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El embrión de desarrollo temprano orquesta eventos uterinos que son requeridos para
su propia sobrevivencia. Produce un sustancia de corta acción que estimula localmente
contracciones uterinas y por ende su propia movilidad y envía a todas partes del útero
el mensaje para bloquear el mecanismo uterino de luteólisis, asegurando una
continuidad de la vida cuerpo lúteo y progesterona y distribuye otras sustancias, quizás
un estrógeno que mejora el tono uterino, por lo tanto provoca que la vesícula deje de
viajar después de que un bloqueo critico de la luteólisis es completado. El incremento
en el tono uterino esta asociado con la reducción del diámetro uterino y por lo tanto la
vesícula embrionaria se fija en la curva de la porción caudal de uno de los cuernos. La
vesícula fijada permanece sujeta a la acción masajeante de las contracciones uterinas
continuas que se cree contribuyen a la rotación o orientación vesicular
Luego del días 120 al 240, las patas del potrillo crecerán considerablemente y todo él
aumentará de peso. Del día 150 al 180 es cuando se aprecia el crecimiento y desarrollo
de forma más notable, ya que el potro cuadruplica su peso en tan sólo treinta días.
Para el día 180, el cuello se alargará. La crin y cola comenzarán a crecer.
Llegados a este punto, la actividad de la yegua debe reducirse gradualmente.
Después del día 241 Las yeguas suelen parir, por regla general, el día 365. Sin
embargo, cabe tener mencionar que pueden nacer potros perfectamente sanos incluso
el día 399. Cualquier potrillo nacido antes del día 350 se considera prematuro. Y,
desgraciadamente, el que nazca antes del día 300 fallecerá. Para el día 270, el potrillo
tendrá crin, cola y pelaje. En esta etapa el abdomen de la yegua adquiere proporciones
enormes. Y su apetito, además, crece a pasos agigantados. Motivo por el que la
alimentación de la yegua deberá aumentarse un 15% para ayudar al desarrollo
completo del potro.