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“MADRE INDIA” _ ¿mi madre qué?

_Tu madre sirvió de india en mi


casa
_Me lo escupió como un insulto...
Y era para todo y todos,
_Y a mí, me supo a alabanza.
Como una bestia de carga.
_Tu madre...
_ ¿Para todos?; sí lo admito,
_ ¿Mi madre qué?
Menos para el canalla
Se me tensaron las venas,
De tu padre, que mil veces
Como cuerdas de guitarra;
De niña quiso ultrajarla
Como cuando alguien mete la
Y poseerla siendo ya mujer casada,
mano,
Para él, no. ¡Lo juro!
Así nomás, sin saber tocar,
¡Lo juro por tata Dios y
Y tiemblan, vibran, suenan a muerte
Santa María del quiche!
y luego se calman
Mi virgen de la montaña;
Pero en el impulso intimo
Que si ella fue copo de nieve
Late un eco de venganza.
Mi madre no le pidió nada.
Sobre la piel de su cuerpo.
Así se tensaron mis venas
No hay más huellas
Al eco de sus palabras,
Que la de los golpes que mi padre,
_Tu madre...
Borracho le propinaba...
¿Mi madre qué?
_Tu madre... era india.
Mi tata, Ay! Mi tata borracho y así,
_India sí, pero de pura raza.
Lo quise con pasión emocionada,
Todo mundo puede verlo;
Porque la borrachera de mi padre
Lo lleva escrito a las claras,
Más grande y más amarga,
Sobre la tersa vitela,
No era del alcohol, del que llora
Del óvalo de su cara,
En el trapiche de la caña,
Con caracteres incaicos
Sino del sumo ensangrentado
En un fondo de oro y plata.
De un racimo de mil lágrimas,
Un collar de baratijas le cuelga del
Borracho para olvidar,
pecho y canta,
Borracho de ira y de rabia,
Como un nido de gorriones,
Borracho, y así borracho
Que al respirar se le espantan.
Sin saberlo la ultrajaba.
Dos arracadas le cuelgan
De sus orejas con gracia
¡Mamá! ¡Mamá!
Como si fuesen marcando poquito a
Como un relicario beso, las huellas
poco, con ansias,
Que hay en tu cara,
De que un día
Que son como cien años
Mejor que nunca
Que con pasión te hizo
Llegue a despuntar el alba.
Mi tata, con la virilidad cundía
Para rematar, dos trenzas
De su hombría pisoteada,
Le cubren pecho y espalda
En un trapiche cruento
Como si los dioses indios
De una injusticia nefasta.
Hubiesen firmado el acta.
¡Ya no llores, mamá!
Que ya nadie, ¡Oh Dios!
India mi madre, muy india,
Te ha de matar el alma, te
Larguísimas son sus faldas
defenderé aunque sea con esta
Que solo el viento o la mano
ladua
De mi padre las levantan.
Que aspira a ser andamio
Y que hacen un mundo mejor,
_Tu madre...
Si no,
Que las cañas, nuestra milpa
Se vuelvan lanzas.

Así que sí, me has brindado,


La ocasión de estas palabras
Anda, sigue tu camino
Con tu soberbia de raza,
Y tu mundo de perjuicios
Como joroba a la espalda.
La vida te ha sido fácil,
Y por serlo inapreciada.
Ojalá!... que cuando haya
problemas
Sepas superar la vida,
Con valor y elegancia.

Me Temo que tus hijos


Sean parásitos del mañana,
Y que si llevan las trenzas,
Se ahorquen con ellas
Por no aguantarlas.
¡La vida para vivirla,
Hay que sufrirla y amarla!
Anda sigue tu camino,
Pero mide tus palabras,
Que quisiste hacerme una ofensa
Y a mí,
A mí me supo a alabanza.
Porque mi madre es india,
India, muy india,
India; ¡sí!..!

Autor:

Alberto Méndez

Chileno

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