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y
agenda de gobierno
C H A R LE S D. E LD E R , R O G E R W. CO BB
B A R B A R A J. N E L S O N , A N T H O N Y D O W N S
H O R S T W . J. R IT T E L , M E L V I N M . W E B B E R
MAREC H . M O D R E , E U G E N E B A R D A C H
P E T E R J. M A Y , H U G H H E C L D
L U IS F. A G U IL A R V IL L A N U E V A
Í . R L P O KOJT OR IAL
M É X IC O MCMxcm
P rim e ra edición, enero de 1993
© LUIS F. AGUILAR VILLANUEVA
E s tu d io in tro d u c to rio y ed ició n
L O S E D IT O R E S
LU IS F. A G U IL A R VILLANUEVA
Presentación
[7 ]
8 LUIS F. A G U IL A R VILLANLJEVA
Estudio introductorio
1. El proceso de la política
[15]
16 LUIS F. AGLJILAR VILLANUEVA
políticas. Los “ sistemas de políticas" (policy system s son, p o r un lado, realicades dadas,
ob je tivas, con características, lim ite s y d in á m ica p ro p ia ; p o r o tro lado, son pro du cto s ele
decisiones de ios sujetos, reelaborables en sus com ponentes. Las diferentes "etapas" son
sólo m anifestaciones diversas de la interacción entre los diversos elem entos activos del
sistem a (D u n n , 1981: cap. 3). P o r su parte. L in d b lo m (1 9 80 ) advierte critica m e n te que
las diversas etapas del lla m a d o proceso de la política m a n ifie sta n y plantean reite rad a
m ente las m ism as cuestiones y que éstas (conflicto, cooperación o ajuste, análisis ra cio n a l
o transacción política, b u rocra cia o p lu ra lis m o ) son e l ob je to p ro p io y p rin c ip a l de estudio.
M á s aún, la idea de policyprocess suele in c o rp o ra r el supuesto o sug erir la im agen de
que la hechura de la política sea un "proceso ordenado, racional, a la m anera de un
escrito, con su prólogo, desarro llo y final, ló gica m en te a rticu la dos"; la p o lític a es, en ca m
b io , un proceso desaliñado, desordenado (untidy processy; en el que se m ezclan y sobre
ponen sin cuidado y c la rid a d va rio s problem as y respuestas, va rio s actores, la de cisió n y
la im posición, la a ctivid a d in te n cio n a l y la inercia. P o r eso, m u y cercano en las palabras
pero m u y lejan o en el concepto, p re fie re h a blar de p o lic y m akingprocess, en el sentido
p o litiz a d o de d e s c rib iry explicar el proceso m ediante el cual las fuerzas p o lítica sse arre-
g la n y , al hacerlo, confeccionan de hecho la p o lític a (L in d b lo m , 1980: cap. 1).
18 LUIS F. AGUILAR VILLANUEVA
T A B LA 1.
F A S E S Y C A R A C T E R ÍS T IC A S D E L P R O C E S O D E L A p O L Í T I C A
Fase Características/Uso
Iniciación Planteamiento creativo del problema.
Definición de los objetivos.
Diseño innovador de opciones.
Explicación preliminar y aproximativa de los con
ceptos, aspiraciones y posibilidades.
Estimación Investigación cabal de conceptos.
Examen científico de los impactos correspon
dientes a cada opción de intervención o al no
hacer nada.
Examen normativo de las consecuencias probables.
Bosquejo del programa.
Establecimiento de los criterios e indicadores de
rendimiento.
Selección Debate de las opciones posibles.
Compromisos, negociaciones y ajustes.
Reducción de la incertidumbre de las opciones.
Integración de los elementos ideológicos y no ra
cionales en la decisión.
Decisión entre las opciones.
Asignación de la responsabilidad ejecutiva.
TABLA 1 (Continuación)
Fase Caractoisticostllso
Implementación Desarrollo de normas, procedimientos y linca
mientos para la puesta en práctica de las deci
siones.
Modificación de la decisión conforme a las res
tricciones operativas, incluyendo incentivos y re
cursos.
Traducción de la decisión en términos operativos.
Establecimiento de los objetivos y estándares
del programa, ineluyendo el calendario de ope
raciones.
Evaluación Comparación entre los niveles esperados de ren
dimiento y los ocurridos, conforme a los criterios
establecidos.
Fijación de responsabilidades para los incumpli
mientos notorios.
Terminación Determinación de los costos, consecuencia y be
neficios por elausura o reducción de actividades.
Mejoramiento, si aún necesario y requerido.
Especificación de los nuevos problemas en oca
sión de la terminación.
Fuente: B re w e ry D el.e o n , The Foundations o[Polic»Anotvsis, The D orsey Press, 1983, p. 20.
2. La formación de la agenda
Fuente: Patterson, D avidson y R ipley, A More Pcrfect Union: Iruroduction to American Govemment, 3a. ed.,
Dorsey Press, Chicago. 1985. p. 465.
ESTUDIO INTRODUCTORIO 23
i
30 LUIS F. A GUILAR VILLANUEVA
3 Los autores distinguen cuatro tipos de público: “grupos de id e n tifica ció n " (los
directam ente afectados por el problem a e involucrados en la cuestión), "g rupo s de aten
ción’ (los grupos que, por muchas razones, se interesan específicam ente en el problem a],
"p ú b lic o ate nto" (sectores de población que les m teresa estar in fo rm ad os de los sucesos
políticos y suelen estar atentos a los asuntos de su com unidad), "público en general" (la
población menos interesada e inform ada, pero que presta atención al pro blem a cuando
es n o to rio y se fo rm u la emocionalm ente),
36 LUIS F. A G U ILA R VILLANUEVA
4 Kingdon (1984: cap. 8) introdujo el término "ventana de las políticas”, pO/iLY win-
dow, para describir el funcionamiento de estas oportunidades de elección. Se trata de
oportunidades favorables que permiten colocar determinados problemas y recomendar
ciertas propuestas de solución. Sociedad y gobierno tienen que estar preparados con diag
nósticos y proyectos para cuando la dinámica política, de manera predecible o imprede-
cible, configura una situación favorable para algún asunto en particular o para una familia
de asuntos, anteriormente menospreciados. Esto ocurre particularmente cuando en oca
sión de un evento periódico predecible (cambio de gobierno) o de uno impredecible (un
sismo, una hambruna) hay mayor receptividad. Pero la oportunidad favorable supone o
exige que las organizaciones sociales o el gobierno cuenten con una definición del pro
blema gubernamentalmente tratable en términos de legalidad, eficiencia, consensualidad.
Las ventanas no permanecen abiertas por mucho tiempo. Se cierran apenas los partici
pantes perciben que el gobierno se ha hecho cargo de la cuestión, porque los participantes
fallan al entrar en acción, ta! vez por no contar con alternativas disponibles, o porque los
acontecimientos que "abrieron la ventana" salen de la escena por ser temporalmente
limitados; por ejemplo, se acabó el periodo de gobierno de un partido político que dio
prioridad a ciertas cuestiones.
44 LUIS F. A GU ILAR VILLANLJEVA
3. La definición de lo s p ro b le m a s p ú b lic o s
■' M uch os autores, estudiosos de la dinám ica de grupo, han insistido con evidencia
favorable que en el plan te a m ie n to de los problem as, en la con stru cció n de opciones y en
la elección ju e g a n un papel de term in ante el G roupthlnk y el Cognuive M ap de losdecisores
de las políticas. Los decisores actúan con restricciones psicosociales, m otivacionales y cog-
ESTUDIO INTRODUCTORIO 53
blicas muestran con toda claridad que son sólo conjeturas causales
sujetas a prueba, hipótesis de actuación susceptibles de error."
Intervenciones gubernamentales que deben ocurrir pero pueden
fallar. La obligación y la eficacia no son siempre coincidentes. Las
políticas públicas son "hipótesis de trabajo, no programas a seguir
y ejecutar rígidamente. Las políticas serán experimentales en el sen
tido en que deberán ser objeto de observación constante y experta
para conocer las consecuencias que ocasionan cuando se ponen en
acción" (Dewey, 1987: 202-3).
Sociedad y gobierno deben reconocer la situación de incerti-
dumbre o de riesgo que acompaña a muchas decisiones públicas.
En muchos campos de acción es más probable el error que el
acierto, el fracaso que el éxito. Esta probabilidad es explicable y
justificable por la naturaleza rebelde de los problemas públicos.
Me gusta decir que los problemas públicos están hechos de los
problemas que los privados no han podido resolver. Añado em
pero que el gobierno no tiene una ciencia superior, una capacidad
lógica y científica trascendente a la información y talento de la
sociedad. Tal vez por su superior capacidad de reglamentación y
coacción, por la magnitud de los recursos que es capaz de movi
lizar, los gobiernos puedan resolver problemas que los ciudadanos
en lo individual o mediante sus organizaciones son incapaces de
resolver. En el fondo, la coacción y la generosidad en la asignación
de recursos funcionan si se ha podido probar que son las condi
ciones causales que posibilitan la efectuación de los sucesos de
seados por gobierno y sociedad. Pero, tarde o temprano los
gobiernos encaran problemas complejos y severos que requieren
1 2 Para la concepción de las políticas como hipótesis, veáse M . Landau (1973): "O n
the Concept 01' a Self-correcting O rganization", en.PlIblic Administration Review, vo l. 33;
M . L a n d a u (1977): "T h e P roper D o m ain o f P olícy Analysis” , éñ American Journal 01
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Políticas Públicas). A. W ildavsky (197 9: cap. 16) G. M ajone (1980): "Policies as T heo -
ries", en Omega, núm. 2. M uchos otros autores interesados en el aprendizaje organiza-
cional y que estudian las organizaciones como estrategias de solución de problemas.
70 LUIS F. AGLJILAR V ILLANlIEVA
13 En este m om ento cobra toda su im p o rta n cia las observaciones de G ian do m enico
Majone (19X9) quien m uestra la necesidad de superar la visión "decisionista racion al" del
análisis de políticas, cada vez menos operativa en la solución de los problem as públicos
com plejos, y la de in tro d u c ir com p le m e ntariam e nte una visión "p osd ecisiona l" a rg um e n
tativa. A n te las dificulta des inocultables de ciertas cuestiones, es necesario explicar per-
suasrvamente las razones que condujeron a to m a r una cierta decisión, de m anera que el
p ú blico interesado entienda y tal vez com parta in stru m en to s y ob je tivos de la decisión
gubernam ental. Veáse la In tro d u cció n a la A ntología: Análisis y Diseño de Políticas, M .A .
Porrúa, México, 1991.
ESTUDIO INTRODUCTORIO 71
B ibliografía
Tercera antología
1. F O R M A C IÓ N DE LA A G E N D A .
E L CASO DE LA P O L ÍT IC A DE LOS A N C IA N O S
CHARLES D . ELDER y R O G E R W . COBB
2 . L A F O R M A C IÓ N DE U N A A G E N D A .
EL CASO D E L M A L T R A T O A LOS N IÑ OS
BARBARA J. NELSON
4. D IL E M A S DE U N A T E O R ÍA G E N E R A L DE P L A N E A C IÓ N
HORST W. J. RITTEL y MELVIN M . WEBBER
5. A N A T O M ÍA DEL P R O B L E M A DE LA H E R O ÍN A :
U N E JE R C IC IO DE D E F IN IC IÓ N DE P R O B L E M A S
MARK H . M OORE
6. PR O B L E M A S DE LA D E F IN IC IÓ N DE P R O B L E M A S
EN EL A N Á LISIS DE PO L ÍT IC A S
EUGENE BARDACH
7. C L A V E S PA RA D IS E Ñ A R O P C IO N E S DE PO LÍT IC A S
PETER J. M ay
8. LAS REDES DE A SU N TO S Y EL P O D E R E JE C U T IV O
H U G H HECLO
DELOS EDITORES
Advertencia
1. Formación de la agenda.
El caso de la política de los ancianos *
[77]
78 CHARLES D. ELD ER Y R O G E R W. COBa
1. La formación de la agenda
como proceso decisional
5. El ñujo de las
oportunidades de elección
Conclusiones
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FORMACIÓN DE LA AGENDA 103
[ 105 J
106 B A R B A R A J. NELSON
Conceptualizar y estudiar
la formación de una agenda
el problema, tam bién cuenta con el hecho de que los asuntos cien
tífico/técnicos perm iten con mayor frecuencia soluciones mecáni
cas, que los asuntos sociales. En el nivel de la tercera dimensión,
los asuntos internos o internacionales se definen no sólo por la
base de su área geográfica, sino por el tradicional carácter de pú
blico o secreto que rodea su proceso de dicisión.
Obviamente los actores participantes en la promoción y selec
ción de las cuestiones no las definen todos de la misma manera.
En efecto, un común denominador de todas las investigaciones
sobre formación de agenda es descubrir que la manera de definir
y m arcar (labeling) las cuestiones es decisiva para determinar el
tipo de atención que merecerán. Una de las tácticas más frecuen
tes de caracterización, que usan los interesados en ciertos asuntos,
es tratar de presentarlos como "asuntos de valencia", de gran con
senso afectivo. Este fue el caso de la cuestión del abuso y maltrato
a los niños.
La figura 1 muestra esta tipología de identificación de los ca
sos. Como en toda figuración de los conceptos, las líneas divisorias
entre las dimensiones es más drástica y rígida que en la realidad.
Interno Internacional
I .............|..
A buso y
\V alencia M a ltra to de 1
los niños
1
L
1Posición
114 BARBARA J. NELSON
El reconocimiento gubernamental
del maltrato y abandono de los niños
La formación de la agenda
en la Oficina Infantil de gobierno
La formación de la agenda
en las legislaturas estatales
Conclusión
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[141 J
142 ANTHONY DOWNS
desde los primeros cristianos hasta las Panteras Negras de los años
sesenta se benefician con sus mártires. Sin embargo, hasta los
símbolos más poderosos pierden atractivo, cuando se les repite
reiteradam ente. La vista conmovedora de un soldado m uerto o
de una gaviota empapada ele petróleo crudo pierde fuerza des
pués de repetirse una docena de veces. Algunas de las amenazas
más peligrosas al ambiente son empero com pletam ente invisi
bles. En consecuencia, nuestra propensión por corregir lo visible
puede conducir a que nos preocupemos de problem as relativa
m ente menores, dejando sin solución los que son mucho más
peligrosos.
Otra razón para que el interés por la contaminación perdure
es que se trata de un problema que afecta a casi todo el mundo.
No tiene ningún efecto discriminador desde el punto de vista po
lítico, y esto hace que los políticos persigan las soluciones sin te
m er repercusiones adversas. Se puede decir que el ataque a los
problemas ambientales es menos riesgoso que la lucha contra el
racismo o la pobreza; en efecto, enfrentar estos últimos problemas
provocaría nada menos que la hostilidad de bloques muy signifi
cativos de votantes quienes se benefician de los sufrimientos de
los demás o que, por lo menos, no se sienten lo suficientemente
amenazados por el problema, como para estar en favor de un gasto
público importante, con el fin de reducirlos.
Un tercer punto en favor del problem a del ambiente es que
gran parte de la "culpa" de la contaminación puede atribuirse a
un pequeño grupo de "villanos" cuyo poder y riqueza los convierte
en excelentes chivos expiatorios. Los defensores del ambiente, por
lo tanto, pueden atacar valientemente a estos chivos expiatorios
sin echarse encima a la mayoría de los ciudadanos. Además, este
pequeño grupo tiene efectivamente el poder para reducir la con
taminación en un grado muy importante, en caso de que lo de
seara. Si los responsables de las empresas más importantes de la
industria automotriz, de la generación de la energía eléctrica y del
155
EL CICLO DE ATENCIÓN A LOS PROBLEMAS SOCIALES
El finaneiamiento de la lucha
contra la contaminación
11<>1 I
162 HORST W. J. RITTEL Y MELVIN M. WEBBER
I
168 HORST W. J. RITTEL Y MELVIN M. W EBBER
identificar las acciones que pudieran ser efectivas para acortar las
distancias entre lo que es y lo que debe ser. Conforme buscamos
m ejorar la efectividad de las acciones para poder obtener los re
sultados preferidos, las fronteras de los sistemas se estrechan. Y
conforme nos volvemos más conocedores de las complejidades de
los sistemas sociales abiertos, es más complicado volver funcional
la idea de planeación.
Son muchos actualmente los que tienen una imagen de cómo
sería el funcionamiento de un sistema de planeación idealizado.
Se le ve como un continuo proceso cibernético de gobierno que
incorpora de m anera sistemática y simultáneamente procesos para
averiguar las metas, para identificar los problemas, para pronos
ticar los cambios incontrolables del contexto, para inventar estra
tegias alternativas, tácticas y acciones escalonadas, para descubrir
otras opciones de acción alternativas y plausibles y otras conse
cuencias, para evaluar alternativamente las estimaciones de resul
tados, para supervisar estadísticamente las condiciones de los
públicos y de los sistemas que se consideren afines, para retroali-
m entar con información los canales donde se simulan y toman las
decisiones, todo con el fin de poder corregir los eventuales erro
res. Este conjunto de pasos nos resulta familiar, dado que com
prende los modelos clásicos y modernos de planeación. Sabemos
tam bién que tal sistema de planeación es inalcanzable, aun cuando
pareciera que nos acercamos a él. Incluso es cuestionable si tal
sistema de planeación sea deseable.
I V . El contexto social
s U n a se ñ a l te m p r a n a d e e sta c o n c ie n c ia e n a sc e n so es v is ib le e n N a t h a n G la z e r y
D a n ie l P a tric k M o y n ih a n , B e y o n d the M e ltin g Poto C a m b rid g e : H a r v a rd y M IT P re ss e s ,
1963.
DILEMAS DE UNA TEORÍA GENERAL DE PLANEACIÓN 185
ciedad. Tampoco poseemos una teoría que nos diga qué distribu
ción del producto social es la mejor -sea que esos productos se
expresen en el ingreso de dinero, ingreso de información, de opor
tunidades culturales. Nos hemos dado cuenta de que el concepto
de producto social no es muy significativo; probablemente no exista
una m edida agregada para el bienestar de una sociedad altamente
diversificada, si esta medida ha de ser objetiva e imparcial. La
ciencia social ha sido incapaz de descubrir una función de bienes
tar social que pueda indicamos qué decisiones contribuirían a un
m ejor estado social. En cambio, hemos tenido que confiar en los
axiomas del individualismo que subyacen en la teoría económica
y política, deduciendo, en efecto, que el beneficio del gran público
resulta de la suma de elecciones individuales. Y aun así, sabemos
que esto no ocurre necesariamente de este modo, como lo de
m uestran dramáticamente las experiencias actuales del problema
de la contaminación.
Tam bién sabemos que muchos procesos sociales tienen la ca
racterística de los juegos de suma cero. Mientras la población se
vuelve cada vez más plural, las diferencias intergmpales pueden
ser vistas como un reflejo de rivalidades intergmpales del tipo
"suma cero". Si es así, las perspectivas de inventar estrategias de
desarrollo de suma positiva serán cada vez más difíciles.
Tal vez podamos ilustrar esto. Hace pocos años, existía en Es
tados Unidos un consenso casi universal en cuanto a que el pleno
empleo, una alta productividad y una distribución amplia de bie
nes al consumidor era una estrategia de desarrollo en la que todos
eran ganadores. Este consenso se encuentra muy erosionado ac
tualmente. E n este momento en que se pagan remedos de salarios
a los pobres, a los estudiantes universitarios y a los jubilados, así
como a receptores más tradicionales que no tienen ingresos, nues
tras concepciones del empleo y el pleno empleo han tenido que
revisarse. En este momento, en el que se sabe que las materias
primas que entran en la economía acaban como desechos residua-
186 HORST W. J. RITTEL Y MELVIN M. W EBBER
5. Anatomía delproblema de
la heroína: un ejercicio
de definición de problemas*
A definición de un problem a de políticas públicas tiene más
importancia que su simple definición conceptual. Si una po
lítica establece de manera muy estrecha sus objetivos, es muy
probable ignorar o subvaluar varios efectos importantes de su pro
puesta de acción. Si se pierden de vista variables importantes que
afectan el comportamiento del sistema en cosideración, se pueden
perder oportunidades para elegir las políticas adecuadas o pasar
por alto restricciones en la elección de las políticas. En los dos
casos, las recomendaciones de la política serían inapropiadas.
E n la política sobre la heroína, la definición del problema es
particularmente crítica. Considérense, por ejemplo, definiciones al
ternativas y sus implicaciones en la política gubernamental. Algunos
consideran que el objetivo de la política sobre la heroína es sin más
la reducción de su consumo. La abstinencia es deseable, incluso si
no provoca ningún cambio de conducta; por tanto, las políticas re
comendadas comprenden el establecimiento de programas de de
sintoxicación, internar a los pacientes en hospitales psiquiátricos y
poner en práctica estrictas restricciones al suministro de heroína.
Quedarían excluidos de los objetivos de la definición los tratamien
tos con metadón y la legalización de la heroína.
Para otros, el objetivo es mejorar la calidad de vida de los
consumidores. Cualquier mejora en su salud, independencia eco-
* P ub licado origin alm ente con el títu lo "A n atom y o f the H e ro in Problem : An Exer-
cisc in Problem D e fin itio n ", en Policy Analysis, no. 2, 1976, pp. 639-662. T ra d u c c ió n al
español de M arco A n to n io Mena.
190 MARK H. M OORE
que hay una o p o rtu n id a d razonable de que la prescripción legal tuviera m uy buenos efec
tos o m uy malos efectos. A sí, mientras el va lo r esperado de la po lítica pueda ser grande,
la exp e rim ie n ta ció n adicional y la confianza continuada en las políticas po drían ten er va
lores más bajos de los esperados, aunque tam bién variaciones más pequeñas. A l respecto,
véase, m i tra b a jo "Policy towards heroin use in N e w Y o rk C ity".
4 D ebe notarse que si se piensa que el consumo ilíc ito de heroína es el problem a,
uno no estaría satisfecho únicam ente con las políticas que hicieran legal todo uso de
heroína, sino tam bién con las que (a) red ujeran totalm e nte el uso de heroína o (b) red u
je ra n el uso ilíc ito de heroína al sustituir el consumo legal de alguna o tra cosa po r el
consum o de heroína. P resum iblem ente, los tres tipos de po lítica evitarían el pro blem a de
los altos precios, el acceso irregular y le im predecible calidad presente en el uso ilegal
de la heroína. Sin em bargo, uno debería recom endar la prescripción legal de heroína como
la única po lítica sólo si se cree que es más fá c il legatizarla que re d u c ir to d o su consum o
o que rem p laza ría con algún o tro bien, y si uno cree que la legalización no cam biará otros
objetivos de la sociedad. Y aun así, si estos puntos de vista sobre la puesta en práctica y
los otros objetivos de la sociedad parecen razonables, no se deben aceptar como verd ad
a prio ri. y deben sujetarse a evidencia y argum entación.
CUADRO 1
A T R IB U T O S D E L P R O B L E M A DE LA H E R O ÍN A
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v e m m e n l, H arva rd U nive rsity, 1972 L a e stim ación se hace al lo m a r la d is trib u c ió n de ocupaciones en una muestra de adictos en
los program as de tra ta m ie n to de la A d d ic tio n Services Agency, m u ltip lic a d a p o r la media de ingreso de Estados U n id o s y luego
ajustada p o r el sesgo in c o rp o ra d o en la muestra.
b R ich a rd D. B ro tm a n y A lfre d M . Freedm an, Continuities and Discontínuitíes ín ihe Process ofPatíent Care far N;ti'c<l'c
Addicts, N ew Y o rk : N ew Y o rk M e d ica l C ollege, 1965, p. 105
1/biJ., p. 114.
8 M a rk H. M o ore , EC0íl 0¡r:cs ofHeroín Dístríbutíon, M a te ria le s de In vestigación y D ocencia, C am bridge, Mass.: Programa
de P o lítica s Públicas, Jobn F itzg e ra ld K ennedy School o f G overnm ent, H arva rd U nive rsity, 1971. Véase tam bién Singer, <Ihe
V ita lity oC M y tb ic a l N um bers", The PI/bLb Intírcst, núm. 23, prim avera 1971.
9 Paula K le in m a n '! D eborah S. David, "P ro te c tio n against C rim e in a G h e tto C om m u n ity", N ew Y o rk : C o lu m b ia University,
j u l i o 1972, tabla D -l.
10 WilWara H. M c G lo tb in etal^AÜ entaliw Approaches lo OpiateAddiction COIIH'o/: Cost, Bettefils and Potential. Wasb.íngt011-
D. C.: B u rea u oC NarcotraCics and D angerous Drugs, U.S. D ep a rta m e nt o f Justice, 1972, apéndice B,p. 10.
llN e w Y o rk C ily A d d ic tio n Services Ageney, C-otnprehensive Plarfor COIIH'o/ofDrugAbuse andA,IJietion. N ew York, 1973,
pp. 13-1-4.
12New Y o rk C ily H um an Resources A d m in is tra tio n , Norcolie AtUtiction PublicAssistonce. N ew York, octubre 1973, p. 22
13New Y o rk C ily C rim in a l Justice C o -o rd in a tin g C o u n cil, 1^72 Cnminal Justice Plati. N ew York, 1973, PI). 6-9.
^ Véase, e n tre o íro s, D ennis A ro n o w itz , "C iv il C o m m itm e n t oC N arcotic A d d icts", Columbia L aw R e\,¡cw 67, núm. 3, marzo
1967; AJbert B. Logan, “ M a y a M an Be Punished because He I. 1IT?"AmericíVi BarAssocialion Ioumal. octubre 1966; "Due
Process fo r the NarcotraCic A d d ic t? Tbe New Y o rk C o m p u lso ry C om m itm e n t Procedures", N ew York. UniversityLaw Re view 43.
pp. 1172-93; " C iv il Commitment o f N a rco tic A d d ic ts ", Yale L aw Ioum al 76, 1967: 1160.
CUADRO 1 (Continuación)
P o d e r del
Las g a n an c ia s del crim en o rg a n iz ad o p o r la v e n ta de
c rim e n organizado h e ro ín a se e stim a n e n 24 m illones de dólares.
M o ra l
de la In te g rid a d de Al cum plir las leyes de narcóticos, la policía h a pagado
sociedad las leyes sobornos por c a n tid a d e s que v a n de 50 a 70,000 dóla-
15
res.
Preferencias m ora
les y estéticas
15 N ew Y o rk Slale C om rnission Qn Investigatioo. Narcotlcs low E n fo rc etn en t in New York City, New York, 1972, |)p. 138-39.
16Isidor Chein et al., The road h¡ II. New Y o rk: Basic Books, 1964, pp. 126-27.
196 MARK H. M O ORE
D IF E R E N C IA S D E Á M B IT O
P O L ÍT IC A S Q U E A T A C A N "S ÍN T O M A S " Y
P O L ÍT IC A S Q U E A T A C A N "C A U S A S "
I
200 MARK H. MOORE
CUADRO 2.
Á M B I T O D E LO S IN S T R U M E N T O S D E P O L ÍT IC A S A L T E R N A T I V A S
E L Á M B IT O D E L O S P R O G R A M A S P R E V E N T IV O S
L O S P R O G R A M A S D E S U P E R V IS IÓ N :
C U S T O D IA C O N T R A T R A T A M IE N T O
I
204 MARK H. MOORE
E n fo q u e E n fo q u e cuando se describen
convencional explícitam ente los atrib utos del program a
M o d e ra d a Pocos Efectos 9
4. T ra ta 4. T ra ta
m ie nto con m ie nto con m ente servicios m oderados
m etadón sin m etadón sin am plia modesta en ambos
servicios servicios y corta supervisión
auxiliares auxiliares
5. D e sin to xi 5.D e sin to xi M uy Bajo nivel Pocos efectos A lta
cación am b u cación a m b u estrecha de ambos en ambos
la to ria latoria y corta
* La d u ra b ilid a d se re fie re al p e rio d o en el que los cambios de conducta m antienen después de que
cesa la supervisión directa
208 MARK H. MOORE
dríam os expandirlas por medio de políticas de m acroem pleo, esfuerzos anrid íscrim ina to -
ríos, y educación m ejorada. Si la ilegalidad del uso de la heroína es la falta, entonces
po rd n a m o s considerar la prescripción legal de la heroína. En m i "Policy tow ards heroin
use in N e w Y o rk ", arg um e nto que, para m uchos consum idores, el uso de heroína es
menos im p o rta n te para d e te rm in a r su conducta de lo que el estereotipo del típ ico dro-
gadicto nos lleva a creer. Esto fija un tope su p e rio r en lo que se podría lograr con los
in stru m en to s de políticas que solam ente tendrían éxito al re d u cir el consum o de heroína.
Incluso así, parece claro que, com parado con otras formas de in flu e n c ia r la conducta de
una persona, re d u c ir sim plem ente el consum o de heroína es relativam ente efectivo y fá c il
N o obstante, esto es más cierto para algunos tipos de consum idores que otros. Adem ás,
es menos exacto de lo que nos gustaría. En consecuencia, hay fuertes razones para em
pezar a exp e rim e n ta r program as que tengan ám bitos un tanto más am plios para tra ta r
con consum idores individuales.
ANATOMÍA DEL PROBLEM A D E LA HEROÍNA 211
S o c ie d a d Ex ad ic to s A bst inencia
V o lu n ta ria
p
C á rc e le s
R e afdas r
o
g
r
a
C o n s u m id o re s
m
C o n s u m id o re s in te rn a d o s
E sc a a
no su p e rv isa d o s en h o sp ita le s
pes s
P o b la c ió n p siq u iá tric o s
s u s c e p tib le
d
e
s
T r a ta m ie n to s
u
con
p m e ta d ó n
e
T ip o s de c o n su m id o re s r
V
B ro c h e F a rrn a c o d c -
- i
a le g re p e n d ie n te
s
ii C o m u n id a d e s
A fic io n a d o C o n fo rm is ta
te ra p é u tic a s
A d ic to M a d u ro 0
n
T ra fa g ó n C o n su m id o
M u e rte s
F ig u ra 1. M o d e lo d in á m ic o de la població n u s u a ria de h e ro ín a
Conclusiones
Apéndice
Los "conformistas" (conformistsí; pocas drogas y pocos delitos, son con
sumidores de heroína casi por accidente. Experimentan con heroína y
se vuelven levemente adictos, psicológica y fisiológicamente. No poseen
largos historiales de consumo y rara vez usan otras drogas. Su uso mo
derado de heroína Y.sus actitudes convencionales suponen que son ca
paces de retener empleos legales. Pueden tener antecedentes penales
por uso de drogas pero raras veces se los arresta por delitos contra per
sonas o propiedades. Aquí se incluyen muchos de los consumidores de
fines de semana que nunca desarrollan un fuerte deseo de drogarse sis
ANATOMÍA DEL PROBLEM A D E LA HEROÍNA 217
6. Problemas de la defínición
de problemas en
el análisis de políticas:
[219]
220 E U G EN E BARDACH
2. Evaluación de los
sentimientos ciudadanos
alguna razón para que el punto de vista del analista sobre el "pro
blema", en este caso "no problema", pueda sustituir el del traba
jador-ciudadano. Yo creo que sí. Hay muchas y diferentes formas
de razonar para llegar a esta conclusión, cosa que tal vez podría
alejarnos demasiado, pero la siguiente debería ser suficiente: si la
posición de los trabajadores de cero accidentes fuera realmente
la que va a orientar la política, los resultados serían francamente
desalentadores para todos, hasta para los tfabajadores, debido a
la enorme cantidad de recursos económicos que se tendrían que
reasignar para evitar totalmente los accidentes. La posición eco
nómica del analista, en contraste, conduciría a resultados mucho
más aceptables. Por consiguiente, la única razón del analista para
sustituir la opinión de los trabajadores con su propia teoría y sus
corolarios sobre el carácter de "no problema" de ciertos acciden
tes de trabajo, es que él está (o debería estar) preparado para
argumentar que su teoría podría también ser la de los trabajado
res, si éstos fueran capaces de entender las consecuencias de un
punto de vista competitivo acerca del mundo.
Considérese, ahora, la preocupación de unos rancheros cuya
forma de vida se ve amenazada por la explotación de yacimientos
carboníferos en algunas partes de las Grandes Planicies del Norte;
¿deberían constituir sus sentimientos de angustia y amargura un
legítimo problema de políticas? Los rancheros no dudarían en in
sistir que sí, pero el analista de políticas será un poco más escép
tico. Después de todo, ¿no nos absorbe a todos por igual el ritm o
del cambio social?, ¿por qué, entonces, deberían estos rancheros
estar exentos de tales riesgos? Seguramente no se habrían quejado
si se hubieran beneficiado con una ganancia inesperada en lugar
de pérdidas, cosa que ciertamente podría o c u rrir a los propieta
rios afortunados con una tierra rica en depósitos de carbón (o
tam bién con quien pasara a ser dueño del yacimiento).
De nuevo, el analista tiene razón en sustituir su posición de
"no problema" por la de los rancheros. La justificación comienza
PROBLEMAS EN EL ANÁLISIS DE POLÍTICAS 231
[235 J
236 PETER J. MAY
3 Eugene Bardach, "G athe rin g D ata fo r Policy Research", en Urban Analysis 2
(1974): 120.
4 Es ilu s tra tiv o el consejo de un lib ro fin a n cia d o p o r el gobierno: "E l equipo in te
grante del proyecto debe dedicarse a generar alternativas. Se pueden in c o rp o ra r más
m ie m bros al equipo cuando se les reconozca p o r su capacidad o p o r su reputación de
personas creativas". V e á s e U .S .,D e p a rta m e n t o f H o u sin g and U rb a n D e velo pm e nt, O f
fice o f P o lic y D e velo pm e nt and Research, Program Evaluation and Analysis, A Technical
Guide for L ocal Governments; H U D -P D R -2 7 9 - (W ashington, D .C ., 1978), p. 33
CLAVES PARA DISEÑAR OPCIONES DE POLÍTICAS 237
1. A L G U N O S E R R O R E S E N L A M A N E R A D E C O N C E B IR
L A S O P C IO N E S D E P O L ÍT IC A
14 G ian do m enico M ajone, "C hoice among P olicy Instrum e nts fo r P o llu tio n C o n tro l",
en PolicyAnalysis, 2 (o to ñ o 1976): 589-613. Los criterios para evaluar opciones de po lítica
citados en el texto son de Majone.
151bid., p. 601.
244 P E T E R J. MAY
2. S U G E R E N C IA S P A R A E L O F IC IO D E C R E A R
D IV E R S A S O P C IO N E S D E P O L ÍT IC A
íe E l eje m p lo del tránsito veh icu lar se extrajo de W alter Y. D i, "The Federal Subsidy
o f C o nve ntion al Mass T ransit", en PoticyAnalysis, 1 (otoñ o 1975): 613-58.
248 PETER J. MAY
TABLA 1. L A S M A N IP U L A C IO N E S D E L A S V A R IA B L E S P O L ÍT IC A S C L A V E
SON LO S C IM IE N T O S P A R A C R E A R L A S P O L ÍT IC A S A L T E R N A T IV A S .
B eneficios de Sin rem uneración, Pago nom inal por algunas Pago y consideraciones
p a rticip a ció n castigo por no actividades verbales
participar
V ig ila n c ia y/o Los guardias supervisan Sem iprofesionales Los prisioneros supervisan
supervisión las actividades supervisan las actividades las actividades
17 Este ejem p lo está basado en un litig io e n curso sobre las malas condiciones de vid a
que im p e ra n en la cárcel de m áxim a seguridad en W a lla W alla, estado de W ashington.
U n o de los elem entos que más tenía que ve r con las pésimas condiciones de vid a en la
p risió n eran las diferencias de oportunidades que tenían los prisioneros para p a rtic ip a r en
actividades formales. Es m ía la caracterización de las políticas actuales y de las políticas
alternativas, desarrollada en este artículo.
CLAVES PARA DISEÑAR OPCIONES DE POLÍTICAS 249
19 G rover S terling se refiere a esta clase de m en talid ad com o "ram ificada". V eáse
The Politics and Economics o f Public Policy: An Introductory Analysis with Cases (H o-
m ew ood, III.: D orsey Press, 1979), pp. 209-11. V eáse tam b ién M eltsner, PalieyAnalysts,
p. 138 p ara u na discusión sobre alternativas usadas en otras épocas.
CLAVES PARA DISEÑAR OPCIONES DE POLÍTICAS 251
TABLA 2. L A S E S T R A T E G IA S A L T E R N A T IV A S SON C O N J U N T A D A S
A L C O M B IN A R D IF E R E N T E S N IV E L E S D E V A R IA B L E S P O L ÍT IC A S
Participación
Status qua Incentivos Desincentivas
forzosa
Rango de actividades M od era do A m p lio M oderado Lim itado
de los presos
Beneficios de Pago nom inal Pago y Castigo por no Pago nom inal
participación por algunas consideraciones participar
actividades verbales
21 Las lim itaciones en las habilidades de los analistas están tratadas en M eltsner, Po
licy Analysts, ch. 4.
CLAVES PARA DISEÑAR OPCIONES DE POLÍTICAS 255
Conclusiones
[257 J
258 H U G H HECLO
Desgaste en el centro
Tonos SE U N E N
LAS P O L ÍT IC A S C O M O A C T IV ID A D IN T R A M U R O S
mente. Más o menos las 2/5 partes de los ejecutivos de nivel medio
pueden ser etiquetados como científicos, aunque de hecho fre
cuentemente sean "administradores de ciencia" que supervisan el
trabajo de gente del gobierno y de fuera del mismo.
Los directivos de todas las organizaciones modernas se han
visto afectados por este aumento en la complejidad y en la espe-
cialización, incluso las grandes empresas con metas estables y cla
ras. Para quienes toman decisiones en el gobierno -donde las
metas de las políticas no han sido ni claras ni estables en los ú l
timos veinte años- la presión para encontrar personal experto se
ha vuelto enorme. Esto es igualmente cierto para los legisladores
y para los funcionarios públicos. [...]
E n opinión del profesor Beer estos grupos de especialistas en
políticas constituyen un "complejo burocrático-profesional". Exis
ten indudablemente muchos grupos con entrenamiento profesio
nal o científico, que han labrado esferas de influencia en áreas
como la salud, la educación, la construcción de carreteras, etcétera
Obviamente siguen en operación los intereses económicos menos
profesionales que vinculan a las distintas partes de la comunidad
de Washington. Pero el arreglo general que está surgiendo di
fiere de aquella imagen convencional de los "triángulos de hierro"
que supuestamente unían en alianzas todopoderosas a los depar
tamentos del Ejecutivo, a los grupos de interés y a los comités del
Congreso.
Desafortunadamente, nuestras concepciones políticas estereo
tipadas sobre el poder y el control no son adecuadas para entender
este nuevo juego fragmentado de influencias que tiene lugar en
la administración de las políticas. Tendemos siempre a buscar un
grupo que tenga dominio sobre otro, a subgobiernos que tienen
la capacidad de aislarse de fuerzas externas, o a políticas que son
"producidas" por unos cuantos "artífices". A l ver que antiguos fun
cionarios del gobierno abren despachos jurídicos o se asocian a
nuevos despachos comerciales, lo lógico es pensar que tratan de
LAS REDES D E ASUNTOS Y EL PODER EJECUTIVO 263
'’ K e n n e th Prew itt y W illiam M e A llister, "C hanges in the A m erican E xeeutive Elite,
1930-1970" en H einz E u la u y M o s h e Czudnow ski, EliteRecruitmentinDemocraticPolitics
N ew York, W iley, 1976, p. 127.
272 H U G H HECLO
nario ejecutivo de hoyes, más bien, una persona que conoce per
fectamente la naturaleza de ciertos asuntos particulares y que se
mueve entre redes de personas que se interesan seriamente por
los mismos problemas.
Pero, ¿cuáles son las implicaciones para el gobierno y la polí
tica de estos cambios? El veredicto no puede ser unilateral, aun
que sea sólo porque la dirección política de la burocracia sirve
para muy diversos propósitos. De cualquier modo, se pueden en
contrar por lo menos tres ventajas importantes en el sistema que
está emergiendo.
Primero, la confianza en las redes de asuntos y e n los políticos
de políticas es congruente con algunos de los cambios más impor
tantes de la sociedad. El votante común parece estar menos limi
tado por la identificación partidaria y se siente más atraído por
un estilo de política basada en asuntos, orientada a problemas. Se
dice que las organizaciones de partido han caído en un estado de
decadencia y que se han vuelto incapaces de proveer al gobierno
con directivos altamente calificados. Si el gobierno está compro
metido a intervenir en áreas cada vez más especializadas y com
plejas: resulta útil acudir a los expertos y especialistas en políticas
para el manejo público de estos programas. Más aún, la congruen
cia entre el liderazgo ejecutivo y el electorado, ambos desintere
sados en la política de los partidos, puede ser de gran ayuda para
estabilizar una sociedad en rápido cambio. Dado que nadie sabe
exactamente cómo resolver el rompecabezas de las varias políti
cas, los políticos de políticas tienen la cualidad importante de estar
siempre dispuestos a atender las varias cuestiones, pero sin enre
darse en ninguna ramificación política comprometedora.
E n el gobierno, las operaciones de la redes de asuntos tienen
una segunda ventaja: vincular el Congreso con el poder Ejecutivo,
cosa que resulta ya muy difícil de lograr a los partidos políticos.
Por muchos años, los reformistas han buscado revivir la idea de
que la disciplina de partido es un medio útil para acortar la dís-
274 H U G H HECLO
tancia entre los dos poderes y para hacer más útil y productiva su
habitual competición. Pero, como muestran las disputas que los
recientes presidentes demócratas han tenido con la mayoría del
Congreso, los partidos políticos tienden a ser un puente demasia
do débil. En cambio, los vínculos entre las tecnocracias de los dos
poderes han ido creciendo espontáneamente. La burocracia del
Congreso que ha florecido en Washington durante la última ge
neración se parece en muchos sentidos a la burocracia política de
la rama ejecutiva. E n general, la nueva generación de personal del
Congreso no es ni una mafia legislativa ni una beneficiencia de
favores por padrinazgo. La lealtad personal a los diputados y se
nadores todavía es central, pero es muy probable que el nuevo
burócrata sea alguien con talento para manejar ciertos asuntos
complejos de políticas, posea las credenciales que lo acrediten co
mo analista de políticas y sea seguramente un experto que puede
apoyarse en otros expertos y en sus redes.
Nada de esto significa ausencia de conflicto entre el presi
dente y el Congreso. Los técnicos de políticas de ambas ramas
no dejan de trabajar cada uno para distintos clientes que tienen
distintos intereses. Sin embargo, el hecho es que las cada vez
más numerosas redes especializadas de políticas tienden a cum
plir la misma útil función que se esperaba habría debido cumplir
un sistema nacional y disciplinado de partidos. Dado que las re
des tienen un gran dominio intelectual y profesional sobre las
políticas, reducen el marco del debate político y de la tom a de
decisiones en las dos ramas de gobierno. Por ejemplo, en el te
rreno de la política de energía, independientem ente de la posi
ción particular que se tenga con respecto a la desregulación del
gas o a los incentivos para los productores, la tecnocracia de
políticas ha establecido un lenguaje común de discusión, una gra
m ática para identificar los puntos álgidos de discusión y una re
tórica para argumentar. Ya sea en el Congreso, en el poder
Ejecutivo o en cualquier otro lugar, los abogados de las políticas
LAS REDES DE ASUNTOS Y EL PODER EJECUTIVO 275
tivas más que las absolutas, se puede contar con los cruzados para
emprender.
U n tercera razón por la que nuestras políticas y nuestra admi
nistración no podrán volver a ser las mismas, radica en el hecho
de que ya hay un gran número de políticas acumuladas. Tener que
elaborar políticas en un entorno sobrecargado con compromisos
públicos y programas aumenta la posibilidad de impactos m ú lti
ples e indirectos entre una política y otra, de muchas tensiones
entre las diferentes perspectivas, de muchas movilizaciones de va
rios grupos. Este estado de complejidad y de im predecibilidad
crea un escenario poco favorable a cualquier intento de regresar
a los grupos tradicionales de interés político.
Para concluir, imagine que se gobierna en una situación donde
los recursos políticos de corto plazo giran alrededor de una serie
de asuntos particulares en continuo cambio y en donde las perso
nas que están atentas a estos asuntos no pueden evitar que sus
urgentes demandas vayan más allá de los recursos que ellas mis
mas pueden ofrecer. Imagínese también que entre más gente se
comporte de esta manera menos apoyo y entendimiento se reci
birá de los públicos de apoyo que tienen los recursos de largo
plazo que se necesitan. Atrapada entre los cínicos y los verdaderos
creyentes, la elaboración de la política no podrá más que evolu
cionar hacia niveles de insolubilidad. En efecto, no es fácil para
una sociedad politizarse y al mismo tiempo despolitizar la con
ducción gubernamental. En los Estados Unidos puede estar suce
diendo justamente esto.
Indice
Presentación
Luis F. Aguilar V illa n u e v a ........................................... 7
Estudio Introductorio
Luis F. Aguilar V illa n u e v a ..................................................... 13
[285]
286 ÍNDICE