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Tres Paradigmas: Nuevo Urbanismo, Urbanismo

Cotidiano y Post Urbanismo.


Extracto del libro: "The Essential Common Place" Dough Kelbaugh.
a ser publicado por The University of Washington Press.
Traducción: Reinaldo Martínez

Por Doug Kelbaugh, 2000

El Nuevo Urbanismo no es el único juego en la ciudad. De hecho, los desarrollos urbanos convencionales
envuelven al campo norteamericano a una tasa creciente. Y el Nuevo Urbanismo disfruta de poco, -y con
frecuencia renuente- respeto en las academias, especialmente en las escuelas de arquitectura, donde
teorías más sexys y vanguardistas dominan la pedagogía. Además del desarrollo inmobiliario
convencional e inconsciente en el milenio en los Estados Unidos, hay en este momento al menos tres
escuelas de urbanismo: El Nuevo Urbanismo, el Urbanismo Cotidiano, y lo que yo denomino Post
Urbanismo. Los tres corren paralelos a los paradigmas arquitectónicos contemporáneos, aunque habrá
paradigmas adicionales guiados y definidos por la tectónica, el simbolismo, el regionalismo, el
historicismo, etc. Hay otros urbanismos y arquitecturas tanto emergiendo como disolviéndose,
especialmente fuera de los Estado Unidos, en los países en desarrollo, pero esos tres cubren la mayoría
del territorio teórico de vanguardia y de actividad profesionales los dos campos.

Una visión sinóptica breve de los tres paradigmas la veremos a continuación:

El Nuevo Urbanismo es utópico (o por lo menos reformista), inspirador en estilo y estructuralista en


concepción. Es utópico porque aspira a una ética social porque construye o repara comunidades existentes
en formas que mezclan equitativamente a la gente de diferentes ingresos, etnicidad, raza o edad, y a un
ideal cívico que mezcla coherentemente parcelas de diferentes usos y edificaciones de diferentes tipos. Es
inspirador porque patrocina arquitectura pública y espacios públicos que persiguen lograr que el
ciudadano sienta que son parte –orgullosa inclusive- de una cultura que es mas significativa que sus
mundos individuales y privados, una ecología que es vertical y horizontalmente conectada a bucles, ciclos
y cadenas naturales. El Nuevo urbanismo huye también de la transformación física y la
compartamentalización de la vida moderna, y trata de “establecer un enlace entre conocimiento y
sentimiento, entre lo que la gente cree y hace en público, y lo que los obsesiona en privado.” Es
estructuralista, (o al menos determinista) en tanto que mantiene que hay una relación directa y estructural
entre la forma física y el comportamiento cultural. Es normativa, en tanto que establece que el buen
diseño puede tener un efecto positivo mensurable en el sentido de lugar y de comunidad los cuales
sostiene que son esenciales para formar una sociedad saludable y sustentable. El modelo paradigmático es
una ciudad compacta y peatonal, con una jerarquía de espacios y arquitectura públicos y privados que
conduzcan a una interacción social frente a frente, incluyendo viviendas y jardines en segundo plano con
edificaciones cívicas e institucionales, parques y plazas en primer plano.

El Urbanismo Cotidiano es no utópico o antiutópico, conversacional y no estructuralista. Es antiutópico


porque celebra y construye sobre lo cotidiano, en la vida y la realidad ordinaria, con pocas pretensiones y
posibilidades de un ambiente construido, ordenado, o ideal que sea perfectible. De hecho, como lo
señalan John Kalinsji y otros en “Urbanismo Cotidiano”, la ciudad y sus diseñadores deben estar abiertos
a incorporar “elementos que permanecen evasivos: efimerismo, cacofonía, multiplicidad y
simultaneidad." Es esta apertura a la informalidad populista lo que hace al Urbanismo Cotidiano tema de
conversación. Es no estructuralista ya que subestima la relación directa entre diseño físico y
comportamiento social. Se deleita, por ejemplo, en la manera cómo los nativos y grupos migratorios
responden de maneras imaginativas a condiciones ad-hoc y a los espacios marginales. El apropiarse de
espacios para comercio en lotes baldíos o en estacionamientos, al igual que en callejones privados y
patios, para instalas ventas de garaje puede ser más diseño urbano por defecto, más que por intención. La
forma y la función se ven estructuralmente conectadas en una forma floja que resalta la cultura urbana
más que el diseño, como una determinante del comportamiento social. La arquitectura callejera y
vernácula (el bricolaje cotidiano bajo una concepción) en vecindades étnicas vibrantes, se presentan como
modelo instructivo, al menos como punto de partida.
El Post Urbanismo, probablemente mejor calificado como “Urbanismo Koolhas” entre los profesionales
del diseño y académicos, es heterotópico, sensacionalista y post-estructuralista. Los proyectos de
Ciudades Genéricas de Koolhas acogen las edificaciones desconectadas hipermodernas y el urbanismo de
centros comerciales. También son heterotrópicas porque descuentan valores compartidos o meta
narrativas hasta lo imposible, en un mundo en fragmentación que se compone de zonas aisladas donde
están “los otros” (P. ej., los indigentes, los gays, las comunas, las milicias, los prisioneros, las minorías,
etc.), al igual que zonas convencionales de consumidores, navegadores de la web y turistas libres. Fuera
de los sistemas de ordenación tradicional, estas zonas de tabú, fantasía, y comercio de incesante consumo
se aprecian como liberadoras porque permiten “nuevas formas de conocimiento, nuevas posibilidades
híbridas, nuevas formas de libertad impredecibles”. Es precisamente la desconfianza de este
“ordenamiento” lo que hace a los post-estructuralistas tan opuestos a la arquitectura y el urbanismo
convencional." Las comunidades tradicionales basadas en el lugar físico y en propensión se conocen
como represivas, e irrelevantes a la luz de la tecnología moderna y las telecomunicaciones.

El Post Urbanismo es estilísticamente sensacional, porque intenta asombrar un consumidor


crecientemente sofisticado del entorno construido con un urbanismo y una arquitectura más atrevida
provocativa. Como el modernismo, su lenguaje arquitectónico es usualmente bastante abstracto, y con
pocas referencias al contexto histórico o físico. También continua el proyecto modernista de vanguardia
que utiliza las tácticas de shock, sin importar la ubicación ni el programa. A veces es difícil saber si utiliza
el shock para si mismo o si el principal motivo es inspirar genuina creencia en la posibilidad de cambiar el
status quo y resistir los controles y límites que parecen ser demasiado predecibles e incluso tiránicos.
Koolhaas, Eisenman, Hadid, Libeskind, Tschumi, y Gehry son post estructuralistas en deuda con Derrida
y otros filósofos deconstructivistas. Gehry describe sus exuberantes inserciones en la ciudad como
ejemplos de urbanismo democrático y abierto, a pesar de que usualmente ignora y avasalla el discurso
urbano local. Tal como indicamos en el Capítulo 2, los proyectos de De Con son usualmente auto
contenidos y microcósmicos, con poca fe en el trabajo de otros para completar el tejido urbano, incluso
aunque sea fragmentado. El trabajo Post Urbanista abarca y expresa un urbanismo y una arquitectura más
dinámicos, menos estandarizados 1 y menos predecibles. El portafolio personal de diseño, el cual es
típicamente más auto referencial que contextual; y una ciudad auto-céntrica y expansiva como Atlanta, se
presenta como modelo, aunque la mera idea de un modelo o una tipología podrían ser rechazadas de
plano.

Sus Sensibilidades, Metodologías y Resultados.

Las diferencias entre esos tres estilos de Urbanismo y Arquitectura son consistentes y profundas. La
divergencia probablemente comienza con la sensibilidad estética del diseñador, que es
argumentablemente más básica que los criterios de diseño. La sensibilidad con frecuencia proviene de
experiencias tempranas y recuerdos tan primitivos como los juegos infantiles y el entrenamiento de los
esfínteres. Estos criterios son menos conscientes y más difíciles de cambiar que el conocimiento cognitivo
y los valores adquiridos. Lo enredado y complejo del mundo que es capaz de tolerar un diseñador, está
más afianzado que la cantidad de injusticia que el o ella pueden tolerar, o cuantos de los problemas que
enfrenta, puede él justificadamente delegar a la “séptima generación”. En dónde encaja el diseñador en el
espectro de esos tres paradigmas, puede en última instancia tener que ver con que el o ella prefieran
visceralmente pasar el tiempo en los grandes monumentos y boulevards del París del siglo XIX, en las
callejuelas medievales del Distrito de Marais, o en el rascacielos de La Défénse, su complejo de oficinas
del siglo XX.

El discurso teórico, por supuesto, templa esos sentimientos. Por ejemplo, los mismos sistemas políticos,
regímenes y filosofías diferentes que hicieron surgir cada uno de los urbanismos parisinos, colorearán sin
duda toda sensibilidad visceral al igual que muchos criterios cerebrales de diseño.

En adición a las varias sensibilidades, los diseñadores utilizan diferentes metodologías. El Nuevo
Urbanismo es el más basado en precedentes de los tres. Trata de aprender y extrapolar de los tipos

1
“destabilized” en el original. N d T.
arquitectónicos más duraderos, al igual de los mejores ejemplos históricos y tradiciones, a medida que se
intersectan con las prácticas ambientales, tecnológicas, sociales, económicas y culturales contemporáneas.
Es además, el más normativo, adoptando más códigos prescriptivos que zonificaciones prohibitivas. La
coherencia global, la legibilidad y la escala humana son altamente valoradas. Los nuevos urbanistas se
ven a si mismos, como “expertos” en diseño que dirigen el debate público y tratan de modelar el diálogo
(con frecuencia a través de encuentros comunitarios) en diseño y planificación holísticos.

El Urbanismo Cotidiano es el más populista, con el diseñador visto como un estudiante empírico de lo
común y lo popular, opuesto al diseñador idealizado o cultivado. El diseñador profesional es más un co-
participante igualitario que tiene el privilegio de ingresar al diálogo público, el cual es relativamente
abierto y democrático. Es menos normativo y doctrinario que le Nuevo Urbanismo, porque se trata más
de re-ensamblar e intensificar lo existente, las condiciones cotidianas que de cambiarlas y comenzar con
un modelo diferente. Es también más modesto y compasivo que cualquiera de los otros dos paradigmas.
Si el nuevo urbanista romantiza un pasado mítico, el urbanista cotidiano sobreestima el aspecto mítico de
lo ordinario y feo, tal como Robert Venturi y Denise Scott Brown tienden a sobrevaluar las arterias y
distritos de entretenimiento de lugares como Las Vegas.

El Post Urbanismo acepta y expresa el tecno-flujo del mundo globalizado, tanto real como virtual. Es
exploratorio, más que normativo y le gusta revertir códigos y convenciones. Quizás los Post urbanistas no
tienden a vincular al público tan directamente en el diálogo, porque sienten que la ciudad tradicional es
obsoleta y sus instituciones están demasiado calcificadas para promover posibilidades liberadoras. Así
tienden a operar como “genios solitarios” que contribuyen a un monólogo -usualmente egoísta desde el
punto de vista urbanístico- dirigido al mercado mediático. Koolhas afirma que ya no hay esperanza de
lograr coherencia o unidad urbanística. Su propia arquitectura, como la de Libeskind y otros, es
internamente consistente –y bastante elegante en la mayoría de los casos- pero tiene poco interés en tejer
o re-entramar un tejido ecológico o urbano consistente y continuo en el espacio y tiempo. Los proyectos
son con frecuencia extra grandes, desnaturalizados, osados y compiten con el contexto. Si el nuevo
urbanista sobreestima el presente prosaico, el post urbanista se sobre entrega a un futuro excitante
interminable.

Los tres paradigmas conducen a muy diferentes resultados físicos. Estos resultados pueden variar, aunque
poco, de acuerdo a si el cliente es público o privado. El Nuevo Urbanismo con su claridad y orden
latinizados, alcanza una mayor unidad estética y mayor comunidad social, mientras mezcla diferentes
usos a escala humana en estilos y tipos arquitectónicos. Su trama conectiva de calles peatonalmente
amigables, se ven mucho mejor a nivel del suelo que desde el aire, desde donde pueden lucir formulada y
asimétrica en exceso. El Urbanismo Cotidiano, que es el menos estéticamente dirigido, rara vez logra
belleza y coherencia, de día o de noche, en micro o en macro, aunque es igualitario y vivo en las calles.
Los planes de desarrollo Post Urbanista se ven muy excitantes, con sus vectores tipo láser, fractales, arcos
y sistemas dinámicos de circulación. Sin embargo pueden ser exagerados en escala y vacíos para los
peatones. Los turistas en autos alquilados que experimentan la arquitectura y el urbanismo a través de sus
parabrisas, son una audiencia mejor atendida que los residentes, para quienes hay pocos atractivos a
escala humana o detalles arquitectónicos que perduren con los años.

Los tres valores fundamentales descritos en la introducción como línea base de este libro: comunidad,
orden sustentable y espíritu humano, pueden ser asignados libremente a estos tres paradigmas. El Nuevo
Urbanismo, con su énfasis en valores ambientales y diseño ecológico es el que más se apega al orden
sustentable. El Urbanismo Cotidiano está más alineado con la comunidad; y el Post Urbanismo con el
espíritu humano, especialmente en lo que se refiere a la libertad. El Urbanismo Cotidiano está más
empujado por la compasión del ágape y el Post Urbanismo por la libertad de la excelencia 2, mientras que
el Nuevo Urbanismo busca un balance entre estos dos valores humanos fundamentales. Todos ellos tienen
valores intrínsecos y sus virtudes son necesarias e incluso liberadoras en el tiempo y el lugar correctos.
Pero el Urbanismo Cotidiano es con demasiada frecuencia, urbanismo por defecto, más que urbanismo
por diseño y el Post Urbanismo es con demasiada frecuencia un urbanismo de lo sensacional, edificios
trofeos en un dominio público atrofiado. Podemos construir espacios más sustentablemente ordenados, y
más emancipatorios que lo que prometen estos dos modelos. Lo que el balance de este libro argumenta es
que el todo tipo de planes urbanísticos, sociales, económicos, culturales, históricos y arquitectónicos, el
Nuevo Urbanismo es lo que nos beneficiaría más de ahora en adelante.

2
En el original “arête” (del griego arete). N d T.
Bibliografía:

- T. Zeldin. An Intimate History of Humanity, New York, Harper Collins, 1994

- J. Kaliski. Everyday Urbanism, New York, Monacelli Press, 1999

- Ellen Dunham-Jones, personal correspondence, January 2, 2000

Fuente: Three Paradigms: New Urbanism, Everyday Urbanism, Post Urbanism—Extracto de “The Essential Common Place”. D
Kelbaugh - Bulletin of Science, Technology & Society, 2000 – NASTS. Traducción Reinaldo Martínez.

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