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El Liberalismo Económico
El Liberalismo Económico
Contexto histórico
Aunque la palabra «liberal» ( amigo de la libertad ), parece ser que fue acuñada
en España, en las Cortes de Cádiz (1812), en sentido amplio el término «liberal» sirve
desde el siglo XIX para denominar un conjunto de ideas que fueron la base y el sustento
de los sistemas políticos creados por las revoluciones liberal-burguesas.
Cuando los científicos a partir del Renacimiento van descubriendo las leyes de
la naturaleza por medio de la ciencia, no niegan la existencia de Dios, al contrario
atribuyen al Creador haber dictado esas mismas leyes que ellos simplemente descubren,
pero este cambio produce una alteración profunda en la tarea de la búsqueda de la
verdad. Hasta entonces, era Dios el que hacía salir el sol todas las mañanas por el este, y
nada obstaba a que un día, a su Divino arbitrio, lo hiciera salir por el oeste.
La libertad no podía ser limitada por ningún tipo de autoridad, fuera política o
espiritual. Defendían la libertad de pensamiento y denunciaban todo intento de limitar la
libertad de conciencia y de creencias. Reclamaban el derecho a la libre reunión, a la
asociación, a la expresión de las ideas, a la manifestación y a la libertad de prensa.
Asimismo, consideraban que la religión debía ser una convicción personal y no un asunto
de la vida pública. Se podía creer o no en Dios y ser igualmente un buen ciudadano.
Disociaban, por tanto, lo temporal de lo espiritual y defendían un Estado laico, no
confesional.
Por lo tanto, los liberales rechazaban todo poder absoluto y desconfiaban de los
poderes constituidos. Eran partidarios de un régimen parlamentario con garantía de
derechos y separación de poderes. Cada uno de los tres poderes (ejecutivo, legislativo y
judicial) equilibraba a los otros dos. El poder no podía manifestarse bajo la forma de
decisiones arbitrarias que provinieran de una autoridad que se reclamaba de derecho
divino. Los liberales no eran hostiles a la monarquía, siempre que fuera constitucional y
que los monarcas reinaran, pero no gobernaran.
Toda decisión debía emanar de una Asamblea elegida por sufragio, que
representaba la voluntad general de la nación y para la que defendían una gran cantidad
de prerrogativas. La voluntad de la nación debía expresarse mediante la elaboración de
leyes y debía ser la ley la que rigiera la vida pública. La Constitución era la gran ley, el
marco que regulaba las relaciones entre los ciudadanos de un Estado y garantizaba sus
derechos.
En el siglo XVIII el parlamento tenía cada vez más poder y surgieron dos
partidos políticos que disputaban las bancas mediante el voto de los ciudadanos.
Inglaterra era vista en toda Europa como un modelo de libertad y tolerancia, a pesar de
que había tenido persecuciones religiosas y otras atrocidades. Ya en el siglo XVIII la
preocupación de los ingleses no era el poder real, sino la riqueza, los inventos y el
comercio monopólico con sus colonias que condujo a la revolución industrial.
EL LIBERALISMO POLÍTICO
Las relaciones entre los individuos deben ser controladas y regidas por una
norma nacional, la Constitución, que garantizará los derechos toda la sociedad.
La religión es una convicción personal y nada tiene que ver con el estado, se
puede creer o no en Dios, pero igualmente se es un buen ciudadano.
Se deben liberar todas las fuerzas creativas de la sociedad, la cual se ira
construyendo de manera positiva, mejorando día a día.
Liberalismo económico
También tuvieron que luchar contra las teorías mercantilistas que defendían la
regulación de la economía por el Estado. La libertad económica tiene su base en el
conocimiento de la realidad que sólo los empresarios y comerciantes tienen.
La llamada doctrina del laissez faire llena una etapa del pensamiento y de la
actividad económica. En su base se esconde una glorificación de la libertad: el mercado
se regula por libre concurrencia, el trabajador elige libremente su trabajo, la mano de obra
se desplaza libremente, el contrato de trabajo es un acuerdo libre entre patronos y
obreros.
Todo hombre, con tal de que no viole las leyes de la justicia, debe quedar
perfectamente libre para abrazar el medio que mejor le parezca para buscar su modo de
vivir y sus intereses; y que puedan salir sus producciones a competir con las de cualquier
otro individuo de la naturaleza humana.
De esta obra magna se han destacado tres cosas: la abundancia de sus datos
económicos, reunidos a lo largo de muchos años de lecturas; el esfuerzo por interpretar
esos datos, presentando la naturaleza del proceso económico en términos de
competitividad y mercado; la severa crítica del gobierno y la sociedad, abogando por
cambios que permitieran el progreso de las naciones. Su influencia sobre el pensamiento
económico posterior ha sido gigantesca.
LIBERTAD DE MERCADO
LIBERALISMO: Parcial.