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INDICE
Prólogo VII
PARTE PRIMERA
ACCIÓN DE COLACIÓN
1. Introducción
1.La
legítima: concepto 3
4.La legítima y
la porción disponible 11
5.La mejora 11
XII INDICE
19.Juez competente 32
20.Sujeto activo 33
21.Sujeto pasivo 35
26.Renuncia de la acción 41
27.Carga de la prueba 42
28.Prescripción 43
ciación 43
41.Precedentes jurisprudenciales 57
58.Aumentos y mejoras 90
60.Deterioro de la cosa 91
61. yrutss 92
65.Efectos de la preterición 96
90.Reconciliación 113
100.La acción de desheredación injusta iniciada con ulterioridad a la aprobación de la partición 118
101.Oportunidad del ejercicio de la acción 118
104.Prescripción 119
ACCIÓN DE COLACIÓN
Introducción
Acción de colación
136.La acción de colación iniciada con anterioridad a Ja aprobación de las operaciones particionales 162
140.Prescripción 164
CAPITULO III
Introducción
Acciones de nulidad
164.Jurisprudencia 194
195.Prescripción 219
199.Prescripción 222
Introducción
CAPITULO V
EXCLUSIÓN DEL CÓNYUGE POR MATRIMONIO CELEBRADO DENTRO DE LOS TREINTA MAS MEDIANDO ENFERMEDAD
DEL OTRO
1. Introducción
229.Fuentes 275
232.Fundamento 278
233.Presupuestos de aplicación: enunciación 278
II.
Acción de exclusión
245.Prescripción 289
CAPÍTULO VI
Introducción
249.Causales 293
culpable 294
II.
Acción de exclusión
enunciación 305
270.Posibilidad de adquirir por sucesión la misma herencia de la cual se está excluido 313
sin
atribución de culpa
271.Enunciación 315
Alteraciones mentales graves de carácter permanente, alcoholismo o drogadicción 272. Concepto 315
283.Posible coexistencia de diversas cargas sucesorias por pensiones como consecuencia de sucesivos divorcios
328
Y EL DIVORCIO VINCULAR
1. Introducción
302.El divorcio vincular en el Código Civil, en la Ley de Matrimonio Civil 2393 y en la ley 14.394 345
305.Fundamento de la pérdida de la vocación hereditaria conyugal producida por el divorcio vincular 349
308.La ley 17.711 y la pérdida de los derechos hereditarios en el divorcio vincular 351
310.Conversión en vincular de un anterior divorcio decretado por culpa de uno de los cónyuges. Derechos adquiridos
353
312.A) Pérdida de la vocación hereditaria por sentencia de divorcio dictada en el extranjero con anterioridad a la
vigencia de 1a ley 23.515 356
313.B) Pérdida de la vocación hereditaria por sentencia de divorcio dictada en el extranjero a partir de la vigencia de
la ley 23.515 358
II.
Cuestiones procesales
INDICE XXI
323.Prueba: carga y medios 372
CAPÍTULO IX
EN LA SEPARACIÓN DE HECHO
1. Introducción
CAPITULO X
EN LA SEPARACIÓN PROVISIONAL
I. Introducción
344.La atribución del hogar conyugal como separación provisional decretada judicialmente 401
separado en el sucesorio. Posibilidad de ser designado administrador de la sucesión. Sujeto activo y sujeto pasivo:
Remisión 403
350.Efectos especiales de la exclusión hereditaria conyugal con respecto al inmueble alquilado 406
Introducción
354.¿Se puede continuar las acciones derivadas del art. 71 bis después de la reforma introducida por la ley 23.515?
413
357.¿Se mantiene el deber de fidelidad con posterioridad a la separación personal tras la sanción de la ley 23.515?
415
II.
Acción de exclusión
366.C) La solución dada por la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación 423
369.Prueba 425
370.Efectos 425
APÉNDICES
MODELOS DE ESCRITOS
V.Modelos de demandas de exclusión del cónyuge por matrimonio celebrado dentro de los treinta días mediando
enfermedad del otro 469
VI.Modelos de demandas de exclusión del cónyuge en la separación personal con atribución de culpa 475
VII.Modelos de demandas de exclusión del cónyuge en la separación personal sin atribución de culpa 479
XI. Modelos de demandas de exclusión del cónyuge por concubinato o injurias graves del cónyuge inocente 497
PARTE PRIMERA
T. Introducción
5.La mejora 11
PARTE PRIMERA
CAPÍTULO
I. INTRODUCCIÓN
1. La legítima: concepto.
La legítima es una limitación legal y relativa a la libertad de disponer por testamento o donación, que lleva como
consecuencia la reserva de una porción de la herencia o de bienes en favor de los denominados legitimarios, de cuya
porción pueden ser privados por justa causa de desheredación invocada en el testamento 1. Decimos que es una
limitación porque la característica de nuestra legítima es la de actuar de freno a la libertad de testar, conforme a la
esencia del sistema romano. Esa limitación es legal porque viene impuesta por la ley, y es relativa porque sólo afecta
los actos a título gratuito realizados por el causante, ya por disposiciones testamentarias, ya por donaciones. Como
consecuencia de esta limitación se produce una reserva, en favor de los legitimarios, de una porción de la herencia
(pars hereditatis) o de una porción líquida de bienes (pars bonorum), según que la legítima sea recibida por ser
heredero abintestato o testamentario, o se la obtenga por otros títulos o vías propias de protección judicial,
respectivamente.
A los legitimarios se los denomina, comúnmente, herederos forzosos, expresión genérica carente de exactitud. La
frase "herederos forzosos" tiene su origen en el derecho romano justinianeo, en el cual sólo se podía dejar la
legítima a título de herencia, y no por cualquier título; el testador tenía que nombrar heredero al legitimario, si no
quería incurrir en preterición. El art. 3600 del Código Civil —remontándose a la solución que dio el derecho romano
clásico, al cual siguió García Goyena en el art. 640 de su proyecto— admite, en sentido diferente, que la legítima
pueda ser atribuida por cualquier título. Cuando ese título no es el de heredero y Ja legítima es recibida por legado o
donación, el legitimario no es heredero: entonces, la expresión "heredero forzoso" resulta inexacta.
Por último, cabe agregar que los legitimarlos pueden ser privados de esa porción por justa causa de desheredación,
invocada en el testamento y debidamente probada en su oportunidad.
A) Precedentes históricos.
En el derecho romano clásico y posclásico, el legitimario no podía pretender que se lo instituyera heredero; cualquier
título mortis causa —legado, fideicomiso, donación hecha para conferir la legítima— que atribuyera la cuarta
legítima destruía la posibilidad de la querela inofficiosi testamenti, que llevaba consigo la rescisión del testamento:
testamentum iure rescissum est. Esos títulos eran los títulos mortis causa, como el legado y el fideicomiso. Las
donaciones inter vivos no estaban comprendidas entre ellos; por eso se hacía lugar a la querela si se le había donado
al legitimario querellante alguna cosa intervivos, aunque el valor de lo donado cubriese el monto de su legítima. En
cambio, cuando la donación había sido realizada con el objeto expreso de que se la imputara a la legítima,
prevalecíala opinión de Ulpiano en el sentido de impedir la querela, si esa donación cubría la legítima.
Justiniano, en su novela 115, exigió que el testador instituyese herederos a sus legitimarlos, para evitar la acción de
nulidad —similar a la querela poscIásica—, tendiente a obtener la nulidad de la institución de heredero, y dejando
subsistentes las otras disposiciones testamentarias en la medida en que no fuesen inoficiosas.
Por eso, si el causante no "instituía heredero" al legitimarlo, aunque lo instituyera legatario (por más que cubriera su
legítima), o le hiciera una donación mortis causa o inter vivos con la cual cubriera su legítima, o lo pretería o
desheredaba injustamente, el testamento perdía su eficacia en cuanto a Ja institución de heredero, pero
conservaban su validez todas las demás disposiciones, como legados, manumisiones, etc. Había una exigencia
ineludible de instituir heredero al legitimarlo; de lo contrario, caía la institución de heredero hecha por el testador.
En el derecho histórico español también se exigió que el legitimario fuera instituido heredero. Pero después de que
la ley del título 19, del Ordenamiento de Alcalá —sancionado en el si-
glo xiv— suprimió la necesidad de la institución de heredero para la validez del testamento, la doctrina se planteó si
esa disposición había abrogado la necesidad de deferir la legítima a título de herencia, bastando que se la dejase por
cualquier título.
B) Derecho positivo argentino. Según el art. 3600, "el heredero forzoso, a quien el testador dejase, por cualquier
título, menos de la legítima, sólo podrá pedir su complemento". La norma fue tomada casi literalmente del art. 645
del proyecto de García Goyena, que decía: "El heredero forzoso a quien el testador dejase por cualquier título menos
de la legítima, sólo podrá pedir el complemento de ésta". Y explicaba su proyección diciendo:
"Por derecho romano —se refiere al derecho justinianeo— y patrio, para que tuviera lugar la disposición de este
artículo era preciso que lo dejado fuese par título de heredero; faltando éste, el testamento era nulo aunque se
dejase íntegra la legítima, ley 30, t. 28, libro 3 del Código, novela 115; cap. 5, ley 5, t. 8, partida 6: se atendía más al
honor del título que a la realidad de la cosa o al valor de lo dejado" 2.
Puesto que el art. 3600 habla de 'cualquier título", sin limitación alguna, la expresión debe comprender no sólo los
títulos mortis causa (legados), sino los inter vivos (donaciones). Veamos:
a) Título de legatario. En nuestra opinión, no se puede dudar de la inclusión del título de legatario entre los títulos
hábiles para adquirir la legítima. A fin de comprender acabadamente las normas que rigen el punto, conviene
distinguir las dos hipótesis siguientes:
1. El legitimario no recibe más que el legado. Es éste el caso en que el testador no lo instituye heredero, sino que
simplemente le deja un legado con el cual cubre su legítima. Dicho legado no es imputado a la libre disposición, sino
a su legítima (art. 3600). Estamos ante un caso de legitimarlo no heredero (legitimario-legatario).
En esta hipótesis es inaplicable el art. 3355, que dice: "El heredero que renuncia a la sucesión puede retener la
donación entre vivos que el testador le hubiere hecho, y reclamar el legado que le hubiere dejado, si no excediere la
porción disponible que la ley asigne al testador". La norma es inaplicable porque, al no ser heredero instituido, no es
heredero, y por eso no le cabe aceptar la herencia ni renunciar a ella. La ley presume la aceptación de los legados
(art. 3804), pero eso nada tiene que ver con la aceptación de la herencia.
2. El legitimario es nombrado heredero y es también legatario. En este caso, el testador puede establecer que su
legado sea imputado a su porción legítima (arg. art. 3605); si no dispone nada, se imputa el legado a la libre
disposición, como mejora (art. 3605). En este Caso, puede ser de aplicación el art. 3355 si el heredero renuncia a la
herencia y retiene el legado, pues entonces quedará como un extraño, como mero legatario, cuyo legado será
imputado a la libre disposición, pero no podrá exceder de ella.
b) Título de donatario.
En nuestro derecho, las donaciones hechas a un heredero forzoso importan un anticipo de su porción hereditaria
(art. 3746), de forma que son imputables a la legítima, sin necesidad de una manifestación expresa en ese sentido
(art. 1805). Por eso, en la expresión "por cualquier título" se debe incluir las donaciones colacionables; se excluye, a
contrario sensu, las donaciones no imputables a Ja legítima, nacidas al amparo del art. 1805.
Para analizar el tema dentro de nuestra preceptiva legal, corresponde distinguir estas dos hipótesis:
Puede suceder que el testador, sin instituirlo heredero, simplemente lo mencione en su testamento, sin asignarle
nada, o que manifieste en éste que no lo instituye heredero porque le ha hecho una donación o, simplemente, que
lo omita en el testamento. En los dos primeros casos, aunque podrían aparecer formalmente como supuestos de
desheredación injusta, no hay tal desheredación, y por eso el legitimario no podría reclamar su legítima, por cuanto
ya la recibió por donación. En el tercer caso, aunque podría aparecer formalmente como preterición, tampoco la
hay, puesto que la legítima la recibió como donatario; y por eso tampoco podría ejercer la acción de preterición para
reclamar la legítima. En estos casos habrá un legitimario no heredero (legitimario-donatario).
No es de aplicación aquí el art. 3355, por cuanto el legitimario no es heredero testamentario, ya que en los dos
primeros casos no lo instituye heredero el testador. Tampoco es heredero abintestato, porque todos los bienes han
sido distribuidos en el testamento. No siendo heredero, no se puede plantear el problema de la aceptación o
renuncia de la herencia.
Mayor dificultad encierra el supuesto de que habiendo muerto el causante sin testamento y sin dejar bienes, le haya
hecho una donación al legitimario cubriendo con ella su legítima. La inexistencia de bienes en la herencia podría
hacer pensar que por no haber caudal hereditario, no hay heredero. Pero juzgamos que no es así: el legitimario-
donatario es el que subentra en la posición jurídica del causante, independientemente de las consecuencias de.
La adquisición de los bienes y de la responsabilidad personal por las deudas del causante. Bastaría que quedara
cualquier bien, por pequeño que fuese, o que hubiera alguna deuda, para que se patentizara patrimonialmente su
carácter de heredero; pero aunque aquéllos no existieran, igualmente sería un heredero intestado, que habría
recibido su legítima por donación. Su calificación sería la de heredero intestado, legitimario-donatario.
La donación es imputada a la legítima, a no ser que el testador haya determinado que se la impute a la libre
disposición (art. 1805).
En este caso, se podría aplicar el art. 3355 si el legitimarlo renunciara a la herencia y retuviera la donación; pero
entonces quedaría como extraño a la herencia, como mero donatario, cuya donación sería imputada a la libre
disposición, mas no podría exceder de ella. Entonces, ya no cabría hablar de legitimario ni de heredero, sino de
simple donatario.
En nuestra doctrina, autores como Guaglianone y Belluscio admiten la figura del legitimario-donatario no heredero
(Aquiles H. Guaglianone, La condición del legitimario no heredero, Bs. As., 1957, p. 18; Augusto César Belluseio,
Vocación sucesoria, Bs. As., 1975, p. 101.)
Hasta aquí hemos analizado los supuestos posibles del legitimario –legatario (sea o no heredero) y del legitimado-
donatario (sea o no heredero). Cabe preguntarse ahora si en nuestro derecho puede existir la figura del legitimario
no heredero que no sea ni legatario ni donatario. Entendemos que sí, pues ello se da cuando el legitimario es
preterido o desheredado injustamente, ya que en tales casos recoge su legítima exclusivamente en virtud de su
título de legitimario. Pero esto no ocurre cuando al legitimario se le deja una parte de la legítima; entonces será un
heredero testamentario legitimario, que podrá pedir el monto faltante de su legítima por la acción de complemento.
Corresponde, a este respecto, distinguir dos hipótesis: que el legitimario sea heredero o que no lo sea.
A) Legitimaría heredero.
En la doctrina se ha dado diferentes explicaciones con relación a la situación del legitimario que ha sido nombrado
heredero. Especialmente, son tres las teorías formuladas. Veámoslas : 4 Juan Vallet de Goytisolo, Estudios de
derecho sucesorio, Madrid,1982, vol. IV, ps. 41 y ss.
1.Teoría de la absorción.
Esta teoría considera que la condición de heredero borra la de legitimario. En consecuencia, una vez aceptada la
herencia, el heredero no podría reclamar contra los actos del causante en perjuicio de su legítima, y tendría que
sufrir los gravámenes que la afectaran. Pero esto no es así según la ley, porque el causante no puede imponer
gravámenes ni condición alguna a las porciones de legítima (art. 3598). De ahí que esta teoría resulte inaceptable.
2.Teoría de la autonomía.
Supone esta teoría que el legitimarlo es heredero forzoso hasta la concurrencia de su cuota de legítima, y voluntario
en lo que eventualmente exceda de ella.
La condición del heredero legitimario es, en cierto modo, mixta, ya que es heredero voluntario porque lo ha
instituido el testador, y forzoso porque la ley le concede una cuota intangible de legítima, dando lugar a una
yuxtaposición de llamamientos. Con respecto a esa cuota, tendrá los derechos y obligaciones del legitimario, pero
una vez cubierta tendrá los derechos y obligaciones del heredero voluntario.
Esta teoría crea una vocación independiente de la testamentaria y de la legítima, y lleva como consecuencia la
posibilidad de aceptar la legítima y repudiar la herencia. Hemos negado la vocación legitimarla paralela a la
testamentaria y a la intestada, y, además, después de la derogación del art. 3354, en nuestro derecho no cabe
renunciar a la herencia y recoger la legítima. De ahí que la teoría, al menos en nuestro derecho, resulte también
inaceptable.
Esta teoría, que se enmarca en la idea de la legítima como freno a la libertad de testar, es, en nuestra opinión, la que
acepta nuestro derecho. Afirma que no se puede hablar sino de la condición de legitimados de los herederos
llamados por testamento o abintestato, sin que la calidad de heredero borre la de legitimario, ni se mantenga como
un llamamiento independiente; por eso no hay absorción ni yuxtaposición. Opera la vocación prevaleciente, que es
la de heredero; pero la secundaria, que es la de legitimario, aun cuando no supone un fenómeno sucesorio, continúa
existiendo y sirviendo de freno mediante las vicisitudes de la sucesión. Su subsistencia se revelará así siempre que
por acontecimientos posteriores se compruebe la lesión a la legítima, autorizando entonces a reducir los legados, las
donaciones, etc. ( José Luis Lacruz Berdejo, Derecho de sucesiones, Barcelona, 1961,p. 183.)
El legitimario es un heredero como cualquier otro; de ahí su responsabilidad personal frente a las deudas del
causante. Si el heredero legitimario goza del beneficio de inventario, sólo responderá con los bienes recibidos. El
pago de las deudas disminuirá el monto de los bienes hereditarios; precisamente, ese caudal liquido es el que servirá
de base, junto con las donaciones que haya realizado el causante, para determinar el valor de las legítimas. Pero
puede suceder que no habiendo donaciones, las deudas sean tantas que no queden bienes hereditarios. Este
fenómeno se puede producir, aun en forma más negativa, si la responsabilidad del heredero es ilimitada y tiene que
responder con sus propios bienes por las deudas del causante. En estos casos no habrá legítima material, que
siempre importa un valor positivo de bienes, aunque el heredero siga teniendo la condición de legitimario.
Sin embargo, este heredero legitimario goza de una especial protección contra los actos gratuitos del causante que
podrían reducir el mínimo asegurado por la ley. Esta protección tiene lugar cuando, calculando el relictum líquido y
sumándole el donatum, resulta dañado en su porcentaje de legítima a causa de la donación, que excede, por su
excesivo monto, de la cuota de libre disposición.
B) LEGITIMARIO NO HEREDERO.
El legitimarlo no heredero puede ser legatario, donatario o exclusivamente legitimario. Veamos estas variantes:
1. Legitimario legatario.
Cuando el legitimario sólo es instituido legatario y recibe su legítima por medio de un legado, éste puede tomar la
forma de un legado particular o de un legado parciario. En el primer caso, el legitimado tomará la caracterización
jurídica del legatario singular; por eso no responderá, en principio, por las deudas del causante, pues se limitará a
recibir el legado en pago de su legítima (art. 3796). En el segundo caso, el legitimario tendrá los caracteres propios
del legatario de cuota; por eso responderá por las deudas del causante en proporción a su cuota, pero su
responsabilidad no será personal, sino más bien ob rem, y no tendrá derecho de acrecer (siempre que el causante
no se lo haya otorgado).
A nuestro juicio, cae dentro de esta última hipótesis el caso en que el testador ha otorgado en su testamento,
exclusivamente, su legítima a un legitimario. El legitimario, en tal caso, recibe una parte alícuota de bienes, y por eso
es un legatario parciario (art. 3719), y no un heredero. Como consecuencia, tendrá todas las características del
legatario de cuota: no responsabilidad personal, falta del derecho de acrecer, etc.
2.Legitimario donatario.
Cuando el causante, habiéndole hecho al legitimario una donación que cubre su legítima, sin instituirlo heredero, lo
menciona sin asignarle nada, o lo menciona a los solos efectos de aclarar que su legítima ya la ha recibido en vida
por donación, o, simplemente, lo omite en su testamento, estamos ante el caso de un legitimario donatario, cuyo
título de adquisición ínter vivos —la donación— nada tiene que ver con la sucesión mortis causa de su causante. Las
notas características del donatario serán, entonces, las propias del legitimario.
Cuando concurre con herederos, entra en comunidad con ellos por la parte alícuota que signifique su cuota. Esto es
así aunque las masas para calcular las cuotas de los herederos y del legitimario sean distintas: el heredero recibe su
cuota teniendo en cuenta el activo neto hereditario (deducidas las deudas), pero haciendo caso omiso de los
legados; el legitimario recibe su cuota teniendo en cuenta el activo neto hereditario (deducidas las deudas) y las
donaciones. El resultado de esta diversidad es que si bien tanto el derecho de los herederos como el del legitimario
son expresados en cuotas, se lo hace sobre la base de masas cualitativa y cuantitativamente diferentes, que arrojan
cuotas cuantitativamente diferentes.
El concepto de legítima lleva consigo la existencia de una porción disponible. Dicha porción, llamada también "de
libre disposición", corresponde a la parte de que el testador puede disponer aun cuando hay legitimarios. En nuestro
derecho, dada la poca libertad que se le concede al testador, la libre disposición se limita al quinto del haber
hereditario cuando hay hijos (art. 3593). La porción disponible puede alcanzar, como máximo, a la mitad de la
herencia (art. 3595).
Cuando no hay legitimarios es inútil hablar de porción disponible, pues en ese caso toda la herencia es disponible.
5.La mejora.
Con la porción disponible, el testador puede hacer los legados que quiera, ya sea a extraños, ya a sus propios
legitimarlos. A la porción total o parcial, de libre disposición, que el testador les otorga a sus propios herederos
forzosos se la llama mejora. En este sentido, dice el art. 3605: "De la porción disponible el testador puede hacer los
legados que estime conveniente, o mejorar con ella a sus herederos legítimos. Ninguna otra porción de la herencia
puede ser detraída para mejorar a los herederos legítimos".
Como se ve, la mejora no constituye, en nuestro derecho, una porción hereditaria autónoma, sino que es la porción
de libre disposición, en cuanto es aplicada a los herederos forzosos para mejorar las porciones de legítima que les
otorga la ley. Con esta disposición del Código Civil se eliminó el régimen de la mejora vigente hasta la sanción de
aquél, que tenía gran ascendencia en la tradición española. Antes de la sanción de nuestro Código Civil, la mejora
consistía en un tercio de los cuatro quintos de la legítima. Esta última era de cuatro quintos del caudal hereditario
(legítima larga), un tercio de los cuales podía ser destinado para mejorar a alguno o algunos de los hijos; el resto era
la legítima corta. Además, existía el quinto de libre disposición.
En el régimen actual del Código Civil español, la legítima estricta de los hijos es de un tercio, la mejora de un tercio y
la libre disposición de un tercio (art. 808). Como la mejora hay que atribuirla a los hijos en la forma que desee el
padre, los autores españoles hablan de una legítima corta de un tercio y de una legítima larga de dos tercios, pues
esta última comprende la legítima corta y la mejora.
6. Masa que sirve de base para determinar la legítima.
La masa que sirve de base para la reducción se forma con los bienes dejados a su muerte por el causante, ya
instituyendo herederos o legatarios (parciarios o particulares), y por las donaciones tanto a herederos forzosos como
a extraños.
El relicturn comprende todos los bienes y derechos que quedaren a. la muerte del causante no extinguidos por su
muerte. Si media testamento, se incluye los bienes dejados a los beneficiarios instituidos herederos, legatarios de
cuota o legatarios particulares. Entran en el relictum las cosas muebles e inmuebles, así como todas las relaciones
jurídicas patrimoniales del causante, con excepción de aquellas que se extinguen con su muerte.
En materia de créditos, se debe computar los créditos del causante contra un heredero legítimo, que se extinguen
por confusión en el momento de Ja muerte. Esta solución se impone —como dice Guillermo A. Borda, Sucesiones,
II, Bs. As., 1970, 119 930.6— por una razón inherente a la esencia de la legítima; de lo contrario, uno de los
herederos vendría a recibir beneficios que afectarían la porción de los restantes y que la ley ha querido mantener
incólume. Igualmente, se debe incluir los créditos de cobro dudoso, atendiendo no a su valor nominal, sino a su valor
venal.
En cambio, se debe excluir: I) los créditos incobrables, ya sea por insolvencia del deudor o por haber prescrito la
acción (si por cualquier circunstancia se cobra el crédito, habrá que efectuar una liquidación complementaria); 2) los
créditos sujetos a condición suspensiva: en el caso de cumplimiento de la condición después de la muerte del
causante, habrá que efectuar una liquidación complementaria; si se trata de un crédito sometido a condición
resolutoria, se lo debe incluir en el caudal; empero, ocurrida la condición con posterioridad a la muerte del causante,
se tendrá que reajustar el monto del caudal hereditario conforme al valor disminuido. La valoración de este activo
debe estar referida al momento de la muerte del testador, a los efectos de determinar en dicho instante qué
disposiciones resultan inoficiosas y qué complemento puede reclamar el legitimario con relación a ese valor.
Los legados particulares forman parte también del relictum, si bien las deudas hereditarias no los afectan, pues los
herederos (y legatarios de cuotas) son responsables de ellas.
En este pasivo están comprendidas las deudas del causante que no se extinguen con su muerte_ Debe tratarse de
deudas del causante al momento de su fallecimiento. Se debe computar como deudas las que tenga el causante
respecto de un heredero, que se extinguen por confusión en el momento de la muerte de aquél. Tratándose de
deudas litigiosas, habrá que reservar una cantidad suficiente para responder al pago: si se gana el pleito, habrá que
hacer una distribución complementaria.
En cambio, se debe excluir: 1) las deudas correspondientes a créditos incobrables por haber prescrito la acción (se
trata de un caso de obligación natural, que como tal no se debe computar con el pasivo a los efectos del cálculo de la
legítima); 2) las deudas sujetas a condición suspensiva: si se cumple la condición, habrá que hacer una liquidación
complementaria reajustando en más el pasivo; si la condición es resolutoria, la deuda deberá ser pagada y, por
tanto, computada en el pasivo: si se cumple la condición, habrá que realizar una liquidación complementaria
reajustando en menos el pasivo; 3) los gastos hechos en favor de la educación de los hijos, aunque hayan importado
fuertes erogaciones; los efectuados por alimentos voluntarios o enfermedad de terceros; los regalos de costumbre
(art. 3480).
En el pasivo, a efectos de determinar la masa para calcular la legítima, no están comprendidas las cargas de la
sucesión, que son las obligaciones surgidas después del fallecimiento del causante (nota art. 3474). Nuestro
codificador omitió en el art. 3602 la parte correspondiente del art. 648 del proyecto de García Goyena, en el cual se
hablaba, para fijar la legítima, de la "deducción de las deudas y cargas". Nos inclinamos por esta opinión, difiriendo
de lo sostenido por García Goyena, en atención a que el art. 3602 tiene en cuenta el valor líquido de los bienes al
tiempo de la apertura de la sucesión, y en ese momento sólo hay deudas, pues las cargas surgen con posterioridad
Conf. Eduardo A. Zannoni, Derecho de las sucesiones, Bs. As., 1983, t. 2, n 963; Salvador Fornieles, Tratado de las
sucesiones, Es. As., 1950, t. 2, n? 150; Borda, ob, cit., nos. 933/34. Nuestra posición rectifica lo sostenido en
nuestro Derecho de sucesiones.
Al activo neto habrá que agregarle todas las donaciones hechas en vida por el causante, tanto las efectuadas en
favor de los legitimarios como las realizadas en favor de terceros. El art. 3602 dice, en este sentido, sin dejar lugar a
dudas, que "al valor líquido de los bienes hereditarios se agregará el que tenían las donaciones". Si deducidas las
deudas no resulta activo líquido, la masa del cálculo será obtenida exclusivamente con el valor de las donaciones
(arg. art. 1602), y si éstas afectaran la legítima de algún heredero forzoso serían pasibles de reducción. Si el causante
ha dejado un pasivo superior al activo, el importe del déficit no debe ser deducido del valor de los bienes donados,
porque, como los acreedores de la sucesión no pueden cobrarse sobre esos bienes, pierden la diferencia. Esto es así
porque la imputación de las donaciones se produce en interés exclusivo de los legitimarios, y no de los acreedores, a
quienes no beneficia la reducción ni la colación. Es la opinión común en el derecho francés y en el nuestro 8
Fornieles, ob. cit., n? 96; Héctor Lafaille, Sucesiones, Bs. As., 1933, t. 2, n? 22; Zannoni, ob. cit., n? 962; Francisco A.
M. Ferrer, Sucesiones, Homenaje a la Dra. María Josefa Méndez Costa, Santa Fe, 1991, ps. 193 y SS.. El momento
en que se calcula el valor de lo donado lo estudiaremos en el parágrafo subsiguiente.
Después de efectuar las operaciones indicadas resultará un monto total, sobre el cual se aplicará el porcentaje que la
ley determina para la legitima. Ese porcentaje constituirá la legítima global; el resto corresponderá a la libre
disposición.
La legítima global coincidirá con la legítima individual cuando sólo haya un legitimario. Si hay varios, habrá que
dividir entre ellos la legítima global, en la proporción que la ley establece, para llegar a la legítima individual.
Como ya hemos dicho, para calcular el relictum neto hay que disminuir el pasivo del relictum bruto. Ese pasivo está
formado por las deudas hereditarias, no computándose las cargas sucesorias 9. Juan Carlos Rébora, Derecho de las
sucesiones, Bs. As., 1932, t. 2, nº 284, incluye las deudas y las cargas.
a) Deudas hereditarias.
Los herederos están obligados a pagar las deudas del causante con los bienes relictos; esto también es así cuando
media reducción, porque los bienes objeto de la reducción no engrosan el caudal hereditario a efectos de ampliar la
garantía de los acreedores del causante, ya que dichos bienes están fuera del caudal relicto al momento de la
apertura de la sucesión (arg. art. 3441, in fine) 1º to Guaglianone, El beneficio de inventario, ro 153; Fornieles, t. I,
rO 129; José O. Machado, Exposición v comentario del Código Civil argentino, t. 8, p. 519, nota.
Para precisar estos principios corresponde hacer la siguiente distinción (Borda, ob. cit., to 927; Fornieles, t. 2, nol.
105 y 106)
1) Si el heredero reclamante acepta con beneficio de inventario, sólo responde por las deudas del causante con
los bienes heredados; los acreedores no podrán ejecutar los bienes que el heredero recibió como consecuencia de la
reducción de una donación a un coheredero o a un tercero. La reducción es creada en beneficio de los herederos, y
no de los acreedores.
2) Si el heredero reclamante no acepta con beneficio de inventario, los acreedores del causante podrán
ejecutar lo recibido por la reducción, pero no como acreedores del causante, sino como acreedores personales del
heredero. Los herederos beneficiarios deben pagar las deudas en proporción a lo que reciben de la herencia o del
testador, contando con los bienes reducibles que ingresaron, es decir, en proporción a lo que reciban en la partición.
Una cosa son los bienes que responden ante los acreedores, que son terceros, y otra la relación entre los
coherederos. Los bienes que responden ante los acreedores son los bienes relictos; para fijar el porcentaje de la
responsabilidad entre los coherederos hay que tener en cuenta los bienes relictos y los recibidos por reducción.
b) Cargas.
Ya hemos dicho que las cargas no son deducidas del relicturn bruto a efectos de determinar la legítima. El relicturn
líquido es formado deduciendo las deudas del relictum bruto, y al monto resultante se le agrega las donaciones.
Sobre esa masa son calculadas la legítima y la libre disposición.
Ahora bien: el hecho de que las cargas no sean computadas para determinar la legítima no significa que esas cargas
no graven los bienes hereditarios. El art. 3474 dice que "en la partición, sea judicial o extrajudicial, deben separarse
los bienes suficientes para el pago de las deudas y cargas sucesorias".
Las cargas son pagadas, al igual que las deudas, en proporción a las cuotas que les corresponden a los beneficiarios
en la partición, tanto de los bienes sucesorios como de los sometidos a reducción.
Cuando la sucesión es solvente, los legatarios particulares no son responsables ni por las deudas ni por las cargas de
la sucesión (art. 3796). Cuando la sucesión es insolvente, primero son pagadas las cargas (arts. 3880, inc. 1, y 3879,
inc. 1), luego las deudas y después los legados (art. 3797, 11 parte), siguiendo el orden que establece el art. 3795,
última parte.
El Código Civil ha previsto en el art. 3795, 11 parte, un caso especial de reducción de legado particular que afecta la
legítima que no requiere que la sucesión sea insolvente—, en el cual se determina la forma en que las cargas
comunes deben gravar los bienes hereditarios. Dice así: "Si (...) la porción de que puede disponer el testador no
alcanza a cubrir los legados, se observará lo siguiente: las cargas comunes se sacarán de la masa hereditaria, y los
gastos funerarios, de la porción disponible" 12.
El art. 3795 corresponde al texto de la ley de fe de erratas de 1882, que cambió el primitivo orden dispuesto por el
codificador. La idea que contiene es simple: las cargas comunes (a excepción de los gastos funerarios) gravan la masa
hereditaria, por lo cual serán soportadas por sus beneficiarios en proporción a los bienes que les correspondan en la
partición; entre los beneficiarios se hallan los herederos, los legatarios de cuota y —a nuestro entender— incluso los
legatarios particulares.
Los gastos funerarios, en cambio, gravan la porción disponible, lo cual implica que el legatario tiene que pagarlos,
previo a recibir la parte del legado que se mantenga en los límites de la porción disponible, pues el resto será
sometido a reducción.
Ejemplo: Un causante con dos hijos. A y B, deja un caudal líquido (ya deducidas las deudas) de 100, siendo la legítima
de 80 y la libre disposición de 20. Lega a un tercero un bien por valor de 50. Las cargas sucesorias equivalen a 10, de
las cuales 7 corresponden a honorarios del juicio sucesorio, y 3, a gastos funerarios. De los 100 se extrae 7 de
honorarios del sucesorio, que disminuirán proporcionalmente los montos de legítima y de libre disposición,
quedando reducida la legítima a 74,4 (80 menos 5,6), y la libre disposición, a 18,6 (20 menos 1,4). Los gastos
funerarios serán imputados a la libre disposición, que quedará reducida a 15,6 (18,6 menos 3). El legado de 50 valdrá
dentro de la libre disposición después de deducidas las cargas, es decir, 12 La hipótesis prevista en la primera parte
del artículo —si los bienes de la herencia no alcanzan a cubrir los legados— fue pensada para el caso de que no haya
herederos forzosos, no habiendo, entonces, porción disponible. (Ver Machado, t. 10, p. 337) . en consecuencia,
habrá que reducir el legado en saldo después de pagar 10 de cargas sucesorias Conf. Fornieles, n? 150, quien
coincide sustancialmente con lo expuesto.
Cabe agregar que la hipótesis estudiada del art. 3795 encierra un problema de reducción de un legado que excede
de la porción disponible. Si el legado cabe dentro de esa porción no hay reducción, y entonces no se aplica el
artículo. Tampoco se lo aplica cuando la reducción se refiere a las donaciones inoficiosas. En estos casos, los gastos
funerarios siguen el régimen de las demás cargas sucesorias.
El carácter excepcional del precepto —criticado por la doctrina y sin entronque con las demás normas sucesorias—
autoriza esta interpretación restrictiva.
Antes de la reforma de la ley 17.711, los bienes donados eran valuados teniendo en cuenta el tiempo en que había
sido efectuada la donación. El art. 3602 decía, en este sentido: "Para fijar la legítima se atenderá al valor de los
bienes quedados por muerte del testador. Al valor líquido de los bienes hereditarios se agregará el que tenían las
donaciones del mismo testador al tiempo en que las hizo...".
Esto constituía una solución injusta, en una época en que la depreciación monetaria había alcanzado niveles
sorprendentes. Por eso, la ley 17.711 determinó que los bienes donados debían ser valuados al tiempo de la muerte
del causante. El art. 3602, con su nueva redacción, expresa: "Para fijar la legítima se atenderá al valor de los bienes
quedados por muerte del testador.
Al valor líquido de los bienes hereditarios se agregará el que tenían las donaciones, aplicando las normas del art.
3477...". Según la norma a que se remite, los bienes donados deben ser valuados al tiempo de la apertura de la
sucesión. Tratándose de créditos o de sumas de dinero, los jueces deben efectuar un equitativo reajuste conforme a
las circunstancias del caso. Fijado ese valor "al momento de la muerte del causante", no vemos inconveniente en
tener en cuenta la depreciación monetaria hasta el momento de la partición, que es cuando se estima el valor de los
bienes hereditarios y de los legados. En ese aspecto se aplica la misma interpretación que en la colación 14. 14 /nfra,
parágrafo 120; Zannoni considera corno única referencia el momento de la muerte del causante (n° 961).
Consideramos que la ley 23.928, denominada "Ley de convertibilidad del austral", no tiene aplicación en la
reducción. Esta institución tiene como finalidad dejar intactas las legítimas de los herederos forzosos, por medio de
la reducción de los actos que las violen. La reducción es realizada en especie, bien dejando totalmente sin efecto el
acto violatorio cuyo objeto va a quedar en el dominio de los legitimarios afectados, bien dejándolo parcialmente sin
valor, en cuyo caso son creados condominios, en las proporciones correspondientes, entre el beneficiario del acto
inoficioso y los legitimarios afectados en sus legitimas.
Para conseguir este fin hay que valuar el bien objeto del acto inoficioso al momento del fallecimiento del causante, y
es conveniente reajustar su valor a la fecha de la partición. Pero esta valuación y este reajuste no representan "una
obligación de dar suma determinada de australes", que es la materia propia de laley 23.928, según surge de su art. 7.
Aunque se aceptara la tesis de la restitución en especie sustituible por dinero, y se pudiera hablar de una deuda del
beneficiario de la donación inoficiosa, esta obligación de restitución sólo podría ser calificada como deuda de valor,
la cual no se hallaría comprendida en Ja ley 23.928, por lo que el ajuste entre la fecha de apertura de la sucesión y el
momento de la partición podría ser realizado, a pesar de la ley de convertibilidad.
No obstante ello, pensamos que cuando la legítima es violada parcialmente por disposiciones testamentarias, el
perito partidor designado en el proceso sucesorio debe hacerles conocer a todos los interesados la violación de la
legítima, para posibilitar la reducción en el mismo proceso sucesorio 16. infra, parágrafo 21, A.
Según el art. 3592, "tienen una porción legítima todos los llamados a la sucesión intestada en el orden y modo
determinado en los cinco primeros capítulos del título anterior". Estos capítulos —pertenecientes al orden de la
sucesión intestada— se referían a la sucesión de los descendientes y ascendientes legítimos, de los cónyuges, de los
hijos naturales (extramatrimoniales, a partir de la ley 14.367) y de los padres naturales. La ley 23.264, al equiparar, a
los efectos sucesorios, a los parientes legítimos e ilegítimos, suprimió los capítulos referentes a los hijos naturales y a
los padres naturales, de modo que actual-mente sólo cabe hablar, como legitimados, de los descendientes, de los
ascendientes y del cónyuge. En este sentido, al art. 3592 debe entendérselo referido sólo a los "tres primeros
capítulos del título anterior".
La ley 19.134 les reconoció el carácter de legitimarios, además, a los hijos adoptivos (arts. 14 y 20) y a los padres
adoptantes (art. 24). La ley 17.711 se lo había reconocido a la nuera viuda sin hijos (art. 3576 bis).
Las porciones que les corresponden a los legitimarios varían según las clases. Así, la legítima en la clase de los
consanguíneos (o en la de los parientes por adopción) no es la misma que en la clase del cónyuge o en la de la nuera
viuda sin hijos.
Los órdenes que excluyen a otros privan de legítima a los componentes de éstos, con la particularidad que veremos
en el caso de la nuera viuda sin hijos.
Dentro de un mismo orden y grado, es irrelevante el número mayor o menor de parientes, pues la legítima global
siempre es la misma. Así, la legítima de los hijos es de cuatro quintas partes del haber hereditario, ya se trate de un
solo hijo o de varios.
Las legítimas de determinados parientes no son fijas, pues pueden variar según los legitimarlos con los cuales
concurren (p. ej., el caso del cónyuge). Ante la concurrencia de legitimarios con distintos porcentajes de legítima,
siempre debe quedar incólume la porción de libre disposición menor. En esos casos, las porciones de legítima tienen
que salir de la legítima más elevada, distribuyéndosela en la proporción fijada para la sucesión intestada. Por
ejemplo, si concurren hijos y cónyuge, cuyas legítimas son de 4/5 y de 1/2, respectivamente, la parte del cónyuge es
sacada de la legítima mayor, es decir, de los 4/5, y queda incólume el quinto de libre disposición.
Analizaremos estas porciones siguiendo el orden que aplicamos al desarrollar la sucesión intestada en nuestro Curso
de derecho sucesorio (caps. XX a XXII):
El origen de este porcentaje se sitúa en el derecho histórico español de los visigodos, en el cual el Codex Revisus de
Leovigildo, del año 586, fijó la reserva de cuatro quintos en favor de los hijos.
Este porcentaje fue mantenido por la Lex Visigothorum o Liber Judiciorum, el Fuero Real y las Leyes de Toro, y fue el
que estuvo vigente en nuestro país hasta la sanción del Código Civil, si bien conviviendo con la mejora del tercio.
Dentro de la legislación comparada, representaba la porción más alta de legítima. Ello le dejaba muy poca libertad al
testador para mejorar a los hijos que necesitaban más ayuda, impidiendo, por consiguiente, una distribución más
justa de los bienes. Los sucesivos proyectos elaborados en nuestro país, haciéndose eco de estas consideraciones,
disminuyeron la legítima de los hijos. Así, el anteproyecto de Bibiloni y el proyecto de 1936 la fijaron en dos tercios, y
el proyecto de 1954 propició la mitad en caso de haber un solo descendiente, dos tercios si eran dos o tres, y tres
cuartos si eran más de tres.
La legítima de los hijos adoptivos, por adopción plena o simple, es la misma que la de los hijos consanguíneos, es
decir, cuatro quintos de la herencia (arts. 14 y 20, ley 19.134).
La legítima mayor es de cuatro quintos. Para saber cuál es la legítima de los dos legitimarios hay que proceder así:
a) Se determina la legítima de los bienes gananciales que le corresponden al causante, y esa porción es dividida
entre los hijos. En este sentido, dice el art. 3576 (según ley 23.264): "En todos los casos en que el viudo o viuda es
llamado a la sucesión en concurrencia con descendientes, no tendrá el cónyuge sobreviviente parte alguna en la
división de bienes gananciales que correspondieran al cónyuge prefallecido".
b) b) Se determina la legítima de los bienes propios, la cual es dividida por partes iguales entre los hijos y el
cónyuge, recibiendo éste una porción igual a la de cada uno de aquéllos. El art. 3593, in fine (según ley 23.264), dice
que "la porción legítima de los hijos es cuatro quintos", y que se observará en la distribución lo dispuesto en el art.
3570. El art. 3570 (según ley 23.264) expresa: "Si han quedado viudo o viuda e hijos, el cónyuge sobreviviente tendrá
en la sucesión la misma parte que cada uno de los hijos".
La legítima mayor es de cuatro quintos, y la libre disposición, de un quinto. La nuera podrá exigir una cuarta parte
de la legítima individual que le hubiere correspondido a su marido. La legítima de los otros hijos será calculada sobre
los cuatro quintos del caudal hereditario, descontando el monto de la legítima de la nuera.
Ejemplo: En una sucesión con un hijo y la esposa de otro hijo prefallecido, con un acervo hereditario de 200, la
legítima mayor será de 160, y la libre disposición, de 40. 160 Legítima de la nuera: = 80: 1/4 de 80 = 20. 2 Legítima
del hijo: 160 — 20 = 140.
Conforme al art. 3594 (según ley 23.264), "la legítima de los ascendientes es de dos tercios de los bienes de la
sucesión y los donados". La legítima de los ascendientes es de origen romano, pues los germanos —antes de la
romanización de su derecho— sólo admitían la reserva en favor de los hijos. Las Leyes de Toro del año 1505, que
recogieron los principios germánicos de la legítima, hicieron concesiones al sistema romano, aceptando la legítima
de los ascendientes, que se fijó en 2/3. Éste es el porcentaje que estuvo vigente en nuestro país antes de la sanción
del Código Civil, y fue el que estableció el art. 3594. Consideramos que este porcentaje es demasiado elevado, sobre
todo si se tiene en cuenta que al cónyuge le corresponde solamente la mitad. Los sucesivos proyectos de reforma
(anteproyecto Bibiloni y proyecto de 1936, anteproyecto de 1954) lo fijaron en 1/2.
1. Con el cónyuge. La legítima mayor es de dos tercios. Se determina la parte de bienes gananciales que le habría
correspondido al difunto y se le suma los bienes propios, calculando la legitima de dos tercios sobre todos ellos. Al
cónyuge le corresponderá, sobre esa porción de legítima, la mitad, y la otra mitad, a los ascendientes. El art. 3594
(según ley 23.264) dice, en este sentido, que la legítima de los ascendientes es de 2/3, "observándose en su
distribución lo dispuesto por el art. 3571". El art. 3571 (según ley 23.264) expresa: "Si han quedado ascendientes y
cónyuge supérstite, heredará éste la mitad de los bienes propios del causante, y también la mitad de la parte de
gananciales que corresponda al fallecido. La otra mitad la recibirán los ascendientes".
2. Con la nuera viuda sin hijos. Esta concurrencia tiene lugar, en nuestra opinión, en el caso de que la nuera sea la
viuda del único hijo premuerto del causante. En tal supuesto, la nuera podrá exigir un cuarto de lo que por legítima
individual le hubiera correspondido a su marido. De esa porción excluye a los ascendientes, en un contexto lógico,
por su carácter de representante de su marido, el cual, como hijo, excluye de esa porción a los ascendientes. La
legítima de los padres será de dos tercios, descontando el monto de la legítima de la nuera. Ejemplo: En una
sucesión con nuera y el padre del causante, con un acervo hereditario de 200, la legítima mayor será de 133,33, y la
libre disposición, de 66,66. Legítima de 1a nuera: 1/4 de 4/5 de 200 1/5 de 200 40. Legítima del padre: 133,33 — 40
93,33.
El art. 3576 bis no dice expresamente que la nuera sea legitimaria, ni determina, consecuentemente, su porción de
legítima. Desde nuestra perspectiva, fundada en que la nuera tiene el carácter de heredera legitimaria y
representante de su esposo, la solución es fácil, pues su derecho a legítima surge de su carácter de representante
(arg. arts. 3562 y 3749), y su monto no podrá ser otro que el de una cuarta parte de la legítima individual que le
hubiera correspondido a su esposo. Conviene destacar que otros autores, sin compartir nuestro punto de vista,
llegan a resultados similares 17. Lógicamente, no se puede establecer el monto de esta legítima relacionándolo
exclusivamente con el caudal hereditario, pues también dependerá del número de cuñados con los cuales concurra
la viuda. Pero si ésta fuese la esposa del único hijo (prefallecido) , 17 Así, Zannoni, n9 908. caso de haber
testamento, ella podrá exigir, en su carácter de legitimaria, 1/4 de los 4/5 del acervo hereditario, es decir, 1/5 de la
herencia, sean quienes fuesen los instituídos en el testamento. Los casos de concurrencia de la nuera viuda sin hijos
son los siguientes:
2.Con los ascendientes. Esta concurrencia sólo tiene lugar si la nuera es la viuda del único hijo del causante. Nos
remitimos a lo dicho en el punto I, 13, 2.
En el caso de que la nuera sea viuda del único hijo premuerto del causante, para determinar la legítima de los
legitimarios, en nuestra opinión, se procede así: Se determina la legítima de la nuera basándose en lo que le hubiera
correspondido a su esposo prefallecido, sobre bienes gananciales y sobre bienes propios, la cual es 1/4 de 4/5, es de-
cir, 1/5 de lo que le hubiere correspondido al marido. A continuación se determina la legítima del cónyuge, conforme
al art. 3595, y de ella se deduce la legítima de la nuera. Ejemplo: En una sucesión con nuera y cónyuge del causante,
con bienes por valor de 200, de los cuales 100 son gananciales y 100 propios, el acervo hereditario es de 150 (50
gananciales y 100 propios). La legítima mayor, que es la del cónyuge, será de 25 en los bienes gananciales y de 50 en
los bienes propios.
a)Bienes gananciales:
Legítima de la nuera: 1/5 de 50 10.
b)Bienes propios:
4. Con ascendientes y cónyuge del causante. En el caso de que la nuera sea viuda del único hijo premuerto del
causante, a nuestro juicio, se procede así: Se determina la legítima de la nuera basándose en lo que le hubiera
correspondido a su esposo, sobre bienes gananciales y sobre bienes propios, la cual es 1/4 de 4/5, es decir, 1/5 de lo
que le hubiera correspondido al marido. A continuación se determina la legítima de los ascendientes (que concurren
con el cónyuge) y la del cónyuge (que concurre con ascendientes), conforme a los arts. 3594 y 3571, y de ellas se
deduce, en parte proporcional, la legítima de la nuera. Ejemplo: En una sucesión con nuera, ascendientes y cónyuge
del causante, con bienes por valor de 200, de los cuales 100 son gananciales y 100 propios, el acervo hereditario es
de 150 (50 gananciales y 100 propios). La legítima mayor, que es la de los ascendientes, será de 33,33 en bienes
gananciales y de 66,66 en bienes propios.
a)Bienes gananciales:
b)Bienes propios:
Esta concurrencia, como en los dos casos anteriores, sólo tiene Jugar si la nuera es la viuda del único hijo premuerto
del causante. La legítima de la nuera es 1/4 de la legítima de su marido.
Según el art. 3595, "la legítima de los cónyuges, cuando no existen descendientes ni ascendientes del difunto, será la
mitad de los bienes de la sucesión del cónyuge muerto, aunque los bienes de la sucesión sean gananciales". Esta
mitad es sacada tanto de los bienes propios como de la parte de gananciales que le hubiesen correspondido al
difunto. Por eso, la última parte del art. 3595 habla de "la mitad de los bienes", aunque los bienes de la sucesión
sean gananciales. El origen más remoto de la legítima del cónyuge lo podemos ubicar en el derecho romano
justinianeo, cuando la "viuda pobre" concurría con descendientes del difunto. Si concurría con más de tres
descendientes, le correspondía una porción viril, y si lo hacía con menos, una cuarta parte de Ja herencia, llamada
quarta uxoriae.
Fue en el siglo pasado cuando se sintió la necesidad de concederle derechos sucesorios de carácter necesario al
cónyuge viudo, con independencia de que fuese varón o mujer. Esta necesidad se tradujo en dos fórmulas
legislativas: una, otorgándole cuotas de usufructo (a veces, usufructo universal) , y otra, concediéndole cuotas en
propiedad.
Nuestro Código Civil, posiblemente inspirándose en la solución que propuso García Goyena en el art. 653, párr. 49,
de su proyecto, dio un paso muy importante en la concesión de las legítimas al cónyuge supérstite, al otorgarle
siempre en propiedad una cuota de la herencia, variable según la clase de parientes forzosos con los cuales podía
concurrir.
El cónyuge puede concurrir: 1) con hijos consanguíneos o adoptivos (ver supra, I, A, 1); 2) con la nuera viuda sin hijos
(punto II, 3); 3) con ascendientes (punto I, B, 1); 4) con nuera y ascendientes (punto II, 4), en la forma que ya hemos
visto.
Cuando se trata de supuestos en que el cónyuge concurre con otros herederos forzosos, hemos separado los bienes
gananciales y los bienes propios, a los efectos de facilitar el cálculo de la legítima. Pero esa separación no implica que
haya dos legítimas y dos porciones de libre disposición, pues la legítima supone un monto total que surge de la suma
de la legítima en los gananciales y en los propios. Lo mismo sucede con la parte de libre disposición. Debe quedar
aclarado, pues, que si el causante, por ejemplo, hubiera dispuesto de más en bienes propios, ese solo hecho no
autoriza el ejercicio de la acción de reducción, pues para que ésta sea viable ha de quedar violada la legítima en el
conjunto de los bienes que van a la herencia, sin atender separadamente a su carácter de propios o gananciales. Lo
expuesto está en concordancia con el art. 3600 del Código Civil.
Para saber si la legítima individual está cubierta o ha sido afectada por legados o donaciones, hay que proceder a
imputar dichos legados y donaciones a la legítima o a la libre disposición, según corresponda:
A) Legados.
a)Tratándose de legados dispuestos en favor de quienes no son legitirnarios, sólo se los puede imputar en la parte de
libre disposición (art. 3605).
b) Tratándose de legados dispuestos en favor de legitimarios, hay que distinguir, a su vez, los casos siguientes:
1)si el legatario, además, es heredero testamentario, el legado será imputado, en principio, a la libre disposición (art.
3605 y arg. art. 3797);
2)si el heredero-legitimario renuncia a la herencia, pero retiene el legado, el beneficiado pasará a ser un extraño
(legatario), cuyo legado subsistirá en tanto quepa en Ja parte de libre disposición, a cuya porción se lo imputará (art.
3355);
3) si el legitimario no recibe más que el legado (art. 3600), o si es, además, heredero testamentario, y el testador
establece expresamente que el legado sea imputado a la porción legítima (arg. art. 3605), el legado será imputado a
su porción legítima (legítima individual).
B) Donaciones.
a)Tratándose de donaciones hechas en favor de no legitimarías, sólo se las puede imputar a la libre disposición (art.
1830).
b)Tratándose de donaciones dispuestas en favor de legitimarios, hay que distinguir, a su vez, estos supuestos:
1)la donación hecha al legitimario será imputada, en principio, a su legítima (legítima individual) (art. 3476);
2)las donaciones hechas al legitimario con dispensa de colación serán imputadas a la libre disposición (art. 3484);
3)si el heredero-Iegitimario renuncia a la herencia pero retiene la donación, quedará como un extraño (donatario), y
su donación podrá mantenerse en tanto no traspase los límites de la libre disposición, a cuya cuota se imputará (art.
3355);
4)un caso muy especial lo constituye el contemplado en el art. 3604, que analizaremos en el parágrafo 46:
Esta norma, que se aplica tanto a la sucesión testamentaria como a la intestada, presume que la entrega de bienes
en propiedad a herederos forzosos, cuando es con cargo de una renta vitalicia o con reserva de usufructo, implica un
acto a título gratuito encubierto. Si no fuera así y se la viera como un acto a titulo oneroso, el bien entregado al
heredero forzoso saldría del patrimonio del causante definitivamente, sin que se lo pudiera tener en cuenta para
nada a efectos del derecho sucesorio. La ley considera que esa donación disfrazada encierra una especie de dispensa
de colación; por eso se la aplica a la libre disposición, y en lo que exceda se reduce.
Nuestro Código prohíbe los pactos sobre herencia futura en los arts. 1175 y 3311. Según el primero: "No puede ser
objeto de un contrato la herencia futura, aunque se celebre con el consentimiento de la persona de cuya sucesión se
trate; ni los derechos hereditarios eventuales sobre objetos particulares". El segundo establece: "Las herencias
futuras no pueden aceptarse ni repudiarse".
No obstante estas normas, el Código destina un precepto especial, el del art. 3599, para prohibir todo pacto o toda
renuncia sobre la legítima futura. Dice así: "Toda renuncia o pacto sobre la legítima futura entre aquellos que la
declaran y los coherederos forzosos, es de ningún valor. Los herederos pueden reclamar su respectiva legítima; pero
deberán traer a colación lo que hubiesen recibido por el contrato o renuncia".
Las imprecisiones de redacción y contenido del art. 3599 son notorias. La primera parte del artículo prevé, a nuestro
juicio, dos hipótesis: la de la renuncia y la del pacto. Toda renuncia a la legítima futura es de ningún valor. La
renuncia es un acto unilateral y gratuito que es perfecto con la sola declaración del renunciante. También carece de
valor todo pacto sobre la herencia futura entre aquellos que la declaran y los coherederos forzosos.
La determinación de los extremos que unen al pacto no puede ser más dificultosa. Pensamos que la expresión "los
que Ja declaran" se refiere a quienes emiten la declaración de voluntad, que no sean los coherederos forzosos, que
es el otro término de la relación; ésos no pueden ser otros que los causantes. Éste es, sin duda, el significado que
tiene el art. 646 del proyecto de García Goyena, cuando dice: "entre aquellos que la deben y sus herederos forzosos;
y los segundos podrán reclamarla cuando mueran los primeros". Los primeros, es decir, quienes la deben, son los
causantes. La expresión "coherederos forzosos" también es criticable, porque puede ocurrir que haya un único
legitimario.
Naturalmente, como tales renuncias o pactos son nulos, los legitimarios pueden reclamar su respectiva legítima.
Pero lo que hubiesen recibido del causante por el pacto (estrictamente, no cabe recibir contraprestación por la
renuncia, porque ésta es un acto unilateral y gratuito) deberán traerlo a colación. El término "colación" está
empleado en sentido impropio. "Traer a colación" —como dice Vallet comentando el art. 816 del Código español,
estructuralmente idéntico al nuestro 18 Vallet, Comentarios al Código Civil y compilaciones forales, t. 11 p. 202. 19
Fornieles, n? 94.,-- debe ser entendido en su sentido gramatical de "llevar a la cuenta de la legítima", de "imputar a
la legítima". O, como dice Fornieles 19, "si recibió algo por la renuncia o el pacto, se le imputa a su legítima". Es
decir, para determinar el valor de su legítima habrá que computar Jo recibido por el pacto nulo, en vida del causante,
en forma similar a como si hubiera recibido una donación. Sería injusto que pudiera reclamar su legítima invocando
la nulidad del pacto que él mismo hizo, y que además retuviera lo recibido por ese pacto sin computarlo en su
legítima.
Las condiciones comprenden tanto las suspensivas como las resolutorias, los plazos ciertos e inciertos y los cargos. El
artículo se refiere a las condiciones, plazos y cargas posibles y permitidas por las buenas costumbres, pues en caso
de que no lo sean rige el art. 3608, que anula totalmente la disposición sin limitarse a la condición. Los gravámenes
pueden tomar la forma de usufructos, servidumbres, etc.
Nuestro Código aplica a todos ellos la sanción de tenerlos por no escritos. Por eso no se necesita ejercer la acción de
nulidad para quitarles eficacia, pues la ley los priva de ella al considerarlos como no escritos.
Lo dicho no implica negarle al padre, al hacer la partición de sus bienes, adjudicarlos y dividirlos como crea más
conveniente, siempre que cubra las legítimas de sus hijos (arts. 3514 y 3523), porque una cosa es el derecho mismo,
y otra, la manera de hacerlo efectivo Fornieles, n? 91..
Puede ocurrir que eI testador imponga una condición o un cargo a alguno de los bienes que componen la legítima y,
al mismo tiempo, beneficie al heredero con la porción disponible, con la condición de que acepte el gravamen. Esta
cláusula, conocida con el nombre de cautela socini, ha sido considerada válida, puesto que la prohibición del art.
3598 está destinada a proteger el interés privado de los legitimarios; y si éstos consideran que les conviene más
aceptar la cláusula, por el hecho de obtener la porción disponible, a esa voluntad habrá que atenerse 21. Conf.
Borda, n0B. 907 y 908; Ovsejevich, Enciclopedia jurídica Omeba, voz "Legítima", p. 69.
No obstante lo expuesto, el testador puede imponer a sus herederos forzosos la indivisión de sus bienes por un plazo
no mayor de 10 años, y si hubiere menores, la indivisión puede extenderse hasta la mayoría de edad (art. 51, ley
14.394). La norma tiene por fin proteger a la familia —fin último de la legítima—, aunque utiliza distintos
procedimientos que el de la legítima 22.
Puede suceder que el testador legue el usufructo de un bien o una renta vitalicia. Si es un usufructo sin plazo, durará
tanto como la existencia del titular (art. 2822). Entonces se presenta el problema de cómo establecer su valor para
saber si excede o no de la porción disponible del testador. Como dicho valor siempre dependerá de la duración de la
vida del beneficiario —circunstancia que no puede ser determinada de antemano— habría que recurrir a las tablas
de mortalidad de las compañías de seguros para fijar su término probable; pero esta posibilidad no está
contemplada por el Código.
EI art. 3603, inspirado en el art. 917 del Código francés, ha zanjado de manera práctica el inconveniente. Dice así: "Si
la disposición testamentaria es de un usufructo o de una renta vitalicia, cuyo valor exceda la cantidad disponible por
el testador, los herederos legítimos tendrán opción a ejecutar la disposición testamentaria o a entregar al
beneficiado la cantidad disponible". Esta norma permite que el heredero haga sus cálculos y decida si le conviene
entregar la porción disponible, desobligándose del pago de la renta o del usufructo, o esperar a que la renta o el
usufructo se extinga. Es verdad que esta solución altera lo dispuesto por el causante, pero suprime los problemas
que de otra manera se presentarían.
El Código no fija término alguno para hacer uso de la opción, de manera que el heredero conservará ese derecho
hasta tanto el legatario lo intime para que la ejerza. Si el legatario reclama judicialmente el cumplimiento del legado
como se lo estableció en el testamento, el heredero puede hacer uso de la opción al contestar la demanda. El
artículo se refiere a la renta vitalicia y al usufructo. Si el heredero tiene la opción cuando la renta y el usufructo son
vitalicios, - 22 Conf. Borda, n? 906. con mayor razón la tendrá cuando el beneficio es a término.
En cualquier caso —como dice Borda n? 966.—, el beneficiario no tendrá motivo legítimo de queja, pues no puede
pretender más que la porción disponible que el heredero le entrega.
En el caso de que haya varios herederos, si todos están de acuerdo con la opción, no hay problema. La cuestión se
plantea cuando unos quieren el cumplimiento del legado, y otros, la entrega de la porción disponible. Entendemos,
como Lafaille 24 oh. cit., n? 232., que en este caso todos los herederos deben adoptar la misma solución. Este
acuerdo previo es indispensable, porque el legatario debe recibir la manda integralmente, sea bajo la forma de renta
vitalicia o usufructo, o bajo la de dominio pleno de la porción disponible 25.
En el supuesto de que haya varios legatarios de renta vitalicia y usufructo, no hay inconveniente en que el heredero
pague a unos la renta o el usufructo, y a otros, la propiedad plena de la libre disposición.
Acerca de la cuestión de la prueba sobre si excede de la porción disponible, han sido perfiladas dos teorías:
1) Según una teoría, este artículo es una disposición de carácter excepcional, por lo cual el heredero, para tener
derecho a la opción, deberá demostrar que el legado excede de la porción disponible. De lo contrario está obligado a
cumplir el legado como lo estableció el testador 26 Fornieles, n? 145; Laje, La protección de las legítimas, Bs. As.,
1940,.
2)Según otra teoría, que hoy debe ser considerada predominante, se sostiene que no es necesaria tal demostración.
El artículo le abre una opción al heredero en cualquier caso en que haya un legado de renta vitalicia o de usufructo,
sin tener que producir prueba tendiente a demostrar que la manda excede de la porción disponible".
C)
Aplicación del precepto al derecho de uso y habitación a las donaciones. El art. 3603 sólo se refiere al legado de
rentas En cambio, Fomieles piensa que la decisión debe dejársele al juez
inter vivos.
ínter vivos:
tinta, ya que la
ratio legis
las aquí:
madas también
de reducción,
b)Acción de preterición.
dación injusta.
efec-
viola la legítima.
II.
17.Concepto y terminología 32
19.Juez competente 32
20.Sujeto activo 33
21.Sujeto pasivo 35
26.Renuncia de la acción 41
27.Carga de la prueba 42
28.Prescripción 43
ciación 43
44
32.b)
Reducción de los legados 46
ciación 53
41.Precedentes jurisprudenciales 57
especie
78
53.b)
58.Aumentos y mejoras 90
60.Deterioro de la cosa 91
61. Frutos 92
17.Concepto y terminología.
acción de suplemen-
to a
legítima
de
otros herederos, y
de reducción a
la dirigida contra
acciones de
reducción.
reducción 30.
A)
Legitimarios.
a)Principio general.
donación.
los arts. 3601 y 1832, inc. 1, pues en tanto que el primero concedía
En principio,
legitimario al tiempo
de
la donación.
esta condición".
Entre los legitirnarios que existieren al tiempo de la donación
de
los hijos
in fine,
puesto que los legados son pagados una vez satisfechas las deu-
vente, los legados no pueden pagarse hasta que estén pagadas las
propio donante;
3) los donatarios y legatarios, porque éstos son los sujetos
A)
La doctrina
rosos:
los arts. 3727, arg. art. 3721, 3814, etc. 36. Si algunas de esas cuo-
viola la legítima.
de
tición (art. 3536), remedio más drástico que el que otorga la ac-
de
la partición 38.
B)
35 Ovsejevich, p. 18.
gítima.
posición.
Toda-
rias".
posiciones testamentarias.
ciosidad.
pués de conocer el
relictum
tima individual
o guarde silencio.
oficio.
sado en el parágrafo
a, in fine.
en el proceso sucesorio.
esta distinción:
ros, ya a terceros.
neto.
luador.
ción.
b, in fine,
en la hipótesis anterior.
virá de base para que el perito del sucesorio efectúe las opera-
ciones de partición.
nes a terceros.
nómeno hereditario.
los herederos.
ACCIONES DE PROTECCIóN DE LA LEGÍTIMA 41
intestada.
antes a la acción.
presa o tácita.
tal sentido. Esa renuncia —como dice Borda 41- no puede tener
lugar antes de la muerte del causante, pues el art. 3599 dice expre-
de esa cuota.
41 Borda, n? 979.
Fornieles, n? 110.
probarlo.
obtener el
relictum
1831). En el juicio habrá que tasar todos esos bienes, con inter-
rios. Una vez que estén valuados los bienes, el juez tendrá que
e!
relictum
43 Borda, n? 980.
28.Prescripción.
La acción de reducción, como luego veremos 44, es una acción
otra cosa.
sión durante 10 años con justo título y buena fe, o durante 20 años.
fos siguientes.
testamentarias: enunciación.
44
Infra,
parágrafo 49.
el
a) Precedentes históricos.
la
Recorda-
mos que a la
querela
querela
les parecía
canzaba la integridad de su
portio
je de un hombre honrado":
dida por una constitución del ario 528, admitiendo así esta auto-
b)Supuesto de aplicación.
asignado cuotas a algunos herederos (art. 3727, arg. art. 3721, etc.)
Cabe plantearse el
legítima 46, así como por normas fundamentales del derecho su-
46 Vallet,
Las tegítiunas,
t, 2, p. 1004.
d)Orden de reducción.
in fine.
En nuestra opi-
Rebullida 47.
a)Precedentes históricos.
la
Lex
Falcidia
del ario 40 A.C. Esta ley ordenaba que el testador no
podía legar más que las tres cuartas partes de la herencia, con el
—¿mar-
ta falcidia---.
b)Supuesto de aplicación.
47 Lacruz-Sancho Rebullicio,
Derecho de sucesiones,
Barcelona, 1973,
t. 2, p. 35.
c) Orden de reducción.
citada norma.
del
art. 3795,
in fine.
in
fine,
y en el art. 3795.
inoficiosidad.
inoficiosas.
Pero no hay que olvidar que
prima facie,
como inoficiosas,
ción. El art. 1830, que encabeza el capítulo VII del título VIII
parte
de
negocio
de
ex
tunc, y
con la reducción.
dida en que exceden del pago del servicio, y las donaciones con
a)Precedentes históricos.
rlos era calculada sobre la base del activo del patrimonio del
de
cuius
La
portio legitima.
La
que rela
fue
portio legitima.
b)Supuesto de aplicación.
in fine,
cuando
e) Orden de reducción.
1.
Nuestra doc-
eso, la donación que primero tiene que ser afectada por la acción
cesivamente.
nota al art. 1831. El art. 972 del proyecto de García Goyena dice
parte, el art. 923, 21 parte, del Código francés, citado también por
ción de la legítima. Estimamos que hay que exceptuar los casos previstos
en el parágrafo 22.
digos civiles (art. 559, Código italiano; art. 656, Código español;
Si el donante ha
p. 407.
reducción.
valor— del donatario, en contra del cual les corresponde una ac-
El legitimario podrá,
Cour de Casation.
Es
3.
En tal caso,
53
54
55
56
57
n? 606.58
Baudry Lacantinerie,
Des donations,
y Ripert, t. 5, n? 116.
español,
gítimas, y ello podría dar lugar —como dice Vallet 61-- a que re-
sultara inoficiosa alguna otra donación que, sin aplicar este cri-
terio, no lo sería.
ellas hayan excedido del valor del servicio que pretendían remu-
nerar, y las donaciones con cargo en la parte que excedan del va-
lor del cargo, si éste fuera apreciable en dinero (art. 1832, inc. 2).
59 R. M. Roca Sastre,
to Fornieles, n? 117.
61 Vallet, t. 2, p. 1165.
62
Mira,
n? 155.
(art. 3479);
causante. Como señala Díez Picazo 64, este ataque del legitimario
a los actos de su causanta no es un auténtico
tum proprium,
64
muerte del padre (art. 3953). Algunos autores, como Méndez Cos-
haber hereditario.
lación.
donación.
bar dos cosas: que existe una donación real y que con ella no
juicio a tercero".
simulación absoluta.
de la donación.
una nulidad.
En este sentido, la reclamación del legitirnario involucra dos
acto real a que se refiere el art. 952, párr. 2?, no es una nulidad
este instituto.
vista
de
tiempo; 4) el hecho
de
sólo a su respecto.
requisitos.
acción revocatoria son, según los arts. 962, 963 y 968, las siguientes:
en el derecho comparado.
sante.
den ser revocadas por los que tengan derecho a ser indemniza-
cluye el autor que Ja exigencia del art. 962, inc. 3, puede ser
dejada sin efecto no sólo en el caso del art. 963, sino siempre
decir que la excepción del art. 963 debe ser interpretada con am-
organizado
ex profeso
de
la causa ilícita".
lidad de
que
de ese
país justifica
podido contar"".
71
72
Las legítimas,
t. 2, p. 1191.
13 T. V, vol. 2, p. 395.
74 T. IV, p. 152.
75
Curso elemental de derecho civil,
4.
La compli-
ria contra un acto real (no simulado) del causante, efectuado con
si hubiera habido
consilium fraudis,
es decir, si el adquirente
legítima.
44.Afectación
de la legítima
tención.
76 Infra, n? 48.
ciedad con sus hijos, pero efectuando sólo él aportes reales, con-
tiempo indefinido.
Por esa vía, la legítima del hijo cuyo padre tenía en vida
tituto.
78 Jorge S. Fornieles, La protección de la legítima en las sociedades
acogidas al impuesto sustitutivo a las herencias, "E.D.", t. 31, ps. 1039 y SS.
lidades internas.
disregard",
como apócope de
"disregard of
legal entity"
que implica
o
"to lift the curtain")
dad
terceros".
La trasferen-
de la persona jurídica
disregard,
dudosa como
las sociedades comerciales, "E.I3.", 14-871; Marzoratti (h.), La teoría del "dis-
legítima.
socios".
(arts. 961
ss.
simulación relativa:
una sociedad anónima, con todos sus bienes, entre él y sus hijos,
en el estatuto; si no existe
affectio
exclusivo
titular; etc.
de simulación absoluta.
rrara 83 —quien negó tal posibilidad—, hoy día los autores acep-
ción de que han sido cumplidos los requisitos legales (en las so-
2.
Simulación relativa.
(art. 955).
125 y SS,
84 Borda,
Parte general,
85 Ob. cit.
dades, etc.
por su disolución.
catoria.
dulentos,
acciones. Veamos:
con opción a cuatro años más y con opción de compra por tres
Civil.
cación.
en forma simulada.
antes.
c)
presentación.
del Uruguay, del 9 de febrero de 1979 9°, hizo lugar a la acción enta-
titutivo de la sociedad.
legítima.
ción no podrán ser demandadas por los herederos forzosos que hu-
tengan designada por ley una porción legítima" 91. La norma, to-
mada del art. 918 del Código francés, comprende dos aspectos,
El
eionables (art. 3476). Con ello se logra la igualdad entre los legiti-
testamento.
La presunción
iuris et de iure
mejora 92.
El heredero
92 Ripert y Boulanger,
vol. 2, p. 253.
igualdad y la colación con fines de reducción. El caso del art. 918 del Có-
entre los coherederos, la fórmula legal [se refieren al caso general de do-
del donatario.
Se reduce la cuota hereditaria, sin necesidad de re-
A, B y C,
deja una
relicturn
más
A, B y C
tienen, en
ven dismi-
C,
este caso,
A y B,
de
C,
con 480 y
AyB
le redujeron a
C,
de su porción
de
400, la
bió como donatario encubierto. Esta operación tiene por fin de-
de la cuota hereditaria de
in fine).
La
libre disposición
y,
para así dejar a salvo la legítima 94. Un causante con dos hijos,
Ay
B,
será
B,
favor
de
Ripert y Boulanger 95—, para que queden obligados por ese reco-
96 Jorge O. Maffía,
Colación de deu-
das,
del causante.
nada más.
lo contrario.
en la reserva de usufructo.
102 Fornieles (n? 140) y Zannoni (n? 1025) consideran, al contrario, que
nada por la ley una porción legitima. La razón es obvia, pues los
herederos que no son forzosos no pueden reclamar la colación.
ejercible
erga omnes
A)
el donatario.
Partiendo
ción. Incluso, tal donación debe ser válida para que la reducción
condictio iuris:
el no ser inoficiosa.
104 Guastavino,
"LA.",
Doctr., 1973-111.
negocio en sí".
con el dominio revocable al cual_ se refieren los arts. 2661 a 2672 106.
ex nunc,
ex nunc,
a dife-
donación.
rentes efectos que ellas suponen. Por eso es más preciso utilizar
la reducción implica.
ineficacia,
sentido más propio, significa —como dice Betti 108-- que en el ne-
consideramos.
niente.
Relativa,
pero es válido para los demás. Por efecto de esa ineficacia, el acto
sobreviniente,
a pos-
teriori,
en principio, retroactiva.
tínez Ruiz 110, quien, al analizar la obra del francés Daniel Bastián,
B)
rio.
t. 2, p. 631.
en especie.
la legítima.
legítima.
La
surgió la
actio ad sup-
plendan legitimain,
de la su parte legítima".
Corres-
como pars
hereditatis
o como
pars bonorurn.
mos citar a Joan Matienzo, Andrea Angulo, etc. Este régimen debe
rario de su porción.
Esta posi-
enseguida analizaremos.
cipal sostenedor.
1. Donaciones a extraños. Al decir que el donatario tiene la
la acción de reducción.
ponga una excepción, sino que enerva el efecto propio del princi-
trasentido.
namiento de la institución.
la pars bonorum.
pero en ese caso —que nadie discute— el resultado estará dado por
como tal, pero nada impide que valga como acto oneroso en que
para que ese exceso valga como acto oneroso en el cual hay que
niza con el art. 1857, según el cual "los terceros pueden impedir los
art. 3955. Con razón dice Borda 117 que no hay ningún motivo de
lógica o de equidad que explique por qué los extraños deben res-
c.
3601, 3697).
En el fondo de la solución propuesta por Fornieles subyace
dos, los herederos o legatarios han enajenado los bienes del caudal
inmuebles.
118 Pérez Lasala, Derechos reales y derechos de crédito, Bs. As., 1967,
p. 38.
distinción.
Cuando el dona-
legítima.
Cuando la do-
tud del acto anulado, quedan sin ningún valor y pueden ser recla-
o anulable".
Des
donations, t. 1,
art. 1051, por dos razones principales: 1) Toda donación lleva implí-
guiente:
120 Guastavino,
La protección...,
ps. 93 y ss.
n? 998.
16/11/72, en especial
de
Derecho Civil.
mitente".
a contrario sensu,
ceptos civiles.
del donatario.
posición de Bibiioni.
lesionada".
de terceros.
(pars valoris).
en
y de mala fe.
quirente.
cusión de sus bienes" 125. El art. 563, l parte, del Código Civil
125 La ley francesa del 3/7/71 prevé el caso de que no se pueda ejercer
principio.
ex tunc,
es decir, retroac-
tivamente.
tario 229.
58.Aumentos y mejoras.
del
ejercicio de
2441).
(art. 584). En ese caso, como dice Borda 130, el principio de res-
gítima.
61. Frutos.
postura de Dernolombe).
III.
Acción de preterición
65.Efectos de la preterición 96
de la partición 104
79.Prescripción 105
80.Efectos de la acción 105
IV.
la herencia 112
90.Reconciliación 113
sucesorio 117
V.
parientes en el testamento
En efecto:
sión hay que relacionarla con el art. 3600, que permite adquirir
timarlo.
terición. Esto es así porque el art. 3715 tiene como fin defender
tables a la legítima.
todos los herederos forzosos, sea que vivan a la fecha del testa-
los donatarios.
cruz 137- debe ser tal que demuestre que el causante ha tenido en
testamento.
a título de socio.
cado desde que contrae las nupcias, por aplicación del art. 3826.
El legitirnario —cónyuge-- tendrá la acción de nulidad o revocación
pars
bonorurn.
nece-
sitaba
de la preterición.
terición:
al causante;
c)
reducción.
67. Preterición errónea: nulidad del testamento.
preterición intencional.
no 139, tomó cuerpo en la Edad Media por obra de Bartolo 140, quien
al comentar la
Authentica
denominaba
"facta scienti", y
"hecha
ab ignorante".
pañol, por varios autores, como Antonio Gómez y Luis de Molina 141,
141 Antonio Gómez, Opus praeclarum super legibus Tauri, lex ¡II,
ma—, dice que "a! atribuir la ley el mismo efecto a ambos tipos de
de personas extrañas".
3715, sino del art. 3832, que dice: "Toda disposición testamentaria
fundada en una falsa causa (...) queda sin valor alguno". De ahí
dente que el caso escapa a la regla del art. 3715, y que hay que
rino, etc,146.
rón contaba el caso del soldado de cuya muerte llegó falsa noticia
grave error.
la
institución hereditaria,
Derecho suceso-
Preterición de herederos
legítimos legitimarios,
cide con la del art. 3826, que impone la revocación total del testa-
natural".
de la legítima.
70.Juez competente.
La acción de reducción por preterición debe ser tramitada ante
tido 147.
71.Sujeto activo.
72.Sujeto pasivo.
los donatarios.
148
Supra,
n? 64.
149
Supra,
n? 53.
ACCIONES DE PROTECCIÓN DE LA LEGÍTIMA 103
expediente sucesorio.
sensu, lo siguiente:
plemento.
legítima.
en el proceso sucesorio.
las deudas.
a la aprobación de la partición.
reajuste.
su testamento.
es de 10 años.
78.Carga de la prueba.
79.Prescripción.
cual prescribe a los 10 años (art. 4023, párr. 19). La nota del art.
la legítima.
80.Efectos de la acción.
justa como "la facultad del testador por la cual priva a los legiti-
Barcelona, 1963, t. 5,
vol. 3, p. 211; Puig Peña, ob. cit., p. 413; José Castán Tobeñas,
Derecho civil
la desheredación.
guna causa.
desheredados.
Derecho de
sucesión,
Bs. As., 1957, 119 16; Fornieles, n9 221; Lafaille, n9 132; Zannoni,
n9 193.
y Borda).
la posición del hijo con mala conducta pudiera ser sancionada con
La naturaleza de disposición
mortis causa
3745, 2? parte, dice en este sentido: "La que se haga sin expresión
do:
a)
b)
c)
si,
3.
Aunque el
Código nada dice al respecto, hay que llegar a esa conclusión por
institución.
A)
Según el
cendiente.
muchas veces producen más daño estas últimas que las primeras.
causante 151.
B)
Según el
del testador".
a priori,
en forma provisio-
iuris
tantum,
(art. 3746, in
fine).
debe reconocer:
a)
c)
acción subrogatoria;
d)
A)
siguientes:
inter vivos
sólo pueden
el Código
159.
3749).
B)
material de la herencia.
tinguir lo siguiente:
A)
El efecto principal de
in fine).
B)
90. Reconciliación.
heredación ya hecha".
ofensor.
le corresponde al desheredado.
ha sido probada.
ble en vida.
162 Segovia, p. 611; Lafaille, n° 134; Llerena, t. 10, p. 153; Borda, n? 179.
del proyecto español (arts. 660, 667, 668, 672, 674, 673 y 670).
concepto y terminología.
163 Es interesante destacar que el art. 851 del Código español, también
inspirado en el art. 669 del proyecto de García Goyena, introdujo una radical
reducción".
de la legítima.
de la excepción.
95.Juez competente.
96.Sujeto activo.
heredado injustamente.
heredación injusta.
97.Sujeto pasivo.
legatario o donatario.
sucesorio.
rrespondiente ampliación.
redado.
de la acción.
desheredado.
que es
de
10 años.
102.Renuncia de la acción.
103.Carga de la prueba.
considerarla injusta.
injusta.
104. Prescripción.
105.Efectos de la acción.
acción de complemento.
106.Ámbito de aplicación.
templa el art. 3536, que dice: "La partición por donación o tes-
recho francés, sin ser consecuentes con él. El art. 1078, párr. 19,
el art. 887, párr. 29, Código francés). El art. 1079, párr. 19, com-
in
fine).
a supuestos iguales.
a)
la acción de rescisión
b)
anterior".
que le otorgan los art. 1059 y ss. del Código Civil. "Confirmación"
acción de reducción.
la
acción de rescisión.
esta conclusión:
a)
b)
que la
acción por rescisión es un remedio excepcional, mucho más grave
mente 165.
CAPtrui.o II
ACCIÓN DE COLACIÓN
I. Introducción
terceros 149
II.
Acción de colación
135. La acción
de
140.Prescripción 164
ción
de
reducción 183
CAPITULO II
ACCIÓN DE COLACIÓN*
I. INTRODUCCIÓN
"conf ero"
que
Esta colación
pensación por ello. Ese pacto no tiene valor. Por eso el heredero,
b)Colación de deudas.
canismo.
Supone la imputación de la
cionado.
3476. El primero
de
relic-
turn,
relictum
es un
del
donatum,
donatum
quien colaciona sea heredero forzoso (el art. 3476 habla, en este
1 José Luis de los Mozos, La colación, Madrid, 1965, p. 151, define la co-
lación como "la obligación que tienen los herederos forzosos que concurren a
recibido por donación de éste, con objeto de igualar sus porciones hereditarias
(art. 8, ley 14.367). Hoy día, pueden concurrir los hijos con la
3571, ley 23.264); pero uno de los ascendientes sólo tendrá un cuarto,
de la colación.
(relictum
(donatum).
a)El
relictum
disposición.
El
relictum
relictum
no podemos sumar el
relictum
y el
donatum
de las donaciones.
habrá colación, pues ésta sólo actúa cuando hay algo que repar-
b)En cuanto al
donatum,
c)
relictum
4
Infra,
parágr. 118.
a)
cia. De ahí que las donaciones colacionables estén libres "en cuanto
C,
y un cau-
ción a
heredero
por 2.
de
ponde por las deudas del causante con los bienes heredados; la
ditario.
ni con los bienes que el difunto haya dado en vida a sus cohere-
coherederos, si los hubiera; como tampoco con los bienes que hu-
debe responder con sus propios bienes, entre los cuales están in-
nio particular,
b)
relic-
tz,tm
A, B y
C,
valor de 6. El
relictum
es de 18: el heredero
recibirá 18, el
18 y el C 12 (18 menos
1,5, y el heredero
por 1.
en especie o
in natura y
Supra,
parágr. 7.
El sistema
de colación
in natura
de
un efecto
revocatorio
ex lege, y
ditaria 8.
ipso iure
un despla-
droit coutumier,
y de ahí pasó al
en materia de inmuebles.
in natura,
ex lege, y
tema
de
8 Messineo, t. 7, p. 422.
los valores
relictum
11 Vallet, p. 582.
t. CXI, 2? semestre, 1907, ps. 140 y ss., ha sostenido que cuando hay bienes
relictum
y
del
donatum".
bre el
reliclum
más el
donatum.
relictum
y del
donaturn".
A,
By
C, al último de los cuales, C, le ha donado en vida un bien por
dal relicto el
donatum,
relictum,
dirán por partes iguales el resto de los bienes relictos, que su-
man 36 (48 menos 12), quedando cada uno con 18. Por esta
13
recibirán cada
tonces su justiprecio".
in natura
en el acto de la donación.
en especie o
in natura,
15 Vallet, p. 584.
16 Lacruz, p. 582.
"J.A.", 1975,
imputación".
de la legítima.
relictum
líquido más el
donatum.
El
relictum
relictum
líquido y el
donatum;
pero el
relic-
tunt
relictum
Lasala, t. 1, p. 717.
donaturn
tampoco
el caudal relicto.
de
del
relictum
líquido y del
donatum,
A)
de
los
21 Lacruz, p. 567.
iguales.
B)
iguales.
digo Civil argentino aceptó como única forma la colación por im-
la liberalidad.
términos amplios del art. 843 del Código francés, que no distingue entre suce-
23 Fornieles, n? 321.
25 Borda, n? 653.
del donatario.
de valor.
trina española: Roca Sastre, Lacruz, De los Mozos, Puig Brutau 31.
28 José Morrel y Terry, Colación especial exigida en el art. 1035 del Código
1964, t. 5, p. 665.
nada.
o sea, to-
32 Fornieles, n° 302.
imputación.
En efecto: como dice De los Mozos 38, hay una relación ínti-
da en nuestro derecho.
Barassi,
p. 430; Cicu,
c)
relictum.
in natura,
sino la colación de
valor
de la atribu-
en
blecía que para fijar la legítima, "al valor líquido de los bienes
testador al tiempo en que las hizo". Esta norma fue aplicada por
de
civiles (Código Civil alemán, art. 2055, párr. 2?; Código Civil espa-
ñol, art. 818; Código Civil brasileño, art. 1792; etc.).
a)
nero.
miniales o crediticios.
viera que colacionar el bien donado implica una deuda del cola-
cionante, ésta sería una deuda de valor y no quedaría compren-
dinero.
de ese criterio cuando resulte más equitativa otra solución (p. ej.,
po de la partición.
hayan ocurrido por culpa del donatario o por caso fortuito. Siem-
rectamente del art. 3477, párr. 2?, cuando, después de decir que
El art. 1045, párr. 2?, del Código Civil español, en el cual sólo
de colación
in natura,
por obra suya o por su culpa (art. 863, ley del 3/7/71) . En el mis-
art. 748, párr. 39, que el donatario está obligado por los deterioros
lación originaria
in natura—
in natura.
donatario, sin atribuirle ningún derecho sobre la cosa que los pro-
duce.
Esta
favor del heredero forzoso, caso que será viable en los predios rús-
inc. 8).
redero".
(n? 516).
De
45 Aubry y Rau, p. 631, nota 47; Ripert y Boulanger, ob. cit., p. 865, n? 2901.
del donatario".
culpa o sin culpa del donatario. Pero tales normas no son aplica-
guiendo las pautas del art. 744 del Código italiano, que la cosa
ción del art. 3477, y menos que la solución que proponen se ajuste
al fundamento de la obligación de colacionar ni al mecanismo
heredero.
de
usufructo 48.
ble. Dice así: 'El padre v la madre, o ambos juntos, pueden ha-
de legítima—,
a contrario sensu,
47 Vallet,
Zannord, n9 46.
Infra,
parágr. 126.
48
Supra,
parágr. 46;
infra,
parágr. 126.
blico (art. 1036, Código español; art. 2050, Código alemán; art.
737, Código italiano; art. 1789, Código brasileño; art. 776, Código
peruano; etc.).
La llamada
colación de deudas
consiste en la imputación,
valor.
a la masa.
ellos.
en su mecanismo.
base falsa, cual es considerar que los créditos que el causante tenía
ser en parte lo uno y en parte lo otro. Decir que las deudas que
puede, y con mayor motivo, afirmar que toda deuda que el here-
dero forzoso tenga con su causante no sea más que una especie de
forzosos, sino entre todos los demás herederos, y aun entre co-
pagar su deuda según las regias del pago (art. 3356). En cambio,
SO Messineo, t. 7, p. 433.
ellos tendrán una especie de privilegio frente a los acreedores del coheredero
deudor.
imputación.
herederos forzosos,
B,
de 400. A su muerte, deja dos coherederos,
C,
tiene facultad
en contra
le corres-
ponderán 300, y a
C,
pue-
les corresponderán
de 200, el cual
deberá ser prorrateado con los créditos que puedan tener los
acreedores de
B.
b)
en Italia, Polacco, ob. cit., t. 2, p. 309; Coviello, Delle successioni, Napoli, 1935,
1943, n'? 222; Guastavino, ob. cit., ps. 140 y SS.; Ricardo S. Catapano, La cola-
argumentos:
2)El art. 3469 dice que "el partidor debe formar la masa de
deudas. Dice así el precepto: "La deuda que uno de los herede-
confusión.
131.Concepto y caracteres.
de
lugar 6°.
laceo 61-, que la acción de colación sea ejercida por un solo he-
133.Juez competente.
Según el art. 3284, inc. 1, ante el juez del sucesorio deben ser
de aplicación el inc. 2.
A)
herederos.
ordene la colación.
incluyendo al coIacionante).
63 Barda, ns' 58; Lafaille, rls' 82, etc. C.S.N., 17/10/38, "LA.", 64-28; C.Civ.
oficio 64.
por cinco días, se deberá notificar a las partes (art. 724, párr. 1?,
operaciones.
expresa que "el partidor debe formar la masa de los bienes he-
el
relictum
ría por diez días (art. 731). El trámite de la oposición está pre-
particionales.
en el proceso sucesorio.
las hijuelas.
B)
pediente sucesorio.
relictum,
deberá ha-
del
donatum,
tres hijos,
A, B y
reclamante:
Relictum,
48, más
donatum,
ro reclamante.
Relictum,
en este caso, sin necesidad de hacer dos masas, sino una sola, con
relictum
más el
donatum
(48 más 6
en la reunión del
relictum,
relicturn
en el proceso sucesorio.
En la práctica,
relictum
do-
naturn,
el valor de lo donado.
de la partición.
que se halle.
En el caso de reajuste de la partición, la sentencia debe or-
A, B
ción dio a cada uno bienes por 16. Después se descubre la do-
138.Renuncia de la acción.
luntad de renunciar.
A contrario sensu,
si se conoce la
139.Carga de la prueba.
La prueba
de
en
la ley.
partición.
140.Prescripción.
La acción de colación es una acción personal cuyo término
66
Supra,
parágr. 27.
141.Sujeto activo.
Este principio surge del art. 3478, P parte, que dice: "La co-
de heredero forzoso.
Hay que determinar en qué momento deben tener la calidad
donatario 70.
ne 662.
puesto en el art. 1832, inc. 1 (art. 16, Cód. Civil), el cual establece
una teoría que llamó "teoría del ciclo sucesorio", según la cual
supuestos:
de la colación.
b)
75 Zannoni (n? 761), siguiendo a Lafaille, opina que "si los bienes que-
te del causante; el legatario es tal a partir del deceso del causante. El acree-
den ser cumplidos más que con el monto de los bienes pertene-
rio del quinto tendrá lo que éste importe sin agregarle la dona-
que sea su origen. El legado es extraído del caudal hereditario tal como fue
cipio de que el legado debe set extraído del caudal relicto, que es el exis-
ción sea con beneficio de inventario o sin él. Además, hay que consignar que
76 Conf.: Fornieles,
n?
310.
ros forzosos.
tinianeo y que es, por otra parte, la que mejor se adapta al funda-
recho francés, lo sigue el Código Civil suizo (art. 626, párr. 19).
tes el Código Civil alemán (art. 2050), el italiano (art. 737), el por-
vivos hecha a una persona que concurre a la sucesión legítima del donante,
1007), etc.
mente el art. 3355, en perfecta armonía con el art. 3353, que juzga
dignos
(art. 3481).
79 Borda, n? 651.
n° 657; etc.
de
estar ello prohibido por el art. 1807, inc. 1, las donaciones que se
dero, la nuera viuda sin hijos, que recibe una cuarta parte de
colacionar. Ahora bien: para que sobre ella pese esa obligación,
84 Pérez Lasala,
Derecho de sucesiones,
servara viuda y cumpliera las demás exigencias del art. 3576 bis,
85 Ibídem, t. 1, n9 205.
vocación que hace del art. 675 del Código Civil, parecería que el
colacionar.
de
ción que la ley acuerda a los padres sobre los bienes de sus
legislado la institución.
tes, según el art. 3749, no van a recibir más que la legítima, y eso
hijo o cónyuge.
tuto de la colación.
y
el heredero
entre vivos", que se da, según el art. 1789, "cuando una persona,
de
sonal desinteresado, y,
en
verlas por las reglas que se expone en el título "De las dona-
ciones".
c)
supuestos:
a)
colación de deudas;
19)
los intereses del dinero 9°.
150.Donaciones nulas.
de actos onerosos.
de
C.) Una tesis intermedia sostiene que hay que tener en cuenta
mejora.
dada
153.Donaciones remuneratorias.
de servicios recibidos".
so; por esa razón no son colacionables. Ahora bien: este prin-
duda
legislador.
ma
de
99 C.CiV. 1n Cap., 2/10/39, "JA.", 68-95: Martínez Ruiz, nt' 208; Borda,
riP 675.
100 "LA.", 68-95.
tos, "JA.",
68-743.
priori
estudio.
ejercicio de algún arte. Los gastos que los padres hagan para
económica 104.
Los inmuebles, por grande que sea la fortuna del causante, siem-
103 Fornieles, n° 337; Acuña Anzorena, ob. cit., p. 743; Borda, n? 671; etc.
su exigibilidad.
y de la acción de reducción.
4.
de su legítima.
B,
A
podrá ejercer la acción de reducción contra
Si el legado ex-
B,
la suma
3.
gado).
A y B,
de
B,
zosos.
B,
un
se quedará ínte-
CAPITULO
I. Introducción
Acciones de nulidad
164.Jurisprudencia 194
III.
169.Enumeración 197
171.Prescripción 198
175, Error
sobre
sobre
185.Prescripción 212
188.Prescripción 214
IV.
189.Enumeración 214
190.Principio
de
igualdad 215
192.Prescripción 216
195.Prescripción 219
199,Prescripción 222
L INTRODUCCIÓN
go Civil.
a)
Derecho de sucesiones,
vol. I. p. 646.
2
Derecho de sucesiones,
b)
in fine,
Cód.
Civil.)
in fine,
1. Partición extrajudicial.
17.711, dice: "Si todos los herederos están presentes y son capa-
de
formado por la ley 17.711, dice, con toda claridad, que deben ser
herencia...".
El art. 698 responde a las exigencias del art. 3462 del Código
conformidad.
698, párr. 29, del Código Procesal expresa que "en este supuesto,
extrajudicial.
Esto
ción de testamento (art. 698, párr. 19, Cód. Proc. Nac.). Pero,
insistimos, esta partición sólo puede ser viable si todos los here-
2.
Partición mixta.
de
la sucesión,
como parece surgir del art. 1184, sino que se necesita la aproba-
El art. 726, párr. 19, del Código Procesal prevé esta partición,
art. 3465 del Código Civil. Dicha norma expresa: "Las particiones
la división privadamente".
La partición judicial entra de lleno en las exigencias del pro-
731 y 732).
disponer que ante el juez del último domicilio del causante de-
de acto jurídico civil y el de acto procesal. Por eso les será apli-
gada material.
preclu-
do:
a)
b)
a)
inc. 2).
ulterior de nulidad.
precisas.
por la vía del incidente o del juicio sumario (arts. 725 y 732),
juicio.
material 9.
t. V, p. 506.
luciones simplistas, sino que éstas deben surgir del análisis par-
nario.
164.Jurisprudencia.
La jurisprudencia no es unánime a este respecto. En una
rederos" 10.
"LA.", 56-778.
Por último, se puede hacer valer la nulidad por vía del inci-
guientes sujetos:
1)Herederos:
3)Legatarios de cuota:
Pue-
precedentemente.
5)
a los acreedores del causante, dado que éstos pueden cobrar sus
pauliana.
narios.
167.Carga de la prueba.
de
pecíficas de la partición.
I) Las
digo Civil (arts. 1041 a 1045), que serán aplicables en forma pura
cuando se trate de la partición extrajudicial. Mediando partición
in fine).
Por ejemplo:
Cuando la
grafos siguientes.
II) Las
causas específicas
de la partición surgen
de
la ley ci-
3) vicios de procedimiento.
169.Enumeración.
ras propias del derecho civil. Serán objeto de estudio los vicios
perjuicio de acreedores.
dor, pero no son ellos los que realizan la partición. Por eso, será
171.Prescripción.
como Segovia 15, quien sostiene que el error no puede dar lugar
del Código francés dice que las particiones pueden ser rescindi-
14 Sucesiones, t. I, n? 289.
p. 520.
mos citar a Cicu 17, quien opina que no hay que excluir la anula-
173.Clases de error.
calidad de la cosa.
in negotio;
in negotio
si un
tades intervinientes.
por cédula a los herederos (art. 724, Cód. Proc. Nac.), quienes
El art. 925 del Código Civil establece que "es también error
sido indiferente.
1956-111-129.
a)
La solución propugnada por Lafaille sólo sería posible si todos los copartícipes aceptaran la partición
complementaria. Bastaría la oposición de alguno de ellos para que la nulidad prosperara. Si el falso heredero hubiera
realizado actos de disposición de bienes inmuebles a título oneroso, el adquirente de buena fe será mantenido en su
adquisición si median las circunstancias que prevé el art. 3430.
2)En el segundo caso —exclusión de la partición—, aparece excluída por error una persona que es heredero. La nota
al art. 3514 del Código Civil menciona especialmente esta causal de nulidad de la partición. La jurisprudencia es
unánime en este sentido.
La exclusión mediante partición judicial se traduce, en principio, en la no intervención del heredero excluido en el
proceso sucesorio, lo cual provoca la nulidad de la partición .
b) El error en la persona civil se manifiesta como error en el parentesco. El parentesco viene a ser una cualidad
sustancial del copartícipe, que puede gravitar decisivamente en la partición, tornándola nula. Supongamos, por
ejemplo, la sucesión de un hermano que deja como herederos a hermanos de vínculo simple y de doble vínculo (art.
3586, Cód. Civil). Si por cualquier circunstancia se produjera un error que considerase hermano de doble vínculo a
quien lo es de vínculo simple, la partición sería nula, porque aquél recibiría doble porción de la que le corresponde.
Si los otros herederos hubieran conocido la realidad del parentesco, no hubiesen conformado la partición.
Estos dos supuestos de nulidad (a y se pueden dar tanto en la partición extrajudicial (y mixta) como en la judicial. Si
en esta última hubieran sido cumplidas las etapas procesales (aprobación del inventario y avalúo y de la partición, e
incluso la homologación judicial), el ejercicio ulterior de la acción de nulidad sería totalmente viable y la nulidad
prosperaría. Se trata de circunstancias referentes a los "presupuestos" de una partición válida que, al no darse,
acarrearían su nulidad. Pensemos en que la partición no es un medio, en estos casos, para el conocimiento del error,
por lo cual éste puede ser invocado ulteriormente.
Este error es contemplado por el art. 927 del Código Civil, y versa no sólo sobre la identificación del objeto
considerado en su individualidad o en su especie, sino sobre su cantidad o extensión, o sumas. En el primer supuesto
se habla de "error in corpore", llamado también "error obstativo o impropio", porque impide la formación del acto,
que se torna inexistente.
a) Cuando el error versa sobre la identificación del objeto o de su especie, cabe distinguir, a estos efectos, la
partición extrajudicial y la partición judicial:
En el ámbito de la partición extrajudicial, el error que versa sobre la identidad del objeto se puede presentar cuando
el heredero cree que se le adjudica un inmueble determinado y, en verdad, se le adjudica otro. El art. 3550, inc. 3,
prevé un caso de nulidad de la renuncia a una herencia cuando, por error, la 23 C.C11/. 2"! Cap.. 2714/38, 'JA.", 62-
143; "L.L.", 21-1207, rr 86.