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8 Los textos contenidos en esta publicación conforman una ajustada selección de
ensayos de investigación, teoría y divulgación, elaborados en los últimos veinte
9

PRESENTACIÓN años. Se focalizan en una de las áreas de trabajo en las que me especializo y que

PRESENTACIÓN
de alguna manera me identifica como investigador y ensayista: las artes tecno-
lógicas, electrónicas, mediáticas. Un terreno que todavía no ha sido definido
por completo, pero que sin embargo, es uno de los más atractivos para la teoría
estética de los últimos años.
En efecto, las transformaciones sociales, políticas y culturales que inducen las
tecnologías actuales han determinado el interés por comprender en profundi-

ELOGIO DE LA LOW- TECH


dad la historia y el presente de la singular relación entre arte y tecnología. Aun-
que ésta no es reciente, lo cierto es que su estudio sistemático comienza hacia
la década de 1990, cuando las computadoras (y luego la Internet) comienzan a
poner de manifiesto el rol ineludible que la tecnología aspira a tener en todas
las áreas de la vida humana. Desde ese momento, se verifica una explosión en la
aparición de bibliografía sobre este ámbito de la creación artística que se sostie-
ne hasta el día de hoy. Sin embargo, todavía existen experiencias, producciones
y artistas claves en la historia del arte tecnológico que no han sido suficiente-

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


mente estudiados, o que permanecen ocultos en un pasado aún por revisar.
Este hecho se agrava en el ámbito latinoamericano debido a la escasez de cen-
tros de investigación que sustenten estas pesquisas. La mayoría de los teóricos
que nos ocupamos de estos temas en la región, hemos trabajado de manera in-
dependiente, con apoyos circunstanciales y fuera de los espacios institucionales.
A estas dificultades se suman la poca disponibilidad de archivos sobre la historia
del arte en nuestros países, y la desaparición de gran parte de las obras tecnoló-
gicas pioneras debido a su naturaleza inusual, precaria o efímera.
Los ensayos que integran este libro buscan paliar en parte esta situación ofre-
ciendo un panorama sobre la producción tecnológica pasada y presente en la
Argentina y la América Latina. Se trata de una recopilación de textos publicados
con anterioridad, que en la mayoría de los casos fueron revisados, corregidos
y ampliados. Su organización sigue cuatro ejes temáticos que plantean cuatro
áreas de reflexión y discusión como vía de aproximación a su objeto de estudio.
En los largos años en los que me dediqué a elaborar estos textos, he recibido la
ayuda de numerosas personas a las que me sería imposible agradecer en detalle.
No obstante, algunas menciones son importantes. En primer lugar, agradezco
a Graciela Taquini por haberme introducido al universo de las artes tecnológi-

RODRIGO ALONSO
cas, y a Jorge La Ferla, Laura Buccellato, Silvina Szperling y Jorge Glusberg por
impulsarme a seguir por ese camino. Adriana Rosenberg, Mariano Sardón, Ale-
jandrina D’Elía, Pancho Marchiaro, José-Carlos Mariátegui, Andrés Burbano,
Laura Baigorri, Karla Jasso, Enrique Rivera, Tania Aedo, Muntadas, cada uno
desde su lugar personal o institucional, también fueron claves en este trayecto.
Asimismo, agradezco profundamente a los artistas y a mis colegas por la genero-
sidad de compartir sus trabajos e interesarse y comentar los míos. Sin este ámbi-
to de diálogo y discusión permanente ninguno de los textos que componen esta
publicación habría visto la luz.
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10 Como en el resto del mundo, el desarrollo tecnológico produce consecuencias
decisivas en América Latina. Animados por sus posibilidades, los artistas e inte-
11

BOCETO PARA UNA HISTORIA lectuales de la región plantean la necesidad de transformar la producción cultu-

CAPÍTULO 1 / 01
ral en función de los profundos cambios que se evidencian en la vida cotidiana.

DEL ARTE TECNOLÓGICO EN Así, la tecnología asesta su primer impacto sobre el imaginario social, alimen-
tando utopías artísticas y políticas en los espíritus modernos y vanguardistas.

AMÉRICA LATINA Pero su influencia concreta comenzará con la incorporación de nuevos mate-
riales (plásticos, luz eléctrica, neón) y métodos de elaboración industriales, a
los que sigue la inclusión de medios y soportes tecnológicos (motores, video,

ELOGIO DE LA LOW- TECH


computadoras). Al mismo tiempo, algunos conceptos fundamentales para este
arte (simultaneidad, participación, multimedia, interacción) se van erigiendo
lentamente. Desde la década de 1920 se suceden una serie de experiencias
pioneras que perfilan el futuro del arte tecnológico en América Latina. Esas
primeras manifestaciones se producen de manera aislada; por este motivo, mu-
chas no tienen continuidad y quedan como antecedentes – a veces ignorados,
y otras, curiosos – de una historia todavía por escribir.
Lo que sigue es una aproximación, voluntariamente esquemática, al comple-

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


jo panorama de las manifestaciones pioneras del arte tecnológico en Améri-
ca Latina. Como tal, no pretende ser completa ni exhaustiva. Simplemente,
propone un recorrido a través de algunos conceptos, producciones y prácticas
claves, desde la perspectiva que nos otorga nuestra posición contemporánea.
Esta constelación de experiencias no posee un orden particular. Se la presenta
aquí como la configuración instantánea de una cartografía cambiante y todavía
incierta. Los casos relevados son anteriores a la década de 1980. La elección de
este límite temporal toma en cuenta la difusión generalizada del video en esa
época. Para entonces, la producción tecnológica ya no es un hecho esporádico
sino una vertiente explorada asiduamente en toda la región.

Utopía
A comienzos del siglo XX, la tecnología encarna el motor del cambio social.
Debido a esto, para algunos países latinoamericanos no sólo representa la posi-
bilidad de progreso sino también de emancipación. Muchos discursos políticos
Jacobo Borges. – José Carlos Mariátegui en Perú – y artísticos – el Manifiesto Antropofágico en
Imagen de Caracas, 1968 Brasil, el Movimiento Arte Concreto Invención en Argentina, el Universalismo Cons-

RODRIGO ALONSO
tructivo en Uruguay, el Estridentismo en México –, claves de este momento, sur-
gen al calor de las transformaciones industriales y técnicas. Al mismo tiempo,
el imaginario tecnológico impregna la obra de artistas como Xul Solar, Joaquín
Torres García o Tarsila do Amaral, en las que aparecen ciudades modernas,
máquinas y fábricas. Por su parte, los poetas estridentistas del México postrevo-
lucionario saludan la aparición de la radio y su potencialidad artística y social,
creando poemas destinados a la transmisión a través de las ondas invisibles del
nuevo medio.
12 Nuevos Materiales Joel en Santiago de Chile, y Leonor Rigau en Mendoza (Argentina), construyen 13
El crecimiento industrial introduce nuevos materiales en el mercado y los ar- máquinas productoras de efectos lumínicos: los primeros a partir de la difracción
tistas experimentan con ellos. Los plásticos en general, y el plexiglás en parti- de la luz polarizada (Abstractoscopio cromático, 1960); la segunda, mediante la com-
cular, comienzan a aparecer con asiduidad en las obras hacia 1940. En Buenos posición de rayos de luz coloreada (Máquina de color-luz, 1959-1965).
Aires, Gyula Kosice realiza sus primeras
piezas con neón en 1946, y poco después,
crea hidroesculturas: dispositivos con Cinetismo / Ambientes Lumínicos
agua, movimiento y luz. Más tarde diseña El arte cinético incorpora el movimiento real como material estético. Mediante
un hábitat urbano con el mismo principio: motores y otros mecanismos móviles, los artistas enrolados en esta vertiente
la Ciudad Hidroespacial (1947-1960). En Ve- exploran los efectos del movimiento sobre el espectador en piezas que van
nezuela, Gego y Jesús Soto crean ambien- adquiriendo el formato de instalaciones y ambientaciones. En Brasil, Abraham
taciones con alambres de acero inoxidable Palatnik crea pequeñas máquinas y cuadros de tela elástica y traslúcida que per-
y tubos de nailon. Abraham Palatnik utili- miten percibir un juego de luces, color y movilidad en su interior. La chilena
za motores, luces y telas sintéticas en sus Matilde Pérez y el cubano Sandú Darié diseñan obras articuladas y móviles: la
producciones cinéticas. El científico chi- primera incorpora luego la iluminación y el sonido en notables instalaciones
leno Carlos Martinoya se aproxima al arte lumínicas; el segundo, crea dispositivos simples productores de luz para que los
con sus experimentos con luz polarizada, manipulen los espectadores. En Paris, los argentinos Julio Le Parc y Horacio
mientras en Buenos Aires, el arquitecto García Rossi fundan el GRAV (Groupe de Recherche d’Art Visuel) junto a un
Gregorio Dujovny ensaya las propiedades grupo de colegas europeos. Esta
estéticas de los rayos láser. La peruana agrupación se orienta hacia las
Gyula Kosice. Teresa Burga proyecta estructuras de aire investigaciones cinéticas y lumí-
Estructura lumínica MADI, 1946 comprimido (Estructuras de aire, 1970); por nicas desarrollando obras de ca-
su parte, Marcello Nitsche (Brasil) y Agus- rácter ambiental y lúdico. En la
tín Alaman (Uruguay) presentan objetos inflables en la X Bienal de San Pablo. misma ciudad, el paraguayo En-
El suizo-peruano Francesco Mariotti y la argentina Geny Dignac realizan escul- rique Careaga, y los argentinos
turas de fuego. Durante los setentas, diversos artistas trabajan con proyecciones Martha Boto, Gregorio Vardá-
de filmes y diapositivas, video, sensores y computadoras. nega y Hugo Demarco, elaboran
objetos e instalaciones en esta
misma dirección. Por su parte,
Investigación Óptica / Cromatismo Feliza Bursztyn expone Las histé-
El arte óptico (op art) posee un desarrollo extendido en América Latina. En sus ricas, un conjunto de esculturas
manifestaciones, el desplazamiento de los observadores frente a las obras induce metálicas que se mueven con
la ilusión de transformación y movimiento. Este efecto se logra por un estudio Abraham Palatnik. motores de tocadiscos, en la
Objeto cinético C, 1969
preciso de las propiedades cromáticas, la composición plástica y la percepción muestra Espacios Ambientales (Bo-
humana. Entre muchos otros, investigan en esta línea: Luis Molinari y Estuar- gotá, 1968). Ese mismo año, en
do Maldonado (Ecuador), Omar Rayo (Colombia), Luis Humberto Díaz (Gua- México, Lorraine Pinto exhibe Quinta dimensión (1968), una escultura cinética
temala), Iván Freitas, Antônio Maluf, Yutaka Toyota y Mauricio Nogueira Lima con luz y sonido; su coterráneo Federico Silva explora estas mismas propieda-
(Brasil), Rudy Ayoroa (Bolivia), Rogelio Polesello, Ary Brizzi, Eduardo Mac En- des en sus obras. El chileno Alejandro Siña, en trabajo conjunto con su esposa
tyre, Miguel Ángel Vidal y Carlos Silva (Argentina), Alberto Dávila, Ciro Palacios Moira, construye exquisitos espacios poblados por líneas de luz obtenidas por
y Jesús Ruiz Durand (Perú), Ernesto Mallard, Feliciano Béja y el Grupo Arte el uso de tubos de neón muy delgados.
Otro (México), Carlos Ortúzar (Chile), Juvenal Ravelo, Alejandro Otero, Marcel
Floris, Omar Carreño, Jesús Soto y Carlos Cruz Diez (Venezuela). Este último Creación Colectiva
explora los influjos del color sobre el espectador en una serie de instalaciones Los artistas tecnológicos trabajan frecuentemente en colaboración. A veces de-
cromáticas monumentales. De manera simultánea, Carlos Montoya y Nahum bido a la complejidad de sus investigaciones (Francesco Mariotti); otras, por-
14 lumínico-cinética para un partido de ping-pong, 1968). Para muchos de estos ar- 15
tistas, el juego posee un potencial liberador, crítico de la autonomía del arte
tradicional y formador de ciudadanos activos.

Sensorialidad
La activación de los sentidos y la superación de la exclusividad de la visión son
objetivos claves para algunos artistas durante la década de 1960. Con sus Objetos
relacionales, Lygia Clark opera sobre toda la superficie del cuerpo del especta-
dor mediante elementos que ejercen distintos tipos de sensaciones: presión,
temperatura, textura, etc. Su compatriota Lygia Pape trabaja con los aromas
y el sabor (Ronda de los placeres, 1968). En Violetas de Parma (1968), un collage
con calcomanías de violetas que incluye aromas de esta flor, un ventilador y luz,
Francesco Mariotti inicia sus trabajos con el olor, que continúa en otras obras.
Marta Minujín crea ambientes blandos para que el público experimente su
corporeidad (La chambre d’amour, 1963; Revuélquese y viva, 1964). Los espacios
Hélio Oiticica. cromáticos de Carlos Cruz Diez indagan sobre los efectos sensoriales del color,
Edén, 1969 mientras las instalaciones de Hélio Oiticica proponen recorridos a través de di-
ferentes materiales (como arena, agua, plantas, telas) en la búsqueda de lo que
que descreen del arte basado en la inspiración individual (GRAV). Romper el artista denominó lo suprasensorial (Tropicalia, Edén, ambas de 1969).
con la idea romántica del genio creador tiene un sentido político, al igual que
la confianza en las posibilidades de un trabajo colectivo que considere al pú-
blico como un verdadero autor (Lygia Clark, Hélio Oiticica, Marta Minujín). Inmersión
Las obras participativas ponen el énfasis en este aspecto. Ellas son el resultado En el deseo por capturar al espectador, las obras van adquiriendo característi-
de la colaboración entre quienes proponen una posible experiencia y quienes cas ambientales. Ya no son objetos para contemplar sino espacios que rodean y
efectivamente la ejecutan. contienen al visitante, verdaderas experiencias inmersivas. En los penetrables de
Jesús Soto, el público atraviesa volúmenes de hilos plásticos y otros materiales
abriéndose paso con su cuerpo. El mexicano Hersúa construye territorios cro-
Participación / Ludicidad máticos transitables, mientras en las ambientaciones lumínicas de los artistas ci-
Las propuestas participativas ponen a prueba la creatividad de los espectado- néticos, las personas son inundadas con efectos de luz. En 1967, Marta Minujín
res, que se transforman en verdaderos coautores. El recurso al juego es una ma- realiza Minuphone, una cabina
nera de incentivar esa creatividad, que no suele dirigirse al saber especializado telefónica que descarga sobre su
sino a las formas de la invención cotidiana. La brasileña Lygia Clark construye ocupante diferentes efectos sen-
dispositivos, objetos y trajes que convierten al público en usuario. Los Parango- soriales de acuerdo al número
lés (1964-1965) de su compatriota Hélio Oiticica son vestimentas inspiradas en discado en su teléfono. En la X
el carnaval que el espectador debe usar. Marta Minujín y Jesús Soto crean am- Bienal de San Pablo, Francesco
bientaciones sensoriales que sólo se completan con la presencia de las personas Mariotti presenta un domo lu-
que las habitan. Los artistas cinéticos desarrollan una protointeractividad al minoso habitable que reacciona
solicitar al público que ponga en funcionamiento sus obras mediante botones al paso del tiempo y al volumen
y otros dispositivos manuales. En Brasil, Mareines Sulamita realiza pinturas con sonoro de su interior, y que simul-
un dispositivo sonoro en su interior que se activa cuando el espectador pasa táneamente genera un entorno
su mano por los bordes de la tela. Los trabajos de Enrique Careaga invitan a térmico y olfativo (El movimiento
los visitantes a participar de juegos conocidos con el fin de activar los efectos circular de la luz, 1969). El uso de
lumínicos de sus instalaciones de pintura fluorescente y luz negra (Proposición proyecciones cinematográficas,
Francesco Mariotti.
El movimiento circular de la luz, 1969
16 diapositivas y sonido aumenta los alcances de la inmersión: ahora los espectadores 17
forman parte de un universo multimedia, expansivo y sensorial.

Multimedia / Hibridación
Hacia la década de 1960, los artistas comienzan a integrar diferentes materiales y
medios en la realización de sus obras generando productos híbridos. El uso de dis-
positivos tecnológicos expande las posibilidades de la imagen y el sonido. Marta
Minujín indaga las consecuencias de las sociedades mediáticas en ambientaciones
que incluyen proyecciones cinematográficas, diapositivas, televisores, telefonía,
emisiones radiales (Simultaneidad en simultaneidad, 1966; Circuito, 1967; Minucode,
1968). Jacobo Borges utiliza numerosos proyectores de cine y diapositivas, pan-
tallas gigantes y parlantes en su mega-espectáculo Imagen de Caracas (1967), una
mirada crítica a la realidad venezolana que causa malestar en el gobierno de la
época. En cambio, en sus Cosmococas (1973), Hélio Oiticica y Neville D’Almeida
construyen espacios lúdicos con música y proyecciones de imágenes. Luis Urías
utiliza proyecciones de diapositivas modificadas en tiempo real para erigir los ám-
bitos de los espectáculos-pánico que desarrolla junto a Alejandro Jodorowsky en
México. Francesco Mariotti, junto a Klaus Geldmacher, exhibe un espacio inte-
ractivo de luz y sonido en Documenta IV (Proyecto Geldmacher-Mariotti, 1968), que
permite la intervención de los visitantes a través de teclados y otros dispositivos de
control. Juan Downey diseña ambientes, esculturas y performances que integran
proyecciones, video, luces y equipos de sonido. Por su parte, el brasileño-sueco
Öyvind Fahlström participa del evento 9 Evenings: Theatre & Engineering (1966),
organizado por Robert Rauschenberg y Billy Klüver, con una pieza que combina
proyecciones, circuito cerrado de televisión y esculturas de espuma.

Simultaneidad
Las piezas multimedia suelen dirigirse al mismo tiempo a todos los sentidos,
con imágenes, sonidos, textos, movimientos y otros estímulos que se presentan
de manera sincrónica. En Buenos Aires, Marta Minujín realiza Simultaneidad
en simultaneidad (1966), un complejo evento tecnológico en el que se filma,
fotografía y entrevista a los participantes, para luego devolverles sus imágenes
y palabras reproducidas en televisores, radios y altavoces. Con su Movimiento
Pánico (1962), el chileno Alejandro Jodorowsky apunta a una renovación de las
artes a través del terror, el humor y la simultaneidad; esto se evidencia en sus
películas realizadas en México. La simultaneidad es una propiedad del mundo
contemporáneo que se infiltra en el arte y la cultura de estos años.

Indeterminación
Al incentivar la participación de los espectadores, los resultados de la experien-
cia artística son cada vez más indeterminados. Continuamente interviene el
Marta Minujín
Simultaneidad en simultaneidad, 1966
18 azar, lo involuntario, lo impredecible, atributos que pasan a formar parte de los mientos: en el primer caso, con variaciones lumínicas (Against Shadows, 1968); 19
valores estéticos de las obras. Esto sucede en las acciones y propuestas participa- en el segundo, con la creación de una composición sonora en tiempo real (500
tivas de Diego Barboza en Venezuela, Lygia Pape, Lygia Clark y Hélio Oiticica Watts, 4.635 KC, 4.5 C, 1967). En la Expo/Internacional de Novísima Poesía reali-
en Brasil, o Alejandro Jodorowsky en México. Las primeras manifestaciones zada en el Instituto Di Tella (Buenos Aires, 1969), Ana María Gatti presenta la
interactivas de Juan Downey, Francesco Mariotti y el GRAV dependen, en gran instalación A propósito de Mallarmé, compuesta por cuatro cabinas de acrílico
medida, de las acciones y decisiones de los participantes. Las obras no poseen que contienen cuatro reproductores de audio conectados a un dispositivo fo-
una forma definitiva, sino que permanecen abiertas y cambiantes en función toeléctrico. El movimiento del público a su alrededor activa secuencias de pa-
de los estímulos del entorno. labras en cuatro idiomas diferentes (español, francés, danés y japonés). Por su
parte, Francesco Mariotti experimenta con múltiples sistemas de interacción.

Desmaterialización
Desde finales de la década de 1950, la conclusión material u objetual de una Arte Informático
obra artística pasa a ser menos importante que su capacidad para activar expe- Las computadoras aparecen en las obras de los artistas latinoamericanos de for-
riencias y procesos. Se produce un viraje hacia las obras efímeras que desapare- mas muy diversas. Marta Minujín utiliza una para seleccionar a los participantes
cen en el momento mismo de su fruición; todo el arte participativo se orienta de su evento hipermedia Circuito (1967), a partir de cuestionarios publicados
hacia la experiencia momentánea antes que a la duración material. La des- en los periódicos. Juan Downey fantasea con la inseminación artificial al dise-
materialización tiene, en muchos artistas (como Clark, Oiticica o Le Parc) un ñar un proyecto de combinación informática de óvulos y semen, basado en el
sentido político: evita que la obra se mercantilice e ingrese a las instituciones análisis de las expresiones fonéticas de los dadores (Selectramate 2, 1968). En
artísticas para el disfrute de un grupo selecto de espectadores. Pero también Buenos Aires, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) organiza la exposi-
se desarrollan prácticas efímeras que apuntan a una autocrítica del propio sis- ción Arte y cibernética (1969), e invita a seis artistas locales a realizar sus primeras
tema artístico. En Lima, Yvonne von Mollendorff anuncia un espectáculo de obras con computadoras. En La Plata, Omar Gancedo realiza poemas a partir
danza, pero cuando el público llega se niega a bailar y en cambio reproduce de las tarjetas perforadas de una IBM. Pero es Waldemar Cordeiro, en Brasil,
grabaciones de audio que describen la danza ausente (Sin título [Ballet verbal], quien investiga de manera sistemática las posibilidades estéticas del ordena-
1970). En la misma ciudad, Teresa Burga proyecta la construcción de una ca- dor, produciendo piezas basadas en la binarización de imágenes fotográficas
bina fotográfica que tome una imagen del espectador pero que la revele sin (A mulher que não é B.B., 1971, entre otras). En 1971 bautiza arteônica (arte +
fijador, haciendo que éste contemple la lenta desaparición de su rostro (Pictures eletrônica) a este tipo de producción.
with a Limited Time, 1970). En 1968, Margarita Paksa presenta en el Instituto Di
Tella de Buenos Aires, una instalación compuesta por la huella de dos cuerpos
sobre arena (hombre/mujer) y un disco Sistemas
de vinilo con los sonidos de una pareja ha- La influencia de las ciencias y la tecnología se pone en evidencia en una serie
ciendo el amor (Comunicaciones). de conceptos adoptados por los artistas. Entre ellos, la noción de sistema ad-
quiere relevancia. En México, Miguel Felguérez propone una creación visual
sistemática basada en la sintaxis combinatoria de un vocabulario de formas
Reacción / Interacción propias con la ayuda de una computadora. Su compatriota Ulises Carrión plan-
La tecnología brinda la posibilidad de esta- tea las bases de una poesía sistemática en el ensayo Textos y Poemas (1973), en
blecer un diálogo dinámico entre las obras el cual asegura que “todo lo que existe son estructuras” y que la metáfora es
y los espectadores. Los artistas cinéticos “el punto de encuentro de dos estructuras”. Algunos años antes, el brasileño
acuden a este recurso: el uso de botones, Wlademir Dias-Pino da vida al Poema-Proceso (1967), derivación “matemático-es-
palancas y otros dispositivos mecánicos pacial” de la poesía concreta, que Edgardo Antonio Vigo toma como punto de
produce la activación y variación de las pie- partida para sus Poemas para y/o a realizar (1969), en los cuales, a través de una
zas. Juan Downey y Margarita Paksa traba- actividad lúdica, el público es invitado a construir su propia obra poética. En
jan con células fotoeléctricas que permiten Buenos Aires, el Centro de Arte y Comunicación organiza las exposiciones Arte
sensar los desplazamientos del público y de Sistemas I y II (1971 y 1972, respectivamente), de las cuales participan nume-
hacer que las obras respondan a sus movi- rosos artistas de la América Latina, entre otros, Bernardo Salcedo (Colombia),
Juan Downey.
Against Shadows, 1968
20 perimental, sus primeras manifesta- 21
ciones en la Argentina a mediados de
la década de 1960 se orientan defini-
tivamente en ese sentido. Marta Mi-
nujín utiliza un circuito cerrado de
televisión en una obra de 1965 (La
menesunda, realizada junto a Rubén
Santantonín), y luego realiza varias
piezas con televisores. David Lamelas
los usa en la ambientación Situación
de tiempo (1967), en la cual exalta las
propiedades sensoriales del ruido
electrónico. Ronald Kay, Catalina
Kay, Parra, Zurita, Balbontín, García. Parra, Raúl Zurita, Juan Balbontín y
Signometría: Tentativa Artaud, 1974 Eugenio García exploran la obra de
Antonin Artaud entre televisores, gra-
Miguel Felguérez. badoras, reproductores de audio y micrófonos inspirados en los trabajos de Wolf
La montaña sagrada, 1972 Vostell (Signometría: Tentativa Artaud, 1974). La mexicana Pola Weiss y el peruano
Rafael Hastings exploran los efectos y las distorsiones visuales del video. En Brasil,
Antonio Dias (Brasil), Rafael Hastings (Perú), Haroldo González (Uruguay) y Letícia Parente y Anna Bella Geiger se inclinan por la videoperformance, un ca-
una decena de argentinos. mino que también siguen los colombianos Raúl Marroquin y Jonier Marin. Hacia
1980 este soporte se populariza en gran parte del continente.

Interfases
Las primeras obras interactivas utilizan dispositivos mecánicos como interfases. Redes
Pero a lo largo de la década de 1960 se desarrollan sistemas más sofisticados. En En la década de 1970, existe un fuerte circuito de arte-correo en América Lati-
500 Watts, 4.635 KC, 4.5 C (1967), de Margarita Paksa, un haz de luz atraviesa na, que en algunos casos surge como alternativa a las censuras de las dictaduras
una habitación e incide en una célula fotoeléctrica conectada a un dispositivo de la época. Clemente Padín en Uruguay, Ulises Carrión en México y Edgardo
creador de sonido; el cuerpo de los espectadores, convertido en interfaz, pro- Antonio Vigo en Argentina se cuentan entre sus principales referentes. La co-
duce música al interferir el trayecto luminoso. En varias piezas, Juan Downey rrespondencia crea una gran red de intercambios donde se pone en práctica la
utiliza medidores de radiación, vibraciones sísmicas, ondas de radar y de radio creación colectiva, al intervenir algunos artistas sobre las obras de otros. Hacia
para modificar osciladores eléctricos; éstos producen sonidos en cintas de au- 1972 comienza a desarrollarse en Chile el Proyecto Cybersyn (sinergia cibernéti-
dio que son interpretados por bailarines en tiempo real (Invisible Energy Dictates ca), un modelo de gestión de la información económica nacional a través de
a Dance Concert, 1969; Electronic Urban Environment, 1969). En Lugano, Suiza, una red tecnológica interconectada. Si bien no se trata de un proyecto artístico,
Franceso Mariotti presenta unos dispositivos electrónicos que responden con constituye un antecedente importante de las redes informáticas como Internet,
luces al ruido ambiente; también pueden, incluso, activarse con los sonidos y un referente para la producción artística tecnológica contemporánea chilena.
corporales del espectador, amplificados por una computadora conveniente-
mente conectada (Be-In alla Flaviana, 1969).
Información
En las sociedades mediáticas, la información no sólo describe la realidad: tam-
Experimentación bién la construye. Con esta idea en la cabeza, Roberto Jacoby, Raúl Escari y
electrónica Eduardo Costa redactan Un arte de los medios de comunicación [manifiesto] (1966),
La aparición de la televisión y el video estimula la investigación de la imagen y para ponerlo en práctica, envían la descripción de un happening inexistente
electrónica. Si bien el uso de estos medios no siempre tiene un carácter ex- a diferentes diarios y revistas; cuando éstos la publican, se concreta la obra
22 artística que consiste únicamente en la información circulante. En Nueva York, filme propio en Film Script (1972): confronta la unidad de la película original 23
Juan Downey realiza encuestas sobre el mundo del arte y exhibe la información con fotogramas transformados en diapositivas que tres proyectores exhiben en
en una instalación interactiva: sin darse cuenta, el público acciona las respues- diferente orden.
tas grabadas y gráficos con los resultados se iluminan en un panel (Informa-
tion Center, 1970). Este mismo año, el Museo de Arte Moderno de Nueva York
inaugura la exposición Information (1970), que incluye trabajos de Gilherme Espacio Público
Magalhäes Vaz, Hélio Oiticica y Cildo Meireles (Brasil), Jorge Carballa, Carlos Los medios de comunicación y la información que vehiculan no pertenecen al
D’Alessio, David Lamelas, Marta Minujín, Alejandro Puente y el Grupo Fronte- ámbito privado ni a las instituciones artísticas, sino a la esfera pública. Hacia allí
ra (Argentina). Esta última agrupación presenta la instalación Especta (1969), se dirigen también los artistas, movidos por el interés de salir de las institucio-
compuesta por una cabina dentro de la cual los espectadores son grabados nes y alcanzar la vida cotidiana.
mientras responden a preguntas de un cuestionario; al finalizar, las grabacio- El mexicano Felipe Ehrenberg y
nes se exhiben de inmediato y públicamente en el exterior. En Santiago de el argentino Alberto Greco seña-
Chile, Lea Lublin realiza Dentro y fuera del museo (1971), un proyecto de inter- lan objetos, personas y procesos
cambio informacional: dentro de la institución se exponen gráficos con datos del espacio urbano y los decla-
sociales; fuera de ella, se proyectan películas sobre el arte y sus protagonistas. ran “arte”. Artur Barrio denun-
En 4 mensajes (1974), Teresa Burga toma fragmentos de programación de la te- cia la dictadura brasileña inter-
levisión nacional y los traspone en filmes, diapositivas, grabaciones y textos que viniendo la ciudad con objetos
los descontextualizan. David Lamelas realiza una operación similar sobre un ensangrentados; Cildo Meireles
inserta mensajes contracultu-
rales en objetos de circulación
masiva, como billetes de dinero
y envases de Coca-Cola (Inser-
çoes em circuitos ideológicos, 1970).
GRAV. Otros artistas salen a la ciudad
Une Journée dans la Rue, 1966
con intenciones lúdicas aunque
no menos críticas, como Hélio
Oiticica, Lygia Clark, Marta Minujín, Alejandro Jodorowsky, Juan Downey, Pau-
lo Bruscky, entre otros. En París, el GRAV instala sus obras en la calle con el fin
de llegar al público general y aprender de las reacciones de éstos a sus propues-
tas artísticas (Une Journée dans la Rue, 1966). Carlos Cruz Diez interviene esa
misma ciudad con sus Cromosaturaciones (1969), cabinas iluminadas por colores
puros que el transeúnte puede habitar momentáneamente.

Telemática
Los medios que permiten conectar distancias, como la radio, la televisión, el
teléfono y la comunicación vía satélite, alimentan la imaginación de los ar-
tistas. Hacia la década de 1920, los poetas estridentistas diseñan obras para
ser escuchadas exclusivamente a través de un emisor radial. Muchas experien-
cias pioneras del videoarte son motivadas por el objetivo de forjar una contra-
televisión, como es el caso de los programas del argentino Jaime Davidovich
para SoHo TV en Nueva York. En Ámsterdam, el colombiano Raúl Marroquín
realiza una de las primeras conexiones interactivas en vivo de dos cadenas de
televisión por cable a través de un satélite. Juan Downey trabaja profusamente
Cildo Meireles.
Inserçoes em circuitos ideológicos, 1970
24 con radio, televisión y medios de comunicación: en Communication (1968), re- 25
produce una cinta de audio y pide a los oyentes que tomen notas; luego, éstos
viajan tan lejos como pueden y a través de walkie-talkies y teléfonos comunican
lo que entendieron al autor. En Three Country Happening (1966), Marta Minujín
planifica un happening simultáneo con Allan Kaprow en Nueva York y Wolf
Vostell en Berlín, unificado a través del satélite Early Bird.

Control
Además de promover el intercambio, las tecnologías de la comunicación están
asociadas con frecuencia a tareas de vigilancia y control. En Circuito (1967),
Marta Minujín conforma tres grupos de personas que se vigilan entre sí a través
de un sistema de radio y circuitos cerrados de televisión. En otras ocasiones, el
control aparece arraigado en el sistema social como poder disciplinario, según
lo estableciera Michel Foucault. Algunos artistas latinoamericanos abordarán
este tema tanto directa como indirectamente, y a veces, en relación con los go-
biernos militares imperantes. En la obra del argentino Luis Fernando Benedit,
los laberintos para ratas, hormigas y otros animales metaforizan el funciona-
miento del orden social. En 1971, Benedit presenta Control electrónico. Laberinto
invisible, un laberinto para personas conformado por haces de luz que rebotan
en espejos; cada vez que una de ellas atraviesa el umbral de luz, un dispositivo
lumínico y sonoro le indica que debe volver al inicio y probar otro camino,
como en las típicas experiencias conductistas para animales.
Luis F. Benedit.
Biotrón, 1970
Ambientes Artificiales
Las instalaciones y ambientaciones de los años 1960s preanuncian las investiga- mente hacia la robótica cuando crea autómatas impulsados por motores; en su
ciones sobre habitáculos artificiales que se desarrollan en los años posteriores. influyente libro, Beyond Modern Sculpture, el teórico Jack Burnham los califica de
A la Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice, siguen las arquitecturas para ani- “seres humanos desprovistos de forma corporal”. Posteriormente, Castro Cid
males y plantas de Luis Fernando Benedit. Este artista construye ecosistemas realiza figuras de aire comprimido motorizadas. En Respiración Circulación [Au-
artificiales dotados de todo lo necesario para que abejas, caracoles, hormigas torretrato] (1968), Juan Downey construye un par de globos que laten al ritmo
y otras especies crezcan y se desarrollen alejados de la naturaleza. Cuando ex- de su respiración y pulso, los cuales se transmiten al espectador cuando éste
pone Biotrón (1970) en la Bienal de Venecia, las abejas que ocupan su interior, apoya sus manos sobre aquéllos.
habilitadas para salir, prefirieren el néctar sintético que emana de las flores
electrónicas del microsistema tecnológico a la seducción de las que crecen en
los giardini. Bio Arte
Para muchos artistas de la década de 1960, el arte es un organismo vivo que
se confunde con el resto de la existencia. En estos años también, comienzan
Máquinas / Robótica a aparecer las primeras obras que incorporan elementos efectivamente vivos.
Los dispositivos mecánicos se encuentran en las artes latinoamericanas desde Marta Minujín incluye conejos y abejas en El Batacazo (1966); Luis Fernando
su incorporación al arte cinético, pero sólo algunos artistas, como Abraham Pa- Benedit trabaja con animales y plantas. Víctor Grippo realiza instalaciones con
latnik, les otorgan una existencia autónoma. En San Pablo, Waldemar Cordeiro papas conectadas a electrodos que permiten medir la energía contenida en
construye un curioso mecanismo con la imagen de una boca que se abre para ellas, como una forma de poner de manifiesto el potencial contenido de Amé-
dar un beso (Beijo, 1967). El chileno Enrique Castro Cid se orienta decidida- rica Latina. Además de su proyecto de inseminación artificial no ejecutado,
26 Juan Downey realiza un conjunto de piezas que involucran plantas abonadas Referencias sobre Jesús Rafael Soto: 27
con Nitrato de Sodio y Potasio o Nitrato de Chile (Chilean Nitrate of Soda Potash, los artistas y las obras Jesús Soto (cat.exp.). Madrid: Centro Cultu-
1971), y un ambiente artificial para vegetales y abejas donde reproduce el ciclo Este ensayo ha sido pensado como ral del Conde Duque, 1998.
vital de la polinización y la miel (Life Cycle: Electric Light + Water + Soil j Flowers un boceto, una suerte de guía para Carlos Martinoya, Nahum Joel, Abstractos-
copio cromático, 1960:
j Bees j Honey, 1971). la construcción de una historia de las Martinoya, Carlos; Jöel, Nahum, “The
artes tecnológicas en América Latina. Chromatic Abstractoscope: An Applica-
Todas estas experiencias constituyen verdaderos hitos de la producción tecno- Por este motivo, no desarrolla la pro- tion of Polarized Light”, Leonardo. Vol. 1,
lógica en América Latina. Cada una a su manera marca un rumbo, aun si su ducción de cada uno de los artistas Nº 2, April 1968, pp. 171-173.
influencia debe esperar varios años para ser reconocida. Las creaciones elec- mencionados ni las características de Maulen de los Reyes, David. “Precursores
del arte cinético en Chile”, Escáner cultural,
trónicas y digitales actuales abrevan en este legado, directa o indirectamente. A cada una de las obras citadas. Para fa- Nº 161, 2013.
nuestro presente corresponde la tarea de restituir los lazos entre estas creacio- cilitar la lectura, se listan a continua- http://www.escaner.cl/pdf/Precurso-
nes históricas y las contemporáneas. ción una serie de referencias que pue- res_del_Arte_Cinetico_en_Chile_por_
den servir para subsanar este hecho, David_F._Maulen_De_los_Reyes.pdf
aunque en algunos casos el material Gregorio Dujovny:
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C.1 / 02
30 Los primeros cruces del arte argentino,
la ciencia y la tecnología
31

EL ARTE ARGENTINO A comienzos del siglo veinte la plástica argentina vive un momento singular.

CAPÍTULO 1 / 02
Un importante flujo migratorio propicia el contacto continuo con el mundo,

Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS y en particular, con el continente europeo. Ese contacto se constituye rápida-
mente en un verdadero diálogo. A la cada vez más importante presencia de los
pintores inmigrantes, que vienen con su oficio aprendido en el extranjero a en-
contrarse con los estímulos de una nueva tierra – con sus personajes, escenas y
costumbres diferentes, enmarcados en otra luz y otros colores – se confronta la

ELOGIO DE LA LOW- TECH


mirada sorprendida de los artistas argentinos que van a completar sus estudios
a Europa, y que descubren en aquellas latitudes todo un ámbito de planteos
estéticos que se van permeando en sus obras, dotándolas de un impulso reno-
vador forjado en el espíritu de las vanguardias.
Emilio Petorutti y Xul Solar conmocionan el ambiente artístico porteño cuan-
do muestran en Buenos Aires los resultados de sus investigaciones en Europa.
El primero incorpora a su pintura algunos elementos del futurismo y el cubis-
mo, estéticas con las que está en contacto más o menos directo durante su viaje.

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


Si bien sus imágenes tienden a ser estáticas y las referencias al mundo maquíni-
co – caras al futurismo – suelen estar ausentes, su composición se revela como
el resultado de una mirada analítica, propia de un acercamiento racional antes
que intuitivo al mundo. Las obras de Xul Solar, por el contrario, prefieren
la perspectiva lírica. Pero en ellas, ciertas arquitecturas, máquinas voladoras
y complejas estructuras mecánicas hablan de un universo forjado al calor del
avance tecnológico.
Estas referencias a los ámbitos científicos y técnicos son ciertamente tímidas
en sus obras. En cambio, no lo son en el pensamiento del grupo de artistas
concretos que hacen su aparición hacia mediados de la década del cuarenta. El
Manifiesto Invencionista que firman en 1946 establece con claridad: “La estética
científica reemplazará a la milenaria estética especulativa e idealista. Las con-
sideraciones en torno a la naturaleza de lo Bello ya no tienen razón de ser. La
metafísica de lo Bello ha muerto por agostamiento. Se impone ahora la física
de la belleza”.1
Las referencias a la ciencia – y a la física, en particular – en el programa del gru-
Xul Solar. po se traducen formalmente en una exaltación de las estructuras geométricas
Vuel Villa, 1936 y matemáticas. Como en sus pares europeos, el recurso a una estética científica

RODRIGO ALONSO
intenta drenar de las obras toda marca individual, en pos de una producción
de pretendida proyección social. Esta base científica/matemática se mantiene
en las agrupaciones que surgen pocos años después con un espíritu similar: el
perceptismo y el arte Madí. Dentro de esta última nacen las primeras experien-
cias específicas de arte tecnológico.
En el Manifiesto Madí se establece: “Se reconocerá por Arte Madí la organiza-
ción de los elementos propios de cada arte en su continuo. En ello está con-
tenida la presencia, la ordenación dinámica y móvil, el desarrollo del tema
propio, la ludicidad y la pluralidad como valores absolutos, quedando por lo
32 tanto abolida toda injerencia de los fenó- 33
menos de expresión, representación y sig-
nificación”.2
Con estas palabras se declara la intención
de producir un arte de “ordenación diná-
mica y móvil” independiente de la “expre-
sión y representación”, es decir, un arte
que incorpore el movimiento, no ya como
imagen sino como realidad concreta. Así
se aclara en los párrafos siguientes del mis-
mo texto: “La escultura madí, tridimensio-
nal, no color. Forma total y sólidos con ám-
bito, con movimiento de articulación, ro-
tación, traslación, etc. La arquitectura madí,
Gyula Kosice.
ambiente y forma móviles, desplazables”.3
Royi, 1944 Un ejemplo de estas premisas se encuentra
en la escultura manipulable Royi (1944) de
Gyula Kosice, pieza que no sólo permite una serie de variaciones formales sino
que además propicia la participación activa de los espectadores en la construc-
ción de la forma final, siguiendo las directivas de un arte lúdico anticipadas en el
manifiesto. También realizan obras articuladas Roth Rothfuss, Rodolfo Uricchio,
Aníbal Biedma y Diyi Laañ; Carmelo Arden Quin, en cambio, se inclina por las
estructuras colgantes que se mueven por las influencias del entorno.
Para la presentación del grupo, la artista Grete Stern realiza un fotomontaje César Janello, Gerardo Clusellas.
donde se muestra a la ciudad de Buenos Aires intervenida por un enorme Torre de América, 1953-1954
cartel de tipo publicitario con la palabra MADI armada en letras metálicas ro-
deadas de neones. Según Kosice, esta imagen es clave para la aparición de propio desarrollo de los procedimientos artísticos, que desde el collage cubista
las primeras esculturas de neón que el artista produce hacia mediados de la y el readymade duchampiano autorizan la adopción de cualquier materia o ele-
década de 1940, y que han sido reconocidas internacionalmente como las pri- mento como genuino recurso plástico.
meras en utilizar ese material industrial.4 Con estas esculturas se inicia el arte Asimismo, esa incorporación se lleva a cabo en el marco de un contexto socio-
tecnológico en la Argentina. En esta misma época, Kosice diseña también una político singular: el del enorme desarrollo tecnológico que se verifica desde la
estructura metálica que incorpora tubos fluorescentes, aunque aparentemente finalización de la Segunda Guerra Mundial – y en parte como consecuencia
lo hace con fines utilitarios. de ella –, principalmente en las áreas de los metales, los plásticos, las fuentes
Poco tiempo después, Lucio Fontana realiza su primera escultura de neón, de energía y los medios de comunicación. Este contexto se potencia en nues-
Concetto Spaziale, que presenta en la IX Trienal de Milán de 1951. Con esta tro país debido al lugar central que ocupa la industrialización en los planes
obra comienza una serie de investigaciones lumínicas que lo llevan a trabajar del gobierno peronista. La bonanza económica que favorece a las naciones
también con pintura fluorescente y luz negra. Al año siguiente redacta, junto productoras de alimentos como la Argentina durante la recuperación europea
a sus compañeros espacialistas, el Manifiesto del movimiento espacial para la televi- permite financiar este proyecto, que impulsa el crecimiento de la industria
sión, que el propio Fontana lee ante las cámaras de la emisora televisiva RAI, y local de manera inédita.
que se constituye en uno de los antecedentes más importantes para el futuro En medio de este panorama, algunos artistas ligados al concretismo se orientan
desarrollo del videoarte. hacia el diseño – una forma de alianza entre estética e industria – convenci-
La incorporación de estos materiales industriales a la producción artística obe- dos de que en él puede realizarse la disolución del arte en la vida cotidiana
dece a dos motivos principales: por un lado, a sus innovadoras e inexploradas que persiguen las vanguardias; es el camino emprendido, por ejemplo, por
propiedades que estimulan la imaginación y la experimentación; por otro, al Tomás Maldonado, quien se torna un referente internacional en este terreno.
34 Otros deciden acoger los recursos que provee la industria pero sin abandonar sultado persigue un efecto estético y no el conocimiento científico. En todo 35
el campo artístico, como lo hace Gregorio Vardánega, quien hacia 1950 inicia momento, Kosice pone a la tecnología al servicio de la creación artística y de
las esculturas luminosas que lo llevarán posteriormente al cinetismo. Otros se las concepciones utópicas que alimentan su pensamiento. En sus escritos se
posicionan de manera crítica o lúdica ante el progreso tecnológico y su imagi- revelan sus preocupaciones en torno al futuro de la humanidad, que con el
nario maquínico; es el caso de Edgardo Vigo, que a lo largo de la década del tiempo dan lugar a propuestas concretas para las cuales la tecnología continúa
cincuenta realiza un conjunto de collages con referencias técnicas, y proyecta siendo un instrumento indispensable. Esta confianza en las posibilidades de la
máquinas inútiles, algunas de las cuales llegan a materializarse. técnica para transformar el destino del mundo alimenta sin cesar su espíritu
Un caso singular de alianza de arte experimental.
e industria lo constituye la Torre de En paralelo con su trabajo hidrocinético, Kosice desarrolla el proyecto La ciudad
América (Mendoza, 1953-1954)5, hidroespacial que presenta en sociedad hacia finales de la década del sesenta. Se-
ejecutada como emblema de la Fe- gún el artista, su germen se encuentra en el texto que publica en la revista Arturo
ria de América que el gobierno de (1944), que concluye con la frase “el hombre no ha de terminar en la Tierra”.7 La
Juan Domingo Perón lleva adelante pieza está compuesta por una serie de maquetas, planos, descripciones técnicas y
para impulsar las relaciones comer- textos programáticos en los que se especula sobre la construcción de una ciudad
ciales con los países del continente. flotante sustentada por la energía obtenida por fisión nuclear del agua, y sus in-
La torre está conformada por una contestables beneficios para el planeta y la humanidad.8
estructura central vertical de cin-
cuenta metros de altura construida
con tubos metálicos, sólida pero El auge de la experimentación en los años sesenta
al mismo tiempo ligera y transpa- La década del sesenta se caracteriza por una inusitada expansión de los medios
Gyula Kosice. rente, rodeada por cinco cubos de de producción artística que tiene su correlato en una amplia profusión de pro-
Ciudad hidroespacial, 1946-1960 iguales características dispuestos en puestas estéticas, formas híbridas y trabajos de experimentación. Esta eferves-
forma de espiral. Dentro de los cu- cencia se da en el contexto de un circuito artístico pujante del que participan
bos se encuentran una serie de prismas triangulares unidos por los vértices, rea- galerías, museos y otras instituciones artísticas, que sustentan la visibilidad de
lizados en malla metálica pintada de blanco y rojo, e inspirados en el diseño de la producción local y extranjera, y propician un diálogo renovado entre la Ar-
la comunicación gráfica creada por Tomás Maldonado para la feria. Los pris- gentina y el mundo.
mas están dotados de un sistema de luces con cinco posibilidades de variación, Los artistas argentinos participan de este diálogo tanto desde nuestro país
que les permite iluminarse de manera independiente siguiendo un patrón pre- como desde afuera de sus fronteras. Siguiendo un camino construido sobre
establecido. Durante la inauguración del evento, Mauricio Kagel la transforma las posibilidades de producción efectiva, muchos emigran para desarrollar sus
en una suerte de instrumento que ejecuta una pieza de música electroacústica ideas en contextos más propicios. Sin embargo, en Buenos Aires, existen con-
conocida con el nombre de Música para la torre (1953), que se sincroniza con diciones inmejorables para la creación de obras basadas en las innovaciones
las luces de los prismas, está compuesta por pasajes instrumentales y sonidos técnicas o materiales, y el arte de la década da cuenta de este estado particular.
industriales, y es la primera obra de ese tipo realizada en el país.6 Como había sucedido antes, el interés por la ciencia y la tecnología no deriva ne-
Durante esa misma década, Gyula Kosice produce sus primeras hidroescultu- cesariamente en propuestas tecnológicas. Incluso en el ámbito de la pintura – en
ras. Éstas tienen por antecedentes, en su propia obra, a una pequeña escultura particular, el de la abstracta – se encuentra la necesidad de plasmar las profundas
móvil, Una gota de agua acunada a toda velocidad (1948), y un conjunto de piezas influencias que el desarrollo industrial propicia en el nivel de la vida material.
de plexiglás que ya habían comenzado a incorporar al agua como material Este interés se verifica tanto en la producción artística como en la discursiva.
plástico. Las primeras hidroesculturas se presentan en la Galería Denise René En la primera línea pueden ubicarse una serie de tendencias neoabstractas li-
de París en 1960, y son seguidas por el manifiesto La arquitectura del agua en gadas a lo que posteriormente se denomina op-art (arte óptico), que en muchos
la escultura, que se publica en el catálogo del Premio Internacional de Escultura casos hacen uso de materiales industriales de actualidad – como el neón o el
(1962) del Instituto Torcuato Di Tella. acrílico – connotando la innovación tecnológica desde la propia materialidad
Las hidroesculturas utilizan mecanismos cada vez más complejos, que inclu- de las obras. En esta vertiente se ubican los trabajos de Rogelio Polesello, Ary
yen motores, dispositivos con baterías, bombas y otras fuentes de movimiento Brizzi, Jorge Gamarra, Miguel Ángel Vidal y Perla Benveniste, entre otros.
y energía. Se basan en verdaderas investigaciones tecnológicas, si bien su re- En la segunda línea pueden situarse algunos escritos programáticos, como el
36 Manifiesto del arte generativo (1960) de Eduardo Mac Entyre y Miguel Ángel Vi- ción de los artistas con la ayuda de las disciplinas científicas y técnicas dará vida 37
dal, y otros de reflexión, como el libro inédito de Luis Felipe Noé, El arte entre la a los creadores del futuro”. Adoptando la producción de múltiples en reem-
tecnología y la rebelión (1968), donde el artista medita sobre el impacto social de plazo de la tradicional obra única e individual, y embarcándose en la creación
los medios de comunicación masiva y de la tecnología industrial. Este tema se colectiva y anónima, ingresa en el circuito de lo que en los sesenta se conoce
encuentra también en muchas publicaciones de la época. A modo de ejemplo como la nouvelle tendance francesa, desarrollando con éxito una variedad de
se pueden mencionar el ensayo ¿Un futuro tecnológico para el arte?, de Giulio eventos públicos que denomina Laberintos.
Carlo Argán, publicado en el catálogo del Premio Internacional del Instituto Tor- Como método de creación adopta el principio de discutir grupalmente las pro-
cuato Di Tella 1965, o “Situación de la poesía en la era tecnológica”, de Jorge puestas de sus integrantes en función de objetivos programáticos. Hacia 1961
López Anaya, incluido en el catálogo de la exposición Novísima Poesía/69 reali- plantea que “la realidad plástica se genera en la relación constante entre el
zada en el Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata. objeto plástico y el ojo humano”.10 Otorgan, de este modo, un rol fundamental
Sin embargo, existe una corriente importante de artistas que investigan de lle- al contexto de exhibición y al lugar del espectador en la configuración de la
no las posibilidades que le brindan las tecnologías mecánicas y electrónicas, el experiencia final.
uso de la luz, los nuevos materiales, las proyecciones fotográficas y cinemato- Esta convicción lo lleva a experimentar con un amplio espectro de efectos ópti-
gráficas, los sistemas sonoros, el video y las computadoras, y que irrumpe con cos, lumínicos y cinéticos, empleando diferentes tipos de movimientos basados
fuerza a mediados de la década del sesenta. en mecanismos motores y en la luz artificial, en vistas a producir composiciones
Dentro de ella se destaca, por su producción y proyección internacional, el dinámicas que generan movimientos aparentes o “virtuales”.
arte cinético, que para los argentinos tuvo como ejes principales las ciudades Con motivo de la Bienal de París de 1961, el GRAV publica el manifiesto Assez
de Buenos Aires y París. En esta última surge el Groupe de Recherche d’Art Visuel de mystifications (Basta de mistificaciones), en el que conecta su esfuerzo por
(GRAV), que en 1960 conforman los artistas de nuestro país Julio Le Parc, comprometer el “ojo humano” con una denuncia al elitismo del arte tradicio-
Horacio García Rossi y Francisco Sobrino9, y los franceses François Molleret, nal, que apela al “ojo cultivado, al ojo intelectual”.11 De esta forma, expresa
Joël Stein e Yvaral (nombre artístico de Jean-Pierre Vasarely, hijo de Victor Vasa- su confianza en las posibilidades de democratizar la experiencia estética con-
rely). También en esa ciudad trabajan algunos artistas argentinos independien- vocando al ser humano en sus cualidades sensoriales básicas, objetivo que se
tes, como Gregorio Vardánega, Martha Boto y Hugo Demarco. Entretanto, en alcanza mediante el recurso a producciones tecnológicas que apelan a la coti-
Buenos Aires, el arte cinético florece de la mano de Eduardo Rodríguez, Perla dianidad de las personas. Coincidiendo con el espíritu del momento, el grupo
Benveniste, César Ariel Fioravanti, Davite, Fioravanti Bangardini y Armando encuentra en el uso de la tecnología reciente una de las vías hacia la erosión de
Durante, entre otros. los límites entre el arte y la vida.
El Groupe de Recherche d’Art Visuel toma su nombre del Centre de Recherche Los artistas cinéticos de Buenos Aires no poseen una cohesión tan marcada;
d’Art Visuel fundado en París en 1960. Si bien son once los artistas que firman son, más bien, figuras individuales interesadas en indagar las aportaciones que
el acta que lo funda – entre los cuales figu- los nuevos materiales y las tecnologías pueden ofrecer a la práctica artística. Su
ran además los argentinos Hugo Demarco, presencia en las exposiciones se incrementa a lo largo de la década en paralelo
Francisco García Miranda y Sergio Moyano –, con el creciente interés por este tipo de producciones.
los seis mencionados con anterioridad son De hecho, el circuito artístico de estos años reconoce e incentiva esta línea
quienes forman el grupo que desarrolla de trabajos. En 1966, el Museo Nacional de Bellas Artes inaugura Plástica con
sus actividades entre 1960 y 1968, año en plásticos, una exposición organizada por la Cámara Argentina de la Industria
que deciden disolverse frente a la relevan- Plástica que no sólo financia sus gastos sino que además provee a los artistas
cia que cobran sus integrantes de manera de los materiales necesarios para la realización de las obras y los adiestra en su
individual. uso. Dos años más tarde se presenta Materiales, nuevas técnicas, nuevas expresiones
Como programa, el GRAV plantea la ne- (1968) en el mismo museo, con el patrocinio de la Unión Industrial Argentina.
cesidad de abolir la concepción del artista En su introducción al catálogo, Basilio Uribe asegura que “El concepto actual
como genio individual en pos de una ca- del arte se genera paralelamente con la noción de industria”, entendiendo a
racterización de la creación artística como esta última como “instrumento pleno de un nuevo humanismo” por sus indis-
construcción colectiva, en la que la activi- cutibles aportes a la sociedad.12
dad del grupo es superior a la de la suma Múltiples exhibiciones dan cuenta de la importancia del cinetismo hacia fina-
de sus partes. Sostiene que “la colabora- les de los sesenta; entre ellas pueden mencionarse la antología 100 obras de Ko-
GRAV.
Laberinto 3, 1965
38 sice. Un precursor (1968), en el Instituto Torcuato Di Tella; Luz, color, reflejo, sonido que sea pura información y que se “realice” en el momento de su lectura. En 39
y movimiento. Nuevas expresiones del arte cinético en Buenos Aires (1969) en la misma forma simultánea, redactan el manifiesto Un arte de los medios de comunicación
institución; y Espacio y Vibración (1969), organizada por la Dirección General de (1966), en el que explican los alcances de su proyecto: “En el modo de transmi-
Relaciones Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto con el tir la información, en el modo de «realizar» el acontecimiento inexistente, en
fin de mostrar la excelencia del arte cinético y óptico argentino en el mundo. las diferencias que surjan de las distintas versiones que del mismo suceso haga
Para dar cuenta de esa importancia, en 1968 el Salón Nacional introduce la cada emisor, aparecerá el sentido de la obra”.14
sección Investigaciones Visuales con el fin de acoger a estas producciones que Las formas en que los medios de comunicación inciden sobre la realidad es
no encajan en las categorías plásticas tradicionales.13 Ese año el premio es otor- uno de los tópicos más discutidos en el arte argentino de la segunda mitad de
gado a la pieza Generador de imágenes de Eduardo Giusiano y Jorge Schneider, los sesenta. En el Instituto Torcuato Di Tella, Oscar Masotta dicta seminarios
una máquina compuesta por luces, lupas, espejos, música y movimientos me- de teoría de los medios basados en los trabajos de Marshall McLuhan, Roland
cánicos, que genera una ambientación audiovisual colorida e hipnótica (poco Barthes y Umberto Eco (1966). Entre sus alumnos se encuentran los autores
después, se exhibe también en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la del manifiesto de los medios de comunicación y otros artistas ligados a esa
Universidad de Buenos Aires). Davite y Juan Carlos Romero son los premiados institución, como Marta Minujín, Pablo Suárez y Oscar Bony. A partir de este
al año siguiente. seminario, se gestan numerosos proyectos que toman a los medios y las tec-
En 1970, la sección se independiza con el nombre de Certamen Nacional de nologías de la comunicación como herramientas para explorar la cultura y la
Investigaciones Visuales pero sólo sobrevive dos ediciones. Un año más tarde, sociedad de la época.
la Fundación Lorenzutti recoge la intensa producción de este período en su Ese mismo año, Eduardo Costa, Roberto Jacoby y Juan Risuleo realizan graba-
Panorama de las experiencias visuales argentinas que se presenta en el Museo de ciones sonoras de personajes callejeros que presentan como “literatura oral” en
Arte Moderno, y la galería Lirolay dedica una muestra al cinetismo contempo- el auditorio del Instituto Di Tella. Su intención es exponer el lenguaje cotidia-
ráneo que lleva el título de Espacio real, movimiento y luz real (1971). Aunque la no, incluyendo las marcas que la literatura tradicional elimina.15 Las grabacio-
alianza de arte e industria decae durante la década del setenta, cabe destacar la nes se presentan con su sonido distribuido en el espacio, gracias a los aportes
importancia del premio Artistas con Acrílicopaolini realizado entre 1970 y 1974 de Fernando Von Reichenbach, ingeniero del instituto. En 1967, dos piezas
(que se transforma luego en un premio de diseño hasta 1980). utilizan grabaciones sonoras de manera peculiar. En Mensaje fantasma (1967),
Oscar Masotta pega carteles en la ciudad con la leyenda: “Este afiche aparecerá
proyectado por Canal 11 de Televisión el día 20 de julio”. Ese día aparece el
La era de los medios de comunicación cartel en el lugar indicado, con una voz en off que agrega: “Este medio anuncia
En agosto de 1966, Eduardo Costa, Raúl Escari y Roberto Jacoby diseñan una la aparición de un afiche cuyo texto es el que proyectamos”.16 Poco tiempo an-
obra destinada a poner a prueba el po- tes, Roberto Jacoby realiza una experiencia similar (Circuito automático, marzo
der “realizante” de los medios de co- de 1967): empapela diferentes lugares públicos con un cartel que reproduce
municación masiva. Guiados por este un número telefónico entre los rostros de un hombre y una mujer. Cuando
fin, redactan una nota de prensa con alguien llama, un contestador telefónico le responde: “Usted ha cerrado así un
la descripción de un happening in- circuito comunicacional que empezó cuando leyó los carteles y termina aho-
ventado, a la que adjuntan fotografías ra… este circuito no informa sobre nada, sólo habla de sí mismo y usted puede
de protagonistas de la escena artística seguir escuchando o cortar la comunicación”.17 Tras un viaje a Nueva York, Ja-
local tomadas en diferentes contextos. coby diseña numerosos proyectos que involucran monitores, cámaras de video
Algunas publicaciones reproducen y televisión, teletipos. Muchos no llegan a materializarse, aunque sí realiza una
esta falsa noticia dando vida a una conferencia en homenaje a John Cage que se transmite por circuito cerrado de
pieza que se conoce con el nombre televisión al auditorio del Instituto Di Tella (Parámetros, 1967), y la obra Mensaje
de Participación total o Happening para en el Di Tella (1968), una instalación que incluye una máquina de teletipo que
un jabalí difunto (1966). Si el pop-art transmite los acontecimientos del mayo francés al centro cultural de Buenos
había recurrido a los mass-media como Aires en el mismo momento en que estaban sucediendo.
fuente de inspiración, estos artistas Las primeras aproximaciones artísticas a los mass media están inspiradas en la
proponen albergar una obra en el in- concepción macluhaniana que considera al medio como mensaje. Sin embar-
terior mismo de los medios; una obra go, el golpe de Estado que ubica en el gobierno a Juan Carlos Onganía otorga
Roberto Jacoby.
Circuítos informacionales, 1967
40 una orientación política a la cuestión, que se desarrollará con fuerza en los de los mass-media se multiplican y comienzan a invadirlo todo, generando una 41
años posteriores. suerte de ambientación mediática generalizada.
En 1968, dos producciones abordan la relación entre los medios de comunica- Paralelamente, las artes plásticas cruzan las fronteras de la tela, el papel y el
ción y la realidad a la que hacen referencia desde perspectivas bien diferentes. bloque escultórico para expandirse hacia el espacio. Las instalaciones ocupan
En Rosario, un grupo de artistas lleva adelante el proyecto Tucumán Arde, una museos y galerías de arte con propuestas que se hacen eco de esta sensibilidad
experiencia multimedia de contrainformación que denuncia la grave situación abierta y deslimitada. La confluencia de esta práctica con el interés de algunos
socioeconómica de la provincia de Tucumán como consecuencia de las políti- artistas jóvenes por los medios de comunicación masiva da origen a las prime-
cas liberales del gobierno militar18. Esta pieza emplea fotografía, cine y graba- ras experiencias que integran la imagen técnica al espacio, conocidas – según
ciones sonoras para construir una mirada sobre la realidad social del área que cierta terminología más o menos establecida – como cine expandido, que son los
investiga, que contradice a la versión oficial: allí donde el gobierno asegura que antecedentes inmediatos de las ambientaciones audiovisuales que populariza-
el cierre de los ingenios azucareros de la provincia responde a un plan progre- rán luego las videoinstalaciones.
sista y modernizador, los artistas demuestran el desequilibrio económico y el Estas obras pioneras oscilan entre dos polos diferentes, derivados de las pre-
sufrimiento que genera en sus pobladores. ocupaciones particulares de sus autores. Por un lado, hay quienes exaltan el
Su trabajo responde al proyecto de un arte revolucionario: “Los artistas debe- aspecto sensorial de la relación entre imagen y espectador, influenciados por la
mos contribuir a crear una verdadera red de información y comunicación por recuperación de la sensibilidad que promueve el movimiento hippie. En el ex-
abajo que se oponga a la red de difusión del sistema […] Serán obras que al ré- tremo opuesto, artistas enrolados en la incipiente tendencia conceptual desta-
gimen le costará reprimir porque se fundirán con el pueblo […] Nosotros que- can el valor informativo de las imágenes, su capacidad para constituirse en co-
remos restituir las palabras, las acciones dramáticas, las imágenes, a los lugares mentario sobre la realidad, y su rol mediador entre ésta y el público. Desde ya,
donde puedan cumplir un papel revolucionario, donde sean útiles, donde se entre ambos polos existen posiciones intermedias. Pero el eje que va desde lo
conviertan en «armas para la lucha»”.19 sensorial a lo conceptual, desde lo inmediato a lo mediato permite caracterizar
En La Plata, Edgardo Antonio Vigo utiliza la radio y el correo postal como he- a estas obras, de otro modo, extremadamente diversas e incompatibles entre sí.
rramientas para convocar a la gente a descubrir una extraña aglomeración de El desplazamiento de la imagen fílmica desde la sala cinematográfica hacia
señales de tránsito ubicada en el corazón de la vida urbana (Manojo de semáforos, el espacio físico produce una modificación en las relaciones sensoriales en-
1968). Con esta invitación comienza sus señalamientos, acciones que potencian tre aquélla y el espectador. Efectivamente, el cuerpo de éste debe acomodarse
lugares o promueven otras acciones, y que se desarrollan en espacios no insti- ahora a la nueva situación estableciendo, desde su propia psicomotricidad, la
tucionales – muchas veces, en la intimidad – o a través de la red de intercambio aproximación y el grado de integración deseados. Así, estas piezas inducen
postal, medio que Vigo explota temprana y profusamente, y que lo lleva a con- a la participación activa, actitud que atraviesa a gran parte de la producción
vertirse en uno de los referentes del mail-art. artística de estos años. Una de las artistas que se interna con mayor profundi-
En ambos casos, los artistas superan el estatuto meramente informativo del medio dad en este camino es Marta Minujín. Ya en los albores de la década de 1960
de comunicación que utilizan, para descubrirlo como dispositivo de exaltación y abandona su interés por el informalismo y comienza a trabajar con colchones
construcción de realidades alternativas. Frente a las teorías apocalípticas que ven y cajas de cartón que la lanzan
a los mass-media como agentes de atontamiento y paralización de las masas, ellos hacia el espacio. En 1963 reali-
los conciben como vehículos de concienciación y movilización. za, junto a Mark Brusse, su pri-
mera arquitectura de colchones
multicolores, La casa del amor,
Los medios de comunicación como materia estética que puede ser habitada por el
La penetración alcanzada por los medios de comunicación masiva hacia me- público. Al año siguiente gana
diados de la década del sesenta, y en particular, su capacidad para integrarse el Premio Nacional del Instituto
al entorno cotidiano, sitúa en un lugar inédito a las imágenes técnicas. La ge- Torcuato Di Tella con un con-
neralización de la televisión en los hogares promueve el contacto habitual con junto de colchones colgantes
las producciones audiovisuales, y en alguna medida, “desritualiza” la situación (Eróticos en technicolor, 1964) y la
cinematográfica donde éstas eran protagonistas. La gente se habitúa a los en- ambientación Revuélquese y viva
tornos mediales dejando de lado la relación distanciada que antes la vinculaba (1964), dos obras lúdicas y par-
con la proyección fílmica o las fotografías de diarios y revistas. Las imágenes ticipativas.
Grupo de Artistas de Vanguardia.
Tucumán Arde, 1968
42 43

Marta Minujín. Marta Minujín.


Circuíto, 1967 Minucode, 1968

En marzo de 1965, Marta Minujín y Rubén Santantonín realizan La Menesunda, del Three Country Happening (Happening de tres países), evento que la artista
con la colaboración de Pablo Suárez, David Lamelas, Rodolfo Prayón, Floreal planea junto a Allan Kaprow y Wolf Vostell, y que consiste en la realización con-
Amor y Leopoldo Maler. La obra propone un recorrido a través de diferentes junta de tres happenings en tres países diferentes. Su contribución al proyecto
ambientes y situaciones que ubican al espectador en escenarios insólitos, en colectivo es la mencionada Simultaneidad en Simultaneidad. Para su realización,
los cuales, con frecuencia, debe actuar: hay una habitación con una pareja Marta Minujín convoca a sesenta personalidades de los medios al auditorio
durmiendo en una cama, un laberinto de espejos donde ventiladores propul- del Instituto Di Tella, donde son filmados, fotografiados y entrevistados antes
san una lluvia continua de papel picado, una sala giratoria que desestabiliza de ocupar el lugar que cada uno tiene reservado frente a un televisor, al que
a su ocupante, una cabeza gigante en cuyo interior una maquilladora ofrece deben mirar al mismo tiempo que escuchan un receptor radial. Once días más
masajes y maquillaje, un pasadizo de tubos de neón, un recinto helado, una ha- tarde, las mismas personas distribuidas en los mismos lugares, ven proyecta-
bitación con “olor a dentista” de la que se sale adivinando un número que debe das en las paredes las fotografías y filmes tomados el primer día y escuchan
marcarse en un enorme dial telefónico. Cerca del inicio del recorrido, al final sus entrevistas en los altoparlantes de la sala, al tiempo que los televisores les
de una escalera, se ubican tres televisores, uno de los cuales está conectado en devuelven las imágenes de la primera jornada y los receptores radiales trans-
circuito cerrado reproduciendo la imagen del visitante. Esta utilización de un miten un programa especial referido al suceso. La invasión audiovisual genera
circuito cerrado en una obra artística es una de las primeras realizadas en el una ambientación extremadamente sensorial, donde se privilegian los aspectos
mundo. Minujín consigue que un canal de televisión le preste la cámara y la físicos de los medios antes que su contenido informativo, su “pura presencia”
incorpora al recorrido como una de sus atracciones, sin saber que está dando antes que su valor comunicacional.20
el puntapié inicial a un grupo de obras que utilizarán la imagen electrónica en Un año más tarde, Minujín presenta una experiencia similar en la Expo ’67 de
los años venideros. Montreal con el nombre de Circuit - Super~Heterodyne, una ambientación bastan-
Ese mismo año, Marta Minujín realiza otra pieza transitable pero de escala te más compleja pero en la que se siguen privilegiando los aspectos sensoriales
menor, El batacazo (1965), que incorpora figuras de neón titilantes, una gran de la imagen y el sonido en la creación de espacios que invaden audiovisual-
variedad de muñecos plásticos y animales vivos. Al siguiente, tras haberse em- mente al espectador. Sin embargo, esta pieza introduce algunas variaciones
papado de la cultura hippie y de las teorías de Marshall McLuham en los Estados significativas. Los participantes son elegidos por una computadora que selec-
Unidos, comienza una serie de obras en las que busca poner de manifiesto la ciona personas con características afines, a partir de encuestas publicadas en
creciente mediatización de la experiencia cotidiana producida por los mass-media, un periódico que los interesados en participar deben completar y remitir a la
a través de ambientes de imágenes tecnológicas que sumergen al espectador. organización del evento. Entre las imágenes que envuelven a los espectadores,
La primera de estas obras, Simultaneidad en Simultaneidad (1966), forma parte algunas introducen datos sobre los participantes, mientras circuitos cerrados
44 de televisión permiten a algunos grupos vigilar el comportamiento de los otros 45
durante el acontecimiento. En esta obra comienza a aparecer un interés por
el valor comunicativo e informacional de la imagen. Al hacer que los grupos
se observen entre sí, Minujín promueve también la posibilidad de una partici-
pación crítica basada en la identificación con el grupo observado – que realiza
las mismas acciones que el grupo observador ha realizado o realizará – y en el
distanciamiento que habilita el medio.
Este mismo año, la artista vuelve a utilizar un circuito cerrado de televisión para
su Minuphone (1967), presentado en la Galería Howard Wise de Nueva York. La
pieza está compuesta por una cabina telefónica que se modifica cuando se dis-
can los números del teléfono. Uno de ellos cambia el color de los cristales, otro
llena la cabina de humo, otro disparaba una cámara fotográfica, otro activa un
circuito cerrado de televisión que transporta la imagen del espectador al piso
de la cabina. El resultado es una suerte de happening individual de un par de Margarita Paksa. Oscar Bony.
minutos de duración.21 500 Watts, 1967 60 metros cuadrados, 1967
En Minucode (Center for Inter-American Relations, Nueva York, 1968), en cam-
bio, Minujín vuelve a fijarse en los comportamientos grupales. Para ello, realiza
cuatro cócteles en diferentes días y con diferentes conjuntos de personas –em- Con una orientación marcadamente diferente, algunos artistas que comienzan
presarios, políticos, gente de la moda, artistas– que registra en celuloide con a incursionar en el conceptualismo dirigen su mirada hacia la imagen cinema-
seis cámaras ocultas. Días más tarde proyecta una selección de diez minutos de tográfica para indagar en sus mecanismos de construcción de sentido y en el
los registros de cada día como una ambientación audiovisual en la línea de las conocimiento derivado de su particular traducción de la realidad.
presentaciones de cine expandido de la época.22 Oscar Bony inicia este camino con cuatro cortometrajes realizados en 1965,
En 1971, Minujín realiza una experiencia similar junto a Eduardo Pla con el que presenta al año siguiente en el auditorio del Instituto Torcuato Di Tella
nombre de Buenos Aires hoy ya!, pero con participantes vernáculos. En lugar de con el nombre de Fuera de las formas del cine. Si bien son exhibidos en una sala
organizar cócteles, un grupo de artistas interviene en fiestas que se realizan en cinematográfica, el artista intenta superar la recepción fílmica tradicional des-
las casas de diferentes personalidades. Tres cámaras registran las acciones de plazando sus propiedades narrativas. Cada película es, en realidad, el resultado
este grupo. Las filmaciones se proyectan posteriormente de manera simultánea de una investigación particular sobre el tiempo que encuentra en el celuloide
en la Escuela Panamericana de Arte, con la intervención en vivo de los mismos su medio más adecuado de realización, aunque al mismo tiempo busque supe-
artistas, que mezclan sus cuerpos con el flujo de las proyecciones. rar su especificidad y restricciones.
Esta introducción de los cuerpos dentro de las imágenes tiene antecedentes En 1967, Bony participa de las Experiencias Visuales del Instituto Torcuato Di Te-
en algunas obras teatrales y coreográficas realizadas en el Instituto Torcuato Di lla con Sesenta metros cuadrados de alambre tejido y su información, una instalación
Tella, donde los escenarios son reemplazados con frecuencia por proyecciones donde la imagen fílmica se desprende claramente de la situación cinematográ-
de filmes o diapositivas que encuadran los cuerpos de actores y bailarines. Esta fica. La obra, formada por la cantidad de alambre tejido mencionada en el títu-
integración se potencia particularmente en Symphonia (1969), de Oscar Araiz, lo dispuesto sobre el piso de una sala y un proyector que exhibe un fragmento
donde los cuerpos de los bailarines son utilizados como pantallas receptoras del mismo alambre sobre la pared, confronta la experiencia sensorial del tejido
de proyecciones cinematográficas que los transforman en espectros danzantes, metálico que el espectador debe pisar para ingresar a la sala con la imagen del
produciendo una conmoción perceptual en el espectador. alambre transformado en información visual, como paso hacia la instauración
Aunque no utiliza imágenes propiamente dichas, no puede dejar de destacarse final de un concepto, objetivo de la experiencia. La imagen es despojada de
la importancia de la instalación 500 Watts, 4.635 KC, 4.5 C (1967), que Marga- todos sus atributos estéticos y transformada en simple representación de la rea-
rita Paksa presenta en las Experiencias Visuales de 1967 del Instituto Torcuato Di lidad; su relación con ésta es tautológica.
Tella. La pieza está compuesta por un haz de luz que impacta sobre una célula La vinculación tautológica del objeto con su información se vuelve metoní-
fotoeléctrica conectada a un sistema sonoro. Cuando el público atraviesa el mica en la obra de Leopoldo Maler, Silencio (Londres, 1971). Aquí, la imagen
trazo lumínico, produce distorsiones en el ambiente que se traducen en una proyectada de una mujer enferma ocupa la cama que una enfermera vigila. La
composición musical interactiva generada en tiempo real. pieza articula una performance con lo que hoy consideraríamos una videoins-
46 47

Lea Lublin. David Lamelas.


Dentro y fuera del museo, 1970 Film Script, 1972

fotos fijas seleccionadas; el segundo, variando la continuidad de la secuencia al


modificar el orden de dos escenas; el tercero, al dejar sólo los momentos más
importantes de las acciones y eliminar una de las escenas.23
Lamelas basa la recepción de su trabajo en una serie de confrontaciones: por
Leopoldo Maler. un lado, la que se establece entre las acciones registradas en el filme y las que la
Silencio, 1971 asistente efectivamente realiza durante la exhibición; por otro, las que surgen
de comparar la continuidad narrativa del cortometraje con las series de dia-
talación, debido a la ubicación horizontal de la imagen, ajena a la proyección positivas que la manipulan. La confrontación induce a un análisis simultáneo
cinematográfica habitual. Esta imagen reemplaza al partener de la performance de las relaciones de la imagen con la realidad y de las normas narrativas que
con su información, extrañando una situación que de otro modo constituiría traducen esa realidad, manipulando su sentido.
una performance en su sentido más tradicional.
Lea Lublin utiliza la imagen fílmica como fuente de información en Dentro y
fuera del museo (Santiago de Chile, 1971), una obra que intenta producir un Los orígenes del videoarte en la Argentina
flujo retroactivo de información entre los acontecimientos políticos, sociales y En un manifiesto futurista de 1931, Filippo Tommaso Marinetti imagina la in-
culturales que afectan a la sociedad, y el desarrollo artístico concomitante. Para corporación de pantallas de televisión a un espectáculo teatral aéreo como
esto, instala pantallas cinematográficas en las calles adyacentes al Museo de parte de un nuevo arte donde la tecnología ocupa un lugar central. Su visión
Bellas Artes de Santiago de Chile – lugar donde se presenta la experiencia – en optimista de los incipientes medios de comunicación masiva contrasta con la
las cuales se proyectan documentales sobre el arte, y llena las paredes del mu- que un año más tarde Bertolt Brecht forjaría en relación a la radio, considera-
seo con cuadros sinópticos que informan sobre los acontecimientos históricos da por este autor un aparato de mera distribución en lugar de un real medio
más destacados del último siglo y su relación con las modificaciones del ámbito de comunicación.
artístico en el mismo período. Para Lublin, el cine no es sólo un medio infor- Los análisis marxistas de la década de 1960 desalientan definitivamente la fasci-
mativo sino que, además, es el medio más adecuado para llegar a un público nación de los intelectuales por la televisión al enfatizar su carácter medular en
ajeno a lo que sucede dentro del museo. La imagen fílmica le permite superar la propagación de la ideología dominante. Por otra parte, la imagen televisiva
la barrera institucional en un intento por lograr una interacción más fluida representa para los artistas de la época la perpetuación de la representación
entre dos espacios de escasa integración en la vida cotidiana. figurativa transformada en objeto de consumo masivo.
Así como Lublin recurre a la imagen fílmica para aprehender conceptualmen- Esta actitud crítica hacia la televisión determina el surgimiento del videoarte a
te el espacio institucionalizado del museo, David Lamelas la utiliza para ana- comienzos de 1963. Tanto los Distorted TV Sets de Nam June Paik como los 6 TV
lizar por igual el entorno de una galería de arte y el propio modelo narrativo Dé-coll/ages de Wolf Vostell presentados ese año, buscan atacar de manera fron-
cinematográfico en Film Script (Londres, 1972). La obra está compuesta por tal al medio haciendo gala de la ironía propia del grupo Fluxus al que ambos
un cortometraje proyectado sobre una pared que registra las acciones de la artistas pertenecen. Simultáneamente, otros creadores realizan performances
asistente de la galería, y tres proyectores de diapositivas que varían la secuen- basadas en la destrucción de monitores de TV. El fin de la década ve nacer a
cia narrativa del film: el primero, siguiendo la continuidad de la película con los primeros grupos de Guerrilla TV preocupados por generar un discurso con-
48 tracultural desde el propio medio, que atente contra su lógica unidireccional. dea al espectador, confrontando la traducción de la experiencia que los medios 49
En el Instituto Di Tella de Buenos Aires, donde las primeras manifestaciones operan con una experiencia inmediata: la sala iluminada por los televisores y
de lo que hoy llamamos videoarte tienen lugar, las obras evidencian un carácter éstos en tanto objetos, en el primer caso; las paredes iluminadas por los haces
diferente: menos políticas y agresivas que las extranjeras, apuntan en cambio de luz y los proyectores, en el segundo. Esta deconstrucción de los medios se
a una indagación sobre los elementos constitutivos del medio, sus modos de hace más profunda en su obra posterior. Por otra parte, el recurso a la inmedia-
producción, su relación con el espectador, e incluso, sobre sus condiciones de tez de la experiencia acerca a estas obras a las propuestas que en parte surgen
posibilidad. como reacción a una sociedad cada vez más mediatizada, como el happening
La historia del videoarte en la Argentina comienza en 1966 con el menciona- o la performance.
do evento multimedia Simultaneidad en Simultaneidad de Marta Minujín. Sin En 1969, dos obras vuelven a poner al espectador en el centro de la imagen:
embargo, La Menesunda debe considerarse un antecedente importante, en la Especta, que el Grupo Frontera (Adolfo Bronowski, Carlos Espartaco, Mercedes
medida en que incluye uno de los primeros circuitos cerrados de televisión de Esteves, Inés Gross) presenta
la historia del arte, hecho para nada anecdótico si tenemos en cuenta que este en las Experiencias I del Instituto
dispositivo será una de las principales estrategias del videoarte desde finales Torcuato Di Tella, y Fluvio Sub-
de la década del sesenta, haciéndose tan común que la crítica norteamericana tunal, realizada por Lea Lublin
Rosalind Krauss llega a caracterizar al video como “la estética del narcisismo” en un galpón de la provincia de
en gran medida por su causa.24 Santa Fe con motivo de la inau-
En el contexto de La Menesunda, el circuito cerrado de televisión está dispuesto guración del Túnel Subfluvial.
en un corredor que posee tres monitores encendidos: dos transmiten la pro- Ambas se basan en la participa-
gramación habitual y uno la imagen del espectador. El visitante es confrontado ción del público aunque ésta di-
así con su propio reflejo mediatizado formando parte del discurso fragmenta- fiere en cada caso.
do de la televisión. No obstante la importancia de la incursión de la imagen Especta es una experiencia co-
electrónica en esta obra, no puede considerársela la iniciadora del videoarte municacional conformada por
en nuestro país. Su recorrido consta de múltiples ambientes entre los cuales un miniestudio de grabación y
el corredor de monitores es sólo uno más, ni siquiera el más importante. Es un panel con seis televisores a
recién en Simultaneidad en Simultaneidad donde la imagen electrónica cumple su salida. Los espectadores son
Grupo Frontera.
un rol verdaderamente central. Especta, 1969
invitados a contestar un cuestio-
En 1967, David Lamelas presenta en las Experiencias Visuales del Instituto Di nario mientras son registrados
Tella su pieza Situación de tiempo, una sala iluminada por televisores que trans- en video; al salir, pueden ver sus
miten ruido de señal y sonidos vagos e indeterminados. La situación a la que respuestas en los monitores junto a las de otros participantes. Los televisores
alude el título está claramente fundada en la naturaleza temporal del medio están en un espacio abierto, con lo cual, las opiniones son contempladas no
electrónico que utiliza como soporte. Su operación es simple: de un medio sólo por los participantes sino también por la eventual concurrencia que pasa
productor de imagen-tiempo sustrae la imagen – o mejor, la imagen figurativa por el lugar. De esta manera, el entrevistado es testigo tanto de su conducta
– poniendo en evidencia el otro componente. Aquí importa menos cuestionar al contestar las preguntas como de la reacción del público a su alrededor. La
a la imagen televisiva en tanto forma de imposición ideológica – como hacen experiencia se repite luego en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en el
los iniciadores internacionales del videoarte – que crear una situación estética marco de la famosa exposición Information (1970).
que ponga en evidencia la naturaleza temporal del medio elegido, una de sus Fluvio Subtunal es, en cambio, un recorrido en nueve etapas o “zonas”, de las
condiciones de posibilidad. Esa operación liga esta obra a otra presentada en cuales una, la “zona tecnológica”, incluye quince televisores en circuito cerrado
las Experiencias 1968 de la misma institución, donde Lamelas dispone en una que muestran lo que ocurre en las demás. El espectador es aquí consciente de
sala vacía dos proyectores de diapositivas con sus haces lumínicos contrapues- la magnitud de la obra y de su participación en ella al ver a otros realizar lo que
tos: uno apuntando hacia la puerta por la que ingresa el público (que produce él mismo ha ejecutado minutos antes o lo que realizará momentos después.
sombra al entrar), el otro iluminando una pared lejana. La “zona tecnológica” completa la significación de las restantes ocho, ya que
No puede pasarse por alto que en ambos casos hay una referencia a dos medios permite que el público reflexione sobre el carácter creador que debe poner a
que reproducen la realidad (la televisión, la fotografía). Lamelas elimina la prueba en las diferentes etapas: la “zona de producción” donde maquinarias
imagen pero al mismo tiempo pone en evidencia el ámbito de realidad que ro- similares a las usadas en la realización del túnel y materiales de construcción
50 esperan su actividad creativa; la “zona de descarga” con formas de polietileno 51
inflado para que golpee; la “zona del ocio y la participación creadora”, donde
lo esperan stands de tiro al cuadro – dardos contra réplicas de cuadros y escul-
turas tradicionales – o un concurso a la mejor idea.
Lublin deposita en la “zona tecnológica” el elemento que permite al especta-
dor trascender la instancia lúdica del recorrido a través de la reflexión sobre
su accionar, elemento central en sus obras; a su vez, reaparece la identificación
arte = vida que había llevado al extremo el año anterior cuando reprodujo el
cuarto de su hijo recién nacido en el Museo de Arte Moderno de la Ville de
Paris y se fue a vivir allí con él durante el período de una exhibición. Sin embar-
go, la artista exige además la participación intelectual del visitante, obligado de
manera permanente a reflexionar sobre sus actos y el mundo que lo rodea. En
este mismo sentido vuelve a utilizar el circuito cerrado de televisión en Dentro
y fuera del museo.

Fernando von Reichenbach


Las últimas actividades del Instituto Torcuato Di Tella Convertidor gráfico analógico, 1969

Hacia 1968, un número creciente de artistas comienza a dar cuenta en sus


trabajos de la asfixiante situación política del momento. La asunción de Juan los mass-media que el público debe seleccionar de acuerdo con su afinidad o
Carlos Onganía mediante un golpe de Estado en 1966, el crecimiento de la preferencia; un estudio posterior permitiría dilucidar si éste se enfrenta al futu-
censura y del control social, y algunos acontecimientos internacionales – como ro de manera positiva o negativa. La convocatoria tiene una amplia aceptación
la Guerra de Vietnam y el asesinato del Che Guevara – inducen el posiciona- pero los estudios subsiguientes no llegan a concluirse.25
miento de algunos creadores que empiezan a hacer referencia a estos hechos Al año siguiente, el Instituto organiza otras dos ediciones de las Experiencias. Sus
en las obras que presentan en salones, premios y otras exposiciones. integrantes son, principalmente, grupos de trabajo que diseñan proyectos con
En mayo de ese año, la censura de una de las obras presentadas en las Ex- énfasis en los procesos de comunicación y en la participación de los asistentes.
periencias 1968 del Instituto Torcuato Di Tella – por la aparición de insultos La mayoría de las piezas presentadas en las Experiencias I (1969) solicitan una
al presidente Onganía – provoca la reacción de los artistas participantes, que respuesta por parte del espectador. En Atrakate (1969), de Pablo Menicucci, un
deciden romper sus trabajos en la calle. Tras el incidente, el núcleo de autores hombre y una mujer del público se sientan frente a frente y escuchan un texto
más próximos a la institución se desintegra. Algunos participan en Tucumán que les sugiere la posibilidad del amor: a la salida se les solicita que escriban sus
arde (Roberto Jacoby, Pablo Suárez, Margarita Paksa); otros siguen su carrera impresiones sobre lo que han vivido. En Liberación, encuentro y aproximación (1969),
en el exterior (Delia Cancela y Pablo Mesejean, Alfredo Rodríguez Arias, Juan de Hugo Álvarez, sucede algo similar. Los visitantes son invitados a acostarse sobre
Stoppani, Antonio Trotta, David Lamelas); otros abandonan la práctica artísti- una superficie acolchada y escuchar un texto que los incita a buscar un camino en
ca (Oscar Bony). Jorge Romero Brest no adscribe a la politización como nuevo la vida; a la salida se les solicita plasmar por escrito sus reflexiones.
rumbo para el arte, pero comprende que es necesario repensar su función a la Los medios de comunicación vuelven a ser protagonistas en estas Experiencias.
luz de los acontecimientos recientes y las transformaciones del mundo. Su pen- Aquí, el Grupo Frontera presenta la mencionada Especta, que incorpora la tec-
samiento se orienta ahora a la investigación con los medios de comunicación y nología del video. Por su parte, Señores, pasen y vean (1969), de Luis Pazos y
la incentivación de la participación del público como ejes de una estética que Jorge Luján Gutiérrez, es una ambientación audiovisual construida con proyec-
abandone el encierro institucional y alcance al sistema social. tores de diapositivas sincronizados y un equipo de sonido, donde se caracteriza
Se pone en marcha, entonces, una nueva forma de participación a través de en- al arte como un estado de libertad para compartir.
trevistas, encuestas y la expresión escrita de ideas, sensaciones y percepciones. Las Experiencias II (1969) se llevan a cabo en coincidencia con el Congreso
Su banco de pruebas es un happening realizado por un grupo de investigado- Mundial de Arquitectos que se realiza en Buenos Aires, y tiene por protagonis-
res del Instituto (2 mil) con el fin de indagar las impresiones y fantasías de la tas a grupos de profesionales de esta disciplina. La mayoría de las piezas utili-
gente acerca del primer año del tercer milenio. La experiencia se lleva a cabo zan los medios de comunicación y diferentes tipos de tecnologías para poner
en junio de 1968. Se trata de una ambientación audiovisual con imágenes de de manifiesto las transformaciones sociales producidas por estos dispositivos.
52 Nuevamente se hace hincapié en la participación de los visitantes y sus respues- 53
tas a preguntas y encuestas, que buscan incentivar la conciencia, la atención y
la reflexión.
Al respecto, en un ensayo periodístico, Edgardo Antonio Vigo escribe: “Las
[Experiencias] de 1967 impactaron por negar el carácter de expansión para con-
vertirse en «presentaciones» […] En 1968 las características fueron poco co-
munes para el arte argentino: un escándalo de proporciones generado por el
«baño» de Plate […] En 1969 se conjuga la «calma». Un hecho nuevo, porque
no se usa la vía material-lúdica de la participación, sino que ésta toma formas de
acción a nivel del pensamiento. Las encuestas que la mayoría de los trabajos
proponen, obligan a pensar cada situación. El espectador es activado por in-
terrogatorios constantes. La contemplación ha sido descartada y si aparece no
tiene razón de ser”.26
Al año siguiente, aduciendo razones presupuestarias, el Instituto Torcuato Di
Tella cierra sus puertas y disuelve lentamente sus centros de arte. La clausura
definitiva se produce el 16 de mayo de 1970.

Luis F. Benedit.
Los primeros pasos hacia la era digital Abejas, 1969

Como sucede en la mayoría de los países del mundo, la historia del arte digital
en la Argentina está atravesada por factores que no son sólo estéticos o cultu- Este ímpetu experimental se continúa ese mismo año en el evento Argentina
rales sino también socioeconómicos. Las dificultades de acceso a las tecnolo- Inter-medios, realizado en el Teatro Ópera de Buenos Aires en adhesión al X
gías más avanzadas en los inicios de la era informática determinan que el arte Congreso Mundial de Arquitectos. En su catálogo, Jorge Glusberg expresa: “En
ligado a las computadoras tenga que esperar hasta tiempos muy recientes – la Argentina Inter-medios el uso de la música electrónica, filmes experimentales,
última década del siglo veinte – para cobrar el impulso definitivo que lo instale poesía, proyecciones, danza, esculturas neumáticas y cinéticas, constituye un
entre las opciones de los artistas contemporáneos argentinos. environment total donde los diferentes estímulos, en un intercambio dinámi-
Por supuesto, existen antecedentes, pioneros, predecesores. Como se mencio- co, ponen los medios al servicio de la percepción audiovisual. Con espectáculos
nó, en 1967 Marta Minujín utiliza una computadora para seleccionar a los par- de este tipo se intenta llamar la atención de especialistas y científicos en dis-
ticipantes de Circuit - Super~Heterodyne, que son agrupados por una flamante ciplinas sociales y al público avisado, para plantear una integración interdisci-
IBM según rasgos característicos comunes. Asimismo, hacia finales de la déca- plinaria que mejore y amplíe el escenario de las inquietudes humanas”.27 Los
da existe en el Instituto Torcuato Di Tella de Buenos Aires un laboratorio de objetivos planteados se distancian de los que impulsan las actividades del GRAV
sonido dotado de tecnología muy sofisticada que produce obras de destacada unos años antes, ya que aquí se apela a los especialistas y al “público avisado”, y
importancia en el campo de la experimentación sonora. no a la gente común. No obstante, persisten las intenciones de impactar con la
Pero los auténticos orígenes de la relación entre arte e informática en nuestro producción artística en el espacio social en su conjunto.
país se producen en 1969, cuando Jorge Glusberg organiza la muestra Arte y Los inconvenientes para acceder a la tecnología informática en los años si-
cibernética en la Galería Bonino de Buenos Aires. Aquí, seis artistas argentinos guientes, sumados al desinterés por la imagen pregonado por los artistas de
(Luis Benedit, Antonio Berni, Ernesto Deira, Eduardo Mac Entyre, Osvaldo finales de los sesenta, desalientan la producción nacional de este tipo de obras
Romberg y Miguel Ángel Vidal) exponen obras realizadas con el auxilio de por algunos años. El fenómeno se produce en medio del auge de las teorías de
una computadora en el Centro de Cálculo de la Escuela ORT, junto a otras de la información y de las propuestas lingüísticas del conceptualismo, que ponen
artistas norteamericanos, ingleses y japoneses. En la propuesta de la exhibi- el énfasis en la elaboración de ideas relegando la producción de imágenes a
ción existe la voluntad concreta de experimentar en el terreno de la reciente un momento secundario de la creación. A todo esto debe agregarse la siempre
imagen computacional, aventurándose en las posibilidades estéticas de una he- urticante relación entre la obra de arte única y la reproducible. La incapacidad
rramienta que en aquel momento es considerada un mero sistema de almace- del mercado artístico para absorber realizaciones repetibles ha sido, y continúa
namiento sofisticado. siendo, un motivo para el desaliento de la creación digital.
54 El paradigma científico en el conceptualismo de los setenta En los Estados Unidos, Jack Burnham estudia las relaciones entre el arte y esta 55
En el programa de fundación del Centro de Arte y Comunicación (CEAC, lue- teoría en su libro Beyond Modern Sculpture. The Effects of Science and Technology on
go CAYC), su mentor, Jorge Glusberg, declara que se trata de una institución the Sculpture of this Century (Más allá de la escultura moderna. Los efectos de la
con vocación interdisciplinaria, cuyo objetivo es promover toda clase de pro- ciencia y la tecnología sobre la escultura de este siglo, 1968),28 donde vaticina
yectos donde “el arte, los medios tecnológicos y los intereses de la comunidad un futuro tecnológico para la creación artística. Pero su prédica se hace aún
se conjuguen en un intercambio eficaz que ponga en evidencia la nueva uni- más influyente cuando ese mismo año publica el ensayo Systems Aesthetics (Esté-
dad del arte, la ciencia y el entorno social en que vivimos”. Desde entonces, las tica de sistemas)29 en las páginas de la revista Artforum.30
actividades del centro apuntan tanto a la producción artística como a la teoría. En julio de 1971, Jorge Glusberg inaugura la exposición Arte de sistemas en el
En sus orígenes, el CAYC se inspira en la organización Experiments in Art and Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Aquí reúne trabajos de autores pro-
Technology (EAT) fundada por Billy Klüver, Fred Waldhauser, Robert Rauschen- venientes de una amplia variedad de países, con el fin de ofrecer un panorama
berg y Robert Withman en 1966, con el objeto de propiciar las relaciones entre internacional de los nuevos senderos del arte. En su comunicación de prensa,31
arte y tecnología a partir del trabajo conjunto de artistas e ingenieros y técnicos se declara: “El arte de sistemas incluye las últimas tendencias del arte de la
de todo tipo. Sin embargo, esa influencia va desdibujándose en las actividades segunda mitad de este siglo. Arte como idea, arte ecológico, arte pobre, arte
efectivas del centro que rápidamente se vuelca hacia el desarrollo y la promo- cibernético, arte de propuestas, arte político, se agruparán bajo el término de
ción de las vertientes conceptuales de la producción local y latinoamericana. arte de sistemas; son las inquietudes aparentemente distintas de diferentes ar-
De todas formas, no son pocas las experiencias inspiradas en la ciencia y la tistas de avanzada que se aprestan a investigar la entrada del hombre en el siglo
tecnología que ven la luz bajo el auspicio de la institución. De hecho, el CAYC XXI, donde el arte – como consecuencia del cambio social y la automatización
favorece particularmente la producción de obras de arte tecnológico y dispone que aumentará el ocio – podrá no llamarse así, pero se convertirá seguramente
de algunos recursos ausentes en otros espacios. Por ejemplo, la presencia de en uno de los ejercicios espirituales básicos de las nuevas comunidades”.
equipamiento de video y de un sistema de circuito cerrado de televisión per- En los años siguientes, muestras similares a ésta aparecen organizadas por el CAYC
manente en sus instalaciones permite que varios creadores experimenten con en todo el mundo. Todas incluyen piezas de arte tecnológico, junto a proyectos,
la imagen electrónica a la par de los desarrollos que se llevan adelante en otras documentación de procesos, declaraciones de los artistas, fotografías, performan-
partes del mundo. ces, videos y obras enmarcadas en la corriente del arte conceptual.
El CAYC es, asimismo, una institución convocante que aglutina a su alrededor En 1972, Glusberg organiza la muestra Hacia un perfil del arte latinoamericano
a una gran cantidad de artistas y teóricos internacionales, que hacen presen- mediante una convocatoria internacional. Consciente de las limitaciones del
taciones en Buenos Aires y en otros eventos organizados por la institución en contexto en el cual trabaja, propone a los artistas que envíen una propuesta
el mundo. También mantiene contactos fluidos con argentinos radicados en gráfica en un formato estandarizado (Normas IRAM 4504/4508) que permita
el exterior incorporándolos a sus actividades. En sus eventos – por lo general, su reproducción posterior a través de procedimientos heliográficos. De esta
grandes exposiciones colectivas – se propicia el diálogo multidisciplinar de los forma, realiza numerosas copias de la exposición que viajan y se exhiben en
creadores locales y de todo el planeta. distintas instituciones del planeta. Aquí, el sistema se traslada a la propia or-
En octubre de 1970, se inaugura la sede definitiva de la institución en la calle Via- ganización de la muestra y la tecnología es el medio que permite su rápida y
monte al 400, con la exposición Nueva Fotografía: USA, organizada por el Museo de económica distribución a lo largo del mundo.
Arte Moderno de Nueva York. Ese mismo año, teóricos invitados dictan numero-
sas conferencias y cursos sobre arte, ciencia y tecnología. En noviembre, el CAYC
organiza la muestra de intervenciones en la Plaza Rubén Darío, Escultura, follaje Arte, ciencia y tecnología en los artistas del CAYC
y ruidos, en coincidencia con la Semana de Buenos Aires, que incluye además un Entre las múltiples visitas internacionales que pasan por el CAYC en los albores
premio otorgado por la empresa de acrílicos Norenplast. de la década de 1970, una deja un rastro singular: es la del director teatral pola-
De manera simultánea, Jorge Glusberg comienza a dar forma a un concepto co Jerzy Grotowski, teórico y fundador del teatro pobre. Inspirado por su trabajo
que es el eje de gran parte de sus exposiciones durante esta década: el arte de de laboratorio, Jorge Glusberg invita a un conjunto de artistas a conformar
sistemas. El término aparece por primera vez en la Argentina en una muestra una agrupación con el fin de investigar nuevas vías de desarrollo de la crea-
realizada en el Museo Emilio Caraffa de Córdoba, De la figuración al arte de sis- ción contemporánea. Así surge el Grupo de los 13, integrado por Jacques Bedel,
temas (1970), con obras de Luis Fernando Benedit, Nicolás García Uriburu y Luis Fernando Benedit, Gregorio Dujovny, Carlos Ginzburg, Jorge Glusberg,
Edgardo Antonio Vigo. Víctor Grippo, Jorge González Mir, Vicente Marotta, Luis Pazos, Alfredo Porti-
Su origen proviene de las ciencias, y más específicamente, de la cibernética. llos, Juan Carlos Romero, Julio Teich y Horacio Zabala. Pocos años después, su
56 57

Víctor Grippo.
Analogía I, 1970

composición se modifica con ingresos y egresos. Finalmente queda constituido Dos años más tarde, Benedit es el primer artista latinoamericano que expone en el
el Grupo CAYC con Bedel, Benedit, Glusberg, Grippo, González Mir, Marotta, Project Room del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Lo hace con las obras Labe-
Pazos, Portillos, y los recién llegados, Leopoldo Maler y Clorindo Testa. rinto para ratones (1972), y Fitotrón (1972), un ambiente hidropónico de acrílico que
Algunos de ellos desarrollan una labor constante de reflexión sobre las múlti- mantiene una colonia de repollos japoneses cultivada sobre roca volcánica. En los
ples relaciones entre arte, ciencia, tecnología y vida. De particular importan- años siguientes realiza laberintos para hormigas, ratones, hámsters y otras especies,
cia en esta línea resultan las obras de Luis Fernando Benedit, Víctor Grippo y antes de volcar su atención sobre el campo y las tareas de la vida rural.
Leopoldo Maler, aun cuando sus motivaciones sean de lo más diversas: desde Víctor Gripo investiga los procesos de generación energética mediante recursos
los estudios del comportamiento animal a los espectáculos performáticos, des- técnicos muy simples. Sus trabajos más conocidos son los que involucran a las pa-
de los procesos de transformación energética a la reflexión tecnológica. pas, el alimento latinoamericano que da de comer al mundo, y que utiliza como
Luis Fernando Benedit investiga el comportamiento animal a través de la pro- metáfora del poder transformador y espiritual contenido en esta región del pla-
ducción de ambientes artificiales. Su obra conjuga proyectos arquitectónicos y neta. Mediante electrodos y sistemas de medición, el artista pone de manifiesto
de ingeniería con el pensamiento científico, para generar instancias donde la la potencia latente en la vida vegetal. Con ellos formula instalaciones que son al
producción de información y conocimiento a partir de la observación es la base mismo tiempo espacios de energía liberada que se proyectan imaginariamente
de la experiencia estética. Sus primeros hábitats para animales se presentan sobre el espectador. Detrás de estas obras se encuentra también una referencia a
en la muestra Microzoo (Galería Rubbers, 1968) y en Materiales, nuevas técnicas, la alquimia y sus esfuerzos por transfigurar el mundo material.
nuevas expresiones (donde exhibe Tuttovetro y los pescados, 1968). A lo largo de En 1971 presenta Analogía I en la exposición Arte de sistemas: cuarenta papas orde-
los setenta, sus ambientes de acrílico, vidrio, y especies animales y vegetales se nadas en una grilla de madera conectadas mediante electrodos a un medidor de
multiplican. En 1970 es seleccionado para representar a la República Argen- voltaje que evidencia la electricidad que circula entre ellas. Al año siguiente realiza
tina en la XXXV Bienal de Venecia, cuyo tema es Arte y Ciencia. Allí presenta su Analogía IV (1972), una mesa con un mantel en blanco y negro que enfrenta dos
Biotrón (1970), una estructura de acrílico que contiene un panal con cuatro mil platos, uno con papas naturales y otro con papas de acrílico con la misma forma.
abejas conectado a los jardines de la bienal a través de una pradera de flores ar- Pero la más memorable es su contribución a la XIV Bienal de San Pablo de
tificiales que supuran néctar. Las abejas podían alimentarse tanto de las flores 1977 (Analogía I, segunda versión), donde exhibe una gran instalación de papas
naturales como de las artificiales. La pieza es el resultado de un experimento dispuestas sobre una mesa con mantel blanco y sobre el piso, interconectadas
científico del que participan también Antonio Bratto (investigador en inteli- por electrodos y cables a un medidor de electricidad. Esta pieza forma parte de
gencia artificial del Conicet), José Núñez (etólogo) y Jorge Glusberg (asesor la presentación del Grupo CAYC que es reconocida con el Premio Itamaraty en
teórico del proyecto). el mencionado evento.
58 En contraposición con la simplicidad de las obras de Grippo, las puestas en escena La consolidación del video como medio 59
de Leopoldo Maler suelen ser espectaculares y recurren a dispositivos tecnológicos La tecnología del video se incorpora a las herramientas artísticas a mediados de la
complejos. En 1969 presenta X-IT en el teatro The Place de Londres, una coreogra- década de 1960, cuando aparecen las primeras cámaras portátiles Sony Portapack.
fía para bailarines y motoelevadores, que se encargan también de ubicar a los espec- Sin embargo, durante la década del setenta, la creación videográfica en nuestro
tadores en sus lugares. Al año siguiente repite la experiencia pero con el agregado país es en general escasa. No hay muchos equipos de grabación en la Argentina y
de esculturas inflables a la escenografía (X-IT 2, 1970). su producción es cara y engorrosa, razones que alejan a los artistas de este medio.
En 1971 realiza Ballet de grúas para el No obstante, Jorge Glusberg promueve la realización de videoarte facilitando
Camden Art Festival de Londres. Aquí, los recursos a los artistas interesados en incursionar en este soporte. De esos vi-
tres acróbatas son desplazados por sen- deos no ha sobrevivido prácticamente ninguno, pero por las descripciones que
das grúas mientras quince bailarines en figuran en los catálogos de las muestras donde fueron presentados puede de-
tierra ejecutan una coreografía en con- ducirse que se tratan más bien de piezas de corte testimonial o documental, no
trapunto con los movimientos mecáni- experimentales. De todas formas, en tanto obras realizadas por artistas,32 son
cos; Maler dirige el conjunto vestido de consideradas dentro de la vertiente del video de creación y presentadas como
director de orquesta y con una batuta. tales en los festivales internacionales. Glusberg es igualmente el promotor de
Este mismo año presenta Silencio (1971) una serie de encuentros internacionales de video realizados en diferentes ciu-
en el Camden Art Center. dades del mundo.33 En ellos se concentra lo mejor de la producción mundial,
Sin abandonar esta vertiente espectacu- los nombres más destacados y las realizaciones más prominentes.
lar, Maler realiza también piezas de tono En la mayoría de estos festivales participa un autor argentino que vive en Nueva
más intimista. En 1974 presenta Home- York y que es protagonista de la videocreación de estos años: Jaime Davidovich.
Leopoldo Maler. naje, una máquina de escribir que lanza Su producción se orienta tanto al video monocanal como a las videoinstalacio-
Ballet de gruas, 1971
fuego desde el carro que porta el papel, nes, es decir, a propuestas que incorporan la imagen electrónica a un ámbito
en conmemoración de un tío periodista espacial que el espectador debe explorar. En la década de 1980, Davidovich se
asesinado en un confuso episodio entre la policía y la guerrilla. Tres años más tarde transforma en un pionero de la televisión de autor con dos programas que se
inaugura la exposición Mortal Issues (1977) en la Whitechapel de Londres, com- emiten en el cable norteamericano: SoHo Television y The Live! Show; el primero
puesta por siete esculturas plásticas con forma humana que respiran y la silueta de está compuesto principalmente por entrevistas a reconocidos artistas; el segun-
un hombre que emite fuego. En Pre-sense (Hayward Gallery, Londres, 1978), exhibe do, es una gran sátira hacia la televisión comercial.
una camilla con un cuerpo inerte cuya cabeza ha sido reemplazada por un televisor A pesar de estos importantes antecedentes, es recién en la década del ochenta
que incorpora el rostro del espectador mediante un circuito cerrado de video. En cuando se desarrolla plenamente la producción en cinta magnética en la Ar-
H2O Hombre (Center for Inter-American Relations, Nueva York, 1977), expone un gentina. La bonanza económica de la “plata dulce” permite la introducción
calco de su cuerpo en hielo que, al derretirse, alimenta una máquina que produce al país de un gran número de cámaras de video portátiles y de fácil uso, que
té para el público. promueven la creación electrónica. Entre los primeros autores se encuentran
En la obra de estos tres artistas, como en la de la mayoría de los de este período, algunos artistas visuales y gran cantidad de realizadores del cine y los medios
el uso de la tecnología va adquiriendo un sentido diferente al otorgado por los interesados en generar una televisión alternativa y de autor. Las puertas de los
precursores de esta corriente. En líneas generales, las connotaciones científicas de canales están cerradas para este tipo de productos, por lo que es el circuito del
sus obras ya no hablan del poder transformador de la tecnología para reformular video uno de los ámbitos preferidos para su exhibición.
la vida de las personas, sino más bien de su articulación como instrumento de pen- Lentamente se configura lo que Graciela Taquini denomina “la generación
samiento. Las visiones utópicas son reemplazadas por los estudios sistemáticos que videasta”.34 Con poca información sobre el videoarte internacional, los reali-
permiten indagar la realidad desde una perspectiva distanciada, enfatizando aspec- zadores locales comienzan a explorar las posibilidades narrativas de la nue-
tos de la producción artística desatendidos por las corrientes empáticas o vitalistas. va tecnología. Las primeras producciones que obtienen reconocimiento son
Con los instrumentos que provee la tecnología, el artista es ahora un escrutador piezas que beben en el lenguaje televisivo para satirizarlo o subvertirlo. Entre
de la realidad, un analista de los sistemas, medios y procesos que la constituyen, un ellas, una de las más sorprendentes y premiadas es The Man of the Week (1988),
exégeta de construcciones discursivas, materiales e ideológicas. Este nuevo rol traza de Boy Olmi y Luis María Hermida, basada en el programa de televisión Yo Fui
el punto final del arco en el que arte y tecnología se confrontan en los treinta años Testigo. Olmi y Hermida crean una sátira desopilante siguiendo los pasos de
que median entre las producciones de los cuarenta y de los setenta. una investigación sobre un hecho absurdo, que nunca termina de dilucidarse a
60 pesar de la continua recopilación de datos, las muchas entrevistas y las supues- 61
tas explicaciones científicas. De este mismo año es Roles, de Graciela Taquini,
una videoperformance en la cual la artista explora temas como el cuerpo, la
memoria y la identidad.
Los ochenta es también la década de otras producciones pioneras: los prime-
ros videoclips, las primeras videoinstalaciones. De igual forma, comienzan a
configurarse espacios y circuitos de exhibición: el Centro Cultural San Martín,
a través de ciclos dedicados a la creación electrónica promovidos por Graciela
Taquini, y posteriormente, el Instituto de Cooperación Iberoamericana, de la
mano de Laura Buccellato y Carlos Trilnick, que en 1989 inicia la muestra Bue-
nos Aires Video, un ámbito central en el panorama del videoarte nacional.

Los años dorados de la videocreación


El video adquiere su mayoría de edad durante la década del noventa. La ex-
perimentación se consolida entre los artistas, las muestras se multiplican y el
público responde entusiasta. A Buenos Aires Video se suman otras exhibiciones
de gran importancia, como el Festival Franco Latinoamericano de Videoarte que
organiza Jorge La Ferla en el Centro Cultural Ricardo Rojas – que luego se
transforma en la Muestra Euroamericana de Video y Arte Digital –, el Festival In-
ternacional de Video organizado por Carlos Trilnick, y el Festival Internacional de Jaime Davidovich. BA Video, 1989
Dr. Videovich, 1988
Videodanza, dirigido por Silvina Szperling, y especializado en un tipo de produc-
ción especial: la videodanza o danza para la cámara, es decir, piezas de video mente, pone en crisis la relación del medio con la realidad, al proponer a toda
con coreografías realizadas especialmente para ser registradas en ese soporte. mediatización como la construcción de un simulacro sin fin. La cinta funciona
La producción electrónica adquiere así una gran vitalidad. Aparecen autores como un juego de muñecas rusas: los artistas realizan una reconstrucción – ar-
destacados y con una obra sólida, que se convierten en referentes de los realiza- tística – del evento a partir del noticiero; éste realiza una reconstrucción – in-
dores más jóvenes y comienzan a viajar con sus trabajos a los festivales interna- formativa – de las actuaciones policiales; éstas son una reconstrucción – judicial
cionales, obteniendo premios y atención. Los ámbitos oficiales también abren – del crimen… Cada simulacro se construye sobre otro, porque en definitiva
sus puertas a estas producciones: el Museo Nacional de Bellas Artes realiza hay un punto central al que no se puede llegar: la reconstrucción – real – del
ciclos permanentes de video experimental, organizados por Rubén Guzmán, y crimen de la modelo. La pieza da lugar a profundos debates sobre la naturaleza
el Museo de Arte Moderno hace lo propio a través de los Ciclos de Arte Electrónico de los medios y su relación con el mundo. Como sucede también en la comen-
curados por Graciela Taquini. A través de los artistas reconocidos, el videoarte tada The Man of the Week y en otras producciones similares – como El Círculo
ingresa a las escuelas de cine y video, prolongándose en la labor de jóvenes Xenético (1989) de Luis María Hermida y Boy Olmi, o La Era del Ñandú (1987)
creadores que comienzan a tener una destacada participación en el circuito de Carlos Sorín – la crítica se prolonga a todo género documental inserto en la
local e internacional. lógica del espectáculo televisivo.
En el inicio mismo de la década una obra concita la atención. Se trata de Re- Sin embargo, las referencias a la televisión no agotan la producción del video
construyen Crimen de la Modelo (1990), de Andrés Di Tella y Fabián Hofman, una experimental de estos años. A los primeros realizadores, que provienen de ese
pieza que, como la mayoría de su época, formula una mirada crítica hacia la campo o aspiran a trabajar en él, se suman ahora un gran número de artistas
televisión. El video está realizado a partir de una noticia emitida por Nuevedia- plásticos cuyo horizonte es el videoarte y que se constituyen en autores dedica-
rio, el legendario noticiero de Canal Nueve. El material es manipulado por los dos específicamente a su producción.
artistas, a través de un cambio en los ritmos del registro visual y una distorsión Algunos de ellos exploran una vertiente poética. Utilizan la imagen electrónica
sonora que desvían la atención del hecho referido – la reconstrucción policial para generar metáforas audiovisuales, ensayando formas narrativas que se apartan
del crimen de una modelo – hacia la plasticidad del soporte audiovisual. El de las líneas clásicas del cine. La ausencia de un lenguaje o de formatos estable-
tratamiento pone en cuestión la integridad de la noticia. Pero fundamental- cidos hace del video un medio ideal para probar formas alternativas de construc-
62 ción audiovisual. En éstas aparece con frecuencia lo que se denomina montaje En poco tiempo la cantidad de autores dedicados al videoarte se multiplica. Éstos 63
vertical: frente al montaje horizontal que caracteriza al cine – que empalma tomas encuentran espacios de difusión conformados, a diferencia de la generación an-
de manera lineal y secuencial – en el ámbito del video se desarrollan formas de terior que tiene que construir sus lugares. Hacia 1992 aparece una segunda gene-
montaje al interior a la toma – que en general se despliegan de manera simul- ración de realizadores, artistas que se mueven en circuitos específicos, que tienen
tánea. Mediante incrustaciones, superposiciones, cuadros dentro del cuadro, más información sobre la producción nacional e internacional, y que conocen
sobreimpresión de textos que se desplazan por la pantalla de los modos más más cabalmente las características del medio.
insólitos, etcétera, se experimentan nuevas miradas y lecturas del flujo audio- Los artistas de la primera generación, por su parte, abren espacios y canales de
visual que proporcionan un acercamiento inédito a la imagen en movimiento. difusión, organizan muestras en el país y en festivales internacionales. Carlos
Frecuentemente, imágenes, textos y sonidos entran en confrontación. El sentido Trilnick, Sara Fried, Jorge La Ferla, Diego Lascano son algunos de ellos, auto-
surge de la colisión de tales fuentes antes que de su integración. La corresponden- res embarcados en la doble tarea de la producción y la gestión.
cia entre esos elementos es algo que el Carlos Trilnick es un pionero indiscuti-
espectador debe construir desde una mi- ble del videoarte argentino. Su trabajo
rada atenta y activa. Como en la poesía, comienza en los albores de los ochenta
el material audiovisual es un disparador y se consolida claramente hacia media-
para la expansión del sentido. Otro ele- dos de la década. A diferencia de otros
mento clave en la construcción narrativa realizadores cuyo referente es la televi-
del videoarte suele ser el ritmo. Entre los sión, Trilnick entiende al video como
“tiempos muertos” de los registros en medio artístico en toda su dimensión,
tiempo real y la “estética clip”, los artistas y explora vías plásticas de tratamiento
exploran múltiples formas para desacos- del audiovisual. Muy temprano realiza
tumbrar a los espectadores de los ritmos videoinstalaciones, cuando este for-
más o menos constantes de la narrativa mato artístico es casi desconocido en
fílmica o televisiva. el país. Su diálogo constante con los
Tango: El Narrador (1991), de Luz Zorra- artistas visuales y su perseverante labor
quin, explora la vía poética de manera gestora fomenta la permeabilidad entre
magistral. Sobre las imágenes de un tra- el circuito de las artes plásticas y el del
veling interminable, los textos de un diá- video, cuando el primero todavía ob-
logo entre dos seres anónimos quiebran serva con desconfianza al segundo. Su
la monotonía del registro. Existen otras obra se desplaza con facilidad entre una
imágenes, pero éstas poseen el mismo Luz Zorraquín
Tango. El narrador (detalle), 1991
Carlos Trilnick
Viajando por América, 1989 visión poética de la realidad – incluso
carácter ambiguo respecto del texto. Al si ésta incluye toques dramáticos – y la
mismo tiempo, hay una relación íntima que se va develando; las palabras son, qui- necesidad de formular una mirada local y americanista, de cara a los desafíos que
zás, el prólogo de un viaje, tal vez el viaje que registra la cámara. plantea el mundo globalizado. Este último interés se percibe en obras como Cela-
El grupo Ar Detroy comienza por estas fechas su prolífica carrera dentro del da (1990), Viajando por América (1989) y Qosco. La Cabeza del Tigre (1994), las dos
campo del video de creación. En 1990 realiza Diez Hombres Solos, una obra que últimas inspiradas por un viaje a Perú. El tema reaparece en obras más recientes,
muestra el pasaje de un grupo de personajes a través de la pantalla; éstos pa- como Geometrías de Turbulencia (1999), donde el artista configura una mirada
recen monjes que atraviesan un mar a un paso lento y constante. Su lejanía, personal al siglo veinte desde el final del milenio, en imágenes de inquietante
sumada a la escasa definición de la imagen de video, hace que las figuras se belleza matizadas por acentos sombríos.
confundan con las líneas del barrido electrónico, mientras la ausencia de color Trilnick trabaja frecuentemente con artistas plásticos. Una de sus alianzas más
favorece su integración al entorno natural. Como la mayoría de los videos de Ar fructíferas lo acerca a Remo Bianchedi, con quien realiza tres videos: La noche
Detroy, Diez Hombres Solos es una pieza de cámara – en el sentido musical – que de los cristales (1993), De niño (1995) y Danza de niño (1995).35 El primero surge
apunta a transmitir una atmósfera, un estado de ánimo antes que una narrati- de una exposición homónima de Bianchedi; parte del registro de la muestra,
va. Con un poco de atención, se descubre que los personajes que atraviesan la pero en su tratamiento audiovisual, en el ritmo de sus imágenes y la potencia
pantalla son en realidad nueve. El décimo hombre solo es, quizás, el espectador. de su sonido, se separa rotundamente de la mera descripción documental, eri-
64 giéndose como una obra autónoma. 65
Los otros dos parten de otra expo-
sición del pintor, De niño mi padre me
comía las uñas, realizada también en
el Centro Cultural Recoleta. Danza de
Niño utiliza la muestra como escenario
para una danza a cargo de Miguel Ro-
bles. Es una pieza de cámara, muy breve
y de gran impacto visual, por el tenor
de la danza y la iluminación de marcado
corte expresionista. De Niño deja prácti-
camente de lado la exposición que le
sirve como base y se interna en el pro-
blemático mundo contemporáneo, a
través de imágenes en contrapunto con
textos que evocan la historia, la memo-
ria, los hechos y conflictos cotidianos y
universales, con una mirada inquietan-
te sobre el presente.
Portada de la Sara Fried explora la mirada femeni- Margarita Paksa.
Revista Mediápolis, 1998 Comunicaciones, 1968
na. Tras alguna producción testimo-
nial (Del Bronx a Valentín Alsina, 1988;
Fatal, fatal mirada, 1990), y un vívido retrato de la relación filial entre dos her- clave de humor –, Flight 101: To No Man’s Land (1992) – una poética mirada al
manas (Hermanas video home, 1991), llama la atención del circuito local con mundo de la aviación, tema recurrente en su obra –, y Saint-Ex (1993) – basada
Imágenes alteradas (1993), la trasposición del monólogo interior de una mujer en la vida del poeta y aviador Antoine de Saint-Exúpery.
que espera a un hombre en una multiplicidad de secuencias audiovisuales ma- Junto a estas figuras que alcanzan protagonismo y visibilidad durante los pri-
nipuladas que plasman su historia, sus estados de ánimo y pensamientos. Ale- meros años de la década del noventa, son también importantes otras, cuya labor
jada momentáneamente de la producción hacia finales de los noventa, Fried es fundamental para el establecimiento y la evolución del medio: Fabio Guzmán,
impulsa una revista sobre arte y nuevas tendencias, Mediápolis, que en los co- Anna-Lisa Marjak, María Cristina Civale, Mariano Galperin, Eduardo Milewicz, Mar-
mienzos del siglo XXI cobra nuevo impulso en formato electrónico a través de tín Groisman, Nicolás Sarudiansky y Eduardo Yedlin, por sólo nombrar algunos.
la Universidad de Tres de Febrero. Igualmente destacable es la producción del Grupo Paleta E – de carácter testimo-
Jorge La Ferla también realiza una producción espaciada. Gran parte de ella se nial–, el pasaje de Eduardo Sapir antes de dedicarse al cine independiente, la obra
articula alrededor de un personaje, Richard Key Valdez, su alter-ego mediático, de Claudio Caldini – que proyecta sobre el video todo el bagaje de su paso por el
cronista del mundo contemporáneo posicionado en el fuego cruzado entre cine experimental –, y la actuación de Graciela Taquini en el ámbito de la pro-
el pensamiento político occidental y sus contrapartes. Sus viajes lo llevan a la gramación y la promoción de obras y artistas a través de diferentes espacios.
puna del norte argentino (Video en la Puna. El viaje de Valdez, 1994), a la Cuba Por varios motivos, la obra de Margarita Paksa es fundamental en este recuen-
castrista (Valdez habanero, 1997) y al Japón contemporáneo (Valdezen, 2001). to. En primer lugar, porque el video argentino más antiguo que se conserva le
Con un estilo personal inmediatamente reconocible, Diego Lascano desarrolla pertenece: se trata de Tiempo de descuento - Cuenta regresiva - La hora cero (1978),
la mayor parte de su producción en el campo de la animación bidimensional. una cinta realizada para una instalación en la que una persona corre a la par de
En este terreno es un verdadero pionero, siendo uno de los primeros artistas una figura humana registrada en video y manipulada electrónicamente. Lue-
del videoarte argentino en incorporar imágenes digitales. Hasta su abandono go, porque a lo largo de su carrera, Paksa experimenta profusamente con el
del circuito artístico y su emigración a Uruguay, su trabajo es constante y prolí- arte tecnológico y no deja de hacerlo hasta la actualidad. Ya en la época del
fico. En su haber figuran obras claves de la videocreación nacional, como Arde Instituto Torcuato Di Tella realiza la mencionada instalación sonora interactiva
Gardel (1991) – una especulación sobre las causas de la muerte del cantante en 500 Watts, 4.635 KC, 4.5 C, y edita un disco de vinilo para la instalación Comu-
66 nicaciones (1968), incluida en las Experiencias 1968. En 1992, Paksa presenta El 67
descanso de Loretta, una obra abstracta y psicodélica basada en la estética de los
protectores de pantalla de las computadoras. En Tenis (1997) retoma la imagen
figurativa para formular una crítica a las relaciones de poder desde el eje de la
competitividad.
Coronando esta reseña histórica, cabría destacar un video como La brutalidad
de los hombres (1992) de Anna-Lisa Marjak. Sus imágenes en blanco y negro
muestran la contienda entre dos individuos transformada en símbolo de la
competencia, el egoísmo y la mezquindad. Escenas de gran despojamiento for-
mal transforman la lucha entre estos seres en una imagen de las relaciones de
poder, con una síntesis pocas veces lograda en las obras de este período.

La segunda generación de videoartistas


Hacia 1992 comienza a hacerse evidente la aparición de un nuevo grupo de
realizadores. Éstos encuentran su camino allanado, accediendo con facilidad a
los circuitos de exhibición, premios, becas y subsidios. No todos comienzan en Gabriela Golder, Silvina Cafici.
estos años; algunos ya habían incursionado en el video, pero es a partir de este Heróica, 1999

momento que adquieren notoriedad o su producción evidencia un impulso


renovado. Entre ellos se puede mencionar a Marcello Mercado, Iván Marino, penetrar en sus rincones más íntimos. Uber Die Kolonie (1997) posa su mirada
Silvina Cafici, Arturo Marinho, Pablo Rodríguez Jáuregui, Sabrina Farji, Jorge sobre los niños internados en un reformatorio penal, en tanto Letanías (2000)
Castro, Julio Real y la dupla conformada por David Oubiña y Jorge Macchi. y En el reino del sueño de la muerte (2002), parten de situaciones registradas en un
A pesar de su escasa producción, Julio Real es autor de una de las piezas fun- manicomio para mujeres.
damentales del videoarte argentino, Primero lo nuestro (1994). La obra toma su Con Algunas mujeres (1992), Sabrina Farji adquiere notoriedad en el círculo del
nombre de una conocida campaña turística y se basa en imágenes de la natu- videoarte argentino. La pieza está basada en las vivencias de un grupo de per-
raleza sepultadas violentamente por ruido electrónico. A través de este simple sonas durante la dictadura militar interpretadas por reconocidas actrices. Su
proceder, Real pone en cuestionamiento la perspectiva oficial de una identidad apuesta es más política que experimental, aunque explora formas de descen-
basada en clichés turísticos y el descuido de aquella naturaleza sobre la que se tramiento del relato. Su producción se prolonga intermitentemente, aunque
predica tal identidad. mantiene la vía de la reflexión política como una constante.
Marcello Mercado es autor de una obra singular. En sus videos, la referencia cons- La producción de Silvina Cafici es por momentos algo más hermética, debi-
tante a cuerpos mutilados, trastornos psíquicos y diversas formas de violencia fí- do quizás a sus referencias literarias, filosóficas y artísticas. En Perder (el) tiempo
sica y moral, hablan de una sociedad enferma y perversa, fundada en discursos (1996) todos estos factores confluyen de manera precisa, formulando una poé-
sociales represivos. Una de sus obras más recordadas, El vacío (1994), confronta tica reflexión sobre el tiempo y su devenir. En Heroica (1999), correalizada con
las imágenes de una operación quirúrgica, el registro de cuerpos anónimos en Gabriela Golder, su interés es social y antropológico. El video está basado en las
una morgue, el sermón exaltado de un predicador, y varios símbolos religiosos, historias de cuatro mujeres peruanas que trabajan como empleadas domésticas
denunciando un vacío existencial que golpea con fuerza al cuerpo individual y en nuestro país. Con una coreografía muy simple, en la terraza de un edificio,
social. En 1996 comienza un proyecto ambicioso que continúa hasta entrado el las trabajadoras se apropian simbólicamente de su entorno, conjugando su his-
siglo XXI: trasponer El Capital de Karl Marx a la imagen electrónica. toria personal con la del territorio en el que eventualmente les toca vivir.
Iván Marino siente una atracción similar por los trastornos psíquicos, aunque Trasatlántico (1992), de Arturo Marinho, es un video de instantes fugaces. Re-
su obra es menos exaltada. Su preferencia por los registros documentales – gistrado en rutas desiertas y en tiempo real, está compuesto por una concatena-
generalmente en blanco y negro –, el tiempo real y la ralentización de las imá- ción de imágenes prácticamente fijas donde nada parece suceder hasta que un
genes, hace de sus obras piezas contemplativas y meditativas aun si la realidad sonido lejano, una sombra o un rastro imperceptible, modifican la estaticidad
que retratan no es tan agradable de ver. En Un día Bravo (1994), exhibe la inde- de la toma. En otras piezas, Marinho explora la construcción de relatos frag-
fensión del estado senil a través del acoso a su anciana tía con la cámara, hasta mentados a partir de imágenes de diferente procedencia. Las narraciones son
68 un destacado promotor del videoarte argentino, primero a través del ciclo Zoo 69
Video – organizado junto a Aldo Consiglio en el Centro Cultural Recoleta – y
luego con Amianto Video – un nuevo ciclo instituido con Fabio Guzmán en el
mismo lugar.
Tras alguna producción documental, Luis Campos se orienta plenamente al
videoarte con Boleto multa (1993), el relato de una violación en un colectivo
filtrado por la estética del cine de Sergei Eisenstein. Sus trabajos derivan rápi-
damente hacia la videoinstalación, siendo uno de los artistas más destacados en
este rubro, junto a Carlos Trilnick y Gustavo Romano. Otros protagonistas del
circuito en estos años son Leonardo Ayala, Alejandro Sáenz y Flavio Nardini.

La institucionalización.
Los nuevos realizadores de videoarte
En 1994, Buenos Aires Video se transforma en una muestra competitiva, con pre-
mios en dinero que fomentan la producción. Este incentivo se suma al que
otorgan el Fondo Nacional de las Artes y la Fundación Antorchas, a través de
subsidios para la creación artística y becas para realizar residencias en impor-
tantes instituciones internacionales. Así, los jóvenes realizadores encuentran
Pablo Rodríguez Jauregui. multiplicadas sus vías de producción y las posibilidades de circulación de sus
Capitán Cardozo, 1995
obras. Comienzan a viajar, acumulan becas y trabajos que aumentan su pres-
tigio, y adquieren reconocimiento en el medio. Al mismo tiempo, el Museo
simbólicas, aunque en una obra premiada, Perdido y encontrado (1998), parte Nacional de Bellas Artes comienza su colección de videoarte argentino (1997),
de un episodio real – una catástrofe aérea – para plantear una visión personal y varias instituciones se preocupan por incrementar sus mediatecas con realiza-
sobre los últimos instantes de una vida. ciones en video nacionales. Los artistas más prestigiosos exponen en galerías e
Pablo Rodríguez Jáuregui es uno de los artistas más destacados en el campo incluso llegan a vender sus obras a coleccionistas, aunque este privilegio suele
de la animación en la Argentina. Sus producciones circulan por los festivales estar reservado a los creadores de videoinstalaciones.
de videoarte hasta que ingresa en la televisión. Sus primeras obras son anima- Algunos cambios en los sistemas de realización impactan en los trabajos de es-
ciones en formatos más o menos tradicionales, basadas en historias breves. Al tos años. El uso cada vez más frecuente de la computadora como herramienta
incorporar la digitalización, Jáuregui explora el collage electrónico, apropián- de tratamiento de las imágenes y de edición incrementa las posibilidades creati-
dose de imágenes y fragmentos audiovisuales, con preferencia, de películas y vas, e independiza a los realizadores experimentales del uso de islas de edición
series televisivas de clase B. En su serie Capitán Cardozo (1995) elabora una saga diseñadas para labores más tradicionales (publicidad, televisión, documental),
sobre un par de héroes algo torpes, en la cual se acumulan las citas a los clásicos donde la exploración experimental consume largas horas y gruesas cantidades de
paladines del cine y la TV en clave de humor. dinero. Con una computadora en casa, muchos creadores invertirán más tiempo en
Desde la ciudad de Córdoba, Jorge Castro se abre paso a través de cintas donde su labor, obteniendo mejores resultados a un costo mucho más bajo.
combinaba la manipulación de la imagen electrónica – distorsiones, repeticio- La digitalización del video incentiva un tratamiento más intenso de la imagen y
nes, colorización – con música repetitiva y performance o danza (Instalaciones el sonido, el trabajo simultáneo con diferentes capas audiovisuales, la profundiza-
circulares mercurio, 1994; Tabla esmeralda, 1995). Al volcarse a la imagen digital, ción del montaje vertical, la apropiación de materiales de las más diversas fuentes
sus videos comienzan a aumentar el grado de manipulación hasta casi anular la – registros, películas, televisión, música, fotografías, publicidad, efectos sonoros,
imagen, llegando a los límites de la abstracción. En los Estados Unidos, Castro textos, íconos y señalizaciones diversas, la historia del arte, y un largo etcétera –.
se perfecciona en la elaboración y manipulación de softwares, explorando el No obstante, muchos realizadores mantienen su estilo, e incluso destacan las pro-
tratamiento conjunto de imagen y sonido en tiempo real. piedades de la producción analógica, a veces con un dejo de nostalgia. A media-
Este grupo de artistas es acompañado por un caudal de nuevos realizadores dos de los noventa hay un resurgimiento del interés por el cine Super-8 y algunos
cuya labor toma rumbos diversos. Camilo Ameijeiras, además de realizador, es realizadores lo utilizan como material de base para sus videos.
70 Pero la introducción de la computadora tiene un efecto contradictorio. Si por En la línea del documental de autor no puede dejar de mencionarse a Hernán 71
un lado incentiva la producción independiente, por otro tienta a los artistas a Khourian. Su video Áreas (2000) indaga la vida en el campo con una mirada
explorar sus propias cualidades estéticas, haciendo que muchos abandonen atenta y aparentemente desapasionada, retratando su crudeza y singularidad.
el video para dedicarse de lleno al arte digital, al cd-rom de autor o al net.art Las imágenes, sin tratamiento alguno, en tiempo real y unidas por un montaje
(obras artísticas realizadas para la Internet). Esta vertiente se profundiza hacia directo, enfatizan la potencia de las acciones que registran, sumergiendo al
el final del milenio, aunque no reemplaza por completo a la producción en espectador en las labores cotidianas, por momentos escabrosas, de un grupo
video, ya que ésta posee un circuito de distribución más amplio y aceitado, de personas del ámbito rural.
mientras la producción digital todavía se mantiene algo marginal. Ian Kornfeld pasa fugazmente por el videoarte antes de dedicarse por comple-
Otra particularidad de este período es que muchos realizadores provienen de to a su banda musical, Pornois. En ésta también experimenta con las imágenes
las escuelas de cine y video que se multiplican en Buenos Aires. En varias en- electrónicas que acompañan la música de sus conciertos. Sebastián Ziccarello
señan artistas reconocidos (La Ferla, Fried, Lascano, Groisman, Trilnick) que es el autor de 1.Elipse (2000), un video de alto impacto, que repite sin cesar y
incentivan el acceso experimental al universo audiovisual. Entre las figuras más con pequeñas variaciones la imagen de la represión policial de un joven. Pla-
destacadas de esta extracción se cuentan Gabriela Golder, Andrés Denegri, Se- neada como una experiencia no sólo visual sino casi física – mediante el uso de
bastián Ziccarello, Camilo Ameijeiras, Ian Kornfeld, Gregorio Anchou y Sebas- un sonido irritante a gran volumen – la pieza devela lentamente su contenido,
tián Díaz Morales. En La Plata surge un grupo de autores que no están ligados a creando una sensación angustiante y opresiva que crece a un ritmo constante
una institución, pero que llegan a construir un movimiento local de destacada e irrefrenable.
relevancia: Gastón Duprat, Mario Chierico, Adrián De Rosa, Federico Mércuri. Desde sus primeras incursiones en el videoarte, Gastón Duprat impone su esti-
En Rosario, Gustavo Galuppo sobresale como una figura casi solitaria, si bien lo personal. En ellas, suele trabajar a partir de una excusa argumental mínima,
esa ciudad es cuna de destacados realizadores, como Iván Marino, Pablo Rodrí- con una imagen manipulada pero despojada que a veces termina en abstrac-
guez Jáuregui y Arturo Marinho. ción. Esta síntesis culmina en Camus (1995), un video-minuto basado en un
Gabriela Golder realiza una carrera internacional exitosa, moviéndose con cuento de Albert Camus, en el que un personaje narra el argumento en un
fluidez entre el video monocanal, la videoinstalación y el net.art. Uno de sus estilo desdramatizado mientras se superponen imágenes y textos que refieren
primeros videos, Lettre 1 (1996), presenta imágenes repetitivas de caballos ga- al propio lenguaje del video de manera metatextual. La pieza le concede el
lopando, mientras una voz sensual cuenta la historia de una princesa y un gru- Primer Premio en Buenos Aires Video VIII. Desde entonces profundiza su trabajo
po de caballeros. Tras diversas residencias, su trabajo se diversifica. En 2002, con la imagen electrónica para internarse en producciones de mayor extensión
el video Vacas produce un impacto internacional y gana diversos premios en pero con igual cuidado
festivales del mundo. La pieza está construida mediante la manipulación de formal. Tras asociarse
una famosa noticia apropiada de la televisión: el vuelco de un camión que con Mariano Cohn, reali-
transporta vacas y el subsiguiente espectáculo de un grupo de personas que las za un conjunto de obras
carnea para llevárselas a sus casas. Las tomas están ralentizadas y manipuladas notables, como Circui-
cromáticamente al punto de convertirse en verdaderas imágenes plásticas que to (1996) y Enciclopedia
recuerdan la estética de Goya. En los años siguientes, Golder se vuelca hacia (2000, junto a Adrián De
la investigación de diferentes contextos sociales. En 2006 interviene el Palacio Rosa), entre otras. Du-
de Correos con Reocupación (2006), una impactante videoinstalación basada en prat y Cohn llegan a la
testimonios de personas desocupadas. televisión con el progra-
La obra de Andrés Denegri surge de excusas mínimas, que a veces son narrati- ma Televisión Abierta – de
vas, y otras, formales. Yo estoy aquí, colgado de la ventana (1998) nace de un poe- gran repercusión desde
ma; Cuando vengas vamos a ir a comer a Cantón (2001) parte de una fotografía. la pantalla del Canal 2 –,
Hacia finales de los noventa explora nuevas formas de narrativa documental, elaboran la imagen del
Gastón Duprat
acercándose a lo que se ha dado en conocer como documental de autor, esto es, Camus, 1995 canal MuchMusic – para
un formato que parte del registro de la realidad pero que no se propone como el cual crean separado-
una mirada objetiva sobre el mundo, sino por el contrario, como una visión res, programas y personajes –, y hoy se dedican a la realización cinematográfica.
cargada de subjetividad. En la actualidad, realiza ambiciosas instalaciones con Los antecedentes más evidentes en la obra de Gustavo Galuppo son fílmicos, aun-
películas de Súper-8, 16 mm y 35 mm. que en sus videos crea climas propios que relativizan sus referentes. En El diablo
72 vino a Tucson (1998) construye un escenario opresivo, marcadamente expresionista, de arte –, hacia la década del ochenta cobra cierta autonomía configurando 73
habitado por un muñeco siniestro. En otras producciones, las citas al cine son más lugares específicos para su exhibición. No obstante, sería mejor decir que su
explícitas porque incorpora fragmentos de películas; tal es el caso de Teoría de la de- ubicación está siempre a medio camino entre ambos ámbitos, dependiendo de
riva (2000) y gran parte de su trabajo posterior. Gregorio Anchou realiza cintas con lo que cada uno de ellos le ofrezca.
claras alusiones al cine experimental norteamericano de postguerra; Supositorios de Durante la década del noventa el video adquiere protagonismo en el universo de
LSD (1994), por ejemplo, evidencia una clara admiración por el cine de Kenneth las artes plásticas. Las grandes exposiciones de arte contemporáneo comienzan
Anger. Luego se vuelca a la producción de un cine inmediato y de activismo de gé- a preferirlo por diferentes motivos: por su carácter espectacular, por su lenguaje
nero (Safo, 2003; La peli de Batato, 2011; Heterofobia, 2015). accesible al público general – instruido por el cine y la televisión –, por el interés
Con una línea estética sobria e inmediatamente reconocible, Ricardo Pons ela- de los jóvenes artistas hacia el medio, por su novedad en museos y galerías, por sus
bora un cuerpo de obras que bucea en la identidad argentina, su realidad pe- cada vez más comunes condiciones de exhibición – la generalización de los pro-
riférica, sus ansias de poder y sus sueños inconclusos. Tras un homenaje a la yectores de video, los reproductores de dvd, etc. –, por su aceptación dentro del
perra precursora de los vuelos espaciales (Laika, 1997) y una meditación sobre circuito comercial, por la influencia de los artistas que trabajaron históricamente
el mundo a partir de textos de Baudrillard (Metáfora de un crimen perfecto, 1997), con el medio. Lo cierto es que a comienzos de los noventa, ninguna exposición se
Pons se interna en los conflictos locales con ADN(i) (1999), Sudtopía (2000), considera realmente contemporánea si no incluye alguna pieza en formato elec-
La tierra (2000), y una serie de videos en los que analiza dos grandes proyectos trónico, siendo las videoinstalaciones preferidas por su capacidad para atrapar al
tecnológicos del peronismo – la construcción del avión Pulqui y el desarrollo de espectador en el espacio y el flujo de las imágenes.
energía nuclear – metáforas de una Argentina que intentó sin éxito el camino La Argentina no es indiferente a esta tendencia. Ya en 1990, Jorge Glusberg y
de las potencias mundiales. Laura Buccellato organizan una exposición en el Museo Nacional de Bellas Ar-
Carlos Essman, Rubén Guzmán, el Grupo Fosa y Javier Sobrino son otros protago- tes con el título de Videoarte Internacional, donde presentan diez videoinstalacio-
nistas de este momento entusiasta del videoarte argentino. Essman trabaja a partir nes junto a diversos programas de video monocanal de diferentes lugares del
de la poesía, en alianza con el poeta Daniel G. Helder, desarrollando ingeniosos mundo. Desde entonces, el medio aparece con frecuencia en las exposiciones
contrapuntos entre imagen y palabra, como Poesía espectacular film (1995) y Sardinas locales. En 1993, Daniel Capardi organiza otra gran exhibición de videoarte
(1997). Rubén Guzmán parte de una indagación sobre los soportes de la imagen, en el Museo Emilio Caraffa de Córdoba, que lleva por título El día electrónico,
experimentando con múltiples materiales como base para videos que suelen incluir mientras en Tucumán, Ana Claudia García expone su primera videoinstala-
referencias filosóficas o literarias. El Grupo Fosa trabaja a partir de los registros de ción, Marcar, en 1993.
sus propias performances. Uno de sus integrantes, Javier Sobrino, continúa con una Así, estas producciones se propagan por el circuito artístico nacional. En Bue-
producción propia basada en lenguajes inventados. nos Aires son numerosos los espacios que albergan este tipo de obras: el Insti-
Mención aparte merece un género que se desarrolla con fuerza a partir de 1995, tuto de Cooperación Iberoamericana, la Fundación Banco Patricios, el Casal
con la creación del Festival Internacional de Videodanza. Esta modalidad se inaugura de Catalunya, entre otros. El Centro Cultural Recoleta tiene su gran exhibición
en nuestro país con el Primer Taller de Videodanza para Coreógrafos, dictado por Jorge de arte electrónico en 1998, cuando Ximena Caminos y el autor de estas líneas
Coscia en 1993. De él surgen las primeras producciones del género: Temblor (1993) organizan Arte Siglo XXI.
de Silvina Szperling, Asalto al Patio (1994) de Margarita Bali y El Banquete (1994) de En pocos años, la producción de instalaciones de video se multiplica. En sus
Paula de Luque. primeras manifestaciones, la presencia de este medio se reducía a las pantallas
Margarita Bali es quien continúa con más constancia en esta línea. Sus videos se van de los televisores, que eran los únicos dispositivos que permitían introducir
depurando de la profusión de efectos que caracterizan a los primeros, para llegar imágenes electrónicas en el espacio. Pero hacia 1994 comienzan a aparecer los pro-
a una síntesis perfecta entre danza e imagen en piezas como Agua (1997) y Arena yectores y la imagen electrónica se expande habitando las salas de exposición. Más
(1998). Bali es una de las principales impulsoras, además, de la danza multimedia, en tarde, la multiplicación de las pantallas genera espacios envolventes, ambientacio-
la cual, bailarines en vivo interactúan con imágenes pregrabadas, una tendencia en nes electrónicas en las que el público queda sumergido en el entorno audiovisual.
la que también destaca Susana Szperling. Gustavo Romano es uno de los artistas que más incursiona en este formato. Sus
instalaciones suelen ser dispositivos simples con una imagen prolongada en el
tiempo, como es el caso de Huella (1996), una pantalla suspendida que muestra
El video entre las artes plásticas una huella digital que muta lentamente, o Lighting Piece (2000), que muestra la
La posición histórica del videoarte ha sido siempre ambigua. Si bien comienza imagen de un fósforo encendido que nunca se consume.
en los espacios destinados a las artes visuales – de hecho, nace en una galería Luis Campos, en cambio, utiliza con frecuencia imágenes multiplicadas en di-
74 ferentes monitores. En El ego-sillón videográfico (1994) lo hace para reproducir al 75
extremo la figura del espectador que debe sentarse en un sillón de monitores
que le devuelven su propia imagen. En una instalación posterior en la Galería
Filo, un conjunto de televisores muestran la imagen de un hombre corriendo
varias veces repetida como homenaje a la fotografía de Eaedweard Muybridge.
Marta Ares se ocupa especialmente por el contexto en el que se exhiben sus vi-
deos. En una de las versiones de Entonces, la piel se derrama… (1995), muestra la
pieza en monitores ubicados frente a colchonetas rellenas de parafina; en Corporal
dilación (1994), el espectador debe acostarse sobre un piso metálico para ver un
video proyectado sobre el techo de la sala. En otras ocasiones, Ares interviene los
televisores donde se emiten sus obras con piedras de colores y telas.
Silvia Rivas utiliza la imagen electrónica para plasmar percepciones respecto
al tiempo. Sus investigaciones llegan a un punto cumbre cuando presenta una
mega-muestra con diversas videoinstalaciones en la Sala Cronopios del Centro
Cultural Recoleta (Notas sobre el tiempo, 2001), probablemente la mayor muestra
individual en este formato realizada en la Argentina en esta época. El grupo Ar
Detroy exhibe también algunos trabajos monumentales en estos años, como El
reflejo de lo invisible (1998) y Un acto de intensidad (1999), dos videoinstalaciones
en cinco pantallas gigantes basadas en performances, que son presentadas en
el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.
A finales de los noventa, una gran cantidad de artistas plásticos se vuelcan a
la producción electrónica. Entre ellos se encuentran: Andrea Juan, Gabriela
Francone, Mara Facchin, Karina Peisajovich, Augusto Zanela, Matilde Marín,
Liliana Porter y Alicia Herrero, por sólo mencionar algunos.

Incursiones en el universo digital


Los últimos años del siglo veinte asisten a una verdadera revolución en el te-
rreno de los medios de producción electrónica audiovisual. La generalización
de las computadoras, y más tarde, la llegada de Internet y los soportes digitales,
abren un ámbito inédito a la exploración y experimentación estética que mu-
chos artistas deciden transitar. La velocidad de los cambios hace que muchos
formatos tengan una vida efímera. Es el caso de lo que se conoce como cd-rom
de autor, que apenas resiste el advenimiento de la World Wide Web y sus posi-
bilidades de distribución global. No obstante, llega a vehicular un cuerpo de
trabajos interesantes, como Buenos Aires interactivo, de Camilo Ameijeiras y Die-
go Margarit; Sacerdotes y profetas, de Mónica Jacobo; Tal vez mañana, de Martín
Groisman; Shifters, de Gustavo Romano; o Juan Moreira, de Carlos Trilnick.
La llegada de Internet anima a los artistas a sumergirse en su inmaterialidad
Luis Campos
El Ego Sillón Videográfico, 1994 distribuida. Casi de inmediato, dos proyectos pueblan el espacio virtual: Arteu-
na (1996), dirigido por Anahí Cáceres, que se propone como un sitio de infor-
mación sobre el arte tecnológico argentino, y Fin del mundo (1996), creado por
Gustavo Romano, Carlos Trilnick, Belén Gache y Jorge Haro como ámbito para
la investigación y realización de piezas de net.art.
76
Notas 10
GRAV. “Assez de mystifications”. 77
1
Bayley, Edgardo, et.al. “Manifiesto in- Panfleto distribuido durante la II Bienal
vencionista”, publicado originalmente de París (1961), reproducido en GRAV.
en: Revista Arte Concreto, N° 1, Buenos Stratégies de participation (cat.exp.).
Aires, agosto de 1946, reproducido Grenoble: Le Magasin, 1998, p.71 (la
en: Perazzo, Nelly. El arte concreto en la traducción es mía).
Argentina. Buenos Aires: Gaglianone, 11
Ibídem.
1983, p.175 12
Uribe, Basilio. “Introducción”, en
2
“Manifiesto Madí”, publicado origi- Materiales, nuevas técnicas, nuevas expre-
nalmente en: Revista Madi Mensor, N° siones (cat.exp.). Buenos Aires: Museo
0, Buenos Aires, 1947, reproducido en Nacional de Bellas Artes, 1968.
Arte abstracto argentino (cat.exp.). Buenos 13
Para mayor información sobre
Aires: Fundación Proa, 2002, p.185. este tema, consúltese: Longoni, Ana.
3
Ibídem. “Investigaciones visuales en el Salón
4
Por ejemplo, en: Popper, Frank. Art Nacional (1968-1971): la historia de
of the Electronic Age. New York: Harry N. un atisbo de modernización que ter-
Abrahams, 1993, p.17. minó en clausura”, en Penhos, Marta;
Gustavo Romano.
Mi deseo es tu deseo, 1996
5
La Torre de América fue diseñada por Wechsler, Diana (coord.). Tras los pasos
César Jannello y Gerardo Clusellas. de la norma. Buenos Aires: Archivos del
6
Para mayor información sobre esta CAIA; Ediciones del Jilguero, 1999.
Desde la aparición de la Internet, Romano explora sus posibilidades artísticas. obra, consúltese: Alonso, Rodrigo. 14
Costa, Eduardo; Escari, Raúl, Jacoby,
En 1996 realiza su primera obra para este medio, Mi deseo es tu deseo, en la que “La Feria de América y su legado”, Roberto, “Un arte de los medios de co-
construye las páginas web de un hombre y una mujer creados digitalmente, en Quiroga, Wustavo (ed.). Feria de municación” (manifiesto), en Massota,
con las direcciones de correo electrónico respectivas, y espera la respuesta de América: vanguardia invisible. Mendoza: Oscar. Happening(s). Buenos Aires:
los navegantes. De inmediato recibe todo tipo de mensajes y propuestas, cons- Fundación del Interior, 2012. Julián Álvarez, 1967.
truyendo una suerte de mapeo de los deseos vagabundos del espacio virtual. 7
Kosice, Gyula. “La aclimatación gratui- 15
Mayor información sobre las presen-
En 2000 produce Hiperbody, un sitio con un cuerpo femenino y uno masculino ta”, publicado originalmente en: Arturo. taciones de literatura oral puede encon-
cuyas partes remiten a páginas afines en Internet. Los dos trabajos reflexionan Revista de arte abstracto. Buenos Aires, trarse en: “Hagamos una obra de arte”,
sobre el cuerpo, el deseo y la identidad. 1944, reproducido en Arte abstracto ar- Primera Plana, 1 de noviembre de 1966.
Entre los artistas que exploran este soporte durante los noventa se pueden mencio- gentino, op.cit., p.156. 16
Para mayores datos de estos dos hap-
nar también a Fabio Doctorovich, Wili Peloche, Horacio Zabala, Daniel Micaelli, 8
La ciudad hidroespacial no se presenta penings consúltese: Masotta, Oscar.
Jorge Castro, Belén Gache, Jorge Haro, Dina Roisman y Anahí Cáceres, entre otros. exclusivamente como una nueva arqui- “Después del pop: nosotros desmateria-
Pero la tecnología digital recién logra estabilizarse, relativamente, en los albo- tectura, sino que proyecta nuevas for- lizamos”, en Masotta, Oscar. Conciencia
res del nuevo milenio. Con él comienzan a aparecer las instalaciones interacti- mas de vida en su interior. Así, propone y estructura. Buenos Aires: Corregidor,
vas, las obras generativas, los proyectos telemáticos, los robots y otras realizacio- un “Lugar de lo inimaginable a través 1990.
nes que involucran desarrollos tecnológicos sofisticados. Los artistas que en los del júbilo personal y colectivo”, otro “de 17
Citado en Herrera, María José. “En
noventa se aproximan tímidamente a este mundo, constituyen la avanzada de vacaciones intermitentes”, otro “antimi- medio de los medios. La experimenta-
un terreno fértil de producciones artísticas todavía por venir. lagroso, que crea milagros asequibles”. ción con los medios masivos de comuni-
Al respecto, consúltese: Kosice, Gyula. cación en la Argentina de la década del
500 lugares para vivir. La ciudad hidroes- 60”, en FIAAR. Arte argentino del siglo XX.
pacial. Buenos Aires: Akián, 2010. Premio Telefónica de Argentina a la investi-
9
Francisco Sobrino nació en España, gación en Historia de las Artes Plásticas.
pero vive y estudia en la Argentina hasta Buenos Aires: FIAAR, 1997.
su radicación en París en 1959. 18
El proyecto involucra diferentes acti-
78 vidades y estrategias. En primer lugar, 22
Para ampliar la información sobre esta “Sistemas, acciones y procesos. 1965- 79
un grupo de artistas viaja a la ciudad de obra consúltese: Alberro, Alexander. 1975”, en Sistemas, acciones y proce-
Tucumán para investigar la situación y “Media, Sculpture, Myth”, en Falconi, sos, 1965-1975 (cat.exp.). Buenos Aires:
establecer contactos. En un segundo via- José Luis; Rangel, Gabriela (ed.). A Fundación Proa, 2011.
je, un grupo más amplio, acompañado Principality of Its Own. 40 Years of Visual 31
CAYC, GT54, 28-6-71
por técnicos y periodistas, recaba infor- Arts at the Americas Society. New York: 32
El término “videoarte” se desarro-
mación, realiza encuestas y entrevistas, Americas Society, 2010, pp.163-167. lla lentamente durante la década de
y registra las calles, los barrios y las in- 23
Para ampliar la información sobre esta 1970, conviviendo con otro, el de
dustrias; simultáneamente, en Rosario, obra consúltese: David Lamelas. A New “videos de artistas” (video by artists).
comienza una campaña con pintadas Refutation of Time (cat.exp.). Düsseldorf: En los orígenes del medio, no hay di-
callejeras y afiches basada primero en la Richter Verlag, 1997, p.86. ferencia entre una pieza de carácter
palabra “Tucumán” y luego en la frase 24
Krauss, Rosalind. “Video: The experimental y una simplemente rea-
“Tucumán Arde”. Con el material acu- Aesthetics of Narcissism”, October, 1, lizada por un artista.
mulado, los artistas construyen un dis- 1976, pp.50-64. 33
Entre 1974 y 1978, Jorge Glusberg
positivo multimedia de exhibición en la 25
El grupo de investigadores a cargo de organiza diez Festivales Internacionales
Central de los Trabajadores de Rosario, esta experiencia está compuesto por de Video en las siguientes institucio-
que anuncian como Primera Bienal de el sociólogo Eliseo Verón, el psiquia- nes: Instituto de Arte Contemporáneo,
Arte de Vanguardia. Allí se muestran tra y analista Carlos Sluzki, el escritor Londres (1974), Espace Cardin, París
las imágenes y los testimonios orales, Carlos Peralta y los arquitectos Héctor (1975), Palazzo dei Diamanti, Ferrara
se proyectan filmes y se ejecutan al- Compaired y Silvio Grichener, con la (1975), CAYC, Buenos Aires (1975),
gunos gestos alusivos a la situación de asistencia del compositor Francisco Centro Internacional de Cultura,
la provincia, como servir café amargo Kröpfl en el diseño sonoro. Para mayor Amberes (1976), Museo de Arte
durante la inauguración para poner información sobre este happening, con- Contemporáneo, Caracas (1976),
de manifiesto el problema azucare- súltese: Panorama, Buenos Aires, N° 62, Fundación Joan Miró, Barcelona
ro. Para una descripción detallada de 25 de junio de 1968. (1977), Galería Continental, Lima
esta experiencia, consúltese: Longoni, 26
Citado en: Romero Brest, Jorge. Arte (1977), Museo Alvar y Carmen Carrillo
Ana; Mestman, Mariano. Del Di Tella a visual en el Di Tella. Buenos Aires: Emecé, Gil, México DF (1977), Sogetsu Kaikan,
“Tucumán Arde”. Vanguardia artística y 1992, pp.164-5. Tokio (1978).
política en el ’68 argentino. Buenos Aires: 27
Glusberg, Jorge. “Argentina Inter- 34
Taquini, Graciela. “Una memoria del
El cielo por asalto, 2000. Medios”, en Argentina Inter-Medios (cat. video en Argentina”, en Buenos Aires
19
Plásticos de vanguardia de la exp.). Buenos Aires: CAYC, 1969. Video (cat.exp.). Buenos Aires: Instituto
Comisión de Acción Artística de la CGT 28
Burnham, Jack. Beyond Modern de Cooperación Iberoamericana, 1993.
de los Argentinos, “Declaración de Sculpture. The Effects of Science and 35
Las dos últimas fueron correalizadas
Buenos Aires”, citado en Longoni, Ana; Technology on the Sculpture of this Century. junto a Sabrina Farji.
Mestman, Mariano, op.cit. p.195 New York, Brazilier, 1968.
20
Para ampliar la información sobre esta 29
Burnham, Jack. “Systems Aesthetics”,
obra consúltese: Marta Minujín. Obras Artforum, Vol. 7, N° 1, September 1968.
1959-1989 (cat.exp.). Buenos Aires: 30
Existe otro antecedente importante a
MALBA, 2010, p.74. la introducción de los sistemas en el arte
21
Para ampliar la información sobre esta de los años setenta: la exposición Systemic
obra consúltese: Longoni, Ana; Carvajal, Painting (Pintura sistémica, 1966), or-
Fernanda (comp.). Minuphone 1967- ganizada por Lawrence Alloway en el
2010. Buenos Aires: Espacio Fundación Museo Guggenheim de Nueva York. Al
Telefónica, 2010. respecto, consúltese: Alonso, Rodrigo,
C.1 / 03
80 Relatar una historia aún fragmentaria1 plantea numerosas incertidumbres,
pero también abre las puertas a la necesaria e inevitable revisión del pasado.
81

HACIA UNA GENEALOGÍA Cada nuevo relato multiplica – o debería multiplicar – las perspectivas, hipóte-

CAPÍTULO 1 / 03
sis e interpretaciones, cada nuevo contexto de recepción establece un desafío

DEL VIDEOARTE ARGENTINO semántico y narrativo; que espero poder asumir en las páginas que siguen. Si
bien ya he emprendido esta misma tarea en otras oportunidades,2 la historia
del videoarte en la Argentina, tal como la percibo hoy, se inserta en un contex-
to sociocultural más amplio del que he descrito en otras oportunidades. Esta
nueva aproximación se orienta hacia ese contexto.

ELOGIO DE LA LOW- TECH


El impulso modernizador
Como en casi todo el mundo, la década de 1960 es un período de profundas
transformaciones en la República Argentina. Signado por gobiernos militares y
constitucionales intermitentes, por una cierta bonanza económica y una fuerte
industrialización, por las seducciones de la sociedad de consumo y la creciente
conciencia de sus consecuencias sociales y políticas, el país atraviesa un período

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


de crecimiento que incide en todas sus áreas, incluidas las intelectuales y artísti-
cas. La política desarrollista, llevada adelante por los gobiernos de los primeros
años de la década, impulsa un discurso modernizador que busca posicionar a la
Argentina entre los principales países del mundo. Con el respaldo económico
de las agroexportaciones – potenciadas por la recuperación europea tras la úl-
tima gran guerra – y una actividad industrial fortalecida, la nación se apresta a
posicionarse en la incipiente globalización económica del mundo reunificado.
Esto implica, entre otras cosas, un vínculo mucho más fluido con el exterior. En
el mundo de las comunicaciones que se avecina, la Argentina ve la posibilidad
de superar el aislamiento al que se había visto sometida por su distancia de los
grandes centros políticos y económicos – aunque ese mismo aislamiento había
sido uno de sus mayores beneficios durante los años de los grandes conflictos
bélicos –. Esta situación se siente con mayor fuerza en las metrópolis3, que son
las primeras – y quizás las únicas – en evidenciar los signos del cambio.
En el terreno cultural se produce una profunda renovación institucional y esté-
tica. En casi todas las artes aparecen nuevas voces con propuestas que buscan re-
Instituto Di Tella, 1967 volucionar las prácticas creativas. Al “nuevo cine argentino”, inspirado en el cine
europeo pero con un fuerte acento local4, se suma una corriente de dramaturgos

RODRIGO ALONSO
que transforman la escena teatral, con obras de carácter experimental que al mis-
mo tiempo reflexionan sobre la vida urbana y su creciente aburguesamiento.
En el ámbito de las artes visuales la situación es similar. En un lapso muy breve
los artistas asimilan las principales estéticas de la posguerra. Entre ellas, algu-
nas vertientes científico-tecnológicas, como el op art y el cinetismo, gozan de
particular aceptación5. Happenings y performances desplazan el interés desde
los objetos artísticos a las acciones y los procesos. En un clima de euforia gene-
ralizada se declara la muerte de la pintura6 y se apuesta a un arte identificado
con la vida.
82 Este movimiento se produce en un marco institucional muy particular. Su epicen- 83
tro es el Instituto Di Tella, un organismo dedicado a la producción artística y la
investigación social, financiado por una industria argentina (Siam - Di Tella) con
el aporte de fundaciones extranjeras, principalmente norteamericanas7.
El Instituto Di Tella es el principal impulsor del discurso modernizador en el
campo de las artes y uno de los mayores promotores del diálogo entre la pro-
ducción artística local y la mundial. Organiza un premio internacional en el
que participan los artistas más destacados del momento – Jasper Johns, Robert
Rauschenberg, Pierre Alechinsky, Arman, Kenneth Noland, Takis, Frank Stella,
entre muchos otros – junto a los creadores locales, cuyo jurado está compuesto
por teóricos influyentes – Clement Greenberg, Giulio Carlo Argan, Pierre Res-
tany, Lawrence Alloway, etc. –. El premio no sólo lleva a Buenos Aires lo mejor
del arte planetario, sino que premia a los artistas nacionales con becas de per-
feccionamiento en Europa y los Estados Unidos. De esta forma, promueve el
contacto de éstos con la escena internacional, un hecho que va a modificar sus
carreras y su concepción de la práctica artística.
Por otra parte, el Instituto Di Tella posee unas instalaciones equipadas con la
última tecnología. Su laboratorio de investigaciones musicales es uno de los
más avanzados de América Latina, e incluye los dispositivos electrónicos más
recientes. Lo mismo sucede con su sala de espectáculos donde con frecuencia
las escenografías son reemplazadas por proyecciones fijas y en movimiento.
En este contexto tan singular, se producen las primeras manifestaciones del
Marta Minujin, Rubén Santantonín.
videoarte argentino. Como sucede en el resto del globo, esas experiencias son La Menesunda, 1965
anteriores a la disponibilidad de la tecnología de video. Son, más bien, inves-
tigaciones con las imágenes electrónicas, que dan cuenta del interés que éstas La propagación de la televisión es vista por los artistas con euforia y recelo. Por una
despiertan como pregoneras de un nuevo arte. parte, saludan su novedad tecnológica, su potencialidad artística y su capacidad para
insertarse en la cotidianidad de la gente, en un momento en que el arte busca identifi-
carse con la vida. Pero al mismo tiempo, desconfían de sus intenciones sociales, de los
La imagen electrónica, entre la utopía social y grupos políticos detrás de su desarrollo y promoción, de su capacidad para manipular
la utopía de los medios informaciones, opiniones y realidades. El auge de la televisión, y de los medios masi-
La imagen electrónica, como realidad técnica y estética, es anterior a la tecno- vos de comunicación en general, se produce en un clima social atravesado por discur-
logía del video con la que se la identifica en el terreno artístico. Desde las déca- sos políticos cruzados, entre la globalización mediática – entendida, con frecuencia,
das de 1920 y 1930, las primeras experiencias televisivas le dan vida, inauguran- como un avance imperialista – y la utopía independentista alimentada por el reciente
do un ámbito propicio para la creación plástica. Sin embargo, su cooptación triunfo de la revolución cubana. En la Argentina, como en gran parte de América
por parte del aparato comercial y la industria de los medios de comunicación Latina, la introducción de la televisión no fue un acontecimiento inocuo. Tampoco lo
determina que las primeras investigaciones estéticas con tal imagen aparezcan fue, como podía esperarse, su ingreso al circuito artístico.
mucho tiempo después, y se generalicen definitivamente con la aparición de Según Andrea Giunta, “Es posible pensar muchos de los acontecimientos del
los dispositivos de video portátiles. sesenta a partir de dos series que irán configurándose como antagónicas: un
En la Argentina, luego de varios años de transmisiones experimentales, la tele- discurso modernizador y un discurso político. En ambos es radical la definición
visión nace oficialmente en 1951, el día de los festejos de la revolución popular por el futuro: por un lado, el esfuerzo por delinear una utopía tecnológica y
que había llevado al poder al general Juan Domingo Perón seis años antes. universalista y, enfrentada, una utopía socialista inscripta en la epopeya latinoa-
Pero el medio no adquiere protagonismo hasta la década siguiente, cuando los mericana”.8 Si bien Giunta llama “política” a la segunda opción, la primera no
receptores comienzan a generalizarse en los hogares y las empresas vislumbran lo es menos, y por momentos la barrera entre uno y otro discurso no será tan
su poder de difusión. clara como parece desprenderse de la cita.
84 85

Marta Minujín. Marta Minujín.


Cabalgata, 1964 Simultaneidad en simultaneidad, 1966

Las obras pioneras del videoarte en la Argentina tienen a la televisión como donde se los maquillaba, o a otra, espejada e invadida por papel picado impul-
protagonista. Pero su estatuto es siempre ambiguo: a veces parece un instru- sado por ventiladores, para desembocar en una cámara frigorífica de la que
mento revolucionario; otras, un medio sospechoso y manipulador. sólo se podía salir tras descubrir el número que debía marcarse en un disco
La primera obra artística que incorpora la imagen electrónica televisiva es La telefónico gigante.
menesunda, una instalación-ambientación-recorrido laberíntico realizada por Rodeada por la publicidad y el escándalo, La menesunda fue la obra más exitosa
Marta Minujín y Rubén Santantonín en el Instituto Di Tella, en 1965.9 Minujín del Instituto Di Tella, y probablemente, de toda la historia del arte argentino.
ya había utilizado el medio un año antes, cuando realiza un happening en los La gente se agolpaba para ingresar, y por primera vez un público no especializa-
estudios del Canal 7 de televisión (Cabalgata, 1964). Durante la emisión de do asistía a una institución artística de vanguardia. Se cumplía, de esta forma, el
un programa, la artista irrumpe con un camión lleno de colchones, pollos y objetivo fundamental de la pieza: trascender los límites institucionales, integrar
pintura, una banda de rock atada con cinta adhesiva, y un grupo de hombres el arte a la vida. La televisión formaba parte de este inusual acontecimiento des-
musculosos que rompen globos entre los asistentes. Este delirio performático- de un lugar extraño al habitual, como un dispositivo capaz de desprenderse de
audiovisual es transmitido en vivo a todos los televidentes, en lo que constituye su funcionalismo mercantil para proporcionar una experiencia vital atípica. Si
la primera intervención artística realizada específicamente para la televisión bien este desplazamiento no se realiza desde ningún posicionamiento político
argentina. específico, no oculta cierta esperanza – acaso ingenua – en la posibilidad de
La menesunda proponía una travesía por ambientes y situaciones inesperados desviar al medio hacia fines menos privados, utilitarios, y más públicos. Con-
donde el público era en gran medida el protagonista. Tras atravesar un pasillo forma, en definitiva, una cierta utopía de los medios de comunicación que se
circundado por luces de neón, los visitantes se encontraban con un conjunto repetirá en otras áreas culturales, de la mano de artistas que reclaman su apro-
de televisores donde podían ver su propia imagen junto a la transmisión tele- piación con el fin de abrir nuevos canales expresivos o sacudir conciencias10.
visiva simultánea; de esta manera, pasaban a formar parte del flujo audiovisual Al año siguiente, Marta Minujín emprende una ambientación tecnológica aún
de los medios de comunicación. La experiencia era sorprendente, pero sólo más ambiciosa, centrada exclusivamente en los medios de comunicación. La
la primera de otras no menos inusuales, en las que los espectadores (¿o los pieza forma parte de un happening internacional planeado junto a Allan Ka-
usuarios?) ingresaban a una habitación con sus paredes en movimiento, a otra prow y Wolf Vostell (Three Country Happening, 1966). Según el proyecto origi-
86 nal, cada artista diseñaría un happening y las tres propuestas se realizarían imágenes electrónicas. El programa fue archivado por la emisora de televisión en 87
simultáneamente en Berlín, Buenos Aires y New York. Sin embargo, debido a cinta de video13, por lo cual esta pequeña intervención pública de diez minutos de
la complejidad tecnológica planteada por el proyecto de Minujín, ni Kaprow duración se constituyó en el primer videoarte (monocanal) argentino. Su repercu-
ni Vostell cumplieron con el plan original; sólo la artista argentina lo hizo11. sión fue enorme, porque no sólo alcanzó a los participantes del evento en sus casas
El acontecimiento ideado por Minujín se llamó Simultaneidad en simultaneidad o en el Instituto Di Tella, sino también, a todos los que ese día y horario estaban
(1966). Constaba de dos partes: una de ellas se llevó a cabo en las casas de per- sintonizando el Canal 13 de televisión – que sin dudas fueron muchos, ya que no
sonas previamente seleccionadas, la otra tuvo lugar en el auditorio del Instituto existía la televisión por cable – o las radioemisoras Excelsior y Libertad, aun si no
Di Tella; la primera alcanzaba al espectador en su ámbito privado, la segunda, estaban al tanto de la pieza (aunque muchos de ellos lo estaban, ya que hubo una
en un espacio público. En realidad, ambas partes comprometían la privacidad extensa difusión previa en medios gráficos).
y la publicidad, reflexionando sobre la capacidad que poseen los medios de Minujín estaba fascinada con las teorías de Marshall McLuhan. Como él, creía que
comunicación para disolver esa diferenciación. Así como la señal televisiva o la aparición de los mass media transformaba radicalmente el mundo y su percepción.
radiofónica atraviesan las paredes que separan la interioridad de la vida social, Los nuevos medios abrían otra etapa de la humanidad y era deber de los artistas
las acciones diseñadas por Minujín creaban una experiencia que derribaba investigar sus implicancias estéticas, sociales y políticas. Esto se desprende de varias
fronteras, incluidas, otra vez, las de la institución artística. notas preliminares al proyecto. En una de ellas, la artista asegura, “Siguiendo los
Para Invasión instantánea, la artista había contactado a un grupo de personas que dictados de la electrónica, que es sinónimo de simultaneidad, los artistas usamos
vivían solas, que poseían un televisor, un teléfono y un receptor radial, y que se las propiedades de los medios instalándonos en ellos como audiencia creadora y
comprometían a estar en sus casas el día 24 de octubre a la medianoche, el mo- no como productores de trabajo. Se trata de señalar al consumidor un cambio
mento elegido para el acontecimiento. Previamente, estos participantes habían sido de ambientación, a la cual permanece indiferente. Rodeado de un poder co-
fotografiados y filmados. Con este material, más el obtenido en el Instituto Di Tella mercializado – gobierno, arte, educación –, el espectador se siente ignorante-
(ver más adelante), Marta Minujín elaboró un programa televisivo de diez minutos mente empujado y sin defensas. Esto sucede porque vive en una ambientación
de duración que salió al aire el día de la “invasión”. El sonido era intermitente, ya construida por una tecnología de transición [...] La ambientación producida
que debía ser completado por dos emisiones radiales que se difundían de manera por la televisión, que reemplaza al libro como medio central de la cultura, es
simultánea desde dos transmisoras públicas. Desde la imagen, la artista daba instruc- instantánea y envolvente, ejercita nuestros sentidos y nos unifica como audien-
ciones a los espectadores para que cambiaran el dial de su radio con el fin de com- cia, cosa que el lector solitario nunca consiguió. Ejercitando el gusto es como
pletar la transmisión televisiva. La jornada de la invasión, los participantes vieron en participamos de esto; todo se reduce a una presentación inmediata, y no a la
sus televisores sus propias imágenes. Al mismo tiempo, recibieron llamados telefóni- interpretación de un contenido como antes [...] Ambientación es el grupo de
cos y telegramas que les decían “Usted es un creador”, “Mire a su alrededor”. Todo condiciones a las cuales estamos habituados; medio es cualquier extensión del
duró apenas diez minutos, lo suficiente para sacudirlos de su recepción habitual. hombre que desarrolle sus sentidos y facultades. Cada nuevo medio constituye
En el Instituto Di Tella se produjo un evento similar, aunque de proporciones más una nueva ambientación [...] Señalar el cambio de ambientación y posibilitar
públicas (Simultaneidad envolvente). El día 13 de octubre, sesenta personalidades de nuevas extensiones es lo que nos proponemos con este suceso”.14 La declara-
los medios de comunicación fueron invitadas a asistir al auditorio del centro de ción trasunta un optimismo tecnológico pero que no es indiferente a sus im-
arte para participar de la experiencia. Los invitados ingresaban individualmente a plicancias sociales. Utopía y posicionamiento crítico coinciden en esta y otras
la sala, mientras eran filmados, fotografiados y entrevistados. A cada uno se lo piezas tecnológicas de la autora.
proveía de una radio y se lo invitaba a sentarse frente a un televisor encendido. Al año siguiente, Marta Minujín participa de la legendaria Expo 67, que se rea-
Esta fue, sin embargo, sólo una jornada preparatoria. El 24 de octubre a la me- liza en Montreal. En esta ocasión, redobla la apuesta construyendo una am-
dianoche, las mismas personas fueron invitadas a concurrir al mismo espacio bientación tecnológica mucho más compleja, en la cual vuelven a confluir las
con la misma vestimenta que habían usado la jornada anterior12. Pero esta vez, imágenes electrónicas, los mass media, la simultaneidad, la sensorialidad técnica
vieron sus imágenes proyectadas en las paredes del auditorio y escucharon sus y la información, lo público y lo privado. Para seleccionar a los participantes
entrevistas en los altavoces. Luego, al sentarse frente a los televisores con el re- de Circuit (Super-Heterodyne), Minujín publica un cuestionario en un periódi-
ceptor radial en sus oídos, asistieron al mismo programa que los “invadidos” en co local, solicitando ciertos datos personales – características físicas, actitudes,
sus hogares, que también incorporaba sus imágenes y entrevistas sonoras. Esta orientación sexual, etc. – a quienes quisieran formar parte del evento. Una
etapa también duró diez minutos. Luego, cada participante se retiró a su hogar. computadora arma tres grupos de personas por la afinidad en sus respuestas, y
Las imágenes tomadas el primer día fueron registradas en material fílmico. Pero éstos participan de diferentes situaciones interconectados a través de recepto-
al ser transmitidas por televisión, actuaron sobre los participantes del evento como res de radio y un circuito cerrado de televisión.
88 Una de las instancias de la pieza involucra a ocho estaciones de trabajo confor- tidos que puede explorarse como aportación de las nuevas tecnologías al mundo 89
madas por espejos, televisores, teléfonos, proyecciones y cámaras en circuito del arte.
cerrado de televisión. Los participantes podían verse a sí mismos en los espejos, David Lamelas sigue esta vía cuando realiza Situación de tiempo (1967). La pieza
y a sí mismos y a los demás en los televisores y las proyecciones. También podían está conformada por diecisiete televisores encendidos, sintonizados en un ca-
intercomunicarse mediante los teléfonos, y recibían información sobre el res- nal sin programación, que transmiten su luminosidad palpitante hacia la sala
to de los grupos por altavoces. En otro sector, cuarenta televisores mostraban vacía en la que están emplazados. El ruido electrónico constante elimina las
diferentes programas de televisión e informaciones de los grupos, circundados referencias temporales hasta inducir un continuum perceptivo; el espectador
por tres pantallas gigantes con una proyección del filme El Ciudadano Kane, debe abismarse en él hasta olvidar sus ritmos mundanos. Así lo solicitaba un
imágenes del evento que se estaba llevando a cabo en ese mismo momento y cartel incluido en la sala: “El contemplador deberá permanecer las ocho ho-
una serie televisiva. Otro grupo permanecía afuera del lugar recibiendo infor- ras que la exposición está abierta para participar activamente en su tiempo.
mación por radio y proveyendo imágenes a través de fotografías polaroid, que También le deberá interesar el recorrido desde una pantalla a la otra, siendo
se proyectaban inmediatamente en las pantallas del interior junto a imágenes iguales y a la vez distintas”.
de personalidades mediáticas. La instalación continúa las investigaciones espaciales y lumínicas del artista16,
En esta ambientación, las tecnologías de la comunicación conforman un ver- pero introduce una referencia tecnológica específica que repercute, al mismo
dadero hábitat. Los participantes pueden percibir tanto su incidencia en la tiempo, sobre el espectador y la institución. Por una parte, utiliza aparatos del
construcción de un entorno atravesado por la información como su aportación entorno cotidiano del público, elementos inmediatamente reconocibles que,
a una nueva sensorialidad, en la cual imágenes, sonidos, luces, ruido de trans- sin embargo, adquieren un carácter extrañado y cierta estatura escultórica; por
misión, electrónica, texto y toda la parafernalia tecnológica colaboran en la otra parte, se articula de manera singular con el espacio donde está emplazada
composición de una partitura audiovisual inédita. La pieza explora incipiente- – el Instituto Di Tella – ya que utiliza televisores producidos por las industrias
mente otros tópicos claves en la producción electrónica subsiguiente, como la patrocinadoras del lugar. Según lo declara el artista: “Utilicé diecisiete aparatos
interactividad, la telepresencia, la vigilancia, la creación en red, las interfaces, de televisión de las industrias Di Tella. Así, establecía una conexión entre Di
el acontecimiento multimedia. Tella como institución de arte y Di Tella como institución tecnológica e indus-
trial. Mucha gente no se daba cuenta de que estaba uniendo las dos cosas. El
Instituto Di Tella mostraba como arte un conjunto de aparatos de televisión
De la sensorialidad producidos por su propia industria”.17
al concepto En un ensayo sobre la obra de este artista, Benjamin Buchloh señala las impli-
Desde el punto de vista de los creado- cancias políticas de ese hecho: “En un gesto de autorreflexión aparentemente
res y promotores de los media, la pren- neutral, Lamelas colapsó con ingenio la contribución tecnológica del patroci-
sa, la radio, la televisión, los ordena- nador corporativo, generando una reflexión crítica sobre los cambios estructu-
dores, son fundamentalmente medios rales en las instituciones culturales de la esfera pública. Esta condición aportó
de comunicación e información, vehí- una evidencia escalofriante del hecho de que la asimilación «escultórica» de la
culos de mensajes que circulan de un tecnología de los medios estaba inextricablemente ligada a una transformación
punto a otro – aunque con frecuencia fundamental de la economía social de la cultura: que sus funciones públicas
sea desde un único punto hacia los de- y relativamente autónomas garantizadas tradicionalmente, sus instituciones y
más, como lo señaló en su momento espacios de exhibición, serían reestructurados finalmente por la organización
Bertolt Brecht15 –. Pero para los artis- económica del capitalismo corporativo, cuyos modelos tecnológicos habían determi-
tas, los media introducen también nue- nado ya la morfología de la producción cultural. En su análisis profético de la
vos tipos de sensorialidades y tempo- fusión inextricable del objeto tecnológico y cultural por un lado, y de la fusión
ralidades, formas inéditas de abordar de los principios de la organización sociopolítica y económica con los sistemas
las imágenes y los sonidos, un campo de apoyo institucionales de la cultura, por el otro, Situación de tiempo anticipó
de exploraciones estéticas que se pre- la transición futura (hoy completamente cristalizada) de una cultura situada y
siente vasto y prometedor. Más allá de mantenida dentro de la autonomía relativa de las instituciones de la esfera pú-
David Lamelas los contenidos informativos, hay un es- blica burguesa, a la era de la cultura, el patrocinio y el control corporativos”.18
Situación de tiempo, 1967 pacio abierto a la percepción y los sen- De esta forma, Situación de tiempo se sitúa a medio camino entre la exploración
90 ra de la construcción, la artista diseña un conjunto de actividades para que los 91
espectadores desarrollen sus capacidades lúdicas y creativas. La travesía se ini-
cia con un gran telón plástico sobre el que se proyectan diapositivas de la cons-
trucción del túnel. Los visitantes (¿usuarios?) deben pasar a través de él para
ingresar a la ambientación; lo hacen a través de una serie de cortes verticales
que seccionan el telón para permitir la entrada. De esta forma, atraviesan lite-
ralmente las imágenes y se compenetran con el acontecimiento que da origen a
la experiencia que están a punto de disfrutar. Tras recorrer diferentes ámbitos
que reclaman su participación llegan a la zona tecnológica. Allí se encuentran
con quince televisores en circuito cerrado que muestran lo que sucede en las
diferentes etapas de la ambientación. De esta forma, contemplan acciones si-
milares a las que habían realizado momentos antes o a las que están a punto de
realizar. Esta zona les permite reflexionar sobre sus propios actos, conformar
una noción general de la propuesta y apreciar su potencialidad creativa a la
hora de erigir una experiencia, diferente pero afín a la que había dado por
resultado el túnel interprovincial20.
Dos años más tarde, Lublin presenta Dentro y fuera del museo (1971) en el Mu-
seo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile. Aquí confronta el espacio
institucional y el social, los acontecimientos artísticos, científicos y políticos,
Lea Lublin. proyectando fuera del museo documentales sobre el circuito del arte y llenan-
Fluvio Subtunal, 1969 do sus salas con información sobre los principales sucesos sociales, científicos
y políticos del siglo veinte. Esta pieza inicia su preocupación eminentemente
formal de los media y un conceptualismo orientado a la crítica institucional, analítica de los años siguientes, orientada hacia la evaluación y crítica de los
entre la voluntad por indagar las propiedades estéticas de la tecnología y un circuitos institucionales, los actores y los protagonistas del mundo artístico.
cierto escepticismo que se resiste a considerarlas sin la debida contextualiza- Esta línea de investigación la llevará a trabajar frecuentemente con reportajes
ción. Al respecto, señala Buchloh: “Es importante advertir que la adopción de y entrevistas en video, que van conformando lo que la artista denomina un
las epistemes de las racionalidades científica y tecnológica por parte de Lame- archivo viviente, registro histórico de las concepciones, opiniones, ideas e ideo-
las no era en modo alguno la continuidad de las aspiraciones de un momento logías que artistas, críticos, galeristas, historiadores y gestores sustentan en cada
anterior, futurista, cuando la fusión de la tecnología y la ideología vanguardista momento sobre el arte y su circuito. Este trabajo comienza en 1974 y continúa
había asaltado a la cultura burguesa, desafiando la experiencia histórica y abo- hasta el fallecimiento de la artista. Lublin pone en funcionamiento su archivo
liendo las dimensiones mnemónicas de la cultura [...] (así, puede constatarse) en progreso en la instalación Discurso sobre el arte, arqueología de lo vivido (1974),
el grado en que la obra de Lamelas de finales de los años sesenta – que repre- en la cual el espectador se encuentra consigo mismo capturado por un circuito
senta esta integración de lo estético y lo tecnológico, la fusión de la esferas cerrado de televisión, junto a monitores en los que artistas, críticos y dealers
públicas y corporativa – transformó el optimismo mediático de los años veinte responden a preguntas sobre la obra de la artista argentina21.
(o el mcluhanismo de finales de los sesenta) en una posición profundamente
pesimista, sino [...] francamente crítica”.19
Esa perspectiva analítica y crítica fue compartida en diferentes grados por otros El video como medio de investigación
artistas contemporáneos. Entre ellos, Lea Lublin realiza el mismo recorrido Hacia finales de la década de 1960, se produce un cambio de orientación en
desde la utilización de la tecnología para la construcción de una experiencia la utilización del audiovisual electrónico. Las primeras exploraciones forma-
estética sensorial hacia su articulación con los contextos sociales e instituciona- les, focalizadas en las innovaciones técnicas, sensoriales y perceptivas de los
les específicos. medios, dan paso a un interés por la información y el documento. Múltiples
Lublin utiliza la imagen electrónica por primera vez en Fluvio Subtunal (1969), factores confluyen para que esto suceda. Por un lado, hay una clara influencia
una ambientación-recorrido realizada con motivo de la inauguración de un tú- del conceptualismo que se desarrolla en la Argentina de manera paralela a
nel subfluvial que conecta a dos provincias argentinas. Valiéndose de la metáfo- las principales capitales del mundo22. Con su énfasis sobre el concepto y las
92 investigaciones analíticas, esta corrien- permanecen en el país se nuclean pre- 93
te induce una utilización del video ferentemente alrededor del Centro de
orientada a resaltar sus propiedades Arte y Comunicación (CAYC), dirigido
informativas y su capacidad para abor- por Jorge Glusberg, una institución que
dar y captar la realidad, en vistas a una busca prolongar la energía creativa y
reflexión sobre sus fundamentos y me- vanguardista de su antecesora. El CAYC
canismos. El desarrollo paralelo de di- cuenta con equipos de producción de
ferentes teorías en estos años también video y fomenta la creación electrónica,
tiene sus consecuencias. La influencia no sólo con el préstamo de tecnología
de los estudios sociológicos, psicológi- sino principalmente a través de la or-
cos, semiológicos y estructuralistas, en ganización de una serie de Encuentros
general, da vida a exploraciones estéti- Internacionales de Video, que se llevan
cas como el arte sociológico y el arte de sis- a cabo en destacadas instituciones artís-
temas, que encuentran eco en algunos ticas del mundo entre 1974 y 197826.
artistas argentinos23. A todo esto debe Entre los artistas emigrados, se desta-
Grupo Frontera. sumarse la creciente politización del ca la obra de Jaime Davidovich, quien Jaime Davidovich
Especta, 1969
circuito artístico, que por un lado pro- llega a Nueva York con los auspicios con su colección de televisores
mueve el contacto más estrecho con la de Jorge Romero Brest, el director de
realidad y sus fundamentos ideológicos, y por otro, desprecia y denuncia las artes visuales del Instituto Di Tella. En los Estados Unidos, Davidovich forma
meras preocupaciones estéticas y formales24. parte de Experiments in Art and Technology (EAT), la organización fundada por
Una obra clave señala este cambio de orientación en el tránsito hacia la década Robert Rauschenberg y Billy Klüver, mientras emprende una obra personal y
de los setentas. Se trata de Especta, un proyecto del Grupo Frontera realizado en eminentemente conceptual27. Sus primeros videos están basados en la obser-
el Instituto Di Tella en 1969. La obra consiste, básicamente, en un miniestudio vación o en acciones que producen imágenes casi constantes, extendidas en
de televisión con seis televisores en su exterior. Los espectadores ingresan de el tiempo, de fuerte vocación minimalista. Road (1972), por ejemplo, muestra
a uno y son grabados en video mientras responden algunas preguntas. Al salir, un traveling continuo a lo largo de las líneas de división de una calle; Baseboard
sus respuestas son transmitidas en los televisores, junto a las imágenes del pú- (1975) exhibe un recorrido cerrado a lo largo del zócalo de una habitación
blico que observa las respuestas, captadas por una cámara en circuito cerrado. que sólo al final se abre para poner en evidencia el contexto. Esta pieza tiene
El acento de la experiencia está puesto en la generación de la información y una versión en formato de video instalación: aquí, un televisor ubicado frente
su posterior recepción. Pero a diferencia de lo que sucede con los mass media, al zócalo de una habitación reproduce el video mencionado, generando una
donde todo el proceso es más bien anónimo, aquí, tanto el productor de la tensión visual entre el zócalo real y su imagen móvil. Al final, cuando se abre la
información como el público adquieren protagonismo. Al mismo tiempo, se imagen, el televisor instalado en la sala aparece dentro del video, provocando
exhibe un modelo alternativo de producción televisiva, una microtelevisión25, al una nueva tensión. Paralelamente a esta producción de marcado carácter con-
margen de las corporaciones; un dispositivo con posibilidades sociales y comu- ceptual, Davidovich realiza un conjunto de videos con un sesgo más político,
nitarias. Finalmente, hay también una reflexión sobre el lugar de los medios centrados en la situación y la cultura argentinas. En La patria vacía (1975), por
en el tránsito entre lo privado y lo público, y un llamado a pensar las frágiles ejemplo, indaga la vida de los inmigrantes argentinos en los Estados Unidos,
fronteras que dividen la interioridad de la exterioridad en el mundo de la cir- en los momentos previos a la dictadura más cruel que iba a sufrir su país natal.
culación informativa. Especta se presenta al año siguiente en la influyente ex- Hacia finales de la década del setenta, Davidovich emprende dos proyectos de
posición Information, realizada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, televisión de autor en los que deconstruye la producción televisiva a través de la
una de las exhibiciones claves en la historia del conceptualismo internacional. ironía y el humor. Disconforme con el creciente aislamiento del videoarte den-
A lo largo de la década de 1970, el video realizado por artistas argentinos toma tro del espacio protegido de los museos, se propone acceder a una audiencia
diferentes rumbos. En muchos casos, es producido fuera del país por artistas que no especializada a través de canales de acceso público. Pero en lugar de transfe-
emigran hacia sitios con mejores perspectivas de producción tras el cierre del Ins- rir su producción electrónica a la televisión sin más – lo que hubiera resultado
tituto Di Tella, o debido al clima político en la Argentina, donde las dictaduras mi- en un evidente fracaso – se propone investigar un tipo de formato que pudiera
litares se instalan definitivamente desde mediados de la década. Los artistas que difundirse por ella sin dejar de ser crítico del propio medio a través del cual se
94 propaga. Así es como emprende SoHo Television y The Live Show!, dos propuestas 95
diferentes pero con el mismo fin de producir una alternativa a la televisión co-
mercial desde las posibilidades de la creación artística electrónica28.
Por aquella misma época, David Lamelas produce The Hand (1976), su primer
video, con la idea de emitirlo por la televisión pública de Halifax, Canadá29. En
él, analiza y satiriza al medio televisivo a través de un noticiero donde se mez-
clan realidad y ficción. Como venía haciendo con el cine30, explora las formas
de construcción narrativa de los medios y su dudosa relación con aquello que
mediatizan, incorporando ciertas dosis de humor no exentas de un evidente
tono político. En The Hand hay constantes referencias a la censura, mientras
en su próximo video, The Dictator (1976), las alusiones a la situación política
argentina son ineludibles.
En la Argentina, el videoarte florece alrededor del CAYC y sus artistas asocia-
dos. Durante la década del setenta se producen numerosas cintas, incluidas
algunas de realizadores latinoamericanos que solicitan el apoyo tecnológico de
Ediciones Tercer Mundo, la compañía productora creada por Glusberg. Sin em-
bargo, prácticamente ningún video ha sobrevivido. Según sus declaraciones,
las cintas se pierden en uno de los tantos viajes que solían realizar para cumplir
con las programaciones de los encuentros internacionales31.
Los catálogos de los encuentros y los testimonios de los realizadores permiten
deducir algunas características de esas producciones. Una parte importante
está constituida por registros de performances y videoperformances (perfor-
mances diseñadas específicamente para ser registradas en video). Este dato no
sorprende, ya que la influencia de la performance en el arte visual tiene un
punto de eclosión en esta época, y muchos de los artistas ligados al CAYC la
frecuentan32 – la institución acoge también a grupos de teatro y danza expe-
rimental –. Otro conjunto importante de producciones está constituido por
documentos, registros y entrevistas, aparentemente sin un carácter experimen-
tal, pero que se enrolan en la categoría de videos de artistas (video by artists), una
línea de trabajo muy pródiga en los orígenes del videoarte. Finalmente, hay
producciones de corte experimental, que en ocasiones poseen un fundamento
literario, como Argumentum Ornitologicum (1974), de Alfredo Álvarez, inspirado
en un cuento de Jorge Luis Borges, o Hey Joe (1974), de Jorge Velurtas, basado
en un texto para la televisión escrito por Samuel Beckett. Margarita Paksa.
Tiempo de descuento, 1978
Al mismo tiempo, algunos artistas incursionan en la video instalación desde
una perspectiva conceptual, como es el caso de Luis Fernando Benedit, Alfredo
Portillos o Margarita Paksa. Esta última realiza una performance en la que una
persona corre en su lugar, al lado de un televisor que exhibe imágenes proce-
sadas electrónicamente de un performer que realiza la misma acción sobre un
time code (Tiempo de descuento - Cuenta regresiva - La hora 0, 1978). El video de esta
acción – que homenajea al filósofo argentino Macedonio Fernández – es el más
antiguo que se conserva a la fecha.
96 El surgimiento de los videastas Notas vertientes más prósperas del op art en 97
Durante la década de 1970 la producción de videocintas está limitada al CAYC, ya 1
Existen aproximaciones al tema. Las Buenos Aires. Los artistas cinéticos argen-
que esta institución posee los únicos equipos de video puestos a disposición de los más importantes son: Taquini, Graciela; tinos trabajan principalmente en Fran-
artistas en el país. La tecnología electrónica es todavía novedosa y los materiales “Una memoria del video en Argenti- cia; ese es el caso de Julio Le Parc y Hora-
excesivamente costosos. Jorge Glusberg los financia personalmente y los cede a los na”, en Buenos Aires Video. Buenos Aires: cio García Rossi – fundadores del GRAV
artistas con el fin de ubicar a su centro a la vanguardia de la producción artística Ediciones ICI, 1993; Alonso, Rodrigo. (Groupe de Recherche d’Art Visuel) – Hugo
internacional. “Las primeras experiencias de videoar- Demarco, Gregorio Vardánega y Martha
Recién a finales de esa década ingresan al país los equipos destinados a las escuelas te en la Argentina”, Avances, Nº 2, Vol. Boto, entre otros. En Buenos Aires ads-
de cine y video, las productoras de televisión y las agencias de publicidad. El acceso a 1, Córdoba: Centro de Investigaciones criben a esta tendencia Perla Benveniste
ellos se hace un poco más posible hacia 1982, en el momento económico que en la de la Facultad de Filosofía y Humanida- y Eduardo Rodríguez, entre otros.
Argentina se conoce como el de la plata dulce. En ese año, la relación monetaria entre des, UNC, 1998-1999; Alonso, Rodrigo; 6
La “muerte de la pintura” constituye
el peso argentino y el dólar favorece los viajes de compras al exterior y permite que Taquini, Graciela. Buenos Aires Video X. uno de los postulados básicos de la jo-
muchas personas o grupos adquirieran sus primeras cámaras portátiles. Con la tecno- Diez años de video en Buenos Aires. Bue- ven generación de artistas del Instituto
logía en casa es mucho más fácil internarse en la exploración de las posibilidades del nos Aires: Ediciones ICI, 1999; Alonso, Di Tella. Manifiesta su rechazo por el
audiovisual electrónico. Rodrigo. “Hazañas y peripecias del vi- arte tradicional, su alejamiento de los
Hacia finales de la década nace la que Graciela Taquini llama la generación videasta, deoarte en la Argentina”, en Oubiña, museos y galerías, su búsqueda de una
un grupo de artistas interesados en la producción de videoarte, con acceso a la tec- David, et.al. Cuadernos de Cine Argentino creación espontánea y vital. En 1969, la
nología necesaria, y con una conciencia incipiente sobre las posibilidades del me- 3. Innovaciones estéticas y narrativas en los revista de actualidad Primera Plana, una
textos audiovisuales. Buenos Aires: IN- de las más influyentes de la época, re-
dio. Junto a ellos se desarrollan nuevos espacios de exhibición, las primeras reflexio-
CAA, 2005. produce una corona de flores en su por-
nes teóricas, los primeros curadores33. En poco tiempo se reorganiza la producción 2
Véase la nota anterior. tada declarando la muerte definitiva del
electrónica, a la par de los festivales que florecen en el mundo y que permiten que 3
La modernización económica, el de- antiguo medio.
las obras circulen más allá de las fronteras del país.
sarrollo capitalista, la eclosión de los 7
El Instituto Di Tella es financiado prin-
El retorno a la democracia (1983) abre la puerta a una recuperación del pasado que
medios de comunicación de masas, son cipalmente por las industrias Siam - Di
sólo se produce con dolor y lentitud. Es recién en los noventa cuando se recupera
fenómenos eminentemente urbanos, Tella y las Fundaciones Rockefeller y
cierta memoria histórica, todavía fragmentaria. Cada nueva escritura, cada nueva
que se hacen sentir con mayor fuerza Ford. Asimismo, recibe un importante
versión, nos aproxima a un tiempo cuya productividad para la historia del videoarte
en Buenos Aires, Rosario y Córdoba, apoyo del gobierno norteamericano. Al
en la Argentina se presiente enorme.
las principales ciudades argentinas. Es- respecto, puede consultarse: King, John.
tas tres ciudades protagonizan el movi- El Di Tella y el desarrollo cultural argentino
CAYC. Centro de Arte y miento artístico e intelectual que carac- en la década del sesenta. Buenos Aires: Ga-
Comunicación teriza a la década de 1960. glianone, 1985.
4
El cine argentino de los sesenta sigue 8
Giunta, Andrea. “Utopía y disolución:
dos líneas principales: una centrada en Arte crítico en la década del sesenta”, en
la experimentación narrativa y formal, Bulhões, María Amélia; Bastos Kern, Ma-
inspirada por la Nouvelle Vague francesa, ría Lúcia (org.). Artes plásticas na América
y otra fuertemente politizada, de voca- Latina contemporánea. Porto Alegre: Edi-
ción latinoamericanista, que se autode- tora da Universidade, Universidade Fe-
nominó Tercer Cine. Al respecto, puede deral do Rio Grande do Sul, 1994, p. 98.
consultarse: Feldman, Simón. La genera- 9
En realidad, la pieza es el resultado
ción del sesenta. Buenos Aires: Ediciones de una creación colectiva que llevan
Culturales Argentinas; Instituto Nacio- adelante Marta Minujín y Rubén San-
nal de Cinematografía; Legasa, 1990. tantonin, con la colaboración de Pablo
5
En 1960, Miguel Ángel Vidal y Eduar- Suárez, David Lamelas, Rodolfo Prayon,
do Mac Entyre firman el Manifiesto del Floreal Amor y Leopoldo Maler.
Arte Generativo, dando inicio a una de las 10
La mayoría de estas proposiciones
98
apuntan a la apropiación de los medios lizaciones espaciales y lumínicas, de vo- Joaquim; Mercader, Antoni; Muntadas, 30
En obras como Film Script [Manipula- 99
de comunicación con fines diversos a cación minimalista. Antoni. En torno al video. Barcelona: Gus- tion of Meaning] (1972). Véase: Alonso,
los comerciales. A diferencia de lo que 17
Entrevista al artista, 7 de agosto de tavo Gili, 1980, p. 102. Rodrigo. “Art and Technology in Argen-
sucede en Estados Unidos y en parte de 2002. 26
Los Encuentros Internacionales de Video tina. The Early Years”, Leonardo Electronic
Europa, donde esos medios son en gran 18
Buchloh, Benjamin. “Structure, Sign organizados por el CAYC se llevaron a Almanac, 13:4, April 2005.
medida privados, en la Argentina la pro- and Reference in the Work of David La- cabo en: Instituto de Arte Contemporá- 31
Paradójicamente, aun cuando el video
ducción cinematográfica y televisiva está melas”, en David Lamelas. A New Refuta- neo, Londres, 1974; Espace Cardin, Pa- es un medio reproducible, la falta de
en manos del Estado. Por este motivo, tion of Time (cat.exp.). Düsseldorf: Richter ris, 1975; Palazzo dei Diamanti, Ferrara, equipos para realizar copias en el CAYC
los artistas exigen un espacio que consi- Verlag, 1997, pp. 131-132. 1975; CAYC, Buenos Aires, 1975; Cen- determinó que las cintas fueran únicas.
deran propio. Esto se percibe claramen- 19
Ibídem, p. 130, 132. tro Internacional de Cultura, Amberes, 32
Al respecto, puede consultarse: Alon-
te en las producciones del Tercer Cine. 20
Una descripción detallada de esta 1976; Museo de Arte Contemporáneo, so, Rodrigo. “En torno a la acción”,
11
Una descripción detallada del even- obra puede encontrarse en: “La vuelta Caracas, 1976; Fundación Joan Miró, en Arte de Acción, 19601990 (cat.exp.).
to puede obtenerse en: Kirby, Michael. al fluvio subtunal en 10 respuestas de su Barcelona, 1977; Galería Continental, Buenos Aires: Museo de Arte Moderno,
“Marta Minujín’s Simultaneity in Simul- creadora”, El Litoral, 11 de diciembre de Lima, 1977; Museo Carrillo Gil, México, 1999.
taneity”, The Drama Review, Vol. 12, Nº 1969. 1977; y Sogetsu Kaikan, Tokio, 1978. 33
Graciela Taquini fue la primera
3 (T39), Spring 1968, pp. 148-152; y en 21
Para mayor información sobre este pe- 27
Véase: Alonso, Rodrigo. Jaime Davido- curadora especializada en videoar-
Verón, Eliseo, “Sobre Marta Minujín. ríodo de la obra de la artista, consúltese: vich. Video Works 1970-2000. New York: te. Desde mediados de la década de
Un happening de los medios masivos: “«L’écran du réel» Entretien avec Léa The Phatory Gallery, 2004. 1980 a la actualidad, ha sido una de
notas para un análisis semántico”, en Lublin par Jérome Sans”, en Léa Lublin. 28
The Live Show! se emitió desde 1979 a las principales impulsoras del medio,
Masotta, Oscar et.al. Happenings. Bue- Mémoire des lieux, mémoire du corps (cat. 1984. junto a Carlos Trilnick, Jorge La Ferla
nos Aires: Julio Álvarez, 1967. exp.). Quimper: Le Quartier. Centre 29
Esta pieza fue realizada durante una y Laura Buccellato.
12
La exigencia de utilizar la misma ropa d’Art Contemporain, 1995. residencia del artista en el Nova Scotia
usada en la jornada anterior, sugiere 22
Al respecto, véase Ramírez, Mari Car- College of Art and Design de Halifax,
que la artista hubiera preferido realizar men. “Tactics for Thriving on Adversity: Canadá.
todo en una única jornada mediante Conceptualism in Latin America, 1960-
un circuito cerrado de televisión. Al no 1980”, en Global Conceptualism: Points
poder hacerlo de esa forma, tuvo que of Origin, 1950s-1980s (cat.exp.). New
optar por diferir el resultado y pedir a York: Queens Museum of Art, 1999.
los participantes que usaran la misma 23
El arte de sistemas tuvo particular
ropa para que, al verse en las imágenes, importancia en los artistas argentinos
pudieran suponer que éstas se estaban impulsados por Jorge Glusberg. Véase:
produciendo en ese mismo momento, Glusberg, Jorge. “Arte de sistemas”, en
es decir, de forma simultánea. Retórica del arte latinoamericano. Buenos
13
El Canal 13 de televisión se había in- Aires: Nueva Visión, 1978.
augurado en 1960 y contaba con la úl- 24
Un caso paradigmático lo constituye la
tima tecnología de archivo en video de experiencia Tucumán Arde, un proyecto
1 pulgada. artístico a medio camino entre el con-
14
Notas al proyecto Three Country Happe- ceptualismo y el activismo político. Véa-
ning, inéditas, consultadas en los archi- se: Longoni, Ana; Mestman, Mariano.
vos de la artista. Del Di Tella a “Tucumán Arde”. Vanguardia
15
Brecht, Bertolt, “Teoría de la radio”, artística y política en el ’68 argentino. Bue-
en Brecht, Bertolt. El compromiso en lite- nos Aires: El Cielo por Asalto, 2000.
ratura y arte. Barcelona: Península, 1973. 25
Según el concepto desarrollado por
16
Tras un breve período pop, la obra de René Berger, citado en Bonet, Eugeni.
David Lamelas se orienta hacia las seña- “Alter-video”, en Bonet, Eugeni; Dols,
C.1 / 04
100 Introducción
Abordar la diversidad de la producción videográfica en la Argentina en un úni-
101

EL VIDEOARTE EN LA ARGENTINA. co texto no es, evidentemente, una tarea sencilla. De hecho, cualquier ensayo

CAPÍTULO 1 / 04
que se lo propusiera debería comenzar haciendo notar tal diversidad, la impo-

ESTÉTICAS. POÉTICAS. PRÁCTICAS sibilidad de los estudios exhaustivos, el final de los tiempos de las esencias, la
perversidad de las miradas que proyectan sobre la totalidad de una producción
las observaciones obtenidas a partir de recortes arbitrarios, las falencias de la
historia, de los estudios existentes y del propio investigador que emprende la
tarea. Convendría, por tanto y para simplificar las cosas, comenzar diciendo

ELOGIO DE LA LOW- TECH


que todo esto es cierto sin más, y que cualquier aproximación al tema sólo pue-
de ser fragmentaria, subjetiva, insidiosa, parcial y, por supuesto, incompleta.
Sin embargo, esto no soluciona el problema de tener que referirse a tal pro-
ducción y encontrar una forma para hacerlo. Reflexionar sobre el conjunto de
obras, artistas, instituciones y prácticas que conforman el campo del videoarte
en la Argentina supone algún tipo de organización inicial, por arbitraria que
sea, que nos permita caracterizar dicho campo y construir una mirada y un
discurso alrededor de él.

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


Intuitivamente, la primera pregunta que deberíamos formularnos es si existe
algo que identifique al videoarte argentino; si posee una estética particular,
temas preponderantes, sistemas de producción recurrentes, o cualquier rasgo
reconocible en las obras – de forma inmediata o a través de un análisis – que
nos permita diferenciarlo del que se realiza en otro país, o de la producción
que la historia ha consolidado como el “grado cero” del medio. Si hablamos de
un videoarte argentino deberíamos poder argumentar cuáles son sus propieda-
des básicas y en qué medida esas propiedades le otorgan un carácter especial o
al menos diferencial en el contexto de la producción internacional.
Esta pregunta es quizás pertinente, pero en el fondo es engañosa. En primer
lugar, porque admite acríticamente una producción – el videoarte – y un marco
de referencia – ¿el país donde se produjo la pieza, donde nacieron o residen
sus autores, una identidad nacional? – que deberían ser motivo de un análisis
previo (pero que aquí no emprenderemos). En segundo término, porque pa-
recería implicar que existe algún elemento, aparentemente identificable en
las obras, que podría dar cuenta de la videocreación argentina, cuando aquél
Sebastián Díaz Morales. podría no estar necesariamente presente en ellas. Finalmente, podríamos inte-
El visitante enigmático, 2003 rrogarnos por el sentido de la pregunta ¿hay algún motivo para separar al vi-

RODRIGO ALONSO
deoarte argentino del resto?, ¿qué beneficios obtendríamos de tal operación?
En términos pragmáticos, el videoarte argentino ha sido conformado por nu-
merosas producciones, prácticas, discursos, miradas, manifestaciones, institu-
ciones y agentes. Cada exhibición organizada bajo ese rótulo, cada colección
creada con el objetivo de preservarlo, cada texto, curso, conferencia, mesa re-
donda o asignatura que ha tomado a la videocreación argentina como tópico
de reflexión o debate, ha contribuido a la construcción del campo que hoy
conocemos bajo tal denominación. Éste es un punto de partida ineludible y es,
básicamente, el que se ha tomado en este ensayo1.
102 Pero a la hora de indagar sobre la particularidad de esta producción, es cada todos los medios artísticos, desde el cine a la pintura, desde la danza al net.art2. 103
vez más evidente para mí que ese rasgo no puede identificarse directamente Sin embargo, el mandato de la pureza encuentra rápidamente sus limitaciones.
en las obras: ni en su materialidad, composición o procedimientos formales, ni Ante todo, porque se descubre artificial. Ningún medio, lenguaje o soporte
en sus temas, conceptos o lineamientos estéticos. Dicho rápidamente, y aun- está exento por completo de un diálogo con los demás, sea éste espontáneo o
que parezca una verdad de Perogrullo, me atrevo a afirmar que el ingrediente inducido. La historia del videoarte pone en evidencia los cruces productivos
fundamental del videoarte argentino está en su componente argentino antes con el cine o la televisión – dos formatos audiovisuales cercanos – pero también
que en sus cualidades expresivas. ¿Cómo comprender el intertexto cinemato- con medios menos próximos, como la danza o el diseño espacial, dando origen
gráfico de algunos videastas sin mencionar la cinefilia local, la notable cantidad a formatos específicos como la videodanza o la videoinstalación.
de escuelas de cine que existen en el país – casi veinte sólo en Buenos Aires Todos estos cruces han sido explorados, en mayor o menor medida, por los
– o las sucesivas camadas de “nuevo cine” argentino, aunque los artistas del artistas argentinos. A la hibridación de medios, formatos y lenguajes, sigue la
video se aparten de estas corrientes más bien hegemónicas? ¿Cómo analizar la hibridación de soportes y procedimientos formales y expresivos. Un gran nú-
producción de Marcello Mercado o Iván Marino sin los marcos de la violencia mero de autores emprende estas vías, aunque de maneras muy diversas.
de Estado y la represión? ¿Cómo evaluar el peso literario de una buena parte Andrés Denegri y Rubén Guzmán han combinado con frecuencia la imagen fo-
de las obras sin considerar la presencia de las letras en la formación cultural toquímica con la electrónica; el primero, en función
de los argentinos, o la gravitación de figuras como Julio Cortázar y Jorge Luis de una narrativa de la intimidad que enraíza la tempo-
Borges? ¿Cómo aproximarse al video activista sin tomar en cuenta los antece- ralidad de las relaciones humanas en la fragilidad y fu-
dentes del Cine de Base y el Tercer Cine, o la situación sociopolítica específica de gacidad de los soportes; el segundo, en construcciones
la Argentina actual? Aun cuando gran parte de los textos sobre el videoarte formales fundadas en asociaciones, ritmos y metáforas
argentino apenas hacen referencia a este legado y contexto – en general, por de una confesada afinidad con el cine experimental.
haber sido publicados en el país y, por tanto, considerarlo sobreentendido – es En ambos, el video no es únicamente un compuesto
importante no perderlo de vista a la hora de intentar un análisis con cierto de sonido e imagen: también posee unas texturas y
grado de exhaustividad. unas luminosidades que multiplican los sentidos y la
Finalmente, y para atender a los diversos senderos que ha tomado el videoarte sensorialidad. Gregorio Anchou explora este terreno
argentino, parece necesario emprender un análisis al mismo tiempo general y en sus referencias al cine mudo y experimental – en
particular, que se focalice a veces en las líneas estéticas comunes y otras en las particular, el de Kenneth Anger – (Supositorios de LSD, Gustavo Galuppo.
poéticas singulares o las prácticas específicas; que pueda discernir entre ciertas 1994; HIV, 1995), y María de la Paz Encina lo hace en La progresión de las catástrofes,
2004
vías de investigación que podrían enmarcar el trabajo de diferentes artistas – ese bello ensayo que es Hamaca paraguaya (2000) – con-
como la experimentación con el soporte o el documental de autor – y las obras tinuado posteriormente en un filme comercial del mismo nombre –. El cine apa-
que se formulan desde procedimientos o estilos personales – como las ani- rece en estos autores no sólo como un sustrato estético, sino también como un
maciones de Diego Lascano o las videoperformances domésticas de Eugenia referente imaginario y cultural.
Calvo, por sólo mencionar algunos ejemplos –, o en relación con situaciones y En sus trabajos monocanal, Sebastián Díaz Morales hace gala de su formación
contextos específicos – como las videoinstalaciones o las intervenciones urba- cinematográfica. Pero ésta se pone al servicio de una búsqueda narrativa que
nas –. De esta forma, en las páginas que continúan seguiré la triple vía de las trasciende las expectativas de la ficción al disolverla en componentes literarios
estéticas, las poéticas y las prácticas del videoarte argentino. y documentales3. Sus videos crean verdaderas atmósferas; no es casual, por tan-
to, que hayan derivado con frecuencia en instalaciones audiovisuales. Algunas
piezas del colectivo Arte Proteico logran el mismo efecto atmosférico, aunque
Estéticas no hayan alcanzado la videoinstalación. Una obra como EVO (2005) diluye
Desde sus orígenes, el videoarte se ha preocupado por desprenderse de su re- su motor argumental en imágenes de enigmática belleza, que oscilan entre la
lación consanguínea con la televisión y el cine. A partir de la década de 1970, iconicidad y la metáfora. En otros trabajos, como 2050 cartas de amor (2001), el
los artistas exploran los recursos propios de la imagen electrónica con el objeto cine es una referencia irónica sobre la que se construye un dispositivo de extra-
de potenciar las especificidades del medio, evitando la contaminación con los ñamiento que cuestiona la veracidad visual y aural.
medios afines, los lenguajes y géneros audiovisuales consolidados, las formas La manipulación de imagen y sonido es el procedimiento preferido por
narrativas canónicas y las otras artes. La búsqueda de la pureza formal responde Gustavo Galuppo y Alejandro Sáenz. En ambos, la composición multicapa crea
a una etapa de consolidación y autoafirmación que puede registrarse en casi una narrativa compleja, densa, simultánea, de imágenes sucias y en reescritura
104 105

Hernán Khourian. Iván Marino. Jorge La Ferla. Florencia Levy.


Áreas, 2000 Uber die Kolonie, 1997 Video en la Puna, 1994 Sistema de caminos, 2009

permanente. La coincidencia espacial y temporal de los fragmentos impulsa o la mirada del realizador son protagonistas –, el artista establece un diálogo
una lectura descentralizada, multilineal, aunque en el caso de Galuppo suele mudo entre la cámara y las situaciones que registra, dejando que las imágenes
haber una narrativa estricta que lo organiza todo, y un protagonismo del soni- transcurran según sus propios ritmos internos.
do que actúa igualmente como eje enunciativo. La alianza con la música elec- La utilización de material documental como punto de partida constituye una de
trónica es fundamental, como lo es también en la obra de Jorge Castro. Desde las grandes líneas del videoarte argentino. En algunos artistas, las influencias de
sus primeros videos, Castro elabora una íntima relación de imagen y sonido, la Escuela de Santa Fe, la de Avellaneda o del Festival Latinoamericano de Video de
procedimiento potenciado en sus últimas piezas, compuestas a partir de soft- Rosario – de fuerte raigambre en ese género – han sido claves, aun si a veces lo
wares que los procesan de manera simultánea. El antecedente más significativo fueron de forma negativa. Y es que gran parte del material que circula por ese
de este tipo de trabajos lo constituye una extraordinaria obra de Julio Real, festival, o los formatos que se enseñan en las escuelas dedicadas al género, siguen
Primero lo nuestro (1994); en ella, la distorsión audiovisual funciona como una pautas rígidas y canónicas, recelosas de las innovaciones formales y las libertades
alegoría de la manipulación ideológica, el abandono y la polución. que promueve un medio como el video, menos sujeto a estructuras de produc-
Históricamente, el tiempo fue considerado un patrimonio expresivo del video. ción rigurosas como las del cine o la televisión. La posibilidad de flexibilizar el
Si bien muchos otros medios se estructuran sobre él, la conciencia temporal formato documental sin perder la potencia del registro de la realidad ha llevado a
puede ser exacerbada en el registro electrónico de forma muy diferente al cine muchos autores a un terreno de experimentación con la imagen-documento que
o la televisión. El cine descansa, más bien, en tiempos narrativos, y la televisión se ha demostrado fructífero y ampliamente refrescante en el videoarte argentino.
en la instantaneidad. El video, en cambio, puede inducir un sentido casi físico Una de las obras más contundentes en esta línea es la de Iván Marino. Dotado
del devenir temporal y no son pocos los artistas argentinos que se han sentido de una capacidad de observación envidiable, Marino elabora piezas de reflexión
fascinados por este hecho. crítica con una clara conciencia del medio. En Un día bravo (1994), una de sus
Una de las piezas paradigmáticas en esta línea es Trasatlántico (1992), de Arturo primeras cintas, pone en evidencia la desigual relación entre el observador y su
Marinho. En ella, un conjunto de planos capturados en la ruta que conecta “objeto” de observación como pocas veces se ha visto en toda la producción do-
Rosario con Buenos Aires traduce la pregnancia de un tiempo ajeno a la ex- cumental. Más tarde, el registro de ciertos ámbitos y seres marginales será la base
periencia urbana, por momentos material y por momentos metafísico. Milena de su particular mirada sobre la realidad, las relaciones humanas y el lenguaje
Pafundi también escapa de la ciudad a la hora de plasmar su particular ex- (Über die Kolonie, 1997; In Death’s Dream Kingdom, 1997; Letanías, 2000). En años
ploración sobre el tiempo (Un tiempo, 2003). En otros casos, el sentido de la recientes, la introducción de la tecnología digital, los sistemas interactivos y el
temporalidad se exacerba en la minuciosidad de un documento o del registro streaming le ha permitido otorgar al espectador la posibilidad de manipular la
de una acción, como sucede en los trabajos de Hernán Khourian (Áreas, 2000; estructura narrativa de sus registros audiovisuales (In Death’s Dream Kingdom, ver-
Puna, 2006) o Federico Falco (Agrícola y ganadera, 2004). sión online, 2002-2003), o asignar a una máquina la tarea de organizar material
Khourian desarrolla una obra singular a partir de la captación ininterrumpida documental anónimo, como metáfora de un mundo donde la construcción de
de los acontecimientos. Trascendiendo el documental clásico – basado en la las interpretaciones de la realidad depende cada vez menos de las decisiones
preeminencia de una voz enunciativa impersonal – y el de autor – donde la voz humanas (Sangue, 2006).
106 Algunos realizadores, como Andrés Di Tella, han oscilado entre el videoarte y una perspectiva crítica. Ricardo Pons es uno de los artistas que ha emprendido 107
el documental de autor4. Este último ha sido frecuentado también por Pablo esta tarea en sentido amplio, interrogando los documentos con el objeto de
Romano, quien ofrece una visión personal y completamente atípica de la vida profundizar la comprensión del presente. En sus trabajos, reexamina los pro-
en una cárcel en El tenedor de R (1997). A fines de los 80 y principios de los 90 yectos de ciudades utópicas, el desarrollo y construcción del Pulqui – el avión
una distinción como la mencionada era prácticamente irrelevante; en alguna de tecnología argentina que posteriormente sería el protagonista de un filme
medida, un corto documental hecho en video era lo suficientemente experi- comercial6 –, el sueño de una Argentina industrial, la investigación nuclear en
mental como para entrar en la categoría de videoarte, así como en los años los tiempos de Perón, las luchas anarquistas, las esperanzas de la inmigración,
1970 el videoarte era cualquier video realizado por un artista, independiente- las heridas sociales y políticas (Sudtopía, 2000; Made in Argentina, 2000; Proyecto
mente de su naturaleza o propósito5. Obras como Indulto no (1989), de María Pulqui II, 2002, entre muchas otras piezas). En un lenguaje a medio camino
Cristina Civale, Martín Groisman y Jorge La Ferla, o 33 millones de financistas entre el testimonio y el símbolo, Pons recorre fragmentos de historia y compo-
(1991), de Andrés Di Tella y Fabián Hofman, alteraban desde el video las nor- ne con ellos un rompecabezas incompleto pero reflexivo, donde imágenes y
mas básicas de toda narrativa documental, por el simple hecho de no seguir las sonidos se tornan instrumentos analíticos.
pautas cinematográficas o televisivas. En las obras de Andrea Juan y Florencia Levy, el documento adquiere otra di-
Un caso particular lo constituyen los documentales fraguados, como The man mensión. La primera recurre a él para desarrollar piezas de conciencia ambien-
of the week (1988) de Luis María Hermida y Boy Olmi, y, más recientemente, Le tal y ecológica (Teoría de una catástrofe, 2002; Proyecto Antártida, 2005). Levy, en
partenaire (2006-2007), de Hernán Marina. En ellos, el audiovisual reflexiona cambio, investiga la vida urbana a la manera de una antropóloga. Focalizándose
sobre sus propios límites para acceder a la realidad, e incluso sobre su parti- en los espacios habitables, en las viviendas de alquiler, los hoteles, los edificios
cipación en la construcción de hechos y situaciones sospechosas. El primero en construcción, realiza una autopsia audiovisual de la ciudad de Buenos Aires
incluye un análisis pormenorizado de los numerosos clichés y giros lingüísticos a través de registros lacónicos que traducen la impasibilidad de ciertos entor-
sobre los que los videos testimoniales suelen construir sus sistemas de verdad nos urbanos (9 estudios para un paisaje, 2005; Turismo local, 2007; 3 ambientes a
para denunciarlos como artificiales y arbitrarios, recurriendo, al mismo tiem- estrenar, 2007).
po, a una gran dosis de humor. Desde sus primeras producciones, Carlos Trilnick mantiene una relación estre-
El humor es la clave también de los trabajos de Jorge La Ferla. Fundados en un cha con el registro documental. Sin embargo, sus trabajos se resuelven siempre
intenso procesamiento de imágenes y sonidos, su estructura descansa en una en un nivel poético. Obras como La noche de los cristales (1993) o Argumento
singular hibridación de géneros y formatos, donde conviven el documental, la (1992) están basadas en una exposición plástica y una performance teatral,
televisión, el video y el trabajo de investigación, hilvanados por la figura de un respectivamente; no obstante, su pasaje al audiovisual posee una autonomía
conductor que en lugar de organizar la enunciación parece contribuir a su total estética respecto de sus referentes. Aun cuando se ha movido entre disciplinas
dislocación. Cada intervención de Richard Key Valdez – el conductor encarnado diversas, Trilnick ha sabido concretar los cruces sin perjuicio de ninguno de
por el propio artista – corroe la estabilidad del testimonio que su presencia debie- los medios, formatos o lenguajes involucrados. En sus frecuentes entramados
ra verificar, haciendo estallar las bases de sus imágenes-documentos (Video en la de video, performance, instalación, literatura o danza, el resultado es siempre
Puna: El viaje de Valdez, 1994; Valdez habanero, 1997; Valdezen, 2001). algo más que la suma de las partes. Sus piezas combinan poética y política de
El testimonio, incluso en sus aspectos más dramáticos, ha dado vida a propues- una manera muy singular. El video De niño (1995), realizado junto a Sabrina
tas que buscan proyectarse más allá del documento. El video Algunas mujeres Farji y Remo Bianchedi, permanece como un modelo de fusión de ambos cam-
(1992), de Sabrina Farji, se yergue como un modelo del abordaje de un tema pos, y un antecedente de trabajos tan contundentes como 1978-2003 (2003),
crudo desde una perspectiva punzante y al mismo tiempo conceptual. Más re- que recuerda la siniestra alianza del fútbol con la dictadura militar. Si, como
cientemente, Graciela Taquini vuelve a trabajar con un testimonio ligado a la sostenían las feministas, lo personal es político, en la obra de Trilnick lo políti-
represión militar de los 70. En Granada (2005), recurre a la memoria de una co también es estético y hasta metafísico. Es importante, a la hora de revisar su
amiga secuestrada para reflexionar sobre la incesante reinscripción y reformu- producción, no pasar por alto este último aspecto, como lo pone de manifiesto
lación del dolor y el recuerdo. Julieta Hanono, en cambio, parte de una expe- uno de sus videos menos conocidos, pero sin dudas uno de los más bellos, El
riencia personal. Cámara en mano recorre los espacios donde estuvo detenida hombre es una duda (2005).
en los tiempos de la represión de Estado, amasando el documento con la mira- La influencia literaria y plástica de muchos realizadores que se aproximaron
da autobiográfica (La alcaldía, 2004; El Pozo, 2004-2005). al mundo del videoarte indujo una serie de investigaciones sobre narrativas,
Aunque el proceso militar ha dejado una marca indeleble en la historia argenti- metáforas y símbolos. En 1991, Luz Zorraquín produjo una obra que es un re-
na, su protagonismo no ha agotado las posibilidades de revisar el pasado desde ferente en la historia del medio en nuestro país, Tango. El narrador. Unas pocas
108 o en sus videoinstalaciones más recientes, donde los rostros de seres marginales 109
adquieren la relevancia del símbolo (Pequeño acontecimiento, 2005).
En otras ocasiones, el audiovisual electrónico es el instrumento de prácticas
conceptuales que relativizan sus propiedades narrativas. Vehículo de ideas an-
tes que de historias y situaciones, su contexto responde más bien al ámbito de
las artes visuales, donde la tradición conceptual posee una historia extensa y
consolidada. No es casual que la mayoría de los artistas que exploran esta vía
provengan de ese terreno y muchas veces sólo utilicen el video como un medio
eventual, en tanto les permite plasmar el sentido al
que aspiran.
Gustavo Romano se ubica decididamente en esta
vía. Su video Lighting piece (2000) exhibe la única
imagen de un fósforo encendido que no se apaga ja-
más, parodiando una pieza de Yoko Ono que pide
al espectador encender un fósforo y observarlo hasta
que se extinga. Romano demuestra que en el mun-
do electrónico rigen otras leyes, y que la acción más
simple y banal puede transformarse en la tarea más
improbable o impertinente. Horacio Zabala sostiene
Anna-Lisa Marjak. el mismo planteo en su pieza El juguete rabioso (2002), Gustavo Romano.
La brutalidad de los hombres, 1992
donde una bola atraviesa un espacio urbano sin de- Lighting piece, 2000
tenerse jamás. El infinito tiene tintes literarios y filo-
imágenes – un paisaje visto desde la ventana de un tren, unos caracoles – y un sóficos en La flecha de Zenón (1992), de Jorge Macchi y David Oubiña. Aquí, la
texto sobreimpreso – un diálogo entre dos personas – son material suficiente cuenta regresiva previa al comienzo de un filme se prolonga indefinidamente,
para elaborar un pequeño relato de amor y desencuentro, breve y poderoso clausurando la posibilidad de trascender el propio acto inaugural. Borges y
a la vez. Dolores Espeja concentra la fuerza dramática de su video Cuchillo de Zenón de Elea son los referentes de esta obra que reflexiona sobre el tiempo
campo (2000) en la colisión del texto omnipresente con unas imágenes casi en una multiplicidad de niveles.
invariables. Ese mismo choque, pero con un sentido diferente, se encuentra Margarita Paksa aborda el mismo tema, pero tomando como modelo a
en algunas piezas de Carlos Essmann realizadas junto al poeta Daniel García Macedonio Fernández. En Tiempo de descuento, cuenta regresiva, la hora cero
Helder, como Sardinas (1997) o Poesía espectacular film (1995). (1978), una persona corre en un sitio delimitado y en contrapunto con un time
La poesía actúa de otra manera en los videos de Marta Ares. Textos escritos code, mientras el registro es manipulado electrónicamente. La obra metaforiza
por la propia artista son el contrapunto de imágenes con frecuencia abstrac- “a la especie humana, que corre, se afana, trabaja, sin poder liberarse de su
tas, que guardan una relación inexplicable con la palabra (Acidez de estómago, encierro”, según palabras de la autora. Posteriormente, se presentó con el per-
1997; miliminal, 1999; + o - sangre, 2005). Lettre 1 (1996), de Gabriela Golder, former trotando al lado de un televisor que exhibía el video, en las Jornadas de
incorpora la sensualidad enunciativa a la sensorialidad audiovisual, mientras la Crítica realizadas en el Centro Cultural Recoleta. Al día de hoy es el más an-
algunas piezas de Graciela Ciampini, como entrar_en_la_profundidad_de_la_dis- tiguo que se conserva en nuestro país, por lo que constituye una pieza clave de
tancia (2005), provocan los sentidos mediante una sonoridad ininterrumpida y la historia del videoarte argentino. En obras posteriores, Paksa ha depositado
por momentos irritante. su atención en algunas particularidades del medio electrónico, como el ruido
La vía de la metáfora y el símbolo ha sido explorada también por Anna-Lisa de transmisión – Una tarde 94/05/78 (1994) – o el protector de pantalla de una
Marjak en una obra emblemática, La brutalidad de los hombres (1992). La lucha por computadora – El descanso de Loreta (1992). Aquí, las imágenes dan paso a una
un huevo construye aquí una alegoría sobre la violencia, la dominación y la com- experiencia de la materialidad del medio, que al mismo tiempo es una crítica
petitividad. Pocas veces se ha logrado concentrar tan amplia variedad de sentidos a su prepotencia como espacio casi exclusivo de la imagen contemporánea.
en un único objeto y un par de situaciones. Silvia Rivas lo hace en sus ambientes
audiovisuales atravesados por el agua omnipresente (Notas sobre el tiempo, 2001),
110 111

Marcello Mercado. Gabriela Golder.


Index Generator, 2004 Reocupación, 2006

Poéticas de ensayar otros rumbos para el abordaje del videoarte argentino, uno que no
Cómo en todas las artes, más allá de los procedimientos formales, los intereses se circunscriba únicamente a un discurso de la generalidad.
compartidos y las corrientes estéticas, existen visiones y formas de hacer per- A lo largo de los años, Marcello Mercado se ha transformado en una figura
sonales que otorgan singularidad a la obra de cada artista. En todas las mani- destacada de la videocreación argentina, aun cuando gran parte de su obra es
festaciones confluyen estéticas y poéticas, lo colectivo y lo individual, aunque desconocida por el público local. Trabajador incansable, de ideas contunden-
en distintas épocas se han valorado diferentes polos de la ecuación. En los tes y por momentos poco complacientes, ha sabido elaborar un cuerpo de pro-
períodos preburgueses, el arte era más bien una práctica colectiva, incluso si ducciones con una marca personal pocas veces vista, incluso en autores inter-
era ejecutada por una única persona. Pero la modernidad, aun cuando muchas nacionales. Amante del abigarramiento y las intrincadas ediciones multicapas,
veces estuvo organizada en grupos, otorgó especial atención al estilo personal, incursiona también en piezas performáticas mucho más simples visualmente,
la expresión del genio del artista. pero no menos complejas en el nivel conceptual. La obra de Mercado está
Hoy, lejos de las teorías de los dones y la genialidad, podemos destacar, no obs- atravesada por un posicionamiento político irrenunciable. Impulsado por la
tante, los rasgos singulares que caracterizan la obra de un autor. Para esto, antes violencia y la represión de Estado en nuestro país, sus trabajos fueron evolucio-
que la categoría de estilo, parece más conveniente la de poética, en la medida nando hacia el análisis del poder y sus herramientas: la política, la economía,
en que permite aludir a tales rasgos sin establecer jerarquías – no existen unas las leyes, los sistemas disciplinarios, las formas de exclusión, la brutalidad, la
poéticas mejores ni más adecuadas que otras – ni remitirlos a aptitudes extraor- manipulación ideológica, la crueldad, la violencia corporal, la coacción psico-
dinarias. El estilo, casi siempre, fue pensado como una cualidad que permitía a lógica. El proyecto de traducir Das Kapital de Karl Marx al discurso audiovisual
un artista separarse de los demás, una señal de originalidad. Una poética refie- ha sido el eje de un conjunto de piezas que superaron con creces el plan ori-
re más bien a un universo propio, auténtico pero no necesariamente original, ginal, para ofrecernos una visión dura y sin concesiones – ni argumentales ni
individual pero no competitivo. Todo artista posee una poética, incluidos los estéticas – sobre el mundo contemporáneo.
que adscriben a las teorías estéticas más rígidas. Todo artista posee un mundo, Gabriela Golder parte con frecuencia de conflictos políticos, aunque su pers-
una mirada, una subjetividad. Por tal motivo, tomar la obra de algunos de ellos pectiva suele ser más particularizada. A veces indaga en historias personales,
como objeto de análisis no persigue la finalidad de aislarlos. Se trata, más bien, incluso autobiográficas (Tras los ojos de las niñas serias, 1999; En memoria de los pá-
112 jaros, 2000); otras se mueve en el nivel comunitario (Heroica, 1999, realizada junto y trabajando en entornos de escasa luz, consigue una imagen monocroma, ver- 113
a Silvina Cafici; Vacas, 2002; Reocupación, 2006). Se desplaza con naturalidad entre dosa, que se ha constituido prácticamente en una marca autoral. Otro punto
la poesía y el testimonio, entre el video monocanal y la videoinstalación. Algunos importante en sus piezas son los encuadres, que fomentan continuas confusio-
de sus trabajos tienen un componente documental y hasta antropológico preciso; nes y desajustes perceptivos.
sin embargo, su resolución formal los ubica en el terreno conceptual y alegórico. Entre los artistas que han marcado la historia del medio, Diego Lascano fue
Gran parte de sus piezas han sido producidas en las múltiples residencias que ha poseedor de una poética muy particular. Su mundo estuvo conformado por
realizado en diferentes lugares del globo. Este nomadismo le ha permitido llevar imágenes planas recortadas y móviles, producto de las primeras incursiones de
adelante un cuerpo de obras nutrido sin tener que emigrar, como sucedió con la tecnología digital en el ámbito del soporte electrónico. Obsesionado por los
muchos otros artistas. Al mismo tiempo, ha teñido su trabajo con metáforas del aviones, plasmó situaciones e historias donde éstos solían ser los protagonistas,
exilio y el desplazamiento, de lo local y lo universal. Más allá de los contextos que como el accidente aéreo que le costó la vida a Carlos Gardel (Arde Gardel, 1991)
articula, su mirada es profundamente humana. o las meditaciones filosóficas de Antoine de Saint-Exupéry como piloto de gue-
Charly Nijensohn, en cambio, pertenece al grupo de los artistas en la diás- rra (Saint-Ex, 1993). Pionero de la animación digital, otra marca constitutiva
pora. Radicado en Berlín desde la crisis de 2001, continúa, no obstante, con de su trabajo fue el humor. La narrativa de sus videos opera mediante una
los lineamientos generales que dan vida a su obra desde los tiempos en que asociación de imágenes acompañada por algunos pocos textos; el resto corre
pertenecía al colectivo Ar Detroy. Su poética es más bien intimista, a pesar de por cuenta del espectador. Sus pantallas pobladas de figuras planas, de colores
trabajar en amplios espacios abiertos. La naturaleza es el marco casi invariable saturados y con movimientos en bucle, son probablemente las más reconoci-
de sus exploraciones sobre la resistencia a las adversidades, la perseverancia, bles de todo el videoarte argentino.
la persistencia. El entorno hostil acentúa el impacto emocional de sus videos La vía de la animación es también característica en la obra de Pablo Rodríguez
y la entereza espiritual de sus personajes, seres enigmáticos que enfrentan las Jáuregui. Sin embargo, su trabajo oscila entre el videoarte y la animación tra-
inclemencias del paisaje con disciplina y tesón. Éstos aparecen aislados o en dicional. Sus videos poseen líneas argumentales claras, y están basados en la
grupos, pero cuando esto último sucede no parece haber comunicación entre construcción de personajes y situaciones. En años recientes, incursionó en el
sus componentes. La soledad es otro tema constante, aunque su sentido es terreno de la animación tridimensional introduciendo esta técnica en el circui-
menos social que metafísico. Sus trabajos recientes son videoinstalaciones de to del videoarte local, pero también en festivales de cortometrajes e incluso en
tres o cinco pantallas de grandes dimensiones (La caída de un sistema, 2005). La el ámbito televisivo, espacios donde el artista ha adquirido notoriedad7.
relación del espectador con éstas repite el contraste entre los personajes de las El mundo de la televisión es un referente inmediato en la obra de Gastón Duprat
cintas y la inmensidad que los rodea. y Mariano Cohn. Formados en el ámbito de la videocreación, sus producciones
En el extremo opuesto, Eugenia Calvo apela a un entorno inmediato y fa- alcanzaron el medio televisivo e incluso el cinematográfico, con un estilo plena-
miliar: su propia casa. En ella descubre todos los elementos necesarios para mente identificable, irónico e irreverente, basado en la observación y puesta en
producir una transfiguración del universo que la rodea. Pequeñas intervencio- crisis de personas, espacios, costumbres y situaciones. Sus obras suelen tener un
nes, acciones mínimas producen carácter episódico. Bloques audiovisuales breves se unen generando una visión de
verdaderas revoluciones (Un plan conjunto fragmentada, que en lugar de organizarse según una lógica narrativa se
ambicioso, 2006). Su trabajo imple- aproxima más bien a la enumeración. Este procedimiento se identifica tanto en
menta una poética de lo posible, piezas cuyo objetivo es el catálogo – Enciclopedia (2000) – como en otras donde esa
una reinvención de lo cotidiano, finalidad no es tan evidente – Circuito (1997) –. La misma estructura subyace en
en palabras de Michel de Certeau. algunos de sus programas para la televisión – como Televisión abierta (1999), uno
Gustavo Caprín trabaja igualmente de los más conocidos – e incluso en su filme comercial, Yo presidente (2006).
en entornos familiares y ejecutan-
do pequeñas performances. Pero
sus acciones ofrecen mayor prota- Prácticas
gonismo a los objetos que utiliza, Entre los medios audiovisuales, el video es el que mejor ha conseguido des-
al punto de tornarlos depositarios prenderse de la completa instrumentalización comercial. El cine y la televisión
de una fuerte carga expresiva (How apenas han podido escapar de la industria del entretenimiento. Si bien ha ha-
to Build a House, 2002). Empleando bido experiencias de televisión comunitaria y cine underground o alternativo8,
Diego Lascano. una cámara sensible a la oscuridad lo cierto es que el grueso de la producción televisiva y fílmica ha quedado
Arde Gardel, 1991
114 relegado a las transmisiones por cable o aire y a las salas – hoy multisalas – ci- se une al grupo Venteveo Video produciendo una serie de piezas de neto corte po- 115
nematográficas, respectivamente. La presión mercantil ha cercenado una parte lítico y testimonial (La bisagra de la historia, 2002). Otros grupos, como Argentina
importante de las posibilidades expresivas y creativas de estos medios, obturan- Arde e Indimedia Argentina, también cuentan con artistas entre sus filas. El co-
do el desarrollo de otras prácticas que hubieran ampliado las potencialidades lectivo Etcétera constituye un caso particular en este panorama. Proveniente del
de la producción audiovisual. mundo del teatro y la intervención pública, ligado a los escraches organizados por
Sin embargo, en nuestro país, no podemos echarles la culpa sólo a los intereses la agrupación H.I.J.O.S. pero sin perder de vista su capacidad de aportación esté-
económicos. Lamentablemente, el interregno militar de los años 70 y 80 indujo tica, utiliza el video como un medio para el comentario crítico, parodiando con
la desaparición de algunas experiencias con la televisión9 y de ciertas prácticas de frecuencia a la televisión. Su tono irreverente y burlón excede todos los límites del
cine alternativo, experimental y militante, que habían comenzado a expandirse testimonio, posicionándose como una voz denuncian-
en los años anteriores. Si bien parte de esta producción sobrevivió con dificultad, te, aguda y mordaz.
la dictadura impuso un corte profundo que impidió el diálogo, las influencias y las El video adopta otro tipo de uso político en el cine de la
continuidades entre los realizadores anteriores y posteriores a ese período. Hoy urgencia de Gregorio Anchou. Inspirado por la frase de
sólo podemos preguntarnos qué hubiera sucedido si las incursiones tempranas Fernando Birri “un cine perfecto es inmoral en un mun-
en la imagen electrónica de Marta Minujín, David Lamelas y Lea Lublin, los fil- do imperfecto”, el artista ensaya una poética de lo inme-
mes experimentales de Rodolfo Kuhn, David José Kohon, Osías Wilenski y Oscar diato donde las preocupaciones formales son relativas
Bony, o los filmes testimoniales y militantes del Cine de Base, el Tercer Cine, Carlos frente a la necesidad de capturar la vida. “El lenguaje
Nine y Raúl Berceyro no hubieran dejado de circular. Es imposible saberlo; sin es una cuestión ideológica –sostiene en un manifiesto
embargo, la historia hubiera sido definitivamente otra. inédito11 –. No es necesario descartar hitos lingüísticos
Por fortuna, un pequeño grupo de realizadores del cine experimental tuvo tales como guión, intertítulos, argumentos, personajes y
cierto contacto con el videoarte. Narcisa Hirsch y Claudio Caldini, autores de plano/contraplano, tan útiles en tantos casos, sino reje- Gregorio Anchou.
una obra increíble y todavía poco reconocida en el terreno del cine under- rarquizarlos por debajo del registro inmediato de la vida Safo.2002
Historia de una pasión,

ground10, establecieron lazos con los jóvenes artistas del video, consolidando [...] Cuanto más humilde es la factura, mayor es su valor
vínculos necesarios y muchas veces fructíferos. La importancia de estos autores como testigo de la era”. Con estas ideas en su cabeza realizó una remake del film Safo.
no radica únicamente en su obra, sino también en haber sido grandes difusores Historia de una pasión (1943), de Carlos Hugo Christensen, ambientada en sus entor-
de la producción fílmica experimental. Con ellos, una parte valiosa de la visua- nos cotidianos, e interpretada por actores independientes y amigos.
lidad de los 70 y 80 recuperó su productividad estética. Desde su aparición, una de las características más celebradas del video fue su por-
Tras la caída del gobierno militar en 1983, la corriente fílmica activista también tabilidad. La autonomía de las cámaras y los dispositivos de proyección actuales, de
recuperó su presencia en el terreno audiovisual. Su legado fue recogido por las dimensiones cada vez más pequeñas y con un peso en disminución permanente, fo-
escuelas de cine, en particular las documentalistas, que vieron en esa producción mentan el abandono de los estudios y los ámbitos cerrados para alcanzar el espacio
reflexiva el germen de un uso posible del medio electrónico. Algunos de los prime- público. La intervención en sitios específicos (site specific) se ha vuelto una práctica
ros grupos de videastas provenían de esas escuelas o poseían una clara influencia posible y común en los últimos años, de la mano de los artistas que buscan interve-
del cine militante. Sus acciones tempranas se propusieron cuestionar la televisión nir los lugares cotidianos, allí donde transcurre la vida.
mediante un discurso muchas veces irónico, siempre crítico y para nada instrumen- En 2000, Luis Campos y Jorge Caterbetti realizaron Todo lo que reluce es oro, una in-
tal. Piezas como The man of the week (1988), de Luis María Hermida y Boy Olmi, o tervención en la fábrica IMPA, recuperada por sus trabajadores. Un conjunto de
Reconstruyen crimen de la modelo (1990), de Andrés Di Tella y Fabián Hofman, son performances y videos ocuparon el lugar, llamando la atención sobre su historia y
modelos de esta actitud crítica e inconformista. su presente, sobre la coyuntura política de las industrias recuperadas y sobre la vida
Pero el cine militante es recuperado preferentemente en una práctica que se pro- particular de los obreros. Monitores ubicados entre las máquinas exhibían entrevis-
fundiza tras la crisis política de 2001: el videoactivismo. Aunque algunos grupos tas a éstos, en el contexto mismo de su trabajo. El espacio se impregnó de historias
eran preexistentes, muchos se formaron al calor de las manifestaciones y enfren- y anécdotas personales, de humanidad y conflicto, de visitantes ocasionales y de
tamientos sociales del 19 y 20 de diciembre, con la urgencia de plasmar los agudos otra sensorialidad. Cuatro años más tarde, el grupo de arte callejero Periferia rea-
acontecimientos que se gestaban en las calles y las plazas. Un buen número de lizó proyecciones de imágenes históricas y de textos sobre la fachada del Cabildo,
artistas se unen o relacionan con estos grupos, estableciendo vínculos entre el activando su conflictividad, utilizando el espacio público como una arena para la
pensamiento estético y la militancia social. Sebastián Ziccarello, por sólo poner reflexión y el debate, convocando la memoria política.
un ejemplo, tras impactar en el mundo de la videocreación con 1. Elipse (2000), Durante el verano de 2007, la ciudad de Buenos Aires fue el escenario de una
116 realzaban la arquitectura del Palacio 117
Pizzurno, la sede de la agencia minis-
terial. Bali es una pionera en la utiliza-
ción del video en el ámbito escénico.
Desde 1994 diseña coreografías que
interceptan piezas de danza en vivo
con audiovisuales creados especial-
mente para dialogar con ellas. Esta
práctica, que se ha dado en llamar
danza multimedia, es una de sus máxi-
mas aportaciones al mundo de la pro-
ducción coreográfica argentina12 y un
ámbito de experimentación constante
para esta incansable artista.
La intersección de la danza y el video
da vida a una práctica de característi-
cas específicas, la videodanza13. Desde
1995 se lleva a cabo en nuestro país
un Festival Internacional dirigido por
Leonello Zambón. Silvina Szperling, uno de los primeros 5to. Festival Internacional de Videodanza,
Concierto para violines y cacerolas, 2007 en el mundo que se focaliza en este 1999
tipo de actividad. En sus diferentes
serie de intervenciones urbanas electrónicas que dialogaron con edificios pú- ediciones, el festival ha exhibido lo mejor de la videodanza internacional y ha
blicos emblemáticos. La fachada de la Facultad de Derecho acogió el video La promovido la realización local a través de premios, ayudas para la producción,
brutalidad de los hombres (1992), de Anna-Lisa Marjak, una metáfora sobre los an- talleres y otras actividades de reflexión. En la actualidad, conforma una alianza
tagonismos y la competitividad, mientras la Facultad de Ciencias Económicas con el Festival Internacional de Videodanza de Uruguay y el Festival Dança em Foco,
fue el soporte del video La recolección. Bricolage contemporáneo (2005), de Matilde de Río de Janeiro, en el Circuito Videodanza del Mercosur. En la Argentina
Marín, una mirada poética al mundo del reciclaje y la precariedad social que existen numerosos autores que frecuentan esta producción. Entre ellos, puede
lo rodea. Silvia Rivas intervino el frente del Círculo Militar, sobre la avenida destacarse a Margarita Bali, Silvina Szperling, Paula de Luque y Daniel Böhn,
Santa Fe, con imágenes de individuos marginados, y Gabriela Golder proyec- entre muchos otros. Obras como Temblor (1993), de Silvina Szperling; Arena
tó las acciones mudas de un grupo de desocupados sobre la fachada de la ex (1998), de Margarita Bali; El Territorio (1996), de Paula de Luque, o Linda
fábrica Canale. Leonello Zambón ocupó el edificio de la Legislatura porteña, Manera (2003), de Sofía Mazza, constituyen momentos elevados de un género
frente a la Plaza de Mayo, con su Concierto para violines y cacerolas (2007), una en constante expansión.
pieza realizada especialmente para el lugar que articulaba ingeniosamente la Cercana en su relación del cuerpo con la cámara, pero diferente en su estética
música “culta” del violín – en ese edificio funciona la Casa de la Cultura – con y propósitos, se encuentra la videoperformance. En ésta, el cuerpo es el eje de
la espontánea de las manifestaciones sociales, los cacerolazos. Andrés Denegri y una acción que siempre es protagonista, a pesar de las múltiples aportaciones
Enrique Casal produjeron un audiovisual en vivo y en tiempo real tomando las que pueda introducir el lenguaje electrónico. En todos los casos se trata de ac-
imágenes y los sonidos que rodean a la plaza Flores y proyectándolos sobre el ciones realizadas especialmente para ser registradas en video. Pero la potencia
edificio del Banco de la Nación Argentina ubicado frente a ese sitio, apropián- del acto performático es el punto central alrededor del cual se organizan los
dose de la práctica de los DJ y VJ. recursos de la imagen y el sonido.
Dos años antes, Margarita Bali intervino la fachada del Ministerio de Cultura A mediados de los 90, el Grupo Fosa exploró esta vía de trabajo con asiduidad.
de la Nación con su pieza coreográfica Pizzurno pixelado (2005), producida en Sus videos poseían un sentido escenográfico y onírico, con una edición precisa
el marco del Proyecto Cruces del Festival Internacional de Teatro. Bailarines que concentraba las acciones y les otorgaba un carácter alegórico. En muchas
en vivo y virtuales convivían en el frente del edificio, creando situaciones que ocasiones, el video fue parte de sus intervenciones en vivo, introduciendo des-
118 de la imagen información que los cuerpos no podían ofrecer. Uno de sus inte- y con frecuencia, por el público. En Libros de arena (2003-2004), por ejemplo, 119
grantes, Javier Sobrino, continuó en la línea de las videoperformances. A través Mariano Sardón proyecta textos referidos a Jorge Luis Borges tomados de la
de una serie de piezas, investigó la realidad del lenguaje y las palabras, creando Internet, sobre la sombra que producen los espectadores al pasar sus manos
acciones y videos en los que recurría a un idioma inventado para hablar de sobre un cubo de arena. En Divergencia diferente de cero (2001-2002), las palabras
unas imágenes y unos textos en gran medida enigmáticos. contenidas en dos libros abiertos se intercambian cuando el público golpea
Los primeros videos de Inés Szigety también comprometían el cuerpo y la palabra. sus manos. El grupo Proyecto Biopus trabaja preferentemente en esta área. Su
La edición operaba sobre el registro de personas que hablaban para exaltar los obra Sensible (2007) está conformada por una pantalla sensible al tacto donde
tiempos muertos, singularizar los vocablos, multiplicar los gestos involuntarios. Más los usuarios pueden producir formas que pasan integrar un ecosistema virtual.
tarde, la propia artista pasa a protagonizar sus piezas. El encuadre la encierra en su Las relaciones entre estas formas determinan la evolución posterior de la pieza,
acción, la contiene, mientras la edición concentra el acto reiterado de encintarse así como su universo sonoro.
o engramparse (Encintándome, 2004; Engrampándome, 2004). Szigety vuelve a poner Finalmente, el video encuentra un sinnúmero de formatos, espacios, posibilida-
el cuerpo en una ironía dirigida al videoarte y su mercantilización, Video ya! (2005), des y usos en la obra de artistas provenientes de las más variadas disciplinas que
aunque aquí hay un juego con la imagen electrónica y el texto que excede lo mera- se acercan a él de manera eventual o que lo incorporan junto a otros soportes y
mente performático. medios. La mayoría no tiene una forma-
Tres artistas cordobeses abordan el vi- ción específica en los discursos audiovi-
deo y la acción desde perspectivas diver- suales; sólo llega a ellos a través de la
sas. Federico Falco parte de su historia curiosidad y aprovechando las facilida-
familiar para indagar algunos aspectos des de producción que otorgan las tec-
de la identidad individual y social, don- nologías contemporáneas, cada vez más
de conviven los espacios rurales, las hue- accesibles y amigables.
llas de la historia y la violencia (Agrícola Fabiana Barreda ha comenzado a inte-
y ganadera, 2004; Estudio para horizonte grar la fotografía, el dibujo y el video.
en plano general, 2003). Leticia El Halli En su investigación sobre los cuerpos,
Obeid diseña pequeñas acciones a la la arquitectura, la naturaleza y el ho-
manera de ejercicios en contextos de gar ha elaborado un conjunto de ani-
intimidad o aislamiento (Headphones, maciones y videoobjetos que dialogan
2001; Orden, 2003; Escribir, leer, escuchar, con fotografías e ilustraciones digita-
2003; Relatos, 2005); Paola Sferco tam- les, en instalaciones que reflexionan
bién investiga los espacios de la intimi- sobre nuestra relación con los hábitats
dad, enfocando situaciones que convo- naturales y artificiales (Arquitectura del
can el desconcierto (Dialogado, 2003; deseo, 2006). Juan Mathé ha produci-
Mariano Sardón.
Encuentros corporales, 2006). do algunos de los videoobjetos más Proyecto Biopus.
Libros de arena, 2003-2004 Una de las prácticas más corrientes memorables del arte argentino, tra- Sensible , 2007
y de mayor desarrollo en los últimos bajando con monitores desnudos y en
años es, sin lugar a dudas, la videoinstalación. Esta expansión del audiovisual movimiento que desafían la inercia de la pantalla (Proyecto para un salto al va-
hacia el espacio, que incorpora al espectador en un sentido más físico que cío, 2002). A partir de fotografías y maquetas, y recurriendo a los cambios de
el monocanal, permite relativizar la presión narrativa y explorar las lecturas escala, Lila Siegrist compone pequeños paisajes dislocados (Silenciosos, 2006).
fragmentarias e incompletas, la indeterminación de los desplazamientos, el im- Sebastiano Mauri ha proyectado imágenes en movimiento sobre retratos foto-
pacto de las escalas, la exaltación sensorial de imágenes y sonidos. Entre los gráficos, generando rostros de gran extrañeza (Faded, 2004). Su trabajo incluye
artistas que incursionan en este formato con mayor constancia se encuentran también videos de carácter conceptual, donde el audiovisual es a veces una
Carlos Trilnick, Silvia Rivas, Charly Nijensohn, Iván Marino, Gustavo Romano, mirada y otras un registro (I Believe in God, 2007; The Song I Love To, 2005).
Sebastián Díaz Morales y Gabriela Golder. El video se cruza permanentemente con la música electrónica, los videojuegos
En tiempos recientes, estas producciones dan paso a las instalaciones interac- y la cultura digital en general. Como parte de un universo medial donde los
tivas, donde el audiovisual electrónico puede ser manipulado en tiempo real, límites se vuelven cada vez más imprecisos, la informatización de los sonidos
120 y las imágenes electrónicas fomenta los intercambios y las hibridaciones para Notas Cinema. New York: Dutton, 1970. Para 121
dar vida a experiencias innovadoras, como las sesiones de VJ. Algunos artistas, 1
En este sentido, el videoarte argentino conocer su desarrollo en la Argentina,
como Jorge Castro, han encontrado en ese ámbito un espacio sin igual para la sería, para los alcances de este ensayo, se puede consultar mi ensayo “Fuera de
creación audiovisual, un entorno que les ofrece, además, un contacto vivo e un campo discursivo, según el concepto las formas del cine. Experiencias de cine
inmediato con el público. Para un artista como Jorge Haro, que utiliza la ima- desarrollado por Michel Foucault (en expandido en la Argentina”, publicado
gen electrónica desde hace muchos años en sus conciertos, el video es a veces La arqueología del saber, México, Siglo en las actas de las Segundas Jornadas
un sitio para ejercitar cierta intimidad (Video 7 [autorretrato], 1997), y otras, XXI, 19ª ed., 1999). Nacionales: El cine y las artes audiovisua-
para desarrollar experiencias sonoras (Cotos_05, 2006). Estanislao Florido lo 2
Sobre la construcción de esa pureza les. Enfoques analíticos y transdisciplinarios.
usa para congeniar la historia del arte y el conflicto social con la estética de los y su artificialidad puede consultarse Buenos Aires: EINCITED; Universidad
videojuegos (Cartonero, 2006), un género que ha formado visualmente a nume- mi ensayo: “A propósito de la hibridez de Buenos Aires, 2001.
rosas generaciones. de los nuevos medios”, en Colectivo 9
Para ampliar este tema puede consul-
Porque el video se ha transformado, con los años, en algo más que un medio Troyano (ed.). Instalando / Installing. tarse mi ensayo “Arte y tecnología en la
que los artistas emplean en determinadas ocasiones. En un entorno creciente- Arte y cultura digital. Santiago de Chile: Argentina. Los primeros años”, publica-
mente tecnologizado, el audiovisual electrónico ocupa un lugar cada vez más LOM Ediciones, 2007. do en Leonardo Electronic Almanac, 13:4,
destacado en la historia, la memoria, la interpretación de la realidad, la vida. 3
Su referente literario más común es Abril 2005.
Su uso ha configurado estéticas, pero ha permitido también la expresión y la Roberto Arlt, presente en obras como 10
Para ampliar este tema puede con-
elaboración de prácticas y estrategias para investigar, interpelar y confrontar el El hombre apocalíptico (2002) o El visitante sultarse mi ensayo “Buenos Aires
mundo contemporáneo. El videoarte argentino ha frecuentado estos senderos, enigmático (2003). Underground”, presentado en la
y prolonga con su marcha la potencialidad de un medio en constante devenir. 4
Andrés Di Tella y Fabián Hofman Jornada de Homenaje: Los Primeros Cien
son los responsables de una de las Años de Cine en Argentina. Buenos Aires:
obras claves del videoarte argentino – Facultad de Filosofía y Letras (UBA),
Reconstruyen crimen de la modelo (1990) – y 1997.
de cortos documentales en la línea del 11
Anchou, Gregorio, “Por un cine de la
documental de autor, como Guía del urgencia”, manifiesto inédito, Madrid,
inmigrante (1993). Los trabajos perso- 2003.
nales de Di Tella en la tónica del docu- 12
Margarita Bali es cofundadora, junto a
mental de autor han llegado incluso al Susana Tambutti, de una de las compa-
circuito comercial (Fotografías, 2007; La ñías claves de la danza contemporánea
televisión y yo, 2002). argentina, Nucleodanza
5
En aquella época se hablaba preferen- 13
Para ampliar las características de
temente de video by artist (video de artis- este formato, se pueden consultar mis
ta) y no de videoarte, como lo hacemos ensayos “Videodanza: otro bastardo en
hoy. la familia” (1995) y “Videoarte y video-
6
Pulqui. Un instante en la patria de la fe- danza en una (in)cieta América Latina”
licidad (2007), de Alejandro Fernández (2007), incluidos en este libro.
Mouján.
7
Sus trabajos han sido emitidos con fre-
cuencia en el programa Caloi en su tinta,
de Canal 7.
8
Una excepción particularmente im-
portante la constituye el cine expandido
que se desarrolló durante las décadas
de 1960 y 1970. Al respecto puede con-
sultarse Youngbloog, Gene. Expanded
C.1 / 05
122 Como sucede en el ámbito internacional, la producción electrónica en América
Latina pasa por un momento que es al mismo tiempo eufórico y crítico.
123

VIDEOARTE Y VIDEODANZA EN UNA Por una parte, parece haberse consolidado el reconocimiento institucional

CAPÍTULO 1 / 05
largamente esperado por los artistas que durante las décadas de 1980 y 1990

(IN)CIERTA AMÉRICA LATINA lucharon denodadamente por espacios de exhibición, medios de producción
y aceptación pública. Museos y galerías de arte han abierto sus puertas a los
trabajos en video. La crítica dirige hoy su mirada hacia ellos, mientras las in-
vestigaciones históricas y teóricas, académicas e independientes, comienzan a
circular, reafirmando los valores de una producción que se presiente madura

ELOGIO DE LA LOW- TECH


y en línea con el circuito artístico contemporáneo. Los artistas encuentran un
camino allanado hacia la exhibición, y sus prácticas aportan a un contexto inte-
grado, donde las principales reflexiones estéticas se formulan en común.
Pero por otra parte, se percibe igualmente un cierto agotamiento del medio
y sus lenguajes. En cierta medida, el videoarte se ha vuelto “histórico”. No se
trata, únicamente, de que los medios digitales – con sus múltiples posibilidades
y formatos – comiencen a ser más atractivos a los artistas más jóvenes o afines
a las tecnologías recientes. La producción electrónica ha comenzado a estan-

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


darizarse, a hacer evidentes sus clichés, incluso a aburguesarse. Las experimen-
taciones formales que caracterizaron los inicios del medio, han dado paso a
formulaciones conceptuales a veces previsibles o endebles. Así, el videoarte
se presenta, por momentos, como una mera producción estetizante, correcta
pero sin demasiado interés, viva pero sin energía. Hoy se lo enseña en las uni-
versidades, forma parte de los fondos de museos y colecciones privadas, triunfa
en ferias artísticas y bienales, adecuándose con demasiada facilidad al camino
de la espectacularización que sigue cierta corriente del arte actual.
Esta situación ambivalente posee sus particularidades en el contexto latinoa-
mericano. Ante todo, porque dicho contexto no es homogéneo. La institucio-
nalización del videoarte es un hecho que sólo se verifica en ciertas ciudades y
en circuitos muy específicos. Gran parte de la producción videográfica circula
por senderos menos celebrados, construyendo sus propios entornos y públi-
cos. En manos de algunos artistas o activistas, el video es todavía un medio de
expresión portador de discursos políticos, miradas cuestionadoras y preguntas
inquietantes, cuando no de testimonios y aproximaciones agudas a la realidad
Ricardo Lanzarini. cultural o social. Esta cualidad es aun hoy una de sus marcas más reconocidas,
28 round, lugar, este, estrategia, 1998-1999 la que le brinda su frescura, cierta identidad y mucho interés.

RODRIGO ALONSO
Aun así, resulta bastante problemático hablar de un videoarte latinoamericano.
En los últimos años han habido múltiples intentos por desarticular la noción de
una América Latina unida por un lenguaje y un pasado colonial comunes1. A esto
se suma la escasa intercomunicación existente en su interior, el hecho efectivo de
que son más frecuentes los contactos entre los países que la conforman y Europa
o los Estados Unidos, que las relaciones de tales países entre si.
Sin embargo, artistas, curadores y teóricos sostienen la necesidad estratégica de
fortalecer las relaciones entre los países de la región, a fin de construir espacios
de producción y reflexión que provean un contexto artístico e intelectual a la
124 creación regional. Para esto, es necesario evitar el uso del término “latinoame- 125
ricano” en sentido descriptivo o categorial, utilizándolo en cambio en forma
funcional o estratégica, para sumar esfuerzos y no para ocultar las diferencias
internas, los procesos sociales, políticos y culturales particulares, las raíces, his-
torias e identidades singulares. Con este criterio, es posible entonces referirse
a la producción artística latinoamericana. Y con estas miras se han implemen-
tado y se siguen generando numerosos proyectos regionales.
De hecho, el videoarte se ha favorecido especialmente de los lazos locales es-
tratégicos. Los numerosos festivales dedicados a la creación electrónica en
América Latina han concedido siempre una importancia particular a la necesi-
dad de mostrar trabajos de la región, no sólo debido a la comunidad idiomática
sino principalmente por la afinidad de contextos, tanto socio-políticos como de
producción y circulación. La mayoría de esos festivales basan su estructura en
los contactos entre curadores y artistas antes que en los apoyos institucionales.
Así, han sido y continúan siendo los propios realizadores quienes delinean el
circuito del videoarte latino.
Tras estas aclaraciones, lo que sigue sólo puede ser un posible panorama de la pro-
ducción electrónica latinoamericana, voluntariamente incompleto y parcial.
El videoarte posee una sólida tradición en América Latina, aunque la tecnología
electrónica sólo estuvo realmente accesible a partir de la década de 19802. Las in- Álvaro Zavala.
fluencias sobre las producciones pioneras fueron de muy diversa índole: las artes vi- Atipanakuy, 1999

suales, el cine experimental, la televisión, el cinema novo, el tercer cine, el documental.


Si bien no existe una derivación directa desde estos medios y géneros hacia el video, tanto a la escultura cinética4 como a la utopía del progreso tecnológico, evo-
no puede dejar de reconocerse su contribución, en particular sobre las poéticas cando además la historia política uruguaya. La pieza está compuesta por una
experimentales o de crítica social que forman el grueso de la creación videográfica bicicleta fija conectada a un cartel luminoso fragmentado, que exhibe la frase
de los primeros tiempos. de Lenin “El comunismo es el socialismo más la electrificación de la URSS”, la
La dificultad de acceder a la tecnología necesaria para producir ha sido una marca única definición de comunismo que encontró el artista en su Uruguay natal
indeleble en el videoarte latinoamericano. Hoy, a pesar del abaratamiento de los durante la dictadura militar de los años 1970s. Su compatriota Martín Sastre
recursos básicos, el problema no ha desaparecido por completo. En la mayoría de creó la Martín Sastre Foundation for the Superpoor Art (2002), una falsa fundación
los países, las condiciones de financiamiento para las piezas electrónicas dependen accesible a través de Internet que sugiere a los coleccionistas internacionales
de escasos subsidios, premios o ayudas para la producción; un reflejo no sólo de las la adopción de un artista latinoamericano como una forma de contribuir al
débiles economías locales sino también de sus inciertas políticas culturales. desarrollo del arte contemporáneo. La boliviana Narda Alvarado ha recurrido
Estas circunstancias, sumadas a las condiciones socio-políticas particulares de a la ironía también para abordar ciertos problemas políticos y de género. En
cada país, ha conducido a un uso estratégico y crítico de los medios, que se Del Atlántico con Amor (2003) la artista entrega un balde con agua del Océano
pone en evidencia tanto en la opción voluntaria de las bajas tecnologías (low- Atlántico a representantes de la Marina Boliviana, evocando el conflicto entre
tech)3 – que no sólo reflexiona sobre la situación en América Latina sino que su país y Chile por la salida al mar. En Firemen (2001), utiliza el cuerpo de varios
también cuestiona la fascinación por las altas tecnologías de los países cen- hombres como superficie abrasiva sobre la que enciende unas cerillas.
trales – como en el desarrollo de un fuerte compromiso con temas sociales y El uso de tecnologías obsoletas o de recursos técnicos básicos aparece con fre-
políticos. De hecho, esta última vertiente tiene fuertes raíces en la historia de cuencia en el videoarte latinoamericano como una forma de evitar las imáge-
la cinematografía y las artes visuales locales, y constituye una de las marcas más nes refinadas y los lenguajes sofisticados, otorgando mayor relevancia a la efica-
reconocibles en el arte latinoamericano. cia discursiva de las piezas. En el video Atipanakuy (1999) de Álvaro Zavala, por
Las producciones low-tech se han inclinado usualmente por la ironía, la parodia ejemplo, simples efectos chroma-key son suficientes para desarrollar una mirada
y otras perspectivas críticas. La video instalación 28 round, lugar, este, estrategia reflexiva y poética sobre la juventud peruana actual y su relación con la heren-
(1998-99) de Ricardo Lanzarini, por ejemplo, hace referencia, irónicamente, cia incaica. Al confrontar ambas realidades, el artista promueve la meditación
126 sobre la difícil persistencia de las tradiciones locales en un mundo creciente- sensacionalistas – analizando la persistencia y el refuerzo de la religión a través 127
mente globalizado. de los medios, así como el creciente poder de ambos – la religión y los medios
El grupo colombiano Quiasma ha desarrollado un proyecto basado en do- – en la sociedad colombiana.
cumentales de video para llamar la atención sobre la singular diversidad y la El videoarte posee un lugar consolidado en Latinoamérica, aunque en los últimos
realidad fragmentada de su país. Divididos entre regiones controladas por el años se ha producido un desplazamiento desde el monocanal a las video insta-
gobierno y grandes extensiones controladas por las guerrillas, los colombia- laciones. No obstante, muchos grupos activistas todavía recurren al video para
nos difícilmente poseen un retrato integrado de su propio territorio. Con esta develar las distorsiones del tejido social, haciendo de la exploración política una
situación en mente, los miembros de Quiasma produjeron pequeños videos y de las vías claves del videoarte local. Lo político debe entenderse aquí en un sen-
tomaron muestras de sonido de las múltiples fiestas y rituales que se realizan en tido verdaderamente amplio. De alguna manera, podría decirse que el videoarte
todo el país, con el fin de crear una cartografía local compleja basada en las tra- latinoamericano es y ha sido un laboratorio de experiencias que busca ensayar las
diciones y las marcas culturales, que vaya más allá de la fragmentación política. diferentes formas en que el discurso artístico se puede articular con el político o
El video se transforma, de esta manera, en el medio que permite reconstruir la puede ser considerado un discurso político en sí mismo.
identidad local en el marco de un contexto turbulento. Algunas obras chilenas son paradigmáticas de esta intención. En un país donde
La producción y circulación social de tex- el responsable por la muerte, tortura y
tos, sonidos e imágenes es una preocupa- desaparición de personas durante los
ción constante de los video artistas latinos. años setenta no obtuvo una condena
Algunos de ellos están interesados particu- judicial firme, y donde las clases diri-
larmente en la forma en que los medios de gentes y gran parte de la población
comunicación construyen el universo ima- intenta borrar la memoria de esos
ginario de un gran número de personas, años, la insistencia de Edgar Endress,
en tanto no suelen existir canales sociales Guillermo Cifuentes, Claudia Aravena
alternativos. Los medios tradicionales, o Lotty Rosenfeld por recordar esos
como la prensa, la radio y la televisión po- hechos no puede entenderse única-
seen todavía una penetración profunda en mente como una indagación estética
los países de América Latina. Por tal moti- sino principalmente como una decla-
vo, para algunos artistas la deconstrucción ración política: una apuesta afirmativa
de tales medios es mucho más importante a la memoria en un país que pugna
que el incremento del acervo audiovisual. por olvidar.
Así, la apropiación de los medios y la des- Las controversias históricas son una
viación de las imágenes culturales son to- fuerza motriz del videoarte latinoameri-
davía prácticas regulares entre los artistas cano. Pero también lo son las historias
José Alejandro Restrepo.
latinoamericanos. urbanas, la particular configuración de Guillermo Cifuentes.
Icoloclastia, 2000 El colombiano José Alejandro Restrepo las ciudades y sus habitantes, el ritmo El rumor, 2000
trabaja desde hace mucho tiempo con imá- ciudadano y sus conflictos intrínsecos.
genes apropiadas de la televisión. Su obra se centra en las representaciones Por momentos, esa mirada a la ciudad adquiere el pulso de una violencia muy
religiosas y la cobertura mediática de la política, con el fin de revelar las pro- particular, como en A Minha Alma (2000) de Katia Lund, el relato de un enfren-
fundas raíces que unas y otra poseen en la sociedad colombiana. Para su video tamiento entre policías y pobladores de los barrios pobres de Río de Janeiro, que
Icomonía (2000) – una pieza compuesta por dos partes, Iconofilia e Iconoclastía a partir de un malentendido culmina en tragedia. En otras ocasiones, la mirada
– recurrió a los noticieros televisivos y las telenovelas para revelar la forma en hacia las metrópolis puede incluir dejos de poesía, como en Framed by Curtains
que promueven el amor y el odio de las imágenes como medio para manipular (1999) de Eder Santos, una indagación lírica del paisaje urbano de Hong-Kong.
lo que ellas acarrean: identidad, herencia cultural, opinión pública, discurso Muchos artistas argentinos han preferido, sin embargo, explorar el paisaje sal-
social, creencias populares, etc. Su último video, Santoral (2005), es una explo- vaje o rural, buscando, quizás, contrarrestar el fragor y la locura de las grandes
ración más profunda sobre las diferentes formas en que se reproducen los ritos ciudades. Paradójicamente, las amplias extensiones naturales argentinas han
católicos por la televisión – desde las celebraciones populares a las exhibiciones dado origen a un gran número de piezas intimistas o introspectivas, como Un
128 Tiempo (2003) de Milena Pafundi, Estudio para Horizonte en Plano General (2003) Por otra parte, muchas piezas de videodanza trabajan sobre la base de una coreo- 129
de Federico Falco o Uyuni (2005) de Andrés Denegri (grabada en la ciudad grafía anterior o reconstruyen la totalidad de una danza casi sin perturbarla; un
boliviana homónima). caso paradigmático es Duet for Camera (1996) de Amy Greenfield, donde la cámara
Una de las principales preocupaciones del mexicano Fernando Llanos es llevar recorre los cuerpos desnudos de los bailarines mientras bailan una pieza, sin apar-
el video afuera de las instituciones, allí donde está la vida. Durante la década tarse de ellos en ningún momento y sin edición.
de 1990 enviaba pequeños videos por e-mail con la consigna “Sé feliz, consu- Quizás uno de los inconvenientes más comunes es tomar el término en sen-
me video”. Para la última Bienal del Mercosur (2005) en Porto Alegre, creó un tido literal, suponer que la videodanza es video + danza o la suma de las po-
traje provisto de tecnología inalámbrica para proyectar videos sobre paredes y sibilidades del video y las de la danza. Este pensamiento es el resultado de
edificios. Durante las noches, el artista interfería la ciudad con sus imágenes un nominalismo difícil de erradicar, aun cuando no esperamos ver cubos en
creando toda clase de confrontaciones, como cuando proyectó imágenes de una obra cubista, por ejemplo. Pues, aunque parezca un contrasentido, existe
personas besándose en el área de trabajo de las prostitutas. videodanza “sin video” y “sin danza”. Muchas piezas se realizan en soporte cine-
En el verano de 2007, un grupo de edificios públicos de Buenos Aires fueron inter- matográfico o se graban en video pero con un lenguaje estrictamente fílmico.
feridos igualmente por proyecciones de video gigantes5. Diferentes artistas dialoga- En otras nadie “baila”, ni se producen movimientos que podamos identificar
ron con el espacio público creando una serie de piezas específicas, muchas de las como “danza”. A veces es la edición la que genera una coreografía a partir de
cuales se relacionaban conflictivamente con el lugar que ocupaban. imágenes estáticas; en otros casos, es la focalización de la mirada sobre deter-
Por su maleabilidad y flexibilidad, el video se adapta con facilidad a múltiples minados movimientos la que los transforma en “danza”. En 1999, el jurado del
espacios y situaciones. En diálogo con el resto de las artes, ha generado una V Festival Internacional de Videodanza de Buenos Aires otorgó el primer premio a
serie de propuestas híbridas, como las video instalaciones, el teatro multimedia Heroica (1999), de Silvina Cafici y Gabriela Golder, aun cuando reconocía que
o la videodanza. Esta última ha tenido un desarrollo inusitado en el territorio en sus imágenes nadie danzaba. La obra presenta a un grupo de empleadas
latinoamericano. Desde la década de 1990, su producción ha sido continua domésticas peruanas que se desplazan por la terraza de un edificio, recordando
y en franco crecimiento, promovida por un conjunto de festivales regionales sus historias de vida.
específicos6. Un elemento bastante común en la videodanza es el abandono de la escena
Caracterizar la videodanza de América Latina es mucho más difícil que hacerlo teatral. Los diálogos con la naturaleza o las relaciones formales con los espa-
con el videoarte. Ante todo, porque el propio género de la videodanza – si aca- cios arquitectónicos son motivos
so es un género – suscita controversias a la hora de su caracterización. En gran de exploración frecuente. Entre
medida, la videodanza se ha desarrollado desde la propia práctica, ajena a de- los primeros, se pueden mencio-
finiciones y normativas. Incluso, su nombre es todavía incierto; los norteameri- nar Arena (1998) y Agua (1997)
canos prefieren la denominación danza para la cámara, mientras el realizador y de Margarita Bali, Por onde os ol-
teórico Douglas Rosenberg ha propuesto, siguiendo a Noel Carroll, el término hos não passam (2003) de Paulo
Paulo Mendel.
danza para la pantalla7. Por onde os olhos não passam, 2003 Mendel, o Cavillaca (1991) de la
El Primer Festival Internacional de Videodanza de Buenos Aires, realizado en 1995, peruana Luciana Proaño; entre
proponía considerar la relación video / danza desde una triple perspectiva: los las exploraciones arquitectónicas sirven de ejemplo Fliess Gleichgewicht (2002)
documentales y registros de danza (donde el video es una herramienta de testi- de André Semenza o Montevideoaki (2005) de Miguel Grompone y Octavio
monio o documentación), la videodanza (coreografías realizadas especialmen- Iturbe.
te para la cámara, en soporte electrónico) y la danza multimedia (piezas donde La producción latinoamericana parece ser particularmente sensible a los ámbitos
el diálogo entre danza y video se daba en el ámbito escénico). La división era domésticos e íntimos. Por alguna extraña razón, un considerable número de obras
simplemente operativa, pero dejaba entrever que las relaciones entre danza y suceden en baños8 o dormitorios. A diferencia de ciertas piezas europeas o nortea-
video no son unívocas. mericanas, de gran despliegue espacial, la creación local prefiere por lo general los
La diferencia más problemática suele ser aquella que separa la videodanza del espacios acotados. Sería incorrecto pensar que esto se debe únicamente a una cues-
registro de la ejecución de una coreografía. Se suele decir que éste último sólo tión presupuestaria. Más bien, parecería haber un especial interés por los detalles,
documenta una danza preexistente. Sin embargo, si se consideran los encuadres, los pequeños movimientos, el rescate de lo ínfimo. En Temblor (1993), de Silvina
la diversidad de puntos de vista, la edición de los tiempos muertos, y otras mo- Szperling, vemos una sucesión de movimientos de abdómenes que exalta un tipo
dificaciones introducidas por cualquier reconstrucción videográfica estándar se de dinámica inaccesible al espectador teatral tradicional. En Wedding Day (2004) de
comprenderá claramente que el mero registro en video prácticamente no existe. Florencia Varela, son un par de manos las que protagonizan la acción. En estos ca-
130 sos, la alianza con el video encuentra todo su potencial; el encuadre se transforma, De esta forma se ratifica que la videodanza es mucho más que video + danza. Es un 131
con todo derecho, en un aliado coreográfico. ámbito de investigación audiovisual pero también de exploración conceptual y de
Otro de los grandes aliados es la edición. A ella corresponde, en la mayoría de formulación de relatos. Es un medio que proyecta las posibilidades del video y de la
los casos, edificar la coreografía final, que es fundamentalmente coreografía de la danza, pero también una arena de reflexión y construcción de la propia identidad.
mirada9. La sucesión de las imágenes construye ritmos, movimientos, dinámicas,
incluso a partir del estatismo, la actividad no coreográfica o la fragmentación. En
Île 2 (2005) de la venezolana Simona da Pozzo, la danza se construye mediante la
edición de los cambios de posición de dos bailarines ubicados en el interior de dos Notas llo en América Latina con las obras
cubículos delineados en el piso. También la edición puede reconstruir una coreo-
1
Véase, por ejemplo, el libro de José de Jesús Soto y Carlos Cruz Diez en
Jiménez y Fernando Castro (eds). Venezuela; Julio Le Parc, Martha Boto,
grafía fragmentada, como se aprecia claramente en Montevideoaki, donde la suce-
Horizontes del arte latinoamericano. Madrid: Gregorio Vardánega, Horacio García
sión de imágenes restituye la continuidad de un conjunto de movimientos dispersos
Tecnos, 1999. Rossi y Hugo Demarco en Argentina; y
en el espacio urbano. 2
Si bien las cámaras de video portá- Abraham Palatnik en Brasil, entre otros.
La edición digital favorece las estructuras no lineales. Al trabajo en la sucesión se
tiles salieron al mercado en 1965, su 5
En un evento organizado por el
suma, así, la posibilidad de trabajar en la simultaneidad, haciendo confluir dife-
difusión real en los países de América Gobierno de la Ciudad con curaduría
rentes capas electrónicas. Una pieza como O en Cualquier Otro Lugar (2004), de
Latina se da recién a partir de la década del autor de este ensayo.
Miguel Grompone, explota las asociaciones que le permite el trabajo con dos imá-
de 1980. Existen muy pocos recuentos 6
Principalmente, el Festival Internacional
genes simultáneas, mientras en Las Palabras (2006) de Paulina Vielma y Magnus
históricos del videoarte latinoameri- de Videodanza de Buenos Aires (desde 1995),
Rasmussen, la simultaneidad se produce preferentemente por superposición, ex-
cano; la mayoría se refiere a los países el Festival Internacional de Videodanza de
plorando la confluencia de las imágenes en la profundidad del cuadro. El argentino integrantes en particular. Pueden con- Uruguay (desde 2002) y Dança em Foco
Jorge Castro suma a todos estos recursos la manipulación digital. En sus piezas, la sultarse: Mello, Christine. “El videoarte (desde 2003).
danza es sólo un elemento compositivo más, al mismo nivel que la música, la gráfica en Brasil y otras experiencias latinoa- 7
Véase: Rosenberg, Douglas.
o las imágenes. Típicamente, el artista desarma la danza sobre la que trabaja, y uti- mericanas: 1970-1980”, en Sichel, Berta “Apreciaciones sobre la danza para la cá-
liza los fragmentos para armar su propia composición audiovisual, sobre la base de (ed). Primera generación. Arte e imagen en mara y manifiesto”, en Alonso, Rodrigo
un nuevo ritmo y una nueva estructura formal. movimiento [1963-1986]. Madrid: Museo (comp). Quinto Festival Internacional de
El video es, igualmente, soporte de diversos géneros narrativos. Y la videodanza no Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Videodanza, Buenos Aires ‘99 (catálogo-
ha sido ajena a esta cualidad. Muchos realizadores incorporan relatos o fragmentos 2006; Alonso, Rodrigo. “Hazañas y pe- libro). Buenos Aires: Universidad de
de relatos, multiplicando el potencial semántico de las coreografías. Esta capacidad ripecias del videoarte en Argentina”, en Buenos Aires, 1999.
narrativa permite trascender el atractivo estrictamente audiovisual de la videodanza y Cuadernos de cine argentino. Cuaderno 3: 8
Es increíble la cantidad de obras de vi-
explorar su potencial para encarnar historias, explorar acontecimientos o reflexionar Innovaciones estéticas y narrativas en los tex- deodanza que toman a los baños como
sobre la realidad social, política o cultural. Las obras más recientes de Silvina Szperling tos audiovisuales. Buenos Aires: Instituto escenario. Rápidamente se pueden
se adentran en esta vía. En Szis (2005) indaga en su historia familiar recuperando Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, mencionar: El territorio (1996) de Paula
la memoria de diferentes generaciones femeninas. Cornucopia (2002), de Marcelo 2005; Charalambos, Gilles. “Historia de Luque y Jorge Bernard, Interior, baño,
Evelin, revisita el mito de los faunos, aunque desde una perspectiva paródica. del videoarte en Colombia” (disponi- noche (2004) de Daniel Böhm y Mariana
Como medio contemporáneo, el video alienta también el abordaje conceptual. En ble online); Aguerre, Enrique. “NUVA. Blutrach, Dos ambientes (2004) de Guiye
Las Palabras, los bailarines llevan vocablos escritos sobre su cuerpo que fortalecen Núcleo Uruguayo de Video Arte” (dis- Fernández y Rodrigo Pardo, Baño públi-
la oposición hombre/mujer. Lo mismo sucede con el uso del lápiz labial rojo en la ponible online). co (2003) de Eduardo García, Esfolada
obra Kiss Me (2002) de Alejandro Areal Vélez y Andrea Racciatti, que lentamente se 3
Al respecto, consúltese: Alonso, (2004) de Henrique Rodovalho y Klever
transforma en un signo de violencia y opresión. Rodrigo. “Elogio de la low-tech”, Damaso, Process 5703-2000 (2001) de
Finalmente, no deberíamos dejar de mencionar algunas incursiones en las músicas en Burbano, Andrés & Barragán, Mara Castilho.
locales como característica propia de la producción regional. Si bien la videodanza Hernando (eds). Hipercubo/ok. Arte, 9
Sobre la videodanza como coreografía
es más bien un género experimental, ligado preferentemente a la danza y la música ciencia y tecnología en contextos próximos. de la mirada véase: Alonso, Rodrigo.
contemporáneas, no es infrecuente el recurso a los ritmos latinos, ya sea como toque Bogotá: Universidad de los Andes; “Videodanza: Otro bastardo en la fami-
autóctono o como marca de identidad. Obras como Navio Negreiro (2006) de Eliza Goethe Institut, 2002. lia”, La Hoja del Rojas, Año VIII, No 63,
Kapai y Mestre Dedeco, o Linda Manera (2003) de Sofía Mazza, así lo certifican. 4
El cinetismo tuvo un gran desarro- Buenos Aires, 1995.
C.2 / 01
132 Tengo una crisis de identidad frente a mi laptop “Chevy 69” – la peor en meses...
(En la) megalópolis de mi conciencia, palabras como “alternativo”,
133

ELOGIO DE LA LOW-TECH “periférico” y “marginal”

CAPÍTULO 2 / 01
perdieron su sentido y su peso moral hace mucho tiempo...
Guillermo Gómez-Peña & Roberto Sifuentes1

En 1966, tras una breve estadía en los Estados Unidos, la artista argentina Mar-
ta Minujín llega a Buenos Aires con un proyecto ideado conjuntamente con
dos colegas, el norteamericano Allan Kaprow y el alemán Wolf Vostell. Se trata

ELOGIO DE LA LOW- TECH


de una propuesta de colaboración global: cada artista diseñaría un happening,
los tres happenings resultantes se realizarían simultáneamente en los países de
residencia de cada uno de ellos y todo el evento se intercomunicaría a través
de un enlace satelital.
Para la ocasión, Minujín planea poner en práctica las teorías de Marshall
McLuhan, a quien había conocido recientemente. Su propuesta, Simultaneidad
en Simultaneidad, consiste en la creación de un ambiente multimediático satu-
rado por las tecnologías de comunicación de la época, en vistas a generar una

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


invasión medial simultánea e instantánea sobre el público. Para esto, equipa el
auditorio del Instituto Di Tella de Buenos Aires – lugar donde se lleva a cabo el
happening – con sesenta televisores, el mismo número de transmisores radia-
les, proyectores de diapositivas, cámaras fotográficas y cinematográficas, par-
lantes y grabadores de voz. El resultado es un complejo environment multimedia
en el que intervienen fotografía, televisión, teléfono, correo, radio y hasta una
transmisión vía satélite.2 El evento global se concibe para octubre de ese año.
Sin embargo, tanto Kaprow como Vostell envían sendas cartas excusándose por
no poder conseguir en sus países la tecnología necesaria para llevarlo adelante;
a cambio, remiten dos propuestas muy simples que aseguran su participación.
Hoy el estado de precariedad tecnológica en el ámbito de las artes argentinas es
tan avanzado, que la sola mención de este episodio parece una broma siniestra.
El aggiornamiento de los principales premios – transformados en “Salones sin
Disciplinas” (SIC) – no ha llegado aún a evitar tener que exigir, por ejemplo, que
Rodrigo Facundo. el artista se haga cargo de conseguir los dispositivos tecnológicos para exhibir su
En la punta de la lengua, 1997-2006
obra – computadoras, televisores, proyectores de video –, sino que, además, se ha
llegado a requerir que éste se responsabilice por el encendido, apagado y correcto
funcionamiento de tales dispositivos durante toda la exposición.

RODRIGO ALONSO
Lo que sucede en la Argentina no es, quizás, demasiado diferente a lo que
acontece en el resto de América Latina, con la honrosa excepción de unos
pocos países – o, cabría especificar, de algunas ciudades de unos pocos países,
ya que una de las paradójicas características de las tecnologías contemporáneas
es, al mismo tiempo, ser globales y estar diferencialmente distribuidas. Y si bien
existen numerosos y certeros análisis que demuestran la imposibilidad de ha-
blar de Latinoamérica como una entidad homogénea y coherente, lo cierto es
que esta precaria distribución tecnológica, sumada a las dificultades de acceso
e injerencia sobre los desarrollos de la ciencia aplicada, unifica a la región,
134 ubicándola en una posición derivativa respecto de las naciones donde se lleva 135
adelante la investigación primaria.
Esa repartición desigual y sus consecuencias políticas y sociales – la concentra-
ción del poder, la ampliación de las brechas entre quienes pueden acceder a
las tecnologías y quienes no logran hacerlo, el “analfabetismo” tecnológico, la
marginación laboral y social – constituyen uno de los planteos más urgentes en
nuestros países, en una época en la cual la reconfiguración global sobre la base
de la posesión tecnológica dicta el ritmo de la política y la economía del mundo.
Debido a esto, la relación entre arte y tecnología en América Latina no puede
plantearse sino en términos políticos. Cualquier propuesta de este tipo producida
en los países de la región lleva implícita las tensiones entre el paradigma occiden-
tal forjado al calor de la expansión tecnológica y la ineludible realidad de las eco-
nomías y culturas locales, derivativas y marginadas. La exigencia de preguntarnos
por nuestro lugar en este mundo no es una opción, sino una necesidad.
Las posibles respuestas no son, sin embargo, meras proposiciones subalternas.
Cualquier discurso generado desde una periferia no es necesariamente un dis-
curso sobre la periferia, y menos aun, un discurso periférico. Sus modulaciones
repercuten sobre todo el sistema discursivo – en tanto la base de todo sistema
es la interrelación entre sus partes – generando planteos que los propios cen-
tros deben considerar. En algún sentido, las periferias son las que tienen las
mejores posibilidades de “distancia crítica” con respecto a los centros. No es
casual que su voz se recupere toda vez que el sistema central entra en crisis y
necesita de un autoexamen para poder continuar.
Es una falacia pensar que sólo desde la posesión técnica se puede reflexionar
sobre el impacto social y cultural del régimen tecnológico. Si se comprende
la lógica interdependiente de todo el circuito, es fácil ver cómo las relaciones
del arte con la tecnología se definen tanto desde su interior como desde su
exterior. Al igual que los cyborgs de Donna Haraway – esos híbridos perfectos de
hombre y máquina – nuestra realidad de seres realizados “incompletamente”
en la técnica es deudora también “del militarismo y el capitalismo patriarcal,
por no mencionar el socialismo de estado”. Y al igual que ellos, nos encontra-
mos ante la alternativa de ser infieles a nuestro origen impuesto, “(Para los
bastardos,) los padres, después de todo, no son esenciales”.3
Asumiendo esta posición, contamos con la posibilidad concreta de ubicarnos
en el panorama internacional desde una postura propia, con una incidencia
global clara y productiva. Después de todo, las fronteras entre centro y periferia
hace tiempo que dejaron de ser precisas. ¿Cómo explicar, sino, que el chino sea
el idioma más hablado del planeta? El meteórico incremento del número de
páginas web en español en Internet durante los últimos años, señala la deter-
minación de la comunidad hispanoparlante por ocupar su lugar en la trama de
relaciones inaugurada por la red, evidenciando, a su vez, un potencial discursi-
vo que se sabe descentralizador y disruptivo.
Según Gerardo Mosquera, “La cultura occidental, generada en los centros,
opera como metacultura operativa en el mundo actual”. Sin embargo, “la me-

Michael Shamberg, Raindance Corporation.


Guerrilla Television, 1971
136 tacultura occidental – con sus posibilidades de acción global – ha devenido un Martha Rosler, crearon el sustento desde el cual se configuró la apropiación 137
medio paradójico para la afirmación de la diferencia y para la rearticulación de del video como práctica artística. A excepción de Paik, ninguno de ellos tuvo
los intereses del campo subalterno en la época poscolonial”. En vista de esto, su- injerencia en el desarrollo de la tecnología electrónica;5 no obstante, cualquier
giere el crítico cubano: “La alternativa sería hacer la contemporaneidad desde una consideración estética del videoarte no puede prescindir de sus nombres, sus
pluralidad de experiencias, que actuarían transformando la metacultura global. obras y sus indagaciones formales y conceptuales.
No me refiero sólo a procesos de hibridación, resignificación y sincretismo, sino El antecedente de Nam June Paik es particularmente clave en relación con las
a orientaciones e intervenciones de la metacultura global desde posiciones subal- posibilidades críticas de la Low-Tech, incluso si consideramos sus mega-videoins-
ternas”.4 Y efectivamente, los medios técnicos son herramientas adecuadas y lícitas talaciones, cuya fastuosidad técnica no pareciera, a primera vista, adecuarse al
para la construcción de esta contemporaneidad alternativa. parámetro Low. Que Paik sea un artista coreano transplantado a occidente es
En el camino hacia la reformulación del universo tecnológico desde un posi- un dato importante para comprender su mirada distanciada e irónica respecto
cionamiento subalterno, la vía menos interesante y definitivamente impractica- de la parafernalia tecnológica que utiliza en la elaboración de sus obras. Este
ble es la asumir la deficiencia tecnológica como falta. El verdadero desafío es, distanciamiento lo ubica en una posición central dentro de la discusión sobre
por el contrario, ver cómo se puede mantener una postura discursiva propia en las relaciones de la tecnología con la sociedad y la cultura. Si bien son comunes
el terreno del arte y la tecnología desde una posición marginal y una realidad sus expresiones contrarias o indiferentes al estatuto técnico de sus trabajos –
ineludible: la del universo hipertecnologizado y tecnológico-dependiente de “Utilizo la tecnología para odiarla adecuadamente”, es una de ellas – lo cierto
los circuitos artísticos contemporáneos. es que el carácter crítico de su producción lo ubica en una situación de privile-
En esta vía, y desde la perspectiva concreta del arte latinoamericano, es hora de gio dentro de la historia del arte tecnológico.
reconocer y valorar una de las características más sobresalientes de su producción: Su primer robot, K-456, realizado a partir de de-
su permanente recurso a sistemas de baja tecnología (Low-Tech), a la apropiación sechos industriales, propone una paradoja tecni-
y distorsión elemental de las imágenes mediáticas, a trabajar con los desechos y las cista: frente a ciertas políticas utópicas que augu-
malformaciones de la técnica. Es hora de referirse a la Low-Tech como una práctica raban el reemplazo del trabajo humano por el de
legítima que genera un discurso tan comprometido con el pensamiento de las los robots basándose en la fórmula “cada robot
tecnologías de punta como el producido en los centros donde éstas ven la luz, y reemplazará el trabajo de cuatro hombres”,6 Paik
que plantea cuestiones estéticas y filosóficas igualmente válidas para comprender crea un autómata que se opera desde cuatro con-
en toda su dimensión el estatuto del arte, e incluso del ser humano y la vida, en las troles remotos, es decir, que necesita de cuatro
sociedades para- y postindustriales de hoy. personas para funcionar. La torpeza de sus ac-
La opción consciente de la Low-Tech formula un cuestionamiento contundente a ciones – que lo llevarán a protagonizar el primer
la superioridad política y estética que pretende fundarse en el predominio técni- accidente del siglo XXI7 – aparta a la tecnología
co. Partiendo de tecnologías elementales o perimidas, las obras Low-Tech enfatizan del imaginario de la “alta eficiencia”, llamando
el discurso estético, eludiendo la seducción y las fechas de caducidad del hardware la atención sobre cuestiones más básicas, como
que han hecho de tantas obras en la historia del arte y la tecnología, simples in- la pertinencia del paradigma del desarrollo tec-
tentos formales incapaces de sobrevivir al paso del tiempo. nológico constante. Ya no se trata sólo de discu-
¿Por qué hay tanto feedback y apropiación de imágenes en el videoarte latinoame- tir el impacto de lo tecnológico sobre lo social y
ricano? ¿Por qué son tan narrativas las páginas web producidas en la región? Si se finalmente sobre lo humano, o la ideología de la
analizan en profundidad, es fácil ver cómo, en la mayoría de los casos, estas carac- panacea del confort, sino de preguntarse sobre
terísticas son el resultado de opciones estéticas y no de limitaciones técnicas. Más Nam June Paik.
la necesidad y los límites de la tecnologización de
aun, la fascinación tecnológica, incorporada de manera impulsiva y generalmente K-456 la existencia, motor frecuentemente acrítico que
acrítica, suele ser la base del fracaso en las creaciones que revisten menor interés. rige la exigencia del avance científico.
En este punto, no sería inadecuado recordar que los orígenes de videoarte Los robots posteriores de Paik, realizados con televisores vetustos, llaman la
como manifestación artística están ligados a posturas críticas y contracultura- atención sobre otro aspecto usualmente eludido en las consideraciones sobre
les, a las propuestas cuestionadoras de grupos como Fluxus, la Guerrilla TV la tecnología: su destino de obsolescencia. Aquí se la cuestiona como manifes-
y los fundadores de la performance. Por años, artistas como Nam June Paik tación del “futuro en el presente” – tal como lo había hecho Vito Acconci en su
y Wolf Vostell, agrupaciones combativas casi olvidadas como Videofreex, Ra- agudo ensayo “Television, Furniture and Sculpture: The Room with the Ame-
indance o TVTV, y performers de la talla de Vito Acconci, Bruce Nauman o rican View”8 – para poner en evidencia lo que sucede con más frecuencia, en
138 Un buen número de sus primeras piezas se basa en la apropiación de imágenes 139
televisivas. En su trabajo – como en el de Paik – la producción del material au-
diovisual es accesoria. Su interés se dirige, más bien, al análisis minucioso de la
conformación de los formatos y las instancias ideológicas que se desarrollan en
y a través de los medios de comunicación masiva. Desde videos como Credits o
Cross Cultural Television, a sus recientes intervenciones en la Internet – The File
Room y On Translation: The Internet Project – mantiene una mirada atenta sobre
las construcciones mediáticas, que pone en funcionamiento a través de sutiles des-
plazamientos y una gran economía de recursos.
Estos dos antecedentes han ingresado de manera desigual al ámbito latinoamerica-
no, pero quizás no sea inexacto postular que su repercusión ha sido decisiva.10 La
influencia de Nam June Paik se percibe en el reciclaje de fragmentos audiovisuales,
los feedbacks y el uso desprejuiciado de la tecnología; la referencia a Muntadas puede
rastrearse en la apropiación de imágenes y en la visión analítica que tiende a abor-
dar a los medios desde consideraciones ideológicas y políticas.
De todas maneras, esta repercusión ha sido tal porque en los países a los cuales llegó
existía el caldo de cultivo en el que cobraría todo su sentido. Los primeros grupos
de videastas fueron, casi siempre, críticos de la supremacía de los medios, del poder
político encaramado en ellos – particularmente, en los países donde los sistemas
Muntadas. democráticos habían sido reemplazados por autoritarismos – y de las sociedades
Cross Cultural Television, 1987
anestesiadas por sus efectos; participaron también de la contracultura y de los mo-
vimientos crítico-filosóficos que comenzaron a cuestionar no sólo las estéticas sino
virtud de la misma carrera tecnológica: su permanente ingreso en el pasado. Al también las políticas y éticas en juego en la posesión y el ejercicio de la tecnología.
no caer en su seducción, Paik elude el destino de numerosas piezas envejecidas En el terreno más amplio de las relaciones arte-tecnología, existían asimismo ante-
debido a la caducidad de sus componentes técnicos. En sus mega-videoinsta- cedentes locales de suma importancia, tanto dentro de la tradición moderna del op-
laciones – que han llegado a incluir hasta 1003 televisores9 – el artista vuelve a timismo científico – las obras en neón de Gyula Kósice y Lucio Fontana, y el cinetis-
eludir la seducción tecnológica al transformar a los televisores en módulos de mo de Julio Le Parc en Argentina; las máquinas y ambientes de Roberto Moriconi,
una composición puramente decorativa. Desprovistos de su valor comunicacio- Efizio Putzolu, Mauricio Salgueiro y Abraham Palatnik,11 y las realizaciones de com-
nal – si alguna vez lo tuvieron – éstos aparecen como elementos superfluos a puter art de Waldemar Cordeiro en Brasil – como en la línea cuestionadora-crítica
una sociedad supuestamente signada por la supremacía de los medios. que se establecerá posteriormente – los videos de Raúl Marroquín y Jonier Marin
Con estos desplazamientos, realizados desde un lugar corrosivo y cuestionador, en Colombia; los de Rafael Hastings en Perú; las máquinas inútiles de Edgardo
Paik nos recuerda que, al igual que todos los productos sociales, los tecnológicos Antonio Vigo, las experimentaciones pseudocientíficas de Luis Fernando Be-
son históricos y responden a conformaciones ideológicas y políticas precisas. La nedit o los sistemas y circuitos energéticos de Victor Grippo en Argentina. La
tecnología no es un a priori de la existencia humana y su posesión no obedece a obra de este último resuena como una metáfora de la capacidad generadora
las leyes de una selección natural de la especie. Sus determinaciones – desde su de un discurso alternativo desde una realidad regional, en su utilización de la
funcionalismo a su carácter manipulador – pueden ser revisadas, relativizadas o papa – un cultivo de origen latinoamericano que se extendió al mundo – como
revertidas. Su obra nos orienta en la comprensión cabal de este hecho. fuente de una producción reflexiva y autónoma.
Por su parte, con actitud intervencionista y un agudo análisis de los mecanismos La situación actual, con la introducción de las herramientas digitales, guarda
profundos que alimentan la lógica medial, Muntadas es otro de los referentes de similitudes con la planteada hace treinta años. La posesión de los medios de
la producción artística latinoamericana. A diferencia de Paik – que se conoce en difusión masiva, a pesar de los esfuerzos de los grupos de Guerrilla TV por de-
los países de la región a través de las noticias y de algunas escasas exhibiciones – mocratizarlos, continúa en manos del poder político, y los medios digitales que
Muntadas visita varias de ciudades de América Latina desde la década del setenta. los suceden no parecen tener un destino demasiado diferente, si bien todavía
Desde entonces genera – y mantiene – una red de contactos fluida con los artistas vivimos en la euforia inicial – también similar a la del video en sus inicios – de
de este territorio, donde su obra goza de una difusión importante. la democratización y acceso pleno al espacio virtual de la web. Las empresas dis-
140 cográficas han probado que el poder económico puede ser mucho más eficaz a 141
la hora de controlar espacios como la Internet, al lograr la desarticulación del
sitio para compartir archivos Napster, que amenazaba sus intereses. El avance
comercial sobre la red está transformándola en una suerte de televisión a la
page. Ya existen numerosas páginas que obligan a sus usuarios a visitar los sitios
de sus espónsores antes de permitir el ingreso. Y no parece demasiado lejano
el día en que el flujo informativo sea interrumpido por tandas publicitarias.
Con la excepción de unos pocos centros independientes, el grueso de la inves-
tigación tecnológica actual se orienta hacia las aplicaciones comerciales. Uno
de los ámbitos de desarrollo más originales lo conforman las empresas de jue-
gos electrónicos. Recientemente, en Japón, se restringió la exportación de un
juego de simulación de estrategia bélica que opera con parámetros reales, por
temor a que fuera copiado por los organismos de defensa de gobiernos extran-
jeros y aplicado a sus operaciones militares.
Si tenemos en cuenta este panorama, es evidente que cualquier incursión en el
terreno del arte y la tecnología debería plantearse no sólo en términos de hard-
ware y software, sino también, en clave analítica, crítica e incluso estratégica. Y esto
es particularmente importante cuando el acceso al binomio hardware/software se
encuentra dificultado, y supone, además, una toma de posición ética o política.
La opción estratégica de la Low-Tech constituye una respuesta original ante esta Arcángel Constantini
Atari Noise, 2000
situación. La palabra estrategia es, quizás, la mejor aproximación al caso de los
artistas que producen en los centros tecnológicos o con acceso a recursos téc-
nicos sofisticados, y que sin embargo, enfatizan su posición marginal y su inser- – relegado por los centros de alta tecnología – en los trabajos de los brasileños
ción problemática en tal circuito, como es el caso de Guillermo Gómez-Peña & Gilberto Prado y Suzete Venturelli, y del venezolano Luis Astorga, quienes han
Roberto Sifuentes, o el de los activistas zapatistas que se apropian de la Internet sabido potenciarlo mediante la articulación de rasgos locales.
desde una postura disruptiva. Para la instalación electrónica Atari Noise, el mexicano Arcángel Constantini
En el extremo opuesto, propuestas casi mínimas, de carácter hiperlocal, minan recurrió a la obsoleta tecnología de las máquinas recreativas Atari como una
con su intimidad, su localismo y su radicalidad un circuito dominado por la forma de apelación a la memoria colectiva. Sin embargo, este trabajo adquiere
lógica de la globalización, la eliminación de los rasgos regionales y la homo- mayor dimensión si se tiene en cuenta que fue realizado para el festival Inter-
geneización estilística. Obras como Sangre Boliviana de Lucía Grossberger-Mo- ferences, una exhibición organizada por una institución francesa con artistas
rales, o Juego de Estafa de Santiago Echeverry, deben entenderse no sólo desde locales y del “tercer mundo”. En este contexto, y en medio de los esfuerzos
la afirmación de la identidad y la memoria, sino también, desde su oposición y la cuantiosa inversión financiera tendientes a transformar al evento en un
y diferenciación respecto de un circuito basado en la indifierencia estética, el espectáculo High-Tech, Constantini contrarresta la inocuidad generalizada de la
vacío conceptual y el hastío. Lo personal y lo comunitario fundan las bases de mayoría de las instalaciones con una obra muy simple, nada nostálgica, pobre,
una relación diferente con el espectador, más íntima y menos lábil, que tiende pero de connotaciones profundas; una reflexión sobre la memoria, la periferia
a generar lazos y compromisos. La otra cara de la vacuidad de Internet se en- y la tecnología, que se constituye en una toma de posición política frente al fes-
cuentra en las cibercomunidades, espacios de pertenencia común a un grupo tival, y que encarna a la perfección las palabras de Robert Morris cuando decía
con intereses compartidos. En esta línea, debe destacarse la labor del uruguayo que la simplicidad de las formas no implica la simplicidad de la experiencia.
Brian McKern, quien desde su sitio en Internet Objetos Virtuales propone víncu- La obra del venezolano de origen peruano Sammy Cucher y el estadounidense
los entre los países de la América Latina. Anthony Aziz, se funda igualmente en intervenciones mínimas. Sus manipulacio-
La proliferación de CD-ROMs y páginas web en esta área no constituye ninguna nes fotográficas, que eliminan los rasgos identitarios de sus modelos tornándolos
sorpresa: son los formatos más económicos y accesibles que permiten explorar en cuerpos anónimos, ponen en evidencia la facilidad con que la tecnología aten-
el universo digital. No obstante, existen desarrollos notables en otros soportes, ta contra la categoría de lo humano haciendo uso de una herramienta elemental
principalmente en el uso del sistema de realidad virtual para Internet VRML como el Photoshop.
142 Las prácticas de la intervención y la Notas 143
apropiación poseen larga data en el 1
Gómez-Peña Guillermo & Sifuentes, 7
La acción First Accident of the 21st Century
arte latinoamericano, como estrategias Roberto, “Fragments from «Borders- fue protagonizada por el robot K-456
de análisis y resignificación de discur- pace 2000». From «The Chicano State en las puertas del Whitney Museum of
sos producidos en ámbitos foráneos. Department Chronicles»”, en Druckrey, American Art de Nueva York, durante
Desde la reformulación de los mode- Thimothy (ed.). Ars Electronica: Facing una retrospectiva de la obra de Nam
los pictóricos europeos a la luz de las the Future. Cambridge (Mass.): The MIT June Paik en 1982.
tradiciones locales en la pintura colo- Press, 1999. 8
Acconci, Vito, “Television, Furniture
nial peruana, a las apropiaciones de
2
Una explicación ampliada del evento and Sculpture: The Room with the Ame-
puede encontrarse en: Alonso, Rodri- rican View”, en Hall, Doug & Fifer, Sally
los ochenta alentadas por las teorías
go, “Las primeras experiencias de vi- Jo (eds.). Illuminating Video: An Essential
de la posmodernidad, pasando por el
deoarte en la Argentina”, Avances, Vol. Guide to Video Art. New York: Aperture/
Manifiesto Antropofágico de Oswald de
1, No. 2, Universidad Nacional de Cór- Bay Area Video Coalition, 1990.
Andrade y otros períodos claves de la doba, 1998-99; Kirby, Michael, “Marta 9
En la obra The More, The Better (Cuan-
historia del arte regional, estos proce- Minujín’s Simultaneity in Simultaneity”, tos más, mejor) realizada para los Juegos
dimientos han estado aliados de mane- The Drama Review, Vol. 12, No. 3, Duke Olímpicos de Seúl de 1988.
ra permanente a propuestas cuestiona- University Press, Spring 1968. 10
En su ensayo “Videoarte en Colom-
doras y reflexivas. 3
Haraway, Donna, “Manifiesto para Cy- bia” (publicado en el catálogo del I Fes-
Las producciones contemporáneas en borgs”, en Ciencia, Cyborgs y Mujeres. La tival Franco-Latinoamericano de Videoarte,
esta línea no han perdido nada de ese Reinvención de la Naturaleza. Madrid: Cá- 1992), Gilles Charalambos señala el im-
Aziz & Cucher. carácter crítico. El magnífico análisis tedra, 1995. pacto de la videoinstalación Video Garden
Distopía #1 María, 1995
del poder de las imágenes en Iconomía 4 Mosquera, Gerardo: “Robando del de Nam June Paik en el ambiente co-
(2000), del colombiano José Alejandro Pastel Global. Globalización, Diferencia lombiano, cuando se exhibió en Bogotá
Restrepo, está basado en fragmentos televisivos apropiados casi sin manipulación. y Apropiación Cultural”, en Jiménez, en 1976; José Carlos Mariátegui recuer-
Desde una postura más irónica, pero no menos política, el argentino Hernán Ma- José & Castro, Fernando (eds.). Horizon- da la presencia de Paik en la primera ex-
rina adopta de la iconografía de los cursos de capacitación empresaria en su feroz tes del Arte Latinoamericano. Madrid: Tec- hibición de videoarte en Perú de 1977
diatriba hacia los sistemas de construcción económica de la realidad generados nos, 1999. (en su ensayo “Videoarte-Electrónico-
desde las políticas del consumo. 5
Quizás debido a que estas primeras en-Perú”, publicado en La Ferla, Jorge
La variedad y profundidad de las propuestas en la línea Low-Tech en América obras no estaban fundadas en la inno- (comp.). De la Pantalla al Arte Transgéni-
Latina es sumamente extensa, rica y productiva. Abordada como estrategia crí- vación tecnológica per se, sino en un co. Buenos Aires: Libros del Rojas, 2000),
tica, conciente e intencionada, sus relaciones con la High-Tech y su carácter re- discurso estético autónomo, la mayoría de la que también participó Muntadas;
flexivo en relación con las crisis y paradojas que plantea la carrera tecnológica mantiene todavía su potencia crítica y ambos artistas integraron los Encuentros
en las naciones latinoamericanas, son precisas y evidentes. cuestionadora. ¿Quién, hoy en día, no Internacionales de Video organizados por
Queda aún la tarea, hasta el momento incompleta y fragmentaria, de entroncar quiere destruir su televisor – como lo el CAYC en Buenos Aires (1975), Cara-
hace el grupo Ant Farm en Media Burn cas (1976) y México (1977). Muntadas
estas expresiones con la labor pionera de los múltiples artistas que, desde este
(1975) – después de largas horas frente realizó una performance en Buenos
mismo territorio, participaron en la expansión de las fronteras del arte de la
a su programación? ¿Acaso la televisión Aires en 1975, y durante la década del
mano de las tecnologías incipientes. Cuando eso suceda, quizás no nos resulte
actual provee una comunicación más noventa dictó cursos en diferentes paí-
sorprendente constatar que en el universo del arte tecnológico, expansivo y ses latinoamericanos.
eficaz o ha dejado de ser un medio de
polifónico, existen voces familiares que nos convocan y nos autorizan. propagación de imágenes anodinas, su- 11
Sobre el caso brasileño, consúltese:
perfluo y decorativo, como lo vislumbra- Zanini, Walter, “Primeiros tempos da
ba Nam June Paik? arte/tecnología no Brasil”, en Domin-
6
Según el artista, la idea de construir el gues, Diana (org.). A arte no século XXi.
robot surge cuando escucha una entre- A humanização das tecnologías. São Paulo:
vista radial a un científico que menciona UNESP, 1997.
esta fórmula.
C.2 / 02
144 Teatralidad y performatividad
En un texto hoy famoso publicado en 1967,1 el crítico norteamericano Michael
145

ENTRE DOCUMENTO Y Fried alertó sobre un cambio radical que venía produciéndose en el campo

CAPÍTULO 2 / 02
de la escultura, y que amenazaba con contaminar al resto de las produccio-

ESPECTÁCULO. EL VIDEOARTE nes artísticas. Reflexionando sobre los objetos minimalistas, el teórico advertía
el progresivo abandono de la autorreferencialidad propia de la obra de arte

CONTEMPORÁNEO moderna, en favor de un nuevo producto ambiguo, mundano y temporal, ca-


racterizado por su flagrante teatralidad. La experiencia desinteresada e intem-
poral de la tradición estética era reemplazada de esta forma por una cualidad

ELOGIO DE LA LOW- TECH


ordinaria, peligrosamente próxima al espectador, incapaz de conducirlo hacia
el sentir trascendente. En cambio, lo perpetuaba en su estado terrenal, negán-
dole la elevación estética construida a lo largo de los siglos.
Los artistas minimalistas fueron los primeros en aplaudir las palabras del crí-
tico. Su objetivo era, justamente, exceder los límites del campo artístico apro-
ximando la experiencia estética a la vida cotidiana. Sin ser los primeros ni los
últimos en lograrlo, propiciaron un arte que interpelaba directamente al es-
pectador, que lo hacía consciente de su lugar en el mundo, que no pretendía

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


abstraerlo de su entorno sino, al contrario, afirmarlo en él.
Desde entonces, la teatralidad ha sido una de las características más relevantes
del arte contemporáneo. Receloso de la mimesis, la autonomía y la representa-
ción, su práctica involucra con frecuencia una multiplicidad de referencias cul-
turales, políticas y sociales, que apelan tanto a la emoción como a la reflexión,
a la sensorialidad como a la mirada analítica. No es casual que bajo su égi-
da se desarrollen la performance y las diferentes variantes del arte de acción,
como así también, las propuestas participativas, relacionales e interactivas. Esta
cualidad y este contexto nos permiten comprender algunos lineamientos del
videoarte, una producción que surge de manera simultánea y que se enrola
definitivamente en esta corriente.
A diferencia del cine – su pariente cercano – el videoarte ha rechazado siempre
la verosimilitud narrativa y la impresión de realidad 2 que otorgan al universo
ficcional de la pantalla una autonomía y una lógica propias. Esos dispositivos
discursivos, que están en la base de la diégesis cinematográfica, de sus relatos
y de sus géneros, construyen un mundo independiente, cerrado, que torna al
público en espectador de un espectáculo que se desenvuelve ante sus ojos. El
cine ha triunfado en la construcción de sueños y fantasías, en la elaboración de

RODRIGO ALONSO
historias de ficción, e incluso en el desarrollo de una línea documental donde
Vito Acconci. el espectador puede ver reflejada su realidad y su tiempo. Pero su estructura se
Theme Song, 1973 basa en la creación de un espacio-otro, un sitio donde todo sucede más allá del
observador, según esquemas narrativos que lo aíslan de su contexto inmediato
trasladándolo al terreno de la ilusión.
El videoarte, en cambio, ha buscado con frecuencia romper la barrera de la
pantalla y plantear el espacio electrónico como una continuidad del entorno
del espectador. En esto se nota la influencia de los artistas de la performance,
que se aproximaron al medio con sumo interés cuando éste era todavía muy
146 joven. Para ellos, el video compartía con su práctica cierta inmediatez de la 147
que el cine carecía. La posibilidad del ver rápidamente, e incluso de manera
simultánea (mediante un circuito cerrado de televisión) lo que se registraba en
su cinta, hizo que aquél se utilizara con frecuencia en la documentación de ac-
ciones, que luego fueron pensadas para su realización exclusiva para la cámara,
dando lugar a lo que se conoce hoy como videoperformance.3
El reemplazo del espectador por la cámara en el registro de las acciones hizo
que los artistas se relacionaran con ésta como si se dirigieran a aquél. En los
videos resultantes se nota la construcción de un espectador implícito al que
se apela de manera más o menos consciente. El artista norteamericano Vito
Acconci es, quizás, quien mejor lo pone en evidencia. En algunas de sus cintas,
como Theme Song (1973), el público es convocado literalmente a introducirse
en el espacio electrónico, despreciando el límite impuesto por la pantalla del
monitor televisivo.
En sus videos y videoperformances aparece otro elemento clave para la pro-
ducción de esa continuidad entre el espacio electrónico y el lugar del espec-
tador: la frontalidad. Esta actitud que el cine evita por considerarla disruptiva
para la construcción de la ficción fílmica,4 aparece con frecuencia en el video,
principalmente en el que esgrime algún carácter performativo. Enfrentado a
la cámara, el performer busca involucrar emocional y psicológicamente al pú- Marina Abramovic & Ulay
blico, aspira a disminuir la distancia entre ambos actuando como si no hubiera Aaa Aaa, 1978

una separación entre el espacio dentro y fuera de la pantalla. Desde ya, esto
no elimina el límite real entre ambos mundos; más bien, al contrario, lo hace atesorarse. El espectador era llamado a ser testigo de esa acción, a presenciar
explícito, promoviendo una reflexión sobre la imagen, el ámbito expositivo, el un acto que se entregaba a sus ojos como la expresión de un fenómeno singu-
lugar del espectador y el acto de la recepción. lar e irrepetible.
En cambio, el videoarte actual se presenta más bien como un espectáculo5 – de
ahí también su íntima afinidad con la teatralidad –. El público es convocado,
Escenarios seducido e interpelado por él, una y otra vez. Cuando se presenta como vi-
El arte contemporáneo tiene una predilección especial por las situaciones per- deoinstalación, la repetición constante de la cinta rompe toda singularidad
formáticas. Pensadas a veces como expresión o manifestación, y otras como para aproximarlo al recurrente mundo de las imágenes mediáticas. La inti-
intervención en sitios específicos, su presencia recurrente constituye una de midad que procuraba el performer de los setenta se vuelve aquí exterioridad
las vías por la que se introduce la teatralidad en la producción artística actual. pura. Importan los efectos, el estímulo visual pero también el intelectual. La
El videoarte da cuenta de este hecho. En los años recientes, la experimentación atención se sostiene en una tensión que es a la vez narrativa y conceptual. Se es-
con el lenguaje y el soporte electrónico dio paso a propuestas menos preo- pera que el espectador construya el sentido o lo deduzca de la (frecuentemente
cupadas por la investigación formal y cada vez más orientadas al desarrollo escasa) información que el medio electrónico provee. Se apela a su actividad
conceptual. A esto ha contribuido el cruce de la videocreación con las artes como contracara de la que se desarrolla en la pieza.
visuales, que produjo mudanzas y renovaciones tanto para aquélla como para A diferencia también de la videoperformance histórica, desarrollada por lo
éstas. Integrado a la batería de medios de los artistas contemporáneos, el video general en un ámbito cerrado, las acciones construidas para el video hoy des-
ha adoptado naturalmente este resurgimiento de la acción, aportando su cre- pliegan un espectro más amplio de la puesta en escena. Cuando se realizan en
ciente desarrollo tecnológico y su familiaridad con el público. un estudio, hay una construcción muy cuidada del espacio, un cierto grado
Pero en este último tiempo, la relación del espectador con las acciones que el de sofisticación. Difícilmente se percibe ese aire de espontaneidad o ensayo,
video vehicula ha cambiado notablemente. Los performers que se aproxima- palpable en los videos de Bruce Nauman o Marina Abramovic; cuando apare-
ron al medio en la década de 1970 otorgaban cierto carácter ritual a sus tra- ce, suele tratarse de una referencia o un recurso manierista. El ojo del futuro
bajos, un atributo que los transformaba en manifestaciones únicas que debían espectador parece mucho más determinante en la producción contemporá-
148 nea; en él se prolongan la institución arte y su circuito. Ya no observador sino pular y colectiva, y prácticamente no ha abandonado ese camino, el video ha 149
voyeur, ese ojo obtiene exactamente lo que busca: un espectáculo construido a mutado en numerosas formas que lo han llevado a transitar por los sitios más
la medida de su sed escópica. dispares, del video musical al de alquiler, del videoarte a la publicidad, de las
Entre los escenarios preferidos por los artistas, el espacio público cobra cada videoinstalaciones al videohome.
vez mayor importancia. Dotado de resonancias políticas, sociales y culturales Esa versatilidad para multiplicar sus apariciones y formas de circulación lo ha
intrínsecas, su intervención reactiva – por lo general – los relatos ocultos y los hecho – finalmente – popular. Si en principio parecía un medio destinado a
conflictos latentes, para poner de manifiesto la delicada trama relacional de la circunscribirse al ámbito televisivo, la aparición de las primeras cámaras portá-
vida comunitaria. Allí se concentra la historia y eventualmente se conjura un tiles a mediados de 1960 demostró que su destino no estaba allí, sino del lado
trauma. Allí conviven el pasado y el presente, la realidad y los anhelos, las apa- de la vida misma.
riencias y las dinámicas profundas. Es revelador que tanto el videoarte como el video hogareño nacen al mismo
La utilización del espacio público por parte de los artistas contemporáneos tiempo y como consecuencia de ese hecho. Durante algunos años, ambos com-
sigue unos objetivos muy diferentes a los establecidos por la tradición.6 Histó- partieron también ciertos objetivos y cierta estética: siguieron la vía del docu-
ricamente, el arte público – en la tipología del monumento – estuvo destinado mento – las acciones de los performers, la vida familiar – y se refugiaron en en-
a embellecer la ciudad, a dotarla de objetos e imágenes relevantes, a disimular tornos limitados y en alguna medida íntimos – el estudio del artista, la galería
los conflictos en narrativas heroicas, coherentes e integradoras. Su instaura- de arte, la cotidianidad.
ción tenía una funcionalidad clara: suturar las heridas del pasado con un relato No obstante, su rumbo estaba destinado a ser dispar. El videoarte tomó rápida-
intemporal y universal capaz de trascender las tensiones operantes en la vida mente la dirección de la experimentación formal para internarse en las posibi-
cotidiana de la urbe. lidades estéticas del medio electrónico, buscando la clave de su especificidad.
Durante décadas los artistas contribuyeron a esa pacificación aparente con sus Años más tarde incursionó en la formulación conceptual para orientarse, en
obras. Pero los artistas contemporáneos reniegan de ese legado, presentando una de sus vertientes más transitadas en la actualidad, hacia la exploración de
el espacio público como un terreno de luchas incesantes, de valores encontra- la realidad y sus procesos, recuperando la capacidad de registro del soporte au-
dos, de conflictos sin solución, donde la vida de la gente es atravesada una y diovisual. Este proceder se observa tanto en la captación directa de la realidad
otra vez por los intereses del Estado, las diferencias ideológicas y el capital, que como en sus reconstrucciones y en las propuestas performáticas; en todos estos
impiden todo estado de felicidad definitiva. En la explicitación de este entra- casos el video recupera su estatuto de vehículo mediador y documento medial.
mado problemático a través de los medios estéticos, los artistas han encontrado El video hogareño, por su parte, tomó preferentemente la vía del recuerdo.
un nuevo sentido para su práctica, una vía que potencia el carácter reflexivo Su función es más bien utilitaria. Como la fotografía, permite atesorar los mo-
de la producción artística, dotándola de propiedades semánticas que permiten mentos y capturar los acontecimientos que conformarán la historia personal
una aproximación singular al mundo y su devenir. o familiar, con la ventaja de incluir el tiempo que la fotografía neutraliza. Sin
Esta operación sobre la realidad y sus múltiples sustratos, en la medida en que embargo, el videohome también ha configurado una estética, quizás una de las
sólo persigue una intervención simbólica, se dirige al espacio público trans- más reconocibles. En algún punto, todos los videos hogareños se parecen y
formado en escenario. Aunque esté conformada por acciones reales ejecutadas eso, en definitiva, es lo que asegura su comunicabilidad y su valor social, lo que
sobre sitios reales, su poder reflexivo y evocativo sólo adquiere todo su senti- trasciende el hecho específico registrado para construir una semblanza comu-
do en el nivel del discurso poético. A diferencia de los artistas modernos, los nitaria, histórica y acaso universal.
contemporáneos no pretenden cambiar el mundo pero sí sugieren formas de Frente a la homogeneidad que el video – y los medios en su conjunto – adquie-
repensarlo y, quizás, transformarlo.7 Su trabajo se enrola en lo que podríamos re a través de su uso social cada vez más generalizado, el videoarte mantiene
denominar como una poética de lo posible, la construcción de alternativas imagi- una singularidad radical. Pero esa singularidad no está dada por sus propieda-
narias a las condiciones de existencia actuales que permiten conjeturar realida- des estéticas, como se pensaba en los tiempos de las exploraciones formales –
des y vidas optativas. de hecho, la mayoría de los videos realizados durante ese período terminaron
pareciéndose mucho, por la utilización de los procedimientos y efectos están-
dares inscriptos en una tecnología que se estabilizó con rapidez –. Más bien,
Estética y documento podríamos decir que la singularidad del videoarte contemporáneo descansa
Como medio flexible, fluido, contemporáneo, el video se halla en los espacios en gran medida en la particularidad de las realidades y los acontecimientos a
públicos pero también en los cotidianos, incluso en la intimidad. A diferencia los que dirige su mirada. Dicho rápidamente, es una singularidad situacionista,
del cine, que ha sido concebido desde sus orígenes como una atracción po- fundada en el acercamiento personal a unos hechos y circunstancias situados
150 histórica, social, política y culturalmente de manera única. De la confluencia tual de la pieza, el registro es apenas un elemento evocador de una operación 151
de la mirada artística con el registro de esos eventos surge el modo de produc- que excede las posibilidades del documento.
ción característico de una buena parte del videoarte reciente.
Esta vertiente otorga una importancia especial al uso del video como docu-
mento: documento de una realidad, de una acción, de una intervención, de un Políticas de lo visible. Dar a ver
proceso. Es curioso que en momentos donde la omnipresente manipulación Si algo caracteriza a las prácticas artísticas contemporáneas es su creciente con-
de los medios pone en cuestión todo valor documental, los artistas se vuelquen ciencia sobre la mediación de los soportes y dispositivos que las vehiculan. Esto
con insistencia a esa actividad. Sin embargo, esa curiosidad no es tal, porque ha llevado a los artistas a formular diferentes estrategias para la confección de
en manos de los artistas el registro documental ha dejado de ser un procedi- sus piezas, la negociación del sentido, la modulación de lo visible y lo no evi-
miento inocente. Su uso no busca reflejar una realidad que se sabe atravesada dente, de la percepción y lo que puede escapársele. Para algunos realizadores,
por múltiples intereses y distorsiones, ni ignora que el registro mismo, por más no se trata sólo de mostrar sino de dar a ver. Así, el videoarte ya no busca única-
desinteresado que pretenda ser, constituye una injerencia sobre su objeto. En mente inscribir un referente sino, más bien, aspira a ponerlo a consideración
el videoarte, la inscripción documental registra las intervenciones del artista so- y someterlo a examen, activando la mirada analítica y crítica del observador.
bre su contexto, su perspectiva, su mirada particular, su forma de aproximarse La obra Oríllese a la orilla (2000), de
a los espacios, hechos y personas con los que interactúa o va a interactuar, su Yoshua Okón, presenta esta tensión
posicionamiento crítico. No registra ni una observación objetiva ni una subje- entre lo visible y lo que se da a ver de
tividad, sino el resultado de un accionar concreto sobre el entorno o aconteci- una manera particular. La pieza mues-
miento que se busca analizar. tra a policías desenfadados realizando
Una inspección rápida de los “documentos” del videoarte contemporáneo es acciones groseras, perdiendo la com-
suficiente para advertir que lo que el artista expone se manifiesta más allá de postura ante la provocación del artis-
lo que podemos ver. A veces es necesario, incluso, recurrir a información ac- ta, cruzando los límites de su presen-
cesoria que nos permita comprender aquello que estamos observando. Una cia institucional en actos claramente
pieza como Returning a Sound (2004), de Jeniffer Allora y Guillermo Calzadilla, exhibicionistas. La cámara capta la Yoshua Okón.
Oríllese a la orilla, 2000
puede servir como ejemplo. El video muestra a una persona que recorre un actuación de los agentes, los exhibe
territorio en una motocicleta que tiene adosada una trompeta a su caño de tal como ellos mismos se muestran en la medida en que son conscientes del
escape; el dispositivo produce un sonido que acompaña al viajante a lo largo registro. Pero el artista da a ver una realidad mucho más profunda, pone en
de todo su recorrido. El sentido de la acción es prácticamente incomprensible evidencia el desmoronamiento de la autoridad civil en el marco de un sistema
sin algunos datos adicionales. La travesía se lleva a cabo en la isla de Vieques, social en franca crisis de sus instituciones.
Puerto Rico, un sitio que las fuerzas armadas de los Estados Unidos utiliza- La dialéctica visible/invisible, decible/indecible, perceptible/imperceptible
ban para la realización de pruebas constituye uno de los tópicos del pensamiento del filósofo argelino Jacques
militares desde la década de 1940. Rancière. En su libro Le partage du sensible. Esthétique et politique, el pensador pos-
En 2003, los ciudadanos locales lo- tula el fundamento estético de la política, sosteniendo que ésta se caracteriza
graron que esas pruebas cesaran por delinear regímenes de visibilidad y decibilidad. En sus propias palabras, “Es
y que los marines se retiraran. La una delimitación de tiempos y espacios, de lo visible y lo invisible, de la palabra
intervención de Allora y Calzadilla y el ruido, lo que define, a la vez, el lugar y el dilema de la política como forma
es, de esta manera, una especie de de experiencia”.8 Consecuentemente, toda práctica artística, en la medida en
sinfonía triunfal, una operación que actúa sobre el terreno de lo visible o lo decible, sobre los espacios y los
que celebra la reapropiación del tiempos del decir, ver u oír, posee un efecto político necesario.
territorio a través de una acción En el desmontaje de la representación y la relativización del documento, en el
poética, de marcadas resonancias cuestionamiento de sus criterios de realidad y verdad, y en la puesta en duda
políticas y simbólicas. Aunque des- de todo aquello que se fundamenta en ellos, las obras de los artistas contem-
de un punto de vista descriptivo es poráneos formulan una crítica que no se limita al campo estético, sino que se
la mera documentación de esa ac- propone como comentario social, político y cultural en sentido amplio. No es
Jeniffer Allora y Guillermo Calzadilla. ción, desde la perspectiva concep- en los “contenidos” sino en esa precisa articulación de lo visible y lo sugerido,
Returning a Sound, 2004
152 lo evidente y lo latente, donde descansa la máxima potencialidad política de Notas 7
Para ampliar este tema, se puede con- 153
estas prácticas. 1
Fried, Michael, “Art and Objecthood”, sultar: Bourriaud, Nicolas. Estética rela-
Una potencialidad, por otra parte, que depende de un régimen de lectura muy publicado originalmente en Artforum, cional. Buenos Aires: Adriana Hidalgo,
preciso, que solicita un esfuerzo de compromiso, interpretación y comprensión. Junio de 1967, y recogido en español 2006.
La supuesta hermeticidad del arte contemporáneo no es inferior a la del mundo en el libro: Fried, Michael. Arte y objetua- 8
Jacques Rancière. Le partage du sensible.
en el que vivimos. En todo caso, los artistas no hacen más que ponerla de manifies- lidad. Ensayos y reseñas. Madrid: Antonio Esthétique et politique. Paris: La Fabrique,
to, llamando la atención sobre la complejidad del contexto sociocultural y sobre Machado, 2005. 2001 (la traducción es mía).
la necesidad de trascender el mundo de las apariencias e involucrarse activamente
2
Estos procedimientos se discuten ex- 9
El artista catalán Muntadas utiliza esta
en el de los hechos y situaciones concretas que nos rodea. tensamente, por ejemplo, en Aumont, expresión para referirse a las galerías,
Jacques, et.al. Estética del cine. Espacio fíl- los museos y demás espacios institucio-
mico, montaje, narración, lenguaje. Buenos nales donde se exhibe arte.
Espacios protegidos Aires: Paidós, 2005. 10
David, Catherine, “Introduction”,
A primera vista, parece contradictorio que estos artistas interesados en el con-
3
Para ampliar la relación del video con en Documenta X. Short Guide (cat.exp.).
texto sociopolítico y en intervenir activamente en los procesos vitales, exhiban la performance pueden consultarse: Kassel: Cantz Verlag, 1997 (la traduc-
el resultado de su práctica en los “espacios protegidos” de las galerías de arte Alonso, Rodrigo, “Performance, foto- ción es mía).
y museos.9 Sin embargo, esa contradicción no es tal porque, como señalamos grafía y video. La dialéctica entre el acto 11
En sus orígenes, ciertos grupos de rea-
anteriormente, su operación sobre la realidad no siempre tiene por fin una y el registro”, en CAIA. Arte y Recepción. lizadores pretendieron insertarse en la
transformación efectiva – como pretendería un militante político – sino que, Buenos Aires: Centro Argentino de In- televisión con propuestas de carácter
con frecuencia, propone un replanteamiento simbólico que permita pensarla vestigadores de Artes, 1997 (incluido en crítico. A esos grupos se los conoció con
de otra manera. El trabajo del artista es poético incluso cuando está animado esta publicación); Baigorri, Laura. Video: el nombre de televisión de guerrilla.
Primera etapa. El video en el contexto social
por objetivos políticos concretos, y todavía los espacios artísticos promueven
y artístico de los años 60/70. Madrid: Bru-
la reflexión y el debate estético sobre su labor. Aun cuando existen creadores
maria, 2004.
cada vez más interesados en trascender esos espacios para evitar la sobredeter- 4
En la década de 1960, Jean Luc Go-
minación artística que infunden a todo lo que se realiza en ellos, neutralizando
dard introduce insistentemente las mi-
en parte su fuerza política, lo cierto es que continúan siendo un refugio de
radas a cámara como un procedimiento
pensamiento, análisis y experimentación.
tendente a sacudir al espectador de su
“En la era de la globalización y de las frecuentemente violentas transforma-
pasividad, animado por las teorías del
ciones sociales, económicas y culturales que acarrea – argumenta Catherine
extrañamiento brechtiano.
David –, las prácticas artísticas contemporáneas, condenadas por su supuesta 5
Aquí la palabra espectáculo no remite
«nulidad» por autores como Jean Baudrillard, son en realidad una fuente vital al concepto de Guy Debord (La sociedad
de representaciones imaginarias y simbólicas cuya diversidad es irreducible a la del espectáculo. Buenos Aires: La marca,
dominación económica (casi) total de lo real”.10 El mercado del arte es muchas 1995), sino más bien al carácter exposi-
veces un brazo de esa dominación. Pero el circuito del arte es mucho más que tivo de las artes reproducibles tecnoló-
eso. En su seno conviven también voces independientes, agentes autónomos, gicamente que describiera Walter Ben-
actores críticos. jamin en su ensayo “La obra de arte en
En este sentido, el videoarte encuentra en el entorno artístico el ámbito ade- la era de su reproductibilidad técnica”
cuado para la presentación de su propuesta conceptual y formal. Aun cuando (reproducido en Discursos interrumpidos
conserva su afinidad con el mundo de los medios de comunicación masiva I. Madrid: Taurus, 1989).
– donde alguna vez pretendió insertarse11 –, sus objetivos son radicalmente 6
Para una caracterización de la tradición
opuestos a los de éstos. El videoarte actual exige atención y reflexión, un espa- del arte público, véase: Kwon, Miwon,
cio para el pensamiento y un espectador activo. El espacio adecuado para que “Public Art and Urban Identities”, en
el encuentro con la obra abra el sendero a una verdadera experiencia. Philipp Muller, Christian (ed.). Public is
Everywhere (cat.exp). Hamburgo: Kuns-
tverein Hamburg, 1997).
C.2 / 03
154 El siguiente ensayo atiende a las diferentes relaciones que pueden establecer-
se entre la performance como hecho artístico y su documentación entendida
155

PERFORMANCE, FOTOGRAFÍA Y como prolongación de la propuesta original, en contraposición con las prác-

CAPÍTULO 2 / 03
ticas de la recopilación histórica e informativa propias de la exégesis crítica;

VIDEO. LA DIALÉCTICA ENTRE es decir, performances creadas especialmente o rediseñadas en función de su


posterior registro. Esta particular relación propone considerar su recepción

EL ACTO Y EL REGISTRO estética en el seno de la tensión que se establece entre medios de expresión
irreductibles, tensión que pone en funcionamiento una dialéctica que tiene
por polos enfrentados al acto original y al registro final del mismo.

ELOGIO DE LA LOW- TECH


El movimiento dialéctico señala un espacio de relaciones que no pueden ser
fijadas de antemano sino que deben comprenderse en función de los proyec-
tos originales. Las prácticas de la fotoperformance y la videoperformance, por
ejemplo, tienden a privilegiar el registro, no al soporte antes que a la acción re-
gistrada. En contrapartida, trabajos como los de Ana Mendieta dan al registro
la categoría de huella del acto original, mientras otros parecen desplegarse en
situaciones aún más complejas, como podría ser el caso de la documentación
que la artista francesa Orlan realiza de sus intervenciones quirúrgicas o la su-

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


perposición entre acto y registro en las fotografías de Cindy Sherman.
Lo que en todos los casos resulta evidente es que el registro no agota el acto
y que éste no existe independientemente de aquél. Por el contrario, muchos
artistas tienden a dimensionar o rediseñar sus creaciones performáticas en fun-
ción del medio de registro elegido, posibilitando una recepción diferente en
cada caso (acto, registro) que les ha permitido trascender la instancia de la
acción-transformada-en-objeto y su documentación.
La recepción debe entenderse en esos casos como una pugna – característica de
la confrontación dialéctica – entre la génesis y el resultado del acto, en la cual la
complementariedad de los medios se coarta y da lugar a un espacio de indeter-
minación productivo, espacio privilegiado de la relación del autor con su espec-
tador, donde se ponen en marcha las claves de la recepción estética de la obra.

La evidencia y el cuerpo del delito


Ana Mendieta.
Silueta de cohetes, 1976 Durante muchos años, los artistas conceptuales utilizaron la fotografía para docu-
mentar la ejecución de obras y eventos de carácter efímero. Ésta constituía la evi-
dencia de la realización artística, su corroboración y verificación – en la medida en

RODRIGO ALONSO
que postulaba su valor de verdad – para la posteridad, transformándose en prueba
fehaciente de la intervención de su autor en la ejecución.
Ana Mendieta siguió un camino algo diferente para el registro de sus acciones so-
bre la naturaleza. Su trabajo consistía típicamente en la intervención sobre espacios
naturales, en los cuales dejaba esbozada una silueta que luego plasmaba fotográfica
o cinematográficamente. Sin embargo, estos registros no dan pruebas de su presen-
cia sino más bien de su ausencia: no muestran a Mendieta en el acto de señalizar el
espacio sino que documentan el producto posterior, el momento en el que su
autora ha quedado reducida a una huella en el paisaje.
156 La imagen fotográfica refuerza esa ausencia debido a su estatuto de pasado Las cirugías son registradas bajo la supervisión de la propia artista, quien sólo se 157
irremediable e inmodificable – ese carácter “mortuorio” que según Barthes hace administrar anestesia local. Ella también escenifica la sala de operaciones
subyace en toda fotografía1 –, pero a su vez, es la ocasión de la recepción esté- con diferentes objetos, diseña la ropa de cama y la vestimenta de los médicos,
tica de la obra, que sólo puede desplegarse para su espectador entre la autenti- y lee textos psicoanalíticos, filosóficos y literarios durante toda la intervención
cidad del registro y la ausencia del acto. quirúrgica. Los registros son el resultado de una situación especialmente esce-
Aún documento de un subproducto (la huella), el registro es parte integrante y vital nificada para la cámara, modificada nuevamente durante la edición. Muchas
de la performance. Su lugar no es complementario, ya que es imposible establecer veces, las condiciones mismas de presentación están contempladas en función
un límite preciso entre performance y registro que pudiera caracterizar a una y de la performance: en la última Bienal
otro como prácticas separadas. A su vez, las fotografías son el único vínculo que la de Lyon, por ejemplo, la artista dispu-
artista propone con su espectador, obligado a aproximarse a la inmediatez del acto so televisores con las imágenes de sus
original desde la perspectiva mediada del registro medial. operaciones en el techo del Museo de
Arte Contemporáneo de Lyon, al lado
de un dispositivo de luces similares a
El registro y las instancias del proceso artístico los que se utilizan en las salas de ciru-
Una práctica común es la utilización de un medio tecnológico para documentar gía, sobre las mesas de operación. De
el proceso de una performance. Esto fue bastante popular entre artistas concep- esta forma, el espectador estaba obliga-
tuales como Dennis Oppenheim, John Baldessari, Vito Acconci o Bruce Nauman, do a mirar hacia arriba y directamente
como así también, en el ámbito del body art, siendo particularmente importante hacia las lámparas, de la misma mane-
en las famosas autoagresiones de los integrantes del accionismo vienés. ra en que la artista lo había hecho du-
No es casual que el videoarte haya nacido en el seno de las acciones del grupo rante la intervención quirúrgica.
Fluxus y entre los performers de los 1970s; como declara la artista Marina Abra- En otra oportunidad – Entre Deux (1993)
movic, el video compartía la instantaneidad de la performance, permitiendo – Orlan confrontó fotografías de las va-
Orlan.
además la prolongación temporal de la acción.2 Tan importante fue la utiliza- riaciones de su rostro durante una ope- Operación quirúrgica, 1993
ción del video en este tipo de registros que la crítica norteamericana Rosalind ración y su período posoperatorio, con
Krauss caracterizó al medio como la estética del narcisismo, aduciendo que “en variaciones similares producidas mediante la manipulación digital de su retrato.
la mirada dirigida a sí mismo [del performer] se configura un narcisismo tan Aquí, el registro fotográfico pone en evidencia su compromiso y consustanciación
endémico a las obras en video que me veo tentada a generalizarlo como la con- para con su práctica crítica – a la que destina, nada menos, que su propio cuerpo – a
dición del género en su totalidad”.3 la vez que denuncia el artificio y la descorporeidad de lo virtual.
La fotoperformance y la videoperformance – producciones basadas en acciones
diseñadas especialmente para ser plasmadas en fotografías o videos, respectivamen-
te – dan cuerpo a un tipo de obra en la cual el acto aparece como inseparable de La vía del comentario crítico
su traducción mediática. La secuenciación del registro fotográfico o la edición au- Entre Deux no sólo vehicula un comentario sobre la realidad o el cuerpo: también
diovisual permiten, además, alterar los patrones temporales del acto performático ofrece una reflexión crítica sobre los medios, al poner en cuestión su capacidad
o focalizar la recepción del mismo, con la posibilidad de generar un metadiscurso para funcionar como documento. Según Bent Fausing, los videos de la artista fran-
crítico en relación al proceso de ejecución de la obra o su fruición. cesa son igualmente cuestionadores: “no es placentero ver las operaciones de Or-
Como caso particular, pueden señalarse los registros de las performances de lan; por el contrario, duele, con lo cual conmueven el rol confortable del especta-
Orlan, quien en los últimos años se ha sometido a una serie de intervenciones dor asociado al video y a los medios electrónicos en general”.5
quirúrgicas de modificación de su cuerpo como forma de crítica “carnal” a las Esta tendencia crítica se encuentra asimismo en las producciones de otros ar-
presiones de los patrones femeninos de belleza occidentales,4 cuya fuente la ar- tistas que diseñan situaciones en las cuales el énfasis está puesto en la decons-
tista remite a la historia del arte: así, ha “copiado” sobre su cuerpo la barbilla de trucción de los medios con los que trabajan, y que en la mayoría de los casos
la Venus de Botticcelli (El nacimiento de Venus), la nariz de la Psyche de Gérard focalizan su atención sobre los sistemas de valores que éstos propagan en el
(Psyche y el amor), los labios de la Europa de Moreau (El rapto de Europa), los ojos ámbito de la cultura contemporánea.
de Diana de la Escuela de Fontainebleau (Diana cazadora) y la frente de la Mona Las obras de Cindy Sherman y Yasumasa Morimura son características de este
Lisa de Leonardo Da Vinci. tipo de aproximación. En sus personificaciones, Sherman toma los estereotipos
158 de mujer popularizados por el cine y las revistas de moda para formular una crí- Registro y actualización performática 159
tica sobre la influencia de los medios en su conformación y cuestionar, al mis- Mientras en algunos casos las claves de la recepción estética se ubican en el hia-
mo tiempo, al propio medio, en tanto productor de ese universo artificial. Pero to entre performance y registro, en otros, éste puede funcionar como agente
al apropiarse del imaginario producido por éste, su ataque se prolonga hacia de actualización de la acción original haciendo que la recepción mediática se
cuestiones más radicales en relación con la originalidad y la creatividad de la aproxime a la verificada durante la performance.
práctica artística. “Habiendo entendido a la fotografía como el Otro del arte – El video Blue / Red / Yellow (1974), del artista argentino Jaime Davidovich, posee
sostiene Rosalind Krauss – su uso de la fotografía no comporta un objeto para tales características. La pieza documenta una performance en la cual el autor
la crítica artística sino que se constituye como un acto crítico. Constituye a la fo- cubre las pantallas de tres televisores con cintas adhesivas de color amarillo,
tografía misma como un metalenguaje con el cual opera sobre el campo mito- rojo y azul respectivamente, colores que corresponden a los primarios de la
gramatical del arte, explorando a un tiempo los mitos de la creatividad y visión pintura8 (como queda claro desde su descripción, esta obra se posiciona den-
artísticas, y la inocencia, primacía y autonomía del «soporte» de toda imagen tro de la tendencia crítica hacia la televisión propia de los setentas).
estética”.6 Morimura, mediante una práctica similar, no sólo cuestiona la su- El registro hace coincidir el formato de la pantalla del televisor registrado con
premacía de occidente en el dominio de la imagen mediada, sino que también el encuadre, por lo cual, cada vez que el artista cubre un televisor con las cin-
relativiza la fijeza de los géneros producida por tas, se cubre simultáneamente la pantalla del monitor que el espectador del
este sistema al personificarse preferentemente video observa. La acción original – cubrir la pantalla de un televisor con cinta
como representante del sexo opuesto. adhesiva – se repite casi exactamente igual en el registro: tanto al final de la
Esta línea deconstructivista fue igualmente rectora performance como del video se nos enfrenta a una pantalla cubierta con cinta.
en las primeras acciones y performances realizadas Davidovich encuentra la forma precisa para lograr la supervivencia de la acción
en video. Durante los ‘70s, tuvo como representan- performática en el video al eludir la tentación de incluirse a sí mismo como eje-
tes privilegiados a artistas como Douglas Davis, Bru- cutante. Al hacerlo, enriquece notablemente el registro y potencia la recepción
ce Nauman, Richard Sierra, Muntadas o el Grupo futura de su performance, que se actualiza cada vez que el video es exhibido.
Ant Farm, quienes crearon trabajos de fuerte tono Si no lo hubiera hecho, ésta hubiera quedado irremediablemente ligada al pa-
crítico en relación a la televisión destinados a ser sado y aquél sería tan solo una pieza de documentación histórica. Esta decisión
difundidos por el mismo medio. Television Delivers formal lo ubica entre las obras que afianzan su productividad estética al incor-
People (1973), de Richard Sierra, está compuesto porar su registro al diálogo con el que interpelan a su espectador.
por una seguidilla de avisos publicitarios que aler-
Yasumasa Morimura. tan al espectador sobre cómo la TV “vende” su pú-
Diálogo interno con Frida, 2001
blico a las grandes empresas comerciales en lugar Notas de la artista publicada por Net Magazine
de ofrecer los productos de éstas a su audiencia;
1
Barthes, Roland. La Cámara Lúcida: Gallery en Internet).
Nota sobre la Fotografía. Barcelona: Pai- 5
Fausing, Bent. “To Create an Image -
Images from Present Tense, Backward Television Set (1971), de Douglas Davis, invita a los
dós, 1995. And To Be an Image”, publicado en
televidentes a rotar sus televisores hacia la pared y observarlos desde atrás. 2
Entrevista a Marina Abramovic en 3º Internet: http://www.artnode.dk/niko-
The Eternal Frame (1975), de Ant Farm y T. R Uthko, consituye un caso intere-
Biennale d’Art Contemporain de Lyon (cat. laj/nemo/fausinguk.html.
sante. El video muestra – a la manera de un documental – la preparación de una
exp.). Paris: Réunion de Musées Natio- 6
Krauss, Rosalind. “A Note on Photogra-
performance basada en la repetición del asesinato de J. F. Kennedy siguiendo el
naux, 1995. phy and the Simulacral”, en Squiers. Ca-
registro televisivo, que los integrantes de Ant Farm re-ejecutan en las mismas calles 3
Krauss, Rosalind. “Video: The Aesthe- rol (ed). The Critical Image: Essays on Con-
donde el hecho tuvo lugar. Incluye, además, opiniones del improvisado público
tics of Narcissism”, en Hanhardt. John temporary Photography. London: Lawrence
ante el “nuevo asesinato”, a quien se pide una opinión que compare el hecho “real”
(ed). Video Culture: A Critical Investiga- & Wishart, 1991.
– la reconstrucción que están viendo con sus propios ojos – con el que presenciaron
tion. New York: Visual Studies Workshop 7
En esta época, los videos sólo podían
a través de los medios de comunicación. Press, 1990. El subrayado es original. verse en un monitor de televisión. No
La transmisión televisiva del video7 posiciona al simulacro en el mismo nivel per- 4
La artista llama “arte carnal” a su prác- existía otro medio de reproducción po-
ceptual del hecho original, generando una indiferenciación entre ambos registros. tica para diferenciarse del body art de sible.
Así, The Eternal Frame disuelve las fronteras entre realidad y ficción mediante una los setentas que se encuentra, en su 8
Los colores primarios del video son el
operación que nos permite, a su vez, reflexionar sobre las lábiles fronteras entre opinión, excesivamente ligado a lo indi- verde, el rojo y el azul.
estos dos reinos. vidual y al mercado (ver la conferencia
C.2 / 04
160 Tan bello como el encuentro casual de una máquina de coser y un paraguas
en una mesa de disecciones
161

VIDEODANZA. OTRO BASTARDO Isidore Ducasse, Conde de Lautrèamont. Cantos de Maldoror

CAPÍTULO 2 / 04
EN LA FAMILIA Hacia comienzos del siglo veinte, un encuentro casual inspiraba al surrealis-
mo, una corriente artística llamada a convertirse en un referente clave del arte
moderno. Hacia finales del siglo (es decir, hoy), otro encuentro de similares
características reclama nuestra atención ¿Qué otra cosa podría ser la videodan-

ELOGIO DE LA LOW- TECH


za sino un encuentro casual, producto del curioso vínculo entre uno de los me-
dios de expresión más antiguos y uno de los más contemporáneos, insospecha-
do resultado de la puesta en común de un medio encarnado en la materialidad
del cuerpo con otro descorporeizado, abstracto, casi inhumano?
Algunos sostienen que ambos comparten la condena al tiempo y al movimien-
to, y que por lo tanto la unión es legítima. Dicen que el mismo estremecimien-
to que recorre al cuerpo en la infatigable realización de sus ritmos vitales atra-
viesa a la imagen videográfica, indisolublemente ligada al barrido electrónico

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


que la genera. Una conclusión brillante que, como muchas teorías estéticas, ha
dejado de lado al artista y a su obra. ¿A quién se le ocurre que el coreógrafo
pueda asimilar el barrido electrónico a sus ritmos vitales a menos que reciba un
shock eléctrico por la mala conexión de un electrodoméstico?
Creo que el error está en querer legitimar la unión video-danza a través de los
elementos que los unen cuando tal vez dicha unión se legitime en los elemen-
tos que los separan, obligándolos a complementarse.
Se dice que ambos medios comparten el tiempo: falsa coincidencia. El tiempo
del video no es el mismo del de la danza: cuando lo es – registros coreográfi-
cos – en general no hay videodanza. Las honrosas excepciones, como siempre,
confirmarán lo que ni siquiera es una regla. El video permite reunir acciones
coreográficas registradas en diferentes momentos, eliminar los nexos que lle-
van de una postura corporal a otra y, por efectos de la edición, repetir movi-
mientos en forma idéntica o al revés, acelerar o dilatar acciones. Resulta más
Nam June Paik.
Merce by Merce by Paik, 1978 claro que el espacio del video no es el de la danza y que allí puede ubicarse otro
de los puntos de interés. Es común en la videodanza el trabajo coreográfico
en lugares no convencionales para la danza, pero también, la creación de un
espacio virtual o directamente la no referencia a espacio alguno. El ojo de la

RODRIGO ALONSO
cámara permite rescatar zonas, sectores que muchas veces son corporales y que
otorgan una dimensión inusual al cuerpo como lugar a recorrer y/o habitar.
Toda una estética del cuerpo como terreno a explorar subyace en los primeros
planos o los detalles que el cuadro de la cámara recoge y la pantalla propone a
nuestra consideración.
Y es que el cuerpo, ese instrumento que es el presupuesto de la composición
coreográfica, no ha dejado de ser el protagonista. Un cuerpo que la media-
ción transforma en superficie pero que paradójicamente parece más inmedia-
to, merced a los acercamientos del ojo electrónico. Un cuerpo que exige ser
162 tratado de otra forma, porque el coreógrafo ya no debe diseñar tan sólo su 163
movimiento: también debe planear la mirada que lo recorrerá. Esta coreografía
de la mirada es tal vez lo que mejor define a la videodanza, lo que le da su fuerza
estética y lo que justifica su razón de ser dentro del arte contemporáneo.
No obstante, a pesar de todo lo que la justifica, su paternidad sigue siendo pro-
blemática. Por un lado, aparece como la hija no deseada del videoarte (quien
es, a su vez, hijo no deseado de las artes visuales y el video; y éste, a su vez, hijo
no deseado del cine...), aunque su aceptación aumenta día a día. La danza, por
otra parte, parece no haberse enterado de su existencia, aunque ha accedido
con cierta indulgencia a cobijarla.
Si atendemos a la rápida aceptación de otros híbridos contemporáneos (la co-
media musical y la tortura en los países latinoamericanos en El beso de la Mujer
Araña, la colonización americana y el cine de Disney en Pocahontas), quizás
cierta resistencia inicial podría llegar a ser un buen indicio.

Margarita Bali.
Arena, 1998
C.2 / 05
164 En la teoría contemporánea, es un lugar común referirse al media art como el
ámbito en el que confluyen las tradiciones formales, estéticas y culturales de
165

NOTA SOBRE LA HIBRIDEZ las diferentes disciplinas artísticas. Según esta idea, los nuevos medios – y en

CAPÍTULO 2 / 05
particular, la producción digital – son espacios de integración donde las artes

DE LOS NUEVOS MEDIOS1 se funden dando vida a producciones híbridas, desafiando la especificidad o
pureza de los materiales originales. El término multimedia sería la expresión
acabada de este proceso de eliminación de las barreras formales, el concepto
que determina de una vez y para siempre la imposibilidad de pensar en medios
aislados y singulares.

ELOGIO DE LA LOW- TECH


Desde el mismo punto de vista, este proceso vendría a realizar una vocación
legítima de la posmodernidad; aquella que, al mismo tiempo que cuestiona
y derriba la voluntad unificadora de la modernidad, pone de manifiesto la
complejidad de lo existente, relativizando los sistemas de ordenamiento, cla-
sificación y discriminación. La posmodernidad promueve la emergencia de lo
impuro, lo contaminado, lo indiscriminado. Hibridez y multimedios encajan
perfectamente en su programa; de ahí que su evidencia y justificación teórica
se hayan diseminado con tanto éxito.

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


Sin embargo, si se considera a los medios tecnológicos – e incluso a los tradiciona-
les – desde una perspectiva histórica, es fácil constatar que la hibridez no es una
característica privativa de nuestro tiempo. De hecho, es una cualidad que suele
encontrarse en el origen de artes como la fotografía, el cine o el video. Esto no
significa que los nuevos medios no tengan nada de nuevo – como suele afirmar-
se desde expresiones muchas veces reaccionarias o incapaces de comprender las
particularidades del mundo contemporáneo2 – aunque sí cabría descartar la idea
de la hibridez como un destino exclusivo de la posmodernidad.
Ciertamente, la hibridez de las producciones actuales no es la misma que en-
contramos en los orígenes del media art. Pero tampoco es el resultado de una
progresión evolutiva desde un estado de pureza a uno de contaminación, como
parecieran implicar algunas teorías. Aunque es cierto que su constatación sólo
puede esgrimirse por comparación con un estado no contaminado, “incorrup-
Peter Greenaway to”, del medio en cuestión, no es cierto que esa “pureza” sea consustancial a él
Rembrandt's J'acusse, 2008
ni que deba ubicarse en su origen o naturaleza existencial.
Adelantando rápidamente la tesis de este ensayo, sostendré [1] que el media art
ha sido siempre un espacio de confluencia para el resto de las artes, y en parti-
cular, para las que lo precedieron inmediatamente [2] que la pureza o especifi-

RODRIGO ALONSO
cidad de las artes tecnológicas es, en realidad, una construcción idiosincrásica
que se llevó a cabo en un momento específico de su historia para ser luego
trasladada a su fundamento, siguiendo el movimiento típicamente moderno de
establecer e inmovilizar las bases que definen a cada producción artística y la
diferencian de las demás [3] que antes de preguntarnos por la contaminación
medial en las creaciones electrónicas y digitales actuales, deberíamos indagar
las formas y los métodos mediante los cuales se construyó su supuesta especifi-
cidad primigenia, desconociendo la diversidad, complejidad e “impureza” de
las producciones de cada medio en su etapa primitiva.
166 Cuando la fotografía ingresa en su 167
etapa modernista, todas estas interre-
laciones son consideradas espurias.
Se promueve la necesidad de limpiar-
la de la contaminación formal de las
otras artes y encontrar lo que ella tie-
ne de específico, lo que la hace úni-
ca en relación con los demás medios
artísticos. Comienza así la defensa de
su dependencia absoluta con respecto
a su referente, la prescripción de no
manipular ni la realidad retratada ni
la imagen obtenida, la construcción
de la “objetividad” fotográfica. Esta ob-
jetividad – a la que los artistas habían
sido indiferentes – se propondrá como
el fundamento, no ya de una estética
fotográfica sino del medio mismo, la
característica que ningún fotógrafo
Henry Peach Robinson. Nam Junk Paik. debería dejar de observar so pena de
Fading Away, 1858 Magnet TV, 1965
traicionar su naturaleza intrínseca.
Con el cine sucede algo similar. Las
La construcción de los medios puros películas de los hermanos Lumière son prácticamente fotografías animadas. El
La aparición de cada nuevo medio siempre estuvo acompañada por una mezcla encuadre, la posición estática de la cámara y los temas delatan esa filiación. Más
de novedad tecnológica y tradición formal. La fotografía, presentada en socie- tarde, serán nuevamente la literatura y el teatro quienes “contaminen” el medio
dad como una herramienta científica, se transformó en manos de los artistas cinematográfico, introduciendo sus historias, sus modelos narrativos, sus sistemas
en un sucedáneo de la pintura. Las primeras placas abrevan en la tradición del de actuación y de construcción de los personajes. No se trata, de ninguna manera,
retrato, las naturalezas muertas y el paisaje, continuando el régimen visual que de un teatro o una literatura “filmados”, sino de verdaderos híbridos. Las películas
la imagen plástica había establecido a lo largo de varios siglos. de Meliés, por ejemplo, intercalan efectos especiales propios del nuevo medio
Si bien es cierto que esos géneros fueron favorecidos por los largos tiempos con tomas de carácter escénico, mientras el recurso de los intertítulos introduce
de exposición que exigían las primeras tomas, no es menos cierto que la rela- un recurso narrativo a medio camino entre la literatura y el cine.
ción con la pintura no fue casual sino consciente. La mirada de los primeros Sin embargo, el ímpetu modernista exigió que el cine tuviera un lenguaje pro-
fotógrafos había sido formada por el medio pictórico, y era difícil escapar de pio, ajeno al del resto de las artes. La teoría cinematográfica de las primeras dé-
él. No obstante, cuando la técnica fotográfica fue perfeccionándose, no hubo cadas del siglo XX estuvo abocada casi exclusivamente a esa cuestión. Si bien el
ni la necesidad ni la voluntad de desprenderse se esa filiación. El movimiento cine nunca pudo desprenderse por completo de la influencia literaria – excep-
pictorialista haría de la alianza entre pintura y fotografía un programa estético, to en cierta producción experimental –, los esfuerzos de teóricos y realizadores
que pronto incorporó elementos del teatro y la literatura. Hacia finales del si- se orientaron a determinar su especificidad, que fue adjudicada a la particular
glo XIX, los artistas enrolados en dicho movimiento produjeron imágenes con forma en que el filme confecciona su unidad espacio-temporal a partir de una
claros referentes en las corrientes pictóricas y literarias del momento, como fragmentación y recomposición del registro de la realidad. Para autores como
el romanticismo, el neoclasicismo y el impresionismo. La puesta en escena, la Sergei Eisenstein, el elemento clave para conseguir ese fin era el montaje,3 aun-
confluencia de varios negativos y el retoque final, condujeron a la fotografía que en teorías como la del “montaje prohibido” de André Bazin ese elemento
hacia la alegoría, la narrativa épica o romántica, la metáfora visual y las múl- no parecía fundamental.4 Lo importante era sostener la verosimilitud cinema-
tiples variaciones lumínicas y tonales, recursos que el arte de la pintura había tográfica sobre la base de un lenguaje propio, que no se confundiera con el de
desarrollado como propios y que ahora eran compartidos con el nuevo medio. sus parientes literarios y teatrales.
168 En sus orígenes, el video tampoco pudo despegarse fácilmente de la televisión. 169
No sólo porque sus producciones debían visualizarse necesariamente en un
televisor,5 sino también, porque muchos de los primeros artistas que se acerca-
ron al medio pretendieron crear una televisión alternativa, una suerte de con-
tratelevisión acorde a las exigencias de la contracultura que florecía por todas
partes. Luego, el interés de los artistas plásticos – y en particular, de los que se
dedicaban a la performance – dio paso a formas híbridas que se conocieron
como video escultura, videoperformance o video objeto.
Pero en poco tiempo, los videastas se propusieron explorar las especificidades
del medio, dejando de lado todo aquello que recordaba a las artes y los medios
aledaños. Investigaron los circuitos cerrados de televisión, la experimentación
con las propiedades de las imágenes electrónicas y su manipulación en tiempo
real. Y nuevamente, muchas de estas características fueron promulgadas como
consustanciales al medio, como parte de su naturaleza y como indicador infali-
ble de su especificidad en relación con los demás.
Finalmente, el caso de las producciones digitales no es muy diferente, aunque
su desarrollo en el contexto de las teorías de la posmodernidad hizo menos
enfático el reclamo de especificidad. En sus orígenes, la gráfica digital acusa
su mezcla con el diseño y las artes plásticas – en particular, con algunos proce-
dimientos del grabado, como la serigrafía –. Internet nació siendo una suerte Diana Thater.
The Best Space is the Deep Space, 1998
de gran enciclopedia y las primeras producciones multimedia – incluido el net.
art – señalan su afinidad con las narrativas anteriores (literatura, video, etc.).
Los intentos por determinar la especificidad de la producción digital apunta- políticos – en la cual los hechos sociales funcionan con la precisión de una ma-
ron a su carácter interactivo, su estructura no lineal, su flexibilidad y su estatuto quinaria de relojería – como también en la exigencia de pureza racial que fun-
de obra “inacabada”, que necesita de un interactor o usuario que la actualice. da la política del nacionalsocialismo alemán, por sólo citar algunos ejemplos.
Sin embargo, prescribir estas características como fundamentales a toda pieza En el terreno de las artes plásticas, será Clement Greenberg el encargado de llevar
digital es prácticamente insostenible. Su contaminación con los universos de la adelante esta purificación.6 Según su teoría, cada medio debía trabajar únicamente
fotografía, el video, los relatos textuales, el diseño, no sólo no se evita sino que con los elementos que le son específicos. Así, la pintura no debía trascender el pla-
se promueve cada día más. no que la contiene; cualquier intento por superar ese plano era sancionado como
práctica espúrea e inadmisible. Toda figuración o espacio perspectivo debían ser
erradicados, ya que el volumen pertenece al campo escultórico y la presencia huma-
El siglo de la pureza na al teatro. La pintura sólo podía utilizar líneas, planos, colores, manchas; elemen-
La búsqueda de definiciones precisas, fundamentos, valores específicos, carac- tos que debían eliminarse de las demás artes por pertenecer por derecho propio
terizaciones unitarias y todo tipo de “purezas”, es una fuerza que puede perci- a su práctica. De la misma manera se definían las propiedades de las demás artes,
birse a lo largo del siglo XX. La encontramos tanto en las ciencias como en las promoviendo su pureza formal y erradicando toda contaminación.
artes, en la filosofía como en la vida social. Bebe en los ideales iluministas pero El programa de Greenberg se asemeja al llevado a cabo en las artes tecnoló-
adquiere mayor vigor en el contexto de la consolidación de un pensamiento gicas en varios puntos. En primer lugar, porque en lugar de presentar a las
universal e integrado, propio de la modernidad posterior. Se encuentra tanto características que definen a cada medio como parte de un programa estético
en la descomposición del trabajo en tareas independientes propia del fordismo elaborado en un contexto histórico específico, las considera intrínsecas a él,
– que, por otra parte, elimina de la práctica industrial todo lo que no es “tra- asentadas en su “naturaleza”, y por lo tanto, ahistóricas e irrefutables. Luego,
bajo” –, como en el afianzamiento de una ciencia experimental libre del pen- porque esas características se proponen como el fundamento de tales artes,
samiento metafísico, el conocimiento intuitivo y la reflexión ametódica, que se como su base, en relación con las cuales se ponderará toda creación futura.
desmiembra en disciplinas específicas con objetos de estudio no confluentes. Así, las producciones anteriores a la “definición” del medio, que no cumplen
Se encuentra en el relato lineal de una Historia limitada a los acontecimientos con ellas, son tildadas de primitivas, es decir, como pertenecientes a un tiempo
en el que sus autores no estaban en condiciones de comprender la naturaleza Notas 3
Véase, por ejemplo: Eisenstein, Ser-
170 171
cabal del medio con el cual trabajaban.
1
Utilizo la expresión “nuevos medios” gei. Hacia una teoría del montaje. Barce-
(new media) en el sentido en que ha lona: Paidós, 2001.
Por otra parte, esas cualidades adquieren un carácter prescriptivo: las obras
quedado establecida en el circuito 4
Bazin, André, “Montaje prohibido”,
que no se ajustan a ellas no pueden considerarse seriamente dentro del medio
del arte y la teoría estética contempo- en Bazin, André. ¿Qué es el cine? Ma-
en cuestión y deben desecharse como inválidas o improcedentes. Los sistemas
ránea, en los cuales nombra funda- drid, Rialp, 1990.
construidos sobre la base de esas propiedades son abiertamente valorativos y
mentalmente a los medios artísticos 5
No existía otra forma de exhibir vi-
utilizan estos fundamentos para descalificar a las obras que se apartan de su ca-
tecnológicos – fotografía, cine, video, deo durante las décadas de 1960 y
non sin más; baste recordar el rechazo de Howard Fried a la escultura minima-
producción digital. Su “novedad” no 1970.
lista tildándola de “teatral”, por afirmar su presencia mundana y no adscribir a
se entiende como sinónimo de inno- 6
Véase: Greenberg, Clement. Arte y
la atemporalidad de la escultura clásica.7
vación u originalidad sino más bien cultura (Ensayos críticos). Buenos Aires:
Finalmente, estos sistemas suelen establecerse como la culminación de una
como distinción de los medios tra- Paidós, 2002.
búsqueda estética que conducía secretamente hacia ellos. Al verificar en la ac- dicionales – pintura, escultura, gra- 7
Fried, Howard. “Art and Ob-
tualidad aquello que los “primitivos” no fueron capaces de advertir, la teoría se bado, etc. Véase: Manovich, Lev. The jecthood”, en Artforum, junio 1967.
convierte en el punto más alto de la evolución del medio, de la misma forma, Language of New Media. Cambridge
por ejemplo, en que Hegel consideraba a su sistema filosófico como la culmi- (Mass): The MIT Press, 2000.
nación de la filosofía occidental. 2
En la teoría estética contemporánea
se ha vuelto un lugar común tratar de
demostrar que los nuevos medios no
La hibridez de los nuevos medios introducen nada original; que todo
Como consecuencia de todo lo expuesto, hablar de la hibridez de los nuevos lo que en ellos se considera una nove-
medios no parece demasiado adecuado, o por lo menos no lo parece sin ciertas dad ya existía en los medios preceden-
salvedades. tes – aunque, como se estableció en
El concepto de hibridez implica un cierto estado de pureza originaria a partir del la nota 1, los new media no pretenden
cual se produce una mezcla, una integración o contaminación. Hablar de hibridez destacar por su novedad –. Muchos
implicaría, por tanto, reforzar los sistemas que defienden la especificidad de las ar- autores lo hacen con el fin de desa-
tes, introduciendo una nueva etapa en la progresión estética de las formas. creditar la producción tecnológica,
Sólo si atendemos a la artificialidad de esa pureza originaria, si comprendemos en muchos casos, sin hacer siquiera el
esa noción como una categoría histórica, es posible postular el hibridismo como esfuerzo por comprenderla. Un ejem-
otro momento histórico – y no sin ciertas restricciones también, ya que, en reali- plo paradigmático puede encontrarse
dad, las producciones mediáticas “puras” son más bien una entelequia –. Lo im- en el ensayo de Philippe Dubois, “Má-
portante es desligar esta consideración de toda implicación evolutiva, liberándola quinas de imágenes: Una cuestión
además de su carácter prescriptivo y valorativo. de línea general” (en Dubois, Philip-
Por otra parte, si los medios han tendido a integrarse a lo largo de su historia, y si pe. Video, Cine, Godard. Buenos Aires:
fueron necesarios sistemas ideológicos extremos para pensarlos incontaminados, Libros del Rojas, 2001). El libro The
quizás deberíamos asumir que lo que los caracteriza, en definitiva, es esa capaci- Language of New Media (op.cit.), de
dad para consustantivarse, para integrarse formal, conceptual y/o culturalmente. Lev Manovich, constituye una excep-
Aunque, por supuesto, no podríamos decir, sin caer en contradicciones que esta ción notable: aquí, la búsqueda de las
propiedad constituya su naturaleza, su especificidad o su esencia. raíces de ciertas características de los
nuevos medios en los anteriores, se
hace con el fin de comprender a los
primeros.
C.2 / 06
172 Entre las diferentes posibilidades de interacción en el ámbito de la tecnología
digital, la navegación se ha impuesto como modelo paradigmático. Esta activi-
173

LA NAVEGACIÓN COMO dad, que consiste típicamente en el recorrido a través de conjuntos de datos

CAPÍTULO 2 / 06
utilizando sistemas de enlaces, no describe tan solo una forma de relación con

PARADIGMA NARRATIVO la información, sino que propone, además, una concepción fluida de esta in-
formación, al representar al universo informático como un espacio continuo y
permanente, sin fisuras, en el que es posible abandonarse sin el temor a malo-
grar el recorrido.
La navegación se asocia con otros vocablos afines, como exploración, travesía,

ELOGIO DE LA LOW- TECH


buceo, surfeo1, viaje. Todos ellos comparten el sentido espacial que desde los
orígenes de los soportes digitales ha acompañado a la mayoría de las produc-
ciones numéricas. A pesar de su inmaterialidad, su estructura no-lineal y su
renuencia a las jerarquías formales, todavía consideramos a la matriz de datos
como un espacio, incluso si no podemos imaginárnoslo. A esta noción ha con-
tribuido la rápida popularización del concepto de ciberespacio, acuñado en
1984 por William Gibson en su novela Neuroamante.2
“El término ciberespacio – aclara Lev Manovich – deriva de otro, que es ciber-

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


nética. En su libro de 1947, Cibernética, el matemático Norbert Wiener la defi-
nía como «la ciencia del control y las comunicaciones en el animal y en la má-
quina». Wiener concibió la cibernética durante la Segunda Guerra Mundial,
cuando se encontraba trabajando en problemas relacionados con el control
de las armas de fuego y la dirección automática de misiles. Derivó el término
cibernética de la palabra griega kybernetikos, que alude al arte del timonel, y
puede traducirse como «bueno con el timón». De modo que la idea de espacio
navegable se encuentra en los propios orígenes de la era del ordenador”.3
En la navegación, el interactor construye su experiencia a partir de una serie
de elecciones que se presentan durante su recorrido. Éstas le permiten actuali-
zar un conjunto de opciones que permanecen como pura potencialidad en el
sistema de datos. Como se realizan en sucesiones, la navegación otorga cierta
Amanita Design. linealidad a la experiencia interactiva – este hecho se esgrime con frecuencia
Samorost, 2003 como una crítica o limitación a los sistemas no lineales –. Sin embargo, esta
linealidad sólo se produce en el momento de la interacción y es construida por
el usuario; él es el responsable de la configuración final la pieza, y en alguna
medida, su creador momentáneo.
“Las metáforas típicas para describir la experiencia de usar un CD-ROM – sos-

RODRIGO ALONSO
tiene Erkki Huhtamo – son el «viaje» o la «navegación». Remiten a una expe-
riencia espacial, a un recorrido de descubrimiento interactivo dentro del mun-
do virtual «escondido» en el disco, supuestamente más allá de la interfaz... La
grilla arquitectural básica de la mayoría de los CD-ROM es espacial y conforme
a la noción de hipertexto. La estructura hipertextual ofrece una alternativa a
la progresión lineal continua, al ofrecer al usuario algunos grados de libertad
en la elección de su camino, de forma tal de poder negociar su experiencia”.4
Efectivamente, la experiencia de la navegación nunca es completamente autó-
noma. Siempre depende de algún tipo de guía, comenzando por los progra-
174 mas, los protocolos y las múltiples traducciones que permiten al usuario la ma- 175
nipulación de la información binaria. Al nivel de la exploración, el navegante
se encuentra con ciertos grados de libertad que le permiten configurar su ex-
periencia; esto es suficiente para que pueda, con mayor o menor orientación,
construir el sentido. Éste surge siempre de una negociación con el universo
simbólico que propone la obra. La naturaleza de esta negociación es dialógi-
ca5, es decir, se produce en la interacción con el medio informático o con los
objetos, espacios y sujetos mediados por él, como sucede en el caso de las insta-
laciones interactivas o en las piezas basadas en la telepresencia.
Las particulares características de esta negociación ponen en entredicho los
lugares habituales del artista, el espectador y la obra. Enfrentado a un conjunto
de elecciones diversas, la opción del navegante se traduce en la actualización
de una de las múltiples posibilidades más o menos previstas en el programa,
pero que sólo cobran sentido en su manifestación final. Esta configuración
momentánea no posee un valor privilegiado en relación con otras posibles. Su
aparición da vida a una de las voces de este medio polifónico en el que, según
Claudia Giannetti, “la polifonía (o hipertextualidad) del discurso relativiza la
autonomía del autor y de la obra”.6 Olia Lialina
My Boyfriend Came Back from the War!, 1996
Un aspecto importante a destacar es que, en la mayoría de estas piezas, no se
puede hablar de la obra artística como un producto terminado. En general,
no hay una finalidad preestablecida, un sentido último a descubrir tras agotar una clasificación precisa. No obstante, se pueden señalar algunas característi-
la travesía por los datos. De hecho, muchas piezas son interminables o muy cas básicas que pueden ser de utilidad a la hora de analizar su funcionamiento.
diferentes cada vez que se las visita seleccionando otras opciones. El disfrute Concretamente, nos referiremos a sus niveles de determinación, redundancia e
estético se establece, más bien, en la navegación misma. Esto induce una ra- indeterminación como elementos que permiten evaluar, en líneas generales, las
dicalización de la experiencia efímera durante el acto de la recepción que ha construcciones narrativas más frecuentes. En general, todas ellas poseen una
sido clave en gran parte del arte contemporáneo desde la década de 1960,7 y mezcla de estos tres rasgos, aunque algunos pueden verse destacados.
que reaparece en prácticas contemporáneas como el DJing y el VJing.
Durante la navegación, el usuario imprime su propia temporalidad a la expe-
riencia estética: decide cuándo comenzar y terminar, el ritmo de la explora- Niveles de determinación
ción, la velocidad del recorrido. Esta temporalidad no estricta es una de las Incluso en las piezas más abiertas a la exploración existen imágenes, acciones,
innovaciones más singulares de los medios interactivos en relación a otras ex- recorridos, modos de navegación y/o estímulos sonoros que han sido prede-
presiones audiovisuales como el cine o el video, donde las duraciones de las terminados y que el usuario no puede cambiar. Éstos fijan una parte de la nave-
imágenes y los sonidos están fijadas en el soporte. gación. El nivel de determinación más común suele ser una imagen, pantalla o
Por otra parte, la posibilidad de acoplar múltiples medios – dependientes de fragmento de video que introduce la historia, a partir de los cuales se desarrolla
diferentes registros sensoriales – y el acceso multiforme a la información al- su devenir.9 Tras esta introducción se establecen los primeros sistemas de enla-
macenada ofrecen una mayor riqueza al acto de la recepción. La relación del ces, que pueden permanecer fijos o variar a medida que el interactor se involu-
usuario con la obra digital resulta menos determinante que en muchas pro- cra con el relato. En las piezas más elementales, el seguimiento de los enlaces
puestas tradicionales, impulsando una fruición más asociativa y privada.8 Sin conduce hacia una sucesión de pantallas, como si se tratara de las páginas de
embargo – como se destacó anteriormente – muchas veces la recepción de una un libro. Es el caso típico de las primeras obras basadas en hipertextos, pero es
obra interactiva se produce de manera secuencial, imprimiendo cierta linea- un modelo todavía muy frecuentado en creaciones multimedia con una base
lidad al material original multiforme. Esta particularidad ha servido para que literaria, como Blind Spot (1998-99) de Darcey Steinke.
muchos artistas utilicen los medios digitales como soportes de piezas narrativas. Este trabajo, realizado por una conocida escritora, funda su narratividad en la
La construcción de relatos a partir de las posibilidades no-lineales de los me- historia de una mujer que desarrolla una fobia a los espacios que la rodean.
dios informáticos ha seguido múltiples vías, tantas que es imposible realizar Para traducir este estado, la autora recurre a una estructura similar al famoso
176 clásico del net.art My Boyfriend Came Back from the War! (1996), de Olia Lialina: cumplir su objetivo. Esto se consigue activando una serie de objetos, descu- 177
cada enlace subdivide la pantalla creando un espacio cerrado, claustrofóbico, briendo las operaciones que deberá llevar adelante el personaje, eliminando
que permite la convivencia de textos, imágenes, animaciones y sonidos, aunque obstáculos, pero sobre todo, comprendiendo la lógica del universo planteado
la base del desarrollo narrativo continúa siendo textual. La navegación nos por la pieza en vistas a accionar adecuadamente dentro de él.
conduce a través de los relatos de la protagonista, siempre en un único sentido. La historia se estructura a partir de una sucesión de pantallas. La primera in-
No hay forma de volver sobre nuestros pasos; la historia sólo puede seguirse en troduce el conflicto e invita al usuario a poner en marcha al personaje. A partir
el sentido preestablecido o abandonarse. de allí, se trata de descubrir las acciones que ayudarán al pequeño hombrecito
Aun cuando trabaja con una simultaneidad de estímulos visuales y sonoros, la pieza a llevar a cabo su misión. En cada pantalla, el usuario sólo puede tocar con
mantiene una estricta secuencialidad en el nivel de su línea argumental. Su nave- su mouse un número limitado de objetos; no obstante, esos pocos puntos de
gación posee un alto grado de determinación. Existe, además, otro elemento que interactividad producen una experiencia lúdica gratificante. A veces, algunos
contribuye a este hecho: cada vez que reiniciamos la exploración, la pieza se com- sitios de interacción sólo se ponen en funcionamiento tras la previa activación
porta exactamente de la misma manera. Los mismos enlaces conducen a las mismas de otros; es el caso, por ejemplo, de una pantalla habitada por un fumador,
imágenes, animaciones, sonidos y textos. No existe la posibilidad de disfrutar de que sólo al terminar su tarea dejará libre la llave que activa un elevador para
otras alternativas al relato. El medio digital sólo contribuye con su bagaje audiovi- esquiadores. Esto genera algún grado de indeterminación, aunque no son mu-
sual pero no modifica en gran medida una narrativa construida sobre la base de chos los casos en los que esto sucede. En realidad, el sitio no pretende ser
instrumentos literarios. La interacción, en este caso, no cumple un rol significativo: complejo; por el contrario, uno de sus grandes atractivos es su simplicidad, su
simplemente pone en funcionamiento una maquinaria textual. estructura de relato casi infantil y la creatividad de los mundos imaginados por
El proyecto para la Internet Wordtoys (1996-2006), de Belén Gache, está con- los artistas.10
formado por una serie de composiciones interactivas que poseen un trasfondo
textual. Sin embargo, la introducción de ciertos grados de indeterminación
suaviza la rigidez de su navegación. Por ejemplo, en el sector Poemas de agua, Niveles de redundancia
el interactor puede extraer versos de la imagen de un lavabo al accionar sus Las obras interactivas suelen incorporar reiteraciones en su estructura. Éstas
grifos, pero cada vez que acciona uno de éstos, los versos que aparecen son cumplen diferentes funciones: a veces, son pequeños bucles de animación que
diferentes, como lo son también cada vez que se reingresa a la pieza. permiten prolongar una acción con escasos recursos; otras, son organizaciones
A partir de estas descripciones, pareciera que una obra con altos niveles de visuales que facilitan la interacción al mantener constantes algunas funciones –
determinación sólo puede ofrecer una experiencia interactiva limitada. Sin botones, menús, barras de herramientas, hiperenlaces –; otras, son elementos
embargo, esto no es así. Existen que simplemente contribuyen a ordenar la información audiovisual.
propuestas basadas en una deter- Toda producción interactiva, por más variada que sea, necesita mantener cier-
minación estricta que son capaces tos elementos constantes para que el navegante pueda intuir y organizar su re-
de producir una fruición estimu- corrido; esto es particularmente importante cuando se pretende que el usuario
lante y altamente comprometida. “descubra” los modos de interacción. Este descubrimiento nunca es del todo
Uno de los mejores ejemplos en espontáneo. Las personas acostumbradas a interactuar con las creaciones di-
este sentido lo constituye Samorost gitales saben identificar ciertas claves que se repiten de una pieza a la otra: las
(2003), de Amanita Design (Jakub modificaciones en el cursor del mouse, la iluminación o el cambio de color de
Dvorsky y Vaclav Blin), una anima- los hiperenlaces, los sonidos que se disparan al pasar el cursor del mouse por
ción que gira en torno a un peque- objetos activados, etc. De igual manera, una obra interactiva puede basarse en
ño personaje que debe evitar que una disposición audiovisual más o menos constante sobre la que sólo se modi-
un asteroide colisione contra su fican las imágenes, los textos o los sonidos, pero que mantiene las bases de la
diminuto planeta penetrando en estructura de navegación con el fin de facilitar la tarea del interactor.
los mecanismos del agente agresor. Tal es el caso de Between a Rock and a Hard Drive (1999) de Kristin Lucas. Esta
La narrativa es perfectamente li- pieza está construida a partir de material tomado de diferentes salas de chateo,
neal. No obstante, el interactor ubicado en una estructura más o menos constante: una imagen central – un
debe poner en funcionamiento el espacio público en el que un grupo de objetos dialogan con frases tomadas de
Belén Gache. relato ayudando al protagonista a chateos – rodeada por un teclado simulado y desorganizado que permite al
Wordtoys, 1996-2006
178 usuario activar sonidos que se relacionan con la imagen o con frases tomadas 179
del mismo lugar. Pulsando la tecla “Esc” la imagen cambia, pero la interacción
continúa siendo la misma. Debajo de todo esto, un menú permite cambiar el
tipo de espacio público al que refieren las imágenes. Sin embargo, los cambios
dejan fija la estructura: la imagen central intercambiable y el teclado simulado
como interfaz para la interacción.
Marcel.lí Antúnez Roca acude a la estética de los juegos electrónicos para la
realización de su Afalud (2005), una fantasía digital en la cual recorre paisajes
sobrenaturales y voluntariamente kitsch, encarnando a un héroe entre violento
y demente, mezcla de Ulises con el Quijote.
La narrativa se desarrolla en diferentes pantallas, a la manera de un juego de
plataformas. Una digitalización del artista montado en algún animal ocasional
se encarga de destruir a diferentes seres a su alrededor, en medio de paisajes
arrasados (me refiero aquí a las secciones Rozinax y Sipisea). Esta digitalización
realiza movimientos mínimos y reiterativos, con algunas funciones básicas,
como arrojar proyectiles. Cada uno de ellos se basa en un pequeño bucle que
se repite incluso cuando el usuario no interactúa. A éste le corresponde llevar
adelante las matanzas utilizando al artista como arma. Esos movimientos insis-
tentes y ridículos son algo más que limitaciones técnicas: son un recurso formal
y una base conceptual para toda la pieza. Christa Sommerer & Laurent Mignonneau.
Haze Express, 1999
Existe una tendencia a pensar que las reiteraciones se deben a restricciones in-
ducidas por una insuficiencia tecnológica. Pero esto no siempre es así. Muchas
veces hay una búsqueda estética tras las continuas repeticiones de imágenes, Niveles de indeterminación
sonidos y material multimedia. También se suele pensar que ese tipo de estruc- Toda obra interactiva posee un nivel de indeterminación básico: el de las deci-
tura se halla principalmente en las realizaciones para Internet, dependientes siones del usuario. Por más planificada que sea una navegación, éste conserva
de los anchos de banda de circulación de la información. Pero esto tampoco es todavía muchas libertades que dependen sólo de él, como la velocidad de ex-
cierto. La redundancia aparece incluso en obras para CD-ROM y DVD. ploración o el momento de abandonar la pieza, sin olvidar el nivel de produc-
Tal es el caso de Cross Currents (1999), de Dennis del Favero, un CD-ROM in- ción de sentido del que siempre participa.11
teractivo perteneciente a la serie Digital Arts Editions publicada por el ZKM y No obstante, muchas producciones interactivas incorporan en su estructura ele-
la Neue Galerie de Graz. El trabajo se centra en la relación de una muchacha mentos que favorecen la indeterminación. El más básico es proporcionar opciones
croata que se prostituye en Berlín con el guardaespaldas serbio que la protege, a la navegación. Cuando el interactor puede seleccionar entre diferentes caminos
y forma parte de una serie basada en la guerra en la ex-Yugoslavia. La historia se deja librado a sus preferencias el recorrido que dará forma a su versión persona-
se inicia en un cuarto de hotel. Al ingresar al CD-ROM, nos encontramos con la lizada de la obra. En el CD-ROM de Dennis de Favero comentado anteriormente,
habitación vacía. La navegación nos permite explorar el interior, ocupado por el usuario puede elegir diferentes puntos de interacción para construir la historia;
unos pocos objetos; algunos de éstos son enlaces a fragmentos de video que van cada elección le proporciona una perspectiva singular del relato. Pero también exis-
desarrollando la vida de los personajes. El usuario puede decidir la duración te otro nivel de indeterminación: que cada vez que se ingresa por un mismo punto,
de los videos con su mouse. Tras su visionado se retorna a la habitación, una y los fragmentos audiovisuales son diferentes. Esto se logra a través de una función
otra vez. Los enlaces son limitados: la puerta, la ventana, la cama, el televisor. que técnicamente se denomina random (azar) y que se encuentra en la base de
Cada uno está ligado a un conjunto de materiales audiovisuales que se emiten innumerables obras artísticas interactivas. La función random deja libradas al progra-
sin un orden establecido; debido a esto, cada vez que se ingresa a uno de los ma algunas decisiones formales. Éste, mediante algún algoritmo adecuado, es capaz
enlaces surgen imágenes y sonidos diversos, sin un orden particular. El conjun- de ofrecer opciones no reiteradas para que cada vez que un interactor decida acti-
to plantea las alternativas de la relación entre los personajes, su situación social varlas el resultado de su acción sea imprevisto. En ocasiones se la utiliza para hacer
y su contexto político. estallar el sentido, para evitar las navegaciones lineales y las interpretaciones defini-
tivas. Una página muy famosa en los noventa, SuperBad, se basaba en este principio:
180 cada vez que se ingresaba a ella todo el conjunto de imágenes que la componían se Notas 8
Para ampliar las características de los 181
modificaba al azar. Es curioso que hoy la misma función sirva a objetivos narrati- 1
La fluidez con que se produce la nave- soportes digitales y su navegación, véase
vos, aunque sea en relatos de naturaleza particular. gación por los datos ha llevado a consi- mi ensayo: Alonso, Rodrigo, “La balada
La indeterminación puede conseguirse también por otros métodos. En los úl- derar a la red como un medio líquido; del navegante”, en Link_Age (cat.exp.).
timos años se ha popularizado el recurso a materiales que se obtienen en bus- de ahí las metáforas del buceo y el sur- Oviedo: Cajastur, 2001.
cadores como Google o Yahoo! Típicamente, el usuario introduce una palabra feo como formas de desplazarse a través 9
Ver, por ejemplo, la introducción a
que el dispositivo traslada al buscador, y a partir de las imágenes que éste pro- de ellos. Samorost (2003), obra mencionada más
vee, surge la composición visual final de la obra. Claro que es difícil que esto
2
Gibson, William. Neuroamante. Barcelo- adelante.
produzca la base para una narrativa, aunque no es imposible. Al haber sido na: Minotauro, 1997. 10
Existe una segunda versión de esta his-
generadas por el mismo criterio de búsqueda, las imágenes suelen compartir
3
Manovich, Lev. El lenguaje de los nuevos toria, disponible online en:
cierta afinidad que puede aportar a una significación coherente. medios de comunicación. La imagen en la www.samorost2.net
Eugenio Tiselli utiliza este método para construir un espacio tridimensional era digital. Buenos Aires: Paidós, 2006, 11
Este sería el nivel que desarrolla Um-
navegable en Buildspace (2004). Al ingresar al sitio, el usuario debe introducir p. 319. berto Eco en su libro Obra abierta (Bue-
una palabra; ésta dispara una serie de imágenes – provistas por un buscador –
4
Huhtamo, Erkki. “Digitalian Treasu- nos Aires: Lumen, 1992).
que se transforman en monolitos dentro de un espacio tridimensional virtual. res, or Glimpses of Art on the CD-ROM
El interactor puede navegar por este espacio; al acercarse a los monolitos, se Frontier”, en Hershman Leeson, Lynn
activa el enlace que permite saltar al sitio del cual ha sido extraída la imagen (ed). Clicking In. Hot Links to a Digital
correspondiente. Culture. Seattle: Bay Press, 1996, pp. 307-
Con un dispositivo más sofisticado, Christa Sommerer y Laurent Mignonneau 308.
proponen una navegación interactiva por imágenes que el usuario va transfor-
5
La naturaleza dialógica en la construc-
ción de sentido en las obras interacti-
mando en tiempo real en Haze Express (1999). El dispositivo simula los asientos
vas fue estudiada por Eduardo Kac a
de un tren, con un monitor plano haciendo las veces de ventana; dentro de
partir de los trabajos de Martin Buber
éste circulan imágenes a gran velocidad. Los interactores pueden detenerlas
y Mikhail Bakhtin, en el ensayo “Nego-
o cambiar su dirección tocando la superficie de la pantalla. Las imágenes se
tiating Meaning: The Dialogic Imagina-
generan y evolucionan en función de la interacción de los usuarios, la posición
tion in Electronic Art” (1999), disponi-
de sus manos, la velocidad y frecuencia de sus intervenciones. La experiencia
ble en: www.ekac.org
recuerda un viaje en tren y su paisaje en cambio constante. Pero la posibilidad 6
Giannetti, Claudia, “Arte e hipermedia:
de modificarlo le da un nuevo sentido, propone una reflexión sobre nuestra
Proyecto y proceso reactivo”, en Zehar,
relación con ese mundo exterior.
N° 31, verano 1996.
De esta forma, los conceptos de determinación, redundancia e indetermina- 7
En su artículo “From Participation to
ción conforman un grupo de parámetros operacionales para analizar obras Interaction. Towards the Origins of In-
artísticas interactivas, en el marco de propuestas narrativas que ubican a la na- teractive Art” (publicado en el catálogo
vegación como eje de su devenir temporal. del European Media Art Festival, Osna-
brück, 1995), Söke Dinkla establece
las relaciones del arte interactivo con
las prácticas de acción de la década de
1960, especificando que, a diferencia de
los happenings de aquel tiempo, en las
obras interactivas “los visitantes no son
integrados sólo espacialmente, sino que
se transforman en actores de una rela-
ción dialógica. Este diálogo constituye el
material artístico”
C.3 / 01
182 En su proyecto curatorial para la Documenta 11,1 Okwui Enwezor, centró su
atención en la múltiple producción audiovisual que a lo largo del mundo re-
183

MITOLOGÍA Y CRÍTICA. EL ARTE gistra los procesos poscoloniales y de resistencia a la insistente invasión del

CAPÍTULO 3 / 01
capitalismo transnacional. Cientos de horas de registros, reportes mediales, do-

TECNOLÓGICO Y SU EXHIBICIÓN cumentales y videos de autor, transportaban a la pequeña ciudad alemana de


Kassel un panorama de sociedades en conflicto, luchas interminables, traumas
comunitarios, situaciones de injusticia y desamparo, deudas históricas, y pue-
blos en la difícil tarea de constituirse o reconstruirse tras el impacto de alguna
tragedia fortuita o no.

ELOGIO DE LA LOW- TECH


Todos estos acontecimientos sucedían, por supuesto, fuera de Kassel, y en ge-
neral fuera de Alemania. Provenían de aquellas zonas del planeta que todavía
identificamos como Tercer Mundo, más allá de toda poshistoria, poscolonialis-
mo y posmodernidad. Y llegaban a los impecables salones de la Documenta a tra-
vés de cientos de proyectores de video, monitores, computadoras, equipos de
audio, conexiones informáticas, sistemas de automatización y sincronización,
y una parafernalia tecnológica que hubiera dejado atónitos a los protagonistas
de los videos, de haber podido asistir al evento; una carga mediática que no

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


podía pasar desapercibida a los ojos de una persona medianamente despierta.
Claro que, a veces, los europeos y los norteamericanos son un poco distraídos.
Pero llama la atención que Okwui Enwezor, nigeriano –aunque residente des-
de hace muchos años en los Estados Unidos–, no se percatara de la impresio-
nante presencia tecnológica que atravesaba estructural y visualmente toda la
exposición. Cuando la crítica señaló que la exhibición parecía un noticiero
de CNN desplegado en el espacio o el cuarto de control de Gran Hermano, el
curador se sintió ofendido, aduciendo que los críticos no habían comprendido
la radicalidad de su propuesta, y que las imágenes desplegadas en la Documenta
11, por su incorrección política, no podrían haberse mostrado jamás en el mar-
co de un servicio informativo como el de la CNN.2
Podríamos, tal vez, estar de acuerdo en este último punto. Pero evidentemente,
lo que Onwezor no comprendió, es el viejo conflicto entre forma y contenido;
tampoco, una de las propiedades más obvias del universo tecnológico que Mar-
shall McLuham expresó en una frase famosa – y vieja también – cuando sostuvo
Documenta 11 que “el medio es el mensaje”. ¿Cuál era el “mensaje” de la Documenta 11? ¿El
Documenta Halle, Kassel, 2002
mundo en conflicto, resistente, poscolonial, en el que se discuten y negocian
los funcionamientos, las prácticas y los valores políticos, económicos, sociales

RODRIGO ALONSO
y culturales del capitalismo globalizado, o el mundo absolutamente colonizado
por la mirada tecnológica, por sus imposiciones, valores y poderes, por sus exi-
gencias, reducciones, inmaterialidades y formas de exclusión?

El mito del arte y la máquina


Es posible una transposición tecnológica de realidades tan diferentes como
las que entran en pugna en la Documenta 11? O, más precisamente, ¿es posible
algún tipo de transposición? Aquí es inevitable traer a la memoria ese cuento
184 tan singular de Jorge Luis Borges, Pierre Ménard, autor del Quijote, en el que del mundo. Su singularidad no puede desviar al artista comprometido del en- 185
una persona reescribe El Quijote de la Mancha, letra por letra, obteniendo una torno sociopolítico al que debería dedicar sus esfuerzos creativos y críticos. Así
novela completamente diferente a la original, por momentos casi opuesta. Las lo declara en su ensayo “Estética y maquinismo”, cuando dice,
mismas palabras, en un nuevo contexto, han cambiado su sentido de manera
tan radical, que el texto primero – no parece buena idea hablar de un “origi- El artista revolucionario tiene otro concepto y otro sentimiento de la máquina.
nal” – ha quedado mudo y distante. Para él, un motor o un avión no son más que objetos, como una mesa o un cepillo
¿Para qué sirven las transposiciones, entonces, que parecen imposibles pero de dientes, con una sola diferencia: aquéllos son más bellos, más útiles, en suma,
que las hay, las hay? Sirven, por ejemplo, para ser observadas, analizadas y criti- de mayor eficacia creadora. Nada más. De aquí que, siguiendo esta valoración
cadas. La comparación del contexto en el que se ha generado un discurso con jerárquica de los objetos en la realidad social, el artista revolucionario haga otro
aquel al que se lo ha transpuesto, no puede menos que incitar una confronta- tanto al situarlos en la obra de arte. La máquina no es un mito estético, como
ción, asociación o distancia crítica. Esta ha sido una de sus máximas aportacio- no lo es moral y ni siquiera económico. Así como ningún obrero con conciencia
nes al pensamiento a lo largo de la historia. clasista ve en la máquina una deidad, ni se arrodilla ante ella como un esclavo
La recepción del futurismo en América Latina pone de manifiesto un momen- rencoroso, así también el artista revolucionario no simboliza en ella la Belleza por
to de confrontación interesante. La máxima marinettiana de quemar los mu- excelencia, el nuevo prototipo estético del universo, ni el numen inédito y revelado
seos no es trasladable con facilidad a los países de la región, que mayormente de la inspiración artística. El sociólogo marxista tampoco ha hecho del tractor un
carecen de estas instituciones. Pero el aspecto más cuestionado por los teóricos valor totémico en la familia proletaria y en la sociedad socialista.4
locales es el embelesamiento de los futuristas con las máquinas, que de motor
de la transformación social pasan a convertirse en un motivo estético o en una Su compatriota, José Carlos Mariátegui, insiste en los aspectos políticos del
nueva mitología. Así lo estima Vicente Huidobro, cuando en su ensayo “Futu- movimiento para poner de manifiesto la escasa comprensión que poseen los
rismo y maquinismo” señala, futuristas sobre las innovaciones tecnológicas, al creer que la aparición de las
máquinas puede ir acompañada de una doctrina política nueva sin ninguna
Creo que ciertos poetas actuales están creando una mitología, la mitología de la base materialista o social. En su ensayo “Aspectos nuevos y viejos del futuris-
máquina. Ella es tan antipática como la otra. Estoy seguro de que los poetas del mo”, lo expresa de esta manera:
porvenir tendrán horror de los poemas con muchas locomotoras y submarinos, tal
como nosotros tenemos horror de los poemas llenos de nombres propios de las demás La escuela futurista, al igual que esas escuelas [cubismo, expresionismo,
mitologías.3 dadaísmo], trata de universalizarse. Porque las escuelas artísticas son impe-
rialistas, conquistadoras y expansivas... El programa político constituyó una
En este pensamiento, Huidobro realiza un desplazamiento interesante: así de las desviaciones del movimiento, uno de los errores mortales de Marinetti. El
como las mitologías antiguas son el pasado de nuestro presente, éste será el futurismo debió mantenerse dentro del ámbito artístico. No porque el arte y la
pasado de nuestro futuro, y en él las máquinas serán tan banales y anticuadas política sean cosas incompatibles. No. El grande artista no fue nunca apolítico...
como Afrodita o Zeus. El artista que no siente las agitaciones, las inquietudes, las ansias de su pueblo
Pero hay mucho más en este texto aparentemente simple. Porque el poeta chi- y de su época, es un artista de sensibilidad mediocre, de comprensión anémica.
leno está señalando, además, que el futurismo no hace referencia a ninguna No hay, pues, nada que reprochar a Marinetti por haber pensado que el artista
realidad futura – como su nombre podría sugerir – sino que está embarcado debía tener un ideal político. Pero sí hay que reírse de él por haber supuesto que
en una mitologización del presente. Esta acción tiene por lo menos dos conse- un comité de artistas podía improvisar de sobremesa una doctrina política. La
cuencias: por un lado, inmoviliza el presente, entrando en contradicción con ideología política de un artista no puede salir de las asambleas de estetas. Tiene
el dinamismo y el mundo en transformación que supuestamente celebran los que ser una ideología plena de vida, de emoción, de humanidad y de verdad. No
futuristas; por otro, naturaliza un proceso histórico – según la conocida defi- una concepción artificial, literaria y falsa.5
nición marxista – ocultando las fuerzas y los conflictos sociales, económicos y
políticos que animan la metamorfosis tecnológica del mundo. Podría parecer contradictorio que teóricos provenientes de los países latinoa-
Desde su propia perspectiva materialista, César Vallejo cuestiona el mito de la mericanos, donde la tecnología es tan necesaria, adopten esas posturas críti-
máquina, en la medida en que distrae al artista de su verdadero objetivo, que es cas. Sin embargo, éstas distan mucho de ser reaccionarias. Huidobro, Vallejo o
la revolución. Ella es un instrumento, una herramienta, particular por su eficaz Mariátegui no se oponen a los cambios que el desarrollo tecnológico promete,
capacidad transformadora, pero con la misma realidad del resto de los objetos sino a su aceptación ensalzadora y acrítica. En sus textos se percibe el compro-
186 miso con su contemporaneidad, un compromiso situado que no les permite 187
soslayar el marco y el debate político que tal proceso exige.

Un lugar para la discusión tecnológica


Ese debate no ha perdido su actualidad todavía hoy, aunque definitivamente
los tiempos han cambiado, en particular, en lo que se refiere a la base social
de la aventura tecnológica. Porque si ésta podía, todavía a comienzos del siglo
XX, embanderarse de sentimientos democráticos y objetivos de progreso co-
munitario, hoy apenas puede ocultar su alianza con la maquinaria capitalista
transnacional y el pensamiento tecnocrático.
En su ensayo “La idea de «tecnología» y el pesimismo postmoderno”, Leo Marx
sintetiza este proceso de la siguiente forma:

Para los revolucionarios republicanos del Iluminismo, especialmente los philos-


phes radicales, la ciencia y las artes prácticas eran instrumentos de liberación
política, herramientas esenciales para arribar al objetivo ideal del progreso: una
sociedad republicana más justa, pacífica, menos jerárquica, basada en el consen-
timiento de los gobernados... Pero el advenimiento del concepto de tecnología y de
la compleja organización de los sistemas tecnológicos coincidió con – y sin dudas
contribuyó a – una revisión sutil de la ideología del progreso... la simple fórmula
republicana para generar progreso mediante el mejoramiento de los medios técnicos Luigi Russolo.
Dinamismo de un automóvil, 1912-1913
según fines sociales, fue reemplazada por – o, más bien, transformada impercepti-
blemente en – un compromiso tecnocrático diferente por mejorar a la “tecnología”
como base y medida del [...] progreso de la sociedad.6 contemporánea – a partir de la obra de Marc Augé,7 sus seguidores y detractores
– un no-lugar designa una realidad positiva, un ámbito específico desde el cual es
El desplazamiento desde el progreso social al tecnológico no es un reemplazo, posible actuar, aunque de formas alternativas a como se lo hace en otros espacios.
sino más bien un movimiento de ocultamiento. El éxtasis tecnológico actual no Abordando el concepto de no-lugar desde una perspectiva política – no antropo-
carece de una base social, ni de un modelo político más o menos evidente. La lógica, como lo hace Marc Augé – es posible pensar en unas prácticas propias de
modernización inconclusa, la dificultad para acceder a los recursos tecnológi- estos no-lugares, unas prácticas de por sí críticas en la medida en que se desplie-
cos, las nuevas exclusiones sociales, el analfabetismo informático, la inconteni- gan por los márgenes de las formas de hacer y pensar instituidas.8
ble circulación del capital transnacional forman parte de ellos. Inspirado en las teorías situacionistas del desvío, Michel de Certeau demues-
La discordancia entre la homogeneidad expansiva de las nuevas tecnologías y el tra cómo los usos no previstos de determinados materiales, procedimientos u
sustrato humano desigual, heterogéneo y conflictivo sobre el que ellas se desplie- objetos, poseen la capacidad de transformar la realidad, conduciendo hacia la
gan, es particularmente relevante en territorios como el Latinoamericano. Su po- modificación material y política de los productos sociales y culturales, y abrien-
sición subsidiaria respecto de los centros donde se producen y desarrollan los do el camino a posicionamientos que van desde la innovación creadora o fun-
aparatos, sus funciones y sus usos, sumada a sus problemas económicos, sociales y cional, a la resistencia y la intervención crítica.9
políticos internos, anulan toda posibilidad de pensar en la tecnología como una Para el filósofo francés, el desvío puede ser una práctica transformadora que
realidad unificada y neutra. Cualquier discurso que la involucre en la región, esta- convierta al consumidor en un productor activo. Variando el empleo de las
rá teñido necesariamente de relatividades, tensiones y debates. cosas desde sus usos admitidos hacia otros no previstos, el usuario posee la ca-
América Latina ocupa un no-lugar en el desenvolvimiento tecnológico, un espa- pacidad para reconducir el universo material con el que interactúa hacia cam-
cio de aparente reproducción derivativa de procedimientos, usos y formas deter- pos diseñados por él mismo, según sus deseos o necesidades. Aunque esto no
minados unívocamente en los ámbitos donde técnicas y herramientas ven la luz. siempre suceda, su horizonte de posibilidad es lo suficientemente rico como
Pero ese no-lugar no es una ausencia de lugar. Como lo ha demostrado la teoría para considerar sus potencialidades vitales, sociales y políticas.
188 Vilém Flusser sostiene – refiriéndose a la fotografía, pero derivándolo a toda como los agentes de una renovación hacia la cual parecieran consagrarse el 189
producción técnica – que los aparatos poseen un programa inflexible que se mundo y su devenir.
impone al operador y determina, desde el inicio, sus posibilidades creadoras Ese culto de la novedad – uno de los resabios modernos que todavía perduran
o productivas.10 En cambio, desde la perspectiva de De Certeau, ese programa con fuerza – promueve una concepción de la experiencia vital progresiva y
puede desviarse, resistirse, dislocarse, alterando su uso, valiéndose del aparato lineal, desarraigada y efímera, en la cual cada acontecimiento es reemplazado
para operaciones no previstas, explotando las incertidumbres de su sistema, va- por el siguiente en una sucesión sin fin. Esta sustitución incesante no es otra
riando el contexto en el que sus resultados adquieren sentido, subvirtiendo las que la del recambio tecnológico, que se infiltra en todos los ámbitos de la vida
imposiciones originarias que parecieran restringir su funcionalidad mundana. acostumbrándonos a privilegiar lo nuevo a costa de lo usado, lo previsible o lo
Estas operaciones encuentran un terreno de actuación particular en el arte conocido, sin importar su valor, no sólo económico sino también histórico y
tecnológico.11 Aquí, la desviación de los usos de aparatos, programas y herra- sentimental.
mientas es corriente, aunque sus objetivos no siempre sean subversivos o crí- En alguna oportunidad me referí a la tendencia de algunos artistas latinoa-
ticos. Existe, por el contrario, una gran fascinación con las “posibilidades” de mericanos a utilizar las tecnologías perimidas, inútiles u obsoletas como acto
la tecnología que pocas veces se pone en cuestionamiento, y que no hace más de carácter político.12 Esta propiedad de la low-tech se despliega en diferentes
que prolongar sus capacidades impuestas desde el origen, sin siquiera plantear niveles. Por un lado, funciona por contraste en relación con el universo hiper-
miradas u opciones alternativas. tecnologizado que nos rodea, al que cuestiona con su presencia discordante;
por otro, constituye una resistencia a admitir acríticamente la gimnasia del des-
apego material y emocional al que nos fuerza la vorágine mercantil del reem-
Los mitos del arte tecnológico plazo tecnológico continuo. Esta oposición al mandato del derroche tiene unas
La trasposición de la tecnología hacia el universo estético – un ámbito frecuen- implicancias concretas frente a unas condiciones de vida que se vuelven día a
temente no previsto entre sus aplicaciones – posee, por lo tanto, una enorme día más precarias, como sucede con gran parte de la población del planeta. No
potencialidad crítica. Pero esta potencialidad debe ejercerse, no es una conse- parece casual, por lo tanto, que los dispositivos low-tech se encuentren con tanta
cuencia directa del proceso de traslación. De hecho, gran parte del supuesto frecuencia en las producciones de los artistas de América Latina.
arte tecnológico, especialmente el que se despliega en presentaciones especta- Las grandes exposiciones tecnológicas exigen cantidades igualmente consi-
culares, no sólo no aporta a las finalidades reflexivas y liberadoras del arte, sino derables de recursos humanos, materiales y técnicos. Los amplios despliegues
que refuerza sistemas de pensamientos, valores y poder, muchas veces reaccio- económicos que suelen estar asociados a ellas no pasan desapercibidos a los
narios y caducos, por no decir anacrónicos y peligrosos. ojos de espectadores que muchas veces carecen de las necesidades más básicas,
La base sociopolítica de las tecnologías contemporáneas se despliega incluso ni de aquellos que son conscientes de las desigualdades inducidas por la defi-
en sus manifestaciones estéticas, induce valores y sentidos que laten al interior ciente distribución de la riqueza asociada a la expansión electrónica y digital.
de las producciones y prácticas artísticas tecnológicas. El artista debe aprender El contraste entre esos eventos y estos sectores sociales, que se profundiza por
a lidiar con ella si no quiere transformarse en el cómplice involuntario – como el creciente interés de los artistas – y la voluntad de las nuevas tecnologías – por
el curador de la Documenta 11 – del sistema en el que inevitablemente está incidir sobre el espacio público, no puede subestimarse, en tanto descansa en
inmerso, a pesar de sus esfuerzos por separarse de él. La carga tecnológica de una una fuerte contradicción: por un lado, busca atraer e implicar a la gente en el
pieza de arte electrónico conlleva unas valoraciones sobre el mundo actual, su terreno estético, pero por otro, enfatiza su exclusión en el terreno económico.
cartografía geopolítica y sus dimensiones de poder, que no pueden pasarse por Aún sin proponérselo, en esta distribución de lugares, el artista tecnológico
alto. Éstas aparecen con más evidencia cuando la tecnología se enarbola como está siempre del lado del poder, de esa potencia que disloca, separa y excluye.
protagonista. Por tanto, su trabajo no puede eludir un análisis de la situación, un posiciona-
Las exposiciones que incorporan obras artísticas tecnológicas generan, todavía miento crítico e incluso ético, y un esfuerzo por evitar la instrumentalización
hoy, un aire de novedad. Aun cuando los televisores, las computadoras y los de su producción. Un artista que sólo promueve las nuevas tecnologías no es
proyectores de video son dispositivos relativamente estándares, su inclusión en más que el aliado de un sistema basado en la segregación humana y la masacre
museos y galerías continúa convocando la atención. Su aparición en otros ám- económica, un sistema que busca en el arte una vía eficaz para su perpetua
bitos, como el espacio público, puede acentuar su carácter único o innovador, expansión y que la consigue en cada pieza carente de reflexión y compromiso.
especialmente si ese contexto es ajeno o no evidencia sus conexiones con el La fascinación con la tecnología ha sido siempre una trampa mortal para los
mundo tecnológico. Aparatos y dispositivos más sofisticados amplían aún más artistas; la historia del arte pone de manifiesto cómo las realizaciones basadas
el hiato entre la pieza artística y su entorno semántico y social, proponiéndose exclusivamente en sus propiedades y efectos envejecen con la misma rapidez
190 que ella. La exigencia de reaccionar con premura a una novedad, la exaltación 191
del “pionerismo” y la sobrevaloración de la innovación, hacen que muchos
autores se entreguen a una creación que devendrá en banalidad tan pronto
como su base tecnológica se generalice. Cuando eso sucede, ya no hay arte, si
acaso alguna vez lo hubo. La tecnología no sólo pone a prueba los límites del
aquél; antes pone a prueba la idoneidad de los artistas para comprender su
naturaleza y sentido.
Las nuevas tecnologías arrastran consigo la imagen de la contemporaneidad,
cuando no la del adelanto futurista. Hoy ninguna exposición de arte interna-
cional, ninguna bienal, puede estimarse contemporánea si no incluye por lo
menos alguna pieza tecnológica. Fundados en el impacto promocional y en la
inmediatez, estos eventos recurren con frecuencia a las realizaciones electró-
nicas y digitales, no por un verdadero interés, sino porque prometen seducir
a un público curioso, posicionarlos como referentes en el terreno de la pro-
ducción artística más actual y atraer el esponsoreo privado, principalmente el
de las grandes compañías tecnológicas. El ansia de contemporaneidad se ha
transformado casi en un deber entre las instituciones que aspiran a mantener
un flujo de público continuado y un buen presupuesto, como entre los artistas
y curadores que deben desarrollarse en tal contexto.
El uso de la tecnología más reciente otorga un aire hi-tech a cualquier exhibi- Futurelab.
Ars Electronica, Linz, 2012
ción, una connotación de actualidad que se convierte rápidamente en un aviso
premonitorio o en una demostración de futurología. La exposición aparece así
como una profecía de lo que vendrá, desprendiéndose peligrosamente de la his- con una perspectiva histórica y una distancia crítica ausentes en los creadores
toria y del contexto artístico, y adscribiendo a una visión completamente super- italianos, no parece que hayamos sido capaces de capitalizar toda esa experien-
ficial de la vanguardia. Superficial porque, en general, en lugar de cuestionar cia en la construcción de una mirada crítica sobre nuestro pasado y presente,
a las instituciones artísticas – como lo hicieron las vanguardias históricas – estas ni sobre las proyecciones de nuestro destino tecnológico.
muestras sirven para reforzarlas, siendo las plataformas ideales para las demos- Las palabras de Huidobro, Vallejo y Mariátegui se podrían repetir hoy casi sin
traciones de todo tipo de poder, desde el institucional al político o económico. variación, reemplazando el mito de la máquina por el de la tecnología, y nadie no-
Cuando no hay crítica o por lo menos rebeldía, cuando no hay conmoción de taría su procedencia. Más allá de su pensamiento brillante que merece perdurar
valores o por lo menos desocultamiento, cuando no hay compromiso o por lo en la historia, ¿Cómo es posible que no dispongamos hoy de una mirada reflexiva
menos reflexión, no existe ningún otro sentido para esas manifestaciones de es- similar en el terreno de las artes electrónicas? ¿Por qué dejamos huérfano ese
pectáculo tecnológico que no sea el de elevar a la propia tecnología a las alturas legado provocador que constituye una de las aportaciones más agudas de la teoría
del Olimpo. ¿Somos capaces hoy, realmente, de comprender la base material de latinoamericana a la comprensión de los procesos históricos globales?
nuestro mundo tecnológico, o su desmaterialización social y económica ha sido No puede decirse que no existan perspectivas críticas sobre la tecnología y el
tan completa que lo asimilamos como una ficción y nosotros mismos nos pensa- mundo actual; éstas sí existen y en gran cantidad y calidad, principalmente en
mos como los personajes de una fábula? Aunque las respuestas no sean previsi- los terrenos de la teoría social y política. Pero el circuito del arte, en su alianza
bles, el artista que trabaja con tecnología no puede desconocer esta pregunta. cada vez más íntima con los productos tecnológicos, con el poder institucional
y el mercado, parece haber perdido la capacidad para formular un posiciona-
miento crítico propio que no sea subsumido por la exaltación de su impacto
He visto el futuro y no se parece al pasado, ¿o sí? espectacular y su capacidad para el asombro, pero no para la reflexión. Esto se
Si comparamos la euforia futurista por las máquinas y su adhesión casi automá- nota con más fuerza aún, en los grandes proyectos de arte tecnológico que no
tica a sus promesas y bondades – sin hacer hincapié en su espíritu belicista, ma- logran enraizar en su entorno geopolítico y cultural.
chista y autoritario – con la aproximación de algunos artistas a las tecnologías Hubo un tiempo en el que el arte fue un espacio para el cuestionamiento de
actuales, poco parece haber cambiado en el siglo transcurrido. Aun contando las evidencias, para el diseño de realidades alternativas, para la experimenta-
192 ción de otras formas de percibir y comprender el mundo material, psíquico y Notas 7
Augé, Marc. Los no-lugares. Espacios del 193
sensorial, para liberar el pensamiento de sus constricciones ideológicas, para 1
La exposición Documenta 11 tuvo lugar anonimato. Una antropología de la sobremo-
fomentar las capacidades constructivas y transformadoras, para propulsar la en la ciudad alemana de Kassel entre el dernidad. Barcelona: Gedisa, 1993.
reflexión, el debate, la rebeldía, el desacuerdo y la revolución. 8 de junio y el 15 de septiembre de 2002. 8
Este punto se desarrolla con mayor
Los tiempos cambian, es cierto. Y no pude decirse que no existan unas produc-
2
En una entrevista periodística, En- amplitud en mi ensayo: Alonso, Ro-
ciones y unas prácticas artístico-tecnológicas que transiten esos caminos o, más wezor se queja “¿Por qué tanta gente la drigo. “Resistencias, usos y desvíos.
aún, que los hayan actualizado con una comprensión profunda de la realidad vio [a Documenta 11] superficialmente Escuelas de la subversión”, en Resisten-
contemporánea. Desde ya que eso existe, para fortuna del mundo en el que como algo parecido a la CNN? En efec- cias Críticas. Santiago de Chile: Bienal
vivimos y de quienes todavía confiamos en el enorme potencial crítico y trans- to, había una relación con la CNN, pero de Arte y Nuevos Medios, 2010 (re-
formador del arte. por contraste: era anti-CNN, porque no producido en este libro).
Pero es necesario que esas producciones y esas prácticas no pasen desapercibi- se trataba de una dieta predigerida de 9
De Certeau, Michel. La invención de
das, que no sean anuladas por los discursos formalistas y tecnocráticos que sólo noticias e información sino de involu- lo cotidiano. México: Universidad Ibe-
ven en ellas el motivo para ensalzar las bondades del progreso tecnológico, que crar al público en un esfuerzo hacia una roamericana, 1986.
no sean instrumentalizadas por el poder político y el capital, que no sean des- nueva ética de la mirada y de la repre- 10
Flusser, Vilém. Hacia una filosofía de
viadas de sus objetivos críticos y presentadas como manifestaciones “traviesas” sentación”. (González, Valeria. “Entre- la fotografía. México: Trillas; Sigma,
de unos creadores que pretenden cuestionar aspectos del universo tecnológico vista a Okwui Enwezor”, en Página/12, 2000.
pero al mismo tiempo se someten a él. Buenos Aires, 3 de diciembre de 2002). 11
Para una aproximación a ciertas
Para que ello suceda, hace falta un ámbito crítico que acompañe a los artistas y
3
Huidobro, Vicente. “Futurismo y ma- prácticas del desvío en la fotografía
a sus obras, que otorgue resonancia a sus propuestas, que problematice y anali- quinismo”, en Schwartz, Jorge (ed.). de América Latina, se puede con-
ce sus metas, que elabore un marco a su pensamiento, y que se deshaga de una Las vanguardias latinoamericanas. Textos sultar: Alonso, Rodrigo: “El descu-
programáticos y críticos. México: Fondo de brimiento de América no sucederá.
vez por todas del mito de la tecnología, con compromiso y responsabilidad.
Cultura Económica, 2002. Latinoamérica como parodia”, en
En su ausencia, sólo nos queda lamentarnos por ese pasado crítico, olvidado y 4
Vallejo, César. “Estética y maquinismo”, Alonso, Rodrigo (ed.). No sabe/No
traicionado. Fomentando la construcción de esa arena, quizás logremos que el
en Schwartz, Jorge. Op.cit. contesta. Prácticas fotográficas contempo-
pasado se proyecte en un diferente porvenir. 5
Mariátegui, José Carlos. “Aspectos nue- ráneas desde América Latina. Buenos
vos y viejos del futurismo”, en Schwartz, Aires: Arte x Arte, 2008.
Jorge. Op.cit. 12
Véase: Alonso, Rodrigo. “Elogio de
6
Marx, Leo. “The Idea of «Technology» la Low-Tech”, en Burbano, Andrés &
and Postmodern Pessimism”, en Ezrahi, Barragán, Hernando (eds). Hipercubo/
Yaron; Mendelsohn, Everett; Segal, ok. Arte, ciencia y tecnología en contextos
Howard (eds.). Technology, Pessimism, próximos. Bogotá: Universidad de los
and Postmodernism. Amherts: University Andes; Goethe Institut, 2002. (repro-
of Massachusetts Press, 1995. La traduc- ducido en este libro).
ción es mía.
C.3 / 02
194 Utilizada en contextos diferentes, la palabra “resistencia” adquiere los senti-
dos más dispares y contradictorios. Resistirse puede ser un acto heroico, pero
195

RESISTENCIAS, USOS Y DESVÍOS. también una forma de oponerse a transformaciones y cambios necesarios o

CAPÍTULO 3 / 02
promisorios. En el campo antropológico se valoran los vestigios culturales que

ESCUELAS DE LA SUBVERSIÓN se resisten a desaparecer, pero en el psicoanálisis, resistirse implica no aceptar


los impulsos o motivaciones que nos determinan. Por esto, la palabra resisten-
cia debe acompañarse casi siempre de una aclaración: se habla de resistencia
armada, de resistencia pasiva, de resistencia crítica.
En el terreno tecnológico, resistirse puede ser, igualmente, un signo reaccio-

ELOGIO DE LA LOW- TECH


nario o crítico: reaccionario, cuando se rechazan las innovaciones tecnológi-
cas sin más, es decir, sin molestarse en comprender las potencialidades o los
caminos inaugurados por ellas; crítico, cuando analizando sus posibilidades
y efectos, y en el contexto de un pensamiento situado, se señalan sus limita-
ciones o consecuencias nocivas. Pocos son los artistas que, como Nam June
Paik, han resistido la tecnología penetrando en sus secretos más profundos,
comprendiendo su idiosincrasia y funcionamiento. “Utilizo la tecnología para
odiarla adecuadamente”, sostenía el artista coreano, explicitando brevemente

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


su programa estético.
De hecho, los artistas suelen ser las mejores guías hacia el pensamiento de
una verdadera resistencia crítica. Hay una obra de Gonzalo Díaz en la cual la
palabra resistencia ha sido construida con una resistencia eléctrica (Resistencia,
1999). Aquí, la oposición del metal a la circulación de los electrones produce
energía y calor; un acto de negatividad se vuelve transformador de las condi-
ciones térmicas circundantes, tornando a la palabra en un instrumento de múl-
tiples connotaciones conceptuales, poéticas y políticas. En 1971, Juan Downey
cultiva un jardín en el sótano de una galería de arte de New York que mantiene
vivo abonándolo con nitrato de sodio y potasio chileno (Chilean Nitrate of Soda
Potash, 112 Greene Street Gallery). Esa sal de su país natal se vuelve, así, fuente
de vida más allá de su territorio.
Las cuestiones territoriales son centrales a la hora de pensar la distribución
tecnológica y su actuación geopolítica. A la desigualdad de su expansión mun-
dial, producto de un capitalismo global que basa su política en la generación
Gonzalo Díaz. y profundización de las diferencias, se suman unas experiencias dislocadas y
Resistencia, 1999
contrapuestas que determinan dos ámbitos de relación con el poder: por una
parte, la del capital nómade, que se apoya en la globalización económica para

RODRIGO ALONSO
ampliar constantemente su territorio; por otra, la del exiliado, que al no poseer
un espacio propio vive en la experiencia continua de la privación del lugar.
La tecnología contemporánea repite en su crecimiento la dialéctica de la ex-
pansión y la marginación, la fisura entre unos centros de producción y desarro-
llo tecnológico, y unas áreas periféricas destinadas al consumo y la aplicación.
Desde esta perspectiva, América Latina ocupa un no-lugar en el desenvolvi-
miento tecnológico, un espacio de aparente reproducción derivativa de pro-
cedimientos, usos y formas determinados unívocamente en los ámbitos donde
técnicas y herramientas ven la luz. Pero ese no-lugar no es una ausencia de
196 lugar, sino más bien un sitio desde el 197
que es posible articular pensamientos
con la debida distancia crítica.
La historia del arte ofrece ejemplos
interesantes del potenciamiento de
no-lugares como espacios de crítica y
reflexión. En 1921, los dadaístas reali-
zan caminatas hacia los sitios más ba-
nales de París, como terrenos baldíos
y baños públicos. Su pasión por lo in-
sólito y lo absurdo los lleva a develar lo
marginal y lo oculto de la ciudad luz,
cuestionando su fachada de ciudad
moderna, funcional y ordenada. Años
Nam June Paik.
Flux Tour, 1976 más tarde, los surrealistas emprenden
recorridos aleatorios por la misma
urbe, como lo harán después los artistas Fluxus en New York.1
Las excursiones sin rumbo fijo por las grandes ciudades son teorizadas por los
situacionistas en su Teoría de la deriva y otros textos, en los cuales, el accionar lú-
dico y el desvío de las actividades y funciones cotidianas preestablecidas se pro-
pone como procedimiento para trastocar concepciones, ideas y percepciones
sobre la realidad ordinaria. El desplazamiento de lo habitual hacia lo azaroso e
inesperado produce nuevas configuraciones de sentido para los objetos y las si-
tuaciones conocidas, que permiten vislumbrar formas alternativas de concebir
su naturaleza y funcionamiento.
Inspirado en las teorías situacionistas del desvío, Michel de Certeau traslada
al concepto de uso la capacidad de transformar la realidad. En su libro La in-
vención de lo cotidiano,2 señala cómo la alteración de los usos de objetos, habili-
dades y prácticas puede conducir hacia la modificación material y política de
los productos sociales y culturales, abriendo el camino a posicionamientos que
van desde la innovación creadora o funcional a la resistencia y la intervención
crítica; así, el desvío puede ser una práctica transformadora que convierta al
consumidor en un productor activo. De esta forma, la mentada transformación
del espectador en usuario en el terreno de las artes electrónicas podría conside-
rarse no sólo el camino hacia la acentuación de sus facultades creadoras, sino
también, la vía para una exaltación de sus dotes productoras y críticas. Por otra
parte, en la teoría decerteauiana, el desvío es una táctica, un modo de actuación
del que no domina un lugar y, por lo tanto, sólo puede proceder valiéndose
de los resquicios abiertos en territorios ajenos. Se comporta como una astucia, Cao Guimarães.
como el aprovechamiento de una ocasión o de una oportunidad a través de la Gambiarra # 17, 2000-2006

cual se cuelan unas prácticas y unos sentidos imprevistos, fuera del control de
quienes habían diseñado instrucciones precisas para tales operaciones.
En su serie fotográfica Gambiarra (2000-2006), Cao Guimarães pone de mani-
fiesto el ingenio popular a la hora de desviar el destino de objetos cotidianos y
198 materiales en desuso. En los múltiples dispositivos creados a partir de elementos 199
a mano y productos de descarte con el fin de solucionar necesidades inmediatas,
trastornos ocasionales o exigencias estéticas o decorativas, se percibe el talento
para develar unos usos subsidiarios que sólo surgen de la comprensión de la po-
tencialidad transformadora de la realidad que reside en cada uno de nosotros.
En este punto, me gustaría rescatar el concepto de subversión, básicamente
porque ha sido una especie de fantasma de las dictaduras militares latinoame-
ricanas, tan sensibles a los desvíos en el hacer y el pensar.
La palabra tiene un sentido algo ambiguo en español. Según la vigésima segun-
da edición del diccionario de la Real Academia Española significa “trastornar,
revolver, destruir, especialmente en lo moral”; la definición de subversivo reza,
en el mismo texto, “capaz de subvertir, o que tiende a subvertir, especialmente
el orden público”. Curiosamente, hay una suerte de asimilación de la moral al
orden público, dos ámbitos de construcción social pero de naturaleza diferente
(uno basado en valores consuetudinarios y el otro en una estructura normativa),
en tanto objetivos característicos de lo subversivo. En este sentido, y en la defensa
de la moral y el orden público, las dictaduras militares habrían operado para el
pueblo en su persecución y aniquilación de los focos de subversión.
En cambio, en inglés, la definición del Oxford Dictionary establece que subvertir
significa “socavar el poder y la autoridad de un sistema o institución estable-
cidos”, siendo un subversivo, “el que busca o intenta subvertir un sistema o
institución establecidos”. Aquí, el subversivo no ataca al pueblo sino al poder
establecido. Y está claro que, cuando ese poder no ha sido obtenido por medios Esteban Pastorino.
lícitos, la subversión no afecta en lo absoluto la potestad de un pueblo que no Aeroclub Verónica, 2003
está representado en él.
Volviendo al tema que nos ocupa, el desvío puede entenderse como una sub- la medida en que ciertas apropiaciones o desplazamientos son capaces de des-
versión en este último sentido, es decir, como una operación que socava la plegar variaciones que transforman, trastocan o renuevan el programa tecnoló-
autoridad de unos usos y valores preestablecidos, con todas las implicancias po- gico. Tan importantes como los diseños que se elaboran en los centros, son los
líticas que esto acarrea. Su eficacia crítica depende de la conciencia que puede desvíos que se dirimen en la periferia, en esos no-lugares deslocalizados pero
generar en los usuarios en cuanto a su capacidad para cambiar el curso de una críticamente activos. Ámbitos donde la subversión recupera su productividad
realidad sobredeterminada por usos y valores ajenos. política, a medida que se posiciona como resistencia crítica.
Cuando Esteban Pastorino realiza fotografías aéreas elevando la cámara con
un barrilete, esgrime una astucia que relativiza la sofisticación tecnológica de
la industria del espectáculo, al tiempo que activa la crítica implícita en los re- Notas Barragán, Hernando (eds). Hipercubo/
cursos low-tech.3 En Atari Noise, Arcángel Constantini recupera un dispositivo
1
Para un análisis de estas prácticas ok. Arte, ciencia y tecnología en contextos
consúltese: Careri, Francesco. Walk- próximos. Bogotá: Universidad de los
técnico perimido, contrarrestando la gimnasia del desapego emocional a la
scapes. El andar como práctica estética. Andes; Goethe Institut, 2002 (repro-
que nos tiene acostumbrada la incesante renovación tecnológica. Por su parte,
Barcelona: Gustavo Gili, 2002. ducido en este libro).
Brian McKern cuestiona la invalidez de las tecnologías obsoletas cuando decide 2
De Certeau, Michel. La invención de 4
Para una descripción de esta acción
vender su computadora personal gastada como una antigüedad, y no como un
lo cotidiano. México: Universidad Ibe- y un análisis de sus implicancias críti-
material de descarte (subasta de la máquina podrida).4 Estas operaciones reali-
roamericana, 1986. cas, consúltese Alonso, Rodrigo: “Un
zan un verdadero trabajo de revisión crítica, en tanto se rehúsan a aceptar ino- 3
Para ampliar la noción de crítica im- fragmento de cuerpo tecnológico”,
pinadamente las promesas y los valores de la ideología tecnológica capitalista.
plícita en el recurso a la low-tech, con- en Casares, Nilo (ed.). La máquina po-
Desde esta perspectiva, la dicotomía planteada anteriormente entre los sitios
súltese: Alonso, Rodrigo. “Elogio de drida. Badajoz: MEIAC, 2010.
donde la tecnología se desarrolla y aquellos donde se la aplica se desdibuja, en
la Low-Tech”, en Burbano, Andrés &
C.3 / 03
200 Terreno de operaciones
Las transformaciones técnicas y tecnológicas han sido, a lo largo de los años y en
201

TU COMPUTADORA ES UN CAMPO diferente grado,2 el motor de profundas mutaciones sociales, políticas y cultura-

CAPÍTULO 3 / 03
les. La literatura histórica está plagada de ejemplos significativos. Es bien conoci-

DE BATALLA1 da la forma en que la imprenta, al estabilizar la escritura y ampliar el terreno de


su difusión, incide en el desarrollo de la cultura y el conocimiento, reformando

TENSIONES TECNOLÓGICO- jerarquías, valores y ámbitos disciplinares; o el efecto de la notación musical y su


posterior registro sobre la organización del universo estético sonoro, que no sólo

POLÍTICO-CULTURALES EN LA ERA modificó la composición, interpretación y reproducción musical sino que, ade-

ELOGIO DE LA LOW- TECH


más, trastocó el propio estatuto de la música, al desplazarla desde su función ritual

DE LAS TICs originaria hacia el producto mercantil que es hoy en día.3


Esas transformaciones pocas veces son inmediatas o evidentes. Cuando se trata
de la modificación de conductas o hábitos culturales, sus efectos pueden tardar
mucho tiempo en aparecer, en la medida en que tales procesos suelen implicar
una evolución prolongada. Por otra parte, muchas veces la propia dinámica de
la innovación tecnológica lleva implícita la dificultad inicial de su adaptación
social, debido a la novedad del campo de aplicaciones que introduce. Este he-

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


cho ha producido diferentes tipos de desviaciones, dislocaciones y retrasos en
la genuina4 utilización de un medio o artefacto novedoso, que sólo la perspec-
tiva histórica permite evaluar.
Así, cuando Edison patentó el fonógrafo en 1877, no pensó en la posibilidad de
emplearlo en la producción, distribución y comercialización musical, a pesar
de ser el medio ideal para tal fin. Creyó que serviría para almacenar discursos
políticos, lecciones ejemplares, voces familiares e incluso música, pero con el
único propósito de conservarlos, no de distribuirlos ni de reproducirlos sin
cesar.5 A pesar de su mentalidad mercantil, no pudo prever unos usos que sólo
aparecerían con el tiempo, en una etapa posterior del capitalismo industrial.
En otros casos, los nuevos dispositivos tecnológicos sólo pudieron ser aprehendidos
inicialmente recurriendo a los parámetros rectores de los medios afines previos. De
tal forma, las primeras fotografías siguieron las normas compositivas de la pintura,
las primeras películas bebieron en la tradición de la literatura y el teatro, los prime-
ros videos encontraron su correlato en la producción televisiva.6 En sus comienzos,
la Internet no fue sino una gran enciclopedia, y el correo electrónico un sucedáneo
de la correspondencia escrita y la comunicación telefónica.
Estos ejemplos ponen de manifiesto que las transformaciones culturales potenciales

RODRIGO ALONSO
de cualquier tecnología sólo surgen tras una ardua negociación con el contexto en
Alfredo Jaar. el que aquélla aparece. Aunque retrospectivamente solemos referirnos al impacto
The Lament of the Images, 2002 cultural de tal o cual innovación tecnológica, lo cierto es que ese impacto sólo es po-
sible si sus implicancias son de alguna manera cooptadas por la sociedad, y a través
de ella, por el sistema político-económico que en ésta prevalece.

Las capacidades genuinas de las nuevas tecnologías


Nada diferente sucedió con las tecnologías de la información y la comunica-
202 ción (TIC) contemporáneas. Desde sus orígenes fueron pensadas como herra- el mundo contemporáneo es que sue- 203
mientas que facilitaran, ampliaran y promovieran la intercomunicación humana, len no estar situadas, y consideran la
allanando tareas realizadas previamente con otros medios. Su potencial actual – y persistencia de las tradiciones gráficas
el que todavía queda por descubrir – sólo aparece cuando este pensamiento cede y orales como meros residuos del pro-
a medida que se consideran las propiedades específicas de sus dispositivos. greso tecnológico. El mapa es, por su-
Según Sybille Krämer, “Las primeras décadas en el uso de la informática estu- puesto, mucho más complejo, no sólo
vieron dominadas por la interpretación del ordenador como herramienta. Pero, por la deficiencia y la desigualdad en
precisamente desde esa perspectiva, los usos del ordenador quedaron circuns- la distribución de las TICs, sino princi-
criptos a las fronteras de un territorio determinado por técnicas precedentes [...] palmente, porque en muchas regiones
Considerar el uso del ordenador personal en el horizonte del aprovechamiento del mundo todavía no se han desarro-
instrumental significa, por tanto, realizar con el ordenador una serie de tareas llado los procesos de alfabetización de
que el ser humano puede efectuar también sin él, pero que pueden realizarse con los que depende la productividad de
mayor facilidad o eficacia gracias a él. No se modifica el esquema bipolar antro- estas tecnologías. En amplios sectores
pomórfico de una equivalencia de funciones entre ser humano y máquina, que de América Latina, por ejemplo, los
genera una escala en la cual lo que se reserva el ser humano y lo que debe realizar programas escolares todavía no inclu-
la máquina es reasignado con cada nueva invención. Surge así la sospecha de que yen la alfabetización informática, bási-
esta perspectiva no permite que se manifiesten las capacidades genuinas del orde- camente porque las escuelas no cuen- Barbara Kruger.
Untitled (Your Body is a Battleground), 1989
nador; genuinas porque no tienen paralelos, esto es, no se ahorra o mejora nada tan con la infraestructura tecnológica
que el ser humano haya hecho ya con anterioridad, sino que el ordenador se usa para impartirla. Pero en las escuelas
para algo que no podría crearse sin él”.7 donde esta infraestructura existe, se enseña a los alumnos a utilizar la compu-
Las dificultades para el desarrollo de esas capacidades “genuinas” de la infor- tadora para redactar informes o a la Internet para la búsqueda de datos enci-
mática no se deben exclusivamente a la incapacidad de los diseñadores, pro- clopédicos. Se persiste en el carácter instrumental de las nuevas tecnologías, en
gramadores o usuarios para descubrir unas propiedades intrínsecas todavía su uso como herramienta, desestimando esas potencialidades “genuinas” en el
oscuras. Se debe también, y en gran medida, a que ese desarrollo implicaría sentido de Krämer.
modificar ciertas funciones, usos y valores fuertemente arraigados en los domi- Por todo esto, no puede pensarse en las TICs aisladas de los contextos sociopo-
nios de la producción cultural. La Internet favorece el intercambio ilimitado líticos en los que se manifiestan. Éstos ponen de relieve una tensión permanen-
de productos digitalizados como ningún otro medio lo hizo con anterioridad. te, una fricción entre el desarrollo tecnológico y los marcos socioculturales del
Las limitaciones a ese intercambio descansan hoy casi con exclusividad en la conocimiento, unas tensiones y fricciones que deberían ser el punto de partida
defensa de figuras y prerrogativas pertenecientes a los sistemas de producción para una teoría legítima del mundo contemporáneo, y no el anexo de formula-
cultural que la informática debería reemplazar si pudiera desarrollar esas capa- ciones especulativas basadas en las dinámicas de los países desarrollados.
cidades “genuinas”.
Por otra parte, están las resistencias de la propia inercia cultural y las que im-
primen las dinámicas sociales que dan marco a los procesos de internalización, Tecnología, representaciones y valores
acumulación y circulación de la información y el conocimiento, factores esen- Las TICs introducen otro factor de relevancia que en alguna manera las destaca
ciales en los ámbitos geográficos donde la distribución tecnológica es escasa en relación con el resto de las tecnologías. A diferencia de gran parte de éstas,
o desigual. La inercia cultural no se refiere exclusivamente a la persistencia el usuario no es por completo externo a ellas, sino que está implicado de varias
de la escritura y la lectura como los modos privilegiados de acceso al universo maneras, ya sea a través de la interacción, los avatares, los registros de usuario,
tecnológico, sino también a las imposiciones de una economía de mercado los mecanismos que permiten incorporar su imagen (como las cámaras web),
que todavía considera a la Internet como una gran tienda de compras virtual las representaciones virtuales de su entorno, la creación de universos digitales
y a la distribución digital de productos culturales como una amenaza para los personalizados. Las operaciones que se ejecutan en este entorno virtual po-
beneficios mercantiles. seen unas implicancias sobre el mundo fuera de la pantalla que muchas veces
Las dinámicas sociales juegan un rol central que pocas veces se tiene en cuenta pueden lesionar valores, imaginarios, sentidos y normas de convivencia y vida.
cuando se habla de las cualidades de las “sociedades del conocimiento” sin Cada vez es más difícil establecer las fronteras entre lo que sucede dentro de
más. El problema de gran parte de las teorías sobre las nuevas tecnologías y una computadora y lo que pasa fuera de ella. Desde la mujer condenada en
204 El problema de este antagonismo es no comprender que no se trata de que las 205
TICs estén trastocando el universo cultural sino que ellas mismas, quizás en
mayor medida que las tecnologías anteriores, son un hecho cultural, y como
tal deben ser investidas socialmente. La historia provee numerosos ejemplos
de tecnologías que al no haber sido incorporadas por la gente simplemente
desaparecieron o quedaron relegadas a un uso restringido y excepcional: la
fotografía estereoscópica, la holografía, la realidad virtual, entre muchas otras.
Las supuestas propiedades de las nuevas tecnologías no son un atributo que se
pone en práctica o se manifiesta sin más. Son el resultado de una negociación
con el entorno sociocultural que admite ciertos usos y descarta otros, en el mar-
co de una experimentación permanente de los valores, trastornos y beneficios
Harun Farocki. derivados de sus potencialidades.
Serious Games, 2009-2010
Si se presta atención a las consecuencias de la introducción de las nuevas tecno-
Japón por contratar a un asesino para matar a su marido en Second Life hasta el logía en el terreno cultural, es fácil ver cómo gran parte de ellas dependen mu-
caníbal que encontró por chat a una persona que se dejó comer, abundan los cho más de unos usos sociales arraigados que de sus características intrínsecas.
casos – más o menos extremos – de interconexiones entre la realidad y su tras- La extensa reproducibilidad de los archivos digitales que está en la base de la
posición informática, que ponen en juego convenciones, intereses y valores. piratería de música, películas e imágenes no habría alcanzado la escala actual si
Cuando éstos se encuentran muy arraigados en la sociedad, se entiende que su no descansara sobre el valor que esos productos han adquirido en el contexto
cuestionamiento sea resistido y, en consecuencia, se genere una resistencia a de la sociedad de los medios masivos de comunicación, previo a la introduc-
los efectos “indeseables” de la tecnología. ción de las tecnologías digitales. La mayoría de los juegos electrónicos se basan
De hecho, el universo digital está creando su propio conjunto de reglas y va- en juegos de mesa, deportes, películas y vehículos fácilmente reconocibles; un
lores, al tiempo que modifica relaciones sociales e interpersonales, modos de entretenimiento como The Sims tiene su referente en las casas de muñecas y el
actuación, formas de percibir y comprender la realidad, hábitos culturales, Tamagotchi fue la trasposición esquemática y digital de una mascota hogareña.
preceptos y jerarquías. En este proceso, muchas valoraciones y prejuicios se Los reclamos por copyright, la autoría colectiva, el crecimiento de las redes
disuelven pero otros también se crean. sociales o el sexo telemático, surgen de los usos sociales de las nuevas tecno-
Donna Haraway advirtió este hecho en su célebre Manifiesto para cyborgs (1985),8 logías antes que de las propiedades de éstas. Incluso si se piensa en el usuario
exigiendo una respuesta política a la reinvención de la naturaleza implícita en las 2.0, alentado a producir contenidos mediante los recursos de edición gráfica
agendas de las nuevas tecnologías. Para la teórica norteamericana, si no se adopta y audiovisual amigables proporcionados por la web 2.0, es evidente que su ne-
un posicionamiento activo frente a las profundas transformaciones culturales em- cesidad de expresión está alimentada mayoritariamente por las limitaciones
prendidas por éstas, con sus intereses mercantiles, sus dudosas escalas de valores para manifestarse en el nivel social, la necesidad de construir un espacio de
y su voluntad de poder, corremos el riesgo de avalar la creación de un universo individualidad en el mundo global alienado o los “quince minutos de fama”
basado en los mismos prejuicios, las mismas desigualdades y las mismas relaciones de los que hablaba Andy Warhol, que en el acceso a las nuevas herramientas.
de poder que el que ya conocemos, o incluso peor.
Las fricciones entre el desarrollo tecnológico y los valores culturales vuelven
a surgir ahí donde este proceso de transformación pareciera producirse inde- La negociación de los derechos y la redefinición
pendientemente de todo pacto social. Como sostiene Leo Marx, el reemplazo del bien público
del sentido social que solía tener la noción de progreso tecnológico en el pen- Esto no significa que las nuevas tecnologías no introduzcan nada nuevo o que
samiento humanista, por la noción tecnocrática y mercantil de una tecnolo- todo lo que éstas pueden producir en el nivel sociocultural debe estar refrendado
gía que sólo progresa en el sentido de su supervivencia material y del interés con anterioridad en éste. Se trata, más bien, de una verdadera negociación, una
capitalista, ha generado una desconfianza y una percepción pesimista sobre tensión a partir de la cual tanto la sociedad como las tecnologías se acomodan,
los beneficios del desarrollo tecnológico.9 La consecuencia más nociva en este retroalimentan y transforman.
proceso es la falta de confianza en la posibilidad de incidir sobre él con el fin de Más allá de la influencia más obvia de las nuevas tecnologías sobre el mundo con-
asegurar unos derechos sociales y culturales básicos que recuperen el sentido temporáneo, un fenómeno como la piratería de los productos culturales pone
humanista del avance técnico. de manifiesto una transformación profunda de ciertos valores centrales de las
206 sociedades modernas. No me refiero a las violaciones del copyright, que en todo 207
caso es una consecuencia menor de este proceso. Se trata más bien de la reacti-
vación de ciertos usos del espacio público y la aparición de una conciencia sobre
el derecho a los bienes culturales que llega al límite de transgredir imposiciones
políticas y económicas nada débiles, poniendo en cuestión la definición misma de
las prácticas delictivas a través de un accionar en el que se tensionan los deseos y
sus límites civiles, los derechos y las obligaciones, lo que se considera bien y lo que
se estima como mal.
Los teóricos más importantes del mundo contemporáneo han notado cómo las
políticas neoliberales han propiciado el abandono del espacio público mediante
la privatización de ámbitos otrora comunes, la implementación de lugares colec-
tivos cerrados y vigilados, los discursos de la inseguridad y el desprecio de una
vida urbana crecientemente poblada por los marginales del sistema económico
(vagabundos, mendigos, cartoneros, homeless, manifestantes, etc.).10 Desde esta
perspectiva, la solución a los problemas del mundo actual se ubica en el refugio
hogareño, los espacios privados y el consumo individual, entendidos como la pa- Escenario de Second Life, 2013
nacea de la seguridad y el control.
En sus orígenes, la Internet fue un espacio interconectado, interactivo y plural, pero
no fue exactamente un ámbito público. Sus producciones propiciaban la navega- no ya como un espacio al que todo el mundo puede acceder sino más bien como
ción por bases de datos, las lecturas hipertextuales, el comercio virtual e incluso el sitio de apropiación cultural, histórica e identitaria.
intercambio de mensajes, pero no existía un sentido del bien público, aunque su Este proceso se produce en el marco de una legalidad controvertida, donde
acceso fuera multitudinario y global. La web 2.0 mejoró las interrelaciones y las for- comienzan a tensionarse, cuestionarse y redefinirse los límites agudamente ela-
mas de creación y participación conjuntas e interactivas, aunque esa participación e borados por la sociedad civil moderna, y donde comienzan a salir a la luz las
interacción muchas veces fue más ficticia que real. divergencias entre los derechos que las personas creen poseer y los que los esta-
El verdadero sentido de bien público en relación con la Internet surge del trabajo dos y las empresas están dispuestos a otorgarles. Incluso si no hay conciencia de
de los hackers, de los desarrolladores colectivos de programas, de los luchadores por ello, la atribución de apropiarse libremente de la producción cultural, ponerla
la libertad y el pleno acceso a la red, de los impulsores del copyleft y todas las múl- a disposición o compartirla (práctica insidiosamente calificada de piratería),
tiples formas de compartir la información y el conocimiento. Pero al lado de este pone en acto un cuestionamiento político hacia ciertas normas civiles, econó-
grupo de entusiastas y activistas, surgió otro dedicado a prácticas muchas veces con- micas y legales, e insta a su reconsideración y redefinición. Esta es una de las
sideradas delictivas, como los diseñadores y colaboradores de sitios para compartir características básicas de la esfera pública según Jurgen Habermas:11 ubicarse
música, películas, textos y programas, las personas que digitalizan y hacen accesible entre lo público y lo privado, cuestionar las decisiones tomadas por los estados
esa producción, los realizadores y traductores de subtítulos, etc. en el nombre del pueblo, defender los intereses comunes por encima de los
Más allá de las discusiones sobre la legalidad de estas prácticas, lo cierto es que en intereses particulares, y vigilar al Estado cuando esto no sucede.
muchas de ellas aparece un claro sentido de la construcción de un bien cultural Uno podría preguntarse por qué está tan extendida la práctica de la piratería a
público mediante las herramientas que ofrecen las nuevas tecnologías. Si bien es pesar de las múltiples advertencias y acciones en contra de ella. Aunque para el
cierto que la gran mayoría de los usuarios que bajan material cultural lo utilizan pensamiento liberal pueda ser tan nociva como el aumento de la criminalidad
luego para su consumo privado, no debe menospreciarse la labor de las personas urbana, evidentemente no estamos ante la misma situación. Ante todo, po-
que trabajan en el convencimiento de colaborar en la distribución y el acceso dríamos pensar que la piratería de la producción cultural involucra una cierta
pleno a la cultura, la educación y la historia. Así, encontramos sitios dedicados al concepción de la cultura. En mi opinión, ella sólo aparece cuando la sociedad
cine raro o experimental, a la efímera producción televisiva, al rescate de docu- es capaz de comprender que existe un derecho a la cultura y entonces rompe
mentos históricos, a la construcción de un acervo de la música latinoamericana con la legalidad de un sistema que le dificulta el acceso a esos bienes, a pesar
o al acceso a libros agotados o de escasa circulación en diferentes idiomas. Sin la de las advertencias sobre el carácter delictivo de su acto. En este movimiento,
labor de toda esta gente, que aporta su tiempo, su trabajo y muchas veces su dine- las nociones de derecho y delito, bien público y propiedad privada, limitación
ro, quizás no existiría propiamente un sentido de la Internet como bien público, y acceso se abren a una reflexión política que parecía adormilada.
208 En el medio se despliegan múltiples incomprensiones y contradicciones. La in- Gates también posee otras dos agencias de fotos y ha asegurado los derechos de 209
dustria discográfica sigue editando música en CDs cuando el ochenta por cien- reproducción digital de muchos de los museos de arte de todo el mundo. En la
to de los reproductores musicales que se fabrican en la actualidad sólo admite actualidad, Gates posee los derechos para exhibir (o sepultar) unas 65 millones
archivos en formato MP3; casi una invitación a la piratería. El endurecimiento de imágenes.
de la defensa del copyright esconde ciertas prácticas sospechosas por parte de
la industria, como el uso de las redes sociales para la filtración de publicidad II. Kabul, Afganistán, 7 de octubre de 2001
gratuita e incluso la apropiación del trabajo libre con fines comerciales: al- Cuando la oscuridad cae sobre Kabul, los bombarderos norteamericanos realizan
gunas empresas editoras de películas realizan los subtítulos de sus productos su primer ataque aéreo contra Afganistán, incluyendo bombas expansivas arro-
tomando como base los que se encuentran disponibles en la Internet, por su- jadas desde aviones B-52 volando a 40.000 pies, y más de 50 misiles crucero. El
puesto, sin pagar por ese trabajo ni reconocer derechos de autoría. presidente Bush describió el ataque como una operación contra «blancos cuidado-
samente seleccionados» para evitar bajas civiles.
Poco antes de impulsar el ataque aéreo, el Ministerio de Defensa de los Estados
Tecnologías, historia, memoria y libertad Unidos adquirió los derechos exclusivos de todas las imágenes satelitales de Afga-
Las discusiones sobre los derechos de autoría y reproducción, los sistemas para nistán y de los países vecinos. Así, la National Imagery y la agencia Maping, una
compartir archivos digitales o la práctica de la piratería, son los rostros visibles unidad ultrasecreta del Departamento de Inteligencia, subscribieron un contrato
de una discusión más profunda sobre el derecho a la cultura y la educación, y exclusivo con la compañía Space Imaging para adquirir todas las imágenes de
sobre el rol de las corporaciones y los gobiernos en esta arena. Aunque se las su satélite Ikonos.
presenta casi exclusivamente como una cuestión técnica relativa a las esferas lega- Aunque sus propios satélites espías eran diez veces más poderosos que cualquier otro
les y económicas – de forma tal que los poderes políticos puedan desentenderse en el comercio, el Pentágono defendió la compra de las imágenes del Ikonos como una
del caso – lo cierto es que exceden ampliamente ese terreno involucrando unos decisión de negocios que «les proveería de una capacidad superior».
derechos que los estados están obligados a reconocer pero no lo hacen, e incluso El acuerdo produjo también un efectivo blanqueo de la operación, evitando que
otros derechos que por tan elementales no suelen estar reglamentados, como el los medios occidentales pudieran ver los efectos del bombardeo, eliminando la po-
derecho a una historia común y a una memoria compartida. sibilidad de una verificación independiente o de refutar las afirmaciones guber-
En su obra El lamento de las imágenes (2002),12 el artista chileno Alfredo Jaar cita namentales.
un par de acontecimientos elocuentes: Las organizaciones de noticias en los Estados Unidos y en Europa fueron obliga-
das a utilizar imágenes de archivo para acompañar sus reportes. El CEO de la
I. Pensilvania, USA, 15 de abril de 2001. compañía Space Imaging aseguró «Hemos vendido toda las imágenes disponi-
Se ha reportado que una de las más grandes colecciones de fotografías históricas del bles». Nada fue dejado a la vista.
mundo será sepultada para siempre en una vieja mina de piedra caliza. La mina, ubi-
cada en un área remota al oeste de Pensilvania, fue un refugio antibombas en la déca- Aquí, los derechos de exhibición o reproducción de las imágenes funcionan
da de 1950 y es hoy la sede de la Iron Mountain National Underground Storage. como mecanismos que permiten obturar la historia o bloquear la memoria.
Los archivos de Bettman y la United Press International, que abarcan una canti- Como tales, su discusión dista mucho de ser un caso económico o legal, o el
dad aproximada de 17 millones de imágenes, fueron adquiridos en 1995 por el dueño problema de un individuo o un gobierno. Así sucede con muchas otras medi-
de Microsoft, Bill Gates. La compañía privada de Gates ha trasladado las imágenes das tendentes a “reacomodar” la producción o el mercado ante la introducción
desde Nueva York a la mina, enterrándolas 220 pies bajo la superficie, en una cámara de la tecnología informática, como es el caso del famoso canon digital.13
de almacenamiento de baja humedad y temperatura bajo cero. Este impuesto incide nuevamente no sólo sobre el bolsillo de los compradores
Se ha pensado que el traslado preservará las imágenes, pero que también las hará de artefactos informáticos sino también, y principalmente, sobre algunos de
totalmente inaccesibles. En su lugar, Gates planea vender las fotografías escaneadas sus derechos, como la educación o la libertad. El aumento en el costo de las
digitalmente. En los últimos 6 años, sólo se han escaneado 225.000 imágenes, que computadoras, los periféricos y los sistemas de almacenamiento que involucra
representan menos de 2% del total. A esta velocidad, la digitalización del archivo este canon, determina que estos elementos, fundamentales para la alfabetización
completo tomaría unos 453 años. tecnológica, estén cada vez más lejos de las posibilidades adquisitivas de las perso-
La colección incluye imágenes de los hermanos Wright en vuelo, de JFK hijo salu- nas con recursos económicos limitados – e inclusive de las escuelas públicas – im-
dando el féretro de su padre, importantes imágenes de la guerra de Vietnam y de pidiéndoles su acceso a la educación mínima en las sociedades de la información.
Nelson Mandela en prisión. ¿En qué piensan los legisladores de un país como la Argentina cuando deciden
210 aplicar un impuesto de esas características? ¿Piensan en la obligación que tiene el Notas (ed.). Arte facto & ciencia. Madrid: Funda- 211
gobierno de asegurar los derechos básicos formulados en la Constitución Nacio-
1
El título hace referencia a la consigna ción Telefónica, 1999.
nal, como el derecho a la educación? Evidentemente no piensan en esto y la gente feminista “tu cuerpo es un campo de ba- 8
Haraway, Donna. “Manifiesto para cy-
lo sabe. Por esto, cuando nos enfrentamos a prácticas de desobediencia civil como talla” – plasmada magistralmente en una borgs: ciencia, tecnología y feminismo
la piratería o el contrabando de productos informáticos ¿Podemos hablar de la obra de Barbara Kruger – que defiende socialista a finales del siglo XX”, en Ha-
voluntad de personas con ánimo de delinquir? ¿O deberíamos considerarlos en el el derecho de las mujeres a decidir sobre raway, Donna. Ciencia, cyborgs y mujeres. La
marco de su derecho a la educación y la cultura? sus propios cuerpos. reinvención de la naturaleza. Madrid: Cáte-
Finalmente, el canon se basa en unas supuestas pérdidas económicas de las in-
2
Aunque estamos acostumbrados a los dra; Universitat de València, 1995.
dustrias culturales con el advenimiento de las tecnologías digitales, unas pérdi- análisis que resaltan el impacto de cada 9
Marx, Leo. “The Idea of Technology
das que se transfieren a los usuarios de los recursos informáticos ante la posibi- nueva tecnología sobre el mundo y la and Postmodern Pessimism”, en Ezrahi,
lidad de que incurran en la digitalización o distribución productos culturales. sociedad, existen también innovaciones Yaron; Mendelsohn, Everett; Segal,
Este razonamiento considera a estos usuarios culpables de piratería incluso tecnológicas que no han tenido una in- Howard (eds.). Technology, Pessimism, and
antes de poseer las herramientas que le permitirían hacerlo.14 Este pasaje de fluencia relevante. Es el caso – en el terre- Postmodernism. Amherst: University of
la norma “toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario” a no del arte – de la holografía y la realidad Massachusetts Press, 1995.
“todo usuario es culpable sin necesidad de demostración alguna” es una de las virtual (en su versión de la década de 10
Véase, por ejemplo, Jameson, Fredric.
afrentas más perversas a la libertad y los derechos humanos, escondida tras una 1980). Quizás la principal falla de éstas Ensayos sobre el posmodernismo. Buenos Ai-
supuesta defensa de leyes de copyright cuya legitimidad pareciera estar más allá fue el intento de reemplazar el universo res: Imago Mundi, 1991.
físico o incrementar el grado de realismo 11
Habermas, Jürgen. The Structural Trans-
de los derechos más básicos de las comunidades y los individuos.
de las representaciones tradicionales, sin formation of the Public Sphere. An Inquiry into
considerar la construcción de nuevas a Category of Bourgeois Society. Cambridge
experiencias estéticas (vuelvo sobre este (Mass.): The MIT Press, 1991.
A manera de epílogo
tema más adelante en el texto). Así, se 12
nstalación presentada en la exposición
Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han abierto un
demostraron como versiones empobre- Documenta 11 (Kassel, Alemania, 2002).
espectro enorme de posibilidades para la cultura, la creación, la educación y la
cidas de una realidad mucho más rica y 13
El canon digital consiste en la imple-
cohesión comunitaria. Pero esas posibilidades no son intrínsecas ni absolutas.
prometedora. mentación de un impuesto a la compra
Dependen de marcos de pensamiento, de usos y de legislaciones que no siem- 3
Véase: Attali, Jacques. Ruidos. Ensayo so- de productos informáticos como com-
pre se adecuan a cambios y transformaciones, sino que, por el contrario, entran
bre la economía política de la música. Valen- pensación para las empresas productoras
en fricciones y conflictos difíciles de sobrellevar. cia: Ruedo Ibérico, 1977. de contenidos culturales, dando por sen-
Si algo nos dicen estas tensiones, es que muchas de las prácticas, ideas y valores 4
Utilizo la palabra “genuina” en el senti- tado que esos productos serán utilizados
que rigen nuestras sociedades y modos de crear y comunicar deben ser redefi- do en que lo hace Sybille Krämer en su en operaciones como la piratería que
nidos. Cuando esto suceda, quizás las tecnologías ya no sean nuevas, pero serán ensayo “Interacción lúdica. Reflexiones afectan a los intereses económicos de di-
diferentes sin dudas nuestras formas de vivir y pensar. acerca de nuestra relación con las herra- chas empresas.
mientas” (ver más adelante en el texto; 14
Las empresas sostienen que no se trata
referencia bibliográfica en la nota 6). de suponer la culpabilidad del usuario
5
Véase: Attali, Jacques, op.cit., pp. 183- de las herramientas informáticas sino de
188. generar unos ingresos que compensen
6
Para ampliar este tema, consúltese mi las pérdidas producidas por la digitali-
ensayo “A propósito de la hibridez de los zación a través de un simple impuesto.
nuevos medios”, en Troyano 0.3. Instalan- Pero si eso fuera cierto, se podrían gravar
do/Installing. Arte y cultura digital/Art and bienes suntuarios o no fundamentales,
Digital Culture. Santiago de Chile: Lom, como se hace en otras áreas. El hecho de
2007 (reproducido en este libro) que el impuesto se aplique a los produc-
7
Krämer, Sybille. “Interacción lúdica. Re- tos informáticos lleva implícita la conde-
flexiones acerca de nuestra relación con na a estos como causantes del supuesto
las herramientas”, en Giannetti, Claudia problema.
C.4 / 01
212 En los últimos años, los museos de arte contemporáneo se han visto desbor-
dados por la creciente producción artística basada en medios tecnológicos. El
213

CURADURÍA Y ARTE ELECTRÓNICO video, las instalaciones multimedia o el net.art1 aparecen cada vez con mayor

CAPÍTULO 4 / 01
frecuencia en las exposiciones, acomodándose en instituciones diseñadas para
albergar otros formatos, que no siempre pueden responder a las exigencias de
estas nuevas manifestaciones.
De hecho, gran parte de las instituciones artísticas – incluidas muchas de las
más recientes – no están preparadas adecuadamente para recibir obras de tales
características. Los espacios expositivos determinan en gran medida las cuali-

ELOGIO DE LA LOW- TECH


dades de la relación entre producción artística y espectador, y es fácil compro-
bar cómo la mayoría de ellos todavía favorece la frontalidad de los muros, los
recorridos periféricos, la contemplación unitaria y aislada, el “cubo blanco”
como ámbito de supuesta neutralidad,2 la visibilidad por encima de todo otro
tipo de sensorialidad. Los espacios amplios y los techos elevados son ideales
para colgar pintura de gran formato, pero son fatales para el aislamiento sono-
ro que requieren las instalaciones multimedia. Las paredes blancas pueden ser
el marco perfecto para fotografías o pintura abstracta, pero la intensidad con

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


que reflejan la luz las hacen inadecuadas para delimitar zonas que necesitan
oscuridad. Otros problemas frecuentes son la falta de instalaciones eléctricas
apropiadas, personal técnico especializado, conexiones, equipos y dispositivos
básicos, y programas educativos actualizados, por sólo mencionar algunos.
Sin embargo, el desborde no se limita a dificultades de infraestructura téc-
nica o a insuficiencias administrativas. La naturaleza misma de ciertas obras
tecnológicas es refractaria a los espacios de exhibición tradicionales, a las for-
mas de recepción habituales y a las narrativas expositivas acostumbradas. Su
introducción en museos y galerías requiere de una reflexión profunda a la
hora de construir discursos curatoriales, estructurar los ámbitos de exhibición,
abordar la especificidad de los medios involucrados, satisfacer las necesidades
de los artistas y sus producciones, y fundamentalmente, a la hora de propiciar
el contacto entre estas propuestas con el público, de organizar el tiempo y el
espacio adecuados para tal encuentro, de comprender las nuevas necesidades
Douglas Gordon. de recepción, disfrute, interacción y lectura.
Play Dead Real Time, 2003 Todo esto nos lleva a plantear que el curador interesado en trabajar con las
tecnologías actuales se encuentra ante todo con un contexto hostil, incluso si
existe la mejor buena voluntad por parte de la institución anfitriona. La mayo-

RODRIGO ALONSO
ría de las dificultades no son insalvables, pero se presentan en primera instan-
cia como obstáculos a superar. Por esto, el curador debe ser consciente de la
tecnología con la que trabaja; conocerla, incluso, en sus aspectos técnicos: en
muchas ocasiones, decisiones técnicas son decisiones curatoriales, como vere-
mos enseguida.
Por supuesto, la consciencia sobre el dispositivo tecnológico va más allá de
los simples saberes técnicos. Involucra, igualmente, una comprensión de su
especificidad, de su articulación con las prácticas artísticas contemporáneas y
de su impacto político, económico, social y cultural a nivel amplio. Tampoco
214 puede desconocerse su participación en la reconfiguración del mundo y del cribiendo a una visión completamente superficial de la vanguardia. Superficial 215
poder global, en la instauración de nuevas desigualdades sociales y en el desa- porque, en general, en lugar de cuestionar a las instituciones artísticas – como
rrollo del capitalismo posindustrial. A su vez, y de cara a las innovaciones en hizo la vanguardia histórica – estas muestras sirven para reforzarla, siendo las
los campos de la biotecnología, la inteligencia y la vida artificial, no se pueden plataformas ideales para las demostraciones de poder. El uso de tecnología de
ignorar sus consecuencias sobre las propias definiciones de naturaleza, cultura, punta muchas veces parece no tener otro objetivo. Si pensamos en la última
sociedad y humanidad. Bienal de Valencia, por ejemplo, la cantidad de pantallas de plasma utilizadas
Estos temas exceden las posibilidades de este ensayo.3 No obstante, la propues- parecían responder más a una exaltación de la inversión económica involucra-
ta para las páginas que siguen es reflexionar sobre alguna de estas situaciones, da en el evento que a las necesidades específicas de las obras.
incorporar la experiencia existente, evaluar algunos casos específicos y aportar La “carga tecnológica” de una exposición es un elemento significante que debe
sugerencias al estudio del tema en cuestión. ser tratado como el resto de los aspectos significativos de la muestra. Su presen-
cia promueve interpretaciones que pueden ser más o menos conscientes, pero
que el curador no puede desconocer; en primer lugar, porque es él el encarga-
El medio es el mensaje do de potenciar la reflexiones que suscita la exhibición, pero principalmente,
Las exposiciones que incorporan tecnología generan, todavía hoy, un cierto porque si no las tiene en cuenta corre el riesgo de incurrir en inconsistencias
aire de novedad. Aun cuando los televisores, las computadoras y los proyecto- o contradicciones.
res de video son dispositivos relativamente estándares – los dos primeros for- Tomemos el caso de la Plataforma 5 (la exhibición) de Documenta 11 (Kassel,
man parte de la vida cotidiana – lo cierto es que su aparición en museos y 2002). El curador organiza su discurso curatorial desde una perspectiva posco-
galerías continúa convocando la atención. lonialista, que busca deconstruir los discursos artísticos y políticos dominantes
Por otra parte, en el circuito artístico, el uso de estos “nuevos medios” – toda- a través de la irrupción en el espacio expositivo de una diversidad de discursos
vía se los designa de esta manera – se ha transformado prácticamente en un marginales, dando voz a múltiples propuestas individuales y grupales que po-
sinónimo de contemporaneidad. Ninguna exposición, ninguna bienal, puede nen en crisis la hegemonía del pensamiento global.4 Pero para hacerlo, utiliza
considerarse realmente contemporánea si no incluye por lo menos alguna ví- un sistema expositivo sofisticadamente tecnológico: cientos de monitores, com-
deoinstalación, uno de los formatos más frecuentados por las exhibiciones de putadoras y proyectores de datos y vídeo, hablan más de una nueva coloniza-
arte actual. Y el ansia de contemporaneidad se ha transformado casi en un ción – la tecnológica – que de la singularidad de los discursos no oficiales. Por
deber ético entre las instituciones que aspiran a mantener un flujo de público otra parte, la reducción de diversos formatos (vídeos, diaporamas, documenta-
continuado y los curadores que deben desarrollarse en tal contexto. les, ficciones, films activistas) al formato casi exclusivo de la video-proyección
Este primer sentido de “novedad”, que parece emanar casi espontáneamente sofoca las particularidades de los discursos que vehiculan, creando una suerte
de la exposición, suele ser subestimado por curadores e instituciones. Pocos de gran continuum electrónico donde se disuelven las diferencias.5
comprenden que la novedad no se refiere sólo a la fascinación del público por
las nuevas tecnologías, sino a que su uso como soporte de una obra artística es
desconocido para él. Pocas veces se dan instrucciones sobre las formas de uso de Las exposiciones tecnológicas en el contexto de los media
las obras interactivas; esto mantiene a los visitantes en el rango de espectadores, Las muestras con fotografías, videos y películas poseen un atractivo especial
cuando sabemos que uno de los desplazamientos más importantes que han in- para el público. En nuestras sociedades, los medios se han transformado en
troducido las obras artísticas interactivas es el pasaje de la noción de espectador una compañía cotidiana y su presencia en el espacio expositivo constituye un
a la de usuario. Es un error pensar que quien sabe utilizar una computadora primer vínculo a establecer con los visitantes.
podrá experimentar una obra de net.art. La experiencia prueba más bien lo Sin embargo, no debe perderse de vista que la forma en que los artistas utilizan
contrario: el público suele quedar perplejo frente a una producción de esas estos medios no es la misma en que lo hacen las cadenas de difusión. La pro-
características, y tras sentarse frente al ordenador sin saber qué hacer, suele ducción artística exige una atención y un proceso de reflexión que no siempre
abandonar la pieza casi inmediatamente. coincide con la rapidez con que los medios de comunicación han marcado el
Existe, además, otra implicancia en la “novedad”. El uso de la tecnología más consumo tecnológico contemporáneo.
reciente otorga un aire hi-tech a la exhibición, una connotación de actualidad Así, las exhibiciones basadas en estos “nuevos medios” se enfrentan a la doble
que se convierte rápidamente en un aviso premonitorio o en una demostración tarea de introducir al espectador en un terreno novedoso de la práctica artísti-
de futurología. El curador aparece como el profeta de lo que vendrá y la expo- ca, y al mismo tiempo, deshabituarlo de sus relaciones ordinarias con las tecno-
sición se desprende peligrosamente de la historia y del contexto artístico, ads- logías de la comunicación. Si el objetivo se cumple, el visitante descubrirá no
216 sólo una obra artística más o menos interesante, sino también, una nueva forma logaba, se optó por una proyección abierta en la sala. Esto introdujo algunas 217
de conectarse con un elemento cotidiano, cuya habitualidad forja una transpa- dificultades técnicas – un cuidadoso control de la luz para que el video se viera
rencia que tiende a desestimar todo tipo de reflexión sobre el soporte medial. bien y un ajustado control del sonido para no invadir el resto de las obras –
La situación es prácticamente opuesta a la observada en los comienzos del vi- pero promovió la lectura integrada del conjunto de las piezas, que era uno de
deoarte. Vito Acconci señalaba que, cuando los televisores comenzaron a apare- los objetivos básicos de la exposición.
cer en los espacios expositivos, era muy difícil lograr que los espectadores no lo Cuando la tecnología no es un punto a destacar, los dispositivos que la vehiculan
relacionaran con el entorno hogareño. “El espectador, al ver el aparato de tele- suelen disimularse u ocultarse. Se espera que el espectador se involucre con las
visión, era reconducido a su casa”, declaraba.6 Treinta años más tarde, tanto el obras y que el soporte técnico no lo distraiga de tal fin. Lo mejor en esos casos sue-
monitor hogareño como el ubicado en una exhibición se han vuelto invisibles. Y le ser enmascarar por completo los aparatos utilizados. Sin embargo, en muchos
esa invisibilidad no siempre es oportuna ni recomendable. casos esto es innecesario, ya que el público se ha habituado tanto a los sistemas de
Muchas obras tecnológicas parten de una reflexión sobre el soporte que las con- reproducción estándares que éstos no desvían su atención. Una situación anóma-
tiene; en esos casos, la puesta en evidencia del dispositivo técnico es imprescindi- la, aunque no infrecuente, es aquella en la que la evidencia del soporte técnico
ble. Esa evidencia no puede darse por sentada tan solo mediante la no ocultación compite con las obras, desviando la atención de los espectadores.
del soporte tecnológico, ya que éste tiende muchas veces a hacerse “transparen- En otros casos, la puesta en evidencia del dispositivo que construye la imagen
te”, como mencionábamos antes. Específicamente, debe considerarse que la exhi- es un elemento clave para la comprensión de la obra o de su propuesta. Ana-
bición del soporte despliega un elemento significativo, y como tal, debe ser incor- licemos alguna de las series de trabajos que los artistas suizos Peter Fischli y
porado al discurso curatorial de la exposición, a la par del resto de los contenidos David Weiss han realizado con diapositivas temporizadas: por ejemplo, Surrli
y reflexiones articulados en la misma (volveremos sobre esto). (1990-96), que forma parte de la Colección Jumex de México, o Untitled [Ques-
tions] (1981-2003), exhibida en la 50º Bienal de Venecia. Las piezas funcionan
con dos proyectores de diapositivas sincronizados, adaptados con difusores que
¿Mostrar o no mostrar? gradúan la aparición y desaparición de las imágenes, creando un efecto similar
Las artes tecnológicas forman parte al fundido encadenado en el cine. De hecho, si uno observa únicamente las
hoy de múltiples propuestas expositi- imágenes, no hay forma de saber si se trata de una proyección de diapositivas,
vas. Éstas no siempre tienen por obje- de cine o de video. Sólo poniendo en evidencia el dispositivo es posible cons-
tivo promover una reflexión sobre la tatar que aquello que se ve como un conjunto de imágenes en movimiento
propia tecnología. Muchas veces, las son, en realidad, un conjunto de imágenes estáticas animadas por el sistema
obras mediáticas son incorporadas a de proyección. De hecho, el cine mismo está conformado por una sucesión de
un discurso conceptual más amplio, fotogramas estáticos. Pero justamente, esta referencia es una de las claves de las
con el que dialogan más allá de su na- piezas de Fischli y Weiss, que han creado estos dispositivos técnicos con el obje-
turaleza tecnológica. En estos casos, se to de deconstruir la situación cinematográfica y ponerla al descubierto, enfati-
suele buscar una integración de la pie- zando el hecho de que aquello que para la percepción es movilidad puede no
za con el entorno expositivo, evitando ser más que una conspiración de estaticidades. En su poética, los proyectores
la percepción del sostén técnico. de diapositivas son tan importantes como las imágenes que éstos permiten ver.7
Ansia y devoción. Tomemos, por ejemplo, la inclusión del La tendencia a hacer evidente el soporte tecnológico se afianza cada vez más
Fundación Proa, 2003
vídeo Heroica (Gabriela Golder, Silvina entre los artistas. A veces se lo hace para evitar la fascinación de las imágenes
Cafici, 1999) en la exposición Ansia y y promover una lectura más reflexiva o crítica sobre el medio. En otras ocasio-
Devoción, realizada en la Fundación Proa de Buenos Aires en febrero de 2003. El nes, se busca transformar el dispositivo en obra, o llamar la atención sobre las
video estaba incluido en una subsección dedicada a las migraciones en la Argenti- cualidades estéticas de los soportes técnicos.
na. Como la pieza cuenta la historia de cuatro mujeres peruanas que trabajan en El artista escocés Douglas Gordon, por ejemplo, utiliza con frecuencia pantallas
Buenos Aires como empleadas domésticas, su incorporación al discurso curatorial inclinadas y apoyadas sobre el piso como superficie para la proyección de sus
estaba justificada temáticamente. videos. Esta solución formal otorga un carácter casi escultórico a la imagen, al
Desde el punto de vista expositivo, el desafío más importante consistió en inte- tiempo que desarticula la posible recepción cinematográfica por parte del públi-
grarlo a una sala donde debía convivir con instalaciones, fotografías y objetos co. Este hecho es importante ya que Gordon suele trabajar a partir de fragmentos
de otros artistas. A fin de no separarlo del resto de las obras con las que dia- de películas comerciales. Al cuestionar la frontalidad de la pantalla y ponerla en
218 evidencia en su materialidad consigue, con eficacia, que los espectadores se des- de las obras, sino a las exigencias de las instituciones y del propio formato ex- 219
placen de su posicionamiento habitual de consumidores de imágenes fílmicas y positivo. Los espacios de arte contemporáneo actuales son muy grandes y con
atiendan al dispositivo que construye la ilusión de realidad en el cine. frecuencia el curador se ve en la necesidad de “llenarlos”. Una proyección de
En un sentido diferente, Tacita Dean rescata también las cualidades estéticas video ocupa más espacio que un televisor (y además, es más espectacular). Pero
de la tecnología con la que trabaja. Sus obras más conocidas son proyecciones esto puede jugar en contra de las obras, y no sólo por las distorsiones concep-
cinematográficas en formato reducido que emanan de un proyector ubicado tuales referidas. Los videos de los setenta suelen tener una muy mala calidad de
en la sala, en general, a la altura y alcance del espectador. La presencia del imagen, un defecto que se potencia cuando se proyectan en grandes formatos
proyector es, la mayoría de las veces, tanto o más importante que su imagen. – el caso de Technology/Transformation Wonder Woman es más dramático, porque
Las proyecciones suelen ser silentes, lo cual resalta el sonido del funcionamien- fue realizado a partir de imágenes grabadas de la televisión, es decir, imágenes
to del aparato. Dean enfatiza otras características del medio, como la imagen que ya estaban degradadas cuando fueron obtenidas –. Por otra parte, se puede
parpadeante y “sucia” de la película cinematográfica, trabajando muchas veces generar un contraste pronunciado entre la espectacularidad de la presenta-
con material de descarte. Le interesa el carácter evocador de la imagen fílmica ción y la sutileza de la intervención artística (este sería el caso, por ejemplo, si
así como su fragilidad, aspectos que se desprenden de los fragmentos visuales se proyectaran algunos videos de Muntadas de la década del setenta en gran
exhibidos, pero que sólo se completan en la consideración conjunta de la ima- dimensión).
gen y el dispositivo que la engendra.8 En el caso inverso, los cambios son más notorios: el reemplazo de una proyec-
ción de video por un monitor no sólo reduce el tamaño de la emisión de las
imágenes sino que elimina el contexto espacial habitualmente ligado a la video
Transposiciones proyección, encerrando la obra en un objeto pequeño y limitado que aparece
Con frecuencia, las obras tecnológicas son sensibles a las trasposiciones. Esto como un intruso en el espacio expositivo.
significa que un cambio en el formato de exhibición puede inducir un cambio Otro caso paradigmático es la proyección de cintas de video narrativas – es de-
conceptual o impedir que sea percibida como fue concebida por su autor. Exis- cir, con un principio y un final definidos – en el formato de videoinstalaciones,
ten algunos casos paradigmáticos en este sentido que nos permiten comprobar como fue el caso de muchas de las piezas presentadas en Documenta 11. Esta
hasta qué punto las decisiones técnicas se tornan rápidamente en mutaciones transposición atenta contra la correcta recepción de las obras, al punto de evi-
semánticas. Veamos algunos ejemplos. tar que el público pueda comprender realmente la propuesta del autor.
No siempre es conveniente ni recomendable reemplazar un televisor por un Cuando un artista realiza un trabajo de cine o video con una duración definida,
proyector de video y viceversa, ya que algunas piezas exigen ser contempladas con un principio y final determinados, se supone que el espectador debería
en un medio específico. Tomemos el caso del video Semiótica de la Cocina (1975) verlo siguiendo esa pauta temporal. Por supuesto que el espectador es libre de
de Martha Rosler. En él, la artista critica la identificación de la cocina como el hacer lo que quiera, pero el curador debe propiciar que la pieza sea vista como
“espacio de la mujer” por excelencia. Para esto, interpreta irónicamente una el artista lo ha imaginado. La proyección continua en formato de videoinsta-
demostración culinaria televisiva en la que los utensilios de cocina son transfor- lación contradice tal deseo, ya que los espectadores pueden ingresar y salir en
mados en símbolos de violencia. cualquier momento, sin captar el sentido que ha querido imprimirle el autor
La obra fue realizada para ser exhibida en un televisor ya que éste era el único a su obra. La habitual ausencia de bancos para sentarse en estos espacios hace
medio de emisión de imágenes de video disponible en la época. Sin embar- que el público circule en lugar de detenerse, y que su circulación estorbe a
go, ese medio es asimismo parte fundamental de la propuesta artística ya que quienes, a pesar de todo, se han propuesto asistir a la proyección completa de
Rosler ha copiado el formato de un programa de cocina televisivo; su crítica se la pieza. Una solución habitual a este problema consiste en especificar la dura-
dirige hacia la televisión en tanto ámbito desde el cual se propaga tal imagen ción del trabajo en el rótulo de identificación. Esto puede funcionar bien si la
de la mujer. Fuera de ese aparato, la obra pierde gran parte de su sentido, obra es breve, porque el visitante sabe de esta manera que no deberá esperar
por lo cual es claro que no debería exhibirse en otro contexto que no sea un mucho para verla completa. Cuando la pieza es extensa, conviene estipular ho-
monitor. Un caso con estas características se produjo en la exposición Del Lado rarios de proyección, o mejor, exhibir los videos en un auditorio, donde puede
de la Televisión (Espacio de Arte Contemporáneo de Castellón, 2002), donde el controlarse la calidad de la proyección y el confort de los espectadores.
video Technology/Transformation: Wonder Woman (Dara Birnbaum, 1978-79), que Un tercer caso a evaluar es el de las exhibiciones que presentan obras de net.
deconstruye la representación mediática de la mujer en la serie televisiva Mujer art off-line (es decir, en computadoras que no están conectadas a Internet). La
Maravilla, estaba proyectado en una pared. situación es flagrantemente contradictoria incluso si la obra no remite a sitios
El punto es que estas decisiones muchas veces no responden a las necesidades de Internet ajenos al propio. Las piezas de net.art sólo existen en el contexto
220 de una miríada de sitios interconectados. La opción a abandonar la pieza e in- 221
ternarse en la red debe aparecer siempre como una posibilidad, si nos interesa
conservar la naturaleza interactiva del medio. Si el artista hubiera pensado en
una obra cerrada, de recepción restringida, probablemente hubiera utilizado
otro medio: el video, un cd-rom de artista, un libro. La conexión a Internet es
un requisito básico en una exposición que incluye piezas de net.art.
Las transposiciones reseñadas son habituales en las exposiciones de media art;
en su mayoría surgen de una falta de reflexión sobre la forma en que los sopor-
tes inciden en el funcionamiento conceptual de las piezas. Pero existen otros
casos donde las transposiciones se hacen necesarias, o por lo menos, son el
resultado de una decisión curatorial precisa.
Pensemos en la obra TV Garden (1974) de Nam June Paik. Se trata de una insta-
lación donde un conjunto de televisores, dispuestos en las formas más diversas,
conviven con un jardín de plantas naturales. Si quisiéramos presentarla en una
exposición contemporánea deberíamos tomar una decisión básica: ¿utilizare-
mos los televisores del momento en que fue concebida la pieza o los reemplaza-
remos por televisores actuales? La pregunta es mucho más compleja de lo que
parece porque pone en confrontación criterios de autenticidad histórica y de
preservación conceptual.
Para un conservador de museo tradicional, no habría dudas en utilizar los tele-
visores originales: esa sería la mejor – y casi única – forma de exhibir la pieza.
Pero los monitores de la década del setenta son, para el público del siglo vein-
Nam June Paik.
tiuno, aparatos arcaicos y vetustos, casi objetos escultóricos más que soportes TV Garden, 1974
tecnológicos. Estos valores estaban ausentes en los setentas, cuando la televi-
sión era uno de los medios más potentes, vitales y novedosos del momento. Es cualquier tipo de exposición, lo cierto es que las exhibiciones tecnológicas plantean
decir, el uso de televisores antiguos introduce elementos de lectura inexistentes problemas específicos que requieren ser tenidos en consideración.
en la exhibición original. Creyendo ser fieles a la verdad histórica, se está des- En primer lugar, el universo tecnológico está plagado de interferencias. Las más
virtuando parte del sentido original de la obra. complejas suelen ser las sonoras ya que son las más difíciles de aislar, en particular,
La opción de utilizar monitores actuales desdeña esa verdad histórica pero conserva en los espacios expositivos tradicionales. Este hecho ha determinado que, en los
– quizás sólo en parte – el sentido original, que es ante todo una reflexión sobre la últimos años, se vuelvan a preferir los monitores a las proyecciones de video, ya que
tecnologización de nuestro entorno, sobre la tecnología como segunda naturaleza los primeros permiten el uso de auriculares que localizan el flujo sonoro. Sin em-
(pensemos que en los setenta las computadoras no formaban parte aún de la vida bargo, los auriculares incorporan otro problema: que el espectador debe ubicarse
cotidiana). Así se presentó en la muestra retrospectiva Los mundos de Nam June Paik cerca de los monitores y con frecuencia en lugares donde estorba el recorrido de
(2000), con la que el Museo Guggenheim de New York homenajeó al artista. Podría otros visitantes, o que deba esperar turno para poder disfrutar de una obra, lo cual
argumentarse que el uso de televisores actuales se debe a la dificultad de conse- constituye una dificultad evidente en muestras de gran convocatoria.
guir los originales. Pero ese pensamiento manifiesta una falta de reflexión sobre el Cada vez es más común el uso de proyecciones que en el espacio expositivo
asunto, el no entender que no se trata de un problema de índole técnica sino de la aparecen como silentes, porque su sonido es derivado a un grupo de auricu-
exigencia de una decisión curatorial de la que dependerá no sólo cómo se verá la lares que normalmente penden de la pared opuesta. Tal fue el caso de la pre-
obra, sino fundamentalmente, cómo será interpretada. sentación del vídeo de Juan Luis Moraza en la exposición Botánica Política (Sala
Montcada, 2004), por sólo mencionar un ejemplo. Este dispositivo, si bien so-
luciona el problema de la contaminación sonora, puede introducir otros in-
Confort espacial, sonoro, visual convenientes, como que la falta de auriculares suficientes o el resquemor de
Una de las dificultades más grandes en las muestras que involucran tecnología sue- la gente a utilizar los auriculares usados por otros, hagan que el público se
le ser la calibración del confort expositivo. Si bien este aspecto es fundamental en conforme con ver sólo las imágenes.
222 La necesidad de aislamiento produce muchas veces recorridos complejos o 223
inconstantes, que inciden sobre el desplazamiento del público o sobre la ela-
boración del discurso curatorial. La construcción de espacios cerrados que op-
timizan la proyección de videos o la contención sonora, dificulta la fluidez de
los recorridos al transformarse en obstáculos en el espacio. Y cuando las piezas
exigen largos tiempos de visionado, el ritmo con el que la narrativa expositiva
se arma en la cabeza de los espectadores se resiente.
La introducción de estas pausas temporales exige tomar los recaudos necesarios
para invitar al público a dedicar la atención que cada obra merece. Esta tarea suele
ser compleja, en particular con los vídeos extensos, debido a que la velocidad a la
que nos tiene acostumbrados el mundo contemporáneo desalienta la predisposi-
ción a dedicar tiempos largos a la recepción de una obra.
Una buena provisión de mobiliario puede ser útil a tal efecto, sobre todo si es con-
fortable y en el resto de la exposición existen pocas oportunidades para tal confort.
Es una forma indirecta de invitar al público a permanecer más tiempo en una sala,
pero es efectiva. Otra circunstancia que se puede resolver de esta misma manera
indirecta, es la inclusión de obras de net.art en una exhibición. Consideremos el
siguiente hecho: ¿por qué una persona se detendría a ver una obra de net.art en
una exposición cuando podría verla tranquilamente en su casa? Evidentemente, la
inclusión de una obra de net.art en una exhibición estará justificada desde el dis-
curso curatorial, y seguramente el curador ha considerado la importancia de que
la pieza sea experimentada en el contexto de las que la acompañan, pero aun así,
el público tiene poca propensión a invertir su tiempo en el espacio expositivo para
algo que podría hacer con comodidad en su hogar. En estos casos, la experiencia in-
dica que un contexto apropiado, confortable y con un diseño original, predispone
favorablemente a los espectadores.

Mobiliario para mirar videos, 2003


Mantenimiento y supervisión
Finalmente, otro punto crucial es el mantenimiento de los equipos y el correc-
to funcionamiento de la exposición durante toda su duración. Todavía hoy
es frecuente ingresar a una muestra tecnológica y encontrarse con equipos
dañados y piezas que no funcionan. El éxito de una exposición y la posibilidad
de que sus discursos curatorial, expositivo y didáctico lleguen a buen destino
dependen en gran medida de esta circunstancia, a veces difícil de controlar.
Aunque la metáfora suene obvia, las exhibiciones tecnológicas son como piezas
de relojería. La precisión es un punto clave y su logro depende de un conoci-
miento específico de los aspectos técnicos a vigilar. Muchos detalles dependen
de un ajuste minucioso: el nivel de iluminación de las salas, cuando éstas inte-
gran imágenes estáticas y objetos junto a películas o videos; el nivel de sonido,
para que éste no interfiera con el resto de las obras y que, al mismo tiempo, sea
claro y audible; los ajustes de las proyecciones, para que las imágenes reprodu-
cidas respondan a las elaboradas por los artistas; la velocidad de las conexiones
informáticas, para que las obras funcionen correctamente y los usuarios no
224 desistan de utilizarlas debido a su lentitud; las respuestas de las interfaces, para Notas 2002). Enwezor puede estar en lo cierto 225
asegurar el vínculo correcto entre el público y las piezas electrónicas, etc.
1
Las piezas de net.art son obras artísti- si atendemos a los contenidos de las pie-
Estos detalles parecen exclusivamente técnicos pero son factores de influen- cas realizadas específicamente para la za incluidas en Documenta. Pero desde el
cia sobre el sentido general de la exposición. Por este motivo, el desarrollo Internet. punto de vista del dispositivo tecnológi-
de muestras de media art exige el trabajo interdisciplinario y un conocimiento
2
En una serie de artículos publicados en co, se trataba de un flujo constante de
específico, tanto del curador como de los encargados de mantener el funciona- 1976, el crítico norteamericano Brian registros, imágenes e información, algo
miento de la exhibición durante toda su extensión. O’Doherty sostenía: “Antes que la ima- bastante parecido a CNN.
gen de una obra particular, la imagen 6
Acconci, Vito. “Television, Furniture,
arquetípica del arte del siglo XX es la de and Sculpture: The Room with the Ame-
El curador como interfaz un espacio blanco e idealizado”. A este rican View”, en Hall, Doug & Fifer, Sally
Como todo curador, el especializado en media art actúa como mediador entre ámbito lo denominó “cubo blanco”: un Jo (eds). Illuminating Video. An Essential
las instituciones, los artistas, las obras y el público. Pero además, y atendiendo a espacio simple y sin ornamentación, de Guide to Video Art. New York: Aperture;
lo expresado en estas páginas, el curador de una exposición tecnológica actúa paredes blancas y pisos neutros, que Bay Area Video Coalition, 1990.
también como un vínculo entre el público y la tecnología, es decir, como una buscaba eliminar toda interferencia 7
Para ampliar la información y el aná-
verdadera interfaz. del contexto expositivo sobre las obras. lisis de estas obras, consúltese: Groys,
Desde ese lugar indefinido donde los saberes proyectuales, organizativos y ar- Véase: O’Doherty, Brian. Inside the White Boris. “Images in Transition”, en Mike
tísticos se funden con conocimientos técnicos precisos, el curador debe favore- Cube. The Ideology of the Gallery Space. Los Kelley, Peter Fischli, David Weiss (cat.exp.).
Angeles; London: University of Califor- Sammling Goetz, 2000.
cer el diálogo con sistemas, aparatos y dispositivos. No se trata simplemente de
nia Press, 1999 (1976-86). 8
Un análisis más detallado de la obra de
exhibir la tecnología, o de aprovechar sus cualidades instrumentales, sino de 3
Para ampliar estos temas, puede con- esta artista puede obtenerse en Todd,
configurar situaciones de intercambio entre la gente y los medios tecnológicos
sultarse, en idioma español: Gianetti, Tamara. “Film at the End of the Twen-
que renueven los vínculos entre ellos.
Claudia (ed). Arte en la Era Electrónica. tieth Century. Obsolescence and the
Las obras artísticas han desarrollado usos novedosos para la tecnología conocida
Perspectivas de una Nueva Estética. Barce- Medium in the Work of Tacita Dean”,
y verdaderas invenciones que escapan a los sistemas y dispositivos habituales. Aun
lona: L’Angelot, 1997; Brea, José Luis. en Object, N° 6, London University Co-
cuando los esfuerzos de los artistas se dirigen en general al uso intuitivo de apa-
La Era Postmedia. Acción Comunicativa, llege, 2003-2004.
ratos e interfaces, el curador no debe perder de vista la necesidad constante de
Prácticas (post)artísticas y dispositivos neo-
guías y orientaciones. Así, su tarea será clave para evitar la ghettorización de este
mediales. Salamanca: Consorcio de Sala-
ámbito de la creación contemporánea, y para potenciar los vínculos renovados manca, 2002.
que la producción artística electrónica busca establecer con el mundo actual. 4
Para ampliar el tema, véase Enwezor,
Okwui. “The Black Box”, en Documenta
11_Platform 5: Exhibition. Ostfildern-Ruit:
Hatje Cantz, 2002.
5
En una entrevista periodística, En-
wezor se queja “¿por qué tanta gente
la vio [a Documenta 11] superficialmen-
te como algo parecido a la CNN? En
efecto, había una relación con la CNN,
pero por contraste: era anti-CNN, por-
que no se trataba de una dieta predige-
rida de noticias e información sino de
involucrar al público en un esfuerzo
hacia una nueva ética de la mirada y de
la representación”. (González, Valeria.
“Entrevista a Okwui Enwezor”, en Pági-
na/12, Buenos Aires, 3 de diciembre de
C.4 / 02
226 A lo largo de los años, la práctica curatorial se ha consolidado como un espacio
de producción discursiva, con métodos, herramientas, objetivos y ámbitos de
227

TÁCTICAS CURATORIALES actuación propios. No sin dificultad, fue desprendiéndose de otras prácticas

CAPÍTULO 4 / 02
que en un principio le fueron afines, como la crítica, la teoría estética académi-

PARA EL ARTE TECNOLÓGICO ca, la museología o la historia del arte. A medida que su terreno de acción fue
definiéndose, las diferencias con esas otras áreas de la producción intelectual
fueron haciéndose cada vez más evidentes. Y si bien comparte con ellas muchos
objetos e intereses, hoy podemos decir que hay un terreno que ha conquistado
por derecho propio.

ELOGIO DE LA LOW- TECH


Ese terreno se despliega en su capacidad para formular lecturas, establecer
relaciones y construir contextos. Quizás debido a su íntimo contacto con la
producción artística – que muchas veces promueve materialmente – es mucho
más consciente de su rol creador de los contextos que propone y no se consi-
dera un simple testigo o traductor de un circuito que funcionaría más allá de
ella. Frente al utópico pero insistente deseo de la historia del arte por restituir
los entornos de sentido de sus objetos desde una supuesta distancia teórica, la
práctica curatorial asume la tarea de generar nuevos marcos de referencia que

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


permitan expandir, multiplicar e incluso abrir, senderos semánticos inéditos al
momento de aparición de las obras con las que opera, en un diálogo íntimo e
interactivo con ellas y sus realizadores.
Sin embargo, la profesionalización de esta labor, o, más exactamente, su es-
tandarización, la ha llevado muchas veces a desestimar su capacidad analítica
y crítica, la única capaz de proveerla de recursos para una verdadera creación
discursiva. Con mucha frecuencia vemos, por ejemplo, cómo la formulación
curatorial de ciertas exposiciones históricas repite las lecturas desarrolladas por
la historia del arte sin proveer ninguna mirada alternativa, ninguna puerta ha-
cia una posible comprensión otra que justifique la intervención del curador.
Repitiendo lecturas y, con ellas, posturas e interpretaciones posiblemente cris-
talizadas o asumidas de manera acrítica, su labor no tiene justificación si no es
como garante o refrendador de esos discursos ya consolidados.
Está claro que una labor parasitaria como ésa no tiene demasiado sentido de
La condición video, 2007 cara a la potencialidad que el discurso curatorial habilita. Como ámbito de
Centro Cultural de España en Montevideo
pensamiento en acto, su práctica exige el análisis continuo de sus objetos, mé-
todos y supuestos éticos, políticos y conceptuales, como sucede en cualquier
ámbito intelectual contemporáneo que se precie. La incesante transformación

RODRIGO ALONSO
de nuestras vidas, percepciones, parámetros de referencia y realidad, actividad
y pensamiento no puede menos que recordarnos la necesidad de una actitud
analítica, crítica y reflexiva permanente, no sólo de cara al presente sino tam-
bién en relación con aquello que hemos construido como historia y realidad.
Todo esto tiene una importancia capital a la hora de abordar el universo tec-
nológico. No sólo por la rapidez con que éste transforma nuestro entorno ma-
terial e intelectual sino, principalmente, porque esa misma rapidez lleva con
frecuencia a asentar demasiado pronto unos conceptos y unas concepciones
altamente problemáticas. Es así como se habla de la transformación tecnoló-
228 gica del planeta sin mencionar que sus dos terceras partes viven en estados rivativas y marginadas. Aun cuando su objetivo explícito no sea cuestionar los 229
casi pretecnológicos, o se habla de innovaciones allí donde aparecen artefactos dispositivos o sus implicaciones conceptuales, estas preguntas se formulan de
y dispositivos con diseño y presentación renovados, pero que no constituyen forma tácita, principalmente para quienes observan con mirada crítica, entre
esencialmente una superación de aquellos a los que vendrían a suplantar (y los cuales se encuentra, por lo menos, el curador. En cuanto agente que ex-
quizás hasta suceda lo contrario). La herencia modernista induce todavía hoy plora, destaca, señala o profundiza los valores de las producciones con las que
la valoración de la novedad y el progreso tecnológico per se. El curador que trabaja a través de un discurso analítico y reflexivo, la pregunta por las conno-
opera en este entorno, en cuanto intelectual, debe posicionarse con respecto a taciones políticas del arte tecnológico no es una opción sino una necesidad.
ello, no sólo desde una perspectiva actual, a la luz de la literatura crítica desa- Las posibles respuestas a esa pregun-
rrollada en todos los terrenos del pensamiento contemporáneo, sino también ta, aun formuladas desde la periferia
revisando las nociones elaboradas en el marco de la propia modernidad que tecnológica, no son jamás proposicio-
todavía no han sido suficientemente analizadas o cuestionadas. nes subalternas. Un discurso generado
Un ejemplo puede ser significativo al respecto.1 desde una periferia no es necesaria-
En 1909, Filippo Tommaso Marinetti publica el primer Manifiesto futurista. En mente un discurso sobre la periferia,
él propone una ruptura con la tradición plástica que permita la creación de un y tampoco un discurso periférico en
nuevo tipo de producción artística, acorde con las transformaciones urbanas, cuanto a sus posibilidades críticas. Es
sociales, políticas y tecnológicas del nuevo siglo. Su gesto vanguardista se resu- una falacia pensar que sólo desde la
me en una imagen: la destrucción de los museos. Para el poeta italiano, éstos posesión de la tecnología o mediante
son los depositarios de una herencia que se pretende abolir sin miramientos; la intervención específica en el proce-
su anulación sería el camino hacia una producción liberada de las cargas de la so de desarrollo tecnológico se puede
historia, inédita y original. reflexionar sobre el impacto social y
Pocos años antes de la publicación de ese manifiesto, en Buenos Aires, Eduardo cultural, ético y político del mundo
Schiaffino decide crear el Museo Nacional de Bellas Artes. Su fundación se veía tecnologizado.
La ilusión del fin, 2006
como una necesidad urgente para cimentar las bases de una producción artística Existe una situación particular de la Palacio de Correos, Buenos Aires
local, en la medida en que proveería modelos de la tradición histórica frente a los curaduría tecnológica en el ámbi-
cuales aquélla podría posicionarse. Apoyado en la creencia del poder transforma- to latinoamericano – aunque seguramente no es exclusiva de éste – que va
dor de la educación, su gesto vanguardista fue la creación de un museo. a contracorriente de todo lo planteado al comienzo de este ensayo: su falta
Este pequeño relato histórico es sumamente elocuente. Pone de manifiesto de autonomía profesional. La mayoría de los que nos dedicamos a esta tarea
cómo ciertos conceptos – y los acontecimientos que los encarnan – tienen un oficiamos asimismo de profesores, historiadores, críticos y teóricos. Más aún,
sentido radicalmente diferente en función de los contextos donde son articula- muchas veces encontramos que quienes llevan adelante todas estas actividades
dos. Así, una noción clave como la de vanguardia – y evidentemente no se trata son, además, artistas. Así, se hace difícil establecer diálogos interdisciplinares
del único caso – no puede tomarse de la misma manera en ámbitos tan ajenos que sean, a su vez, interpersonales: aquéllos suelen transformarse en diálogos
como el italiano (o europeo2) y el argentino. con colegas que comparten el mismo designio de tener que adecuarse a múlti-
Algo similar sucede en relación con la tecnología y sus connotaciones. Una ples ámbitos discursivos, no siempre sin problemas.
pieza que la involucre no puede tener el mismo sentido en los centros donde El intercambio de experiencias se hace cada vez más necesario en este contex-
se produce tecnología que en los lugares donde sólo se la utiliza. Y aquí no to. De pronto, quienes hemos asumido la tarea de abordar las prácticas artís-
me refiero a una cuestión de valor artístico sino a una cuestión de contexto. ticas tecnológicas en nuestros países encontramos un eco más acertado en los
Los artistas que trabajan con tecnología en países donde no se la desarrolla o trabajos de nuestros colegas de la región que en los – quizás – mejor estructu-
donde su difusión o penetración social es dificultosa, desigual o problemática rados académicamente pero menos acordes a nuestras realidades realizados en
asumen – aunque sea de manera implícita – un posicionamiento de ribetes Europa o los Estados Unidos.
sociales, éticos y políticos. Esta indefinición disciplinar tiene una serie de consecuencias, no siempre ad-
La relación entre arte y tecnología en Latinoamérica se plantea necesariamen- versas. Si bien es cierto que la actuación de diferentes voces y perspectivas so-
te en estos términos. Cualquier propuesta de este tipo producida en los países bre un campo de la producción artística revitaliza, enriquece y promueve las
de la región lleva implícitas las tensiones entre el imperativo de la expansión discusiones y valoraciones plurales, también lo es que su confluencia en una
tecnológica y la ineludible realidad de las economías y culturas regionales, de- única persona induce una integración de tales campos disciplinares, algo que
230 no siempre sucede cuando éstos son asumidos por profesionales que muchas que hacerlo en el terreno de la práctica. El cuestionamiento del cubo blanco 231
veces no comparten objetivos o criterios. a través de la caja negra, las propuestas inmersivas, la interactividad o los me-
Pero la consecuencia más notable aparece en las formas de actuación, en la dios distributivos sólo tiene sentido si éstos no establecen nuevos estándares
asunción de la curaduría como una práctica estratégica e, incluso, más bien de presentación, si se los adopta críticamente y se los calibra en función de las
táctica.3 Existiendo la posibilidad de asumir diferentes roles para la formula- producciones que vehiculan y los contextos en los que se manifiestan. La falta
ción discursiva, se plantea la necesidad de analizar en qué espacios y momentos de recursos tecnológicos puede no ser una limitación, sino simplemente una
conviene o es más efectiva la práctica curatorial, histórica, didáctica o crítica. Y realidad; la limitación es querer cumplir con unos estándares de presentación
aquí los contextos vuelven a ser decisivos. Éstos se suman a aquellos que la pro- internacionales que no se adecuan al contexto específico con el que se trabaja
pia producción artística convoca, generando una situación bastante singular. y, posiblemente, tampoco a las piezas que han surgido de ese mismo lugar.
Una mirada rápida a la producción teórica y expositiva en América Latina pone En este sentido, adscribo a una recomendación planteada por Sarah Cook en
de manifiesto estas jugadas táctico-estratégicas. La muestra Condición video. 25 su ensayo Immateriality and Its Discontents: sigamos a los artistas.10 Si los creadores
años de videoarte en Uruguay4 se llevó a cabo en el Centro Cultural de España latinoamericanos asumen creativamente su contexto tecnológico, recurriendo
de Montevideo (una institución gubernamental extranjera), mientras exposi- con frecuencia a sistemas de producción y presentación low-tech, los curadores
ciones similares sobre la historia del videoarte en la Argentina5 tuvieron lugar deberíamos seguir el mismo camino. La reflexión tecnológica no es sólo cues-
en dos espacios públicos, el Centro Cultural Ricardo Rojas (dependiente de la tión de teoría sino también de práctica. Esta tarea es, a mi criterio, una de las
Universidad de Buenos Aires) y el Centro Cultural Recoleta (dependiente del que caracterizan y al mismo tiempo potencian la práctica curatorial de las artes
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires), y Made in Brasil. Tres décadas de video tecnológicas.
brasileño6 fue realizada y producida por una institución privada (Itaú Cultural).
El Festival de la imagen7 de Manizales se efectúa en el marco de la Universidad de
Caldas; Transitio MX, en la Ciudad de México, es un evento autónomo que par- Notas ción” (De Certeau, Michel, “De las prác-
te de la financiación pública,8 y el Festival internacional de video/arte/electrónica 1
Este ejemplo fue sugerido por Andrea ticas cotidianas de oposición”, publica-
de Lima fue creado y conducido por una institución privada9 en sus primeros Giunta en un encuentro de análisis de do en Blanco, Paloma; Carrillo, Jesús;
años de existencia. la Documenta 11 a cargo de su curador, Claramonte, Jordi y Expósito, Marcelo
Los principales responsables de estos eventos se mueven entre los mundos de Okwui Enwezor. [eds.], Modos de hacer. Arte crítico, esfera
la academia, la historia, la curaduría y la crítica, desde un marco institucional 2
El primer Manifiesto futurista se publicó pública y acción directa, Salamanca, Uni-
público o privado, de forma continuada o independiente. Es casi imposible originalmente en París. versidad de Salamanca, 2001).
establecer una cartografía precisa de sus espacios y ocupaciones, porque siem- 3
Utilizo la diferencia entre táctica y es- 4
Curador: Enrique Aguerre (2007).
pre están mutando en función no sólo de las instituciones donde trabajan u trategia siguiendo a Michel de Certeau: 5
Lo mejor de Buenos Aires Video, curador:
operan, sino también de los vaivenes gubernamentales y políticos. Pero incluso “Las estrategias son acciones que, gra- Rodrigo Alonso (1998); Video creación en
esto mismo suele plantearse en términos táctico-estratégicos. Por sólo mencio- cias a postular un lugar de poder, son Argentina, curadora: Graciela Taquini
nar un caso, Enrique Aguerre, curador del Museo de Artes Visuales de Montevi- capaces de elaborar lugares teóricos (sis- (2000).
deo, tuvo a su cargo la exposición Condición video en otro ámbito como curador temas y discursos totalizadores) suscepti- 6
Curador: Arlindo Machado (2003).
independiente. bles de articular un conjunto de lugares 7
Director artístico: Felipe César Londo-
Estos desplazamientos obedecen básicamente a la necesidad de conseguir y op- físicos donde se reparten las fuerzas. La ño.
timizar los recursos, algo particularmente importante cuando hablamos de arte táctica es la acción calculada determina- 8
Este evento tiene diferentes directores
tecnológico en países donde los mínimos requerimientos técnicos son todavía da por la ausencia de un lugar propio. artísticos en cada edición.
difíciles de asegurar. Sin embargo, este hecho merece todavía una reflexión. La táctica no tiene más lugar que el del 9
Alta Tecnología Andina, director: José-
¿Cuáles son los estándares que manejamos o pretendemos alcanzar? A veces otro. Además, debe actuar en el terreno Carlos Mariátegui.
parece existir un contrasentido entre la precariedad de cierta producción tec- que le impone y organiza la ley de una 10
Cook, Sarah, “Immateriality and Its
nológica y la espectacularidad de su presentación. El caso de la Documenta 11 es fuerza extraña. En suma, la táctica es un Discontents. An Overview of Main
paradigmático: cientos de horas de cine y video realizados con escasos recursos arte del débil. Las tácticas se encuentran Models and Issues for Curating New
se presentaban utilizando las últimas tecnologías de exhibición y proyección. pues determinadas por la ausencia de Media”, en Paul, Christiane (ed.), New
Así, no se trata de reflexionar únicamente sobre las incidencias de la tecno- poder, en la misma medida que la es- Media in the White Cube and Beyond. Cura-
logía en nuestra concepción del mundo, la realidad o el arte; también hay trategia se encuentra organizada por el torial Models for Digital Art, Los Angeles,
postulado de un poder como precondi- University of California Press, 2008.
C.4 / 03
232 Hace algunos años, los museos estaban reservados para ciertos usos y situa-
ciones. Su existencia se centraba en la preservación de algunos objetos, y su
233

MUSEOS SIN PAREDES misión se circunscribía a la investigación y la educación a través de los recursos

CAPÍTULO 4 / 03
de sus patrimonios. El museo era una visita obligada durante el ciclo escolar,
que excitaba por la posibilidad de salir de la escuela pero muchas veces decep-
cionaba por su didáctica poco atractiva, basada en la acumulación de datos y la
imposición de modelos científicos y culturales incuestionables.
En los años recientes, todo esto ha cambiado debido a la transformación de la
mayoría de los parámetros que configuran la experiencia museal. Por una par-

ELOGIO DE LA LOW- TECH


te, la finalidad social de los museos ya no es la misma: hoy se les exige ampliar
el espectro de su público, renovar las técnicas expositivas, incorporar las nuevas
tecnologías y desarrollar programas atractivos orientados, no sólo a la educa-
ción, sino también al ocio y el esparcimiento. Por otra, los paradigmas cultura-
les y científicos ya no son tan rígidos e indiscutibles: existen formas alternativas
de comprender los fenómenos y las cosas, se reconoce la relatividad, parciali-
dad y hasta la falibilidad de ciertos conocimientos, e incluso se incorporan al-
gunas perspectivas externas – como las éticas – que instan a reconsiderar objeti-

Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina


vos y valores. Finalmente, hoy se tienen en cuenta las ideas y los conocimientos
previos del público, su capacidad de análisis, su motivación y creatividad, a la
hora de plantear los programas, materiales y contenidos destinados a él.
Atendiendo a todas estas transformaciones, algunos museos no sólo han deci-
dido modificar sus formatos expositivos, recursos didácticos y narrativas, sino
también, sus propios ámbitos de actuación. Desafiando la autoridad edilicia y
discursiva del “museo-templo-del-conocimiento”, se han aventurado en los es-
pacios extramuseales, en la ciudad y la naturaleza, en los transportes públicos,
las redes informáticas, los dispositivos móviles y los centros comerciales. Esta
expansión obedece, por lo general, a la necesidad de interpelar a un público
que todavía se resiste a la formalidad del museo, pero que podría estar intere-
sado, e incluso ávido, de los contenidos que éste le podría brindar.
Existen numerosos estudios sobre estos temas, pero fundamentalmente, exis-
ten ejemplos de museos y proyectos expositivos que se han desplazado hacia
ámbitos exteriores, privados o públicos. En ellos se gesta una nueva museogra-
fía, aún en proceso e investigación, pero en claro camino hacia la reconfigura-
Science Park ción de sus formas de construcción de ideas y conocimientos.
Montshire Museum of Science

RODRIGO ALONSO
Una tipología de las exposiciones
Como se mencionó anteriormente, el museo tradicional era un espacio para
la preservación y exhibición de un patrimonio material. Pero la necesidad de
completar los objetos que lo componían con sus contextos semánticos y sim-
bólicos, introdujo el uso de diferentes dispositivos de información que incor-
poraron desde los datos más básicos a complementos visuales, sonoros y audio-
visuales más complejos. En la actualidad, todo este material complementario
ocupa un lugar central en las exposiciones, al punto de relativizar, e incluso
234 desestimar, la importancia de los objetos a los que se refieren; en el extremo, Aquí, en realidad, el espectador está en contacto con el objeto mismo de la hi- 235
existen exhibiciones basadas exclusivamente en reproducciones y soportes in- drología: el agua. Lo mismo sucede en otra de las atracciones al aire libre de esta
formativos, sin la inclusión de ningún objeto “original”. institución: un quiosco interactivo contiene una base de datos con los sonidos de
Así, las exposiciones contemporáneas oscilan entre los polos de los objetos y la los pájaros e insectos de la zona; tras escucharlos, el visitante puede identificar los
información. Lo más común es que posean una mezcla variable de ambas tipolo- mismos en el entorno, reconociendo a los animales que los producen y aproxi-
gías, pero existen casos que se ubican casi en los extremos de esas opciones. mándose a ciertos aspectos de la fauna autóctona del lugar.
Cada opción posee sus ventajas y desventajas. Las exposiciones basadas en la Las exposiciones artísticas son más reacias a anexar a las obras la información
preeminencia de los objetos son más caras porque requieren mayores exigen- necesaria para su comprensión. En este ámbito se suele creer que ella fuerza
cias de seguridad y preservación, y por lo tanto, están casi limitadas a los espa- interpretaciones que deberían surgir exclusivamente del diálogo sensorial, in-
cios controlados de los museos. En cambio, las exhibiciones basadas en la infor- telectual y emocional entre la obra de arte y el espectador. Esta idea errónea ha
mación son mucho más económicas y poseen menos exigencias de seguridad y llevado a que muchas muestras destinadas a los espacios abiertos, y que entran
preservación, ya que, en general, todos sus componentes pueden ser reprodu- en contacto con un público no especializado, terminen funcionando según los
cidos con facilidad. Estas son las preferidas por los proyectos orientados a los criterios acotados de los museos y las galerías.
espacios extramuseales, en particular, los ubicados a la intemperie. Uno de los casos más resonados en
La dialéctica entre los objetos “originales” y las reproducciones ha dado mucho esta línea es el evento de arte en la ciu-
que hablar. Algunos sostienen que la experiencia del material original es insus- dad y la naturaleza denominado Sculp-
tituible, pero también se sabe que los objetos no hablan por sí mismos, o por lo ture Projects, realizado cada diez años
menos no lo hacen al público no especializado. Las reproducciones permiten en Münster, Alemania. En él, un gru-
la manipulación, la interacción, la experimentación de propiedades que no po- po seleccionado de artistas trabaja en
drían evaluarse en elementos únicos y en estado de preservación. Por otra par- sitios elegidos por ellos mismos, inter-
te, hay ciertos conocimientos que sólo pueden adquirirse mediante maquetas, viniendo espacios públicos con obras
modelos, diagramas, textos y otros sistemas de información. Desde ya, cada tipo y proyectos. Quienes quieren seguir
de museo determina la forma de aproximación a sus materiales y contenidos. la exposición, cuentan con un mapa
Así, en los museos de arte el contacto con las obras es fundamental, más allá que indica el emplazamiento de cada
de los complementos que también son necesarios; en los museos de ciencias, una de las piezas, con una breve infor-
en cambio, la demostración de ciertas teorías o propiedades del mundo puede mación sobre el artista y su propuesta.
realizarse perfectamente prescindiendo de los materiales de experimentación Pero para la gente que vive en la ciu-
que llevaron a formularlas. dad, que desconoce esa información o
El Science Park del Museo de Ciencias de Montshire, en los Estados Unidos, posee no le interesa conocerla, esos trabajos
una reproducción del sistema solar a escala ubicada en un extenso parque fuera del son incomprensibles y, en definitiva,
edificio principal. Para llegar del Sol a Plutón, el visitante debe caminar unos tres irrelevantes, al punto que la exposi-
kilómetros, experimentando las distancias que separan a cada uno de los planetas ción ha comenzado a generar rechazo Marko Lehanka.
y satélites del sistema. Al mismo tiempo, puede evaluar los tamaños relativos de és- entre los habitantes del lugar. Flower for Münster, 2007
tos, más allá de recibir información complementaria mediante textos y audioguías. El proyecto, que surgió con la inten-
Todo esto conforma un dispositivo que permite al público acceder a conocimien- ción de proveer a la ciudad de obras de arte público, hoy induce a reflexionar
tos de astronomía mientras disfruta del contacto con la naturaleza; además, puede sobre algunas cuestiones significativas en torno a la relación del arte extraí-
elegir el recorrido, el tiempo que tomará para realizarlo, e incluso desviarse hacia do de su marco institucional y el público general. ¿Hay alguien en Münster
otras atracciones al aire libre que el mismo museo ofrece. El problema es que dicho a quien interese el evento? ¿O sólo un grupo de especialistas está dispuesto a
dispositivo sólo puede visitarse cuando las condiciones climáticas lo permiten, y una recorrer sus calles y parques en busca de las obras, muchas veces difíciles de
buena parte del año permanece cerrado. encontrar? La experiencia demuestra que la frontera institucional no ha sido
El museo está ubicado en la ribera del río Connecticut, sitio que ha aprovechado atravesada, y que los trabajos emplazados en la urbe o la naturaleza mantienen
para introducir algunos contenidos de hidrología. Para esto, se han construido la lógica del espacio museal.
una serie de mecanismos que los visitantes pueden manipular, cambiando el reco- Algo diferente sucede con el programa Museum Without Walls: AUDIO, realizado
rrido de las aguas y ensayando las posibilidades de su fuerza y su dinámica fluida. en la ciudad de Philadelphia en los Estados Unidos, uno de los sitios con mayor
236 cantidad de esculturas al aire libre del país. Aquí, la Fairmount Park Art Asso- actividades cotidianas en una de las calles más conocidas de la ciudad. Estas 237
ciation, organizadora del proyecto, recurrió a las nuevas tecnologías para que imágenes pertenecen al Álbum familiar de Bogotá, una colección conformada
los pobladores de la ciudad redescubran las obras artísticas que forman parte por las fotografías donadas en los últimos años por los ciudadanos. De esta for-
de su entorno cotidiano y lleguen a apreciarlas mejor. Para esto, cincuenta y ma, las imágenes se devuelven a éstos, pero ahora como memoria compartida.
un esculturas (seleccionadas de un total de setecientas) fueron identificadas El centro de Berlín alberga un trozo de su pasado más reconocido: el muro que
con un número que permite recuperar información sobre cada pieza a través dividió a Alemania en dos entre 1961 y 1989. Sobre éste, el Centro de Documenta-
de una aplicación para teléfonos celulares o un llamado. Para los que no usan ción del Memorial del Muro de Berlín ha organizado un conjunto de exposiciones
teléfonos móviles existe un mapa gratuito con indicaciones, y para quienes lo públicas, una de ellas ubicada directamente sobre el trozo de muro remanente, otra
prefieren, se ha diseñado un sitio de Internet con información ampliada sobre en una estación de trenes aledaña al sitio.
las obras y los artistas que las produjeron. La primera es una muestra basada en fotografías y textos que relata las circunstan-
cias de la construcción del muro, el entorno político, económico y social, y las conse-
cuencias que tuvo en los habitantes de Alemania los casi treinta años de separación.
Entre la memoria, el entretenimiento y el parque temático La segunda se centra en las dificultades en los desplazamientos, los transportes y las
La historia tiene una forma muy particular de relacionarse con los espacios comunicaciones. Ambas son de acceso libre y gratuito; no han sido pensadas como
urbanos. Muchas ciudades la portan en sus edificios y rincones, en sus plazas un servicio para los turistas sino como la expresión visual de un hecho histórico del
y monumentos. Hay urbes que son prácticamente un trozo de historia y otras pasado reciente que ha signado a fuego la vida de los alemanes.
que sólo existen en el imaginario colectivo gracias a ella. Pero también hay En la Argentina existen numerosos espacios que recuerdan, de diferente ma-
otras que se han convertido en espectáculos vacíos de su pasado, en una su- nera, el período de las dictaduras militares comprendido entre 1978 y 1983. En
perficie atractiva para los turistas en la cual naufraga lo poco que todavía la co- algunos casos, se trata de lugares utilizados por las fuerzas armadas para llevar
necta con el tiempo que la precedió y con su identidad. En contraposición, los adelante sus políticas de persecución, tortura y exterminio de la acción y el
lugares de la memoria, que han comenzado a aparecer en diferentes partes del pensamiento de la izquierda, que desembocó en la desaparición de casi treinta
mundo, están íntimamente ligados a acontecimientos situados específicamente mil personas. Estos sitios de la memoria comprenden comisarías, cárceles y
en tiempo y espacio, como marcas para el recuerdo de hechos, por lo general centros de detención clandestinos, que han sido descubiertos en los últimos
tormentosos, que no se deberían olvidar. Estos lugares son entendidos como es- años y puestos a disposición de la ciudadanía. En Buenos Aires existe uno ubi-
pacios para la memoria activa, sitios que convocan a la ciudadanía a reflexionar cado debajo de una autopista, en el Barrio de San Telmo, que ha sido transfor-
sobre sus momentos difíciles, ámbitos de recogimiento, casi catárticos. mado en un espacio a cielo abierto de recogimiento y reflexión.
Las exigencias del turismo contemporáneo han transformado a algunas ciu- Sin embargo, uno de los proyectos de mayor visibilidad es el memorial al aire
dades en museos al aire libre. Muchas disponen de profusas guías, recorridos libre conocido como Parque de la Memoria. Aquí se recuerda a las personas
sugeridos, tours, señalamientos, reconstrucciones de sitios históricos, exhibicio- desaparecidas durante la dictadura militar a través de un grupo de intervencio-
nes avant-la-lettre. Pero la transformación del turismo, que ha pasado de ser nes arquitectónicas y artísticas sobre el paisaje y un centro de documentación,
una empresa movida por el interés de la gente por conocer otras sociedades y ubicados en un predio a la vera del Río de la Plata, lugar donde se solían des-
latitudes, a una mera actividad consumista, impide cada vez más la experiencia echar los cadáveres de los fallecidos durante las torturas.
de las ciudades como espacios de producción de conocimiento. Esto sólo se En este proyecto, la preservación de la historia y la memoria funciona en un doble
consigue con acciones específicas orientadas por objetivos concretos. registro. Por un lado, a través de las intervenciones evocadoras de la arquitectura –
Tal es el caso de las exposiciones organizadas por el Archivo de Bogotá en las una pared fracturada con los nombres de los desaparecidos – y las obras artísticas,
estaciones de Transmilenio – uno de los medios de transporte más populares que hacen referencia a los acontecimientos en formas metafóricas y simbólicas,
de la capital colombiana – reunidas bajo el nombre genérico de Del archivo a la dotando al paisaje de una significación especial. Por otro, a través de una exposi-
estación (2010). Potenciando la riqueza de su acervo, la institución bogotana ha ción de documentos, fotografías, videos y textos, que dan cuerpo a esa historia a
implementado una serie de muestras basadas en fotografías, que permiten a los través de las imágenes de sus protagonistas presentes y ausentes.
usuarios de ese transporte interiorizarse sobre algunos aspectos históricos de Uno de los desafíos más grandes de proyectos como el Memorial del Muro de
la ciudad que habitan. Las exhibiciones ocupan diferentes refugios de espera Berlín y el Parque de la Memoria es cómo hacer que la historia no se reduzca
del Transmilenio, cada uno con un tema propio. En la estación Portal del Sur, a un hecho encerrado en el pasado, y pueda ser comprendida en sus articu-
por ejemplo, se presenta El Septimazo, un conjunto de fotografías tomadas entre laciones con la actualidad. La presencia del muro en el primer caso, y de las
los años sesenta y ochenta del siglo pasado, que muestra a personas realizando esculturas en el segundo, funciona como una marca que refuerza los vínculos
238 de los hechos relatados con el tiempo histórico del espectador, promoviendo 239
el ejercicio de una memoria vital. Ambos proyectos comprenden también la
importancia de las resonancias metafóricas en la construcción de sentidos que
excedan la literalidad de los acontecimientos narrados. La utilización de la es-
tación Nordbahnhof S-Bahn para referirse al problema de las comunicaciones
y los transportes en la época del muro Berlín, encuentra un eco en las escultu-
ras del Parque de la Memoria de Buenos Aires, que señalan con su presencia la
ausencia de aquellos a quienes están dedicadas.
En los dos casos existe, igualmente, una formalización museal para la docu-
mentación y las investigaciones que construyen una verdad histórica. Pero en
otras ocasiones, esta no es el eje sobre el que se organiza el despliegue expositi-
vo. Hay lugares con historia, pero con una historia vivida, inaprensible median-
te un discurso estructurado; formada por pequeñas anécdotas, microrelatos,
ocurrencias y parcialidades. Historias que quizás no afectan al conjunto de la
comunidad, pero que hablan de sus personajes, de momentos vitales, de rasgos
que conforman una idiosincrasia o una identidad.
La Botica del Ángel, en Buenos Aires, es uno de esos lugares. El sitio, sede de
la sala de espectáculos del mismo nombre y de la residencia de su creador,
Eduardo Bergara Leumann, es hoy un museo de recuerdos y excentricidades, Piano gigante
de obras artísticas y reliquias, que transmiten el espíritu de su mentor, una figu- Museo de los niños de Caracas
ra central para el teatro y la música porteña. Los objetos que lo habitan están
dispuestos tal como él los dejó al momento de su fallecimiento y dan cuenta Buenos Aires, no apuntan al conocimiento sino más bien al entretenimiento y
de su particular estilo de decoración, arbitrario y abigarrado. Visitar la Botica el juego. En él, los niños simulan trabajar en diferentes profesiones y aprenden
del Ángel es introducirse en un momento rutilante de la cultura argentina. a vivir en sociedad. Entre sus actividades se incluyen espectáculos de mario-
Aunque se ingresa con guías que explican la singularidad y procedencia de los netas y payasos, festejos de cumpleaños y múltiples escenografías y espacios
objetos que se exhiben, la exposición apunta más bien a la nostalgia y los senti- interactivos. Pero su denominación es confusa porque no se trata realmente de
dos, al impacto de la totalidad sobre lo particular. El público al que va dirigida un museo en sentido estricto, con colección y departamentos de conservación
es, por lo general, conocedor del momento histórico en que funcionaba la sala e investigación. Aunque está gestionado por una asociación sin fines de lucro,
de espectáculos y de las actividades que se realizaban allí; un público que, por su existencia está más relacionada con el entorno comercial en el que se ubica
lo general, busca reactivar su memoria, y que es capaz de dialogar con los ob- que con la institución museal.
jetos con los que se enfrenta desde sus propios conocimientos y experiencias. No obstante, la diversión es un eje que se asocia cada vez más con los servicios
En el otro extremo del perfil se encuentran los visitantes de los diferentes Museos que el museo debe proveer, aunque sin descuidar los conocimientos y conte-
de los Niños que existen a lo largo del globo. La concepción de este tipo de museos nidos que atañen a su misión social y cultural. La necesidad de atraer a un pú-
varía ampliamente entre el espacio educativo que refuerza los contenidos escolares y blico más amplio y menos especializado ha generado este desafío que muchas
el espacio de diversión que promueve la creatividad y curiosidad de los niños. instituciones han sabido cumplir con seriedad y capacidad.
El más antiguo de América Latina es el Museo de los Niños de Caracas, fundado En este sentido, es interesante la solución del Museum of Life and Science de
en 1982, que se ubica entre los del primer tipo. Sus programas de exhibiciones Durham en North Carolina (Estados Unidos), para presentar el tema preferido
tienen en cuenta los contenidos didácticos de las escuelas públicas y se orien- de los niños: los dinosaurios. En lugar de recurrir a las estructuras óseas y los
tan hacia temas preferentemente científicos y culturales, como la biología, la diagramas que constituyen la presentación estándar de los museos de ciencias
física, las comunicaciones, la astronomía y la ecología. En sus salas los niños naturales, este centro elaboró modelos a escala real de las principales especies y
aprenden jugando y reflexionando sobre temas que van desde la reproducción las dispuso entre los árboles de un bosque ubicado dentro de sus instalaciones.
humana al nacimiento del cine, desde la protección del medio ambiente a la El recorrido, denominado Dinosaur Trail, permite comprender algunas rela-
carrera espacial y la física molecular. ciones de estas criaturas con su hábitat de manera intuitiva, reservando otras a
Otros, como el Museo de los Niños Abasto, ubicado en un centro comercial de textos y recursos de audio.
240 Las atracciones de este tipo corren el riesgo de diluirse en el mero entretenimien- En una caracterización rápida, se pueden detectar tres tipos de propuestas di- 241
to sin aportar conocimiento alguno, o aportándolo sólo como un efecto secun- ferentes desde el punto de vista de su capacidad para involucrar al espectador.
dario. Es lo que sucede en muchos parques temáticos, donde el desarrollo de Cada una de ellas requiere un compromiso particular, que puede ir desde la
determinados temas científicos y culturales es una excusa para atraer al público observación más o menos crítica a la participación o la construcción grupal del
hacia otros servicios comerciales, como cafeterías, negocios de regalos y juegos. conocimiento. En los años recientes se ha prestado un especial interés a estas
Por ejemplo, y siguiendo con los dinosaurios, en la ciudad aragonesa de Teruel, últimas formas de comportamiento, en tanto promueven un aprendizaje más
en España, se construyó Dinópolis, un parque dedicado a las especies jurásicas que vívido, profundo y duradero.
contiene reproducciones en tamaño real de los reptiles más populares, e incluye En primer término, existen objetos de conocimiento con cierta autonomía, ya
un museo paleontológico, pero sólo como otra de las atracciones ofrecidas a los sea física o disciplinar; es decir, objetos que pueden comprenderse en sí mis-
visitantes, además de juegos, restaurante, bar y tiendas de recuerdos. mos o recurriendo a las informaciones o teorías que los incorporan, pero que
No obstante, a veces estos lugares logran llegar a un balance entre sus objetivos no precisan de una contextualización ajena a la que ese marco discursivo les
didácticos y comerciales. El Parque Nacional del Café de Colombia, en Monte- brinda. La reproducción del sistema solar en el Science Park del Museo de Cien-
negro, pertenece a una fundación que busca mantener el patrimonio histórico y cias de Montshire, mencionada con anterioridad, es un claro ejemplo de este
cultural del café, y lo hace a través de este sitio que ofrece actividades recreativas tipo de dispositivos. Aquí, el conjunto de los planetas y satélites conforma una
y ecológicas ligadas a la industria cafetera. El Parque Xcaret, en México, acerca unidad material y de conocimiento que es independiente del entorno natural
a sus visitantes a la cultura maya y al particular entorno natural en el que ésta se en el que está emplazado y de la presencia y las acciones de los visitantes. La in-
desarrollaba mediante el deporte, la historia y la conciencia ecológica. formación sobre las dimensiones relativas de cada cuerpo estelar y la distancia
Aunque en muchos casos estos emprendimientos se basan en estudios e inves- que los separa surge de la comparación visual; los datos adicionales – textos,
tigaciones para construir los simulacros que brindan, esto no es un requeri- guías, audio – permiten trasladar esa evidencia a los valores derivados de las
miento obligatorio, en tanto están pensados como lugares de diversión y no de mediciones, otorgándoles el carácter científico que se pretende que posean.
transmisión de un saber. Esto les ha dado cierta libertad para elaborar entornos El parque en el que está ubicada esta representación escultórica del universo
imaginarios, como sucede con el Parc Asterix de París, que reconstruye el uni- no influye de manera alguna en su comprensión como sistema estelar; por el
verso de la conocida historieta situada en el mundo galo medieval, o Musipán. contrario, hay que ejercer una cierta abstracción para anularlo en su referencia
El Reino, una ciudad ficticia inspirada en las historias humorísticas del come- terrestre y transformarlo – imaginariamente – en la vasta extensión vacía en la
diante venezolano Benjamín Rausseo, Conde de Guácharo. Finalmente, hay que se despliega nuestro complejo solar.
parques como Terra Mítica, en Alicante, España, donde las referencias históri- Esa relativa autonomía del instrumento didáctico no implica la pasividad del
cas se utilizan únicamente como tema para los juegos y diversiones, sin ningún espectador. En la mayoría de los casos, éste tiene mucho por hacer: percibir,
interés por transmitir conocimiento alguno basado en ellas. observar, analizar, descubrir, inferir, relacionar, completar la información, po-
sicionarse. Estas acciones, bien organizadas, pueden promover una rica y esti-
mulante actividad cognitiva.
El espacio público, el espectador y el transeúnte Un segundo tipo de propuesta es aquella en la que los objetos de conocimiento
Aun cuando funcionen al aire libre, los parques temáticos son espacios cerra- se relacionan con su entorno, e incluso con el del espectador, aunque no requie-
dos en más de un sentido. No sólo por la seguridad de los visitantes o el control ran ni de la participación ni de la interacción de éste. En estos casos se suelen en-
de su acceso – y pago –, sino también, porque cada una de las atracciones que fatizar los procesos, los mecanismos, las dinámicas o las influencias contextuales,
brindan está destinada a un fin preciso. Todo lo que puede hacerse en ellos antes que los datos o propiedades específicas de los objetos en cuestión. Aquí el
está estrictamente preestablecido, dejando muy pocos márgenes a la voluntad espectador tiene un rol un poco más activo, en tanto muchas veces se espera que
o creatividad de sus usuarios. él construya una parte del conocimiento que se busca transmitir, deduciendo
En los museos al aire libre, las relaciones entre los visitantes y los objetos o las relaciones, captando transformaciones, analizando causas y efectos.
propuestas didácticas suelen ser mucho más amplias. Estas responden a dife- Retomando nuevamente un ejemplo anterior, el bosque con dinosaurios del Mu-
rentes formas de comprender el posible diálogo entre el espectador y lo que seum of Life and Science de Durham aspira a poner de manifiesto las relaciones
la institución tiene para ofrecer. Aunque están muy extendidas, no siempre la entre esos animales y su hábitat natural. Aquí el espectador puede evaluar las di-
participación o la interacción son los modelos a seguir. A veces se requiere sim- mensiones de éstos, pero también deducir sus formas de alimentación, ocupación
plemente observar, o analizar las interrelaciones de un determinado elemento del territorio y desplazamiento, confeccionando una imagen más orgánica de su
con su entorno, o aprender a percibir, ver, escuchar, sentir. vida e interrelación con el mundo. Las mismas reconstrucciones ubicadas en otro
242 sitio plantean un tipo de conocimiento diferente, más centrado en el animal en 243
sí, es decir, en el marco de la tipología mencionada previamente.
Este mismo museo dedica un conjunto de dispositivos a demostrar la influen-
cia del viento sobre el medio ambiente, agrupados bajo el nombre de Catch the
Wind (Captura el viento).
Uno de ellos, la Seed Tower (Torre de semillas), consiste en un brazo mecánico
elevado que arroja al aire semillas de gran tamaño, poniendo de manifiesto
la injerencia de las corrientes eólicas en la distribución y diversificación de
las especies vegetales. Otra de las atracciones de este sector es un lago que
contiene numerosos barcos a vela que el espectador puede conducir a control
remoto, experimentando las variaciones que introducen los flujos ventosos
sobre su trayectoria. En estos ejemplos, un elemento del entorno (el viento)
es el protagonista de todo el planteo didáctico, aunque sus acciones sólo se
perciben cuando se ejercen sobre objetos y dispositivos específicos. El especta-
dor se aproxima a ellas mediante deducciones, especulaciones o la evaluación
de sus efectos.
Finalmente, la tercera forma en que se produce la relación entre los especta-
dores de los museos al aire libre y los objetos, materiales y dispositivos dirigidos Bosque amazónico inundado
a ellos es la participación o interacción, dos de las maneras de aproximación a CosmoCaixa, Barcelona
contenidos e informaciones más populares entre el público y las instituciones.
Aquí se trata de que el visitante construya el conocimiento a partir de su capa- Los ejemplos de instituciones que basan sus proyectos expositivos en la participa-
cidad para activar procesos, manipular modelos, involucrarse corporalmente ción y la interacción son numerosos; de hecho, la mayoría de los museos de cien-
en ensayos y experimentos controlados, habitar simulacros, interactuar con re- cias e historia del mundo recurren hoy en estas aproximaciones al conocimiento.
cursos tecnológicos. Todo esto requiere que active sus habilidades creativas y En Buenos Aires, el Centro Cultural Recoleta alberga uno que lo dice todo desde
lúdicas, que toque, ponga en funcionamiento, modifique, transforme, elija. Al su nombre: el Museo Participativo de Ciencias, que con el lema “Prohibido no
realizar estas tareas, aparece cierta operatividad del conocimiento que se trans- tocar” destaca la importancia brindada a la actividad de los visitantes, que por lo
mite de inmediato a él como una forma de agenciamiento, es decir, como una general son niños acompañados por la escuela o por sus padres.
capacidad para transformar el mundo. Gran parte del éxito de las propuestas Los paradigmas de la participación y la interacción han dado vida a nuevas ins-
interactivas tiene que ver justamente con esto: con señalar un camino posi- tituciones, como es el caso de CosmoCaixa en Barcelona y Madrid, dos museos
ble para modificar las cosas, con poner de manifiesto que los conocimientos científicos donde la acción del público es fundamental. Ésta se percibe a lo
no son estáticos sino que pueden transformarse y, en definitiva, utilizarse para largo de ambos espacios, pero en particular, en la sección denominada “¡Toca,
cambiar los modos de funcionamiento de la realidad, la sociedad y el mundo. toca!”, que propone el contacto táctil con diferentes especies de animales. La
El rescate de la experiencia lúdica se relaciona también con la reconsideración explanada de CosmoCaixa Barcelona alberga la Plaza de la Ciencia, un ámbito al
de la ciencia como un terreno de creatividad e invención, y no exclusivamente aire libre donde la didáctica del museo se prolonga en piezas escultóricas que
como dominio de la razón y la lógica. Aunque estos últimos aspectos no se permiten comprender, siempre participando, algunas leyes y conclusiones del
descuidan en su transferencia, los primeros han resultado ser un puente ideal discurso científico.
para incentivar la curiosidad y la experimentación que están en la base de la Los tres modelos de relación entre los espectadores y los dispositivos expositi-
práctica científica. Por otra parte, desde el punto de vista educativo, el juego ha vos públicos reseñados corresponden, en realidad, a estructuras formalizadas
pasado a ser una herramienta poderosa para la transmisión de saberes según de presentación llevadas adelante por espacios también formalizados, como los
el modelo que se conoce como Caballo de Troya: así como los atenienses ingre- museos. Pero existen otros ámbitos y situaciones donde esa relación se desarro-
saron a Troya ocultos en una escultura de madera luego de intentar hacerlo lla de diferente manera.
numerosas veces por los medios formales, así también se considera que ciertos Tal es el caso de las exposiciones realizadas en la vía pública y destinadas al
conocimientos científicos se pueden introducir en el juego con el fin de atrave- transeúnte, es decir, al espectador ocasional. Aunque estas también pueden
sar ciertas resistencias primeras, y luego, captar de lleno al espectador. perseguir fines didácticos, y por lo tanto, parecerse a las descriptas con anterio-
244 ridad – sirva como ejemplo las exhibiciones sobre el Muro de Berlín – existen El segundo caso se puede ejemplificar con la intervención de Leonello Zam- 245
otras donde esto no sucede. En general, se trata de exposiciones artísticas, de bón sobre la fachada del edificio de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de
fotografías u otro tipo de creación cultural, que se ponen a disposición de los Buenos Aires. El sitio está emplazado entre la Casa de la Cultura, perteneciente
ciudadanos como una forma de acercarles una producción a la que no accede- a la misma institución, y la Plaza de Mayo, lugar reconocido por ser la sede de
rían si se presentara en un museo o centro cultural. Estas exposiciones suelen la mayoría de las manifestaciones políticas de la Argentina y el epicentro de
ser ocasionales y estar asociadas a un evento donde muchas veces la propia los cacerolazos con los que la ciudadanía protestó por la crisis económica de
ciudad es la protagonista. diciembre de 2001. En este espacio, el artista proyectó un video diseñado espe-
En Buenos Aires, se ha vuelto costumbre la realización de exposiciones foto- cíficamente para él que tituló Concierto para violines y cacerolas, donde se podía
gráficas en la Plaza San Martín con motivo del Festival de la Luz, la bienal in- ver a dos personajes (un hombre y una mujer) ejecutando una composición
ternacional de fotografía que ocupa múltiples espacios en todo el país. Esas musical con esos dos instrumentos. La obra dialogaba con el entorno y con la
exposiciones suelen estar dedicadas a un artista extranjero – aunque en una memoria de los espectadores casuales, quienes debían completar las referen-
ocasión de presentó una colectiva de autores argentinos – y a imágenes con la cias rememorando la historia reciente. En este sentido, establecía un vínculo
capacidad de captar la atención de las personas que transitan por ese lugar a con la gente como eje primordial de su funcionamiento público.
diario. En otras ocasiones, y como parte del mismo evento, se hicieron proyec- Finalmente, el último caso corresponde a la pieza cocreada por Andrés De-
ciones sobre el Obelisco y se montaron murales fotográficos sobre la fachada negri y Enrique Casal. Su intervención tuvo lugar en la fachada del Banco de
del edificio de Canal 7, sobre la Avenida Figueroa Alcorta. la Nación Argentina ubicado frente a la Plaza Flores. En los días previos, los
En el verano de 2007, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires organizó artistas hicieron registros visuales y sonoros del entorno que utilizaron en el
una serie de intervenciones sobre las fachadas de edificios públicos con el fin momento de la presentación como materiales para una composición audiovi-
de sorprender a los ciudadanos en sus espacios cotidianos con las propuestas sual generada en vivo mediante las herramientas digitales de los video jockeys
de un grupo de videoartistas contemporáneos. Aunque las intervenciones se (VJ). Como sucede en las sesiones de VJ, el público fue induciendo con sus
anunciaban como parte de las actividades estivales, no se buscaba atraer espec- reacciones el proceso creativo que los artistas iban elaborando en tiempo real.
tadores a los lugares donde éstas se llevaban a cabo, sino transformar momen-
táneamente la fisionomía de la ciudad para las personas que circulaban a diario
por allí. Por tal motivo, los espacios seleccionados estaban ubicados frente a Desafíos museográficos
plazas y paradas de colectivos, a la vera de avenidas transitadas y en centros co- Los modelos de museos abiertos, espacios intervenidos y exposiciones al aire libre
munitarios de gran circulación. De esta forma, una persona que habitualmente reseñados hasta aquí, ponen en evidencia la amplia variedad de situaciones, lu-
toma un colectivo en Plaza Flores – uno de los lugares seleccionados – podía gares y contextos en los que se pueden implementar diálogos significativos entre
encontrarse con un espectáculo que modificaba su rutina y lo invitaba a dete- objetos de conocimiento, obras artísticas, contenidos didácticos o informativos, y
nerse y transformarse en un espectador ocasional. un espectador diferente al de los ámbitos expositivos formales. Esto abre todo un
Las relaciones entre los edificios seleccionados, el espacio donde estaban em- terreno de posibilidades, pero al mismo tiempo involucra una serie de reflexiones
plazados, y el público eventual no eran siempre las mismas. A veces se preten- y reconsideraciones sobre las prácticas museográficas tradicionales y su capacidad
día que la gente estableciera un vínculo significativo entre el video proyectado para adaptarse a estas circunstancias. Los desafíos son tanto conceptuales como
y el predio que lo albergaba. En otros casos, las intervenciones llamaban la prácticos; implican repensar desde el perfil del público hasta las misiones y funcio-
atención sobre el entorno, es decir, involucraban el espacio donde se ubicaba nes de las instituciones y los discursos expositivos, desde los procesos de aprendi-
el espectador. En un caso singular, el público podía incidir sobre las proyeccio- zaje a los elementos y las herramientas capaces de encarnarlos adecuadamente en
nes, ya que éstas eran generadas en tiempo real por los artistas. los espacios no controlados por la autoridad museal.
Como ejemplo del primer caso, se puede mencionar la emisión del video La Veamos algunas cuestiones prácticas. Muchas son el resultado de la aplicación del
brutalidad de los hombres, de Anna Lisa Marjak, sobre la fachada de la Facultad sentido común, pero otras requieren quizás de alguna consideración especial.
de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. La pieza muestra a dos varones El primer punto a tener en cuenta a la hora de considerar las posibilidades y
que pelean por un elemento (un huevo) que al final desechan, como una me- pertinencia de las exposiciones públicas es de naturaleza reflexiva, ¿Qué inte-
táfora de la competitividad intrínseca a las relaciones humanas. Su proyección rés puede tener la realización de un emprendimiento de este tipo? ¿Cuál es la
sobre el edificio de donde salen los jueces y abogados buscaba generar una co- finalidad de hacerlo en ese sitio y no en un espacio mejor controlado? ¿Cuáles
nexión simbólica entre estas profesiones, ese comportamiento y la universidad son las ventajas y desventajas de esta decisión? ¿Necesita o será capaz el público
como lugar de producción de mediación social. de valorar una acción de estas características? Evidentemente, la institución
246 que tome la iniciativa de hacerlo deberá estar muy convencida de las virtudes 247
del proyecto, de sus beneficios potenciales y de la diferencia significativa que
supone en el espectador el poder separarse del ámbito del museo.
La mayoría de los museos que poseen dispositivos de exhibición exteriores los
tienen en sus explanadas de ingreso o en parques ubicados en sus adyacen-
cias. Las exposiciones que allí se despliegan guardan una relación evidente
con las que se encuentran en el interior, sino desde el punto de vista temático,
al menos por contigüidad. Se podría entonces plantear un circuito entre am-
bas: que una funcione como introducción y la otra como su continuación. Es
importante considerar en todo momento este tipo de relaciones, porque de
ellas depende la integridad de la experiencia didáctica. Aunque la exposición
se realice afuera, su constitución museográfica debería enmarcar lo que allí
suceda dentro de los objetivos de la institución. De otra forma, será muy difícil
para el espectador escapar de la seducción del entretenimiento y para el museo
cumplir con sus metas.
Como sucede con todos los elementos destinados al espacio público, que pue-
den ser abordados por personas de las más variadas condiciones – y en especial
por los niños –, uno de los primeros cuidados a tener en cuenta se refiere a
la seguridad. Este es el parámetro principal que determinará los materiales a
utilizar, el emplazamiento de las maquetas, los objetos o los modelos en sitios
de tránsito, los ensamblajes, las terminaciones, las escalas, la accesibilidad y las
señales de precaución. Ningún otro parámetro es tan crucial como éste, que
debe ser evaluado al detalle y en los peores escenarios posibles, a fin de elimi-
nar cualquier posibilidad de riesgo para la salud o la integridad del público.
Además de seguros, los materiales utilizados en la construcción de los dispositivos
didácticos y expositivos para los espacios públicos deben ser resistentes, no sólo
a las inclemencias climáticas sino también a los efectos del medio ambiente, la
manipulación y otras formas de intervención humana o del entorno. Esto implica
prever las posibles consecuencias de su ruptura o vandalización: que los residuos
no sean peligrosos, tóxicos o hirientes, y que puedan ser reparados con facili-
dad. Tratándose de elementos que ocupan espacios de fácil acceso, es necesario
contemplar la posibilidad de vandalismo y sus consecuencias. Para esto, hay que
pensar en materiales de rápida reposición, que se consigan con facilidad ante la
eventualidad de su destrucción y que no sean muy costosos.
Las condiciones climáticas también intervienen de otras maneras. Las lluvias,
las nieblas y las tormentas impiden la utilización y el acceso a los recursos ex-
positivos ubicados al aire libre, tanto por obstaculización como por seguridad.
Lo mismo sucede con fenómenos meteorológicos más extremos. En algunas
regiones, las estaciones pueden tener influencia sobre las exposiciones reali-
zadas en espacios exteriores. Como se mencionó previamente, el Science Park
del Museo de Ciencias de Montshire sólo puede visitarse una parte del año;
concretamente, entre los meses de mayo y octubre. Esto puede representar un
inconveniente para la institución, pero en definitiva se trata de una medida
necesaria a fin de preservar la seguridad y el confort de los visitantes. Andrés Denegri, Enrique Casal.
Av. Rivadavia 6900-7000, 2007
248 Existen casos más específicos aún de dependencia de las condiciones ambien- exceder quizás los propuestos en primera instancia por el museo, no deberían 249
tales. El proyecto de intervenciones en las fachadas de edificios públicos con desatenderse, en tanto forman el sustrato de los valores puestos en juego en
proyecciones organizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, debió esta situación.
realizarse en momentos de escasa luz, es decir, durante las últimas horas de la Por último, la palabra “significativo” ha aparecido reiteradamente y esto no
tarde y la noche. Como ocupó los meses de verano, los horarios de oscureci- es casual. Las teorías del aprendizaje significativo sostienen que una persona
miento fueron más tarde de los habituales. Sin embargo, el agradable clima de construye su conocimiento en una suerte de interacción permanente: por un
las noches estivales porteñas, sumado a la cantidad de gente que está de vaca- lado, adoptando los datos y las informaciones que les provee su entorno; por
ciones en esos momentos en Buenos Aires, hizo que la concurrencia a cada una otro, aportando sus propios conocimientos, elaborados previamente a partir
de las presentaciones fuera abierta y multitudinaria. de otros datos e informaciones. En el aprendizaje significativo no se aceptan los
Como ya se mencionó, emplazar una exposición en un espacio público o al aire contenidos provistos por los recursos didácticos sin más, sino que se los compa-
libre debe tener algún sentido. Uno de los más evidentes debería ser la relación ra, confronta, pone en duda, refuerza o niega en función de las negociaciones
con su entorno. No se puede – o no se debería – pensar en los elementos que la con las ideas y los conceptos que el espectador trae al ámbito expositivo y que
componen como módulos autosuficientes, aislados, orientados exclusivamente a forman parte de su saber e idiosincrasia.
llamar la atención sobre ellos mismos, independientes de lo que sucede alrede- Si esto forma parte del aprendizaje que se produce en el marco del museo, es
dor. Aunque a veces esto sea así, es mucho más rica la posibilidad de establecer mucho más evidente en los ámbitos ajenos a él. Porque allí el espectador sólo
diálogos con el ambiente que enriquezcan el espacio y el momento que el espec- cuenta con lo que trae, con sus conocimientos y valores previos, por lo menos
tador está ocupando mientras se relaciona con el dispositivo didáctico. hasta que decide entrar en diálogo con el dispositivo didáctico que le propone
En muchos de los ejemplos referidos se pone de manifiesto este diálogo: en los transformar su encuentro con él en una experiencia cognoscitiva. Esa decisión es
modelos de dinosaurios que habitan un bosque, en los kioscos electrónicos que previa cuando se opta por ingresar a un museo. En cambio, en el espacio público,
reproducen los sonidos de los pájaros que vuelan a su alrededor, en el viento que puede adoptarse o no. Por esto, un buen diseño expositivo exterior debe tener en
hace volar las semillas hacia sitios imprevistos, en las fotografías y los textos que cuenta, ante todo, el perfil del posible visitante: cuáles son las ideas con las que
analizan las comunicaciones y los transportes en la Alemania del muro, emplaza- puede llegar a venir, cuáles pueden ser sus intereses, qué elementos de la pro-
dos en una estación de trenes. Y podrían mencionarse muchos ejemplos más. Las puesta didáctica tienen la probabilidad de impactar en él para llevarlo a observar,
buenas propuestas expositivas son aquellas que saben sacar provecho de todos participar y reflexionar. Desde ya esta es una tarea compleja, pero si no se la tiene
los recursos a mano, y los entornos inmediatos son parte de esos recursos. En el en cuenta se corre el riesgo de trabajar a ciegas y en vano, para un visitante que
museo, ese entorno tiene a veces pocas variantes, y en todo caso, es fácilmente nos parecerá indiferente, pero que sólo es una persona a la que no fuimos capaces
controlable. Pero en los ámbitos extramuseales, las relaciones con los espacios cir- de llegar con una propuesta acorde a sus intereses.
cundantes deben construirse, señalarse y potenciarse. Esta es una de las formas de La museografía fuera del ámbito expositivo tradicional deberá tomarse como un
hacer que el visitante perciba la importancia de su lugar y participación, y extraiga verdadero desafío, y no como una adaptación de los métodos y procedimientos
de ello una experiencia verdaderamente significativa. existentes a las nuevas circunstancias. Sin dudas, muchos de los estudios e investi-
Por otra parte, debe considerarse también que el espacio público muchas veces gaciones elaborados a lo largo de los años, con su abundante bagaje de experien-
es justamente eso: público, es decir, compartido y colectivo. En contraposición cias, formarán parte del arsenal teórico que podrá guiar el camino.
con los lugares cerrados, donde se puede lograr cierto grado de intimidad y No hemos tratado aquí – porque debería dedicársele un estudio específico – las
recogimiento, el espacio social promueve las congregaciones, las experiencias propiedades de otro ámbito extramuseal clave y en creciente ampliación que se
grupales, la comunicación y la colaboración. Todas estas cualidades son ex- propaga sin cesar a través de las nuevas tecnologías: los museos virtuales y todas
tremadamente ricas como para desaprovecharlas. Un buen planteo expositivo sus potencialidades comunicativas, instructivas y didácticas, que expanden, como
en un sitio común debería tenerlas en cuenta, no sólo como una posibilidad, los sitios al aire libre, las posibilidades y los límites del museo. Ambos espacios
sino como elementos medulares de un aprendizaje donde se ponen en juego públicos plantean, en definitiva, el mismo dilema y el mismo reto: la necesidad
comportamientos sociales y valores públicos. Así, los dispositivos didácticos si- de desarrollar toda una batería de nuevas herramientas, materiales, conceptos y
tuados en estas condiciones, podrían promover discusiones y análisis conjun- estrategias para los futuros – pero ya presentes – museos sin paredes.
tos, colaboraciones y solidaridades, consultas e interacción. Podría educar no
sólo en ciertos contenidos científicos, históricos o artísticos, sino también en el
desarrollo de los valores democráticos, en el fomento de una conciencia social
y de un espíritu de aproximación al prójimo. Si bien estos objetivos pueden
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la lengua, 1997-2006, instalación con plata © The Royal Photographic Gordon, Play Dead, Real Time (This way,
proyectores artesanales © Rodrigo Society, National Media Museum, that way, the other way), 2003, video
Facundo / p.135 Portada de la Bradford, UK / p.167 Nam June Paik, instalación © Douglas Gordon / p.216
publicación Guerrilla Television, 1971 / Magnet TV, 1965, Video escultura © Vista de sala de Ansia y Devoción,
p.137 Nam June Paik, K-456, 1964, The Estate of Nam June Paik / p.169 Fundación Proa, 2003 © Fundación
Robot realizado con materiales de Diana Thater, The Best Space is the Deep Proa / p.221 Nam June Paik, TV
desecho (en colaboración con Shuya Space, 1998, video instalación, ZKM, Garden, 1974, video instalación © The
Abe) © foto: Peter Moore, SAVA / Karlsruhe © Diana Thater Studio / Estate of Nam June Paik / p.223
p.138 Muntadas, Cross Cultural p.172 Amanita Design, Samorost, 2003, Mobiliario para mirar videos, 2003 /
Television, 1987, video © Muntadas, captura de página web © Amanita p.226 Vista de sala de La condición video,
SAVA / p.141 Arcángel Constantini, Design / p.175 Olia Lialina, My Centro Cultural de España,
Atari Noise, 2000, instalación interactiva Boyfriend Came Back from the War!, 1996, Montevideo, 2007 © CCE Montevideo
© Arcángel Constantini / p.142 net.art © Olia Lialina / p.176 Belén / p.229 Vista de sala de La ilusión del fin,
Anthony Aziz & Sammy Cucher, Gache, Wordtoys, 1996-2006, net.art © Estudio Abierto, Palacio de Correos,
Distopía #1, María, 1994, C-Print © Aziz Belén Gache / p.179 Christa Sommerer 2006 © foto: Ignacio Iasparra / p.232
& Cucher / p.144 Vito Acconci, Theme & Laurent Mignonneau, Haze Express, Science Park, Montshire Museum of
Song, 1973, video performance © Vito 1999, instalación interactiva © Science © Montshire Museum of
ENGLISH TEXTS

256 --- --- By then, technological production is no longer 257


Foreword Sketch for a History something sporadic, but has become assiduously
--- of Technological Art explored throughout the region.
The texts gathered here represent a small selection of the investigatory, theoretical or introductory in Latin America
essays I have written over the past twenty years. They focus on one of my fields of specialization --- Utopia
as a researcher and essayist: the technological, electronic, and media-based arts – a terrain as yet As in the rest of the world, technological de- At the start of the 20th century, technology
not fully defined, but which remains one of the most attractive to esthetic theory in recent years. velopments have brought with it decisive con- embodies the motor of social change. For this
The social, political and cultural transformations that today’s technologies are prompting have sequences for Latin America. Roused by their reason, for some countries in Latin America, it
generated interest in deepening our understanding of the history and present state of the singular possibilities, the region’s artists and intellectuals represents not only the possibility of progress
relation between art and technology. Systematic study of this relation is not a recent phenomenon; it have clearly expounded the need to transform but also of emancipation. Many political and
begins around the 1990s, when computers (and later the Internet) first bring to light the ineluctable cultural production in relation to the profound artistic discourses – José Carlos Mariátegui in
role technology aspires to claim over all areas of human life. From that moment on, we witness changes visible in everyday life. Thus, technol- Peru, the Anthropophagic Manifesto in Brazil,
a veritable explosion of writings on this sphere of artistic creation, a bibliography that shows no ogy makes its first impact on the social imagi- the Movimiento Arte Concreto Invención in
signs of abating. However, there still exist experiments, works and key artists in the history of nary, nurturing artistic and political utopias in Argentina, the Universalismo Constructivo in
technological art that have yet to be given their scholarly due, or remain tucked away in a past yet the minds of modern and avant-garde spirits. Uruguay, the Estridentismo in Mexico –, key to
to be reexamined. Its concrete influence starts with the incorpora- this moment, arise in the heat of industrial and
This state of affairs is all the worse, of course, in Latin America, due to a want of research centers tion of new materials (plastics, electric lighting, technical transformations. At the same time, the
in which to conduct such investigations. Most of us who theorize on art and technology in this neon), and methods of industrial manufacture, technological imaginary permeates the work of
region have done so as freelancers, with haphazard support, outside institutional spaces. Added followed by the inclusion of technological me- artists such as Xul Solar, Joaquín Torres García
to these difficulties are the scant supply of archives on the history of art in our countries, and the dia and devices (motors, video, computers). At or Tarsila do Amaral, in which we see modern
disappearance of many of the pioneering technological artworks, due to their unusual, precarious the same time, various concepts fundamental to cities, machines and factories. Postrevolution-
or ephemeral nature. this art (simultaneity, participation, multimedia, ary Mexico’s “stridentist” poets hail the appear-
The essays that make up this book are intended to offer at least a partial remedy to this situation, interaction) take hold slowly. ance of radio and its artistic and social potenti-
offering a panorama of past and present technological production in Argentina and Latin America. Starting in the 1920s, a series of pioneering ex- ality, creating poems geared to transmission on
Though forming a collection of previously published texts, most have been revised, corrected and periments stake out the future of technological the new medium’s invisible waves.
somewhat expanded. Their organization follows four thematic axes that lay out four areas of reflec- art in Latin America. These first manifestations
tion and discussion as a way to approach their object of study. are produced in isolated fashion; for which New Materials
Over the long years of working out these texts, I have received the help of people too numerous reason, many of them have no continuity and Industrial growth introduces new materials into
to thank here in detail; but some have been too important to me not to mention them. In the first remain antecedents – sometimes unknown or the marketplace, materials with which artists
place, I thank Graciela Taquini for introducing me to the universe of the technological arts, and ignored, at other times mere curiosities – in experiment. Plastics in general, and Plexiglas
Jorge La Ferla, Laura Buccellato, Silvina Szperling and Jorge Glusberg for encouraging me to con- a history yet to be written. What follows is an in particular, start to appear with frequency in
tinue along that path. Adriana Rosenberg, Mariano Sardón, Alejandrina D’Elía, Pancho Marchiaro, approximation, deliberately schematic, of the works around 1940. In Buenos Aires, Gyula
José-Carlos Mariátegui, Andrés Burbano, Laura Baigorri, Karla Jasso, Enrique Rivera, Tania Aedo, complex panorama of pioneer manifestations of Kosice makes his first pieces using neon in
Muntadas – each from their particular personal or institutional place – were also instrumental in technology-based art in Latin America. As such, 1946, and shortly thereafter creates hydro-
helping me in this pursuit. Likewise, I offer my deep thanks to the artists and to my colleagues for it makes no claim to completeness or exhaustive- sculptures: apparatuses with water, movement
their generosity in sharing their works with me and for taking an interest in and responding to mine. ness. Rather, it offers a look at some concepts, and light. He later designs an urban habitat on
Without that space of dialogue and ongoing discussion, none of the texts that make up this publica- production and key practices from a perspective the same principle: the Ciudad Hidroespacial
tion would ever have come into existence. that confers on us our contemporary position. (Hydrospatial City, 1947-1960). In Venezuela,
This constellation of experiments has no particu- Gego and Jesús Soto create environments with
lar order to it. It is offered here as an instanta- stainless-steel wire and nylon tubing. Abraham
neous configuration of a shifting, still uncertain Palatnik uses motors, lights and synthetic fab-
cartography. The cases adduced all predate the rics in his kinetic pieces. The Chilean scientist
1980s. The choice of this time limit takes into ac- Carlos Martinoya approaches art in his exper-
count the wide circulation of video by that time. iments with polarized light, while in Buenos
258 Aires, the architect Gregorio Dujovny tests the Kineticism / Light Environments art based on individual inspiration (GRAV). Sensoriality 259
esthetic properties of laser beams. The Peruvian Kinetic art incorporates real movement as an To break with the romantic idea of the cre- Activation of the senses and triumph over the
Teresa Burga designs structures of compressed esthetic material. Through motors and other ative genius has a political meaning to it, as exclusivity of vision are key goals for some art-
air (Estructuras de aire [Air Structures], 1970). mobile mechanisms, the artists enlisted in this does a trust in the possibilities of a collective ists in the 1960s. With her Objetos relacionales
Marcello Nitsche (Brazil) and Agustín Alaman trend explore the effects of movement on the work that regards the public as a veritable (Relational Objects), Lygia Clark operates over
(Uruguay) present inflatable objects at the 10th viewer in pieces that assume the form of instal- author (Lygia Clark, Hélio Oiticica, Marta the entire surface of the viewer’s body, through
São Paulo Bienal. The Swiss-Peruvian Franc- lations and environments. In Brazil, Abraham Minujín). Participational works bring out this elements that exert various kinds of sensations:
esco Mariotti and the Argentine Geny Dignac Palatnik creates small machines and “paint- aspect. They are the outcome of collaboration pressure, temperature, texture, etc. Her compa-
make fire sculpture. During the seventies, many ings” in translucent, elastic fabric, works that between those who propose a possible experi- triot Lygia Pape works with aromas and taste
artists work with projections of films and slides, let the viewer perceive a play of light, color and ment and those who actually carry it out. (Ronda de los placeres [Ring of Pleasures],
video, sensors and computers. movement within them. The Chilean Matilde 1968). In Violetas de Parma (Parma’s Violets,
Pérez and the Cuban Sandú Darié design artic- Participation / Playfulness 1968), a collage with stencils of violets that
Optical Research / Chromaticism ulated, mobile pieces: the former subsequently Participative projects test the creativity of includes that flower’s scents, a ventilator and
Op art has an extensive history in Latin Ameri- incorporates lighting and sound in remarka- their viewers, who are turned into co-authors. light, Francesco Mariotti begins a lengthy in-
ca. In this art, the shifting position of the person ble light installations; the latter creates simple Resorting to play is a way of motivating that volvement with smell incorporated into works.
looking at the work creates illusions of transfor- light-producing devices for viewers to manipu- creativity, which is not typically directed Marta Minujín creates soft environments so
mation and movement. This effect is achieved late. In Paris, the Argentines Julio Le Parc and toward specialized knowledge but rather to- that the public can experience its corporeality
through precise study of chromatic properties, Horacio García Rossi found the group GRAV ward the forms of everyday invention. The (La chambre d’amour [Love Chamber], 1963;
plastic composition and human perception. (Groupe de Recherche d’Art Visuel) together Brazilian Lygia Clark builds devices, objects ¡Revuélquese y viva! [Roll Around and Live!],
Among the many artists exploring along these with European colleagues. The group is orient- and wardrobes that turn the public into users. 1964). The chromatic spaces of Carlos Cruz
lines are: Luis Molinari and Estuardo Maldona- ed toward light and kinetic installations, and The Parangolés (1964-65), by her compa- Diez explore the sensory effects of color, while
do (Ecuador), Omar Rayo (Colombia), Luis come up with playful environmental pieces. In triot Hélio Oiticica, are clothing inspired by the installations of Hélio Oiticica take us into
Humberto Díaz (Guatemala), Iván Freitas, Antô- the same city, the Paraguayan Enrique Carea- Carnival, clothing which the viewer has to various materials (such as sand, water, plants,
nio Maluf, Yutaka Toyota and Mauricio Nogue- ga, and the Argentines Martha Boto, Gregorio put on. Marta Minujín and Jesús Soto create fabrics) in the quest for what the artist termed
ira Lima (Brazil), Rudy Ayoroa (Bolivia), Roge- Vardánega and Hugo Demarco, devise objects sensory environments completed only with the suprasensorial (Tropicalia, Edén, both
lio Polesello, Ary Brizzi, Eduardo Mac Entyre, and installations along similar lines. Feliza the presence of the people who inhabit them. works of 1969).
Miguel Ángel Vidal and Carlos Silva (Argenti- Bursztyn exhibits Las histéricas (Hysterical The kinetic artists devise a proto-interactivity
na), Alberto Dávila, Ciro Palacios and Jesús Ruiz Women), a set of metal sculptures set in motion by asking the public to activate their works Immersion
Durand (Peru), Ernesto Mallard, Feliciano Béja by jukebox motors, in the show Espacios Ambi- through buttons and other manual devices. In the desire to seize the viewer, works take on
and the grup Arte Otro (Mexico), Carlos Ortúzar entales (Environmental Spaces, Bogotá, 1968). In Brazil, Mareines Sulamita makes paint- engagingly environmental traits. They are no
(Chile), Juvenal Ravelo, Alejandro Otero, Mar- The same year, in Mexico, Lorraine Pinto ex- ings with a sound device inside them that is longer objects to contemplate but rather spac-
cel Floris, Omar Carreño, Jesús Soto and Carlos hibits Quinta dimensión (The Fifth Dimension, activated whenever the spectator passes his es that surround and contain the visitor, truly
Cruz Diez (Venezuela). The last of these artists 1968), a kinetic sculpture with light and sound; hand over the edges of the canvas. Enrique immersional experiences. In Jesús Soto’s pen-
explores the influences of color on the viewer in her compatriot Federico Silva explores the Careaga’s works encourage viewers to take etrables, the public crosses through volumes
a series of monumental chromatic installations. same properties in his works. The Chilean Ale- part in familiar games in order to activate the of plastic threads and other materials, forging
Simultaneously, Carlos Montoya and Nahum jandro Siña, in joint work with his wife Moira, lighting effects of his installations of fluores- a path with his body. The Mexican Hersúa
Joel in Santiago, Chile, and Leonor Rigau in constructs exquisite spaces inhabited by lines cent and black light painting (Proposición constructs chromatic territories you can walk
Mendoza (Argentina), build machines produc- of light obtained using very slender neon tubes. lumínico-cinética para un partido de ping- through, while in the lighting environments of
ing lighting effects: the former artists starting pong [Light-Kinetic Proposal for a Ping-Pong the kinetic artists, people are flooded with light
from the diffraction of polarized light (Abstrac- Collective Creation Match], 1968). For many of these artists, the effects. In 1967, Marta Minujín makes Minu-
toscopio cromático [Chromatic Abstractoscope], Technological artists often work in collabora- game has a liberating potential, a way of cri- phone, a telephone booth that showers its occu-
1960); the latter, through composition of beams tion. Sometimes, they do so due to the complex- tiquing the autonomy of traditional art and pant with various sensory effects depending on
of colored light (Máquina de color-luz [Color- ity of their investigations (Francesco Mariotti); forming active citizens. the number dialed on the phone. At the 10th São
Light Machine], 1959-65). at other times, because they do not believe in Paulo Bienal, Francesco Mariotti presents an
260 inhabitable luminous dome that responds to the organized by Robert Rauschenberg and Billy important than its capacity to activate experi- C, 1967). In the Expo/Internacional de Novísi- 261
passage of time and the sound volume inside Klüver, with a piece bringing together projec- ences and processes. A shift takes place, toward ma Poesía (International Exhibition of Very
it, and at the same time creates a thermic and tions, closed circuit TV and foam sculptures, ephemeral works that disappear at the very Latest Poetry), held at the Di Tella Institute
olfactory surrounding (El movimiento circular among other materials. moment of their fruition; all participatory art is (Buenos Aires, 1969), Ana María Gatti presents
de la luz [The Circular Movement of Light], oriented toward momentary experience rather the installation A propósito de Mallarmé, com-
1969). The use of movie projections, slides and Simultaneity than toward material duration. Dematerializa- posed of four acrylic booths containing four
sound heightens the ranges of immersion: now The multimedia pieces are usually geared at tion has, in many artists (such as Clark, Oiticica audio players connected to a photoelectric de-
the viewers form part of a multimedia universe, one and the same time to all the senses, with im- or Le Parc) a political meaning: avoidance of vice. The public’s movement around it activates
expansive and sensory. ages, sounds, texts, movements and other stim- the work becoming marketable and entering sequences of words in four different languages
uli synchronically presented. In Buenos Aires, the art institutions for the delectation of a select (Spanish, French, Danish and Japanese). For
Multimedia / Hibridization Marta Minujín produces Simultaneidad en group of viewers. Yet ephemeral practices are his part, Francesco Mariotti experiments with
Around the decade of the 1960s, artists begin simultaneidad (1966), a complex technological also worked out that aim toward a self-criticism multiple systems of interaction.
to integrate different materials and mediums in event in which she has the participants filmed, of the art system itself. In Lima, Yvonne von
making their works, thus creating hybrid prod- photographed and interviewed, in order later to Mollendorff announces a dance spectacle, but Computer Art
ucts. The use of technological devices expands play back to them their images and words, re- when the public shows up, the performer refus- Computers appear in the works of Latin Ameri-
the possibilities of image and sound. Marta produced on TV sets, radios and loudspeakers. es to dance and reproduces audio recordings de- can artists in highly varied forms. Marta Minu-
Minujín explores the consequences of medi- With his Movimiento Pánico [Panic Movement, scribing the absent dance (Sin título [Ballet ver- jín uses one to select the participants for her
atized societies in environments that include 1962), the Chilean Alejandro Jodorowsky aims bal], Untitled [Oral Ballet], 1970). In the same hypermedia event Circuit Super~Heterodyne
movie projections, slides, televisions, tele- to renew the arts through terror, humor and city, Teresa Burga plans the building of a photo (1967), taking off from questionnaires pub-
phones, radio transmissions (Simultaneidad en simultaneity; this is made clear in the films he booth that is to take an image of its viewers but lished in newspapers. Juan Downey phanta-
simultaneidad [Simultaneity in Simultaneity], made in Mexico. Simultaneity is a property of which develops it without fixative, so that they sizes about artificial insemination in designing
1966; Circuit Super~Heterodyne, 1967; Minu- the contemporary world, one which filters into can contemplate the slow vanishing of their a project of computer combining of eggs and
code, 1968). Jacobo Borges uses a number of the art and culture of these years. faces (Pictures with a Limited Time, 1970). In sperm, based on the analysis of the phonetic ex-
movie projectors and slides, giant screens and 1968, Margarita Paksa presents, at the Di Tella pressions of the donors (Selectramate 2, 1968).
speakers in his mega-spectacle Imagen de Ca- Indeterminacy Institute in Buenos Aires, an installation com- In Buenos Aires, the Center of Art and Com-
racas (Image of Caracas, 1967), a critical look In encouraging the participation of viewers, the posed of the traces of two bodies on sand (man/ munication (CAYC) organizes the exhibition
at the reality of Venezuela that displeases the results of artistic experience grow more and woman) and a vinyl disc with the sounds of a Arte y cibernética (Art and Cybernetics, 1969),
current government. Conversely, in their Cos- more indeterminate. Chance, the involuntary, couple making love (Comunicaciones [Com- and invites six local artists to create their first
mococas (1973), Hélio Oiticica and Neville the unpredictable, are constantly entering in, munications]). works with computers. In La Plata (Argentina),
D’Almeida construct playful spaces with mu- attributes that come to form part of the works’ Omar Gancedo makes poems out of the cards
sic and image projections. Luis Urías uses slide esthetic value. This occurs in the actions and Reaction / Interaction punched by an IBM machine. But it is Walde-
projections modified in real time to erect the participatory initiatives of Diego Barboza in Technology offers the possibility to establish mar Cordeiro, in Brazil, who systematically in-
spaces of panic spectacles he devises together Venezuela, Lygia Pape, Lygia Clark and Hélio a dynamic dialogue between works and view- vestigates the computer’s esthetic possibilities,
with Alejandro Jodorowsky in Mexico. Franc- Oiticica in Brazil, and of Alejandro Jodorowsky ers. The kinetic artists avail themselves of this producing pieces based on the binarization of
esco Mariotti, together with Klaus Geldmacher, in Mexico. The first interactive manifestations resource: the use of buttons, levers, and other photographic images (A mulher que não é B.B.
exhibits an interactive sound and light space in of Juan Downey, Francesco Mariotti and mechanical devices brings about the activation [A Woman Who Isn’t B.B.], 1971, among oth-
Documenta IV (Proyecto Geldmacher-Mariot- GRAV depend, largely, on their participants’ and variation of the pieces. Juan Downey and ers). In 1971 he baptizes this sort of production
ti, 1968), allowing visitors to intervene through actions and decisions. The works have no defin- Margarita Paksa work with photoelectric cells arteônica (art + electronics).
keyboards and other control devices. Juan itive form, but rather remain open and change that allow them to track the movements of the
Downey designs environments, sculptures and according to the stimuli of their surroundings. public and make the works respond to their Systems
performances that combine projections, video, movements: in the case of the former, with light The influence of the sciences and technology is
lights and sound systems. The Brazilian-Swed- Dematerialization variations (Against Shadows, 1968); in the case manifested in a set of concepts adopted by the
ish Öyvind Fahlström takes part in the event From the end of the 1950s, the material or ob- of the latter, with the creation of a sound com- artists. Among them, the notion of system takes
9 Evenings: Theatre & Engineering (1966), jective finishing off of an artwork becomes less position in real time (500 Watts, 4.635 KC, 4.5 on relevance. In Mexico, Miguel Felguérez pro-
262 poses a systematic visual creation based on the they can also even be activated with the view- the Cybersyn (cybernetic synergy) project starts art and its protagonists. In 4 mensajes (4 mes- 263
combinatory syntax of a vocabulary of forms of er’s bodily noises, amplified by a duly connect- to burgeon in Chile, a paradigm of managing sages, 1974) Teresa Burga takes fragments of
their own with the aid of a computer. His com- ed computer (Be-In alla Flaviana, 1969). national economic information through an in- national television programming and transpos-
patriot Ulises Carrión propounds the bases of a terconnected technological network. Although es them into films, slides, recordings and texts
systematic poetry in the essay Textos y Poemas Electronic Experimentation it is not an artistic project, it constitutes an im- that decontextualize them. David Lamelas con-
(Texts and Poems, 1973), in which he assures The appearance of television and video stimu- portant precedent of information networks such ducts a similar operation on a film of his own
the reader that “all that exist are structures” lates the investigation of the electronic image. as the Internet, and a reference point for Chile’s in Film Script (1972): he confronts the unity of
and that metaphor is “the meeting place of two Although the use of these media does not al- contemporary technological art production. the original film with photograms transformed
structures.” Some years earlier, the Brazilian ways have an experimental character, its first into slides which three projectors exhibit in a
Wlademir Dias-Pino created the Poema-Proce- manifestations in Argentina in the mid-1960s Information different order.
so (Poem-Process, 1967), a “mathematical-spa- are definitely oriented in this direction. Mar- In mediatized societies, information does more
tial” derivation of concrete poetry, which Edgar- ta Minujín uses a closed circuit television in than describe reality: it constitutes it. With this Public Space
do Antonio Vigo takes as a starting point for his a work of 1965 (La menesunda [Mayhem], idea in mind, Roberto Jacoby, Raúl Escari and The communications media and the informa-
Poemas para y/o a realizar (Poems for Making/ made together with Rubén Santantonín), and Eduardo Costa draft their Un arte de los medios tion they purvey belong neither to the private
to Make, 1969), in which, through an activity of later she creates various pieces with TV sets. de comunicación [manifiesto] (An Art of the sector nor to art institutions, but rather to the
playfulness, the public is invited to construct its David Lamelas uses them in the environment Communications Media: A Manifesto, 1966), public sphere – to which artists too are orient-
own poetic work. In Buenos Aires, the CAYC Situación de tiempo (Time Situation, 1967), and in order to put it into practice, they send ed, guided by their interest in getting out of the
organizes the exhibitions Arte de Sistemas I y II in which he exalts in the sensory properties of the description of a non-existent happening to institutions and into daily life. The Mexican
(Art Systems I and II, 1971 and 1972, respective- electronic noise. Ronald Kay, Catalina Parra, various newspapers and magazines; when these Felipe Ehrenberg and the Argentine Alberto
ly), in which many Latin American artists would Raúl Zurita and other Chilean artists explore media publish it, they achieve a work of art that Greco point to objects, persons and processes
take part, among them, Bernardo Salcedo (Co- the work of Antonin Artaud amid TV sets, re- consists solely in circulating information. In in urban space and pronounce them “art.” Artur
lombia), Antonio Dias (Brazil), Rafael Hastings corders, audio systems and microphones in- New York, Juan Downey conducts surveys on Barrio denounces the dictatorship in Brazil by
(Peru), Haroldo González (Uruguay) and some spired by the works of Wold Vostell (Tentativa the art world and exhibits the findings – pure in- intervening in the city with bloodied objects;
ten Argentine artists. Artaud [Artaud Attempt], 1974). The Mexican formation – in an interactive installation: with- Cildo Meireles inserts countercultural messag-
Pola Weiss and the Peruvian Rafael Hastings out realizing it, the public triggers the recorded es into objects in mass circulation, such as bills
Interfaces explore the effects and visual distortions of vid- and graphic responses with the results lit up on of money and Coca-Cola bottles (Inserçoes em
The first interactive works use mechanical de- eo. In Brazil, Letícia Parente and Anna Bella a panel (Information Center, 1970). In the same circuitos ideológicos [Inserts into Ideological
vices as interfaces. But over the decades of the Geiger lean toward video performance, a path year, the Museum of Modern Art in New York Circuits], 1970). Other artists leave the city
1960s more sophisticated systems are devel- also followed by the Colombians Raúl Marro- inaugurates the exhibition Information (1970), with playful yet not less critical intentions, such
oped. In 500 Watts, 4.635 KC, 4.5 C (1967), by quin and Jonier Marin. Around 1980 this me- which includes works by Gilherme Magalhäes as Hélio Oiticica, Lygia Clark, Marta Minujín,
Margarita Paksa, a beam of light crosses a room dium grows popular over a large portion of the Vaz, Hélio Oiticica and Cildo Meirelles (Bra- Alejandro Jodorowsky, Juan Downey, Paulo
and falls on a photoelectric cell connected to a continent. zil), Jorge Carballa, Carlos D’Alessio, David Bruscky, among others. In Paris, GRAV installs
sound-creating device; the bodies of the view- Lamelas, Marta Minujín, Alejandro Puente its works on the street in order to reach the gen-
ers, turned into an interface, produce music to Networks and the Frontera group (Argentina). This last- eral public and learn how they respond to the
interfere with the path the light takes. In many In the decade of the 1970s, there exists a strong named group presents the installation Espec- group’s artistic offerings (Une Journée dans
pieces, Juan Downey uses gauges for radiation, circuit of mail-art in Latin America, which in ta (1969), composed of a booth in which the la Rue [A Day on the Street], 1966). Carlos
seismic vibrations, radar and radio waves for some cases arises as an alternative to the cen- viewers are recorded while they answer ques- Cruz Diez intervenes in the same city with his
modifying electric oscillators; these produce sorship of the era’s dictatorships. Clemente tions in a survey; on finishing, the recordings Cromosaturaciones (1969), booths lit in pure
sounds on audio tapes, which are interpreted Padín in Uruguay, Ulises Carrión in Mexico are immediately and publicly exhibited outside. colors that the passerby can briefly inhabit.
by dancers in real time (Invisible Energy Dic- and Edgardo Antonio Vigo in Argentina are In Santiago, Chile, Lea Lublin creates Dentro
tates a Dance Concert, 1969; Electronic Urban among its main figures. Correspondence creates y fuera del museo (In- and Outside the Muse- Telematics
Environment, 1969). In Lugano, Switzerland, a large network of exchanges in which collec- um, 1971), an information exchange project: The media that allow connection of distances,
Franceso Mariotti presents some electric devic- tive creation is put into practice, as some artists inside the institution are exhibited graphs with such as radio, television, the telephone, and sat-
es that respond with lights to the ambient noise; intervene in the works of others. Toward 1972, social data; outside it are projected films about ellite communication, fuel artists’ imagination.
264 Around the 1920s, the “stridentist” poets design to the beginning and try another path, as occurs Also in these years there start to appear the first José-Carlos Mariátegui: 265
works to be listened to exclusively through a in typical behaviorist experiments for animals. works that incorporate actual living elements. Mariátegui, José-Carlos. Mariátegui total.
radio transmitter. Many pioneering experiments Marta Minujín includes rabbits and bees in El Lima: Empresa Editora Amauta, 1994 (two
in video art are motivated by the goal of build- Artificial Environments Batacazo (The Long Shot, 1966); Luis Fer- volumes).
ing a counter-television, as is the case in the The installations and environments of the nando Benedit works with animals and plants. Anthropophagic Manifesto:
programs of the Argentine Jaime Davidovich 1960s herald the investigations of artificial hab- Víctor Grippo makes installations with potatoes Andrade, Oswald de, “Manifiesto Antropofági-
for SoHo TV in New York. In Amsterdam, itats that developed in the years to come. After connected to electrodes that allow the energy co,” Revista de Antropofagia, Año 1, Nº 1,
the Colombian Raúl Marroquín achieves one Gyula Kosice’s Ciudad Hidroespacial come they contain to be measured, as a way of show- mayo 1928.
of the first live interactive connections of two Luis Fernando Benedit’s architecture for an- ing the potential contained in Latin America. In http://www.tanto.com.br/manifestoantropofa-
cable TV channels via satellite. Juan Downey imals and plants. This artist fashions artificial addition to his never executed project of artifi- go.htm
works extensively with radio, television and ecosystems endowed with everything need- cial insemination, Juan Downey makes a set of Movimiento Arte Concreto Invención and
communications media: in Communication ed for bees, snails, ants and other species can pieces involving plants fertilized with sodium Concrete Art in Argentina:
(1968), he reproduces an audio tape and asks thrive and develop far from nature. When he nitrate and potassium or else with Chilean ni- Lauría, Adriana. Arte concreto en Argentina
listeners to take notes on it; afterwards, they exhibits Biotrón (1970) at the Venice Biennale, trate (Chilean Nitrate of Soda Potash, 1971), (online). Buenos Aires: Centro Virtual de Arte
travel as far as they can and through walk- the bees living inside it, able to leave, prefer the and an artificial environment for vegetables and Argentino
ie-talkies and telephone tell the author what synthetic nectar emanating from the electronic bees reproducing the life cycle of pollination http://cvaa.com.ar/02dossiers/concretos/03_
they understood. In Three Country Happening flowers of the technological microsystem to the and honey (Life Cycle: Electric Light + Water definicion.php
(1966), Marta Minujín plans a simultaneous seduction of those that grow in nearby giardini. + Soil Flowers Bees Honey, 1971). Constructive Universalism:
happening with Allan Kaprow in New York Torres García, Joaquín. Universalismo Con-
and Wolf Vostell in Berlin, the three hooked Machines / Robotics All these experiments constitute true milestones structivo. Madrid: Alianza, 1984.
up by the Early Bird satellite. Mechanical devices are found in Latin Ameri- in the technological production in Latin Amer- Estridentismo:
can arts from the moment they are incorporated ica. Each in its way stakes out a direction, even Gallo, Rubén. Mexican Modernity. The
Control into kinetic art; yet only certain artists, such as if their influence has to wait a number of years Avant-Garde and the Technological Revolution.
Besides fostering exchange, communications Abraham Palatnik, give them an autonomous to be recognized. Today’s electronic and digital Cambridge (Ma.): The MIT Press, 2005.
technologies are associated often with sur- existence. In São Paulo, Waldemar Cordeiro creations have imbibed this legacy, directly or Gyula Kosice:
veillance and monitoring tasks. In Circuit Su- constructs a curious mechanism with the image indirectly. Our present-day task is to reestablish Squirru, Rafael. Kosice. Buenos Aires: Gagli-
per~Heterodyne (1967), Marta Minujín forms of a mouth opening to give a kiss (Beijo [Kiss], the bonds between these historic creations and anone, 1990.
three groups of people to keep watch on each 1967). The Chilean Enrique Castro Cid takes a the contemporary ones. http://www.kosice.com.ar/
other through a system of radios and closed cir- decisive turn toward robotics when he creates Gego:
cuit television. At other times, the monitoring motor-driven automata; in his influential book References to the Artists and Their Works Gego. Desafiando estructuras (exhib.cat.). Bar-
seems to be rooted in the social system as a dis- Beyond Modern Sculpture, the theoretician celona: MACBA, 2006.
ciplinary power, much along Foucaultian lines. Jack Burnham describes them as “human be- This essay has been conceived as a sketch, a Jesús Rafael Soto:
Some Latin American artists will take up this ings devoid of bodily form.” Later on, Castro sort of guide for constructing a history of the Jesús Soto (exhib.cat.). Madrid: Centro Cultur-
theme both directly and indirectly, and at times, Cid makes figures of motorized compressed technological arts in Latin America. For this al del Conde Duque, 1998.
in relation to the military governments then in air. In Respiración Circulación [Autorretrato] reason, it does not elaborate on the produc- Carlos Martinoya, Nahum Jöel, Abstracto-
power. In the work of the Argentine Luis Fer- (Circulation Respiration [Self-Portrait], 1968), tion of each of the artists mentioned nor on the scopio cromático, 1960:
nando Benedit, mazes for rats, ants and other Juan Downey constructs a pair of balloons beat- characteristics of each of the quoted works. To Martinoya, Carlos; Jöel, Nahum, “The Chro-
animals metaphorize how the social order is run. ing to the rhythm of his breathing and pulse, facilitate reading, I offer a list below of a set of matic Abstractoscope: An Application of Polar-
In 1971, Benedit presents Control electrónico. which are transmitted to the viewer when s/he reference that may serve to fill this gap, though ized Light,” Leonardo, Vol. 1, Nº 2, April 1968,
Laberinto invisible (Electronic Monitoring: In- rests his/her hands on them. in some cases the bibliographical material is ei- pp. 171-173.
visible Labyrinth), a maze for people made by ther quite scant or hard to find. The references Maulen de los Reyes, David, “Precursores del
beams of light that bounce over mirrors; each Bio Art follow the organization of the text. arte cinético en Chile,” Escáner cultural, Nº
time one of them crosses the threshold of light, For many artists of the 1960s, art is a living 161, 2013.
a light and sound device tells them to go back organism mixed in with the rest of existence. http://www.escaner.cl/pdf/Precursores_del_
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268 Lea Lublin: learned their craft abroad and seek the stimulus the work in moving toward a form of produc- Kosice, this image was a key that led to the first 269
Léa Lublin. Mémoire des lieux, mémoire du of a new land – with its different scenery, cus- tion that aspired to reach society. This scientific/ neon sculptures that he produced during the mid
corps (exhib.cat.). Quimper: Le Quartier Cen- toms and typical characters, set in another light, mathematical basis persists in the groups that 1940’s and that have been internationally recog-
tre d’Art Contemporain, 1995. with its own colors – is increasingly significant, emerge just a few years later in a similar spirit: nized as the first to utilize this industrial mate-
Felipe Ehrenberg: meeting with the surprised gaze of Argentine Perceptism and Madi. Within the latter, the first rial.4 These sculptures constitute the initiation
Ehrenberg, Felipe. Manchuria. Visión Per- artists, who in turn go to Europe to finish their specific experiences involving technological art of technological art in Argentina. Almost at the
iférica. Mexico: Diamantina, 2007 studies, discovering a realm of aesthetic tenets would come into being. same time, Kosice designs a metallic structure
Alberto Greco: there that gradually permeate their work, inject- The Manifiesto Madí (Madi Manifesto) estab- that includes florescent tubes, but this was ap-
Greco (exhib.cat.). Valencia: IVAM, 1992 ing an impulse of renewal forged in the spirit of lishes that: “Madi Art will be recognized as the parently to utilitarian ends.
Artur Barrio: the avant-garde. organization of the elements pertaining to each A short time later, Lucio Fontana makes his first
Artur Barrio (exhib.cat.). Mexico: Museo Ru- Emilio Petorutti and Xul Solar shock the Bue- art in its continuity. Within it, presence, dynamic neon sculpture, Concetto Spaziale (Spatial Con-
fino Tamayo, 2008. nos Aires art scene when they show the results and mobile order, thematic development, play- cept) and presents it at the IX Triennale di Mi-
Cildo Meireles: of their European investigations upon their re- fulness and plurality are contained as absolute lano in 1951. This piece marks the beginning of
Cildo Meireles (exhib.cat.). Barcelona: MAC- turn. The former includes elements of Futurism values, where any interference with the phe- a series of investigations with light that would
BA, 2008. and Cubism in his work, aesthetics which he had nomena of expression, representation and mean- also lead him to work with florescent paint and
Raúl Marroquín: come into more or less direct contact with dur- ing is therefore abolished”.2 In these words they black light. The following year, he and his spatial-
https://raulmarroquin.wordpress.com/ ing his trip. Although his images tend to be static declared their intention of producing an art of ist colleagues author the Manifesto Spaziale per
Luis Fernando Benedit: and lack references to machines – elements so “dynamic and mobile order” independent from la televisone (Spatial Manifesto for Television),
Luis F. Benedit en el Museo Nacional de Bel- dear to the Futurists – his compositions reveal “expression and representation”, that is to say an which Fontana himself reads in front of the RAI
las Artes (exhib.cat.). Buenos Aires: MNBA, an analytic gaze, corresponding to a rational art that incorporates movement, no longer as an television station’s cameras, establishing this as
1996. rather than intuitive approach to the world. Xul image but as a concrete reality. This is clarified one of the most important precedents for video
Enrique Castro Cid: Solar’s work, on the other hand, prefers a lyrical in the subsequent paragraphs of the same text: art’s future developments.
Burnham, Jack. “Robot and Cyborg Art,” in viewpoint. However, there are some architec- “Madi sculpture is three-dimensional, not color. There were two primary motivations behind
Beyond Modern Sculpture. New York: Bra- tures, flying machines, and complex mechanical Complete form and solids with environment, incorporating these industrial materials into art
ziller, 1968. structures in them, which speak of a universe with movements of articulation, rotation, trans- production: on the one hand, it was due to their
Víctor Grippo: built up in the heat of technological advances. port, etc. Madi architecture is environment and innovative and as yet unexplored properties,
Grippo. Una retrospectiva. Obras 1971-2001 These references to scientific and technical fields mobile, transportable forms”.3 which stimulated experimentation and the imag-
(exhib.cat.). Buenos Aires: MALBA, 2004. in their work are certainly timid mentions. Nev- One example of these tenets can be found in the ination; on the other hand, developments in art
ertheless, this is hardly the case in the thinking manipulable sculpture Royi (1944), by Gyula procedures, from Cubist collage to Duchamp’s
of the group of concrete artists who step forward Kosice, a piece that not only allows for a series readymade, had already authorized the adoption
--- midway through the forties decade. The Man- of formal variations, but also for viewers’ ac- of any material or element as a valid resource
Argentine Art ifiesto Invencionista (Inventionist Manifesto) tive participation in constructing the final form for the visual arts.
and the New Technologies they sign in 1946 states: “Scientific aesthetics within the guidelines of a playful art, as men- These new incorporations were also taking
--- will replace the age-old speculative and idealist tioned in the manifesto. Roth Rothfuss, Rodolfo place within the framework of a very singular
aesthetics. Considerations regarding the nature Uricchio, Aníbal Biedma and Diyi Laañ also socio-political context: enormous technological
Argentina’s First Crossovers between Art, of Beauty no longer have any reason to exist. produced articulated pieces; on the other hand, developments, verified with the end of the Sec-
Science and Technology The metaphysics of the «beautiful» have died Carmelo Arden Quin was more inclined toward ond World War – and partially as a consequence
The outset of the twentieth century represents a of exhaustion. What matters now is the physics hanging structures that move in response to in- of it – were moving forward, primarily in the
very singular moment for the visual arts in Ar- of beauty”.1 The references to science – and to fluences from their surroundings. areas of metals, plastics, sources of energy and
gentina. An important wave of immigration pro- physics in particular – in the group’s program For the group’s presentation, photographer communications media. In Argentina, this con-
vides continual contact with the rest of the world are a formal translation of their exaltation of ge- Grete Stern made a photomontage that shows text gained further potential thanks to the cen-
and with the European continent in particular. ometric and mathemati cal structures. Like their the city of Buenos Aires intervened with a huge tral role that the Peronist government awarded
This contact quickly develops into true dialog. European peers, recurring to scientific aesthetics storefront-type sign with the word MADI made to industrialization. The economic boom that
The presence of immigrant painters, who have is an attempt to drain any individual mark from of metal letters bordered in neon. According to favored food-producing nations like Argentina
270 during Europe’s recovery provided financing instrument of sorts to execute an electro-acous- concludes with the phrase “Man is not to end his vation exist in the work’s material aspect. Along 271
for its plans, spurring local industrial growth at tic musical piece known as Música para la torre days on Earth”.7 The piece comprises a series of these lines we find works by Rogelio Polesello,
an unprecedented rate. (Music for the Tower, 1953), which was com- scale models, plans, technical descriptions and Ary Brizzi, Jorge Gamarra, Miguel Ángel Vidal
In the midst of this panorama, some artists posed of instrumental passages and industrial program texts in which he speculates about the and Perla Benveniste, among others. In the case
associated with Concretism inclined toward sounds synchronized with the prisms lights, the construction of a floating city, sustained by the of the latter, we can point to programmatic texts
design – an alliance of sorts between industry first work of its kind to be carried out in Argen- energy obtained from the nuclear fission of wa- such as the Manifiesto del arte generativo (Gen-
and aesthetics – convinced that it would allow tina.6 ter, and its unquestionable benefits for humanity erative Art Manifesto, 1960) by Eduardo Mac
them to achieve the same dissolution of art into During the same decade, Gyula Kosice pro- and the planet.8 Entyre and Miguel Ángel Vidal, and other cases
everyday life that the avant-gardes had sought; duced his first hydrosculptures. Precedents to of reflection, like Luis Felipe Noé’s unpublished
this was the path taken by Tomás Maldonado, these pieces in his work were a small mobile The Apex of Experimentation book, El arte entre la tecnología y la rebelión
who would become an international figure of sculpture titled Una gota de agua acunada a during the Sixties (Art Between Technology and Rebellion, 1968),
reference in this terrain. Others decided to em- toda velocidad (A Drop of Water Cradled at Top A rare expansion of the means of art production in which the artist meditates on the social impact
ploy resources provided by industry, but with- Speed, 1948) and a group of Plexiglas pieces is a defining characteristic of the sixties, and its of mass communications media and industrial
out abandoning the art field, as was the case for that had already begun to include water as an corollary is a widespread abundance of aesthetic technology. This theme also appears in many
Gregorio Vardánega, who initiated work on lu- artistic element. The first hydrosculptures were proposals, hybrid forms and experimental work. other publications at that time. Examples of this
minous sculptures in 1950s that would later lead presented at the Denise René Gallery in Paris in This effervescence appears in the context of a include the essay ¿Un futuro tecnológico para el
to kinetic art. Others adopted critical or playful 1960, and they were followed by the manifesto thriving art circuit that involves galleries, muse- arte? (A Technological Future for Art?), by Giu-
positions in the face of technological progress La arquitectura del agua en la escultura (Wa- ums and other art institutions that maintain high lio Carlo Argán, published in the catalog for the
and its machine imagery; Edgardo Antonio Vigo ter’s Architecture in Sculpture), which was pub- visibility for local and overseas productions, Premio Internacional del Instituto Torcuato Di
is one example, who, during the fifties, would lished in the catalog for the Premio Internacion- propitiating a renewed dialog between Argenti- Tella 1965, or Situación de la poesía en la era
produce a group of collages with technical ref- al de Escultura (1962) held at the Torcuato Di na and the rest of the world. tecnológica (Poetry’s Place in the Technologi-
erences and projects for useless machines, some Tella Institute. Argentinean artists participate in this dialog cal Era), by Jorge López Anaya, included in the
of which he managed to actually produce. Increasingly complex mechanisms are used from our country and from abroad. Following catalog for the Novísima Poesía/69 (The Very
The Torre de América (Americas Tower, Men- in the hydrosculptures, including motors, bat- a route based on the possibilities available for Latest Poetry/69) exhibition, held at the Museo
doza, 1953-1954)5 constitutes a unique alliance tery-run devices, pumps and other sources effective production, many emigrate to develop Provincial de Bellas Artes in La Plata.
between art and industry. It was executed as the of energy and movement. They are based on their ideas in contexts better suited to their ends. Nevertheless, there is an important number of
emblem of the Feria de América (Americas true technological research, though the results Nevertheless, the conditions in Buenos Aires are artists who delve fully into investigating the
Fair), organized by Juan Domingo Perón’s gov- sought after are aesthetic effects rather than unsurpassable for creating works based on tech- possibilities that mechanical and electronic
ernment to promote commercial ties between scientific knowledge. At all times, Kosice puts nical innovations or new materials, and the art technologies have to offer, including the use
the continent’s different countries. The tower technology at the service of artistic creation and of that decade attests to that particular situation. of light, new materials, photographic and cine-
was made of a central vertical structure fifty of the utopian concepts that nurture his thought As had occurred earlier, interest in science and matographic projections, sound systems, video
meters tall, constructed of metal tubes; it was process. His concern for the future of humani- technology does not necessarily lead to tech- and computers that burst powerfully onto the
solid but light and transparent at the same time, ty comes across in his writing, giving way over nological projects. Even in the field of painting scene during the mid-sixties.
surrounded by five cubes with the same charac- time to concrete proposals in which technology – abstract painting in particular – a necessity In the midst of this overall trend, kinetic art
teristics, arranged in a spiral. Inside the cubes continues to be an indispensable tool. This con- arises to embody the profound influence that stands apart; this is due to its production and
there were a series of triangular prisms, connect- fidence in the technological for the possibilities industrial developments are having on life on a international scope, which for Argentines was
ed at the corners, made of metal grating painted it offers to transform the world’s destiny is a material level. focused on two primary venues, Buenos Aires
red and white, inspired by Tomás Maldonado’s continual incentive to his experimental spirit. This interest is confirmed in artistic production and Paris. In the latter, the Groupe de Re-
graphic communications design for promoting In parallel to his hydrokinetic work, Kosice de- as well as in art discourse. The former would cherche d’Art Visuel (GRAV, Visual Arts Re-
the fair. The prisms had a lighting system that velops a project titled La ciudad hidroespacial include a series of neo-abstract tendencies with search Group) comes into being and in 1960 its
offered five variations, which enabled them to (The Hydrospatial City), presented in society ties to what would later be denominated op art members include artists Julio Le Parc, Horacio
be independently lit in accordance with a pre-es- toward the end of the sixties. According to the (optical art), which often makes use of industri- García Rossi and Francisco Sobrino9 from our
tablished pattern. During the event’s opening, artist, the seed for this project came from the text al materials currently in use – such as neon or country, and Frenchmen François Molleret, Joël
Mauricio Kagel transformed the tower into an he published in Arturo magazine (1944), which acrylic – and connotations of technological inno- Stein and Yvaral (alias of Jean-Pierre Vasarely,
272 Victor Vasarely’s son). Some Argentine artists a broad spectrum of optical, light and kinetic of art is generated in parallel with the notion of Gallery holds another dedicated to contemporary 273
are also working in that city independently, like effects, employing different types of movement industry”, understanding the latter to be a “com- kinetic works titled Espacio real, movimiento y
Gregorio Vardánega, Martha Boto and Hugo based on motors, mechanisms and artificial light plete instrument of a new humanism” because of luz real (Real Space, Real Movement and Light,
Demarco. Meanwhile, back in Buenos Aires, in order to produce dynamic compositions that its unquestionable contribution to society.12 1971). Though the alliance between art and in-
kinetic art flourishes in the work of Eduardo produce apparent or “virtual” movement. Many exhibitions attest to the importance of dustry would deteriorate during the seventies,
Rodríguez, Perla Benveniste, César Ariel Fio- On the occasion of the Biennale de Paris in kinetic art during the late sixties; some that the importance of the Artistas con Acrílicopao-
ravanti, Davite, Fioravante Bangardini and Ar- 1961, GRAV published the Assez de mystifica- can be mentioned are the anthology show 100 lini prize deserves mentioning, held from 1970
mando Durante, among others. tions (Enough with the Mystifications) manifes- obras de Kosice. Un precursor (100 Works by to 1974 (becoming a design prize in 1980).
The Groupe de Recherche d’Art Visuel takes to, in which their efforts to commit the “human Kosice. A Precursor, 1968) at the Di Tella In-
its name from the Centre de Recherche d’Art eye” are tied to criticism of traditional art’s elit- stitute; Luz, color, reflejo, sonido y movimiento. The Age of Communications Media
Visuel, founded in Paris in 1960. Although there ism, which appeals to the “cultivated eye, to the Nuevas expresiones del arte cinético en Bue- In August, 1966, Eduardo Costa, Raúl Escari
are eleven artists who sign the founding docu- intellectual eye”.11 It expresses their confidence nos Aires (Light, Color, Reflection, Sound and and Roberto Jacoby design a work destined to
ments – among whom Argentines Hugo Demar- in the possibility of making aesthetic experience Movement. New Expressions of Kinetic Art in put the mass communications media’s power
co, Francisco García Miranda and Sergio Moy- more democratic, calling upon human beings’ Buenos Aires, 1969), and Espacio y Vibración to “make things real” to the test. With this aim
ano also appear – the six mentioned earlier are basic, sensory capabilities. They achieve this (Space and Vibration, 1969) organized by the in mind, they prepare a press item describing
the ones who form the group that develops ac- objective using technological productions as a Cultural Affairs Department of the Ministry of an invented happening, along with photos of
tivities from 1960 to 1968, the year they decide resource that will appeal to people’s everyday Foreign and Religious Affairs, with the intention leading local art scene figures, taken in differ-
to dissolve the group, given the relevance that experience. In accordance with the spirit of their of showing the excellence of optical and kinetic ent contexts. Some publications reproduce the
individual members garner on their own accord. time, the group sees the use of recent technology art in Argentina in the rest of the world. counterfeit news item, bringing the piece known
The GRAV’s program establishes the need to as one more way to erode the boundary separat- As further proof of its significance at the time, as Participación total (Complete Participation)
abolish conceiving of the artist as an individual ing art and life. in 1968 the Nacional Saloon introduces a new or Happening para un jabalí difunto (Happen-
genius, to favor characterizing artistic creation as Buenos Aires’ kinetic artists do not show a section to the competition designated Investi- ing for a Dead Boar, 1966) to life. While Pop
more of a collective construct, in which the activ- very marked adhesion to this program; they are gaciones Visuales (Visual Research), to cover Art had recurred to mass media as a source of
ity of the group surpasses the sum of its parts. It rather individual figures interested in exploring production that falls outside of traditional visual inspiration, these artists propose to accommo-
upholds that “collaboration between artists, with the contributions that new materials and tech- arts categories.13 That year, the prize is awarded date a work right inside media’s structure; the
the assistance of technical and scientific disci- nologies have to offer to artistic practice. Their to Generador de imágenes (Image Generator) work consists of pure information, and is “real-
plines will bring the creators of the future to life”. visibility in different exhibitions increases over by Eduardo Giusiano and Jorge Schneider, a ma- ized” at the moment it is read. Simultaneously,
Adopting the production of multiples instead of the course of the decade in parallel to growing chine with lights, magnifying glasses, mirrors, they write the Un arte de los medios de comuni-
traditional, unique individual pieces and under- interest in this type of production. music and mechanical movements that generate cación (An Art for the Communications Media,
taking to create collectively and anonymously, In fact, the art circuit at that time recognizes a colorful, hypnotic audio visual environment 1966) manifesto, in which they explain their
they become part of a circuit that is referred to and encourages this kind of work. In 1966, the (shortly afterward, it would also be shown at the project’s scope: “The meaning of the work will
during the sixties as the French nouvelle tend- National Museum of Fine Arts inaugurates the Architecture and Urban Design Faculty at the appear in how the information is transmitted, in
ance, successfully developing a variety of public Plástica con plásticos (Plastic [Arts] with Plas- University of Buenos Aires). Davite and Juan how the non-existent event is “realized” and in
events called Labyrinthes (Labyrinths). tics) exhibition, organized by the Argentine Carlos Romero receive prizes in this section the the differences that emerge between versions of
As their creative method, they adopt the prin- Chamber for the Plastics Industry, which not following year. the same event made by each broadcaster”.14
ciple of discussing members’ proposals as a only finances the event but also provides artists In 1970, this section splits off to become the The incidence that communications media have
group, in accordance with the objectives of with the materials needed to produce their works, Certamen Nacional de Investigaciones Visuales on reality is one of the most hotly debated is-
their program. In 1961, they propose that “in the along with training in handling them. Two years (National Visual Research Competition), but sues in Argentine art during the latter half of the
visual arts, reality is generated in the constant later, the same museum hosts the Materiales, only two editions of this prize are held. One year sixties. At the Di Tella Institute, Oscar Masotta
relationship between the object and the human nuevas técnicas, nuevas expresiones (Materials, later, the Fundación Lorenzutti brings together delivers seminars on Media Theory based on
eye”.10 With this approach, they give fundamen- New Techniques, New Expressions) show, spon- that period’s intense production in the Panorama the work of Marshall McLuhan, Roland Barthes
tal priority to the exhibition context and view- sored by the Unión Industrial Argentina [organi- de las experiences visuales argentinas (Panora- and Umberto Eco (1966). The authors of the
ers’ role in configuring the final experience. zation of businesses]. In the catalog introduction, ma of Argentine Visual Experiences) show, held Communications Media Manifesto as well
This conviction leads them to experiment with Basilio Uribe affirms that “The current concept at the Museum of Modern Art, and the Lirolay as other artists associated with the institution,
274 such as Marta Minujín, Pablo Suárez and Oscar el Di Tella (Message in the Di Tella 1968), an of urban life in Manojo de semáforos (Handful ists have in using mass communications media, 275
Bony, are all students of his in that time. Many installation that includes a teletype machine that of Traffic Lights, 1968). This invitation would giving rise to the first experiments that integrate
projects that employ the media and communica- transmits the events of May, 1968 in France as be the first of his señalamientos (signaling) se- technical images into space, known – accord-
tions technology as tools for exploring current they happen to the Buenos Aires cultural center. ries of actions, enhancing places or promoting ing to a relatively established terminology – as
culture and society are germinated with this The next artistic approaches to the mass me- other actions to be developed in non-institution- expanded cinema; they are the immediate pre-
seminar as their point of departure. dia are inspired by McLuhan’s concept that the al spaces – often, in private – or throughout a decessors of the audiovisual environments that
That same year, Eduardo Costa, Roberto Jaco- medium is the message. Nevertheless, the coup network of postal exchange, a vehicle that Vigo would later become popularly denominated vid-
by and Juan Risuleo make sound recordings of d’état that puts Juan Carlos Onganía into power exploited profusely from very early on, which eo installations.
characters found on the street and present it as gives the issue a political spin, which will be de- led to his becoming a leading figure in the area These pioneering works oscillate between dif-
“oral literature” at the Di Tella Institute auditori- veloped with great potency in the years to follow. of mail art. ferent extremes that derive from each author’s
um. Their intention is to put everyday language In 1968, two productions take on the relation- In both cases, artists overcome the merely in- particular concerns. On the one hand, there are
on display, including all the marks that tradi- ship between communications media and the formative statute of the means of communica- those who emphasize the sensory aspect of the
tional literature eliminates.15 The recordings are reality they refer to from two very different tion they choose to work with, discovering its relationship between viewer and image, influ-
presented with the sound distributed throughout perspectives. In Rosario, a group of artists carry use as a device for constructing and heightening enced by the return to a sensibility related to
the space thanks to the contribution of Institute out the project called Tucumán Arde (Tucumán alternative realities. As opposed to the apoca- the hippie movement. At the opposite extreme,
engineer Ferndando Von Reichenbach. In 1967, is Burning), a multimedia counter-information lyptic theories that see the mass media as agents artists associated with the incipient conceptual
there are two pieces that use sound recordings experience that denounces the severe socio-eco- of stupefaction and paralysis of the masses, tendency highlight images’ informative value,
in a peculiar way. In Mensaje fantasma (Ghost nomic situation in the province of Tucumán, the they conceive of them as vehicles for raising their capacity to constitute a commentary on re-
Message, 1967), Oscar Masotta puts up post- result of the military government’s liberal poli- consciousness and launching a call to action. ality and their role as mediator between reality
ers all over the city that read: “This poster will cies.18 The piece includes photography, film and and the public. Of course there are many inter-
be broadcast by television’s Channel 11 on the sound recordings to construct a particular view Communications Media mediate positions between these two extremes.
20th of July”. That day, the poster appears as of the social reality in the area investigated, in as Aesthetic Material However, it is the central axis that runs from the
indicated, with a voice in off that adds: “This contradiction to the official information: while By the mid-sixties, the extent to which mass sensory to the conceptual and from the imme-
medium announces the appearance of a poster the government assures that closing the prov- communications media manage to penetrate diate to the mediated that provides us with the
whose text is the one we are broadcasting”.16 A ince’s sugar mills is in line with a progressive society, and in particular, their integration into parameters to characterize these works, which
short time earlier, Roberto Jacoby carries out a plan for modernization, the artists demonstrate the everyday environment, place technical im- are otherwise extremely diverse and incompati-
similar experience, Circuito automático (Auto- the economic instability and suffering it impos- agery in a position scarcely imaginable prior to ble in head-to-head comparisons.
matic Circuit, March, 1967): he puts up copies es on inhabitants. this time. Television’s permeation in homes pro- Shifting the filmed image from a movie theater
of a poster in different public spaces that shows Their work responds to the project for a revo- motes habitual contact with audiovisual produc- setting to a physically [occupied] space produc-
a telephone number in between the faces of a lutionary art: “As artists we must contribute to tions and, to some extent, undermines cinema’s es a change in viewers’ sensory relationship to
man and a woman. When someone calls, an an- creating a true network of grassroots informa- “ritualistic” situation, where they had occupied it. Viewers’ bodies must effectively adapt to the
swering machine replies: “You have just closed tion and communication in opposition to the a starring role. People become familiar with the new situation, establishing the desired degree of
a communications circuit that began when you system’s distribution network […] They will field of media without the distance previously proximity and integration by way of their own
read the posters and concludes now… this circuit be works that are hard for the regime to repress, involved in the case of film projections or photo- psychomotricity skills. As such, these pieces
does not inform about anything, it only refers to because they will merge with the people […] graphs published in newspapers and magazines. induce active participation, an attitude that per-
itself and you can either continue to listen or end We want to restore the words, dramatic actions Mass media imagery multiplies and begins to meates a large number of artistic productions at
the communication”.17 Following a trip to New and images to the places where they can fulfill invade everything, generating an all-encom- that time.
York, Jacoby designs many projects involving a revolutionary role, where they will be useful, passing media environment. One of the artists who delve most deeply into
monitors, video, television cameras and teletype where they be converted into «weapons in the In parallel, the visual arts cross over the bound- this issue is Marta Minujín. At the outset of the
machines. Many never come to fruition, but he struggle»“.19 aries of canvas, paper and the sculptor’s block sixties, she is already prepared to abandon her
does hold a conference in honor of John Cage In La Plata, Edgardo Antonio Vigo utilizes radio to expand into space. Installations occupy art interest in Informalism to launch into working
that is transmitted via closed circuit television in and the postal service as instruments with which museums and galleries with projects that echo with [three-dimensional] space, using mattress-
the Di Tella Institute auditorium, titled Parámet- he convokes people to discover a strange ag- this open, unlimited sensibility. This practice es and cardboard boxes. In 1963, she and Mark
ros (Parameters, 1967), and the piece Mensaje en glomeration of traffic lights situated at the heart converges with the interest that some young art- Brusse jointly create the first architecture made
276 of multicolored mattresses, La casa del amor theories while in the United States, she begins newspaper inviting those interested to complete in parties being held in different celebrities’ 277
(The House of Love), meant to be inhabited a series of works that look to demonstrate the them and send them in to the event’s organiz- houses. Three cameras record the group’s ac-
by the public. The following year, she wins the growing degree of mediation by the mass media ers. Some information from the participants is tions. The films are later projected simultane-
Torcuato Di Tella Institute National Prize with of everyday existence by creating environments included in the images that envelop viewers, ously at the Escuela Panamericana de Arte, with
a group of hanging mattresses, Eróticos en that submerge viewers in technological images. while closed circuit television allows some the same artists intervening live, their bodies
technicolor (Erotics in Technicolor, 1964), and The first of these is Simultaneidad en Simulta- groups to watch the behavior of others during mixing in with projected images of them.
the environment ¡Revuélquese y viva! (Roll neidad (Simultaneity in Simultaneity, 1966), the event. An interest in images’ communica- Combining live bodies and projected images
Around and Live!, 1964), two playful, partici- which forms part of Three Country Happening, tional and informational value begins to appear has precedents in some theater and choreo-
pative pieces. an event the artist proposes jointly with Allan in this work. By enabling groups to observe one graphic works that had been realized at the Di
In March, 1965, Marta Minujín and Rubén Kaprow and Wolf Vostell and that consists of another, Minujín also encourages the possibility Tella Institute, where stage sets are frequently
Santantonín create La Menesunda (Mayhem) three happenings carried out together in three of critical participation, based on identification replaced by projected films or slides to provide
along with collaborators Pablo Suárez, David different countries. Her contribution to the col- with the group being observed – which carries the setting for actors’ and dancers’ bodies. This
Lamelas, Rodolfo Prayón, Floreal Amor and lective project is the piece mentioned previous- out the same actions that the observing group mode of integration is particularly strength-
Leopoldo Maler. The piece proposes a course ly, Simultaneidad en Simultaneidad. For this has already gone through or will go through – ened in Symphonia (Symphony, 1969), by Os-
leading through different rooms and situations piece, Marta Minujín convoked sixty media and the distance that the media facilitate. car Araiz, in which dancers’ bodies are used as
that situate the viewer in unusual scenarios in personalities to the auditorium at the Di Tella That same year, the artist once again utilizes screens to receive projected films, transforming
which action is often required: there is a room Institute, where they are filmed, photographed closed circuit television for Minuphone (1967), them into dancing specters with results that have
with a couple sleeping in bed, a labyrinth of mir- and interviewed before taking their places, presented at the Howard Wise Gallery in New a powerful impact on viewers’ perception.
rors where fans create a constant rain of confetti, where each is assigned to sit in front of a tele- York. This work consists of a telephone booth Although it does not employ images as such, the
a spinning space that destabilizes its occupant, a vision set which they must watch while listen- that undergoes alterations when numbers are di- importance of Margarita Paksa’s installation,
gigantic head inside which a makeup artist of- ing to a radio broadcast. Eleven days later, the aled on the telephone. One changes the color of 500 Watts, 4.635 KC, 4.5 C (1967) presented at
fers to apply makeup and massages, a passage same people return to these same places to see the glass, another fills the booth with smoke, an- the Experiencias Visuales (Visual Experiences)
of neon tubes, a frozen cabinet and a room that the film and photographs taken on the first day other triggers a photographic camera and another event at the Di Tella Institute in 1967 cannot be
smells like the dentist’s office, from which one projected onto the walls and to listen to the inter- activates a closed circuit television system that underestimated. The piece consists of a shaft of
can leave upon guessing a number that then views over the auditorium’s loudspeaker system transmits the participant’s image onto the floor of light that hits a photoelectric cell connected to a
must be dialed on a giant telephone. Near the while the television sets repeat the images from the booth. The result is an individual happening sound system. When the public passes through
beginning of the piece, three television sets are the first day and the radio receivers broadcast of sorts that lasts a couple of minutes.21 the light, it produces distortions in the environ-
located at the end of a stairway, one of which a special program referring to the event. The In Minucode (Center for Inter-American Re- ment that correspondingly translate into an in-
is connected to a closed circuit transmission of audiovisual invasion generates an extremely lations in New York, 1968), Minujín returns teractive musical composition generated in real
the visitor. This instance of using closed circuit sensorial environment, where the physical as- to examining group behavior. In this case, she time.
television in an artwork is one of the first in the pects of the diverse media take precedence over holds four cocktail parties on four different days With a markedly different orientation, other
world. Minujín manages to convince a televi- their informative content; their “pure presence” with different groups of people – businessmen, artists beginning to venture into Conceptualism
sion channel to lend her a camera and she incor- has priority over their communicational value.20 politicians, fashion people, artists – that she re- turn their attention to cinematographic images,
porates it into the piece as one of the attractions, One year later, on the occasion of Montreal’s cords on film with six hidden movie cameras. exploring the mechanisms used to construct
unaware that this will be the point of departure Expo ’67, Minujín presents a similar experience Several days later, she projects a selection of ten meaning and the knowledge derived from its
for a group of works using electronic images in titled Circuit – Super~Heterodyne, an environ- minutes of the footage recorded from each day particular way of translating reality.
years to come. ment that is significantly more complex, but that in an audiovisual environment created along the Oscar Bony strikes out along this path with four
That same year, Marta Minujín would make continues to give priority to the sensorial aspects same lines as expanded cinema presentations film shorts made in 1965 and presented the fol-
another piece designed to be passed through, of images and sound to create spaces that invade from that time.22 lowing year in the Di Tella Institute auditorium
though on a minor scale, El batacazo (The Long viewers on an audiovisual level. However, this In 1971, Minujín carries out a similar experi- with the title Fuera de las formas del cine (Be-
Shot, 1965), which incorporates flickering neon piece does introduce several important varia- ence along with Eduardo Pla, titled ¡Buenos yond Cinema’s Forms). Although shown in a
figures, a wide variety of plastic dolls and live tions. Participants are chosen by a computer Aires hoy ya! (Buenos Aires Today Now!) that movie theater, the artist attempts to move beyond
animals. The next year, having immersed her- designed to select people with compatible char- involves local participants. Instead of organiz- film’s traditional mode of reception by displac-
self in hippie culture and Marshall McLuhan’s acteristics based on surveys published in the ing cocktail parties, a group of artists intervenes ing its narrative quality. In fact, each film is the
278 result of a particular investigation into that form the experience is presented – onto which art doc- a new art in which technology would play a cen- vision, much more than a mere anecdote consid- 279
of time for which celluloid is the most adequate umentaries are projected; the Museum walls are tral role. His optimistic vision of the as yet incip- ering that the device would become one of video
medium, while at the same time looking to sur- filled with charts summarizing information about ient mass communications media contrasts with art’s principal strategies by the end of the sixties.
pass that specificity and its restrictions. In 1967, the most important historical events of the past the view that Bertolt Brecht would give shape to Its use would become so widespread that North
Bony participates in Experiencias Visuales with century and how they are related to modifications in relation to radio one year later, considering it American critic Rosalind Krauss would go so far
Sesenta metros cuadrados de alambre tejido y in the art field during the same timeframe. For Lu- to be a mere distribution apparatus rather than a as to characterize video as “the aesthetics of Nar-
su información (Sixty Square Meters of Chain blin, cinema is not just an informative medium, true means of communication. Marxist analyses cissism”, due in large part to this aspect.24
Link Fence and Its Information), an installation but rather the most adequate medium for reaching from the sixties decade would definitively dis- In the context of La Menesunda, the closed
where the filmed image clearly eschews any a public that is unfamiliar with what is happening courage intellectuals’ fascination with television circuit televisions are placed in a corridor with
cinematographic situation. The work consists inside the Museum. The filmed image allows her by emphasizing its position at the very core of three monitors running: two transmit the usual
of the amount of chain link fencing cited in the to overcome institutional barriers in an attempt propagating the era’s dominant ideology. On the programming and one shows images of the par-
title placed on the floor of the exhibition space to achieve a more fluid interaction between two other hand, for artists of the time the televised ticipant. The visitor is therefore confronted with
and a film projector that shows a fragment of it spaces with a very low level of integration in image represents the perpetuation of figurative his or her own mediated reflection, forming part
on the wall. The sensorial experience of walking everyday life. representation, transformed into an object of of television’s fragmented discourse. In spite
over the metallic weave as viewers must do to Just as Lublin recurs to the filmed image to con- mass consumption. of the importance of this piece’s incursion into
enter the room is thus combined with the image ceptually apprehend the institutionalized space of This critical attitude toward television is a de- electronic imagery, it cannot be considered to
of it transformed into visual information, steps the museum, David Lamelas utilizes it in much termining factor in the emergence of video art be the starting point of video art in our country.
toward achieving the objective of the piece, the same way in Film Script (London, 1972) to in early 1963. Both Nam June Paik’s Distorted The work’s itinerary consisted of multiple rooms
which is to establish a final concept. The image analyze the art gallery environment and cinema’s TV Sets and Wolf Vostell’s 6 TV Dé-coll/ages where the corridor with the television monitors is
is stripped of any aesthetic attributes and trans- narrative model. The piece comprises a short film are presented that year and they look to attack just one more space, without even being treated
formed into a simple representation of reality; projected on one wall that records the gallery the medium head-on, celebrating the irony char- as the most important one. It would only be with
its relationship with it is a strictly tautological one. assistant’s actions, while three projectors show acteristic of the Fluxus group, to which they Simultaneidad en Simultaneidad that the elec-
The tautological ties between an object and its slides that offer variations of the film’s narrative both belong. Other artists simultaneously carry tronic image would truly be given a central role.
information become metonymic in Leopoldo sequence: the first follows the continuity of the out performances that feature the destruction of In 1967, David Lamelas presents Situación de
Maler’s Silencio (Silence, London, 1971). Here, film with selected film stills; the second varies the TV monitors. The first Guerilla TV groups will tiempo (Time Situation) at Experiencias Vis-
the projected image of a sick woman occupies a continuity of the sequence by changing the order come into being toward the end of the decade, uales, a space illuminated by television sets
bed that a nurse watches over. This piece articu- of the scenes, and the third leaves only the most focused on generating counter-culture discours- transmitting white noise and vague, indeter-
lates performance with what we would consider important moments of the action and eliminates es from within the medium itself in an attempt to minate sounds. The situation alluded to in the
to be a video installation today, due to the im- one of the scenes.23 Lamelas bases the reception undermine its one-way logic. title is clearly based on the temporal nature of
age’s horizontal position, unrelated to cinema’s of this work on a series of confrontations: on the At the Di Tella Institute in Buenos Aires, where the electronic medium he uses as a support.
habitual projection format. The image replaces one hand, that between the actions recorded in the the earliest manifestations of what we call vid- His operation is a simple one: he takes the im-
the performer’s partenaire with its information, film and those that the assistant actually carries out eo art today had taken place, the works being age – or better put, the figurative image – from
introducing an element of surprise in what would during the exhibition; on the other hand, those that developed were of a different nature: they were an image-producing medium, making its other
otherwise be a performance in the most traditional emerge by comparing the narrative continuity of less political and aggressive than their foreign components evident. Here it is less important to
sense. the short film and the series of slides that manipu- counterparts, aimed instead at investigating the question the televised image as a way of impos-
Lea Lublin utilizes filmed images as a source of late it. This confrontation induces a simultaneous medium’s constitutive elements, its mode of ing ideology – as the international forerunners of
information in Dentro y fuera del museo (Inside analysis of the relationship between image and re- production, its relationship with viewers and video art would do – than it is to create an aes-
and Outside the Museum, Santiago, Chile, 1971), ality and between the narrative rules that translate even the conditions that made it possible. thetic situation that makes the temporal nature
a work that attempts to produce a retroactive flow that reality and manipulate its meaning. The history of video art in Argentina begins in of the chosen media – one of the conditions that
of information between political, social and cul- 1966 with the aforementioned event Simultanei- make it possible – explicitly evident. This op-
tural events that affect society and the attendant The Origins of Video Art in Argentina dad en Simultaneidad by Marta Minujín. Never- eration connects this work to another presented
developments in art. To do this, she installs film In a 1931 Futurist manifesto, Filippo Tommaso theless, La Menesunda must be considered as a in Experiencias 1968, in which Lamelas places
screens in the streets adjacent to the Museum of Marinetti imagines television screens being in- significant precedent, in the sense that it included two slide projectors in an empty room, situating
Fine Arts in Santiago, Chile – the venue where corporated into an aerial theater show as part of one of art history’s first use of closed circuit tele- their cones of light in opposition: one is pointed
280 toward the door through which the public enters Modern Art in New York within the framework increase in censorship and social control in ad- determine if they looked to the future in a posi- 281
(where each person entering produces shadows), of the famed Information exhibition in 1970. dition to several international events – like the tive or negative way. The open call was met with
and the other, toward the far wall. The fact that On the other hand, Fluvio Subtunal is made Vietnam War and Che Guevara’s assassination widespread acceptance but the subsequent stud-
there is a reference to a medium that reproduces up of a series of nine stages or “zones”, one of – lead some creators to take a position by mak- ies were not concluded.25
reality (television and photography) in both cas- which is denominated the “technological zone”, ing reference to these deeds in the works they The following year, the Institute organizes an-
es cannot be overlooked. Lamelas eliminates the including fifteen closed circuit television sets present to competitive shows, prizes and other other two editions of Experiencias. The partici-
image, but at the same time evidences the real that show what is going on in the other parts of exhibitions. pants are primarily working groups who design
environment surrounding the viewer, placing the piece. Here viewers are aware of the mag- In May of that year, one of the works presented projects with an emphasis on communication
immediate experience in direct confrontation nitude of the work and of their participation in in Experiencias 1968 at the Di Tella Institute is processes and audience participation. Most of
with the media’s translation of that experience: it because they see others doing the same thing censored – due to the appearance of insults to the pieces presented in Experiencias I (1969)
the room lit by the television sets versus the sets that they have done just minutes earlier or that President Onganía – and this provokes a reaction ask for some kind of response from the viewer.
as objects in the first case, and the walls lit by the they will do soon afterward. The “technological on the part of the remaining artists, who decide In Atrakate (Gorge Yourself, 1969), by Pablo
cones of light versus the projectors in the second zone” completes the meaning of the other eight, to destroy their works in the street. Following Menicucci, a man and woman from the pub-
case. This deconstruction of the media would since it permits the public to reflect on the crea- this incident, the core of authors most closely lic sit facing each other and listen to a text that
be pushed even further in his later work. On the tive nature of what is put to the test in the other linked to the institution disintegrates. Although suggests the possibility of love: as people leave
other hand, the immediacy of experience as a de- stages: the “production zone” where machines some do participate in Tucumán arde (Roberto they are asked to write down their impression of
vice ties these works to others that would emerge similar to those used to execute the tunnel and Jacoby, Pablo Suárez and Margarita Paksa), oth- the experience. Something similar takes place in
partly as a reaction against an increasingly medi- construction materials await their creative activ- ers continue their careers abroad (Delia Cancela Liberación, encuentro y aproximación (Libera-
ated society, such as happenings or performance. ity; the “unloading zone” with forms made of and Pablo Mesejean, Alfredo Rodríguez Arias, tion, Encounter and Coming Closer, 1969) by
In 1969, two pieces would once again put view- Styrofoam to be hit; the “leisure and creative Juan Stoppani, Antonio Trotta and David Lame- Hugo Álvarez. Visitors are invited to lay down
er at the center of the image: Especta, presented participation zone”, where stands are set up for las) and other abandon the practice altogether on a padded surface and to listen to a text that
by Grupo Frontera (Adolfo Bronowski, Carlos throwing darts at replicas of traditional paintings (Oscar Bony). Jorge Romero Brest does not as- encourages them to seek a path in life; as they
Espartaco, Mercedes Esteves and Inés Gross) and sculpture or for a contest of the best idea. cribe to the more political direction that art is leave they are asked to put their reflections into
in Experiencias I at the Di Tella Institute, and Lublin places the element that allows visitors taking, but he understands that its function must written form. The communications media are
Fluvio Subtunal (Sub-tunnel Flow), carried out to transcend the playful aspect of the itinerary be reconsidered in light of recent events and given a central role once again in this edition of
by Lea Lublin in a warehouse in the province in the “technological zone” with its instance of global transformation. His thinking is now ori- Experiencias. Here, the Grupo Frontera presents
of Santa Fe on the occasion of the inauguration reflecting upon their actions, an essential aspect ented toward communications media research the aforementioned Especta, which incorporates
of the Túnel Subfluvial (tunnel beneath a water- that is present throughout her work. There is and providing incentives to the public for their video technology. In Señores, pasen y vean (La-
way) there. Both are based on public participa- also an identification with art = life, which had active participation as the underlying parame- dies and Gentlemen, Come in and Take a Look,
tion, but in different ways. been pushed to an extreme the preceding year ters of an aesthetic that leaves institutional con- 1969) by Luis Pazos and Jorge Luján Gutiérrez,
Especta is an experience in communications that when she reproduced the bedroom of her new- finement behind in favor of broad social access. an audiovisual environment constructed with
includes a mini recording studio and a panel with born son in the Musée d’Art Moderne de la Ville A new form of participation is set into motion by synchronized slide projectors and a sound sys-
six televisions mounted at the exit. Viewers are de Paris and went to live there with him during way of interviews, surveys and the expression tem, art is characterized as a state of freedom to
invited to answer a questionnaire while they are the length of an exhibition. However, the artist of ideas, sensations and perceptions in written be shared by all.
recorded on videotape; upon leaving, they can also demands visitors’ intellectual participation, form. One body of evidence can be found in Experiencias II (1969) is timed to coincide
see their response shown on the monitors along continually inviting them to reflect on their acts a happening carried out by a group of the In- with the World Congress of Architects being
with that of other participants. The televisions are and on the world around them. stitute’s researchers titled 2 mil (2 Thousand), held in Buenos Aires and features a group of
installed in an open space, where these opinions which aims to explore people’s impressions and professionals from this discipline in a central
are contemplated not only by those who partici- The Torcuato Di Tella Institute’s fantasies regarding the first year of the third mil- role. The majority of the pieces presented uti-
pate in the piece but also by people just passing Final Activities lennium. The experience is carried out in June lize communications media and different types
by. In this way, the people interviewed witness In 1968, the asphyxiating political situation be- 1968. It involved an audiovisual environment of technology that evidence the social transfor-
their own conduct in answering the questions gins to become evident in a growing number containing images from the mass media that mations that they in turn produce. Once again, a
and also the reaction of those around them. The of artists’ works. Juan Carlos Onganía’s rise to the public had to select according to affinities key element would be visitors’ participation in
experience is later repeated at the Museum of power by way of a military coup in 1966, an or preferences; the results were later studied to responding to questions and surveys that seek to
282 raise consciousness and stimulate attention and importance in the field of experimental sound. continue in the period that follows, and in ad- At any rate, the experiences inspired by science 283
reflection. However, the authentic origins of the relation- dition to artists’ proclaimed lack of interest in and technology that come into being under the
In a newspaper essay on this topic, Edgardo ship between art and computers in Argentina images during the late sixties, they serve to dis- institution’s auspices are quite numerous. In
Antonio Vigo writes: “The 1967 [Experiencias] come about in 1969 when Jorge Glusberg or- courage national production of this kind of work fact, CAYC particularly encourages the produc-
made an impression by negating expansive as- ganizes the Arte y cibernética (Art and Cyber- for several years. This phenomenon occurs at tion of technological artworks and has resources
pects in order to become “presentations” […] netics) show, held at the Galería Bonino in Bue- the height of Conceptualism’s information the- that are lacking in other places. For example,
In 1968 there were characteristics quite unusual nos Aires. On this occasion, six Argentine artists ory and linguistic proposals, which emphasize video equipment and a closed circuit television
for Argentine art: a huge scandal generated by (Luis Fernando Benedit, Antonio Berni, Ernesto the elaboration of ideas, relegating image pro- system permanently installed on its premises al-
Plate’s ‘bathroom’ […] In 1969 it was a con- Deira, Eduardo Mac Entyre, Osvaldo Romberg duction to a secondary phase of the creative pro- low many artists to experiment with electronic
jugation of ‘calmness’. A novelty, because the and Miguel Ángel Vidal) show works produced cess. Yet another factor involved is the thorny imagery at the same time with developments
material-playful route of participation was not with the assistance of a computer at the ORT issue of the relationship between the unique art that are taking place in other parts of the world.
employed, instead this was shaped into actions School’s Data Center, along with other artists object and reproducible pieces. The art market’s In and of itself, the CAYC is an institution that
on the level of thinking. Most of the works pro- from the United States, England and Japan. In incapacity to absorb works produced in multi- serves as both a magnet and a binding force that
pose surveys that oblige thinking about every sit- the exhibition proposal, there is a real desire ples has always been and continues to be a mo- brings a large number of international artists and
uation. Viewers are activated by way of constant to experiment in the terrain of the recently ar- tive that discourages digital creations. theoreticians together in diverse presentations
interrogation. Contemplation has been discard- rived computer image, venturing into the aes- held in Buenos Aires and other events it organ-
ed, and if it does appear, has no reason to exist”.26 thetic possibilities of a tool that is considered The Scientific Paradigm in Conceptualism izes world-wide. It also maintains fluid commu-
The following year, the Torcuato Di Tella Insti- to be no more than a sophisticated storage during the Seventies nications with Argentines settled abroad, mak-
tute closed its doors citing budget complications system at the time. In the founding program of the Centro de Arte ing them part of their activities. In the events it
and it slowly dissolved its art centers. The defin- This experimental drive continues later that same y Comunicación (Center for Art and Commu- organizes – usually large group exhibitions –
itive closure would take place on May 16, 1970. year in the Argentina Inter-medios event, held nication, first CEAC and later, CAYC), its men- multidisciplinary dialog is encouraged between
at Buenos Aires’ Teatro Ópera (Opera Theater), tor, Jorge Glusberg, states that it is an institution local artists and others from across the globe.
First Steps toward the Digital Age within the framework of the 10th World Con- dedicated to interdisciplinary work, whose ob- In October, 1970, the institution’s definitive
As is the case in most countries all over the gress of Architects. In the exhibition catalog, jective is to promote projects of any kind where headquarters location is inaugurated on Viamon-
world, the history of digital art in Argentina has Jorge Glusberg states: “In Argentina Inter-me- “art, technological media and the interests of the te Street with the Nueva Fotografía: USA (New
been affected by socio-economic factors in ad- dios, the use of electronic music, experimental community merge together in an effective ex- Photography: USA) show, organized by New
dition to aesthetic and cultural issues. Difficult film, poetry, projections, dance, inflatable and change that manifests the new unity between York’s Museum of Modern Art. That same year,
access to the most advanced technology during kinetic sculpture constitute an all-encompass- art, science and the social environment we invited theoreticians give numerous conferences
the dawn of the information age would mean ing environment in which a dynamic exchange live in”. From that point on, the center’s ac- and courses on art, science and technology. In
that computer-based art would have to wait un- between different stimuli put media at the ser- tivities are directed toward both artistic pro- November, the CAYC organizes an exhibition
til quite recently – the final decade of the 20h vice of audiovisual perception. With shows of duction and theory. of interventions at Plaza Rubén Darío titled Es-
Century – before it acquired sufficient impetus this kind, the intention is to attract the attention At the outset, the CAYC is inspired by the Ex- cultura, follaje y ruidos (Sculpture, Foliage and
to establish it definitively among the options of scientists and specialists in social disciplines periments in Art and Technology (EAT) group, Noises), timed to coincide with the Buenos Aires
available to contemporary Argentine artists. and the informed public in order to propose in- founded by Billy Klüver, Fred Waldhauer, Rob- Week, and also including a prize awarded by
Naturally, there are always precedents, pioneers terdisciplinary integration that will improve and ert Rauschenberg and Robert Whitman in 1966 acrylics company Norenplast.
and predecessors. As mentioned earlier, Marta expand the scenario of human concerns”.27 The with the aim of propitiating the relationship be- Simultaneously, Jorge Glusberg begins to give
Minujín used a computer, a brand-new IBM objectives set out here are far from those that tween art and technology through having artists, shape to a concept that will be the underlying
model, to select the participants for Circuit – motivated GRAV’s activities just a few years engineers and technicians of all kind working principle for large part of the exhibitions held
Super~ Heterodyne in 1967, grouped according earlier, given that in this case an appeal is made as a group. However, this influence would fade during that decade: that of arte de sistemas (sys-
to characteristic traits they have in common. to specialists and an “informed public” rather away in the course of activities effectively car- tems art). The term appears for the first time in
Similarly, toward the end of the decade there is than to ordinary people. Nevertheless, the inten- ried out at the Center, which quickly turns to- Argentina in the context of a show held at the
a sound laboratory equipped with very sophisti- tion of having artistic production make an im- ward developing and promoting different con- Museo Emilio Caraffa in Córdoba, De la figu-
cated technology at the Di Tella Institute in Bue- pact on social spheres as a whole persists. ceptual tendencies present in local and Latin ración al arte de sistemas (From Figuration to
nos Aires, used to produce works of outstanding Obstacles to information technology access American production. Systems Art, 1970), including works by Luis
284 Fernando Benedit, Nicolás García Uriburu and he is working, he proposes that artists send Luis Fernando Benedit researches animal be- ple that feeds the entire planet, utilizing it as a 285
Edgardo Antonio Vigo. The origin of the term their work in a standardized graphic format havior by producing artificial environments. His metaphor for the spiritual and transformational
is to be found in the field of science, and more (IRAM 4504/4508 norms) that can later be works combine architectural projects and engi- power contained in this region of the world. The
specifically, in cybernetics. In the United States, reproduced using heliographic techniques. neering with scientific thought in order to gener- artist makes the latent power inherent in plant
Jack Burnham is studying the relationship be- Many copies of the exhibition are made to ate instances where the production of informa- life manifest using electrodes and measurement
tween art and this theory in his book Beyond then travel and be exhibited in different insti- tion and knowledge based on observation is a devices. He employ these to construct installa-
Modern Sculpture. The Effects of Science and tutions all over the world. In this case, it is the platform for aesthetic experience. He presents tions in spaces that simultaneously set energy
Technology on the Sculpture of this Century very organization of the show that constitutes his first animal habitats in the Microzoo exhibi- loose and project into viewers’ imagination. In
(1968),28 in which he predicts a technological fu- the system, and technology is the means by tion (Galería Rubbers, 1968) and in Materiales, these works, there is also an underlying refer-
ture for artistic creation. His prediction becomes which it is rapidly and economically distrib- nuevas técnicas, nuevas expresiones (where he ence to alchemy and its efforts to transfigure the
more influential when he publishes the essay uted throughout the world. presents Tuttovetro y los pescados [Tuttovetro material world. In 1971 he presents Analogía
Systems Aesthetics29 in the pages of Artforum and the Fish], 1968). Throughout the seventies, I (Analogy I) in the Arte de sistemas show: it
magazine that same year.30 Art, Science and Technology he makes an increasing number of environments consists of forty potatoes arranged on a wooden
In July, 1971, Jorge Glusberg opens the Arte de in Works by CAYC Artists with acrylic, glass, animals and plant species. In grid and connected via electrodes to a voltage
sistemas exhibition at the Museum of Modern Among the many international visitors that pass 1970, he is selected to represent Argentina at the meter that shows the amount of energy circulat-
Art in Buenos Aires. In it, he gathers together through the CAYC during the early seventies, XXXV Biennale di Venezia, where the theme is ing between them. The following year he made
artists from a wide range of countries with the one leaves a particularly singular mark: Polish Art and Science. On that occasion he presents Analogía IV (Analogy IV, 1972), a table with a
objective of offering an international panorama theater director Jerzy Grotowski, a theoretician Biotrón (Biotron, 1970), an acrylic structure tablecloth half black and half white, with a place
of the new paths being taken in art. In the press and the founder of poor theater. Inspired by his containing a honeycomb with four thousand set on each side; there are natural potatoes on
release for the show31 he states: “Systems art in- laboratory work, Jorge Glusberg invites sever- bees in communication with the biennial’s gar- one plate and potatoes with the same form made
cludes the latest tendencies in art from the sec- al artists to come together as a group with the dens by way of a meadow of artificial flowers of transparent acrylic on the other.
ond half of this century. Art as idea, ecological aim of investigating new lines of development that exude nectar. The bees were just as likely Nevertheless, his most memorable contribution
art, Arte Póvera, cybernetic art, project art and in contemporary creativity. The result is the to feed on the artificial flowers as on the natural is his piece for the XIV Bienal de San Pablo in
political art will all be grouped under the term Group 13, whose members include Jacques Be- ones. The piece resulted from a scientific exper- 1977, Analogía I, segunda versión (Analogy I,
systems art; these are the apparently different del, Luis Fernando Benedit, Gregorio Dujovny, iment whose participants also included Antonio Second Version), where he shows a large instal-
concerns of different artists at the forefront who Carlos Ginzburg, Jorge Glusberg, Víctor Grip- Bratto (artificial intelligence researcher at the lation of potatoes piled on top of a table with a
are prepared to investigate mankind’s entry into po, Jorge González Mir, Vicente Marotta, Luis Conicet), José Núñez (ethologist) and Jorge white tablecloth and on the floor, all connected
the 21st Century, when art – as a consequence of Pazos, Alfredo Portillos, Juan Carlos Romero, Glusberg (the project’s theoretical consultant). to one another and to a voltage meter with ca-
social change and mechanization that will in- Julio Teich and Horacio Zabala. A few years Two years later, Benedit becomes the first Lat- bles and electrodes. This piece was part of the
crease leisure time – may not be called by the later, the original group is modified by some in American artist to exhibit in the Museum CAYC Group’s presentation, which is awarded
same name but will surely be converted into one members leaving and others joining. In the end, of Modern Art’s project room in New York. the Premio Itamaraty at said event.
of these new communities’ basic spiritual exer- the Grupo CAYC winds up consisting of Bedel, He shows two pieces, Laberinto para ratones In contrast with the simplicity employed by
cises.” In the years to follow, shows similar to Benedit, Glusberg, Grippo, González Mir, Ma- (Labyrinth for White Mice, 1972) and Fitotrón Grippo, Leopoldo Maler assembles scenarios
this one appear all over the world, organized by rotta, Pazos, Portillos, and recent arrivals Leop- (Phitotron, 1972), an acrylic enclosure that hy- tending toward the spectacular, in which he
the CAYC. They all include pieces that deal with oldo Maler and Clorindo Testa. Some of these droponically sustains a colony of Japanese cab- uses complex technological devices. In 1969,
technological art, projects, process documen- artists develop a constant labor of meditating on bage, cultivated on volcanic rock. In subsequent he presents X-IT at London’s The Place theater,
tation, artists’ statements, photographs, perfor- the multiple relationships between art, science, years, he would produce labyrinths for ants, consisting of a choreography for dancers and
mances, videos and works within the framework technology and life. Along these lines, works mice, hamsters and other species, before turning forklifts, which also transport audience mem-
of conceptual art. by Luis Fernando Benedit, Víctor Grippo and his attention to the countryside and the tasks of bers to their places. The following year, he re-
In 1972, Glusberg organizes an international Leopoldo Maler are particularly important, even rural life. peats the experience but this time, the stage sets
open call to put together the Hacia un perfil when they respond to widely diverse motives: Víctor Grippo investigates energy generating include inflatable sculptures (X-IT 2, 1970). In
del arte latinamericano (Toward a Profile of these range from studies of animal behavior to processes by way of the simplest resources 1971 he produces Ballet de grúas (Crane Bal-
Latin American Art) exhibition. Aware of the shows of performance, from energy transfer available. His most famous works are those let) for London’s Camden Art Festival. In this
limitations that exist in the context in which processes to reflections on technology. involving potatoes, the Latin American sta- case, three acrobats are moved aloft by as many
286 cranes while fifteen dancers on the ground ex- tions. This new role brings the arching path that In spite of these important precedents, it is only the Buenos Aires Video exhibition at the Institu- 287
ecute a choreography in juxtaposition to the bridges the relationship between art and technol- during the eighties that production on magnetic to de Cooperación Iberoamericana, an arena that
movements of the machines; Maler directs the ogy over thirty years of development, from the tape begins to fully develop in Argentina. The becomes a focal point for local video art.
group dressed as an orchestra conductor, using a forties to the seventies, to a point of conclusion. “plata dulce” (meaning easy money, a financial
baton. He also presents Silencio (Silence, 1971) policy that favored imported goods during the Video Art’s Golden Years
at the Camden Arts Centre that same year. Video Consolidated as a Medium last dictatorship) economic bonanza facilitates Video truly comes of age during the nineties.
Without abandoning this spectacular vein, Mal- Video technology is incorporated as an art re- the entry of a large number of portable, easy to Experimentation is consolidated among artists,
er also produces pieces that are more intimate in source mid-way through the 1960s decade, with use video cameras, encouraging electronic cre- there are an increasing number of exhibitions
nature. In 1974, he presents Homenaje (Hom- the advent of the first portable Sony Portapack ations. Several visual artists and a large number and the public responds with enthusiasm. Oth-
age), a typewriter in which flames burst out of cameras. However, during the seventies, video of filmmakers and media producers are among er shows of great importance join Buenos Aires
the paper cartridge, to commemorate a journal- works are scarce in our country. Not many re- the first interested in generating alternative, ar- Video, such as the Festival Franco Latinoamer-
ist uncle assassinated in a confusing episode that cording devices exist in Argentina and produc- tistic television. TV channels close their doors to icano de Videoarte (The French-Latin American
took place between police and guerilla groups. tions are expensive and unwieldy, reasons that this kind of work, making video festivals one of Video Art Festival), organized by Jorge La Ferla
Three years later, the Mortal Issues (1977) show repel artists from using the medium. the preferential vehicles for its exhibition. at the Centro Cultural Ricardo Rojas – which
opens at the Whitechapel Gallery in London, Nevertheless, Jorge Glusberg promotes the pro- What Graciela Taquini denominates as “the vid- would later become the Muestra Euroamerica-
consisting of seven plastic sculptures in the form duction of video art by facilitating interested art- eo-makers generation” slowly comes into be- na de Video y Arte Digital (The Euro-American
of human beings that breathe and the silhouette ists’ access to the resources necessary to explore ing.34 With little information about international Video and Digital Art Show) – the Festival Inter-
of a man that emits fire. In Pre-sence (Hayward this support. Almost none of these videos have video art, local video producers begin to explore nacional de Video (International Video Festival)
Gallery, London, 1978), he exhibits a stretcher survived, but descriptions found in exhibition cat- this new technology’s narrative possibilities. organized by Carlos Trilnick, and the Festival In-
loaded with an inert body whose head has been alogs lead to the deduction that they were primar- The earliest pieces that get recognition feed off ternacional de Videodanza (International Video
replaced by a television set that shows the face ily testimonial or documentary in nature, rather of television’s visual language, subverting or Dance Festival), directed by Silvina Szperling,
of the viewer by way of a closed circuit video than experimental. At any rate, as works produced satirizing it. Among these, one of the most sur- specializing in this special kind of production:
system. In H2O Hombre (H2O Man, Center for by artists,32 they are considered to belong to the prising and most recognized in terms of prizes is video dance or dance for the camera, in other
Inter-American Relations, New York, 1977), video art category and are presented as such in in- The Man of the Week (1988) by Boy Olmi and words, video pieces featuring choreography cre-
he shows a copy of his own body made of ice, ternational festivals. Glusberg similarly promotes Luis María Hermida, based on the Yo Fui Tes- ated especially to be recorded.
which, upon melting, fills a machine that makes a series of international video events, held in dif- tigo (I Was an Eyewitness) television program. A great vitality permeates all these electronic
tea for the public. ferent cities throughout the world.33 They concen- Olmi and Hermida create a hilarious satire that productions. Outstanding authors appear with
In these three artists’ works, as in most of the trate the best examples of this kind of production follows the progress of an investigation into an solid work and begin to travel, inserting their
production from that period, the use of technol- worldwide, attracting the most outstanding figures absurd occurrence that never winds up being un- work in international festivals, obtaining prizes
ogy gradually takes on a different meaning from and their most prominent works. raveled, in spite of a continuous compilation of and visibility, in turn becoming figures of refer-
what it had for their forerunners. In an overall An Argentine author living in New York partic- facts, many interviews and supposedly scientific ence for upcoming generations. Official art cir-
sense, the scientific connotations of these works ipates in most of these festivals and is a prom- explanations. A video performance by Graciela cles also begin to open their doors to this kind
no longer speak about technology’s power to inent figure in video creation from that time: Taquini titled Roles dates from the same year, in of production: the National Museum of Fine
transform people’s lives, but rather about its Jaime Davidovich. His production is oriented which the artist explores the themes of the body, Arts establishes permanent cycles of experimen-
articulation as an instrument of thought. Uto- toward both single-channel video and video in- memory and identity. tal video organized by Rubén Guzmán, and the
pian images are replaced by systematic studies stallations, i. e., he works with projects that in- Other pioneering productions would also be Museum of Modern Art holds its own Ciclos de
that facilitate questioning reality from a more corporate electronic images into a spatial envi- produced during the eighties decade: the first Arte Electrónico (Electronic Arts Series), curat-
removed perspective, emphasizing aspects of ronment that viewers enter and explore. During video clips and the first video installations. In ed by Graciela Taquini. Through its most recog-
art production that empathetic or vitalist trends the 1980s, Davidovich becomes a pioneer in art much the same way, different exhibition spaces nized artists, video art finds its way into film and
leave unattended. With the instruments that television with two programs shown on North and circuits begin to be take shape: the Centro video schools, extending its reach all the way to
technology provides, artists are now able to American cable channels: SoHo Television and Cultural San Martín holds a series of shows ded- the youngest artists’ labor, whose participation
scrutinize reality, analyzing the systems, media The Live! Show; the first consists primarily of icated to electronic works, promoted by Gracie- in local and international circuits is increasingly
and processes it is made of, exegetes of discur- interviews with well-known artists and the sec- la Taquini, and later, in 1989, Laura Buccellato highlighted.
sive, material-oriented and ideological construc- ond is a grand satire of commercial television. and Carlos Trilnick are responsible for initiating One work draws a particular amount of attention
288 at the very beginning of the decade. This is Re- plore a poetic trend, using electronic images to At this same time, the Ar Detroy group begins its lations very early on, while this artistic format 289
construyen Crimen de la Modelo (Model Crime generate audiovisual metaphors, testing out dif- prolific career in the field of video art. In 1990 is still relatively unknown in our country. His
is Reconstructed, 1990) by Andrés Di Tella and ferent forms of narrative that move away from they produce Diez Hombres Solos (Ten Men constant dialog with the visual artists and his
Fabián Hofman, a piece based on a critical view the classic lines of cinema. The absence of es- Alone), a piece that shows a group of figures perseverant labor in organizing cultural events
of television. The video is based on a news item tablished formats or a language makes video an moving across the screen; they look like monks, helps foment permeability between video and
transmitted on Nuevediario, Channel Nine’s ideal medium for assaying alternative ways to slowly and methodically trudging through a art circuits, when the former still tended to re-
legendary news program. The artists then ma- construct audiovisual pieces. What is called ver- shallow sea. In addition to the low-resolution gard the latter with mistrust. His work moves
nipulate the material, changing the rhythm tical montage frequently appears in this work: video image, their distance from the camera easily between a poetic vision of reality – even
of the visual records and distorting the sound, as opposed to the horizontal montage that char- makes the figures almost indistinguishable from when this includes a dramatic touch – and the
which distract attention from the deed referred acterizes cinema – which splices together seg- the electronic scanning lines, while the lack of need to formulate a local way of watching, ori-
to – the police reconstructing a crime involving ments in a linear, sequential fashion –, in video, color favors their integration into the natural ented within the Americas, in the face of the
a model – and focus it on the ductile nature of forms of creating montage within a single take surroundings. Like most of Ar Detroy’s videos, challenges presented by a globalized world.
the audiovisual support. Their handling of the are developed, which generally unfold simulta- Diez Hombres Solos is a chamber piece – in the This concern is manifest in works like Celada
news item questions its integrity. Fundamental- neously. By way of inserts, superimpositions, musical sense – that aims to transmit an atmos- (Ambush, 1990), Viajando por América (Trav-
ly, by proposing that any mediation is really the frame within a frame and overwritten texts that phere or state of mind rather than tell a story. eling Through the Americas, 1989), and Qosco.
construction of an endless simulation, what is scroll across the screen in the most unexpected If close attention is paid, it becomes clear that La Cabeza del Tigre (Qosco. The Head of the
put in crisis is the relationship between the me- of ways, etc., new viewpoints and readings of there are actually nine figures that cross the Tiger, 1994), the latter two of which were in-
dium and reality. The tape functions like a set the audiovisual flow are experimented with, screen. The tenth man may well be the viewer. spired by a trip to Peru. The same theme reap-
of Russian dolls: the artists reconstruct the event providing previously unfamiliar approaches to In a short amount of time, the number of art- pears in more recent works, like Geometrías de
(artistically) based on the news program; the the moving image. ists working with video multiplies. As opposed Turbulencia (Geometries of Turbulence, 1999),
news program reconstructs (informatively) the Images, text and sound often enter into conflict. to the previous generation, who had to estab- in which the artist configures a personal view of
police action; the police action reconstructs (ju- Meaning emerges from the collision between lish spaces for disseminating their work, they the 20th Century from an end-of-the-millennium
dicially) the original crime… Each simulation is these sources rather than their integration. View- find spaces already defined. In 1992, a second standpoint, using disturbingly beautiful images,
constructed based on another, because there is, ers are left to construct the way in which these generation of producers emerges, with artists tinged with somber accents.
definitively, a central point that is never reached: elements correspond to one another through ac- moving in specific circuits who have more in- Trilnick often works with visual artists. One of
a real reconstruction of the crime involving the tive, attentive viewing. As in poetry, audiovisual formation available to them regarding national his most fruitful alliances is with Remo Bianche-
model. This piece leads to deep debates regard- material is a trigger that sets off an expansion of and international works and a more thorough di, a co-equipper for three videos: La noche de
ing the nature of the media and their relationship meaning. Another key element in video art’s con- understanding of the medium’s characteristics. los cristales (Night of Broken Glass, 1993), De
to the world. As is also the case in The Man of structive narrative tends to be its rhythm. From the Meanwhile, first-generation artists open new niño (As a Child, 1995), and Danza de Niño
the Week and other similar productions – such as “dead time” in takes executed in real time to the spaces and channels of distribution, organizing (Child’s Dance, 1995).35 The first is based on a
El Círculo Xenético (The Xenetic Circle, 1989) “clip aesthetic”, artists explore multiple ways of exhibitions in Argentina and in international fes- work by the same name by Bianchedi; an elec-
by Luis María Hermida and Boy Olmi, or La disrupting viewers’ habitual reception of film and tivals. These include Carlos Trilnick, Sara Fried, tronic register of the show is the point of depar-
Era del Ñandú (The Rhea Era, 1987), by Carlos television’s relatively constant narrative pace. Jorge La Ferla and Diego Lascano, authors un- ture, but the rhythm of the images and the po-
Sorín – the critique extends to all documentary Tango: El Narrador (Tango: The Narrator, dertaking the two-fold task of production in ad- tency of sound in its audiovisual treatment set it
genres and their insertion in the underlying logic 1991), by Luz Zorraquin, explores a poetic dition to cultural management. vastly apart from a mere documentary descrip-
of television spectacle. vein in a magnificent way. The texts of a dialog Carlos Trilnick’s role as a pioneer in Argentine tion, to become an autonomous work in and of
Nevertheless, experimental video productions between two anonymous beings scroll over an video art is above question. His work begins itself. The other two works begin with another
during that period are not limited to television endless traveling shot, breaking up the monoto- at the outset of the eighties and is clearly con- exhibition by the painter held at the Centro Cul-
references alone. In addition to the earliest pro- ny of the visual record. There are other images, solidated by mid-way through the decade. As tural Recoleta titled De niño mi padre me comía
ducers, who come from the field of television or but they bear the same ambiguous connection to opposed to other authors whose primary refer- las uñas (As a Child My Father Would Bite My
aspire to work in it, there are also a large number the text. At the same time, an intimate relation- ence is television, Trilnick understands video to Fingernails). Danza de Niño uses the show as
of visual artists who now include video art in ship is gradually unveiled; the words may be the be an artistic medium in the fullest dimension a backdrop for a dance by Miguel Robles. This
their repertoire, constituting authors dedicated prologue to a trip, and perhaps this is what the possible, and explores handling the audiovisual is a chamber piece, very brief, with a strong
to this specific kind of production. Some ex- camera records. platform like a visual art. He makes video instal- visual impact that is the result of the tone of the
290 dance and the markedly expressionist lighting. tinuous, prolific production before he eventually a vinyl record for the Comunicaciones (Com- based on such touristic clichés at the same time 291
De Niño practically leaves the exhibition that in- abandons the art circuit and leaves for Uruguay. munications, 1968) installation, which was part that the natural settings this identity is founded
spires it to one side, delving into the problematic He is the author of key pieces in the country’s of the Experiencias 1968 show. In 1992, Paksa upon are left unprotected. Marcello Mercado is
contemporary world in juxtapositions of images video creation, including Arde Gardel (Gardel presents El descanso de Loretta (Loretta’s Rest), the creator of very singular works. In his videos,
and texts that evoke history, memory, everyday is Burning, 1991) – a piece that speculates about an abstract, psychedelic piece based on the aes- constant references to mutilated bodies, psycho-
and universal conflicts and events with an unset- the causes behind the singer’s death in a humor- thetics of computer screen savers. In Tenis (Ten- logical deviations and different forms of physi-
tling view of the present. ous tone – Flight 101: To No Man’s Land (1992) nis, 1997), she returns to figurative imagery to cal and moral violence speak of a sick, perverse
Sara Fried explores a feminine point of view. – a poetic look at the world of aviation, a recur- formulate a critique of power relationships in society, founded on repressive social discourse.
After a few testimonial productions such as Del ring theme in his work – and Saint-Ex (1993) terms of competitiveness. One of his most well-remembered works is El
Bronx a Valentín Alsina (From the Bronx to Va- – based on the life of poet and aviator Antoine To top off this historical overview, the video vacío (The Void, 1994), in which images from
lentín Alsina, 1988) and Fatal, fatal mirada (Fa- de Saint-Exúpery. La brutalidad de los hombres (The Brutality of a surgical operation confront records of anon-
tal, Fatal Gaze, 1990) and a vivid portrait of the In addition to these protagonist figures who Men, 1992) by Anna-Lisa Marjak, deserves spe- ymous bodies in a morgue, a preacher’s heated
filial relationship between two sisters with Her- achieved visibility during the early nineties, cial mention. Its black and white images show a sermon and various religious symbols in order
manas video home (Sisters Video Home, 1991), there are also others whose importance stems struggle between two individuals that becomes to denounce an existential void that strikes pow-
she gains attention in the local circuit with Im- from the fundamental role their work plays in a symbol for competition, egotism and malice. erful blows on the individual and social body. In
ágenes alteradas (Altered Images, 1993), a trans- establishing the medium and its subsequent Scenes that are stripped clean in formal terms 1996, he begins an ambitious project that con-
position of a woman’s inner monologue as she evolution: Fabio Guzmán, Anna-Lisa Mar- transform the fight between these beings into an tinues well into the 21st Century: it is to trans-
waits for a man with a long series of manipulated jak, María Cristina Civale, Mariano Galperin, image of power relationships, with a synthesis pose Das Kapital (Capital) by Karl Marx into
audiovisual sequences that tell their story, relating Eduardo Milewicz, Martín Groisman, Nicolás seldom attained in works from this period. electronic images.
their emotional states and their thoughts. During Sarudiansky and Eduardo Yedlin, to name just Iván Marino feels a similar attraction to psy-
the late nineties, while briefly distanced from a few. Productions by the Group Paleta E – tes- The Second Generation of Video Artists chological disorders, although his work is less
producing works, Fried promoted a magazine on timonial in nature – also deserve to be high- A new crop of video makers appearing on the extreme. He prefers documentary records – gen-
art and new tendencies called Mediápolis, which lighted, as do the work of Eduardo Sapir, before scene begins to take shape in 1992. They set out erally in black and white – in real time and with
moved forward with renewed energy in an elec- dedicating himself to independent film, that of on a path that has already been cleared, easily slowed down images, which makes his pieces
tronic format through the Universidad de Tres de Claudio Caldini – who injects all of his accumu- gaining access to the exhibition circuit, priz- contemplative and meditative even if the reali-
Febrero at the outset of the new century. lated experience from experimental film onto es, grants and subsidies. Not all of them begin ty they portray is hardly pleasant to see. In Un
Jorge La Ferla’s production is also spaced out his work in video – and Graciela Taquini’s ac- working at this time; some have already ven- día Bravo (A Tough Day, 1994), he shows the
over time. He articulates much of it by way of tivity in promoting works and artists in different tured into video, but it is at this point that they defenselessness of the state of senility by harass-
one character, Richard Key Valdez, his media venues and in programming complete cycles. being to gain notoriety, or that their production ing his elderly aunt with the camera until pen-
alter-ego, a reporter on the contemporary world, Margarita Paksa’s work is fundamental in the receives a renewed push forward. Among these etrating her most intimate recesses. Uber Die
positioned in the cross-fire between Western po- context of this survey for several reasons. In authors, we can name Marcello Mercado, Iván Kolonie (1997) focuses on children confined
litical thought and its counterparts. His travels the first place, because the earliest Argentine Marino, Silvina Cafici, Arturo Marinho, Pablo in a prison reform institution, while Letanías
take him to the Andean highlands in northern video still conserved today is hers: Tiempo de Rodríguez Jáuregui, Sabrina Farji, Jorge Castro, (Litanies, 2000) and En el reino del sueño de
Argentina with Video en la Puna. El viaje de descuento – Cuenta regresiva – La hora cero Julio Real and the duo David Oubiña and Jorge la muerte (In Death’s Dream Kingdom, 2002),
Valdez (Video in the Andean Highlands. The (Overtime – Countdown - Zero Hour, 1978) is Macchi. take the situations recorded in a women’s insane
Voyage of Valdez, 1994), to Castro’s Cuba in a tape made as part of an installation in which In spite of his scant production, Julio Real is asylum as their point of departure.
Valdez habanero (Valdez from Havana, 1997) a live person runs alongside a human figure re- the author of an essential work in Argentine With Algunas mujeres (Some Women, 1992)
and to contemporary Japan in Valdezen (2001). corded on video with electronic manipulation. video art, Primero lo nuestro (First, What is Sabrina Farji gains notoriety in Argentina’s vid-
With an immediately recognizable personal The second reason is that throughout her entire Ours, 1994). The work takes its title from a eo art circles. This piece is based on the experi-
style, Diego Lascano develops most of his pro- career, Paksa has experimented profusely with well-known advertising campaign to promote ences of a group of people during the military
duction in the field of two-dimensional anima- technological art, and she continues to do so to- tourism, and it is based on images of nature vio- dictatorship, played by famous actresses. Her
tion. He is truly a pioneer in this area, one of day. During the heyday of the Di Tella Institute, lently drowned out by electronic noise. By way proposal is more political than experimental, al-
the first Argentine video artists to incorporate she makes the previously mentioned sound in- of this simple procedure, Real questions the of- though it does explore how to destabilize the ac-
digital images in his work. He maintains a con- stallation 500 Watts, 4.635 KC, 4.5 C, and edits ficial perspective of national identity for being count’s narration. Her production advances in-
292 termittently, but she keeps one constant, always series, he elaborates a saga featuring a couple tant international institutions offered by the Na- However, the introduction of the computer has 293
working within the parameters of political re- of somewhat clumsy heroes, full of tongue- tional Endowments for the Arts and Antorchas a contradictory effect. While on the one hand it
flection. Silvina Cafici’s production can become in-cheek references to classic cinema and TV Foundation. Young artists accordingly find their encourages independent production, on the oth-
somewhat more hermetic at times, perhaps due shows. From the city of Córdoba, Jorge Castro opportunities for producing works and the pos- er, it tempts creators to explore its own aesthetic
to the literary, philosophical and artistic refer- has gained reputation with tapes that combine sibility of seeing them circulate multiplied. They qualities, leading many abandon video to dedi-
ences she employs. In Perder (el) tiempo (Los- electronic image manipulation – distortions, begin to travel and accumulate scholarships and cate themselves exclusively to digital art, net.art
ing time, 1996), all these factors converge in a repetitions and colorizing – and repetitive mu- works that increase their prestige and to achieve (works that use the Internet as their support) or
very precise way to formulate poetic reflections sic and dance or performance, like Instalaciones recognition in their field. At the same time, the artistic CDs. This trend extends even further at
on time and how it unfolds. In Heroica (Heroic, circulares mercurio (Circular Mercury Instal- National Museum of Fine Arts begins to amass the end of the century but does not replace video
1999), produced jointly with Gabriela Gold- lations, 1994) and Tabla esmeralda (Emerald their collection of Argentine video art (1997), production entirely, given that it already has an
er, her interest is in social and anthropological Tablet, 1995). In his use of digital imagery, the and several institutions focus on expanding their ample, well-oiled distribution circuit while dig-
issues. The video is based on the story of four degree of manipulation begins to increase to the media libraries with national video pieces. The ital production yet remains somewhat marginal.
Peruvian women who work as housekeepers in point where the image is practically annulled, most widely acclaimed artists show their work Another particularity of this period is that many
Argentina. In a simple choreography executed reaching abstraction. Casto pursues advanced in galleries and even begin to sell their works artists are coming out of Buenos Aires’ quickly
on a building terrace, the women symbolical- studies in software design and manipulation in to collectors, although this privilege tends to be multiplying number of film and video schools.
ly appropriate their surroundings in a way that the United States, exploring the joint handling reserved for those creating video installations. Widely recognized artists are now teaching (La
entwines their personal stories with that of the of image and sound in real time. Some changes in production techniques have an Ferla, Fried, Lascano, Groisman and Trilnick),
territory where they eventually wind up living. This group of artists is accompanied by a wave impact on the works made during this period. encouraging students’ access to experimentation
Fleeting instants make up Transatlántico (Trans- of new creators whose work takes diverse di- The increasingly frequent use of the computer with the audiovisual universe. Among the most
atlantic, 1992), a video by Arturo Marinho. Re- rections. Camilo Ameijeiras is not only a prac- as an editing and image handling tool leads to notable figures to emerge from this situation are
corded on deserted highways and in real time, it titioner but also an outstanding promoter of greater creative possibilities and independence Gabriela Golder, Andrés Denegri, Sebastián
is a concatenation of practically still images in Argentine video art, first with the Zoo Video se- for experimental artists, freeing them from the Ziccarello, Camilo Ameijeiras, Ian Kornfeld,
which nothing seems to happen until a distant ries – which he organizes jointly with Aldo Con- editing tables designed for more traditional Gregorio Anchou and Sebastián Díaz Morales.
sound, a shadow, or an imperceptible trace of siglio at the Centro Cultural Recoleta – and then labor (publicity, television and documentary In the city of La Plata, a group of authors es-
something alters the static nature of the shot. In with Amianto Video (Asbestos Video), a new se- work), where huge sums of money are con- tablishes a local movement without institution-
other pieces, Marinho explores the construction ries he and Fabio Guzmán establish at the same sumed when long hours are dedicated to exper- al ties that is of outstanding relevance: Gastón
of fragmented accounts based on images that institution. Following occasional documentary imental explorations. Using a computer in their Duprat, Mario Chierico, Adrián De Rosa and
come from different sources. These narratives are productions, Luis Campos directs his full atten- own home, many creators are able to invest Federico Mércuri. In Rosario, Gustavo Galup-
symbolic in nature, although in one prize-win- tion to video art with Boleto multa (Ticket Fine, more time in their work, obtaining better results po stands apart as an almost solitary figure,
ning piece titled Perdido y encontrado (Lost and 1993), which tells the story of a rape aboard a at a much lower cost. Video’s digitalization also although many notable artists, such as Iván
Found, 1998), he uses a real event – an airplane bus filtered through a Sergei Eisenstein aesthet- provides an incentive for more intense work Marino, Pablo Rodríguez Jáuregui and Arturo
disaster – as the point of departure in order to ic. His work moves rapidly toward video instal- with image and sound, simultaneous handling Marinho have come from this city.
manifest a personal view of life’s final instants. lation, and he is one of the most notable artists of different audiovisual layers and pushing Gabriela Golder has a successful international
Pablo Rodríguez Jáuregui is one of the most working in this vein, along with Carlos Trilnick vertical montage even further by appropriating career, moving between single-channel video,
outstanding artists in the field of Argentine an- and Gustavo Romano. Other leading figures of material from the most diverse sources: public video installation and net.art with ease. One of
imation. His productions circulate in video art this time are Leonardo Ayala, Alejandro Sáenz records, film, television, music, photography, her first videos, Lettre 1 (Letter 1, 1996), pre-
festivals before passing on to television. His and Flavio Nardini. advertisement, sound effects, texts, different sents repetitive images of galloping horses while
earliest works are animations done in relative- symbols and icons, art history and an endless a sensual voice tells the story of a princess and a
ly traditional formats, based on short stories. Institutionalization. New Video Art Makers etc. Nevertheless, many video makers keep to group of knights. Following several residencies,
Once he incorporates digitalization, Jáuregui In 1994, Buenos Aires Video is turned into a their style, and even highlight the properties of her work diversifies. In 2002, the video Vacas
explores electronic collage, appropriating dif- competitive exhibition, with monetary prizes to analog production, sometimes with nostalgia. (Cows) has a great impact abroad and wins sev-
ferent images and audiovisual fragments with a encourage production. This is one more incen- Mid-way through the nineties, there is a surge of eral prizes in different worldwide festivals. The
preference for television series and B movies. In tive that is added to the grants for artistic crea- interest in Super-8 film and some artists use it as piece is based on manipulating a sensational
his Capitán Cardozo (Captain Cardozo, 1995) tion and scholarships for residencies at impor- base material for their videos. news item appropriated from television: an ac-
294 cident involving an overturned cow-transport during their concerts. Sebastián Ziccarello is the sinister doll. In other productions, the cinematic with video records of their own performances. 295
truck and the subsequent spectacle of a group author of 1.Elipse (1. Ellipse, 2000), a striking references are even more explicit, where frag- One member of the group, Javier Sobrino, con-
of people butchering them on the spot to take video in which the image of the police repress- ments of film are used; this is the case in Te- tinues with his own personal production based
some portion home to their families. The shots ing a young man endlessly repeats, with slight oría de la deriva (The Theory of Drift, 2000) on invented languages.
are slowed down and chromatically altered to variations. Planned as an experience that is not and much of his later work. Gregorio Anchou Special mention must be made of a genre that
the point of becoming truly plastic images that just visual but practically physical – through the makes tapes that openly allude to North Amer- first gathered force in 1995, with the creation
recall a Goya aesthetic. During the years that use of an irritating sound emitted at high volume ican post-War experimental films; for example, of the International Video Dance Festival. This
follow, Golder turns toward investigating differ- – the piece very slowly unveils its content, cre- Supositorios de LSD (LSD Suppositories, 1994) mode of working has its debut in Argentina with
ent social contexts. In 2006 she intervenes the ating a sensation of oppression and anguish that clearly shows the author’s admiration for Ken- the First Video Dance Workshop for Choreogra-
Palacio de Correos (Central Post Office) with grows worse at a continual, unstoppable rate. neth Anger’s movies. He then turns to produc- phers delivered by Jorge Coscia in 1993. The first
Reocupación (Re-employment, 2006), a high Beginning with his very first incursions into ing very direct film involving genre activism productions in this genre emerge from this event:
impact video installation based on unemployed video art, Gastón Duprat has imposed a style in pieces like Safo (Sappho, 2003), La peli de Temblor (Tremor, 1993) by Silvina Szperling,
people’s testimonies. entirely his own. His pieces tend to work based Batato (Batato’s Flick, 2011) and Heterofobia Asalto al Patio (Attack on the Patio, 1994) by
Andrés Denegri’s work arises from minimal ex- on a minimal situational setup, with manipulat- (Heterophobia, 2015). Margarita Bali and El Banquete (The Banquet,
cuses that are sometimes narrative and at others ed images that are nonetheless austere, so much With a restrained, immediately recognizable aes- 1994) by Paula de Luque. The person who most
more formal in nature. Yo estoy aquí, colgado de so that at times they approach abstraction. This thetic line, Ricardo Pons creates a body of work consistently pursues this vein is Margarita Bali.
la ventana (Here I Am, Hanging Out the Win- synthesis culminates in Camus (1995), a video that delves into Argentine identity, its peripheral In her videos, the profuse effects that typically
dow, 1998) is based on a poem; a photograph is minute based on a story by Albert Camus where reality, its yearning for power and its unfinished appeared in her early works are gradually pared
the point of departure for Cuando vengas vamos a character narrates the plot in a non-dramatized dreams. Following an homage to the canine down to reach a perfect synthesis between dance
a ir a comer a Cantón (When You Come We’re fashion while texts and images that refer to the precursor of space travel with Laika (1997) and image in pieces like Agua (Water, 1997) and
Going to Canton to Eat, 2001). During the late language of video unfold in the manner of me- and meditating on the world by way of texts by Arena (Sand, 1998). In addition, Bali is one of
nineties he explores new forms of documenta- ta-text. He is awarded the First Prize at Buenos Baudrillard in Metáfora de un crimen perfec- the principal promoters of multimedia dance,
ry narrative, approaching what has come to be Aires Video VIII for this piece. From that point to (Metaphor for a Perfect Crime, 1997), Pons where live dancers interact with pre-recorded
known as authored documentary, in other words, on, he intensifies his work with electronic im- focuses on local conflicts in ADN(i) (DNA(i), images, a tendency in which Susana Szperling
a format based on registering reality but without ages, taking on longer productions that still 1999), Sudtopía (Southtopia, 2000), La tierra also produces outstanding work.
purporting to present an objective view of the maintain the same level of care in formal terms. (Land, 2000) and a series of videos in which he
world; it presents a highly subjective vision in- After he and Mariano Cohn become associates, analyzes the Peronist government’s grand tech- Video among the Visual Arts
stead. Today, he carries out ambitious installa- they produce a notable group of works such as nological projects – construction of the Pulqui The place that video art occupies in history has
tions involving pieces made in Super-8, 16 and Circuito (Circuit, 1996) and Enciclopedia (En- airplane and developing nuclear energy – as met- always been ambiguous. Although it comes into
35 mm film. Along these same lines of authored cyclopedia, 2000, jointly with Adrián De Rosa), aphors for an Argentina that tried to follow in the being in spaces designated for the visual arts – in
documentary, we cannot fail to mention Hernán among others. Duprat and Cohn then launch path of world powers without success. fact, it is born in an art gallery – by the eighties
Khourian. His video Áreas (Areas, 2000), probes into television with the program Televisión Abi- Carlos Essman, Rubén Guzmán, Javier Sobri- it had gained enough autonomy to see the con-
into life in the countryside with an incisive and erta (Open Television) – which generates wide- no and the Fosa Group are other protagonists figuration of spaces specifically dedicated to ex-
apparently impartial viewpoint, portraying its spread repercussions, broadcast on Channel 2 in this era of enthusiasm in Argentine video art. hibiting it. However, it would be more accurate
singularity and severity. The images are shown – and they develop the MuchMusic channel’s Essman works in association with poet Daniel to say that its place has always fallen mid-way
in real time, without alterations and using direct image with separators, programs and characters. G. Helder; with poetry as the point of departure, between these realms, depending on what each
editing, which emphasizes the potency of the ac- Today, the duo is dedicated to filmmaking. he develops ingenious juxtapositions between one has to offer.
tions recorded and submerges the viewer in the The most evident previous references in Gus- words and images in pieces like Poesía espec- During the nineties, video acquires a more active
sometimes rough everyday tasks carried out by a tavo Galuppo’s work are to film, although the tacular film (Spectacular Poetry Film, 1995) role in the universe of the visual arts. For several
group of people in a rural setting. personal atmospheres he creates in his videos and Sardinas (Sardines, 1997). Rubén Guzmán reasons, large-scale contemporary art shows be-
Ian Kornfeld had a brief encounter with video make these references somewhat relative. In examines and questions image supports, exper- gin to show a preference for it: this is due to its
art before dedicating himself completely to his El diablo vino a Tucson (The Devil Came to imenting with many different materials as the spectacular nature, its use of a language accessible
band, Pornois. In it, he also experiments with Tucson, 1998), he builts an oppressive scenario basis for videos that tend to reflect on philosoph- to the general public – already trained by cinema
electronic images that accompany the music with notably expressionist traits, inhabited by a ical or literary themes. The Fosa Group works and television –, its attractiveness to young artists,
296 its novelty in museums and galleries – in which electronic images to expand and to occupy an El reflejo de lo invisible (Reflection of the In- created by Gustavo Romano, Carlos Trilnick, 297
it is increasingly common for standard exhibition entire exhibition space. Later, multiple screens visible, 1998) and Un acto de intensidad (An Belén Gache and Jorge Haro. From the moment
conditions to include video projectors and DVD are used to create all-enveloping spaces, elec- Intense Act, 1999), two video installations in- it appears, Romano begins to explore the artistic
players, etc. –, for its acceptance in commercial tronic environments that completely submerge volving five giant screens based on performance possibilities of the Internet. In 1996 he made the
circles, and for the influence wielded by the artists the public in the audiovisual medium. pieces, presented at the Museum of Modern Art first work for this medium, Mi deseo es tu de-
who have historically worked with the medium. Gustavo Romano is one of the artists who ex- in Buenos Aires. seo (My Desire is Your Desire), where he builds
It is irrefutable that by the early nineties, no ex- plore this format the furthest. His installations In the late nineties, a large number of visual art- the web pages of a digitally created man and
hibition was considered to be truly contemporary tend to be simple devices with a single image ists turn to producing electronic works. These woman, each with their respective e-mail ad-
if it did not include some piece in an electronic prolonged over time, as is the case in Huella include: Andrea Juan, Gabriela Francone, Mara dress, awaiting the response of those navigating
format, with video installations as the favorite for (Fingerprint, 1996), a hanging screen that shows Facchin, Karina Peisajovich, Augusto Zanela, the web. All kinds of messages and proposals
their ability to hold viewers’ attention in a space, a fingerprint that slowly mutates, or Lighting Matilde Marín, Liliana Porter and Alicia Herre- immediately arrive, constructing a mapping of
watching a flow of images. Piece (2000), which shows the image of a lit ro, to mention just a few. sorts of all the vagabond desires floating about
Argentina also takes part in this tendency. As match that burns without ever being consumed. in virtual space. In 2000 he produces Hiperbody,
early as 1990, Jorge Glusberg and Laura Buc- Luis Campos, on the other hand, frequently uses Incursions into the Digital Universe a site showing schematic images of a masculine
cellato organize an exhibition at the National images that are multiplied on different monitors. The final years of the 20th Century are witness body and a feminine one, where clicking on dif-
Museum of Fine Arts titled Videoarte Inter- In his piece El ego-sillón videográfico (The Vid- to a veritable revolution in terms of electronic ferent parts leads to related Internet pages. Both
nacional (International Video Art), including eographic Ego-Easy Chair, 1994), he obliges audiovisual production media. Computers be- works reflect on the body, desire and identity is-
ten video installations, presented along with a viewers to sit in an easy chair made of moni- come widespread and the arrival of the Internet sues. Among the other artists who also explore
program of various single-channel videos from tors, reproducing their image to an extreme and and digital supports open the doors to a previ- this support during the nineties, mention can
different parts of the world. From then on, vide- confronting them with it. In a later installation ously unimagined realm of aesthetic exploration be made of Fabio Doctorovich, Wili Peloche,
os often appear in local shows. In 1993, Daniel in Filo Gallery, a group of television sets show a and experimentation that many artists decide to Horacio Zabala, Daniel Micaelli, Jorge Castro,
Capardi organizes another large-scale exhibition man running repeated various times as a tribute launch into. The speed with which these chang- Belén Gache, Jorge Haro, Dina Roisman and
of video art, El día electrónica (The Electronic to Eadweard Muybridge’s photography. es occur makes the lifespan of many formats Anahí Cáceres, among others.
Day), held at the Museo Emilio Caraffa in Cór- Marta Ares dedicates special attention to the ephemeral at best. This is the case for the au- Digital technology only begins to become rela-
doba, while in Tucumán, Ana Claudia García context in which her videos are shown. In one thored CD-rom, which barely resists the advent tively stable at the outset of the new millennium.
exhibits her first video installation, Marcar version of Entonces, la piel se derrama… (So, of the World Wide Web and the possibility it It is then that interactive installations, generative
(Marking) in 1993. These productions propa- Then, the Skin Spills Out…, 1995), the video offers for global distribution. However, it does pieces, telematic projects, robots and other cre-
gate throughout the national art circuit by way is shown on monitors situated in front of mats function as the vehicle for some interesting ations involving sophisticated technological de-
of these initiatives. In Buenos Aires, there are filled with paraffin; in Corporal dilación (Cor- works, such as Buenos Aires interactivo (Inter- velopments make their appearance. The artists
many spaces that host this kind of work: the poral Dilation, 1994), viewers must lay down on active Buenos Aires) by Camilo Ameijeiras and who made a timid approach to this world dur-
Instituto de Cooperación Iberoamericana, the a metallic floor in order to see the video, which Diego Margarit; Sacerdotes y profetas (Priests ing the nineties now constitute the forerunners,
Fundación Banco Patricios and the Casal de is projected onto the ceiling of the space. On and Prophets) by Mónica Jacobo; Tal vez maña- cultivating the fertile territory of artistic produc-
Catalunya, among others. The Centro Cultural other occasions, Ares intervenes the television na (Perhaps Tomorrow) by Martín Groisman; tions yet to come.
Recoleta has its grand exhibition of electronic sets the videos are shown on with colored stones Shifters, by Gustavo Romano and Juan Moreira
art in 1998, when Ximena Caminos and the or fabric. Silvia Rivas utilizes electronic images by Carlos Trilnick. (Endnotes)
author of these lines jointly organize Arte Siglo to give shape to perceptions of time. Her investi- The arrival of the Internet encourages artists to 1 Bayley, Edgardo, et.al. “Inventionist Manifes-
XXI (21st Century Art). gations reach a culminating point when she pre- immerse themselves in its immaterial distribu- to”, originally published in: Revista Arte Con-
In just a few years, the production of video in- sents a mega-exhibition, Notas sobre el tiempo tion. Almost immediately, there are two projects creto, N° 1, Buenos Aires, August 1946.
stallations grows considerably. In its earliest (Notes on Time, 2001), held at the Centro Cul- that inhabit virtual space: Arteuna (1996) is a 2 “Madí Manifesto”, originally published in:
manifestations, the presence of this medium is tural Recoleta. It includes different video instal- website that proposes to be a hub of informa- Revista Madi Mensor, N° 0, Buenos Aires, 1947
limited to television screens, which are the only lations and is very likely the largest solo show to tion on technological art in Argentina, directed 3 Ibidem.
devices that allow artists to incorporate electron- be presented in this format in Argentina at that by Anahí Cáceres, and Fin del mundo (1996) is 4 For example, in: Popper, Frank. Art of the
ic images in a given space. In 1994, however, time. The Ar Detroy group also exhibits some an arena for investigation into net.art and a plat- Electronic Age. New York: Harry N. Abrahams,
projectors begin to appear, allowing the use of monumental pieces during that period, such as form for producing pieces in this format, jointly 1993, p.17.
298 5 The Torre de América was designed by César obra de arte”, Primera Plana, November 1, 21 For more information about this work see: 31 CAYC, GT54, 28-6-71. 299
Jannello and Gerardo Clusellas. 1966. Longoni, Ana; Carvajal, Fernanda (comp.). 32 The term “video art” evolve slowly along the
6 For more information about this work, see: 16 More information about these two happen- Minuphone 1967-2010. Buenos Aires: Espacio seventies, coexisting with another, “video by
Alonso, Rodrigo. “La Feria de América y su ings can be found in: Masotta, Oscar. “Después Fundación Telefónica, 2010. artist”. In the origins of video, there is no differ-
legado”, in Quiroga, Wustavo (ed.). Feria de del pop: nosotros desmaterializamos”, in Ma- 22 For more information about this work see: ence between an experimental piece and another
América: vanguardia invisible. Mendoza: Fun- sotta, Oscar. Conciencia y estructura. Buenos Alberro, Alexander. “Media, Sculpture, Myth”, one simply made by an artist.
dación del Interior, 2012. Aires: Corregidor, 1990. in Falconi, José Luis; Rangel, Gabriela (ed.). A 33 Between 1974 and 1978, Jorge Glusberg or-
7 Kosice, Gyula. “La aclimatación gratuita”, 17 Quoted in Herrera, María José. “En medio de Principality of Its Own. 40 Years of Visual Arts ganizes ten International Video Festivals in the
originally published in: Arturo. Revista de arte los medios. La experimentación con los medios at the Americas Society. New York: Americas following places: Institute of Contemporary Art,
abstracto. Buenos Aires, 1944. masivos de comunicación en la Argentina de la Society, 2010, pp.163-167. London (1974), Espace Cardin, Paris (1975),
8 The hydrospatial city is not only a new archi- década del 60”, in FIAAR. Arte argentino del 23 For more information about this work see: Palazzo dei Diamanti, Ferrara (1975), CAYC,
tecture; it projects new ways of life inside it. siglo XX. Premio Telefónica de Argentina a la David Lamelas. A New Refutation of Time (ex- Buenos Aires (1975), International Center of
There is a “Place for the unimaginable through investigación en Historia de las Artes Plásticas. hib.cat.). Düsseldorf: Richter Verlag, 1997, p.86. Culture, Antwerp (1976), Museum of Contem-
personal and collective jubilation”, another for Buenos Aires: FIAAR, 1997. 24 Krauss, Rosalind. “Video: The Aesthetics of porary Art, Caracas (1976), Fundación Joan
“Intermittent vacations”, and another “anti-mi- 18 The Project involves different activities and Narcissism”, October, 1, 1976, pp.50-64. Miró, Barcelona (1977), Continental Gallery,
raculous for affordable miracles”. See: Kosice, strategies. At first, a group of artists goes to 25 The research group that directed this experi- Lima (1977), Museum Alvar and Carmen Car-
Gyula. 500 lugares para vivir. La ciudad hidro- Tucumán to investigate the situation and stab- ence was composed by sociologist Eliseo Verón, rillo Gil, México DF (1977), Sogetsu Kaikan,
espacial. Buenos Aires: Akián, 2010. lish contacts. In a second travel, a larger group analyst and psychiatrist Carlos Sluzki, writer Tokio (1978).
9 Francisco Sobrino was born in Guadalajara, along with technicians and reporters raise in- Carlos Peralta, and the architects Héctor Com- 34 Taquini, Graciela. “Una memoria del video
Spain, but he lives and study in Argentine until formation, realize surveys and interviews, and paired and Silvio Grichener, with the assistance en Argentina”, in Buenos Aires Video (exhib.
his final move to Paris in 1959. document the streets, neighborhoods, and indus- of composer Francisco Kröpfl in the sound de- cat.). Buenos Aires: Instituto de Cooperación
10 GRAV. “Assez de mystifications”. Pam- tries. At the same time, in Rosario, there begins sign. For more information about this see: Pan- Iberoamericana, 1993.
phlet distributed during the II Biennale de Paris a campaign with posters and street paintings orama, Buenos Aires, N° 62, June 25, 1968. 35 The last two were co-created with Sabrina Farji.
(1961), reproduced in GRAV. Stratégies de par- based on the word “Tucumán”, and then, on 26 Quoted in: Romero Brest, Jorge. Arte visual
ticipation (exhib.cat.). Grenoble: Le Magasin, the phrase “Tucumán Arde”. Using all these en el Di Tella. Buenos Aires: Emecé, 1992, ---
1998, p.71 materials, the artists build up a multimedia ex- pp.164-5. Towards a Genealogy
11 Ibidem hibition at the Workers’ House in Rosario, under 27 Glusberg, Jorge. “Argentina Inter-Medios”, of Argentine Video Art
12 Uribe, Basilio. “Introducción”, in Materi- the name of First Biennale of Avant-Garde Art. in Argentina Inter-Medios (exhib.cat.). Buenos ---
ales, nuevas técnicas, nuevas expresiones (ex- Within this context, the images and oral testimo- Aires: CAYC, 1969.
hib.cat.). Buenos Aires: Museo Nacional de nies are shown, films are projected, and some 28 Burnham, Jack. Beyond Modern Sculpture. Recounting a still fragmentary history1 means
Bellas Artes, 1968. gestures related to the province’s situation are The Effects of Science and Technology on the facing a number of uncertainties. It also entails
13 For more information on this subject see: developed, as serving bitter coffee during the Sculpture of this Century. New York, Brazilier, making way for a necessary and inevitable re-
Longoni, Ana. “Investigaciones visuales en el opening to point out the sugar mills problem. 1968. vision of the past. Each new account multiplies
Salón Nacional (1968-1971): la historia de un See: Longoni, Ana; Mestman, Mariano. Del Di 29 Burnham, Jack. “Systems Aesthetics”, Artfo- – or should do it – perspectives, hypotheses, and
atisbo de modernización que terminó en clausu- Tella a “Tucumán Arde”. Vanguardia artística rum, Vol. 7, N° 1, September 1968. interpretations; each new context of reception
ra”, in Penhos, Marta; Wechsler, Diana (coord.). y política en el ’68 argentino. Buenos Aires: El 30 There is another important antecedent to the brings a semantic and narrative challenge, one
Tras los pasos de la norma. Buenos Aires: Ar- cielo por asalto, 2000. introduction of systems in the art of the seven- that I hope to be able to tackle in these pages.
chivos del CAIA; Ediciones del Jilguero, 1999. 19 Avant-garde artists from the CGT Committee ties: the exhibition Systemic Painting (1966), While I have addressed the history of video art
14 Costa, Eduardo; Escari, Raúl, Jacoby, Rob- for Artistic Actions, “Buenos Aires Statement”, organized by Lawrence Alloway at the Gug- in Argentina on other occasions,2 the socio-cul-
erto, “Un arte de los medios de comunicación” quoted in Longoni, Ana; Mestman, Mariano, genheim Museum in New York. See: Alonso, tural context in which that history has ensued is
(manifesto), in Massota, Oscar. Happening(s). op.cit. p.195 Rodrigo, “Sistemas, acciones y procesos. 1965- – as I see it today – much broader than the one
Buenos Aires: Julián Álvarez, 1967. 20 For more information about this work see: 1975”, in Sistemas, acciones y procesos, 1965- I have described elsewhere. The new approach
15 More information about the presentations of Marta Minujín. Obras 1959-1989 (exhib.cat.). 1975 (exhib.cat.). Buenos Aires: Fundación put forth here is geared to that broader context.
oral literature can be found in: “Hagamos una Buenos Aires: MALBA, 2010, p.74. Proa, 2011.
300 The Modernizing Impulse Op art and Kineticism, were widely embraced.5 interest that those images were arousing as the ciety at large – and to the art circuit in particular 301
All over the world, the sixties was a decade of In happenings and performances, the focus of heralds of a new art. – was by no means innocuous.
deep transformations. In Argentina, it witnessed art shifted from objects to actions and process- According to Andrea Giunta, “Many of the
periods of militar<y rule followed by periods of es. The death of painting was declared in an The Electronic Image, Between Social Utopia events that took place in the sixties can be un-
constitutional government, a certain economic atmosphere of widespread euphoria where art and the Utopia of the Media derstood on the basis of two discourses – a
bonanza and an intense industrialization, the al- was identified with life.6 This shift ensued in a As technical and aesthetic reality, the electron- modernizing discourse and a political one – that
lure of consumer society and a growing aware- very specific institutional framework whose epi- ic image predates the video technology with would come to be antagonistic. Both formulated
ness of its social and political consequences. The center was the Di Tella Institute, an organization which it is identified in the visual arts. It came a radical vision of the future: the effort to de-
country was experiencing a period of growth in geared to artistic production and social research into being in the twenties and thirties with early lineate a technological and universalist utopia
all areas, including the intellectual and artistic funded by an Argentine industrial enterprise experiments in television – an environment con- versus a socialist utopia inscribed in the epic
spheres. The developmentalist policy pursued (Siam - Di Tella) as well as foreign foundations, ducive to visual creation. However, since tele- saga of Latin America”.8 Though Giunta calls
by the governments in power in the early sixties mostly based in the United States.7 vision was co-opted by the mass media indus- the second discourse “political,” the first is no
imposed a modernizing discourse that attempt- The Di Tella Institute was the main engine of a try, early aesthetic research using the electronic less so. Indeed, at times, the division between
ed to place Argentina among the most powerful modernizing discourse in the arts and an impor- image did not ensue until much later, becoming the two would not be as clear-cut as this quote
countries in the world. On the economic basis tant advocate of dialogue between artistic pro- widespread with the advent of portable video seems to suggest.
of agro-exports – increased by the recovery of duction from Argentina and the rest of the world. recording devices. Though television was at the center of the pi-
Europe after World War II – and greater indus- It organized an international prize in which the After several years of experimental broadcast- oneering works of video art in Argentina, its
trial activity, the nation prepared to build a solid most eminent artists of the time – Jasper Johns, ing, television was officially born in Argentina status was ambiguous: at times it was seen as
position in the newly global economy of the re- Robert Rauschenberg, Pierre Alechinsky, Ar- in 1951, more precisely on the day commem- an instrument of revolution; at others, as a sus-
unified world. man, Kenneth Noland, Takis, Frank Stella, and orating the popular uprising that had brought picious and manipulating medium.
This meant, among other things, a much more many others – participated alongside local ones; General Juan Domingo Perón to power six years The first Argentine artwork to make use of the
fluid interchange with the rest of the planet. In the jurors were influential theorists, such as before. Nevertheless, it was not until the sixties electronic image was La menesunda, an instal-
the approaching world of communications, Ar- Clement Greenberg, Giulio Carlo Argan, Pierre that television was central, as TV sets became lation-environment-labyrinth made by Marta
gentina detected the opportunity to overcome the Restany, Lawrence Alloway, among others. The commonplace in homes and the private sector Minujín and Rubén Santantonin at the Di Tella
isolation it had suffered due to its distance from prize not only brought the best art from any- began to understand its communicational power. Institute in 1965.9 Minujín had used television
major political and economic centers – an isola- where on the planet to Buenos Aires, but also Artists responded to the spread of television one year earlier for a happening at the studios
tion that benefited the country during the years of granted Argentine artists fellowships to further with a combination of euphoria and distrust. of Channel 7 entitled Cabalgata (Cavalcade,
the great wars. This situation was felt particular- their studies in Europe and the United States, On the one hand, they celebrated television’s 1964). In that work, the artist burst into the stu-
ly keenly in the country’s metropolises,3 which thus enabling them to come into contact with technological innovation, artistic potential, and dios during the broadcast of a program. With her
were the first – indeed, perhaps the only – places the international scene. Indeed, this would mod- ability to intervene in everyday reality at a time came a truck full of mattresses, chickens, and
to evidence these changes. ify the careers of a great many, as well as their when art was concerned with becoming part of paint, along with a rock band tied up with adhe-
Deep institutional and aesthetic innovations took conception of artistic practice. life. On the other, artists were largely mistrustful sive tape and a group of bodybuilders bursting
place in the field of culture. New voices with pro- The Di Tella Institute was equipped with state- of television’s social intentions and of the politi- balloons as they roamed about the studio audi-
posals that attempted to revolutionize creative of-the-art technology. Its laboratory for musical cal interests behind its development and dissem- ence. Aired live, this performatic audiovisual
practices emerged in almost all areas of the arts. research was one of the most advanced in the ination as well as its ability to manipulate infor- delirium was the first artistic intervention pro-
Though inspired by European film, “new Argen- region and it possessed the most recent electron- mation, opinion, and reality. Television, and the duced specifically for television in Argentina.
tine cinema” had an undeniably local bent;4 an ic devices. Similarly, at the Di Tella’s theater, mass media in general, reached its height in a La menesunda formulated a passage through
emerging current of playwrights transformed traditional sets were often replaced by projec- social climate marked by political discourses rooms that housed startling situations in which
Argentine theater with experimental works that tions of still and moving images. It was in this torn between the concern with the globalization viewers played a leading role. After walking
reflected on increasingly bourgeois urban life. unique context that the first works of video art of the media – often understood as part of the down a hallway surrounded by neon lights, visi-
A similar process was taking place in the visual were produced in Argentina. Here as elsewhere, advance of imperialism – and the utopia of in- tors would come upon a group of television sets
arts. In a brief time, artists absorbed the aesthetic these experiences predated widely available dependence furthered by the recent triumph of in which they could see their own image along
trends of the post-World War II era. Strains of video technology. They consisted mostly of re- the Cuban revolution. In Argentina, like much with a simultaneous TV broadcast, thus becom-
art informed by science and technology, such as search using electronic images that evidence the of Latin America, the advent of television to so- ing part of the mass media’s audiovisual flow.
302 While that experience was surprising, it was just was able to follow through on the original plan; Di Tella’s auditorium on October 13 to partici- to investigate its aesthetic, social, and political 303
the first of other – no less unusual – experiences the Argentine artist was the only one to accom- pate in the experience. Participants were filmed, implications. Minujín’s position regarding the
to take place in a series of rooms: in one, viewers plish that feat.11 photographed, and interviewed as they walked media is evident in her notes for the project. In
(or users?) would come upon moving walls; in Minujín’s contribution, called Simultaneidad into the venue individually. Each one was giv- one of them, she states, “Following the dictates
another, makeup would be put on their faces; in en simultaneidad (Simultaneity in Simultanei- en a radio and asked to sit down in front of a of electronics, which is synonymous with sim-
another, they were met by reflecting walls and ty, 1966), contained two parts, one carried out television set that was turned on. This was the ultaneity, we artists employ the properties of
confetti blown by electric fans to then enter a in the homes of previously selected individuals preliminary event. On October 24, at midnight, the media, taking root in them as creative au-
cold store that they could only leave after discov- and the other in the auditorium of the Di Tella the same individuals were invited back to the dience not as producers of works. It is a ques-
ering the number to be dialed on a giant phone. Institute. The first reached the viewer in a private auditorium; they were to wear the same clothes tion of pointing out to the consumer a change
The scandalous La menesunda, which received setting and the second in a public space. Both they had worn on the first occasion.12 This time in environment of which he is unaware. Sur-
a great deal of coverage in the press, was the parts challenged the notions of the private and they saw their images projected on the walls of rounded by a mercantilist power – government,
most successful work ever exhibited at the Di the public by reflecting on the ability of the mass the auditorium and they heard the interviews in art, education – the viewer feels mindless and
Tella Institute and probably the most successful media to dissolve the difference between them. which they had taken part on speakers. They defenseless as he is jockeyed around. This is be-
work in the history of Argentine art. Throngs Just as television or radio signals go through the then sat down in front of the television sets with cause he lives in an environment constructed by
of people lined up to get in; this was the first walls that separate interiority from social life, the radio receivers to their ears in order to see a technology in transition [...] The environment
time the general public visited an avant-garde Minujín’s actions brought down boundaries, the same program as the “invaded” people were produced by television, which has replaced the
art venue. The piece, then, accomplished its even the ones around the art institution. watching in their homes, a program that includ- book as the primary medium of culture, is in-
objectives, mainly to go beyond institutional For Invasión instantánea (Instant Invasion), ed their images and an audio track of the inter- stant and enveloping. It trains our senses and
boundaries and make art part of life. The role the artist contacted a group of people that lived views. This part of the event lasted ten minutes, unifies us as audience in a way that never hap-
of television in this unusual event differed from alone and had a television set, a telephone, and after which each participant went home. pened with the solitary reader. It is by training
its usual role. In La menesunda, the television a radio receiver; these individuals committed to The situations recorded on the first day were our taste that we participate in this. Everything
device was rid of its commercial functionalism being at their homes on October 24 at midnight, captured on film. When they were broadcast on is reduced to immediate presentation as opposed
to give shape to an atypical and vital experience. the time when the happening would take place. television, though, they became electronic imag- to yesterday’s interpretation of content [...] En-
While that displacement was not formulated in Before then, they had been photographed and es. The videotape of the program was archived vironment means the set of conditions we are
terms of a specific political position, it displayed filmed. Marta Minujín used these records, along by the broadcaster, making this ten-minute pub- used to; medium is any extension of man that
the perhaps naive hope that television could be with the material obtained at the Di Tella Insti- lic intervention the first work of single-channel develops his senses and faculties. Each new me-
diverted to less private and utilitarian ends. It tute as described below, to make a ten-minute- video art in Argentine history.13 The work had dium constitutes a new environment [...] With
indisputably articulated a certain utopia of the long television program to be aired on the day of enormous repercussions; it not only reached the this event, what we set out to do is point out the
media that would be repeated in other areas of the “invasion.” The sound was intermittent since participants in the event, whether at their homes change in environment and facilitate new ex-
culture by artists who demanded the appropria- it had to be completed by two radio emissions or at the Di Tella Institute, but everyone who tensions”.14 While the declaration conveys opti-
tion of them in order to open up new channels of broadcast simultaneously from two public radio was tuned in to either Channel 13 – undoubted- mism about technology, it is not indifferent to its
expression and raise consciousness.10 stations. By means of images, the artist instruct- ly a great many people, since there was no ca- social implications. Thus, utopia and a critical
The next year, Marta Minujín set out to produce ed the viewers to change their radio dial in order ble television at the time – or the radio stations position coincide in this and other technological
an even more ambitious technological environ- to complete the television broadcast. On the day Excelsior and Libertad on that day at that time, works by Minujín.
ment, this one focused exclusively on the mass of the invasion, participants saw their own im- regardless of whether those people were aware The following year, Marta Minujín participat-
media. The work was a part of an international ages on their television sets. At the same time, of the piece (a great many were since, previous ed in the legendary Expo 67 held in Montreal.
happening entitled Three Country Happening they received telephone calls and telegrams that to its enactment, it had been widely publicized On that occasion, she raised the stakes by con-
(1966) planned with Allan Kaprow and Wolf said “You are a creator” and “Look around.” in the press). structing a much more complex technological
Vostell. According to the original proposal, each The whole thing lasted just ten minutes – long Minujín was fascinated by Marshall McLuhan’s environment, one that, like the previous work,
of the participating artists would design a hap- enough to shake up everyday media reception. theories. Like him, she believed that the advent brought together electronic images, the mass
pening and the three projects would be produced Simultaneidad envolvente (Enveloping Simulta- of the mass media was radically transforming media, simultaneity, technical sensoriality and
simultaneously in Berlin, Buenos Aires, and neity) – a similar event, albeit on a more pub- the world and the perception of it. The new me- information, and the public and private realms.
New York. Due to the technological complexity lic scale – took place at the Di Tella Institute. dia were ushering in a new stage in the history of To select participants for Circuit (Super-Heter-
of Minujín’s project, neither Kaprow nor Vostell Sixty media personalities were invited to the humanity, and it was the responsibility of artists odyne), Minujín published a questionnaire in a
304 local newspaper, requesting some personal in- computers were basically media of commu- as art institution and Di Tella as technological of scientific and technological rationality did not 305
formation – physical traits, beliefs, sexual orien- nication and information, that is, vehicles that and industrial institution. Many failed to realize in the least continue the aspirations of an earli-
tation, etc. – from those who wanted to take part convey messages from one point to another – that I was bringing the two things together. The er, futuristic moment when the fusion of tech-
in the event. A computer placed the people in even though, as Bertolt Brecht pointed out in his Di Tella Institute was showing as art a group of nology and avant-garde ideology had assaulted
three groups according to like responses; those days, a message often goes from a single point television sets that it had manufactured”.17 bourgeois culture by defying historical experi-
selected then participated in different situations to all other points.15 For artists, though, the me- Benjamin Buchloh points out the political im- ence and by abolishing culture’s mnemonic di-
while interconnected by radio receivers and dia formulated new types of sensorialities and plications of this piece in an essay on Lamelas’ mensions [...] (this demonstrates) to what extent
closed-circuit television. temporalities, unprecedented approaches to work: “In a gesture of seemingly neutral self-re- Lamelas’ work of the late sixties that enacted
One of the work’s instances entailed eight images and sounds, a field of aesthetic explora- flexiveness, Lamelas ingeniously collapsed the this integration of the aesthetic and the techno-
workstations made of mirrors, television sets, tion that they sensed to be vast and fertile. Re- corporate sponsor’s technological contribution logical, the fusion of the public and the corpo-
telephones, projections, and closed-circuit tel- gardless of the informational content, a space of into a critical reflection on the structural chang- rate sphere, turned the media optimism of the
evision cameras. Participants could see them- perception and of the senses open to exploration es occurring within the cultural institutions of twenties (or that of late sixties McLuhanism for
selves in the mirrors and see the others on tel- was what the new technologies contributed to the public sphere. This condition bestowed that matter) into a deeply pessimistic, if not out-
evision sets and in projections. They could also the art world. eerie evidence of the fact that the «sculptural» right critical position”.19
communicate with one another via telephone This was what David Lamelas explored in his assimilation of media technology was inextri- This analytic and critical perspective was shared
and receive information about the other groups Situación de tiempo (Situation of Time, 1967). cably bound up to a more fundamental trans- to varying degrees by other contemporary artists,
through speakers. In another area, forty televi- The piece consisted of seventeen television sets formation in the social economy of culture: among them Lea Lublin, who also ventured from
sion sets showed different television programs tuned in to a channel with no programming – all namely that its traditionally guaranteed public the use of technology for the construction of a sen-
and provided information about the groups; the monitors emitted into the empty room where and relatively autonomous functions, its institu- sorial aesthetic experience to the juncture between
three giant screens on the perimeters of that they were placed a throbbing light. The constant tions and exhibition spaces themselves, would technology and specific social and institutional
space showed the film Citizen Kane, images electronic sound did away with any temporal eventually be restructured by the very econom- contexts. Lublin used the electronic image for
of the event taking place at the same time, and reference, giving rise to a perceptive continuum ical organization of corporate capitalism whose the first time in Fluvio Subtunal (1969), an envi-
a television series. Another group outside the into which the viewer had to plunge until the technological models had already determined ronment-pathway produced on the occasion of
space was receiving information on the radio rhythms of daily life faded. A sign in the gallery the morphology of cultural production. In its the opening of a sub-fluvial tunnel connecting
and providing Polaroid images that were imme- stated: “The viewer must remain for the 8 hours prognostic analysis of the inextricable fusion of two Argentine provinces. Using the metaphor
diately projected on the screens inside the space during which the exhibition remains open, to the technological and the cultural object on the of construction, the artist devised a series of
along with images of media personalities. participate actively in time. Also of interest to one hand and of the fusion of the principles of activities that enabled viewers to develop their
In this environment, communication technolo- the artist is the path from one screen to the next, sociopolitical and economical organization with playful and creative skills. The journey through
gies constituted a true habitat. Participants could being the same and at the same time different.” the institutional support system of culture on the the work began with a large plastic curtain on
perceive both their input on the construction of The installation furthered Lamelas’ research other, Situación de tiempo anticipated the future which slides of the tunnel’s construction were
an environment rich in information and their into space and light,16 but included as well a (and by now fully realized) transition from a projected. Visitors (users?) had to go through the
contribution to a new sensoriality, one where specific technological reference that had reper- culture once situated and supported within the curtain to get inside the environment, walking
images, sounds, lights, the noise of transmis- cussions for both the viewer and the institution. relative autonomy of the institutions of the bour- through a series of vertical incisions in it. Thus,
sion, electronics, text, and so much technolog- First, the immediately recognizable devices geois public sphere into the era of corporate cul- they would literally cross through the images,
ical paraphernalia come together to compose from the viewers’ daily environment used in this ture, sponsorship, and control”.18 becoming part of what gave shape to the ex-
an audiovisual score without precedent. The installation were rendered strange and some- Situación de tiempo, then, was situated some- perience they were about to enjoy. After going
work explored topics that would prove key to what sculptural. Second, the work formulated a where between a formal exploration of the me- through different environments in which they
later electronic production such as interactivity, singular relationship with the space in which it dia and a conceptualism geared to institutional participated, viewers reached the “technology
telepresence, surveillance, network, interfaces, was located – the Di Tella Institute – insofar as criticism, between a willful interrogation of the zone”, where they came upon fifteen closed-cir-
and multimedia events. it used television sets manufactured by the com- aesthetic qualities of technology and a certain cuit television sets showing what was happen-
pany that sponsored the venue. Some years lat- skepticism resistant to considering those quali- ing in the different instances of the environment.
From Sensoriality to Concept er, Lamelas stated, “I used seventeen television ties without taking into account the context. Re- They would look at actions similar to the ones
From the perspective of their producers and sets manufactured by the Di Tella industries, garding this, Buchloh states, “It is important to they had performed moments before or would
proponents, the press, radio, television, and thus establishing a connection between Di Tella realize that Lamelas’ embrace of the epistemes perform in a few moments’ time. In this zone,
306 viewers could reflect on their actions, compose sorial, and perceptive innovation gave way to fragile boundaries that divide the interior from a visual tension between the real baseboard 307
an overall understanding of the project, and ap- interest in information and the document. A the exterior in the world of circulating informa- and its still image. At the end, when the cam-
preciate their creative potential insofar as they number of factors came together to bring about tion. The following year, Especta was featured era pulls back, the television set installed in the
gave shape to an experience both akin to and this shift. First, the influence of Conceptualism in the influential Information exhibition – a key gallery appears in the video as well, provoking
different from the one that had resulted in the in Argentina and other major cities around the show in the history of international Conceptu- further tension. In conjunction with this decid-
interprovincial tunnel.20 world.22 Greater interest in concepts and in ana- alism – held at the Museum of Modern Art in edly conceptual work, Davidovich produced
Two years later, Lublin presented Dentro y lytical research led to a use of video that placed New York. a series of videos with a political bent, works
fuera del museo (Inside and Outside the Mu- emphasis on its informative qualities and the During the seventies, work in video by Argen- that addressed the situation in Argentina and the
seum, 1971) at the National Museum of Fine ability to address and capture reality for the tine artists took a number of different ways. country’s culture. In La patria vacía (The Emp-
Arts in Santiago, Chile. Here, the artist staged sake of reflection on its foundations and mecha- Many of them left the country for places with ty Homeland, 1975), for instance, he examines
a confrontation between an institutional and a nisms. The different theories developed in those better prospects for production after the closing the life of Argentine immigrants in the United
social space, and between artistic, scientific, years had consequences as well. The influence of the Di Tella Institute and due to the politi- States before the cruelest dictatorship in the his-
and political events, by projecting documen- of sociological, psychological, semiotic, and cal climate in Argentina where, starting in the tory of his country seized power.
taries about the art circuit outside the museum structuralist studies gave rise to aesthetic explo- mid-seventies, military dictatorships had taken In the late seventies, Davidovich undertook two
while filling its galleries with information on rations like sociological art and art systems that hold. Artists who did stay on were largely clus- authored TV projects that deconstructed televi-
the most important social, scientific, and po- resonated with some Argentine artists.23 At the tered around the Centro de Arte y Comunicación sion production through irony and humor. Dis-
litical events that had taken place thus far in same time, the growing politicization of the art (CAYC) – directed by Jorge Glusberg – an insti- pleased with the growing isolation of video art
the 20th century. This piece was the first of the circuit brought closer contact with reality and its tution that attempted to extend the creative ener- within the protected space of museums, he set
highly analytic works Lubin would produce ideological underpinnings as well as contempt gy and avant-garde spirit of its precursor. CAYC out to reach a non-specialized audience through
in the coming years, works that formulated for merely aesthetic or formal concerns.24 encouraged electronic art not only by lending its public-access television channels. Rather than
an assessment and criticism of the art world’s One key piece serves as an indicator of the video production equipment and other technolo- simply transfer his electronic production to tel-
institutional circuits, players, and leading change in orientation taking place as the seven- gy but also, indeed mainly, by organizing the In- evision wholesale – which would have been a
figures. In this line of research, she would ties approached: Especta was a project by the ternational Open Encounters on Video, a series resounding failure – he researched a format that
work often with video reports and interviews Frontera Group produced at the Di Tella Insti- of events held at major art institutions around could be broadcast on television while also criti-
to make what she called a “living archive”, tute in 1969. It consisted of a mini-television the world from 1974 to 1978.26 cizing the medium. And so SoHo Television and
a historical record of the conceptions, opin- studio with six television sets outside. Viewers Outstanding among the artists who left the The Live Show! came into being: two different
ions, ideas, and ideologies pertinent to art and would walk in to the studio one at a time and country was Jaime Davidovich; he had gone projects with the common aim of producing an
its circuit upheld by artists, critics, gallerists, be recorded on video while answering ques- to New York with the support of Jorge Rome- alternative to commercial television on the basis
art historians, and art managers. Lublin began tions. When they left, their answers were aired ro Brest, the director of the Di Tella Institute’s of the possibilities offered by electronic artistic
working on this project in 1974 and contin- on the television sets alongside images of the Center for the Visual Arts. While there, Da- creation.28
ued until the time of her death. In the instal- public watching them respond, recorded with a vidovich integrated Experiments in Art and During the same period, David Lamelas pro-
lation Discurso sobre el arte, arqueología de closed-circuit camera. Technology (EAT), an organization founded by duced The Hand (1976), his first video, to be
lo vivido (Discourse on Art, Archeology of In this experience, emphasis was placed on gen- Robert Rauschenberg and Billy Klüver, while broadcast on public television in Halifax, Can-
Lived Experience, 1974), Lublin put her ar- erating information and then on the reception of producing work both personal and conceptu- ada.29 In this work, Lamelas analyzes and paro-
chive-in-progress in operation. In this piece, that information. However, unlike in mass me- al.27 His first videos revolve around observation dies television in a news program that combined
the viewer would come upon herself on a dia where the entire process is anonymous, here or actions that produce minimalist images that reality and fiction. As in his earlier films,30 in this
closed-circuit television alongside monitors both the producer of the information and the au- change very little over extended time. Road work he explores the media’s forms of narrative
in which artists, critics, and art dealers answer dience played leading roles. At the same time, (1972), for instance, is a tracking shot that fol- construction and their dubious relationship to
questions about Lublin’s work.21 an alternative model of television production lows a street’s dividing line. Baseboard (1975) that which they mediate, with a dose of hu-
was exhibited: micro-television,25 a device with runs the path of a baseboard in a room; not until mor and a clear political bent. While The Hand
Video as Means of Research social and community potential at the margins the end of the video does the camera pull back to makes constant reference to censorship, his next
The late sixties witnessed a change in the use of corporations. The work also reflected on the show the context. In a video-installation version video, The Dictator (1976), patently addresses
of electronic media. Early formal explorations place of media in the transit between the private of the work, the video is played on a television the political situation in Argentina at the time.
focused mainly on the media’s technical, sen- and the public. It was a call to contemplate the set placed in front of a baseboard, generating Video art in Argentina flourished around CAYC
308 and its artists. Many tapes were produced in the the oldest video still in existence in Argentina Each new piece of writing, each new version of Le Parc and Horacio García Rossi – founders 309
seventies, some of them by video artists from art history. the past, takes us closer to what we sense to be of GRAV (Groupe de Recherche d’Art Visuel) –
the rest of the region who requested technical a vastly productive time in the history of video Hugo Demarco, Gregorio Vardánega, and Mar-
support from Ediciones Tercer Mundo (Third The Emergence of Videomakers art in Argentina. tha Boto, among others. In Buenos Aires, Perla
World Editions) the production company creat- During the seventies, video production by artists Benveniste and Eduardo Rodríguez, belong to
ed by Glusberg. Almost none of those tapes has was limited to CAYC since it was the only insti- (Endnotes) this tendency, among others.
survived, however. Apparently, they were lost tution in Argentina that made video equipment 1 There are some important researchs, among 6 The “death of painting” is one of the basic
on one of the many journeys undertaken for the available to them. Electronic technology was still them: Taquini, Graciela, “Una memoria del vid- statements sustained by the young generation
aforementioned international encounters.31 novel and the materials required for video produc- eo en Argentina”, in Buenos Aires Video. Bue- of artists associated to the Di Tella Institute. It
Nonetheless, we can deduce certain charac- tion very costly. Jorge Glusberg personally cov- nos Aires: Ediciones ICI, 1993; Alonso, Rodri- manifests their denial of traditional art, their re-
teristics of these works from catalogues to the ered the cost of materials and lent them to artists go, “Las primeras experiencias de videoarte en straint of museums and art galleries, and their
international encounters and the statements of in the interest of placing his center at the forefront la Argentina”, Avances, Nº 2, Vol. 1, Córdoba: interest in a more vital and spontaneous crea-
those who made them. A sizeable portion seems of international art. Centro de Investigaciones de la Facultad de tion. In 1969, the magazine Primera Plana, one
to have consisted of registers of performances It was not until the end of the decade that equip- Filosofía y Humanidades, UNC, 1998-1999; of the most influents of the time, reproduced a
and of video performances (that is, performanc- ment geared to film and video schools, television Alonso, Rodrigo; Taquini, Graciela. Buenos wreath on its front page stating the death of the
es designed specifically to be recorded in video). production companies, and advertising agencies Aires Video X. Diez años de video en Buenos old media.
This is not surprising, since the influence of per- arrived in Argentina. Access to that equipment Aires. Buenos Aires: Ediciones ICI, 1999; Alon- 7 The Di Tella Institute is mostly founded by the
formance on video art was beginning to make became a little easier in 1982 with the onset of an so, Rodrigo. “Hazañas y peripecias del video- Di Tella industries and the Rockefeller and Ford
itself felt at this time and many of the artists economic time known in Argentina as plata dulce arte en la Argentina”, in Oubiña, David, et.al. foundations. It is also supported by the Ameri-
close to CAYC produced work along these line32 or “sweet money.” The exchange rate between Cuadernos de Cine Argentino 3. Innovaciones can government. See: King, John. El Di Tella y
(indeed, experimental theater and dance groups the Argentine peso and the dollar during this pe- estéticas y narrativas en los textos audiovis- el desarrollo cultural argentino en la década del
operated under the auspices of CAYC as well). riod favored travelling abroad to buy goods, so uales. Buenos Aires: INCAA, 2005. sesenta. Buenos Aires: Gaglianone, 1985.
Another large group consisted of documents, many individuals and groups were able to pur- 2 See the previous note. 8 Giunta, Andrea. “Utopía y disolución: Arte
registers, and interviews that, while not explic- chase their first portable cameras. With electronic 3 The economic modernization, capitalist devel- crítico en la década del sesenta”, in Bulhões,
itly experimental, fall into the videos by artists audiovisual technology in the home, it was much opment, and blooming of mass media, are most- María Amélia; Bastos Kern, María Lúcia (org.).
category: this trend of works was widespread in easier to explore its possibilities. ly urban phenomena, which are strongly felt in Artes plásticas na América Latina contem-
early video art history. There also appear to have The end of the eighties witnessed the emergence Buenos Aires, Rosario and Córdoba, the main poránea. Porto Alegre: Editora da Universi-
been a number of experimental works, some of of what Graciela Taquini calls the videomaker Argentine cities. These three cities are the focus dade, Universidade Federal do Rio Grande do
them – like Alfredo Álvarez’s Argumentum Or- generation33 – a group of artists interested in pro- of the intellectual and artistic movements that Sul, 1994, p. 98.
nitologicum (1974), inspired by a short story by ducing video art who had access to the technolo- characterized the decade of 1960’s. 9 In fact, the piece is the result of a collective
Jorge Luis Borges, and Jorge Velurtas’s Hey Joe gy necessary to do so and an incipient awareness 4 During the 1960’s, Argentine cinema follow creation that Marta Minujín and Rubén Sant-
(1974), based on a text for television written by of the medium’s possibilities. Along with these two mail trends: one focused on narrative and antonin materialized, with the collaboration of
Samuel Beckett – literary in nature. artists came new exhibition venues, the first the- formal experimentation, inspired on French Pablo Suárez, David Lamelas, Rodolfo Prayon,
Other artists – Luis Fernando Benedit, Alfredo oretical reflections on the medium, and the first Nouvelle Vague, and the other strongly politi- Floreal Amor, and Leopoldo Maler.
Portillos, Margarita Paksa among them – ven- specialized curators. In a brief period, electronic cized, oriented to Latin American issues, which 10 The main propositions point out to the ap-
tured into video installation from a conceptual production was reorganized as international fes- named itself Third Cinema. See: Feldman, propriation of mass media to counteract their
perspective. Paksa did a performance in which tivals sprouted up the world over, allowing work Simón. La generación del sesenta. Buenos commercial goals. In Argentina, the production
a person ran in place next to a television set by Argentine video artists to circulate beyond the Aires: Ediciones Culturales Argentinas; Institu- of film and television is heralded by the State;
showing electronically processed images of a country’s borders. to Nacional de Cinematografía; Legasa, 1990. so the artists are reclaiming for a space that they
performer carrying out the same action with a The return to democracy in 1983 paved the way 5 In 1960, Miguel Ángel Vidal and Eduardo Mac consider their own. This can be seen in some
time code, in Tiempo de descuento - Cuenta re- for a necessarily slow and painful recovery of Entyre signed the Manifesto of Generative Art, productions by the Third Cinema.
gresiva - La hora 0 (Injury Time - Countdown - the past. It was not until the nineties that histor- starting one of the most prosperous trends of Op 11 A detailed description of the event can be
The Zero Hour, 1978). The video, an homage to ical memory was recovered, and only then to Art in Buenos Aires. Argentine kinetical artists found in: Kirby, Michael, “Marta Minujín’s
Argentine philosopher Macedonio Fernández, is a certain degree and in a fragmentary fashion. work mainly in France; this is the case of Julio Simultaneity in Simultaneity”, The Drama Re-
310 view, Vol. 12, Nº 3 (T39), Spring 1968, pp. 148- Thriving on Adversity: Conceptualism in Latin 31 Paradoxically, even when video is a repro- of looking at it and talking about it. 311
152; and Verón, Eliseo, “Sobre Marta Minujín. America, 1960-1980”, in Global Conceptual- ducible medium, the lack of equipment to make Intuition would have us formulate the first ques-
Un happening de los medios masivos: notas ism: Points of Origin, 1950s-1980s (exhib.cat.). copies at the CAYC determined that these vide- tion as whether or not there are things that iden-
para un análisis semántico”, in Masotta, Oscar New York: Queens Museum of Art, 1999. otapes were unique. tify Argentine video art; if it has some particular
et.al. Happenings. Buenos Aires: Julio Álvarez, 23 Art systems had a particular influence on Ar- 32 See: Alonso, Rodrigo. “En torno a la acción”, aesthetic, if there are over-reaching themes or
1967. gentine artists powered by Jorge Glusberg. See: in Arte de Acción, 19601990 (exhib.cat.). Bue- recurring systems of production, if recognizable
12 The request of using the same clothing Glusberg, Jorge. “Arte de sistemas”, in Retórica nos Aires: Museo de Arte Moderno, 1999. traits can be identified in the works – whether
suggest that the artist would have liked to do del arte latinoamericano. Buenos Aires: Nueva 33 Graciela Taquini is the first curator special- immediately or as the result of analysis – that
everything on the same day with a closed-circuit Visión, 1978. ized on video art. From mid-eighties she has allow us to differentiate it from that which is
TV. As she couldn’t do that, she had to differ the 24 The experience Tucuman Arde is a paradig- been one of the main promoters of this kind of produced in other countries or that which his-
results and ask the participants to use the same matic case. It was a collaborative project half- productions, along with Carlos Trilnick, Jorge tory has consolidated as the medium’s referen-
clothing so they could believe that everything way between conceptualism and political ac- La Ferla, and Laura Buccellato. tial point of departure or “zero”. If we speak of
was being happening simultaneously. tivism. See: Longoni, Ana; Mestman, Mariano. Argentine video art we should be in a position to
13 Channel 13 had opened in 1960 with the lat- Del Di Tella a “Tucumán Arde”. Vanguardia --- justify this with a description of its basic proper-
est technology, including a storing device based artística y política en el ’68 argentino. Buenos Video Art in Argentina. ties and to what extent these properties grant it a
on 1-inch videotape. Aires: El Cielo por Asalto, 2000. Aesthetics. Poetics. Practices. special character, or that at least make it distin-
14 Unpublished notes for the project Three 25 A concept developed by René Berger, quoted --- guishable in an international context.
Country Happening, consulted at the artist’s by Bonet, Eugeni. “Alter-video”, in Bonet, Eu- As pertinent as this question may be, it is, in
archive. geni; Dols, Joaquim; Mercader, Antoni; Munta- Introduction the end, a deceiving one. In the first place, be-
15 Brecht, Bertolt, “The Radio as an Apparatus das, Antoni. En torno al video. Barcelona: Gus- Attempting to delineate a survey of the broad di- cause it acritically assumes a production – video
of Communication”, in Hanhardt, John (ed.). tavo Gili, 1980, p. 102. versity of video production in Argentina in one art – and a frame of reference – the country in
Video Culture. A Critical Investigation. Visual 26 The International Open Encounters on Video single text is obviously no simple task. In fact, which it is produced and in which the authors
Studies Workshop Press, New York, 1990. organized by CAYC took place at the following an essay proposing to do so would be obliged were born or reside and the notion of national
16 Following a brief pop period, Lamelas’ work places: Institute of Contemporary Art, London, to begin by pointing out said diversity in addi- identity – that would both require some degree
moves towards light and spatial signaling with 1974; Espace Cardin, Paris, 1975; Palazzo dei tion to mentioning the impossibility of exhaus- of prior analysis (which we will not undertake
minimalist overtones. Diamanti, Ferrara, 1975; CAYC, Buenos Aires, tive studies, the end of the era of essences, the here). In the second place, because it would
17 Interview to the artist, August 7, 2002. 1975; International Center of Culture, Antwerp, perversity of ways of seeing that would project seem to imply that some element does indeed
18 Buchloh, Benjamin. “Structure, Sign and 1976; Museum of Contemporary Art, Caracas, observations obtained from a few, arbitrary in- exist, apparently identifiable in the work as an
Reference in the Work of David Lamelas”, in 1976; Joan Miró Foundation, Barcelona, 1977; stants onto an entire body of work along with the indication that it is indeed Argentine video cre-
David Lamelas. A New Refutation of Time (ex- Continental Gallery, Lima, 1977; Carrillo Gil fallacies of history, existing studies and those of ation although that element might not necessar-
hib.cat.). Düsseldorf: Richter Verlag, 1997, pp. Museum, México, 1977; and Sogetsu Kaikan, the researcher undertaking the task. Then, in or- ily be present in every piece. Finally, we might
131-132. Tokyo, 1978. der to simplify things, it would be best to begin well ask ourselves about the purpose of asking
19 Ibidem, p. 130, 132. 27 See: Alonso, Rodrigo. Jaime Davidovich. by declaring all of this to be true straight away, the question: is there some reason for separating
20 A detailed description of this work can be Video Works 1970-2000. New York: The Phato- and that any approach to the subject can only Argentine video art from all the rest? How can
found in: “La vuelta al fluvio subtunal en 10 ry Gallery, 2004. be fragmentary, subjective, insidious, partial we benefit from such a procedure?
respuestas de su creadora”, El Litoral, 11 de dic- 28 The Live Show! was broadcasted from 1979 and of course, incomplete. Nevertheless, it does In practical terms, there are many productions,
iembre de 1969. to 1984. not solve the crucial problem of how to refer to practices, types of discourse, ways of seeing,
21 For more information about this period of 29 This work was produced during a residency this production, to find some way of tackling the manifestations, institutions and active agents
Lublin’s work, see: “«L’écran du réel» Entre- at the Nova Scotia College of Art and Design de matter. Taking the works, artists, institutions and that have comprised Argentine video art. Every
tien avec Léa Lublin par Jérome Sans”, en Léa Halifax, Canadá. practices that make up the field of video art in exhibition organized under this label, every col-
Lublin. Mémoire des lieux, mémoire du corps 30 In pieces like Film Script [Manipulation of Argentina into consideration as a whole suppos- lection created in order to conserve it, every text,
(exhib.cat.). Quimper: Le Quartier. Centre d’Art Meaning] (1972). See: Alonso, Rodrigo. “Art es some kind of initial organization, as arbitrary course, conference, round table or assignment
Contemporain, 1995. and Technology in Argentina. The Early Years”, as it may be, that allows us to discern character- that has taken Argentina’s video creation as its
22 See Ramírez, Mari Carmen. “Tactics for Leonardo Electronic Almanac, 13:4, April 2005. istics of the field and to come up with some way topic of reflection or debate has contributed to
312 the construction of a field that we recognize in paths that Argentine video art has taken, the distant media, such as dance or spatial design, effect, even though they do not develop into 313
that denomination today. This is an unavoidable analysis must cover both an overall level and which have led to specific formats such as video video installation. In a work like EVO (2005),
point of departure, and it is basically the one investigate particulars, simultaneously focusing dance and video installation. the plot motivation is diluted into images of en-
chosen for this essay.1 on aesthetic directions held in common and on To a greater or lesser degree, all these interac- igmatic beauty that oscillate between metaphor
It is increasingly evident to me that when it more singular poetics or specific practices. It tions have been explored by Argentine artists. and icon. In other works, such as 2050 cartas de
comes to investigating the particularities of should discern lines of investigation capable of The hybridization process in media, formats and amor (2050 Love Letters, 2001), cinema is re-
this production, there are no traits that can demarcating a framework for looking at differ- languages has been followed by hybridization in ferred to ironically as a mechanism to construct
be directly identified in the works: nothing ent artists’ production – such as experimenta- supports and formal and expressive procedures. estrangement, questioning the truthfulness of
in their material nature, composition, formal tion with the support of authored documentary A large number of artists have set out along what is seen and heard.
procedures, themes, concepts or aesthetic di- – and the works they formulate on the basis of these paths, although in very different ways. The procedure that Gustavo Galuppo and Ale-
rections. To put it briefly and though it may their procedures or personal styles – like Diego Andrés Denegri and Rubén Guzmán have jandro Sáenz prefer involves manipulating
seem obvious, I venture so far as to confirm Lascano’s animations or Eugenia Calvo’s do- often combined photochemical images with images and sound. Both work with multi-lay-
that Argentine video art’s fundamental ingre- mestic performances, to mention only a couple electronic imagery; the former does so based er compositions to create dense, complex and
dient lies in its Argentine component more of examples – or in relation to specific contexts on a narrative of intimacy where the temporal simultaneous narratives using constant over-
than in its expressive qualities. How can the and situations, such as video installations or ur- nature of human relationships are anchored in writing and noisy images. Spatial and temporal
cinematic intertext present in the work of some ban interventions. Accordingly, in the pages that the support’s fragility and fleetingness; in the coincidences between fragments encourage a
video artists be grasped without mentioning follow I will follow a three-fold course compris- case of the latter, on the basis of formal con- decentralized, multi-linear reading, although in
local film fanaticism, the amazing number of ing aesthetics, poetics and practices involved in structions founded on the associations, rhythms Galuppo’s case strict narrative tends to organize
film schools that exist in the country – almost Argentine video art. and metaphors of a self-confessed affinity with everything, where sound is a protagonist that
twenty in Buenos Aires alone – or the suc- experimental film. Both artists consider video to also fulfills an essential enunciation role. Its al-
cessive waves of “new cinema” in Argentina, Aesthetics be much more than a composite of sound and liance with electronic music is fundamental, as
even though video may artists shy away from Since its beginnings, video art has been con- image: it also has textures and luminosities that is also the case in Jorge Castro’s work. Even in
these relatively hegemonic trends? How can cerned with detaching itself from its blood rela- multiply meanings and expand its sensory po- his earliest videos, Castro elaborates an intimate
Marcello Mercado’s or Iván Marino’s work tions, film and television. From the ‘70s decade tential. Gregorio Anchou explores this terrain in relationship between image and sound, a proce-
be analyzed removed from a context of State onward, artists have explored devices belonging his references to silent and experimental films dure that has only become stronger in his latest
violence and repression? How can the liter- exclusively to the electronic image with the aim – to Kenneth Anger, in particular – (Suposito- pieces, composed using software that process-
ary weight of a large part of these works be of promoting the medium’s specificities, while rios de LSD [LSD Suppositories], 1994; HIV es both simultaneously. An extraordinary work
evaluated without considering the presence of avoiding its contamination by similar media, [AIDS], 1995) and María de la Paz Encina does by Julio Real, Primero lo nuestro (First, What
literature in any Argentine’s cultural forma- consolidated audiovisual languages and gen- so in the beautiful essay Hamaca Paraguaya is Ours, 1994) constitutes the most significant
tion, or the lasting significance of figures such res, canonic narrative forms and other arts. The (Paraguayan Hammock, 2000), later continued precedent for this kind of work; in it, audiovis-
as Julio Cortázar or Jorge Luis Borges? What search for formal purity responds to a phase of in a feature film with the same name. Cinema ual distortion works as an allegory for ideolog-
approach can be made to video activists with- self-affirmation and consolidation that can also appears in the work of these authors not only as ical manipulation, abandonment and pollution.
out examining predecessors such as the Cine be identified in the development of other means an aesthetic substrate, but also as a reference in Historically, time has been considered to be
de Base or Tercer Cine groups, or the specific of artistic expression, from film to painting, terms of culture and imagery. video’s expressive patrimony. While many oth-
socio-political situation found in Argentina from dance to net.art.2 However, any mandate In his single-channel works, Sebastián Díaz er media may well be structured on time, in an
today? Although a large portion of the texts of purity quickly comes up against its own lim- Morales celebrates his cinematographic back- electronic record, awareness of it can be exacer-
written about Argentine video art barely make itations. Above all, because it’s artificial nature ground. However, he puts it at the service of bated in a way that differs greatly from film or
reference to this context and legacy – general- is soon discovered. No medium, language or a search for new narrative that transcends the television. Cinema’s underpinnings are found in
ly on account of having been published inside support can be completely exempt from dia- expectations associated with fiction, dissolving the narrative timeframe, and television’s, in its
the country, where such background informa- logue with the rest, regardless of whether it is it into literary and documentary components.3 instantaneousness. Video, on the other hand, can
tion is taken for granted – it is important not spontaneous or induced. The history of video art His videos create atmospheres; as such it is no induce an almost physical sensation of the un-
to lose sight of it when beginning an analysis makes its productive interaction with film and coincidence that they often develop into audio- folding of time, and this fact has resulted quite
that purports a certain degree of thoroughness. television – two closely related audiovisual for- visual installations. Some pieces by the Arte fascinating for many an Argentine artist.
Lastly, and in order to address the different mats – evident, but also its contact with more Proteico group achieve the same atmospheric One paradigmatic piece along these lines is
314 Transatlántico (Transatlantic, 1992) by Ar- losing the power of registering reality have led isman and Jorge La Ferla, or 33 millones de testimony tied to the military repression during 315
turo Marinho. It features a group of shots many authors into a terrain of experimentation financistas (33 Million Financiers, 1991) by the ‘70s. In Granada (2005), she turns to the
captured along the route connecting Rosario with image-documents, which has shown itself Andrés Di Tella and Fabián Hofman used vid- recollections of a kidnapped friend to reflect on
and Buenos Aires that transmit the appealing to be fructiferous and broadly refreshing in the eo to alter the basic norms of all documentary the continual re-inscription and reformulation of
composure of a time that is foreign to urban context of Argentine video art. narrative, by simply not following television pain and memory. Julieta Hanono, on the other
experience, material at times and metaphys- Iván Marino’s work is among the most signif- and cinema’s usual parameters. hand, uses a personal experience as the point of
ical at others. Milena Pafundi also escapes icant in this regard. Gifted with an enviable Fake documentaries are a case apart, with ex- departure. Camera in hand, she visits the spaces
from the city in order to materialize her par- capacity for observation, Marino elaborates amples such as The Man of the Week (1988) by in which she was held as a detainee during times
ticular exploration of time in Un tiempo (A critically thought-provoking pieces with a clear Luis María Hermida and Boy Olmi and, more of State repression, mixing her autobiographical
Time, 2003). In other cases, a sense of tem- awareness of the medium. In one of his first recently, Le partenaire (The Partner, 2006- view into the document (La alcaldía [City Hall],
porality is exaggerated through a meticulous tapes, Un día bravo (A Tough Day, 1994), he 2007) by Hernán Marina. Both reflect on their 2004; El Pozo [The Hole], 2004-2005).
way of documenting or registering an action, makes the mismatched relationship between the own limitations in accessing reality and even Though the military dictatorship has left an
as takes place in works by Hernán Khourian observer and the “object” of observation evident regarding their own participation in the con- indelible mark on Argentina’s history, the cen-
(such as Áreas [Areas], 2000 or Puna [An- in a way seldom seen in any documentary pro- struction of suspicious situations and events. trality of its role has not exhausted different
dean Heights], 2006) or Federico Falco’s duction. Later, the register of certain environ- The first includes a detailed analysis of the many possibilities for revising the past from a critical
Agrícola y ganadera (Regarding Agriculture ments and marginal human beings will serve as clichés and puns typically used to construct sys- perspective. Ricardo Pons is one of the artists
and Livestock, 2004). Khourian develops a the basis of his particular view of reality, human tems of truth in video testimonies, denouncing who has undertaken this task in a broad sense,
singular piece with an uninterrupted capture relations and language (Über die Kolonie, 1997; their artificial and arbitrary nature while recur- interrogating documents with the aim of reach-
of events as they happen. Transcending both In Death’s Dream Kingdom, 1997; Letanías ring to a good dose of humor at the same time. ing a deeper comprehension of the present. In
classic documentary – based on a preeminent, (Litanies), 2000). In recent years, the introduc- Humor is also a key factor in Jorge La Ferla’s his work, he reexamines projects for utopian cit-
impersonal declarative voice – and authored tion of digital technology, interactive systems work. With a foundation of intense image and ies, the development and destruction of the Pul-
documentary genres – where the voice or gaze and live streaming have made it possible for sound processing, their structure depends on a qui – the plane built with Argentine technology
of the filmmaker plays a leading role – this him to grant spectators the option of manipulat- singular hybridization between genres and for- that would later be the subject of a feature film6
artist established a mute dialogue between the ing his audiovisual records’ narrative structure mats where documentary, television, video and – the dream of an industrial Argentina, nuclear
camera and the situations it records, letting (In Death’s Dream Kingdom, online version investigative work all coexist, threaded together research during Perón’s presidency, anarchist
the images unfold in accordance with their 2002-2003) or to assign the task of organizing by the figure of a host who, instead of organiz- struggles, immigrants’ hopes and social and
own internal rhythms. anonymous documentary material to a machine, ing discourse seems to contribute to its complete political wounds (Sudtopia [Southtopia], 2000;
Utilizing documentary footage as a point of as a metaphor for a world in which constructing dislocation. Every intervention by Richard Key Made in Argentina (2000) and Proyecto Pulqui
departure constitutes one of the principal ten- interpretations of reality depends less and less Valdez – the host, embodied by the artist himself II [Pulqui II Project], 2002, among other works).
dencies in Argentine video art. Some artists on human decisions (Sangue [Blood], 2006). – undermines the solidity of the testimony that Employing language that lies mid-way between
reflect the influence of the Santa Fe school, the Some artists, like Andrés Di Tella, have oscil- his very presence should verify, exploding the testimony and symbol, Pons revisits fragments
Avellaneda school or the Latin American Video lated between video art and authored docu- basis of the image-documents presented (Vid- of history and uses them to re-compose an in-
Festival of Rosario – all strongly rooted in this mentary.4 Pablo Romano has also frequented eo en la Puna: El viaje de Valdez [Video in the complete but meditative jigsaw puzzle, where
genre – as a key part of their work, even though the latter, offering a personal and completely Andean Heights: Valdez’s Voyage], 1994; Val- images and sounds become instruments of anal-
this influence may have been at times a nega- atypical vision of prison life in El tenedor de dez habanero [Valdez from Havana], 1997 and ysis. In works by Andrea Juan and Florencia
tive one. The fact is that a large amount of the R (R’s Fork, 1997). In the late ‘80s and early Valdezen, 2001). Levy, documents take on a different dimension.
material that circulates via the festival and the ‘90s, a distinction between experimentation and Testimony, even including its most dramatic Juan turns to documents in order to develop
formats taught at the schools dedicated to the register was practically irrelevant; to a certain aspects, has breathed life into proposals that pieces involving environmental and ecological
field follow rigid canonic parameters, and mis- extent, a short documentary shot in video was look to reach beyond the documentary format. awareness (Teoría de una catástrofe [Theory of
trust the formal innovations and liberties that a experimental enough to qualify for the category Sabrina Farji’s video Algunas mujeres (Some a Catastrophe], 2002; Proyecto Antártida [Ant-
medium like video encourages due to it being of video art, just as in the ‘70s any video done by Women, 1992) stands as a model of how to ap- arctic Project], 2005). Levy, on the other hand,
less subject to the rigorous production structures an artist was video art, regardless of its nature or proach a crude issue from a sharp perspective investigates urban life in anthropological terms.
of film or television. Possibilities involving purpose.5 Works like Indulto no (No Pardon, that is conceptual at the same time. More recent- She focuses on inhabitable spaces, housing for
a more flexible documentary format without 1989) by María Cristina Civale, Martín Gro- ly, Graciela Taquini returned to working with a rent, hotels and buildings under construction,
316 creating an audiovisual autopsy of the city of of investigations into narratives, metaphors and (Notas sobre el tiempo [Notes on Time], 2001) creates a metaphor for “the human species, that 317
Buenos Aires by way of a laconic registry that symbols. In 1991, Luz Zorraquín produced a or in her most recent video installations, where runs, works and exerts itself, unable to free it-
transmits the impassivity of some urban envi- work that has become a point of reference in the the faces of marginal figures acquire symbolic self from its imprisonment” in the artist’s own
ronments (9 estudios para un paisaje [9 Studies history of this medium in our country: Tango. relevance (Pequeño acontecimiento [Small In- words. Later, it was presented with a perform-
for a Landscape], 2005; Turismo local [Local El narrador (Tango. The Narrator). Just a few cident], 2005). er trotting alongside a television on which the
Tourism], 2007; 3 ambientes a estrenar [Newly images – a landscape seen from the window of On other occasions, electronic audiovisual piec- video was being shown on the occasion of the
Built, 3 Rooms], 2007). a train, some snails and a superimposed text, a es serve as instruments for conceptual practices Encounter of Art Critics held at the Centro Cul-
Beginning with his earliest productions, Carlos dialogue between two people – are sufficient as that make their narrative properties far more tural Recoleta. To date, this is the oldest piece
Trilnick has kept a close relationship with doc- the base material for elaborating a small story of relative. As vehicles for ideas rather than stories conserved in our country, and as such it con-
umentary recording. However, his works are love and a missed encounter that is as brief as and situations, their context is closer to that of stitutes a key piece in the history of Argentine
always resolved on a poetic level. Pieces like it is powerful. In her video Cuchillo de campo the visual arts, where the conceptual tradition video art. In works that followed, Paksa focused
La noche de los cristales (Crystal Night, 1993) (Field Knife, 2000), Dolores Espeja concen- has an extensive and consolidated history. It is her attention on different particularities of the
or Argumento (Argument, 1992) are based on a trates dramatic force in the collision between no coincidence that most of the artists explor- electronic medium, like transmission noise – Es
visual arts exhibition and a theater performance, the omnipresent text and images with very lit- ing this tendency originate from that field, often tarde 94/05/78 (It’s Late 94/05/78, 1994) – or
respectively; nevertheless, in their transition to tle variation. This same clash is employed in a turning to video only occasionally, when it ena- the computer’s screen saver – El descanso de
an audiovisual format they maintain aesthetic different sense by Carlos Essmann in several bles them to materialize the meaning they aspire Loreta (Loreta’s Rest, 1992). Here the images
autonomy with respect to their original refer- pieces produced jointly with poet Daniel García to transmit. lead to an experience of the material nature of
ences. Though he has moved freely between Helder, like Sardinas (Sardines, 1997) or Poesía Gustavo Romano’s work can decidedly be situ- the medium itself, which is at the same time a
diverse disciplines, Trilnick has been able to espectacular film (Spectacular Poetry Film, ated along these lines. His video Lighting piece critique of its overbearing presence as a practi-
maneuver his way through these intersections 1995). (2000) shows a single image of a burning match cally exclusive space for contemporary images.
without putting any of the media, formats or Poetry plays a different role in Marta Ares’ vid- that never goes out, as a parody of a work by
languages involved at a disadvantage. In his eos. Texts written by the artist herself provide Yoko Ono that asks viewers to light a match Poetics
frequent interweaving of video, performance, the counterpoint to images that are often abstract and observe it until it goes out. Romano demon- As it happens in all of the arts, personal visions
installation, literature or dance the result is al- and whose relationship with the words is inex- strates that different laws rule the electronic and forms of creating exist that make the work
ways somewhat greater than the sum of the plicable (Acidez de estómago [Acid Stomach], realm, and that the simplest, most banal action of every artist unique, beyond formal proce-
parts. His pieces combine poetry and politics 1997; miliminal [milliminal], 1999; + o – sangre can be transformed into a highly improbable or dures, shared interests and broader aesthetic
in a unique way. The video De niño (As a Boy, [+ or – Blood], 2005). Gabriela Golder’s Lettre impertinent task. Horacio Zabala sustains the trends. In all these manifestations there are
1995), produced jointly with Sabrina Farji and 1 (Letter 1, 1996) adds sensuality to the sensory same premise in his piece El juguete rabioso converging aesthetics and poetics on individu-
Remo Bianchedi, is still considered an exempla- aspect of the audiovisual support, while some (Mad Toy, 2002), where a ball moves along al and collective levels, although different sides
ry model of the fusion of both fields, a predeces- pieces by Graciela Ciampini, like entrar_en_ through a urban space without ever coming to of the equation have received a greater or lesser
sor to works as significant as 1978-2003 (2003), la_profundidad_de_la_distancia (Enter_into_ a halt. The infinite has literary and philosophi- degree of appreciation in different eras. During
which recalls the sinister alliance between the the_Deepness_of_Distance, 2005) provoke the cal shades in La flecha de Zenón (Zeno’s Arrow, pre-bourgeois periods, art was more of a collec-
military dictatorship and the world of soccer. If senses using uninterrupted sound, at times to 1992) by Jorge Macchi and David Oubiña. In tive practice, even when executed by a single
the personal is indeed political, as feminists sus- the point of irritation. Metaphor and symbols this case the countdown prior to the beginning individual. The Modern era focused special at-
tain, in Trilnick’s work the political is also aes- have also been explored by Anna-Lisa Marjak of a film is prolonged indefinitely, eliminating tention on personal style and the expression of
thetic and even metaphysical. When revising his in another emblematic piece, La brutalidad the possibility of transcending the inaugural act. genius, even when organized in groups.
production, it is important not to overlook this de los hombres (The Brutality of Men, 1992). This work refers to Borges and Zeno of Elea, re- Today, far from theories of talent and genius, we
last aspect, as is clearly manifested in one of his Here, fighting over an egg becomes an allegory flecting on the nature of time on multiple levels. can nevertheless single out the particular traits
least known but unquestionably most beautiful for violence, domination and competitiveness. Margarita Paksa handles the same theme, but that give the work of an author its personal char-
videos, El hombre es una duda (Mankind is a Seldom have such a wide variety of feelings takes Macedonio Fernández as her model. In acter. In order to do so, consideration of poetics
Doubt, 2005). been so successfully concentrated in a single Tiempo de descuento, cuenta regresiva, la hora is more useful than stylistic categorization in so
Influences from literature and the visual arts object and just a couple of situations. Silvia Ri- cero (Overtime, Countdown, Zero Hour, 1978), far that it enables to allude to these traits without
are evident in the works of many artists work- vas does this in her audiovisual environments, the electronically manipulated record of a per- establishing hierarchies – no poetic sense is bet-
ing with video art, and this has led to a series always permeated by the omnipresence of water son running coexists with a time code. The piece ter or more adequate than another is – and with-
318 out referring to extraordinary aptitudes. Style as a point of departure, although her perspective ring theme, although its significance is more eos the narrative operates by way of association 319
has been thought of as a quality that allows an tends toward greater specificity. She sometimes metaphysical than social. His recent works are between images, accompanied by a few texts;
artist to separate him or herself from the rest, a examines personal histories, including auto- video installations with three or five large-scale the rest is left up to the viewer. His screens are
sign of originality. Poetics, on the other hand, biographies (Tras los ojos de las niñas serias screens (La caída de un sistema [The Fall of a populated with flat figures, saturated colors and
refer to a personal universe that is authentic but [Through the Eyes of the Serious Little Girls], System], 2005). In these pieces the relationship looped movements and they are probably the
not necessarily original, individual but not in a 1999; En memoria de los pájaros [In Memory with the viewer repeats the contrast between most easily recognizable of all Argentine video
competitive sense. Every artist has their own po- of the Birds], 2000); at others she operates on the characters portrayed and the immensity in art. The use of animation is also a characteristic
etics, even those who ascribe to the most rigid a community level (Heroica [Heroic], 1999), which they find themselves. of Pablo Rodríguez Jáuregui’s work. Howev-
aesthetic theories. Every artist possesses his or produced jointly with Silvina Cafici; Vacas Eugenia Calvo’s work is the extreme opposite, er, it does oscillate between traditional anima-
her own gaze, subjectivity and world. For this [Cows, 2002] or Reocupación [Re-employ- appealing instead to her immediate, family envi- tion and video art. His videos feature clear plot
reason, the aim of selecting the work of some as ment, 2006]). She moves between poetry and ronment: her own house. Inside it, she discovers lines, based on characters and situations that he
the subject of analysis is not in order to isolate testimony with ease, between single-channel all the elements she needs to produce a transfig- constructs. In recent years, he has made an in-
them, but rather to assay different possible di- video and video installation. Some of her works uration of the universe that surrounds her. Small cursion into the realm of three-dimensional ani-
rections from which Argentine video art might have a precise documentary or even anthropo- interventions and minimal actions produce true mation, introducing this technique into the local
be approached, to establish lines that are not logical component; nevertheless, her formal revolutions (Un plan ambicioso [An Ambitious video art circuit as well as in short film festivals
limited to a single discourse in the midst of a resolution situates these pieces in the terrain of Plan], 2006). Her work implements a poetry of and even television, areas in which the artist has
generalized whole. the conceptual and allegorical. Large part of her the possible, the reinvention of the everyday, become quite well known.7
Over the course of many years, Marcello Merca- production has been generated during the many to put it in Michel de Certau’s words. Gustavo The world of television is an immediate refer-
do has become an outstanding figure in Argen- residencies she has participated in all across Caprín similarly works in family environments, ence in the work of Gastón Duprat and Mari-
tina’s video creation, even when the local pub- the globe. This nomadism has permitted her to carrying out small performances. In his actions, ano Cohn. With a background in video creation,
lic is unfamiliar with the majority of his work. carry out a voluminous body of work without however, the protagonists are the objects uti- their productions gained access to the medium
An untiring worker with impressive ideas that the need to emigrate, as has been the case for lized, to the point that they become repositories of television and even cinematography, with a
can be far from complacent, he has managed to many artists. At the same time, this has tinged of a powerful expressive charge (How to Build clearly identifiable style that is ironic and irrev-
build up a body of productions that bear a per- her work with metaphors of exile and displace- a House, 2002). Using a camera that is sensitive erent, based on the observation of people and
sonal mark seldom seen, even among interna- ment and the local versus the universal. Beyond to the dark and working in lowly lit spaces, he pushing people, spaces, habits and situations to
tional authors. Enamored with variegation and the contexts that she articulates, her viewpoint is achieves a greenish, monochrome image that a critical point. Their work tends to take form
intricate, multi-layer editing, he also ventures profoundly human. has practically become his hallmark. Compo- in episodes. Short audiovisual blocks are put
into performative pieces that are much simpler Charly Nijensohn, on the other hand, belongs sition is another important aspect of his pieces, together to generate a fragmented vision of the
visually but no less complex on a conceptual to Argentina’s artistic diaspora. Based in Berlin where crops encourage continual confusion and whole, which instead of being organized in ac-
level. Mercado’s work is permeated by an un- ever since the crisis in 2001, he has neverthe- perceptual disruption. cordance with a narrative logic, comes closer to
wavering political stance. Motivated by the vi- less continued along the same overall lines that Among the artists who have left a strong mark that of a list. This procedure can be identified
olence and State repression in our country, his were vital in his work while a member of the on the history of the medium, Diego Lascano in pieces where the aim is a catalogue – Enci-
work has evolved toward an analysis of power Ar Detroy group. His poetics is rather intimate, had a very particular poetic sense. His world clopedia (Encyclopedia, 2000) – and in cases
and its instruments: politics, the economy, laws, in spite of the fact that he often works with was made up of flat, cut out and mobile images where this objective is much less evident, like
disciplinary systems, forms of exclusion, brutal- wide, open spaces. Nature is almost invariably that were the result of the earliest ventures into Circuito (Circuit, 1997). The same underlying
ity, ideological manipulation, cruelty, bodily vi- the framework for his exploration into ideas of digital technology in the realm of the electron- structure is found in some of their television
olence and psychological coercion. The project resistance to adversity, perseverance and persis- ic support. Obsessed with airplanes, he created programs – one of the most well known is Tel-
of translating Karl Marx’s Das Kapital (Capi- tence. Hostile surroundings accentuate his vide- situations and stories that featured them, like evisión abierta (Open Television, 1999) – and
tal) into audiovisual discourse has been a cen- os’ emotional impact and the spiritual fortitude the airplane accident that cost Carlos Gardel even in their commercial film, Yo presidente (I,
tral theme in a group of pieces that have amply of his characters, enigmatic beings that confront his life (Arde Gardel [Gardel Burning], 1991) President, 2006).
surpassed his original plan, to offer us a tough inclement landscapes with discipline and tenac- or Antoine de Saint-Exupéry’s philosophical
vision without concessions – neither argumen- ity. They appear isolated or in groups, but in the meditations as a war pilot (Saint-Ex, 1993). A Practices
tative nor aesthetic – of the contemporary world. latter case no communication appears to exist pioneer in digital animation, another hallmark Of all audiovisual media, video is the one that
Gabriela Golder often takes political conflicts between individuals. Solitude is another recur- of his work has always been humor. In his vid- has best managed to break away from being
320 instrumentalized in entirely commercial terms. importance of these authors lies not only in their Arde and Indimedia Argentina also have artists In 2000, Luis Campos and Jorge Caterbetti 321
Film and television have hardly managed to works, but is also due to having been responsible among their ranks. The Etcétera group consti- made Todo lo que reluce es oro (Everything that
escape the entertainment industry. Although for disseminating experimental film production. tutes a particular case in this panorama. Coming Glitters is Gold), an intervention in the IMPA
community television and underground or al- Thanks to them, an essential part of the visual from the world of theater and public interven- factory, recuperated and run by its workers. A
ternative film experiences have taken place,8 it character of the ‘70s and ‘80s was able to recoup tion and associated with the escraches (signa- group of performances and videos occupied
is true that the large majority of television and its aesthetic productivity. ling sites related to figures not yet judged for the space, focusing attention on its history and
film production occupy today cable or network Following the fall of the military government in past crimes against humanity) organized by the its present condition, on the political circum-
transmission and movie theaters –mostly mul- 1983, activist film trends also regained visibility H.I.J.O.S. group, they maintain a focus on these stances of recovered industries and their impact
tiplex today – respectively. Economic pressure in the audiovisual field. Film schools returned to actions’ capacity for aesthetic contributions, uti- on workers’ personal lives. Monitors located
has curtailed an important sector of these me- focus on its legacy, particularly those working in lizing video as a means for critical commentary, amongst the machines showed interviews done
dia’s creative and expressive possibilities, ob- documentary, recognizing the seed of a possible often by parodying television. Their irreverent, with workers in the same context, their work
structing the development of other practices that use of this electronic media in that thought-pro- mocking tone exceeds all limits of testimony, environment. The space was saturated with per-
would have increased audiovisual production’s voking production. Some of the first groups of positioning it instead as a sharp, scathing voice sonal stories and anecdotes, with humanity and
enormous potential. video producers came from these schools or had of denunciation. conflict, with occasional visitors and a different
Nonetheless, in our country, we cannot place the clearly been influenced by militant film. Early Video adopts another type of political use in sensory register. Four years later, the Periferia
blame on financial interests alone. Sadly, the in- actions proposed questioning television by way Gregorio Anchou’s cine de la urgencia (urgent street art group organized screenings of histori-
terval of military rule during the ‘70s and ‘80s of discourse that was often ironic, always criti- film). Inspired by Fernando Birri’s phrase “per- cal images and texts, projected onto the façade
induced the disappearance of some experiences cal and by no means at its service. Pieces like fect cinema is immoral in an imperfect world”, of the Cabildo (Historical Administrative Coun-
in television9 and some alternative, experimen- The Man of the Week (1988) by Luis María Her- the artist assays poetics of the immediate where cil Building), activating its conflictive aspect,
tal and militant film practices that had begun to mida and Boy Olmi, or Reconstruyen crimen formal concerns are relative as compared to the utilizing public space as an arena for reflection
spread in the preceding period. While part of de la modelo (They Reconstruct Model Crime, need to capture life. “Language is an ideological and debate, convoking political memory.
this production survived under great duress, the 1990), by Andrés Di Tella and Fabián Hofman, question – he states in an unpublished mani- During the summer of 2007, the city of Buenos
dictatorship imposed a profound cutoff that im- are notable examples of this critical, non-con- festo11 – It isn’t necessary to discard linguistic Aires was the scenario for a series of electron-
peded dialogue, the transmission of influences formist attitude. milestones such as script, captions, plot, char- ic urban interventions that established dialogue
and any continuity between previous creators Militant film is recovered with an inclination acters and shot/reverse shot, which are so useful with emblematic public buildings. The façade of
and those who would take up following this for a practice that would gain strength follow- in so many cases, but to reconsider their hier- the Facultad de Derecho (Law Faculty Building)
period. Today we can only speculate as to what ing the political crisis in 2001: video activism. archy and place them lower than an immediate was host to the video La brutalidad de los hom-
might have happened if the circulation of Mar- Although some groups did exist prior to this register of life […] The more humble the craft, bres (The Brutality of Men, 1992) by Anna-Lisa
ta Minujín’s, David Lamelas’ and Lea Lublin’s time, many took shape in the heat of the mo- the greater its value as witness to its era”. With Marjak, a metaphor referring to antagonism and
early ventures into electronic images, Rodolfo ment amidst the demonstrations and social con- these ideas in mind, he did a remake of the film competitiveness, while the Facultad de Ciencias
Kuhn’s, David José Kohon’s, Osias Wilenski’s frontations on December 19 and 20, with an Safo. Historia de una pasión (Sappho. History Económicas (Economic Science Faculty Build-
and Oscar Bony’s experimental films or the urgent sense of the need to transmit the extreme of a Passion, 1943) by Carlos Hugo Christensen, ing) was the support for Matilde Marín’s vid-
militant, testimonial films by the Cine de Base events that were germinating spontaneously on set in his everyday surroundings and performed eo La recolección. Bricolage contemporáneo
and Tercer Cine groups, Carlos Nine and Raúl the streets and in neighborhood squares. A large by independent actors and friends. (Recollection. Contemporary Bricolage, 2005),
Berceyro had not been interrupted. It’s impossi- number of artists join or form relationships with Ever since it first emerged, one of the most cel- a poetic look at the world of recycling and the
ble to imagine; however, our history would very these groups, establishing ties between aesthetic ebrated characteristics of his video has been its precarious social situation of those involved in
definitely have been a different one. thinking and social militancy. To name just one portability. The autonomy of today’s cameras it. Silvia Rivas intervened the front of the Cír-
Fortunately, a small group of experimental film- example, after having made an impact in the and projection equipment, increasingly smaller culo Militar (Military Circle Building) on Santa
makers did have some contact with video art. field of video creation with 1. Elipse (1. Ellipse, and more lightweight, encourages abandoning Fe Avenue with images of marginal individuals,
Narcisa Hirsch and Claudio Caldini, authors of 2000), Sebastián Ziccarello joined the Vente- studios and closed environments in exchange for and Gabriela Golder projected the mute actions
incredible works that have yet only received scant veo Video group, producing a series of pieces public spaces. In recent years, site-specific inter- of a group of unemployed onto the front of what
recognition in underground cinema circles,10 es- of a distinctly political and testimonial nature ventions have become a feasible, common prac- used to be the Canale [biscuit] factory. Leonello
tablished ties with young video artists and consol- (La bisagra de la historia [The Turning Point tice among artists looking to intervene in every- Zambón occupied the Buenos Aires Legislature,
idated very necessary and often fruitful links. The of History], 2002). Other groups, like Argentina day situations, the places where life happens. facing the Plaza de Mayo, with his Concierto
322 para violines y cacerolas (Concert for Violin of an alliance with the Festival Internacional herself would go on to protagonize her works. Recently, these productions have led the way to 323
and Saucepans, 2007), a piece made especial- de Videodanza de Uruguay and Rio de Janeiro’s The camera frame encloses her within the ac- interactive installations, where electronic audio-
ly for the site, with an ingenious articulation Festival Dança em Foco as part of the circuit tion, containing her while the editing concen- visual pieces can be manipulated in real time, in
of “cultured” violin music – the local Culture Videodanza del Mercosur. In Argentina there are trates the reiterated action of taping or stapling many cases, by the visiting public. In Mariano
House operates in that building – with the spon- many authors working in this genre, including herself (Encintándome [Taping Myself, 2004]; Sardón’s Libros de arena (Books of Sand, 2003-
taneous sound of social protest: the cacerolazos outstanding examples such as Margarita Bali, Engrampándome [Stapling Myself, 2004]). 2004), for example, texts related to Jorge Luis
(demonstrations expressing discontent by bang- Silvina Szperling, Paula de Luque and Daniel Szigety uses her body again in an irony directed Borges are taken from the Internet and projected
ing pots and pans). Andrés Denegri and Enrique Böhn, among others. Works like Temblor (Trem- at video and its commercialization in Video ya! in such a way that they appear in the shadows
Casal produced an audiovisual piece live, in real or, 1993), by Silvina Szperling; Arena (1998), (Video Now!, 2005), although here there is a created by viewers’ hands as the pass over an
time, with sounds and images taken from Plaza by Margarita Bali; El Territorio (The Territo- play between electronic image and text that goes open cube filled with sand. In Divergencia dif-
Flores and the surrounding area, then projecting ry, 1996), by Paula de Luque or Linda Manera beyond mere performance. erente de cero (Divergence Other Than Zero,
it onto a branch office of the Argentina’s Nation- (Nice Way, 2003), by Sofía Mazza, constitute Three artists from Córdoba approach action 2001-2002), the words that two open books
al Bank located there, appropriating practices high points of a continually expanding area. and video from different perspectives. Feder- contain are exchanged when the public claps
used by DJs and VJs. Closely related in terms of the relationship be- ico Falco uses his family history as the point of their hands. The Proyecto Biopus group works
Two years earlier, Margarita Bali had intervened tween body and camera, yet quite different in departure to explore aspects of individual and along these lines. Their piece Sensible (Sensi-
the façade of the Argentina’s Cultural Ministry terms of its aesthetics and proposals is video social identity, where rural spaces and marks tive, 2007) includes a touch screen on which
Office with her choreographic piece Pizzurno performance. In this field, the body is the ongo- left by history and violence all coexist (Agrícola users can produce forms that then take part of
pixelado (Pixelated Pizzurno, 2005), produced ing thread in an action that always occupies the y ganadera [Regarding Agriculture and Live- a virtual ecosystem. Relationships between the
within the framework of the International Theatre central role, in spite of the many contributions stock], 2004; Estudio para horizonte en plano forms determine how the piece will later evolve,
Festival as part of their Proyecto Cruces program. that may come from the introduction of electron- general [Study for Horizon in Wide-Angle along with its universe of sound.
Live and virtual dancers co-existed in front of the ic language. All of these cases deal with actions Shot], 2003). Leticia El Halli Obeid designs Finally, artists from an enormously wide range
building, creating situations that highlighted the carried out especially in order to be recorded on small actions like exercises in isolated or inti- of disciplines occasionally approach video, find-
architecture of the Palacio Pizzurno, where the video. The potency of the performative act, how- mate contexts (Headphones, 2001; Orden [Or- ing an endless number of formats, spaces, pos-
Ministry offices are located. Bali is a pioneer in ever, is the focal point around which all the sound der], 2003; Escribir, leer, escuchar [Write, Read, sibilities and uses for it, or ways to incorporate
the use of video onstage. Since 1994, she has and image resources are then organized. Listen], 2003; Relatos [Stories], 2005); Paola it into other media or supports. In most of these
designed choreographies in which live dance Mid-way through the ‘90s, the Grupo Fosa group Sferco also investigates intimate spaces, focus- cases, they do not have any background in audio-
works intertwine with audiovisual pieces created assiduously pursued this direction in their work. ing on situations that evoke unease (Dialoga- visual discourse per se; they wind up working
especially to enter in dialogue with them.12 This Their videos had a dreamlike, staged air with do [Dialogued], 2003; Encuentros corporales with it due to curiosity or taking advantage of
practice has come to be called multimedia dance precise editing that concentrated actions and as- [Corporal Encounters], 2006). the ease of production that contemporary tech-
and in addition to being an area of constant exper- signed them allegorical meanings. On many oc- One of the most common, thoroughly devel- nology, ever more accessible and user-friendly,
imentation for this untiring artist, it is one of the casions, video formed a part of their live interven- oped practices in recent years is undoubtedly has to offer. Fabiana Barreda has begun to in-
most important contributions to Argentina’s field tions, employed to present information by way of video installation. This expansion of audiovis- tegrate photography, drawing and video. In her
of choreographic production. images that could not be imparted by bodies. One ual works into space, where viewers are envel- investigation into bodies, architecture, nature
The intersection of dance and video breathes life of the group’s members, Javier Sobrino, contin- oped in a more physical sense than is the case and the home, she has developed a group of an-
into another practice with specific characteris- ued to work along the lines of video performance. with single-channel videos, makes the pressure imations and video objects that generate a dia-
tics: video dance.13 Since 1995, an international In one series of pieces, he investigated the reality for narrative more relative and allows further logue with photographs and digital illustrations,
festival has been held in our country, directed by of language and words, creating actions and vide- exploration of fragmentary or incomplete read- in installations that reflect on our relationship
Silvina Szperling, one of the first in the world os that used an invented language to speak about ings, where movements, the impact of scale and with natural and artificial habitats (Arquitectura
to focus on this kind of activity. Over the course enigmatic images and texts. exaltation of the senses by way of image and del deseo [Architecture of Desire], 2006). Juan
of its successive editions, the festival has exhib- Inés Szigety’s earliest videos also involved sound can be left undetermined. The artists who Mathé has produced some of the most memora-
ited the very best of international video dance, words and the body. She used editing to alter the most consistently work in this format include ble video objects in Argentine art, working with
promoting local production by way of prizes, register of people talking in such a way that un- Carlos Trilnick, Silvia Rivas, Charly Nijensohn, naked monitors in movement that challenge the
production subsidies, workshops and other ac- derlined the silent pauses, singled out words and Iván Marino, Gustavo Romano, Sebastián Díaz screen’s inertia (Proyecto para un salto al vacío
tivities stimulating reflection. Today, it is part multiplied involuntary gestures. Later the artist Morales and Gabriela Golder. [Project for a Leap into the Void], 2002). Based
324 on photographs, models and the use of scale, world. Argentine video art has explored all these 10 For more information about this, see my es- the digital means, with their multiple possibili- 325
Lila Siegrist composes small dislocated land- paths, extending its reach toward bringing a me- say “Buenos Aires Underground”, Jornada de ties and formats, begin to be more attractive to
scapes (Silenciosos [Silent], 2006). Sebastiano dium in a constant process of becoming to its Homenaje: Los Primeros Cien Años de Cine en younger artists or to those who are tuned with
Mauri has projected images in movement onto fullest potential. Argentina. Buenos Aires: Facultad de Filosofía recent technologies. The electronic production
photographic portraits, generating amazingly y Letras (UBA), 1997. has begun to be standardized and to make ev-
odd faces (Faded, 2004). His work also includes (Endnotes) 11 Anchou, Gregorio, “Por un cine de la urgen- ident its clichés. The formal experimentations
videos of a conceptual nature, where the audio- 1 In this sense, Argentine video art would be a cia” (For an Urgent Cinema), unpublished man- that characterized its beginnings have opened
visual aspect is sometimes a way of seeing and discursive field according to the concept devel- ifesto, Madrid, 2003. the way to conceptual formulations that are
at others, a record (I Believe in God, 2007; The oped by Michel Foucault (in The Archeology of 12 Margarita Bali is co-founder, along with sometimes foregone or flimsy. In this way, the
Song I Love To, 2005). Knowledge, Paris, Gallimard, 1969). Susana Tambutti, of one of the most important video art shows up like a mere aesthetic pro-
Video intersects continually with electronic 2 About the construction of this purity and its dance companies in Argentine contemporary duction, which is correct but not interesting,
music, video games and digital culture in gen- artificiality, see my essay “Notes about the Hy- dance, Nucleodanza. alive but without energy. Today, it is taught in
eral. As part of a media-based universe where bridity of Media Art” (included in this book). 13 For more information about this format, see universities and became part of museums and
boundaries become less and less precise, the 3 His preferred literary referent is Roberto Arlt, my essays “Video Dance: Another Bastard in private collections; it triumphs in biennials and
transition of sound and electronic images into present in pieces such as El hombre apocalíptico the Family” (1995), and “Video Art and Vid- art fairs, and begin to be easily adapted to the
information technology encourages exchanges (The Apocalyptical Man, 2002) or El visitante eo Dance in an (Un)Certain Latin America” spectacularization that characterize some trends
and hybridizations that give rise to innovative enigmático (The Enigmatic Visitor, 2003). (2007), both included in this book. of contemporary art.
experiences, like VJ sessions. Some artists, such 4 Andrés Di Tella and Fabián Hofman are the This ambivalent situation possesses its particu-
as Jorge Castro, have discovered this as an une- responsible of one of the key Argentine video --- larities in the Latin American context. Above
qualled space for audiovisual creation that also art works – Reconstruyen crimen de la modelo Video Art and Video Dance in all, because this context is not homogeneous.
offers live, immediate contact with the public. (They Reconstruct Model Crime, 1990) – and of an (Un)Certain Latin America The institutionalization of video art is a fact
For an artist like Jorge Haro, who has utilized documentary short films in the line of authored --- that is only verified in some cities and very
electronic imagery for many years in his con- documentary, such as Guía del inmigrante (Im- specific circuits. Great part of the video pro-
certs, video can at times be a place to exercise a migrant Guide, 1993). Some Di Tella’s personal As it seems to happen everywhere, the current duction circulates through paths less celebrated
certain degree of intimacy (Video 7. Autorretra- works in this same line have entered the com- electronic production phase in Latin America is, at where it builds its own environment and pub-
to [Video 7. Self-portrait], 1997), and at others, mercial circuit (Fotografías [Photographies], the same time, euphoric and critical. On one hand, lic. In some artists’ or activist’s hands, video is
a site for elaborating experiences in sound (Co- 2007; La televisión y yo [Television and I], its institutional recognition has been consolidated, still a means of expression that carries a politi-
tos_05 [Chatter_05], 2006). Estanislao Florido 2002). as greatly expected by the artists who fought for cal discourse, inquisitorial looks and disturbing
uses video to make the history of art and social 5 In that time, “video by artist” was the category exhibition spaces, production means and public questions, as well as testimonial and sharp ap-
conflict work together with video game aesthet- used instead of video art. acceptance during the decades of 1980 and 1990. proaches to the cultural and social reality. This
ics (Cartonero [Street Recycler], 2006), a genre 6 Pulqui. Un instante en la patria de la felicidad Museums and art galleries have opened their quality is, even today, one of its more grateful
that has contributed to the visual formation of (Pulqui. An Instant at Happiness’ Homeland, doors to video works. Art critics look at it, while marks, the one that offers freshness, a certain
several generations. 2007), de Alejandro Fernández Mouján. historical, theoretical, academic and independent identity and a lot of interest.
The field of video has undergone transformation 7 His works has been often exhibited at the 7 TV investigations begin to circulate, strengthening the Even through, it is quite problematic to speak
over the years, becoming more than just a medi- Channel (Public Television). values of a production that it is foreseen mature of a Latin American video art. In the last years,
um that artists turn to on particular occasions. In 8 Expanded Cinema developed during the six- and on-line with the international contemporary there have been multiple intents to disarticu-
an environment that is more technological every ties and seventies is an important exception. circuit. The artists find a road paved towards exhi- late the notion of a Latin America united by a
day, electronic audiovisuals occupy an increas- See: Youngbloog, Gene. Expanded Cinema. bition, and their practices contribute to an integrat- common language and colonial past.1 To this,
ingly prominent place in our history, memory, New York: Dutton, 1970. To know its devel- ed context where the main aesthetic reflections are one may add the scarce intercommunication
interpretation of reality and life itself. Its use has opment in Argentina, see my essay “Argentine formulated in common. that exists in its interior; the effective fact that
configured a particular aesthetic, but it has also Art and the New Technologies” (included in this However, on the other hand, it is equally no- the contact between the countries inside it and
enabled diverse expressions and the elaboration book). ticed the existence of a certain exhaustion of the Europe or the United States, is more frequent
of practices and strategies for investigating, 9 See my essay “Argentine Art and the New medium and its languages. In some way, video than the relationship of such countries among
questioning and confronting the contemporary Technologies” (included in this book). art has become “historical”. It is not only that themselves.
326 However, artists, curators and theoreticians sup- tion technology has been an indelible mark in appealed to irony to approach some political the imaginary universe of a great number of 327
port the strategic need to strengthen the relation- Latin American video art. Today, even when and gender problems. In Del Atlántico con amor people, while alternative social channels don’t
ship among the countries of the region, in order the basic resources are far cheaper, the problem (From the Atlantic with Love, 2003), the artist exist. Traditional means, such as press, radio
to build production and reflection spaces that has not completely disappeared. In most of the gives a bucket full of water from the Atlantic and television, still possess a deep penetration
may provide an artistic and intellectual context countries, the financing conditions for the elec- Ocean to representatives of the Bolivian Navy, in the countries of the region. Therefore, for
to the regional creation. For such, it is necessary tronic works depend on scarce subsidies, prizes evoking the conflict between her country and some artists, the deconstruction of such means
to avoid the use of the “Latin American” term in or production aids, which is a reflection not only Chile, related to the exit to the sea. In Firemen is much more important than the increment of
a descriptive or categorical sense, using it, on the of the local weak economies, but also of their (2001), she utilizes the body of several men as audiovisual wealth. This way, the appropriation
other hand, in a functional or strategic form, to uncertain cultural policies. an abrasive surface on which a series of wax of means and the deviation of cultural images
help integrating – and not to hide – the internal These circumstances, added to the specific so- matches are lit. are still regularly practiced among Latin Amer-
differences, social processes, political and cultur- cio-political conditions of each country, have The use of obsolete technologies or of techni- ican artists.
al issues, roots, histories and singular identities. led to a strategic and critical use of the means, cal basic resources, frequently appear in Latin Colombian José Alejandro Restrepo has worked
With this approach, it is possible then to refer to which is evident in the voluntary option for low- American video art as a form of avoiding re- for a long time with appropriate images from
the Latin American production. Many regional tech technologies3 – that doesn’t only meditate fined images and sophisticated languages, thus television. His work is centered on religious rep-
projects have been implemented and continue about the situation in Latin America but also granting a bigger relevance to the discursive resentations and politics’ media coverage, with
to be generated departing from this perspective. questions the fascination for high technologies effectiveness of the pieces. In the video Ati- the purpose of revealing the deep roots that both
In fact, video art has benefited from local stra- of the central countries – for the development of panakuy (1999), by Álvaro Zavala, simple chro- possess in the Colombian society. For his video
tegic ties. The numerous festivals dedicated to a strong commitment with social and political ma-key effects are enough to throw a reflexive Iconomía (Iconomy, 2000) – a piece composed
the electronic creation in Latin America have topics. In fact, this last slope has strong roots in and poetic look on the current Peruvian youth by two parts, Iconofilia (Iconophilia) and Icono-
always granted a great importance to the need of the history of local cinematography and visual and their relationship with the Incan inheritance. clastía (Iconoclasm) – he appealed to the televi-
showing the region’s works, not only due to the arts, and it is one of the most recognizable marks When confronting both realities, the artist pro- sion news as well as to soap-operas to reveal the
idiomatic community but mainly because of the of Latin American art. motes a reflection about the difficult persistence form in which they promote images of love and
similarity of the socio-political production and Low-tech productions have usually leaned to- of local traditions in a world increasingly glo- hate, as a means to manipulate what they carry
circulation contexts. Most of those festivals base wards irony and other critical perspectives. The balized. The Colombian group Quiasma has de- on: identity, cultural inheritance, public opinion,
their structure on the contacts between curators video installation 28 Round, Lugar, Este, Es- veloped a project based on video documentaries social speech, popular beliefs, etc. His last vid-
and artists and do not seek institutional supports. trategia (28 Round, Place, East, Strategy, 1998- focused on the singular diversity and fragmented eo, Santoral (Calendar of Saint’s Days, 2005),
This way, producers continue to be who deline- 99), by Ricardo Lanzarini, for example, makes reality of their country. Divided between regions is a deeper exploration of the different forms in
ate the circuit of Latin American video art. an ironical reference to kinetic sculpture4 as well that are controlled by the government and big which the Catholic rites are presented in televi-
After these premises, what follows constitutes as to the utopia of technological progress, also extensions controlled by the guerrillas, the Co- sion – from popular celebrations to sensation-
a possible panorama of the Latin American evoking the Uruguayan political history. The lombians hardly possess an integrated portrait of alist exhibitions – by analyzing the persistence
electronic production, voluntarily incomplete piece is composed of a fixed bicycle connected their own territory. With this situation in mind, and reinforcement of religion through the media
and partial. to a luminous and fragmented poster that exhib- the members of Quiasma produced small videos as well as the growing power of both within the
Video art possesses a solid tradition in Latin its Lenin’s sentence “Communism is socialism and took samples of the sounds of multiple par- Colombian society.
America, although the electronic technology was plus the electrification of URSS”, the only defi- ties and rituals carried out in the country, with the Video art occupies a consolidated space in Latin
really accessible in the 1980’s.2 The influences nition of communism that the artist found in his purpose of creating a complex local cartography America, although in the last years a displace-
of the pioneer productions were of very diverse native Uruguay during the military dictatorship based on the traditions and cultural marks that go ment have taken place from mono-channel vid-
nature: visual arts, experimental cinema, televi- of the 1970s. His compatriot Martin Sastre cre- beyond the political fragmentation. The video is eos to video installations. Nevertheless, many
sion, cinema novo, Third Cinema, documentary. ated the Martin Sastre Foundation for the Su- thus transformed into the means that allows re- activist groups still appeal to video to unveil the
Although there is not a direct derivation from perpoor Art (2002), a false foundation that may constructing the local identity in the middle of a distortions of the social weave, making of po-
these means and aesthetics towards video, its be accessed through the Internet, which suggest- turbulent context. litical exploration one of the key paths of local
contribution should be recognized, in particular ed to the international collectors the adoption of The production and social circulation of texts, video art. Political issues must be understood in
concerning the experimental poetics or social a Latin American artist, as a form of contribut- sounds and images are a constant concern of a truly wide sense. Somehow, it could be said
critics that can be found in early video art. ing to the development of contemporary art in Latin American video artists. Some of them are that Latin American video art is and has been a
The difficulty to access to the required produc- the region. Bolivian Narda Alvarado has also particularly interested in how the media builds laboratory of experiences that looks for the re-
328 hearsal of different forms of artistic discourses tions, to take it there where life is. During the for the camera, in electronic support), and mul- ruvian maidservants, who move through the 329
as they articulate with the political one, or may decade of 1990’s, he used to send small videos timedia dance (pieces where a dialogue between terrace of a building while they remember their
be considered a political discourse itself. by e-mail with the title “Be happy, watch vid- dance and video is produced within a scenic en- life history.
Some Chilean works are paradigmatic of such eo”. For the last Mercosur Biennial (2005) in the vironment). The division was simply functional A common element in video dance is the aban-
intention. In a country where the man who was city of Porto Alegre, he created a suit made of but allowed the perception that the relationship donment of the theatrical stage. The dialogues
responsible for the death, torture and people’s wireless technology to project videos on walls between dance and video is not univocal. with nature or the formal relationships with
disappearance during the 1970’s, didn’t obtain and buildings. During the nights, the artist inter- The most problematic difference is usually that architectural spaces are motives of frequent ex-
a judicial condemnation, where most part of fered in the city with video images by creating which separates video dance from the documen- ploration. Among the first ones, Arena (Sand,
the population and governmental classes try to all kinds of confrontations, as when he projected tation of a choreography. It is known that the lat- 1998) and Agua (Water, 1997), by Margarita
erase any memory of those years, the insistence images of people kissing in a prostitute’s work- ter only records a preexisting dance. However, if Bali, Por onde os olhos não passam (Where the
of Edgar Endress, Guillermo Cifuentes, Claudia place. In the summer of 2007, a group of public the framing, the diversity of points of view, the Eyes don’t Pass by, 2003), by Paulo Mendel, or
Aravena or Lotty Rosenfeld to remember those buildings of Buenos Aires were equally reached edition of “time outs”, and other modifications Cavillaca (1991), by Peruvian Luciana Proaño,
facts should not be understood as an aesthetic by giant video projections.5 Different artists dia- introduced by any standard video reconstruction should be mentioned; among the architectural
inquiry, but mainly as a political declaration: an logued with the public space by creating a series are taken into consideration, it is clear that the studies: Fliess Gleichgewich (2002), by Andre
affirmative support to memory in a country that of specific pieces, many of which had a conflict- mere video documentation doesn’t exist. On the Semenza, or Montevideoaki (2005), by Miguel
struggles to forget. ing relationship with the place they occupied. other hand, some video dance pieces are based Grompone and Octavio Iturbe.
Historical controversies are a motive force of Due to its malleability and flexibility, video eas- on a previous choreography or even reconstruct Latin American video dance seems to be par-
Latin America video art. But urban stories, the ily adapts to multiple spaces and situations. By the entirety of a dance without disturbing it: a ticularly sensitive to domestic and intimate en-
particular configuration of the cities and their dialoguing with the rest of the arts, it has gener- paradigmatic case is Duet for Camera (1996), vironments. For some strange reason, a consid-
inhabitants, the civic rhythm and their intrin- ated a series of hybrid proposals, as video instal- by Amy Greenfield, where the camera travels erable number of works happens in bathrooms8
sic conflicts are also other important sources. lations, multimedia theatre or video dance. The through the naked bodies of the dancers while and bedrooms. Contrary to some European and
At moments, such look at the city acquires the latter had an unusual development in the Latin they dance, without moving away from them in North American pieces, of great unfold, local
pulse of a very particular violence, like in A American territory. From the decade of 1990’s any moment, and without any edition. creations prefer the enclosed spaces. It would be
minha alma (My Soul, 2000), by Katia Lund, on, its production has been continuous and in- Maybe one of the most common inconveniences incorrect to think that this is due to a budget-
the story of a confrontation between policemen creasing, being promoted by a group of specific is to take the term video dance in a literal sense, ary reason. Rather, it seems to be a special in-
and residents of a poor neighborhood of Rio de regional festivals.6 to suppose that video dance is video + dance, terest for the details, the small movements, and
Janeiro that culminates in a tragedy triggered To characterize the video dance of Latin Amer- or even the sum of video possibilities as well as the rescue of the minimal. In Temblor (Tremor,
by a misunderstanding. In other occasions, the ica is much more difficult than to do so in rela- those of dance. This thought is the result of a 1993), by Silvina Szperling, there is a succes-
look at metropolises can include some poetry tion to video art. Above all, because the video nominalism that is difficult to eradicate (even sion of abdominal movements that shows a dy-
accents, like in Framed by Curtains (1999), dance gender – in case it is a gender – generates when we don’t expect to see cubes in a cub- namics inaccessible to the traditional theatrical
by Eder Santos, a lyrical inquiry of the urban controversies. In great measure, video dance has ist work, for example). Moreover, although it viewer. In Wedding Day (2004), by Florencia
landscape of Hong-Kong. Many Argentine developed from its own practice, and has been seems an absurdity, video dance exists “with- Varela, a pair of hands plays the action. In these
artists have preferred to explore wild or rural unaware of definitions and rules. Even its name out video” and “without dance”. Many pieces cases, the alliance with the video finds all its
landscapes maybe to counteract the madness is still uncertain: North-Americans prefer the are shot on film, or they are carried out in vid- potential, and the framing becomes a choreo-
of the big cities. Paradoxically, the wide natural domination “dance for the camera”, while the eo but with a strict cinematographic language. graphic ally. Edition is another big ally. In most
extensions of Argentina have given to a great producer and theoretician Douglas Rosenberg In other pieces, neither nobody “dances” nor cases, it is responsible for building the final cho-
number of introspective pieces, as Un tiempo (A has proposed – following Noel Carroll – the produce movements that may be identified as reography that is fundamentally a choreography
Time, 2003), by Milena Pafundi, Estudio para term screen dance.7 “dance”. Sometimes, the edition generates the of the gaze.9 The succession of images builds
horizonte en plano general (Study for Horizon The first International Video Dance Festival of movements that conform the “dance”. In 1999, rhythms, movements and dynamics, even start-
in Wide-angle Shot, 2003), by Federico Falco, Buenos Aires (1995) intended to consider the re- the jury of the V International Video Dance Fes- ing from stillness, a non-choreographic activity
or Uyuni (2005), by Andres Denegri (shot in the lationship between video and dance from a triple tival of Buenos Aires granted the first prize to or fragmentation. In Île 2 (Island 2, 2005), by
homonymous Bolivian city). perspective: documentaries and dance records Heroica (Heroic, 1999), by Silvina Cafici and Venezuelan Simona da Pozzo, dance is built by
One of Mexican Fernando Llanos main con- (where the video is a tool for documentation), vid- Gabriela Golder, even recognizing that nobody means of the edition of the changes of two danc-
cerns is to take video away from the institu- eo dance (choreographies especially developed danced in it. The work presents a group of Pe- ers’ positions, located inside two cubicles drawn
330 on the floor. The edition can also reconstruct a Me (2002), by Alejandro Areal Vélez and Andrea 4 Kinetic art had a great development in Latin In 1966, after a brief stay in the United States, 331
fragmented choreography, as it is the case of Racciatti, which is slowly transformed into a sign America through the works by Jesús Soto and the Argentine artist Marta Minujín came to Bue-
Montevideoaki, where the succession of images of violence and oppression. Carlos Cruz Diez in Venezuela; Julio Le Parc, nos Aires with a project she had jointly schemed
restores the continuity of a group of dispersed Finally, we should also mention some incursions Martha Boto, Gregorio Vardánega, Horacio up with two colleagues, the North American Al-
movements within the urban space. into the local music as being a characteristic García Rossi and Hugo Demarco in Argentina; lan Kaprow and the German Wolf Vostell. The
Digital edition favors non-lineal structures. The of this production. Although video dance is an and Abraham Palatnik in Brazil, among others. plan was for a global collaboration: each artist
possibility to work in the simultaneity is added experimental practice, bound to contemporary 5 In an event organized by the Government of would design a happening to be carried out si-
to the succession of the images, thus causing a dance and music, it is not uncommon to find Latin Buenos Aires curated by the author of this essay. multaneously in the country he or she was from,
convergence of different electronic layers. A piece rhythms in it, either as a native touch or as an iden- 6 Mainly, the International Video Dance Festival and the whole event would be intercommunicat-
like O en cualquier otro lugar (Or in Any Other tity mark. Works such as Navio Negreiro (2006), of Buenos Aires (since 1995), the International ed by satellite hook-up.
Place, 2004), by Miguel Grompone, highlights by Eliza Kapai and Mestre Dedeco, or Linda Video Dance Festival of Uruguay (since 2002), For this occasion, Minujín intended to put
the associations produced by working with two Manera (Nice Manner, 2003), by Sofia Mezza, and Dança em Foco (Dance in Focus, since 2003). into practice the theories of Marshall McLu-
simultaneous images, while in Las palabras (The certify that. No doubt, video dance is much more 7 See: Rosenberg, Douglas, “A Manifesto for han she had recently discovered. Her propos-
Words, 2006), by Paulina Vielma and Magnus than video + dance. It is a field of audiovisual re- Screen Dance”, Dance on Camera Journal, al, Simultaneidad en Simultaneidad [Simulta-
Rasmussen, simultaneity takes place preferably search, conceptual exploration, and narrative de- Dance Films Association, New York, Vol. 2, neity in Simultaneity], consisted of creating
by overlapping, exploring the confluence of im- velopment. It is a means that projects video and March 1999. a multimedia environment saturated by the
ages in the deepness of the scene. Argentine Jorge dance possibilities, but also an arena for reflection 8 It is incredible the number of video dance piec- era’s communication technologies, with the
Castro adds the digital manipulation to all these and the construction of identity. es staged in bathrooms. Some of them are: El ter- aim of creating a simultaneous, instantaneous
resources. In his pieces, he shows that dance is ritorio (The Territory, 1996), by Paula de Luque media invasion of the public. For this pur-
only another composing element, which is at (Endnotes) and Jorge Bernard, Interior, baño, noche (Interi- pose, she equipped the auditorium of the Di
the same level as that of music, words or imag- 1 See José Jiménez y Fernando Castro (eds). or, Bathroom, Night, 2004), by Daniel Böhm and Tella Institute in Buenos Aires – the site of the
es. Typically, the artist’s works dismantle a dance Horizontes del arte latinoamericano. Madrid: Mariana Blutrach, Dos ambientes (Two Rooms, happening – with 60 television sets, an equal
and uses its fragments to assemble his own audio- Tecnos, 1999. 2004), by Guiye Fernández and Rodrigo Pardo, number of transistor radios, slide projectors,
visual composition, based on a new rhythm and 2 Even when video cameras begun to be com- Baño público (Public Bathroom, 2003), by Edu- movie and still photo cameras, speakers and
formal structure. mercialized by 1965, they arrive to Latin Ameri- ardo García, Esfolada (Peeled off, 2004), by Hen- voice recorders. The result was a complex
Video is equally a support for many narrative gen- ca during the eighties. There are a few historical rique Rodovalho and Klever Damaso, Process multimedia environment intervened in by
ders, and video dance has not been unaware of surveys on Latin American video art. Most of 5703-2000 (2001) by Mara Castilho. photography, television, mailing, radio and
such quality. Many artists incorporate stories or its them are circumscribed to particular countries. 9 See my essay “Video Dance. Another Bastard even a transmission by satellite.2 The global
fragments by multiplying the semantic potential See: Mello, Christine. “El videoarte en Brasil y in the Family” (included in this book). event was conceived for October of that year.
of choreographies. This narrative quality allows to otras experiencias latinoamericanas: 1970-1980”, However, both Kaprow and Vostell sent her
transcend the strictly audiovisual attractiveness of en Sichel, Berta (ed). Primera generación. Arte --- letters apologizing for being unable, in their
video dance and to explore its potential to embody e imagen en movimiento [1963-1986]. Madrid: In Praise of Low-Tech respective countries, to come up with the nec-
stories, events or even to reflect about social, politi- Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, --- essary technology to carry out the plan; in ex-
cal and cultural realities. The most recent works by 2006; Alonso, Rodrigo. “Hazañas y peripecias change, they sent two very simple proposals
Silvina Szperling follow such path. In Szis (2005), del videoarte en Argentina”, in Cuadernos de I’m having an identity crisis in front of my low- to ensure their participation.
she investigates her family history and helps recov- cine argentino. Cuaderno 3: Innovaciones es- rider “Chevy 69” Today the state of technological scarcity in the
ering the memory of different female generations. téticas y narrativas en los textos audiovisuales. laptop – the worst in months… Argentine art scene is so pronounced, the mere
Cornucopia (2002), by Marcelo Evelin, revisits the Buenos Aires: Instituto Nacional de Cine y Ar- (In the) megalopolis of my conciencia, words mention of this episode seems like a sick joke.
myth of fauns, although from a parodic perspective. tes Audiovisuales, 2005; Charalambos, Gilles. like “alternative,” Keeping the main prizes up to date – trans-
As a contemporary means, video also encourages “Historia del videoarte en Colombia” (online); “peripheral” and “marginal” formed into “Salons without Disciplines” (sic)
a conceptual approach. In Las palabras, the danc- Aguerre, Enrique. “NUVA. Núcleo Uruguayo de lost their meaning and moral weight a long –, far from freeing them from having to require,
ers have some words written on their bodies that Video Arte” (online). time ago. for instance, that the artists themselves must
strengthen the opposition man/woman. The same 3 See my essay “In Praise of Low-Tech” (includ- come up with the technological devices they’ll
thing happens with the use of red lipstick in Kiss ed in this book). Guillermo Gómez-Peña & Roberto Sifuentes1 need to show their work – computers, televi-
332 sions, projectors, video projectors –, has, in ad- subaltern propositions. Any discourse generated ture, created in the centers, operates as an oper- The conscious option of low-tech formulates a 333
dition, reached the point of expecting them to from a periphery is not necessarily a discourse ative metaculture in the world today.” Neverthe- forceful questioning of the political and aesthet-
take responsibility for turning on, switching off about the periphery, much less a peripheral dis- less, “the Western metaculture – with its possi- ic superiority claimed to be grounded in techni-
and correctly running whatever devices they use course. Its modulations affect, above all, the en- bilities for global action – has become a para- cal predominance. Taking off from rudimentary
throughout the exhibition. tire discursive system – as the basis of every sys- doxical medium for asserting difference and for or superannuated technologies, low-tech works
What happens in Argentina may not differ much tem, it is the interrelation between its parts– gen- rearticulating the interests of the subaltern field stress the aesthetic discourse, eluding seduction
from what goes on in the rest of Latin Ameri- erating proposals which the centers themselves in the postcolonial era.” In view of which, the and the expiration dates of the hardware that
ca, with the honorable exception of some few need to consider. In some sense, the peripheries Cuban critic suggests: “The alternative would have made of so many work in the history of art
countries – or, to be more specific, some cities have the best chances of “critical distance” with be to make contemporaneity out of a plurality of and technology, mere formal intents, unable to
in some few countries, since one of the typical respect to the centers. It is no accident that their experiences, which could serve to transform the survive the march of time.
paradoxes of contemporary technologies is to be voice should be come back to whenever the cen- global metaculture. I’m not referring solely to Why is there so much feedback and image ap-
at once global and unevenly distributed. And al- tral system enters into crisis and needs a self-ex- processes of hybridization, resignification and propriation in Latin American video art? Why
though there exist numerous and accurate anal- amination in order to be able to carry on. syncretism, but to orientations and interventions are the web pages produced in the region so nar-
yses that prove the impossibility of speaking of It is a fallacy that only from technical possession in the global metaculture from subaltern posi- rative? If they are analyzed in depth, it is easy to
Latin America as a homogeneous and coherent can one reflect on the social and cultural impact tions”.4 In fact, the technical media are adequate see how, in most instances, these characteristics
entity, it is certain that this precarious techno- of the technological order. If one understands and legitimate tools for constructing this alterna- are the outcome of aesthetic options, not of tech-
logical distribution, added to the difficulties of the interdependent logic of the whole circuit, it tive contemporaneity. nical limitations. What is more, technological
access and meddling in the developments of is easy to see how the relations of art with tech- On the path toward reformulating the techno- fascination incorporated impulsively and often
applied science, unites the region, situating it in nology are defined both from within and from logical universe from a subaltern positioning, acritically is apt to be the basis for failure in the
a derivative position vis-à-vis the nations that without. Much like Donna Haraway’s cyborgs the least interesting and definitely unworkable creations of least interest.
conduct primary research. – those perfect hybrids of man and machine – way is to take on the technological deficiency At this point, it would not be unsuitable to re-
This unequal distribution and its political and our reality of “incompletely” achieved beings in as a lack. The real challenge is, on the contrary, call that the origins of video art as an artistic
social consequences – the concentration of technics is also indebted to “militarism and pa- to see how one can keep a discursive posture of expression are bound up with critical and coun-
power, the widening of the gap between those triarchal capitalism, not to mention state social- one’s own in the terrain of art and technology tercultural stances, with the questioning pro-
who can have access to technologies and those ism.” And much like them, we find ourselves from a marginal position and an inevitable real- posals of groups such as Fluxus, Guerrilla TV
who don’t manage to do so, technological “il- faced with the alternative of being disloyal to ity: that of the hypertechnologized and techno- and the founders of performance art. For years,
literacy,” work and social marginalization – our imposed origin, “(for bastards,) fathers, after logically dependent universe of contemporary artists such as Nam June Paik and Wolf Vostell,
constitute one of the most pressing grievances all, aren’t essential”.3 art circuits. combative, all but forgotten groups such as Vid-
in our countries, in an era in which the global Adopting this position affords us the concrete In this way, and from the concrete perspective eofreex, Raindance or TVTV, and performers
reconfiguration on the basis of technological possibility to situate ourselves in the inter- of Latin American art, it is time to recognize and of the stature of Vito Acconci, Bruce Nauman
ownership sets the pace of the world’s politics national panorama with a stance of our own, value one of the most salient traits of its produc- or Martha Rosler, created the foundation that
and economics. with a clear-cut, productive effect. After all, for tion: its permanent recourse to low-tech systems, helped shape the appropriation of video as an ar-
For this reason, the relation between art and tech- some time now the borders between center and to the appropriation and basic distortion of me- tistic practice. With the exception of Paik, none
nology in Latin America cannot be conceived in periphery have ceased to be precise. How, oth- dia images, to working with the trash and cast- of them had interference in the development of
other than political terms. Any proposal of this erwise, do we explain that Chinese is the most offs and malformations of technics. It is time electronic technology;5 nonetheless, any esthet-
sort produced in the countries of this region bears spoken language on the planet? The meteor- to refer to low-tech as a legitimate practice that ic consideration of video art cannot dispense
with it implicit tensions between the Western ic rise in the number of Web pages in Spanish generates a discourse as committed to thinking with their names, their works and their formal
paradigms forged in the heat of technological on the Internet over the last years points to the about state-of-the-art technologies as that pro- and conceptual investigations.
expansion and the inescapable reality of local Spanish-speaking community’s determination duced in the centers in which those technologies The precedence of Nam June Paik is especially
economies and cultures, derivative and margin- to assume its place in the network of relations come into being, and that proposes equally valid key in relation to the critical possibilities of low-
alized. The demand that we ask ourselves about ushered in by the Web, manifesting, in turn, a esthetic and philosophical questions in order to tech, even if we consider his mega-video-instal-
our place in this world is not something optional, discursive potential we know to be decentraliz- understand, in its full dimension, the status of lations, whose technical lavishness don’t seem,
it is a necessity. ing and disruptive. art, and even of the human being and life, in to- on first sight, to fall within the category “low.”
The possible responses are not, however, simply According to Gerardo Mosquera, “Western cul- day’s para- and post-industrial societies. That Paik was a Korean artist transplanted to the
334 West is an important fact for understanding his aged pieces due to the expiration of its technical he sets in motion through subtle displacements tation of Luis Fernando Benedit or the ener- 335
distanced and ironical view of the technologi- components. In his mega-video-installations and a great economy of means. getic systems and circuits of Victor Grippo in
cal paraphernalia he uses in devising his works. – which managed to include as many as 1,003 These two precedents have entered unevenly Argentina. The work of the later reverberates
This distancing places him very much at the TVs9 – the artist eludes technological attraction into the Latin American milieu, yet it may not as a metaphor for the generative capacity of
center of debate about the relations of technol- once again by transforming the TV sets into be inexact to claim that their repercussion has an alternate discourse from out of a regional
ogy with society and culture. However common modules of a purely decorative composition. been decisive.10 Nam June Paik’s influence reality, in its use of the potato – an originally
his contrarian or indifferent statements are con- Stripped of their communicational value – if is perceptible in the recycling of audiovisual Latin American crop that spread throughout
cerning the technical status of his works – one of ever they had it – they appear to be superfluous fragments, the feedbacks and the unblinkered the world – as source of a reflexive and auton-
them being “I use technology in order to hate it elements to a society allegedly marked by the use of technology; reference to Muntadas can omous production.
properly” – it is certain that the critical character supremacy of the media. be traced in the appropriation of images and The current situation, with the introduction of
of his work puts him in a privileged situation in With these displacements, made from a corro- the analytic vision that tends to approach the digital tools, bears similarities to the one of
the history of technological art. sive place of questioning, Paik reminds us that, media from ideological and political consid- thirty years ago. The possession of the mass
His first robot, K-456, made out of industrial de- like all social products, technological ones are erations. media, despite the efforts of Guerrilla TV
bris, posits a technicistic paradox: in the face of historical and respond to ideological structures In any case, this repercussion has occurred groups to democratize them, remains in the
certain utopian politics that foretold the replace- and precise policies. Technology is not an a pri- because in the countries it reached there exist- hands of political power, and the digital media
ment of human labor by that of robots, based on ori of human existence and its possession does ed the breeding ground on which it could take that follow after them don’t appear to have a
the formula “every robot will replace the labor not obey the laws of natural selection of the spe- on all its meaning. The first groups of video much different fate, although we’re still liv-
of four men”,6 Paik creates an automaton that cies. Its determinations – from its functionalism makers were, almost invariably, critics of the ing in the initial euphoria – also similar to that
operates from four remote controls, meaning to its manipulative character – can be examined, supremacy of the media, of the political pow- of video in its beginnings – of democratiza-
that it takes four people to function. The clumsi- relativized or reversed. His body of work guides er residing in them – especially in those coun- tion and full access to the virtual space of the
ness of its actions – which will give it the lead- us in the thorough understanding of this fact. tries in which the democratic systems had Web. Record companies have tried to make
ing role in the first accident of the 21st century7 For his part, with an interventionist attitude and been replaced by authoritarianisms – and by economic power much more efficient in con-
– removes technology from the imaginary of a sharp analysis of the deep mechanisms that societies anaesthetized by their effects; they trolling spaces like the Internet, in managing
“high efficiency,” calling attention to more ba- feed media logic, [Antoni] Muntadas is anoth- also took part in the counterculture and in the to disconnect a site for sharing Napster files,
sic issues, such as the relevancy of the paradigm er role model in Latin America’s art production. critical-philosophical movements that started which threatened its interests. Commercial
of constant technological development. Since it Unlike Paik – known in the countries of this re- to question not only the aesthetics but also the advancement on the Web is transforming it
isn’t just a matter of debating the impact of tech- gion through reports and a few scant exhibitions politics and ethics in play in the possession into a sort of television à la page. Many pages
nology on the social and ultimately on the hu- – Muntadas has visited various cities in Latin and exercise of technology. already force users to visit the sites of their
man, or the ideology of the panacea of comfort, America ever since the ‘70s. In that time he has In the broader terrain of the relations be- sponsors before they’re granted entry. And the
but rather of asking oneself about the necessity created – and maintained – a fluid network of tween art and technology, there likewise day doesn’t seem too far off in which the flow
and limits of the technologization of existence, contacts with the artists of this territory, in which have existed local antecedents of major im- of information will be interrupted by com-
an often acritical motor that governs the demand his work is widely circulated. portance, both within the modern tradition mercial breaks.
for scientific advancement. A fair number of his earliest pieces are based on of scientific optimism – the works in neon With the exception of some few independent
Paik’s later robots, made with ancient television appropriation of television images. In his work of Gyula Kósice and Lucio Fontana, and the centers, the bulk of technological research
sets, bring attention to another aspect usually – as in Paik’s – production of audiovisual mate- kineticism of Julio Le Parc, in Argentina; the today is geared toward commercial applica-
evaded in considerations of technology: its fate rial is accessory. His interest is directed, instead, machines and environments of Roberto Mor- tions. One of the most original settings for de-
of obsolescence. Here he questions it as a mani- toward minute analysis of the configuration of iconi, Efizio Putzolu, Mauricio Salgueiro and velopment is being shaped by the electronic
festation of the “future of the present” – as Vito formats and the ideological proceedings put Abraham Palatnik, and the computer art of game corporations. Recently in Japan, they
Acconci did in his acute essay Television, Fur- into practice in and through the mass commu- Waldemar Cordeiro, in Brazil11 – as well as restricted export of a game simulating war
niture and Sculpture: The Room with the Amer- nications media. From videos such as Credits or the critical, questioning vein established after strategy which operates with real parameters,
ican View8 – in order to show up what happens Cross Cultural Television, to his recent interven- it – the videos of Raúl Marroquín and Jonier out of fear that it might be copied by the defense
more often by virtue of the very race of technol- tions on the Internet – The File Room and On Marin in Colombia; those of Rafael Hastings organizations of foreign governments and ap-
ogy: its permanent entry into the past. In resist- Translation: The Internet Project – he maintains in Peru; the useless machines of Edgardo An- plied to their military operations.
ing its seduction, Paik eludes the fate of many a watchful view of media constructions, which tonio Vigo, the pseudoscientific experimen- If we keep in mind this panorama, it is clear that
336 any incursion into the area of art and technol- in this area comes as no surprise: it is the most in foreign spheres. From the reformulation of in Druckrey, Thimothy (ed.). Ars Electronica: 337
ogy should be formulated not only in terms of economical and accessible formats that allow European pictorial models in light of local tradi- Facing the Future. Cambridge (Ma.): The MIT
hardware and software, but also, in an analytic exploration of the digital universe. Nonethe- tions in colonial Peruvian painting, to the appro- Press, 1999.
key, criticism and even strategy. And this is es- less, remarkable developments do exist in other priations in the ‘80s encouraged by theories of 2 A detailed description of the event can be
pecially important because access to the pairing media, mainly in the use of the virtual reality postmodernity, by way of Oswald de Andrade’s found in: Kirby, Michael, “Marta Minujín’s
hardware/software appears to be complicated system for Internet VRML – relegated by the Anthropophagic Manifesto and other key pe- Simultaneity in Simultaneity”, The Drama Re-
and furthermore assumes ethical or political po- centers of high technology – in the works of the riods of regional art history, these procedures view, Vol. 12, Nº 3 (T39), Spring 1968, pp. 148-
sition-taking. Brazilians Gilberto Prado and Suzete Venturelli, have been permanently allied with questioning, 152; and Verón, Eliseo, “Sobre Marta Minujín.
The strategic option of low-tech constitutes an and the Venezuelan Luis Astorga, all of whom reflective propositions. Un happening de los medios masivos: notas
original response to this situation. The word have managed to strengthen it by linking it up Contemporary works in this vein have lost noth- para un análisis semántico”, in Masotta, Oscar
strategy may be the best approach to the case with local features. ing of that critical character. The splendid anal- et.al. Happenings. Buenos Aires: Julio Álvarez,
of the artists who produce in the technological For the electronic installation Atari Noise, the ysis of the power of images in Iconomía [Icon- 1967.
centers or with access to sophisticated technical Mexican Arcángel Constantini turned to the ob- omy] (2000), by the Colombian José Alejandro 3 Haraway, Donna, “A Cyborg Manifesto: Sci-
means and who, nevertheless, emphasize their solete technology of Atari’s recreation machines Restrepo, is based on television fragments ap- ence, Technology, and Socialist-Feminism in
marginal position and problematic inclusion as a form of appeal to collective memory. This propriated almost without any manipulation. the Late Twentieth Century”, in: Simians, Cy-
in such a circuit, as is the case of Guillermo work, however, takes on a further dimension From a more ironic, yet no less political, stance, borgs and Women: The Reinvention of Nature.
Gómez-Peña & Roberto Sifuentes, or the Zapa- if we bear in mind that it was executed for the the Argentine Hernán Marina adopts the iconog- New York: Routledge, 1991.
tista activists who appropriate from the Internet Interferences festival, an exhibition organized raphy of corporate training courses in his fierce 4 Mosquera, Gerardo: “Robando del Pastel
out of a stance of disruption. by a French institution with local and “Third diatribe against the systems of the economic Global. Globalización, Diferencia y Apropi-
At the opposite extreme, almost minimal, hyper- World” artists. In this context, and amid the construction of reality driven by consumer pol- ación Cultural”, in Jiménez, José & Castro, Fer-
local, proposals undermine, through their inti- massive financial investment that tends to turn icies. nando (eds.). Horizontes del Arte Latinoameri-
macy, their localism and their radical nature, a the event into a high-tech spectacle, Constantini The variety and depth of the offerings in the low- cano. Madrid: Tecnos, 1999 (Spanish).
circuit dominated by the logic of globalization, counteracts the general innocuousness of most tech vein in Latin America is extremely broad, 5 Maybe because these first works were not
elimination of regional traits and stylistic ho- of the installations with a work that is very sim- rich and productive. Approached as a critical, based on technological innovation per se, but
mogenization. Works such as Sangre Boliviana ple, yet by no means nostalgic, poor, yet with conscious and premeditated critical strategy, its on an autonomous aesthetical discourse, most of
[Bolivian Blood] by Lucía Grossberger-Mo- profound connotations; a reflection on memory, relations with high-tech and its reflexive charac- them keep their critical and questioning power.
rales, or Juego de Estafa [Con Game] by San- the periphery and technology, which is consti- ter in relation to the crises and paradoxes that the Wouldn’t we want to destroy our television after
tiago Echeverry, must be understood not just by tuted in a political position-taking toward the course of technology in Latin American coun- a long time in front of it – as the group Ant Farm
way of their assertion of identity and memory, festival itself, and which embodies to perfection tries presents are patent and precise. does it in Media Burn (1975)? Does television
but their opposition and differentiation from a the words of Robert Morris when he said that The task remains, up to now, incomplete and provide today a more efficient communication,
circuit based in aesthetic in-difference, concep- simplicity of forms does not imply simplicity of fragmentary, to connect these expressions with or has given away of broadcasting anodyne, su-
tual vacuity, surfeit and boredom. The person- experience. the pioneering labor of numerous artists who, perfluous and decorative images, as Nam June
al and the communitarian create the bases of a The work of Sammy Cucher, a Venezuelan of from this same territory, took part in the ex- Paik foresaw?
different relation with the viewer, more intimate Peruvian origin, and the North American An- pansion of the boundaries of art at the hands of 6 According to the artist, the idea of building
and less unstable, which tends to generate ties thony Aziz, is likewise founded on minimal emerging technologies. Whenever this occurs, this robot came after listening this sentence in a
and commitments. The other face of the Inter- interventions. Their photo manipulations, which it may come as no surprise to note that in the radio interview to a Scientist.
net’s vacuity is found in the cybercommunities, eliminate the identity traits of their models, turn- universe of technological art, expansive and pol- 7 Robot K-456 enacted the action First Accident
spaces of common belonging to a group with ing them into anonymous bodies, make clear yphonic, there exist familiar voices that call out of the 21st Century (1982) at the entrance of the
shared interests. Outstanding in this vein is the how easily technology threatens the category to us, which rally and empower us. Whitney Museum of American Art during a ret-
work of the Uruguayan Brian McKern, who of the human in making use of a basic tool like rospective of Nam June Paik’s works.
from his Internet site Objetos Virtuales [Virtual Photoshop. (Endnotes) 8 Acconci, Vito, “Television, Furniture and
Objects] propounds links among the countries of Intervention and appropriation practices go far 1 Gómez-Peña Guillermo & Sifuentes, Roberto, Sculpture: The Room with the American View”,
Latin America. back in Latin American art as strategies for anal- “Fragments from «Borderspace 2000». From in Hall, Doug & Fifer, Sally Jo (eds.). Illuminat-
The proliferation of CD-ROMs and Web pages ysis and resignification of discourses produced «The Chicano State Department Chronicles»”, ing Video: An Essential Guide to Video Art. New
338 York: Aperture/Bay Area Video Coalition, 1990. characterized by a flagrant theatricality. The construction of dreams and fantasies, in the appears in video, mainly in the one that holds 339
9 In the work The More, The Better (1988) pro- disinterested and timeless experience of the elaboration of fictional stories, and even in the a performative character. Facing the camera,
duced for the Olympic Games in Seoul. aesthetic tradition was thus being replaced by development of a documentary line in which the performer strives to involve the audience
10 In the essay “Videoarte en Colombia” (pub- an ordinary quality, very close to the viewer, the viewers can see a reflection of their real- emotionally and psychologically, and aspires
lished in the catalogue of the I French-Latin incapable of transporting him to a transcend- ity and time. However, its structure is prem- to diminish the distance between both by act-
American Festival 0f Video Art, 1992), Gilles ent state of feeling. Well on the contrary, it ised on the creation of an other space, a place ing as if there were no separation between the
Charalambos points out the impact of Nam June was perpetuating his being in a worldly state, where everything happens beyond the viewer, space inside and outside the screen. From the
Paik’s installation Video Garden when it was ex- refusing him the aesthetic elevation that the following narrative schemes that isolate him outset, this does not eliminate the real border
hibited in Bogota in 1976; José Carlos Mariátegui fine arts constructed for centuries. from his immediate context and transport him between both worlds; on the contrary, it makes
reminds the presence of Paik and Muntadas at The Minimalist artists were the first to wel- to the realm of illusion. it explicit, prompting a reflection on image, rep-
the first video art exhibition in Peru in 1977 (in come the critic’s words. Their goal had been On the other hand, video art has often resentation, the place of the viewer and the act
his essay “Videoarte-Electrónico-en-Perú”, pub- to exceed the limitations of the art field by ap- searched to break the barrier of the screen and of reception.
lished in La Ferla, Jorge (comp.). De la Pantalla proaching the aesthetic experience of every- to pose electronic space as a continuation of
al Arte Transgénico. Buenos Aires: Libros del day life. Without being the first or the last to the viewer’s environment. Here we can ob- Scenarios
Rojas, 2000); both artists integrated the Interna- achieve it, they looked for an art practice that serve the influence of performance artists, Contemporary art has a special predilection
tional Open Encounters on Video organized by could appeal directly to the viewer, and did it who approached the medium with a high de- for performative situations. Their recurring
CAYC in Buenos Aires (1975), Caracas (1976) by promoting an awareness of its place in the gree of interest when it was still young. For presence – whether as expression or manifes-
and México (1977). Muntadas executed a per- world, with no pretense to abstract him from these artists, video shared with performance tation, or as a site-specific intervention – con-
formance in Buenos Aires in 1975, and during his environment but, on the contrary, to reaf- an immediacy that film lacked. The possibil- stitutes one of the entry points of theatricality
the nineties, he delivered lectures in many Latin firm him in it. ity of quickly, even simultaneously (through in the art world of today.
American countries. Since then, theatricality has been one of the closed-circuit television), seeing what was Video art accounts for this fact. In recent
11 For more information on these Brazilian art- most relevant characteristics of contemporary being registered on tape, made video the ideal years, the experimentation with language and
ists see: Zanini, Walter, “Primeiros tempos da art. Reluctant to mimicry, autonomy, and rep- tool for documenting actions, which were lat- electronic media has given rise to projects less
arte/tecnología no Brasil”, in Domingues, Diana resentation, it often involves a multiplicity er designed specifically for being executed in concerned with formal research and increas-
(org.). A arte no século XXI. A humanização das of cultural, political, and social references, front of a camera, thus giving birth to what is ingly oriented towards conceptual statements.
tecnologías. São Paulo: UNESP, 1997. which appeal both to emotions and to reflec- nowadays known as video-performance.3 This has been reinforced by the intertwining
tion, to the sensory as much as to an analytical The substitution of the viewer for the camera of video art with visual arts, which caused
--- gaze. It is not a coincidence that performance in the register of live actions made the artists transitions and innovations both for the for-
Between the Document and live art, as well as participative, relational establish a relationship with the later as if they mer and for the latter. Integrated in the range
and the Spectacle. and interactive art practices, would develop in were addressing the former. In the resulting of media at the hands of contemporary artists,
Contemporary Video Art its wake. This quality and this context allow works, it is possible to note the construction of video has naturally adopted this resurgence of
--- understanding some trends in video art, a pro- an implicit viewer, who is addressed in a more live art, adding its increasing technical devel-
duction that appears simultaneously and that or less conscious manner. American artist Vito opment and its familiarity with the audience.
Theatricality and Performativity is definitively aligned in this category. Acconci is probably the one that best proves But the relationship of the viewer with the ac-
In a famous essay published in 1967,1 Amer- Unlike cinema – its close parent – video art this point. In video pieces such as Theme Song tions carried by video has changed in impor-
ican critic Michael Fried warned against a has always refused verisimilitude and the il- (1973), the audience is literally called upon to tant ways. The performers who approached
radical change that was taking place in the lusion of reality,2 which provide the fictional enter the electronic space, ignoring the imposed the medium in the 1970’s assigned a certain
field of sculpture, and which was threatening universe of the screen its autonomy and logic. limit of the TV screen. ritual value to their work, an attribute which
with contaminating the rest of art production. These discursive devices, which form the ba- In his video and video-performances, another transformed them into unique manifestations
Reflecting on Minimalist objects, he pointed sis of the cinematographic diégesis, of its nar- key element for the production of this continui- which had to be treasured. The viewer was
out the progressive abandonment of self-ref- ratives and its genres, build an independent, ty between electronic space and the place of the called upon to be a witness to these actions, to
erentiality that characterized the Modernist close world, which turns the audience into viewer appears: that of frontality. This attitude attend an act that was offered to their eyes as
artwork, and the introduction of a new, am- a spectator of a spectacle unfolding in front which cinema avoids, since it considers it dis- the expression of a unique and impossible to
biguous, mundane and temporary product, of their eyes. Cinema has triumphed in the ruptive of the construction of film fiction,4 often repeat phenomenon.
340 On the other hand, contemporary video art is The use of public space by contemporary um, video is located in the most public but that will inform the personal or family histo- 341
often presented as a spectacle5 – thus its equally artists follows very different objectives from also the most domestic spaces, even in the ry, with the advantage of including the time
intimate affinity with theatricality. The audi- those established by tradition.6 Historically, realm of intimacy. Unlike cinema, which was which photography neutralizes. Nevertheless,
ence is called upon, seduced and addressed by public art was destined to decorate the city, to conceived from its origin as a popular and col- video-home has also configured an aesthetic,
it, over and over. When presented as a video in- equip it with relevant objects and images, to lective attraction, and has hardly ever stepped maybe one of the most recognizable ones. At
stallation, the constant repetition of the images dissimulate the conflicts with heroic, coherent off this path, video has muted into a diversity some point, all home videos seem similar and
breaks down any uniqueness in order to align it and integrating narratives. Its establishment of forms which have seen it transit through that, at the end of the day, is what guarantees
to the recurrent world of mass media. The inti- had a clear function: to heal the wounds of the the most disparate fields, from musical clips their capacity to communicate and their so-
macy procured by the performers in the 1970’s past with a timeless and universal narrative, to rented videos, from video art to advertising, cial value, and what transcends the specific
here turns into pure exteriority. The effects are capable of transcending the tensions at work from installations to video-home. This versa- fact being registered, in order to construct a
important, just like the visual but also the in- in the city’s everyday life. tility to multiply its appearances and forms of community, historical and maybe universal
tellectual stimulus. The viewer is expected to For decades, the artists contributed to this ap- circulation have made it – finally – popular. If likeness.
construct the meaning or to deduce it from the parent pacification with their work. However, at the beginning it seemed a medium destined In the face of the homogeneity acquired by
(frequently insufficient) information provided contemporary artists refuse this legacy, pre- for TV, the arrival of the first portable video video – and the sum total of media – through
by the electronic medium. His activity is ap- senting public space as a terrain of incessant cameras during the mid-1960’s proved that its its increasingly generalized social use, vid-
pealed to as the other side of the coin of what struggles, opposed values, and unresolved con- destiny wasn’t there, but, rather, on the side eo art maintains a radical uniqueness. But
is unfolding in the piece. Also, unlike historical flicts, where people’s life is crisscrossed over of life itself. this uniqueness is not provided by its aes-
video performance, normally developed in a and over by the interest of the State, ideological It is revealing that both video art and vid- thetic properties, as was considered during
close environment, the actions constructed for differences and capital, which preempt us from eo-home were born at the same time and as the times of formalist explorations – in fact,
video nowadays reveal a much wider range of reaching definitive happiness. In the making a consequence of this fact. For a few years, most videos produced during that period
the mise-en-scene. When shot in a studio, there explicit of this problematic crux, the artists both shared the path of the document – the ended being fairly similar, due to the use of
is a very careful construction of the space, a have found a new meaning for their practice, performer’s actions, family life – and found standard procedures and effects inscribed by
certain level of sophistication. One can hardly a line of work that emphasizes the reflexive na- solace in limited and somehow intimate en- a technology which quickly stablished itself
note that air of spontaneity or trial-and-error, ture of art production, endowing it with seman- vironments – the artist’s study, the art gallery, –. Rather, we could argue that the singularity
so tangible in the videos by Bruce Nauman and tic properties that allow a unique approach to everyday life. of contemporary video art is premised largely
Marina Abramovic; and when it does appear, it the world and to its becoming. Nevertheless, their paths were destined to on the particularity of the realities and events
often does so as a reference or as a mannerist Inasmuch as it pursues a symbolic interven- be different. Video art quickly went in the it points its gaze at. Briefly, it is a situationist8
gesture. The eye of the future viewer seems tion, this operation on reality and its multiple direction of formal experimentation in order singularity, based on the personal approach to
much more determining in contemporary pro- dimensions is targeted at a public space trans- to delve into the aesthetic possibilities of the a historically-, socially-, politically- and cul-
duction: it is in him that the art institution and formed into a stage. Although conformed by electronic medium, searching for the key to its turally-situated set of facts and circumstances
its circuit attain their prolongation. No longer real actions executed on real places, its power specificity. Years later, it approached to con- in a unique manner. From the confluence of
an observer but a voyeur, this eye gets exact- of reflection and evocation only acquires its full ceptualism in order to change its course, and the artist’s gaze and the singular register of
ly what it’s looking for: a spectacle built to the meaning at the level of poetic discourse. Unlike oriented itself toward the exploration of reali- these events stems the characteristic mode of
measure of its scopic thirst. Modernist artists, contemporary ones do not ty and its processes, recuperating its capacity production of most recent video art.
Public spaces are one of the artists’ preferred pretend to change the world, but they do sug- as a register medium. This way of proceeding This aspect endows the use of video as docu-
scenarios today. Provided with intrinsic polit- gest means to rethink it, or, maybe, to transform can be observed both in the direct capturing ment with a special importance: a document
ical, social and cultural resonances, its inter- it.7 Their work is aligned within what we could of reality and in its reconstructions, as well as of a certain reality, an action, an intervention,
vention usually re-activates hidden narratives call a poetics of possibility, the construction of in performative proposals: in all these cases, a process. It is curious that at times when the
and latent conflicts, in order to manifest the imaginary alternatives to the current conditions video recovers its status of a mediating vehi- omnipresent media manipulation questions any
delicate relational scaffolding of community of existence that allow us to imagine other pos- cle and media document. kind of documentary value, artists should hurl
life. This is where history is concentrated and sibilities for reality and life. On the other hand, home videos moved in the themselves with such insistence on this activ-
eventually trauma is conjured. This is where direction of the memoir. Its function is, rath- ity. Nevertheless, this is not that strange, since
past and present, reality and desires, appear- Aesthetics and Document er, utilitarian. Like photography, it allow us at the hands of artists the documentary regis-
ances and deep dynamics coexist. As a flexible, fluid, and contemporary medi- to treasure moments and to capture the events tering has ceased to be an innocent activity. Its
342 use does not strive to reflect a reality, which is this piece is constructed, the act of registering of the visible and the invisible, of word and activist would pretend – but, rather often, it 343
known to be crisscrossed by a variety of in- is little more than an element that evokes an noise, that defines, in turn, the place and the proposes a symbolic reflection that can allow
terests and distortions, while it doesn’t ignore operation that exceeds the possibilities of the dilemma of politics as a form of experience”.9 us to rethink reality in a different way. The
the fact that registering itself, disinterested as document. Therefore, any art practice, in as much as it artist’s work is poetic even when motivated
it might appear, constitutes an interference on acts on the realm of the visible or the men- by specific political objectives, and art spaces
its object, either. In video art, the documenta- The Politics of the Visible. Making Visible tionable, on the spaces and times of enuncia- still promote reflection and aesthetic debate
ry inscription registers the artist’s interventions If there is anything that characterizes con- tion, seeing or hearing, possesses a necessary on their production. Even given the existence
on his context, his perspective, his particular temporary art practices, it is their increasing political effect. of authors who are increasingly interested in
gaze, his means to approach spaces, facts and awareness of the mediation of the media and In the deconstruction of representation and transcending those spaces in order to avoid
persons with which he interacts or is about to devices that articulate them. This has driven the relativization of the document, in the the artistic over-determination that they im-
interact, his critical position. He registers nei- artists to formulate different strategies when questioning of its criteria of reality and truth, pose on anything which takes place within
ther an objective observation nor an objective articulating their pieces, the negotiation of and in the questioning of the everyday based them – neutralizing in part it political strength
subjectivity, but, rather, the result of a specific meaning, the modulation of what is visible on these factors, the work of contemporary – the fact remains that they are still sanctuar-
acting upon the environment of the event which and what is not evident, of perception and artists formulate a critique which is no lim- ies of though, analysis and experimentation.
is to be analyzed. what might escape it. For some of them, it is ited to aesthetics, but is proposed as a social, “In the age of globalization and of the some-
A quick inspection of the “documents” of not only a case of showing but also of making political and cultural commentary, in a wid- times violent social, economic, and cultural
contemporary video art is enough to warn visible. Thus, video art no longer searches to er sense. It is not in the “content”, but in that transformations it entails” – argues Catherine
us that what the artist exhibits is manifested inscribe a referent, but, rather, aspire to take it precise articulation of the visible and the sug- David – “contemporary artistic practices, con-
beyond what is visible to us. Sometimes it is into consideration and examine it, activating gested, the evident and the latent, where the demned for their supposed meaninglessness
even necessary to resort to additional infor- the viewer’s analytical and critical gaze. maximum political potential of these practic- or «nullity» by the likes of Jean Baudrillard,
mation, which can allow us to understand The work Oríllese a la orilla (2000), by Yosh- es resides. are in fact a vital source of imaginary and
what we are seeing. A piece such as Return- ua Okon evidences this tension between what A potential that depends, on the other hand, symbolic representations whose diversity is
ing a Sound (2004), by Jennifer Allora and is visible and what is made visible. The piece on a very precise reading regime, which de- irreducible to the (near) total economic domi-
Guillermo Calzadilla, is a good example of shows relaxed police officers executing rude mands an effort of commitment, interpreta- nation of the real”.11 The art market is often an
this. The video shows a person riding through acts, losing their cool in the face of the artist’s tion and comprehension. The so-called her- acting force in this domination. However, the
a terrain on a motorbike with a trumpet at- provocation, crossing the limits of their insti- metism of contemporary art is not so differ- art world is much more than this. Within it,
tached to its exhaust pipe; the device pro- tutional presence with clearly exhibitionist ent from that of the world we live in. In any independent voices, autonomous and critical
duces a sound that accompanies the traveler acts. The camera captures the officer’s acts, case, artists never cease to make it evident, agents co-exist.
anywhere he goes. The meaning of the action and exhibits them as they present themselves, calling attention to the complexity of the so- In this sense, video art finds in that world
is wholly incomprehensible without some ad- in as much as they are aware that they are cio-cultural context and the need to transcend the right environment for the presentation of
ditional details. The motorbike ride is taking being recorded. However, the artists makes the world of appearances and getting actively its conceptual and formal statements. Even
place on the island of Vieques, Puerto Rico, visible a much deeper reality, and evidences involved in the specific facts and situations when it notes its affinity with the universe of
a place used by the United States Army for the decay of civil authority in the context of which surround us. mass communication media – where it once
military tests since the 1940’s. In 2003, local a social system in a clear institutional crisis. wanted to insert itself12 – its goal are radical-
citizens managed to make these bombing tests The dialectic of visible/invisible, mentiona- Protected Spaces ly opposed to them. Contemporary video art
cease, and the relocation of the marines. Al- ble/unmentionable, perceptible/impercepti- At first glance, it seems contradictory that demands attention and reflection, a space for
lora y Calzadilla’s intervention is, somehow, ble, constitutes one key subject in the thought artists interested in the socio-political context thought and an active viewer. An adequate
a kind of triumphant symphony, an operation of Algerian philosopher Jacques Rancière. In and in actively intervening in vital processes, space so that the encounter with the artwork
that celebrates the re-appropriation of the his book Le partage du sensible. Esthétique exhibit the results of their activity in the “pro- can open up a path towards a real experience.
territory through a poetic action, with clear et politique, the author posits the aesthetic tected spaces” of art galleries and museums.10
political and symbolic resonances. Although, fundaments of politics, sustaining that the lat- Nevertheless, this is not a contradiction, (Endnotes)
from a descriptive point of view, it is no more ter is characterized by its tracing of regimes since, as we pointed out earlier, this operation 1 Fried, Michael. “Art and Objecthood”, origi-
than the mere documentation of the action; of visibility and mentionability. In his own on reality does not always have the goal of nally published in Artforum, June 1967.
from the conceptual perspective from which words, “It is a tracing of times and spaces, an effective transformation – as a political 2 These procedures have been extensively de-
344 bated, for example, in Aumont, Jacques, et.al. --- pute – typical of dialectic confrontation – be- The Record and the Phases 345
Aesthetics of Film. Texas: University of Texas, Performance, Photography tween the genesis of the action and its result, of the Artistic Process
1992. and Video. where the restriction to the complementarity of The use of technological devices to record the
3 In order to expand on the relationship between The Dialectics between the the means gives rise to a productive space of process of a performance is common practice,
video and performance, cf. Alonso, Rodrigo. Act and the Record. uncertainty. The clues to the aesthetic reception as was the case among conceptual artists such as
“Performance, Photography, and Video. The --- of the work are set in motion in this privileged Dennis Oppenheim, John Baldessari, Vito Ac-
Dialectics between the Act and the Record” space of the relationship between the author and conci and Bruce Nauman, as well as in the scene
(included in this book); Baigorri, Laura. Video: The following essay is concerned with the dif- the viewer. of body art, notably in the famous self-mutila-
Primera etapa. Madrid: Brumaria, 2004. ferent relationships that can be established be- tion of the Viennese actionists. No wonder video
4 During the 1960’s, Jean Luc Godard intro- tween performance as an artistic event and its Evidence and Corpus Delicti art originated in the actions of the Fluxus group
duced, insistently, the resource of looking at the recording seen as an extension of the original For many years, conceptual artists used pho- and the 1970s performers. In the words of artist
camera as a way to shake the viewer out of the project, in contrast with the practices of histor- tography to document the realization of ephem- Marina Abramovic, video shared the instanta-
passivity, motivated by the Brechtian theories of ical and informative documentation typical of eral works and events. Photography provided neity of the performance, while temporally ex-
estrangement. critical exegesis; that is to say, performances evidence of the artistic execution, its confirma- tending the action.2 The use of video in this kind
5 Here, the term spectacle doesn’t refer to Guy especially created or redesigned to be recorded. tion and verification for posterity – inasmuch as of records was so important that the American
Debord’s concept, but to the exhibitive nature of This specific relationship calls for an under- it claimed its truthfulness – thus becoming ir- art critic Rosalind Krauss defined video as the
technologically-reproducible arts, as described standing of its aesthetic reception within the refutable proof of authorship. Ana Mendieta fol- aesthetics of narcissism. In her words: “In the
by Walter Banjamin in his essay “The Work of tension established amongst irreducible means lowed a somewhat different path to record her image of self-regard is configured a narcissism
Art in the Age of its Mechanical Reproduction”. of expression. Such tension triggers a dialectics actions in nature. Her work typically consisted so endemic to works of video that I find myself
6 For a characterization of the tradition of public whose opposite poles are the original act and its in interventions in natural spaces, where she wanting to generalize it as the condition of the
art, see: Kwon, Miwon. “Public Art and Urban final record. sketched a silhouette that was later materialized entire genre”.3
Identities”, in Philipp Muller, Christian (ed.). The dialectical movement points out to a space photographically or cinematographically. Yet, Based on actions especially designed to be ma-
Public is Everywhere (exhib.cat.). Hamburg: of relationships that cannot be established be- such records provide evidence of her absence terialized in photographs or videos, photo per-
Kunstverein Hamburg, 1997. forehand. Rather, it should be understood in rather than of her presence. They do not show formance and video performance give shape to
7 In order to expand on this subject, cf. Bour- terms of the original projects. For example, Mendieta at work but the ensuing product, the a kind of work in which the action seems insepa-
riaud, Nicolas. Relational Aesthetic. Paris: Le photo performance and video performance tend moment when the author is merely a footprint rable from its media translation. The sequenced
Presses du Reel, 1998. to favour recording as a support rather than the in the landscape. methodology of photographic recording and
8 According to the terms elaborated by the Sit- recorded action. On the other hand, recording is The photographic image reinforces that absence audiovisual editing also make it possible to alter
uationist International during the decade of the regarded as the footprint of the original action in for it is an irrevocable and unchangeable past – the temporal patterns of the performing action,
1950’s. works such as Ana Mendieta’s. Others seem to the mortuary nature that underlies every photo- to organise its reception and to create a critical
9 Rancière, Jacques. Le partage du sensible. Es- transpire in more complex situations, as might be graph, according to Roland Barthes.1 However, meta-discourse on the execution of the work or
thétique et politique. Paris: La Fabrique, 2001. the case of the recording of surgical operations in turn, it allows the aesthetic reception of the its appreciation.
10 Catalan artist Muntadas uses this expression by French artist Orlan, or the juxtapositions of work, which can only appear before the view- It is worth mentioning the records of Orlan’s
when referring to galleries, museums and other act and record in Cindy Sherman’s photographs. er between the authenticity of the record and performances, who in recent years has under-
institutional spaces where art is exhibited. In all these instances, the record does not indeed the absence of the action. Albeit a document gone a number of surgical operations to modify
11 David, Catherine. “Introduction”, in Doc- exhaust the act as neither of them exists inde- of a by-product (the footprint), the record is an her body as a form of “carnal” criticism of the
umenta X. Short Guide (exhib.cat.). Kassel: pendently of the other. On the contrary, a great essential part of the performance. Its role is not pressure exercised by the western patterns of
Cantz Verlag. 1997, p.7. deal of artists usually shape or redesign their complementary, as it is impossible to establish a female beauty,4 the source of which is seen by
12 In its origins, some groups of video mak- performatic creations in accordance with the se- clear boundary between performance and record the artist in the light of art history. Orlan “cop-
ers pretended to insert their work in television lected record, thus enabling a different reception to define them as separate practices. Moreover, ied” on her own body the chin of Botticcelli’s
channels with a critical intention. Those groups in each case (action, record), which allows them photographs are the only bond that the artist can Venus in The Birth of Venus, Psyche’s nose in
became known as Guerrilla Television. to transcend the instance of the action-trans- offer to the viewer, who is forced to approach the Cupid and Psyche by Gérard, Europa’s lips in
formed-into-an-object and its recording. immediacy of the original action from the per- Moreau’s Europa and the Bull, Diana’s eyes
Reception in these cases must be seen as a dis- spective of the mediating record. in Diana the Huntress of the School of Fon-
346 tainbleau and Mona Lisa’s forehead. These of values that the media transmit within the field T. R Uthko, is an interesting case. Much in the to include himself as a performer. In doing so, 347
surgeries are recorded under the supervision of of contemporary culture. style of a documentary, this video shows the he enhances the record substantially and max-
the artist, who only receives local anaesthesia. The works by Cindy Sherman and Yasumasa preparation of a performance based on the repe- imizes the future reception of his performance,
Orlan decorates the operating room with differ- Morimura exemplify this approach. In her per- tition of John F. Kennedy’s assassination. By us- which is updated every time the video is exhib-
ent objects, designs the linen and the doctor’s sonifications, Sherman uses the female stereo- ing a television record, Ant Farm artists re-enact ited. Hadn’t he done so, the performance would
attire, and reads psychoanalytical, philosophi- types that cinema and fashion magazines made the event on the same street where it took place. have been inevitably associated to the past and
cal and literary texts throughout the operations. popular to criticize the influence of media on the Additionally, passers-by are asked to give their the video would have merely been an historical
The records result from a situation specifically configuration of such stereotypes. At the same opinion about the “new killing” and to compare record. This formal decision places his work
staged for the camera, which is later modified time, Sherman questions the media itself as the the “real event” – the reconstruction they have among those that consolidate their aesthetic pro-
during editing. The conditions of the presenta- producer of that artificial universe. However, just seen – with the one broadcast by the me- ductivity by incorporating their record into a dia-
tion generally conform to the characteristics of by appropriating its imaginary, she also tackles dia.The television broadcast of the video7 places logue that challenges the viewer.
the performance. For example, in the 3rd Lyon more radical issues, concerning the originality this re-enactment at the same perceptual level
Biennial, the artist had TV sets laid out on the and creativity of artistic practice. According to as the original event, thus cancelling the differ- (Endnotes)
ceiling of the Museum of Contemporary Art Rosalind Krauss: “Having understood photogra- ence between both records. Then, The Eternal 1 Barthes, Roland. Camera Lucida. Reflections
of Lyon with images of her operations beside a phy as the Other of art, her use of photography Frame erases the boundaries between reality on Photography. New York: Hill and Wang, 1981.
light fixture like the one used over surgical ta- does not construct an object for art criticism but and fiction through an operation that enables us 2 Interview to Marina Abramovic in 3º Biennale
bles in operating rooms. The viewer was then constitutes an act of such criticism. It constructs to reflect upon the feeble borders between these d’Art Contemporain de Lyon (exhib.cat.). Paris:
forced to look up directly into the light, just like of photography itself a metalanguage with two fields. Réunion de Musées Nationaux, 1995.
the artist during her operations. which to operate on the mythogrammatical field 3 Krauss. Rosalind: “Video: The Aesthetics of
On another occasion – Entre Deux (1993) – Or- of art, exploring at one and the same time the Record and Performatic Updating Narcissism”, in Hanhardt. John (ed). Video Cul-
lan contrasted photographs showing the changes myths of creativity and artistic vision, and the While in some cases the keys to aesthetic recep- ture: A Critical Investigation. New York: Visual
of her face during and after an operation with innocence, primacy, and autonomy of the «sup- tion lie in the chasm between performance and Studies Workshop Press, 1990.
similar variations produced through digital ma- port» for the aesthetic image”.6 By means of a record, in others the latter can be an updating 4 The artist calls her practice “carnal art” to differ-
nipulation of her portrait. In this case, the photo- similar practice, Morimura not only questions agent of the original action, thus bringing the me- entiate it from the body art of the 1970’s, which is
graphic record underscores her commitment to the supremacy of the West in its control over the diated reception closer to that of the performance. too close to individuality and the market accord-
and consubstantiation with her critical practice, mediated image, but also the established gen- The video Blue / Red / Yellow (1974), by Ar- ing to her point of view.
to which she offers no less than her own body, ders in this system by presenting himself mostly gentine artist Jaime Davidovich, bears such 5 Fausing, Bent: “To Create an Image - And To Be
while denouncing the artificiality and bodyless- as a member of the opposite sex. characteristics. The piece is the record of a an Image”, published on the Internet: http://www.
ness of virtual reality. This deconstructivist line also prevailed in the performance in which the author covers three artnode.dk/nikolaj/nemo/fausinguk.html.
first video actions and performances. Among its television screens with yellow, red and blue 6 Krauss. Rosalind: “A Note on Photography and
The Path of Critical Comment most prominent artists in the 1970s were Doug- adhesive tape respectively, the primary colours the Simulacral”, in Squiers. Carol (ed). The Crit-
Entre Deux is not merely a comment on reality las Davis, Bruce Nauman, Richard Sierra, Mun- of painting.8 This work clearly falls within the ical Image: Essays on Contemporary Photogra-
or the body; it also renders a critical reflection tadas and the Ant Farm Group, whose works criticism of television, a typical trend of the phy. London: Lawrence & Wishart, 1991.
on the media by challenging their ability to act were broadcast on television, the same medium 1970s. The record matches the format of the tel- 7 By this time, videos could only be watched at a
as a record. According to Bent Fausing, the they harshly criticized. Television Delivers Peo- evision screen with the frame, so every time the TV monitor.
French artist’s videos are equally provocative: ple (1973), by Richard Sierra, is made up of a artist covers a set with the tape, the monitor the 8 The primary colors of video are green, red and
“rather than giving pleasure, watching Orlan’s sequence of commercials that warn the viewer viewer is watching is also covered. The original blue.
operations hurts, thus disturbing the comfort- about the way in which television “sells” its au- action – covering the television screen with ad-
able role of the viewer of video and electronic dience to major companies rather than offering hesive tape – is almost exactly replicated in the ---
media in general”.5 This critical bias may also their products to it. Images from Present Tense, record. At the end of both the performance and Video Dance. Another Bastard
be found in the productions of other artists who Backward Television Set (1971), by Douglas the video, we are confronted to a screen covered in the Family
present situations where emphasis is laid on the Davis, invites viewers to turn their TV set to the with adhesive tape. Davidovich finds the exact ---
deconstruction of the media they use. In most wall and watch its backside. way to achieve the survival of the performatic
cases, these artists focus their attention on the set The Eternal Frame (1975), by Ant Farm and action in the video by dodging the temptation As beautiful as the chance meeting of a sewing
348 machine and an umbrella on a dissecting table links that lead from a bodily position to another --- theories seem to implicate. Although it is true 349
Isidore Ducasse, Comte de Lau- can be eliminated and, through edition, move- Note about the Hybridity that the verification of a hybridism could only be
trèamont. Les Chantes de Maldoror ments can be repeated identically or in reverse, of New Media1 given by comparison with a supposedly not con-
and actions can be accelerated or slowed down. --- taminated, “uncorrupted” state, it is not true that
Clearly, the space of video is not that of dance this “purity” is consubstantial to the medium,
At the beginning of the 20th century, a chance and there lies another point of interest. In video In contemporary art theory, it is a commonplace nor it is situated in its origin or nature.
encounter inspired surrealism, an artistic move- dance, choreographic work commonly takes to refer to media art as the field where formal, Going forward rapidly to the thesis of this essay,
ment that was bound to become a benchmark place in unconventional spaces for dance, a vir- aesthetical and cultural traditions from different I will assure: [1] that media art has been always
for modern art. Towards the end of the century, tual space is often created, or there is no refer- media converge. According to this idea, the new a space of confluence for the rest of the arts, and
a similar encounter claims our attention. What ence to any space at all. The eye of the camera media – in particular, digital production – are in particular, for arts coming right before; [2]
else could video dance be other than a chance can rescue zones, areas that are often corporeal, spaces of integration where the arts get fused that the purity or specificity of technology-based
encounter resulting from the peculiar bond be- and which give the body an unusual dimension giving place to hybrid creations, where the spec- arts is actually an idiosyncratic construction that
tween one of the oldest and one the most con- as though it were a place to travel and/or inhabit. ificity or purity of original media is challenged. appeared in a specific moment of their history,
temporary means of expression, the unforeseen A whole aesthetics of the body as a territory to The term “multimedia” is the final expression and was later transferred to the foundations of
result of the coexistence of a means incarnated be explored underlies the close-ups or the details of this process of elimination of formal borders, their media, following the typically modern
in the materiality of the body and one that is in- captured by the camera and brought to our atten- the concept determining once and forever the movement of formulating and immobilize the
corporeal, abstract, almost inhuman? tion by the screen. impossibility to think in isolated and singular unimpeachable basis which defines each artis-
It is believed that both video and dance are The body, instrumental to choreographic com- media. From the same point of view, this pro- tic production and differentiate it from the rest;
subject to time and movement and that their position, continues to be the protagonist. Me- cess responds to a vocation of postmodernism, [3] that before asking ourselves about the media
union is therefore legitimate. It is also said diation transforms the body into a surface that which questions and ruins the unifying will of contamination of today electronic and digital
that the shudder that travels through the body paradoxically seems more immediate as the modernity proving the complexity of what ex- works, it should be convenient to ask about the
in its unremitting vital rhythm moves through electronic eye approaches it. A different treat- ists, and making relative every ordering, clas- ways and methods through which its suppos-
the video image, inextricably related to the ment is then required as the choreographer not sification, and discrimination system. Postmo- edly original specificity was built, rejecting the
electronic scanning that produces it. It is a only has to design its movement, but also takes dernity promotes the emergence of the impure, diversity, complexity and contamination of the
brilliant conclusion that, just like many aes- into account the eyes that will look at it. Such the polluted, the indiscriminate. Hybridism and first productions of each medium in its “primi-
thetic theories, has left aside artists and their a choreography of the eye is perhaps what best multimedia fit in perfectly in its program; hence, tive” phase.
work. No one would think that a choreogra- defines video dance, what provides it with aes- its evidence and theoretical justification have
pher could ever relate the electronic scanning thetic power and justifies its raison d’être in spread with such success. The Building of Pure Media
to his own vital rhythm unless he got a shock contemporary art. Nevertheless, if we consider technological me- A strange mixture of technological novelty and
from a faulty electrical appliance. Though widely justified, its paternity is still dia – even the more traditional ones – in a histor- formal tradition assisted the rising of each new
I believe that the error lies in the wish to le- problematic. On the one hand, video dance ical perspective, it is easy to confirm that hybrid- media. Photography – introduced to society as a
gitimate the union of video and dance through seems to be the unwanted child of video art, ism is not a private characteristic of our time. In scientific tool – was transformed in a substitute
their binding elements when such a union which in turn is the unwanted child of visual arts fact, it is a quality present from the origins of of painting by the hands of the artists. The first
might in fact be legitimised by the elements and video, and the latter, the unwanted child of arts such as photography, cinema or video. This photographies soak into the traditions of portrait,
that set them apart, thus forcing them to com- cinema. However, there is growing acceptance doesn’t mean that new media don’t have actu- still-life and landscape, continuing the visual re-
plement each other. of video dance. Dance, on the other hand, ap- ally nothing “new” – as it is sometimes stated gime that painting had established along several
Both means are said to share the same time, pears to be unaware of its existence, though it from reactionary perspectives unable to under- centuries. Even when it is true that these genders
which is another false coincidence. The time of has indulgently agreed to give it shelter. stand the particularities of contemporary world2 were favored by the long time exposition that
video is not the same as that of dance, and when If we consider the rapid acceptance of other – but it should be discarded the idea of hybrid- the first photographies needed, it is not less true
they are the same, just like in choreographic contemporary hybrids – musicals and torture in ism as a postmodern destiny. The hybridism of that the relation with painting was not casual but
records, there is usually no video dance. The Latin American countries in Kiss of the Spider today is not the same that the one we can find in conscious. The first photographers’ glance was
honourable exceptions confirm what is not even Woman, America’s colonization and Disney’s the origins of media art. However, neither it is formed by pictorial education, and it was hard
a rule. Choreographic actions recorded at differ- Pocahontas – some initial resistance might be the result of an evolutionary progression from to get away from it. However, when the photo-
ent times can be brought together by video, the a good hint. a state of pureness to a polluted one, as some graphical technique improved, there was no need
350 neither the will to get rid of that filiation. tive innovation half way between literature and ferent, through its development in the context In the field of visual arts, Clement Greenberg 351
The Pictorialist movement will make of the alli- cinema. Nevertheless, the modernist impetus of the theories of postmodernity made a bit less will be in the charge to carry on the formal pu-
ance between painting and photography an aes- required that filmmaking would have its own emphatic the claim for a specificity of its produc- rification. According to his theory, every me-
thetical program that soon incorporated drama language, different to the rest of the arts. The tions. In its origins, the digital graphics accused dium should work only with their own specific
and literature elements. Going to the end of the cinematographic theory of the first decades of its mixture with design and the visual arts – in elements. That way, painting should not spread
XIX century, artists enlisted on that movement the XX century was focused on that question. particular, some procedures such as silkscreen from the plane that holds it; any attempt to over-
produced images with clear references in the Even though filmmaking would never give –. Internet was born as a great encyclopedia, and come that level was punished immediately as a
pictorial and literary streams of the time, such as completely away from the literary influence – the first multimedia productions – including net. spurious and inadmissible practice. Figuration
romanticism, neoclassicism and impressionism. except in experimental production – the efforts art – revealed their affinity with former narra- and perspective should be eradicated, because
The staging, the composition of several nega- of theoreticians and artists were oriented to de- tives. The attempts to determine the specificity the volume belongs to sculpture and human
tives, and the final retouch, adapted photography termine its specificity, adjudged to the particular of digital works pointed during a few years to presence to drama. A painting could only use
into the allegory, the epic and romantic narra- way in which a film generates a spatial-temporal its interactive character, its non-linear structure, lines, planes, colors, stains; elements that should
tives, the visual metaphors and the multiple light unity from a fragmentation and re-composition its flexibility and its state of permanent “unfin- be eliminated from the rest of arts because they
and tonal variations, resources which the art of of reality. To filmmakers such as Sergei Einsen- ished” piece, which needed of an interactor or belonged by their own right to the pictorial prac-
painting had developed as its owns and that now stein, the key element to get that objective was user to get it actualized. However, to prescribe tice. On this same way, the field of the rest of the
were shared by the new medium. montage,3 though in theories like André Bazin’s those characteristics as fundamental to any digi- arts could be defined, promoting is formal purity
When photography gets into its modernist stage, “forbidden montage” this element was not fun- tal work is practically indefensible, and its pol- and eradicating any kind of pollution.
all these resources are qualified as spurious. It is damental.4 The important thing was to hold the lution with the universe of photography, video, The Greenberg program is similar to the one
promoted the need to clean photography from cinematographic verisimilitude over the basis of narrative, design, it is not even un-avoided but carried out by the technological arts in several
formal contamination of the other arts and find an own language, that would not mess up with promoted day by day. points. On the first place, because it postulates
its specificity, what makes it unique in relation its relatives from drama and literature. some characteristics to define every medium,
with the other artistic media. In this way, it starts In its origins, video could not either get easily The Century of Purity instead of introduce them as part of an aestheti-
the defense of the absolute dependence of the away from television. Not only because its pro- The quest for precise definitions, fundaments, cal program elaborated on a specific historical
photographic image to its referent, and the pre- ductions should be visualized necessarily on a specific values, unifying characterizations and context; it considers them intrinsic to the ana-
scription to not manipulate neither the portrayed TV monitor, but also, because many of the first all kind of “purities”, is a strength that can be lyzed medium, settled on its “nature”, and there-
reality nor the final image, i.e. the construction of artists which approached it pretended to create perceived all along the XX century. We find it fore, a-historicals and irrefutables. Then, these
the photographic “objectivity”. This objectivity an alternative television, a sort of contra-tele- in the sciences as much as in the arts, in philoso- characteristics are established as the fundaments
– to which artists were indifferent before – will vision in accordance with the contra-culture of phy as in social life. It swallows of Illuminist of such arts, as their basic matter, in relation to
be proposed as the foundation, not of a particu- that time. Then, the interest of visual artists in thought, but it gets more vigor in the context of which every future creation should be valued.
lar photographical aesthetics, but of the medium this medium – and in particular, those ones dedi- the consolidation of a universal and integrated And the productions made before this defini-
itself; the characteristic that any photographer cated to performance – lead to the hybrids forms thinking proper of the later modernity. It lays tion, which do not count with such basic quali-
should observe in order to not betray its nature. known as video sculpture, video performance in the Fordist discomposure of work in specific ties, are called “primitives”, i.e. belonging to a
Something similar happens with cinema. Broth- and video object. However, in a few time, most jobs – that, on other hand, eliminates from the time when its authors were not in condition to
ers Lumière’s films are practically animated video makers got ready to explore the specifici- industrial practice everything but “work” – as understand the real nature of the medium that
photographs. The frame, the static position of ties of the medium, giving away all that could in the consolidation of an experimental sci- they were confronting.
the camera and the subjects denounce that fili- remain bound to the visual arts. They investi- ence free from metaphysical thinking, intuitive Those qualities get a prescriptive character: the
ation. Later, the literature and theatre will be the gated simultaneity through closed-circuit TV, knowledge and amethodical reflection, which pieces that do not fit in cannot be seriously con-
media that “pollute” cinematography, introduc- and experimented with the electronic images disembodies on specific disciplines, with non- sidered inside the medium, and must be rejected
ing its stories, narrative models, and charac- properties and their manipulation in real time. confluents objects of study. It is found in the lin- as invalids or unrighteous. Systems built on the
ters. This gives way to real hybrids, not only And again, a lot of these characteristics were eal development of a History limited to political base of these elemental properties are openly
to filmed dramas. Mélies films, for example, promoted as consubstantial to the medium, as events, where historical facts function with a discriminatories, and use its fundaments to
interpolate the special effects of the new me- part of its nature and as an infallible indicator of clockwork accuracy, as well as in the exigency disqualify the works that get aside of its canon
dia among shots of scenic character, while the its specificity in relation with the rest. of racial purity of the German National Social- without a word. Let us remember, for example,
resource to the intertitles introduces a narra- Finally, the case of digital media is not so dif- ism, just to mention some examples. the rejection of Howard Fried to minimalist
352 sculpture, which he considered “theatrical”, be- The Language of New Media. Cambridge (Ma.): the journey. Navigation is also associated with the disk, supposedly beyond the interface… The 353
cause its mundane presence did not subscribed The MIT Press, 2000. other related words, such as exploration, cruise, basic architectural grid of most CD-ROM works
to the atemporality of classic sculpture.5 2 In contemporary aesthetical theory has be- diving, surfing,1 and travel. They all share the is spatial and conforms to the idea of hypertext.
Finally, these systems are used to establish come a commonplace to try to demonstrate spatial sense that has imbued most numerical The hypertextual structure offers an alternative
themselves as the culmination of an aestheti- that the new media do not actually incorporate productions since the start of digital media. De- to continuous linear progression, at least seem-
cal progression that conduced secretly towards nothing new; that everything what is consid- spite its immateriality, its non-linear structure ing to give users degrees of freedom to choose
them. By verifying what “primitives” were not ered a novelty on them has already existed on and its reluctance to formal hierarchies, we still their own paths, to negotiate the experience”.4
able to advice, the theory becomes the higher former media – though we already said that the tend to consider the data matrix as a space, even Indeed, the experience of navigation is never
point in the evolution of the medium – the same new media are not “new”, see note 1 –. Many if we are unable to imagine it. The fast popu- fully autonomous. It always depends on some
way that Hegel considered his philosophical theoreticians do it in order to discredit the tech- larization of the concept of cyberspace, coined form of guide such as programs, protocols, and
system as the conclusion of Western philosophy. nological production, but in most of the cases, in 1984 by William Gibson in his novel Neuro- the multiple translations that allow the user to
without even doing an effort to understand it. mancer2 has helped to spread this notion. manipulate binary information. At the level of
Hybridism in New Media A paradigmatic example should be Philippe “The term cyberspace”, explains Lev Manovich exploration, the navigator encounters some de-
As a consequence of all this, to highlight hybrid- Dubois, “La ligne générale (des machines à “is derived from another term – cybernetics. In grees of freedom which allow him to configure
ism as a typical characteristic of new media does images)”, in Cinéma et dernières technologies. his 1947 book Cybernetics, mathematician Nor- his experience, this being enough for him to
not seem too adequate, without some exceptions: Bruxelles: De Boeck, 1998. A notable exception bert Wiener defined it as «the science of control construct meaning with varying orientation.
it may reinforce the system that defends the pu- is Lev Manovich’s book The Language of New and communications in the animal and ma- Meaning inevitably arises from a negotiation
rity and specificity of the arts, and the aesthetical Media (op.cit.), where the quest for the roots of chine». Wiener conceived of cybernetics during with the symbolic universe proposed by the
progress of forms. Only if we attend to artificial- some characteristics of the new media in the for- World War II when he was working on prob- work. The nature of this negotiation is dialogic,5
ity of its original purity, if we understand this no- mer ones is done in order to comprehend their lems concerning gunfire control and automatic produced as part of the interaction with the com-
tion as an historical category, it is possible to state present situation. missile guidance. He derived the term cybernet- puter or objects, spaces and subjects, which it
that hybridism is just another historical moment 3 See: Einsenstein, Sergei. Towards a Theory of ics from the ancient Greek word kybernetikos, mediates, as in the case of interactive installa-
of media. The important thing is to separate this Montage. London: BFI Publishing, 1994. which refers to the art of the steersman and can tions or pieces based on telepresence.
fact of any evolutionary implication, setting it free 4 Bazin, André, “The Virtues and Limitations be translated as «good at steering». Thus the The particular characteristics of this negotiation
from all prescriptive and discriminatory character. of Montage”, in What is Cinema? Los Angeles: idea of navigable space lies at the very origins call into question the habitual places of the artist,
If media have had a tendency to integrate them- University of California Press, 1967. of the computer era”.3 the viewer and the work. Faced with a diverse
selves along their history, and if it was necessary 5 See. Greenberg, Clement. Art and Culture. In navigation, the interactor builds his experience set of elections, the navigator’s options translate
an extreme ideological constrain to think about Critical Essays. Boston: Beacon Press, 1965. from a series of choices that arise during his jour- into an update of one of the many possibilities
them as unpolluted, maybe we would assume that ney. These allow him to update a set of options foreseen to a greater or lesser extent in the pro-
what characterizes them is the quality to integrate --- that remain something that is purely potential gram, but which only make sense in its final
themselves formally, conceptually and/or cultur- Navigation as a in the data system. When performed in succes- manifestation. This momentary configuration
ally. However, we could not say – without falling Narrative Paradigm sion, navigation bestows some degree of linearity does not have a privileged value in relation
in contradictions – that this property constitutes its --- on the interactive experience, something often to any other possible. Its appearance breathes
nature, its specificity or its essence. brought up as a criticism or limitation of nonlin- life into one of the voices of this polyphonic
Navigation has emerged as a paradigmatic mod- ear systems. However, this linearity only arises at medium, in which, according to Claudia Gi-
(Endnotes) el among the different possibilities of interaction the time of interaction and is something built by annetti, “the polyphony (or hypertext) of the
1 I use the term “new media” in the sense that in the field of digital technology. Typically in- the user who is responsible for placing the final discourse downplays the autonomy of the au-
has been established in contemporary art theory, volving moving through datasets using a battery piece. He is also, at the same time and to some thor and the work”.6
i.e. to name the technology-based arts: photog- of link systems, navigation describes not only a extent, its momentary creator. In most of these pieces, one cannot speak of the
raphy, cinema, video, and digital production. Its form of relationship with information, but also “Typical metaphors for describing the experi- artwork as a finished product. In general, there
“novelty” is not to be understood as a synony- a fluid conception of this information, repre- ence of using a CD-ROM”, says Erkki Huhta- is no pre-set purpose, one final meaning to dis-
mous of innovation or originality, but as a dis- senting the digital universe as a continuous and mo, “are «traveling» or «navigation». These re- cover after completing one’s journey through
tinction of the “traditional” media of painting, permanent space, which is seamless and may be fer to spatial experience, an interactive journey the data. In fact, many of them are endless or
sculpture, engraving, etc. See: Manovich, Lev. abandoned at any stage without fear of spoiling of discovery into the virtual world «hidden» on appear very different each time one visits them
354 and chooses other options. The aesthetic enjoy- modes of navigation and/or acoustic stimuli does not play a significant role: it simply puts a activated; this is the case, for example, with an 355
ment comes from the navigation itself, which which have been predetermined and that the textual machinery in motion. area inhabited by a smoker, who will leave the
leads to a radicalization of the ephemeral expe- user can not change. These establish a part of the The Internet project WordToys (1996-2006), key activating a ski lift after finishing his task.
rience during the act of reception. This has been navigation. The most common level of determi- by Belén Gache, consists of a series of interac- This creates a degree of uncertainty, although
a key factor in much contemporary art since the nation is usually an image, screen or video clip tive compositions with a textual background. there are not many cases where this happens. In
1960s,7 and today reappears in practices such as that introduces the story, the starting point for However, the introduction of some degree of fact, the site is not intended to be complex; on the
DJing and VJing. its evolution.9 After this introduction, the first uncertainty softens the rigidity of the naviga- contrary, one of its attractions lies in its simplic-
During navigation, the user imprints his own link systems are established, which may either tion. For example, in the section Poems of ity, the almost childlike narrative structure and
temporality on the aesthetic experience: decid- remain stationary or vary as the interactor be- water, the interactor can pull out lines from the creativity of the artists’ imaginary worlds.10
ing when to begin and end, setting the pace of comes involved with the story. In the most basic a poem in the image of a basin by turning the
exploration and ground speed. This non-strict pieces, following the links leads to a succession tap on, but each time a tap is turned on, the Levels of Redundancy
timing is one of the most unique innovations of screens, like the pages of a book. This is typi- verses that appear are different, as they are Interactive works often incorporate reiterations
of interactive media in relation to other audio- cal of the first works based on hypertext, but is when one re-enters the room. in their structure. These tend to serve different
visual works, such as cinema or video, where still a very popular model in multimedia works From these descriptions, it would seem that functions: sometimes, they are small animation
the duration of the images and sounds are al- with a literary base, such as Blind Spot (1998- a work with high levels of determination can loops that allow an action to be prolonged with
ready established by the support. Moreover, the 99) by Darcey Steinke. This piece, conducted by only offer a limited interactive experience. limited resources; others, they are visual orga-
possibility of coupling multiple media, which a well-known writer, founds its narrative on the However, this is not the case. There are pieces nizations that facilitate interaction by maintain-
depend on different sensory records to a mul- story of a woman who develops a phobia of the based on strict determination which are ca- ing some constant functions such as buttons,
tiform access to stored information, enriches spaces surrounding her. To translate her emo- pable of producing a stimulating and highly- menus, toolbars, hyperlinks; others, they are just
the act of reception. The relationship of the user tional state, the author uses a structure similar committed fruition. elements that contribute to putting the whole au-
with the digital work is less decisive than with to the one of the famous net.art classic My Boy- One of the best examples of this is Samorost diovisual information in order.
many traditional approaches, promoting a more friend Came Back from the War! (1996) by Olia (2003) by Amanita Design (Jakub Dvorsky and All the interactive productions, however varied,
associative and private process of coming to Lialina: each link subdivides the screen creating Vaclav Blin), an animation about a little charac- need to keep some elements constant so that the
fruition.8 However –as noted above– very of- an enclosed and claustrophobic space, which ter who has to prevent an asteroid crashing into navigator can intuit and organize his trip; this is
ten the reception of an interactive work occurs allows text, images, animation and sounds to his tiny planet by penetrating the mechanisms particularly important when the user is intended
sequentially, imprinting a certain linear quality coexist, although the base of the narrative devel- of his attacker. The narrative is perfectly lin- to “discover” the modes of interaction. This dis-
on the original multiform material. This feature opment remains textual. The navigation guides ear. However, the interactor must put the story covery is never completely spontaneous. People
has enabled many artists to use digital media as us through the stories of the protagonist, always into operation in order to help the protagonist accustomed to interacting with digital works
support for narrative pieces. in one direction. There is no way to retrace our achieve his objective. This is achieved by ac- can identify some recurring keys from one piece
The construction of stories from the nonlinear steps; the story can only be followed in a preset tivating a series of objects, discovering certain to the other, like changes in the mouse pointer,
possibilities of information technology has fol- direction or otherwise abandoned. operations that the character must perform, and lighting or the change in color of the hyper-
lowed multiple paths; so many, that it is impos- Even when working with simultaneous visual removing obstacles, but above all, by under- links, sounds produced when the mouse cursor
sible to make a precise classification. However, and auditory stimuli, the piece is strictly sequen- standing the logic of the universe posed by the moves over an activated object, etc. Similarly,
there are some basic features that can be help- tial in terms of its storyline. Its browsing features piece in order to properly operate within it. an interactive work can be based on a more or
ful when analyzing their performance. Specifi- have a high degree of determination. There is The story is structured around a series of screens. less constant audiovisual device where only the
cally, I will refer to their levels of determination, also another element that contributes to this fact: The first introduces the conflict and invites the images, texts or sounds are changed, but which
redundancy and indeterminacy as ways to of every time we restart exploration, the piece be- user to launch the character. From there it is retains the basics of the navigation structure in
evaluating the most frequent narrative construc- haves in exactly the same way. The same links about discovering the actions that will help the order to facilitate the interactor’s task. Such is
tions. In fact, they all have a blend of these three lead to the same images, animations, sounds and little man to carry out his mission. On each the case of Between a Rock and a Hard Drive
features, although the proportions may vary. texts. There is no possibility of enjoying any al- screen, the user can only touch a limited number (1999) by Kristin Lucas. This piece is con-
ternative narrative. The digital medium contrib- of objects with the mouse; however, these lim- structed from material taken from different
Levels of Determination utes visual baggage but this does not change the ited points of interactivity produce a rewarding chat rooms, located in a more or less constant
Even in the works that are the most open to storytelling very much as it is built on the basis playful experience. Sometimes, some interac- structure: a central picture – a public space in
exploration, there are images, actions, routes, of literary instruments. Interaction, in this case, tive sites only operate after other ones have been which a group of objects pursue a dialogue us-
356 ing phrases taken from chats – surrounded by a Favero, an interactive CD-ROM belonging to certainty: whenever you enter through the same The device simulates seats in a train carriage, 357
simulated and disorganized keyboard allowing the Digital Arts Editions series published by point, the audiovisual fragments are different. with a flat monitor acting as a window with im-
the user to turn on sounds relating to the images ZKM and the Neue Galerie Graz. This work fo- This is achieved through a random function lo- ages passing by at high speed. Interactors can
or phrases taken from the same place. The im- cuses on the relationship of a Croatian girl – who cated at the base of any number of interactive stop the sequence of images or change their
ages change when the “Esc” key is pressed, but prostitutes herself in Berlin – with her Serbian artworks, which allows the program to make direction by touching the screen surface. The
the interaction remains the same. Underlying bodyguard, and is part of a series about the war some formal decisions. Using a suitable algo- images are generated and evolve according to
this is a menu, which allows one to change the in the former Yugoslavia. The story begins in a rithm, this means can offer unrepeated choices users’ interaction, the position of their hands and
type of public space to which the images relate. hotel room. When we access the CD-ROM, we so that each time an interactor activates them, the speed and frequency of their interventions.
However, the changes leave the structure fixed: find an empty room. The navigation allows us to the outcome of this action is unexpected. Some- The experience is reminiscent of a train ride
the interchangeable central picture and the sim- explore the interior, occupied by a few objects, times this is used to create a sensory impact, or passing through an ever-changing landscape.
ulated keyboard are the interface for interaction. some of which are links to video clips that de- to avoid linear navigations and definitive inter- But the possibility of modifying this gives it a
Marcel.lí Antunez Roca uses the aesthetics of velop the characters’ lives. The user can decide pretations. The Internet site SuperBad, which new meaning and posits a reflection on our rela-
computer games for his Afalud (2005), a digi- on the length of the videos with their mouse. was very popular in the ‘90s, was based on this tionship with the outside world.
tal fantasy in which the player tours supernatu- After viewing them, he is returned to the room, principle: each time one entered, the entire set of Thus, the concepts of determination, redun-
ral and voluntarily kitsch landscapes, playing a time and again. The links are limited: a door, a images making it up were randomly modified. It dancy and indeterminacy make up a group of
hero who is by turns violent and insane, a kind window, a bed, a TV. Each one is linked to a is curious that today the same function is used operational parameters, which can be used for
of composite of Ulysses and Don Quixote. The set of audiovisual materials issued without any for narrative objectives, although this tends to be analyzing interactive artistic works in the con-
narrative takes place on different screens, in the pre-established order; thus, each time one clicks applied to stories of a particular nature. text of narrative projects that place navigation at
way of a platform game. An image of the artist on one of the links, images and different sounds Indeterminacy can also be achieved by other the heart of their evolution in time.
mounted on different animals destroys a range arise in no particular order. The set presents a methods. In recent years, the use of materials
of beings around him, in the midst of devastated series of alternative relationships between the obtained in search engines like Google or Ya- (Endnotes)
landscapes (I refer here to the Rozinax and Sipi- characters and their social and political context. hoo! has become increasingly popular. Typical- 1 The fluidity that characterize digital naviga-
sea sections). This image makes tiny repetitive ly, the user enters a word which the device puts tion has led to consider the net as a liquid medi-
movements, and has some basic functions, such Levels of Indeterminacy in the search engine, and the pictures provided um; hence, the metaphors of diving and surfing
as launching projectiles. Each function is based All interactive works possess a basic level of produce the final visual composition of the throw the data space.
on a small loop that is repeated even when the uncertainty, which is that of the user’s decisions. work. This is unlikely to produce the basis for 2 Gibson, William. Neuromancer. New York:
user does not interact. It is up to the user to carry However planned a navigation, it still retains a narrative, though not impossible. Having been Ace Books, 1984.
out the killings using the artist as a weapon. many freedoms that depend exclusively on the generated by the same search criteria, the im- 3 Manovich, Lev. The Language of New Media.
These persistent, ridiculous movements are user, such as the speed of exploration, or the ages often share an affinity that can contribute Cambridge (Ma.): The MIT Press, 2000, p.251.
more than just technical limitations: they are time when he decides to leave the room, not to to a coherent meaning. Eugenio Tiselli uses this 4 Huhtamo, Erkki. “Digitalian Treasures, or
both a formal device and conceptual basis for mention the level of production of meaning in method to build a navigable three-dimensional Glimpses of Art on the CD-ROM Frontier”, en
the entire piece. which he are inevitably involved.11 space in Buildspace (2004). When the user en- Hershman Leeson, Lynn (ed). Clicking In. Hot
There is a tendency to think that repetitions arise However, many interactive productions incor- ters the site, he has to type a word which shoots Links to a Digital Culture. Seattle: Bay Press,
from restrictions induced by technological lim- porate elements that favor indeterminacy as part off a series of images, provided by a search 1996, pp. 307-308.
its. However, this is not always the case. Many of their structure. The most basic one is provid- engine, that turn into monoliths within a vir- 5 The dialogic nature in the construction of
times, there is an aesthetic effect sought by the ing the user with navigation options. When the tual three-dimensional space. The interactor can meaning of interactive works has been studied
continuous repetitions of images, sounds and interactor is able to choose between different navigate this space and when he approaches the by Eduardo Kac - following the theories by
multimedia material. It is also often assumed paths, he opts freely for the travel preferences monoliths, this activates the link which allows Martin Buber and Mikhail Bakhtin - in his essay
that this kind of structure is found mainly in that will eventually give shape to their custom- one to jump to the site from which the corre- “Negotiating Meaning: The Dialogic Imagina-
productions for the Internet, which depend on ized version of the work. In Dennis Favero’s sponding image has been extracted. tion in Electronic Art” (1999), online:
bandwidth for the flow of information. But this CD-ROM discussed above, the user is able to Using a more sophisticated device, Christa 6 Giannetti, Claudia, “Arte e hipermedia:
is not true either. This redundancy appears even choose different points of interaction to build Sommerer and Laurent Mignonneau propose an Proyecto y proceso reactivo”, in Zehar, 31,
in works for CD-ROM and DVD, such as for the story; each choice provides a unique per- interactive navigation using images that the user Summer 1996.
instance, Cross Currents (1999), by Dennis del spective of it. But there is another level of un- transforms in real time in Haze Express (1999). 7 See: Dinkla, Söke, “From Participation to
358 Interaction. Towards the Origins of Interactive – and that was clearly obvious to anyone with the words have changed their meaning so radi- that it is bent on mythologizing the present. 359
Art”, in European Media Art Festival (exhib. their eyes quite open. cally that the first text – it seems inappropriate This action has at least two consequences: on
cat.). Osnabrück, 1995. We know that Europeans and North Americans to call it “original” – appears muted and dis- the one hand, it freezes the present, in con-
8 See my essay “La balada del navegante”, in can be a little absent-minded sometimes. But it tant. So what is the point of transpositions that tradiction with the dynamism and world-in-
Link_Age (exhib.cat.). Oviedo: Cajastur, 2001. is remarkable that Okwui Enwezor, a Nigerian seem impossible but which nevertheless exist? transformation supposedly celebrated by the
9 See the introduction of Samorost (2003), a – albeit a long-term US resident –, would not no- They can be used, for example, to be observed, Futurist; on the other, it naturalizes a histori-
work analyzed later in this essay. tice of the impressive display of technology that analyzed and criticized. Confrontations, asso- cal process – in the well-known Marxist defi-
10 There is a second version of this story in: cut through the entire exhibition both structurally ciations or critical distance is the least one can nition – hiding social, economic and political
11 This would be the level developed by Um- and visually. And that furthermore, when criti- expect by comparing the context that generated forces that animate the world’s technological
berto Eco in his book The Open Work (Cam- cism was leveled at the exhibition for seeming a discourse with the one onto which it has been metamorphosis.
bridge [Ma.], Harvard University Press, 1989). like one huge CNN news broadcast, or the Big transposed. Throughout history, this has been From his own materialist perspective, César
Brother’s control room, the curator took offence one of its main contribution to thought. Vallejo questions the myth of the machine, inso-
--- and concluded that the critics had not understood The advent of Futurism gave rise to an interest- far as it distracts the artist from his true purpose:
Mythology and Criticism. the radicalness of his proposal: that the images ing confrontation in Latin America. Marinetti’s revolution. It is an instrument, a tool, notable for
Technological Art shown in Documenta 11, on account of their po- maxim to burn the museums4 was not easily its effectiveness to transform but conforming
and its Display litical incorrectness, could never have been on transferrable to a region that generally lacked to the same reality as every other object in the
--- news channels such as CNN.2 such institutions. However, among Latin Ameri- world. Its uniqueness must not deviate the artist
Maybe we could agree with this last point. Nev- can intellectuals, the main cause of disagreement who is committed to the socio-political context,
In 2002, as curator of Documenta 11,1 Okwui ertheless, it seems clear that Enwezor had no un- was the Futurists’ exaltation of machines, which on which he should be bringing to bear his cre-
Enwezor focused on the large number of audio- derstanding of the old debate between form and evolved from an engine of social change to an ative and critical energy. His essay “Aesthetics
visual works being produced around the world content, or of one of the most obvious aspects of aesthetical motif or a new mythology. Vicente and Machinism” states:
that documented postcolonial processes and the technological universe that Marshall McLu- Huidobro takes this viewpoint in his essay “Fu-
resistance to the relentless invasion of multina- han coined in his famous statement “the medi- turism and Machinism”: The revolutionary artist has a different con-
tional capitalism. Through hundreds of hours of um is the message”. What was the “message” cept and feeling about machines. For him,
recordings, media reports, documentaries and of Documenta 11? The conflicts in a resistant, I believe that some of today’s poets are an engine or an airplane are just objects, like
independent films, the small German town of postcolonial world, centered on the discussions creating a new mythology, the mythology a table or a toothbrush, with just one differ-
Kassel played host to a vast range of societies in and negotiations of the practices, the operations, of the machine. This one is as nasty as the ence: the former are more beautiful, more
conflict, endless struggles, community traumas, and the political, social and cultural values of other is. I am sure that poets in the future useful and ultimately more effective for
situations of injustice and vulnerability, histori- globalized capitalism, or the world absolutely will recoil with horror from poets boasting creativity. That is it. If we follow this path
cal debts, and populations going through the colonized by the all-seeing eye of technology, endless locomotives and submarines, in the of hierarchical evaluation of objects in so-
painful process of forming or reforming after with its impositions, values and powers, and its same way as we are horrified by poems cial reality, the revolutionary artist adds the
some tragedy – accidental or otherwise. demands, reductions, virtualities and forms of stuffed with the proper names of other my- same again by placing them in the work of
All these events took place outside Kassel, and exclusion? thologies.5 art. The machine is not an aesthetic myth, in
for the most part, outside Germany. They were the same way that is neither moral nor even
mainly concentrated in regions we still classify The Myth of Art and the Machine Huidobro makes an interesting mental dis- economical. Neither would a class-aware
as being Third World, beyond all considerations Is a technological transposition possible for placement here: as mythologies of yesteryear worker consider a machine to be a deity
of posthistory, postcolonialism and postmoder- such contrasting realities as those tackled by become the past of our present, our present or kneel before it as a spite-filled slave, so
nity. However, they appeared in the impeccable Documenta 11? Or even more, is any kind of will be the past of the future, and in this past, therefore the revolutionary artist does not
rooms of Documenta on hundreds of video transposition possible? This immediately brings the machines will appear as commonplace and symbolize it as Beauty par excellence, as a
projectors, monitors, computers, audio devices, to mind Jorge Luis Borges’ “Pierre Ménard, Au- antiquate as Aphrodite or Zeus. Much else is new aesthetic prototype for the universe, or
data link-ups, automation and synchronization thor of the Quixote”, in which “Don Quixote” contained in this seemingly simple text. Be- as the unprecedented and unveiled muse of
systems, and technological paraphernalia that is rewritten, word by word, producing a com- cause the Chilean poet is also revealing that artistic creation. Neither has the Marxist so-
would have astonished the subjects of the vid- pletely different – and sometimes even opposite Futurism is not referring to any future real- ciologist made the tractor a totemic symbol
eos themselves – had they been able to attend – novel from the original.3 In their new context, ity – as its name would suggest – but rather of the proletarian family in socialist society.6
360 His fellow Peruvian, José Carlos Mariátegui, low them to avoid the political framework and tainable circulation of multinational capital, all new and unexpected uses, other than those 361
centers on the movement’s political aspects debate required by this process. form part of it. Regions such as Latin America sanctioned, users can rechannel the material
to reveal the Futurists’ scant understanding of show a particular discordance between the ex- world with which they interact, toward ar-
technological innovations, by thinking that the A Forum to Discuss Technology tensive homogeneity of new technologies and eas of their own choosing and according to
appearance of machines could go hand in hand This debate remains relevant today. However, the unequal, heterogeneous and conflictive hu- their needs or desires. Although this does not
with a new political doctrine without a material times have certainly changed, especially con- man substratum upon which they are rolled out. always happen, the horizon of possibility is
or social basis. In his essay “New and Old As- cerning the social base for the technological Being subsidiary to the centers that produce and broad enough to present key social and politi-
pects of Futurism”, he argues: adventure. In the early 20th century, technology develop such apparatus, the applications and cal potential.
could still fly the flag for democratic hope and uses, added to the region’s internal economic, In Vilém Flusser’s opinion – in reference to
The Futurist school, like those other schools community progress, while today it is in thinly- social and political problems, any possibility of photography but also applicable to any techni-
[Cubism, Expressionism, Dadaism], at- veiled partnership with the machinery of mul- considering technology as a unifying and neu- cal production – devices have an inflexible plan,
tempts to become universal. Because artis- tinational capitalism and technocratic thinking. tral reality is non-existent. Here, any discussion which imposes itself on the operator and defines
tic schools are imperialist, conquering and In his essay “The Idea of «Technology» and in which it is involved is necessarily tainted with from the outset the creative or productive possi-
expansive. […] The political program con- Postmodern Pessimism”, Leo Marx synthesizes relativities, tensions and debates. bilities.12 De Certeau, on the other hand, consid-
stituted a deviation in the movement, one of this process: Latin America occupies a non-place in tech- ers that this plan can be deviated, resisted, dislo-
Marinetti’s fatal mistakes. Futurism should nological development, a space of seemingly cated, its use altered, and that the device can be
stay within the field of art. Not because art To the republican revolutionaries of the derivative reproduction of processes, uses controlled for unforeseen operations, exploiting
and politics are mutually incompatible. No. Enlightenment, especially the radical phi- and forms that are univocally defined in areas the uncertainties within it, varying the context
Great artists were never apolitical. […] An losophes, science and the practical arts were where the technologies and tools are created. in which its results acquire meaning, subverting
artist immune to the agitations, concerns instruments of political liberation, essential However, this non-place does not imply an the original impositions that appeared to restrict
and anxieties of his people and his time tools for arriving at the ideal goal of prog- absence of place. As proved in contemporary its mundane functionality.13
is an artist of mediocre sensibility, of ane- ress: a more just, peaceful, less hierarchical, theory – as shown in Marc Augé’s work,9 and These operations encounter a particular use with
mic understanding. So we cannot reproach republican society based on the consent of by his followers and critics – a non-place de- technological art, where there is often deviations
Marinetti for having thought that artists the governed. […] But the advent of the fines a positive reality, a specific context in in the uses of devices, programs and tools, al-
must have a political ideal. However, we concept of technology and of the organiza- which it is possible to act, although differ- though not always for subversive or critical pur-
must laugh at him for having supposed that tion of complex technological systems co- ently than in the centers. From a political per- poses. On the contrary, a great fascination exists
a committee of artists could improvise a po- incided with, and no doubt contributed to, a spective – rather than Marc Augé’s anthropo- for the technology’s «possibilities» yet it is seldom
litical doctrine over and after a dinner cof- subtle revision of the ideology of progress. logical one – the concept of non-place can be questioned, and therefore it simply prolongs the
fee. An artist’s political ideology cannot be […] The simple republican formula for thought of in terms of these non-places’ own capacities imposed from the origin, without even
more than gatherings of esthetes. It must be generating progress by directly improved activities; activities that are inherently critical proposing alternative perspectives or options.
an ideology that is lively, emotive, humane technical means to societal ends was re- in the sense that they develop on the margins
and truthful. Not an artificial, literary and placed by, or rather was imperceptibly of the official ways of acting and thinking.10 The Myths of Technological Art
false conception.7 transformed into, a quite different tech- Inspired by the Situationist theories of dé- The transposition of technology onto aesthetics
nocratic commitment to improving «tech- tournement, Michel de Certeau proved how – an unexpected application – holds an enor-
It might seem contradictory that intellectuals nology» as the basis and the measure of unforeseen uses of specific materials, proce- mous critical potential. But this potential must
from Latin America – where technology was so […] the progress of society.8 dures or objects possess the capacity to trans- be realized; it is not a direct consequence of the
necessary – should take such a critical stance. form reality, leading to material and political transfer process. In fact, a large amount of so-
However, they were not at all reactionary. The displacement of social to technological modification of social and cultural products, called technological art, especially in spectacu-
Huidobro, Vallejo or Mariátegui did not oppose progress is not a replacement but a concealing. and opening up the way for positions that lar displays, not only does not contribute to the
to the changes promised by the technological The current technological ecstasy does not lack range from creative or functional innovation thought-provoking and liberating aims of art but
development per se, but to the unquestioning a more-or-less evident social base or political to resistance and critical intervention.11 For also reinforces systems of thoughts, values and
and fawning attitude towards it. In their writ- model. Unfinished modernization, the difficulty the French philosopher, détournement can be power that are often reactionary and past their
ings, it is possible to witness their commitment in accessing to technological resources, new so- a transformative practice that turns the con- sell-by-date, not to mention anachronistic and
to their time, a firmly-held one that did not al- cial exclusions, computer illiteracy, the uncon- sumer into an active producer. By finding even dangerous.
362 The socio-political framework of current tech- it serves as a contrast to the hyper-technological Fascination with technology has always been Without criticism or at least rebellion, without 363
nologies is apparent even in their aesthetic universe that surrounds us, questioning it by its a fatal trap for artists. The history of art shows creating a shocking contrast of values or at least
manifestations, inducing values and meanings simple discordant presence; on the other, it con- that works that rely exclusively on its properties unveiling something, without commitment or
that pulsate within technological artists’ works stitutes a resistance to admit non-critically the and effects ages as quickly as the technology at least reflection, these displays of spectacular
and practices. Artists must learn to struggle gymnastics of severing material and emotional itself. The need to react swiftly to any novelty, technology contain no other meaning than the
with technology in order to avoid becoming ties as required by the business frenzy of con- the worship of the “pioneer” and the overrating elevation of technology to Olympian heights.
unwitting accomplices – in the same way as tinuous technological replacement. This opposi- of innovation means that many artists’ work be- Are we truly able today to understand the mate-
the curator of Documenta 11 – of the system in tion to the mandate of waste has some very spe- comes commonplace as quickly as the spread of rial basis of our technological world, or has its
which they are immersed, despite their efforts to cific implications when considered against the its underpinning technology. In such cases, art process of social and financial immaterializa-
separate themselves from it. The technological backdrop of increasingly precarious living con- ceases to exist – if it ever existed. Technology tion been so complete that we assimilate it like
weigh of a piece of electronic art entails a judge- ditions facing a large proportion of the world’s not only tests these limitations; it also checks a work of fiction and we consider ourselves as
ment on today’s world, its geopolitical mapping population. It is no accident, therefore, that the how well the artists’ can understand its meaning. characters in the story? Although the answers
and its dimensions of power, which cannot be low-tech devices are often found in the work of New technologies bring with them the image are not always obvious, any artist working with
ignored. These are even more apparent when Latin American artists. of modernity, or even a peephole into the fu- technology cannot ignore this question.
technology is championed as a protagonist. Large-scale technological exhibitions require ture. Today, no international art exhibition or
Exhibitions that incorporate technological artis- commensurately large human, material, and biennale can consider itself truly contemporary I have Seen the Future and it doesn’t Look
tic work still generate a frisson of novelty. Even technological resources. The high financial without at least one technological work. Orient- Like the Past, Or does It?
when monitors, computers and video players costs involved are noticed by viewers who often ed toward promotional and immediate impact, If we compare the euphoria of the Futurist for
are relatively common today, they still attract lack the most basic needs, and by those aware of such events frequently resort to electronic or machines and their almost automatic devotion
attention in museums and art galleries. Their ap- the inequalities caused by the unequal distribu- digital works, not out of genuine interest but be- to their potential and goodness – passing over
pearance in other areas, such as in public spaces, tion of wealth associated with the spread of digi- cause they are likely to seduce a curious public, their warmongering, macho and authoritarian
can accentuate their uniqueness or innovation – tal and electronic technologies. We should not positioning them as reference points in the most connotations – to some artists’ penchant for cur-
especially if the context is alien or not clearly underestimate the contrast between these events up-to-date realm of artistic production, and at- rent technologies, little seems to have changed
linked to the technological world. Devices that and some sectors of society, deepened by the tract private sponsorship, mainly from large over the past century. Even with a historical
are more sophisticated further widen the gap growing interest of artists – and the will of new technology companies. The anxiety about being perspective and critical distance not available
between the artistic work and its semantic and technologies – to feature in public spaces. For contemporary has become almost a duty, both to the Futurist, we seem to have been unable to
social environment, proposing themselves as a fundamental contradiction exists: on the one for institutions that aspire to maintain a steady capitalize on all this experience in building up a
agents of a renewal toward which they would hand, there is an attempt to attract and involve flow of visitors and a healthy budget, as well as critical perspective of our past and present, or on
appear to consecrate the world and its future. people in an aesthetic experience, but on the oth- for artists and curators who must work within projecting our technological destiny.
This cult of novelty – a bad habit that the mod- er, their economical exclusion in emphasized. this context. The writings of Huidobro, Vallejo and Mariáte-
ern world has yet to kick – promotes a view of In this distribution of places, technological art- The use of the latest technology gives a high- gui could almost be repeated today word by
vital experience that is linear and progressive, ists are unwittingly always on the side of power tech feel to any exhibition, a sense of modernity word, replacing the myth of the machine with
rootless and ephemeral, where each event is re- – the same power that dislocates, separates and that quickly becomes a premonitory notice or that of technology, and nobody would notice.
placed by the next in an endless sequence. This excludes. Therefore their work cannot avoid a demonstration of futurology. The exhibition How is it possible that today we have lost that
process of relentless replacement is reinforced analyzing this situation; it must take a critical therefore appears like a prophecy of things to capacity to reflect on electronic arts? Why have
by technology. We are accustomed to worship- and even ethical position, and an effort must come, separating itself dangerously from the we orphaned that provocative legacy that con-
ping the new and casting off the old without be made to prevent their work from becoming artistic past and the immediate context, and as- stitutes one of most acute contributions of Latin
weighting up the value of things, not just in instrumental. Artists that merely promote new cribing to a completely superficial approach to American thinking toward the understanding of
financial but also in historical and emotional technologies are cohorts of a system based on the avant-garde. Superficial because, instead of global historical processes?
terms. human segregation and financial massacre, a questioning artistic institutions – which is what Critical perspectives on technology and today’s
I have referred to the tendency of some artists to system that uses art as an effective means of the avant-garde did in the past –, these shows world certainly do exist, in both quantity and
use obsolete, useless or outdated technologies as achieving perpetual growth and is helped on its simply strengthen them, as the ideal platforms quality, mainly within the fields of social and
a political statement.14 This low-tech approach way with each thoughtless and uncommitted for demonstrating all kinds of power: institu- political theory. But the art world, having al-
works on a number of levels. On the one hand, work of art. tional, political or economic. lied itself ever closer with technology, seems to
364 have lost the ability to formulate its own critical (Endnotes) Photography. London: Reaktion Books, 2000. with true critical resistance. There is a piece by 365
viewpoint that is not subsumed by the exaltation 1 The Documenta 11 exhibition was held in 13 See my essay “The Discovery of America Gonzalo Díaz in which he has built the word
of technology’s spectacular impact and potential Kassel, Germany, between June 8 and Septem- Will not Take Place. Latin America as Parody”, “resistance” with an electrical resistor (Resis-
to astonish but not to stimulate reflection. This ber 15, 2002. in Doesn’t Know / Doesn’t Answer. Contempo- tencia, 1999). Here the metal’s opposition to
is even more notable in the large-scale techno- 2 During an interview for a newspaper, Enwezor rary Photographic Practices from Latin Amer- the circulation of electrons produces energy and
logical art projects that are not able to root them- explains: “Why do so many people see it [Docu- ica. Buenos Aires: Arte x Arte, 2008. heat; an act of negativity turns into a transformer
selves in their geopolitical and cultural context. menta 11] as superficially like CNN? They are 14 See my essay “In Praise of Low-Tech” (in- of surrounding thermic conditions, turning the
Once upon a time, art was a space in which to right, in the sense it was evocative of CNN, but cluded in this book). word into a tool with multiple conceptual, po-
question evidence, to design alternative reali- by contrast: it was anti-CNN, because it wasn’t etical and political connotations. In 1971, Juan
ties, to experiment with other forms of perceiv- about giving a pre-digested diet of news and in- --- Downey cultivates a garden in the basement of
ing and understanding the material, spiritual or formation but involving the public in an attempt Resistances, Uses and a New York art gallery, keeping it alive by fer-
sensory world, to release thinking from ideo- to create a new ethics of looking and representa- Détournements: tilizing it with Chilean sodium and potassium
logical structures, to encourage constructive and tion” (Valeria González, “Interview with Okwui Schools of Subversion nitrate (Chilean Nitrate of Soda Potash, 112
transformative capacities, to promote reflection, Enwezor”, in Pagina/12, Buenos Aires, Decem- --- Greene Street Gallery). This salt from his native
debate, rebellion, disagreements and revolution. ber 3, 2002). country thus becomes a source of life beyond
Times have changed, for sure. However, one 3 Borges, Jorge Luis, “Pierre Ménard, Author Used in different contexts, the word “resistance” its territory.
cannot say that there are no artworks or techno- of the Quixote” (1939), in Fictions. London: takes on the most disparate and contradictory Territorial issues are key aspects as soon as
logical-artistic practices that follow these paths Calder, 1965. meanings. To put up resistance may be a heroic we think of technological distribution and its
or that have even updated them with a deep un- 4 Formulated by Filippo Tomasso Marinetti’s act, but also a way of opposing to transforma- geopolitical projections. The inequality of its
derstanding or contemporary reality. That this Futurist Manifesto in 1909. tions and promising or necessary changes. The worldwide expansion – the product of a glob-
already exists is fortunate for the world in which 5 Huidobro, Vicente, “Futurismo y maquinis- anthropological field sets great store on cultural al capitalism that bases its policy on breeding
we live and for those of us who still have confi- mo”, in Jorge Schwartz (ed.). Las vanguardias vestiges resistant to – or resilient against – van- and deepening differences – determine experi-
dence in the enormous critical and transforma- latinoamericanas. Textos programáticos y críti- ishing, whereas in psychoanalysis, to put up re- ences of dislocation that promote two spheres
tive potential of art. cos. México: FCE, 2002. sistance implies not accepting the impulses or of relation to power. On the one hand, that of
These artworks and practices must be noticed. 6 Vallejo, César, “Estética y maquinismo”, in motivations that define us. For this reason, the nomadic capital, reliant on economic globaliza-
They must not be cancelled out by formalist and Jorge Schwartz, op.cit. word “resistance” almost invariably calls for a tion to constantly broaden its territory; on the
technocratic discourses that perceive them just 7 Mariátegui, José Carlos, “Aspectos nuevos y qualifier: we speak of armed resistance, passive other hand, that of the exiled, who, having no
as an opportunity to pay tribute to the virtues of viejos del futurismo”, in Jorge Schwartz, op.cit. resistance, critical resistance. space of their own, live in a continual experi-
technological progress. Neither must they be de- 8 Marx, Leo, “The Idea of Technology and In the technological domain, resisting may be ence of privation of place. In its growth, con-
railed from their critical objectives and present- Postmodern Pessimism”, in Ezrahi, Yaron; either a reactionary or a critical sign: reaction- temporary technology repeats the dialectic of
ed as “cheeky” displays by some artists who aim Mendelsohn, Everett, and Segal, Howard (eds.). ary when technological innovations are flatly expansion and marginalization, the rift between
to question aspects of the technological universe Technology, Pessimism, and Postmodernism. rejected, that is, without one’s taking the trouble some centers of production and technological
while being subjected to it. For this to happen, a Amherst: University of Massachusetts Press, to understand the potentialities or paths they development, and some peripheral areas slated
critical framework is needed to accompany the 1995, 19-20. open up; critical, when analyzing their possibili- for consumption and application. From this per-
artists and their work; a framework that serves 9 Augé, Marc. Non-Places: Introduction to an ties and effects, and in the context of a situated spective, Latin America occupies a non-place
to give resonances to their projects, to challenge Anthropology of Supermodernity. London: Ver- thinking, one points out their limitations or ad- in technological development, a space of ap-
and analyze their goals, to frame their thoughts, so, 1995. verse consequences. There are few artists who, parent reproduction deriving from procedures,
and to shake them free from the myth of tech- 10 See my essay “Resistances, Uses and Dé- like Nam June Paik, have resisted technology by uses and forms unambiguously decided in the
nology once and for all, with commitment and tournements: Schools of Subversion” (included penetrating its deepest secrets, understanding its settings where technologies and tools originate.
responsibility. Otherwise, our only option will in this book). idiosyncrasy and functioning. “I use technology Yet this non-place is not an absence of place, but
be to rue the passing of a critical era, forgotten 11 De Certeau, Michel. The Practices of Ev- in order to hate it more properly,” declared the rather a site from which it is possible to articu-
and betrayed. If we can develop that framework, eryday Life. Berkeley: University of California Korean artist, putting his esthetic program in a late thoughts with due critical distance.
perhaps we can help the past throw light onto a Press, 1984. nutshell. The history of art offers interesting examples
different future. 12 Flusser, Vilém. Towards a Philosophy of Artists tend to be the best guides to thinking of non-places fostered as spaces for criticism
366 and reflection. In 1921, the Dadaists went walk- ing cracks in alien territories. It behaves like a to subvert an established system or institution”. subversion recaptures its political productivity 367
ing toward the most banal sites in Paris, such ruse, like exploitation of an occasion or of an Here, the subversive attacks not the people but to the extent that it assumes a stance of critical
as empty lots and public lavatories. Their pas- opportunity through which filter some practices rather established power. And it is clear that, resistance.
sion for the unusual and the absurd led them to and unforeseen meanings, beyond the control of when that power has not been obtained by licit
expose the marginal and the occult in the City those who had devised precise instructions for means, subversion in no way affects the power (Endnotes)
of Lights, questioning its facade as a modern, such operations. or legal authority of a people that is not repre- 1 For more information about these practices
functional, ordered city. Years later, the Surreal- In his photographic series Gambiarra (Foot- sented in it. see: Careri, Francesco. Walkscapes. Walking as
ists took chance routes through the same urban lights, 2000-06), Cao Guimarães demonstrates To return to our main theme, détournement may an Aesthetic Practice. Barcelona: Gustavo Gili,
site, and the Fluxus artists much later followed a popular inventiveness in averting and altering be understood as a subversion in this latter sense, 2002.
suit in New York.1 the fate of disused daily objects and materials. that is, as an operation that undermines the au- 2 De Certeau, Michel. The Practices of Every-
The aimless excursions through big cities are In the numerous devices created from available thority of some uses and pre-established values, day Life. Berkeley: University of California
theorized by the Situationists in their Theory elements and disposable products designed to with all the political implications that entails. Its Press, 1984.
of Dérive [Drift] and other texts, in which they solve immediate needs, occasional problems or critical efficacy depends on the consciousness it 3 See my essay “In Praise of Low-Tech” (in-
propose some playful actions and a diverting of esthetic or decorative needs, we perceive a tal- may generate in users concerning its capacity to cluded in this book).
established activities and daily functions as a ent for revealing various subsidiary uses which change the course of an overdetermined reality 4 See my essay “A Fragment of Technological
procedure for disrupting conceptions, ideas and emerge only out of grasping the transformative through alien uses and values. Body”, in Casares, Nilo (ed.). La máquina po-
perceptions of ordinary reality. Moving from potentiality of reality that dwells in each of us. When Esteban Pastorino takes aerial photo- drida [The Rotten Machine]. Badajoz: MEIAC,
the habitual toward the risky and unexpected At this point, I would like to salvage the con- graphs by mounting a camera onto a kite, he 2010.
makes for new configurations of meaning for cept of subversion, since it has been a sort of resorts to a cunning that relativizes the techno-
objects and known situations, which allow us to specter or phantasm of Latin America’s military logical sophistication of the spectacle industry ---
glimpse alternative ways of conceiving of their dictatorships, with their sensitivity to deviations while giving free rein to the critique implicit in Your Computer is a Battlefield1
nature and functioning. in action and thought. The word has a rather low-tech resources.3 In Atari Noise, Arcángel Technological-Political-
Inspired by the Situationist theories of détourne- ambiguous meaning in Spanish. According to Constantini salvages an obsolete technical de- Cultural Tensions in the
ment (drift, deflection, diversion, rerouting, hi- the 20th edition of the dictionary of the Spanish vice, counteracting the gymnastics of emotional Era of CITs
jacking, ‘misappropiation’), Michel de Certeau Royal Academy, subversión [subversion] means detachment to which incessant technological ---
confers on the concept of “use” a capacity to “upsetting, disrupting, stirring up, destroy- renewal accustoms us. For his part, Brian McK-
transform reality. In his book The Practices of ing, particularly in the moral domain”; in the ern questions the invalid status of superannuated The Operation Field
Everyday Life,2 he points out how altering the same text, a subversivo [subversive] is defined technologies when he decides to sell his time- Technical and technological transformations
uses of objects, abilities and practices can lead as someone “capable of subverting, or tending worn personal computer as an antique and not have been, throughout the years and at differ-
to material and political modification of social to subvert, especially the public order”. Curi- as some throwaway item (in the auction of the ent degrees2, the root of deep social, political
and cultural products, paving the way for stanc- ously, there is a sort of assimilation of morality rotten machine).4 These operations perform a and cultural mutations. History is riddled with
es that range from creative or functional innova- to public order, two areas of social construction true labor of critical revision, in their unexpect- significant examples. It is widely known that
tion to resistance and critical intervention. Thus, yet different in nature (one based on custom- ed refusal to accept the promises and values of the printing, after stabilizing the writing and
détournement may be a transformative practice ary values, the other on a normative structure), capitalist technological ideology. expanding the field of its wide circulation, in-
that turns the consumer into an active producer. inasmuch as they are characteristic goals of the From this perspective, the dichotomy presented fluences the development of culture and knowl-
In this way, the transformation of the viewer into subversive. In this sense, and in defense of mo- earlier between the sites in which technology edge, rearranging hierarchies, values and disci-
a user in the domain of electronic arts may be rality and the public order, military dictatorships develops and those to which it is applied grows plinary fields; as it is the effect of musical nota-
considered not only the path toward stressing have operated “for the people” in pursuing and fuzzy, in so far as certain appropriations or dis- tion and its future record over the organization
his creative faculties, but also the way towards annihilating cores of subversion. placements are able to execute variations that of the sound aesthetic universe, which not only
exalting his productive and critical qualities. At In English, the definition of the Oxford Diction- transform, disrupt, or renovate the technologi- modified the musical composition, interpreta-
the same time, in De Certeau’s theory, détour- ary establishes that the verb “subvert” means cal program. Equally important as the designs tion and reproduction, but also disrupted the
nement is a tactic, a mode of conduct of whom to “undermine the power and authority of (an elaborated in the centers are the re-routings ar- rules of music, when displacing it from its initial
does not overmaster a place and, as such, can established system or institution)”, while a rived at in the periphery, in those de-localized ritual function towards the commercial product
proceed only by taking advantage of the gap- “subversive” is “someone seeking or intended yet critically active non-places. Areas where of today.3
368 Those transformations are rarely immediate or The True Capabilities of cultural production. Internet favors the un- technologies persists, dismissing those “true” 369
evident. When dealing with changing behaviors of the New Technologies limited exchange of digitalized products like no potentialities in the sense described by Krämer.
or cultural habits, their effects may take a long Nothing different happened with contemporary other means has done before. Today, the limita- Therefore, CITs cannot be considered detached
time to come up, to the extent that such processes Information and Communication Technologies tions to this exchange lie almost exclusively in from socio-political contexts where they mani-
usually imply a sustained evolution. On the other (CITs). From their beginnings, they were con- the defense of figures and privileges related to fest. These emphasize a permanent tension, a
hand, many times the same dynamics of the tech- ceived as tools that might facilitate, expand and the systems of cultural production that the in- conflict between the technological development
nological innovation entail the initial difficulty of promote human intercommunication, improv- formation technology should replace if it could and the sociocultural frames of knowledge, as
its social adaptation, due to the novelty of the ap- ing tasks previously carried out by other means. develop those “true” capabilities. On the other well as tensions and conflicts which should be
plication field introduced. This fact has produced Their current potential – and that which still has hand, there exists the resistance of the cultural in- the starting point for an authentic theory of the
different kinds of deviations, dismemberments to be discovered – only appears when that idea ertia and that which introduces the social dynam- contemporary world, and not the appendix of
and delays in the genuine4 use of new means or fades away, while the specific properties of their ics that outline the processes of internalization, hypothetical formulations based on the dynam-
devices, which can only be evaluated through the devices are taken into account. accumulation and circulation of information ics of developed countries.
historical perspective. Thus, when Edison pat- According to Sybille Krämer, “The first decades and knowledge, which are essential factors in
ented the phonograph in 1877, he did not think of in the use of information technology were domi- geographical environments where technological Technology, Representations and Values
the chance to use it for musical production, dis- nated by the interpretation of the computer as distribution is scarce or unequal. The cultural in- The CITs introduce another factor of importance
tribution and marketing, despite being the ideal a tool. From that perspective, the uses of the ertia does not exclusively refer to the persistence that in some way stand out compared to the rest
means for such purpose. He thought it would be computer were limited to the borders of a ter- of writing and reading as the privileged ways of the technologies. Unlike most of these, the
useful to store political speeches, exemplary lec- ritory established by previous techniques. […] to access the technological universe, but also to user is not external to them; he is involved in
tures, familiar voices and even music, but with Considering the use of the personal computer the impositions of a market economy which still many ways, through interaction, the avatars,
the only purpose of keeping them, not distribut- in the horizon of the instrumental exploitation considers the Internet as a great store for virtual the user registries, the mechanisms that incor-
ing them or reproducing them unceasingly.5 Re- means carrying out with the computer a series purchases and the digital distribution of cultural porate his image (such as web cameras), the
gardless of his commercial approach, he could of tasks that men can do without it as well, but products as a threat for commercial benefits. virtual representations of his environment, the
not foresee some uses which would only turn up can be done more easily or efficiently because Social dynamics plays a key role that is rarely creation of individualized digital universes. The
with time, after the industrial capitalism. of it. The anthropomorphic bipolar scheme is taken into account when speaking about the operations used in this virtual environment have
In other cases, the new technological devices not modified from an equivalence of functions qualities of the “societies of knowledge”. The consequences on the world beyond the screen
could only be understood initially due to the between human beings and machines. This cre- problem with most of the theories related to new which can sometimes harm values, collective
leading criteria of the previous related means. ates a scale in which what human beings keep technologies and the contemporary world is that imagination, senses, and cohabitation and life
Hence, the first pictures followed the composi- and what the machine should do are reassigned they are not usually situated, and consider the rules. It gets more and more difficult to estab-
tional rules of painting, the first movies adhered with every new invention. Therefore, the as- persistence of graphic and oral productions as lish the borders between what happens inside
to the tradition of literature and drama, and the sumptions that this perspective does not allow mere residue of the technological progress. The a computer and beyond it. For example, the
first videos found a common narrative in TV the true capabilities of the computer to manifest map is much more complex, not only because of woman sentenced in Japan for hiring a killer to
production.6 At the beginning, Internet was a arise. They are considered true because they do the deficiency and inequality in the distribution kill her husband in Second Life, as well as the
great encyclopedia, and the e-mail replaced the not have parallels, that is to say, nothing which of CITs, but mainly, because in many regions of cannibal who found a person in a chat to eat it.
written mail and phone communication. the human being has done previously is saved the world literacy processes on which the pro- There are lots of cases – more or less extreme –
These examples prove that the potential cultural or improved, hence, the computer is used for a ductivity of these technologies depend have not of interconnections between the reality and its
transformations of any kind of technology only purpose that could not be created without it”.7 been developed yet. In wide sectors from Latin computing transposition, which involve stan-
occur after a difficult negotiation with the en- The difficulties for the development of these America, for example, school programs do not dards, interests and values. When these are too
vironment in which they develop. Although in “true” capabilities of information technology include information technology literacy yet, rooted in the society, it is understood why their
retrospect we usually refer to the cultural impact are not exclusively due to the incapacity of de- basically because the schools do not have the questioning is resisted and a resistance to the
of a certain technological innovation, the truth signers, programmers or users to discover some necessary technological infrastructure to teach it. “undesired” effects to technology is caused. Ac-
is that this impact is only possible if its conse- intrinsic properties still uncertain. In a large de- But in schools where there is infrastructure, stu- tually, the digital universe is creating its own set
quences are in some way co-opted by the society, gree, they are due to the fact that this develop- dents are taught to use the computer to write re- of rules and values, while it modifies social and
and through it, by the political-economic system ment would imply modifying some functions, ports or to use the Internet to search for encyclo- interpersonal relations, ways of behaving, per-
in which it prevails. uses and values strongly rooted in the domains pedic data. The instrumental nature of the new ceiving and comprehending the reality, cultural
370 habits, precepts and hierarchies. In this process, out further ado. They are the result of a negotia- tion, a tension through which both the society The true sense of public benefit with regard 371
many valuations and prejudices dissolve but tion with the socio-cultural context that admits and technologies adjust, feedback and trans- to the Internet comes from the work of hack-
others are created as well. some uses and discards others, within the frame- form. Regardless of the most evident influ- ers, collective program developers, fighters for
Donna Haraway warned this fact in her famous work of a permanent experimentation of values, ence of the new technologies on contemporary freedom and for complete access to the net, the
“A Cyborg Manifesto” (1985),8 demanding a inconveniences and benefits derived from their world, a phenomenon such as the piracy of cul- promoters of copyleft and all multiple ways of
political response to the reinvention of nature potentialities. tural products exposes a deep transformation of sharing information and knowledge. Together
implicit in the schedules of the new technolo- If we pay attention to the consequences of the some core values of modern societies. I do not with this group of enthusiasts and activists, an-
gies. According to the her, if an active position is introduction of the new technologies into the mean the violations to copyright, which in any other group emerged devoted to practices often
not adopted considering the deep cultural trans- cultural field, it is easy to see how most of them case it is a minor consequence of this process. considered criminal, such as designers and col-
formations undertaken, with their commercial depend much more on the social rooted uses Rather, it is about the recovery of some uses of laborators of sites to share music, films, texts
interests, uncertain scale of values and power than on their intrinsic characteristics. The vast public space and the emergence of a conscious- and programs, people who digitalize and make
will, we run the risk of supporting the creation reproduction of digital files which are in the ness about the right to cultural property, which that production accessible, producers and trans-
of a universe based on the same prejudices, in- data base of the piracy of music, films and im- pushes to the limit of violating strong political lators of subtitles, etc.
equalities and power relations as the ones we ages would not have reached the current scale and economic impositions, questioning the defi- Beyond the discussions about the legality of
already know, or ever worse. if it did not rest over the value that these prod- nition of criminal practices through an action in these practices, the truth is that in many of them
The frictions between the technological de- ucts have acquired in the context of the soci- which the desires and their civil limits, rights there is a clear sense of the construction of a
velopment and cultural values come up again ety of mass media, before the introduction of and duties, what is considered right and wrong, public cultural benefit through the tools offered
where this process of transformation seems to the digital technologies. Most of the electronic are all confronted. by the new technologies. Although it is true that
take place regardless of any social agreement. games are based on board games, sports, films The most important theorists of the contempo- most of the users who download cultural materi-
According to Leo Marx, the replacement of the and vehicles easily recognizable; an amuse- rary world have noticed how neoliberal politics al use it for private purposes, we should not un-
social sense that the concept of technological ment such as The Sims is based on doll houses have contributed to the abandonment of the derestimate the job done by people who work to
progress used to have in the humanist thinking, and Tamagotchi was the simplified and digital public space through the privatization of areas collaborate in the distribution and complete ac-
with the technocratic and commercial concept transposition of a pet. that were formerly common, the implementa- cess to culture, education and history. Therefore,
of a technology that only progresses in the sense The claims for copyright, the collective au- tion of closed and guarded collective places, the we find sites dedicated to weird and experimen-
of its material survival and of the capitalist in- thorship, the growth of social networks or the speeches about insecurity and the contempt of tal films, to ephemeral TV production, to the
terest, has aroused suspicion and a pessimist telematics sex, emerge from the social uses of an urban life increasingly populated by the mar- rescue of historical documents, to the construc-
perception on the benefits of technological de- the new technologies and not from their own ginal ones of the economic system (homeless, tion of a heritage of Latin American music or
velopment.9 The most negative consequence in characteristics. Even if you think about the 2.0 beggars, cardboard collectors, demonstrators, the access to sold out books or books in different
this process is the lack of trust in the possibility users, encouraged to produce contents through etc.).10 From this perspective, the resolution to languages with limited circulation. Without the
to influence it, to assure basic social and cultural the resources of friendly graphic and audiovisual current world problems is found in homes, pri- contribution of all these people, who offer their
rights that may recover the humanist sense of editing provided by the 2.0 web, it is evident that vate spaces and individual consumption, known time, work and many times their money, maybe
the technical progress. The trouble with this an- their need of expression is mainly nourished by as the panacea of security and control. there would not exist a sense of the Internet as a
tagonism is not to comprehend that CITs are not the restrictions to manifest in a social level, the In its beginnings, the Internet was an intercon- public realm, or as a space where everyone can
disrupting the cultural universe but – maybe in a need to build an individual space in the alienated nected, interactive and pluralistic space, but it access, but as a place of cultural, historical and
higher degree than previous technologies – they global world or the “fifteen-minute fame” that was not exactly a public area. Its productions personal appropriation.
are representing a cultural fact, and as such must Andy Warhol talked about, rather than on the ac- favored the navigation in databases, hypertex- This process takes place within the framework
be socially accepted. The history provides many cess to the new tools. tual readings, virtual marketing and even ex- of a controversial legality, where the limits set
examples of technologies that, as they were not change of messages, but there was not a sense by the modern civil society start to tense, ques-
incorporated by the people, simply disappeared The Negotiation of Rights and the Redefini- of public property, although its access was tion and redefine, and where the divergences
or were set aside for a restricted and exceptional tion of Public Benefit massive and global. The 2.0 web improved the between the rights that people believe they have
use: stereoscopic photography, holograph, vir- These does not mean that new technologies do interrelations and ways of joint and interactive and the ones that the States and companies are
tual reality, among others. not introduce anything new or that everything creation and participation, although at times willing to grant, start to come to light. Even if
The alleged characteristics of the new technolo- they produce at the socio-cultural level should that participation and interaction were more there is no consciousness of this, the power to
gies are not put into practice or manifested with- be previously supported. There is a true negotia- fictitious than real. take over the cultural appropriation freely, to
372 make it available or to share it – practice insidi- Technologies, History, The collection includes images of the Here, the rights of image exhibition or repro- 373
ously qualified as piracy –, brings about a po- Memory and Freedom. Wright Brothers in flight, JFK Jr. saluting duction work as mechanisms that allow to block
litical questioning to some civil, economic and The discussion about copyrights, the systems to his father’s coffin, important images from history and memory. As such, their discussion is
legal rules, and urges its reconsideration and share digital files or the practice of piracy are the Vietnam War, and Nelson Mandela in far from being en economic or legal case, or the
redefinition. This is one of the basic character- the visible pictures of a deeper discussion about prison. Gates also owns two other photo problem of an individual or a government. The
istics of the public sphere according to Jurgen the right to culture and education, and about the agencies and has secured the digital re- same happens with many other measures de-
Habermas:11 to situate between the public and role of corporations and governments in this production rights to works in many of the signed to “readjust” the production or the mar-
the private, to question the decisions made by field. Although they are presented almost exclu- world’s art museums. At present, Gates ket before the introduction of the information
the States on behalf of the population, to defend sively as a technical matter related to legal and owns the rights to show (or bury) an esti- technology, which is the case of the famous dig-
the interests in common beyond the specific in- economic issues, the truth is that they widely mated 65 million images. ital canon.13 This tax not only affects the pocket
terests, and to monitor the State when this does exceed this field including rights that the States of the consumers of information technology de-
not happen. are obliged to recognize but they do not, and Kabul, Afghanistan, October 7, 2001. vices, but also, and mainly, some of their rights
One could question why the practice of piracy even other rights which for being so basic are As darkness falls over Kabul, the U.S. such as education and freedom. The rise in the
is so widespread despite the multiple warn- not ruled, such as the right to a common history launches its first airstrikes against Afghani- cost of computers, peripherals and storage sys-
ings and actions against it. Although the liberal and a shared memory. stan, including carpet bombing from B-52s tems this canon involves, establishes that these
thinking considers that it could be as harmful as In the work The Lament of the Images (2002),12 flying at 40,000 feet, and more than 50 elements, essential to technological literacy, are
the increase in urban criminality, clearly we are the Chilean artist Alfredo Jaar quotes some elo- cruise missiles. President Bush described even further from the purchasing possibilities of
not in the same situation. First of all, we could quent events: the attacks as “carefully targeted” to avoid people with limited economic resources – and
think that the piracy of the cultural production civilian casualties. yet in public schools – preventing their access to
involves a certain conception of culture. In my Pennsylvania, USA, April 15, 2001. Just before launching the airstrikes, the U.S. minimum education in information technology
opinion, it only appears when the society is It is reported that one of the largest collec- Defense Department purchased exclusive societies. What are the legislators of a country
able to comprehend that there exists a right to tions of historical photographs in the world rights of all available satellite images of Af- like Argentina thinking about when they decide
culture and so it breaks the legality of a system is about to be buried in an old limestone ghanistan and neighboring countries. The to apply taxes of these characteristics? Do they
that complicates the access to those benefits, de- mine forever. The mine, located in a remote National Imagery and Mapping Agency, a consider the duty the government has to assure
spite the warnings about the criminal nature of area of western Pennsylvania, was turned top-secret Defense Department Intelligence the basic rights stated in the National Constitu-
this act. In this process, the concepts of law and into a corporate bomb shelter in the 1950s unit, entered into an exclusive contract with tion, such as the right to education? Clearly, they
crime, public and private property, limitation and is now known as the Iron Mountain Na- the private company Space Imaging Inc. to do not think about this and the people know it.
and access, are open to a political consideration, tional Underground Storage site. purchase images from their Ikonos satellite. Therefore, when we face practices of civil dis-
which seemed inactive. The Bettman and United Press International Although it has its own spy satellites that obedience such as piracy or the smuggling of
In the meantime, multiple incomprehension and archive, comprising an estimated 17 mil- are ten times as powerful as any commercial information technology products, can we say
contradictions appear. The recording industry lion images, was purchased in 1995 by of ones, the Pentagon defended its purchase of that people are willing to commit a crime? Or
goes on editing music in CDs when 80% of mu- Microsoft chairman Bill Gates. Now Gate’s the Ikonos images as a business decision should they be considered within the framework
sical players manufactured today only admits private company Corbis will move the im- that “provided it with excess capacity”. of people’s right to education and culture?
files in MP3 format, which is almost an invita- ages from New York City to the mine and The agreement also produced an effec- Finally, the canon is based on some alleged
tion to piracy. The tightening of the defense of bury them 220 feet below the surface in a tive white-out of the operation, preventing economic losses of the cultural industries with
copyright hides some suspicious practices from subzero, low-humidity storage vault. western media from seeing effects of the the coming of digital technologies, some losses
the industry, such as the use of social networks It is thought that the move will preserve bombing, and eliminating the possibility which are transferred to the users of information
in order to introduce free advertising and even the images, but also make them totally in- of independent verification or refutation of technology resources at the possibility that they
the appropriation of free work with commercial accessible. In their place, Gates plans to government claims. News organizations in might incur in the digitalization or distribution
purposes: some film editing companies produce sell digital scans of the images. In the past the U.S. and Europe were reduced to using of cultural products. This reasoning consid-
the subtitles of their products taking as a starting six years, 225,000 images, or less than 2% archive images to accompany their reports. ers these users responsible for the piracy even
point the ones available in the Internet, obvious- of them, have been scanned. At that rate, The CEO of Space Imaging Inc. said, “They before possessing the tools which would allow
ly, without paying for that job or acknowledging it would take 453 years to digitalize the are buying all the imagery that is available”. them to do it.14 This passage from the rule “any
any copyright. entire archive. There is nothing left to see. person is innocent until the contrary is proved”
374 into “any user is guilty without the need to prove on in the text). Therefore, they were proved to riaanalysis which emphasizes. The fact that for large paintings, but fatal for media installa- 375
anything” is one of the most perverse affronts be deteriorated versions of a much richer and the tax is applied to information technology tions that need sound isolation. White walls may
to freedom and human rights, hidden behind an more promising reality. prodcuts oduced sts of said compersonalria- be the perfect setting for photographs or abstract
alleged defense of copyright law whose legiti- 3 See: Attali, Jacques. Noises. The Political analysis which emphasizes. The fact that the tax paintings, but the intensity with which they re-
macy seems to be beyond the most basic rights Economy of Music. Minneapolis: University of is applied to information technology prodcuts flect light makes them inadequate for creating
of communities and individuals. Minnesota Press, 1985. oduced sts of said com environments that require complete darkness.
4 I use the word “genuine” in the sense that Sy- 14 Companies state that it is not about assum- Other problematic issues frequently involve
Epilogue bille Krämer does in her essay “Playful Inter- ing the culpability of the user of the information the lack of appropriate electrical installations,
The new technologies of information and com- action. Reflections about our Relationship with technology tools, but about generating income specialized technical staff, media connections,
munication have opened a huge range of pos- Tools”, in Giannetti, Claudia (ed.). “Arte facto that compensates the losses produced by the complex but also basic equipments, as well as
sibilities for the culture, creation, education & Ciencia”. Madrid: Telefónica Foundation, digitalization through a simple tax. However, updated educational programs.
and community connection. However, those 1999.personalriaanalysis which emphasizes. if this was right, sumptuary or non-essential as- However, problems do not rely only on techni-
possibilities are not intrinsic nor absolute. They The fact that the tax is applied to information sets could be levied, as it happens in other areas. cal issues, neither they are limited to infrastruc-
depend on thinking frameworks, uses and leg- technology prodcuts oduced sts of said com The fact that the tax is applied to information ture or administrative shortcomings. The sheer
islations which not always adapt themselves to 5 See: Attali, Jacques, op.cit. technology products implies the condemnation nature of some technological artworks is non-
changes and transformations, but, on the con- 6 See my essay “Notes about the Hibridity of to them as responsible for the apparent problem. compliant with traditional exhibition spaces,
trary, come into friction and are difficult to cope New Media” (included in this book) personalriaanalysis which emphasizes. The fact customary art reception and standard curatorial
with. These tensions reveal that many practices, 7 Krämer, Sybille, op.cit. that the tax is applied to information technology narratives. The inclusion of these pieces in mu-
ideas and values, which rule our societies and 8 Haraway, Donna, “A Cyborg Manifesto: Sci- prodcuts oduced sts of said com seums and galleries requires deep consideration
ways of creating and communicating, should be ence, Technology, and Socialist-Feminism in when faced with the task of articulating a cura-
redefined. When this happens, maybe the tech- the Late Twentieth Century”, in: Simians, Cy- --- torial discourse, structuring the exhibition space
nologies will not be new, but our ways of living borgs and Women: The Reinvention of Nature. Media Art and and tackling the specificity of the media in-
and thinking will be undoubtedly different. New York: Routledge, 1991. Curatorial Practice volved, as well as satisfying the artists’ demands
9 Marx, Leo. “The Idea of Technology and Post- --- and those of their works. That reflection is also
(Endnotes) modern Pessimism”, in Ezrahi, Yaron; Men- In the last years, contemporary art museums important when faced with the task of providing
1 The title refers to a feminist slogan “your delsohn, Everett; Segal, Howard (eds.). Tech- have been flooded with fast growing technolo- an appropriate space and time frame for the visi-
body is a battlefield” – ingeniously expressed nology, Pessimism, and Postmodernism. Am- gy-based art creations. Increasingly, video pro- tors to get in contact with the works, trying to
in a work by Barbara Kruger – who defends herst: University of Massachusetts Press, 1995. jections, media installations and net.art pieces1 understand how the viewers will relate to these
the rights of women to decide over their own 10 See, for example, Jameson, Fredric. Post- are being included in exhibitions hosted by new art forms, how they will interact, enjoy and
bodies. modernism or, the Cultural Logic of Late Capi- institutions designed to display conventional understand them.
2 Although we are used to the analysis that em- talism. London: Verso, 1991. artworks, which can hardly meet these new pro- In spite of the hosting institution’s goodwill,
phasize the impact of each new technology over 11 Habermas, Jürgen. The Structural Transfor- ductions’ requirements. curators working with new media always deal
the world and society, there also exist techno- mation of the Public Sphere. An Inquiry into In fact, most art institutions – including the with a hostile environment. Most difficulties can
logical innovations that have not had a relevant a Category of Bourgeois Society. Cambridge ones created recently – are scarcely prepared be solved, but they are obstacles to overcome.
influence. Such is the case – in the field of art (Mass.): The MIT Press, 1991. to receive artworks of these distinct character- To face this, the curator should know the tech-
– of holography and virtual realitypersonalria- 12 Presented in the exhibition Documenta 11 istics. Exhibition spaces greatly determine the nology he works with and even understand its
analysis which emphasizes. The fact that the tax (Kassel, Germany, 2002). relationship between these works and the view- technical aspects since – as we will later see –
is applied to information technology prodcuts 13 The digital canon consists of the implemen- ers, and it is easy to verify that they still favor a technical decisions are also curatorial ones. The
oduced sts of said com (in its version of the 80s). tation of a tax on the purchase of information frontal approach to the walls, peripheral walks knowledge of technology goes beyond simple
Maybe the main defect of them was the attempt technology products as compensation for pro- through the rooms, and isolated contemplation. technical familiarity. It also involves an under-
to replace the physical world or increase the duction companies of cultural contents, taking They still hold on to the idea of the “white cube” standing of its specificity and of its articulation
degree of realism of traditional representations, for granted that those products will be used in as a supposedly neutral environment2, and privi- with contemporary artistic practices, as well as
without considering the construction of new es- operations such as piracy, which affect the eco- lege visibility over perception through other comprehending the impact these technologies
thetic experiences (I will go over this topic later nomic interests of said companies. personal- senses. Wide spaces with high ceilings are ideal have in the broader spectrum of politics, econ-
376 omy, society and culture. The role they play in assume that anyone who can work a computer the curator chose to use a highly sophisticated become invisible. And that invisibility is neither 377
the reconfiguration of the world and the global will be able to experiment a net.art piece. Expe- technological exhibition system: hundreds of timely nor advisable.
distribution of power, in defining new social in- rience proves quite the opposite: audiences are monitors, computers, data and video projec- Many technological artworks reflect upon the
equities and in supporting postindustrial capital- usually baffled by this kind of productions and tors. Yet these devices speak more of the new media they are based on; in these cases, the
ism, cannot be ignored either. At the same time, after staring at the computer without knowing colonization of technology than about the sin- technical devices that convey them must be
innovations in biotechnology, artificial life and what to do they leave almost immediately. gularity of the unofficial voices. On the other made evident. It is not enough not concealing
intelligence, have consequences on the very “Novelty” has another implication too. The hand, reducing different artistic formats (vid- them, since they will most likely become “trans-
definition of nature, culture, society and human- use of the latest technologies gives the ex- eos, documentaries, fictions, activist films) to parent” as we previously noted. Instead, the
ity. These subjects exceed this essay’s possibili- hibition a hi-tech appearance, it makes them only one (video installation) suffocates the media should be incorporated to the curatorial
ties3. However, in the following pages I intend seem up-to-date, and this quickly becomes particularity of their languages, creating an discourse as a signifying element, alongside the
to discuss a few of these issues, incorporate something of a premonition or futurology electronic continuum in which all differences other elements articulated by that discourse (I
some personal experience, review some specific display with the curator as a prophet of what dissolve5. will come back later to this).
cases and posit suggestions for the development is soon to come. The exhibition slips danger-
of these topics. ously away from history and the art context, Technological Exhibitions ¿To Display or Not to Display?
siding with a shallow conception of the avant- in the Context of the Media Technological artworks can be found in differ-
The Medium is the Message garde. Instead of questioning art institutions Any exhibition that includes photographs, vid- ent sorts of exhibitions, even when their aim is
Even today, there’s a certain air of novelty as the historic avant-garde did, these exhibi- eos and films have a special appeal to the au- not necessarily to foster a reflection upon the
around the exhibitions that incorporate technol- tions serve to reinforce them. Many times, diences. In our societies, media have become technology itself. Many times, these works are
ogy. In spite of the fact that TVs, computers there seems to be no other aim in using these an everyday companion, and their presence in incorporated to a broader conceptual discourse
and video projectors are quite standard devices technologies than boasting a demonstration of an exhibition is a first bond to establish with with which they establish a dialogue that goes
– with the first two being part of daily life – their power. Lets take for instance the great number the visitors. However, the way in which artists beyond their technological nature. In these
inclusion in museum and art galleries still draws of plasma screens used at the last Valencia Bi- utilize them is different from how mass media cases, the curator usually seeks to integrate the
attention. Within the art world, the use of what ennale, which rather than attending to the spe- do. The attention and reflection these artworks piece in the exhibition by avoiding the display
is still referred to as “new media” has become a cific needs of the artworks seemed to show off demand differs from the speed mass media have of its technical support. Let us take, for example,
synonym for contemporariness. No exhibition, the financial investment involved in the event. printed on contemporary technological con- how the video Heroica (Gabriela Golder, Silvi-
no biennale can be considered truly contempo- The “technological load” of an exhibition is sumption. na Cafici, 1999) was included in the exhibition
rary unless it includes at least some video instal- a signifying element which should be treated Thus new media exhibitions face two tasks: on Ansia y Devoción (Angst and Devotion), that
lations, one of the most sought out art formats alongside its other semantic aspects. Given the one hand, introducing the viewers to a new took place at Proa Foundation, Buenos Aires,
today. And the desire of being contemporary has that the curator is responsible for manag- art form; on the other, deconstructing the current in February 2003. The piece was part of a sub-
almost become an ethical duty amongst curators ing the conceptual aspects of the exhibition, way in which they are used within communica- section devoted to migrations in Argentina. The
and the institutions that aim at keeping a con- he cannot disregard that technology fosters tion technology. If this aim is fulfilled, the view- video tells the story of four Peruvian women
stant flow of visitors. more or less conscious interpretations and if ers will discover a new kind of art –indepen- who work in Buenos Aires as domestic help; the
This flare of “novelty” that seems to spontane- he doesn’t take them into account he runs the dently of how interesting they find it – as well topic justified its placement in that subsection.
ously arise from these exhibitions is often un- risk of perpetrating inconsistencies and con- as a new way of relating to an everyday tool, The most important challenge was integrating
derestimated by both the curators and the art tradictions. Let’s take the case of Platform 5 which habit makes transparent discouraging the the video in an exhibition space with installa-
institutions. Few understand that the novelty – the exhibition – of Documenta 11 (Kassel, reflection on its technological support. At the tions, photographs and objects created by other
not only refers to the viewers’ fascination with 2002). Here, the curator organized his curato- early stages of video art the situation was the artists. The video was projected in the open
new technologies but mainly to the fact that they rial concept from a postcolonial perspective, opposite. Vito Acconci pointed out that when room to avoid isolating it from the others art-
are unfamiliar with their inclusion in artworks. seeking to deconstruct the dominant artistic TVs were first placed in exhibition spaces, it works with which it established a dialogue. This
Rarely are the visitors given instructions for the and political discourses through the irruption was very hard for the viewers not to relate them brought some technical difficulties – such as the
use of interactive pieces; this keeps them in the in the exhibition space of various marginal to their home environments. “The viewer, see- need to control the light and sound to ensure the
role of viewers even when the most significant voices, shedding light on a range of individual ing the TV set, is brought back home” stated the correct viewing conditions for the video without
shift interactive works have introduced is the and group proposals that provoke a crisis in artist6. Thirty years later, both the home monitor invading the rest of the pieces on display – but
passage from viewers to users. It is a mistake to hegemonic global thought4. But, to do this, and the one placed in the exhibition space have it allowed an integrated reading of the works as
378 a whole, one of the main aims of the exhibition. the technologies involved. a specific medium. For example: The video Se- das’ videos from the seventies were displayed in 379
Technical devices are usually kept out of sight Scottish artist Douglas Gordon often tilts his miotics of the Kitchen (1975), by Martha Rosler, big screens. The changes are even more drastic
when technology itself is not an element that videos projection screens or leans them against criticizes mass media’s depiction of the kitchen in the opposite situation. When a video projec-
should stand out. This enables the visitor to fo- the floor. Thus, images acquire a sculptural as an innately “female environment”. In order tion is replaced for a TV monitor the spatial di-
cus on the conceptual aspect of the work with- quality that moves away from cinema. This is to do this, she ironically portrays a cooking TV mension of the work is lost as the images are
out being distracted by its support. In those cas- an important aspect since Gordon usually works show in which the kitchen gadgets are trans- smaller and confined to an object that seems to
es, the best one can do is to completely mask the with fragments of commercial films. He gets the formed into symbols of violence. The work was be intruding in the exhibition space.
technology involved; however, many times this viewer to shift from their usual standing as film intended for display in a television set, since this Another important situation to analyze is that of
is unnecessary since the audience is so used to consumers by modifying the frontal approach was the only available technology for showing narrative videos – which have a clear beginning
the standard audiovisual devices that these don’t to screens and by bringing forth the devices video at the time. However, that medium was and ending – being presented as video installa-
distract them at all. But some other times, tech- that make cinema’s illusion of reality possible. also an important element of the work, since tions, as was the case of many pieces exhibited
nical devices may compete with the artworks Tacita Dean also rescues the esthetic qualities of Rosler’s portrayal of a TV cooking show aimed at Documenta 11. This operation goes against
and end up diverting audiences. the technology she works with, but in a differ- at discussing the role of television in fostering the proper reception of the piece and it may even
In other cases, showing the device that supports ent way. Her best-known works are small-scale a stereotyped depiction of women. So the work prevent the audience from really understanding
and/or produces the images is a key to under- film projections that come from a projector that should not be shown outside a TV monitor, what the author meant with his work. When a
standing the artwork. Let us analyze a piece by is inside the exhibition space within the visitor’s since it makes little sense without it. These video has a specific length with an established
Swiss artists Peter Fischli and David Weiss cre- height and reach. Most of the times, the pro- situation happened in the exhibition Del Lado beginning and end, the viewer should watch the
ated using timed slides, Surrli (1990-96). Two jectors are as or even more important than the de la Televisión (From the Television Side), work in the time frame the artist intended. Of
synchronized slide projectors modified with dif- images themselves. The projections are silent; were the video Technology/ Transformation: course the viewers are free to act as they please
fusers that graduate the appearance and disap- this highlights the sounds the device makes. Wonder Woman (Dara Birnbaum, 1978-79), but the curator must guarantee the viewing con-
pearance of the images create an effect similar Dean emphasizes several other particularities that deconstructs the media’s representation of ditions the artists anticipated for their works.
to cinematographic fading. In fact, if one would of the cinematic medium, as the blinking and women in the TV show Wonder Woman, was A looped video projection allows the view-
only watch the images, there would be no way “dirty” image of film, so she sometimes works projected on a wall. ers to enter and exit the screening room at any
of telling whether they were slides, film or vid- with waste material. She is interested in the po- The point is that most of the times these deci- given time, without capturing the significance
eo. Watching at the technical device is the only etic quality of cinematographic images and their sions are made following what the institutions of the work. Since in many exhibitions these
way of knowing that what seems to be a set of fragility. This can be appreciated through the want or regarding the overall display of the ex- spaces usually lack seats, the audiences circu-
moving images is in fact a group of still images visual fragments she exhibits, but can only be hibition instead of responding to what the art- late instead of stopping to watch the video; this
animated by the projector’s system. In fact, film fully comprehended when the visual aspect of works need. Contemporary art spaces are quite movement interferes with the appreciation of
itself is a succession of still frames; this refer- her work is considered jointly with the devices large and often curators find themselves having the piece by those who in spite of everything in-
ence to cinema is key to these works by Fischli she utilizes8. to “fill them up”. Obviously, a video projection tend to view the video from beginning to end. A
and Weiss. They have built these devices in or- takes up more space and is more spectacular common solution to this problem is specifying
der to deconstruct and display the specificity of Transpositions than a television set. But this can be unfavorable its length alongside the title of the work. This
film, emphasizing that what the mind perceives Very often, technological artworks change for- for the piece, not only conceptually but also in should work when it is a short piece and the
as movement may be nothing more than a con- mats for exhibition purposes. But in some cases, other ways. The poor image quality of the videos viewer does not have to wait long to see it all.
spiracy of stillness. Thus, the slide projectors are this fact may induce a conceptual shift in the produced in the seventies is made more evident However, when dealing with a long video, it is
as important as the images themselves7. piece or even prevent it from being appreciated as they are blown up in a projection. In the case best to schedule screening times and even bet-
Among contemporary artists, highlighting the as its author intended. There are some key cases of Technology/Transformation: Wonder Woman ter to show the videos in an auditorium which
technological support of their artworks is be- that illustrate the way in which technical deci- the quality loss is dramatic as the original ver- assures a higher image quality and is more com-
coming increasingly common. Sometimes this sions give way to semantic mutations, modi- sion already contained low quality footage fortable for the audience.
is done to avoid the audience’s fascination with fying the meaning of a particular work. Let us captured directly from TV. On the other hand, A third case to analyze is that of exhibitions that
the images and to promote a more critical ap- analyze some examples. there is the risk of producing an acute contrast display off-line net.art pieces; that is, in comput-
proach towards the electronic media. Other It is not always convenient or advisable to re- between the spectacular size of the presentation ers without an Internet connection. Even if the
times, artists seek to turn the devices into art- place a TV monitor with a video projector or and the subtle artistic intervention the piece con- piece has no links to other sites, an offline net.
works, or shed light on the esthetic qualities of vice versa, since some pieces require or demand veys. This would be the case if some of Munta- art piece is contradictory. Net.art pieces exist
380 only within a myriad of interconnected sites. The eryday life yet). The Guggenheim Museum in number of headphones or people’s reluctance Maintenance and Supervision 381
option of leaving the site to pursue other paths New York decided in favor of this option when to use shared headphones, all of which may In media art exhibitions we often come across
should always be a possibility if we intend to stay they presented the piece in the 2000 exhibition lead visitors to simply view the images with- damaged equipment and pieces that are not
true to the interactive nature of the medium. If the The Worlds of Nam June Paik. It could be said out listening to the audio. working correctly. The proper maintenance of
artist had wanted a closed piece, with a restricted, that the choice of using present day TV sets had The isolation some works need leads to visi- the equipments involved, making sure they func-
controlled reception, he would have probably to do with the difficulty of getting the original tors having to take complex or unsteady paths tion properly, is crucial and sometimes difficult
chosen another format for his work: video, CD- ones. But anyway, it is still not only a technical through the exhibition. The closed spaces that to control. An exhibition’s success depends on
rom, a book. In an exhibition that shows net.art decision but one of curatorial nature, a decision are required to contain sound and maximize it, and the exhibit’s possibility of conveying a
pieces, Internet connection is a must. that will determine the way in which the work is the quality of video projections will likely curatorial and didactic speech depends on it as
The transpositions mentioned above are the seen and interpreted. become obstacles preventing the visitors to well. At the risk of sounding trite, I will compare
usual result of the lack of serious consideration circulate comfortably through the exhibi- technological exhibitions with watch making.
regarding technology’s role in defining concep- Spatial, Audio and Visual Comfort tion space. The rhythm with which the ex- Precision is the key to a job well done, and it de-
tual aspects in media art exhibitions. But there Setting the right level of comfort is an important hibition’s narration is articulated will slow pends on a specific knowledge of the technical
are other cases in which transpositions are neces- challenge in an exhibition that involves technol- down when the pieces on display demand a aspects involved. Many details rely on minute
sary or at least they are the result of a thought out ogy. Even though this is an important aspect of long viewing time. These pauses need to be adjustments. Adjusting the right level of lighting
curatorial decision. Nam June Paik’s installation any exhibit, technological-based ones involve a planned and thought out so that the audiences in the exhibition rooms when they hold different
TV Garden (1974) consists of a group of TV sets number of issues that need to be dealt with in a will consider stopping and paying due atten- art formats such as still images, objects, films and
displayed among a garden of natural plants. If we specific way. tion to each work. This is a difficult task, es- videos; finding the right level of sound so that
wanted to include it in a contemporary exhibition To begin with the technological universe is full pecially when long videos are involved. Con- it doesn’t interfere with the rest of the artworks
we would have to make an important decision: of interferences. The most difficult to handle are temporary world has us accustomed to short whilst still being clearly audible; setting the pro-
should we use the TV sets of the seventies or audio intrusions, particularly in traditional exhi- attention spans; audiences are rarely inclined jection values so that the images remain faithful
should they be replaced for current ones? The is- bition spaces. Because of this, for the past years to dedicate an extended period of time to the to the artist’s intentions; guaranteeing the speed
sue is complex for it raises questions concerning curators have resorted to monitors once again viewing of an artwork. of information technology connections so they
historic authenticity and conceptual accuracy. instead of video projections, as monitors allow Good seating arrangements, in comfortable can be properly navigated without the users giv-
A traditional museum conservator would surely for the use of headphones that localize sound. furniture will do the trick when there are no ing up on them too quickly; timing the response
think that the only possible way of exhibiting the Still headphones add problems of their own; other opportunities to sit in the rest of the of the interfaces to assure the correct bond be-
piece would be using the original TV sets. But they usually demand that the viewer stand close exhibition. It’s an effective though indirect tween the visitors and the electronic pieces. These
a twenty-first century audience would find those to the monitors in places where he often bothers way of inviting the audience to stay longer in details may seem purely technical ones, but they
apparatuses ancient and outdated; they would be the rest of the visitors as they make their way a place. Another case which calls for a simi- greatly influence the outcome of the whole dis-
seen as sculptures rather than as technological through the exhibition. Another problem is that lar solution is that of net.art pieces. Why else play. For this reason, media art exhibitions re-
supports. In the seventies those same television viewers have to wait in line for the headphones would someone navigate a net.art project in quire team work and a specific knowledge of the
sets represented a breakthrough in technology; when someone else is using them; this is par- an exhibition space, when they could easily media involved, both from the curator and those
they were a novelty, potent and vital. Then, using ticularly problematic in exhibitions with a great do so at home? Evidently, the inclusion of the in charge of maintaining the electronic equipment
old TVs would introduce a number of meanings number of visitors. work will be justified in the curator overall throughout its entire duration.
that weren’t part of the original work. Thus while Finding projections that seem to be silent, plan for the exhibit and surely he decided it
trying to remain faithful to history we would in because the audio can only be heard from a was important that it be viewed alongside the The Curator as Interface
fact betray the meaning of the original piece. group of headphones hanging from the oppo- other artworks; nevertheless, audiences are Like every other curator, the media art specialist
The option of using present day television sets site wall, is becoming increasingly common. reluctant to spend time in the exhibition doing acts as mediator between the institutions, the art-
dismisses the historical truth but it holds on to This was the case of Juan Luis Moraza’s video something they would be more comfortable ists, the artworks and the audience. In addition
at least part of the original meaning of the work; in the exhibition Botánica Política (Political doing at home. In this case, experience proves and taking into account what we have analyzed,
which was a reflection on our societies growing Botanics, Sala Montcada, Barcelona, 2004), that in the right context, in a comfortable set- media curators also act as mediators between
dependence on technology, the idea of technol- to mention just one example. Even when this ting, with an original design, the viewers will the audience and the technology involved, that
ogy as a second nature (let us remember that in solution solves the audio contamination, it in- be more inclined to participate in the experi- is, as a true interface. Thus the curator must find
the seventies computers were not a part of ev- troduces other problems, such as insufficient ence. a way of bringing together his understanding of
382 project making, his organizational skills and ar- information but involving the public in an at- build up contexts. Perhaps due to its intimate Al this is highly relevant when approaching the 383
tistic involvement with the specific knowledge tempt to create a new ethics of looking and rep- relationship with artistic production – which technological universe, not only due to the speed
of technology to facilitate the dialogue with the resentation” (Valeria González, “Interview with it often materially promotes – it is much more with which such universe changes our material
devices, systems and apparatuses involved in Okwui Enwezor”, in Pagina/12, Buenos Aires, conscious of its role of creator of the contexts it and intellectual environment, but mainly because
the exhibition. It’s not a matter of just displaying December 3, 2002). Enwezor may be right puts forward and it does not see itself as a simple that same speed often leads us to consolidate too
the technology or working with the tools it pro- about the contents of the artworks included in witness or translator in a circuit that could work quickly some highly problematic concepts and
vides; the aim should be creating situations be- Documenta. But from the point of view of the without it. Faced with art history’s utopian but conceptions. Thus, people talk about the techno-
tween the visitors and the technological media technological structure, it was a constant flow of persistent wish to recover the meaning of its logical transformation of the world, without even
that will reconfigure the bonds between them. documents, images and information, something objects from an alleged theoretical distance, mentioning that two thirds of it are in an almost
Artworks have developed surprising new uses quite similar to CNN. curatorial practice takes on the task of generat- pre-technological state, or they speak about inno-
for familiar technology and astounding new in- 6 Acconci, Vito. “Television, Furniture, and ing new frames of reference to expand, multiply vations where there are artifacts and devices with
ventions that go beyond the standard systems Sculpture: The Room with the American View”, and even clear semantic paths that are new at a renovated design or package but which fail to
and devices. Even though artists usually use in- in Hall, Doug & Fifer, Sally Jo (eds). Illuminat- the time when the works involved appear, in an beat essentially the devices they are replacing
terfaces and tools in an intuitive way, the curator ing Video. An Essential Guide to Video Art. New intimate and interactive dialogue with the works (and perhaps even the contrary happens). Mod-
should not lose sight of the need for orientation York: Aperture; Bay Area Video Coalition, 1990. themselves and their producers. ernist heritage still attaches value to the novelty
and guidance. This will prove essential in avoid- 7 For more information about this artists’ works However, the professionalization of this labor and technological progress per se. Curators op-
ing that this particular sort of contemporary art see: Groys, Boris. “Images in Transition”, in or, to be more precise, its standardization, has erating in this context, as intellectuals, must take
be ghettoed and to enhance the renewed bonds Mike Kelley, Peter Fischli, David Weiss (exhib. often led to dismissing its analytical and critical a stance in this respect, not only from a current
that artistic electronic production seeks to estab- cat.). Sammling Goetz, 2000. capacity, the only way of providing its task with perspective – in the light of the critical literature
lish with everyday life. 8 For more information about this artist’s works resources for true discourse creation. Very often in every field of contemporary thought – but also
see: Todd, Tamara. “Film at the End of the we see, for example, how the curation of some resisting the notions developed in the framework
(Endnotes) Twentieth Century. Obsolescence and the Me- historical exhibitions repeats the readings done of modernity that have not been thoroughly ana-
1 Net.art pieces are artworks designed for the dium in the Work of Tacita Dean”, in Object, 6, by art history without giving any alternative lyzed or called into question.
Internet. London University College, 2003-2004. view nor opening any door towards another pos- Let us take a significant example of this.1 In
2 The concept of “white cube” was defined by sible understanding that would justify the cura- 1929, Filippo Tomasso Marinetti publishes the
Brian O’Doherty in 1976, when he stated: “Be- --- tor’s intervention. Repeating readings and, thus, first Futurist Manifesto. In its text, he proposes a
fore the image of a particular work of art, the ar- Curatorial Tactics positions and interpretations possibly crystal- break from the visual tradition to give way to the
chetypical image of twentieth century art is that for Technological Arts lized or assumed in an acritical fashion, the cu- creation of a new kind of artistic production, in
of a white and idealized space”. See: O’Doherty, --- rator’s work has not justification since it only re- line with the urban, social, political and techno-
Brian. Inside the White Cube. The Ideology of Throughout the years, curatorial practice has assures and endorses discourses that are already logical transformations of the new century. His
the Gallery Space. Los Angeles: University of consolidated itself as a space for discursive pro- consolidated. It is clear that parasitic work such avant-garde stance in summarized in one image:
California Press, 1999. duction, with its own methods, tools, objectives as this one does not make much sense, given the the destruction of museums. For the Italian poet,
3 To deepen on these subjects see: Grau, Oliver and spheres of action. Not without difficulty, it potentiality curatorial discourse enables. As a museums are repositories of a heritage that is
(ed.). Media Art Histories. Cambridge (Ma.): gradually detached itself from other practices that field of thinking in action, this practice requires to be abolished regardless; its abolition would
The MIT Press, 2007. were previously related to it, such as criticism, ac- the ongoing analysis of its objects, methods and be the way towards unprecedented and original
4 See: Enwezor, Okwui, “The Black Box”, in ademic aesthetic theory, museology, and art his- ethical, political and conceptual assumptions, as production, free from the burden of history. A
Documenta 11_Platform 5: Exhibition (exhib. tory. As its field of action was being defined, the in the case of any other self-respecting contem- few years before the manifesto was published,
cat.). Ostfildern-Ruit: Hatje Cantz, 2002. differences from these other intellectual produc- porary intellectual field. The unceasing transfor- in Buenos Aires, Eduardo Shiaffino decides to
5 During an interview for a newspaper, Enwezor tion areas became increasingly noticeable. And mations of our lives, perceptions, reference and create the National Museum of Fine Arts. Its
explains: “Why do so many people see it [Docu- while curatorial practice shares with them many reality parameters, activities and thoughts, can creation was seen as an urgent need to lay the
menta 11] as superficially like CNN? They are objects and interests, we can say today that it has only remind us of the need for a continuing ana- foundations for local artistic production, insofar
right, in the sense it was evocative of CNN, but conquered a territory in its own right. lytical, critical and reflective attitude, not just as the museum would provide historical models
by contrast: it was anti-CNN, because it wasn’t This territory is founded on its capacity to for- towards the present but also towards what we against which that production could be posi-
about giving a pre-digested diet of news and mulate readings, establish relationships and have constructed as history and reality. tioned. Based on the belief in the transforming
384 power of education, his avant-garde stance was course in terms of its critical possibilities. It is historical, didactic or critical practices are advis- particularly relevant in countries where the 385
translated into the creation of a museum. a fallacy to think that ownership of technology able or more effective. And, again, contexts play minimum technical requirements are still hard
This brief historical account is very telling, since or a specific intervention in the process of tech- a key role here. They add to the ones called for to meet. However, it is worth further reflecting
it shows how some concepts – and the events nological development are a sine qua non for by the artistic production itself, creating a pretty on this subject. What sort of standards do we set
that embody them – are radically different de- reflecting about the social and cultural, ethical unique situation. or aim to achieve? Sometimes there seems to be
pending on the contexts in which they are for- and political impact of the technologized world. A quick look at the theory and exhibitions pro- a contradiction between the scarcity of a given
mulated. Thus, a key concept as avant-garde There is a particular issue characterizing tech- duced in Latin America reveals this tactical and technological production and how spectacular
– and this is evidently not the only case – can- nological curatorship in Latin America – though strategic moves. The exhibition La condición its presentation is. The case of Documenta 11
not be interpreted in the same way in contexts it is surely not exclusive of it – that contradicts video: 25 años de videoarte en Uruguay (Video is paradigmatic: hundreds of hours of film and
as alien from each other as the Italian (or Euro- everything said at the beginning of this essay; Condition: 25 Years of Video Art in Uruguay)4 video produced with scarce resources were
pean2) and the Argentine. namely, its lack of professional autonomy. Most was held at the Spanish Cultural Center in Mon- shown with the latest exhibition and projection
Something similar happens with technology and of us who are involved in this task also play the tevideo (a foreign governmental institution), technologies.
its connotations. An artwork involving technol- role of professors, historians, critics and theore- while similar exhibitions on the history of Argen- Thus, it is not about reflecting only on the ef-
ogy cannot have the same meaning in the cen- ticians. Moreover, many are also artists. Thus, tine video art were hosted by two public spaces, fects of technology on our understanding of the
ters where the latter is produced as in the places it is difficult to engage in interdisciplinary dia- the Ricardo Rojas Cultural Center (within the world, reality or art, but also on practice. The
where it is only used. And I am not referring logues that are at the same time interpersonal: scope of the University of Buenos Aires)5 and questioning of the white cube through the black
here to a matter of artistic value but of context. these usually turn into dialogues with colleagues the Recoleta Cultural Center (reporting to the box, the immersive projects, the interactivity or
Artists working with technology in countries who share the same mandate of having to adapt Government of the City of Buenos Aires)6, and the distributive media, make sense only if they
where it is not developed or where its dissemi- to multiple discourses, which is not always easy Made in Brasil. Três décadas de video brasileiro do not establish new presentation standards; if
nation or social penetration is difficult, uneven to do. The exchange of experiences becomes in- (Made in Brazil. Three Decades of Brazilian they are adopted critically, and adapted to the
or problematic, take – even if it is only implicitly creasingly necessary in this context. Suddenly, Video)7 was organized and produced by a pri- productions they enable and the contexts where
– a social, ethical and political stand. those of us who have undertaken the task of ad- vate institution (Itaú Cultural Center). The Image they appear. The lack of technological resources
The relationship between art and technology dressing technological art practices in our coun- Festival of Manizales is hosted by the University may be a reality but never a limitation. The limi-
in Latin America is necessarily stated in these tries find a more adequate echo in the work by of Caldas;8 Transitio_MX, in Mexico DC, is both tation is in wanting to meet international presen-
terms. Any such proposal made in Latin Ameri- colleagues from the region than in the – perhaps an independent and publicly financed event;9 and tation standards that are not context-specific and
can countries carries the tensions between the – better academically structured work made the International Festival of Video/Art/Electron- that possibly do not adjust to the works emerg-
imperative of technological expansion and the in Europe or the United States, though less in ics in Lima was created and initially coordinated ing from that context either.
unavoidable reality of regional economies and keeping with our realities. by a private institution.10 In this sense, I adhere to Sarah Cook’s advice in
cultures, marginalized and derivative. Even if This lack of disciplinary definition has a series of The main organizers of these events move per- her essay “Immateriality and Its Discontents”:
their explicit aim is not to dispute the devices not always adverse consequences. It is true that manently or independently in the worlds of let us follow the artists.11 If Latin American art-
or their conceptual implications, these questions the interplay of different voices and perspectives academia, history, curatorship and criticism, in a ists creatively assume their technological con-
are made tacitly, mainly for those with a critical on an artistic production field revitalizes, enrich- public or private institutional frame. It is almost text, often resorting to low-tech production and
view, among which should be – at least – cura- es and promotes plural discussions and assess- impossible to map out their spaces and occupa- presentation systems,12 we as curators should
tors. As agents exploring, highlighting, pointing ments; however, it is also true that their conflu- tions, as they are always changing, depending follow suit. Reflection on technology is not only
to or going deeper into the values of the produc- ence in a single person leads to an integration of not only on the institutions where they work or a matter of theory but of practice as well. This
tions with which they work through an analyti- these disciplinary fields, which does not always operate, but also on the political and govern- task is, in my view, one that characterizes and, at
cal and reflective discourse, raising the question happen when these disciplines are undertaken by mental swings. But even this is usually posed the same time, enhances curatorial practice of the
of the political connotations of technological professionals who often differ in their objectives in tactical and strategic terms. Just to mention technological arts.
arts is not an option but a necessity. or criteria. But the most important consequence one case, Enrique Aguerre, curator at the Visual
The possible answers to that question, even is in the forms of action, in the assumption that Arts Museum in Montevideo, was in charge of (Endnotes)
when offered from the technological periphery, curatorship is a strategic and even a tactical prac- the exhibition La condición video in a different 1 This example was suggested by Andrea Giunta.
are never subordinate propositions. A discourse tice.3 With the possibility of playing different place as a free-lance curator. 2 The first Futurist Manifesto was originally
from the periphery is not necessarily a discourse roles in the formulation of discourse, there is a These shifts are basically due to the need for published in Paris.
about the periphery, neither is a peripheral dis- need for analyzing where and when curatorial, obtaining and optimizing resources, which is 3 I am making the same difference between tac-
386 tic and strategy as Michel de Certeau: “Strate- focused on the preservation of certain objects still resists the formality of a museum but may undemanding as far as safety and preservation 387
gies are actions which, thanks to the establish- and their mission was limited to conducting re- be interested, even avid, for the contents mu- are concerned since, for the most part, all their
ment of a place of power […] elaborate theoreti- search and education based on their collections. seums have to offer. components can be easily reproduced. This
cal places (systems and totalizing discourses) Schoolchildren were invariably taken on visits Many studies have been conducted in relation exhibition format is the one used generally in
capable of articulating an ensemble of physical to museums which proved exciting because they with these topics but, more importantly, there projects mounted outside the museum walls, es-
places in which forces are distributed. […] A entailed leaving the school premises, but were are examples of museums and exhibition proj- pecially those set up outdoors.
tactic is a calculated action determined by the often disappointing on account of their unap- ects that have been moved to outside venues, The dialectic between original objects and re-
absence of a proper locus. […] The space of pealing didactic approach based on the accumu- both private and public. These experiences productions has given rise to much debate.
a tactics is the space of the other. Thus it must lation of data and the imposition of indisputable are giving rise to a new form of museography, There are those who believe that the experience
play on and with a terrain imposed on it and or- scientific and cultural models. which is still ongoing and under investigation, involving original material is matchless. How-
ganized by the law of a foreign power. […] In In recent years, all this has changed due to the but is clearly directed towards the reconfigu- ever, it is also a known fact that objects do not
short, a tactic is an art of the weak. […] A tactic transformation of the parameters that are central ration of the way in which it addresses the speak for themselves, or at least they are not
is determined by the absence of power just as a to the museal experience. On the one hand, the building of ideas and knowledge. explicit for a non-specialized public. Repro-
strategy is organized by the postulation of pow- aim pursued by museums has changed: they ductions can be manipulated, interacted and
er” (The Practices of Everyday Life. Berkeley: are now expected to open their doors to a wider A Typology of Exhibitions experimented with, which is not the case with
University of California Press, 1984). public, renovate their display techniques, incor- As mentioned previously, a traditional museum unique original objects that must be preserved.
4 Curated by Enrique Aguerre (2007). porate new technologies and develop attractive was a space designed for the preservation and On the other hand, there is some knowledge
5 Lo mejor de Buenos Aires Video (The Best of programs directed not only towards education exhibition of a material collection. However, that can only be acquired through mock-ups,
Buenos Aires Video, 1998), curated by Rodrigo but also towards leisure and recreation. On the the need to complete the objects on display models, diagrams, texts and other information
Alonso. other hand, cultural and scientific paradigms are with their semantic and symbolic contexts led systems. Naturally, each kind of museum de-
6 Video creación en la Argentina (Video Cre- no longer so strict and unquestionable: there are to the use of different information devices rang- termines the way of approaching its materials
ation in Argentine, 2000), curated by Graciela alternative ways of understanding phenomena ing from basic data to more complex visual, and contents. In art museums, for instance, it
Taquini. and things, the relativity, partiality and even sound and audiovisual complementary mate- is key that the public comes into contact with
7 Curated by Arlindo Machado (2003). fallibility of some knowledge are acknowl- rial. Nowadays, these materials play a key role the works of art themselves, aside from the
8 Artistic Director: Felipe César Londoño edged, and even some external perspectives, in exhibitions to the point of relativizing, and complements that are also necessary. Con-
9 This event features different artistic directors such as ethics, are incorporated, encouraging even disallowing the importance of the objects trarily, in science museums, the demonstra-
for each edition. the reconsideration of objectives and values. Fi- to which they refer. In extreme cases, there are tion of certain theories or properties can be
10 Alta Tecnología Andina (High Andean Tech- nally, nowadays the public’s ideas and previous exhibitions based exclusively on reproductions performed without using the experimental
nology), director: José Carlos Mariátegui. knowledge, its analytical capacity, its motiva- and information, with absolutely no display of material employed in formulating them.
11 Cook, Sarah, “Immateriality and Its Discon- tion and creativity, are taken into account when “original” objects. The Science Park of the Montshire Museum
tents. An Overview of Main Models and Issues it comes to developing programs, material and Therefore, contemporary exhibitions sway be- of Science in the USA has a scale model of the
for Curating New Media”, in Paul, Christiane contents for it. tween two poles, namely objects and informa- solar system mounted in a large park outside
(ed.). New Media in the White Cube and Be- Bearing in mind all these transformations, tion. As a general rule, they present a variable the main building. To reach Pluto from the Sun,
yond. Curatorial Models for Digital Art. Los some museums have decided not only to combination of both typologies, but there are visitors must walk approximately three kilo-
Angeles: University of California Press, 2008. modify their exhibition formats, didactic re- cases in which exhibitions are placed almost on meters experiencing the distances that separate
12 See my essay “In Praise of Low-Tech” (in- sources and narratives, but also their spheres the extremes of these options. each of the planets and satellites in the system.
cluded in this book). of action. In defiance of the architectural Each option has its advantages and disadvan- At the same time, the experience provides a
and discursive authority of the museum as a tages. Exhibitions based on the preeminence great demonstration of the relative size of the
--- “temple of knowledge”, they have ventured of objects are more expensive to stage because planets, aside from the supplementary infor-
Museums without Walls beyond the museum walls into the city and they have more stringent requirements in terms mation provided by texts and audio guides. All
--- into nature, into public transport, computer of safety and preservation and, consequently, this display contributes to increase the public’s
networks, mobile devices and shopping cen- are almost always restricted to the controlled knowledge of astronomy while it enjoys contact
Until a few years ago, museums were reserved ters. For the most part, this expansion is trig- space of a museum. On the other hand, exhibi- with nature. Visitors are free to choose their own
for some uses and situations. Their existence gered by the need to reach out to a public that tions based on information are far cheaper and way around and the time they wish to dedicate
388 to the walk, while they can also stray off and en- people who live in the city and are unaware of tive imagination thanks to it. And there are yet ties in one of the city’s most popular streets. 389
joy other outdoor attractions the museum has to this information, or simply uninterested, the others that have become mere shells devoid of These images form part of the Álbum familiar
offer. The only drawback is that this exhibition works are incomprehensible and, for the most their past, an attractive surface for the enjoyment de Bogotá [Family Album of Bogotá], a collec-
can only be visited when the weather conditions part, irrelevant, to the point that the exhibition of tourists with little or no connection with times tion comprising photographs donated by fellow
are appropriate, and this is the reason why it re- has begun to generate resistance amongst the lo- gone by and their identity. In contrast, the me- citizens over the last years. The images that are
mains closed for quite a few months. The mu- cal inhabitants. The project that was originally morial sites that have been erected in different now offered back to the people contribute to
seum is located near the Connecticut River, and developed with a view to endowing the city with parts of the world are closely linked to events build the shared memory of the community.
its outdoor environment provides the possibility public artworks, nowadays urges a reflection on that have a specific location in space and time, The center of Berlin preserves a significant
of introducing content on hydrology. A series a number of significant topics regarding the re- like landmarks for the remembrance of normally piece of its past: the wall that divided Germany
of mechanisms have been built which visitors lationship between art beyond its institutional turbulent events that should never be forgotten. in two between 1961 and 1989. The Berlin Wall
can manipulate changing the course of the water framework and the public in general. Is anybody These places are construed as spaces for active Memorial Documentation Center has organized
and testing the strength of the water and fluid in Münster interested in the event? Or is it only memory, sites that summon the citizenry to re- a number of public exhibitions, one of which is
dynamics. In this case, spectators are in direct something that appeals to a group of specialists flect on times of hardship, areas for meditation, located directly on the remaining piece of wall,
contact with the subject matter of hydrology, who are willing to tour around its streets and remembrance and withdrawal, almost cathartic. while the other is mounted in the train station
namely water. The museum offers another out- parks in search of the works which are not al- The demands imposed by contemporary tourism near the site. The first exhibition comprises pho-
door attraction that affords a similar experience: ways easy to find? Experience proves that the have transformed certain cities into open air mu- tographs and texts describing the building of the
an interactive kiosk that is equipped with a data institutional frontier is yet to be crossed, and that seums. Many offer visitors a wide array of guides, wall, the political, economic and social contexts
base containing the sounds of the local birds and works mounted in public spaces or in nature are suggested walks, tours, signage, reconstructions and the impact the thirty-year division between
insects. After listening to the recordings, visitors still governed by the logic of museal space. of historic sites and avant-la-lettre exhibitions. the two Germanies had on people’s lives. The
are able to identify the sounds in the surround- Something different occurs with the Museum However, tourism has changed and whereas in second exhibition focuses on the difficulties in-
ing environment recognizing the animals that Without Walls: AUDIO program developed in the past it was fueled by people’s interest in get- volved in travelling from one place to another,
produce them and even coming into close con- Philadelphia, USA, one of the cities with the ting to know other societies and latitudes, it has transport and communications. Admission to
tact with some of the native species. largest number of outdoor sculptures in the coun- now become a mere consumption-driven activ- both exhibitions is free of charge. They have not
Art exhibitions are more reluctant to supplement try. In this case, the Fairmount Park Art Asso- ity that increasingly hinders the possibility of ex- been devised as a service for tourists but rather
the works with the information required for their ciation that organized the project resorted to the periencing cities as knowledge-building spaces. as the visual expression of a significant aspect of
comprehension. It is a commonly held notion in new technologies to encourage the city dwellers This can only be achieved through specific ac- the recent past that marked the Germans for life.
this field that providing information forces inter- to rediscover the art works that form part of their tions guided by concrete objectives. In Argentina there are a number of spaces that
pretations that should arise exclusively from the everyday environment and, in doing so, enhance Such is the case with the exhibitions organized are reminders, in one way or another, of the pe-
sensory, intellectual and emotional dialogue be- their appreciation. To this end, fifty-one sculp- by the Bogotá Archives in the Transmilenio sta- riod of military dictatorships extending between
tween the artwork and the viewer. As a result of tures (selected out of a total of seven hundred) tions – one of the most popular means of trans- 1976 and 1983. In some cases, the memorials
this not always right idea, many exhibitions staged were identified with a number that provides ac- portation in the Colombian capital – which ex- occupy sites that were once used by the armed
in outdoor environments that are open to a non- cess to information on each piece through an ap- hibitions are collectively known as Del archivo forces to pursue their policies of persecution,
specialized public often end up by responding to plication for mobile phones or a call. For those a la estación (From the Archives to the Station, torture and extermination of left wing actions
the limited criteria of the museums and galleries. who do not use mobile phones, there is a free 2010). Tapping into the wealth of their collec- and thinking that led to the disappearance of
One of the most notable cases in this line is map with indications and there is also an Internet tion, the Bogotá Archives have mounted a num- almost thirty thousand people. These memori-
the art event carried out in the city and in na- site that contains additional information on the ber of exhibitions based on photographs that al- als include police stations, jails and clandestine
ture known as Sculpture Projects, which takes works and artists who produced them. low users to become acquainted with some his- detention centers discovered during the past few
place in Münster, Germany, every ten years. As torical aspects of their city. The exhibitions are years and opened to the public. One of these
part of the project, a number of selected artists Memory, Entertainment and Theme Parks mounted in Transmilenio waiting shelters and centers located beneath a highway in the neigh-
work in locations they themselves choose creat- The relationship between history and urban each one addresses a different topic. The Portal borhood of San Telmo, in the city of Buenos
ing works in public spaces. Visitors are given a spaces is very unique. In many cities, history del Sur station, for example, exhibits a series of Aires, has been turned into an open air space for
map indicating the location of each of the pieces is present in buildings and corners, parks and photographs taken between the nineteen sixties remembrance and withdrawal.
together with some brief information regarding monuments. Some cities are virtually a piece of and eighties under the heading of El Septimazo However, one of the projects with the greatest
the artist and his/her proposal. However, for the history, whereas others only exist in the collec- that show people carrying out everyday activi- visibility is an outdoor memorial, the so-called
390 Parque de la Memoria [Remembrance Park], based on a museological framework. There are egory. Its exhibition programs are based on the so-called Dinosaur Trail enables visitors to un- 391
that commemorates the people who disappeared places with history, but with a history that has teaching content of the country’s public schools derstand, through intuition, some of the relation-
during the military dictatorship in the form of been lived, comprising small anecdotes, micro and focus mostly on scientific and cultural top- ships existing between these creatures and their
architectural and artistic interventions in the tales, occurrences and partialities that cannot be ics such as biology, physics, communications, environment, while other aspects are covered by
landscape and a documentation center located addressed through a structured discourse. These astronomy and ecology. In its halls children texts and audio resources.
on a piece of land alongside the River Plate, the histories may not affect the entire community but learn through play and by reflecting on topics This kind of attractions runs the risk of sinking
body of water into which the corpses of those talk about important figures, vital moments and ranging from human reproduction to the birth to the level of mere entertainment without pro-
who died through torture were dropped. In this traits that characterize the national character or of film, from the protection of the environment viding any knowledge whatsoever, or providing
project, the preservation of history and memory the identity of a people. The Botica del Ángel to the space race and molecular physics. Oth- some sort of knowledge as a secondary effect.
takes on two forms. On the one hand, the evoca- in Buenos Aires is one of these places. The site, ers, such as the Abasto Children’s Museum lo- This is what happens in a large number of theme
tive forms of the architectural interventions – a which comprises a theater with the same name cated in a shopping center in the city of Buenos parks where the development of some scientific
broken wall with the names of the disappeared and the home of its creator, Eduardo Bergara Aires, do not focus on learning but rather on and cultural topics is an excuse to attract the
– and the works of art that resort to metaphoric Leumann, is nowadays a museum of memen- entertainment and play. In this museum, chil- public towards other commercial services such
and symbolic shapes to refer to the events, thus toes and eccentricities, of works of art and relics dren can pretend they are working in different as cafeterias, gift shops and games. For instance,
endowing the landscape with a unique signifi- that transmit the spirit of its mentor, a key figure trades and professions and can learn how to live and carrying on with the dinosaur theme, in the
cance. On the other hand, an exhibition of docu- in the theatrical and musical life of the city of in society. Activities include clown and puppet city of Teruel in Aragon, Spain, Dinopolis – a
ments, photographs, videos and texts give con- Buenos Aires. The objects on display have been shows, birthday party celebrations and a variety theme park dedicated to Jurassic species –was
tent to that history through images of those who left exactly where they were at the time of his of set designs and interactive spaces. However, built and contains full scale reproductions of the
participated in the events, whether dead or alive death offering the viewer an idea of Leumann’s the name given to this place is confusing in the most popular reptiles in addition to a paleon-
at present. unique, motley and arbitrary style of decora- sense that it is not really a museum in a strict tological museum. However, the museum was
One of the greatest challenges faced by projects tion. When one visits the Botica del Ángel, the sense housing a collection and equipped with conceived as just another of the attractions of-
like the Berlin Wall Memorial and the Remem- door opens onto a dazzling period of Argentine preservation and research departments. Though fered to visitors in addition to children’s play-
brance Park is to ensure that history does not culture. Though the visit is conducted by guides it is run by a nonprofit association, its existence ground games, restaurant, a bar and souvenir
boil down to a set of events locked up in the who explain the singularity and origin of the dif- has much closer links with the commercial shops. Nevertheless, these places sometimes
past, but rather can be understood in light of its ferent objects on display, the exhibition really ap- environment in which it is located than with a manage to strike a balance between their didac-
connections with the present. The presence of peals to nostalgia and to the senses, the priority of museological institution. tic and commercial objectives. The Colombian
the wall in the first case, and of the sculptures the whole over the parts. The audience to which Nevertheless, fun is a central element that is National Coffee Park in Montenegro belongs
in the second, operates as a landmark that rein- the exhibition is addressed is, for the most part, increasingly associated with the services a mu- to a foundation intent on preserving the historic
forces the links between the events they refer to acquainted with the historical moment in which seum should provide, without this involving and cultural heritage of coffee, which it does
and the visitors’ historical time, thus triggering the theater hall and the activities held there were neglecting the knowledge and contents related through this park that offers recreational and
the creation of a vital memory. Both projects in full swing; what visitors are searching for is with its social and cultural mission. The need to ecologic activities associated with the coffee
also contemplate the importance of the meta- something that will trigger their memories and, attract a broader and less specialized audience industry. Xcaret Park in Mexico offers visitors
phorical impact in the building of meaning be- therefore, enable them to establish a dialogue has given rise to this challenge that many insti- an approach, through sport, history and ecologic
yond the literality of the underlying events. The with the objects fed by their own knowledge and tutions have succeeded in meeting with respon- awareness, to the Mayan culture and the unique
use of the Nordbanhhof S-Bahn station to refer past experiences. sibility and capacity. In this respect, it is worth natural environment in which it developed.
to the problem of communications and trans- On the opposite extreme are the visitors of the noting the solution proposed by the Museum of Though in many cases the reproductions devel-
port during the period the Berlin Wall stood in different Children’s Museums around the world. Life and Science of Durham in North Carolina oped by these centers are based on studies and
place finds an echo in the sculptures erected in The conception of this type of museums ranges (USA) to present a topic children love: dino- research, this is not a mandatory requirement
Remembrance Park in Buenos Aires, their pres- widely between educational spaces devised to saurs. Instead of resorting to the exhibition of insofar as their main aim is to provide enter-
ence marking the absence of those to whose reinforce school content and spaces for enter- bone structures and diagrams that is the standard tainment, not to furnish knowledge. This has
memory they are dedicated. In both cases, the tainment designed to promote creativity and display format in natural science museums, this given these organizations a degree of freedom
documentation and research needed to build his- awaken children’s curiosity. The oldest in Latin institution developed full scale models of the to develop and create imaginary environments
torical truth received museal treatment as well. America is the Children’s Museum of Caracas, main species and placed them amongst the trees such as the Parc Asterix in Paris that reproduces
However, on other occasions, exhibitions are not founded in 1982, that falls within the first cat- in the woods located within its premises. The the universe of the well-known comic located
392 in Medieval France; or Musipan, The Realm, a ence that is more vivid, deep and lasting. emphasis is placed on the processes, mecha- the institutions. In these cases, the idea is that 393
make-believe city inspired in the comic tales of In the first place, there are objects of knowledge nisms, dynamics or contextual influences, rather visitors build knowledge through their capac-
the Venezuelan comedian Benjamín Rausseo, with a certain degree of autonomy, which can than on the information or specific properties of ity to activate processes, handle models, par-
Count of Guácharo. Finally, there are other parks be either physical or discipline-related, i.e. ob- the objects in question. Here the viewer plays ticipate bodily in controlled tests, experiments
such as the Terra Mítica in Alicante, Spain, in jects that are understandable on their own or by a more active role insofar as he/she is expected and mock experiences and interact with tech-
which historical references are used exclusively resorting to the information or theories associ- to build part of the knowledge that is intended nological resources. To do so, the visitor must
as a backdrop or theme for the games and enter- ated with them, but which do not require a con- to be transmitted by deducing relationships, exercise his/her creative and ludic skills, must
tainments, with no interest whatsoever in trans- textualization outside the one furnished by this grasping transformations, analyzing causes and touch, start up, modify, transform, choose. On
mitting knowledge on these topics. discursive framework. The reproduction of the effects. Going back to the example above, the performing these tasks, visitors become aware
solar system in the Science Park of the Mont- woods with dinosaurs of the Museum of Life of their capacity to transform the world. These
Public Space, Visitors and Passersby shire Museum of Science mentioned earlier is and Science of Durham intend to show the rela- interactive proposals are largely successful ow-
Even though they are located in outdoor en- a clear example of this kind of device. In this tionship between these animals and their natural ing precisely to this: they show one of the pos-
vironments, theme parks are closed spaces in case, the system of planets and satellites forms habitat. The visitor has not only a chance to as- sible ways of changing things, contributing to
more than one sense. This is reflected not only a material unit and a unit of knowledge that is sess their size but also to infer their eating habits, prove that knowledge, rather than being static,
in the safety measures regarding visitors or in independent of both the natural environment occupation of the territory and movements, thus can be transformed and, ultimately, can be used
the control over their access to the park after in which it is located and the presence and ac- building a more organic image of their lives and to modify the way in which reality, society and
payment of the pertinent fee, but also because tions of the visitors. The information provided interrelation with the world. The same recon- the world function.
each of the attractions in the park is designed regarding the relative size of each stellar body, structions located in a different site offer a dif- The importance attached to the ludic experience
for a specific purpose. The activities that can and the distance between one and another can ferent kind of knowledge centered more on the is also associated with the reconsideration of sci-
be carried out in the park must be conduct- be observed at simple sight; the additional in- animal itself, i.e., within the context of the ty- ence as a field for creativity and invention, and
ed within strictly pre-established limits, and formation – texts, guides, audio – can be used to pology mentioned earlier. This same museum is not exclusively as the realm of reason and logic.
there is very little room for the free will and transfer the evidence to the values provided by equipped with a number of devices designed to Though the last two aspects are in no way over-
creativity of the users. the measurements, thus endowing them with the show how the wind influences our environment looked, the first two have proved successful in
In outdoor museums, the relationships between scientific aura they are expected to have. The grouped under the name of Catch the Wind. triggering curiosity and experimentation which
the visitors and the objects or educational pro- park in which this sculptural representation of One of these devices, the Seed Tower, consists are the vital ingredients of scientific practice.
posals are normally much broader. They vary the universe is located in no way affects its in a tall mechanical arm that elevates oversized On the other hand, from an educational point of
according to the different ways of understand- comprehension as a stellar system. Quite to representations of seed pods and drops them view, play has become a powerful tool in build-
ing the dialogue that may arise between the the contrary, it demands a certain degree of demonstrating how wind affects the distribution ing knowledge through the so-called Trojan
audience and what the institution has to offer. abstraction to strip it of its earthly qualities and diversification of plants. Another of the at- Horse model: in the same way as the Athenians
Despite being widespread, participation and in- and transform it, in the viewer’s imagination, tractions in this sector is a sailboat pond where entered Troy hidden within the sculpture of a
teraction are not always the models to follow. into the vast void expanse that houses our visitors can sail remote-controlled sailboats ex- wooden horse after several unsuccessful at-
Sometimes, it is merely a case of observing or solar system. This relative autonomy of the periencing how the wind affects their travel. In tempts to invade the city through formal attacks,
analyzing the interrelations between a specific educational instrument does not imply passiv- these examples, an element of the environment it is believed that some scientific knowledge can
element and its surroundings, or of learning how ity in the viewer. In most cases, he/she has a (the wind) plays a key role in the entire didactic be introduced in play in order to overcome some
to perceive, see, listen and feel. lot to do, namely: perceive, observe, analyze, proposal, though its influence can only be per- primary resistance and then proceed to capture
A quick characterization will show three differ- discover, infer, relate, complete the informa- ceived when it is exercised on specific objects fully the attention of the audience.
ent kinds of proposals from the point of view tion, take a stance. If these actions are well or- and devices. Visitors learn through deduction, There is a large number of institutions whose
of their capacity to involve the visitor. Each one ganized, they are capable of triggering a rich speculation or the assessment of its effects. exhibitions are based on participation and inter-
of them requires a specific form of commitment and stimulating learning process. Finally, the third way in which visitors of open- action; in fact, most of the science and history
ranging from more or less critical observation to A second kind of proposal consists in one in air museums interrelate with the objects, mate- museums around the world resort nowadays to
participating or sharing in the group construc- which the objects of knowledge interrelate with rials and devices displayed for their enjoyment this kind of approach to knowledge. In Buenos
tion of knowledge. Over the past few years, the their surroundings, and even with the viewer, is through participation or interaction, which Aires, the Recoleta Cultural Center houses the
latter forms of behavior have attracted much in- though they require neither the participation nor are the two forms of approaching contents and Participatory Science Museum, whose name is
terest since they foster a kind of learning experi- the interaction of him/her. In these cases, special information preferred by both the public and more than explicit and whose motto is: “Forbid-
394 den not to touch”, thus highlighting the impor- hold photographic exhibitions in Plaza San enabled the public to have a degree of influ- Plaza Flores. During the days prior to exhibit- 395
tance attached to the participation of visitors, Martín in relation with the Light Festival, the ence over the projections, since these were ing their work, the artists obtained visual and
mostly children, who are generally accompa- international photography biennial that takes being generated by the artists in real time. As sound recordings of the surroundings which
nied by school teachers or their parents. place in different spaces throughout the country. an example of the first case, we can mention they used later, at the time of making the pre-
The paradigms of participation and interaction These exhibitions are generally dedicated to a the projection of the video La brutalidad de sentation, as materials for an audiovisual com-
have given life to new institutions such as the foreign artist – though on one occasion a col- los hombres (The Brutality of Men), by Anna position generated live via digital tools used by
CosmoCaixa in Barcelona and Madrid, two lective exhibition of Argentine authors was dis- Lisa Marjak, on the front of the School of video jockeys (VJs). As is customary in VJ ses-
scientific museums in which the participation played – and to images that are powerful enough Law of the University of Buenos Aires. The sions, the reactions of the public influenced the
of the public is central. This can be perceived to draw the attention of passersby. On other oc- piece shows two young men fighting over an creative process that the artists were working
throughout both spaces, but is particularly no- casions, and as part of the same event, images item (an egg) which they finally discard, as a on in real time.
ticeable in the section known as Touch, touch! were projected on the Obelisk and photographic metaphor of the competitiveness inherent in
that encourages visitors to actually touch dif- murals were mounted on the front of the Chan- human relations. Its projection on the building Museographic Challenges
ferent animal species. The open area outside nel 7 building on Figueroa Alcorta Ave. where lawyers and judges graduate was aimed The models of open-air museums, intervened
the CosmoCaixa Museum in Barcelona har- During the summer of 2007, the Government of at generating a symbolic connection between spaces and outdoor exhibitions described so far
bors the Science Square, an open-air space in the City of Buenos Aires organized a series of these professions, the behavior depicted in the show the broad variety of situations, places and
which the didactic proposal of the museum interventions on the façades of public buildings video, and the university as the place where the contexts in which it is possible to create signifi-
expands outdoors where a number of sculp- with a view to surprising city dwellers in their instruments of social mediation are produced. cant dialogues between the objects of knowl-
tures are on display enabling visitors, in ac- everyday environment through works devel- An example of the second case was the inter- edge, artistic works, didactic or informative
tive participation, to understand some scien- oped by a group of contemporary video artists. vention developed by Leonello Zambón on the contents and audiences different from those who
tific laws and conclusions. Though the interventions were announced as front of the office building of the Mayor of the frequent formal exhibition venues. This opens a
The three models of relationship between visi- part of the summer activities, the idea was not to City of Buenos Aires. The site is located be- whole field of possibilities but, at the same time,
tors and the public devices on display described attract spectators to the places where these inter- tween the Casa de la Cultura [Municipal Arts it involves a number of reflections and reconsid-
above actually represent formalized exhibition ventions were occurring, but rather to transform Center], pertaining to the same institution, and erations on traditional museographic practices
structures implemented by equally formalized momentarily the appearance of the city for the Plaza de Mayo, the site where almost all the and their capacity to adapt to these circumstanc-
spaces, such as museums. However, there are people who normally moved around in the area. political rallies in Argentina take place and the es. The challenges are both conceptual and prac-
other locations and situations in which this re- Consequently, the sites chosen to mount these epicenter of the so-called “cacerolazos” [bang- tical; they involve reconsidering topics ranging
lationship takes on a different form. Such is the interventions were located in front of squares ing of pots and pans as political protest] used from the profile of the public to the missions and
case of exhibitions held in the street and meant and bus stops, along busy avenues and commu- by the citizens to protest against the economic functions of both institutions and exhibition dis-
for passersby, i.e. occasional viewers. Though nity centers with a lot of movement to and fro. crisis of December 2001. In this space, the art- courses, from learning processes to the elements
these exhibitions may also pursue educational As a result, a person who regularly took a bus ist projected a video designed by him specifi- and tools required for their adequate display in
aims and, therefore, bear some resemblance in Plaza Flores – one of the selected locations – cally for the occasion which he titled Concierto spaces outside the control of museal authorities.
with those described earlier – e.g. the exhibi- would come across a show that modified his/her para violines y cacerolas (Concert for violins Let us refer to some practical issues. Many are
tions on the Berlin Wall – there are others in routine inviting him/her to stop and become an and pots), where two characters (a man and a the result of simply applying common sense, yet
which this is not the case. As a general rule, they occasional viewer. woman) are seen performing a musical com- others may require special consideration. The
involve artistic or photographic exhibitions or The relationships between the selected build- position with these two instruments. The work first point to bear in mind when considering the
displays or some other form of cultural creation, ings, the site where they were located and the proposed a dialogue between the surroundings possibilities and suitability of public exhibitions
that are made available to the city dwellers as a occasional audience were not always the same. and the memory of occasional viewers who is of a reflective nature. How interesting can the
means of offering them material they would oth- Sometimes, people were expected to establish were called on to complete the references by organization of an event of this kind be? Why
erwise not have access to if it were presented at a significant connection between the video recalling recent history. In this respect, the link organize an exhibition in an unconventional lo-
a museum or cultural center. These exhibitions that was being projected and the building on it established with the people was central to its cation and not in a more controlled space? What
are normally occasional happenings associated which it was projected. On other occasions, adequate interpretation. Finally, the last case are the advantages and disadvantages of this de-
with an event in which the city itself usually the interventions were aimed at drawing atten- involves the piece co-created by Andrés Dene- cision? Does the public need, or will it value, an
plays a central role. tion to the surroundings, i.e., the area where gri and Enrique Casal. Their intervention took action of this nature? Obviously, the institution
In Buenos Aires, it has become customary to the audience was standing. One specific case place on the front of the National Bank facing that decides to carry through the project must be
396 absolutely convinced of its virtues, its potential of the breakage or vandalism of the exhibits by regardless of their surroundings. Though this tific, historic or artistic contents, but also to pro- 397
benefits and the significant difference for the ensuring that the residue is not dangerous, toxic is sometimes the case, it is a far more reward- mote the development of democratic values, the
spectator in terms of experiencing an artistic in- or harmful, and that they can be easily repaired. ing experience to establish dialogues with the building of social awareness and the willingness
tervention outside the museum’s walls. Since these elements are mounted in spaces that surroundings with a view to adding greater to reach out to others. Though these objectives
Most of the museums equipped with devices are easily accessible, their potential vandalism significance to the space and moment in which may go beyond the museum’s original goals,
for external exhibitions set them up in the espla- and the ensuing consequences must be given the viewer comes into contact with the didactic they should not be disregarded insofar as they
nades granting access to the building or in the due consideration. Therefore, the materials to device. This dialogue arises in many of the ex- are the foundation of the values at play in this
surrounding parks. The exhibitions displayed be employed must be easy to replace, easy to amples mentioned earlier: in the dinosaur mod- situation.
outdoors are in keeping with those mounted in- obtain in the event of destruction and not very els placed in the woods, in the electronic kiosks Lastly, the term “significant” has been used re-
doors, if not in terms of sharing the same theme, expensive. that reproduce the sounds of the birds that flutter peatedly and this is not by chance. According
at least as a matter of contiguity. Therefore, a The impact of the weather must also be taken around them, in the wind that carries the seeds to to the theories of significant learning, a person
circuit could be set up between them, where one into account. The rains, mist and storms pre- unexpected places, in the photographs and texts builds knowledge by way of a permanent inter-
functions as an introduction and the other repre- vent the access to and use of the exhibits dis- that analyze communications and transport in action: on the one hand, by adopting the data
sents its continuation. It is important to always played outdoors, both in terms of obstruction the Germany of the Berlin Wall, mounted in a and information furnished by the surroundings;
bear in mind this kind of relationships, because and safety for visitors. The same applies to ex- train station. And there are many other examples on the other, by contributing his/her own knowl-
the integrity of the didactic experience depends treme weather conditions. In some regions, the we could mention. A good exhibition proposal edge, developed previously on the basis of other
largely on them. Even though the exhibition seasons may affect the exhibitions carried out in will make the most of the resources at hand, data and information. Significant learning does
takes place outdoors, its museographic consti- the open air. As mentioned earlier, the Science and a display’s immediate surroundings are part not involve merely accepting the content fur-
tution should be consistent with the objectives Park of the Montshire Museum of Science can of these resources. Within a museum, the sur- nished by the didactic resources but rather en-
of the institution. Otherwise, the visitor will only be visited during part of the year, specifi- roundings do not always offer many alternatives courages the person to compare, contrast, doubt,
find it difficult to escape from the seduction of cally between the months of May and October. and, in any case, things are easily controllable. reinforce or reject, depending on the ideas and
mere entertainment, and the museum will fail in This may be a drawback for the institution but, But outside the museum walls, the relationships concepts the visitor brings to the exhibition and
achieving its aims. As occurs with all the ele- ultimately, it is a necessary measure designed with the surrounding areas must be built, indi- which form part of his /her knowledge and id-
ments designed for public spaces that may be to preserve the safety and comfort of the visi- cated and enhanced. This is one of the ways of iosyncrasy.
accessed by people from all the walks of life tors. There are yet other cases in which there is enabling visitors to become aware of their role If this forms part of the learning process that
and, particularly, by children, one of the central a significant dependence on weather conditions. and participation and to draw a truly significant takes place within the context of a museum, it
concerns to be borne in mind is safety. This is the The project organized by the Government of the experience from this. becomes far more evident beyond its walls. In
main parameter that will determine the materials City of Buenos Aires involving projections on On the other hand, it must also be noted that the an outdoor environment, the spectator is alone
to be employed, the location of the scale models, the front of public buildings had to be carried public space is, often, precisely that: public, i.e., with his/her existing knowledge and values, at
the objects or models displayed in places where out when there was little natural light, i.e. during shared and collective. In contrast with closed least until he/she decides to come into dialogue
people circulate, the assemblies, terminations, the late evening hours or at night time. As it took spaces, where a certain degree of intimacy and with the didactic device that invites the spectator
scales, accessibility and warning signs. No other place during the summer months, it got darker withdrawal can be achieved, the social space to transform the contact into a learning experi-
parameter is as crucial as this and, therefore, it later than usual. Nevertheless, the pleasant sum- encourages congregations, group experiences, ence. This decision takes place previously when
must be assessed in depth and in the worst case mer nights coupled with the holiday season in communication and cooperation. All these qual- a person chooses to visit a museum. Contrarily,
scenarios in order to rule out any possibility of Buenos Aires, attracted a massive attendance to ities are extremely rich and should be made the in a public space, the spectator may opt to in-
risk for public health and integrity. these events. most of. A good exhibition proposal in a com- terrelate with the exhibit or not. Consequently,
Aside from insurance coverage, the materials As mentioned earlier, mounting an exhibi- munal site should bear them in mind, not only a good outside exhibition design must bear in
employed in the construction of the didactic and tion in a public space or outdoors must have a as a possibility, but also as central elements of a mind, above all, the potential visitor profile:
exhibition devices designed for public spaces justification. One of the most obvious reasons learning process in which social behaviors and what ideas may the spectator bring, what sort
must be resistant, not only to harsh weather should be the relationship between the exhibi- public values come into play. Didactic devices of interests may he/she have, what elements of
conditions but also to the effects of the environ- tion and its surroundings. One must not – or displayed in these conditions could be used to the didactic proposal are capable of generating
ment, handling, the impact of the surroundings should not – think of the elements on display as promote group discussions and analyses, co- an impact on the viewer and encouraging him/
and other forms of human intervention. This self-sufficient, independent modules designed operation, solidarity, enquiries and interaction. her to observe, participate and reflect. This is,
involves foreseeing the potential consequences exclusively to attract attention on themselves, They could be used not only to transmit scien- obviously, a complex task, but one that should
398 be taken into account to avoid running the risk 399
of working blindly and in vain for a visitor who
will seem indifferent, but is really someone
whom we failed to attract with a proposal con-
sistent with his/her interests.
Museography outside the context of traditional
exhibitions must be taken as a real challenge and
not merely as an adaptation of existing meth-
ods and procedures to the new circumstances.
Undoubtedly, many of the studies and inves-
tigations carried out over the years, with their
abundant wealth of experience, will form part of
the theoretical armory that will help to pave the
way forward. We have not addressed – because
it would entail a specific study – the properties
of another key extra-museal space that is grow-
ing systematically and becoming widespread
through the use of the new technologies: vir-
tual museums with all their communicational,
teaching and didactic potential that expand, like
their outdoor counterparts, the possibilities and
confines of a museum. Ultimately, both public
spaces pose the same dilemma and the same
challenge: the need to develop a whole set of
new tools, materials, concepts and strategies
for the future – but already present – museums
without walls.

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