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5 de julio de 2017
Colombia, como un país dependiente en el sistema
imperante, está subordinado a ciertas dinámicas
económicas y sociales, que ocasionan formas de
sobreexplotación tanto humanas como de la naturaleza,
en donde las comunidades se ven enfrentadas
directamente con las consecuencias de un sistema
totalmente depredador e inhumano, que ha sido
profundizado y potencializado en la etapa neoliberal.
INTRODUCCIÓN
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Colombia como una economía dependiente a diferencia de los países metropolitanos, está
determinado, en el sistema capitalista, a la relación exportación e importación, lo cual
ocasiona una dictadura de las relaciones productivas dirigidas por las necesidades de las
económicas metropolitanas. Estas dinámicas generan una sobredeterminación de las
relaciones económicas externas sobre las relaciones económicas internas, propiciando una
debilidad endémica de las economías dependientes debido a que los ingresos de estos se
conciben en relación a los términos de intercambio internacional tanto de las exportaciones
como de las importaciones.
Esta dictadura de las economías metropolitanas sobre las económicas dependientes genera
entre otras: i) una determinación directa en la producción; ii) una sobreexplotación laboral y
de la naturaleza; iii) una baja tasa de democratización; y, iv) una debilidad endémica de los
países dependientes a los flujos y reflujos de la economía internacional. Estas dinámicas
propias de los países dependientes son características de la acumulación capitalista y son re-
afianzadas y profundizadas en la etapa neoliberal.
Gráfica 1 Exportaciones en Colombia en algunos sectores desde 1915 hasta 2012 en (%) [2]
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Como refiere Ruy Mauro Marini en el siguiente extracto la nueva división internacional del
trabajo ocasiona que “[…] uno de sus resultados visibles es el regreso de países (desde luego
con métodos de gestión plenamente capitalistas, a diferencia de lo que sucedía antes) a la
forma simple de división internacional del trabajo que primaba en el siglo XIX y que
involucraba el trueque de bienes primarios por bienes manufacturados.” (Marini R. , 2008,
pág. 260)
Ante estas dinámicas de opresión directa de las metrópolis a los países dependientes, se
evidencia como existe una determinación inmediata en el desarrollo económico de los países
dependientes por los países metropolitanos, donde los primeros deben producir y/o explotar
las mercancías necesarias para mantener el mecanismo económico internacional.
Gráfica 2 Precio de las materias primas entre 1999 y 2015 en (puntos básicos) [3]
Este incremento de los precios de las materias primas generó el aumento demencial del
extractivismo en los países dependientes en particular en los países de América Latina y,
claramente, en Colombia. Según el Atlas Global de Justicia Ambiental, Colombia es el país
con mayores conflictos ambientales con alrededor de 72 conflictos para el año 2014.
Aunque se evidencia -en la gráfica 2- como en el año 2014 los precios de las materias primas
o Commodities tienen un gran desplome en sus precios internacionales [4], estas dinámicas
de sobreexplotación de la naturaleza no cesaron, puesto que la tesis gubernamental en el país
y en gran parte de América Latina ante la crisis devenida de la caída de los precios de las
materias primas es recuperar lo perdido por los bajos precios con una mayor explotación de
los recursos naturales y/o Commodities.
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Esto conllevó a un incremento de los conflictos ambientales, debido a que las comunidades
evidencian de manera latente la sobreexplotación de la naturaleza y sus consecuencias tanto
físicas como culturales afectando de manera directa a sus vidas y sus relaciones de
producción y reproducción de la vida material. Esta confrontación entre las comunidades y
las instituciones gubernamentales se han visto reflejadas en la estigmatización y
deslegitimación de las primeras por las segundas.
Ilustración 1 Mapa de los conflictos ambientales en Colombia para el año 2016 [5]
Las comunidades han observado los desastres ambientales que causa la explotación de los
recursos naturales, que se transforman en la cosmovisión de las comunidades desde un valor
de cambio -Commodities- hacia un valor de uso -los bienes comunes-, donde las
equivalencias y relaciones económicas de y sobre la naturaleza son desmitificadas y se
replantea la relación que tiene la humanidad-natural con la naturaleza.
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Las comunidades transformaran su pensamiento y accionar debido a la experiencia de los
innumerables ecocidios alrededor del país, con lo cual propician varias formas de resistencia
en contra de este perjuicio, como son las consultas populares para frenar los proyectos
extractivos en sus territorios y la presión ejercida sobre los consejos municipales para que
ratifiquen la negativa de este tipo de proyectos.
Estas dinámicas democráticas solo pueden ser puestas en marcha bajo la concientización de
las comunidades y un trabajo arduo por la educación y socialización de experiencias
acumuladas y de estudios propios, que se basan en la horizontalidad y el respeto a la
diferencia.
Como se puede observar en la ilustración no. 2 hasta el momento se han realizado 5 consultas
populares relacionadas con los temas de explotación en el sector minero-energético, y se
preparan más de 40 iniciativas a lo largo de todo el país, lo cual ha sido llamado como el
“boom” de las consultas populares.
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Ilustración 2 Consultas Populares en el sector minero energético [6]
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“En el ámbito interno los componentes de la justicia social ambiental
cuentan con respaldo constitucional expreso y quedan comprendidas
dentro del mandato del Constituyente de asegurar la vigencia de un orden
justo (art. 2 CP). Es más, no se debe olvidar que la Carta del 91consagra el
derecho de todas las personas a gozar de un ambiente sano, disposición
que, interpretada a la luz del principio de igualdad establecido en el artículo
13, fundamenta un derecho fundamental de acceso equitativo a los bienes
ambientales y un reparto igualmente equitativo de las cargas públicas, al
igual que un mandato de especial protección para los grupos sociales
discriminados o marginados. Para garantizar la adecuada materialización de
los derechos a la participación de las comunidades o poblaciones afectadas
por un proyecto extractivo, algunos autores han manifestado la importancia
de establecer bases organizativas que tengan la capacidad de generar
incidencia en la decisión, ya que una participación meramente simbólica en
la toma de una determinación no podría estar dotada de la legitimidad que
propugna el estado social y democrático de derecho que estableció la Carta
del 91 si los afectados no son escuchados y su punto de vista es tenido en
cuenta a la hora de tomar la decisión.” (Sentencia T-445, 2016)
En las providencias mencionadas se retoman las leyes – Ley 134 y 136 de 1994- que
reglamentan la materia de las consultas populares y su viabilidad ante proyectos que puedan
llegar a cambiar el uso del suelo. Adicionalmente, la Corte Constitucional recalca como por
medio de estas herramientas no sólo se está en desarrollo del derecho de participación
ciudadana sino que también se hace visible el desenvolvimiento de la autonomía territorial y
del derecho a un ambiente sano.
Es así como por medio de estas sentencias se han brindado respuestas claras a los
interrogantes que vienen desde el Gobierno Nacional en cabeza del Presidente y sus
ministros, quienes en respaldo a la inversión extranjera han puesto de manifiesto la decisión
de promulgar una nueva ley que restringa el área de acción y los efectos de las consultas
populares.
Es por esto que ante estas estrategias del gobierno nacional, se refuerza el argumento que las
consultas populares son herramientas jurídicas -al igual que los acuerdos municipales- cuyo
impacto depende del trabajo de educación y movilización social que las respalden; debido a
que en preparación de estos espacios se abren posibilidades de discusión en los territorios
sobre qué es lo que se entiende por desarrollo y por medio de qué estrategias se puede llegar
a él.
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Como Grupo de Investigación estaremos acompañando a las comunidades en sus procesos de
discusión teniendo a las consultas que se avecinan como una ilusión y esperanza, pero a la
vez a la incertidumbre de las estrategias jurídico-legales del Gobierno frente a las cuales será
la movilización social quien haga respetar el clamor de las poblaciones que hacen un llamado
de atención sobre la destrucción de nuestros territorios y bienes naturales comunes.
BIBLIOGRAFÍA
Colombia Plural. (30 de Enero de 2017). Los 115 conflictos que olvidó el posconflicto.
Obtenido de Colombia Plural: https://colombiaplural.com/los-115-conflictos-olvido-
posconflicto/
Fariza , I. (22 de Noviembre de 2015). Los precios de las materias primas caen a su nivel más
bajo en 16 años. Obtenido de El Pais :
http://economia.elpais.com/economia/2015/11/21/actualidad/1448116285_803534.html
Fundación Paz & Reconciliación. (27 de junio de 2017). Consultas populares en el sector
minero energético. Obtenido de Fundación Paz & Reconciliación:
http://www.pares.com.co/mafias-y-conflicto/consultas-populares-en-el-sector-minero-
energetico/
Libreros, D., Galindo , C., & Gómez , J. (26 de Junio de 2016). Crisis del capitalismo
periférico y la bancarrota del extractivismo. Obtenido de CADTM:
http://www.cadtm.org/Crisis-del-capitalismo-periferico
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Libreros, D., Galindo, C., & Gómez, J. (16 de Febrero de 2015). La caída de los precios del
petróleo, la devaluación del peso y el aumento de la deuda pública. Obtenido de FISYP:
https://fisyp.org.ar/article/colombia-la-caida-de-los-precios-del-petroleo-la-d/
Notas :
[1] Aunque manifestamos que la dependencia principal del extractivismo se visibiliza desde
la década de los 70 esto no quiere decir que el extractivismo no estuviera presente en toda la
historia del país.
[4] Para mayor información remitirse a (Libreros, Galindo , & Gómez , Crisis del capitalismo
periférico y la bancarrota del extractivismo, 2016) y (Libreros, Galindo, & Gómez, La caída de
los precios del petróleo, la devaluación del peso y el aumento de la deuda pública, 2015)
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Camila Andrea Galindo
Abogada y Magister en Derecho Administrativo de la Universidad Nacional de Colombia.
Coordinadora del Grupo de Estudio Economía Digna. Integrante del CADTM Colombia y de
la Plataforma por la Auditoria Ciudadana de la Deuda en Colombia - PACDC. Investigadora
en temas de Derechos Humanos, de financiarización, globalización y Deuda como
herramienta de despojo en Colombia y América Latina, con trabajo del estudio de caso de
Colombia, México y Puerto Rico. Autora de artículos de opinión y análisis de coyuntura.
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