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IDEA CLAVE: Evangelizar con poder entra en el plan de salvación como elemento permanente.
Evangelizar sin poder, no es evangelización sino propaganda.
A. INTRODUCCIÓN
a. Evocación
Desafío: ¿A quiénes de ustedes les gustaría evangelizar con poder?
El apostol Lucas narra en libro de los Hechos la característica principal de la actividad evangelizadores
de los apóstoles.
Los Apóstoles daban testimonio con gran poder de la resurrección del Señor Jesús: Hech 4,33.
Pregunta: ¿En qué cosas concretas se dio cuenta San Lucas que los Apóstoles evangelizaban con gran
poder?
El Papa Pablo Vl en la encíclica Evangelii Nuntiandi, afirma: “La Iglesia vive para evangelizar” (14)
Por eso, evangelizar no es pues la tarea principal de la Iglesia, sino la única y que resume su esencia y
vocación en este mundo.
Sin embargo, la evangelización integral no se reduce a la comunicación de un mensaje sino a la
instauración del Reino de los cielos en este mundo,
Aquel que se limita a comunicar un mensaje y se esfuerza por presentarlo de una manera atractiva,
bonita, pedagógica, pero que carece de poder ¿a quién se parece más?
Tanto Jesús, como los apóstoles, y la primera comunidad, antes de Evangelizar, tuvieron una
experiencia que les capacitó con poder para cumplir la misión.
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c. Motivación, Presentación del tema y su Objetivo
Abre tu corazón, desprográmate, porque hoy la invitación de Jesús, el Maestro, es la de enseñarte el
secreto de la Evangelización con Poder.
B. CUERPO DE ENSEÑANZA
Tuvo una experiencia profunda del amor incondicional de Dios que le declaró
públicamente:
“Tú eres mi Hijo amado en ti me complazco”.
La experiencia del Amor de su Padre, fue una constante que acompaño a Jesús e a lo largo de toda su
vida y ministerio.
La misma experiencia la tiene ante sus discípulos en el Tabor, poco antes de sufrir la ignominia de la
cruz.
Esta experiencia siempre nos da la victoria sobre las dificultades en el ministerio.
Jesús, aunque por un momento experimento la noche oscura, Padre por qué me has abandonado, pero
en seguida él se abandona en los brazos de su Padre, del cual se sabe hijo amado.
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Se llenó del Espíritu que descendió sobre él, mientras Juan lo bautizaba
Con esta doble experiencia, Jesús está capacitado para salvar a la humanidad:
"Jesús, lleno de Espíritu Santo"... "volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu" (Lc 4,1.14)
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b. Pentecostés de los Apóstoles: poder para evangelizar (Hech 2,1-4).
Jesús envió a los suyos a continuar la evangelización, pero les pidió que no se alejaran de Jerusalén, sino
que esperaran el Poder de lo Alto para que poder cumplir su misión (Lc 24,49).
Juan 7, 37-36
Jesús glorificado, lleno del Espíritu Santo, lo derrama sobre sus discípulos reunidos en el Aposento Alto.
Cincuenta días después de la Pascua, Jesús, lleno, tan lleno del Espíritu Santo, derrama la fuerza de lo Alto
en el corazón de sus discípulos para transformarlos primero interiormente y después constituirlos en
testigos eficaces que lleven su Nombre hasta los confines de la tierra.
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1º El acontecimiento de Pentecostés contiene diversos elementos:
Al llegar el día de Pentecostés estaban todos reunidos en un mismo lugar. De
repente vino del cielo un ruido como de una ráfaga de viento impetuoso que
lleno toda la casa en que se encontraba. Se le aparecieron unas lenguas
como de fuego que se repartieran y se posaran sobre cada uno de ellos.
Quedaran todos llenos del Espíritu Santo y se pusieran a hablar en otras
lenguas; según el Espíritu les concedía expresarse: Hech 2,1-4
De repente
Sin previsiones humanas, sin planes prefijados y sin que nadie lo previera, Jesús cumple la Promesa. Los
grandes acontecimientos de la historia de la salvación suceden inesperadamente.
Nuestra actitud: estar expectantes
Un ruido del cielo
Tiene origen divino. La iniciativa viene de Dios.
Nuestra actitud: estar abiertos a las iniciativas (mociones, inspiraciones) de Dios.
Llenó todo y a todos
El Espíritu Santo es plenitud. El viento huracanado llena la casa y el fuego del Espíritu se posa sobre cada
uno de los congregados que esperaban el cumplimiento de la Promesa.
Nuestra actitud: sentido comunitario
Viento huracanado
Se manifiesta con fuerza. El Espíritu es viento huracanado, que muestra el Poder de Dios.
El gran peligro es que podemos contristar al Espíritu Santo, es decir, convertir ese Viento Huracanado en
aire acondicionado.
La diferencia entre ambos es la siguiente:
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A veces, lo que nos lleva a convertir el viento impetuoso de Pentecostés en aire acondicionado, es una
especie de excesivo tacto político (algunos lo llaman prudencia).
Nuestra actitud: rendirnos, dejarle actuar, darle el control…
Fuego
Porque el testimonio que se va a dar debe incendiar los corazones, hacerlos arder con llama de amor viva.
1- Suben al Aposento Alto hasta ser llenados del poder del Espíritu.
120 discípulos perseveraban en oración, junto con María, la madre de Jesús, esperando el cumplimiento de
la Promesa de Jesús.
Efusión del poder del Espíritu Santo, del Promesa del Padre, que transforma profundamente a los
Apóstoles.
Pedro y los Once (comunidad evangelizada y evangelizadora) dan testimonio de la resurrección de Jesús.
Su palabra traspasa los corazones (Hech 2,37).
Resultado: Se convierten 3000 personas aquella mañana.
Comenzó con 120 y terminó con 3120 que alababan al Señor.
Entre la recepción del Espíritu y el comenzar a evangelizar no hay separación.
El mismo día que recibieron el Espíritu comenzaron a evangelizar.
Si bajan del Aposento Alto para evangelizar con poder, es porque subieron para recibirlo.
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c. La Iglesia primitiva (Hech 4,23-31)
El primer fruto de Pentecostés es el nacimiento de la Iglesia, la comunidad de creyentes que perseveran en:
La Enseñanza de los Apóstoles. Los que recibieron el KErygma el día de Pentecostés reciben
posteriormente la KAtequesis.
La Fracción del pan. La Eucaristía, como centro y corazón del sacramento de nuestra fe.
Las Oraciones (Hech 2,42). Vida de oración en KOmunidad.
La comunidad es la obra maestra del Espíritu Santo, porque no es otra cosa que formar el Cuerpo de Cristo,
como Él lo hizo en el vientre de la Virgen María.
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Si el siglo XX ha sido señalado como el siglo del Espíritu Santo, el milenio que comienza no
puede ser otra cosa que el milenio de la evangelización, con poder
La Iglesia debe bajar del Cenáculo para comenzar una nueva evangelización.
Juan XXIII, abrió la ventana de su oficina para que entrara el viento del Espíritu Santo.
Juan Pablo II previó la primavera de la evangelización en la Iglesia.
Este Pentecostés, como el primero, es para evangelizar y evangelizar con gran poder.
Para evangelizar sin poder no necesitamos al Espíritu Santo.
La nueva efusión del Espíritu, o el Nuevo Pentecostés, como el Cardenal Suenens lo ha llamado, es para la
Nueva Evangelización. No existe ninguna otra cosa más importante.
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3º Dos elementos de la Nueva Evangelización:
Uso de las Sagradas Escrituras. La Biblia, más que el catecismo o cualquier otro Documento, como
el manual de evangelización, porque la Palabra de Dios es viva y eficaz ( Heb 4,12).
Responsabilidad de todos, en la Iglesia: obispos, sacerdotes, religiosos y laicos. Todos sin invitados
a remar en la barca del Señor.
El método es un instrumento que nos permite conseguir el objetivo. Esto son los carismas.
Como Pedro proclamaba en el templo de Jerusalén ante aquella multitud asombrada por la curación
milagrosa de aquel paraliticó que había sido “completamente curado”…, “no deben ser motivo de
admiración” (Hech 3,12), porque forman parte normal del anuncio del evangelio.
Lo extraño no es que existan, lo anormal seria que hubieran desaparecido de la tarea evangelizadora.
Tampoco se trata de atribuirlos a ninguna persona en particular, porque son sólo obra de Dios que ama a
sus hijos y porque los ama los sana con su amor
La primera vez que Pedro y los demás apóstoles dieron testimonio de la Muerte y resurrección del Señor,
bajo la unción del Espíritu, pescaron 3000 convertidos. Que ungida estaba su predicación, logró traspasar
3000 corazones!
La segunda pesca la reporta Lucas luego de un gran milagro. EL paralítico que estaba a la puerta del
templo.
Pedro lo vio, lo tomó de la mano y lo levantó en el Nombre de Jesús.
Aquel milagro era una obvia evidencia de que el crucificado estaba vivo.
Pedro, volvió a predicar, ungido por el Espíritu Santo, y esa tarde se convirtieron otros 2000 mil.
¿Por qué en el templo de Jerusalén se convirtieron quienes no se habían convertido en la plaza de la ciudad
la mañana de Pentecostés, si la predicación y el predicador fueron los mismos? La única diferencia radica
en la maravillosa curación de aquel hombre paralítico de nacimiento.
En el plan de Dios el anuncio de la muerte del Señor Jesús y la proclamación de su resurrección van unidos
a los signos de poder que demuestran que el Señor Jesús que murió por nosotros en la cruz, ha resucitado
y está vivo.
Padre Emiliano: “Nadie tiene derecho a recortar el Evangelio, cancelando las curaciones porque
no le gustaran, porque no se trata de si nos gustan o no nos gustan a nosotros, sino si entran en el
plan de Dios.
El mundo de hoy necesita más que nunca estos signos del amor de Dios.
Ya sufre tanto que no necesita que le prediquemos la cruz sino el poder de la cruz.
El sufrimiento no salva. Jesús ya redimió el sufrimiento cargando sobre sí todos nuestros dolores y
enfermedades.
La Iglesia por su parte enfrenta un reto ante el mundo. Mostrar que tiene el mismo poder
que su Señor y Maestro para anunciar la Buena Noticia y curar a los enfermos.
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Nueva en su expresión: La KOmunidad
Si el método se refiere a con qué realizar las cosas; la expresión es la forma como se realiza: siempre en
Comunidad, en Iglesia.
La Palabra anunciada con signos y prodigios se hace en comunidad. Esta misma Palabra eficaz forma la
comunidad. Se trata de una evangelización animada por el precepto del amor.
Una evangelización realizada con el mandamiento del amor de Dios y a los hermanos, con la entrega en el
servicio, con un interés particular por los pobres y necesitados en cuerpo, alma y situaciones sociales.
En esto reconocerán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros (Jn 13,35).
Si no hay amor en nuestras comunidades, nadie nos va a creer.
Padre, que sean uno, como tú y yo somos uno, para que el mundo crea (Jn 17,21).
Si no hay unión en nuestras comunidades, nadie nos va a creer.
Desafío
Si Jesús necesitó bajar al Jordán para recibir una experiencia del amor y del poder de Dios ¿nosotros no
necesitaremos una experiencia similar para cumplir la misión que Dios nos ha confiado?
Si Pedro bajó del Cenáculo con decisión y poder, fue porque antes subió al mismo lugar para recibir el
poder de Dios que lo capacitara para evangelizar. Si nosotros queremos evangelizar con gran poder, ¿no
necesitamos subir al Cenáculo para recibir una nueva efusión del Espíritu Santo?
C. CONCLUSIÓN
a. Resumen
c. Cierre
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