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¿CÓMO IMPACTA LA NATURALEZA EN NUESTRO BIENESTAR?

(título original “How Does Nature Impact Our Wellbeing?”)

Varios estudios han revelado que el ambiente en que nos movemos puede aumentar o reducir
nuestro estrés, lo que a su vez impacta en nuestro cuerpo. Lo que estás viendo, escuchando o
experimentando en cualquier momento, no sólo está afectando tu ánimo, sino también tu sistema
nervioso, endocrino e inmunológico.

El estrés provocado por un ambiente poco placentero puede causarte ansiedad, tristeza o
desamparo, lo que eleva la presión sanguínea, el ritmo cardíaco y la tensión muscular, y suprime el
sistema inmunológico. Un ambiente placentero, en cambio, revierte eso.

Y a cualquier edad o en cualquier cultura, las personas encuentran que la naturaleza es placentera.
En un estudio citado en el libro "Jardines Sanadores", investigadores encontraron que más de dos
tercios de personas elegían un escenario natural para retirarse por un momento cuando están
estresados.

LA NATURALEZA SANA

Estar en la naturaleza, o incluso viendo imágenes de naturaleza, reduce el enojo, el miedo, y el


estrés, e incrementa los sentimientos placenteros. La exposición a la naturaleza no sólo puede
hacerte sentir mejor emocionalmente, sino que contribuye a tu bienestar físico, reduciendo la
presión sanguínea, el ritmo cardiaco, la tensión muscular y la producción de las hormonas del
estrés. Incluso puede reducir la mortalidad, de acuerdo a estudios científicos hechos por
investigadores del área de salud pública, como Stamatakis y Mitchell.

Asimismo, se ha demostrado que incluso una simple planta en una habitación de hospital, oficina
o sala de clases, tiene un impacto significativo en la disminución del estrés y ansiedad.

LA NATURALEZA TRANQUILIZA

Además, la naturaleza nos ayuda a lidiar con el dolor. Debido a que estamos genéticamente
programados para percibir los árboles, las plantas, el agua y otros elementos naturales, éstos
absorben nuestra atención y nos distraen del dolor y malestar por el que estemos pasando.

Esto quedó bien demostrado en un estudio del doctor sueco Robert Ulrich, con pacientes que
fueron operados de la vesícula. La mitad de ellos estaba en habitaciones con vista hacia los
árboles, y la otra mitad hacia una pared. De acuerdo a Ulrich, los pacientes con vista a los árboles
toleraron de mejor forma el dolor, tuvieron menos efectos postoperatorios negativos, y
permanecieron menos tiempo en el hospital. Otros estudios recientes usando escenas de
naturaleza y plantas en las habitaciones de hospitales, han mostrado resultados similares.

LA NATURALEZA RESTAURA
En un estudio del Mind Research Institute, el 95% de los entrevistados dijo que su ánimo mejoraba
después de pasar tiempo al aire libre, pasando de estar depresivos, estresados y ansiosos, a estar
más calmos y equilibrados. Asimismo, otro estudio de Ulrich, Kim, and Cervinka demostró que
pasar tiempo en la naturaleza o exponerse a escenas naturales se asocia al ánimo positivo, al
bienestar psicológico y a la vitalidad.

Además, estar un tiempo en la naturaleza o mirar escenas naturales, aumenta nuestra habilidad
para focalizar la atención. A los seres humanos la naturaleza nos atrae inherentemente y por ello
nos es fácil centrarnos en lo que estamos experimentando afuera, en la naturaleza. Esto también
le da un recreo a nuestra mente sobreactivada, re energizándola para nuevas tareas.

En la misma área, un estudio de Andrea Taylor en niños con trastorno por déficit de atención con
hiperactividad (TDAH por su sigla en inglés), demostró que pasar tiempo inmerso en la naturaleza
incrementa el periodo de atención de los niños.

LA NATURALEZA CONECTA

De acuerdo a una serie de estudios de campo conducidos por Kuo y Coley en el Human-
Environment Research Lab, el tiempo que pasamos en la naturaleza nos conecta a unos con otros
y ayuda a construir relaciones de comunidad. Un estudio en la Universidad de Illinois señaló que
los residentes de Chicago que viven en casas o edificios rodeados de árboles y espacios verdes
conocen a más gente, tienen mayores sentimientos de unidad con los vecinos, están más
preocupados de ayudarse unos a otros y sienten mayor pertenencia hacia su vecindario, que
aquellas personas que viven en lugares sin árboles cercanos. Además de este sentido de
comunidad, quienes vivían en vecindarios rodeados de naturaleza dijeron haber visto reducido los
índices de criminalidad callejera y los niveles de violencia y agresiones intrafamiliares.

Estos datos pueden explicarse por estudios hechos con resonancia magnética funcional para medir
la actividad cerebral. Cuando los participantes ven escenas de naturaleza, las partes del cerebro
asociadas con la empatía y el amor se iluminaron, pero cuando ven escenas urbanas, son las
partes del cerebro asociadas al miedo y ansiedad las que se activan. Todo indica que la naturaleza
inspira sentimientos que nos conectan unos a otros y con el medio ambiente.

Mucho tiempo frente a escenas de muerte

La “privación de naturaleza”, escases de tiempo en el mundo natural, largas horas frente a la


televisión o pantallas de computadoras, ha sido asociado -como era de esperar- a la depresión, la
pérdida de empatía y falta de altruismo.

Y el riesgo es aún mayor que eso: un estudio hecho en 2011 y publicado en la revista del American
College of Cardiology, se determinó que el tiempo frente a una pantalla está asociado a un alto
nivel de muertes, ¡independientemente de la actividad física que se haga!

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