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La Cultura Durante la Dominación Francesa.

Tratado de Basilea y la fuga de valores culturales a otras latitudes.

El Tratado de Basilea entre la República Francesa y la Monarquía de Carlos IV de


España, firmado el 22 de julio de 1795 en la localidad suiza de Basilea, puso fin a
la Guerra de la Convención entre los dos países que se había iniciado en 1793 y
que había resultado un desastre para la monarquía española, pues
las provincias vascongadas y Cataluña acabaron ocupadas por las tropas
francesas. Este tratado se firmó después de la paz entre Francia y
Prusia acordada en abril de ese mismo año. Francia y España llegaron a un
acuerdo de paz para detener una guerra que se había iniciado en el viejo
continente en 1793, entre esas dos potencias, los franceses pusieron sus ojos en
el territorio dominicano que era propiedad de España. El Tratado de Basilea
incluía el retiro de las tropas de Francia del territorio de España, a cambio de
que España entregará a Francia el territorio español de la Isla de Santo
Domingo.

El 22 de Julio de 1795 fue firmado el referido Tratado provocando una situación


de caos en los pobladores del territorio cedido, los que habían luchado por
siglos para evitar por las armas que los franceses se apoderaran de Santo
Domingo; pero con el Tratado de Basilea esa población dominicana-española
sintió temor y recelo de la presencia de los ciudadanos franceses que se
esperaba que pronto tomarían el control de su territorio. Muchos fueron los
que plantearon su interés de emigrar a otros territorios españoles de América.
El Tratado de Basilea comenzó a ejecutarse parcialmente, pues los franceses se
encontraban en guerra contra los antiguos esclavos que habían iniciado
en 1791 una revuelta en la parte francesa de la isla. En medio de esos
conflictos, Toussaint Louverture invadió a la parte española en 1801 y ejecutó la
unidad territorial contenida en el Tratado de Basilea, bajo Francia, lo que
acrecentó el deseo de emigrar de los habitantes pudientes de la parte
dominicana.

Antonio Del monte y Tejada y su Historia de Santo Domingo.

Antonio del Monte y Tejada (1783-1861). Nació en Santiago de los Caballeros el


20 de septiembre de 1783. Publicó en La Habana Historia de Santo Domingo
(1853). Falleció en La Habana, Cuba, el 19 de diciembre de 1861.

Antonio Del Monte y Tejada fue miembro de la Fuerza de Voluntarios que se


opuso en Nagá a las tropas de Toussaint L’ Ouverture. En el año 1804, al
producirse la invasión de Jaques Dessalines, abandonó el Santo Domingo
español y se radicó con su familia en Cuba.

En el año 1816, se retiró a su estancia de Guines, donde escribió la que sería su


obra cumbre: “La Historia de Santo Domingo”. En el año 1826 al retornar a la
Habana, fue designado alcalde ordinario y decano del cuerpo de abogados.

Publicó la primera edición de la “Historia de Santo Domingo” en el año 1852, en


el Establecimiento Tipográfico de Soler, en la Habana.

En el prólogo Antonio Del Monte y Tejada expresa el criterio de que la historia


no dejará nunca de ser una tediosa novela, “sino cuando se ocupe antes que
todo del bienestar y progreso de los hombres.

La primera edición completa de la “Historia de Santo Domingo”, fue publicada


de 1890 a 1892, por la sociedad literaria “Amigos del País”. La tercera edición en
tres tomos, fue publicada en el año 1952, por disposición del dictador Rafael
Leónidas Trujillo Molina.

La historia de Del monte, compuesta por cuatro volúmenes que van desde el
descubrimiento de las islas en 1492 hasta el periodo conocido como España
boba en 1821, lo convirtió en pionero de la historiografía dominicana. Celebrada
por muchos por la fidelidad histórica y la pureza del lenguaje (Pedro Henríquez
Ureña, Joaquín Balaguer y Manuel de Jesús goico castro) y censurada por otros
por banal y errónea (apolinar tejera y Américo Lugo) historia de santo domingo
es el primer documento dedicado cotejar sistemáticamente los acontecimientos
históricos de los tres primeros siglos de vida colonial de la española

Actividad Teatral.

Desde los inicios de nuestra historia aparecen manifestaciones artísticas


escenificadas, como fueron los areitos, mitotes y taquis, de nuestros
aborígenes. Pero la primera representación teatral en nuestro país, desde la
perspectiva griega, tiene lugar en la Catedral de Santo Domingo el 23 de junio
de 1588 en ocasión de las festividades de Corpus Christi, cuando los estudiantes
del Colegio Universidad de Gorjón llevan a escena el Entremés de Cristóbal de
Llerena De Rueda. El Entremés se sitúa en la defensa de los aborígenes al
censurar la violencia de las autoridades de la Colonia, que provocó la ira de los
oidores y la expulsión de la isla del propio Llerena. El Entremés recoge “el latido
débil del arte moribundo de nuestros primeros pobladores. Durante los siglos
XVII y  XVIII la actividad teatral en la Colonia no fue significativa. Surge un teatro
religioso apegado a lo litúrgico y un teatro profano, basado en costumbres, con
cantos, bailes y mascaradas de poco contenido dramático. En la primera mitad
del siglo XIX aparece el llamado teatro de Los Trinitarios, eminentemente
político. Las obras de Alfieri y Martínez De la Rosa. “Roma Libre” y “La Viuda de
Padilla, son las escogidas por los Trinitarios, junto a la de Eugenio de Ochoa: “Un
día del año 1823 en Cádiz”. Estas obras describen escenas similares al drama
que vivía el pueblo dominicano bajo la dominación haitiana.

Período de la España Boba.

La España Boba fue un período de la historia de la República Dominicana.


La guerra de Independencia en la que se encontraba sumida España y el hecho
de que las colonias más ricas estuviesen en proceso de independencia eran la
causa de que, por parte de las autoridades peninsulares, hubiese un escaso
interés hacia la colonia de Santo Domingo en el periodo comprendido entre
1809 y 1821. A esto se ha de sumar el hecho de que Santo Domingo había
agotado las riquezas que llamaban la atención en España. La poca atención de
las autoridades españolas hizo que este periodo fuera conocido popularmente
como la «España Boba».

Reapertura de la Universidad Santo Tomas de Aquino.

La Universidad de Santo Domingo fue creada mediante la Bula In Apostolatus


Culmine, expedida el 28 de octubre de 1538, por el Papa Paulo III, la cual elevó a
esa categoría el Estudio General que los dominicos regenteaban desde el 1518,
en Santo Domingo, sede virreinal de la colonización y el más viejo
establecimiento colonial del Nuevo Mundo. La Universidad de Alcalá de
Henares, fue su modelo y como tal fue porta-estandarte de las ideas
renacientes que surgían del mundo medieval, del que emergía la España de los
días de la conquista. En el año 1801 como consecuencia de la ocupación
haitiana al país, la Universidad interrumpió su funcionamiento, porque los
Dominicos que la regenteaban abandonaron la colonia. Se reabrió en el año
1815, al volver la colonia a la soberanía española, pero a partir de entonces
adopta el carácter laico.

Entre el 1815 y el 1821 funcionó bajo el rectorado del Dr. José Núñez de
Cáceres. La Universidad vuelve a cerrar sus puertas en 1822 debido a que gran
número de sus estudiantes fueron reclutados para el Servicio Militar por orden
del régimen haitiano que gobernaba la nación. Con la consumación de la
Independencia de la República en 1844, renace en los dominicanos la voluntad
de restablecer la Universidad, símbolo de tradición cultural y el carácter propio
de la nacionalidad recién adquirida

Durante los 31 años la tiranía del dictador Rafael Leónidas Trujillo, la


Universidad de Santo Domingo, como las demás instituciones del país, se vio
privada de las libertades más elementales para el cumplimiento de su alta
misión, llegando a convertirse en un instrumento de control político,
propagación de consignas totalitarias, ante cuyo perjuicios nada valieron los
escasos progresos materiales que alcanzó la Institución en esos años de
gobierno despótico, como fue la adquisición de terrenos y la construcción de la
Ciudad Universitaria. Autonomía y fueron Universitario. La Ley No.5778 del 31
de diciembre de 1961 dotó a la Universidad  de autonomía. A partir de ese
momento comenzó a debatirse por alcanzar el equilibrio institucional y un clima
de convivencia que le permitiera desarrollar todas sus facultades creadoras.
Pero después de tres décadas sometidas a la voluntad férrea de un régimen
contrario a toda forma de comunicación humana que no sirviera a sus intereses,
fue incapaz, inicialmente, de utilizar la libertad y autogobierno recién adquiridos
para desempeñar su misión de servicio para el mejoramiento cultural y
económico de nuestro pueblo. El 17 de febrero del 1962, se eligen las primeras
autoridades bajo el régimen de la autonomía.

Aparición de los primeros periódicos dominicanos:

El Telégrafo Constitucional, El Duende, Núñez de Cáceres, Antonio María


Pineda.

El telégrafo constitucional:

El Telégrafo Constitucional, fue el primer periódico dominicano. El Telégrafo


Constitucional de Santo Domingo fue fundado en el año 1821. Comprendía
cuatro páginas y tenía una salida semanal (todos los jueves) y “difundía
decretos, disposiciones de los ayuntamientos, las diputaciones, la actividad del
comercio, los precios, las operaciones navales, entre otras”. Su fundador y
director fue Antonio María Pineda, profesor de la Universidad de Santo
Domingo. Este periódico dejó de circular el mismo año que fue fundado, por
razones económicas y políticas.

El duende:

El periódico El Duende, surgió en Matanzas el 9 de marzo de 1856 y se editó con


una periodicidad semanal, los domingos. Fue un periódico que criticó los males
y personajes de la sociedad de su época a través de sus poesías, cuentos, relatos
y los artículos redactados por la intelectualidad criolla reflejaban sobre los males
de la sociedad, la mujer y las costumbres.

Núñez de Cáceres:

José Núñez de Cáceres fundó el 15 de abril de 1821, en Santo Domingo, los


periódicos El Telégrafo de Santo Domingo y El Duende, considerado como los
periódicos nacionales dominicano. El Telégrafo era informativo y El Duende era
de opinión. A través de El Duende, Núñez de Cáceres fue lanzado como un
fabulista, ya que aquí se publicaron nueve de sus fábulas. También fundó el
periódico El Relámpago De su estudio se produjeron durante los años de 1824-
1826, varios periódicos, libros y folletos, entre los periódicos están: El
Constitucional Caraqueño y La Cometa, un periódico que atacaba duramente a
Simón Bolívar, así como los últimos números del periódico El Venezolano. En
Venezuela, además de en el foro y participar en el periodismo, escribió otras
tres fábulas.

Antonio María pineda:

El 30 de noviembre de 1820 se inició como diputado electo por el partido de la


Capital ante la Diputación Provincial de Santo Domingo. El 5 de abril de 1821
publicó el primer periódico dominicano, El Telégrafo Constitucional de Santo
Domingo, el cual tocó a su fin tres meses después, el jueves 26 de julio de 1821.
El periódico estaba enlazado al movimiento separatista que desarrollaba José
Núñez de Cáceres.

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