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CENTRO NACIONAL DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN PATRIMONIAL

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El Centro Nacional de Conservación y Restauración Patrimonial (CENCREP) es un instituto creado por el


Ministerio del Poder Popular para la Cultura, con el objetivo de desarrollar programas de
conservación/restauración para la preservación del patrimonio artístico y cultural del estado venezolano,
adscrito a la Fundación Museos Nacionales. La institución se ha dividido en cinco áreas de especialización en
la conservación y restauración de pinturas, objetos, textiles, piedras y metales. De igual forma, se prevé
dentro de los temas abordar el campo de la arqueología y la conservación de estas piezas pertenecientes al
patrimonio nacional. Esta institución forma parte del Consejo Internacional de Museos, Comité para la
Conservación (ICOM-CC) y el Centro Internacional para el Estudio y la Conservación de los Bienes Culturales
(ICCROM), donde sus integrantes asisten para intercambiar expresiones en los procesos contemporáneos de
esta disciplina museológica. El CENCREP tiene como objetivo central desarrollar y aplicar estrategias de
prevención, conservación y restauración en las diferentes categorías para proteger las colecciones
patrimoniales del Estado venezolano.

Aparato respiratorio humano[editar]

Aparato respiratorio humano.


Esquema del alveolo pulmonar y la red capilar que hace posible el intercambio de oxígeno con la
sangre.

En los seres humanos, el sistema respiratorio está formado por las vías aéreas, pulmones y
músculos respiratorios que provocan el movimiento del aire tanto hacia adentro como hacia
afuera del cuerpo. En los alveolos pulmonares las moléculas de oxígeno y dióxido de carbono se
intercambian pasivamente, por difusión entre el entorno gaseoso y la sangre. De esta forma el
sistema respiratorio hace posible la oxigenación y la eliminación del dióxido de carbono que es
una sustancia de desecho del metabolismo celular. El sistema también cumple la función de
mantener el balance entre ácidos y bases en el cuerpo a través de la eficiente remoción de
dióxido de carbono de la sangre.

Partes del aparato respiratorio[editar]


El aparato respiratorio humano consta de los siguientes elementos:
● Fosas nasales: Son dos amplias cavidades cuya función es permitir la entrada y
salida del aire, el cual se humedece, filtra y calienta a través de unas estructuras
llamadas cornetes.
● Faringe: Estructura con forma de tubo situada en el cuello y revestido de membrana
mucosa; conecta la cavidad bucal y las fosas nasales con el esófago y la laringe.
● Laringe: Es un conducto que permite el paso del aire desde la faringe hacia la
tráquea y los pulmones. En la laringe se encuentran las cuerdas vocales que dejan
entre sí un espacio llamado glotis.
○ Cuerdas vocales. Son dos repliegues situados en la laringe que vibran
cuando el aire los atraviesa produciendo la voz.
○ Glotis. Es la porción más estrecha de la luz laríngea, espacio que está
limitado por las cuerdas vocales.
○ Epiglotis: La epiglotis es un cartílago situado encima de la glotis que
obstruye el paso del bolo alimenticio en el momento de la deglución
evitando que este se vaya al sistema respiratorio. Marca el límite entre la
orofaringe y la laringofaringe.
● Tráquea: Es un conducto en forma de tubo que tiene la función de hacer posible el
paso del aire entre la laringe y los bronquios. Su pared está reforzada por un
conjunto de cartílagos con forma de C que dificultan que la vía se colapse por
compresión externa sobre el cuello.6​
● Pulmones: Órganos cuya función es realizar el intercambio gaseoso con la sangre.
Dentro de cada pulmón, el árbol bronquial se divide progresivamente dando
ramificaciones cada vez más pequeñas. La tráquea da origen a los dos bronquios
principales que se dividen en bronquios secundarios o lobares. Cada bronquio lobar
se divide en bronquios terciarios o segmentarios que se dividen en bronquiolos. El
bronquiolo continúa el proceso de ramificación y da origen al bronquiolo terminal de
donde parten los bronquiolos respiratorio que es donde se encuentran los sacos
alveolares.
○ Bronquio: Conducto tubular fibrocartilaginoso que conduce el aire desde
la tráquea hasta los bronquiolos.
○ Bronquiolo: Conducto que conduce el aire desde los bronquios hasta los
alvéolos.
○ Alvéolo: Los alveolos están situados al final de las últimas ramificaciones
de los bronquiolos. Tienen la forma de pequeños sacos y son el lugar en
el que se produce el intercambio de gases con la sangre. Su pared es
muy delgada, pues está constituida por una capa unicelular, es decir
formada por una única célula. Sumando los dos pulmones, el organismo
humano dispone de alrededor de 300 millones de alveolos que si se
desplegaran en su totalidad ocuparían una superficie de 60 m², esta
enorme superficie es la que hace posible obtener la cantidad de oxígeno
necesaria para las funciones vitales.6​
● Músculos intercostales: Músculos situados en el espacio existente entre dos
costillas consecutivas. Tienen un importante papel para movilizar el tórax durante la
inspiración.
● Diafragma: Músculo que separa la cavidad torácica de la cavidad abdominal.
Cuando se contrae baja y aumenta el tamaño de la cavidad torácica provocando la
inspiración. Cuando se relaja sube, disminuye el tamaño de la cavidad torácica y
provoca la espiración.
● Pleura y cavidad pleural: La pleura es una membrana serosa que recubre ambos
pulmones. Consta de dos capas, la pleura parietal en contacto con la pared del tórax
y la pleura visceral en contacto con los pulmones. Entre ambas capas queda un
espacio que se llama cavidad pleural. La presión en la cavidad pleural es menor que
la presión atmosférica lo cual hace posible la expansión de los pulmones durante la
inspiración.

Visión general de los pulmones.


Tráquea y bronquios principales.

¿Qué actividades puedo desarrollar para mejorar mi sistema


respiratorio?

1. Caminar
La primera recomendación, en realidad, son losejercicios aeróbicos. Pueden ir
desde los más exigentes -como el step, el spinning y otros que se realizan sobre
todo en los gimnasios- hasta los más sencillos: correr, bailar, nadar, montar en
bicicleta y dar paseos diarios. Este último es el más accesible, ya que está al
alcance de casi todo el mundo, se puede realizar en casi todas partes, no requiere
de ningún entrenamiento previo, no exige ningún equipamiento especial y, por
supuesto, es gratis.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un mínimo de 150


minutos semanales de actividad física aeróbica de intensidad moderada, o bien 75
minutos de actividad vigorosa, "o una combinación equivalente". Otros
especialistas, sin embargo, como los de la ELF, son algo más exigentes: apuntan
que lo recomendable es al menos media hora de ejercicio moderado por día, cinco
días a la semana.
2. Respiración diafragmática
En el acto de respirar están involucrados numerosos músculos y órganos. Cuando
el que realiza la mayor parte de la tarea es el diafragma (el tejido
músculo-tendinoso situado justo debajo de los pulmones) se habla de respiración
diafragmática. Esta clase de respiración se puede efectuar de manera voluntaria y
consciente. El trabajo del diafragma hace que se mueva también el abdomen -se
hincha y se deshincha-, por lo cual este ejercicio también se conoce como
respiración abdominal.

La ejecución del ejercicio es simple. Sentada o acostada, la persona debe colocar


sus manos sobre su abdomen. Tras expulsar todo el aire posible de los pulmones,
debe inspirar por la nariz llevando el aire hacia el abdomen, como si el objetivo
fuera llevar las manos lo más arriba que pueda. Cuando más se hinche el abdomen,
mejor: indica que más aire se ha inhalado. Se retiene el aire unos segundos, y
después se exhala con lentitud.

Al final conviene ejercer un poco de presión con las manos sobre el diafragma,
hacia los pulmones, para ayudar al cuerpo a sacar la mayor cantidad de aire.
También en este estado se debe aguardar unos instantes, y luego volver a
comenzar. La respiración diafragmática lleva una gran cantidad de oxígeno a los
pulmones y ayuda a ventilarlos y limpiarlos.

El desarrollo de los pulmones en los primeros años, clave para evitar la EPOC EFE
3. Respiración con los labios fruncidos
Este ejercicio es parecido al anterior en cuanto a que se procura una inspiración
lenta y una espiración aún más lenta: el proceso de expulsión del aire debe durar
el doble que el de inhalarlo. La característica principal de este procedimiento es
el que le da nombre: el aire se debe exhalar por la boca, a través de los labios
labios fruncidos. Es decir, se deben colocar en posición como para silbar o apagar
una vela.

La resistencia que origina el poco espacio que tiene el aire para salir fortalece los
pulmones, mejora la eficacia de la respiración y ayuda a controlar las disneas -es
decir, los ahogos o dificultades en la respiración-, como explica un estudio
realizado por expertos de Barcelona y Brasil. Por lo general, este ejercicio se
recomienda a los pacientes con EPOC u otros problemas pulmonares, pero sus
beneficios los pueden aprovechar también personas sanas.

4. Estiramientos
Cuando el cuerpo es más elástico, la respiración se amplía. Por el contrario, cuando
los músculos están agarrotados o contracturados, la respiración es más limitada, lo
cual reduce también el trabajo de los pulmones y disminuye su capacidad. Por
ello, el estiramiento muscular acarrea beneficios también para los pulmones, pese a
no ser un ejercicio que trabaje de forma directa sobre ellos.

Un ejercicio sencillo de estiramiento para favorecer la respiración consiste en lo


siguiente: de pie, la persona comienza con los brazos verticales al costado del
cuerpo. Mientras inhala, los eleva lentamente, hasta llevarlos a la altura de los
hombros, de forma tal que el cuerpo quede en forma de cruz. Tras retener el aire en
los pulmones durante algunos segundos, exhala -también con lentitud- mientras los
brazos regresan a la posición inicial.

Otra posibilidad es, también de pie, con las piernas un poco separadas, elevar los
brazos por encima del cuerpo y tomarse las manos sobre la cabeza. Luego, inclinar
el torso hacia uno y otro lado, de manera que se estiren los tejidos de los costados
del cuerpo. El yoga y otras disciplinas trabajan con ejercicios respiratorios y de
estiramiento casi a la par, ya que se benefician unos a otros. Deben efectuarse,
desde luego, con mucho cuidado y poco a poco, para evitar posibles lesiones.
5. Hinchar globos
El de hinchar globos es un ejercicio habitual recomendado por los profesores de
canto, ya que fortalece los pulmones y los músculos que intervienen en el proceso
respiratorio, y además amplía la capacidad pulmonar. Por otra parte, la exigencia
de soplar más fuerte de lo normal puede ayudar a quitar las mucosidades de los
pulmones, que en ocasiones quedan como resultado de bronquitis u otras
infecciones respiratorias.

No obstante, es fundamental tener mucho cuidado: existe una gran variedad de


tipos de globos, y algunos podrían representar una exigencia por encima de lo
recomendable para ciertas personas, sobre todo adultos mayores. En este caso, el
resultado podría ser contraproducente, ya que, en lugar de fortalecer la salud
pulmonar, se podría causar un daño. Ante la duda, antes de lanzarse a hinchar
globos como ejercicio, es preciso consultar con un médico.

Ejercicios que ayudan a fortalecer la salud pulmonar


1. Respiración desde el diafragma
La manera de respirar correctamente es utilizando el diafragma, así los
pulmones se expanden y se llenan más de oxígeno. No todos dominan este
tipo de respiración pero, con práctica, se puede lograr. Solo debes
concentrarte.

¿Cómo se hace?

● Relaja la parte superior del cuerpo y pon una mano sobre el


abdomen.
● Respira profundo por la nariz y haz que tu abdomen se infle, luego
expulsa el aire lo más lento que puedas.
● Si al exhalar tu abdomen se contrae, estás respirando correctamente.
● Repite el ejercicio 5 veces y descansa entre cada repetición. Trata de
hacerlo la mayor cantidad de veces al día para que el cuerpo se
acostumbre a respirar de la manera correcta.

Descubre: Los aeróbicos y sus beneficios mentales y corporales

2. Ejercicios aeróbicos

Realiza ejercicios aeróbicos como trotar, caminar, correr o bailar. De esta


forma ayudarás a que tu ritmo cardíaco se incremente y, por ende,
necesites más oxígeno.

Cuando el cuerpo se somete a este tipo de actividades demanda mayor


cantidad de oxígeno, por lo que debes controlar tu respiración y tomar todo
el aire que necesites. Esto hace que tu capacidad pulmonar aumente.

Los ejercicios de intervalos son muy buenos para fortalecer la salud


pulmonar debido al grado de exigencia que tienen. El cuerpo varía las
demandas de oxígeno de acuerdo a la intensidad del ejercicio. Así, debes
tomar el control de la respiración para mantenerte en marcha.

¿Cómo se hace?

● Un ejercicio de intervalos sencillo es trotar por 4 minutos y correr por


1.
● Puedes variar el ejercicio a caminar rápido-trotar si no tienes tanta
resistencia para correr durante un minuto.

Lo importante es que siempre te mantengas por mayor tiempo en la


intensidad más baja y por menor tiempo cuando aumentas la velocidad.
Sumado a lo anterior, este tipo de ejercicios también te ayuda a quemar
grasa.

3. Soplar por el mayor tiempo posible

Otro ejercicio que contribuye a tu salud pulmonar es el de soplar durante


todo el tiempo que puedas. Puedes practicar varias modalidades, una de
ellas es soplar un globo. También hay otra muy divertida en la que puedes
usar una tira de papel.

¿Cómo se hace?

● Toma una tira de papel y pégala a la punta de tu nariz.


● Inhala y luego sopla el mayor tiempo que puedas para mantener la
tira en el aire.
● Practica con frecuencia para que puedas mantener la tira de papel en
el aire por mucho más tiempo.

No te pierdas: Las mejores posturas de yoga para principiantes

4. Yoga

El yoga también es una disciplina muy beneficiosa para la salud pulmonar.


Esta te ayuda a controlar la respiración poniendo en armonía el cuerpo y la
mente.

¿Cómo se hace?

Más que yoga físico debes practicar el «pranayama», que es la técnica


básica de respiración en yoga. Esta modalidad te enseña a respirar y
desarrolla tu capacidad pulmonar dándote más resistencia en actividades
físicas.

● Debes tomar respiraciones largas y profundas y exhalar lentamente.


● La postura o asana ideal para hacer pranayamas es la postura del
loto. Esta requiere estar sentado con la columna vertebral derecha y
así logramos que el aire fluya con mayor facilidad.

Aprender a respirar correctamente y con conciencia te ayudará a


fortalecer tu salud pulmonar. Tu cuerpo está diseñado para recibir la
mayor cantidad de oxígeno posible y así ser más eficiente.
Si sientes que a veces te falta el aire o que necesitas respirar mejor, exígete
un poco más y toma el control de tu respiración.

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