Está en la página 1de 5

Trabajo parcial

Nombre del alumno: Alexandro Piero Fernandez Vilcapoma

Este trabajo consistirá en la escritura de un monólogo desde la perspectiva de uno de los


personajes que se le presentan a continuación. Para ello, deberá basarse en una de las escenas
que más le haya gustado del cuento correspondiente. Utilizará todos los recursos expresivos
trabajados hasta ahora en el curso: patrones oracionales (3), patrones rítmicos (3), manejo
léxico y tono global. Prestará especial atención al perfil psicológico del personaje seleccionado
y procurará que su monólogo sea creíble. Por último, señalará claramente en su trabajo la
opción que va a desarrollar (cuento y escena). No olvide que se descontará hasta 8 puntos por
error de ortografía y puntuación (medio punto en contra por cada error) y que su texto no será
corregido si no guarda relación con el relato señalado. Extensión: entre 500 y 600 palabras.
Fecha de entrega: la actividad se abrirá el viernes 8 de octubre y se cerrará el sábado 9 de
octubre a las diez de la noche.

Personaje en que se basará su monólogo:

a) Kutu de “Warma kuyay”, de José María Arguedas

https://www.literatura.us/jma/kuyay.html

b) Calixto de “Calixto Garmendia”, de Ciro Alegría

https://www.literatura.us/ciro/calixto.html

c) Silvio de “Silvio en El Rosedal”, de Julio Ramón Ribeyro

https://www.literatura.us/julio/silvio.html
Adiós a Viseca

Cuento: “Warma kuyay” de José María Arguedas

Escena: El niño Ernesto increpa al Kutu por golpear a animales indefensos y le pide que se

vaya de Viseca pues ya no hay lugar para él.

Esa mañana el cielo estaba limpio y alegre cuando me topé con el niño Ernesto en el alfalfar de

Capitana. Me observó con reproche porque él sabía que yo recorría temprano los potreros de

Don Froilán para vengarme con sus animales. Eres maula, me dijo. Luego me contó que la

noche anterior su corazón había estado a punto de estallar y que ya no soportaba golpear a los

becerritos. En la madrugada se había levantado de su cama y había corrido hacia el corral donde

encontró a Zarinacha, nuestra última víctima. La encontró tumbada en el suelo después de

recibir mis latigazos. Como si fuera una persona, el niño Ernesto se había arrodillado y le pidió

perdón y besó su boca. Sintió una compasión que yo jamás tuve por los animales de Don

Froilán. Se humilló ante ella y me echó la culpa, pues yo era un indio canalla. Eres maula, me

dijo.

Pero al principio el niño Ernesto me había acompañado por la noche para descargar nuestra

rabia en los animales de Don Froilán. Entrábamos a escondidas al corral y escogíamos los

becerros más finos y delicados. Yo les rajaba el lomo a latigazos y el niño Ernesto se alegraba al

ver a los animalitos retorcerse en el suelo y llorando de dolor. No nos importaba porqué eran los

animales de Don Froilán, nuestro enemigo; el odio inundaba nuestro corazón. Pero yo notaba la

inquietud en el fondo de su alma. Ya se veía la verdad: el niño Ernesto no disfrutaba de nuestra

venganza en el cuerpo de los becerritos. Eres maula, me dijo.

Casi no pude creer las palabras del niño Ernesto en el alfalfar esa mañana. Me dijo que me

largara de la hacienda y que todos los comuneros se reían de mí. No se podía golpear a los
becerritos porque eran como una criatura. Me llamó asesino y me llené de resentimiento, pues él

también había participado de nuestro juego contando los latigazos que yo descargaba contra el

cuerpo de los animalitos. Le contesté que tampoco había lugar para él en la hacienda y que

algún día él también debía partir. Me sentí atrapado y tuve miedo de que el niño Ernesto le

cuente a Don Froilán de nuestra venganza. Empecé a imaginar que podían meterme en la cárcel

y que ya nunca sería un hombre libre; iba a terminar mis días pudriéndome en la prisión. Por eso

decidí marcharme y le dije al niño Ernesto que iba a partir en diez días.

Una mañana me subí a mi caballo bayo y me alejé para siempre de Viseca. Ya no me detuvo el

amor de Justina y sabía que habría otra mujer para mí en las haciendas del interior o en los

pueblos de la costa. El patrón derramó lágrimas por mi partida y dijo que me quería como un

hijo, pero era un mentiroso. Yo deseaba una palabra amable del niño Ernesto, pero no volvió a

hablarme. Al verme partir, me miró con ojos brillantes y sólo volvió a decirme: ¡eres maula!
RÚBRICA DE EVALUACIÓN

Trabajo parcial (TA)


Criterios de calificación del monólogo Puntaje
I. Contenido (4 puntos)
● Presenta un título original relacionado con el texto.
● Contiene elementos reconocibles del cuento original y de la escena
elegida.
II. Estructura (3 puntos)
● Presenta una frase motivo que se repite en el texto.
● Tiene cohesión y coherencia en los párrafos y entre los párrafos.
III. Perspectiva (4 puntos)
● Representa las ideas o las creencias del personaje elegido.
● Se ajusta al estado anímico y forma de ser del personaje elegido.
IV. Patrones oracionales (3 puntos)
● Emplea patrones de coma, punto y coma, y dos puntos.
V. Patrones de ritmo (3 puntos)
● Emplea patrones de repetición de palabra o frase, de tipo de palabra,
de estructura sintáctica, juegos de palabras y extensión de oraciones y
párrafos.
VI. Manejo léxico y tono global (3 puntos)
● Emplea las palabras con precisión.
● Utiliza la carga afectiva en el texto.
● Recrea la atmósfera del cuento.

PUNTAJE TOTAL

El monólogo no será corregido porque no guarda relación con el cuento


elegido.

También podría gustarte