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CALVINO Y EL CAPITALISMO
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1. CALVINO Y EL TRABAJO
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Lo que nos interesa en este análisis, necesariamente sucinto,
de la mentalidad capitalista, es por qué y de donde proviene
la idea de acumular capital y emprender una actividad
lucrativa. Todos están de acuerdo que el calvinismo y el
pietismo posterior tuvieron mucho que ver. Por una parte,
según analizó magistralmente Max Weber en “La ética
protestante y el espíritu del capitalismo”, el creyente entendió
el trabajo y toda actividad humana como objeto de prueba y
seguridad de estar predestinados y salvados. El “ora et
labora” tenían el mismo sentido de gratitud a ese Dios que
desde la eternidad los había elegido.
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comercio, la política, la salud y todas las demás esferas de la
actividad humana?
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Calvino era un hombre de Dios y no escribió tratados formales
sobre teorías económicas, políticas o sociales, sin embargo,
todas las esferas de la actividad humana han resultado
tomadas por su pensamiento. En sus escritos hay material
suficiente para guiar sobre múltiples temas que afectaban al
gobierno de Dios en el mundo. En general Calvino cree que
todo desequilibrio es producto de la enemistad del hombre
con Dios. El hombre necesita la reconciliación con Dios para
que la corrupción y la depravación del corazón del hombre no
se extienda por la “polis”.
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Me contaba un hermano que ha trabajado en Suiza muchos
años, de un pueblo, del que ya no recuerdo su nombre, cuyos
habitantes, la mitad son católicos y la otra mitad
protestantes. Pero es tradición que los que nacen en un lado
ya nacen católicos y los del otro, nacen protestantes. La
curiosidad de este hermano le llevo a observar, que hasta las
calles del lado protestante estaban más limpias y había más
prosperidad en este lado.
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Por eso los resultados de los estudios modernos sobre la
valoración del hombre en función de una actividad, en este
caso el trabajo, dan enfoques teóricos dispares y siempre se
apunta a la integración de las esferas cognitivas, activas,
físicas y sociales, donde se incluya el elemento religioso como
diferenciador importante. Los objetivos y los resultados
esperados en la interrelación hombre-trabajo pueden
motivar para trabajar, producir y progresar, pero nunca
determinarán el éxito de la prosperidad la cual solamente da
Dios. Es lo que refleja el texto bíblico: “Si Dios no edifica la
casa, en vano trabajan los edificadores”
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“El Creador quiso que todos los seres humanos lo supieran,
puesto que unos y otros son miembros de la familia humana
del mundo en virtud de su nacimiento y cada quien debe
reconocer en cada uno de los demás a alguien de ‘su propia
carne y hueso”.
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Las teorías políticas sobre la riqueza de las naciones en Adam
Smith y sobre principios de economía política en David
Ricardo no dejan de basarse en el principio bíblico de que Dios
dio dones a los hombres y cada cual es responsable. La
economía funciona mejor a merced de “esa mano invisible”
que, aunque no se reconociese a la de Dios Soberano que
cuida los pajarillos y viste los lirios del campo, constata el
hecho de que algo se mueve detrás de las teorías sobre el
capital, el trabajo, las relaciones entre las clases sociales, la
producción, el mercado y la distribución de beneficios,
consumo y bienestar.
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Sin embargo, santo Tomás se encuentra con el trabajo de
armonizar el texto bíblico y la enseñanza sobre propiedad
privada, riqueza, ganancia económica o propiedad comunal
como estaba en el contexto de vida en Jesús de Nazaret.
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también el pan es la risa de los trabajadores. No hay mejor
tratado de economía.
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Pero los datos exagerados para pintar al dictador se reflejan
en hechos aislados de Calvino, para dar un sentido de muerte
y tragedia a la vida, a la belleza, a la alegría, al canto y las
efusiones amorosas, y mostrar la terrible figura de un
inquisidor - frío, calculador, incapaz de goce alguno- hasta
hacerse repugnante.
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Es el mismo sentido dado por la primera comunidad cristiana:
“Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en
común todas las cosas: vendían sus propiedades y sus bienes
y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno”
(Hechos 2,44-45. ¿Es esto tiranía, despotismo o la única
solución al problema del hambre en el mundo y de toda
injusticia social?
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1. Calvino y el capitalismo en el “Libro de Estilo
Protestante”
2. Referencia en el libro de Leopoldo Cervantes: “Un
Calvino Latinoamericano para el siglo XX”
3. A Rubén Montelongo y Amparo Lerín, compadres y
amigos de tantos años.
4. Recientemente apareció el Libro de estilo protestante
(coordinado por José de Segovia y Pedro Tarquis), un
recurso que se necesitaba desde hacía tiempo, sobre
todo para “introducir” a muchos periodistas
despistados a la “jerga evangélica” que tanto se les
indigesta a quienes desconocen el ambiente
protestante, sobre todo en sus aspectos comunitarios,
litúrgicos y sociológicos.
CALVINO Y CAPITAL
LEOPOLDO CERVANTES-ORTIZ
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esto no puede aplicarse de manera unívoca a todos los
aspectos derivados de la fe reformada.
2) Ibid., p. 55.
3) Ibid., p. 57.
4) Ibid., p. 60.
5) Ibid., p. 58.
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