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CLÍNICA PSICOANALÍTICA

ACERCAMIENTOS A LA INTERVENCIÓN PSICOANALÍTICA

CASTRO CABRERA DIEGO MAURICIO


(20152141156)

UNIVERSIDAD SURCOLOMBIANA - USCO


ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS

PROGRAMA DE PSICOLOGÍA

NEIVA - HUILA
2020
Desde de los campos de acción de la Psicología se busca sistematizar o reconocer ciertos
patrones conductuales para comprender formas de darse al mundo e identificar los
esquemas establecidos por la sociedad que lleva al sujeto a adaptarse y alcanzar un estado
de bienestar y estabilidad. La clínica psicoanalítica, no es la excepción y esboza desde otra
perspectiva complementaria teorías y modelos de intervención que ayudan a comprender lo
anterior. En este ensayo se hace un acercamiento a los aportes sobre intervenciones que se
pueden plantear desde este enfoque conceptual para obtener herramientas y nuevas
perspectivas en la labor profesional.

Este campo psicológico ha tenido diversas críticas que lo señalan como un enfoque poco
versátil para responder a las problemáticas actuales o que la aplicación de sus
planteamientos solo se da en determinados contextos. Se puede mencionar que estas críticas
más que basarse en argumentos teóricos, son productos de prejuicios alrededor de la
propuesta conceptual, metodológica y ética del psicoanálisis.

Es clave mencionar que esta teoría ofrece abordajes alternativos para contribuir a la
comprensión e intervención de los malestares humanos contemporáneos. Ciertamente, el
contexto ha cambiado, las histéricas de Freud no son las únicas que llegan a los
consultorios de los psicoanalistas. Hoy día se evidencia nuevas manifestaciones de las
estructuras clínicas. Los malestares humanos se transforman de la mano con las
condiciones estructurales en las que se desarrollan.

El psicoanálisis no solo señala que la clínica psicoanalítica es una clínica individual, no se


limita a fines de la práctica clínica en un consultorio aunque este es su primer espacio de
acercamiento y de sus principales desarrollos, hoy es posible tomar concepciones
psicoanalíticas para pensar en una realidad social más allá de los casos clínicos y de un
escenario privado: “La oposición entre psicología individual y psicología social o de las
masas, que a primera vista quizá nos parezca muy sustancial, pierde buena parte de su
nitidez si se la considera más a fondo. Es verdad que la psicología individual se ciñe al ser
humano singular y estudia los caminos por los cuales busca alcanzar la satisfacción de sus
mociones pulsionales. Pero solo rara vez, bajo determinadas condiciones de excepción,
puede prescindir de los vínculos de este individuo con otros. En la vida anímica del
individuo, el otro cuenta, con total regularidad, como modelo, como objeto, como auxiliar y
como enemigo, y por eso desde el comienzo mismo la psicología individual es
simultáneamente psicología social en este sentido más lato, pero enteramente legítimo”
(Freud, 1921).

“El propio Freud hizo el intento de incursionar sobre estudios de la literatura, los mitos y el
folclor; sobre la interpretación del fenómeno religioso, la psicología de las masas y las
formas de constitución del orden social; sobre la biología, la historia y la sociología. Dejó
insinuada incluso la idea de que las intervenciones del psicoanálisis no necesariamente
tienen que restringirse al tratamiento individual en un proceso de largo plazo, sino que
también pueden hacerse extensivas a situaciones sociales concretas” (Valencia, 2012)

Partiendo de estas consideraciones, se busca plantear algunas reflexiones alrededor de los


aportes del psicoanálisis al campo de las intervenciones sociales, constituyéndola como una
disciplina pertinente para construir acciones de respuesta frente a problemáticas sociales
actuales. Se puede decir que parte de estas reflexiones son producto de la experiencia de
coordinación de equipos psicosociales en programas para la atención integral y el
restablecimiento de derechos.

En primer momento nos remitimos a los inicios de la terapia psicoanalítica del caso por
caso, acá se hace un esfuerzo por resaltar el reconocimiento de una dimensión subjetiva en
cada paciente. Dicha dimensión hace referencia al reconocimiento en cada persona, de un
universo de sentidos y significaciones configurados a través de su experiencia personal, a
partir de los cuales se organiza sus estructuras psíquicas. “En correspondencia con ello, las
formas de estar en el mundo, las relaciones con otros, los modos de satisfacción, las
maneras de vivir el bienestar y padecer el malestar, tienen un carácter singular. En este
orden de ideas, más que tomar los casos como ejemplos de categorías pre-establecidas, la
perspectiva clínica psicoanalítica invita a comprender los casos en su singularidad,
propendiendo por el desciframiento de las formas a partir de las cuales un sujeto se
relaciona con modos de satisfacción y malestar en su vida” (Lacan, 1954).

Este primer acercamiento da la oportunidad de comprensión, de indagar sobre los modos de


satisfacción y de malestar puestos en juego en un sujeto, los cuales se han constituido de
manera histórica a partir de la relación con los otros, esto es, de las interacciones sociales.
Cabe plantear que existe una ética que surge de la mano con la propuesta clínica
psicoanalítica, esta ética se refiere a la posición asumida por el analista en la relación que
establece con un sujeto que le consulta una queja. Analista - analizante, en este sentido es
posible decir que las relaciones implican un proceso dialéctico, expresado como un
encuentro entre dos partes “agentes internos y agentes externos” que ejercen una mutua
influencia entre sí. Una reflexión del sujeto desde la clínica y la ética psicoanalítica abre la
posibilidad de formular inquietudes que contribuyan a formular principios para la
construcción de acciones de respuesta en las intervenciones sociales. Esta perspectiva
clínica invita a reconocer que los seres humanos construyen su subjetividad a partir
experiencias adquiridas en su desarrollo en un contexto social que ofrece diferentes
sentidos y prácticas, las cuales son interiorizadas e interpretadas por los individuos, quienes
construyen nuevas versiones de estos sentidos y prácticas que se ofrecen en un universo de
relaciones interpersonales. Esta interacción con mundo exterior es lo que configura la
subjetividad e identidad del sujeto.

Otro aspecto que se valida en la intervención psicoanalítica es el de la responsabilidad


subjetiva “Freud es implacable al referirse a la responsabilidad del sujeto; no solo da a los
sueños y a las mociones psíquicas el estatuto de actos que suponen una intencionalidad
inconsciente, y de los cuales el sujeto ha de hacerse cargo en el curso de un análisis, sino
que lleva este planteamiento hasta sus últimas consecuencias, responsabilizando al sujeto
de sus modos de satisfacción, que aun cuando le son desconocidos, dan cuenta de la
paradoja de una elección en el propio padecer” (Zawady, 2005) se considerara que la
responsabilidad subjetiva no corresponde solo de un reconocimiento o intencionalidad, sino
que también implica apuntar a que el sujeto se haga responsable de esa otra escena que a
toda costa ha querido ignorar, (hacer consciente lo inconsciente) pero que ha determinado
su comportamiento. “Es necesario adoptar una estrategia de trabajo que se materialice en
acciones concretas que permitan que aquellos a quienes está dirigida la intervención sean
reconocidos como sujetos con capacidad y posibilidad de construir alternativas para
afrontar las situaciones con que se encuentran en dicho momento de su desarrollo”.

Se han revisado diferentes perspectivas para la construcción de una intervención basada en


el psicoanálisis producto de análisis en algunos casos, puede afirmarse que más allá del
alivio sintomático que puede producirse, lo terapéutico del psicoanálisis, se articula con la
respuesta de esa interacción dialéctica y con los recursos que el sujeto cuente para
enfrentarse a lo traumático, estos casos clínicos implican un refugio o un arreglo para
enfrentarse con lo real de la castración y del goce, este trabajo analítico da lugar a
modificaciones subjetivas que permiten un reposicionamiento del “yo”. Un proceso que
progresivamente permite incorporar aspectos no conocidos de la propia realidad y así
elaborarlos conectados con su origen emocional. Esto se logra mediante la resiliencia, lo
que conlleva a nuevas elaboraciones que permitirán pensar acerca de dichos
acontecimientos. Se busca reintroyectar lo proyectado, la tolerancia a la frustración de la
pérdida del objeto, recuperar funciones yoicas detenidas o eliminadas ante las experiencias
emocionales traumáticas.

Bibliografía

Freud, S. (1923). El yo y el ello. Obras completas, Tomo XIX. Buenos Aires, Argentina:
Amorrortu.

Freud, S. (1921). Psicología de las masas y análisis del yo. Obras completas, Tomo XVIII.
Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.

Lacan, J. (1954). El seminario. Libro 2. El Yo en la teoría freudiana y la técnica


psicoanalítica. Buenos Aires, Argentina: Paidós

Brainsky, S. (2013) Introducción a los fundamentos de la teoría de la técnica psicoanalítica

Moreno, Manuel Alejandro. (2013). "Psicoanálisis e intervención social". Revista CS, vol.,
núm.11, pp.115-141
Maladesky, A. (2002). Acerca del cambio psíquico y la intervención del psicoanalista en la
actualidad. Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo,
Uruguay

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