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CRITERIOS DE DIAGNOSTICO DE DEPRESION

Vigo, Thornicroft y Atun (2016) mencionan que la depresión se caracteriza por


presentar un conjunto de síntomas de predominio afectivo tales como tristeza
patológica, apatía, anhedonia, desesperanza, decaimiento, irritabilidad, sensación
subjetiva de malestar e impotencia frente a las exigencias de la rutina diaria.
Además, se observa la presencia de síntomas de tipo cognitivo, volitivo y
somático, por lo que podría hablarse de una afectación global, psíquica y física.
Este abanico de síntomas cambia según la edad de presentación, encontrándose
con mayor frecuencia síntomas somáticos en la población anciana (Serby y Yu,
2003) y síntomas más comportamentales como la irritabilidad, el fracaso escolar o
el abuso de sustancias en la población infantojuvenil (León-Sanromá,2012).
Se trata de una enfermedad heterogénea y multifactorial, cuya etiopatogenia es
una mezcla de factores ambientales y biológicos. Las nosologías y clasificaciones
internacionales DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) de
la Asociación Americana de Psiquiatría y la Clasificación Internacional de
Enfermedades 10ª edición (CIE-10) (OMS, 1992) de la OMS definen una serie de
criterios para establecer el diagnóstico de depresión (tablas 1 y 2)

A. Cinco (o más) de los siguientes síntomas han estado presentes durante un


período de 2 semanas, que representan un cambio respecto a la anterior, por lo
menos uno de los síntomas debe ser (1) estado de ánimo depresivo o (2)
pérdida de interés o de la capacidad para el placer.
Nota: No incluir los síntomas que son claramente atribuibles a otra condición
médica.
1. Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día según lo
indica el propio sujeto (p. ej., se siente triste o vacío) o la observación realizada
por otros (p. ej., parece lloroso). Nota: En los niños y adolescentes el estado de
ánimo puede ser irritable
2. Marcada disminución del interés o placer en todas o casi todas las
actividades, la mayor parte del día, casi cada día (según refiere el propio sujeto
u observan).
3. Pérdida de peso significativa sin hacer dieta o ganancia de peso (p. ej., un
cambio de más del 5 % del peso corporal en 1 mes), o disminución o aumento
del apetito casi todos los días. Nota: En niños hay que valorar el fracaso para
hacer la ganancia de peso esperada.
4. Insomnio o hipersomnia casi todos los días.
5. Agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los
demás, no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido).
6. Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.
7. Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden
ser delirantes) casi cada día (no solo remordimiento o culpa de estar enfermo) 8.
Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada
día (no solo remordimiento o culpa de estar enfermo)
8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi
cada día (ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena)
9. Pensamientos recurrentes de muerte (no solo temor a la muerte), ideación
suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan
específico para suicidarse
B. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro en las
áreas sociales, ocupacionales, u otras importantes del funcionamiento.
C. El episodio no es atribuible a los efectos fisiológicos de una sustancia o a
otra enfermedad médica.
Nota: Criterios de A-C representan un episodio depresivo mayor.
Nota: Las respuestas a una pérdida significativa (p.ej. pérdida, ruina económica,
las pérdidas por un desastre natural, una enfermedad grave o discapacidad)
pueden incluir los sentimientos de intensa tristeza, reflexión sobre la perdida,
insomnio, falta de apetito y pérdida de peso señalados en el Criterio A, que
puede parecerse a un episodio depresivo. Aunque tales síntomas pueden ser
comprensibles o se consideren apropiados para la pérdida, la presencia de un
episodio depresivo mayor, además de la respuesta normal a una pérdida
significativa debe ser considerado cuidadosamente. Esta decisión requiere
inevitablemente el ejercicio del juicio clínico basado en la historia del individuo y
las normas culturales para la expresión de angustia en el contexto de la perdida.
D. La aparición del episodio depresivo mayor no se explica mejor por un
trastorno esquizoafectivo, esquizofrenia, trastorno esquizofreniforme, trastorno
delirante, u otro del espectro esquizofrénico especificadas y no especificadas y
otros trastornos psicóticos.

Tabla 1. Criterios diagnósticos de depresión según DSM-5

En los episodios depresivos típicos aparece un humor depresivo, una pérdida de


la capacidad de interesarse y disfrutar de las cosas, una disminución de la
vitalidad que lleva a una reducción del nivel de actividad y a un cansancio
exagerado. También son manifestaciones de los episodios depresivos:

a. La disminución de la atención y concentración.


b. La pérdida de confianza en sí mismo y sentimientos de inferioridad.
c. La idea de culpa y de ser inútil.
d. Una perspectiva sombría del futuro.
e. Los pensamientos y actos suicidas o de autoagresiones.
f. Los trastornos del sueño.
g. La pérdida del apetito.

La depresión del estado de ánimo varía escasamente de un día para otro y no


suele responder a cambios ambientales. Se requiere una duración de al menos
dos semanas, aunque periodos más breves pueden ser aceptados si los
síntomas son excepcionalmente graves o de comienzo brusco.

El trastorno depresivo recurrente se caracteriza por la aparición de episodios


repetidos de depresión, pero sin antecedentes de episodios aislados de
exaltación del estado de ánimo o aumento de la vitalidad suficientes para
satisfacer las pautas de manía.
Tabla 2. Criterios diagnósticos de depresión según CIE-10

Serby, M., & Yu, M. (2003). Overview: depression in the elderly. The Mount Sinai
Journal Of Medicine, New York, 70(1), 38–44
Vigo, D., Thornicroft, G., & Atun, R. (2016). Estimating the true global burden of
mental illness. The Lancet Psychiatry, 3(2), 171–178.
León-Sanromá, M. (2012). Los trastornos del estado de ánimo. Actualización En
Medicina de Familia, 8(2), 64–79.

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