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Universidad Central De Venezuela

Facultad De Medicina
Escuela “Luis Razetti”
Servicio De Cirugía 2
14/02/2014
Br. José Daniel Contreras

Protocolo Anestesiología 2: Sala De Cuidados Postanestesicos De Pregrado

1) Valoración del paciente al ingreso.

A) Enumere signos clínicos para evaluar: conciencia, función cardiorespiratoria,


riñón y medio interno.

A.1) Estado De Conciencia

El estado de conciencia debe ser evaluado mediante el examen mental, mediante el cual
se obtiene información respecto al grado de alerta, juicio, la inteligencia, la memoria y el
estado de ánimo del paciente los aspectos más importantes a evaluar en este examen son:

 Nivel De Conciencia
 Lenguaje
 Memoria
 Funciones Cognitivas Superiores
 Estructuración del Pensamiento y Percepciones
 Estado Anímico y Personalidad

Nivel De Conciencia

Este parámetro se refiere al compromiso cuantitativo de la conciencia (también


denominado nivel de alerta) y la capacidad de ubicarse u orientarse (capacidad de
identificarse a sí mismo, orientación del tiempo, con respecto al lugar donde está y el
reconocimiento de otras personas)

Capacidad de Orientarse

Se evalúa:

 Orientación con respecto a si mismo


 Orientación en el tiempo
 Orientación en el espacio
 Orientación respecto a personas
Compromiso cuantitativo de conciencia

Se evalúa el grado de lucidez o el compromiso cuantitativo de conciencia, especialmente


en la dificultad para despertar y dar respuesta ante estímulos externos, depende del nivel
se aplica un estimulo distinto, estos estímulos van desde hablarle a la persona, producir
un ruido, tocarlo o remecerlo, hasta estímulos capaces de producir dolor pero sin dañarlo.

De acuerdo a los resultados se determina el compromiso de la conciencia

 Lucidez: Estado de plena alerta, es el que corresponde a la persona normal, capaz


de mantener una conversación y dar respuestas a las preguntas formuladas
 Somnolencia: El paciente impresiona estar dormido pero al llamarlo por su nombre
o en voz más fuerte abre los ojos, y da respuesta a las preguntas que see le
formulan
 Obnubilación: Ya es necesario tocar o agitar al paciente como tratando de
despertarlo para que responda, no muestra interés en el medio ambiente.
 Sopor: Etapa más avanzada del compromiso de la conciencia, para obtener
respuesta verbales se necesita aplicación del dolor
 Coma: Nivel más avanzado de compromiso cuantitativo de conciencia, en esta
etapa es imposible obtener respuestas de cualquier tipo.

A.2) Función respiratoria

Para el monitoreo de la función respiratoria debemos tomar en cuenta varios parámetros


como: la oximetría de pulso, la cual está asociada con una detección temprana de
hipoxemia, evaluación periódica de la permeabilidad de la vía aérea, la frecuencia
respiratoria, detectar signos de alteración de la función pulmonar tales como cianosis,
disnea, aleteo nasal, hipoexpansibilidad pulmonar, crepitantes o sibilancias o respiración
paradójica.

A continuación se presentan las complicaciones más frecuentes de la función respiratoria.

Obstrucción de la vía aérea

La obstrucción de la vía aérea puede producirse por múltiples causas:

- Obstrucción faríngea: Secundaria al desplazamiento hacia atrás de la lengua flácida


(causa más frecuente). Esta circunstancia puede producirse en pacientes con efecto
residual excesivo de la anestesia general que produce un estado de somnolencia y
abolición parcial de reflejos vitales.

- Laringoespasmo: Esta complicación es más frecuente en niños que en adultos ya que su


vía aérea es más reactiva por la presencia de sangre o secreciones procedentes de la
faringe.
-Broncoespasmo: Mas rara debido a que los pacientes con antecedentes de
hiperreactividad bronquial mantienen su medicación broncodilatadora hasta el mismo día
de intervención. Suele responder a tratamiento broncodilatador inhalado.

Hipoxemia

La hipoxemia es una disminución de la presión parcial del oxigeno en sangre


arterial por debajo de los 80 mmHg, se detecta con facilidad mediante la oximetría de
pulso (Sa02 < 90%) pero clínicamente la cianosis puede pasar desapercibida por la
presencia de anemia secundaria al sangrado quirúrgico. Las causas más frecuentes de
hipoxemia durante el período postanestésicos son:

Baja Fi02 inspiratoria, siendo la desconexión inadvertida de la mascarilla de la fuente de


oxígeno la causa más habitual.

Por alteraciones en la relación ventilación/perfusión secundaria a:

 Atelectasia: por ejemplo, por acumulo de secreciones ó colapso alveolar


secundario a intubación selectiva de un bronquio principal durante la
anestesia.
 Neumotórax: de origen traumático, inducido durante la canalización de una vía
central o producido por barotrauma durante la ventilación mecánica.
 Colapso difuso de la vía aérea de fino calibre secundario a un descenso de la
Capacidad Residual Funcional (CRF) por debajo de la Capacidad de Cierre (CC)
de la vía aérea (más frecuente en pacientes de edad avanzada, obesos, con
movilidad diafragmática disminuida por dolor, etc.).
 Edema pulmonar cardiogénico (secundario a insuficiencia cardiaca) y no
cardiogénico (distress respiratorio).
 Embolismo pulmonar (TEP).

Hipo ventilación

La disminución de la ventilación alveolar origina aumento de la presión parcial de


dióxido de carbono en la sangre (PaC02). Durante el período postanestésico, las causas
más frecuentes son:

 Depresión del centro respiratorio por el efecto residual de los agentes anestésicos
o analgésicos (opioides).
 Disminución de la función de los músculos respiratorios.
 Mala función respiratoria secundaria a la cirugía: Así, en cirugía abdominal alta se
observa una disminución de la capacidad vital (CV) de causa multifactorial
(presencia de dolor, disminución de las incursiones diafragmáticas, apósitos
excesivamente apretados, incremento de la presión intraperitoneal secundaria a la
dilatación gastrointestinal por íleo, etc.).
 Efecto residual de los relajantes musculares (curares) utilizados durante la
anestesia.

El diagnostico de hipo ventilación requiere la determinación sanguínea de PC02, ya que los


síntomas clínicos (taquicardia, hipertensión, sudor, obnubilación) son poco específicos. En
pacientes intubados o con traqueotomía se puede utilizar la presión tele espiratoria de
C02 (PTECO2) como índice evolutivo de los cambios en la ventilación ya que existe una
buena relación entre PaC02 y PTECO2.

A.3) Función Circulatoria

Para la evaluación de la función cardiovascular es recomendable el monitoreo de


rutina de la frecuencia cardiaca, presión arterial y de la actividad eléctrica del corazón
mediante EKG. Deben valorarse los signos de alarma cardiovascular tales como palidez
cutáneo mucosa, taquicardia, hipotensión, ingurgitación yugular, estertores pulmonares o
la auscultación de ruidos cardiacos anormales.
A continuación se presentan las complicaciones más frecuentes de la función
circulatoria.

Hipotensión

Las causas más frecuentes de hipotensión durante el periodo postanestésico son:

 Disminución de la precarga, secundaria a pérdidas sanguíneas no repuestas o


balance de líquidos intraoperatorio excesivamente negativo.
 Disminución de la contractibilidad miocárdica. La disfunción ventricular
postanestésica es infrecuente en pacientes sin antecedentes de cardiopatía previa
ya que el efecto cardiodepresor de los agentes anestésicos revierte rápidamente
tras la finalización de la anestesia. No obstante, algunos agentes farmacológicos
utilizados con finalidad anti arrítmica o vasodilatadora (amiodarona, propafenona,
betabloqueantes, antagonistas del calcio, etc.) durante el período intra o
postoperatorio son en mayor o menor medida depresores de la función ventricular
y pueden producir síndrome de bajo gasto cardíaco (SBGc) en pacientes con
función ventricular en el límite inferior de la normalidad.
 Disminución de la postcarga. Esta situación se asocia habitualmente a estados de
vasoplejia secundarios a la simpaticolisis que acompaña a la anestesia loco regional
espinal, septicemia grave, anafilaxia, hipertermia o estados de toxemia.
Hipertensión

La hipertensión arterial (HTA) en el período postanestésico inmediato es generalmente


secundaria a descompensación de HTA previa por la presencia de dolor, hipercapnia,
hipoxemia o hipervolemia. El tratamiento se basa por tanto en diagnosticar la causa
desencadenante y tratarla de forma específica (analgésicos, oxigenoterapia,
broncodilatadores, diuréticos, etc.). Si a pesar de ello persiste se establecerá tratamiento
con un fármaco antihipertensivo. La elección de un preparado u otro dependerá de la
gravedad del cuadro (en urgencias y emergencias hipertensivas usar nitroglicerina o nitro
prusiato en perfusión continua), medicación concomitante (precaución con la asociación
betabloqueante y antagonista del calcio por la posibilidad de bloqueos cardíacos),
patología previa (en EPOC precaución o incluso evitar betabloqueantes; en isquemia renal
evitar IECAs; en isquemia miocárdica evitar vasodilatadores con efecto taquicardizante o
circunstancias específicas (en eclampsia utilizar hidralazina o labetalol).

Arritmias

Las arritmias cardíacas constituyen un problema de primer orden durante el acto


anestésico. Las conclusiones del Estudio Multicéntrico de Anestesia General mostraron
una incidencia de taquicardia, bradicardia y arritmias del 70,2 % (90,7% de los pacientes
eran ASA I y II) que en el 1,6% de los pacientes fueron de suficiente gravedad como para
comprometer su vida. En la práctica habitual de la anestesia, las alteraciones del ritmo se
asocian frecuentemente a alteraciones iónicas o metabólicas (hipopotasemia, acidosis,
etc.) en pacientes con patología cardíaca predisponente (isquemia miocárdica, hipertrofia
ventricular, etc.), que suelen revertir tras la corrección de los factores desencadenantes.
No obstante, tras la corrección de estos factores la persistencia de la arritmia requiere la
utilización de un fármaco antiarrítmico.

A.4) Función Renal

La complicación mas frecuente de la función renal en el periodo post anestésico es la


oliguria.

Oliguria

Es definida como una disminución de la producción de orina, en la mayoría de los casos, la


oliguria es secundaria a retención urinaria por hipertonía del esfínter vesical provocado
por la anestesia. La retención puede producir dilatación vesical (globo vesical en el ámbito
clínico) que produce dolor intenso y agitación. En estos casos el sondaje vesical resuelve la
situación.
En otros casos, la oliguria es el primer síntoma de una insuficiencia renal aguda (IRA) que
se caracteriza por una elevación rápida y progresiva de los niveles de urea y creatinina
plasmática. El fallo renal puede ser oligúrico (<0,5 ml/Kg/hora de diuresis o menor de 400
ml/24 h) o no oligúrico, aunque las alteraciones bioquímicas halladas en la orina son
similares para ambos casos. En este cuadro se produce una elevación progresiva de los
niveles plasmáticos de urea, creatinina, potasio, ácido úrico, magnesio, sulfato, fosfato,
poli péptidos, lípidos totales, colesterol, grasas neutras, ciertos aminoácidos y ácidos
orgánicos y un descenso de sodio, calcio y proteínas, especialmente albúmina. El cuadro
se acompaña de acidosis metabólica por perdida renal de bicarbonato.

En pacientes quirúrgicos la tasa de mortalidad es elevada (puede ser de 60-90 % en IRA


oligúrica y del 40-50 % en IRA no oligurica) y en su patogenia intervienen múltiples
factores por lo que, a efectos prácticos, la IRA postoperatoria puede clasificarse en dos
grandes tipos: pre renal y renal:
- La IRA de causa pre renal se produce por baja perfusión renal (generalmente secundaria
a deshidratación).
- La IRA de causa renal más frecuente durante el postoperatorio es la necrosis tubular
aguda (NTA) secundaria a isquemia tubular o a la acción toxica directa de fármacos o
toxinas bacterianas.

Ambos tipos se diferencian en que la capacidad funcional de la nefrona está conservada


en el tipo pre renal por lo que la orina es concentrada (osmolalidad > 400 mOs/Kg) y baja
en sodio (< 10 mEq/L) mientras que en la NTA la capacidad de concentración está alterada
(osmolalidad < 350 mOs/Kg; sodio > 20mEq/L). La evolución natural de la IRA consiste en
una fase oligúrica de duración variable (entre 7-14 días) seguida de una fase poliúrica. La
alta mortalidad se debe a la naturaleza de los factores precipitantes de la IRA (disfunción
cardíaca, sepsis, hipoxemia, toxemia, etc.).

A.5) Evaluación del medio interno

Dolor

El dolor postoperatorio constituye un problema de primera magnitud en la URPA. En


estudios multicéntricos realizados se demuestra que prácticamente dos de cada tres
pacientes ingresados en la URPA presentan dolor relevante en algún momento de su
estancia (de intensidad moderada a severa). En esta elevada incidencia influyen factores
muy diversos como son la edad del paciente, tipo de cirugía (algunos procedimientos
quirúrgicos son más dolorosos como por ejemplo toracotomía, cirugía abdominal alta,
prótesis de rodilla), preparación psicológica.

Además, existen hábitos terapéuticos analgésicos muy diversos entre las diversas URPA de
nuestro país. En este sentido, sería recomendable incrementar la utilización de fármacos
opioides, ya que la utilización exclusiva de analgésicos no opioides puede ser insuficiente
para tratar el dolor postoperatorio de forma eficaz.
Nauseas y vómitos

Las náuseas y vómitos constituyen dos de las complicaciones más frecuentes observadas
en la URPA durante el período postanestésico, especialmente en postoperatorio de cirugía
laparoscópica y cirugía correctora ocular (estrabismo).

Suelen ocasionar frecuentes y a veces graves molestias para el paciente: incremento del
dolor postoperatorio (especialmente en cirugía abdominal), posibilidad de dehiscencia de
sutura, síndrome de bronco aspiración si el estado de conciencia del paciente está
disminuido.

Hipotermia y Temblor

La anestesia produce hipotermia que genera la aparición de temblor durante el periodo


postanestésico. Las causas son diversas: durante la anestesia general, los fármacos
anestésicos aumentan el umbral termorregulador en aproximadamente 2,5º C, lo que
determina que los mecanismos termogénicos y ahorradores de la pérdida de calor
(vasoconstricción periférica) compensadores no se activen hasta que la temperatura
corporal alcanza 34,5º C. En la anestesia regional, por el contrario, el centro
termorregulador esta intacto pero puede existir hipotermia por otras razones
(administración de líquidos fríos, irrigación vesical continua durante resección
transuretral, difícil control de la termorregulación por la simpaticolisis secundaria al
bloqueo anestésico).

En ambos casos, durante el proceso postanestésico se ponen en marcha mecanismos


compensadores de la hipotermia como vasoconstricción y activación de mecanismos
termogénicos como el escalofrío (temblor postanestésico). El escalofrío constituye un
método relativamente eficaz de generar calor (produce un incremento de la termogénesis
en un 200%) pero al mismo tiempo incrementan el metabolismo, gasto cardíaco y
ventilación minuto pudiendo inducir complicaciones postoperatorias: hipoxemia,
hipercapnia, dolor en zona de herida quirúrgica, especialmente en determinados
pacientes (EPOC, isquemia miocárdica).

Las medidas para prevenir y tratar la hipotermia consisten en evitar al máximo las
pérdidas intraoperatorias (especialmente en niños pequeños) manteniendo una
temperatura ambiental adecuada (adultos 21º C y niños 26º C) y mediante la aplicación de
medidas de calentamiento pasivas (aislamiento) y activas (mediante mantas térmicas o
flujo aéreo cálido continuo). Además, se deben administrar todos los líquidos iv a
temperatura corporal.

En caso de aparición de escalofríos, es preciso administrar oxigenoterapia suplementaria


para evitar la aparición de hipoxemia. Su intensidad se puede disminuir con la
administración de bajas dosis (250-300 μg. Kg-1) de meperidina iv (10-20 mg para un
paciente adulto).
B) Escala de Aldrete

La escala de Aldrete permite seleccionar en base a una puntuación, los pacientes


aptos para ser trasladados de la sala de cuidados Postanestésicos a su habitación, siendo 9
la puntuación mínima, aunque se prefiere que el paciente tenga 10 o mas puntos para ser
trasladado con seguridad.

Escala de Aldrete.

Característica puntos
Actividad Mueve 4 extremidades voluntariamente o ante órdenes 2
Mueve 2 extremidades voluntariamente o ante órdenes 1
Incapaz de mover extremidades 0
Respiración Capaz de respirar profundamente y toser libremente 2
Disnea o limitación a la respiración 1
Apnea 0
Circulación PA ≤ 20% del nivel preanestésico 2
PA 20-49% del nivel preanestésico 1
PA ≥ 50% del nivel preanestésico 0
Conciencia Completamente despierto 2
Responde a la llamada 1
No responde 0
SaO2 >92% con aire ambiente 2
Necesita O2 para mantener SaO2>90% 1
SaO2 <90% con O2 suplementario 0

2- Metodos de Oxigenoterapia

a) Indicaciones para soporte mecanico de la ventilación

1. Las indicaciones clínicas básicas son: corregir la hipoxemia, acidosis respiratoria o


deterioro respiratorio progresivos, como lo es en los casos específicos de:
a. Depresión de los centros respiratorios, bien sea neurológica o
farmacológica.
b. Disfunción de los músculos respiratorios.
c. Descompensaciones de neumopatías.
d. Síndrome de distress respiratorio.
e. Descompensación aguda de pacientes con EPOC.
f. Edema agudo de pulmón.
g. Descompensación respiratoria postoperatoria.
h. Prevención y tratamiento de atelectasias perioperatorias.
i. Situación de shock establecido.
2. Los criterios clínicos que se toman en cuenta para la indicación de la ventilación
mecánica son:
a. Frecuencia respiratoria > 35 x'
b. Capacidad vital < 15 ml/Kg
c. Fuerza inspiratoria < 25 cm H2O
d. Pa O2 < 60 mm Hg con Fi O2 del 50 %.
e. Pa CO2 > 55 mm Hg

b) Parametros requeridos para extubar pacientes

Las variables usadas para predecir el éxito del retiro del soporte ventilatorio se
pueden dividir en aquellas que evalúan el intercambio gaseoso, las que evalúan la fuerza
muscular y las que tratan de evaluar la integración de ambas.
Entre los criterios de oxigenación están:
1. PaO2 > 60mmHg con FiO2 <40%.
2. Gradiente alveolo arterial <300mmHg.
3. PEEP <5cm de agua.
4. Entre los criterios ventilatorios se tienen:
5. PaCO2 <50mmHg.
6. pH >7,4.
7. Frecuencia respiratoria <30 por minuto.
8. Volumen corriente espontáneo >5ml/kg de peso.
9. Capacidad funcional vital mayor 10mL/kg de peso.
10. Presión inspiratoria máxima <20cm de agua.

3) Guías para la reposición de líquidos y electrolitos

La terapia líquida y electrolítica es una parte primordial del tratamiento de diversas


enfermedades. Los mecanismos homeostáticos se deterioran en muchos estados
patológicos, lo que induce a anormalidades hidroelectrolíticas importantes que convierten
en esencial la elección del tratamiento adecuado.

Podemos comparar de manera general los coloides con respecto a los cristaloides.
 Cristaloides:
– Agua + sustancias bajo Pm (sales).
– Con o sin glucosa.
– Paso rápido al intersticio.

 Coloides:
– Agua + sustancias Pm alto (proteínas o polímeros de Glu).
– Mantiene la p. oncótica del plasma (intravasculares).
Coloides vs Cristaloides

– t1/2 intravascular: 20-30 min VS 3-6h.


– 3-4 veces cristaloides que coloides.
– Las deficiencias intravasculares se corrigen más rápido con coloides.
– En cantidad suficiente igual de eficaces.
– >4-5l. de cristaloides: edema tisular.
– Coloides: más efectos secundarios

Las siguientes tablas nos permiten conocer las soluciones más utilizadas en reposición de
líquidos y electrolitos; y sus principales complicaciones.
4.-Tratamiento del dolor postoperatorio

a) Analgésicos de uso más frecuente en el P.O, complicaciones y efectos


secundarios

1. Dolor leve: Se trata habitualmente con analgésicos no opioides (AINEs) por vía
oral. Pueden asociarse a opioides menores (Codeína).

2. Dolor moderado: Este tipo de dolor suele controlarse con AINEs iv (ketoprofeno,
ketorolaco, metamizol, paracetamol) aunque en los primeras horas del
postoperatorio la intensidad del dolor pueda requerir alguna dosis ocasional de
opioide mayor por vía iv (meperidina)

3. Dolor severo: En este caso el control del control requiere la utilización de opioides
mayores iv (habitualmente meperidina o cloruro mórfico).

Es importante resaltar que el tratamiento analgésico debe ser administrado de forma


pautada (cumpliendo un horario estricto) para evitar que la concentración plasmática del
analgésico descienda por debajo de su rango plasmático terapéutico y el dolor
incremente. Por eso, si se utiliza la vía iv, la mejor forma de administración es mediante
perfusión continua que asegura un nivel plasmático estable y evita las fluctuaciones
propias de la administración periódica en forma de bolo.
A continuación en la siguiente tabla vamos a observar los principales analgésicos
utilizados en dolor leve, moderado y severo en la práctica médica.
Los efectos adversos de los AINEs son: úlcera péptica (PG E2 y PG12 son esenciales
para la producción de moco protector en la mucosa gástrica); disfunción renal (sobre todo
en pacientes cuya función renal depende de un nivel elevado de PG, caso de pacientes
ancianos con ateroesclerosis, pacientes hipovolémicos, insuficiencia cardíaca congestiva o,
fallo renal previamente conocido); broncoespasmo efecto antiplaquetario (que aunque
por sí mismo es poco probable que produzca clínica de sangrado, la combinación con
heparinas de bajo peso molecular para profilaxis de trombosis venosa profunda puede
aumentar ese riesgo.

La principal limitación de la analgesia con opioides es su incapacidad, cuando se


emplean de manera aislada, para controlar el dolor producido durante los movimientos
después de la intervención quirúrgica.

Los pacientes que reciben opioides después de una operación mayor pueden lograr
analgesia adecuada en reposo, pero no durante los movimientos. Por tanto, los pacientes
que reciben esta terapia tienden a estar quietos el mayor tiempo posible, pero los
modelos actuales de rehabilitación postoperatoria tras cirugía mayor requieren
movilización temprana del paciente. Estos regímenes de rehabilitación son de
utilidad porque pueden reducir a la mitad el tiempo de estancia postoperatoria en el
hospital y, por tanto, reducir también las complicaciones, pero los opioides contribuyen
poco a estos regímenes porque no ofrecen un buen alivio del dolor durante el
movimiento.

Las técnicas analgésicas no opioides alternativas ofrecen mejor alivio del dolor con
los movimientos y permiten a los individuos moverse con mayor facilidad sin
experimentarlo.

Los efectos gastrointestinales adversos de los opioides consisten en trastornos de


la motilidad como de la secreción. Las náuseas y vómitos son fenómenos frecuentes. Otra
adversidad importante es el íleo paralítico que producen. Los receptores p de los opioides
del intestino contribuyen de manera muy importante a este fenómeno, los receptores de
este tipo a nivel raquídeo también se ha visto que pueden mediar en la aparición de este
íleo postoperatorio.

Los opioides alteran el equilibrio del sueño produciendo una reducción del sueño
REM. En el postoperatorio temprano hay una disminución del sueño REM, con un
incremento posterior de rebote de este tipo de sueño durante la tercera y cuarta noche
postoperatoria. El aumento de rebote del sueño REM puede dar por resultado hipoxia
postoperatoria retrasada, que se ha acompañado de isquemia del miocardio.

Otros efectos de los opioides que pueden interferir con la rehabilitación rápida
son la retención urinaria, urticaria y trastorno mental.

Los opioides han sido la base del tratamiento del dolor postoperatorio, pero sus
efectos adversos como la depresión respiratoria, sedación, trastornos del nivel de
conocimiento, náuseas y vómitos, íleo, hacen que en la actual búsqueda de una
rehabilitación aguda de los pacientes quirúrgicos, con una movilización más temprana y
retorno rápido a la nutrición enteral y la actividad normales después del procedimiento
quirúrgico, hacen que el uso de estos analgésicos se esté limitando, utilizando otros
analgésicos no opioides para complementar y, en ocasiones, reemplazar, a los opioides a
fin de mejorar la analgesia, volver mínimos los efectos adversos y facilitar la rehabilitación
aguda después de la intervención quirúrgica.

b) Multimodalidad analgésica

El concepto de analgesia multimodal implica el adecuado control del dolor


postoperatorio, que permita una recuperación temprana de las actividades normales del
paciente y esto no se puede lograr con un simple fármaco, sino que es necesario la acción
sinérgica de varios grupos de fármacos de modo que se reduzcan las dosis totales de cada
grupo y de esta forma disminuyamos los efectos adversos de cada grupo de fármacos. Es
decir, implica la combinación de diferentes clases de analgésicos así como el uso de
diferentes vías de administración de los analgésicos con el objetivo de lograr un adecuado
control del dolor postoperatorio. Por tanto, el objetivo será conseguir, a través de la
combinación/asociación de fármacos analgésicos, aumentar su poder o potencia
analgésica, mejorar su biodisponibilidad y atenuar la intensidad de los efectos adversos y
disminuir la frecuencia de su aparición.

Diferentes estudios experimentales y clínicos han demostrado la eficacia de la


combinación de distintas clases de analgésicos en el control óptimo del dolor
postoperatorio. La mayor parte de estos estudios han demostrado una disminución de las
puntuaciones del dolor o de las necesidades de analgésicos después de la operación. Y,
aunque existen dudas sobre si es capaz de reducir la morbi-mortalidad, recientes estudios
sugieren que el uso de analgesia multimodal puede mejorar la recuperación funcional del
paciente y así reducir costes.

La utilización de analgésicos de manera combinada para abordar el dolor agudo


producido por la cirugía no debe reducirse al postoperatorio, sino que debe abarcar todo
el perioperatorio, desde el preoperatorio hasta alcanzar la recuperación funcional del
paciente.
Referencias Bibliográficas

1. Anestesia, reanimación y medicina del dolor (Tema 13). Gómez Luque, Aurelio.
2. Aldrete JA. The post-anesthesia recovery score revisited. J Clin Anesth, 1995.
3. Aldrete JA, Kroulik D. A postanesthetic recovery score. Anesth Analg, 1970.
4. Ventilación mecánica. Buforn Galiana, Andrés; Artacho, Carmen; de la Torre
Prados, María. Hospital Universitario Virgen de la Victoria, Málaga.
5. Principios de ventilación mecánica (CAPÍTULO XXIX). Celis, Edgar; Guerrero,
Carlos. Departamento de Anestesiología y Cuidado Intensivo Fundación Santa
Fe de Bogotá, Colombia.
6. Tratamiento del dolor. Escalera analgésica. Fernández, Teresa. Servicio de
Anestesiología, Hospital Meixoeiro.
7. Dolor postoperatorio: analgesia multimodal. Reyes Fierro, A; de la Cala Carcía,
F; Carutti. Patología del aparato locomotor, 2004. Servicio de Anestesia y
Reanimación Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid.

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