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Miguel A.Alonso García Ana M.Calles Doñate Carmen Sánchez Ávila
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Introducción
PARTE 1
1. Concepto de mentoring
1.2. Definición
1.3. Objeto
2. Tipos de mentoring
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2.3.2. Mentoring grupal,
3. Agentes
3.1. El mentor
3.1.4. Otras cualidades deseables en las personas que asumen el rol de mentor,
3.2. El telémaco
4.1. Iniciación
4.3. Separación
4.4. Redefinición
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5.4. Los planes de acción en el mentoring
PARTE II
6.2.2. Ob-
6.2.6. Los resultados esperados para los mentores, telémacos y para la organización,
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6.3.1. Selección del coordinador,
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10.1. Evaluación de necesidades
10.2.6. Los resultados esperados para los mentores, los telémacos y para la
organización,
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10.4.4 Criterios de emparejamiento de mentores y telémacos,
11.1.1. Objetivos,
11.1.2. Metodología,
11.1.3. Contenidos,
11.2.1. Objetivos,
11.2.2. Metodología,
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11.2.3. Fechas y duración,
11.3.1. Objetivos,
11.3.2. Metodología,
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"Los árboles se mueren por arriba", esto es lo que dice el proverbio. Drucker (1909-
2005) parece hacer suyo este proverbio al afirmar que "el espíritu de una organización se
crea desde arriba y que si ésta es grande de espíritu, es porque así son sus directivos, y si
este espíritu decae, es porque la dirección degenera; Nadie debería ser, jamás, nombrado
para un alto cargo, a menos que los directivos estén dispuestos a mostrar el carácter de
esa persona como un modelo para los subordinados". Es toda una manifestación de
principios, que a menudo es ignorada en las organizaciones de hoy en día. Pero,
curiosamente, cuando se estudia la posibilidad de implantar un programa de Mentoring en
un entorno empresarial, una de las primeras cuestiones a resolver es quién será el
Mentor. Hay un acuerdo unánime en que éste debe ser un "modelo para sus
subordinados", por su desempeño profesional, por su "saber ser y estar" y por su
implicación en el desarrollo de su equipo y de su empresa.
La figura del Mentor es una pieza clave en el desarrollo de las personas en las
organizaciones así como en los procesos de acompañamiento para adaptarse al cambio y
transformarlo en oportunidades, o las nuevas necesidades y diferentes perspectivas que
ese desarrollo demanda y en el que debe encontrarse una sincronía entre reinventarse y
revitalizarse, es decir, transformarse con nueva energía, para llegar a ser un "ejecutivo
efectivo", que sabe aunar sus propias fuerzas con las de sus superiores, colegas,
subordinados y con aquellas que las circunstancias proporcionen y que es capaz de
establecer prioridades que le permitan un buen control de su tiempo y tomar efectivas
decisiones.
Esta adaptación suele y debe suponer para la persona que la vive un incremento en la
comprensión de sí mismo y del mundo que le rodea. De cómo experimente lo que le
sucede y de los cambios de conducta que realice dependerá en gran parte el progreso
personal y profesional que consiga. El apoyo de un experto, en dicho proceso de
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desarrollo, se considera clave para algunos puestos en las organizaciones o en algunos
momentos de la vida de una persona. Con la ayuda del profesional que realice el
acompañamiento se incrementan las posibilidades de aprendizaje del individuo, pues le
ayuda a dar sentido a sus experiencias, a cómo las vive, a encuadrarlas, a encontrar las
distintas alternativas de decisión, a tomar dichas decisiones y por último, a llevarlas a
cabo.
3.¿Sin un mentor puede una persona adaptarse adecuadamente a una situación? Claro
que sí, quizá tarde más en aprender algunos trucos y tropiece algunas veces más,
pero la mayor parte de las personas lo conseguirán.
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Es habitual, en la definición de una ciencia, estudiar su concepto, su objeto y su ámbito.
En la primera parte de este capítulo se abordan estos tres aspectos y si bien no se hace
desde una perspectiva académica, ya que no es el objetivo de este libro, sí se destacan
aquellos aspectos claves más relevantes desde una óptica profesional.
La esencia del Mentoring tiene unos orígenes muy remotos. Desde la antigüedad las
sociedades tribales han contemplado como parte esencial de su cultura el respeto a los
ancianos, a los mayores del clan. Eran ellos los que definían los ritos de Iniciación de los
jóvenes y establecían las pautas y compañeros que guiarían ese importante hito en la vida
de los habitantes de la aldea.
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Figura 1.1. Homero. Busto en piedra tallada. Roma, Museo Capitolino.
Cuando Ulises marcha a la guerra de Troya le pide a su fiel amigo Mentor, hombre
sabio, conocedor de las tradiciones y de reconocida valía, que cuide de su hijo Telémaco,
y le ayude a prepararse para ser rey de Ítaca y que también se ocupe de los intereses de
su reino.
Una vez acabada la guerra, Ulises tiene que afrontar numerosas dificultades para
regresar a su reino. Su tardanza genera muchos problemas e inquietudes, por lo que
Telémaco decide ir en busca de su padre. La diosa Atenea les suplica a los dioses que le
permitan ayudar a Telémaco en esta búsqueda. Atenea, diosa de la sabiduría, la estrategia
y la guerra justa, adopta la apariencia de Mentor para acompañar a Telémaco en la
búsqueda de Ulises, es decir, para alcanzar la "meta" u "objetivo final", garantizada por la
compañía siempre presente de la diosa de la victoria, Niké. En la figura 1.2 se observa
una representación de Telémaco y Mentor. Esta díada, estrategia y sabiduría, debe estar
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presente en la implantación de programas de mentoring en cualquier tipo de organización.
Durante la Edad Media, los gremios funcionaban también bajo este paradigma de
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"mentor". El "maestro" guiaba al aprendiz en el camino de adquisición, no sólo de
conocimientos, destrezas y habilidades propias del oficio, sino también le facilitaba su
integración dentro de la sociedad gremial, lo que le proporcionaba tanto un
reconocimiento y una autoridad de carácter profesional, como una responsabilidad social
y política. Este compartir contactos y facilitar una mayor vinculación con la propia
organización es, en la actualidad, otra de las características de un buen "mentor".
•Visión elitista: el mentoring como estrategia dirigida a personal con alto potencial, y
centrado en un trabajo racional, fundamentalmente en la clase directiva.
Con el paso del tiempo, el término "mentor" cayó en desuso siendo sustituido, sobre
todo en el ámbito académico o educativo, por el de tutor, que si bien se le considera
como sinónimo, carece de la función de integración y nexo profesional señalada
anteriormente.
1.2. Definición
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La minuciosa revisión llevada a cabo por Haggard y cols. (2011) sobre mentoring
describe cómo este constructo ha ido cambiando en las últimas décadas y los autores
remarcan la necesidad de disponer de una definición para entender el constructo y poder
determinar, al comparar distintas investigaciones, que se está hablando de lo mismo,
tanto en el ámbito educativo como empresarial.
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Figura 1.3. Tópicos en el desarrollo de la investigación sobre mentoring a lo largo del
tiempo.
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de manifiesto, para que el telémaco tome la decisión que considere oportuna. De la
misma forma le ofrece feedback sincero sobre los comportamientos que el
telémaco le cuenta que está llevando a cabo.
El mentoring es una relación entre una persona con más experiencia (el mentor) y una
persona con menos experiencia (el telémaco). La relación es recíproca, pero asimétrica,
pues aunque el mentor y el telémaco se pueden y suelen beneficiar de esta relación, el
objetivo principal de un mentor es el crecimiento y el desarrollo del telémaco. Las
relaciones de mentoría son dinámicas, ya que los procesos de relación y los resultados
asociados con la mentoría cambian con el tiempo. Los mentores son potencialmente
influyentes como modelos a seguir, pero de forma distinta a los asesores, maestros,
supervisores o jefes y coaches (Eby, Rhodes, & Allen, 2007).
Eby (2011) realiza una comparación entre experiencias de apoyo en el trabajo, donde
además de mentoring incluye el coaching, la amistad, el apoyo social y las relaciones de
supervisión (cuadro 1.l). Plantea que las dimensiones que mejor permiten diferenciar
entre las experiencias que se dan en las organizaciones y conllevan apoyo son las
siguientes:
2.El grado de reciprocidad. Desde no requerido a una escala de tres anclajes: bajo,
moderado y alto
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4.La frecuencia de la interacción. Que se expresa con un sí o un no, en función de
que haya plazos concretos
1.3. Objeto
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1.Generar el interés por el aprendizaje activo.
¿Cuáles son estas características? Debe ser una empresa que crea en la importancia
de su personal, que lo considere un valor estratégico y competitivo, que busque la
excelencia en el servicio y atención al cliente y que apueste por ser una empresa que
aprende e innova. Una organización en la que la comunicación de sus principios y valores
es clara, precisa y eficaz, que cree que las personas con alto potencial representarán
fielmente los valores de toda la compañía, trabajarán de manera más efectiva y tendrán
un desarrollo de carrera más orientado a la consecución de metas.
Existen, también, una serie de principios básicos a tener en cuenta si se desea que los
programas de mentoring funcionen adecuadamente. Algunos de ellos se mencionan a
continuación:
1.Voluntario. Para que tenga éxito un programa de mentoring es preciso que los
miembros de la relación, mentor y telémaco, estén en él de forma voluntaria, y que
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exista una fuerte voluntad por parte del mentor de ayudar al telémaco y un
compromiso por parte de ambos de participar activamente en el proceso.
¿Cómo podrían solo dos hombres levantar una carga tan grande? se preguntó
el hombre.
Y contestó:
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El carro osciló, parecía enderezarse pero costaba, se movió un poco, tomaron
aliento y con un nuevo esfuerzo, consiguieron enderezarlo.
Unos pocos momentos más tarde el carro, tirado por los bueyes, se puso en
marcha.
Se pusieron a andar uno al lado del otro. Tras unos momentos de silencio, el
viajero le preguntó al campesino:
-Por cierto - ¿Y qué otra razón podría haber, amigo? - dijo el campesino.....
Carriére (2010)
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una metodología que incite a la reflexión, la toma de decisiones y la actuación del
telémaco por sí mismo.
9.Cumplir con las fechas previstas de reuniones. Cuando no sea posible mantener una
cita, se avisará a la otra parte con antelación, a través de una llamada telefónica,
un correo electrónico o personalmente para evitar generar malestar.
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En ocasiones al consultar bibliografía específica de técnicas de desarrollo de personas,
puede surgir la confusión entre mentoring y coaching. ¿Son lo mismo?, ¿en qué se
diferencian? Para profundizar más en el concepto de mentoring se dedica este punto a
determinar los aspectos comunes entre mentoring y coaching ejecutivo y los aspectos en
los que ambos se diferencian.
En el entorno organizacional, el mentor suele ser una persona de la propia empresa que la
conoce bien, cuya trayectoria ha estado marcada por un alto desempeño y desarrollo
profesional, con un prestigio profesional reconocido, y a menudo, suele ser un alto
directivo, seleccionado por su alto nivel competencial en comunicación y orientado al
desarrollo de personas y equipos. El mentor ya ha pasado por situaciones similares a las
que se le plantean al telémaco en su proceso de desarrollo. Los conocimientos y
experiencia que aporta al proceso de mentoring el mentor suelen ser fundamentales. El
mentoring se suele ofrecer como herramienta de desarrollo a las personas para hacerles
más fácil alguna transición dentro de la organización, como el paso de técnico a Jefe de
equipo, directivo, etc.; en el entorno académico, el ingreso en la Universidad, la
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participación en programas de movilidad de estudiantes o de profesores, la incorporación
al mercado laboral, etc. Los objetivos de los programas de mentoring son de carácter
más general, de ayuda, orientación, modelo, asimilación de la filosofía de la empresa o de
la organización, lograr una correcta socialización con el entorno y el puesto. Los proce
sos de mentoring tienen una mayor duración que los procesos de coaching, el final de la
relación está menos definida, de hecho suele mantenerse con un carácter más informal
una vez concluido el proceso propiamente dicho. En estos procesos no suele haber
medidas previas.
Los entornos donde se han desarrollado los programas de mentoring han sido
fundamentalmente tres: social (adolescentes y Jóvenes), organizacional y educativo.
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•Mentoría en el lugar de trabajo. Alumnos de la etapa de Educación Secundaria
Obligatoria o de Educación Superior, se desplazan a una empresa donde se reúnen
con sus mentores. Los programas suelen incluir prácticas laborales que son
supervisadas por personal del centro de estudios y de la empresa.
•Mentoría basada en la fe. Las congregaciones religiosas son lugares fértiles para
desarrollar programas de mentoría que persiguen inculcar creencias, valores
espirituales y morales.
Todos estos programas de mentoría remarcan los beneficios que proporcionan tales
como:
7.Mejorar las relaciones con los padres y mayor confianza con los tutores y
profesores.
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Los contextos académicos constituyen el segundo campo de aplicación. Los estudios
rigurosos son, aunque escasos y con abundante disparidad en la edad y curso académico
de los telémacos. Aun así, en el ámbito escolar y universitario, con las relaciones de
mentoring pueden lograrse mejores expedientes académicos, mayor satisfacción con los
estudios y mayor autoestima (Allen, McManus y Russell, 1999; Kelly y Schweitzer,
1997; Linnehan, 2001; Tanenbaum, Crosby y Gliner, 2001).
Desempeñar el papel de mentor puede suponer todo un reto para un directivo, pues es
entrar en un tipo de relación nueva, en la que unas veces podrá transferir sus
conocimientos y experiencias pero en otras muchas tendrá que poner en juego su
capacidad de solución de problemas y su flexibilidad. El mero hecho de ser mentor es un
verdadero beneficio pues le va a permitir descubrir y desarrollar distintas habilidades,
transferibles a su vida profesional y personal. Al estar centrado en el desarrollo de su
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"telémaco", tendrá que tener una gran capacidad de comprensión respecto a la toma de
decisiones del telémaco y aumentar su interés en este tipo de relación. También es una
oportunidad para desarrollar la paciencia y la tolerancia, así como la apertura a la
innovación y al cambio, aceptando y teniendo en cuenta las ideas nuevas que aporte el
telémaco.
-Se sienten reconocidos por la Organización y valorados por sus capacidades como
consejero y desarrollador.
-Incrementar sus conocimientos, sobre todo en relación con los aspectos organizativos
de la propia empresa y su cultura.
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-Desarrollar habilidades directivas de forma eficaz.
-Menor estrés.
Un joven, que desde su infancia se sentía atraído por las piedras preciosas,
decidió hacerse joyero. Inmediatamente se puso a buscar un maestro y fue
admitido por el más famoso de ellos.
Y despidió al joven.
Éste volvió a la casa de sus padres con la mano cerrada sobre la piedra y muy
descontento. "¿Cómo es posible - se preguntaba - que este maestro me haya
pedido algo tan estúpido, tan dificil de llevar a cabo? ¿Cómo podré mantener la
mano cerrada durante un año, sin abrirla un solo instante? ¿Por qué esa orden
basada en el capricho y que nada justifica?
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piedra.
El maestro le respondió:
Esta vez el joven estalló: ¿Un año más? ¿Por qué esa orden absurda, surgida
del cerebro de un viejo idiota? Él quería ser joyero, ¿por qué no enseñarle la
profesión de la forma conveniente?
Carriére (2000)
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forma constructiva y se comparten situaciones y emociones de carácter personal.
Se intercambian conversaciones de eventos de la vida, del entorno personal o
social; de comentarios de apoyo y feedback en los que es necesario usar
correctamente las emociones y hacer comentarios positivos, de ensalzamiento y
por tanto constructivos.
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En función de las relaciones establecidas entre los participantes en un programa de
mentoring, Ostroff y Kozlowski (1993) y Ragins y Cotton (1999) hablan de relaciones
formales con roles asignados (mentoring formal) y relaciones informales, sin adjudicación
de ningún rol (mentoring informal). Por su parte Shea (1999) incorpora un nuevo tipo de
relación, que denomina mentoring situacional.
Recoge aquellas situaciones, en las que sin tener ningún rol específico de mentor
responden a las necesidades de alguien de una forma concreta y en el momento
adecuado, sin ninguna pretensión, y resulta que esta respuesta produce un impacto
importante en quien la recibe, llevándole a cambiar o modificar algo en él. En muchas
ocasiones es necesario que pase un tiempo para reconocer la importancia de este suceso.
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relación flexible, de tipo informal, basada en el respeto y la ayuda, y que va más allá de
obligaciones debidas a dependencias jerárquicas y sin que la Organización se involucre,
ya que no dirige, ni organiza, ni reconoce a los mentores en este rol.
Las situaciones que abarca este mentoring informal dependen de las competencias del
mentor, es decir de sus conocimientos, capacidades y habilidades así como de las
necesidades que exprese el telémaco. No suele tener un punto de partida definido ni
identificable ni tampoco se marcan las líneas de trabajo o direcciones a seguir. Es una
relación basada en la confianza, compromiso y enriquecimiento mutuo, sin un
seguimiento y control de la situación. Es un modelo que no se atiene a tiempos, puede
ser corto en su desarrollo o durar toda la vida, no requiere una selección explícita de
mentores ni de telémacos, por lo que tampoco se necesita de un periodo de formación y
acoplamiento de las parejas mentor-telémaco, ni de evaluaciones periódicas de
resultados. Quizá por todo ello, siendo el modelo más habitual es, también, el menos
reconocido.
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potencial.
Los grupos pequeños de telémacos ejercen el rol de mentores unos de otros. Los
telémacos son responsables de la agenda del grupo: la fijan, señalan lo que necesitan para
su desarrollo y trabajan juntos. Los compañeros reconocen lo que pueden aprender unos
de otros, al intercambiar ideas y analizar temas de desarrollo. Este enfoque refuerza la
cohesión y motivación del grupo y el intercambio de conocimientos. Es un modelo muy
apropiado para organizaciones flexibles con redes de conocimiento actualizadas. El grupo
debe estar compuesto por 4-6 empleados de alto rendimiento y potencial y que además
dispongan de habilidades interpersonales e interés de aprender de los demás, lo que
permitirá darle fuerza y cohesión al grupo. En muchas ocasiones estas personas forman
parte de la lista de "planificación-sucesión" de la compañía. Al constituir este grupo de
telémacos, conviene favorecer la combinación de diferentes funciones, responsabilidades,
objetivos de carrera, generar un grupo heterogéneo y representativo de la propia
organización, para así aportar diferentes puntos de vista que enriquezcan al grupo y crear
una red más amplia y complementaria de contactos entre compañeros. Esta modalidad de
mentoring está cada vez más presente en las empresas, en las que se trabaja por
proyectos, y en las Escuelas de Negocios, donde se preparan futuros directivos, en las
que suele ser habitual elaborar el Proyecto Final en equipo. Los miembros de los equipos
cuentan con formaciones académicas y experiencias profesionales distintas y
complementarias entre sí.
El término "compañero" debe entenderse como que ambos, mentor y telémaco, son
iguales, es decir, tienen la misma categoría o condición. Por ejemplo, están estudiando la
misma carrera si bien en cursos distintos; son compañeros de un equipo o proyecto, etc.
Este tipo de mentoring puede ser una modalidad de mentoring de equipo. Los
compañeros comparten carrera y se apoyan a nivel personal y social. No hay relación
jerárquica entre ellos. En aquellos departamentos donde es necesario un trabajo en
equipo eficaz y eficiente, los compañeros tienen muchas oportunidades de interactuar de
forma natural, de supervisarse el desempeño, y de darse retroalimentación sobre la
carrera de cada uno. Por ser compañeros es probable que tengan experiencias similares,
y que estén más receptivos a recibir retroalimentación.
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2.3.5. Mentoring virtual o e-mentoring
Es una forma de mentoring, tanto individual como grupal, que se lleva a cabo por
videoconferencia, o por otros medios de comunicación distinta a la presencial. Para
Hamilton y Scandura (2003), el e-mentoring (electronical-mentoring) o mentoring virtual
se caracteriza por el uso de medios electrónicos como el primer canal de comunicación
entre mentores y telémacos. Se habla de ementoring si el 75% o más de los procesos de
comunicación se dan utilizando medios electrónicos, distinguiéndose entre `full e-
mentoring" (FEM) y "partial e-mentoring" (PEM). La implantación de este formato exige
un rigor especial y una planificación disciplinada que permita compensar la ausencia de
contacto personal presencial.
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Los principales agentes que intervienen en una acción de mentoring son: el mentor, el
telémaco, el coordinador (en el caso del mentoring formal) y el supervisor de mentores.
3.1. El mentor
Según indica Bell (1997), ser mentor es aceptar el desafío de ayudar a otro a ver las
cosas de una manera distinta y nueva, para que llegue a ser autónomo y motivado,
persiga "su" meta, y adquiera conocimientos sin tener que ceder su libertad. También es
facilitar el aprendizaje exento de poder, enseñar por medio del afecto y la asesoría en
lugar de a través de la constricción y la evaluación, permitiendo que la enseñanza sea un
proceso expansivo, que va desplegándose, en lugar de ser un esfuerzo evaluador y
restrictivo. Además plantea que el mentor sepa lo siguiente:
2.Aceptar, acoger, optar por una actitud de inclusión en lugar de una actitud de
exclusión. Es elegir librarse de etiquetas, prejuicios y preferencias. Se necesita la
afirmación para crecer pero debe ir acompañada del conocimiento de por qué se
está siendo reconocido.
3.Brindar regalos, ser generosos. Regalar es ofrecer algo de valor sin esperar nada a
cambio, es compartir. Una comunicación clara, franca, es un gran regalo. Esta
comunicación implica escuchar al telémaco, fomentando la verdad y la honestidad,
reconociendo y valorando aquello que nos ofrece.
4.Ir más lejos, ampliar los límites hasta soltar la relación, y así poder disfrutar de más
alternativas de crecimiento y desarrollo. Animar a "correr riesgos" (se puede
dedicar un minuto a ver este vídeo que anima a cambiar:
http://www.youtube.com/watch?v=wWEXc4hOlpM), sólo hay grandes cambios
cuando se asumen riesgos. Cuando se sale de los caminos trillados, desde la
convicción de que las equivocaciones son oportunidades para crecer, aprender y
solucionar problemas. Dar respuestas de apoyo y reflexión lejos de actitudes de
rechazo o castigo. La confianza se genera a través de la congruencia y consistencia
de nuestro sistema de valores. Es decir, aplicarse la recomendación del sabio:
"Hacer lo que se dice. Decir lo que se piensa. Pensar lo que se siente. Sentir lo que
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uno Es".
1.Discernir entre cuándo ayudar y cuándo dejar que sea el propio telémaco quien
busque su propio camino.
4.No generar expectativas sobre las distintas posibilidades ante una toma de
decisiones.
6.Ser cauto con los consejos deterministas, ya que hay que tener presente que porque
una solución haya funcionado bien en una ocasión no significa que vaya a
funcionar siempre bien, ni que sea la única, ni la mejor solución. Las personas
suelen tener las respuestas, pero a veces nos falta entrenamiento para encontrarlas.
Quizá la siguiente historia lo refleja.
Una historia árabe cuenta que un sultán llamó a uno de los hombres más
sabios de su reino y le pidió una obra que reflejase los conocimientos esenciales.
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serie de volúmenes.
-Sigue siendo demasiado largo - dijo el sultán - Soy un hombre muy ocupado
con todos los problemas del imperio. Escribe en unas páginas lo que te parece
esencial y tráemelas.
1.Guía, que acompaña en el viaje del desarrollo, mostrando el camino, señalando los
aspectos importantes que surgen en su recorrido. Explica cómo funciona la
organización, cuál es su cultura. Puede ofrecer la perspectiva, el marco general, de
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lo que sucede en la organización, pues dentro de la misma ocupa una posición muy
"interna", y también, ayuda a aprender por sí mismos a los telémacos, formulando
preguntas, aportando ideas y manteniendo un diálogo activo en una relación de
confianza mutua.
Las relaciones que tiene el mentor, al menos en alguno de sus roles, quizá guarden
relación con esta historia popular india, ya que probablemente recibimos tanto como
damos.
El rey extendió la mano hacia el pobre y le dijo: ¿qué tienes para darme?
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Sorprendido y desilusionado, el pobre pensó que era un juego, que el rey se
burlaba de él. Pero como continuaba con la mano extendida y la sonrisa
persistente, mirándole fijamente, el mendigo metió su mano en la alforja, que
contenía granos de arroz.
Cogió un grano de arroz y se lo dio al rey, que le dio las gracias y se fue
enseguida.
•La dimensión informativa. El mentor, para poder guiar, necesita conocer el perfil real
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del telémaco así como sus metas e inquietudes, por lo que necesita recabar toda la
información necesaria para poder dar consejos a medida. Este es el aspecto clave
de esta dimensión. Cuanto mayor sea la ansiedad o "prisas" del telémaco por
obtener respuestas a sus problemas o situaciones laborales, más deberá el mentor
tratar de utilizar un enfoque racional y reflexivo que lleve al telémaco a desarrollar
estrategias de afrontamiento del estrés y sus consecuencias, que le permitan
alcanzar una visión más amplia y objetiva de los acontecimientos. El propio
mentor debe demostrar, con hechos o con ejemplos de su propia experiencia, que
hay que entrenarse en analizar los problemas y en encontrar soluciones
equilibradas y funcionales. Los "parches" o soluciones para salir del paso no
ayudan al desarrollo, más bien lo entorpecen. En el cuadro 3.2 aparecen los
comportamientos propios de la dimensión informativa y el propósito de cada uno.
•Dimensión facilitadora. Suele ser una dimensión que el mentor utiliza cuando ya
dispone de suficientes datos sobre el telémaco y está establecida una relación de
cierta confianza. Desde esta dimensión, el mentor puede sugerir al telémaco que
realice un análisis de alternativas, es decir, le anima a abandonar sus zonas de
seguridad y a que se cuestione sus opciones, actitudes, alternativas o proyectos.
Esta exploración puede suponer una gran carga emocional, con sensaciones de
inseguridad, incomodidad o ansiedad, algo muy común cuando se toma la decisión
de tener un encuentro serio con uno mismo o con los demás. Pero es una
dimensión necesaria para el desarrollo y el mentor debe cuidar que la información
de retorno, el feedback, sea constructiva y de apoyo, pues de esta forma permitirá
que el telémaco aprenda a afrontar los problemas reforzando su capacidad de
solución y toma de decisiones. El mentor debe propiciar que se analicen diferentes
alternativas y discutir las distintas decisiones que se adopten, sin impedir la
autodeterminación del telémaco. En el cuadro 3.3 aparecen los comportamientos
propios de la dimensión facilitadora y el propósito de cada uno.
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Cuadro 3.3. Comportamientos y propósitos de la dimensión facilitadora
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•Dimensión "mentor modelo de comportamientos". La persona que acepta el rol de
mentor compromete su energía y tiempo en el desarrollo del telémaco, en el que
participa de forma activa y entusiasta. En esta dimensión el mentor suele dar el
primer paso para personalizar la relación, revelando aspectos de su propia
trayectoria personal y profesional para conseguir sus metas. Esta apertura del
mentor tiene como objetivo permitir que el telémaco comprenda que para alcanzar
metas es necesario identificar las estrategias adecuadas, en muchas ocasiones
ocultas, y disponer de las destrezas pertinentes según la personalidad, estilo y
situación de cada persona. En este sentido es conveniente que el mentor comente
experiencias propias en las que se afrontaron ciertos riesgos, analizándolos de
forma constructiva y extrayendo conclusiones motivadoras. Compartir la historia
personal tiene un gran valor motivador y da firmeza y continuidad a la relación
entre mentor y telémaco. En el cuadro 3.5 aparecen los comportamientos propios
de la dimensión "mentor como modelo de comportamientos" y el propósito de
cada uno.
•Dimensión visión del empleado. Esta dimensión va a estar presente en todas las fases
del mentoring y constituirá un factor clave para la reflexión crítica sobre la
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planificación de carrera. Es esta dimensión la que obliga al mentor a equilibrar su
función de defensor del telémaco y la de proporcionarle los mejores consejos en
base a observaciones rigurosas, información suficiente y conclusiones sinceras. En
el cuadro 3.6 aparecen los comportamientos propios de la dimensión "visión del
empleado" y el propósito de cada uno.
Hay varios instrumentos de evaluación validados para evaluar las competencias del
mentor, generalmente, escalas o cuestionarios. Cohen (1998, 2004) propone un
cuestionario de 55 comportamientos del mentor en relación con seis tipos de actuaciones
o competencias: relacional, informativa, facilitadora, confrontación, mentor como
modelo, y visión a medio o largo plazo. Darling (1984) utiliza una escala para evaluar
potenciales mentores (MMP) que refleja tres roles del mentor: inspirar, invertir y ser
partidario del telémaco. Darling et al. (2002) se centran en las dimensiones subjetivas de
la relación y en la instrumentalización. Liang et al. (2002) diseñan una escala con 37
elementos referidos a las relaciones de mentor y telémaco y encuentran tres principales
dimensiones: de compromiso, autenticidad y empowerment. Rose (2003) utiliza la escala
ideal del mentor (IMS), formada por 34 ítems que describen comportamientos del
mentor, y que se agrupan en tres factores: integridad, orientación y relaciones.
Alonso y cols. (2009) validan una escala de evaluación de las competencias del
mentor en contextos universitarios. Sus 18 comportamientos se agrupan en cinco factores
o competencias del mentor que han denominado:
1."Apoyo emocional",
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2."Apoyo en el desarrollo de carrera",
Cada uno de los factores obtiene un alfa de Cronbach superior a 0,7. Los elementos
de la escala aparecen en el cuadro 3.7, cada uno se responde en una escala Likert de 7
puntos, en función del grado de acuerdo.
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1, que indica nada de acuerdo, hasta 7, que indica muy de acuerdo).
3.1.4. Otras cualidades deseables en las personas que asumen el rol de mentor
1.Disponer del tiempo necesario para poder atender el proceso, pues muchos
procesos de mentoring se diluyen por la falta de tiempo del mentor, que no ve el
momento (entre todas sus obligaciones) para dedicarlo a su telémaco.
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2.Comprometerse con el proceso de mentoring y con las personas que lo componen.
Quizá la principal característica del mentor es querer hacerlo bien, la verdadera y
genuina voluntad de hacerlo bien y de esforzarse en lograrlo.
4.Poseer un fuerte interés en desarrollar a su telémaco, incluso aunque éste sólo brille
en determinadas situaciones. Este cuento de Carriére (2010) lo ilustra bien.
-Permanezco en el exterior igual de día que de noche, pero, cuando el sol está
en el cielo, no soy nada.
-Cuando habla con usted un superior, ¿hay empatía?; ¿manifiesta una escucha
activa?, ¿cómo?
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-¿Sabe preguntar?, ¿cómo lo hace?
-¿Actúa igual en las relaciones con sus amigos?, ¿y con sus familiares?
Una mañana de invierno, cuando la noche todavía oscurecía los pasillos del
monasterio, los jóvenes monjes se reunieron en silencio en las sombras. Aquella
mañana el viejo monje tenía que llevar la taza de té ritual hasta el altar. A su
paso, todos ellos saltaron de repente de la oscuridad, como fantasmas, aullantes.
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sentimientos y creencias asumiendo las consecuencias y a la vez respetar la
opinión de los otros. Su principio es el respeto hacia uno mismo y hacia el resto de
las personas. El mentor debe comunicarse con asertividad, lo que le ayudará a
controlarse en su relación con el telémaco y a no ser influido por otra persona o
situación. Covey (1990) considera que la asertividad es el primer hábito que debe
cultivarse para realmente ser efectivos y proactivos, es decir, ser capaces de dirigir
la propia vida, sea lo que sea que ocurra alrededor y de centrarse en aquello con
respecto a lo cual se pueda hacer algo, asumiendo la responsabilidad de hacer que
las cosas sucedan. El mentor necesariamente tiene que ser proactivo, pues su
experiencia le demuestra que es necesario creer en el propio potencial pa ra
mejorarse a uno mismo y a su entorno, siendo esta una de las razones de ser
mentor. Las personas que se consideran eficaces tienen más facilidad para
emprender la acción, pues piensan que pueden controlar la situación y solucionar
sus problemas. En estos momentos, el comportamiento proactivo es un factor
determinante para competir y sobrevivir en un entorno tan cambiante y
competitivo. Hay que saber gestionar la incertidumbre y tener iniciativa para
obtener resultados. Un mentor asertivo puede desenvolverse en cualquier situación
personal o profesional, pues es capaz de iniciar, mantener y finalizar
conversaciones con una comunicación verbal y no verbal adecuada, expresando
sus opiniones y peticiones claramente y sabiendo negarse cuando así lo considera.
Sabe encajar y recibir tanto las críticas como las valoraciones.
62
interpersonales, manifestar un claro interés por seguir aprendiendo y por el desarrollo de
personas, y por si fuera poco, disponer de sentido del humor, algo muy importante para
poder desdramatizar situaciones críticas que puedan presentarse y así poder estimular y
motivar a los telémacos.
Por todo esto, la búsqueda y selección de mentores no es una tarea fácil, requiere la
inversión de tiempo y esfuerzo. La función de mentor debe ser reconocida por la propia
organización como una función clave para proporcionar un sistema de continuidad de
gestión a varios niveles. El reconocimiento de la importancia de traspasar el talento, el
compromiso y la visión acumulada a los que vienen detrás debe ser uno de los valores
culturales de toda organización competente y competitiva.
•Preguntar por la situación del telémaco respecto al entorno, sus expectativas respecto
al mentoring, los objetivos que persigue, la evolución y los resultados que desea.
•Clarificar los roles y responsabilidades, así como las características del programa y la
dedicación y compromiso que implica.
•Asumir el compromiso de respetar las fechas y horarios de las reuniones, así como la
duración del encuentro.
63
•Colaborar con el telémaco para que éste fije metas que sean posibles de alcanzar y
analizar los problemas que surjan, formulando soluciones realistas, llevando a cabo
acciones positivas y tangibles para lograr los objetivos fijados.
•Enfocar las reuniones a conseguir los objetivos planteados, a llevar a cabo conductas
que permitan alcanzarlos, teniendo en cuenta que conseguirlas o no depende del
telémaco y siempre hay varias vías para alcanzarlos.
•Establecer retos para que sea el telémaco quien tenga la iniciativa en las reuniones y
se aproxime a la consecución de sus objetivos.
-Unidad de Competencia 3 (M). Analizar cada una de las reuniones llevadas a cabo y
al final del proceso cerrar la relación formal con el telémaco y evaluar los
resultados conseguidos.
•Elaborar un informe con los temas tratados y las acciones que se han revisado en
cada reunión, así como aquellos temas que no han podido tratarse y que quedan
pendientes para la próxima cita. Registrar los acuerdos tomados y las acciones a
realizar por el telémaco antes del próximo encuentro.
•Propiciar entrevistas de cierre con el telémaco, para definir el proyecto de futuro, las
metas personales y cómo desea continuar la relación.
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•Analizar el tipo de relación mantenida entre mentor y telémaco y revisar los
contenidos se han trabajado, lo aprendido, las habilidades pro fesionales
desarrolladas, y en qué medida el mentor ha contribuido a que haya alcanzado una
mayor autonomía.
3.2. El telémaco
Debe ser una persona que de forma voluntaria quiere recibir ayuda y orientación de otra
con mayor experiencia con el fin de poder desarrollarse personal y profesionalmente.
Esta persona debe estar abierta a experiencias nuevas, con una actitud abierta y
participativa, con una visión positiva de sí mismo y ganas de aprender, asumiendo la
responsabilidad de su propio aprendizaje. Debe ser una persona segura de sí misma, sin
arrogancia y con plena confianza en su esfuerzo, en sí misma y en las relaciones tanto de
carácter profesional, con sus compañeros y jefes, como con las de su entorno personal.
Esta confianza en sí mismo le permite llevar a cabo sus proyectos con independencia de
la opinión ajena. Manifiesta deseos de progresar, y suele ser ecuánime en su autocrítica y
admite con buena disposición las indicaciones o correcciones por parte de otras personas.
Es flexible, con habilidades interpersonales y sentido del humor, lo que le permitirá reírse
de sus propios errores o torpezas.
-En el mundo que viene, la pregunta que me van a hacer no será: ¿por qué no
has sido Moisés? No. La pregunta que me van a hacer es: ¿por qué no has sido
Zousya?
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4.Identificar qué quiere o necesita de su mentor.
El telémaco será quien tenga que actuar, al que le corresponde decidir si asume o no
una determinada responsabilidad, lo que supone dar por hecho que posee la capacidad
necesaria para resolverla con éxito, que está en el lugar adecuado y que es el momento
correcto. De nuevo Carriére (2010) nos lo ilustra con otro cuento.
"Ahora", dijo el rey, "ya que estoy tan instruido como para conocer los
hechos antedichos, ansioso y con voluntad de aprender las verdades que tú, con
tu superior sabiduría, puedes hacer asequibles, ¡enséñame!"
"Es lo que tú quieras hacer de ello", dijo el rey, "ya que, si opera como orden,
aprenderé. Si lo hace con éxito como petición, aprenderé".
66
Y esperó a que el derviche hablase.
Esto confundió al rey, porque después de todo, si quería aprender, sentía que
tenía derecho a que se le dijese o mostrase alguna cosa.
Después de esto, día tras día, el derviche continuó sirviendo al rey. Todos los
días se trataban los asuntos de estado; el reino vivió épocas de alegría y de
prueba; los consejeros de estado daban su parecer; la rueda del paraíso giraba.
"El derviche viene aquí todos los días", pensaba el rey, cada vez que veía su
figura con el manto de parches, "y sin embargo nunca hace referencia a nuestra
conversación sobre el aprendizaje. Es cierto; toma parte en muchas de las
actividades de la Corte, conversa y ríe; come y, sin duda, duerme. ¿Estará
esperando alguna clase de señal?" Pero por más que se esforzara, el rey era
incapaz de penetrar las profundidades de este misterio.
Cuando este mensaje fue llevado al rey, su ánimo osciló entre la ira y el
deseo, y vociferó: "¿Es que no hay nadie aquí que obligue a este hombre a cantar
para mí? Ya que si canta sólo cuando está de humor yo, a mi vez, deseo
escucharlo mientras aún desee hacerlo".
67
Fue entonces cuando el derviche se adelantó, y dijo:
Sin decir palabra, el rey se puso de pie y ordenó que se le trajese una
vestimenta pobre. Vistiéndola, siguió al derviche hacia la calle.
"Por favor, por favor, cántala nuevamente", rogó el rey, "pues nunca he
escuchado antes una melodía tan dulce".
Pero en ese instante, el mismo Daud comenzó a cantar. Con las primeras
notas el derviche y el rey quedaron como traspasados; y su atención quedó fija
en las notas que iban fluyendo de la garganta del ruiseñor de Sahil.
Las competencias de gestión con las que debe contar un coordinador le proporcionan un
68
conocimiento cualitativo de la plantilla de la organización, lo que le va a facilitar la
búsqueda de las personas más adecuadas para desempeñar el rol de mentor, contactar
con ellas e implicarlas en este proyecto de mentoring. Todo ello le reportará mayor
impacto e influencia dentro de la organización, y un mayor apoyo de la alta dirección,
que le reportará proyectos de mayor envergadura y responsabilidad y se ampliará su red
relacional (networking), constituyéndose como una figura clave para aquellas personas
que deseen desarrollarse, mejorar sus resultados y alcanzar sus objetivos con más
facilidad y eficiencia. Todo ello, sin duda, redundará en su propio desarrollo personal y
profesional.
-Las habilidades interpersonales que le permitan evitar cualquier problema que pueda
surgir entre el mentor y el telémaco, y en caso de que surgiera, poder resolverlo de
forma rápida y eficaz.
-Coordinar la actuación.
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Realizar la selección de mentores y coordinar su formación.
La figura del coordinador es tan importante para el éxito del programa de mentoring
que cualquier barrera que éste ponga puede llevar al fracaso de todo el programa.
Algunas barreras que puede tener el coordinador están centradas en la persona y otras
barreras están centradas en la función.
oImponer su propio estilo de trabajo, su forma personal de llevar a cabo las cosas con
independencia o al margen de la labor de equipo y su espíritu de servicio por falta
de habilidades interpersonales.
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justifican la puesta en marcha de un programa de mentoring, recogiendo datos que
lo avalen.
•Establecer de forma precisa cuáles son los beneficios que se espera alcanzar con la
implantación de un programa de mentoring.
•Redactar los objetivos generales del programa, así como las metas y resultados
esperados para los mentores, los telémacos y la organización.
71
-Unidad de Competencia 3 (CPM). Gestionar e implementar un programa de
mentoring, desde los aspectos económicos a los recursos materiales y humanos
necesarios para que funcione deforma óptima.
•Confeccionar un presupuesto para el programa que incluya los gastos que se van a
tener, así como una estimación de los fondos necesarios para ponerlo en marcha y
para mantenerlo.
•Informar a los telémacos de lo que implica asumir dicho rol, haciendo hincapié en la
importancia de tener una actitud proactiva, de confianza y comunicación con su
mentor para conseguir los resultados esperados.
•Determinar los contenidos del contrato de compromiso así como las distintas fases
en la acogida de los mentores y telémacos y coordinar la actuación de los distintos
agentes.
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para la selección y formación de supervisores, así como el número de reuniones de
supervisión y la dinámica de las mismas.
•Elaborar los distintos instrumentos e indicadores que permitan evaluar la marcha del
programa de mentoring, durante y después de su realización para obtener
información que permita modificar aquellos aspectos que lo requieran.
Los programas de mentoría suelen disponer de otra figura que se encarga de ofrecer
apoyo a los mentores para intentar garantizar que asumen su rol con las máximas
garantías y motivándoles.
El supervisor ha de haber pasado por una situación similar a la que están los mentores
y telémacos en ese momento, de alguna forma tiene que haber vivido situaciones
similares y conocer bien el entorno y las personas del mismo. Además debe desarrollar
las competencias de comunicación y tener un fuerte compromiso con apoyar a los
mentores.
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atendiéndole con todo interés y sin formalidades ajenas al papel de supervisor.
•Preguntar por la situación del mentor respecto al entorno, sus expectativas respecto
al mentoring, los objetivos que persigue, la evolución y los resultados que desea.
•Clarificar los roles y responsabilidades, así como las características del programa y la
dedicación y compromiso que implica.
•Analizar los aspectos que están funcionando bien en las sesiones entre mentor y
telémaco y las conductas que se están llevando a cabo que lo propician (qué
hicieron durante el encuentro y cómo lo hicieron), así como los aspectos que son
mejorables.
•Facilitar reuniones de supervisión con otros mentores para que comenten con ellos
comportamientos y sentimientos y que se animen mutuamente, mientras el
supervisor les ofrece apoyo y les anima a superarse.
-Unidad de Competencia 3 (SM). Analizar cada una de las reuniones llevadas a cabo
y al final del proceso cerrar la relación formal supervisormentor y evaluar los
resultados conseguidos.
•Elaborar un informe con los temas tratados y las acciones que se han revisado en
74
cada reunión, poniendo por escrito las preguntas aparecidas y los problemas
mencionados, así como las opciones de solución.
•Verificar que el mentor está cumpliendo con sus compromisos, está realizando el
número de reuniones acordadas, dedicando el tiempo necesario, atendiendo las
demandas de su telémaco, etc.
•Propiciar entrevistas de cierre con el mentor que permitan hacer un balance del
programa e implementar soluciones de mejora de cara al futuro y maximizar el
éxito del programa.
75
76
La mayoría de los autores consultados, apoyándose en Kram (1983; 1985), diferencian
cuatro fases en un proceso de mentoring: iniciación, cultivo, separación y redefinición.
Las relaciones de mentoring duran alrededor de un año si son formales y
aproximadamente 5 años si son informales (Kram, 1985; Ragins y Cotton, 1999).
4.1. Iniciación
Esta fase se caracteriza por el aprendizaje continuo y la experiencia, los agentes del
mentoring aprenden más sobre las capacidades del otro, y optimizan los bene ficios de la
situación. Tienen lugar experiencias y acciones determinantes, se establecen acuerdos,
que se ponen en práctica, se reflexiona sobre los pasos dados y se sacan conclusiones.
En contextos organizacionales la fase puede durar entre 2 y 5 años. El telémaco aprende
del mentor y el mentor le apoya y protege con el objetivo de incrementar su desempeño,
desarrollar su potencial y dotarle de mayor visibilidad dentro de la organización.
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El telémaco propone el contenido de las sesiones y con la ayuda del mentor se
establecen los pasos y acciones, así como el tiempo estimado para alcanzar las metas
marcadas. También se determinará qué personas de la propia organización o externas
pueden verse involucradas. Todo este debe redactarse y escribirse, para poder hacer un
seguimiento de los progresos. Este plan de acción debe especificarse, de forma realista,
es decir según la capacidad y la motivación del telémaco y de los tiempos marcados.
Debe ser alcanzable y estar seguros de cada paso que se dé. También conviene saber y
tener previsto qué tipo de información, autorización o contactos necesita el telémaco para
realizar el plan de acción fijado.
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4.3. Separación
4.4. Redefinición
Una vez que el programa de mentoring ha terminado, y con ello la relación formal que
existía entre mentor y telémaco, ambos pueden decidir mantener una relación de
mentoring informal o simplemente continuar como amigos y compañeros de trabajo. Esta
relación no sólo va a ser muy importante para ellos, sino que también va a tener su
repercusión en el entorno de trabajo, pues será sin duda un claro ejemplo de
colaboración, compañerismo y respeto.
Para finalizar este capítulo, se recomienda la lectura de un relato que Hermana Hess
publicó en 1952 y que lleva por título El camino difícil, ya que puede relacionarse con las
distintas fases de un proceso de mentoría.
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Las distintas fases de un proceso de mentoring, desarrolladas en el punto anterior, van
ligadas a la relación entre mentor y telémaco. La base de esta relación son los distintos
encuentros o reuniones que se producen entre mentor y telémacos. En este apartado se
resaltan algunas técnicas de gran relevancia para el buen desarrollo de dichos encuentros
y para incrementar las posibilidades de alcanzar los objetivos que se persiguen con el
programa.
Una de las cogniciones que más parece influir en la motivación de las personas es la
atribución; es decir, el proceso por el que los individuos explican su propio
comportamiento y los resultados obtenidos con el mismo, así como la conducta de los
otros y los éxitos o fracasos que éstos obtienen.
Los telémacos utilizan dos tipos de explicaciones para interpretar las cosas que les
ocurren: las explicaciones tranquilizadoras (relacionadas con el locus de control externo)
y las generativas (relacionadas con el locus de control interno).
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sitúan la responsabilidad de lo que le ocurre en factores externos: "el jefe, mis hijos, mi
compañero, el sistema, la empresa, la mala suerte..." Se sitúan en un papel "inocente" y
se alejan de la responsabilidad de generar cambios en su comportamiento, porque esos
cambios dependen de que "el jefe, los compañeros o la empresa", funcionen de manera
diferente.
Cuando alguien manifiesta "mi jefe es un tirano" o "este compañero es un trepa", "mi
profesor es un..." estas manifestaciones no señalan a las personas referidas, señalan a la
persona que emite el juicio, a quién es, en qué momento vital se encuentra y qué puede
hacer para cambiar su realidad.
-"El sistema...
Las personas con locus de control interno tienden a interpretar los éxitos propios
basándose en las atribuciones que hacen de las habilidades que poseen o el esfuerzo
realizado. Explican las cosas que ocurren haciendo un ejercicio de asunción de
responsabilidad activo. Las explicaciones generativas son aquellas que abren posibilidad
de acción, haciendo a la persona parte de la situación y poniendo el foco en uno mismo,
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como principal artífice de una realidad diferente.
No es lo mismo verbalizar: "Mi profesor o Jefe explica muy mal", que verbalizar: "No
sé qué hacer para entender a mi profesor/jefe". En el primer caso se hablaría de una
explicación tranquilizadora, la resolución del problema de relación que la persona tiene
con su profesor depende básicamente de que el profesor se comporte de otra manera; en
el segundo caso, la persona se siente parte del problema y, como tal, parte de la solución,
es decir la solución también pasa por que la persona se relacione de manera diferente con
su profesor/jefe.
Aprender implica recuperar el locus de control interno, que la persona tenga una
mayor consciencia de quién es, cómo vive las cosas que le ocurren y reconocer que hay
cosas que no sabe.
Covey, en su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, habla de dos zonas en
las que las personas focalizamos la energía: zona de preocupación y zona de influencia.
83
cambiar.
84
La mayoría de las veces no se verbaliza la columna izquierda para protegerse, para no
dañar a otras personas o para no dañarse a uno mismo.
¿Qué trata de lograr? ¿Quién o qué le pone trabas? ¿Qué podría suceder?
Cuadro 5.2. Posibles preguntas a plantear para hacer más explícita la columna izquierda
85
reflexionar sobre ello y buscar la efectividad en la conducta. Lo que no resulta adecuado
es tener como objetivo buscar tener razón frente al interlocutor.
Las preguntas permitirán una exploración más o menos profunda de la situación sobre
la que se quiere trabajar y una mayor claridad del propio "repertorio" de creencias. A
través de las preguntas:
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Cuando uno habla, el que escucha interpreta conforme a sus prejuicios, experiencias
pasadas, variables de personalidad, etc. Para evitar errores o barreras en la
comunicación, lo mejor es descender por la escalera de inferencias y preguntar, verificar
que lo que pensamos es realmente lo que el otro está queriendo decir o hacer. El cuento
que sigue aporta un ejemplo de la diferencia entre los juicios y los hechos.
El hacha robada
-Seguro que ha sido él. Me estuvo observando hasta que terminé el trabajo - pensó.
Incluso pudo imaginarse cómo entró el niño sigilosamente en su patio y se llevó el
hacha corriendo y justo en ese instante, el presunto ladrón se asomó por la tapia que
separaba los dos patios, preguntándole:
Al oír eso, el chico desapareció tras la tapia, de lo que dedujo el leñador que se
sintió aludido.
Desde ese momento, el dueño del hacha siempre observaba el comportamiento del
niño. Le parecía que su forma de andar sigilosa, su mirada huidiza y su hablar
titubeante revelaban indudablemente su culpabilidad y su condición de ladrón. La
sospecha creció, se consolidó y se convirtió en una categórica certeza. HA SIDO ÉL.
Conforme iba pasando el tiempo, el hombre veía al niño cada vez más como un ladrón
y cada vez más encontraba en su comportamiento indicios de haber hurtado su hacha.
Pero, un buen día, por pura casualidad, descubrió su hacha en el sitio menos
pensado, dentro del montón de leña cortada.
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normal en su conducta.
Algunas de las preguntas que pueden formularse en las reuniones de mentoring son
las siguientes:
2.¿En qué te basas para pensar/ sentir eso? ¿Te ha ocurrido alguna vez?
11.¿Qué ocurrió?
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12.¿Qué consecuencias tuvo?
15.¿Cuáles son tus sentimientos con respecto a las dificultades que encuentras en tu
trabajo?
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También Nardone y cols. (2005) plantean varias técnicas que pueden ser útiles para
solventar determinadas dificultades y conseguir determinados logros.
Otro modelo útil es que plantea como apartados de un plan de acción los tres
siguientes:
1.Objetivo
2.Resultados esperados
1. OBJETIVO
Una parte clave del plan de acción es el objetivo que se persigue. Un objetivo bien
formado responde a las siguientes características:
2. RESULTADOS ESPERADOS
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•Título de la acción.
•¿Qué harás?
•Relevancia.
Un cuento de George W.Bums que lleva por título "Formular un Deseo" refleja
algunas claves para los encuentros de mentor y telémacos, la comunicación en las
reuniones y los planes de acción.
Una niña estaba paseando por la playa y se sentía triste e infeliz. Se había
marchado de su casa porque su Mamá y su Papá se estaban peleando otra vez y
tenía la necesidad de salir de allí. Caminó por la arena con la cabeza gacha,
pensando en sus problemas, sin oír los gritos de las gaviotas o el susurro de las
olas rompiendo en la orilla. No sentía la calidez del sol sobre su piel ni tampoco
la humedad de la tierra.
La niña le quitó los percebes y cogió un puñado de arena mojada para rascar
la lámpara y limpiarla. Y... ¡Puf! Mientras lo hacía, salió un genio de ella.
Aquel no era el genio musculoso y atractivo que uno ve en las películas o que
se imagina en los libros, aunque sí tenía un turbante en la cabeza. En lugar de
ello, era viejo y esquelético y parecía que llevara una semana sin pegar ojo. No
obstante, la niña estaba entusiasmada.
91
-Oye, dame un respiro - le espetó el genio-. He estado encerrado en esa cosa
más de lo que puedo recordar. Mi último amo, después de conseguir sus tres
deseos, me tiró por la borda. Tuve que taponar el agujero para no ahogarme. Me
he mareado y encima no he podido comer durante años. Llegué a esta playa y
quedé atrapado y enterrado en la arena... Y encima tú me pides tres deseos.
-Ay, en fin, tú has frotado la lámpara, de modo que eres el ama - afirmó el
genio de mala gana-. Te concederé uno por ahora.
La pobre niña parecía tan triste y deprimida que el genio añadió, esta vez con
más suavidad:
«¡Estupendo! Esto sólo me podía pasar a mí», pensó la niña, que ya se sentía
bastante abandonada y malquerida en su casa. Y cuando por fin creía que podría
cambiar las cosas, recibe una reprimenda de un genio.
92
No obstante, como era una niña de buen corazón, se llevó la lámpara a su
casa. Mientras sus padres discutían en la cena, cogió parte de la comida de su
plato y lo colocó en otro para llevárselo al genio de la lámpara que había
guardado en su habitación. Devoró su contenido en un abrir y cerrar de ojos,
pero eso no mejoró su estado de ánimo. Quería más, de modo que la niña se vio
obligada a ir varias veces a la nevera a coger más alimentos. Después de eso, el
genio gruñón le exigió que le dejara dormir tranquilamente aquella noche.
Pero por la mañana seguía igual. Escupió los cereales que le dio y quiso, a
cambio, que se le cocinara algo. Eso levantaría las sospechas de sus padres y
parece que el genio lo aceptó. Al cabo de un rato dijo:
-Mal, otra vez mal - insistió el genio-. Ayer te dije que tenías que pedir deseos
acerca de lo que tú quieres y no de lo que no quieres. ¿En qué te gustaría
pensar?
Me gustaría poder sentir deseos de volver a casa después del colegio, poder
disfrutar del tiempo que paso con mis amigas y tener pensamientos divertidos.
Bien, eso está mejor - la animó el genio-. ¿Y cómo lo vas a conseguir?
No, la que tiene que esperar eres tú - le dijo el genio-. Llevo encerrado en esa
maldita lámpara desde que recuerdo. No he comido, apenas he dormido, me he
mareado, no tengo amigos y ni siquiera he tenido la oportunidad de practicar mi
93
magia. Conceder deseos es como todo lo demás. Si dejas de entrenar, pierdes tu
habilidad. Si dejas de estudiar, te olvidas de lo que has aprendido. Si quieres
todas esas cosas, tendrás que ayudarte un poquito tú sola.
Mira, ¿te acuerdas de cómo caminabas por la playa ayer? ¿Con la cabeza
gacha, pegándole patadas a la arena y absorta en tus pensamientos? ¿Y si la
próxima vez que te des un paseo por la playa lo haces con la cabeza bien alta,
contemplas los colores del mar y del cielo, examinas qué maravillas han
arrastrado las olas hasta la orilla, escuchas el sonido del mar, sientes la humedad
bajo tus pies, los metes en el agua fresquita y disfrutas de la experiencia?
Odio tener que admitirlo, pero hay ciertas cosas que ni siquiera los genios
podemos cambiar. Y otras sí, claro. Lo que sí podemos cambiar son nuestros
pensamientos, emociones y comportamientos. Pero para conseguirlo hay que
practicar, practicar y practicar. De la misma manera que yo tengo que practicar
mi magia o muy pronto se me olvidará cómo se hacía.
-Otra cosa - añadió-, si quieres que ese deseo se cumpla, entonces tendrás
que decidir cuándo vas a empezar a hacerlo posible. No basta con esperar a que
la magia lo ponga todo en su lugar. Así que, ¿cuándo harás algo por remediar esta
situación?
-Me iré a dar otro paseo por la playa esta tarde y haré lo que me has sugerido.
Y así lo hizo, con el genio metido en la lámpara y ésta guardada a buen recaudo
dentro de mochila.
-Deseo que te quedes siempre conmigo y que me concedas todos los deseos
que te pida.
-Buen intento - le dijo el genio, y lo vio reírse por primera vez. No puedes
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desear lo que no puedes tener. Sólo puedo concederte tres deseos. Eso es todo.
Pero si haces lo que llevas haciendo hasta ahora, te irá tan bien como si yo
estuviera a tu lado durante el resto de tu vida. No hace falta que te limites a tres
deseos. Recuerda que está bien desear. Está bien mirar más allá y querer que las
cosas sean mejores. Pero a lo que aspires y lo que quieras tiene que ser realista.
Tiene que ser algo que puedas conseguir. Siempre ayuda que sea específico, que
digas exactamente lo que quieres, lo que piensas, lo que sientes y lo que haces. Y,
claro está, no te olvides de decidir cuándo vas a ponerlo todo en práctica.
Déjame que te cuente un secreto: todos los genios tienen que responderse a tres
preguntas antes de hacer realidad un deseo:
George W.Burns
El uso de los cuentos y la narración de historias constituye una técnica que resulta útil en
las reuniones de mentoring y en otras áreas relacionadas con el desarrollo de personas
(Parkin, 2004; Reid y West, 2011; Savickas, 2009). En los personajes de las historias, las
personas se ven reflejadas, ven sus puntos fuertes y sus áreas de mejora. Una historia
puede incrementar la responsabilidad de mejorar y la creencia de que se puede conseguir.
Gallehugh y Gallehugh (2005) afirman que habitualmente aprendemos más y mejor por
medio de una alegoría, dado que reduce la resistencia natural al cambio y genera una
impresión más duradera en la memoria. Con los cuentos o historias las personas se
relajan, y bajan la guardia, escuchan y comprenden mejor.
Owen (2007) sugiere que los relatos, los cuentos, las historias y las metáforas que
esconden son el arte de la transformación y del cambio, y el papel del narrador es ayudar
a las personas a introducir cambios útiles y beneficiosos en sus vidas. A través de los
relatos se ejerce un profundo impacto, se motiva al oyente, se explican más fácilmente
las ideas, y se invita a los demás a participar.
Por tanto las historias y sus metáforas se pueden utilizar en las reuniones de
mentoring para conseguir que los telémacos apliquen las metáforas a sus propias
95
situaciones, para aprender, para ayudar a los telémacos a verse a sí mismos, para
ayudarles a cambiar, para que conozcan otras formas de resolver problemas similares a
los que ellos se están enfrentando, para que descubran la historia de la organización y sus
líderes, para que adquieran las normas, valores y cultura de la empresa, etc.
2.Cada historia puede tener distintos significados, por ello se recomienda que la
"moraleja" no se cuente, ya que resulta más adecuado que el oyente exprese y
formule su propio descubrimiento (Parkin, 2004, Wasserziehr, 1997). Bucay
(2006) dice que una sola idea puede encarnarse en más de una situación o
personaje, lo que deja toda la responsabilidad de la comprensión en manos del que
escucha o del lector. Las emociones que genera el mensaje de la historia a veces
consiguen transformaciones relevantes en las personas.
Carriére (2010)
3.Los relatos despiertan la curiosidad de las personas, que desean saber cómo han
vivido otros, cómo han triunfado, cómo han fracasado, cómo se consigue lo que se
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desea y cómo y por qué se pierde después lo conseguido (Fortún, 2003). Y la
curiosidad es el primer paso hacia el aprendizaje.
Ejemplo 1. A Luis Antonio le gustaba su trabajo y era bueno en él, sus jefes se lo
reconocieron, y después de formarle adecuadamente, le promocionaron. Ahora lleva año
y medio como responsable de un área de productos, y dirige un equipo formado por siete
asesores comerciales. Entre todos están obteniendo cifras de facturación excelentes.
Ignacio tiene un sueldo tremendamente atractivo, lo que sin duda le permitirá cambiar de
coche, hacer reformas en la casa y adquirir lo último en tecnología. Claro que su nuevo
puesto tiene unas exigencias distintas a las del anterior. Ahora no puede trabajar desde
casa y las horas de permanencia en la oficina se han ampliado de tal forma que entra a
las 8 de la mañana y regresa en tomo a las 9,30 o 10 de la noche. Profesionalmente ha
alcanzado un nivel envidiable, sin embargo la calidad de vida percibida ha disminuido, el
nivel de estrés se ha incrementado mucho y tiene mucha más responsabilidad. Quizá sea
que todo en esta vida tiene un coste. "¡Es inevitable!".
El hombre llegó del trabajo a casa otra vez tarde, cansado e irritado, y
encontró a su hijo de cinco años esperándolo en la puerta. "Papá, ¿puedo
preguntarte algo?" "Claro, hijo, ¿el qué? respondió el hombre.
"Papá, ¿cuánto dinero ganas por hora?". "¿Por qué lo preguntas?, dijo un
tanto molesto. "Sólo quiero saberlo. Por favor dime cuánto ganas por hora",
suplicó el pequeño. "Si quieres saberlo, gano 20 euros por hora".
"Oh", repuso el pequeño inclinando la cabeza. Luego dijo: "Papá, ¿me puedes
prestar 10 euros, por favor?". El padre estaba furioso. "Si la razón por la que
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querías saber cuánto gano es sólo para pedirme que te compre un juguete o
cualquier otra tontería, entonces vete ahora mismo a tu habitación y acuéstate.
Piensa por qué estás siendo tan egoísta. Trabajo mucho, muchas horas cada día
y no tengo tiempo para estos juegos infantiles".
"Porque todavía no tenía bastante, pero ahora sí lo tengo. Papá, ahora tengo
20 euros..., ¿puedo comprar una hora de tu tiempo?".
Muchas veces la persona tiene las prioridades claras, pero no las sigue con coherencia
a la hora de distribuir su tiempo.
A veces no se evitan las interrupciones, o no sabe decir "NO" a las tareas adicionales
que surgen, y que no contribuyen a lograr los objetivos, o incluso, surgen ideas o
pensamientos en la mente, ruidos, que restan concentración en lo que se está haciendo.
Hay muchas estrategias útiles para gestionar mejor el tiempo, pero la clave es que la
persona tenga claro qué aspectos son importantes en su vida y cómo quiere vivirlos. Sin
duda, vivir otros aspectos de la universidad, ajenos al estudio, también es importante.
Quizá el cuento "te puedo comprar una hora" le ayude a reflexionar.
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nunca le ha gustado mucho trabajar en grupo y tiene múltiples conflictos con los
compañeros. Ella intenta hacer lo que siempre le ha funcionado, trabajar duro. Se
esfuerza por hacer un trabajo de calidad, aunque suponga asumir buena parte del trabajo.
Ella dice, ¡yo me encargo! Y luego quedan para revisar lo hecho, y tras discutir y "perder
el tiempo" en largas reuniones, consigue convencerles de que su planteamiento del
trabajo es el correcto. Las notas de los trabajos son elevadas, pero no puede llevar el
estudio al día, como le gustaría.
-¿Te has dado cuenta de que nunca vamos a salir de aquí? - le dijo la mosca
mayor a la más joven. - Nuestras patitas no podrán soportarlo mucho tiempo y
me temo que nunca saldremos de ésta. Moriremos aquí.
-No importa - respondió la otra mosca. No podemos hacer otra cosa que
nadar. Nada y no te lamentes. Conserva tus fuerzas.
-Nunca saldremos de aquí, éste será nuestro final. Me duelen las patas y ya
casi me es imposible seguir nadando. En verdad ha llegado nuestro fin.
-No puedo más - volvió a quejarse la mosca mayor-. De verdad te digo que
ya no puedo más. Ya no siento las patas, ya no sé si las muevo o no. No veo
99
bien y no sé hacia dónde me muevo. Ya no sé nada.
-Es inútil. No tiene ningún sentido seguir luchando. No entiendo qué estamos
haciendo, por qué he de seguir nadando. Nunca podremos escapar.
Y aún reunieron fuerzas para nadar unos instantes más..., hasta que la mosca
mayor, extenuada, abandonó y murió ahogada. Y también la mosca más joven
sintió la tentación de abandonar la lucha, de dejarse vencer y acabar con ello,
pero siguió nadando y nadando mientras se repetía a sí misma:
-Nada, nada. Un poco más, sólo un poco más. Continúa nadando. ¡Nada,
nada!
Pero el tiempo pasaba y la mosca se sentía cada vez más débil. Le dolían las
patas, todo el cuerpo le dolía, pero ella seguía nadando, nadando, moviendo sin
cesar sus pequeñas extremidades.
Bajo sus patitas empezó a notar algo de mayor consistencia que la leche, algo
sólido, así que reunió las últimas fuerzas que le quedaban, se apoyó en aquella
masa y saltó... justo por encima del borde del balde, para ir a parar a la seguridad
del prado.
Frederic Solergibert
100
todo se resolverá, como ocurrió la otra vez..." Otra mosca que pasaba por allí vio
la escena y dijo: "¡Eh, Compañera, sube por la pajita y no te canses tanto
moviendo las patas y las alas!" Pero la mosca del zumo sonrió y pensó: "Mi
experiencia anterior en este tipo de situaciones fue un éxito... Sé muy bien lo que
hago". Y continuó debatiéndose hasta que perdió las fuerzas y murió ahogada.
Las personas tenemos grandes dificultades para modificar una convicción propia
después de que ésta se haya construido mediante un proceso de experiencia vivido como
eficaz y se haya estructurado como teoría de referencia para el individuo (Nardone y
cols., 2005).
Las vivencias y experiencias que las personas hemos ido almacenando a lo largo de la
vida son factores claves en la implantación y desarrollo de nuestros valores, actitudes,
intereses y motivaciones. Si analizamos cualquier vivencia o experiencia, es posible
diferenciar un componente cognitivo (los hechos y circunstancias, los personajes, el
entorno o escenario de esa experiencia que puede narrarse, describirse o meramente
enumerarse) y un componente emocional (cómo se vivió, cómo se integró esa
experiencia, cuáles fueron las emociones y sentimientos que se generaron), y sin duda, es
este segundo componente el que las dota del gran poder de "impregnación", el que hace
que se reflejen en las conductas que manifestamos.
"TU HISTORIA"
101
¿Cuáles son las situaciones de tu vida que más te han permitido aprender?
Piénsalo.
De todas ellas, elige tres experiencias que has tenido y que consideras que te
han proporcionado el aprendizaje más valioso de tu vida. Pueden ser laborales o
no, seguro que el saber que se acumuló es transferible al resto de esferas.
Ahora, de todas ellas, elige una experiencia, una historia que has vivido, la que
consideres más valiosa, más enriquecedora, por el aprendizaje que te supuso.
Intenta contestarte a ti mismo por qué las has elegido. Y piensa también cómo
crees que puedes trasladar ese aprendizaje a muchas situaciones de tu vida
actual.
102
103
104
105
El diseño del programa es el bosquejo a seguir para llevar a cabo todos los otros aspectos
del mismo. Se trata de responder a las preguntas universales: qué, quién, cómo, cuándo y
dónde. Pero todo empieza por asegurarse de que hay una necesidad real de poner en
marcha un programa de mentoring.
Una decisión con tal alcance no debe tomarse a la ligera, por lo que es necesario
recabar información acerca de la necesidad de implantar un programa de mentoring, lo
que supone establecer de forma precisa cuáles son las metas, objetivos y beneficios que
se espera alcanzar y si es el momento temporal oportuno para llevarlo a cabo. Todo ello
pone de relieve que la primera conditio sine qua non es que la Dirección General:
106
2.Desarrollo de directivos.
Con todo ello resuelto, se está en disposición de elaborar un plan operativo realista
con sus metas, objetivos, plazos, plan de financiación y obtención de recursos así como
los beneficios que cabe esperar del mismo.
107
6.2.1. La población a la que va dirigida el programa de mentoring, el tipo de mentoring
que se utilizará y las características de las sesiones
•El estudio previo de necesidades aporta la información necesaria para saber, en cada
caso, cuáles deben ser las características de las personas que podrán optar a ser
telémacos. Pueden ser directivos jóvenes que han accedido a un determinado nivel
dentro de la organización, o pre-directivos cuando acceden al sistema de
planificación de carreras, o técnicos con gran potencial que vienen de otras
provincias a la sede central, etc.
•La edad. Por ejemplo, personas menores de 25 que hayan accedido a la organización
directamente de la universidad pueden necesitar un mentor para adaptarse al nuevo
entorno.
•El género. En una organización en la que los varones alcanzan más puestos
directivos que las mujeres, puede plantearse un programa de mentoring para
facilitar el desarrollo de carrera de este colectivo.
•Características comunes. ¿Cuáles son las características comunes que tienen las
personas que recibirán las acciones de mentoring? La edad o la nacionalidad
pueden ser algunas, pero, ¿hay alguna más?
•Identificar los potenciales mentores. Se trata de determinar qué personas han pasado
por la misma o similar situación a la que se enfrentan los telémacos y que por tanto
podrían hacer de mentores de los mismos. Aunque los potencia les mentores
puedan ser muchos, en la realidad su número siempre se ve reducido, ya que se les
está pidiendo disponibilidad de tiempo, un bien escaso y que no siempre las
personas están dispuestas a dar. Por eso, cuando se promocione el programa éste
es un aspecto que debe quedar claro: cuánto tiempo requerirá para los distintos
agentes su participación en el programa.
108
6.2.2. Objetivos generales del programa
Muy probablemente los objetivos estén relacionados muy directamente con las
necesidades detectadas. Por ejemplo, socialización, apoyo en el desarrollo de la carrera,
orientación profesional, adquisición de determinadas competencias, incrementar los
niveles de rendimiento de las personas que participan en planes de sucesión, etc.
Este cuento que recoge Carriére ahonda en los objetivos de nuestras acciones.
La boñiga
El campesino se queda pensativo. Imagina todo lo que podría hacer con diez
zlotys mientras se pregunta por las intenciones ocultas del judío, que tiene fama
de pícaro.
Al fin acepta y, mal que bien, se traga la boñiga. El judío le da los diez zlotys
prometidos y los dos hombres siguen caminando.
Sin embargo, el judío reflexiona y se dice que sólo ha conseguido perder diez
zlotys y que el polaco no parece haber sufrido gran cosa al engullir la boñiga.
Vuelven a ponerse en camino los dos. Una media hora más tarde, el polaco le
pregunta al judío:
109
-Puesto que eres tan inteligente, ¿puedes decirme por qué nos hemos comido
toda esa mierda?
A la hora de elegir el tipo de mentoring que se utilizará hay que tener en cuenta
algunos aspectos, por ejemplo, el número de mentores y de telémacos disponibles, pues
el mentoring uno a uno y el mentoring de compañeros requerirán más mentores que otros
tipos de programas de mentoring, mientras que el mentoring grupal y el mentoring en
equipo permitirán atender a más telémacos con menos mentores; y el mentoring virtual
será la opción menos restrictiva en términos de vencer las barreras geográficas y las
diferencias de tiempo, ya que las personas pueden enviar correos electrónicos 24 horas al
día, siete días a la semana, sin importar dónde estén, siempre y cuando tengan acceso a
un ordenador.
110
mentor y el telémaco que permita a éste conocer y abordar aspectos que hasta
ahora había dejado de lado. Los dos realizan actividades juntos, reflexionan sobre
distintos aspectos que resultan útiles para su desarrollo. El libro Sensación de
fluidez de Cubeiro (2001) es un buen ejemplo de este tipo de mentoring, en este
caso centrado en una situación de sucesión.
La naturaleza del programa estará en función de los colectivos con los cuales se hace
el mentoring, que son muy diversos. A modo de ejemplo se señalan algunos más:
a)El programa de mentoría que la Universidad Suiza tiene con las profesoras de
nuevo acceso, para facilitar que acceden a Cátedras en un futuro, puesto que en la
actualidad sólo son varones quienes las ocupan.
d)The First Tee Metropolitan New York lleva a cabo un programa de mentoring que
tiene diversos objetivos, desde un punto de vista social y comunitario, hacer
asequible la práctica del golf a personas de cualquier estrato social y nivel
económico, especialmente niños. Enseñar a los niños y jóvenes el juego del golf y
sus grandes valores no sólo para su práctica sino también para la vida. Promover el
juego como una actividad familiar. Desarrollar no sólo nuevos golfistas sino
111
también mejores personas. Proporcionar una mayor autoestima, responsabilidad
cívica y confianza para tener objetivos en la vida más amplios. Su misión es
impactar positivamente en las vidas de los jóvenes proporcionando programas
educativos para desarrollar su carácter, inculcar valores que mejoren la vida y
promover opciones sanas de ocio a través del golf.
6.2.6. Los resultados esperados para los mentores, telémacos y para la organización
Las reuniones pueden tener lugar en horario de trabajo o en otro momento. Muchas
veces son el mentor y el telémaco los que se ponen de acuerdo sobre la hora y el
momento en el que se reunirán, pero otras veces la organización establece o reserva
intervalos horarios para facilitar la realización de actividades de desarrollo y facilitar la
disponibilidad de todos los agentes.
Quien en primer lugar tiene que aprobar el programa de mentoría es la Alta Dirección.
Sin su aprobación por escrito, no deberá iniciarse ninguna difusión ni publicidad del
112
programa. Después, se puede difundir a través de la intranet de la empresa, carteles
informativos, cartas o correos enviados a los potenciales mentores y telémacos, etc.
Resulta clave informar sobre qué se ofrece, qué beneficios tiene y qué supone a nivel de
costes. De la misma forma conviene buscar una frase o lema para conseguir más impacto
en la difusión del programa. La información que se difunda tendrá que incluir las
características generales del programa, los requisitos para participar en él, el tiempo de
dedicación y los niveles de compromiso que implica, los beneficios que ofrece y las fases
a seguir.
Es frecuente establecer reuniones de supervisión que permitan detectar los puntos fuertes
del programa y aquellos aspectos que pueden mejorarse. Además, dicha supervisión
permite desarrollar habilidades a los mentores para realizar mejor su trabajo.
113
persuasión y la interacción con los demás. Esta competencia está estrechamente
relacionada con la denominada en el Diccionario de Competencias de Hay McBer,
Impacto e Influencia, "deseo de producir un impacto o efecto determinado sobre los
demás, persuadirlos, convencerlos e influir sobre ellos con el fin de que sigan un plan de
acción".
Soler (2003) recomienda elaborar una ficha con las principales cuestiones que deben
plantearse para diseñar y definir el papel de coordinador y las competencias, que como
tal, tendrá en el programa de mentoring. Algunas de estas cuestiones son: ¿de quién
depende el coordinador?, ¿qué funciones desempeña dentro del programa?, ¿de qué
recursos dispone?, etc.
Es necesario establecer las políticas y prácticas que todos seguirán, que al menos tendrán
en cuenta los siguientes aspectos:
114
5.Definir a quién debe contactar el mentor o el telémaco si surgen problemas.
En el plan financiero hay que incluir un presupuesto para el programa que incluya los
gastos que se van a tener, así como una estimación de los fondos necesarios para ponerlo
en marcha y para mantenerlo. Lo más adecuado es contar con más de una fuente de
financiación y analizar formas de buscar otras por si las actuales fallaran.
En el ejemplo siguiente se reflejan los elementos que se deben tener en cuenta para
calcular los costes de un programa de mentoría. Está adaptado a partir del sugerido por la
Sociedad de Mentoría de Long Island y recogido en el cuadro 6.1.
115
116
6.4. Implementación del programa
El reclutamiento de mentores puede llevarse a cabo por tres vías, no excluyentes entre sí:
El coordinador, una vez que tiene la relación de aspirantes a mentores, les entrega un
dossier del programa de mentoring para que conozcan su objetivo y así poder decidir su
compromiso en participar.
117
•Preparar una lista de preguntas para obtener la información que le interesa.
El dossier de cada aspirante contará con la información pertinente para asumir el rol
de mentor, que puede reflejarse a través de los perfiles competenciales, la trayectoria
personal y profesional así como en las respuestas dadas a los distintos cuestionarios que
se apliquen. Estos cuestionarios tratan de conocer y sistematizar los motivos,
expectativas y experiencia respecto a acciones o programas de mentoring en los que han
participado o en el que se presenta. También incluirá las indicaciones sobre en qué
aspectos hay que insistir en las sesiones de preparación como mentor.
118
Un ejemplo de inventario sería el que aparece en el cuadro 6.3, que podría aplicarse
utilizando una escala tipo Likert.
119
Como regla general, cuanta menos supervisión exista de las reuniones mentor-
telémaco, más riguroso ha de ser el proceso de selección.
•Compromiso personal para estar involucrado con otra persona durante un tiempo
prolongado.
•Respetar las habilidades de los telémacos y su derecho a tomar sus propias opciones
en la vida.
•Flexibilidad y apertura.
3.Definir las características curriculares que se valorarán y las que son de carácter
imprescindible
120
Una vez seleccionados los mentores es necesario proporcionarles un programa de
formación para desempeñar dicho rol. Debe ser un programa flexible para poder
compaginarlo con las distintas situaciones y circunstancias personales de las personas
involucradas. El curso de formación de mentores hará hincapié en:
Esta formación más "pasiva" debe combinarse con otras acciones formativas más
activas, como por ejemplo, contar con una "guía de autoestudio", con distintos ejercicios
que cada mentor debe realizar; la participación en un taller, que por su metodología más
activa y apoyándose en estudios de casos, demostraciones y sobre todo en "juegos de
rol", que son grabados para un posterior análisis, el mentor pueda analizar sus habilidades
y su interpretación del rol, conociendo e identificando sus conductas correctas y no
correctas, todo ello acompañado de una retroalimentación adecuada que le fidelice con el
proyecto. Toda esta formación se realiza con el objetivo de entrenar al mentor en su
nuevo rol y garantizar que consiga el éxito.
121
En el periodo de entrenamiento como mentor hay que tener en cuenta algunas
barreras que el mentor puede poner respecto del programa de mentoring y proporcionar
pautas para detectarlas y eliminarlas antes de que actúen.
Una barrera, que a veces cuesta ver como tal, es llegar a entender que actuar como
mentor no es lo mismo que dar un consejo de manera informal a un colaborador o actuar
como coach con alguna persona de la organización.
Es también muy importante cuidar esta fase de entrenamiento para evitar que las
carencias de preparación le lleven a equivocarse en el desempeño del rol, a planificar mal
las sesiones y entrar en desacuerdo con las expectativas, tanto propias como del
telémaco. El mentor tiene que salir de la fase de entrenamiento convencido de que está
preparado para llevar a cabo esta misión y de que siempre tiene la posibilidad de recabar
consejo o asesoría con el coordinador del programa.
El objetivo marcado para poner en marcha este programa va a determinar a qué tipo
de empleados debe proponérseles el formar parte del mismo. Generalmente se suele
pasar un cuestionario a todas las personas que quieran participar en el proceso (cuadro
6.4) y se selecciona a aquellos que cumplan los criterios marcados por la organización.
122
Los principales criterios de selección de los telémacos son:
Una vez seleccionados los telémacos y con el objetivo de que sus expectativas al
comenzar el programa sean realistas y su actitud proactiva, se les debe proporcionar
información clara sobre el programa, las funciones del mentor y sobre cuál es su papel.
Además conviene ofrecerles alguna pauta de cómo debería ser la relación con su
mentor y la importancia de la confianza y la comunicación, así como indicarles a quién
acudir si surgieran problemas. Comentar igualmente los beneficios que le reporta formar
123
parte de este tipo de programas, a nivel personal y profesional, y se les recuerda la
necesidad de disponer de valores tales como la responsabilidad, el entusiasmo, la
curiosidad y la energía, así como la importancia de respetar los plazos y objetivos para
beneficiarse del programa.
Toda esta información tiene como propósito detectar qué barreras o impedimentos del
telémaco pueden hacer fracasar el programa de mentoring y proporcionar pautas y
estrategias para eliminarlas antes de que actúen. Algunos de estos impedimentos pueden
ser:
-Falta de compromiso para implicarse con el programa, debido, bien a no tener claro
por qué la organización propone este programa, bien por tergiversar el objetivo y
considerar que es una argucia para que la organización le "exprima más".
-Inestabilidad emocional al sentirse bajo una gran "presión" ante unas mayores
expectativas sobre él mismo y su desempeño o por la sensación como de "estar
aislado", como "separado" del resto de los compañeros que no participan en el
programa.
124
En los casos en los que el mentor pertenece a áreas distintas a la del telémaco, éste
puede tener reticencias o sentir que no se va a comprender su puesto, sus necesidades y
esfuerzos, es decir, no confía en que su mentor tenga la suficiente capacidad y amplitud
de visión organizacional. Un exceso de prudencia o de "miedo" al mentor también puede
obstaculizar una relación fluida y provechosa entre ambos roles.
Todos estos obstáculos deben ser tratados en las sesiones informativas como posibles
situaciones a darse.
Para que el telémaco tome conciencia y valore el alcance de este tipo de programas,
es conveniente que el coordinador le haga reflexionar sobre ello y le pida que plasme su
reflexión en un breve formulario, cuya estructura podría ser similar a la que aparece en el
cuadro 6.5.
La creación de las parejas que van a tener una relación de desarrollo a lo largo del tiempo
es de una importancia crucial por ser la base sobre la que se va a construir todo el
proceso de mentoring.
125
Esto no es un elemento determinista ni pretende afirmar de una manera tajante que
un determinado mentor no podría realizar un proceso adecuado con una persona o con
otra de características diferentes, pero sí existen algunos criterios sobre el tipo de
emparejamientos que podrían resultar más sencillos y fáciles y que redundarían en una
simplificación y mayor efectividad del proceso.
Como aspecto muy importante debemos prestar atención a que mentor y telémaco:
1.Cumplan con los criterios del proceso de mentoring que se pone en marcha y estén
de acuerdo en llevarlo a cabo (especialmente en términos de duración, finalización
del proceso, etc.).
Buda decía que un hombre herido por una flecha tenía que curarse lo más
rápidamente posible. El error sería preguntarse primero de dónde viene la flecha,
quién la ha lanzado, de qué madera ha sido tallada, etc.
En el emparejamiento de los mentores con los telémacos se suelen seguir una serie de
criterios que repercuten en una mayor compatibilidad entre las parejas para que el
proceso sea efectivo en mayor grado. Entre estos criterios utilizados destacan:
126
más formal? Emparejar al mentor con un telémaco que responda mejor a ese estilo
particular de aproximación.
No hay una única fórmula para establecer este emparejamiento como tampoco existen
formatos únicos de acciones de mentoring, cada persona y situación demanda diferente
tipo y grado de atención, de consejo, de información o de ánimo. Unas personas son más
confiadas y otras más reservadas, más abiertas o más reacias a dejarse ayudar, pero un
buen mentor debe ser siempre próximo y asequible. Como indica Clutterbuck (1998), el
aprendizaje, para ambos agentes, será mayor y de más calidad si la relación entre ambos
es de profunda amistad profesional, y no sólo emocional o afectiva.
Una vez que están formadas las parejas, en una primera reunión entre mentor y
127
telémaco, se recuerdan y clarifican ciertos aspectos del programa como son su objetivo,
las características principales de la relación que se va a iniciar, los aspectos que se van a
trabajar, y los beneficios que a todos, mentores, telémacos y organización, les va a
proporcionar la participación en el programa de mentoring. En esta reunión, en ocasiones
convocada por el coordinador, se revisan y comentan las respuestas que tanto el mentor
como el telémaco han dado en sus respectivos documentos de compromiso y se llega a
unos acuerdos, establecidos conjuntamente y que se reflejarán en una declaración
firmada en la que mentor y telémaco manifiestan su compromiso. El telémaco es
responsable de guardar el original y una copia del mismo queda en poder del coordinador.
A continuación se establece el calendario de encuentros.
128
6.4.7. Plan de acogida
Es importante diseñar un plan de acogida en el que se determinen los pasos que se van a
seguir en el inicio del programa. Por ejemplo, una vez que los mentores estén
seleccionados el coordinador puede citarles a una reunión en la que se profundice en las
características del programa y se resuelvan las dudas que surjan. También se puede
realizar una reunión del coordinador con mentores y telémacos, o incluso las acciones de
formación que se realicen pueden formar parte del plan de acogida al programa de
mentorías.
Puede tratarse de una intranet que permita ofrecer información sobre las
características del programa y la marcha del mismo. Esta información sería
proporcionada por el coordinador a lo largo de todo el programa. Permitiría informar de
las noticias más interesantes, de los resultados que se fueran consiguiendo, notificar las
actividades relevantes, etc.
129
En una plataforma de estas características es muy importante que haya herramientas
de comunicación como un foro, o varios, un foro para mentores, otro para telémacos y
otro común. El chat o la videoconferencia son otras herramientas útiles que deben estar
disponibles, aunque el programa sea presencial y existan contactos presenciales con cierta
periodicidad, por ejemplo, una vez a la semana.
130
131
7.1. Primeros encuentros
Durante este primer encuentro, el mentor debe procurar que el clima sea cálido y
distendido, recibiendo personalmente al telémaco y atendiéndole con todo interés y sin
formalidades ajenas al papel de mentor. El mentor es el primero en presentarse, haciendo
énfasis en el espacio común que se abre ante ellos y en cómo el proceso de aprendizaje
que se inicia repercute en ambos; también puede hablar sobre sí mismo, e invitar al
telémaco a que haga lo propio. Una vez que se "rompe el hielo" es posible centrarse en
cuáles son los puntos que deben tratarse, ya que son aspectos importantes tanto para el
mentor como para el telémaco. Este primer encuentro no tiene que ser excesivamente
largo, es mucho más importante que sea un encuentro abierto en el que se instale la
confianza entre ambos y se fije la agenda de próximas reuniones así como los objetivos y
expectativas del telémaco.
A la hora de sugerir al telémaco que plantee sus deseos y sus objetivos, hay que
hacerle notar la importancia de tener claro qué es lo que se quiere. Como ilustración de
esto, se ofrece el cuento "El árbol de los deseos" de Carriére.
Sentado en el duro suelo, pensó que sería muy agradable estar en una cama
blandita. De inmediato la cama apareció a su lado.
132
-Tengo hambre - se dijo el hombre-, y en ese momento comer sería una
delicia. Apareció una mesa, abarrotada de suculentos alimentos. El hombre se
regaló. Comió y bebió. La cabeza le daba vueltas. Sus párpados, por la acción
del vino y el cansancio, se cerraban. Se echó en la cama y pensó de nuevo en los
maravillosos sucesos de aquella extraordinaria jornada.
-Voy a dormir una o dos horas - se dijo-. Con tal de que un tigre no pase por
aquí mientras yo duermo.
Después de este primer encuentro es muy útil que el mentor haga una reflexión sobre
la sesión y la refleje en su "cuaderno de bitácora". Los puntos centrales de la misma
pueden referirse a los siguientes aspectos:
3.Acción: ¿Se habló sobre expectativas?; ¿los objetivos fijados son realistas?, ¿cuáles
son?; Acciones relativas al próximo encuentro: qué tengo que hacer antes de la
próxima reunión; qué tiene que hacer él/ella antes del próximo encuentro...
Por ejemplo, un objetivo puede ser: Aprender a recibir feedback. Como resultado de
alcanzar este objetivo, se podrían establecer comportamientos tales como: Soy capaz de
recibir las críticas de forma positiva; puedo aprender de los errores, al analizar las causas
puedo planificar mejor...
133
comunicación y qué recursos se van a utilizar, como sesiones presenciales, información
disponible a través de la intranet, e-mail, etc., y para qué asuntos.
134
realmente desea, si no sería mejor cambiar. Las dudas y tener conciencia de la situación
por la que se está pasando son claves para tomar decisiones acerca de ella, o no
tomarlas, como en este cuento de "Los dos sastres" de Carriére (2010).
-Sí.
-A la India.
-¿A la India?
135
me devoró.
-Tú que dices que el espíritu manda sobre la materia. Pues, en tal caso,
impide que zarpen aquellos barcos que están allí.
-Sí - dijo el maestro, sonriendo y levantando la persiana-, está bien, pero has
tenido que servirte de las manos.
Al término de cada reunión, el mentor debe elaborar un informe con los temas tratados y
las acciones que se han revisado, así como aquellos temas que no han podido tratarse y
que quedan pendientes para la próxima sesión. También se registran los acuerdos
tomados y las acciones a realizar por el telémaco antes del próximo encuentro.
El informe debe ser muy sintético, claro y preciso, casi como una simple ficha, que
facilite su lectura. Un modelo de informe podría ser el que aparece en el cuadro 7.1.
136
7.4. Supervisión de los mentores
Para garantizar al máximo el éxito del programa es necesario realizar una buena
supervisión del mismo. Dicha supervisión puede apoyarse en escalas que mentores y
telémacos cumplimentan.
Otra estrategia es contactar con cada mentor de forma individual y analizar cómo
están marchando las reuniones. Tiene la ventaja de que al ser más personalizado surgen
aspectos que en grupo pueden quedar ocultos, sin embargo la transferencia del
aprendizaje es menor, ya que surgen menos situaciones.
137
1.Función de control. En el caso del mentoring esta función consiste en verificar que
el mentor está cumpliendo con sus compromisos, está realizando el número de
reuniones acordadas, dedicando el tiempo necesario, atendiendo las demandas de
su telémaco, etc.
3.Función motivadora. Permite al mentor tener un espacio común donde coincidir con
otras personas que se encuentran en situación parecida, comentar con ellos sus
sentimientos, animarse mutuamente, disponer de un supervisor que les ofrece
apoyo y les anima a superarse.
Rodríguez (2010) hace una revisión interesante del tema de la supervisión, aplicada al
coaching ejecutivo, exponiendo distintos modelos para abordarla, y entre otros cita los
modelos de Hay, Inskipp y Proctor, Whitmore, Flaherty y Hawkins. Entre las ventajas de
la supervisión de mentores, cita las siguientes:
138
-Consigue que el aprendizaje vaya más allá de la formación.
139
140
8.1. Entrevistas de cierre entre mentores y telémacos
El programa de mentoring termina cuando los objetivos del telémaco se alcanzan y por
tanto la relación formal de guía y ayuda ya no tiene razón de ser. Hay que iniciar una
nueva etapa, con nuevos objetivos y directrices, pero en todo caso, ya será algo ajeno al
propio programa de mentoring.
•Aspectos desarrollados
o¿En qué medida el mentor ha contribuido a que haya alcanzado una mayor
autonomía?
141
•Proyectos de futuro
oEl mentor, ¿reconoce que sus propios objetivos están más claros o más fortalecidos?
oEl telémaco, ¿tiene sus objetivos claros?, ¿qué acciones debe emprender?
Las relaciones de mentoría cambian con el tiempo y pueden terminar por varias
razones:
Al igual que con el fin de otras relaciones, cuando el proceso de mentoría termina, los
mentores y telémacos pueden tener sentimientos encontrados. Si la relación termina
prematuramente o en malos términos, uno de los dos, o ambos, pueden sentir rabia,
rechazo, depresión o culpa. Para las personas con baja autoestima, el final de la relación
de mentoría puede reforzar las actitudes de desesperanza y falta de valoración. A veces
es imposible tener un momento formal de cierre entre el mentor y el telémaco debido a
diversos motivos. En estos casos, es importante encontrar una ocasión para facilitar en
encuentro de ambos participantes y proporcionarles un adecuado cierre a su programa de
desarrollo y comunicación, recordando tanto al mentor como al telémaco que su relación
no está necesariamente terminada sino que está sufriendo una transición fuera de la
mentoría formal. Ciertamente, cuando los mentores ya no son necesarios para un apoyo
y protección intensivos, todavía pueden seguir jugando un papel importante en las vidas
de los telémacos.
142
Así como el coordinador fue el responsable de difundir el programa de mentoring, debe
ser, una vez finalizado este, quien comunique de forma global los resultados obtenidos
por el grupo de telémacos, informando de cuáles fueron los objetivos marcados y cuáles
las metas alcanzadas. La información debe presentarse de forma positiva y constructiva,
respetando los aspectos confidenciales de las relaciones de mentoring.
El coordinador debe propiciar un cierre del programa que permita celebrar su finalización
y reconocer el trabajo bien hecho de mentores y telémacos al lograr las metas que tenían
marcadas. Una carta de felicitación por parte del Director General y el Director de
Recursos Humanos a las parejas mentor-telémaco que mejor han funcionado suele ser un
buen estímulo.
143
144
El coordinador, junto con el mentor y el telémaco, revisara las fichas detalladas de las
diversas sesiones realizadas y de los informes que se han ido elaborando a lo largo del
programa. Es conveniente pasar un cuestionario de evaluación a los mentores y
telémacos que han participado en el programa para conocer su valoración del mismo, el
grado de satisfacción, aprendizaje y los logros conseguidos. Si fuera posible, también
conviene recoger la opinión de otras personas, tanto internas como externas a la
organización, que no han participado directamente en el programa pero que
indirectamente se han beneficiado del mismo.
En el dossier se archivarán:
3.Los registros escritos, entregados por los participantes, que permitan obtener
información de la marcha del programa y de cada una de las sesiones realizadas
por cada mentor.
5.Las opiniones de otros miembros que conocen el programa pero que no participan
en él, tanto internos como externos a la organización.
7.El informe con el análisis de los resultados del programa y las propuestas
145
pertinentes.
-Tipos de actividades.
146
-Percepciones de la relación.
Las evaluaciones de resultados están dirigidas hacia los efectos del programa sobre
sus participantes, mentor y telémaco, y sobre la organización. Se recogen datos sobre el
comportamiento del telémaco, la satisfacción con el telémaco, el rendimiento que tiene,
etc. Es recomendable buscar indicadores para medir la influencia de los programas de
mentoring en aspectos tales como el desarrollo de las competencias evaluadas en la
evaluación del desempeño, incremento de la productividad, incremento de puntuaciones
en escalas de autoestima y autoeficacia, mejora en los niveles de satisfacción con el
programa, mayor compromiso, etc.
147
148
Quizá la mejor forma de aprender cómo se diseña un programa de mentoring sea a través
de un ejemplo. En este punto se desarrolla un ejemplo concreto de cómo diseñar un
programa de mentoría, dirigido especialmente a alumnos de nuevo ingreso en la
universidad.
A principios del siglo XXI, los términos "mentor" y "acciones de mentoría" hacen acto
de presencia en las universidades españolas gracias al Proyecto SIMUS, (2001-2002),
promovido por la Universidad de Sevilla, en el que participaban las Universidades de
Cádiz, Granada y Murcia, así como la Facultad de Ciencias de la Educación de la
Universidad Complutense de Madrid (Valverde, García y Romero, 2003).
Posteriormente, se fueron sumando otras Universidades que crearon sus propios modelos
y metodologías de Mentoría, entre ellas destaca la Escuela de Ingenieros Superiores de
Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid por su labor pionera y
difusora de su "Proyecto MENTOR" dentro de otras Escuelas de su propia Universidad;
y la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense, que inició un programa de
mentoría con estudiantes de segundo ciclo, en la especialidad de Psicología del Trabajo
(2004-2005), y que a partir del curso académico 2005-2006 dirigió el programa a los
alumnos de nuevo ingreso en la Facultad de Psicología y en la Diplomatura de
Logopedia, con el objetivo de facilitar su integración.
149
Un indicador de calidad es proporcionar orientación a los estudiantes, orientación que
debe responder a sus necesidades y que se puede realizar desde distintas vías, como a
través de planes de acción tutorial, a través de departamentos de orientación
especializada o mediante la ayuda de otros estudiantes.
Con todos estos cambios, la mentoría juega un papel decisivo dentro del proceso
educativo y tiene importantes retos a los que enfrentarse y distintas necesidades que
cubrir.
El programa también debe contar con los recursos y medios necesarios para llevarse a
cabo. Habitualmente la Universidad suele financiar estos programas a través de las
convocatorias de Programas de Innovación Educativa, habilitando en ellos un apartado
dirigido a la atención u orientación de alumnos.
150
10.2.1. La población a la que va dirigido el programa de mentoría
Los alumnos de nuevo ingreso, los que acceden a primero, suelen ser personas
jóvenes, habitualmente entre 18 y 19 años y de ambos sexos. La gran mayoría accede a
la Universidad después de cursar el Bachillerato en el Instituto y se encuentra con un
entorno nuevo y diferente. El número de alumnos por aula es más elevado, existe menos
percepción de control en el alumno y éste se siente más libre. Libertad para ir o no a
clase, para estudiar o no estudiar, libertad que si no se canaliza adecuadamente pasa
factura en los primeros exámenes. Además el nivel de contenidos y de reflexión que se
pide al alumnado es significativamente distinto a lo exigido hasta ahora en su centro de
estudio, lo que hace que exista un período de adaptación hasta que se socializa al nuevo
entorno.
Otro aspecto que puede resultar clave es su lugar de procedencia. Algunos alumnos
siguen viviendo en la localidad que estudiaron el bachillerato, pero otros vienen de otros
municipios, provincias o comunidades autónomas, lo que hace que tengan que adaptarse
a compañeros de piso, de colegio mayor, de residencia, a una nueva ciudad, etc.
Los potenciales mentores son alumnos que han pasado por la misma o similar
situación a la que se enfrentan los telémacos y por tanto podrían hacer de mentores de
los mismos. La mayoría de las veces se opta por alumnos de último o penúltimo curso,
que tienen como ventaja conocer mejor el entorno, ya que llevan más años en la
Universidad. En ocasiones también pueden acceder alumnos de segundo curso, su
ventaja es que tienen más reciente la entrada y conectan más fácilmente con las
necesidades de los telémacos. Se suele optar por alumnos que tengan pocas asignaturas
suspensas y un importante grado de voluntariedad.
151
El objetivo principal de los programas de mentoría en la universidad es el desarrollo de
mecanismos de ayuda, orientación y formación a los alumnos de nuevo ingreso en la
universidad, con dos metas bien definidas:
2.La formación del alumno de segundo ciclo como mentor de alumnos de nuevo
ingreso, potenciando sus habilidades de relaciones interpersonales, comunicación,
dirección de grupos y solución de problemas. Con la mejora de estas competencias
se pretende hacerle más competitivo en su posterior inserción laboral, ya que
muchas de ellas le serán demandadas por las organizaciones en las que quieran
trabajar.
-Normativas académicas
-Información sobre la estructura de la carrera, los itinerarios, las salidas laborales, etc.
152
-Los diversos servicios de la universidad: instalaciones deportivas, actividades
culturales, musicales, etc.
El programa de mentoring formal que se utilizará suele ser de mentoring grupal (un
mentor con 5 o 6 telémacos), entre compañeros (mentores y telémacos son alumnos,
aunque de distintos cursos) y mixto (combinando sesiones presenciales con contactos de
apoyo a través del correo electrónico y el campus virtual); ver cuadro 10.1.
153
Los programas de mentoría por compañeros se desarrollan habitualmente partiendo
de dos premisas básicas destinadas a subrayar la conexión existente entre lo académico y
lo social:
154
Innovación. La mayor parte de estos centros, aunque con un funcionamiento
independiente, tienen programas con una estructura similar.
10.2.6. Los resultados esperados para los mentores, los telémacos y para la organización
1.Un elevado nivel de satisfacción con el programa de mentoring en general y con las
diferentes sesiones, en particular, tanto de mentores como de telémacos.
3.Una elevada utilidad percibida de los aspectos desarrollados en cada una de las
sesiones que componen el programa.
4.Incremento del rendimiento académico de los alumnos que tienen mentor frente a
los que no lo tienen.
Las reuniones entre mentores y telémacos las suelen marcar entre ellos, poniéndose de
acuerdo en el horario que les viene mejor y en el día de la semana. En algu nos centros
se reservan dos horas a la semana para actividades de este tipo o de carácter cultural,
como conferencias, de tal manera que todos los alumnos tienen libre en sus horarios
estas horas, lo que les da una disponibilidad para quedar y realizar sus reuniones.
155
Los programas de mentoría en universidad se realizan desde el mes de septiembre al
mes de marzo. En ese intervalo se realizan unas 7-8 reuniones, la última de las cuales
suele coincidir con el momento en que los telémacos ya conocen los resultados de los
exámenes finales, lo que permite darles apoyo emocional si es necesario. Al principio la
frecuencia de las reuniones es mayor, ya que el mentor es más necesario.
Los estudios de la Red Nacional de Mentoría, dirigidos por Sánchez Ávila (2009)
ponen de manifiesto que la duración media de las mismas es de 45 minutos.
Para realizar sus encuentros de mentoría, cualquier lugar donde mentor y telémacos
estén cómodos, libres de interrupciones y en el que puedan adoptar posiciones que
denoten igualdad, podría ser válido. Una clase libre o un seminario donde se puedan
mover sillas o mesas y se coloquen en círculo sería muy apropiada. Pero si hace buen
tiempo también lo puede ser el césped, por ejemplo. Es conveniente evitar lugares
ruidosos como la cafetería de la escuela o facultad, dónde además es fácil que aparezcan
compañeros de clase que interrumpan la reunión de forma inoportuna.
Los temas que se definen para todo el programa son similares en los distintos
proyectos de mentoría universitarios, por lo general se asocian a reuniones y son los
siguientes:
156
en un aula informática).
•Reunión 7: Cierre del programa, con especial atención a los resultados del primer
semestre.
Es habitual que sean los mentores los que desarrollen los contenidos de cada sesión.
Se distribuyen por grupos y buscan la información necesaria, solicitando ayuda puntual a
algún profesor si lo necesitan. De esa forma no todos los mentores tendrán que
prepararse todas las reuniones, sino que se distribuirán el trabajo y una vez realizado lo
compartirán. Después, antes de la reunión oportuna, rescatarán los materiales y la
prepararán más en profundidad.
Una vez que se aprueba el programa por parte del Decanato o la Dirección de la Escuela
se difunde el programa. Algunas universidades dan a los alumnos de nuevo ingreso la
posibilidad de solicitar participar en el programa incluyendo una ficha en el sobre de
matrícula. En otras ocasiones la captación de telémacos se hace a través de carteles, la
página web de la facultad, la invitación del decano en la sesión de inauguración del curso,
o incluso los mentores van clase por clase invitando a participar a los nuevos alumnos.
Resulta clave informar sobre qué se ofrece y cuáles son los beneficios que
proporciona así como qué nivel de costes supone. También conviene buscar una frase o
lema para conseguir más impacto en la difusión del programa. La información que se
difunda tendrá que incluir las características generales del programa, los requisitos para
participar en él, el tiempo de dedicación y los niveles de compromiso que implica, así
como los beneficios que ofrece y las fases a seguir.
Para conocer la evolución del programa, sesión tras sesión, se aplican unas pequeñas
escalas que son cumplimentadas por mentores y telémacos. Al analizar los datos, cuando
se encuentran puntuaciones bajas se contacta con las personas implicadas para recabar
más información. Posteriormente, en el apartado de informes de cada encuentro se
desarrolla más este aspecto.
157
10.2.12. Protocolo para contactar regularmente con mentores y telémacos
Las políticas y prácticas a seguir las establece el coordinador y tienen que ver con los
distintos apartados de la planificación y de la implantación del programa.
Además el coordinador es la persona que resuelve los problemas que surjan entre
mentor y telémacos o con los profesores tutores.
Las tareas que tiene que afrontar el coordinador se abordan de forma separada en
este documento, pero se agrupan en estas tres grandes áreas:
158
10 .3.3. Desarrollo de un plan financiero
En el plan financiero hay que incluir un presupuesto que incluya los gastos que se van a
tener, así como una estimación de los fondos necesarios para ponerlo en marcha y para
mantenerlo. Lo más adecuado es buscar más de una fuente de financiación y analizar
otras vías para buscar otras fuentes si las actuales fallaran.
Los principales costes del programa se pueden asumir con recursos del centro de
estudios, no obstante es necesario disponer de una cuenta para la formación de
coordinadores, supervisores y mentores, la confección de carteles, realización de
fotocopias, difusión de los resultados del programa, etc.
El coordinador suele marcar una reunión con aspirantes a mentores donde les explica
las características del programa, las plazas disponibles y las obligaciones que tendrán que
asumir. A cambio se les suelen reconocer una serie de créditos de libre elección, aunque
159
hay alumnos que ya los tienen cubiertos y desean asumir el rol sin recibir esa
"contraprestación". El número de créditos varía en función de la universidad, la carga
real de trabajo de un mentor se estima en unas 50 horas.
Con los nuevos planes de estudios, en los que no suelen existir para actividades de
libre elección más de seis créditos ECTS a lo largo de los cuatro años de carrera, es
probable que la figura de mentor sea mucho más vocacional, ya que la gran mayoría
tendrá cubiertos los créditos cuando cursen los últimos cursos.
El objetivo general que se persigue con el taller consiste en dotar a los alumnos
mentores de las competencias y actitudes necesarias para realizar la labor de mentores de
forma satisfactoria.
160
la reflexión de los participantes sobre los temas que se abordan, así como su implicación
activa en las distintas actividades que se realizan. A continuación se comentan los
contenidos de dichas sesiones así como los aspectos más significativos que aparecen en
su impartición.
A) Primera sesión
En esta primera sesión se hace un esfuerzo por definir de forma clara cuáles son las
funciones del mentor, cómo debe responder a las preguntas más habituales que tienen los
telémacos al principio del curso, y qué tipo de comportamientos debe poner de
manifiesto y cuáles no, preguntas centradas en los profesores, recomendaciones de las
academias, la asistencia a clase, preguntas sobre el programa, etc.
Es importante que discutan en el aula, que argumenten sus respuestas, que pongan
ejemplos para intentar convencer a sus interlocutores de aquellas afirmaciones que
realizan. Pero no se debe olvidar que no hay verdades absolutas. Hay personas que
haciendo lo contrario de aquello que están argumentando han tenido experiencias de
éxito, por lo tanto hay que enseñar a los mentores a que describan las distintas
alternativas que tienen los telémacos, con las ventajas e inconvenientes de cada una, y
que sean ellos los que tomen las decisiones.
En esta primera sesión resulta también importante, desde nuestro punto de vista, que
los mentores reflexionen sobre sus puntos fuertes, sus dificultades y sus miedos.
Los puntos fuertes que deben tener, para ser buenos mentores, son muchos. Quizá
los más relevantes y repetidos son los siguientes: saber transmitir, saber escuchar, tener
experiencia como mentor, tener ganas de serlo, empatía, compro miso, conocimiento del
entorno, transmitir confianza, flexibilidad, optimismo y sociabilidad. Establecer una
discusión de grupo sobre cuáles, de todos los que han surgido, son los más importantes
para ser un buen mentor, permite que el grupo tome conciencia de ellos.
Respecto a las dificultades que tiene cada persona para ser mentor suelen aparecer las
siguientes: no saber transmitir, hablar mucho, timidez, no ser un buen modelo, poca
puntualidad, indecisión, tener poca paciencia, actuar de forma protectora, con poca
asertividad, falta de seriedad, falta de conocimientos o comportarse de manera
desorganizada.
Las dificultades percibidas son creencias, y por lo tanto no tienen por qué ser ciertas,
161
aunque sí que pueden influir en las conductas del individuo en su labor como mentor. Si
se conocen los puntos débiles se pueden proponer soluciones, de hecho, esto es lo que se
pide a los participantes, que propongan soluciones a cada una de las dificultades
mencionadas.
Los miedos más habituales que nombran los mentores son los siguientes: miedo a
hacer dependientes a los telémacos, a implicarse mucho, a equivocarse, a no serles útil, a
fracasar, a que no valoren su trabajo de mentor, a no caer bien a los telémacos, a que se
aburran, a que no le crean y a que le pierdan el respeto.
1.Miedo al fracaso
2.Miedo al rechazo
4.Miedo a equivocarse
Todos ellos están relacionados con determinadas necesidades de las personas. Así el
miedo al fracaso suele ir emparejado con una fuerte necesidad de logro, el miedo al
rechazo a la necesidad de reconocimiento, el miedo a parecer débil a la necesidad de
poder y el miedo a equivocarse a la necesidad de control.
Los miedos que manifiestan los mentores se intentan vencer a través de la propuesta
de estrategias concretas. Por ejemplo, el miedo al fracaso suele manifestarse en personas
162
que tienen una visión negativa de sí mismos, que sobrevaloran lo que no saben o no
hacen, y menosprecian lo que saben o hacen. Según Pohulanik (2007), estas personas
tendrían que olvidarse de la mirada ajena, traspasar los límites de lo seguro y conocido,
asumir riesgos (aunque se cometan errores, ya que la perfección no existe), y relativizar
los fracasos, ya que son sólo una parte de nuestra vida.
B) Segunda sesión
Cada mentor expone ante el resto del grupo su historia, y cuando finaliza, les pregunta
por la moraleja, por el aprendizaje que han encontrado en la misma. Posteriormente les
sondea por la aplicación que tiene en el contexto de mentoring. Luego, el alumno que
hace la narración expone su propia moraleja y aplicación.
Buena parte de la labor del mentor es contar experiencias propias, historias de otros
alumnos o situaciones que conocen del entorno universitario. En el taller se entrenan en
una tarea que posteriormente van a tener que realizar, con la gran ventaja de que reciben
retroinformación o feedback de cómo lo están haciendo.
C) Tercera sesión
Se generan distintas situaciones, en las que se plantea dónde realizar las entrevistas,
cómo recibir y saludar a los telémacos, cómo presentarse, qué tipo de temáticas abordar,
cómo hacerlo, etc.
Todos los alumnos participan en las actividades, unos como mentores y otros como
telémacos. Estos últimos, en cada entrevista grupal, adoptan distintos papeles que
permitan reflejar posibles tipologías de alumnos que hay en la Facultad/Escuela y algunos
163
ejemplos serían los siguientes: el alumno que pasa de todo, el comprensivo, el fiestero, el
autosuficiente, el tímido, el impaciente, el agobiado, el borde, el dependiente, el ligón, el
estudioso, etc. Se trata de que observen las distintas situaciones con las pueden
encontrarse y desarrollen estrategias de solución de problemas para cada una de ellas.
Otros centros, con menos alumnos, intentan dar cobertura a todos los que deseen
tener un mentor.
En todos los programas hay una selección natural, de tal manera que hay una parte de
las personas que se apuntan al programa de mentorías como telémacos, que más adelante
lo abandonan. Las razones pueden ser varias, desde que creen no necesitarlo, hasta que
no lo querían pero la matrícula no la hicieron ellos (sino sus padres), o que se han
integrado en un grupo de compañeros a los que no les interesa. Para evitar dicho
abandono algunos programas plantean reconocer la labor del telémaco con un crédito de
libre elección, aunque no suelen conseguir el objetivo.
164
elevado y la asignación en función de distintos criterios podría complicar la formación de
grupos. Además, excepto criterios de disponibilidad, la diversidad en el grupo de
telémacos enriquece las reuniones.
Como norma es preferible que los telémacos no se conozcan previamente entre sí,
para que no existan alianzas previas en el grupo. Otras veces, para incrementar la
disponibilidad de los telémacos de hacer las reuniones, se procura que sean del mismo
turno (mañana o tarde) que su mentor, y en ocasiones que todos los telémacos
pertenezcan al mismo grupo (A, B, C...).
Cuando los grupos no son muy numerosos se puede dejar que los telémacos elijan a
su mentor, tras charlar con unos y con otros durante un tiempo. Algunos programas
hacen juegos y ejercicios que facilitan la interrelación entre mentores y telémacos en un
primer momento, para que se rompa el hielo y se fortalezcan los lazos desde el primer
momento.
2.Una reunión del coordinador con los mentores en la que se profundice en las
características del programa y se resuelvan las dudas que surjan.
165
3.La asignación de mentores a cada profesor-tutor.
Durante el primer encuentro, el mentor debe procurar que el clima sea cálido y
distendido, recibiendo a los telémacos con amabilidad. Una sonrisa, ofrecerles la mano,
un par de besos, o mejor todo a la vez hace que se rompan las primeras barreras.
El mentor es el primero en presentarse, nombre y apellido, curso que realiza, por qué
eligió esa carrera, lugar de procedencia y dónde vive. Presentarse de esta manera da la
pauta necesaria para que los telémacos se presenten del mismo modo y aparezcan puntos
en común y también permite obtener información que puede ser clave. Por ejemplo, que
un telémaco esté en un colegio mayor permite indagar sobre su adaptación al mismo,
aspectos que le gustan, dificultades, etc.
166
-¿Cuáles menos?
El mentor, cuando haga otras preguntas, debe demostrar genuina curiosidad por las
respuestas. El telémaco debe notar un interés real por sus comentarios, ya que, en gran
medida, esto será la base de la confianza que se empieza a generar en esta primera
sesión.
Un mentor que realiza bien su trabajo revierte la pregunta de un telémaco al resto del
grupo, les hace partícipes de ella y les anima a buscar las respuestas. Eso no quiere decir
que no hable, sencillamente hace participar activamente al grupo y les hace sentirse como
tales.
No hay un tiempo fijo para cada reunión, una puede durar media hora y otra, hora y
media, dependerá de lo que se esté analizando y del tiempo disponible. Sin embargo,
tener como referencia los 60 minutos parece razonable. Si se indaga sobre lo que ha
pasado desde que no se han visto, con interés real y haciendo partícipes a todos, y se ha
preparado adecuadamente el tema de esa reunión, la hora llega pronto, en especial si el
clima del grupo es el adecuado.
Evidentemente no se trata de dar una lección magistral sobre ningún tema, por lo
tanto, sea cual sea la temática, la participación activa es la meta. Evidentemente, esta
metodología lleva a desarrollar distintas competencias en el mentor que después le serán
muy útiles en su vida profesional, pues esto también es un objetivo del programa de
mentorías.
167
realice de cara a la próxima sesión (por ejemplo, asistir a una tutoría con un profesor, o
buscar un artículo en la base de datos, bajarse la guía docente de una asignatura, etc.).
No hay mejor forma de aprender que aprender haciendo, así en el próximo encuentro
pueden comentarlo y ver el aprendizaje conseguido y las dificultades encontradas.
Al término de cada reunión, el mentor debe elaborar un informe con los temas tratados y
las acciones que se han revisado. Este informe lo cumplimentan también de forma on-
line los telémacos, lo que permite contrastar cómo van las cosas.
•"Participan mucho".
168
•"Tienen muchas preguntas".
•"Mejor de lo esperado".
•"Muy útil".
•"Muy maja".
•"Buen rollo".
En contextos universitarios esta supervisión suele ser realizada por los profesores-
tutores que, previamente, han recibido una formación para llevar a cabo las reuniones de
169
forma adecuada. En distintas escuelas de la Universidad Politécnica de Madrid el número
de reuniones de supervisión realizadas, desde octubre a marzo, suelen ser tres y el
número de mentores por profesor es de 3 ó 4. Para problemas más específicos que el
mentor no desee comentar ante los demás, siempre se debe dar la oportunidad de
disponer del tiempo suficiente para comentarlo en privado con el supervisor.
Disponer de algún instrumento como el señalado en el punto anterior permite que los
mentores dispongan de feedback sobre las evaluaciones recibidas de los telémacos y así
conocer cuáles son sus percepciones y tienen oportunidades de reflexionar y mejorar su
comportamiento, o incluso de pedir apoyo. Algunos de los aspectos que han funcionado
bien y que surgen en las preguntas abiertas de los informes de evaluación se repiten en
las reuniones de supervisión.
Respecto a las principales dificultades con las que se han encontrado los mentores de
la Facultad de Psicología de la UCM, en el curso 2011/12 comentaban los siguientes:
-`Apenas hablan".
170
-"Uno va de sobrado".
171
El programa de mentoría termina cuando el telémaco ya es independiente y no necesita la
ayuda del mentor. La adaptación del telémaco al entorno se ha producido
aproximadamente después de los primeros exámenes parciales y ya no es necesario
continuar con el proceso de mentoría formal.
El mentor debe mantener una entrevista final, de cierre con los telémacos con lo que
finaliza la mentoría formal, la informal puede seguir abierta mucho tiempo.
El coordinador puede cerrar el programa con una reunión general en la que coincidan
profesores participantes, mentores y telémacos. Una pequeña charla que aborde lo
realizado ese año y que después, de pie, en un espacio abierto, a conversar entre todos
suele ser un cierre global apropiado.
Además del reconocimiento verbal se puede dar un certificado a los mentores que
reconozca la labor realizada y animarles a que incluyan la experiencia en su currículum
vítae.
172
•¿Has sido mentor otros años?
173
•Indica tu grado de satisfacción con...:
•Comentarios adicionales:
174
oLa labor de tu mentor...
•Comentarios adicionales:
Para finalizar se muestran de nuevo los distintos indicadores que proponen Armas y
Tobajas (2009) a tener en cuenta para medir la influencia de los programas de mentoría
en la Universidad, algunos de ellos aparecen a continuación.
175
•Porcentaje de participación en asociaciones estudiantiles.
Los picapedreros
Un poco más lejos, el mismo hombre se encontró con otro picapedrero que
tenía una actitud muy diferente.
Por último, un poco más lejos, el hombre se cruzó con un tercer picapedrero
que, mirándole a los ojos, le dijo:
Carriére (2010)
176
177
11.1. Taller de formación de coordinadores de programas de mentoring
11.1.1. Objetivos
El objetivo general que se persigue es dotar a los coordinadores y a los profesores que
realizaran la supervisión de los mentores de los conocimientos necesarios para diseñar e
implantar programas de mentoring de acuerdo con las necesidades concretas de su
universidad.
Para la consecución de dicho objetivo, se desea alcanzar también los que aparecen a
continuación, y que se caracterizan por ser más específicos. Los participantes...
•Describirán las características necesarias para asumir los distintos roles de los
programas de mentoring.
•Reflexionarán sobre sus funciones, puntos fuertes y débiles para asumir su rol en el
programa de mentoring.
11.1.2. Metodología
178
reflexión de los participantes sobre los temas que se abordan, buscando la mejor forma
de aplicar a su entorno inmediato los conceptos y experiencias relacionados con
mentoring.
11.1.3. Contenidos
-Concepto
-Planificación de reuniones
179
La duración del taller es de 12 horas presenciales más 4 e-learning de seguimiento de los
trabajos a entregar por los participantes.
11.2.1. Objetivos
El objetivo general que se persigue con este taller consiste en dotar a los mentores de los
conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para desempeñar su rol de forma
satisfactoria.
Para la consecución de dicho objetivo, se desea alcanzar también los que aparecen a
continuación, y que se caracterizan por ser más específicos. Los mentores:
11.2.2. Metodología
La metodología utilizada potencia la reflexión de los participantes sobre los temas que se
abordan, así como su implicación activa en las distintas actividades que se realicen.
Se propone que se intenten agrupar las sesiones de cada taller en el tiempo e intentar
impartirlo en dos sesiones de 4 horas cada una.
-Objetivos:
•Aclarar los objetivos, funciones y roles que deben adoptar los mentores.
180
•Dialogar sobre los principales problemas que tienen que afrontar los telémacos.
•Analizar los puntos fuertes y débiles propios para mantener los primeros y mejorar
los segundos.
-Contenidos:
•Detección de necesidades
•Autoconocimiento: mis metas; mis actitudes, mis puntos fuertes y débiles; plan de
desarrollo
-Técnicas metodológicas:
-Objetivos:
•Solventar los problemas que puedan surgir en las reuniones con los telémacos
181
-Contenidos:
-Técnicas metodológicas:
Materiales:
11.3.1. Objetivos
El objetivo general que se persigue con el taller consiste en dotar a los supervisores de
mentores de los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para desempeñar su rol
de forma satisfactoria.
Para la consecución de dicho objetivo, se desea alcanzar también los que aparecen a
continuación, y que se caracterizan por ser más específicos. Los supervisores:
11.3.2. Metodología
La metodología utilizada potencia la reflexión de los participantes sobre los temas que se
abordan, así como su implicación activa en las distintas actividades que se realicen.
182
Se propone que se intenten agrupar las sesiones de cada taller en el tiempo e intentar
impartirlo en dos sesiones de 4 horas cada una.
-Objetivos:
•Aclarar los objetivos, funciones y roles que deben adoptar los supervisores.
•Dialogar sobre los principales problemas que tienen que afrontar los mentores.
•Analizar los puntos fuertes y débiles propios para mantener los primeros y mejorar
los segundos.
-Contenidos:
•Detección de necesidades
•Autoconocimiento: mis metas; mis actitudes, mis puntos fuertes y débiles; plan de
desarrollo
-Técnicas metodológicas:
-Objetivos:
183
•Planificar las reuniones y elaborar un guión para la primera de ellas.
•Solventar los problemas que puedan surgir en las reuniones con los mentores
-Contenidos:
-Técnicas metodológicas:
-Materiales:
184
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190
Índice
Introducción 16
1. Concepto de mentoring 21
1.2. Definición 26
1.3. Objeto 30
1.5. Similitudes y diferencias entre coaching ejecutivo y mentoring 34
1.5.1. Aspectos comunes, 35
1.6. Beneficios de la Implantación de un programa de mentoring 36
1.6.1. Para la organización, 38
1.6.3. Para el telémaco, 39
1.7. Funciones de los programas de mentoring 41
2. Tipos de mentoring 42
2.2. Mentoring informal 44
2.3.1. Mentoring tradicional uno a uno, 45
2.3.4. Mentoring entre compañeros o peer mentoring'; 46
3. Agentes 47
3.1.1. Roles del mentor, 50
3.1.2. Dimensiones de la mentoría, 52
3.1.3. Evaluación de las competencias del mentor, 57
3.1.4. Otras cualidades deseables en las personas que asumen el rol
59
de mentor,
3.2. El telémaco 65
3.3. El coordinador del programa 68
3.4. El supervisor de mentores 72
4. Fases de un proceso de mentoring 75
4.3. Separación 78
5. Aspectos claves en los encuentros o reuniones de mentoring 79
5.2. Lo que se dice y lo que no se dice en las reuniones de 84
mentoring
191
5.3. El mentoring como el arte de hacer preguntas 86
5.4. Los planes de acción en el mentoring 89
5.5. Mentoring y narración de historias 95
5.6. En lugar de cuentos, experiencias propias 101
6. Diseño y planificación de un programa de mentoring 104
6.2. Diseño de los distintos aspectos de un programa de mentoring 107
6.2.2. Ob- 109
6.2.3. Tipo de mentoring que se utilizará, 110
6.2.6. Los resultados esperados para los mentores, telémacos y para
112
la organización,
6.2.9. Difusión y promoción del programa, 112
6.3.1. Selección del coordinador, 113
6.3.2. Establecer políticas y procedimientos, 114
6.4. Implementación del programa 117
6.4.2. Formación de mentores, 120
6.4.3. Selección de los telémacos, 121
6.4.4. Formación/información a telémacos, 123
6.4.5. Criterios de emparejamiento de mentores y telémacos, 124
6.4.6. Creación de los equipos. Contrato de compromiso, 127
6.4.7. Plan de acogida, 129
7. Realización del programa 130
7.2. Reuniones presenciales periódicas y programadas 133
7.3. Elaboración de informes de cada reunión 136
7.4. Supervisión de los mentores 137
8. Finalización del programa 139
192