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Historia del Arte y del Diseño.

Guía de lecturas.
Alumna: Ana Berdejo.
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Escultura romana: herencia e innovación.


La escultura romana hereda el naturalismo griego, más precisamente el
correspondiente al helenismo, que aun siendo un naturalismo algo idealizado, es un
naturalismo en el que se ve cierta expresión, a diferencia de, por ejemplo, el periodo
clásico donde la escultura estaba marcada por una mimesis fuertemente idealizada,
sin expresión alguna en rostros y sin la más mínima señal del paso de los años.
Las esculturas romanas, responden a un modo de representación que denominamos
“aislante”, porque tienen en una sola persona la carga de todo un dinamismo, vemos
eso sintetizado en el gesto, se guía y capta el momento pregnante, reduce la acción
extensa en el tiempo en una situación en si inmóvil pero cargada e movimiento, así
como en Grecia observábamos en el Discóbolo de Mirón.
En la escultura romana vemos aquel expresionismo del helenismo, pero sin todo el
dramatismo que caracteriza a ese periodo.
Una de las innovaciones la vemos en la escultura, en los retratos. El arte helenista es
expresivo, como lo son también las esculturas romanas, pero sigue siendo un arte
cargado, aunque mucho menos que en el periodo clásico, de ideales; por lo que los
rasgos más allá de denotar cierta expresión siguen respondiendo a esos ideales en
lugar de ser verdaderamente fieles a la realidad, los cuerpos y rostros siguen gozando
de cierta belleza, belleza que no es real. En cambio, el retrato romano goza de un
naturalismo verdaderamente realista, que deja de lado cualquier ideal o intención de
halagar a quien se está representando, donde se refleja el paso de la vida, donde
podemos ver como se vio realmente en vida el sujeto en cuestión, con sus rasgos y
características propias y particulares; no son retratos idealizados, sino que tienen
rasgos muy reales y no necesariamente bellos como en el arte griego.
Para los romanos la imagen lo es todo, aparece un gusto casi infantil por todo lo que es
la imagen, por la anécdota, por la noticia autentica. La imagen es propaganda, relato y
verdad. Se utilizaba para informar al público sobre grandes acontecimientos, los
generales se servían de ellas para contar sus hazañas, incluso en los juicios acusados y
defensores se servían de cuadros que presentaban plásticamente, pintados ante el
juez, el hecho debatido, la realización del delito o la coartada del acusado.
Aparece el interés por contar una historia, de contar de un modo solemne las hazañas
heroicas de los generales; aparece el relato épico, que, haciéndonos pensar en el cine
actual, imagen tras imagen nos cuenta una historia. Este es un modo de
representación continuo, en contraposición al que anteriormente denominamos
aislante, y por arte continuo entendemos un modo de representar las cosas que brota
de una intención artística épica, ilustrativa y cinematográfica.
Pintura pompeyana
Al desarrollar este tema vale aclarar que todo el contenido está basado en el análisis
de murales y mosaicos, que fueron los que sobrevivieron hasta el día de hoy, mientras
que todo lo que serían cuadros se perdieron totalmente.
Con la pintura pompeyana nos encontramos en una época en la que el arte ya había
perdido, probablemente, gran parte de su antigua conexión con la religión y la magia,
donde los artistas se interesaban más por problemas especiales en sus técnicas que en
los servicios de su arte a una finalidad religiosa y donde las personas acaudaladas
comenzaron a coleccionar obras de arte.
Pompeya fue un lugar de veraneo para los romanos de posición, donde casi todas las
casas y villas de la ciudad contaban con pinturas en sus muros y columnas; pinturas
que no son necesariamente obras de arte porque justamente, y por ser un lugar
vacacional, no eran pinturas que fueran realizadas por grandes artistas sino más bien
por artesanos, pero así y todo evidencian la gran destreza con la que contaban.
En la pintura pompeyana encontramos gran variedad de temas y escenas. Vemos por
ejemplo representaciones de naturalezas muertas, representaciones de animales y
paisajes, siendo este ultimo la mayor innovación del periodo helenístico, dado que el
arte oriental antiguo no empleo paisajes al menos que fuera para situar las escenas de
la vida humana o para campañas militares; a diferencia del arte griego de la época de
Fideas o Praxiteles, ahora el hombre no es necesariamente el objeto de interés
principal.
Es un tipo de pintura con la cual los artistas pretendían evocar aquel placer que genera
la naturaleza, la tranquilidad y la energía que emana de ella, para los atareados
habitantes que venían de la ciudad. Es por esta intención que los cuadros se vuelven
algo no necesariamente realista sino más bien un conglomerado de todo aquello que
constituye una escena idílica, que dan la sensación de estar contemplando una escena
realmente apacible, donde se pierde el naturalismo a favor de aquella impresión del
momento.
Mientras más observamos estas pinturas las encontramos cada vez menos realistas;
por ejemplo, al mirarla detenidamente nos damos cuenta de que no se puede
distinguir una distancia determinada entre los objetos del cuadro; se hace evidente
que los artistas helenísticos no conocían lo que hoy llamamos las leyes de la
perspectiva, a pesar de que si pintaran aquello que supone esta más lejos en un
tamaño menor a lo que está más cerca, lo hacían sin ninguna ley de disminución
gradual de los objetos, podrimos decir que lo hacían de un modo arbitrario.
Arte paleocristiano
El arte paleocristiano es la base de lo que después va a ser el lenguaje bizantino y
corresponde un periodo donde, solapado bajo el imperio romano, comienza a gestarse
el cristianismo; religión que fue prohibida durante bastante tiempo por lo cual los
fieles debían reunirse y transmitir el dogma en lugares ocultos, surgiendo así el arte de
las catacumbas. Un arte producto de una intención narrativa pero donde no se ve la
destreza de un artista, ya que los encargado de realizar las ilustraciones que decoran
esas catacumbas, hechas para dejar huella de las reuniones y de esa nueva creencia,
no eran personas que tuvieran conocimiento o destreza en lo que respecta a la
pintura; por lo que son ilustraciones sencillas y simplistas, donde solo se pintan
aquellos elementos simbólicos que sirven para comunicar algo, y todo aquello que no
aporte nada al mensaje o idea que se pretende transmitir, se elimina. Por esta misma
intención de solo pintar lo importante y necesario, son pinturas en las que no se ve un
fondo, los personajes aparecen situados situados en ningún lugar, justamente por la
irrelevancia de este tipo de aspectos.

Arte bizantino
Cuando en el 311 Constantino estableció la iglesia cristiana como religión del estado,
se vio enfrentado a grandes problemas.
Uno de estos problemas fue el de establecer los lugares de culto donde poder difundir
el dogma, dado que durante los periodos de persecución no se construyeron lugares
públicos para el culto y los lugares de reunión eran pequeños. Para esto se tomaron
como modelo las grandes salas de reunión romanas que eran conocidas con el nombre
de basílicas; estas, originalmente, eran utilizadas como mercados o tribunales,
consistían en grandes salas oblongas, con compartimentos estrechos y bajos en los
laterales que se separaban de la sala principal mediante columnas; y en el extremo de
esta sala principal había espacio para un estrado semicircular. En el caso de la Iglesia,
la sala principal se denominaría nave, los compartimentos alas, separados de la gran
sala por columnas suntuosamente decoradas, y aquel espacio semicircular seria
empleado para el altar.
Las paredes de estas basílicas se llenan de imágenes que tendrían un fin.
Otro de los problemas fue el cómo decorar estas basílicas, y esto por la cuestión de la
imágen y su empleo. Todos los cristianos devotos se opusieron a la instalación de
estatuas, pero sus ideas acerca de las pinturas fueron muy diferentes, considerándolas
útiles para recordar a los fieles las enseñanzas que habían recibido y porque
mantenían viva la evocación de los episodios sagrados. Respecto a las imágenes, el
papa Gregorio el Grande, personaje de gran influencia, se proclama a favor,
argumentando que muchas personas no sabían leer y escribir por lo que las imágenes
eran básicamente el único medio para enseñarles, que para los iletrados la pintura
podía ser lo mismo que la escritura para los que si sabían leer.
El arte visto de este modo adopta un carácter bastante restringido, porque dado que
su finalidad era ser útil, el tema debía ser expresado con la mayor claridad y sencillez
posible y todo elemento que pudiera distraer la atención de ese propósito debería ser
omitido.
Aparecen, con este uso de la imagen al servicio de la difusión del dogma, un conjunto
de reglas, que nos recuerdan a las reglas egipcias de ordenamiento, y esto es porque
para lograr una narración clara el arte bizantino va a mirar hacia otras culturas cuyos
lenguajes han servido como lenguajes narrativos.
Vamos a ver reglas estrictas, la frontalidad, la jerarquía, un ordenamiento de los
elementos mediante los llamados “compartimentos”, que implicaban que cada figura
ocupara un lugar determinado e individual, sin superposición de figuras para evitar
cualquier posible confusión en la lectura, y algo que es muy particular y característico
del arte bizantino: la perspectiva invertida. En esta perspectiva lo que está más
elevado es lo más grande, fuga en un punto que es el espectador, el fiel, tomándolo
como eso, como un simple punto, como si no fuera nada; lo que representa la posición
del fiel frente a un dios tan grandioso.
Otro simbolismo interesante que aparece es el tratamiento de los cuerpos, estos
cuerpos que habían sido tan dominados por los romanos, en su volumen, en su
realismo, van a permanecer, porque la gente estaba ya acostumbrada a la presencia
de la figura, pero se la va a desmaterializar. La figura se aplana, se le quita volumen, se
la esquematiza y se le quita peso haciendo parecer como si los pies no apoyaran en el
piso, como si no estuvieran en contacto con la tierra. Los rostros también pasan a
esquematizarse por lo que se pierde la identidad, salvo que fuera un personaje
importante, todo con la intención de lograr que el hombre desprenda su interés y su
mirada de lo terrenal y la dirija hacia el más allá, hacia lo supraterrenal, y a aquello
supraterrenal se le atribuirá otro símbolo que es el dorado.
Ahora todo se ha convertido en forma rígida, desvitalizada, fría, pero a la vez llena de
intensidad, es la muerte del antiguo hombre carnal y vida del nuevo hombre espiritual.
Las reglas que aparecen en este periodo son reglas pensadas de acuerdo a un
simbolismo adecuado al dogma; no es que se haya olvidado todo el conocimiento
anterior, sino que es un lenguaje acorde al fin del dogma cristiano, cambia el fin
cambia el lenguaje, y este fin es desapegarse de lo terrenal para ir a lo supraterrenal.
Mientras que para la antigüedad clásica la obra de arte tenía principalmente un
sentido estético, ahora la idea se hace más importante que la forma, por lo que ya no
hay un interés en que la figura se vea real ni estética, ahora lo que importa es lo que
dicha figura representa, el símbolo, el mensaje o enseñanza que se transmite y que
todo esto sea fácilmente identificable por los fieles.
Nos encontramos frente a un arte que se considera que no existe por sí mismo, sino
que es un arte que sirve a la religión para hacerse entender. El arte seria
completamente superfluo si todos fueran capaces de leer y seguir los caminos del
pensamiento abstracto; es una concesión que se hace a las multitudes ignorantes, en
las que fácilmente se puede influir mediante la impresión sensible. La finalidad de
educación moral es el rasgo más típico de la concepción cristiana del arte.
Libros iluminados
Hacia el siglo VIII aparece la corte de Carlo Magno, en la que se va a haber mucha
producción de elementos adentro de los monasterios, entre los más importantes los
libros iluminados. Estos libros eran copias de libros, digamos, heredados de Grecia,
libros de Aristóteles, cuyo contenido, por atentar contra el dogma, por verse implicado
en ellos un pensamiento muy racional que atenta contra la fe, solo estaba al alcance
de los monjes que eran quienes se encargaban de copiarlos y de proteger así sus
saberes, mientras que el pueblo no tenía acceso a ellos.
Esta producción, evidencia una inquietud general de los monasterios por ese
conocimiento; un conocimiento que a pesar de estar restringido, es reproducido y
copiado con el fin de protegerlo.
Los monjes que los copiaban tenían una especialidad cada uno algunos se dedicaban a
la ilustración, otro al decorado de las letras iniciales, otros a pasar el texto general, y
por último el iluminador, que colocaba oro sobre las figuras, razón por la que se llaman
libros iluminados.
Se puede ver también en estos libros fuerte apego a la imagen, con gran necesidad de
narrar, por momentos teniendo una mayor necesidad de abstracción, y se ven en
algunos la presencia de un arte céltico que a veces aparece y se funde con el estilo de
cada libro. Mas abstracto o más figurativo.

Estilo románico
La arquitectura románica, que se desarrolla hacia el siglo X, se caracteriza por ser un
tipo de construcción muy austero, son fortificaciones. Tienen grandes muros, paredes
anchas, pocas aberturas generalmente angostas con arco de medio punto, siempre
evitando poner en peligro la integridad de las paredes que soportaban todo el peso del
techo madera y tal vez en alguna ocasión puede verse alguna torre.
El tener pocas aberturas implicó que hubiera mucho espacio de pared que permitió el
desarrollo de pinturas y mosaicos. Hacia adentro este estilo románico va a tener
bóvedas de cañón corrido: un tipo de bóveda que es sostenida por arcos de medio
punto que aparecen en el interior colocados uno tras otro. Este tipo de construcción
con el paso de los siglos se va a ir complejizando, pero sin perder nunca estas
características tan propias.
Fiel a su austeridad solo va a haber ornamentación en los pórticos, podemos ver
relieves que coronan los pórticos de las puertas de ingreso y esculturas adheridas a los
muros en los laterales. Este tipo de escultura refleja al hombre medieval, un hombre
que vive en un sistema de protección, que esta adherido al sistema feudal, por cuya
protección el hombre delega sus libertades, y a la iglesia que protege su vida espiritual.
Dentro de un feudo las estructuras eran muy estamentadas, no había movilidad social,
el hombre que pertenece a él es un hombre que nace y muere en su lugar, sin
desplazamiento. Esta restricción va a hacer que el hombre tenga espacios
compartimentados muy cerrados, que conciba el espacio así, y que se conciba apegado
a una estructura, tal como la escultura esta apegada al muro.
El pórtico siempre se corona con un relato del dogma, en el que, a pesar de ser un
relieve, se puede ver el apego y el uso de las reglas bizantinas. Entonces en los pórticos
vemos estos relatos, sobre el mundo de los apóstoles y el paraíso, pero a veces
también aparece, por debajo, aquello que recuerda que si uno no respeta eso también
existe el infierno, el castigo; siempre respetando ese simbolismo y racionalismo
técnico. Se aprecia una diferencia en los modos de representar estos dos temas, el
paraíso y el infierno: aquello que refiere al paraíso va a estar siempre mas reglado, el
artista va a verse muy contenido por normas; mientras que en el infierno se le permite
liberar su fantasía.
Esos relatos pueden aparecer tanto en los pórticos como en los capiteles de las
columnas, que por ser columnas con capiteles muy anchos contaban con mucho
espacio para narrar, según el lugar donde se encontraran podía narrarse algo sobre el
dogma o algo mas bien sobre el infierno

Estilo gótico
El gótico no es ya un estilo rural como lo fue el románico; es un estilo de ciudad que se
va a dar en los burgos, en estos nuevos lugares propios de la burguesía donde surge
esta nueva clase de comerciantes.
Se desarrolla en ciudades comerciales, por donde pasa mucha gente, por lo que la
nave se vuelve un gran espacio para concentrar a un gran público, ya no es el pequeño
espacio rural románico destinado a una pequeña comunidad fija, sino a este paso de
gente por la ciudad.
Es de entrada un estilo muy dual, porque, así como representa a la clase social
burguesa, sin dejar de ser burgués logra lo que el cristianismo pretende, que es el
máximo acercamiento a lo supraterrenal. El gótico logra desmaterializar la figura;
mientras lo bizantino representaba lo supraterrenal con figuras, con pinturas, con
mosaicos, con el dorado, ahora se lo ve representado en la misma arquitectura.
Es esa intención cristiana de acercarse a lo supra terrenal lo que hace que las cupulas y
bóvedas del gótico se eleven. Aspecto que obviamente implico ciertas innovaciones
técnicas.
Una de estas innovaciones tuvo que ver con la inadecuación del arco de medio punto
romano para lograr lo que se pretendía con la arquitectura gótica, que era esa
elevación hacia lo supraterrenal reflejada en la construcción. Esto es porque se dieron
cuenta de que al utilizar estos arcos para salvar las distancias entre los pilares, podían
hacerlo de una sola manera, a una altura determinada e invariable. Entonces para
solucionarlo se descarta este arco semicircular y se crean los arcos apuntados los que
permiten que dos segmentos se encuentren en un punto, un punto que se puede subir
o bajar a gusto, un arco en el que, a diferencia del románico, la altura es variable.
Otra de las innovaciones fueron los contrafuertes. Dado que el peso de la bóveda por
su forma que apunta hacia arriba, por su altura, ya no cae solo hacia abajo sino
también hacia los laterales, los pilares no bastaban para aguantar el peso, por lo que
se implementaron los contrafuertes para mantener el conjunto de la estructura. Ahora
bien, en las bóvedas de las alas esto era fácil, ya que se construían por afuera del muro
pegadas a ellos; pero el problema aparecía al necesitar hacerlo en la nave central.
Como solución a esto es que aparecen los llamados arbotantes, que se consideran el
gran logro gótico, y que a diferencia de los contrafuertes estos se despegan de los
muros.
Junto con estas 2 innovaciones se les suma el descubrimiento de que con el método de
abovedar las iglesias por medio de vigas cruzadas, los pilares bastaban para sostener
las vigas de la bóveda, por lo que los muros macizos y pesados que se encontraban
entre pilar y pilar no eran realmente necesarios.
Todas estas innovaciones que logran quitar o alivianar el peso de los muros, haciendo
que estos terminen volviéndose innecesarios, permiten justamente que esos muros
sean remplazados por vitrales, uno de los aspectos más característicos de las
construcciones góticas ya que logra aquello que el cristianismo tanto anhelaba, ese
máximo acercamiento a lo supraterrenal.
El cristianismo hasta ahora siempre se valió de la figura porque era a lo que la sociedad
estaba acostumbrada, a la imagen, por lo que fue la manera mas viable digamos de
difundir el dogma, pero por su intención de acercarse a lo supraterrenal, al mas allá, a
lo espiritual y de alejarse de lo material, es algo de lo que siempre deseó desprenderse
y la arquitectura gótica logra justamente con sus cupulas elevadas y sus vitrales
desmaterializar esa figura. Eso simbólico y aquella figura que antes era plana, ahora
con los vitrales se vuelve luz.
Estas nuevas catedrales proporcionaban a los creyentes un reflejo del otro mundo.
Estos ya habían oído hablar de la Jerusalén celestial, con sus puertas de perlas, sus
joyas, sus calles de oro puro y vidrio transparente. En estos edificios las paredes ya no
eran frías y cerradas, sino que estaban formadas de vidrios de colores que brillaban
como piedras preciosas, que iluminaban todo; esto hacia descender a tierra esa visión
de la Jerusalén celestial, cualquiera que las contemplase sentía comprender aquel
reino que estaba más allá del alcance de la materia.
Además de esto también las monstruosas dimensiones con las que se construían estas
catedrales, hacían parecer pequeño todo lo humano, dando esa sensación de
protección, esa protección contra los ataques del mal que la iglesia ofrecía.
Dejando claro su dualismo, así como logra la mayor aspiración del cristianismo refleja
también la sociedad y el espíritu burgués, aquel espíritu perteneciente a un hombre
que busca una vida nueva, que quiere mejorar su vida y su situación, un hombre que
sale, que busca, que explora, que se desprende del sistema en busca de algo más y
mejor. Este aspecto puede verse claramente, comparándolo con el románico, en las
esculturas.
Mientras que las esculturas que observábamos en los pórticos del estilo románico se
encontraban adheridas a los muros, reflejo de un hombre adherido al sistema feudal y
a la iglesia, ahora en el gótico las esculturas se desprenden de los muros, reflejando
justamente ese hombre que se desprende del sistema. Así como también los distintos
pisos de estas construcciones reflejan esta sociedad tan estamentada propia de la
burguesía.
En relación a los pórticos, además de estas diferencias en la relación de las esculturas y
los muros se observan también otras diferencias.
Mientras que las esculturas en los pórticos de las catedrales románicas se presentan
más bien rígidas, apegadas a las reglas bizantinas, metidas en los muros o figurando
rígidas cual columnas; en las catedrales góticas parecen adquirir vida, parecen
moverse, mirarse entre sí, aparecen solemnes. Casi cada figura que encontramos esta
señalada por un emblema para que su sentido y su mensaje fueran claros, y
comprendidos y meditados por los creyentes; forman en su conjunto una verdadera
corporeización de las enseñanzas de la Iglesia.
En el gótico los temas, las escenas, los símbolos, las enseñanzas, siguen siendo los
mismos; la diferencia tiene lugar en el modo que son representados.
El escultor gótico aparece con un nuevo espíritu, para él las estatuas no son solo
símbolos, si no que deben ser figuras validas por sí mismas, distintas entre ellas tanto
en actitud como en belleza, cada una con una dignidad individual, lo cual hace que
aparezca cierto gesto en los rostros de las esculturas, que aparezca cierta identidad.
El artista ahora muestra interés en que las figuras cobren vida, en que fueran
expresivas, que se vieran reales. En estas vemos renacer aquel arte de mostrar la
estructura del cuerpo por debajo de los ropajes, un esfuerzo porque los pliegues de los
ropajes se vean reales. Otra particularidad en las esculturas es que así como en el
gótico se elevan las cupulas y se estiran los arcos de medio punto, lo mismo sucede en
las esculturas, que ahora a diferencia del románico donde seguían el canon de las 7
cabezas, ahora siguen el canon de las 9 cabezas
Al interesarse en el modo de representar, al igual que en Grecia, comienzan a
contemplar la naturaleza; pero a diferencia de los griegos, que se interesaban en la
naturaleza para construir la imagen de un cuerpo bello, para el artista gótico esos
métodos y recursos servían como medios para un fin: representar su tema sagrado de
la manera más emotiva y veraz posible. Un ejemplo que evidencia esta diferencia es
que en una representación de “el tránsito de la virgen” en el pórtico de una catedral
de Estrasburgo, notamos que el artista se preocupa más por mostrar de un modo bien
expresivo la actitud de cristo que por el modo en que se ven los músculos.
En el gótico también aparecen las gárgolas representando esa cosa del infierno que
también se representaba en el románico y aparecen los rosetones. Los rosetones son
esos vitrales redondos que aparecen coronando las puertas de entrada, representan lo
floral y son consecuencia y reflejo del abandono de esa mirada tan simbólica de la
edad media y la vuelta a una relación con la naturaleza, a una mirada mas real, mas
naturalista. El gótico es un periodo en el que la mirada vuelve lentamente hacia el
estudio y la integración de lo natural, sin existir leyes que aparecen en el renacimiento,
acá aparece esa primera curiosidad que nos permite ver ornamentaciones de frutas,
florales, ornamentaciones inspiradas en lo natural.

Pintura italiana del 1300


En esta época el trabajo más importante de los pintores era el de iluminar los
manuscritos, cuyas ilustraciones difieren mucho de las que se pueden ver en los libros
románicos. Aquellas solemnes figuras que veíamos en los libros iluminados románicos,
en el gótico pasan a convertirse en figuras de las que emanan sentimientos y
emociones, y que se organizan siempre de un modo armónico en la página.
Entonces al pintor de esta época, antes que el hecho de lograr que las figuras parezcan
reales o de representar una escena real, es mucho más importante esta expresión y
distribución de las figuras; por lo que no figuran indicios del lugar en el que las escenas
ocurren y vemos constantemente “incoherencias” entre las proporciones de un
personaje y otro porque era un aspecto que no le parecía relevante.
El modo de expresar los temas carecía de realidad y las figuras se representaban
mediante fórmulas, las cejas de tal forma, la boca de tal otra, el cabello rizado.
Los pintores italianos fueron mucho más lentos que los escultores para adoptar el
nuevo espíritu de los maestros góticos. Las ciudades italianas estaban en estrecho
contacto con el imperio bizantino, y los artistas tomaban como inspiración a
Constantinopla más que a Paris; esto provoco que en el siglo XIII las iglesias italianas
estuvieran todavía decoradas con solemnes mosaicos.
Temas cuyos modos de expresar carecen de realidad, donde todos los rostros se
componen mediante fórmulas, por lo que no existe la individualidad, y se evitan los
pormenores que pudieran distraer al lector.

Giotto
Nos ubicamos en un periodo caracterizado por la presencia de la burguesía, el burgués
necesita el naturalismo, pide fama, identidad, individualismo; es el quien puja para que
su identidad aparezca y al servicio de sus deseos pide naturalismo.
Por su puesto que al principio Giotto pinta según la tradición, por lo que sus primeras
pinturas son muy bizantinas. Pero es el quien realmente logra romper con el
conservadurismo bizantino, dándole vida a las pinturas. Con su aparición podemos
decir que comienza una época completamente nueva en el arte.
Las obras más famosas de este artista son sus murales o fresco, que dan
contantemente la sensación de estatua, donde se ve volumen y profundidad.
Giotto redescubrió el arte de crear profundidad sobre una superficie plana, lo que le
permitió cambiar todo el concepto de la pintura. Esto lo hace con la utilización del
llamado volumen de media bocha que da volumen mediante la utilización de colores
pardos en las zonas con sombras y un color más blanco en zonas que pretenden
parecer que emergen del plano, descubrimiento da en cierto modo inicio al claroscuro.
Ya no era necesario seguir los métodos de lo que era la pintura-escritura, en la que el
fin de la pintura era solo lograr que los iletrados entendieran lo que se contaba por lo
que las formas se aplanaban y simplificaban, ahora podía crear la ilusión de que el
tema religioso estuviera sucediendo realmente delante de nuestros ojos. Por lo que no
alcanzaba con mirar las representaciones antiguas de las mismas escenas y adaptar
esos modelos al nuevo empleo, siguió más bien la opinión de los frailes que incitaban
al pueblo a recrear en sus momentos las escenas de la biblia, imaginando como
habrían sucedido dichos acontecimientos, como aparecerían los hombres, sus gestos,
sus movimientos, etc. Aparece cierto espacio real, de naturaleza, donde reaparece el
gesto en los personajes; pero al utilizar este método de imaginar la escena, este
espacio sigue ligado a lo que se sabe a lo que se sabe, al símbolo y no a lo que se ve.
En sus obras aparece por primera vez una escena unitaria que rompe con los espacios
compartimentados, donde todos los elementos sirven para contar un concepto.
También elimina el dorado y hace aparecer por primera vez un fondo, aunque es un
fondo sin profundidad que ha sido llamado telón de fondo justamente porque se ve
como tal. A comparación de antes que el fondo no importaba y no se mostraban nunca
indicios sobre el lugar donde la acción ocurría, aparece una especie de fondo natural,
que igualmente está pintado más de un modo simbólico que por lo que se ve
realmente, algo que representa un árbol, algo que representa el cielo, pero sin verse
real.
Elimina también la planimetría, poniendo a algunos personajes de espaldas,
rompiendo esa frontalidad y claridad tan características del arte previo a este artista.
Con Giotto la pintura se vuelve más que el simple remplazo de la palabra escrita. Sus
obras nos hacen sentir que el momento ocurre frente a nosotros, donde los
movimientos y gestos de los personajes gozan de una intensidad y una pasión de la
cual antes carecían; y donde las figuras ya no se ven como si estuvieran amontonadas,
sino que se distingue que hay espacio entre ellas, justamente como sucede en la
realidad

Masaccio
Masaccio es quien hereda el legado de Giotto. Va a pintar en la capilla Brancacci, en
Florencia, ciudad que va a volver la cuna del realismo.
Masaccio va mucho mas allá que Giotto en lo que respecta al realismo, logra una
sensación de espacio amplio, de mayo profundidad donde se generan una mayor
cantidad de planos. Logra el llamado espacio teatral, donde el fondo sigue pareciendo
un telón, pero el tipo de espacio que se genera es otro, este fondo es como que se
despega de las figuras dando ahora, a diferencia de con Giotto, la sensación de que
entre los personajes y el fondo hay un espacio. Aunque sigue sin haber ningún
conocimiento de leyes de la perspectiva, si se empieza a dar cuenta de que esa
sensación de profundidad, de espacio, puede ser marcado mediante diagonales, acá
empieza a gestar la perspectiva de punto central.
Los cuerpos se vuelven muchos más realistas, tienen más volumen, un volumen más
real, si con Giotto fue el volumen de media bocha, ahora Masaccio logra el volumen
entero. A pesar de este mayor realismo del que ahora gozan los cuerpos, estos siguen
sin tener ningún tipo de estudio anatómico, ese realismo que vemos es otorgado por
el volumen. Hay en definitiva una mayor insistencia en el cuerpo, aparece junto con
ese volumen lo que es el peso, pudiéndose notar que los cuerpos apoyan, no como
antes que apenas si se veía como que las figuras tocaran el piso y parecían mas bien
estar flotando.
Otro aspecto, que en lo personal me aprecio super curioso, es que en estas obras se ve
una ruptura espacio temporal, y se ven a burgueses aparecer en escenas bíblicas,
observándolas, juzgando. Esto es porque eran ellos quienes pagaban las obras, son
personas que quieren presumir, que quieren fama, que quieren ser vistos y quieren ser
vistos bien burgueses con todos sus lujos. El burgués sigue siendo cristiano, pero
primero se es burgués; la religión se adapta a los valores de la sociedad de ese
momento, aparecen escenas con burgueses que ostentan, y estos exigen al artista
muchas destrezas para mostrar el detalle de sus lujos, las capas de terciopelo, los
bordados de oro.

Piero della Francesca


Un artista que no solo toma todo el legado de Masaccio, sino que profundiza los
estudios de cada elemento, la presencia del burgués, de la naturaleza, el espacio, el
espacio con una perspectiva de punto central, y sobre todo esa armonía entre el
tiempo bíblico y el burgués; en sus obras se ven presentes todos los elementos
desarrollados hasta ahora.
Con Piero aparece una insistencia en los espacios, donde mediante la utilización de
varios puntos de fuga logra múltiples perspectivas. Estudio también lo que respecta a
la luz. Los artistas medievales apenas si tuvieron noción alguna de la luz. Con Masaccio
como precursor de la utilización de luz, utilizándola para modelar las figuras, Piero
della Francesca la utiliza no solo para modelar las formas figuras, si no como elemento
que colabora a generar profundidad, hace que la luz y la sombra contribuyan a crear la
atmosfera de la escena.
Avanza en lo que son las destrezas, en la calidad de texturas que requiere el ropaje, las
especies naturales, en las que se detiene permitiéndonos reconocer los elementos.

Renacimiento
Nuestra concepción del mundo, naturalismo y científica, es en los esencial una
creación del renacimiento, pero en realidad el interés por la individualidad, la
investigación de las leyes naturales, el sentido de fidelidad a la naturaleza en el arte y
en la literatura no comienzan en el renacimiento. El naturalismo que aparece en este
periodo es la continuación del naturalismo gótico.
En el renacimiento lo nuevo no es el naturalismo en sí, sino los rasgos científicos,
metódicos e integrales del naturalismo, no fueron la observación y el análisis de la
realidad los que superaron los conceptos de la edad media, sino la conciencia y la
coherencia con la que los datos empíricos eran registrados y analizados. Lo nuevo es
que la obra de arte se transforma en un estudio científico de la naturaleza, es la
mirada científica, el buscar las leyes que rigen el universo. El hombre renacentista va a
estudiar todo con criterio casi científico, hace una metodología de todo, es el método
lo nuevo, lo que habla de un espíritu racional.
Con el renacimiento se recupera la mimesis como copia exacta de la realidad, con toda
una noción matemática que es llevada al máximo y que suele resultar en una
idealización de la realidad, tal como ya vimos en Grecia en el siglo V.
En relación a los temas son siempre o relatos míticos que cuentan historia
importantes, educativas, adoctrinadoras que hacen resurgir la cultura griega, o son
relatos religiosos ya que la iglesia no deja de ser una institución importante o relatos
políticos o sea retratos de los grandes burgueses de la época. El renacimiento es algo
propio del burgués, ese sujeto nuevo, libre, ostentoso, que busca fama, son quienes
gozan del poder político y económico y quieren ser retratados como tal, quieren que
en sus retratos se vea el poder y los lujos que tienen, por lo que terminan
convirtiéndose en retratos de soberbia. Lo que no aparece nunca es la gente común,
no tiene lugar. Son estos grandes temas una de las características principales del
renacimiento.
Es un arte en el que también se ve constantemente una desacralización importante,
donde los personajes santos no son ya necesariamente retratados como en algo
supraterrenal, como si estuvieran más allá, se les quita toda esa solemnidad religiosa y
se las ubica en lugares comunes, terrenales, se los retrata como burgueses.
Botticelli, que se encuentra dentro de los cánones de lo clásico, de lo renacentista, va a
hacer emerger todo lo grecorromano, con lo que aparecen los mitos, mitos que
ayudan a pensar y que de algún modo resultan educativos.
Con Leonardo Da Vinci vemos un estudio en profundidad y científico de la anatomía,
así también como el trabajo de las leyes de la óptica, esto es el cómo ve uno, por
ejemplo, cuando miramos no vemos todo con la misma claridad, sino que el ojo hace
foco en un detalle y el resto pasa a un segundo plano; tanto Da Vinci como Miguel
Ángel trabajan con esas reglas.
La Gioconda es el perfecto ejemplo del arte renacentista, representa a la clase
burguesa, y para entenderla hay que entender esa emergencia del nuevo sujeto
burgués que como ya mencioné antes buscaba identidad, ostentación, fama, quería
trascender la historia como alguien individual. En esta obra además de presentarse un
espacio infinito mediante el uso del punto de fuga matemático, Leonardo agrega lo
que es la perspectiva atmosférica, que es la que hace que cuando estamos mas cerca
de un objeto los colores se ven mas saturados y si nos alejamos los colores comienzan
a agregarse, por lo cual, en una obra, mientras mas agrisados se vean los colores mas
lejos nos va a parecer que está el objeto. Entonces en el Renacimiento podemos hablar
ya de dos perspectivas: una matemática y una atmosférica.
Leonardo era un humanista que quería conocer el mundo racionalmente, en sus obras
se hace evidente un estudio de la naturaleza, del claroscuro, leyes ópticas, anatomía,
mimesis y perspectivas.
En Rafael también vemos las mismas condiciones: la emergencia del espíritu
humanista, del espíritu burgués y la expresión de todo lo grecorromano.
Otro artista relevante es Miguel Ángel, de quien lo que más nos impresiona son los
escorzos, el modo de representar los cuerpos en perspectiva dándoles deformaciones
propias de la óptica, el cómo logro dominar la perspectiva desde abajo. En sus obras
vemos absolutamente la recuperación de lo grecorromano, un cuerpo idealizado,
rostro apacible, una mimesis, pero con una fuerte idealización.

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