Está en la página 1de 12

Maestro de introducción al derecho.

Jaime Francisco

Yaleska Lairett cruz Núñez

10062865

3er semestre

Título:

LOS SUJETOS DEL DERECHO INTERNACIONAL

Formación de los sujetos

Los sujetos del derecho internacional no se consideran todos bajo el mismo pie
con respecto el. Sus reglas gobiernan sus mutuas relaciones en mayor -menor
grado,

Los Sujetos del Derecho internacional son los Estados, las Organizaciones
Internacionales, la comunidad beligerante, los movimientos de liberación nacional
y el individuo, persona física como sujeto pasivo del derecho internacional, es
decir; que recibe de él derechos y obligaciones. Además, pueden agregarse
ciertos casos especiales, como el de la Santa Sede y la Orden de Malta.
Los sujetos son las entidades con derechos y obligaciones impuestas por el
Derecho internacional. Para la concepción Clásica los Estados; son los sujetos
plenos del ordenamiento internacional, sin que puedan existir otros sujetos que no
sean Estados. En la actualidad, ésta posición ha sido revisada, considerando que
si bien los Estados son los sujetos naturales y originarios, existen a su lado, otros
sujetos derivados o secundarios.
Los propios Estados para el gobierno y manejo de sus relaciones se ven obligados
a la creación de sujetos internacionales. Los Estados como sujetos creadores de
derecho internacional, tienen la prerrogativa de dar existencia a nuevas personas
internacionales y la función privativa de los Estados, que es la de elaborar las
normas del derecho internacional, es compartida y delegada a estos nuevos
sujetos, como por ejemplo, las organizaciones internacionales.

El Estado, soberanía e igualdad Jurídica.


Desde un punto de vista jurídico e internacional, la soberanía es un concepto que
sirve para determinar cuáles son las libertades, prerrogativas y competencias de
los Estados, pero también sus responsabilidades, que en la sociedad internacional
se definen y encuentran sus límites en las reglas de Derecho internacional. Esa es
la esencia de la famosa idea que la Corte Permanente de Justicia Internacional
expresó en el caso Wimbledon1 en 1923, donde hubo de enfrentarse al difícil
problema de interpretar una norma del Tratado de Versalles que prescribía una
limitación a la soberanía del Estado alemán.

La igualdad soberana de los Estados es quizá el principio más fundamental entre


los que forman el núcleo del Derecho internacional. Tan es así que algún autor
califica la igualdad soberana de los Estados incluso como la norma fundamental6
del derecho internacional.

Para comprender mejor la dimensión de este principio conviene recordar su


aparición normativa y doctrinal en la sociedad internacional. Hay un acuerdo
bastante extendido en la doctrina de derecho internacional en que los postulados
de la igualdad soberana de los Estados provienen de la organización normativa de
las relaciones interestatales surgida de los Tratados que consagraron la Paz de
Westfalia de 1648.

El Estado de derecho es un modelo de orden para un país por el cual todos los
miembros de una sociedad (incluidos aquellos en el gobierno) se consideran
igualmente sujetos a códigos y procesos legales divulgados públicamente; es una
condición política que no hace referencia a ninguna ley en concreto.

Los pueblos y la libre determinación.

El derecho de libre determinación de los pueblos, más conocido como derecho de


autodeterminación, es el derecho de un pueblo a decidir sus propias formas de
gobierno, perseguir su desarrollo económico, social y cultural, y estructurarse
libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el principio de equidad.

El “derecho de libre determinación de los pueblos”, en breve “derecho de


autodeterminación”, es un derecho fundamental protegido al más alto nivel por el
ordenamiento jurídico internacional. Está recogido en el primer artículo de la Carta
de las Naciones Unidas, tratado fundacional de la Organización, así como en otros
instrumentos legales internacionales, incluso los Pactos de Naciones Unidas
relativos a los Derechos Civiles y Políticos y a los Derechos Económicos, Sociales
y Culturales. Está considerado “jus cogens”, esto es, derecho imperativo de
posición jerárquica superior, imponiéndose sobre cualquier norma contraria de
derecho dispositivo, automáticamente nula según la propia Carta y la Convención
de Viena sobre el Derecho de los Tratados.

Es por ello un derecho directa y jurídicamente vinculante para los Estados


miembros de las Naciones Unidas. Dicho cumplimiento vincula a todos los
órganos del Estado, es decir, al poder legislativo (que no debería legislar en
contra), al poder ejecutivo (que no debería actuar en contra) y también al poder
judicial, que no debería adoptar resoluciones judiciales en contra. Así, el derecho
de autodeterminación no es un principio abstracto y etéreo en el ámbito político y
doctrinal, sino un generador directo de derechos y obligaciones reales en los
ordenamientos nacionales; derechos y obligaciones que son legalmente
vinculantes para todas las autoridades e instituciones de aquellos Estados
miembros que se hayan decidido a cumplirlo.

La organización internacional.

Asociación voluntaria de Estados creada habitualmente a través de un


tratado internacional, dotada de órganos permanentes, propios e
independientes, con competencias para alcanzar los fines establecidos y capaces
de expresar una voluntad jurídicamente distinta de la de sus miembros.

El fenómeno de organización de las relaciones internacionales es tan antiguo


como las propias comunidades políticas. En efecto, los contactos regulares entre
dos o más sociedades no sólo generaron vínculos de cooperación, conflicto y
asociación, sino que también suscitaron nuevos problemas que al rebasar el
ámbito y competencias de cada comunidad política las indujo a desarrollar
fórmulas estables e institucionalizadas de cooperación internacional.

Como toda noción, la de organización internacional es evolutiva. Aunque los


intentos de cooperación institucional intercomunitaria pueden ser reconstruidos
hasta en los tiempos más remotos, la noción contemporánea de organización
internacional es de origen relativamente reciente. En sus contornos actuales es el
resultado de una rápida evolución de los acontecimientos y de las ideas desde
comienzos del siglo XIX». En efecto, ya fuese por causas de naturaleza político-
militar, económicas o ideológicas, podemos comprobar que existen precedentes
históricos de las actuales organizaciones internacionales hasta en los tiempos más
remotos.

Las competencias del Estado


La constitución de 1999 establece en sus artículos de 164 y 165 las competencias
de los estados asignados competencias exclusivas, concurrentes y algunas
competencias residuales.

Son aquellas atribuidas a varios entes políticos-territoriales, estas serán reguladas


mediante leyes de bases dictadas por el poder nacional, y leyes de desarrollo
aprobadas por los estados, siendo que esta legislación se encuentra orientada en
los principios de interdependencia, coordinación, cooperación, corresponsabilidad
y subsidiariedad.

Entre sus tipos están: competencia exclusiva, competencia concurrente,


competencia residual.

Aunque el Estado se caracteriza por ser un sujeto de base territorial, el territorio no


es el único ámbito donde se proyectan sus competencias. Uno de los elementos
esenciales del Estado es su población y sobre esa población, el Estado ejerce otro
tipo de competencias denominadas competencias personales.

Por competencias personales debemos entender el conjunto de competencias


derivadas de la soberanía, que el Estado ejerce sobre las personas que se
encuentran bajo su jurisdicción.

La población está constituida, en principio, por el conjunto de personas que de


modo permanente habitan en el territorio del Estado y están en general unidas a
éste por el vínculo de la nacionalidad.

Soberanía del estado

Se refiere al ejercicio de la autoridad en un cierto territorio. Esta autoridad


recae en el pueblo, aunque la gente no realiza un ejercicio directo de la misma
sino que delega dicho poder en sus representantes. La Soberanía significa
independencia, es decir, un poder con competencia total.

El concepto de soberanía del Estado, entendido como «poder exclusivo absoluto y


perpetuo sobre todo su territorio», ha sufrido una serie de limitaciones que han
supuesto una variación considerable del término inicial. Es admitida la afirmación
que la existencia de un orden político internacional lo que tiene como base es el
conjunto de Estados soberanos, algo que no impide que este mismo orden

Internacional haya sido capaz de erosionar y relativizar dicha soberanía.

La noción de frontera.
La frontera es un tránsito social entre dos culturas. Restringido al ámbito político,
este término se refiere a una región o franja, mientras que el término límite está
ligado a una concepción imaginaria.

Los Estados tienen una característica esencial: la soberanía, esto es, la facultad
de implantar y ejercer su autoridad de la manera en la que lo crean conveniente.
Para que el ejercicio de la soberanía por parte de los Estados no perjudique a
otras naciones, se crean límites definidos en porciones de tierra, agua y aire. En el
punto preciso y exacto en que estos límites llegan a su fin es cuando se habla de
fronteras.

Las fronteras al contrario de lo que muchas veces se cree, no se demarcan


únicamente cuando hay tierra de por medio, pues existen diferentes tipos de
fronteras: aéreas, territoriales, fluviales, marítimas y lacustres.

Esto quiere decir que, en muchos casos, la frontera de un país con otro no se
encuentra definida solamente donde hay tierra, pues en algunos casos esa
división se efectúa utilizando ríos, mares, etc.

Las fronteras se caracterizan por el alto grado de vigilancia, para evitar entradas
en masa de inmigrantes, de drogas, de mercaderías, etc.

El caso de la frontera aérea es utilizada para poder controlar el cielo del país (un
avión que desee pasar por el espacio aéreo de un Estado ajeno a aquel de donde
proviene debe pedir autorización, de lo contrario el gobierno de dicho Estado
puede considerar que su espacio aéreo está siendo invadido, lo que puede
conducir a que se tomen decisiones extremas que pueden llegar hasta el derribo
de la aeronave).

Lo importante es saber que las fronteras son las que demarcan la soberanía y el
territorio de un país, y que dicho territorio no es sólo terrestre, sino también aéreo,
lacustre, marítimo y fluvial.

Para la delimitación de fronteras se utilizan, la mayoría de veces, aspectos visibles


de la geografía de un país; por ejemplo, si hay muchas montañas, se emplea el
pico más alto o el fin de la cadena montañosa.

En el caso de los ríos: si la frontera es un río, la división se hace en la vaguada (la


parte más profunda de este), en caso de que ésta quede muy cerca de la costa de
uno de los países se utiliza una línea imaginaria que divide el río por la mitad.
Con las fronteras marítimas y aéreas es diferente; en estos casos se establecen
líneas imaginarias, jurídicamente establecidas y que son visibles en mapas y por
medio de coordenadas. En el caso de las fronteras marítimas, la división se hace
visible mediante boyas.

La competencia trasnacional del Estado.

El derecho, en un contexto transnacional, pierde los rasgos con los que lo hemos
configurado desde la modernidad. Las clásicas distinciones entre lo nacional y lo
internacional, lo público y lo privado, lo sustantivo y lo procedimental, lo jurídico y
lo político, lo social y lo jurídico abandonan su rigidez en un entramado de normas,
órdenes, instituciones y agentes que se entremezclan y superponen de modos
diversos y cambiantes. Carecemos de una teoría del derecho capaz de explicar y
evaluar esta realidad jurídica desbordante. No es suficiente una reflexión teórica
sobre el derecho internacional. Lo transnacional apela a una pluralidad de actores
y de espacios jurídicos que interaccionan para crear, interpretar y ejecutar normas
con las que se identifican mutuamente. Lo transnacional no se refiere solo a lo
global o a lo supranacional, sino a la interdependencia de ambos con lo local y los
espacios de tránsito. Ello se traduce en un cambio de enfoque o de perspectiva
que se exige a cada operador jurídico: la gestión de la interrelación entre órdenes
diversos orientada a la creación de espacios para la aproximación, la contestación
y la innovación es una exigencia normativa y debe ser ponderada con el resto de
valores jurídicos. A partir de ahí cambia el significado de los conceptos a los que
ha de orientar su atención la teoría jurídica. El trabajo se refiere a cuatro de dichos
conceptos que considero esenciales: grupo social o comunidad, relaciones entre
órdenes e inter-legalidad, coerción y diversidad normativa. El modo en que los
cambios necesarios tienen cabida en la teoría elaborada desde las grandes
tradiciones de la ius-filosofía es abordado en la última parte del trabajo,
considerando que lo que tienen en común el positivismo jurídico, la teoría socio-
jurídica y el realismo jurídico puede ser una aproximación adecuada para la
revisión de nuestra disciplina.

La competencia territorial: Principios de Plenitud-exclusividad-


individualidad.

Las competencias que en virtud de la soberanía corresponden al Estado sobre


su territorio se caracterizan, en cuanto a su contenido y ejercicio, por las notas
fundamentales de plenitud y exclusividad:

- La plenitud de las competencias territoriales. Significa que el Estado


puede ejercer con absoluta discrecionalidad el conjunto de funciones
propiamente estatales, de naturaleza básicamente legislativa, ejecutiva
y judicial.

- La exclusividad de las competencias territoriales. Implica que los


Estados ejercen sus competencias dentro de un determinado ámbito
territorial, con exclusión, en principio, de los demás Estados.

Competencias del Estado en los espacios internacionales: espacio aéreo


y curso de aguas internacionales.

Delimitación del espacio aéreo

Ni la Convención de París ni la Convención de Chicago contienen alguna


definición y delimitación precisas del espacio aéreo. Se limita a concretar que se
consideraran como territorio de un Estado las áreas terrestres y las aguas
territoriales adyacentes a ellas que se encuentren bajo soberanía, dominio,
protección o mandato.

El espacio aéreo tiene la misma extensión longitudinal que la suma del terrestre y
el marítimo sometido a la soberanía estatal, abarcando la tierra, las aguas
interiores y el mar territorial. El límite horizontal es bastante preciso, pues en el
marco de la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y en
el nuevo Convenio de 1982, se establece una extensión uniforme para el mar
territorial de 12 millas. Pero no ocurre lo mismo con el límite vertical en relación
con la delimitación del espacio aéreo y el ultraterrestre.

La Convención de Chicago no dice nada sobre esto, ni el Tratado de 1967 sobre


los principios que han de regir las actividades de los Estados en la exploración y
utilización del espacio ultraterrestre. Esta indeterminación del límite vertical del
espacio aéreo suscita muchas teorías a nivel internacional. Unas de ellas dicen
que el espacio aéreo comprende hasta donde un aparato de vuelo pueda
sustentarse en la atmósfera por las reacciones del aire, y otros dicen que la
Convención de Chicago no tiene intención de establecer la delimitación del
espacio aéreo.

Hoy día esta cuestión subsiste, lo que no impide que ambos espacios hayan sido
definidos en cuanto a su régimen jurídico

Curso de las aguas


La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho de los usos de los
cursos de agua internacionales para fines distintos de la
navegación (en inglés Convention on the Law of the Non-Navigational Uses of
International Watercourses) es un tratado internacional relativo a los usos de
los cursos de agua internacionales y de sus aguas para fines distintos de
la navegación y a las medidas de protección, preservación y ordenación
relacionadas con los usos de esos cursos de agua y de sus aguas; la navegación
no está comprendida en el ámbito de aplicación de la Convención salvo en la
medida en que otros usos la afecten o resulten afectados por la navegación.
Es una convención marco sobre el derecho de los usos de los cursos de agua
internacionales distintos a la navegación –es decir, que contiene una serie
de principios y normas que pueden ser adaptados a las características que
presenta un determinado curso de agua internacional–, que fue aprobada el 21 de
mayo de 1997 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, como anexo a
la resolución A/RES/51/229, y entró en vigor el 17 de agosto de 2014, tras haber
transcurrido noventa días desde el depósito del trigésimo quinto instrumento de
ratificación. A abril de 2016, son partes en esta convención 36 Estados.

Los Estados en condiciones especiales: Cruz Roja, Estado Vaticano, orden


de Malta

La orden de malta

La Orden de Malta es un ente soberano, sujeto de Derecho Internacional que


ocupa una posición única en el seno de la Comunidad Internacional y de la Iglesia
Católica. Para entrar en el examen de su situación nos parece preciso exponer
con carácter previo ciertos conceptos generales de Derecho Internacional Público
que nos permitirán comprender mejor el verdadero alcance de su singular
posición. No en vano, la Orden de Malta que hoy conocemos, es la heredera de
más de 900 años de historia ininterrumpida pero azarosa.

Estamos ante una Orden hospitalaria; referida no sólo a la actividad médica, sino
también a la virtud de la hospitalidad; religiosa laical; siempre ha sido laica,
aunque haya habido siempre sacerdotes en su seno y, hoy en día, pertenecen a la
Orden religiosos profesos -la 1º clase- junto con el resto de sus miembros laicos
sin votos. Todos ellos sin vida en común, pero vinculados en mayor o menor grado
con sus obligaciones cristianas y metilenses.
Cruz roja

El Comité Internacional de la Cruz Roja (en adelante CICR) nació del gesto
solidario y de las ideas humanitarias de un hombre preocupado por el sufrimiento
de las víctimas de las guerras de su época.

A través de los años, el CICR ha sido consecuente con la acción inicial de su


mentor y se ha esforzado para brindar protección y asistencia a las personas
afectadas por los hechos bélicos y también en otras situaciones de violencia. Una
de las actividades importantes que lleva a cabo el CICR para alcanzar su objetivo,
es el desarrollo y la promoción del derecho internacional humanitario, rama del
derecho internacional público que tiene por objeto reglamentar la conducción de
las hostilidades con el fin de mitigar las consecuencias especialmente dañosas
sobre quienes no participan o han dejado de participar en los conflictos armados.

Las normas de los tratados de derecho internacional humanitario, cuya primera


expresión fue el Convenio de Ginebra de 1864 para el socorro de los militares
heridos de los ejércitos en campaña, evolucionan y se amplían a lo largo de la
historia, siendo el CICR un protagonista privilegiado de dichos procesos de
codificación y desarrollo progresivo.

Estado vaticano en el derecho internacional

Estado de la Ciudad del Vaticano es soberano, pero no posee todas las


características ordinarias de una comunidad política. Se trata de un Estado atípico:
existe para la conveniente garantía del ejercicio de la libertad espiritual de la Sede
Apostólica, esto es, como medio para asegurar la independencia real y visible de
la misma en su actividad de gobierno a favor de la Iglesia Universal, como también
de su actividad pastoral dirigida a todo el género humano; no posee una sociedad
propia para la cual haya sido constituido, ni siquiera se basa sobre las formas de
acción social que determinan de ordinario la estructura y la organización de
cualquier Estado. Además, las personas que colaboran con la Sede Apostólica, o
incluso cooperan en el gobierno dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano, no
son, salvo pocas excepciones, ciudadanos de éste ni, en consecuencia, tienen los
derechos y las obligaciones (en particular las tributarias) que ordinariamente
nacen de la pertenencia a un Estado” .

La diplomacia y las actividades internacionales del Papa no derivan de la


soberanía territorial vaticana, sino de ser cabeza de la Iglesia Católica. Los
diplomáticos extranjeros están acreditados ante la Santa Sede en nombre de la
Iglesia Católica y no en nombre de la Ciudad del Vaticano y los lazos diplomáticos
existen con la Iglesia Católica y no con el Vaticano . Es más, cuando el Vaticano
ha suscrito directamente un tratado internacional, bien en atención a la
repercusión territorial o espacial, bien a la trascendencia estrictamente jurídica o
económica del mismo, inmediatamente se hace referencia a la Santa Sede como
representante internacional del sujeto contratante.

Las Competencias medio ambiente y patrimonio común de la humanidad.

Los profesionales del medio ambiente desarrollan muchas actividades y tienen


otras tantas responsabilidades dentro de una organización. Es por ello que,
considerar cuáles son las competencias clave para un profesional medioambiental,
en este siglo XXI en el que el tema está relacionado con cambios en la legislación,
énfasis en la reducción del impacto y concientización del uso de los recursos
naturales, resulta de vital importancia.

Como podemos ver, las tareas que desempeña un profesional del medio
ambiente, resultan vitales para el futuro de la organización, pero también del
planeta. Por lo tanto, las competencias clave para un profesional medioambiental
en este siglo, son:

1-Contar con una Visión global: el profesional del medio ambiente, debe tener la
capacidad de observar su organización en forma singular, pero también colectiva.

Esto significa que debe conocer todos los procesos de su organización, sus
elementos, sus estrategias, sus actividades y, por supuesto, el recurso humano. A
partir de ello, el profesional podrá obtener una visión global y completa de la
organización.

Esta es la primera de las competencias clave para un profesional medioambiental,


porque a partir de ella, él prevé los impactos futuros y crea proyectos para
prevenirlos.

2 – Poseer un conocimiento profundo de la norma ISO 14001:2015: por


supuesto, es una competencia que representa una gran ventaja. Sobre todo, para
las organizaciones que están a la espera de obtener un certificado en esta norma.

Aún, para las organizaciones que no cuentan con un Sistema de Gestión


Ambiental, los principios que soportan la norma ISO 14001:2015 permiten reducir
el impacto ambiental en forma sustancial, en cualquier tipo de organización.

3 – Ser organizado, saber planificar y programar sus actividades: los


profesionales del medio ambiente del siglo XXI, trabajan con proyectos
multidisciplinares que tienen relación con los objetivos de la organización, pero
también con la legislación vigente.
El profesional necesita estar muy seguro de la planificación de su trabajo, del
cumplimiento de sus tareas, de los plazos estipulados, ser organizado y
comprometido.

4 – Tener capacidad de liderazgo: la gestión medioambiental requiere un alto


grado de concientización. Por lo tanto, el profesional del medio ambiente del siglo
XXI debe ser un líder que tenga la capacidad de proponer e inculcar nuevas
formas de comportamiento que permitan reducir el impacto de la organización en
el medio ambiente.

El gestor ambiental debe tener determinación, pero a la vez, tener la capacidad de


adaptarse y saber comunicar en forma amigable a todos los empleados y partes
interesadas en el sistema, sus planteamientos y sus puntos de vista.

5 – Ser un buen negociador: la gestión ambiental genera conflictos que deben


ser administrados utilizando herramientas de negociación. En este sentido, en
caso de crisis o incidentes ambientales, el profesional medioambiental necesita
saber cómo negociar con los medios de comunicación, con otros gestores, con
proveedores, y por supuesto, con las partes afectadas.

6 – Ser responsable: evitar que ocurran tragedias ambientales requiere de una


gran responsabilidad. Efectuar análisis minuciosos, entregar informes detallados
sobre la situación de una organización, evaluar el impacto para las partes
interesadas…. Cualquier información no compartida puede causar daños
irreparables a la naturaleza, a la organización y a la comunidad.

7 – Ser proactivo y dinámico: el profesional medioambiental es en esencia un


actor multidisciplinario. Este profesional necesita explorar todas las áreas de la
organización, desde la más operacional hasta la más estratégica.

Para obtener la información necesaria, debe ser proactivo y dinámico, y conocer


de cerca la rutina de los colaboradores.

8 – Ser disciplinado: por último, en esta lista de competencias clave para un


profesional medioambiental en el siglo XXI, no podemos dejar de mencionar la
disciplina. Para que una organización tenga buenos resultados en la reducción de
impactos ambientales, el profesional a cargo debe ser disciplinado en extremo.

Patrimonio común de la humanidad


La Convención de 1972 para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y
Natural establece que ciertos lugares de la Tierra con un “valor universal
excepcional” pertenecen al patrimonio común de la humanidad.
Ocultar texto
Actualmente, 193 países han ratificado la Convención del Patrimonio Mundial,
como es comúnmente conocida, y forman parte de una comunidad internacional
unida en la misión conjunta de identificar y proteger el patrimonio natural y cultural
más importante de nuestro planeta. La Lista del Patrimonio Mundial incluye en la
actualidad un total de 1.121 sitios (869 culturales, 213 naturales y 39 mixtos) en
167 Estados Partes.
La Convención es única, porque liga el concepto de conservación de la naturaleza
con la preservación de los sitios culturales. Gracias a la inestimable ayuda de las
comunidades locales, la Convención es una herramienta eficaz que permite
afrontar los desafíos contemporáneos relacionados con el cambio climático, la
urbanización descontrolada, el turismo de masas, el desarrollo socioeconómico
sostenible y las catástrofes naturales.

También podría gustarte