Ese extra es un poso amargo que queda tras el final de la película, no
se sabe si por lo árido que es su último tercio o porque el
esquematismo del guión ha dejado demasiadas cuestiones por explicar, pero prescinde de enseñanzas y moralejas. La película quiere ser un episodio alargado de 'Alfred Hitchcock presenta' pero, a diferencia del clásico televisivo, aquí no hay redención, ni moraleja, ni masaje para el espectador. Algo me dice que se trata más de una cuestión de incapacidad para formular una conclusión que de un auténtico propósito de dinamitar los tópicos, pero de todo este modesto y fallido artefacto de suspense, sin duda lo más memorable es esa agria sensación final de que nada en esta vida tiene un sentido tranquilizador.