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Tema 13
Tema 13
1. Introducción
Los cuatro estadios del sueño lento más el sueño REM se repiten 4 o 5 veces durante la
noche con una duración media cada ciclo de 90 minutos. En el último tercio del sueño la
proporción de REM es mucho mayor y el sueño profundo llega a desaparecer en los últimos
ciclos.
Los trastornos primarios del sueño son consecuencia de la alteración en el mecanismo del
ciclo sueño-vigilia. Diferenciamos dos tipos:
Consiste en una dificultad persistente para iniciar o mantener el sueño reparador, lo que
produce un malestar clínicamente significativo o deterioro que dura más de un mes y que
no es consecuencia de un trastorno psiquiátrico, de una enfermedad médica o de la ingesta
de sustancias. Se produce un mínimo de 3 noches a la semana y genera angustia o
incapacidad diurna.
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Las quejas por insomnio tienen una prevalencia de 30-45%, pero el insomnio crónico o
persistente sólo afecta a un 10-15%. Los problemas de insomnio primario afectan de 1 a
10% de la población, siendo más frecuente en mujeres e incrementándose con la edad.
2.2. Hipersomnias
Consiste en una somnolencia excesiva como síntoma principal, lo que ocurre en dos
trastornos primarios del sueño: la narcolepsia y el síndrome de apnea obstructiva.
Deben suceder a diario como mínimo durante 3 meses (2-6 episodios al día).
2.3. Pesadillas
Tiene una prevalencia del 50%, pero es un problema cuya frecuencia oscila entre 3 y 8%
en la vida adulta y en niños de 3 a 5 años la prevalencia puede llegar al 50%.
2.5. Sonambulismo
3. Modelos explicativos
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3.1. Modelo de cronificación de los problemas de sueño
Propuesto por Spielman y Glovinski en 1991 explica el insomnio por el modelo diátesis -
estrés, de manera que si a factores predisponentes se le añade una situación de estrés se
genera un episodio agudo de insomnio que produce conductas desadaptativas que acaban
perpetuando el trastorno de insomnio, haciéndolo crónico.
Entre los factores de riesgo destacan el ser mujer, tener una edad avanzada, tener historia
familiar y una alta activación neurovegetativa (vulnerabilidad).
Las consecuencias del insomnio (alteraciones diurnas) contribuyen a recordar los problemas
de sueño y a incrementar la activación. Se asume la incontrolabilidad del insomnio y se
altera el estado de ánimo, se incrementa la activación cognitiva que contribuye a exacerbar,
mantener y perpetuar el insomnio.
4. Evaluación
Permite elaborar la historia de sueño, podemos utilizar alguna elaborada como la Insomnia
Interview Schedule (ver tabla 2).
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- condiciones del dormitorio
- preocupaciones y/o alteraciones emocionales
- comportamiento y actitud de los allegados
- repercusiones
- otros tratamientos.
4.3. Cuestionarios
5. Tratamiento
5.1. Insomnio
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- Utilizar la cama sólo para dormir
- Realizar conductas rutinarias y relajantes antes de acostarse
c) La higiene del sueño es un procedimiento educativo que pretende mejorar los factores
ambientales relacionados con el sueño y los hábitos inadecuados. Como técnica sola
tiene una eficacia limitada pero esta mejora cuando se combina con otras técnicas
(aislado se considera en fase experimental).
Supone dar una serie de pautas como:
- No ingerir bebidas estimulantes entre 4 y 6 horas antes de acostarse, ni fumar, ni
tomar alcohol
- Cenar de manera ligera y tomar un vaso de leche antes de ir a dormir (contiene
triptófano)
- Realizar un ejercicio físico regular durante el día pero evitar el ejercicio intenso 3 o
4 horas antes de dormir
- Regular los factores ambientales en cuanto a ruido o temperatura
d) La restricción del sueño, propuesta por Spielman, consiste en reducir la cantidad de
tiempo que pasamos en la cama, retrasando la hora de acostarse de tal manera que la
permanencia total de horas en la cama coincida con el número de horas de sueño (se
va adelantando cada vez la hora de acostarse e incrementando el tiempo de
permanencia en la cama). Se utiliza en combinación con el control de estímulos o con la
higiene del sueño, siendo un tratamiento probablemente eficaz pero empíricamente
validado como componente de un programa multicomponente.
Podemos decir, por tanto, que la terapia cognitivo-conductual del insomnio incluye el control de
estímulos, la restricción del sueño, la relajación, la terapia cognitiva y la higiene del sueño. En
un metaanálisis realizado por Okajima y colaboradores en el 2001 encontraron que la eficacia
era alta para tratar el insomnio crónico de manera que podemos considerarlo un tratamiento
bien establecido. Podemos medir sus resultados de manera subjetiva mediante diarios de sueño
y auto informes y de manera objetiva mediante la polisomnografía o la actiografía.
5.2. Hipersomnias
Para la narcolepsia, que genera somnolencia diurna, se utiliza la programación de siestas diarias
diurnas de 10 a 30 minutos realizadas 2 o 3 veces al día como tratamiento en fase
experimental, pero que aumenta su eficacia si se combina con un horario regular de sueño
nocturno.
Para la apnea obstructiva además de tener el CPAP como tratamiento con apoyo empírico, se
ha visto que una intervención conductual puede mejorar la adherencia a este. En el caso de la
apnea hemos de influir para modificar el estilo de vida, en cuanto a la pérdida de peso
(disminuyendo este un 10% se reducen un 26% las apneas) y cambiando la postura del cuerpo
al dormir. Son tratamientos que están todavía en fase experimental. Se incluyen también
tratamientos para el control del consumo de alcohol, de tabaco y de fármacos depresores.
5.3. Pesadillas
La primera estrategia que se desarrolló para las pesadillas fue la desensibilización sistemática
en imaginación, con 11 -13 sesiones. Comparando con un grupo control sin tratamiento y con
un grupo al que se le hizo relajación se demostró una eficacia diferencial de la desensibilización
en sólo 5 o 6 sesiones, de aquí que se considere un procedimiento bien establecido. En cambio
la desensibilización sistemática de autocontrol y la de movimientos oculares están en fase
experimental.
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En los años 70 se había utilizado la exposición masiva o inundación, pero de momento se
consideran en fase experimental. La autoexposición a recuerdos, propuesta por Burges en los
años 90, es una estrategia probablemente eficaz.
Son dos parasomnias que se producen durante el sueño no REM, es decir, el de ondas lentas,
en el primer tercio de la noche, suponiendo ambas una pérdida de contacto con la realidad, y
requiriendo ambas (tanto los terrores nocturnos como el sonambulismo) de tranquilizar,
reconducir a la cama y sobre todo de no despertar al sujeto.
Son más probables cuando hay una alteración del ritmo sueño-vigilia, privación del sueño,
activación emocional o consumo de ansiolíticos o alcohol.
El paciente debe:
- Regular sus horarios
- Evitar ansiolíticos y alcohol
- Evitar actividades que puedan alterarle emocionalmente durante la tarde-noche.
Los despertares programados suponen primero observar para registrar la hora de aparición del
episodio de terror o de sonambulismo durante dos semanas y segundo despertar al sujeto
ligeramente entre 15 y 30 minutos antes de la hora habitual del episodio. Este tratamiento se
mantiene hasta 7 noches seguidas sin episodios y luego se retira gradualmente.
En cuanto a la hipnosis, existe evidencia de eficacia en estudios de caso único y de grupo. La
inducción hipnótica que dura 20 minutos se realiza antes de dormir y se les pide a los sujetos
que se imaginen a sí mismos durmiendo toda la noche.
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6. Programa propuesto para el tratamiento del insomnio
Perlis en 2009 desde la Universidad de Rochester propone cuatro estrategias que han
demostrado empíricamente su eficacia en el tratamiento del insomnio crónico:
- El control de estímulos
- La restricción del sueño
- La higiene del sueño
- La terapia cognitiva.
Su programa dura 8 semanas, con sesiones semanales de 30 a 120 minutos de duración, para
el insomnio primario. Se aplica cuadno los problemas en el sueño se producen al inicio (tardan
más de 30 minutos en dormirse) o son de mantenimiento (están despiertos más de 30 minutos
durante la noche), cuando el funcionamiento diario resulta afectado, cuando existen factores
conductuales (estrategias compensatorias) que están manteniendo el problema y cuadno se
mantiene mediante una asociación condicionada.
La primera sesión supone la evaluación de acogida y dura de 60 a 120 minutos, para evaluar el
trastorno, analizar la adecuación de la intervención y entrenar en los diarios de sueño (con una
línea base de 1 o 2 semanas). Se utilizan cuestionarios específicos como el Indice de Severidad
del Insomnio.
Se le indica que con el tratamiento cognitivo-conductual hasta dentro de 2 a 4 semanas no se
notará mejoría, y se le anima a la discontinuación del tratamiento con benzodiacepinas aunque
se sigue con los antidepresivos.
La necesidad del diario del sueño deriva de que nos permite tener dos datos objetivos (la hora
de dormir y la hora de levantarse), que nos proporciona datos estimados (el tiempo que tarda
en conciliar el sueño, el número de despertares y el tiempo que permanece de spierto) y que
nos da datos que podemos calcular posteriormente (el tiempo en cama y el tiempo total de
sueño).
La segunda sesión supone el inicio del tratamiento y dura de 60 a 120 minutos, en que se
adapta el tratamiento al caso y se da una explicación didáctica de la restricción del sueño y del
control de estímulos, lo que propicia una mayor motivación y adherencia. Se revisan los diarios
de sueño y se marcan los tres principales parámetros en el gráfico: la latencia de sueño, los
despertares nocturnos y el tiempo total de sueño. La diferencia entre el tiempo en cama y el
tiempo de sueño se considera un índice de la eficacia del sueño (si lo multiplicamos por cien
tendremos el % de Eficacia del Sueño).
Se presenta el modelo conductual, que diferencia entre factores precipitantes, predisponentes y
mantenedores y se inicia la primera restricción del sueño para conseguir igualar el tiempo de
permanencia en cama con el tiempo total de sueño. En segundo lugar introducimos el control
de estímulos.
La cuarta sesión supone una valoración del sueño y dura de 30 a 60 minutos, en que revisamos
las gráficas y diarios, evaluamos el cumplimiento de pautas, evaluamos los logros y realizamos
los ajustes necesarios en función del porcentaje de eficacia de sueño. Si es superior a 90% se
incrementará la permanencia en cama en 15 minutos, y se mantiene hasta que alcanza un 85 -
90%.
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En la sexta y séptima sesión se valora el sueño de 30 a 60 minutos, dedicándose a revisar los
nuevos pensamientos detectados.
Es normal que se produzcan episodios transitorios de insomnio en los que se pauta que el
sujeto no compense la pérdida de sueño, que se vuelva al control de estímulos y que si
persiste, se realice nuevamente la restricción del sueño.