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2.

Estados Unidos en los años veinte

Este capítulo parte de la concepción de la situación y el lugar de Estados Unidos luego de la Primera Guerra
Mundial. Esta guerra ha tenido consecuencias psicológicas y había modificado y generado la intolerancia en la
opinión pública norteamericana. Además, el mundo había cambiado era un mundo posbélico… era un mundo
hecho todavía más inseguro e inestable por la arrogancia de los vencedores y los rencores de los vencidos,
por el egoísmo de los conservadores y la cólera de los revolucionarios (Pág. 26). Para la concepción popular
la guerra había sido bien vista pero luego una vez terminada para muchos fue una guerra vana e inútil.  

El autor plantea que en los Estados Unidos luego de la guerra se generó una crisis de identidad. El camino
más directo hacia la recuperación de la identidad perdida y la vuelta a la “normalidad” parecía a muchos
el retorno a los orígenes y a la tradición. En este contexto hay que enfocar esa suerte de reacción de
rechazo hacia todo lo que no era “americano al cien por cien” que afectó a una gran parte de la opinión
pública y se manifestó en varias formas (Pág. 27).

La más conocida de las manifestaciones fue el llamado red scare1 (temor rojo). Esto es la psicosis de un
complot Revolucionario que tendría por objetivo de repetir en Estados Unidos el éxito obtenido en
Rusia. Como en todos los países beligerantes también en los Estados Unidos la inmediata posguerra se
caracterizó por una oleada de manifestaciones y huelgas. En realidad, no existía ningún peligro de su versión y
menos aún de revolución. El propio recién nacido Partido Comunista tuvo que experimentar muy pronto la
dificultad y los contrastes que se produjeron entre militantes norteamericanos e inmigrantes que redujeron su
ya muy escasa influencia. 

El red scare terminó al cabo de pocos meses, pero no terminó el substrato psicológico del que éste había
sido manifestado más extrema, el sentimiento generalizado de animadversión hacia todo lo que no fuese
americano y hacia los inmigrantes, cualquiera que fuese su procedencia (Pág.28). Esto se convirtió con el
discurso de una América puritana y nativista. Campañas en favor del prohibicionismo, como por ejemplo, la
comercialización y el consumo de bebidas alcohólicas, y en este contexto, se sitúan también las medidas que
limitaban la inmigración. 

A este cuadro esbozado, se suma aquí también las tensiones sociales, (...) la animadversión hacia todo lo que
no fuese americano fueron hombres o ideas finalmente todo eso quería una expresión organizada y
permanente: el Ku Klux Klan2 (...) al que sólo podían afiliarse “ciudadanos blancos nacidos en el país” y
que fueran creyentes en los “fundamentos de la religión cristiana” (Pág. 28).

1
El término Temor rojo (también llamado "marea" o "amenaza roja") denota dos períodos distintos de fuerte
anticomunismo en Estados Unidos: el Primer Temor rojo, de 1917 a 1920, y el Segundo Temor rojo, de 1947 a 1957. El
Primer Temor rojo fue sobre la revolución socialista obrera y el radicalismo político. El Segundo Temor rojo se centró en
una intensa sospecha sobre los comunistas (nacionales y extranjeros) que influían en la sociedad o que se infiltraron en
el Gobierno de los Estados Unidos o en ambas.
2
Ku Klux Klan (KKK) es el término adoptado por varias organizaciones de extrema derecha en los Estados Unidos,
creadas en el siglo XIX, inmediatamente después de la guerra de Secesión, y que promueven principalmente la
supremacía de la raza blanca y, por tanto, el racismo, la xenofobia y el antisemitismo, así como la homofobia, el
anticatolicismo y el anticomunismo. Con frecuencia, estas organizaciones han recurrido al terrorismo, la violencia y
actos intimidatorios como la quema de cruces, para imponer su criterio y oprimir a sus víctimas.

1
 En el marco político, el capítulo se centra en la puja entre el Partido Demócrata3 y el Partido Republicano4
en sus constantes luchas por obtener la conquista de la presidencia y, además, por los problemas surgidos del
Tratado de Versalles5, en particular, el proyecto de la constitución de la Sociedad de las Naciones6, defendida
por el presidente Wilson.
Respecto a la Sociedad de las Naciones, (...) en base al cual las partes firmantes se comprometían a
garantizar la independencia y la integridad de los estados miembros que fuesen víctima de una agresión; se
trataba de un compromiso que muchos senadores consideraban incompatible con la doctrina Monroe 7 y,
en cualquier caso, susceptible de envolver a Estados Unidos en un nuevo y aborrecido conflicto europeo
(Pág. 30).  
La única innovación, que satisfacía una tradicional reivindicación del movimiento feminista y los
planteamientos de los reformadores sociales, fue la concesión del derecho de voto a las mujeres en la 19°
enmienda aprobada en junio de 1919 y puesta en vigor en agosto de 1920, en vísperas de la campaña electoral.
Se trataba, sin embargo, de una medida madura, ya aprobada en muchos países europeos, ya en vigor en
muchos estados norteamericanos y que, gracias al aumento de la importancia del papel social y productivo de
la mujer se había producido durante la guerra, se había hecho difícilmente prorrogable. 
Durante los años veinte la hegemonía republicana fue indiscutible y por consiguiente las administraciones que
se sucedieron pudieran trabajar con tranquilidad y continuidad. La orientación general fue la de devolver a los
Estados Unidos su plena libertad de acción, desvinculando al país de los compromisos adquiridos durante la
Guerra y la conferencia de París8.
3
El Partido Demócrata es un partido político progresista que junto con el Partido Republicano, es uno de los dos
partidos más grandes de los Estados Unidos. Traza sus orígenes al Partido Demócrata-Republicano de Thomas Jefferson
y James Madison. Fue fundado alrededor de 1828 por seguidores de Andrew Jackson, convirtiéndolo en el partido
político activo más antiguo del mundo.
4
El Partido Republicano (GOP) es un partido político de los Estados Unidos. Al lado del Partido Demócrata, son los dos
únicos partidos que han ejercido el poder en ese país desde mediados del siglo XIX. El partido se asocia comúnmente
con el conservadurismo. En la actualidad es el partido de gobierno al que pertenece el presidente Donald Trump y el
que posee la mayoría en el Senado de los Estados Unidos.
5
El Tratado de Versalles fue un tratado de paz que se firmó en dicha ciudad al final de la Primera Guerra Mundial por
más de cincuenta países. Este tratado terminó oficialmente con el estado de guerra entre la Alemania del segundo
Reich y los Aliados de la Primera Guerra Mundial. Fue firmado el 28 de junio de 1919 en la Galería de los Espejos del
palacio de Versalles, exactamente cinco años después del atentado de Sarajevo en el que fue asesinado el archiduque
Francisco Fernando, la causa directa de la Primera Guerra Mundial. A pesar de que el armisticio fue firmado meses
antes (11 de noviembre de 1918) para poner fin a las hostilidades en el campo de batalla, se necesitaron seis meses de
negociaciones en la Conferencia de Paz de París para concluir el tratado de paz. El Tratado de Versalles entró en vigor el
10 de enero de 1920.
6
La Sociedad de las Naciones (SDN) o Liga de las Naciones fue un organismo internacional creado por el Tratado de
Versalles, el 28 de junio de 1919. Se proponía establecer las bases para la paz y la reorganización de las relaciones
internacionales una vez finalizada la Primera Guerra Mundial. Aunque no logró resolver los graves problemas que se
plantearon en los años 20 y 30, es importante porque fue la primera organización de ese tipo de la historia y el
antecedente de la ONU.
7
La Doctrina Monroe, sintetizada en la frase «América para los americanos», fue elaborada por John Quincy Adams y
atribuida al presidente James Monroe en 1823. Establecía que cualquier intervención de los europeos en América sería
vista como un acto de agresión que requeriría la intervención de los Estados Unidos de América. La doctrina fue
presentada por el presidente Monroe durante su sexto discurso al Congreso sobre el Estado de la Unión. Fue tomado
con dudas, al principio, y luego con entusiasmo. Fue un momento decisivo en la política exterior de los Estados Unidos.
La doctrina fue concebida por sus autores, en especial John Quincy Adams, como una proclamación de los Estados
Unidos de su oposición al colonialismo en respuesta a la amenaza que suponía la restauración monárquica en Europa y
la Santa Alianza tras las guerras napoleónicas.
8
La Conferencia de Paz de París fue la reunión en 1919 de los Aliados después del armisticio para acordar las
condiciones de paz con los países de las Potencias Centrales: Alemania, el Imperio otomano, Bulgaria, Austria y Hungría,
estos dos últimos como representantes del desaparecido Imperio austrohúngaro. Los aliados empezaron sus labores de
negociación entre sí el 18 de enero de 1919 bajo la dirección del Comité de los Cuatro: Wilson, Clemenceau, Lloyd

2
En un mundo que, si había dejado de ser un sistema, seguía, no obstante, siendo interdependiente, las
relaciones internacionales no se limitaban, sin embargo, a las tradicionales relaciones diplomáticas, sino
que implicaban una compleja red de correlaciones, a partir de las económicas (Pág. 34). Las exportaciones
registraron un incremento muy fuerte. En consecuencia, Estados Unidos se había convertido con diferencia en
el mayor acreedor internacional.

En lo que respecta a la política interior de la administración republicana durante las presidencias de Harding y
Coolidge se considera que el negocio Estados Unidos eran los negocios y que éstos tenían que dejarse en
manos de los que sabían cómo manejarlos, en primer lugar a los empresarios. En efecto, una nueva
mentalidad empresarial, profundamente distinta de la de las precedentes generaciones de empresarios,
estaba surgiendo y afianzándose poco a poco. Según esta mentalidad, el beneficio ya no se conseguía
únicamente con un objetivo para conseguir por sí mismo, sino como un elemento más de un sistema
económico integrado y sano. En la práctica eso significaba ante todo que las funciones de las empresas
consistían no sólo en la producción y venta de sus productos, sino en la ampliación del mercado y, por
consiguiente, en asegurar al consumidor el poder adquisitivo adecuado. En segundo lugar eso, significaba
que hacía falta persuadir al consumidor para no atesorar, sino para gastar la mayor capacidad de gasto
conseguida. La vieja moral de la parsimonia, tal y como se había predicado tradicionalmente, era
reemplazada por una nueva filosofía del consumo y algunos llegaban a sostener que el ahorro había
dejado de ser una virtud. A la luz de esta filosofía del empresario cobraba si una nueva dimensión, la del
manager, una suerte “ingeniero social” al servicio de la colectividad (Pág. 37). 
La figura más evidente de todo esto es Henry Ford, él fue el primero en aplicar sistemáticamente en sus
establecimientos las teorías tayloristas9 sobre la organización científica del trabajo, introduciendo la cadena de
montaje y apostando por la estandarización del producto. El advenimiento del automóvil supuso cambios
profundos y duraderos en las formas de asentamiento humano en el territorio, especialmente en los grandes
centros urbanos. 
El cuadro esbozado hasta aquí es, pues, el de un vertiginoso proceso de crecimiento económico de
organización y modernización que se pone en marcha en el marco de una sustancial estabilidad política. Pero
en cuadro psicológico de los años veinte no se agota en la euforia de los integrados y en las frustraciones
de los marginados. La inmigración del campo a la ciudad, el automóvil, la radio e incluso la publicidad no
sólo modificaron la conformación de las unidades del paisaje y del paisaje, sino que afectaban también a
las mentalidades, las costumbres y los comportamientos, estimulaban nuevos gustos y nuevos intereses,
contribuían a la afirmación de nuevos valores (Págs. 39, 40). Las relaciones entre los dos sexos conocían
una evolución acelerada que apuntaba a una caída o una relajación de los arraigados prejuicios de la tradición
puritana y a la conquista de una mayor libertad. 

Por entonces ya los Estados Unidos ofrecían al mundo un modelo de sociedad y de convivencia totalmente
nueva e inédita. Gracias a las películas producidas en los estudios de Hollywood la imagen de este país rico
y extrovertido, con sus calles rebosantes de automóviles, con sus gánsters y sus millonarios, con sus

George y Orlando, aunque los que realmente dirigieron las negociaciones fueron los tres primeros. A los países
vencidos no se les dejó asistir a estas reuniones, así que los que decidieron el futuro de los vencidos, fueron los países
vencedores, que tenían distintas posturas.
9
El taylorismo elaboró un sistema de organización racional del trabajo, ampliamente expuesto en la obra Principles of
Scientific Management (1911), de Frederick W. Taylor, en un planteamiento integral que luego fue conocido como
“taylorismo”. Se basa en la aplicación de métodos científicos de orientación positivista y mecanicista al estudio de la
relación entre el obrero y las técnicas modernas de producción industrial, con el fin de maximizar la eficiencia de la
mano de obra, de las máquinas y herramientas, mediante la división sistemática de las tareas, la organización racional
del trabajo en sus secuencias y procesos y el cronometraje de las operaciones, más un sistema de motivación mediante
el pago de primas al rendimiento, suprimiendo toda improvisación en la actividad industrial.

3
“americanas”, provocaba en los espectadores europeos y de todo el mundo una reacción en la que la
incredulidad y la ironía se entremezclaban con la envidia y la atracción (Pág. 41).

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