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A veces, uno tiene que renunciar a sus sueños.

Liam Campbell nació en una zona rural de Vancouver, siendo hijo bastardo del cazador
Oliver Campbell, un fanático religioso que se crió bajo el yugo de un convento cristiano
radical, bajo la idea de que el hombre debe de ser individualista y fuerte, por lo que nunca
dudó ni un momento a la hora de "endurecer" a su hijo a golpes o corregirlo siempre que
este fuera amable con otros, o comentase su sueño de ser veterinario. Para "el viejo
Oliver", el único trabajo que valía la pena era aquél que se relacionaba directamente con la
naturaleza, pues Dios les habría otorgado esas tierras para aprovecharlas en su estado más
puro. Por lo que, ir a la ciudad a estudiar para ser veterinario, nunca fue una opción, y a
duras penas podía ir a un "colegio" cristiano que llevaba Jacob Connors el anciano y
benevolente sacerdote de una capilla cercana al bosque, quién contrario a su padre,
siempre le enseñó a Liam que la vida es mejor vivirla junto a otras personas, haciendo
siempre lo que uno quiere, y esto hacía que curiosamente, aquella capilla fuese su único
refugio ante los avisos constantes de su progenitor. En aquél viejo edificio estudió los
conocimientos equivalentes a primaria y secundaria, más sin embargo nunca fue de forma
oficial (o legal), y conoció a un joven que se volvería su primer amigo, Elija Darmond, un
muchacho amable y energético que un día simplemente decidió cuidar de Liam, al
encontrarlo llorando detrás de la capilla, ese día estuvieron horas hablando sobre cosas
mundanas como la belleza del cielo y lo blanco de la nieve, pero tan sólo con eso, Elijah fue
capaz de dibujar una sonrisa en el rostro de Liam.
A Liam siempre le gustaron los animales, dedicando cuando era niño la mayoría de su
tiempo libre a observar las aves de su alrededor, a las cuales admiraba por lo libres que
parecían ser, volando a su antojo cómo si nada les pudiera detener. Un niño sensible y frágil
como Liam no podía hacer nada cuando su padre tomaba a uno de esos pájaros, lo
acercaba peligrosamente al rostro de su hijo, y lo volaba de un escopetazo, siempre
seguido de un pasaje de la biblia:

"Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados,
sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra."

Esto cada vez que oía a su hijo decir querer ser veterinario, llegaba a repetirse la mismas
fórmula con perros, gatos, ratones y hasta ciervos, siempre con una frialdad inhumana y
una auténtica devoción por parte de su padre: realmente pensaba que haciendo eso
salvaría a su hijo de la herejía y lo prepararía para la dureza del mundo.
Esto, claramente, causó fuertes traumas en la psique del niño, quién poco a poco dejó de
comentar sus aspiraciones y de observar las aves, temía que si amaba algo, su padre
haría lo imposible por eliminarlo de la forma más cruel y frívola posible.
Esto también llevó a Liam a distanciarse más y más de los estudios y de la gente de la
capilla, lo que a más de uno le comenzó a parecer raro, sobre todo al padre Connors y a
Elijah, quién para ese momento Liam veía como algo más que un amigo, más incluso que
como su único refugio en toda la locura que era su vida, y tal vez esa fue la razón principal
de alejarse, pues no quería que su padre se entere de que sentía eso por su amigo… sabía
que sería capaz de arrebatárselo.
Elijah cumplió quince años, y comenzó a trabajar por orden de su padre, pues para él "ya
era un adulto" y tenía que actuar como tal. Empezó a cortar pequeños troncos para luego
venderlos a sus vecinos, esos pequeños troncos se convirtieron en árboles que él mismo
talaba dedicando tardes enteras, y que él mismo también cargaba para vender, poco a
poco, Liam fue cultivando su cuerpo y su mente en la soledad del bosque, alejado de su
padre y de la poca gente que era importante para él. Más sin embargo, siempre que volvía a
su casa, el miedo hacia su padre lo hacía temblar, ocultarse y hasta llorar, y esto tan sólo
cuando esté lo miraba, porque Oliver hace tiempo que ya no golpeaba o torturaba de alguna
forma a su hijo, al verlo "obediente y preparado", aunque a Liam le daba igual eso, el daño
ya estaba hecho y era imposible para él no tener a aquél monstruo que tras hacer lo que
hizo ahora estaba sentado como si nada, rezando.

Un día, Liam fue a la capilla y, contra todo pronóstico, y frente a Elijah y al Padre Connors,
confesó los maltratos por los que había pasado los 16 años de su vida viviendo con su
padre, maltratos por los que se había ido su madre, y maltratos por los que ahora se estaba
quebrando un muchacho que físicamente parecía un atleta. Tanto el Padre como la familia
de Elijah llamaron a Servicios Sociales, quienes tomaron cartas en el asunto y hicieron que
arresten a Oliver, mientras que sometieron a Liam a una terapia intensiva que duró varios
años, los cuales pasó viviendo en la capilla, aunque para ese momento Liam tenía un
pensamiento totalmente claro: "que se joda Dios".

Durante los años de terapia, Elijah se mantuvo a Liam, y ambos llegaron a sincerarse con
respecto a sus sentimientos, a pesar de venir de familias y entornos sumamente religiosos,
ninguno pudo callarse sus sentimientos, y menos en aquél momento. Eso sí, Elijah notó que
Liam ya no era aquél niño frágil y débil, ahora era alguien grande, fuerte, y con una mirada
vacía casi en todo momento.
Así, los años siguieron pasando, Liam ya era un adulto, y Elijah lo animaba a cumplir su
sueño: ahora era libre de su padre, y gracias a la insistencia de su pareja, Liam aceptó,
comenzando a estudiar en un programa del gobierno para obtener sus diplomas de primaria
y secundaria, mientras que seguía trabajando como leñador y yendo a terapia: sí, eran
muchas cosas, pero no sé comparaban en nada al estrés que era vivir bajo el mismo techo
que su padre. Así, tras unos cuantos años de eso, Liam ya había adquirido sus diplomas de
primaria y secundaria, comenzado a vivir junto a Elijah en una cabaña, y comenzado a
trabajar en una pequeña compañía leñadora de la zona, donde ganaba bastante por su
arduo trabajo. Ya estaba listo para ir a alguna universidad a estudiar, estaba preparado para
ser veterinario a pesar de que aquél grillete que tenía por padre le atormentara en su
cabeza, tan sólo debía trabajar un poco más para reunir todo lo que necesitaría para ir a la
universidad, por lo que una mañana se levantó, le dio un beso a Elijah quien también partía
a trabajar en la jefatura, y salió al bosque a tomar la misma ruta de siempre, con su misma
hacha, ropa y confiable termo cargado de café, en el mismo bosque que lo vio crecer, todo
era lo mismo que siempre, pronto podría cumplir su sueño, hacer feliz a Elijah con la
propuesta que tenía en mente, y al fin podría dejar de lado a su padre… lamentablemente,
esa mañana, Liam Campbell no regresó a su casa.

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