutil. Se dedicó fundamentalmente a enseñar el arte de la retórica como el camino más
adecuado para acceder al poder.
Compartió el presupuesto básico de la filosofía de Protágoras: el relativismo. Nos movemos en el mundo de la
mera opinión, siendo la verdad para cada uno de nosotros aquello que nos persuade como tal. La retórica es la
técnica de la persuasión, y el sofista, el maestro de la opinión.

A) las tres tesis de Górgias

Sexto Empírico (finales del siglo II d. C.) recoge en un escrito las tres tesis de Gorgias que desafiaban las tesis
eleatas de la existencia de un ser único e inmutable.
Las tres tesis son las siguientes:

1. Nada es (existe)
2. Si algo existiera, sería incognoscible

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3. Si fuera conocible, sería incomunicable

Veamos cómo se desarrollan:

1. Nada es

1.1. El Ser es, pero la Nada no es

1.1.1. El no-ser no es. Si fuera algo, caeríamos en la contradicción de decir que lo que no-
es, es y no es al mismo tiempo.

1.1.2. El ser, si existe, o es engendrado o es sin principio (siempre).

- Si es ingénito, sería incondicionado, por lo que carecería de determinación y, por lo


tanto, no sería. Además, si es ingénito, sería ilimitado, infinito e inmóvil. Pero todo lo que
es ha de ser en alguna parte, por lo que tendría que haber algo mayor que lo abarcara,
mayor que lo ilimitado mismo. Por lo tanto, lo ilimitado no es.

-Si es generado, entonces habrá surgido de lo que es o de lo que no es. De lo que es, no
puede haber nacido, pues ya sería. Y de lo que no es tampoco puede haber surgido, pues
la nada no es origen de nada.

CONCLUSIÓN: el ser no existe.

2. Si el ser fuera, no podría ser conocido o pensado

2.1. Si el ser es cognoscible, o es idéntico o es distinto al pensar.

- Siendo idéntico, el ser sería incognoscible, porque todo lo pensable tendría que ser, y existirían
cosas totalmente absurdas e inverosímiles, por ejemplo, un caballo con alas.

- Si es distinto, también sería incognoscible, porque implicaría que el pensar es un no-ser, siendo
imposible conocer el ser a partir del no-ser.

CONCLUSIÓN: si el ser existiera, sería impensable.

3. Si el ser fuera cognoscible, sería incomunicable

3.1. La palabra, como instrumento de comunicación, es idéntica o distinta al pensar.

- La palabra no es la cosa ni es el conocimiento de la cosa.

CONCLUSIÓN: si el ser fuera conocible, sería incomunicable.

Las tesis gorgianas conducen a un escepticismo radical, a un nihilismo del ser, el pensar y el decir.
Nuestro conocimiento no puede alcanzar ni comunicar la verdad, dispersándose en la mera presencia cambiante
de las cosas y de los aconteceres.
Verdad es ahora presencia, opinión, parecer. Y la retórica es la técnica que posibilita que la opinión de uno triunfe
sobre la de los demás. Es este oportunismo el que le fue duramente criticado a Gorgias.

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Resumen de SÓCRATES (470-399 a.C.)

Nace en Atenas y muere en la misma ciudad condenado a beber la cicuta (un fuerte veneno), bajo la acusación de
corromper a la juventud y de impiedad (falta de respeto) para con los dioses de la pólis. Era hijo de un escultor o
cantero y de una comadrona. Él dirá numerosas veces que es un comadrón de las ideas, es decir, alguien que
ayuda a los hombres a “dar a luz” las ideas que de algún modo existen en el interior suyo, en su alma racional. En
esto, como veremos, consiste la Mayéutica.
Muchos le consideraron un sofista más, pero se diferencia de ellos:
-porque no cobraba por enseñar, algo que hacía en las calles y las plazas de Atenas;
-porque no enseñaba nada (una de sus frases más conocidas es: “Sólo sé que no sé nada”), únicamente
ayudaba a sacar a la luz, a través del diálogo, las ideas que sus interlocutores ya poseían en cuanto
seres humanos y, por tanto, racionales;
-y porque su filosofía es una permanente búsqueda de verdades universales, rechazando el escepticismo
de los sofistas; verdades sobre todo de carácter moral, como por ejemplo, ¿qué es el Bien?, ¿qué es la
Justicia?, ¿en qué consiste la Amistad?, ¿cómo se alcanza la Felicidad?, etc.

Sócrates no escribió nada y su pensamiento ha sido reconstruido a partir de los testimonios de:
--ARISTÓFANES: escritor de comedias; en una de sus obras teatrales, Las Nubes, caricaturiza a Sócrates y lo
pinta como un sofista más...pero que está en las nubes.
--JENOFONTE: en sus obras Defensa de Sócrates y Memorables, presenta a Sócrates como a un filósofo que
identifica la virtud con el saber.
--PLATÓN: en los llamados “diálogos de juventud” (como veremos, la mayor parte de las obras platónicas están
escritas en forma de diálogo entre varios interlocutores), Platón nos presenta a Sócrates en constante disputa
dialéctica con otros sofistas.
--ARISTÓTELES: que puede ser considerado como el primer historiador de la filosofía, nos dice que a Sócrates se
le deben dos cosas: el razonamiento inductivo (procedimiento/método de nuestra razón en el que, partiendo del
examen de lo particular - hombres, amigos, acciones justas, etc.-, se llega a establecer su concepto universal
-Hombre, Amistad, Justicia, etc.-, es decir, se llega a una definición esencial de lo examinado) y los conceptos
universales (serían la definición esencial de una realidad determinada). Sócrates trató de establecer definiciones
rigurosas y universales (válidas para todos, por estar hechas con la razón o lógos) de conceptos morales como
Bien, Justicia, Felicidad, etc. Estos conceptos racionales de carácter universal habrían de servir como criterio para
valorar tanto el comportamiento humano individual como el funcionamiento de las instituciones políticas.
Vamos a exponer los dos pilares de la filosofía de Sócrates: su método y su ética:

El método socrático: Sócrates está convencido de que cada hombre posee dentro de sí, en su alma racional o
lógos, ciertas verdades de carácter universal que sólo llega a descubrir a través del diálogo
(=confrontación/enfrentamiento/lucha, pero incruenta, de dos lógos); por ello su método de
investigación/educación consiste:

-en primer lugar, en la Ironía: es el punto de partida, consiste en hacerle al interlocutor preguntas tales que
éste descubra su ignorancia, que comience a dudar y...a querer saber/investigar; entonces se inicia el
segundo proceso:
-la Mayéutica: que significa “parto” y consiste en dar a luz, siempre gracias al diálogo, la definición
esencial -universal- sobre lo investigado. Para Sócrates, el conocimiento de esas verdades universales es
posible porque se hallan en nuestra alma racional; de ahí que conocerlas sea más bien reconocerlas como
algo ya sabido pero olvidado.

La ética socrática = el intelectualismo moral: para Sócrates, la virtud (es decir, la fuerza que permite al hombre
alcanzar el Bien y ser feliz) no consiste en obedecer una serie de normas morales, sino en actuar de acuerdo con
las verdades morales universales existentes en nuestra inmortal razón humana. Para actuar bien, es decir, de
acuerdo con ellas, hay que previamente conocerlas. Dice Sócrates: “Nadie hace el mal sino por ignorancia del
bien”, “Solamente sabiendo qué es la Justicia se puede ser justo”, etc. Es decir, el intelectualismo moral es aquella
doctrina ética que identifica la virtud con el saber:

HOMBRE BUENO=HOMBRE SABIO=HOMBRE FELIZ

Asimismo, una ciudad sólo llegará a ser buena y justa si lo son sus hombres, y éstos, ya sabemos, sólo podrán
serlo si conocen lo que es la Justicia y el Bien, es decir, si llegan a tener un concepto claro sobre esas realidades
universales. De ahí que en toda ciudad sea necesaria la educación (paideia), o dicho de otro modo, necesita
educadores capaces de llevar a los ciudadanos al conocimiento de esas verdades morales universales. Sócrates
tiene la absoluta confianza de que al hombre le es posible alcanzar tal conocimiento con su alma racional
inmortal.

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